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0 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA LA HIPNOSIS ACTUAL Y SU RELACIÓN CON LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL: UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A: FELIPE BORJA HERNÁNDEZ DIRECTORA DE LA TESINA: MTRA. YOLANDA BERNAL ÁLVAREZ Ciudad Universitaria, D.F. Agosto, 2013. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 Nada debería ser omitido del arte que sea de interés para el mundo, algo que podría ser de beneficio para el sufrimiento humano y que no arriesgue la vida... Hipócrates 2 AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional Autónoma de México que me recibió en su espacio, permitiéndome con esto construir diariamente mi mundo diferente. A la Facultad de Psicología, Sistema de Universidad Abierta (SUA), que con la metodología que sigue colocó ante mí la información que yo estoy aprovechando. A la Mtra. Yolanda Bernal Álvarez directora de la Tesina por dedicarme su tiempo y proveerme de dirección en la construcción de este documento. Al honorable jurado: Mtra. Margarita Molina Avilés, Lic. Damariz García Carranza, Mtro. Jorge Álvarez Martínez, y Mtro. Jorge Orlando Molina Avilés, por dedicar su tiempo a la evaluación de mi trabajo. Al Departamento de Educación Continua, por el tiempo dedicado al desarrollo de mi proceso de titulación. 3 DEDICATORIA A mis padres: Felipe Borja G. y Regina Natividad Hernández A.; que ahora están en mi memoria, y que con su apoyo incuestionable me inspiraron a avanzar en la vida. A mis hermanos que, aunque probablemente no lo saben, con nuestra interrelación he aprendido mucho. A mi compañera de vida que me ha acompañado y apoyado en más de lo que le corresponde. A mi hija Hannia Renata que ofreciéndome su sonrisa diaria me motiva a levantarme temprano todos los días. A todas las personas de las cuales, de una u otra manera, he obtenido conocimiento y el cual está reflejado en alguna parte de este documento. 4 INDICE ÍNDICE 4 RESUMEN 5 INTRODUCCIÓN 7 1. CAPITULO 1. LA HIPNOSIS 10 1.1 Antecedentes Históricos 10 1.2 Definiciones, Conceptos y Teorías de la Hipnosis 39 1.3 Hipnosis Clínica 64 1.4 Neurobiología de la Hipnosis 66 1.5 Efectividad de la Hipnosis 68 1.6 Conclusión 73 2. CAPITULO 2. TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL 76 2.1 Antecedentes Históricos 76 2.2 Principales Exponentes de la Terapia Cognitivo Conductual 80 2.3 Efectividad de la Terapia Cognitivo Conductual 88 2.4 Conclusión 90 3. CAPITULO 3. LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL Y LA HIPNOSIS 92 3.1 Conclusión 95 4. PROPUESTA DE TALLER 96 5 CONCLUSIONES Y LIMITACIONES 111 5.1 Conclusiones 111 5.2 Limitaciones 113 APÉNDICES 116 REFERENCIAS 144 5 RESUMEN El objetivo de esta tesina es sensibilizar al lector sobre la utilidad probada de la hipnosis en psicoterapia, a través de la exposición de la relación existente entre la hipnosis y la terapia cognitivo conductual (TCC), y la eficacia terapéutica empíricamente determinada de éstas. Este trabajo se desarrolló investigando, en las publicaciones disponibles, la situación teórica actual de la hipnosis, sus principales exponentes, sus aplicaciones clínicas, su efectividad psicoterapéutica y su relación con la TCC. La revisión de la literatura muestra que existen modelos que integran la hipnosis y las TCC. Y en general, “…según la investigación revisada, cuando se utiliza la hipnosis como un coadyuvante a otras intervenciones médico psicológicas, incrementa la eficacia y/o eficiencia de tales intervenciones (Mendoza & Capafons, 2009, pág. 98). Los resultados de estudios meta-analíticos muestran que la hipnosis es un tratamiento bien establecido (específico) en diversas aplicaciones clínicas, especialmente para el manejo de la ansiedad, y para el dolor de cabeza y migraña; y, aún más, la hipnosis es efectiva en manejo de dolor y el control de peso; y, su uso es posible para la depresión, y otros padecimientos psicológicos y médicos (Wark, 2008). Los reportes de comparaciones meta-analíticas indican que la mayor efectividad de la hipnosis, determinada a través del tamaño del efecto, se obtiene “…cuando se utiliza hipnosis como un coadyuvante a las intervenciones médicas y psicológicas” (Mendoza & Capafons, 2009, pág. 98). Considerando a la hipnosis como coadyuvante efectivo para la psicoterapia, para cumplir el objetivo de esta tesina, se propone la realización de un taller de hipnosis como coadyuvante a una técnica cognitivo-conductual que permitirá a los participantes: eliminar las posibles falsas ideas que se tengan sobre la 6 hipnosis, conocer los principales conceptos teóricos de la hipnosis y métodos sencillos de inducción, conocer los estudios meta-analíticos que muestran la efectividad de la hipnosis y, en general, sensibilizar al participante sobre la utilidad probada de la hipnosis en psicoterapia. 7 INTRODUCCIÓN Dentro de ciencia de la psicología, la aplicación de ésta en la atención del individuo en alguna de las etapas de la enfermedad se denomina psicología clínica, donde una actividad importante viene a ser la psicoterapia. Existen varias clasificaciones de la psicoterapia, una de las cuales las agrupa en abordajes de psicología profunda, abordajes conductuales, abordajes humanistas y abordajes sistémicos; cada abordaje contando a su vez con una variedad de terapias específicas (Kriz, 1997) y, a su vez, cada una de estas con algún grado de efectividad obtenida según algunos criterios (Chambless & Hollon, 1998) aceptados. Según Duncan (2002), para la fecha de su investigación habría más de 200 modelos de terapias agrupando unas 400 técnicas terapéuticas. La hipnosis, con un origen en el inicio de la humanidad según algunos autores (Batino & Shouth, 1999; Labrador, Cruzado & Muñoz, 2008) y un recorrido histórico ambiguo entre lo místico y lo científico (Braid, 1843/1960; Erickson, 1980c; Weitzenhoffer, 2000), ha sido incluida más recientemente por algunos autores en sus obras (Labrador et al. 2008; Caballo,2009) como una estrategia de intervención única (Flammer & Bongartz, 2003) o como procedimiento coadyuvante a alguna otra técnica médico-psicológica de intervención (Kirsch, Capafons, Cardeña-Buelna, & Amigó, 1999; Dowd, 2000; Chapman, 2006, Wark, 2008; Mendoza & Capafons, 2009). La terapia cognitivo conductual (TCC) apareció en escena a finales de los años 60’s (Dobson & Dozois, 2010). La TCC fue un tipo de intervención alternativa a la psicoterapia tradicional de ese momento que tenía como elemento central de intervención el factor cognitivo. Dobson y Block (1988, citados en Lega, Caballo & Ellis, 2009) y Dobson y Dozois (2010) propusieron una serie de factores que, 8 de acuerdo a ellos, facilitaron el surgimiento de esa intervención innovadora (TCC). Considerando estos dos tipos de estrategiaspsicológicas (hipnosis y TCC), el objetivo del presente trabajo es sensibilizar al lector sobre la utilidad probada de la hipnosis en psicoterapia (específicamente como coadyuvante en la TCC), a través de la exposición de la situación teórica de cada una de ellas y la relación existente entre ambas. El método para alcanzar el objetivo será una propuesta de taller en el cual se exponga la revisión documental que permitiría al participante identificar los conceptos, las teorías y modelos existentes, el campo de aplicación y la evidencia empírica de la eficacia de la hipnosis y la TCC. En el capítulo 1, con referencias bibliográficas clásicas y actuales, se desarrolla el tema de hipnosis. Este capítulo presenta información sobre la hipnosis en cuanto a definiciones, propuestas de teorías y técnicas de inducción, con el propósito de que el lector se familiarice con la hipnosis. En este capítulo se incluye la sección la neurobiología de la hipnosis, donde se resumen los principales correlatos que se han encontrado entre el fenómeno de hipnosis y la neurofisiología humana; y, la sección efectividad de la hipnosis, donde se exponen las principales investigaciones que muestran la evidencia empírica de la efectividad de la hipnosis en el campo de la salud. En el capítulo 2 se expone la Terapia Cognitivo Conductual (TCC). En este capítulo se desarrollan los antecedentes históricos, la clasificación de la TCC y sus principales exponentes. En el capítulo 3, La Terapia Cognitivo Conductual y la Hipnosis, se describe la relación histórica que algunos autores han encontrado entre la TCC y la 9 hipnosis. En este capítulo se incluyen también tres modelos del uso clínico de la hipnosis dentro del marco de las TCC. En el capítulo 4 se desarrollan las diez sesiones del Taller de Hipnosis como coadyuvante a una técnica cognitivo-conductual, la estrategia que se propone para cubrir el objetivo planteado. En cada una de las sesiones de dos horas se especifica la actividad particular del expositor y de los asistentes, el tiempo de duración de cada actividad y la estrategia para evaluar el cumplimiento de la actividad. En Conclusiones y Limitaciones, se plantea que un lector interesado en profundizar sobre el tema de la hipnosis, probablemente requiera complementar la información existente en las bibliotecas locales con publicaciones de las investigaciones recientes sobre la teoría de la hipnosis, con publicaciones sobre la hipnosis como coadyuvante a la TCC y con publicaciones sobre la eficacia del uso de ambas. Esta tesina probablemente le aportará al lector interesado en el tema de hipnosis información valiosa del estado del arte de la hipnosis en cuanto a sus principales autores, en cuanto a los estudios sobre la efectividad, en cuanto a las áreas de aplicación de mayor efectividad de la hipnosis y en cuanto a su uso como coadyuvante con otras intervenciones psicoterapéuticas. 