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1 UNAM Facultad de Psicología División de Estudios Profesionales “UNA MIRADA AL ARTE COMO MUNDO SUBLIMADO” Presenta: Pamela García Téllez Guízar Tesis Documental para obtener el título como Licenciada en Psicología Directora de Tesis: Patricia Corres Ayala México, D.F. 2013 2 UNA MIRADA AL ARTE COMO MUNDO SUBLIMADO ÍNDICE I. Introducción II. La locura, breve recorrido histórico. III. Psicoanálisis y arte A) La representación de la obra de arte en Freud Biografía Freud y el arte B) La representación de la obra de arte en Jung Biografía Teoría Jung y el arte IV. Art Brut u Outsider Art V. Desarrollos Actuales A) Crear destruir. Dider Anzieu B) Genialidad o Locura VI. El Arte como complemento terapéutico A) Una mirada al arte y la locura B) Casos de arte dentro de la psiquiatría VII. Conclusiones VIII. Bibliografía 3 I. INTRODUCCIÓN Un nuevo siglo ha comenzado, y aún nos es difícil reconocer que no poseemos el suficiente conocimiento como para abordar fenómenos tan complejos como el arte y la locura; es por ello, que esta investigación no busca abordar el tema únicamente a través del intelecto, sino por medio del afecto y las pasiones, el alma humana. El arte como la exaltación del espíritu, la locura como la aflicción del alma. La investigación busca fomentar y analizar el uso de las actividades artísticas como instrumentos de sublimación en estados de aflicción anímica y perturbación psíquica, como lo es la enfermedad mental. Haciendo una invitación al lector, a otorgar una mirada en lo posible, libre de prejuicios tanto al arte creado por personas diagnosticadas como enfermos mentales, como al individuo mismo. La necesidad de elaborar esta investigación, parte de mi práctica con pacientes diagnosticados como esquizofrénicos, y aun de la interacción con personas que se encuentran dentro del círculo artístico y han cruzado por situaciones de obscuridad y caos, sin necesidad de tener que ser clasificados psiquiátricamente, encontrando bajo esas circunstancias… tanto la materia prima de sus obras, como una vía hacia la liberación y la promesa de un nuevo comienzo. El planteamiento del problema por ende será: establecer la existencia de los rasgos que comparten, tanto la locura como la genialidad, en relación con la creación artística; así como las características que posee el creativo o genio, de los cuales carece el enfermo mental (“loco”), poniendo énfasis en la promoción de los rasgos que permiten la sublimación. 4 Es importante resaltar, que este estudio literario, no busca de ningún modo ser un trabajo empírico; sin embargo, subrayo la importancia de estos temas, ya que son un reflejo fiel del espectro humano en toda su amplitud. Tanto la locura como el arte, tienen infinitas posibilidades de abordaje, he ahí la riqueza y la dificultad que radica en ambos temas; que encierran de un modo enigmático las cualidades, miedos, añoranzas y misterios de todo lo humano. A diferencia de las teorías científicas, en las prácticas artísticas y la praxis con la locura, no siempre se pueden establecer paradigmas claros. Los límites del arte y la locura son inefables, están en constante devenir y transformación. La investigación se abordará a través del enfoque psicoanalítico, debido a que esta disciplina posee un lugar privilegiado en el estudio de la psique y el arte; sin embargo, se abordarán también descubrimientos contemporáneos que no pueden ser encasillados exclusivamente dentro del psicoanálisis. II. LA LOCURA, BREVE RECORRIDO HISTORICO Se ha intentado esbozar la noción de locura de distintas formas a través del tiempo. En el Medievo se le identificó con la posesión demoníaca y la brujería, otorgándole un carácter sobrenatural. En el siglo XVII se le comienza a dar una connotación moral, y se identifica con todo aquello que no es razonable: la iglesia, es la institución a cargo de su encierro. En el siglo de las luces, dada la importancia que esta época le da a la razón, se le identifica con un monstruo o bestia, el loco es más cercano al animal que al hombre. Para el siglo XIX, la locura se vincula con el derecho, el loco es aquel que perturba a la sociedad. A partir de esta perspectiva se define a la persona normal como aquel que sigue las leyes marcadas por el gobierno/sociedad/familia. Finalmente, en este nuestro siglo, vislumbrado por Hegel como el “estado ideal”, la locura ha sido encerrada dentro de la noción de enfermedad, y está a cargo de la medicina. Sin embargo, por doloroso que sea reconocerlo, todas estas nociones parten de una misma premisa, ocultar “lo ominoso”, “lo siniestro”, ¨lo feo¨, de la sociedad. Es un gesto de expulsión de aquello que incluso ahora nos cuesta tanto trabajo comprender (Corres, P. 2005). 5 Como lo afirmaba Michel Foucalt, las personas que han estado a cargo de la locura, por lo general han buscado su contención y aislamiento, de este modo se evita su propagación o contagio. Dicha actitud sólo puede estar motivada por nuestra soberbia, vanidad, pero sobre todo, por nuestra ignorancia, las cuales se sostienen a través de nuestro miedo, impidiéndonos reconocer que la locura no es algo ajeno a nosotros… sino que es un constituyente de la existencia humana, y que por más indiferencia, aislamiento o miradas escudriñadoras que desvisten al sujeto, no podemos escapar de la realidad, eso que tanto tememos también existe en cada uno de nosotros. El concepto psicosis inicialmente fue acuñado por la psiquiatría, posteriormente fue adoptado por el psicoanálisis en un intento de distinguir las características psicológicas subyacentes de la neurosis. Fue introducido por Von Feuchtersleben en 1845, como símil de la noción de “enfermedad mental” o “locura”. Aunque Freud fue el creador del paradigma psicoanalítico, abordó de forma somera el estudio de la psicosis, por lo que las principales aportaciones de dicha noción quedaron en manos de Jaques Lacan. La forclusión, fue el proceso a través del cual Lacan buscó arrojar luz en este nuevo concepto de locura. El autor; al igual que Freud, sostuvo que en la psicosis imperaba el Ello, debido a que la madre al excluir al padre no posibilita la instauración de la ley; el niño se vive sin autoridad alguna y se crea una relación exclusiva madre – hijo. Actualmente, la medicina ha encerrado la noción de locura fundamentalmente en el concepto esquizofrenia; cuyo significado etimológico proviene del griego skhizein (separar o escindir) y phren (mente o cerebro). La esquizofrenia es el concepto psiquiátrico más importante del siglo XXI, por ello es importante abordar qué es y cuáles son las aportaciones que existen actualmente en torno a ella. En términos psiquiátricos esta enfermedad se encuentra dentro de la noción de psicopatología, que deviene de la raíz psique- alma o mente, pathos- enfermedad o PASIONES y logos – estudio. Por tanto, psicopatología refiere al estudio de las pasiones del alma. Es importante señalar que aunque la esquizofrenia es por mucho la principal enfermedad encasillada dentro de la 6 noción de locura, no es la única. Dentro de esta noción, también se encuentra la bipolaridad, la manía, la melancolía, además de un sinnúmero de tipos de esquizofrenia (esquizofrenia paranoide, esquizofrenia afectiva, esquizofrenia orgánica,…). Eugen Bleuler fue el psiquiatra suizo que acuñó el término esquizofrenia, haciendo referencia a un estadomental que separa al individuo de su entorno; un estado marginal en el que existe una ruptura con la realidad. Ruptura que tiene su origen en una desesperada búsqueda de supervivencia frente a una realidad muchas veces tiránica o caótica que han vivido seres particularmente sensibles. La gravedad del otro mundo que han vivido con corazón en mano, seres que amaron tanto el sueño de una realidad utópica que prefirieron romper con toda realidad establecida. (definición del estado por paciente psiquiátrico del Fray Bernardino). Y si lo que siembras cosechas… me queda la duda, ¿Qué les faltó? ¿Tal vez les faltó agua? No, a sus semillas les faltó saber nadar… se ahogaron en lágrimas. Li Bai (701-762) el ahora poeta inmortal; figura retórica del loco y su realidad, el poeta chino cuyo romanticismo lo lleva a ahogarse al tratar de abrazar el reflejo de la luna en el agua. Venció el amor a la dignidad… La esquizofrenia afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población mundial, sin distinción de sexo. Los primeros síntomas surgen durante la adolescencia o juventud, y su evolución es crónica. La estadística presupone que en los varones los síntomas surgen por lo general entre los 15 y los 25 años, mientras que en las mujeres la enfermedad hace su aparición de los 25 a 30 años (Bernardo, M. et al, 1992). 