Logo Studenta

La-institucionalizacion-y-el-proyecto-identificatorio-de-adolescentes-proximas-a-egresar-de-una-casa-hogar

Esta es una vista previa del archivo. Inicie sesión para ver el archivo original

I 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
PROGRAMA DE MAESTRIA Y DOCTORADO EN PSICOLOGIA 
 
DOCTORADO EN PSICOLOGÍA 
ÁREA PSICOLOGÍA Y SALUD 
 
 
 
LA INSTITUCIONALIZACIÓN Y EL PROYECTO IDENTIFICATORIO DE 
ADOLESCENTES PRÓXIMAS A EGRESAR DE UNA CASA HOGAR 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
 
DOCTORA EN PSICOLOGIA 
 
 
PRESENTA: 
ARGELIA NOEMI IBARRA IBAÑEZ 
 
MIEMBROS DEL COMITÉ TUTOR 
 
Tutora principal. Dra. Martha Patricia Romero Mendoza. Instituto Nacional de Psiquiatría 
“Ramón de la Fuente Muñiz” y Facultad de Medicina-UNAM 
Tutora adjunta. Dra. Elena Azaola Garrido. Centro de Investigación y Estudios Superiores en 
Antropología Social (CIESAS) 
Tutora externa. Dra. María Emily Reiko Ito Sugiyama. Facultad de Psicología-UNAM 
Jurado A. Dra. Bertha Blum Grynberg. Facultad de Psicología-UNAM 
Jurado B. Dra. Nelva Denise Flores Manzano. División de Estudios de Posgrado en Psicología, 
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) 
 
Ciudad de México, agosto, 2018 
 
http://www.google.com.mx/imgres?q=LOGO+UNAM&hl=es&biw=1088&bih=457&gbv=2&tbm=isch&tbnid=X3ga7zFenLvpcM:&imgrefurl=http://www.ccg.unam.mx/en/logos&docid=AEdJQRGramwzwM&w=688&h=785&ei=sDJLToLJEYWqsQKd9Km1CA&zoom=1
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
II 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A MIS PADRES 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
III 
 
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES 
 
A LA DRA. MARTHA PATRICIA ROMERO MENDOZA 
 
Doctora Martha le quiero dar las gracias por acompañarme en este proceso de crecimiento 
personal y profesional, gracias por haber tomado a su cargo la dirección de mi Tesis 
doctoral, gracias por su compromiso y disposición. Le agradezco mucho sus enseñanzas y 
toda la riqueza que me aportó a través de sus consejos; muchos de ellos operaron en mí una 
nueva forma de ser y estar. También quiero darle las gracias por la libertad con la que me 
permitió expresar mis inquietudes e ideas respecto a mi tema de investigación. Me llevo 
conmigo, como un recuerdo muy valioso, las muchas horas que me escuchó hablar sobre 
“las niñas de la casa hogar”. La paciencia y el interés que me mostraba cada vez que le 
hablaba de mi trabajo, son cosas que para mí tienen un valor incalculable. Gracias por estar. 
 
A LA DRA. ELENA AZAOLA GARRIDO. 
 
Doctora Elena le quiero dar las gracias por ser parte de mi comité tutor; su gran experiencia, 
templanza y bondad son fuentes de inspiración para mí. Le agradezco sus sabías aportaciones 
a mi trabajo y su disposición para escuchar mis inquietudes y colaborar ampliamente para 
que este trabajo concluyera con éxito. Para mí fue un honor tenerla como tutora adjunta. 
 
A LA DRA. MARÍA EMILY REIKO ITO SUGIYAMA 
 
Doctora Emily le quiero agradecer su acompañamiento constante a lo largo de los cuatro 
años de mi doctorado. Gracias por aportarme tantas enseñanzas y ayudarme a darle 
estructura metodológica a mi trabajo. Le agradezco sus valiosos aportes éticos. Sus clases 
transmiten gusto, interés y amor por la investigación, y sus lecturas tan extraordinariamente 
interesantes son las cerezas del pastel. Su constancia, congruencia, certeza, dedicación y gran 
sabiduría son cualidades que admiro de su persona. Para mí, es un ejemplo a seguir. 
 
 
 
IV 
 
A LA DRA. BERTHA BLUM GRYNBERG 
 
Querida Bony sabes que te quiero y admiro mucho, tú has sido un pilar fundamental para la 
culminación de mis estudios de maestría y doctorado. Te agradezco mucho tu 
acompañamiento y apoyo en estos últimos siete años. Te admiro como profesora y te 
agradezco todas tus enseñanzas. También admiro tu gran calidad humana y tu entereza. 
Especialmente, te quiero dar las gracias por el espacio que me otorgaste, agradezco 
infinitamente la supervisión que hiciste de los casos de mis participantes; tu tiempo, tu 
escucha y tu mirada me dieron contención y sostén ante las historias tan amargas que me 
ayudaste a digerir. 
 
A LA DRA. DENISE FLORES MANZANO 
 
Gracias Denise por ser parte de este proceso, primero como compañera del programa de 
maestría y doctorado de la UNAM y después como parte de mí comité. Agradezco tu 
disposición, apoyo y tus valiosas aportaciones. Fuiste fuente de inspiración para iniciar mis 
estudios de doctorado y ahora eres un modelo a seguir como exitosa Doctora. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
V 
 
Agradecimientos 
 
A la Dra. María de los Ángeles Flores Barocio. 
 
Querida Ángeles no tengo palabras que alcancen a describir todo mi agradecimiento por tu 
bondad hacia mi persona. Te agradezco tu presencia y tu constancia, tus valiosos y sabios 
consejos, tu tolerancia, tu prudencia y tu madurez. Me has dado cariño, afecto, paciencia y 
atención y otras tantas cosas que han nutrido mi ser y siempre viviré agradecida contigo y con 
Dios por haberte puesto en mi camino. Me enseñaste lo que significa la incondicionalidad y 
lo que es el amor de una madre, de una hermana y de una amiga. Sabes que te admiro 
mucho como profesora y como profesional, pero aún más como ser humano. Contar contigo 
me hace una persona privilegiada. 
 
A la Familia Flores Flores. 
 
Agradezco infinitamente a la familia Flores Flores por el apoyo que me ha otorgado a lo 
largo de mi desarrollo personal y profesional, gracias por abrirme las puertas de su casa. 
Pasar temporadas en su hogar fueron momentos muy reparadores, confortables y de 
descanso, al mismo tiempo que me permitían estar en mi tierra, donde sí se come rico y 
bien. Especialmente, quiero agradecer a Ana Flores por su bondad, por compartirme de sus 
cosas y sobre todo por compartir su espacio. 
 
A Alma Edith Jalpa Meza. 
 
Alma gracias por acompañarme en mi estancia en tu tierra, te agradezco y valoro mucho tu 
amistad. Gracias por tu tolerancia, tu prudencia y tu madurez. Te agradezco todos los 
momentos que hemos pasado juntas en estos siete años que tenemos de conocernos. Dicen 
que las amistades duran para siempre y espero que sea nuestro caso. 
 
 
 
 
VI 
 
A Perla Xixitla. 
 
Querida Perla gracias por estar conmigo durante todo el trayecto de este trabajo. 
Especialmente, te agradezco tu acompañamiento en los momentos de mayor tensión, gracias 
por estar durante mi enfermedad, por tu disponibilidad para estar a la hora que yo necesitaba 
de ti, por escuchar mi dolor, mi tristeza y mi amargura, gracias por tus desvelos y por 
cuidarme. Agradezco mucho a Dios por contar con personas tan excepcionales como tú. 
 
A Cristina Sánchez de Ita. 
 
Cris agradezco todo el apoyo que me has brindado, tu escucha, tus consejos y sobre todo el 
abrirme las puertas de hogar. Dicen que los amigos son la familia que uno escoge y yo te 
escogí, pues no quería perderme la oportunidad de contar con personas tan excepcionales 
como tú. 
 
 
Y porque el Doctorado tiene la bondad de permitirnos conocer a gentes que se vuelven 
importantes en la vida quiero agradecer: 
 
A Cintia Aguilar Delgadillo. 
 
Cintia te quiero dar las gracias por tu amistad y por haberme acompañado en este camino, te 
agradezco lo buena que fuiste conmigo, siempre recordaré con mucho cariño los largos 
desayunos de los miércoles, donde se nos iban las horas debatiendo nuestros temas de
investigación, confrontando, coincidiendo, donde nos enojábamos y luego nos reíamos. 
Gracias por escucharme en los momentos más agudos y de tensión del Doctorado. Gracias 
por aguantar mi carácter, sobre todo por tolerar mi terquedad. Te quiero decir que fuiste un 
pilar muy importante, eres uno de los testigos más cercanos de lo que significó este proceso 
para mí, te agradezco haber estado ahí. Espero seguir contando contigo y que nuestra 
amistad siga creciendo. 
 
 
VII 
 
A Ligia Noemi Kumul Coronado. 
 
Gracias Noemi por tu valiosa amistad y por el apoyo que me brindaste. Te agradezco tu 
calidez, tu bondad y todo el ánimo y la fortaleza que me trasmitiste. Siempre recordaré con 
mucho cariño los momentos que compartimos, esperando que algún día se repitan. 
 
A Minerva, Toño, Mario Arturo, Brenda y Xóchilt 
 
Gracias por su valiosa amistad y por su apoyo. Agradezco a Dios por reunirnos y compartir 
este proceso; son excelentes compañeros y personas muy inteligentes, los admiro mucho. 
Son ejemplo de constancia, disciplina y tenacidad. Fuimos compañeros de clase y espero que 
ahora sigamos acompañándonos en nuestras vidas. 
 
