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Factores-asociados-a-fallo-en-la-osteosntesis-de-fracturas-transtrocantericas

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE MEDICINA 
 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 THE AMERICAN BRITISH COWDRAY MEDICAL CENTER IAP 
DEPARTAMENTO DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA 
 
 
 
FACTORES ASOCIADOS A FALLO EN LA OSTEOSÍNTESIS 
DE FRACTURAS TRANSTROCANTÉRICAS 
 
 
 
 
TESIS DE POSTGRADO PARA OBTENER EL TITULO DE: 
ESPECIALISTA EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA 
 
 
PRESENTA 
 
DR. LUIS DAVID AGUILAR ALCALÁ 
 
 
 
 
TITULAR DEL CURSO: DR. JAVIER CAMACHO GALINDO 
 
ASESORES DE TESIS: DR. JAIM ATRI LEVY 
 DR. ARMANDO TORRES GOMEZ, MSc, FACS 
 DR. LUIS OCHOA OLVERA 
 
 
 
 
 
 
MÉXICO D.F. FEBRERO 2016 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. José Halabe Cherem 
Jefe de Enseñanza Centro Medico ABC 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Javier Camacho Galindo 
Profesor Titular del Curso de Ortopedia y Traumatología 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Armando Torres Gómez, MSc, FACS. 
Profesor Adjunto del Curso de Ortopedia y Traumatología 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Jaim Atri Levy Dr. Armando Torres Gómez Dr. Luis Ochoa Olvera 
Asesores de Tesis 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Luis David Aguilar Alcalá 
Autor de Tesis 
 
Agradecimientos 
 
 
A Dios por ayudarme en momentos difíciles y ayudarme a tomar las decisiones 
correctas. 
 
A mis padres Ezequiel e Isabel por apoyarme siempre, por darme la oportunidad de 
estudiar y cumplir mis metas, por su amor incondicional y por estar siempre a mi 
lado. 
 
A Iván, mi hermano, por confiar siempre en mí, por su apoyo y alegrías al llegar a 
casa. 
 
A Ana Gaby, por acompañarme durante esta etapa, por su amor y apoyo en todo 
momento, por todas las experiencias, por sus consejos, enseñanzas y orientación en 
momentos difíciles. 
 
A mi tía Mari (Q.D.E.P.), por creer en mí, por un ejemplo y lección de vida hasta sus 
últimos momentos. 
 
A mis compañeros de todos los años que se convirtieron en mi familia durante estos 
cuatro años, en especial a Fer Mas por comprenderme y apoyarme. 
 
A los jefes del curso durante mi estancia en esta residencia, por esforzarse por 
nuestro aprendizaje. 
 
A mis asesores: Jaim Atri, Armando Torres y Luis Ochoa por orientarme en esta 
tarea y por su tiempo dedicado. 
 
A mis maestros que dejaron una huella en mi formación, por su paciencia, 
enseñanzas dentro y fuera del quirófano, por las oportunidades dadas, por las 
experiencias creadas, por sus consejos y tiempo dedicado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
 
 
1. Marco teórico 1 
 Introducción 1 
 Anatomía 4 
 Clasificaciones 5 
 Tratamiento 7 
 Complicaciones 13 
 
2. Justificación 16 
 Pregunta de investigación 16 
 
3. Objetivo 17 
 Objetivo primario 17 
 Objetivo secundario 17 
 
4. Hipótesis 18 
 
5. Material y Métodos 19 
 Análisis estadístico 20 
 Consideraciones éticas 20 
 Mediciones radiográficas 21 
 
6. Resultados 22 
 
 
7. Discusión 42 
 
 
8. Conclusiones 46 
 
 
9. Bibliografía 47 
 
 
 
Índice de gráficos 
 
 
 
Figuras 
 
 
Figura 1. Índice de Singh. 3 
 
Figura 2. Grupos de sistemas trabeculares en la cadera. 5 
 
Figura 3. Clasificación de Evans. 6 
 
Figura 4. Clasificación de AO. 7 
 
Figura 5. Comparación de grupos en base clasificación de 
Evans. 27 
 
Figura 6. Comparación de grupos en base clasificación AO. 28 
 
Figura 7. Comparación entre grupos por fracturas estables 
vs inestables. 29 
 
Figura 8. Comparación del TAI entre grupos. 30 
 
Figura 9. Comparación del TAICal entre grupos. 31 
 
Figura 10. Comparación entre grupos del índice de Parker 
en AP. 32 
 
Figura 11. Comparación entre grupos del índice de Parker 
en lateral. 33 
 
Figura 12. Comparación entre grupos de la colocación del 
tornillo en AP. 34 
 
Figura 13. Comparación entre grupos de la colocación del 
tornillo en lateral. 35 
 
Figura 14. Presencia de fallo en fracturas inestables con 
DHS vs CCM. 36 
 
Figura 15. Presencia de fallo en fracturas estables con DHS 
vs CCM. 37 
 
Figura 16. Comparación de grupos entre las diferentes 
colocaciones del tronillo o hélice en AP y lateral con 
diferentes TAI e índice de Parker. 38 
 
Figura 17. Comparación entre grupos de la colocación en 
lateral del tornillo o hélice de los dos distintos métodos de 
fijación, relacionados al TAI obtenido. 39 
 
Figura 18. Imágenes de la colocación y seguimiento de un 
DHS. 40 
 
Figura 19. Controles radiográficos de seguimiento 
demostrando fallo de DHS y CCM. 41 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tablas 
 
 
Tabla 1. Características demográficas. 24 
 
Tabla 2. Mediciones radiográficas. 25 
 
Tabla 3. Comparación de métodos de fijación en fracturas 
estables vs inestables. 26 
 
Tabla 4. Desenlaces en base a estabilidad. 26 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Abreviaciones 
 
 
AP: anteroposterior. 
CCM: clavo centromedular. 
DHS: Dynamic Hip Screw. 
DHHS: Dynamic Hip Helical System. 
mm: milímetros. 
PFN: Proximal Femoral Nail. 
TAI: Tip Apex Index. 
TAICal: Tip Apex Index modificado al calcar. 
TFN: Titanium Trochanteric Fixation Nail. 
 
1 
 
Marco Teórico 
 
 
Durante los últimos 30 años la esperanza de vida en México ha ido en aumento, esto 
conlleva a una mayor incidencia de factores de morbimortalidad en la población de 
la tercera edad. Para el 2014, el INEGI reportó una esperanza de vida de 77.5 años 
para el sexo femenino y 72.1 años para el sexo masculino; se espera que para el año 
2030 sean de 79.4 y 74.6 años respectivamente. La incidencia de las fracturas de 
cadera en Estados Unidos es de 258, 000 por año y debido al incremento en la 
población en riesgo, se espera que la incidencia de las fracturas de cadera vaya en 
aumento, esperando que para el 2040 sea de 500, 000. [3, 4, 5, 6, 8, 11, 12, 15, 17, 
18] 
Las fracturas de cadera están asociadas a mayor morbimortalidad y en el sector 
público representan grandes costos, los cuales se incrementan en los casos de fallo 
de la osteosíntesis. Las fracturas transtrocantéricas representan casi la mitad de las 
fracturas del fémur proximal. La mayor incidencia se encuentra en pacientes 
mayores de 65 años y en el menor de los casos, en jóvenes por trauma de alta 
energía. Tiene una incidencia mayor en mujeres, se reporta de 2:1 hasta 8:1, 
presentando una mortalidad a un año del 14 al 50%. Se estima que posterior al 
tratamiento, más del 50% de los pacientes no son totalmente independientes o son 
incapaces de regresar a sus actividades previas, además de presentar un déficit 
muscular. [1, 6, 8, 9, 18] 
El mecanismo de lesión puede ser de forma directa por una caída o indirecta por un 
mecanismo rotacional del miembro pélvico. Se estima que un 50 a 60% de las 
fracturas son inestables, estas ocurren generalmente en pacientes de mayor edad 
con una baja densidad mineral ósea. [1, 5] 
En los pacientes mayores hay varios factores que incrementan el riesgo de 
presentar una fractura transtrocantérica, esto debido a la menor calidad ósea, 
menor masamuscular y grasa alrededor del fémur proximal, dando una menor 
superficie de dispersión de energía recibida en una contusión sobre el trocánter 
mayor. Lo anterior está ligado a una menor capacidad de respuesta frente a una 
caída, debido a desorientación, debilidad y medicamentos que disminuyen la 
capacidad de respuesta ante una caída. Se ha observado que el riesgo de caídas es 
directamente proporcional a la edad y factores de riesgo asociados en este grupo de 
edad. [2, 5] 
La evaluación de estos pacientes debe incluir una historia clínica completa, 
determinando comorbilidades asociadas y detalles del mecanismo desencadenante 
de la fractura; se debe obtener un adecuado análisis funcional para determinar la 
capacidad de marcha, dependencia y funcionalidad del paciente para poder 
establecer el tratamiento y desenlace esperado. [5] 
Durante el examen físico se deben descartar otras lesiones asociadas, el estado 
 
