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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO, O.D. SECRETARIA DE SALUD SERVICIO DE HEMATOLOGÍA. UNIDAD 103 RESULTADOS DE RESPUESTA HEMATOLÓGICA Y CITOGENETICA DE PACIENTES CON DIAGNÓSTICO DE LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA TRATADOS CON MESILATO DE IMATINIB EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO, O.D. T E S I S PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN HEMATOLOGÍA P R E S E N T A DRA. ANA CARMEN SALINAS TORRES ASESOR DR. JUAN JULIO KASSACK IPIÑA México, D.F. Julio 2009. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Consejo evaluador de Tesis ______________________________ Dr. Mario Gutierrez Romero PRESIDENTE ________________________________ Dr. Juan Collazo Jaloma SECRETARIO ________________________________ Dr. Juan Julio Kassack Ipiña ASESOR ________________________________ Dra. María Emma Gallardo Trillanes ASESOR _______________________________ Dr. Efreén H. Montaño Figueroa ASESOR ______________________________ QFB. Rosa María Arana Trejo ASESOR Agradecimientos: En agradecimiento a todos los pacientes que han resultado una fuente inagotable de conocimiento. A mis padres por todo su apoyo y formación. A mis maestros por su guía invaluable. A mi esposo por su paciencia y amor. A Annais por todo su tiempo. CONTENIDO PAGINA Descripción del estudio 1 Introduccion 3 planteamiento del problema 4 Marco teórico 5 Definición de Leucemia Mieloide Crónica 5 Antecedentes históricos 5 Epidemiología 10 Clasificación 10 Patogenia 12 Cuadro clínico 18 Diagnóstico 18 Tratamiento 19 Resistencia a tratamiento con imatinib 33 Justificacion 39 Hipotesis 39 Objetivos 39 Material y metodos 40 Resultados 42 Discusion 51 Conclusiones 53 Apéndice 54 Bibliografía 55 1 ________________________________________________________________________ SERVICIO DE HEMATOLOGÍA HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO O.D. Título: Experiencia del manejo del paciente con Leucemia Mieloide Crónica (LMC) a base de mesilato de imatinib en el Hospital General de México. Autores: Salinas AC, Kassack JJ, Gallardo ME, Montaño EH. Planteamiento del problema ¿Cuál es la respuesta hematológica y citogenética de los pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica en tratamiento a base de mesilato de imatinib en el Hospital General de México? Justificación. Las guías de tratamiento acerca de Leucemia Mieloide Crónica se han modificado en las últimas décadas gracias a los avances existentes en el ámbito de la terapéutica con blanco molecular, es así que el desarrollo de los inhibidores de tirosina cinasa corresponden a la nueva alternativa de tratamiento para dichos pacientes; existen a la fecha múltiples referencias internacionales acerca de la evolución de los pacientes con leucemia mieloide crónica así como la respuesta y efectividad de estos agentes sin embargo no contamos con una revisión del comportamiento clínico, los resultados del tratamiento y la evolución de la población de pacientes con diagnóstico de leucemia mieloide crónica tratados a base de mesilato de imatinib de nuestro servicio. Hipótesis. 1. El uso de mesilato de imatinib como tratamiento de pacientes con Leucemia Mieloide Crónica logra respuestas hematológicas y citogenéticas completas. Objetivos: General: • Evaluar el índice de respuesta hematológica y citogenética en pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica en tratamiento a base de mesilato de imatinib Específicos: • Determinar las características epidemiológicas de los pacientes con leucemia mieloide crónica de nuestra población de trabajo. • Determinar tiempo promedio para alcanzar respuesta hematológica completa así como respuesta citogenética completa en pacientes con leucemia mieloide crónica que recibieron tratamiento tardío (a más de 6 meses del diagnóstico) a base de 2 mesilato de imatinib -tratamiento inicial al diagnóstico a base de hydrea, interferón, Ara-C u otro. • Determinar tiempo promedio para alcanzar respuesta hematológica completa así como respuesta citogenética completa en pacientes con leucemia mieloide crónica que recibieron tratamiento temprano (dentro de los primeros 6 meses del diagnóstico) a base de mesilato de imatinib de nuestra población de trabajo. • Determinar el porcentaje de respuestas completas, subóptimas y fallas a tratamiento en pacientes bajo tratamiento con mesilato de imatinib a 3, 6, 12, 18 y 24 meses de seguimiento. • Estimar la supervivencia libre de progresión de fase clínica a 5 años de pacientes tratados con mesilato de imatinib. • Determinar la existencia de anomalías cromosómicas adicionales a Ph+ al diagnóstico. • Determinar la existencia de anomalías cromosómicas adicionales Ph+ en tratamiento a base de mesilato de imatinib. • Determinar la tasa de mortalidad a 5 años de tratamiento a base de mesilato de imatinib. • Determinar las causas de mortalidad en el paciente con leucemia mieloide crónica en nuestra población de trabajo. 3 INTRODUCCION Las guías de tratamiento acerca de Leucemia Mieloide Crónica se han modificado en las últimas décadas gracias a los avances existentes en el ámbito de la terapéutica con blanco molecular, es así que el desarrollo de los inhibidores de tirosina cinasa corresponden a la nueva alternativa de tratamiento para dichos pacientes; existen a la fecha múltiples referencias internacionales acerca de la evolución de los pacientes con leucemia mieloide crónica así como la respuesta y efectividad de estos agentes sin embargo no contamos con una revisión del comportamiento clínico, los resultados del tratamiento y la evolución de la población de pacientes con diagnóstico de leucemia mieloide crónica tratados a base de mesilato de imatinib de nuestro servicio. 4 Planteamiento del problema ¿Cuál es la respuesta hematológica y citogenética de los pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica en tratamiento a base de mesilato de imatinib en el Hospital General de México? 5 MARCO TEÓRICO LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA DEFINICION La leucemia mieloide crónica es una neoplasia mieloide que se origina de la célula progenitora totipotencial, y se debe a la presencia del llamado cromosoma Philadelphia, el cual corresponde una translocación recíproca balanceada entre los cromosomas 9 y 22 llevando a la fusión de los oncogenes en sus porciones c-ABL del brazo largo del cromosoma 9 y el genBCR del brazo largo del cromosoma 22.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS Leucemia mieloide crónica e inhibidores de tirosina cinasa La primera descripción del cuadro clínico de Leucemia Mieloide Crónica se documentó en 1845 por John Hughes y David Craigie quienes trabajaban juntos en Edimburgo,1 al mismo tiempo Rudolf Virchow en Berlin describía que los pacientes con dicha entidad presentaban una acumulación excesiva de células blancas en su sangre, con base en dichas observaciones acuña los términos Blut y leukaemia.2 Por otra parte el primer intento de terapia de dicha entidad nosológica se atribuye a Heinrich Lissauer quien reportó en 1865 que el óxido de arsénico mejoraba el cuadro clínico de los pacientes con leucemia mieloide crónica.1 Los primeros progresos en cuanto al conocimiento de las bases moleculares de la Leucemia Mieloide Crónica se atribuyen a Peter Nowell y David Hungerford quienes en 1960 identifican una alteración cromosómica en los pacientes con esta entidad, ellos detectaron una pequeña deleción en el cromosoma 22 alteración que se denominó cromosoma Philadelphia, por la ciudad en que se describió. Diez años más tarde, Janet Rowley utilizando las recientemente desarrolladas técnicas de bandeo detecta que no se trataba de una delección sino de una traslocación recíproca t(9,22)(q34;q11) en la cual un extremo del brazo largo del cromosoma 9 (q34-ter) se intercambiaba con un extremo del brazo largo del cromosoma 22 (q11-ter). Varios años más tarde Nora Heisterkamp, Jon Groffen, John Stephenson y Gerard Grosveld utilizando fragmentos del recientemente clonado oncogen del virus de leucemia murina de Abelson (v-Abl) y genes c-ABL determinaron que la traslocación de la Leucemia Mieloide Crónica involucraba la fusión de los genes c-ABL del cromosoma 9 con los genes que denominaron BCR del cromosoma 22.1 Posteriormente Grosveld, Groffen, Heisterkamp y el grupo de Eli Canaani´s demostraron que en los pacientes con Leucemia Mieloide Crónica se generaba un RNAm quimérico BCR-ABL. Owen Witte y David Baltimore identificaron que el producto del RNAm quimérico BCR-ABL daba lugar a una proteína de 210kDa. Jamie Konopka, Susan Watanabe y Witte mostraron que BCR-ABL presentaba una actividad tirosina cinasa más potente que c-ABL cuya actividad tirosina cinasa ya era conocida, el incremento en la actividad tirosina cinasa se atribuyó presumiblemente a su estructura diferente. 1 6 En el descubrimiento de la patogenia de la Leucemia Mieloide Crónica resultaron importantes los estudios realizados en 1970 acerca de v-Abl, por Herbert Abelson y Louise Rabstein´s quienes aislaron el virus de leucemia murina denominado de Abelson el cual causa linfoma en ratones. Ellos describieron que el producto protéico de v-ABL tenía una importante similitud a la secuencia de otras proteínas cinasas oncogénicas tales como el oncogen del virus de sarcoma de Rous (v-Src) aislado en pollos con sarcoma mismo que fue el primer oncogén viral aislado; en relación al v-Src Collet, Erikson, Bishop, Varmus y colaboradores describieron que este se asocia a la traducción de una proteína con actividad cinasa que se correlaciona con el potencial maligno del virus de sarcoma de Rous.1 Otro paso importante en el conocimiento de la fisiopatogenia de la Leucemia Mieloide Crónica fue la observación en el año de 1990 en tres grupos de células de médula ósea de ratones modificados para expresar BCR-ABL -tras inoculación de las mismas previa irradiación- de que se daba origen a una leucemia mieloide muy similar a la Leucemia Mieloide Crónica, así como la observación de un cuarto grupo de ratones transgénicos a BCR-ABL que también desarrolló leucemia mieloide. 