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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE PSICOLOGIA SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA TALLER PREVENTIVO SOBRE DEPRESION REFORZANDO LA AUTOESTIMA EN AMAS DE CASA DE 30 A 45 AÑOS EN UNA POBLACION RURAL. NOMBRE DEL ALUMNO: DOMINGUEZ ESQUIVEL IXBAAC NAYELLI OPCION DE TITULACION: TESINA DIRECTORA: LIC. LIDIA DIAZ SANJUAN CIUDAD UNIVERSITARIA, MEXICO, D. F. JULIO, 2012. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A las mujeres que inician con un sueño, Apuntaladas para no caer por Profesores y Amigos; A todos mi gratitud Eterna… Dedicada a mi familia; Pilar de la vida, Base del éxito y superación que enfrento. A todos aquellos que estuvieron conmigo, Y a quienes, con su ausencia; Me fortalecieron… El humor es la única muralla entre nosotros y la oscuridad. M. Van Doren 3 INDICE Pág. RESUMEN 6 INTRODUCCION 8 CAPITULO I. DEPRESION EN LA MUJER 11 1.1 Definición. 13 1.2 Características Generales 14 1.3 Historia de la Depresión 15 1.4 Mecanismos Neurobiológicos implicados en la depresión. 16 1.5 Clasificación de la Depresión. 18 1.5.1. Rol del Grupo Familiar 19 1.5.2. Depresión Normal 20 1.5.3. Trastorno Distímico 21 1.5.4. Depresión Mayor. 22 1.5.5. Desorden Bipolar (maniaco- depresivo). 22 1.5.6. Depresión con Rasgos Atípicos 24 1.5.7. Depresión Estacional o Desordenes Afectivos (SAD) 25 1.5.8. Depresión Posparto 25 1.5.9. Depresiones con Rasgos Psicóticos o Delirantes. 26 1.5.10. Depresión con Rasgos Melancólicos (depresión endógena). 26 1.5.11. Los Estados Mixtos. 27 1.5.12. Trastorno Ciclotímico. 27 1.6 Factores Psicológicos. 28 1.7 Factores Sociales. 30 4 CAPITULO II. AUTOESTIMA EN LA MUJER 35 2.1 Antecedentes. 35 2.2 Definición de autoestima 37 2.3 Factores que determinan la autoestima. 37 2.4 Niveles de Autoestima. 38 2.4.1 Autoestima alta (Equilibrada). 38 2.4.2. Autoestima Baja. 40 2.5 Autoestima en la Mujer. 42 2.6 Evaluación y Tratamiento. 50 2.7 Estrés y tratamiento de la depresión en la mujer 51 2.8 Definición de Estrés. 54 2.9 Causas de Estrés. 55 2.10 El estrés y la mujer. 58 2.11 Violencia hacia la mujer como antecesor de la depresión. 64 2.12 Tratamientos para la Depresión. 66 2.12.1. Terapias con medicamentos. 68 2.12.2. Terapias sin medicamentos. 69 2.12.3. ¿Cómo se trabaja una Depresión? 70 5 CAPITULO III. PROPUESTA 72 3.1 Justificación. 72 3.2 Taller Preventivo sobre Depresión Reforzando la Autoestima en amas de casa de 30 a 45 años en una población rural. 74 Primera Sesión 76 Segunda Sesión 78 Tercera Sesión 79 Cuarta Sesión 80 Quinta Sesión 81 CONCLUSIONES 82 REFERENCIAS 86 6 RESUMEN Según datos de la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental, elaborada por reconocido laboratorio, la depresión es una enfermedad frecuente: el 12 por ciento de las mujeres y el 7% de los hombres han presentado algún trastorno depresivo en un momento de su vida. Esta enfermedad generalmente afecta diversos ámbitos de la vida cotidiana de quien la padece. Con la inserción de la mujer al ámbito laboral se le duplicaron los roles a esta, por un lado aquella que desempeña las labores propias de un hogar como atender al esposo la crianza y educación de los hijos, y la que tiene que salir a trabajar fuera de casa, quien además de cumplir con las tareas antes mencionadas, debe cumplir con responsabilidades propias de su trabajo, esta duplicación de roles puede hacerla más vulnerable ante la depresión, el estrés y tener autoestima baja. Por lo anterior, el objetivo de este trabajo se fundamenta en la prevención de la depresión en un grupo vulnerable como son las mujeres, las cuales también son el pilar de la estabilidad emocional dentro de la familia. Se estructuro una guía sobre depresión, en la que se explica que es la depresión, porque nos deprimimos, como influye la historia personal, que hacer y a dónde acudir cuando se tienen los síntomas, de forma fácil y entendible para cualquier tipode mujer. El taller debe ser aplicado en círculos de mujeres de 10 como máximo para una mayor comprensión del tema, con el único objetivo de prevenir y atender oportunamente los síntomas si es que existen, canalizándolas a alguna institución competente o simplemente, reconocer los síntomas si es que estos se presentan. El objetivo del Taller es que el grupo obtenga información, así como las herramientas necesarias para la prevención y tratamiento de la Depresión con el desarrollo de una autoestima sana (equilibrada). A través, de actividades grupales, 7 vivenciales que propicien el análisis, la reflexión, la expresión de pensamientos y sentimientos, para de este modo poder favorecer y reforzar los temas de autoconocimiento, la autoaceptación y autovaloración positiva. Para que el participante obtenga una imagen más realista de sí mismo utilizando herramientas de restructuración cognitiva. Palabras claves: Depresión, Autoestima y Género femenino. 8 INTRODUCCION Al mencionar la palabra Depresión, las mujeres se asustan, porque piensan que eso solo les pasa a las personas dementes, es interesante como se percibe la salud mental, cuando se presentan síntomas emocionales. Desde esta visión que se genera en la cultura machista, se considera que las mujeres son de naturaleza débil, vulnerables y con carencias. Su psicopatología es reducida a problemas relacionados con su funcionamiento reproductivo, síndrome premenstrual, depresión posparto, climaterio, esterilidad, etc. Esta visión trivializa las quejas de las mujeres, y se les propone que se traten con medicamentos, porque piensan que sus malestares son de origen biológico, dando poca importancia a los factores sociocultural que las originan. Por otra parte, los accidentes, el suicidio y l probabilidad de morir por cualquier enfermedad clínica, son más elevados en la población con trastorno depresivo mayor según estudios de la (ECA, Are de Capacitación Epidemiológica de los Estados Unidos). Estos estudios señalaron que los pacientes de 55 años o más con trastorno depresivo mayor tenían una tasa de mortalidad 4 veces mayor, para cualquier enfermedad, que la esperada para esos pacientes sin depresión. Por otro lado, de los pacientes con depresión mayor severa que requieren hospitalización, más del 15% muere por suicidio. No es difícil imaginar las consecuencias, del diagnóstico demorado o tardío de un cuadro de depresión, o de la no aceptación o cumplimiento del tratamiento. El presente trabajo tiene como finalidad crear un taller que hable sobre la Depresión en cualquier grupo de mujeres, para que estas sepan prevenir, identificar, y comprender los síntomas, además de identificar los lugares a los cuales acudir si se presentan. Se analizan los principales problemas de salud mental que afectan a las mujeres, desde una perspectiva que tiene en cuenta la construcción social. Así mismo, la primordial importancia de los recuerdos en su vida, y las vicisitudes de sus vidas 9 cotidianas, el objetivo es orientar a las mujeres, dándoles confianza en grupo sobre las dudas que tengan sobre el vasto tema de la Depresión, reafirmar su autoestima como consecuencia de entender los síntomas de esta enfermedad. Cuando el líder de la familia se deprime, y en este caso la mujer; base de la familia, la cual se ha encargado de cuidar las necesidades familiares y hogareñas durante años, preparar fiestas y reuniones, cuidar a los nietos, asistir altibajos emocionales o económicos del cónyuge y, en general, de mantener la familia cohesionada. El inicio de la enfermedad depresiva precipita de forma inmediata conflictos familiares. Los componentes del grupo desean sinceramente ayudar al deprimido, pero carecen de capacidad y conocimientos para colaborar en el proceso terapéutico; la inestabilidad de la estructura familiar aumenta la ansiedad de cada miembro y pueden aparecer relaciones coléricas, conflictos o competencias, sobre todo entre los hijos, cuando algún miembro de la familia intenta asumir en la emergencia el papel de líder. Cuanto más vulnerable se torne la persona con depresión, es más probable que espere la ayuda de los hijos. Ayuda que representa una pérdida de tiempo debido a que los familiares no lo saben o no pueden. Por el contrario, la familia con sentido de responsabilidad hacia sus otros miembros pueden proporcionar una ayuda importante. El deprimido se percibe como una carga para la familia. Puede sentir que ya no tiene lugar dentro del grupo, como si hubiera dejado de compartir sus intereses y actividades. Puede desarrollar inseguridad, baja autoestima si se considera extraño a su familia. Es por todo lo anterior que se pretende realizar este Taller con el único objetivo de concientizar y prevenir, para que la depresión no se convierta en un problema más grave. 