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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGIA 
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA 
 
 
 
 
 
 
TALLER PREVENTIVO SOBRE DEPRESION REFORZANDO LA AUTOESTIMA 
EN AMAS DE CASA DE 30 A 45 AÑOS EN UNA POBLACION RURAL. 
 
 
 
 
 
NOMBRE DEL ALUMNO: DOMINGUEZ ESQUIVEL IXBAAC NAYELLI 
 
 
OPCION DE TITULACION: TESINA 
 
 
DIRECTORA: LIC. LIDIA DIAZ SANJUAN 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, MEXICO, D. F. 
JULIO, 2012. 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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A las mujeres que inician con un sueño, 
Apuntaladas para no caer por Profesores y Amigos; 
A todos mi gratitud Eterna… 
Dedicada a mi familia; 
Pilar de la vida, 
Base del éxito y superación que enfrento. 
A todos aquellos que estuvieron conmigo, 
Y a quienes, con su ausencia; 
Me fortalecieron… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El humor es la única muralla entre nosotros y la oscuridad. 
M. Van Doren 
3 
 
 INDICE 
 Pág. 
 
RESUMEN 6 
INTRODUCCION 8 
 
CAPITULO I. DEPRESION EN LA MUJER 11 
1.1 Definición. 13 
1.2 Características Generales 14 
1.3 Historia de la Depresión 15 
1.4 Mecanismos Neurobiológicos implicados en la depresión. 16 
1.5 Clasificación de la Depresión. 18 
1.5.1. Rol del Grupo Familiar 19 
1.5.2. Depresión Normal 20 
1.5.3. Trastorno Distímico 21 
1.5.4. Depresión Mayor. 22 
1.5.5. Desorden Bipolar (maniaco- depresivo). 22 
1.5.6. Depresión con Rasgos Atípicos 24 
1.5.7. Depresión Estacional o Desordenes Afectivos (SAD) 25 
1.5.8. Depresión Posparto 25 
1.5.9. Depresiones con Rasgos Psicóticos o Delirantes. 26 
1.5.10. Depresión con Rasgos Melancólicos (depresión endógena). 26 
1.5.11. Los Estados Mixtos. 27 
1.5.12. Trastorno Ciclotímico. 27 
1.6 Factores Psicológicos. 28 
1.7 Factores Sociales. 30 
 
4 
 
CAPITULO II. AUTOESTIMA EN LA MUJER 35 
2.1 Antecedentes. 35 
2.2 Definición de autoestima 37 
2.3 Factores que determinan la autoestima. 37 
2.4 Niveles de Autoestima. 38 
2.4.1 Autoestima alta (Equilibrada). 38 
2.4.2. Autoestima Baja. 40 
2.5 Autoestima en la Mujer. 42 
2.6 Evaluación y Tratamiento. 50 
2.7 Estrés y tratamiento de la depresión en la mujer 51 
2.8 Definición de Estrés. 54 
2.9 Causas de Estrés. 55 
2.10 El estrés y la mujer. 58 
2.11 Violencia hacia la mujer como antecesor de la depresión. 64 
2.12 Tratamientos para la Depresión. 66 
2.12.1. Terapias con medicamentos. 68 
2.12.2. Terapias sin medicamentos. 69 
2.12.3. ¿Cómo se trabaja una Depresión? 70 
 
 
 
5 
 
 
CAPITULO III. PROPUESTA 72 
3.1 Justificación. 72 
3.2 Taller Preventivo sobre Depresión Reforzando la Autoestima en amas 
de casa de 30 a 45 años en una población rural. 74 
Primera Sesión 76 
Segunda Sesión 78 
Tercera Sesión 79 
Cuarta Sesión 80 
Quinta Sesión 81 
CONCLUSIONES 82 
 
REFERENCIAS 86 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
RESUMEN 
Según datos de la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental, elaborada por 
reconocido laboratorio, la depresión es una enfermedad frecuente: el 12 por ciento 
de las mujeres y el 7% de los hombres han presentado algún trastorno depresivo 
en un momento de su vida. 
Esta enfermedad generalmente afecta diversos ámbitos de la vida cotidiana de 
quien la padece. 
Con la inserción de la mujer al ámbito laboral se le duplicaron los roles a esta, por 
un lado aquella que desempeña las labores propias de un hogar como atender al 
esposo la crianza y educación de los hijos, y la que tiene que salir a trabajar fuera 
de casa, quien además de cumplir con las tareas antes mencionadas, debe 
cumplir con responsabilidades propias de su trabajo, esta duplicación de roles 
puede hacerla más vulnerable ante la depresión, el estrés y tener autoestima baja. 
Por lo anterior, el objetivo de este trabajo se fundamenta en la prevención de la 
depresión en un grupo vulnerable como son las mujeres, las cuales también son el 
pilar de la estabilidad emocional dentro de la familia. 
Se estructuro una guía sobre depresión, en la que se explica que es la depresión, 
porque nos deprimimos, como influye la historia personal, que hacer y a dónde 
acudir cuando se tienen los síntomas, de forma fácil y entendible para cualquier 
tipode mujer. 
El taller debe ser aplicado en círculos de mujeres de 10 como máximo para una 
mayor comprensión del tema, con el único objetivo de prevenir y atender 
oportunamente los síntomas si es que existen, canalizándolas a alguna institución 
competente o simplemente, reconocer los síntomas si es que estos se presentan. 
El objetivo del Taller es que el grupo obtenga información, así como las 
herramientas necesarias para la prevención y tratamiento de la Depresión con el 
desarrollo de una autoestima sana (equilibrada). A través, de actividades grupales, 
7 
 
vivenciales que propicien el análisis, la reflexión, la expresión de pensamientos y 
sentimientos, para de este modo poder favorecer y reforzar los temas de 
autoconocimiento, la autoaceptación y autovaloración positiva. Para que el 
participante obtenga una imagen más realista de sí mismo utilizando herramientas 
de restructuración cognitiva. 
Palabras claves: Depresión, Autoestima y Género femenino. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
INTRODUCCION 
Al mencionar la palabra Depresión, las mujeres se asustan, porque piensan que 
eso solo les pasa a las personas dementes, es interesante como se percibe la 
salud mental, cuando se presentan síntomas emocionales. 
Desde esta visión que se genera en la cultura machista, se considera que las 
mujeres son de naturaleza débil, vulnerables y con carencias. Su psicopatología 
es reducida a problemas relacionados con su funcionamiento reproductivo, 
síndrome premenstrual, depresión posparto, climaterio, esterilidad, etc. Esta visión 
trivializa las quejas de las mujeres, y se les propone que se traten con 
medicamentos, porque piensan que sus malestares son de origen biológico, dando 
poca importancia a los factores sociocultural que las originan. 
Por otra parte, los accidentes, el suicidio y l probabilidad de morir por cualquier 
enfermedad clínica, son más elevados en la población con trastorno depresivo 
mayor según estudios de la (ECA, Are de Capacitación Epidemiológica de los 
Estados Unidos). Estos estudios señalaron que los pacientes de 55 años o más 
con trastorno depresivo mayor tenían una tasa de mortalidad 4 veces mayor, para 
cualquier enfermedad, que la esperada para esos pacientes sin depresión. 
Por otro lado, de los pacientes con depresión mayor severa que requieren 
hospitalización, más del 15% muere por suicidio. 
No es difícil imaginar las consecuencias, del diagnóstico demorado o tardío de un 
cuadro de depresión, o de la no aceptación o cumplimiento del tratamiento. 
El presente trabajo tiene como finalidad crear un taller que hable sobre la 
Depresión en cualquier grupo de mujeres, para que estas sepan prevenir, 
identificar, y comprender los síntomas, además de identificar los lugares a los 
cuales acudir si se presentan. 
Se analizan los principales problemas de salud mental que afectan a las mujeres, 
desde una perspectiva que tiene en cuenta la construcción social. Así mismo, la 
primordial importancia de los recuerdos en su vida, y las vicisitudes de sus vidas 
9 
 
cotidianas, el objetivo es orientar a las mujeres, dándoles confianza en grupo 
sobre las dudas que tengan sobre el vasto tema de la Depresión, reafirmar su 
autoestima como consecuencia de entender los síntomas de esta enfermedad. 
Cuando el líder de la familia se deprime, y en este caso la mujer; base de la 
familia, la cual se ha encargado de cuidar las necesidades familiares y hogareñas 
durante años, preparar fiestas y reuniones, cuidar a los nietos, asistir altibajos 
emocionales o económicos del cónyuge y, en general, de mantener la familia 
cohesionada. El inicio de la enfermedad depresiva precipita de forma inmediata 
conflictos familiares. Los componentes del grupo desean sinceramente ayudar al 
deprimido, pero carecen de capacidad y conocimientos para colaborar en el 
proceso terapéutico; la inestabilidad de la estructura familiar aumenta la ansiedad 
de cada miembro y pueden aparecer relaciones coléricas, conflictos o 
competencias, sobre todo entre los hijos, cuando algún miembro de la familia 
intenta asumir en la emergencia el papel de líder. 
Cuanto más vulnerable se torne la persona con depresión, es más probable que 
espere la ayuda de los hijos. Ayuda que representa una pérdida de tiempo debido 
a que los familiares no lo saben o no pueden. Por el contrario, la familia con 
sentido de responsabilidad hacia sus otros miembros pueden proporcionar una 
ayuda importante. 
El deprimido se percibe como una carga para la familia. Puede sentir que ya no 
tiene lugar dentro del grupo, como si hubiera dejado de compartir sus intereses y 
actividades. Puede desarrollar inseguridad, baja autoestima si se considera 
extraño a su familia. 
Es por todo lo anterior que se pretende realizar este Taller con el único objetivo de 
concientizar y prevenir, para que la depresión no se convierta en un problema más 
grave. 
 