1 Análisis posteriores de la forma mutada BCR-ABL han mostrado que la porción de proteína BCR en sí misma contribuye a la función transformante sirviendo como un dominio de oligomerización. La localización citoplásmica de BCR-ABL con su actividad tirosina cinasa no regulada le permite usurpar vías de señalización normales de factores de crecimiento activadas por receptores tirosina cinasa tal es el caso de los receptores PDGF (factor de crecimiento derivado de plaquetas) o incluso receptores de citocinas que no utilizaban receptores tirosina cinasa, tales como Src y la familia de las Jak cinasas.1 La identificación en los años ochentas de que la actividad tirosina cinasa de v-Src, v-Abl y BCR-ABL podía jugar un papel causal en la patogenia del cáncer, combinado con el descubrimiento de oncogenes virales y celulares que codificaban tirosinas cinasas, motivó el desarrollo de moléculas que inhibieran las tirosina cinasas oncogénicas lo cual podría ser utilizado como terapia en el manejo del cáncer. El planteamiento en esos momentos era el desarrollo de inhibidores específicos de tirosina cinasa, al respecto se sabía que todas las proteínas cinasas utilizaban ATP como donador de grupos fosfato, de tal forma que hasta el momento la forma conocida de inhibir dichas cinasas era compitiendo con el ATP lo cual sería efectivo pero poco específico. 1 Breve reseña de esquemas de tratamiento previos a los inhibidores de tirosina cinasa. Durante el siglo XIX, aunque con resultados poco satisfactorios, se utilizó el trióxido de arsénico en pacientes con LMC induciendo cierto grado de mejoría en su sintomatología. Ya cerca del siglo XX se utilizó radioterapia la cual mostró utilidad pero fue remplazada en los años 50´s por busulfán, el cual mantuvo su popularidad por varios años. Posteriormente, la hydroxicarbamida remplazó al busulfán, en los años 60´s inicia el transplante de médula ósea en ésta leucemia y en los años 80´s se introduce el manejo con interferón-alfa el primer agente que hasta esa fecha, había registrado en algunos casos negatividad a cromosoma Philadelfia considerándose el tratamiento de elección en pacientes no elegibles para transplante alogénico de células madre. Entre los años 1980 y 2000 a pesar de la morbilidad y mortalidad asociada al procedimiento, el transplante 7 alogénico fue la opción terapéutica recomendada de inicio para pacientes jóvenes que contaban con donador HLA compatible. 6 El desarrollo de inhibidores de tirosina cinasa Los primeros intentos por desarrollar inhibidores de tirosina cinasa se atribuyen a Alex Levitski apoyado por los trabajos pioneros de Hiroyoshi Hidaka quien mostró que era posible el desarrollo de inhibidores específicos de tirosina cinasa. Levitzki llamó a estos tyrphostins, entre los primeros inhibidores selectivos para BCR-ABL desarrollados se enlistan a AG568, AG957 y AG1112. 1 En 1992 Anafi y cols. reportan que una tirofostina asociada a erbastina tenía la capacidad de inhibir la actividad de tirosina cinasa de BCR-ABL y por tanto podía ser utilizado como recurso terapéutico en el manejo de pacientes con Leucemia Mieloide Crónica. Más tarde las tirofostinas AG568, AG957 y AG1112 fueron identificadas como los compuestos más específicos. En estos estudios se identificó que estas inhibían el crecimiento de las células de LMC de la línea K562 inhibición que se asociaba a la interrupción de la actividad tirosina cinasa. Las tirofostinas compiten por el ATP, por su sustrato, o por ambos. 3 Como parte de la búsqueda de la inhibición de BCR-ABL se identificó la herbimicina A un antibiótico derivado de Streptomyces hygroscopicus que también presenta actividad contra BCR-ABL promoviendo su degradación pero sin inhibir su actividad tirosina cinasa. 3 Como parte de las investigaciones encaminadas al desarrollo de inhibidores de tirosina cinasa se realizaron diferentes estudios experimentales por una parte se descubrió que la adición de un grupo 3-piridil en la posición 3 de la pirimidina incrementaba la actividad celular de los derivados, más tarde se describió que la actividad contra tirosina cinasa se incrementada con la introducción deun grupo benzamida en el anillo fenil.3 Una observación clave acerca de relación entre la actividad con la estructura, fue que la sustitución en la posición 6 de un anillo fenil-anilino llevaba a la pérdida de la inhibición de tirosina cinasa. Por otra parte la introducción de un grupo flag-metilo en esta posición mantenía o incrementaba la actividad contra tirosina cinasa. La primera serie de compuestos desarrollados tenía pobre biodisponibilidad vía oral con una pobre solubilidad al agua fue así que la adición de N-metilpiperazina mejoró marcadamente la solubilidad y la biodisponibilidad del compuesto a la vía oral (Fig 1). Finalmente tras un gran trabajo el STI571 emergió como el compuesto más prometedor desarrollado en esos momentos, mostrando un alta selectividad para inhibir el crecimiento de las células con expresión de BCR-ABL.3 Una vez que quedó claro el papel de BCR-ABL como posible blanco de terapia existían muy pocos proyectos al respecto en la industria farmacéutica, hasta que en 1984 CIBA- Geigy (actualmente Novartis) establece un programa de desarrollo de inhibidores de tirosina cinasa bajo la dirección de Alex Matter, y más tarde de Nick Lydon desarrollando una serie de 2-fenilaminoperidinas entre ellas CGP57148B la cual inhibía el receptor PDGF y v-ABl in vitro e in vivo así como BCR-ABL, este se denominó STI571(inhibidor de la transducción de señal 571) y fué nombrado imatinib (nombre genérico) y una vez formulado como sal de mesilato de imatinib fue nombrado Gleevec para Estados Unidos y Glivec para Europa. 1 8 Brian Druker médico e investigador que había trabajado con pacientes con Leucemia Mieloide Crónica desde 1990 colaboró con Lydon, Buchdunger, y Zimmwermann en el programa de investigación de inhibidores de tirosina cinasa, en dichos estudios determinaron que CGP57148B era un potente y relativamente selectivo inhibidor de v-ABL demostrando que este podía inhibir el crecimiento de las células de Leucemia Mieloide Crónica en cultivo y en ratones. Finalmente en 1998 Druker y Charles Sawyers inician la fase I y II del estudio clínico de tratamiento de pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica refractarios a tratamiento a base de interferón mostrando la efectividad de imatinib en la fase crónica de la enfermedad y su papel paliativo en el caso de crisis blástica de la enfermedad, resultando aprobado para su uso en pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica en mayo de 2001 por parte de la FDA. 1 Actualmente a pesar de la efectividad mostrada por imatinib en el tratamiento de pacientes con Leucemia mieloide crónica en fase crónica, existe resistencia en los casos de crisis blástica y en aquellos pacientes con mutaciones en BCR-ABL particularmente en los casos con mutación T315I, esto condujo al desarrollo de inhibidores de tirosina cinasa BCR-ABL de segunda generación, por ejemplo dasatinib un inhibidor de c-Scr y c-ABL aprobado por la FDA en junio de 2006 o nilotinib un derivado de imatinib aprobado también por la FDA.1 Fig. 1 Desarrollo de imatinib Perfil de actividad de imatinib in vitro El compuesto demostró su actividad inhibitoria de tirosina cinasa en células que expresaban activamente formas de ABL, probándose el compuesto en numerosas líneas celulares de pacientes con Leucemia Mieloide Crónica o Leucemia Linfoblástica aguda Ph+, en muchas de estas líneas la concentración inhibitoria IC50 fue detectada en un rango entre 0.1 a 0.5 µM demostrándose que el compuesto penetra activamente la membrana. De acuerdo con su comportamiento in vitro imatinib inhibe la señalización del ligando del receptor del factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGFR) debido a que causa la autofosforilación de dicho ligando. Sin embargo el compuesto potencialmente inhibe la autofosforilación del receptor KIT. En contraste, fueron insensibles a imatinib la transducción de señal mediada por EGF, insulina, factores de crecimiento similares a insulina o los no receptores de tirosina cinasa SRC y JAK-2, receptores de citocinas incluyendo el receptor de IL-3, G-CSF, y eritropoyetina. 