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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE Facultad de estudios superiores iztacala LA INTERVENCION PSICOLOGICA EN LA DIRECTORA LIC: DINAH MARIA ROCHIN VIRUES DICTAMINADORES: MTRA. MARIA LUISA TAVERA RODRIGUEZ REPORTE DE ACTIVIDAD P R O F E S I O N A L QUE LICENCIADA EN PSICOLOGIA P R E S E N T A MARIA DE LA SALUD CHAPARRO DE LA O UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Facultad de estudios superiores iztacala LA INTERVENCION PSICOLOGICA EN LA CAPACITACION RURAL kkkkkkkjkjjjjjjjj DIRECTORA LIC: DINAH MARIA ROCHIN VIRUES DICTAMINADORES: MTRA. MARIA LUISA TAVERA RODRIGUEZ LIC. CESAR ROBERTO AVENDAÑO AMADOR LOS REYES IZTACALA EDO. DE MEXICO, 2010 REPORTE DE ACTIVIDAD P R O F E S I O N A L PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGIA P R E S E N T A MARIA DE LA SALUD CHAPARRO DE LA O UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE Facultad de estudios superiores iztacala LA INTERVENCION PSICOLOGICA EN LA DICTAMINADORES: MTRA. MARIA LUISA TAVERA RODRIGUEZ LIC. CESAR ROBERTO AVENDAÑO AMADOR LOS REYES IZTACALA EDO. DE MEXICO, 2010 DE UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ÍNDICE TEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. ANTECEDENTES DE LA CAPACITACIÓN RURAL EN MÉXICO 2.1 La Capacitación Rural en México 2.2 Funciones del Psicólogo en la Capacitación Rural 3. LA INCLUSIÓN DEL PSICÓLOGO EN EL CONTEXTO DE FIRA 3.1 Características y Finalidades de FIRA 3.2 El Rol del Psicólogo en FIRA 4. LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LA CAPACITACIÓN RURAL 4.1 Capacitación a Productores de Bajos Ingresos (PBI) 4.2 Programa de Productores de Bajos Ingresos (PBI) 4.3 Capacitación sobre Métodos y Planificación de la Asistencia Técnica 4.4 Programa de Capacitación a Jóvenes Rurales 4.5 Programa de Capacitación a la Mujer Rural 4.6 Apertura de Líneas de Capacitación a Proveedores de Capacitación Rural 4.7 La Pedagogía Masiva Multimedial en la Capacitación Rural 4.8 La Función de las Dinámicas Grupales en la Capacitación Rural 5. ANÁLISIS CRÍTICO SOBRE LOS LOGROS Y LIMITACIONES DE LA CAPACITACIÓN RURAL 6. CONCLUSIONES 7. BIBLIOGRAFÍA ANEXOS 1. INTRODUCCIÓN México es un país de contrastes: una parte de su economía es competitiva, moderna, dinámica y está plenamente integrada al mercado mundial; pero otra se caracteriza por estructuras sociales, económicas y políticas atrasadas o ineficaces, que se traducen en improductividad y pobreza para un alto porcentaje de la población. El desequilibrio socioeconómico se advierte con mayor agudeza en el ámbito rural, donde, según estudios gubernamentales, viven el 25% de los mexicanos en condiciones de pobreza extrema. La escasez de recursos y la falta de oportunidades en su medio provoca que los campesinos emigren a las grandes ciudades o al extranjero, donde generalmente viven en condiciones precarias, muchas veces inaceptables para cualquier ser humano, dejando tras de sí una familia desintegrada. Además, este sector, que durante un largo periodo de nuestra historia reciente estuvo protegido, apoyado y regulado por el Estado, a partir de los años ochenta, se ha ido abandonando, paulatinamente, a las fuerzas del mercado, bajo el supuesto de que el libre juego de la oferta y la demanda determina la mejor asignación de los recursos. Los cambios en el papel regulador del gobierno han provocado vacíos institucionales que no han sido cubiertos por el mercado ni por las organizaciones campesinas. Como puede observarse, el sector rural arrastra viejos problemas, al mismo tiempo, enfrenta el desafío de la globalización, cuya integración de los espacios económicos, culturales y de información, implica que las fronteras nacionales se vuelvan relativas y aparezcan nuevas formas de producir, de consumir, de comerciar, de comunicarse y de organizar el trabajo, por mencionar algunos de los cambios que, para las familias campesinas, representan fenómenos complejos y situaciones nuevas, en su mayoría adversas. 3 A pesar de todo lo anterior, el sector rural puede ser una importante alternativa laboral y productiva para muchos de sus habitantes si se fortalecen las capacidades empresariales de los productores y se les ayuda a identificar las nuevas oportunidades de desarrollo económico. Con la finalidad de contribuir a disminuir esta problemática, que por años ha aquejado al sector rural de nuestro país, el Gobierno Federal, por medio de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA)1, puso en marcha el Programa de Productores de Bajos Ingresos (PBI) como una estrategia de apoyo a los productores de menor desarrollo relativo (caracterizados por tener escasa infraestructura, poco o nulo uso de tecnologías productivas e informativas modernas, bajo nivel educativo, falta de cultura asociativa, falta de capital, poco o nulo control del mercado, entre otros). Entre los principales apoyos que incluye este programa se encuentran: crédito, garantías, capacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnología. Por tal motivo, el reporte de este trabajo está sustentado en mi intervención profesional en la capacitación a este tipo de productores, la cual se desarrolló en las oficinas centrales de FIRA, ubicadas en la ciudad de Morelia, en el Estado de Michoacán. Dicha participación se llevó a cabo en coordinación con diversos profesionistas, en particular con ingenieros agrónomos, antropólogos y sociólogos; y se dio de maneras directa e indirecta. Directa, cuando la actividad se efectuó en estrecha relación con los productores; e indirecta, cuando se hizo por medio de otros agentes participantes como asesores, líderes, capacitadores, su comunidad y su propia organización, entre otros; ambos con el mismo fin: apoyar a los productores para que lograran un manejo más eficiente y creativo de sus recursos naturales, 1 FIRA está integrado por cuatro fideicomisos públicos constituidos por el Gobierno Federal en el Banco de México desde 1954, con el objetivo de otorgar crédito, garantías, capacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnología a lo sectores agrícola, forestal, agropecuario y pesquero del país. 4 tecnológicos y humanos, así como tener una participación más activa en la toma de decisiones y en la definición de sus objetivos productivos y de bienestar social. Estas acciones se concretaron en el diseño y coordinación, a nivel nacional, de diferentes programas de capacitación, orientados a que los productores implementaran esquemas de crédito, ahorro y seguro para lograr una mayor capitalización de sus empresas, y que se integraran en organizaciones económicas legalmente constituidas de acuerdo con las leyes vigentes, requisito indispensable para acceder a los servicios financieros y tecnológicos que otorgan FIRA y otras instituciones y dependencias gubernamentales. Además, por medio de acciones de capacitación, también se pretendíaimpulsar la participación de la juventud rural, para que este segmento de la población emprendiera negocios viables y rentables en su lugar de origen, y que de esta manera se mejoraran sus oportunidades de empleo, ingreso y productividad, vía su organización social y económica. Para ello, se impulsaron empresas, la mejora continua de sus actividades productivas, el manejo sustentable de los recursos naturales, y, sobre todo, el arraigo en sus comunidades de origen. También se pretendía desarrollar la capacidad emprendedora de la mujer, y de esta forma revalidar su papel como base de la sociedad rural. Con la finalidad de optimizar los recursos destinados al servicio de capacitación, y que al mismo tiempo beneficiara a un mayor número de productores, se propusieron diferentes estrategias como la apertura anualizada de líneas de capacitación, en donde FIRA etiquetaba ciertos recursos para que otra institución (pública o privada), en su nombre y representación los ejecutara vía capacitación, previa suscripción de convenio de cooperación institucional. A diferencia de la forma tradicional de autorización de recursos por evento, esta estrategia facilitaba un mayor control de los recursos y un mejor seguimiento de los resultados y medición del impacto. Otra de las estrategias fue la implementación de la Pedagogía Masiva Multimedial, que a través de paquetes pedagógicos 5 multimediales, posibilita que las acciones de capacitación se produzcan en cualquier sitio, aun en el lugar mismo de la actividad productiva del campesino. La intervención también tuvo que ver con el diseño programas de capacitación a los técnicos encargados de apoyar con asesoría y capacitación al segmento de la población rural de atención prioritaria para FIRA (PBI, jóvenes y mujeres). El programa incluía el conocimiento de los servicios y apoyos que FIRA ofertaba a este tipo de productores, reglas de operación para acceder a éstos, así como la metodología institucional que contemplaba diversas técnicas de enseñanza- aprendizaje para el otorgamiento eficiente de la asistencia técnica, que permitiera a los asesores promover, entre los productores, la aplicación de tecnologías de vanguardia y que aprovecharan en toda su magnitud los servicios y apoyos que FIRA y otras instituciones que el sector les ofertaba, bajo una perspectiva de concurrencia de recursos en apoyo a sus empresas. 