10 
 
El capítulo I llamado: Depresión en la Mujer, define y menciona las características 
generales, su historia y los mecanismos neurobiológicos implicados. Así como, su 
clasificación y factores psicológicos o sociales. 
Del capítulo II: Autoestima en la Mujer, se definen los antecedentes, su concepto, 
los factores que la determinan, tipos de autoestima, el concepto de autoestima en 
la mujer específicamente y por último, su evaluación y tratamiento. 
Posteriormente, se menciona al estrés definiéndolo como causa, su interacción 
con la mujer y como afecta la violencia siendo un antecesor de la depresión. Los 
distintos tratamientos para la depresión y específicamente como se debe trabajar 
una depresión. 
En el tercer y último capítulo, Propuesta; menciono el taller propiamente dicho, su 
justificación y la diversa estructura como se conforma, con el seguimiento 
minucioso de cada una de sus cinco sesiones, con las distintas actividades a 
desempeñar y el material necesario para su realización. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 
 
CAPITULO I 
1. DEPRESION EN LA MUJER. 
INTRODUCCION 
La depresión es reconocida como un problema de salud pública (Blazer, Kessier, 
Gonagle y Swartz, 1994). Estudios recientes realizados por Desjarlais, 
Eisenberger, Good y Kleinman (1996); Frenk, Lozano y Gonzalez- Block (1994) y 
Rios (2003) han demostrado el impacto y la trascendencia de este padecimiento 
ocupando hoy día el cuarto lugar entre las enfermedades más discapacitantes, se 
estima que para el 2020 será la segunda causa de morbilidad, por lo que solo le 
llevara la delantera a enfermedades del corazón. En México se han encontrado 
que cuatro millones de personas padecen algún síntoma de depresión (Consenso 
2002). 
El problema de la depresión de acuerdo a Calderón y Narváez (1999) tiende a 
aumentar en los próximos años, por los siguientes motivos: 
1. El promedio del índice de expectativa de vida está aumentando en todos los 
países, por lo que también se ha incrementado el número y porcentaje de 
personas con mayor riesgo de padecerla. 
2. El rápido cambio del ambiente psicosocial que permite la exposición cada vez 
mayor del individuo y de grupos sociales a un ambiente de tensión intenso y 
creciente con la que se da la situación de desarraigo, desintegración familiar, 
aislamiento social e información sobrecargada lo que predispone a un aumento en 
la prevalencia de algunos tipos de trastornos psiquiátricos, muchos de los cuales 
son de tipo depresivo. 
3. El aumento de la morbilidad de padecimientos crónicos como el reumatismo, los 
trastornos gastrointestinales, cerebrovasculares y los problemas neurológicos que, 
según se han demostrado, se asocian con depresión en 20% de los casos- 
4. El uso creciente de medicamentos, algunos de los cuales, pueden causar 
depresión, como los antihipertensivos, las fenotiacinas y varios preparados 
12 
 
hormonales, como los anticonceptivos orales que gran número de mujeres 
consume.Por lo anterior, cada vez es mayor el número de personas con diagnóstico de 
depresión en los hospitales generales, consultorios médicos y centros de salud. La 
depresión severa hace que los individuos más vulnerables al suicidio, debido a 
ello, se ha observado que en Estados Unidos los intentos de suicidio se han 
incrementado de forma alarmante, en especial entre los jóvenes y más aún entre 
las mujeres menores de 30 años (Gasto, Vallejo y Menchon, 1993). 
Otro dato interesante, es que en la actualidad la aparición de la depresión se 
presenta a edades más tempranas. Antes de la primera guerra mundial recalcaban 
que la frecuencia de la “melancolía involuntaria” se daba entre los 40 y 50 años. 
Un estudio que se efectuó en el Centro de Salud Mental de Massachusetts 
después de la Segunda Guerra Mundial, revelo que la edad promedio de este tipo 
de enfermos era de 40 años. Por otra parte, estudios recientes en Estados Unidos 
indican que la edad promedio de pacientes deprimidos es de 30 años, lo que 
muestra que la depresión se está presentando en personas más jóvenes 
(Calderón y Narváez, 1999). 
En México en una encuesta realizada en el Instituto Nacional de psiquiatría (INP), 
encontró que los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad aparecen a edad 
más temprana, y en ocasiones, por el uso de ciertas sustancias (Rios, 2003). 
El mismo autor encontró que entre las enfermedades con el nivel más alto de 
discapacidad se encuentran: la depresión, el abuso del alcohol, el trastorno bipolar 
o maniaco depresivo, el trastorno obsesivo compulsivo y la esquizofrenia. 
Concluyendo que de acuerdo a estudios realizados en México y otros países, se 
pierden anualmente hasta 30 días laborales por problemas de depresión mayor y 
14 por lesiones físicas (Rios, 2003) 
Durante las últimas tres décadas, se ha registrado un continuo incremento del 
cuadro depresivo entre las personas que viven en las comunidades, debido al 
cambio ecológico que ha sufrido el mundo. Sin embargo, en la actualidad se 
13 
 
cuentan con talleres eficaces para la detección oportuna, así como la forma de 
tratamiento. 
Así mismo, en el Instituto nacional de Psiquiatría, se encontró que el estilo de vida 
y el nivel de estrés son importantes en la génesis de los trastornos mentales del 
país (Rios, 2003). 
La depresión es un trastorno del estado de ánimo más frecuente en el género 
femenino que en el masculino, con una relación de dos a uno (Caraveo, 
Colmenares y Saldivar, 1999; Elliot, 2001). 
Estudios epidemiológicos realizados en la mayoría de los países occidentales 
muestra que por cada hombre deprimido existe el doble de mujeres con la misma 
afección. A estas cifras se debe sumar la sospecha que impera tanto en medios 
científicos como en el sentir general, de que las mujeres que padecen estados de 
depresión leve o pasajera, y que no consultan a los especialistas, son todavía más 
numerosas (Gasto, Vallejo y Menchon, 1993). 
1.1 DEFINICION 
 La depresión debido a sus múltiples maneras de manifestarse y debido a la gran 
multiplicidad de sus causas es un poco difícil de definir. No obstante en términos 
generales podríamos definirla como un estado mental mórbido caracterizado por 
lasitud, desaliento y fatigabilidad acompañado con frecuencia de ansiedad más o 
menos acentuada. Forma mínima de la melancolía. 
Del latín depressio, hundimiento. Generalmente este es el estado experimentado 
por quienes la padecen, una sensación de hundirse lenta y gradualmente. Tanto el 
estado depresivo como la depresión propiamente dicha, interfieren en la persona 
produciendo alteraciones en su medio, en su familia, en el trabajo y en su 
sexualidad. Una de las características principales que acompañan este cuadro es 
la ansiedad. 
De acuerdo a las investigaciones clínicas realizadas y a la experiencia cotidiana 
de muchos psicólogos en el tratamiento de pacientes depresivos se puede causar 
14 
 
la depresión como el resultado de múltiples causas y factores que adquieren 
carácter relevante (como pueden ser factores biológicos y psicosociales). 
Los factores psicosociales son determinantes en la adquisición y desarrollo de la 
depresión pues de estos dependerá el tipo y la intensidad de la misma. 
La predisposición hereditaria a la depresión es también aspecto de interés para 
contraer la enfermedad pero también influye la historia personal desde el momento 
del nacimiento. La educación también influye en la predisposición para contraer la 
depresión. Se puede decir que aun en el caso de no existir factores hereditarios es 
posible la adquisición de esta enfermedad, a partir de las experiencias y 
situaciones pasadas y actuales de la persona. 
Tal es la magnitud de este fenómeno y su diversidad de formas de manifestarse 
que algunos la apodan como la plaga del presente milenio. 
1.2 CARACTERISTICAS GENERALES 
Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo 
que son características de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y 
duración importante con signos y síntomas asociados, marcadamente distintos a 
la normalidad. Es una tristeza sin razón aparente que la justifique. Es una 
enfermedad tratable que puede afectar a las personas sin ninguna edad en 
especial, sexo o situación social. 
Las características clínicas de la depresión desembocan en cuatro grandes 
categorías: 
- Estado de ánimo (afecto): triste, melancólico, infeliz, hundido, vacio, 
preocupado, irritable. 
- Cognición; perdida de interés, dificultades en la concentración, baja 
autoestima, pensamientos negativos, indecisión, culpa, ideas suicidas, 
alucinaciones, delirio. 
- Conducta: retraso, o agitación psicomotriz, llantos, abstinencia social, 
dependencia, suicidio. 
15 
 
- Somático (físico): trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), fatiga, 
aumento o disminución del apetito, pérdida o aumento de peso, dolor, molestias 
gastrointestinales, disminución de la libido. (Hales, 1998). 
La característica esencial de un episodio depresivo mayor es un periodo de al 
menos dos semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una 
pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En los niños y 
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste, esto según 
el DSM - IV, el cual, permite realizar un diagnóstico oportuno. 
1.3 HISTORIA DE LA DEPRESION. 
Desde hace muchos años y en diferentes culturas se han dado explicaciones 
sobre el fenómeno depresivo. Son parecidas a las de hoy pero expresadas con 
interpretaciones religiosas o mágicas donde la víctima y loa espectadores no lo 
valoran como una enfermedad. 
Los griegos descubrieron esta enfermedad, ya que se decía que Demócrito se 
había vuelto loco y para ello, mandaron llamar a Hipócrates quien le detecto haber 
pasado por una fase depresiva y más tarde por una fase de hipertermia. 
Demócrito vivía rodeado de esqueletos y este le conto a Hipócrates que deseaba 
encontrar una cura para su enfermedad para así curar a otros que la padecieran. 
El síntoma dominante de la depresión es la tristeza. Los pensadores cristianos, 
hablaban de las ideas de San Pablo quien decía que había dos tipos de tristeza, la 
tristeza según Dios y la tristeza según el mundo que produce la muerte. De un 
principio se decía que la depresión era un pecado, con el paso de los años fue 
considerándose una enfermedad. 
Según Freud la causa de muchas depresiones es psicológica. Kraepelin rechazó 
la interpretación psicoanalítica de Freud, para él la depresión era de causa 
orgánica vinculada a factores hereditarios. Todo consiste en una alteración del 
metabolismo en los sectores que afectan al sistema nervioso. 
 