7 Se ha establecido por común acuerdo que el pensamiento utilizado por esquizofrénicos es el conocido como pensamiento mágico. Simultáneamente, se han dividido los síntomas que padecen estos pacientes en: síntomas positivos y síntomas negativos. La sintomatología positiva refiere a la presencia de una conducta o actividad (alucinaciones, delirios, pensamiento carente de lógica, discurso sin cohesión,…), mientras que la sintomatología negativa hace referencia a la ausencia de cierta conducta (aplanamiento emocional, aislamiento social, anhedonia, falta de iniciativa…). Actualmente, la teoría hegemónica que busca dilucidar la eterna pregunta de qué es la locura, es la teoría bioquímica de la esquizofrenia, pilar del tratamiento farmacológico (antipsicóticos o neurolépticos) en pacientes esquizofrénicos. Dicha teoría establece que las personas que sufren de esquizofrenia tienen un trastorno bioquímico en el cerebro, vinculado a un neurotransmisor conocido como dopamina. Los síntomas negativos se han asociados a una disminución de la actividad de la corteza frontal, es decir hipofrontalidad. Mientras que los síntomas positivos parecen involucrar una excesiva actividad de los circuitos neuronales en los que participa la dopamina. Las alucinaciones; en las cuales se percibe un estímulo sin que éste esté presente en la realidad, se asocian con un incremento en la liberación de serotonina. El ejemplo más claro lo tenemos en la droga psicodélica conocida como ácido lisérgico (LSD), capaz de generar estados alucinatorios. Bernardo M. y Parellada, E. (1992) en Neurobiología de la Esquizofrenia, afirma que se ha despertado un gran interés en el estudio de los receptores dopaminérgicos, principalmente D2, pues presentan un incremento en el núcleo estriado de pacientes esquizofrénicos, aunque ello puede ser consecuencia del bloqueo crónico que sufren a consecuencia de los neurolépticos o antipsicóticos. El flujo sanguíneo y la actividad metabólica regional cerebral, medidos con tomografía computadorizada por emisión y fotón único PET, en esquizofrénicos pone de manifiesto, desviaciones de la normal con hipofuncionalidad del lóbulo frontal e hipermetabolismo del lóbulo temporal. Los síntomas negativos (embotamiento del afecto, de la motivación y del 8 pensamiento) imitan las consecuencias que se observan en una lesión del lóbulo frontal. Aún no está claro si estas desviaciones de actividad cerebral son causa o consecuencia de la enfermedad o de la medicación (Bernardo, M. y Parrellada, E., 1992). Si definir la locura es una tarea interminable, definir la más bella creación del hombre es una labor titánica, … ARTE. Para Platón el arte era una locura divina, y el artista era un hombre de Dios. En aquella época existían dos tipos de locura: la psicópata y la teópata, la primera refería al enfermo mental y la segunda, hacía alusión a la enfermedad de los creadores, de los místicos, de los poetas y filósofos, se vinculaba con la necesidad de purificación y liberación, que otorgaba una divinidad para crear valores inmensurables. El artista debía imitar a Dios, crear de la nada, inspirar mentes, sanar corazones, liberar… Durante el romanticismo se considera al arte como el fenómeno humano en el cual lo Absoluto se expresa al mundo. Durante esta época se privilegiaba el principio de infinito, y el arte al ser intuición y sentimiento, más que mera racionalidad, representaba el espectáculo de lo Trascendente, Kairos. Goethe afirmaba que la obra de arte representaba la misteriosa manifestación de lo divino. Este autor era consciente de que nuestro entendimiento acerca de una obra de arte es siempre inconmensurable. La contemplamos y la sentimos, pero elude constantemente al conocimiento exacto, y su esencia y cualidad, no pueden expresarse en palabras. El arte es un acto intuitivo, un acto que trasciende el mundo fenoménico, se dirige a la sabiduría de lo que se halla más allá de lo que puede trasvinarse en formas lingüísticas (Rubino, V. 2002). Para Goethe el estilo, la cualidad intrínseca de una obra de arte, descansa sobre los fundamentos más profundos de la cognición, en la esencia interna de las cosas, en la medida en que ésta se nos manifiesta en formas visibles y tangibles, a fin de comprenderla y encontrar su sentido (Rubino,V. 2002). 9 Schelling y Heidegger mencionaron que el arte se conseguía cuando se rompía el silencio del ser, comunicando el sentido de la existencia. Schelling ve en el arte la forma suprema del hombre. El pensador (Schelling), que encarna el ideal romántico, ve en el arte la vida misma de lo Absoluto, la raíz de toda realidad: la fusión de opuestos. En el pensamiento de Heidegger, el arte revela un mundo; el arte descubre el sentido del ser (Rubino,V. 2002). Friedrich Hegel afirmaba que el arte y la espiritualidad poseían en común la cualidad de revelar lo divino. La obra de arte queda plasmada en un objeto efímero que posee una verdad eterna… su contenido espiritual. El valor que contiene toda obra de arte, no radica en la materia exterior sino en la revelación del contenido espiritual que posee. El arte es conocimiento intuitivo, comprensión de la realidad y descubrimiento de lo espiritual (Rubino,V. 2002). Nietzsche sostenía que el arte es el único saber que puede conocer la esencia de las cosas, sin llevar a cabo una destrucción de su esencia. Por lo cual, el arte es el lenguaje de la locura, en oposición total al lenguaje científico, el cual al desnudar al objeto le roba su esencia. Nietzsche hace una elucubración con respecto al hecho de que todo ser humano puede ser artista (pro-crear), pero esto conlleva un precio, el artista al producir la creación, que adquiere vida propia, inmortaliza al creador robándole la propia vida. Sin embargo, el artista renacerá para dar vida a una nueva creación (base del eterno retorno de Nietzsche en Corres, P. 2005). Cooper, uno de los promotores del movimiento antipsiquiátrico, menciona que la obra de arte es revolucionaria porque desestructura las formas normales y alienadas de percepción del sistema social en que vivimos los seres humanos. (Cooper, D. 1981). En el intento por comprender cualquier proceso artístico, es indispensable tomar en consideración la noción de creatividad. Antes de que este término pudiese ser atribuido al ser humano, se reservaba exclusivamente para el orden de lo divino. 10 Rubino (2002) expresa. “Por creatividad (del griego poiesis) podemos considerar,en primer lugar, la producción divina de algo a partir de la nada, es decir, lo que llamamos “creatio ex-nihilio”. En segundo término, debemos entender la producción divina de algo pre-existente; es decir, una producción que partiendo del caos…, devenga hacia el cosmos: un orden, un mundo, una armonía.” La creatividad siempre supone espontaneidad, imprevisibilidad, originalidad y libertad; y la evidencia sugiere que esta energía no surge de la esfera única de la conciencia, sino que emerge a través de una vivencia irruptiva de las regiones profundas de la psique, lo inconsciente. La conciencia capta, pero en la convicción de que ella no es la fuente del contenido creativo. La creatividad funde la inspiración con el método, sintetiza el impulso dionisiaco que es el impulso vital y el principio apolíneo que es el espíritu vidente, síntesis del inconsciente que provee y la conciencia que capta, equilibra y armoniza (Rubino, V. 2002). Friedrich Schelling (en Law, W. 1967) empera convencido: “La actividad estética es una interacción de la mente consciente e inconsciente fuera del alcance racional.” La creatividad se manifiesta a través de la intuición, inspiración, imaginación y visión comprensiva; estos fenómenos surgen primordialmente de la fuente psíquica inconsciente. Para comenzar a trazar el vínculo que existe entre arte y locura, es importante señalar la premisa fundamental de toda creación artística. La obra de arte es una manifestación pura de los fenómenos internos y externos, inmanentes a cualquier individuo. Toda obra humana está estrechamente ligada a su entorno y a su realidad psíquica y espiritual. (Gutiérrez, A. 1998). Es necesario revisar algunas de las investigaciones actuales que se han realizado en relación al arte y la locura, con la finalidad de hallar claridad: La psiquiatra Szabolcs Kéri (2002, ) elaboró una investigación genética en la que analizaba la relación entre la creatividad y la psicosis (como esquizofrenia y trastorno bipolar), a partir de un gen conocido como neuregulin 1, que se 11 asocia con la psicosis y también con el desarrollo y fortalecimiento de la comunicación neural. La psiquiatra pidió que varios voluntarios que se considerarán creativos, asistieran al estudio, donde les tomaron muestras de sangre, y posteriormente les realizaron pruebas que medían la creatividad. Una entrevista en la que se les realizaba preguntas que medían su flexibilidad ideativa y originalidad (i.e. ¿qué harías si te dieras cuenta que las nubes cuelgan de hilos arrojados hacia la tierra?) y finalmente una autobiografía de todos sus logros creativos. El estudio arrojó resultados que confirmaron la asociación entre la creatividad y el gen de la psicosis, las personas que poseían el gen lograban puntajes más altos en las pruebas y entrevista; además, tenían una calidad y cantidad de logros creativos mayor que las personas que no poseían el gen. La autora concluyó la investigación postulando que 1 variante genética asociada a la psicosis, puede tener como resultado un incremento de la creatividad, Kéri relacionó este vínculo con una cuestión de adaptación y evolución humana (Keri, S. 2002 en Ketter, T. 2005). . Un breve estudio hecho en la Universidad de Stanford que buscaba investigar la creatividad en hijos de pacientes bipolares, encontró que estos obtenían un mayor puntaje en creatividad, en comparación con los hijos de padres sanos, otorgando evidencia entre el vínculo que existe entre los trastornos afectivos y la creatividad. El profesor de psiquiatría y autor del artículo Terrance Ketter (2005) afirmó: “Existe una razón por la cual personas diagnosticadas como bipolares, pueden volverse sumamente exitosas, estos descubrimientos reflejan los aspectos positivos de padecer la enfermedad¨ (Ketter, T. et al. 2005). En el trastorno bipolar existe una dramática labilidad emocional, energía y habilidad. Ketter sostuvo que, es la movilización de la energía que resulta de la emoción negativa de la bipolaridad, lo que desata un deslumbrante incremento en la creatividad, al inicio de la fase maniaca. En