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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO. 
FACULTAD DE MEDICINA. 
 
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL. 
Centro Médico Nacional de Occidente. 
Unidad Médica de Alta Especialidad. 
HOSPITAL DE PEDIATRIA. 
 
 
 
 
 
 
PROTOCOLO DE TESIS 
“Porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a la mortalidad en pacientes 
pediátricos en estado critico sometidos a Terapia de reemplazo renal continuo” 
TESIS DE POSGRADO PARA OBTENER EL DIPLOMA DE LA 
SUBESPECIALIDAD DE: 
Medicina Crítica Pediátrica 
Presenta: 
Dra. Aline Peregrina Zárate Ávila 
Médico residente de la subespecialidad de Medicina Critica Pediátrica 
 
ASESORES 
Dr. Sergio Benjamín Sánchez Gómez. 
Médico Pediatra con subespecialidad en Medicina Critica Pediátrica 
Dr. Juan Carlos Barrera De León. 
Doctor en Ciencias Médicas. 
Guadalajara, Jalisco. Febrero de 2017 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
INDICE 
I. MARCO TEÓRICO 
I.1 Introducción .......................................................................... 1 
I.2 Justificación .......................................................................... 14 
I.3 Planteamiento del problema ................................................ 15 
I.4 Pregunta de Investigación .................................................... 15 
I.5 Hipótesis ............................................................................... 15 
I.6 Objetivos ............................................................................... 16 
II. MATERIAL Y MÉTODOS 
II.1 Diseño ................................................................................. 17 
II.2 Universo de trabajo ............................................................. 17 
II.3 Criterios de inclusión ........................................................... 17 
II.4 Criterios de exclusión .......................................................... 17 
II.5 Tamaño de la muestra ......................................................... 17 
II.6 Variables .............................................................................. 18 
II.7 Desarrollo del estudio .......................................................... 18 
II.8 Análisis estadístico .............................................................. 19 
II.9 Consideraciones éticas ....................................................... 19 
III. ORGANIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 
III.1 Programa de trabajo ........................................................... 20 
III.2 Recursos humanos ............................................................. 21 
III.3 Recursos materiales ........................................................... 21 
III.4 Financiamiento ................................................................... 21 
III.5 Resultados .......................................................................... 22 
III.6 Discusión ............................................................................ 39 
III.7 Conclusiones ...................................................................... 42 
III.8 Referencias bibliográficas .................................................. 44 
 IV. ANEXOS 
 IV.1 Hoja de recolección de datos ............................................. 45 
 IV.2 Pediatric Risk Mortality Score III ....................................... 46 
 IV.3 Pediatric Logistic Organ Dysfunction Score ....................... 47 
 IV.4 Escala de coma de Glasgow ............................................ 48 
	
 
IDENTIFICACIÓN DE LOS AUTORES: 
____________________________ 
• Dr. Juan Carlos Barrera de León 
Médico Pediatra 
Doctor en ciencias médicas. Investigador asociado C. Instituto Mexicano del 
seguro social. 
Investigador Nivel I Sistema Nacional de Investigadores CONACYT 
Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Pediatría. 
Centro Medico Nacional de Occidente, Guadalajara Jalisco. 
 Tel. Cel. 3331378280 
 jcbarrer@hotmail.com 
 
______ _______________________ 
• Aline Peregrina Zárate Ávila 
Residente de 2º año. 
Sub – Especialidad de Medicina del Enfermo Pediátrico en Estado Critico. 
Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Pediatría. 
Centro Medico Nacional de Occidente, Guadalajara Jalisco. 
 Tel. Cel. 3322584748. 
 aline.zarate@gmail.com 
 
 
• Dr. Sergio Benjamin Sánchez Gómez. 
Medicina del Enfermo Pediátrico en Estado Crítico 
 Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. 
Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Pediatría. 
Centro Medico Nacional de Occidente, Guadalajara Jalisco. 
Tel. 3338155080 Celular. 
ssanchezgomes45@gmail.com 
	
RESUMEN. 
 
INTRODUCCION: Estudios han de demostrado que un balance de líquidos 
elevado se asocia a una menor supervivencia en comparación a los pacientes con 
menor sobrecarga de líquidos, además la sobrecarga hídrica favorece el desarrollo 
de disfunción orgánica múltiple y una mayor estancia en Unidades de Terapia 
Intensiva. 
 
OBJETIVO GENERAL: Determinar el porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a 
mortalidad en pacientes pediátricos en estado critico sometidos a TRRC. 
 
MATERIAL Y METODOS: Realizamos un estudio descriptivo retrospectivo, con los 
pacientes pediátricos ingresados a la UTIP del hospital de pediatría de CMNO 
sometidos a TRRC, durante el periodo comprendido de enero de 2014 a diciembre 
de 2016. Se calculó el balance hídrico en base a la hoja diaria de enfermería y con 
esto el porcentaje de sobrecarga hídrica en pacientes con balance positivo. Se 
recolectaron los datos requeridos para el calculo de las escalas de mortalidad 
(PRISM III y PELOD). El proceso estadístico sometió a las variables al cálculo de 
la frecuencia máxima esperada, y luego se ejecutó el cálculo de la contingencia 
para el cumplimientos de los objetivos. 
 
RESULTADOS: Tuvimos 20 pacientes con edad promedio de 92 meses, un peso 
mínimo de 10.5 kg, de los cuales el 55% fueron del sexo masculino. Once 
pacientes fallecieron (55%). Determinamos un punto de corte de mayor o menor 
al 5% de sobrecarga hídrica donde el resultado quedo con 50% de pacientes 
respectivamente. Todos los pacientes resultaron con un balance hídrico positivo 
(media 2.61lt), con un promedio de sobrecarga hídrica en 10.3% (min. 0.62%, 
máx. 55.7%) y para los pacientes de fallecieron un promedio de sobrecarga hídrica 
del 15.65% (min 4%, máx. 55.7%). Los pacientes que fallecieron el 40% resultaron 
en el grupo de >5% de sobrecarga hídrica. El cálculo de la contingencia cuadrática 
arrojó un valor de 5.051 con una significancia de .025. El riesgo de muerte al 
ingreso para el total de pacientes por PIRSM III tuvo una media de 14.1% y por 
PELOD de 19.2%. 
 
CONCLUSIONES: Existe una asociación positiva y significativa entre la 
sobrecarga hídrica mayor al 5% y la mortalidad en los pacientes sometido a 
TRRC. 
 
