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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS REMOCIÓN DE SEMILLAS EN PAISAJES TROPICALES DEFORESTADOS EN LA PORCIÓN NORESTE DE LA RESERVA DE LA BIOSFERA “LOS TUXTLAS” VERACRUZ, MÉXICO. TESIS PARA OPTAR POR EL GRADO DE: BIÓLOGO PRESENTA DANIEL DÍAZ HERNÁNDEZ TUTORA PRINCIPAL DE TESIS: M. EN C. MIRIAM SAN JOSÉ Y ALCALDE CIUDAD UNIVERSITARIA, CD.MX. NOVIEMBRE 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Hoja de datos 1. Datos del alumno Díaz Hernández Daniel 55 64 18 90 81 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 311030242 2. Propietaria tutora M. en C. Miriam San José y Alcalde 3. Propietario Dr. Gabriel Gutiérrez Granados 4. Propietaria Dra. Silvia Castillo Argüero 5. Suplente Dr. José Juan Flores Martínez 6. Suplente Dr. Hans Martin Ricker Reymann 7. Datos del trabajo escrito Remoción de semillas en paisajes deforestados en la porción noreste de la Reserva de la Biosfera “Los Tuxtlas” Veracruz, México 60 p. 2018 3 Agradecimientos Al proyecto PAPIIT-UNAM IN222816 “Ecología de Sylvilagus floridanus (Lagomopha: Leporidae) en la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria, D.F.”, a cargo del Dr. Zenón Cano Santana, por haberme brindado una beca de licenciatura/conclusión de estudios. A la M. en C. Miriam San José y Alcalde por asesorarme y apoyarme en todo momento. A la M. en Ciencias Leticia Bonilla y al M. en C. Iván Castellanos Vargas por su ayuda en la realización de los GLM. A la M. en C. Yuriana Martínez Orea y a la Dra. Silvia Castillo Argüero por sus invaluables aportes en la tesis. A Sergio Nicasio-Arzeta por la digitalización de las imágenes satelitales y el apoyo en FRAGSTAT. A la Reserva Ecológica de Nanciyaga donde me facilitaron el acceso para realizar mi muestreo. 4 Agradecimientos personales Cuando alguien me dice (no con demasiada frecuencia para llegar a presumir, pero tampoco con suficiente escasez como para pensar que es mentira) que soy bueno escribiendo, sé que es un halago que debe tomarse a la ligera. Porque si bien llevo varios años dedicado a la escritura, como un pintor a los paisajes o un poeta a su musa, en el momento importante es cuando desaparezco de escena. Como ahora, que no sé qué escribir. Personalmente me considero un mal escritor, que de cuando en cuando le salen buenas frases, y por eso la gente me considera bueno. Y hay tantas personas que quedan en el olvido, que me parece injusto no dedicarles, al menos, unas líneas. Gracias a todas y todos que, en algún momento me dejaron un poco de sí mismos y me marcaron. Gracias por las risas, los llantos y los enojos. Gracias a todas aquellas que se marcharon sin decir una palabra y se llevaron, en gran parte, lo mejor de mí. Gracias por los malos y buenos momentos. Aún me quedan un montón de sueños que cumplir, y soy tan consiente de que no tengo la mínima idea de qué hacer después de esto, que me aterra. A veces, y sólo a veces, cuando la felicidad no llega a la puerta, debes tomar un puñado de sueños, tu mochila y salir a buscarla… A mis padres, que siempre me animaron y me apoyaron en todo, hasta el día de hoy. Sin duda, mis ejemplos de vida. Y aun con una mala salud de hierro, me quedan un puñado de amigos que, sin duda, hacen un poquito mejor mi vida: Ilan, Brenda, Valeria, Ana, Alejandra, Miguel, el otro Miguel, Ann, Edith, Cindie, Oti, Gustavo, Leti, Yuriana, Claudia, Ale, Yas… si he olvidado a alguien, lo lamento de antemano: la vida me ha tratado demasiado bien, pero soy un desagradecido. 5 ÍNDICE RESUMEN .............................................................................................................. 6 SUMMARY .............................................................................................................. 8 I. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 9 1.1. Impacto humano en los ecosistemas tropicales ......................................... 9 1.2. La defaunación y sus efectos sobre las interacciones ............................. 10 1.3. Remoción de semillas en paisajes deforestados y defaunados ............... 12 1.4. El paisaje y su escala ............................................................................... 14 1.5. Justificación .............................................................................................. 16 1.6. Objetivos, Hipótesis y Predicciones ......................................................... 17 II. MÉTODOS ...................................................................................................... 18 2.1 Área de estudio ........................................................................................ 18 2.2. Sitios de estudio ....................................................................................... 19 2.3. Especies de estudio ................................................................................. 21 2.4. Remoción de semillas .............................................................................. 23 2.5. Análisis estadísticos ................................................................................. 25 III. RESULTADOS ............................................................................................... 27 3.1. Cobertura forestal y escala del efecto ...................................................... 27 3.2. Remoción de semillas .............................................................................. 28 3.3. Efecto del porcentaje de cobertura forestal sobre la remoción de semillas 30 3.4. Relación entre la masa de las semillas y su remoción ............................. 35 IV. DISCUSIÓN .................................................................................................... 36 4.1. El efecto de la cobertura forestal sobre la remoción de semillas .............................................................................................................. 36 4.2. Remoción y destino de las semillas ......................................................... 39 4.3. Diferencias entre especies ....................................................................... 41 4.4. Depredación de semillas .......................................................................... 44 V. CONCLUSIÓN ................................................................................................ 46 5.1. Perspectivas de estudio y recomendaciones ........................................... 47 VI. LITERATURA CITADA .................................................................................. 48 I. ANEXO ........................................................................................................... 58 6 RESUMEN Las actividades humanas causan defaunación y deforestación de los bosques tropicales, afectando diversos procesos ecológicos e interacciones planta - animal. Hasta la fecha, no sabemos cómo la pérdida de hábitat a escala de paisaje afecta la remoción de semillaspor vertebrados. El objetivo de este trabajo es evaluar los efectos de la cobertura forestal sobre la remoción de semillas de tamaño grande en paisajes tropicales deforestados en Los Tuxtlas, Veracruz. Si la cobertura forestal favorece la presencia de vertebrados, se espera una relación positiva entre la cobertura forestal y la remoción de semillas. Se recolectaron, perforaron y marcaron 1,080 semillas de Omphalea oleifera, Clarisia biflora y Nectandra ambigens (360 semillas de cada especie). En el centro de nueve fragmentos focales se colocaron 10 estaciones con 4 semillas de cada especie (12 semillas). Las estaciones fueron revisadas durante 30 días y se registró el destino de cada semilla: intacta, removida (depredada ex-situ, dispersada, desconocido). Alrededor de cada fragmento focal, se obtuvo el porcentaje de cobertura forestal (PCF) en 11 áreas circulares entre 50 y 1,000 ha, para identificar la “escala del efecto” del porcentaje de cobertura forestal sobre cada variable de respuesta. Del total de semillas colocadas, 46.6% fueron removidas; siendo N. ambigens la especie con mayor remoción (56.7%). El porcentaje de cobertura forestal tuvo un efecto negativo sobre la depredación y remoción de O. oleifera; no tuvo un efecto significativo en la remoción, dispersión y depredación de C. biflora y N. ambigens. Una amplia gama de factores, tales como la abundancia y morfología de las semillas, y variaciones temporales en la abundancia y distribución de vertebrados removedores, pueden estar influyendo en la remoción de semillas de C. biflora y N. ambigens, no únicamente el porcentaje de cobertura forestal. Sin embargo, O. oleifera, quizás debido a su testa dura y metabolitos secundarios, podría ser una especie que es consumida sólo ante la escasez de recursos en paisajes con bajo porcentaje de cobertura forestal. En conclusión, el porcentaje de cobertura forestal afecta las interacciones entre plantas y animales, sin embargo, éstas dependen de las características de las especies. Este estudio ayuda a reforzar la importancia de la conservación de cobertura forestal 7 en el paisaje para el mantenimiento de los procesos ecológicos en bosques tropicales fragmentados. 