este sentido afirmó: “el descontento es la madre de la invención”. Sin embrago, con el transcurso del tiempo, la creatividad en los pacientes bipolares erosiona. Chang, coautor del estudio afirmó: “Después de un tiempo el paciente ya no es 12 capaz de acceder a la creatividad y su desempeño decae notablemente.” (Ketter, T. et al. 2005). El artículo enfatizó la existencia de múltiples estudios en los que se ha encontrado que los artistas tienen de 2 a 3 veces más propensión a desarrollar psicosis, trastornos afectivos o intentos suicidas, en comparación con otras profesiones. Ketter afirmó que a través del estudio, se había hecho evidente que la personalidad de los artistas es similar a la de las personas con trastorno bipolar comparándolos con la población en general (Ketter, T. 2005). II. PSICOANÁLISIS Y ARTE A. SIGMUND FREUD Biografía Sigmund Freud, hombre que junto con Marx y Einstein perfiló la cultura, la historia y la sociedad del siglo XX. El creador del psicoanálisis nace el 6 de mayo de 1856, en Freiberg, Moravia (hoy Pribor, República Checa). Cuando Freud nace su padre, un mercader de lana, tiene 40 años y su madre, tan sólo 20. Cuando el negocio del padre fracasa, Freud se muda con su familia a Leipzig, Alemania; y más tarde cuando el pequeño tenía tan sólo 4 años se mudan a Viena, lugar en el que permaneció hasta los 80 años (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Su padre era un hombre estricto y autoritario, por lo que Freud recordaba haber sentido hostilidad y resentimiento hacia él en su niñez. Freud incluso llegó a escribir que a los 2 años ya se sentía superior a su padre. Su madre era una mujer sumamente atractiva, cariñosa y protectora con su primogénito. Es claro, que Freud sentía un apasionado apego hacia ella, escenario de lo que posteriormente dará origen a su teoría acerca del Complejo de Edipo (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). La madre de Freud se sentía orgullosa del joven Sigmund y estaba segura de que sería un hombre de futuro prometedor. Entre las características 13 permanentes de su personalidad, Freud poseía enorme confianza en sí mismo, intensa ambición de triunfar y sueños de gloria y fama. Evidentemente, esos rasgos eran la consecuencia del impacto que había tenido la imagen que su madre poseía acerca de él. El mismo Freud afirmó al respecto: “Un hombre que ha sido el favorito indiscutible de su madre, mantiene de por vida el sentimiento de ser conquistador, esa confianza en el triunfo que a menudo lo lleva al verdadero éxito.” (citado en Jones, 1953 en Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Gran parte de la teoría freudiana, refleja varias experiencias de su niñez y juventud, por lo que es considerada como autobiográfica. Freud ingresó a la Universidad de Viena, dominando varios idiomas (inglés, francés, latín, griego, etc) decidiendo estudiar medicina para dedicarse a la investigación donde alcanzaría la fama que tanto deseaba. Fue durante su estancia en la universidad, donde el joven Sigmund comenzó a experimentar con la cocaína, instando a su prometida y a varios de sus amigos a utilizarla debido a los síntomas tan placenteros que generaba. En 1884, Freud publica un artículo sobre los efectos benéficos de la cocaína, muchos de los críticos del autor creen que esto pudo haber contribuido con el uso epidémico del fármaco en Europa y Estados Unidos que se prolongó hasta la década de los veinte (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Freud establece su práctica como neurólogo clínico en 1881, comenzando a estudiar los intersticios de la personalidad de aquellos individuos que sufrían perturbaciones emocionales. Durante varios meses, estudió en Paris con el psiquiatra Jean Martin Charcot, pionero de la hipnosis. Charcotfue el hombre que sembró en Freud la curiosidad sobre el vínculo entre la sexualidad y la neurosis, además de confirmar la sospecha de Freud de ese otro mundo que existía detrás de la conciencia (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Poco después, Freud conoce al talentoso médico Josef Breuer, quien a diferencia de Charcot utilizaba el método conocido como catarsis para tratar tanto trastornos físicos como emocionales. Breuer relató a Freud algunos de los padecimientos emocionales que sufrían sus pacientes, pero el de mayor trascendencia fue sin lugar a dudas la de la paciente Ana O. Es en esta época 14 en la que con su colega y amigo Breuer, Freud publica el texto titulado Estudio sobre la Histeria (1895). (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Para 1896, luego de varios años de práctica clínica, Freud está convencido de que los conflictos sexuales eran la causa principal de todas las neurosis. Paradójicamente, aunque Freud insistía en la importancia del sexo para la vida emocional, experimentaba conflictos sexuales personales, su actitud hacia el sexo era negativa. Freud incluso llegó a exhortar a la gente a elevarse por encima de lo que consideraba la necesidad animal común por el sexo, pensaba que el acto sexual era degradante para la mente y el cuerpo. Aparentemente, Freud abandonó su propia vida sexual a los 41 años y tuvo varios episodios de impotencia sexual (Schultz, D. & Schultz, E. 2002). Es probable que las frustraciones y conflictos personales de Freud con relación al sexo afloraran en forma de neurosis, reafirmando la suposición que tenía con respecto a la base sexual del comportamiento neurótico. Incluso, a los cuarenta años fue diagnosticado con neurosis de ansiedad y neurastenia. En ulteriores trabajos, el autor propuso que, en los hombres, la neurastenia resultaba de la masturbación, y la neurosis de ansiedad, era producto de prácticas sexuales anormales. Nuevamente, al clasificar así sus síntomas “su vida personal quedó profundamente involucrada en su teoría particular, pues con la ayuda de ésta interpretaba y trataba de resolver sus propios problemas…” (Krull, C. 1986 en Schultz, D. & Schultz, E. 2002). Después de esta etapa, Freud emprendió su propio psicoanálisis mediante el estudio de sus sueños (La Interpretación de los Sueños 1900). En el trascurso de esta etapa, desarrolló el trabajo más creativo para su teoría de la psique humana. Gracias a la exploración de los sueños, el autor del psicoanálisis, se percató de la hostilidad que existía en él hacia su padre, sus impulsos sexuales hacia su madre, e incluso soñó con un deseo sexual hacia su hija mayor. Es evidente que el paciente más importante de Freud fue su propia persona (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Freud fue formulando una imagen coherente del funcionamiento de la psique individual, sus procesos y funciones; no sin antes descartar y reformular muchas de sus hipótesis y teorías. El transcurrir del pensamiento freudiano, 15 transitó por la hipnosis, la sugestión, la catarsis, hasta llegar a la interpretación y la asociación libre. Freud tenía objetivos y metas claras para la formulación de su teoría, uno era crear una teoría que dilucidara el misterio de la vida psíquica, y otro curar a sus pacientes (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Poco a poco, a través de sus artículos y conferencias, Freud atrajo a un considerable número de discípulos, que se reunían con él cada semana para conocer el nuevo y revolucionario paradigma (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Entre los seguidores estaban Alfred Adler y Carl Gustav Jung, que más tarde se distanciaron del círculo freudiano, para llegar a sus propias conclusiones; sin embargo, no lograron deslindarse de la huella inquebrantable del psicoanálisis creado por Freud (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Freud recibió varios reconocimientos, tanto en Europa como en Estados Unidos. Varias Asociaciones Psicoanalíticas han sido creadas alrededor del mundo, con el cimiento de su brillante y revolucionario ingenio. Sin embargo, la vida de Sigmund Freud, al igual que la de otros talentos, estuvo acompañada de episodios de dolor y de gloria. Freud desarrolló cáncer de garganta, enfermedad que lo atormentó y lo acompañó hasta el día de su muerte; y fue exiliado de Viena, debido a la persecución judía suscitada durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que el creador del psicoanálisis murió en la ciudad de Londres en 1939 (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). FREUD Y LA PSICOLOGIA DEL ARTE El concepto de análisis del arte, aún no se encuentra verdaderamente afianzado, ya que todavía es demasiado lo que falta por hacerse y por comprenderse. Lo único que ha sabido el ser humano desde el inicio de las civilizaciones, es que el arte es una manifestación emocional. La posición de Freud en el análisis del arte es indiscutible, ya que el proporcionó los cimientos para el análisis de las formaciones simbólicas (sueños, chiste, psicopatología de la vida cotidiana), así como el proceso inconsciente que conduce hacia hechos creativos, otorgando así factores insoslayables en cualquier interpretación simbólica (lenguaje, arte, etc.). Freud 16 inaugura el psicoanálisis, aplicado a las artes con sus estudios sobre Leonardo, Dostoievski, Miguel Ángel, etc. El interés de la presente tesis, radica en el desafío que significa COMPRENDER, cómo el artista transfiere su énfasis psíquico, desde la agonía, en sus conflictos hacia el placer y el amor por el ejercicio de la transformción estética. Freud esgrime la comprensión de la transformación creadora a través de lo que denominó SUBLIMACION, es aquí donde el psicoanálisis puede ayudar en los problemas de la transformación, tanto como en la interpretación