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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia Nombre del trabajo Prevalencia de antecedentes de abuso sexual infantil en mujeres de educación media-‐superior con Trastornos de la Conducta Alimenticia Tipo de investigación CUANTITATIVA QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A : KAREN ANDREA VALDEZ ALVAREZ Manuscrito Recepcional Programa de Profundización en Psicología Clínica Director: Lic. Juan Manuel Montiel Génova Dictaminador: Nombre y grado Los Reyes Iztacala Tlalnepantla, Estado de México, 01 diciembre 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS No ha sido un camino sencillo pero gracias a la constancia y a la meta que me había fijado, estoy aquí, culminando un sueño más. Hija mía: en el momento en que decidí que quería tenerte en mi vida no visualicé cuán complicado sería compaginar mi aprendizaje y adaptación como nueva madre y como estudiante de Psicología. No hay mayor motivo la mi vida para luchar por mis sueños que tú. Te amo bebé. No podría estar aquí si no fuera por mis compañeros incondicionales, por haberme impulsado a continuar aún cuando creí no poder más, por enseñarme a levantarme cuando me he caído. Gracias por todo, papás. A mi hermano. Mi cómplice en las buenas y en las malas. Gracias por estar en mi vida y por amar incondicionalmente a mi hija. A mi familia por creer en mí, por apoyarme siempre y enseñarme que el amor de familia es incondicional. A mis amigos, profesores y tutor por todo el apoyo y conocimientos que me han regalado. Por último, pero no menos importante, a mi abuelo, que en donde quiera que esté siempre me enseñó a luchar por mis sueños, si estuviera aquí sería el más feliz del mundo. 3 INDICE INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………... 4 JUSTIFICACIÓN………………………………………………………….………………………... 7 CAPITULO 1 ABUSO INFANTIL 1.1.2 Prevalencia del abuso infantil…………………………………. ………………… .10 1.1.3 Consecuencias del abuso sexual infantil……………………………………….11 CAPÍTULO 2. TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA. 2.1. Definición de trastornos de la conducta alimentaria……………………..15 2.1.1 Criterios diagnósticos para Anorexia…….…….…….…………………………..18 2.1.2 Criterios diagnósticos Bulimia…….…….…….…….……………………………...21 2.1.3 Criterios diagnósticos TANE…….…….…….…….…….………………………..…22 2.2 Enfoques sobre los trastornos alimentarios…….…….…….…………………..23 2.2.1 Teoría del set-‐point, regulación fisiológica del peso corporal y determinación del peso adecuado…….…….…….…….…….…….…….…….…….…………………….…………….….23 2.2.2 Hipótesis de la externalidad…….…….…….…….…….…….…………………...23 2.2.3 Modelo conductual del aprendizaje…….…….…….…….…………………….24 2.2.4 Hipótesis de la ingesta emocional…….…….…….…….……………………….24 2.2.5 Modelo de regulación de trastornos afectivos…….…….…….…………...24 2.2.6 Teoría del desarrollo…….…….…….…….…….…….…….…………………………24 2.2.7 Modelo psicosocial…….…….…….…….…….…….…….…………………………...24 2.2.8 Modelo tridimensional…….…….…….…….…….…….……………………………25 2.3 Investigaciones previas…….…….…….…….…….…….……………………………...25 2.3.1 Estudios con estudiantes universitarias…….…….…….……………………..29 CAPITULO 3. METODOLOGIA 3.1 Planteamiento del problema…….…….…….…….……..…….…….….….…….…30 3.2 Objetivos…….…….…….…….…….…….…….…….……….…….….….….….…....……30 3.3 Hipótesis…….…….…….…….…….…….…….…….……….…….….….….….….…...…30 3.4 Variables…….…….…….…….…….…….…….…….……….…….….….….….….………31 3.5 Sujetos…….…….…….…….…….…….…….…….……….…….….….….….….……..….31 3.6 Procedimiento…….…….…….…….…….…….…….…….…….….….….….……….…31 3.7 Instrumentos…….…….…….…….…….…….…….…….…….….….….….……….…..32 CAPÍTULO 4. RESULTADOS…….…….…….…….…….…….…….…….….….….……..…33 CAPITULO 5. DISCUSIONES Y CONCLUSIONES…….…….…….….….….…….….…37 REFERENCIAS…….…….…….…….…….…….…….…….…….…….…….….….….…….…..39 ANEXO 1…….…….…….…….…….…….…….…….…….…….………….…….….….……..…41 4 INTRODUCCIÓN La violencia infantil es un acto reprobable y que va en ascenso atentando directamente contra los derechos de los niños. Hoy en día, la sociedad está mayormente corrompida y muchos factores influyen en la poca sensibilidad ante temas como violencia física, emocional y el abuso sexual mismo. El abuso sexual infantil produce diversas consecuencias psicológicas, biológicas y emocionales a largo plazo. Alrededor del 34% al 53% de pacientes que consultan por problemas de salud mental asociados a trastornos afectivos, ansiosos, alimentarios, consumo de sustancias y desórdenes de personalidad, presentan antecedentes de abuso sexual infantil (Valerie, 2003). El abuso sexual en su definición se divide en dos vertientes; La primera, y en el cual, estará mayormente enfocado el presente escrito, el abuso sexual infantil, definido por La Organización Mundial de la Salud como “la participación de un niño en una actividad sexual que no comprende plenamente y en laque no es capaz de dar su consentimiento” (OMS, 2014). Por su parte, Morillas Fernández lo define como “toda aquella acción u omisión consistente en poner en peligro la integridad física o mental o la seguridad de un menor de dieciocho años por parte de sus familiares o personas responsables de su cuidado”. De acuerdo a las cifras, el sexo femenino cuenta con mayor porcentaje de ataques sexuales, ocupando México el primer lugar a nivel mundial en este tipo de delitos. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), alrededor de 4.5 millones de menores son víctimas de abuso sexual infantil. 