8 SUMMARY Tropical forests are defaunated and deforested due to human activities, potentially affecting ecological processes such as seed dispersal. To date, we do not know how habitat loss affects seed removal by vertebrates. The main objective of this work is to evaluate the effect of habitat loss on large seed removal in deforested tropical landscapes in Los Tuxtlas, Veracruz. I think exists a positive relationship between forest cover and seed removal by the presence of dispersers. A total of 1,080 seeds of Omphalea oleifera, Clarisia biflora and Nectadra ambigens were collected, perforated, and marked (360 for each one). In the center of nine focal fragments, I placed 10 stations with four seeds per species (12 seeds per station). Stations were checked for 30 days and the fate of the seeds was recorded: intact, removed (predated, dispersed, unknown). Surrounding each fragment, I calculated the percentage of forest cover (PFC) in 11 circular buffers (50 – 1,000 ha) and obtained the landscape size at which percentage of forest cover is more related to response variables (i.e. the “scale of effect”). I found 46.6% of seeds removed and the most removed species was N. ambigens (56.7%). Predation and removal of O. oleifera showed was negatively related to forest cover; removal, predation and dispersal of C. biflora and N. ambigens didn´t show a significant relation to forest cover. Predation and removal decreased along with forest cover in O. oleifera. Several factors can affect seed removal of C. biflora and N. ambigens, such as abundance, morphology and temporal variations on distribution and abundance of removal vertebrates, not just the percentage of forest cover. A negative relation of the percentage of forest cover with O. oleifera may mean that this seed is only consumed and removed when there are few resources in the landscape; also, it has a hard cover and secondary chemical compounds that might affect, too. This study demonstrates the importance of habitat amount for the maintenance of ecological processes in tropical fragmented forests. 9 I. INTRODUCCIÓN 1.1. Impacto humano en los ecosistemas tropicales Desde hace 10 mil años, las actividades humanas han transformado los paisajes terrestres y, por ende, la pérdida de cobertura vegetal (Velázquez et al., 2002; Gardner et al., 2009; Ellis, 2013). Este proceso de transformación se intensificó durante los últimos dos siglos, producto de la cuadruplicación de la población humana y del consecuente incremento en la demanda de bienes y servicios (Bustamante y Grez, 1995; Velázquez et al., 2002; Gibbs et al., 2010). Como consecuencia de esta transformación, la biodiversidad y su papel en los procesos ecológicos han sido afectados (e.g. la dispersión de semillas, la polinización y la depredación), amenazando así el mantenimiento e integridad de los ecosistemas (Cayuela, 2006). Achard et al. (2002) estimaron que durante el periodo de 1990 a 1997, se perdió anualmente más del 2.5% de bosque tropical en el mundo. Esto es muy preocupante, ya que los bosques tropicales son los ecosistemas más diversos y poseen una amplia gama de interacciones planta–animal (Bustamante y Grez, 1995; Velázquez et al., 2002; Mendoza y Dirzo, 2007). En los bosques tropicales se encuentra aproximadamente 70% de las especies terrestres, tanto animales como vegetales de todo el mundo (Cayuela, 2006; Gibbs et al., 2010). La gran diversidad de organismos que contienen estos bosques ofrece una amplia variedad de bienes como: alimentos, materiales de construcción y especies ornamentales (Velázquez et al., 2002; Balvanera, 2012). Además, los bosques tropicales proporcionan servicios ecosistémicos como: almacenamiento de carbono, captación de agua, mantenimiento del suelo, regulación de los caudales de ríos y hábitat para la vida silvestre (Cayuela, 2006; Gibbs et al., 2010; Balvanera, 2012). También, los bosques tropicales tienen un papel fundamental en la regulación del clima a través de la captación de carbono y la regulación de la temperatura y de la humedad (Balvanera, 2012). De igual 10 manera, los bosques tropicales proporcionan servicios culturales y ecoturísticos (Balvanera, 2012). Actualmente, la agricultura y ganadería son de las actividades humanas con mayor impacto en la deforestación de los bosques tropicales (Bustamante y Grez, 1995; Velázquez et al., 2002; Gibbs et al., 2010). Durante las décadas de 1980 y 1990, en las regiones tropicales se destinaron 100 millones de hectáreas a la agricultura, principalmente para el cultivo de arroz, soya, maíz y palma de aceite; lamentablemente, el 55% de estas hectáreas eran áreas con bosques intactos y 28% eran bosques con algún tipo de disturbio (Gibbs et al., 2010). Estos procesos de cambio de uso de suelo y de pérdida de hábitat representan la principal amenaza en la conservación de la biodiversidad (Hill y Hamer, 2004; Santos y Tellería, 2006; Galetti y Dirzo, 2013). La deforestación o pérdida de hábitat puede ocasionar la fragmentación o reducción de segmentos continuos de bosque (Fahrig, 2003). Así se originan paisajes con diferente cantidad de hábitat contenida en fragmentos más o menos aislados de distintos tamaños. Esto puede reducir la diversidad de las comunidades, interrumpir el flujo génico, aumentar las extinciones locales, alterar los ciclos biogeoquímicos e hidrológicos y cambiar el microclima (Velázquez et al., 2002; Galindo, 2007; Gardner et al., 2009; Galetti y Dirzo, 2013; García, 2014). Además, la consecuente disminución de la diversidadpresente en los ecosistemas tropicales provoca la pérdida de interacciones entre las especies (Velázquez et al., 2002; Gardner et al., 2009; Galetti y Dirzo, 2013; García, 2014). 1.2. La defaunación y sus efectos sobre las interacciones Las actividades humanas como: la urbanización, la deforestación etc. (Culot et al., 2013; Poulsen et al., 2013) traen como consecuencia una reducción o pérdida de las poblaciones de animales en una comunidad (Giacomini y Galetti, 2013; Kurten, 2013; Dirzo et al., 2014). Se ha estimado que aproximadamente se declaran extintas anualmente 52 especies de mamíferos, aves y anfibios; y entre el 16% y el 33% de los vertebrados se encuentran amenazados en el mundo (Dirzo et al., 2014; 11 Hoffmann et al., 2010). Se calcula que de todas las especies existentes, 41% de los anfibios, 17% de las aves y el 22% de todos los mamíferos medianos y grandes se encuentran amenazados (Hoffmann et al., 2010; Galetti y Dirzo, 2013; Dirzo et al., 2014). La defaunación no afecta a todos los organismos de la misma manera, ya que los grandes vertebrados (i.e., aquellos >3 kg) son especialmente sensibles a la extinción debido a sus características biológicas: poseen amplias áreas de actividad, baja fecundidad y alcanzan la madurez sexual a una mayor edad y por otro lado son especies carismáticas en la cacería (Bustamante y Grez, 1995; Cagnolo y Valladares, 2011; Giacomini y Galetti, 2013; Kurten, 2013; Poulsen et al., 2013; Dirzo et al., 2014). Por esta razón, los elefantes, grandes primates, pecaríes y tapires son los primeros organismos en perecer en bosques tropicales lluviosos (Giacomini y Galetti, 2013). La ausencia de estos organismos puede provocar cambios drásticos en el ambiente, por lo que podrían ser catalogados como especies clave o ingenieros ecosistémicos (Brodie y Giordano, 2013; Giacomini y Galetti, 2013; Reider et al., 2013; Dirzo et al., 2014). Asimismo, los depredadores tope, los herbívoros y los dispersores de semillas tienen una gran importancia en el funcionamiento de los ecosistemas (Kurten, 2013). La pérdida de especies altera los procesos ecológicos en los que los animales están involucrados (e.g., depredación y dispersión de semillas) (Kurten, 2013; Poulsen et al., 2013; Dirzo et al., 2014). En especial, los grandes vertebrados son capaces de recorrer grandes distancias y facilitar el flujo génico entre poblaciones de plantas, por lo que su ausencia modifica la distribución espacial de éstas (Vidal et al., 2013; Dirzo et al., 2014). Además, los cambios en estos procesos pueden desencadenar efectos en cascada sobre la composición, la diversidad, la regeneración y la estructura de las comunidades vegetales (Beck et al., 2013; Poulsen et al., 2013; Reider et al., 2013). Por otro lado, también una disminución en la abundancia de las especies animales de mayor tamaño puede provocar cambios en las presiones de competencia y depredación, y favorecer la proliferación de especies de menor tamaño granívoras, como los roedores (Wright, 2003), y estos 12 pueden aumentar la depredación de semillas y evitar el reclutamiento de éstas (Galetti y Dirzo, 2013; Reider et al., 2013). 