	 1	
I. MARCO TEORICO. 
 I.1 INTRODUCCION. 
 
El balance hídrico puede ser definido simplemente como la diferencia entre 
las entradas y salidas de líquidos. Sin embargo, requiere la consideración del agua 
corporal total, su distribución compartimental y la composición plasmática. (1) 
En particular, en pacientes críticos con sepsis frecuentemente reciben altos 
volúmenes de líquidos lo que resulta enun balance hídrico. Estudios han 
observado que un balance de líquidos elevado fue asociado con una menor 
supervivencia en relación a aquellos pacientes con una menor sobrecarga de 
líquidos, así como una mayor estancia en Unidades de Terapia Intensiva y 
desarrollo de disfunción orgánica múltiple (2). 
Por supuesto que la demostración de una asociación entre un balance 
hídrico positivo y los efectos adversos no prueba un rol causal de la sobrecarga 
hídrica en la mediación de los efectos adversos. Sin embargo, un exceso de 
líquido acumulado es una fuente iatrogénica de morbilidad y mortalidad en alguna 
proporción de pacientes. Algunos mecanismos causales pueden ser la mediación 
directa de la asociación entre el desarrollo de edema intersticial y el desarrollo 
progresivo de disfunción orgánica; esto incluye oxigenación inadecuada, difusión 
de metabolitos, arquitectura tisular distorsionada, obstrucción de la perfusión 
orgánica, obstrucción de flujo venoso y linfático e interacción distorsionada entre 
células (2). 
Evidencia de los efectos adversos de la sobrecarga de líquidos puede verse 
en la mayoría de los sistemas, incluyendo el sistema gastrointestinal, hígado, 
sistema cardiovascular, sistema nervioso central, piel y tejidos blandos. En 
particular puede observarse edema visceral lo que ocasiona riesgo de hipertensión 
intra-abadominal, lo que se ha asociado fuertemente con el desarrollo de daño 
renal agudo (2). Se ha demostrado que la sobrecarga hídrica incrementa el riesgo 
de complicaciones en lesión pulmonar aguda, síndrome de distrés respiratorio 
agudo, edema agudo pulmonar y en el postquirúrgico, contribuye también a 
edema intestinal y cerebral (1). 
	 2	
La sobrecarga hídrica puede ser definida como una acumulación patológica 
de agua y electrolitos disueltos en el cuerpo más allá de la observada en 
individuos sanos. En general este exceso de líquido se acumula como liquido 
extracelular en un compartimiento intersticial expandible como edema intersticial y 
macroscópicamente como colecciones liquidas en el tórax (derrame pleural) o 
abdomen (ascitis). Así, esta sobrecarga hídrica es predominantemente un 
síndrome de edema intersticial y un exceso de sodio corporal. El edema 
intersticial es mediador de muchos efectos adversos de esta sobrecarga hídrica. A 
un nivel orgánico, el edema tisular impide el flujo sanguíneo capilar y el drenaje 
linfático, especialmente en órganos encapsulados, como son riñones e hígado, 
donde un volumen adicional no se puede acomodar sin incrementar la presión 
intersticial, ocasionando mayor desacoplamiento de la función y perfusión orgánica 
(2). 
Nuestro entendimiento de la biología vascular y la formación de edema en 
el lecho capilar ha ido progresando desde un equilibrio de presión dirigido por el 
ultrafiltrado plasmático a través de la pared del capilar y la reabsorción plasmática 
mediada por la presión coloidosmótica, en el modelo clásico de Starling, hasta una 
mayor descripción del glicocálix. El glicocálix es una compleja red de células 
unidas por proteoglicanos, glicosaminoglicanos, y sialoproteinas que envuelven el 
lado luminal del endotelio intacto, incluyendo las uniones intercelulares 
endoteliales donde fluye el agua transcapilar. El glicocálix participa en múltiples 
funciones desde la regulación de la permeabilidad vascular para almacenar altas 
proporciones de volumen plasmático no circulante y la modulación de la 
inflamación y homeostasis (2). 
En primer lugar, el resultado patológico primario de un incremento de la 
permeabilidad capilar en un estado inflamatorio es la disrupción del glicocálix, 
siendo un proceso que una vez establecido no puede ser revertido rápidamente, 
en segundo lugar la tasa de perdida de líquido desde los capilares va a ser 
determinada por la presión capilar (incrementada por el aumento en la presión 
venosa y el grado de vasodilatación de arteriolas pre capilares, lo que trasmite una 
presión sistémica al lecho capilar) y relativamente poco por la presión oncótica del 
	 3	
plasma. Finalmente, como los flujos transcapilar son más pequeños y 
unidireccional casi todo el llenado vascular desde el intersticio ocurre a través de 
los canales linfáticos (2). 
Estas observaciones tienen implicaciones clínicas, primero, una vez que el 
glicocálix es fragmentado los pacientes corren el riesgo de presentar acumulación 
de líquido a nivel intersticial. En segundo lugar, la manipulación de la 
concentración de coloide en el plasma no va a proveer mayor efecto de llenado 
vascular y ciertamente no predispondrá el llenado vascular desde el lecho capilar. 
Finalmente, el llenado vascular durante la extracción de líquidos, tiende más a ser 
más bien lento y relativamente fijo, de aquí a poca tolerancia a las tasas altas y 
rápidas de extracción en los pacientes críticamente enfermos (2). 
Existe evidencia en diferentes estados patológicos de esta alteración y 
lesión del glicocálix endotelial, como en sepsis, cirugías mayores, trauma, y 
estados postisquémicos; este proceso ocurre por efecto directo de la isquemia, 
estrés oxidativo, una respuesta patológica del huésped o por toxinas circulantes, 
como lipopolisacáridos y mediadores pro-inflamatorios, particularmente el factor de 
necrosis tumoral alfa (TNFa). Hiperglucemia aguda también ha sido asociado a la 
perdida de la integridad del glicocálix (2). 
Otro mecanismo poco estimado en la formación de edema es la alteración 
en la estructura y función de la matriz extracelular (extracelular matrix, ECM) en 
estados de inflamación sistémica y enfermedades críticas. Normalmente, la 
perdida de fluidos desde los capilares lleva a un incremento en la presión 
intersticial oponiéndose al ultrafiltrado transcapilar y promoviendo el relleno 
linfático, siendo el proceso inicial para el drenaje linfático. Sin embargo, después 
de una lesión local o tras la exposición a mediadores inflamatorios, se ha 
observado una disminución en la presión intersticial, a pesar de un rápido flujo de 
fluido hacia el intersticio. Se cree que éste descenso en la presión intersticial es 
debido a la liberación de la tensión celular ejercida en las redes de colágeno y de 
miofibrillas en la ECM por mecanismos que incluyen la liberación de uniones de 
colágeno b1-integrinas. En adición a esta pérdida de la integridad mecánica de la 
ECM, la exposición resultante de la sustancia basal de glucosaminoglicanos, que 
	 4	
normalmente esta comprimida y sub-hidratada, se expande e hidrata. La lesión 
local, y un amplio número de mediadores inflamatorios locales y sistémicos, 
toxinas incluyendo lipopolisacáridos, han sido demostrados ser intermediarios en 
los cambios en la ECM con una disminución en la presión intersticial, lo que 
promueve el desarrollo de edema tisular. Finalmente, la baja en la presión 
intersticial en combinación con la disrupción local de la arquitectura linfática, el 
efecto directo de mediadores inflamatorios y la interrupción de la función linfática 
va a llevar en una alteración del drenaje linfático con acumulación de fluido tisular, 
contribuyendo más adelante en acumulación de fluido intersticial. (2). 
El balance de líquidos es cada vez más reconocido como un “signo vital” 
complementario o un “biomarcador” en la enfermedad critica. En ausencia de 
complicaciones que amenazan la vida atribuidas a la sobrecarga hídrica, el 
manejo farmacológico para la remoción de líquidos es indicado solo cuando ésta 
acumulación de fluidos contribuye o parece contribuir a la morbilidad del paciente 
(ej. Retardo en el retiro de la ventilación mecánica, alteración en la cicatrización de 
heridas, deterioro en la recuperación de orgánico, rehabilitación subopitma). Sin 
embargo, se sugiere que cada paciente debe llevar una “trayectoria ideal de 
balance de líquidos” dentro de la revisión diaria, por lo que el uso farmacológico 
para la remociónde fluidos debe ser considerado como una medida temporal la 
cual deba ser suspendida cuando se alcance el objetivo o el fracaso, aunque este 
último no precisamente debe ser representativo como un fracaso para llevar a un 
balance hídrico negativo sino con la ocurrencia de efectos adversos (3). 
Las terapias de reemplazo renal incluyen diálisis peritoneal, hemodiálisis 
intermitente y hemofiltración continua. Desde las últimas décadas la terapia de 
reemplazo renal continuo (TRRC) se ha convertido en la modalidad preferida para 
el manejo del niño críticamente enfermo con lesión renal aguda y sobrecarga de 
líquidos (4). 
Las técnicas de reemplazo renal están diseñadas para la remoción de 
líquido del compartimiento intravascular. Entonces la estabilidad hemodinámica 
depende del llenado de volumen intravascular desde el compartimiento intersticial, 
por consiguiente la tasa del llenado plasmático limita la remoción de líquido (1) 
	 5	
Debido al tiempo limitado en la hemodiálisis convencional, que se lleva a cabo en 
promedio de tiempo de 3 a 4 horas, lo que conlleva a cambios abruptos de 
volumen y concentración de solutos, (5) siendo más propensos a inestabilidad 
hemodinámica (1,5) a diferencia de la TRRC que se lleva a cabo de manera 
continua permitiendo velocidades más lentas para la eliminación de fluidos, lo que 
la convierte en una mejor opción para pacientes hemodinámicamente inestables 
(5) la remoción de solutos y modificación de volumen de líquido extracelular ocurre 
gradualmente y de forma continua siendo mejor toleradas en estos pacientes, de 
igual forma la diálisis peritoneal también tiene la capacidad de proporcionar un 
aclaramiento y ultrafiltrado gradual, pero la TRRC tiene también la habilidad de 
ajustar independientemente la composición y el volumen de líquido extracelular 
con el uso de soluciones de reemplazo permitiendo así su adaptación para la 
regulación de estos fluidos (4,1) 
En muchas formas los principios básicos de la TRRC son similares en niños 
y adultos, pero la aplicación de esta terapia en niños requiere la compresión de 
situaciones especiales en pacientes pediátricos, siendo dos las diferencias 
principales en el manejo de la TRRC en niños y adultos: el tamaño del paciente y 
el espectro de enfermedades. La gran variabilidad en el tamaño de los niños lleva 
a la necesidad de una prescripción de TRRC mas individualizada que en los 
adultos. (6) 
En niños pequeños hay una gran preocupación por el volumen de sangre 
extracorpóreo que requiere el circuito, a mayor proporción de sangre llevada a un 
circuito extracorpóreo puede resultar en significativa hipotensión, hemodilución y 
perdida de calor lo que puede contribuir a una elevada morbi-mortalidad en 
pacientes más pequeños; la necesidad de adaptación del equipo, en niños muy 
pequeños los catéteres de acceso vascular ocupa sustancialmente una mayor 
proporción de diámetro de las venas centrales, predisponiéndolos a una alteración 
del drenaje venoso y trombosis. (6,4) 
Hay más controversias que certezas en el manejo de la TRRC en pediatría. 
Esto dado por las dificultades de llevar a cabo adecuados ensayos con alto 
impacto estadístico en una población tan heterogénea como lo son los niños, y no 
	 6	
es de sorprenderse que gran parte de la evidencia que guía la práctica clínica sea 
extrapolada de la medicina de adultos. (6) 
Las TRRC modernas drenan sangre desde la circulación venosa, siendo 
bombeada a través de un circuito que contiene una membrana semipermeable 
(filtro), y luego es retornada hacia la circulación venosa, esto a través de catéteres 
centrales doble lumen de gran calibre. (6) 
A fin de que se logre un flujo sanguíneo necesario para un adecuado 
aclaramiento de solutos, el catéter debe ser de un tamaño apropiado, siendo la 
vena femoral el lugar preferido (6). 
 
Recomendación para tamaño de catéter y flujo 
sanguíneo 
Peso Paciente 
(Kg) Tamaño catéter (Fr) 
Flujo sanguíneo 
(ml/kg/min) 
3–6 
6–15 
15–30 
>30 
6.5–7.0 
8.0–8.5 
9.0–10.0 
10.0–11.5 
8–12 
5–8 
4–6 
2–4 
 