5 Por otro lado, la segunda vertiente, la violación se maneja como un término más agresivo hacia el acoso de la privacidad y el robo de la infancia del menor, ya que incluye actos como la penetración vaginal, anal u oral con el pene o cualquier otro objeto, caracterizado por la violencia física y emocional por parte del abusador. La problemática no es actual, ya que, desde tiempos de antaño, existían prácticas en contra de los derechos infantiles; Lloyd de Mause en su investigación acerca de la historia de la infancia a través de una mirada psicoanalítica, mostró procesos de violencia infantil, dentro de los cuales se incluyeron actos sexuales. En su recopilación muestra índices de violencia infantil temprana, como en el caso de Grecia y Roma donde los menores eran utilizados como objetos sexuales por hombres mayores. Con el cristianismo comenzó́ a aparecer un concepto diferente del niño, considerado como un ser puro e inocente, alejado del conocimiento y la comprensión de lo que eran los placeres carnales. En el Renacimiento y el siglo XVII, si bien se empezó́ a reprobar moralmente el contacto sexual de adultos con niños, aún se consideraba que detener tales avances sexuales era obligación del niño (Infantil, 2015). Hoy en día resulta inadmisible este tipo de actos en contra de los derechos de los niños, quienes al encontrarse en una etapa de inocencia, en su momento, muchas veces no son capaces de discernir que aquello ocurrido contra su cuerpo, es incorrecto. Conforme trasciende el hecho y las víctimas avanzan en su ciclo de vida, las consecuencias se van haciendo visibles. Algunos autores constatan una peor salud mental general en víctimas de abuso sexual infantil, con una mayor presencia de síntomas y trastornos psiquiátricos (Peleikis, 2005). Otros estudios, realizados con víctimas de malos tratos infantiles, incluyendo el abuso sexual, confirman una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar trastornos de personalidad en estas víctimas que en población general (Vitriol, 2005) 6 Dentro de las consecuencias a largo plazo y de acuerdo a estudios de Gold (1986) se ha relacionado con baja autoestima, incluyendo sentimientos de desamparo y además de sintomatología depresiva y ansiosa, así como bulimia nervosa y trastornos de la conducta alimentaria (Jacobi, 2005). La sintomatología depresiva, de baja autoestima y recriminación, se encuentra directamente relacionada con las patologías alimenticias. El interés por la investigación acerca de la influencia del antecedente de abuso sexual en el desarrollo de patologías alimentarias data de la década de los ochenta, en donde un grupo de clínicos especialistas en TCA de acuerdo a los altos índices de pacientes que afirmaban haber tenido algún contacto sexual sin consentimiento en la infancia, comenzaron a inquietarse sobre la posible relación de éste con el desarrollo de los trastornos alimentarios (Toro, 2014). A través de investigaciones generaron explicaciones teóricas, siendo las más importante aquella que relacionaba la victimización sexual con los estilos de afrontamiento disociativos, que a la larga, podían desencadenar sintomatología bulímica (Pery, 1195). Los pacientes presentaban repercusión directa en su amor propio y un alto índice de recriminación, lo cual, provocaba el auto castigo al cuerpo, entendido por ellos como objeto de deseo, a través de la inanición y/o conductas de atracón y purga (Baumeister, 1991). Investigaciones como las de de Root y Fallon (1988) determinaron una prevalencia de abuso sexual infantil de 30%-‐66% en pacientes con bulimia nerviosa. Resultados clínicos y empíricos de diversas investigaciones sobre el tema, han arrojado que este tipo de trauma infantil puede estar asociado de igual forma con sintomatología depresiva, ansiosa, alcoholismo, etc. 7 JUSTIFICACION Los problemas alimentarios al igual que muchas enfermedades crónicas ocupan con mayor frecuencia los servicios médicos y de salud mental de las instituciones públicas y privadas no solo en México sino a nivel mundial. Se han realizado diversos estudios sobre los factores de riesgo para el desarrollo de dichas patologías pero poco se sabe en relación al trasfondo de experiencias sexuales en la infancia que han devenido en el desarrollo de una baja autoestima, sentimientos de culpa y rechazo hacia el propio cuerpo. Informes en los que se indica la alta prevalencia de antecedentes de abuso sexuales en pacientes con bulimia o anorexia, presentan con mayor frecuencia trastornos depresivos, abuso de sustancias y disfunción familiar, aunque no se ha demostrado el papel que desempeña el antecedente en los Trastornos Alimenticios. Por loanterior, aunado a los problemas metodológicos con los que se han enfrentado estudios anteriores, se pretende a través del presente, determinar y comparar el nivel de prevalencia de antecedente de abuso sexual infantil en mujeres con Trastornos Alimentarios y mujeres sin sintomatología. 8 CAPÍTULO I. ABUSO SEXUAL INFANTIL 1.1. Definición Abuso Infantil El abuso sexual infantil representa uno de los mayores problemas que atentan contra la estabilidad social dado que obstaculizan el desarrollo integral de los individuos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2014) el maltrato infantil se define como: “Los abusos y la desatención del que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder”. Arruabarrena y de Paul (1994) definen el abuso sexual infantil como “cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18 años por parte de un adulto desde una posición de poder o de autoridad sobre el niño”. Para estos autores, existen cuatro categorías de abuso sexual infantil en función de la existencia o inexistencia de contacto físico: • Incesto El origen del incesto fue tratado por Freud en su obra “Tótem y Tabú” en donde lo consideraba como instintos congénitos y naturales y el cual consiste en el abuso sexual por parte de miembros familiares cercanos, tales como padre, hermano, tíos , etc. La gravedad de las consecuencias en el niño dependerá del tipo de relación y la duración de estos abusos. 9 Históricamente, la cultura ha ofrecido una legalidad que regule el goce de los cuerpos a la vez que legitima estas acciones. Aunque el grado de prohibición de las relaciones sexuales entre familiares ha variado según la cultura y los períodos de la historia. Por ejemplo, en el Oriente, aún no está prohibido. • Violación La violación sexual se define como la penetración vaginal, anal u oral con el pene o cualquier otro objeto; se caracteriza por la forma abrupta en que ocurre, el uso de violencia física y emocional y el control de la situación utilizando la fuerza. • Vejación sexual La conducta sexual va dirigida a estimular las necesidades o deseos sexuales del abusador a través del menor. Dentro de las que se pueden considerar: ü El tocamiento de los genitales o partes íntimas incluyendo los senos, área genital, ingle, la parte interna de los muslos y nalgas, o las ropas que cubren estas partes por parte del adulto hacia el niño. ü Alentar, forzar o permitir que el niño toque de manera inapropiada las mismas partes del perpetrador. • Abuso sexual si contacto físico (proposiciones/exhibicionismo) 10 1.1.2 Prevalencia del abuso infantil La incidencia y prevalencia