1.3. Remoción de semillas en paisajes deforestados y defaunados Entre el 50% y el 75% de las especies leñosas en bosques tropicales son dispersadas por animales, en especial por aves y mamíferos (Howe y Smallwood, 1982; Dalling, 2002; Kurten, 2013; Vidal et al., 2013; García, 2014). En algunos casos, solamente los vertebrados pueden dispersar las semillas, debido principalmente al tamaño de éstas, por lo que este grupo es de crucial importancia para las especies de plantas tropicales con semillas grandes (>1g) (Wenny, 2005; Gutiérrez-Granados y Dirzo, 2009; Vidal et al., 2013; Kurten, 2013). En una revisión, Kurten (2013) encontró que la dispersión primaria de grandes semillas (esto es, la remoción física de la semilla del árbol parental y su deposición en el suelo) es menor en bosques defaunados que en bosques con su fauna conservada. Además, la función de los grandes dispersore rara vez puede ser sustituida por organismos de menor tamaño (Galetti y Dirzo, 2013; Jorge et al., 2013; Kurten, 2013). La defaunación puede inducir a un aumento de la depredación de semillas por invertebrados y pequeños vertebrados (Beckman y Muller, 2007; Kurten, 2013; Levi y Peres, 2013). La falta de remoción de las semillas ocasiona la acumulación de éstas bajo la copa del árbol parental, donde pueden ser más propensas a depredación, por efectos densodependientes (Janzen, 1971). Además de la depredación por vertebrados, algunos escarabajos, avispas, moscas y polillas depredan las semillas grandes ya que las usan para depositar sus huevos y vivir durante su etapa larvaria (Forget, 1992; Dalling, 2002; Kurten, 2013). por lo que, el aumento de la abundancia de roedores debido a la defaunación (Wright, 2003) aumenta las presiones de depredación sobre las semillas afectando la regeneración natural y la diversidad de los bosques (Muller-Landau, 2007). 13 Diversos estudios han encontrado una relación entre el tamaño de las semillas y la remoción de éstas. Cramer et al. (2007) demostraron que la fragmentación en el Amazonas no altera la dispersión de la semilla pequeña de Bocageopsis multiflora (Annonaceae); por el contrario, sí disminuye críticamente la dispersión de la semilla grande de Duckeodendron cestroides (Solanaceae). Mendoza y Dirzo (2007) encontraron que en la estación de Chajul, Chiapas, México, había una mayor remoción y depredación de las semillas de menor tamaño en cuatro pares de semillas de diferentes especies y tamaños. Ellos colocaron trampas para mantener individuos de Heteromys desmarestianus por dos días; además, algunos fueron llevados a un laboratorio para observar la depredación de semillas: en ambos experimentos, las semillas pequeñas fueron más removidas y consumidas. Por otra parte, Ponce et al. (2013) midieron la remoción de semillas de Acacia cochliacantha, Caesalpinia cacalaco, Ipomoea wolcottiana y Senna atomaria, en tres condiciones (acceso total de la fauna, exclusión de insectos y exclusión de roedores) en un bosque tropical caducifolio de Veracruz, y encontraron que la remoción general fue menor del 30% aunque mencionan que las semillas con menor tamaño, como S. atomaria, tuvieron mayores porcentajes de remoción (50%). Además, encontraron que el tratamiento de acceso total obtuvo el mayor porcentaje de remoción (60%), y el de exclusión de insectos el menor (1%). Por otro lado, Gutiérrez-Granados y Dirzo (2009) compararon la remoción de semillas de Brosimum alicastrum en una zona con extracción forestal y otra protegida de la Zona Maya en Quintana Roo, y encontraron que existe una mayor remoción en las zonas de extracción. También mencionaron que las semillas menores a 1 cm pueden ser más consumidas en zonas de extracción, en comparación con las semillas de mayor tamaño, debido al aumento de la abundancia de roedores pequeños y una reducción de la abundancia de mamíferos de mayor tamaño. Al existir una relación inversamente proporcional entre el tamaño de la semilla y la remoción de ésta, los organismos grandes, capaces de remover semillas de mayor tamaño, son esenciales para mantener la heterogeneidad espacial en las comunidades de plantas. 14 1.4. El paisaje y su escala El paisaje puede considerarse como una superficie de terreno que puede ir desde hectáreas a unos cuantos kilómetros, generalmente con un mosaico con diferentes coberturas de suelo (Turner, 1989). Otros autores lo definen como una superficie que, por sus características particulares (e.g. su clima, orografía, tipo de cobertura) y las interacciones entre las especies dentro de cada ecosistema, es capaz de diferenciarse de otros por fronteras geográficas y naturales (Troll, 2003;Forman, 1995). La ecología del paisaje puede ser definida como: “el estudio de cómo la estructura del paisaje afecta a la abundancia y distribución de los organismos” (Fahrig, 2005). La estructura del paisaje se encuentra conformada por la composición (los diferentes tipos de coberturas que existen en el paisaje; e.g. los distintos tipos de vegetación) y la configuración (la variación o el arreglo espacial de estas coberturas) (Fahrig, 2005). Dependiendo de la estructura del paisaje, los paisajes pueden ser más o menos heterogéneos. Los estudios de paisaje comenzaron con las ideas adquiridas de la “teoría de biogeografía de Islas” (MacArthur y Wilson, 1967). Esta teoría predice que las islas de mayor tamaño, al poseer mayor cantidad de hábitat en comparación con las de menor tamaño, pueden albergar más especies de animales que las islas pequeñas. Además, las islas más cercanas al continente (fuente de individuos) también tendrán un mayor número de especies que aquellas que se encuentran alejadas. Por mucho tiempo, estas ideas dirigieron las investigaciones en paisajes fragmentados, donde los fragmentos de vegetación original eran considerados como islas. Se ha demostrado ampliamente que el tamaño de un fragmento de vegetación original es importante para mantener la diversidad (Collinge, 1996; Ranta et al., 1998; Marsden et al., 2000; Pardini et al., 2005; Cristóbal-Azkarate y Arroyo-Rodríguez, 2007; Arroyo-Rodríguez y Dias, 2010). Fragmentos grandes y cercanos a otros fragmentos pueden mantener más organismos que fragmentos pequeños y aislados. Además, los animales más grandes (e.g. pecaríes, elefantes, tapires y grandes primates) requieren de grandes áreas continuas de vegetación, pues su ámbito hogareño y distancias de desplazamiento son mayores (Fahrig, 2003). Sin 15 embargo, actualmente se sabe que los fragmentos no son iguales a las islas, porque la matriz que los rodea no es totalmente inhóspita (como en el caso del agua), y permite en mayor o menor medida la dispersión de organismos (Fahrig, 2003). Por otro lado, los fragmentos de vegetación no son unidades espaciales naturales, por lo que existe un problema al delimitar las poblaciones a un solo fragmento. Fahrig (2013) propone la hipótesis de la cantidad de hábitat, la cual dice que es la cantidad de hábitat a escala de paisaje, no el tamaño de un fragmento, lo que determina la diversidad en un sitio. De acuerdo con esta hipótesis, la cantidad de hábitat en un paisaje es un mejor predictor de la abundancia y diversidad de organismos en un sitio, en comparación con el tamaño y aislamiento de un fragmento focal. Para lograr una correcta prueba de esta hipótesis, hay que delimitar correctamente el hábitat (i.e. usando mapas con las diferentes coberturas del paisaje) y tener una escala espacial adecuada (Fahrig, 2013). Hay que tener presente que, aunque generalmente el área del hábitat es el principal determinante de la diversidad de un sitio, existen factores como el efecto de la matriz, los cuales también pueden afectar la diversidad (Predevello y Vieira, 2010). La relación de una respuesta biológica a las variables ambientales depende de la escala a la cual éstas son medidas (Wiens, 1989). La extensión espacial, a la cual se mide la estructura del paisaje, puede afectar los resultados de su efecto sobre las especies (Jackson y Fahrig, 2014). Puede pasar que el efecto no se observe, si la estructura del paisaje no es medida a la escala correcta o escala del efecto (i.e. cuando existe una mayor correlación entre la estructura del paisaje y la respuesta ecológica de la especie; Jackson y Fahrig, 2014). Por lo tanto, la escala del efecto es la extensión espacial a la cual la variable explicativa del paisaje (e.g. el Porentaje de Cobertura Forestal) posee un mayor coeficiente de correlación con la variable de respuesta (Jackson y Fahrig, 2014). También puede verse como la escala apropiada a la cual la estructura del paisaje explica mejor a la variable de respuesta (Jackson y Fahrig, 2012). La importancia de la escala del efecto radica en que pueden existir estimaciones erróneas en cuanto a la percepción del fenómeno a estudiar si no se evalúa a la escala adecuada. Por ejemplo, los modelos que fallan en predecir el 16 hábitat pueden sobreestimar las distribuciones de las especies (Martin y Fahrig, 2012). Para poder encontrar la escala del efecto, se pueden comparar el efecto de la estructura del paisaje en la respuesta de la especie a diferentes escalas, usando un diseño multiescala (Fahrig, 2013). La escala del efecto es vital para las investigaciones a nivel de paisaje; Jackson y Fahrig (2014) hicieron una revisión donde, en al menos 44% de las especies de estudio no se tenía la certeza de que dentro del rango de escalas utilizado para estudiarlos estaba la verdadera escala del efecto. Además, también encontraron que más del 70% de los investigadores seleccionan las escalas de trabajo sin una justificación biológica (Jackson y Fahrig, 2014). En general los estudios del efecto de la escala del paisaje sobre la biodiversidad están poco desarrollados, y no existen estudios que la evalúen sobre procesos ecológicos como la remoción de semillas (Miguet et al., 2016; Martin 2018). 