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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES “MEMORIA COLECTIVA E IDENTIDAD DE LOS JÓVENES DE LA DÉCADA PÉRDIDA. UNA RECONSTRUCCIÓN DEL PASADO: RESCATANDO DEL OLVIDO LOS ECOS ABANDONADOS TRAS UNA VIDA EN RECLUSIÓN” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA: LUCÍA MARGARITA RAMÍREZ ZAVALA DIRECTOR: Mtro. Juan Carlos Huidobro Márquez. REVISORA: Dra. Marcela Meneses Reyes. SINODAL: Dra. María del Carmen Montenegro Núñez. SINODAL: Lic. Blanca Estela Reguero Reza. SINODAL: Lic. Tania Jimena Hernández Crespo. CIUDAD UNIVERSITARIA, MÉXICO, D.F., 2015. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS Agradezco a la máxima casa de estudios UNAM, por haberme permitido prepararme en sus emblemáticas aulas y por el acercamiento con grandes profesores de quiénes resguardo los mejores aprendizajes. Muy especialmente agradezco a los miembros del jurado que con cada asesoría aportaron en mí nuevos conocimientos. A mi gran muso: Hermandad, generosidad y alegrías inyectaste durante tu estancia, risas y gratas experiencias se tatuaron intensamente como recuerdos. Fugazmente tomaste tu vuelo sin un previo adiós, llevando tu radiante luminosidad hacia una nueva dirección. Ausentismo, dolor y tristeza prevalecieron tras tu partida, progresivamente el tiempo ha reconfortado tu breve despedida. Heredera de tu sabiduría y fortaleza, exclamo el placer más magno por haber compartido contigo una consanguinidad. A ti, Miguel Ángel (†) mi gran inspiración, dedico con cariño y admiración la elaboración de esta tesis. Agradezco al destino habernos situado en un mismo tiempo y espacio, y a la vida por habernos permitido coincidir en este esporádico camino llamado “vida”. A mi Padre, mi gran guerrero: Tú, símbolo de cariño, respeto y afecto. Tú, el gran hombre de mi vida; Tú, el que sembró esa semilla para permitirme florecer; Tú que regaste este fruto y se transformó en mujer; Tú, la figura de un padre tan enérgico, tan fuerte y tan digno de querer. Responsabilidad, honradez, gratitud, amor, son solo algunas cualidades que siempre mostraste e insertaste en mí. El tiempo agoto el vínculo que cosechaste aún y cuando te enfrentaste a la vida como un guerrero, el destino tenía un nuevo camino para ti. Forzadamente tuvimos que decir adiós, seguramente el tiempo ha de permitirnos emprender un viaje más. Con amor, respeto y admiración, en memoria de Lucio Pedro Ramírez (†). A mi Madre, mi gran guerrera: Mujer de semblante aparentemente débil y frágil, pero de carácter fuerte. Has demostrado ser valiente y resistente ante un fúnebre y gris paisaje. Tú, mi guía ante los obstáculos, mi cuidadora y protectora en las enfermedades. Mi mejor maestra en este camino, la arquitecta para el logro de mis metas, la guardiana de mis sueños. Tú, mi todo, mi mujer guerrera. Te agradezco continuar a mi lado, resistir ante cada nueva locura adoptándote a los cambios. Fortaleza es la que he adquirido de ti, gracias por tu brillo y tu resplandor, por tu cariño y paciencia. Comparto cada logro contigo, porque gracias a ti he forjado cada proyecto. Tu apoyo incondicional hace de mí la mujer que ahora soy. Te amo mamá, Margarita Zavala. A mi Hermana: Valentía, fortaleza y coraje la vida ha depositado en ti, la audacia es la característica primordial en ti. Mujer que emana “admiración” en su seguir, positivos aprendizajes que se extraen de ti. Con amor y respeto para mi hermana Agueda Verónica. A mi Hermano: Inasertividades, caídas y tropiezos distintivamente son rasgos en tu persona. Mortificaciones y preocupaciones cosechas en las personas. Esperanzas colocamos en ti, el orgullo es el porvenir. Inteligencia y rabia me enseñas a mí, confianza es la que deposito en ti. Con amor y respeto para mi hermano Pedro Alberto. A mis sobrinos: Ante la muerte llega la vida, ante la ceguera llega la luz; Ante lo negro, llega la coloridad. Y ante los llantos llega la alegría, alegría de verlos crecer, alegría que reinan con su tan pequeña pero tan grandiosa presencia. Con mucho amor para Yaretzi y Jared. A mis amigos…Risas, motivaciones, tristezas compartidas, discrepancias, posibles discusiones son la base de toda valiosa amistad. Agradecida con la vida por contar con verdaderas amistades, en las que cada día deposito no sólo confianza sino también alegrías y con quiénes me he comprometido a escalar hasta la cima. Mirar el pasado y sostenerlo con tu presencia me hace recordar cada sueño y meta compartidos a tu lado. Gracias por cada anécdota, cada carcajada, por secar mis lágrimas en los momentos más oportunos y por aún continuar a mi lado. Con cariño, admiración y respeto para Carlos Edivaldo. La Universidad no sólo sembró la mejor preparación académica, junto con ella también se cosecharon las mejores amistades. Mi instancia en la UNAM se vio fortalecida de su constante presencia. Una meta y una hermandad es la que comparto con ustedes: Adriana, Jorge, Tania y Thalia agradezco enormemente su inserción en mi vida, con cariño, respeto y admiración. Al Sistema Penitenciario del Estado de México: Retribuyo la confianza depositada en la intervención dentro de sus estancias. Aprendizajes, empatía, respetuosos tratos me acompañan de grandes colaboradores del Área Técnica de Psicología del Centro Preventivo y de Readaptación Social, con cariño para los licenciados (as): Ernesto García, Patricia García, Marcela Castrejón, Rocío Morales, Abraham, la presentación de dicha tesis es también un logro compartido con ustedes, a quienes admiro y respeto. ÍNDICE ABREVIATURAS .............................................................................................................. 1 RESUMEN ......................................................................................................................... 2 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 3 CAPÍTULO 1. EL MÉXICO DE LOS AÑOS 80. LA DÉCADA PÉRDIDA 1.1.1. Crisis. La Huella del Endeudamiento .................................................................. 10 1.1.2. La Distribución Urbana. Una mancha voraz de asentamientos ........................... 14 1.1.3. La Participación Social del 85. El terremoto social y político que unió al pueblo y estremeció al PRI ........................................................................................... 16 1.1.4. La Resistencia Juvenil antecedida a la “Década Podrida” .................................. 18 LA MIRADA INSTITUCIONAL SOBRE LOS JÓVENES DE LOS AÑOS 80 1.2.1. El uso de las Políticas Públicas Juveniles en los 80 ........................................... 22 1.2.2. Políticas y campañas. Estrategias públicas para la alianza de los denominados “chavos banda” a las trincheras del control.................................................................. 23 CAPÍTULO 2. LA IDENTIDAD Y LOS PREJUICIOS ASIGNADOS DENTRO DEL MOSAICO JUVENIL 2.1.1. ¿Qué sobre la Identidad? ................................................................................... 26 2.1.2. Estereotipos, prejuicios y estigmas. Una mezcolanza de orígenes desacreditadores para los “otros” ................................................................................. 28 2.1.3. Medios de Comunicación: Fieles Siervos del Desprestigio ................................. 31 2.1.4. Breve recorrido por los enfoques que ocuparon sus investigaciones en los comportamientos juveniles ........................................................................................... 34 RECONSTRUYENDO A TRAVÉS DE LA MEMORIA COLECTIVA 2.2.1. La “Memoria Colectiva”. El Túnel del Tiempo, el Espacio y los Objetos .............. 39 CAPÍTULO 3. LAS RAÍCES DE LA BANDA 3.1.1. ¿Cómo florece la Generación de los años 80´s? ................................................ 42 3.1.2. Rock, rock, rock & roll ........................................................................................ 45 3.1.3. Represión Gubernamental a los rocker´s ........................................................... 46 3.1.4. Punk. Gritos de rabia e inconformismo ............................................................... 48 3.1.5. Locos “Disco locos” al ritmo sonidero ................................................................. 51 LA CULTURA DEL JOVEN DE LOS 80 3.2.1. Los espacios públicos. La apropiación de la calle, el barrio, el territorio ............. 52 3.2.2. Las tocadas. La congregación del caos armónico .............................................. 55 3.2.3. El Chopo. Cuna de la “otredad” .......................................................................... 57 3.2.4. Música. La sonoridad de la resistencia ............................................................... 61 3.2.5. La Estética. “Cruda y Podrida” ............................................................................ 63 3.2.6. Códigos lingüísticos. El caló de la banda ............................................................ 65 3.2.7. Organizaciones Juveniles. La Autogestión ......................................................... 68 3.2.8. Medios alternativos “Por y Para la Banda” .......................................................... 72 CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE TRABAJO 4.1.1. Echando a volar el casete hacia atrás ................................................................ 75 4.1.2. El Acercamiento ................................................................................................ 76 4.1.3. ¿Quiénes son ellos? ........................................................................................... 