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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO HOSPITAL GENERAL "DR.MIGUEL SILVA" SERVICIOS DE SALUD DEL ESTADO DE MICHOACÁN. "TRATAMIENTO QUIRUR6ICO CON PLACA DCP ANCHA \""S TRATAMIENTO QUIRÚRGICO CON CLA \""0 CENTROMEDULAR EN LAS fRACTURAS DIAf'ISIARIAS MEDIAS DE HÚMERO CERRADAS CON TRAZOS SIMPLE.S·' TESIS PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALIDAD EN: ORTOPEDIA Y TRAUMATOlOGIA PRESENTA: DR. MIGUEL GONZALEZ TORRES ASESORES DE TESIS: DR. ADOLFO GUILLERMO FLORES CORONA DR.JUAN ANTONIO SILVA MENDEZ DRA. MARIA SAN ORA HUAPE ARREOLA MORELlA MICHOACÁN, JUNIO DEL 2013 1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 DR JESUS ANQEL VI. DIRECTOR GENE \J7lL,"'" --- '\ DR JOSE LUI ~JIA I ~!1!? rrih JEFE DE ENSEÑ STIGACION I'jo';~~:~Jl~"'..,"ci~~.· I 'lE?ARTAMaITO DE E¡'¡SENANv. L-_ i:. !NVE~,..,Gt.CKlH I D VES PANTOJA JEFE DE SERVICI . TOLOGIA y ORTOPEDIA DR NICOLA ,ES PROFESOR tu DR ADOLFO GUILLE MO FL ES CORONA PROFESOR DE CURSO DE O I Y UMATOLOGIA ,-,-".... Iv~~LOGIA Ya (r DRA MÁ~ A SANDRA H APE ARREOLA MEDICO ADSCRIT\iA INVESTIGACION, ASESOR ESTADISTICO / DR MIGUEL GONZALEZ TORRES TESISTA~~ 3 INDICE RESUMEN 1 INTRODUCCIÓN 3 MARCO TEÓRICO 3 Historia 3 Epidemiología 4 Anatomía 4 Fracturas diafisiarias de húmero 10 Biomecánica 11 Clasificación de las fracturas diafisiarias de húmero 11 Tratamiento 12 Abordajes quirúrgicos 18 Complicaciones 20 Escalas de evaluación 21 RESULTADOS DEL IMPLANTE 23 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 23 DISEÑO DEL ESTUDIO 23 JUSTIFICACIÓN 23 HIPÓTESIS 24 HIPÓTESIS NULA 24 OBJETIVOS 24 MATERIAL Y MÉTODOS 25 PROCEDIMIENTO 26 VARIABLES DE ESTUDIO 27 FUENTES DE INFORMACIÓN 27 PLAN DE ANÁLISIS ESTADÍSTICO 27 RESULTADOS 28 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 41 BIBLIOGRAFÍA 43 ANEXOS 44 1 RESUMEN OBJETIVO GENERAL Evaluar los resultados clínicos y radiográficos del tratamiento quirúrgico con placa DCP ancha comparándolo con el tratamiento quirúrgico con clavo centromedular en las fracturas diafisiarias de húmero con trazos simples. MATERIAL Y METODOS Es un estudio comparativo, analítico, prospectivo, experimental y aleatorizado, realizado en 40 pacientes de entre 15 y 65 años de ambos sexos con fracturas diafisiarias medias de húmero cerradas con trazos simples, divididos en 2 grupos en el grupo 1 ,20 pacientes tratados quirúrgicamente con placa DCP ancha y en el grupo 2, 20 pacientes tratados quirúrgicamente con clavo centromedular. Se compararon los resultados clínicos y radiográficos a las 4, 8 y 12 semanas. Se captaron los pacientes en el servicio de urgencias del Hospital General “Dr. Miguel Silva” con fracturas de húmero tipo 12 A1, 12 A2 y 12 A3 de la AO, y de manera aleatoria, previa autorización de consentimiento bajo información se otorgó tipo de tratamiento asignado, quirúrgico con placa DCP ancha o quirúrgico con clavo centromedular, registrando edad, sexo, lado afectado, mecanismo de lesión y tipo de trazo fracturarío. Se integró expediente clínico y radiográfico inicial, se colocaron férulas de coaptación en los pacientes de ambos grupos en el servicio de urgencias, se hospitalizaron y se sometieron a evento quirúrgico con placa DCP ancha de entre 6 y 8 orificios los pacientes del grupo 1 y a enclavado centromedular los pacientes del grupo 2. Se realizó seguimiento a través de la consulta externa a las 4, 8 y 12 semanas respectivamente de ambos grupos, evaluándolos clínicamente con la escala visual análoga del dolor (EVA), con la escala funcional DASH, y radiográficamente con los criterios de consolidación ósea de Montoya. RESULTADOS Se integraron 2 grupos en el estudio: el grupo 1 que incluyo pacientes manejados con tratamiento quirúrgico utilizando placa DCP ancha 4.5; y el grupo 2 pacientes manejados con tratamiento quirúrgico con clavo centromedular; todos ellos manejados en el servicio de Traumatología y Ortopedia del Hospital General “Dr. Miguel Silva”. En total estudiaron 40 pacientes, 20 pacientes (50%) en cada grupo. El intervalo de edad fue de 15 a 65 años de edad, con un promedio de 33.5 años, con u total de 9 pacientes femeninos (22.5%) y 31 pacientes masculinos (77.5%). De acuerdo al trazo de fractura según la AO encontramos 12 pacientes (32.5%) con trazo 12 A1, 15 pacientes (37.5 %) con trazo 12 A2 y 12 pacientes (30%) con trazo según AO 12 A3. El lado derecho resulto ser el más frecuentemente afectado siendo 25 pacientes (62.5%) y el lado izquierdo 15 pacientes (37.5 %) Los accidentes Automovilísticos fueron la causa más frecuente de fractura de humero representando 14 pacientes (35%) y con cifras similares caída del plano de sustentación y caídas de altura con 13 pacientes cada una (32.5 %) En el grupo 1 el promedio de edad fue 33.9 ± 8.87 de los cuales 4 pacientes fueron del sexo femenino (20%) y 16 pacientes (80 %) son masculinos. Las fracturas 12 A2 fueron las más frecuentes en el grupo 1 siendo 8 pacientes ( 40 % ) seguidas de las 12 A1 con 7 pacientes ( 35 % ) y por ultimo las 12 A3 con 5 pacientes( 25 % ) El lado derecho resulto el más afectado en el grupo 1 con 12 pacientes (60 %) y el lado izquierdo 8 pacientes (40 %) El mecanismo de lesión más frecuente en el grupo 1 fue caída de altura con 8 pacientes (40 %) seguido de caída de plano de sustentación y accidente automovilístico con 6 pacientes cada uno (30 %) 2 El abordaje más utilizado en el grupo 1 fue el abordaje anterolateraleral con 16 pacientes (80 %) y el abordaje posterior con solo 4 pacientes ( 20 % ) De los pacientes manejados quirúrgicamente con placa DCP en 14 pacientes se empleó placa DCP ancha de 7 orificios, en 4 pacientes se utilizó placa DCP ancha de 8 orificios y en 2 pacientes se usó placa DCP ancha de 6 orificios En el grupo 2 el promedio de edad fue 33.1 ± 10.12 con 15 pacientes masculinos (75%) y 5 pacientes femeninos ( 25 % ) El tipo de fractura 12 A2 y 12 A3 fueron los más frecuentes en el grupo 2 con 7 paciente cada uno (35 %) y el tipo 12 A1 6 pacientes ( 30 % ) El lado derecho fue el más afectado en el grupo 2 con 13 pacientes ( 65 % ) y el izquierdo con 7 pacientes (35 %) Por mecanismo de lesión en el grupo 2 hubo 8 pacientes con accidente automovilístico ( 40 % ), caída de plano de sustentación 7 (35 % ) y caída de altura 5 pacientes (25 % ) El dolor se calificó de acuerdo a la EVA (escala visual análoga del dolor) encontrando a las 4 semanas una diferencia significativa de .000 entre los grupos 1 y 2, a las 8 semanas diferencia significativa .000 entre los grupos 1 y 2, y a las 12 semanas diferencia significativa .000 entre los grupos 1 y 2. El grado de consolidación se evaluó de acuerdo la clasificación de Montoya, a las 4 semanas encontramos una diferencia no significativa de .060 entre los grupos 1 y 2, a las 8 semanas una diferencia significativa de .014 entre los grupos 1 y 2, y a las 12 semanas diferencia significativa de .002 entre los grupos 1 y 2. Para valorar la función utilizamos la escala DASH en la cual a las 4 semanas se presentó una diferencia significativa de .000 entre el grupo 1 y 2, a las 8 semanas diferencia significativa de .000 entre el grupo 1 y 2 y a las 12 semanas diferencia significativa de .000 entre grupo 1 y 2. En el grupo 1 a las 4 semanas se presentaron 6 paciente con lesión del nervio radial, 5 pacientes con praxia y 9 con integridad neurológica, a las 12 semanas hubo recuperación encontrando 3 pacientes con lesión del nervio radial, 4 pacientes con praxia y 13 pacientes con integridad del nervio radial; en el grupo 2 a las 4 semanas 2 pacientes presentaron praxia del nervio radial y 18 pacientes presentaron integridad neurológica y a las 12 semanas los 20 pacientes presentaron integridad neurológica. En el grupo 1 se presentó 1 caso de aflojamiento de material de osteosíntesis a las 11 semanas, así mismo se presentaron 2 casos de infección de herida quirúrgica una a las 2 semanas y la otra a las 3 semanas, al final ambas se resolvieron satisfactoriamente con antibioticoterapia oral; mientras que en el grupo 2 no hubo complicaciones. CONCLUSIONES El presente es un estudio comparativo, aleatorizado y prospectivo entre dos métodos de tratamiento en las fracturas diafisiarias medias de húmero cerradas con trazos simples. Los dos grupos estudiados fueron: 1 grupo de pacientes tratados quirúrgicamente con placa DCP ancha 4.5 y el otro grupo recibió manejo quirúrgico con clavo centromedular; estudiamos la evolución clínica y radiográfica en 4, 8 y 12 semanas. Encontramos que el intervalo de edad es grande pero en promedio es más frecuente en personas jóvenes; observamos que en pacientes jóvenes se presenta con más frecuencia por accidentes automovilísticos y en personas mayores de 50 años por caídas de su plano de sustentación. El sexo más afectado es el masculino por los factores de riesgo El lado más afectado fue el derecho probablemente por ser el lado dominante El tipo de fractura más frecuente de acuerdo a la AO fue el 12 A2 que corresponde a fracturas diafisarias medias de humero con trazo simple el cual es oblicuo largo. Se hizo valoración de nuestros pacientes con la escala visual análoga del dolor y encontramos diferencias significativas entre los dos grupos tanto a las 4, 8 y 12 semanas viéndose favorecidos los pacientes manejados quirúrgicamente con clavo centromedular. Estudiamos la funcionalidad con el DASH encontrando significancia en la evolución entre los dos grupos a las 4, 8 y 12 semanas a favor del método quirúrgico con clavo centromedular. 