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Tortura--impactos-y-la-importancia-de-la-perspectiva-psicosocial

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
Tortura: impactos y la importancia de la 
perspectiva psicosocial 
 
 TESIS 
Que para obtener el titulo de 
Licenciada en Psicología 
 
 
PRESENTA 
Ana María Vera Smith 
 
DIRECTORA DE TESIS 
Lic. Blanca Estela Reguero Reza 
 
 
 
 
 
Ciudad Universitaria, Ciudad de México, 2017 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONÓMA DE MÉXICO 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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A la eterna ternura y a la sonrisa perfecta 
3 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
A quienes desde el dolor me han permitido acompañarlos. 
A Elisa Benavides, Aurora Domenech y Héctor Ortiz por sus revisiones y 
compartición de experiencias. 
A Blanca Reguero, Juan Carlos Huidobro, Pablo Fernández, Angélica Bautista y 
Jesús Segura por sus aportes. 
 
4 
 
RESUMEN 
 
 
La tortura es un acto que lesiona a la humanidad. Desde 1948 se acordó “que nadie 
será sometido a torturas, ni a penas o tratos crueles ni degradantes. En la 
actualidad vivimos una crisis humanitaria donde los hechos de tortura tienden a 
normalizarse en el mundo entero. Los Estados han afinado los mecanismos para 
torturar y los impactos se multiplican rebasando el dolor físico y emocional y 
trascendiendo exponencialmente a las víctimas directas. La demanda de atención 
crece y la perspectiva psicosocial para la recuperación del sentido de la vida cobra 
relevante importancia hoy. 
Palabras clave: Tortura, impactos, mecanismos, acompañamiento psicosocial. 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
ÍNDICE 
 
ÍNDICE ....................................................................................................................... 5 
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 6 
I. ANTECEDENTES Y CONTEXTUALIZACION ...................................................... 11 
A. Las guerras, la muerte, la norma y los contrasentidos ..................................... 11 
B. Contexto, la tortura en el neoliberalismo .......................................................... 16 
II. MARCO CONCEPTUAL REFERENCIAL (general y específico) ......................... 23 
A. Poder, historia y violencia................................................................................. 23 
B. Tortura ............................................................................................................. 24 
C. Objetivos de la tortura o represión política ....................................................... 25 
D. Estrategias, mecanismos y resistencia ........................................................... 26 
E. Principales impactos de la tortura .................................................................... 32 
F. Perspectiva psicosocial ................................................................................... 36 
III. MÉTODO............................................................................................................ 41 
A. Objetivos de investigación ................................................................................ 41 
B. Pregunta de investigación ................................................................................ 41 
C. Premisas .......................................................................................................... 41 
D. Metodología ..................................................................................................... 41 
IV. FUNDAMENTACIÓN EMPÍRICA DE LA INVESTIGACIÓN................................ 44 
A. Apuntes: reencuentro como sobreviviente de tortura ....................................... 44 
B. Reportes: 1, 2 y 3 ............................................................................................. 48 
V. PROPUESTA METODOLOGICA DE ACOMPANAMIENTO PSICOSOCIAL ...... 58 
INCONCLUSIONES ................................................................................................. 82 
REFERENCIAS ........................................................................................................ 84 
 
 
 
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INTRODUCCIÓN 
En México, la devastación psicológica que ocasiona la tortura es un tema poco 
abordado por la academia. Ejemplo de ello es que no está incorporado a la 
curricula en la Facultad de Psicología de Ciudad Universitaria de la Universidad 
Nacional Autónoma de México, y que solo encontré en la biblioteca dos tesis 
presentadas acerca del tema, ambas para obtener el título de Licenciatura. 
La primera fue escrita por Cuitláhuac Santiago Mariscal en enero de 2007: 
Evaluación de la tasa cardíaca y su variabilidad (VTC), como indicadores de 
activación autonómica, de personas en situación de cárcel que reportan tortura en 
el momento de su detención, (más allá del Protocolo de Estambul); la segunda fue 
presentada en el año de 2011 por Mónica Muñiz Mexicano: Cuerpo, sexualidad y 
poder: La tortura sexual como parte del terrorismo de Estado. Importantes 
trabajos que posibilitan el acercamiento al tema de la tortura con dos enfoques 
distintos. 
La presente tesis tiene el objetivo acercarse a la comprensión del entramado 
existente entre el acompañamiento psicosocial y la elaboración de la situación de 
tortura vivida. Considero de vital importancia fomentar el acercamiento de la 
comunidad de estudiosos de la psicología a este tema. En el proceso de develar 
lo que entraña la práctica de la tortura a partir de sus objetivos, la Psicología 
como ciencia es la primera instancia de referencia para desanudar el hilo 
conductor de los mecanismos empleados, los impactos multiplicados, las 
características de los responsables y el tipo de afrontamientos sociales 
necesarios. La frecuencia con que lamentablemente se presenta esta conducta en 
nuestra cotidianeidad exige un compromiso mayor para su estudio, atención y 
acciones para erradicarla. 
El contenido del primer capítulo del trabajo corresponde a los antecedentes y el 
contexto. Los antecedentes remiten al momento más conflictivo del ejercicio de la 
tortura en el siglo pasado correspondiente a la segunda guerra mundial y 
7 
 
concretamente al holocausto y al uso de la bomba atómica. La existencia de 
millones de víctimas y la práctica inenarrable de crueles tormentos convertidos en 
genocidio constituyeron el fondo del marco legal convertido en camino tortuoso en 
búsqueda de la verdad y la justicia. 
En esta primera parte se pretende vincular la práctica de la tortura y las guerras, 
como dos formas de control social para la acumulación de capital. Se trata de un 
proceso de mercantilización de la vida humana, y esta mercantilización ha influido 
de manera determinante en un complejo entramado de relaciones de poder 
articuladoras de nuevas subjetividades e inter-subjetividades. Ahí se convive con 
los propios monstruos, donde la codicia y el menosprecio marcan 
estrepitosamente la socialización en un camino lleno de ruinas. 
El contenido del segundo capítulo tiene que ver con las referencias conceptuales. 
Primero retomo las categorías analíticas relacionadas con el poder, la historia y la 
violencia, desarrolladas desde los puntos de vista filosóficos de Michel Foucault 
con una perspectiva críticay Walter Benjamin colaborador de la escuela de 
Frankfurt, influenciados ambos por el contexto de la guerra y el fascismo tuvieron 
la agudeza de profundizar en temas con tanta relevancia en la presente etapa. 
Posteriormente se vuelve al concepto de tortura con la definición hecha por la 
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y la realizada por 
Amnistía Internacional, sin dejar de lado a la definición resultado de la 
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o 
Degradantes. 
Sin embargo, al hablar de la tortura no se hace referencia a un fenómeno 
abstracto o aislado, ya que entraña intenciones, dolores, fragmentaciones, 
pérdidas y más. Es así, que con la finalidad de facilitar la comprensión de la 
tortura en sus diversas dimensiones se continúa con la exposición de los objetivos 
de la misma, señalando algunas de las estrategias y mecanismos planificados 
desde los Estados y gobiernos. 
8 
 
¿Cuánto dolor puede soportar un ser humano que es sometido a la tortura? ¿Es 
mayor la magnitud del dolor físico o el emocional? ¿Son más terribles las 
secuelas físicas, psicológicas o las relacionadas con la desarticulación en el 
proyecto de vida? 
Estas preguntas nos permiten vislumbrar que se pueden estudiar los impactos de 
la tortura desde diferentes ámbitos, y desde luego que se han elaborado estudios 
con cada uno de ellos. Sin embargo, en este trabajo abordare dos de ellos que 
considero los más importantes: la situación traumática y el daño al proyecto de 
vida. 
 Los traumatismos que se generan, no afectan solo a las personas que los 
padecen de forma directa, sino a todo su entorno social. Y no solamente, se 
extienden aún más, hasta formar parte de los códigos de poder asumidos en la 
sociedad actual. 
Otro de los aspectos centrales que desarrollo es desde cuál perspectiva 
acompañar a quienes han sido víctimas de esos actos para favorecer el proceso 
de elaboración de la situación vivida. 
El conjunto de procedimientos más importantes para abordar las situaciones 
producidas por la tortura, es el desarrollado desde un 
a perspectiva psicosocial: Ignacio Martín Baro (1942-1989) fue pionero en esta 
propuesta, producto de su práctica profesional durante la guerra en el Salvador. El 
Grupo de Acción Comunitaria con sede en Madrid, cuyos fundadores han sido 
parte del personal académico de La Universidad del País Vasco, de la 
Universidad Complutense y la Escuela de Salud Mental de la Asociación 
Española de Neuropsiquiatría, han seguido enriqueciendo la teoría y la práctica 
de esta perspectiva. 
Carlos Martin Beristaín, Pau Pérez Sales-Gasque y Alberto Fernández Liria, 
constituyen actualmente un importante motor de este esfuerzo, desde donde 
convocan a la formación continua, sistematizando el trabajo investigativo propio, 
9 
 
