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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
La percepción de la notificación de muerte y el desarrollo de 
sintomatología depresiva y ansiosa en el cuidador de urgencias médicas 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A 
Alejandra Hernández Mejía 
 
DIRECTOR: Dr. Edgar Landa Ramírez 
REVISOR: Dr. Juan José Sánchez Sosa 
Sínodo: Dra. Aime Edith Martínez Basurto 
 Mtro. Jorge Alvarez Martínez 
 Dra. Mariana Gutiérrez Lara 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO 2019 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
1 
 
INDICE 
RESUMEN ............................................................................................................................. 2 
ABSRACT .............................................................................................................................. 3 
CAPITULO 1: PSICOLOGÍA DE LA SALUD..................................................................... 4 
CAPITULO 2: NOTIFICACIÓN DE MUERTE, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN ................ 14 
METODO ............................................................................................................................. 26 
Participantes...................................................................................................................... 26 
Diseño ............................................................................................................................... 26 
Medición ........................................................................................................................... 27 
Procedimiento ................................................................................................................... 37 
Análisis de datos ............................................................................................................... 41 
RESULTADOS .................................................................................................................... 42 
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES...................................................................................... 51 
R E F E R E N C I A S ......................................................................................................... 59 
A N E X O S ......................................................................................................................... 69 
 
 
2 
 
RESUMEN 
El objetivo de esta investigación fue describir a las personas que recibieron una notificación 
de muerte en el servicio de urgencias médicas del H. G. Manuel Gea González y evaluar la 
percepción que tuvieron de la notificación de muerte, así como la presencia o ausencia de 
sintomatología depresiva y ansiosa. El diseño fue exploratorio, no experimental y 
transversal, en donde participaron ocho cuidadores primarios informales (CPI). Se utilizó 
una batería creada para esta entrevista y obtener los datos sociodemográficos de los CPI 
mediante un cuestionario específicamente para esta evaluación; la sintomatología depresiva 
y ansiosa mediante la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS); y la 
percepción que tuvieron los CPI de la notificación de muerte mediante una adaptación del 
Instrumento de Competencias GRIEV_ING. Los resultados mostraron que son los 
cónyuges quienes principalmente reciben una notificación de muerte, con una edad 
promedio de 47.3 años (DE=9.38). Cinco de los CPI puntuaron para sintomatología 
ansiosa, y cuatro para depresiva. Los CPI observaron un promedio de 57.6% de conductas 
realizadas del protocolo GRIEV_ING, y calificaron con un promedio de 6.1 la satisfacción 
con el servicio. Estos resultados parecen sugerir que la forma en que los CPI reciben una 
mala noticia podría estar relacionada con la satisfacción con el servicio y con el estado 
emocional que desarrollan. Sin embargo, se sugiere continuar desarrollando evidencia para 
resultados más contundentes, así como herramientas para evaluar la experiencia de los CPI 
al momento de recibir una notificación, además de seguimientos al medio año del 
fallecimiento de un ser querido con la finalidad de tener datos más oportunos del estado 
emocional del CPI. 
Palabras clave: Cuidador Primario Informal, notificación de muerte, GRIEV_ING, ansiedad, 
depresión. 
3 
 
 ABSRACT 
 
The aim of this study was to describe the people received a death notification in 
emergency medical area of H.G Manuel Gea Gonzalez, the perception they had of that bad 
news, such as depression and anxiety symptomatology. It was used an exploratory, no 
experimental and transversal design, where eight informal primary caregivers (IPC) 
assessed. The results showed the spouses are who received a death notification (mean 
age=47.3 years old, SD=9.38). Five IPC score to anxiety symptomatology, and four IPC 
score to depressive symptomatology. The IPC observed 57.6% behaviours to the 
GRIEV_ING Death Notification Protocol, and they assess 6.1 service satisfaction. The 
results suggest the death notification is associate with service satisfaction and mental 
health. It was suggested to continue developing evidence to conclusive results, such as 
evaluation instruments to assessment when ICP receiving a death notification, also the 
tracing at six months after the death of a loved one to evaluate emotional state of the ICP. 
Keywords: Informal Primary Caregivers, death notification, GRIEV_ING, anxiety, 
depression. 
4 
 
CAPITULO 1: PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define en su acta constitutiva el concepto 
de salud como un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Sin embargo, fue 
hasta el año de 1978 mediante la declaración del Alma Ata que se ratificó esta definición, 
dejando de lado la concepción de salud como ausencia de afecciones o enfermedades. 
(Organización Mundial de la Salud, 1978). 
La definición de salud se ha ido modificando respecto a la evolución de las 
enfermedades a lo largo de la historia. Omran (1971), mediante su teoría de la transición 
epidemiológica, explica a través de cinco postulados cómo es que se han dado estos 
cambios en los patrones de salud y enfermedad de acuerdo con las características 
demográficas, económicas y sociológicas de los grupos poblacionales, así como las 
consecuencias de estas interacciones: 
1. La mortalidad es un factor fundamental en la dinámica de la población, es decir, 
en las sociedades premodernas, los patrones de mortalidad estaban marcados por 
la presencia de epidemias, desnutrición crónica, enfermedades endémicas, y nulo 
control de la fertilidad, provocando una esperanza de vida corta. Hasta antes de 
1650 la esperanza de vida era de entre 17 y 34 años, por lo que las poblaciones 
eran típicamente jóvenes, provocando que la tasa de crecimiento poblacional 
fuera lenta. A partir del siglo XVIII, la tasa de mortalidad comenzó a bajar, y ya 
en el siglo XX, los patrones de mortalidad fueron más estables y predecibles 
provocando un aumento en la esperanza de vida y un crecimiento persistente en 
la población mundial. 
5 
 
2. Durante la transición epidemiológica, se produce un cambio gradual a largo 
plazo
en los patrones de mortalidad y el tipo de enfermedades, distinguiéndose 
en tres principales etapas sucesivas de transición (Omran, 1971): 
• Edad de la pestilencia y hambruna: la mortalidad era alta y fluctuante 
debido a la presencia de enfermedades infecciosas y a la carencia de 
alimentos, con una esperanza de vida de entre 20 y 40 años, dificultando 
así el crecimiento de la población. 
• Era de las pandemias en retroceso: gracias a que las epidemias se 
presentaron en menor frecuencia e incluso llegaron a desaparecer, la tasa 
de mortalidad disminuyó progresivamente y la esperanza de vida 
aumentó de entre 30 a 50 años. 
• Era de las enfermedades degenerativas y provocadas por el hombre: la 
mortalidad continúa disminuyendo y se estabiliza en niveles bajos, 
aumentando la expectativa de vida a más de 50 años. La fertilidad es un 
factor importante para que el crecimiento de la población. 
Además, Omran menciona que existen tres factores que influyen en la 
transición de enfermedades infeccionas a enfermedades degenerativas: 
• Factor ecobiológico: indican el equilibro entre los agentes de la 
enfermedad, la hostilidad del ambiente y el nivel de resistencia del 
huésped. 
• Factor socioeconómico y cultural: incluyen los estilos de vida, hábitos 
de salud, higiene y nutrición. 
6 
 
• Factor médico y de salud pública: son las medidas preventivas y 
curativas para combatir las enfermedades, como el desarrollo de terapias 
o tratamientos curativos y la mejora de la salud pública. 
3. Los cambios más profundos en los patrones de salud y enfermedad se dan en los 
niños y las mujeres, es decir, gracias al decremento de las pandemias, a las 
medidas de saneamiento temprano y a los avances en la nutrición, se 
beneficiaron principalmente niños y mujeres en edad reproductiva, pues estos 
grupos son más susceptibles a las enfermedades contagiosas y problemas de 
nutrición (Omran, 1971). 
4. Los cambios en los patrones de salud y enfermedad están relacionados con las 
transiciones demográficas y socioeconómicas que constituyen la modernización. 
La disminución de la tasa de mortalidad se reflejó en el aumento de la esperanza 
de vida, y gracias a esto, aumentó la fertilidad durante las primeras etapas de la 
transición epidemiológica. Sin embargo, en etapas posteriores, la mejora de la 
supervivencia infantil tiende a reducir las tasas de fertilidad y natalidad en por 
tres factores (Omran, 1971): 
• Biofisiológicos: la alta probabilidad de que un niño sobreviva deriva en 
una lactancia prolongada lo que alarga el periodo posparto de la madre. 
• Socioecómicos: debido a una mejora en las condiciones socioeconómicas, 
de nutrición y de salud, se reduce el riesgo de muerte para un niño y con 
ello la conveniencia de tener muchos hijos, pues implica una 
responsabilidad económica para los padres. 
7 
 