10 1. CAPITULO 1. LA HIPNOSIS 1.1 Antecedentes Históricos Diferentes hipnosis (Yapko, 2005; Sutcher, 2008) han sido estudiadas y utilizadas en varias épocas de la humanidad, sin haber un consenso en cuanto al momento preciso de su aparición. Batino y Shouth (1999) escribieron que la hipnosis es tan vieja como la misma raza humana, y la encontraron inmersa en el folclor de las culturas antiguas, y frecuentemente relacionada con la religión, la magia, los fenómenos sobrenaturales y el ocultismo. Autores como Ornes y Cohen (1996, en (Campos, 2008)) ubicaron el origen de la hipnosis a fines del siglo XVIII, con una publicación de Pétain. En su publicación de 1994, Cheek inició la historia de la hipnosis con el mitológico Perseo. Batino y Shouth (1999) propusieron que el estudio científico de la hipnosis empezó con el médico Vienés Mesmer. Abia y Núñez (Abia & Nuñez, 2003) señalaron el inicio científico de la hipnosis en los trabajos de Paracelso durante el siglo XVI. El trabajo de este último algunos autores (Edmonton 1986) lo han considerado el fundamento de las posteriores aportaciones de Mesmer. Para complicar aún más el hilo del antecedente histórico de la hipnosis, es necesario saber que existe un fenómeno conocido como hipnosis animal (Kroger, 2008). Cheek (1994) escribió que cuando se investiga históricamente la hipnosis es necesario también considerar que, aunque la mayoría de los historiadores limiten el tema a la hipnosis humana, el fenómeno hipnótico existe, además de en humanos, en animales. De hecho en su obra, el autor describe ejemplos de hipnosis animal, incluyendo el fenómeno de hibernación como una faceta de la conducta hipnótica utilizada por los animales como mecanismo de supervivencia cuando el alimento escasea. Edmonston (1986) encontró que Lafontaine en sus demostraciones magnetizó además de humanos, gatos, perros, ardillas, leones y lagartos. Kroger (2008) escribió que la hipnosis animal es similar pero no igual a la hipnosis en humanos, considerando que en 11 humanos ésta ocurre en contextos psico-sociales y en animales es resultado de manipulaciones físicas. Edmonton, a quien Weitzenhoffer (2000) consideró una autoridad y referencia cuando se habla de historia de la hipnosis, en su obra La inducción de hipnosis (1986), dedicada a la investigación de los métodos de inducción, elaboró una investigación histórica de los métodos de inducción hipnótica iniciando en periodos ancestrales. Hilgard (1987) y González-Ordi, (1999) en general, coincidieron en agrupar el recorrido histórico en las siguientes etapas, a fin de simplificar y hacer más comprensible el recorrido histórico: 1. Hipnosis Antigua. 2. Magnetismo animal. 3. Hipnotismo. 4. Escuela de Nancy y Escuela de la Salpetriére. 5. Edad de oro de la hipnosis. 6. El declinar del interés en la hipnosis. 7. Antes y después de la Segunda guerra mundial. 8. El renacer del interés en la hipnosis. (a) Hipnosis antigua Autores como Edmonston (1986), Batino y Shouth (1999), y Erickson (1980c), encontraron que civilizaciones antiguas como India, Egipto, Grecia y Roma encontraron un valor terapéutico en los fenómenos hoy llamados hipnosis y, específicamente, Edmonston (1986) aseveró que las técnicas modernas de hipnosis son modificaciones de procedimientos practicados por culturas antiguas. Batino y Shouth (1999) encontraron en los reportes de Marco Polo que la hipnosis y la magia se utilizaron con fines de sanación. 12 Edmonston (1986) escribió que el origen de la hipnosis que es paralela a la historia de la medicina y, más ampliamente, a la historia de los rituales de magia. El autor aseveró que la hipnosis en ningún momento inició con Mesmer, sino inició con los intentos del humano primitivo para entenderse a sí mismo o buscar cambios en sí mismo o en el ambiente. Mesmer solo es un paso intermedio y lógico en los esfuerzos de la humanidad para liberarse de los padecimientos. Hablando del periodo ancestral, Edmonston (1986) y González-Ordi (1999) encontraron vestigios de inducciones hipnóticas en la antigua India, China y Egipto. En la cultura egipcia, en los papiros de Ebers; y, en Egipto, Grecia y Roma, en los templos del sueño de. Los papiros de “Ebers”, que según Edmonston (1986) son escritos de encantamientos, remedios y prescripciones, han sido reconocidos como la primera referencia a las inducciones hipnóticas y donde se puede apreciar que éstas tuvieron como propósito principal coadyuvar para incrementar la efectividad del tratamiento médico. En cuanto a los Templos del Sueño, según Edmonston (1986) y Gonzáles-Ordi (1999), esos son la relación más conocida entre la época ancestral y la moderna con relación a la sanación mediante inducciones de hipnosis. Este tipo de templos existieron en Egipto 500 años AC a lo largo del río Nilo; en Grecia, 400 años AC; y, en Roma, 200 años AC;y fueron dedicados a la sanación. En estos templos, después de que el participante se mantenía en un estado de sueño, se suponía se le revelaba tanto su diagnóstico como el tratamiento necesario para su sanación. De los tempos del sueño, Bernheim (1888/1964) escribió que la técnica utilizada era fijación de la vista que provocaba inicialmente alucinaciones y eventualmente terminaba en sonambulismo. Con base en la evidencia que encontró Edmonston (1986) propuso que las técnicas de inducción utilizadas en los templos del sueño fueron semejantes a las técnicas de inducción de años y siglos posteriores, específicamente de inicios del siglo XIX (tiempo de Mesmer): a) pase de manos, b) uso de magnetismo, c) uso de agua u otro líquido, d) fijación de la atención visual, y e) uso del cantos y música. 13 También del periodo antiguo, Wolff (1951en (Glasner, 1955), propuso que varias actividades que se atribuyen a Dios descritas en el viejo testamento son descripciones de trances hipnóticos: el sueño de Adán, el sueño de Saúl y las revelaciones de Job; y, en el nuevo testamento, las narraciones de las sanaciones de Jesús, de los apóstoles y de los santos posteriores que incluyeron procedimientos de fijación de la vista, pase de manos y sugestiones verbales. (b) Magnetismo animal Tradicionalmente el desarrollo del magnetismo animal se ha atribuido completamente a Franz A. Mesmer (1734 - 1815), en el siglo XVIII; sin embargo, como era de esperarse en cualquier nuevo conocimiento (Kuhn, 1970/2000), Edmonston (1986) encontró antecedentes claros del magnetismo animal en personalidades de épocas anteriores a Mesmer como en Galeno, en el imperio romano, Paracelso, Helmont, Fludd y Maxwell. Galeno, el famoso médico del sigo II, extendía su dedo para ejercer influencia sobre sus pacientes. También los emperadores romanos usaban pases de manos y toques con los pies para sanar personas; y, durante la edad media (siglo V al siglo XV), el toque soberano o toque real, acompañado de pases de manos y amuletos fueron frecuentemente utilizados por la realeza y clero como procedimientos de sanación (Edmonston, 1986). Para Edmonston (1986) toda reseña histórica de la hipnosis debe incluir las contribuciones de Paracelso en el siglo XVI. Según Hartmann (Hartmann, 1963), Paracelso nació en Zurich en 1493 y su nombre completo fue Philippus Aureolus Theophrastus Bombast of Hohenheim. Mucho de lo propuesto por Paraelso, en lo relativo las causas de los padecimientos, fue completamente impreciso, sin embargo, se reconoce que estableció el fundamento que posteriormente utilizó 14 Fludd, Maxwell, Mesmer, y los seguidores de éste último, para explicar el funcionamiento del mesmerismo (Edmonston, 1986). Entre las contribuciones de Paracelso al magnetismo (Hartmann, 1963) se pueden citar: 1) la idea de la existencia de un vínculo que une todas las cosas incluyendo a los seres vivos, 2) la introducción del magnetismo como la fuerza vital o esencia de la vida, y 3) la posibilidad de manipular el magnetismo o la fuerza vital. Así, para Paracelso, la gente tenía poder magnético o magnetismo y capacidad para manipular el magnetismo de otras personas y sanars sus dolencias. Considerando que no se han encontrado registros de inducciones verbales de Paracelso, Edmonston (1986) estableció que la obra de Paracelso solo es parte del fundamento teórico para el advenimiento del mesmerismo y, en general, de la hipnosis. En la historia del siglo XVII, Colquhoum (1836, en Edmonston, 1986) y Ludwig (1964, en Edmonston, 1986) encontraron más de una docena de practicantes que utilizaron magnetismo como procedimientos de sanación. Edmonston (1986) encontró información del magnetismo animal en las obras de John Baptist van Helmont (1579-1644), Robert Fludd (1574-1637), William Maxwell y Valentine Greatraks (1628-1680); y propuso que el trabajo de los magnetistas del siglo XVII fue el cimiento para la posterior revolución (Kuhn, 1970/2000) de Mesmer en el siglo XVIII. Van Helmont, defendió la teoría del magnetismo frente a la iglesia que asignaba las curas magnéticas al diablo, y fue considerado el predecesor de Mesmer en el siglo XVII, tal como Paracelso fue considerado el predecesor de Mesmer en el siglo XVI. En 1605, el médido Fludd adoptó ideas y prácticas de Paracelso, fue reconocido por sus tratamientos magnéticos mas que por inducciones verbales, y de este autor se conoció que acostumbró elaborar sus elementos magneticos utilizando partes y secreciones del cuerpo humano. 