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UNIVERSIDAD OPARIN S.C. 
_________________________________________________________________ 
_________________________________________________________________ 
CLAVE DE INCORPORACION UNAM 8794 
PLAN 25 AÑO 08 
 
 
“TALLER INFORMATIVO DE CAMBIO 
ACTITUDINAL DE RASGOS OBSESIVOS 
EN HOMBRES Y MUJERES DE 20 A 30 
AÑOS DE EDAD EN TULTITLAN” 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 
PRESENTA 
ROCÍO IVETT REYES BAUTISTA 
 
 
 
ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO, 2018 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 A mis padres Teresa y Bladimiro por ser el pilar fundamental en mi 
formación académica, quienes me guiaron, apoyaron y motivaron desde 
niña para que luchara por mis objetivos y jamás me rindiera. Gracias por su 
amor y por estar conmigo a pesar de todo. 
 
 A mi hermano Erik Jaciel por ayudar a mis padres y a mí para que 
continuara cumpliendo mi objetivo de estudiar Psicología y llegar hasta 
donde estoy. 
 
 A mi esposo Angel y a mi pequeña hija Arlette Magali por entender el 
significado del sacrificio en nuestra vida como familia, por su cariño, 
comprensión y por impulsarme a terminar este gran sueño. 
 
 
¡LOS AMO TANTO, GRACIAS INFINITAS POR APOYARME Y ÉSTE 
LOGRO TAMBIÉN ES DE USTEDES! 
 
 A mi asesor, el M. en C. Alejandro A. Enciso Sandoval por su paciencia y 
por guiarme en todo el proceso de elaboración de tesis y por su gran 
enseñanza. 
 A todos los profesores de la carrera de Psicología que tuve el gusto de 
conocer durante mi formación académica por tanta enseñanza y por 
aquellos grandes momentos que recordaré siempre. 
 A la Universidad Politécnica del Valle de México (UPVM), al Director del 
Centro de Formación Juan Nicolás Becerra Hernández y al Director 
Industrial Saúl Rangel Lara por las facilidades otorgadas para utilizar sus 
instalaciones y así implementar el taller en la muestra que me 
proporcionaron. 
INDICE 
 
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 1 
1. CAPÍTULO I ANTECEDENTES DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO ........... 3 
1.1 HISTORIA ............................................................................................................................... 3 
1.2 DEFINICIÓN ......................................................................................................................... 10 
1.3 ETIOLOGÍA .......................................................................................................................... 19 
2. CAPÍTULO II ABORDAJE DEL TOC..................................................................................... 25 
2.1 ANSIEDAD ........................................................................................................................... 25 
2.2 TEORIAS .............................................................................................................................. 30 
2.3 TRATAMIENTO ................................................................................................................... 36 
3. CAPÍTULO III TALLER INFORMATIVO ................................................................................ 48 
3.1 DESCRIPCIÓN DE TALLER ............................................................................................. 48 
3.2 DESCRIPCIÓN DE TÉCNICAS EMPLEADAS .............................................................. 53 
3.3 RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DEL TALLER .................................................... 55 
METODOLOGÍA ............................................................................................................................. 60 
DISCUSIÓN ..................................................................................................................................... 62 
CONCLUSIÓN ................................................................................................................................ 79 
A. ANEXOS ..................................................................................................................................... 80 
A.1 PROPUESTA DE TALLER ............................................................................................... 80 
A.2 CUESTIONARIO ................................................................................................................. 83 
A.3 HOJA DE RESPUESTAS .................................................................................................. 86 
A.4 EVIDENCIAS DE LA APLICACIÓN DEL TALLER ...................................................... 87 
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 91 
 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
 
El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un padecimiento muy común entre las 
personas, no obstante, muy pocos están diagnosticados debido a que no se recibe 
la atención psicológica o bien, se cree que ciertas conductas tales como las de 
coleccionar, limpiar en exceso, verificar, perfeccionismo, entre otras, son 
“normales”, esto genera sin duda desestabilidad emocional y social en quienes lo 
padecen y por ende se reduce la calidad de vida. 
Desafortunadamente, la gente se encuentra desinformada acerca de tal trastorno 
y cuando saben que efectivamente tienen tal padecimiento no acuden con un 
especialista porque no poseen una cultura de salud, por creer que al acudir con un 
psicólogo están aceptando que están “locos” y no entienden que cualquier 
persona puede tener rasgos obsesivos y es más común de lo que se cree. 
Al recibir atención psicológica, un tratamiento correcto y seguir las 
recomendaciones del Psicólogo, sin duda se puede mejorar el estilo de vida, se 
libera al sujeto de tanta ansiedad y estrés y puede desempeñarse más 
óptimamente en cada uno de sus ámbitos. 
Por tal motivo, surge la motivación de elaborar la presente investigación y 
desarrollar un taller piloto para brindar herramientas que le permita a las personas 
detectar el TOC, brindar información precisa sobre rasgos, síntomas, etc., que 
cuiden de su salud mental y a su vez, despertar el interés en las personas por 
mejorar su vida. 
El tipo de investigación que se utilizó fue la cualitativa y cuantitativa ya que se 
recabó información para posteriormente analizarla y se llevó a cabo un 
procedimiento basado en la medición para obtener datos específicos. Para 
apreciar el tema, se dividió en 3 capítulos principales: 
En el capítulo I “Antecedentes del TOC” se aborda la historia del mismo, cómo fue 
avanzando el estudio y su comprensión a lo largo de los años y con base a cada 
2 
 
aplicación que las personas le daban, se presentan posturas de autores dando 
una definición del trastorno y la etiología de éste. 
En el capítulo II “Abordaje del TOC” se presenta a grandes rasgos lo que es la 
ansiedad basado en algunos autores para poder comprender la raíz del trastorno, 
se presentan las principales teorías para dar explicación, así como también los 
tratamientos que se pueden aplicar para que los pacientes puedan ir dando cura a 
tal padecimiento. 
En el capítulo III “Taller Informativo” se muestra claramente el eje dela presente 
investigación ya que se da la descripción de lo que significa elaborar un taller, sus 
elementos, grupos a los cuales va dirigido, talleristas, etc, se describe a grandes 
rasgos cada una de las técnicas empleadas en cada sesión del taller para poder 
comprender el objetivo de cada una. Posteriormente se encuentran los resultados 
de la aplicación del taller donde queda de manifiesto los efectos en los 
participantes que lo tomaron. 
Después se muestra la metodología y todo lo que implicó la elaboración del 
presente trabajo, aunando la discusión y conclusión elaborada a partir del marco 
teórico y de los resultados del taller. 
En el apartado de anexos se muestra la propuesta del taller a partir de tres 
sesiones detallando la duración, herramientas, técnicas, etc., así como también, 
un cuestionario elaborado a partir de una versión breve de la prueba MMPI-2 del 
cual, se aplicó uno al iniciar el taller y otro al finalizarlo. Y por último se puede 
encontrar la bibliografía consultada para dar sustento y apoyo a la presente tesis. 
 
 
 
 
 
3 
 
1. CAPÍTULO I ANTECEDENTES DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO 
 
1.1 HISTORIA 
Desde el nacimiento todos los seres humanos empiezan a forjar una historia 
personal, la cual se conforma por un nombre, padres, familiares, etc. Y en 
ocasiones, por algún tipo de enfermedad que es heredada o bien, es desarrollada 
con el tiempo, misma que en determinado momento da la pauta para conformar la 
personalidad del sujeto. 
En la niñez, se viven y experimentan momentos o acontecimientos que dan pie 
para manifestar rasgos de personalidad en la cual se expresa puramente la 
conformación psíquica del ser humano, pero ¿qué pasa cuando existe algún tipo 
de alteración e inclusive un trastorno mental? Sin duda, éste es el momento más 
idóneo para diagnosticarlo y tratarlo. Hoy en día, al igual que otros trastornos, el 
TOC es claramente marcado en la sociedad dado que se vive con presiones, 
estrés, ansiedad entre otros factores que pueden llegar a detonarlo. 
Para comprender mejor lo anterior, se debe abordar un poco en la historia de éste 
padecimiento y de cómo era abordada la salud y la enfermedad desde años atrás. 
En un comienzo y en los siglos que le sucedieron, los hombres y mujeres eran 
incapaces de explicar fenómenos naturales, las enfermedades y la muerte. La 
incapacidad de explicarlo todo causaba miedo e incertidumbre. A fin de manejarse 
con los misterios de la naturaleza el hombre desarrollo un sistema para apaciguar 
estas fuerzas desconocidas, un sistema que nace de la necesidad de aquietar el 
propio temor, el miedo a la catástrofe y la angustia de morir. 
Este sistema incluyó pensamientos mágicos, creencias, mitos, ideas religiosas, 
supersticiones y comportamientos rituales. De este modo la humanidad, aun 
actualmente, trata de controlar las fuerzas desconocidas que la rodean. Y es así 
como a través de los siglos el enfermo del TOC quiere controlar, pero se 
obsesiona, se asusta y comienza a dudar, entonces se encierra en la repetición de 
actos compulsivos que poco a poco lo confinan y lo esclavizan sin pausa ni 
compasión Yaryura y Fugen, (2001). 
4 
 