10 El capítulo I llamado: Depresión en la Mujer, define y menciona las características generales, su historia y los mecanismos neurobiológicos implicados. Así como, su clasificación y factores psicológicos o sociales. Del capítulo II: Autoestima en la Mujer, se definen los antecedentes, su concepto, los factores que la determinan, tipos de autoestima, el concepto de autoestima en la mujer específicamente y por último, su evaluación y tratamiento. Posteriormente, se menciona al estrés definiéndolo como causa, su interacción con la mujer y como afecta la violencia siendo un antecesor de la depresión. Los distintos tratamientos para la depresión y específicamente como se debe trabajar una depresión. En el tercer y último capítulo, Propuesta; menciono el taller propiamente dicho, su justificación y la diversa estructura como se conforma, con el seguimiento minucioso de cada una de sus cinco sesiones, con las distintas actividades a desempeñar y el material necesario para su realización. 11 CAPITULO I 1. DEPRESION EN LA MUJER. INTRODUCCION La depresión es reconocida como un problema de salud pública (Blazer, Kessier, Gonagle y Swartz, 1994). Estudios recientes realizados por Desjarlais, Eisenberger, Good y Kleinman (1996); Frenk, Lozano y Gonzalez- Block (1994) y Rios (2003) han demostrado el impacto y la trascendencia de este padecimiento ocupando hoy día el cuarto lugar entre las enfermedades más discapacitantes, se estima que para el 2020 será la segunda causa de morbilidad, por lo que solo le llevara la delantera a enfermedades del corazón. En México se han encontrado que cuatro millones de personas padecen algún síntoma de depresión (Consenso 2002). El problema de la depresión de acuerdo a Calderón y Narváez (1999) tiende a aumentar en los próximos años, por los siguientes motivos: 1. El promedio del índice de expectativa de vida está aumentando en todos los países, por lo que también se ha incrementado el número y porcentaje de personas con mayor riesgo de padecerla. 2. El rápido cambio del ambiente psicosocial que permite la exposición cada vez mayor del individuo y de grupos sociales a un ambiente de tensión intenso y creciente con la que se da la situación de desarraigo, desintegración familiar, aislamiento social e información sobrecargada lo que predispone a un aumento en la prevalencia de algunos tipos de trastornos psiquiátricos, muchos de los cuales son de tipo depresivo. 3. El aumento de la morbilidad de padecimientos crónicos como el reumatismo, los trastornos gastrointestinales, cerebrovasculares y los problemas neurológicos que, según se han demostrado, se asocian con depresión en 20% de los casos- 4. El uso creciente de medicamentos, algunos de los cuales, pueden causar depresión, como los antihipertensivos, las fenotiacinas y varios preparados 12 hormonales, como los anticonceptivos orales que gran número de mujeres consume.Por lo anterior, cada vez es mayor el número de personas con diagnóstico de depresión en los hospitales generales, consultorios médicos y centros de salud. La depresión severa hace que los individuos más vulnerables al suicidio, debido a ello, se ha observado que en Estados Unidos los intentos de suicidio se han incrementado de forma alarmante, en especial entre los jóvenes y más aún entre las mujeres menores de 30 años (Gasto, Vallejo y Menchon, 1993). Otro dato interesante, es que en la actualidad la aparición de la depresión se presenta a edades más tempranas. Antes de la primera guerra mundial recalcaban que la frecuencia de la “melancolía involuntaria” se daba entre los 40 y 50 años. Un estudio que se efectuó en el Centro de Salud Mental de Massachusetts después de la Segunda Guerra Mundial, revelo que la edad promedio de este tipo de enfermos era de 40 años. Por otra parte, estudios recientes en Estados Unidos indican que la edad promedio de pacientes deprimidos es de 30 años, lo que muestra que la depresión se está presentando en personas más jóvenes (Calderón y Narváez, 1999). En México en una encuesta realizada en el Instituto Nacional de psiquiatría (INP), encontró que los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad aparecen a edad más temprana, y en ocasiones, por el uso de ciertas sustancias (Rios, 2003). El mismo autor encontró que entre las enfermedades con el nivel más alto de discapacidad se encuentran: la depresión, el abuso del alcohol, el trastorno bipolar o maniaco depresivo, el trastorno obsesivo compulsivo y la esquizofrenia. Concluyendo que de acuerdo a estudios realizados en México y otros países, se pierden anualmente hasta 30 días laborales por problemas de depresión mayor y 14 por lesiones físicas (Rios, 2003) Durante las últimas tres décadas, se ha registrado un continuo incremento del cuadro depresivo entre las personas que viven en las comunidades, debido al cambio ecológico que ha sufrido el mundo. Sin embargo, en la actualidad se 13 cuentan con talleres eficaces para la detección oportuna, así como la forma de tratamiento. Así mismo, en el Instituto nacional de Psiquiatría, se encontró que el estilo de vida y el nivel de estrés son importantes en la génesis de los trastornos mentales del país (Rios, 2003). La depresión es un trastorno del estado de ánimo más frecuente en el género femenino que en el masculino, con una relación de dos a uno (Caraveo, Colmenares y Saldivar, 1999; Elliot, 2001). Estudios epidemiológicos realizados en la mayoría de los países occidentales muestra que por cada hombre deprimido existe el doble de mujeres con la misma afección. A estas cifras se debe sumar la sospecha que impera tanto en medios científicos como en el sentir general, de que las mujeres que padecen estados de depresión leve o pasajera, y que no consultan a los especialistas, son todavía más numerosas (Gasto, Vallejo y Menchon, 1993). 1.1 DEFINICION La depresión debido a sus múltiples maneras de manifestarse y debido a la gran multiplicidad de sus causas es un poco difícil de definir. No obstante en términos generales podríamos definirla como un estado mental mórbido caracterizado por lasitud, desaliento y fatigabilidad acompañado con frecuencia de ansiedad más o menos acentuada. Forma mínima de la melancolía. Del latín depressio, hundimiento. Generalmente este es el estado experimentado por quienes la padecen, una sensación de hundirse lenta y gradualmente. Tanto el estado depresivo como la depresión propiamente dicha, interfieren en la persona produciendo alteraciones en su medio, en su familia, en el trabajo y en su sexualidad. Una de las características principales que acompañan este cuadro es la ansiedad. De acuerdo a las investigaciones clínicas realizadas y a la experiencia cotidiana de muchos psicólogos en el tratamiento de pacientes depresivos se puede causar 14 la depresión como el resultado de múltiples causas y factores que adquieren carácter relevante (como pueden ser factores biológicos y psicosociales). Los factores psicosociales son determinantes en la adquisición y desarrollo de la depresión pues de estos dependerá el tipo y la intensidad de la misma. La predisposición hereditaria a la depresión es también aspecto de interés para contraer la enfermedad pero también influye la historia personal desde el momento del nacimiento. La educación también influye en la predisposición para contraer la depresión. Se puede decir que aun en el caso de no existir factores hereditarios es posible la adquisición de esta enfermedad, a partir de las experiencias y situaciones pasadas y actuales de la persona. Tal es la magnitud de este fenómeno y su diversidad de formas de manifestarse que algunos la apodan como la plaga del presente milenio. 1.2 CARACTERISTICAS GENERALES Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo que son características de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y duración importante con signos y síntomas asociados, marcadamente distintos a la normalidad. Es una tristeza sin razón aparente que la justifique. Es una enfermedad tratable que puede afectar a las personas sin ninguna edad en especial, sexo o situación social. Las características clínicas de la depresión desembocan en cuatro grandes categorías: - Estado de ánimo (afecto): triste, melancólico, infeliz, hundido, vacio, preocupado, irritable. - Cognición; perdida de interés, dificultades en la concentración, baja autoestima, pensamientos negativos, indecisión, culpa, ideas suicidas, alucinaciones, delirio. - Conducta: retraso, o agitación psicomotriz, llantos, abstinencia social, dependencia, suicidio. 15 - Somático (físico): trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), fatiga, aumento o disminución del apetito, pérdida o aumento de peso, dolor, molestias gastrointestinales, disminución de la libido. (Hales, 1998). La característica esencial de un episodio depresivo mayor es un periodo de al menos dos semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste, esto según el DSM - IV, el cual, permite realizar un diagnóstico oportuno. 