• Psicológicos: el aumento de la supervivencia infantil tiende a debilitar el 
complejo social, económico y social, pues cuando los padres se dan 
cuenta de la alta posibilidad de que un hijo sobreviva, y de los recursos 
que tienen que invertir en su cuidado y educación, aumenta la 
probabilidad de una práctica de limitación familiar. 
5. De acuerdo con las variaciones de los patrones, el ritmo, los determinantes y 
consecuencias del cambio demográfico, se diferencian tres modelos básicos de la 
transición epidemiológica (Omran, 1971): 
• Modelo clásico u occidental: describe la transición gradual y progresiva 
de una alta mortalidad y alta fertilidad a una baja mortalidad y baja 
fertilidad en las sociedades de Europa occidental. Esta transición estuvo 
acompañada por un proceso de modernización marcado por mejoras 
socioeconómicas principalmente, lo que redujo la mortalidad. 
• Modelo acelerado: estuvo determinado inicialmente por los procesos del 
modelo clásico, pero se vio beneficiado por los avances médicos y las 
mejoras sanitarias, por lo que el proceso fue más rápido. Este modelo es 
característico de Japón en donde se disminuyó la mortalidad en un tiempo 
muy corto 
• Modelo contemporáneo o tardío: describe la transición completa en 
países en vías de desarrollo en donde se muestra una disminución en la 
mortalidad, pero la tasa de fecundidad sigue siendo elevada, aumentando 
8 
 
así el tamaño de la población y la aparición de enfermedades 
degenerativas. 
En síntesis, la teoría de la transición epidemiológica que Omran describe, está 
relacionada a diversos fenómenos sociales que ha favorecido el cambio en los patrones de 
mortalidad y una evolución en la salud y la enfermedad. De acuerdo a esto, Armelagos, 
Brown, & Turner (2005) proponen que la especie humana ha padecido de tres transiciones 
epidemiológicas que han marcado los patrones de la salud y enfermedad. La primera de 
ellas estuvo marcada por la presencia de enfermedades infectocontagiosas endémicas, 
siendo un patrón que continúa hasta el presente. Durante la segunda transición, se 
disminuyeron las enfermedades infecciosas gracias al desarrollo medidas de salud pública y 
de nutrición, sin embargo, fue en esta etapa donde aparecieron las enfermedades crónicas y 
degenerativas. Armelagos et al. (2005) mencionan que la humanidad está pasando por una 
tercera transición epidemiológica, en donde se yuxtaponen las enfermedades infecciosas y 
las crónico degenerativas, es decir, están resurgiendo las enfermedades infectocontagiosas 
que se creían controladas, esto por la resistencia a los antibióticos, así como por la 
desigualdad social, ya que, en poblaciones con extrema pobreza, prevalecen enfermedades 
infecciosas innecesarias dada la poca higiene y la escasa prevención, mientras que en las 
clases más altas prevalecen las enfermedades crónicas y las degenerativas. 
Gracias a estas descripciones sobre las diversas transiciones epidemiológicas que ha 
atravesado la humanidad, podemos entender como ha sido la evolución del proceso salud - 
enfermedad, pasando de la predominancia de las enfermedades infectocontagiosas a las 
enfermedades crónico-degenerativas. 
9 
 
Y es justo dentro del proceso infectocontagioso que surge el modelo biomédico. De 
acuerdo con Engel (1977), este modelo se basa en el pensamiento racionalista cartesiano 
que divide al ser humano en dos entidades: cuerpo y mente y en un pensamiento 
reduccionista físico, es decir, supone que el lenguaje de la química y la física bastará en 
última instancia para explicar los fenómenos biológicos. 
En este sentido, el modelo se adapta para la atención de las enfermedades 
infectocontagiosas descritas por Armelagos et al. (2005) en la segunda transición 
epidemiológica, y se vuelve reduccionista al tratar de explicar todos fenómenos en 
procesos físicos y químico, y exclusionista ya que aquello que no puede ser explicado por 
la medicina a partir de las alteraciones biológicas, no se puede considerar como una 
enfermedad. Así, el modelo biomédico define a la salud como la ausencia de una 
enfermedad entendida como la alteración de los procesos bioquímicos asociados a un 
deterioro en la persona, dejando de lado las dimensiones sociales, psicológicas y 
conductuales de un padecimiento (Engel, 1977). 
Si bien el modelo biomédico se adapta para la atención de las enfermedades 
infectocontagiosas, pues se enfoca en la búsqueda de tratamientos que redujeran la 
mortalidad de la población, al no tomar en cuenta los factores sociales, culturales y 
psicológicos de la enfermedad queda limitado para atender enfermedades que no se pueden 
curar como las enfermedades crónicas y las degenerativas convirtiendo la práctica médica 
en un modelo dogmático, en donde todo aquello que no se defina en parámetros somáticos, 
queda excluida de la atención a la enfermedad. Tomando en cuenta lo anterior, Engel 
(1977) propone el modelo biopsicosocial que se enfoca en cómo los factores sociales, 
10 
 
culturales y psicológicos deben ser tomados en cuenta por el personal
de salud para el 
tratamiento de una enfermedad y que refuerza la definición de salud de la OMS. 
Bajo este contexto, se sientan las bases para la creación de nuevas disciplinas o 
especialidades enfocadas en cubrir las necesidades sociales y psicológicas. No es 
casualidad que en la década de 1970, surjan nuevas disciplinas para la atención de estas 
demandas, como la medicina conductual, que es una interdisciplina que integra los 
conocimientos biomédicos y sociales para el diseño e implementación de procedimientos 
para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes (Schwartz & Weiss, 
1978). Otra de las disciplinas que tuvo un auge importante fue la Psicología de la Salud, 
que tomó fuerza con la creación de la División 38 en la Asociación Americana de 
Psicología (APA por sus siglas en inglés) y que es definida como la suma de las 
contribuciones educativas, científicas y profesionales de la psicología para la promoción de 
la salud, la prevención primaria, el tratamiento de las enfermedades identificando sus 
causas, la disfuncionalidad y la relación con la salud, y ayudando hasta el bien morir para la 
mejora de los sistemas de salud (Matarazzo, 1980; Sanchez-Sosa, 2016; Stone, 1988; 
Wallston, 1996). 
Fue así como la psicología comenzó a tener una importante participación dentro de los 
sistemas de salud en los tres niveles de atención: en el nivel primario para la promoción de 
la salud y a la prevención de las enfermedades; en el nivel secundario para la evaluación, 
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de necesidades psicológicas; y en el tercer nivel, 
dentro de un trabajo interdisciplinario para el tratamiento de diferentes enfermedades como 
la diabetes y su control (Bădescu et al., 2016; Narayan, Kanaya, & Gregg, 2003; Plack, 
Herpertz, & Petrak, 2010), tratamiento conductual del dolor crónico (Block, 1982; Fordyce, 
11 
 
1984; Fordyce, Roberts, & Sternbach, 1985; Jensen & Turk, 2014; Patterson, 2005), abuso 
de sustancias (Bowen et al., 2014; Bradbury-Golas, 2013; Klimas et al., 2014; Witkiewitz 
& Bowen, 2010), obesidad (Gibson et al., 2012; Hartmann-Boyce, Johns, Jebb, Aveyard, & 
Behavioural Weight Management Review Group, 2014; Waters et al., 2011), cancer 
(Burish, 2000; Moorey et al., 2009; Zhang et al., 2015), entre muchas otras (Matarazzo, 
1980; Wahass, 2005). 
Es así, que la psicología comenzó a tener presencia en los diferentes servicios médicos 
como pediatría, cirugía, transplantología, nutrición, medicina interna, oncología, entre otras 
(Grau & Hernández, 2005), y se formaron Sociedades Científicas como las de 
Psicooncología (Greer, 1994; Holland, 2002), Medicina Psicosomática (Lipowski, 1986), o 
se apoyó en el trabajo interdisciplinario en áreas como los Cuidados Paliativos (Case, 
Orrange, & Weissman, 2013). Sin embargo, una de las áreas en donde la psicología ha 
tenido una presencia limitada, es urgencias médicas. Esta especialidad se dedica a la 
evaluación inicial, diagnóstico y tratamiento de enfermedades o lesiones imprevistas, 
además, incluye la coordinación de la atención entre múltiples proveedores y la disposición 
de cualquier paciente que requiera de atención médica, quirúrgica o psiquiátrica 
(“Definition of Emergency Medicine”, 2016). Adicional, a esto, en México se considera 
una urgencia a "todo problema médico-quirúrgico agudo, que ponga en peligro la vida, un 
órgano o una función y que requiere atención inmediata" (“Diario Oficial de la 
Federación”, 2013). 
Es por la misma naturaleza del servicio de urgencias médicas que la psicología no ha 
logrado una presencia importante, pues esta atención se apega más a un modelo biomédico 
en donde se da prioridad a salvaguardar la vida y función del paciente. Sin embargo, 
12 
 
cuando un paciente requiere de cuidado críticos, presentan vivencias angustiantes, 
ansiedad, depresión, desestabilización emocional, aislamiento afectivo, abatimiento y 
mecanismos de ajuste como la negación, justificando así la presencia del trabajo 
psicológico (Grau & Hernández, 2005). Adicional a esto, mencionan que no solo el 
paciente requiere de atención psicológica, pues el familiar o cuidador atraviesa también por 
una situación de incertidumbre, provocando angustia y afección emocional (Adelman, 
Tmanova, Delgado, Dion, & Lachs, 2014), sin dejar de lado que en ocasiones es necesario 
el desarrollo de técnicas orientación familiar por los conflictos que desencadena la situación 
que tiene el paciente, o bien, trabajar en la preparación para enfrentamiento la muerte del 
paciente, el duelo, o incluso, en la persuasión a la familia para la donación de órganos 
(Ombres, Montemorano, & Becker, 2017), y que de acuerdo con Grau & Hernández 
(2005), es una tarea que recae en el psicólogo. 
Si bien, la tarea de preparación de los familiares para enfrentar la muerte de un paciente 
es responsabilidad del psicólogo, comunicar la noticia de que el paciente falleció, es tarea 
del médico, quien no siempre cuenta con la preparación necesaria para afrontar esta 
situación (Brown et al., 2009). 
Cuando un familiar recibe una mala noticia, se pueden presentar reacciones 
desfavorables como llanto, negación ira, crisis, entre otras. (Cabodevilla, 2007; 
Shoenberger, Yeghiazarian, Rios, & Henderson, 2013), y que, es seguida por un proceso 
de duelo, sentimientos de negación o culpabilidad e incluso pensamientos suicidas (Naik, 
2013; Shoenberger et al., 2013). Sin embargo, aún no existe suficiente evidencia empírica 
del impacto que puede tener la notificación de muerte de un familiar en la presencia de 
sintomatología ansiosa y depresiva desarrollada posteriormente por los familiares que 
13 
 
recibieron dicha noticia, por lo que se genera una necesidad importante de desarrollar 
trabajos que permitan identificarlos. Por tal motivo, en el siguiente capítulo se abordan 
diferentes aproximaciones sobre el impacto que tiene la comunicación de una mala noticia, 
y específicamente, una notificación de muerte en la salud mental del cuidador en urgencias 
médicas. 
 
