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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES 
 
 
 
“MEMORIA COLECTIVA E IDENTIDAD DE LOS JÓVENES DE 
LA DÉCADA PÉRDIDA. UNA RECONSTRUCCIÓN DEL 
PASADO: RESCATANDO DEL OLVIDO LOS ECOS 
ABANDONADOS TRAS UNA VIDA EN RECLUSIÓN” 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
PRESENTA: 
 
LUCÍA MARGARITA RAMÍREZ ZAVALA 
 
 DIRECTOR: Mtro. Juan Carlos Huidobro Márquez. 
 REVISORA: Dra. Marcela Meneses Reyes. 
 SINODAL: Dra. María del Carmen Montenegro Núñez. 
 SINODAL: Lic. Blanca Estela Reguero Reza. 
 SINODAL: Lic. Tania Jimena Hernández Crespo. 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, MÉXICO, D.F., 2015. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS 
Agradezco a la máxima casa de estudios UNAM, por haberme permitido 
prepararme en sus emblemáticas aulas y por el acercamiento con grandes 
profesores de quiénes resguardo los mejores aprendizajes. Muy especialmente 
agradezco a los miembros del jurado que con cada asesoría aportaron en mí 
nuevos conocimientos. 
A mi gran muso: 
Hermandad, generosidad y alegrías inyectaste durante tu estancia, risas y gratas 
experiencias se tatuaron intensamente como recuerdos. Fugazmente tomaste tu 
vuelo sin un previo adiós, llevando tu radiante luminosidad hacia una nueva 
dirección. 
Ausentismo, dolor y tristeza prevalecieron tras tu partida, progresivamente el 
tiempo ha reconfortado tu breve despedida. Heredera de tu sabiduría y fortaleza, 
exclamo el placer más magno por haber compartido contigo una consanguinidad. 
A ti, Miguel Ángel (†) mi gran inspiración, dedico con cariño y admiración la 
elaboración de esta tesis. Agradezco al destino habernos situado en un mismo 
tiempo y espacio, y a la vida por habernos permitido coincidir en este esporádico 
camino llamado “vida”. 
A mi Padre, mi gran guerrero: 
 Tú, símbolo de cariño, respeto y afecto. Tú, el gran hombre de mi vida; Tú, el que 
sembró esa semilla para permitirme florecer; Tú que regaste este fruto y se 
transformó en mujer; Tú, la figura de un padre tan enérgico, tan fuerte y tan digno 
de querer. Responsabilidad, honradez, gratitud, amor, son solo algunas cualidades 
que siempre mostraste e insertaste en mí. 
El tiempo agoto el vínculo que cosechaste aún y cuando te enfrentaste a la vida 
como un guerrero, el destino tenía un nuevo camino para ti. Forzadamente 
tuvimos que decir adiós, seguramente el tiempo ha de permitirnos emprender un 
viaje más. Con amor, respeto y admiración, en memoria de Lucio Pedro Ramírez 
(†). 
 
 
A mi Madre, mi gran guerrera: 
 Mujer de semblante aparentemente débil y frágil, pero de carácter fuerte. Has 
demostrado ser valiente y resistente ante un fúnebre y gris paisaje. 
Tú, mi guía ante los obstáculos, mi cuidadora y protectora en las enfermedades. 
Mi mejor maestra en este camino, la arquitecta para el logro de mis metas, la 
guardiana de mis sueños. 
Tú, mi todo, mi mujer guerrera. Te agradezco continuar a mi lado, resistir ante 
cada nueva locura adoptándote a los cambios. Fortaleza es la que he adquirido de 
ti, gracias por tu brillo y tu resplandor, por tu cariño y paciencia. 
Comparto cada logro contigo, porque gracias a ti he forjado cada proyecto. Tu 
apoyo incondicional hace de mí la mujer que ahora soy. 
Te amo mamá, Margarita Zavala. 
A mi Hermana: 
Valentía, fortaleza y coraje la vida ha depositado en ti, la audacia es la 
característica primordial en ti. 
Mujer que emana “admiración” en su seguir, positivos aprendizajes que se extraen 
de ti. 
Con amor y respeto para mi hermana Agueda Verónica. 
A mi Hermano: 
Inasertividades, caídas y tropiezos distintivamente son rasgos en tu persona. 
Mortificaciones y preocupaciones cosechas en las personas. 
Esperanzas colocamos en ti, el orgullo es el porvenir. Inteligencia y rabia me 
enseñas a mí, confianza es la que deposito en ti. 
Con amor y respeto para mi hermano Pedro Alberto. 
 
 
 
 
 
A mis sobrinos: 
Ante la muerte llega la vida, ante la ceguera llega la luz; Ante lo negro, llega la 
coloridad. Y ante los llantos llega la alegría, alegría de verlos crecer, alegría que 
reinan con su tan pequeña pero tan grandiosa presencia. 
Con mucho amor para Yaretzi y Jared. 
A mis amigos…Risas, motivaciones, tristezas compartidas, discrepancias, 
posibles discusiones son la base de toda valiosa amistad. Agradecida con la vida 
por contar con verdaderas amistades, en las que cada día deposito no sólo 
confianza sino también alegrías y con quiénes me he comprometido a escalar 
hasta la cima. 
Mirar el pasado y sostenerlo con tu presencia me hace recordar cada sueño y 
meta compartidos a tu lado. Gracias por cada anécdota, cada carcajada, por secar 
mis lágrimas en los momentos más oportunos y por aún continuar a mi lado. 
Con cariño, admiración y respeto para Carlos Edivaldo. 
La Universidad no sólo sembró la mejor preparación académica, junto con ella 
también se cosecharon las mejores amistades. Mi instancia en la UNAM se vio 
fortalecida de su constante presencia. 
Una meta y una hermandad es la que comparto con ustedes: Adriana, Jorge, 
Tania y Thalia agradezco enormemente su inserción en mi vida, con cariño, 
respeto y admiración. 
Al Sistema Penitenciario del Estado de México: 
Retribuyo la confianza depositada en la intervención dentro de sus estancias. 
Aprendizajes, empatía, respetuosos tratos me acompañan de grandes 
colaboradores del Área Técnica de Psicología del Centro Preventivo y de 
Readaptación Social, con cariño para los licenciados (as): Ernesto García, Patricia 
García, Marcela Castrejón, Rocío Morales, Abraham, la presentación de dicha 
tesis es también un logro compartido con ustedes, a quienes admiro y respeto. 
 
 
 
ÍNDICE 
ABREVIATURAS .............................................................................................................. 1 
RESUMEN ......................................................................................................................... 2 
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 3 
 
CAPÍTULO 1. EL MÉXICO DE LOS AÑOS 80. LA DÉCADA PÉRDIDA 
1.1.1. Crisis. La Huella del Endeudamiento .................................................................. 10 
1.1.2. La Distribución Urbana. Una mancha voraz de asentamientos ........................... 14 
1.1.3. La Participación Social del 85. El terremoto social y político que unió al 
pueblo y estremeció al PRI ........................................................................................... 16 
1.1.4. La Resistencia Juvenil antecedida a la “Década Podrida” .................................. 18 
 LA MIRADA INSTITUCIONAL SOBRE LOS JÓVENES DE LOS AÑOS 80 
1.2.1. El uso de las Políticas Públicas Juveniles en los 80 ........................................... 22 
1.2.2. Políticas y campañas. Estrategias públicas para la alianza de los denominados 
“chavos banda” a las trincheras del control.................................................................. 23 
 
CAPÍTULO 2. LA IDENTIDAD Y LOS PREJUICIOS ASIGNADOS DENTRO DEL 
MOSAICO JUVENIL 
2.1.1. ¿Qué sobre la Identidad? ................................................................................... 26 
2.1.2. Estereotipos, prejuicios y estigmas. Una mezcolanza de orígenes 
desacreditadores para los “otros” ................................................................................. 28 
2.1.3. Medios de Comunicación: Fieles Siervos del Desprestigio ................................. 31 
2.1.4. Breve recorrido por los enfoques que ocuparon sus investigaciones en los 
comportamientos juveniles ........................................................................................... 34 
 RECONSTRUYENDO A TRAVÉS DE LA MEMORIA COLECTIVA 
2.2.1. La “Memoria Colectiva”. El Túnel del Tiempo, el Espacio y los Objetos .............. 39 
 
CAPÍTULO 3. LAS RAÍCES DE LA BANDA 
3.1.1. ¿Cómo florece la Generación de los años 80´s? ................................................ 42 
3.1.2. Rock, rock, rock & roll ........................................................................................ 45 
3.1.3. Represión Gubernamental a los rocker´s ........................................................... 46 
3.1.4. Punk. Gritos de rabia e inconformismo ............................................................... 48 
3.1.5. Locos “Disco locos” al ritmo sonidero ................................................................. 51 
 
LA CULTURA DEL JOVEN DE LOS 80 
3.2.1. Los espacios públicos. La apropiación de la calle, el barrio, el territorio ............. 52 
3.2.2. Las tocadas. La congregación del caos armónico .............................................. 55 
3.2.3. El Chopo. Cuna de la “otredad” .......................................................................... 57 
 
 
3.2.4. Música. La sonoridad de la resistencia ............................................................... 61 
3.2.5. La Estética. “Cruda y Podrida” ............................................................................ 63 
3.2.6. Códigos lingüísticos. El caló de la banda ............................................................ 65 
3.2.7. Organizaciones Juveniles. La Autogestión ......................................................... 68 
3.2.8. Medios alternativos “Por y Para la Banda” .......................................................... 72 
 
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE TRABAJO 
4.1.1. Echando a volar el casete hacia atrás ................................................................ 75 
4.1.2. El Acercamiento ................................................................................................ 76 
4.1.3. ¿Quiénes son ellos? ........................................................................................... 77 
 