3 Fig.1 Desarrollo de la optimización de mesilato de imatinib a partir de 2-fenilaminopirimidina (mostrado en blanco). A Incremento de la actividad celular con la introducción de un grupo 3´pirimidil (amarillo) en la posición 3´de pirimidina. B. La actividad contra tirosina cinasa incrementó con la adición de un grupo benzamida al anillo fenil (naranja), C. La adición de un grupo flag metilo (verde) dentro del anillo diamino fenil reduce de forma importante la actividad contra PKC. D. la adición de N-metilpiperazina (púrpura) incrementa la solubilidad al agua y la biodisponibilidad vía oral. 9 Los estudios clínicos para probar imatinib como monoterapia en pacientes con Leucemia Mieloide Crónica iniciaron en junio de 1998 y se diseñaron para determinar la dosis máxima tolerada que ofreciera beneficios clínicos. Se eligieron pacientes en fase crónica que habían fallado a la terapia con interferon (IFN). Imatinib administrado vía oral fue bien tolerado sin limite de dosis tóxica. La respuesta hematológica se registró en pacientes tratados con dosis de imatinib de 140mg o mayores. A través de dichos estudios se detectó que los pacientes tratados con dosis de al menos 300 mg lograban respuesta hematológicas completas, en tanto que a dosis de 300 mg o mayores lograban respuestas citogenéticas en 31% de los casos, de los cuales el 13% eran respuestas completas. Estudios de farmacocinética al respecto, demostraron que la dosis de 300mg era suficiente para alcanzar los niveles plasmáticos necesarios para lograr la dosis efectiva del medicamento mostrada in vitro, lográndose concentraciones de 1µM. A dosis de 400 mg (la dosis actualmente estándar en el tratamiento de pacientes con diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica) se logra un pico de 4.6µM y se mantienen niveles de aproximadamente 2.13µM con una vida media de 19.3hrs, lo que indica que la dosificación diaria es suficiente para mantener la actividad de inhibición tirosina cinasa sostenida. Los efectos adversos registrados fueron moderados y estos incluyeron náuseas, edema periorbitario y rash, la mielosupresión fue frecuente, en tanto que la toxicidad fue rara.3 Con base en los resultados obtenidos se decidió extender el estudio a pacientes con crisis blástica linfoide o mieloide, así como a pacientes en recaída o ALL Ph+ refractarios. Con dosis de 300 a 1000 mg/d 11% de los pacientes con crisis blástica mieloide lograron respuestas hematológicas completas y otro 10% logró la reducción en la cuenta de blastos en médula ósea a menos de 5% sin lograr recuperación completa del conteo celular periférico. En pacientes con enfermedad linfoide se logró remisión en 20% y 15% de los casos respectivamente. Desafortunadamente la mayoría de los pacientes con crisis blástica mieloide y prácticamente todos con crisis linfoide recayeron en pocas semanas o meses. 3 Estudios fase II Los estudios fase II iniciaron en 1999 en estos se utilizó imatinib como monoterapia en pacientes en fase crónica de LMC que habían fallado a la terapia con interferón registrándose respuestas citogenéticas completas en 41% y respuestas citogenéticas mayores en 60%. Los resultados fueron duraderos y resultaron en una supervivencia libre de progresión del 89.2% a 18 meses. Los resultados obtenidos en la fase I y II del estudio de mesilato de imatinib, llevaron a la aprobación del mismo por parte de la FDA, para el tratamiento de pacientes con diagnóstico de LMC que no respondieron a tratamiento a base de interferon. En estudios retrospectivos en los que se compara la sobrevida de 143 pacientes que recibieron imatinib después de no responder a manejo a base de interferon, contra 246 pacientes que habían recibido de acuerdo a los archivos históricos la terapia convencional,se demostró que la mejoría en la sobrevida global de los pacientes que recibieron imatinib, así como mejoría en la respuesta citogenética era estadísticamente significativa. 3 10 Estudios fase III Imatinib y la combinación de INF mas Ara-C se compararon en un estudio aleatorizado, en el cual se mostró que imatinib fue francamente superior en lo que respecta a respuesta hematológica, citogenética y molecular, así como en la supervivencia libre de progresión. A pesar del diseño inicial de este estudio, varios pacientes se cambiaron a lo largo del estudio del grupo de interferón al grupo de imatinib por mostrar menor respuesta a tratamiento o intolerancia a interferón, por esto último las verdaderas diferencias entre los dos grupos no pudieron ser estimadas, sin embargo, en un estudio retrospectivo para comparar los resultados de imatinib con un grupo control histórico de pacientes manejado con interferón se demostró la superioridad en la supervivencia global en pacientes tratados a base de imatinib, además de demostrarse en estos una mejor calidad de vida, ante dichos resultados el fármaco fue aprobado como terapia de primera línea en el manejo de pacientes con LMC en los Estados Unidos y en Europa. La monitorización de la enfermedad residual a base de RT-PCR cuantitativa, en pacientes con respuesta citogenética completa mostró que el riesgo de progresión de la enfermedad estaba relacionado inversamente con la reducción de BCR-ABL. La supervivencia libre de progresión, es del 100% a 24 meses en pacientes quienes lograron una reducción de su transcritos de BCR-ABL de tres órdenes de magnitud o más a los 12 meses de tratamiento, estado que fue denominado respuesta molecular mayor. En contraste, el riesgo de progresión de la enfermedad a 24 meses fue del 5% en pacientes con una reducción de menos de 3 log del transcrito BCR-ABL y del 15% en aquellos que no lograron respuesta citogenética completa.3 EPIDEMIOLOGÍA La leucemia mieloide crónica tiene una incidencia mundial de 1-2 casos por cada 100,000 habitantes, se presenta con más frecuencia entre la quinta y sexta década de la vida. Es ligeramente más frecuente en hombres.4 CLASIFICACIÓN En la historia natural de la enfermedad se reconocen tres formas de presentación clínica, generalmente una fase crónica inicial, seguida de una fase acelerada y finalmente la crisis blástica como la última fase de la enfermedad. Fase crónica La fase crónica se caracteriza por presentar leucocitosis con neutrófilos en diferentes fases de maduración con un predominio de mielocitos y segmentados en sangre periférica. No se observa displasia significativa. El conteo de blastos generalmente es menor al 2% . La presencia de basofilia es variable y la presencia de eosinofilia común. Puede detectarse monocitosis absoluta sin embargo la proporción con respecto a la cuenta global en general no es mayor al 3%, con excepción de casos raros asociados a la isoforma BCR-ABL1 p190 en cuyo caso la monocitosis es casi siempre presente y el cuadro puede ser confundido con una leucemia mielomonocítica crónica. La cuenta plaquetaria generalmente va del rango normal a cifras mayores de 1000 x 109/L, la presencia de trombocitopenia es rara. 4 La celularidad medular se encuentra incrementada a causa de proliferación granulocítica con un patrón de maduración celular similar al observado en sangre periférica. En la biopsia de médula ósea se pueden detectar en la región paratrabecular los neutrófilos 11 inmaduros que frecuentemente son de 5-10 en comparación a los 2-3 considerados normales, los neutrófilos maduros están presentes en las áreas intertrabeculares. La presencia de eosinófilos puede ser prominente. El conteo de blastos es menor al 5%. Los precursores eritroides varían pero las islas eritroides generalmente se reducen en número y talla. Los megacariocitos en LMC, son más pequeños que los normales y tienen un núcleo hipolobulado, 40-50% de los pacientes presentan un incremento moderado o excesivo de los megacariocitos. En 30% de los casos la biopsia muestra fibrosis reticulínica, lo cual generalmente correlaciona con un incremento en el número de megacariocitos y en la talla esplénica, y se asocia con a un peor pronóstico. Es posible observar también en algunos casos células Pseudo-Gaucher así como histiocitos azules derivados de la clona neoplásica mismos que se han asociado al antecedente de una larga fase crónica. En la fase crónica el bazo incrementa su tamaño como resultado de la infiltración de la pulpa roja por granulocitos en diferentes fases de maduración. 4 Fase acelerada La fase acelerada fue definida en la tercera edición de la clasificación de la OMS como la presencia de alguno de los siguientes parámetros: 1.- Persistencia o incremento de la cuenta de células blancas >10x10 9/L y o persistencia o incremento de esplenomegalia que no responde a la terapia. 2.- Trombocitosis persistente > 1000 x 10 9 /L no controlada con la terapia. 3.- Trombocitopenia persistente < 100 x 10 9/L no relacionada a la terapia 4.- Evolución clonal citogenética misma que se presenta después de haber realizado el cariotipo diagnóstico inicial. 5.- Presencia de 20% o más de basófilos en sangre periférica. 6.- Presencia de 10 a 19% de mieloblastos en sangre periférica o médula ósea. Se ha visto que la presencia de megacariocitos anormales asociados a la presencia de fibrosis marcada son observadas comúnmente y pueden ser un dato presuntivo de fase acelerada. 4 Crisis blástica El diagnóstico se realiza por: 1. La presencia de 20% o más de blastos en sangre periférica o el 20% o más de blastos con respecto a las células nucleadas de la médula ósea. 2. Proliferación de blastos a nivel extramedular. En 70% de los casos el linaje de los blastos es mieloide, en tanto que en 20 a 30% de los casos el linaje es linfoide. 4 ETIOLOGÍA Los factores que predisponen al desarrollo de Leucemia Mieloide Crónica son desconocidos. La exposición a radiación se ha vinculado en algunos casos. No se ha demostrado le existencia de predisposición hereditaria. 