77 PRIMERA Y SEGUNDA SESIÓN Contexto Socio-Cultural-Político ...................................................................................... 83 TERCERA SESIÓN Identidad. El Mosaico Juvenil ........................................................................................... 86 CUARTA SESIÓN Espacios Públicos. El goce explosivo entre la banda ....................................................... 93 QUINTA SESIÓN Identidad Sociomusical. Al son del rocanrol ....................................................................102 SEXTA SESIÓN Estética. Un modelo de inclusión-exclusión ....................................................................108 SÉPTIMA SESIÓN Códigos Lingüísticos. Una simbología de protección ...................................................... 117 OCTAVA SESIÓN Prejuicios. El canal del desprestigio ................................................................................123 NOVENA SESIÓN Organizaciones Alternativas para el Sector Juvenil en los 80 .........................................129 CONCLUSIONES ...........................................................................................................133 REFERENCIAS ..............................................................................................................141 1 ABREVIATURAS A Anarquismo BM Banco Mundial BUK Bandas Unidas Kiss de Tacubaya C.C.R.F.P Colectivo Cambio Radical Fuerza Positiva CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe CHAPS Chavas Activas Punks CPJ Consejo Popular Juvenil CREA Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud ESCA Escuela Superior de Comercio y Administración FMI Fondo Monetario Internacional FND Frente Nacional Democrático PND Punks Not Dead PRI Partido Revolucionario Institucional PRD Partido de la Revolución Democrática 2 RESUMEN A partir de una metodología cualitativa, la presente tesis se aboca al estudio del fenómeno que durante los años 80 denominó la CEPAL como la “década perdida”. Ante el declive económico, político y social que desafiaba México y Latinoamérica, múltiples factores complejizaban, e incluso completamente frenaban, la inclusión del mundo juvenil en áreas educativas, laborales y recreativas. Con tales dificultades, emergieron jóvenes herederos de una crisis que se asentaban principalmente en las periferias de la Ciudad de México. A manera de rememorar colectivamente el contexto de los años 80 y el origen de los chavos banda por la zona periférica de Nezahualcóyotl, este estudio permitió generar un contacto con varones que experimentaron estas vivencias durante su etapa juvenil y que por diferentes circunstancias hoy día se encuentran recluidos dentro de un Centro Preventivo y de Readaptación Social. Se revela, así, una encrucijada a partir de un género musical que definió su identidad y sus diferentes maneras de socialización; “el rock”, vehiculó la fractura entre el mundo adulto y el mundo juvenil. Palabras clave: Identidad Juvenil, Década Perdida, Rock, Memoria Colectiva. 3 INTRODUCCIÓN Tenemos memoria Tenemos amigos Tenemos los trenes, los bares Tenemos la duda y la fe… Tenemos urgencia Tenemos amores que matan Tenemos silencios, razones Tenemos cenizas de revoluciones Orgullos, presente… Tenemos locura, deseos Tenemos sexo, el rock Los pies en el barrio Y el grito en el cielo… Tenemos nostalgia, piedad… Insolencia Joaquín Sabina INTRODUCCIÓN Revelar un interés por la temática juvenil se manifiesta, por ejemplo, sólo cuando ésta llega a considerarse un “problema” ante el orden social. A menudo se generaliza a esta comunidad bajo estereotipos y prejuicios en los cuales los jóvenes son señalados como conflictivos, caóticos e inmersos en un aparente descontrol por no alinearse a un protocolo uniformemente preestablecido de conductas, valores y proyectos “ideales” determinados por una sociedad. Durante la Década de los 80, grupos de jóvenes vivieron una grave crisis que los separó determinantemente de la educación formal y del mundo laboral; estos jóvenes eran habitantes de las periferias de la ciudad incrustados en los cinturones de miseria; hijos de padres que migraban al Distrito Federal con la esperanza de emprender una vida de mejor calidad y mejores oportunidades para sus hijos. ¡Oh triste visualización derrumbada al encontrarse con discriminaciones, precariedad y falta de empleo para alcanzar los sueños que anhelaban, Enfrentándose a una cruel y desigual selva de asfalto! 4 Retornar a este periodo contextual y juvenil permitió desarrollar la presente investigación a partir de la formulación de dos preguntas que orientaron la dirección del trabajo y del análisis. La primera inquietud se inclinó desde un panorama de alarmante anti-progreso experimentada a nivel nacional durante los años 80, es decir ¿de qué manera repercutió una crisis en México en el desarrollo social de los jóvenes durante la llamada “década perdida”?A partir de este cuestionamiento se precisaron las características económicas, políticas y sociales del fenómeno de la crisis estructural en México permitiendo abordarlo desde una perspectiva psicosocial en torno a la repercusión de estos factores en el desarrollo social de los jóvenes. La curiosidad trascendería en la construcción del segundo cuestionamiento que de manera muy enfática permite distinguir el abordaje de los chavos banda desde un contexto en reclusión, tres décadas después a la génesis de su congregación: ¿cómo es evocada y reconstruida la “década perdida” por aquellos que la vivieron siendo jóvenes y que se encuentran hoy en reclusión? Lo que conllevó a precisar la manera en que la historia común de los jóvenes de la “década perdida” se manifestó a través de aspectos ideológicos, sociales, musicales y de esparcimiento. Definiendo, así, una investigación de corte cualitativo que inició con una indagación histórica-monográfica en torno a la época de los años 80, posteriormente se adoptó un análisis teórico de acuerdo a los conceptos de identidad y memoria colectiva. Finalmente se puntualizó la muestra a trabajar, seleccionando de manera no aleatoria-intencional al grupo interlocutor conformado por 4 varones (cuya edad oscila entre 42 y 46 años) del Centro Preventivo y de Readaptación Social (omitiendo la identificación del reclusorio como una medida de resguardo y confidencialidad para los participantes de dicha investigación) a los que se entrevistó con apoyo de entrevistas semi-estructuradas de las que se desprende el análisis de discurso/hermenéutico. Es importante destacar que la conjunción de los tópicos: “memoria colectiva e identidad de los jóvenes de la década perdida” surge bajo la pretensión por retomar lo que para algunos investigadores se trata de un asunto añejo como lo es los “chavos banda” y, por otro tanto, su abordaje desde una estructura preventiva y 5 de readaptación social. Por tanto, la rememoración de esta época catalogada como “década perdida” y el origen de los chavos banda por la zona asfáltica del municipio de Nezahualcóyotl requirió de un acercamiento con vivas voces de este periodo privados de su libertad, por lo que para trabajar la memoria colectiva del grupo en cuestión se llevó a cabo la intervención dentro del Centro Preventivo y de Readaptación Social. La forma de trabajo a la que se recurrió para intervenir dentro del Centro Preventivo se estructuró a partir de la confección de 9 sesiones estructuradas en un periodo comprendido por 4 meses a partir del día 24 de septiembre del 2014 hasta el día 15 de enero del 2015 en un horario de 10:00 a 14:00 horas, elaborando un plan de trabajo bajo esa temporalidad que tomaba en cuenta eventualidades que podrían retrasar la inserción al penal (días de consejo, vacaciones decembrinas, riñas entre internos, etcétera). Cada reunión se constituyó con un horario no mayor a dos horas y media, determinándose una temporalidad continua a fin de no afectar a la población interna en sus actividades diarias, como lo era el pasar lista de asistencia ante su figura de autoridad representada por los custodios o el horario de distribución de alimentos. Bajo esa selección se trató de integrar a quiénes la sociedad consideró excluidos en un pasado por ser partícipes de las bandas y que hoy día continúan siendo aislados y estigmatizados al formar parte de una estructura penitenciaria. El interés por recopilar información de estas voces juveniles atrapadas en los 80 se encauza a partir de la consideración de estos como piezas clave en la totalidad del ensamblaje de un rompecabezas; fragmentos particularmente relevantes para comprender los elementos que los definieron identitariamente y que, en sincronización con sus grupos pares, aportaron elementos propios de prácticas sociales que abren camino a su desarrollo. De manera que la intervención desde este parámetro intenta enriquecer a través del rescate testimonial a aquellas inquietas identidades que experimentaron la dificultosa travesía declinante por la que transcurría México, su producción cultural como una colectividad y sus relaciones sociales, descartando con ello un posible olvido social de estas generaciones abandonadas y olvidadas en la penitenciaría. 