15 William Maxwell, cuya colección de curas magnéticas están recopiladas en La Medicina Magnética escrita en 1679, tiene una contribución a la historia muy similar a la de Van Helmont y en su obra se pueden encontrar tres elementos a) la noción del fluido vital, b) el uso de magnetos y c) la capacidad de manipular el fluido vital para restaurar la parte enferma del cuerpo. Maxwell, al igual que Paracelso y Fludd, propuso el uso de magnetos hechos de partes del cuerpo y secreciones humanas. Valentine Greatraks, quien aseguró haber recibido de Dios el don de curar la tuberculosis y la malaria, atendió a miles de pacientes mediante un procedimiento que combinaba masajes a las partes del cuerpo del paciente e invocaciónes a Dios para curar la enfermedad (Edmonston, 1986). La notoriedad de las intervenciones de Greatraks provocaron que la iglesia, las organizaciones médicas, y las autoridades gubernamentales le solicitaran detuviera sus sanaciones. En la historia de la hipnosis, el siglo XVIII es considerado el siglo de Mesmer. De hecho, Batino y Shouth (1999) plantearon que el estudio científico de la hipnosis empezó en el siglo XVIII con Mesmer. Sin embargo, hay que considerar que Mesmer no fue el único personaje que practicó el arte de las inducciones en ese siglo XVIII. Entre los practicantes de las inducciones magnéticas existieron John Joseph Gassner, Franz Anton Mesmer (1734-1815), Armand-Marie-Jacques de Chastenet Marquis de Puységur (1751-1825), Bruno, y Elisha Perkins (1741- 1799) (Edmonston, 1986). Gassner fue un exorcista alemán que en los años 1770 fue famoso en Suiza y Alemania por sus curas. La técnica de Gassner consistió en a) solicitar al paciente permiso para usar exorcismo, b) apelar al diablo para que produzca los síntomas, c) si los síntomas se manifestaban realizaba el exorcismo, y d) si los síntomas no se manifestaban refería al paciente a un médico (Edmonston, 1986). 16 Franz Anton Mesmer Mesmer nació en Iznang Suabia, en Lago Constance en Alemania, pero sus estudios de medicina los realizó en Viena donde inició su práctica médica sui generis; posteriormente viajó por Bavaria y Suiza, donde continuó prácticando sus curas. De Viena Mesmer fue expulsado, probablemente por el caso de Miss Paradise, y viajó a París. En París, con el apoyo del doctor Charles d’Eslon que lo presentó a la sociedad parisina, desarrolló una práctica lucrativa utilizando un procedimiento que incluyó su famoso baquet (una tina de roble de alrededor de 1.5 mts con agua magnetizada alrededor de la cual se colocaban los pacientes en círculos concentricos), el cual le permitió practicar curas grupales. En 1784 en París donde sus curas sui generis no fueron bien recibidas por la comunidad médica, la Academia Francesa de Medicina organizó un comité para investigar las prácticas de Mesmer. Como resultado de esta investigación, el comité elaboró un reporte (Committee of the Medical Section, 1833/1923) donde sin descalificarse la existencia de los fenómenos observados, se atribuyeron los resultados de las curas mesméricas a la imaginación y a la imitación causada por la cercanía y mirada de las personas, y se calificó la práctica como dañina para la moralidad. Este reporte del comité le generó a Mesmer aislamiento profesionaly abandono de sus seguidores. Presionado por esta situación, Mesmer abandonó París, primero se le ubicó en Inglaterra y luego se le ubicó en la región del Lago Constance donde posteriormente murió (Bloch, 1980; Edmonston, 1986). Como evidencia de que la propuesta de Mesmer no fue tan revolucionaria, Pattie (1956/1994) con base en su investigación, demostró que Mesmer elaboró su disertación con referencias textuales del trabajo de Richard Mead (1673-1754), también encontró que Mesmer no fue la primera persona en usar magnetos como herramienta de curación; y, finalmente, que los méritos de su primera 17 curación con magnetos bien pudieron haberse dado al sacerdote Maximiliano Hell, quien fue el que le sugirió a Mesmer utilizar los magnetos en ese paciente. La técnica de Mesmer evolucionó de frotar la parte afectada del paciente con magnetos a ejecutar los pases de manos o pases mesméricos para redistribuir el fluido vital magnético. Estos pases de manos fueron las técnicas de inducción que predominaron durante el siglo XVIII y XIX (Bloch, 1980; Edmonston, 1986; Pattie 1994). Mesmer aseguró su lugar en la historia destacando y publicitando ideas y procedimientos que habían sido desarrolladas y practicadas anteriormente, como Pattie (1956/1994) mostró con su investigación. La fama de Mesmer podría atribuirse a su habilidad para atraer para sí la atención de la gente, su habilidad para atraer seguidores quienes continuaron su trabajo, y las circunstancias del tiempo (Bloch, 1980; Edmonston,1986). En ese mismo sentido, Ernest R. Hilgard escribió (Bloch, 1980), que Mesmer en sus intervenciones con sus pacientes observó que algo estaba sucediendo y llamó a ese algo, magnetismo animal. Aunque la teoría del magnetismo animal de Mesmer no fue aceptada por ser imprecisa, sus hallazgos empíricos fundamentaron a la moderna investigación teórica y aplicada de la hipnosis (Bloch, 1980; Pattie, 1994). Probablemente la extravagancia de las explicaciones de Mesmer se debieron a que buscó, como frecuentemente ocurre (Kuhn, 1970/2000), ajustar sus hallazgos empíricos a los paradigmas existentes (la teoría de la gravitación universal anunciada por Newton en 1687). El trabajo de Mesmer fue influenciado tanto por la época en que vivió, como por las características de su propia personalidad. Como sea, el trabajo de Mesmer actuó como catalizador de la hipnosis moderna. Aunque la teoría del magnetismo animal de Mesmer no fue adecuada, sus métodos gradualmente convergieron en los métodos de la hipnosis moderna (Bloch, 1980). De acuerdo a Erickson (1980c) el trabajo de Mesmer, o como se conoció 18 en su época mesmerismo, es el primer registro del uso de la sugestión como herramienta terapéutica, aunque esto no fue reconocido así en su tiempo. Marqués de Puységur (1751-1825) Amand-Marie-Jacques de Chastenet o el Marqués de Puységur, el mayor de tres hermanos todos seguidores de Mesmer, fue probablemente el más famoso estudiante de Mesmer (Bloch, 1980; Edmonston, 1986). Los procedimientos de induccion de Puységur fueron en todos sentidos muy similares a los heredados de Mesmer. La notoriedad de Puységur se debió a que fue la primera persona en hacer observaciones sobre el sonambulismo artificial (Bloch, 1980; Edmonston, 1986; Weitzenhoffer, 2000), término que acuño en analogía al sonambulismo natural. Puységur ganó su lugar en la historia de la hipnosis al ser el pionero en sustituir las crisis histéricas, generalmente observadas con las técnicas de Mesmer, por un estado mental calmado similar al sueño (Edmonston, 1986; Pattie, 1994); por reportar experiencias de sujetos hablando en ese estado de sonambulismo artificial, por detectar que se podía promover ideas en el sujeto para actuar en consecuencia; y adicionalmente, por descubrir que el sujeto podía experimentar amnesia de algunas conductas realizadas durante el estado de magnetización (Pattie, 1956/1994). Por otro lado y con base en las observaciones novedosas que reportó Puységur sobre el sonambulismo artificial, Weitzenhoffer (2000) consideró que la historia de la hipnosis inició con Puységur. Otras figuras del mesmerismo en el siglo XVIII, según Edmonston (1986), fueron Bruno, quien también también utilizó pases de manos para inducir el mesmerismo y diagnosticar las partes enfermas del paciente; y Elisha Perkins (1741-1799), quien en Connecticut, Norteamérica, también hizo reportes de sanaciones equivalentes a las que se hicieron en Europa con Mesmer. En 1795 Perkins reportó una nueva técnica terapéutica al encontrar que áreas inflamadas del cuerpo y con dolor podían ser aliviadas por suaves masajes con una hoja de 19 metal. La investigación de Perkins continuó, incluso desarrolló y patentó un dispositivo constituido por dos piezas metálicas denominado Tractor Metálico. Durante el siglo XIX, por un lado, empezó a disminuir la parafernalia utilizada en el siglo anterior; y, por otro lado, aunque la fijación ocular y los pases de manos fueron las técnicas más utilizadas, apareció en escena el Abbé Faria, con el uso de inducciones verbales. Francia fue el campo de acción de los magnetizadores del siglo XIX (Jose Deleuze, Billot, Alexandre Bertrand, Alphonse Teste, Baron Du Putet, Richard Chenevix, James Esdaile, Chaunce y Townshend, George Sandby, y W. Scoresby). Du Putet, Chenevix y Lafontaine introdujeron el magnetismo a Inglaterra donde los exponentes fueron Charles Lafontaine, John Elliotson y James Braid. José Custodio de Faria (1756- 1819) José Custodio de Faria, quien nació en la villa de Bardez en la India Portuguesa y fue conocido como el Abbé Faria, apareció en la escena de la historia de la hipnosis ejecutando en Paris demostraciones públicas de magnetismo animal. De este personaje, se tiene una publicación, De la causa del sueño lúcido o estudio de naturaleza del hombre (Faria, 1906/2005), que muestra razonamientos de vanguardia acerca del fenómeno del magnetismo (Edmonston, 1986). El Abbé Faria buscó cambiar la terminología de la hipnosis utilizada en su tiempo, aunque no lo logró. Este autor utilizó los términos concentración y sueño lúcido, en lugar de magnetismo animal o sonambulismo. Adicional a esto, consideró que el sonambulismo, que aprendió de Puységur, involucraba los mismos procesos que el sueño natural; es decir, para el Abbé Faria, el sonambulismo y el sueño natural eran lo mismo. Con base en este razonamiento, este autor seleccionaba