4 Los leucemogénicos como el benceno y los agentes alquilantes no se han identificado como agentes causales de LMC, aunque está bien reconocido que producen un incremento dependiente de la dosis de Leucemia Mieloide Aguda. En tanto que los inhibidores de topoisomerasa II se han asociado a una propensión al desarrollo de leucemia positiva para t(9,22).2 12 PATOGENIA Origen de la célula neoplásica en Leucemia Mieloide Crónica La leucemia mieloide crónica es el resultado de la transformación de una sola célula troncal. La mutación es adquirida (mutación somática). El conocimiento de que el origen de la célula leucémica en Leucemia Mieloide Crónica es a partir de una sola célula troncal hematopoyética se basa en lo siguiente: • La afección de eritropoyesis, neutrofilopoyesis, eosinofilopoyesis, basofilopoyesis, monocitopoyesis y trombopoyesis en los pacientes con LMC. • La presencia de Ph + en eritroblastos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos, macrófagos y megacariocitos. • La presencia de una isoenzima única de glucosa-6- fosfato deshidrogenasa en los glóbulos rojos, los neutrófilos, los eosinófilos, los basófilos, los monocitos y las plaquetas, pero no en los fibroblastos u otras células somáticas en mujeres con LMC que son heterocigotas para las isoenzimas A y B. • La presencia de cromosoma Ph+ en una, pero no en la otra estirpe celular en caso de pacientes mosaico para los cromosomas sexuales, como en el Sx de Turner y de Klinefelter. • Estudios moleculares muestran variación en el punto de rotura del cromosoma 22 entre diferentes pacientes con LMC, pero precisamente el mismo punto de rompimiento entre las células dentro de un mismo paciente con LMC. 2 Se ha detectado en 25% de los casos en linfocitos B purificados procedentesde pacientes con Dx de LMC en fase crónica, el gen de fusión BCR-ABL a través de estudio FISH lo que sugiere que la lesión celular que origina esta entidad nosológica está cerca de la célula troncal pluripotencial. Efectos sobre la adhesión celular en la Leucemia Mieloide Crónica La transformación leucémica resultante del oncogén de fusión BCR-ABL conduce a una notable expansión de las poblaciones de progenitores eritroides, granulocíticos y megacariocíticos y una disminución de la sensibilidad de los progenitores a la regulación. Esta expansión es especialmente espectacular en el comportamiento de las células progenitoras más maduras. 2 Los progenitores primitivos y las células formadoras de colonias de blastos de los pacientes con LMC tienen una menor adherencia a las células estromales de la médula. Las células formadoras de colonias cromosoma Ph+ se adhieran menos a la fibronectina (así como al estroma medular) que sus contrapartidas normales. Los granulocitos de pacientes con LMC tienen una unión alterada y reducida a la P-selectina debido a la modificación de los antígenos CD15.2 La proteína de fusión codificada por BCR-ABL p210 se une a la actina y por tanto se fosforilan varias proteínas citoesqueléticas: la p210 interactúa con los filamentos de actina a través de un dominio de unión a la actina. La transfección de BCR-ABL se asocia a un aumento en la motilidad espontánea, ondulación de la membrana y formación de extensiones de acción larga.2 13 El papel del oncogen BCR-ABL En 1982, el homólogo celular humano de la secuencia transformadora del virus de leucemia murina de Abelson (c-ABL), se localizó en el cromosoma humano número 9 y en 1983 se describe que este estaba presente en el segmento del cromosoma 9 que se trasloca al cromosoma 22. Esto da lugar a un gen quimérico producido por la fusión de la porción 5´ del gen BCR que queda en el cromosoma 22 con la porción 3´del gen ABL traslocado desde el cromosoma 9. El ARNm de fusión conduce a la traducción de una fosfoproteína cinasa de tirosina de 210kDa (p210) que puede fosforilar residuos de tirosina en proteínas.2 En cuanto al gen ABL 1 se ha detectado diferentes puntos de ruptura que son el exón Ib, el exón Ia y más frecuentemente entre el exón Ib y Ia. (Fig. 2)5 Fig.2 Esquema de la estructura de los genes BCR y ABL1 en la que se esquematizan los sitios más comunes de ruptura. Con respecto al gen BCR, en la mayoría de los pacientes con diagnostico de LMC y en una tercera parte de aquellos con Leucemia linfoblástica B (LLA B) el punto de ruptura corresponde a un área de 5.8 kilobases los exones e12-e16 (denominados b1-b5) el cual es referido como el sitio de rompimiento mayor (M-bcr). Esto da lugar a 2 combinaciones de trascritos fusionados generando cualquiera de las 2 combinaciones b2a2 o b3a2 y generan una proteína de 210 kDa (p210BCR-ABL1). En dos terceras partes de los pacientes con LLA B Ph+ y en casos raros de LMC, el sitio de ruptura se ubica en un área de 54.4 kb entre los exones e2´ y e2 (región de rompimiento menor o m-bcr) la cual genera el transcrito e1a2 que traduce la proteína p190 BCR-ABL1. Un tercer sitio de rompimiento e-19 (µ-bcr) da lugar a una proteína de fusión de 230-kDa (p230 BCR- ABL1) la cual se ha detectado en la leucemia neutrofílica crónica.5 Las primeras secuencias del exón del gen BCR potencian la tirosina cinasa de ABL cuando se fusionan como consecuencia de la traslocación. La porción central del BCR tiene homología con DBL, un gen que participa en el control de la división celular después de la fase S del ciclo celular. El extremo c de BCR tiene una proteína activadora de la GTPasa para p21, un miembro de la familia RAS de proteínas de unión a GTP. 2 La proteína p210 interactúa con varios componentes de las vías de transducción de señal y se une y/o fosforila más de 20 proteínas celulares en su papel como oncoproteína.2 14 Anatomía y autorregulación de la proteína BCR-ABL1 La cinasa BCR-ABL1 contiene una serie de dominios funcionales. La región N terminal de ABL1 consiste en la región “Cap” la cual esta presente en 2 diferentes isoformas generadas por una edición alternativa del primer exón, dando lugar a las variedades denominadas 1a y 1b. ABL1b contiene en C14 un dominio myristoyl unido de forma covalente a la porción N-terminal y es expresado en mayor nivel que en el tipo 1a el cual no está myristolado. ABL1 también contiene un dominio tirosina cinasa que es precedido por un dominio con homología altamente conservada de Src-2 (SH2) y un dominio SH3. En el otro extremo contiene 4 prolíneas ricas en sitios SH3 que funcionan como sitios de unión para los dominios SH3 de proteínas adaptadoras tales como Crk, GRB2 y Nck, un dominio de unión de DNA, un dominio de unión actina, 3 señales de localización nucleares, y una señal exportadora nuclear las cuales determinan la localización subcelular de ABL1 en respuesta a estímulos ambientales. (Fig. 3). 5 Fig.3 Estructura de SRC, homología entre la estructura de SRC y ABL1b, estructura de ABL1, y estructura de BCR-ABL1 mostrando los diferentes dominios de cada uno. BCR también exhibe un complejo espacial modular que incluye un dominio de oligomerización espiral, un dominio cinasa serina/treonina, un dominio homólogo Dbl/CDC24 al factor de intercambio guanina- nucleótido, un dominio pleckstrin homólogo, un sitio lípídico de unión calcio dependiente, un sustrato Ras- relacionado a C3 toxina botulínica (RAC), un dominio protéico activador guanosina trifosfato, un sitio Tyr177 para GRB2, GRB10, y para ABL1 a través de su domino SH2.5 La modificación del myristoyl en el extremo N-terminal de ABL1b compromete el lóbulo C terminal del dominio catalítico de ABL1 facilitando el anclaje de los dominios SH2 y SH3 sobre el dominio cinasa de manera que asemeja la conformación inactiva de SRC. Las formas de ABL1b sin el grupo miristol presentan una actividad tirosina cinasa. El elemento estructural en ABL1a que remplaza la función del grupo miristol de ABL1b es desconocido.5 15 En la conformación inactiva del dominio cinasa una α-hélice prominente (hélice αC) en el área N-terminal de la cinasa es interiormente desplazada hacia el sitio activo, formando un enlace iónico entre las residuos Lys271 y Glu 286, por otro lado el dominio SH2 permanece unido estrechamente al lóbulo C de la cinasa. En esta conformación la rotación de la hélice αC genera el desplazamiento de importantes residuos catalíticos fuera del sitio activo. 5 Vías de señalización de la cinasa BCR-ABL1 BCR- ABL1 activa numerosas vías de señalización. La fosforilación de BCR Tyr177 es esencial para la leucemogénesis mediada por BCR-ABL1. La mutación de Tyr177 a fenilalanina (Tyr177Phe) bloquea ampliamente la unión a G2B2 y disminuye la activación de RAS inducida por BCR-ABL1. Tyr177 funciona como un sitio de alta afinidad para el dominio SH2 de GRB2, el cual recluta a SOS, resultando en la activación de RAS y siendo un andamio adaptador de GRB2-asociado a la proteína de unión 2(GAB2). La fosforilación GAB2 inducida por BCR-ABL1 es mediada por el complejo GRB2/GAB2 el cual causa a su vez activación de la 3-fosfatidilinositol cinasa(P13K)/AKT y de una cinasa regulada por señalización extracelular (ERK) en las células de LMC. Un aspecto interesante es que la activación MER-ERK es citocina dependiente en la fase crónica pero llega a ser constitutivamente activada en fase blástica y detectable en progenitores CD34+. 