PRIMERA Y SEGUNDA SESIÓN 
Contexto Socio-Cultural-Político ...................................................................................... 83 
TERCERA SESIÓN 
Identidad. El Mosaico Juvenil ........................................................................................... 86 
CUARTA SESIÓN 
Espacios Públicos. El goce explosivo entre la banda ....................................................... 93 
QUINTA SESIÓN 
Identidad Sociomusical. Al son del rocanrol ....................................................................102 
SEXTA SESIÓN 
Estética. Un modelo de inclusión-exclusión ....................................................................108 
SÉPTIMA SESIÓN 
Códigos Lingüísticos. Una simbología de protección ...................................................... 117 
OCTAVA SESIÓN 
Prejuicios. El canal del desprestigio ................................................................................123 
NOVENA SESIÓN 
Organizaciones Alternativas para el Sector Juvenil en los 80 .........................................129 
 
CONCLUSIONES ...........................................................................................................133 
 
REFERENCIAS ..............................................................................................................141 
 
 
1 
 
ABREVIATURAS 
 
 
 
 
 
 
A Anarquismo 
BM Banco Mundial 
BUK Bandas Unidas Kiss de Tacubaya 
C.C.R.F.P Colectivo Cambio Radical Fuerza Positiva 
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe 
CHAPS Chavas Activas Punks 
CPJ Consejo Popular Juvenil 
CREA Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud 
ESCA Escuela Superior de Comercio y Administración 
FMI Fondo Monetario Internacional 
FND Frente Nacional Democrático 
PND Punks Not Dead 
PRI Partido Revolucionario Institucional 
PRD Partido de la Revolución Democrática 
2 
 
RESUMEN 
A partir de una metodología cualitativa, la presente tesis se aboca al estudio del 
fenómeno que durante los años 80 denominó la CEPAL como la “década perdida”. 
Ante el declive económico, político y social que desafiaba México y Latinoamérica, 
múltiples factores complejizaban, e incluso completamente frenaban, la inclusión 
del mundo juvenil en áreas educativas, laborales y recreativas. Con tales 
dificultades, emergieron jóvenes herederos de una crisis que se asentaban 
principalmente en las periferias de la Ciudad de México. 
A manera de rememorar colectivamente el contexto de los años 80 y el 
origen de los chavos banda por la zona periférica de Nezahualcóyotl, este estudio 
permitió generar un contacto con varones que experimentaron estas vivencias 
durante su etapa juvenil y que por diferentes circunstancias hoy día se encuentran 
recluidos dentro de un Centro Preventivo y de Readaptación Social. Se revela, así, 
una encrucijada a partir de un género musical que definió su identidad y sus 
diferentes maneras de socialización; “el rock”, vehiculó la fractura entre el mundo 
adulto y el mundo juvenil. 
Palabras clave: Identidad Juvenil, Década Perdida, Rock, Memoria 
Colectiva. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
INTRODUCCIÓN 
Tenemos memoria 
Tenemos amigos 
Tenemos los trenes, los bares 
Tenemos la duda y la fe… 
Tenemos urgencia 
Tenemos amores que matan 
Tenemos silencios, razones 
Tenemos cenizas de revoluciones 
Orgullos, presente… 
Tenemos locura, deseos 
Tenemos sexo, el rock 
Los pies en el barrio 
Y el grito en el cielo… 
Tenemos nostalgia, piedad… 
Insolencia 
 
Joaquín Sabina 
INTRODUCCIÓN 
Revelar un interés por la temática juvenil se manifiesta, por ejemplo, sólo cuando 
ésta llega a considerarse un “problema” ante el orden social. A menudo se 
generaliza a esta comunidad bajo estereotipos y prejuicios en los cuales los 
jóvenes son señalados como conflictivos, caóticos e inmersos en un aparente 
descontrol por no alinearse a un protocolo uniformemente preestablecido de 
conductas, valores y proyectos “ideales” determinados por una sociedad. Durante 
la Década de los 80, grupos de jóvenes vivieron una grave crisis que los separó 
determinantemente de la educación formal y del mundo laboral; estos jóvenes 
eran habitantes de las periferias de la ciudad incrustados en los cinturones de 
miseria; hijos de padres que migraban al Distrito Federal con la esperanza de 
emprender una vida de mejor calidad y mejores oportunidades para sus hijos. 
¡Oh triste visualización derrumbada al encontrarse con discriminaciones, 
precariedad y falta de empleo para alcanzar los sueños que anhelaban, 
Enfrentándose a una cruel y desigual selva de asfalto! 
 
4 
 
Retornar a este periodo contextual y juvenil permitió desarrollar la presente 
investigación a partir de la formulación de dos preguntas que orientaron la 
dirección del trabajo y del análisis. La primera inquietud se inclinó desde un 
panorama de alarmante anti-progreso experimentada a nivel nacional durante los 
años 80, es decir ¿de qué manera repercutió una crisis en México en el desarrollo 
social de los jóvenes durante la llamada “década perdida”?A partir de este 
cuestionamiento se precisaron las características económicas, políticas y sociales 
del fenómeno de la crisis estructural en México permitiendo abordarlo desde una 
perspectiva psicosocial en torno a la repercusión de estos factores en el desarrollo 
social de los jóvenes. La curiosidad trascendería en la construcción del segundo 
cuestionamiento que de manera muy enfática permite distinguir el abordaje de los 
chavos banda desde un contexto en reclusión, tres décadas después a la génesis 
de su congregación: ¿cómo es evocada y reconstruida la “década perdida” por 
aquellos que la vivieron siendo jóvenes y que se encuentran hoy en reclusión? Lo 
que conllevó a precisar la manera en que la historia común de los jóvenes de la 
“década perdida” se manifestó a través de aspectos ideológicos, sociales, 
musicales y de esparcimiento. 
Definiendo, así, una investigación de corte cualitativo que inició con una 
indagación histórica-monográfica en torno a la época de los años 80, 
posteriormente se adoptó un análisis teórico de acuerdo a los conceptos de 
identidad y memoria colectiva. Finalmente se puntualizó la muestra a trabajar, 
seleccionando de manera no aleatoria-intencional al grupo interlocutor conformado 
por 4 varones (cuya edad oscila entre 42 y 46 años) del Centro Preventivo y de 
Readaptación Social (omitiendo la identificación del reclusorio como una medida 
de resguardo y confidencialidad para los participantes de dicha investigación) a los 
que se entrevistó con apoyo de entrevistas semi-estructuradas de las que se 
desprende el análisis de discurso/hermenéutico. 
Es importante destacar que la conjunción de los tópicos: “memoria colectiva 
e identidad de los jóvenes de la década perdida” surge bajo la pretensión por 
retomar lo que para algunos investigadores se trata de un asunto añejo como lo es 
los “chavos banda” y, por otro tanto, su abordaje desde una estructura preventiva y 
5 
 
de readaptación social. Por tanto, la rememoración de esta época catalogada 
como “década perdida” y el origen de los chavos banda por la zona asfáltica del 
municipio de Nezahualcóyotl requirió de un acercamiento con vivas voces de este 
periodo privados de su libertad, por lo que para trabajar la memoria colectiva del 
grupo en cuestión se llevó a cabo la intervención dentro del Centro Preventivo y de 
Readaptación Social. 
La forma de trabajo a la que se recurrió para intervenir dentro del Centro 
Preventivo se estructuró a partir de la confección de 9 sesiones estructuradas en 
un periodo comprendido por 4 meses a partir del día 24 de septiembre del 2014 
hasta el día 15 de enero del 2015 en un horario de 10:00 a 14:00 horas, 
elaborando un plan de trabajo bajo esa temporalidad que tomaba en cuenta 
eventualidades que podrían retrasar la inserción al penal (días de consejo, 
vacaciones decembrinas, riñas entre internos, etcétera). Cada reunión se 
constituyó con un horario no mayor a dos horas y media, determinándose una 
temporalidad continua a fin de no afectar a la población interna en sus actividades 
diarias, como lo era el pasar lista de asistencia ante su figura de autoridad 
representada por los custodios o el horario de distribución de alimentos. 
Bajo esa selección se trató de integrar a quiénes la sociedad consideró 
excluidos en un pasado por ser partícipes de las bandas y que hoy día continúan 
siendo aislados y estigmatizados al formar parte de una estructura penitenciaria. 
El interés por recopilar información de estas voces juveniles atrapadas en los 80 
se encauza a partir de la consideración de estos como piezas clave en la totalidad 
del ensamblaje de un rompecabezas; fragmentos particularmente relevantes para 
comprender los elementos que los definieron identitariamente y que, en 
sincronización con sus grupos pares, aportaron elementos propios de prácticas 
sociales que abren camino a su desarrollo. De manera que la intervención desde 
este parámetro intenta enriquecer a través del rescate testimonial a aquellas 
inquietas identidades que experimentaron la dificultosa travesía declinante por la 
que transcurría México, su producción cultural como una colectividad y sus 
relaciones sociales, descartando con ello un posible olvido social de estas 
generaciones abandonadas y olvidadas en la penitenciaría. 
6 
 