a sus sujetos de demostración según la facilidad que éstos tuvieran en conciliar el sueño. Este autor, como lo expuso en 1819, no creyó en la existencia del fluido magnético; contrario a esto, postuló 20 que la causa de los fenómenos del magnetismo animal no se encontraba en el exterior del humano –el baquet o el fluido magnético- sino en el interior de uno mismo (Faria, 1906/2005), adelantándose con estas propuesta psicologista a Braid (González-Ordi, 1999). Braid, en su obra de 1843/1960, relata el caso en el cual el Abbé Faria colocó al paciente en sueño lúcido o sonambulismo con la sola indicación de duerme “él [Abbé Faria] sentó al paciente en una silla y después de decirle [al paciente] que cerrara los ojos,.., con voz fuerte y tono imperativo pronunció la palabra ‘dormez’” (p.88); es decir, el Abbé Faria, aunque no abandonó el pase de manos y el uso de dispositivos (objetos o líquidos), también reflejó en sus inducciones su concepción de la similitud entre magnetismo y sueño lúcido. Esta inducción de duerme anticipó a las extensas inducciones verbales actuales. Joseph Philip Francis Deleuze (1753-1835) Deleuze quien, en su práctica del magnetismo mostró la influencia de Puységur, escribió dos obras: Historia Crítica del Magnetismo Animal, en 1813, e Instrucciones Prácticas de Magnetismo Animal, en 1825 (Deleuze, 1825/1982); siendo éstaúltima obra uno de los primeros y más detallados manuales de técnicas de magnetismo. Deleuze, al igual que Mesmer, consideró la existencia de un fluido magnético y su posibilidad de éste de ser transferido entre las personas y redistribuido en el cuerpo del paciente, pero a diferencia de Mesmer, no recomendó las intervenciones grupales (Edmonston, 1986). Jacques François Bertrand (1795-1831) Bertrand, quien tuvo influencia de las ideas del Abbé Faria, fue el primero, según la evidencia encontrada, en desafiar la existencia de un fluido magnético como causa del magnetismo (Edmonston, 1986). Este autor consideró que las experiencias de magnetismo animal tenían como sustrato subyacente más una condición orgánica que una condición mental, sentando con esto el fundamento conceptual sobre el que se apoyó Charcot y seguidores para explicar el gran hipnotismo (Gonzáles-Ordi, 1999). 21 Otra figura del magnetismo del siglo XIX fue Alphonse A. Teste. Teste utilizó procedimientos de magnetización similares a los utilizados por Deleuze; sin embargo, encontró que los pases de manos sobre la espina dorsal, tocar el estómago, tocar la cabeza y otros procedimientos específicos eran ineficaces para el magnetismo. Teste también previno a los magnetizadores contra el procedimiento de tocar al paciente y compartió la preocupación de Deleuze con relación al aura que rodea el trabajo de un operador varón y una paciente femenino y, especialmente, previno contra el desarrollo de relaciones íntimas entre ambos (Edmonston, 1986). Edmonston (1986) encontró en la obra de Teste de 1840, los siguientes puntos novedosos para la época: Desarrolló procedimientos cortos de magnetización, de tres minutos de duración, para aquellos pacientes con los que ya había trabajado y para aquellos que previamente mostraron facilidad al realizar el procedimiento. Desarrolló un procedimiento que consistió en usar a un paciente magnetizado (sonambulismo) para magnetizar a otro. Propuso cuidar que la actitud del operador no demeritara el bienestar del paciente. Es decir, adelantándose a su época, buscó que sus tratamientos fueran centrado en el paciente. Sugirió, por un lado, evitar que la voz del operador sonara como si estuviera ordenando al paciente y; por otro lado, utilizó frases como “Me gustaría que tu… “; es decir, adelantándose a su época, promovió el uso de sugestiones indirectas y, en general, una orientación centrada en el cliente. Jules Denis de Sennevoy (1796-1881). Barón Du Putet Edmonstón (1986), al investigar en la traducción que elaboró Lee en 1927 sobre la obra de Sennevoy de 1852, encontró que ese traductor consideró a Jules Denis Sennevoy, también conocido como el Barón Du Putet, el cuarto en la línea 22 de Mesmer -los otros serían Puységur y Deleuze-. Du Putet, (1796-1881), no solo utilizó las técnicas de intervención de Mesmer, sino además, también pareció disfrutar la notoriedad pública. Igual que Mesmer, utilizó el baquet para intervenciones grupales, aunque también desarrolló el Espejo Mágico (un disco negro dibujado sobre el piso al que los pacientes habrían de acercarse para mirarlo hasta sufrir la crisis mesmérica). Charles Lafontaine (1803-1892), quien buscó inicialmente ser actor, cuando aprendió a magnetizar lo hizo su forma de vida. Lafontaine hizo hipnosis de teatro, sanó pacientes con ceguera, con sordera y con cojera; asistió a una persona en la perfección de su desempeño como actor y, además de humanos, magnetizó gatos, perros, ardillas, leones y lagartos (Edmonston 1986). Braid reportó, en su obra de 1843, que fue introducido en el tema de magnetismo al asistir, a fines de 1841, a una demostración de magnetismo de teatro de Lafontaine (Braid, 1843/1960; Weitzenhoffer, 2000). John Elliotson (1791-1868) fue considerado como una persona que buscó lo novedoso para utilizarlo en la atención de los pacientes, sin importarle mucho no apegarse a las reglas. Elliotson reportó que tuvo conocimiento de la eficacia del magnetismo al observar una demostración de Du Putet y decidió aprender la técnica y su aplicarla en el hospital-escuela donde ejercía. En 1838, Elliotson fue cesado de dicho hospital-escuela para impedirle que continuara utilizando magnetismo. (Edmonston, 1986). Richard Chenevix fue considerado como una persona, no solo incrédula del fenómeno del magnetismo, sino también sarcástica respecto a la existencia del fenómeno. Elliotson, en su publicación de 1943, escribió que Chenevix después de rechazar por años asistir a presentaciones del mesmerismo, finalmente asistió a una demostración de mesmerismo del Abbé Faria y se convenció tanto de su eficacia que se convirtió en estudiante de mesmerismo. La técnica de Chenevix estuvo basada en los pases de Mesmer de aquel tiempo. Elliotson 23 (1843d) reportó que en 1928 tuvo conocimiento del magnetismo a través de una publicación de Chenevix. (c) Hipnotismo James Braid (1795 – 1860) Braid es una figura sobresaliente de la historia de la hipnosis, incluso considerado por algunos como el padre de la hipnosis moderna ya que con sus aportaciones contribuyó a desechar completamente la concepción del magnetismo animal que prevaleció durante el siglo XVIII (Hilgard, 1987). En principio, a Braid se debe el término hipnotismo y sus derivados (ver Tabla 1) (Braid, 1843/1960): Neuripnologia se deriva del Griego de las palabras nervio, sueño y tratado; y significa entonces doctrina del sueño nervioso, lo cual yo defino como ’una condición peculiar del sistema nervioso en la cual uno puede ser colocado con artilugios artificiales. Por el término ‘Neuro-Hipnotismo’, entonces se entenderá ‘sueño nervioso’; y, para abreviar, se suprimirá el prefijo ‘Neuro’ (p. 93 – 94). Tabla 1 Definición del término hipnotismo y sus derivados según Braid Término Se entenderá Hipnótico Estado o condición de sueño nervioso Hipnotizar Inducir el sueño nervioso Hipnotizado El que ha sido puesto en estado de sueño nervioso Hipnotismo Sueño nervioso Deshipnotizar Restablecer del estado o condición de sueño nervioso Deshipnotizado Restablecido del estado o condición del sueño nervioso Hipnotista El que practica neuro-hipnotismo Nota: información adaptada de Braid (1843/1960) Según el propio Braid (1843/1960), fue en noviembre de 1841 cuando decidió investigar y posteriormente interesarse más en el mesmerismo “en noviembre de 24 1841 yo me propuse investigar las afirmaciones del magnetismo animal o mesmerismo completamente escéptico, con una emoción de descubrir el origen de la mentira…” (p. 83 – 84). Braid era escéptico del mesmerismo pues consideraba que “…todo es una sistemática colusión o engaño, una gran imaginación, simpatía o imitación…” (p. 98). Braid (1843/1960) reporta que, buscando observar directamente el magnetismo animal, asistió a una demostración del francés Lafontaine en Manchester: La primera oportunidad que yo tuve de observar una exhibiciónn de ese tipo [magnetismo animal] fue con Lafontaine, el 13 de noviembre de 1841. Esa noche [en la demostración de Lafontaine], no ví algo nuevo, mas bien confirmé mis prejuicios. En la siguiente demostración, seis días después, un hecho atrajo mi atención, la incapacidad del paciente de abrir sus ojos. Yo consideré esto como un verdadero fenómeno, y me emocioné por descubrir su causa fisiológica. La siguiente noche [al presenciar otra demostración]…,… yo había descubierto la causa, pero consideré prudente no anunciarlo publicamente, hasta que hubiera experimentado en privado (p. 98 - 99). Después de las experiencias con Lafontaine, aunque no hay registro detallado de sus observaciones (Weitzenhoffer, 2000), Braid (1843/1960) realizó sus propios experimentos con pacientes utilizando como procedimiento la fijación de la mirada y concentraciónde la atención. Con base en esto, llegó a su principal conclusión: …yo considero que los experimentos prueban completamente mi teoría; y expreso mi total convicción de que el fenómeno del mesmerimo debía atribuirse,…, a un desequilibrio del estado de los centros cerebro-espinal, y de los sistemas circulatorio, respiratorio, inducido como ya lo he explicado, por la fijación de la mirada, inmovilidad, fijación de la atención y reducción de la respiración… Todo depende del estado físico y psíquico del paciente,… en ningún momento interviene la voluntad, o los pases del operador enviando o activando un místico fluido universal…(p.102). Según escribió González-Ordi (1999), inicialmente, la explicación que concedió Braid del fenómeno de hipnosis fue de orientación psicofisiológica, seguramente 25 por la tendencia psicofisiologista de la época (Kuhn, 1970/2000); sin embargo, años después Braid resaltó en sus explicaciones los aspectos cognitivo-subjetivo (creencias, variables atencionales y sugestión) y minimizó algún aspecto fisiopatológicos del proceso. Este mismo autor propuso que a partir de Braid se ha encontrado en la literatura la dicotomía de las propuestas: perspectiva fisiopatológica y perspectiva psicológica. Después de experimentar con muchos pacientes y estando seguro de la realidad del fenómeno, Braid (1843/1960, p. 216), refiriéndose al estado de hipnosis, elaboró un resumen de sus observaciones, las cuales han probado ser vigentes: 1. Una determinada y continua concentración mental y fijación de la mirada provoca un estado específico del sistema nervioso, acompañado de somnolencia y una tendencia a una variedad de fenómenos. 