14 
 
CAPITULO 2: NOTIFICACIÓN DE MUERTE, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN 
 
 En los servicios hospitalarios y específicamente, dentro del servicio de urgencias 
médicas es frecuente que el personal de salud se vea obligado a comunicar una mala noticia 
a los pacientes o familiares que reciben la atención (Parrish, Holdren, Skiendzielewski, & 
Lumpkin, 1987). Una mala noticia es definida como cualquier información que produce 
una reacción o alteración negativa en una persona sobre sus expectativas del presente o 
futuro, además, da lugar a un déficit cognitivo, conductual o emocional que persiste durante 
algún tiempo después de las noticias son recibidas (Buckman, 1984; Ptacek & Eberhardt, 
1996). 
De acuerdo con Toutin-Dias, Daglius-Dias, & Scalabrini-Neto (2016), las malas noticias 
que se comunican con más frecuencia en el servicio de urgencias son aquellas que informan 
sobre un nuevo diagnóstico, ya sea una enfermedad o condición clínica grave en dónde 
peligra la vida del paciente, o bien, comunicar la muerte de un paciente. 
Se calcula que en el servicio de urgencias, la tasa de mortalidad está entre el 0.1% y 
0.7% (Centers for Disease Control and Prevention, National Center for Health Statistics, & 
Department of Health and Human Services, 2015). De acuerdo con un estudio realizado por 
Rodríguez Maroto et al. (2004), del total de las defunciones que hay en un hospital, el 15% 
se presentan en el servicio de urgencias médicas. En Estados Unidos, durante el 2015 
fallecieron 195,000 personas en urgencias médicas, lo que representa una tasa de 
mortalidad de entre el 0.1% del total de pacientes que visitan el servicio (Centers for 
Disease Control and Prevention et al., 2015). 
15 
 
Durante el 2017, se recibieron en los servicios de urgencias de los hospitales 
pertenecientes a la Secretaría de Salud de la Ciudad de México
a 657,127 pacientes, de los 
cuales fallecieron 2,113, que representa una tasa de mortalidad del 0.3% (Secretaría de 
Salud de la Ciudad de México, 2018). 
 Brown et al. (2009) reportaron que dar una mala noticia es una experiencia 
fisiológicamente y psicológicamente estresante para los médicos, sobre todo en médicos 
que carecen de experiencia para llevar a cabo esta tarea, lo que desencadena una serie de 
síntomas como alteración en la frecuencia cardiaca, agotamiento y fatiga. Existen diversos 
factores que hacen difícil la tarea de comunicar una mala noticia como el miedo de causar 
dolor al paciente que recibe la información, sentirse incómodo ante el estrés generado en el 
paciente por la mala noticia, miedo de ser culpado, miedo a la falla terapéutica, miedo a ser 
demandado y enfrentar un problema legal, miedo a decir "no sé", o bien, miedo a expresar 
emociones y sentimientos (Alves de Lima, 2003). 
Fallowfield & Jenkins (2004) reportan que una mala comunicación entre médicos y 
familiares impacta de forma negativa al hospital ya que se disminuye la percepción de la 
calidad, causando insatisfacción con el servicio médico y un aumento de quejas hacia la 
institución de salud. Por ejemplo, en México, de acuerdo con la Comisión Nacional de 
Arbitraje Médico (CONAMED, 2018), del total de quejas presentadas durante el 2017, el 
16% se deben a problemas presentados en la relación médico-paciente. 
Si bien, para los médicos dar una mala noticia es una tarea difícil, para los familiares, 
recibir la noticia de que su paciente ha fallecido, puede generar diversas reacciones 
desfavorables psicológicas, físicas y sociales (Cabodevilla, 2007). Las reacciones físicas 
que presentan los familiares ante la muerte de un ser querido son, llanto, crisis, resequedad 
16 
 
de la boca, sensación de vacío en el estómago, sensación de presión en el pecho o en la 
garganta, hipersensibilidad a los ruidos, disnea, palpitaciones, falta de energía, tensión 
muscular, alteraciones del sueño, pérdida del apetito, pérdida de peso, mareos, 
(Cabodevilla, 2007), así como, un aumento en la presión arterial, además se incrementa el 
riesgo de un abuso de sustancias y el desarrollo una enfermedad cardíaca y cáncer 
(Shoenberger et al., 2013). 
La muerte de un ser querido generalmente es seguida por un proceso de duelo, pero 
también se presentan pensamientos o conductas suicidas, sentimientos de negación, ira o 
una sensación de culpabilidad, estrés postraumático, así como dificultades para 
concentrarse y alteraciones en la memoria (Naik, 2013; Parkes, 1998; Shoenberger et al., 
2013). Cuando la muerte es repentina y violenta, como un suicidio, homicidio, o por un 
accidente o desastre natural, los familiares perciben el fallecimiento de su familiar como 
injusto, intensificado por sentimientos de incredulidad e ira, y son más propensos a 
desarrollar un duelo patológico o prolongado, así como estrés postraumático (Clements, 
DeRanieri, Vigil, & Benasutti, 2004). 
La muerte de un ser querido altera también las relaciones sociales e interpersonales, es 
decir, se afecta la forma en la que el deudo es percibido por los demás y se generan nuevos 
estereotipos para él, además de sensaciones de soledad y aislamiento de su círculo social 
(Osterweis, Solomon, & Green, 1984). 
Reed et al. (2015) mencionan que las reacciones de los familiares ante la muerte de un 
ser querido van a depender de una serie de factores personales como la edad, la relación o 
cercanía con el paciente fallecido, empero, suponen que comunicar una mala noticia de 
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manera inadecuada, podría afectar negativamente al estado emocional de una persona, 
además, podría provocar un impacto a largo plazo en pacientes y familiares que 
difícilmente va a ser reversible (Munoz Sastre, Sorum, & Mullet, 2011; Ptacek & 
Eberhardt, 1996; Ptacek, Fries, Eberhardt, & Ptacek, 1999; Reed et al., 2015). 
Generalmente, la pérdida de un familiar conlleva un periodo de duelo que puede ser 
acompañado y complicado por la presencia de depresión, ansiedad e incluso, ideación 
suicida (Shoenberger et al., 2013). Con base en lo anterior, se podría suponer que la forma 
en la cual el personal de salud da una mala noticia y específicamente, comunica una 
notificación de muerte, puede repercutir en el desarrollo de problemas emocionales a largo 
plazo. 
Con la finalidad de identificar los estudios respecto a la problemática anterior, se realizó 
una revisión a la literatura enfocada en la relación entre la notificación de muerte de un 
paciente y el impacto que tiene en el desarrollo de sintomatología depresiva y ansiosa en 
los cuidadores primarios informales en el área de urgencias médicas. Esta revisión se hizo 
entre abril y octubre del 2018 en bases de datos como: Cochrane, PubMed, PsycInfo, 
CINAHL Science, Scielo y Redalyc con los términos MeSH y "text word”: Truth 
disclosure, breaking bad news, bad news, bad news communication, death notification, 
depression, depressive symptoms, anhedonia, hopeless, mood disorder, sadness, anxiety, 
grief, emergency hospital service, emergency unit, emergency room, emergency 
department, critical care, intensive care. A continuación, se realizará una descripción de los 
estudios que han abordado el tema: 
 
18 
 
En un estudio realizado por Munoz Sastre et al. (2011), cuyo objetivo fue determinar 
cómo los pacientes juzgaban la aceptabilidad de los médicos en la comunicación de malas 
noticias, participaron 245 adultos que habían recibido alguna mala noticia en el pasado y 
nueve médicos. Mediante un diseño de combinaciones de cinco factores (nivel de malas 
noticias, solicitar o no al paciente venir con el cónyuge o pareja; intento o no del médico 
por averiguar las expectativas del paciente sobre los resultados de la prueba; presencia o 
ausencia de apoyo emocional; y provisión o no de información completa y comprensible), 
tanto médicos como pacientes, indicaron la aceptabilidad de la conducta de los médicos al 
dar malas noticias a los pacientes. Se encontró que más del 95% de la varianza en los 
juicios de aceptabilidad de los pacientes estaba explicado por la calidad de la información 
brindada y el apoyo emocional por parte de los médicos. Sin embargo, los pacientes 
reportaron que aunque los médicos presenten una buena calidad en la información dada, 
ésta no compensaba la falta de apoyo emocional por parte de los médicos; mientras que los 
médicos reportaban que sí era posible compensar la falta de apoyo emocional con 
información de buena calidad, es decir, los médicos deberían tomar en cuenta que los 
pacientes esperan altos niveles de la empatía y la calidad de la información, sin importar 
que tan malas sean las noticias (ver Tabla 1). 
Toutin-Dias et al. (2016) realizaron un estudio en donde el objetivo principal era medir 
las percepciones entre el médico, el paciente y los miembros de la familia sobre el uso del 
protocolo SPIKES para la notificación de malas noticias en el servicio de urgencias 
médicas, en el cual participaron 73 médicos, 69 familiares y 4 pacientes. De los familiares 
que recibieron la mala notica, 51(73.9%) de ellos eran mujeres y 18(26.1%) eran hombres y 
51(73.9%) mujeres, con una media de edad de 42.5 (DE=14.0); 35(50.7%) era hijos, 
19 
 