6 Estigmatizar es un término no incluyente en esta investigación (por ende, se mantiene bajo confidencialidad el proceso jurídico y los motivos de detención y privación de libertad de los participantes) tratando de entender y no de calificar a las voces de estudio. Se trata de sumar esta aportación como un producto recopilado “por y para la banda” (como suele mencionar la juventud), comprendido a partir del conjunto de los discursos de los 4 participantes que integraron la década de los 80 como un periodo de impacto en el proceso de su socialización a la luz de cambios políticos, económicos y sociales, sustentando empíricamente las bases de una forma de pensar, una forma de vestir, una manera de congregarse y de expresarse musicalmente ante las nuevas generaciones de jóvenes inmiscuidos en el movimiento y de jóvenes profesionistas víctimas del desconocimiento del origen de estas prácticas. Reconstruyendo el pasado no se vencen las dificultosas experiencias que el grupo con el que se trabajó experimenta día a día recluido en un Centro Preventivo y de Readaptación Social, pero si se rescatan acontecimientos de un México que pudo determinarse como una nación perdida en el endeudamiento externo; perdido y atado a una dependencia económica extranjera; perdido entre un abismo inherente a las escasas oportunidades educativas y laborales; perdido en la efectividad de políticas públicas dirigidas a sus jóvenes ochenteros; pero definitivamente hubo una riqueza transferida por el grupo: se trató de una “década dorada” que permitió la congregación y expresión de jóvenes a partir de la conformación de su identidad. En términos de la recopilación de información, los capítulos que conforman la totalidad de la tesis se sustentan con base a elementos históricos y enfoques teóricos que permiten ampliar una visión respecto al tema; así mismo, las imágenes que se localizan a lo largo del desarrollo de las secciones que conforman la investigación fueron extraídas de la siguiente red social: https://www.facebook.com/groups/tolux0812/. Considerando pertinente tomar las fotografías como una lustración del contenido al que se enfrenta el lector. 7 El 1er Capítulo se conforma a partir de dos apartados. El primero de ellos precisa el momento histórico de los años 80 desprendiéndose a partir del poder priista en manos de José López Portillo y Miguel de la Madrid Huerta como figuras presidenciales que particularizaron la “década perdida” como un periodo de cambios particulares en la economía que estallaba en “crisis” (1982), impactando en la población mexicana y muy en particular en el sector juvenil. Se dio una crisis económica acompañada de un alto crecimiento demográfico que impactaba en la distribución urbana, tomando como relieve el asentamiento de la población en las periferias, como es el caso del Municipio de Nezahualcóyotl. El segundo apartado muestra la continuidad de sucesos históricos que enmarcan los años 80 en torno a la creación de Políticas Públicas Juveniles visualizadas sin efectividad al conformarse como una modalidad de “protección y castigo” cuyo objetivo se enfocaba en el control social de “grupos vulnerables” a través de programas y estrategias que pretendía cooptar integrantes de bandas de jóvenes del Distrito Federal y zonas aledañas, como una astucia por corromper la organización de grupos juveniles. Frente a estas poco efectivas Políticas Públicas, el gremio juvenil creaba organizaciones y colectivos como un nuevo medio de autogestión e independencia, atendiendo sus propias demandas e interesesy logrando con ello una mejora en su desarrollo social, cultural y comunitario. Para el 2do Capítulo se abordan las bases conceptuales referentes a los términos de Identidad, Prejuicios y Memoria Colectiva como categorías principales de comprensión para el desarrollo de la investigación. Se concentra a la primera como una conceptualidad abordada desde un enfoque social que estalla al margen de la socialización. Asimismo comprende la forma en que la sociedad emite prejuicios y estereotipos, categorizando distintivamente a los jóvenes como “futuros ciudadanos” y rechazando a los que se enjuician como “marginales disidentes”. Finalmente el capítulo se cierra con el abordaje de la “Memoria Colectiva” como una conceptualización que se desprende con base a heterogéneas perspectivas que la explican como un soporte para la persistencia de los 8 recuerdos colectivos y la reproducción de una identidad ligada a un espacio, tiempo y objetos concretos de una temporalidad en particular. El Capítulo 3ro se ocupa de mostrar un acercamiento con la generación juvenil de los años 80 del Distrito Federal y de las zonas aledañas, ligados a la conformación de agrupaciones catalogadas como “bandas” organizadas de manera voluntaria y colectiva. Por lo que la aproximación a este eje se genera a partir del enfoque de la “Cultura Juvenil” al considerarse parte de una totalidad que se expresa grupalmente a través de la construcción distintiva de su estética, su estilo, sus códigos lingüísticos, sus productos comunicativos, actitudes corporales, etcétera. Ampliando una visión respecto a la cultura juvenil en la construcción de su identidad. El 4to Capítulo se entreteje a partir de la teoría y los datos obtenidos con la intervención en el Centro Preventivo de Readaptación Social, dando origen al “Análisis de Trabajo” que tiene por objetivo trasladar al lector a un mundo ajeno, y pasado, caracterizado por la multitud de los antiguos jóvenes “chavos banda” y su cotidianeidad. El eje de cada una de estas sesiones tuvo como objeto evocar los recuerdos de los participantes trasladándose desde su presente hacia el pasado colectivo e identitario. Se retomaron las mismas categorías abordadas en el capítulo anterior bajo un giro de lejanía temporal de los años 80 al presente año. En la primera y segunda sesión se proyectó y trabajó el documental “1985- 1995 La Década Podrida” con la que se introdujo a los participantes al recuerdo del contexto político, económico, social y cultural que vivenciaron como jóvenes. La tercera sesión derivó de la temática que fuertemente sustenta dicha investigación: la identidad. En ella se elaboraron dibujos que plasmaron la realidad de los jóvenes de los años 80: su vestimenta, sus signos y utensilios que enmarcaba un fuerte arraigo a su colectividad. En la cuarta sesión se incursionó en los “espacios públicos”, sugiriendo la elaboración de pancartas que reflejaron sus viejos territorios, calles y puntos de encuentro con su grupo de interacción. 9 La música se filtró por las paredes del penal para dar origen a lo que fue la quinta reunión, la cual giró alrededor de la “identidad sociomusical”. Se generaron una serie de momentos históricos que dejaron huella en las vivencias de los participantes, dando cuenta que cada letra musical encasillaba una anécdota más. La creatividad dominaba a cada participante, así que la elaboración de botones los trasladó al recuerdo de su vieja “estética”. La sexta sesión desprendió una serie de evocaciones en torno a prendas, marcas, utensilios y estilos con los que se identificaban como chavos banda. El lenguaje y la comunicación conformaron la columna de la séptima sesión, es decir, el uso de “códigos lingüísticos” los cuales quedaron plasmados y atrapados en la creación de un diccionario, cuyo contenido concentró una sucesión de términos ajenos a la comprensión cotidiana. A partir del testimonio de los cuatro antiguos jóvenes chavos banda recluidos en el Centro Preventivo, se logró la reconstrucción de un contexto político, económico y social situado en los años 80 permitiendo al imaginario el acceso a un mundo desconocido entre tierra, lodo, polvo y algunas casas de concreto que hacían habitable el municipio de Nezahualcóyotl. El mundo carcelario permite dar cuenta de un cíclico mundo identitario, donde aparentemente finaliza y renace con el reciclaje de nuevas generaciones; el rock en la cárcel da cuenta de la prevalencia de este género musical a pesar del andar entre diferentes contextos y finalmente la memoria trabajada colectivamente da pauta a la fluidez de testimonios que consagran la “década perdida como una década dorada”. 10 CAPÍTULO 1. EL MÉXICO DE LOS AÑOS 80. LA DÉCADA PÉRDIDA 1.1.1. Crisis. La Huella del Endeudamiento Acudir a un pasaje de los años 80 permite resituarse en un enfoque panorámico en donde la política priista y su específica manera de gobernar condujo a México a una de las más severas crisis. ¡La crisis ha llegado! Como vientos que aterrizan y producen grandes cambios en la metrópoli las crisis se hacen presentes de manera inesperada ante una sociedad que debe adaptarse a esos periodos asediados de transformaciones, carencias, falta de oportunidades y endeudamientos. México experimentaría largos periodos de crisis cuyas fases impactarían consecutivamente en el transcurrir de su historia: 1826, 1873 y 1931 acontecían como etapas de endeudamiento con el exterior, sin embargo y para los fines de investigación la crisis que permite profundizar el contexto político, económico y social data a partir del año de 1982. De acuerdo a la reconstrucción histórica, en la década de los 80 comenzaría la aplicación del modelo neoliberal cuya función se basaba en incorporar al país a la economía de libre mercado destruyendo sindicatos, universidades, movimientos sociales, medios de comunicación autónomos y organizaciones gremiales con el fin de favorecer exclusivamente a empresas trasnacionales. Con el cargo en la presidencia de José López Portillo (1976-1982), la penuria económica se reactivaba; a pesar del “progreso” ostentado por su gobierno, surgían limitaciones que impedían el crecimiento a la nación, “los topes salariales” continuaban como un acuerdo establecido por el presidente y el Fondo Monetario Internacional (FMI) “restringir el gasto público, fijar topes a los aumentos de salario, liberalizar el comercio exterior y limitar el crecimiento del sector paraestatal de la economía” (Guillén, 2000). De manera que, ante tantas restricciones, el salario mínimo se mantenía en $107.11. 