2 ANTECEDENTES DE LA CAPACITACIÓN RURAL EN MÉXICO Los antecedentes más palpables de la capacitación rural en México los encontramos en la época post revolucionaria con las escuelas rurales. Antes de 1910 la vida en el sector rural estaba muy lejos de ser satisfactoria. Los campesinos vivían en medio de una gran miseria e incultura, situación que con el tiempo los llevó a reclamar un pedazo de tierra para vivir y una escuela para ilustrarse. Fue así como nació la escuela rural, cuyos objetivos eran preparar maestros para las comunidades rurales y centros de población indígena, propiciar el mejoramiento profesional de los maestros en servicio e incorporar al progreso general del país a los núcleos de población rural de las zonas donde se establecieran las escuelas rurales. Los maestros rurales egresados otorgaban capacitación a los campesinos con la finalidad de impulsar las actividades económicas y mejorar las técnicas de las explotaciones agrícolas, ganaderas o industriales de la comunidad. Por tal motivo, después de la revolución, la escuela rural se convirtió en el centro de las actividades de la comunidad rural. Otro de los antecedentes más representativos de la capacitación rural en nuestro país fueron las Misiones Culturales Rurales, instituciones creadas en los años 20, inspiradas en la labor de las Misiones Cristianas de la época colonial (Dorantes, M., 1993). Cada misión estaba integrada por un jefe, quien se encargaba de coordinar las labores y de impartir las clases de organización social y técnica de la enseñanza; una trabajadora social y profesores de agricultura e industrias rurales. 7 La misión, conjuntamente con las autoridades, seleccionaba una pequeña comunidad como base de su operación y ahí concurrían los maestros de la zona o región correspondiente. Llegando los misioneros a las comunidades se abría el curso. La misión permanecía una temporada fija y después pasaba a otro lugar de acuerdo con su itinerario. Debido a que esta estrategia resultó ser un éxito, en 1928 se crearon las Misiones Culturales permanentes. Por medio de ellas se iniciaba a los profesores rurales en los lineamientos de la técnica pedagógica más moderna y se les infundía una mística de la educación popular. Su acción se orientaba hacia la capacitación para el mejoramiento integral de la vida campesina. En la ejecución del plan de trabajo participaban de manera conjunta las Secretarías de Educación Pública, de Agricultura, Industria y Comercio, así como la de Salubridad. En el período de 1926 a 1929, surgió otra estrategia de capacitación rural, la cual estuvo a cargo de campesinos egresados de las escuelas agrícolas, creadas por el Presidente Plutarco Elías Calles. Sin embargo, los propósitos de estas instituciones fueron desvirtuados, lo que llevó a la Secretaría de Agricultura y Fomento a entregarlas a la Secretaría de Educación Pública en el año de 1932, creándose en su lugar la Escuela Regional Campesina. El objetivo de la Escuela Regional Campesina era preparar trabajadores agrícolas con técnica perfeccionada; maestros capaces de contribuir eficazmente a la solución de los problemas rurales, además de otros especialistas de tipo modesto que exigía la economía rural, tales como agentes de organización rural, expertos en industrias afines y derivadas de la agricultura y ganadería; así como promotores para que contribuyeran al mejoramiento de la vida campesina. En el año de 1941 desaparecieron las escuelas rurales campesinas como consecuencia de las reformas al plan de estudios de la carrera de maestro rural, 8 para crear en su lugar: por una parte, las escuelas normales rurales y por la otra, las escuelas prácticas de agricultura. Como puede observarse, los servicios de capacitación y asistencia técnica que se otorgaba a la población rural, estuvieron a cargo de maestros rurales. Los servicios de apoyo a los productores del sector rural se brindaron en la lógica de difundir los elementos tecnológicos básicos para incidir en una mayor productividad y, bajo este enfoque, se mantuvieron hasta la década de los años 60, cuando se constituyeron instituciones y centros de investigación agropecuaria a nivel nacional. 2.1 La Capacitación Rural en México Con la finalidad de atender los mandatos de ley en relación con el otorgamiento de capacitación y asistencia técnica para el desarrollo rural, el gobierno federal invierte una cantidad considerable de recursos a través de múltiples programas operados por diferentes instituciones que tienen sus propias reglas de operación, objetivos particulares y su correspondiente enfoque Las instituciones con mayor presencia en el sector rural en nuestro país han sido SAGARPA y FIRA. A través de estas instituciones, el Gobierno Federal ha canalizado una gran cantidad de recursos para el otorgamiento de capacitación y asistencia técnica a los productores rurales. La capacitación otorgada a los productores rurales por parte de SAGARPA, siempre estuvo ligada a los sistemas de asistencia técnica. Ambos servicios evolucionaron desde el conocido “extensionismo” hasta lo que hoy se conoce como el Sistema de Prestadores de Servicios Profesionales (PSP). En este sentido, el esquema de extensionismo rural, surgió bajo el supuesto de “extender” prácticas de producción más eficientes a campesinos que necesitaran 9 mejorar sus sistemasde producción y que demandaran, básicamente, lo que se les ofrecía: tecnología. El enfoque se centraba en cambiar patrones de producción y productividad para mejorar las condiciones de vida de los productores; sin embargo se operaba de manera pragmática al utilizar tecnologías, muchas veces foráneas, como elemento esencial para impulsar el desarrollo. Los técnicos, en su mayoría ingenieros o técnicos agrónomos y en ocasiones médicos veterinarios zootecnistas, eran trabajadores al servicio del Estado que brindaban atención a las unidades de producción rural de forma individualizada, su pago era fijo, por nómina. La participación de los productores era pasiva, sólo tenían la opción de aceptar o rechazar la oferta institucional. Si bien este esquema permitió al Estado mexicano mejorar el nivel de vida de la población rural en un periodo crítico del desarrollo nacional, atendiendo masivamente las más elementales necesidades, las principales limitaciones eran que la asistencia técnica priorizaba aspectos técnicos de la producción primaria y se prestaba poca atención a los procesos comerciales u organizativos y al desarrollo de otro tipo de capacidades. A principios de los setenta se creó una Dirección General de Extensionismo dentro de la Secretaría de Agricultura (hoy SAGARPA), y con ella se contrataron alrededor de 1,500 técnicos (durante los sesenta habían menos de 300). Posteriormente desapareció dicha Dirección y las funciones de asistencia técnica y capacitación se transfirieron a los Distritos de Riego y Temporal. Durante 1977 y 1979 los servicios de extensión crecieron, llegando a contar con 21,500 extensionistas, 57% de éstos asignados a las zonas de temporal. De 1982 a 1988 se redujo sustancialmente el servicio de extensión y capacitación como resultado del adelgazamiento del aparato gubernamental. En 1985, los técnicos extensionistas con que contaba la Secretaría de Agricultura (alrededor de 10 10,000), fueron transferidos a los nacientes Distritos de Desarrollo Rural. De esta manera, las Delegaciones Estatales de la Secretaría de Agricultura se encargaron de administrar los servicios de asistencia técnica y capacitación. Sin embargo, se observaron serias deficiencias en los servicios de extensionismo: Dentro de las actividades de los técnicos, predominaban las administrativas sobre las operativas. Se carecía del suficiente presupuesto para operar. No se contaba con el personal suficientemente capacitado; de hecho, como parte de la descentralización del personal de la Secretaría de Agricultura, se envió personal a las Delegaciones Estatales (intendentes, choferes, administrativos), quienes después de tomar algunos cursos de capacitación, eran catalogados como “extensionistas”.1 En el período de 1994-1998 la política agropecuaria enmarcada en la “Alianza para el Campo”, puso especial énfasis en incrementar la productividad de los distintos subsectores del agro. Una de las estrategias en las que se apoyó fue el facilitarle a los productores el acceso a las nuevas tecnologías disponibles. Así, después del drástico retiro del gobierno en las actividades de extensionismo durante los ochenta y primer lustro de los noventa, en 1996 surgieron el Sistema Nacional de Capacitación y Extensión (SINDER), el Programa de Capacitación y Extensión (PCE) y el Programa Elemental de Asistencia Técnica (PEAT). Estos programas, a través de principios de educación no formal y apoyada en un proceso de comunicación concientizadora, pretendían contribuir a que la población rural mejorara sus niveles de vida. Para ello orientaron sus esfuerzos hacia la transferencia de tecnología y al desarrollo comunitario, buscando que en el mediano plazo los productores tuvieran la capacidad de apropiarse de los servicios de asistencia técnica y capacitación. 1 Conforme a una investigación realizada por Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP), sólo el 21% de los extensionistas eran profesionales, el 55% eran técnicos medios y el 23% eran “otros”. Sólo el 18% de los extensionistas había tenido experiencia en el campo; 58% del total no había establecido ninguna parcela demostrativa; el 30% no conocía el campo experimental del INIFAP de su zona; y, de los extensionistas entrevistados, sólo dedicaban el 46% de su tiempo a dar asistencia técnica. 