5 BCR-ABL1 también fosforila las cinasas de la familia SRC (SFKs), HCK, LYN y FGR. HCK fosforilada recluta el factor de transcripción, transductor y activador de la transcripción 5 (STAT5) el cual modula al gen transcripcional y regula positivamente a ciclina D1, llevando a la progresión del ciclo celular de G1 a fase S. Sin embargo el papel de STAT en la mediación de leucemogénesisasociada a BCR-ABL1 resulta aún controversial. Al respecto se ha observado que la transducción retroviral de BCR-ABL1 en médula ósea induce una CML-like en ratones STAT5a-/-, STAT5b-/- . La inactivación de STAT5 con SiRNA en muestras de LMC deteriora la formación de colonias mieloides Ph+. Por otra parte la proteína antiapoptótica BCL-X, es transcripcionalmente activada por STAT5. (Fig.4) 5 La subfamilia RAC de guanosina trifosfatos (GTPasas) incluye RAC1, RAC2 y RAC3 y modulan múltiples funciones celulares. RAC GTAsas son activadas en células de LMC. Los genes RAC1 y RAC2 retrasan de forma importante la mieloproliferación y promueven la fosforilación de moléculas de la vía de señalización de BCR-ABL1 tal es el caso de CrKL, ERK, c-Jun N cinasa terminal (JNK) y p38.5 La enzima lipoxigenasa 12/15 deficiente se asocia a un incremento en la activación de 13K/AKT así como de INF y de ICSBP que se asocia a una reducción en su unión a DNA limitando su habilidad de reprimir la transcripción del gen BCL2 promoviendo con ello la supervivencia de la célula leucémica. JUNB es un componente de la familia de factores de transcripción que funcionan como supresores de tumores de células mieloides, antagonizando la vía de RAS inhibiendo con ello la proliferación y la supervivencia celular. La ausencia de JUNB se ha asociado en modelos experimentales un cuadro muy parecido a LMC.5 Una subunidad de la fosfatidilinositol-3´cinasa se asocia a p210, esta interacción es necesaria para la proliferación de líneas celulares dependientes de BCR-ABL en células primarias de LMC. La actividad de serina-treonina cinasa codificada por RAF es regulada por p210. La regulación a la baja de RAF inhibe tanto el crecimiento dependiente de BCR-ABL de las células de LMC como la proliferación dependiente del factor de crecimiento de los progenitores hematopoyéticos normales.2 16 La p210 activa múltiples vías alternativas de RAS. La molécula adaptativa CRKL es un importante sustrato in vivo para p210 con efectores de señalización, esta tiene homología con el producto del oncogén v-crk. La CPKL se une a CBL un producto de un oncogén que induce leucemogénesis de estirpe B y mieloide en ratones. Los 3 dominios de homología de Src de CPKL no se unen a CBL, pero se unen a BCR-ABL. Por tanto CPKL media la señal oncogénica de BCR-ABL con CBL. También es necesaria la activación de NF κß para la transformación mediada por p210. La expresión de p210 conduce a una activación de la transcripción de NF κß.2 Fig. 4 Vías de señalización en las que participa BCR-ABL1 Transformación a fase blástica. Factores asociados. Los mecanismos asociados a la transformación de una fase crónica de Leucemia Mieloide Crónica a una fase acelerada son parcialmente conocidos. Entre los aspectos que se han asociado a una progresión de fase clínica se han mencionado los siguientes: • Expresión de BCR/ABL1. Se ha observado que los niveles de RNAm BCR-ABL1 son mayores en pacientes en fase blástica con respecto a los niveles detectados en pacientes en fase crónica. 5 • Arresto de la diferenciación. La disrupción de la diferenciación es una característica de la progresión de LMC. BCR-ABL modula la actividad de factores de transcripción que regulan la expresión de varios genes asociados con la diferenciación. CEBPα es esencial para la diferenciación granulocítica y su expresión se pierde en pacientes en fase blástica de LMC, la baja expresión de este es mediada por BCR-ABL1. Actualmente la deleción del gen IKZF1 el cual codifica a Ikaros un factor transcripcional necesario para la diferenciación de linaje 17 linfoide se ha asociado a la progresión a crisis blástica particularmente linfoide. En el 84% de los pacientes con LLA positiva a BCR-ABL se ha mostrado pérdida de la expresión de Ikaros, generalmente a causa de la deleción monoalélica del exón 3 a 6 de IKZF1. BCR-ABL se ha asociado a la formación de factores de transcripción tales como NUP98-HOXA9 o AML1-EVII asociados con bloqueos de la diferenciación.5 • Inestabilidad genómica. La expresión de BCR-ABL se ha asociado a la inducción de especies reactivas de oxígeno (ROS) que generan daño oxidativo crónico del DNA y ruptura de la doble cadena en la fase S y G2/M del ciclo celular. Además, se ha observado una reducción en la vigilancia y en la reparación de la doble cadena lo cual contribuye al fenotipo mutado de las células de LMC y a la inestabilidad genómica que da lugar a mutaciones y anormalidades citogenéticas.5 • Anormalidades cromosómicas adicionales. Aproximadamente el 80% de los pacientes con LMC desarrollan aberrancias citogenéticas en las células Ph+, lo cual se ha denominado “evolución clonal”, misma que es un reflejo de la inestabilidad genética que caracteriza la transición de fase. Las alteraciones citogenéticas más frecuentes son la trisomía 8 (34%), isocromosoma 17 (20%), la duplicación de Ph (38%) las cuales se han asociado con una sobreexpresión de MYC, pérdida de 17p y sobreexpresión de BCR-ABL respectivamente. Se han descrito algunas otras aberrancias tales como trisomía 19, trisomía 21, trisomía 17, deleción 7 en menos del 10% de los casos. La deleción del cromosoma 9 se ha asociado a una más rápida progresión.5 • Inactivación de genes supresores de tumores. Una de las mutaciones más comunes asociada a la progresión de LMC involucra al supresor tumoral p53 el cual se encuentra mutado en el 25 al 30% de los pacientes en fase blástica. Por otra parte la mutación del exón 2 del locus INK4/ARF se encuentra suprimido en el 50% de los casos de crisis blástica linfoide. Debido a que ARF mejora los niveles de p53, la deleción homocigota en el locus p16ARF ( el principal regulador de p53) es un equivalente de la mutación de p53 en la crisis blástica mieloide. La molécula p53 también juega un rol importante en la respuesta a la terapia con imatinib, ya que el tratamiento de células BCR-ABL positivas con imatinib genera una activación selectiva de p53 al inhibir la actividad tirosina cinasa, por otra parte la inactivación de p53 misma que acompaña con frecuencia la progresión de la LMC, bloquea la respuesta a imatinib in vivo e in vitro, es por ello que mutaciones en la vía de p53 pueden contribuir a la resistencia a imatinib en la crisis blástica. La familia de factores transcripcionales RUNX también se ha asociado a la respuesta a imatinib y a la persistencia de la enfermedad. Se ha observado que la expresión de RUNX1 o RUNX3 parece proteger a las células de la apoptosis durante el tratamiento a base de imatinib, además RUNX1 contribuye a la persistencia de la enfermedad. Por otra parte se ha observado que la serin/treonina 2A (PPA2) funciona como un supresor tumoral que antagoniza a BCR-ABL esta activa a la proteína tirosin fosfatasa 1 (SHP1) la cual cataliza la desforforilación de BCR-ABL1 y su degradación proteosómica. Por otra parte la cinasa BCR-ABL1 inhibe a PP2A estimulando a SET que es una fosfoproteína que inhibe a PP2A.5 18 CUADRO CLÍNICO La mayor parte de los pacientes son diagnosticados en fase crónica, el cuadro clínico generalmente se instala de forma insidiosa incluso en 20 a 40% de los casos los pacientes se encuentran asintomáticos y el diagnóstico es incidental tras la realización de un examen médico de rutina. 4 El cuadro clínico inicial se caracteriza por la presencia de fatiga, pérdida de peso, sudoraciones nocturnas, esplenomegalia y anemia. Presentaciones atípicas incluyen trombocitosis marcada sin incremento importante de la cifra de leucocitos. 4 A la exploración física puede destacar la presencia de palidez y esplenomegalia, se ha descrito hipersensibilidad esternal principalmente en su porción inferior. Entre los síntomas menos frecuentes se enlistan sudoración nocturna, intolerancia al calor, pérdida de peso, artritis gotosa (asociados a hipermetabolismo), priapismo, acúfenos (asociadosestos últimos a la presencia de leucostasis), dolor en el cuadrante superior izquierdo y hombro izquierdo como consecuencia de infarto esplénico o periesplenitis, acné, urticaria (asociada a hiperhistaminemia) y dermatosis neutrofílica (Sx de Sweet). 2 DIAGNOSTICO Los elementos para la realización del diagnóstico incluyen un cuadro clínico característico asociado a los datos de laboratorios que se mencionarán a continuación: LABORATORIO Frotis sanguíneo. Presenta un recuento de leucocitos generalmente elevado casi siempre por encima de 25,000/µl, en tanto que la mitad de los pacientes presentan recuentos mayores a 100,000/µl. Se detecta de forma característica la presencia de granulocitos en todas las fases de maduración y generalmente estos son de aspecto normal. La prevalencia promedio de células blásticas es de 3%, promielocitos 4%, mielocitos, metamielocitos y bandas 40% y segmentados 35%. Con frecuencia hay neutrófilos hipersegmentados. 2 La proporción de eosinófilos habitualmente no se encuentra aumentada pero el recuento absoluto de eosinófilos generalmente se encuentra aumentado. Los basófilos se encuentran aumentados también. El recuento absoluto de linfocitos suele estar elevado al momento del diagnóstico con una media de 15 x 109/L. El número absoluto de células NK se encuentra disminuido. El recuento de plaquetas se encuentra elevado en el 50% de los pacientes al momento del diagnóstico y es normal en el resto. 2 Médula En general los hallazgos medulares más frecuentes corresponden a características de la fase crónica de la enfermedad. La médula es notablemente hipercelular, la cantidad de grasa es muy reducida.2 La celularidad medular se encuentra incrementada a causa de la proliferación granulocítica con un patrón de maduración celular similar al observado en sangre periférica. En general las características medulares se asocian a la fase clínica que se trate y corresponden a las características ya descritas en la sección de clasificación. 19 Citogenética Al diagnóstico el 90-95% de los casos de LMC presentan la translocación característica t(9;22)(q34;q11.2) que se trata de una translocación recíproca. 