así como el de centenares de estudiosos de áreas afines en diferentes partes del 
mundo. 
Esta tendencia teórica, junto con mi participación en el Colectivo Autónomo de 
Apoyo a Sobrevivientes de la Tortura, así como la de otros colectivos, me han 
permitido valorar la importancia de sistematizar y profundizar el análisis teórico. 
Esto me ha impulsado a recuperar el trabajo de investigadores que han 
enriquecido la literatura acerca de la tortura, de sus objetivos, sus impactos, y la 
perspectiva de abordaje. 
Me parece importante destacar que, sin duda, esta postura combina sus 
propuestas teóricas con la práctica comprometida. En el afán de reconstruir el 
sentido individual y colectivo de la vida dañada en quienes han sufrido los 
impactos de la tortura, se empeña en aplicar las técnicas que favorezcan el 
fortalecimiento de actitudes resilientes. 
En correspondencia con tal enfoque teórico, he recorrido zonas controladas por 
diversas asociaciones delictivas (malos gobiernos, militares de zona, paramilitares 
y carteles del narcotráfico), he levantado testimonios, atestiguado y analizado 
cambios graves en la vida cotidiana de la gente, al mismo tiempo que 
acompañaba a sobrevivientes de tortura intentando facilitar la construcción de 
herramientas para la elaboración de tales hechos. 
De esta forma respondo, casi al mismo tiempo que me hago la pregunta de si 
podemos ser indiferentes a esta guerra contra la humanidad. Solo puedo pensar 
en muchos NO. No podemos ser indiferentes, porque el sufrimiento y los daños 
que ha generado han llevado a la muerte de tantos jóvenes cuyos cuerpos yacen 
esparcidos por las calles, o se ocultan en fosas clandestinas del territorio 
nacional. 
No podemos ser indiferentes a los impactos psicológicos y sociales que originan 
los cuerpos expuestos a la orilla de las carreteras, con la exhibición atroz de 
cabezas colgadas de los árboles en plazas públicas. Aún recuerdo el horror de 
10 
 
una anciana cuando con gesticulaciones de incredulidad me narraba quedito, con 
voz que me obligó a acercarme mucho para escuchar: “…es que un camión de 
redilas llegó al pueblo lleno de jóvenes asesinados, cuyos cuerpos aún tibios se 
los llevaron a enterrar a fosas comunes…”. 
Otro autor importante en el presente trabajo para la perspectiva psico social 
corresponde a Tamotsu Shibutani (1920-2004) quien en su obra aborda 
importantes conceptos sobre la ontología social de los seres humanos y la acción 
grupal. 
En el Capítulo III se desarrolla el Método, enumerando los objetivos de 
investigación, la pregunta, las premisas y la metodología, destacando en ella su 
carácter empírico, completando el capítulo con el conjunto de procedimientos 
utilizados. 
La fundamentación metodológica de la investigación correspondiente al capítulo 
IV consiste en reportes breves relativos a tres casos. 
Finalizo la tesis con una propuesta metodológica de acompañamiento psicosocial 
a partir de algunos textos de los autores aludidos en las referencias bibliográficas, 
así como la experiencia personal y la de los colectivos en que he trabajado. 
 
 
 
 
 
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I. ANTECEDENTES Y CONTEXTUALIZACION 
Pensad que oscuro y que helador es este 
 Valle que resuena a pena. 
Bertolt Brecht 
A. Las guerras, la muerte, la norma y los contrasentidos 
Las prácticas de terror implementadas por el fascismo durante la guerra civil 
española y la segunda guerra mundial dejaron millones de muertes, huérfanos, 
exiliados, presos, desplazados. Los actos de tortura del estalinismo contra sus 
opositores internos, sumaron aún más dolor a lo anterior. Una enorme desolación 
en muchos hogares del mundo debido a tantas rupturas se hizo presente. 
Preocupados por tal devastación, muchos especialistas realizaron diferentes 
esfuerzos tratando de prevenir patologías en la salud mental. Otros escribieron 
sobre su propia historia. La definición de conceptos tiene que ver con las palabras 
y su significado, tanto como con la necesidad de los seres humanos de comunicar 
sus sentimientos y sentido de la vida. En el devenir histórico cada concepto se 
afina, adquiere mayor precisión o la pierde, de acuerdo a los contextos sociales. 
En el trabajo de elaboración de situaciones traumáticas la palabra tiene un 
enorme valor, de manera que es muy importante recuperar algunas de las que 
contribuyen a sobreponerse a esas situaciones. El concepto de tortura vigente 
está íntimamente relacionado al holocausto, y a la bomba atómica en Hiroshima y 
Nagasaki. 
Se acepta generalmente que uno de los objetivos que llevo a la fundación de la 
Organización de las Naciones Unidas en 1945 fue garantizar el respeto a los 
derechos humanos. Un avance en ese sentido fue el acuerdo tomado por la 
mayoría de los Estados de reconocer universalmente derechos y libertades 
inherentes a los seres humanos. 
Poco después de su fundación la Organización de las Naciones Unidas, en su 
Asamblea General de diciembre de 1948, aprobó la Declaración Universal de los 
12 
 
Derechos Humanos. Con alrededor de 30 artículosque sintetizan una larga 
historia de lucha por el respeto a la dignidad del ser humano, el 5to de esos 
artículos consigna: “Nadie será sometido a torturas, ni a penas o tratos crueles, 
inhumanos o degradantes.” 
Pero fue hasta el 10 de diciembre de 1984 que el plenario de la Organización de 
las Naciones Unidas aprobó “La Convención contra la Tortura y otros Tratos o 
Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes”, con la finalidad de erradicar la 
tortura. La convención contra la tortura entraría en vigor el 26 de junio de 1987. 
Dicho documento contiene más de treinta artículos (lo anexo a la presente tesis), 
y la fundamentación y normatividad para la formación de un comité que debe 
realizar labores de vigilancia en cada país. Entre los artículos de la primera parte 
de la Convención, destacan los siguientes: 
ARTÍCULO 1 
1. A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término “tortura” 
todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos 
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o un tercero 
información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se 
sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, 
por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos 
dolores sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de 
sus funciones públicas, a instancia suya o con su consentimiento. 
2. El presente artículo se entenderá sin perjuicio de cualquier instrumento 
internacional o legislación nacional que contenga o pueda contener disposiciones de 
mayor alcance. 
ARTÍCULO 2 
1. Todo Estado Parte tomara medidas legislativas, administrativas, judiciales o de 
otra índole eficaces para impedir los actos de tortura en todo territorio que este bajo 
su jurisdicción. 
2. En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado 
de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra 
emergencia pública como justificación de la tortura. 
3. No podrá invocarse una orden de un funcionario superior o de una autoridad 
pública como justificación de la tortura. 
13 
 
ARTÍCULO 3 
1. Ningún Estado parte procederá a la expulsión, devolución o extradición de una 
persona a otro Estado cuando haya razones fundadas para creer que estaría en 
peligro de ser sometida a tortura. 
2. A los efectos de determinar si existen esas razones, las autoridades competentes 
tendrán en cuenta todas las consideraciones pertinentes, inclusive, cuando proceda, 
la existencia en el Estado de que se trate de un cuadro persistente de violaciones 
manifiestas, patentes o masivas de los derechos humanos. 
 
Esta definición aceptada por todos los Estados miembros de la Organización de 
las Naciones Unidas, es la más completa hasta hoy. Nace en el contexto de La 
Declaración Universal de los Derechos Humanos y prohíbe la justificación de la 
tortura aludiendo a circunstancias excepcionales tales como estado o amenaza 
de guerra o inestabilidad política interna. Prohíbe también la expulsión, 
devolución o extradición de una persona a otro estado cuando se considere en 
riesgo de ser sometida a tortura promoviendo el resguardo de la misma. 
Considero sin embargo, que la definición tiene una debilidad importante. Esta 
debilidad consiste en omitir tanto los objetivos que se encuentran detrás de esta 
práctica, así como los impactos psicosociales que causan esos “dolores y 
sufrimientos graves infligidos por funcionarios públicos, a instancia suya o con su 
consentimiento”; situación que al menos tiene dos consecuencias negativas: 
La primera consecuencia es que limita los procesos de defensa jurídica 
ensanchando el camino de la impunidad, ocultando verdades y encubriendo 
responsabilidades. 
La segunda consecuencia negativa es que si los impactos de la tortura se 
mencionaran en la definición, ello haría posible que la sociedad identificara con 
mayor claridad la magnitud de los hechos violentos, entendiera la esencia de sus 
objetivos, sus graves consecuencias, así como el despliegue de esas 
consecuencias cuando se niega la justicia y se fortalece la impunidad. De esta 
manera, se podría entender mejor la urgencia de desarrollar acciones individuales 
14 
 
y colectivas con el fin de terminar con esta práctica inhumana. 
“La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o 
Degradantes”, en lo concerniente al apartado referente al “Comité”, se desliza una 
forma de encadenamiento de la injusticia. La terna propuesta para el presidente 
del “Comité” es designada por el ejecutivo de cada país miembro de la 
Organización de las Naciones Unidas, de esta manera se fortalece la estructura 
de poder. De poder hacer según lo conveniente, pero no en el sentido de la 
justicia, sino en el sentido de sus intereses socio económicos y políticos del propio 
Estado que se vuelve de alguna manera juez y parte. 
En México, sucedió algo muy característico de los malos gobiernos que han 
suplantado al pueblo. Al signar la Ley contra la tortura y la Ley contra la 
desaparición forzada, en el año de 1987, el gobierno mexicano las firmó con 
reservas, lo que llevaba consigo que cualquier parte del contenido de esas leyes y 
su compromiso fueran manipulables. 
Sin embargo, ante las presiones de organizaciones no gubernamentales y de la 
sociedad civil, años más tarde la carta magna fue reformada. El 10 de junio de 
2011 se modificó el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos 
Mexicanos, quedando en los siguientes términos: 
“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozaran de los 
derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados 
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las 
garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni 
suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución 
establece”. 
En momentos en que en nuestro país se vive una crisis de derechos humanos, se 
hace indispensable que los pueblos en general y en particular los psicólogos, 
comprendamos con precisión las leyes, y más allá de éstas, los conceptos que 
ayudan a detectar violaciones graves a los derechos humanos. Para mí, un 
referente importante puede ser Benjamin, pues considero plenamente vigentes 
sus precisiones acerca del derecho: 
15 
 