11 El Sistema Nacional de Capacitación y Extensión (SINDER), a través de la Vocalía Ejecutiva de Capacitación y Extensión, contrataba Coordinadores de Zona, Despachos y Especialistas para llevar a cabo sus programas en cada Estado de la República, pero eran los productores quienes contrataban directamente a los extensionistas, aunque pagados por el gobierno. En dicha contratación se especificaba claramente los servicios que ofrecían los extensionistas y los compromisos que asumían los productores. Se esperaba que, a futuro, y de manera concertada la participación del gobierno en el pago de los extensionistas fuera disminuyendo gradualmente, hasta que los productores cubrieran el costo total de ambos servicios Por su parte, el Programa Elemental de Asistencia Técnica (PEAT) se concentraba en la atención a productores de granos básicos (maíz y frijol), mientras que el Programa de Capacitación y Extensión (PCE) atendía principalmente a grupos de productores mujeres y jóvenes, independientemente de la actividad productiva que tuvieran. La carga de trabajo de los técnicos era asignada por número de productores y hectáreas en el caso del PEAT y con el PCE, la carga de trabajo se definía por comunidades rurales atendidas. La capacitación se centraba en aspectos técnico-productivos, y en la elaboración de diagnósticos. El pago era fijo, por mes, con recursos públicos. Bajo este esquema se comenzó a reconocer a los productores como sujetos centrales del desarrollo y aunque se buscaba centrar la participación de los productores en la identificación de oportunidades, lo cierto es que esta participación fue más bien pasiva, limitándose a recibir los servicios. Se pretendía que la remuneración del trabajo de estos técnicos, o al menos la de los mejores de ellos, fuera asimilada por los propios productores, pasando así de funcionar como extensionistas, a ser prestadores independientes de servicios profesionales. Fue a partir de este momento donde se dio una mayor apertura de otro tipo de profesionistas en las acciones de capacitación y asistencia técnica, como 12 sociólogos, psicólogos, comunicadores, etc., ya que se reconoció que la ruralidad significaba no sólo los aspectos productivos, sino los sociales y humanos. A partir de 2001 se impulsó la transición del cuerpo de técnicos para que estos prestaran servicios profesionales de calidad, a través del Programa de Extensionismo y Servicios Profesionales (PRESPRO). El enfoque de este programa era invertir en capital humano para mejorar las capacidades de los productores rurales y de los servicios profesionales ofrecidos, en materia de capacitación y extensión, para el desarrollo tecnológico y como un instrumento de apoyo a la oferta y demanda de servicios profesionales de calidad, con una visión integral que incidiera en la generación de valor agregado para los productores. Para su contratación, los técnicos eran convocados públicamente a participar en el programa en un esquema de evaluación de sus capacidades. El pago era mensual y por cuenta y orden de los productores, pero los técnicos seguían realizando labores de gestoría y actividades administrativas encargadas por los operadores del Programa de Extensionismo y Servicios Profesionales (PRESPRO). En este esquema la atención se centraba más en organizaciones económicas que en comunidades y la participación de los productores se daba en la medida en quedichas organizaciones fueran representativas y legítimas (legalmente constituidas por decisión de sus integrantes). El concepto de calidad en la prestación de servicios técnicos y de capacitación se volvió un asunto prioritario y el esquema comenzó a operar descentralizadamente. En 2002 inició el Programa de Desarrollo de Capacidades en el Medio Rural (PRODESCA). Su propósito era establecer una red privada de prestadores de servicios profesionales de calidad en el medio rural (de asistencia técnica capacitación, desarrollo comunitario, administrativo-contable, evaluación de proyectos, gestoría, entre otros). Para ello, con recursos públicos se pagaban los servicios que prestaban profesionistas independientes a los productores. 13 Este esquema fortaleció el concepto de “servicios profesionales” en lugar del de “extensionismo”, ya que estableció el pago por servicio prestado en lugar del pago por salario mensual. Además, definió que el servicio se prestara en respuesta a la demanda explícita de los productores y buscó fortalecer su rol en la selección, contratación y pago de los servicios prestados. Como hemos visto, los servicios de asistencia técnica y capacitación impulsados por SAGARPA, han evolucionado desde un cuerpo de extensionistas al servicio del gobierno, hasta transformarse en lo que hoy es una red privada de prestadores de servicios profesionales intra y multidisciplinaria, cuyo reto es responder al nuevo paradigma del desarrollo rural sustentable, el cual establece, como principio, el incremento del capital humano y social y no únicamente el capital físico, por lo que se requiere que los servicios profesionales sean lo suficientemente aptos para atender estas necesidades, de modo que los sistemas de asistencia técnica amplíen la gama de servicios que brindan y privilegien un enfoque multidisciplinario y no sólo agronómico. Otra de las instituciones que ha canalizado una gran cantidad de recursos humanos y económicos para la capacitación y asistencia técnica de los productores rurales de nuestro país, con especial énfasis en los de menor desarrollo relativo, es FIRA, institución constituida con recursos del Gobierno Federal y administrados por el Banco de México. Con la creación en FIRA del Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA), en 1972, se puso en marcha el mecanismo de reembolso parcial de los costos de asistencia técnica y capacitación que la banca participante otorgaba a los productores de bajos ingresos (FIRA, 2004). El objetivo principal de la creación del FEGA era ofrecer a la banca privada garantías para la recuperación de los créditos otorgados a productores de bajos ingresos, reembolsos parciales por asistencia técnica y capacitación, así como apoyo para que los bancos participantes crearan sus propios servicios de 14 asistencia técnica. Al igual que los otros fideicomisos que forman el FIRA, el FEGA se formó a partir de recursos del gobierno federal con el Banco de México como fiduciario2. Con la creación del FEGA las operaciones de FIRA crecieron y con ello el incremento de sus oficinas y de la infraestructura humana. Por ejemplo, para 1979 había nueve Residencias Regionales, 36 Residencias Estatales, 92 Agencias y nueve subagencias, en total 146 oficinas técnicas foráneas. Esto representaba un crecimiento de más de 500 por ciento desde 1960, ya que en ese año había sólo 26 oficinas foráneas. El crecimiento de las oficinas iba de la mano con el crecimiento del personal técnico. En 1973 FIRA contaba con 458 personas que eran consideras personal técnico (pasantes o titulados principalmente de las carreras de agronomía). Para 1981 este número había crecido a 1,061. Aun y cuando predominaban los ingenieros agrónomos, ya empezaban a incursionar otro tipo de profesionistas como sociólogos y psicólogos. La preparación del personal técnico se reforzaba continuamente con un programa de capacitación continua. Los llamados cursos de capacitación y alta especialización crecieron, así en 1973 hubo 158 cursos con 1,898 participantes entre técnicos de FIRA y de otras instituciones y ejidatarios. En 1979 se realizaron 470 cursos, con 5,444 participantes. Algunos de estos cursos fueron en el extranjero. En 1979 ya se había llevado a cabo el XV Curso Anual sobre Crédito Agropecuario. Para ese año el curso había tenido 900 participantes desde su creación. Otra forma de promover la capacitación técnica era por medio de los centros de demostración. En 1975 se creó el programa de centros de demostración. Para 1977 ya había 38 y en 1979 aumentaron a 663. 2 Instancia a quien se encarga la ejecución del fideicomiso. Sólo pueden ser fiduciarias las instituciones de crédito, Afianzadoras, Aseguradoras, Casas de Bolsa. 3 FIRA, Informes anuales. 15 En los 80, ante la serie de necesidades de las empresas de los productores de bajos ingresos, se contrataba asistencia técnica y capacitación para diversos programas, dando lugar a un Organismo de Asistencia Técnica Agropecuaria Integral llamado Programa de Asesores Externos (PAE), mediante el cual los productores contrataban a sus propios técnicos y asesores, y FIRA les reembolsaba parcialmente su costo, con la finalidad de que, a futuro, los productores incrementaran gradualmente sus aportaciones, hasta que pudieran cubrirlo en su totalidad. Este programa se creó como alternativa para otorgar estos servicios a productores acreditados con la banca comercial, al mismo tiempo que se promovía su participación en la realización de proyectos en forma asociada con empresarios agropecuarios para fomentar el cambio tecnológico mediante la complementariedad de recursos, experiencia, tecnología, etc. A través de un proceso de selección y capacitación sobre los programas de interés institucional, FIRA les otorgaba a los técnicos de este programa una clave de habilitación, o certificación como evaluadores de proyectos, principal actividad de los técnicos, con la que podían recibir un reembolso hasta del 80% de sus servicios de asistencia técnica y/o capacitación otorgada a los productores de bajos ingresos. Los productores debían cubrir como aportación el 20% restante. Durante el período de 1998-2004 ante el entorno de cambios importantes en el sector agropecuario, entre los que destacan la reforma al Art. 27 constitucional, la apertura comercial y la inserción del agro en el Tratado de libre Comercio (TLC), los procesos de apertura comercial y competencia global convirtieron a la tecnología en elemento esencial para impulsar la competitividad de las empresas y productores rurales. Los apoyos se otorgaban por medio de programas de asistencia técnica y capacitación, principalmente del PAE. Esto posteriormente se amplió hacia la transferencia de tecnología con el Programa de Apoyo a la Adopción de Tecnología y a la capacitación empresarial. 