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La-narrativa-y-el-desarrollo-de-la-autoestima-en-escolares--una-propuesta-educativa

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
 
 
“La Narrativa y el Desarrollo de la 
Autoestima en Escolares: Una Propuesta 
Educativa” 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A N: 
Diana Karen Ayala Madrigal 
Wendy Parra Cruz 
 
 DIRECTOR (A): DRA. María Antonieta Covarrubias Terán 
 ASESORES: DR. Adrián Cuevas Jiménez 
 DR. José Trinidad Gómez Herrera 
 
Los reyes Iztacala, Edo. De México, 2013. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
A MI MAMI 
Porque cada día me ayudo a levantarme y encontrar motivos para seguir adelante, 
porque gracias a su apoyo pude alcanzar mis objetivos, porque gracias a ella que 
es una gran mujer, conseguí este título, que no solo es un papel, sino que implica 
el esfuerzo de dos amigas que luchan por vivir y por salir adelante. 
Gracias mami, por ser mi gran amiga y porque con tu amor y tu paciencia lograste 
contagiar en mí el amor y la pasión por vivir al 100% mis sueños, y gracias 
también por darme la oportunidad de vivir en una gran familia…los amo. 
A MIS HERMANOS 
Alex y Diego, gracias por darme la alegría de cada día y porque a su lado entre 
risas y enojos, logre consolidar la persona que ahora soy, porque de ustedes 
aprendí a disfrutar cada momento de la vida y porque también ustedes fueron mi 
inspiración para salir adelante, los amo y estoy profundamente agradecida por 
tenerlos a mi lado y por las experiencias que nos quedan por vivir 
 
A MI PAPI 
Porque definitivamente fue una bendición que haya llegado a nuestras vidas, por 
enseñarme siempre que se pueden conseguir los sueños que tenemos y por estar 
siempre ahí, apoyando y queriéndonos mucho…gracias por ser un padre 
extraordinario. 
 
A MIS TIOS Y FAMILIA 
Seguramente cada uno de ustedes sabe lo importante que son en mi vida, y este 
es momento para agradecerles que con su apoyo y consejos llegue hasta aquí, y 
conseguí el primero de muchos sueños en mi vida, en verdad gracias por cada 
desvelo, cada regaño y cada apapacho que tuvieron siempre para mí, los quiero 
mucho. 
 
 
WEEN 
Porqueademás de una gran colega, me brindaste la oportunidad de tenerte como 
amiga y de compartir momentos y experiencias extraordinarias, porque cada uno 
de los tropiezos que hubo como estudiantes, nos ayudaron a salir adelante y 
conseguir ser profesionistas, gracias por ser una gran amiga y por permitirme 
disfrutar a tu lado tantos días maravillosos. Te quiero mucho amiga. 
 
DRA. MARIA ANTONIETA COVARRUBIAS TERÁN 
Gracias Dra. Porque sin usted no hubiera sido posible concluir esta etapa, por 
darnos la oportunidad de conocer más y por permitirnos también descubrir en 
nosotras la capacidad de crear y de poner un granito de arena a la sociedad, 
porque con este trabajo nos acercamos a la realidad de la vida profesional. En 
verdad gracias por ser parte fundamental en este objetivo logrado, gracias por la 
paciencia, tolerancia y enseñanzas que nos brindó. 
 
ÍNDICE 
 
RESUMEN 
INTRODUCCIÓN 1 
1. DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA Y FORMACIÓN DE VALORES…7 
1.1 Definición de autoestima………………………………………………………7 
1.1.2 Tipos de autoestima………………………………………………….12 
1.1.3 Desarrollo de la autoestima………………………………………....15 
1.2 Conceptos afines. ……………………………………………………………...21 
1.2.1 Autoconcepto………………………………………………………….21 
1.2.2 Autoimagen……………………………………………………………23 
1.3 Definición de valores …………………………………………………………..25 
1.3.1 Tipos de valores ………………………………………………………26 
1.3.2 Formación de valores…………………………………………………28 
1.4 Valores y autoestima………………………………………...…………………33 
2. LA NARRATIVA COMO UNA ESTRATEGIA DIDÁCTICA..........................36 
2.1 Conceptualización………………………………………………………………...37 
2.2 El papel del lenguaje en la narrativa……………………………………………38 
2.3 Antecedentes de la narrativa…………………………………………………….40 
2.4 La narrativa y sus aplicaciones………………………………………………….41 
2.5 Modalidades……………………………………………………………………….44 
2.5.1 Relatos…………………………………………………..………………..45 
2.5.2 Cuentos…………………………………………………….……………..48 
2.5.2.1 Tipos de cuentos…………………………….…………….......52 
3. EL CUENTO COMO UNA EXPRESIÓN DE LA NARRATIVA EN EL 
DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA: UNA PROPUESTA 
EDUCATIVA……………………………………………………………………………58 
3.1 Estructura del cuento………………………………………………………………61 
3.1.1 Edad………………………………………………………………………..61 
3.1.2 Tipo de cuento…………………………………………………………….62 
3.1.3 La estructura……………………………………………………………….62 
3.1.4 El lenguaje………………………………………………………………….63 
3.1.5 Características del narrador……………………………………………...64 
3.2 Una propuesta educativa para fomentar la autoestima en escolares…………65 
3.3 Cartas descriptivas………………………………………………………………….71 
CONCLUSIONES……………………………………………………………………...179 
REFERENCIAS………………………………………………………………………...187 
ANEXOS………………………………………………………………………………193 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
RESUMEN 
 
 
 
El ámbito escolar es el medio para que cada individuo se desarrolle intelectual, 
físico, social, emocional y afectivamente, es por ello que este trabajo plantea una 
propuesta educativa, misma que hace uso del cuento como una herramienta o 
estrategia de la narrativa para fomentar el desarrollo de la autoestima. Está 
demostrado que un factor relevante en el desarrollo emocional y afectivo de los 
individuos es la autoestima y que ésta influye a su vez en contextos escolares, 
familiares y sociales. Debido a lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo 
presentar una propuesta educativa para fomentar el desarrollo de la autoestima a 
través de la narrativa. 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Tanto en el ámbito familiar como en el escolar, se presentan condiciones que 
propician o favorecen la interacción entre sus miembros. En este sentido, es 
importante señalar que dichas condiciones son tan diversas como los 
integrantes de cada uno de los ámbitos de convivencia, de esta manera, se 
pueden señalar dos condiciones imprescindibles para una sana convivencia y 
relación con los otros, como es la autoestima y la formación de valores, 
considerándose éstos como factores ineludibles para la prevención de 
cualquier tipo de violencia, ya sea física, verbal, sexual y/o psicológica. 
 