11 Con ello se afectaba sobre todo a la clase trabajadora, hecho que incitó a la declaración de huelgas luchando por sus derechos y un pago justo. Por su parte, el sector empresarial declaraba respecto a la huelga: “provocada por grupos sindicales (…) pretenden provocar un desquiciamiento económico general” (El Informador, sábado 14 agosto 1976). Para los propietarios de fábricas, las “huelgas” representaban sólo actos de holgazanería que los obreros realizaban afectando y estancando la producción. Todo ello contribuía al empeoramiento de la situación mexicana, sumándose a este desequilibrio económico la duplicación del valor del dólar que aumentaba la deuda externa que en 1978 era de 37 mil millones de dólares a 71 mil millones de dólares para el año de 1981. En tanto aumentaba la deuda aumentaba el índice de desempleo, ligado a un acelerado crecimiento demográfico que se daba a conocer a través del Consejo Nacional de Población, quienes contabilizaban un total de 72 millones de mexicanos, por lo que indicaban un mayor control en la población “los problemas que actualmente enfrenta el país: demanda de alimentos, escuelas, hospitales, servicios públicos aumentarán alarmantemente”. (El Informador, jueves 12de agosto de 1979). Esta circunstancias influirían en la creación de campañas como: “La familia pequeña vive mejor” a fin de reducir la tasa de natalidad. En medio de estos derrumbados escenarios económicos, para 1982 el sexenio lópez-portillista concluía su mandato en el poder, cediendo su poderío al entonces candidato priista Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), a quien se le heredaba un periodo presidencial cuyo contenido arraigaba una de las “crisis” más severas del país, conduciendo a México bajo una configuración de emergencia económica como producto de la recesión económica mundial que, a su vez, elevaba la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Con el endeudamiento externo el estado pronto activo un plan de austeridad en el gasto, lo que desencadenó un aumento en la inflación, induciendo a una desvalorización de la moneda nacional que repercutía en los bolsillos mexicanos, a quienes impactaba también el aumento de los productos de la 12 canasta básica que de acuerdo a la Secretaria de Comercio incrementaban sus costos: La tortilla pasará de $5.50 a $11.00; el bolillo y telera de 70 gr de ¢0.50 a $1.00: la gasolina nova de $6 a $10: el gas doméstico de $4.30 a $5.10 kilo, más un incremento mensual de ¢10 por kilo durante 12 meses. (El Informador, lunes 2 de agosto de 1982). Razones que indujeron a la población a optar por el desempleo de manera informal y por migrar hacia los Estados Unidos, quienes generalmente se desplazaban al país vecino eran parte del sector más productivo del país, es decir, los varones solteros de entre 16 y 30 años de edad que trataban de ascender y obtener una mayor remuneración a cambio de su trabajo. Obtenían un aumento de $15.96 a lo que el salario mexicano ofrecía ($107.11+$15.96=$123.07). Por su parte el Banco Internacional de Pagos en Suiza autorizaba a México un total de 1,850 millones de dólares, dinero que ayudó posteriormente al incremento del salario a pesar de que la población se enfrentaba a una tasa de desempleo fuerte ante el cierre de 1620 maquiladoras además de la clausura de diversas empresas. Cada uno de estos procesos mantuvieron un estancamiento económico tanto a niveles familiares como a nivel nacional, lo que prevaleció, así, fue la desconfianza, las devaluaciones persistentes del peso mexicano, la especulación y fuga de capitales; las reservas del Banco de México habían llegado a cero, por lo tanto el país se declaró insolvente para hacer frente a su deuda, pidiendo apoyo a la banca internacional, que después traería como consecuencia el crecimiento de la deuda externa. ¿Quiénes “Apoyaban” a México en la batalla por vencer la crisis? Por su parte, México acudiría una vez más al apoyo patrocinado por los Estados Unidos, quienes asignarían acreedores privados extranjeros, cuyos bolsillos poseían lo esencial para el pago de la deuda externa. Así mismo, parte de este beneficio se vería proyectado en las ganancias financieras para el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que tenían como principal meta la 13 reactivación económica de América Latina, apostando por dar fin a la crisis económica. Tras concluir su función como administrador del FMI, Jacques de Groote exponía en el diario belga Le soir (1994): Existen innumerables ejemplos de éxito. El caso típico es el de México. En octubre de 1992 este país conocía una grave crisis de la deuda y la acción conjunta del FMI y del BM permitió una adaptación rápida, un enderezamiento de la balanza de pagos con una disminución limitada y de corta duración de los ingresos de la población. Hoy se asiste a un retorno de capitales hacia México y el Banco Mundial ha generado un programa para diversificar la producción (…). Sin embargo, dichas inversiones serían ejecutadas por periodos cortos, detrás de este panorama de intenciones solidarias, lo verdaderamente escalofriante se convertiría una vez aplicada la política con tasas de interés muy elevadas puestas en marcha por el mismo gobierno tricolor e impuestas a su propio pueblo. Con un gobierno insuficientemente capacitado por conseguir una reactivación económica, brotaría la epidemia de privatizaciones a empresas públicas vendidas a un valor disminuido y al mejor postor. Mientras los políticos gozaban de sus jugosas ganancias inequitativamente, la balanza comercial de México declinaba una vez más destruyendo la confianza de sus inversionistas privados, quienes consecutivamente extrajeron su dinero. Situación completa que condujo al país a la reventa de las acciones compradas en la bolsa. El reflejo de la crisis mostraba estadísticamente la ampliación de la población; para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) los años 80 eran calificados como una “década perdida” en el declive económico y educativo de los países latinoamericanos, incluido México1. 1Reygadas, 2008. Citado por Saravi, Juventud y sentidos de pertenencia en América Latina: causas y riesgos de la fragmentación social”. En Revista CEPAL, 98, agosto de 2009, p.48. 14 1.1.2. La Distribución Urbana. Una mancha voraz de asentamientos Además de los cambios que sufría el contexto económico, el país soportaba severas transformaciones en su estructura urbana categorizándose en torno a la distribución de ingresos de sus habitantes. Con la desaceleración demográfica y la migración del campo a la ciudad, serios cambios se originaban en la capital “marginación, engrosamiento de los cinturones de miseria, contaminación, frustración colectiva, deficiencias en los servicios públicos, falta de oportunidades en la educación, falta de opciones recreativas y delincuencia en aumento” (De la Barrera, 1986). De tal manera que la Ciudad de México se segmentaría en dos contextos que hacían notorio el panorama: de lado poniente y sur se concentrarían los fraccionamientos más privilegiados, mientras que de lado oriente y norte lo harían las colonias más populares. Esta modernización urbana acentuaba la presencia de los jóvenes en los espacios públicos; hijos pródigos de los llamados “paracaidistas”, familias concentradas por numerosos miembros de las nuevas colonias surgidas en los terrenos baldíos; aislados de la educación mientras su colonia se legalizaba; desempeñando oficios entre los que destacaban: ayudantes de albañil, mozos o novatos en pequeños talleres que les brindaban la oportunidad de aprender y trabajar. Por su parte, las colonias proletarias se extendían velozmente hacia el área urbana y los municipios colindantes del Estado de México, a través del proceso de invasión-ocupación, formaban “los cinturones de miseria en el Cerro de la Villa, Iztapalapa, Copilco, Pedregal de Carrasco, Barrancas de San Isidro entre otros (Gomezjara, 1983). Mientras tanto en el Oriente, Nezahualcóyotl2 se habitaba como resultado del crecimiento poblacional y de la población de migrantes campesinos que 2 Nezahualcóyotl, nombre asignado en náhuatl cuyo significado quiere decir “coyote en ayuno”. Se trata de una ciudad nacida en los años 40, cuando debido a los procesos para drenar el Lago de Texcoco algunas personas se establecen en la parte seca del Lago. Pero es hasta los años 60 cuando esta comienza a tener mayor demanda de habitabilidad, se trata de un territorio que para los fraccionadores representó una mina de oro con la venta y reventa de sus terrenos. La predominancia de la tierra y de sus calles sin pavimentación, hacen de este espacio el lugar propicio de encuentro entre niños y jóvenes para dar origen a lo que se conoce como “futbol 15 llegaban a la gran urbe con la esperanza de probar mejor suerte a la luz de las imposibilidades de progreso en el sector del campo. Desde los años 60-80 la apropiación detierras mantuvo un nulo contacto con la implementación de servicios públicos que la población nezahualcoyotlense requería (agua potable, drenaje, energía eléctrica, pavimento, recolección de basura, hospitales, escuelas, alumbrado público), aún y con el déficit de infraestructura los propios colonos ocuparon de su innovación para abastecerse de ellos, así, por ejemplo: el agua era acarreada, la iluminación en sus hogares se