Estigmatizar es un término no incluyente en esta investigación (por ende, se 
mantiene bajo confidencialidad el proceso jurídico y los motivos de detención y 
privación de libertad de los participantes) tratando de entender y no de calificar a 
las voces de estudio. Se trata de sumar esta aportación como un producto 
recopilado “por y para la banda” (como suele mencionar la juventud), comprendido 
a partir del conjunto de los discursos de los 4 participantes que integraron la 
década de los 80 como un periodo de impacto en el proceso de su socialización a 
la luz de cambios políticos, económicos y sociales, sustentando empíricamente las 
bases de una forma de pensar, una forma de vestir, una manera de congregarse y 
de expresarse musicalmente ante las nuevas generaciones de jóvenes 
inmiscuidos en el movimiento y de jóvenes profesionistas víctimas del 
desconocimiento del origen de estas prácticas. 
Reconstruyendo el pasado no se vencen las dificultosas experiencias que el 
grupo con el que se trabajó experimenta día a día recluido en un Centro 
Preventivo y de Readaptación Social, pero si se rescatan acontecimientos de un 
México que pudo determinarse como una nación perdida en el endeudamiento 
externo; perdido y atado a una dependencia económica extranjera; perdido entre 
un abismo inherente a las escasas oportunidades educativas y laborales; perdido 
en la efectividad de políticas públicas dirigidas a sus jóvenes ochenteros; pero 
definitivamente hubo una riqueza transferida por el grupo: se trató de una “década 
dorada” que permitió la congregación y expresión de jóvenes a partir de la 
conformación de su identidad. 
En términos de la recopilación de información, los capítulos que conforman 
la totalidad de la tesis se sustentan con base a elementos históricos y enfoques 
teóricos que permiten ampliar una visión respecto al tema; así mismo, las 
imágenes que se localizan a lo largo del desarrollo de las secciones que 
conforman la investigación fueron extraídas de la siguiente red social: 
https://www.facebook.com/groups/tolux0812/. Considerando pertinente tomar las 
fotografías como una lustración del contenido al que se enfrenta el lector. 
 
7 
 
El 1er Capítulo se conforma a partir de dos apartados. El primero de ellos 
precisa el momento histórico de los años 80 desprendiéndose a partir del poder 
priista en manos de José López Portillo y Miguel de la Madrid Huerta como figuras 
presidenciales que particularizaron la “década perdida” como un periodo de 
cambios particulares en la economía que estallaba en “crisis” (1982), impactando 
en la población mexicana y muy en particular en el sector juvenil. Se dio una crisis 
económica acompañada de un alto crecimiento demográfico que impactaba en la 
distribución urbana, tomando como relieve el asentamiento de la población en las 
periferias, como es el caso del Municipio de Nezahualcóyotl. 
El segundo apartado muestra la continuidad de sucesos históricos que 
enmarcan los años 80 en torno a la creación de Políticas Públicas Juveniles 
visualizadas sin efectividad al conformarse como una modalidad de “protección y 
castigo” cuyo objetivo se enfocaba en el control social de “grupos vulnerables” a 
través de programas y estrategias que pretendía cooptar integrantes de bandas de 
jóvenes del Distrito Federal y zonas aledañas, como una astucia por corromper la 
organización de grupos juveniles. Frente a estas poco efectivas Políticas Públicas, 
el gremio juvenil creaba organizaciones y colectivos como un nuevo medio de 
autogestión e independencia, atendiendo sus propias demandas e interesesy 
logrando con ello una mejora en su desarrollo social, cultural y comunitario. 
Para el 2do Capítulo se abordan las bases conceptuales referentes a los 
términos de Identidad, Prejuicios y Memoria Colectiva como categorías principales 
de comprensión para el desarrollo de la investigación. Se concentra a la primera 
como una conceptualidad abordada desde un enfoque social que estalla al 
margen de la socialización. Asimismo comprende la forma en que la sociedad 
emite prejuicios y estereotipos, categorizando distintivamente a los jóvenes como 
“futuros ciudadanos” y rechazando a los que se enjuician como “marginales 
disidentes”. 
Finalmente el capítulo se cierra con el abordaje de la “Memoria Colectiva” 
como una conceptualización que se desprende con base a heterogéneas 
perspectivas que la explican como un soporte para la persistencia de los 
8 
 
recuerdos colectivos y la reproducción de una identidad ligada a un espacio, 
tiempo y objetos concretos de una temporalidad en particular. 
 El Capítulo 3ro se ocupa de mostrar un acercamiento con la generación 
juvenil de los años 80 del Distrito Federal y de las zonas aledañas, ligados a la 
conformación de agrupaciones catalogadas como “bandas” organizadas de 
manera voluntaria y colectiva. Por lo que la aproximación a este eje se genera a 
partir del enfoque de la “Cultura Juvenil” al considerarse parte de una totalidad que 
se expresa grupalmente a través de la construcción distintiva de su estética, su 
estilo, sus códigos lingüísticos, sus productos comunicativos, actitudes corporales, 
etcétera. Ampliando una visión respecto a la cultura juvenil en la construcción de 
su identidad. 
El 4to Capítulo se entreteje a partir de la teoría y los datos obtenidos con la 
intervención en el Centro Preventivo de Readaptación Social, dando origen al 
“Análisis de Trabajo” que tiene por objetivo trasladar al lector a un mundo ajeno, y 
pasado, caracterizado por la multitud de los antiguos jóvenes “chavos banda” y su 
cotidianeidad. 
El eje de cada una de estas sesiones tuvo como objeto evocar los 
recuerdos de los participantes trasladándose desde su presente hacia el pasado 
colectivo e identitario. Se retomaron las mismas categorías abordadas en el 
capítulo anterior bajo un giro de lejanía temporal de los años 80 al presente año. 
En la primera y segunda sesión se proyectó y trabajó el documental “1985-
1995 La Década Podrida” con la que se introdujo a los participantes al recuerdo 
del contexto político, económico, social y cultural que vivenciaron como jóvenes. 
La tercera sesión derivó de la temática que fuertemente sustenta dicha 
investigación: la identidad. En ella se elaboraron dibujos que plasmaron la realidad 
de los jóvenes de los años 80: su vestimenta, sus signos y utensilios que 
enmarcaba un fuerte arraigo a su colectividad. 
En la cuarta sesión se incursionó en los “espacios públicos”, sugiriendo la 
elaboración de pancartas que reflejaron sus viejos territorios, calles y puntos de 
encuentro con su grupo de interacción. 
9 
 
La música se filtró por las paredes del penal para dar origen a lo que fue la 
quinta reunión, la cual giró alrededor de la “identidad sociomusical”. Se generaron 
una serie de momentos históricos que dejaron huella en las vivencias de los 
participantes, dando cuenta que cada letra musical encasillaba una anécdota más. 
La creatividad dominaba a cada participante, así que la elaboración de 
botones los trasladó al recuerdo de su vieja “estética”. La sexta sesión desprendió 
una serie de evocaciones en torno a prendas, marcas, utensilios y estilos con los 
que se identificaban como chavos banda. 
El lenguaje y la comunicación conformaron la columna de la séptima sesión, 
es decir, el uso de “códigos lingüísticos” los cuales quedaron plasmados y 
atrapados en la creación de un diccionario, cuyo contenido concentró una 
sucesión de términos ajenos a la comprensión cotidiana. 
A partir del testimonio de los cuatro antiguos jóvenes chavos banda 
recluidos en el Centro Preventivo, se logró la reconstrucción de un contexto 
político, económico y social situado en los años 80 permitiendo al imaginario el 
acceso a un mundo desconocido entre tierra, lodo, polvo y algunas casas de 
concreto que hacían habitable el municipio de Nezahualcóyotl. El mundo 
carcelario permite dar cuenta de un cíclico mundo identitario, donde 
aparentemente finaliza y renace con el reciclaje de nuevas generaciones; el rock 
en la cárcel da cuenta de la prevalencia de este género musical a pesar del andar 
entre diferentes contextos y finalmente la memoria trabajada colectivamente da 
pauta a la fluidez de testimonios que consagran la “década perdida como una 
década dorada”. 
 
 
 
 
 
 
10 
 
CAPÍTULO 1. 
EL MÉXICO DE LOS AÑOS 80. LA DÉCADA PÉRDIDA 
1.1.1. Crisis. La Huella del Endeudamiento 
Acudir a un pasaje de los años 80 permite resituarse en un enfoque panorámico 
en donde la política priista y su específica manera de gobernar condujo a México a 
una de las más severas crisis. 
¡La crisis ha llegado! 
Como vientos que aterrizan y producen grandes cambios en la metrópoli las 
crisis se hacen presentes de manera inesperada ante una sociedad que debe 
adaptarse a esos periodos asediados de transformaciones, carencias, falta de 
oportunidades y endeudamientos. México experimentaría largos periodos de crisis 
cuyas fases impactarían consecutivamente en el transcurrir de su historia: 1826, 
1873 y 1931 acontecían como etapas de endeudamiento con el exterior, sin 
embargo y para los fines de investigación la crisis que permite profundizar el 
contexto político, económico y social data a partir del año de 1982. 
De acuerdo a la reconstrucción histórica, en la década de los 80 
comenzaría la aplicación del modelo neoliberal cuya función se basaba en 
incorporar al país a la economía de libre mercado destruyendo sindicatos, 
universidades, movimientos sociales, medios de comunicación autónomos y 
organizaciones gremiales con el fin de favorecer exclusivamente a empresas 
trasnacionales. 
Con el cargo en la presidencia de José López Portillo (1976-1982), la 
penuria económica se reactivaba; a pesar del “progreso” ostentado por su 
gobierno, surgían limitaciones que impedían el crecimiento a la nación, “los topes 
salariales” continuaban como un acuerdo establecido por el presidente y el Fondo 
Monetario Internacional (FMI) “restringir el gasto público, fijar topes a los aumentos 
de salario, liberalizar el comercio exterior y limitar el crecimiento del sector 
paraestatal de la economía” (Guillén, 2000). De manera que, ante tantas 
restricciones, el salario mínimo se mantenía en $107.11. 
11 
 