15(21.7%) eran cónyuges, 8(11.6%) hermanos y 11(16%) tenían otro parentesco. El estudio 
consistió en la aplicación de un cuestionario basado en las seis categorías del protocolo 
SPIKES inmediatamente después de que los médicos residentes daban la notificación de la 
mala noticia, encontraron que hay un nivel bajo de concordancia entre las percepciones de 
los médicos y los receptores de la información. A pesar de que tanto médicos como 
receptores de información, coincidían en que la comunicación de la mala noticia fue clara y 
sin el uso de términos técnicos, hubo una discrepancia en la percepción del manejo de las 
respuestas emocionales,
siendo los receptores de información quienes tenían una mejor 
percepción del manejo de las emociones por parte de los médicos (calificándolos con 3.7, 
DE=0.6 en una escala del 1-4) que los mismos médicos (2.9 DE=0.6; ver Tabla 1). 
En un estudio realizado por Capone (2016), en donde uno de los objetivos era conocer el 
impacto de la eficacia de la comunicación entre médico-paciente y la salud mental, se 
evaluaron a 110 pacientes ambulatorios de un servicio hospitalario al sur de Italia mediante 
una batería de autoinforme que media las creencias de los pacientes sobre su capacidad para 
manejar exitosamente situaciones problemáticas relacionadas con la comunicación con el 
médico, el bienestar emocional, social y psicológico, el estado de salud de las personas en 
general, así como para las enfermedades psiquiátricas no serias, y la frecuencia con que 
presentaban de dolores de cabeza, estómago y espalda. Los resultados de este estudio 
sugieren que los pacientes esperan que los médicos presenten una conducta amigable, de 
respeto, interesados, sin prejuicios y sensibles. Además, sugieren que la autoeficacia de 
comunicación de los pacientes con el médico y la percepción de respeto por parte del 
médico está asociada de manera positiva con la salud mental de los pacientes (ver Tabla 1). 
20 
 
En otro estudio realizado por Gebhardt et al. (2017) a 270 pacientes con cáncer en 
Universitären Cancer Center Hamburg en Alemania cuyo objetivo fue evaluar las 
preferencias de los pacientes para la comunicación de las malas noticias, así como el ajuste 
de los médicos a estas preferencias y cómo el desajuste entre las preferencias de los 
pacientes y la comunicación médica impactan en la angustia psicológica de los pacientes. 
El contenido de las malas noticias era evaluado con una lista de preguntas desarrolladas 
específicamente para este fin; también se utilizó una Escala de Preferencias de los Pacientes 
(MPP) para evaluar las preferencias de los pacientes para la comunicación de malas 
noticias, y se empleó la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS) y la escala 
de desmoralización (DS-Scale) para obtener información sobre angustia. Se encontró que 
cuando los médicos dan una mala noticia sin considerar las preferencias del paciente se 
asocia con el desarrollo de ansiedad (�̅�= 7.36 DE= 4.10) y depresión (�̅�= 6.70 DE= 4.27) en 
pacientes con enfermedades tempranas y avanzadas (ver Tabla 1). 
Fujimori et al. (2014), realizaron un ensayo controlado aleatorizado cuyo objetivo fue 
identificar los efectos de un programa de entrenamiento en habilidades de comunicación 
para oncólogos basado en las preferencias del paciente. Participaron 30 oncólogos y 1181 
pacientes del Hospital del Centro Nacional de Cáncer en Tokio. Para este estudio los 
oncólogos fueron evaluados en una línea base con pacientes y consultas simuladas, y 
asignados aleatoriamente a un grupo control o a un grupo de intervención que recibió un 
taller de habilidades de comunicación. Al terminar el taller del grupo de intervención y dos 
semanas después para el caso del grupo control, los pacientes de los oncólogos 
participantes que acudieron a sus consultas de seguimiento, los evaluaron con una batería 
que medía la satisfacción con la comunicación de su oncólogo, la confianza en el oncólogo, 
21 
 
y niveles de angustia mediante la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS). 
No se encontraron diferencias significativas respecto a la satisfacción con la comunicación 
del oncólogo y la confianza en el oncólogo, sin embargo, se reportó que los niveles de 
angustia psicológica fueron menores en los pacientes de los oncólogos del grupo de 
intervención (ansiedad �̅�= 4.83 DE=3.75; depresión �̅�= 4.59 DE=3.75) en comparación con 
los del grupo control (ansiedad �̅�=5.17 DE=3.42; depresión �̅�= 5.32 DE=4.04) con una 
diferencia significativa para depresión (ver Tabla 1).
22 
 
Tabla 1 Notificación de muerte de pacientes y el desarrollo de sintomatología ansiosa y depresiva en CPI 
Autor Objetivos Diseño Resultados Limitaciones 
Munoz Sastre, 
Sorum, & 
Mullet, (2011) 
Determinar cómo los 
pacientes juzgan la 
aceptabilidad de los 
médicos en la 
comunicación de malas 
noticias. 
245 adultos que habían recibido alguna mala 
noticia en el pasado y nueve médicos. 
Diseño transversal, no experimental. 
Mediante un diseño de combinación de cinco 
factores, médicos y pacientes indicaban la 
aceptabilidad de la conducta de los médicos al 
dar malas noticias a los pacientes. 
 El 95% de la aceptabilidad de los 
pacientes fue explicado por la calidad de 
la información brindada y el apoyo 
emocional por parte de los médicos. 
 Los pacientes reportaron que, aunque los 
médicos presenten una buena calidad en la 
información, no se compensa la falta de 
apoyo emocional de los médicos. 
 Los médicos reportaron que sí era posible 
compensar la falta de apoyo emocional 
con información de buena calidad. 
 
Este estudio se enfoca en cuáles 
son las conductas de los médicos 
esperadas por pacientes que 
reciben una mala noticia, sin 
embargo, no abordan 
específicamente el impacto que 
tiene en la salud mental el que los 
médicos cumplan o no con dichas 
expectativas. 
Toutin-Dias, 
Daglius-Dias, & 
Scalabrini-Neto, 
(2016) 
Comparar las 
percepciones entre el 
médico, el paciente y 
familiares sobre el uso 
del protocolo SPIKES 
para la comunicación de 
malas noticias en el 
servicio de urgencias 
médicas. 
 
 
73 médicos, 69 familiares y cuatro pacientes. 
Diseño transversal, no experimental. 
Se aplicó un cuestionario de seis categorías 
del protocolo SPIKES contestado 
inmediatamente después de que los médicos 
residentes comunicaban una mala noticia. 
 Médicos, pacientes y familiares 
coincidieron en que la comunicación de la 
mala noticia fue clara y sin uso de 
términos técnicos. 
 Bajos niveles de concordancia de la 
percepción del manejo de las respuestas 
emocionales entre médicos y receptores de 
la información. 
Este estudio evalúa las diferencias 
de las percepciones entre 
médicos, personas que reciben 
una mala noticia, sin embargo, 
esta mala noticia no era sobre la 
muerte del paciente atendido en 
urgencias médicas y no aborda el 
impacto que tiene en la salud 
mental. 
Capone, (2016) Conocer el impacto de la 
eficacia de la 
comunicación entre 
médico-paciente en la 
salud mental. 
74 pacientes ambulatorios de una clínica de 
medicina general. 
Diseño transversal, no experimental. 
Se evaluaron las creencias de los pacientes 
sobre su capacidad para manejar exitosamente 
situaciones problemáticas relacionadas con la 
comunicación con el médico; el bienestar 
emocional, social y psicológico; el estado de 
salud de las personas en general; 
enfermedades psiquiátricas no serias; y se 
registraron la frecuencia con que presentaban 
de dolores de cabeza, estómago y espalda. 
 
 Los pacientes esperan que los médicos 
presenten una conducta amigable, de 
respeto, interesados, sin prejuicios y 
sensibles. 
 Los pacientes sugieren que la autoeficacia 
de comunicación de los pacientes con el 
médico y la percepción de respeto por 
parte del médico está asociada de manera 
positiva con la salud mental de los 
pacientes. 
 
Este estudio aborda cómo una 
buena o mala comunicación 
médico- paciente impacta en el 
bienestar físico y emocional de 
los pacientes, sin embargo, no se 
relaciona con las malas noticias ni 
con la muerte de un ser querido. 
23 
 
Autor Objetivos Diseño-muestra-instrumentos Resultados Limitaciones 
 
Gebhardt et al., 
(2017) 
Evaluar las preferencias 
de los pacientes para la 
comunicación de las 
malas noticias, así como 
el ajuste de los médicos a 
estas preferencias y 
cómo el desajuste entre 
las preferencias de los 
pacientes y la 
comunicación médica 
impactan en la angustia 
psicológica de los 
pacientes
270 pacientes con cáncer en Universitären 
Cancer Center Hamburg en Alemania. 
Diseño transversal, no experimental. 
Se evaluó el contenido de las malas noticias 
con una lista de preguntas desarrollada 
específicamente para este fin; se utilizó una 
Escala de Preferencias de los Pacientes (MPP) 
para evaluar las preferencias de los pacientes 
para la comunicación de malas noticias, y se 
empleó la Escala de Ansiedad y Depresión 
Hospitalaria (HADS) y la escala de 
desmoralización (DS-Scale) para obtener 
información sobre angustia. 
 