1.5. Justificación Dado que las interacciones y procesos ecológicos, como la remoción de semillas, poseen un papel importante en la estructura y composición de las comunidades y ecosistemas, en términos tanto ecológicos como evolutivos, los estudios de los efectos que tienen los disturbios sobre éstos se han incrementado (Magrach et al., 2011; Gutiérrez-Granados y Dirzo, 2009; Galetti y Dirzo, 2013; Kurten, 2013; Caughlin et al., 2014). Sin embargo, no existen estudios a escala de paisaje que evalúen la relación entre la cantidad de cobertura forestal y la remoción de semillas de tamaño grande por vertebrados. Más aún, no sabemos nada sobre la escala a la cual la cobertura forestal afecta a este proceso ecológico. Para comprender cómo la deforestación afecta los procesos que determinan la composición y estructura de las comunidades (e.g., dispersión y depredación de semillas), es necesario realizar estudios multiescalares de paisaje. Esta información es importante para el planteamiento de estrategias de conservación eficientes de las biotas regionales, las cuales dependen del mantenimiento de los remanentes de vegetación natural en los paisajes fragmentados (Bustamante y Grez, 1995; Cagnolo y Valladares, 2011). 17 1.6. Objetivos, Hipótesis y Predicciones El objetivo general de este trabajo es conocer los efectos de la pérdida de cobertura forestal sobre la remoción de semillas de tamaño grande (>1 g) en paisajes tropicales deforestados en Los Tuxtlas, Veracruz. Los objetivos particulares son los siguientes: 1) Identificar el destino y diferencias en la remoción entre las tres especies de estudio (Omphalea oleifera, Clarisia biflora y Nectandra ambigens): dispersada, depredada, intacta o desconocida. 2) Identificar a qué escala y cómo afecta el porcentaje de cobertura forestal a la cantidad de semillas grandes dispersadas, depredadas o removidas (dispersadas, depredadas y/o desconocidas). 3) Identificar los grupos de fauna responsable de la remoción de semillas grandes en esta región. Las hipótesis y predicciones son las siguientes: 1) El porcentaje de cobertura forestal se relaciona positivamente con la cantidad de fauna, responsable de la remoción de semillas (Andrén, 1994). De acuerdo con ello, se espera que en paisajes con mayor porcentaje de cobertura forestal remanente haya mayor cantidad de fauna, y entonces exista un mayor número de semillas removidas en comparación con paisajes con menor cobertura. 2) Debido a la defaunación en paisajes deforestados, varios depredadores de semillas (e.g., roedores) pueden incrementar sus abundancias(Wright, 2003). De acuerdo a esto, se espera que una mayor proporción de semillas grandes sean depredadas en paisajes con menor cobertura forestal. 3) Debido a que la masa de las semillas puede influir en su transporte (Dalling, 2002), se espera que las semillas más pesadas (Omphalea oleifera) sean menos removidas en los paisajes con menor cobertura forestal, debido a la ausencia de mamíferos de mediano y gran tamaño. 18 II. MÉTODOS 2.1. Área de estudio La región de Los Tuxtlas (Figura 1) se compone por una serie de montañas de origen volcánico, y está ubicada en la costa del Golfo de México, en Veracruz (18°00’ a 18°43’ N y 94°40 a 95°30’ O) (Soto y Gama, 1997). La parte de la Sierra de Los Tuxtlas que va desde nivel de mar hasta los 700 m poseía bosque tropical perennifolio como vegetación predominante, pero ésta fue siendo reemplazada por zonas de cultivos y potreros (Guevara et al., 1994). Las formaciones volcánicas más conocidas de esta región son el volcán San Martín y el volcán Santa Marta, ambos con una altitud cercana a los 1,650 m, separados por el lago de Catemaco (Dirzo y García, 1992). En la región de Los Tuxtlas predominan dos tipos de climas, conforme a la clasificación climática de Köppen: húmedo tropical (tipo A) en elevaciones bajas y medias, y húmedo con inviernos templados (tipo C) en elevaciones altas (Gutiérrez-García y Ricker, 2010). El promedio de la temperatura media anual en los últimos 30 años, varió de 24.1 a 27.2 ºC, y la precipitación anual de 1272 a 4201 mm (Gutiérrez-García y Ricker, 2010). Esta región comparte aproximadamente el 70% de su flora con Centroamérica y un 30% con Sudamérica (Castillo y Laborde, 2004). Los tipos de vegetación presentes en la región se dividen en seis: bosque tropical perennifolio, bosque mesófilo de montaña, bosque templado de coníferas, pastizal, vegetación acuática y subacuática y vegetación secundaria. Además de existir en la región cultivos de mango, aguacate, cítricos, café, caña, maíz, calabaza, sandía y tabaco, también existen potreros con y sin árboles, y zonas urbanas (Castillo y Laborde, 2004). El cambio de uso de suelo, en conjunto con otros factores, como la cacería, han resultado en una defaunación importante en la región de Los Tuxtlas. Coates- Estrada y Estrada (1985; 1986), llevaron a cabo un registro de la fauna presente en la región, encontrando 31 especies de mamíferos terrestres. Más recientemente, Flores et al. (2014) realizaron un fototrampeo en la Estación de Biología Tropical de 19 Los Tuxtlas, Veracruz, y encontraron únicamente 17 especies de mamíferos terrestres. Aun así, de los mamíferos registrados recientemente, al menos 12 especies se alimentan de frutos o semillas (e.g., el serete Dasyprocta mexicana, el tejón Nasua narica, el tepezcuintle Cuniculus paca, la ardilla chica Sciurus deppei y el pecarí de collar Pecari tajacu), lo que nos indica que aún hay frugívoros y granívoros en la región. Figura 1. Imagen satelital de la región de Los Tuxtlas. Se observa la cabecera municipal de Catemaco y el lago de Catemaco. Están marcados en amarillo los nueve sitios de estudio. 2.2. Sitios de estudio Se trabajó en nueve sitios de bosque tropical perennifolio maduro, ubicados en la región noreste de Los Tuxtlas (Figura 1): ocho fragmentos en las localidades de Balzapote, La Palma, Dos Amates, Coyame y Tebanca, y el noveno sitio dentro de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas (UNAM). Los ocho fragmentos están completamente aislados de otros remanentes, tienen áreas menores a 100 ha y una separación entre ellos de al menos 3 km, para asegurar la independencia entre paisajes (Eigenbrod et al., 2011). Alrededor de cada uno de los fragmentos la matriz está compuesta principalmente por pastizales para ganadería o potreros. 20 Se usaron imágenes satelitales (SPOT5, 2012; resolución = 2.5 × 2.5 m) y el programa QGIS 2.18.12 para clasificar la composición del paisaje en 11 áreas circulares (de 50 a 1000 ha; Figura 2) alrededor de cada fragmento focal. Las coberturas de uso de suelo identificadas fueron: potrero, bosque primario, bosque secundario, vegetación riparia, agua, poblado, cultivos temporal y arbóreo. Posteriormente, con el programa FRAGSTAT (http://www.umass.edu/landeco/research/fragstats/downloads/fragstats_downloads .html), se cuantificaron los porcentajes de las diferentes coberturas de uso de suelo para cada uno de los buffers. Para el porcentaje de cobertura forestal, se utilizó la suma del porcentaje de bosque primario y de bosque secundario. Figura 2. Ejemplo de un fragmento focal y el paisaje circundante. Los colores corresponden a la clasificación de las coberturas de uso de suelo. Los círculos representan las 11 áreas circulares en las cuáles se obtuvo la cantidad de cobertura forestal (de 50 a 1,000 ha). 21 2.3. Especies de estudio Se utilizaron las semillas de tres especies de árboles característicos de la vegetación primaria de la región de Los Tuxtlas (Omphalea oleifera, Clarisia biflora y Nectandra ambigens) (Figura 3), las cuales son consideradas semillas grandes (>1g) (Wenny, 2005; Gutiérrez-Granados y Dirzo, 2009). A continuación, se da una breve descripción de cada una de las especies. Omphalea oleifera Hemsl. (Euphorbiaceae), conocida comúnmente como corcho en Veracruz y mano de león en Oaxaca, es un árbol del subdosel o del dosel y puede llegar a medir hasta 30 m. Sus ramas son utilizadas para la producción de cercas vivas. Los árboles son monoicos y las flores son pequeñas; éstas carecen de pétalos y no se conocen polinizadores (Dirzo y Mota, 1997). El fruto es una baya de color verde, esférica, lisa y glabra, con tres o cuatro semillas (Ibarra-Manríquez et al., 2015). Esta especie posee semillas lisas y de forma elipsoide con una testa dura de color pardo oscura, que miden de 2.5 a 3 cm de largo por 2 a 3 cm de ancho. Su fructificación es de marzo a octubre, y su síndrome de dispersión es la barocoria (La estructura de dispersión es el fruto; el de posdispersión es la semilla) (Sánchez- Coronado et al., 2007; Ibarra-Manríquez et al., 2015). Nectandra ambigens (S.F. Blake) C.K. Allen (Lauraceae) también es conocida como laurel. Se trata de un árbol del dosel que se distribuye desde México hasta Guatemala y Honduras. Puede llegar a medir hasta 35 m y más de 1 m de diámetro por encima del contrafuerte. Las semillas de N. ambigens poseen un embrión pequeño con endospermo suave, de color rosa (Dirzo et al., 1997). El fruto es una baya negra, elipsoide, con la superficie glabra y con un mesocarpo amarillo; contiene una sola semilla, que tiene forma ovada de color café claro, y mide en promedio 1.6 cm de diámetro y 2.4 cm de largo (Rodríguez et al., 2009; Ibarra- Manríquez et al., 2015). Estas semillas pertenecen al grupo de semillas recalcitrantes por su rápida germinación y su gran contenido de humedad. Poseen cuatro depredadores principales: el curculiónido Heilipus albomaculatus y el escolítido Pagiocerus frontalis, además de monos aulladores y tucanes (Dirzo et al., 1997). Su fructificación es de agosto a noviembre, y sus principales síndromes de 22 dispersión son barocoria y zoocoria (La estructura de dispersión es el fruto; el de posdispersión es la semilla) (Rodríguez et al., 2009; Ibarra-Manríquez et al., 2015). Clarisia biflora Ruiz & Pav. (Moraceae) también es conocida como lechillo. Es un árbol dioico que mide de 15 hasta 25 m de altura, posee hojas simples y alternas, tiene flores pistiladas verdes, que se encuentran siempre en pares, y el fruto es una baya color rojizo. Cada fruto posee una semilla; el endocarpo de la semilla es cilíndrica, de color pardo con manchas amarillas, lisa y opáca, la cual mide en promedio 1.7 cm de diámetro y 2.1 cm de largo (Ibarra-Manríquez et al., 2015). Su fructificaciónes de junio a julio y sus principales síndromes de dispersión son barocoria y zoocoria (La estructura de dispersión es el fruto; el de posdispersión es el endocarpo) (Ibarra y Sinaca, 1996; Ibarra-Manríquez et al., 2015). Figura 3. Semillas marcadas de las tres especies de plantas utilizadas: (A) Nectandra ambigens, (B) Clarisia biflora y (C) Omphalea oleifera. Se muestras las medidas promedio de las tres semillas obtenidas a partir de la medición de 50 semillas por especie. Cada una fue perforada y atada a una cuerda naranja fluorescente, para permitir su búsqueda en el suelo del bosque. 