Con ello se afectaba sobre todo a la clase trabajadora, hecho que incitó a la 
declaración de huelgas luchando por sus derechos y un pago justo. Por su parte, 
el sector empresarial declaraba respecto a la huelga: “provocada por grupos 
sindicales (…) pretenden provocar un desquiciamiento económico general” (El 
Informador, sábado 14 agosto 1976). Para los propietarios de fábricas, las 
“huelgas” representaban sólo actos de holgazanería que los obreros realizaban 
afectando y estancando la producción. 
Todo ello contribuía al empeoramiento de la situación mexicana, 
sumándose a este desequilibrio económico la duplicación del valor del dólar que 
aumentaba la deuda externa que en 1978 era de 37 mil millones de dólares a 71 
mil millones de dólares para el año de 1981. En tanto aumentaba la deuda 
aumentaba el índice de desempleo, ligado a un acelerado crecimiento 
demográfico que se daba a conocer a través del Consejo Nacional de Población, 
quienes contabilizaban un total de 72 millones de mexicanos, por lo que indicaban 
un mayor control en la población “los problemas que actualmente enfrenta el país: 
demanda de alimentos, escuelas, hospitales, servicios públicos aumentarán 
alarmantemente”. (El Informador, jueves 12de agosto de 1979). Esta 
circunstancias influirían en la creación de campañas como: “La familia pequeña 
vive mejor” a fin de reducir la tasa de natalidad. 
En medio de estos derrumbados escenarios económicos, para 1982 el 
sexenio lópez-portillista concluía su mandato en el poder, cediendo su poderío al 
entonces candidato priista Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), a quien se le 
heredaba un periodo presidencial cuyo contenido arraigaba una de las “crisis” más 
severas del país, conduciendo a México bajo una configuración de emergencia 
económica como producto de la recesión económica mundial que, a su vez, 
elevaba la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos. 
Con el endeudamiento externo el estado pronto activo un plan de 
austeridad en el gasto, lo que desencadenó un aumento en la inflación, induciendo 
a una desvalorización de la moneda nacional que repercutía en los bolsillos 
mexicanos, a quienes impactaba también el aumento de los productos de la 
12 
 
canasta básica que de acuerdo a la Secretaria de Comercio incrementaban sus 
costos: 
La tortilla pasará de $5.50 a $11.00; el bolillo y telera de 70 gr de ¢0.50 a 
$1.00: la gasolina nova de $6 a $10: el gas doméstico de $4.30 a $5.10 kilo, 
más un incremento mensual de ¢10 por kilo durante 12 meses. (El 
Informador, lunes 2 de agosto de 1982). 
Razones que indujeron a la población a optar por el desempleo de manera 
informal y por migrar hacia los Estados Unidos, quienes generalmente se 
desplazaban al país vecino eran parte del sector más productivo del país, es decir, 
los varones solteros de entre 16 y 30 años de edad que trataban de ascender y 
obtener una mayor remuneración a cambio de su trabajo. Obtenían un aumento de 
$15.96 a lo que el salario mexicano ofrecía ($107.11+$15.96=$123.07). 
Por su parte el Banco Internacional de Pagos en Suiza autorizaba a México 
un total de 1,850 millones de dólares, dinero que ayudó posteriormente al 
incremento del salario a pesar de que la población se enfrentaba a una tasa de 
desempleo fuerte ante el cierre de 1620 maquiladoras además de la clausura de 
diversas empresas. 
Cada uno de estos procesos mantuvieron un estancamiento económico 
tanto a niveles familiares como a nivel nacional, lo que prevaleció, así, fue la 
desconfianza, las devaluaciones persistentes del peso mexicano, la especulación 
y fuga de capitales; las reservas del Banco de México habían llegado a cero, por lo 
tanto el país se declaró insolvente para hacer frente a su deuda, pidiendo apoyo a 
la banca internacional, que después traería como consecuencia el crecimiento de 
la deuda externa. 
¿Quiénes “Apoyaban” a México en la batalla por vencer la crisis? Por su 
parte, México acudiría una vez más al apoyo patrocinado por los Estados Unidos, 
quienes asignarían acreedores privados extranjeros, cuyos bolsillos poseían lo 
esencial para el pago de la deuda externa. Así mismo, parte de este beneficio se 
vería proyectado en las ganancias financieras para el Banco Mundial (BM) y el 
Fondo Monetario Internacional (FMI) que tenían como principal meta la 
13 
 
reactivación económica de América Latina, apostando por dar fin a la crisis 
económica. 
Tras concluir su función como administrador del FMI, Jacques de Groote 
exponía en el diario belga Le soir (1994): 
Existen innumerables ejemplos de éxito. El caso típico es el de México. En octubre 
de 1992 este país conocía una grave crisis de la deuda y la acción conjunta del 
FMI y del BM permitió una adaptación rápida, un enderezamiento de la balanza de 
pagos con una disminución limitada y de corta duración de los ingresos de la 
población. Hoy se asiste a un retorno de capitales hacia México y el Banco 
Mundial ha generado un programa para diversificar la producción (…). 
Sin embargo, dichas inversiones serían ejecutadas por periodos cortos, 
detrás de este panorama de intenciones solidarias, lo verdaderamente 
escalofriante se convertiría una vez aplicada la política con tasas de interés muy 
elevadas puestas en marcha por el mismo gobierno tricolor e impuestas a su 
propio pueblo. Con un gobierno insuficientemente capacitado por conseguir una 
reactivación económica, brotaría la epidemia de privatizaciones a empresas 
públicas vendidas a un valor disminuido y al mejor postor. Mientras los políticos 
gozaban de sus jugosas ganancias inequitativamente, la balanza comercial de 
México declinaba una vez más destruyendo la confianza de sus inversionistas 
privados, quienes consecutivamente extrajeron su dinero. Situación completa que 
condujo al país a la reventa de las acciones compradas en la bolsa. 
El reflejo de la crisis mostraba estadísticamente la ampliación de la 
población; para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 
los años 80 eran calificados como una “década perdida” en el declive económico y 
educativo de los países latinoamericanos, incluido México1. 
 
 
 
 
1Reygadas, 2008. Citado por Saravi, Juventud y sentidos de pertenencia en América Latina: 
causas y riesgos de la fragmentación social”. En Revista CEPAL, 98, agosto de 2009, p.48. 
14 
 
1.1.2. La Distribución Urbana. Una mancha voraz de asentamientos 
Además de los cambios que sufría el contexto económico, el país soportaba 
severas transformaciones en su estructura urbana categorizándose en torno a la 
distribución de ingresos de sus habitantes. Con la desaceleración demográfica y la 
migración del campo a la ciudad, serios cambios se originaban en la capital 
“marginación, engrosamiento de los cinturones de miseria, contaminación, 
frustración colectiva, deficiencias en los servicios públicos, falta de oportunidades 
en la educación, falta de opciones recreativas y delincuencia en aumento” (De la 
Barrera, 1986). 
De tal manera que la Ciudad de México se segmentaría en dos contextos 
que hacían notorio el panorama: de lado poniente y sur se concentrarían los 
fraccionamientos más privilegiados, mientras que de lado oriente y norte lo harían 
las colonias más populares. Esta modernización urbana acentuaba la presencia de 
los jóvenes en los espacios públicos; hijos pródigos de los llamados 
“paracaidistas”, familias concentradas por numerosos miembros de las nuevas 
colonias surgidas en los terrenos baldíos; aislados de la educación mientras su 
colonia se legalizaba; desempeñando oficios entre los que destacaban: ayudantes 
de albañil, mozos o novatos en pequeños talleres que les brindaban la oportunidad 
de aprender y trabajar. 
Por su parte, las colonias proletarias se extendían velozmente hacia el área 
urbana y los municipios colindantes del Estado de México, a través del proceso de 
invasión-ocupación, formaban “los cinturones de miseria en el Cerro de la Villa, 
Iztapalapa, Copilco, Pedregal de Carrasco, Barrancas de San Isidro entre otros 
(Gomezjara, 1983). 
Mientras tanto en el Oriente, Nezahualcóyotl2 se habitaba como resultado 
del crecimiento poblacional y de la población de migrantes campesinos que 
 
2 Nezahualcóyotl, nombre asignado en náhuatl cuyo significado quiere decir “coyote en ayuno”. 
Se trata de una ciudad nacida en los años 40, cuando debido a los procesos para drenar el Lago 
de Texcoco algunas personas se establecen en la parte seca del Lago. Pero es hasta los años 60 
cuando esta comienza a tener mayor demanda de habitabilidad, se trata de un territorio que para 
los fraccionadores representó una mina de oro con la venta y reventa de sus terrenos. 
La predominancia de la tierra y de sus calles sin pavimentación, hacen de este espacio el lugar 
propicio de encuentro entre niños y jóvenes para dar origen a lo que se conoce como “futbol 
15 
 
llegaban a la gran urbe con la esperanza de probar mejor suerte a la luz de las 
imposibilidades de progreso en el sector del campo. 
Desde los años 60-80 la apropiación detierras mantuvo un nulo contacto 
con la implementación de servicios públicos que la población nezahualcoyotlense 
requería (agua potable, drenaje, energía eléctrica, pavimento, recolección de 
basura, hospitales, escuelas, alumbrado público), aún y con el déficit de 
infraestructura los propios colonos ocuparon de su innovación para abastecerse 
de ellos, así, por ejemplo: el agua era acarreada, la iluminación en sus hogares se 
desprendía gracias al uso de velas, dadas las circunstancias el alimento se 
elaboraba con anafres o pequeñas estufas con depósito de petróleo. 
 Los primeros pobladores tuvieron que hacer frente a ello y a la 
construcción de sus primeras viviendas a base de cartón y láminas que en épocas 
de lluvia flotaban como frágiles estructuras en el extenso pantano de lodo. 
Así, los primeros colonos soportaban no sólo carencias económicas, sino 
también de bienes públicos y junto con estas numerosas penurias se enfrentaban 
a las constantes pruebas de la naturaleza, aprendiendo junto con ellas a la 
conservación de sus tierras y a sobrellevar el deterioro de salud procedente de un 
ambiente propicio a las infecciones. 
Con el transcurrir del tiempo, obreros y comerciantes se asentarían como 
nuevos residentes, lo cual significó la conformación de una “ciudad dormida” que 
de día sus colonos ocupaban de su tiempo para trasladarse al D.F. a laborar y de 
noche sus tierras los acogían para descansar. 
Nezahualcóyotl (coyote en ayuno), es un territorio que desde su 
conformación ha sido símbolo de resistencia 3 y lucha para su habitabilidad; 
gracias a la asociación y organización entre sus pobladores ha mutado de una 
ciudad perdida en el municipio con mayor cantidad de habitantes; “Neza” como lo 
mencionan con cariño es una muestra de inclusión que inicialmente gesto como 
una zona de asilo, polvo y cartón para transformarse en una zona de confort. 
 