Por lo anterior se puede inferir que desde años atrás, las personas han buscado 
incansablemente métodos para poder gozar de salud mental aun cuando sean 
muy primitivos, ello les permitió dar tranquilidad a las personas que padecían de 
TOC, pero indudablemente dichos intentos fueron fallidos dado que las personas 
reinciden en las conductas repetitivas que le ocasionan un gran desequilibrio. 
Con el paso del tiempo, la adquisición de conocimientos delineó nuevas fronteras 
entre la ciencia, la magia y la religión, estableciendo nuevos lazos de unión. Y 
precisamente el TOC es un ejemplo importante de mancomunión entre la magia y 
la psicopatología. Los antiguos hombres y mujeres eran incapaces de explicar los 
cambios mentales y de comportamiento en la gente. Por qué se volvió una 
persona excitable, eufórica, furiosa o incontrolable Y luego, meses más tarde, 
cómo podía la misma persona volverse melancólica, incapaz de moverse, 
alucinada. Cómo podían ellos entender a alguien que se rehusara a comer al 
punto de morir, o alguien que sufriera espasmos y maldijera compulsivamente a 
los dioses. 
En aquellos días no tenían medios científicos para explicar todo esto, pero lo 
intentaban. Algunos estudiosos se interesaron en la complejidad de las 
enfermedades que causaron sufrimiento en sus amigos. Pudieron comprobar que 
algunas personas se enloquecieron o permanecieron inválidas para el resto de sus 
vidas, quedando marcadas de por vida con enfermedades crónicas, dolorosas o 
devastadoras. Esas personas fueron conocidas como brujos, shamanes, magos y 
médicos. Todos ellos combinaron el conocimiento y la experiencia, la magia y las 
creencias para calmar al alma y reparar el cuerpo (Yaryura y Fugen, 2001). 
La medicina griega usaba para los enfermos deprimidos vino, música, descanso e 
interpretación de los sueños. Los incas practicaban terapia de grupo en enfermos 
con alcoholismo y ya empleaban nociones rudimentarias de terapia conductual. De 
esta forma, la magia, la religión y la psiquiatría acabaron relacionándose. En la 
medicina moderna seguimos encontrando un poco de magia y rituales en la 
práctica de la curación. Los aspectos psicológicos del TOC parecen tener sus 
raíces en la magia, la superstición, la religión, los rituales, las falsas creencias y el 
5 
 
pensamiento mágico. En realidad, un gran porcentaje de los pacientes están 
obsesionados con pensamientos religiosos o contenidos supersticiosos. Además, 
los pacientes tienen tendencias a atenerse rígidamente a las reglas y 
prohibiciones tales como aquellas encontradas en las leyes religiosas. Cuando 
una de estas reglas se rompe, se lleva debe llevar a cabo un ritual. 
Un ritual (un acto complejo, sumamente detallado) se lleva a cabo con el fin de 
deshacer cierto pensamiento o acción obsesiva que consideramos inapropiado, 
pecaminoso, o capaz de causar daño a personas u objetos. Hace no mucho 
tiempo, los pacientes mentales eran declarados poseídos por el demonio y 
quemados como “castigo”. Esta horrible práctica se le aplicaba a los que sufrían 
del TOC, histeria o síndrome de Gilles de la Tourette (un trastorno caracterizado 
por tener múltiples tics, proferir involuntariamente palabras obscenas y padecer 
obsesiones y compulsiones). 
Otro factor asociado al TOC es la superstición. La superstición es la falsa creencia 
de que, si algo ocurre, le seguirá una tragedia. Por ejemplo, la creencia de romper 
un espejo, derramar vino, o abrir un paraguas dentro de una casa puede conducir 
a un desastre. Las creencias supersticiosas están culturalmente determinadas. 
Con el fin de prevenir tragedias, algunas personas deben cumplir rituales. Por 
ejemplo, si alguien derrama vino sobre el mantel, debe arrojar sal por sobre el 
hombro izquierdo. 
Hace 250 años, los médicos ya sabían de la existencia del TOC. Sin embargo, no 
fue sino hacia finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX que se lo identificó y 
conoció mejor. A comienzos del siglo XX el TOC era considerado como una 
enfermedad principalmente orgánica, es decir, un trastorno médico localizado en 
el cerebro. A comienzos de la década de los 70, se inició un nuevo enfoque en la 
comprensión del TOC entre los profesionales del área y a partir de entonces se 
desarrollaron nuevas ideas. Estas ideas incluyen conceptos bioquímicos sobre por 
qué el TOC existe, la participación del cerebro como órgano fundamental en el 
desarrollo del TOC, la presencia de enfermedades asociadas al mismo y 
finalmente, los avances en el empleo de nuevos medicamentos y la utilización de 
6 
 
terapias de comportamiento que se han vuelto fundamentales para el manejo del 
trastorno (Yaryura y Fugen, 2001). 
El TOC destruye el bienestar de la persona. Uno pierde lalibertad de expresar su 
propia vida. El TOC también afecta la vida emocional, física y social de la persona; 
reduce el contacto con el mundo exterior, causando aislamiento y forzando al 
paciente a vivir una vida reservada. Aunque el paciente quiera disfrutar la vida, 
quiera trabajar y, por sobre todas las cosas, desee interactuar con otras personas, 
el trastorno desorganiza su vida cotidiana 
Desafortunadamente el TOC es bastante absorbente. Requiere obediencia y 
satisfacción continuas.se sufre el trastorno veinticuatro horas al día; la vida gira 
alrededor del TOC con sus temores indeseados, dudas obsesivas horribles, 
pensamientos despiadados y rituales agotadores. Todos estos síntomas funcionan 
continuamente, esclavizan, quitan esperanza y proyección del futuro, privando a 
los pacientes de alegría y paz. El TOC opera como un huracán dejando tras de sí 
desesperanza, tristeza, y suficiente ansiedad y estrés como para consumir la vida 
de una persona. 
Enfrentar tal enfermedad, que sistemáticamente esclaviza al paciente, deja, sin 
embargo, una opción: buscar ayuda. Pero esto se dice más fácil de lo que se 
hace. Al comienzo de la enfermedad, en la medida en que el paciente maneja sus 
síntomas bajo sus propios términos, no hay necesidad de intervención externa. 
Estos mecanismos de manejo tienen lugar porque muchos pacientes no saben 
que sufren de TOC. Ellos creen que sus ideas y comportamientos son correctos y 
que el mundo exterior es el que está equivocado. Muy difícilmente detectan el 
trastorno en sus inicios, cuando ya se desarrolló, la persona opta por creer que lo 
que hace es correcto y que las demás personas están mal, cuando por fin, el 
paciente sabe que es un trastorno, lucha con todas sus fuerzas por no tenerlo, no 
obstante, las obsesiones y compulsiones lo invaden y se da cuenta que no puede 
controlarlo por sí solo. El paciente con TOC mide la vida con otros parámetros, 
que desafortunadamente le causan muchas dificultades para convivir en sociedad 
7 
 
Dado a lo anterior, se abordará los rasgos obsesivos y el trastorno obsesivo 
compulsivo de la personalidad, del cual Yaryura y Fugen, (2001) argumentaba que 
desde hace 250 años ya se hablaba del TOC, pero en el siglo XX alcanza su auge 
y se empieza a conocer más y se define como una afección en la cual existen 
pensamientos forzados y que el sujeto no es capaz de rechazarlos. Por tanto, ello 
genera molestia, ansiedad y estrés en la persona y puede bajar la calidad de vida 
de éste. 
Foster (2002) enunciaba que el TOC es el trastorno más común en la población y 
puede diagnosticarse aún más en los hombres que en mujeres; no obstante, nadie 
está exento de padecer cualquier tipo de trastorno a cualquier edad ya que la 
historia personal de cada sujeto es totalmente distinta y es desde la niñez donde 
se puede observar claramente todo un conjunto de signos y síntomas para poder 
evidenciar el tipo de trastorno que se padece. 
Phillips y Gunderson (1995) indican que los niños con rasgos obsesivos provienen 
de padres demasiado controladores y exigentes y tienden precisamente a exigirle 
al niño un buen comportamiento de manera agresiva y por ende crecen 
aprendiendo que deben ser perfectos, a realizar sus actividades lo mejor posible y 
que no pueden equivocarse al ejecutar alguna tarea. 
Ello sin duda impacta demasiado en el niño ya que crece siendo inseguro, 
temeroso de no hacer bien las cosas y por estar tan preocupados de hacerlas 
perfectas, experimentan fuertemente sentimientos negativos y ansiedad. Esto se 
vuelve como un estilo de vida para el niño y en un futuro puede llegar a presentar 
marcadamente rasgos obsesivos e inclusive ser diagnosticado con Trastorno 
Obsesivo Compulsivo, no obstante, Adams (1973) señalan que no se ha 
determinado a ciencia cierta qué porcentaje de niños con rasgos de personalidad 
obsesivo compulsivo en verdad se convierten en adultos con TOC. 
Lo anterior pone de manifiesto que las personas adultas difícilmente acuden a 
recibir atención psicológica, por ende, no se diagnostican lo que da lugar a la poca 
exactitud en cifras sobre adultos con TOC. 
8 
 