Así como el derecho natural puede juzgar todo derecho existente mediante la 
crítica de sus fines, de igual modo el derecho positivo puede juzgar todo 
derecho en transformación solo mediante la crítica de sus medios. Si la 
justicia es el criterio de los fines, la legalidad es el criterio de los medios. Pero 
si se prescinde de esta oposición. Las dos escuelas se encuentran en el 
común dogma fundamental: Los fines justos pueden ser alcanzados por 
medios legítimos, los medios legítimos pueden ser empleados al servicio de 
fines justos. El derecho natural tiende a justificar los medios legítimos con la 
justicia de los fines, el derecho positivo a garantizar la justicia de los fines con 
la legitimidad de los medios. (Benjamin, 1921) 
Como trabajadores de la salud debemos sumarnos a los esfuerzos por articular el 
cúmulo de virtudes dispersas, para superar el constructo cultural del conformismo. 
La realidad que vivimos se traduce en hombres y mujeres subordinadas y 
dependientes de las instancias de poder en la mayoría de los aspectos de su vida 
social, lo cual resulta catastrófico en momentos en que la violencia del Estado se 
incrementa y generaliza. 
Cuando las luchas sociales son reprimidas y los que resisten activamente son 
arrestados o desaparecidos; cuando la población es desplazada de su lugar de 
origen por megaproyectos, o por la delincuencia organizada. La gente común, al 
igual que los luchadores sociales, nos vemos con frecuencia agobiados por el 
miedo y la inseguridad frenteal futuro. Por momentos la falta de respuesta nos 
inmoviliza, nos ganan las dudas, nos vence el dolor. 
Estos son precisamente algunos de los objetivos de la violencia: la apatía y la 
inmovilidad social. El Estado gana control sobre la población cuando nos atomiza, 
cuando nos paraliza, cuando evita que se desarrollen procesos de organización 
desde abajo. La práctica de la tortura lesiona la esencia misma de la humanidad y 
se encuentra hoy desplegada. Esto hace que nos enfrentemos ahora a muchas 
demandas de atención en esta área. 
En un sistema de salud ya estresado por los recortes presupuestales y la pobreza 
prevaleciente, se hace necesario preguntarse y responderse a quien, o a quienes, 
corresponde atender estos problemas. La respuesta con sentido común es que 
corresponde a las personas dedicadas a la psicología, antropología o medicina y, 
16 
 
también, a todas las personas con disposición a brindar apoyo para el 
procesamiento de estos hechos violentos y sus impactos. 
Cuando la realidad evidencia la tendencia a “naturalizar o normalizar la violencia”, 
a “sistematizarla” y hacerla cotidiana, es necesario profundizar no solo en el 
análisis de sus impactos, sino también en los objetivos que se persiguen con esa 
práctica. Precisar la finalidad oculta del horror, quiénes son los responsables de 
su implementación y como transformar esa realidad. 
Cabe inclusive el pragmatismo de pensar, más allá de la razón ética y humana, en 
la gran cantidad de afectados que pertenecen cada día a mayores capas sociales. 
Aunque han sobrevivido, no pueden recuperarse sin rechazar de plano la 
naturalización de la tortura y el crimen. En aras de su recuperación emocional, 
sus colectivos sociales deben acompañarles en este rechazo, una forma de 
recuperación de la salud social, pero también de afirmar comportamientos 
preventivos. 
 
B. Contexto, la tortura en el neoliberalismo 
Desde las últimas dos décadas del siglo pasado el neoliberalismo, como modelo 
de acumulación de capital, ha polarizado las condiciones de vida de los pueblos 
de un mundo globalizado, privilegiando los intereses de los dueños de las grandes 
empresas trasnacionales. 
La libre circulación de mercancías y capital se ha impuesto a pesar de los 
pueblos, destruyendo uno de los últimos reductos y quizás el más importante 
concerniente a las llamadas soberanías nacionales: la capacidad de autonomía 
alimentaria. 
Políticamente, el neoliberalismo por medio de acuerdos internacionales ha creado 
17 
 
por todo el mundo “meta constituciones”, es decir, un marco legal sobre las 
constituciones nacionales1, desarticulando paulatinamente el reconocimiento a los 
derechos sociales que había legado la revolución francesa y que en nuestro país 
había consagrado posteriormente la revolución mexicana de principios del siglo 
XX. En otras palabras, se legalizaron los grandes despojos. 
Los derechos humanos se han visto violentados de la periferia al centro, 
flexibilizando en extremo la relación capital-trabajo, elevando estrepitosamente la 
concentración de capital y arrojando a millones de agricultores al desempleo. Las 
reformas estructurales forman parte de este camino de muerte, al que se suma el 
despliegue del narcotráfico, su participación en los diferentes ámbitos de las 
relaciones sociales de la humanidad y el aumento inenarrable de la violencia con 
el objetivo de controlar todo. 
Ideológicamente enfrentamos una fuerte tendencia destructiva de las viejas 
identidades individuales, colectivas, nacionales y de valores. La cultura que 
predomina es la producida por la televisión, más allá de procesos formativos. La 
educación formal se vacía, fortaleciendo la violencia, el consumismo y el 
hedonismo, desarraigando símbolos y fusionando contradicciones, como lo 
señalaron Gilles Deleuze y Guattari en El Anti-Edipo, “avanza 
esquizofrénicamente para enlatarlo todo, para venderlo todo”. 
La violencia también se transforma en una mercancía de las mejor pagadas. La 
corrupción y la impunidad la cobijan dentro de una espiral que ha ocasionado 
cientos de miles de víctimas. El sistema de justicia se ajusta para encubrir lo que 
no es justo y se dice que es para cubrir necesidades sociales que se desprenden 
de intereses individuales y de grupo. 
Se fortalece la construcción de “Centros Federales de Readaptación Social” 
región por región de la República mexicana, las calles son invadidas por cámaras 
de vigilancia, no para la detención de los delincuentes de cuello blanco o los 
narcotraficantes, o los políticos responsables del trabajo en las minas a cielo 
 
1
 Dr. Alberto Arroyo Picard. Seminario Análisis de Coyuntura, UAM Iztapalapa 2004. 
18 
 
abierto, o responsables de grandes despojos, o de los asesinatos a la oposición, 
o responsables de las desapariciones forzadas. 
No, las cárceles ni los sistemas de vigilancia masivos no son para ellos. En 
México se sigue castigando la pobreza y la resistencia popular. El panóptico de 
Jeremy Bentham se extiende virtualmente modernizado a la vida cotidiana, 
transformándose en una expresión de poder. La grave problemática del sistema 
judicial mexicano se refleja en cada uno de sus ámbitos: la procuración, la 
administración y la impartición de la mal llamada justicia. 
Cuando policías y militares intervienen la impunidad es casi una norma, aun 
cuando se demuestre un acto de tortura. El derecho a la vida se ha convertido en 
solo un deseo. Para mencionar un ejemplo tenemos el caso de 42 personas 
asesinadas en mayo de 2015 en Tanhuato, Michoacán. La Comisión Nacional de 
Derechos Humanos en su recomendación AVG/2016 señaló que 22 de esas 
personas fueron “ejecutadas de manera arbitraria” por elementos de la Policía 
Federal, y otras cuatro con “uso excesivo de la fuerza”. 
Es conocida la connivencia entre policías, militares y narcotraficantes, patente, 
por ejemplo, en el caso los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero. Encontramos 
actos de tortura en algunos de estos hechos. Se sabe que muchas veces se 
omiten pruebas periciales para encubrirlos, como ocurrió por ejemplo en los actos 
de tortura sexual sufridos por las 47 mujeres que fueron detenidas en Atenco, 
Estado de México, en mayo de 2006. 
Los feminicidios que aumentan en diferentes partes del país, están también 
acompañados de actos de tortura. Vergonzosamente destaca en esta violencia 
de género la impunidad de que gozan los perpetradores de estos delitos. De 2010 
a 2016, más de mil mujeres desaparecieron en Tamaulipas de acuerdo a lo que 
afirmó la senadora panista Sandra Luz García Guajardo. La senadora manifestó 
que desde 2010 han desaparecido en ese estado siete mil personas, (5 788 
hombres y 1 512 mujeres). Natalia Reyes Andrade, del Colectivo de Mujeres 
Activas Sinaloenses, detalló que en lo que va de 2016 se han cometido 55 
19 
 