23 2.4. Remoción de semillas En julio de 2016, en la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas y alrededores, se recolectaron 360 semillas de cada una de las tres especies que forman parte de este estudio (1,080 semillas en total). Una muestra de 50 semillas de cada especie fue medida (largo y ancho) y pesada. Se perforó cada semilla con ayuda de un taladro en un extremo, excepto con Omphalea oleifera, cuya textura lisa impidió que se lograra esto, por lo que estas semillas fueron perforadas en la parte central. Se cortaron cordeles de 40 cm de “cola de rata”, color naranja fluorescente y trozos de cinta roja de entre 20 y 30 cm (Figura 3). Un extremo de cada cordel se ató a un trozo de cinta roja, mientras que el otro se amarró a la semilla. En cada trozo de cinta roja se anotó la especie de la semilla y el número de estación por fragmento (fueron 10 estaciones en total en cada uno de los fragmentos). Este método es utilizado ampliamente en experimentos de remoción en campo (Forget, 1992; Kuprewicz, 2012). El uso de cintas y cuerdas para marcar las semillas parece no afectar este tipo de estudios según Forget y Wenny (2005), quienes hicieron una revisión acerca de los métodos para poder medir la remoción y destino de las semillas. Sin embargo, ellos también mencionan que el realizar un agujero con taladro puede facilitar la depredación por hormigas y escarabajos. En cada sitio de estudio se colocaron 10 estaciones, con 12 semillas en cada estación (cuatro semillas por cada especie), con al menos 20 m de separación entre cada una de las estaciones, y también un mínimo de 20 m de distancia al borde más cercano en los fragmentos más pequeños. Cada estación fue georreferenciada y se colocó una marca en un árbol cercano a ésta para encontrarla en cada visita. Después de 3, 6, 10, 15, 20 y 30 días de la colocación de las estaciones en cada fragmento, se revisaron y contaron las semillas; en caso de faltar alguna, se buscó en un radio de aproximadamente 20 m. Posteriormente se clasificaron en: 1) dispersadas (que se hayan movido al menos 30 cm de la estación y se encontraran intactas), 2) depredadas, 3) desconocido CC (cuando no se encontraba la semilla, pero si el cordel) y 4) desconocido SC (en caso de que ni la semilla ni el cordel se encontraran). Cabe mencionar que todas las semillas que fueron movidas de la 24 estación, sin importar su destino (e.g. depredada, dispersada o desconocida), fueron consideradas dentro de la categoría de removidas. Esto es importante, debido a que las semillas depredadas dentro de la estación no fueron consideradas como removidas y, por ende, no entraron en los análisis estadísticos sobre semillas removidas. Las semillas que eran depredadas, dispersadas, o de las cuales únicamente se encontraba el cordel, fueron recogidas. Al final de los 30 días, se recogieron todas las semillas que quedaron intactas, así como las cintas que marcaban cada estación. Las semillas que fueron encontradas depredadas (parcialmente), se guardaron en bolsas, y fueron revisadas posteriormente. Se analizaron las marcas que existían en las semillas, para así determinar qué organismo las habían depredado. Si existían marcas de dientes, se infería que se trataba de un mamífero; si se notaba una marca triangular (pico), se trataba de aves, y en caso de distinguirse agujeros pequeños se determinó como depredación por invertebrados (Figura 4). 25 Figura 4. Los tres tipos de marcas de depredación, encontrados en las semillas colocadas en fragmentos de bosque tropical perennifolio en Los Tuxtlas. (A) Muestra con marcas de dientes de mamífero, (B) muestra con marcas de perforación de pico de un ave, y (C) se encuentra depredada por invertebrados, quienes hacen un orificio en la semilla y la comen por dentro. 2.5. Análisis estadísticos Para obtener la escala del efecto (i.e., el tamaño del paisaje más adecuado para medir el efecto de la cobertura forestal sobre las variables de respuesta), se realizaron correlaciones entre los 11 porcentajes de cobertura forestal calculados para cada área circular y las variables de respuesta (abundancia de removidas, depredadas y dispersadas) para cada especie. Por ejemplo, la remoción total Nectandra ambigens fue de 204 semillas (ver Anexo, Tabla 2); fue este número el que se correlacionó con los 11 porcentajes que proporcionó FRAGSTAT (ver Anexo, Tabla 1). Una vez hechas las 11 correlaciones, se seleccionó el número más grande, que indica una mayor correlación, sin importar si era negativo o positivo; en el caso de N. ambigens fue de -0.17, el cual corresponde al porcentaje de cobertura 26 forestal de 300 ha, la que sería la escala del efecto únicamente para la remoción de esta especie. Es decir, se utilizaron los valores de cobertura forestal del área circular con el mayor valor de coeficiente de correlación (Jackson y Fahrig, 2014). Se realizó un modelo lineal generalizado con distribución tipo Poisson (GLM), para determinar si existen efectos en los diferentes tipos de remoción de semillas (variables dependientes) según la especie (variable categórica) y según el porcentaje de cobertura forestal en el paisaje (variable explicativa). Esta elección fue debido a que la regresión Poisson se aplica cuando una variable dependiente Y (abundancia de semillas) son datos de conteo que dependen de una variable explicativa Xi (porcentaje de cobertura forestal), de manera que los valores esperados de Y con respecto a un grupo de valores Xi se aproximen mediante una distribución Poisson (Santana, 2017). De igual manera, y con la finalidad de obtener robustez en el resultado, se hicieron regresiones lineales simples y transformando los datos mediante raíz cuadrada para contrastar los resultados con los obtenidos por el GLM. Se obtuvieron los coeficientes de correlación b0 y b1 en todos los casos para graficar las regresiones. Finalmente, para conocer si existía una relación inversamente proporcional entre el tamaño de la semilla y la cantidad de remoción de esta, se hicieron correlaciones entre el número de semillas removidas y la masa de las semillas (un total de 50 semillas por especie fueron medidas y pesadas antes del inicio del experimento). Los análisis estadísticos fueron llevados a cabo con el programa Excel y R-project (versión 2.12.2). 27 III. RESULTADOS 3.1. Cobertura forestal y escala del efecto La cobertura forestal varió altamente entre paisajes y entre áreas circulares. El paisaje con mayor cantidad de cobertura forestal en el buffer más grande (1,000 ha) fue la Estación de Biología (55.1%) y el que menos tuvo fue Tebanca (3.29%). En casi todos, excepto un fragmento (Germán), hubo un mayor porcentaje de cobertura forestal (PCF) en las áreas circulares de 50 ha que en las otras 10 áreas circulares (ver Anexo, Tabla 1). En todos los paisajes la variación más grande del PCF fue de las 50 a las 100 ha, exceptuando la Estación de Biología, cuya mayor variación fue entre el buffer de 100 y 200 ha (ver Anexo, Tabla 1). La escala del efecto del PCF (es decir, la escala en la cual el PCF tiene un mayor efecto sobre la variable dependiente) sobre la remoción, dispersión y depredación de semillas fue entodos los casos menor a 400 ha. Para la remoción total de semillas de las tres especies juntas, la escala del efecto fue 300 ha. La remoción y la depredación tuvieron la misma escala del efecto (50 ha para Clarisia biflora, 300 ha para Nectandra ambigens y 400 ha para Omphalea oleífera). La escala del efecto para la dispersión de semillas fue la misma para las tres especies (100 ha) (ver Anexo, Tabla 1). Tabla 1. Porcentaje de cobertura forestal en un buffer de 300 ha. Se muestra la remoción de semillas de las tres especies en cada uno de los nueve fragmentos Fragmento Porcentaje de cobertura forestal (PCF) a 300 ha Semillas removidas de Nectandra ambigens Semillas removidas de Clarisia biflora Semillas removidas de Omphalea oleifera Número total de semillas removidas Tebanca 9.4 25 23 15 63 Dos Amates 11.9 37 40 23 100 Chencho 18.7 32 32 17 81 Balzapote 28.5 8 1 1 10 Coyame 29.5 33 26 13 72 Nanciyaga 30.8 20 6 12 38 Germán 31.5 10 8 8 26 Jicacal 35.5 12 22 21 55 Estación de Biología 74.9 27 27 4 58 28 3.2. Remoción de semillas De las 1080 semillas que se colocaron en total, 811 (75.1%) tuvieron alguna interacción con algún animal (depredada, dispersada, desconocida CC y desconocida SC) y 269 (24.9%) se mantuvieron intactas durante los 30 días del monitoreo. El destino más frecuente fue la depredación (383 semillas) y el menos frecuente fue la dispersión (118 semillas) (Figura 4). Del total de semillas, 503 (46.6%) fueron removidas. La especie que más fue removida fue Nectandra ambigens con 204 semillas, seguida por Clarisia biflora (185) y por último Omphalea oleifera (114) (ver Anexo, Tabla 2). En cuanto a la remoción, durante todo el monitoreo las tres especies tuvieron una mayor remoción en los primeros tres días (Figura 5). Posteriormente, disminuyó la remoción paulatinamente a lo largo del tiempo de manera similar para las tres especies (Figura 5). Figura 4. Número de semillas depredadas, dispersadas y con destino desconocido (CC=Se encontró sólo es cordel sin semilla; SC=No se encontró ni la semilla ni el cordel) en cada uno de los nueve paisajes ubicados en la zona noreste de Los Tuxtlas, Veracruz. Los paisajes se encuentran acomodados de menor a mayor porcentaje de cobertura forestal. 