Es importante señalar que los índices de violencia registrados en los 
últimos años, han aumentado considerablemente, es impresionante saber que 
no existeun censo que nos indique las estadísticas de violencia que existen en 
México y que la información que se puede encontrar, consta de artículos 
periodísticos que apenas muestran una parte de lo que es la violencia entre los 
escolares, como es el caso del periódico Excelsior (Robles, 2013) en dónde 
publican que durante el año 2012, murieron al menos cinco mil menores por 
causas relacionadas con el bullying en la Ciudad de México, y advierten que a 
escala nacional existe un registro de cuatro mil 201 varones y 989 mujeres que 
perdieron la vida por acoso escolar, entre dichas muertes, destaca el suicidio, a 
manera de ejemplificar la fluctuación de los datos, se rescata que en 2010 se 
registraron diez suicidios y en 2011, la cifra se elevó a 20 casos, éste dato se 
presentó, según estadísticas de la Secretaría de Salud en jóvenes de entre diez 
y catorce años de edad (Robles, 2013). 
 
Por otra parte, el periódico Milenio, menciona que México está en el 
primer sitio a escala internacional en el número de casos de acoso escolar 
(“bullying”) en nivel secundaria, según datos de la Organización para la 
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 
 
2 
 
 Ante este panorama es imperiosa la necesidad de intervenir y proponer 
diversas alternativas que coadyuven a erradicar esta problemática, así como 
prevenirla. Por tal motivo en el presente trabajo señalamos que un factor que 
puede ser utilizado como medio preventivo de violencia, es la formación de 
valores y el desarrollo de la autoestima. 
 
Pero ¿qué entendemos por autoestima? ¿Por qué es tan importante el 
desarrollo de la autoestima? ¿Cómo se relaciona la autoestima con los valores? 
Conceptualmente, la autoestima es un término ambiguo, por un lado, Poletti y 
Dobbs (2010), mencionan que la autoestima, es el resultado de la opinión que 
una persona tiene sobre sí misma: de su apariencia física, de sus aptitudes, de 
sus éxitos profesionales y personales; y de la riqueza de su vida afectiva. La 
autoestima es un valor frágil y mutable, que aumenta cuando vivimos 
respetando nuestros propios valores y que disminuye cada vez que nuestro 
comportamiento no está en coherencia con ellos (Poletti y Dobbs, 2010). Por 
otra parte, Branden (2001, cit en: Acevedo y Carrillo, 2010) la ha descrito como 
el resultado de la evaluación que las personas elaboran sobre sí mismas y la 
cual causa un impacto en el aspecto psicológico y motivacional. 
 
Otro punto de vista es el que sostiene que la autoestima es el conjunto 
de vivencias y sentimientos generados en el individuo a partir de las 
experiencias que comparte con personas significativas de su entorno (padres, 
maestros, hermanos, amigos) y de la auto observación de sus propias 
habilidades, a través de las cuales elabora su seguridad, confianza, sentido de 
pertenencia a un grupo, grado de aceptación y percepción de ser competente 
ante las actividades que se le plantean (De Tejada, 2010). 
 
A partir de dichas apreciaciones el individuo va formando su 
autoconcepto, el cual se va nutriendo de la búsqueda constante de nuevos 
conocimientos y destrezas. De igual manera, el niño experimenta la creación o 
aumento de relaciones interpersonales, ejemplos de ello son, los grupos de 
3 
 
amistad, normalmente vinculados con niños del mismo sexo, quienes se reúnen 
para poner en práctica las habilidades sociales ysirvenpara obtener un 
sentimiento de pertenencia. Por otro lado, está el grupo de pares, el cual hace 
referencia a la interacción con ellos mismos, en la que ellos descubren sus 
aptitudes miden sus cualidades y su valor como persona (Torres, 2003). 
 
Respecto al autoconcepto, es importante rescatar que es primordial 
poner atención en la imagen que ha comenzado a crear el niño de sí mismo 
dentro del seno familiar, ya que éste continuará desarrollándose en la escuela a 
través de la interacción con el profesor, el clima de las relaciones con los 
iguales y las experiencias de éxito y fracaso académico (Machargo, 1997). Al 
respecto, Cava y Musitu (2000), afirman que gran parte de las relaciones 
sociales que el niño establece en el ámbito escolar, son relaciones entre 
iguales. Los compañeros o iguales son niños que están en fases similares de 
madurez cognitiva, social y emocional. 
 
No se debe dejar de lado que la familia constituye un contexto decisivo 
en el desarrollo de la autoestima de sus integrantes, una buena autoestima en 
adolescentes, se manifiesta en un factor de protección frente a problemas 
emocionales y dificultades comportamentales (Cava, Musitu y Murgui, 2006). 
Considerando lo anterior, es importante retomar el hecho de que tanto en la 
familia como en el ámbito escolar, se puede estimular y propiciar el desarrollo 
de la autoestima. Dentro de dicho desarrollo, está inmersa la formación de 
valores, los cuales constituyen una fuente importante, que contribuye a la 
autoestima y viceversa. 
 
Los valores están relacionados con la autoestima, ya que al igual que 
ésta, se refieren a las concepciones individuales de lo que es preferible por el 
sujeto, o el modo de preferencia que es aprendida dentro del grupo o sistema 
social al que pertenece. Además, los valores mediatizan la percepción que nos 
formamos de los demás y de nosotros mismos; establecen las bases para la 
4 
 
valoración y las acciones de los otros y de nosotros y, también, justifican todo 
tipo de influencia que se pretenda ejercer en la relación con los demás 
(Escámez, García, Pérez y Llopis, 2007). 
 
Lo anterior mencionado, nos lleva a visualizar que tanto la autoestima 
como los valores, juegan un papel sumamente importante durante la etapa 
escolar y a lo largo de la vida, por ello, consideramos importante asignar un 
recurso a través del cual se pueda fomentar dichos temas en los escolares. Y si 
consideramos que en las últimas décadas, la violencia escolar afecta las 
relaciones interpersonales entre los profesores y alumnos (Cava, Musitu y 
Murgui, 2006), además de que se han visto fracturadas las relaciones entre 
alumnos y profesores, hay algo más preocupante aún, y es el maltrato entre 
pares, que al no ser detectado por profesores y/o autoridades escolares, se 
convierte en un factor imprescindible para afectar la conducta de la víctima, la 
cual refleja ansiedad, baja autoestima y bajo rendimiento académico. Al 
respecto, Tamar (2005) menciona que cuando el maltrato se da en ámbitos de 
protección (escuela o familia), éstos afectan la confianza en sí mismo y la 
autoestima de la víctima.En cuanto a los índices de violencia, la Comisión 
Nacional de los Derechos Humanos en el 2011 anunció que México ocupa el 
primer lugar en casos de violencia verbal, física, sicológica y social entre 
alumnos de educación básica de 23 países; y que en México, tres de cada 10 
estudiantes de primaria han sufrido alguna agresión física por parte de un 
compañero. Por eso la importancia de fomentar el desarrollo de la autoestima, 
sin dejar de lado, que a la par se desarrollan los valores como el respeto, la 
solidaridad, la amistad, la cooperación, etc. Y como ya se mencionó, uno de los 
factores que afectan e incrementan la presencia de violencia en todos ámbitos, 
entre otros es la baja autoestima. 
 
