Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA División de Estudios Profesionales La aplicación del Test Gestáltico Visomotor Bender en personas con síndrome de Down TESIS Que para obtener el título en: Licenciada en Psicología Presenta: Navil Ashanty Hernández Munguía Director: Dr. Octavio César García González Revisora: Dra. Itzel Galán López Sinodales: Dra. Irma Zaldívar Martínez Dra. Natalia Arias Trejo Dr. Ángel Eugenio Tovar Y Romo Ciudad Universitaria, Cd. Mx., Mayo 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIAS A Iván por su apoyo, a mi hija Sinaí que es mi inspiración y fuerza, a mi madre por ser un ejemplo de lucha, a mis amigas y amigos que formaron parte de este viaje, gracias. Este trabajo fue desarrollado en el Laboratorio de Neurobiología del Síndrome de Down de la Facultad de Psicología de la UNAM; con un apoyo del proyecto PAPIIT-IN304817 “El papel de la trombospondina-1 (TSP-1) en la plasticidad neuronal asociada al síndrome de Down”. AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional Autónoma de México por la oportunidad de vivir la mejor etapa de mi vida y a la cual amo desde los siete años de edad, es un orgullo pertenecerle. Al Laboratorio de Neurobiología del Síndrome de Down, que desde el primer momento me recibieron y apoyaron. A las instituciones que me permitieron realizar las evaluaciones necesarias, “COPADEMA, Centros Ocupacionales para Deficientes Mentales Adultos”, “Fundación Arte Down México, A.C.”, “Integración Down, I. A. P.” y “Fundación CTDUCA, I. A. P.”; gracias por la colaboración. A los padres de familia por su tiempo e interés, especialmente a los participantes que llenaron de sonrisa y entusiasmo cada día de evaluación y de los cuales he aprendido tanto, agradezco la oportunidad que me dieron de conocerlos y poder trabajar a su lado. A la Lic. Paola Díaz por su interés y apoyo en cada momento de la evaluación. Ala Dra. Itzél Galán, por sus valiosas aportaciones y disposición de ayuda en todo momento. Al Dr. Octavio César García González por su tiempo, profesionalismo, respeto y por enseñarme a observar cuando no sabía hacerlo, es para mí un gran ejemplo de trabajo, determinación y uno de los pilares más importantes de la investigación nacional en síndrome de Down. ABREVIATURAS CI, Coeficiente Intelectual DI, Discapacidad Intelectual EC, Edad Cronológica EM, Edad Madurativa SD, Síndrome de Down TGVB, Test Gestáltico Visomotor Bender CONTENIDO Página RESUMEN ........................................................................................................................................ I INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................... 1 CAPÍTULO I. Generalidades del síndrome de Down y Epidemiología ........................................................... 3 Neuropsicología del síndrome de Down .................................................................................... 7 Aplicación de pruebas neuropsicológicas en el síndrome de Down .......................................... 9 CAPÍTULO II. Test Gestáltico Visomotor Bender ............................................................................................ 12 CAPÍTULO III. Justificación ................................................................................................................................. 17 Pregunta de investigación ........................................................................................................... 18 Objetivo General ......................................................................................................................... 18 Objetivos específicos .................................................................................................................. 18 Hipótesis ...................................................................................................................................... 19 Metodología ................................................................................................................................ 19 Muestra ....................................................................................................................................... 21 Procedimiento e instrumento ..................................................................................................... 21 Análisis estadístico ...................................................................................................................... 24 CAPÍTULO IV. Resultados .................................................................................................................................... 25 CAPÍTULO V. Discusión ...................................................................................................................................... 34 CAPÍTULO VI. Conclusiones ................................................................................................................................. 38 Limitaciones y sugerencias ........................................................................................................... 39 ANEXO I ............................................................................................................................................. 40 REFERENCIAS ..................................................................................................................................... 42 I Resumen El síndrome de Down (SD) o trisomía 21, es una de las alteraciones cromosomales más estudiadas en el ser humano. Aunque los mecanismos genéticos han sido identificados, el fenotipo cognitivo en esta población no se conoce totalmente. El Test Gestáltico Visomotor Bender (TGVB), es una herramienta utilizada comúnmente para evaluar la Edad Madurativa (EM), el desempeño visomotor y algunos aspectos de percepción visual, coordinación motora y memoria espacial. Sin embargo, el uso del TGVB en personas con SD, no ha sido totalmente estudiado. En este trabajo se exploró la viabilidad de su aplicación en una muestra de personas con SD. Se evaluó a 30 personas con SD, de las cuales 8 quedaron fuera por criterios de inclusión, permaneciendo para el análisis 11 mujeres y 11 hombres con un rango de edad de 4-42 años de edad y una mediana de Me=24 (12.0). La aplicación del TGVB presentó una taza de respuesta del 78.5% de la muestra. La EM observada fue de 4 a 8 años de edad y no se encontró diferencia entre mujeres y hombres, mujeres, EM de 4.7 a 8.0 años; Me=5.04 (0.96); hombres, EM de 4.9 a 8.1 años; Me=5.20 (0.71), mostrando que laEM no corresponde con la Edad Cronológica (EC). Los resultados no mostraron una relación entre la EC y el Puntaje del TGVB cuando se analizó por género. Adicionalmente, un análisis cualitativo de la copia de las figuras del TGVB demostró que los errores más comunes correspondientes al protocolo de calificación Bender – Koppitz, fueron: distorsión de la forma e integración con una diferencia por género. Estos resultados en su conjunto sugieren que aunque las personas con SD presentan fallas en las funciones visoespaciales y visomotoras, pueden mantener una serie de habilidades como la capacidad de comprender, destreza, pensamiento lógico. Este trabajo nos permite proponer el uso del TGVB, como una herramienta adicional para explorar ciertas capacidades cognitivas de las personas con SD. Palabras clave: Síndrome de Down, Test gestáltico Visomotor Bender, Edad Madurativa, Edad cronológica, Disfunción Intelectual. I "Un científico en su laboratorio no es sólo un técnico: es también un niño colocado ante fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas." Marie Curie 1 Introducción El síndrome de Down (SD), es la alteración genética que se expresa con mayor frecuencia en la población humana, y la principal causa genética de discapacidad intelectual (DI). El SD es originado por la presencia total o parcial de un cromosoma extra en el par 21, por lo que también recibe el nombre de Trisomía 21 (Antonarakis, 2017). En México esta alteración genética muestra una prevalencia de 3.7 casos por cada 10,000 nacimientos (Navarrete et al., 2013; Sierra-Romero, et al., 