29 Figura 5. Remoción de semillas de tres especies de árboles (C. biflora, N. ambigens y O. oleifera) a lo largo de 30 días en nueve paisajes fragmentados de bosque tropical perennifolio. De las 383 semillas depredadas, 227 fueron por invertebrados, 147 por mamíferos y 9 por aves (Tabla 2). La especie más depredada fue Omphalea oleifera con 219 semillas, seguida de Nectandra ambigens con 86 y por último Clarisia biflora con 78 semillas (Tabla 2). De las 383 semillas depredadas, 308 no fueron movidas de su estación (10 estaciones con 12 semillas por fragmento), por lo que éstas fueron excluidas del análisis sobre semillas removidas. Tabla 2. Número total de semillas depredadas de cada especie de estudio y el grupo de depredador al que fueron asociadas (mamíferos, aves e invertebrados). Especie/Semillas depredadas Mamíferos Aves Invertebrados Total general Clarisia biflora 65 (83.3%) 1 (1.3%) 12 (15.4%) 78 Nectandra ambigens 73 (84.9%) 7 (8.1%) 6 (7%) 86 Omphalea oleifera 9 (4.1%) 1 (0.4%) 209 (95.4%) 219 Total general 147 9 227 383 30 3.3. Efecto del porcentaje de cobertura forestal sobre la remoción de semillas El fragmento con mayor remoción fue Dos Amates, donde se removieron 100 de las 120 semillas; en este paisaje se obtuvo un porcentaje de cobertura forestal (PCF) de 11.9%. En el otro extremo, Balzapote tuvo la menor remoción con 10 semillas, con un PCF de 28.5%. El paisaje que tuvo más PCF fue el de la Estación de Biología con 74.9% y 58 semillas removidas (Tabla 1). El análisis del GLM de la remoción de semillas mostró que existe un efecto negativo significativo por parte del PCF sobre Omphalea oleifera (z =-3.31, p< 0.001); no hubo un efecto significativo sobre Clarisia biflora y Nectandra ambigens (Tabla 4). En cuanto a la dispersión, no hubo un efecto significativo por parte del PCF sobre la dispersión de ninguna especie (Tabla 4). Por último, hay un efecto negativo significativo por parte del PCF sobre la depredación de O. oleifera (z =-3.5, p<0.001) (Tabla 4). Aunque en las nueve gráficas de la Figura 6 existen similitudes entre los tres métodos de regresión que se usaron (regresión simple, regresión con trasformación de raíz cuadrada y GLM), los coeficientes de correlación que arrojó la regresión con transformación de raíz cuadrada fueron los más parecidos con respecto a los arrojados por el GLM (Tabla 4). Tabla 4. GLM de cada una de las tres especies en tres destinos diferentes (Remoción, Depredación y Dispersión) con respecto al PCF correspondiente a la escala del efecto. Además, se encuentra b0 y b1 como los coeficientes de correlación por cada uno de los tres tipos de regresiones que se realizaron en modo de comparación (GLM, regresión simple y regresión con transformación de raíz cuadrada). El error estándar se encuentra representado como E.e. Depredación Nectandra ambigens Estimado± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 1.76 ± 0.36 4.9 (>0.001) b0 = 5.2 b0 = 2.1 PCF (b1) -0.02 ± 0.01 -1.54 (0.12) b1 = -0.06 b1 = -0.01 Clarisia biflora Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 1.51 ± 0.49 3.1 (0.002) b0 = 3.97 b0 = 1.96 PCF (b1) -0.01 ± 0.008 -1.41 (0.16) b1 = -0.03 b1 = -0.01 31 Omphalea oleifera Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 2.61 ± 0.43 6.1 (>0.001) b0 = 5.36 b0 = 2.38 PCF (b1) -0.08 ± 0.02 -3.5 (>0.001) b1 = -0.1 b1 = -0.04 Dispersión Nectandra ambigens Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 1.28 ±0.38 3.34 (>001) b0 = 3.03 b0 = 1.77 PCF (b1) 0.006 ±0.005 1.07 (0.28) b1 = 0.05 b1 = 0.01 Clarisia biflora Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 1.89 ± 0.35 5.34 (>0.001) b0 = 6.07 b0 = 2.14 PCF (b1) -0.005 ± 0.006 -0.91 (0.36) b1 = -0.02 b1 = -0.004 Omphalea oleifera Estimado ± E.e. Valor z [ P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 0.79 ± 0.5 1.58 (0.11) b0 = 2.02 b0 =1.27 PCF (b1) 0.005 ± 0.007 0.68 (0.5) b1 = 0.02 b1 = 0.006 Remoción Nectandra ambigens Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 3.24 ± 0.17 19.22 (>0.001) b0 = 25.55 b0 = 4.9 PCF (b1) -0.002 ± 0.003 -0.79 (0.43) b1 = -0.96 b1 = -0.01 Clarisia biflora Estimado ± E.e. Valor z [P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 3.26 ± 0.17 18.73 (>0.001) b0 = 25.53 b0 = 4.95 PCF (b1) -0.004 ± 0.003 -1.46 (0.14) b1 = -0.08 b1 = -0.01 Omphalea oleifera Estimado ± E.e. Valor z [ P(>|z|)] Regresión simple Regresión con transformación de raíz cuadrada Intercepto (b0) 3.14 ± 0.19 16.62 (>0.001) b0 = 19.08 b0 = 4.37 PCF (b1) -0.02 ± 0.007 -3.31 (>0.001) b1 = -0.23 b1 = -0.04 32 '" .. E ., '" ., "t:I o ~ ., E '::1 Z '" .. E ., '" ., "t:I o ~ ., E '::1 z '" .. E ., '" ., "t:I O ~ ., E '::1 Z Remoción Clarisia biflora 50 40 • 30 • • • 20 .. • 10 • • o o 20 40 60 80 100 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Re-transformados - Regresión lineal - - GlM Remoción Nectandra ambigens40 • • • 30 • • 20 • 10 •• • o o 10 20 30 40 50 60 70 80 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GlM 25 20 15 10 5 O O Remoción Omphalea oleifera • • • • • 10 20 30 ® 50 W m w Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - GlM - Re-transformados '" '" E '" '" '" "t:I o ~ '" E ' ::1 z '" '" E '" '" '" "t:I o ~ '" E ' ::1 z '" '" E '" '" '" "t:I O ~ '" E ' ::1 Z Remoción Clarisia biflora 50 40 • 30 • • • 20 '" • 10 • • o • o 20 40 60 80 100 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Re-transformados - Regresión lineal - - GlM Remoción Nectandra ambigens 40 • • • 30 , • 20 • 10 •• • o o 10 20 30 40 50 60 70 80 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GlM 25 20 15 10 5 O O Remoción Omphalea oleifera • • • • • 10 20 30 ® ~ W m w Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - GlM - Re-transformados 33 Depredación Clarisia biflora '" 6 .. 5 • • E 4 ., 3 • '" 2 ., • • • -"t:I 1 • • = o o ~ ., E o 20 40 60 80 100 '::1 Z Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GlM 8 Depredación Nectandra ambigens • '" 6 •• .. • E 4 ., '" • ., "t:I 2 • O ~ •• -., O E '::1 O Z 20 40 60 80 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GlM Depredación Omphalea oleifera 10 '" .. • E 5 ., '" • ., • "t:I • o O ~ ., o 10 20 30 40 50 60 80 E I '::1 Z -5 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados Depredación Clarisia biflora '" 6 .. 5 • • E 4 '" 3 • '" 2 '" • • • -"t:I 1 • • = o o ~ '" E o 20 40 60 80 100 ' ::1 Z Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GlM 8 Depredación Nectandra ambigens • '" 6 •• .. • E 4 '" '" • '" "t:I 2 • O ~ •• -'" O E ' ::1 O Z 20 40 60 80 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - Regresión lineal - Re-transformados - GLM Depredación Omphalea oleifera 10 '" .. • E 5 '" '" '" '- • • "" . "t:I o O ~ • '" E I ' ::1 Z -5 10 20 30 40 50 60 80 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados 34 '" .. E ., '" ., " o ~ ., E '::1 Z • '" .. E ., '" ., " o ~ ., E '::1 Z 12 10 8 6 4 2 o o Observados Dispersión Clarisia biflora • • • = • • • • • 20 40 60 80 100 Porcentaje de Cobertura Forestal - Re-transformados - GlM - Regresión lineal Dispersión Nectandra ambigens 10 8 • 6 • -: • • • • 4 -• • • 2 o o 20 40 60 80 100 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - GlM - Regresión lineal - Re-transformados ",10 .. =8 E ., 6 '" ., "4 e ., 2 E '::1 o Z Dispersión Omphalea oleifera • • • = • . • • • o 20 40 60 80 100 Porcentaje de Cobertura Forestal • Observados - GlM - Regresión lineal - Re-transformados '" .. E '" '" '" " o ~ '" E ' ::l Z • '" .. 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Relación entre la masa de las semillas y su remoción Las medidas y peso promedio de las 150 semillas (50 por cada especie), que fueron utilizadas para compararse contra la remoción de cada especie, se especifican en la Tabla 3. La semilla más pesada fue Omphalea oleifera, seguida de Clarisia biflora; la menos pesada fue Nectandra ambigens. En un ANOVA, el peso de las semillas fue diferente según la especie (F= 328.80, g.l.