 
Finalmente, quiero agradecer a aquellas personas que sin su apoyo no habría sido posible 
este trabajo. 
 
A la directora de la Casa Hogar donde se llevó a cabo la presente investigación. 
 
Sor le agradezco de corazón el apoyo personal que me brindó, le estoy infinitamente 
agradecida por abrirme las puertas de la casa hogar, gracias por la confianza que depositó en 
mí. También quiero mostrar todo mi respeto y admiración por la labor humanitaria que 
realiza su congregación religiosa. 
 
A la Psic. Elizabeth Márquez Acosta. 
 
Querida Eli te agradezco mucho tu apoyo, tus aportes, tu comprensión y tu escucha, gracias 
por compartir conmigo tu espacio de trabajo y acompañarme en esta tarea, fuiste un pilar 
fundamental para mi labor dentro de la casa hogar. Tienes un gran corazón y admiro mucho 
el trabajo que haces con las chicas de la institución. Quiero que sepas que me llevo grandes 
satisfacciones de esta etapa y una de ellas es tu amistad. 
 
VIII 
 
A la Psic. Socorro Rivara. 
 
Gracias Soco por el apoyo y la confianza que me brindaste durante mi estancia en la casa 
hogar, gracias por tu compañerismo y por tu valiosa amistad. 
 
 
Especialmente quiero agradecer a mis participantes, quienes son las protagonistas de este 
trabajo. 
 
Agradezco infinitamente a Itzel, Natalia, Hilda, Mariana, Yoselin y Samantha 
 
Chicas les agradezco infinitamente su colaboración, su esfuerzo y entusiasmo. Gracias por 
compartirme su tiempo y los pasajes de su vida. De ustedes me llevo muchas enseñanzas, el 
encuentro con esa parte de la sociedad que daña y lastima, pero también me hicieron ver ese 
empuje hacia la vida que reniega y lucha contra un destino marcado por los otros. Les 
agradezco su risa, su llanto, su permitirse recordar y hablar. Historias que hilvanaron y que le 
dieron un sentido al presente trabajo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
IX 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por otórgame el 
financiamiento por medio de su programa de becas nacionales, el cual me permitió 
dedicarme de tiempo completo a mis estudios de posgrado. También agradezco a la 
Universidad Nacional Autónoma de México por abrirme sus puertas. 
 
 
¡Goya, Pumas Universidad! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
X 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
XI 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la 
que trata a sus niños. 
 
Nelson Mandela. 
 
 
 
XII 
 
ÍNDICE 
 Pág. 
 
 
Resumen…………………………………………………………………………… 1 
Abstract………………………………………………………………………........ 2 
Introducción……………………………………………………………………..... 4 
 
Capítulo 1. La institucionalización en casa hogar……………………………… 
 
7 
 1.1 La institución denominada casa hogar…………………………............ 7 
 1.2 Institucionalización de niños, niñas y adolescentes de casa hogar……. 9 
 1.3 Aspectos psicológicos de los niños, niñas y adolescentes de casa hogar 14 
 1.4 Institucionalización en casas hogar en México………………………. 16 
 1.5 Condiciones de los niños, niñas y adolescentes en las casas hogar en 
 México…………………………………………………………………. 
 
20 
 
Capítulo 2. El proyecto identificatorio………………………………………….. 
2.1 La constitución del psiquismo…………………………………………. 
24 
24 
2.2 El yo construido y constructor de una historia………………………… 28 
2.3 Proyecto identificatorio………………………………………………... 31 
 2.4 Construirse un futuro en la adolescencia……………………………… 34 
 
Capítulo 3. Método……………………………………………………………….. 38 
 Objetivo general……………………………………………………………. 41 
 Objetivos específicos………………………………………………………. 41 
 3.1 Tipo de estudio ………………………………………………………... 41 
 3.2 Participantes…………………………………………………………… 42 
3.3 Instrumentos utilizados………………………………………………... 42 
3.4 Escenario………………………………………………………………. 42 
3.5 Registro de la información…………………………………………….. 43 
3.6 Consideraciones éticas……………………………………………........ 43 
3.7 Procedimiento de recolección de la información……………………… 44 
3.8 Procedimiento de análisis de la información…………………………. 58 
 
Capítulo 4. Caracterización de la casa hogar…………………………………. 55 
4.1 Objetivos de la congregación religiosa que dirige la casa hogar……… 55 
4.2 Las Instalaciones………………………………………………………. 56 
 4.2.1 Descripción de las instalaciones………………………………… 56 
4.3 Habitantes de la casa hogar……………………………………………. 66 
4.4 Personal que labora en la casa hogar…………………………………... 67 
4.5 Ingreso…………………………………………………………………. 67 
4.6 Funcionamiento de la casa hogar……………………………………… 68 
XIII 
 
4.7 Fines de semana……………………………………………………….. 72 
4.8Vestimenta de las internas……………………………………………… 73 
4.9 Manejo económico de la casa hogar………………………………….. 73 
4.10 Analizando y reflexionando………………………………………….. 74 
 
Capítulo 5. Resultados……………………………………………………………. 79 
 Introducción. La construcción historiaste ¿quién soy yo?............................ 79 
 5.1 La historización de Itzel……………………………………………….. 80 
 5.2 La historización de Natalia……………………………………………. 122 
 Más allá de lo dicho……………………………………………………….. 161 
 5.3 Hilda, Mariana, Yoselin y Samantha (Análisis interpretativo integral) 163 
 
Capítulo 6. Discusión…………………………………………………………….. 234 
 
Capítulo 7. Conclusión…………………………………………………………… 253 
 
Referencias bibliográficas……………………………………………………….. 259 
 
Apéndices 
I. Formato de carta de consentimiento informado para la directora de 
la institución……………………………………………………… 
II. Formato de carta de consentimiento informado para las internas 
mayores de 18 años…………………… …………………………. 
III. Formato de carta de asentimiento para internas menores de 18 años 
 
266 
 
267 
268 
 
 
1 
 
RESUMEN 
 
La población institucionalizada en casa hogar se ve atravesada por una serie de 
circunstancias entre las que destacan el poco o nulo contacto con el exterior, espacios 
comunes y reglamento rígido. Los informes internacionales de la Unicef (2011, 2013, 
2017) señalan que, en México no existe una normatividad que regule el funcionamiento de 
este tipo de establecimientos, por lo que es común encontrar que operan en condiciones 
muy precarias. Se enfatiza que la población interna proviene de situaciones de abuso, 
maltrato y negligencia, y suele permanecer institucionalizada hasta la adolescencia debido a 
que se encuentran sin cuidados parentales y/o familiares. Estos adolescentes egresan una 
vez que han cumplido la mayoría de edad, tengan o no quien los reciba al exterior de la 
casa hogar y estando en condiciones
muy limitadas para enfrentar la vida post-institucional. 
Es por ello que el objetivo de la presente investigación se enfocó en analizar el impacto de 
la institucionalización en el proyecto identificatorio de adolescentes internas en una casa 
hogar y próximas a egresar. La estrategia metodológica se centra en un marco analítico 
interpretativo sustentado en la teoría psicoanalítica y se utilizó el estudio de caso 
instrumental (Stake, 1999). De este modo, se logró dar cuenta de la singularidad de cada 
participante, pero también se pudieron identificar aspectos compartidos entre las 
adolescentes y conocer cómo opera la institución en el manejo de sus internas. El escenario 
fue una casa hogar ubicada en Ciudad de México, se entrevistaron a seis adolescentes 
próximas a egresar. Los principales hallazgos muestran que la casa hogar aporta 
alojamiento, vestido, alimento y educación (primaria y secundaria INEA) y una formación 
de valores morales sustentada en la religión católica, asimismo, la institución impone un 
reglamento rígido. Se encontró que estos elementos pueden posibilitar establecimiento de 
límites y un sentido de permanencia y pertenencia. Asimismo, se encontró que la 
experiencia de vida previa al internamiento determina considerablemente tanto la forma en 
cómo se asumen dentro de la casa hogar, como la forma en que introyectan los distintos 
elementos de la vida institucionalizada. Así, vemos adolescentes que se muestran 
disciplinadas; son adolescentes que han podido, pese a las circunstancias que las atraviesan, 
reparar parte del daño ocasionado por el rechazo, violencia y abandono infantil que traen a 
cuestas. Sus metas son continuar sus estudios y emplearse. Por otro lado, algunos de los 
2 
 
relatos reflejaron severas afectaciones producto tanto de la vida previa al internamiento 
como de la vida al interior de la casa hogar, dando por resultado problemas de identidad, 
depresión, adicciones y dificultades para interactuar en espacios fuera de la casa hogar. Los 
resultados también evidencian que la institución opera con varias limitantes que dificulta el 
manejo de las internas, sobre todo, falta trabajo interdisciplinar que ayude a las jóvenes a 
paliar los efectos traumáticos de su vida infantil y que las ayuden a posicionarse como seres 
proactivas y más autónomas. En esta línea, es importante que las jóvenes se construyan más 
allá del estigma de la orfandad y, en general, que tengan elementos dentro de la casa hogar 
que les posibiliten un futuro digno. 
 