3 Se valoró la consolidación radiográfica con la clasificación de Montoya sin encontrar significancia entre los dos grupos a las 4 semanas, pero la diferencia se hizo significativa a las 8 y 12 semanas a favor de los pacientes manejados quirúrgicamente con clavo centromedular. Respecto al grupo quirúrgico donde se usó placa DCP el abordaje anterolateral fue más frecuente y encontramos que existen más riegos de lesión nerviosa en el abordaje posterior motivo por el que es menos utilizado. Se observó un mismo patrón de evolución en pacientes manejados quirúrgicamente con placa DCP independientemente del número de orificios de la placa. INTRODUCCION PROBLEMA Y ANTECEDENTES Las fracturas de la diáfisis humeral representan aproximadamente el 1% de todas las fracturas, y 20% de las fracturas localizadas a este hueso y son generalmente resultado de traumatismos directos 1 .Tiene una incidencia de 14.5 por cada 100,000 habitantes por año 2. Causa de atención a pacientes de todos los grupos etarios en el servicio de urgencias con diversidad de circunstancias. Aunque los métodos no quirúrgicos habitualmente tienen un resultado excelente, pueden persistir ciertos problemas 3 .Dichos problemas han estimulado el desarrollo de técnicas de fijación interna y externa 3 . Las fracturas del tercio medio y distal de la diáfisis humeral pueden producir la lesión del nervio radial. La evaluación general del paciente y sobre todo las lesiones asociadas son importantes a la hora de la decisión del tratamiento 1 .Aunque la fijación con placas se utiliza en la mayoría de las fracturas de húmero el clavo intramedular está indicándose cada vez más 1. Las posibles complicaciones de las fracturas diafisiarias de húmero son: lesiones vasculares, lesiones nerviosas principalmente del nervio radial, pseudoartrosis o consolidación viciosa 7 . Los traumatismos del miembro superior a menudo representan un reto para el cirujano ortopédico tanto si el problema que se presenta es una fractura, una fractura con luxación o una lesión grave de los tejidos blandos o afectación de los elementos neurovasculares. Aunque hasta hace poco las lesiones del miembro superior no han recibido tanta atención en la bibliografía como las del miembro inferior, las primeras a menudo producen gran incapacidad. El resultado funcional tras lesiones del miembro superior a menudo depende tanto del estado de los tejidos blandos circundantes como la situación del hueso. Aunque una fractura del miembro inferior pueda consolidar con acortamiento, cierta rigidez de las articulaciones adyacentes y otras lesiones de los tejidos blandos y aun así obtener un buen resultado funcional, cuando una fractura del miembro superior consolida con estas secuelas se produce un importante déficit funcional, aunque el hueso haya consolidado satisfactoriamente 6 . MARCO TEORICO HISTORIA Los jeroglíficos, cuerpos momificados y murales de los egipcios nos han mostrado algunas de las prácticas ortopédicas; Se han hallado férulas en momias fabricadas con bambú, caña, madera o cortezas de árboles, almohadilladas con lienzo. Se han atribuido a los Antiguos Griegos muchos de los principios que hacen referencia a distintas condiciones y su tratamiento. Varios volúmenes del Corpus Hipocraticus tienen relevancia en ortopedia. Hipócrates tenía un conocimiento exhaustivo de las fracturas. Conocía los principios 4de la tracción y contra-tracción; desarrolló férulas especiales. En el imperio Romano cabe descartar la figura de Galeno, conocido como el padre de la medicina deportiva al hacer una excelente descripción del esqueleto y de los músculos que lo mueven. En la Época Árabe; Pablo de Egina (625-690 a.C.) trabajaba en Alejandría y escribió el "Epítome de la Medicina", consistente en siete libros basados en los textos hipocráticos. El sexto libro trata de las fracturas y dislocaciones. Un persa conocido por el nombre de Abu Mansur Muwaffak describió la colocación de yesos para fracturas y otras lesiones óseas de los miembros 8. EPIDEMIOLOGÌA Las fracturas de la diáfisis humeral representan aproximadamente el 1% de todas las fracturas, y 20% de las fracturas localizadas a este hueso y son generalmente resultado de traumatismos directos. También se producen durante la práctica deportiva donde las fuerzas de rotación son grandes por ejemplo beisbol y lucha libre1.Tiene una incidencia de 14.5 por cada 100,000 habitantes por año, y aumenta a 60 por cada 100,000 en la novena década de la vida. La mayoría de las fracturas cerradas en los pacientes de edad avanzada son el resultado de simples caídas. La edad de distribución en las mujeres se caracteriza por un pico en la octava década de la vida y en los hombres fue en edades mayores. Las fracturas con trazos simples son las más comunes y la localización más común fue en la diáfisis media o proximal 2. ANATOMÌA ESQUELETO DEL BRAZO Se halla constituido por un sólo hueso, el húmero que se articula por arriba con el omóplato y por abajo con los huesos del antebrazo. El húmero es un hueso largo, dirigido oblicuamente hacia abajo y hacia adentro y torcido sobre su eje; se distinguen en él un cuerpo o diáfisis y dos extremidades o epífisis (figura 1). El cuerpo es más o menos cilíndrico, salvo en su tercio inferior donde su forma es de un prisma triangular s, y se distinguen tres caras y dos bordes. La cara externa se halla vuelta hacia afuera en su parte superior, encima de su mitad lleva una cresta rugosa en forma de V, en donde se inserta el musculo deltoides. La cara interna esta vuelta hacia dentro y adelante, en la parte superior está el canal bicipital, y por debajo del canal se encuentra una zona rugosa. En la cara posterior se encuentra el canal radial. El borde anterior coincide con el labio anterior de la V deltoides y con el canal bicipital, el borde externo se halla interrumpido por el canal radial y en borde interno se inserta el tabique intermuscular interno. El húmero está formado por tejido esponjoso que es más abundante en la epífisis que en la diáfisis y la cual se haya cubierta por tejido compacto, de mayor espesor en la parte media que en los extremos. La osificación se desarrolla a expensas de un centro primitivo diafisiario que aparece a los 40 días de vida fetal, tres centros secundarios originan a la extremidad superior correspondiendo a la cabeza al troquín y al troquíter, cuatro centros secundarios originan la extremidad inferior sueldan entre los 18 y 20 años 9. 5 ARTICULACIONES ARTICULACION GLENOHUMERAL En su extremo proximal se articula con la cavidad glenoidea del omóplato, a la cual se le conoce como la articulación del hombro, es del grupo de las enartrosis. Los medios de unión comprenden la cápsula articular y los ligamentos de refuerzo coracohumeral y glenohumerales que provienen respectivamente de la coracoides y del rodete glenoideo (figura 2). ARTICULACION DEL CODO Está formada por la extremidad inferior del húmero y por las extremidades superiores del cúbito y del radio, la humerocubital es una trocleartrosis, la humerorradial una condìlea. Los medios de unión son la cápsula articular y cuatro ligamentos de refuerzo. Dichos ligamentos son: el ligamento anterior, ligamento posterior, ligamento lateral interno y ligamento lateral externo. Figura 1. Esqueleto del húmero Figura 2. Articulación glenohumeral. 6 MUSCULOS DEL BRAZO Se hallan agrupados en dos regiones: anterior y posterior, limitados por los tabiques aponeuróticos intermusculares interno y externo. Región Anterior del Brazo (figura 4): Coracobraquial: ocupa la parte interna y superior de la región anterior del brazo y se extiende de la apófisis coracoides al húmero en la parte superior de su cara interna. Cuando el omóplato permanece fijo desplaza hacia adelante y adentro del brazo. Bíceps braquial: bifurcado en su parte superior, su porción larga se inserta superiormente en la apófisis coracoides, y la porción corta va de la cavidad glenoidea y del rodete glenoidea, ambas porciones terminan en una sola masa muscular a insertarse en la tuberosidad bicipital del radio. Flexiona el antebrazo sobre el brazo, supina el antebrazo cuando éste se encuentra en pronación y levanta el brazo dirigiéndolo hacia el dentro, con el antebrazo fijo eleva el hombro y por último dobla el brazo sobre el antebrazo. . Braquial anterior: es el más ancho de los músculos anteriores del brazo, se halla situado por detrás del bíceps y se extiende del húmero a la parte superior del cúbito. Dobla el brazo sobre el antebrazo. Figura 3. Articulación del codo Figura 4.Musculos de la región anterior del brazo 7 Región posterior del Brazo (figura 5): Tríceps braquial: esta parte solo la forma este músculo, también llamado musculo extensor del antebrazo, se compone de tres porciones, la porción media es la más larga