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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA PSICOLOGÍA LA PARTICIPACIÓN DE LOS MINISTERIOS PÚBLICOS EN EL ACCESO A LA JUSTICIA DE MUJERES QUE VIVEN EN SITUACIÓN DE VIOLENCIA TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A JESSICA GABRIELA GUTIÉRREZ GÓMEZ Jurado del Examen Tutora: Dra. Ana María Rosado Castillo Comité: Mtra. Azucena Ojeda Sánchez Mtro. Samuel Ramírez Morales Mtra. Otilia Aurora Ramírez Arellano Dra. Elsa Guevara Ruiseñor México, DF. Abril 2010 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADEZO… A todas las mujeres que me anteceden y que lucharon para que yo pudiera estudiar una carrera universitaria. A mi madre de mirada hermosa y comprensiva por su cariño, apertura y escucha. A mis madres simbólicas que han representado una influencia ineludible en mi vida personal y profesional. A mis maravillosos amig@s (la lista sería muy larga pero espero que tod@s se sientan aludid@s) que me han acompañado en los momentos de desesperación, impaciencia y felicidad. A mi tutora, maravillosa persona siempre dispuesta a compartir sus conocimientos. A los sinodales sin cuya lectura y retroalimentación No habría podidito concluir esta investigación. Gracias a tod@s y cada un@ de ustedes 2 ANTE LA LEY Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar. -Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora. La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice: -Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera. El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene mas esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta. Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice: -Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo. Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para si . Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino. -¿Qué quieres saber ahora?-pregunta el guardián-. Eres insaciable. -Todos se esfuerzan por llegar a la Ley-dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar? El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora: -Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para tí. Ahora voy a cerrarla. FRANZ KAFKA 3 INDICE Resumen 5 Introducción 6 1. La relevancia del acceso a la justicia para las mujeres 12 2. La interpretación de la realidad de los ministerios públicos 16 3. Género 23 3.1 ¿Qué es el género? 23 3.2 Identidad de género 25 La esencialización de los sexos: masculinidad y feminidad 29 3.4 Consecuencias de vivir conforme a un rol establecido 3.4.1 Salud física y emocional 32 3.4.2 Relaciones sociales 33 3.4.3 Ámbito laboral 34 3.5 Relación entre género y procuración de justicia 38 4. Violencia 41 4.1.1 Tipos de Violencia 45 4.2 Contexto Internacional de la Violencia 50 4.3 Contexto Nacional de la Violencia 53 4.4 Factores de Riesgo de la violencia contra las mujeres 57 4.4.1 Factores de riesgo Estructurales 57 4.4.2 Factores de Riesgo que considera El Modelo Ecológico 60 4.5 Consecuencias de la Violencia 64 4.6 Costos de la Violencia 66 4.7 Mitos respecto a las mujeres que viven en situación de violencia 69 4.8 Factores que favorecen el silencio 71 4 4.9 Inhabilidad o Desesperanza Aprendida 72 4.10 Acciones nacionales e internacionales implementadas para intentar frenar la violencia 76 4.11 Mecanismos legales en México para combatir la violencia 80 5. Ruta Crítica 82 6. Procuración de Justicia 85 6.1 Conciliación como solución a la violencia familiar 87 6.2 Mujeres en situación de violencia y denuncia 89 6.3 Funciones del Ministerio Público 95 7. Consecuencias de trabajar con víctimas de violencia 99 8. Conclusiones 107 9. Bibliografía 113 10. Anexos 10.1Guia de entrevista semi-estructurada 121 10.2 Etapas de la averiguación Previa 123 10.3 Datos Socioeconómicos de MP y OS 124 10.4 Sistematización general de las entrevistas 125 5 Resumen El objetivo de esta investigación fue conocer cómo las percepciones, creencias, prejuicios, estereotipos de génerode los Ministerios Públicos intervienen en la toma de decisiones para hacer efectivo el acceso a la justicia de mujeres que viven en situación de violencia y observar de qué manera estos factores obstaculizan una intervención eficaz, eficiente y objetiva en su labor profesional. Para ello se utilizó la metodología cualitativa a través de dos técnicas: entrevistas abiertas, aplicadas a abogadas del Instituto de las Mujeres para saber que les refieren sus usuarias sobre el trato que reciben cuando son canalizadas a las agencias del MP, así como sobre su experiencia con los ministerios públicos en los cursos de capacitación que les han brindado. En un segundo momento se realizaron entrevistas semi-estructuradas, aplicadas a ministerios públicos de una agencia general de la Procuraduría General de Justicia en una delegación del DF. Dicha información podrá ser de utilidad para implementar acciones futuras que tomen en cuenta las percepciones de estos servidores públicos que permita promover un mayor acceso a la justicia de dichas mujeres. 6 INTRODUCCIÓN A lo largo de la experiencia que tuve en el Instituto de las Mujeres del DF, en el área de Desarrollo Personal y Colectivo donde se brinda -entre otras cosas- asesoría psicológica, observé que uno de los principales motivos de asesoría por el que acudían las mujeres, era la violencia familiar. De todas las mujeres que acuden son pocas las que deciden acercarse a las instancias correspondientes para realizar los procedimientos conducentes de denuncia, y esto es (según lo que ellas mismas refieren) ya sea por miedo, desconocimiento de las leyes o porque simplemente no conocen sus derechos. También observé que cuando deciden levantar una denuncia en el Ministerio Público para iniciar una averiguación previa, terminan siendo doblemente violentadas, pues sus demandas no son escuchadas, se minimizan sus problemáticas e incluso en el peor de los casos se les disuade de hacer el procedimiento correspondiente. Esto provoca, por un lado, la desmotivación de las mujeres y el abandono de los procedimientos, ocasionando con esto a su vez una impunidad que provoca la expansión de dicha problemática social. Vale la pena preguntarse ¿Qué pasa con los procuradores de justicia que a pesar de recibir formación con respecto a la perspectiva de género y la violencia, dicha visión no es puesta en práctica? ¿Podemos pensar que influyen factores más importantes que el sólo conocimiento teórico sobre dichos temas, como son: sus percepciones, prejuicios, opiniones y creencias con respecto a determinados fenómenos socio-culturales? ¿Y si no son estos los obstáculos principales, cuáles son? Por ello es de suma importancia analizar ¿de qué manera la cultura de género se expresa de manera soterrada en cómo perciben el problema y cómo se lo explican los MP? Para crear formas más efectivas de intervención. 7 Es importante mencionar que a partir de la expresión oral, se empieza a crear una plataforma para el inicio de un posible cambio en el sujeto, pues el sondear sus propias percepciones y que las expresen de forma verbal puede considerarse una forma de intervención inicial, puesto que: El lenguaje no representa a la realidad sino que la construye, es decir, al nombrarla, no sólo la nombramos sino la erigimos, la convocamos a ser a partir del lenguaje y por ello, sólo tenemos acceso a una realidad significada; el conocimiento es la construcción de sistemas discursivos sobre la realidad observada y al conocer nos implicamos desde múltiples determinaciones, transformamos la realidad y nos transformamos (Vargas, 2003: 77). El objetivo de esta investigación fue identificar algunos factores subjetivos presentes en los ministerios públicos implicados en la forma en la que imparten justicia. Es decir, se intentó conocer de qué manera los prejuicios, concepciones tradicionales sobre las mujeres, y percepción sobre las causas de la violencia familiar, intervienen en sus interpretaciones sobre los hechos que tienen que enfrentar y analizar en su labor profesional. Además de que se quiso explorar cómo perciben a la institución donde laboran y los sentimientos que les genera el tener un contacto directo con la violencia. Con lo antes mencionado se busca obtener mayor información sobre los factores que obstaculizan la impartición de justicia. Para ello se realizó en una primera fase, un sondeo mediante entrevistas abiertas con cinco abogadas del Instituto de las Mujeres DF (Inmujeres de aquí en adelante), que llevaran laborando en esa institución por lo menos cinco años y que hubieran capacitado a través de cursos o talleres sobre violencia y género a servidores públicos, entre ellos jueces y Ministerios Públicos. Tenían que cubrir este requisito porque se buscaba conocer su experiencia con los ministerios públicos1, y conocer qué les referían las usuarias que canalizaban a las agencias para denunciar 1 A los que les brindan talleres de sensibilización y donde canalizan a algunas de sus usuarias. 