Palabras clave. Institucionalización, casa hogar, adolescentes, egreso, proyecto 
identificatorio 
 
 
 
Abstract 
The institutionalized population in orphanages is traversed by a series of circumstances, 
among which there is little or no contact with the outside, common spaces and rigid 
regulations. UNICEF’s reports (2011, 2013, 2017) indicate that in Mexico there is no 
regulation in the operation of this type of establishments, so it is common to find that they 
operate in very precarious conditions. It is emphasized that the internal population comes 
from situations of abuse and neglect, and usually remains institutionalized until adolescence 
because they are without parental care. These adolescents graduate when they are of age, 
regardless of whether or not they have relatives who receive them when they leave. 
Likewise, they leave the orphanage in very limited conditions to cope post-institutional life. 
That is why the objective of this research was focused on analyzing the impact of 
institutionalization on the identification project of internal adolescents in a home and close 
to graduation. The methodological strategy focuses on an interpretative analytical 
framework based on psychoanalytic theory and the instrumental case study was used 
(Stake, 1999). In this way, it was possible to account for the uniqueness of each participant, 
but it was also possible to identify shared aspects among the adolescents and to know how 
the institution operates in the management of its inmates. The stage was a home-based 
house located in Mexico City, six teenagers were interviewed to graduate. The main 
3 
 
findings show that the home provides housing, clothing, food and elemental school and a 
formation of moral values based on the Catholic religion, also, the institution imposes a 
rigid regulation. It was found that these elements can make it possible to establish limits 
and a sense of permanence and belonging. Likewise, it was found that the experience of life 
prior to internment determines considerably both the way in which they are assumed within 
the home, and how they introject the different elements of institutionalized life. Thus, we 
see teenagers who are disciplined; they are teenagers who have been able, despite the 
circumstances that go through them, to repair part of the damage caused by the rejection, 
violence and child abandonment they bring on their backs. The goals of these young 
women are to continue their studies and be employed. On the other hand, some of the 
stories reflected severe affectations both from the life prior to the internment and from life 
inside the home, resulting in problems of identity, depression, addictions and problems to 
interact in spaces outside the institution. The results also show that the institution operates 
with several constraints that hinder the management of the inmates, above all, there is a 
lack of interdisciplinary work that helps young women to alleviate the traumatic effects of 
their childhood life and help them to position themselves as proactive beings and more 
autonomous. In this line, it is important that the girls break with the stigma of orphanage 
and, in general, that they receive elements within the institution that allow them a dignified 
future. 
 
Keywords. Institutionalization, orphanage, adolescents, egress, identification project. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
INTRODUCCIÓN 
 
La institucionalización de menores de edad en nuestro país es una problemática compleja 
que apunta a un descuido hacia al manejo de este tipo de población. Miles de niños, niñas y 
adolescentes viven en condiciones muy precarias al interior de los centros denominados 
casas hogar. Estos menores generalmente padecieron abuso, maltrato y negligencia por 
parte de sus familias de origen para finalmente ser internados. Asimismo, la 
institucionalización implica que los niños, niñas y adolescentes queden confinados a una 
serie de circunstancias propias como los son vivir en un espacio común, con poca o nula 
interacción con el mundo exterior a la casa hogar y con reglamentos y rutinas rígidas entre 
otras. De este modo, todos los informes internacionales especializados señalan 
problemáticas derivadas que afectan todas las esferas de un ser humano (física, psicológica, 
social, cultural, económica, etc.). 
 
Personalmente, tuve la oportunidad de tener contacto con una casa hogar que 
atiende a adolescentes mujeres y desde ese momento me surgió el interés por conocer las 
circunstancias que rodeaban la vida de las internas. Por espacio de un año estuve 
contemplando a distancia las circunstancias que se vivían en la institución. Fue entonces, 
que decidí realizar un estudio que diera cuenta de la situación que viven las internas de esa 
casa hogar. El tema que llamó más mi atención, fue conocer cómo se construyen estas 
jóvenes a partir de la institucionalización a la que están sometidas. Sobre todo, pensando 
que precisamente, se encuentran en una etapa de reediciones y de conformación de la 
identidad, de búsqueda de objetos y pensando, también, en que son adolescentes que 
egresarán una vez cumplida la mayoría de edad (18 años). Me preguntaba cómo los 
distintos elementos instituidos por la casa hogar permeaban a las jóvenes de tal manera que 
les posibilitara o imposibilitara la construcción de ideales y que tanto estaban preparadas o
no para enfrentar la vida post-institucional. 
 
Después de un trabajo de cuatro años divido en distintos momentos donde me di a la 
tarea de consultar informes y artículos especializados sobre el tema, para después crear mi 
estrategia metodológica y acceder a la casa hogar en calidad de investigadora, surge el 
5 
 
presente documento conformado por siete capítulos que dan cuenta de las distintas etapas y 
momentos del trabajo. 
 
El primer capítulo muestra los antecedentes que permiten definir y contextualizar 
las condiciones de la institucionalización en casa hogar tanto a nivel mundial como a nivel 
nacional. Este apartado está conformado por una serie de informes y artículos 
especializados que ofrecen un panorama de la situación en casa hogar, se analiza las 
condiciones de egreso de las instituciones y las repercusiones derivadas de la estancia en 
centros asistenciales como las casas hogar. En general, los documentos revisados confluyen 
en que urgen medidas que regulen el ingreso, la estancia y el egreso de la población. 
 
El segundo capítulo muestra la teoría que sostiene la tesis, se trata de la obra de la 
psicoanalista Piera Aulagnier que remite a la construcción del proyecto identificatorio, que 
esto aquello que está en estado potencial en el yo y que remite a los ideales. Para su estudio 
es necesario remontarse a los inicios de la construcción del psiquismo (proceso originario); 
es decir, desde el momento mismo en que el bebé es nombrado por el portavoz 
(generalmente la madre) y que funge como un discurso que anticipa lo que ese niño será. 
Posteriormente, con la conformación de los procesos primario y secundario aparece en 
escena un yo que irá conformándose de una serie de identificaciones a lo largo de la 
trayectoria de vida y especialmente en la adolescencia donde hay una serie de 
actualizaciones y reediciones que atravesarán el proyecto identificatorio. Aulagnier (2010) 
señala que el yo como biógrafo de sí mismo tiene un potencial identificante que en la 
adolescencia no solo buscará una construcción representacional de los enunciados que 
inauguraron su tejido identificatorio, sino que tendrán el potencial de resignificar lo vivido 
y fantaseado habilitando su proyecto identificatorio (Aulagnier, 1991; Grunin, 2009). 
 
El tercer capítulo detalla la estrategia metodológica que se elaboró previamente al 
ingreso a la casa hogar, la cual está basada en un marco interpretativo, donde se utilizó el 
estudio de caso instrumental (Stake, 1999). También se muestran las consideraciones éticas 
que se siguieron y el procedimiento llevado a cabo para el análisis de los datos (Kvale, 
2007). El cuarto capítulo muestra la caracterización de casa hogar donde se llevó a cabo la 
6 
 
investigación. Se trata de una descripción de los espacios que componen la institución; la 
intención fue, únicamente, contextualizar los relatos de las jóvenes internas. 
 
El quinto capítulo muestra los resultados de la investigación; consta del análisis de 
los relatos de las seis internas entrevistadas. Para nombrarlas, se utilizaron los seudónimos 
de Itzel, Natalia, Hilda, Mariana, Yoselin y Samantha. La primera parte la conforman dos 
estudios de casos, donde se rescató a detalle la experiencia de internamiento de dos internas 
(Itzel y Natalia). El objetivo fue dar a conocer el recorrido que atraviesa una joven interna y 
cómo éste ha determinado la construcción de su yo y la proyección a futuro. En la segunda 
parte de los resultados, se ofrece un análisis interpretativo integral conformado por los 
relatos de las cuatro participantes restantes (Hilda, Mariana, Yoselin y Samantha) donde el 
objetivo fue rescatar propiamente el impacto de la institucionalización en el proyecto 
identificatorio de las jóvenes, así como hacer generalizaciones de los efectos que tiene 
habitar un centro asistencial con características totales. 
 
El sexto capítulo está conformado por la discusión. Aquí se hace un contraste tanto 
de las investigaciones, estudios e informes sobre lo dicho y hecho con población 
adolescente institucionalizada en centros asistenciales como la casa hogar; así como de los 
contrastes y similitudes encontrados entre las historias de las seis participantes. De este 
modo, se pudo dar cuenta, que sí bien la casa hogar tiene muchos aspectos en común con lo 
reportado por la literatura especializada, especialmente, en lo que concierne a los motivos 
de ingreso de su población y concuerda con algunos efectos negativos por el internamiento 
mismo. Las historias de las entrevistadas reflejan que la singularidad también es un 
componente que determina la forma de introyectar los elementos de la casa hogar. 
Finalmente, en el séptimo capítulo, a modo de conclusión, enfatizó en los principales 
aportes del presente estudio tanto empíricos como teóricos y reflexiono sobre la 
importancia de seguir indagando sobre las condiciones que atraviesa la población 
institucionalizada. 
 
 
 
7 
 
CAPITULO 1. LA INSTITUCIOANLIZACIÓN EN CASA HOGAR 
 
1.1 La institución denominada casa hogar. 
Se llama institución en el sentido corriente de la palabra, a un sitio compuesto por una 
habitación o un conjunto de habitaciones, edificio o planta industrial donde se desarrolla 
regularmente determinada actividad que presuntamente confiere al individuo su estatus 
social; también puede brindar la oportunidad de contraer relaciones que se consideran 
electivas e informales (Goffman, 2009). La institución suele tener una serie de ideologías 
que la caracterizan, tiene una normatividad que regula las relaciones de las personas que la 
conforman y cuenta con objetivos definidos que la distinguen. De este modo podemos 
encontrar instituciones educativas, policiales, financieras, etc., también existen las que 
tienen un carácter lucrativo, de asistencia social, públicas y/o privadas. 
Goffman (2009) hace la siguiente clasificación de instituciones. 
1. Las organizadas para proteger a la comunidad contra quienes constituyen 
intencionalmente un peligro para ella, no hay finalidad inmediata al bienestar de los 
reclusos. Un ejemplo de ello son las cárceles. 
2. Las erigidas para cuidar de aquellas personas incapaces de cuidarse por sí mismas y 
que constituyen una amenaza involuntaria para la sociedad, un ejemplo son los 
hospitales psiquiátricos. 
3. Las que cuidan de las personas que parecen ser a la vez incapaces e inofensivas: son 
los hogares para ciegos, ancianos, huérfanos e indigentes. 
4. Las destinadas al mejor cumplimiento de una tarea de carácter laboral, por ejemplo, 
los cuarteles y los campos de trabajo. 
 