se extiende del omóplato al tendón común y recibe el nombre de porción larga del tríceps; las partes laterales más cortas se extienden del húmero al tendón común y son conocidas con los nombres de vasto interno y vasto externo, la porción larga termina en la parte superior del tendón mientras que los vastos se unen a sus bordes laterales, el tendón común va a fijarse en la cara posterior del olecranon y sus borde laterales. Extiende el antebrazo sobre el brazo. VASCULARIDAD El eje arterial del miembro superior, continuación de la arteria subclavia, atraviesa la región de la axila, y se sitúa inmediatamente en la cara anterior del miembro, de él se originan ramas colaterales, para las regiones anterior y posterior del brazo, del antebrazo y de la mano. Se presentan sucesivamente la arteria axilar, la arteria braquial o humeral, la arteria radial y el tronco de las arterias cubital e interóseas 18. La arteria humeral (figura 6) se encarga de la circulación del brazo y las estructuras que lo conforman. Es la prolongación de la arteria axilar, se halla comprendida entre el borde inferior del pectoral mayor y del pliegue del codo, donde se divide en sus ramas terminales, radial y cubital. Es casi recta en su recorrido braquial y se dirige luego hacia abajo y afuera para colocarse en la línea media, en la cara anterior del codo. Se relaciona por delante con el coracobraquial y con el borde interno del bíceps, por atrás con el vasto interno es su parte superior y en la inferior con el braquial anterior, por fuera con el coracobraquial, y por dentro con la aponeurosis braquial; esta aponeurosis envía expansiones formando una vaina que contiene la arteria humeral y el nervio mediano llamada conducta braquial de Cruveilhier. Al lado de la humeral en todo su trayecto, corren dos venas satélites, de las cuales un es interna y la otra externa. La arteria humeral en su trayecto origina diversas ramas musculares terminando en el deltoides, en el coracobraquial, braquial anterior y bíceps siendo esta última la más gruesa. La arteria nutricia del hueso tiene su origen en la humeral o en una de sus colaterales y se introduce en el conducto nutricio del hùmero9. Figura 5.Mùsculos de la región posterior del brazo 8 INERVACIÒN El plexo braquial (figura 7) por sus ramas terminales y colaterales asegurala inervación sensitiva, motora, vasomotora y propioceptiva del cíngulo pectoral y del miembro superior. Está constituido por las ramas anteriores de los cuatro últimos pares cervicales y el último par dorsal. Se subdivide formando tres troncos primarios: superior, medio e inferior. Las tres ramas posteriores convergen para formar un sólo tronco secundario posterior, que se divide en el hueco de la axila y da origen al nervio circunflejo y al nervio radial. Las ramas anteriores de los troncos primarios anterior y medio forman el tronco secundario antero externo, de donde se derivan el nervio musculocutáneo y la rama externa del nervio mediano. La rama anterior del tercer tronco primario forma sola el tronco secundario antero interno, de donde parten los nervios braquial cutáneo interno, cubital y raíz interna del mediano 9. Los nervios que interesan particularmente al brazo son los siguientes. Nervio Musculocutáneo: Se encarga de la flexión del brazo sobre el antebrazo y da sensibilidad de la cara antero lateral del brazo y antebrazo. Nervio Mediano: Da sensibilidad a la cara dorsal de los dedos segundo, tercero y cuarto. Nervio Cubital: Su acción motora es: flexión de la articulación radiocarpiana, movimientos de flexión del 5to dedo, flexión de falanges proximales, movimientos de lateralidad de los dedos, extensión de las dos últimas falanges de los dedos, y aducción del pulgar; de la parte sensitiva cubre una parte de las caras palmar y dorsal de la mano y de los dedos. Nervio Braquial Cutáneo interno: Es un nervio únicamente sensitivo, su territorio se extiende a la cara medial del miembro superior, desde la axila hasta la articulación radiocarpiana. Nervio Circunflejo: Su acción motora es para el deltoides, abducción del brazo, la parte sensitiva se ubica en la cara posterior del hombro, su cara lateral y sus partes adyacentes del brazo. Nervio Radial: Su acción se puede resumir diciendo que es el “nervio de la extensión”, extiende el antebrazo sobre el brazo, de la mano sobre el antebrazo y de los dedos, abduce el pulgar y contribuye a la flexión del antebrazo sobre el brazo. El territorio sensitivo del radial es posterior en el brazo y el antebrazo, dorsal a nivel de la mano y de los dedos. Figura 6. Arteria humeral Arteria humeral 9 MOVILIDAD La movilidad del brazo está dada por las dos articulaciones de las cuales participa. La articulación glenohumeral (figura 2) presenta tres grados de libertad. Los movimientos que permite son el de flexión-extensión, el de abducción-aducción y el de rotación medial-lateral, y la combinación de estos 10(figura 8). La articulación del codo (figura 3) compuesta por la articulación humerocubital y la articulación humerorradial, sólo presentan una dirección del movimiento; la flexión- extensión (figura 9) que se produce en el plano sagital en torno al eje medial-lateral (coronal). Durante la flexión del codo el je de rotación se sitúa aproximadamente en el centro de la tróclea. Figura 7. Plexo braquial y sus ramas Figura 8. Arcos de movilidad normales de la articulación glenohumeral Figura 9.Arcos de movilidad normales de la articulación del codo 10 FRACTURAS DIAFISIARIAS DE HÙMERO Los mecanismos de lesión de las fracturas diafisiarias de húmero (figura 10) se producen por varios mecanismos de lesión: Directo: Es el más frecuente; se da por un traumatismo directo sobre el húmero por un proyectil o accidente de tráfico, da lugar a fracturas trasversales o conminutas. Indirecto: caída sobre el brazo extendido, que origina fracturas espiroideas u oblicuas, sobre todo en ancianos, se han descrito casos raros de fracturas de la diáfisis humeral por movimientos con una contracción muscular externa 7. DIAGNÓSTICO Clínico. La sintomatología en de la fractura de la diáfisis humeral ejemplifica la de las fracturas de huesos largos e incluye dolor extremo en el foco e inestabilidad esquelética. La exploración clínica revela un brazo muy sensible que está hinchado y a menudo muy deformado figura 11), el paciente se presenta con frecuencia sujetando la extremidad con la otra mano, evitando toda manipulación o movimiento de las articulaciones adyacentes. La crepitación puede usarse pero no debe buscarse Aunque deben examinarse todos los nervios periféricos, el nervio radial merece una evaluación particularmente cuidadosa debido a la asociación frecuente de la parálisis radial con las fracturas de húmero. El nervio radial está especialmente en riesgo debido a la localización adyacente al hueso inmediatamente proximal a la cresta supracondìlea. El examen motor con la dorsiflexión de la muñeca y la extensión de la articulación interfalángica del pulgar desde el principio, unido a la evaluación sensitiva del dorso de la mano. Figura 10. Fractura medio-diafisiaria de húmero Figura 11. Aspecto clínico de paciente con fractura diafisiaria cerrada de húmero 11 RADIOGRAFICO El examen radiográfico incluye proyecciones anterposterior y lateral de la diáfisis (figura 12), así como visiones de las articulaciones del hombro y del codo. Para obtener diferentes proyecciones y limitar las molestias del paciente, se mueve éste mientras el brazo cuelga en posición suspendida cómoda a su lado. BIOMECÁNICA El patrón de fractura depende en general del tipo de fuerza aplicada: compresiva: fractura humeral proximal o distal arqueamiento: fractura trasversal de la diáfisis humeral torsional: fractura espiroidea de la diáfisis humeral torsional con arqueamiento: fractura oblicua, a menudo acompañada de un fragmento en alas de mariposa 7. CLASIFICACION DE LAS FRACTURAS DIAFISIARIAS DE HÙMERO Ningún sistema particular de clasificación ha conseguido aceptación universal 3. Pero la clasificación comprensiva de las fracturas de loa huesos largos de la Arbeitsgemeinschaft Fur Osteosynthesfragen (AO)/ Asociación para el estudio de la fijación interna (ASIF), habitualmente es suficiente para describir las fracturas diafisiarias del húmero 17. CLASIFICACIÒN AO Al húmero se le asigna el número 1(figura 13), al extremo proximal del húmero 11, a la diáfisis 12 y al extremo distal 13. Figura 12. Proyecciones radiográficas AP y lateral para húmero. Figura 13. Clasificación AO para húmero http://www.mateomate.com/images/obras/reliquia/reliqu05.jpg http://www.google.com.mx/imgres?imgurl=http://3.bp.blogspot.com/_nD-0BT2lvPw/ShQ-wz-xSZI/AAAAAAAABgI/tshFMOWdSYI/s400/MIELOMA+M+humero_izdo_1_1.jpg&imgrefurl=http://diagnosticoporimagenmedica3.blogspot.com/2009/05/varon-de-69-anos-con-dolores-oseos-y.html&usg=__9mQpgRMwfFPdseIaXSFcB0VYxEU=&h=400&w=328&sz=14&hl=es&start=64&zoom=1&um=1&itbs=1&tbnid=VqmEA2GN1Mhm7M:&tbnh=124&tbnw=102&prev=/images?q=radiografia+de+humero&start=60&um=1&hl=es&sa=N&gbv=2&ndsp=20&tbs=isch:1 12 Posteriormente asigna las siglas A, B o C (figura 14), si se trata de fracturas simples, en cuña o