2 
 
neurovascular y estado de la piel de la extremidad lesionada. Los pacientes con 
fracturas transtrocantéricas se presentan con la extremidad afectada con rotación 
externa y acortamiento. [5, 8] 
Las radiografías indicadas para la valoración son: radiografías AP de pelvis y lateral 
a través de la mesa para poder establecer el patrón de fractura; se pueden realizar 
las mismas proyecciones aplicando tracción gentil y rotación interna para 
determinar de mejor forma el trazo de fractura, la reducción y alineación del mismo. 
Es posible evaluar de forma subjetiva en la cadera contralateral el grado de calidad 
ósea. Se debe sospechar una fractura patológica cuando se observan defectos óseos 
alrededor del trazo de fractura. Ante la presencia de fracturas con gran 
conminución se puede optar por realizar una tomografía axial con reconstrucción 
en tercera dimensión para un mejor abordaje. [5,11] 
La mortalidad aumenta de manera significativa cuando el tratamiento quirúrgico es 
retrasado de 48 a 72 horas. El momento ideal para el tratamiento quirúrgico es al 
realizar el diagnóstico y cualquier alteración es corregida, sin embargo no debe ser 
posterior a las 48 horas, ya que se ha observado un aumento en la mortalidad en el 
primer año postoperatorio. Es de suma importancia el inicio de trombo profilaxis 
preoperatoria en caso de retrasarse el tratamiento quirúrgico ya que el paciente 
debe permanecer inmóvil hasta iniciar la marcha posterior a la cirugía. [5, 8, 15] 
Se ha usado de forma rutinaria el uso de tracción cutánea del miembro pélvico 
afectado con 5% del peso corporal, sin embargo no ha demostrado ningún beneficio 
preoperatorio. En las guías de práctica clínica para el tratamiento de fracturas de 
cadera en ancianos, se da una recomendación moderada para evitar el uso de 
tracción cutánea. En su lugar se debe manejar reposo absoluto en cama y un 
adecuado control analgésico. [5, 15] 
En el tratamiento postoperatorio se debe administrar antibiótico de manera 
profiláctica, de preferencia una cefalosporina de primera generación, la cual deberá 
iniciar en el preoperatorio y continuarse hasta 7 días después, aunque también 
existe evidencia en que no hay beneficio de continuar la profilaxis posterior a las 48 
horas postoperatorias. La restricción del apoyo en pacientes mayores tiene efectos 
dramáticos para su movilización y actividades de la vida diaria, esto debido a 
alteraciones mentales y físicas no presentes en la población joven. Se ha observado 
que no parece existir beneficio en la restricción de apoyo en pacientes lucidos, se 
debe permitir un apoyo a tolerancia, esto debido a que aquellos pacientes con 
fracturas inestables tienden a limitar más el apoyo que los pacientes con fracturas 
estables, es por esto la gran importancia de realizar una osteosíntesis estable. Se 
debe de optar por un apoyo a tolerancia con restricción para sus actividades y 
restricción para la distancia de marcha de forma intradomiciliaria. [2, 5] 
Los desenlaces respecto a funcionalidad, se deben de basar en la capacidad de 
autosuficiencia y capacidad de marcha posterior al tratamiento. Se ha reportado que 
pacientes con capacidad de marcha extradomiciliaria previo a la lesión, hasta el 45% 
 
3 
 
recuperan su capacidad de marcha, 40% tienen una capacidad de marcha 
disminuida, 10% solo tienen capacidad de marcha intradomiciliaria y el 5% no 
tienen capacidad de marcha. [5] 
Posterior al tratamiento quirúrgico, se debe realizar una valoración enfocada a la 
presencia de osteoporosis para poder realizar un tratamiento multidisciplinario. La 
presencia de fracturas transtrocantéricas en pacientes con osteoporosis 
representan mayor reto, esto por la dificultad de obtener una osteosíntesis 
suficiente. De forma subjetiva, la osteoporosis se puede valorar previo a la 
osteosíntesis con el índice de Singh (figura 1), el cual se basa en el aspecto de las 
trabéculas en el área esponjosa del trocánter, cabeza y cuello femoral. Tiene 7 fases, 
en la que la fase 7 es un fémur normal, 6 y 5 con osteoporosis leve mostrando el 
triángulo de Ward con disminución en su contenido, 4 y 3 son indicadores de 
osteoporosis progresiva por la desaparición de trabéculas y las fases 2 y 1 es una 
osteoporosis severa, principalmente por la desaparición del haz de compresión de la 
cabeza femoral. La mayor densidad ósea se encuentra en la región donde se 
entrecruzan las trabéculas de compresión y tensión, esto es cercano al centro de la 
cabeza femoral. [5, 6, 8, 10, 15, 21] 
 
 
Figura 1. Fases del índice de Singh 
 
4 
 
Anatomía: 
La región intertrocantérica, es una zona extracapsular que está compuesta por 
trocánter mayor, trocánter menor y el hueso transicional entre el cuello femoral y la 
diáfisis a nivel del trocánter menor, esta zona de transición está formada por hueso 
trabecular denso, que incluye al calcar y es zona de inserciones musculares, lo cual 
da gran vascularidad a esta zona, dando poca susceptibilidad a osteonecrosis o no 
unión. La vascularidad de la cadera está dada principalmente por la arteria 
circunfleja femoral medial, la cual forma junto con la circunfleja femoral lateral el 
anillo arterial extracapsular, del cual nacen las arterias retinaculares y cervicales 
ascendentes para formar en anillo intracapsular subsinovial con ramas de la arteria 
del ligamento redondo. A partir del anillo arterial extracapsular y de la arteria 
circunfleja femoral lateral salen ramas hacia la región trocanterica. [1, 2, 12] 
En la zona trocantérica, cuello y cabeza femoral hay sistemas de trabeculas 
formando arcos de tensión y compresión, hay 5 grupos (figura 2): el grupo 
compresivo principal que se orienta verticalmente en la cabeza femoral, el grupo 
compresivo secundario corre en dirección del trocánter menor hacia el trocánter 
mayor, interrumpiéndose al cruzarse con el grupo de tensión principal; el grupo 
trocantérico mayor que se dispone de forma oblicua vertical en el trocánter mayor, 
el grupo de tensión principal va de la cortical lateral, por debajo del trocánter 
mayor, hacia la cortical medial de la cabeza femoral y el grupo de tensión secundario 
se orienta distal al primario, llegando hasta la región basicevical. En la zona del 
cuello femoral se forma una zona de debilidad entre los grupos compresivos y el 
grupo de tensión principal, este espacio se denomina triangulo de Ward. 
El calcar es una zona reforzada en orientación vertical en la región posteromedial de 
la diáfisis y se extiende a la pared posterior de la misma en su tercio proximal. Se 
encarga de redistribuir las cargas de la región posteromedial del cuello femoral 
hacia la región anterior y lateral de la diáfisis; de tal forma que la afección de esta 
zona en trazos de fractura, se consideraran inestables debido a que son más 
susceptibles de colapso durante cargas axiales. [1, 11, 22] 
La región subtrocantérica es aquella zona que está 5 cm distal al trocánter menor, 
generalmente es un área de alta concentración de cargas. Hay una menor 
vascularidad queen la región intertrocantérica. [11, 12] 
 
5 
 
 
Figura 2: Representación esquemática de los grupos trabeculares de tensión y compresión. 
GTM (grupo del trocánter mayor), GPT (grupo principal de tensión), GPC (grupo principal 
de compresión), GST (grupo secundario de tensión) y GSC (grupo secundario de 
compresión). W = Trígono de Ward. C Calcar, Circunferencia: limitando el núcleo de la 
cabeza femoral. [22] 
 
Clasificación: 
La mayoría de las clasificaciones usadas para esta zona tiene poca reproductibilidad 
por lo que una forma simplificada para su clasificación es valorar la estabilidad de la 
fractura, es decir, se considera estable cuando no está afectada la cortical 
posteromedial e inestable cuando esta se ve afectada o en trazos oblicuos reversos y 
extensión subtrocantérica.[1, 2, 8, 11] 
Recientemente a los trazos inestables se han agregado 2 patrones de fractura: 
fragmentación de la pared lateral y fractura a nivel del trocánter mayor. La pared 
lateral sirve de sostén para la región medial del cuello por lo que su integridad en 
fracturas transtrocantéricas provee de estabilidad rotacional y previene colapso y 
medialización de la diáfisis. [11] 
La clasificación más usada es la establecida por Evans en 1949 (figura 3). Esta se 
basa en la estabilidad del trazo de fractura y la capacidad de convertir un trazo 
inestable a una reducción estable, tomando en cuenta la restauración de la 
continuidad de la cortical posteromedial después de la reducción. También esta 
descrito el patrón oblicuo inverso, siendo inestable por el desplazamiento medial 
diafisario. [1] 
El tipo 1 tiene variantes estables e inestables; los trazos estables consisten de 2 
partes y corresponde al grupo A1 de la clasificación de AO. Los trazos inestables del 
 
6 
 
grupo 1, consisten de 3 o 4 fragmentos y el trazo e fractura se encuentra lateral y 
proximal al trocánter menor, las variantes se correlacionan al grado de 
conminución, todas corresponden al grupo A2 de la clasificación de AO. El tipo 2 de 
Evans son trazos inestables, se caracterizan por ser trazos oblicuos inversos 
intertrocantéricos y corresponden al grupo A3 de la clasificación de AO. [1, 11, 13] 
 
Figura 3. Clasificación de Evans. [8] 
La clasificación de AO (figura 4) se basa en la multifragmentación y orientación del 
trazo de fractura; el fémur proximal está representado por el número 31 y la zona 
trocantérica por la letra A. las fracturas inestables son las A2.2, A2.3 y las más 
inestables las A3 por ser un trazo oblicuo intertrocantérico. En las fracturas 
intertrocantéricas, la línea de fractura va perpendicular a la línea transtrocantérica. 
En las fracturas intertrocantéricas – subtrocantéricas, A3.2 y A3.3, hay fractura de la 
cortical lateral, distal al trocánter mayor; estas tienen el peor pronóstico con el uso 
estándar de DHS, por lo que es necesario el uso de sistemas con clavo 
centromedular. [5, 13] 
 