llanero”, de manera que el Centro Preventivo y de Readaptación Social “Bordo de Xochiaca” figuró 
como un punto de encuentro para las generaciones futboleras antecedentes a los años 90. 
3 Resistencia, alude a la práctica de oponerse al sistema dominante, cuestionando al poder y a sus 
relaciones ante una realidad injusta. Entiéndase por sistema dominante aquel partido político, 
gobierno o Estado, que tiene poder y que lo ejerce con un rigor autoritario. 
16 
 
1.1.3. La Participación Social del 85. El terremoto social y político que unió al 
pueblo y estremeció al PRI 
 
Entre otros elementos históricos que entretejían al México de los 80, éste no sólo 
se derribaba con la caída de la bolsa mexicana y el aumento de la deuda externa, 
a ello sumaría 3 años después el derrumbe de su ciudad que permitía mirar a un 
pueblo solidario y en resistencia. 
El calendario marcaba un 19 de Septiembre de 1985, nadie imaginaba lo 
que acontecería: un aterrador desastre natural. El terremoto había dejado a su 
paso el desmoronamiento físico de construcciones de las colonias Juárez, Roma, 
Tlatelolco, Guerrero, Morelos y Tepito. 
Las ostentosas nubes de polvo y los grandes trozos de concreto oscurecían 
el aspecto nítido de la capital, sepultando cuerpos de su ciudadanía, viviendas e 
historias compartidas. 
Frente a la alarmante tragedia, la inexperiencia gubernamental permaneció 
inmóvil ante las demandas que exigía tal emergencia, motivos que impulsaron al 
pueblo a tomar el poder de las calles, de su organización y autogestión. Aun con el 
dolor de la pérdida humana y material amas de casa, estudiantes, obreros, 
rescatistas, profesores, médicos y jóvenes, se homogenizaron en una sola unidad 
reforzada por un solo componente: “La Solidaridad”. 
A pesar de que el gobierno deseaba minimizar el problema, con frases 
como “quédense en su casa, no salgan” la gente desobedeció y salió a las calles. 
Así, sin ser llamados con base a una convocatoria, la gente hizo de este 
acontecimiento un todo, que incluía la participación de cada uno, derrumbándose 
junto con la catástrofe las fronteras sociales y sobrepasando la tardía reacción del 
gobierno y el infructífero Plan de Desastres propuesto por este mismo. 
De manera que la acción autogestiva dio paso a una organización 
destacadamente audaz; brigadas de voluntarios sin mayor o menor experiencia se 
veían por doquier, encargándose en el rescate de cuerpos, el acopio de alimentos 
y vestimenta, la dirección del tránsito vehicular, el traslado de heridos y la atención 
17 
 
médica permitían la formación de grandes cadenas de apoyo humano que 
mostraban una primordial visión, “el bien común”. 
México siguió de pie gracias a la Resistencia de millones de héroes 
anónimos y con ello la cultura juvenil concientizaría tal fenómeno con la 
organización de eventos de contenido cultural para el apoyo de los damnificados 
(Kermeses, cineclubes en los predios, encuentros callejeros de danza, música, 
teatro, arte) junto con el involucramiento de escritores, artistas, bailarines, músicos 
y rockeros (grupos como Trolebús, Maldita Vecindad, entre otros) fortalecían la 
solidaridad a través de un acto comunitario con sabor autogestivo. 
El terremoto no sólo generó una participación ciudadana, junto con él la 
sociedad pudo dar cuenta que podía también enterrar la dictadura del PRI.4 
A la luz de una sociedad más crítica para 1988, frente a la acumulación de 
un descontento por la manera de gobierno fraudulento (fraudes electorales), 
represivo (represión de movimientos) y violento (matanza de estudiantes), 
característico del PRI, un gran porcentaje de la población veía en Cuauhtémoc 
Cárdenas, candidato del FND5 la esperanza de una transformación radical para 
México, dado el beneficio que su padre, el General Lázaro Cárdenas, otorgó a 
campesinos, obreros y populares empobrecidos, muchos añejos partidarios y sus 
nuevas generaciones depositaban en él una nueva era de inclusión y cambio. 
Todo parecía indicar que el trono del PRI sería desbancado, sin embargo, 
este una vez más haría frente al peligro a través del fraude electoral concretizado 
2 meses después de la fecha de voto (6 de Julio de1988); el 7 y 8 de septiembre 
los resultados destacarían un triunfo más al PRI a mando de su candidato Carlos 
Salinas de Gortari. 
Golpeando fuertemente las expectativas ya generadas de un cambio frente 
al pueblo, la ciudadanía una vez más se organizaría para hacer frente al fraude. 
En apoyo a Cuauhtémoc Cárdenas el 16 de Julio una gran masa marchaba del 
Monumento a la Revolución al Zócalo exhortando al candidato a tomar el Palacio 
Nacional. 
 
4 PRI. Partido Revolucionario Institucional. 
5 FND. Partido Frente Nacional Democrático. 
18 
 
El fraudulento suceso una vez más fortalecía el poder del PRI, haciendo 
frente a la competencia la creación de un nuevo partido, PRD, Partido de la 
Revolución Democrática liderado y creado por Cuauhtémoc Cárdenas. Por su 
parte la administración Salinista, asociada con el PAN,6 excluiría de todo diálogo al 
nuevo partido, difundiendo una imagen de este como violento para la estabilidad 
del país aun con el hostigamiento y asesinato de miembros de lo que para ese 
entonces era el inicio de un partido de izquierda. 
Al igual que en 1985, 1988 significó para México la opción de alternativas 
frente al control del PRI, la participación de una ciudadanía que unificada en el 
voto anhelaba un mundo con nuevas condiciones de vida y de expansible 
integración. 
Cuauhtémoc Cárdenas supo ofrecer lo que otros candidatos no prometían 
al pueblo, un rechazo al régimen establecido por el PRI, autor intelectual de crisis 
y atrocidades. El mérito hacia el Cardenismo, por más pequeño que parezca es 
grande; a pesar de las desacreditaciones asignadas por la competencia priista. 
Cárdenas, cosechó en el pueblola esperanza perdida y junto con él resistió. 
1.1.4. La Resistencia Juvenil antecedida a la “Década Podrida” 
“(…) Tenemos una deuda lo mismo la inflación 
la crisis petrolera y el peso devaluado 
inundan las razzias para sacar dinero 
maldito presidente, reprime el gobierno (…)” 
Grupo punk: caos subterráneo 
La generación juvenil de los 80 antecede y se conforma a partir de momentos 
históricos elementales que se desprenden a partir de los años 60. Para 1968 
México se engalanaba por la organización de los Juegos Olímpicos, el contexto 
internacional parecía enredarse de júbilo, libertad y festividad, sin embargo la 
única libertad que se ejecutaba era el vuelo de algunas palomas que adornaban el 
arranque de esta conmemoración. 
 
6 PAN. Partido Acción Nacional. 
19 
 
En el interior del país la libertad de expresión y manifestación se veía 
reprimida por las acciones del para ese entonces Presidente, Gustavo Díaz Ordaz. 
La euforia de la rebeldía se concentraba por medio de magnas manifestaciones 
movilizadas principalmente por jóvenes, pero también por mujeres, obreros y 
estudiantes, resonando su visión sobre el país, la economía, el mundo y la 
sociedad. 
“Sesenta y ocho” no sólo es la memoria de un año, sino también la 
rememoración de una rebelión mundial de movimientos que hacían de las calles 
las mejores armas para hacer vibrar la unión de sus voces, de sus pensares, sus 
necesidades y demandas que aquejaban a la humanidad; se trata de un periodo 
de grandes protestas en contra de las guerras, la gestación de la contracultura, la 
organización de grandes festivales de rock, manifestaciones por los derechos, por 
la liberación y la educación. 
“Pueblo abre los ojos”, “abajo la momiza”, “¡no queremos olimpiada 
queremos revolución!”, eran algunas consignas que la masa mexicana 
conjuntamente exclamaba, abriendo a la luz pública algunas peticiones de índole 
política: liberación de presos políticos, disolución de cuerpo de granaderos, entre 
otros petitorios inclinados a la integración y democratización que daban cuenta del 
sistema autoritario impuesto por el PRI. 
Aun con la masacre innecesaria de un pueblo activo, el 68 fortaleció la 
participación ciudadana, moviendo conciencias e impulsando nuevas actitudes 
que transformarían un ambiente sumiso y sigiloso en un paisaje de expresión, 
protesta y organización, radicalizando a obreros y también a mujeres habituadas a 
la obediencia en féminas de lucha por acceder a los ámbitos de la vida pública y 
con ello nutrió a su juventud de lucha y rebelión, convirtiéndolos en los principales 
sujetos de cambio social frente al autoritarismo. 
México no sólo ganó 9 medallas, México ganó sujetos de acción y 
organización como una reacción frente al gobierno. Ganó la renovación cultural de 
jóvenes en resistencia incluso con la destrucción de sus ilusiones, la ruptura de 
20 
 