complejas respectivamente Si se trata de fracturas simples o A, se le asignan subtipos: A1 fractura espiroidea, A2 fractura oblicua o menor a 30º, y A3 fractura trasversal o mayor a 30º. Las tipo B (fractura por acuñamiento) se subclasifican en: B1: acuñamiento espiroideo. B2: acuñamiento arqueado. B3: acuñamiento fragmentado. Las tipo C (fracturas complejas) en: C1: espiroidea. C2: segmentaria. C3: irregular. TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS DIAFISIARIAS DE HÙMERO Las opciones de tratamiento como en la mayoría de las fracturas, se pueden agrupar en las categorías de técnicas cerradas y abiertas. El tratamiento cerrado produce un resultado clínico excelente en la mayoría de las fracturas humerales 16,17,18, . Está indicado un intentode tratamiento cerrado inicialmente Figura 14.Clasificaciòn AO para las fracturas diafisiarias. Figura 15. Subclasificaciòn AO para las fracturas diafisiarias simples tipo A 13 para la mayoría de las fracturas cerradas de húmero, existen indicaciones absolutas y relativas para el manejo quirúrgico3. Indicaciones absolutas 1 : o Politraumatizado. o Fracturas abiertas. o Fracturas humerales bilaterales. o Fracturas Patológicas. o Codo Flotante. o Lesión Vascular. o Parálisis radial tras reducción cerrada. o Pseudoartrosis. Indicaciones Relativas 1,3 : o Fracturas espiroideas largas. o Fracturas trasversales. o Lesiones del plexo braquial. o Parálisis nerviosa primaria. o Imposibilidad para mantener la reducción. o Incapacidad para mantener la alineación de la fractura con ortesis funcional: angulación mayor a 15º. o Incumplimiento del uso o intolerancia a la ortesis. o Fractura segmentaria. o Déficits neurológicos, enfermedad de Parkinson. o Pacientes no colaboradores debido a alcoholismo o drogadicción. o Obesidad. TRATAMIENTO CONSERVADOR Históricamente, los métodos cerrados de tratamiento de las fracturas de húmero han usado una de dos técnicas básicas: inmovilización toracobraquial y tracción 19. La inmovilización toracobraquial consiste en ferulizar el húmero fracturado contra el tórax para proporcionar estabilidad y promover consolidación. Dos de éstos métodos los representan el simple cabestrillo con faja y el yeso toracobraquial en espiga. Estás técnicas aumentan en confort del paciente pero no controlan de manera fiable el alineamiento ni promueven la consolidación 3. Tienen poco lugar en el tratamiento de las fracturas humerales. Todos los métodos de tratamiento cerrado aceptados habitualmente se basan en la tracción que ejerce la gravedad para ayudar a la alineación. El yeso de brazo colgante (figura 18) popularizado por Caldwell 4 , representa el primer método de tratamiento que se basa sustancialmente en el efecto de la gravedad para conseguir una posición adecuada de la fractura. El uso del yeso colgante mejora el alineamiento respecto a las técnicas de inmovilización toraco-braquial, pero también produce distracción y escasa curación si la técnica es insuficiente 4. Aunque este método puede seguir siendo efectivo, los métodos de ortesis funcionales lo han suplantado ampliamente 13,20. 14 Las férulas de coaptación o las férulas en U (figura 19), representan un segundo método dependiente de tracción para fracturas de húmero Éste método combina la ferulización de protección con la tracción dependiente de forma similar al yeso colgante pero tiene menos tendencia a la distracción 19 TRATAMIENTO QUIRÚRGICO Indicaciones para la fijación quirúrgica. Aunque el tratamiento cerrado produce resultado satisfactorio para la mayoría de las fracturas de húmero, existen situaciones específicas en las que se consiguen mejores resultados con la estabilización quirúrgica. Si los métodos cerrados no pueden conseguir o mantener el alineamiento adecuado debe considerarse la estabilización quirúrgica. La deformidad angular residual se tolera mejor en el húmero que en muchos otros huesos debido a que el grosor de los tejidos blandos que rodean el húmero disimula la deformidad esquelética. Otras indicaciones para la fijación incluyen lesiones asociadas que se producen en pacientes con fracturas de la diáfisis del húmero. Los pacientes politraumatizados de benefician de la fijación de su fractura de humero porque facilita el confort, la movilidad y los cuidados de enfermería 17,22. En el paciente con fractura de húmero el politraumatismo se define habitualmente como una lesión cerebral cerrada, una lesión espinal que impone hospitalización en cama prolongado o una fractura de pelvis o miembros inferiores que impide la carga de la extremidad 3. Con cualquier lesión que forza al paciente a permanecer en reposo un periodo prolongado o que impide la utilización de técnicas de reducción por gravedad, debe usarse fijación interna de la fractura del húmero. METODOS DE FIJACIÓN PLACAS DE COMPRESIÒN Las técnicas de fijación con placas de compresión como han sido desarrolladas y refinadas por el grupo AO/ASIF han mostrado ser efectivas en la mayoría de las indicaciones de fijación interna de la diáfisis del humero 28. Se han definido abordajes antero lateral y posterior, pero se usa con más frecuencia el abordaje anterior. Se recomienda usar un abordaje posterior para las fracturas del tercio distal y anterior Figura 16.Yeso colgante 15 para la parte media de la diáfisis. La compresión proporciona un montaje más rígido y se pueden usar para fracturas simples y con trazos oblicuos cortos Para conseguir una sólida fijación de la placa los tornillos(figura 24) deben hacer presa en 6 a 8 corticales (habitualmente de 3 a 4 agujeros) por encima y otras tantas por debajo de la fractura, siempre que sea posible debe procurarse conseguir compresión interfragmentaria, mediante un tornillo a través de la placa o por tracción axial, bien utilizando los agujeros de compresión dinámica o con la ayuda de un tensor articulado La movilización precoz y la rehabilitación de la extremidad comienza tan pronto como la curación de la herida es satisfactoria. La naturaleza de absorción de cargas de la placa sugiere que el paciente proteja el montaje de la carga de peso en las fases precoces de la recuperación, pero los límites de esta actividad en la carga de peso con muletas están escasamente definidos. La tasa de pesudoartrosis y de fallo el material de osteosíntesis han variado del 0 al 7% 29. Figura 17. Placa DCP ancha 4.5 Figura 18. Placa LCDCP Figura 19. Fijación de fractura de húmero con placa de compresión y tornillos según AO. http://www.google.com.mx/imgres?imgurl=http://www.iolimplantes.com.br/produtos/images/PROD2091.gif&imgrefurl=http://www.iolimplantes.com.br/es/produtos.php?ac=list&idc=800295&usg=__GLWY6WNHCLfVGfcxwa8bN4Dww08=&h=300&w=400&sz=23&hl=es&start=1&zoom=1&um=1&itbs=1&tbnid=-PXh_zt1SJNr7M:&tbnh=93&tbnw=124&prev=/images?q=placa+lcdcp&um=1&hl=es&sa=N&tbs=isch:1 16 FIJACIÒN INTRAMEDULAR Este método ofrece una alternativa de estabilización de este tipo de fracturas, existen muchas técnicas. La elección del implante incluye tanto sistemas múltiples, flexibles, como un único clavo encerrojado. El uso de tecnologías de encerrojado de clavos para el humero es una extensión del éxito de estos implantes en las fracturas diafisiarias de la extremidad inferior; sin embargo es una extrapolación que no ha probado necesariamente ser efectiva. Un nuevo clavo humeral, puede generar mayor compresión que las placas, usando perforaciones excéntricas o apoyado con un tensiómetro 32 . La inserción de los implantes intramedulares puede hacerse de forma retrógrada, con una puerta de entrada proximal a la fosa olecraniana, o anterógrado desde una apertura en extremo proximal del húmero. Se ha comunicado éxito usando una gran variedad de técnicas disponibles y todavía no se ha alcanzado un consenso sobre el método ideal. Debido a las propiedades de trasmisión de fuerzas de un clavo centromedular, los beneficios de un clavo intramedular pueden aparecer en casos de lesiones asociadas a miembros inferiores que obligan al paciente con una fractura del húmero usar la extremidad superior en las actividades de carga de peso precozmente en el periodo de recuperación. CLAVOS FLEXIBLES Los implantes deben ser lo suficientemente flexibles como para poder doblarse al ser introducidos en el canal desde estos portales excéntricos. Los clavos flexibles proporcionan menos rigidez a la flexión que otros implantes, y una mínima estabilidadrotacional. La tasa de pseudoartrosis varía del 0 al 9%. Las técnicas de inserción retrógrada pueden ocasionar pérdidas de la extensión del codo, también puede ocurrir la migración de los clavos. Para la inserción retrógrada de clavos flexibles se hace una incisión en la piel en la línea media comenzando en el olecranon y extendiéndose de 6 a 8 cm proximalmente. El primer clavo se coloca en la medular ya abierta, se avanza hasta el foco de fractura y se guía a través de la fractura hasta que esta esté anclada y alineada en las imágenes fluoroscópicas. Cuando esté completamente colocado el extremo del clavo debe alcanzar bien la metáfisis ósea de la cabeza del húmero, mientras que el agujero distal permanece justo distal al portal de la entrada. Se prepara un segundo