Existen varios recursos de los cuales se puede hacer uso para lograr 
éste fin. En el caso del ámbito educativo, no hay excepción, puesto que existen 
recursos didácticos que permiten que la información sea transmitida a los 
5 
 
estudiantes de una manera didáctica y significativa, entre ellos están las 
dinámicas, actividades lúdicas y la narrativa. Ésta última, interés de este 
trabajo, se define como el hecho de relatar, contar, referir, informar acerca de 
algo (Gómez de Silva, 1985, en: Mendoza, 2004), cabe mencionar que aquello 
que se narra debe tener sentido y significado tanto para la persona que narra, 
para quien escucha o lee, puesto que esta capacidad de memoria,es 
indispensable para que la persona lo comunique y alguien más lo entienda 
(Mendoza, 2004). La narrativa permite estimular la capacidad recreativa del 
niño y así, él será capaz de deleitarse y divertirse, sin embargo, hay que 
considerar que conforme avanzan los años, la capacidad recreativa del niño va 
pasando por diferentes etapas, en las cuales se va estimulando el lenguaje y la 
capacidad creativa para imaginar y recrear lo que es narrado, así mismo, se 
estimulan los movimientos, la captación de imágenes, la expresión oral, 
corporal, entre otras aptitudes (Alcobendas, 2005). 
 
Una de las modalidades de la narrativa, son los cuentos, con ellos se 
logra que el niño perciba que el narrador (padres, maestros, etcétera), entra o 
se acerca a su mundo, se siente comprendido y puede compartir sus fantasías 
de una forma segura, de esta manera, el cuento debe tomarse en serio, sentirlo 
como propio, y asimilarlo para transmitirlo, de no ser así no tendrá el efecto 
antes mencionado. Con relación a lo anterior, Pastoriza (1989), menciona que 
los cuentos, al menos en las edades de 8-12 años, permiten que haya una 
ruptura de la realidad a través del elemento mágico, lo cual propicia que los 
niños reafirmen sus valores, ya que previamente, han tenido contacto con el 
bien y el mal, lo justo, lo injusto, y a ésta edad, los niños ya distinguen este 
sistema de valores dentro del cuento narrado. 
 
Con base a lo anterior, el objetivo de este trabajo es presentar una 
propuesta educativa para fomentar el desarrollo de la autoestima a través de la 
narrativa. Para ello, en el capítulo uno, se hablará sobre la importancia del 
desarrollo de la autoestima y formación de valores en escolares, en donde 
6 
 
abordaremos el tema iniciando por el concepto de autoestima, para que 
posteriormente hablemos acerca de los tipos de autoestima. De igual manera, 
hablaremos acerca de tres de los conceptos más importantes que se relacionan 
con la autoestima, éstos son el autoconcepto, la autoimagen y la 
autorregulación afectiva. Muy ligado a lo anterior, se encuentra la formación de 
valores, tema que analizaremos gradualmente es por eso que se tratarán 
algunas de las definiciones más significativas sobre los valores y los tipos que 
existen. 
 
La autoestima puede desarrollarse por medio de varias herramientas 
entre las cuales se encuentra el uso de la narrativa, es por ello, que en el 
capítulo dos abordaremos el tema, con el objetivo de analizar y conocer la 
forma en que el niño asimila los cuentos con el paso de la edad, y la manera en 
que éstos pueden servir como recurso para un aprendizaje significativo. 
 
Por último, en el capítulo tres se presentará una propuesta para fomentar 
la autoestima en niños escolares a través de un cuento. Cabe mencionar, que al 
desarrollar una autoestima alta en los niños escolares, es posible que se 
presenten cambios no sólo en el ámbito personal, sino también en la manera en 
que el niño se desenvuelve en su entorno. Se espera, que al aplicar dicha 
propuesta en niños pertenecientes a un grupo escolar, se presenten 
modificaciones en las relaciones dadas dentro del mismo, ejemplos de ello son: 
un alta autoestima en los niños del grupo, un mejor desempeño en el ámbito 
escolar y mejor dinámica dentro del grupo. 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
1 
DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA Y 
FORMACIÓN DE VALORES 
 
 
Un aspecto importante que subyace en la interacción de las personas en 
ambientes laborales, escolares, familiares y sociales, es la autoestima. A lo 
largo de muchos años, diferentes teóricos han demostrado la influencia que 
ésta tiene sobre las relaciones interpersonales. De la mano del desarrollo de la 
autoestima, va el desarrollo de los valores y su aplicación en la vida diaria, ya 
que ambos intervienen en la formación integral del individuo. Por lo anterior, en 
este capítulo se tiene como objetivo analizar la importancia del desarrollo de la 
autoestima y formación de valores en escolares, para lo cual es importante 
conocer conceptos básicos como lo son la autoestima y los valores, así como la 
postura de diferentes autores respecto al tema. 
 
1.1 Definición de autoestima 
 
Es esencial tener conocimiento sobre los antecedentes del concepto de 
autoestima, para ello, y debido a la diversidad del mismo, tenemos a bien 
basarnos en diferentes autores, por ejemplo, Polaino (2004), quien menciona 
que dicho término se ha desarrollado principalmente en el ámbito de la 
psicología y que es la traducción del término inglés self-esteem, que 
inicialmente se introdujo bajo el contexto de la psicología social y de la 
personalidad, y el cual denota la íntima valoración que una persona hace sobre 
sí misma. Dicho autor, nos dice que la autoestima es la creencia acerca del 
valor propio, el cual es susceptible de dar origen y configurar ciertos 
sentimientos relevantes acerca de uno mismo, de los demás y del mundo. 
 