2. En ese estado ocurren tanto excitación como inhibición de los organos de los sentidos y del sistema nervioso. 3. En ese estado se tiene la capacidad de activar o inhibir la frecuencia cardiaca y circulación sanguínea (local y general) así como manipular la energía y tono muscular de manera sorprendente. 4. En ese estado, como lo prueban resultados de pruebas químicas, se tiene la capacidad modificar las secreciones y sustancias de desechos del cuerpo. 5. Todas las capacidades observadas durante este estado pueden ser utilizadas en beneficio de curar una variedad de enfermedades intratables e incluso incurables por los tratamientos tradicionales. 6. Ese estado puede ser un medio para moderar o incluso prevenir el dolor en pacientes durante el curso de las intervenciones quirúrgicas. De acuerdo a Weitzenhoffer (2000), el trabajo de Braid fue conocido en Francia y el Reino Unido. Francia, donde Braid llegó a tener más reconocimiento que en 26 el segundo país, se acuñó el término Braidismo para sustituir al término hipnotismo. Considerando los reportes de Braid del uso del hipnotismo con inhibidor del dolor, un determinado grupo de médicos franceses, incluyendo entre ellos a Paul Broca, consideraron utilizar el hipnotismo como sustituto del cloroformo, el principal anestésico de la época que era acompañado de muchos efectos negativos y, tras reportarse algunos éxitos iniciales, finalmente aparecieron varios reportes con resultados negativos. Probablemente debido a estos últimos reportes se perdió el interés por el Braidismo por la comunidad francesa, quedando finalmente confinado su trabajo en el Reino Unido (Weitzenhoffer A. M., 2000). De acuerdo a la investigación de Weitzenhoffer (2000), adicional a la acuñación del término hipnosis, a las concepciones generales del fenómeno de hipnosis y a los reportes anecdóticos de sus experiencias con la hipnosis, Braid no publicó datos consistentes, ni evaluaciones cuantitativas (datos estadísticos de las experiencias realizadas) de sus observaciones, probablemente esto impidió evaluar la eficacia de su trabajo y contribuyó a su aislamiento en el Reino Unido. Auguste Amboise Liébeault (1823-1904) Liébeault fue un médico francés que ejerció alrededor de la ciudad de Nancy (Weitzenhoffer A. M., 2000) y fue conocido como el padre espiritual de la Escuela de Nancy, la escuela con la visión opuesta a la visión de la Escuela de la Salpêtrière establecida en la ciudad de París (Gonzáles-Ordi, 1999). Liébeault, quién se interesó desde estudiante en el magnetismo animal, con base en las estrategias de intervención reportadas por Du Putet, el Abbé Faria, Lafontaine y Braid, desarrolló su propia estrategia de intervención. Liébeault desarrollo varias estrategias, pero la sugestión que le pareció más eficaz se considera su principal aportación (Weitzenhoffer A. M., 2000); Liébeault, 1891 en González-Ordi, 1999). Inicialmente, Liébeault utilizó la imposición de manos, remanente del magnetismo animal, pero después, bajo la influencia de 27 Bernheim, sustituyó esta práctica por concepciones como expectativa y sugestión (Liébeault, 1883; Gauld, 1992). En su publicación de 1860, Liébeault propuso que todos los fenómenos de la hipnosis, incluyendo la hipnosis misma, son efectos de la sugestión. Pocas personas pusieron atención a esta concepción de Liébeault e incluso a sus publicaciones. Bernheim, uno de los pocos interesados en la iniciativa de Liébeault, se entrevistó con este último en la Clínica de Nancy y, finalmente, su relación terminó en una asociación entre los dos hombres. Con base en su estancia en Nancy, Bernheim escribió un libro que causó gran impacto y catalizó la polarización de dos concepciones: por una lado, la propuesta de Bernheim que se conoció como la Escuela de Nancy; y, por el otro lado, la concepción de Charcot que se conoció como la Escuela de la Salpêtrière (Weitzenhoffer, 2000). Con el paso del tiempo la tesis de Bernheim/Liébeault ganó mayor aceptación que la concepción de la Escuela de la Salpêtrière; y, en 1892, durante el II Congreso Internacional de Psicología se reconoció públicamente la preponderancia de las tesis de la Escuela de Nancy frente a la Escuela de la Salpêtrière. Actualmente la llamada doctrina de la sugestión de la hipnosis continua manteniendo su influencia en el ámbito académico (Weitzenhoffer, 2000). (d) La Escuela de Nancy e Hippolyte Bernheim Bernheim (1840 - 1919) en 1868 inició su práctica médica en la ciudad de Nancy, su interés en la hipnosis se produciría en 1882 cuando recibió noticias del éxito de Liébeault en el tratamiento de ciática de uno de sus pacientes. Este éxito de Liébeault motivó a Bernheim a visitar al primero y presenció varias demostraciones del fenómeno de hipnosis y, hecho esto, se convenció del valor terapéutico del hipnotismo e inició una asociación con Liébeault con el propósito de elaborar una publicación con base en el estudio y práctica del fenómeno de 28 hipnosis (Gonzáles-Ordi, 1999). Tras la publicación de la primera obra en 1884, las tesis de Liébeault se difundieron en el ámbito académico (Bernheim, 1888/1964). Bernheim, Beaunis y Liégeois conformaron el núcleo de la llamada Escuela de Nancy, siendo el primero quién asumió la dirección científica al facilitar que las investigaciones de la escuela llegaran a París, el centro científico de la época (Gonzáles-Ordi, 1995 y 1999). Bernheim (1888/1964) planteó una concepción del hipnotismo en la cual la sugestión fue el elemento fundamental de la hipnosis, esta concepción discrepaba radicalmente de la concepción de la escuela de Charcot. La Escuela de Nancy tuvo su confrontación con la Escuela de la Salpêtrière en tres temas (González-Ordi y Miguel Tobal, 1993 en González-Ordi, 1999): 1. La relación entre la histeria y el hipnotismo. 2. El papel de la sugestión en la hipnosis. 3. Las implicaciones (médico-legales) de los actos de los sujetos hipnotizados. De la obra de Bernheim (1888/1964) se puede extraer las siguientes aportaciones : 1. La sugestionabilidad la poseen todas las personas en diferentes grados y esa puedemedirse. 2. Los grados de hipnosis dependen de la sugestionabilidad. 3. La hipnosis es el estado que incrementa la sugestionabilidad 4. Sugestiones apropiadas generan el estado fisiológico de hipnosis. Adicional a las aportaciones anteriores, Bernheim llegó a conceptualizar la sugestión separada de la hipnosis (Weitzenhoffer, 2000), y concedió mayor importancia a la primera, tanto llegó a plantear que cualquier fenómeno hipnótico puede ser obtenido con sugestiones en vigilia; y, adicional a esto, desarrolló una 29 metodología que denominó psicoterapia (Bernheim, 1891 en González-Ordi, 1999). (e) La Escuela de la Salpêtrière y Jean Martin Charcot. De esta escuela establecida en París, Ellenberger (1965, citado por González- Ordi) investigó que fue dirigida por el más relevante neurólogo de la época (1870 – 1893), Jean-Martin Charcot (1825 - 1893), razón por la cual fue escuela de la mayoría de los neurólogos de la época: Pierre Marie, Gilles de la Tourette, Paul Richer, A. Pitres, F. Raymond, C. S. Fèré, D. M. Bourneville y J. F. F. Babinski; y visitantes temporales como Sigmund Freud y V. M. Bechterev. Aunque puede establecerse que la investigación de Charcot en la Salpêtrière tuvo fallas metodológicas (Hilgard, 1987), una de sus aportaciones al tema de hipnosis se centra en haber conducido el primer estudio científico del fenómeno de hipnosis a gran escala, nada comparable fue hecho hasta 1920 cuando Clark L. Hull hizo su investigación (Weitzenhoffer A. M., 2000). Adicional a esta aportación, la reputación académica de Charcot permitió que el hipnotismo, hasta entonces rechazado por la ciencia, fuera aceptado por la comunidad científica internacional, favoreciendo con esto la publicación de gran cantidad de obras (Chertok, 1992; Gauld, 1992). Chertok (1992) y Weitzenhoffer (2000), con base en su investigación sobre Charcot y la Escuela de la Salpêtrière, extrajeron los siguientes postulados. 1. La evidencia legítima de la existencia de la hipnosis son la existencia de indicadores somáticos, lo que elimina la simulación (Chertok, 1992, pág. 19). 2. Las manifestaciones del hipnotismo y gran hipnotismo pueden desarrollarse independientemente de toda sugestión ó simulación (Chertok, 1992, pág. 18). 3. Los fenómenos hipnóticos pueden agruparse en tres categorías: catalepsia, letargia y sonambulismo (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 36). 