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UNIVERSIDAD OPARIN S.C. _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ CLAVE DE INCORPORACION UNAM 8794 PLAN 25 AÑO 08 “TALLER INFORMATIVO DE CAMBIO ACTITUDINAL DE RASGOS OBSESIVOS EN HOMBRES Y MUJERES DE 20 A 30 AÑOS DE EDAD EN TULTITLAN” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA ROCÍO IVETT REYES BAUTISTA ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO, 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A mis padres Teresa y Bladimiro por ser el pilar fundamental en mi formación académica, quienes me guiaron, apoyaron y motivaron desde niña para que luchara por mis objetivos y jamás me rindiera. Gracias por su amor y por estar conmigo a pesar de todo. A mi hermano Erik Jaciel por ayudar a mis padres y a mí para que continuara cumpliendo mi objetivo de estudiar Psicología y llegar hasta donde estoy. A mi esposo Angel y a mi pequeña hija Arlette Magali por entender el significado del sacrificio en nuestra vida como familia, por su cariño, comprensión y por impulsarme a terminar este gran sueño. ¡LOS AMO TANTO, GRACIAS INFINITAS POR APOYARME Y ÉSTE LOGRO TAMBIÉN ES DE USTEDES! A mi asesor, el M. en C. Alejandro A. Enciso Sandoval por su paciencia y por guiarme en todo el proceso de elaboración de tesis y por su gran enseñanza. A todos los profesores de la carrera de Psicología que tuve el gusto de conocer durante mi formación académica por tanta enseñanza y por aquellos grandes momentos que recordaré siempre. A la Universidad Politécnica del Valle de México (UPVM), al Director del Centro de Formación Juan Nicolás Becerra Hernández y al Director Industrial Saúl Rangel Lara por las facilidades otorgadas para utilizar sus instalaciones y así implementar el taller en la muestra que me proporcionaron. INDICE INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 1 1. CAPÍTULO I ANTECEDENTES DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO ........... 3 1.1 HISTORIA ............................................................................................................................... 3 1.2 DEFINICIÓN ......................................................................................................................... 10 1.3 ETIOLOGÍA .......................................................................................................................... 19 2. CAPÍTULO II ABORDAJE DEL TOC..................................................................................... 25 2.1 ANSIEDAD ........................................................................................................................... 25 2.2 TEORIAS .............................................................................................................................. 30 2.3 TRATAMIENTO ................................................................................................................... 36 3. CAPÍTULO III TALLER INFORMATIVO ................................................................................ 48 3.1 DESCRIPCIÓN DE TALLER ............................................................................................. 48 3.2 DESCRIPCIÓN DE TÉCNICAS EMPLEADAS .............................................................. 53 3.3 RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DEL TALLER .................................................... 55 METODOLOGÍA ............................................................................................................................. 60 DISCUSIÓN ..................................................................................................................................... 62 CONCLUSIÓN ................................................................................................................................ 79 A. ANEXOS ..................................................................................................................................... 80 A.1 PROPUESTA DE TALLER ............................................................................................... 80 A.2 CUESTIONARIO ................................................................................................................. 83 A.3 HOJA DE RESPUESTAS .................................................................................................. 86 A.4 EVIDENCIAS DE LA APLICACIÓN DEL TALLER ...................................................... 87 BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 91 1 INTRODUCCIÓN El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un padecimiento muy común entre las personas, no obstante, muy pocos están diagnosticados debido a que no se recibe la atención psicológica o bien, se cree que ciertas conductas tales como las de coleccionar, limpiar en exceso, verificar, perfeccionismo, entre otras, son “normales”, esto genera sin duda desestabilidad emocional y social en quienes lo padecen y por ende se reduce la calidad de vida. Desafortunadamente, la gente se encuentra desinformada acerca de tal trastorno y cuando saben que efectivamente tienen tal padecimiento no acuden con un especialista porque no poseen una cultura de salud, por creer que al acudir con un psicólogo están aceptando que están “locos” y no entienden que cualquier persona puede tener rasgos obsesivos y es más común de lo que se cree. Al recibir atención psicológica, un tratamiento correcto y seguir las recomendaciones del Psicólogo, sin duda se puede mejorar el estilo de vida, se libera al sujeto de tanta ansiedad y estrés y puede desempeñarse más óptimamente en cada uno de sus ámbitos. Por tal motivo, surge la motivación de elaborar la presente investigación y desarrollar un taller piloto para brindar herramientas que le permita a las personas detectar el TOC, brindar información precisa sobre rasgos, síntomas, etc., que cuiden de su salud mental y a su vez, despertar el interés en las personas por mejorar su vida. El tipo de investigación que se utilizó fue la cualitativa y cuantitativa ya que se recabó información para posteriormente analizarla y se llevó a cabo un procedimiento basado en la medición para obtener datos específicos. Para apreciar el tema, se dividió en 3 capítulos principales: En el capítulo I “Antecedentes del TOC” se aborda la historia del mismo, cómo fue avanzando el estudio y su comprensión a lo largo de los años y con base a cada 2 aplicación que las personas le daban, se presentan posturas de autores dando una definición del trastorno y la etiología de éste. En el capítulo II “Abordaje del TOC” se presenta a grandes rasgos lo que es la ansiedad basado en algunos autores para poder comprender la raíz del trastorno, se presentan las principales teorías para dar explicación, así como también los tratamientos que se pueden aplicar para que los pacientes puedan ir dando cura a tal padecimiento. En el capítulo III “Taller Informativo” se muestra claramente el eje dela presente investigación ya que se da la descripción de lo que significa elaborar un taller, sus elementos, grupos a los cuales va dirigido, talleristas, etc, se describe a grandes rasgos cada una de las técnicas empleadas en cada sesión del taller para poder comprender el objetivo de cada una. Posteriormente se encuentran los resultados de la aplicación del taller donde queda de manifiesto los efectos en los participantes que lo tomaron. Después se muestra la metodología y todo lo que implicó la elaboración del presente trabajo, aunando la discusión y conclusión elaborada a partir del marco teórico y de los resultados del taller. En el apartado de anexos se muestra la propuesta del taller a partir de tres sesiones detallando la duración, herramientas, técnicas, etc., así como también, un cuestionario elaborado a partir de una versión breve de la prueba MMPI-2 del cual, se aplicó uno al iniciar el taller y otro al finalizarlo. Y por último se puede encontrar la bibliografía consultada para dar sustento y apoyo a la presente tesis. 3 1. CAPÍTULO I ANTECEDENTES DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO 1.1 HISTORIA Desde el nacimiento todos los seres humanos empiezan a forjar una historia personal, la cual se conforma por un nombre, padres, familiares, etc. Y en ocasiones, por algún tipo de enfermedad que es heredada o bien, es desarrollada con el tiempo, misma que en determinado momento da la pauta para conformar la personalidad del sujeto. En la niñez, se viven y experimentan momentos o acontecimientos que dan pie para manifestar rasgos de personalidad en la cual se expresa puramente la conformación psíquica del ser humano, pero ¿qué pasa cuando existe algún tipo de alteración e inclusive un trastorno mental? Sin duda, éste es el momento más idóneo para diagnosticarlo y tratarlo. Hoy en día, al igual que otros trastornos, el TOC es claramente marcado en la sociedad dado que se vive con presiones, estrés, ansiedad entre otros factores que pueden llegar a detonarlo. Para comprender mejor lo anterior, se debe abordar un poco en la historia de éste padecimiento y de cómo era abordada la salud y la enfermedad desde años atrás. En un comienzo y en los siglos que le sucedieron, los hombres y mujeres eran incapaces de explicar fenómenos naturales, las enfermedades y la muerte. La incapacidad de explicarlo todo causaba miedo e incertidumbre. A fin de manejarse con los misterios de la naturaleza el hombre desarrollo un sistema para apaciguar estas fuerzas desconocidas, un sistema que nace de la necesidad de aquietar el propio temor, el miedo a la catástrofe y la angustia de morir. Este sistema incluyó pensamientos mágicos, creencias, mitos, ideas religiosas, supersticiones y comportamientos rituales. De este modo la humanidad, aun actualmente, trata de controlar las fuerzas desconocidas que la rodean. Y es así como a través de los siglos el enfermo del TOC quiere controlar, pero se obsesiona, se asusta y comienza a dudar, entonces se encierra en la repetición de actos compulsivos que poco a poco lo confinan y lo esclavizan sin pausa ni compasión Yaryura y Fugen, (2001). 