16 
 
1.4 MECANISMOS NEUROBILOGICOS IMPLICADOS EN LA DEPRESION. 
A menudo la depresión se observa en el transcurso de múltiples enfermedades 
médicas que pueden determinar trastornos del estado de ánimo. Entre las 
enfermedadesglandulares se destacan: el híper e hipotiroidismo, es decir, el 
funcionamiento exacerbado o disminuido de la glándula tiroides; la insuficiencia de 
la glándula suprarrenal; la diabetes y el climaterio. 
El sistema nervioso central puede ser afectado por trastornos inductores de 
depresión, como los tumores cerebrales; el mal de Parkinson; los traumatismos de 
cráneo; los accidentes cerebrovasculares; la esclerosis múltiple, etc. Así también, 
las condiciones psiquiátricas diferentes a la depresión, pero que pueden 
determinarla, como el alcoholismo y la drogodependencia; las demencias en fase 
precoz; la personalidad antisocial, los trastornos de ansiedad como el trastorno de 
pánico y las fobias, y otras como la anorexia nerviosa y la bulimia. 
En el transcurso de enfermedades clínicas y cardiológicas también es frecuente la 
depresión, como por ejemplo en las coronariopatías, las enfermedades 
cerebrovasculares, la fibromialgia, la insuficiencia renal crónica o hepática, las 
enfermedades crónicas como el SIDA, la tuberculosis, y las provocadas por virus 
en general. Finalmente, entre otras enfermedades y estados debemos recordar el 
cáncer y su diseminación; los periodos postoperatorios de cirugías; los 
tratamientos con radioterapia, y el déficit vitamínico o de minerales, muy pocas 
veces tenido en cuenta como causa de depresión. Estos trastornos del estado de 
ánimo debidos a enfermedades médicas se caracterizan por una alteración del 
ánimo notable y persistente, a veces expansivo e irritable. (Gutiérrez, 2006). 
En la depresión; se destaca la alteración en la actividad de las neuronas de 
serotonina en el tronco encefálico, "un problema que se subsana por completo tras 
el tratamiento antidepresivo". Asimismo, disminuye el factor neurotrófico BDNF en 
el hipocampo, hecho que podría relacionarse con la atrofia neuronal que se 
observa a veces en el tejido post-mortem de pacientes deprimidos. Además, en 
cuanto a los niveles de los neurotransmisores, se ha hallado que la disminución 
17 
 
del GABA en el hipocampo ventral "no se soluciona tras el tratamiento 
antidepresivo, algo que influiría en la vulnerabilidad a las recaídas que sufren 
muchas personas". El estrés crónico provoca alteraciones en la expresión de los 
genes implicados en la plasticidad neuronal, a la par que disminuye la proliferación 
celular y el nacimiento de nuevas neuronas. 
Los niveles de noradrenalina y serotonina, así como su equilibrio entre si 
desempeñan un papel importante en la forma de reaccionar ante los diferentes 
eventos de la vida diaria, como sentir alegría cuando se ve a un ser querido o 
llanto cuando se ve una película triste (Calderón- Narváez, 1999). 
También se puede hablar de cierta herencia genética, ya que se ha encontrado en 
pacientes con depresión que sus padres, abuelos o tíos padecieran también este 
trastorno y de ahí quizá heredaron la tendencia a deprimirse. Personas sensibles 
que en ocasiones toman algunos medicamentos para enfermedades como 
hipertensión, ansiedad (ansiolíticos), pueden tener depresión (Lara, 1995). 
Por otro lado, Andreasen, Zametkin, Guo, Baldwin y Cohen (1994), han observado 
en estudios con personas deprimidas, que algunas tienen cantidades anormales 
de ciertas hormonas en la sangre (tiroideas, adrenales). Por lo que, esto hace 
pensar que el aumento o disminución de la producción de estas puede interferir en 
la química del cerebro y llevar a la depresión. Cuando la glándula tiroides no 
funciona adecuadamente, puede haber dos tipos de problemas: Hipertiroidismo (si 
libera demasiada hormona tiroidea) o Hipotiroidismo, (si libera muy poca hormona 
tiroidea). Cualquiera de estos trastornos puede llevar a la depresión, siendo más 
común, la depresión en pacientes con hipotiroidismo. 
Algunas personas con depresión tienen demasiada hormona adrenal o cortisol en 
la sangre. El exceso de cortisol puede alterar directamente la función cerebral o el 
equilibrio natural de los neurotransmisores en el cerebro. 
También la actividad del Hipotálamo se relaciona con la depresión debido a que 
este regula la secreción de hormonas. Produce y libera proteínas pequeñas 
(péptidos) que actúan sobre la glándula hipófisis en la base del cerebro. Estos 
18 
 
péptidos estimulan o inhiben la liberación de varias hormonas a la corriente 
sanguínea, cuando se percibe una amenaza potencial, alerta a lo que se conoce 
como el eje HPA hipotálamo, glándula hipófisis y glándulas suprarrenales. Estos 
forman el sistema hormonal que regula la respuesta del cuerpo al estrés. Y se ha 
observado que la gente con depresión tiene actividad aumentada del eje HPA 
(Calderón- Narváez, 1999). 
Las mujeres durante su vida atraviesan por una serie de eventos, la mayoría de 
ellos relacionados con la situación hormonal, como son: la menstruación, el parto, 
el posparto, la menopausia y el síndrome denominado “nido vacío”. 
Las mujeres tienen mayor riesgo que los hombres y los estrógenos pueden ser 
una de las razones. Se cree que estos alteran la actividad de los 
neurotransmisores que contribuyen a la depresión, muchas mujeres presentan un 
estado de ánimo deprimido durante la fase premenstrual de sus ciclos mensuales. 
Algunas sufren depresión posparto, después del nacimiento de su bebe. Otras 
tienen depresión alrededor de la menopausia. Esto se debe a que todos estos son 
tiempos en los que disminuye los niveles de estrógeno (Bar, 1999) 
1.5 CLASIFICACION DE LA DEPRESION 
La depresión se presenta de distintas formas, cada una con sus características 
propias que las diferencia del resto si bien cabe decir que hay aspectos comunes 
entre ellas al igual que otras enfermedades como las del corazón. 
Aquí se describen las formas más comunes de la enfermedad, sin embargo; 
dentro de estos tipos, hay gran variedad de síntomas y grados de severidad. 
Existen antecedentes y situaciones que predisponen a presentar cuadro 
depresivo. Ellos son: 
 Episodios previos de depresión 
 Historia familiar de trastornos depresivos 
 Intención o intentos previos de suicidio 
 Sexo femenino 
19 
 
 Edad de comienzo por debajo de los cuarenta años 
 Periodo de seis meses posteriores al parto 
 Existencia de alguna enfermedad orgánica 
 Falta de apoyo social 
 Abuso o dependencia actual de fármacos o drogas 
 Situaciones muy estresantes. 
 
Al ser frecuente los síntomas orgánicos durante la depresión, esto puede 
determinar una tendencia al reposo o la reclusión, lo que conduce al aislamiento 
social. (Gutiérrez, 2006). 
1.5.1. Rol del Grupo Familiar. 
La participación del grupo familiar es de extraordinaria importancia en todas las 
instancias de la depresión tal como lo es cualquier situación de salud- enfermedad 
de uno de sus miembros. La medicina asistencial como sabemos, se basa en el 
triángulo paciente- familia- medico. La familia, en tanto constituye el medio social 
inmediato del individuo, tiene un rol fundamental en cómo y de que enferman sus 
miembros, como y cuando solicitan atención médica y también en la manera en 
que se produce la resolución del problema. 
El grupo familiar en el que el individuo nace y crece es, o puede ser, el generador 
de la enfermedad depresiva y participar en todo el proceso psico- dinámico o 
evolutivo del paciente. Y es, sin duda, elemento decisivo en la relación médico- 
paciente, favoreciendo y potenciando el proceso terapéutico o entorpeciéndolo, 
distorsionándolo o neutralizándolo, contribuyendo a una evolución negativa. 
(Gutiérrez, 2006). 
La asistencia a depresivos implica actuar sobre el núcleo familiar inmediato más 
que sobre la familia ampliada (nietos, hermanos que no conviven, etc.). El núcleo 
familiar está formado por los familiares que conviven o comparten el mismo hogar. 
 