2014). Las personas con SD muestran características fenotípicas específicas y cada persona puede presentar una, varias o todas las particularidades como son: lengua grande y redonda en la punta, con fisuras e hipertrofia papilar; nariz ancha y triangular con puente nasal aplanado, hipotonía muscular, cuello corto y ancho, alteraciones congénitas del corazón y del tracto gastrointestinal, entre otras (Roizen y Patterson, 2003). Como parte de la DI que es característica en las personas con SD, se pueden presentar problemas de atención, memoria y lenguaje entre otros, con diferente severidad, sugiriendo diversos fenotipos cognitivos asociados al síndrome (Silverman, 2007). Adicionalmente algunos individuos pueden presentar comorbilidad durante y después de la niñez con algunas alteraciones neurológicas y psiquiátricas como epilepsia o enfermedad de Alzheimer (Lott y Dierssen, 2010), generando diversos cambios conductuales a lo largo de la vida del individuo, los cuales podrían variar en expresión dependiendo del tipo de evaluación que se aplique en esta población, lamentablemente no existe una prueba que nos permita conocer de manera específica las características cognitivas de las personas con SD, por lo que es necesario seguir adaptando y evaluando pruebas neuropsicológicas para dicha población. 2 El Test Gestáltico Visomotor Bender (TGVB), es una de las herramientas más utilizadas en la práctica de la psicología clínica (Piotrowski, 1995). En términos generales el TGVB permite evaluar la relación próxima entre el desempeño visomotor y funciones tales como la memoria espacial, percepción visual, coordinación motora y capacidad de lenguaje, entre otros (Brannigan y Decler, 2006). Adicionalmente, el TGVB permite caracterizar el nivel de maduración expresado en años. El TGVB ha demostrado su eficacia para distinguir una variedad de condiciones que incluyen, lesiones cerebrales, problemas de aprendizaje, desórdenes del desarrollo y trastornos de la personalidad. Sin embargo, el uso del TGVB en personas que tienen SD no ha sido explorado, por lo que el objetivo de esta tesis es conocer la viabilidad que tiene la aplicación del TGVB en una muestra de 30 personas con SD de 4-42 años de edad. 3 CAPÍTULO I Generalidades en el Síndrome de Down y Epidemiología El SD es la alteración genética que se expresa con mayor frecuencia en la población humana (Antonarakis, 2017). A nivel mundial se considera que presenta una prevalencia de entre 1/650 y 1/1000 nacimientos vivos (Stoll, et. al., 1998; Bittles, et. al., 2007). En México esta alteración genética muestra una prevalencia de 3.7/10,000 nacimientos (Navarrete, et. al., 2013; Sierra- Romero et. al., 2014), mientras que en Estados Unidos de América se observa una incidencia de 13.5/10,000 nacimientos (Parker, et. al., 2010). Las discrepancias entre la prevalencia del SD al nacimiento podría variar entre los países debido a factores culturales, origen étnico, creencias religiosas y nivel socioeconómico de las madres. En algunos países se ha observado un incremento en la incidencia de SD (Melve, et. al., 2008; Métneki y Czeizel, 2005; Takeuchi, et. al., 2008; Parker, et. al., 2010), a pesar de la creciente importancia de detección prenatal e interrupción selectiva del embarazo. En cuanto a expectativa de vida de las personas con SD era de 9 a 12 años de edad, gracias al desarrollo tecnológico y los avances médicos en materia de salud, las personas con SD tienen una expectativa de vida de 60 años, generando nuevos retos médicos y sociales para esta población (Bittles y Glasson, 2004; Sierra-Romero. et. al., 2014). El SD es causado principalmente por una trisomía regular, la cual ocurre por una separación errónea de los cromosomas durante la división celular meiótica, particularmente en el par cromosomal 21, razón por la cual también se le conoce como Trisomía 21 (Figura 1), la cual es 4 resultado de una no disyunción ocurrida después de la formación del cigoto, (Antonarakis, 2017). Sin embargo, existen otros mecanismos como la traslocación y el mosaicismo, que pueden generar la trisomía pero en una menor proporción, dando como resultado final 47 cromosomas en lugar de 46 cromosomas que tendría un individuo con desarrollo normal. Figura 1. Cariotipo de una persona con síndrome de Down. La imagen muestra los pares cromosomales. En el par cromosomal 21 se observa un cromosoma adicional (trisomía 21) (Recuperada de http://www.diagnus.com/pacientes/boletines/sindrome_down). Aunque no se conoce el mecanismo específico por el cual se genera la trisomía, se considera que la edad materna puede ser un factor de riesgo importante (Figura 2). Particularmente a partir de los 35 años de edad se incrementa la incidencia de SD en diversos países incluido México (Morris, et. al., 2002; Montoya, et. al., 2008; Bittles y Glasson, 2004; Sierra-Romero, et. al., 2014). 5 Figura 2. Relación entre la edad materna y la tasa de incidencia de SD en México (Tomado de Sierra-Romero, et.al., 2014). La personas con SD muestran un fenotipo muy variable, se han descrito más de 100 rasgos que se expresan con diferente frecuencia e intensidad y cada persona puede presentar una, varias o todas las particularidades, entre los que destacan, braquicefalia, trastornos oculares (hipermetropía, miopía, astigmatismo y estrabismo), anormalidades en los ojos; problemas de audición (hipoacusia), raíz nasal deprimida, cuello corto y ancho, piel excesiva en la nuca, ojos pequeños, cavidad bucal reducida, lengua protuberante, hipotonía muscular, alteraciones congénitas del corazón y del tracto gastrointestinal, entre otros (Roizen y Patterson, 2003). Los individuos con SD tienen un elevado riesgo para desarrollar otros problemas de salud, como enfermedad de Alzheimer temprana, problemas neurológicos, enfermedades infecciosas, desórdenes tiroideos, colitis ulcerosa, enfermedad celiaca, diabetes, mellitus tipo 1 y leucemia, entre otros (Lott y Dierssen, 2010; Raut, et. al., 2011; Mezei, et. al., 2014). Sin embargo, la DI es considerada como una característica común en todos los individuoscon SD la cual prevalece 6 independientemente de los otros fenotipos. La DI observada en el SD podría estar asociada a los déficits en los procesos cognitivos que se han descrito en esta población (Silverman, 2007). 7 Neuropsicología del síndrome de Down La investigación neuropsicológica ha permitido conocer habilidades y deficiencias cognitivas entre sujetos con DI de diferente etiología (Vicari, 2006). En el SD la DI es una de las principales características del síndrome que permanece independientemente de su origen genético. La DI es una condición que limita el desarrollo con inicio de la niñez, caracterizada por un funcionamiento intelectual generalmente bajo y una incapacidad para adquirir habilidades que permitan ejecutar tareas requeridas para las actividades normales, ejercidas en un contexto cotidiano y de la vida diaria, limitando a las personas como individuos independientes (Pope y Tarlov, 1991). En la práctica clínica se considera una DI cuando el Coeficiente Intelectual (CI), es menor a 70. En general la gran mayoría de los individuos con SD tienen un CI menor a 70 puntos, y pueden ir de una DI de moderada a severa (Vicari, 2006). En los últimos años diversos autores han descrito características cognitivas de individuos con SD, en las que se han encontrado principalmente, déficits en habilidades de lenguaje (como es en la fonología y en la profundidad del vocabulario), alteraciones en la discriminación visual, discriminación auditiva, problemas de atención (visual, auditiva y sostenida), falta de concentración, afecciones en la memoria verbal de corto y largo plazo (episódica y semántica), memoria de trabajo y aprendizaje lento, sin embargo, también se ha reportado que las personas con SD pueden presentar ciertas fortalezas en la memoria visoespacial a corto plazo, memoria de largo plazo implícita o procedimental, aprendizaje asociativo y habilidades perceptivas, manipulativas y motrices, entre otras (Silverman, 2007). En todos los casos estudiados se han encontrado una gran variabilidad de rasgos que pueden contribuir directamente en el grado de DI (Edgin, 2013). 