4 Por lo anterior se puede inferir que desde años atrás, las personas han buscado incansablemente métodos para poder gozar de salud mental aun cuando sean muy primitivos, ello les permitió dar tranquilidad a las personas que padecían de TOC, pero indudablemente dichos intentos fueron fallidos dado que las personas reinciden en las conductas repetitivas que le ocasionan un gran desequilibrio. Con el paso del tiempo, la adquisición de conocimientos delineó nuevas fronteras entre la ciencia, la magia y la religión, estableciendo nuevos lazos de unión. Y precisamente el TOC es un ejemplo importante de mancomunión entre la magia y la psicopatología. Los antiguos hombres y mujeres eran incapaces de explicar los cambios mentales y de comportamiento en la gente. Por qué se volvió una persona excitable, eufórica, furiosa o incontrolable Y luego, meses más tarde, cómo podía la misma persona volverse melancólica, incapaz de moverse, alucinada. Cómo podían ellos entender a alguien que se rehusara a comer al punto de morir, o alguien que sufriera espasmos y maldijera compulsivamente a los dioses. En aquellos días no tenían medios científicos para explicar todo esto, pero lo intentaban. Algunos estudiosos se interesaron en la complejidad de las enfermedades que causaron sufrimiento en sus amigos. Pudieron comprobar que algunas personas se enloquecieron o permanecieron inválidas para el resto de sus vidas, quedando marcadas de por vida con enfermedades crónicas, dolorosas o devastadoras. Esas personas fueron conocidas como brujos, shamanes, magos y médicos. Todos ellos combinaron el conocimiento y la experiencia, la magia y las creencias para calmar al alma y reparar el cuerpo (Yaryura y Fugen, 2001). La medicina griega usaba para los enfermos deprimidos vino, música, descanso e interpretación de los sueños. Los incas practicaban terapia de grupo en enfermos con alcoholismo y ya empleaban nociones rudimentarias de terapia conductual. De esta forma, la magia, la religión y la psiquiatría acabaron relacionándose. En la medicina moderna seguimos encontrando un poco de magia y rituales en la práctica de la curación. Los aspectos psicológicos del TOC parecen tener sus raíces en la magia, la superstición, la religión, los rituales, las falsas creencias y el 5 pensamiento mágico. En realidad, un gran porcentaje de los pacientes están obsesionados con pensamientos religiosos o contenidos supersticiosos. Además, los pacientes tienen tendencias a atenerse rígidamente a las reglas y prohibiciones tales como aquellas encontradas en las leyes religiosas. Cuando una de estas reglas se rompe, se lleva debe llevar a cabo un ritual. Un ritual (un acto complejo, sumamente detallado) se lleva a cabo con el fin de deshacer cierto pensamiento o acción obsesiva que consideramos inapropiado, pecaminoso, o capaz de causar daño a personas u objetos. Hace no mucho tiempo, los pacientes mentales eran declarados poseídos por el demonio y quemados como “castigo”. Esta horrible práctica se le aplicaba a los que sufrían del TOC, histeria o síndrome de Gilles de la Tourette (un trastorno caracterizado por tener múltiples tics, proferir involuntariamente palabras obscenas y padecer obsesiones y compulsiones). Otro factor asociado al TOC es la superstición. La superstición es la falsa creencia de que, si algo ocurre, le seguirá una tragedia. Por ejemplo, la creencia de romper un espejo, derramar vino, o abrir un paraguas dentro de una casa puede conducir a un desastre. Las creencias supersticiosas están culturalmente determinadas. Con el fin de prevenir tragedias, algunas personas deben cumplir rituales. Por ejemplo, si alguien derrama vino sobre el mantel, debe arrojar sal por sobre el hombro izquierdo. Hace 250 años, los médicos ya sabían de la existencia del TOC. Sin embargo, no fue sino hacia finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX que se lo identificó y conoció mejor. A comienzos del siglo XX el TOC era considerado como una enfermedad principalmente orgánica, es decir, un trastorno médico localizado en el cerebro. A comienzos de la década de los 70, se inició un nuevo enfoque en la comprensión del TOC entre los profesionales del área y a partir de entonces se desarrollaron nuevas ideas. Estas ideas incluyen conceptos bioquímicos sobre por qué el TOC existe, la participación del cerebro como órgano fundamental en el desarrollo del TOC, la presencia de enfermedades asociadas al mismo y finalmente, los avances en el empleo de nuevos medicamentos y la utilización de 6 terapias de comportamiento que se han vuelto fundamentales para el manejo del trastorno (Yaryura y Fugen, 2001). El TOC destruye el bienestar de la persona. Uno pierde lalibertad de expresar su propia vida. El TOC también afecta la vida emocional, física y social de la persona; reduce el contacto con el mundo exterior, causando aislamiento y forzando al paciente a vivir una vida reservada. Aunque el paciente quiera disfrutar la vida, quiera trabajar y, por sobre todas las cosas, desee interactuar con otras personas, el trastorno desorganiza su vida cotidiana Desafortunadamente el TOC es bastante absorbente. Requiere obediencia y satisfacción continuas.se sufre el trastorno veinticuatro horas al día; la vida gira alrededor del TOC con sus temores indeseados, dudas obsesivas horribles, pensamientos despiadados y rituales agotadores. Todos estos síntomas funcionan continuamente, esclavizan, quitan esperanza y proyección del futuro, privando a los pacientes de alegría y paz. El TOC opera como un huracán dejando tras de sí desesperanza, tristeza, y suficiente ansiedad y estrés como para consumir la vida de una persona. Enfrentar tal enfermedad, que sistemáticamente esclaviza al paciente, deja, sin embargo, una opción: buscar ayuda. Pero esto se dice más fácil de lo que se hace. Al comienzo de la enfermedad, en la medida en que el paciente maneja sus síntomas bajo sus propios términos, no hay necesidad de intervención externa. Estos mecanismos de manejo tienen lugar porque muchos pacientes no saben que sufren de TOC. Ellos creen que sus ideas y comportamientos son correctos y que el mundo exterior es el que está equivocado. Muy difícilmente detectan el trastorno en sus inicios, cuando ya se desarrolló, la persona opta por creer que lo que hace es correcto y que las demás personas están mal, cuando por fin, el paciente sabe que es un trastorno, lucha con todas sus fuerzas por no tenerlo, no obstante, las obsesiones y compulsiones lo invaden y se da cuenta que no puede controlarlo por sí solo. El paciente con TOC mide la vida con otros parámetros, que desafortunadamente le causan muchas dificultades para convivir en sociedad 7 Dado a lo anterior, se abordará los rasgos obsesivos y el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad, del cual Yaryura y Fugen, (2001) argumentaba que desde hace 250 años ya se hablaba del TOC, pero en el siglo XX alcanza su auge y se empieza a conocer más y se define como una afección en la cual existen pensamientos forzados y que el sujeto no es capaz de rechazarlos. Por tanto, ello genera molestia, ansiedad y estrés en la persona y puede bajar la calidad de vida de éste. Foster (2002) enunciaba que el TOC es el trastorno más común en la población y puede diagnosticarse aún más en los hombres que en mujeres; no obstante, nadie está exento de padecer cualquier tipo de trastorno a cualquier edad ya que la historia personal de cada sujeto es totalmente distinta y es desde la niñez donde se puede observar claramente todo un conjunto de signos y síntomas para poder evidenciar el tipo de trastorno que se padece. Phillips y Gunderson (1995) indican que los niños con rasgos obsesivos provienen de padres demasiado controladores y exigentes y tienden precisamente a exigirle al niño un buen comportamiento de manera agresiva y por ende crecen aprendiendo que deben ser perfectos, a realizar sus actividades lo mejor posible y que no pueden equivocarse al ejecutar alguna tarea. Ello sin duda impacta demasiado en el niño ya que crece siendo inseguro, temeroso de no hacer bien las cosas y por estar tan preocupados de hacerlas perfectas, experimentan fuertemente sentimientos negativos y ansiedad. Esto se vuelve como un estilo de vida para el niño y en un futuro puede llegar a presentar marcadamente rasgos obsesivos e inclusive ser diagnosticado con Trastorno Obsesivo Compulsivo, no obstante, Adams (1973) señalan que no se ha determinado a ciencia cierta qué porcentaje de niños con rasgos de personalidad obsesivo compulsivo en verdad se convierten en adultos con TOC. Lo anterior pone de manifiesto que las personas adultas difícilmente acuden a recibir atención psicológica, por ende, no se diagnostican lo que da lugar a la poca exactitud en cifras sobre adultos con TOC. 8 En su investigación Adams (1973) al trabajar con niños obsesivos pudo encontrar que efectivamente