20 
 
Algunos de los roles que puede adoptar los familiares del paciente con depresión 
son: 
 Familiar facilitador: miembro de la familia que oponealgún tipo de 
resistencia a la intervención médica facilitando así el desarrollo de la 
enfermedad. Este individuo puede crear obstáculos para la intervención 
terapéutica por distintas y complejas razones. Es en vano buscar su 
colaboración, no hace nada por el paciente. 
 Familiar víctima: este percibe la enfermedad del familiar como un peligro 
directo para sí mismo. Se siente amenazado o dañado por la situación. Es 
posible que critique al médico, por no poder curar al paciente, aun en 
momentos iniciales del proceso terapéutico. 
 Familiar líder: es aquel que se hace cargo de las decisiones y acciones 
familiares durante las situaciones de crisis. Su actitud es calma e intelectual 
en sus contactos con el médico. Puede ser un familiar médico o psicólogo. 
Es muy útil, para planificar apoyos concretos, a pesar de parecer 
mantenerse a mayor distancia que otros del propio paciente. 
 Familiar cuidador: suele tratarse de un individuo con tendencia natural a 
hacerse cargo de la atención del enfermo, hasta el punto de no encontrar 
ninguna otra actividad gratificante, ni significativa fuera de ese rol. Concurre 
a las entrevistas, controla la toma de fármacos y es el primero en ver la 
mejoría o falta de respuesta al tratamiento. 
 Familiar fugitivo: evita los contactos y no se ocupa ni se preocupa por el 
enfermo. Quizá funcione bien fuera de la familia, pero se muestra muy 
resistente a integrarse a ella en situaciones de conflicto. Su toma de 
distancia puede ser muy perjudicial si es el único familiar; de lo contrario, es 
mejor para las circunstancias actuales del paciente. (Gutiérrez, 2006). 
 
1.5.2 Depresión normal: 
Es un condicionamiento normal de la perdida de la vida, incluyendo tristeza, 
somnolencia y en algunos serios casos (como la muerte de un ser querido) 
21 
 
desesperación, furia, insomnio, pérdida de apetito, aumento de peso, obsesión y 
culpa. 
1.5.3. Trastorno Distímico: 
Se trata de pacientes crónicamente depresivos, la mayor parte del día, en la 
mayoría de los días, durante al menos dos años, con significativo deterioro social, 
laboral o de otras áreas importantes. 
Para realizar el diagnostico, los síntomas no pueden estar ausentes por más de 
dos meses en el periodo de dos años y se requiere la presencia de dos o más de 
los siguientes síntomas: 
1. Perdida o aumento de apetito 
2. Insomnio o hipersomnia 
3. Falta de energía o fatiga 
4. Baja autoestima 
5. Dificultades para concentrarse o tomar decisiones 
6. Sentimientos de desesperanza. 
 
Este cuadro suele iniciarse en la infancia o en la adolescencia y cursa en forma 
intermitente y de baja intensidad a lo largo de décadas 
Incluye crónicas depresiones de humor, poca autoestima y algunos síntomas de 
depresión mayor, se consideran a sí mismos como perdedores, son callados, no 
es necesario una pérdida o un cambio drástico en la vida, es un estado confuso 
tanto para él como para las personas que le rodean, cualquiera puede sufrir 
Distimia sin ninguna causa especifica. 
Es característico en estas personas un temperamento depresivo: son tristes, 
pesimistas, pasivas, introvertidas, escéptica, quejosas, hipercríticas, con 
autoreproches, desprecio de su propia persona y miedo a fracasar. Hoy se 
combina la psicoterapia interpersonal y la terapia cognitivo- conductual con la 
farmacoterapia para el tratamiento de estos pacientes. 
22 
 
1.5.4. Depresión Mayor: 
A menudo causa una desesperación tan grande que la persona pierde interés en 
la vida, se vuelve incapaz de sentir placer y pierde interés en el sexo, no puede 
salir de la cama y deja de comer por varios días. 
Puede acompañar enfermedades serias como la diabetes, cáncer, artritis, etc.; y 
para que se considere una depresión mayor debe presentarse durante dos 
semanas presentando los siguientes síntomas: problemas de sueño (insomnio o 
somnolencia), problemas de apetito (pérdida de apetito o peso), falta de energía 
(apatía, somnolencia o falta de interés), sentimientos de desesperanza y/o terrible 
culpa, dificultad de concentrarse o indecisión, pensamientos o intentos suicidas. El 
25% de las personas que padecen este tipo de depresión intenta matarse. 
1.5.5. Desorden Bipolar (Maniaco- Depresivo): 
Uno de cada cinco pacientes con trastorno depresivo, desarrolla también franca 
hipomanía o manía, generalmente lo hacen a los cinco años del comienzo del 
cuadro depresivo. 
Los factores que predicen el viraje de un trastorno depresivo a bipolar son: 
a. Comienzo de la depresión antes de los 25 años 
b. Depresión post- parto 
c. Episodios frecuentes de depresión 
d. Rápida mejoría del estado de ánimo con los antidepresivos 
e. Antecedentes familiares (3 generaciones consecutivas) 
Estos pacientes alternan estados de ánimo depresivos y, a veces, un alto grado de 
hiperactividad. Los episodios maniaco- depresivos son más cortos que el trastorno 
unipolar, es decir, solamente depresivo (de 3 a 6 meses). Comienza a edades más 
tempranas, son más abruptos los inicios de sus episodios y más cortos los 
intervalos que los separan. 
23 
 
Estos pacientes presentan ciclos de depresión y manía o euforia. En ocasiones, 
los cambios de ánimo pueden ser dramáticos y muy rápidos, pero, en general son 
graduales. 
La manía afecta el pensamiento, el juicio y el comportamiento social, de manera 
tal, que puede causar serios problemas al individuo que la padece, pudiendo 
tomar, por ejemplo, decisiones financieras arriesgadas y poco aconsejables. 
Si bien, el estado de ánimo del ser humano oscila entre la felicidad, la tristeza y la 
irritabilidad, lo normal es que estas variaciones sean de poca magnitud, 
transitorias y que o interfieran con la vida diaria. Sin embargo, en casos especiales 
ocurren cambios notorios en el estado de ánimo que ocasionan que una persona 
esté en extremo feliz y con el paso de los días, sufra de depresión. Esta condición 
se conoce con el nombre de enfermedad maniaco depresiva o enfermedad bipolar 
(porque a persona oscila entre los dos polos opuestos: el sentimiento exagerado 
de bienestar, o manía, y la depresión) los cuales se repiten a ciertos intervalos de 
tiempo. 
a) Trastorno Bipolar I: se le conoce como la alternancia de episodios maniaco 
floridos con los de depresión mayor, presentando como mínimo un periodo 
maniaco o de excitación a lo largo de su desarrollo. 
b) Trastorno Bipolar II: se caracteriza por alternar episodios depresivos con 
hipomaniacos (de una o dos semanas de duración). En la hipomanía el 
paciente presenta un estado de alegría más alegre, se exalta su actividad 
psicofísica, disminuye su necesidad de dormir, aumenta excesivamente su 
ingesta de alimentos; por el contrario, en el ciclo depresivo padece de 
insomnio y disminuye su apetito. En los periodos hipomaniacos mejora su 
autoconfianza y su funcionamiento social, elevando placenteramente su 
estado de ánimo, pudiendo efectuar gastos excesivos, así como el consumo 
abusivo de estimulantes y el desarrollo de una sexualidad impulsiva. 
c) Trastorno Bipolar III o hipertímico: se trata de un paciente con depresión 
mayor y antecedentes familiares de trastornos bipolares sutilmente 
hipomaniacos, impulsivos, ambiciosos y deseosos de tener éxito. Estos 
24 
 
pacientes comparten la sintomatología depresiva similar a la depresión 
unipolar, aunque con mayor lentitud psicomotriz e hipersomnia. 
 
En la fase maniaca, el estado de ánimo dominante es la exaltación, pudiendo 
mostrar irritabilidad, mal humos y franca hostilidad. El paciente maniaco se viste 
de forma extravagante y colorida, se muestra autoritario y verborragico. La falta de 
conciencia y actividad desordenada lo pueden llevar a un estado psicótico, 
peligroso, con roces personales y delirios de persecución. Mentalmente vive en un 
estado acelerado del pensamiento y con ideas dispersas, se distrae con facilidad y 
salta constantemente de un tema a otro. Son frecuentesel pensamiento y la 
acción expansivos, como así también la grandiosidad delirante (por ejemplo. La 
falsa convicción de poder, genialidad, etc.). Algunos pacientes creen ser dirigidos 
por agentes exteriores. A veces, tienen alucinaciones visuales y auditivas, 
disminuyen su necesidad de dormir y se involucran en forma incontrolable, 
excesiva e impulsiva en actividades diversas. 
1.5.6. Depresión con rasgos atípicos: 
Esta es la más inusual. Abundan los sentimientos de melancolía y somnolencia, 
una persona en este estado puede estar profundamente deprimido por unos días, 
después bien por un tiempo o ansioso e irritable. También aparece sin causa 
específica. 
Son pacientes más jóvenes y se caracterizan por presentar dos grupos de 
síntomas: vegetativos y ansiosos durante las dos semanas más recientes de un 
episodio depresivo mayor. 
Los rasgos vegetativos se refieren al aumento de ingesta, con aumento de peso, 
gran tendencia al sueño, sensibilidad al rechazo personal, con estados de humor o 
animo inadecuados frente a situaciones vitales y sensación de pesadez en los 
miembros. 
Los rasgos ansiosos incluyen dificultad para dormir, ansiedad marcada, síntomas 
fóbicos y aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, colon irritable, etc. 
25 
 