de casos de abuso sexual infantil como conceptos estadísticos, aportan la distribución y evolución de la problemática en la población. Se entiende por prevalencia la proporción de individuos de una población que presentan abuso sexual infantil en un momento o en un período determinado; mientras que la incidencia se refiere al número de casos detectados por autoridades en un periodo de tiempo determinado (Runyan, 1998). Goldman y (Pedayachi, 2000) plantearon la existencia de problemas metodológicos en cuanto a la estimación de la incidencia y prevalencia en la investigación de casos de abuso sexual infantil. Finkelhor (1970) llevó a cabo un estudio con 796 universitarios a los cuales cuestionó sobre experiencias sexuales pasadas, encontrando que el 9% de los varones y el 19% de las mujeres habían sido abusados sexualmente en su infancia. Según Finkelhor (citado por Cantón Duarte y Cortés Arboleda, 2000), en otro estudio que abarcó 21 países, se encontró que el 7 % de las mujeres y el 3 % de los varones sufrieron abusos durante su infancia. Investigaciones de la Organización Mundial de la Salud revelan que alrededor de un 20% de mujeres y un 5%-‐10% de hombres han sido víctimas de abuso sexual en la infancia (OMS, 2010). Un análisis hecho por Save The Children de quince estudios sobre prevalencia de abuso sexual infantil durante los últimos 25 años estimó que un 22.3% de mujeres y un 8.5% de hombres, lo han sufrido. La UNICEF y su informe “Ocultos a plena luz” arrojó datos de más de 190 países, en el que se estima que alrededor de 120 millones de niñas menores de 20 años sufren abusos sexuales (UNICEF, 2014). En México, las estadísticas provienen de la información de las agencias especializadas en delitos sexuales, las cuales indican que entre el 60% y 70% de las víctimas de abuso son mujeres de entre 13 y 18 años, siendo el 30% de los casos perpetrados por algún familiar cercano. Como cualquier otro evento traumático, el abuso sexual infantil conlleva consecuencias psicológicas, sociales y emocionales que se presentarán en algún punto del ciclo evolutivo de la víctima. 11 1.1.3 Consecuencias del abuso sexual infantil Losada (2009) expresó que los desórdenes alimentarios son enfermedadesconductuales devastadoras producidas por una serie de factores que pueden incluir trastornos emocionales, presiones familiares, sensibilidad genética o biológica, cultura de sobreabundancia de comida y obsesión con la delgadez, como así también la exposición a determinados tipos de violencia, en especial el Síndrome de Acomodación al Abuso Sexual infantil. Las consecuencias psicosociales del abuso sexual infantil incluyen trastornos de la alimentación, depresión, culpa, vergüenza, aislamiento, baja autoestima, problemas de relaciones interpersonales, tendencia a la revictimización y tendencias suicidas (Redondo, 2005). A lo largo del ciclo vital se produce un tránsito de la sintomatología hacia formas de manifestación típicas de cada etapa evolutiva (Lamerias, 2002) Se presentan a continuación algunas consecuencias a corto plazo en los distintos ámbitos de la vida de las víctimas: Tipos de efectos Síntomas Periodo evolutivo Físicos • Problemas de sueño • Cambios en hábitos alimenticios • Pérdida de control de esfínteres Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia infancia Conductuales • Consumo de drogas o alcohol • Huidas de hogar • Conductas autodestructivas o suicidas • Bajo rendimiento académico Adolescencia Adolescencia Adolescencia Infancia y adolescencia 12 Al menos un 80% de las víctimas sufren consecuencias psicológicas negativas. El alcance del impacto psicológico va a depender del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, de las estrategias de afrontamiento de que disponga la víctima y de la relación y el tipo de abuso perpetuados en su contra. A largo plazo Feiring, Miller-‐Johnson y Cleland (2007) citado por Cantón-‐Cortés afirman que en la etapa de transición (adolescencia), resulta altamente probable que los jóvenes con antecedentes de abuso sexual infantil realicen actividades delictivas, sufran trastornos de la alimentación, problemas físicos de salud, consuman drogas, lleven a cabo más conductas suicidas y auto-‐lesivas y conductas sexuales tempranas y de riesgo. Emocionales • Miedo generalizado • Culpa y vergüenza • Depresión • Ansiedad • Baja autoestima • Rechazo propio cuerpo Infancia Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia Sexuales • Conocimiento sexual precoz • E3xcesiva curiosidad sexual • Conductas exhibicionistas • Problemas de identidad sexual Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia Infancia y adolescencia adolescencia Sociales • Déficit habilidades sociales • Retraimiento social • Conductas antisociales Infancia Infancia y adolescencia adolescencia Tabla 1. Principales consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños y adolescentes. Echeburúa, E., & Corral, P. de. (2006). Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia. Cuadernos de Medicina Forense, (43-‐44), 75-‐82. 13 Tipos de secuelas Síntomas Físicas • Dolores crocinos generales • Hipocondría y trastornos de somatización • Alteraciones de sueño • Desórdenes alimenticios, especialmente bulimia Conductuales • Intentos de suicidio • Consumo drogas o alcohol • Trastornos de personalidad Emocionales • Depresión • Ansiedad • Baja autoestima • Estrés postraumático • Desconfianza y miedo a hombres • Alexitimia Sexuales • Fobias o aversiones • Falta de satisfacción sexual • Alteraciones en motivación sexual • Creencia de ser valorada por los demás solo por el sexo Sociales • Problemas relaciones interpersonales • Aislamiento . Tabla 2. Principales consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños y adolescentes. Echeburúa, E., & Corral, P. de. (2006). Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia. Cuadernos de Medicina Forense, (43-‐44), 75-‐82 14 CAPÍTULO II: TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA 2.1. Definición de los Trastornos de la conducta alimentaria. Se entiende por Trastornos Alimentarios a los “síndromes mentales con delimitación y caracterización propias” (Wilson & Walsh, 1991), siendo enfermedades caracterizadas por una constante preocupación por el control del peso que se asocia con una insatisfacción y distorsión de la imagen corporal. La familia bien puede fungir como el más grande pilar y centro de apoyo y afecto para los individuos, pero ¿qué sucede cuando se rompe esquema y quien debería ser ese centro de apoyo se convierte en tu verdugo? El problema de los trastornos alimenticios es de causas multifactoriales; sin embargo, una de los más grandes y desconocidas áreas de las que se tiene poca noción al respecto, es el papel que juega el haber sido víctima de abuso sexual en la infancia perpetuado por algún familiar o conocido cercano. Como sucede en otras alteraciones de la conducta, los trastornos de la alimentación, manifiestan su alteración hacia un elemento de la vida normal, que es la alimentación, por tanto los síntomas de inanición y descontrol alimentario, solo son eso mismo, unos síntomas que nacen de una profunda insatisfacción interior y exterior. El problema de los Trastornos de la Conducta Alimenticia (TCA) ha sido reconocido desde hace más de tres décadas en países desarrollados, aunque bien en los primero años de investigaciones, se consideraba que era un problema específico de mujeres jóvenes de clase alta y casi exclusivo de países altamente desarrollos (Brumberg, citado por Unikel, 2010). Gómez Dupertuis, citado por Losada(2013) considera que los desórdenes alimentarios son una manera de adaptarse a las vivencias estresantes; funcionando los atracones como medio compensatorio para reducir el reconocimiento de estados mentales 15 cognitivos dolorosos (Quinn, 2009), dificultando el descubrimiento de emociones y su descripción. Existen dos tipos principales denominados Anorexia (AN) y Bulimia Nervosas (BN) y aquél Trastorno que no cumple con los criterios para uno de los anteriores, se denomina Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado (TANE). Según el Diccionario de la Real Academia Española, DRAE, el término anorexia viene del griego “apokartereo”, que significa inanición, inapetencia, falta anormal de ganas de comer, dentro de un cuadro depresivo, por lo general en mujeres adolescentes, y que puede ser muy grave. (DRAE, 2008) Se comenzaron a observar casos de esta patología desde la antigüedad en donde se han manejado distintas connotaciones que van desde el ámbito religioso y el misticismo. Tal es el caso del monje de Monhein, quien refiere la milagrosa curación de una joven que había dejado de consumir alimento alguno y que, acompañada de vómitos, fue curada por Santa Walpurgis (Habermas, 1986). Otro de los primeros casos fue el de Catalina de Siena nacida en 1347, quien a la edad de 7 años al tener su primer visión de Jesús , comienza a rechazar los alimentos, alimentándose tan solo de hierbas y pan; representando las primeras una posibilidad de purga y quien más tarde, moriría de hambre. Presente desde la antigüedad en la literatura médica, el médico inglés, Richard Morton sería el primero en describir a detalle el cuadro de la patología, denominándola en “consunción nervosa”, caracterizada por la pérdida de peso, amenorrea, estreñimiento e hiperactividad, sin encontrar alteraciones físicas que lo justifiquen, pero atribuyéndoselo a tristeza y preocupaciones. Lassague quien la llamó “inanición histérica” alude su causalidad a la histeria, quedando descartado su origen orgánico; mientras que, con investigaciones sobre las alteraciones gastrointestinales en el proceso de desnutrición, concluyó que su origen era nervioso y la llamó “Apepsia histérica” , para posteriormente describirla como un estado mental morboso del sistema nervioso, pero de carácter hereditario: anorexia. A principios del 16 siglo XX era considerado de origen endocrinológico y ya para los años 30 como un trastorno psicológico. El control del apetito no se basaba en lograr una apariencia física representativa del reflejo de la delgadez como sinónimo de la belleza; por el contrario, no comer tenía una connotación religiosa, de gran convicción, obediencia, castidad y pulcritud por parte de los penitentes que practicaban con rigurosidad el ayuno. 2.1.1 Criterios diagnósticos para anorexia Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (2002) arroja que la bulimia y anorexia tienden a afectar a adolescentes en países industrializados, teniendo como edad media de inicio entre los 13 y 18 años, resultando el sexo femenino el más afectado con un 95% frente a un 5% de casos masculinos. En cuanto a la clase social, al inicio afectaba a clases media-‐altas-‐ y en la actualidad no distingue clases sociales (García-‐Camba, 2011) Se caracteriza por una fuerte y obsesiva preocupación por el peso y la comida, así como una significativa mala interpretación del propio cuerpo y forma (dismorfia corporal). Se entiende por dismorfia corporal a la preocupación excesiva y persistente de un defecto físico real o imaginado que genera una imagen distorsionada del propio cuerpo. Se les diagnostica a aquellas personas que son extremadamente críticas de su físico o imagen corporal, aunque no presenten un defecto o deformación que lo justifique. 17 CRITERIOS DSM-‐IV-‐TR A) Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla durante el periodo del crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85% del peso esperado. B) Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal. C) Alteraciones en la percepción de la silueta corporal. D) En mujeres, presencia de amenorrea al menos durante tres ciclos consecutivos. Tabla 3. Criterios diagnósticos de Anorexia Nervosa según el DSM-‐IV-‐TR. CRITERIOS DSM-‐V A) Restricción del consumo energético relativo a los requerimientos que conlleva a un peso corporal bajo. B) Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, realizando conductas para perder peso. C) Alteración de la percepción del peso o silueta corporal, exagerando su importancia en la autoevaluación. D) Se elimina criterio de amenorrea. Tabla 4. Criterios diagnósticos de Anorexia Nervosa según el DSMV. López C, Treasure J. Trastornos de la Conducta Alimentaria en Adolescentes: Descripción y manejo. Rev. Med Clin Condes 211; 22 (1): 85-‐97. 