tenían padres con rasgos obsesivos y al ser altamente estrictos y controladores, los niños perciben y tienden a tener y manifestar una conducta y comportamiento similares para lograr su aceptación y aprobación. Millon (1985) sostiene que una persona obsesiva es “conformista” ya que al haber sido educado por padres controladores en extremo el niño pudo desarrollar una identidad separada de éstos y de esta manera se conformará con actuar y apegarse estrictamente a lo que las normas parentales le exigen. Es por ello que en ocasiones puede observarse a padres con hijos como una copia de ellos mismos sin dar oportunidad a que éstos niños puedan desarrollar una propia visión de su mundo y tener la propia decisión de cómo actuar y comportarse ante las exigencias de la vida cotidiana. Por su parte Sullivan (1956) enuncia que el problema más grande en las personas con TOC es un nivel de autoestima extremadamente bajo ya que desde pequeño aprendió la “magia verbal” la cual consiste en enmascarar el verdadero estado de las cosas, es decir, aprenden a excusar el porqué de un golpe o de palabras poco apremiantes para ellos. Muy probablemente, en un futuro, cuando sean castigados lo justificarán sin problema alguno porque pensarán que es una correcta sanción ante la conducta errónea que han hecho. Así mismo, Angyal y Lavidor, (1965) hace hincapié en la baja autoestima ya que creía que las exigencias de los padres eran totalmente contradictorias para el niño, debido a sus acciones y sus sentimientos contradecían sus palabras, esto es, mientras que en un momento podían ser muy cariñosos con sus hijos, en otro momento podían comportarse de una manera distante y por obvias razones, el niño caía en una contradicción evidente al ser totalmente aceptados por un tiempo y luego de la nada ser rechazados de manera fría. Sin duda, todos estos eventos que causan la conformación de rasgos obsesivos el niño, muy probablemente cuando sea adulto se verá claramente marcados. Al respecto, Rachman, Richter y Hodgson, (1995) sostienen que la edad estimada para que aparezca el Trastorno Obsesivo Compulsivo es a los 20 años de edad, 9 pero es difícil que el TOC pueda o logre diagnosticarse antes de dicha edad ya que su curso es variable y difícil de predecir por que sin duda pueden existir estresores que pueden agravar el cuadro. Ya situados en esta edad, Beck y Freeman, (1995) indica que los rasgos de personalidad que caracterizan al TOC, son la obstinación, orden, una combinación de obsesiones, compulsiones; son personas muy ordenadas, pulcros, puntuales, organizados y meticulosos, pero sin duda, todo ello puede llegar a imposibilitar la eficacia en cuanto a las actividades y las tareas que el sujeto pretenda realizar. De igual manera, está la contraparte, donde se puede llegar a considerar que estos rasgos son virtudes que el sujeto tiene y le ayudan a desempeñarse tanto físicamente, en la escuela, en el trabajo, en casa etc. Es por ello que Reich (1945) denomina a éstas personas como “maquinas vivientes” ya que se encuentran tan ensimismadas en realizar y conducirse con perfección que se vuelven personas frías y sólo se enfocan en cumplir con su objetivo, se vuelven en extremo cuidadosos y si la tarea no sale como ellos lo esperan tienden a experimentar sentimientos negativos como ira, ansiedad, estrés, frustración, etc., al punto de que puedan llegar a sentirse fracasados. Tanto es el “compromiso” por cumplir y hacer las cosas perfectamente que no se dan cuenta de lo que dejan atrás, pierden contacto con su vínculo social y llegan al punto de dejar de lado actividades que tengan que ver con ocio porpensar o sentir que esto provoca que pierdan mucho tiempo, así mismo pasa con sus amistades a quienes dejan de frecuentar por sentir que en lugar de estar con ellos podrían estar realizando algo productivo y en consecuencia se convierten en personas inflexibles, solitarias y frías. Otra de las características principales en el pensamiento del obsesivo compulsivo según Freeman y Rachlis, (1995) es que suelen ser irracionales y disfuncionales, lo cual produce que el sujeto tenga emociones, conductas y respuestas fisiológicas inadaptadas, es decir, constantemente tiende a repetirse a sí mismo que debe realizar una tarea a la perfección e inclusive la enorme necesidad de tener que realizar alguna actividad él mismo porque si lo deja en manos de alguien 10 más podría ocurrir una fatalidad, luego entonces, esto le genera una gran tensión y ansiedad que no puede controlar hasta que él mismo se asegure de ejecutar la tarea. 1.2 DEFINICIÓN El TOC es una afección caracterizada por pensamientos forzados, intrusivos, indeseados y persistentes que no pueden ser rechazados. Ellos vuelven a presentarse una y otra vez; da como resultado urgencias o compulsiones irresistibles que deben ser satisfechas de inmediato, ya que, de no ser así, generan una tremenda ansiedad (Yaryura y Fugen, 2001). Luego entonces, las personas sienten la enorme necesitad de ejecutar conductas para disminuir un tanto la necesidad que experimentan al tener pensamientos intrusivos, éstos pueden presentarse a lo largo del día y en un caso extremo hará que la actividad cotidiana de la persona se vea comprometida ya que no logra desempeñarse óptimamente. La característica esencial es la presencia de obsesiones o compulsiones de carácter recurrente lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de tiempo significativas (DSMIV-TR). Cuando el obsesivo empieza actividades generalmente tiene una enorme urgencia por terminarlas, de lo contrario siente culpa o la sensación de que algo malo puede ocurrir, es por ello que invierte gran parte de su tiempo para realizarlas y por ende se desconecta de la sociedad, de su grupo de amigos, etc y otras áreas se ven comprometidas. Una vez satisfecha la urgencia, la ansiedad disminuye, pero solamente para permitir a dicha urgencia crecer nuevamente más y más fuerte, lo que causa que la ansiedad vuelva a generarse, produciéndose así un círculo vicioso. El TOC causa dudas, incapacidad para tomar decisiones y titubeos que interfieren en tal medida con la vida que eventualmente no se puede funcionar. Cuando la persona experimenta un cuadro ansioso buscará de todas las maneras posibles hacer que 11 ésta se vaya, generando momentáneamente un estado de alivio, pero en determinado momento volverá a sentir esa ansiedad y ahora con más fuerza, por lo tanto, se vuelve en un acontecimiento de nunca acabar, luego entonces, esto ocasiona un desbalance en el sujeto dando como resultado la postergación de actividades o la mala toma de decisiones. Los pacientes pueden buscar la ayuda de otras personas para tomar decisiones, creando así una dependencia hacia las mismas. Esta dependencia, en los casos graves, puede asumir proporciones insospechadamente grandes, creando gran tensión emocional entre el enfermo y su familia. Además, esta interacción crea resentimiento hacia la persona encargada de tomar decisiones. Gradualmente las obsesiones y compulsiones se incorporan a la persona con TOC, entonces éste se convierte en una persona non-grata1. Además de los tres síntomas principales del TOC (obsesiones, compulsiones y duda) el trastorno presenta muchos otros síntomas Yaryura y Fugen, (2001). De los síntomas obsesivos se pueden mencionar: Sentirse excesivamente preocupado o innecesariamente responsable de otros. Tener preocupaciones crónicas e irracionales sobre la suciedad y los gérmenes o sobre contaminarse de alguna manera. Experimentar impulsos agresivos; sin embargo, estos impulsos suelen manifestarse como imágenes intrusivas en la mente del individuo, pero no siempre se convierten en acciones. Imágenes inapropiadas, desagradables e indeseadas de carácter sexual y/o religioso. Preocupaciones excesivas e irracionales sobre el orden, la disposición y/o la simetría de los objetos. Pensamientos perturbadores de una naturaleza gráfica. 1 Persona que no es bien aceptada por una determinada comunidad o grupo social. 12 En cuanto a los síntomas compulsivos destacan: Arreglar los objetos constantemente Comer la comida en un cierto orden o patrón Verificar irracionalmente y luego volver a verificar que se hayan realizado ciertas actividades (tales como checar repetidamente que las puertas estén cerradas con llave) Acumular objetos (tener una dificultad extrema para desechar objetos, incluso si son inútiles o poco importantes) Experimentar la imposibilidad de dejar de repetir ciertas frases Lavarse las manos repetitivamente Limpiar excesivamente Experimentar la incapacidad de dejar de realizar actividades repetitivas (tales como tener que encender y apagar la luz varias veces antes de salir de una habitación) (Hospital San Juan Campestrano, 2017) El trastorno obsesivo compulsivo se considera tradicionalmente como un desajuste neurótico similar a las fobias y a los estados de ansiedad. Las personas con este problema pueden tener mucha angustia y a menudo se sienten víctimas y desesperanzadas. Esto se debe generalmente a que las personas sienten gran miedo si no pueden realizar el ritual (lavado de manos, acomodación, etc.) y creen que algo muy malo puede pasar si no lo llevan a cabo, es entonces cuando se presentan sentimientos de desesperanza porque sienten que los demás no los entienden ni comprenden. Aunque los trastornos neuróticos se consideran normalmente menos incapacitantes que las enfermedades psicóticas como la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo grave genera algunas veces mucha incapacidad y afecta drásticamente a la vida de las personas. Quizá es necesaria una pequeña explicación sobre los términos “trastorno neurótico” y “trastorno psicótico”. En términos generales, los trastornos neuróticos o neurosis son las enfermedades 13 psiquiátricas leves. El paciente neurótico es consciente de su problema, es decir, conserva su insight. Su contacto con el mundo exterior permanece relativamente intacto. Por el contrario, los trastornos psicóticos o psicosis, son enfermedades mentales más graves. El paciente psicótico puede carecer del insight referente a su trastorno y su contacto con el mundo exterior puede estar gravemente dañado. Con ello, se presume que, un paciente neurótico puede llevar a cabo su vida solo porque aún es consciente de su realidad, es decir, no existe un peligro inminente para él ni para los que lo rodean e inclusive es funcional para la sociedad; por el contrario, a un paciente psicótico no se le puede abandonar porque corre riesgos y esta desconectado de lo que pasa a su alrededor. La persona se queja de obsesiones y compulsiones o de ambas cosas a la vez, hasta el punto de afectar su funcionamiento diario y ocasionarle angustia. El diagnóstico psiquiátrico de la condición se hace normalmente sobre esta base. Esto refleja en los criterios diagnósticos generales (Padmal y Stanley, 1995). Lo anterior se ve reflejado en la problemática cotidiana del sujeto, esto es, empieza a tener dificultades al entablar relaciones sociales, su desempeño laboral se ve comprometido y en ocasiones se llega al despido, en el ámbito familiar la relación se ve afectada ya que los integrantes de ésta se quejan de los comportamientos de la persona que en ocasiones resultan exagerados y con la pareja la relación se torna difícil llegando al punto de una ruptura amorosa.A continuación, se presenta la síntesis de los criterios normalmente empleados para el diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo: A. Se cumple para las obsesiones y compulsiones: Las obsesiones se definen por (1), (2), (3) y 4: 1) Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos. 2) Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real 14 3) La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos. 4) La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivas son el producto de su mente (y no vienen impuestos como en la inserción del pensamiento). Las compulsiones se definen por (1) y (2): 1) Comportamientos (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (p. ej., rezar, contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente. 2) El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos; sin embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos. B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no es aplicable en los niños. C. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo (supone más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o académicas) o su vida social. D. Si hay otro trastorno del Eje I el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él (p. ej., preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, 15 arranque de cabellos en la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal, preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación por estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno depresivo mayor). E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. Especificar si: Con poca conciencia de enfermedad: si, durante la mayor parte del tiempo del episodio actual, el individuo no reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales (DSMIV-TR) En este punto, es necesario definir qué es una obsesión y una compulsión. Padmal (1995) señala que una obsesión es un pensamiento, una imagen o impulso indeseado, intrusivo, recurrente, persistente y se caracteriza en gran medida por que invaden la conciencia de la persona misma que en ninguna medida desea tenerlas e inclusive trata de librarse de ellas. Dicha obsesión puede invadirla aun cuando se encuentra realizando cualquiera de sus actividades cotidianas, en la lucha por no tener tal obsesión, la persona sufre y llega a ser agotador, pero ello es imperceptible ante las demás personas. En consecuencia, la persona puede llegar a experimentar episodios de ansiedad ya que es constante tener ese tipo de pensamientos a tal grado que puede llegar a sufrirlos por una cantidad de tiempo considerables, la mayoría de las veces, las demás personas creen que es alguien distraído y difícilmente notan lo que esta persona padece. Una obsesión es un conjunto de ideas o imágenes que dominan al individuo y lo conflictúan, ocupando gran parte de su tiempo y teniendo características de pensamiento intrusivo. Habitualmente permanecen guardadas en secreto por el individuo, sin ser compartidas con nadie, por considerarlas absurdas o 16 vergonzantes. El paciente al comienzo quizá pueda justificarlo, pero pronto se da cuenta de su inutilidad y de que no puede desprenderse de él. Las ideas adquieren un carácter casi permanente y el enfermo no está en condiciones de rechazarlas o evitarlas (Baré y Borda, 2006). Lo anterior supone que la persona en efecto cree que esos pensamientos no son correctos, pero aun cuando lo crea no puede dejar de tenerlos, es por ello que busca actuar de manera habitual para que las demás personas no lo noten, no obstante, es evidente que puede tener altos niveles de ansiedad y estrés por vivir la lucha constante por controlarse. Los contenidos de las obsesiones son la contaminación y la suciedad, la enfermedad y las infecciones, la muerte, la violencia y la agresión, el daño y el peligro y los temas religiosos o morales son los más característicos. Existen también obsesiones referidas al sexo y en menor medida algunas otras completamente triviales o carentes de sentido (Padmal y Stanley, 1995). En éste sentido puede notarse claramente que basta observar, escuchar o sentir cualquier estímulo para que la persona experimente el pensamiento obsesivo y con esto, pueda experimentar ansiedad. Existen ocho tipos de obsesiones más comunes que son los siguientes: a) Obsesiones de contaminación: Preocupaciones o disgustos, por secreciones corporales (orina, saliva, heces, semen y secreciones vaginales), preocupación por la suciedad, por contaminantes, por tóxicos ambientales, por artículos del hogar (limpiadores, solventes), o aprensiones acerca de no enfermarse por ellos. b) Obsesiones agresivas: Basadas en el temor o la posibilidad de dañar o lastimar a otros o a sí mismo. Se caracterizan por: la presencia de imágenes horribles o violentas, por el temor de decir blasfemias, por insultar o decir algo vergonzante y por el miedo a cometer delitos o actos reñidos con la moral o de ser responsable de que las cosas vayan mal y de que algo terrible pueda suceder como un incendio. 17 c) Obsesiones sexuales: Los pacientes refieren tener pensamientos o imágenes asociadas con mantener relaciones sexuales con niños o animales, relaciones incestuosas, tener conductas aberrantes o convertirse en homosexuales, etc. d) Obsesiones somáticas: Los pacientes se vuelven extremadamente preocupados y obsesionados por diversas funciones corporales, como la frecuencia cardiaca, su posibilidad de respirar, aspectos de su imagen corporal o anatómica, o el temor de desarrollar alguna enfermedad amenazante para la vida. Los temores más comunes se centran en padecer un ataque cardiaco, cáncer, enfermedades de transmisión sexual y SIDA (Baré y Borda, 2006). e) Obsesiones religiosas: Parecen estar ligadas culturalmente a pacientes que han tenido una educación muy estricta o códigos morales rígidos. Los pacientes comúnmente sufren la necesidad de confesar “pecados” inexistentes que suponen haber cometido y están preocupados por la culpa consiguiente (Greenberg, 1984). f) Coleccionismo: Uno de cada cinco de los enfermos de TOC sufren de coleccionismo patológico; puede llegar a tales extremos que las habitaciones de la casa quedan prácticamente cubiertas o abarrotadas de objetos (Zohar, 1991). g) Necesidad de simetría y precisión: El cuadro clínico en éstos casos, está dominado por la obsesión de colocar los objetos de manera simétrica o de tener los sucesos ordenados y hacer y deshacer ciertas acciones motoras de una manera exacta, por ejemplo, caminar hacia adelante y luego hacia atrás de la misma manera para entrar o salir de un lugar. h) Obsesiones de duda o responsabilidadpatológica: Estos pacientes son perfeccionistas y habitualmente han tenido padres meticulosos o hipercríticos. Usualmente su temor se centra en asegurarse que nada terrible vaya a suceder, otras veces se sienten invadidos por dudas permanentes acerca de temas de menor cuantía, por ejemplo, si han cerrado las puertas, ventanas o las llaves de gas. Una compulsión es una conducta repetitiva y aparentemente finalista que se ejecuta de acuerdo a ciertas reglas o de forma estereotipada. Puede ser 18 completamente inaceptable o, a menudo, aceptable sólo en parte. Normalmente se produce el deseo de resistirse. La persona reconoce la irracionalidad y falta de sentido de la conducta y no obtiene ningún placer al efectuarla, aunque se produce una liberación de la tensión o un sentimiento de alivio a corto plazo (Padmal y Stanley, 1995). Una vez que el sujeto experimente la necesidad de llevar a cabo la conducta si y sólo si la ejecutará, pensando que esto le dará alivio y terminará con su ansiedad y temores, a pesar