En su investigación Adams (1973) al trabajar con niños obsesivos pudo encontrar 
que efectivamente tenían padres con rasgos obsesivos y al ser altamente estrictos 
y controladores, los niños perciben y tienden a tener y manifestar una conducta y 
comportamiento similares para lograr su aceptación y aprobación. 
Millon (1985) sostiene que una persona obsesiva es “conformista” ya que al haber 
sido educado por padres controladores en extremo el niño pudo desarrollar una 
identidad separada de éstos y de esta manera se conformará con actuar y 
apegarse estrictamente a lo que las normas parentales le exigen. Es por ello que 
en ocasiones puede observarse a padres con hijos como una copia de ellos 
mismos sin dar oportunidad a que éstos niños puedan desarrollar una propia 
visión de su mundo y tener la propia decisión de cómo actuar y comportarse ante 
las exigencias de la vida cotidiana. 
Por su parte Sullivan (1956) enuncia que el problema más grande en las personas 
con TOC es un nivel de autoestima extremadamente bajo ya que desde pequeño 
aprendió la “magia verbal” la cual consiste en enmascarar el verdadero estado de 
las cosas, es decir, aprenden a excusar el porqué de un golpe o de palabras poco 
apremiantes para ellos. Muy probablemente, en un futuro, cuando sean castigados 
lo justificarán sin problema alguno porque pensarán que es una correcta sanción 
ante la conducta errónea que han hecho. 
Así mismo, Angyal y Lavidor, (1965) hace hincapié en la baja autoestima ya que 
creía que las exigencias de los padres eran totalmente contradictorias para el niño, 
debido a sus acciones y sus sentimientos contradecían sus palabras, esto es, 
mientras que en un momento podían ser muy cariñosos con sus hijos, en otro 
momento podían comportarse de una manera distante y por obvias razones, el 
niño caía en una contradicción evidente al ser totalmente aceptados por un tiempo 
y luego de la nada ser rechazados de manera fría. 
Sin duda, todos estos eventos que causan la conformación de rasgos obsesivos el 
niño, muy probablemente cuando sea adulto se verá claramente marcados. Al 
respecto, Rachman, Richter y Hodgson, (1995) sostienen que la edad estimada 
para que aparezca el Trastorno Obsesivo Compulsivo es a los 20 años de edad, 
9 
 
pero es difícil que el TOC pueda o logre diagnosticarse antes de dicha edad ya 
que su curso es variable y difícil de predecir por que sin duda pueden existir 
estresores que pueden agravar el cuadro. 
Ya situados en esta edad, Beck y Freeman, (1995) indica que los rasgos de 
personalidad que caracterizan al TOC, son la obstinación, orden, una combinación 
de obsesiones, compulsiones; son personas muy ordenadas, pulcros, puntuales, 
organizados y meticulosos, pero sin duda, todo ello puede llegar a imposibilitar la 
eficacia en cuanto a las actividades y las tareas que el sujeto pretenda realizar. De 
igual manera, está la contraparte, donde se puede llegar a considerar que estos 
rasgos son virtudes que el sujeto tiene y le ayudan a desempeñarse tanto 
físicamente, en la escuela, en el trabajo, en casa etc. Es por ello que Reich (1945) 
denomina a éstas personas como “maquinas vivientes” ya que se encuentran tan 
ensimismadas en realizar y conducirse con perfección que se vuelven personas 
frías y sólo se enfocan en cumplir con su objetivo, se vuelven en extremo 
cuidadosos y si la tarea no sale como ellos lo esperan tienden a experimentar 
sentimientos negativos como ira, ansiedad, estrés, frustración, etc., al punto de 
que puedan llegar a sentirse fracasados. 
Tanto es el “compromiso” por cumplir y hacer las cosas perfectamente que no se 
dan cuenta de lo que dejan atrás, pierden contacto con su vínculo social y llegan al 
punto de dejar de lado actividades que tengan que ver con ocio porpensar o sentir 
que esto provoca que pierdan mucho tiempo, así mismo pasa con sus amistades a 
quienes dejan de frecuentar por sentir que en lugar de estar con ellos podrían 
estar realizando algo productivo y en consecuencia se convierten en personas 
inflexibles, solitarias y frías. 
Otra de las características principales en el pensamiento del obsesivo compulsivo 
según Freeman y Rachlis, (1995) es que suelen ser irracionales y disfuncionales, 
lo cual produce que el sujeto tenga emociones, conductas y respuestas 
fisiológicas inadaptadas, es decir, constantemente tiende a repetirse a sí mismo 
que debe realizar una tarea a la perfección e inclusive la enorme necesidad de 
tener que realizar alguna actividad él mismo porque si lo deja en manos de alguien 
10 
 
más podría ocurrir una fatalidad, luego entonces, esto le genera una gran tensión 
y ansiedad que no puede controlar hasta que él mismo se asegure de ejecutar la 
tarea. 
 
1.2 DEFINICIÓN 
El TOC es una afección caracterizada por pensamientos forzados, intrusivos, 
indeseados y persistentes que no pueden ser rechazados. Ellos vuelven a 
presentarse una y otra vez; da como resultado urgencias o compulsiones 
irresistibles que deben ser satisfechas de inmediato, ya que, de no ser así, 
generan una tremenda ansiedad (Yaryura y Fugen, 2001). 
Luego entonces, las personas sienten la enorme necesitad de ejecutar conductas 
para disminuir un tanto la necesidad que experimentan al tener pensamientos 
intrusivos, éstos pueden presentarse a lo largo del día y en un caso extremo hará 
que la actividad cotidiana de la persona se vea comprometida ya que no logra 
desempeñarse óptimamente. 
La característica esencial es la presencia de obsesiones o compulsiones de 
carácter recurrente lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de 
tiempo significativas (DSMIV-TR). 
Cuando el obsesivo empieza actividades generalmente tiene una enorme urgencia 
por terminarlas, de lo contrario siente culpa o la sensación de que algo malo 
puede ocurrir, es por ello que invierte gran parte de su tiempo para realizarlas y 
por ende se desconecta de la sociedad, de su grupo de amigos, etc y otras áreas 
se ven comprometidas. 
Una vez satisfecha la urgencia, la ansiedad disminuye, pero solamente para 
permitir a dicha urgencia crecer nuevamente más y más fuerte, lo que causa que 
la ansiedad vuelva a generarse, produciéndose así un círculo vicioso. El TOC 
causa dudas, incapacidad para tomar decisiones y titubeos que interfieren en tal 
medida con la vida que eventualmente no se puede funcionar. Cuando la persona 
experimenta un cuadro ansioso buscará de todas las maneras posibles hacer que 
11 
 
ésta se vaya, generando momentáneamente un estado de alivio, pero en 
determinado momento volverá a sentir esa ansiedad y ahora con más fuerza, por 
lo tanto, se vuelve en un acontecimiento de nunca acabar, luego entonces, esto 
ocasiona un desbalance en el sujeto dando como resultado la postergación de 
actividades o la mala toma de decisiones. 
Los pacientes pueden buscar la ayuda de otras personas para tomar decisiones, 
creando así una dependencia hacia las mismas. Esta dependencia, en los casos 
graves, puede asumir proporciones insospechadamente grandes, creando gran 
tensión emocional entre el enfermo y su familia. Además, esta interacción crea 
resentimiento hacia la persona encargada de tomar decisiones. Gradualmente las 
obsesiones y compulsiones se incorporan a la persona con TOC, entonces éste se 
convierte en una persona non-grata1. Además de los tres síntomas principales del 
TOC (obsesiones, compulsiones y duda) el trastorno presenta muchos otros 
síntomas Yaryura y Fugen, (2001). 
 
 De los síntomas obsesivos se pueden mencionar: 
 Sentirse excesivamente preocupado o innecesariamente responsable de 
otros. 
 Tener preocupaciones crónicas e irracionales sobre la suciedad y los 
gérmenes o sobre contaminarse de alguna manera. 
 Experimentar impulsos agresivos; sin embargo, estos impulsos suelen 
manifestarse como imágenes intrusivas en la mente del individuo, pero no 
siempre se convierten en acciones. 
 Imágenes inapropiadas, desagradables e indeseadas de carácter sexual y/o 
religioso. 
 Preocupaciones excesivas e irracionales sobre el orden, la disposición y/o 
la simetría de los objetos. 
 Pensamientos perturbadores de una naturaleza gráfica. 
 
1
 Persona que no es bien aceptada por una determinada comunidad o grupo social. 
12 
 
 
 En cuanto a los síntomas compulsivos destacan: 
 Arreglar los objetos constantemente 
 Comer la comida en un cierto orden o patrón 
 Verificar irracionalmente y luego volver a verificar que se hayan realizado 
ciertas actividades (tales como checar repetidamente que las puertas estén 
cerradas con llave) 
 Acumular objetos (tener una dificultad extrema para desechar objetos, 
incluso si son inútiles o poco importantes) 
 Experimentar la imposibilidad de dejar de repetir ciertas frases 
 Lavarse las manos repetitivamente 
 Limpiar excesivamente 
 Experimentar la incapacidad de dejar de realizar actividades repetitivas 
(tales como tener que encender y apagar la luz varias veces antes de salir 
de una habitación) (Hospital San Juan Campestrano, 2017) 
El trastorno obsesivo compulsivo se considera tradicionalmente como un 
desajuste neurótico similar a las fobias y a los estados de ansiedad. Las personas 
con este problema pueden tener mucha angustia y a menudo se sienten víctimas y 
desesperanzadas. Esto se debe generalmente a que las personas sienten gran 
miedo si no pueden realizar el ritual (lavado de manos, acomodación, etc.) y creen 
que algo muy malo puede pasar si no lo llevan a cabo, es entonces cuando se 
presentan sentimientos de desesperanza porque sienten que los demás no los 
entienden ni comprenden. 
Aunque los trastornos neuróticos se consideran normalmente menos 
incapacitantes que las enfermedades psicóticas como la esquizofrenia, el trastorno 
obsesivo compulsivo grave genera algunas veces mucha incapacidad y afecta 
drásticamente a la vida de las personas. Quizá es necesaria una pequeña 
explicación sobre los términos “trastorno neurótico” y “trastorno psicótico”. En 
términos generales, los trastornos neuróticos o neurosis son las enfermedades 
13 
 