 
Cuando los médicos dan una mala noticia 
sin considerar las preferencias del paciente 
se asocia con el desarrollo de ansiedad y 
depresión en pacientes con enfermedades 
tempranas y avanzadas. 
Este estudio evalúa las 
preferencias de los pacientes para 
recibir una mal noticia, y cómo 
los niveles de ansiedad y 
depresión se elevan si estás 
preferencias no son cubiertas por 
los médicos, sin embargo, no está 
relacionado con las notificaciones 
de muerte en el servicio de 
urgencias médicas. 
Fujimori et al., 
(2014) 
Identificar los efectos de 
un programa de 
entrenamiento en 
habilidades de 
comunicación para 
oncólogos, basado en las 
preferencias del paciente. 
30 oncólogos y 1181 pacientes 
Ensayo controlado aleatorizado 
Los oncólogos fueron asignados 
aleatoriamente a un grupo control o de 
intervención, y evaluados en una línea base 
con pacientes y consultas simuladas. 
Posteriormente, el grupo de intervención 
recibió un taller de habilidades de 
comunicación. Al finalizar el taller del grupo 
de intervención y dos semanas después para el 
grupo control, los pacientes que acudieron a 
su consulta de seguimiento, evaluaron a los 
oncólogos con una batería que medía angustia 
(Hospital Anxiety and Depression Scale 
[HADS]), la satisfacción con la 
comunicación de su oncólogo durante la 
consulta y la confianza en el oncólogo. 
 No se encontraron diferencias 
significativas entre los pacientes de los 
oncólogos del grupo control y los 
oncólogos del grupo experimental 
respecto a la satisfacción con la 
comunicación y con la confianza en el 
oncólogo. 
 Los pacientes de los oncólogos del grupo 
de intervención mostraron un menor nivel 
de ansiedad en contraste con los pacientes 
de los oncólogos del grupo control. 
 Los pacientes de los oncólogos del grupo 
de intervención mostraron una diferencia 
significativa en depresión en contraste con 
los pacientes de los oncólogos del grupo 
control. 
Este estudio evaluó cómo las 
habilidades de comunicación del 
oncólogo impactaban en la 
satisfacción y confianza en el 
oncólogo y en el estado 
emocional. Sin embargo, ni el 
entrenamiento ni la evaluación se 
enfocó en la comunicación de una 
mala noticia ni de una 
notificación de muerte en el 
contexto de urgencias médicas. 
24 
 
De acuerdo con la búsqueda, se encontró que existen estudios que han evaluado la 
percepción de las habilidades de comunicación médico - paciente (Fujimori et al., 2014), y 
la percepción de la comunicación de las malas noticias en ambientes hospitalarios (Munoz 
Sastre et al., 2011), así como la importancia que tiene la calidad y eficacia de la 
comunicación de las malas noticias en la salud mental (Capone, 2016; Fujimori et al., 2014; 
Gebhardt et al., 2017). Sin embargo, no hay evidencia empírica de que la notificación de 
muerte a los cuidadores primarios informales de pacientes fallecidos en urgencias médicas 
esté asociada con un posterior desarrollo de sintomatología depresiva y ansiosa. Lo anterior 
llama fuertemente la atención debido a que existen autores que mencionan el posible 
desarrollo de este problema –quizás basados en experiencia clínica- pero no muestran datos 
que lo sustenten (Shoenberger et al., 2013), por lo cual es factible en este momento decir 
que no se han publicado estudios que evalúen la relación entre la percepción de la 
notificación de muerte y el desarrollo de la sintomatología depresiva y ansiosa de un 
familiar que recibió la notificación de muerte dentro del servicio de urgencias médicas. Lo 
anterior es sumamente relevante, ya que esa información además de ayudar a caracterizar al 
fenómeno podría sentar las bases para crear evidencia que permita en un futuro tomar 
mejores decisiones clínicas para la atención psicosocial de estos pacientes. 
Cabe mencionar que los estudios que se han realizado a nivel internacional en el 
contexto de urgencias médicas son escasos, presentándose la misma situación en México; 
además, no hay un estudio empírico que aborde la importancia de una buena comunicación 
médico - paciente para promover el cuidado de la salud mental, y específicamente, la 
importancia de buenas habilidades para notificar la muerte de un paciente y evitar el 
desarrollo de ansiedad y depresión en las personas que han pasado por esa situación, 
25 
 
tomando en cuenta las características culturales, económicas y educativas de la población 
mexicana. 
A pesar de la falta de evidencia, parece haber indicios sobre la importancia de la 
comunicación de la notificación de muerte y el desarrollo de problemas emocionales en los 
familiares, por lo cual se torna relevante preguntarse ¿cuál es la percepción de la 
notificación de muerte y el nivel de sintomatología depresiva y ansiosa del Cuidador 
Primario Informal del servicio de Urgencias Médicas? Es así que el objetivo general de este 
estudio es describir a las personas que recibieron una notificación de muerte en el servicio 
de urgencias médicas del H. G. Manuel Gea González y evaluar la percepción que tuvieron 
de la notificación de muerte, así como la presencia o ausencia de sintomatología depresiva 
y ansiosa. De igual forma, como objetivos específicos se tuvo el identificar las 
características sociodemográficas de las personas que recibieron una notificación de muerte 
en el servicio de urgencias médicas del H. G. Manuel Gea González, además, describir la 
percepción de la notificación de muerte (porcentaje de pasos ejecutados correctamente por 
el médico que dio la noticia a través del protocolo GRIEV_ING) en familiares de pacientes 
fallecidos en urgencias médicas del H.G. Manuel Gea González y por último describir la 
presencia de sintomatología depresiva y ansiosa en los familiares de pacientes fallecidos en 
urgencias médicas del H.G. Manuel Gea González. 
 
26 
 
METODO 
Participantes 
Los participantes fueron seleccionados por un muestreo no probabilístico de tipo 
accidental recabados entre julio y septiembre del 2018. (véase Figura 1) 
Criterios de inclusión: 
• Cuidadores primarios informales de pacientes fallecidos en urgencias 
médicas del H.G. Manuel Gea González 
• Que hayan recibido la notificación de muerte 
• Mayores de 18 años 
• Que decidan participar voluntariamente 
 
Criterios de exclusión 
• Cuidadores primarios que no hayan recibido la notificación de muerte en 
urgencias médicas del H.G. Manuel Gea González 
• Cuidadores secundarios que hayan recibido la notificación de muerte en 
urgencias médicas del H. G. Manuel Gea González 
• Menores de 18 años 
• Que rechacen participar en el estudio 
 
Criterios de eliminación 
• Que completen menos del 70% de las baterías 
• Que durante la entrevista decidan suspender la evaluación 
 
Diseño 
Debido a que el objetivo de este estudio fue identificar las características de los 
cuidadores que reciben una notificación de muerte, así como la percepción que tuvieron de 
la misma y si presentan sintomatología depresiva y ansiosa, se optó por realizar un estudio 
de tipo no experimental ya que no se manipularon variables; transversal pues se hicieron las 
mediciones en un solo momento; y de alcance exploratorio dada la escasa evidencia que se 
27 
 
registra sobre el tema tanto en el ámbito nacional e internacional. (Hernández Sampieri, 
Fernández Collado, & Baptista Lucio, 2010). 
Medición
1) Cuidador Primario Informal (CPI) 
a) Definición conceptual: Persona que brinda ayuda, apoyo o supervisión sin 
remuneración económica a otra persona con discapacidad, enfermedades crónicas o 
adultos mayores. Este apoyo puede ser emocional, económico o instrumental 
(Organización Mundial de la Salud, 2004). 
Figura 1 Participantes 
 
28 
 
b) Definición operacional: Los datos sociodemográficos fueron verificados y 
recabados en un cuestionario elaborado específicamente para esta evaluación. 
2) Sintomatología depresiva 
a) Definición conceptual: La depresión es caracterizada por tristeza, pérdida de 
interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, alteraciones del sueño o 
apetito, cansancio y falta de concentración. (Organización Mundial de la Salud, 
2017). 
b) Definición operacional: Se utilizó la Escala Hospitalaria de Ansiedad y 
Depresión HADS (Hospital Anxiety and Depression Scale [HADS]) que fue 
desarrollada por Zigmond y Snaith (1983) para la evaluación de sintomatología 
depresiva y ansiosa considerando dimensiones cognitivas y afectivas, omitiendo 
aspectos somáticos y que se puede aplicar en ámbitos hospitalarios o en pacientes 
con enfermedades crónicas. Consta de 14 reactivos divididos en dos subescalas 
intercaladas de siete reactivos cada una; 7 reactivos que miden depresión, 
principalmente anhedonia; y 7 que miden la ansiedad. Cada reactivo tiene cuatro 
posibles respuestas que puntúan de 0 a 3, con un rango de puntuación total de 0 a 21 
para cada subescala. Para este estudio, se ocupará la versión adaptada para 
población mexicana validada por (López-Alvarenga et al., 2002). Se determinó que 
la escala cuenta con un coeficiente α de Cronbach para ansiedad de 0.84 y para 
depresión de 0.70; además demostró una correlación importante entre la calificación 
de ansiedad y depresión (r=0.70, p<0.001). Dados los análisis estadísticos de esta 
validación, se determinó que el punto de corte para la subescala de ansiedad es de 8 
y para depresión de 7 (López-Alvarenga et al., 2002). 
29 
 
3) Sintomatología ansiosa 
a) Definición conceptual: es una emociona caracterizada por sentimientos de 
tensión, pensamientos de preocupación y cambios fiscos como aumento de presión 
arterial (American Psychological Association, 2018). 
b) Definición operacional: Se utilizó la Escala Hospitalaria de Se utilizó la Escala 
Hospitalaria de Ansiedad y Depresión HADS (Hospital Anxiety and Depression 
Scale [HADS]) descrita anteriormente. 
4) Percepción de la notificación de muerte 
Para la evaluación de la percepción del cuidador informal primario de la notificación de 
muerte se ocupó una adaptación del Instrumento de Competencia GRIEV_ING (Hobgood, 
Harward, Newton, & Davis, 2005) consta de 28 reactivos que evalúan en forma dicotómica 
(Sí realizó, No realizó) las conductas realizadas por el médico durante cada paso de la 
nemotecnia GRIEV_ING para una buena notificación de muerte (G-Reunir: 1 conducta, R-
Recursos: 2 conductas, I-Identificar: 5 conductas, E-Educar : 5 conductas, V- Verificar: 3 
conductas, _- Espacio: 2 conductas, I-Preguntar: 3 conductas, N-Información básica: 4 
preguntas, G-dar: 3 conductas; véase tabla 2). A pesar de que el instrumento no cuenta con 
propiedades psicométricas, se decidió utilizarlo debido a que ha demostrado un alto grado 
de confiabilidad entre jueces entre el 0.76 y 0.99 (Hobgood, Tamayo-Sarver, Hollar, & 
Sawning, 2009), además de que ha mostrado tener mucha utilidad clínica. La calificación 
de este instrumento es mediante la suma de las acciones realizadas, divididas entre el 
número total de conductas (28) menos las acciones que no aplicaban y se multiplicaba por 
100 para obtener el porcentaje correspondiente, tomando como punto de corte 55% para 
considerarse una buena notificación de muerte. 
30 
 
Tabla 2 Descripción de las conductas que sugiere el Instrumento de Competencia GRIEV_ING con la adaptación para el estudio 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
G “Gather” 
Reunir 
1. ¿Se aseguró de que más 
de un familiar estuviera 
presente antes de la 
notificación de muerte? 
El médico preguntó al familiar: 
1. Si deseaba que lo acompañara otra persona. 
2. Si había alguien afuera del hospital a quien deseara 
que mandaran a llamar. 
O cualquier frase que indicara algo similar. 
El médico expresó esto en cualquier momento durante la 
notificación. 
 