desprendía gracias al uso de velas, dadas las circunstancias el alimento se elaboraba con anafres o pequeñas estufas con depósito de petróleo. Los primeros pobladores tuvieron que hacer frente a ello y a la construcción de sus primeras viviendas a base de cartón y láminas que en épocas de lluvia flotaban como frágiles estructuras en el extenso pantano de lodo. Así, los primeros colonos soportaban no sólo carencias económicas, sino también de bienes públicos y junto con estas numerosas penurias se enfrentaban a las constantes pruebas de la naturaleza, aprendiendo junto con ellas a la conservación de sus tierras y a sobrellevar el deterioro de salud procedente de un ambiente propicio a las infecciones. Con el transcurrir del tiempo, obreros y comerciantes se asentarían como nuevos residentes, lo cual significó la conformación de una “ciudad dormida” que de día sus colonos ocupaban de su tiempo para trasladarse al D.F. a laborar y de noche sus tierras los acogían para descansar. Nezahualcóyotl (coyote en ayuno), es un territorio que desde su conformación ha sido símbolo de resistencia 3 y lucha para su habitabilidad; gracias a la asociación y organización entre sus pobladores ha mutado de una ciudad perdida en el municipio con mayor cantidad de habitantes; “Neza” como lo mencionan con cariño es una muestra de inclusión que inicialmente gesto como una zona de asilo, polvo y cartón para transformarse en una zona de confort. llanero”, de manera que el Centro Preventivo y de Readaptación Social “Bordo de Xochiaca” figuró como un punto de encuentro para las generaciones futboleras antecedentes a los años 90. 3 Resistencia, alude a la práctica de oponerse al sistema dominante, cuestionando al poder y a sus relaciones ante una realidad injusta. Entiéndase por sistema dominante aquel partido político, gobierno o Estado, que tiene poder y que lo ejerce con un rigor autoritario. 16 1.1.3. La Participación Social del 85. El terremoto social y político que unió al pueblo y estremeció al PRI Entre otros elementos históricos que entretejían al México de los 80, éste no sólo se derribaba con la caída de la bolsa mexicana y el aumento de la deuda externa, a ello sumaría 3 años después el derrumbe de su ciudad que permitía mirar a un pueblo solidario y en resistencia. El calendario marcaba un 19 de Septiembre de 1985, nadie imaginaba lo que acontecería: un aterrador desastre natural. El terremoto había dejado a su paso el desmoronamiento físico de construcciones de las colonias Juárez, Roma, Tlatelolco, Guerrero, Morelos y Tepito. Las ostentosas nubes de polvo y los grandes trozos de concreto oscurecían el aspecto nítido de la capital, sepultando cuerpos de su ciudadanía, viviendas e historias compartidas. Frente a la alarmante tragedia, la inexperiencia gubernamental permaneció inmóvil ante las demandas que exigía tal emergencia, motivos que impulsaron al pueblo a tomar el poder de las calles, de su organización y autogestión. Aun con el dolor de la pérdida humana y material amas de casa, estudiantes, obreros, rescatistas, profesores, médicos y jóvenes, se homogenizaron en una sola unidad reforzada por un solo componente: “La Solidaridad”. A pesar de que el gobierno deseaba minimizar el problema, con frases como “quédense en su casa, no salgan” la gente desobedeció y salió a las calles. Así, sin ser llamados con base a una convocatoria, la gente hizo de este acontecimiento un todo, que incluía la participación de cada uno, derrumbándose junto con la catástrofe las fronteras sociales y sobrepasando la tardía reacción del gobierno y el infructífero Plan de Desastres propuesto por este mismo. De manera que la acción autogestiva dio paso a una organización destacadamente audaz; brigadas de voluntarios sin mayor o menor experiencia se veían por doquier, encargándose en el rescate de cuerpos, el acopio de alimentos y vestimenta, la dirección del tránsito vehicular, el traslado de heridos y la atención 17 médica permitían la formación de grandes cadenas de apoyo humano que mostraban una primordial visión, “el bien común”. México siguió de pie gracias a la Resistencia de millones de héroes anónimos y con ello la cultura juvenil concientizaría tal fenómeno con la organización de eventos de contenido cultural para el apoyo de los damnificados (Kermeses, cineclubes en los predios, encuentros callejeros de danza, música, teatro, arte) junto con el involucramiento de escritores, artistas, bailarines, músicos y rockeros (grupos como Trolebús, Maldita Vecindad, entre otros) fortalecían la solidaridad a través de un acto comunitario con sabor autogestivo. El terremoto no sólo generó una participación ciudadana, junto con él la sociedad pudo dar cuenta que podía también enterrar la dictadura del PRI.4 A la luz de una sociedad más crítica para 1988, frente a la acumulación de un descontento por la manera de gobierno fraudulento (fraudes electorales), represivo (represión de movimientos) y violento (matanza de estudiantes), característico del PRI, un gran porcentaje de la población veía en Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del FND5 la esperanza de una transformación radical para México, dado el beneficio que su padre, el General Lázaro Cárdenas, otorgó a campesinos, obreros y populares empobrecidos, muchos añejos partidarios y sus nuevas generaciones depositaban en él una nueva era de inclusión y cambio. Todo parecía indicar que el trono del PRI sería desbancado, sin embargo, este una vez más haría frente al peligro a través del fraude electoral concretizado 2 meses después de la fecha de voto (6 de Julio de1988); el 7 y 8 de septiembre los resultados destacarían un triunfo más al PRI a mando de su candidato Carlos Salinas de Gortari. Golpeando fuertemente las expectativas ya generadas de un cambio frente al pueblo, la ciudadanía una vez más se organizaría para hacer frente al fraude. En apoyo a Cuauhtémoc Cárdenas el 16 de Julio una gran masa marchaba del Monumento a la Revolución al Zócalo exhortando al candidato a tomar el Palacio Nacional. 4 PRI. Partido Revolucionario Institucional. 5 FND. Partido Frente Nacional Democrático. 18 El fraudulento suceso una vez más fortalecía el poder del PRI, haciendo frente a la competencia la creación de un nuevo partido, PRD, Partido de la Revolución Democrática liderado y creado por Cuauhtémoc Cárdenas. Por su parte la administración Salinista, asociada con el PAN,6 excluiría de todo diálogo al nuevo partido, difundiendo una imagen de este como violento para la estabilidad del país aun con el hostigamiento y asesinato de miembros de lo que para ese entonces era el inicio de un partido de izquierda. Al igual que en 1985, 1988 significó para México la opción de alternativas frente al control del PRI, la participación de una ciudadanía que unificada en el voto anhelaba un mundo con nuevas condiciones de vida y de expansible integración. Cuauhtémoc Cárdenas supo ofrecer lo que otros candidatos no prometían al pueblo, un rechazo al régimen establecido por el PRI, autor intelectual de crisis y atrocidades. El mérito hacia el Cardenismo, por más pequeño que parezca es grande; a pesar de las desacreditaciones asignadas por la competencia priista. Cárdenas, cosechó en el pueblola esperanza perdida y junto con él resistió. 1.1.4. La Resistencia Juvenil antecedida a la “Década Podrida” “(…) Tenemos una deuda lo mismo la inflación la crisis petrolera y el peso devaluado inundan las razzias para sacar dinero maldito presidente, reprime el gobierno (…)” Grupo punk: caos subterráneo La generación juvenil de los 80 antecede y se conforma a partir de momentos históricos elementales que se desprenden a partir de los años 60. Para 1968 México se engalanaba por la organización de los Juegos Olímpicos, el contexto internacional parecía enredarse de júbilo, libertad y festividad, sin embargo la única libertad que se ejecutaba era el vuelo de algunas palomas que adornaban el arranque de esta conmemoración. 6 PAN. Partido Acción Nacional. 19 En el interior del país la libertad de expresión y manifestación se veía reprimida por las acciones del para ese entonces Presidente, Gustavo Díaz Ordaz. La euforia de la rebeldía se concentraba por medio de magnas manifestaciones movilizadas principalmente por jóvenes, pero también por mujeres, obreros y estudiantes, resonando su visión sobre el país, la economía, el mundo y la sociedad. “Sesenta y ocho” no sólo es la memoria de un año, sino también la rememoración de una rebelión mundial de movimientos que hacían de las calles las mejores armas para hacer vibrar la unión de sus voces, de sus pensares, sus necesidades y demandas que aquejaban a la humanidad; se trata de un periodo de grandes protestas en contra de las guerras, la gestación de la contracultura, la organización de grandes festivales de rock, manifestaciones por los derechos, por la liberación y la educación. “Pueblo abre los ojos”, “abajo la momiza”, “¡no queremos olimpiada queremos revolución!”, eran algunas consignas que la masa mexicana conjuntamente exclamaba, abriendo a la luz pública algunas peticiones de índole política: liberación de presos políticos, disolución de cuerpo de granaderos, entre otros petitorios inclinados a la integración y democratización que daban cuenta del sistema autoritario impuesto por el PRI. Aun con la masacre innecesaria de un pueblo activo, el 68 fortaleció la participación ciudadana, moviendo conciencias e impulsando nuevas actitudes que transformarían un ambiente sumiso y sigiloso en un paisaje de expresión, protesta y