de los contenidos. Sin embargo, antes de abordar la competencia, es necesario comprender el entorno y la perspectiva en torno a este autor. El creador del psicoanálisis reiteró en numerosas ocasiones, que no se consideraba un conocedor del campo del arte, y que cualquier opinión que el hiciera al respecto, debía ser considerada con reservas. Pese a ello, varias de sus observaciones se expresan en forma contundente y revelan una postura clara con respecto a los valores estéticos. Freud mantenía una postura recelosa con respecto al arte de su época, aunque apreciaba el arte antiguo renacentista, ya que le proporcionaba placer estético. Nunca se consideró diletante y muchas de sus observaciones hacia los productos plásticos o artisticos fuerón escencialmente por un interés psicológico; demostrando la vasta cultura que poseía (Shultz, D. & Shultz, E. 2002). Durante el auge del movimiento expresionista que hubo en su época, el autor lo comparó con la psicosis. Recordemos que Freud prefirió no abordar la psicosis, aduciendo que no tenía mucha fe en los posibles beneficios terapeúticos del psicoanálisis, dentro de lo que hoy llamaríamos patología gruesa (Del Conde, T. 2006). Sin embargo, Freud al poseer un espiritu curioso, crítico y ávido de conocimiento, muchas veces se situó como un espectador sensible y atento, ejemplo de ello es la carta que Freud le escribe a su novia el 30 de diciembre 17 de 1883 en Dresden, donde relata su visita a las galerias del Zwinger y hace gala de la agudeza perceptiva que siempre lo caracterizó: “… El único cuadro que dominó por completo mi ánimo fue El Pago del Tributo de Tiziano. La cabeza de Cristo es la única plausible que nos permite imaginar a esta persona. Incluso ahora tuve la impresión de que tenía que creer que este ser fue realmente importante, porque su representación es perfecta. No hay nada divino en ella. Una noble cara humana que –sin ser bella – está llena de sinceridad, profundidad, suave indiferencia y sin embargo profunda y arraigada pasión…” (Freud en Del Conde, T. 2006). En un análisis podemos observar que para Freud,la cabeza de Cristo es verosímil (puede existir en la realidad), no corresponde a una idealización. Al expresar que la existencia de gestos que denotan sinceridad, profundidad, suave indiferencia y arraigada pasión, características con las que sin duda alguna nos imaginaríamos la representación de una figura tan importante en la historia occidental como Cristo (Del conde, T. 2006). En el grabado de “Las Tentaciones de San Antonio”; obra de arte simbólico, Freud demuestra un interés psicológico más que un placer estético, ya que esta obra fue utilizada por Freud para ilustrar un aspecto de su teoría sobre el retorno de lo reprimido. Es evidente, que en este autor, existen dos modos fundamentales de apreciación; la primera como espectador sensible y cultivado, y la segunda como investigador que rastrea material susceptible de confirmar sus teorias (Del conde, T. 2006). Asi mismo, en 1910 Freud afirma que los artistas reúnen ciertas condiciones que les permiten llegar a armonizar la realidad con las exigencias de sus fantasias, poseen: “… sensibilidad para percibir los movimientos anímicos secretos de los demás, y valor para dejar hablar en voz alta a su propio inconsciente…” (Freud en Del Conde, T. 2006) A Freud le intrigaba profundamente el origen de los dotes que poseían los artistas, afirmando que “el artista no puede avenirse a renunciar al placer de satisfacer una pulsión, por ende da libre curso en la vida de la fantasía a sus deseos eróticos y de ambición¨. Pero lo hace encontrando un 18 camino de regreso de ese mundo de la fantasía a la realidad, plasmando sus fantasias en un nuevo tipo de realidades efectivas que los hombres reconocen como copias valiosas de la realidad objetiva misma…”. Dicha aseveración encuentra una formulación más enfatizante en la XXIII Conferencia de Introducción al Psicoanálisis (1917) en la cual menciona: “existe, en efecto, un camino de regreso de la fantasía a la realidad y es el arte…” (Freud en Del Conde, T. 2006). Freud en mencionadas ocasiones, mencionó que en el artista existe una vigorosa facultad para la sublimación. Es evidente que el artista no es el único que lleva una vida de fantaseo, pero para elaborar sus sueños diurnos, dispone de un sin número de recursos, incluyendo talento. Asi, los sueños diurnos de los artistas trascienden su carácter de sueños al concretarse en una realidad, la de objeto artístico. Al escribir sobre El Creador Literario y el Fantaseo, el autor establece el vínculo que existe entre el juego y la creatividad: “… todo niño que juega se comporta como un poeta, pues se crea un mundo propio, o mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada.” (Freud en Del Conde, T. 2006). Freud consideraba al artista como un ser ambicioso, que en otra situación, no ha tenido oportunidad de someter a sus pasiones al control de la razón. Poseen mociones, pulsionales hiperintensas, que derivan de lo que él consideraria una acrecentada dosis de narcisismo primario, sin el cual no podría dar cauce a su creatividad, que se presenta como una prolongación narcisista del propio yo. Para Freud “ el creador vive para sí, y vuelto hacia su yo y su obra. Abierta o secretamente, es él mismo el centro de su obra” (Freud en Del Conde, T.2006). Evidentemente, se transluce que el padre del psicoanálisis consideraba que los artistas no destacaban por su equilibrio emocional, se ha presumido que tales desequilibrios forman parte intrínseca del artista, pero por supuesto, no son exclusivas del arista, puesto que se presentan en deportistas, empresarios, camioneros, y en algunas ocasiones, hasta en el mismo Freud. Atribuimos estos rasgos a los artistas, porque la descripción de estos estados de ánimo, emociones y pensamientos son parte integral del negocio de arte, el acento se 19 encuentra en la comunicación más que en la conducta. El artista se auto- revela. Marcel Proust sostuvo: “Pues el arte sufre de neurosis en la misma medida en que la sufre toda otra actividad humana.” Para Freud los aristas quedaban como candidatos para convertirse en neuróticos severos, si no es que ya lo eran de alguna manera. La creación les permitía sanar, como expresa el poeta Heinrich Heine en el texto de Freud Introducción al Narcisismo: “Enfermo estaba; y ése fue de la creación el motivo: creando, convalecí, y en ese esfuerzo sané.” Un año antes de citar a Heinrich Heine, Freud se había referido tanto a la vocación catártica del arte, como a la índole patológica que puede encontrarse en la raíz de las grandes creaciones del espíritu colectivo: “Las neurosis muestran, por una parte, concordancias llamativas y profundas con las grandes producciones sociales del arte, la religión y la filosofía; y por otra parte, aparecen como deformaciones de ellas. Uno podría aventurar la afirmación de que una historia es una caricatura de una creación artística, una neurosis obsesiva, la de una religión, y un delirio paranoico, la de un sistema filosófico.“ (Freud en Totem y Tabu. 1917). Con respecto a la patología y sublimación que ocurre en el arte, Freud añade: “Sólo en un ámbito, el del arte, se ha conservado la omnipotencia de los pensamientos… Únicamente en él sucede todavía que un hombre devorado por sus deseos proceda a crear algo semejante a la satisfacción de esos deseos y que ese jugar provoque – merced a la ilusión artística – efectos como si fuera real y objetivo.” 20 Freud afirma que, con todo derecho, se habla del ensalmo o exorcismo del arte, y por tanto, se compara al artista con un ensalmador o exorcista. En conclusión el artista conjura, exorciza y ensalma a través de lo que hace, se libera a sí mismo, y a ese otro que expectante queda impávido. Freud nos recuerda que el arte que no comenzó como l’art pour l’ art, estaba a merced de tendencias que hoy en su mayoría se han extinguido. Entre ellas cabe conjeturar propósitos mágicos. (Schorske, C. 1981). Esta postura enigmática que Freud le concedía al artista, se confrontará con una de cierto receló hacia la persona del artista, ya que Freud dejó traslucir que consideraba a la obra artista una huida de la realidad, un consuelo, una compensación de frustración, una desfiguración de hechos. Una persona que, al no poder caminar, se cansa de cojear y aprende a volar. Posiblemente Freud al igual que otros psicoanalistas (i.e. Anzieu) no llegó a comprender que una obra de arte, posee su propia identidad, su propia totalidad de significación y que la potencia artística no desaparece ni desmerece por las mociones nada espirituales, poco generosas o incluso patológicas que puedan encontrarse en sus orígenes. En Freud encontramos pocas alusiones a la naturaleza del símbolo representado plásticamente. El proceso de simbolización es estudiado dentro del campo de las neurosis, y principalmente en el contexto de los sueños, sin embargo de este ambito se puede extender a aplicaciones en otras areas de la actividad humana, específiamente a la que comprende la representación plástica como lo hizo el historiador de arte austriaco Ernst Gombrich quien desarrolló en niveles profundos los estudios iconológicos e iconográficos. Extrapolandólo a otras actividades humanas fincadas en la formación simbólica, los discípulos de Jaques Lacan han abierto una veta muy amplia de aplicación psicoanalítica a las ciencias sociales, atendiendo de modo enfático al problema de la simbología tal como se manifiesta en la estructura del discurso, asi como en laproducción artística visual; por ende, el modelo freudiano de la interpretación de los sueños y la estructura del chiste, pueden y deben de ser utilizadas para el estudio de las artes plásticas y la literatura, siempre y cuando vaya acompañado del contexto histórico y personal que concierne a toda interpretación hermenútica (Del Conde, T. 2006). 