psiquiátricas leves. El paciente neurótico es consciente de su problema, es decir, 
conserva su insight. Su contacto con el mundo exterior permanece relativamente 
intacto. Por el contrario, los trastornos psicóticos o psicosis, son enfermedades 
mentales más graves. El paciente psicótico puede carecer del insight referente a 
su trastorno y su contacto con el mundo exterior puede estar gravemente dañado. 
Con ello, se presume que, un paciente neurótico puede llevar a cabo su vida solo 
porque aún es consciente de su realidad, es decir, no existe un peligro inminente 
para él ni para los que lo rodean e inclusive es funcional para la sociedad; por el 
contrario, a un paciente psicótico no se le puede abandonar porque corre riesgos y 
esta desconectado de lo que pasa a su alrededor. 
La persona se queja de obsesiones y compulsiones o de ambas cosas a la vez, 
hasta el punto de afectar su funcionamiento diario y ocasionarle angustia. El 
diagnóstico psiquiátrico de la condición se hace normalmente sobre esta base. 
Esto refleja en los criterios diagnósticos generales (Padmal y Stanley, 1995). 
Lo anterior se ve reflejado en la problemática cotidiana del sujeto, esto es, 
empieza a tener dificultades al entablar relaciones sociales, su desempeño laboral 
se ve comprometido y en ocasiones se llega al despido, en el ámbito familiar la 
relación se ve afectada ya que los integrantes de ésta se quejan de los 
comportamientos de la persona que en ocasiones resultan exagerados y con la 
pareja la relación se torna difícil llegando al punto de una ruptura amorosa.A continuación, se presenta la síntesis de los criterios normalmente empleados 
para el diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo: 
A. Se cumple para las obsesiones y compulsiones: 
 Las obsesiones se definen por (1), (2), (3) y 4: 
1) Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se 
experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e 
inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos. 
2) Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples 
preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real 
14 
 
3) La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o 
imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o 
actos. 
4) La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes 
obsesivas son el producto de su mente (y no vienen impuestos como en la 
inserción del pensamiento). 
 
Las compulsiones se definen por (1) y (2): 
1) Comportamientos (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, 
comprobaciones) o actos mentales (p. ej., rezar, contar o repetir palabras 
en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar 
en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir 
estrictamente. 
2) El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la 
prevención o reducción del malestar o la prevención de algún 
acontecimiento o situación negativos; sin embargo, estos comportamientos 
u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con 
aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente 
excesivos. 
 
B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas 
obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no 
es aplicable en los niños. 
C. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, 
representan una pérdida de tiempo (supone más de 1 hora al día) o interfieren 
marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o 
académicas) o su vida social. 
D. Si hay otro trastorno del Eje I el contenido de las obsesiones o compulsiones no 
se limita a él (p. ej., preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, 
15 
 
arranque de cabellos en la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el 
trastorno dismórfico corporal, preocupación por las drogas en un trastorno por 
consumo de sustancias, preocupación por estar padeciendo una grave 
enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades o fantasías 
sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno 
depresivo mayor). 
E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. 
ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. 
Especificar si: 
Con poca conciencia de enfermedad: si, durante la mayor parte del tiempo del 
episodio actual, el individuo no reconoce que las obsesiones o compulsiones son 
excesivas o irracionales (DSMIV-TR) 
En este punto, es necesario definir qué es una obsesión y una compulsión. 
Padmal (1995) señala que una obsesión es un pensamiento, una imagen o 
impulso indeseado, intrusivo, recurrente, persistente y se caracteriza en gran 
medida por que invaden la conciencia de la persona misma que en ninguna 
medida desea tenerlas e inclusive trata de librarse de ellas. Dicha obsesión puede 
invadirla aun cuando se encuentra realizando cualquiera de sus actividades 
cotidianas, en la lucha por no tener tal obsesión, la persona sufre y llega a ser 
agotador, pero ello es imperceptible ante las demás personas. 
En consecuencia, la persona puede llegar a experimentar episodios de ansiedad 
ya que es constante tener ese tipo de pensamientos a tal grado que puede llegar a 
sufrirlos por una cantidad de tiempo considerables, la mayoría de las veces, las 
demás personas creen que es alguien distraído y difícilmente notan lo que esta 
persona padece. 
Una obsesión es un conjunto de ideas o imágenes que dominan al individuo y lo 
conflictúan, ocupando gran parte de su tiempo y teniendo características de 
pensamiento intrusivo. Habitualmente permanecen guardadas en secreto por el 
individuo, sin ser compartidas con nadie, por considerarlas absurdas o 
16 
 
vergonzantes. El paciente al comienzo quizá pueda justificarlo, pero pronto se da 
cuenta de su inutilidad y de que no puede desprenderse de él. Las ideas 
adquieren un carácter casi permanente y el enfermo no está en condiciones de 
rechazarlas o evitarlas (Baré y Borda, 2006). 
Lo anterior supone que la persona en efecto cree que esos pensamientos no son 
correctos, pero aun cuando lo crea no puede dejar de tenerlos, es por ello que 
busca actuar de manera habitual para que las demás personas no lo noten, no 
obstante, es evidente que puede tener altos niveles de ansiedad y estrés por vivir 
la lucha constante por controlarse. 
Los contenidos de las obsesiones son la contaminación y la suciedad, la 
enfermedad y las infecciones, la muerte, la violencia y la agresión, el daño y el 
peligro y los temas religiosos o morales son los más característicos. Existen 
también obsesiones referidas al sexo y en menor medida algunas otras 
completamente triviales o carentes de sentido (Padmal y Stanley, 1995). 
En éste sentido puede notarse claramente que basta observar, escuchar o sentir 
cualquier estímulo para que la persona experimente el pensamiento obsesivo y 
con esto, pueda experimentar ansiedad. 
 Existen ocho tipos de obsesiones más comunes que son los 
siguientes: 
a) Obsesiones de contaminación: Preocupaciones o disgustos, por secreciones 
corporales (orina, saliva, heces, semen y secreciones vaginales), preocupación 
por la suciedad, por contaminantes, por tóxicos ambientales, por artículos del 
hogar (limpiadores, solventes), o aprensiones acerca de no enfermarse por ellos. 
b) Obsesiones agresivas: Basadas en el temor o la posibilidad de dañar o lastimar 
a otros o a sí mismo. Se caracterizan por: la presencia de imágenes horribles o 
violentas, por el temor de decir blasfemias, por insultar o decir algo vergonzante y 
por el miedo a cometer delitos o actos reñidos con la moral o de ser responsable 
de que las cosas vayan mal y de que algo terrible pueda suceder como un 
incendio. 
17 
 
c) Obsesiones sexuales: Los pacientes refieren tener pensamientos o imágenes 
asociadas con mantener relaciones sexuales con niños o animales, relaciones 
incestuosas, tener conductas aberrantes o convertirse en homosexuales, etc. 
d) Obsesiones somáticas: Los pacientes se vuelven extremadamente 
preocupados y obsesionados por diversas funciones corporales, como la 
frecuencia cardiaca, su posibilidad de respirar, aspectos de su imagen corporal o 
anatómica, o el temor de desarrollar alguna enfermedad amenazante para la vida. 
Los temores más comunes se centran en padecer un ataque cardiaco, cáncer, 
enfermedades de transmisión sexual y SIDA (Baré y Borda, 2006). 
e) Obsesiones religiosas: Parecen estar ligadas culturalmente a pacientes que han 
tenido una educación muy estricta o códigos morales rígidos. Los pacientes 
comúnmente sufren la necesidad de confesar “pecados” inexistentes que suponen 
haber cometido y están preocupados por la culpa consiguiente (Greenberg, 1984). 
f) Coleccionismo: Uno de cada cinco de los enfermos de TOC sufren de 
coleccionismo patológico; puede llegar a tales extremos que las habitaciones de la 
casa quedan prácticamente cubiertas o abarrotadas de objetos (Zohar, 1991). 
g) Necesidad de simetría y precisión: El cuadro clínico en éstos casos, está 
dominado por la obsesión de colocar los objetos de manera simétrica o de tener 
los sucesos ordenados y hacer y deshacer ciertas acciones motoras de una 
manera exacta, por ejemplo, caminar hacia adelante y luego hacia atrás de la 
misma manera para entrar o salir de un lugar. 
h) Obsesiones de duda o responsabilidadpatológica: Estos pacientes son 
perfeccionistas y habitualmente han tenido padres meticulosos o hipercríticos. 
Usualmente su temor se centra en asegurarse que nada terrible vaya a suceder, 
otras veces se sienten invadidos por dudas permanentes acerca de temas de 
menor cuantía, por ejemplo, si han cerrado las puertas, ventanas o las llaves de 
gas. 
 Una compulsión es una conducta repetitiva y aparentemente finalista 
que se ejecuta de acuerdo a ciertas reglas o de forma estereotipada. Puede ser 
18 
 