El mismo Goffman (2009) señala que hay distintos tipos de instituciones, entre ellas 
las que adquieren un carácter totalitario debido a que dentro de un mismo espacio 
concentran la realización de actividades que generalmente un individuo lleva a cabo en 
distintos escenarios. La característica esencial de las instituciones totales puede describirse 
como una ruptura de las barreras que separan de ordinario los ámbitos de la vida: dormir, 
estudiar, jugar y/o trabajar. En primer lugar, todos los aspectos de la vida se realizan en un 
mismo lugar y bajo la misma autoridad; segundo, cada etapa de la actividad diaria se realiza 
8 
 
en la compañía inmediata de muchos otros individuos; y tercero, todas las etapas de las 
actividades diarias están estrictamente programadas, de modo que una actividad conduce en 
un momento prefijado a la siguiente, y toda la secuencia de ellas se impone desde arriba 
mediante un sistema de normas explícitas. Finalmente, las diversas actividades obligatorias 
se integran en un solo plano relacional, concebido ex profeso para lograr los objetivos 
propios de la institución. 
 
En este trabajo, las instituciones que interesan son contempladas dentro del rubro 
asistencial, cuyo objetivo se enfoca al apoyo social, cultural y económico a sectores 
desfavorecidos
de la población. Las instituciones de asistencia social se encargan de prestar 
servicios para el desarrollo integral de la familia, para protección de menores y personas de 
la tercera edad y/o en condiciones de vulnerabilidad. Estas instituciones están encargadas 
de las necesidades personales, familiares y sociales de un individuo inserto dentro de su 
contexto con demandas únicas que requieren sustento. En este sentido, la institución suele 
tomar responsabilidad en las necesidades integrales del sujeto (Junta de Asistencia Privada, 
2015). 
 
 Varias de las instituciones de asistencia social debido a sus características, pueden 
ubicarse como instituciones totales, sobre todo las instituciones encargadas del cuidado y 
atención de menores huérfanos o sin cuidado parental. Tal es caso de las instituciones 
denominadas “casa hogar.” En las directrices de la ONU sobre modalidades alternativas del 
cuidado de los niños, se define al cuidado residencial como aquel brindado en cualquier 
contexto de cuidado grupal no basado en la familia. En las casas hogar también 
denominadas orfanatos, un adulto se hace responsable de un determinado número de 
menores y generalmente conviven, tiempo completo con los internos. Los niños internos 
suelen estar ubicados en un terreno común o en espacios delimitados según parámetros de 
edad y género (Relaf, 2010; 2011). 
 
Para la Unicef (2013), una casa hogar es un centro de acogimiento residencial de 
niños, niñas y adolescentes en régimen de tiempo completo con la finalidad de protegerlos. 
Este tipo de instituciones, generalmente, suelen encontrarse delimitadas por un espacio 
9 
 
exclusivo para sus internos e internas y adecuado para el funcionamiento de la vida al 
interior. Como cualquier organización, suele contar con una visión, misión y objetivos 
enfocados a cubrir las necesidades básicas: vivienda, comida y educación; así como algún 
tipo de capacitación o adiestramiento de tipo artesanal o técnico. La población de las casas 
hogar suele vivir dentro de los muros de la misma, teniendo poca o nula interacción con el 
exterior, con reglamentos rígidos y otra serie de circunstancias que, según distintos 
informes internacionales, puede ocasionarles algunas dificultades en varias áreas de la vida 
de las internas y los internos. Una de ellas es en la esfera psicológica (Bos, Zeanah, Fox, 
Druty, McLaughlin, Nelson, 2011; Hermenau, Hecher, Elbert, Ruf-Leuschner, 2014) 
 
1.2 Institucionalización de niños, niñas y adolescentes en casas hogar. 
La Unicef (2017) calcula que alrededor del mundo, al menos, 2.7 millones de niños niñas y 
adolescentes viven en orfanatos y casas hogar. Esta cifra es el resultado de una estimación 
obtenida por la agencia encargada de las Naciones Unidas, misma que les solicitó a sus 
países miembros, le emitieran un informe detallado sobre la población que tienen 
actualmente en esta condición. Sin embargo, la misma Unicef (2017) refiere que la mayoría 
de los países entregó informes imprecisos, por lo que el número reportado podría ser solo 
una aproximación al fenómeno real. El informe global indica que solo en Europa Central y 
Oriental el número asciende a 666 niños y adolescentes por cada 100.000 habitantes 
viviendo en este tipo de establecimientos. Los motivos de ingreso son debido a problemas 
en las familias, las deficiencias en la salud, los servicios sociales ineficientes, la 
discapacidad y la pobreza. Ante la cifra (aproximada) tan elevada la Unicef urgió a los 
países a menguar la problemática disminuyendo el número de menores remitidos a 
orfanatos o casas hogar y evitar las separaciones familiares, llegando al internamiento, solo 
cuando sea necesario y anteponer la estancia de los menores en hogares temporales, donde 
al menos puedan tener un ambiente familiar (Unicef, 2017). 
 
Históricamente, la institucionalización ha sido la modalidad más utilizada, aceptada 
y legitimada socialmente para los niños sin cuidado parental (Unicef, 2013). 
Específicamente, la población de las casas hogar suele estar compuesta por menores de 18 
años de edad, quienes por diversas circunstancias se encuentran sin cuidado parental. A 
10 
 
nivel mundial, las principales causas de la institucionalización de menores en casas hogar 
están relacionadas con el niño, con los padres o familiares y con el entorno social de donde 
proviene. Los informes mundiales reportan que en la población de las casas hogar se 
distingue la ausencia de la familia de origen, en su mayoría los menores han perdido a sus 
padres, en algunos casos éstos no pueden hacerse responsables del cuidado o se han 
detectado situaciones en donde ellos han vulnerados los derechos de sus hijos y les tuvieron 
que ser retirados. Es importante resaltar que muchos de los niños de casa hogar han crecido 
sin padres por lo que han pasado la mayor parte de su vida institucionalizados. (Unicef, 
2011; 2013; Relaf, 2011). 
 
Los estudios que abordan la situación de la población interna en casa hogar señalan 
que la mayoría de los casos presentan abandono, separación, abuso y maltrato; suelen 
presentarse dificultades de los padres para hacerse cargo de los niños, sea por pobreza o 
enfermedad física o mental, debido a dependencia de los padres al alcohol y/o a las drogas, 
por falta de voluntad de los mismos para hacerse cargo de sus hijos (rechazo), discapacidad 
franca y pérdida de la patria potestad a causa de abuso y negligencia, porque los padres se 
encuentran presos o la familia ha sufrido un desastre natural o una guerra (Bos, Zeanah, 
Fox, Druty, McLaughlin, Nelson, 2011; Unicef, 2013; San Petersburgo-EE.UU. Orfanato 
Equipo de Investigación, 2005; 2008; Unaids, Unicef, Usaid, 2004). En la población 
institucionalizada se observan dos aspectos a) aquellos que ingresan porque el vínculo 
familiar está temporalmente roto, y b) cuando los niños no tienen familia o su hogar se ha 
destruido, quedando los menores en condición de abandono (Peres, 2008). Los motivos 
pueden ser desde problemas sociales como desplazamientos forzados, por inseguridad o 
desastres naturales hasta situaciones de maltrato (Fernández y Fernández 2013). 
 
Es importante resaltar que las características físicas, educativas y afectivas de las 
instituciones de acogimiento residencial que proporcionan cuidado a menores varían de un 
país a otro y en el transcurso del tiempo; sin embargo, muestran características similares, 
sobre todo en la relación de niño por cuidador que tiende a ser alta. Una cifra dada por 
Child Development Perspectives en el año 2012, señaló que puede ser de entre seis y ocho 
niños por cuidador, hasta 12 a 14 niños en los países desarrollados. Los cuidadores suelen 
11 
 
rotar, por lo que un niño puede estar hasta con 60 o 100 cuidadores en dos años 
(Muhamedrahimov, 2000; San Petersburgo-EE.UU. Orfanato Equipo de Investigación, 
2008). Hay instituciones que, en un mismo día, rotan al cuidador, por lo que el niño puede 
ser atendido por varias personas en un solo día; por estas circunstancias a los cuidadores se 
les dificulta un trato personal y emocional con la población que atienden. Los internos 
suelen agruparse homogéneamente por edad, sexo y estado de discapacidad (San 
Petersburgo-EE.UU. Orfanato Equipo de Investigación, 2005; 2008). 
 