21 Los textos: La Interpretación de los sueños, El Chiste y su Relación con el Inconsciente y La Psicopataología de la Vida Cotidiana, son rectores en el campo de la formación simbólica y por ende de la comprensión del arte. Cuando se desea estudiar la facultad humana para crear símbolos, los sueños se consideran conditio sine qua non, puesto que interpretar un sueño, es indicar su sentido y sustituirlo por algo que se inserte como eslabón de nuestras acciones anímicas. La esencia de la referencia simbólica en un sueño es una comparación, una sospecha. Existen agrupaciones de símbolos oníricos, cuyo carácter puede compararse con el de una traducción fija, la concatenación de estas imágenes- símbolos (condensación) es la que lleva a encontrar un sentido a los diversos fragmentos del sueño. Éste posee por si mismo su lógica y su propio discurso, no traducible, sino en todo caso descifrable, y ello no en su totalidad (Del Conde, T. 2006). Recordemos que la obra de arte es abierta, da cabida a multiples lecturas. Dicha comprensión, hace evidente la afinidad existente entre el sueño y la obra artística, que es por ende una de las constataciones más conocidas e irrefutables en la psicología del arte. Freud expresó una desmedida admiración ante los que son dos de los tres artistas por antonomasia del Renacimiento Italiano: Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel, han corrido ríos de tinta con respecto a estos dos autores debido a que sus personalidades parecen corresponder al concepto de genio. El ensayo de Da Vinci que según la propia definición de Freud, constituye una patografía, a la cual Freud consideró entre sus textos predilectos debido a la belleza literaria con la que fue escrita. Da Vinci aparentemente siempre fascinó a Freud, discutió acerca de él con Wilhelm Flies y con su discípulo preferido, Carl Gustav Jung. Es probable que su interés se fincara en la autoidentificación. Freud al igual que Da Vinci, tenía una conciencia bien arraigada acerca de la propia valía y del trabajo necesario para llevar a cabo metas que requieren de una dedicación absoluta (Del Conde, T. 2006). 22 En su texto, alerta a los lectores acerca de las contradicciones éticas de Leonardo, su indiferencia hacia el bien y el mal, el interés en la investigación, que en un principio reforzó su productividad para posteriormente perjudicarla. En contraste con el análisis sobre Da Vinci, el escrito sobre Miguel Ángel, trata en exclusiva sobre una escultura: El Moisés, en torno a la cual giran consideraciones analíticas que abordan algunos de los rasgos del artista. En 1910 Freud publicó la primera edición de “Un Recuerdo Infantil de Leonardo”, en el cual establece la hipótesis en la cual sostiene que Da Vinci, desde muy temprana edad, convirtió su sexualidad en pasión por saber, y a partir de esa insaciable curiosidad, surgió su inhabilidad para terminar cualquier cosa que emprendía, como un patrón que tuvo que adaptar a todas sus empresas, sosteniendo también que Leonardo era sexualmente inactivo o poseía una homosexualidad ideal o sublimada. Según las propias palabras de Leonardo, a éste le repelía el acto del coito y todo lo que se le relacionaba. Dicha actitud se refleja en uno de los dibujos que Leonardo creó en el cual representa al acto amatorio completamente deserotizado. Al hablar del “superior querer alcanzar” y de esa escasez de necesidades sexuales, Freud se equiparaba con Da Vinci, debido a que ambos invertían una alta cuota libidinal en su trabajo como investigadores (Del Conde, T. 2006). Según Freud, la madre de Leonardo lo estimuló sexualmente a muy temprana edad. El desplazamiento de la libido sexual hacia una pulsión hiperintensa hacia la investigación, se consolidó por medio de las experiencias eróticas muy tempranas, tenidas con su madre quien solitaria desbordó toda su ternura en el infante. La continua exposición a estas experiencias hicieron que Leonardo subrogara una amplia gama de la vida sexual, la cual volcó al servicio de la pasión por investigar; en palabras de Freud, “la pulsión sexual es particularmente idónea para prestar estas contribuciones, pues está dotada de la amplitud para la sublimación, siendo capaz de permutar su meta inmediata por otras, que pueden ser más estimadas y no sexuales.” (Freud en Un recuerdo Infantil de Leonardo). La parte más valiosa de la patografía de Da Vinci, es la reconstrucción arqueológica de la infancia del artista, una conversación de Leonardo plasmada 23 en el Codex atlántico, fue lo que le permitió sentar las bases para la especulación que varios autores han echado por el suelo por una falla de significación lingüista, sin tener en cuenta que, a pesar del error cometido, se puede obtener información valiosa en cuanto a metodología interpretativa; que sin lugar a dudas quedan cimentada en el proceso de interpretación de sueños Freudiano, y que es lo que compete a la presente tesis, con miras a buscar la esencia sin perderse en el error. (Del Conde, T. 2006). La leyenda del artista y paramnesia de Da Vinci que contiene la frase “essendo io in culla” (estando yo en la cuna) y que dio título al estudio de Freud, se relata de la siguiente manera: “Parece que ya desde antes me había destinado a ocuparme tanto del buitre, pues me acude como un tempranísimo recuerdo, que estando yo todavía en la cuna, un nibbio (milano) descendió sobre mí, me abrió la boca con su cola y golpeó muchas veces con esa cola suya contra mis labios.” Desafortunadamente el atractivo intento de demostración semántica de Freud que vincula al buitre con una divinidad materna de origen egipcio y la cual utiliza para traducir nibbio (que en realidad significa milano), está levantada sobre una mala interpretación que echa por tierra la verdad de tal nexo, aunque no el espléndido intento asociativo, riquísimo en información sobre simbología egipcia (Del Conde, T. 2006). Y la importancia que tiene la previsión y el cuidado que todo psicólogo; aún el más capaz, debe mantener ante cualquier tipo de interpretación hacia lo humano. Los egipcios eligieron al buitre como símbolo de la maternidad, la palabra madre se escribía con un jeroglífico en forma de buitre, guardando una relación con la diosa Mut, sin embargo la traducción fidedigna de nibbio es milano, y esta ave no es fecunda en vuelo, como lo es el buitre, y no guarda relación alguna con Mut; sin embargo, es destacable la aportación freudiana con respecto a la mitología y a las tradiciones existentes en los imperios antiguos (que posteriormente retomará Gustav Jung, desarrollando junto con ello su noción de Inconsciente Colectivo) (Del Conde, T. 2006). 24 Según Meyer Schapiro (en Del Conde, T. 2006), en todas las leyendas clásicas, la profecía se sitúa en la boca, el asiento del discurso y particularmente del aliento que representa al espíritu capaz de dar vida. Este autor sostiene que la fantasía leonardesca, pudo estar confeccionada a manera de historia narcisista premonitoria. El artista, muy posiblemente, estaba familiarizado con los incidentes ocurridos a ciertos personajes privilegiados, como el Rey Midas, Platón, el poeta Estesícoro; e inventó con elementos análogos su propio recuerdo infantil, para remontar el origen de sus talentos a un hecho en el que interviene el nibbio como introductor del elemento profético (Del Conde, T. 2006). La hipótesis de Freud, con respecto a la transmutación de la libido sexual a una pulsión hipertensa, porla investigación en Da Vinci, de ninguna manera queda descartada ante el error. El posible exceso de investidura de la madre hacia Leonardo, queda registrados en numerosos relatos que Da Vinci proporcionó con respecto al desborde de ternura que su madre llevó a cabo con él. Y a pesar de la traducción errónea del italiano al alemán de la palabra nibbio que dio M. Herzfeld y copió Freud, es claro que en el argot popular, el pájaro es un símbolo sexual masculino, de donde podría inferirse que el infante, de acuerdo con la historia que después el adulto se cuenta a sí mismo, fue simbólicamente abordado por un falo, pudiéndose remontar a una tendencia homosexual, ya que el falo no estaba presente en esa época de su vida y funcionaría también como un elemento profético (Del Conde, T. 2006). No podría faltar la interpretación que Freud dio hacia la sonrisa de la Gioconda, imagen sobre la cual ha transcurrido un sinnúmero de tinta en interpretaciones debido al carácter enigmático de la misma, y que ha generado ya una enorme serie de transposiciones iconoclastas (Del Conde, T. 2006). De acuerdo con Freud la sonrisa de este personaje, se relaciona con cierta actitud y particularidad fisonómica, que aparecía en el rostro de Caterina (madre de Leonardo) cuando ella estaba cerca de su hijo, quedando este recuerdo como huella inconsciente en la memoria de Da Vinci (Del Conde, T. 2006). 