sus esperanzas, la absorción de sus aspiraciones y la aniquilación de sus posibles 
sueños. 
Para los años 80, como ya se ha venido manifestando, el débil desarrollo 
en la producción de México, el modelo económico imperante y el debilitamiento de 
las políticas sociales, perturbaban a la población juvenil mexicana interfiriendo en 
la obtención de sus necesidades básicas: alimento, vivienda, vestido, calzado, 
etcétera. Éstos eran sólo algunos componentes que detonaban un desencanto y 
una frustración ante su imposibilidad de satisfacción. 
La educación, un derecho a nivel constitucional, se consolidaba como una 
esfera selectiva de oportunidades: abierta para una minoría y cerrada para las 
masas. Se originaba que tanto niños como jóvenes permanecieran rezagados, 
excluidos e inactivos, dado que se les negaba el privilegio de obtener un lugar 
dentro de las instituciones de educación pública. 
En la era de esta “década perdida” se retrasaba su inserción en el campo 
educativo y por ende se aplazaba su posibilidad de ingresar al mundo laboral. 
Ante la falta de oferta ocupacional, su lenta generación y el desigual acceso a su 
incorporación surgían los nuevos subproletariados que en palabras de Menapace 
(1977), ocupa un apreciable lugar la juventud: 
¿Por qué los jóvenes parados son una parte del subproletariado? (…) el paro, al 
no ser coyuntural o marginal, sino estructural, produce una cultura, una ideología, 
un modo de ser permanente y no una simple moda (…) el nuevo subproletariado 
juvenil no es de origen obrero (…) es un producto directo y estructural de la crisis 
(“somos hijos de la crisis”). (…) De ahí proviene la cultura de la extrañeza, la 
irresponsabilidad, la ausencia de mediación política, el enfrentamiento directo con 
el poder, el desinterés por la incorporación a la cultura organizada, la fortísima 
exigencia de comunicación colectiva y de producción de nuevos lenguajes (la 
manifestación como teatro callejero, el slogan como mensaje rítmico, la ironía 
como desacralización de las ideologías); ésta es la única “producción” permitida a 
quienes no tienen ni siquiera la esperanza de encontrar un trabajo. 
21 
 
La penetración del joven al mundo laboral dependía invariablemente de su 
posición social; los jóvenes de los status sociales más bajos, procedentes de una 
insuficiente escolaridad, obtenían como resultado ingresos mal remunerados, sin 
acceso a servicios médicos, sin prestaciones sociales ni contratos que cubrieran 
sus derechos como trabajadores laborando en condiciones precarias. 
Encadenados al aniquilamiento de sujetos que se aprovechaban de su 
miseria, pobreza, carestías y necesidades económicas, la juventud se alineaba a 
una producción socialmente de abaratamiento de mano de obra y explotación 
propiciada por sus superiores. El insuficiente acceso a la educación sujetaría a la 
población juvenil a incorporase prematuramente al mercado, fijando su desarrollo 
en los estratos menos favorecidos. Así, el déficit de empleo sumado a la 
educación excluyente en las escuelas públicas, dirigía a la juventud mexicana a 
emigrar a los Estados Unidos, asociado a la temible frase antiprogresista difundida 
por el mismo gobierno: “empléate a ti mismo”, frase que evidenciaba la terrible 
ausencia de opciones laborales que podía ofrecer el gobierno mismo. 
Entonces, la burbuja de problemas sociales fortalecía cada día la 
conformación de la “Década Podrida”;7 el tan aclamado progreso y desarrollo 
elogiado por el gobierno no representaba más que una mutilación por adscribirse 
al horizonte de las promesas y las oportunidades, el ser joven era sólo un 
privilegio de clase. 
A diferencia del pasado cuando la juventud era una etapa transitoria segura hacia 
la adultez, los jóvenes tenían la certeza acerca de cómo vivir y qué hacer ante 
cualquier circunstancia que se pudiera presentar como obstáculo para sus metas a 
futuro (…) hoy en día nos encontramos que la juventud es la etapa perdida y que 
se encuentra sin guía, camina sin rumbo en la incertidumbre al mismo tiempo que 
no logra comprender los cambios sociales, económicos y políticos que se 
presentan (Fernández, 2001: 67). 
 
7 Término acuñado por los mismos jóvenes: herederos del desencanto político y la falta de 
oportunidades. Jóvenes productos del olvido e invisibles para los proyectos gubernamentales que 
no satisfacían sus aspiraciones, ni mucho menos el acceso a la educación, seguridad, higiene y 
futuro laboral. 
22 
 
Así los jóvenes de los ochenta, primogénitos de una economía insana y un 
desarrollo desequilibrado, crecía a un ritmo acelerado en medio de la 
marginalidad, sin opciones ni alternativas. Como herederos del espíritu del 68, la 
rebelión y el rocanrol (pelo largo, minifaldas, jeans y sexo, símbolos en vigencia) 
los jóvenes ochenteros se levantaron desde la organización de sus propias 
colonias para autogenerar su propia libertad a través del canto, el baile, la calle,la 
estética, la música y la emergencia de una nueva identidad en resistencia, con un 
espíritu creativo y de autoafirmación: “los Chavos Banda”.8 
En este sentido, el 68 perduraba como un nuevo legado, el legado de 
jóvenes que se expresaban alternamente frente un mundo autoritario, 
desplegando una diversidad identitaria que en los siguientes capítulos se explicará 
detalladamente. 
LA MIRADA INSTITUCIONAL SOBRE LOS JÓVENES DE LOS AÑOS 80 
1.2.1. El uso de las Políticas Públicas Juveniles en los 80 
Los años 80 no sólo se caracterizaban por la crisis estructural que agitaba a 
México, por el declive educativo-laboral o por el acelerado crecimiento 
demográfico. En cuestión de Políticas Públicas Juveniles no se mostraba una 
efectividad debido al carecido interés perpetuado entre las estructuras de poder y 
las instituciones comprometidas con el sector juvenil, su nula capacidad de 
encuentro permeaban una escasa comunicación entre sí. 
Ante tales circunstancias examinar el periodo comprendido por los años 80 
permite detectar una obstruida proposición de programas para la población juvenil; 
sin embargo, es importante determinar por qué y para que se ocupa de la imagen 
de estas políticas públicas. 
 
 
8 “Chavos Banda”, término no incluido en la definición de algún diccionario. Sin embargo, su 
significación ambivalente puede variar de acuerdo a la visión de quién que lo determina; desde una 
postura neutral, se trata de grupo de jóvenes reunidos en un espacio público como la esquina de 
las calles, aglomerados por gustos musicales iguales, formas de pensar similares, etcétera; 
difiriendo a ello para otros pueden representar un grupo de jóvenes que poseen conductas 
antisociales. 
23 
 
Por medio de “políticas públicas” se pretende mostrar una imagen de 
servicio y beneficio ante la comunidad, su malévola intención administrativa es 
ocultar las relaciones de poder y la asignación de recursos, presupuestos, 
beneficios y privilegios en relación a sus intereses para los fines con los que se 
diseñan los programas. Generalmente buscan resolver problemas económicos y 
sociales de subsistencia, más no implementan estrategias integrales olvidándose 
de que existe una heterogeneidad juvenil y esa misma variabilidad de mosaicos 
hace definir diferentes intereses y visiones. 
Las instituciones públicas-privadas, la familia, la escuela y la iglesia han 
aplicado su discurso conservador simplificando el sentido del ser y estar del joven 
en la sociedad, asignándoles etiquetas despectivas como una muestra más de la 
intolerancia que ejercen hacía este sector juvenil. Al respecto, se concibe a la 
juventud como una etapa transitoria que por ser temporal no accede a la 
proposición de nuevos programas adecuados y útiles, no se reconoce a “los 
jóvenes”, sino a una juventud homogénea sin distinción económica, diferencia de 
género y variabilidad de gustos. Se visualizan a futuro al tiempo que se elige a los 
“exitosos” para convertirlos en actores estratégicos del desarrollo, relevantes para 
la economía de la sociedad y se oprime a los “fracasados”, postergándoles un 
futuro ante el nulo acceso al empleo y la educación. 
Y, finalmente, se crean programas dirigidos a “grupos vulnerables” que 
deben protegerse o castigarse, creándose modelos poco eficientes cuya dirección 
se inclina hacia el control social, el enfrentamiento a la pobreza, la prevención del 
delito o la inserción laboral. 
1.2.2. Políticas y campañas. Estrategias públicas para la alianza de los 
denominados “chavos banda” a las trincheras del control 
Como anteriormente se explicaba, la acción política actúa conforme a sus 
intereses y se guía a partir de conocimientos científicos que sustentan su 
legitimidad. A través de programas novedosos que enmarcan contradictorios 
avances e interesantes progresos, se esconden las más negras intenciones por 
devorar a sus enemigos y lustrarlos en radiantes aliados. 
24 
 