8 Las alteraciones cognitivas en el SD podrían estar asociadas a diversas cambios que se producen durante el desarrollo del sistema nervioso central afectando la macro y micro anatomía cerebral, la formación de redes neuronales, el procesamiento de la información y la plasticidad del cerebro (Dierssen, 2012). Por ejemplo, los cerebros de recién nacidos con SD presentan un menor número de sinapsis que pueden contribuir a una reducción en la conectividad cerebral funcional (Al-Janabi, et. al., 2016). Las afecciones en la memoria verbal a corto plazo y la memoria explícita a largo plazo, podrían estas asociadas a una reducción de los volúmenes en las regiones frontal, temporal y del cerebelo; mientras que las fortalezas en la memoria viso-espacial a corto plazo y la memoria implícita a largo plazo, podrían relacionarse a una relativa preservación de áreas subcorticales (núcleos lenticulares), así como un mantenimiento de la materia gris en corteza parietal y occipital (Vicari, 2006). 9 Aplicaciones de pruebas neuropsicológicas en el síndrome de Down La evaluación neuropsicológica es un método de diagnóstico que nos brinda información sobre el funcionamiento de diferentes áreas del cerebro de una persona a través de la medición de sus capacidades cognitivas. La aplicación de pruebas neuropsicológicas permite conocer si existen anomalías relacionadas con la memoria, atención, lenguaje, percepción, coordinación, organización, razonamiento y personalidad. Estas anormalidades pueden ser neurológicas, psicológicas o genéticas como sucede en el SD. Los resultados generados por las pruebas permiten conocer situaciones específicas de cada persona, por lo que algunas capacidades pueden estudiarse con mayor detalle que otras. El desempeño de un paciente en las pruebas neuropsicológicas puede servir para planificar tratamientos, tomando como base las habilidades para compensar las debilidades, proponer objetivos de trabajo y estrategias de intervención. La aplicación de diversas baterías neuropsicológicas en el SD ha permitido describir fortalezas y debilidades cognitivas en ciertas habilidades en esta población, sin embargo, en la mayoría de los casos, los individuos con SD solo comprenden las instrucciones de algunas subpruebas y la resolución de estas es parcial. Entre las pruebas que se han aplicado a la población con SD destacan: Batería Cognitiva Arizona, es un conjunto de evaluaciones neuropsicológicas fundamentalmente no verbales que se relacionan con las funciones prefrontales, hipocampales y cerebelosas. Es una herramienta útil para la evaluación de la capacidad cognitiva y la conducta de forma general. Sus resultados suelen ser utilizados en el contexto de un ensayo clínico. Sin 10 embargo, se requiere su estandarización en otras poblaciones con SD ya que solo se ha aplicado en los Estados Unidos (Edgin, et. al., 2010). Escala de Inteligencia de Terman-Merrill, es una prueba con alto contenido lingüístico que permite obtener un CI hasta con niveles muy bajos de capacidad y proporciona una puntuación de edad mental. Dado que la demanda de lenguaje es alta, la población con SD puntúan con mayor deficiencia (García, et. al, 2010). Batería ECODI, batería de evaluación cognitiva para personas con DI que permite una planeación en la intervención psicopedagógica efectiva, así como la evolución de las habilidades cognitivas. La Batería-ECODI es un test diseñado para la evaluación de las funciones cognitivas superiores de niños con SD en edad escolar (6-12 años). Las Escalas de Inteligencia de Wechsler - WPPSI (escala verbal, escala no verbal y pensamiento lógico). Proporciona una puntuación de CI verbal y CI no verbal por lo que puede ser utilizado en personas con bajo nivel lingüístico, sin embargo, algunos resultados sugieren que el desarrollo en la ejecución de las escalas mantiene un ritmo de desempeño lento en los individuos con SD, ya que se necesitan recursos que están estrictamente vinculados a la inteligencia (Lanfranchi, et. al., 2009). Matrices progresivas (RAVEN), utiliza material gráfico (matrices) y no precisa de expresión verbal, es de gran utilidad ya que solo requiere que la persona comprenda una instrucción sencilla y señale la respuesta correcta. Es utilizada en la población de SD como una medida indirecta de CI (Andreou, et. al., 2002; Goharpey, et. al., 2013). El TONI-3 permite la estimación del funcionamiento intelectual mediante la evaluación de la capacidad para resolver problemas abstractos de tipo gráfico, eliminando la influencia del lenguaje y de la habilidad motriz (Pacanaro, et. al,. 2008) 11 Lamentablemente, la mayoría de las pruebas aplicadas a personas con SD aún requieren afinar los instrumentos de evaluación así como los sistemas de medición y muchas veces no distingue daños en comparación con poblaciones de desarrollo típico o individuos con discapacidad intelectual de diferente etiología (Edgin, 2013); por lo que es necesario seguir explorando pruebas neuropsicológicas que puedan ser utilizadas en personas con SD, dado es el caso de nuestra investigación ya que propone el uso del TGVB en personas con SD, por su accesibilidad a la prueba, ágil aplicación y ya que proporciona características visomotoras, podría favorecer la exploración cognitiva de las personas con SD. 12 CAPÍTULO II Test Gestáltico Visomotor Bender (TGVB) El TGVB fue construido por Laureta Bender en 1938, basada en los principios de la teoría Gestalt (Brannigan y Decker 2006). La teoría Gestalt surgea principios de 1900 en Alemania a partir principalmente de los trabajos de Kurt Koffka, Wolfgang Kohler y Max Wertheimer donde se plantea estudiar por primera vez el problema de la agrupación perceptual (Desolneux, et. al., 2003; Heredia, et.al. 2011). Se trata de una escena visual donde a través figuras, se sugiere una “Función Gestáltica”, es decir, una función en el organismo que responde a dichos estímulos, reorganizándolos de acuerdo con las condiciones biológicas y constitutivas del individuo. La teoría sugiere que los puntos que mantienen un espacio igual entre sí, no se agrupan en unidades de percepción más grandes, excepto como una línea uniforme y que cuando se altera el espacio entre puntos adyacentes, de manera que algunos puntos se encuentren más cerca que otros, los puntos más cercanos se agrupan juntos. El factor de la distancia relativa se conoce como proximidad. Adicionalmente la similitud de estímulos como el color, tamaño, orientación, elementos que incluyan asimetría, paralelismo y continuidad como líneas y curvas, tienden a ser asociados en su conjunto como formas de agrupación (Elder, et. al., 2012). La investigación sobre la percepción y la organización de los estímulos llevó a formular los llamados “Principios de la Gestalt” o “Leyes de la Percepción”, con base en la proximidad, similitud, dirección e inclusividad de un estímulo dado (Heredia, et. al. 2011). Dicha percepción promueve la agrupación del estímulo visual, mediada por un mecanismo especializado ubicado en el lóbulo parietal el cual realiza una percepción global Gestalt (Bartels, et. al., 2016). 13 El TGVB se basa en dos elementos fundamentales: 1) la coordinación visomotora, definida como la capacidad de percibir el mundo que los rodea, actuar o reaccionar con movimientos, mediante la asociación de vista-mano (viso-motor), y 2) una Gestalt, definida como la función del organismo integrado por la cual éste responde a los estímulos dados como un todo, un patrón (Milicic y Berdicewski, 1979; Varela, 2012). Estos dos elementos constituyen los fundamentos del TGVB los cuales se apoyan en los principios de la Gestalt: Parte y Todo. El todo es más que la suma de sus partes. Proximidad. Los elementos próximos entre sí en tiempo o espacio tienden a percibirse juntos. Similitud. Se perciben como parte de una misma forma aquellos elementos parecidos entre sí. Dirección. La dirección de las líneas se continúa fluidamente. Cierre. Tendencia a percibir una forma de la mejor manera posible. La figura mejor percibida es la más estable. (Heredia, et. al., 2012). 