25 Keneth Clark al investigar sobre la sonrisa leonardesca y tomar la interpretación freudiana sobre la misma añade: “… en la sonrisa de la Mona Lisa hay algo terrenal, algo de vigilancia y de autosuficiencia.” (Clark, K. 1980, en Del Conde, T. 2006). Freud afirmaba con seguridad que: “se podía estar seguro que los sentimientos de Leonardo hacia la sonrisa de esta modelo, no eran los sentimientos normales de un hombre hacia una mujer hermosa. El artista vio en su modelo algo misterioso, en algún sentido algo repulsivo; como la atracción física que el niño puede sentir hacia su madre. Esta falta de sensualidad normal – como ocurre con frecuencia con Da Vinci – nos hace detenernos y temblar, como si una inesperada ráfaga de aire frío nos hubiera sorprendido en el interior de un hermoso edificio… ” (Del Conde, T. 2006). Otra de las identificaciones que se pueden observar entre Da Vinci y Freud, es el punto de vista que tienen con respecto al amor….ambos lo abordan como una pesquisa. Al glosar las Conferenze fiorentine, Freud transcribe una frase de Leonardo que es tanto su propia convicción de fe, como la del artista: “Nessuna cosa si puó amare né odiare se prima non si ha cognition di quella” (No se puede amar ni odiar ninguna cosa, si antes no se tiene conocimiento de ella). Aunque los seres humanos tendemos, en su mayoría, a amar de manera impulsiva, estos personajes primero sometían sus afectos a una investigación. No amaban ni odiaban de manera inmediata, sino que se preguntaba ¿por qué debían amar u odiar?, y ¿qué significaba ello? (Del Conde, T. 2006). “De este modo Da Vinci tuvo que permanecer indiferente hacia el bien y el mal, hacia lo bello y lo feo, pero en realidad Leonardo no era desapasionado, no estaba desprovisto de la chispa divina que de manera mediata e inmediata es la fuerza pulsionante…, no había hecho sino mudar la pasión en esfuerzo de saber.” (Freud en un Recuerdo Infantil de Leonardo) Con seguridad podemos suponer que Freud proyectó mucho de su sentir y principios éticos en dicha interpretación , describiendo así lo que ocurría en su propio proceso creativo y en el del artista; ambos estaban poseídos por la avasallante pasión de saber. 26 El escritor florentino Gaddiano mencionó que “Leonardo era tan raro y tan universal, que parecía un milagro de la naturaleza.” (Del Conde, T. 2006). Keneth Clark quien recopiló opiniones de contemporáneos acerca de Da Vinci como Vasari, sostuvo que Leonardo era: “bello, fuerte y gracioso en su manera de obrar. Era también un conversador tan agradable que atraía hacia sí el cariño de los demás.” (Clark, K. 1980, en Del Conde, T. 2006). A estos atributos espirituales, se le añadía otro atributo menos agradable, Leonardo carecía de toda fidelidad política o social, veía a sus contemporáneos a distancia, como si se tratarán de objetos de investigación o criaturas de otro planeta, pero sin desden. Sin embargo es proverbial el respeto que Da Vinci concedía a todo ser viviente; observable particularmente en la piedad que sentía por los animales, que queda registrada en un de los más fascinante actos de bondad y al mismo tiempo de liberación; la anécdota según la cual compraba pájaros enjaulados únicamente con el objetivo de liberarlos. Este acto se podría interpretar, suponiendo que Da Vinci quería estudiar el vuelo de las aves, o bien que representaba un acto simbólico, en el cual hace evidente su amor por la libertad personal. Leonardo es el ave a quien el mismo libera, Da Vinci y su libertad sublime como lo mencionó Goethe. Otro impresionante rasgo de Da Vinci, fue su capacidad de especulación, en lo que refiere a las constelaciones que rigen al universo. Freud transmite el rasgo que Da Vinci posee en uno de los más bellos versos de Un Recuerdo Infantil de Leonardo (Del Conde, T. 2006).: “Quien vislumbró la grandiosidad de la trabazón universal y empezó a ver sus leyes necesarias, es fácil que perdiera su propio “pequeño yo”. Abismado en el asombro, en verdad humillado, se olvida fácilmente que uno mismo es un fragmento de aquellas fuerzas eficaces y le es lícito intentar, en la medida de su fuerza personal, la modificación de una parcela de ese recurso necesario del universo, ese universo en el que lo pequeño, no es menos sustantivo ni asombroso que lo grande.” En las últimas frases Freud habla acerca del microcosmos que Leonardo creó para si mismo, y que tantos otros estudiosos han tratado de dilucidar, 27 quedando extasiados en el enigma que la mente de Da Vinci fue capaz de crear. Leonardo es y será uno de los personajes más fascinantes y estudiados, generación tras generación, tanto por las enigmáticas obras que produjo, como por el propio enigma de su personalidad que configura a un ser humano suprarreal, casi imaginario. El mismo Freud afirmó que sucumbió ante el escalofrió que sólo Leonardo sería capaz de producir: “ la atracción que irradia este grande y enigmático hombre.” Su libertad sublime, sus avasallantes hazañas, sus sorprendentes obras, además del romanticismo y simbolismo que rodearon a Leonardo, más que ningún otro artista convierten a esta figura en el “el hombre universal”, ”el artista universal”. “Leonardo Da Vinci espejo profundo y oscuro en el que ángeles fascinantes de dulce sonrisa cargada de misterio aparecen a la sombra de glaciares y pinos que cierran su terruño.” Charles Baudelaire Freud, concluye su estudio afirmando que, lo que constituye la esencia de la operación artística en Leonardo, resulta inexplicable mediante el psicoanálisis (Del Conde, T. 2006). La realización del texto sobre el Moisés de Miguel Ángel, fue llevada a cabo durante la época de disensiones que sufrió Freud, Adler había ya consolidado su deserción mientras que Jung planteaba ya la misma. La producción de dicha obra, fue pues, tanto por el interés que la escultura creaba en Freud en sí, tanto por un procedimiento catártico, para dar salida a la profunda y amarga rabia que él mismo tenía. La identificación con el patriarca hebreo que al constatar la apostasía realizada durante la adoración del becerro hebreo, habíaarrojada al suelo las tablas de la ley. La escultura del Moisés de Miguel Ángel es poco más laudatoria que el relato bíblico de la ira de Moisés ante la desobediencia de su pueblo. Freud inicia el texto, después de haber 28 observado en numerosas ocasiones la escultura del modo que sigue (Del Conde, T. 2006).: “A menudo he subido la empinada cuesta, desde… el Corso Cavour hasta la solitaria plaza, y he tratado de sostener la mirada despreciativa del héroe. Muchas veces me deslicé a hurtadillas para salir de la semipenumbra de su interior, como si yo mismo fuera uno de esos a quienes él dirige su mirada, ese canalla que no puede mantener viva ninguna convicción, no tiene fe, ni paciencia y se alegra si le devuelven la visión de los ídolos…” Habría que detenernos a hacer un análisis de lo anterior, de acuerdo a la identificación que muy probablemente Freud sintió en ese momento con Moisés: Al tratar de sostener la mirada de aquel que llama héroe, nos podríamos aventurar que de algún modo, Freud pudiera sentir alguna carga de conciencia o culpabilidad ante la situación; sin embargo, se refiere a él como héroe, completamente seguro de la posición heroica de defender sus posturas y posiciones psicoanalíticas. Refiere también a la zona de semipenumbra interior, en la que evidentemente se sienten y se encuentran ambos personajes, debido a la traición de su amado pueblo. Finalmente se refiere a su pueblo que carece de fe y paciencia, y que fácilmente se deja seducir por apostasías (Del Conde, T. 2006). En este caso, el Moisés de Miguel Ángel, no se encuentra arrojando las tablas de la ley, sino conteniendo su ira, sus impulsos; liberado un desdén menos explosivo. Evidente es el proceso de condensación que Freud llevaba a cabo al fundirse con el personaje de Moisés de Miguel Ángel, Freud seguiría adelante con sus ideas; que en algunos casos tenían ciertas características de la ley (Del Conde, T. 2006). A pesar de la carga emocional con la que Freud posiblemente invistió a la escultura, Freud fue cauteloso y se dio a la tarea de hacer una vasta revisión acerca de los comentarios e interpretaciones que se habían llevado a cabo con respecto a la escultura del patriarca hebreo, para así equiparar sus propias observaciones; añadiendo (Del Conde, T. 2006): 29 “Sobre ninguna obra de arte en el mundo se han pronunciado juicios tan contradictorios como sobre este Moisés con cabeza de Pan. Ya la mera interpretación de la figura se debate en contradicciones totales…” Freud se comporta como un verdadero crítico de arte, al no sólo conformarse con la observación personal in situ de una obra a la que llegó a conocer hasta en sus detalles más ínfimos sino que ahondó, cuestionó y utilizó otras fuentes de información, aunque algunas le parezcan erradas o imprecisas. La metodología de su ensayo está incluso inspirada en las observaciones del crítico de arte Giovanni Morelli que consistía en no quedarse con la impresión general, y con los rasgos fundamentales de la presente obra, sino analizar hasta los detalles más minúsculos, de este modo al revisar la elaboración de bordes, solapas, uñas; el crítico daba validez, o refutaba la autoría de las obras, llegando a distinguir obras falsas de dudosa atribución (Del Conde, T. 2006). Con respecto al crítico de arte y al modo de interpretación psicoanalítica Freud afirma: “… su procedimiento está muy emparentado con la técnica del psicoanálisis médico. También éste suele colegir lo secreto y escondido desde unos rasgos menospreciados o no advertidos, desde la escoria –refuse- de la observación.” (En Freud, S. Sobre el Moisés de Miguel Ángel). A juicio de Freud, la obra de arte emociona, porque a través de ella es posible aprehender la intención del artista en la medida en el que éste ha logrado transmitirla, haciéndola inteligible al espectador. (Del Conde, T. 2006). La minuciosa observación que realizó Freud acerca de la escultura, centra como puntos clave para la hipótesis que constituye la esencia del objeto de estudio los siguientes rasgos: la posición de la pierna izquierda