completamente inaceptable o, a menudo, aceptable sólo en parte. Normalmente 
se produce el deseo de resistirse. La persona reconoce la irracionalidad y falta de 
sentido de la conducta y no obtiene ningún placer al efectuarla, aunque se 
produce una liberación de la tensión o un sentimiento de alivio a corto plazo 
(Padmal y Stanley, 1995). 
Una vez que el sujeto experimente la necesidad de llevar a cabo la conducta si y 
sólo si la ejecutará, pensando que esto le dará alivio y terminará con su ansiedad 
y temores, a pesar de ello, cuando finalice la conducta, luego de un tiempo volverá 
justamente esa incertidumbre y se dará cuenta que el alivio que le genera solo es 
momentáneo. 
Son actos o pensamientos a los que el sujeto recurre y cumple de una manera 
rígida y formal para intentar aliviar sus obsesiones (Baré y Borda, 2006). Existen 
diferentes tipos de compulsiones las cuales son: 
a) Compulsiones de lavado: Consisten en el lavado excesivo o ritualizado de 
manos o de todo el cuerpo. Desde el punto de vista simbólico se les podría 
relacionar con actos de purificación, similares a los ritos religiosos empleados en 
diferentes cultos, dado que incluyen varias formas de limpieza y suelen tener 
carácter ceremonial. 
b) Compulsiones de verificación: Pueden incluir la verificación de que no se ha 
dañado o que no se vaya a dañar a otras personas o a sí mismo, o que nada 
terrible haya sucedido o vaya a suceder. 
c) Otras compulsiones: Incluyen movimientos como el tocar, saltar, aclararse la 
garganta, balancearse, realizar movimientos estereotipados, escupir, necesidad de 
preguntar, confesar, contar o realizar rituales mentales. 
Por otro lado, Rachman et al, (1995) enuncia que una compulsión es meramente 
una conducta repetitiva y en ocasiones puede llegar a ser inaceptable o en su 
defecto aceptable pero solo en parte ya que cuando la conducta se vuelve 
extremista o inclusive ocasiona un daño en la persona se vuelve inaceptable, tal 
es el caso del lavado de manos, por sí sola es una conducta aceptable pero 
19 
 
cuando existe la compulsión de lavarse cada 30 minutos para poder liberarse de 
los gérmenes se convierte en una conducta inaceptable. 
A ello, la persona puede creer que son conductas totalmente normales que le 
permiten mantener su seguridad y que de no llevarlas a cabo podría ponerlo en 
riesgo e inclusive también a las personas que lo rodean, por tanto, tiene que 
ejecutarlas el número de veces que crea conveniente para que todo esté bajo 
control. 
 
1.3 ETIOLOGÍA 
Cuando se habla de la etiología del TOC, los numerosos estudios epidemiológicos 
de que se dispone en la actualidad señalan que la edad media de inicio del TOC 
puede fijarse alrededor de los 20 años (Karno et al., 1988). La distribución de las 
edades de inicio sigue un patrón bimodal, con un primer pico de aparición de la 
enfermedad que se situaría sobre los 10 años de vida y un segundo pico durante 
los primeros años de la edad adulta (Eisen, 1992, citado en Berrios, 2006). 
Si bien es cierto, los primeros síntomas se manifiestan en la infancia, no obstante, 
pueden aparecer en una edad más avanzada, lo que es seguro, es que cuando los 
niños empiezan a manifestar tales pensamientos e inclusive comportamientos 
obsesivos, los padres lo creen y consideran como normal puesto que es cuando 
ellos dotan de educación a los hijos y creen que esas conductas están bien. El 
verdadero problema surge cuando en la edad adulta estas conductas se vuelven 
totalmente necesarias y su ámbito social lo empieza a ver mal y lo etiqueta como 
una persona extremista. 
La edad de comienzo se refiere al inicio de la sintomatología, por lo generales 
durante la niñez o adolescencia; el 50% desarrolla TOC antes de los 15 años y el 
65% antes de los 25 años (Angst, 2004). Por lo general los hombres tienen un 
inicio más temprano que las mujeres, en ellas, el comienzo es más agudo y el 
curso episódico, presentando por lo general algún agente estresante identificable 
en el año que precedió al comienzo del TOC (Bogetto et al, 1999). Se ha descrito 
20 
 
un predominio de sujetos de sexo masculino en muestras de pacientes obsesivos 
de edad pediátrica (Rapoport, 1989). 
En algunos casos, basta con que la persona experimente un evento traumático 
para que se desencadene el trastorno, pero no es estrictamente un condicionante 
para desarrollarlo ya que como se ha mencionado, la mayoría de los casos se 
desarrolla en la infancia y se ve más marcado e instalado en la edad adulta. 
 A continuación, se presenta en cifras el trastorno obsesivo 
compulsivo en México, extraídas del Centro especializado en TOC: 
 De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 2.6% de la 
población mexicana padece de TOC, lo que quiere decir que 
aproximadamente 3 millones 68 mil personas luchan contra esta 
enfermedad. 
 El trastorno obsesivo compulsivo está dentro de los padecimientos 
psicológicos con mayor severidad. 
 El 70% de los mexicanos que padecen el trastorno lo desconoce. 
 El TOC es el cuarto trastorno con mayor demanda en los servicios 
psiquiátricos y psicológicos en México y su falta de atención puede 
ocasionar discapacidad, pérdida de empleo, alteraciones en relaciones 
sociales e interpersonales. 
 En México las personas tardan en promedio de 7 a 14 años en encontrar un 
tratamiento adecuado. 
 Pocos profesionales de la salud están entrenados adecuadamente para 
tratar el trastorno. 
 
Como se observa, el TOC es más común de lo que se cree y de lo que se conoce, 
no obstante, las personas no logran identificarlo por si solas, buscan ayuda 
cuando esto ya les generó un severo problema y es entonces cuando acuden a 
recibir atención profesional, el psicólogo los diagnóstica y caen en cuenta de la 
realidad de sus problemas. Desgraciadamente, en el sector salud, no todos están 
21 
 
capacitados para dar atención y tratamiento a este tipo de padecimientos, ello 
genera una problemática y contribuye a que exista un alto índice de personas con 
TOC sin recibir un buen tratamiento. 
Existen muchos mitos y estigmas en relación al TOC y sus causas, sobre todo en 
América Latina. Entre ellos encontramos los siguientes: 
 El TOC no es tratable. 
 El TOC solo tiene que ver con el lavado de manos y limpieza. 
 Las personas con TOC se preocupan por cosas distintas que las personas 
sin TOC. 
 Todos los maniacos de la limpieza padecen el trastorno. 
 Todos tenemos un poco de TOC. 
 El estrés causa el trastorno. 
 La raíz del TOC se encuentra en la infancia. 
 El TOC es raro en niños. 
 El TOC es más común en hombres que en mujeres. 
 Exámenes clínicos confirman el TOC. 
 El TOC es un problema de fuerza de voluntad. 
 Las personas con TOC fingen sus síntomas. 
 El TOC es una enfermedad nueva. 
 El TOC es un castigo de Dios. 
 El TOC es contagioso. 
 La mala alimentación tiende a desarrollar TOC. 
 Una persona con TOC carece de Serotonina. 
 Es mi culpa que mi hijo padezca de TOC. 
Dichos mitos resultan comunes por que se difunden de voz y las personas 
erróneamente los adopta y los cree, tal es el caso aquellos sujetos que creen que 
al ir al doctor les dará algún tratamiento médico que aminore sus síntomas, o bien, 
cuando pasa desapercibido dicho trastorno en los niños porque es raro que lo 
puedan tener, esto desemboca en que cuando ya está el TOC instalado las 
22 
 
personasque lo rodean empiezan a detectarlo, lo etiquetan y se alejan de él, tal 
rechazo debido a que creen que es contagioso y lo empiezan a excluir de su 
círculo social. 
Muchos estudios muestran que una proporción elevada de pacientes adultos 
obsesivo compulsivos no están casados y que la tendencia a permanecer solteros 
es mayor en los hombres que en las mujeres (Padmal y Stanley, 1995). 
Cuando se tiene una pareja sentimental que no comprende y no conoce de tal 
trastorno, muy difícilmente puede convivir con la persona con TOC ya que puede 
considerar que esta “loco” o simplemente no tolera ciertas conductas, dando como 
resultado una fractura y en casos extremos se llega al divorcio, de ahí que la tasa 
de personas solteras sea más alta. 
Considerados de forma global, los pacientes con TOC permanecen solteros con 
mayor frecuencia que los sujetos de la población general (Steketee et al., 1987). 
Un dato aceptado en la actualidad es que una proporción significativamente 
superior de mujeres obsesivas que de hombres con esta patología están casadas. 
Esta diferencia puede estar relacionada tanto con el inicio más precoz del TOC en 
hombres lo que podría dificultar la consolidación de una relación de pareja 
(Boggetto et al., 1999). 
Si bien es cierto, los hombres desarrollan TOC a una edad más temprana que las 
mujeres, por lo tanto, resulta lógico que no logren entablar una relación conyugal a 
diferencia de las mujeres dado que a cierta edad se comienza la búsqueda de una 
pareja y si ya se padece de dicho trastorno se complica más la situación 
sentimental y aumenta la ansiedad en las personas. 
Algunos estudios sugieren que existe una contribución genética, pero ésta no hace 
que nadie desarrolle específicamente un trastorno obsesivo compulsivo. Lo que 
parece ser heredado es una hipersensibilidad emocional generalizada o una 
tendencia neurótica que puede predisponer a la persona a desarrollar alguna 
forma del trastorno de ansiedad (Padmal y Stanley, 1995). Con esto, queda de 
23 
 