8 casos de violencia familiar, sobre el trato que recibían por parte de los ministerios públicos. Esto permitió conocer algunos antecedentes de la forma de actuar de estos servidores públicos hacia las mujeres que acuden a presentar una denuncia. Y estos datos permitieron justificar de manera más amplia la necesidad de indagar la subjetividad de los procuradores de justicia. En una segunda fase, se entrevistó mediante entrevistas semi-estructuradas a cinco Ministerios Públicos (2 mujeres y 3 hombres) y cinco Oficiales Secretarios (4 mujeres 1 hombre)2 de una Agencia General de la Procuraduría General de Justicia en una delegación del DF donde se presenta uno de los mayores números de denuncias por violencia familiar3. El promedio de edad es de 42 años. La mayoría de ellos,4 estudió en la UNAM, uno en una universidad privada (Motolinía) y una más una carrera técnica de contabilidad en Veracruz. Tienen una antigüedad promedio de catorce años y medio laborando en procuración de justicia y actualmente la mitad del personal labora en un horario de 48 por 24 horas, el resto trabaja de lunes a viernes de 9 a 5pm., independientemente del cargo. En promedio ganan mensualmente $16,000.00. De los participantes, varios han laborado antes en otras delegaciones, incluso durante varios años (siempre relacionado a la procuración de justicia), sin embargo hace menos de un año fue cambiado una parte considerable del personal a otras agencias y delegaciones, por lo que algunos comentan que donde se encuentran ahora (una de las tres delegaciones que reportan mayor número de denuncias violencia familiar en el DF) la gente es: “como más conflictiva y liosa” (Benito, MP) 2 Al inicio de la investigación se pensaba entrevistar únicamente Ministerios Públicos, sin embargo se decidió incluir a los Oficiales Secretarios puesto que ellos también tienen el primer contacto con las víctimas cuando llegan a la Agencia del MP. 3 El responsable de la Agencia pidió que no se mencionara el nombre de la delegación donde se realizó la investigación para tener una mayor discrecionalidad. 4 Ver anexo de datos sociodemográficos de los MP y OS 9 Las entrevistas se llevaron a cabo en su lugar de trabajo, en un espacio cerrado prestado por el responsable de la agencia para dicho fin, el cual permitió un clima de tranquilidad, confianza y silencio. Se hizo la invitación de manera individual a cada servidor/a público y se les explicó que toda la información otorgada durante las entrevistas tendría un estricto carácter confidencial. Se les brindó la oportunidad de que inventaran un nombre con el que quieran ser identificados/as durante el análisisde los datos. También se les pidió su autorización para audiograbar la conversación y se les expresó que una vez utilizada para la captura ésta se desecharía. Para llevar a cabo esta investigación se eligió una metodología cualitativa para indagar este tema ya que es una herramienta adecuada que permite comprender cuestiones subjetivas del comportamiento de los funcionarios públicos, por lo que un análisis cuantitativo se quedaría limitado para tal efecto: [L]a investigación cualitativa es una fuente para obtener ricas descripciones y explicaciones sobre los procesos en contextos locales, narradas en las propias palabras de los actores sociales. Dada esta característica, los datos cualitativos permiten preservar el ritmo cronológico de los eventos, comprenderlos dentro del contexto mismo en el que acontecieron y derivar de ello explicaciones fuertemente enraizadas en la realidad socio-cultural que se estudia. En otras palabras, la investigación cualitativa permite entender los fenómenos sociales desde la perspectiva del actor. (Miles & Huberman, 1994; Taylor & Bogdan, 1992 en Shrader & Sagot, 1998:7) Se utilizaron entrevistas semi-estructuradas (ver anexo) que tuvieron como eje organizador un guión con el fin de de recabar información de lo general hasta lo específico, que implica lo personal lo cual permitió a medida que avanzaba dicha entrevista, ir creando un ambiente de confianza. Se decidió presentar los resultados intercalados a la par de la teoría pues se consideró que para este tipo de investigación permitía hacer el análisis y presentar los 10 resultados encontrados de manera más clara. Es por ello que las citas textuales de las y los entrevistados se presentaran en Arial 11 en letra cursiva para su mejor ubicación. En los diversos capítulos de este estudio se realiza una revisión teórica breve sobre el abordaje que se ha hecho sobre el género y las consecuencias de vivir bajo un rol de género tradicional y de qué manera permea la forma en la que se imparte justicia, manifestada en las actuaciones de los operadores del sistema legal influidos o no por dichos estereotipos. En cuanto al análisis conceptual de la violencia se desglosará la información sobre la clasificación y descripción de los tipos, cómo se expresa en contextos internacionales y nacionales, mencionar cuáles son los factores de riesgo que predisponen que para una mujer sea más difícil salir del círculo de violencia, así como las consecuencias y costos individuales y sociales de la misma, las creencias sobre el porqué una mujer permanece en esa situación y los dispositivos implementados para tratar de erradicarla. Se expone el papel que juega la procuración de justicia (y en particular la función del MP) para obstaculizar o garantizar el acceso a la justicia de las mujeres que acuden a denunciar la situación de violencia en la que viven. Se presentan algunas de las consecuencias sobre la salud que los propios Ministerios Públicos manifiestan producto del estrés ocasionado por brindar atención a cualquier tipo de personas que han vivido alguna forma de violencia. En particular a los especialistas y profesionales que están en la primera línea5 de atención a mujeres que viven en situaciones de violencia, personal que muchas veces no pone mucha atención a su autocuidado, pues desconocen cómo repercute la actividad que realizan en su salud. 5 Personas que pese a que no tienen una especialidad para el trabajo con víctimas, están en constante contacto con los testimonios de los y las sobrevivientes 11 Se hace énfasis teórico sobre la importancia que implica el autocuidado y mencionar las consecuencias tanto físicas como psíquicas de no tomarlo en cuenta. Se describen brevemente las características de algunos trastornos como: Estrés crónico, Síndrome de Burnout, Traumatización vicaria, Fatiga por compasión o síndrome del cuidador, y Síndrome de Superman. De manera que esta síntesis sobre la literatura sirva de preámbulo para poder cruzar la información obtenida producto de las 15 entrevistas realizadas y permita construir algunas hipótesis que expliquen el objetivo de esta investigación, así como poder generar conclusiones y propuestas. 12 CAPÍTULO 1. La relevancia del acceso a la justicia para las mujeres La cantidad de mujeres que acuden a denunciar violencia familiar se ha incrementado notablemente en el 2009 a comparación de otros años6, debido probablemente al mayor énfasis en las campañas sobre cultura de la denuncia y la implementación de programas que difunden por diversas vías los diferentes tipos de violencia, así como el llamado que hacen a no permanecer en silencio. Sin embargo, no se puede decir cuántos y cuáles son los casos que terminan con una resolución que beneficie a la víctima. A esto hay que agregar que existen obstáculos en el acceso a la justicia de mujeres, empezando con el personal encargado de levantarles la declaración. Al respecto Maricela Contreras, presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) declaró que: Cuando las mujeres acuden al Ministerio Público (MP), los funcionarios obstaculizan el levantamiento de actas, lo que les impide interponer sus denuncias (…) creo que los ministerios públicos y los jueces son conservadores y, en ese sentido, la visión que tienen de las mujeres no ha cambiado; quieren que sigan cumpliendo con su papel tradicional (González, 2004) ¿Podría atribuirse esto a la falta de capacitación o sensibilización por parte de los servidores públicos y si no es así entonces a qué? Es en este punto donde radica la importancia de investigar qué factores subjetivos obstaculizan la labor de los procuradores de justicia o si son lo único que la obstaculiza. Cabe mencionar que no existen muchas investigaciones que aborden la subjetividad de los procuradores de justicia con miras a una mejor intervención que propicie el acceso a la justicia de un sector vulnerable en cuanto a la problemática de la violencia, como son las mujeres (evitando desde luego el sentido de victimismo que 6 Como se verificará posteriormente en esta investigación, en el apartado de Violencia. 