14 El TGVB permite evaluar la relación próxima entre el desempeño visomotor y funciones tales como la memoria espacial, percepción visual, coordinación motora y capacidad de lenguaje, entre otras (Brannigan y Decker, 2006), arroja datos cualitativos sobre capacidad de organización y planificación y puede detectar la presencia de rasgos psicopatológicos, psiquiátricos, neurológicos y orgánicos (Heredia, et. al. 2011), ha sido utilizado en niños, para conocer, o tener indicadores del desarrollo de la inteligencia infantil, madurez perceptiva, discapacidad mental, afasia, psicosis, demencia, episodios de confusión y problemas de aprendizaje (McCarthy, et al., 2002; Brannigan y Decker, 2006; Decker, et al., 2011). En adultos permite detectar lesiones cerebrales y dificultades perceptuales o visomotoras (Cintra, et. al., 2013). En México se encuentra en la lista de las 20 pruebas en el área de neuropsicología más usadas (Fonseca-Aguilar, et. al. 2015) El TGVB consiste en solicitar al evaluado que copie nueve figuras geométricas en un papel blanco. Esta acción permite conocer la relación próxima entre un componente visual y otro motor en un doble movimiento, ya que involucra percepción y reproducción. Entre ambos procesos median complejos sistemas sensoriales aferentes y eferentes, considerando que un patrón de respuesta anómalo es aquel cuyos trazos se alejan del modelo original y pueden suponer el indicio de un trastorno mental, neurológico o incluso emocional. Esta prueba permite generar datos cualitativos sobre capacidad de organización, planificación y funciones tales como memoria espacial, percepción visual, coordinación motora y capacidad de lenguaje, dichas funciones corresponden a lo que llamamos inteligencia y se modifica gracias a la maduración de cada persona, la resolución esperada de la prueba se muestra en la Figura 3 (Heredia, et. al., 2012; Decker, et al., 2011), dicha resolución se puede calificar con el protocolo Bender-Koppitz 15 publicado en 1964 (Heredia, et. al., 2012), permite valorar la integración visomotora y percepción visual de cada figura, puntuando errores como son: Distorsión de la Forma: cuando los ángulos o círculos de las figuras están excesivamente achatados o deformados y/o cuando el eje es doble. Integración: falla en el intento de unir las figuras que se pide copiar, ya sea con una separación mayor a los 3 mm, o que las figuras se dibujen sobrepuestas. Perseveración: puntos o hileras de más, dependiendo la figura Rotación: rotación de la figura o parte de la misma en 45 grados o más. (Heredia, et. al., 2012). : 16 Figura 3. Resolución esperada del Test Gestáltico Visomotor Bender (TGVB). La imagen muestra las 9 figuras representativas del Test. Los participantes tienen que hacer una copia lo más perecida posible al formato. 17 CAPÍTULO III Justificación Se han usado diversas pruebas neuropsicológicas para conocer el estado cognitivo de personas con SD (Edgin et al., 2010; Ghezzo et al., 2014). Sin embargo, en la mayoría de los casos, se reporta que no todos los participantes pueden resolver en su totalidad las subpruebas de cada una de las baterías de manera adecuada debido a dificultades metodológicas, falta de cooperación por parte del evaluado o incapacidad para comprender o realizar la tarea, en el caso del TGVB, éste es de fácil acceso para el aplicador y nos permite explorar las habilidades visomotoras en la población con SD, ya que no han sido valoradas, así como no se conocen otras fortalezas o debilidades cognitivas por lo que es necesario seguir profundizando en la aplicación de pruebas neuropsicológicas que nos permitan conocer características cognitivas en personas con SD. El TGVB ha sido utilizado en poblaciones infantiles y adultas con desarrollo típico y con diversas alteraciones neurológicas y psiquiátricas. Adicionalmente, la prueba ha sido utilizada para evaluar a personas con deficiencia intelectual con diferente origen etiológico al SD; en el caso de niños con DI el TGVB arrojó que los déficits en la organización perceptiva que presentaron los niños, se correlacionaban con la gravedad de la discapacidad intelectual (Di Blasi, et. al 2007; Sisto, et. al., 2010). Sin embargo, su aplicación en personas con SD no ha sido establecida, por lo que en esta tesis se buscó conocer la viabilidad de aplicación del TGVB en una muestra de personas con SD y así contribuir a un mejor entendimiento del fenotipo cognitivo de las personas con SD. 18 Entender más sobre el fenotipo cognitivo del SD podría ayudar a los especialistas en educación, médicos y psicólogos a adaptar mejor las intervenciones psicológicas y pedagógicas para promover el desarrollo cognitivo en esta población. Pregunta de Investigación 1.- ¿Qué características cognitivas podríamos observar con la aplicación del Test Gestáltico Visomotor Bender en la población con síndrome de Down? Objetivo General Explorar la viabilidad de la aplicación del Test Gestáltico Visomotor Bender en una población con síndrome de Down. Objetivos específicos Explorar cómo es la habilidad viso-motriz enla población de estudio y si se encuentra intacta o alterada. Identificar la Edad Madurativa Visomotora en la muestra de estudio. Determinar si existe relación entre la edad cronológica y el puntaje obtenido en el Test Gestáltico Visomotor Bender Conocer si el Test Gestáltico Visomotor Bender permite identificar diferencias entre hombres y mujeres con síndrome de Down. 19 Hipótesis H1. El Test Gestáltico Visomotor Bender es una herramienta útil para la caracterización cognitiva de personas con síndrome de Down. H0. El Test Gestáltico Visomotor Bender no es una herramienta útil para la caracterización cognitiva de personas con síndrome de Down. Método Tipo de investigación. Exploratoria – Correlacional. Exploratoria. El estudio exploratorio buscó conocer la viabilidad de aplicación del Test Gestáltico Visomotor Bender en una muestra de personas con síndrome de Down. Correlacional. El estudio correlacional buscó conocer si se presentó una relación entre la edad cronológica, el puntaje obtenido en el Test Gestáltico Visomotor Bender con la edad madurativa y diferencias entre hombres y mujeres con síndrome de Down. Definición de Variables: Variable dependiente Desempeño Visomotor: 1.- Puntaje Bender (PCB). 20 Definición conceptual: El protocolo de calificación Bender-Koppitz consta de 30 ítems, que son puntuados como: uno (1), si el error está presente o cero (0), si no se presenta el error en la ejecución de la figura correspondiente. La suma de errores proporciona el puntaje total (Chávez, 2007). Definición operacional: Puntaje total del TGVB (calificado mediante el protocolo Bender- Koppitz) obtenido por cada participante. 2.- Edad Madurativa (EM). Definición conceptual: Escala de maduración creada por Elizabeth Münsterberg Koppitz (Heredia et. al., 2012), que abarca de los 5 años a los 10 años 11 meses; busca identificar en qué edad de madurez se encuentra el participante, así como detectar la madurez para el aprendizaje, coordinación visomotora, problemas en la lectura, dificultades emocionales, lesión cerebral y deficiencia mental (Heredia, et. al., 2012). Definición operacional: Edad equivalente obtenida en relación al puntaje Bender del protocolo de calificación Bender-Koppitz. Variable independiente Edad Cronológica (EC). Definición conceptual: Tiempo que ha vivido una persona (RAE, 2014). Definición operacional: Cantidad de tiempo referida en años que ha vivido cada participante. 