4 Inmunofenotipo Los neutrófilos en la fase crónica presentan descenso marcado en la fosfatasa alcalina. En la crisis blástica mieloide los blastos pueden expresar antígenos asociados con granulocitos, monocitos, megacariocitos o asociados a diferenciación eritroide y en la mayoría de los casos pueden expresar uno o más antígenos linfoides también. La mayor parte de los casos de crisis blástica linfoide corresponde a estirpe B sin embargo también se han registrado algunos casos de crisis blástica linfoide T. En la crisis blástica linfoide uno o más marcadores mieloides pueden co-expresarse en los linfoblastos en la mayoría de los casos. El 25% de las crisis blásticas se han reportado con criterios de leucemia aguda con fenotipo mixto.4 TRATAMIENTO Como se mencionó en el apartado correspondiente a antecedentes históricos el tratamiento de los pacientes con diagnóstico de leucemia mieloide crónica ha sufrido modificaciones en las últimas décadas. En el siguiente apartado se realiza una breve reseña acerca de las diferentes opciones terapéuticas que se han utilizado en el manejo de estos pacientes, poniendo especial énfasis en las características del manejo y la descripción de los resultados obtenidos con imatinib y otros inhibidores de tirocina cinasa. Hidroxiurea y busulfan Por muchos años la principal opción de quimioterapia en pacientes Ph+ incluyó busulfan e hidroxiurea. Después de estudios aleatorizados y controlados la superioridad de hidroxiurea sobre busulfán fue establecida mostrando que la supervivencia global fue significativamente menor en el grupo tratado a base de busulfan, se estimó una supervivencia a 5 años de 32% para busulfan y de 44% para hidroxiurea.26 Interferon alfa Los interferones son un grupo de proteínas naturales con una potente actividad antiviral, antiproliferativa e inmunorreguladora. En función de sus propiedades antigénicas y fisicoquímicas, los interferones se han dividido en tres clases: INF-α (leucocitos), INF-ß (fibroblastos), e INF- � (inmune). INF-α es una familia de al menos 14 especies altamente homólogas producidas por leucocitos. INF-ß es producido por fibroblastos y células epiteliales. INF-α es estructuralmente relacionado a INF-ß. En contraste, INF-� es estructuralmente distinto, es una glicoproteína ácida lábil producida por linfocitos T en respuesta a antígenos o mitógenos. El INF-α mostró significativa actividad antitumoral en leucemia de células peludas y otros tumores. Se ha mostrado que el INF-α tiene un efecto anticelular importante en las stem cells normales así como en células progenitoras de LMC in vitro, y finalmente también se probó que el uso de INF-α recombinante era capaz de inducir remisiones hematológicas y lo que es aún más importante respuestas citogenéticas en pacientes con LMC.27 En 1999 tras una revisión acerca de las diferentes terapias usadas en el tratamiento de pacientes con LMC, se observó que el beneficio que ofrecía INF-α era mayor al que se podía esperar con el manejo a base de otras terapias como busulfan o hidroxiurea, observándose una sobrevida global mayor en pacientes en fase crónica que no habían 20 recibido algún tratamiento previo o si lo han recibido había sido por corto tiempo, también se observó una mejor respuesta en aquellos pacientes con niveles normales de Hb, conteo plaquetario normal, menos del 10% de blastos en sangre periférica e inicio de tratamiento con interferon en los primeros 6 meses tras el diagnóstico. Se estimó que la supervivencia global con INF-α era de 57% a 5 años, superior en comparación a otros tipos de quimioterapia con los cuales la supervivencia esperada a 5 años era de 42%. En muchos de los estudios revisados de la terapia con INF-α este se combinó con otras variedades de quimioterapias incluyendo Ara-C en particular la combinación con este último parecía incrementar la respuesta con el inconveniente de agregar más efectos adversos. Uno de los inconvenientes más importantes de la terapia con INF-α fueron sus efectos adversos resultando muy frecuentes síntomas similares a cuadros gripales, fiebre, cefalea, mialgias, artralgias, alteraciones gastrointestinales por mencionar algunos. 26 Transplante alogénico En 1999 la Asociación Americana de Hematología (ASH) reportó que cerca del 50% de los pacientes que recibían un transplante alogénico en la primera fase crónica de la enfermedad de donador relacionado compatible se mantenían vivos y libres de enfermedad a 5 años de seguimiento. Varios estudios posteriores que extendieron el seguimiento a 10 años reportaron una supervivencia global de 60% y supervivencia libre de enfermedad de 50% y a 15 años una supervivencia global de 47% y supervivencia libre de enfermedad de 52%. Por otra parte el centro internacional de sangre e investigación en transplante de médula ósea reportó en una muestra de 4513 pacientes transplantados entre los años 1978 y 1997, una supervivencia global a 18 años de 50% para 3372 pacientes en su primera fase crónica y 20% de 1141 pacientes que no se encontraban en su primera fase crónica. La incidencia acumulada de recaída a 18 años fue de 25% en pacientes en fase crónica y de 37% para otras fases. En 2006 el grupo Europeo de la sangre y transplante de médula ósea reportó el seguimiento a largo plazo de una muestra de 2628 pacientes, quienes se transplantaron entre los años 1980 y 1990, reportando una supervivencia global de 34% para todos los pacientes 41% para pacientes que se transplantaron en su primera fase crónica y 49% para aquellos con un score de 0-1. En niños a 10 años la supervivencia global se estimó entre 65 y 70%. Por otra parte, un análisis de la supervivencia realizado por el grupo europeo deestudio de la sangre y transplante de médula ósea, en una muestra de 3142 pacientes que recibieron transplante alogénico en cualquier fase de la enfermedad llevó a la determinación de una escala pronóstica que fue validada posteriormente por otros 2 estudios.(Tabla 1) Resultando que en función del riesgo obtenido a través de dicha escala varía la supervivencia.12 (Tabla 2) 21 Tabla 1. Escala de riesgo de transplante EBMT Factores de riesgo Puntos Edad Menos de 20 años 0 20-40 años 1 Mas de 40 años 2 Intervalo entre el diagnóstico y el TCPH 1 año y menos 0 Mas de 1 año 1 Fase de la enfermedad Crónica 0 Acelerada 1 Blástica 2 Sexo de donador-receptor Donador femenino y receptor masculino 1 Otros 0 Tipo de donador HLA idéntico 0 Otro 1 Tabla 2. Escala de supervivencia global en función a la escala de riesgo en transplante de la EBMT. % Supervivencia global a 5 años Series de CIBMTR Puntos Series EBMT Todos los pacientes (todas las fases) Pacientes fase crónica 0-1 72 69 70 2 62 63 67 3 48 44 50 4 40 26 29 5-7 22 11 25 Actualmente los resultados observados en diferentes estudios han mostrado los beneficios de utilizar imatinib como primera línea de tratamiento en pacientes con LMC, sin embargo son dos los casos que aún se consideran excepciones a esta regla general, por un lado el caso de pacientes pediátricos que cuenten con donador HLA idéntico en cuyo caso el manejo inicial indicado es el transplante alogénico y el segundo caso corresponde a pacientes en los cuales el costo de imatinib lo vuelve prohibitivo y resulta más accesible el transplante alogénico. 6 INHIBIDORES DE TIROSINA CINASA Imatinib Imatinib es un compuesto 2-fenilaminopirimidina, que inhibe la tirosina cinasa BCR-ABL, la inhibición de dicha enzima bloquea la proliferación e induce la apoptosis de las células BCR-ABL positivas. También inhibe el factor de crecimiento derivado de plaquetas, el factor stem cell o factor de células madre, c-kit y los eventos celulares mediado por estos últimos.10 (Fig.5) 22 Farmacocinética. Se une en un 95% albúmina y a alfa 1-glicoproteína ácida. Se metaboliza por vía hepática vía CYP3A4, se elimina predominantemente a través de metabolismo hepático, tiene una vida media en plasma de 18 horas, su concentración presenta un pico a las 2-4 horas de su administración. Su excreción se da a través de las heces (68% como metabolito y 20% sin cambios), y orina (13% como metabolito y 5% sin cambios). 10,11. Precauciones. Se ha asociado a la presencia de retención hídrica, incremento de peso y edema (probablemente más frecuente en pacientes manejados con dosis elevadas y en grupos de edad mayores de 65 años), de forma ocasional se ha asociado a la presencia de derrame pleural, derrame pericárdico, edema pulmonar y ascitis. Debe utilizarse con precaución en pacientes con pobre tolerancia a la acumulación de líquidos, tal es el caso de pacientes cardiópatas, o con compromiso pulmonar.10,11 Efectos adversos. Los efectos adversos más comunes se enlistan en la tabla 3. En muchas ocasiones cuando ha sido necesario interrumpir la administración de imatinib el fármaco se ha reiniciado sin presentarse recurrencia de la toxicidad. Los efectos adversos que se han registrado con el uso de imatinib no han recurrido en el caso de utilizar otros inhibidores de tirosina cinasa. Se han reportado casos de falla cardiaca congestiva principalmente con el uso de dosis mayores de 400 mg,7 al respecto existen otras series que han mostrado que la incidencia de falla cardiaca en pacientes bajo tratamiento a base de imatinib, no resulta diferente a la incidencia de este problema en individuos conocidos sanos del mismo grupo de edad, de tal forma que no se ha logrado sustentar el papel cardiotóxico de imatinib.8 Fig. 5 Esquema del compuesto mesilato de imatinib y su sitio de acción.6 23 Tabla. 