30 4. El hipnotismo en su forma más pura, se considera un estado patológico (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 36). 5. Esta última proponemos que se denomine el gran hipnotismo por ser la forma más perfecta de hipnotismo. (f) Edad de Oro de la Hipnosis De acuerdo a Hilgard (1987), de 1855 a 1895 fue la edad de oro de la hipnosis. En ese periodo, por un lado, Charcot ya había logrado que la hipnosis fuera aceptada por la ciencia médica; y, por el otro lado, Bernheim por su parte había aplicado la sugestión a una amplia gama de padecimientos. Adicionalmente a esto, hubo una impresionante publicación de libros y artículos sobre hipnosis en varios idiomas y, para completar el éxito de la hipnosis, en 1889 se celebró el primer congreso internacional de hipnotismo en Paris al cual asistieron los principales expertos en hipnosis del mundo. (g) El declinar del interés en la hipnosis De acuerdo a Hilgard (1987), posterior a la edad de oro hubo un rápido declinar de la hipnosis. Chertok (1992) y Weitzenhoffer (2000) también escribieron sobre la existencia de este periodo de la hipnosis y están de acuerdo que con la muerte de Charcot en 1893 comenzó para la hipnosis un periodo de declinación de unos 15 años (1895- 1910). Esta declinación se puede entender, por un lado, al perderse la influencia de Charcot y reconocerse, aún por sus seguidores, las fallas metodológicas en las investigaciones que le condujeron a falsas conclusiones (Hilgard, 1987); y, por otro lado, debido al retiro de Bernheim en 1900 (Weitzenhoffer A. M., 2000). La declinación de la hipnosis también fue influida por la ausencia de una teoría común y satisfactoria entre las dos corrientes de hipnosis existentes (Salpêtrière 31 y Nancy), las cuales en la práctica continuaron con sus diferentes posturas (fisiológica versus psicológica); y, por el exceso infundado de expectativas que fueron creadas, especialmente por la Escuela de Nancy, alrededor de la hipnosis. Liébeault proponía que todas las personas eran hipnotizables y reportaba éxitos del 97%, Bernheim reportaba éxitos del 80% y sostenía que si un médico no hipnotizaba al 95% de sus pacientes al primer intento, no conocía el oficio (Hilgard, 1987; Chertok, 1992). La variabilidad en el grado de hipnosis alcanzado por los pacientes, resultado de la susceptibilidad individual de los sujetos, resultó en una pérdida de entusiasmo por el uso de la hipnosis por parte de los practicantes. Freud entre ellos (Chertok, 1992). Freud (1856 -1939) La incursión de Freud en el ámbito de la hipnosis se puede trazar desde un entusiasmo inicial que empezó con en el uso de la hipnosis en 1887, hasta un desencanto final dos años después. De acuerdo a Hilgard (1987) Freud tenía conocimientos superficiales de hipnosis y un método autoritario inapropiado para intervenciones terapéuticas. Freud al asociar el método catártico de Breuer con la hipnosis profunda, firmó su desencanto con la hipnosis, pues posteriormente descubriría la existencia de sujetos refractarios a la hipnosis. En una visita de Freud a la Escuela de Nancy, el propio Bernheim le confirmó que la hipnosis profunda solo se lograba en casos excepcionales (Hilgard, 1987; Chertok, 1992). Pierre Janet (1859 -1947) Durante ese periodo de declinación de la hipnosis (1895 – 1910), Janet continuó con sus investigaciones con hipnosis, específicamente con el fenómeno de disociación o doble personalidad (Chertok, 1992; Weitzenhoffer, 2000). Para Janet “los síntomas histéricos son el resultado de una disociación de la personalidad, en la que el sujeto manifiesta estados de conciencia que hasta ahora permanecían en el subconsciente” (Chertok, 1992, pág. 21). Janet 32 mediante sugestiones bajo hipnosis removía los síntomas histéricos. Por su trabajo Janet fue conocido como el padre de la teoría de la disociación (Weitzenhoffer A. M., 2000). La aportación de Janet a la hipnosis fue mostrar su uso terapéutico al mostrar que es posible eliminar determinados síntomas en los pacientes. Según Weitzenhoffer, “en el ambiente clínico se decía que el desencanto general con la hipnosis como método terapéutico y la creación del psicoanálisis por Freud fueron los responsables del abandono de la hipnosis” (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 415) (h) La Hipnosis antes de la 2ª Guerra Mundial (1929) Ya en el siglo XX, pero antes de la 2ª guerra mundial, el desarrollo histórico de la hipnosis es posible seguirlo en tres líneas (Hilgard, 1987). La primera línea ubica el renacer de la hipnosis en Harvard donde se desarrollaron investigaciones sobre hipnosis: Boris Sidis, publicó varias obras; Morton Prince, investigó sobre personalidades múltiples; y William McDougall, quien utilizó hipnosis en la 1ª guerra mundial en Oxford, aceptó un profesorado en Harvard en 1920 donde promovió el estudio de la hipnosis entre sus estudiantes. El primer estudiante influenciado por McDougall fue William S. Taylor quien, aunque publicó poco sobre hipnosis, enseñaba a sus estudiantes a hipnotizar. De entre los estudiantes de Harvard que después de terminar sus estudios continuaron investigando sobre la hipnosis y publicaron sus hallazgos se encuentran: P. C. Young, F. A. Pattie y G. W. Estabrooks. Henry A. Murray, quien sustituyó a Prince en Harvard, tuvo influencia sobre Donald W. MacKinnon, Robert W. White y Martin T. Orne (este último fue estudiante de W. White). 33La segunda línea de la hipnosis se desarrolla con Clark L. Hull (1884 - 1952) en la universidad de Wisconsin. En 1923 Hull se interesó por la hipnosis, y posteriormente ofreció seminarios de hipnosis a estudiantes, a uno de las cuales asistió Milton H. Erickson (1901 - 1980) siendo aún estudiante (Zeig & Munion, 1999) y quien después se convertiría en líder y el más prolífico escritor en hipnosis clínica de la época. Aún en Wisconsin, Hull inició un programa de investigación en busca de los fundamentos científicos de la conducta hipnótica. En 1929 Hull se cambió a Yale donde fundó “el 1er laboratorio del siglo XX dedicado completamente a la investigación de la hipnosis” (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 415). Con la investigación y el apoyo de veinte colaboradores, Hull publicó los resultados en el libro Hipnosis y Sugestionabilidad (Hull, 1933/1968) que “…se convirtió en un clásico en hipnosis experimental…”. La aparición de este libro elaborado por un distinguido psicólogo y respaldado por la investigación de dos prestigiadas universidades “… hizo respetable el estudio científico de la hipnosis en laboratorios de psicología” (Hilgard, 1987, pág. 296) y tal vez provocó el incremento notable en investigación sobre hipnosis en América y Europa. Pese a esto anterior, la influencia de la obra de Hull se limitó a enseñar “un nuevo modelo de investigación en psicología” (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 415). De cualquier forma, Zangwill consideró a Hull como el precursor de la hipnosis científica o experimental (1987). La tercera línea de la hipnosis lleva a Milton H. Erickson (1901 - 1980). Erickson, quien fue introducido a la hipnosis por Hull y después continuó a prueba y error su autoaprendizaje de la hipnosis, se graduó de médico y psicólogo en 1928; de 1930 a 1934 en el Hospital de Worcester de Massachusetts, realizó investigaciones y publicó 11 artículos científicos (Zeig & Munion, 1999) entre los que estuvo su primer artículo sobre hipnosis Posible efecto dañino de la hipnosis experimental (Erickson, 1980a). En este primer artículo, Erickson analizó la preocupación del momento relacionada a los efectos negativos de la hipnosis en los sujetos experimentales: incremento en la susceptibilidad, modificación de la 34 personalidad, compromiso del sujeto a percibir a realidad y desarrollo de actitudes negativas. A esto Erickson (1980a, pág. 497) respondió: La experiencia del autor, basada en varios cientos de trances en aproximadamente 300 sujetos, algunos de los cuales fueron hipnotizados al menos 500 veces en un periodo de cuatro a seis años, no revela evidencia de dichos efectos dañinos. Hilgard reportó (Hilgard, 1987) que durante los años veinte y treinta es muy reconocida la labor de Erickson, y que en alguna literatura se le denominó “padre del hipnotismo moderno” o también “Mr. Hipnosis” (Weitzenhoffer A. M., 2000, pág. 419) por su reconocido trabajo clínico y experimental. Mucha de la investigación de Erickson se orientó principalmente a dos temas: asuntos psicodinámicos, como psicopatología de la vida diaria, neurosis experimental y fenómenos psicosomáticos; y fenomenología de la hipnosis, como comportamiento antisocial, alucinaciones negativas, respuestas post- hipnóticas, sordera hipnótica y daltonismo inducido (Hilgard, 1987). No todos los psicoanalistas rechazaron la hipnosis como lo hizo Freud, algunos colaboraron en investigaciones con Erickson como Brickner, Hill y Kubie; y otros publicaron de manera independiente como Paul Schilder, y Farber y Fisher. Sin embargo, en ese periodo aunque la investigación sobre hipnosis contaba con investigadores en varias universidades, la hipnosis no estaba difundida en todas las universidades de Norteamérica (Hilgard, 1987). (i) La Hipnosis durante y después de la 2ª Guerra Mundial (1929 - 1945) La segunda guerra mundial abrió muchas oportunidades para el uso de la hipnosis clínica en hospitales militares. 