8 
 
Por su parte, Rojas (2007) afirma que la naturaleza de la autoestima es 
esencialmente subjetiva e invisible, lo que dificulta su estudio, y esto deriva en 
que haya discrepancia en el concepto, mientras que para algunos se trata de 
una respuesta emocional automática y global de aprecio o rechazo hacia uno 
mismo, para otros, es el resultado de la suma de las evaluaciones que hacemos 
sobre nuestros atributos o cualidades. Rojas (2007)menciona que la autoestima 
comprende ambas cosas, el sentimiento de afecto o repulsión que acompaña la 
valoración global que hacemos de nosotros mismos, pero esta autovaloración 
intelectual y afectiva se basa en nuestra percepción positiva o negativa de las 
diversas partes de nuestra persona y de nuestra vida que seleccionamos 
porque las consideramos importantes. 
 
Es importante mencionar que la autoestima se construye 
cotidianamente, además que es cambiante, al respecto Polaino (2004) 
menciona que la experiencia pone de manifiesto que las personas cambian de 
un momento a otro su autoestima e indica que probablemente esto sea en 
función de los espontáneos cambios de su estado de ánimo y de las 
circunstancias que se presentan en su vida cotidiana. Esto desemboca en que 
la autoestima es muy variable de unas a otras personas y de unas a otras 
situaciones. 
 
Aunque la postura anterior es excluyente puesto que en el caso de 
algunas personas, la autoestima suele resistirse a cualquier cambio y 
circunstancia que se le presente; en este caso, se habla de una relativa 
estabilidad, refiriéndonos tanto a los que se estiman bien como en los que se 
estiman mal, y a los que se sobrestiman y los que se subestiman en muy 
concretos y determinados rasgos (Polaino, 2004).En este trabajo considera que 
es importante hablar sobre los factores involucrados en el desarrollo de la 
autoestima, entre los que están los escolares, sociales, físicos y aptitudinales. 
 
9 
 
En referencia a lo anterior, Fraw (1982, cit. en: Cabrera y Patiño, 2008) 
habla de cinco áreas en las que se ubica la autoestima: área social que se 
refiere a los sentimientos del niño o adolescente sobre las relaciones con sus 
amigos, área académica en la cual piensa en su faceta como estudiante, área 
familiar que se refiere a como se siente como parte integrante de su familia, 
imagen corporal cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas y 
autoestima global que es la valoración global que hace de sí mismo. 
 
Además, Poletti y Dobbs (2010), mencionan que la autoestima es el 
resultado de la opinión que una persona tiene sobre sí misma, ya sea de su 
apariencia física, de sus aptitudes, de sus éxitos profesionales y personales, o 
de la riqueza de su vida afectiva. Desde este enfoque, para garantizar el éxito, 
debe existir un equilibrio entre los ámbitos antes mencionados, sólo así, se 
podrá hablar del equilibrio de la estima propia. También se considera que la 
autoestima se construye en el contacto con las personas,ya sean los padres en 
primer lugar, la familia, los amigos y/o los profesores, en este sentido, hay 
influencia de lo que cada individuo percibe de los demás hacia su persona. 
 
Referente a esta influencia que tienen otras personas en la estima 
propia, Pruneda (2003, Cit. en: Acevedo y Carrillo, 2010) concuerda con los 
autores antes mencionados, sosteniendo que la autoestima es construida por 
cada ser humano a partir de las aportaciones que realizan figuras significativas 
con quienes se relaciona desde la infancia, de las que aprende a sentirse bien o 
mal consigo mismo; de esta manera se valora a sí mismo, lo cual la constituye 
como un fenómeno complejo. 
 
Cabe mencionar, que se considera figuras significativas a las personas 
que ocupan un alto nivel de importancia, son influyentes y sus opiniones son 
relevantes. Su influencia también depende de su grado de implicación e 
intimidad, del apoyo social que proporcionan y del poder y autoridad que otras 
personas les proporcionan (Naranjo, 2007). 
10 
 
 
Aunado a esto, De Tejada (2010) afirma que la autoestima es el conjunto 
de vivencias y sentimientos generados en el individuo a partir de las 
experiencias que comparte con personas significativas de su entorno (padres, 
maestros, hermanos, amigos), así como de la auto-observación de sus propias 
habilidades, a través de las cuales se va forjando la seguridad yla confianza en 
sí mismo, dela misma manera que se presenta el sentido de pertenencia a un 
grupo, el grado de aceptación y la percepción de ser competente ante las 
actividades que se le plantean, lo que finalmente lleva al individuo a construir 
oportunamente su sistema del Yo. Sumado a esto, Padrón (1992, cit. en: De 
Tejada, 2010) manifiesta que la autoestima se desarrolla en forma continua a lo 
largo de todo el ciclo evolutivo, sosteniendo que es influenciada por el contexto 
sociocultural en donde el individuo se desarrolla, a lo que Polettiy Dobbs (2010) 
agregan que la autoestima es estática o cambiante y que esto depende del 
contexto en que se encuentra el individuo. 
 
Otro autor, Rogers (1967, cit. en: Acosta y Hernández, 2004)define la 
autoestima como un conjunto organizado y cambiante de percepciones y 
descripciones del sujeto sobre sí mismo. Mientras tanto, Yagosesky (1998, cit. 
en: Acosta y Hernández, 2004) la define como el resultado de un proceso de 
valoración personal que cada quien hace en todo momento, esté o no 
consciente de ello. El individuo percibe dicha valoración como una emoción por 
lo que resulta complejo reconocerla o separarla, por ello afirma que la 
autoestima impacta en el aspecto psicológico y motivacional (Branden, 2001, 
cit. en: Acevedoy Carrillo, 2010). Por su parte, Fraw (1982, cit. en: Cabrera y 
Patiño, 2008) define la autoestima como la discrepancia que existe entre lo que 
pensamos que somos y lo que nos gustaría ser, es decir, cómo valoramos lo 
que pensamos acerca de nosotros mismos. 
 
Como podemos ver, los autores coinciden en que el término autoestima 
denota una valoración que la persona hace sobre sí misma, y que ésta es 
11 
 
influida por las personas y el contexto en el que nos relacionamos. La 
autoestima tiene que ver con la manera en que se perciben los atributos 
propios, ya sea de forma favorable o desfavorable y suele tener modificaciones 
a lo largo de la vida, además que se nutre por la percepción u opiniones de la 
gente que nos rodea, ante lo cual, en este trabajo se busca tener un panorama 
más claro de cuáles son los diferentes factores en torno a la autoestima y su 
desarrollo y con ello, aterrizar una propuesta que sirva para fomentar el 
desarrollo de la misma. 
 