organización, radicalizando a obreros y también a mujeres habituadas a la obediencia en féminas de lucha por acceder a los ámbitos de la vida pública y con ello nutrió a su juventud de lucha y rebelión, convirtiéndolos en los principales sujetos de cambio social frente al autoritarismo. México no sólo ganó 9 medallas, México ganó sujetos de acción y organización como una reacción frente al gobierno. Ganó la renovación cultural de jóvenes en resistencia incluso con la destrucción de sus ilusiones, la ruptura de 20 sus esperanzas, la absorción de sus aspiraciones y la aniquilación de sus posibles sueños. Para los años 80, como ya se ha venido manifestando, el débil desarrollo en la producción de México, el modelo económico imperante y el debilitamiento de las políticas sociales, perturbaban a la población juvenil mexicana interfiriendo en la obtención de sus necesidades básicas: alimento, vivienda, vestido, calzado, etcétera. Éstos eran sólo algunos componentes que detonaban un desencanto y una frustración ante su imposibilidad de satisfacción. La educación, un derecho a nivel constitucional, se consolidaba como una esfera selectiva de oportunidades: abierta para una minoría y cerrada para las masas. Se originaba que tanto niños como jóvenes permanecieran rezagados, excluidos e inactivos, dado que se les negaba el privilegio de obtener un lugar dentro de las instituciones de educación pública. En la era de esta “década perdida” se retrasaba su inserción en el campo educativo y por ende se aplazaba su posibilidad de ingresar al mundo laboral. Ante la falta de oferta ocupacional, su lenta generación y el desigual acceso a su incorporación surgían los nuevos subproletariados que en palabras de Menapace (1977), ocupa un apreciable lugar la juventud: ¿Por qué los jóvenes parados son una parte del subproletariado? (…) el paro, al no ser coyuntural o marginal, sino estructural, produce una cultura, una ideología, un modo de ser permanente y no una simple moda (…) el nuevo subproletariado juvenil no es de origen obrero (…) es un producto directo y estructural de la crisis (“somos hijos de la crisis”). (…) De ahí proviene la cultura de la extrañeza, la irresponsabilidad, la ausencia de mediación política, el enfrentamiento directo con el poder, el desinterés por la incorporación a la cultura organizada, la fortísima exigencia de comunicación colectiva y de producción de nuevos lenguajes (la manifestación como teatro callejero, el slogan como mensaje rítmico, la ironía como desacralización de las ideologías); ésta es la única “producción” permitida a quienes no tienen ni siquiera la esperanza de encontrar un trabajo. 21 La penetración del joven al mundo laboral dependía invariablemente de su posición social; los jóvenes de los status sociales más bajos, procedentes de una insuficiente escolaridad, obtenían como resultado ingresos mal remunerados, sin acceso a servicios médicos, sin prestaciones sociales ni contratos que cubrieran sus derechos como trabajadores laborando en condiciones precarias. Encadenados al aniquilamiento de sujetos que se aprovechaban de su miseria, pobreza, carestías y necesidades económicas, la juventud se alineaba a una producción socialmente de abaratamiento de mano de obra y explotación propiciada por sus superiores. El insuficiente acceso a la educación sujetaría a la población juvenil a incorporase prematuramente al mercado, fijando su desarrollo en los estratos menos favorecidos. Así, el déficit de empleo sumado a la educación excluyente en las escuelas públicas, dirigía a la juventud mexicana a emigrar a los Estados Unidos, asociado a la temible frase antiprogresista difundida por el mismo gobierno: “empléate a ti mismo”, frase que evidenciaba la terrible ausencia de opciones laborales que podía ofrecer el gobierno mismo. Entonces, la burbuja de problemas sociales fortalecía cada día la conformación de la “Década Podrida”;7 el tan aclamado progreso y desarrollo elogiado por el gobierno no representaba más que una mutilación por adscribirse al horizonte de las promesas y las oportunidades, el ser joven era sólo un privilegio de clase. A diferencia del pasado cuando la juventud era una etapa transitoria segura hacia la adultez, los jóvenes tenían la certeza acerca de cómo vivir y qué hacer ante cualquier circunstancia que se pudiera presentar como obstáculo para sus metas a futuro (…) hoy en día nos encontramos que la juventud es la etapa perdida y que se encuentra sin guía, camina sin rumbo en la incertidumbre al mismo tiempo que no logra comprender los cambios sociales, económicos y políticos que se presentan (Fernández, 2001: 67). 7 Término acuñado por los mismos jóvenes: herederos del desencanto político y la falta de oportunidades. Jóvenes productos del olvido e invisibles para los proyectos gubernamentales que no satisfacían sus aspiraciones, ni mucho menos el acceso a la educación, seguridad, higiene y futuro laboral. 22 Así los jóvenes de los ochenta, primogénitos de una economía insana y un desarrollo desequilibrado, crecía a un ritmo acelerado en medio de la marginalidad, sin opciones ni alternativas. Como herederos del espíritu del 68, la rebelión y el rocanrol (pelo largo, minifaldas, jeans y sexo, símbolos en vigencia) los jóvenes ochenteros se levantaron desde la organización de sus propias colonias para autogenerar su propia libertad a través del canto, el baile, la calle,la estética, la música y la emergencia de una nueva identidad en resistencia, con un espíritu creativo y de autoafirmación: “los Chavos Banda”.8 En este sentido, el 68 perduraba como un nuevo legado, el legado de jóvenes que se expresaban alternamente frente un mundo autoritario, desplegando una diversidad identitaria que en los siguientes capítulos se explicará detalladamente. LA MIRADA INSTITUCIONAL SOBRE LOS JÓVENES DE LOS AÑOS 80 1.2.1. El uso de las Políticas Públicas Juveniles en los 80 Los años 80 no sólo se caracterizaban por la crisis estructural que agitaba a México, por el declive educativo-laboral o por el acelerado crecimiento demográfico. En cuestión de Políticas Públicas Juveniles no se mostraba una efectividad debido al carecido interés perpetuado entre las estructuras de poder y las instituciones comprometidas con el sector juvenil, su nula capacidad de encuentro permeaban una escasa comunicación entre sí. Ante tales circunstancias examinar el periodo comprendido por los años 80 permite detectar una obstruida proposición de programas para la población juvenil; sin embargo, es importante determinar por qué y para que se ocupa de la imagen de estas políticas públicas. 8 “Chavos Banda”, término no incluido en la definición de algún diccionario. Sin embargo, su significación ambivalente puede variar de acuerdo a la visión de quién que lo determina; desde una postura neutral, se trata de grupo de jóvenes reunidos en un espacio público como la esquina de las calles, aglomerados por gustos musicales iguales, formas de pensar similares, etcétera; difiriendo a ello para otros pueden representar un grupo de jóvenes que poseen conductas antisociales. 23 Por medio de “políticas públicas” se pretende mostrar una imagen de servicio y beneficio ante la comunidad, su malévola intención administrativa es ocultar las relaciones de poder y la asignación de recursos, presupuestos, beneficios y privilegios en relación a sus intereses para los fines con los que se diseñan los programas. Generalmente buscan resolver problemas económicos y sociales de subsistencia, más no implementan estrategias integrales olvidándose de que existe una heterogeneidad juvenil y esa misma variabilidad de mosaicos hace definir diferentes intereses y visiones. Las instituciones públicas-privadas, la familia, la escuela y la iglesia han aplicado su discurso conservador simplificando el sentido del ser y estar del joven en la sociedad, asignándoles etiquetas despectivas como una muestra más de la intolerancia que ejercen hacía este sector juvenil. Al respecto, se concibe a la juventud como una etapa transitoria que por ser temporal no accede a la proposición de nuevos programas adecuados y útiles, no se reconoce a “los jóvenes”, sino a una juventud homogénea sin distinción económica, diferencia de género y variabilidad de gustos. Se visualizan a futuro al tiempo que se elige a los “exitosos” para convertirlos en actores estratégicos del desarrollo, relevantes para la economía de la sociedad y se oprime a los “fracasados”, postergándoles un futuro ante el nulo acceso al empleo y la educación. Y, finalmente, se crean programas dirigidos a “grupos vulnerables” que deben protegerse o castigarse, creándose modelos poco eficientes cuya dirección se inclina hacia el control social, el enfrentamiento a la pobreza, la prevención del delito o la inserción laboral. 1.2.2. Políticas y campañas. Estrategias públicas para la alianza de los denominados “chavos banda” a las trincheras del control Como anteriormente se explicaba, la acción política actúa conforme a sus intereses y se guía a partir de conocimientos científicos que sustentan su legitimidad. A través de programas novedosos que enmarcan contradictorios avances e interesantes progresos, se esconden las más negras intenciones por devorar a sus enemigos y lustrarlos en radiantes aliados. 