El flujo sanguíneo (Qb) es usualmente dependiente del acceso y de la 
máquina de TRRC. Catéteres menores de 7-Fr y 9 Fr infrecuentemente permiten 
Qb mayores a 60 – 80 ml/min. Con esta advertencia, se ha hecho la 
recomendación extrapolada desde estudios en animales y adultos, de llevar flujos 
de 3 – 10 ml/kg/min, aunque han sido necesarios flujos mayores (10 – 12 
ml/kg/min) en neonatos y niños pequeños cuando se utilizan dispositivos de 
adultos. La tendencia ha sido de llevar flujos en neonatos de 30 – 80 ml/min, 
lactantes 50 – 100 ml/min, niños mayores 100 – 150 ml/min, y de 150 – 250 ml/min 
en adolescentes (4). Se debe utilizar un filtro especial para pacientes pediátricos. 
Con el objetivo de prescribir y suministrar la cantidad correcta de 
ultrafiltración (UF) en pacientes críticamente enfermos, es importante tener un 
adecuado entendimiento del proceso de ultrafiltración y los aspectos únicos de la 
TRRC, las condiciones clínicas subyacentes y una monitorización cercana de las 
respuestas cardiovasculares tras la ultrafiltración. (1) 
Las modalidades de la TRRC pueden ser hemofiltración venovenosa 
continua (continuous venovenous haemofiltration, CVVHF), hemodiálisis 
venovenosa continua (continuous venovenous haemodialysis, CVVHD), 
	 7	
hemodiafiltración venovenosa continua (continuous venovenous 
haemodiafiltration, CVVHDF), y ultrafiltración lenta continua (slow continuous 
ultrafiltration, SCUF). (6) 
En las TRRC, el ultrafiltrado total es la cantidad de agua plasmática 
removida siendo el parámetro que refleja la eficiencia del tratamiento o la dosis, el 
reemplazo total es la cantidad de líquido entregado al paciente y el ultra filtrado 
neto es la diferencia entre el ultrafiltrado total y el reemplazo total, siendo este 
parámetro lo que refleja el balance de líquido. Sin embargo, el equilibrio de 
líquidos del paciente en general se determina por la diferencia de todos los 
ingresos y egresos incluyendo el ultrafiltrado neto (1). Para mantener normo 
volemia, el ultrafiltrado que se forma en el lado efluente de la membrana es 
sustituido con una solución fisiológica (líquido de reemplazo, siendo su 
composición la que determina la concentración final de solutos en el plasma) (7), 
ya sea antes del filtro (pre-filtro, pre-dilución) teniendo como propósito diluir la 
sangre de entrada al filtro y así la fracción de filtración con la ventaja de reducir la 
coagulación del filtro pero también disminuye la eficacia del tratamiento, o puede 
sustituirse el ultrafiltrado después del filtro (post-filtro, post-dilución), ya sea 
directamente en el circuito o en una línea venosa separada, teniendo como 
objetivo reemplazar el fluido removido del paciente, ésta provee aclaramientos 
elevados pero también incrementa la fracción de filtración (6,1). 
De las complicaciones que pueden presentarse durante la TRRC, son los 
desequilibrios electrolíticos, que son causados por la remoción de electrolitos con 
la diálisis o la hemofiltración con un inadecuado reemplazo. (7) 
Los niños que requieren de TRRC sufren de un grupo de enfermedades 
diferentes que los adultos. Hasta en enfermedades comunes para ambas 
poblaciones tiene diferentes manifestaciones e implicaciones. Por ejemplo, en el 
Síndrome de Falla Orgánica Múltiple en pediatría, generalmente las 
manifestaciones en el curso de la enfermedad son más tempranas que en los 
adultos, por lo tanto, pueden ser más susceptibles de un manejo agresivo 
temprano. Otras enfermedades que son indicaciones comunes para TRRC en 
niños, pero muy raro en adultos, son los errores innatos del metabolismo (6) 
	 8	
aunque estos son los menos incluyen solo el 4% de la población (4), como las 
acidemias orgánicas, desordenes de aminoácidos, y defectos del ciclo de la urea 
(6). Por encima del 90% de la población recibe TRRC para tratar anomalíasmetabólicas y de líquidos asociadas a lesión renal aguda, y se ha reportado solo 
en un 2 % han recibido TRRC para tratar intoxicaciones o sobredosis 
medicamentosas (4) 
Las posibles indicaciones para el inicio de la TRRC en niños incluyen 
desequilibrios electrolíticos severos (incluyendo potasio, sodio, fosforo y calcio), 
uremia (urea >30 mmol/L, encefalopatía o sangrado), sobrecarga hídrica 
refractaria a tratamiento con diurético, oligoanuria sostenida (gasto urinario < 
0.5ml/kg/hora por 8 horas consecutivas), acidosis metabólica severa (pH <7.1), 
intoxicación con drogas dializables, errores innatos de metabolismo 
(especialmente aquellos que causan hiperamonemia), hipertermia incontrolable. 
(6) 
Otra incertidumbre en cuanto al inicio de la TRRC es como tratamiento de la 
sepsis, en lugar de simplemente ser una modalidad de soporte para la lesión renal 
y la sobrecarga hídrica inducida por sepsis. La observación de que la convección 
puede ser efectiva para remover moléculas de mediano tamaño, demostrando una 
reducción en plasma de citosinas (6). 
Una indicación particular que ha recibido mucha más atención es el grado 
de sobrecarga de líquidos en el momento de inicio de CRRT (6) En pacientes 
críticamente enfermos, es común la presencia de falla renal aguda y estos 
pacientes sufren con mucha frecuencia de sobrecarga hídrica (Fluid Overload, 
FO). El manejo de volumen es un componente integral del cuidado de estos 
pacientes para mantener una estabilidad hemodinámica y optimizar la función de 
los órganos. Muchos factores influyen en el balance de líquidos, incluyendo 
parámetros hemodinámicos, pulmonares y renales. En consecuencia, el balance 
hídrico en cualquier momento dado requiere lograr tres objetivos principales: la 
remoción del exceso de líquidos sin comprometer el gasto cardiaco y un efectivo 
volumen circulante; compensar el incremento de líquidos dados para proveer una 
adecuada nutrición y fármacos; e intentar mantener el gasto urinario adecuado (1). 
	 9	
Determinar la cantidad total de sobrecarga hídrica y el objetivo de una 
terapia es un reto. La tabla hospitalaria de balances hídricos es con mucha 
frecuencia inexacto, y en muchas ocasiones no se contabiliza perdidas de líquidos 
no medibles o cambios en el peso magro de pacientes con una prolongada 
enfermedad critica. Sin embargo, la tabla diaria de balance de líquidos ha sido 
hasta el momento la guía más útil para determinar el riesgo de sobrecarga hídrica 
(2). El porcentaje de sobrecarga hídrica (%FO) es cuantificado como: (6) 
 
%FO = (Fluid in – Fluid out) / (Intensive care admission weight) x 100 
Fluid in: Ingreso de liquido (em litro) 
Fluid out: Egreso de liquido (en litro) 
Intensive care admission weight: Peso al ingreso a terapia intensiva 
(kg) 
 
donde (fluid in – fluid out) representa el equilibrio de líquidos neto desde la 
admisión a terapia intensiva hasta el inicio de la TRRC (6). 
En el año 2010, D. Selewski, et al. publicaron un estudio retrospectivo 
unicéntrico, donde comparan mortalidad y el grado de sobrecarga hídrica (FO) 
usando el método estándar de balance hídrico con métodos basados en los 
cambios de peso en los pacientes, recolectando el peso al ingreso hospitalario, al 
ingreso a UCI y al inicio de la TRRC, y el escrito detallado diario de entradas y 
salidas de fluidos. Encontraron una gran correlación y un valor predictivo 
comparable entre los métodos, sugiriendo incluso que pueden ser intercambiables, 
pero no se concluye cuál de estos métodos es superior para proveer información 
sobre el pronóstico en estos pacientes, únicamente se confirma la asociación 
entre la sobrecarga hídrica y la mortalidad (8). 
En el 2012, A. Arikan, et al, realizaron un estudio retrospectivo, para 
analizar los efectos negativos de sobrecarga hídrica en niños críticamente 
enfermos que no requirieron ningún tipo de terapia de reemplazo renal. donde se 
incluyeron 80 pacientes, 56% masculinos, con edad media de 58.7 + 73 meses, 
con diagnóstico de ingreso más común siendo falla respiratoria (63%), seguida de 
infecciones no pulmonares (16%). Demostrando que el incremento de FO durante 
su estancia en UCI está asociada a una peor oxigenación, mayor tiempo en 
	 10	
ventilación mecánica y mayor tiempo de estancia en UCI y con severidad de 
enfermedad, (usando la escala de severidad PELOD), mientras que los 
sobrevivientes tuvieron menor disfunción pulmonar, sin embargo, no fue posible 
demostrar relación entre mortalidad y sobrecarga hídrica. En esta cohorte se 
encontró que valores picos en el Índice de Oxigenación (IO) fueron dos veces 
mayores en no sobrevivientes que en sobrevivientes, sugiriendo que un balance 
hídrico positivo > 15% incrementa el riesgo de morbilidad y disfunción pulmonar en 
la población general en UCI (9). 
El momento de inicio de la TRRC ha sido un tema de estudio (Timing of 
initiation), como lo demostró V. Modern et al, en el 2014, definiendo este momento 
como el tiempo transcurrido desde la admisión de UCI hasta el inicio de la TRRC, 
describiendo un mediada de tiempo de 3.4 días para no sobrevivientes comparada 
con 2 días en sobrevivientes. El 58% de los no sobrevivientes iniciaron al TRRC 
hacia el día 5, y el 93% de los no sobrevivientes la iniciaron hacia el día 15. Así 
también observaron que los pacientes con inicio tardío de la TRRC (temprano < 5 
días, tardío > 5 días), tenían peor tasa de sobrecarga hídrica y mayor afectación 
en la función renal, así también una mortalidad de 65.5% comparado con los de 
inicio temprano de 39.4% (10). 
Múltiples estudios observacionales han demostrado una fuerte e 
independiente asociación con el incremento en la acumulación de líquidos y un 
pobre resultado en la evolución de la enfermedad en niños y adultos, sin embargo, 
es importante resaltar que ningún estudio ha demostrado una relación directa en 
que la sobrecarga hídrica ocasione este pobre resultado (3). 
Hasta ahora, las características epidemiológicas de los niños que requieren 
TRRC son descritas solo en estudios retrospectivos, unicéntricos. En estos 
reportes, el uso pediátrico de TRRC ha sido asociada con tasas de mortalidad 
sustancialmente mayores que en aquellos niños críticamente enfermos que no 
requirieron TRRC, con rangos desde 31 a 76%. Se ha visto que la mortalidad ha 
sido mayor en pacientes con peso menor de 10 kg (57 vs. 37%) y en aquellos 
menores a un año (56 vs 38%) (6). 
	 11	
Desde hace más de una década que se inició el análisis de la mortalidad en 
niños que son sometidos a TRRC. En el 2004 se llevó a cabo un estudio 
retrospectivo en el Instituto de Infantil de Atlanta Egleston, con un total de 113 
pacientes, que recibieron TRRC en modo CVVH (hemofiltración venovenosa 
continua). Reportando una supervivencia global del 61% (69/113). Las 
indicaciones más frecuentes para el inicio de la terapia fue sobrecarga hídrica 
(FO) con una diferencia significativa entre sobrevivientes y no sobrevivientes 
(7.8% [2.0, 16.7] vs. 15.1% [4.9, 25.9]; p=0.02]), y falla renal aguda, la media de 
edad fue de 9.6 años, con una estancia hospitalaria de 5 días y 2 días en UCI 
antes del inicio de la terapia, en un subgrupo de niños con Síndrome de Falla 
Orgánica Múltiple (SFOM), solo el puntaje de PRISM III fue significativamente alto 
en no sobrevivientes (p=0.002), sin embargo encontraron que la cantidad de 
retención hídrica antes del inicio de la CVVH fue independientemente asociado 
con la supervivencia en pacientes con SFOM, sugiriendo que la sobrecarga hídrica 
podría jugar un papel importante en la progresión de la falla orgánica múltiple. Se 
categorizo la sobrecarga hídrica de los pacientes, aquellos con FO <10% en el 
plazo de 4 días antes del inicio de CVVH tenían más probabilidades de sobrevivir 
que aquellos con FO >10% (odds ratio, 5.5; 95% intervalo de confianza 1.2–26.0; 
p=0.02) (11). 
En el año 2010 se publicóun estudio prospectivo observacional de 
sobrecarga hídrica y mortalidad en pacientes pediátricos sometidos a TRRC (“The 
Prospective Pediatric Continuous Renal Replacement Therapy Registry” ppCRRT) 
en el cual clasificaron a los pacientes en tres grupos según la severidad de la 
sobrecarga hídrica > 20%, 10 – 20%, < 10%. Encontrando un OR de 1.03 que 
sugiere un incremento de la mortalidad de 3% por cada 1% de sobrecarga hídrica 
al iniciar la TRRC. Los pacientes con FO > 20% tuvieron 8.5 más probabilidades 
de morir que aquellos con FO < 20% (12). 
En el 2013 se publicó el análisis de un estudio de cohorte prospectivo 
denominado “Prospective Pediatric Continuous Renal Replacement Therapy 
(ppCRRT) Registry” donde el objetivo fue evaluar algunas características de niños 
sometidos a terapia de reemplazo renal, llevándose a cabo la recolección de datos 
	 12	
en 13 centros. Reportaron una supervivencia de 43% global en la que no hubo 
diferencia con respecto a la edad, peso, sexo, tamaño del catéter, localización de 
acceso venoso, o modalidad de la TRRC. Los sobrevivientes tuvieron menor días 
de estancia en UCI antes del inicio de la TRRC, menor puntaje de PRISM 2, 
menor presión media de la vía aérea (Paw), menor porcentaje de sobrecarga 
hídrica (FO), y mayor tasa de gasto urinario al inicio de la TRRC. Sepsis fue el 
diagnostico primario más común (30%), seguido de patologías cardiacas (19%), y 
errores innatos del metabolismo (15%). La supervivencia en niños con peso < 5 
kg fue similar a aquellos con peso de 5 – 10 kg (21/48 [44%] vs 15/36 [42%]; P = 
no significativa). Sin embargo, los niños con peso < 10 kg tuvieron menor 
supervivencia que aquellos mayores de 10kg (36/84 [43%] vs 166/261 [64%]; P < 
.001). los pacientes que al inicio de la TRRC tuvieron FO > 20% tuvieron peor 
supervivencia que aquellos comparados con una FO < 10% (OR = 4.1 [95% CI = 
1.5-11.1]; P < .01). De igual forma notaron que la relación entre PRISM 2 y FO al 
momento de iniciar la TRRC fue altamente predictivo de mortalidad, (FO > 20% al 
inicio de la TRRC tuvieron 4.9 veces mayor oportunidad de morir que aquellos que 
al iniciar la TRRC tenían FO <10% (95% CI = 1.3-17.7; P < .01). Con esto se 
sugieren estrategias clínicas de manejo para prevenir la FO y un inicio temprano 
de la TRRC podría mejorar los resultados (13). 
En el año 2014, W. Kyoung Jhang y colaboradores, encontraron que el 
grado de sobrecarga hídrica al inicio de la TRRC fue mayor en no sobrevivientes 
(19.48% + 24.61%) que los sobrevivientes (13.10 + 16.97%), pero esta diferencia 
distó mucho de ser estadísticamente significativa. De igual forma no hubo 
diferencias significativas en la evaluación con escalas de severidad al ingreso a 
UCI con PRISM III, PELOD, SOFA entre sobrevivientes y no sobrevivientes. Sin 
embargo, al momento de iniciar la TRRC encontraron una fuerte correlación con 
mortalidad (14). 
Por otro lado, en el 2015, L. De Galasso y colaboradores, incluyeron en un 
estudio retrospectivo a 131 pacientes pediátricos que ingresaron a UCI y que 
fueron sometidos a TRRC, con una edad media de 0 a 17.9 años., de los cuales 
hubo una supervivencia del 45.8%, y de estos, el 42% fueron dados de alta 
	 13	
hospitalaria. La enfermedad subyacente tuvo un fuerte impacto en la mortalidad 
(p=0.003) con una mejor supervivencia en pacientes con enfermedad renal (85%) 
y un peor impacto en el grupo de pacientes hemato-oncológicos (20%). La 
severidad de la enfermedad también fue diferente entre grupos. Los niños con 
peor tasa de supervivencia (hemato-onoclogicos y sepsis) tenían un rango mayor 
de Síndrome de Falla Orgánica Múltiple (p=0.004), mayor necesidad de drogas 
vasoactivas y mayor frecuencia de sobrecarga hídrica (FO >10%) al inicio de la 
TRRC (p=0.001). Pacientes con patología renal y desordenes metabólicos 
tuvieron menor puntaje de PIM2 y menor sobrecarga hídrica al ingreso a UCI. Se 
concluye que la mortalidad de los pacientes que requieren una TRRC es alta. El 
diagnostico de base y la severidad de la enfermedad, expresada en Síndrome de 
Falla Orgánica Múltiple e inestabilidad hemodinámica son los principales factores 
asociados con mortalidad. Y el grado de sobrecarga hídrica en un predictor 
negativo solo en pacientes con enfermedad leve, mientras que en enfermedades 
más severas refleja la severidad de la enfermedad (15). 
 