connota el inicio de un movimiento que ha sido reprimido en el último instante. Al relacionar esta particularidad dinámica con la trayectoria de la barba, la posición del dedo que desvía algunos mechones de cabello y sobre todo la posición de las tablas en relación con el brazo. Moisés no se levantará y romperá las Tablas de la Ley, ese impulso colérico inicial ha sido controlado y por ello permanece sentado domando su furia, por lo tanto Miguel Ángel no representa el momento histórico 30 que yace en la historia del Éxodo per se. La posición del la escultura es de calma aparente y movilidad interior (Del Conde, T. 2006). En todo proceso hermenéutico es imprescindible la consideración tanto del contexto en el que el artista realiza la obra, tanto el contexto en el que se encuentre la persona que realiza dicha interpretación. A Buonaorroti se le encomienda realizar el sepulcro del pontífice Julio II (personaje que aún se encontraba vivo) en San Pietro de Vincoli, ocupándose de lo que fue un vasto plan durante cuatro décadas. Miguel Ángel nunca abandonó dicha obra, sino hasta el día su muerte, se encontraba obsesionada con ella, y conjuró proféticamente que moriría en ella, sin lograr llevarla a término (Del Conde, T. 2006). Freud, a través de un estudio de varias fuentes sobre el Moisés de Miguel Ángel, refiere que al artista se le vinculaba con una profunda insatisfacción que sentía hacia sí mismo y con el universo. Tanto a él, como a sus obras, se les aplicaba la palabra terribilitá, término que no es traducible fácilmente como parece a simple vista; significa algo más que temor o espanto. Está completamente vinculado a la acción y poder de atemorizar, y es un término que tiende a expresar esa cualidad violenta, y a la vez serena que caracteriza la fisonomía del Moisés. Una de las más sagaces opiniones hechas con respecto a la escultura, fue dada por Peter Fuller, sosteniendo que al verla uno se encuentra a sí mismo pensando en la demoníaca fuerza del escultor que creó la escultura, de la megalomanía del padre sagrado que descansa muerto dentro de ella, y de la transfiguración del viejo profeta hebreo, luego de su encuentro con Dios en el Sinaí. Al final, inclusive en el caso de que el espectador sea ateo, la idea de Dios Padre, es la que esta imagen inevitablemente evoca; la ira de Dios, la autoridad incuestionable (Del Conde, T. 2006). La representación del Moisés, queda planteada como reinterpretación por parte del escultor, la cual consiste en una reescritura del Éxodo; en la cual, el patriarca hebreo refrena su ira impidiendo la destrucción de las tablas de la ley, lo cual genera en Freud un segundo proceso de identificación. Para esclarecer 31 la represión del movimiento, Freud generó varios croquis en San Pietro in Vincoli (Del Conde, T. 2006). La importancia del estudio del Moisés en Freud, yace en la incorporación del método de Morelli; es decir, captar el refuse de la obra…. Los momentos que tienden a ser ignorados debido a su trivialidad, aquello que pasamos por alto por creerlo poco importante, común o aun grotesco. Freud propone no liberarse de la imagen, lo cual significaría tener en cuenta todas las dimensiones y rasgos del objeto de investigación. El contacto directo con el producto artístico, es requisito indispensable para el análisis de toda obra artística, y aún los críticos más avezados en ocasiones se conforman con la Gestalt del conjunto, sin detenerse en articulaciones secundarias, que pueden proporcionar rasgos significantes, tanto para el contenido, como para la estructura (Del Conde, T. 2006). Otra de las aportaciones fundamentales del escrito sobre El Moisés, es el manejo de fuentes que Freudmaneja. Los testimonios, interpretaciones y escritos son utilizados no únicamente como medios de información, sino como pruebas perceptivas, sirviendo como pruebas de verificación (Del Conde, T. 2006). Freud destaca la importancia de la observación detallada y concienzuda, añadiendo: “Las descripciones que los escritores (aun los historiadores de arte), hacen de las obras son a veces asombrosamente erróneas. Y esto no se debe a errores de interpretación sino a fallas de observación debidas a que el escritor -como espectador- se sitúa ante la obra con ideas preconcebidas, con un deja-vú que obstruye la visión realmente interpretativa.” Otro acierto del análisis de Freud acerca del Moisés , es el planteamiento visual que propone a modo de bosquejos secuenciales a través del cual genera la interpretación de la articulación secuencial acerca de la dinámica reprimida subyacente en la estatua (Del Conde, T. 2006). Ese “no dar por consabido” fue la epítome del texto (que le pudo ser de mucha ayuda para el riquísimo texto de Da Vinci), ir paso a paso confirmando la 32 interpretación perceptiva a través de un concienzudo estudio de lo observado, y la contrastación con otras fuentes. Labor que es indispensable en la indagación que debe estar implícita en el estudio de cualquier producto histórico- artistico o literario, ya que permite comunicar un mensaje, interpretación o hipótesis de manera nítida (Del Conde, T. 2006). Con su patografía acerca de Leonardo y su análisis con respecto al Moisés de Buonarroti, Freud abre vías para realizar, de acuerdo con los métodos que propone, un análisis psicológico de la producción artística que una vez más ha sido de gran envergadura. Sublimación “La obra de arte es el resultado de haber estado en peligro, de hecho de haber ido hasta el extremo de una experiencia del que ningún hombre puede pasar.” Rilke El principal proceso que permite la creación es conocido como sublimación y sus componentes principales se denominan complejos. La sublimación se traduce literalmente como exaltar o engrandecer. EL ESPLENDOR DE LA OSCURIDAD, ese instante efimero en que se capta lo onirico dotado de los opuestos (lo siniestro y lo magico, temblor y esperanza, lo bello y lo feo) que reinan en lo más profundo de la psique humana. El instante inspirado. Para una de las principales y más notables seguidoras del psicoanálisis; Melanie Klein, la sublimación surge del estado de depresión durante la infancia junto con el proceso de simbolización, cuando el pequeño funde al objeto bueno y al objeto malo en la figura primordial (la madre), superando asi la posición esquizoide. Refiriendo a la salvación del objeto bueno en el interior y el exterior del sí mismo. Análogamente, para Freud el artista creador proyecta sus propios complejos y conflictos en la obra. Aceverando que el arte participa de todas las regiones del espíritu. El inconsciente que lo procrea, el preconsciente que lo transfiere y el consciente que lo capta y ejecuta. 33 Los complejos como potenciales energéticos que anidan en el inconsciente, son contenidos psíquicos que se han desunido de la conciencia y funcionan autónoma y arbitrariamente en las oscuras esferas de la psique. Este centro potencial se halla formado primariamente por un elemento nuclear, portador de significación, NO DIGERIBLE Y DIRIGIBLE POR EL SUJETO; y secundariamente, por numerosos hilos convergentes hacia un centro nodal, como estados afectivos, imágenes y pensamientos, formas de acción, ideas y opiniones, y hasta ciertos fenómenos fisiológicos que, ligados entre sí por una tonalidad afectiva única, pueden quebrar mediante su fuerza el estado psíquico en su totalidad (Rubino, V. 2002). A través del “descenso del umbral de la conciencia” de acuerdo con la noción de Pierre Janet, se sustrae energía a la conciencia, y el individuo pasa de un estado consciente activo a un estado de pasividad, de cerrazón o prisión; de este modo el sujeto permite que el complejo ascienda al espacio de conciencia, actuando como “cuerpo extraño”: es un “personaje” dentro del individuo. Como el complejo posee armonía propia, integridad y cierto grado de autonomía, representa la imagen de una SITUACIÓN PSÍQUICA ALTERADA de VIVA CARGA EMOCIONAL, y se muestra incompatible con la disposición o actitud habitual de la conciencia: el complejo es una fuerza psíquica, frente a la cual cesa la intención consciente; la libertad del ego (Rubino, V. 2002). La proyección de los complejos, tanto en el creador como en el contemplador, resulta ser una realización imaginaria de los deseos y las fantasías inconscientes, cuyo fundamento es una compensación de su universo consciente (Rubino, V. 2002). La obra de arte, tanto en el creador como en el contemplador, permite la canalización del potencial afectivo de la libido (sublimación), que se acumulará en exceso sobre ciertas tendencias, sobre ciertas vivencias pulsionales, y que no pueden descargarse adecuadamente con anterioridad por quedar obstaculizada esta energía psíquica. De ello se desprende la teoría de que el arte puede ser una liberación, un alivio, una purificación, que nos lleva al concepto de CATHARSIS formulada por Aristóteles con respecto a la función depuradora de la tragedia (Rubino,V. 2002). 