manifiesto que el TOC no es heredado pero debido a la neurosis puede ser un 
factor por el cual, resulte más fácil que la persona lo desarrolle. 
La elevada incidencia de historia de TOC entre los familiares de primer orden de 
los pacientes obsesivos es un hallazgo reconocido desde hace años (Kringlen, 
1965). Algunos estudios señalan en este sentido, que los antecedentes familiares 
de TOC parecen ser especialmente frecuentes entre los pacientes obsesivos con 
un inicio más precoz de la enfermedad (Nestadt, 2000). 
Si se tiene una madre, un padre o inclusive un hermano que padecen de TOC, 
entonces, será más fácil y común que otro integrante de la familia lo desarrolle, 
puesto que puede adquirir los mismos patrones de comportamiento 
aprendiéndolos por medio de la observación y de la práctica. De esta forma, el 
trastorno puede instalarse desde una edad muy temprana. 
Rachman et al, (1995) señalan que los pacientes con TOC describen globalmente 
a sus padres como sobreprotectores, críticos y controladores, pero plantean 
además que algunos patrones educativos podrían asociarse con el desarrollo de 
ciertos contenidos obsesivos. Si los padres resultan demasiado punitivos con el 
infante, puede llegar a desarrollar en él la perfección y el deseo de tener todo bajo 
control, mismo que le generará altos niveles de ansiedad al niño y buscará actuar 
de tal forma en que los padres no puedan reprenderlo. 
Alonso et al., (2001) detectan que la única relación significativa entre patrones 
educativos y dimensiones clínicas corresponde a la mayor frecuencia de 
obsesiones y compulsiones de acumulación en los pacientes que describen haber 
percibido una menor calidez emocional por parte de sus progenitores. Es por ello 
que se llega apreciar a adultos que llenan sus casas de cosas innecesarias, 
basura y objetos con el objetivo de llenar algún vacío que generaron sus padres al 
ser tan rígidos con el menor. 
En relación con la situación laboral, se ha descrito un índice de desempleo entre 
los pacientes obsesivos superior al de la población general (Grabe et al., 2000). 
En este sentido, cuando la persona tiene que realizar conductas tales como 
24 
 
verificar llaves de gas, puertas, iluminación, etc. le consumirá más tiempo y por 
ende, ocasionará retrasos y llegadas tarde al trabajo, por otro lado, podría decirse 
que el trastorno llegaría a ser favorable en el sujeto si lo aprovecha para explotar 
su trabajo al máximo, pero son más los aspectos negativos que los positivos, ya 
que si la persona se encasilla en entregar un trabajo cien por ciento pulcro y 
perfecto podría entregarlo a destiempo y generar un castigo laboral. 
La influencia de los factores estresantes no se limita únicamente a su relación con 
el inicio del trastorno, sino que éstos pueden aparecer, de hecho, a lo largo de la 
historia natural del TOC e influir en su curso (Pollit, 1957). Los pacientes 
obsesivos sometidos a situaciones de alto estrés presentaban mejorías clínicas, 
estudios posteriores describen un empeoramiento de la sintomatología obsesiva 
que coincide con los estresores vitales (Rasmussen et al, 1991). En cierto punto, 
la exigencia a una persona con TOC puede derivar en que haga muy bien su 
trabajo, no obstante, con el tiempo esto resultará contraproducente ya que el 
sujeto puede llegar a desbordarse y que el trastorno empeore. 
Por otra parte, son más frecuentes las experiencias estresantes de diversos tipos 
en el intervalo de tiempo que precede a una aparición más gradual del trastorno. 
Estas incluyen el exceso de trabajo, el embarazo y el parto, los problemas 
maritales o sexuales, la enfermedad y la muerte o enfermedad de un familiar 
cercano (Padmal y Stanley, 1995). Basta con tener algún evento de estos para 
que la persona empeore y el trastorno se agudice debido a que el sujeto no puede 
manejar tanta ansiedad y presión que experimenta, resulta peor aun cuando el 
sujeto se encuentra en tratamiento ya sea farmacológico, psicológico, etc. ya que 
podría ocasionar una crisis en él. 
 
 
 
 
 
25 
 
2. CAPÍTULO II ABORDAJE DEL TOC 
 
2.1 ANSIEDAD 
Para tener un significado elaborado de lo que es ansiedad se puede analizar la 
etimología de la misma, la cual enuncia que la palabra ansiedad proviene del latín 
anxietas, que significa congoja o aflicción. Consiste en un estado de malestar 
psicofísico caracterizado por una turbación, inquietud o zozobra y por una 
inseguridad o temor ante lo que se experimenta como una amenza inminente. 
Cuando la ansiedad es leve produce una sensación de inquietud, intranquilidad y 
desasosiego. Cuando es muy severa puede llegar a paralizar al individuo, 
transformándose en pánico. Dependiendo del grado de amenza que se perciba, 
será el grado de ansiedad que el sujeto experimente, dando como resultado en él, 
un estado de perturbación y la mala ejecución de sus actividades. 
Por lo tanto, se puede inferir que, la ansiedad no sólo es un estado que altera el 
cuerpo en si del individuo, sino que también altera la psique y pensamientos 
llegando a ocasionar que el sujeto quede en estado catatónico y que no reaccione 
ante las exigencias del medio. 
Es necesario, preguntarse cuándo la ansiedad es “normal” y cuándo puede 
diagnosticarse como un síntoma o un síndrome. La ansiedad se suele considerar 
como una reacción normal si es suscitada por un peligro “realista” y desaparece 
cuando el peligro ya no está presente. Si el grado de ansiedad es muy 
desproporcionado con respecto al riesgo y a la gravedad de un peligro posible, y 
persiste, aunque no haya ningún peligro objetivo, entonces la reacción se 
considera anormal. 
No es lo mismo, experimentar ansiedad por un examen y dejar de tenerla cuando 
ya se ha resulto dicha prueba a seguir experimentándola con más fuerza después 
de haberlo presentado, por lo tanto, se podría hablar de un síndrome o síntoma 
como tal. 
26Otra manera de plantearlo es valorar el impacto de la reacción en el 
funcionamiento del individuo. Si se sufre mucho, si existe algún efecto 
psicosomático (por ejemplo, colitis o dermatitis) y si el funcionamiento intelectual o 
el ajuste social/profesional quedan dañados, entonces se puede afirmar que una 
persona tiene ansiedad clínica o anormal, aunque los síntomas no encajen con un 
síndrome bien definido. Beck (2014). Es necesario observar los cambios que se 
tiene en el sujeto a partir de experimentar altos niveles de ansiedad, si el daño es 
suficiente como para inhabilitarlo en su esfera biopsicosocial, entonces se está 
frente a un caso severo puesto que la persona ya no puede desempeñarse 
óptimamente en sus actividades por el mismo temor o bien, por somatizarlo. 
Ahora bien, se hará mención de algunos autores, los cuales dan sentido y 
significado de la palabra ansiedad. Para H. Cía (2007) p.31 
“La ansiedad es una emoción psicobiológica básica, adaptativa ante un 
desafío o peligro presente o futuro. Su función es la de motivar 
conductas apropiadas para superar dicha situación y su duración esta 
en relación a la magnitud y la resolución del problema que la 
desencadenó. La ansiedad es una respuesta normal, ligada al instinto 
de conservación de la especie, pudiendo transformarse en una 
respuesta patológica cuando ocurre de modo innecesario y 
desproporcionado, interfiriendo negativamente en la vida laboral, social 
y familiar. Dicho instinto de conservación no sólo se observa en las 
personas, sino que también se manifiesta en los animales al sentirse 
amenazados y, por ende, reaccionan atacando”. 
La ansiedad puede durar un breve lapso o bien, puede prolongarse cuando no se 
tiene un buen control o la capacidad de reacción no es acorde al nivel de amenaza 
que se experimenta en el momento. Tener una capacidad de reacción ante una 
situación amenazante habla de un buen control emocional y ansioso, pero cuando 
dicha ansiedad paraliza al sujeto y no da pie para su defensa se convierte en algo 
patológico y más aún, si causa problemáticas en su esfera biopsicosocial. 
27 
 
Para el autor francés que añadió la idea de ansiedad a la literatura Guy de 
Maupassant, (1882, citado en Coher, 1979) p.34 señala que: 
“La ansiedad es algo espantoso, una sensación atroz, como la 
descomposición del alma, un espasmo alarmante del pensamiento y del 
corazón del cual el simple recuerdo trasmite un temblor de agonía por 
todos los huesos… no la sentimos delante de los peligros conocidos; la 
sentimos en circunstancias raras bajo ciertas influencias misteriosas, 
frente a peligros vagos.” 
Siguiendo con la definición del autor, se puede mencionar que el sujeto puede 
sentirse y saberse ajeno ante un peligro, como si solo fuera un espectador, pero 
no lo es, puede quedar atónito ante una determinada situación amenazante. Tal 
acontecimiento puede ser recordado con el tiempo y puede volver a experimentar 
el mismo nivel de ansiedad como si lo estuviera experimentando en ese momento. 
Spielberger (1972), la define como “un estado emocional displacentero, 
caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, aprehensión o preocupación 
y por activación del sistema nervioso autónomo”. Esto es, experimentar 
sensaciones como sudoración excesiva, temblor en manos y piernas, presión en el 
pecho y sensación de ahogamiento. 
La Asociación Psiquiátrica Americana (APA), en 2013, la definía “como aprensión, 
tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es 
desconocida”. El sujeto puede presentar ansiedad desde ver un cuchillo, hasta ver 
un simple carro, no existe un acontecimiento, cosa o sujeto en específico que 
cause ansiedad, todo depende justamente de la persona. 
En el glosario de términos técnicos de la última versión del DSM-IV-TR (2013) la 
define como “la anticipación aprensiva de un futuro peligro o adversidad, 
acompañada por un sentimiento de disforia o síntomas somáticos de tensión. El 
foco del peligro anticipado puede ser interno o externo”. 
A diferencia de la APA, en esta definición se habla de que el peligro se conoce, 
puede que lo desencadene el temer a un despido o bien, el sentir que el estado de 
28 
 