1.5.7. Depresión estacional o Desordenes Afectivos (SAD): 
También conocidos como “Winter Blues”. Es una depresión provocada por la 
pérdida de luz durante el invierno, aparece a finales de otoño y dura hasta 
principios de la primavera. Mientras más lejos del Ecuador se viva, en el 
hemisferio norte, aparece con mayor frecuencia. Diciembre, Enero y Febrero son 
los peores meses. 
Estos pacientes presentan una relación temporal sostenida entre los episodios 
depresivos y una determinada época del año (por ejemplo en invierno u otoño) y 
no debe relacionarse con factores estresantes psicosociales estacionales. En 
estos pacientes la mejoría también se da en una determinada época del año, 
habitualmente la depresión desaparece en primavera. 
La prevalencia de este trastorno es de un 6% y responde al tratamiento lumínico 
de corto plazo de luces fluorescentes y bajos niveles de radiaciones ultravioletas, 
al que se le asocian antidepresivos si es necesario. 
1.5.8. Depresión posparto: 
La madre presenta el sentimiento de pérdida después de dar a luz. Esto es 
provocado por un cambio hormonal, transmitiendo tristeza. Entre el 10% y el 15% 
inician una etapa depresiva y el 4% de las madres son severamente depresivas, 
hospitalizándolas por el bien y el de su bebe. 
En algunas pacientes se puede observar un cuadro de tristeza breve pos- parto, 
de uno a cuatro días, con labilidad emocional y llanto fácil presente en más del 
50% de las parturientas y dentro de los primeros cuatro a cinco días del 
alumbramiento (se trata con apoyo afectivo y tiempo). Pero la verdadera, 
depresión pos- parto se presenta entre las dos semanas y los dos meses 
posteriores al parto y hasta los seis meses, con un prevalencia del 10 al 15% y es 
más frecuente en mujeres con antecedentes psiquiátricos. Se asocia con falta de 
interés por el recién nacido, pensamientos suicidas u homicidas, alucinaciones o 
26 
 
conductas psicóticas, posiblemente secundarias a una enfermedad mental 
preexistente en respuestas al estrés psicofísico del parto. Requiere psicoterapia. 
Por último, existen algunos subtipos de depresión con rasgos diferentes, los que 
pueden ser distintos desde el punto de vista etiológico (es decir de su origen o 
causa) o presentarse a lo largo del tiempo como variantes clínicas de un cuadro 
depresivo. Estos son: 
1.5.9. Depresiones con rasgos psicóticos o delirantes: 
Aproximadamente un 15% de los pacientes con depresión presentan delirios y 
alucinaciones. Los delirios pueden tener un contenido relacionado con la tristeza o 
no congruente con la depresión, como por ejemplo, los delirios de persecución. 
Otros delirios frecuentes son los de haber cometido pecados o crímenes 
imperdonables, escuchar voces acusatorias o condenatorias, ver a familiares 
fallecidos. Los sentimientos de inseguridad pueden llevar a sentirse perseguido u 
observado. Otros pacientes pueden creer padecer enfermedades incurables, por 
ejemplo cáncer o enfermedades de transmisión sexual. 
1.5.10. Depresión con rasgos melancólicos (Depresión endógena): 
Generalmente son pacientes deprimidos de mayor edad, pueden estar o no 
relacionados a una historia familiar de depresión. Los síntomas melancólicos 
acompañan a los episodios recurrentes de depresión mayor. Los síntomas más 
frecuentes en estos casos son: 
 Retardo psicomotor o agitación: lentitud del pensamiento y de la acción, 
inquietud manifestada al retorcerse las manos, hablar atropelladamente, 
etc. 
 Perdida de interés o placer en todas o casi todas las actividades 
 Depresión más profunda en la mañana 
 Despertar temprano (al menos dos horas de la hora habitual) 
 Deseo sexual disminuido 
 Perdida de respuesta a estímulos inicialmente placenteros 
27 
 
 Anorexia significativa con pérdida de peso 
 Culpabilidad excesiva o inapropiada 
 
1.5.11. Los estados mixtos: 
Consisten en la mezcla de manifestaciones depresivas y maniacas o 
hipomaniacas diferentes a los cuadros uni o bipolares. Ejemplo: el llanto 
espontaneo o durante la fase álgida de la manía, o un aceleración del 
pensamiento en un periodo depresivo. 
 Manía disfórica: es la superposición de síntomas depresivos prominentes 
con una psicosis maniaca. La manía disfórica a menudo se da en mujeres y 
en personas con temperamento depresivo. El abuso del alcohol y fármacos 
hipnótico- sedantes contribuye al desarrollo de la gravedad de los estados 
mixtos. Presenta un alto grado de suicidio. 
 Estados mixtos Depresivos: se tratan de síntomas maniacos o de rasgo 
hipertímico en un episodio de depresión mayor. Los antidepresivos agravan 
estos cuadros, produciendo un estado depresivo subagudo con irritabilidad 
que puede durar varios meses. El cuadro clínico se caracteriza por 
irritabilidad, apremio al hablar, cansancio extremo, crisis de angustia, 
insomnio irritable, aumento de la libido, y aspectos histriónicos junto a 
genuinas expresiones de sufrimiento depresivo. Estos pacientes presentan 
alto riesgo de suicidio y requieren tratamiento clínico a cargo de expertos. 
 
1.5.12. Trastorno ciclotímico: 
En estos pacientes se alternan periodos hipomaniacos leves y periodos 
minidepresivos, con una duración de pocos días de cada periodo. Este trastorno 
puede ser precursor del trastorno Bipolar II o como un cuadro con formas 
extremas del humos cambiante sin llegar a padecer un trastorno mayor del estado 
de ánimo. 
28 
 
Clínicamente alternan ciclos leves de depresión con poca confianza en sí mismos 
y aumento del tiempo de sueño, con periodos de exaltación, aumento del 
entusiasmo y acortamiento del sueño. 
El ciclotímico puede tener éxito en sus proyectos de trabajo, en dirección o en la 
creatividad artística, como así también y con mayor frecuencia, padecer de 
traumáticas relaciones interpersonales y sociales. Su ciclotimia se manifiesta en 
forma de altibajos en la escuela o el trabajo, en reiteradas rupturas matrimoniales 
o de pareja, y en episodios de abuso en el consumo de alcohol o drogas. 
(Gutiérrez, 2006). 
1.6 FACTORES PSICOLOGICOS 
La Depresión puede a veces ser la única manifestación (el todo), y otras veces, 
puede formar parte de otros trastornos orgánicos o psicológicos (la parte). Y en 
uno u otro caso pueden presentarse o bien en forma manifiesta (es decir, con 
todos los criterios necesarios o síntomas por demás evidentes), o bien solapada 
(mostrando parcialmente algunos síntomas). A veces, pueden darse de forma 
oculta (depresión sin síntomas o signos), todo un desafío diagnóstico para el 
medico es ver debajo del agua, ya que el paciente, en estos casos, generalmente 
niega y rechaza el diagnostico de depresión.(Gutiérrez, 2006). 
En la depresión oculta o depresión sin depresión prevalecen algunos síntomas 
físicos por los de orden psíquico o emocional; como son: dolores de cabeza 
crónicos, dolores dorsolumbares, cansancio fácil, pérdida de apetito, pérdida de 
peso, trastornos digestivos, colon irritable, trastornos del sueño, disfunción de la 
sexualidad. 
Con respecto a que causas psicológicas se asocian con la depresión, Beck y Snell 
(1989) dicen que los diferentes estilos de respuestas y la acumulación de 
estresores en la vida pueden ser los principales factores que favorecen la 
depresión. La memoria puede facilitar o no la depresión según el aprendizaje 
previo (Bower, 1991). Esto se puede observar en individuos que se deprimen mas, 
tienen mayor dificultad para organizar material y también presentan problemas 
29 
 
para memorizar, sobre todo cuando requieren resolver problemas donde se exige 
de mayor esfuerzo. 
Las mujeres tienden a informar más molestias o eventos negativos en 
comparación con los hombres. Estas se inclinan incluso, a externar más sus 
problemas a los demás y a culparse con mayor frecuencia de las situaciones 
difíciles que el hombre; por lo que aparentemente la mujer tiene menor control y 
más depresión que el hombre (Parks y Pilisuk, 1991). 
La mujer puede diferir del hombre en su intensidad de afecto. Fujita, Diener y 
Sandvik (1991) encontraron en estudiantes de licenciatura emociones positivas y 
negativas más intensas en mujeres, al compararse con hombres. Inclusive estas 
pueden percibir las mismas situaciones diferentes que los hombres; también se ha 
observado que la mujer tiende a reconocer con mayor facilidad los problemas y 
emplear más estrategias positivas y negativas para manejar la depresión que el 
hombre. Las mujeres que reciben un mayor apoyo económico y social por parte de 
otros, pueden expresar más en forma verbal y escrita sus problemas personales, 
reduciendo los niveles de estrés y depresión. Mujeres y hombres pueden aprender 
a manejar las emociones y a enfrentar el estrés de formas distintas. Kramlinger 
(2002) sugiere que las mujeres se inclinan menos que los hombres a actuar en 
sus problemas, pero tienden más a pensar demasiado en ellos. 
Los hombres y mujeres responden de diferente forma para regular su estado de 
ánimo, consideran que la mujer emplea técnicas más pasivas ante situaciones 
difíciles, mientras el hombre utiliza técnicas más activas que le proporcionan 
placer y distracción, es decir; cuando la mujer se deprime por lo regular se cierra, 
no quiere hablar con nadie y llora, en cambio el hombre se sale y practica un 
deporte que le guste. 
Butler y Nolen- Hoeksema (1994) sugieren que las mujeres, a diferencia de los 
hombres, adoptan estilos cognitivos reiterativos sobre situaciones que les 
molestan y eso desarrolla y mantiene por mayor tiempo los estados depresivos. 
30 
 