feminicidios en su localidad, y que la crueldad con que se cometen estos 
asesinatos aumentó. Abundó agregando que a plena luz del día se localizan 
mujeres degolladas, muertas a palazos, quemadas y exhibidas en la calle. 
En México, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, 
Geografía e Informática (INEGI), entre los años 2000 y 2009 fueron asesinadas 
12 636 mujeres. La organización de la sociedad civil “Observatorio Ciudadano 
Nacional del Feminicidio” (OCNF), que ha documentado estos asesinatos en 17 
de las 32 entidades federativas, señala también la alarmante tendencia a la alza 
de este delito. Según sus datos, entre enero de 2007 y diciembre de 2008 fueron 
asesinadas violentamente 1 221 mujeres. En un período comparativo muy breve: 
de enero de 2009 a junio de 2010, eran ya 1 728. Al norte del país, en Ciudad 
Juárez, una mujer era asesinada cada 12 días en 1993. En la actualidad, en ese 
lugar se asesina a una mujer cada 20 horas. 
Además, nuevos sondeos del Congresoy de organizaciones de la sociedad civil 
muestran que, a diferencia de lo que se supone con frecuencia, estos crímenes 
no se limitan a la región norte del país, bastión del crimen organizado. El reporte 
actual del OCNF, basado en datos de 17 estados, constata que 51% de los 
asesinatos se llevan a cabo en el norte, 44% en el centro y 5% en el sur de la 
República. El récord más negativo lo ostenta el Estado de México, vecino de la 
capital mexicana. Según datos del INEGI, entre 2000 y 2009 se registraron en la 
entidad 2 881 asesinatos de mujeres, que supera por mucho el número de 384 
asesinatos registrados en Chihuahua durante el mismo período (GRIETA /Medio 
para armar, 2016). 
Las detenciones arbitrarias, la aplicación de tormentos para la fabricación de 
culpables por parte de policías y militares, las condiciones carcelarias de 
hacinamiento y precariedad, el cobro de pase de lista, el aumento de los Centros 
Federales de Readaptación Social, concebidos como centros de máxima 
seguridad y diseñados como espacios de extermino, son una constante. Todo el 
sistema penal se conforma como una parte más de un entramado de poder donde 
20 
 
el ejercicio de la tortura, o violencia intencionada con fines específicos, se articula 
funcionalmente con la corrupción. 
La corrupción, por lo tanto, garantiza la impunidad que gozan la mayoría de los 
jueces, magistrados y ministros responsables de la impartición de justicia en el 
país. La corrupción y el abuso de poder se configuran cada vez más abiertamente 
como constructos culturales bajo la dirección del Estado y su miseria humana. 
No bastan los horrores del holocausto, los suicidios posteriores a esa situación 
extrema. No bastan los impactos de la bomba atómica, o los que generan las 
guerras, sean locales, nacionales o supranacionales. Ningún sufrimiento parece 
suficiente para disuadir la avaricia por obtener mayor control territorial, o el más 
grande armamento nuclear. El afán de ganancia generada por la venta de armas 
es implacable, y exige la sumisión de la capacidad intelectual de los estudiosos. 
Pero si bien toda esa tragedia no ha bastado para cambiar la dinámica del 
sistema que nos ha sido impuesto, es suficiente para quienes se niegan a permitir 
que prevalezcan los valores del mercado sobre el bienestar del ser humano. Para 
quienes rechazan la tendencia a apreciar como normal la violencia extrema que 
sufrimos, a que sigan destruyéndose las raíces identitarias de los pueblos y 
minimizándose el costo de la mano de obra. Para muchos de nosotros ya basta. Y 
ese “ya basta” tiene que ver con el protagonismo creciente de segmentos sociales 
hacia los cuales hay que dirigir nuestra mirada y tomar su ejemplo. 
Existe otro tipo de tortura, quizá una de las más crueles por normalizada e 
invisible. Se trata de uno de los espejos de la discriminación y el menosprecio. 
Tiene que ver con el descuido extremo por la vida que se constata, por ejemplo, 
en la información consignada en el Programa de Naciones Unidas para el 
Desarrollo, relativa a la existencia de 836 millones de personas que en el mundo 
sobreviven con menos de un dólar diario. 
795 millones de esas personas sufren de desnutrición crónica, más de 90 millones 
de niños menores de 5 años tiene un peso peligrosamente bajo. Aceptar estas 
21 
 
cifras sin inmutarse contribuye a ese “constructo cultural” mencionado antes, ese 
fatalismo que favorece la aceptación de los comportamientos inhumanos como 
inevitables, casi aceptables, en una cotidianidad donde lo único que parece 
posible hacer es mirar para otro lado y no... a los OTROS. 
¿Cómo reaccionamos ante la existencia de más de 30 mil personas 
desaparecidas en nuestro país en los últimos 10 años? Sin hablar de la 
indiferencia que a veces intenta enmascarar el miedo, debemos ir más allá de la 
condena moral que merecen los responsables de este desastre. Tenemos que ser 
capaces de construir y re-construir, partiendo de la empatía con los 
sobrevivientes, la humanidad que perdemos en medio de tanto horror, hay que 
rescatarla con dignidad. Y solo podemos hacerlo en el ámbito del entendimiento, 
del trabajo, de la solidaridad, de la vida cotidiana de cada uno en la colectividad. 
No se trata de hacer un manejo estadístico del dolor humano en estas páginas, 
más bien es un llamado a la reflexión. Sabemos que detrás de las miles de 
desapariciones y ejecuciones se encuentran decenas de miles de afectados: 
familiares, amistades, personas de la comunidad o del país en su conjunto (que 
se enteran del aumento cotidiano de la muerte a través de las notas o las 
imágenes atroces en los medios de comunicación de paga) a quienes se les 
han trastocado sus vidas. 
La violencia ha desplazado a comunidades enteras del lugar donde vivían, donde 
trabajaban, estudiaban, realizaban sus actividades recreativas, o fortalecían sus 
amistades. Del lugar donde tenían raíces e historia. Comunidades enteras de 
indígenas y campesinos sufren el despojo territorial, o resisten las amenazas de 
ese despojo porque consideran que es equivalente al despojo de su identidad 
misma. Todo ello lleva implícita una herida profunda en las áreas cognitiva, 
volitiva y emocional de las personas. 
Ante el relator de la ONU Michel Forst, defensoras de comunidades indígenas de 
Juchitán y Unión Hidalgo presentaron casos de violación a sus derechos por la 
construcción de parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec. Alertaron en 
22 
 
particular acerca de la falta de respeto a la consulta libre, previa e informada. 
Guadalupe Ramírez, del Comité de Resistencia al Proyecto Eólico, recordó que 
las y los poseedores de las tierras de Unión Hidalgo firmaron contratos de 
arrendamiento con Desarrollos Eólicos de México, SA DE CV, filial de la española 
Renovalia Energy. Sin embargo, dijo que los campesinos han sido víctimas de 
intimidaciones, les han obstruido los caminos a sus tierras de cultivo y estas han 
sido contaminadas por el aceite vertido por los agro-generadores, lo que derivó en 
la disminución de la productividad y afectó a la economía local. (Periódico la 
Jornada, 22 de enero, 2017: 26). 
Son insuficientes los esfuerzos de los malos gobiernos nacionales y de los 
organismos internacionales por acordar normas que coadyuven al respeto y 
universalidad de los derechos humanos, así como a erradicar los actos y/o penas 
crueles y degradantes. Más que pensar en fortalecer esos derechos articulan 
estrategias, programas, sistemas de vigilancia, así como campañas mediáticas 
tendientes a encubrir, justificar, propagar el miedo y ejercer el control social. 
Las formas como reaccionamos ante esta realidad que vivimos es diversa. Del 
estupor del primer impacto, al coraje de los sobrevivientes que se movilizan 
exigiendo justicia, analizo dos respuestas posibles entre quienes hemos sido 
impactados por esta violencia. O distraemos la mirada en un intento de negar la 
realidad, de por sí difícil de procesar, o sufrimos con el dolor del otro y nos 
preguntamos cómo aliviarlo, como acotar esas prácticas con las que no podemos 
vivir. Me detengo en esta última respuesta, la que para mí tiene que ver con 
principios éticos, la que mira al “otro”, la que mira al “nosotros” con sensibilidad y 
esperanza. 
23 
 
II. MARCO CONCEPTUAL REFERENCIAL (general y específico) 
A. Poder, historia y violencia 
Existen tantos estudios, tantas aportaciones que crecen el espíritu, y tan poco 
tiempo para entenderlas a profundidad, que citare a dos exponentes del 
pensamiento crítico, Walter Benjamin (1936) y Michel Foucault (1973), cuyas 
lecturas me atraparon por su sentido conceptual, el humor y la agudeza de 
pensamiento que interpreto. 
El esfuerzo de Michel Foucault en la re-elaboración de la teoría del sujeto intenta 
entender cómo se produce a través de la historia, afirma que el sujeto no es 
aquello a partir de lo cual la verdad se da enla historia, sino que es un sujeto que 
se constituyó en el interior de ella misma, a cada instante, es fundado y vuelto a 
fundar por ella. Menciona que entre las prácticas sociales en las que el análisis 
histórico permite localizar la emergencia de nuevas formas de subjetividad, las 
prácticas judiciales están entre las más importantes. Vemos como el poder con 
rostro y cuerpo tiende a normalizarlo todo incluso el ejercicio de la tortura. 
(Foucault, 1973) 
En su afán de mostrar lo oculto y profundamente invertido en la historia de 
nuestra cultura, escribe acerca de las relaciones de poder… las estructuras de 
poder político se establecieron y se invistieron profundamente en nuestra cultura, 
precisamente las relaciones políticas, dando lugar a una serie de fenómenos que 
no pueden ser explicados a no ser que los relacionemos, no con las relaciones 
económicas de producción, sino con las relaciones políticas que invisten toda la 
trama de nuestra existencia. (Foucault, 1973) 
En opinión de Foucault la verdadera conjunción entre procesos económico-
políticos y conflictos de saber, se hallara en esas formas, que son al mismo 
tiempo modalidades de ejercicio del poder y modalidades de adquisición y 
transmisión del saber. La indagación es precisamente una forma política de 
ejercicio del poder que, por medio de la institución judicial, pasó a ser, en la 
cultura occidental, una manera de autentificar la verdad, de adquirir cosas que 
24 
 