16 En este programa participaban estructuras técnicas especializadas, las cuales eran personas físicas o morales que otorgaban servicios de promoción, capacitación, consultoría y/o asistencia técnica, con la finalidad de que los productores mejoraran la rentabilidad y competitividad de sus empresas, y de esta forma impulsar el desarrollo del mercado de servicios de asistencia técnica y capacitación en el sector rural y pesquero del país. El enfoque de FIRA era crear mecanismos de financiamiento global para convertir a los productores en proveedores de la agroindustria y de los consumidores finales. Parte esencial de la transformación de los servicios tecnológicos fue la Asistencia Técnica y Capacitación, que tradicionalmente se operaban con enfoque puramente técnico y a través de despachos formados por FIRA, cambiando a un enfoque de impulso, ala demanda de financiamiento, fortalecimiento integral de los proyectos de inversión, e impulso al desarrollo de mercados privados de asistencia técnica y capacitación que permitieran ampliar la gama de servicios a otras especialidades como de gerencia, mercado y articulación de productores en redes de valor.4 Como resultada de la participación de toda una gama de agentes económicos en el mercado de servicios en el sector rural (económicos, financieros, administrativo- contables, de capacitación, consultoría, asesoría técnica especializada, entre otros), el antiguo Programa de Asesores Externos, orientado exclusivamente a la capacitación y asistencia técnica de los productores de bajos ingresos, evolucionó hasta llegar a lo que hoy se le conoce como el Sistema de Asistencia Técnica Integral (SATI). El SATI modificó su alcance acorde con las nuevas tendencias mundiales de los agronegocios, para impulsar la competitividad y posicionamiento de las empresas, con apoyos para contratar servicios profesionales para realizar estudios de 4 Interacción de los diversos agentes económicos participantes en torno a una actividad productiva, desde el aprovisionamiento de insumos, hasta al consumidor final. 17 mercado, obtención de información de mercados, desarrollo o innovación de productos y/o servicios. Por su parte, la Capacitación Empresarial que se ofrecía de manera aislada y desligada de la operación de financiamientos, se vinculó al desarrollo de competencias y capacidades para facilitar a los productores el acceso al crédito, así como al fortalecimiento de los proyectos de inversión para disminuir el riesgo en su recuperación; y de esta manera inducir el desarrollo de mercados de servicios de capacitación en el sector, en las instituciones de banca múltiple, y en otros intermediarios financieros o despachos independientes, para que éstos, a su vez, apoyaran a los productores para que incorporaran conocimientos y desarrollaran habilidades útiles en la mejora de sus procesos productivos, administrativos y de comercialización. Sustento Legal de la Capacitación Rural en México Las acciones de capacitación y asistencia técnica promovidas por el gobierno federal están sustentadas en diversas leyes. EL artículo 6º de la Ley Agraria establece que “…las dependencias y entidades competentes de la administración pública federal buscarán establecer las condiciones para canalizar recursos de inversión y crediticios que permita la capitalización del campo, fomentar la conjunción de predios y parcelas en unidades productivas, propiciar todo tipo de asociaciones con fines productivos entre ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios y cualquiera de éstos entre sí; promover la investigación científica y técnica y la transferencia de sus resultados entre todos los productores rurales, apoyar la capacitación, organización y asociación de los productores para incrementar la productividad y mejorar la producción, la transformación y la comercialización; asesorar a los trabajadores rurales, y llevar a cabo las acciones que propicien el desarrollo social y regionalmente equilibrado del sector rural.” 18 Por su parte, en la fracción XX del Artículo 27 constitucional, adicionada por reforma del 3 de febrero de 1983, señala que “…el Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina el bienestar y su participación e incorporación en el desarrollo nacional. Fomentará la actividad agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra, con obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.” Asimismo, expedirá la legislación reglamentaria para planear y organizar la producción agropecuaria, su industrialización y comercialización, considerándolas de interés público. En el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006, el 7 de diciembre de 2001 se promulgó la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, en donde se le asigna a la capacitación la función de desarrollar la capacidad de los productores para el mejor desempeño de sus actividades agropecuarias y de desarrollo rural sustentable, incluido el conocimiento de sus derechos y obligaciones agrarias, la adquisición de conocimientos para la adopción de tecnologías productivas y el manejo de estrategias de mercados. Para tal efecto, se estableció el Sistema Nacional de Capacitación y Asistencia Técnica Rural Integral (SINACATRI), como una instancia de articulación, aprovechamiento y vinculación de las capacidades de las dependencias y entidades del sector público y los sectores social y privado (Arts. 41,42 y 43), y a través de la cual se elaboraba y ejecutaba el Programa Nacional de Capacitación Rural Integral. Entre las principales funciones del SINACATRI, estaba el mejorar la calidad y cobertura de los servicios de capacitación, validar los programas de capacitación, realizar el seguimiento y evaluar los programas de capacitación de las instituciones públicas y privadas; y la más importante, integrar el Fondo Nacional de Recursos para la Capacitación Rural con los recursos de las entidades 19 integrantes del Sistema; así como apoyar con recursos la capacitación a la población campesina. Cabe señalar que, por primera vez, se vinculó a la capacitación a proyectos específicos y con base en necesidades locales precisas, considerando la participación y las necesidades de los productores de los sectores privado y social, sobre el uso sustentable de los recursos naturales, el manejo de tecnologías apropiadas, formas de organización, respeto a los valores culturales, el desarrollo de empresas rurales, las estrategias y búsquedas de mercados y el financiamiento rural. En lo que respecta a la normativa de FIRA, la operativa de los servicios de capacitación y asistencia técnica, aparte de las leyes antes mencionadas, está sustentada en el artículo 77 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH), el cual establece que en el Presupuesto de Egresos que anualmente se da a conocer a través del Diario Oficial de la Federación, se señalarán los programas que deberán sujetarse a reglas de operación con el objeto de que la aplicación de los recursos públicos se realice con base en criterios de eficiencia, eficacia, economía, honestidad y transparencia. 2.2 Funciones del Psicólogo en la Capacitación Rural Las funciones del psicólogo en la capacitación rural se han dado en dos planos: Directa, si la intervención actúa en estrecha relación con los productores rurales. Indirecta, cuando la intervención se efectúa a través de otros agentes participantes (asesores, su propia organización, líderes, campesino a campesino5 capacitadores, etc.), en donde mediante procedimientos de formación, asesoramiento, entre otros, el psicólogo pretende obtener un efecto multiplicador 5 Campesino a Campesino es una metodología de trabajo desarrollada entre campesinos. El programa facilita que campesinos y campesinas se organicen para aprender unos de otros e intercambien conocimientos sobre sus proyectos sociales y productivos. 20 de la capacitación al orientar y asesorar a aquellos que están en contacto permanente con los productores rurales. Sin embargo, se da con mayor frecuencia una combinación de ambas formas. En el plano directo la intervención del psicólogo en la capacitación rural se ha dado con mayor fuerza desde el modelo comunitario, que tuvo sus orígenes en nuestro país a fines de los años 70 y principios de los 80, sobre todo en el ámbito público. Su intervención la realiza hacia la familia campesina, el colectivo o la población, desarrollando, por logeneral, programas para productores con menor desarrollo relativo. El psicólogo trabaja frecuentemente con grupos para alcanzar objetivos que únicamente con esta metodología son posibles. Se trata de intervenciones centradas en la ayuda mutua, desarrollo de la solidaridad, participación ciudadana, competencia para el análisis de situaciones y tomas de decisiones que afectan a un colectivo, habilidades de trabajo en equipo, etc. Su participación con la comunidad tiene como meta el incremento del bienestar social y la mejora de la calidad de vida de los productores. A través de la capacitación, el psicólogo induce a los productores a que analicen sus problemas y generen recursos para superarlos, desde una perspectiva preventiva y proactiva. Este modelo persigue una mayor conciencia de comunidad y la dinamización del potencial de recursos que ella encierra. Para ello promueve la vinculación de los productores con los demás agentes económicos que participan en la comunidad, propone esquemas de integración, impulsa la generación de proyectos productivos rentables y sustentables nacidos de las propias necesidades de cada comunidad, promoviendo la participación de las mujeres y los jóvenes. Sin embargo, un aspecto que merece subrayarse es la orientación que la atención directa tiene hacia la construcción de habilidades, competencias y recursos que permiten a los campesinos enfrentar sus problemas con mayores posibilidades de éxito. 