En Europa hay hogares de guarda donde los niños tienen atención médica y 
alimentación adecuadas pero los cuidadores son poco formales y superficiales al realizar las 
actividades rutinarias además de no interactuar mucho con los niños (Gunnar, 2001; 
Muhamedrahimov, 2000; MacLean, 2003; San Petersburgo- EE.UU. Equipo Orfanato, 
2005). Esto lleva a que los menores no tengan oportunidad de formar una estrecha relación 
con el personal. En esta misma línea, los cuidadores atienden de 12 a 14 niños a la vez, 
cambiando los niños a otros grupos periódicamente (Muhamedrahimov, 2000; San 
Petersburgo-EE.UU. Orfanato Equipo de Investigación,
2008). 
 
Con respecto de América Latina, la Unicef (2013) señala que la mayoría de los 
países de la región han hecho una utilización desmedida de la institucionalización de niños, 
niñas y adolescentes por razones de protección a pesar de que debería ser manejada 
únicamente como medida excepcional. En el mismo informe, la Unicef refiere que es difícil 
establecer el número de niños que viven en estas condiciones pues no existen datos precisos 
con referencia a las distintas instituciones encargadas. Una cifra aproximada podría superar 
los 240,000; sin embargo, son varios los países que carecen de información precisa (ver 
tabla). Al no existir un criterio único de sistematización ni seguimiento, se generan 
situaciones que complican la labor de investigación, como consecuencia, es difícil 
determinar con exactitud si hubo en los últimos años avances o retrocesos en la cantidad de 
niños que son atendidos en estos centros. 
 
En América Latina, la información sobre la cantidad de cuidadores y la relación 
entre éstos y el número de niños bajo cuidado institucional varía por la demanda en el 
12 
 
número de internos, existirán alrededor de 70 niños por profesional técnico o cuidador o en 
el mejor de los casos 2 cuidadores por cada 15 niños; en casos dramáticos puede ser que las 
casas hogar no cuenten con una plantilla de cuidadores y/o profesionales que presenten 
algún tipo de servicio dentro de las instituciones. Más allá de las diferencias culturales, 
políticas y sociales que puedan existir en los distintos países, parece ser que la calidad en el 
cuidado es mínima; situación que da cuenta del trato masificado otorgado a los menores 
(Unicef, 2013). 
 
TABLA 1. CANTIDAD ESTIMADA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES1 EN INSTITUCIONES 
POR REGIONES EN AMÉRICA LATINA (UNICEF, 2013). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1
 Los informes internacionales no cuentan con registro sobre cifras por sexo y edades específicas. 
País Niños, niñas y adolescentes 
 
Argentina 14.675 
Barbados 127 
Belice 157 
Bolivia 16,981 
Brasil 36,929 
Chile 10,342 
Colombia 12,925 
Costa Rica 692 
Ecuador 3,300 
El Salvador 3,095 
Granada 195 
Guatemala 5.566 
Guyana 700 
Haití 50,000 
Honduras 12,032 
Jamaica 2,572 
México 28,107 
Nicaragua 1,874 
Panamá 2,193 
Paraguay 2,573 
Perú 19,000 
República Dominicana 3,030 
Santa Lucía 40 
Surinam 3,000 
Trinidad y Tobago 658 
Uruguay 3,994 
Venezuela 5,000 
Total 239.757 
13 
 
 
Los informes señalan que no hay registros oficiales de las instalaciones, materiales y 
recursos humanos de las instituciones, ni se realiza una supervisión de las condiciones de 
vida de sus internos e internas de acuerdo en sus derechos y necesidades. La atención en 
muchos casos tiene un carácter despersonalizado con situaciones de convivencia violenta; 
además, los periodos de internación no tienen un plazo determinado, o en el mejor de los 
casos, duplican o triplican el necesario. Es común que los niños, las niñas y los 
adolescentes se hagan adultos dentro de la casa hogar, de esta manera, la 
institucionalización representa un obstáculo al desarrollo y a su integración social posterior, 
principalmente por las frecuentes dificultades en recibir un trato personalizado y la ruptura 
de sus vínculos con los espacios normales para su desarrollo, su familia y la comunidad 
(Relaf, 2016). 
 
Pese a la situación imperante en las denominadas casas hogar, la Unicef (2013) 
señala que en muchos países la cultura institucional continúa considerando que separar a 
los niños de sus familias e internarlos en instituciones de asistencia social es una respuesta 
de protección adecuada, sin atención al interés superior del menor, o al criterio de 
excepcionalidad y duración media. Dentro de los aportes de Informe Mundial sobre la 
Violencia contra la niñez (2006) que se basa en numerosas recomendaciones del Comité de 
los Derechos del Niño, se expresa la preocupación por las altas cifras de ingreso y las 
pésimas condiciones del acogimiento sobre todo en América Latina, y la baja prioridad 
dada a responder adecuadamente a la población de las casas hogar. Llama la atención 
también, la implementación de las directrices sobre las modalidades alternativas de cuidado 
de los niños, en su voluntad de marcar pautas adecuadas de orientación política y práctica. 
La Unicef (2009) ha hecho especial énfasis en que los niños con cuidados parentales tengan 
un internamiento justificado, de carácter temporal y ser orientados a la recomposición de 
los vínculos familiares y la reintegración al medio familiar en el marco de la consideración 
del interés del niño. 
 
 
 
14 
 
1.3 Aspectos psicológicos de niños, niñas y adolescente de casa hogar. 
Los estudios tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo reconocen 
que la casa hogar pese a que subsidia las necesidades biológicas y de vivienda de sus 
internos, no cumple las condiciones necesarias para lograr un sano desarrollo de la 
población que atiende, sobre todo en la esfera emocional y psicológica. Por el contrario, la 
condición propia de este tipo de instituciones tiende a complejizar la vida de sus internos. 
Bos et al., (2011) señalan que los niños, niñas y adolescentes criados en instituciones se 
consideran un ejemplo de vulnerabilidad y privación social. Los autores refieren que a 
pesar de la variabilidad en el tipo de institución que alberga menores, se observan factores 
comunes en todos ellos; la vida al interior incluye aislamiento, normalización (reglamentos 
rígidos), desfavorable relación niño-cuidador, falta de inversión en el área psicológica, 
escasos cuidadores y poca estimulación ambiental, lo que impide un desarrollo sano en sus 
internos. Sobre esto, diversas investigaciones han demostrado el daño potencial que el 
cuidado institucionalizado puede tener sobre los niños y las niñas (Hermenau, Hecher, 
Elbert, Ruf-Leuschner, 2011; 2014). 
 
Desde hace más de 50 años, los estudios reportan que los niños, niñas y 
adolescentes criados en instituciones corren gran riesgo de retrasos en el desarrollo y 
trastornos incluyendo desórdenes emocionales (McLean, 2003). Los niños y niñas 
pequeños con una historia de atención institucional a menudo muestran pobre atención, 
hiperactividad, dificultad en la regulación emocional, niveles elevados de ansiedad entre 
otros (McLean, 2013; Ellis, Fisher, Zaharie, 2004). Thomson, Hirshberg y Quio (2011) 
señalan que el tratamiento residencial para niños y niñas sigue generando controversia; 
sobre todo, cuestionan el efecto positivo en el largo plazo, una vez egresada la población. 
 
La problemática en el área de la salud mental abarca diversos cuadros dependiendo 
de la edad de la institucionalización y el trayecto de vida del infante. En este sentido, se 
pueden observar desde conductas autistas y dificultades en el apego hasta problemas del 
desarrollo, depresión y ansiedad, entre otros; así como problemas escolares y 
comportamentales. La mayoría de la población institucionalizada ha experimentado 
separación, abandono o negligencia de los padres antes de su colocación, esto los pone en 
15 
 
riesgo de una variedad de resultados negativos como los trastornos psiquiátricos y la 
criminalidad adulta (Stahlberg, Anckarsa, Nilsson, 2010). 
 
Los niños de casa hogar cuando llegan a ser adolescentes, por lo general presentan 
problemas que se registran en su falta de satisfacción con gran demanda de atención y 
afectividad lo que puede desembocar en conductas agresivas (Pereyra de Gómez, 1997). 
Por su parte, la Unicef (2000) refiere que las circunstancias de abandono y maltrato por las 
que han atravesado esta población dan por resultado sentimiento de inseguridad, falta de
afecto, de derecho propio, de comprensión y confianza en sí mismo y otros sentimientos 
como soledad o culpabilidad, conductas agresivas y baja autoestima. 
 
La misma Unicef (2000) menciona que las características psicológicas propias de 
los adolescentes institucionalizados se enmarcan en una desvalorización de sí mismos 
debido a las angustias vividas desde la infancia, a los errores y fracasos, temor a la 
responsabilidad, miedo amar y ser amado, temor a la decepción, a repetir amargas 
experiencias y agresividad. Todas estas características surgen a partir de la privación de 
afecto y se desarrollan como una fuerza de sobrevivencia por la privación afectiva a que 
han sido sometidos desde la infancia. En este sentido no es sorprendente que los niños, 
niñas y adolescentes criados en instituciones presenten retraso en el desarrollo como 
consecuencia de la vida institucional; la población de las casa hogar suelen ubicarse por 
debajo de los niveles esperados de crecimiento físico, cognición y desarrollo del 
comportamiento general; el tipo de apego tiende a ser inseguro y el desarrollo socio-
emocional suele ser tardío en comparación con los menores no institucionalizados (Gunnar, 
2011; Van IJzendoorn, Bakermans-Kranenburg y Juffer, 2007). 
 