13 pueda atribuírsele), sin embargo, es prudente señalar que durante la ponencia “Guardianes de justicia. Accesos a la justicia de mujeres en situación de violencia”, Saucedo y Huacuz (2007) presentaron los resultados de una investigación etnográfica (aun no publicada),7 la cual utilizó la observación participante como técnica para vislumbrar los obstáculos que presentaban los ministerios públicos para ejercer adecuadamente la norma. El equipo de la citada investigación estuvo conformado por siete observadores participantes, algunos de ellos miembros de la institución. La conclusión a la que llegaron respecto a estos funcionarios públicos fue que existe una gran resistencia a romper las formas de autoridad y recibir conocimientos nuevos, esto es, creen saberlo ya todo sobre su área, a pesar de que muchos de ellos no estaban especializados en delitos sexuales. Ese conjunto de datos y observaciones pudieron confirmarse también con el testimonio de una abogada entrevistada para este estudio, encargada de brindar capacitación acerca de 38 MP y jueces cívicos en el DF, durante 2006 y 2007, al referir: Sienten que ya saben todo, te minimizan, te niegan la capacidad y además eres mujer, “¿qué me puedes enseñar tú que yo no sepa?” (Corina, Inmujeres)8 Continuando con los resultados expuestos, las autoras mencionaron que los MP tampoco evalúan éticamente los casos y que hay irregularidades en las diligencias, lo que obstaculiza el procedimiento, además de que muchos de los MP presentansíndrome de Burnout o desgaste laboral, padecimiento que tiene como componentes formales la fatiga emocional, el aplanamiento afectivo (que independientemente de la 7 Realizada en la Fiscalía de Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia, durante el Diplomado de Especialización en Delitos Sexuales. 8 Todas las citas textuales de las y los participantes de esta investigación serán resaltadas con letra Arial 11 en cursiva para su mejor ubicación en el texto. 14 narrativa escuchada se pierde la capacidad de manifestar expresividad emocional), el cinismo y por tanto la ineficacia.9 La abogada Martha Figueroa da un ejemplo de las prácticas de los ministerios públicos cuando reciben quejas de delitos contra las mujeres, refiriéndose al Estado de Chiapas: Las regañan, las hacen culpables de la agresión sufrida y muchas veces atenúan los delitos por empatía de género con el agresor. De esta manera, casi ninguna queja de una mujer que presenta varios golpes y tiene huellas de violencia en el cuello o en la cabeza, no obstante la gravedad de las lesiones, es consignada por homicidio en grado de tentativa, o agresiones agravadas por el parentesco. Si la mujer tiene suerte, su agresor será consignado por lesiones simples y puesto en libertad después de unos días (Figueroa, 1998: 113 en Lang, 2003: 87) Además se observa un fenómeno de revictimización10 debido a la insensibilidad con la que tratan a las afectadas en las instancias legales, y la cantidad de veces que las hacen declarar los hechos ante más de un perito. Tampoco existen estadísticas claras y confiables sobre el número de denuncias y mucho menos sobre el proceso que le sucede. En contraposición a lo anterior, cabe aclarar que si hay mujeres que refieren haber tenido una experiencia favorable al momento de declarar frente a algún ministerio público, esto sobre todo se presenta en mujeres empoderadas que conocen sus derechos y los hacen valer. Las abogadas entrevistadas que refirieron que: Definitivamente una mujer no es tratada de igual forma si llega sola a que si llega de parte del Instituto. (Raquel, Inmujeres). 9 Este tema será desarrollado más ampliamente en el capítulo 7 10 Entendido como aquel proceso que vuelve a traumatizar a las víctimas, al preguntarles infinidad de veces el evento de agresión, lo cual provoca que se reexperimente el trauma, además de culpabilizarlas por los eventos de agresión y violentarlas emocionalmente durante el proceso judicial. 15 Argumentaron que existe una diferencia notablemente positiva con respecto a las mujeres que antes fueron asesoradas en el Instituto y posteriormente acudieron al MP debidamente informadas o canalizadas. Pareciera que estos últimos, se sienten presionados en algunos casos para dar respuesta si se les solicita por parte del Instituto de las mujeres porque algunas de las abogadas usan como estrategia mantener una buena relación con los agentes y personal del MP cercano a sus demarcaciones. Por lo tanto no puede hacerse una generalización en el maltrato ejercido por parte de todos los ministerios públicos. Existen por otra parte, fallas estructurales que limitan el trabajo de los operadores de las leyes, tales como la mala ubicación geográfica de las agencias, el poco personal (psicólogos, médicos legistas, abogados de oficio) así como escasos recursos materiales. Es importante mencionar que durante toda la investigación se aborda el tema del poder en términos exclusivamente negativos, visto como prohibición, el cual se expresa mediante la censura, delimitación y obstáculo. En ese sentido el derecho juega un papel importante puesto que en el siempre se enmascara el poder ya que como explica Foucault “las leyes están hechas por unos y que se imponen a los demás” (2001). El poder es un elemento teórico que permitió enriquecer el análisis de los resultados obtenidos en este estudio, retomando lo que Michel Foucault describe como el funcionamiento del poder al explicar que este no se posee, se ejerce y es en ese sentido: “En todo lugar donde hay poder, el poder se ejerce. Nadie es su dueño o poseedor, sin embargo sabemos que se ejerce en determinada dirección; no sabemos quien lo tiene pero sí sabemos quien no lo tiene” (Foucault, 2001: 31) Es importante retomar dicho concepto pues da cuenta de cómo en un espacio como lo es una agencia de ministerio público, los elementos que la integran saben el poder que poseen por tener un conocimiento y lo ejercen según su propia interpretación del derecho. 16 CAPÍTULO 2. La interpretación de la realidad de los funcionarios públicos Cuando se habla de cómo el individuo construye su realidad y si ésta es objetiva o no, Abric (2001) menciona que no hay realidad objetiva pues el individuo la reconstruye en su sistema cognitivo, de valores, normas y actitudes, pero esto dependerá de su historia de vida y del contexto social e ideológico que lo rodea. De esta forma es cómo entiende y explica sus actos y discursos, y construye su propio sistema de referencia. Esto queda más claro en las palabras de García, (2005): Es a través de la experiencia que el sujeto es producido11 en el punto de cruce entre el adentro y el afuera (…) el adentro como aquello que tiene como límite la piel y el afuera como el mundo exterior al sujeto, los otros, la sociedad, la cultura, el orden simbólico, y es a través de esa experiencia que el sujeto se manifiesta, no sólo como sujeto hablante, sino también como sujeto actuante (García, 2005: 23) Es de esta manera como el afuera es interpretado en el adentro por medio de representaciones individuales, las cuales sirven para dar sentido y comprender la realidad. Estas representaciones son influenciadas por la historia personal, la experiencia y las construcciones personales propiamente cognitivas. Cuando estas representaciones son compartidas por una serie de individuos, se dice entonces que son colectivas pues engloban mecanismos explicativos que se refieren a una clase general de ideas y creencias, mientras que las representaciones sociales son fenómenos que necesitan ser descritos y explicados. Las representaciones sociales como forma de conocimiento se conforman a partir de informaciones, creencias, opiniones y actitudes a propósito de un objeto (Aguirre, 2007 citado en Ariza, 2009:87). En estos términos se abre la puerta a la explicación de las funciones que tienen las representaciones sociales en el individuo, 11 Negritas en el original 17 en primer lugar como ya se mencionó el entendimiento y la explicación de su medio (función de saber); la definición de su propia identidad social y personal dependientes de las normas y valores predominantes (función identitaria) cuyo objetivo es representar una imagen positiva de acuerdo a su grupo de pertenencia; las referencias que marcan sus acciones y prácticas (función de orientación), esta representación produce un sistema de expectativas, misma que estará presente no en una interacción de cualquier índole sino precediendo ésta. Dicha anticipación estará elaborada con la propia construcción que el individuo haya creado de su realidad; y por último están las representaciones que el individuo hace a posteriori de los comportamientos o posturas (función justificadora) permiten explicar sus conductas y como el mismo nombre lo dice justificar por qué actuaron de una forma determinada en alguna situación. Estas representaciones abarcan desde información retenida, seleccionada y justificada sobre un objeto y su entorno en el nivel cognitivo de la persona hasta estereotipos y creencias que posteriormente organizarán sus experiencias subjetivas (García, 2005:23). Lasrepresentaciones sociales como forma de conocimiento se conforman a partir de informaciones, creencias, opiniones y actitudes a propósito de un objeto (Aguirre, 2007 citado en Ariza, 2009:87). La importancia de describir de manera breve en que consisten las representaciones sociales y colectivas se fundamenta en el hecho de que pueden servir como