34 La Psicología del Arte ha comprobado como a través de la creación artística y la contemplación, se realizan descargas de la libido semejantes a la catarsis. La liberación de agentes patógenos a través del arte es por demás conocido desde la antigüedad clásica hasta la actualidad. Pero aun considerando al arte, exclusivamente a través de la estética subjetiva freudiana, como una mera realización de los deseos y fantasías inconscientes, una proyección de complejos, la obra de arte desempeña ese papel de distinta manera que el sueño, ya que la obra de arte asegura una satisfacción más plena. La obra de arte será entonces un sueño, pero un sueño fijado, y también un centro de vibración psíquica que puede promover nuevos sueños y horizontes (Rubino, V 2002). La obra de arte es un acto de resiliencia (sublimación) por parte del individuo, y existen varios ejemplos a lo largo de la historia. Nietzsche sufrió opresión por parte de su madre y su hermana, tenía una larga lista de enfermedades y también fue juzgado de forma arbitraria por muchas instituciones, incluyendo la educativa. Sin embargo, dió vida a un sinnúmero de obras revolucionarias, cuya base está inscrita en la ruptura de esquemas. Y qué decir de Dalí, que hasta hoy sigo escuchando críticas de su arte, una de ellas es el hecho de que haya eyaculado en un frasco para su padre, que llevaba inscrito el lema: “para mi padre, ya no te debo nada”. Aunque para algunos sea un acto absurdo y hasta repulsivo, considero que lo que le da el peso para ser llamada obra de arte es el significado, el simbolismo que tiene la conjunción de los elementos que utilizó, independientemente de que normalmente sea considerado un acto abominable. Me pregunto, ¿qué hubiese sucedido si el Schereber de Freud hubiera realizando ese acto contra su padre? Schereber fue un personaje que sufrió esquizofrenia paranoide y que para la obra de Freud ha sido un paradigma en el estudio de la esquizofrenia paranoide. Schereber tenía el delirio de ser castigado por Dios, pero este dios es sólo la figura simbólica del tirano padre del Schereber. Este personaje le temía más al padre que a Dios mismo, por ello esconde la figura paterna detrás de la máscara de una deidad. Ejemplos de personas creativas con vidas verdaderamente trágicas hay miles, incluso se le podría considerar una de las principales razones por la cual se 35 exacerba la sensibilidad. Sin embargo, la diferencia que existe entre el psicótico y el genio, es el hecho de que en la genialidad, el individuo no se definea través del sufrimiento vivido, sino que es impulsado por el dolor. ¿Y por qué existe ese impulso en la genialidad y no así en la locura?... tal vez en algún punto existió un referente que les enseñó a amar la vida…, no necesariamente tiene que ser algún familiar, podría ser una persona que pasó un día por la calle y vió sus lágrimas por algún acontecimiento –un golpe, insulto, o simplemente cualquier otra forma de ejercer dominio y coerción- y le regaló algo –una mirada, una sonrisa, escuchar, un INSTANTE DE PROFUNDA CONEXIÓN… ,dándoles voz y permitiéndoles comunicarse. La locura del genio radica en un acto de desestructuración de las formas alienadas en las que se nos somete, es un acto de transformación y de encuentro con un ser auténtico, y por tanto real. En la genialidad se tiene la cualidad de escuchar la propia voz (sin dejar de escuchar al otro), de ensordecer el ruido, que muchas veces es impuesto por el otro, y sin embargo es capaz de trabajar con su propio ruido, hasta volverlo un canto (creación artística). “Hay que tener caos y frenesí para dar a luz una estrella danzarina.” Nietzsche. En la sublimación el corazón establece un contacto con la realidad imbuido por la fortaleza de la voluntad, en una búsqueda por transformar el dolor real. Mientras tanto, se desarrolla ese estado misterioso y fugaz del espíritu, donde la profundidad de la vida se revela toda entera en medio del espectáculo que se tiene ante el gemir interno… donde cualquier objeto se torna en un símbolo inspirador. Durante la vivencia estética, el pasado y el futuro se desvanecen por un instante de la conciencia, se sumergen en el presente inagotable, a través de la profundidad de visión; la contemplación… el instante en el que se revela el ser de la obra. Se ha convertido en puro presente contemplativo en el que cesa la inquietud de la búsqueda, la expectación de lo todavía-no-vivido, la pesadumbre y la 36 preocupación. Se encarnan los deseos y pasiones y se vislumbra el inicio de la aurora que despide un invierno perpetuo (Rubino, V. 2002). La existencia en un instante se halla en equilibrio y se eleva, merced al despliegue armónico que se manifiesta en la obra de arte… lo que Kant denominará “el goce desinteresado”. La vivencia de la propia existencia se eleva por encima del ego individual hacia la profundidad de visión (la contemplación), en una liberación de la propia temporalidad y finitud por la “participación” en lo Absoluto vivenciado como supratemporal (Kairos) (Rubino, V. 2002). Kant (en Gutierrez, A.1998) afirma: “Es inconcebible lo que puede hacer el ser humano, incluso en medio de sus sufrimientos, con gran fuerza de voluntad; de hecho, el sufrimiento podría ser el único medio para obtener esa enorme voluntad”. Con respecto a la esquizofrenia, Sandblom (en Rubino, V. 2002). afirma lo siguiente: “El esquizoide se caracteriza por la renuncia o aún la incapacidad para relacionarse con los demás. El artista esquizoide busca en su obra el significado de su vida que los demás encuentran en medio de sus semejantes. El éxito puede hacerlo sentir que ha conseguido restablecer las líneas de comunicación con el mundo que ha perdido.” Para Schiller la sociedad de su tiempo se presenta como una época de salvajismo, de relajación y de depravación de carácter, en total decadencia. Para él lo que debe curar esta decadencia es el arte. (Rubino, V. 2002). En sus palabras Schiller (1981) expresa: “Este arte debe abandonar la realidad y elevarse con noble audacia por encima de la necesidad, pues el arte es hijo de la libertad, y quiere recibir sus normas de la necesidad de los espíritus y no de la indigencia de la materia.” El arte es uno de los únicos órganos que permiten discernir la identidad del sujeto. El arte es la revelación del alma. El arte es creación, y toda creación estética es libre, sin embargo el artista puede ser dirigido hacia ella solamente por una contradicción, por un deseo insaciable de claridad y libertad en un ser 37 humano que puede ser despertada a través de la contemplación de un invierno perpetuo, de una noche polar, de un mundo de tinieblas. Es la revelación del alma con sus tormentas antitéticas lo que le brinda al hombre el instinto del arte (Rubino, V. 2002). Sólo bajo el estado estético el hombre puede ser todo lo que quiera, aun no siendo nada determinado. El arte; sólo él, brinda al hombre la posibilidad de hacer lo que quiera de sí mismo, la libertad de ser sin pretensiones; liberado de una jaula demasiado bella (su pretendida racionalidad, su pretendida materialidad) para un ave tan grande (su imaginación, su profundidad). El arte lleva a todo el hombre, tal como es, hacia las dimensiones más elevadas del conocimiento. Es a través del estado estético que el hombre logra converger su estado moral (superyó) y su estado instintivo (ello). El estado estético es forma, porque contemplamos, y es vida, porque lo sentimos. El arte es una actividad lúdica, un juego en el que se funden lo etéreo y lo concreto, la ilusión y la realidad. Hace al hombre participe de la creación y por ende de lo divino. Evidente es que en el arte no todo se hace con conciencia, a la actividad consciente se le debe unir una fuerza inconsciente, es la correspondiente compenetración de ambas la que produce lo más excelso del arte. El carácter fundamental de la obra de arte aparece como infinitud inconsciente, síntesis de naturaleza y libertad, de conciencia e inconsciente (Rubino, V. 2002). El arte es algo más que una catarsis: es un medio de expresión, término que contiene al la catarsis y la trasciende, porque señala la idea de una comunicación con el otro, con el prójimo, por lo que el arte es también projimidad, es conexión con el otro, con el mundo, es precisamente lo que le da la trascendencia (Rubino,V. 2002). Nuestro reto es descubrir nuestro potencial creativo para “crearnos” a nosotros mismos, y así poder ser artífices de nuestro propio mundo. 38 El desenfado audaz de vivir que caracteriza al artista. Invitar a las personas diagnosticadas a vivir su locura con genialidad. B. CARL GUSTAV JUNG Biografía Carl Gustav Jung; fue el seguidor predilecto de Freud. El padre de la teoría psicoanalítica incluso llegó a designarlo como su heredero espiritual. La niñez de Jung estuvo marcada por vivencias traumáticas, hijo de un matrimonio que escondía su tiranía detrás de una perpetua religiosidad protestante. Jung consideraba a su padre débil e inepto, jamás fue la figura fuerte que necesitaba. Su madre, más fuerte sufría de crisis de inestabilidad emocional, comportándose comúnmente de manera errática. El pequeño incluso llegó a creer que en su madre habitaban dos personas distintas (Schultz, D & Schultz, S. 2002). Una oscuridad religiosa giró en torno a él, la presencia de cultos, sotanas negras, visiones extrañas, sueños y dudas religiosas las compartió en soledad con una muñeca de madera que tallaba en el ático de su hogar, en un intento de escapar de la inestabilidad materna (Schultz, D & Schultz, S. 2002). En su niñez, Jung evitó de manera deliberada todo contacto con otros niños; por lo que uno de sus conocidos de esa época lo definió como un “monstruo asocial”. El autor, al describir su infancia solitaria, afirmó: “El patrón de mi relación con el mundo ya estaba prefigurada; hoy, como entonces, sigo siendo un solitario.” (Wehr, 1987 en Schultz, D & Schultz, S. 2002) Desconfiado de su madre y desilusionado del padre, Jung se aisló del mundo exterior volcándose por completo a su mundo interno. Decisión que no sólo guió la vida solitaria del autor sino que fue la esencia de la teoría que generaría años después, poniendo acento en la perpetúa búsqueda de respuestas en sueños y fantasías. El autor relató
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