de ello, cuando finalice la conducta, luego de un tiempo volverá justamente esa incertidumbre y se dará cuenta que el alivio que le genera solo es momentáneo. Son actos o pensamientos a los que el sujeto recurre y cumple de una manera rígida y formal para intentar aliviar sus obsesiones (Baré y Borda, 2006). Existen diferentes tipos de compulsiones las cuales son: a) Compulsiones de lavado: Consisten en el lavado excesivo o ritualizado de manos o de todo el cuerpo. Desde el punto de vista simbólico se les podría relacionar con actos de purificación, similares a los ritos religiosos empleados en diferentes cultos, dado que incluyen varias formas de limpieza y suelen tener carácter ceremonial. b) Compulsiones de verificación: Pueden incluir la verificación de que no se ha dañado o que no se vaya a dañar a otras personas o a sí mismo, o que nada terrible haya sucedido o vaya a suceder. c) Otras compulsiones: Incluyen movimientos como el tocar, saltar, aclararse la garganta, balancearse, realizar movimientos estereotipados, escupir, necesidad de preguntar, confesar, contar o realizar rituales mentales. Por otro lado, Rachman et al, (1995) enuncia que una compulsión es meramente una conducta repetitiva y en ocasiones puede llegar a ser inaceptable o en su defecto aceptable pero solo en parte ya que cuando la conducta se vuelve extremista o inclusive ocasiona un daño en la persona se vuelve inaceptable, tal es el caso del lavado de manos, por sí sola es una conducta aceptable pero 19 cuando existe la compulsión de lavarse cada 30 minutos para poder liberarse de los gérmenes se convierte en una conducta inaceptable. A ello, la persona puede creer que son conductas totalmente normales que le permiten mantener su seguridad y que de no llevarlas a cabo podría ponerlo en riesgo e inclusive también a las personas que lo rodean, por tanto, tiene que ejecutarlas el número de veces que crea conveniente para que todo esté bajo control. 1.3 ETIOLOGÍA Cuando se habla de la etiología del TOC, los numerosos estudios epidemiológicos de que se dispone en la actualidad señalan que la edad media de inicio del TOC puede fijarse alrededor de los 20 años (Karno et al., 1988). La distribución de las edades de inicio sigue un patrón bimodal, con un primer pico de aparición de la enfermedad que se situaría sobre los 10 años de vida y un segundo pico durante los primeros años de la edad adulta (Eisen, 1992, citado en Berrios, 2006). Si bien es cierto, los primeros síntomas se manifiestan en la infancia, no obstante, pueden aparecer en una edad más avanzada, lo que es seguro, es que cuando los niños empiezan a manifestar tales pensamientos e inclusive comportamientos obsesivos, los padres lo creen y consideran como normal puesto que es cuando ellos dotan de educación a los hijos y creen que esas conductas están bien. El verdadero problema surge cuando en la edad adulta estas conductas se vuelven totalmente necesarias y su ámbito social lo empieza a ver mal y lo etiqueta como una persona extremista. La edad de comienzo se refiere al inicio de la sintomatología, por lo generales durante la niñez o adolescencia; el 50% desarrolla TOC antes de los 15 años y el 65% antes de los 25 años (Angst, 2004). Por lo general los hombres tienen un inicio más temprano que las mujeres, en ellas, el comienzo es más agudo y el curso episódico, presentando por lo general algún agente estresante identificable en el año que precedió al comienzo del TOC (Bogetto et al, 1999). Se ha descrito 20 un predominio de sujetos de sexo masculino en muestras de pacientes obsesivos de edad pediátrica (Rapoport, 1989). En algunos casos, basta con que la persona experimente un evento traumático para que se desencadene el trastorno, pero no es estrictamente un condicionante para desarrollarlo ya que como se ha mencionado, la mayoría de los casos se desarrolla en la infancia y se ve más marcado e instalado en la edad adulta. A continuación, se presenta en cifras el trastorno obsesivo compulsivo en México, extraídas del Centro especializado en TOC: De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 2.6% de la población mexicana padece de TOC, lo que quiere decir que aproximadamente 3 millones 68 mil personas luchan contra esta enfermedad. El trastorno obsesivo compulsivo está dentro de los padecimientos psicológicos con mayor severidad. El 70% de los mexicanos que padecen el trastorno lo desconoce. El TOC es el cuarto trastorno con mayor demanda en los servicios psiquiátricos y psicológicos en México y su falta de atención puede ocasionar discapacidad, pérdida de empleo, alteraciones en relaciones sociales e interpersonales. En México las personas tardan en promedio de 7 a 14 años en encontrar un tratamiento adecuado. Pocos profesionales de la salud están entrenados adecuadamente para tratar el trastorno. Como se observa, el TOC es más común de lo que se cree y de lo que se conoce, no obstante, las personas no logran identificarlo por si solas, buscan ayuda cuando esto ya les generó un severo problema y es entonces cuando acuden a recibir atención profesional, el psicólogo los diagnóstica y caen en cuenta de la realidad de sus problemas. Desgraciadamente, en el sector salud, no todos están 21 capacitados para dar atención y tratamiento a este tipo de padecimientos, ello genera una problemática y contribuye a que exista un alto índice de personas con TOC sin recibir un buen tratamiento. Existen muchos mitos y estigmas en relación al TOC y sus causas, sobre todo en América Latina. Entre ellos encontramos los siguientes: El TOC no es tratable. El TOC solo tiene que ver con el lavado de manos y limpieza. Las personas con TOC se preocupan por cosas distintas que las personas sin TOC. Todos los maniacos de la limpieza padecen el trastorno. Todos tenemos un poco de TOC. El estrés causa el trastorno. La raíz del TOC se encuentra en la infancia. El TOC es raro en niños. El TOC es más común en hombres que en mujeres. Exámenes clínicos confirman el TOC. El TOC es un problema de fuerza de voluntad. Las personas con TOC fingen sus síntomas. El TOC es una enfermedad nueva. El TOC es un castigo de Dios. El TOC es contagioso. La mala alimentación tiende a desarrollar TOC. Una persona con TOC carece de Serotonina. Es mi culpa que mi hijo padezca de TOC. Dichos mitos resultan comunes por que se difunden de voz y las personas erróneamente los adopta y los cree, tal es el caso aquellos sujetos que creen que al ir al doctor les dará algún tratamiento médico que aminore sus síntomas, o bien, cuando pasa desapercibido dicho trastorno en los niños porque es raro que lo puedan tener, esto desemboca en que cuando ya está el TOC instalado las 22 personasque lo rodean empiezan a detectarlo, lo etiquetan y se alejan de él, tal rechazo debido a que creen que es contagioso y lo empiezan a excluir de su círculo social. Muchos estudios muestran que una proporción elevada de pacientes adultos obsesivo compulsivos no están casados y que la tendencia a permanecer solteros es mayor en los hombres que en las mujeres (Padmal y Stanley, 1995). Cuando se tiene una pareja sentimental que no comprende y no conoce de tal trastorno, muy difícilmente puede convivir con la persona con TOC ya que puede considerar que esta “loco” o simplemente no tolera ciertas conductas, dando como resultado una fractura y en casos extremos se llega al divorcio, de ahí que la tasa de personas solteras sea más alta. Considerados de forma global, los pacientes con TOC permanecen solteros con mayor frecuencia que los sujetos de la población general (Steketee et al., 1987). Un dato aceptado en la actualidad es que una proporción significativamente superior de mujeres obsesivas que de hombres con esta patología están casadas. Esta diferencia puede estar relacionada tanto con el inicio más precoz del TOC en hombres lo que podría dificultar la consolidación de una relación de pareja (Boggetto et al., 1999). Si bien es cierto, los hombres desarrollan TOC a una edad más temprana que las mujeres, por lo tanto, resulta lógico que no logren entablar una relación conyugal a diferencia de las mujeres dado que a cierta edad se comienza la búsqueda de una pareja y si ya se padece de dicho trastorno se complica más la situación sentimental y aumenta la ansiedad en las personas. Algunos estudios sugieren que existe una contribución genética, pero ésta no hace que nadie desarrolle específicamente un trastorno obsesivo compulsivo. Lo que parece ser heredado es una hipersensibilidad emocional generalizada o una tendencia neurótica que puede predisponer a la persona a desarrollar alguna forma del trastorno de ansiedad (Padmal y Stanley, 1995). Con esto, queda de 23 manifiesto que el TOC no es heredado pero debido a la neurosis puede ser un factor por el cual, resulte más fácil que la persona lo desarrolle. La elevada incidencia de historia de TOC entre los familiares de primer orden de los pacientes obsesivos es un hallazgo reconocido desde hace años (Kringlen, 1965). Algunos estudios señalan en este sentido, que los antecedentes familiares de TOC parecen ser especialmente frecuentes entre los pacientes obsesivos con un inicio más precoz de la enfermedad (Nestadt, 2000). Si se tiene una madre, un padre o inclusive un hermano que padecen de TOC, entonces, será más fácil y común que otro integrante de la familia lo desarrolle, puesto que puede adquirir los mismos patrones de comportamiento aprendiéndolos por medio de la observación y de la práctica. De