21 Muestra Para este trabajo se solicitó la participación de 30 personas diagnosticadas de SD, con un rango de edad cronológica de 8 a 42 años [Me=24(12)], de los cuales por criterios de inclusión se descartaron 8 participantes quedando 22 personas de las cuales 11 son mujeres y 11 hombres. Los participantes fueron contactados en Centros Ocupacionales para Deficientes Mentales Adultos (COPADEMA), Fundación CTDUCA, Atención Integral de Personas Down, I. A. P., y Arte Down-México; para todos los casos se contó con previo consentimiento de padres, cuidadores, directores y del propio participante. Criterios de inclusión: a) El participante fue diagnosticado con SD. b) Comprende las indicaciones y realiza el test. c) El participante tenía corrección visual (uso adecuado de anteojos). Criterios de exclusión: a) Participantes que se encontraran bajo tratamiento psiquiátrico. Procedimiento e Instrumentos: Se informó por medio de una plática a los padres, cuidadores y directivos de las instituciones, sobre el objetivo de trabajo y el tipo de prueba que se aplicaría. Las personas que desearon participar se les proporcionó una carta de consentimiento, donde se informó sobre las 22 características del proyecto y confidencialidad de los datos. Una vez obtenida la firma de autorización de los participantes se plantearon calendarios para la ejecución de las evaluaciones. Las evaluaciones de los participantes se realizaron en un salón aislado, con una banca y sillas sin estímulos visuales que fue facilitado por las instituciones participantes; durante la aplicación de la prueba se concientizó al participante que no sería una prueba invasiva y se aseguró que comprendiera las indicaciones. A cada uno de los participantes se les aplicó el Test Gestáltico Visomotor Bender, y se les dio la siguiente información: “Te voy a presentar una serie de figuras, una a una, en total son nueve, dibújalos tal y como los veas (Figura 4)”. Figura 4. Figuras correspondientes al TGVB. A 1 2 3 4 5 6 7 8 23 Para todos los casos se realizó un análisis cualitativo de los dibujos de los participantes y se estudiaron las siguientes categorías de distorsión: Distorsión de la forma Rotación Perseveración Integración Adicionalmente se elaboró un análisis de incidencia de errores obtenidos en los protocolos de calificación. Posteriormente un análisis descriptivo del puntaje total obtenido en el TGVB fue realizado, para lo cual la muestra fue clasificada en grupos de niños, jóvenes, adultos jóvenes y adultos. Se elaboró un análisis cuantitativo con el protocolo de la escala de Maduración Koppitz (Chávez, 2007), para detectar la madurez en el aprendizaje, problemas en la lectura, lesión cerebral y deficiencia mental. El puntaje se obtuvo del análisis mediante el protocolo de calificación, cuando se encontró un error se puntuó con 1 (uno), si no se presentó un error, no se generó puntuación, la sumatoria de los puntos representó la Edad Madurativa (EM), que fue de menos de 4 años cuando obtuvo 20 puntos o más; 11 años 11 meses cuando el puntaje fue igual a 0 (cero), la cual funcionó como variable dentro del proyecto. Los datos fueron capturados en una planilla (Anexo 1). 24 Análisis estadístico Los datos fueron procesados en el programa Statistical Package for the Social Siences (SPSS) versión 23 para Windows y posteriormente se realizó un análisis de porcentaje ponderado del puntaje obtenido en el TGVB, seguido de una correlación “Rho” de Spearman para establecer una asociación entre la Edad Madurativa y la Edad Cronológica de la muestra, la comparación de la diferencia de la mediana del Puntaje Bender y la Edad Madurativa entre dos grupos (Hombres y Mujeres) fue realizada a través de una U de Mann-Whitney. Se contrastó el desempeño del TGVB en cuatro grupos asignados por edades, a través de una prueba Kruskal Wallis. 25 CAPÍTULO IV Resultados La muestra se conformó por 30 personas diagnosticadas con SD, sin embargo, quedo conformada por 22 participantes con SD, pues 8 fueron descartados por criterios de inclusión, por lo cual se realizó el análisis en 11 hombres y 11 mujeres con SD, con un rango de edad cronológica de 4-42 [Me=24(12)] años de edad (Tabla 1). La ejecución de las figuras del TGVB fue realizada tanto por mujeres (Figura 5B) como por hombres (Figura 5C) con trazos muy similares a lo esperado a una resolución exitosa. De acuerdo a nuestro estudio la aplicación del TGVB en la muestra presentó una taza de respuesta del 78.5%; solamente el 21.5 % de los participantes tuvo dificultades severas para realizar la prueba (Figura 5D), demostrando que un alto porcentaje de la población estudiada fue capaz de ejecutar el TGVB. El puntaje obtenido a través de la calificación Bender-Koppitz demostró que la Edad Madurativa (EM) de los participantes fue de Me= 5.1 (0.71) años de maduración. Sin embargo, este resultado no corresponde con la edad cronológica (EC) de los participantes Me=24 (12). Con el fin de establecer si la EM de la muestra pudiera ser alterada por el puntaje obtenido en el TGVB, se realizó una “Rho” de Spearman entre la EC y elpuntaje obtenido del TGVB. El valor obtenido en este análisis fue de Rho=-0.175, demostrando que no existe ninguna correlación entre estas variables. 26 Tabla 1 Datos obtenidos de la muestra de personas con síndrome de Down. N EC (años) TGVB (Puntaje) EM (años) Muestra de estudio total 22 Me=24(12) Me=12.5(4) Me=5.1(.71) Hombres 11 Me=21(14) Me=12(4) Me=5.2(.71) Mujeres 11 Me=27(9) Me=13(5) Me=5.0(.96) Nota. La tabla refleja los datos que se han obtenido, (mediana y rango intercuartílico), en donde no se observa una correspondencia de la EC con la EM en ninguno de los grupos ni de la muestra de estudio, así como podemos observar que la mediana del Puntaje del TGVB se mantiene entre 12 y 13 puntos para todos los casos, así que no hay una diferencia significativa para ningún caso. 27 A) Modelo Original B) Mujeres C) Hombres D) Errores Figura 5. Ejecución del Test Gestáltico Visomotor Bender (TGVB) en personas con síndrome de Down (SD). La figura muestra el modelo Original (A), así como ejemplos de resoluciones de mujeres con SD con distintas edades: 18 años (B1), 20 años (B2) y 31 años (B3). Resolución de hombres con SD con diferentes edades: 12 años (C1), 18 años (C2) y 32 años (C3). Ejemplos de errores observados en la resolución del TGVB en participantes con SD de distintas edades: mujer de 16 años (D1), hombre de 16 años (D2) y mujer de 20 años (D3). 1 2 1 3 1 3 1 1 2 3 2 28 El puntaje obtenido por la muestra mediante el protocolo Bender-Koppitz fue analizado a través de un porcentaje ponderado en donde pudimos observar que el error más puntuado es el de Distorsión con un 63% de incidencia de los participantes, seguido por la integración con un 24 %, perseveración con un 11% y la rotación con 2% de incidencia respectivamente (Figura 6). Figura 6.- Porcentaje de errores cometidos en el TGVB por la muestra. Se muestra la proporción de los errores que se calificaron para el análisis, en dónde se observa que el error de mayor incidencia en la muestra es la Distorsión con un 63%, seguido de la Integración con un 24%, un 11% para la perseveración y un 2% para la rotación. Distorsión Integración Perseveración Rotación 0 10 20 30 40 50 60 70 P o rc e n ta je d e E rr o re s C o m e ti d o s Error 29 Con la finalidad de conocer si existían diferencias en el desempeño del TGVB entre hombres y mujeres, se realizó un análisis del puntaje obtenido en función de los errores cometidos por géneros. Nuestros resultados muestran que los hombres presentan más errores cometidos en la distorsión y perseveración que las mujeres (distorsión: hombres 55% de error, mujeres 44% de error; perseveración: hombres 13% de error, mujeres 11% de error), mientras que en la intergración y la rotación las mujeres tuvieron un mayor porcentaje de error con respecto a los varones (rotación: mujeres 9% de error, hombres 7% de error; integración: mujeres 35% de error, hombres 25% de error) (Figura 7). Sin embargo, un análisis mediante la prueba de U de Mann- Whitney de las medianas de ambos grupos, demostró que las diferencias entre géneros no son significativas (Z=58; p=0.898). Con el fin de determinar si existía una diferencia de género entre la EC y el puntaje del TGVB se realizó una correlación de “Rho” entre estas variables (Figura 8). Los resultados muestran un valor de Rho=-0.032, p=.924 para la relación entre la EC y el sexo masculino y un valor de Rho=-0.248, p=0.463 para la relación entre EC y el sexo femenino, demostrando que no existe una correlación entre en género y el puntaje obtenido en el TBGV. 30 Figura 7.