 
Había dos o más familiares 
presentes a quienes se les 
transmitió la notificación. 
R “Resources” 
Recursos 
2. ¿Investigó acerca de los 
recursos de apoyo que 
pudieran ayudarle con su 
proceso de duelo? (servicios 
religiosos, de psicología, 
trabajo social, funerarios, 
familiares y amigos) 
Previo a que se transmitiera la notificación, el médico 
identificó los recursos que pudieran apoyar a la familia 
con su duelo, como trabajo social o psicología, 
realizando alguno de los siguientes: 
• Acudió al servicio de psicología a solicitar apoyo 
para el familiar. 
• Refirió el caso a psicología antes del fallecimiento. 
• Informó al familiar del servicio de psicología. 
 
 
-El px llegó directo a choque por 
su gravedad, no había médicos 
disponibles para buscar el apoyo. 
-Había en el área un número 
menor o igual a 8 personas 
atendiendo el caso. 
-El familiar reporta no tener 
forma de saber esta información. 
 
3. ¿Le facilitó el acceso a 
los recursos de apoyo? 
El médico expresó a los familiares cualquier frase que 
indique el acceso o presencia de algún recurso de apoyo 
antes de dar la notificación. 
 
 
Ejemplos: Presentar al personal de apoyo: “… ellas son 
de nuestro equipo de psicología…”. 
 
I “Identify” 
Identificar 
4. ¿Le mencionó claramente 
el nombre de su familiar o 
su parentesco? 
Mencionó el nombre del(a) paciente fallecido(a) o el 
parentesco que el familiar tenía con éste(a). 
 
 Ejemplos: “¿Qué es de usted el señor Juan?” “Su papá 
ya venía muy mal” 
31 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
 
 
5. ¿Se presentó con usted? 
 
El médico mencionó su nombre y/o su apellido. Pudo 
haber mencionado o no su cargo dentro del área de 
urgencias. 
 
El familiar refiere que el médico 
y él (ella) ya se habían visto antes 
de la notificación de muerte, y el 
médico ya se había presentado. 
 
Ejemplos: “Soy el Dr. Martínez…” “Soy el Dr. Marcos 
Martínez…” “… R3” “… adscrito al área de urgencias” 
 
 
 6. ¿Le mencionó claramente 
su papel en el cuidado de su 
familiar? 
El médico indicó su rol en el cuidado del paciente 
fallecido. 
El familiar refiere que el médico 
y él ya se habían visto 
previamente y le había indicado 
su rol. 
 
Ejemplos: “… soy el médico (o uno de los médicos) 
encargado de su papá”, “… soy uno de los médicos al 
cuidado de su papá”. 
 
 
 
Evaluación de la 
comprensión 
7. ¿Determinó el nivel de 
información que usted y su 
familia poseían antes de su 
llegada al área de 
urgencias? 
 
 
El médico preguntó a la familia qué sabían respecto a lo 
que le sucedió a su familiar para que tuviera que 
ingresar al área de urgencias. 
 
 
Ejemplos: “¿Qué es lo que sabe de su familiar?”, “¿Qué 
le han dicho de su familiar?” 
 
 
 8. ¿Le presentó una 
introducción adecuada? (es 
decir: evitó hablar con 
rodeos, de manera brusca 
sin dar aún la mala noticia) 
 
 
El médico mencionó el estado de salud con el que el 
paciente ingresó al área de urgencias. 
 
 
Ejemplos: “… su familiar ingresó con dificultades para 
respirar… 
32 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
 
E 
 
“Educate” 
Educar 
 
9. ¿Le Indicó claramente la 
cronología de los 
acontecimientos que 
llevaron a la muerte de su 
familiar? 
 
El médico describió cada uno de los estados que 
atravesó
el paciente antes y/o durante su estancia en 
urgencias que culminaron en el fallecimiento, 
incluyendo las acciones por parte del personal médico y 
las respuestas del paciente a estas acciones. 
 
 
Ejemplos: “Su familiar tenía neumonía y lo tuvimos que 
intubar … fue necesario aplicar antibiótico …. Cayó en 
paro y tratamos de reanimarlos durante 15 minutos…” 
 
 
10. ¿Utilizó frases 
preparatorias para la mala 
noticia (como: lamento 
informarle que… me 
gustaría tener mejores 
noticias)? 
 
El médico expresó verbalmente estas frases antes de dar 
la noticia. 
 
 
11. ¿Le indicó claramente la 
causa de la muerte de una 
manera fácil de entender? 
El médico expresó verbalmente, utilizando un lenguaje 
comprensible para el familiar, la causa clínica del 
fallecimiento del paciente. 
 
 
Ejemplos: “… debido a la trombosis que presentó, el 
corazón de su familiar se detuvo…” 
 
 12. ¿Usó un lenguaje 
adecuado considerando su 
contexto cultural y nivel 
escolar? 
El médico se expresó en términos verbales acordes al 
contexto cultural y educativo de los familiares. 
 
 
Ejemplos: “Su familiar tenía una cetoacidosis diabética, 
es decir, su sangre se hizo ácido y esto provocó que su 
cerebro se hiciera como una pasita…” 
 
 
33 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
 
 
13. ¿Le proporcionó un 
resumen de la información 
importante para asegurarse 
de que usted entendió la 
noticia? 
 
El médico reiteró o repitió la información importante, 
especialmente respecto a la causa médica del 
fallecimiento. 
 
El familiar refirió haber 
comprendido de la noticia desde 
el principio. 
 
 
Ejemplos: “… Hicimos todo lo humanamente posible, 
pero, por su edad, el corazón de su familiar no resistió el 
infarto…” 
 
 
V “Verify” 
Verificar 
14. ¿Usó la frase "ha 
muerto" o "ha fallecido"? 
Cuando el médico indicó que el paciente murió, expresó 
con claridad las frases “ha muerto o murió” o “ha 
fallecido o falleció”. 
 
 
Ejemplos: “su familiar murió”, “…su corazón se 
detuvo”, “… su corazón dejó de latir”. 
 
 
15. ¿Evitó utilizar 
eufemismos (es decir, frases 
como: “se ha ido”, “se nos 
adelantó”, “ya no está con 
nosotros”)? 
 
 
El médico evitó intercambiar la frase “ha muerto o 
murió” o “ha fallecido o falleció” por frases coloquiales 
que podrían tener diversos significados. 
 
 
16. ¿Evitó terminología 
médica o le explicó 
claramente estos términos 
cuando los utilizó? 
El médico evitó utilizar términos médicos técnicos 
incomprensibles para los familiares. Y, en caso de 
haberlos utilizado, explicó cada uno de ellos. 
El familiar refiere haber tenido 
conocimiento previo de esos 
términos, ya sea porque fueron 
explicados en un informe, o 
porque conocen los términos. 
 
Ejemplos: “Su familiar presentó un choque séptico, es 
decir, su infección avanzó a muchas partes de su 
cuerpo...” 
 
 
34 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
_ “Space” 
Espacio 
17. ¿Se mostró atento y sin 
prisas en su interacción con 
usted y familia? 
-El médico guardó silencio y permaneció en el lugar 
hasta que el familiar le hizo alguna pregunta o enunció 
alguna frase. 
-Mostró una actitud de interés por el familiar, un rostro 
empático y un tono de voz cálido. 
-Pudo haber utilizado o no alguna frase empática como: 
“lamento mucho su pérdida”; 
-Pudo haber tocado o no a los familiares. 
-Ajusta su postura para empatar la altura de los ojos. 
El familiar refiere tener 
conocimiento de que hubo algún 
suceso que ameritó que el médico 
tuviera que retirarse 
inmediatamente. 
 
Ejemplos: si los familiares están sentados, el médico se 
pone a su altura; usa frases empáticas; coloca su mano 
en el hombro del familiar. 
 
 
18. ¿Hizo una pausa para 
permitir que usted y su 
familia asimilaran la 
información antes de 
discutir los detalles? 
 
 
 
Luego de transmitir la noticia, el médico esperó 
aproximadamente entre 15 y 20 segundos antes de 
continuar con las indicaciones a seguir. 
El familiar refiere que no hubo 
afectación emocional, por 
ejemplo: llanto, gritos, enojo; y 
hubo aceptación del 
fallecimiento. 
I “Inquire” 
Preguntar 
19. ¿Les dio tiempo a usted 
y su familia para que 
procesaran la información, 
hicieran preguntas o 
expresaran inquietudes? 
Durante el tiempo de asimilación previo, los familiares 
pueden expresar alguna inquietud, en ese caso, el 
médico responde a las mismas. 
El familiar refiere que no se 
hicieron preguntas. 
 
Ejemplos: “¿Qué fue lo que le pasó? Nadie se muere de 
una diarrea – Creemos que su esposo tenía un problema 
en el corazón, y eso fue lo que provocó el paro cardiaco; 
la diarrea no tuvo nada qué ver con que falleciera” 
 
35 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
 
20. ¿Les animó a usted y a 
su familia a que hicieran un 
resumen de la información 
importante y comprobar su 
comprensión? 
 
El médico expresó una de las siguientes frases: 
• Preguntó a los familiares si tenían dudas o 
preguntas. 
• Preguntó a los familiares qué entendieron de lo que 
les informó. 
 