3 Efecto adverso Porcentaje Dolor torácico 7-11% Fatiga 30-53% Cefalea 27-39% Insomnio 10-19% Depresión 13% Ansiedad 7-12% Rash 36-56% Vómito Dolor abdominal Flatulencia Ganancia de peso Dispepsia Anorexia Constipación Hemorragias Neutropenia grado 4 Anemia grado 4 Trombocitopenia grado 4 Hepatotoxicidad Dolor musculoesquelético Disnea Edema Incremento de ALT grado 3 o 4 Incremento de bilirrubina 3 o 4 Reducción de albúmina Incremento de AST grado 3 o 4 Incremento de creatinina grado 3 o 4 8-14% 30-40% 30-34% 5-32% 12-27% 7-17% 9-16% 24-53% 3-48% 1-11% 1-33% 6-12% 30-49% 12-21% 58-81% 1-7% 1-3% 3-4% 1-4% 1-3% Estudios experimentales en animales han mostrado que imatinib puede ser teratogénico por lo que se indica evitar la concepción a lo largo del tratamiento. En general la presencia de efectos adversos serios es muy rara. Toxicidad. La experiencia con dosis mayores a 800mg al día es limitada, los pacientes que han tomado dosis de 1200-1600 mg al día han experimentado ascitis, elevación de transaminasas, elevación de bilirrubinas que ha ameritado la suspensión del medicamente con desaparición de los efectos adversos tras la suspensión. Las alteraciones hematológicas son más comunes a partir de dosis mayores de 750 mg al día. 10,11 Interacciones con otros medicamentos. Imatinib puede incrementar los niveles y efectos de anfetaminas, algunos beta bloqueadores, dextrometorfano, fluoxetina, lidocaína, paroxetina, risperidona, ritonavir, antidepresivos tricíclicos y otros sustratos de CYP2D6. Imatinib incrementa la toxicidad de pimecrolimus, puede incrementar en efecto de benzodiacepinas, bloqueadores de canales de calcio, claritromicina, ciclosporina, eritromicina, estrógenos, mirtazapina, inhibidores de proteasas, tacrolimus, venlafaxina y otros sustratos CYP3A4. Los niveles y efectos de imatinib se pueden incrementar con el uso de antimicóticos, claritromicina, diclofenaco, doxiciclina, eritromicina, isoniacida, nicardipina, propofol, inhibidores de proteasa, quinidina, verapamil, y otros inhibidores CYP3A4. El lansoprazol puede incrementar los efectos dermatológicos de imatinib. 24 Los niveles y efectos de imatinib pueden reducirse al usar a la vez aminoglucósidos, carbamacepina, nevirapina, fenobarbital, fenitoína, rifampicina y otros inductores CYP3A4, de tal forma que en caso de usar estor últimos se debe valorar el incrementar la dosis de imatinib en un 50%. Imatinib puede reducir los niveles de codeína, hidroxicodona, oxicodona, tramadol así como puede reducir la absorción de digoxina. 10,11 Modificación de dosis por toxicidad hepática. La elevación de bilirrubinas a más del triple del límite normal superior o de transaminasas a más de 5 veces el límite normal superior, es indicación para suspender imatinib hasta que los niveles hayan retornado a bilirrubinas< 1.5 y los de transaminasas a <2.5 con respecto a los límites superiores normales. Luego se podrá continuar imatinib a una dosis menor, en adultos se reducirá la dosis de 400mg a 300mg o bien de 600mg a 400mg y en el caso de niños de 260mg/m2 a 200mg/m2 y desde 340mg/m2 a 260mg/m2.10,11 Modificación de dosis en función de toxicidad hematológica. Al respecto existen las siguientes recomendaciones mismas que se enlistan en la Tabla 4. Tabla 4. Modificación de dosis por toxicidad hematológica. 11 Tabla 4. Modificación de dosis por toxicidad hematológica. 11 LMC fase crónica Dosis inicial 400 mg adultos o 260mg/m2 en niños *RAN <1,0x109/L o plaquetas <50x 109/L 1.- Interrumpir imatinib hasta que RAN >= 1.5 x 109 /L y plaquetas >= 75x 109 /L 2.-Reanudar imatinib en dosis anteriores 3.-Si RAN vuelve a ser <1.0x 109 /L 0 plaquetas <50x109 /L repetir paso 1 y reanudar imatinib a dosis de 300 mg o 200mg/m2 en niños. LMC fase acelerada o crisis blástica Dosis inicial 600 mg adultos o 340mg/m2 niños 1*RAN < 0.5 x 109 /L o plaquetas <10x 109 /L 1.- Verificar si la citopeniaestá relacionada con leucemia (AMO o biopsia de médula). 2.- Si la citopenia no está relacionada con leucemia reanudar dosis a 400 mg o 260mg/m2 en niños. 3.- Si la citopenia persiste durante 2 semanas reducir a 300 mg y en niños a 200mg/m2. 4.- Si la citopenia persiste durante 4 semanas y sigue sin estar en relación a la leucemia, suspender imatinib hasta que RAN >= 1.0 x 109 /L y las plaquetas >=20x 109 /L y posteriormente reanudar el tratamiento con 300mg o a 200mg/m2 en niños. *RAN (recuento absoluto de neutrófilos) 1 Después de al menos un mes de tratamiento. 25 Administración. Vía oral acompañado de la comida. La dosis de 400 a 600 mg se toma una vez al día en tanto que la de 800 mg se divide en dos tomas. 10,11 Con base en el estudio IRIS la dosis inicial recomendada de imatinib es de 400mg al día. Actualmente existen estudios encaminados a valorar el inicio de tratamiento con dosis más altas en los cuales se han observado respuestas moleculares más rápidas, sin embargo aún no existen suficientes estudios que sustenten el modificar la dosis recomendada, de tal manera que hasta la fecha la dosis indicada de inicio es de 400 mg cada 24 hrs. 6 ,25 Monitorización de pacientes en tratamiento con imatinib. Como resultado del seguimiento de pacientes tratados con imatinib, se establecieron en 2006 los criterios para definir la respuesta a tratamiento, esto último tras una revisión de diferentes datos reportados en la literatura entre 1998 y 2005, dichos criterios se enlistan en la tabla 5 6, por otra parte se definieron los criterios de respuestas subóptimas, falla y datos de alarma en el seguimiento. (Tabla 6). Tabla 5. Definiciones de respuesta a tratamiento y monitorización Respuesta Hematológica Citogenética Molecular Definición Completa: Conteo plaquetario <450x109/L WBC < 10 x 109 /L Diferencial sin granulocitos inmaduros y con menos de 5% de basófilos. Bazo no palpable. Completa: Ph+* 0% Parcial: Ph+* 1-35% Menor:Ph+*36-65% Mínima: Ph+*66- 95% Nula: Ph+* >95% Completa determinación de transcripciones no detectable. Mayor: <= 0.10 (Reducción de 3 logaritmos) Monitorización Valorar cada 2 semanas hasta lograr respuesta completa y posteriormente cada 3 meses a menos que por algún otra eventualidad requiera vigilancia más frecuente. Valorar al menos cada 6 meses hasta lograr la respuesta completa confirmada y a partir de ese momento cada 12 meses. Valorar cada 3 meses, se deberá realizar análisis mutacional en caso de falla, respuesta subóptima o elevación en los niveles de transcritos. *Ph+ corresponde a metafases que presentan la t(9,22). El porcentaje de Ph+ hace referencia al porcentaje de metafases que presentan la t(9,22) con respecto al total de las metafases del estudio citogenético. 26 Tabla 6. Criterios de respuesta subóptima, falla a tratamiento y datos de alarma Tiempo Falla Respuesta subóptima Alarma Diagnóstico - - Alto riesgo, del9q+, adición de alteraciones cromosómicas adicionales a Ph+ 3 meses del Dx Sin respuesta hematológica (enfermedad estable o progresión de enfermedad) Menos que respuesta hematológica completa - 6 meses del Dx Menos que respuesta hematológica completa, sin respuesta citogenética ph+>95% Menos que respuesta citogenética parcial Ph+ >35% - 12 meses del Dx Menos que respuesta citogenética parcial Ph+ >35% Menos que respuesta citogenética completa Menos que respuesta molecular mayor 18 meses del Dx Menos que respuesta citogenética completa Menos que respuesta molecular mayor - En cualquier momento Pérdida de respuesta hematológica completa*, pérdida de la respuesta citogenética completa &, mutación**. Mutaciones adquiridas adicionales a Ph+***, pérdida de la respuesta molecular mayor, mutación#. Cualquier elevación en los niveles del transcrito’, presencia de otras alteraciones cromosómicas en células Ph-. *Debe ser confirmada en dos ocasiones a menos que se asocia con progresión a fase acelerada o crisis blástica. & Debe ser confirmada en dos ocasiones a menos que se asocia con pérdida de la remisión hematológica o progresión a fase acelerada o crisis blástica ** Altos niveles de insensibilidad a imatinib ***Debe ser confirmada en 2 ocasiones a menos que se asocie con pérdida de la remisión hematológica o citogenética. # Bajo nivel de insensibilidad a imatinib Los criterios mostrados fueron descritos en el año 2006 por la European LeukemiaNet, con la finalidad de establecer una guía en el manejo de los pacientes con LMC en tratamiento con imatinib. Dos años más tarde con la finalidad de evaluar la relevancia de los conceptos de respuesta subóptima y falla a tratamiento, se publicaron los resultados del seguimiento de 224 pacientes con diagnóstico de LMC que recibieron imatinib como primera línea de tratamiento, de los cuales se valoraron las respuestas hematológicas, citogenéticas, moleculares, el índice de respuestas subóptimas y fallas a tratamiento, evaluando la relación de estas últimas con la supervivencia libre de progresión, para verificar su valor pronóstico en la práctica clínica. Al respecto se reportaron los siguientes resultados: En cuanto a respuesta molecular mayor, los datos de alarma a los 12 meses de tratamiento (menos que respuesta molecular mayor) así como los casos de respuesta subóptima a los 18 meses (menos que respuesta molecular mayor), no mostraron un impacto pronóstico en lo que respecta a supervivencia libre de progresión o a la supervivencia global. El reporte inicial en el estudio IRIS, encontró una discreta ventaja en cuanto a supervivencia libre de progresión para aquellos pacientes con respuesta citogenética completa que también lograban respuesta molecular mayor a los 12 meses, pero esto último no ha sido confirmado en estudios subsecuentes de seguimiento, por el contrario en reportes recientes, pacientes con respuesta citogenética completa que 27 lograron respuestas moleculares mayores a 18 meses, no mostraron ninguna ventaja en lo que respecta a supervivencia libre de progresión. Sin embargo, en este mismo estudio se comparó la probabilidad de pérdida de la respuesta citogenética completa, entre pacientes que presentaron respuesta molecular mayor a los 12 o 18 meses, y los que no alcanzaban la respuesta molecular mayor, mostrándose que los primeros presentaban una menor probabilidad de pérdida de su respuesta citogenética completa en comparación a estos últimos. 