El comportamiento denominado rumiación puede prolongar la depresión, debido a 
que esta provoca en las mujeres la recurrencia de pensamientos negativos y ver la 
vida con pesimismo, lo que interfiere con la atención y obstaculiza la solución de 
problemas. 
Con respecto a la edad, muchas mujeres de mediana edad con depresiones, con 
serios problemas en torno a la insatisfacción que les genera el balance de sus 
vidas o con dificultades al verse ya mayores y sin los atractivos de la juventud, 
pueden tomar como blanco de su estado de irritación y mal humor el 
comportamiento de sus hijos adolescentes, generando serios problemas 
familiares. En el Estado de México se encontró que la frecuencia de depresión se 
incrementa en mujeres cuya edad oscila entre 50 y 62 años, etapa donde las 
mujeres por lo común están atravesando por la menopausia. 
También se ha visto que algunas mujeres que enmascaran depresión; ya que es 
común que algunas acudan al médico quejándose de padecimientos físicos como 
cefaleas, mala digestión, flatulencias, insomnio, diarrea, dolor de espalda, etc. 
Mismos que desaparecen en el momento que un profesional las escucha, por lo 
que todos estos síntomas físicos se consideran manifestaciones de depresión. 
1.7 FACTORES SOCIALES 
El ambiente social juega un papel importante en las diferencias en el estado de 
ánimo. Kaplan (1986) dio una explicación a la depresión mencionando que las 
mujeres culturales y socialmente, cuando se deprimen tienden a encontrar como 
principales causas sus propios errores, en cambio el hombre cuando se deprime lo 
atribuye a fuentes externas. 
Así mismo a las mujeres que les resulta más difícil dar salida a sus agresiones, 
por lo que las interiorizan volcándolas hacia sí mismas, culturalmente se da una 
reacción negativa hacia una mujer agresiva, por lo que ellas desean verse casi 
todo el tiempo como personas amables, en espera de aprobación social, ya que 
temen perder a las personas al demostrar su enojo (Joiner y Blalock, 1995). 
31 
 
Los eventos estresantes de la vida pueden precipitar la depresión. Según Krause 
(1986), la relación entre estresores y depresión puede ser bidireccional (en 
particular en las mujeres) han experimentado más eventos estresantes en su vida. 
También la gente que se deprime puede generar eventos negativos debido a su 
comportamiento. Por ejemplo Simons, Angell, Monroe y Thase, (1993) 
encontraron que la depresión y factores cognitivos influyen negativamente en 
pacientes con depresión mayor. De manera similar, Piante y Egeland (1994) 
hallaron que algunos síntomas depresivos son factores predictores de la 
ocurrencia de problemas interpersonales (maritales), de salud y financieros. 
Mantener un amplio apoyo social ayuda a la mujer a manejar mejor sus 
necesidades de educación y servicios y le posibilita responder a otras actividades 
con menores niveles de depresión y estrés. 
Por su parte, Sedeño (1984) encontró más síntomas de depresión en mujeres que 
tenían mayor dependencia económica y emocional, independientemente de que 
trabajara o no fuera del hogar. 
Por otro lado, la mujer percibe las interacciones familiares como más estresantes 
que el hombre, debido a que la mujer es más vulnerable a los efectos de las 
relaciones familiares problemáticas. La mujer comunica más experiencias 
positivas y negativas con respecto a sus relaciones y son más impactantes para 
ella los conflictos maritales, por lo que una mujer infeliz en su matrimonio tiende 
tres veces más a deprimirse en comparación con el hombre. 
Tener niños pequeños es también un factor de riesgo asociado con la depresión 
en mujeres, esto se puede deber a que estos tienden a enfermarse con mayor 
frecuencia y no hay que olvidar que la salud de los hijos es muy importante para 
las mujeres y que a la mayoría les ocasiona mucha preocupación que los niños se 
enfermen. 
Adelman (1994) y Aneshensel (1996), encontraron que las mujeres casada que 
trabajan y tienen altos niveles de estrés en la casa y el trabajo, obtienen menores 
niveles de depresión al compararlas con aquellas que no trabajan fuera de su 
32 
 
casa, por lo tanto, las mujeres que trabajan fuera presentan tensión en el trabajo y 
en el hogar, pero tienden a experimentar menos depresión (Piechowski, 1992). 
Las mujeres con mayor grado de estereotipos femeninos tienden a deprimirse más 
que aquellos con estereotipos masculinos. Lo que resulta sorprendente es que 
muchas mujeres se deprimen por las consecuencias que les acarrea ser ·muy 
femeninas”, entendiendo por esto el estereotipo, que actualmente tiende a 
denominarse una “mujer tradicional”- muchas otras en cambio, se deprimen por lo 
opuesto, es decir, por tener que desempeñar dos roles: trabajar fuera del hogar y 
ser ama de casa, y otras porque no encuentran un rol que les satisfaga. 
Las personas que tiene mayor nivel de conocimiento de esta enfermedad, es decir 
que dominan el concepto, conocen los síntomas, tienen experiencia en los 
tratamientos pueden identificarla oportunamente,y combatirla cuando se 
encuentra en una etapa temprana sin llegar al riesgo de un suicidio. 
Existe tendencia a la depresión debido a los factores socioculturales, las 
diferencias entre hombre y mujer, puede ser por el tipo de educación, 
oportunidades laborales, practicas negativas de crianza y exposición a traumas 
específicos. Todos estos factores contribuyen a diferentes tipos de cognición y 
personalidad, por ejemplo, vivir sin apoyo, recordar reiteradamente sucesos 
negativos, poseer un autoconcepto pobre y considerarse con tendencias al 
fracaso, predisponen a las mujeres a la depresión. 
El favoritismo en la familia dependiendo a los estilos de crianza, según el sexo; 
origina un comportamiento diferente entre hombres y mujeres, por ejemplo, el 
favorecer a los hijos sobre las hijas da como resultado una personalidad 
caracterizada por falta de reconocimiento, pertenencia y sentimientos crónicos de 
depresión en la mujer. 
Kaplan (1986) descubrió que la personalidad femenina se caracteriza por 
pasividad, puesto que pone mayor atención a los demás y tienden al sacrificio, lo 
que da como resultado baja autoestima y dependencia, convirtiendo a la mujer en 
agente de riesgo para la depresión. 
33 
 
Las mujeres en desventaja por diferentes condiciones socioeconómicas están 
expuestas a la pobreza, violencia, etc., lo que las convierte en más frágiles ante el 
estrés y la depresión (Sayers, Baucom y Tierney, 1993; Thornton y Leo, 1992). 
Mujeres, quienes de jóvenes fueron pobres y cabeza de familia son más 
susceptibles a la depresión. Se ha encontrado que quienes sufrieron rapto, 
violencia física y sexual en la niñez tiene alto riesgo de deprimirse en la adultez 
(Hobfall, Ritter, Lavin; Hulsizer, M.R. y Cameron, 1995). Es imprescindible resaltar 
que la mujer en grupos minoritarios, expuesta a discriminación y rechazo por su 
color, raza o preferencia sexual; incrementa el riesgo de depresión. Las personas 
pobres tienen menos recursos para resolver sus problemas, por lo que dependen 
más de los servicios que da el gobierno y están más expuestas a la enfermedad y 
a la violencia, además de que tienen que compartir la casa con padres, hermanos, 
suegros y cuñados, lo que ocasiona menos espacio vital, propiciando más enfado, 
hacinamiento y depresión. En las mujeres pobres, la falta de recursos y la poca 
escolaridad ocasionan que se sientan más atadas a las parejas y cuando se llegan 
a separar les resulta difícil reclamar el apoyo económico y se les hace muy pesado 
ser el único sostén del hogar, por lo que tienden a desarrollar sentimientos de 
pesimismo, desesperanza (Lara, 1995). 
La mujer en comparación del hombre expresa más sus sentimientos debido a que 
socialmente es aceptado que la mujer se queje, por lo que le es fácil aceptar 
síntomas depresivos, si es que los experimenta y buscar ayuda. 
Inicialmente la mujer en las comunidades principia un camino al tratamiento de la 
enfermedad difícil, porque experimenta con la automedicación o utilización de 
remedios caseros, búsqueda de ayuda por parte de familiares o amigos, asistencia 
a diversos servicios alternativos como la brujería y finalmente como última opción; 
el psicólogo o psiquiatra cuando la gravedad del padecimiento es persistente. 
Greene (1994) encontró más sintomatología depresiva en las mujeres que tienen 
mayor probabilidad de cargar con responsabilidades tanto en el trabajo como en la 
34 
 
familia. Así como también en aquellas que tienden a padecer pobreza, ser madres 
solteras y tener historia de abuso físico o sexual. 
En estudios con mujeres deprimidas se observaron mayores niveles de depresión 
en aquellas casadas, debido a que estas mostraron más estereotipos femeninos 
que las solteras (Landrine, 1988; Mercado, 1996 y Mondragón, 1994). Sin 
embargo, un factor que contribuye a que la mujer no se deprima es que ésta tenga 
un nivel de escolaridad superior al de preparatoria o licenciatura y además trabaje 
fuera de casa, debido a que cuando la mujer se siente productiva; su valoración 
hacia sí misma es superior, lo que la aísla de la depresión (Vélez Bautista, 2001). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
35 
 