esta forma, el trastorno puede instalarse desde una edad muy temprana. Rachman et al, (1995) señalan que los pacientes con TOC describen globalmente a sus padres como sobreprotectores, críticos y controladores, pero plantean además que algunos patrones educativos podrían asociarse con el desarrollo de ciertos contenidos obsesivos. Si los padres resultan demasiado punitivos con el infante, puede llegar a desarrollar en él la perfección y el deseo de tener todo bajo control, mismo que le generará altos niveles de ansiedad al niño y buscará actuar de tal forma en que los padres no puedan reprenderlo. Alonso et al., (2001) detectan que la única relación significativa entre patrones educativos y dimensiones clínicas corresponde a la mayor frecuencia de obsesiones y compulsiones de acumulación en los pacientes que describen haber percibido una menor calidez emocional por parte de sus progenitores. Es por ello que se llega apreciar a adultos que llenan sus casas de cosas innecesarias, basura y objetos con el objetivo de llenar algún vacío que generaron sus padres al ser tan rígidos con el menor. En relación con la situación laboral, se ha descrito un índice de desempleo entre los pacientes obsesivos superior al de la población general (Grabe et al., 2000). En este sentido, cuando la persona tiene que realizar conductas tales como 24 verificar llaves de gas, puertas, iluminación, etc. le consumirá más tiempo y por ende, ocasionará retrasos y llegadas tarde al trabajo, por otro lado, podría decirse que el trastorno llegaría a ser favorable en el sujeto si lo aprovecha para explotar su trabajo al máximo, pero son más los aspectos negativos que los positivos, ya que si la persona se encasilla en entregar un trabajo cien por ciento pulcro y perfecto podría entregarlo a destiempo y generar un castigo laboral. La influencia de los factores estresantes no se limita únicamente a su relación con el inicio del trastorno, sino que éstos pueden aparecer, de hecho, a lo largo de la historia natural del TOC e influir en su curso (Pollit, 1957). Los pacientes obsesivos sometidos a situaciones de alto estrés presentaban mejorías clínicas, estudios posteriores describen un empeoramiento de la sintomatología obsesiva que coincide con los estresores vitales (Rasmussen et al, 1991). En cierto punto, la exigencia a una persona con TOC puede derivar en que haga muy bien su trabajo, no obstante, con el tiempo esto resultará contraproducente ya que el sujeto puede llegar a desbordarse y que el trastorno empeore. Por otra parte, son más frecuentes las experiencias estresantes de diversos tipos en el intervalo de tiempo que precede a una aparición más gradual del trastorno. Estas incluyen el exceso de trabajo, el embarazo y el parto, los problemas maritales o sexuales, la enfermedad y la muerte o enfermedad de un familiar cercano (Padmal y Stanley, 1995). Basta con tener algún evento de estos para que la persona empeore y el trastorno se agudice debido a que el sujeto no puede manejar tanta ansiedad y presión que experimenta, resulta peor aun cuando el sujeto se encuentra en tratamiento ya sea farmacológico, psicológico, etc. ya que podría ocasionar una crisis en él. 25 2. CAPÍTULO II ABORDAJE DEL TOC 2.1 ANSIEDAD Para tener un significado elaborado de lo que es ansiedad se puede analizar la etimología de la misma, la cual enuncia que la palabra ansiedad proviene del latín anxietas, que significa congoja o aflicción. Consiste en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una turbación, inquietud o zozobra y por una inseguridad o temor ante lo que se experimenta como una amenza inminente. Cuando la ansiedad es leve produce una sensación de inquietud, intranquilidad y desasosiego. Cuando es muy severa puede llegar a paralizar al individuo, transformándose en pánico. Dependiendo del grado de amenza que se perciba, será el grado de ansiedad que el sujeto experimente, dando como resultado en él, un estado de perturbación y la mala ejecución de sus actividades. Por lo tanto, se puede inferir que, la ansiedad no sólo es un estado que altera el cuerpo en si del individuo, sino que también altera la psique y pensamientos llegando a ocasionar que el sujeto quede en estado catatónico y que no reaccione ante las exigencias del medio. Es necesario, preguntarse cuándo la ansiedad es “normal” y cuándo puede diagnosticarse como un síntoma o un síndrome. La ansiedad se suele considerar como una reacción normal si es suscitada por un peligro “realista” y desaparece cuando el peligro ya no está presente. Si el grado de ansiedad es muy desproporcionado con respecto al riesgo y a la gravedad de un peligro posible, y persiste, aunque no haya ningún peligro objetivo, entonces la reacción se considera anormal. No es lo mismo, experimentar ansiedad por un examen y dejar de tenerla cuando ya se ha resulto dicha prueba a seguir experimentándola con más fuerza después de haberlo presentado, por lo tanto, se podría hablar de un síndrome o síntoma como tal. 26Otra manera de plantearlo es valorar el impacto de la reacción en el funcionamiento del individuo. Si se sufre mucho, si existe algún efecto psicosomático (por ejemplo, colitis o dermatitis) y si el funcionamiento intelectual o el ajuste social/profesional quedan dañados, entonces se puede afirmar que una persona tiene ansiedad clínica o anormal, aunque los síntomas no encajen con un síndrome bien definido. Beck (2014). Es necesario observar los cambios que se tiene en el sujeto a partir de experimentar altos niveles de ansiedad, si el daño es suficiente como para inhabilitarlo en su esfera biopsicosocial, entonces se está frente a un caso severo puesto que la persona ya no puede desempeñarse óptimamente en sus actividades por el mismo temor o bien, por somatizarlo. Ahora bien, se hará mención de algunos autores, los cuales dan sentido y significado de la palabra ansiedad. Para H. Cía (2007) p.31 “La ansiedad es una emoción psicobiológica básica, adaptativa ante un desafío o peligro presente o futuro. Su función es la de motivar conductas apropiadas para superar dicha situación y su duración esta en relación a la magnitud y la resolución del problema que la desencadenó. La ansiedad es una respuesta normal, ligada al instinto de conservación de la especie, pudiendo transformarse en una respuesta patológica cuando ocurre de modo innecesario y desproporcionado, interfiriendo negativamente en la vida laboral, social y familiar. Dicho instinto de conservación no sólo se observa en las personas, sino que también se manifiesta en los animales al sentirse amenazados y, por ende, reaccionan atacando”. La ansiedad puede durar un breve lapso o bien, puede prolongarse cuando no se tiene un buen control o la capacidad de reacción no es acorde al nivel de amenaza que se experimenta en el momento. Tener una capacidad de reacción ante una situación amenazante habla de un buen control emocional y ansioso, pero cuando dicha ansiedad paraliza al sujeto y no da pie para su defensa se convierte en algo patológico y más aún, si causa problemáticas en su esfera biopsicosocial. 27 Para el autor francés que añadió la idea de ansiedad a la literatura Guy de Maupassant, (1882, citado en Coher, 1979) p.34 señala que: “La ansiedad es algo espantoso, una sensación atroz, como la descomposición del alma, un espasmo alarmante del pensamiento y del corazón del cual el simple recuerdo trasmite un temblor de agonía por todos los huesos… no la sentimos delante de los peligros conocidos; la sentimos en circunstancias raras bajo ciertas influencias misteriosas, frente a peligros vagos.” Siguiendo con la definición del autor, se puede mencionar que el sujeto puede sentirse y saberse ajeno ante un peligro, como si solo fuera un espectador, pero no lo es, puede quedar atónito ante una determinada situación amenazante. Tal acontecimiento puede ser recordado con el tiempo y puede volver a experimentar el mismo nivel de ansiedad como si lo estuviera experimentando en ese momento. Spielberger (1972), la define como “un estado emocional displacentero, caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, aprehensión o preocupación y por activación del sistema nervioso autónomo”. Esto es, experimentar sensaciones como sudoración excesiva, temblor en manos y piernas, presión en el pecho y sensación de ahogamiento. La Asociación Psiquiátrica Americana (APA), en 2013, la definía “como aprensión, tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es desconocida”. El sujeto puede presentar ansiedad desde ver un cuchillo, hasta ver un simple carro, no existe un acontecimiento, cosa o sujeto en específico que cause ansiedad, todo depende justamente de la persona. En el glosario de términos técnicos de la última versión del DSM-IV-TR (2013) la define como “la anticipación aprensiva de un futuro peligro o adversidad, acompañada por un sentimiento de disforia o síntomas somáticos de tensión. El foco del peligro anticipado puede ser interno o externo”. A diferencia de la APA, en esta definición se habla de que el peligro se conoce, puede que lo desencadene el temer a un despido o bien, el sentir que el estado de 28 salud pueda ser catastrófico, esto son muestras claras de algo que no se conoce, pero se espera que pasen y ello en sí genera ya ansiedad en el individuo. Por su parte, Simpson (1980) define a la ansiedad como una característica de la personalidad de responder a ciertas situaciones con un síndrome de respuesta al estrés. Existen personas