un marco teórico interpretativo de referencia para el análisis de esta investigación, sin embargo, es preciso aclarar que el fin de esta investigación no es dar explicación mediante esa corriente teórica sino abrir futuras líneas de investigación y análisis al respecto, ya que este es un estudio exploratorio. A continuación se cita un ejemplo proporcionado por una de las abogadas, sobre la manera en la que procedió una MP a partir de lo que para ella era correcto: 18 El hombre la golpeó [a su esposa], porque su hijo se cayó y se lastimó la cara; ella denunció que le pegó, que la corrió de la casa y que le había quitado al niño y la mujer MP le dijo: “Es que yo hubiera hecho lo mismo señora” y no le tomó la declaración (Corina, Inmujeres). De esta forma, el mismo Abric explica que también las prácticas determinan las representaciones en los contextos de poder y toma de decisiones pues: [L]as conductas de los individuos no resultan [solamente] de sus creencias, de sus representaciones, tampoco de su sistema de valores, sino más bien del marco institucional, del entorno social y más precisamente del contexto de poder al que están enfrentados y que les impone, les “extrae” las conductas (2001: 97). En este sentido hay algunos elementos del MP que reciben sensibilización con respecto al tema de acceso a la justicia de mujeres, pero a partir de su experiencia se encuentran con mujeres que recurren una y otra vez a ellos pero truncan el proceso, lo que en algunos casos marcará de forma quizá inadecuada sus próximas intervenciones con otras mujeres que acudan por el mismo motivo. Lo mismo puede suceder con mujeres que laboran en dicha institución y que a raíz del aprendizaje de la forma como tratan los casos por parte de sus compañeros hombres, ellas procederán de igual manera que ellos; es así como la representación sobre cierto fenómeno es generada por las prácticas y no por las creencias. Cuando un sujeto realiza una práctica cotidianamente y por un periodo considerable de tiempo, es lentamente moldeado al nivel de sus creencias por los valores que saturan el medio en el que se desenvuelve, es decir, que la esfera ideológica, sólo se puede ajustar poco a poco a la ideología aplicada en la práctica (Ibáñez., 1989: 39 en Abric, 2001: 212). 19 De manera que las: Formas de saber y las formas de funcionamiento del poder producen un tipo de subjetividad que es la apropiada de cada sociedad en un momento dado. Somos, entonces, resultado de los saberes explícitos e implícitos de una sociedad en un momento dado y de las formas en que funciona el poder (García, 2005:25). De tal modo que cuando los individuos están muy comprometidos con sus prácticas pero éstas van en contra de sus sistemas de valores y normas, los sujetos elaboran representaciones de conformidad con sus prácticas, “Cualquier contradicción entre las representaciones sociales y las prácticas lleva necesariamente a la transformación de una u otra” (Abric, 2001:213). Es decir, en este caso las prácticas son las que determinan las representaciones de los servidores públicos. Las representaciones sociales pueden ser conceptualizadas como una forma de percibir, interpretar, pensar y darle sentido y significado a la realidad cotidiana. Dichas representaciones dependerán de factores como el contexto, la edad, el género, experiencia de vida etc. Shrader, menciona que “las formas de responder ante las situaciones que enfrentamos en la vida diaria están fuertemente influenciadas por los significados, creencias, ideas y actitudes que hemos desarrollado en los procesos de interacción colectiva” (2000:50). En este sentido este estudio muestra cómo los jóvenes explican la violencia familiar, encontrando mediante grupos focales que piensan que es el resultado de la carencia de afecto y de los problemas de comunicación en la pareja. Además encontró que: [E]n este grupo de edad no se presentaron con tanta frecuencia las explicaciones relacionadas con las drogas, el alcohol y la pobreza, sino con factores asociados con la comunicación humana, los valores y los afectos. Especialmente, los y las jóvenes destacaron la agresión como norma de relación, y la falta de expresiones de afecto al interior de sus familias (Shrader: 54). 20 Las representaciones sociales “permiten construir sistemas de referencia o categorías para clasificar las circunstancias, interpretar lo que sucede e incluso dar un sentido a lo inesperado” (Ariza, 2009:76) Además de que tienen diversas funciones como conocimiento, de identidad social, para servir de guía para el comportamiento y de justificación (Jodelet, 1988: 481-494). Algunas de las abogadas entrevistadas insistieron en que los encargados de la procuración de justicia resuelven los casos que se les presentan a partir de su propia subjetividad: Desde su propia perspectiva y desde su propia historia de vida atienden a la gente (Nancy, Inmujeres). En el mismo sentido, otra de las abogadas explica que en su experiencia capacitando a este tipo de servidores públicos encontró que muchos de ellos también estaban viviendo violencia con sus parejas, además de que: Muchos de ellos se identifican con las situaciones de violencia que les presentan [las víctimas] (Gloria, Inmujeres). Sólo uno de los MP refirió tener problemas en su familia, pero él mismo no se asume como violento, comenta: No soy así… digamos de ser violento, la verdad no, pero realmente si tengo mis enojos porque si es cierto llega el momento que me desespero y yo estallo en la casa pero yo siento que es menos (…) en todos lados hay problemas, hay desesperaciones, en lo personal yo siento eso y de que en la casa si en ocasiones me desespero (…) yo creo que donde hay problemas económicos hay problemas familiares (Benito, MP). 21 Como se explicó con anterioridad, una de las funciones de esta teoría es la justificativa. Como puede verse en este ejemplo, el MP justifica su desesperación con los problemas económicos, los cuales incluso le provocan un estallido. La persona que comentó lo anterior fue una de las que propuso que como mejora a su trabajo pudiera contarse en la institución con personal de psicología, pues considera que: “falta una higiene mental” (Benito, MP.) Un estudio sobre representaciones sociales de la violencia en relaciones de pareja en la prensa de Medellín, Colombia muestra que las víctimas poseen una imagen negativa, al considerarlas “personas dependientes y con baja autoestima” mientras que se justifica la agresión de los hombres mencionando que quizá tienen algún problema psicológico, que presenciaron violencia en su infancia o bien que tienen un deficiente control de impulsos. Es así como puede verse de que manera “las proposiciones, valoraciones, creencias que constituyen una representación están estructuradas en formas diversas según las culturas y los grupos sociales” (Villarroel, 2007). Además de que representa un ejemplo más de justificación en la forma en la que se percibe la feminidad de las agredidas y la masculinidad de los agresores. Estas representaciones minimizan la sanción social a este tipo de violencia lo cual favorece su reproducción e impunidad. Nos hemos topado con casos en los que al tener contacto con la víctima lo que hacen [MP y jueces] es emitir juicios de valor (Corina, Inmujeres). A lo que se refiere es que estos empleados muchas veces terminan responsabilizandoa las mujeres por la expresión de violencia que están denunciando. 22 Se necesitaría realizar un estudio más amplio para vislumbrar de qué manera operan las representaciones sociales en las y los funcionarios entrevistados, pues sólo se podría decir que con este primer bosquejo en la exploración de sus opiniones con respecto a las mujeres que viven violencia, manifiestan representaciones colectivas en cuanto a la responsabilidad de las mismas en cuanto a la violencia que viven en sus relaciones de pareja. 