salud pueda ser catastrófico, esto son muestras claras de algo que no se conoce, 
pero se espera que pasen y ello en sí genera ya ansiedad en el individuo. 
Por su parte, Simpson (1980) define a la ansiedad como una característica de la 
personalidad de responder a ciertas situaciones con un síndrome de respuesta al 
estrés. Existen personas que viven en sentido de la ansiedad y lo ven como algo 
normal y un tanto funcional porque eso les ayuda a reaccionar ante diversas 
situaciones de la vida cotidiana, basta con hablar con otras personas para 
experimentar nerviosismo, salir a la calle y pensar que si no sale a tiempo podría 
llegar tarde o sencillamente creer que algo malo podría ocurrir en el trabajo. 
Por otro lado, Coher (1979) indica que la ansiedad no es el miedo normal, innato o 
aprendido que se asocia invariable y específicamente con objetos potencialmente 
nocivos; señala el comienzo de una reacción inteligente ante el peligro. Es decir, 
que, para este autor, la ansiedad es claramente el miedo intenso al fracaso, algo 
que impide la satisfacción y, en consecuencia, lo lleva a experimentar sentimientos 
de desesperanza e incertidumbre. No necesariamente tiene que ver con alguna 
cosa u objeto en específico. 
Para lograr un manejo de la ansiedad Vázquez (2001) propone el empleo de 
técnicas de control de la respiración que son procedimientos diseñados para dotar 
al sujeto de control voluntario de la respiración, de manera que pueda utilizar 
patrones respiratorios adecuados, especialmente en los momentos de estrés, 
donde la respiración se encuentra alterada. Son procedimientos fáciles de 
aprender, que pueden ser adquiridos en una sola sesión de aproximadamente una 
hora de duración, si bien para llegar a automatizarse y apreciar sus efectos 
profundos requieren una práctica persistente durante cierto tiempo. 
Ello se convierte en una herramienta fundamental para el sujeto, ya que a través 
de ellas logra mantener un autocontrol ante situaciones en las que llega 
experimentar estrés y ansiedad, lo positivo de esto radica en que no necesita una 
guía una vez que ya ha aprendido el manejo de éstas y son sumamente fáciles de 
realizar no importando el lugar o ambiente en el que se encuentra la persona. 
29 
 
Dichas técnicas se dirigen a conseguir una respiración diafragmática y un ritmo 
respiratorio más lento y regular que es incompatible con la hiperventilación y 
reducen la activación fisiológica y psicológica, generando un descenso de la 
irritabilidad, de la fatiga y de la ansiedad y una sensación generalizada de 
tranquilidad y bienestar. Es por ello que se han aplicado como única estrategia de 
intervención o en combinación con otras técnicas, en el tratamiento de trastornos 
de ansiedad ante situaciones determinadas, ansiedad en las relaciones 
personales, ansiedad generalizada, depresión, agresividad, obsesiones y fatiga 
crónica. (Vázquez, 2001). 
Por lo tanto, el beneficio que ofrecen al individuo es evidente ya que producen una 
sensación pasiva, regulan los efectos negativos en el cuerpo producidos por la 
ansiedad y ayudan a que el sujeto pueda afrontar las exigencias del medio y de 
esta manera logre tomar decisiones optimas ante cada problemática o situación 
real. 
Su principal objetivo es entrenar a los sujetos en el control voluntario de la 
respiración para mejorar la capacidad funcional de los pulmones. Una vez que los 
sujetos conocen la forma de controlar la respiración, pueden aprender a 
automatizar este control de forma que su regulación se mantenga incluso en 
situaciones de estrés. 
Ya que se ha aprendido el proceso de estas técnicas, el sujeto puede gozar del 
bienestar y cuando logra el autocontroly dominio de éstas puede mantenerse de 
una forma tranquila aun a pesar de estar ante situaciones complicadas y 
amenazantes para él. 
Estas técnicas son fáciles de aprender, pueden ser aplicadas en cualquier lugar 
sin necesidad de tener que interrumpir la actividad que se está llevando a cabo y 
pueden ser utilizadas cuando sólo se dispone de cortos intervalos para retomar el 
control de la activación. Además, aquellas personas que tienen dificultades para 
imaginar responden mejor a los métodos respiratorios que a otras técnicas de 
relajación que requieren la capacidad de autosugestión. 
30 
 
Si bien, debido al nivel de vida de las personas, muchas veces se tiene poco 
tiempo para sí mismo y para realizar actividades de distracción, por tal motivo, la 
mente y el cuerpo lo resiente, pero justamente resulta necesario tomarse un 
tiempo breve cuando sienten que las situaciones los están sobrepasando. De ahí 
que se aplique este tipo de técnicas, por su facilidad y practicismo para 
ejecutarlas. 
 
2.2 TEORIAS 
 Existen diversas teorías que explican el curso del trastorno. La teoría 
psicodinámica señala que hace pocas décadas se enfatizaba el papel de la 
educación rígida, puritana, normática y fría en la etiopatogenia del TOC, así como 
las represiones en la primera infancia (Ballús, 1971). Se valoraba el papel 
desempeñado por rígidas creencias, adquiridas a través de la educación en la 
etiología del TOC (Esteve, 1995). 
Debido a que los padres eran demasiado punitivos, distantes anímicamente de los 
hijos, exigentes y un tanto contradictorios, causaban que en los niños existiera 
confusión y todo ello desembocaba en que los menores llevaran a cabo conductas 
obsesivas, ya sea por llamar la atención de los mismos o bien, inconscientemente 
lo hacían. De igual manera, los padres seguían esos patrones de comportamiento 
e ideología por parte de sus padres, así, todo esto se pasaba de generación en 
generación. 
Alonso et al., (2001) encuentran que los pacientes obsesivos percibían mayor 
rechazo de ambos progenitores y menor calidez emocional durante la infancia que 
el grupo de control, sin que se constatasen diferencias en la percepción de 
sobreprotección parenteral en ambos grupos. Si bien, existen extremos en 
conducta, puede que los padres sean totalmente sobreprotectores o, por el 
contrario, que sean por demás distantes con los hijos, no es netamente un 
condicionante para que los sujetos padezcan TOC pero si pueden contribuir a que 
se manifiesten rasgos o síntomas y en un futuro este instalado el trastorno. 
31 
 
La teoría conductista indica que en el aprendizaje de los síntomas obsesivos 
concurren secuencialmente los dos tipos de aprendizaje: clásico y operante o 
instrumental. En un primer estadio, un estímulo neutro (condicionado) se 
condiciona al asociarse a otro que, de forma innata, produce ansiedad, de forma 
que el estímulo neutro ya condicionado adquiere las mismas propiedades 
aversivas que el estímulo incondicionado (Marks, 1981). 
En el segundo estadio rige el paradigma del refuerzo negativo, según el cual se 
instauran nuevas respuestas (conductas de evitación) que el sujeto aprende para 
disminuir la ansiedad que le provocan los estímulos condicionados. En el 
obsesivo, las conductas de evitación adquieren una forma ritual para conseguir la 
reducción de la ansiedad (Rachman et al, 1995). 
En este sentido, el obsesivo luchará con todas sus fuerzas no tener pensamientos 
obsesivos y buscará evitarlos para conseguir tranquilidad, no obstante, esto no 
ocurre ya que otra vez los seguirá experimentando y quizá con mayor fuerza. 
Las conductas obsesivas adultas son módulos de comportamiento que en otra 
época de la vida fueron útiles para reducir la ansiedad (Wolpe, 1958). Lo que en 
un tiempo resulta favorable para el sujeto, en otro tiempo puede ya no ocasionar el 
mismo efecto, por lo tanto, se buscará otro comportamiento que pueda aminorar la 
ansiedad que generan ciertos estímulos. 
La conducta obsesiva puede observarse bajo el prisma del conflicto evitación-
evitación, ya que tanto si el ritual se realiza como si no, las consecuencias son 
negativas para el sujeto. El hecho de acabar incurriendo en la conducta patológica 
(ritual) indica que para el paciente las consecuencias de realizarla son menos 
aversivas que las de no hacerlo (Teasdale, 1974). Toda vez que el sujeto 
experimente la necesidad de realizar tal conducta, buscará ejecutar el ritual para 
aliviar la ansiedad ya que para él resulta menos aversivo recaer en el ritual que no 
hacerlo y el resultado será por tanto menos catastrófico. 
Por otra parte, la teoría del aprendizaje en dos estadios de Mowrer, (1939, citado 
en Hollander y Simeon, 2004) ha dado origen a un importante modelo conductista 
32 
 
sobre la adquisición y mantenimiento de los síntomas obsesivo-compulsivos. En el 
estadio I, la ansiedad viene condicionada clásicamente por un acontecimiento 
específico ambiental (es decir, un condicionamiento clásico). Después la persona 
empieza a realizar rituales obsesivos (respuestas de evitación o escape) para 
disminuir su ansiedad. Si lo consigue con éxito, será más probable que este 
comportamiento compulsivo se repita en un futuro (estadio II, condicionamiento 
operativo). Se producirá un condicionamiento de orden superior cuando otros 
estímulos neutrales, como palabras, imágenes, pensamientos, se asocian al 
estímulo inicial y tiene lugar una difuminación de la ansiedad asociada. El 
comportamiento ritualizado conserva la respuesta de miedo, porque la persona 
evita el estímulo desencadenante y también su extinción. La reducción de la 
ansiedad tras los rituales también mantiene el comportamiento compulsivo. 
En cuanto a la teoría cognitiva se resalta que las conductas compulsivas se 
desarrollan como una actividad reductora de las amenazas que el paciente teme 
subjetivamente. Los síntomas aparecen en situaciones específicas que tienen una 
alta probabilidad de generar temor y precisan conductas que reduzcan la ansiedad 
(Salkovkis, 1988). Resulta inexplicable cómo algo tan pequeño como una imagen, 
palabra u objeto pueden llegar a desencadenar un estado de ansiedad en las 
personas. En la mayoría de las ocasiones no existe tal peligro, pero el sujeto cree 
fielmente lo contrario y esto le genera un temor intenso dando como respuesta que 
se lleve a cabo una conducta obsesiva. 
Determinados tipos de pensamiento y procesos cognitivos son muy característicos 
del TOC y pueden contribuir, si no a su génesis, sí a mantenerlo. Los 
pensamientos sobre la responsabilidad, especialmente los intrusivos acerca de la 
responsabilidad, pueden ser un factor fundamental en el comportamiento 
obsesivo. Generalmente, los obsesivos tienen cierta tendencia a la perfección, por 
tanto, invierten mucho tiempo en tratar de realizar sus actividades de manera 
detallada y no se detienen hasta terminar las tareas ya que piensan que de no 
terminarla puede ocurrir algo malo. 
33 
 