habían de ser consideradas como verdaderas y de transmitirlas. (Foucault, 1973) 
Dos de las tesis acerca de la historia de Walter Benjamin me parecen relevantes 
para mi trabajo: La lucha de clases es una lucha por las cosas ásperas y 
materiales, sin las que no existen las finas y espirituales. Están vivas en ella, 
como la confianza, el coraje, el humor, la astucia, el denuedo, y actúan 
retroactivamente en la lejanía de los tiempos. Acaban por poner en cuestión toda 
nueva victoria que logran los que dominan. Igual que los girasoles, así se 
empeña lo que ha sido, en volverse hacia el sol que se levanta en el cielo de la 
historia. El materialismo histórico tiene que entender de esta modificación, la más 
imperceptible de todas. (Benjamin, 1936) 
Articular históricamente lo pasado, significa adueñarse de un recuerdo tal y como 
relumbra en el instante de un peligro. Al materialismo histórico le incumbe fijar una 
imagen del pasado tal y como se le presenta de improviso al sujeto histórico en el 
momento del peligro: prestarse a ser instrumento de la clase dominante. 
(Benjamin, 1936) 
La testaruda fe de los políticos que apoyan al fascismo en el progreso, la 
confianza que tienen en su base de masas, y su servil inserción en un aparato 
incontrolable, son tres lados de la misma cosa. Además procura darnos idea de lo 
caro que le resultará a nuestro habitual pensamiento una representación de la 
historia que evite toda complicidad con aquella a quien los políticos siguen 
aferrándose. (Benjamin, 1936) 
El fruto alimenticio de lo comprendido históricamente tiene en su interior al tiempo 
como la semilla más preciosa, aunque carente de gusto. (Benjamin, 1936). 
B. Tortura 
Paralelamente a la lucha de los pueblos y las personas por mejorar sus 
condiciones de vida, existe una tendencia de los Estados y los gobiernos de 
responder con acciones violentas a esa lucha pacífica. Cuando esa acción 
Estatal, es planeada, ejecutada u omitida desde el poder tiene que ver con la 
25 
 
tortura. A la tortura se le nombra también como represión política y violencia 
intencionada. Si visualizamos los tres conceptos es más fácil identificarla y 
entenderla aunque se le nombre de uno u otro modo. Aquí me remito de nuevo a 
la definición de la Organización de Naciones Unidas: 
A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término “tortura” 
todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o 
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o un 
tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, 
o se sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a 
otras, por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando 
dichos dolores sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el 
ejercicio de sus funciones públicas, a instancia suya o con su consentimiento. 
La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, la define: 
Para el propósito de esta Convención, se entiende por tortura todo acto realizado 
intencionalmente por el cual se inflija a una persona penas o sufrimientos físicos o 
mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como 
castigo personal, como medida preventiva, como pena, o con cualquier otro fin. 
Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos 
tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física 
o mental aunque no causen dolor físico o angustia psíquica. No estarán 
comprendidos en el concepto de tortura las penas o sufrimientos físicos o 
mentales que sean únicamente consecuencias de medidas legales o inherentes a 
estas, siempre que no incluyan la realización de actos o la aplicación de los 
métodos a que se refiere el presente artículo. 
Amnistía Internacional la define: 
Tortura es la aplicación sistemática y deliberada de dolor agudo de cualquier 
forma, de parte de una persona a otra, o a una tercera persona, con la finalidad 
de llevar a cabo su propósito en contra de la voluntad del otro. 
C. Objetivos de la tortura o represión política 
Con una amplia experiencia sobre el tema y mucho compromiso con las 
sobrevivientes, Beristaín y Francesc, escribieron: Cuando oímos hablar, vemos a 
nuestro alrededor o sufrimos las consecuencias de la represión política, lo primero 
que nos viene a la cabeza, es el horror de los asesinatos, las torturas, los 
desaparecimientos. 
26 
 
Confrontarnos con situaciones tan brutales lleva a menudo a pensar si todo no 
será obra de unos locos, de alguien que lo hace por gusto o de unos poderes 
obsesionados por la violencia. Quizá uno de los objetivos que persigue la 
represión política, además de la paralización mediante el horror, es también que 
la gente no sea consciente de sus finalidades, para que de esta forma tenga 
menos posibilidades para defenderse. (Beristaín y Francesc, 1993: 25) 
Los autores exponen con precisión cinco de las finalidades de la represión 
política: 
1. Romper el tejido social y solidario. 
2. Control del enemigo interno. 
3. Intimidar a la población. 
4. Implantar la impunidad. 
5. Transformar la población. 
 
El ejercicio del poder dominante requiere de personas sumisas, de una sociedad 
fragmentada. La categoría del enemigo interno se despliega desde el subversivo y 
terrorista, a todos los grupos sospechosos de ser opuestos al régimen como los 
defensores de derechos humanos, sindicalistas, ambientalistas, con preferencias 
sexuales diferentes, organizaciones políticas, indígenas y todo lo diferente al que 
hay que reprimir y que esa represión se quede sin castigo para que se aprenda y 
se quiera colaborar con ese sistema. 
 
D. Estrategias, mecanismos y resistencia 
La tortura se ejerce en un ambiente preparado por el Estado a través de 
estrategias gubernamentales de construcción de opinión publica en base a 
mentiras, difamaciones, encubrimientos y corrupción encaminadas a cumplir con 
sus objetivos, como son el dominio político, el control social y, detrás de ello, la 
acumulación de capital. 
La estrategia más reciente es el uso de dinero público para el pago de 
27 
 
cibernautas en redes sociales. Éstos realizan acciones por medio de mensajes 
masivos que trastocan la información desde el poder. Miles de cuentas se han 
creado en los últimos tiempos, desarrollando acciones que contaminan la 
información sobre temastrascendentales para el país. 
La presión a los medios masivos de comunicación de paga, y el control de los 
grandes servidores electrónicos garantiza que poco se hable de hechos atroces 
como la desaparición de los 43 jóvenes de la Normal Rural de Ayotzinapa y la 
forma inaudita en la que fue asesinado uno más, quedando en estado vegetativo 
otro de ellos. No se menciona la magnitud de criminalidad utilizada en el joven 
desollado, no se menciona que actos de barbarie como estos exigen la renuncia 
del ejecutivo nacional y de los secretarios de Estado responsables de las fuerzas 
de seguridad. Situaciones con esta trascendencia social son desplazadas de la 
discusión pública por este tipo de estrategias. 
Se trata de quitar de la memoria de los pueblos semejantes crímenes de Estado, 
pues al ser este último, permisivo con todas las trabas que policías, militares, 
jueces, magistrados y legisladores imponen para ocultar la verdad e impedir la 
justicia, se entiende que hablamos de un Estado y un gobierno que consiente 
tales actos. 
Los cibernautas pagados inclusive buscan clonación de cuentas para suplantar 
identidades. De cualquier manera, la contaminación de la información genera un 
clima de confusión propicio para constituirse en las cortinas de humo utilizadas en 
situaciones de crisis políticas y económicas para ocultar los objetivos Estatales 
del ejercicio de la tortura, sus perversos mecanismos y el despliegue silencioso de 
sus impactos. 
El rumor y la estigmatización son parte de la estrategia que intenta justificar los 
actos de tortura que lesionan a la humanidad. “por algo los mataron..., seguro 
andaban en cosas malas..., es un niño sicario..., todos los anarquistas son 
delincuentes..., ellas lo provocaron! 
28 
 
Mecanismos 
Los mecanismos tienen que ver con las formas concretas de torturar. Estos se 
han modificado en el devenir histórico, pero en este trabajo me ocuparé de 
señalar algunos de los más utilizados en la actualidad en nuestro país. Hay dos 
ámbitos diferenciados donde se desarrolla esta práctica: la ciudad y el campo. En 
ambas partes la tortura está vinculada a los objetivos que persigue. 
Aquí algunos de sus mecanismos: 
 
 La militarización 
 Criminalización de la protesta social 
 Desapariciones forzadas 
 Ejecuciones sumarias 
 Asesinatos de opositores 
 Feminicidios 
 Amenazas y robo a medios de comunicación alternativos 
 Asesinatos de periodistas 
 Encapsulamiento en manifestaciones de protesta 
 Uso de balas de goma que han ocasionado la muerte 
 Detenciones arbitrarias 
 Amenazas 
 Hostigamiento 
 Intento de asfixia 
 Cuerpos desnudos 
 Ojos vendados 
 Manos y pies amarrados 
 Toques eléctricos 
 Cárcel 
 Apando 
 Detención prolongada 
 Aislamiento severo 
29 
 
 Violación sexual 
 Cárceles clandestinas 
 Desplazamiento forzado de los pobres nunca de los ricos 
 Articulación y entrenamiento de paramilitares 
 Sobrevuelos 
 Despojo de territorios comunales 
 Envenenamiento de ríos 
 La explotación de minas a cielo abierto 
 Autorización del uso de transgénicos 
 