 
 
21. ¿De forma inmediata y 
apropiada corrigió cualquier 
malentendido? 
En caso de que los familiares hayan tenido dudas, el 
médico respondió a ellas. 
En caso de que hubiera habido información errónea, esta 
se corrigió. 
 
El familiar refiere que no 
tuvieron dudas o información 
errónea. 
N “Nuts and 
Bots” 
Información 
básica 
22. ¿Explicó y proporcionó los siguientes detalles acerca de la atención post-mortem del paciente de forma respetuosa? 
 
22-a. ¿Donación de 
Órganos? 
Es necesario tomar en cuenta cualquiera de dos 
condiciones: 
1. Si hubo muerte cerebral, la Dra. Encargada del 
tema ya había hablado previamente con los 
familiares. En caso de que ellos dieran su 
consentimiento para la donación, luego de la 
notificación, el médico dio indicaciones de los 
pasos a seguir. 
2. Si la muerte fue por accidente. El médico 
mencionó el programa, y solicitó a los familiares su 
consentimiento para el mismo, en caso de que el 
fallecido fuese candidato. 
 
El paciente no era candidato a 
donar órganos. Esto sucede 
cuando la causa de muerte está 
determinada por alguna 
enfermedad crónica o 
infectocontagiosa. 
 
22-b. ¿La necesidad de una 
autopsia? 
-El médico indicó a los familiares que era importante 
realizar una autopsia. 
-Explicó que su familiar debía ser enviado a patología 
para realizarla 
-Solicitó el consentimiento de la familia. 
Quedó clara la causa de muerte y 
no era necesario realizarla. 
 
36 
 
Nemotecnia Significado Conducta del médico al 
CPI 
Definición Operacional No aplica cuando… 
 
22-c. ¿Arreglos funerarios? El médico realizó una o ambas de las siguientes: 
• En caso de que los familiares preguntaran, indicó el 
proceso a seguir para retirar el cuerpo del hospital. 
• A petición del familiar, dio información (si la tenía) 
respecto a funerarias cercanas; o, en su caso, les 
indicó quién les podía dar informar al respecto. 
 
El familiar refiere que no 
externaron esta duda. 
 
22-d. ¿Artículos personales? En caso de que los familiares hubieran preguntado, el 
médico indicó el procedimiento a seguir para que 
recuperaran las pertenencias de su paciente. 
 
-Los familiares no externaron esta 
duda. 
-No había nada qué entregar. 
G “Give” 
Dar 
23. ¿Se mostró accesible 
para responder a futuras 
preguntas (dudas, 
inquietudes) que tuvieran 
usted o su familia? 
 
El médico hizo una o ambas de las siguientes: 
1. Volvió a preguntar a los familiares si tenían dudas 
o preguntas, en cuyo caso, las respondió. 
2. Indicó a los familiares que, en caso de que tuvieran 
dudas posteriormente, podían buscarlo
para 
responderlas. 
 
 
 
 
24. ¿Les otorgó información 
apropiada a usted o a su 
familia para ponerse en 
contacto con él en cualquier 
otro momento? 
 
Indicó a los familiares dónde podían localizarlo (área del 
hospital) en caso de requerirlo, pudo haber añadido o no 
el horario en el que estaría y reiteró su nombre. 
 
 
25. ¿Les otorgó información 
apropiada a usted o su 
familia para ponerse en 
contacto con los servicios 
de psicología, trabajo social, 
religiosos, funerarios? 
El médico indicó al familiar que podía quedarse o acudir 
con otros equipos de apoyo, por ejemplo, el de 
psicología. 
 
 
Ejemplos: “Los dejo con las psicólogas…”. “Lo llevo a 
trabajo social”. 
37 
 
Procedimiento 
En el periodo de octubre del 2016 a julio del 2018, el equipo de Psicología de Urgencias 
del H.G. Manuel Gea González, acudió de lunes a viernes, en un horario de ocho de la 
mañana a dos de la tarde a observar e indagar el estado de salud de los pacientes del área de 
choque del servicio de urgencias. El equipo se apoyó del médico adscrito o los residentes 
en turno para solicitar el pronóstico de cada uno de los pacientes, considerando como 
prioridad de atención psicológica a los familiares o cuidadores primarios informales (CPI) 
de aquellos pacientes que tenían un mal pronóstico de vida. Si existía la posibilidad de que 
un paciente falleciera en las siguientes horas, el grupo de psicólogos montaba guardias 
rotatorias de 15 a 20 minutos para procurar estar presentes cuando el médico diera la 
notificación de muerte al CPI, previa su autorización. Paralelo a este proceso, se procuraba 
hacer acercamiento con los cuidadores de estos pacientes, para evaluarlos y hacer 
acompañamiento psicológico previo al fallecimiento de su ser querido. 
Cuando se presentaba la defunción de un paciente, y si el médico lo autorizaba, un grupo 
de dos o tres psicólogos lo acompañaban a dar la notificación de muerte al cuidador; 
durante la comunicación de la noticia, los psicólogos se mantenían observando en silencio; 
después de la notificación, si el familiar lo permitía, los psicólogos se acercaban para hacer 
un acompañamiento, se daban frases empáticas, se hablaba de las preocupaciones en esos 
momentos, se trabaja solución de problemas, de ser posible se acompañaba al cuidador a 
despedirse del paciente fallecido, y de ser necesario, se realizaba contención emocional e 
intervención en crisis. Para finalizar la intervención por parte del equipo de psicología, se le 
brindaban los datos de contacto del servicio de Psicología de Urgencias mostrando la 
apertura para una atención especializada en caso de que ellos lo consideraran necesario; y 
38 
 
por último, si los cuidadores accedían, se les solicitaban sus datos de contacto para un 
seguimiento posterior. 
Al finalizar, los psicólogos que hicieron la intervención registraban los datos de los 
familiares para hacer un seguimiento telefónico. 
Para poder hacer las llamadas de seguimiento, primero se recopilaron los datos de las 
notificaciones observadas entre el periodo de octubre del 2016 a julio del 2018, en total 
fueron 38 observaciones de notificación de muerte registradas. Una vez identificados estos 
registros, se extrajeron los datos del paciente fallecido, el día en que murió, la causa de 
defunción y los días que estuvo hospitalizado en urgencias; también, se extrajeron los datos 
del CPI que recibió la notificación de muerte, y de ser posible el parentesco y el número 
telefónico que proporcionó para contacto. Hubo registros observacionales de notificación 
de muerte que no tenían número de contacto, por lo que se pidió apoyo al departamento de 
Trabajo Social para obtener los números telefónicos faltantes; después de este proceso, se 
eliminaron cuatro participantes pues no se logró recuperar algún número de contacto. 
Una vez que se identificaron los participantes, se capacitó a las psicólogas que realizaron 
los seguimientos telefónicos en junio del 2018. En estas capacitaciones, se les entrenó para 
hacer la aplicación de la batería vía telefónica, y para que, de ser necesario hicieran trabajo 
de contención emocional. Adicional a esto, se elaboró el material necesario para las 
llamadas: incluía la batería de evaluación, una lista de cotejo de acciones a realizar durante 
la llamada, lista de registro de llamadas y una lista de instituciones de canalización para 
referir a los CPI en caso de ser necesario (ver Anexos). 
39 
 
Para poder realizar las llamadas, se debía contar con un equipo telefónico que tuviera 
grabador de llamadas (para estos seguimientos, se ocuparon teléfonos celulares con sistema 
operativo Android, pues facilitaba la descarga de la aplicación de acceso libre BoldBeast 
Recorder que permitió hacer las grabaciones de las llamadas con buena calidad de audio. 
Estas grabaciones se almacenaron en una nube digital a la que solo tienen acceso los 
investigadores y revisores de este estudio, y se editaron eliminando los datos de 
identificación de los participantes para fines de confidencialidad), la batería impresa en 
donde ya estuvieran registrados los datos del CPI que se iba a evaluar y los datos del 
paciente fallecido (PF), una lista de cotejo de acciones a realizar antes y durante la llamada, 
una lista de registro de llamadas para enumerar los intentos de llamadas que se hacían a 
cada uno de los CPI y la lista de canalización para referir a los CPI evaluados en caso de 
requerirlo. Los seguimientos telefónicos de este estudio se realizaron entre julio y 
septiembre del 2018. 
Una vez que se marcaba el número telefónico y comenzaba a sonar la línea, se iniciaba 
la grabación de la llamada. Si había respuesta, se anotaba la hora de inicio de llamada en la 
batería, y se daba un guion inicial (ver Anexos) en donde se presentaba a la psicóloga 
perteneciente al servicio de Psicología de Urgencias y se preguntaba por el CPI a contactar, 
si nos respondía otra persona se solicitaba que nos comunicaran con el CPI. Ya en contacto 
con el CPI, se reiteraba la presentación de la psicóloga y del servicio, se les mencionaba el 
objetivo de la llamada que era conocer la experiencia que habían tenido dentro el servicio 
de urgencias del H. G. Manuel Gea González, así como saber cómo había estado su estado 
de ánimo desde el fallecimiento de su ser querido, y se les invitaba a participar, sin dejar de 
40 
 
mencionar que la llamada era confidencial y que la psicóloga estaba capacitada para 
apoyarlo si lo llegara a requerir dada la sensibilidad de los temas a tratar. 
Si el CPI mencionaba que no quería participar, las psicólogas intentaban identificar las 
barreras y soluciones para ver la viabilidad de la participación. Si el CPI mencionaba que sí 
quería participar, se le ofrecían las opciones de realizar la llamada vía telefónica o 
presencial acudiendo al hospital. Para este estudio, todos los participantes que accedieron a 
participar optaron por realizar la entrevista vía telefónica, por lo que, o se programó una 
cita para una segunda llamada y realizar la entrevista o, si el CPI estaba de acuerdo se 
iniciaba en ese momento la evaluación (véase Figura 2); posteriormente, se le leía el 
consentimiento informado y se le preguntaba si autorizaba que la entrevista fuera grabada 
con el objetivo de validar información, reiterando que toda la información proporcionada 
era confidencial. Si el CPI no aceptaba que la llamada fuera grabada se detenía la 
grabación. 
Para iniciar con la evaluación, se le solicitaba al CPI que de ser posible buscara un 
espacio cómodo, tranquilo a fin de evitar interrupciones; a la indicación del CPI, se 
comenzaba a aplicar la batería. Cada que se finalizaba la aplicación de un instrumento, se le 
preguntaba al CPI cómo se encontraba, si sentía incómodo o cansado y si deseaba seguir 
con la evaluación. Una vez finalizada la evaluación, se procedió a la calificación de
la 
batería para dar una retroalimentación al CPI de cada uno de los instrumentos aplicados. Si 
se encontraba alguna necesidad, se le daba el contacto de algún centro de atención 
psicológica de ser posible cercano a su domicilio y se agendaba cita para seguimiento. 
41 
 
 
Para finalizar con la entrevista, se agradecía el tiempo del CPI, se recordaba el objetivo 
de la llamada y se proporcionaban los datos del servicio de Psicología de Urgencias. Al 
colgar el teléfono, se registraba la hora de finalización en la batería. 
 