Específicamente en América Latina, se debe poner especial énfasis alrededor de la 
situación de los niños, niñas y adolescentes institucionalizados. Los informes (Unicef, 
2013, Relaf, 2011) señalan la vulneración del derecho a la libertad, del derecho a la 
expresión y participación, del derecho a la intimidad, del derecho a la educación, entre 
otros y describen a la población institucionalizada como afectada por un sentimiento 
profundo de soledad y rechazo, desarraigo, incertidumbre frente a su futuro al no saber 
16 
 
quién los va a apoyar, proteger y/o acompañar; sentimientos de rechazo y baja autoestima. 
De este modo, es indispensable avanzar efectivamente sobre la creación de alternativas de 
cuidado familiar, así como realizar un amplio proceso de desinstitucionalización de cientos 
de miles de niños, niñas y adolescentes institucionalizados que hoy se encuentran en la 
región sometidos a la privación de derechos a la vez que sufren los sentimientos descritos 
(Relaf, 2011). 
 
 
1.4 Institucionalización en casas hogar en México. 
 
En México, como en el resto de América Latina, la institucionalización sigue siendo la 
principal respuesta ante los niños, niñas y adolescentes que se encuentran sin cuidados 
parentales. En el país hay instituciones de cuidado residencial con enfoques distintos. Hay 
instituciones que tratan de sustituir los hogares familiares; tal es el caso de las Aldeas SOS 
que permiten la recreación de la familia en pequeños hogares. En México, las Aldeas alojan 
a 659 menores de edad, el 21% tiene entre 0 y 6 años y el 79% tiene entre 7 y 17 años 
(Relaf, 2010). Otro tipo de instituciones son las macroinstituciones que alojan a cientos de 
niños, un ejemplo de ello son las denominadas “casas cuna” o “casas hogar”. En la Norma 
Oficial Mexicana para la Asistencia Social 032 (2011) se especifica que la “Casa cuna” es 
un establecimiento que otorga servicios asistenciales a niños y niñas de 0 y hasta cumplir 6 
años edad, con la posibilidad de ampliar el rango de edad en casos especiales y de acuerdo 
con modelo de atención ofrecido. La institucionalización de bebés sigue siendo una 
realidad a pesar del daño que produce, afectando la salud mental y dejando secuelas graves 
para el resto de la vida, sobre todo, por la falta de constancia de los primeros cuidados 
(Bowlby, 1953; Spitz, 1965). Por su parte, la “casa hogar” es un establecimiento encargado 
de brindar asistencia a población de entre 6 y 18 años de edad, la institución puede ser 
mixta o atender únicamente a varones o mujeres. 
 
En la República Mexicana, también existen instituciones enfocadas a la atención de 
población exclusivamente adolescente (11 y 17 años); las condiciones de esta población 
están caracterizada por la falta de cuidado parental, misma que puede ser una situación 
presente desde recién nacidos o porque en su trayecto infantil lo perdieron, los adolescentes 
se les institucionaliza, incluso porque se vuelven un problema para las familias. La 
17 
 
población adolescente institucionalizada suele traer a cuestas una historia de maltrato, 
abuso, abandono, orfandad o separación, por lo que es fundamental la implementación de 
un tratamiento acorde a sus necesidades y condiciones. 
 
En cuanto a cifras, el INEGI (2010) reporta 30 mil niños en albergues, casas hogar u 
orfanatos. De esta población el 77% tiene entre 7 y 17 años lo que representa un número 
importante de población adolescente; 19 mil 174 menores no cuentan con ningún familiar 
encontrándose en condición de orfandad, en tanto, alrededor de 11 mil sí cuentan con al 
menos un familiar, pero por diversas cuestiones no pueden estar con su familia de origen. 
El mismo INEGI en el censo poblacional y de vivienda del 2010, registró 682 orfanatos o 
casas hogar para menores que subsisten a través de donativos de benefactores y apoyos 
gubernamentales. La población de los orfanatos está enmarcada entre los 0 años y 17 años. 
 
Cabe destacar que el Consejo Nacional de Población en el año 2010 señaló que en 
México no se tiene un registro exacto de los orfanatos, casas hogar o casas cuna y se 
desconoce la situación real que viven los niños que habitan en dichas instituciones. Sobre 
esto el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha hecho observaciones al 
Estado Mexicano sobre la falta de datos que permita conocer la cantidad de niños, niñas y 
adolescentes que se encuentra sin cuidados parentales (Relaf, 2011). La Unicef (2013) 
señaló que México reportó aproximadamente una cifra de 28,107 entre niños, niñas y 
adolescentes institucionalizados. El 72% está alojado en instituciones no gubernamentales 
que establecen acuerdos de cooperación con las unidades encargadas de la niñez, tanto a 
nivel nacional como municipal. Los informes no reportan cifras sobre sexo, cantidad y 
situación de los adolescentes que egresan (Relaf, 2010; 2016). 
 
Es importante resaltar que la administración asistencial en México se ejerce a través 
de tres importantes entidades: dos secretarías de Estado, la de Salud, la de Desarrollo Social 
y un organismo descentralizado, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la 
Familia (SNDIF), además de las funciones sociales desempeñadas por otras tantas 
dependencias entre ellas, las procuradurías sociales. Por su parte, las leyes estatales por lo 
general garantizan la concurrencia y colaboración de los gobiernos federales, estatales y 
18 
 
municipales, instituyendo su propio Sistema Estatal DIF (Huerta, 2006). Las instituciones 
denominadas “Casas Hogar” pueden ser manejadas tanto por la asistencia del Estado cuyo 
cargo recae en el DIF o la asistencia privada. En el Distrito Federal esta función le 
corresponde a la Junta de Asistencia Privada (SNDIF, 2011; Junta de Asistencia Privada, 
2015). 
 
La Junta de Asistencia Privada tiene sus orígenes en la Ley de instituciones de 
beneficencia privada para el Distrito y Territorios Federales, promulgada por Porfirio Díaz 
en el año de 1899. En ese momento, el objetivo se enfocaba a promover y proteger la 
iniciativa de los particulares para la realización de actividades altruistas a favor de los más 
necesitados. En 1904, la Ley se transformó en Ley de Beneficencia Privada para el Distrito 
y Territorios Federales, desde entonces, ha tenido varias reformas en los años 1933, 1943, 
1944, 1948. Fue hasta 1974 cuando finalmente cambió su nombre por el de Ley de 
Instituciones de Asistencia Privada para el Distrito Federal (LIAPDF). 
 
Actualmente, la Junta de Asistencia Privada es un órgano desconcentrado de la 
Administración Pública de la Ciudad de México con autonomía de gestión, técnica,
operativa y presupuestaria, adscrito directamente al Jefe de Gobierno; cuyo objetivo es el 
cuidado, fomento, apoyo, vigilancia, asesoría y coordinación de las Instituciones de 
Asistencia Privada (IAP) que se constituyen y operan de conformidad con dicha Ley. Las 
IAP deben dar cumplimiento a su objetivo asistencial y demás obligaciones, preservando la 
voluntad de sus fundadores (Junta de Asistencia Privada, 2014). 
 
Con respecto a los lugares destinados al manejo de niños sin cuidado parental, el 
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia –SNDIF (2011) tiene registrados 
en el Distrito Federal los siguientes centros asistenciales para menores: Casa cuna de 
Tlalpan para niños de 0 a 5 años conformada por 31 internos y 30 internas, Casa Coyoacán 
para niños y niñas de 5 a 9 años donde se tienen registrados 29 varones y 30 mujeres, 
Centro Amanecer para niños de 9 a 13 años contando con 37 internos, Casa Hogar para 
Niñas “Graciela Zubirán Villarreal” para niñas de 9 a 18 años con 147 internas y Casa 
Hogar para Varones de 13 a 18 años. El SNDIF (2011) refiere tener una supervisión 
19 
 
correcta y adecuada para cada una de las instituciones que tiene bajo su cargo, señala que 
su normatividad se sustenta en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, Art. 4
2
, la 
Ley General de Salud
3
 y la Ley de Asistencia social
4
 entre otras. 
 
El Sistema Nacional para el Desarrollo integral de la Familia (2007) refiere que los 
menores que suelen albergar en las casas hogar se encuentran en desamparo y carecen de 
cuidados parentales, son expósitos y abandonados, no cuentan con medios básicos de 
subsistencia, ni de los cuidados necesarios para su desarrollo integral. Los niños de las 
casas hogar tampoco cuentan con un lugar seguro para vivir, suelen ser víctimas de algún 
delito por parte de quien ejerce la patria potestad, tutela, representación o custodia. El 
mismo SNDIF señala que entre las razones de ingreso se encuentran la exposición 
voluntaria, canalización de otra institución o por solicitud de los padres o familiares 
responsables. 
 
Por su parte, la Junta de Asistencia Privada (2017) tiene registradas más de 100 
instituciones que brindan atención a niños, niñas y adolescentes. El objetivo principal es dar 
alojamiento, educación y alimento. Se busca que la población se desarrolle integralmente 
para que tengan las mismas oportunidades que el resto de los niños y jóvenes; para ello las 
casas hogar procuran brindar capacitación, terapia ocupacional, terapia física y talleres 
diversos. La Junta de Asistencia Privada (2017) reporta que la población de las casas hogar 
está compuesta por niños y jóvenes con y sin discapacidad que estuvieron en situación de 
calle, en estado de abandono, por falta o rechazo de la familia, maltrato físico o mental, 
 
2
 EL Art. 4 de la Constitución Mexicana señala entre otros aspectos, los derechos concernientes al bienestar 
de la población tales como el derecho a la alimentación nutricia, a la protección de la salud, derecho a un 
ambiente sano, el derecho a la identidad y a una vivienda digna y decorosa. En cuanto a la población infantil, 
se señala que el estado velará por los derechos de la niñez garantizando plenamente sus derechos de 
alimentación, educación, satisfacción de sus necesidades y sano esparcimiento para su desarrollo integral. 
3
 La ley general de salud contempla los servicios de salud, su organización, competencias y atribuciones; 
menciona el trato que se debe brindar a las personas para solucionar cualquier problema de salud sin importar 
edad, sexo, condición física y social, religión, tendencia política o afiliación a alguna institución en particular. 
4
 La ley de la Asistencia Social tiene como finalidad establecer las bases, objetivos y procedimientos de un 
Sistema Estatal de Asistencia Social, que promueva la prestación de los servicios de asistencia social que 
establecen los ordenamientos de la materia; así como para coordinar el acceso a los mismos, garantizando la 
concurrencia de cada Entidad Federativa, los Municipios y de los sectores sociales y privados que la 
componen. Contempla los lineamientos para el cuidado, la promoción y el impulso de los sectores más 
desprotegidos de la población mexicana (Cámara de Diputados, 2015). 
 