7 
 
 
Figura 4. Clasificación AO [5] 
Tratamiento: 
Los objetivos de tratamiento de cualquier fractura de cadera, principalmente en 
ancianos son: obtener una fijación estable, restaurar la movilidad, reincorporación a 
la marcha y recuperar la función previa con el menor índice de complicaciones 
médicas y técnicas. [1,5, 8, 11] 
El tratamiento conservador de las fracturas transtrocantéricas se reserva para 
aquellos pacientes con comorbilidades y con un alto riesgo anestésico, ya que la 
mortalidad debida al tratamiento quirúrgico generalmente es producto de 
alteraciones cardiopulmonares, tromboembolismos y sepsis. [2] 
 
 
8 
 
El tratamiento quirúrgico es el de elección, siendo el objetivo principal, mantener 
una reducción estable para una movilización temprana y permitir un apoyo a 
tolerancia durante la rehabilitación, debido a la dificultad de esta última en el grupo 
de edad de mayor prevalencia de estas fracturas. Lo indispensable para el 
tratamiento quirúrgico es comprender el patrón de fractura, elegir de forma 
adecuada el implante necesario, realizar una reducción estable y adecuada 
colocación del implante elegido. [1, 2, 8, 11] 
Se han descrito varios implantes para la estabilización de las fracturas 
transtrocantéricas perteneciendo a dos grupos: un tornillo deslizante de cadera con 
una placa lateral o aunado a un clavo centromedular. [1,2, 17] 
Actualmente el más utilizado es el DHS que cuenta con un tornillo deslizante, el cual 
va unido a una placa de distintas angulaciones, siendo las más frecuentes las de 135 
y 150 grados. [1,5, 18] 
El procedimiento con el sistema DHS se realiza con el paciente en decúbito supino 
sobre una mesa de fracturas. La pierna sana generalmente se mantiene flexionada y 
abducida para permitir la entrada del fluoroscopio y visualizar la cadera afectada. 
Otra opción es colocar los miembros pélvicos en posición de tijera, en la que ambos 
miembros pélvicos sobre la mesa, con la pierna afectada con la cadera extendida y la 
cadera sana en ligera flexión. En ambas opciones se debe colocar un poste perineal 
bien acolchonado para facilitar la tracción y reducción de la fractura, este se debe 
retirar lo antes posible para evitar el riesgo de lesión al nervio pudendo. El miembro 
pélvico afectado se asegura con una talonera para permitir la reducción mediante 
tracción del miembro pélvico, lo cual permite la corrección del desplazamiento, 
generalmente en varo y desengarzar los fragmentos de fractura; aunado a la 
tracción se realiza rotación interna y ligera abducción, esto permite mejorar la 
reducción, generalmente en trazos inestables. [1,5] 
Es importante que se obtenga una reducción lo más adecuada posible antes de 
iniciar el procedimiento quirúrgico. Durante la reducción es necesario evaluar: el 
desplazamiento de los fragmentos principales y la angulación entre el fragmento de 
la cabeza y el fragmento de la diáfisis femoral. [1,5, 6, 21] 
Lo que se ha establecido como aceptable es una angulación de 5 grados de varo y 20 
grados de valgo en el ángulo cervico diafisario y no mayor a 10 grados en la vista 
lateral, no debe de existir un desplazamiento mayor a 4 mm entre fragmentos en las 
vistas anteroposterior y lateral. Se permite una mayor angulación en valgo ya que 
disminuye las fuerzas de flexión sobre el implante y compensa el acortamiento del 
miembro pélvico posterior a la impactación de la fractura. Se deben evitar las 
rotaciones durante la fijación, principalmente en fragmentos inestables, esta se debe 
evaluar valorando la anteversión femoral observada en la proyección lateral del 
fluoroscopio y la posición de la rótula. Es importante durante la reducción y fijación, 
mantener una adecuada alineación en la proyección lateral entre la diáfisis y en 
fragmento del cuello, de ser necesario usar un separador o algún instrumento para 
 
9 
 
ascender el fragmento distal hasta realizar la fijación de la placa. [1,5, 6, 21] 
Durante la reducción, la disección medial y la elevación del periostio deben limitarse 
al máximo con el fin de disminuir el riesgo de no unión. [5] 
En aquellos casos donde se encuentre una fractura inestable se puede optar por 
reducir y fijar de forma directa el fragmento posteromedial ya sea con un tornillo o 
cerclaje. Con la intensión de alterar las fuerzas de carga transferidas entre hueso y el 
implante, se han descrito osteotomías en fracturas inestables para mejorar la 
estabilidad medial; se puede realizar una osteotomía valguizante o de medialización. 
Algunos ejemplos son la osteotomía de Dimon – Hughston, en la cual se desplaza 
medialmente la diáfisis, forzando la entrada del cuello en la diáfisis. Otro ejemplo es 
la osteotomía valguizante de Sarmiento, donde se realiza una resección en cuña 
lateral de la región proximal del fémur y se realiza una fijación estable en valgo. [1, 
5, 8] 
Para la colocación del implante, bajo visualización directa de la cortical lateral 
femoral, se inserta un clavo guía para orientar la anteversión femoral, 
posteriormente en la mismaangulación se introduce otro clavo guía sobre la cortical 
en orientación hacia la cabeza femoral, en el caso del sistema de 135 grados 
generalmente el punto de entrada es al mismo nivel del trocánter menor, al 
introducir la guía, la punta de esta debe llegar al borde de la cabeza femoral. Se 
realiza la medición y se restan 10 mm para realizar el brocado con dicha medición 
hasta el hueso subcondral, posteriormente se introduce el tornillo. La cabeza del 
tornillo de sebe colocar a un centímetro, sobre el hueso subcondral, de forma central 
o posteroinferior sobre la cabeza femoral y cuello. Se recomienda no colocar el 
tornillo en la región superior o anterosuperior de la cabeza y cuello debido a la 
debilidad del hueso en esa zona y su facilidad para el desanclaje o perforación de la 
cabeza. Se debe de optar por un barril de cabeza corta en aquellos tornillos de una 
longitud de 80 mm o menos para mejorar la capacidad de deslizamiento del sistema. 
Una vez colocado el tornillo se introduce la placa DHS y se fija al fragmento distal, de 
forma rutinaria se han usado placas de 4 orificios, sin embargo en estudios 
biomecánicos se han demostrado resultados equivalentes con una placa de 2 
orificios, se ha observado que la colocación de un tercer tornillo disminuye las 
fuerzas que actúan sobre los otros dos, sin embargo un cuarto tornillo no tiene 
significancia en la reducción de fuerzas hacia los demás. [5] 
En estudios biomecánicos se reporta que el DHS actúa como una banda de tensión 
lateral, en trazos de fractura estables, ejerciendo fuerzas sobre la cortical medial. [8] 
En casos de fracturas en pacientes con osteoporosis, con el propósito de mejorar el 
anclaje del implante en la cabeza femoral, se ideo el uso de un tornillo helicoidal en 
el llamado sistema DHHS (Dynamic Hip Helical System). En este sistema se obtiene 
mejor estabilidad rotacional y anclaje a la cabeza femoral; de igual forma se ha 
demostrado que la introducción de la hélice permite una compactación del hueso en 
el fragmento proximal al ser insertada, disminuyendo el riesgo de desanclaje. [10] 
 
10 
 
Para casos de fracturas inestables actualmente los implantes con clavos 
centromedulares son los de elección. Estos proveen soporte contra el colapso de la 
fractura y medialización del fragmento distal, principalmente en fracturas 
intertrocantéricas. En el caso de fragmentación de la pared lateral, el clavo 
centromedular actúa como prótesis de esta zona evitando un colapso excesivo. [1, 2, 
5, 10, 11] 
El sistema de clavo centromedular esta combinado con el tornillo de compresión. 
Este sistema cuenta con la ventaja teórica de tener un brazo da palanca más corto 
que el DHS, esto disminuye los esfuerzos tensiles sobre el implante, disminuyendo 
el riesgo de falla. Se cuenta con clavos centromedulares cortos, de 17 a 21 cm, y 
clavos centromedulares largos. [5, 8] 
Para colocar este sistema de fijación es similar al DHS, se posiciona al paciente en 
decúbito supino sobre una mesa de fracturas, el miembro pélvico sano se coloca de 
la misma forma y el afectado se mantiene en aducción, con el tronco lateralizado 
hacia el lado sano para exponer el trocánter mayor que es el sitio de entrada del 
calvo centromedular. Esta posición generalmente angula en varo la fractura, 
necesitando de mayor tracción para obtener una adecuada reducción, la cual es 
esencial para la colocación del clavo. [1, 5] 
Se debe introducir una guía de forma percutánea hasta localizar el trocánter mayor, 
debe introducirse sobre su punta o medial a la misma, esto mejora la reducción, 
posteriormente se introduce la guía hasta pasar el trazo de fractura, introduciéndola 
al fragmento distal. En la vista lateral, la guía debe entrar anterior a la fosa piriforme 
para que la entrada del clavo quede alineada con el cuello femoral. La guía debe de 
colocarse en el sitio descrito sin importar que el trocánter mayor sea un fragmento 
separado o el sitio de entrada está dentro de trazo de fractura. [5] 
Una vez que se confirma el sitio de entrada, adecuada reducción y colocación de la 
guía de forma biplanar en fluoroscopia, se debe de realizar rimado para la 
colocación del clavo centromedular. En caso de que el sitio de entrada este afectado 
por trazo de fractura se deberá de tener precaución al realizar el rimado del sitio de 
entrada para evitar mayor fragmentación. Se debe de corroborar adecuado rimado 
para evitar desplazamiento o fragmentación durante la introducción del clavo. [5] 
Se debe elegir de forma adecuada el diámetro y longitud de clavo centromedular a 
colocar, ya que en caso de clavos cortos, no cuentan con curvatura y su punta puede 
causar pinzamiento en la corteza endóstica anterior, facilitando la producción de 
fractura transoperatoria o postoperatoria. En casos de trazos subtrocantéricos se 
deberá optar por la colocación de clavos centromedulares largos. [5] 
Ya colocado el clavo centromedular, se coloca el tornillo hacia la cabeza femoral a 
través de las guías externas, se debe corroborar su entrada en el centro de la cabeza 
y cuello. Se puede abducir ligeramente la pierna afectada para corregir parcialmente 
el ángulo cervicodiafisario. Posterior a la colocación del tornillo de compresión, se 
 