CAPITULO II 
2.- AUTOESTIMA EN LA MUJER 
 INTRODUCCION 
La autoestima es el grado en que un apersona se siente amada, valiosa y 
competente. La persona con baja autoestima puede verse a sí misma como inútil, 
dependiente, abrumada, angustiada y con miedo. Estas sensaciones pueden 
llevarla a evadirse de la realidad o manifestar síntomas depresivos desde ligeros 
hasta muy graves, con consecuencias familiares y sociales muy negativas. 
Un ser humano no puede esperar realizarse en todo su potencial sin una sana 
autoestima, tampoco puede hacerlo una sociedad cuyos miembros no se valoran a 
sí mismos y no confían en su mente. 
La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano. El no tener 
una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee 
actúa como el sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, 
fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja disminuye la resistencia 
frente a las adversidades de la vida (Branden, 1997) 
En que la mujer se considere valiosa la hace más creativa, más productiva y le 
permite mantener relaciones más saludables, y en consecuencia disfrutar más de 
la vida (Branden, 2001). 
2.1 ANTESCEDENTES 
Dentro del ámbito psicológico ha habido autores de gran prestigio que se 
ocuparon del tema de la autoestima, prácticamente desde el nacimiento de la 
psicología científica en el siglo XIX. Entre ellos puede mencionarse a William 
James, fundador de la escuela funcionalista, y a Alfred Adler, uno de los mayores 
exponentes de la escuela psicodinámica. 
36 
 
Por otra parte, Branden, (1997) interpreta que el propio Sigmund Freud, fundador 
de la escuela psicodinámica, consideraba a la autoestima como “el amor propio 
del hombre”. 
Sin embargo, el primero que intento definir a la autoestima como tal fue el 
funcionalista William James quien considere a esta como el resultado de lo que la 
persona hace para obtener éxito, en aquellas metas que pretende alcanzar. Por 
otro lado, Alfred Adler, enfatizo el papel de la autoestima como uno de los 
elementos relevantes de la dinámica personal que caracteriza la vida humana. De 
acuerdo con Mosak y Dreikurs, especialistas en la teoría de Adler citados por 
Mezerville, 2004 consideraban que el hombre no es empujado desde atrás por 
causas tales como herencia o el ambiente, si no que más bien es jalado desde 
adelante por las metas que el mismo se propone realizar. 
Por lo tanto, es posible apreciar que existe un alto grado de conciencia entre el 
pensamiento de Alfred Adler y el de William James, al considerar ambos a la 
autoestima como el resultado de las metas propuestas. Esta posición compartida, 
además, establece que la autoestima se manifiesta no solo como un proceso 
interno del individuo sino que se relaciona externamente con el éxito o el fracaso 
que este obtiene en el plano conductual, tras la búsqueda de sus metas. 
(Mezerville, 2004). 
Maslow, el principal representante de la psicología humanista es quien ha 
difundido el papel de la autoestima desempeñada en la ida humana al incluirla en 
su conocida Jerarquía de Necesidades. Existen dos tipos de necesidades de 
estima; la propia y la que provienen de los demás. 
Ambas las ubica jerárquicamente por encima de las necesidades fisiológicas, las 
de seguridad personal y las necesidades de pertenencia y afecto. 
Mientras que Coopersmith, (1976) considera a la autoestima como una actitud de 
aprobación e indica en qué medida el individuo se cree capaz, importante y con 
éxito. 
37 
 
2.2 DEFINICION DE AUTOESTIMA 
Branden definió la autoestima como lo que siente cada persona, con respecto a si 
misma; y esto dependerá de lo que cada quien quiera ser y hacer. Por ello está 
determinadapor la realidad y las potencialidades de cada individuo. Por tanto, la 
autoestima se define como: el aprecio de los propios méritos y el carácter para 
responder y actuar de forma responsable con los demás. Por lo anterior, la 
autoestima es: 
 La confianza en nuestra capacidad de pensar y de enfrentarnos a los 
desafíos básicos de la vida. 
 La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices, el sentimiento de 
ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras 
necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar 
del fruto de nuestros esfuerzos. 
La autoestima es la habilidad psicológica más importante que podemos desarrollar 
para poder desenvolvernos con destreza en la sociedad. 
Es la evaluación que la persona hace a partir de la percepción que tiene de sí 
mismo, incluyendo la imagen física, la percepción de las propias habilidades y la 
percepción de valor como persona, la autoaceptación, así como pensarse 
merecedor de obtener y disfrutar sus “deseos”. 
La autoestima es un fenómeno psicológico y social; una actitud favorable o 
desfavorable que el individuo tiene de sí mismo, conformada por un grupo de 
opiniones y sentimientos. 
2.3 FACTORES QUE DETEMINAN LA AUTOESTIMA 
Desde el nacimiento se recogen diferentes sensaciones que van entrelazando los 
registros vivenciales y que contribuyen a la construcción de la autoestima Duque, 
(2002). 
38 
 
Por su parte Bersing (2000), considera que la autoestima está determinada por 
varios factores ambientales ya que desde antes de que el individuo nazca estos 
van a influir en la formación de la misma. 
Las expectativas de la pareja sobre su futuro hijo influirán en su personalidad. Al 
nacer se inicia la relación madre- hijo y dependiendo de qué tan satisfactoria sea 
está, se ira conformando la autoestima; esto dependerá de las habilidades que el 
niño vaya adquiriendo y de cómo la madre vaya reforzando los aciertos de 
determinados comportamientos, será como el niño se vaya percibiendo a si 
mismo (Montt y Ulluoa, 1996). 
Posteriormente viene la interacción del niño con la escuela, y el rendimiento que 
este logre en el ámbito escolar también intervendrá en la formación de la 
autoestima. A partir de estas experiencias, sin importar que sean positivas o 
negativas, todas tienen un peso que la van conformando; además de las creencias 
sobre nosotros mismos, esquemas de conducta, valores y nociones sobre lo que 
está bien y lo que está mal. Después las diferentes interacciones con la pareja, 
amigos, compañeros de trabajo irán cambiando la propia valoración de cada 
individuo (Torres, 1999). 
Por todo esto, se puede suponer que las diferentes experiencias y roles que 
desempeñan los individuos pueden ocasionar cambios en su autoestima. 
2.4 NIVELES DE AUTOESTIMA 
2.4.1. Autoestima alta (Equilibrada). 
Una autoestima alta en el ser humano consiste en que este se considere apto o 
suficientemente apto, digno de la estima de los demás, se respeta por lo que es, 
vive, comparte e incita a la integridad, honestidad, amor, siente que es importante, 
tiene confianza en su propia competencia y tiene fe en sus propias decisiones. La 
autoestima alta no significa un estado de éxito total, consiste en reconocer sus 
propias limitaciones, capacidades, habilidades y confianza en la naturaleza interna 
(Branden, 1997). 
39 
 
La importancia de una autoestima elevada facilita el sentirse bien con uno mismo, 
saber enriquecer su vida, facilidad para encontrar amigos, además de sentirse 
bien consigo mismo, ser más abierto le ayudara a establecer relaciones más 
estrechas. Podrá aceptar los retos y no tener miedo a desarrollar habilidades para 
probar cosas nuevas (González Arratia, 2002). 
Resumiendo, una autoestima alta otorga una valoración positiva de sí mismo. Sin 
embargo, esto no quiere decir que una persona con alta autoestima sea una 
persona perfecta, o que todo le salga bien. Tener la autoestima elevada es la 
capacidad de sentirse bien con uno mismo. Manteniendo un equilibrio entre el 
entorno social y uno mismo. 
Las personas con una autoestima alta por lo general: 
 Son más felices 
 Se relacionan mejor con las demás personas, pero también aprecian y 
saben estar solas. 
 Suelen lograr las metas que se proponen. 
 Tienen confianza en sí mismos y en los demás. 
 Se sienten más capaces de enfrentarse a retos. 
 Saben decir sus puntos de vista, gustos, preferencias, etc. 
 Pueden aceptar sus errores sin menospreciarse. 
 Son más independientes. 
 Tienen menos dificultad al expresar sus sentimientos. 
 Se valoran y se aceptan más fácilmente. 
 Hacen amigos fácilmente. 
 Muestran entusiasmo por nuevas actividades. 
 Son cooperativos. 
 Les gusta ser creativos y tener ideas propias. 
 Demuestran estar contentos, llenos de energía y hablan con otros sin 
esfuerzo. 
 Se sienten libres y sin que nadie los amenace. 
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 Dirigen su vida hacia donde creen conveniente, desarrollando las 
habilidades que hagan posible esto. 
 Aceptan su sexo y lo relacionado con él. 
 Ejecutan su trabajo con satisfacción, lo hacen y aprenden a mejorar. 
 Se gustan así mismo y a los demás. 
 Se aprecian y se respetan a sí mismos y a los demás. 
 