Uno de los mecanismos más recientes de la violencia intencionada, tortura o 
represión política, consiste en el encapsulamiento de las manifestaciones que se 
va generalizando hoy en las zonas urbanas. En la ciudad de México, además del 
uso de balas de goma, bombas de gas, macanazos y un enorme despliegue de 
fuerzas policíaco militares, también es frecuente el cierre de varias estaciones de 
transporte colectivo. Alrededor de los sitios de protesta se colocan, previamente a 
la manifestación, cerradas vallas de policías con el objetivo de aminorar testigos 
de las protestas. Se aísla así, no solo los cuerpos de los manifestantes sino sus 
pasos, sus sentidos, se evitan el cruce de miradas con los transeúntes, acotando 
el despliegue sonoro de sus consignas. Situación que facilita agredir a los 
manifestantes, y detener arbitrariamente a los jóvenes con mayor impunidad. 
En las comunidades rurales el ejercicio de la tortura se manifiesta con 
mecanismos específicos como el despojo de riquezas naturales, la imposición 
de megaproyectos de muerte por ejemplo, la explotación de minas a cielo abierto, 
y el desplazamiento de comunidades para apropiarse de sus territorios. Por la 
magnitud de los agravios y los diversos intereses de grupos de elite que se 
mueven, sale a la luz pública el contubernio de los malos gobiernos con 
narcotraficantes y sus bandas, con empresarios extranjeros y nacionales, con las 
fuerzas armadas de aquí y de allá. 
30 
 
Esta violencia tiene que ver también con un componente discriminatorio y de 
menosprecio étnico, cuyos impactos atraviesan procesos identitarios. Además, 
esta violencia trasciende a las comunidades indígenas y campesinas agredidas 
porque de esas manos que tantas veces discriminamos y de esa tierra que 
cotidianamente olvidamos y descuidamos, depende la vida de los pueblos, 
depende la vida de la humanidad. 
Para materializar el despojo en ocasiones se realizan ejecuciones sumarias, 
desapariciones forzadas, encarcelamientos injustos, allanamientos de morada con 
violencia, sobre-vuelos, y un despliegue mediático estigmatizador. Estrategias y 
mecanismos que generan miedo, parálisis, llanto, desintegración familiar, 
fragmentación social. 
Resistencias 
En muchos casos, es muy importante señalarlo, todas estas arbitrariedades y 
actos que merecieran castigo en una sociedad con justicia y dignidad, en estos 
momentos impera la impunidad pero también se despliega la solidaridad entre 
iguales, se fortalecen formas de afrontamiento positivas ejemplares como los 
movimientos por justicia y la presentación de los desaparecidos donde los padres 
de los jóvenes estudiantes de Ayotzinapa, los padres de los niños calcinados en 
la Guardería ABC, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, los grupos de 
voluntarios en la exhumación de restos en multitud de fosas que yacen en 
territorio nacional para su identificación y regreso con sus seres queridos, han 
demostrado las virtudes que se requieren para transformar la situación de 
violencia e impunidad que se vive en México. 
No hay región sin dolor en el país, no hay región sin indignación. Los movimientos 
por cuidar el territorio, el agua, los lugares sagrados, los bosques, la vida, elevan 
su voz. Los jóvenes resisten a la negación de futuro, los periodistas aclaman por 
el derecho a informar y porque no haya más muertes. Familiares de inmigrantes 
de Centro América se trasladan al país para hacerse los análisis de ADN en la 
búsqueda de sus familiares. Inclusive una mayor participación de la mujer en el 
31 
 
procesamiento de duelos, realización de campañas de denuncia, conquista de 
derechos y fortalecimiento de la dignidad. 
Por ejemplo, en algunas comunidades que visité fueron las mujeres las que han 
promovido las radios comunitarias, o proyectos económicos para iniciar procesos 
autónomos. Inclusive han logrado el usufructo de tierras ejidales o comunales, 
donde de acuerdo a los marcos legales previos las mujeres carecían de ese 
derecho. Recuerdo nítidamente en el Zócalo de una ciudad atestada de indígenas 
de diferentes vestidos y sombreros, una voz que llegó a mis oídos: “¡Compañera! 
¡Compañera!” Volteo, alza la mano y nos reconocemos entre la multitud. Era 
Jazmín, desbordando felicidad, parecía que la plaza y el kiosco le quedan chicos 
a la compañera. Hacía más de dos años que no nos veíamos, pero tiempo atrás 
mi colectivo acompañó a su comunidad. Nos abrazamos, “ya conseguimos la 
tierra compañera, ya tengo tierra...” ella había sufrido vejámenes sexuales en 
presencia de otra mujer de la misma población. 
Fue un proceso a lo largo del cual la comunidad estuvo acompañada 
jurídicamente por otro colectivo de la región durante varios años. Al mismo 
tiempo, mi colectivo realizó sistemáticamentevisitas a los afectados en la 
comunidad durante un año. Jazmín y yo platicamos varios minutos, se trataba de 
un proceso de recuperación de la identidad, no solo como mujer, sino como mujer 
ligada a la tierra, produciendo alimento. Varias personas en esa población 
consiguieron romper el estigma, pues en general se silencia la actitud valerosa de 
las y los sobrevivientes a la tortura que practican formas de resistencia. Se 
pervierte el lenguaje, la víctima se convierte en victimario, como afirma la Dra. 
Aurora Domenech2. Jazmín se agigantó. 
 
 
2
 Comunicación personal. 
32 
 
 
E. Principales impactos de la tortura 
Al hablar de los impactos que ocasiona la tortura es difícil precisar el alcance de 
los daños que produce. La dificultad se deriva de la forma silenciosa en que las 
impresiones que nos afectan se deslizan en las personas. No obstante su 
magnitud, y sin importar que hayamos sufrido el daño de manera directa o 
indirecta, sus efectos no necesariamente se perciben de inmediato. 
Los impactos pueden ser físicos, psicológicos, socioculturales: hematomas, 
pérdida de alguna parte del cuerpo, miedo, terror, inseguridad, taquicardias, 
angustia, pesadillas, insomnio, depresión, daño al tejido familiar, pérdida de 
sentido de la vida, pensamientos recurrentes, incertidumbre, disminución de la 
capacidad de atención, daño a la identidad, duelo por muerte o desaparición 
forzada, dolor en el alma, pero lo que suele ser más difícil de precisar aun 
cuando muy grave es el daño al proyecto de vida. 
Existe coincidencia entre varios especialistas acerca de que hay un impacto 
general cuando vemos, leemos, escuchamos o vivimos una situación de tortura 
en el contexto local, regional o nacional. Existe coincidencia respecto a que ese 
impacto general que ocasiona la tortura está representado en una SITUACIÓN 
TRAUMÁTICA, siendo diversas sus consecuencias según la magnitud del hecho 
violento y la condición de cada persona. Especialistas de varias profesiones han 
abordado el tema, elegí usar una de las consideraciones del psicólogo 
salvadoreño Ignacio Martín Baró. 
a) La situación traumática. 
Etimológicamente, trauma significa herida. En psicología se suele hablar de 
trauma para referirse a una vivencia o experiencia que afecta de tal manera a la 
persona que la deja marcada, es decir, deja en ella un residuo permanente. Si se 
utiliza el término de trauma es porque se entiende que este residuo es negativo, 
que se trata de una herida, es decir, de una huella desfavorable para la vida de la 
33 
 
persona. 
Por lo general, se califica como trauma psíquico la particular herida que una 
experiencia difícil o excepcional -la muerte de un ser querido, una situación de 
particular tensión o sufrimiento, algún hecho dolorosamente frustrante- deja 
en una persona concreta. Así, por ejemplo un niño que ve morir a sus padres 
en un accidente o un incendio. A veces, en un sentido análogo, se utiliza el 
término trauma social para referirse a un proceso histórico que haya afectado 
a toda una población. Este sería el caso, por ejemplo, del pueblo alemán y del 
pueblo judío tras la experiencia de la solución final. (Martín Baró, 1988: 75). 
Es muy importante insistir y visibilizar que los impactos de la tortura o violencia 
intencionada trascienden al individuo, pues dependiendo de las características del 
hecho así como del contexto en que se desarrolla, sus implicaciones van a 
trascender socialmente en mayor o menor medida y por lo mismo la manera de 
abordarlos es importante que sea desde una perspectiva psicosocial. 
Ignacio Martín Baró también tuvo la capacidad de apreciar que esos impactos, no 
solo no son patológicos, sino que son síntomas normales en respuesta a 
situaciones anormales. Esta agudeza de percepción y comprensión de 
situaciones extremas como las que vivieron en El Salvador y en las que intervino 
como psicólogo comprometido con el dolor humano me motivan. Ojalá consiga 
motivar a otras personas a profundizar en el estudio de este enfoque, y su 
práctica, para apoyar el proceso de elaboración de las situaciones traumáticas y 
la restauración de la integridad de las personas. 
Aquí, un comentario durante mi intervención psicosocial con familiar de víctima de 
feminicidio: Con la mirada fija, casi sin expresión, un hombre del estado de 
Chihuahua, en el marco de una de las intervenciones de acompañamiento 
menciona: “...Nos llamaron del gobierno a varios padres como yo que buscamos a 
nuestras hijas. Nos dijeron que iban a entregarnos sus restos. A mí me dieron 
una caja y ¿sabe lo que encontré? la mitad de un brazo...”. 
b) Daño al proyecto de vida 
La integridad de las personas elevada a garantía individual, en el marco de las 
34 
 