=2; p<0.05), y se obtuvo una relación inversamente proporcional entre el peso y la remoción de las semillas, es decir, a un mayor peso existe una menor remoción (r2 = 0.774) (Figura 7). Tabla 3. Peso (g), largo (cm) y ancho (cm) promedio de 50 semillas por cada especie, utilizadas en el experimento. Especie Peso (g) Largo (cm) Ancho (cm) Nectandra ambigens 2.63 (± 0.8) 2.03 (± 0.21) 1.53 (± 0.15) Clarisia biflora 4.29 (± 0.67) 2.15 (± 0.14) 1.74 (± 0.13) Omphalea oleifera 6.55 (± 0.79) 2.71 (±0.12) 2.46 (± 0.16) Figura 7. Masa promedio de cada una de las especies de semillas en relación con un gradiente de remoción (flecha azul). 36 IV. DISCUSIÓN En este trabajo se evaluó la remoción de semillas grandes en nueve paisajes con diferente cantidad de cobertura forestal (PCF). Se encontró que 46.6% del total de semillas fueron removidas, principalmente de N. ambigens. La especie menos removida fue O. oleifera. Por otra parte, los modelos lineales generalizados mostraron efectos significativos en la remoción y depredación de O. oleifera de manera negativa. Esto indica que a mayor PCF, existe una menor depredación y remoción de O. oleifera. A continuación, se discuten estos resultados principales. 4.1. El efecto de la cobertura forestal sobre la remoción de semillas El PCF no mostró una relación significativa con la remoción, dispersión y depredación de Clarisia biflora; la remoción, dispersión y depredación de C. biflora fue significativamente distinta a la de Nectandra ambigens y Omphalea oleifera. Esto podría deberse a que son varios factores los que influyen en la remoción de semillas, tales como variaciones espaciales en la distribución y abundancia de vertebrados removedores de semillas y variaciones temporales en la disponibilidad de frutos (Guzmán 2010). Por ejemplo, Guariguata et al. (2000) evaluaron la tasa de remoción y dispersión de semillas en dos rodales naturales en Costa Rica. Uno de ellos se encontraba protegido contra la cacería y conectado a un parque nacional; el otro carecía de ambas características. Ellos encontraron que para todas las especies de estudio (siete en total), más del doble de semillas (5.5%) fueron dispersadas en la zona libre de cacería y conectado con el parque nacional en comparación con aquella que no lo estaba (2.2%) Además, encontraron que especies como Pentaclethra macroloba, Lecythis ampla y Capara nicaraguensis eran más removidas en la zona de la selva que estaba protegida y conectada con el parque nacional. Por otra parte, Martínez-Sánchez (2004) no encontró diferencias significativas en la remoción de once especies de semillas en la región de Los Tuxlas entre tres fragmentos y el bosque continuo. Martínez-Sánchez argumenta que, el bosque continúo, visto a una escala mayor es también un fragmento y que los tres fragmentos no tenían una independencia al estar muy cerca del bosque 37 continuo, provocando que la condiciones y efectos fueran similares. Esto último reafirma la importancia de seleccionar la escala adecuada en las investigaciones. Finalmente, existe una importancia por parte de los organismos que interactúan con las semillas: si existe una diferencia en la composición o abundancia de ciertos organismos (tales como mamíferos grandes) entre zonas, la remoción de semillas (especialmentelas de mayor tamaño) puede verse afectada (Guariguata et al., 2000). Por otra parte, con Nectandra ambigens, la remoción, depredación y dispersión de semillas no se ven afectadas conforme aumenta el PCF. Una explicación podría ser que, debido a la defaunación de la zona, existan muy pocos organismos capaces de interactuar con N. ambigens. Esto se ve apoyado por el trabajo de Dirzo y Mendoza (2007), donde encontraron que existía una mayor densidad de plántulas de N. ambigens en los sitios defaunados que en la zona de bosque intacto. Además, N. ambigens es considerada una de las especies más relevantes a nivel ecológico del bosque tropical, debido a su buena reproducción, densidad, establecimiento, regeneración natural y una importancia estructura (Godínez-Ibarra y López-Mata, 2002). Estas características, combinadas con la ausencia de grandes mamíferos, podrían provocar que la remoción, depredación y dispersión de N. ambigens no cambiara significativamente al aumentar o disminuir el PCF. Finalmente, Omphalea oleifera mostró una relación negativa en la depredación y la remoción; la dispersión no mostró relaciones significativas con el PCF. Esto indicaría que los organismos que remueven y consumen a O. oleifera, lo hacen en mayor medida cuando el PCF es bajo. Esto podría atribuirse a la presencia de testa dura que posee O. oleifera y que no es consumida por ratones (que pueden ser los organismos que aumenten su abundancia producto de la defaunación en la zona) (Martínez-Gallardo, 1988). Estas características, combinadas con una escasez de recursos en los paisajes con menos PCF, podrían explicar el aumento de interacción a poco PCF. Los organismos capaces de remover a O. oleifera lo podrían hacer más por necesidad cuando el PCF es bajo y, conforme éste aumenta, 38 también aumenta la discriminación hacía O. oleifera. Esto podría verse apoyado con trabajos como el de Guzmán (2010), quien encontró que existía una mayor depredación de seis especies de semillas en fragmentos de la selva lacandona que en el bosque continuo; además, encontró que la remoción no difería entre fragmentos y bosque continuo. Guzmán (2010) argumenta que una ausencia de recursos en los fragmentos, combinado con que vertebrados pequeños (e.g. ratones) pueden ser más abundantes en estos lugares, desencadenarían una mayor depredación en los fragmentos. La remoción, depredación y dispersión de cada especie tuvieron escalas del efecto distintas (que fueron desde 50 a 400 ha; ver Anexo, Tabla 2). Las especies responden a su contexto ambiental en escalas características (Martin y Fahrig, 2012). Las escalas del efecto de 100 ha o menos (remoción, depredación y dispersión de Clarisia biflora; dispersión de Nectandra ambiges; dispersión de Omphalea oleifera), se relacionan con el tamaño del fragmento (escala local), ya que los fragmentos seleccionados son <100 ha. Esto quiere decir, que la remoción, dispersión o depredación de semillas grandes en el suelo se encuentra más relacionado con las interacciones y eventos que se llevan a cabo dentro del fragmento (e.g. la abundancia de depredadores o dispersores dentro del fragmento; Beckman y Muller, 2007; Holbrook y Loiselle, 2009). Por otro lado, cuando la escala del efecto es mayor a 100 ha (remoción y depredación de N. ambigens; remoción y depredación de O. oleifera), hace referencia a que eventos a escala de paisaje (i.e. fuera del fragmento focal) determinan las interacciones dentro del fragmento (e.g. inmigración de vertebrados). Las correlaciones en este trabajo indican que existe una relación lineal débil (van de 0.14 a 0.66; ver Anexo, Tabla 1.) entre la variable dependiente (número de semillas removidas, dispersadas y depredadas por especie) con respecto a la variable explicativa (PCF). Esto puede indicar que las especies responden a escalas múltiples; si las correlaciones fueran fuertes en cuanto a la variable explicativa y dependiente, significaría que los efectos ocurren únicamente en una sola escala (Martin y Fahrig, 2012). 39 4.2. Remoción y destino de las semillas En la primera hipótesis argumento que la remoción de semillas se encuentra estrechamente relacionada con la fauna presente, por lo que en paisajes con mayor PCF habrá más fauna, y por lo tanto más semillas removidas. Lo que encontré no se ajusta a la hipótesis, ya que, en fragmentos con poco PCF, como se muestra en la Tabla 1 de resultados, hubo mayor remoción de semillas que en fragmentos con más PCF. Por ejemplo, Jicacal con un 38.5% de PCF en el buffer de 300 ha tuvo 55 semillas removidas, mientras que Tebanca, con un 9.4% de PCF, tuvo 63 semillas removidas. Esto podría deberse a un aumento de las abundancias de pequeños mamíferos, debido a una defaunación en la región (e.g. ratones), y que sean éstos los organismos que más interactúen con las semillas, como en el caso de Mendoza y Dirzo (2007). De hecho, la defaunación podría llegar al punto de que el número de animales que puedan remover semillas grandes sea casi inexistente. Por ejemplo, el fragmento de Balzapote tuvo 28.5% de PCF y 10 semillas removidas de 120 posibles (está dentro de los 3 fragmentos con menor PCF), y poseía una actividad antrópica más clara, debido principalmente a la presencia de ganado vacuno dentro del fragmento. Una explicación complementaria es que los organismos, que aún se encuentran en fragmentos con poco PCF, tienen una mayor necesidad alimenticia que los que se encuentren en los fragmentos con mayor PCF, provocando una mayor remoción. Esto se puede ver en estudios como el de Gutiérrez-Granados y Dirzo (2009), donde encontraron que existe una mayor remoción en una zona con extracción forestal (66%) que en una reserva (44%); además, existe una mayor depredación de las semillas de menor tamaño en la zona con extracción forestal. Además, la Estación de Biología tuvo 74.9% de PCF y 58 semillas removidas. Esto es de importancia, ya que, en un paisaje con mayor PCF y sin actividades antrópicas como la ganadería o agricultura, puede darnos un indicio de cómo es la remoción en paisajes no deforestados. Aún con la gran cantidad de PCF, que puede traducirse en un aumento en los recursos disponibles en la Estación de Biología la remoción de semillas es de casi el 50% (58 semillas removidas de 120 posibles). Esto podría indicar que, la