 
	 14	
I.2 JUSTIFICACION 
La sobrecarga hídrica es la acumulación patológica de agua en el cuerpo, 
siendo acumulado como liquido extracelular en un compartimiento intersticial 
expandible como edema intersticial éste impide el flujo sanguíneo capilar y el 
drenaje linfático, incrementando la presión intersticial, ocasionando mayor 
desacoplamiento de la perfusión orgánica. El balance de líquidos es cada vez 
más reconocido como un “signo vital” complementario o un “biomarcador” en la 
enfermedad critica. Múltiples estudios observacionales han demostrado una fuerte 
e independiente asociación con el incremento en la acumulación de líquidos y un 
pobre resultado en niños y adultos en la evolución de la enfermedad, sin embargo, 
es importante resaltar que ningún estudio ha demostrado una relación directa en 
que la sobrecarga hídrica ocasione este pobre resultado. 
Por esto se realiza una revisión sistemática acerca del balance de líquidos 
de los pacientes sometidos a terapia de reemplazo renal continuo en la terapia 
pediátrica de la unidad Médica de Alta Espacialidad de Occidente, Hospital de 
Pediatría y su relación con la mortalidad en dichos pacientes. 
Trascendencia. Al objetivar el impacto del manejo de líquidos en el paciente 
pediátrico críticamente enfermo en nuestra unidad podremos establecer nuevas 
estrategias para una mejora continua en la atención médica. 
Factibilidad. La disponibilidad de este tipo de tratamiento extracorpórea en nuestra 
unidad permite tener la experiencia en el manejo de esta terapia, y observar la 
evolución del paciente. 
Vulnerabilidad. Dado que los datos requeridos fueron tomados de expedientes 
clínicos, estuvimos sometidos a la evaluación que en ese momento se considero 
necesario, por lo que nos encontramos con el inconveniente de no contar con las 
variables requeridas y por consiguiente excluir del listado a un gran numero de 
pacientes. 
	 15	
 
I.3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
Un estado de sobrecarga hídrica complica el manejo de pacientes en 
estado critico, sin embargo esta situación a sido poco estudiada en paciente 
pediátricos en los últimos años, y aún menos en nuestro país. De igual forma el 
inicio de una terapia de reemplazo renal continuo cuando el impacto de la 
sobrecarga hídrica en la evolución del paciente es significativo tiene beneficio 
principalmente en pacientes inestables hemodinámicamente, así como para 
mantener un equilibrio acido base y metabólico que con medidas conservadoras 
no ha sido posible resolver. 
A pesar de los beneficios proporcionados por las terapias de reemplazo 
renal, aun no esta determinado hasta que punto la sobrecarga hídrica tiene mayor 
impacto en la morbimortalidad del paciente en estado critico. Por lo que 
consideramos importante determinar el porcentaje de sobrecarga hídrica previo al 
inicio de la terapia de reemplazo renal continuo y determinar su asociación con la 
incidencia de mortalidad. 
 
I.4 PREGUNTA DE INVESTIGACION. 
¿Cuál es el porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a mortalidad en pacientes 
pediátricos en estado critico sometidos a Terapia de reemplazo renal continuo? 
 
I.5 HIPOTESIS 
Un balance hídrico positivo por arriba del 5% está asociado a mortalidad en 
pacientes sometidos a terapia de reemplazo renal continuo.
	 16	
 
 
I.6 OBJETIVOS 
 
 * OBJETIVO GENERAL: 
- Determinar el porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a mortalidad en 
pacientes pediátricos en estado critico sometidos a Terapia de reemplazo renal 
continuo. 
 
 * OBJETIVOSESPECIFICOS: 
-Cuantificar el balance hídrico desde el ingreso hasta la primera hora de la TRRC 
-Determinar en que porcentaje de sobrecarga hídrica se encuentran los pacientes 
con balance hídrico positivo. 
-Determinar el índice de mortalidad al momento del ingreso a la Unidad de Terapia 
intensiva Pediátrica por escala de PRISM III (Pediatric Risk of Mortality). 
-Identificar la presencia de disfunción orgánica al momento del ingreso a la Unidad 
de Terapia Intensiva Pediátrica por PELOD (Pediatric Logistic Organ Disfunction 
Score). 
-Evaluar la mortalidad en estos pacientes únicamente en el periodo de estancia en 
la unidad, contemplando esto como egreso por mejoría o defunción. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 17	
 
II. MATERIAL Y METODOS 
 
II. 1 DISEÑO 
Descriptivo retrospectivo. 
 
II.2 UNIVERSO DE TRABAJO 
Pacientes pediátricos ingresados a la Unidad de Terapia intensiva 
Pediátrica del Hospital de Pediatría de la Unidad Médica de Alta Especialidad de 
Occidente que son sometidos a Terapia de Reemplazo Renal Continuo. 
 
II.3 CRITERIOS DE INCLUSION. 
1. Ser derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social 
2. Pacientes que sean sometidos por primera vez a terapia de reemplazo renal 
continuo. 
3. Pacientes en edad comprendida desde 1 mes hasta 17 años. 
4. Pacientes que completen variables requeridas. 
5. Se tomara en cuenta cualquier diagnostico de ingreso. 
6. Expediente clínico completo 
 
II.4 CRITERIOS DE EXCLUSION 
1. Datos incompletos en expediente clínico. 
2. Pacientes sometidos por mas de una ocasión a terapia de reemplazo renal 
continuo en un mismo periodo de estancia en la unidad de terapia intensiva 
pediátrica. 
II.5 TAMAÑO DE LA MUESTRA. 
No se realizó cálculo de muestra ya que se incluyeron a todos los pacientes 
que cumplieron con los criterios requeridos en el periodo comprendido de enero 
2014 a diciembre de 2016 con un número total de pacientes de 20. 
 