- Porcentaje de errores cometidos en el TGVB por Hombres y Mujeres. Se presentan los datos obtenidos por dos grupos (mujeres y hombres) en donde se puede observar una incidencia de error del 35% para la integración mayor en el caso de las mujeres a diferencia de los hombres con un 25% para dicho error; así como un porcentaje mayor de error en la Distorsión 55% para los hombres y un 44% para las mujeres, con el fin de conocer si esta diferencia era significativa, obtuvimos y analizamos las medianas de ambos grupos, realizamos una prueba de Mann-Whitney en donde U=58 y una significación de P=0.898, por lo cual no se encontraron datos que muestren una diferencia significativa de Puntaje del TGVB, sin embargo la diferencia de estos puntajes si podría sugerir a nivel neuropsicológico, una diferencia operacional en hombres y mujeres en la ejecución de la prueba. Distorsión Integración Perseveración Rotación 0 10 20 30 40 50 60 70 P o rc e n ta je d e E rr o re s C o m e ti d o s Error Hombres Mujeres 31 Figura 8. Relación entre género y puntaje obtenido en el TGVB. Los resultados no muestran una correlación entre las medianas del puntaje obtenido en el TGVB y la EC del grupo de hombres (gráfica superior) y grupo de mujeres (gráfica inferior). La correlación Spearman fue Rho= -0.032, p=0.924 para hombres y Rho= -0.248, p=0.463 para las mujeres. 0 10 20 30 40 2 4 6 8 10 12 14 16 18 Hombres P u n ta je d e l T G V B EC 0 10 20 30 40 2 4 6 8 10 12 14 16 18 Mujeres P u n ta je d e l T G V B EC 32 Con el fin de analizar los datos en la búsqueda de diferencias por edades, se agrupó a la muestra de estudio en 4 diferentes rangos: niños, jóvenes, adultos jóvenes y adultos (Tabla 2), y se comparó su desempeño en el TGVB mediante el puntaje obtenido (Figura 9). Bajo este análisis los resultados mostraron que el grupo de niños y jóvenes responden de manera similar a la prueba, sin embargo, en el grupo de adultos jóvenes se pudo apreciar una leve disminución en la ejecución de la prueba, esta disminución fue estadísticamente significativa; no se pudo observar diferencias entre el grupo de adultos debido a que la muestra fue extremadamente pequeña. Un análisis de grupos mediante una prueba Kruskal-Wallis demostró que no existen diferencias significativas entre el Puntaje del TGVB y los rangos de edad (k=0.342). Tabla 2 Clasificación de la muestra de estudio de acuerdo a su rango de edad y puntaje obtenido en el TGVB. Nota. La tabla contrasta los resultados obtenidos por los grupos analizados mediante una Kuskal Wallis y los rangos de edad de los participantes. Edad Promedio Niños 5-14 años (n=3) 14.3 Jóvenes 15-24 años (n=8) 12.6 Adultos Jóvenes 25-34 años (n=9) 8.6 Adultos ˃ 35 años (n=2) 15.5 33 Figura 9.- Promedio del Puntaje obtenido en la resolución del TGVB en grupo de personas con SD con diferente edad cronológica. Los participantes fueron clasificados de acuerdo a los rangos de edad que se muestran en la Tabla 2. La grafica representa los rangos promedio que obtuvo cada grupo: Niños 14.3; Jóvenes 12.6; Adultos Jóvenes 8.6 y Adultos 15.5. El grupo de los Adultos Jóvenes obtuvo el puntaje más bajo indicando una mejor resolución del TGVB. P ro m e d io d e l P u n ta je 34 CAPÍTULO V Discusión El TGVB es una herramienta ampliamente utilizada en la clínica y en la investigación que permite conocer habilidades visomotoras y de percepción en poblaciones con desarrollo típico así como la presencia de rasgos psicopatológicos y neurológicos como la demencia y afasias (Piotrowski, 1995). El TGVB ha sido empleado en niños, adolescentes y adultos; en la población infantil la prueba ha sido usada para conocer el desarrollo de la inteligencia, madurez perceptual, episodios de confusión y problemas de aprendizaje y memoria (McCarthy et al., 2002;Branningan y Decker et al., 2006, Zambrano-Sánchez et al., 2010; Decker et al., 2011), en adolescentes como una medida de déficits socio-emocionales (Kennedy et al., 1994) y en adultos para detectar lesiones cerebrales así como dificultades perceptuales y visomotoras (Brannigan y Decker, 2006). En este trabajo se aplicó el TGVB en hombres y mujeres diagnosticados con SD con un rango de edad de 4-42 años de edad. Los resultados de este estudio demuestra que un alto porcentaje (78.5%) de los participantes fueron capaces de realizar el TGVB, a pesar de que se pudieron detectar algunas fallas en las funciones visoespaciales y visomotoras. Las personas con SD pueden mantener una serie de habilidades como la capacidad de comprender, destreza, pensamiento lógico, que les permite resolver de manera adecuada la ejecución de la prueba. Acorde a esta interpretación, algunos trabajos han demostrado que las personas con SD son capaces de reconocer e identificar un estímulo visual y ejecutar correctamente una tarea dependiente de ese estímulo (Stratford, 1980a), mostrando preferencias por patrones con cierta dimensión y tamaño (Stratford, 1980b), en estos trabajos no se encontró diferencias entre hombres y mujeres de puntuación del test, ni de la edad de maduración que arrojó la prueba. 35 Estos resultados sugieren que la percepción visoespacial se mantiene en las personas con SD y esta habilidad no necesariamente está asociada a la discapacidad intelectual de los participantes. Sin embargo, en un análisis del porcentaje de errores cometidos del TGVB, se pudo observar diferencias por género particularmente en la distorsión de la forma e integración. Las diferencias encontradas en la distorsión e integración podrían estar asociadas al desarrollo particular de hombres y mujeres la cual daría una percepción y discriminación visoespacial distinta (Stratford, 1980a, Pacanaro, et. al., 2008; Noronha et al., 2013) y esta influir en la distorsión de la forma e integración. Resultados similares han sido encontrados en personas con discapacidad intelectual con diferente etiología (Di Blasi et al., 2007). Se realizó un análisis de la EC y el puntaje obtenido en el TGVB en hombres y mujeres así como una correlación entre la EM y la EC por género, sin encontrar ninguna diferencia significativa en ambos casos, recordando que la diferencia significativa se encontró en el análisis de errores por sexo. Acorde a nuestros resultados se ha demostrado que no existe una relación entre el desarrollo visomotor y la madurez sexual, por lo tanto los resultados obtenidos en TGVB no son afectados por el género (Keppeke et al., 2013). En este trabajo se pudo observar que existe una diferencia entre la EC y la EM obtenida por el TGVB. La EM ha sido utilizada como un indicador de un desarrollo normal en niños que permite detectar madurez en la percepción visual, habilidad motriz manual, coordinación visomotora y aprendizaje entre otras. Cuando existe una alteración en la EM se pueden presentar dificultades para entender conceptos temporales, espaciales, de organización y representación; los cuales están asociados a problemas en el aprendizaje y ser indicadores de deficiencia en varias funciones intelectuales (Zambrano-Sánchez et al., 2010; Heredia, et. al., 2012; Noronha, et. al., 2013). En esta tesis encontramos que la EM de los participantes era de 5.1 de edad mientras que la EC de 24 años de edad, demostrado claramente que la EM no corresponde a la EC. Estas diferencias 36 podrían estar asociadas a un componente orgánico, y que tiene que ver con un retardo en el desarrollo del sistema nervioso central. Particularmente en la formación del cerebro con SD, se han encontrado anormalidades en la migración y diferenciación neuronal que podrían estar asociados directamente con la disminución en el número de neuronas, reducción en el tamaño de los arboles dendríticos, alteración de las sinapsis y retardo en la mielinización (Dierssen, 2012). Estas alteraciones podrían influir en la pérdida de volumen que se ha descrito en los cerebros de niños, jóvenes y adultos con SD y alterar, pero no inhibir, el funcionamiento de los circuitos neuronales implicados en los procesos cognitivos superiores. El retraso en el desarrollo del cerebro con SD podría influir directamente en madurez de las habilidades viso-motrices y en el grado de discapacidad intelectual que se presenta en la personas con SD. Encontramos que si los participantes eran