1.3 HISTORIA DE LA DEPRESION. Desde hace muchos años y en diferentes culturas se han dado explicaciones sobre el fenómeno depresivo. Son parecidas a las de hoy pero expresadas con interpretaciones religiosas o mágicas donde la víctima y loa espectadores no lo valoran como una enfermedad. Los griegos descubrieron esta enfermedad, ya que se decía que Demócrito se había vuelto loco y para ello, mandaron llamar a Hipócrates quien le detecto haber pasado por una fase depresiva y más tarde por una fase de hipertermia. Demócrito vivía rodeado de esqueletos y este le conto a Hipócrates que deseaba encontrar una cura para su enfermedad para así curar a otros que la padecieran. El síntoma dominante de la depresión es la tristeza. Los pensadores cristianos, hablaban de las ideas de San Pablo quien decía que había dos tipos de tristeza, la tristeza según Dios y la tristeza según el mundo que produce la muerte. De un principio se decía que la depresión era un pecado, con el paso de los años fue considerándose una enfermedad. Según Freud la causa de muchas depresiones es psicológica. Kraepelin rechazó la interpretación psicoanalítica de Freud, para él la depresión era de causa orgánica vinculada a factores hereditarios. Todo consiste en una alteración del metabolismo en los sectores que afectan al sistema nervioso. 16 1.4 MECANISMOS NEUROBILOGICOS IMPLICADOS EN LA DEPRESION. A menudo la depresión se observa en el transcurso de múltiples enfermedades médicas que pueden determinar trastornos del estado de ánimo. Entre las enfermedadesglandulares se destacan: el híper e hipotiroidismo, es decir, el funcionamiento exacerbado o disminuido de la glándula tiroides; la insuficiencia de la glándula suprarrenal; la diabetes y el climaterio. El sistema nervioso central puede ser afectado por trastornos inductores de depresión, como los tumores cerebrales; el mal de Parkinson; los traumatismos de cráneo; los accidentes cerebrovasculares; la esclerosis múltiple, etc. Así también, las condiciones psiquiátricas diferentes a la depresión, pero que pueden determinarla, como el alcoholismo y la drogodependencia; las demencias en fase precoz; la personalidad antisocial, los trastornos de ansiedad como el trastorno de pánico y las fobias, y otras como la anorexia nerviosa y la bulimia. En el transcurso de enfermedades clínicas y cardiológicas también es frecuente la depresión, como por ejemplo en las coronariopatías, las enfermedades cerebrovasculares, la fibromialgia, la insuficiencia renal crónica o hepática, las enfermedades crónicas como el SIDA, la tuberculosis, y las provocadas por virus en general. Finalmente, entre otras enfermedades y estados debemos recordar el cáncer y su diseminación; los periodos postoperatorios de cirugías; los tratamientos con radioterapia, y el déficit vitamínico o de minerales, muy pocas veces tenido en cuenta como causa de depresión. Estos trastornos del estado de ánimo debidos a enfermedades médicas se caracterizan por una alteración del ánimo notable y persistente, a veces expansivo e irritable. (Gutiérrez, 2006). En la depresión; se destaca la alteración en la actividad de las neuronas de serotonina en el tronco encefálico, "un problema que se subsana por completo tras el tratamiento antidepresivo". Asimismo, disminuye el factor neurotrófico BDNF en el hipocampo, hecho que podría relacionarse con la atrofia neuronal que se observa a veces en el tejido post-mortem de pacientes deprimidos. Además, en cuanto a los niveles de los neurotransmisores, se ha hallado que la disminución 17 del GABA en el hipocampo ventral "no se soluciona tras el tratamiento antidepresivo, algo que influiría en la vulnerabilidad a las recaídas que sufren muchas personas". El estrés crónico provoca alteraciones en la expresión de los genes implicados en la plasticidad neuronal, a la par que disminuye la proliferación celular y el nacimiento de nuevas neuronas. Los niveles de noradrenalina y serotonina, así como su equilibrio entre si desempeñan un papel importante en la forma de reaccionar ante los diferentes eventos de la vida diaria, como sentir alegría cuando se ve a un ser querido o llanto cuando se ve una película triste (Calderón- Narváez, 1999). También se puede hablar de cierta herencia genética, ya que se ha encontrado en pacientes con depresión que sus padres, abuelos o tíos padecieran también este trastorno y de ahí quizá heredaron la tendencia a deprimirse. Personas sensibles que en ocasiones toman algunos medicamentos para enfermedades como hipertensión, ansiedad (ansiolíticos), pueden tener depresión (Lara, 1995). Por otro lado, Andreasen, Zametkin, Guo, Baldwin y Cohen (1994), han observado en estudios con personas deprimidas, que algunas tienen cantidades anormales de ciertas hormonas en la sangre (tiroideas, adrenales). Por lo que, esto hace pensar que el aumento o disminución de la producción de estas puede interferir en la química del cerebro y llevar a la depresión. Cuando la glándula tiroides no funciona adecuadamente, puede haber dos tipos de problemas: Hipertiroidismo (si libera demasiada hormona tiroidea) o Hipotiroidismo, (si libera muy poca hormona tiroidea). Cualquiera de estos trastornos puede llevar a la depresión, siendo más común, la depresión en pacientes con hipotiroidismo. Algunas personas con depresión tienen demasiada hormona adrenal o cortisol en la sangre. El exceso de cortisol puede alterar directamente la función cerebral o el equilibrio natural de los neurotransmisores en el cerebro. También la actividad del Hipotálamo se relaciona con la depresión debido a que este regula la secreción de hormonas. Produce y libera proteínas pequeñas (péptidos) que actúan sobre la glándula hipófisis en la base del cerebro. Estos 18 péptidos estimulan o inhiben la liberación de varias hormonas a la corriente sanguínea, cuando se percibe una amenaza potencial, alerta a lo que se conoce como el eje HPA hipotálamo, glándula hipófisis y glándulas suprarrenales. Estos forman el sistema hormonal que regula la respuesta del cuerpo al estrés. Y se ha observado que la gente con depresión tiene actividad aumentada del eje HPA (Calderón- Narváez, 1999). Las mujeres durante su vida atraviesan por una serie de eventos, la mayoría de ellos relacionados con la situación hormonal, como son: la menstruación, el parto, el posparto, la menopausia y el síndrome denominado “nido vacío”. Las mujeres tienen mayor riesgo que los hombres y los estrógenos pueden ser una de las razones. Se cree que estos alteran la actividad de los neurotransmisores que contribuyen a la depresión, muchas mujeres presentan un estado de ánimo deprimido durante la fase premenstrual de sus ciclos mensuales. Algunas sufren depresión posparto, después del nacimiento de su bebe. Otras tienen depresión alrededor de la menopausia. Esto se debe a que todos estos son tiempos en los que disminuye los niveles de estrógeno (Bar, 1999) 1.5 CLASIFICACION DE LA DEPRESION La depresión se presenta de distintas formas, cada una con sus características propias que las diferencia del resto si bien cabe decir que hay aspectos comunes entre ellas al igual que otras enfermedades como las del corazón. Aquí se describen las formas más comunes de la enfermedad, sin embargo; dentro de estos tipos, hay gran variedad de síntomas y grados de severidad. Existen antecedentes y situaciones que predisponen a presentar cuadro depresivo. Ellos son: Episodios previos de depresión Historia familiar de trastornos depresivos Intención o intentos previos de suicidio Sexo femenino 19 Edad de comienzo por debajo de los cuarenta años Periodo de seis meses posteriores al parto Existencia de alguna enfermedad orgánica Falta de apoyo social Abuso o dependencia actual de fármacos o drogas Situaciones muy estresantes. Al ser frecuente los síntomas orgánicos durante la depresión, esto puede determinar una tendencia al reposo o la reclusión, lo que conduce al aislamiento social. (Gutiérrez, 2006). 1.5.1. Rol del Grupo Familiar. La participación del grupo familiar es de extraordinaria importancia en todas las instancias de la depresión tal como lo es cualquier situación de salud- enfermedad de uno de sus miembros. La medicina asistencial como sabemos, se basa en el triángulo paciente- familia- medico. La familia, en tanto constituye el medio social inmediato del individuo, tiene un rol fundamental en cómo y de que enferman sus miembros, como y cuando solicitan atención médica y también en la manera en que se produce la resolución del problema. El grupo familiar en el que el individuo nace y crece es, o puede ser, el generador de la enfermedad depresiva y participar en todo el proceso psico- dinámico o evolutivo del paciente. Y es, sin duda, elemento decisivo en la relación médico- paciente, favoreciendo y potenciando el proceso terapéutico o entorpeciéndolo, distorsionándolo o neutralizándolo, contribuyendo a una evolución negativa. (Gutiérrez, 2006). La asistencia a depresivos implica actuar sobre el núcleo familiar inmediato más que sobre la familia ampliada (nietos, hermanos que no conviven, etc.). El núcleo familiar está formado por los familiares que conviven o comparten el mismo hogar. 