21 En el plano indirecto, el psicólogo participa en las propuestas de política en capacitación rural, así como en el establecimiento de sistemas y procedimientos para inducir y fomentar la participación de diferentes agentes económicos (fundaciones, organismos nacionales e internacionales de educación, etc.) en el otorgamiento de este servicio. También contribuye al monitoreo de necesidades de capacitación, tanto de los propios productores como de los técnicos asesores u otros agentes de desarrollo participantes, encargados de apoyar a éstos (promotores, trabajadores sociales, etc.). Con base en la información obtenida, diseña modelos de capacitación para el desarrollo rural con programas estructurados, objetivos conductuales, contenidos y metodologías de capacitación, así como sistemas de evaluación. Asimismo, participa, en coordinación con otros profesionistas del medio rural, en el diseño e implementación, control y seguimiento de programas de capacitación para la formación de estructuras técnicas polivalentes (despachos de integrados por profesionistas de diversas disciplinas en apoyo al desarrollo rural). Otra de las funciones que realiza el psicólogo en la capacitación rural es la de seleccionar y adecuar los métodos y herramientas necesarios en el proceso capacitador, como juegos o dinámicas vivenciales, viajes de observación y estudio, formación de productores como capacitadotes de productores, etc. Adicionalmente, participa en el diseño de programas de capacitación presencial en combinación con entornos virtuales y multimedia (telesesiones6, paquetes 6 Las telesesiones son programas de televisión educativa, que tienen como objetivo contribuir a la formación de los diferentes actores del desarrollo rural. Están estructuradas por módulos, que constan de un video o cápsula y un panel. Las cápsulas son participaciones de funcionarios, especialistas, productores, representantes o beneficiarios, que ratifican mediante sus testimonios la información que se presenta, validan un proceso, o bien, un caso en particular. En el panel participan diferentes actores con experiencia y conocimientos del tema en turno. Por lo general participan tres invitados, entre funcionarios federales, estatales y municipales, investigadores o expertos en diversos temas, técnicos y productores rurales. 22 pedagógicos multimediales, etc.), con la finalidad de llevar los conocimientos hacia donde se encuentran los proyectos productivos de los campesinos, Aun cuando el potencial profesional que posee el psicólogo es muy amplio, su participación en la capacitación rural se ha visto limitada, y en mucho de los casos desplazada por otro tipo de profesionistas, sobre todo por aquellos que poseen una formación agronómica; por lo que muchas veces, por desconocimiento del perfil profesional del psicólogo, las funciones en materia de capacitación que se le encomiendan se han limitado a la coordinación de los diversos eventos de capacitación; o bien como facilitador o dinamizador de juegos vivenciales; quedando a cargo de otro tipo de profesionistas (por lo general agrónomos) el diseño, aplicación y evaluación de los diversos programas de capacitación. No obstante, gracias a que el trabajo multidisciplinario toma que cada vez mayor relevancia en la capacitación rural, la función del psicólogo en el proceso enseñanza-aprendizaje es paulatinamente más reconocida, no sólo como ayudante de los técnicos agropecuarios, sino como un colaborador más del medio rural, lo que le ha permitido incursionar, y, en mucho de los casos, dirigir todo el proceso capacitador. 3. LA INCLUSIÓN DEL PSICÓLOGO EN EL CONTEXTO DE FIRA La intervención del psicólogo en FIRA se ha dado principalmente en tres áreas: en Recursos Humanos, particularmente en reclutamiento y selección del personal de la institución; en Capacitación como administrador de los recursos para el otorgamiento de la capacitación interna (personal adscrito a la institución) y externa (campesinos y técnicos asesores); y en la oficina de Organización y Desarrollo Rural, en donde su intervención se ha dado básicamente en la capacitación práctica hacia los productores acreditados por FIRA sobre los diversos esquemas de integración organizativa y alianzas estratégicas para la creación de nuevas empresas, incorporación de las mujeres y jóvenes a la economía rural; así como para desarrollar y consolidar las existentes y, de esta forma, propiciar la generación y/o mantenimiento del empleo en el sector rural. 3.1 Características y Finalidades de FIRA FIRA es una entidad financiera y de apoyo técnico formada por un conjunto de fideicomisos del Gobierno Federal que es administrada por el Banco de México y cuyas siglas significan Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura. El objetivo de FIRA es inducir (con la participación de la banca y de otros intermediarios financieros) una mayor inversión productiva, rentable y sostenible, mediante la canalización eficiente y oportuna de créditos, garantías, capacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnología a los sectores agropecuario, rural y pesquero del país. Como dependencia del Gobierno Federal, FIRA funciona de acuerdo con la política nacional de desarrollo, para propiciar, mediante un enfoque integral de fomento, una mayor productividad, rentabilidad y competitividad de las empresas apoyadas. 24 Los Fideicomisos que integran FIRA son el Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura (FONDO), constituido en 1954 y opera el programa de apoyos en tasa de interés, principalmente para créditos de avío agropecuarios; el Fondo Especial para Financiamientos Agropecuarios (FEFA), constituido en 1965, que opera el programa de apoyos en tasa de interés, principalmente para créditos refaccionarios agropecuarios y el programa de Capacitación Empresarial y Transferencia de Tecnología; el Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA), constituido en 1972, que opera los programas de apoyo para la expansión de estructuras de promoción de negocios con FIRA, apoyos para la formación de sujetos de crédito, Servicios de Asistencia Técnica Integral-SATI, fortalecimiento de competencias a empresas, organizaciones económicas y empresasde servicios especializados, y apoyo a las primas del servicio de garantía para productores de menor desarrollo relativo en créditos refaccionarios; y el Fondo de Garantía y Fomento para las Actividades Pesqueras (FOPESCA), constituido en 1988, que opera el programa de apoyos en tasa de interés, para créditos de avío y refaccionarios en el sector pesquero. Estos Fideicomisos forman parte del Sistema Bancario Mexicano y operan en segundo piso por conducto de las Instituciones Financieras que estén autorizadas para operar con FIRA, las cuales pueden otorgar créditos directamente al beneficiario final, o bien a otro intermediario para que éste los haga llegar a los acreditados finales. Asimismo, FIRA otorga apoyos a productores, organizaciones económicas, intermediarios financieros o empresas de servicios especializados para actividades de capacitación, asistencia técnica, transferencia de tecnología y consultoría. 25 Estos fideicomisos tienen como órgano de Gobierno a un Comité Técnico, integrados por representantes de diversas dependencias del Gobierno Federal, de la banca comercial y de organizaciones de productores, que determinan la política institucional de apoyo crediticio y técnico, así como los lineamientos y estrategias de operación y aprueban los créditos de mayor cuantía. La autoridad máxima de FIRA lo constituye un Director General y delegado fiduciario, quien recibe la orientación y apoyo del Comité Técnico. Al interior del país, FIRA cuenta con 200 Agencias, las cuales son consideradas las células operativas de la institución; 31 Residencias Estatales, una en cada Estado; cinco Direcciones Regionales ubicadas en cada una de las cinco regiones en las que se divide el país (norte, noroeste, occidente, sur y sureste); cada una de las cuales administra aproximadamente a seis Residencias Estatales de la región en particular; una oficina de representación en el D.F.; y la Oficina Central, con sede en la ciudad de Morelia, Mich. FIRA canaliza tanto recursos financieros nacionales como los provenientes de organismos internacionales. Los nacionales tienen su origen en las recuperaciones de cartera, redescuento en el Banco de México, aportaciones del Gobierno Federal al patrimonio, y productos de operaciones propias de los fideicomisos que constituyen FIRA. Los internacionales provienen de préstamos del Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y de otras instituciones de crédito. Los acreditados elegibles para recibir apoyos de FIRA, son las personas físicas o morales constituidas en cualquiera de las diferentes figuras organizativas de conformidad con las leyes mexicanas dedicadas a las actividades de la producción primaria, agroindustrial y de comercialización de los sectores agropecuario, forestal y pesquero, para lo cual tendrán que reunir los requisitos definidos por FIRA, o bien por el intermediario financiero acreditante para beneficiarse y obligarse por el crédito. 