clasificados en categorías de niños, jóvenes, adultos jóvenes y adultos, el puntaje obtenido en el TGVB mostraba una disminución para el grupo de Adultos jóvenes (25-35 años) (lo cual indica una mejor resolución de la tarea), sin embargo, el grupo de Adultos (>35) mostró un ligero decremento en el puntaje, lo cual refiere un mejor desempeño en la prueba. Resultados similares han sido encontrados en la ejecución de la prueba de la figura compleja y figura semicompleja en personas con SD (Marcial-Tlamintzi, 2015). Esto podría deberse a que el cerebro de los niños y jóvenes con SD tratan de mantener el desarrollo del sistema nervioso central, aunque este sea lento para que este órgano pueda madurar, sin embargo, al entrar en el periodo de adultez, se activarían los mecanismos involucrados en el envejecimiento acelerado e incluso el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (Wiseman et al., 2015), lo que rompería el proceso de maduración en etapas tempranas y se vería reflejado en la ejecución del TGVB. En este sentido el TGVB ha sido utilizado para identificar algunas demencias (Storandt, 1990; Murayama et al., 2007). El incremento observado en el puntaje del TGBV en adultos 37 mayores de 35 años, no puede ser concluyente ya que solo se realizó en dos participantes, por lo que es necesario incrementar la muestra para confirmar estos resultados. El uso del TGVB ha sido aplicado en personas con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (Allen y Decker, 2008), deficiencia intelectual con diferente etiología (Di Blasi et al., 2007; Noronha, et al., 2013), y otro síndromes asociados a trisomías (Ricardi et al., 2010). Los resultados obtenidos en este proyecto sugieren que las personas con SD pueden mantener funciones visoespaciales y visomotoras, que le permiten ayudar a resolver problemas que implica la capacidad de comprender, destreza, pensamiento lógico. A su vez este trabajo nos permite proponer el uso del TGVB, como una herramienta adicional para aportar datos que permitan seguir explorando las características cognitivas de las personas con SD. 38 CAPÍTULO IV Conclusiones 1. El TGVB puede ser una prueba viable para personas con síndrome de Down. 2. Hombres y mujeres con SD no tuvieron ninguna relación entre la edad cronológica y el puntaje obtenido en el TGVB. 3. No existe una relación entre la EC y EM y el género 4. En hombres con SD la incidencia de errores fue mayor en la distorsión mientras que en mujeres con SD la incidencia de errores fue mayor en la integración 5. La aplicación del TGVB en personas con SD demuestra que la EM no corresponde a la EC. 6. Conforme se incrementa la edad cronológica en personas con SD se puede observar una disminución en el puntaje del TGVB. 7. El TGVM es una herramienta que aporta datos que contribuyen a la exportación de las características cognitivas en el síndrome de Down. 39 Limitaciones y sugerencias Los datos obtenidos en este trabajo sugieren el uso de TGVB como una herramienta adicional, para entender aspectos visomotores en personas con SD. Sin embargo, la muestra en la que se realizó el trabajo es relativamente pequeña por lo que se sugiere ampliar la muestra para confirmar nuestros resultados. El uso de esta prueba ayudaría a proponer en escuelas o institucionesespecializadas en personas con SD, nuevas formas para estimulación y/o elaboración de materiales didácticos en función de su EM y sus habilidades visomotoras, ya que generalmente agrupan por edades a sus alumnos y no por habilidades. 40 Anexo I 41 42 REFERENCIAS Al-Janabi, T., D'Souza, H., Fisher, E., Groet, J., Hardy, J., Karmiloff, S., Massand, E., Mok, K., Startin, C., Nizetic, D., Strydom, A. and Tybulewicz, V. (2016). The importance of understanding individual differences in Down syndrome. Versión 1. F1000 Research, 5, F1000 Facultad Rev-389. Allen, R.A., Decker, S.L. (2008). Utility of the Bender Visual-Motor Gestalt Test-Second Edition in the assessment of attention-deficit/hyperactivity disorder. Percept Mot Skills. 107(3):663-675. Andreou, G., Galanopoulou, C., Gourgoulianis, K., Karapetsas, A. and Molyvdas, P. (2002) Cognitive status in Down syndrome individuals with sleep disordered breathing deficits (SDB). Brain and Cognition 50(1); 145-9. Antonarakis, S. (2017). Down syndrome and the complexity of genome dosage imbalance. Nature Reviews Genetics, 18(3); 147-163. Bartels, A., Grassi, P. and Zaretskaya, N. (2016). Parietal cortex mediates perceptual Gestalt grouping independent of stimulus size. Neuroimage,133; 367-377. Bittles, A. and Glasson E. (2004). Clinical, social, and ethical implications of changing life expectancy in Down syndrome. Developmental Medicine and Child Neurology, 46(4); 282-6. Bittles, A., Bower, C. Hussain, R. and Glasson E. (2007). The four ages of Down syndrome. European Journal of Public Health, 17(2); 221-5. Brannigan, G. and Decker, S. (2006). El Bender II. American Journal of Orthopsychiatry, 76(1); 10-2. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19235398 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19235398 43 Chávez, A. (2007). Test Bender. Universidad de Colima. Facultad de Ciencias de la Educación. https://comenio.files.wordpress.com/2007/11/bender.pdf Cintra, I., Keppeke, L. and Schoen, T. (2013). Bender Visual-Motor Gestalt Test in adolescents: relationship between visual-motor development and the Tanner Stages. Percept Motor Skills, 117(1); 1299-317. Decker, S., Englund, J., Carboni, J. and Brooks, J. (2011). Cognitive and developmental influences in visual-motor integration skills in young children. Psychological Assessment 23(4); 1010-6. Desolneux, A., Moisan, L. and Morel J-M. (2003). Computational gestalts and perception thresholds. Journal of Physiology-Paris, 97(2-3); 311-324. Di Blasi, FD., Elia, F., Buono, S. (2007). Relationships between visual-motor and cognitive abilities in intellectual disabilities. Perceptual and Motor Skill, (104); 763-772. Dierssen, M. (2012). Down syndrome: the brain in trisomic mode. Nature Reviews Neuroscience, 13(12); 844-58. Edgin, J. (2013). Cognition in Down syndrome: a developmental cognitive neuroscience perspective. Wiley Interdisciplinary Reviews: Cognitive Science, 4(3); 307-17. Edgin, J., Mason, G., Allman, M., Capone, G., DeLeon, I., Maslen, C., Reeves, R., Sherman, S., and Nadel, L. (2010). Development and validation of the Arizona Cognitive Test Battery for Down syndrome. Journal of neurodevelopmental disorders, 2(3); 149–164. 44 Elder, J., Heydt, R., Kubovy, M., Manish, S., Palmer, S., Peterson M. and Wagemans J. (2012). A Century of Gestalt Psychology in Visual Perception I. Perceptual Grouping and Figure- Ground Organization. Psychol Bull, 138(6); 1172-1217. Fonseca-Aguilar, P., Olabarrieta-Landa, L., Rivera, D., Aguayo, A., Ortiz, X., Rabago, B., Rodriguez, Y., Álvarez, E. y Arango-Lasprilla, J. (2015). Situación actual de la práctica profesional de la neuropsicología en México. Psicología desde el Caribe, 32(3); 268-364 García, J., López, E., Martinelli, P., Albert, M., Navarro, E., Expósito, E. y Torres, M. (2010). Bateria-ECODI. Batería de evaluación cognitiva para personas con discapacidad intelectual. Estudio piloto de fiabilidad de un nuevo instrumento para la evaluación de las funciones cognitivas de niños con síndrome de Down. Revista de Psicología y Educación, 1(5); 15-34 Ghezzo, A., Salvioli, S., Solimando, M., Palmieri, A., Chiostergi, C., Scurti, M., Lomartire, L., Bedetti, F., Cocchi, G., Follo, D., Pipitone, E., Rovatti, P., Zamberletti, J., Gomiero, T., Castellani, G. and Franceschi, C. (2014). Age-related changes of adaptive and neuropsychological features in persons with Down Syndrome. PLoS ONE, 24, 9(11); 111-113. Goharpey, N., Crewther, D. and Crewther, S. (2013). Problem solving ability in children with intellectual disability as measured by the Raven's colored progressive matrices. Research in Developmental Disabilities, 34(12); 4366-74. Heredia, C., Santaella, H., Guadalupe, B. y Somarriba, R. (2011), Test Gestáltico Visomotor de Bender métodos de evaluación de Hutt y Lacks adolescentes y adultos. Sem. 2011/2 45 Heredia, C., Santaella, H., Guadalupe, B. y Somarriba, R. (2012). Interpretación del Test Gestáltico Visomotor de Bender Sistema de puntuación de Koppitz. Sem. 2012/1. Keppeke, Lde F., Cintra, Ide .P, Schoen, T.H. (2013). Bender Visual-Motor Gestalt Test in adolescents: relationship between visual-motor development and the Tanner Stages. Percept Mot Skills. 