 
 
	 18	
II.6 VARIABLES 
Dependiente: mortalidad en pacientes pediátricos sometidos a Terapia de 
Reemplazo Renal Continuo. 
Independiente: Balance hídrico determinando como la diferencia neta entre 
ingresos y egresos cuantificados en hoja de enfermería; porcentaje de sobrecarga 
hídrica una vez calculado el balance de líquidos sacar el porcentaje en base al 
peso de ingreso con la formula ya descrita: %FO = (ingresos – egresos / (Peso kg) x 100 
Clasificación de variables: 
- Cualitativa nominal: Sexo, Reacción pupilar, Ventilación mecánica. 
- Cualitativa ordinal: Grupo etario 
- Cuantitativa discreta: Edad, Momento de inicio de TRRC, TA sistólica, Estado 
mental (puntuación escala de Glasgow), Frecuencia cardiaca, Puntaje PELOD 
(Escala De Disfunción Orgánica Pediátrica), Puntaje PRISM III (Escala De Riesgo 
De Mortalidad Pediátrica) 
- Cuantitativa continua: Peso, Balance hídrico, Porcentaje de Sobrecarga Hídrica 
(FO%), Temperatura, pH, Bicarbonato, pCO2, pO2, FiO2, Glucosa, Creatinina, 
BUN, Leucocitos, Plaquetas, Aspartato Transaminasa, Tiempos de Protrombina. 
 
II.7 DESARROLLO DEL ESTUDIO 
Se realizó un listado de pacientes que fueron sometidos a Terapia de Reemplazo 
Renal Continuo en el periodo establecido, se solicitó permiso a las autoridades 
pertinentes para tener acceso al expediente clínico de cada paciente y 
posteriormente se realizó una búsqueda de los datos establecido en la Hoja de 
Recolección de datos, una vez completados los datos se calculó el balance hídrico 
de cada paciente en base a la hoja diaria de enfermería desde la primera hora de 
estancia en el servicio de Terapia intensiva hasta la primera hora tras el inicio de 
la Terapia de reemplazo renal, al contar con el balance hídrico total se calculó el 
porcentaje de sobrecarga hídrica. De igual forma se calculó el Riesgo de 
Mortalidad al momento del ingreso de cada paciente en base a la escala 
seleccionada (PRISM III), y se calculó, en base a la escala seleccionada (PELOD), 
el grado de disfunción orgánica de cada paciente al momento del ingreso a la 
unidad. 
	 19	
II. 8 ANALISIS ESTADISTICO. 
El primer proceso estadístico al que se sometieron nuestras variables fue al 
cálculo de la frecuencia máxima esperada, dicho cálculo se aplicó sólo en las 
variables categóricas con el objetivo de obtener conocimiento sobre el 
comportamiento de nuestras variables y por ende de nuestra muestra. El objetivo 
del cálculo de la frecuencia máxima es el de facilitar la lectura de la muestra, así 
como el de lograr un primer acercamiento a los resultados para poder generar 
propuestas al manejo de los datos. 
El cálculo de la contingencia es el método que optamos para el 
cumplimiento de los objetivos, así como la validación de la hipótesis, bajo este 
método calcularemos el valor del coeficiente de contingencia cuadrática (chi2) y su 
significancia; la asociación entre las variables sometidas, el coeficiente Phi y V de 
Cramer nos permiten medir la relación que se logró al realizar la contingencia. 
El objetivo específico de este segundo análisis pretende evaluar la 
mortalidad en estos pacientes únicamente en el periodo de estancia en la unidad, 
contemplando esto como egreso por mejoría o defunción. Se quiere determinar el 
porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a la mortalidad en pacientes pediátricos 
en estado crítico que son sometidos a Terapia de reemplazo renal continuo. 
LUGAR DONDE SE REALIZÓ EL PROYECTO. 
Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital de Pediatría de la 
Unidad Médica de Alta Especialidad de Occidente. 
 
II.9 CONSIDERACIONES ETICAS 
Según la Ley General de Salud el protocolo se clasifica como un estudio sin riesgo 
por lo que no requiere de consentimiento informado. Las maniobras diagnósticas 
que se realizaron son consideradas parte del abordaje del paciente con la 
patología, sin añadir riesgo extra. 
El protocolo considera los principios Universales de Investigación en seres 
humanos establecidos en la declaración de Helsinki. 
El protocolo fue sometido a comité de investigación local de investigación 1302. 
 
 
	 20	
III. ORGANIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 
 
III. 1 PROGRAMA DE TRABAJO 
 
 Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Agos Sep Oct Nov Dic Ene Feb 
Recopilación bibliográfica 
 
Desarrollo del 
anteproyecto 
Presentación del 
anteproyecto a revisión 
 
Autorización del proyecto 
 
Recolección de datos 
 
Procesamiento y análisis 
de resultados 
 
Elaboración del informe 
final 
 
Presentación de los 
resultados 
Envío del manuscrito a 
publicación 
 
 
 
 
 
	 21	
 
III. 2 RECURSOS HUMANOS 
1.- Tesista, Médico Residente de 2° año de Medicina del Enfermo Pediátrico en 
Estado Crítico, responsable del diseño, elaboración del proyecto y análisis de los 
resultados. 
2.- Medico Intensivista Pediatra, calificado en el manejo del paciente críticamente 
enfermo sometido a Terapia De Reemplazo Renal Continuo. 
3.- Medico Asesor Metodológico. 
 
III. 3 RECURSOS MATERIALES 
En la realización del estudio se utilizaron: lápices, plumas, hojas de recolección de 
datos, fotocopias, hojas blancas para impresión, computadora, programas de 
cómputo, Microsoft Office 2010, programa SPSS versión 22, 1 impresora y tinta 
para impresión, empastado para la presentación. 
 
III.4 FINANCIAMIENTO 
Los costos derivados del proyecto correrierón a cargo del Tesista. 
El equipo de cómputo, la impresión y papelería necesarios fuerón proporcionados 
por el investigador. 
	 22	
III. 5 RESULTADOS 
El primer proceso estadístico al que se sometieron nuestras variables fue al 
cálculo de la frecuencia máxima esperada, dicho cálculo se aplicó sólo en las 
variables categóricas con el objetivo de obtener conocimiento sobre el 
comportamiento de nuestras variables y por ende de nuestra muestra. El objetivo 
del cálculo de la frecuencia máxima es el defacilitar la lectura de la muestra, así 
como el de lograr un primer acercamiento a los resultados para poder generar 
propuestas al manejo de los datos. Cabe recordar que muchas de las variables 
utilizadas son requeridas para determinar la tasa de mortalidad requeridas en las 
escalas utilizadas (PRISM III y PELOD) 
Dentro de las variables categóricas (ver Fig. 1) tenemos el tipo de 
diagnóstico del paciente al ingreso a la Terapia Intensiva pediátrica donde la 
frecuencia máxima esperada se localizó en la categoría Clínico que ocupa a 14 de 
los 20 pacientes contenidos en nuestra muestra equivalentes al 70%, los 6 
pacientes restantes se localizaron en la categoría Quirúrgico siendo estos el 30% 
del total de la muestra (ver Graf. 1). Grupo Etario al que pertenece el paciente es 
nuestra segunda variable donde hallamos la frecuencia máxima en la categoría 
Preescolar conteniendo a 7 pacientes equivalentes al 35%, le sigue la categoría 
Adolescente con 6 pacientes correspondientes al 30%, la categoría Escolar 
encuba a 5 de los 20 pacientes que son el 25% y, finalmente, los 2 pacientes 
restantes se encuentran en la categoría Lactante siendo el 10% restante (ver Graf. 
2). Nuestra tercera variable es Sexo del paciente localizando la frecuencia máxima 
en la categoría Masculino que contuvo a 11 de los 20 pacientes siendo estos 
equivalentes al 55% del total de la muestra mientras que los 9 pacientes restantes 
se localizaron en la categoría Femenino que representan el 45% restante del total 
de la muestra (ver Graf. 3). En la variable categórica Balance Hídrico hallamos que 
le 100% de los pacientes resultaron con balance positivo en el registro 
cuantificado desde el ingreso hasta la primera hora de inicio de terapia de 
reemplazo. Para la variable Porcentaje de Sobrecarga hídrica localizamos que hay 
una constante ya que la mitad de nuestros pacientes (10 pacientes) se localizan 
en la categoría Mayor a 5% que son el 50% de la muestra, mientras que el resto 
ocupan la categoría Menor a 5% (ver Graf. 4). En la variable Puntuación en 
	 23	
Glasgow al ingreso hallamos la frecuencia máxima esperada en la categoría 
Menos de 8 puntos Glasgow conteniendo a 18 de los 20 pacientes, es decir, al 
90% del total de la muestra esperada mientras que los 2 pacientes restantes se 
localizaron en la categoría Más de 8 puntos Glasgow siendo estos equivalentes al 
10% de nuestra muestra (ver Graf. 5). Nuestra siguiente variable es Reacción 
Pupilar donde encontramos el total de nuestra muestra en la categoría Pupilas 
Reactivas. La siguiente variable es ventilación Mecánica donde localizamos la 
frecuencia máxima esperada en la categoría de los que si ingresaron con 
ventilación mecánica, con 17 de los 20 pacientes siendo estos equivalentes al 
85% del total de la muestra, mientras que los 3 pacientes restantes los hallamos 
en la categoría de los que no ingresaron con ventilación mecánica al servicio de 
UTIP (ver Graf. 6). La última variable categórica que sometimos al cálculo de la 
frecuencia máxima esperada es Alta del Paciente donde hallamos la frecuencia 
máxima calculada en la categoría Alta por Defunción con 11 pacientes que 
corresponden al 55% del total de la muestra; los 9 pacientes restantes se 
localizaron en la categoría Alta por Mejoría que responden al 45% restante de 
nuestro total (ver Graf. 7). 
 