23 CAPÍTULO 3. Género “La cultura salvaguarda el orden que garantiza la reproducción de una sociedad o grupo social, definiendo los valores, principios, formas de ver el mundo, conductas, expectativas de la vida, etc., que comprometen a los individuos a garantizar el sentimiento de pertenencia” (Montesinos, 2007: 23) La categoría género ha dado referentes para intentar explicar el tipo de interacciones inequitativas entre hombres y mujeres que se ven reflejadas no sólo en las relaciones interpersonales, sino también institucionales y simbólicas. Muchas veces en el ámbito de la investigación cuando se hace referencia al género se remite a hablar de las mujeres así como cuando se habla de masculinidad se hace referencia únicamente a los hombres. Lo que se debería cuestionar es si ¿realmente las consecuencias de la inequidad sólo afectan a las mujeres? O si ¿También traen consigo graves repercusiones en la vida de los hombres? La mayor parte de los estudios realizados sobre condición de la mujer en nuestro país tienden a generalizar las situaciones de desventaja, pobreza, inequidad, menosprecio, y todo aquello peyorativo que determina a LA MUJER12 y la mantienen en una posición desventajosa, limitada y oprimida. Sin embargo, con esta visión se corre el peligro de crear la idea de la incapacidad de éstas como actores sociales (Aguilar, 2001:20). Equiparar el género con mujeres y a la masculinidad con cuerpos exclusivamente de hombres, deja de lado que el poder no sólo es parte de los cuerpos de los hombres sino un ejercicio presente en todas las relaciones sociales (Amuchástegui y Szasz, 2007:16 Butler y Laclau, 1999:134 en Parrini, 2007a:96). Quizá el origen de dichas inequidades está intrínsicamente ligado a la cultura entendiendo a ésta como: 12 Mayúsculas en el original 24 [U]n conjunto de costumbres, principios, normas, hábitos, prácticas, formas de pensar, expectativas, conocimientos, etcétera, compartidos por un grupo de individuos (llámese pueblo, raza, nación o clase social) y que se transmite de generación en generación (…) El hecho de que un individuo comparta una cultura lo compromete a seguir los designios que la colectividad acepta como válidos para resguardar el orden convenido (Montesinos, 2007:17-18). Para que la cultura se reproduzca necesita aprenderse, compartirse y transmitirse. Para poder aprender se necesita del proceso de socialización, en el cual los individuos aprenden los códigos de convivencia, y donde se ve representada la capacidad coercitiva de la cultura, la segunda hace referencia al hecho de que la cultura genera comunidad y la tercera, que se trata de un conocimiento que perdura en un tiempo considerable (Elias, 1987 en Montesinos, 2007:23). ¿Pero cómo explicar o a qué atribuir que las diferencias fisiológicas sigan representando diferencias sociales? Han surgido diferentes hipótesis de cómo y en qué momento surgen las inequidades sociales entre los sexos por ejemplo para Maurice Godelier en su libro La producción de grandes hombres (1982) en el cual su principal objeto de estudio fue el poder, donde el hecho de que en una sociedad no se encuentren presentes desigualdades en las clases sociales no es garantía de que entre los sexos no las haya y señala que la subordinación y la opresión de las mujeres producto de dichas desigualdades entre los sexos son anteriores a las clases sociales y poseen otra naturaleza. Esto contradice la postura de Engels pues este consideraba que la opresión de las mujeres era producto de la estratificación social y la acumulación de riquezas por parte de los varones, a lo que Godelier apunta que las jerarquías no tienen tanto que ver con un origen material, sino más relacionado con el poder (Maurice, 1984 en Burin & Meler, 2004: 103). Actualmente más que intentar vislumbrar que fue primero, lo que puede observarse es que se encuentran intrínsicamente relacionadas las inequidades entre los sexos y la desigualdad económica entre los mismos. 25 3.1 ¿Qué es el género? Tal parece que las condiciones de desigualdad social que aun en pleno nacimiento del siglo XXI se siguen vislumbrando, son producto de un sistema que no considera las relaciones de género como equitativas, es así que Bordieau no se equivocaba cuando afirmaba que: “El orden patriarcal está tan profundamente arraigado a nuestra cultura que no requiere justificación, se impone así mismo como autoevidente y es tomado como natural” (Lamas, 2007). Imposibilitando que se visualicen las inclusiones y exclusiones de los sexos en diversos ámbitos (García, 2006:28). De tal manera que lo privado se asigna a las mujeres, es decir, todo lo referente a lo familiar y doméstico, mientras que a los hombres se les asigna el espacio público referente al orden y participación cívico- político- estatal (Rabotnikof, 1996: 9-11) Dicha naturalización ha permitido justificar los sistemas de poder y jerarquía representando a los hombres en las cumbres de toma de decisión y participación más altas, mientras las mujeres pese a la lucha feminista y a los movimientos de mujeres, permanece en un lugar de subordinación. Han abierto cosas (en los talleres) hablan de que los hombres y las mujeres tenemos las mismas capacidades, reconocen que ellos mismos como personas en un momento dado son violentos y que muchas veces la violencia la justifican como una manera natural de relacionarse para demostrar quien es el jefe de familia (Corina, Inmujeres). Desde que un individuo nace, se le atribuyen ciertas características y expectativas que a lo largo de la vida se espera se cumplan dependiendo de las características fisiológicas de sus órganos sexuales, es así como hombres y mujeres son construidos como masculinos y femeninas, esto trae como consecuencia una 26 balanza desequilibrada en cuanto a la “calidad de vida” de las personas, siendo las más afectadas las mujeres, nótese esto sin una perspectiva victimista. Algunas fuentes mencionan que fue Ann Oakley quien introduce definitivamente el concepto de género en las ciencias sociales, para diferenciar la construcción cultural tejida sobre los sexos, e investigar las relaciones entre el sistema de dominación sobre las mujeres, las instituciones sociales y la organización de la economía (Chiarotti, 2006:8-10). Otras nombran al investigador John Money (1955) quien propuso el término rol de género para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y las mujeres. (Burin & Meler, 2004:22). Desde la perspectiva del análisis de la subjetividad se alude a Robert Stoller (1968 en Lamas, 1996) quien estableció más nítidamente la diferencia conceptual entre sexo y género. A lo largo del tiempo se ha conceptualizado de diversas formas la categoría género, a continuación se mencionaran algunos ejemplos: Conjunto de creencias, prescripciones y atribuciones que se construyen socialmente tomando a la diferencia sexual como base. (Lamas, 2007) El género es un elemento constitutivo de relaciones sociales basadas en diferencias percibidas entre los sexos, y el género es una manera primordial de significar relaciones de poder”. (Joan Scott 1986:1067 en Hawkesworth, 1999:12) El género es un elemento constitutivo delas relaciones basadas en las diferencias que se perciben entre los sexos, y es una manera primaria de significar las relaciones de poder. El género es un campo en el cual, o a través del cual, se articula y distribuye el poder como control diferenciado sobre el acceso a los recursos materiales y simbólicos por ello el género esta involucrado en la construcción misma del poder. (Scout, 1993 en Velásquez, 2003: 29). [E]l género permite comprender de una manera integral e integradora el proceso de construcción de las identidades de los sujetos a partir de los entrelazamientos entre lo biológico, la formación psíquica y las condiciones socioculturales. (Sánchez, Sánchez & Palacio, 2007:185) Desde (la) perspectiva psicológica, género es una (Lamas, 1996) 27 categoría en la que se articulan tres instancias básicas: a) La asignación (rotulación, atribución) de género (la apariencia externa de los genitales), b) La identidad de género y c) El papel o rol de género que se forma con el conjunto de normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino o masculino. El sistema sexo-género, primera referencia teórica para el concepto, fue definido como “El conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferenciación sexual anatomo- fisiológica y que dan sentido a la satisfacción de los impulsos sexuales. (Rubin 1975 en Saucedo, 2005:63) Resumiendo, puede decirse que el género es “la construcción cultural y social de la diferencia sexual” (Parrini, 2007a:25). Retomando las definiciones antes citadas y a manera de analogía Kessler y McKenna introdujeron el término genitales culturales para caracterizar esas apariencias culturalmente específicas que sustentan inferencias sobre el género. La atribución de género depende de la “atribución genital”, pero la atribución genital “tiene lugar independientemente de los genital biológicos sobre la base de los “genitales cultures” que se supone que están ahí” (Hawkesworth, 1999:38- 39). Esta valoración diferenciada de la dimensión femenina y masculina produce también discrepancias con respecto a las normas sociales, las expectativas, el control de la sexualidad, creadas a partir de dicha diferenciación genérica. Sin embargo: [E]l individuo recibe la influencia de su contexto, pero su actuación también es producto de un ejercicio reflexivo, autónomo e independiente del mandato social (Ritzer, 1993). Así, en todo acto individual coexisten los mandatos sociales y los momentos reflexivos, y entre ambos están las relaciones de poder que cambian de acuerdo con los tiempos y los espacios específicos (Ritzer, 1993 citado en Garda, 2007:637) 28 Esto permite responsabilizar a los individuos por sus actos y no eludir dichos actos justificando sus roles genéricos “impuestos” por la cultura y la sociedad. Sin embargo, actualmente aún se continúa naturalizando la manera diferenciada en la que cada sexo debe conducir su vida dependiendo de las desigualdades explicitas en las construcciones genéricas. 