11 
 
puede dar compresión axial, esto liberando la tracción dada al miembro afectado 
para realizar el bloqueo distal. En casos de gran conminución se deberán colocar los 
dos tornillos de bloqueo distales. [5] 
Se ha demostrado que los sistemas con clavo centromedular permite una mejor y 
temprana reincorporación a la marcha en el postoperatorio y menor acortamiento 
en pacientes con fracturas inestables. De igual forma se ha demostrado que en este 
grupo de fracturas con tratamiento con el DHS, han presentado desanclaje proximal 
o perforación del fragmento proximal durante la marcha, además de tener mayor 
tiempo quirúrgico y mayor sangrado en el transoperatorio de forma significativa 
comparados con los sistemas con clavo centromedular. [2, 17, 18] 
Se han descrito dos métodos para determinar una adecuada colocación del tornillo 
dentro de la cabeza femoral: el índice punta ápice y el método de relación de Parker. 
[19, 21] 
Baumgaertner en 1995 ideó un método para valorar la fijación y colocación del 
tornillo deslizante, esto mediante la suma de las mediciones de la distancia entre la 
punta del tornillo y el ápex de la cabeza femoral en la proyección anteroposterior y 
lateral. Este método toma en cuenta la profundidad y el sitio de colocación del 
tornillo; una mayor distancia entre la punta del tornillo y el ápex de la cabeza 
femoral, se relaciona con un mayor riesgo de falla del implante. Se deben sumar las 
dos distancias, en proyecciones anteroposterior y lateral, si al ser sumadas son 25 
mm o más, esta incrementado el riesgo de fallo. [5, 6, 8, 17, 19, 20, 21] 
El método de relación de Parker determina una posición del tornillo en superior o 
inferior en la proyección AP y anterior o posterior en la proyección lateral. El punto 
A esta considerado el borde inferior en la AP y posterior en la lateral; el punto B es 
el punto medio del tornillo y el punto C es el borde superior en la AP y anterior en la 
lateral. Las distancias AC y AB son determinadas y la posición del centro del tornillo 
en relación a la cabeza femoral se calcula por la relación AB y AC en una 
determinación del 0 al 100, siendo 0 el punto A y 100 el punto C. Parker concluyó 
en un estudio se casos fallidos posterior a la osteosíntesis, que el desanclaje fue más 
frecuente cuando el tornillo se colocó más hacia el borde superior (mayor de 40) en 
la proyección AP y posterior (menor de 40) en la proyección lateral. Se recomienda 
que la posición adecuada deba de colocarse en la porción central o inferior en la 
proyección AP y central en la proyección lateral. [19, 20, 21] 
A pesar del consenso general que el tornillo de compresión debe tener una posición 
central en la proyección lateral, hay un controversia en la posiciónideal en la 
proyección anteroposterior, si debe ser central o en el tercio inferior. Se menciona 
que la colocación ideal es en la región central tanto en la proyección anteroposterior 
como en la lateral, esto debido a que es el sitio de coalescencia de las trabéculas de 
compresión y tensión. Por eso que se debe idear medidas de predicción de 
desanclaje, una de estas medidas es una modificación del índice punta ápice, este es 
la distancia punta ápice referido al calcar. Esta modificación favorece la colocación 
 
12 
 
del tornillo deslizante en el tercio inferior; se realiza la misma medición en la 
proyección lateral, pero difiere en la proyección anteroposterior, donde se realiza 
una medición en milímetros de la punta del tornillo de compresión a la cortical 
medial de la cabeza femoral. Con el uso de este método no se ha observado 
desanclaje con una distancia menor a 20 mm. [5, 6, 8] 
En algunas series que comparan DHS contra sistemas con clavo centromedular, 
reportan que en casos con uso de clavo centromedular presentan mayor riesgo de 
fractura transoperatoria o postoperatoria y por lo tanto con mayores tasas de 
revisión. Este resultado han concluido que se debe a la falta de experiencia para la 
colocación de estos implantes o por un diseño sub óptimo de los mismos. Es por eso 
que los nuevos sistemas de clavo centromedular tienden a ser más anatómicos 
debido a que tienen mayores diámetros y sus curvaturas de adaptan mejor a la 
curvatura del fémur. [2,5] 
Según las recomendaciones de la “American Academy of Orthopaedic Surgeons” 
para las fracturas de cadera en ancianos, mencionan que las fracturas 
transtrocantéricas estables se deben de tratar con el uso de DHS o PFN y las 
fracturas inestables con PFN. [15] 
Basados en estudios y según la evidencia reportada se recomienda el uso de DHS o 
sistemas con clavo centromedular para fracturas inestables. En el caso de fracturas 
inestables de debe optar por sistemas con clavo centromedular, debido a que evitan 
de una forma más óptima el colapso medial, permiten un abordaje menos agresivo, 
dan mejor soporte biomecánico y en el postoperatorio permiten una mejor 
movilización, menores complicaciones de herida quirúrgica y una reincorporación a 
la marcha más temprana. [2, 5, 9, 10, 18] 
En estudios biomecánicos en cadáveres se ha observado que los sistemas con clavo 
centromedular dan mayor rigidez que los DHS, sin embargo clínicamente no se ha 
demostrado mayor beneficio de los mismos en trazos inversos con extensión 
subtrocantérica. Lo que se ha observado debido a que su colocación intramedular 
es más medial que las placas del DHS, tienen un brazo de palanca más corto, esto 
permite que al realizar carga durante la marcha se redistribuyan las cargas enviadas 
a la cortical medial hacia el eje femoral, disminuyendo el riesgo de colapso de la 
región posteromedial en fracturas inestables. [7, 9] 
Sommers y cols, realizaron un estudio en laboratorio en modelos y especímenes 
cadavéricos evaluando la efectividad contra migración y desanclaje de 4 implantes 
distintos: DHS y clavo gamma los cuales tienen un diseño de tornillo deslizante en 
forma de tornillo y DHHS y TFN los cuales tienen un diseño de cuchilla helicoidal. Se 
simularon fracturas inestables con conminución medial. Confirmaron posterior a 
realizar múltiples cargas en los modelos, que la osteositesis con TFN mostraron de 
forma significativa la necesidad de un mayor número de cargas cíclicas para el 
desanclaje que el resto de los modelos, concluyendo que es el implante da una 
mayor fijación en fracturas inestables con hueso osteoporótico. La mayoría de los 
 
13 
 
modelos durante su falla demostraron un colapso rotacional y con angulación en 
varo. Se observó de igual forma una diferencia en el diseño del tornillo deslizante, 
siendo de mayor resistencia las de cuchilla helicoidal (DHHS y TFN). [14] 
En los sistemas con clavo centromedular, se obtiene estabilidad rotacional proximal 
con el propio diseño del clavo sin depender de la cantidad de tornillos colocados, sin 
embargo se ha dado la hipótesis de que colocando 2 tornillos proximales, provee de 
mayor estabilidad rotacional a la cabeza femoral. En estudios biomecánicos en 
cadáveres comparando la colocación de uno o dos tornillos proximales se ha 
observado que al aplicar cargas estáticas o dinámicas, no hay significancia en el 
desplazamiento de la cabeza femoral, sin embargo se necesita de aproximadamente 
1000 N más para producir el fallo de los sistemas con 2 tornillos proximales. [7] 
El reemplazo con prótesis de cadera no se considera con un tratamiento primario 
para las fracturas transtrocantéricas, esto debido a un bajo riesgo de osteonecrosis. 
Se ha usado en aquellas fracturas multifragmentadas, antecedente de osteoartrosis, 
mala calidad ósea o en aquellos casos con pérdida de la fijación; se opta por 
implantes con reemplazo de calcar para casos de fracturas inestables que lo 
necesiten. [2, 5] 
Complicaciones: 
Las complicaciones observadas posterior al tratamiento quirúrgico se reportan con 
una incidencia de hasta el 17%, siendo las más comunes: el desplazamiento en varo 
del fragmento proximal, mal rotación, no unión y desanclaje del tornillo de 
compresión, esta siendo la más frecuente, consecuentemente la habilidad de 
predicción y prevención de que ocurra este es de gran importancia. El fenómeno de 
“cutout” o desanclaje es cuando hay proyección del tornillo deslizante 1 mm o más 
de la cabeza femoral. Otras complicaciones reportadas, aunque con menor 
frecuencia, son osteonecrosis, migración, perforación del tornillo deslizante al 
acetábulo, fatiga del implante y desanclaje de la placa o lift off. [1, 2, 10, 13, 14, 17, 
19, 20, 21] 
Los pacientes que desarrollen estas complicaciones presentaran dolor inguinal y en 
la región lateral del muslo durante la marcha, dolor para la sedestación, 
reincorporación e incapacidad para continuar con la fisioterapia y marcha. Ante 
estas complicaciones se deberán obtener controles radiográficos, donde se 
evidenciaran datos de aflojamiento, colapso o desanclaje de los implantes. [12] 
Las complicaciones vistas en el DHS, son mayores en los casos de fracturas 
inestables, principalmente si están asociadas a osteoporosis. Las fallas mecánicas de 
este sistema dan lugar a una deformidad en varo de forma progresiva, dando lugar a 
una migración y perforación de la cabeza femoral por el tornillo deslizante. [10, 18] 
El desplazamiento en varo del fragmento proximal se da debido a una falta de 
soporte posteromedial en aquellas fracturas inicialmente inestables. [1] 
 