20 Algunos de los roles que puede adoptar los familiares del paciente con depresión son: Familiar facilitador: miembro de la familia que oponealgún tipo de resistencia a la intervención médica facilitando así el desarrollo de la enfermedad. Este individuo puede crear obstáculos para la intervención terapéutica por distintas y complejas razones. Es en vano buscar su colaboración, no hace nada por el paciente. Familiar víctima: este percibe la enfermedad del familiar como un peligro directo para sí mismo. Se siente amenazado o dañado por la situación. Es posible que critique al médico, por no poder curar al paciente, aun en momentos iniciales del proceso terapéutico. Familiar líder: es aquel que se hace cargo de las decisiones y acciones familiares durante las situaciones de crisis. Su actitud es calma e intelectual en sus contactos con el médico. Puede ser un familiar médico o psicólogo. Es muy útil, para planificar apoyos concretos, a pesar de parecer mantenerse a mayor distancia que otros del propio paciente. Familiar cuidador: suele tratarse de un individuo con tendencia natural a hacerse cargo de la atención del enfermo, hasta el punto de no encontrar ninguna otra actividad gratificante, ni significativa fuera de ese rol. Concurre a las entrevistas, controla la toma de fármacos y es el primero en ver la mejoría o falta de respuesta al tratamiento. Familiar fugitivo: evita los contactos y no se ocupa ni se preocupa por el enfermo. Quizá funcione bien fuera de la familia, pero se muestra muy resistente a integrarse a ella en situaciones de conflicto. Su toma de distancia puede ser muy perjudicial si es el único familiar; de lo contrario, es mejor para las circunstancias actuales del paciente. (Gutiérrez, 2006). 1.5.2 Depresión normal: Es un condicionamiento normal de la perdida de la vida, incluyendo tristeza, somnolencia y en algunos serios casos (como la muerte de un ser querido) 21 desesperación, furia, insomnio, pérdida de apetito, aumento de peso, obsesión y culpa. 1.5.3. Trastorno Distímico: Se trata de pacientes crónicamente depresivos, la mayor parte del día, en la mayoría de los días, durante al menos dos años, con significativo deterioro social, laboral o de otras áreas importantes. Para realizar el diagnostico, los síntomas no pueden estar ausentes por más de dos meses en el periodo de dos años y se requiere la presencia de dos o más de los siguientes síntomas: 1. Perdida o aumento de apetito 2. Insomnio o hipersomnia 3. Falta de energía o fatiga 4. Baja autoestima 5. Dificultades para concentrarse o tomar decisiones 6. Sentimientos de desesperanza. Este cuadro suele iniciarse en la infancia o en la adolescencia y cursa en forma intermitente y de baja intensidad a lo largo de décadas Incluye crónicas depresiones de humor, poca autoestima y algunos síntomas de depresión mayor, se consideran a sí mismos como perdedores, son callados, no es necesario una pérdida o un cambio drástico en la vida, es un estado confuso tanto para él como para las personas que le rodean, cualquiera puede sufrir Distimia sin ninguna causa especifica. Es característico en estas personas un temperamento depresivo: son tristes, pesimistas, pasivas, introvertidas, escéptica, quejosas, hipercríticas, con autoreproches, desprecio de su propia persona y miedo a fracasar. Hoy se combina la psicoterapia interpersonal y la terapia cognitivo- conductual con la farmacoterapia para el tratamiento de estos pacientes. 22 1.5.4. Depresión Mayor: A menudo causa una desesperación tan grande que la persona pierde interés en la vida, se vuelve incapaz de sentir placer y pierde interés en el sexo, no puede salir de la cama y deja de comer por varios días. Puede acompañar enfermedades serias como la diabetes, cáncer, artritis, etc.; y para que se considere una depresión mayor debe presentarse durante dos semanas presentando los siguientes síntomas: problemas de sueño (insomnio o somnolencia), problemas de apetito (pérdida de apetito o peso), falta de energía (apatía, somnolencia o falta de interés), sentimientos de desesperanza y/o terrible culpa, dificultad de concentrarse o indecisión, pensamientos o intentos suicidas. El 25% de las personas que padecen este tipo de depresión intenta matarse. 1.5.5. Desorden Bipolar (Maniaco- Depresivo): Uno de cada cinco pacientes con trastorno depresivo, desarrolla también franca hipomanía o manía, generalmente lo hacen a los cinco años del comienzo del cuadro depresivo. Los factores que predicen el viraje de un trastorno depresivo a bipolar son: a. Comienzo de la depresión antes de los 25 años b. Depresión post- parto c. Episodios frecuentes de depresión d. Rápida mejoría del estado de ánimo con los antidepresivos e. Antecedentes familiares (3 generaciones consecutivas) Estos pacientes alternan estados de ánimo depresivos y, a veces, un alto grado de hiperactividad. Los episodios maniaco- depresivos son más cortos que el trastorno unipolar, es decir, solamente depresivo (de 3 a 6 meses). Comienza a edades más tempranas, son más abruptos los inicios de sus episodios y más cortos los intervalos que los separan. 23 Estos pacientes presentan ciclos de depresión y manía o euforia. En ocasiones, los cambios de ánimo pueden ser dramáticos y muy rápidos, pero, en general son graduales. La manía afecta el pensamiento, el juicio y el comportamiento social, de manera tal, que puede causar serios problemas al individuo que la padece, pudiendo tomar, por ejemplo, decisiones financieras arriesgadas y poco aconsejables. Si bien, el estado de ánimo del ser humano oscila entre la felicidad, la tristeza y la irritabilidad, lo normal es que estas variaciones sean de poca magnitud, transitorias y que o interfieran con la vida diaria. Sin embargo, en casos especiales ocurren cambios notorios en el estado de ánimo que ocasionan que una persona esté en extremo feliz y con el paso de los días, sufra de depresión. Esta condición se conoce con el nombre de enfermedad maniaco depresiva o enfermedad bipolar (porque a persona oscila entre los dos polos opuestos: el sentimiento exagerado de bienestar, o manía, y la depresión) los cuales se repiten a ciertos intervalos de tiempo. a) Trastorno Bipolar I: se le conoce como la alternancia de episodios maniaco floridos con los de depresión mayor, presentando como mínimo un periodo maniaco o de excitación a lo largo de su desarrollo. b) Trastorno Bipolar II: se caracteriza por alternar episodios depresivos con hipomaniacos (de una o dos semanas de duración). En la hipomanía el paciente presenta un estado de alegría más alegre, se exalta su actividad psicofísica, disminuye su necesidad de dormir, aumenta excesivamente su ingesta de alimentos; por el contrario, en el ciclo depresivo padece de insomnio y disminuye su apetito. En los periodos hipomaniacos mejora su autoconfianza y su funcionamiento social, elevando placenteramente su estado de ánimo, pudiendo efectuar gastos excesivos, así como el consumo abusivo de estimulantes y el desarrollo de una sexualidad impulsiva. c) Trastorno Bipolar III o hipertímico: se trata de un paciente con depresión mayor y antecedentes familiares de trastornos bipolares sutilmente hipomaniacos, impulsivos, ambiciosos y deseosos de tener éxito. Estos 24 pacientes comparten la sintomatología depresiva similar a la depresión unipolar, aunque con mayor lentitud psicomotriz e hipersomnia. En la fase maniaca, el estado de ánimo dominante es la exaltación, pudiendo mostrar irritabilidad, mal humos y franca hostilidad. El paciente maniaco se viste de forma extravagante y colorida, se muestra autoritario y verborragico. La falta de conciencia y actividad desordenada lo pueden llevar a un estado psicótico, peligroso, con roces personales y delirios de persecución. Mentalmente vive en un estado acelerado del pensamiento y con ideas dispersas, se distrae con facilidad y salta constantemente de un tema a otro. Son frecuentesel pensamiento y la acción expansivos, como así también la grandiosidad delirante (por ejemplo. La falsa convicción de poder, genialidad, etc.). Algunos pacientes creen ser dirigidos por agentes exteriores. A veces, tienen alucinaciones visuales y auditivas, disminuyen su necesidad de dormir y se involucran en forma incontrolable, excesiva e impulsiva en actividades diversas. 1.5.6. Depresión con rasgos atípicos: Esta es la más inusual. Abundan los sentimientos de melancolía y somnolencia, una persona en este estado puede estar profundamente deprimido por unos días, después bien por un tiempo o ansioso e irritable. También aparece sin causa específica. Son pacientes más jóvenes y se caracterizan por presentar dos grupos de síntomas: vegetativos y ansiosos durante las dos semanas más recientes de un episodio depresivo mayor. Los rasgos vegetativos se refieren al aumento de ingesta, con aumento de peso, gran tendencia al sueño, sensibilidad al rechazo personal, con estados de humor o animo inadecuados frente a situaciones vitales y sensación de pesadez en los miembros. Los rasgos ansiosos incluyen dificultad para dormir, ansiedad marcada, síntomas fóbicos y aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, colon irritable, etc. 25 1.5.7. Depresión estacional o Desordenes Afectivos (SAD): También conocidos como “Winter Blues”. Es una depresión provocada por la pérdida de luz durante el invierno, aparece a finales de otoño y dura hasta principios de la primavera. Mientras más lejos del Ecuador se viva, en el hemisferio norte, aparece con mayor frecuencia. Diciembre, Enero y Febrero son los peores meses. Estos pacientes presentan una relación temporal sostenida entre los episodios depresivos y una determinada época del año (por ejemplo en invierno u otoño) y no debe relacionarse con factores estresantes psicosociales estacionales. En estos pacientes la mejoría también se da en una determinada época del año, habitualmente la depresión desaparece en primavera. La prevalencia de este trastorno es de un 6% y responde al tratamiento lumínico de corto plazo de luces fluorescentes y bajos niveles de radiaciones ultravioletas, al que se le asocian antidepresivos si es necesario. 