clavo de longitud y forma adecuada para el extremo distal quede en situación opuesta al primero y el distal apoye en el hueso, se avanza el clavo a través de la fractura hasta que los agujeros distales de los dos clavos sean adyacentes. Una hebra de alambre de calibre 18 se pasa entonces por los agujeros de los dos clavos y se avanzan juntos hasta su posición final. Figura 20. Fijación con placa compresión y tornillos en fractura de la diáfisis humeral 17 CLAVOS ENCERROJADOS La inserción retrógrada del clavo ha resultado en mejor función posoperatoria del hombro comparado con técnicas anterógradas. En la mayoría de los pacientes se deben usar el clavo de menor diámetro disponible y fresar lo menos posible, a ser posible nada, si el canal es demasiado estrecho se debe elegir otro método de estabilización. Se dispone de clavos más rígidos con capacidad para ser encerrojados, las primeras versiones como el clavo de Ender se fabrican sólo en un diámetro de 9mm y habitualmente se necesita fresado del canal para introducir clavos tan gruesos, los dispositivos más actuales son más pequeños para que sea posible su colocación sin fresado, incorporando tornillos de encerrojado distal y proximal. Para la inserción anterógrada, se coloca al paciente en una mesa radiotransparente. La inserción anterógrada precisa una incisión cutánea que empieza en el borde anterior o lateral del acromion y se sigue de la división del deltoides en el sentido de sus fibras, en este momento se abre el canal medular en el extremo proximal del húmero en la vecindad del manguito rotador. Se introduce entonces en el canal una lezna, punzón o sistema afilado similar, a través de un lugar de entrada determinado con ayuda fluoroscopica. El visualizar en tendón del manguito rotador, abrirlo en el sentido de sus fibras y reparar en defecto parece ser el método más seguro. Se recomienda la entrada del canal a través de un punto 1cm medial a la tuberosidad mayor, adyacente al cartílago articular de la cabeza humeral3. Después de colocar el clavo, se colocan los tornillos de encerrojado proximal a través de una guía de dirección externa y brocas con guía, los tornillos distales se colocan a manos libres. La inserción retrograda de los clavos encerrojados, exposición y acceso al canal son similares al de la vía anterógrada se usan clavos de menor diámetro generalmente 7mm con un acceso de 10mm dando una dirección oblicua a la entrada a canal para evitar la sobrecarga. En el enclavado retrógrado cuando el canal es muy estrecho se utilizan fresas de mano para ensancharlo. El clavo se inserta sin aplicar gran fuerza y su avance se controla con el amplificador de imágenes. La punta del clavo debe penetrar ligeramente en la cabeza humeral, solo entonces mediante la técnica de manos libres se aplican los pernos de bloqueo en el tercio proximal de la diáfisis , donde la cortical es lo suficientemente fuerte para una fijación segura, distalmente el bloqueo dorso-ventral a través de los orificios del arco de inserción. Los resultados del uso de clavos expandibles para el tratamiento de las fracturas de húmero se ha asociado a mínimas complicaciones, curación de la fractura y buenos resultados funcionales.33 Figura 21. Fijación con clavos flexibles. 18 FIJACION EXTERNA La fijación externa de las fracturas del húmero (figura 28) tiene indicaciones limitadas. Estas incluyen las fracturas abiertas en las que se ha producido una lesión tan severa de las partes blandas que el cirujano no puede realizar con seguridad una fijación interna y las fracturas en la que ha habido una pérdida de hueso segmentaria. Además el uso de la fijación externa ante una lesión vascular que amenaza la extremidad puede ser el método más rápido de estabilización de la fractura, que permite al cirujano realizar la reparación de los vasos. La fijación externa puede realizarse con un diseño de marco unilateral con medias agujas o con agujas finas a tensión o anillos circulares3. Los clavos de Schanz se insertan a través de las zonas seguras debido a que el recorrido de los nervios y de los vasos varía, por lo que se recomienda zonas limitadas paras su colocación. La inserción se realiza con una pequeña incisión y mediante disección roma se alcanza al hueso, introduciendo una guía a través de él. ABORDAJES QUIRÙRGICOS ABORDAJE ANTERIOR El abordaje anterior (figura 29) expone la superficie anterior de la diáfisis humeral. Habitualmente para cualquier tipo de intervención quirúrgica solo se precisa parte del abordaje. Al igual que sucede con los demás abordajes del húmero, el nervio radial es la estructura más expuesta a sufrir una lesión durante la intervención quirúrgica. Las indicaciones para el abordaje anterior incluyen: Fijación interna de las fracturas de húmero, Osteotomía de húmero. Referencias e incisión. Se palpa la apófisis coracoides de la escapula inmediatamente por debajo de la unión del tercio medio externo y de la clavícula. Se palpa la cabeza larga del bíceps braquial en su trayecto cruzando el hombro y descendiendo por el brazo, el borde lateral desplazable se sitúa sobre la superficie anterior del brazo. Figura 22. Clavo encerrojado de húmero Figura 23. Fijación externa de húmero 19 Se realiza una incisión longitudinal sobre la punta de la apófisis de la escapula. Se prolonga hacia distal y lateralmente siguiendo el surco deltopectoral hasta la inserción del musculo deltoides en la región lateral del húmero, aproximadamente hasta la mitad de la diáfisis. A partir de ahí la incisión debe prolongarse distalmente según se precise, siguiendo el borde lateral del bíceps. La incisión debe detenerse 5cm por encima del pliegue flexor del codo. ABORDAJE POSTERIOR El Abordaje posterior(figura 30) en la línea media del húmero, es clásicamente un abordaje ampliable que proporciona un acceso excelente a los tres cuartos inferiores de la región posterior del húmero, se ve complicado por la exposición a sufrir lesión del nervio radial. Esta indicado en: Reducción abierta y fijación interna de las fracturas de húmero. Tratamiento de osteomielitis. Biopsia y excéresis de tumores. Tratamiento de la pseudoartrosis. Exploración del nervio radial en el surco espiroideo. Introducción de clavos humerales retrógrados. Referencias e incisión. El acromion en una prominencia ósea rectangular que forma el techo del hombro. Debe palparse la fosa olecraniana en el extremo distal de la región posterior el húmero. La palpación es difícil porque se encuentra cubierta de tejidos blandos. Se realiza una incisión longitudinal en el medio de la región posterior del brazo, desde aproximadamente 8 cm por debajo del acromion hasta la fosa olecraniana. No existe un plano internervioso verdadero, la disección supone la separación de las cabezas del musculo tríceps todas inervadas por el nervio radial. Debido a que los ramos nerviosos penetran las cabezas musculares relativamente próximas a su origen y descienden por el brazo en el espesor del musculo, la disección longitudinal del musculo nodenerva ninguna de sus porciones. Figura 24. Abordaje anterior al húmero 20 COMPLICACIONES LESION DEL NERVIO RADIAL La parálisis del nervio radial acompaña a las fracturas de humero (figura 31) en un 6 a 15% de las ocasiones. La parálisis radial puede variar entre una pérdida parcial o completa, motora o sensitiva, con une pérdida motora completa presente en el 50 al 68% de los pacientes31. La mayoría de las parálisis ocurren en el momento de la lesión y se identifican en la evolución inicial, del 10 al 20% se desarrollan durante el curso del tratamiento. En pacientes con fractura de húmero y parálisis radial se debe evaluar la función motora y sensitiva del nervio en cada evaluación clínica. Se debe buscar la presencia de un signo de tinel precoz, que tiene valor pronóstico. El primer musculo en recuperarse es el supinador largo, pero lo más fácil de detectar es la flexoextensión de la muñeca. Asumiendo una recuperación del nervio de 1mm por día y añadiendo 30 días adicionales como se ha recomendado, la recuperación del supinador largo tras una fractura diafisiaria media a 12 mm proximal al epicóndilo lateral necesita 100 a 130 días. La evidencia en electromiografía de recuperación puede preceder a los signos clínicos de recuperación en aproximadamente 4 semanas. 