14 
 
Se ha observado que aquellos casos con pérdida de fijación, se deben a problemas 
técnicos durante la osteosíntesis primaria, principalmente fallas de fijación o de 
reducción. El desanclaje del tornillo de compresión, también llamado fenómeno de 
“cutout”, va directamente relacionado a un índice punta ápice incrementado, 
observando no incidencia de desanclaje en aquellos casos con un índice punta ápice 
< 25 mm; se ha observado que a mayor índice punta ápice se incrementa 
exponencialmente el riesgo de cutout, siendo mayor a 60% cuando es igual o mayor 
a 45 mm. De igual forma la reducción en varo se relaciona a una mayor incidencia de 
casos de cutout. En casos de fracturas inestables se ha observado este fenómeno 
hasta en el 20% casos. Es por eso el énfasis de realizar una reducción estable, 
adecuada colocación del implante elegido para evitar una pérdida de reducción 
futura. [1, 2, 5, 6, 8, 17, 19] 
Cuando hay medialización de la diáfisis femoral mayor a un tercio de su diámetro, 
está asociado a un aumento de 7 veces el fallo en la fijación. De igual forma cuando 
hay un deslizamiento e impactación del fragmento proximal mayor a 15 mm, se 
asocia a mayor dolor postoperatorio. [8] 
Durante la marcha posterior a la osteosíntesis de fracturas multifragmentadas o 
inestables, ocurre un colapso del sitio afectado, esto altera la biomecánicaarticular 
dado por un acortamiento del miembro pélvico, alterando la relación entre la zona 
trocantérica y la cabeza femoral, comprometiendo la fuerza de los abductortes por 
alteración en su brazo de palanca, reflejándose durante la marcha y por lo tanto 
alterando los desenlaces funcionales. [9, 11] 
En casos donde se presentan las complicaciones descritas, se puede optar por una 
revisión de la osteosíntesis o conversión a hemiartroplastia o artroplastia total de 
cadera. Sin importar el método elegido se debe de descartar la presencia de 
infección y se debe de tener en cuenta la cantidad de hueso con la que se cuenta 
para restablecer la fijación o para el apoyo de los componentes protésicos y la 
calidad de vida y pronostico funcional del paciente. [1, 5, 12] 
Las complicaciones médicas que se presentan con mayor frecuencia posterior a la 
fijación son: infarto agudo al miocardio, neumonía e infecciones de vías urinarias. 
Asociado a esto se reportan tasas de mortalidad de 20 a 25% dentro del primer año, 
apoyando esto se han descrito los siguientes predictores de mortalidad: 1) edad 
mayor de 85 años, 2) dependencia para el desarrollo de actividades de la vida diaria, 
3) ASA 3 o 4, 4) desarrollo de complicaciones postoperatorias y desnutrición, 
determinado por un nivel bajo de albumina o una cuenta baja de linfocitos. 5% de 
las muertes reportadas se dan dentro de la estancia intrahospitalaria. [5] 
En el resumen de la guía de práctica clínica para el manejo de fracturas de cadera en 
ancianos se hace énfasis en minimizar el riesgo de aparición de delirium para poder 
obtener adecuados desenlaces funcionales. Esta complicación se puede evitar 
realizando un adecuado control analgésico pre y postoperatorio, principalmente un 
control analgésico regional, evitar el uso de narcóticos, realizar el tratamiento 
 
15 
 
quirúrgico lo más pronto posible para poder permitir una movilización temprana, 
adecuado aporte nutricional, adecuada fisioterapia postoperatoria y manejo de 
alteraciones asociadas. [15] 
Según el algoritmo establecido por Palm y colaboradores para el tratamiento de 
fracturas de cadera en 2012, se realizó de manera estandarizada, a pesar de falta de 
evidencia nivel I, fijación con DHS para todas las fracturas transtrocantéricas 
estables y con clavo centromedular para todas las fracturas inestables. Se encontró 
de manera significativa una reducción en el índice de reoperaciones, principalmente 
en el grupo de fracturas inestables que previamente se trataban con DHS, esto 
disminuyendo en aproximadamente un 9% y en fracturas estables únicamente un 
3%. [16] 
La incidencia de no unión se reporta del 1 al 2% de los casos y la osteonecrosis de 
fragmento proximal es poco probable por la alta vascularidad de zona 
intertrocantérica. La mayoría de los casos de no unión se deben a fracturas 
inestables, lo anterior debido a la pérdida de soporte medial o en casos con pérdida 
de reducción. [1, 5] 
La “American Academy of Orthopaedic Surgeons” menciona que hay evidencia 
fuerte, según las recomendaciones para el tratamiento de fracturas en ancianos, de 
no realizar transfusiones en pacientes asintomáticos que tengan un nivel de 
hemoglobina > 8 g/dl. [15] 
Como se había mencionado previamente, es de gran importancia la profilaxis con 
antibióticos, se han reportado tazas de infección del 1 a 15% en varias series, 
disminuyendo con el uso de antibiótico, la mayoría de las infecciones reportadas son 
superficiales, los casos de afección articular representan complicaciones 
devastadoras, por la necesidad de desbridamiento, retiro del material de 
osteosíntesis, manejo antibiótico por mayor tiempo y la pérdida de función del 
paciente, dando camino a complicaciones médicas ya mencionadas. [5] 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
Justificación. 
 
Las fracturas de cadera están asociadas a mayor morbimortalidad y en el sector 
público representan grandes costos, los cuales se incrementan en los casos de fallo 
posterior a la osteosíntesis. 
 
Se ha demostrado que los sistemas con clavo centromedular permite una mejor y 
temprana reincorporación a la marcha en el postoperatorio y menor acortamiento 
en pacientes con fracturas inestables. De igual forma se ha demostrado que en este 
grupo de fracturas con tratamiento con DHS, han presentado desanclaje proximal o 
perforación del fragmento proximal durante la marcha, además de tener mayor 
tiempo quirúrgico y mayor sangrado en el transoperatorio de forma significativa 
comparados con los sistemas con clavo centromedular. 
 
La presencia de las complicaciones asociadas a una mala elección de los implantes o 
una inadecuada colocación de los mismos tiene un impacto directo en los desenlaces 
funcionales, calidad y pronóstico de vida. 
 
Es de suma importancia establecer y reconocer cuales son los factores técnicos que 
predicen el fallo de la osteosíntesis para poder evitarlos y realizar un tratamiento 
estandarizado de acuerdo al tipo de fractura y así disminuir los riesgos de 
reintervenciones, complicaciones y mortalidad a corto plazo de los pacientes. 
 
Pregunta de investigación: 
¿Cuál es la asociación entre la falla de la osteosíntesis de fracturas 
transtrocantéricas y los siguientes factores: mala reducción de la fractura, 
inestabilidad, índice punta ápice mayor a 25 mm, distancia punta ápice modificada 
al calcar mayor a 20 mm, reducción en varo, índice de Parker > 40 en AP y < 40 en 
lateral, una inadecuada colocación del tornillo o hélice del implante y fracturas 
transoperatorias; en pacientes mayores de 50 años tratados en este centro médico 
durante el periodo de Enero del 2009 a Diciembre del 2014? 
 
 
 
 
 
 
 
17 
 
Objetivos. 
Objetivo Primario: 
Evaluar la asociación entre la falla de la osteosíntesis de fracturas transtrocantéricas 
y los siguientes factores: mala reducción de la fractura, inestabilidad, índice punta 
ápice mayor a 25 mm, distancia punta ápice modificada al calcar mayor a 20 mm, 
reducción en varo, índice de Parker > 40 en AP y < 40 en lateral, una inadecuada 
colocación del tornillo o hélice del implante y fracturas transoperatorias; en 
pacientes mayores de 50 años tratados en este centro médico durante el periodo de 
Enero del 2009 a Diciembre del 2014. 
Objetivos Secundarios: 
Describir en esta cohorte de pacientes: 
1. Características de las fracturas. 
2. Clasificación AO. 
3. Clasificación de Evans. 
4. Método de fijación. 
5. Tasa de fracturas transoperatorias. 
6. Mediciones radiográficas postoperatorias. 
7. Tasa de fallo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18 
 
Hipótesis 
Los factores (mala reducción de la fractura, inestabilidad, índice punta ápice mayor 
a 25 mm, distancia punta ápice modificada al calcar mayor a 20 mm, reducción en 
varo, índice de Parker > 40 en AP y < 40 en lateral, una inadecuada colocación del 
tornillo o hélice del implante y fracturas transoperatorias) están asociados a falla de 
osteosíntesis de fracturas transtrocantéricas en pacientes mayores de 50 años 
tratados en este centro médico durante el periodo de Enero del 2009 a Diciembre 
del 2014. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19 
 
Material y métodos. 
 
Realizamos un diseño de casos y controles anidado en una cohorte de pacientes con 
fracturas transtrocantéricas, donde los casos son los pacientes que han presentado 
“falla”, según definido en este protocolo. Y considerando una proporción 1:2, se 
buscará controles emparejados en cuanto a edad, sexo, lado de fractura. En el grupo 
control se incluyeron los pacientes que fueron sometidos a osteosíntesis de 
fracturas transtrocantéricas y no presentaron fallo o desanclaje. 
 
Hicimos una búsqueda de pacientes de este centro médico con diagnóstico de 
fractura transtrocantérica, en base a CIE-09 de Enero del 2009 a Diciembre del 
2014, de acuerdo a los siguientes criterios de selección: 
 
1. Inclusión: Pacientes de ambos sexos, mayores a 50 años, operadosen este 
Centro Médico para el tratamiento de fracturas transtrocantéricas estables e 
inestables con DHS, DHHS o clavo centromedular; con un seguimiento 
mínimo de 6 meses; con expediente clínico y radiográfico completo. 
 