Fig. 1. Frecuencia máxima esperada 
Variable Categoría Pacientes Porcentaje 
Tipo de diagnostico al ingreso 
Clínico 14 70.0 
Quirúrgico 6 30.0 
Grupo Etario al que pertenece el 
paciente 
Lactante 2 10.0 
Preescolar 7 35.0 
Escolar 5 25.0 
Adolescente 6 30.0 
Sexo 
Masculino 11 55.0 
Femenino 9 45.0 
Balance hídrico Positivo 20 100.0 
Porcentaje de sobrecarga hídrica 
(FO%) 
Mayor a 5% 10 50.0 
Menor a 5% 10 50.0 
Puntuación de Glasgow al ingreso 
Menos de 8 puntos 18 90.0 
Mas de 8 puntos 2 10.0 
Pupilas Reactivas 20 100.0 
Ventilación mecánica al ingreso 
Si 17 85.0 
No 3 15.0 
Motivo de alta 
Mejoría 9 45.0 
Defunción 11 55.0 
Fig. 1. Frecuencia máxima esperada para las variables categóricas en un total de 20 pacientes 
 
 
 
 
 
 
	 24	
 
 
 
																							 	
Graf. 1 Distribución del tipo de Diagnóstico del paciente al ingreso Graf. 2 Distribución del Grupo Etario	
 
 
 
 
																				 	
Graf. 3 Distribución del Sexo del Paciente Graf. 4 Distribución del % de Sobrecarga Hídrica 	
 
 
 
																 	
Graf. 5 Distribución del la Puntuación Glasgow al ingreso Graf. 6 Distribución de pacientes con VM al ingreso a UTIP	
 
 
 
	
Graf. 7 Distribución del motivo de Alta del Paciente	
 
 
 
	 25	
Los siguientes grupos de variables responden al tipo numérico donde 
calculamos las medidas de tendencia central (mínimo, máximo, media y 
desviación estándar) y las dividimos según la hoja de recolección de datos; en que 
se incluyen los datos del paciente, el segundo grupo responde a las variables de 
registro recolectadas para la determinación de la tasa de mortalidad, y el ultimo 
grupo se concentran los resultados de las escalas de mortalidad. 
El primer grupo de variables numéricas sometidas al cálculo de las medidas 
de tendencia central son las que nos brindarán datos de nuestros pacientes siendo 
estas las siguientes (ver Fig. 2); Edad del paciente en meses donde el valor 
mínimo es de 15 meses (1 año con 3 meses), el valor máximo es de 206 meses 
(17 años con 2 meses), el valor promedio es de 92 meses (7 años con 7 meses) y 
la desviación estándar es de 59.18 meses (4 años con 10 meses); para la variable 
Peso del paciente al ingreso, hallamos un valor mínimo de 10.5 kilogramos, el 
valor máximo calculado es de 75 kilogramos, el promedio de peso en los pacientes 
fue de 28 kilogramos y la desviación estándar calculada es de 18.5 kilogramos; 
por último, la variable numérica Días desde el ingreso a terapia intensiva hasta 
inicio de TRRC cuenta con un valor mínimo de un día, máximo de 26 días, un 
valor promedio de 5.55 días y la desviación estándar calculada es de 7.45 días. 
Para la variable Balance Hídrico desde el ingreso hasta el inicio de la TRRC donde 
el valor mínimo es de 294 ml, el valor máximo es de 11,380 ml, el valor promedio 
es de 2,614.60 ml y el valor de la desviación estándar es de 3,292.44 ml; y por 
ultimo la variable Total porcentual de sobrecarga el cálculo mínimo es de 0.62%, el 
valor porcentual máximo es de 55.70%, el cálculo de la media es de 10.2% y la 
desviación estándar es de 12.7%. 
 
Fig.2. Datos del paciente 
Variable Mínimo Máximo Media Desviación estándar 
Edad del paciente (meses) 15 206 92 59.189 
Peso del paciente (gramos) 10500 75000 28000 18.589 
Días desde el ingreso a UTIP hasta inicio de TRRC 1 26 5.55 7.458 
Balance hídrico desde el ingreso al inicio de la TRRC (ml) 294 11380 2614.60 3292.447 
Total porcentual de sobrecarga (%) .62 55.70 10.2390 12.73579 
Fig. 2. Medidas de tendencia central en variables numéricas en un total de 20 pacientes 
 
	 26	
El segundo grupo calcula las variables numéricas que nos ayudan al 
registro de datos para la determinación de la tasa de mortalidad según las escalas 
de mortalidad PRISM III y PELOD (ver Fig. 3) la primera variable sometida a este 
cálculo es la variable numérica TA Sistólica al ingreso el valor mínimo fue de 62 
mm/Hg, el valor máximo obtenido fue de 198 mm/Hg, el valor promedio de TA es 
de 121.65 mm/Hg y la desviación estándar es de 33.73 mm/Hg; la variable 
Temperatura presente un valor mínimo de 35°, el valor máximo es de 39.5°, la 
temperatura promedio en la muestra es de 36.26° y la desviación estándar es de 
1.17°; la Frecuencia cardiaca muestra un valor mínimo de 80 lpm, un valor máximo 
de 198 lpm, el cálculo del promedio resultó en 135 lpm y la desviación estándar es 
de 28.06 lpm. La variable es PH donde el valor mínimo es de 7.33,el valor 
máximo es de 7.49, el cálculo de la media es de 7.27 y la desviación estándar 
para esta variable se calculó en 0.13; la siguiente variable es Bicarbonato, donde 
el valor mínimo calculado es de 9.20 mmol/L, el valor máximo calculado es de 
25.60 mmol/L, el valor promedio es de 17.43 mmol/L y la desviación estándar 
calculada de 4.52 mmol/L. en la variable pCO2 tiene un valor mínimo calculado de 
9.70 mmHg, el valor máximo hallado es de 85.60 mmHg, el valor promedio o la 
media es de 38.03 mmHg y la desviación estándar es de 16.07 mmHg. En la 
variable numérica PaO2 obtuvo un valor mínimo calculado de 34 mmHg, el valor 
máximo encontrado es de 385.40 mmHg, el cálculo del promedio resulto en 
157.27 mmHg y la desviación dio un resultado de 92.80 mmHg, la última variable 
para éste grupo es FiO2 donde el valor mínimo localizado es de 30, el valor 
máximo encontrado resultó en 100, el valor promedio calculado es de 82.5 y la 
desviación estándar calculada es de 24.68. La variable Glucosa obteniendo un 
valor mínimo de 22 mg/dl, el valor máximo hallado es de 416 mg/dl, el valor 
promedio o la media calculada es de 155.90 mg/dl y la desviación estándar se 
calculó en 116.54 mg/dl; para la variable Creatinina el valor mínimo fue de .10 
mg/dl, el valor máximo hallado fue de 4.80 mg/dl, la media calculada es de 1.46 
mg/dl y la desviación estándar de 1.10 mg/dl; la variable numérica BUN presentó 
un valor mínimo de 2.33 mg/dl, un valor máximo de 108.20 mg/dl, un valor calculo 
promedio de 39.52 mg/dl y una desviación estándar obtenida de 31.85 mg/dl; para 
	 27	
el conteo de Leucocitos, el valor mínimo hallado es de 0.15 miles/µl, el valor 
máximo es de 35.20 miles/µl, la media calculada es de 12.68 miles/µl y la 
desviación estándar de 8.70 miles/µl; en la variable Plaquetas hallamos un conteo 
mínimo de 11000 miles/µl, máximo de 311000 miles/µl, el conteo promedio de 
plaquetas es de 103900 miles/µl y la desviación estándar de 79324.05 miles/µl; en 
la variable Aspartato Transaminasa (AST) encontramos el valor mínimo de 13 U/l 
mientras que el valor máximo fue de 1564 U/l, el cálculo del promedio resultó en 
349.10 U/l y la desviación estándar hallada en 487.08 U/l, por último, la variable 
Tiempo de Protrombina presentó un valor mínimo de 10.30 segundos, el valor 
máximo de 35.60 segundos, el promedio calculado fue de 18.08 segundos y la 
desviación estándar obtenida es de 5.63 segundos. 
 
Fig. 3. Registro de datos para determinar la puntuación de escalas de mortalidad 
Variable Mínimo Máximo Media Desviación estándar 
TA sistólica (mmHg) 62 198 121.65 33.736 
Temperatura (ºC) 35.00 39.50 36.2650 1.17127 
Frecuencia cardiaca (lpm) 80 198 135.00 28.069 
pH 7.33 7.49 7.2780 0.13197 
Bicarbonato (mmol/l) 9.20 25.60 17.4300 4.52317 
pCO2 (mmHg) 9.70 85.60 38.0300 16.07902 
PaO2 (mmHg) 34.00 385.40 157.2700 92.80752 
Fio2 30 100 82.50 24.682 
Glucosa (mg/dl) 22 416 155.90 116.540 
Creatinina (mg/dl) 0.10 4.80 1.4650 1.10085 
BUN (mg/dl) 2.33 108.20 39.5235 31.85116 
Leucocitos (miles/µl) 0.15 35.20 12.6875 8.70470 
Plaquetas (miles/µl) 11000 311000 103900.00 79324.052 
AST (U/l) 13 1564 349.10 487.087 
TPT (seg.) 10.30 35.60 18.0800 5.63435 
Fig. 3. Medidas de tendencia central en variables numéricas en un total de 20 pacientes requeridos para la determinación de la 
puntuación de mortalidad 
 
El siguiente grupo contiene a las variables Puntación Final de PRISM III y 
Puntuación Final de PELOD, así como contiene a las variables Tasa de Mortalidad 
Pronosticada por PRISM III expresada en porcentaje y la Tasa de Mortalidad 
Pronosticada por PELOD (ver Fig. 4), para la primera variable encontramos el 
valor mínimo en 5 puntos y el máximo en 21 puntos, el cálculo del promedio 
resultó en 16 puntos y la desviación estándar en 4.55 puntos mientras que, para la 
segunda variable, el valor mínimo obtenido es de 11 puntos, el valor máximo 
hallado es de 31 puntos, el promedio calculado es de 19.30 puntos y la desviación 
estándar es de 5.20 puntos. El valor mínimo del pronóstico de PRISM III es 2%, el 
	 28	
valor máximo se ubicó en 29.30%, el cálculo de la media resultó en 14.10% y la 
desviación estándar se calculó en 8.97666%; para la variable pronóstico de 
PELOD el pronóstico mínimo se localizó en 1.30%, el máximo en 84%, el 
promedio obtenido es de 19.29% y la desviación estándar para éste pronóstico es 
de 18.21%. 
 