20 
 
escasos recursos económicos, por decisión propia o decisión de la familia. Los internos e 
internas de estas casas son provenientes de distintos puntos de la República Mexicana y se 
destaca que la población es altamente vulnerable debido a las carencias con las que llegan. 
 
1.5 Condiciones de los niños, niñas y adolescentes en las casas hogar en México. 
Ramírez (2008) señala que, en México, existe una cantidad considerable de casas de 
cuidado y albergues para la infancia tanto del sector público como del privado; sin 
embargo, son muy pocas las organizaciones que refieren el enfoque de derechos humanos 
en su operación que permita incidir tanto en la vida cotidiana de los propios niños, como en 
lo relacionado a la comunidad, y, por ende, que permita posicionar temas en las diversas 
agendas de políticas públicas y en mecanismos jurídicos. De hecho, en México, el Estado 
no está garantizando un sistema de protección de derechos de la niñez y adolescencia 
institucionalizada que centre su actuar en el fortalecimiento de la familia de origen, la 
extensa y la comunidad como ámbitos privilegiados para el desarrollo de esta población. En 
su lugar, se sigue considerando como primera opción la institucionalización, pese a que los 
estudios han dado a conocer que mucha de la población interna cuenta con padres y/o 
familiares. En las instituciones de asistencia social, como las casas hogar, predomina la 
concepción del menor como objeto de protección y no como sujeto de derecho por lo que la 
atención está orientada a la satisfacción de las necesidades básicas dejando de lado la 
particularidad (Relaf, 2010). 
 
Otro punto importante a considerar es que los informes en América Latina señalan 
que los niños, niñas y adolescentes de instituciones de asistencia social en México suelen 
ser discriminados por su condición social y económica, reflejándose esto en una serie de 
prácticas cotidianas como los malos tratos, la estigmatización y la exclusión parcial o total 
del ejercicio de los derechos económicos, sociales, culturales y políticos. Respecto al 
derecho de participación, existen importantes obstáculos que aún se deben sortear ya que a 
los niños, niñas y adolescentes no se les otorga la capacidad de participar debido a que no 
cuentan con la mayoría de edad. Tampoco son visualizados como sujetos de derecho para 
opinar en la toma de decisiones que los afectan. Y en el caso de ser escuchados, no son 
tomados en cuenta. Finalmente, existe un importante déficit en el acceso a la información, 
21 
 
en el derecho a la libertad de asociación y en el derecho a formular opiniones libres (Relaf, 
2010, 2011). 
 
En este mismo sentido, Elena Azaola en Entrevista a CNN (2014) señala que 
muchos de los niños institucionalizados son huérfanos o provienen de familias que por 
alguna razón no pudieron o pueden hacerse cargo de los menores. Los niños suelen ser 
hijos no deseados y abandonados, incluso, hay padres que dejan a sus hijos porque 
consideran que en la institución van a estar mejor, lo que habla de una incompetencia por 
parte de los progenitores de estos niños, aunque es importante no culpabilizar a los padres 
en todos los casos, pues a veces ellos no pueden realmente hacerse cargo de sus hijos. La 
investigadora refiere que los albergues para menores en México están en condiciones 
deplorables, no hay una supervisión debida por parte del Estado por lo que los niños quedan 
a cargo completamente de la institución donde generalmente suelen ser victimizados. Por 
ende, urgen intervenciones integrales
con este tipo de población. 
 
Por su parte, Ramírez (2009) señala que se encuentran una cantidad inmanejable de 
niños, niñas y adolescentes que han sido situados en albergues, centros de protección 
especial y hogares sustitutos de manera indefinida, algunos sin los debidos procedimientos, 
sin garantía institucional, atentando sustancialmente contra los derechos humanos 
elementales. Las medidas de internación deben ser transitorias, pero la falta de seguimiento 
se vuele indefinida y los niños se hacen adultos en los centros. Las prolongadas 
permanencias en los centros de internación y la cantidad de niños que los habitan, teniendo 
la mayoría recursos familiares, constituye un indicador de que no se ha trabajado 
adecuadamente con las familias, ni se han aplicado medidas alternativas a la 
institucionalización. 
 
 Es importante resaltar que, debido a los registros imprecisos sobre el número y 
condiciones de los menores en las instituciones de acogimiento residencial, se hace difícil 
un análisis del funcionamiento de la institución en sí misma dejando de lado la situación 
personal de cada niño. En este sentido, tanto el SNDIF como la Junta de Asistencia Privada 
señalan que las instituciones denominadas casas hogar son centros de refugio temporal 
22 
 
enfocados a resguardar a los niños que no pudieron ser mantenidos dentro de su familia o 
para los que no cuentan con cuidados parentales. Dichos organismos enfatizan que, pese al 
objetivo de albergar y proporcionar un hogar sustituto, hay ineficacia en su misión, sobre 
todo, por la gran cantidad de niños internos en comparación con el número de cuidadores, 
lo que hace difícil el manejo de los menores. 
 
El proyecto Relaf (2010) señala que, en América Latina, incluyendo México, la 
ineficacia del cuidado institucional se ha analizado teniendo en cuenta los siguientes 
componentes: el bienestar y seguridad de los internos, la permanencia y el reingreso al 
programa. Con respecto al bienestar, se señala en que los niños que se encuentran en 
cuidado institucional tienen más dificultad en desarrollar habilidades para relacionarse y 
presentan graves dificultades a nivel educacional. En cuanto a la permanencia y reingreso 
en los programas de cuidado, se vincula al cuidado institucional con la inestabilidad de la 
ubicación (colocación) del niño, y se sabe que los menores que abandonan el cuidado 
institucional para reunirse con sus familias tienen un alto índice de reingreso; en cuanto al 
éxito en el largo plazo, hay estudios que demuestran que las personas que han sido parte de 
programas de acogimiento, como el de las Aldeas SOS, se desenvolvían mejor que las que 
habían estado en cuidado institucional; estos últimos solían presentan mayor propensión a 
arrestos, abuso de sustancias y una vida amorosa conflictiva. Por último, el costo de las 
instituciones de acogimiento residencial es muy elevado en comparación con su eficacia. 
Por lo tanto, su uso no puede estar justificado a partir de un análisis costo-beneficio si hay 
disponible otro tipo de cuidado que pueda proveer un lugar seguro para los niños. Dada esta 
situación, es importante buscar y crear alternativas al cuidado institucional. El desarrollo de 
programas de Acogimiento Familiar y Acogimiento Familiar “de tratamiento” o 
“terapéutico” debería ser una prioridad (Relaf, 2010). 
 
En general, los informes (Unicef, 2013; Relaf, 2016) hablan de violación a los 
derechos fundamentales sobre la población institucionalizada en casas hogar. En primer 
lugar, se viola el derecho a la convivencia familiar y comunitaria, se vulnera el derecho a la 
libertad, el derecho a la expresión y participación, el derecho a la intimidad y el derecho a 
la educación, entre otros (Unicef, 2013; Relaf, 2016). Ante el panorama desolador de los 
23 
 
efectos de la institucionalización urgen medidas que vayan enfocadas a la 
desinstitucionalización de menores. Los informes internacionales hablan de la necesidad de 
crear medidas de cuidado no institucionalizado. Sin embargo, las condiciones políticas y 
sociales de normativa y desigualdad han impedido dar una respuesta adecuada a esta 
demanda (Unicef, 2013, Relaf, 2016). En esta línea urge analizar la situación crítica en la 
que se encuentra la población adolescente, para quienes el futuro se vuelve incierto, pues 
son individuos que en el trayecto de su vida padecieron abandono, abuso, maltrato y/o 
muerte de los padres y ahora se enfrentan al egreso definitivo de la institución. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
CAPÍTULO 2. EL PROYECTO IDENTIFICATORIO 
 
2.1 La constitución del psiquismo. 
Aulagnier (2010; 2012) señala que los inicios de la constitución del psiquismo se remontan 
a los primeros encuentros con la madre, quien desde el embarazo pensará al niño como un 
cuerpo imaginado que cubrirá de atributos. Sobre él proyecta una escena y una serie de 
enunciados que posibilita un “cuerpo hablado”. La madre será en esencia, la portavoz para 
su hijo, el puente de enlace con el mundo que lo rodea y quien decodificará los estímulos 
internos y externos. Esta autora, distingue tres fases en el desarrollo de la constitución 
psíquica; el proceso originario, el proceso primario y el proceso secundario. En el proceso 
originario inicia el despliegue del psiquismo a través del encuentro
5
 entre el cuerpo del niño 
y el cuerpo y las producciones de la psique materna; encuentro que se realiza entre objeto-
zona complementario, entre boca y pecho que dejará pictogramas de placer o rechazo, de 
encuentro o desencuentro. En otras palabras, el primer encuentro constitutivo de la psique 
está determinado por la conjunción o unión entre una zona corporal excitada por la 
necesidad, que en un primer momento se refiere a la necesidad de alimento y por ende 
remite a la boca, y un objeto-pecho que no sólo calmará dicha necesidad, sino que además 
proporciona un plus de placer (Aulagnier, 2010). 
 