2. Exclusión: Fracturas inestables con trazo de fractura intertrocantérico de 
acuerdo a la clasificación de AO 31 A3, fracturas en terreno patológico y 
reintervenciones. 
 
3. Eliminación: No aplicó para los objetivos de este estudio. 
 
En el sistema CIE-09 de este Centro Médico identificamos un total de 176 pacientes 
con diagnóstico de fractura transtrocantérica tratados con osteosíntesis durante el 
periodo de tiempo especificado. De éstos, 91 cumplieron los criterios de selección. 
 
Los diagnósticos y clasificaciones (AO y Evans) asentados en las notas clínicas se 
corroboraron con el expediente radiográfico. 
 
Evaluamos las radiografías postoperatorias evaluando la reducción, colocación del 
implante, TAI, TAICal, índice de Parker, colocación del tornillo o hélice del implante 
en proyecciones AP y lateral y la presencia fracturas transoperatorias. 
 
Se obtuvo del archivo de expediente clínico electrónico la medida del tornillo 
deslizante usando, esto para ajustar las variaciones en dimensiones en el archivo 
radiográfico electrónico y obtener una medición adecuada. 
 
El seguimiento de los pacientes se hizo a 6 meses para valorar complicaciones y fallo 
de osteosíntesis asociada a las valoraciones radiográficas evaluadas en el 
postoperatorio inmediato. 
 
 
 
 
 
20 
 
Análisis estadístico: 
 
El tamaño de muestra se calculó considerando la tasa de fallo reportada en la 
literatura de 17%, fijando el nivel de significancia de p a dos colas de 0.05. En esta 
fórmula, el poder estadístico se sustituye por la precisión buscada; buscando una 
precisión (en proporción de 1) de 0.15 se obtiene un tamaño de muestra de 25 
casos. Este diseño considera una proporción 1:2, lo que representa 50 controles. 
 
Los datos se capturaron en una hoja de cálculo de Excel V2013. Las variables 
continuas se sometieron a pruebas de normalidad (Kolmogorov-Smirnov), las 
variables con distribución paramétrica se reportaran como media (DS), las no 
paramétricas como mediana (Rango Inter-Cuartil -RIC, mínimo – máximo). Las 
variables categóricas se presentan como frecuencias absolutas y relativas. La 
comparación entre variables continuas con distribución paramétrica se hizo con una 
prueba t de Student. Para variables no-paramétricas se usó una prueba de U de 
Mann-Whitney. La asociación entre variables categóricas se reporta como razón de 
momios. La prueba de hipótesis se realizó con una Chi al cuadrado. Un valor de p a 
dos colas ≤ 0.05 se consideró como significativo. El análisis se hizo con el programa 
estadístico SPSS V16.0 y R (V3.1.0: A language and environment for statistical 
computing. R Foundation for Statistical Computing, Vienna, Austria, 2014) y el 
paquete Rcmdr (V2.0-4). 
 
Consideraciones éticas. 
 
En todo momento se respetará la confidencialidad de los sujetos incluidos en esta 
investigación, la cual se realizó bajo la aprobación de comités. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21 
 
Mediciones Radiográficas. 
 
La medición de las variables radiográficas se realizó con base a lo descrito en la 
literatura. 
 
 El fenómeno de cut-out o desanclaje es cuando hay proyección del tornillo 
deslizante 1 mm o más de la cabeza femoral, se definirá fallo de la 
osteosíntesis cuando hay cut-out o ante la presencia de pérdida de reducción 
postoperatoria. 
 
 El tip ápex index se medirá en milímetros según el método ya descrito por 
Baumaertner. 
 
 El tip apex index modificado al calcar (TAICal) se medirá en milímetros según 
el método ya descrito por Kashigar y colaboradores. 
 
 Se definió que una fractura no tiene una adecuada reducción cuando tenga 
una angulación mayor a 5 grados en varo, 20 grados en valgo, mayor a 10 
grados en la vista lateral y un desplazamiento mayor a 4 milímetros entre 
fragmentos. 
 
 El índice de Parker se determinara del 1 al 100 según el método descrito por 
Parker. 
 
 Se determinara la posición del tornillo o hélice en la cabeza femoral en 
proyección AP como inferior, central y superior y en lateral como anterior, 
central y posterior. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22 
 
Resultados 
 
Se incluyeron dentro del grupo 1 aquellos pacientes que presentaron fallo durante 
el seguimiento, este representado por 27 pacientes y en el grupo 2, los que no 
presentaron fallo, con 64 pacientes. Ambos grupos fueron homogéneos respecto a 
las características de la población (tabla 1), observando dentro del grupo 1 mayor 
prevalencia de pacientes con fracturas inestables, correspondiendo a la clasificación 
de Evans IC con 11 pacientes comparado con el grupo 2 con mayor número de casos 
de fracturas estables, Evans IA y IB con 20 y 29 pacientes respectivamente (p= 
<0.001), según la clasificación AO 31 A2.2 y A2.3 con 11 y 7 pacientes en el grupo 1 
y AO 31 A1.1 con 19 pacientes en el grupo 2 (p= 0.001) (Figuras 5 y 6). Se observó 
una mayor tendencia al fallo en patrones inestables con un total de 18 pacientes en 
el grupo 1 correspondiendo al 66.7% (p= <0.001) (Figura 7). 
 
Se realizaron las mediciones radiográficas correspondientes para obtener las 
características de la fijación (tabla 2). De forma inicial se describió la calidad de 
reducción como adecuada e inadecuada, encontrado determinante una reducción 
adecuada para un buen desenlace (p <0.001). Para el TAI postoperatorio (Figura 8) 
se obtuvieron en el grupo 1 valores de 13.7 a 45 mm, con una media de 28.167 
(intervalo de confianza del 95%: 25.8 a 32.515) y en el grupo 2 valores de 11 a 31.2 
mm con una media de 19.6 (intervalo de confianza del 95%: 18.455 a 20.815). Se 
encontraron 18 pacientes (66.7%) dentro del grupo 1 y 4 pacientes (6.2%) en el 
grupo 2 con un TAI > 25 mm (p <0.001). Dentro del grupo 1 se encontraron valores 
del TAICal (Figura 9) de 19 a 50 mm con una media de 33.611 (intervalo de 
confianza del 95%: 30.337 a 36.885) y en el grupo 2 se encontraron valores de 13 a 
35 mm con una media de 21.903 (intervalo de confianza del 95%: 20.708 a 23.098). 
Se midió un TAICal > 20 mm en 26 pacientes (96.3%) en el grupo 1 y 39 pacientes 
(60.9%) en el grupo 2 (p <0.001). 
 
El índice de Parker en anteroposterior (Figura 10) en el grupo 1 tuvo una media de 
53.741 (40 a 68) contra 45.292 (23 a 59) del grupo 2 (p <0.001). Esto se puede 
comparar con la posición del tornillo en anteroposterior, la cual se observó con 22 
casos en posición central y 5 en el tercio superior en el grupo 1 contra 51 casos en 
posición central y 13 en el tercio inferior en el grupo 2 (p <0.001). Esto nos muestra 
una tendencia para la colocación del tornillo en el tercio medio y superior para que 
durante el desenlace se presente desanclaje del tornillo o pérdida de reducción 
(Figura 12). Esta tendencia no se observó que tuviera una diferencia significativa (p 
0.738) en la proyección lateral (Figura 11) donde el índice de Parker tuvo una media 
de 47 en el grupo 1 y 46 en el grupo 2, esto se representa en la colocación del 
tornillo en posición central con 15 casos en el grupo 1 y 56 en el grupo 2 (p 0.493) 
(Figura 13). La presencia de fracturas transoperatorias en este estudio no se 
demostró que afectara el desenlace (p 0.086). 
 
La fijación de fracturas inestables con CCM (tabla 3) (Figura 14) demostró tener 
menores casos de fallo que aquellas tratadas con DHS (p 0.025); al igual que la 
pérdida de reducción y desanclaje (tabla 4), los cuales fueron estadísticamente 
 
23 
 
significativos en el grupo 1 (p <0.001). Las fracturas estables que fueron tratadas 
con DHS tuvieron 9 casos de fallo y aquellas en las que se usó CCM no presentaron 
fallo (Figura 15). De los 27 pacientes que presentaron fallo (grupo 1), únicamente se 
observó en 14 la presencia de desanclaje y en los 13 restantes hubo pérdida de 
reducción sindesanclaje del tornillo. 
 
En la figura 16 se observa que la colocación del tornillo o hélice central en la 
proyección lateral, e inferior en la proyección anteroposterior, con un TAI menor a 
25 mm y un índice de Parker (anteroposterior) menor de 40 no se presentaron 
fallos. En la colocación central tanto en lateral como en anteroposterior, se observa 
tener menores fallos cuando el TAI es menor de 30mm, sin embargo se encuentran 
también fallos a pesar de obtener la mismas medidas de TAI, lo cual se observa en la 
mayoría de los casos ser dependiente de un índice de Parker (anteroposterior) 
mayor a 50. 
 
Las complicaciones observadas en este estudio fueron desanclaje, pérdida de 
reducción, desplazamiento en varo y erosión del acetábulo por el tornillo deslizante. 
De la población inicial (176 pacientes), podemos reportar una incidencia 
aproximada de complicaciones del 15%, la cual aumenta a 29% con los pacientes 
incluidos en los grupos 1 y 2. 
 