Fig. 4. Riesgo de Mortalidad 
Mínimo Máximo Media 
Desviación 
estándar 
PRISM III Puntuación final 5 21 16.00 4.554 
Tasa de mortalidad pronosticada (%) 2.00 29.30 14.1050 8.97666 
PELOD Puntuación final 11 31 19.30 5.202 
Tasa de mortalidad pronosticada (%) 1.30 84.00 19.2900 18.21306 
Fig. 4. Medidas de tendencia central en variables numéricas sobre los resultados de índices de mortalidad en un total de 20 pacientes 
 
 
Con éste cálculo de frecuencias cumplimos con el objetivo de Cuantificar el 
balance hídrico desde el ingreso hasta la primera hora de la Terapia de 
Reemplazo Renal Continuo. Determinamos el porcentaje de sobrecarga hídrica en 
que se encuentran los pacientes con balance hídrico positivo de acuerdo a la 
fórmula establecida. Hallamos cuantificar el índice de mortalidad al momento del 
ingreso a la Unidad de Terapia intensiva Pediátrica por escala de PRISM III 
(Pediatric Risk of Mortality) e Identificamos la presencia de disfunción orgánica y 
su riesgo de mortalidad al momento del ingreso a la Unidad de Terapia Intensiva 
Pediátrica por PELOD (Pediatric Logistic Organ Disfunction Score). 
Debido a que nuestro análisis tiene intereses específicos sobre la tasa de 
mortalidad en pacientes con terapia de reemplazo renal atendidos en el servicio de 
terapia intensiva pediátrica, elaboramos un cálculo de frecuencias sobre los 
pacientes con alta del servicio por defunción. Con esto pretendemos localizar los 
valores predictivos, a parte de las escalas PELOD y PRISM, para pronosticar la 
mortalidad o la sobrevida. 
Sometimos al cálculo de frecuencia la variable tipo de diagnóstico del 
paciente (ver Fig. 5) donde hallamos que el 54.5% de los pacientes con alta por 
defunción tuvieron un Diagnóstico al ingreso de tipo Clínico siendo éstos 6 de los 
11 pacientes, mientras que los 5 pacientes restantes (45.5%) se localizaron en la 
categoría de Diagnóstico de tipo Quirúrgico al ingreso al servicio (Ver Graf. 8). La 
siguiente variable es Grupo Etario al que pertenecen los pacientes con alta por 
defunción y presenta la frecuencia máxima esperada en la categoría Preescolar y 
	 29	
Escolar con 4 pacientes cada uno equivalentes al 72.8% en conjunto, le sigue la 
categoría Adolescente con 2 pacientes de los 11 incluidos (18.2%) y, finalmente, la 
categoría Lactante con un paciente siendo éste equivalente al 9.1% del total de 
nuestra muestra (ver Graf. 9). En la variable Sexo del Paciente hallamos la 
frecuencia máxima en la categoría Masculino conservando a 6 de los 11 pacientes 
que son equivalentes al 54.5% mientras que las 5 pacientes restantes son 
Femenino y ocupan el 45.5% del total de la muestra (ver Graf. 10). En la variable 
Balance Hídrico encontramos que el 100% de los pacientes que fueron sometidos 
a TRRC en el servicio de terapia intensiva pediátrica resultaron positivos al 
balance Hídrico, es decir, los 11 pacientes con alta por defunción un balance 
hídrico positivo al momento de iniciar la TRRC. Nuestra siguiente variable 
sometida al cálculo de la frecuencia máxima del porcentaje de sobrecarga hídrica 
hallamos el máximo esperado en la categoría Mayor a 5% puesto que 8 de los 11 
pacientes se encuentran en esta categoría y representan el 72.7% del total 
obtenido, los 3 pacientes restantes se encontraron en la categoría Menor a 5% y 
corresponden a 27.3% del total (ver Graf. 11). La puntuación Glasgow al ingreso 
encontramos la frecuencia máxima en la categoría Menos de 8 puntos con 10 de 
los 11 pacientes siendo éstos el 90.9% del total de la muestra,sólo un paciente 
con alta por defunción presentó más de 8 puntos en la escala mental de Glasgow 
y equivale al 9.1% del faltante de la muestra. La Reacción Pupilar encontramos la 
frecuencia máxima total en la categoría Reactivas, diciendo que los 11 paciente 
con alta del servicio por defunción presentaron pupilas reactivas a su ingreso al 
servicio de terapia intensiva pediátrica. Encontramos que 9 de los 11 pacientes 
con alta por defunción ingresaron al servicio bajo ventilación mecánica y fueron 
equivalentes al 81.8% del total de la muestra, sólo 2 pacientes No necesitaron de 
la ventilación mecánica y éstos son los que ocupan el 18.2% restante al total de la 
muestra (ver Graf. 12). 
 
 
 
 
	 30	
 
 
Fig. 5. Determinación de la frecuencia en los pacientes de alta por defunción 
Variable Categoría Pacientes Frecuencia (%) 
Tipo de diagnostico 
Clínico 6 54.5 
Quirúrgico 5 45.5 
Grupo etario 
Lactante 1 9.1 
Preescolar 4 36.4 
Escolar 4 36.4 
Adolescente 2 18.2 
Sexo 
Masculino 6 54.5 
Femenino 5 45.5 
Balance hídrico (ml) Positivo 11 100.0 
Porcentaje de sobrecarga hídrica 
Mayor a 5% 8 72.7 
Menor a 5% 3 27.3 
Puntuación de Glasgow al ingreso 
Menos de 8 puntos 10 90.9 
Mas de 8 puntos 1 9.1 
Respuesta pupilar Reactivas 11 100.0 
Ventilación mecánica al ingreso 
Si 9 81.8 
No 2 18.2 
Fig. 5. Frecuencia máxima esperada para las variables categóricas en un total de 11 pacientes de alta por defunción 
 
 
 
 
 
 
															 	
Graf. 8 Diagnóstico del paciente en Defunción Graf. 10 Distribución del cálculo de la frecuencia de la 
variable categórica Sexo del Paciente en Defunción 	
 
 
 
 
 
		 																										 	
Graf. 11 Distribución del cálculo de la frecuencia de Graf. 12. Ventilación Mecánica del paciente en Defunción	
la variable categórica Sobrecarga del Paciente en Defunción	
 
	
	
 
	 31	
El cálculo de las medidas de tendencia central se realizó con los 11 
pacientes con Alta por Defunción. (ver Fig. 6); en donde encontramos el valor 
mínimo de la edad del paciente fue de 16 meses (1 año con 4 meses), el valor 
máximo es de 206 meses (17 años con 2 meses), el valor promedio es de 85.73 
meses (7 años con 2 meses) y la desviación estándar es de 53.807 meses (4 años 
con 5 meses); el peso de ingreso mínimo reportado es de 11.5 kilogramos, el valor 
máximo calculado es de 60 kilogramos, el promedio de peso en los pacientes fue 
de 24.6 kilogramos y la desviación estándar calculada es de 15.2 kilogramos; así 
los días transcurridos desde el ingreso a UTIP hasta el inicio de TRRC cuenta con 
un valor mínimo de un día, máximo de 26 días, un valor promedio de 8.5 días y la 
desviación estándar calculada es de 8.9 días. El balance Hídrico cuantificado 
desde el ingreso a UTIP hasta el inicio de la TRRC donde el valor mínimo es de 
648 ml, el valor máximo es de 11,380 ml; el valor promedio es de 4,033.82 ml y el 
valor de la desviación estándar es de 3,919.97 ml, así encontramos un porcentaje 
de sobrecarga hídrica mínimo de 4%, y máximo es de 55.70%, el cálculo de la 
media es de 15.65% y la desviación estándar es de 15.20%. 
 
Fig.6. Datos del paciente de alta por defunción 
Variable Mínimo Máximo Media Desviación estándar 
Edad del paciente (meses) 16 206 85.73 53.807 
Peso del paciente (gramos) 11500 60000 24636 15.215 
Días desde el ingreso a UTIP hasta inicio de TRRC 1 26 8.55 8.915 
Balance hídrico desde el ingreso al inicio de la TRRC (ml) 648 11380 4033.82 3919.974 
Total porcentual de sobrecarga (%) 4.00 55.70 15.6582 15.20582 
Fig. 6. Medidas de tendencia central en variables numéricas en un total de 11 pacientes de alta por defunción 
 
Asimismo dentro de los datos requeridos para la determinación del riesgo 
de mortalidad se utilizaron para determinar las medidas de tendencia central, 
donde encontramos la TA Sistólica al ingreso de los pacientes de alta por 
defunción mínima fue de 62 mm/Hg, y máxima obtenido fue de 150 mm/Hg, el 
valor promedio de TA es de 111 mm/Hg y la desviación estándar es de 23.3 
mm/Hg; la Temperatura mínima de 35°, y máxima es de 37.2° (promedio 
36.1273°, desviación estándar es de 0.72°); la Frecuencia Cardiaca muestra un 
valor mínimo de 80 lpm, un valor máximo de 183 lpm, el cálculo del promedio 
	 32	
resultó en 131 lpm y la desviación estándar es de 29.618 lpm. Gasométricamente 
encontramos el valor mínimo de pH de 7.01, máximo es de 7.49 (media es de 7.29 
y desviación estándar de 0.15); el Bicarbonato, mínimo calculado es de 9.20 
mmol/L, el valor máximo de 25.60 mmol/L, con valor promedio es de 18.13 mmol/L 
y la desviación estándar calculada de 4.92 mmol/L. Reportamos que la pCO2 tiene 
un valor mínimo calculado de 9.70 mmHg, el valor máximo hallado es de 85.60 
mmHg, el valor promedio o la media es de 39.54 mmHg y la desviación estándar 
es de 20.3 mmHg, y la PaO2 obtuvo un valor mínimo calculado de 45 mmHg, el 
valor máximo encontrado es de 385.40 mmHg, el cálculo del promedio resulto en 
168.77 mmHg y la desviación dio un resultado de 100.57 mmHg; Donde el aporte 
de FiO2 al ingreso tuvo valor mínimo localizado es de 30, el valor máximo 
encontrado resultó en 100, el valor promedio calculado es de 75.45 y la desviación 
estándar calculada es de 27.7. En los datos recolectados de los pacientes de alta 
por defunción tuvimos la Glucosa obteniendo un valor mínimo de 22 mg/dl, el valor 
máximo hallado es de 324 mg/dl, el valor promedio o la media calculada es de 
137.27 mg/dl y la desviación estándar se calculó en 97.285 mg/dl; para la variable 
Creatinina el valor mínimo fue de 0.10 mg/dl, el valor máximo hallado fue de 2.20 
mg/dl, la media calculada es de 1.33 mg/dl y la desviación estándar de 0.73 mg/dl; 
la variable numérica BUN presentó un valor mínimo de 9.33 mg/dl, un valor 
máximo de 73.70 mg/dl, un valor calculado promedio de 34.1 mg/dl y una 
desviación estándar obtenida de 20 mg/dl; para el conteo de Leucocitos, el valor 
mínimo hallado es de 3.0 miles/µl, el valor máximo es de 35.2 miles/µl, la media 
calculada es de 13.89 miles/µl y la desviación estándar de 8.5 miles/µl; en las 
Plaquetas hallamos un conteo mínimo de 25000 miles/µl, máximo de 311000 
miles/µl, el conteo promedio de plaquetas es de 117,545.45 miles/µl y la 
desviación estándar de 82202.6 miles/µl; la Aspartato Transaminasa encontramos 
el valor mínimo de 14 U/l mientras que el valor máximo fue de 1564 U/l, el cálculo 
del promedio resultó en 390.55 U/l y la desviación estándar hallada en 568.1 U/l, 
por último, el Tiempo de Protrombina presentó un valor mínimo de 10.30 
segundos, el valor máximo de 35.60 segundos, el promedio calculado fue de 18.5 
segundos y la desviación estándar obtenida es de 7.04 segundos. 
	 33	
Fig. 7. Registro de datos para determinar la puntuación de escalas de mortalidad en 
los pacientes de alta por defunción 
Variable Mínimo Máximo Media Desviación estándar 
TA sistólica (mmHg) 62 150 111.00 23.320 
Temperatura (ºC) 35.00 37.20 36.1273 .72814 
Frecuencia cardiaca (lpm) 80 183 131.00 29.618 
pH 7.01 7.49 7.2918 .15118 
Bicarbonato (mmol/l) 9.20 25.60 18.1364 4.92570 
pCO2 (mmHg) 9.70 85.60 39.5455 20.30095 
PaO2 (mmHg) 45.00 385.40 168.7727 100.57517 
Fio2 30 100 75.45 27.700 
Glucosa (mg/dl) 22 324 137.27 97.285 
Creatinina (mg/dl) 0.10 2.20 1.3364 .73793 
BUN (mg/dl) 9.33 73.70 34.1036 20.00891 
Leucocitos (miles/µl) 3.00 35.20 13.8900 8.59817 
Plaquetas (miles/µl) 25000 311000 117545.45 82202.632 
AST (U/l) 14 1564 390.55 568.109 
TPT (seg.) 10.30 35.60 18.5091 7.04932 
Fig. 7. Medidas de tendencia central en variables numéricas en un total de 11 pacientes de alta por defunción requeridos para la 
determinación de la puntuación de mortalidad 
 