35 La más importante consecuencia del incremento de investigadores en hipnosis alrededor de los años 50, fue la formación de sociedades y journals los cuales a su vez estimularon el estudio teórico y aplicado de la hipnosis (Hilgard, 1987). En 1949 un grupo de practicantes de hipnosis, formado principalmente por médicos y dentistas, fundaron la Society for Clinical and Experimental Hypnosis (SCEH), que posteriormente cambió a International Society for Clinical and Experimental Hypnosis (ISCEH), con su publicación periódica International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis (IJCEH); y, en 1958, Erickson y otros investigadores fundaron la American Society of Clinical Hypnosis (ASCH), con su publicación periódica American Journal of Clinical Hypnosis (AJCH) (Hilgard, 1987, Weitzenhoffer, 2000; Watkins, 2009). Alrededor de 1958, en el seno de la SCEH hubo desacuerdos sobre los requisitos de los candidatos para recibir membresías y capacitación sobre hipnosis. Los requisitos de la SCEH eran muy estrictos. Como consecuencia de estos desacuerdos, Erickson abandonó la SCEH y junto con otras personas fundó la ASCH. Esta nueva sociedad se propuso enseñar hipnosis a cualquier persona con grado de doctor (Weitzenhoffer, 2000; (Watkins, 2009). Así, con financiamiento de la ASCH, Erickson y un pequeño grupo de miembros, con el objetivo de capacitar en hipnosis al mayor número de personas del área de la salud, ofrecieron seminarios, talleres y cursos para los clínicos. Por esto anterior, Weitzenhoffer (2000) reconoció a Erickson como un promotor de la difusión de la hipnosis. El conocimiento obtenido de las sociedades y los journals ayudaron a la profesionalización de la hipnosis. Incluso en 1958, la Asociación Médica Británica legitimó la hipnosis al emitir una publicación donde consideró a la hipnosis como un método adecuado para la investigación médica y solicitó a las escuelas médicas atención al tema de hipnosis. Posteriormente la Asociación Médica Americana hizo lo mismo (Hilgard, 1987). 36 Según Weitzenhoffer (2000), a principios de los años 50 su publicación Hypnotism: An Objetive Study in Suggestibility (Weitzenhoffer A. M., 1953), donde analizó y resumió la información publicada hasta ese momento, fue la única obra científica de hipnosis en esa fechas. El autor escribió que su obra influenció a E. R. Hilgard y a T. X. Barber a iniciar sus investigaciones sobre hipnosis. (j) La Fundación de Laboratorios en las Universidades Desde finales del siglo XIX, las corrientes de psicología consideraron importante estar ligadas a las universidades, por una parte, por la disponibilidad de instalaciones; y, por otra parte, por ser centros de capacitación de investigadores (Hilgard, 1987). Para finales de los años 50’s, ligados a universidades se fundaron cuatro programas de investigación en hipnosis los cuales atrajeron una gran cantidad de investigadores, quienes fundarían y multiplicarían los programas de investigación independientes (Hilgard, 1987; Weitzenhoffer, 2000). En 1957, Weitzenhoffer y Hilgard iniciaron un programa de investigación en la universidad de Stanford. Con este programa de investigación se construyeron las escalas de susceptibilidad (SHSS) para proveerse de una cartera de sujetos como participantes en la investigación y al mismo tiempo estandarizar la escala misma. Como resultado de estas escalas se obtuvieron: distribuciones de frecuencia de la respuesta hipnótica, correlaciones de la hipnotizabilidad con la edad, sexo, características de personalidad; e intentos de modificar la susceptibilidad hipnótica. En 1958, Theodore X. Barber inició un pequeño laboratorio de hipnosis en la fundación Medfield, en Massachusetts, el cual después fue cambiado a Harvard. 37 En 1960, Martín T. Orne inició un programa con la universidad de Harvard,que después se movió al hospital de Pensilvania, conectado con la universidad del mismo lugar. Este programa fundó el más grande y mejor equipado laboratorio hasta entonces dedicado a la investigación en hipnosis. Theodore R. Sarbin estableció un laboratorio de hipnosis en la universidad de California en Berkeley. A partir de estos programas, existió una gran cantidad de programas de investigación en hipnosis en todo el mundo, y, al menos en Estados Unidos, frecuentemente ligados a las universidades. Para 1970 la hipnosis fue bien aceptada: como campo de estudio y enseñanza dentro de la psicología y medicina (Hilgard, 1987). De estos cuatro programas de investigación hay que destacar el origen de las corrientes opuestas de la hipnosis: por un lado, los programas de Sarbin (universidad de California) y Barber (fundación Medfield) establecieron los fundamentos para la posterior evolución de las aproximaciones cognitivo- conductual y socio-psicológica al fenómeno hipnótico, las cuales consideraron que la conducta hipnótica es un juego de roles y por lo tanto la hipnosis como estado independiente no existe; y, por el lado opuesto, los programas de Orne y Shor, y Weitzenhoffer y Hilgard, quienes establecieron como diferente las conductas hipnóticas (Weitzenhoffer A. M., 2000). Posterior a la creación de las primeras sociedades de hipnosis (ISCEH y ASCH) en los años 60´s, otras organizaciones fueron fundadas (Weitzenhoffer A. M., 2000): A partir de 1973 existe la Sociedad Internacional de Hipnosis (ISH) con sede en Australia, la cual fue inicialmente una extensión de la SCEH. A partir de 1978 existe la Sociedad Europea de Hipnosis. Ya para 1996 hubo 21 sociedades en Europa. 38 En 1973 se fundó la división de hipnosis psicológica dentro de la American Psychological Association (APA). Con toda esta infraestructura creada, el tema de hipnosis “dejó de ser un tema tabú” (Hilgard, 1987, pág. 303) y se podía encontrar en los libros de psicología. (k) Hipnosis fuera de Europa y Estados Unidos Frecuentemente se ha ubicado las investigaciones iniciales en hipnosis en Francia, Reino Unido, Europa Central y Estados Unidos. Sin embargo, Gauld (1992) encontró interés por la hipnosis fuera de esas fronteras. Hipnosis en España Según Gauld (1992), en España la hipnosis estuvo relegada a relatos anecdóticos, debido a que los investigadores españoles no mostraron interés por el tema, aunado al rechazo por la iglesia católica de la práctica de la hipnosis por estar asociada con el espiritualismo. De acuerdo a Miguel-Tobal (1999) son tres los exponentes de la hipnosis en España: 1: Santiago Ramón y Cajal (1852 – 1934) del cual se conocen las siguientes obras sobre hipnosis Dolores de parto considerablemente atenuados por la sugestión hipnótica (1889). Algunas conjeturas sobre el mecanismo anatómico de la asociación, ideación y atención (1895). Las teorías sobre el sueño (1908). 2: Eduardo Bertrán Rubio (1838- 1909), del cual se conoce la siguiente obra: Hipnotismo y Sugestión (1894). 39 3: Abdón Sánchez Herrero (1851 – 1904), del cual se conocen las siguientes obras: El hipnotismo y la Sugestión. Estudios de fisiología y psicoterapia (1905). La hipnosis contra la voluntad del sujeto.(1889) Hipnosis en México De la misma forma que en 1958 se fundó la ISCH, cuyo propósito inicial fue regular la práctica y uso ético de la hipnosis; en la ciudad de México se fundó la Sociedad Mexicana de Hipnosis (SMH) que es miembro constituyente de la ISCH. Adicional a esta, también se fundó el Instituto Milton H. Erickson de la Ciudad de México, que está certificado por la Milton H. Erickson Foundation y cuya dirección actual, al momento de escribir este documento (2013) está a cargo de los Dres. J. Abia y R. Núñez (Abia & Nuñez, 2003). 1.2 Definiciones, Conceptos y Teorías de Hipnosis (a) Origen y definición del término hipnosis. Braid fue uno de los primeros investigadores en preocuparse por la nomenclatura de la palabra hipnosis, de hecho a este autor cambió magnetismo animal por hipnosis (Edmonston, 1981). Este autor, en 1841 acuño el término neurohipnotismo, del cual derivaron los términos hipnosis e hipnotismo (Braid, 1843/1960). Mucho de lo que se ha hecho actualmente bajo el título de hipnosis, no cumple la definición de hipnosis de Braid de 1855. Los investigadores actuales no siguen observando los fenómenos como fueron descritos hace más de 100 años, aunque no han descrito la causa. Los hechos indican que la investigación actual no está tratando con el mismo fenómeno de Mesmer ni Braid , excepto en 40 esos pocos raros casos que Hilgard (Hilgard, 1977a) describió como expresiones del observador-oculto (Edmonston, 1981; Weitzenhoffer, 2000; Yapko, 2005; Sutcher, 2008). En 1981, Edmonston planteó la existencia de tres confusiones: el uso intercambiable de los términos hipnosis y trance, la imprecisión de lo que se llama hipnosis, y la contradicción entre el significado del término trance alerta con el significado básico de hipnosis (relajación). También planteó que el significado ambiguo del término hipnosis ha reducido tanto la efectividad en la investigación sobre la hipnosis como la posibilidad para utilizar hipnosis para el beneficio de pacientes. Como propuesta para eliminar la ambigüedad del término, Edmonston (1981 y 1991) sugirió mantener la definición de hipnosis de Braid de 1855 y definir un nuevo concepto que describa lo que se estudia actualmente como hipnosis tradicional. Edmonston introdujo el término anesis, como posible sustituto del término hipnosis. Posterior a Braid, Hippolyte Bernheim, a quien Weitzenhoffer (2000) consideró el padre de la hipnosis del siglo XX, en su obra de 1884 usó el término sugestión y no hipnosis, probablemente percatándose de que el fenómeno observado era un efecto de la sugestión. De hecho, Bernheim pretendió introducir el término sugestión para el fenómeno que él observó, sin embargo, aparentemente el mundo no estaba listo para usar este término; incluso el propio Bernheim no mantuvo el uso del término de sugestión en sus posteriores escritos. Los exponentes de la hipnosis moderna han trabajado con dos suposiciones básicas. Han supuesto que el inicio de la hipnosis actual es el que la literatura ha descrito tradicionalmente y; también, que las diferencias existentes entre la descripción de los fenómenos antiguos y la descripción de los fenómenos nuevos, se reducen solo a la interpretación de los hechos (Weitzenhoffer, 2000). 