18 Dentro del cuadro clínico de la anorexia se distinguen dos subtipos: ü Restrictivo: el cuadro clínico está compuesto por ayunos, dietas excesivas y la realización de actividad física en exceso. ü Purgativo: cuando el individuo recurre regularmente a atracones, vómitos y purgas a través e laxantes y/o diuréticos. La enfermedad no respeta cuestionesde género o nivel socioeconómico aunque se presenta mayormente en mujeres de edad adolescente, siendo este periodo de desarrollo en el que más casos de presenta (80%), con un predominio de 1/10 varones/mujeres. La patología tiene causas multifactoriales englobadas dentro de la categoría biopsicosocial; enfatizando cuestiones como la genética, edad, sexo y antecedentes de sobrepeso y obesidad que pudieran estar ligados al desarrollo de una excesiva preocupación por la imagen corporal (García-‐Camba, 2011). Factores como características de la personalidad, vivencias de pérdidas y experiencias sexuales, generan a nivel psicológico la necesidad de los jóvenes por tener al menos, control sobre su propio cuerpo. Cuando un infante es sometido al trauma del abuso sexual, generará ideas y creencias sobre el propio cuerpo, muchas de las cuales, estarán centradas en la “impureza” y la falta de capacidad de ellos por cuidar y decidir sobre su propio cuerpo. En cuestión de la personalidad, la cual se verá influenciada por dicho acontecimiento, tenderá al perfeccionismo, obsesión por el control, competitividad, obediencia, sumisión, desconfianza, tendencia al aislamiento social, baja autoestima, humor depresivo y miedo a madurar o a crecer (López, 2005). El ambiente social como lo es la familia, el actual culto a la delgadez y el hecho de dedicarse a ciertas profesiones de riesgo que exigen una determinada complexión corporal, como deportistas, modelos o bailarinas (Nardone, 2003). Todos estos pueden ser factores de riesgo, entendidos como aquellas características que aumentan la probabilidad de padecer alguna enfermedad o lesión. Los factores precipitantes, aquellos 19 que provocan que el trastorno comience serán resultado de cuestiones interactuantes como el aspecto biológico, entendido como la edad; además de factores psicológicos relacionados con acoso escolar, rupturas sentimentales y, al igual que en el caso de los factores predisponentes, separaciones o pérdidas de seres queridos y experiencias sexuales adversas o violencia sexual (Uribe, 2007). Situaciones como relaciones familiares y sociales conflictivas en las que se producen comentarios negativos respecto al cuerpo o peso corporal, se llevan a cabo dietas en grupo o se fracasa en la aceptación de los compañeros. Por otro lado y de acuerdo a estudios realizados en diez países del Caribe, alrededor de una sexta parte de los encuestados ha usado al menos un método para perder peso, incluyendo ejercicio (15%), laxantes (15%) y vómitos inducidos (8%) (UNICEF, 2002). La prevalencia de talla baja en población femenina incrementa progresivamente con la edad; siendo un 6 % en mujeres de 12 años y llegando hasta 19.7% en las de 17 años (ENSANUT, 2006). Para el mundo occidental existe la cifra del 1% de mujeres con anorexia, presentándose mayormente entre los 12 y 25 años; mientras que la bulimia asciende a un 2-‐3% siendo la edad de inicio los 16 años. La bulimia Nervosa es una alteración constante en episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos y una preocupación exagerada por el control de peso, lo cual lleva al paciente a adoptar medidas extremas para conservarlo” (Belloch et al., 1995, citado en Bravo y Fortanel, 2001). Y cuya prevalencia se da mayormente en adolescentes del sexo femenino (90%-‐95%) de entre 16 y 19 años, apareciendo en mayor frecuencia en pacientes que fueron obesas, con historias de abuso de sustancia o abuso sexual. Sus primeras referencias medicas históricas datan de 1708, en la antigua Roma. En el siglo XVIII, James (1743) la denomina “true boulimus” caracterizada por intensa preocupación por la comida, ingesta de grandes cantidades de alimento en periodos de tiempo cortos y a su vertiente, la “caninus appetitus” en la que, tras la ingesta le sobrevenía el vómito (Cruz, 2001). Rusell (1979) acuña el término “bulimia” y no es sino hasta 1987 que se designa como desorden de la conducta alimentaria por la American Psychiatric Association (Rice, 2000). 20 2.1.2 CRITERIOS DIOAGNÓSTICOS BULIMIA A. Presencia de atracones recurrentes A) Conductas compensatorias inapropiadas con el fin de n ganar peso (vómitos, laxantes, diuréticos) B) Las anteriores tienen lugar al menos dos veces a la semana durante tres meses. C) Autoevaluación exageradamente influida por peso y silueta corporal Tabla 5. Criterios diagnósticos de Bulimia Nervosa Nervosa según el DSM-‐IV-‐TR. SUBTIPOS • Tipo purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso. • Tipo no purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso. López C, Treasure J. Trastornos de la Conducta Alimentaria en Adolescentes: Descripción y manejo. Rev. Med Clin Condes 211; 22 (1): 85-‐97. Varias investigaciones sobre factores etiológicos han permitido identificar variables asociadas con el trastorno de bulimia nerviosa, tanto a un nivel neurobiológico como psicosocial, como dieta restrictiva, factores, alteraciones emocionales, déficit en autoestima, hábitos alimenticios, entre otros (Puentes, 2005). Uno de las mayores formulaciones es en relación a un bajo nivel de autoestima que llevan ala insatisfacción corporal generando conductas compensatorias y purgativas que a su vez, al ser un círculo vicioso contribuyen al déficit de autoestima (Marcus y Fairburn, 1993). Con el tiempo, la bulimia y la anorexia pasaron de ser manifestaciones socioculturales de los griegos, los romanos y sacrificios medievales ofrecidos a Dios, a ser enfermedades medicalizadas, analizadas y conceptualizadas por la psiquiatría y el psicoanálisis como 21 parte de los trastornos mentales clasificados en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM IV)1 . Existen de igual forma cuadros incompletos de bulimia o anorexia, en los que encontramos síntomas similares como conductas compensatorias inapropiadas como el ejercicio excesivo y/o episodios de ingesta compulsiva de manera recurrente. Su prevalencia es de aproximadamente 3% de Trastornos de la Conducta Alimentaria no Especificados (TCANE), según el Protocolo de los TCA del Instituto Nacional de la Salud (Insalud, 1995). 