34. INFECCION. La mayoría de las infecciones resultan de una fractura abierta, algunas son secundarias a una cirugía de fijación interna. Si una infección se presenta precozmente el tratamiento incluye desbridacion de la herida, incluyendo el hueso para retirar todos los tejidos necróticos o contaminados, cualquier fragmento óseo con escasa vascularización debe ser retirado. Si el desbridamiento resulta en una pérdida importante Figura 25. Abordaje posterior al húmero. Figura 26. Lesión de Nervio radial por fractura humeral diafisiaria 21 de hueso, requerirá un injerto óseo una vez que se recupere de la infección. Se deben obtener cultivos profundos para dirigir el manejo antibiótico. Si hay un sistema de fijación interna que mantiene la estabilidad de la fractura habitualmente se deja en su sitio mientras se trata la infección. La osteomielitis normalmente necesita de un ciclo de 6 semanas de tratamiento antibiótico intravenoso. Si la infección persiste después de la consolidación de la fractura, puede ser necesario retirar el material de osteosíntesis seguido de un desbridamiento adicional incluyendo fresado intramedular o secuestrectomìa. Después del retiro de los implantes se recomienda un ciclo antibiótico de 6 semanas. PSEUDOARTROSIS. La curación normal de una fractura de húmero se produce en unas 8 ò 10 semanas. Si la fractura no ha unido en 3 o 4 meses puede ser considerada como retardo de la consolidación, si la consolidación no ha ocurrido en 6 a 8 meses la fractura ha progresado a la pseudoartrosis (figura 32). Los tipos generales de pseudoartrosis son la hipertrófica y la avascular. En las variedades hipertróficas una vascularización adecuada permite la formación de abundante callo óseo, pero una estabilidad insuficiente no permite la consolidación. En las pseudoartrosis avasculares la vascularización inadecuada de los extremos óseos es la que impide la formación de callo. Puede aparecer en cualquier tipo de tratamiento cerrado o abierto. Con la ferulización funcional se han reportado tasas de pseudoartrosis menores al 2%. Los métodos de tratamiento quirúrgico han reportado tasas mayores, en las placas de compresión mayor del 6%, con clavos hasta el 33%, clavos flexibles alrededor de 8%. Además de la fijación interna factores como la inmovilización insuficiente, distracción, energía de lesión, y las fracturas abiertas se han asociado con la pseudoartrosis 40. ESCALAS DE EVALUACIÒN ESCALA VISUAL ANALOGA DEL DOLOR (EVA) La escala visual análoga (figura 33) EVA: consiste en una línea recta, habitualmente de 10 cm de longitud, con las leyendas "SIN DOLOR" y "DOLOR MAXIMO" en cada extremo. El paciente anota en la línea el grado de dolor que siente de acuerdo a su percepción individual, midiendo el dolor en centímetros desde el punto cero (SIN DOLOR). Figura 28 escala visual análoga del dolor Figura 27. Pseudoartrosis de húmero http://www.google.com.mx/imgres?imgurl=http://www.mapfre.com/fundacion/html/revistas/patologia/n02/img/fotos/03_03_09.jpg&imgrefurl=http://www.mapfre.com/fundacion/html/revistas/patologia/n02/pag03_03_con.html&usg=__l77Y4asvZS2YS-081BgCt24jCM8=&h=226&w=170&sz=5&hl=es&start=4&zoom=1&um=1&itbs=1&tbnid=C-XBv595EEREZM:&tbnh=108&tbnw=81&prev=/images?q=pseudoartrosis+de+h%C3%B9mero&um=1&hl=es&sa=G&tbs=isch:1 22 La EVA es hoy de uso universal. Es un método relativamente simple, que ocupa poco tiempo, aun cuando requiere de un cierto grado de comprensión y de colaboración por parte del paciente. Tiene buena correlación con las escalas descriptivas, buena sensibilidad y confiabilidad, es decir, es fácilmente reproducible. El dolor varía de intensidad en el tiempo, de manera que habitualmente se plantea mantener al paciente durante las 24 horas en un rango bajo (por ejemplo. menos de 4 en una escala de 0 a 10) preestablecido. ESCALA FUNCIONAL DEL BRAZO, HOMBRO Y MANO DASH (Disability of the Arm, Shoulder and Hand). El DASH fue desarrollado por la AAOS (American Academy of Orthopaedic Surgeons) y el IWH (Institute for Work and Health, Canadá) para medir discapacidad y síntomas en relación con los miembros superiores y sus afecciones músculo-esqueléticas. Está constituido por un cuestionario de 30 ítems: 21 ítems relacionados con la función física, 6 ítems relacionados con síntomas y 3 ítems que abordan las limitaciones sociales y el rol funcional. Por otro lado, cuenta con dos módulos opcionales de 4 ítems: uno dirigido a deportistas y músicos; y otro a la población trabajadora con el fin de conocer la dificultad o discapacidad para realizar las actividades cotidianas específicas en estas poblaciones. El cuestionario DASH se puntúa en dos componentes: las preguntas de la escala de discapacidad/síntomas (30 preguntas, puntuados del 1 al 5), y la sección opcional del módulo de trabajo o el de actividades especiales deportes/música (4 preguntas, puntuadas del 1 al 5). CLASIFICACIÒN DE CONSOLIDACIÒN RADIOGRÀFICA DE MONTOYA I.- Reacción perióstica sin callo. II.-Callo con trazo de fractura visible. III.-Callo con trazo de visible sólo en parte. IV.-Desaparición del trazo de fractura. Figura 29.Escala visual análoga del dolor 23 RESULTADOS DEL IMPLANTE EXITO DEL IMPLANTE Podemos considerar como éxito de un implante si se presentó una consolidación adecuada en los tiempos determinados además de la ausencia de complicaciones tales como infecciones, lesión del nervio radial o fatiga del material de osteosíntesis, así como una adecuada rehabilitación con recuperación de los arcos de movilidad en los tiempos esperados. FRACASO DEL IMPLANTE Llamaremos fracaso a la falta de consolidación de la fractura en los tiempos determinados o la presencia de alguna complicación tal como infección, lesión del nervio radial, fatiga del material de osteosíntesis, así como la limitación de los arcos de movilidad después de un tiempo determinado. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Hay diferencia en la evolución clínica y radiográfica en el tratamiento de las fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples manejadas de manera conservadora con férulas de coaptación y las tratadas con reducción abierta y fijación interna con placa DCP 4.5; realizadas en el Hospital General “Dr. Miguel Silva”.? DISEÑO DEL ESTUDIO Comparativo Analítico Prospectivo Experimental Aleatorizado JUSTIFICACION Las fracturas de húmero se presentan con relativa frecuencia en nuestro medio y son causa de consulta de urgencias en el servicio de Traumatologíay Ortopedia. El tratamiento cerrado produce un resultado clínico excelente en la mayoría de las fracturas humerales. Pero existen situaciones específicas en las que se consiguen mejores resultados con la estabilización quirúrgica. El tratamiento conservador se realiza a base de inmovilización ya sea en forma de férulas, yesos y diferentes tipos de ortesis o bien de manera quirúrgica con reducción abierta y fijación interna con diversos materiales de osteosíntesis como son placas de compresión con tornillos, clavos intramedulares flexibles, clavos intramedulares encerrojados y fijadores externos . Hay indicaciones absolutas y relativas para la someter al paciente a manejo quirúrgico de su fractura. Las indicaciones absolutas incluyen por ejemplo lesión vascular o nerviosa asociada, fractura expuesta, no se logra por métodos conservadores reducción y alineación estable, entre otras, sin embargo la indicación relativa de la cirugía permite de alguna manera también su manejo conservador. Las indicaciones relativas incluyen fracturas espiroideas largas, fracturas trasversas, incapacidad para mantener la reducción, pacientes obesos, parálisis radial primaria, déficits neurológicos etc. Existen lesiones asociadas a este tipo de fracturas inherentes al momento de la lesión o al momento del tratamiento quirúrgico como es el caso de las lesiones vasculares o propiamente del nervio radial por estar en íntima relación con el hueso en su trayecto diafisiario y que durante el abordaje quirúrgico pueda lesionarse. El tratamiento ortopédico consigue una alta incidencia de consolidación con menos complicaciones que la reducción abierta con fijación interna. Sin embargo existen situaciones especiales que determinan la necesidad de someter a estos pacientes a un tratamiento quirúrgico 6. Existe alta posibilidad 24 de complicaciones durante el procedimiento quirúrgico. Ningún tratamiento descrito para este tipo de fracturas es una panacea y las complicaciones pueden ocurrir en cualquiera. Una apropiada apreciación de la respuesta biológica en las diferentes modalidades, un adecuado entendimiento de las complicaciones, contraindicaciones y posibles complicaciones de los tratamientos, y conocimiento de las técnicas de aplicación son esenciales para lograr resultados clínicos satisfactorios 38. En el Hospital General Dr. Miguel Silva existe el antecedente reciente del estudio realizado del periodo de junio de 2010 a abril de 2011 donde se comparó el manejo conservador con el manejo quirúrgico con placa DCP respecto a la evolución clínica y radiográfica así como las posibles complicaciones como son el caso de la pseudoartrosis o la lesión del nervio radial de los pacientes sometidos a los dos tipos de tratamiento sea conservador ò quirúrgico en las fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples. Por la variedad de médicos tratantes y las diferencias de criterio no se ha unificado en el hospital un protocolo específico de manejo de estas lesiones; referente al tratamiento con reducción abierta con fijación interna tampoco existe un método de abordaje unificado. Por lo tanto las tendencias de manejo no están bien establecidas. HIPÓTESIS En pacientes con fracturas diafisiarias medias de húmero cerradas con trazos simples, el manejo quirúrgico con clavo centromedular comparado con el tratamiento quirúrgico con placa proporciona mejores resultados clínicos y radiográficos teniendo el tratamiento quirúrgico con placa DCP mayor índice de complicaciones. HIPÓTESIS NULA En pacientes con fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples, el manejo quirúrgico con clavo centromedular comparado con el tratamiento quirúrgico con placa DCP no proporciona mejores resultados clínicos y radiográficos teniendo el tratamiento quirúrgico con placa DCP menor índice de complicaciones. OBJETIVO GENERAL Evaluar los resultados clínicos y radiográficos del tratamiento conservador comparándolo con el tratamiento quirúrgico en las fracturas diafisiarias de húmero cerradas con trazos simples. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Identificar pacientes con fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples. Determinar la epidemiología de las fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples en nuestro medio. 25 Determinar los resultados de la evaluación clínica de los pacientes sometidos a uno u otro tipo de tratamiento mediante la escala visual análoga del dolor y la escala funcional para extremidad torácica DASH a las 10 semanas después del inicio del tratamiento. Determinar los resultados radiográficos mediante la clasificación de Montoya para la consolidación ósea a las 10 semanas. Determinar el regreso del paciente a sus actividades cotidianas tras el tratamiento instalado. Identificar las complicaciones a los 3 y 5 meses. Determinar en todos los pacientes el abordaje quirúrgico de acuerdo a cada método que haya presentado menos índices de complicaciones. MATERIAL Y METODOS UNIVERSO O POBLACIÓN Se incluyeron en el estudio pacientes que presentaron fracturas diafisiarias medias de húmero cerradas con trazos simples que fueron captados en los servicios de Urgencias Generales y Traumatología y Ortopedia del Hospital General “Dr. Miguel Silva”, en el periodo de tiempo a partir de Abril de 2012 a Marzo de 2013. METODO DE ALEATORIZACIÓN La aleatorización se efectuó de acuerdo a una tabla de aleatorización ya establecida NUMER}O DE CONTROL O TAMAÑO DE MUESTRA Se incluyeron de manera aleatoria 20 pacientes en cada grupo contando con el poder suficiente para detectar la diferencia en las variables estudiadas. La fórmula que se empleó para calcular el tamaño de la muestra: n = 2 CRITERIOS DE INCLUSIÓN 1.-Pacientes que presenten fracturas diafisiarias medias cerradas de húmero con trazos simples (A1, A2 y A3 de la AO) que sean captados en los servicios de Urgencias Generales y Traumatología y Ortopedia 2.-Pacientes de ambos sexos. 3.-Pacientes de 15 a 65 años. 4.-Pacientes que cuenten con proyecciones radiográficas Anteroposterior y lateral de brazo fracturado. 5.-Pacientes sin lesión vascular o nerviosa inicial. 6.-Pacientes que aceptaron el procedimiento quirúrgico ya sea con clavo centromedular o con placa DCP 7.-Pacientes con expediente clínico completo. 8.-Pacientes que cuenten con hoja de consentimiento informado de inclusión al estudio. ( Zα – Zβ ) δ 2 M1 – M2 26 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN 1.-Pacientes con fracturas articulares de húmero. 2.-Pacientes con antecedente previo de fractura diafisiaria media de húmero del lado afectado. 3.-Pacientes con codo flotante. 4.-Pacientes con fractura bilateral de húmero. 5.-Pacientes con fracturas expuestas 6.-Pacientes con fracturas de húmero con trazos complejos. 7.-Pacientes politraumatizados con lesiones asociadas abdominales, torácicas o traumatismo craneoencefálico. 8.- Pacientes embarazadas. 9.- Pacientes con antecedente de cirugía previa de brazo afectado. 10.-Pacientes con índice de masa corporal mayor de 30. CRITERIOS DE ELIMINACIÓN 1.-Pacientes que no aceptaron tratamiento. 2.-Pacientes que egresaron de alta voluntaria. 3.-Pacientes que no acudieron a sus citas mínimas requeridas de seguimiento. En el presente estudio sólo se incluyeron pacientes que se vieron beneficiados con el tratamiento ofrecido de manera aleatorizada ya sea quirúrgico con clavo centromedular o quirúrgico con placa DCP. Y de ninguna manera se puso en riesgo la buena evolución en la consolidación de la fractura. PROCEDIMIENTO Se captaron los pacientes con fracturas diafisiarias medias cerradas con trazos simples de los servicios de Urgencias Generales y Traumatología y Ortopedia que cumplieron con los criterios de inclusión. Se integró elexpediente clínico (hoja frontal con diagnóstico, historia clínica, notas médicas, hojas de consentimiento informado, hojas de autorización quirúrgica firmada, además estudios recientes de laboratorio y valoración preoperatoria en mayores de 45 años) Se tomaron y verificaron las proyecciones radiográficas en AP y lateral del brazo afectado. Se clasificaron de acuerdo a la clasificación de la AO. Se realizó exploración clínica de la extremidad torácica afectada con énfasis en las probables lesiones vasculares y del nervio radial. Se realizó medición radiográfica de los grados de desplazamiento y angulación de la fractura media humeral. Se informó ampliamente al paciente la opción de manejo quirúrgico con clavo centromedular o placa DCP y el turno que le corresponde de manera aleatoria. Se realizó programación quirúrgica para osteosíntesis del húmero. Se abordó el brazo (según el criterio quirúrgico del cirujano), se identificó o no al nervio radial (según criterio del cirujano), se sintetizo la fractura con placa DCP ancha de 4.5 de entre 8 y 10 orificios, con sus respectivos tornillos de cortical 4.5 diversas medidas, o se enclavo humero vía anterógrada con abordaje lateral proximal o retrograda con abordaje distal posterior y se bloquearon con pernos respectivos. Se valoro clínicamente al paciente en el posoperatorio inmediato intencionadamente buscando lesión del nervio radial. 27 Se egresó al paciente con cita a la consulta externa después del evento quirúrgico con radiografía de control a las 2 semanas para revisión de herida. Posteriormente se dieron citas a la consulta externa con radiografías de control a las 4, 8 y 12 semanas. Se valoró la evolución clínica y radiográfica con las escalas: Análoga del dolor, escala funcional DASH, y clasificación de la consolidación radiográfica de Montoya. VARIABLES DE ESTUDIO Edad. Sexo. Lado afectado. Mecanismo de lesión. Tipo de trazo de fractura. Tipo de tratamiento : quirúrgico con placa DCP ancha o quirúrgico con clavo centromedular Tipo de abordaje quirúrgico. Evaluación del dolor con la Escala visual análoga del dolor. Evaluación funcional de la extremidad con la escala DASH. Evaluación radiográfica de consolidación ósea con la clasificación de Montoya. Pacientes con lesión del nervio radial con cualquiera de los dos manejos. Complicaciones FUENTES DE INFORMACIÓN Se obtuvo la información del estudio de pacientes que fueron captados en el servicio de Urgencias Generales y el Servicio de Ortopedia y Traumatología que presentaron fracturas humerales medias cerradas con trazos simples. MÉTODOS Y TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN Las variables se concentraron en una hoja de recolección de datos (se anexa), para cada paciente, para posteriormente concentrar la información en hoja de cálculo. PLAN DE ANÁLISIS ESTADÍSTICO Se realizó estadística descriptiva reportándose promedio y desviación estándar. Para la comparación entre grupos se realizó estadística diferencial utilizando para las variables cuantitativas la prueba T de student y para las variables cualitativas la U de Mann Whitney y Chi2 (cuadrada). Considerándose como significativo el valor de P menor de 0.05 (P¬: menor de 0.05) 28 RESULTADOS RESULTADOS GLOBALES Se integraron 2 grupos en el estudio: el grupo 1 incluyo pacientes manejados con tratamiento quirúrgico utilizando placa DCP ancha 4.5; y el grupo 2 con tratamiento quirúrgico con clavo centromedular; todos ellos manejados en el servicio de Traumatología y Ortopedia del Hospital General “Dr. Miguel Silva”. En total estudiaron 40 pacientes, 20 pacientes (50%) en cada grupo. Como se muestra en la siguiente figura. Grafica 1 PACIENTES 0 5 10 15 20 PLACA CLAVO PACIENTES PACIENTES 29 El intervalo de edad fue de 15 a 65 años de edad, con un promedio de 33.5 años, con un total de 9 pacientes femeninos (22.5%) y 31 pacientes masculinos (77.5%) como se muestra en la siguiente gráfica: Grafica 2 De acuerdo al trazo de fractura encontramos 12 A1 = 12 pacientes (32.5%), 12 A2 = 15 pacientes (37.5 %) y 13 A3 = 12 pacientes (30%). La siguiente grafica lo ejemplifica Grafica 3 12 A1 13 32% 12 A2 15 38% 12 A3 12 30% TIPO DE FRACTURA AO GLOBAL MASCULINO 31 77% FEMENINO 9 23% SEXO GLOBAL 30 El lado derecho resulto ser el más frecuentemente afectado siendo 25 pacientes (62.5%) y el lado izquierdo 15 pacientes (37.5 %). Siguiente gráfica: Grafica 4 Los accidentes Automovilísticos son la causa más frecuente de fractura de humero representando 14 pacientes (35%) y con cifras similares caída del plano de sustentación y caídas de altura con 13 pacientes cada una (32.5 %). Siguiente grafica Grafica 5 ACCIDENTE AUTOMOVILISTICO 6 30% CAIDA PLANO SUSTENTACION 6 30% CAIDA ALTURA 8 40% MECANISMO DE LESION GLOBAL DERECHO 25 62% IZQUIERDO 15 38% LADO AFECTADO GLOBAL 31 RESULTADOS GRUPO 1 En el grupo 1 el promedio de edad fue 33.9 ± 8.87 años de edad de los cuales 4 pacientes fueron del sexo femenino (20%) y 16 pacientes (80 %) son masculinos. Grafica 6 Las fracturas 12 A2 fueron las más frecuentes siendo 8 pacientes ( 40 % ) seguidas de las 12 A1 con 7 pacientes ( 35 % ) y por ultimo las 12 A3 con 5 pacientes ( 25 % ). Grafica 7 Grafica 7 MASCULINOS 16 80% FEMENINOS 4 20% PACIENTES GPO 1 12 A1 7 35% 12 A2 8 40% 12 A3 5 25% TIPO DE FRACTURA GPO 1 32 El lado derecho resulto el más afectado con 12 pacientes (60 %) y el lado izquierdo 8 pacientes (40 %) Grafica 8 El mecanismo de lesión más frecuente fu caída de altura con 8 pacientes (40 %) seguido de caída de plano de sustentación y accidente automovilístico con 6 pacientes cada uno (30 %) Grafica 9 DERECHO 12 60% IZQUIERDO 8 40% LADO AFECTADO GPO 1 ACCIDENTE AUTOMOVILISTICO 6 30% CAIDA PLANO SUSTENTACION 6 30% CAIDA ALTURA 8 40% MECANISMO DE LESION GPO 1 33 El abordaje más utilizado fue el abordaje anterolateraleral con 16 pacientes (80 %) y el abordaje posterior con solo 4 pacientes (20 %) Grafica 10 RESULTADOS GRUPO 2 En el grupo 2 el promedio de edad fue 33.1 ± 10.12 años de edad con 15 pacientes masculinos (75%) y 5 pacientes femeninos (25 %) Grafica 11 ANTEROLATERAL 16 80% POSTERIOR 4 20% ABORDAJE GPO 1 MASCULINOS 15 75% FEMENINOS 5 25% SEXO GPO 2 34 El tipo de fractura 12 A2 y 12 A3 fueron los más frecuentes con 7 paciente cada uno (35 %) y el tipo 12 A1 6 pacientes ( 30 % ) siguiente gráfica: Grafica 12 El lado derecho fue el más afectado con 13 pacientes (65 %) y el izquierdo con 7 pacientes (35 %) Grafica 13 12 A1 6 30% 12 A2 7 35% 12 A3 7 35% TIPO DE FRACTURA AO GPO 2 DERECHO 13 65% IZQUIERDO 7 35% LADO AFECTADO GPO 2 35 Por mecanismo de lesiones hubo 8 pacientes con accidente automovilístico (40%), caída de plano de sustentación 7 (35 %) y caída de altura 5 pacientes (25 %) Grafica 14 ACCIDENTE AUTOMOVILISTICO 8 40% CAIDA PLANO DE SUSTENTACION 7 35% CAIDA ALTURA 5 25% MECANISMO DE LESION GPO 2 36 El dolor se calificó de acuerdo a la EVA (escala visual análoga del dolor) encontrando a las 4 semanas una diferencia significativa de .000 entre el grupo 1 y el 2, a las 8 semanas diferencia significativa .000 entre grupo 1 y 2, y a las 12 semanas se encontró diferencia significativa.000 entre los grupos 1 y 2. Figura 14 Grafica 15 Grafica 16 Grafica 17 2020N = EVA a las 4 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je d e E V A 10 9 8 7 6 5 4 3 16 1051115 2020N = Eva a las 8 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je d e E V A 8 7 6 5 4 3 2 1 2020N = Eva a las 12 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je d e E V A 4.5 4.0 3.5 3.0 2.5 2.0 1.5 1.0 .5 37 El grado de consolidación se evaluó de acuerdo la clasificación de Montoya, a las 4 semanas encontramos una diferencia no significativa de .060 entre grupo 1 y el grupo 2, a las 8 semanas una diferencia significativa de .014 entre los grupos 1 y 2, y a las 12 semanas diferencia significativa de .002 entre los grupo 1 y 2. Grafica 18 Grafica 19 2020N = Consolidación a las 8 semanas p<0.01 Grupo 2Grupo 1 V a lo re s d l a e s c a la 3.5 3.0 2.5 2.0 1.5 1.0 .5 8165 2020N = Consolidación 12 semanas p<0.002 Grupo 2Grupo 1 V a lo re s d e l a e s c a la 3.2 3.0 2.8 2.6 2.4 2.2 2.0 1.8 38 Para valorar la función utilizamos la escala DASH en la cual a las 4 semanas se presentó una diferencia significativa de .000 entre los grupos 1 y 2, a las 8 semanas diferencia significativa de .000 entre los grupos 1 y2, ya las 12 semanas diferencia significativa de .000 entre los grupos 1 y 2. Figura 19 Grafica 20 Grafica 21 Grafica 22 2020N = Escala Dash a las 4 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je D a s h 120 110 100 90 80 70 2020N = Escala Dash a las 8 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je D a s h 100 90 80 70 60 50 40 33 2020N = Escala Dash a las 12 semanas p<0.0001 Grupo 2Grupo 1 P u n ta je D a s h 100 90 80 70 60 50 40 30 39 En el grupo 1 a las 4 semanas se presentaron 6 paciente con lesión del nervio radial, 5 pacientes con praxia y 9 con integridad neurológica, a las 12 semanas hubo recuperación encontrando 3 pacientes con lesión del nervio radial, 4 pacientes con praxia y 13 pacientes con integridad del nervio radial; en el grupo 2 a las 4 semanas 2 pacientes presentaron praxia del nervio radial y 18 pacientes presentaron integridad neurológica y a las 12 semanas los 20 pacientes presentaron integridad neurológica. Grafica 23 PLACA 4 SEM CLAVO 4 SEM PLACA 12 SEM CLAVO 12 SEM 6 0 3 0 5 2 4 0 9 18 13 20 NERVIO RADIAL GLOBAL LESION PRAXIA INTEGRIDAD 40 De los pacientes del grupo 1 a 4 (20 % ) se les realizo abordaje posterior y a 16 (80%) abordaje anterolateral Grafica 24 En el grupo 1 se presentó 1 caso de aflojamiento de material de osteosíntesis a las 11 semanas, así mismo se presentaron 2 casos de infección de herida quirúrgica una a las 2 semanas y la otra a las 3 semanas, al final ambas se resolvieron satisfactoriamente con antibioticoterapia oral; mientras que en el grupo 2 no se presentaron complicaciones. Grafica 25 1 0 2 0 17 20 PLACA CLAVO COMPLICACIONES GLOBAL AFLOJAMIENTO INFECCION NO COMPLICACIONES POSTERIOR 4 20% ANTEROLATERAL 16 80% ABORDAJE EN PLACA GPO 1 41 DISCUSION Y CONCLUSIONES En la actualidad y en nuestro medio son relativamente frecuentes las fracturas diafisiarias medias de húmero con trazos simples en casi cualquier grupo de edad, habiendo relación entre la edad y el mecanismo de producción, en personas mayores las caídas de su propia altura son la característica y en gente más joven los accidentes automovilísticos. Estas fracturas pueden ser tratadas de manera quirúrgica con placa DCP ancha o con clavo centromedular, con mejores resultados para los pacientes manejados con clavo centromedular en lo referente a dolor, tiempo de consolidación y funcionalidad. El abordaje quirúrgico anterolateral del brazo reportó ser más efectivo para evitar la lesión del nervio radial y cuando esto sucede la recuperación se presenta en la mayoría de los pacientes. El tratamiento quirúrgico con placa DCP ancha conlleva complicaciones importantes a destacar la lesión quirúrgica del nervio radial, que produce importantes discapacidades para el paciente relacionadas con el ejercicio de su vida diaria que viendo afectada su vida laboral. Quedaría la inquietud por conocer la evolución clínica y radiográfica de estos pacientes en un seguimiento más largo y saber qué resultados funcionales se obtendrían y en qué tiempo se presentaría una igualdad de condici9ones posquirúrgica. En general el uso de clavo centromedular presenta mejores resultados que el uso de placa DCP, esto por varias razones dentro de la cuales las más importantes son: El abordaje para clavo es una herida muy pequeña de 2 a 3 cm por donde se introduce el clavo y 3 heridas de ½ cm para el pernado un proximal y dos distales, el abordaje para colocación de placa varía de acuerdo el número de orificios de la placa pero es aproximadamente de 12 a 15 cms, en el uso de clavo centromedular al no abrir el trazo de fractura no se drena el hematoma fracturarío que es la piedra angular en la consolidación de las fracturas. El presente es un estudio comparativo, aleatorizado y prospectivo entre dos métodos de tratamiento en las fracturas diafisiarias medias de húmero cerradas con trazos simples. Los dos grupos estudiados fueron: 1 grupo de pacientes tratados quirúrgicamente con placa DCP ancha 4.5 y el otro grupo recibió manejo quirúrgico con clavo centromedular; estudiamos la evolución clínica y radiográfica en 4, 8 y 12 semanas. Encontramos que el intervalo de edad es grande pero en promedio es más frecuente en personas jóvenes; observamos que en pacientes jóvenes se presenta con más frecuencia por accidentes automovilísticos y en personas mayores de 50 años por caídas de su plano de sustentación. El sexo más afectado es el masculino por los factores de riesgo El lado más afectado fue el derecho probablemente por ser el lado dominante El tipo de fractura más frecuente de acuerdo a la AO fue el 12 A2 que corresponde a fracturas diafisarias medias de humero con trazo simple el cual es oblicuo largo. Se hizo valoración de nuestros pacientes con la escala visual análoga del dolor y encontramos diferencias significativas entre los dos grupos tanto a las 4, 8 y 12 semanas viéndose favorecidos los pacientes manejados quirúrgicamente con clavo centromedular. Estudiamos la funcionalidad con el DASH encontrando significancia en la evolución entre los dos grupos a las 4, 8 y 12 semanas a favor del método quirúrgico con clavo centromedular. Se valoró la consolidación radiográfica con la clasificación de Montoya sin encontrar significancia entre los dos grupos a las 4 semanas, pero la diferencia se hizo significativa a las 8 y 12 semanas a favor de los pacientes manejados quirúrgicamente con clavo centromedular. Respecto al grupo quirúrgico donde se usó placa DCP el abordaje anterolateral fue más frecuente y encontramos que existen más riegos de lesión nerviosa en el abordaje posterior motivo por el que es menos utilizado. Se observó un mismo patrón de evolución en pacientes manejados quirúrgicamente con placa DCP independientemente
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