El siguiente grupo contiene los datos del riesgo de mortalidad en los 
pacientes de alta por defunción con las variables Puntación Final de PRISM III y 
PuntuaciónFinal de PELOD (ver Fig. 8), para la primera variable encontramos el 
valor mínimo en 8 puntos y el máximo en 20 puntos, el cálculo del promedio 
resultó en 15.36 puntos y la desviación estándar en 4.31 puntos mientras que, 
para la segunda variable, el valor mínimo obtenido es de 11 puntos, el valor 
máximo hallado es de 23 puntos, el promedio calculado es de 19.55 puntos y la 
desviación estándar es de 4.29 puntos. Y las Tasas de Mortalidad Pronosticada 
por PRISM III y PELOD expresadas en porcentaje, el valor mínimo del pronóstico 
de PRISM III es 2.80%, el valor máximo se ubicó en 25%, el cálculo de la media 
resultó en 13.6% y la desviación estándar se calculó en 8.8%; para la variable 
pronóstico de PELOD el pronóstico mínimo se localizó en 1.30%, el máximo en 
32.20%, el promedio obtenido es de 1z8.4% y la desviación estándar para éste 
pronóstico es de 10.1%. 
 
Fig. 8. Riesgo de Mortalidad 
Mínimo Máximo Media 
Desviación 
estándar 
PRISM III Puntuación final 8 20 15.36 4.319 
Tasa de mortalidad pronosticada (%) 2.80 25.00 13.6364 8.83643 
PELOD Puntuación final 11 23 19.55 4.298 
Tasa de mortalidad pronosticada (%) 1.30 32.20 18.4091 10.16371 
Fig. 8. Medidas de tendencia central en variables numéricas sobre los resultados de índices de mortalidad 
en el total de 11 pacientes de alta por defunción 
 
	 34	
El cálculo de la contingencia es el método que optamos para el 
cumplimiento de los objetivos, así como la validación de la hipótesis, bajo este 
método calcularemos el valor del coeficiente de contingencia cuadrática (chi2) y su 
significancia; la asociación entre las variables sometidas, el coeficiente Phi y V de 
Cramer nos permiten medir la relación que se logró al realizar la contingencia. 
Antes de dar paso al desarrollo descriptivo de este cálculo vale la pena 
recordar que nuestra hipótesis consta en demostrar si un balance hídrico positivo 
por arriba del 5% está asociado a mortalidad en pacientes sometidos a terapia de 
reemplazo renal continuo. 
El objetivo específico de este segundo análisis pretende evaluar la 
mortalidad en estos pacientes únicamente en el periodo de estancia en la unidad, 
contemplando esto como egreso por mejoría o defunción. Se quiere determinar el 
porcentaje de sobrecarga hídrica asociado a la mortalidad en pacientes pediátricos 
en estado crítico que son sometidos a Terapia de reemplazo renal continuo. 
El proceso de análisis estadístico tiene como tarea satisfacer nuestra 
hipótesis de demostrar si un balance hídrico positivo por arriba del 5% está 
asociado a mortalidad en pacientes sometidos a terapia de reemplazo renal 
continuo. 
El primer grupo de variables al que sometimos el cálculo de la contingencia 
fue el porcentaje de sobrecarga hídrica con el motivo de alta del paciente donde la 
contingencia máxima se localiza entre la categoría porcentaje de sobrecarga 
hídrica mayor a 5% y alta del paciente por defunción, es decir, 8 de los 10 
pacientes que tuvieron sobrecarga mayor al 5% fallecieron (ver Fig. 9). El cálculo 
de la contingencia cuadrática nos arroja un valor de 5.051 en un grado de libertad 
con una significancia de .025 (positiva) donde la regla para éste coeficiente indica 
que si la chi2 calculada es mayor a la chi2 de tablas se acepta la hipótesis de 
investigación; el valor de la chi2 en tablas para los mismos grados de libertad con 
95% de confianza es de 3.8415 es decir, “esta asociación fue positiva a la 
validación de la hipótesis” donde como hipótesis planteamos que el un balance 
hídrico positivo por arriba del 5% está asociado a mortalidad en pacientes 
sometidos a terapia de reemplazo renal continuo. El coeficiente de Phi tiene la 
	 35	
función de determinar si existe una relación lineal entre dos variables a nivel 
nominal con dos valores cada una y que esta relación sea estadísticamente 
significativa. El valor obtenido de Phi es de -.503 y una significancia de .025, 
asumiendo la regla “hay relación estadística poco significativa y perfecta entre las 
variables sometidas” de igual manera funciona el coeficiente complementario V de 
Cramer que en este caso maneja los mismos valores que Phi. El coeficiente de 
contingencia expresa la intensidad de la relación entre dos (o más) variables 
cualitativas. El p valor para este coeficiente es de .449 y una significancia 
aproxima de .025 por lo que la dependencia característica entre las variables 
sometidas es nula y poco representativa, esto quiere decir que no hay 
dependencia entre la sobrecarga mayor a 5 y la mortalidad, pero no descarta una 
aproximación positiva. El coeficiente de correlación R de Pearson es un índice que 
puede utilizarse para medir el grado de relación de dos variables siempre y 
cuando ambas sean cuantitativas: el índice indica una dependencia total entre las 
dos variables llamada relación inversa: cuando una de ellas aumenta, la otra 
disminuye en proporción constante. El valor de Pearson en nuestra primera 
contingencia es de -.503 y una significancia aproximada de .024, es decir, existe 
una correlación positiva pero no una dependencia estricta entre las variables 
sometidas. El coeficiente de correlación de Spearman es una medida de 
correlación o asociación entre dos variables aleatorias continuas, el p valor 
arrojado es de -.503 y la significancia asintótica es de .024 por lo cual entendemos 
que la asociación entre las variables Sobrecarga y Mortalidad es negativa y poco 
dependiente. 
Fig. 9. Relación del porcentaje de sobrecarga hídrica con el motivo de alta del paciente 
Porcentaje de 
sobrecarga hídrica 
Motivo de 
alta 
Pacientes 
(%) Pruebas de chi-2 Determinación de la relación lineal 
Mayor a 5% 
(10 pacientes) 
Mejoría 2 (10%) Prueba Valor Significancia Prueba Valor Significancia 
Defunción 8 (40%) 
Chi-cuadrado 
de Pearson 5.051 0.025 Phi -.503 .025 
Corrección de 
continuidad 3.232 .072 
V de Cramer .503 .025 
Menor a 5% 
(10 pacientes) 
Mejoría 7 (35%) Coeficiente de contingencia .449 .025 Razón de verosimilitud 5.300 .021 
Defunción 3 (15%) 
Prueba exacta 
de Fisher 0.070 .035 R de Pearson -.503 .024 
Asociación 
lineal por lineal 4.798 .028 
Correlación de 
Spearman -.503 .024 
Fig. 9. Cálculo de la contingencia del porcentaje de sobrecarga hídrica con el motivo de alta del paciente. 
Se presentan también los resultados de las Pruebas de chi-2 entre las variables, así como las m Medidas simétricas 
	 36	
El segundo grupo de variables sometidas es el porcentaje de sobrecarga 
hídrica con el tipo de diagnóstico al ingreso al servicio donde hallamos la 
contingencia máxima calculada entre la categoría de Sobrecarga Hídrica menor a 
5% y Diagnóstico de tipo Clínico con 8 pacientes (Ver Fig. 10). Las pruebas de 
contingencia cuadrática (chi cuadrada) nos arrojan un valor de .952 en un grado 
de libertad con una significancia asintótica bilateral de .329; al cálculo de tablas 
para los mismos grados de libertad el p valor del coeficiente es de 3.8415, 
concluimos que nuestra significancia estadística es nula ya que hay una 
proximidad positiva al rango negativo para la prueba entendemos entonces que no 
hay relación entre el tipo de diagnóstico y la sobrecarga mayor a 5% puesto que 
nuestra incidencia se localizó en la sobrecarga menor a 5%. Sobre el cálculo de 
las medidas simétricas hallamos el coeficiente Phi con un valor de -.218 y una 
significancia aproximada de .329 que para la toma de decisión nos exhorta a no 
asumir la hipótesis planteada en esta contingencia y aceptar que no hay una 
correlación positiva y directa entre el porcentaje de sobrecarga hídrica con el tipo 
de diagnóstico al ingreso al servicio, el coeficiente V de Cramer presenta un valor 
calculado de .218 con una significancia idéntica a la de Phi. El coeficiente de 
contingencia nos muestra un valor calculado de .213 y una significancia de .329 
(asociación independiente) donde podemos asumir que hay

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