17 Un dato relevante mostrado en este estudio, es que el criterio de respuesta citogenética subóptima a los 6 y 12 meses identifica mejor a los pacientes con mal pronóstico que los criterios de falla a tratamiento; datos que sugieren que las recomendaciones actuales deberían reformarse utilizando los criterios de respuesta citogenética subóptima a 6 y 12 meses para definir falla a tratamiento. Se ha mostrado que otro aspecto con valor pronóstico, es la presencia de anormalidades citogenéticas adicionales a Ph+ en algún momento del seguimiento, resultando un factor independiente de mal pronóstico para la supervivencia libre de progresión, lo cual apoya el concepto de que dichos pacientes deben considerarse en fase acelerada.17 Finalmente existen algunos datos recientes acerca del seguimiento de pacientes en tratamiento con imatinib que han mostrado que la detección de un índice de BCR-ABL1 < =1% a tres meses de tratamiento, se asocia a un riesgo de progresión de fase de la enfermedad 3 veces menor, en comparación a los pacientes con BCR-ABL1 >1%, 4% vs 11% respectivamente.16Lo que podría sugerir probablemente que la monitorización molecular temprana tiene mayor impacto pronóstico en lo que respecta a supervivencia libre de progresión que la mostrada a los 12 y 18 meses de seguimiento. Resultados obtenidos con la terapia a base de Mesilatode Imatinib. El tratamiento a base de mesilato de imatinib ha mostrado ofrecer importantes beneficios en el tratamiento de pacientes con LMC. 1. En primer lugar, en lo que respecta al tratamiento con imatinib como opción terapéutica tras falla a la terapia clásica con interferon, se ha demostrado que imatinib ofrece mejores respuestas en comparación a otras terapias (busulfán, hidroxiurea, otros esquemas de quimioterapia, etc.). En un análisis en el que se comparó un grupo de pacientes que recibieron imatinib tras falla a tratamiento con interferón, con los resultados históricos de pacientes que recibieron otras alternativas de tratamiento diferentes a imatinib, se observó que la supervivencia global a 4 años era de 86% en el grupo de imatinib y de 43% con otras modalidades de tratamiento.19 En otro estudio reciente en el que se valoraron los resultados que ofrece imatinib a largo plazo en pacientes con antecedente de falla a tratamiento con interferon, se realizó un seguimiento de 6 años que mostró una supervivencia global a 6 años de 76%, una supervivencia libre de progresión a 6 años de 61%, una respuesta citogenética completa del 57% que se alcanza en un promedio de 8.3 meses y una respuesta citogenética mayor del 67%.20 2. En segundo lugar se ha corroborado el beneficio que ofrece imatinib como tratamiento de primera línea en pacientes con LMC, es así que el estudio IRIS tras el seguimiento a 5 años de estos pacientes ha reportado en el 2006 un análisis de resultados (en tanto que el estudio continua), en tal análisis se han reportado los siguientes resultados: - La remisión hematológica fue de 96% a un año y de 98% a 60 meses. - La respuesta citogenética mayor a 12 meses fue de 85% con una respuesta citogenética completa de 69%. A 60 meses la respuesta citogenética mayor fue de 92% en tanto que la citogenética completa fue de 87% 28 -La reducción media de log de transcritos BCR-ABL fue de 3.08 a 1 año y de 3.78 a 4 años. -La supervivencia global de pacientes tratados con imatinib como primera línea de tratamiento a 5 años es de 89%. -La incidencia estimada de recaída es de 17% a 60 meses. -La incidencia estimada de progresión a fase acelerada o crisis blástica es del 7%. -El 97% de los pacientes que lograron respuesta citogenética completa dentro de los primeros 12 meses de tratamiento a base de imatinib, no presentaron progresión a fase acelerada o crisis blástica a 60 meses de seguimiento. -El nivel de riesgo estimado por la escala Sokal se relacionó con la incidencia de respuesta citogenética completa resultando de 69% en pacientes de riesgo alto, 82% en aquellos de riesgo intermedio y 89% en los de riesgo bajo. -El riesgo de progresión de la enfermedad fue mayor en pacientes de alto riesgo de la escala Sokal, resultando de 17% en alto riesgo, 8% en riesgo intermedio y 3% en bajo riesgo. - Contrario a lo descrito en los dos puntos anteriores el riesgo de recaída y progresión de la enfermedad en pacientes con respuesta citogenética completa no se asoció al grupo de riesgo de la escala Sokal. -La progresión de la enfermedad es menos frecuente en pacientes que presentan remisión citogenética completa a 12 meses de tratamiento, el 97% de los pacientes que integraron remisión citogenética completa no progresan, el 93% de los que presentaron respuesta citogenética parcial no progresaron y el 81% de los pacientes que no integraron respuesta citogenética mayor no progresaron a 60 meses de seguimiento. -Entre el grupo de pacientes que presentaron remisión citogenética completa, así como una reducción de al menos 3 log los trascritos BCR-ABL a los 12 a 18 meses no se registraron casos de progresión de la enfermedad. -La incidencia anual de progresión de la enfermedad fue de 1.5% para el primer año y de, 2.8%, 1.6%, 0.9% y 0.6% para los años subsecuentes.24 Clasificación de riesgo de mala respuesta en pacientes con LMC En búsqueda de identificar a los pacientes que pueden obtener mayores beneficios con el tratamiento, de aquellos que tienen posibilidad de presentar mala respuesta, es que se han descrito características de riesgo tal es el caso del puntaje de Sokal et al., propuesto en 1984 y que clasifica a los pacientes en bueno, intermedio y mal pronóstico. Este puntaje se determinó inicialmente en pacientes en tratamiento con busulfan y más tarde se ajustó a pacientes en tratamiento con interferón, finalmente en la actualidad se ha utilizado para estimar la probabilidad de respuesta en pacientes tratados con imatinib. ( Tabla 7.) Las clasificaciones de riesgo que existen para pacientes con LMC son el puntaje de Sokal et al. y el de Hasford et al.6,12 29 Tabla 7. Cálculo de RR Variable Sokal et al Hasford et al Edad 0.116 x (edad-43.4) 0.666 cuando sea >= 50 años Bazo 0.0345x(bazo-7.51) 0.042 x bazo Plaquetas x 109/L 0.188x[(plaq/700)2 – 0.56] 1.0956 cuando es menor >=1500 x 109/L % de mieloblástos sangre 0.0887x(mieloblástos-2.10) 0.0584 x mieloblastos % basófilos sangre - 0.20399 cuando basófilos > 3% % de eosinófilos sangre - 0.0413 x eosinófilos Bajo <0.8 <=780 Intermedio 0.8-1.2 781-1480 Alto >1.2 > 1480 Escalamiento de dosis de imatinib. A pesar de los resultados que ha mostrado imatinib en el tratamiento de pacientes con Leucemia Mieloide Crónica se estima que el 20 a 30% de los pacientes puede no responder a la terapia y desarrollar resistencia.14 En el caso de pacientes con datos de falla a la terapia estándar a base de mesilato de imatinib se ha probado el incremento de dosis de imatinib esto último bajo los siguientes fundamentos: 1. La asociación de la sobreexpresión de BCR-ABL y la amplificación de BCR-ABL como mecanismo de resistencia que podrá potencialmente ser resuelto con el manejo de dosis mayores de imatinib. 2. La certeza de que algunas mutaciones son sensibles a imatinib a concentraciones ligeramente mayores. 3. La experiencia clínica en estudios fase I de imatinib en los que se observó la asociación dosis de imatinib-respuesta. 4. La experiencia de que en LMC en fase acelerada la dosis de 600mg de imatinib se asoció a una mejor supervivencia global en comparación a dosis de 400 mg.15 Finalmente se ha observado que el escalamiento de dosis de imatinib en pacientes que presentan falla a la terapia estándar ha ofrecido mayor beneficio a aquellos en los que la dosis se escala tras la detección de falla citogenética, en comparación a aquellos casos en los que la dosis es escalada tras la detección de falla hematológica. En un estudio en el que se dio seguimiento a 84 pacientes en fase crónica en los que se escaló la dosis de imatinib a causa de falla tras uso de dosis de 400mg, se observó que la media de tiempo para alcanzar el mayor beneficio tras el escalamiento de dosis fue de 9 meses, reportándose respuestas citogenéticas parciales en el 14% de los casos y respuestas citogenéticas completas en el 40% de los casos, las respuestas registradas fueron duraderas con un 88% de pacientes con respuestas citogenéticas mayores (respuesta citogenética completa y respuesta citogenética parcial) sostenidas a 2 años y una supervivencia global a 2 años del 84%. En este estudio destacó que el escalamiento de dosis fue particularmente benéfico en pacientes que lo recibieron tras falla citogenética, en comparación aquellos que lo recibían tras falla hematológica; también mostró que los pacientes que no habían logrado respuesta citogenética inicial o con ausencia de respuesta hematológica inicial a imatinib, tenían una muy baja probabilidad de beneficiarse con el escalamiento de dosis del mismo. Este último punto ha sido mostrado en otros estudios en los que se ha observado que pacientes que no muestran respuesta citogenética inicial a dosis convencionales de imatinib generalmente no muestran
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