2.1.3 CRITERIOS DIOAGNÓSTICOS TANE A) En mujeres se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa, pero las menstruaciones son regulares. B) Se cumplen todos los criterios de la anorexia nerviosa excepto que, a pesar de existir una pérdida de peso significativa, el peso del individuo se encuentra dentro de los límites normales. C) Se cumplen todos los criterios diagnósticos para bulimia nerviosa, con la excepción de que los atracones y las conductas compensatorias inadecuadas aparecen menos de dos veces por semana o durante menos de tres meses. D) Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas después de ingerir pequeñas cantidades de comida por parte de individuo de peso normal. E) Masticar y expulsar pero no tragar cantidades importantes de comida. F) Trastorno compulsivo: se caracteriza por atracones recurrentes en ausencia de conducta compensatoria inapropiada típica de la bulimia. Tabla 6. Criterios Diagnósticos de TANE. López C, Treasure J. Trastornos de la Conducta Alimentaria en Adolescentes: Descripción y manejo. Rev. Med Clin Condes 211; 22 (1): 85-‐97. 22 2.2 Enfoques sobre los trastornos alimentarios. Debido al aún enigma existente sobre el origen de los TCA surgieron enfoques o teorías explicativas de los trastornos de la alimentación, retomando aspectos como: su origen, causas, consecuencias y características particulares a través del tiempo bajo la mirada de distintos enfoques. 2.2.1 Teoría del set-‐point, regulación fisiológica del peso corporal y determinación del peso adecuado Hace referencia al entendido de que el peso corporal viene determinado genéticamente aunque se puede ver afectado por la nutrición, la actividad física y tasa metabólica (Saldaña, 1994). 2.2.2 Hipótesis de la externalidad Esta hipótesis sugiere que la ingesta de las personas con peso normal está regulada por estímulos internos principalmente señales fisiológicas de hambre y saciedad (Schachter, Goldman y Gordan, 1968). 2.2.3 Modelo conductual del aprendizaje Este modelo considera factores motivacionales que justifican el alto consumo energético de las personas considerando de mucha importancia los principios de reforzamiento para el mantenimiento de dichos patrones comportamentales. 2.2.4 Hipótesis de la ingesta emocional Supone que la sobre ingesta es empleada como mecanismo para reducir la ansiedad, confundiendo los estados de activación emocional con el hambre, conduciendo al sujeto a ingerir alimento de manera inadecuada. 23 2.2.5 Modelo de regulación de trastornos afectivos En él se propone que la bulimia es una variante de un trastorno afectivo (Tobin, 1991 citado en Polivy, 1993), se argumenta que los trastornos de la conducta alimentaria se asocian con la depresión. 2.2.6 Teoría del desarrollo Las teorías del desarrollo hacen hincapié en la importancia del papel que desempeña el desarrollo de la infancia y la adolescencia en la distorsión de la imagen corporal. El hecho de que exista mayor presencia en el sexo femenino se encuentra relacionada con la socialización del rol sexual, quienes buscan la experiencia de una auto-‐conciencia aversiva. En el aspecto de la edad hace hincapié en los retos del desarrollo de la adolescencia. 2.2.7 Modelo psicosocial Este modelo indica que la comprensión de la enfermedad requiere del estudio de la patofisiología y su interacción con procesos psicológicos, conductuales e interpersonales. Por lo que en el estudio de aspectos etiológicos se establece que ambos trastornos concuerdan en la perspectivas fisiológica, psicológica, y sociocultural. 2.2.8 Modelo tridimensional Denominado Modelo Tridimensional de los trastornos de la conducta alimentaria. El cual “Se basa en tres dimensiones que son: 1. Peso corporal: 2. Control de la conducta: clínicamente se debe describir al paciente en términos de frecuencia de dietas y atracones. 3. Intensidad de la obsesión por el peso corporal: la característica principal de los trastornos es el miedo a engordar. 24 2.3 Investigaciones previas Las investigaciones sobre el tema no son recientes y con la finalidad de contar con un punto de contraste, se pretende una breve revisión teórica sobre estudios previamente realizados y sus hallazgos. Atravesando aspectos como prevalencia, sentimientos y sintomatología de individuos con TCA y antecedentes de abuso. Se estima que la prevalencia de abuso sexual infantilentre los individuos que presentan desórdenes alimenticios es variable, mayormente presente en mujeres (30%) y de igual forma, dependiendo de la naturaleza sexual del abuso. (Connors and Morse, 1993; Woodside, Garfinkel et al., 2001) La relación se basa en variables características de los trastornos, tales como culpa, vergüenza, falta de aceptación propia y en gran parte conductas autodestructivas como el vómito (Wonderlich, et al., 2001). De acuerdo a Peterson y Seligman (1983) los humanos tenemos la necesidad de sentir control de nuestras vidas y una de las consecuencias emocionales y cognitivas de las víctimas de abuso sexual es la presencia del sentimiento de falta de control, por lo que, buscarán recuperar ese control sobre su cuerpo a través de conductas de inanición y purgas. Algunas víctimas, podrán pensar más adelante que el abuso fue su culpa por que quizás su cuerpo era demasiado atractivo o provocativo, lo que terminara haciendo que asocien la sexualidad femenina con algo negativo (Root, 1991). Autores como Zlotnick (1996) pretendieron analizar pacientes con antecedentes de abuso sexual para determinar si mostraban niveles más elevados de conductas y actitudes patológicas en relación a la comida, comparándolas con un grupo de control, para lo cual emplearon el Inventario de Desórdenes Alimenticios y determinando que existe una mayor probabilidad de que aquellas con antecedentes de abuso sexual presentaran sintomatología alimentaria patológica. 