117(1); 1299-1317. Lanfranchi, S., Jerman, O. and Vianello, R. ( 2009). Working memory and cognitive skills in individuals with Down syndrome. Child Neuropsychology 15(4); 397-416. Lott, I. and Dierssen M. (2010). Cognitive deficits and associated neurological complications in individuals with Down's syndrome. The Lancet. Neurology, 9(6); 623-33. Marcial-Tlamintzi, L. (2015), La Trombospondina -1 (TSP-1) y su relación con el desempeño cognoscitivo en una población con síndrome de Down. Facultad de Psicología, UNAM. McCarthy, J., Rabinowitz, D., Habib M., Goldman, H., Miley, D., Stefanyshyn, H., Freeman, S., Murray, T. and Clauselle, R. (2002). Bender Gestalt Recall as a measure of short- term visual memory in children and adolescents with psychotic and other severe disorders. Perceptual and Motor Skills, 95(3-2); 1233-8. Melve, K., Lie. R., Skjaerven, R., Van Der Hagen ,C., Gradek, G., Jonsrud, C., Braathen G. and Irgens, L. (2008). Registration of Down syndrome in the medical birth registry of norway: validity and time trends. Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, 87(8); 824-30. Métneki, J. and Czeizel, A. (2005). El aumento de la tasa de prevalencia total de casos con síndrome de Down en Hungría. Revista Europea de la Epidemiología, 20(6); 525-35. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Keppeke%20Lde%20F%5BAuthor%5D&cauthor=true&cauthor_uid=24422355 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Cintra%20Ide%20P%5BAuthor%5D&cauthor=true&cauthor_uid=24422355 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Schoen%20TH%5BAuthor%5D&cauthor=true&cauthor_uid=24422355 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24422355 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24422355 46 Mezei, G., Sudán, M., Izraeli, S. y Kheifets, L. (2014). Epidemiología de la leucemia infantil en presencia y ausencia de síndrome de Down. Cancer epidemiology, 38(5); 479-89. Milicic, N. y Berdicewski, O. (1979). Coordinación visomotora y discriminación auditiva en tres grupos de niños de diferentes estratos socioeconómicos. Revista Latinoamericana de Psicología, 287-295. Montoya, J., Satizábal, J., María, G. y Sánchez, A. (2008). Perspectiva y comprensión bioquímica del síndrome de Down. El Hombre y la Máquina, (30); 118-12. Morris, J., Mutton, D. and Alberman, E. (2002). Revised estimates of the maternal age specific live birth prevalence of Down's syndrome. Journal of Medical Screening, 9(1); 2-6. Murayama, N., Iseki, E., Yamamoto, R., Kimura, M., Eto, K., Arai, H. (2007). Utility of the Bender Gestalt Test for differentiation of dementia withLewy bodies from Alzheimer's disease in patients showing mild to moderate dementia. Dement Geriatr Cogn Disord, 23(4); 258-263. Navarrete, H., Canún, S., Reyes, P., Sierra, R. y Valdés, H. (2013). Prevalencia de malformaciones congénitas registradas en el certificado de nacimiento y de muerte fetal. México, 2009-2010. Boletín Médico del Hospital Infantil de México, (70); 499-505. Noronha, P., Santos, A. y Rueda, F. (2013). Habilidad viso-motriz y deficiencia intelectual: estudio de validez para el Bender-SPG. Acta Colombiana de Psicología, 16 (2); 115-123. Pacanaro, S., Santos, A., y Suehiro, A. (2008). Avaliação das habilidades cognitiva e viso- motora em pessoas com síndrome de Down. Revista Brasileira de Educação Especia, 14(2); 311- 326. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17351317 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17351317 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17351317 47 Parker, S., Mai, C., Canfield, M., Rickard, R., Wang, Y., Meyer, R., Anderson, P., Mason, C., Collins, J., Kirby, R. and Correa, A. (2010). National birth defects prevention network updated national birth prevalence estimates for selected birth defects in the United States, 2004- 2006. Birth Defects Research. Part A, Clinical and Molecular Teratology, 88(12); 1008-16. Piotrowski, C. (1995). A review of the clinical and research use of the Bender-Gestal Test. Perceptual and Motor Skill, (81); 1272-1274. Pope, A. and Tarlov, A. (1991): Disability in America. Toward a national agenda for prevention. Wahsington, National Academy Press, 362. Raut, P., Sriram, B., Yeoh, A., Hee, K. Lim, S. and Daniel, M. (2011). High prevalence of hearing loss in Down syndrome at first year of life. Annals of the Academy of Medicine, Singapore, 40(11); 493-8. Real Academia Española. (2014). Diccionario de lengua española (23° ed.). Consultado en http://dle.rae.es/?id=EN8xffh Ricardi, F.C., Zaia, L.L., Pellegrino-Rosa, I., Rosa, J.T., Mantovani de Assis, O.Z., Saldanha, P.H. (2010). Psychogenetics of Turner syndrome: an investigation of 28 subjects and respective controls using the Bender test and Piagetian scales. Genet Mol Res. 9(3); 1701-1725. Roizen, N. and Patterson, D. (2003). Down's syndrome. Lancet. 12;361(9365), 1281-9. Sierra-Romero., Canún, S., Navarrete, H., Reyes, P. y Valdés, H. (2014). Prevalencia del síndrome de Down en México utilizando los certificados de nacimiento vivo y de muerte fetal durante el periodo 2008-2011. Boletín Médico del Hospital Infantil de México, 71(5); 292-297. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20812192 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20812192 48 Silverman, W. (2007). Down syndrome: cognitive phenotype. Mental Retardation and Developmental Disabilities Research Reviews. 13(3); 228-36. Sisto, F., Dos-Santos, A. and Noronha, P. (2010). Differential functioning of Bender Visual-Motor Gestalt Test items. Perceptual and Motor Skills, 110(1); 313-22. Stoll, C., Alembik, Y., Dott, B. and Roth, M. (1998). Study of Down syndrome in 238,942 consecutive births. Annales de Génétique 41(1); 44-51. Storandt, M. (1990). Bender-Gestalt Test performance in senile dementia of the Alzheimer type. Psychology Aging, 5(4); 604-606. Stratford, B. (1980a). Perception and perceptual-motor processes in children with Down syndrome. Journal of Psychology, (104); 139-145. Stratford, B. (1980b). Preferences in attention to visual cues in Down syndrome and normal children. Journal of Mental Deficiency Research, (24); 57-64. Takeuchi, A., Ehara, H., Ohtani, K., Maegaki, Y., Nanba, Y., Nagata, I., Toyoshima, M., Kondo, A., Nakai., S. Takeshita, K. and Ohno, K. (2008). Live birth prevalence of Down syndrome in Tottori, Japan, 1980-1999. American Journal of Medical Genetics, 146A(11); 1381- 6. Varela, C. (2012). Influencia de la informática educativa en la percepción visomotora de las personas con síndrome de Down. Universidad de Granada. Granada, España. Vicari, S. (2006). Motor Development and Neuropsychological Patterns in Persons with Down Syndrome. Behavior Genetics, 36(3); 355-364. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Storandt%20M%5BAuthor%5D&cauthor=true&cauthor_uid=2278688 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2278688 49 Wiseman, F.K., Al-Janabi, T., Hardy, J., Karmiloff-Smith, A., Nizetic, D., Tybulewicz, V.L., Fisher, E.M., Strydom, A. (2015). A genetic cause of Alzheimer disease: mechanistic insights from Down syndrome. Nature Review Neuroscience. 16(9); 564-574. Zambrano-Sánchez, E., Martínez-Cortés, W. y Poblano, A. (2010). Frecuencia de factores de riesgo para problemas de aprendizaje en preescolares de bajo nivel socioeconómico en la Ciudad de México. Revista Latino-Am. Enfermagem, 18(5); 998-1004 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26243569 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26243569 Portada Contenido Resumen Introducción Capítulo I. Generalidades del Síndrome de Down y Epidemiología Capítulo II. Test Gestáltico Visomotor Bender Capítulo III. Justificación Capítulo IV. Resultados Capítulo V. Discusión Capítulo VI. Conclusiones Anexo Referencias
Compartir