que viven en sentido de la ansiedad y lo ven como algo normal y un tanto funcional porque eso les ayuda a reaccionar ante diversas situaciones de la vida cotidiana, basta con hablar con otras personas para experimentar nerviosismo, salir a la calle y pensar que si no sale a tiempo podría llegar tarde o sencillamente creer que algo malo podría ocurrir en el trabajo. Por otro lado, Coher (1979) indica que la ansiedad no es el miedo normal, innato o aprendido que se asocia invariable y específicamente con objetos potencialmente nocivos; señala el comienzo de una reacción inteligente ante el peligro. Es decir, que, para este autor, la ansiedad es claramente el miedo intenso al fracaso, algo que impide la satisfacción y, en consecuencia, lo lleva a experimentar sentimientos de desesperanza e incertidumbre. No necesariamente tiene que ver con alguna cosa u objeto en específico. Para lograr un manejo de la ansiedad Vázquez (2001) propone el empleo de técnicas de control de la respiración que son procedimientos diseñados para dotar al sujeto de control voluntario de la respiración, de manera que pueda utilizar patrones respiratorios adecuados, especialmente en los momentos de estrés, donde la respiración se encuentra alterada. Son procedimientos fáciles de aprender, que pueden ser adquiridos en una sola sesión de aproximadamente una hora de duración, si bien para llegar a automatizarse y apreciar sus efectos profundos requieren una práctica persistente durante cierto tiempo. Ello se convierte en una herramienta fundamental para el sujeto, ya que a través de ellas logra mantener un autocontrol ante situaciones en las que llega experimentar estrés y ansiedad, lo positivo de esto radica en que no necesita una guía una vez que ya ha aprendido el manejo de éstas y son sumamente fáciles de realizar no importando el lugar o ambiente en el que se encuentra la persona. 29 Dichas técnicas se dirigen a conseguir una respiración diafragmática y un ritmo respiratorio más lento y regular que es incompatible con la hiperventilación y reducen la activación fisiológica y psicológica, generando un descenso de la irritabilidad, de la fatiga y de la ansiedad y una sensación generalizada de tranquilidad y bienestar. Es por ello que se han aplicado como única estrategia de intervención o en combinación con otras técnicas, en el tratamiento de trastornos de ansiedad ante situaciones determinadas, ansiedad en las relaciones personales, ansiedad generalizada, depresión, agresividad, obsesiones y fatiga crónica. (Vázquez, 2001). Por lo tanto, el beneficio que ofrecen al individuo es evidente ya que producen una sensación pasiva, regulan los efectos negativos en el cuerpo producidos por la ansiedad y ayudan a que el sujeto pueda afrontar las exigencias del medio y de esta manera logre tomar decisiones optimas ante cada problemática o situación real. Su principal objetivo es entrenar a los sujetos en el control voluntario de la respiración para mejorar la capacidad funcional de los pulmones. Una vez que los sujetos conocen la forma de controlar la respiración, pueden aprender a automatizar este control de forma que su regulación se mantenga incluso en situaciones de estrés. Ya que se ha aprendido el proceso de estas técnicas, el sujeto puede gozar del bienestar y cuando logra el autocontroly dominio de éstas puede mantenerse de una forma tranquila aun a pesar de estar ante situaciones complicadas y amenazantes para él. Estas técnicas son fáciles de aprender, pueden ser aplicadas en cualquier lugar sin necesidad de tener que interrumpir la actividad que se está llevando a cabo y pueden ser utilizadas cuando sólo se dispone de cortos intervalos para retomar el control de la activación. Además, aquellas personas que tienen dificultades para imaginar responden mejor a los métodos respiratorios que a otras técnicas de relajación que requieren la capacidad de autosugestión. 30 Si bien, debido al nivel de vida de las personas, muchas veces se tiene poco tiempo para sí mismo y para realizar actividades de distracción, por tal motivo, la mente y el cuerpo lo resiente, pero justamente resulta necesario tomarse un tiempo breve cuando sienten que las situaciones los están sobrepasando. De ahí que se aplique este tipo de técnicas, por su facilidad y practicismo para ejecutarlas. 2.2 TEORIAS Existen diversas teorías que explican el curso del trastorno. La teoría psicodinámica señala que hace pocas décadas se enfatizaba el papel de la educación rígida, puritana, normática y fría en la etiopatogenia del TOC, así como las represiones en la primera infancia (Ballús, 1971). Se valoraba el papel desempeñado por rígidas creencias, adquiridas a través de la educación en la etiología del TOC (Esteve, 1995). Debido a que los padres eran demasiado punitivos, distantes anímicamente de los hijos, exigentes y un tanto contradictorios, causaban que en los niños existiera confusión y todo ello desembocaba en que los menores llevaran a cabo conductas obsesivas, ya sea por llamar la atención de los mismos o bien, inconscientemente lo hacían. De igual manera, los padres seguían esos patrones de comportamiento e ideología por parte de sus padres, así, todo esto se pasaba de generación en generación. Alonso et al., (2001) encuentran que los pacientes obsesivos percibían mayor rechazo de ambos progenitores y menor calidez emocional durante la infancia que el grupo de control, sin que se constatasen diferencias en la percepción de sobreprotección parenteral en ambos grupos. Si bien, existen extremos en conducta, puede que los padres sean totalmente sobreprotectores o, por el contrario, que sean por demás distantes con los hijos, no es netamente un condicionante para que los sujetos padezcan TOC pero si pueden contribuir a que se manifiesten rasgos o síntomas y en un futuro este instalado el trastorno. 31 La teoría conductista indica que en el aprendizaje de los síntomas obsesivos concurren secuencialmente los dos tipos de aprendizaje: clásico y operante o instrumental. En un primer estadio, un estímulo neutro (condicionado) se condiciona al asociarse a otro que, de forma innata, produce ansiedad, de forma que el estímulo neutro ya condicionado adquiere las mismas propiedades aversivas que el estímulo incondicionado (Marks, 1981). En el segundo estadio rige el paradigma del refuerzo negativo, según el cual se instauran nuevas respuestas (conductas de evitación) que el sujeto aprende para disminuir la ansiedad que le provocan los estímulos condicionados. En el obsesivo, las conductas de evitación adquieren una forma ritual para conseguir la reducción de la ansiedad (Rachman et al, 1995). En este sentido, el obsesivo luchará con todas sus fuerzas no tener pensamientos obsesivos y buscará evitarlos para conseguir tranquilidad, no obstante, esto no ocurre ya que otra vez los seguirá experimentando y quizá con mayor fuerza. Las conductas obsesivas adultas son módulos de comportamiento que en otra época de la vida fueron útiles para reducir la ansiedad (Wolpe, 1958). Lo que en un tiempo resulta favorable para el sujeto, en otro tiempo puede ya no ocasionar el mismo efecto, por lo tanto, se buscará otro comportamiento que pueda aminorar la ansiedad que generan ciertos estímulos. La conducta obsesiva puede observarse bajo el prisma del conflicto evitación- evitación, ya que tanto si el ritual se realiza como si no, las consecuencias son negativas para el sujeto. El hecho de acabar incurriendo en la conducta patológica (ritual) indica que para el paciente las consecuencias de realizarla son menos aversivas que las de no hacerlo (Teasdale, 1974). Toda vez que el sujeto experimente la necesidad de realizar tal conducta, buscará ejecutar el ritual para aliviar la ansiedad ya que para él resulta menos aversivo recaer en el ritual que no hacerlo y el resultado será por tanto menos catastrófico. Por otra parte, la teoría del aprendizaje en dos estadios de Mowrer, (1939, citado en Hollander y Simeon, 2004) ha dado origen a un importante modelo conductista 32 sobre la adquisición y mantenimiento de los síntomas obsesivo-compulsivos. En el estadio I, la ansiedad viene condicionada clásicamente por un acontecimiento específico ambiental (es decir, un condicionamiento clásico). Después la persona empieza a realizar rituales obsesivos (respuestas de evitación o escape) para disminuir su ansiedad. Si lo consigue con éxito, será más probable que este comportamiento compulsivo se repita en un futuro (estadio II, condicionamiento operativo). Se producirá un condicionamiento de orden superior cuando otros estímulos neutrales, como palabras, imágenes, pensamientos, se asocian al estímulo inicial y tiene lugar una difuminación de la ansiedad asociada. El comportamiento ritualizado conserva la respuesta de miedo, porque la persona evita el estímulo desencadenante y también su extinción. La reducción de la ansiedad tras los rituales también mantiene el comportamiento compulsivo. En cuanto a la teoría cognitiva se resalta que las conductas compulsivas se desarrollan como una actividad reductora de las amenazas que el paciente teme subjetivamente. Los síntomas aparecen en situaciones específicas que tienen una alta probabilidad de generar temor y precisan conductas que reduzcan la ansiedad (Salkovkis, 1988). Resulta inexplicable cómo algo tan pequeño como una imagen, palabra u objeto pueden llegar a desencadenar un estado de ansiedad en las personas. En la mayoría de las ocasiones no existe tal peligro, pero