41 En un nivel descriptivo, lo que ahora la gente considera hipnosis no necesariamente es lo mismo de lo que en el pasado la gente consideró como hipnosis. Con el transcurso del tiempo ha variado tanto la fenomenología reportada como la interpretación y la práctica de hipnosis. Empezando con el mismo Braid, ha habido una tendencia de los practicantes de la hipnosis de explicar una gran variedad de comportamientos como conductas hipnóticas. (Weitzenhoffer, 2000). Según Weitzenhoffer (2000), la fuente de la ambigüedad del término hipnosis se debe a que se han incluido dentro ese término fenómenos muy diferentes, deteriorando con esto tanto el estudio como la aplicación de la hipnosis. Sin embargo, los términos hipnosis, hipnotismo e hipnótico, además de ser anacrónicos, son inapropiados dado que los estados que se obtienen con las técnicas modernas de hipnosis no tienen nada que ver con alguna forma de sueño. Por lo que se refiere a los intentos de sustituir el término hipnosis, Weitzenhoffer (2000) escribió que el término hipnosis existirá por mucho tiempo debido a que la mayoría de sus practicantes no desean abandonar su uso por el beneficio que proporciona el halo de misticismo que lo envuelve. Considerando ladiversidad de fenómenos atribuidos a la hipnosis, Santana, Bernal, Rodríguez, Gómez, y Morales (2012) plantearon que la confusión de lo que se llama hipnosis ha puesto en tela de juicio los resultados de la eficacia de la hipnosis que han sido publicados, al tal vez evaluarse procesos diferentes, debido a la imprecisión del término. Estos autores consideraron que para fines científicos es necesario precisar el término. Definición de Hipnosis 42 En los tiempos iniciales se usó el término hipnosis, en alusión al sueño, pasando luego por los términos mesmerismo, magnetismo animal, sueño lúcido, hipnoterapia, hipnotismo, sugestión, hipnosis y autosugestión. En tiempos más recientes se le ha llamado estado alterado de conciencia, disociación, visualización, relajación e imaginería (Santana et al. (2012). A partir de los años 60’s las teorías de la hipnosis han variado entre concebir la hipnosis como un estado de consciencia y las que conciben a la hipnosis como un no-estado de consciencia. En años recientes ha habido posturas menos radicales y se ha concebido a la hipnosis como un punto en el continuo cuyos extremos son la dicotomía antes mencionada (Chapman, 2006). Ferenczi definió la hipnosis como una relación de hijo a padre, buscando explicar así su observación, en la hipnosis de teatro, de personas hipnotizadas aceptaban sin crítica las órdenes de hipnotistas. R. W. White definió la hipnosis como estado artificial durante el cual el sujeto solo actúa según entienda lo que es la hipnosis. Pavlov (1928/1987) definió e la hipnosis como una respuesta condicionada. Para Barber la hipnosis no existe, él estableció que una persona motivada, puede ejecutar todas las conductas que se consideran exclusivas de una persona hipnotizada (Ferenczi, 1926; White, 1941; Pavlov, 1928/1987; Barber, 1950 en Cheek 1994). En años posteriores, Haley (Haley, 1986) escribió que hipnosis es una comunicación de ideas y comprensiones para incrementar la receptividad a las ideas. Cheek (1994) planteó que la hipnosis es un estado más parecido al estado de vigilia, que al sueño según el significado del término, pues los encefalogramas de sujetos en estado de hipnosis son iguales a encefalogramas de sujetos en situación de vigilia. Spiegel y Spiegel plantearon que la hipnosis es un estado enfocado de activación, atención y concentración; y, consideraron a la hipnosis un rasgo estable y medible (2004, en Brown, 2009). Montgomery definió la hipnosis como “una cuerdo entre una persona designada como hipnotista 43 (profesional de la salud) y una persona designada como participante o cliente que participa de esta técnica psicoterapéutica, donde se sugieren cambios en la sensibilidad, percepción y la cognición, lo que afecta el estado de ánimo y el comportamiento” (Montgomery et al., 2010, p.80, en Santana et al. 2012). Santana et al. (2012) encontraron que en las investigaciones de hipnosis frecuentemente se omite definir operativamente el término hipnosis. En su investigación solo encontraron tres estudios donde se definió operativamente la hipnosis. Atendiendo a la variedad de definiciones de hipnosis, Santana et al. (2012) cuestionaron el impacto en la comprensión y valoración de la hipnosis. Escribieron “..este asunto conceptual tiene implicaciones teóricas y metodológicas que impactan el reconocimiento, la aceptación o rechazo de los profesionales de salud y en última instancia, de las personas beneficiarias de este tratamiento” (p. 212). Santana y colaboradores plantearon que independientemente de que las diferentes corrientes psicológicas establezcan su postura respecto al tema, debido a la relevancia para la investigación, es necesario aclara el concepto de hipnosis (Santana et al., 2012). En un esfuerzo por reducir lacontroversia histórica sobre la definición de hipnosis, la División 30 (Hipnosis Clínica) de la Asociación Americana de Psicología (APA), propuso una definición consensuada que, en general, ha sido aceptada por las más importantes sociedades de hipnosis científica (Santana et al. 2012). Definición de Hipnosis según la APA Un comité de la división de hipnosis de la APA (APA, 2005) definió y describió la hipnosis de la siguiente manera: 44 Hipnosis generalmente involucra una introducción al procedimiento durante el cual se le indica al sujeto que se le presentaran sugestiones de experiencias de imaginación. La inducción hipnótica es una extensión de la sugestión inicial de imaginación y podría tener más elaboraciones que la introducción. Un procedimiento hipnótico es usado para estimular y evaluar las respuestas a la sugestiones. Cuando se usa hipnosis una persona (el sujeto) es guiada por otra (el hipnotista) para responder a las sugestiones de cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensaciones, emociones, pensamientos o conducta. Las personas también pueden aprender auto-hipnosis, lo cual es el acto de administrarse procedimientos hipnóticos a uno mismo. Si el sujeto responde a las sugestiones hipnóticas, en general se infiere que la hipnosis se ha inducido. Algunos [investigadores] creen que las respuestas y experiencias hipnóticas son características de un estado hipnótico. Mientras que unos [investigadores] piensan que no es necesario el uso de la palabra ‘hipnosis’ como parte de la inducción hipnótica, otros si lo consideran esencial. Los detalles del procedimiento y sugestiones hipnóticas diferirán dependiendo de los objetivos del practicante y de los propósitos clínicos o de la investigación. Los procedimientos tradicionalmente involucran sugestiones de relajamiento, aunque la relajación no es necesaria para la hipnosis, aunque una amplia variedad de sugestiones pueden ser utilizadas incluyendo estar más alerta [opuesto a la relajación]. Las sugestiones que permitan incrementar la hipnosis pueden ser determinadas comparando las respuestas en las escalas estandarizadas que se utilizan en escenarios clínicos y de investigación. La mayoría de los individuos responden solo a algunas sugestiones, aunque los puntajes en las escalas estandarizadas van de alto a insignificante. Tradicionalmente los puntajes son agrupados en las categorías bajo, 45 medio y alto. Como en otras escalas-positivas de medidas de constructos psicológicos como atención y alerta, la evidencia de haber logrado mayor nivel de hipnosis incrementa con el puntaje individual [logrado en la escala]. Aunque esta definición de hipnosis de la APA fue lograda por consenso entre las más importantes sociedades de hipnosis científica (Santana et al. 2012), existen autores (Yapko, 2005) que exponen la limitación de una definición única para diferentes tipos de hipnosis (Yapko, 2005; Sutcher 2008). Chapman por su parte, aceptando que existen una variedad de definiciones de hipnosis desarrolladas según la aproximación al estudio de la hipnosis de cada autor, considera que la definición de hipnosis de la APA puede ser un punto de inicio para la comprensión de la hipnosis (Chapman, 2006). (b) Mitos de la hipnosis. A pesar de que la información sobre hipnosis está más difundida, investigadores como Cheek (1994), Yapko (1995), Batino, Shouth (1999), Capafons (2010) y (APA, sf) encontraron que, respecto al tema de la hipnosis, existen mitos e ideas equivocadas ampliamente difundidas tanto en la población general como en los mismos profesionales de la psicología. Cheek (1994) calificó como falsas las siguientes cuatro ideas ampliamente difundidas en la población: 1) alguna gente no puede ser hipnotizada, 2) la hipnosis debilita a la gente y la hace adicta, 3) la hipnosis puede ser utilizada para obtener la verdad, y 4) la gente hipnotizada actúa como un zombi. Por su parte Yapko (1995) encontró que el más grande obstáculo para que una persona
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