26 Para fines de estratificación, los acreditados finales se clasifican por su nivel de ingresos, de la siguiente manera: Productores en Desarrollo 1 (PD1): Aquéllos cuyo Ingreso Neto Anual (INA) no rebase 3,000 veces el salario mínimo rural diario (vsmrd). Dentro de esta clasificación FIRA le da atención prioritaria a los productores con ingresos de hasta 1,000 vsmrd (anteriormente llamados Productores de Bajos Ingresos), a los que se dirigen los mayores esfuerzos de asistencia técnica y capacitación; así como de paquete de servicios integrales de apoyo como crédito contingente y garantía parcial para su recuperación; estímulos a la banca, a través del reembolso parcial de sus cotos por asistencia operativa suministrada; Servicios de Asistencia Técnica Integral, mediante el cual se canalizan estímulos económicos a los productores acreditados para que contraten en forma directa asesoría técnica, productiva y administrativa; capacitación y demostración de tecnologías avanzadas, que contribuyan a ampliar sus conocimientos y la adopción de innovaciones que les permitan mejorar la eficiencia de sus empresas. Productores en Desarrollo 2 (PD2): Aquéllos cuyo Ingreso Neto Anual (INA) supera 3,000 vsmrd, los cuales, por su nivel económico ya no requieren de servicios integrales de apoyo a las operaciones crediticias. Sin embargo, a través de financiamientos con tasas preferenciales pueden continuar sus procesos de modernización y alcanzar mayor eficiencia y productividad. En este estrato se agrupa a los que anteriormente se les denominó PIM (Productores de Ingresos Medios) (entre 1,000 y 3,000 salarios mínimos) y a los OP, Otro tipo de Productores (ingresos mayores a 3,000 salarios mínimos). Agentes Económicos, que pueden ser bancos, empresas o bufetes de bienes y servicios, productores agropecuarios individuales u organizados, que contribuyan a través de sus servicios de asesoría y bienes tecnológicos al mejoramiento de la productividad en el campo. 27 Los créditos que otorga FIRA están destinados básicamente a fomentar la producción agropecuaria, forestal y pesquero del país, así como la industrialización y comercialización de sus productos. También se destinan a estimular la creación y consolidación de agentes económicos que promuevan la modernización de los procesos productivos en el campo, de acuerdo con la siguiente clasificación: Habilitación o Avío (corto plazo): Se otorga a las empresas rurales para que puedan atender sus necesidades de capital de trabajo en el corto plazo, sin exceder de 2 años. Refaccionario (mediano o largo plazo): Este tipo de crédito se otorga para efectuar inversiones fijas. El plazo está en función de la vida útil de la inversión y de la capacidad de pago de la empresa financiada, sin exceder de 15 años en proyectos forestales o de lenta maduración. El plazo puede extenderse hasta 20 años. Prendario (corto plazo): Se otorga para facilitar la comercialización de insumos o productos, y su plazo puede ser hasta de 6 meses. Las tasas de interés aplicables dependen del tipo de crédito, del estrato socioeconómico e los productores, de la rama de actividad y de la prioridad del producto, tomando como referencia la tasa de interés equivalente a la Tasa de Interés Interbancario de Equilibrio (TIIE). Para autorizar un crédito, el productor debe presentar la solicitud de préstamo a satisfacción del Banco o del Intermediario Financiero que haya elegido. Este la analiza, y si el interesado resulta sujeto de crédito elegible, se procede a formular la evaluación del proyecto (técnica y económica), la cual tiene como fin, conocer las ventajas que se derivan de la inversión propuesta y determina las condiciones técnicas, económicas y financieras con las que se debe contratar el préstamo. Esta evaluación la dictamina y autoriza el Banco o FIRA, según las facultades 28 establecidas. El Banco descuenta el crédito con FIRA y de inmediato lo ministra al productor. Aunado al crédito, FIRA apoya a los productores con servicios complementarios como Operaciones y Servicios de Apoyo como servicio de crédito contingente y garantía parcial de recuperación a la Banca comercial para respaldar la viabilidad de los proyectos de sus acreditados, principalmente de productores en desarrollo ubicados en zonas con buen potencial productivo y con expectativas de desarrollo económico que carecen de garantías reales suficientes y cuyos proyectos han sido dictaminados como viables y rentables; servicio de Estímulo a la Banca (SIEBAN) por el otorgamiento de la asistencia técnica, reembolsándole parcialmente el costo de la asesoría brindada a productores en desarrollo de menores ingresos; Servicio de Asistencia Técnica Integral, contratado directamente por los productores acreditados y proporcionado por asesores profesionales independientes y despachosmultidisciplinarios; capacitación y actualización técnica para el personal de la Banca, Intermediarios Financiero y de otras Instituciones y Dependencias relacionadas con el sector; así como productores acreditados con recursos de sus programas; y establecimiento de Centros de Demostración y Adiestramiento en técnicas agropecuarias, agroindustriales y pesqueras, aplicables a sus programas para el desarrollo y transferencia de tecnologías avanzadas, relacionadas con las actividades productivas prioritarias. 3.2 El Rol del Psicólogo en FIRA En la década de los 80s y hasta 1999 la administración y operativa de FIRA estuvo en su mayoría a cargo de ingenieros agrónomos, principalmente egresados de la Universidad Autónoma Chapingo. Este gremio ostentó los puestos más estratégicos de la Institución: Dirección General, Direcciones de área, Subdirecciones y Jefaturas de Departamento, con excepción de las Direcciones de Finanzas, Administración y Contabilidad. En las oficinas foráneas tenían a su 29 cargo la titularidad de todas y cada una de las representaciones regionales, estatales y agencias. La titularidad no sólo era de las áreas técnicas, sino también de las de carácter humanístico y administrativo como Capacitación al Personal, Recursos Humanos, Reclutamiento y Selección, entre otras. En esa época, la plantilla de personal a nivel nacional oscilaba entre los 1600 empleados, entre personal técnico y administrativos. De ese total, sólo laboraban en la Institución seis psicólogos, todos en Oficina Central, de acuerdo con lo siguiente: UNIDAD ADMINISTRATIVA NÚM. DE PSICÓLOGOS FUNCIÓN División de Especialización Técnica y Capacitación Campesina 3 Planear y aplicar los programas de capacitación al personal y a los productores beneficiados, considerando la detección de necesidades y su alineación a los planes estratégicos institucionales. Departamento de Reclutamiento y Selección 2 En esta área laboraban dos psicólogas, una como Jefa del Departamento, y la otra como Analista, quienes tenían a su cargo la aplicación de políticas, estrategias, normas y procedimientos para el reclutamiento, selección y contratación del personal para la Institución. División de Organización y Desarrollo Rural 1 Diseño de programas de capacitación con la finalidad de integrar a los productores de bajos ingresos en los diferentes esquemas organizativos e inducirlos a prácticas productivas con mayor sentido empresarial; así como diseñar y coordinar los diversos programas de capacitación para el otorgamiento de la asistencia técnica integral a los productores de bajos ingresos. A partir de 1999, FIRA experimentó una serie de cambios, reorientado sus políticas de apoyo al campo con un sentido más empresarial. Por tal motivo se dio una mayor apertura a la participación de profesionistas de diferentes disciplinas, quedando en su minoría los de formación agronómica; sobre todo en Oficina Central, en donde el nuevo Director General era abogado, las Direcciones de Área, Subdirecciones y Jefaturas de Departamento fueron ocupadas por 30 economistas, licenciados en administración de empresas, comunicadores y psicólogos, entre otros. Las jefaturas de las áreas técnicas, así como las representaciones regionales, estatales y agencias continuaron a cargo de ingenieros agrónomos. En esa etapa se dio mayor reconocimiento a la participación de los psicólogos, ya que por primera vez en la historia de FIRA estos profesionistas ocuparon puestos estratégicos como la Dirección de Administración, las jefaturas de los Departamentos de Capacitación al Personal y de Evaluación del Desempeño. Los psicólogos que tenían el puesto de Analistas, los ascendieron a Especialistas, quienes, aparte de mejorar sus ingresos, contaban con mayores posibilidades de tener la titularidad de jefaturas de mandos medios y mandos altos; opción que en la administración anterior era casi imposible lograr. Sin embargo, en esta administración se dieron cambios muy drásticos como la desaparición de la División de Organización y Desarrollo Rural, creándose en su lugar la Subdirección de Capacitación Empresarial, en donde sólo se llevaba a cabo el otorgamiento, control y seguimiento de los recursos orientados a la capacitación rural (a técnicos y productores). La persona encargada de realizar esta actividad era una psicóloga que colaboraba en la desaparecida División de Organización y Desarrollo Rural, ahora con el puesto de Especialista, cuya principal función era el establecimiento de procedimientos para el trámite y otorgamiento de subsidios orientados al servicio de capacitación empresarial, con la finalidad de lograr la uniformidad y agilización en la canalización oportuna de los recursos a los productores de los diferentes estratos apoyados por FIRA, así como el establecimiento de procedimientos para lograr la sinergia de las diferentes instituciones del sector en apoyo a la capacitación rural. 