presencia de organismos capaces de interactuar con las 40 semillas grandes (e.g. Dasyprocta mexicana, Cuniculus paca y Pecari tajacu) sigue siendo crucial para los procesos que se llevan dentro del paisaje. En el caso particular de la Estación de Biología,no es debido a un bajo PCF que se remueven las semillas (donde los organismos buscan los pocos recursos que quedan, principalmente para ser consumidos), ni tampoco por la ausencia de organismos que puedan remover las semillas (como el caso de Balzapote, explicado anteriormente); más bien la remoción quedó en una zona intermedia. Sin embargo, la cantidad de semillas removidas encontrada en mi experimento (46.6%) podría ser poca, en comparación a lo que encontraron Mchargue y Hartshorn (1983), quienes reportaron que semillas de Carapa guianensis fueron removidas hasta un 98% en un bosque húmedo maduro del noreste de Costa Rica. También es poca con respecto al 87.8% y 93% que registró Martínez-Sánchez (2004) en el bosque continuo y en tres fragmentos respectivamente. Martínez-Sánchez (2004) utilizó semillas de 11 especies leñosas (Bactris mexicana, Callichlamys latifolia, Cedrela odorata, Chamaedorea tepejilote, Cordia megalantha, Dalbergia glomerata, Dendropanax arboreus, Nectandra ambigens, Poulsenia armata, Spondias radlkofer y Trichospermum mexicanum) en el piso de la selva de la región de Los Tuxtlas durante 83 días. Algo importante a tener en consideración es que el porcentaje de semillas removidas también depende de la duraciónde los experimentos (otros factores importantes son la disponibilidad de semilla y la relación fenología reproductiva – vectores de dispersión): en estudios como en el de Hammond (1995) hubo un 98.4% de remoción de 4 especies de árboles (Bursera simaruba, Erythrina goldmanii, Spondias mombin y Swuetenia humilis) en cuatro meses en una región del sureste de Chiapas, México. Por otra parte, Osunkoya (1994) registró la remoción de semillas y/o frutos de 12 especies de árboles (Elaeocarpus angusifolius, Elaeocarpus ruminatus, Aleuritess milucaana, Flindersia brayleyana, Belischmiedia bancrofii, Endiandra palmerstonii, Dysoxylum schiffneri, Castanospermum australe, Stenocarpus sinuatus, Prunos turnerana, Diploglottis dyphyllostegia y Castanospora alphandii) en pastizales, claros y selvas maduras durante un mes. 41 El hecho de que 46.6% de las semillas hayan sido removidas puede indicar que, aun con la fragmentación y pérdida de hábitat actual en Los Tuxtlas, organismos capaces de remover las semillas de mayor tamaño siguen interactuando con las mismas. Esto puede deberse a que, para algunas especies, la configuración estructural del paisaje no forme una barrera que limite su movimiento entre fragmentos (Fahrig y Merriam, 1994; Goigel, 1989; With y Crist, 1995). Aun con una deforestación que se remonta a la década de los 60’s, donde se perdieron aproximadamente 40 mil ha en veinte años (Dirzo, 1991), la presencia de organismos dispersores de semillas puede apoyar la existencia de interacciones planta-animal. De hecho, podrían ser los pequeños mamíferos, como los roedores, los que más interactúan con las semillas. Por ejemplo, Mendoza y Dirzo (2007) compararon la remoción de semillas pequeñas y grandes con y sin exclusión de mamíferos en Chiapas. Ellos no encontraron diferencias significativas en cuanto a la exclusión de mamíferos, argumentando que, eran las ardillas y ratones los principales depredadores y dispersores de las semillas. Flores et al. (2014) menciona que únicamente cuatro especies de mamíferos terrestres, que se registraron en su fototrampeo en la Reserva de la Biósfera de Los Tuxtlas, se alimentan de frutos y semillas (Dasyprocta mexicana, Cuniculus paca, Pecari tajacu y Sciurus deppei). Además, ratones como Heteromys desmarestianus y Peromyscus mexicanus son consumidores y dispersores habituales de N. ambigens (Martínez-Gallardo, 1988). También en Los Tuxtlas existe una densidad hasta cinco veces mayor de ratones que en otros bosques tropicales de América (Martínez-Sánchez, 2004). 4.3. Diferencias entre especies Mi hipótesis planteaba que las semillas más grandes serían menos removidas con respecto a las de menor tamaño. Esta hipótesis fue acertada ya que la semilla con mayor masa y menos removida fue O. oleifera (�̅�= 6.55 g; 28.9% semillas removidas) y la que poseía menor masa y más removida fue N. ambigens (�̅�= 2.63 g; 56.7% semillas removidas). Esto se ve apoyado por trabajos como los de Ponce et al. (2013) que encontraron que las semillas con menor tamaño como Senna 42 atomaria tuvieron mayores porcentajes de remoción (50%) que las más grandes en un bosque tropical caducifolio de Veracruz. Otro ejemplo es el de Mendoza y Dirzo (2007) que encontraron que Chiapas existía una mayor remoción y depredación de las semillas de menor tamaño en cuatro pares de semillas. Esto responde a que para un organismo de menor talla es mucho más sencillo remover una semilla de menor tamaño. Además, los organismos realizan un esfuerzo extra, cuando consumen semillas y/o frutos muy grandes o duros para ellos; esto puede ocasionar que obtengan menos energía que la utilizada (en estos casos, las semillas o frutos serían considerados como subóptimos para el consumidor) (Martínez-Gallardo, 1988). De igual manera, Martínez-Sánchez (2004) encontró que un 22.5% más de semillas pequeñas fueron removidas en comparación con semillas de mayor tamaño en la Reserva Natural de Los Tuxtlas; usó 11 especies y 6600 semillas en total por un periodo de 30 días. Osunkoya (1994) también encontró que en el Norte de Queensland existe una mayor remoción de semillas de menor tamaño. Por otra parte, Moles y Drake (1999) no encontraron relación entre la remoción de 11 especies de semillas (usaron 1760 semillas en total) con el tamaño ni masa de la semilla en un bosque secundario de Nueva Zelanda durante 15 días; Hammond (1995) tampoco encontró relación en un bosque tropical en Chiapas, México. Esta relación se puede deber a que la fauna que interactúa más en paisajes deforestados y defaunados como Los Tuxtlas con las semillas, son probablemente de una talla pequeña, y por ende remuevan con mayor frecuencia semillas de menor tamaño. En cuanto a la remoción de semillas, Sánchez-Cordero y Martínez-Gallardo (1998) encontraron que más del 95% de seis especies de semillas abundantes en Los Tuxtlas fueron removidas, de las cuales, Nectandra ambigens y Omphalea oleifera fueron también utilizadas en mi experimento. Omphalea oleifera no tuvo ninguna semilla removida de 100 semillas que pusieron de cada especie. Sánchez- Cordero y Martínez-Gallardo (1998) argumentan que debido a la defaunación una disminución de herbívoros de mayor tamaño provoca una nula remoción de O. oleifera (ya que es una semilla más grande que las demás), y que son especies de roedores los que aumentan su actividad, por lo que son los principales responsables de la depredación y dispersión de las semillas. Esto se ve apoyado por Martínez- 43 Gallardo (1988) que encontró que Heteromys desmarestianus y Peromyscus mexicanus no comen O. oleifera ni la remueven, en una región de bosque tropical continuo en Los Tuxtlas. Esto contrasta con mis resultados, ya que yo si obtuve remoción de semillas de O. oleifera. Esto podría atribuirse a que en primer lugar los muestreos de Sánchez-Cordero y Martínez-Gallardo (1998) y de Martínez-Gallardo (1988) se llevaron a cabo únicamente en la Estación de Biología de Los Tuxtlas, mientras que yo realicé el trabajo en éste y otros ocho remanentes. Esto tiene importancia porque fue en los remanentes donde se registraron el 96.49% de las semillas removidas de O. oleifera (110 semillas); en la Estación de Biología solamente se registró el 3.51% (4 semillas). Es decir, las diferencias existentes entre los remanentes y la Estación de Biología afectan a la remoción de O. oleifera. Además, también es importante tener presente la cantidad de recursos en los fragmentos, debido a que un menor PCF puede indicar menor cantidad de recursos disponibles, obligando así a los organismos a interactuar con las semillas de O. oleifera. Con respecto a Nectrandra ambigens, Sánchez-Cordero y Martínez Gallardo (1998) encontraron que N. ambigens tuvo una remoción de 68.8% en la región de Los Tuxtlas (la remoción de N. ambigens en mi experimento fue de 56.67%). Incluso Martínez-Gallardo encontró que N. ambigens tiene un rendimiento positivo (que satisface la demanda energética), al ser consumida por Heteromys desmarestianus: esto se vio reflejado en que, cuando alimentaron a individuos de esta especie con una dieta obligada de N. ambigens, subieron de peso. Por otra parte, a pesar de que no existen estudios acerca de la preferencia de roedores sobre C. biflora, podría ser posible asumir que poseen ciertas características similares a N. ambigens (e.g, el color de la semilla y el tipo de superficie de la semilla; Ibarra-Manríquez et al., 2015) debido a la presencia de marcas de dientes de roedores en las semillas de C. biflora. Las características morfológicas junto a las marcas de dientes podrían explicar por qué el número de semillas removidas de N. ambigens y C. biflora es muy similar. 44 Un factor a considerar son los metabolitos secundarios de especies de bosque tropical, los cuales están presentes en Nectandra ambigens
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