Otros factores, son los sentimientos y conductas que se ven inmersas en la 
autoestima, es por ello que citamos a Olivares (1997; cit. en: Naranjo, 2007), 
quien argumenta que ésta tiene un significado más complejo y, precisa, cuatro 
componentes en su definición: 
 
• El primer componente nos dice que la autoestima es una actitud, ya que 
contempla las formas habituales de pensar, actuar, amar y sentir de las 
personas para consigo mismas. 
 
• El segundo es el componente cognitivo, en donde están presentes las 
ideas, opiniones, creencias, percepciones y procesamiento de la 
información que posee la persona respecto de sí misma. 
 
• Tiene un componente afectivo, el cual incluye la valoración de lo positivo 
y lo negativo, involucra sentimientos favorables y desfavorables, 
agradables o desagradables que las personas perciben de sí mismas. 
 
• Por último, se menciona el componente conductual, porque implica la 
intención y decisión de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento 
consecuente y coherente. 
 
12 
 
Esta valoración que la persona hace sobre sí misma, no muestra una 
manera de presentarse ante los otros, sino que involucra una actitud personal e 
íntima vinculada con el crecimiento y el equilibrio individual, cuando ésto se 
logra, promueve un crecimiento integral, el cual se manifiesta tanto en lo físico 
como en la manera de relacionarse con los demás. Por el contrario, su 
deterioro, puede expresarse en problemas de salud, problemas al relacionarse 
e incluso en dificultades para realizar actividades cotidianas (Dellaere, 2007). 
 
La autoestima suele tener variaciones, dependiendo de la persona y las 
circunstancias en las que ésta se encuentre, lo cual nos lleva a hablar sobre los 
diferentes tipos de autoestima. 
 
1.1.2 Tipos de autoestima 
 
Antes de continuar, nos parece importante hacer hincapié en que existen 
diferentes maneras para tipificar la autoestima. Es importante considerarlo, ya 
que distintos autores, han teorizado con respecto a la autoestima positiva y 
negativa, la estima alta y baja, entre otras; un ejemplo es Padrón (1992 cit en: 
De Tejada, 2010) quien menciona que la autoestima se puede desarrollar mejor 
cuando se experimentan acciones positivamente, como el ser reconocido por 
otros y el respeto y conocimiento de las cualidades o atributos propios. Por ello, 
a continuación se presentan algunos rubros en los que se tipifica la autoestima. 
 
Autoestima positiva y negativa 
 
Para algunos autores, la autoestima suele presentarse de manera positiva y 
negativa. Al respecto Palacios (2000, cit. en: De Tejada 2010) nos dice que la 
autoestima positiva se presenta cuando la distancia entre los datos de la 
realidad y las aspiraciones y deseos es corto o inexistente, y por lo tanto, la 
evaluación de sí mismo es favorable, generalmente, la persona se siente 
exitosa y motivada a proseguir proyectos y conseguir metas. Mientras tanto, la 
13 
 
autoestima negativa se manifiesta cuando la persona pierde esa motivación y 
va acompañada de percepciones pesimistas sobre su persona, se presenta 
cuando notamos que lo que hemos conseguido o lo que somos capaces de 
hacer está alejado de nuestras metas e ilusiones; en este caso, la persona hace 
una valoración desfavorable de su actuación ante el cumplimiento de metas e 
ilusiones (Palacios, 2000. Cit en: De Tejada 2010). 
 
Autoestima alta y autoestima baja 
 
Otros autores tipifican la autoestima como alta o baja. Para Naranjo (2007), las 
personas con una autoestima alta confían en sus percepciones y juicios y creen 
que pueden dirigir sus esfuerzos a soluciones favorables. Sus actitudes 
positivas les permiten aceptar sus propias opiniones y otorgar crédito y 
confianza a sus reacciones y conclusiones, lo cual a su vez les facilita seguir 
sus propios juicios cuando existe una diferencia de opinión y considerar ideas 
nuevas. Esa confianza en sí mismas, acompañada por sentimientos de justicia, 
es probable que les provean la convicción de que es correcta y las animen a 
expresar esas convicciones. 
 
El hecho de que una persona tenga una autoestima alta, resulta ser 
conveniente para la misma, sin embargo, cuando la persona sobrepasa los 
límites de una autoestimaalta, no resulta ser algo positivo necesariamente, 
puesto que la valía que percibe en sí misma suele ser narcisismo o autoestima 
desarrollada en exceso, ésta se evidencia en las personas que piensan que 
pueden hacerlo todo, no aceptan sus errores y tienden a percibir que su 
razonamiento es el único correcto, la sensación extrema de seguridad, evita 
que revisen situaciones en las que su identidad se pone en peligro. Este sujeto, 
ejercita modos de comunicarse que llaman la atención de los demás, pero evita 
contar con otros para efectuar sus actividades y suele reflejar en los demás las 
propia sobrevaloración para crear la falsa ilusión de que todos lo aprecian. 
Impide ver los propios errores, pero favorece la capacidad de acusar y 
14 
 
responsabilizar a otras personas (Dellaere, 2007). Al respecto, Allport (1986, cit. 
en: Ramos, 2004), expresa que la autoestima no consiste en un engreimiento 
ruidoso, sino que es un silencio respetuoso de cada quien por sus propios 
valores además de mostrarse como un factor principal en el éxito o fracaso de 
la realización de una persona como ser humano. 
 
Por otro lado, se habla de baja autoestima cuando las personas tienden a 
la indecisión, temen equivocarse y se consideran incapaces e ignorantes sobre 
cualquier tema o actividad. En este caso, el sujeto no puede apreciar sus 
aptitudes porque las compara con talentos ideales que deposita en los demás. 
Por consiguiente, evita exponerse a situaciones nuevas e involucrarse en tareas 
riesgosas. Este sujeto, se caracteriza por ser nervioso y ansioso, además que 
se muestra insatisfecho y con la percepción constante de que todo lo hace 
incorrectamente. En esta situación, también se manifiesta pesimismo y 
frustración, las cuales derivan en el abandono de su cuerpo al que no asiste 
cuando manifiesta alteraciones. El sujeto percibe rechazo de los demás, pero 
no hace nada por modificar la situación. 
 
Molina (19976, cit. En: Naranjo, 2007) nos dice que las personas con 
baja autoestima presentan características emocionales tales como agresividad, 
timidez, alarde, impaciencia, competitividad, arrogancia, crítica, rebeldía ante 
figuras de autoridad y perfeccionismo, entre otras, las cuales propician 
conflictos en las relaciones interpersonales. 
 
Conocer los tipos de autoestima sobre los que se ha teorizado, nos 
permite abordar el desarrollo de la misma, el cual se presenta en diferentes 
momentos de la vida. 
 