31 4 LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LA CAPACITACIÓN RURAL El presente trabajo se realizó en la Oficina Central de FIRA, en dos etapas: La primera de 1984 a 1999 en la entonces División de Organización de Productores, y la segunda de 1999 a 2004 en la Subdirección de Capacitación Empresarial, ambas con sede en la Ciudad de Morelia, Mich., con domicilio en Km 8 Antigua Carretera a Pátzcuaro; y está fundamentado en la práctica profesional que se realizó en los diferentes programas de capacitación impulsados por FIRA para apoyar a los productores rurales estratificados en la Institución como de bajos ingresos, y a los técnicos encargados de su atención (asesores externos y del propio FIRA). La intervención profesional en FIRA durante la primera etapa se desarrolló en un contexto caracterizado por un apoyo total a los productores de bajos ingresos. Con la creación en FIRA del tercer fideicomiso en 1972, denominado Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA), se impulsó de manera importante el acceso de los productores de menor desarrollo relativo al crédito institucional. Sin embargo, fue hasta 1982 con el nombramiento en FIRA de un nuevo director, ingeniero agrónomo de extracción campesina, cuando se creó de manera oficial el Programa de Productores de Bajos Ingresos (PBI). Para impulsarlo, el nuevo titular conformó un equipo multidisciplinario, integrado por ingenieros agrónomos con especialidad en sociología rural, antropólogos, sociólogos, y por primera vez, una psicóloga. Este equipo, poco a poco gozó de gran prestigio dentro y fuera de la institución por su inclinación social. Una de las primeras actividades que le encomendaron a la psicóloga fue el diseño y ejecución de programas de capacitación para los productores de bajos ingresos, así como para los técnicos de la institución y del Programa de Asesores Externos 32 (PAE)1, encargados de apoyarlos. Aunque estos programas estaban orientados a la integración de los productores en organizaciones económicas legalmente constituidas para que pudieran acceder a los servicios financieros y tecnológicos de la Institución, con la intervención de la psicóloga se incluyeron temas como motivación, autoestima, comunicación, entrenamiento asertivo, liderazgo, cohesión, conciencia de pertenencia, autogestión, solidaridad, etc. Además, se fomentaba el desarrollo de las capacidades individuales y sociales de los productores, auxiliándoles en el desarrollo de aptitudes y habilidades con propósitos empresariales y comunitarios, con especial énfasis en la incorporación de las mujeres y jóvenes rurales a la economía del campo, y de esta forma propiciar la generación y/o mantenimiento del empleo en el sector rural. La capacitación para los técnicos contemplaba la caracterización de los Productores de Bajos Ingresos deacuerdo con FIRA, la estrategia socio- organizativa institucional; así como los requisitos y procedimientos para la constitución legal de las organizaciones, de acuerdo con las leyes vigentes. Incluía también un módulo sobre los Métodos y Planificación de la Asistencia Técnica Integral, el cual contemplaba una serie de técnicas y herramientas de comunicación utilizadas por los técnicos en el otorgamiento de la asistencia técnica. Otra de las aportaciones de la psicóloga fue la adaptación de dinámicas grupales en la capacitación rural, como la de los “cuadrados”, las cuales se utilizaban para propiciar la reflexión, el análisis, el cambio de actitudes de los productores y técnicos; identificando y/o reforzando actitudes en los participantes para el logro de los objetivos, tanto a nivel individual como grupal. 1Programa mediante el cual los productores contrataban a sus propios técnicos asesores y FIRA les reembolsaba parcialmente su costo, con la finalidad de que a futuro los productores incrementaran gradualmente sus aportaciones, hasta que pudieran cubrirlo en su totalidad. 33 En 1999 FIRA cambió radicalmente su política de apoyo al sector rural. Su prioridad ya no eran los productores de bajos ingresos, sino los grandes corporativos agroindustriales. Por tal motivo, al realizar la reestructura institucional quitó del organigrama a la División de Organización de Productores, área encargada de atender a este estrato de productores, y con ella al personal encargado de su ejecución. Por tal motivo, con la entrada de esta nueva administración se dio fin al Programa PBI que tanto prestigio le había dado a FIRA dentro y fuera del país. Para impulsar esta nueva política institucional, FIRA utilizó como uno de los instrumentos más importantes, la capacitación a los productores y técnicos, por lo que creó la Subdirección de Capacitación Empresarial. Esta nueva área tenía como principal función orientar los servicios de capacitación para formar a los productores como proveedores de bienes y servicios de las agroindustrias. Dada su experiencia de trabajo en el área extinta, la psicóloga fue adscrita como Especialista a esta nueva área, a quien se le encomendó impulsar y atender dos de los programas más importantes de la Institución: el de los Jóvenes Emprendedores y el de la Mujer Rural. En ambos programas se buscaba fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes empresariales de los productores para que accedieran en forma ordenada y gradual a las oportunidades de empleo, ingreso y bienestar social. Aunque esta nueva área realizó importantes acciones de apoyo a los productores de bajos ingresos, a través del programa de jóvenes y de la mujer rural, la nueva política de apoyo al campo institucional ya no tenía como prioridad apoyar a este estrato de productores. Sin embargo las reglas de operación de FIRA, como institución de fomento y desarrollo, la obligaban a hacerlo; por lo que la institución se enfrentó a un problema, con la reestructura no sólo se desintegró el equipo de técnicos encargados de su operación en Oficina Central, sino que la mayoría de los técnicos de las oficinas foráneas encargados del programa PBI, se habían 34 reubicado en otras áreas de la estructura, incluso muchos de ellos ya no colaboraban en la institución. Ante esta situación, en la recién creada Subdirección de Capacitación Empresarial, la psicóloga y un grupo de técnicos impulsaron la estrategia, denominada “Apertura de Líneas de Capacitación”, la cual consistía en autorizar de manera anualizada recursos de capacitación a instituciones o dependencias de reconocido prestigio en el sector para que en nombre y representación de FIRA se formara y capacitara, con criterios empresariales, a los productores acreditados o por acreditarse; con especial énfasis a los de menor desarrollo. Con esta estrategia los recursos de capacitación podían llegar a un mayor número de productores, en donde, además de atender los programas, tanto de Jóvenes Emprendedores como el de la Mujer Rural, se atendiera de manera masiva a los productores de bajos ingresos, quienes con la desaparición del programa dejaron de atenderse. Con la finalidad de delegar a cada oficina foránea la ejecución de esta estrategia de masificación del servicio de capacitación, se encomendó a la psicóloga elaborar el manual donde se especificaran los pasos a seguir para la apertura de línea de recursos, al cual se le denominó “Procedimiento para el Trámite y Otorgamiento de Subsidios Orientados al Servicio de Capacitación Empresarial”. Con la intención de continuar apoyando a los productores de bajos ingresos, a través de la apertura de líneas de capacitación, la psicóloga impulsó el programa de Pedagogía Masiva Multimedial, que se refería a una propuesta de capacitación, basada en el modelo teórico de la comunicación para el desarrollo rural avalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la cual retoma la experiencia y conocimientos de campesinos, productores y profesionales y adapta los mensajes para su uso pedagógico, utilizando diferentes medios para la transmisión de contenidos (video, cuadernillo del participante y la guía del facilitador). 35 Dentro de los diversos trabajos que se realizaron en FIRA bajo esta metodología, la psicóloga colaboró directamente en la elaboración del Paquete Pedagógico Multimedial de Riego por Goteo (anexo 1), el cual se realizó en el marco de un convenio de cooperación interinstitucional suscrito entre la FAO, el Instituto Mexicano de Educación para el Desarrollo Rural (IMEDER), la Asociación Nacional de Usuarios de Sistemas de Riego (ANUR) y FIRA. Cabe señalar que como reconocimiento a la contribución de la psicóloga en esta propuesta metodológica multimedial, así como en el diseño y ejecución del “Procedimiento para el trámite y otorgamiento de subsidios orientados al servicio de capacitación empresarial”, los cuales impactaron favorablemente en apoyo de los productores de bajos ingresos, le otorgó un bono del desempeño en diciembre de 2002 (anexo 2). 