constituciones nacionales, y como parte de la preservación de la humanidad con 
todas las dificultades que el cumplimiento de la ley implica, ha posibilitado la 
defensa jurídica de quienes han sufrido de tratos crueles, inhumanos o 
degradantes. En el continente americano se creó la Corte Interamericana de 
Derechos Humanos, instancia a la que se puede apelar cuando en el ámbito de la 
impartición de justicia nacional queda truncado un proceso debido a alguna razón 
considerada como insuficientemente argumentada por parte de la defensa. 
En este sentido, numerosos especialistas preocupados por la imprecisión 
conceptual acerca de los “impactos de la tortura”, han trabajado para especificar 
la dimensión de dichos impactos, así como la necesidad de reparación del daño a 
las víctimas. Abogados penalistas, constitucionalistas, así como algunos ministros 
de la propia Corte Interamericana han publicado diversos tipos de documentos al 
respecto, desde las últimas décadas del siglo pasado. 
Carlos Fernández Sessarego, profesor de Derecho Civil de la Universidad de 
Lima y la Pontificia Universidad Católica de Perú, analizando los límites de la 
reparación del daño restringido a los conceptos de “daño a la persona” y “daño 
moral”, señala desde la década de los 70's la necesidad de profundizar en la 
noción de “daño al proyecto de vida”. Ha establecido diferencias entre la genérica 
noción de “daño a la persona” y el específico concepto de “daño moral”, y no 
como mera interlocución jurídica, filosófica o antropológica, sino pensando en 
cómo dignificar la práctica de la defensa, llenando a la técnica jurídica de una 
visión humanística. De por sí, el mismo Sessarego ha escrito acerca de la crisis 
del derecho y acerca del derecho en periodo de transición entre dos épocas, 
aludiendo al positivismo y al humanismo como las tendencias centrales en esa 
transición. Así se acerca a la filosofía antropológica y encuentra en Martín 
Heidegger, en Soren Kierkegaard y Jean Paul Sartre, la relación entre el ser y el 
tiempo, la libertad y la voluntad, como elementos importantes para fundamentar 
el concepto de “proyecto de vida” y el re-dimensionamiento de éste, como uno de 
los impactos que puede dejar el ejercicio de la tortura. 
35 
 
Hemos adherido a la filosofía de la existencia que considera que la libertad 
constituye el ser mismo del hombre. Esta libertad es lo que lo diferencia, 
radicalmente, de los demás seres de la naturaleza y le otorga dignidad. Se 
trata de una potencialidad que nos permite decidir, elegir, entre muchas 
posibilidades de vida, eso que, precisamente, llamamos proyecto de vida o 
proyecto existencial. Gracias a la libertad somos seres temporales, históricos, 
estimativos, creativos, proyectivos, dinámicos. Carecería de sentido un ser 
libre que no fuera, simultáneamente, un ser temporal. 
Como lo hemos puesto de manifiesto, el "proyecto de vida" es posible en 
tanto el ser humano es libre y temporal. Y es que el proyecto surge 
necesariamente de una decisión libre para su realización en el futuro, ya sea 
éste mediato o inmediato. Por ello, sólo el ser humanoes capaz de formular 
proyectos. Es más, no podría existir sin decidir ser lo que pretende ser, es 
decir, sin proyectar. Libertad y tiempo son, por consiguiente, los dos 
supuestos existenciales del proyecto de vida. Todos los seres humanos, en 
cuanto libres, generamos proyectos de vida. Nos proponemos realizarnos, 
vivir de determinada manera, haciendo aquello que se nutre de nuestra 
vocación personal. 
El daño al proyecto de vida, como está dicho, incide sobre la libertad del 
sujeto a realizarse según su propia libre decisión. Como lo hemos reiterado, 
es un daño de tal magnitud que afecta, por tanto, la manera en que el sujeto 
ha decidido vivir, que trunca el destino de la persona, que le hace perder el 
sentido mismo de su existencia. Es, por ello, un daño continuado, que 
generalmente acompaña al sujeto durante todo su existir en tanto 
compromete, de modo radical, su peculiar y única "manera de ser (Fernández 
Sessarego, 1996). 
El “daño al proyecto de vida” de una persona torturada se incorpora a la 
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 27 de 
noviembre de 1998. 
Muchos son los casos en que la tortura tiene como consecuencia daño al 
proyecto de vida. Por ejemplo, una mujer de la región norte de México, manifiesta 
en una de mis intervenciones psicosociales: 
 “...Desde que se la llevaron me paso rezando aquí, con mi Biblia, desde hace 
4 años. Todo fue muy rápido: empezó la balacera, todos empezamos a correr, 
los coches se hacían para delante y para atrás, unas personas salían de los 
coches corriendo... Llegué a la casa sola...”. 
Al cierre de una sesión de intervención psicosocial en una comunidad 
36 
 
defendiendo su territorio contra agresiones a sus lugares sagrados, el niño se 
regresa de la puerta, sube la camiseta del brazo mostrándome huellas de herida 
en la muñeca de una de sus manos y narra: 
“... le dije a mi papa que me comprara un dulce, se fue a la tiendita y ya no 
regreso, dicen que se lo llevaron unos señores...”. 
Ese día se alargó el doble la sesión con el niño, hablamos con familiares, 
acordando regresar pronto. 
 
F. Perspectiva psicosocial 
“La característica fundamental de esta perspectiva de intervención es que se 
propone: ayudar a entender los comportamientos, emociones y pensamientos 
de las personas y los grupos, sin aislarlos del contexto social y cultural en el 
que ocurren. Es decir, estos conceptos pueden ser útiles para valorar el 
impacto, entender la experiencia de las víctimas, prepararse para los desafíos 
de las denuncias, los procesos judiciales y los procesos de 
acompañamiento...” (Beristaín, 2010). 
La perspectiva psicosocial está vinculada a la comprensión individual y colectiva 
del fenómeno, la identificación de los impactos y las diversas formas de 
afrontamiento por parte de los sobrevivientes. Por tales motivos cobra particular 
relevancia que el equipo de acompañamiento sea trans-disciplinario. La 
psicología, la antropología, la psiquiatría, la filosofía, la sociología, la medicina, el 
derecho, la pedagogía, forman parte de diferentes miradas que han aportado en 
el enriquecimiento de los acompañamientos, por lo que la participación de 
estudiosos de estas áreas como integrantes del equipo de trabajo, sin duda, 
engrandece la calidad de los resultados. 
Uno de los objetivos del acompañamiento psicosocial es dar lo necesario para el 
reencuentro con el sentido de la vida de quienes han sufrido tortura. Aquí 
mencionaré a Tamotsu Shibutani quien plantea que a lo largo de la vida las 
personas conservan cierto grado de curiosidad y la búsqueda de conocimientos 
constituye uno de los intereses permanentes de la humanidad, Considera que las 
37 
 
urgencias requieren que contemos con algún tipo de concepción operativa de lo 
que ocurre para poder adoptar decisiones inteligentes, evitar incomodidades 
necesarias y alcanzar todo tipo de gratificaciones con el mínimo esfuerzo. 
Shibutani hace una diferencia entre el conocimiento del sentido común y el 
conocimiento científico, mencionando que este último es producto del primero y 
que la diferencia es solo de grado. La mayoría de creencias que proporcionan la 
base para el desenvolvimiento de la vida cotidiana consisten en lo que se llama el 
sentido común, y si bien es cierto que a veces es sabio y otras torpe, el 
conocimiento por sentido común a fuerza de la necesidad de resolver problemas 
diversos se constituye en saberes que habremos de insistir en transformarlos 
colectivamente en conocimiento científico. (Shibutani, págs.: 9 – 25). De esto 
también se trata con la perspectiva psicosocial. 
Dentro de la perspectiva psicosocial se tienen consideradas dos formas de apoyo 
esenciales: el acompañamiento psicosocial, y las intervenciones psicosociales. 
Durante un Diplomado en línea con Pau Pérez Sales-Gasque y Alberto Fernández 
Liria, los dos afirmaban que se entiende por acompañamiento psicosocial el 
trabajo centrado en un grupo: puede ser una colectividad, una familia, una 
organización, comunidad o sector social. De manera diferente, en las 
intervenciones psicosociales el trabajo se centra en el individuo. Ambas formas 
de apoyo colocan el foco en el contexto familiar, social, socioeconómico y político 
en el que se vivió la tortura. 
En todas partes y siempre los seres humanos han vivido en asociación recíproca. 
La vida de grupo es inevitable y necesaria. De hecho puede considerarse a la 
acción grupal como algo que se construye con los diferentes esfuerzos de cada 
quien cuyas motivaciones son independientes pero se mueven en conjunto hacia 
algún objetivo compartido. Hay una asombrosa cantidad de cosas que los 
hombres pueden hacer juntos. (Shibutani: 1961) 
La experiencia del acompañamiento psicosocial deja huella, tanto en quienes 
sufrieron la tortura como en los acompañantes. El acompañamiento psicosocial se 
38 
 