 
 
 
15 
 
1.1.3 Desarrollo de la autoestima 
 
Un factor muy importante, del que dependen la génesis y desarrollo de la 
estima personales, es el tipo de relación que se establezca entre padres e hijos. 
Esta relación desarrollará la autoestima en las muy diversas formas en las que 
luego se manifestará en los hijos cuando sean adultos, ya sea en el modo en 
que las personas perciben que son estimadas por los otros, a la experiencia de 
sentirse queridos, al modo en que experimentan que determinadas cualidades 
personales son consideradas por los demás (Polaino, 2004). 
 
Lo anterior comienza antes del nacimiento, pues los padres ya estiman al 
hijo que vendrá, antes de su alumbramiento, aunque las personas no tengan 
alguna experiencia en ello. Luego, una vez que el niño nace, experimentará de 
continuo la estima de sus padres. A esto se le conoce como apego infantil 
(Vargas y Polaino-Lorente, 1996, cit. en: Polaino, 2004). 
 
Una vez que el niño nace, debe aprender sobre el entorno en el cual se 
encuentra inmerso, al respecto Corkille (1987, cit. en: Ramos, 2004) nos dice 
que los niños nacen sin sentido del Yo y cada uno debe aprender a ser 
humano, ya que la personalidad consciente no es instintiva, sino una realización 
social que aprendemos de la vida en contacto con los demás. Desde el primer 
momento del nacimiento del ser humano, éste comienza a acumular 
información sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea. 
 
Lentamente va notando diferencias entre él y el resto de los que le 
rodean; va tomando conciencia de las cosas, las observa y cuando el cerebro 
termina de formarse y desarrollarse, aprende poco a poco a hablar y así, 
imitando va descubriendo cómo símbolo o palabras le permiten pensar en sí 
mismo, separado de los otros y adquiere conciencia de ello. Aprende su propio 
nombre y desde este momento tiene pleno conocimiento de su persona. Pronto 
aprende qué cosas sirven y qué cosas no le sirven, qué cosas le son permitidas 
16 
 
y qué cosas le son negadas. Gradualmente el ser humano se va formando una 
serie de impresiones y actitudes sobre sí mismo y sobre las personas que le 
rodean (Ramos, 2004). 
 
A la par con el desarrollo del que habla Ramos (2004) debemos 
considerar que es en el ámbito familiar dónde los niños inician a forjar su 
personalidad, y con ella, la valía que tengan de sí mismos. Es por ello que 
Dellaere, en el año 2007 mencionó que la personalidad equilibrada, socializada 
y emocionalmente estable, depende de las condiciones de vida que proponga el 
ambiente familiar y es en éste que el niño interacciona durante sus primeros 
años de vida, las pautas educativas que se den, la evaluación que los padres 
hagan implícita o explícitamente de la conducta que emita y el tipo de 
interacción que se produzca entre el niño y los padres serán las principales que 
van a determinar el autoconcepto y por tanto, la autoestima del niño(Bermudez, 
2000, cit. en: Cabrera y Patiño, 2008). 
 
En añadidura, Polaino (2004) habla de la importancia que tiene el modo 
en el que el niño construye su modelo de sí mismo a partir de la interacción con 
sus padres. Para explicarnos acerca de este tópico, debemos considerar que 
esto se basa en dos modelos prácticos basados en la percepción que el niño 
tiene de sí mismo. El primero, nos dice que el modelo práctico que de sí mismo 
tiene el niño será más seguro, estable y confiado, cuanto mayor apegado haya 
estado a su madre, cuanto más accesible y digna de confianza la haya 
experimentado y cuanto más disponible, estimulante y reforzadora haya sido la 
conducta de su padre. Por otra parte, en el modelo que de sí mismo tiene el 
niño será más inseguro, débil, inestable, desconfiado en función de que perciba 
y/o atribuya a la interacción con sus padres, más rasgos de hostilidad, 
desconfianza, rechazo o dudosa accesibilidad. De estos modelos prácticos que 
el niño autoconstruye, va a depender, en alguna forma, el modo en que más 
tarde supone serán los modos en que los otros respondan a su 
17 
 
comportamiento, dependiendo de ello su valía personal, su estilo emocional 
(autoconcepto y autoestima). 
 
En concordancia con Polaino, Branden (1993, cit. en: Cabrera y Patiño, 
2008) menciona que el medio familiar juega un papel importante en la formación 
de la autoestima del niño, ya que puede producir un profundo impacto para bien 
o para mal. Los padres pueden alimentar la confianza y el amor propio o colocar 
enormes obstáculos en el camino del aprendizaje de tales actitudes, 
transmitirles que creen en la capacidad y bondad de su hijo, o bien lo contrario; 
crear un ambiente en el cual él niño se sienta seguro o inseguro; fomentar el 
surgimiento de una buena autoestima o hacer todo lo concebible para 
subvertirla. 
Branden (1993, cit. en: Cabrera y Patiño, 2008) señala que los padres y 
maestros crean importantes obstáculos para el crecimiento de la autoestima del 
niño cuando: 
• Transmiten que el niño no es "suficiente". 
• Los castigan por expresar sentimientos "inaceptables". 
• Los ridiculizan o humillan. 
• Transmiten que sus pensamientos o sentimientos no tienen valor o 
importancia. 
• Intentan controlarlo mediante la vergüenza o la culpa. 
• Lo sobreprotegen y en consecuencia obstaculizan su normal aprendizaje 
y creciente confianza en sí mismo. 
• Educan al niño sin ninguna norma, sin ninguna estructura de apoyo o con 
normas contradictorias, confusas, indiscutibles, y opresivas.En ambos 
casos inhiben su desarrollo. 
• Niegan la percepción de su realidad e implícitamente lo alientan a dudar 
de su mente. 
18 
 
• Tratan hechos evidentes como irreales, alterando así el sentido de 
realidad del niño. 
• Aterrorizan al niño con violencia física o con amenazas, inculcando 
agudo temor como característica permanente en el niño. 
• Tratan al niño como objeto sexual. 
• Le enseñan que es malvado, indigno o “pecador” por naturaleza. 
En nuestra opinión, dichos obstáculos impiden que el niño desarrolle una 
autoestima óptima que le permita un sano desenvolvimiento en su entorno, por 
ello resulta imprescindible que los padres tengan un trato de respeto hacia sus 
hijos, brindándoles la confianza necesaria para que ellos se expresen y logren 
confiar en sí mismos, sin dejar de lado un ambiente familiar cálido, pero regido 
por normas bien establecidas las cuales evitarán confusiones en el menor. 
 