Se ha observado que los pacientes con TOC controladores no presentan 
alteraciones en la memoria, algo que podría justificar su necesidad de 
comprobación excesiva. También se ha observado que los pacientes con un TOC 
tienen deficiencias en la atención selectiva y se ha propuesto que éstas se pueden 
relacionar con su menor capacidad de ignorar de forma selectiva los estímulos 
cognitivos neutros (Salkovskis 1988). Algo que podría parecer totalmente lógico en 
las personas obsesivas sería la necesidad de estar comprobando si han movido 
de lugar sus cosas, o si algún cuadro de la casa está mal puesto e inclusive si su 
ropa no está en el espacio que han determinado atribuido a su memoria, pero 
resulta refutable ya que no se tienen registros de casos en el fallo o disfunción de 
ésta. 
Los pacientes obsesivos evitan la ambigüedad y la incertidumbre, por intolerancia 
a las mismas; tienden necesidad de posponer lasdecisiones finales para ganar 
información; muestran dificultades en la toma de decisiones por anticipación de 
consecuencias desfavorables y generalmente, tienen un pensamiento 
catastrofista, vinculado a una exagerada sensibilidad hacia circunstancias 
aversivas reales o imaginarias (Emmelkamp, 1982). Tanta es la necesidad por 
terminar las cosas “perfectamente” que buscan posponer para ganar tiempo y 
mejorar la oportunidad, piensan que si no lo entregan tal y como lo visualizan 
podría generarles una consecuencia negativa y terrible, siempre tienen que 
evaluar y re evaluar la situación para emitir un veredicto ya que tienen que valorar 
las diversas opciones y alternativas. 
En el modelo de los procesos cognitivos, se pone énfasis en la existencia de 
déficits en los procesos cognitivos básicos, como atención, memoria y 
estructuración de la información recibida (Steketee et al, 1987). Esto podría 
explicar la mala captación de la realidad en ellos, la no discriminación en estímulos 
cognitivos como ya se mencionó con anterioridad y el hecho de que tengan la 
necesidad de comprobar que efectivamente las cosas se encuentren tal y como 
ellos las han ordenado. 
34 
 
Hamilton (1957) demostró que el estilo cognitivo del obsesivo tiende a evitar la 
ambigüedad de forma más acusada que los sujetos normales o ansiosos, 
probablemente por la mencionada intolerancia a la incertidumbre. 
El obsesivo tiene un sistema de creencias inflexible y estático que tiende a 
plantear su relación con el mundo en forma de dicotomías drásticas (bueno-malo, 
limpio-sucio, verdad-mentira) que no admiten ningún margen de error o de 
inseguridad (Berrios, 2006). Es claro que los obsesivos son totalmente rígidos y 
muy difícilmente cambian de opinión sobre algún ámbito, no soportan la indecisión 
y siempre siguen la dirección que ellos creen que es la correcta, para ellos no 
existe un justo medio, simplemente es o no es. 
Los pacientes con TOC pueden tener dificultades para prestar atención a ciertos 
estímulos e inhibir la atención hacia el material irrelevante, así como mayor 
sensibilidad hacia la información relacionada con sus temores (Steketee, 1998). 
Ellos perciben la realidad como un todo y no separan lo que puede resultar 
innecesario, quizá sea por eso que aumentan los miedos en el obsesivo ya que 
siempre están a la expectativa de algo catastrófico, pero difícilmente reaccionan 
de manera óptima. 
Por otro lado, dentro de las teorías neurobiológicas se encuentra el modelo 
evolutivo etológico donde justamente se presume que la asociación entre el TOC y 
un trastorno en los ganglios basales presenta uno de los mayores retos de la 
psiquiatría actual. 
Hollander y Simeon. (2004) explica que los ganglios basales son una estación de 
control, que filtra los impulsos de entrada procedentes de la corteza orbitofrontal y 
del cíngulo y media la ejecución de los patrones motores. Las obsesiones y las 
compulsiones se consideran patrones de acción fija específicos para la especie, 
que suelen ser adaptativos, pero que en el TOC tienen lugar de forma inadecuada 
y se vuelven repetitivos y excesivos. Este proceso se puede deber a un estado de 
incremento de los impulsos internos o a un aumento de la respuesta frente a 
estímulos generadores externos. Por ejemplo, los comportamientos del TOC, 
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como una limpieza o un ahorro excesivos, pueden ser una manifestación 
disregulada de los comportamientos de ahorro o acicalamiento normales. 
Se sospechaba que los trastornos de los ganglios basales estaban implicados en 
la patogenia del TOC, dada la estrecha asociación entre este trastorno y el 
síndrome de Gilles de la Tourette en el cual la disfunción de los ganglios basales 
determina la aparición de movimientos involuntarios anormales y también con la 
córnea de Sydenham, otro trastorno de los ganglios basales Swedo (1989). Si 
bien, ello no es un factor que desencadene como tal el TOC, pero si se convierte 
en una manera de explicar el origen y mantenimiento del mismo. 
Algunos datos vienen en apoyo de una base biológica para los pacientes con TOC 
e involucran a los ganglios basales. El hecho de que la mayoría, si no la totalidad 
de la patología asociada, recayera en los ganglios basales concentró en ellos la 
atención de los investigadores. Este grupo de estructuras ubicadas por debajo de 
la corteza cerebral ha sido tradicionalmente, consideradas como un conjunto de 
estaciones de paso entre los estímulos sensoriales aferentes y las respuestas 
motoras y cognoscitivas procedentes de los centros superiores (Lorenz, 1966). 
Numerosos daños cerebrales que son resultado de una lesión en los ganglios 
basales (por ejemplo, dolor de cabeza, tumores cerebrales, intoxicación por 
monóxido de carbono) se han relacionado con el inicio del TOC (Bassas, 2004). 
Es entonces cuando se retoma la importancia de la salud, ya que por algo que 
pareciera insignificante como un dolor de cabeza podría a dar pie para 
diagnosticar el trastorno y recibir un tratamiento adecuado. 
Por su parte Rapoport (1989) sostiene que derivado de las observaciones hechas 
en regiones del lóbulo frontal o en estructuras de los ganglios basales que se han 
dado justamente por traumatismos craneoencefálicos patología infecciosa o 
epilepsias, tumores y accidentes cerebrovasculares podrían dar precisamente la 
pauta para el inicio de la sintomatología obsesiva agravando el cuadro si en efecto 
el sujeto ya presenta rasgos obsesivos. 
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En el modelo explicativo del origen del TOC por alteraciones en el ganglio basal, 
hay implícita una perspectiva neuropatológica sobre el TOC en la que los síntomas 
obsesivo-compulsivos se consideran como patrones fijos de liberación inapropiada 
(Swedo et al 1989). 
En el modelo neuroanátomico se postula que en el área órbito-frontal de la corteza 
frontal, el cíngulo emitiría señales “automáticamente generadas”, independientes 
del entorno, ocasionando, de algún modo un corto circuito entre las vías aferentes 
(sensoriales) y la respuesta (comportamiento). Éste corto circuito se produce por 
la hiperactividad metabólica cortical, la cual “desinhibe” el sistema de filtro estrío-
palidal liberando, así, conductas más primitivas o arcaicas denominadas 
conductas de “subrutina” tales como las de aseo o chequeo muy semejantes a las 
observadas en los rituales del TOC. El fallo en el control inhibitorio de la corteza 
órbito-frontal daría lugar a la aparición de sentimientos de culpa, depresión, 
ansiedad anticipatoria y rumiaciones obsesivas. Por otra parte, disfunciones a 
nivel talámico liberarían impropiamente conductas automáticas, subrutinas y 
rituales (Eccles y Zeier, 1985). 
 
2.3 TRATAMIENTO 
Las personas que sufren de TOC y que no tienen acceso a un tratamiento 
adecuado, pueden ser susceptibles de presentar distintos efectos negativos a 
largo plazo. Adicionalmente, de no tratarse, es probable que los síntomas del TOC 
sigan intensificándose, causando una afectación adicional en la vida del individuo. 
A continuación, de acuerdo con datos del Hospital San Juan Campestrano (s/a) se 
enlistan algunos ejemplos de los efectos que pueden surgir cuando no se trata la 
existencia del Trastorno Obsesivo Compulsivo: 
 Desempeño laboral deficiente, conllevando a la pérdida del empleo. 
 Ausencias frecuentes en el trabajo. 
 Aparición de conductas autolesivas o realización prolongada de las mismas. 
 Aislamiento social. 
 Afectación de las relaciones interpersonales. 
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 Ser vulnerable al desarrollo de una adicción a las drogas y/o al alcohol. 
 Pensamientos y comportamientos suicidas. 
Como se puede observar, las consecuencias de no recibir un tratamiento 
adecuado generan consecuencias negativas en las personas que van desde la 
afectación personal hasta el deterioro social y familiar e inclusive, que el propio 
sujeto canalice todo esto tomando algunas adicciones llevándolo a empeorar

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