24 Para ejemplificar con mayor exactitud estas estrategias de cooptación llevadas a cabo en los años 80 como modelo de control entre los “chavos banda”, transitaremos por diferentes sucesos que estimularon a los jóvenes a unirse a sus trincheras institucionalizadas: 1) 1983. Con el cargo presidencial en manos de Miguel de la Madrid cesarían los antiguos mecanismos de control implementados por las políticas tradicionales y conservadoras, la estrategia no se desempeñaba a través de la represión, sino de la cooptación de líderes mediante la creación de un organismo oficial de corte político integral que serviría para atender las inquietudes juveniles, Consejo Nacional de Recursos para la Atención a la Juventud (CREA). Renovar el pacto entre los jóvenes, la sociedad civil y el Estado para acelerar el cambio pacífico y ordenado y los beneficios del desarrollo lleguen a los jóvenes marginados de ahí que estemos empeñados en consolidar el CREA como organismo entre el Estado y los jóvenes formador de cuadros juveniles (Galindo,9 1983). Se otorgaban principalmente becas y se abrían espacios para la realización de exposiciones, creando bajo la legitimización institucional la revista “encuentro”. 2) 1984. El entonces secretario general de protección y vialidad José Domingo Ramírez Garrido crea un programa a cargo del comandante Luna; su programa convocaba principalmente a jóvenes “chavos banda” que mostraban interés por integrarse a cursos de manejo automovilístico y acrobacias, la invitación estaba abierta para asistir cada jueves por la tarde en el parque Batallón de San Patricio de la Delegación Álvaro Obregón. Su objetivo: concentrar a jóvenes en el grupo de granaderos y policías, con el fin de alejarlos de las drogas y la delincuencia. Para muchos jóvenes se trató de una oportunidad difícil de ignorar, el desconcierto y asombro se apropió de aquéllos que rechazaron la oferta al darse cuenta que quiénes fueron sus “amigos” resultaron ser los peores “enemigos” de 9 Director General del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA). 25 la propia banda que una vez aliados a las fuerzas policiacas no dudaron en cobrarse una que otra vieja rencilla a través de las ilegales detenciones. Extendiendo la misma línea de trabajo, la policía comenzó a generar encuentros de futbol entre sus miembros y las bandas, efectuando de esta manera el proyecto de contrainsurgencia urbana en 1986, con el propósito diluir las bandas y penetrar a sus dirigentes como elementos de seguridad. 3) A mediados de los años 80, el entonces regente Ramón Aguirre Velázquez solicito un proyecto al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM titulado “Juventud popular y bandas de la ciudad de México”, tomando como eje central la temática de los chavos banda y su efecto social. Su principal función era detectar las zonas más violentas, la cantidad de bandas y el actuar policiaco en torno a la represión que ejercían hacia la población juvenil a fin de poner un alto a tales abusos. El problema surgiría al querer crear un lazo entre ellos como sujetos externos y los jóvenes, de modo que la herramienta más certera y eficaz se dio a través de la organización de conciertos, la apertura de espacios para su recreación y la invitación a cursos. Los resultados arrojados por parte de la investigación contradijeron las hipótesis planteadas. Más allá de los prejuicios, estigmas, etiquetas y un sinfín de términos despectivos, existía entre los chavos una notable y coherente organización que utilizaban como un medio de expresión individual y colectiva; la creatividad era su arma fuerte de visibilidad, de dar voz y de distinguirse; su poesía, música y pintura conformaban el arte de decir “aquí estamos”. Una vez detectados aquellos que poseían el perfil de líderes, se les invitó a formar parte de algún grupopolítico y de las estructuras del gobierno. 4) Entre otros programas también se desarrollaban los de capacitación laboral, como una visible solución al problema de desempleo juvenil. Está incorporación productiva de los jóvenes al mercado laboral sólo era una estrategia para el Estado y los empresarios que buscaban la mano de obra joven por un bajo costo. 26 CAPÍTULO 2. LA IDENTIDAD Y LOS PREJUICIOS ASIGNADOS DENTRO DEL MOSAICO JUVENIL 2.1.1. ¿Qué sobre la Identidad? Dando continuidad al estudio de la época de los 80, es durante esta década que surge el interés por el estudio de la “Identidad” abordándose inicialmente desde una perspectiva psicológica como un atributo individual y una cualidad del yo. Los estudios bajo esta temática conducen a los trabajos de E. Erickson, quién planteaba un proceso individual subjetivo de autoconocimiento y autorreflexión de donde emergían cuestionamientos en relación a: ¿quién soy?, ¿qué quiero llegar a ser?, ¿qué profesión debería seguir?, ¿qué creencias religiosas, qué valores morales y qué ideas políticas escojo como vinculantes para mí?, ¿quién soy como hombre o mujer, como ser sexual?, ¿cómo puedo integrarme a la sociedad? Interrogantes que daban por resultado la integración de identificaciones adquiridas mediante el aprendizaje (inculcación familiar, influencia de amigos, profesores, autoridades o publicidad de los media) que generan un auto concepto del que se desprende la identidad del sujeto frente a los otros, arraigando un conocimiento sobre quién es. Si bien la conceptualización se desprende de variables aristas de comprensión y aplicación, en los últimos años el concepto de “Identidad” se ha abordado desde una perspectiva social vinculado a estudios sobre casos particulares como lo son los “jóvenes”, de manera que la Identidad Juvenil se selecciona como concepto fundamental para los fines de esta investigación, dado que se pretende conocer la identidad como una estructura social que dota a los jóvenes de capacidades para actuar, pensar y dirigir su conducta a partir de las experiencias que comparten con su grupo de referencia. Aun y cuando la comprensión de la “Identidad” requiere del conocimiento de los aportes de E. Erickson, la delimitación del término desde una mirada social permite abordar el tema desde un enfoque que retoma Maffesoli, (1999) como un “neotribalismo emergente”, es decir, un fenómeno donde el sujeto sale de su 27 encapsulamiento individual y diluye su experiencia cotidiana en la pertenencia a diferentes microgrupos. Es con la Identidad que se genera la interacción social y la comunicación, en la cual la detección de semejanzas permite al sujeto relacionarse e identificarse con aquellos con los que comparte un “nosotros” lo que a su vez le permite pertenecer a un grupo, compartir elementos y participar al interior de, en contraposición a las distinciones entre los “otros” con los que hace una visible diferenciación. Entonces, cuando se tiene noción de quiénes somos y quiénes son los otros se genera una identidad particular que juega un papel definitorio en el momento preciso. Resituarse en los años 80 permite abordar, a partir de estas conceptualizaciones, a la población juvenil la cual se incrementaba en el asentamiento de las periferias sin la oportunidad para continuar su desarrollo laboral y/o escolar, razones por las que muchos jóvenes comenzaron a congregarse, a ser y sentirse parte de un grupo que les permitía compartir una realidad. Una realidad que otorgaba la oportunidad de asumirse y definirse en conjunto; por medio de la conformación de estas agrupaciones el pensar de sus intereses y aspiraciones se entretejía un repertorio cultural de identificación acorde a un estilo musical, una apropiación estética, de lenguaje e ideología, fungiendo como mediadores que jugaban un papel relevante en su socialización. De manera que la inclusión, la interacción y la reafirmación experimentada al interior del grupo define de manera afectiva “el ser parte de…”, como un emblema que enmarca un sentido de pertenencia y que autogenera la penetración colectiva de un “nosotros” como muestra de fidelidad y compromiso. “El siempre en banda”, refleja cómo nos representamos, nos reescribimos e interactuamos con nuestros mismos y con los que se nos diferencia. La creatividad y la rebeldía se proyectan con la música, el baile, las paredes, los tatuajes, etc., como productos de resistencia colectivamente que en las siguientes páginas se desarrollaran. 28 Podemos, entonces, definir la identidad como la interacción social que dota al individuo de un estilo de aceptación y pertenencia hacia un grupo con el que fusiona sus necesidades e intereses diferentes a los vigentes del mundo adulto. 