González- Arratia (2002), hace referencia a que las personas con autoestima alta 
se criaron bajo condiciones de aceptación y definición clara de reglas y respeto; 
son afectivas, equilibradas y competentes, capaces de acciones creativas e 
independientes, son socialmente hábiles y capaces de tratar con situaciones y 
demandas externas de manera directa. 
2.4.2. Autoestima Baja. 
Está relacionada con una distorsión del pensamiento (forma inadecuada de 
pensar). Las personas con baja autoestima tienen una visión muy distorsionada de 
lo que son realmente; al mismo tiempo, estas personas mantienen exigencias 
extraordinariamente perfeccionistas sobre lo que deberían ser o lograr. 
Las personas con autoestima baja ofrecen un cuadro desalentador, se sienten 
aisladas, indignas de amor, incapaces de expresarse o defenderse y demasiado 
débiles para afrontar sus deficiencias, pasivas, socialmente no participativas, 
constantemente preocupadas, susceptibles a las críticas, sienten que se ahogan 
en sus propios problemas, rehúyen a las interacciones sociales que podrían 
confirmarles las supuestas incompetencias. A este grupo de personas se les 
puede presentar diversas enfermedades psicosomáticas. Tienen falta de confianza 
en sus habilidades e ideas y se aferran a situaciones conocidas y seguras. Son 
pesimistas, se sienten controladas por los hechos externos, en lugar de sentir que 
controlan la situación (Branden, 1997) 
Los sentimientos de inseguridad e inferioridad que sufren estas personas los 
llevan a sentir envidia y celos de lo que los otros poseen, manifestándose con 
41 
 
actitud de tristeza, depresión, renuncia y aparente abnegación, o bien, con 
actitudes de ansiedad, miedo agresividad y rencor, sembrando así el sufrimiento 
(Rodríguez, Pellicer y Domínguez, 1998). 
Las personas con baja autoestima piensan que no valen nada o que valen muy 
poco; esperan ser pisoteadas, menospreciadas por los demás, tienen falta de 
confianza en sí mismas y se abstienen de expresar sus ideas, toman un papel 
pasivo escuchando más que participando, son criadas bajo condiciones de 
rechazo, inseguridad y falta de respeto, llegan a creer que no tienen recursos, se 
sienten aisladas, sin amor, incapaces de expresarse y son completamente pasivas 
y complacientes con los demás, presentan una marcada preocupación por sus 
problemas, lo que conduce a disminuir las posibilidades de establecer relaciones 
amistosas de apoyo (Hay, 1995). 
Las principales características son: 
 Se aíslan y muestran gran desconfianza hacia los demás. 
 Pueden sentirse devaluadas y menospreciadas. 
 Son apáticas, indiferentes consigo mismas, pues prefieren estaral servicio de 
quienes los rodean. 
 Suelen tener sentimientos de inseguridad e inferioridad lo que induce a la 
agresividad y violencia hacia los demás. 
 Experimentan actitudes de tristeza, depresión, renuncia, aparente abnegación 
o bien con actitudes de ansiedad, miedo, agresividad y rencor. 
 Sentimientos de incompetencia e inadecuación. 
 Sensibilidad ante las críticas de los demás. 
 Tendencia a la destructividad. 
 Dificultad para reconocer los acercamientos afectuosos o de aceptación de 
otras personas. 
 
 
 
 
42 
 
2.5 AUTOESTIMA DE LA MUJER. 
Se han hecho estudios que muestran patrones preocupantes en las mujeres, 
como falta de autoestima, incapacidad para controlar sus vidas, vulnerabilidad 
ante la depresión y tendencia a verse así mismas como menos capaces de lo que 
en realidad son, lo que da como resultado problemas de interacción y bajo 
rendimiento académico y laboral (Bersing, 2000). 
Es posible que estos hallazgos se deban a nuestras sociedades patriarcales 
donde la autoestima de la mujer ha estado, históricamente y de manera general, 
por debajo de la autoestima masculina. Estas situación de subordinación con 
respecto al hombre, en la que nuestra cultura ha colocado tradicionalmente a las 
mujeres, en grupos con muy baja autoestima, haciéndolas sensibles a la 
depresión y al estrés (Branden, 2001). 
Ahora bien; hay una relación entre la autoestima de los padres y la de los hijos. 
Por ejemplo, un padre con baja autoestima, anticipa el fracaso, es débil y pasivo, 
y escatima el amor y la atención hacia sus hijos. Esto puede quitarles a ellos la 
oportunidad de enfrentarse a la vida, con seguridad en ellos mismos y con la 
fuerza de voluntad necesaria para salir adelante (González – Arratia, 1996). De la 
misma manera, una madre con baja autoestima, en una relación de subordinación 
ante el marido, sin autoridad frente a los hijos, proyecta en ellos un modelo de ser 
humano femenino débil e inseguro (Torres, 1999). 
En cambio, la percepción positiva de uno mismo produce un significado de fuerza 
de identidad y de elevado bienestar. El valor asignado a uno mismo, es 
determinante en la manera de ser de cada persona. Una autoestima positiva dará 
como resultado que la persona llegue a tener éxito en sus actividades por la 
seguridad que aquella genera. Por lo contrario, quien posee una autoestima baja o 
negativa puede no ser capaz de concluir cualquier labor o trabajo debido a su 
inseguridad o vacilación (Bersing, 2000). 
En el mundo actual, la mujer desempeña diferentes papeles dependiendo de su 
profesión u ocupación, y por ello, experimenta diversas necesidades y deseos que 
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le provocaran una percepción y valoración diferente de sí misma (Barnett, Marshall 
y Singer, 1992). 
La mujer de hoy realiza diversas actividades como ama de casa, desempeña 
labores propias del hogar como la limpieza de la casa, el cuidado y educación de 
los hijos y además de trabajos propios del campo. Por lo que esta mujer- madre 
toma en ocasiones también las funciones del padre, para ser mujer- madre- padre 
que además de aportar económicamente al hogar, guía y educa a los hijos. Por 
todo esto; la mujer se puso en la posición de 
Cuestionar los valores tradicionales, revoluciono su conciencia y comenzó a 
vislumbrar otro mundo de alternativas y posibilidades. Además comenzó a pensar 
que era posible emanciparse, decidir por sí misma, fortaleciendo su individualidad, 
aunque muchas veces cargara tanto con los nuevos logros como con los roles 
tradicionales. Todo lo anterior, deja entrever que la mujer de hoy no acepta 
limitaciones en el desarrollo de todas sus potencialidades, sean sexuales, 
políticas, económicas, intelectuales o afectivas y que si ha sido concebida por la 
sociedad como madre, esposa y ser dependiente, no son los únicos papeles a 
jugar en su vida. Esto abre las puertas para que las mujeres del mañana sean 
diferentes y tengan mayor conciencia de su justo valor, sin traicionar algunos de 
los valores tradicionales, pero caminando y luchando por sus ideales a lado delos 
hombres, quienes también tendrán una nueva conciencia para construir un mundo 
diferente al que les tocó vivir a sus abuelas (Adelmann, 1994). 
Sin embargo la mujer presenta otro problema, el analfabetismo que se presenta 
con mayor fuerza en las zonas rurales marginadas. En estas circunstancias, se 
genera en la mujer un sentimiento de desvalorización, agravado por el alto índice 
de alcoholismo por parte de los maridos. Por otro lado, si la mujer no cumple con 
sus responsabilidades familiares, está sujeta al maltrato emocional, físico y 
psicológico por parte del marido o compañero, pero la mujer mantiene; un estatus 
de sumisión, debido a la seguridad económica que el conyugue representa. Para 
sentirse más valorada se recomienda ser independiente tanto material como 
emocionalmente. 
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Una actividad como la de ama de casa es generalmente muy falta de retos para 
proveer la autoestima, independencia y crecimiento necesarios para experimentar 
la gama completa de felicidad que ofrece la vida. Sin embargo, existen 
excepciones en las cuales el ama de casa es una ocupación administrativa que 
brinda plena autoestima, felicidad y amor (Vélez Bautista, 2001). 
Como se puede observar, la baja autoestima en las mujeres tienen causas 
diversas como: problemas de inadaptación en la infancia o adolescencia, crisis 
matrimoniales, fracasos laborales que pueden desembocar en procesos 
depresivos de ligeros a severos, discriminación y falta de apoyo. Dicho 
comportamiento está relacionado con la pérdida de autoestima y por lo tanto, la 
tendencia a la Depresión, provocando que la mujer no se quiera así misma, aplica 
una memoria selectiva que recuerda solo lo negativo de su vida. Esto se observa 
en algunos síntomas como no comer o no dormir que dañan a su propia salud. 
Quienes sufren problemas de autoestima no se aceptan como son, se rechazan a 
sí mismos y difícilmente amaran a los demás. La baja autoestima provoca 
conflictos en el ambiente familiar, laboral y social (Torres, 1999). 
González Arratia (1996) menciona que la autoestima de la mujer entre los 20 y 60 
años puede variar debido al grado de éxito o fracaso en su vida, la adaptación al 
matrimonio, la maternidad, los logros personales, el estatus socioeconómico, las 
capacidades físicas, la cultura, etc. Así mismo, a medida que la edad aumenta, la 
autoestima tiende a descender; a mayor edad, menor autoestima, atribuyéndose 
este hallazgo a la disminución de capacidades en las diferentes áreas: social, 
familiar, sexual y laboral. 
Se ha encontrado que la disminución de autoestima afecta a personas de 
diferentes edades, pero los sectores más afectados son las mujeres y los 
adolescentes. Desde el punto de vista psíquico, la edad critica de la mujer es la 
comprendida entre los 30 y 45 años, al llegar la menopausia, ya que la mujer hace 
un balance de su vida y con frecuencia no está satisfecha. Reconocer que con los 
años llegan otras oportunidades de las que se pueden disfrutar, los hijos crecen, 
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se independizan, viven su vida, se casan; ocasión para ocuparse de uno misma, 
es el momento propicio para iniciar aquellas actividades con las que siempre se 
soñó y nunca se concretaron por falta de tiempo y exceso de obligaciones 
(Bersing, 2000). 
En una investigación realizada por Cacique (2000) en Centroamérica se encontró 
que las amas de casa presentan una abaja autoestima, tal vez debido al escaso 
brillo social de los trabajos domésticos, a la rutina, a la falta de aprecio por parte 
de los demás miembros de la familia y a la desigualdad del reparto de las tareas 
domésticas. 
Las amas de casa no se sienten queridas ni apoyadas por su familia y el reparto 
de las tareas domésticas lo consideran injusto ocasionando en ellas 
desvalorización y estrés debido a la monotonía de la jornada continua de

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