En la figura 17 se realiza una comparación entre los grupos 1 y 2 de la colocación en 
la proyección lateral del tornillo o hélice de los 2 métodos de fijación (DHS y CCM), 
relacionados al TAI postquirúrgico. Se observa que realizando una colocación del 
tornillo o hélice, central o posterior con un TAI menor o igual a 20 mm y 25 mm en 
anterior no se presentó fallo de la osteosíntesis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
Tabla I. Características demográficas 
 
Característica 
Grupo 1 (Fallo) 
n=27 
Grupo 2 (no-Fallo) 
n=64 
p* 
Edad 79.89 (10.20) 81.03 (9.270) 0.604 
Sexo 
 Femenino 19 (70.4%) 41 (64.1%) 
0.562 
 Masculino 8 (29.6%) 23 (35.9%) 
Lado 
 Izquierdo 17 (37%) 37 (57.8%) 
0.648 
 Derecho 10 (63%) 27 (42.2%) 
Clasificación de Evans 
 IA 0 (0%) 20 (31.2%) 
<0.001 
 IB 9 (33.3%) 29 (45.3%) 
 IC 11 (40.7%) 12 (18.8%) 
 ID 7 (25.9%) 3 (4.7%) 
Clasificación AO 
 31 A1.1 0 (0%) 19 (29.7%) 
0.001 
 31 A1.2 5 (18.5%) 11 (17.2%) 
 31 A1.3 2 (7.4%) 3 (4.7%) 
 31 A2.1 2 (7.4%) 15 (23.4%) 
 31 A2.2 11 (40.7%) 13 (20.3%) 
 31 A2.3 7 (25.9%) 3 (4.7%) 
Estabilidad 
 Estable 9 (33.3%) 47 (73.4%) 
<0.001 
 Inestable 18 (66.7%) 17 (26.6%) 
Método de Fijación 
 DHS 20 (74.1%) 50 (78.1%) 
0.675 
 CCM 7 (25.9%) 14 (21.9%) 
Valores Expresados en Media (DS); Frecuencia absoluta (%). * Prueba t de Student, Chi al cuadrado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
25 
 
Tabla 2. Mediciones Radiográficas 
 
Característica 
Grupo 1 
(Fallo) 
n=27 
Grupo 2 
(no-Fallo) 
n=64 
Diferencia 
(Medias, RM) p* 
Calidad de reducción 
 Inadecuada 6 (22.2%) 0 (0%) - 
<0.001 
 Adecuada 21 (77.8%) 64 (100%) 
TAI (mm) 29.1 (8.4) 19.6 (4.7) 9.532 (6.769–12.295) <0.001 
TAI 
 > 25 mm 18 (66.7%) 4 (6.2%) 
30 (8.256–109.006) <0.001 
 ≤ 25 mm 9 (33.3%) 60 (93.8%) 
TAICal (mm) 33.6 (8.2) 21.9 (4.7) 11.708 (8.965-14.452) <0.001 
TAICal 
 > 20 mm 26 (96.3%) 39 (60.9%) 
16.667 (2.125-130.695) <0.001 
 ≤ 20 mm 1 (3.7%) 25 (39.1%) 
Índice de Parker AP 53.7 (8.39) 45.2 (8.72) 8.448 (4.513-12.385) <0.001 
Índice de Parker Lateral 47.37 (18.33) 46.07 (12.4) 1.295 (-5.267-7.864) 0.738 
Reducción en varo 5 (18.5%) 0 (0%) - 0.002 
Posición del tornillo AP 
 Inferior 0 (0%) 13 (20.3%) - 
<0.001 Central 22 (81.5%) 51 (79.7%) - 
 Superior 5 (18.5%) 0 (0%) - 
Posición del tornillo 
lateral 
 
 Anterior 5 (18.5%) 4 (6.2%) - 
0.493 Central 15 (55.6%) 56 (87.5%) - 
 Posterior 7 (25.9%) 4 (6.2%) - 
Fracturas transoperatorias 2 (7.4%) 0 (0%) - 0.086 
Valores Expresados en Media (DS); Frecuencia absoluta (%); IC95%. * Prueba t de Student, Chi al 
cuadrado / exacta de Fisher. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26 
 
 
 
 
 
Tabla 3. Comparación de métodos de fijación en fracturas estables vs inestables. 
 
Estabilidad Fijación 
Grupo 1 (Fallo) 
n=27 
Grupo 2 (no-Fallo) 
n=64 
p* 
Inestables DHS 11 (40.7%) 4 (6.2%) 
0.025 
CCM 7 (25.9%) 13 (20.3%) 
Estables DHS 9 (33.3%) 46 (71.8%) 
0.839 
CCM 0 (0%) 1 (1.5%) 
Frecuencia absoluta (%). * Chi al cuadrado 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla 4. Desenlaces en base a estabilidad. 
 
Característica Grupo 1 (Fallo) 
n=27 
Grupo 2(no-Fallo) 
N=64 
p* 
Desanclaje 
 Inestables 10 (37%) 0 (0%) <0.001 
 Estables 4 (16.6%) 0 (0%) <0.001 
Perdida de reducción 
 Inestables 18 (66.6%) 0 (0%) <0.001 
 Estables 9 (33.3%) 0 (0%) <0.001 
Frecuencia absoluta (%). * Prueba exacta de Fisher. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 5. Comparación de grupos 1 y 2 en base patrones de fractura según la 
calcificación Evans. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
28 
 
 
 
 
 
Figura 6. Comparación de grupos 1 y 2 en base patrones de fractura según la 
clasificación de AO. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p 0.001 
 
29 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 7. Comparación de grupos 1 y 2 en base a patrones estables e inestables. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
30 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 8. Comparación del TAI postoperatorio obtenido entre grupos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
31 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 9. Comparación del TAICal postoperatorio obtenido entre grupos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
32 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 10. Comparación entre grupos del índice de Parker en la proyección 
anteroposterior. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
33 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 11. Comparación entre grupos del índice de Parker en la proyección lateral. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p 0.738 
 
34 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 12. Comparación entre grupos de la colocación del tornillo en 
anteroposterior. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p < 0.001 
 
35 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 13. Comparación entre grupos de la colocación del tornillo en lateral. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p 0.493 
 
36 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 14. Presencia de fallo en fracturas inestables con los distintos tipos de 
fijación (DHS vs CCM) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p 0.025 
 
37 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 15. Presencia de fallo en fracturas estables con los distintos tipos de fijación 
(DHS vs CCM) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
p 0.839 p 0.839 
p 0.839 
 
38 
 
 
 
 
 
 
Figura 16. Comparación de grupos entre las diferentes colocaciones del tornillo o 
hélice en anteroposterior y lateral a diferentes TAI e índice de Parker. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
iparker_ap
ta
i_
p
q
x
10
20
30
40
30 40 50 60 70
Inferior
Anterior
Central
Anterior
30 40 50 60 70
Superior
Anterior
Inferior
Central
Central
Central
10
20
30
40
Superior
Central
10
20
30
40
Inferior
Posterior
30 40 50 60 70
Central
Posterior
Superior
Posterior
Fallo
No fallo
 
39 
 
 
 
 
Figura 17. Comparación entre grupos, de la colocación en lateral del tornillo o hélice 
de los distintos métodos de fijación, relacionados al TAI postquirúrgico obtenido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
40 
 
 
 
 
Figura 18. Se ejemplifica un caso de una fractura transtrocanterica Evans IB, AO 31 
A2.1 con imágenes fluoroscópicas de la colocación de DHS con un TAI: 11 mm y 
TAICal: 14 mm, índice de Parker AP 42 y lateral 49; observando una adecuada 
colocación del tornillo. Y el control observando sin desanclaje o pérdida de 
reducción. 
 
 
41 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 19. Controles radiográficos de seguimiento demostrando el fallo y desanclaje 
en el caso de osteosíntesis con CCM y DHS. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
42 
 
Discusión 
 
El principal objetivo del tratamiento de las fracturas transtrocantéricas, es obtener 
una osteosíntesis estable. Como se ha mencionado por “American Academy of 
Orthopaedic Surgeons” y se presenta en este estudio, esto puede ser obtenido 
mediante un sistema de CCM, idealmente para los trazos inestables y con un DHS o 
CCM, para los trazos estables. La estabilidad obtenida, será el principalindicador 
del tipo de rehabilitación y apoyo que le permitiremos realizar a nuestros pacientes; 
de igual forma con los factores asociados a la osteosíntesis, presentados en esta 
investigación, podremos predecir el riesgo de fallo de la misma. Lo anterior, estará 
relacionado directamente a la capacidad de recuperación de marcha y 
reincorporación a las actividades que realizaban los pacientes previo a la lesión; 
teniendo un impacto directo en la morbimortalidad. 
 
Coincidimos con el algoritmo establecido por Palm y Cols, para el tratamiento de 
estas fracturas, se debe estandarizar en un futuro el uso de implantes con CCM en 
fracturas inestables, esto para disminuir la incidencia de complicaciones en este tipo 
de trazos. En nuestro estudio encontramos 38% de fracturas inestables en 
comparación con hasta el 60% reportado en la literatura. 
 
Las complicaciones reportadas en la literatura se reportan hasta del 17%; en este 
estudio se encontraron 27 pacientes con fallo, esto representando un 29% de la 
población incluida en este estudio, disminuyendo a 15% de la población inicial total 
con diagnóstico de fracturas trastrocanterícas en el periodo de tiempo analizado. 
Las principales complicaciones encontradas en este estudio son las mismas 
reportadas en la literatura, siendo las principales desanclaje y pérdida de la 
reducción. 
 