el sujeto cree fielmente lo contrario y esto le genera un temor intenso dando como respuesta que se lleve a cabo una conducta obsesiva. Determinados tipos de pensamiento y procesos cognitivos son muy característicos del TOC y pueden contribuir, si no a su génesis, sí a mantenerlo. Los pensamientos sobre la responsabilidad, especialmente los intrusivos acerca de la responsabilidad, pueden ser un factor fundamental en el comportamiento obsesivo. Generalmente, los obsesivos tienen cierta tendencia a la perfección, por tanto, invierten mucho tiempo en tratar de realizar sus actividades de manera detallada y no se detienen hasta terminar las tareas ya que piensan que de no terminarla puede ocurrir algo malo. 33 Se ha observado que los pacientes con TOC controladores no presentan alteraciones en la memoria, algo que podría justificar su necesidad de comprobación excesiva. También se ha observado que los pacientes con un TOC tienen deficiencias en la atención selectiva y se ha propuesto que éstas se pueden relacionar con su menor capacidad de ignorar de forma selectiva los estímulos cognitivos neutros (Salkovskis 1988). Algo que podría parecer totalmente lógico en las personas obsesivas sería la necesidad de estar comprobando si han movido de lugar sus cosas, o si algún cuadro de la casa está mal puesto e inclusive si su ropa no está en el espacio que han determinado atribuido a su memoria, pero resulta refutable ya que no se tienen registros de casos en el fallo o disfunción de ésta. Los pacientes obsesivos evitan la ambigüedad y la incertidumbre, por intolerancia a las mismas; tienden necesidad de posponer lasdecisiones finales para ganar información; muestran dificultades en la toma de decisiones por anticipación de consecuencias desfavorables y generalmente, tienen un pensamiento catastrofista, vinculado a una exagerada sensibilidad hacia circunstancias aversivas reales o imaginarias (Emmelkamp, 1982). Tanta es la necesidad por terminar las cosas “perfectamente” que buscan posponer para ganar tiempo y mejorar la oportunidad, piensan que si no lo entregan tal y como lo visualizan podría generarles una consecuencia negativa y terrible, siempre tienen que evaluar y re evaluar la situación para emitir un veredicto ya que tienen que valorar las diversas opciones y alternativas. En el modelo de los procesos cognitivos, se pone énfasis en la existencia de déficits en los procesos cognitivos básicos, como atención, memoria y estructuración de la información recibida (Steketee et al, 1987). Esto podría explicar la mala captación de la realidad en ellos, la no discriminación en estímulos cognitivos como ya se mencionó con anterioridad y el hecho de que tengan la necesidad de comprobar que efectivamente las cosas se encuentren tal y como ellos las han ordenado. 34 Hamilton (1957) demostró que el estilo cognitivo del obsesivo tiende a evitar la ambigüedad de forma más acusada que los sujetos normales o ansiosos, probablemente por la mencionada intolerancia a la incertidumbre. El obsesivo tiene un sistema de creencias inflexible y estático que tiende a plantear su relación con el mundo en forma de dicotomías drásticas (bueno-malo, limpio-sucio, verdad-mentira) que no admiten ningún margen de error o de inseguridad (Berrios, 2006). Es claro que los obsesivos son totalmente rígidos y muy difícilmente cambian de opinión sobre algún ámbito, no soportan la indecisión y siempre siguen la dirección que ellos creen que es la correcta, para ellos no existe un justo medio, simplemente es o no es. Los pacientes con TOC pueden tener dificultades para prestar atención a ciertos estímulos e inhibir la atención hacia el material irrelevante, así como mayor sensibilidad hacia la información relacionada con sus temores (Steketee, 1998). Ellos perciben la realidad como un todo y no separan lo que puede resultar innecesario, quizá sea por eso que aumentan los miedos en el obsesivo ya que siempre están a la expectativa de algo catastrófico, pero difícilmente reaccionan de manera óptima. Por otro lado, dentro de las teorías neurobiológicas se encuentra el modelo evolutivo etológico donde justamente se presume que la asociación entre el TOC y un trastorno en los ganglios basales presenta uno de los mayores retos de la psiquiatría actual. Hollander y Simeon. (2004) explica que los ganglios basales son una estación de control, que filtra los impulsos de entrada procedentes de la corteza orbitofrontal y del cíngulo y media la ejecución de los patrones motores. Las obsesiones y las compulsiones se consideran patrones de acción fija específicos para la especie, que suelen ser adaptativos, pero que en el TOC tienen lugar de forma inadecuada y se vuelven repetitivos y excesivos. Este proceso se puede deber a un estado de incremento de los impulsos internos o a un aumento de la respuesta frente a estímulos generadores externos. Por ejemplo, los comportamientos del TOC, 35 como una limpieza o un ahorro excesivos, pueden ser una manifestación disregulada de los comportamientos de ahorro o acicalamiento normales. Se sospechaba que los trastornos de los ganglios basales estaban implicados en la patogenia del TOC, dada la estrecha asociación entre este trastorno y el síndrome de Gilles de la Tourette en el cual la disfunción de los ganglios basales determina la aparición de movimientos involuntarios anormales y también con la córnea de Sydenham, otro trastorno de los ganglios basales Swedo (1989). Si bien, ello no es un factor que desencadene como tal el TOC, pero si se convierte en una manera de explicar el origen y mantenimiento del mismo. Algunos datos vienen en apoyo de una base biológica para los pacientes con TOC e involucran a los ganglios basales. El hecho de que la mayoría, si no la totalidad de la patología asociada, recayera en los ganglios basales concentró en ellos la atención de los investigadores. Este grupo de estructuras ubicadas por debajo de la corteza cerebral ha sido tradicionalmente, consideradas como un conjunto de estaciones de paso entre los estímulos sensoriales aferentes y las respuestas motoras y cognoscitivas procedentes de los centros superiores (Lorenz, 1966). Numerosos daños cerebrales que son resultado de una lesión en los ganglios basales (por ejemplo, dolor de cabeza, tumores cerebrales, intoxicación por monóxido de carbono) se han relacionado con el inicio del TOC (Bassas, 2004). Es entonces cuando se retoma la importancia de la salud, ya que por algo que pareciera insignificante como un dolor de cabeza podría a dar pie para diagnosticar el trastorno y recibir un tratamiento adecuado. Por su parte Rapoport (1989) sostiene que derivado de las observaciones hechas en regiones del lóbulo frontal o en estructuras de los ganglios basales que se han dado justamente por traumatismos craneoencefálicos patología infecciosa o epilepsias, tumores y accidentes cerebrovasculares podrían dar precisamente la pauta para el inicio de la sintomatología obsesiva agravando el cuadro si en efecto el sujeto ya presenta rasgos obsesivos. 36 En el modelo explicativo del origen del TOC por alteraciones en el ganglio basal, hay implícita una perspectiva neuropatológica sobre el TOC en la que los síntomas obsesivo-compulsivos se consideran como patrones fijos de liberación inapropiada (Swedo et al 1989). En el modelo neuroanátomico se postula que en el área órbito-frontal de la corteza frontal, el cíngulo emitiría señales “automáticamente generadas”, independientes del entorno, ocasionando, de algún modo un corto circuito entre las vías aferentes (sensoriales) y la respuesta (comportamiento). Éste corto circuito se produce por la hiperactividad metabólica cortical, la cual “desinhibe” el sistema de filtro estrío- palidal liberando, así, conductas más primitivas o arcaicas denominadas conductas de “subrutina” tales como las de aseo o chequeo muy semejantes a las observadas en los rituales del TOC. El fallo en el control inhibitorio de la corteza órbito-frontal daría lugar a la aparición de sentimientos de culpa, depresión, ansiedad anticipatoria y rumiaciones obsesivas. Por otra parte, disfunciones a nivel talámico liberarían impropiamente conductas automáticas, subrutinas y rituales (Eccles y Zeier, 1985). 2.3 TRATAMIENTO Las personas que sufren de TOC y que no tienen acceso a un tratamiento adecuado, pueden ser susceptibles de presentar distintos efectos negativos a largo plazo. Adicionalmente, de no tratarse, es probable que los síntomas del TOC sigan intensificándose, causando una afectación adicional en la vida del individuo. A continuación, de acuerdo con datos del Hospital San Juan Campestrano (s/a) se enlistan algunos ejemplos de los efectos que pueden surgir cuando no se trata la existencia del Trastorno Obsesivo Compulsivo: Desempeño laboral deficiente, conllevando a la pérdida del empleo. Ausencias frecuentes en el trabajo. Aparición de conductas autolesivas o realización prolongada de las mismas. Aislamiento social. Afectación de las relaciones interpersonales. 37 Ser vulnerable al desarrollo de una adicción a las drogas y/o al alcohol. Pensamientos y comportamientos suicidas. Como se puede observar, las consecuencias de no recibir un tratamiento adecuado generan consecuencias negativas en las personas que van desde la afectación personal hasta el deterioro social y familiar e inclusive, que el propio sujeto canalice todo esto tomando algunas adicciones llevándolo a empeorar
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