3.2 Identidad de género “La identidad es un complejo proceso de entrelazamiento dialéctico entre la mismidad, la alteridad y la comunidad” (Lagarde, 1993:3, en Sánchez et. al. 2007:189) Hace referencia a un proceso en cuanto a la función social a partir de elementos simbólicos propios de cada sexo, es decir, lo que hace a una persona “sentirse” hombre o mujer y que se manifiesta como dice De Lauretis, 1999 (en Saucedo, 2005:66) en la psique individual, en el orden institucional y en las ideologías de una sociedad dada. La identidad de género le permiten a un grupo de individuos identificarse entre sí, distinguirse de otros y reconocerse como parte de un grupo social (Aguilar, 2001:23; Montesinos, 2007:23-24). De tal forma que: Las identidades de género son construidas por un proceso psíquico, y por procesos complejos que incluyen la socialización temprana, la manera en que esa socialización es normada y reafirmada por los mandatos culturales que asignan roles específicos, excluyentes y jerarquizados a hombres y mujeres; y finalmente, por los compromisos individuales de los sujetos a lo largo de su biografía, sintetizados en el conocimiento acumulado d su experiencia (Saucedo, 2005: 65) Seria un error pensar que la identidad de género es una entidad inamovible, un proceso adquirido y terminado en la infancia. Por el contrario, se trata de una construcción, de una continua transformación dinámica a lo largo de toda la vida que dependerá del contexto laboral, familiar, escolar de cada individuo, de su historia de 29 vida y de sus relaciones interpersonales (González, 1993: 27 en Aguilar, 2001: 24; Marc, 2004: 33 en Páramo 2007: 236). La identidad de cada individuo también estará marcada por la replicación de modelos establecidos socialmente de lo que implica ser hombre o mujer, o bien por el contrario de la deconstrucción de dicha expectativa. Esta última implica un análisis y un ejercicio continuo de la desencialización de los sexos. 3.3 La esencialización de los sexos: masculinidad y feminidad “La feminidad y la masculinidad (funcionan) como “instituciones” culturales que norman los comportamientos específicos de hombres y mujeres” (Saucedo, 2005: 64) Lo que ha definido a hombres y mujeres como seres diferentes es que son vistos desde una mirada dicotómica (estereotípica) donde se asocia lo masculino con conceptos como: objetivo, racional, público, literal, fuerza, decisión, mientras a lo femenino se le asocia con: subjetivo, emocional, privado, valores, cuerpo, metafórico (Mafia, 2005: 626). Así mismo: Lo que ha marcado a los hombres como sujetos investidos de poder y a las mujeres desprovistas de éste, ha sido una mirada esencialista, binaria y auto- excluyente que supone una relación directa entre discursos normativos y la subjetividad de los sujetos (Saucedo, 2005:67). Lo más preocupante de esta dicotomía es que establece estereotipos rígidos, que condicionan los roles y limitan las potencialidades humanas de las personas independientemente de su sexo, al estimular o reprimir comportamientos que se adecuen a su género (Lamas, 1996) Estas concepciones dicotómicas y preestablecidas para cada sexo se ejemplifican en dos ecuaciones descritas por Huacuz (2006:55),13 donde: 13 He ampliado las ecuaciones de Huacuz, G., las originales eran: mujer=naturaleza=cuidado y hombres=cultura=violencia, para ejemplificar más ampliamente de qué manera se le encasilla a cada género a ocupar un espacio y no salirse de determinado ámbito dependiendo del sexo que tenga. 30 MUJER=NATURALEZA=CUIDADO= MATERNIDAD=PRIVADO HOMBRES=CULTURA=VIOLENCIA=PODER=PÚBLICO En ella podemos ver cómo lo femenino está mancomunado con la naturaleza y cómo su papel en la vida social se limita a la conservación de la vida, y su espacio es el privado. Al considerar la maternidad como el rol esencial, único y universal de las mujeres, se somete al cuerpo femenino y su sexualidad y se prioriza el cuidado y atención siempre de los “otros”, sacrificando el derecho propio al placer (Puyana, 2003:20 en Sánchez et. al., 2007:213; Rubio, 2007) ¿Será por esto que casi todas las interpretaciones sobre el origen de la opresión de las mujeres daban como explicación la expresión máxima de la diferencia biológica: la maternidad? Conyugalidad, maternidad y domesticidad aparecen como los nuevos vértices de una identidad femenina que intenta poner a la mujer en el lado opuesto de la Eva pecadora y seductora (…) Esta mujer madre se normaliza en el imaginario cultural dominante como el prototipo de la mujer apropiada: mujer, madre hacendosa, cuidadosa, amorosa entregada y abnegadahacia los otros que son su marido e hijos, cualidades que hacen de ella la reina del hogar y le otorgan otro estatuto histórico que la diferencia de las putas y las brujas (Sánchez, et. al., 2007:214) Estas características van creando la idea de que las mujeres son “vulnerables” en más de un sentido y necesitan de la “protección” de los varones, aunque en realidad esa subestimación hacía el sujeto mujer podría estar encubriendo discriminación hacía las mujeres. Dicha discriminación puede ser producida de manera individual y colectiva, deliberada e inconsciente pues está tejida en las costumbres y la tradición” (Lamas, 1996). 31 En este mismo sentido uno de los estereotipos más comunes, construido culturalmente, es el que supone a las mujeres en posición de víctimas por el sólo hecho de serlo. La “pasividad femenina” (Velásquez, 2003:45) se justifica sustentada en características como la sumisión, obediencia, poca capacidad de defensa y miedos concretos frente a la fuerza del agresor en casos por ejemplo de violencia. Una de las abogadas comentó que en su experiencia las mujeres que buscan terminar con su relación entre otras cosas por la violencia que sufren: Son tachadas como mujeres malas que dejan a la pareja y desintegran a la familia (Gloria, Inmujeres). De tal forma que: [L]o “malo” asociado al comportamiento violento es masculino corporeizado en los hombres; y lo bueno de esa dicotomía es la “víctima” corporeizada en las mujeres (Saucedo, 2005:62). De ahí la importancia de no hacer generalizaciones de lo que son o deberían ser hombres y mujeres, pues como menciona Amuchástegui & Szasz “aunque la masculinidad como construcción social implique el ejercicio del poder, ello no significa que todo hombre individual, por solo serlo, sea poderoso y tenga poder” (2007:17). Así mismo menciona que: Masculinidad no es sinónimo de hombres sino de proceso social, estructura, cultura y subjetividad. No se trata de la expresión más o menos espontánea de los cuerpos masculinos sino de cómo tales cuerpos encarnan prácticas de género presentes en el tejido social. No son tampoco ideas que flotan en el aire y que fácilmente se descartan, sino esquemas que organizan el acceso a recursos, segregan los espacios sociales y definen ámbitos de poder (Connell, 2003 en Amuchástegui, 2005: 16). 32 Precisamente hablando de cómo se segregan los espacios es importante señalar que uno de los resultados obtenidos de los talleres con MP y jueces fue que: Los MP dijeron que [la institución de procuración de justicia] es un espacio de hombres, que requiere turnos de 24 por 24 y las mujeres no tienen la disponibilidad [porque] tienen parejas, hijos y hasta problemas (Nanc,y Inmujeres). Lo cual explica cómo algunos de ellos siguen relacionando un espacio de poder y conocimiento con lo masculino, donde no tienen espacio las mujeres, además el argumento que dan sigue confinándolas a un espacio privado, del cual ellos no se sienten parte, ya que relacionan la poco disposición de las mujeres con cuestiones que también ellos tienen, hijos parejas y problemas. Lo interesante sería saber a qué tipo de problemas se refieren. 3.4 Consecuencias de vivir conforme a un rol establecido "Es mucho más fácil modificar los hechos de la naturaleza que los de la cultura” (Lamas, 1996) 3.4.1 Salud física y emocional ¿Qué efectos en la salud, la calidad de vida, incluso en el sentimiento de bienestar traerá consigo ser típicamente femenina o masculino? Y por otro lado también sería interesante cuestionar ¿Cuáles han sido las ganancias (si es que las hay) que a través del tiempo ha implicado vivir conforme al rol adecuado? Algunos estudios dan cuenta de que las mujeres posicionadas tradicionalmente en su rol tienen mayor propensión a padecer cuadros fóbicos, histéricos y depresivos, mientras que los hombres típicamente masculinos, padecen de trastornos obsesivos, esquizoparanoides y psicopáticos además de una mayor tendencia a la acción poniendo en riesgo su cuerpo para sufrir accidentes y otras 33 situaciones que los llevan a muertes prematuras. Esto sin mencionar que el hecho de no expresar sus emociones libremente implica que muchas veces se somaticen en problemas de salud. [L]as emociones son consideradas como una amenaza a la identidad masculina. Las vidas de los varones se han empobrecido debido al imperativo de desconcentrarse de su cuerpo y de sus afectos (Sidler, 1977 en Burin & Meler, 2004: 166) Mientras que las causas de consulta en cuanto a salud reproductiva más frecuentes en hombres son problemáticas relacionadas con su funcionamiento sexual, es decir, impotencia eréctil o eyaculación precoz, en las mujeres son cuestiones que se relacionan con la reproducción, pues tradicionalmente pareciera un tema concerniente sólo para ellas (Burin & Meler 2004:168,349). Lo cual se traduce en: Sexo para ellos, hijos para ellas, parece ser el lema ancestral, que ha erigido la capacidad deseante y copulatoria masculina en un emblema de la autoestima viril, así como ha hecho de la parición de hijos sanos un emblema indispensable para la realización vital de las mujeres (Burin & Meler 2004: 168). Una línea de investigación en este sentido implicaría el análisis de cuales son las causas de mortalidad más frecuentes entre nuestra población, cuales son los factores que las originan y en qué medida se relacionan con la forma en la que se construye el comportamiento conforme a un rol de género estereotípico. 