Análisis de datos 
Una vez concluidas las evaluaciones, se procedió a capturar la información en Microsoft 
Office 365, Excel para obtener las frecuencias de cada una de las variables de estudio: datos 
sociodemográficos, los puntajes para sintomatología depresiva y ansiosa medidas con 
HADS, y la frecuencia de las conductas percibidas por los CPI sobre la notificación de 
muerte medidas con el Instrumento de Competencias GRIEV_ING. 
Figura 2 Proceso para iniciar evaluación de CPI 
42 
 
RESULTADOS 
 
En este estudio participaron ocho cuidadores primarios informales (CPI) que recibieron una 
notificación de muerte en el servicio de urgencias médica del H.G. Manuel Gea González 
de los cuales cuatro fueron hombres y cuatro mujeres, con un rango de edad de entre 27 y 
56 años (�̅�= 47.3 DE=9.38). Cinco de los CPI que recibieron una notificación de muerte, 
reportaron ser cónyuge del paciente fallecido (PF) y tres de ellos eran hijos. (ver Tabla 3). 
 
Tabla 3 Características sociodemográficas de los CPI participantes 
CPI* Sexo Edad 
Estado 
Civil 
Escolaridad Ocupación Religión Enfermedad 
Parentesco 
con PF** 
Edad del 
 PF** 
Tiempo del 
fallecimiento 
en meses 
1 Mujer 27 Soltero 
Sin 
escolaridad 
Comerciante Ateo No Cónyuge 27 12 
2 Hombre 47 Soltero Bachillerato Empleado Católica No Cónyuge 44 12 
3 Hombre 44 Casado Secundaria Empleado Ateo Hipertensión Hijo 86 15 
4 Hombre 50 Divorciado Licenciatura Empresario Católica No Hijo 75 1 
5 Hombre 56 Soltero Bachillerato Comerciante Agnóstica No Hijo 83 18 
6 Mujer 46 Viudo Secundaria Empleado Cristiana 
Herpes de 
Zoster 
Cónyuge 47 4 
7 Mujer 56 Viudo 
Sin 
escolaridad 
Pesca Católica 
Diabetes e 
Hipertensión 
Cónyuge 59 1 
8 Mujer 53 Viudo Licenciatura Ama de casa Ateo No Cónyuge 62 20 
Nota: CPI*= Cuidador primario informal. PF**=Paciente fallecido 
 
43 
 
A partir de un análisis de frecuencias, se identificó la presencia de sintomatología 
ansiosa y depresiva que presentaron los CPI participantes. Cinco de los CPI puntuaron para 
sintomatología ansiosa (�̅�= 6.38 DE=5.21), y cuatro de ellos para sintomatología depresiva 
(�̅�= 7.63 DE=5.58). El CPI 1, de acuerdo con la Escala de Ansiedad y Depresión 
Hospitalaria (HADS), tuvo una puntuación para ansiedad de 17 puntos, sobresaliendo en 
síntomas como no poder permanecer tranquilo y tener la cabeza llena de preocupaciones; su 
puntaje HADS para depresión fue de 15 puntos con una presencia alta de anhedonia y falta 
de gusto e interés por las actividades diarias. La puntuación HADS de ansiedad para el CPI 
2 fue de nueve, con presencia de síntomas como angustia por el futuro, en incapacidad de 
permanecer tranquilo y relajado; su puntuación HADS para ansiedad fue de 14 con 
presencia de tristeza y falta de gusto e interés por las actividades diarias. El CPI 3 no 
puntuó para ansiedad y depresión, sin embargo, mencionó que se le dificulta esperar las 
cosas con ilusión. La puntuación HADS para ansiedad del CPI 4 fue de seis mencionando 
que en general es una persona que se siente tensa o nerviosa, con angustia a lo que pueda 
pasar en el futuro; su puntuación HADS para depresión fue de cuatro. En el caso del CPI 5 
no hubo presencia de sintomatología depresiva y de ansiedad solo mencionó que se le 
dificulta permanecer tranquilo y relajado. Para el CPI 6, la puntuación HADS para ansiedad 
fue de ocho, presentando síntomas como gran angustia o temor; su puntuación HADS para 
depresión fue de 10, mencionando tener gran dificultad para esperar las cosas con ilusión. 
El CPI 7 tuvo una baja puntuación HADS para ansiedad, mientras que su puntuación 
HADS para depresión fue más elevada, mencionando que se le dificulta disfrutar de las 
cosas de siempre. En el caso de CPI 8, no reportó presencia de sintomatología ansiosa, y su 
puntuación HADS para depresión fue baja, mencionado que se le dificulta disfrutar de las 
cosas de la vida cotidiana (ver Tabla 4). 
44 
 
Tabla 4 Sintomatología ansiosa y depresiva en CPI 
CPI* Ansiedad** Depresión*** 
Presencia 
Ansiedad 
Presencia 
Depresión 
1 17 15 Sí Sí 
2 9 14 Sí Sí 
3 5 3 No No 
4 6 4 No No 
5 2 0 No No 
6 8 10 Sí Sí 
7 4 11 No Sí 
8 0 4 No No 
Nota. CPI*= Cuidador primario informal. **=Punto de corte >8. ***= Punto de corte >7. 
 
Se identificaron también las condiciones previas en los que los CPI recibieron la 
notificación de muerte de su paciente. Seis CPI reportaron haberse entrevistado con más de 
un médico durante su estancia en urgencias médicas, y cuatro de ellos tuvieron contacto 
previo con el médico que dio la notificación de muerte. Cinco de los CPI reportaron haber 
recibido por parte de los médicos el informe de la alta probabilidad de muerte de su 
paciente, tres de ellos tuvieron la oportunidad de despedirse de su familiar previo al 
fallecimiento; solo tres CPI mencionaron haber recibido informe de maniobras de 
resucitación (ver Tabla 5). En el caso del CPI 3, mencionó que no autorizó que a su 
paciente se le aplicaran medidas extraordinarias (maniobras de resucitación en caso de paro 
cardiaco o respiratorio), por lo que esta conducta no aplicaba en él. En el caso del CPI 4, el 
paciente llegó en estado crítico al hospital y entró directo al área de choque a recibir 
maniobras de resucitación, por tal motivo, solo se entrevistó una sola vez con el médico que 
dio la notificación, no hubo un informe general de salud, y no aplicaba la conducta de 
despedirse de su familiar previo al fallecimiento, pues fue un caso súbito. En el caso del 
CPI 8, los médicos le habían dicho que su familiar estaba estable, sin riesgo inminente para 
la vida, por lo que no aplicaba la conducta de despedirse previo al fallecimiento del 
paciente. 
45 
 
Tabla 5 Experiencia de los CPI previa a la notificación de muerte 
CPI* 
Contacto con 
más de un 
médico 
Contacto previo con el 
médico que dio la 
notificación 
Informe estado 
general de salud 
Informe de alta 
probabilidad de 
muerte 
Oportunidad de 
despedirse antes 
del fallecimiento 
Informe de 
maniobras de 
resucitación 
1 Sí Sí Sí Sí No Sí 
2 Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
3 Sí No Sí Sí No No aplica 
4 No No No No No aplica No 
5 Sí Sí Sí Sí No Sí 
6 Sí No Sí No Sí No 
7 Sí Sí Sí Sí Sí No 
8 Sí No Sí No No aplica No 
Nota: CPI*= Cuidador primario informal 
De acuerdo con lo que mencionaron los CPI respecto a su experiencia del momento en 
médico les dio la notificación de muerte de su ser querido evaluada con Instrumento de 
Competencia GRIEV_ING, se obtuvieron las frecuencias de conductas realizadas por cada 
una de las competencias que conforman la nemotecnia GRIEV_ING, así como las 
conductas totales realizadas y su porcentaje respectivo. En general, los CPI observaron que 
los médicos realizan un promedio de 16.13 (57.6%) conductas, con un porcentaje mínimo 
de 13.04% y un máximo de 92% conductas realizadas por los médicos que dieron la 
notificación de muerte (ver Tabla 6). 
Tabla 6 Total de conductas observadas por CPI por competencia GRIEV_ING 
CPI* 
Total de conductas por competencia Conductas 
totales 
realizadas 
Porcentaje 
total G R I E V ___ I N G 
1 0 1 5 5 3 2 3 3 3 25 89.29% 
2 0 1 5 5 3 2 2 2 3 23 92.00% 
3 0 0 3 2 3 1 1 0 0 10 43.48% 
4 1 0 1 0 0 0 0 1 0 3 13.04% 
5 1 2 4 5 3 2 2 0 3 22 95.65% 
6 0 2 3 1 2 1 0 1 1 11 40.74% 
7 1 2 4 5 3 2 0 1 2 20 83.33% 
8 0 2 2 3 3 2 0 2 1 15 68.18%

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