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resumen Levi-Strauss 1963

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CLASE 8. CHAMANISMO Y MAGIA. LA TEORIA DE LÉVIS-STRAUSS,  LA ETNOGRAFÍA DE ATKINSON | Levi-Strauss, C. 1963 ‘El hechicero y su magia’ y ‘La eficacia simbólica’. In Antropología Estructural.
Capítulo 9
Mecanismos psicofisiológicos mediante el cual se causa la muerte por conjuración o sortilegio: el individuo consciente de ser maldecido, es a la vez convencido por las actitudes de parientes y amigos, quienes comienzan a evadirlo pues se le considera fuente de peligro, igualmente comienzan a celebrarse en su honor ritos sagrados que lo conducirán al reino de las sombras. Brutalmente separado de todos sus lazos sociales y excluido de todas las funciones y actividades por medio de las cuales tomaba conciencia de sí mismo. La integridad física no resiste a la disolución de la personalidad social. Cannon ha mostrado que el miedo y la rabia son acompañados de intensa actividad en el sistema nervioso simpático. En circunstancias anormales donde no se encuentra una respuesta instintiva que permita la resolución de estas emociones, el sistema se desorganiza, se desencadena en solo unas horas una disminución en el volumen sanguíneo y caída de presión, lo que genera daños irreparables en los órganos circulatorios, se desarrolla el rechazo de agua y alimento por angustia extrema, esto precipita a la muerte. Se ha comprobado la eficacia de la magia en varios estudios, pero así mismo, la necesidad de creer en esta para que sea efectiva.
La creencia se presenta en tres aspectos: a) La creencia del hechicero en la eficacia de sus técnicas. b) La creencia del enfermo al que cuida o de la víctima que persigue en el poder del hechicero mismo c) Confianza y exigencias de la opinión colectiva. 
Se presenta el caso de un chamán entre los Nambikwara, donde dos grupos se habían unido y uno había entregado a su chaman y otro al jefe local. Un día el chamán desaparece y todos lo buscan desesperadamente, hasta que lo encuentran y él explica que fue llevado por un trueno y alejado del grupo (situación que sonaba poco creíble para algunos y creían que el chamán había ido a buscar aliados) esto llevo a poner en duda la buena fe y a la eficacia del hechicero. A partir de esto propone que la plausibilidad de las acusaciones de miden dependiendo de las experiencias -subjetivas- que logran volverse objetivas cuando se involucran en la cultura de un grupo.
Luego presenta el caso de los Zuñi en nuevo México, en el cual una niña al tocar las manos de un joven cae enferme y lo acusan de brujería, la brujería era castigada así que el joven inventa una historia de que su familia y antepasados son hechiceros así que debe curar a la niña, la niña se cura pero los “jueces” le exigen más pruebas de su poder de hechicero, pruebas que él logra cumplir, hasta que el grupo reconoce sus poderes sobrenaturales él debe aceptar el “crimen”.
Finalmente rescata elementos de la autobiografía indígena recogido en lengua kwakiutl( Canadá) por Fran Boas. Un chamán llamado Quesalid, no creía en el poder de los brujos, así que decidió iniciar en este ámbito, aprende las técnicas de los brujos, posteriormente logra fama y respeto de otros que se habían llamar también “brujos”. 
La “psicología del chamán” se forma de dos polos: la experiencia íntima de este, y el consenso colectivo. En los tres casos narrados, lo que se exige es demostrar la causa de la patología, no refutar el que esta exista o no, para así comprobar que su origen es por poderes mágicos. A diferencia de la explicación científica, no se trata, pues, de referir ciertos estados confusos y no organizados, emociones o representaciones, a una causa objetiva, sino de, articularlos bajo forma de totalidad o de sistema; y el sistema es válido precisamente en la medida en que permite la precipitación o la coalescencia de estos estados difusos.
Capitulo 10
Se narra los labores del chamán ayudando a una mujer en un parto dificultoso. La comunidad de los cuna toma la narrativa del chamán luchando contra el espíritu Mu no como una mitología, sino que en el trabajo de parto este está realmente ingresando a la vagina y útero de la mujer para “luchar” con el espíritu. El mundo uterino está poblado de monstruos fantásticos y animales feroces, que son los dolores mismos personificados. El canto tiene por objetivo principal describírselos a la enferma, nombrárselos, presentárselos de una forma que pueda ser aprehendido consciente o inconscientemente. El chamán va haciéndole “visible” lo que pasa dentro de su cuerpo, lo que él está confrontando, y va invocando refuerzos para lograr el difícil descenso (del bebé).
Similar a lo que vimos en antropología del lenguaje sobre los cantos chamánicos cuna, Levi-Strauss habla de que la eficacia de ellos, más allá de su validez en cuanto “cierto” o “real” sea lo que se está cantando, yace en que para los participantes su eficacia es real. La cura consiste en volver pensable una situación dada inicialmente en términos puramente afectivos, y hacer aceptables para el espíritu los dolores que el cuerpo se rehúsa a tolerar.
Pero la enferma, al comprender, hace algo más que resignarse: se cura. Y sin embargo nada semejante se produce en nuestros enfermos, cuando se les ha explicado la causa de sus desórdenes invocando secreciones, microbios o virus. Se nos acusará de emplear una paradoja, si respondemos que la razón estriba en que los microbios existen y que los monstruos no existen. Pero la relación entre microbio y enfermedad es exterior al espíritu del paciente, es de causa a efecto, mientras que la relación entre monstruo y enfermedad es interior a su espíritu, consciente o inconsciente: es una relación de símbolo a cosa simbolizada o, para emplear el vocabulario de los lingüistas, de significante a significado. El chamán proporciona a la enferma un lenguaje en el cual se pueden expresar inmediatamente estados informulados e informulables de otro modo. Y es el paso a esta expresión verbal (que permite, al mismo tiempo, vivir bajo una forma ordenada e inteligible una experiencia actual que, sin ello, sería anárquica e inefable) lo que provoca el desbloqueo del proceso fisiológico, es decir la reorganización, en un sentido favorable, de la secuencia cuyo desarrollo sufre la enferma.
Se puede comparar el método del chamán con terapéuticas derivadas del psicoanálisis. La perturbación psicopatológica solamente es accesible al lenguaje de los símbolos. Se han obtenido resultados en cura de esquizofrenia, considerada incurable, los cuales dan cuenta de la relación entre psicoanálisis y chamanismo. Sechehaye (psicoanalista) ha comprendido que el discurso, por simbólico que pueda ser, chocaba todavía con la barrera de lo consciente, y que sólo por medio de actos podía ella llegar a los complejos demasiado profundos. Para resolver un complejo de destete, la psicoanalista debe entonces asumir una posición materna realizada, no por una reproducción literal de la conducta correspondiente, sino a fuerza de actos discontinuos, si cabe decirlo así, cada uno de los cuales simboliza un elemento fundamental de esta situación: por ejemplo, el contacto de la mejilla de la enferma con el seno de la psicoanalista. La carga simbólica de tales actos les permite constituir un lenguaje: en realidad, el médico dialoga con su paciente no mediante la palabra, sino mediante operaciones concretas, verdaderos ritos que atraviesan la pantalla de la conciencia sin encontrar obstáculo, para aportar directamente su mensaje al inconsciente.
Si consideramos que el psicoanálisis igualmente se forma como la mitología en las comunidades que lo practican, la forma mítica –más allá del contenido mismo del relato- se está poniendo en utilización una lógica que genera su eficacia análoga a los cantos cuna.

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