3.4.2 Relaciones sociales Con la asignación del rol masculino a los hombres se les otorga el papel de proveedores económicos y así el del ámbito público para conseguir dichos recursos, es por esto que algunos hombres sienten la necesidad o el compromiso de absorber 34 los gastos en el momento de interactuar con otras personas, principalmente del sexo opuesto, esto es una forma de demostrar poder y reafirmar su masculinidad. Cuando no pueden solventar los gastos se sienten incluso, incapaces de entablar nuevas relaciones ya sea de pareja o de cualquier tipo. Es por ello que “el desempleo es un factor de estrés más fuerte para los hombres que para las mujeres” (Saucedo, 2005:66). 3.4.3 Ámbito Laboral Es posible observar cómo aún hoy en día la remuneración por el mismo tipo de trabajo y el mismo desgaste de energía es gratificado de forma diferenciada dependiendo de su sexo. En la medida en que desde la génesis de la modernidad capitalista la DST14 definió tanto los roles como los espacios sociales que correspondían a cada género, esta estructura se constituyó en el principal emblema del poder masculino, puesto que dicha asignación en la estructura económica determinó que a la mujer se le confinara en el espacio privado, mientras al hombre se le asignaba el espacio público: a la mujer el trabajo no remunerado y al hombre el remunerado (Montesinos 2007:25). Una de las manifestaciones clave que ejemplifican la inequidad entre los géneros es lo que ha dado en llamarse la feminización de la pobreza, entendiendo por pobreza: La insatisfacción de requerimientos universales cuya medida es la integridad física y psicológica de las personas (…) como el bienestar no está determinado únicamente por el consumo e incluye también elementos no materiales, la pobreza es más amplia que la mera falta de ingresos. De esta constatación deriva la necesidad de enfocar el fenómeno más allá de su dimensión económica y de reconocer su carácter multidimensional, donde se incorporan aspectos atinentes 14 División Sexual del Trabajo 35 a la participación social y realización de derechos, incluyendo las nociones de seguridad, justicia y ciudadanía (Valenzuela 2003). Desde esta perspectiva para la cual lapobreza no sólo es económica sino social, se puede ver claramente que el avance en cuanto a la participación de las mujeres es insuficiente, lo cual se ejemplifica en el número de mujeres que representa la toma de decisiones en los puestos más importantes empresariales y políticos que está lejos de ser equitativo con respecto a los hombres. La división del trabajo por sexos está en la base de la pobreza de las mujeres, debido a las menores oportunidades que tienen éstas para acceder a los recursos materiales y sociales, así como a la toma de las decisiones en materias que afectan su vida y el funcionamiento de la sociedad. Es así que podemos identificar dos tipos de determinantes de género en la pobreza de las mujeres: estructurales e intermedios (Bravo, 1998). En cuanto a las determinantes estructurales se hace referencia a aquellos por los que se responsabiliza a las mujeres de la mayor parte del trabajo doméstico y del cuidado de la familia, pues participan en mayor proporción en casi todas las actividades domésticas, con excepción de reparación de bienes y/o construcción de sus viviendas. Del total de mujeres de 12 años y más, un gran porcentaje hace la limpieza de la vivienda (92%), la limpieza y el cuidado de ropa y calzado (89%), y cocina y prepara los alimentos (77%) (Inmujeres s.f.) Es decir, todo aquello que la confina únicamente al ámbito privado y que por ende le genera una dependencia económica respecto a los hombres, por lo menos en los casos anteriores. Como ejemplo tenemos las largas jornadas dedicadas a los quehaceres domésticos, trabajo que no es remunerado, así como la formación de los hijos y el cuidado de la salud de los enfermos de la familia, entre otros cargos asignados a las mujeres, por el solo hecho de serlo. No así el papel económico de los hombres, que a nivel social tiene un reconocimiento importante pues es gratificado: 36 La división sexual del trabajo, que asigna a las mujeres el espacio reproductivo (privado) y a los hombres el espacio productivo (público), es considerada determinante estructural de la situación de pobreza de las mujeres en relación a los hombres (Bravo, 1996). Mientras que los determinantes intermedios se expresan a través de la desigualdad de oportunidades de las mujeres en el acceso a los recursos económicos, culturales, sociales y políticos. Manifestados por ejemplo, en el limitado acceso de las mujeres a la propiedad de las tierras, las desigualdades y restricciones en el sistema educativo (pues si bien es cierto que hoy en día más mujeres se adhieren a los diferentes niveles escolares, en particular a la formación profesional, también es cierto que si lo hacen en carreras pensadas para el género masculino son discriminadas por desobedecer el supuesto orden social) y la disminución en las oportunidades para acceder al mercado laboral. En contraposición a la respuesta esperada de la mujer, ha podido observarse que en los últimos tiempos éstas han contribuido a la superación de la pobreza, pues cada vez más mujeres se incorporan al mercado de trabajo remunerado (mejor dicho mal remunerado) y contribuyen al bienestar de sus hogares, aunque éste sigue sin ser reconocido pese a lo sobresalientes que se están volviendo en distintos ámbitos, pues se empieza a observar que obtienen los mejores promedios escolares, y que tienen un mejor desempeño laboral, además de contribuir como jefas de familia, llevando a cabo más de una jornada de trabajo. La importancia de recalcar la incorporación de las mujeres en el ámbito laboral responde a lo que Simone de Beauvoir mencionó a lo largo de su obra, en cuanto a que la independencia económica posibilita la independencia y autonomía de las mujeres, además de que con la entrada al trabajo remunerado las mujeres pueden romper con la DST y con su rol asignado (Montesinos, 2007:27). 37 Es importante detener la atención en la feminización de la pobreza porque uno de los resultados de este estudio, como se vera con posterioridad, es que muchas de las mujeres que otorgan el perdón lo hacen –según lo referido por las abogadas de Inmujeres y los y las MP y OS- porque no tienen acceso al mercado de trabajo y por tanto perder la estabilidad económica es lo que hace que se retracten de proceder contra sus agresores. Por otro lado, pudo observarse de qué manera se comportan las mujeres en un espacio laboral como la procuración de justicia, donde la mayoría de sus colegas son hombres. Muchas de ella identifican prácticas que les desagradan de sus compañeros y muestran que para poder mantenerse en ese medio, han adoptado un comportamiento un poco más agresivo de lo común. Lo anterior se observa en el uso de palabras altisonantes utilizado mientras fueron entrevistadas o cuando describen ejemplos de cómo se defienden de las agresiones verbales de sus compañeros, así como en el trato poco cálido que se les observó mientras atendían a diferentes usuarias. Una de Oficial Secretaria comentó lo que no le gusta de trabajar en esa institución: No me gusta que mis compañeros meten muchas bebidas embriagantes y toman mucho (Olga, OS). Cita uno de los ejemplos de cómo se defiende de sus compañeros: Cuando se llevan pesado conmigo les digo: “a que bueno que ya nos llevamos a mentadas de madre para mandarte bien, bien a chingar a la tuya” (Olga, OS). 38 También comentó más adelante: Ellos [sus compañeros] son muy llevados y yo soy muy grosera, aquí nada mas póngase minifalda y aunque tenga todas sus patas chuecas se le van encima, así son. Un compañero me quiso manosear pero yo no soy de las que se dejan (Olga, OS) En este sentido también se observa cómo se exacerba el poder sobre prácticas masculinas de las cuales incluso pueden ser objetos las mujeres. Además de que esta forma de violencia se invisibiliza. 