Para ejemplificar con mayor exactitud estas estrategias de cooptación 
llevadas a cabo en los años 80 como modelo de control entre los “chavos banda”, 
transitaremos por diferentes sucesos que estimularon a los jóvenes a unirse a sus 
trincheras institucionalizadas: 
1) 1983. Con el cargo presidencial en manos de Miguel de la Madrid 
cesarían los antiguos mecanismos de control implementados por las políticas 
tradicionales y conservadoras, la estrategia no se desempeñaba a través de la 
represión, sino de la cooptación de líderes mediante la creación de un organismo 
oficial de corte político integral que serviría para atender las inquietudes juveniles, 
Consejo Nacional de Recursos para la Atención a la Juventud (CREA). 
Renovar el pacto entre los jóvenes, la sociedad civil y el Estado para acelerar el 
cambio pacífico y ordenado y los beneficios del desarrollo lleguen a los jóvenes 
marginados de ahí que estemos empeñados en consolidar el CREA como 
organismo entre el Estado y los jóvenes formador de cuadros juveniles (Galindo,9 
1983). 
Se otorgaban principalmente becas y se abrían espacios para la realización 
de exposiciones, creando bajo la legitimización institucional la revista “encuentro”. 
2) 1984. El entonces secretario general de protección y vialidad José 
Domingo Ramírez Garrido crea un programa a cargo del comandante Luna; su 
programa convocaba principalmente a jóvenes “chavos banda” que mostraban 
interés por integrarse a cursos de manejo automovilístico y acrobacias, la 
invitación estaba abierta para asistir cada jueves por la tarde en el parque Batallón 
de San Patricio de la Delegación Álvaro Obregón. Su objetivo: concentrar a 
jóvenes en el grupo de granaderos y policías, con el fin de alejarlos de las drogas 
y la delincuencia. 
Para muchos jóvenes se trató de una oportunidad difícil de ignorar, el 
desconcierto y asombro se apropió de aquéllos que rechazaron la oferta al darse 
cuenta que quiénes fueron sus “amigos” resultaron ser los peores “enemigos” de 
 
9 Director General del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA). 
25 
 
la propia banda que una vez aliados a las fuerzas policiacas no dudaron en 
cobrarse una que otra vieja rencilla a través de las ilegales detenciones. 
Extendiendo la misma línea de trabajo, la policía comenzó a generar 
encuentros de futbol entre sus miembros y las bandas, efectuando de esta manera 
el proyecto de contrainsurgencia urbana en 1986, con el propósito diluir las 
bandas y penetrar a sus dirigentes como elementos de seguridad. 
3) A mediados de los años 80, el entonces regente Ramón Aguirre 
Velázquez solicito un proyecto al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM 
titulado “Juventud popular y bandas de la ciudad de México”, tomando como eje 
central la temática de los chavos banda y su efecto social. 
Su principal función era detectar las zonas más violentas, la cantidad de 
bandas y el actuar policiaco en torno a la represión que ejercían hacia la población 
juvenil a fin de poner un alto a tales abusos. El problema surgiría al querer crear 
un lazo entre ellos como sujetos externos y los jóvenes, de modo que la 
herramienta más certera y eficaz se dio a través de la organización de conciertos, 
la apertura de espacios para su recreación y la invitación a cursos. 
Los resultados arrojados por parte de la investigación contradijeron las 
hipótesis planteadas. Más allá de los prejuicios, estigmas, etiquetas y un sinfín de 
términos despectivos, existía entre los chavos una notable y coherente 
organización que utilizaban como un medio de expresión individual y colectiva; la 
creatividad era su arma fuerte de visibilidad, de dar voz y de distinguirse; su 
poesía, música y pintura conformaban el arte de decir “aquí estamos”. Una vez 
detectados aquellos que poseían el perfil de líderes, se les invitó a formar parte de 
algún grupopolítico y de las estructuras del gobierno. 
4) Entre otros programas también se desarrollaban los de capacitación 
laboral, como una visible solución al problema de desempleo juvenil. Está 
incorporación productiva de los jóvenes al mercado laboral sólo era una estrategia 
para el Estado y los empresarios que buscaban la mano de obra joven por un bajo 
costo. 
 
26 
 
CAPÍTULO 2. 
LA IDENTIDAD Y LOS PREJUICIOS ASIGNADOS DENTRO DEL MOSAICO 
JUVENIL 
2.1.1. ¿Qué sobre la Identidad? 
Dando continuidad al estudio de la época de los 80, es durante esta década que 
surge el interés por el estudio de la “Identidad” abordándose inicialmente desde 
una perspectiva psicológica como un atributo individual y una cualidad del yo. Los 
estudios bajo esta temática conducen a los trabajos de E. Erickson, quién 
planteaba un proceso individual subjetivo de autoconocimiento y autorreflexión de 
donde emergían cuestionamientos en relación a: ¿quién soy?, ¿qué quiero llegar a 
ser?, ¿qué profesión debería seguir?, ¿qué creencias religiosas, qué valores 
morales y qué ideas políticas escojo como vinculantes para mí?, ¿quién soy como 
hombre o mujer, como ser sexual?, ¿cómo puedo integrarme a la sociedad? 
Interrogantes que daban por resultado la integración de identificaciones adquiridas 
mediante el aprendizaje (inculcación familiar, influencia de amigos, profesores, 
autoridades o publicidad de los media) que generan un auto concepto del que se 
desprende la identidad del sujeto frente a los otros, arraigando un conocimiento 
sobre quién es. 
 Si bien la conceptualización se desprende de variables aristas de 
comprensión y aplicación, en los últimos años el concepto de “Identidad” se ha 
abordado desde una perspectiva social vinculado a estudios sobre casos 
particulares como lo son los “jóvenes”, de manera que la Identidad Juvenil se 
selecciona como concepto fundamental para los fines de esta investigación, dado 
que se pretende conocer la identidad como una estructura social que dota a los 
jóvenes de capacidades para actuar, pensar y dirigir su conducta a partir de las 
experiencias que comparten con su grupo de referencia. 
Aun y cuando la comprensión de la “Identidad” requiere del conocimiento de 
los aportes de E. Erickson, la delimitación del término desde una mirada social 
permite abordar el tema desde un enfoque que retoma Maffesoli, (1999) como un 
“neotribalismo emergente”, es decir, un fenómeno donde el sujeto sale de su 
27 
 
encapsulamiento individual y diluye su experiencia cotidiana en la pertenencia a 
diferentes microgrupos. 
Es con la Identidad que se genera la interacción social y la comunicación, 
en la cual la detección de semejanzas permite al sujeto relacionarse e identificarse 
con aquellos con los que comparte un “nosotros” lo que a su vez le permite 
pertenecer a un grupo, compartir elementos y participar al interior de, en 
contraposición a las distinciones entre los “otros” con los que hace una visible 
diferenciación. Entonces, cuando se tiene noción de quiénes somos y quiénes son 
los otros se genera una identidad particular que juega un papel definitorio en el 
momento preciso. 
Resituarse en los años 80 permite abordar, a partir de estas 
conceptualizaciones, a la población juvenil la cual se incrementaba en el 
asentamiento de las periferias sin la oportunidad para continuar su desarrollo 
laboral y/o escolar, razones por las que muchos jóvenes comenzaron a 
congregarse, a ser y sentirse parte de un grupo que les permitía compartir una 
realidad. Una realidad que otorgaba la oportunidad de asumirse y definirse en 
conjunto; por medio de la conformación de estas agrupaciones el pensar de sus 
intereses y aspiraciones se entretejía un repertorio cultural de identificación acorde 
a un estilo musical, una apropiación estética, de lenguaje e ideología, fungiendo 
como mediadores que jugaban un papel relevante en su socialización. 
De manera que la inclusión, la interacción y la reafirmación experimentada 
al interior del grupo define de manera afectiva “el ser parte de…”, como un 
emblema que enmarca un sentido de pertenencia y que autogenera la penetración 
colectiva de un “nosotros” como muestra de fidelidad y compromiso. “El siempre 
en banda”, refleja cómo nos representamos, nos reescribimos e interactuamos con 
nuestros mismos y con los que se nos diferencia. La creatividad y la rebeldía se 
proyectan con la música, el baile, las paredes, los tatuajes, etc., como productos 
de resistencia colectivamente que en las siguientes páginas se desarrollaran. 
28 
 
Podemos, entonces, definir la identidad como la interacción social que dota 
al individuo de un estilo de aceptación y pertenencia hacia un grupo con el que 
fusiona sus necesidades e intereses diferentes a los vigentes del mundo adulto. 
2.1.2. Estereotipos, prejuicios y estigmas. Una mezcolanza de orígenes 
desacreditadores para los “otros” 
“Hay cosas diferentes que, sin embargo, son algo parecidas: 
se puede reunirlas en series en el interior de las cuales será 
posible distinguirlas. Hay en la idea de que nada en el 
mundo es bastante único como para no poder ser incluido 
en una lista, algo exaltante y terrorífico a la vez” 
G. Perec, Penser / Claseer, 1985 
A lo largo de los años la necedad por distinguirse ha conllevado a la constitución 
de categorizaciones instituidas de acuerdo a subjetivas percepciones de interés. 
Con la conformación de múltiples identidades que dan forma a la sociedad las 
distinciones se visibilizan frente al poder, haciendo de esta diversidad una 
organización acorde a las diferencias, es decir, ante una pluralidad de identidades 
las diversificaciones se estructuran con base a jerarquizaciones: se acepta o se 
rechaza, se incluye o se excluye y, finalmente, se diferencia o se vincula por 
similitud. 
 “Quienes somos y quiénes son los otros” dota de identidades que transitan 
entre diferenciaciones y semejanzas; hacer énfasis en esta temática permite 
indagar la manera en que se percibían los jóvenes de los años ochenta y a su vez 
como eran percibidos frente al resto, que para ser precisos y ante un angosto 
acercamiento a ellos construían y se valían de una equívoca imagen consignada a 
la desaprobación, como se puede apreciar en las siguientes páginas. 
 Abordar desde un eje de tipificación permite recurrir a la propuesta teórica 
de Tajfel, (1981) “la categorización social permite al individuo definirse como 
miembro de grupos específicos en el seno de la estructura social”; es decir, se 
precisa la adscripción a un grupo de acuerdo al grado de identificación, tomando 
en cuenta aspectos como: sexo, edad, etnia, clase social, etc. A su vez, la 
29 
 