De forma inicial es de gran importancia realizar un adecuado análisis del patrón de 
fractura, esto para determinar la presencia de inestabilidad y realizar una adecuada 
clasificación en base a Evans o AO como se realizó en este estudió. El compromiso de 
la cortical posteromedial se debe determinar en el preoperatorio, esto mediante una 
adecuada valoración radiográfica, idealmente se debe realizar una tracción gentil en 
el miembro pélvico afectado u otros estudios de imagen complementarios como la 
tomografía axial computarizada. Un adecuado diagnóstico, nos dará la pauta para 
una adecuada elección el implante. Como se analizó en este estudio, los trazos de 
fractura inestables, correspondiendo a la clasificación de Evans IC y ID y a la 
clasificación AO 31 A2.2 y A2.3, tienden a fallar más que los trazos estables; en este 
estudio, en el grupo de fallo, el 66.7% correspondió a trazos de fractura inestables. 
 
Una mala reducción durante la cirugía, será determinante para el pronóstico de fallo 
de la osteosíntesis. Encontramos que en todos los casos donde se realizó una 
reducción inadecuada (22.2 % del grupo 1) o una reducción en varo (18.5% del 
grupo 1) presentaron fallo. 
 
 
43 
 
Debido a los factores mecánicos expuestos previamente, la fijación de los trazos de 
fractura inestables se debe realizar con CCM, en este estudio se reportaron menores 
casos de fallo tratados con CCM que con DHS, 25.9% contra 40.7% respectivamente 
(grupo 1). Se reportaron en grupo 2, trazos inestables tratados con CCM y DHS, 
siendo mayor el éxito con el CCM con 20.3% de casos. 
 
El éxito de la colocación de los sistemas de fijación va relacionado directamente con 
los factores mecánicos del implante y la adecuada colocación del mismo. La 
adecuada elección de la longitud de la hoja espiral o del tornillo deslizante, junto con 
una adecuada colocación de la misma en la proyección AP y lateral, determinará un 
TAI y un TAICal óptimos para evitar el fallo de la osteosíntesis. Como lo describió 
Baumgaertner, el TAI obtenido es una de los principales factores asociados para 
determinar el éxito o fallo de la osteosíntesis. Como se ha descrito y se observó en 
este estudio, lo ideal es obtener un TAI menor o igual a 25 mm, encontrándolo en el 
93.8% de los casos del grupo 2, con una media de 19.6 mm. Esto es favorecido por 
la colocación central del tronillo o hélice tanto en la proyección lateral como en la 
anteroposterior. 
 
La medición del TAICal, como lo mostró Kashigar y cols, estará favorecida por una 
colocación inferior del tornillo o hélice en la proyección AP y central en la 
proyección lateral, cuando la medición esta variable es menor o igual a 20 mm no se 
produce fallo. En este estudio se encontraron casos en los que se realizó una 
colocación central tanto en lateral como en anteroposterior con un TAICal menor o 
igual a 20 mm, de igual forma sin encontrar fallo. 
 
Se realizó una regresión logística multivariable (figura 16) donde se encontraron 
dos posiciones donde no se encontraron fallos o menores casos de fallo que en el 
resto de la colocación del tornillo o hélice. Con la posición central en la proyección 
lateral, e inferior en la proyección anteroposterior no encontramos fallo; con la 
colocación central tanto en lateral como en anteroposterior se encontraron pocos 
casos de fallo. Por lo tanto estas posiciones son las que se deben de buscar en la 
fijación de fracturas transtrocantéricas. 
 
Como consenso se ha establecido que la colocación del tornillo en anteroposterior 
debe ser central o inferior para evitar fallo, sin embargo en la posición lateral se han 
mostrado distintas opiniones, algunas favoreciendo la colocación anterior y otras la 
colocación posterior, Parker recomienda la colocación central. El índice de Parker 
da la relación de la colocación del tornillo. Encontramos que la colocación en la 
proyección AP tuvo significancia estadística (p <0.001), con valores de 23 a 59 en el 
grupo 2, mostrando una tendencia a la colocación inferior y central; la colocación en 
la proyección lateral no mostro una significancia estadística (p 0.738) con valores 
similares en ambos grupos. 
 
En este estudio (figura 17) observamos que realizando una colocación del tornillo o 
hélice, central o posterior con un TAI menor o igual a 20 mm y menor a 25 mm en 
anterior no se presentó fallo de la osteosíntesis. En el grupo 1, la colocación 
 
44 
 
superior mostro siempre fallo durante el seguimiento, la colocación central mostro 
menos casos comparados con el grupo 2; en la proyección lateral, la colocación 
anterior y posterior dieron como resultado un TAI más elevado (>30 mm); la 
colocación central presento fallo cuando se correlaciono a un TAI elevado debido a 
la elección de un tornillo o hélice de menor longitud. La posición central en la 
proyección lateral como en la anteroposterior, 87.5% y 79.7% respectivamente, 
aunado a TAI adecuado, fue la posición donde se observó mayores casos de no fallo. 
 
En la figura 18 se ejemplifica un caso de una fractura transtrocantérica Evans IB, AO 
31 A2.1 fijada con DHS, observando una adecuada reducción y colocación del 
tornillo deslizante, obteniendo como resultado un TAI de 11 mm y TAICal de 14 mm. 
Como se ha descrito, esta posición central no mostro pérdida de la reducción o 
desanclaje durante el seguimiento. 
 
Respecto a la fijación del DHS con placas largas, Lindskog y Baumaertner 
demostraron que la colocación de un cuarto tornillo no tiene significancia en la 
reducción de fuerzas, dando como opción la colocación de placas de 2 o 3 orificios. 
Sin ser objetivo de este estudio, se observó durante el análisis radiográfico, placas 
DHS de 2 a 6 orificios, sin afectar las características de la fijación y sin observar 
desanclaje de la placa. 
 
En la fijación de CCM, Kubiac y cols compararon la fijación con uno o dos tornillos 
proximales, concluyendo que no hay significancia en el desplazamiento de la cabeza 
femoral con uno o dos tonillos. 
 
Sommers y Cols compararon la efectividad de 4 implantes distintos en fracturas 
inestables contra migración y desanclaje: sistemas con tornillo y sistemas con 
cuchilla helicoidal. Concluyeron que el TFN, que cuenta con cuchilla helicoidal, da 
una mayor fijación en fracturas inestables con hueso osteoporótico. 
 
Como se ha publicado previamente, los casos de fallo se debieron principalmente a 
problemas técnicos durante la osteosíntesis, afectando los factores ya descritos, o a 
una mala elección del implante en el caso de fracturas inestables. En la figura 19 se 
muestran imágenes radiográficas de seguimientosde casos de osteosíntesis de 
fracturas transtrocantéricas, mostrando fallo con el uso de CCM y DHS, el último 
con desanclaje, perdida de reducción y con erosión del acetábulo. 
 
La importancia de obtener una adecuada colocación del implante, va relacionado 
directamente a la estabilidad postoperatoria obtenida, esto para permitir un apoyo a 
tolerancia del miembro pélvico afectado, debido a la dificultad que presenta la 
población mayor, que es la principalmente afectada, para la marcha con auxiliar de 
la marcha, sin apoyo de la extremidad afectada. Como mencionan Kaplan y 
Lindskog, en lugar de la restricción total del apoyo, se debe de optar por un apoyo a 
tolerancia con restricción para sus actividades y restricción para la distancia de 
marcha de forma intradomiciliaria. 
 
 
45 
 
Las principales limitantes de este estudio son debido a ser un estudio retrospectivo, 
no se lograron obtener los controles radiográficos de la población inicial, ya sea en 
el control radiográfico o fluoroscópico inmediato o durante el seguimiento. Como 
resultado, se incluyeron 91 pacientes de los 176 registrados en el CIE-09 con 
diagnóstico de fractura transtrocantérica con tratamiento mediante osteosíntesis. 
Esto se atribuye a que algunos pacientes se toman los controles radiográficos en 
instituciones ajenas a este Centro Médico, lo cual se evitaría realizando un estudio 
prospectivo, llevando un control estricto de los pacientes y realizando las 
mediciones radiográficas al momento del seguimiento. Otra de las limitaciones fue 
que en la nota operatoria consultada en el expediente médico electrónico, no se 
registró la longitud de tronillo o hélice utilizada en dicho procedimiento, impidiendo 
la medición de las variables, debido a que no se pudo realizar el ajuste de 
dimensiones a lo observado en las imágenes radiográficas. Se recomendaría en 
estudios futuros, con diseño prospectivo, añadir a los factores asociados para 
determinar el fallo de la osteosíntesis, la medición de la densidad mineral ósea para 
determinar la asociación a osteoporosis. 
 
No se recibió, ni se recibirá ningún beneficio relacionado con las compañías 
fabricantes de los métodos de fijación incluidos en este estudio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
46 
 
Conclusiones 
 
Los resultados obtenidos en este estudio, demuestran que la estabilidad inicial es un 
factor determinante para el tratamiento por lo que se recomienda realizar la fijación 
con CCM en todos los casos de fracturas transtrocantéricas inestables para 
disminuir la tasa de fallo. La reducción inicial obtenida, previo a la osteosíntesis, 
será determinante para la progresión a un colapso en varo, facilitando en desanclaje. 
Se confirma la validez de un TAI > 25 mm, como uno de los principales predictores 
de fallo, encontrando que esta medición es resultado de una adecuada colocación y 
selección en cuanto a longitud del tornillo o hélice usados para la fijación; por lo que 
siempre se deberá respetar este límite en la colocación de un DHS o CCM, para 
disminuir el índice de fallo y por lo tanto de reoperaciones. Se apoya el uso del 
TAICal >20 mm como factor asociado para fallo, por lo tanto, la colocación del 
implante en el tercio inferior, donde se observó no estar asociado a fallo. Respecto a 
la colocación en la proyección lateral, se recomienda la colocación central, ya que la 
colocación anterior o posterior mostraron mayores casos de fallo que de no fallo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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	Portada
	Índice
	Marco Teórico
	Justificación
	Objetivos
	Hipótesis
	Material y Métodos
	Resultados
	Discusión
	Conclusiones
	Bibliografía

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