1.5.8. Depresión posparto: La madre presenta el sentimiento de pérdida después de dar a luz. Esto es provocado por un cambio hormonal, transmitiendo tristeza. Entre el 10% y el 15% inician una etapa depresiva y el 4% de las madres son severamente depresivas, hospitalizándolas por el bien y el de su bebe. En algunas pacientes se puede observar un cuadro de tristeza breve pos- parto, de uno a cuatro días, con labilidad emocional y llanto fácil presente en más del 50% de las parturientas y dentro de los primeros cuatro a cinco días del alumbramiento (se trata con apoyo afectivo y tiempo). Pero la verdadera, depresión pos- parto se presenta entre las dos semanas y los dos meses posteriores al parto y hasta los seis meses, con un prevalencia del 10 al 15% y es más frecuente en mujeres con antecedentes psiquiátricos. Se asocia con falta de interés por el recién nacido, pensamientos suicidas u homicidas, alucinaciones o 26 conductas psicóticas, posiblemente secundarias a una enfermedad mental preexistente en respuestas al estrés psicofísico del parto. Requiere psicoterapia. Por último, existen algunos subtipos de depresión con rasgos diferentes, los que pueden ser distintos desde el punto de vista etiológico (es decir de su origen o causa) o presentarse a lo largo del tiempo como variantes clínicas de un cuadro depresivo. Estos son: 1.5.9. Depresiones con rasgos psicóticos o delirantes: Aproximadamente un 15% de los pacientes con depresión presentan delirios y alucinaciones. Los delirios pueden tener un contenido relacionado con la tristeza o no congruente con la depresión, como por ejemplo, los delirios de persecución. Otros delirios frecuentes son los de haber cometido pecados o crímenes imperdonables, escuchar voces acusatorias o condenatorias, ver a familiares fallecidos. Los sentimientos de inseguridad pueden llevar a sentirse perseguido u observado. Otros pacientes pueden creer padecer enfermedades incurables, por ejemplo cáncer o enfermedades de transmisión sexual. 1.5.10. Depresión con rasgos melancólicos (Depresión endógena): Generalmente son pacientes deprimidos de mayor edad, pueden estar o no relacionados a una historia familiar de depresión. Los síntomas melancólicos acompañan a los episodios recurrentes de depresión mayor. Los síntomas más frecuentes en estos casos son: Retardo psicomotor o agitación: lentitud del pensamiento y de la acción, inquietud manifestada al retorcerse las manos, hablar atropelladamente, etc. Perdida de interés o placer en todas o casi todas las actividades Depresión más profunda en la mañana Despertar temprano (al menos dos horas de la hora habitual) Deseo sexual disminuido Perdida de respuesta a estímulos inicialmente placenteros 27 Anorexia significativa con pérdida de peso Culpabilidad excesiva o inapropiada 1.5.11. Los estados mixtos: Consisten en la mezcla de manifestaciones depresivas y maniacas o hipomaniacas diferentes a los cuadros uni o bipolares. Ejemplo: el llanto espontaneo o durante la fase álgida de la manía, o un aceleración del pensamiento en un periodo depresivo. Manía disfórica: es la superposición de síntomas depresivos prominentes con una psicosis maniaca. La manía disfórica a menudo se da en mujeres y en personas con temperamento depresivo. El abuso del alcohol y fármacos hipnótico- sedantes contribuye al desarrollo de la gravedad de los estados mixtos. Presenta un alto grado de suicidio. Estados mixtos Depresivos: se tratan de síntomas maniacos o de rasgo hipertímico en un episodio de depresión mayor. Los antidepresivos agravan estos cuadros, produciendo un estado depresivo subagudo con irritabilidad que puede durar varios meses. El cuadro clínico se caracteriza por irritabilidad, apremio al hablar, cansancio extremo, crisis de angustia, insomnio irritable, aumento de la libido, y aspectos histriónicos junto a genuinas expresiones de sufrimiento depresivo. Estos pacientes presentan alto riesgo de suicidio y requieren tratamiento clínico a cargo de expertos. 1.5.12. Trastorno ciclotímico: En estos pacientes se alternan periodos hipomaniacos leves y periodos minidepresivos, con una duración de pocos días de cada periodo. Este trastorno puede ser precursor del trastorno Bipolar II o como un cuadro con formas extremas del humos cambiante sin llegar a padecer un trastorno mayor del estado de ánimo. 28 Clínicamente alternan ciclos leves de depresión con poca confianza en sí mismos y aumento del tiempo de sueño, con periodos de exaltación, aumento del entusiasmo y acortamiento del sueño. El ciclotímico puede tener éxito en sus proyectos de trabajo, en dirección o en la creatividad artística, como así también y con mayor frecuencia, padecer de traumáticas relaciones interpersonales y sociales. Su ciclotimia se manifiesta en forma de altibajos en la escuela o el trabajo, en reiteradas rupturas matrimoniales o de pareja, y en episodios de abuso en el consumo de alcohol o drogas. (Gutiérrez, 2006). 1.6 FACTORES PSICOLOGICOS La Depresión puede a veces ser la única manifestación (el todo), y otras veces, puede formar parte de otros trastornos orgánicos o psicológicos (la parte). Y en uno u otro caso pueden presentarse o bien en forma manifiesta (es decir, con todos los criterios necesarios o síntomas por demás evidentes), o bien solapada (mostrando parcialmente algunos síntomas). A veces, pueden darse de forma oculta (depresión sin síntomas o signos), todo un desafío diagnóstico para el medico es ver debajo del agua, ya que el paciente, en estos casos, generalmente niega y rechaza el diagnostico de depresión.(Gutiérrez, 2006). En la depresión oculta o depresión sin depresión prevalecen algunos síntomas físicos por los de orden psíquico o emocional; como son: dolores de cabeza crónicos, dolores dorsolumbares, cansancio fácil, pérdida de apetito, pérdida de peso, trastornos digestivos, colon irritable, trastornos del sueño, disfunción de la sexualidad. Con respecto a que causas psicológicas se asocian con la depresión, Beck y Snell (1989) dicen que los diferentes estilos de respuestas y la acumulación de estresores en la vida pueden ser los principales factores que favorecen la depresión. La memoria puede facilitar o no la depresión según el aprendizaje previo (Bower, 1991). Esto se puede observar en individuos que se deprimen mas, tienen mayor dificultad para organizar material y también presentan problemas 29 para memorizar, sobre todo cuando requieren resolver problemas donde se exige de mayor esfuerzo. Las mujeres tienden a informar más molestias o eventos negativos en comparación con los hombres. Estas se inclinan incluso, a externar más sus problemas a los demás y a culparse con mayor frecuencia de las situaciones difíciles que el hombre; por lo que aparentemente la mujer tiene menor control y más depresión que el hombre (Parks y Pilisuk, 1991). La mujer puede diferir del hombre en su intensidad de afecto. Fujita, Diener y Sandvik (1991) encontraron en estudiantes de licenciatura emociones positivas y negativas más intensas en mujeres, al compararse con hombres. Inclusive estas pueden percibir las mismas situaciones diferentes que los hombres; también se ha observado que la mujer tiende a reconocer con mayor facilidad los problemas y emplear más estrategias positivas y negativas para manejar la depresión que el hombre. Las mujeres que reciben un mayor apoyo económico y social por parte de otros, pueden expresar más en forma verbal y escrita sus problemas personales, reduciendo los niveles de estrés y depresión. Mujeres y hombres pueden aprender a manejar las emociones y a enfrentar el estrés de formas distintas. Kramlinger (2002) sugiere que las mujeres se inclinan menos que los hombres a actuar en sus problemas, pero tienden más a pensar demasiado en ellos. Los hombres y mujeres responden de diferente forma para regular su estado de ánimo, consideran que la mujer emplea técnicas más pasivas ante situaciones difíciles, mientras el hombre utiliza técnicas más activas que le proporcionan placer y distracción, es decir; cuando la mujer se deprime por lo regular se cierra, no quiere hablar con nadie y llora, en cambio el hombre se sale y practica un deporte que le guste. Butler y Nolen- Hoeksema (1994) sugieren que las mujeres, a diferencia de los hombres, adoptan estilos cognitivos reiterativos sobre situaciones que les molestan y eso desarrolla y mantiene por mayor tiempo los estados depresivos. 