construye y aunque tiende al olvido, queda en la memoria por medio de 
experiencias muy concretas. Sin embargo, aquello que se fija puede quedar 
indeleble, a ello ayudan los momentos relampagueantes vividos en el transcurso 
del acompañamiento que posibilitan el reencuentro con los dolores, la 
colectividad, y la problemática propia, lo que permite despejar lo vivido con cierta 
claridad al mismo tiempo que reencontrar un sentido de la vida. 
Se trata de apropiarse de saberes que se expresan verbalmente, o no, pero que 
permiten entender realidades externas e internas que son diversas para cada 
quien, pues dependen de diferentes circunstancias: físicas, psíquicas, 
psicológicas, socioculturales, es decir, de las experiencias de vida de cada quien 
y que en algunos sentidos pueden ser comunes a la colectividad. 
Precisamente uno de los objetivos del acompañamiento es dar lo necesario para 
ese reencuentro con el sentido de la vida, de la propia vida, o la ampliación de 
ese sentido. Se trata de abrir espacios de reflexión para entender las realidades 
vividas y que ese entendimiento individual y colectivo posibilite la(s) acción(es) 
que transformen la cotidianeidad, las lógicas, las 'verdades', los dolores, las 
opresiones, las incapacidades. 
Dificultades en el acompañamiento psicosocial 
Ante cualquier intervención, una pregunta que es necesario plantearse de entrada 
es si el acompañamiento psicosocial puede ocasionar dificultades o algún daño. 
La respuesta es que si pero se pueden realizar acciones preventivas a partir del 
conocimiento adquirido y el análisis periódico colectivo para evitarlas. 
La tortura transforma súbita y radicalmente las condiciones materiales y 
emocionales de personas, familias, grupos sociales, comunidades y/o pueblos 
enteros. Por esa razón es importante el abordaje desde el contexto, para que a 
partir del mismo se develen los objetivos que se pretenden con la aplicación de la 
tortura y ser capaces de servir como facilitadores en la elaboración de la situación 
traumáticaque se vive. 
39 
 
Hay que estar atentos en que las victimas avancen en el proceso de elaboración 
de las situaciones traumáticas. En ese sentido es recomendable en el transcurso 
del acompañamiento o intervención psicosocial, contar con un(a) profesional con 
mayor experiencia que funja como supervisor(a), con quien contrastar el 
desarrollo del mismo. 
Otra de las dificultades que se puede presentar es la suspensión del 
acompañamiento sin cierre, debido a circunstancias extraordinarias. Una forma de 
prevención en situaciones como esta consiste en acordar desde el inicio del 
acompañamiento el lugar opcional donde se dará continuidad, 
Sabemos que el ejercicio de gobierno en lo referente a los derechos 
fundamentales es esencialmente discursivo. Por ello, es importante aludir a esos 
derechos con la perspectiva de visibilizar su vulneración sistemática y la 
imperiosa necesidad de transformar la llamada verdad histórica del sistema penal 
con las verdades de la vida que son más tercas. 
Existen factores generadores y agravantes del daño: la sobredimensión o 
subestimación del dolor o sufrimiento que puede llevar a una victimización o a 
no tomar en cuenta aspectos relevantes para la experiencia subjetiva y 
colectiva del sufrimiento; con la victimización se puede correr el riesgo de 
encerrar al sujeto y sus comunidades en una posición de autovalidación en el 
sufrimiento del sujeto, limitando el despliegue para la superación de tal 
condición, creando así relaciones de dependencia que reproducen relaciones 
asistencialistas desde las que no se hace posible la recuperación y 
reivindicación de un sujeto autónomo...” (Tomado del módulo elaborado para 
la especialización en: “Acción Sin Daño y Construcción de Paz” de la 
Universidad Nacional de Colombia y adaptado para el Diplomado del Grupo 
de Acción Comunitaria: “Acompañamiento Psicosocial en Situaciones de 
Violencia Política y Catástrofes”, Martha Nubia y Ricardo Chaparro, 2013: 40). 
 
Invasión de los espacios privados o ámbitos íntimos. Puede ocurrir si las 
entrevistas o las técnicas exploratorias tienen preguntas intrusivas que invocan 
memorias caracterizadas por el horror que representó lo sufrido, o que 
representan cierta sensibilidad cuyo dilema emocional aún no ha sido superado, y 
40 
 
a partir de los cuales se pueden desencadenar crisis emocionales o reacciones 
agresivas. Sin el debido manejo pueden conllevar a una profundización del daño 
psíquico y/o a la desconfianza en las iniciativas y los escenarios ofrecidos en el 
acompañamiento (Cf. Wessells, 2008: 12). 
Otro riesgo consiste en aprovechar el acompañamiento para finalidades políticas. 
La utilización de esta finalidad en el acompañamiento psicosocial, como por 
ejemplo hacer labores de cooptación política desvirtúa los objetivos específicos 
del acompañamiento ya que puede atentar contra la dignidad de las personas 
generando una sensación de uso, de objeto, lo que no contradice la necesidad de 
fijar una postura política, ideológica o de pensamiento crítico. 
Tomar en cuenta que la acción sin daño posibilita el fortalecimiento de sujetos de 
acción y transformación. Como lo advirtió Ignacio Martín-Baró para el contexto 
salvadoreño: 
 
en la guerra es posible que las personas desarrollen capacidades, habilidades 
y sensibilidades contrarias a sus lógicas, dando lugar a la solidaridad, el 
compromiso social, la responsabilidad, etcétera. De esta realidad dan cuenta 
múltiples comunidades que en su ejercicio por sobrevivir y por resistir, 
fortalecen sus identidades y capacidades organizativas, logrando incluso, salir 
fortalecidas de la adversidad. (Martín-Baró, 1990, pp.16). 
 
 
41 
 
III. MÉTODO 
 A. Objetivos de investigación 
Objetivo General: 
Comprender la articulación entre el acompañamiento psicosocial y la elaboración 
colectiva de la situación de tortura vivida. 
 Objetivos particulares: 
1. Fundamentar la acepción profunda de la tortura. 
2. Fundamentar la importancia de la perspectiva psicosocial. 
3. Generar una propuesta de acompañamiento psicosocial en situación de 
tortura. 
B. Pregunta de investigación 
¿Cómo se articula el acompañamiento psicosocial con la elaboración colectiva de 
las situaciones de tortura? 
C. Premisas 
Los procesos de acompañamiento con perspectiva psicosocial para la elaboración 
de situaciones de tortura y sus impactos, desvanecen los síntomas negativos 
derivados de esa situación y despliegan las capacidades de afrontamiento y 
adaptación a la vida, dotándola de sentido. 
El acompañamiento psicosocial aplicado en situaciones de tortura, es un método 
que requiere de herramientas terapéuticas y psicopedagógicas, además del 
empleo de recursos cognitivos relativos al contexto sociocultural de las víctimas. 
D. Metodología 
El trabajo investigativo lo elabore a partir de mi experiencia de vida. Mi 
participación en el Comité de Defensa de Derechos Humanos de las Presas en el 
Reclusorio Femenil Norte, en el Colectivo Autónomo de Apoyo a Sobrevivientes 
de la Tortura junto al estudio y la reflexión constante, forma una parte de su 
espíritu. 
42 
 
El trabajo se realizó de manera empírica. Reúne algunas características de la 
investigación cualitativa como priorizar el entendimiento y no la explicación, 
proceso de donde se buscan varias interpretaciones y no la verdad única. 
La premisa de romper con la relación de sujeto – objeto entre investigador e 
investigado, transformándola en una relación entre sujetos, es parte del método 
Investigación-Acción Participativa. Entender que todos somos sujetos en el 
camino de construcción de saberes y conocimientos y relacionarnos en la práctica 
profesional con esa perspectiva es una responsabilidad que consideramos 
importante y nos esforzamos para que así sea. Interpreto por ejemplo que la sola 
disposición de incorporarse a un proceso de acompañamiento es un buen 
indicador de las posibilidades transformadoras de quienes participan en estos 
procesos. 
El trabajo de fundamentación empírica investigativa consta de dos apartados; el 
primero es parte de mi historia de vida durante el encarcelamiento político. Se 
trata de algunos apuntes sacados de un archivo desvencijado convertido en una 
página de memoria. El segundo refiere diferentes casos a partir de 
acompañamientos e intervenciones en situaciones de tortura, con el método 
específico de perspectiva psicosocial. La presentación se lleva a cabo por medio 
de reportes basados en los apuntes de campo. 
El trabajo de acompañamiento psicosocial fue desarrollado en diferentes 
momentos entre mayo de 2910 y septiembre de 2016 por el Colectivo Autónomo 
de Apoyo a Sobrevivientes de la Tortura (CAASOT), del que formo parte. Los 
casos que se mencionan cuentan con la autorización del (CAASOT) y de quienes 
recibieron el acompañamiento. 
La selección de los casos se privilegia las diversidad de situaciones de tortura 
vividas así como la anuencia para abordarlos en la presente Tesis. 
Los sujetos que participaron fueron de la ciudad y el campo, individuales y 
colectivos. En la ciudad participaron Fernando Bárcenas, Santiago y Julián, presos 
43 
 
por motivos políticos y sociales en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, y 
familiares de Juan Francisco Kuykendal, activista con herida fatal durante la 
manifestación contra la toma de protesta de Enrique Pena Nieto como presidente 
de México. 
El trabajo en el campo se realizó en Tlanixco, Estado de México, una comunidad 
indígena de origen nahua víctima del despojo de sus riquezas naturales. El 
grupo de trabajo estuvo integrado por familiares y amigos de los Defensores del 
Agua (una mujer y cinco hombres) que participaban en el Comité de Agua en la 
comunidad de Tlanixco, quienes fueron encarcelados y sentenciados con 
altísimas penas. 
Las técnicas empleadas durante el trabajo consistieron en talleres psico-
educativos, grupos de discusión,

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