A medida que el niño crece, los padres, maestros y otros adultos 
gradualmente enseñan y dan ejemplo de los valores, normas y reglas de 
comportamiento de nuestra cultura y que ellos están esperando que el niño 
cumpla; de ésta manera las normas dicen cuáles comportamientos se 
consideran apropiados y cuáles se consideran no apropiados. De acuerdo a 
esto se puede afirmar que la autoestima no es algo heredado, sino que es fruto 
del aprendizaje social (Ramos, 2004). 
 
Las relaciones que se establecen dentro del ámbito familiar, en especial la 
relación entre padres e hijos constituyen un importante factor en la génesis de 
la autoestima, sin embargo esas relaciones no son de todo determinantes, 
puesto que no actúan como causas de la autoestima, aunque sí pueden 
condicionarla en las muy diversas formas en que luego se manifestará en los 
hijos cuando sean adultos. Un ejemplo de esto son los padres que se han 
implicado profusa y significativamente en las relaciones afectivas con ellos 
mismos, sus hijos y viceversa, lo cual corrobora que las relaciones 
interpersonales no son factores determinantes en el desarrollo de la autoestima, 
19 
 
sino que están involucrados todos en conjunto, como lo son las relaciones con 
los otros, la autoimagen y el autoconcepto, entre otras(Polaino, 2004). 
A lo largo de este desarrollo, no debemos dejar de lado el ámbito escolar, 
puesto que el niño aprende no sólo aspectos cognoscitivos sino de relaciones y 
experiencias. En relación a ello, Dellaere (2007) nos hace mención de que la 
etapa escolar, la cual oscila entre los 5 y 12 años de edad, constituye un 
periodo fundamental en el desarrollo de la personalidad, ya que la educación se 
focaliza en todos los aspectos instrumentales del crecimiento intelectual y 
racional. Dentro de este desarrollo de nuestra personalidad, está el desarrollo 
mismo de la autoestima en el cual, la opinión de los otros resulta importante 
para los escolares. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos 
un concepto de cómo nos ven nuestros mayores: padres, maestros, así como 
nuestros compañeros y amigos, y las experiencias que vamos adquiriendo 
(Cabrera y Patiño, 2008). 
 
Ahora bien, es esencial considerar que la importancia de éste trabajo, radica 
en el desarrollo de la autoestima en escolares, ya que es una edad en la que 
van desarrollando su personalidad, así como fortaleciendo el concepto de sí 
mismos y las relaciones interpersonales. Ya en edades posteriores, los y las 
jóvenes empiezan a realizar evaluaciones de sí mismos, comparando aspectos 
tales como los físicos, las habilidades motoras, las capacidades intelectuales y 
las habilidades sociales con sus iguales o con los de sus ideales. Esta 
autoevaluación crítica podría acompañarse de un sentimiento de vergüenza, 
que hace a las personas adolescentes vulnerables a la crítica y al ridículo 
(Naranjo, 2007). 
 
Al comenzar la adolescencia, se empiezan a percibir ciertas contradicciones 
internas del yo, las cuales se van agudizando; en este sentido, la carencia de 
herramientas adecuadas, puede prolongar la situación de conflicto por un largo 
periodo. Después, los jóvenes tienden a atenuar dichas características cuando 
logran la aceptación de sus falencias y reconocen los valores que atesoran. Se 
20 
 
produce entonces una lenta normalización de los atributos y es entonces, 
cuando la personalidad se consolida (Dellaere, 2007). 
 
De acuerdo con Rice (2000, cit. en: Naranjo, 2007) los y las adolescentes 
recogen datos que les permiten evaluarse. Por medio de estos datos se 
plantean hipótesis sobre sí mismos y sobre sí mismas, y examinan sus 
sentimientos y opiniones mediante sus experiencias y relaciones. Además, 
establecen comparaciones de su persona con sus propios ideales y los de otras 
personas. 
 
Para que sea posible fortalecer la autoestima, se han propuesto dos 
condiciones necesarias para ello, éstas son las siguientes: primero que el 
conocimiento personal se fundamente en la realidad, es decir que nos veamos 
tal cual somos, ya que es importante, que la autoestima formada a lo largo de la 
vida, esté fundada en valoraciones fehacientes, de lo contrario puede generar 
consecuencias patológicas; y segundo, que se disponga de un proyecto 
personal realista, que pueda alcanzarse, no importa el esfuerzo personal que 
haya que hacer para ello (Polaino,2004). 
 
Como podemos ver, la autoestima, al igual que el ser humano va 
desarrollándose a lo largo de la vida, el desarrollo y sustento de esta dependerá 
de la edad de la persona, como lo menciona Moavro (2001, cit. en: Cabrera y 
Patiño, 2008), "va madurando conjuntamente con el desarrollo psíquico desde 
la infancia a la madurez, pasando de ser un sentimiento totalmente dependiente 
de los demás en la infancia, a ser internalizado y estable en la adultez cuando 
se ha logrado una identidad firme" (Pag. 69). 
 
La autoestima es una necesidad para el ser humano, es básica y efectúa 
una combinación esencial al proceso de la vida; es indispensable para el 
desarrollo normal y sano. El no tener una autoestima positiva impide nuestro 
crecimiento psicológico. Branden (1993, cit. en: Cabrera y Patiño, 2008) afirma 
21 
 
que cuando se posee "actúa como el sistema inmunológico de la conciencia 
dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja 
disminuye nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida"(Pág. 36). 
 
Con base a los autores anteriormente citados, se puede decir que el 
desarrollo de la autoestima está influenciado por factores diversos, tanto 
escolares, familiares y personales. Es por ello que consideramos en los 
siguientes párrafos abordar los conceptos relacionados directamente con el 
desarrollo de la autoestima, como son el autoconcepto, la autoimagen y la 
formación de valores. 
 
1.2 Conceptos afines 
 
La autoestima se va forjando como ya se mencionó a través de un proceso 
continuo de valoración, pero en este proceso, se presentan diferentes 
subcategorías, una de ellas es el autoconcepto, del cual hablaremos a 
continuación. 
 
1.2.1 Autoconcepto 
 
El autoconcepto se refiere al conjunto de creencias que una persona tiene 
acerca de lo que es ella misma, lo cual se manifiesta en su conducta y se 
fundamenta en las opiniones, valoraciones u opiniones que tienen los otros 
hacia lo que dice o hace. 
 