30 El comportamiento denominado rumiación puede prolongar la depresión, debido a que esta provoca en las mujeres la recurrencia de pensamientos negativos y ver la vida con pesimismo, lo que interfiere con la atención y obstaculiza la solución de problemas. Con respecto a la edad, muchas mujeres de mediana edad con depresiones, con serios problemas en torno a la insatisfacción que les genera el balance de sus vidas o con dificultades al verse ya mayores y sin los atractivos de la juventud, pueden tomar como blanco de su estado de irritación y mal humor el comportamiento de sus hijos adolescentes, generando serios problemas familiares. En el Estado de México se encontró que la frecuencia de depresión se incrementa en mujeres cuya edad oscila entre 50 y 62 años, etapa donde las mujeres por lo común están atravesando por la menopausia. También se ha visto que algunas mujeres que enmascaran depresión; ya que es común que algunas acudan al médico quejándose de padecimientos físicos como cefaleas, mala digestión, flatulencias, insomnio, diarrea, dolor de espalda, etc. Mismos que desaparecen en el momento que un profesional las escucha, por lo que todos estos síntomas físicos se consideran manifestaciones de depresión. 1.7 FACTORES SOCIALES El ambiente social juega un papel importante en las diferencias en el estado de ánimo. Kaplan (1986) dio una explicación a la depresión mencionando que las mujeres culturales y socialmente, cuando se deprimen tienden a encontrar como principales causas sus propios errores, en cambio el hombre cuando se deprime lo atribuye a fuentes externas. Así mismo a las mujeres que les resulta más difícil dar salida a sus agresiones, por lo que las interiorizan volcándolas hacia sí mismas, culturalmente se da una reacción negativa hacia una mujer agresiva, por lo que ellas desean verse casi todo el tiempo como personas amables, en espera de aprobación social, ya que temen perder a las personas al demostrar su enojo (Joiner y Blalock, 1995). 31 Los eventos estresantes de la vida pueden precipitar la depresión. Según Krause (1986), la relación entre estresores y depresión puede ser bidireccional (en particular en las mujeres) han experimentado más eventos estresantes en su vida. También la gente que se deprime puede generar eventos negativos debido a su comportamiento. Por ejemplo Simons, Angell, Monroe y Thase, (1993) encontraron que la depresión y factores cognitivos influyen negativamente en pacientes con depresión mayor. De manera similar, Piante y Egeland (1994) hallaron que algunos síntomas depresivos son factores predictores de la ocurrencia de problemas interpersonales (maritales), de salud y financieros. Mantener un amplio apoyo social ayuda a la mujer a manejar mejor sus necesidades de educación y servicios y le posibilita responder a otras actividades con menores niveles de depresión y estrés. Por su parte, Sedeño (1984) encontró más síntomas de depresión en mujeres que tenían mayor dependencia económica y emocional, independientemente de que trabajara o no fuera del hogar. Por otro lado, la mujer percibe las interacciones familiares como más estresantes que el hombre, debido a que la mujer es más vulnerable a los efectos de las relaciones familiares problemáticas. La mujer comunica más experiencias positivas y negativas con respecto a sus relaciones y son más impactantes para ella los conflictos maritales, por lo que una mujer infeliz en su matrimonio tiende tres veces más a deprimirse en comparación con el hombre. Tener niños pequeños es también un factor de riesgo asociado con la depresión en mujeres, esto se puede deber a que estos tienden a enfermarse con mayor frecuencia y no hay que olvidar que la salud de los hijos es muy importante para las mujeres y que a la mayoría les ocasiona mucha preocupación que los niños se enfermen. Adelman (1994) y Aneshensel (1996), encontraron que las mujeres casada que trabajan y tienen altos niveles de estrés en la casa y el trabajo, obtienen menores niveles de depresión al compararlas con aquellas que no trabajan fuera de su 32 casa, por lo tanto, las mujeres que trabajan fuera presentan tensión en el trabajo y en el hogar, pero tienden a experimentar menos depresión (Piechowski, 1992). Las mujeres con mayor grado de estereotipos femeninos tienden a deprimirse más que aquellos con estereotipos masculinos. Lo que resulta sorprendente es que muchas mujeres se deprimen por las consecuencias que les acarrea ser ·muy femeninas”, entendiendo por esto el estereotipo, que actualmente tiende a denominarse una “mujer tradicional”- muchas otras en cambio, se deprimen por lo opuesto, es decir, por tener que desempeñar dos roles: trabajar fuera del hogar y ser ama de casa, y otras porque no encuentran un rol que les satisfaga. Las personas que tiene mayor nivel de conocimiento de esta enfermedad, es decir que dominan el concepto, conocen los síntomas, tienen experiencia en los tratamientos pueden identificarla oportunamente,y combatirla cuando se encuentra en una etapa temprana sin llegar al riesgo de un suicidio. Existe tendencia a la depresión debido a los factores socioculturales, las diferencias entre hombre y mujer, puede ser por el tipo de educación, oportunidades laborales, practicas negativas de crianza y exposición a traumas específicos. Todos estos factores contribuyen a diferentes tipos de cognición y personalidad, por ejemplo, vivir sin apoyo, recordar reiteradamente sucesos negativos, poseer un autoconcepto pobre y considerarse con tendencias al fracaso, predisponen a las mujeres a la depresión. El favoritismo en la familia dependiendo a los estilos de crianza, según el sexo; origina un comportamiento diferente entre hombres y mujeres, por ejemplo, el favorecer a los hijos sobre las hijas da como resultado una personalidad caracterizada por falta de reconocimiento, pertenencia y sentimientos crónicos de depresión en la mujer. Kaplan (1986) descubrió que la personalidad femenina se caracteriza por pasividad, puesto que pone mayor atención a los demás y tienden al sacrificio, lo que da como resultado baja autoestima y dependencia, convirtiendo a la mujer en agente de riesgo para la depresión. 33 Las mujeres en desventaja por diferentes condiciones socioeconómicas están expuestas a la pobreza, violencia, etc., lo que las convierte en más frágiles ante el estrés y la depresión (Sayers, Baucom y Tierney, 1993; Thornton y Leo, 1992). Mujeres, quienes de jóvenes fueron pobres y cabeza de familia son más susceptibles a la depresión. Se ha encontrado que quienes sufrieron rapto, violencia física y sexual en la niñez tiene alto riesgo de deprimirse en la adultez (Hobfall, Ritter, Lavin; Hulsizer, M.R. y Cameron, 1995). Es imprescindible resaltar que la mujer en grupos minoritarios, expuesta a discriminación y rechazo por su color, raza o preferencia sexual; incrementa el riesgo de depresión. Las personas pobres tienen menos recursos para resolver sus problemas, por lo que dependen más de los servicios que da el gobierno y están más expuestas a la enfermedad y a la violencia, además de que tienen que compartir la casa con padres, hermanos, suegros y cuñados, lo que ocasiona menos espacio vital, propiciando más enfado, hacinamiento y depresión. En las mujeres pobres, la falta de recursos y la poca escolaridad ocasionan que se sientan más atadas a las parejas y cuando se llegan a separar les resulta difícil reclamar el apoyo económico y se les hace muy pesado ser el único sostén del hogar, por lo que tienden a desarrollar sentimientos de pesimismo, desesperanza (Lara, 1995). La mujer en comparación del hombre expresa más sus sentimientos debido a que socialmente es aceptado que la mujer se queje, por lo que le es fácil aceptar síntomas depresivos, si es que los experimenta y buscar ayuda. Inicialmente la mujer en las comunidades principia un camino al tratamiento de la enfermedad difícil, porque experimenta con la automedicación o utilización de remedios caseros, búsqueda de ayuda por parte de familiares o amigos, asistencia a diversos servicios alternativos como la brujería y finalmente como última opción; el psicólogo o psiquiatra cuando la gravedad del padecimiento es persistente. Greene (1994) encontró más sintomatología depresiva en las mujeres que tienen mayor probabilidad de cargar con responsabilidades tanto en el trabajo como en la 34 familia. Así como también en aquellas que tienden a padecer pobreza, ser madres solteras y tener historia de abuso físico o sexual. En estudios con mujeres deprimidas se observaron mayores niveles de depresión en aquellas casadas, debido a que estas mostraron más estereotipos femeninos que las solteras (Landrine, 1988; Mercado, 1996 y Mondragón, 1994). Sin embargo, un factor que contribuye a que la mujer no se deprima es que ésta tenga un nivel de escolaridad superior al de preparatoria o licenciatura y además trabaje fuera de casa, debido a que cuando la mujer se siente productiva; su valoración hacia sí misma es superior, lo que la aísla de la depresión (Vélez Bautista, 2001). 35 CAPITULO II 2.- AUTOESTIMA EN LA MUJER INTRODUCCION La autoestima es el grado en que un apersona se siente amada, valiosa y competente. La persona con baja autoestima puede verse a sí misma como inútil, dependiente, abrumada, angustiada y con miedo. Estas sensaciones pueden llevarla a evadirse de la realidad o manifestar síntomas depresivos desde ligeros hasta muy graves, con consecuencias familiares y sociales muy negativas. Un ser humano no puede esperar realizarse en todo su potencial sin una sana autoestima, tampoco puede hacerlo una sociedad cuyos miembros no se valoran a sí mismos y no confían en su mente. La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano. El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee actúa como el sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja disminuye la resistencia frente a las adversidades de la vida (Branden, 1997) En que la mujer se considere valiosa la hace más creativa, más productiva y le permite mantener relaciones más saludables, y en consecuencia disfrutar más de la vida (Branden, 2001). 