4.1 Capacitación a Productores de Bajos Ingresos (PBI) Por las características de los recursos físicos y humanos de este estrato de productores rurales (escasa infraestructura, poco o nulo uso de tecnologías productivas e informativas modernas, bajo nivel educativo, falta de cultura asociativa, falta de capital, poco o nulo control del mercado), la capacitación hacia la organización de los productores en sus diversas formas de integración, así como la asistencia técnica integral, representaron en FIRA los principales instrumentos para hacerles llegar a los PBI los servicios y apoyos necesarios para lograr que sus empresas alcanzaran la rentabilidad y sustentabilidad demandada por los mercados, tanto nacionales como internacionales. Por tal motivo, la División de Organización de Productores, área encargada de la operativa del Programa PBI, reorientó sus actividades hacia un enfoque más social y menos técnico; por lo que se vio en la necesidad de reforzar su plantilla de personal, el cual estaba conformada en su mayoría por ingenieros agrónomo; integrando a su equipo a un sociólogo y a mí como psicóloga, asignándome como 36 función principal coordinar a nivel nacional el programa de capacitación a los Productores de Bajos Ingresos. La capacitación rural que se realizó en esta área fue en tres vertientes: 1) Hacia los productores de bajos ingresos; 2) hacia los técnicos de la propia institución encargados del programa PBI (llamados jefes de programa en desarrollo social empresarial, ubicados en cada Residencia Estatal), y 3) hacia los técnicos del Programa de Asesores Externos (PAE), los cuales, através de un proceso de selección y capacitación, FIRA les asigna una clave de habilitación, con la que podrían recibir reembolsos hasta por el 80% de los servicios de asistencia técnica y capacitación otorgados a los productores de bajos ingresos. Quienes, a su vez, tenían la obligación de cubrir como aportación el 20% restante. La capacitación hacia este estrato de productores se orientó principalmente para que se integraran en organizaciones económicas legalmente constituidas de acuerdo con las leyes vigentes como Sociedades de Producción Rural, Uniones de Crédito, etc., requisito indispensable para que pudieran acceder a los servicios financieros y tecnológicos que FIRA otorga, tales como subsidios a las tasas de crédito, asistencia técnica productiva y tecnológica, capacitación en aspectos jurídicos, administrativo-contable, entre otros. Una vez constituidos en las figuras jurídicas correspondientes, la capacitación se orientaba a la inducción de los productores para que integraran en sus empresas hacia los diferentes esquemas de integración organizativa como los FINCAS, herramienta de fomento y movilización de recursos financieros y no financieros para el sector rural; Sociedades de Ahorro y Préstamo (SAP), alternativa para canalizar el financiamiento rural en forma eficiente, oportuna y de acuerdo con las necesidades y potencial de los recursos de sus asociados; Agroasociaciones Empresariales, esquema de asociación agroempresarial y complementariedad entre empresarios y productores, induciendo la transferencia de capitales y 37 tecnologías modernas al campo; así como el establecimiento de sistemas administrativos computarizados en las empresa PBI. A través de la capacitación, se incorporaron las mujeres y jóvenes rurales del estrato PBI en proyectos viables y rentables, con la finalidad de abatir o disminuir en lo posible las consecuencias del fenómeno de migración que vive este segmento de la población. 4.2 Programa de Productores de Bajos Ingresos (PBI) Dentro de las acciones desarrolladas por el gobierno mexicano a través de FIRA, para otorgar apoyo financiero y técnico a los productores agropecuarios, destaca por su importancia el Programa de Productores de Bajos Ingresos (PBI), creado para atender al sector social rural con menor desarrollo relativo del país. Participan en este programa productores cuyo ingreso neto anual no sea mayor a 1,000 veces el salario mínimo diario de la zona en donde se ubican sus proyectos productivos. Los productores de Ingresos Medios (PIM) entre 1,000 y 3,000 salarios mínimos y los Otro Tipo de Productores (OP), ingresos mayores a 3,000 salarios mínimos. En 1991 esta estratificación se cambió a Productores en Desarrollo 1 (PD1), Productores en Desarrollo 2 (PD2) y Productores en Desarrollo 3 (PD3), respectivamente. Además de esta estratificación por nivel de ingresos, FIRA caracterizó a los PBI como aquellos productores con carencia o escasez de tierra, falta de garantías para respaldar los financiamientos, escasa infraestructura, recursos limitados y/o de mala calidad, bajo uso de tecnología moderna, bajo nivel educativo, falta de experiencia socio-organizativa, productiva, administrativo-contable y de administración del riesgo; falta de capital, escaso conocimiento del mercado y de la economía. Cabe destacar que la categoría de productores de bajos ingresos siempre estuvo presente en la historia de FIRA, no obstante, la estratificación de productores por 38 nivel de ingreso surgió en 1972 con la creación del tercero de los cuatros fideicomisos que integran FIRA, llamado Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA), lo que representó entrar de lleno al otorgamiento de garantías y promover, de manera intensiva, la asistencia técnica y capacitación a este estrato de productores. En 1973, el 80 por ciento de los productores acreditados correspondió al Programa de Productores de Bajos Ingresos2 Aun y cuando el programa PBI se inició en los años setentas, fue durante el período de 1983 a 1991 donde FIRA incrementó los apoyos hacia el desarrollo del sector ejidal y a los pequeños productores, en donde se logró conjugar el crédito de una banca estatizada con la actividad de FIRA. Esta estrategia tuvo un inesperado resultado positivo en el sector rural, ya que permitió que muchos ejidatarios y pequeños productores se capitalizaran, justo antes de que se retiraran los apoyos gubernamentales. El Programa PBI contemplaba toda una serie de apoyos y estrategias como tasas de interés preferencial y años de gracia para el pago de los préstamos; plazos de amortización hasta de quince años acorde con la productividad de las empresas; garantía a la banca para la recuperación parcial de los créditos otorgados a los PBI; reembolso parcial de los costos directos de la asistencia técnica contratada directamente con despachos multidisciplinarios o asesores especializados, orientada principalmente a la adopción de innovaciones tecnológicas y en la implementación de sistemas administrativo-contables; estímulos financieros a los bancos participantes al realizar operaciones de financiamientos pequeños, como era el caso de los PBI. Asimismo, contemplaba la promoción y apoyo para la participación de los PBI en eventos de capacitación y adiestramiento con el propósito de lograr la transferencia de tecnologías en la mejora de sus procesos productivos, administrativos, organizativos y de comercialización. 2 FIRA a Cincuenta Años de su Creación, 2004. 39 Con la finalidad de lograr una mayor participación de los PBI en proyectos productivos rentables y sustentables, FIRA centraba sus acciones principalmente en los aspectos socio-organizativos. Para ello integró en la Oficina Central un equipo multidisciplinario, en donde, aparte de los ingenieros agrónomos, por primera vez participaban profesionistas con disciplinas sociales y humanísticas, como la sociología, psicología y antropología. Gracias a la participación de este tipo de profesionistas, la atención a los productores de bajos ingresos dejó de ser meramente técnica, impulsando el Programa para Productores de Bajos Ingresos con un enfoque social. Este enfoque contempló la promoción, capacitación y asesoría de una serie de instrumentos de integración socio-organizativa, a través de los cuales se promovía la autonomía y autogestión de las empresas PBI, en donde se les transfirió a los productores las funciones para el manejo de su propio empresa, reforzando en ellos su capacidad de gestión, de liderazgo, administración y manejo del crédito, del seguro, de la administración, de los cambios tecnológicos y de otros servicios y apoyos. Entre los instrumentos socio-organizativos que se impulsaron, resaltan los FINCAS, herramienta de fomento al ahorro y protección de bienes de los productores; las Uniones de Crédito, han sido una reconocida fuente para la movilización de recursos financieros y no financieros hacia el sector de pequeños productores, ganaderos, artesanos, comerciantes y grupos de mujeres, en donde, los PBI tenìan grandes perspectivas de participación. Las SAP, son una importante alternativa financiera para desarrollar sistemas de ahorro en las poblaciones rurales y canalizar el financiamiento rural en forma eficiente y oportuna. Por su parte, las Empresas Agrocomercializadoras, permiten a los PBI participar en procesos de transformación y comercialización de insumos, productos y servicios, generando economías de escala, al concentrar mayores volúmenes para la compra-venta, lo que se traducía en mejor calidad, mayores 40 oportunidades, fomento del ahorro, y en consecuencia, incremento en sus utilidades. En complemento a las acciones de apoyo a
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