3.4.2 Relación entre género y procuración de justicia “Por más que la igualdad entre hombres y mujeres esté consagrada en el artículo 4º de nuestra Constitución, es necesario reconocer que una sociedad desigual tiende a repetir la desigualdad en todas sus instituciones. El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por sí solo igualdad.” (Lamas, 1996) ¿Las consecuencias de dichas diferencias biológicas que se convierten en sociales obstaculizan la impartición de justicia equitativa, objetiva y ética? La acepción del género está vinculada con el ámbito de la justicia, (…) es la cualidad por la cual ninguna de las partes es favorecida de manera injusta en perjuicio de cualquier otra. El género se ha constituido en la explicación, sobre las desigualdades de los sexos e implica de un rasgo conceptual, reconocer que los comportamientos masculinos y femeninos no dependen de manera esencial de los sexos biológicos, sino que tiene mucho de construcción social. Todas las sociedades clasifican qué es lo propio de las mujeres y lo propio de los hombres y 39 desde esas ideas establecen obligaciones sociales para cada sexo, acompañadas de una serie de prohibiciones simbólicas (Lamas, 2007). Como explica Cabral (1997) el hecho biológico de las diferencias sexuales en cuerpos sexuados: macho y hembra, se convierte en la mayor excusa bio-histórica de virilización de la cultura para dividir a los seres humanos en dos clases sexuales bien diferenciadas: varón y mujer; escindidos en dos géneros socialmente construidos: masculino - femenino; lo que establece en coherencia con el orden del discurso social dominante, profundas desigualdades e injusticias sociales entre los hombres y las mujeres, cuyo devenir sociocultural delata una historia de relaciones de dominación a la que subyace el poder. Para citar un ejemplo relacionado con esta investigación, puede retomarse el tema de la denuncia en donde puede observarsecomo, en ese proceso: La mujer siempre va sola, o con su mamá, hermana o amiga, gente que carece de conocimientos básicos de leyes y aunque conozcan un poquito no se les da el uso de la palabra y si él (agresor) va acompañado igualmente de su abogado, él si puede hacer uso de la palabra (Gloria, Inmujeres). Se subestiman las capacidades de las mujeres e incluso puede existir hasta cierta molestia contra ella por quejarse o exagerar sobre su relación de pareja, esto propicia que muchas veces: [Las mujeres] hacen su denuncia pero el día de la audiencia con el generador de violencia los MP le dan a él la razón cuando oyen su versión y justifican sus actos (Gloria, Inmujeres). 40 Lo cual termina confirmando para las mujeres, el hecho de que no son escuchadas ni tomadas en cuenta y por tanto puede llegarse a explicar porque muchas de ellas consideran que no vale la pena pedir ayuda a las autoridades legales, fomentando a su vez la desesperanza aprendida. Valdría la pena estudiar de qué manera los ejecutores de las normas perciben su construcción de género y qué piensan al respecto, sin embargo este no era el objetivo de esta investigación pero podría ser que en una investigación más amplia sobre el tema se vea la posible relación entre el género de los funcionarios públicos y la manera en que imparten justicia. 41 Capítulo 4. Violencia “[L]a violencia es un acto generalizado que lleva a la subordinación de los cuerpos y a la imposición de cosmovisiones del mundo y formas hegemónicas d e ver y concebir la realidad. Dondequiera se rechaza, pero se enseña en todas partes. Deja ejemplos, marcas, historias, plasma recuerdos, y construye una pedagogía que garantiza su reproducción y sus esquemas de sobrevivencia” (Garda, 2007) El problema de la violencia hacia las mujeres, particularmente la familiar, ha tomado niveles alarmantes, a tal grado que empieza a hablarse de que es un problema de salud pública, multifactorial y complejo. En una sociedad donde hablar de violencia en el hogar implica una cuestión de vergüenza pública (por parte de las afectadas) y de normalización para aquellos que la observan desde fuera, no es fácil vislumbrar las causas y consecuencias de este fenómeno. Lo es mucho menos intentar acceder a un aparato de justicia que escuche a las sobrevivientes y dé respuesta a las demandas de las mujeres que han decidido frenar la violencia, en la mayoría de las ocasiones generada por su pareja o ex pareja. Se considera importante tomar en cuenta que la violencia también ocurre por parte de las ex parejas, pues como comentó una de las abogadas: La violencia sigue aún después de la separación, persiguen, hostigan, violan y les dicen “te doy la pensión a cambio de tu cuerpo (Nancy, Inmujeres) Esta misma abogada comenta que lo que los MP argumentan para no levantar la denuncia a estas mujeres que han dejado de compartir un espacio físico con su generador de violencia es: 42 Ay, ya no vive con usted ya no se puede hacer absolutamente nada (Nancy, Inmujeres). Lo cual deja en estado vulnerable a dichas mujeres, que además se van pensando que en efecto no hay nada que puedan hacer para frenar los maltratos recibidos. Para efectos de esta investigación se utilizarán indiferenciadamente los términos violencia de género, violencia hacia las mujeres, violencia intrafamiliar, violencia doméstica y violencia familiar, por considerarse que todos hacen alusión a mujeres que viven en situación de violencia por parte de sus parejas o ex parejas, independientemente del ámbito donde se genere dicha violencia, desde el nivel macro hasta el micro: La palabra “violencia” indica una manera de proceder que ofende y perjudica a alguien mediante el uso exclusivo o excesivo de la fuerza. Deriva de vis, fuerza (…) “Violentar” significa ejercer violencia sobre alguien para vencer su resistencia; forzarlo de cualquier manera a hacer lo que no quiere (Velásquez 2003: 27). Esta definición hace referencia al significado etimológico de la palabra referida a aquella violencia ejercida físicamente, lo cual deja de lado otras formas de violencia aún más perjudiciales como lo es la psicoemocional. Por ello es importante integrar otras definiciones que complementen y permitan entender todo lo que abarca este concepto para tener un panorama más amplio de lo que implica vivir en situación de violencia. La mayoría de las definiciones de violencia dirigida hacía las mujeres cuentan con puntos en común lo que permite hacer un listado que posibilite visualizar sus características con facilidad: 43 A lo largo del tiempo y gracias a que el tema de la violencia ha tomado un auge importante en ámbitos que van desde el académico hasta el institucional y que surgen a partir de la década de los 70’ con los trabajos de los movimientos de mujeres y feministas que buscan que esta problemática deje de ser invisible, empiezan a crearse La violencia se produce como resultado de un desequilibrio en las relaciones de poder Corsi, 1995 citado por Burin, 2004: 215; Heise, 1994; Corsi, 1994 citados por Sucedo, 2005:69; CEAMEG, 2007; Torres, 2005a:111-112; Velásquez, 2003:120; Martínez & Valdez, 2007:5 Incluye actos de discriminación, subordinación, omisión, coacción, amenazas, privación de la libertad etc. Velásquez, 2003:29; Montalbán, 2007 Tiene como consecuencia muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, económico o psicológico, por lo que es un factor de deterioro y amenaza para la salud. Montalbán, 2007; CEAMEG, 2007; Belem do Pará, 1994; ONU, 2006; OMS, 2002:9 No importa si se manifiesta en el ámbito público o privado, es decir, dentro o fuera del domicilio. Rubio, 2007 Es un fenómeno universal, que se caracteriza por ser intencional, transgredir un derecho, ocasionar un daño y buscar el sometimiento y el control. Torres, 2005b:46 Involucra ataques materiales o simbólicos que afectan la libertad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física. Velásquez, 2003:30) Tiene impacto a corto, mediano y largo plazo en las personas, las familias, las comunidades y los países Eternod, 2005:25 Es el producto de identificaciones con un modelo familiar y social que las acepta como procedimientos viables para resolver conflictos Corsi, 1995 citado por Burin, Ibíd. Los umbrales de aceptación de la violencia están dados por el tipo de intensidad, de justificación y frecuencia del maltrato Agoff, et. al., 2006:309 44 acciones colectivas y organizadas para tratar de erradicar éste problema. Además de que es aquí donde comienzan a surgir las distintas denominaciones y categorías de la violencia (Nogueiras, 2005:39). Es así como, desde la academia, organizaciones internaciones de salud e incluso las instituciones legales adecuan sus conceptos, tal es el caso a últimas fechas de la definición sobre violencia familiar incluida en la reciente Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia15, que la conceptualiza en su artículo 7 como: El acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho (p.13). Dicho concepto se ve aun más completo con la definición que el propio Jorge Corsi16 realizó y que permitirá a lo largo de la investigación remitirnos a ambos cuando se refiera a violencia familiar y que dice que: El término violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de una familia.
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