2.1 ANTESCEDENTES Dentro del ámbito psicológico ha habido autores de gran prestigio que se ocuparon del tema de la autoestima, prácticamente desde el nacimiento de la psicología científica en el siglo XIX. Entre ellos puede mencionarse a William James, fundador de la escuela funcionalista, y a Alfred Adler, uno de los mayores exponentes de la escuela psicodinámica. 36 Por otra parte, Branden, (1997) interpreta que el propio Sigmund Freud, fundador de la escuela psicodinámica, consideraba a la autoestima como “el amor propio del hombre”. Sin embargo, el primero que intento definir a la autoestima como tal fue el funcionalista William James quien considere a esta como el resultado de lo que la persona hace para obtener éxito, en aquellas metas que pretende alcanzar. Por otro lado, Alfred Adler, enfatizo el papel de la autoestima como uno de los elementos relevantes de la dinámica personal que caracteriza la vida humana. De acuerdo con Mosak y Dreikurs, especialistas en la teoría de Adler citados por Mezerville, 2004 consideraban que el hombre no es empujado desde atrás por causas tales como herencia o el ambiente, si no que más bien es jalado desde adelante por las metas que el mismo se propone realizar. Por lo tanto, es posible apreciar que existe un alto grado de conciencia entre el pensamiento de Alfred Adler y el de William James, al considerar ambos a la autoestima como el resultado de las metas propuestas. Esta posición compartida, además, establece que la autoestima se manifiesta no solo como un proceso interno del individuo sino que se relaciona externamente con el éxito o el fracaso que este obtiene en el plano conductual, tras la búsqueda de sus metas. (Mezerville, 2004). Maslow, el principal representante de la psicología humanista es quien ha difundido el papel de la autoestima desempeñada en la ida humana al incluirla en su conocida Jerarquía de Necesidades. Existen dos tipos de necesidades de estima; la propia y la que provienen de los demás. Ambas las ubica jerárquicamente por encima de las necesidades fisiológicas, las de seguridad personal y las necesidades de pertenencia y afecto. Mientras que Coopersmith, (1976) considera a la autoestima como una actitud de aprobación e indica en qué medida el individuo se cree capaz, importante y con éxito. 37 2.2 DEFINICION DE AUTOESTIMA Branden definió la autoestima como lo que siente cada persona, con respecto a si misma; y esto dependerá de lo que cada quien quiera ser y hacer. Por ello está determinadapor la realidad y las potencialidades de cada individuo. Por tanto, la autoestima se define como: el aprecio de los propios méritos y el carácter para responder y actuar de forma responsable con los demás. Por lo anterior, la autoestima es: La confianza en nuestra capacidad de pensar y de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida. La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices, el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos. La autoestima es la habilidad psicológica más importante que podemos desarrollar para poder desenvolvernos con destreza en la sociedad. Es la evaluación que la persona hace a partir de la percepción que tiene de sí mismo, incluyendo la imagen física, la percepción de las propias habilidades y la percepción de valor como persona, la autoaceptación, así como pensarse merecedor de obtener y disfrutar sus “deseos”. La autoestima es un fenómeno psicológico y social; una actitud favorable o desfavorable que el individuo tiene de sí mismo, conformada por un grupo de opiniones y sentimientos. 2.3 FACTORES QUE DETEMINAN LA AUTOESTIMA Desde el nacimiento se recogen diferentes sensaciones que van entrelazando los registros vivenciales y que contribuyen a la construcción de la autoestima Duque, (2002). 38 Por su parte Bersing (2000), considera que la autoestima está determinada por varios factores ambientales ya que desde antes de que el individuo nazca estos van a influir en la formación de la misma. Las expectativas de la pareja sobre su futuro hijo influirán en su personalidad. Al nacer se inicia la relación madre- hijo y dependiendo de qué tan satisfactoria sea está, se ira conformando la autoestima; esto dependerá de las habilidades que el niño vaya adquiriendo y de cómo la madre vaya reforzando los aciertos de determinados comportamientos, será como el niño se vaya percibiendo a si mismo (Montt y Ulluoa, 1996). Posteriormente viene la interacción del niño con la escuela, y el rendimiento que este logre en el ámbito escolar también intervendrá en la formación de la autoestima. A partir de estas experiencias, sin importar que sean positivas o negativas, todas tienen un peso que la van conformando; además de las creencias sobre nosotros mismos, esquemas de conducta, valores y nociones sobre lo que está bien y lo que está mal. Después las diferentes interacciones con la pareja, amigos, compañeros de trabajo irán cambiando la propia valoración de cada individuo (Torres, 1999). Por todo esto, se puede suponer que las diferentes experiencias y roles que desempeñan los individuos pueden ocasionar cambios en su autoestima. 2.4 NIVELES DE AUTOESTIMA 2.4.1. Autoestima alta (Equilibrada). Una autoestima alta en el ser humano consiste en que este se considere apto o suficientemente apto, digno de la estima de los demás, se respeta por lo que es, vive, comparte e incita a la integridad, honestidad, amor, siente que es importante, tiene confianza en su propia competencia y tiene fe en sus propias decisiones. La autoestima alta no significa un estado de éxito total, consiste en reconocer sus propias limitaciones, capacidades, habilidades y confianza en la naturaleza interna (Branden, 1997). 39 La importancia de una autoestima elevada facilita el sentirse bien con uno mismo, saber enriquecer su vida, facilidad para encontrar amigos, además de sentirse bien consigo mismo, ser más abierto le ayudara a establecer relaciones más estrechas. Podrá aceptar los retos y no tener miedo a desarrollar habilidades para probar cosas nuevas (González Arratia, 2002). Resumiendo, una autoestima alta otorga una valoración positiva de sí mismo. Sin embargo, esto no quiere decir que una persona con alta autoestima sea una persona perfecta, o que todo le salga bien. Tener la autoestima elevada es la capacidad de sentirse bien con uno mismo. Manteniendo un equilibrio entre el entorno social y uno mismo. Las personas con una autoestima alta por lo general: Son más felices Se relacionan mejor con las demás personas, pero también aprecian y saben estar solas. Suelen lograr las metas que se proponen. Tienen confianza en sí mismos y en los demás. Se sienten más capaces de enfrentarse a retos. Saben decir sus puntos de vista, gustos, preferencias, etc. Pueden aceptar sus errores sin menospreciarse. Son más independientes. Tienen menos dificultad al expresar sus sentimientos. Se valoran y se aceptan más fácilmente. Hacen amigos fácilmente. Muestran entusiasmo por nuevas actividades. Son cooperativos. Les gusta ser creativos y tener ideas propias. Demuestran estar contentos, llenos de energía y hablan con otros sin esfuerzo. Se sienten libres y sin que nadie los amenace. 40 Dirigen su vida hacia donde creen conveniente, desarrollando las habilidades que hagan posible esto. Aceptan su sexo y lo relacionado con él. Ejecutan su trabajo con satisfacción, lo hacen y aprenden a mejorar. Se gustan así mismo y a los demás. Se aprecian y se respetan a sí mismos y a los demás. González- Arratia (2002), hace referencia a que las personas con autoestima alta se criaron bajo condiciones de aceptación y definición clara de reglas y respeto; son afectivas, equilibradas y competentes, capaces de acciones creativas e independientes, son socialmente hábiles y capaces de tratar con situaciones y demandas externas de manera directa. 