25 Con una muestra de 144 niños víctimas de abuso, Calam, Home y Glasgow pretendieron identificar los factores de riesgo para trastornos psicológicos en victimas de ASI, obteniendo conductas como ansiedad, depresión, abuso de sustancias e intentos de suicidio. Wonderlich et al. (2000) buscaban probar la hipótesis de que los abusos en la infancia aumentaban el riesgo de sufrir alteraciones alimentarias en niños en donde los resultados apoyaron estudios realizados con adultos en donde la historia de abuso sexual infantil se asocia con insatisfacción con el peso y la imagen corporal, además de conductas de purga y autodestrucción. Se ha encontrado mayor prevalencia en caso de mujeres bulímicas, pero ¿por qué existe mayor relación del antecedente de abuso con dicha patología? Ello, se explica realizando una asociación entre las conductas de purga ligadas a una forma de “purificarse” o “limpiarse” a sí mismas y cómo una manera de sacar sus pensamientos de sentirse “sucias”. Entre un 30% y un 70% de pacientes con algún trastorno de la conducta alimentaria ha sido víctima de abuso sexual infantil (Oppenheimer,Howells, Palmer y Chaloner, 1985). Aunque Finkelhor (1990) afirma que más de 1/3 de victimas muestran poca o nula psicopatología. De acuerdo a Finkelhor los factores que pueden intervenir potencialmente en el desarrollo del Trastorno son los efectos generados posteriores al abuso como: características ligadas a la víctima (edad, sexo, conocimiento de sexo) , características propias del evento (frecuencia, numero de eventos, tipo de abuso sexual, presencia o ausencia de violencia) y características del agresor (relación y características psicológicas del mismo) (Harrison, 1992). Briere (1992) por su parte, sugiere que las victimas intentarán retomar el control por medio de conductas compensatorias como atracones y purgas o bien a manera simbólica de “limpiarse “o un intento de autonutrirse (Brown, 1997). 26 En el 2002, el primer meta análisis sobre el tema, concluyó que en las mujeres el abuso sexual infantil se asocia a un aumento de sintomatología alimentaria; lo que dio pauta a la realización de diversas investigaciones como la de Fullerton (1995) en la que se arroja que un 29% de pacientes con trastornos alimentarios fueron víctimas de Abuso Sexual Infantil. Con lo anterior se observa que las víctimas de abuso sexual infantil (ASI) que han desarrollado algún desorden alimenticio presentan sentimientos de culpa y falta de aceptación propia, elementos que desencadenarán conductas auto lesivas como el vómito, abuso de alcohol e incluso, intentos suicidas. autores Muestra # Características muestra instrumentos Porcentaje de abuso Preti et al. (2006) 126 Mujeres 18-‐30 años Eat, bulit & bat 11.1% abuso sexual antes de 12 años y 7.2% después de 12 años de edad. Shoemaker et al. (2002) 100 Mujeres 18-‐45 años CIDI Preguntas a detalle de tipo de abuso Diagnóstico dual (bulimia y abuso sustancias): 21% Simental (1999) 52 Mujeres población genera BULIT-‐R -‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐ Tabla 7. Investigaciones que correlacionan abuso sexual infantil y sintomatología 27 2.3.1 Estudios con estudiantes universitarias Los estudios en general coinciden en señalar la existencia de una relación entre abuso sexual infantil y sintomatología alimentaria, dándose más específicamente en el diagnóstico de bulimia. Murray y Waller (2002) evaluaron un grupo de estudiantes universitarias de entre 17 y 40 años de edad, observando que la relación esta mediada por la vergüenza y en el caso de abuso intrafamiliar con más razón. Messman-‐Moore & Scheer (2005) observan una relación significativa con sintomatología alimentaria en el caso de violación ocurrida en adolescencia o adultez. autores Muestra # Característicasmuestra instrumentos Porcentaje de abuso Hund & Espelage (2005) 588 Mujeres universitarias edad promedio 20.3 años. EDI-‐2 (TCA) EAT-‐26 (TCA) CTQ (ASI) CATS(ASI) -‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐ Murray & Waller (2002) 214 Mujeres universitarias 17-‐40 años Bulimia Test 65% ASI 17.37% intrafamiliar Tabla 8. Investigaciones que correlacionan abuso sexual infantil y sintomatología en mujeres universitarias. 28 CAPÍTULO III: METODOLOGÍA 3.1 Planteamiento del problema ¿Cuál es la prevalencia de antecedentes de abuso sexual infantil en mujeres universitarias con Trastornos de la conducta alimentaria? 3.2 Objetivos Objetivo general Determinar la prevalencia de antecedentes de abuso sexual infantil en mujeres universitarias con Trastornos de la conducta alimentaria. Objetivos específicos • Comparar prevalencia de abuso sexual infantil en pacientes con bulimia, anorexia y TANE. • Investigar las características del abuso sexual en los distintos Trastornos. 3.3 Hipótesis • El abuso sexual se presenta con mayor frecuencia en pacientes bulímicas. • El tipo de abuso sexual se correlaciona con los diferentes subtipos de TCA: bulimia, anorexia y TANE. 3.4 Variables Independiente: Sintomatología TCA Dependiente: Abuso sexual infantil 29 3.5 Sujetos La muestra se compone de 71 mujeres diagnosticadas con algún Trastorno Alimentario de entre 18 y 24 años que actualmente cursan una Licenciatura y que se encuentran en tratamiento psicológico para atender su problema alimenticio. Criterios de inclusión • Sexo femenino • Entre 18-‐ 24 años • Con diagnóstico TCA Criterios de exclusión • Retraso mental • Que no aceptaran participar en el proceso 3.6 Procedimiento La muestra se recolectó de diversos escenarios con distintos especialistas en la materia, tales como la PSICT. Rosaura Torres, quienes proporcionaron información sobre el diagnóstico de los pacientes y que, de igual forma, procedieron a la aplicación del cuestionario sobre antecedentes de Abuso Sexual. 3.7 Instrumentos ü Cuestionario de antecedentes de ASI y características del mismo, haciendo referencia al tipo de agresor y de violencia empleada en su contra, entre otros. 30 BN BN AN 11 AN 8 Sin antecedentes ASI Con antecedentes ASI 17 19 TANE 13 TANE 3 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 CAPÍTULO IV: RESULTADOS Se presenta a continuación una tabla en la que se muestra el número de casos detectados en cada una de las patologías alimentarias. Gráfica 1. Tabla comparativa de casis de Bulimia, Anorexia y TANE con y sin antecedentes de ASI. Tabla 9. Cifras ASI en TCA 31 Al comparar las cifras obtenidas en la presente investigación con hallazgos de investigaciones previas, se determina un mayor porcentaje de pacientes con diagnóstico de bulimia que cuentan con antecedentes de haber sufrido algún tipo de abuso sexual durante su infancia en comparación con pacientes anoréxicas o con TANE. En contrastación con la parte teórica en la que Briere (1992) sugiere que las victimas intentarán retomar el control sobre su cuerpo por medio de conductas compensatorias como atracones y purgas o bien a manera simbólica de “limpiarse “o un intento de autonutrirse , las pacientes bulímicas que han experimentado el trauma de violencia sexual, lo exteriorizan a través de episodios de vómito autoinducido; mientras que el hecho de que exista menor prevalencia de antecedentes de Abuso Sexual Infantil (ASI) en pacientes con anorexia y TANE deja abierta la posibilidad de que existan otro tipo de factores precipitantes que van más encaminados hacia el culto a la belleza y el cuerpo, mientras que en el caso de la bulimia, las cogniciones del paciente van encaminadas hacia una repulsión hacia el propio cuerpo por el trauma vivido. Recordando el hecho de que Gómez Dupertuis (2013) considera que los desórdenes alimentarios son una manera de adaptarse a las vivencias estresantes; funcionando los atracones como medio compensatorio para reducir el reconocimiento de estados mentales cognitivos dolorosos (Quinn, 2009), dificultando el descubrimiento de emociones y su descripción, y al obtener cifras no tan significativas. 