La psique es surgimiento de representación formada del cruce entre lo relacional y 
lo pulsional, la primera representación que la psique se forja de sí misma como actividad 
representante se realizará a través del pictograma producido de aquella primera experiencia 
de satisfacción o desencuentro. El pictograma como primer material psíquico es una 
representación del primer encuentro con la madre o quien haya realizado la función 
materna; es una huella que quedará grabada en el inconsciente trascendiendo lo 
autoconservativo y posibilitando la erogenización de las zonas corporales (Aulagnier, 
2010). 
El mensaje de placer del encuentro zona-objeto propicia que el cuerpo y las 
funciones del niño se vayan unificando y es también la anticipación de un proyecto del yo y 
 
5
 El concepto de encuentro tiene una dimensión económica, tópica y dinámica, implica el investimento de una 
relación con una experiencia, con otro sujeto significativo o con una situación que moviliza afectos teniendo, 
por lo tanto, una función estructurante o desestructurante (Aulagnier, 2010). 
25 
 
la posibilidad de que ese mismo cuerpo, que en el comienzo de la vida es conjunto de zonas 
erógenas y de funciones parciales, pueda ser en un futuro, un lugar privilegiado para el 
placer. Los pictogramas de encuentro son huella de placer, de una potencialidad creadora, 
que a posteriori podrá ser reactivada por experiencias gratificantes (Rother de Horstein, 
1994). 
 
Aulagnier (2010) señala que la madre realiza una función de prótesis para su hijo, 
en la cual permite al bebé encontrase con una realidad que ya ha sido elaborada por ella, y 
por lo mismo, puede ser representable en la psique del niño. La función de prótesis muestra 
dos elementos importantes para la vida del niño, por un lado, remplaza lo carente de sentido 
de un real, que de no ser metabolizado por
la madre no tendría ningún sentido para la 
psique del niño; y a nivel corporal, es comparable al pecho en cuanto a extensión del 
cuerpo del bebé, debido a que se trata de un objeto cuya unión con la boca es una necesidad 
vital, pero también porque ese objeto dispensa un placer erógeno indispensable para el 
funcionamiento psíquico. En este sentido, la experiencia originaria es un triple encuentro: 
para la psique del bebé es una experiencia de placer, para su cuerpo es una experiencia de 
satisfacción y para la madre (según sea el caso), es una experiencia física a nivel pecho, 
sensación de placer, de un sufrimiento o de una aparente neutralidad sensorial y el primer 
apercibimiento posterior al embarazo de un don necesario para la vida del niño. 
 
De esta manera, se entiende que la primera forma relacional que se inscribe en el 
psiquismo es el encuentro entre el cuerpo del niño y el discurso de la madre, aun cuando 
para éste exceda en su capacidad de entender la significación; la madre nombra, dirige un 
discurso y erogeniza el cuerpo del bebé ejerciendo una violencia primaria
6
 necesaria, pues 
de ello depende el despliegue de la actividad psíquica, es decir, la constitución del 
psiquismo. La madre emite un discurso del antes de nacer, de la venida al mundo y la vida 
de niño con lo cual le otorga un cúmulo de representaciones que lo proyectan en su 
porvenir. La madre como portavoz, representa un orden exterior que transmite, anticipa lo 
que el niño siente y le da significaciones estructurantes. En un primer momento, ella es un 
 
6
 La violencia primaria designa lo que en el campo psíquico se impone desde el exterior, es una primera 
violación de un espacio y de una actividad que no es homogénea al yo (Aulagnier, 2010). 
 
26 
 
intérprete que piensa al niño desde su propia historia; cree que hay una transparencia en la 
comunicación y le otorga sentido a las demandas somáticas y psíquicas del niño (Ruther de 
Hornestein, 1994). 
 
El material psíquico que ofrece la madre a su hijo es estructurante sólo por haber 
sido ya remodelado por su propia psique. En tanto, el niño recibe dicho material y lo 
reconstruye como era en su forma arcaica, es decir, como lo fue en un tiempo remoto para 
la madre misma. La psique del niño metabolizará
7
 ese material, pero sin poder impedir que 
irrumpan en su propio espacio restos que escapan a su poder y que forman los precursores 
necesarios para la actividad de lo secundario. Retroactivamente, serán estos retoños del 
principio de realidad, testigos de la presencia, de la alteridad y del discurso del 
representante del Otro lo que constituirán una instancia y delimitación de la topología en su 
psique. Rother de Hornstein (1994) señala que la psique del niño se enfrenta con una 
realidad ya representada, puesto que está ya modelada por la libido materna y es 
justamente, a partir de esa realidad mediada por el proceso de represión de la madre, de 
donde advendrá el yo. 
 
En el proceso primario, el niño irá unificando las distintas zonas erógenas en una 
imagen y reconocerá la alteridad, es decir, el niño comienza a reconocer el cuerpo de la 
madre como un otro necesario, hecho que lo lleva a aprehenderlo a través de la 
omnipotencia del deseo. La desaparición del pecho es postulada como efecto del deseo de 
la madre, y el pecho es reconocido como separado del cuerpo propio; de igual manera, 
placer y displacer son vividos como efectos respectivos del deseo de la madre de reunificar 
los espacios separados y de su deseo de rechazarlos. La vivencia de placer o displacer entre 
la madre y el niño será interpretada por el niño como causa del deseo de la madre, quien 
desea dar o negar placer, respuesta con la cual el niño se identifica, generando a su vez una 
acción acorde con lo que supone que el otro desea de él. Esta proyección del niño basada en 
 
7
 El trabajo de metabolización implica que la psique del niño forme representaciones del material que es ajeno 
a él y lo configure conforme a su estructura en algo que le dé sentido; es remodelar el material heterogéneo en 
homogéneo. 
 
27 
 
la fantasía sobre el espacio exterior y la reflexión de la actividad primaria sobre sí misma, 
da lugar al inconsciente que es precursor del yo (Rother de Hornstein, 1994). 
 
Un momento determinante en el proceso primario lo constituye el estadio del espejo 
donde el niño ve una imagen reflejada en el espejo y la madre le señala que esa imagen es 
él mismo; el niño ve su reflejo y se identifica con un yo dicho por la madre (Lacan, 2013). 
Las consecuencias de este encuentro dependen de la calidad de los mensajes transmitidos 
por el portavoz y del grado de libertad que le otorgue al niño para que éste pueda 
reorganizar su economía libidinal. El yo surge de la “interiorización-apropiación” de estos 
primeros enunciados identificatorios mediante los cuales la madre se ofrece al niño, a la vez 
que le da a conocer el lugar donde ella se sitúa para ser investida. La madre le propone al 
niño las posiciones identificatorias y los movimientos relacionales que éste debe aceptar 
para que se preserve la relación entre ambos (Rother de Hornestein, 1994). 
La organización del proceso primario da cuenta de un yo precedido y constituido 
por el testimonio de una organización psíquica precedente y de la que no puede desligarse. 
Es por ello que el yo es reductible a los enunciados identificatorios que vienen del otro y 
del propio yo como identificante. La actividad de lo primario es, por lo tanto, la puesta en 
escena de las relaciones que la psique experimenta en su encuentro con los objetos que 
inviste y la figuración de los argumentos y situaciones que son fuente de placer y displacer, 
prototipo identificatorio del yo (Rother de Hornestein, 1994). 
 
Durante el proceso primario, se concreta la separación y el reconocimiento del 
mundo externo cuando la mirada y el placer de la madre se depositan en otro lugar, 
situación que frustra y enfrenta al niño a reconocer un mundo externo. Durante esta fase las 
funciones parentales son las únicas referencias de un campo de certezas inmovibles. Sin 
embargo, para que el yo acceda a un mayor nivel de autonomía, se requiere la entrada en su 
vida psíquica del mundo social (Aulagnier, 2010). 
 
Un tercer momento de la constitución del psiquismo está determinada por el 
contacto del niño con los acontecimientos sociales, el encuentro con los pares, con la 
escuela, etc. que otorgarán un cúmulo de identificaciones. El desarrollo del lenguaje y el 
28 
 
pensamiento se instalan como potencialidades psíquicas permitiéndole al niño crear 
representaciones ideicas o enunciados. El proceso secundario es sede de la actividad del yo 
e inaugura al mismo tiempo la razonabilidad, es decir, que el niño entienda que todo lo que 
existe tiene una causa inteligible que el discurso puede dar a conocer. El pensar, como 
actividad representativa compleja, es comprendido como un proceso que tiende a la 
reedición de situaciones placenteras. Todo acto de investimento es entonces, la 
actualización de un movimiento pulsional de búsqueda de satisfacción que incrementa la 
producción de representaciones atravesadas por un sentido histórico – libidinal acuñado. El 
movimiento libidinal inaugural es el que marca el sentido que adquieren los sucesivos 
movimientos de investimento que se concretan en el campo socio- cultural (Schelmenson, 
2004). 
 
2.2 El yo construido y constructor de una historia. 
El yo recién constituido no es un yo autónomo que pueda pensarse independientemente de 
aquel que en una primera instancia lo nombró, ni tampoco, por fuera de la relación con los 
procesos originario y primario. El yo es una instancia caracterizada por cierto modo de 
organización y funcionamiento que lo diferencia y lo sitúa en

Continuar navegando