2.4.2. Autoestima Baja. Está relacionada con una distorsión del pensamiento (forma inadecuada de pensar). Las personas con baja autoestima tienen una visión muy distorsionada de lo que son realmente; al mismo tiempo, estas personas mantienen exigencias extraordinariamente perfeccionistas sobre lo que deberían ser o lograr. Las personas con autoestima baja ofrecen un cuadro desalentador, se sienten aisladas, indignas de amor, incapaces de expresarse o defenderse y demasiado débiles para afrontar sus deficiencias, pasivas, socialmente no participativas, constantemente preocupadas, susceptibles a las críticas, sienten que se ahogan en sus propios problemas, rehúyen a las interacciones sociales que podrían confirmarles las supuestas incompetencias. A este grupo de personas se les puede presentar diversas enfermedades psicosomáticas. Tienen falta de confianza en sus habilidades e ideas y se aferran a situaciones conocidas y seguras. Son pesimistas, se sienten controladas por los hechos externos, en lugar de sentir que controlan la situación (Branden, 1997) Los sentimientos de inseguridad e inferioridad que sufren estas personas los llevan a sentir envidia y celos de lo que los otros poseen, manifestándose con 41 actitud de tristeza, depresión, renuncia y aparente abnegación, o bien, con actitudes de ansiedad, miedo agresividad y rencor, sembrando así el sufrimiento (Rodríguez, Pellicer y Domínguez, 1998). Las personas con baja autoestima piensan que no valen nada o que valen muy poco; esperan ser pisoteadas, menospreciadas por los demás, tienen falta de confianza en sí mismas y se abstienen de expresar sus ideas, toman un papel pasivo escuchando más que participando, son criadas bajo condiciones de rechazo, inseguridad y falta de respeto, llegan a creer que no tienen recursos, se sienten aisladas, sin amor, incapaces de expresarse y son completamente pasivas y complacientes con los demás, presentan una marcada preocupación por sus problemas, lo que conduce a disminuir las posibilidades de establecer relaciones amistosas de apoyo (Hay, 1995). Las principales características son: Se aíslan y muestran gran desconfianza hacia los demás. Pueden sentirse devaluadas y menospreciadas. Son apáticas, indiferentes consigo mismas, pues prefieren estaral servicio de quienes los rodean. Suelen tener sentimientos de inseguridad e inferioridad lo que induce a la agresividad y violencia hacia los demás. Experimentan actitudes de tristeza, depresión, renuncia, aparente abnegación o bien con actitudes de ansiedad, miedo, agresividad y rencor. Sentimientos de incompetencia e inadecuación. Sensibilidad ante las críticas de los demás. Tendencia a la destructividad. Dificultad para reconocer los acercamientos afectuosos o de aceptación de otras personas. 42 2.5 AUTOESTIMA DE LA MUJER. Se han hecho estudios que muestran patrones preocupantes en las mujeres, como falta de autoestima, incapacidad para controlar sus vidas, vulnerabilidad ante la depresión y tendencia a verse así mismas como menos capaces de lo que en realidad son, lo que da como resultado problemas de interacción y bajo rendimiento académico y laboral (Bersing, 2000). Es posible que estos hallazgos se deban a nuestras sociedades patriarcales donde la autoestima de la mujer ha estado, históricamente y de manera general, por debajo de la autoestima masculina. Estas situación de subordinación con respecto al hombre, en la que nuestra cultura ha colocado tradicionalmente a las mujeres, en grupos con muy baja autoestima, haciéndolas sensibles a la depresión y al estrés (Branden, 2001). Ahora bien; hay una relación entre la autoestima de los padres y la de los hijos. Por ejemplo, un padre con baja autoestima, anticipa el fracaso, es débil y pasivo, y escatima el amor y la atención hacia sus hijos. Esto puede quitarles a ellos la oportunidad de enfrentarse a la vida, con seguridad en ellos mismos y con la fuerza de voluntad necesaria para salir adelante (González – Arratia, 1996). De la misma manera, una madre con baja autoestima, en una relación de subordinación ante el marido, sin autoridad frente a los hijos, proyecta en ellos un modelo de ser humano femenino débil e inseguro (Torres, 1999). En cambio, la percepción positiva de uno mismo produce un significado de fuerza de identidad y de elevado bienestar. El valor asignado a uno mismo, es determinante en la manera de ser de cada persona. Una autoestima positiva dará como resultado que la persona llegue a tener éxito en sus actividades por la seguridad que aquella genera. Por lo contrario, quien posee una autoestima baja o negativa puede no ser capaz de concluir cualquier labor o trabajo debido a su inseguridad o vacilación (Bersing, 2000). En el mundo actual, la mujer desempeña diferentes papeles dependiendo de su profesión u ocupación, y por ello, experimenta diversas necesidades y deseos que 43 le provocaran una percepción y valoración diferente de sí misma (Barnett, Marshall y Singer, 1992). La mujer de hoy realiza diversas actividades como ama de casa, desempeña labores propias del hogar como la limpieza de la casa, el cuidado y educación de los hijos y además de trabajos propios del campo. Por lo que esta mujer- madre toma en ocasiones también las funciones del padre, para ser mujer- madre- padre que además de aportar económicamente al hogar, guía y educa a los hijos. Por todo esto; la mujer se puso en la posición de Cuestionar los valores tradicionales, revoluciono su conciencia y comenzó a vislumbrar otro mundo de alternativas y posibilidades. Además comenzó a pensar que era posible emanciparse, decidir por sí misma, fortaleciendo su individualidad, aunque muchas veces cargara tanto con los nuevos logros como con los roles tradicionales. Todo lo anterior, deja entrever que la mujer de hoy no acepta limitaciones en el desarrollo de todas sus potencialidades, sean sexuales, políticas, económicas, intelectuales o afectivas y que si ha sido concebida por la sociedad como madre, esposa y ser dependiente, no son los únicos papeles a jugar en su vida. Esto abre las puertas para que las mujeres del mañana sean diferentes y tengan mayor conciencia de su justo valor, sin traicionar algunos de los valores tradicionales, pero caminando y luchando por sus ideales a lado delos hombres, quienes también tendrán una nueva conciencia para construir un mundo diferente al que les tocó vivir a sus abuelas (Adelmann, 1994). Sin embargo la mujer presenta otro problema, el analfabetismo que se presenta con mayor fuerza en las zonas rurales marginadas. En estas circunstancias, se genera en la mujer un sentimiento de desvalorización, agravado por el alto índice de alcoholismo por parte de los maridos. Por otro lado, si la mujer no cumple con sus responsabilidades familiares, está sujeta al maltrato emocional, físico y psicológico por parte del marido o compañero, pero la mujer mantiene; un estatus de sumisión, debido a la seguridad económica que el conyugue representa. Para sentirse más valorada se recomienda ser independiente tanto material como emocionalmente. 44 Una actividad como la de ama de casa es generalmente muy falta de retos para proveer la autoestima, independencia y crecimiento necesarios para experimentar la gama completa de felicidad que ofrece la vida. Sin embargo, existen excepciones en las cuales el ama de casa es una ocupación administrativa que brinda plena autoestima, felicidad y amor (Vélez Bautista, 2001). Como se puede observar, la baja autoestima en las mujeres tienen causas diversas como: problemas de inadaptación en la infancia o adolescencia, crisis matrimoniales, fracasos laborales que pueden desembocar en procesos depresivos de ligeros a severos, discriminación y falta de apoyo. Dicho comportamiento está relacionado con la pérdida de autoestima y por lo tanto, la tendencia a la Depresión, provocando que la mujer no se quiera así misma, aplica una memoria selectiva que recuerda solo lo negativo de su vida. Esto se observa en algunos síntomas como no comer o no dormir que dañan a su propia salud. Quienes sufren problemas de autoestima no se aceptan como son, se rechazan a sí mismos y difícilmente amaran a los demás. La baja autoestima provoca conflictos en el ambiente familiar, laboral y social (Torres, 1999). González Arratia (1996) menciona que la autoestima de la mujer entre los 20 y 60 años puede variar debido al grado de éxito o fracaso en su vida, la adaptación al matrimonio, la maternidad, los logros personales, el estatus socioeconómico, las capacidades físicas, la cultura, etc. Así mismo, a medida que la edad aumenta, la autoestima tiende a descender; a mayor edad, menor autoestima, atribuyéndose este hallazgo a la disminución de capacidades en las diferentes áreas: social, familiar, sexual y laboral. Se ha encontrado que la disminución de autoestima afecta a personas de diferentes edades, pero los sectores más afectados son las mujeres y los adolescentes. Desde el punto de vista psíquico, la edad critica de la mujer es la comprendida entre los 30 y 45 años, al llegar la menopausia, ya que la mujer hace un balance de su vida y con frecuencia no está satisfecha. Reconocer que con los años llegan otras oportunidades de las que se pueden disfrutar, los hijos crecen, 45 se independizan, viven su vida, se casan; ocasión para ocuparse de uno misma, es el momento propicio para iniciar aquellas actividades con las que siempre se soñó y nunca se concretaron por falta de tiempo y exceso de obligaciones (Bersing, 2000). En una investigación realizada por Cacique (2000) en Centroamérica se encontró que las amas de casa presentan una abaja autoestima, tal vez debido al escaso brillo social de los trabajos domésticos, a la rutina, a la falta de aprecio por parte de los demás miembros de la familia y a la desigualdad del reparto de las tareas domésticas. Las amas de casa no se sienten queridas ni apoyadas por su familia y el reparto de las tareas domésticas lo consideran injusto ocasionando en ellas desvalorización y estrés debido a la monotonía de la jornada continua de
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