32 Para comprobar lo mencionado por Finkelhor sobre la influencia de las características del abuso en el desarrollo del Tipo de Trastorno Alimentario, se procedió al análisis del cuestionario para cruzar las variables del Diagnóstico y tipo de Abuso, expresado en la siguiente tabla: DX-‐TIPO ASI TCA AN BN TANE TOTAL FELACION 2 1 0 3 INTENTO VIOLACION 0 4 1 5 TOCAMIENTOS 4 8 2 14 VIOLACION 1 6 0 7 TOTAL 7 19 3 29 En el cruce de las variables Tipo de Abuso Sexual y Diagnóstico, se determina que mayormente en la patología bulímica es donde existen más casos de Abusos encabezados por tocamientos (42.10%), seguidos por violaciones (31.57%), intentos de violación (21.05%%) y por ultimo felaciones (5.26%). En el segundo puesto se ubican las pacientes con diagnóstico de anorexia quienes presentaron principalmente tocamientos (57.4%), seguido de felaciones con un 28.57% y conun solo caso de violación (14.28%). En el caso de TANE el 66.66% de las pacientes refieren tener experiencias de abuso relacionadas con tocamientos y solo el 33.3% con intento de violación. El 48.7% del total de pacientes con antecedentes de abuso sexual refieren haber experimentado tocamientos, mientras que el 24% sufrieron violación y el 17.24% y tan solo el 10.34% cuenta con antecedentes de felación. 33 Con lo anterior se infiere que en general, el tipo de abuso con mayor presencia para todos los diagnósticos son los tocamientos. El Perpetuador más frecuente en pacientes con AN proviene de familiares de segunda línea (42.8%), después en porcentajes iguales extrafamilares, desconocidos y familiar de primera línea (14.8%). Mientras que en el grupo de BN con un 26.3% de los casos perpetuados por un desconocido, posteriormente un familiar de segunda línea con el 15.7%, persona extrafamiliar (15.7%). En el caso de TANE el porcentaje se distribuye equitativamente (33.3%) entre extrafamiliar, familiar de primera línea y familiar de segunda línea. En general, sin importar el diagnóstico, el grupo de perpetuador más frecuente se encuentra en desconocido (20.6%), seguido por familiar de segunda línea (17.2), quedando en último sitio con el 3.4% personas ajenas a la familia. . Tipo Abusador-‐ DX Relación Abusador AN BN TANE Total general AMIGO 1 1 AMIGO FAMILIA 1 1 1 3 DESCONOCIDO 1 5 6 HERMANO 2 2 MAESTRO 1 1 PADRASTRO 1 2 1 4 PRIMO 3 1 4 TIO 3 2 5 VECINO 3 3 Total general 7 19 3 29 34 CAPÍTULO V. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Del total de la muestra de 75 pacientes, el 40.8% (29) afirmaron contar con antecedentes de abuso sexual. De ese total 7 tenía como diagnostico Anorexia (9.8%), 19 Bulimia (26.76%) y 3 TANE (4.2%. En la anorexia, el tipo de abuso más frecuente fue tocamientos (57.1%), seguido por felación (28.5%) y violación (14.2%). En el grupo de Bulimia la agresión más común fueron los tocamientos inapropiados con el 42.1, seguido por violación (35.2%) y con el 23.5% intento de violación para dejar en último lugar la felación con tan solo el 5.26%. Respecto al grupo de TANE con el 66.6% se presentaron tocamientos y con el33.3% intento de violación. Entre los tres grupo de estudios encontró que las pacientes con menor antecedentes de abuso sexual se ubicaban en el diagnóstico de TANE, seguida por el grupo de Anorexia quienes presentaron u porcentaje relativamente bajo (16.96) en relaciona al grupo de Bulimia. Lacey en 1991 describió en su estudio que del 4% al 53% de pacientes con anorexia y del 12% al 75% de pacientes con bulimia reportaron abuso sexual. Comparando los resultados obtenidos con los de investigaciones previas, en el que se obtuvo que el 40.8% de pacientes reportaron antecedentes de ASI y de ellas el 26.76% tiene diagnóstico de Bulima, se infiere que si bien no se muestran datos suficientes para determinar el antecedente de ASI como factor de desarrollo de la patología alimentaria, sí se reconocen mayores índices de prevalencia en casos de bulimia como en la mayoría de investigaciones previas. 35 En 1992, Waller, reporto que las pacientes bulímicas se atracan con mayor frecuencia cuando han sido abusadas, comparando dichos resultados con los obtenidos en la presente investigación en donde se reporta que un 85% de las pacientes con dicho diagnóstico sufren atracones; de las cuales, en su mayoría presentaban abuso sexual por parte de algún familiar de primera línea. Las experiencias de abuso sexual han sido vinculadas a una gran parte de la psicopatología, de los trastornos alimentarios, especialmente en bulimia (Calam, 1989). El asunto de si el abuso sexual es causante del desarrollo de un trastorno alimentario aún no se escalece por completo. 36 ANEXOS Cuestionario antecedentes abuso sexual 1) ¿Qué tipo de contacto tuvieron? Por favor descríbele. (Tocamientos, felaci ón, violación, intento violación) -‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐ -‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐ 2) ¿A qué edad te pasó por primera vez? 3) ¿Solo te pasó una vez? SI NO 4) Qué relación tenía esa persona contigo? (si fueron varios, puedes marcarlos todos) • Abuelo • Padre • Padrastro • Hermano • Tío • Primo • Vecino • Amigo • Compañero • Desconocido 5) ¿Qué sentimientos te generó en la adolescencia el saber que habías sido víctima de abuso sexual? • Culpabilidad • vergüenza 37 REFRENECIAS Calvi, B. (2005). Efectos psíquicos del abuso sexual en la infancia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen Humanitas. Cantón-‐Cortés, David, & Rosario Cortés, María. (2015). Consecuencias del abuso