2.1.2. Estereotipos, prejuicios y estigmas. Una mezcolanza de orígenes desacreditadores para los “otros” “Hay cosas diferentes que, sin embargo, son algo parecidas: se puede reunirlas en series en el interior de las cuales será posible distinguirlas. Hay en la idea de que nada en el mundo es bastante único como para no poder ser incluido en una lista, algo exaltante y terrorífico a la vez” G. Perec, Penser / Claseer, 1985 A lo largo de los años la necedad por distinguirse ha conllevado a la constitución de categorizaciones instituidas de acuerdo a subjetivas percepciones de interés. Con la conformación de múltiples identidades que dan forma a la sociedad las distinciones se visibilizan frente al poder, haciendo de esta diversidad una organización acorde a las diferencias, es decir, ante una pluralidad de identidades las diversificaciones se estructuran con base a jerarquizaciones: se acepta o se rechaza, se incluye o se excluye y, finalmente, se diferencia o se vincula por similitud. “Quienes somos y quiénes son los otros” dota de identidades que transitan entre diferenciaciones y semejanzas; hacer énfasis en esta temática permite indagar la manera en que se percibían los jóvenes de los años ochenta y a su vez como eran percibidos frente al resto, que para ser precisos y ante un angosto acercamiento a ellos construían y se valían de una equívoca imagen consignada a la desaprobación, como se puede apreciar en las siguientes páginas. Abordar desde un eje de tipificación permite recurrir a la propuesta teórica de Tajfel, (1981) “la categorización social permite al individuo definirse como miembro de grupos específicos en el seno de la estructura social”; es decir, se precisa la adscripción a un grupo de acuerdo al grado de identificación, tomando en cuenta aspectos como: sexo, edad, etnia, clase social, etc. A su vez, la 29 conformación de estos grupos sociales designa un “nosotros”, supravalorando su propia imagen mediante juicios favorables y un “ellos”, infravalorando al grupo extraño por medio de imágenes negativas Considerando tales clasificaciones como la base para la construcción de estereotipos, prejuicios o estigmas que generalizan una manera desacertada de enjuiciar “al otro sujeto”, dando por resultado una serie de creencias, conductas y comportamientos que apartan de la interacción a los unos con los otros. Para ser precisos, se ocupa de estereotipos para aludir a “un conjunto de creencias compartidas sobre las características personales, generalmente rasgos de personalidad, pero también los comportamientos propios de un grupo de personas (Leyens, Yzerbyt, & Schadron, 1994). Son imágenes mentales o representaciones cognitivas, consecuencia de nuestra maquinaria mental que tiende a asociar rasgos negativos para el exogrupo contrariamente a lo que se piensa de manera positiva del endogrupo. De los juicios de desaprobación germinan los “prejuicios”. Allport, (1954) los define como “una actitud negativa o una predisposición a adoptar un comportamiento negativo hacia un grupo, o hacia los miembros de estegrupo, que descansa sobre una generalización errónea y rígida”. Se trata de un rotundo rechazo al “otro”, que se alimenta y devora de sentimientos negativos y desfavorables, así como una sensación de poder y control sobre los otros. Paralelamente, el “estigma” es otro vocablo igual de discriminatorio que los dos anteriores; es un atributo que colocamos en los “otros” con el objetivo de desacreditar, apoyándonos de nuestras anticipaciones y la visibilidad de la primera apariencia. De tal modo que el atributo se convierte en el objeto ideal para confirmar la normalidad o anormalidad del otro, detectando un defecto, una falla o una desventaja que nos hacen considerar al sujeto como malvado, peligroso, delincuente, débil, inferior, etcétera, exhibiéndolo como “malo”. Desacertadas asignaciones que no permiten generar una interacción, alejándonos de quiénes se apartan negativamente de las expectativas particulares de una estandarización “normal” a causa del número de imperfecciones que se le llega a atribuir. 30 Resituarse en los años ochenta permite echar un vistazo a este tipo de desacreditaciones “Cuando iba a la primaria me decían: ¡cuídate, porque ése es mariguano!, ¡yo los veía con el pelo larguísimo, un chaleco de mezclilla, sus pantalones de mezclilla entubados, embarrados en las piernas, unos zapatos mocasines de gamuza”, ejemplificar este tipo de discursos cotidianos de las décadas pasadas permite dar cuenta del papel que juegan las apariencias para la asignación de imperfecciones que latentemente subordinan al sujeto como peligroso. Revista Contenido, 1986 sacaría a la luz pública el reportaje titulado Los nacos punk a cargo del reportero Aguilera, G., declarando: “La gente los llama nacos punk porque con sus pobres recursos procuran copiar (de revistas, películas, posters y portadas de discos) la facha de los punks europeos: como no tienen para comprar tintura para el pelo, algunos se contentan para decolorárselo con agua oxigenada; como no pueden pagar ni modestos aretes de fantasía, otros se cuelgan un seguro; y ellos mismos se cortan el pelo, a veces con un vidrio o con un serrucho por lo cual el resultado suele ser más deplorable que extravagante”. Fuente: http://iztactiltic.blogspot.mx/2010/06/los-nacos-punk.html Fuente de Imágenes: “Portada de la Revista “Contenido”: http://sintiempoparanada.blogspot.mx/2011/11/cuerdas-v-distrito-federal-punk-1986.html / Bajo estos contextos de desacreditación y categorización entre un “nosotros” y los “otros” se conduce a la clasificación grupal desde un parámetro dominante10 cuyo fin intencional ha sido segregar a la juventud no estandarizada acorde a sus intereses. Encasillando a partir de dos premisas opuestas a la juventud mexicana: 1) Jóvenes Agentes de Cambio. Clasificados con el rótulo de “exitosos” por provenir de status sociales análogos a los ocupantes del poder, impulsados por la cultura dominante como agentes de cambio y triunfo 10 Los grupos dominantes son los que por razón de la proporción o del poder que otorga el dinero, marginan y separan a los minoritarios, si éstos no se adaptan a sus características. Se pueden representar a través del gobierno, de las élites, de la religión. 31 por visualizar en ellos la suma de afiliados a sus intereses. Considerándolos, entonces, como fuente de riqueza. 2) Jóvenes Alternativos o Disidentes. Etiquetados bajo el slogan de juventud en “estado de peligro” para la sociedad, se convierten en jóvenes presas del castigo y marginación que desde la percepción dominante poseen conductas de conflicto, peligro e inseguridad; Clasificación que de acuerdo al pasaje fue asignada a la juventud de los años ochenta, amenazantes no para la sociedad sino para fines de interés político. Del emblemático ciudadano al marginal disidente, es una polaridad que a la larga produce una diferenciación ideal para ser manipulada por las partes dominantes y que éstas logren ejercer su poder mediante la jerarquización e imposición de reglas hacia los “otros”, desacreditando y rechazando a quiénes perciben fuera de sus alcances de control, como se muestra más adelante. Se ha de destacar que se trató de jóvenes en resistencia a las ideas dominantes; sus nuevas ideas y mentalidades fusionaron como una revuelta de paso a lo hasta en ese entonces desconocido “una nueva identidad” desafiante frente al poder, que nació a la luz de una transformación social, la crisis. Jóvenes dignos de reconocer por contradecir la visión hegemónica, resistiendo con su presencia, su vestimenta, sus palabras y sus actos, visibles ante sus manifestaciones como una forma alternativa ante lo ya dado, lo establecido y determinado. Construyendo su propio reconocimiento a pesar de lo que los “otros” establecen y dicen sobre él. 2.1.3. Medios de Comunicación: Fieles Siervos del Desprestigio Como un constructo más de desacreditación durante la década de los 80, los “otros” (el poder dominante) y sus aliados los medios de comunicación, aportaban de elementos para la constitución de un perfil juvenil asociado a la “transgresión de la ley”, produciendo bajo este referente una propagación de miedo y psicosis colectiva dentro de la población. La construcción de una imagen satanizada, promovida por los medios de comunicación difundía noticias despectivas hacia los 32 jóvenes, con títulos centrales que contenían palabras como: jóvenes drogadictos, rateros, pandilleros o asesinos, como lo muestra la siguiente nota periodística. Nota del Periódico La Jornada. No sólo los estigmatizaban como metáforas asociadas al caos desenfrenado y salvaje, también vendieron su imagen de “jóvenes jodidos” para alarmar y producir una reacción social construida a base de retratos estereotipados del delincuente juvenil: moreno, de bajo recursos, marginado y empleado de trabajos informales ubicados en las calles. “Sociedad de la esquina”11 En cada época, en cada momento de manera distinta, la radio, la prensa, la televisión nos ha devaluado. Han mostrado a los jóvenes como amenaza, como representación del mal, como el diablo. Se intimida a la sociedad con nuestra presencia, se le amenaza, se le aterroriza. Violencia, sexo, drogas y excesos eran otros estereotipos que ligaban a los chavos de los 80 enmarcando un cliché sin sostén alguno; Una investigación realizada en 1988 por el Circo Volador, se concentró en la opinión de algunos funcionarios públicos y de autoridades delegacionales que abordaban la temática, del siguiente modo: “los chavos banda son violentos, se drogan, son promiscuos, se emborrachan, destruyen, amedrentan, matan, roban, violan y dan miedo”. En respuesta al denigrante discurso los chavos contestaron: “les damos miedo por 11 Escrito aparecido en un pasquín (escrito anónimo, que se hace público con expresiones satíricas para el gobierno), editado en 1993 por Solidaridad de Ciudad de Juárez. 33 feos, por jodidos y la neta si es cierto, pero andamos así porque la principal droga que nos chinga es la pinche sociedad”. Considerados transgresores por desafiar los valores impuestos por la sociedad, más tarde adoptarían los atributos devaluatorios para colocarlos en conjunto con un nombre que los identificará: manchados, mierdas punk, virginidad sacudida, bastardos, defectuosos, anfetaminas, chemos, etcétera. Sin embargo, difundido un perfil dominante y asignados a múltiples estereotipos, la persecución hacia los jóvenes se potencializaba con el llamado de las televisoras, como lo fue el noticiero 24 horas conducido por Jacobo Zabludovsky, quien al considerarse una voz del pueblo exigía a las autoridades detener todo acto vandálico originado por los “chavos banda” e implementar el orden. Señala Althusser (1987): “Interperlar a los
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