conformación de estos grupos sociales designa un “nosotros”, supravalorando su 
propia imagen mediante juicios favorables y un “ellos”, infravalorando al grupo 
extraño por medio de imágenes negativas 
 Considerando tales clasificaciones como la base para la construcción de 
estereotipos, prejuicios o estigmas que generalizan una manera desacertada de 
enjuiciar “al otro sujeto”, dando por resultado una serie de creencias, conductas y 
comportamientos que apartan de la interacción a los unos con los otros. 
 Para ser precisos, se ocupa de estereotipos para aludir a “un conjunto de 
creencias compartidas sobre las características personales, generalmente rasgos 
de personalidad, pero también los comportamientos propios de un grupo de 
personas (Leyens, Yzerbyt, & Schadron, 1994). Son imágenes mentales o 
representaciones cognitivas, consecuencia de nuestra maquinaria mental que 
tiende a asociar rasgos negativos para el exogrupo contrariamente a lo que se 
piensa de manera positiva del endogrupo. 
 De los juicios de desaprobación germinan los “prejuicios”. Allport, (1954) los 
define como “una actitud negativa o una predisposición a adoptar un 
comportamiento negativo hacia un grupo, o hacia los miembros de estegrupo, que 
descansa sobre una generalización errónea y rígida”. Se trata de un rotundo 
rechazo al “otro”, que se alimenta y devora de sentimientos negativos y 
desfavorables, así como una sensación de poder y control sobre los otros. 
 Paralelamente, el “estigma” es otro vocablo igual de discriminatorio que los 
dos anteriores; es un atributo que colocamos en los “otros” con el objetivo de 
desacreditar, apoyándonos de nuestras anticipaciones y la visibilidad de la primera 
apariencia. De tal modo que el atributo se convierte en el objeto ideal para 
confirmar la normalidad o anormalidad del otro, detectando un defecto, una falla o 
una desventaja que nos hacen considerar al sujeto como malvado, peligroso, 
delincuente, débil, inferior, etcétera, exhibiéndolo como “malo”. Desacertadas 
asignaciones que no permiten generar una interacción, alejándonos de quiénes se 
apartan negativamente de las expectativas particulares de una estandarización 
“normal” a causa del número de imperfecciones que se le llega a atribuir. 
30 
 
 Resituarse en los años ochenta permite echar un vistazo a este tipo de 
desacreditaciones “Cuando iba a la primaria me decían: ¡cuídate, porque ése es 
mariguano!, ¡yo los veía con el pelo larguísimo, un chaleco de mezclilla, sus 
pantalones de mezclilla entubados, embarrados en las piernas, unos zapatos 
mocasines de gamuza”, ejemplificar este tipo de discursos cotidianos de las 
décadas pasadas permite dar cuenta del papel que juegan las apariencias para la 
asignación de imperfecciones que latentemente subordinan al sujeto como 
peligroso. 
Revista Contenido, 1986 sacaría a la luz pública el reportaje titulado Los nacos punk a cargo del reportero 
Aguilera, G., declarando: “La gente los llama nacos punk porque con sus pobres recursos procuran copiar (de 
revistas, películas, posters y portadas de discos) la facha de los punks europeos: como no tienen para 
comprar tintura para el pelo, algunos se contentan para decolorárselo con agua oxigenada; como no pueden 
pagar ni modestos aretes de fantasía, otros se cuelgan un seguro; y ellos mismos se cortan el pelo, a veces 
con un vidrio o con un serrucho por lo cual el resultado suele ser más deplorable que extravagante”. Fuente: 
http://iztactiltic.blogspot.mx/2010/06/los-nacos-punk.html Fuente de Imágenes: “Portada de la Revista 
“Contenido”: http://sintiempoparanada.blogspot.mx/2011/11/cuerdas-v-distrito-federal-punk-1986.html / 
 Bajo estos contextos de desacreditación y categorización entre un 
“nosotros” y los “otros” se conduce a la clasificación grupal desde un parámetro 
dominante10 cuyo fin intencional ha sido segregar a la juventud no estandarizada 
acorde a sus intereses. Encasillando a partir de dos premisas opuestas a la 
juventud mexicana: 
1) Jóvenes Agentes de Cambio. Clasificados con el rótulo de “exitosos” 
por provenir de status sociales análogos a los ocupantes del poder, 
impulsados por la cultura dominante como agentes de cambio y triunfo 
 
10 Los grupos dominantes son los que por razón de la proporción o del poder que otorga el dinero, 
marginan y separan a los minoritarios, si éstos no se adaptan a sus características. Se pueden 
representar a través del gobierno, de las élites, de la religión. 
31 
 
por visualizar en ellos la suma de afiliados a sus intereses. 
Considerándolos, entonces, como fuente de riqueza. 
2) Jóvenes Alternativos o Disidentes. Etiquetados bajo el slogan de 
juventud en “estado de peligro” para la sociedad, se convierten en 
jóvenes presas del castigo y marginación que desde la percepción 
dominante poseen conductas de conflicto, peligro e inseguridad; 
Clasificación que de acuerdo al pasaje fue asignada a la juventud de 
los años ochenta, amenazantes no para la sociedad sino para fines de 
interés político. 
 Del emblemático ciudadano al marginal disidente, es una polaridad que a la 
larga produce una diferenciación ideal para ser manipulada por las partes 
dominantes y que éstas logren ejercer su poder mediante la jerarquización e 
imposición de reglas hacia los “otros”, desacreditando y rechazando a quiénes 
perciben fuera de sus alcances de control, como se muestra más adelante. 
Se ha de destacar que se trató de jóvenes en resistencia a las ideas 
dominantes; sus nuevas ideas y mentalidades fusionaron como una revuelta de 
paso a lo hasta en ese entonces desconocido “una nueva identidad” desafiante 
frente al poder, que nació a la luz de una transformación social, la crisis. 
Jóvenes dignos de reconocer por contradecir la visión hegemónica, 
resistiendo con su presencia, su vestimenta, sus palabras y sus actos, visibles 
ante sus manifestaciones como una forma alternativa ante lo ya dado, lo 
establecido y determinado. Construyendo su propio reconocimiento a pesar de lo 
que los “otros” establecen y dicen sobre él. 
2.1.3. Medios de Comunicación: Fieles Siervos del Desprestigio 
Como un constructo más de desacreditación durante la década de los 80, los 
“otros” (el poder dominante) y sus aliados los medios de comunicación, aportaban 
de elementos para la constitución de un perfil juvenil asociado a la “transgresión 
de la ley”, produciendo bajo este referente una propagación de miedo y psicosis 
colectiva dentro de la población. La construcción de una imagen satanizada, 
promovida por los medios de comunicación difundía noticias despectivas hacia los 
32 
 
jóvenes, con títulos centrales que contenían palabras como: jóvenes drogadictos, 
rateros, pandilleros o asesinos, como lo muestra la siguiente nota periodística. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nota del Periódico La Jornada. 
 No sólo los estigmatizaban como metáforas asociadas al caos 
desenfrenado y salvaje, también vendieron su imagen de “jóvenes jodidos” para 
alarmar y producir una reacción social construida a base de retratos 
estereotipados del delincuente juvenil: moreno, de bajo recursos, marginado y 
empleado de trabajos informales ubicados en las calles. 
“Sociedad de la esquina”11 
En cada época, en cada momento de manera distinta, la 
radio, la prensa, la televisión nos ha devaluado. 
Han mostrado a los jóvenes como amenaza, como 
representación del mal, como el diablo. 
Se intimida a la sociedad con nuestra presencia, se le 
amenaza, se le aterroriza. 
 Violencia, sexo, drogas y excesos eran otros estereotipos que ligaban a los 
chavos de los 80 enmarcando un cliché sin sostén alguno; Una investigación 
realizada en 1988 por el Circo Volador, se concentró en la opinión de algunos 
funcionarios públicos y de autoridades delegacionales que abordaban la temática, 
del siguiente modo: “los chavos banda son violentos, se drogan, son promiscuos, 
se emborrachan, destruyen, amedrentan, matan, roban, violan y dan miedo”. En 
respuesta al denigrante discurso los chavos contestaron: “les damos miedo por 
 
11 Escrito aparecido en un pasquín (escrito anónimo, que se hace público con expresiones satíricas
 para el gobierno), editado en 1993 por Solidaridad de Ciudad de Juárez. 
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feos, por jodidos y la neta si es cierto, pero andamos así porque la principal droga 
que nos chinga es la pinche sociedad”. 
 Considerados transgresores por desafiar los valores impuestos por la 
sociedad, más tarde adoptarían los atributos devaluatorios para colocarlos en 
conjunto con un nombre que los identificará: manchados, mierdas punk, virginidad 
sacudida, bastardos, defectuosos, anfetaminas, chemos, etcétera. 
Sin embargo, difundido un perfil dominante y asignados a múltiples 
estereotipos, la persecución hacia los jóvenes se potencializaba con el llamado de 
las televisoras, como lo fue el noticiero 24 horas conducido por Jacobo 
Zabludovsky, quien al considerarse una voz del pueblo exigía a las autoridades 
detener todo acto vandálico originado por los “chavos banda” e implementar el 
orden. Señala Althusser (1987): “Interperlar a los

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