La construcción del autoconcepto es realizada por la persona en muchas 
ocasiones de forma inadvertida, en función de cuales sean sus experiencias al 
tratar de resolver ciertos problemas. Se considera a este, un instrumento del 
que se valen las personas para integrar los datos de la experiencia y adaptarse 
a la realidad, estableciendo un cierto equilibrio entre el placer y el dolor que se 
22 
 
concitan en su vida y mantener así la propia autoestima. Por consiguiente, una 
de las finalidades del autoconcepto es la de asegurar la estabilidad de la 
autoestima (Polaino, 2004). 
 
Escámez,García, Pérez y Llopis (2007) mencionan que el autoconcepto 
es la organización de las connotaciones afectivas que son expuestas cuando un 
sujeto tiene que responder a la pregunta ¿quién soy yo?, éstas pueden ser 
negativas o positivas, en resumidas cuentas, son los "términos" que una 
persona utiliza para hacer alusión a las características sobre su persona. 
 
A su vez, Torres (2003) define el autoconcepto como el sentido de sí 
mismo, el concepto con el que el niño se da cuenta que es diferente de los 
demás. Según Maccoby(1980, cit. en: Torres, 2003) éste comienza a 
desarrollarse en la persona desde los 18 meses, en donde el niño se reconoce 
a sí mismo ante el espejo, luego, a los 3 años, es capaz de identificar sus 
propias características; después, entre los 6 y 7 años, aparecen las preguntas 
¿quién soy yo? y ¿quién me gustaría ser?, lo anterior se puede resumir en que 
el autoconcepto va evolucionando por medio de la autoevaluación. 
 
El autoconcepto también se considera una construcción de lo que el 
individuo percibe y valora sobre sí mismo y se conforma por diversas 
experiencias socio-culturales que vive el individuo a lo largo del ciclo vital. 
Como constructo, comprende dimensiones cognitivas, afectivas y conductuales 
(Clerici y García, 2010). Al igual que Clerici y Garcia, Musitu (2000) distingue 
esas tres dimensiones antes mencionadas y asume que la cognitiva está 
constituida por múltiples esquemas en los cuales la persona organiza toda la 
información que se refiere a sí misma, mientras que la dimensión afectiva 
corresponde a la autoestima y, finalmente, la dimensión conductual implica 
conductas dirigidas a la autoafirmación o a la búsqueda de reconocimiento por 
uno mismo o los demás. 
 
23 
 
Otra definición de autoconcepto es la de González, Núñez y González 
(1997) quienes afirman que se trata de la imagen que uno tiene sobre sí mismo 
y que se encuentra determinada por la acumulación de información tanto 
interna como externa, la cual se va nutriendo a medida en que el individuo va 
interactuando y teniendo experiencias vivenciales. 
 
Purkey (1970, cit. en: González, Núñez, González y García, 
1997)concuerda con la definición anterior al decir que, el autoconcepto es un 
sistema complejo y dinámico de creencias que un individuo considera 
verdaderas respecto a sí mismo, por lo cual se entiende como las percepciones 
que el individuo tiene sobre sí mismo, las cuales además se forman a través de 
las experiencias con él mismo y con el ambiente. 
 
Para complementar, Musitu, Román y García (1988, cit.en: Jesús y 
Musitu, 2000) se remiten a que el autoconcepto es una serie de 
autodescripciones abstractas, las cuales no implican necesariamente juicios 
devalor. En contraste a éste concepto, aparece el de Purkey (1970, cit.en: 
González, Núñez, González y García, 1997) quien menciona que el 
autoconcepto es un sistema complejo y dinámico de creencias que un individuo 
considera verdaderas respecto a sí mismo teniendo cada creencia un valor 
correspondiente. 
 
1.2.2 Autoimagen 
 
Con el autoconcepto, la persona va formulando una imagen de sí misma, la cual 
alude a la manera en que uno se mira a sí mismo, la percepción corporal o 
física. La autoimagen comprende el conocimiento de características favorables 
y desfavorables, lo cual permite realizar una autocrítica que abarca el 
reconocimiento de errores y de deficiencias (Covarrubias, 2002). 
 
24 
 
Por su parte, Rosenberg (1973, cit. en Cabrera y Patiño, 2008) define la 
autoimagen como una actitud hacia un objeto, aunque es esencial recalcar que 
el término actitud posee alcances bastantes amplios entre ellos, pues se le 
emplea para designar hechos, opiniones, valores y orientaciones favorables y 
desfavorables respecto de sí mismo. 
 
Otra concepción es la de Mézerville (2004, Cit. en: Cabrera y Patiño, 
2008) quien nos dice que la autoimagen se entiende como un verse con 
claridad, semejante a la función de un buen espejo cuando refleja una imagen 
con nitidez, sin alterarla en ninguna forma. 
 
Con relación a la autoimagen, González, Núñez,González García (1997) 
mencionan los contenidos del polo valorativo, los cuales se encargan de 
modular considerablemente los valores de la autoimagen. Los autores hacen 
referencia a que este último aspecto tiene que ver con el concepto de "hipótesis 
interactiva", el cual se basa en la idea de que el autoconcepto final del individuo 
es el resultado de la interacción significativa entre la autoimagen (más o menos 
positiva) y a autoestima (más o menos importante para el sujeto).Los posibles 
resultados en el autoconcepto derivados de la hipótesis son: el positivo, el cual 
se logra cuando el individuo se describe favorablemente, y es capaz de 
identificarse a sí mismo con una autoimagen buena y una estima alta. Por el 
contrario, el negativo se consigue al coincidir una mala autoimagen y un alto 
valor para el sujeto. Es importante destacar la relevancia que tiene la 
comprensión de la imagen que cada persona tiene de sí misma y, también 
respecto de su evaluación. 
 
Naranjo (2007), señala que la autoimagen no es un aspecto estático, ya 
que incluye el conocimiento propio basado en experiencias pasadas, al igual 
que las concepciones que la persona va elaborando sobre su posible evolución 
futura. Este autor menciona que los problemas de la autoestima se asocian con 
una baja autoimagen; sin embargo, también es posible que una autopercepción 
25 
 
de superioridad señale dificultades en este aspecto, dando como resultado lo 
que se denomina como pseudoautoestima, y considera que las metas a lograr 
respecto a la autoimagen, consisten en la búsqueda de un autoconocimiento 
que le permita aumentar su capacidad de percibir de manera equilibrada, tanto 
los aspectos positivos como negativos de su personalidad. 
 
1.3Definición de valores 
 
En la psicología, los valores se asocian con la esfera volutiva, es decir, con la 
manera en que el individuo se va desarrollando emocionalmente, aun en la 
psicología social, los valores se tratan como subjetivos, ya sea que se ubiquen 
en la conciencia individual o social. Se abordan también, como un elemento del 
proceso de socialización del individuo por medio del cual, éste incorpora a su 
subjetividad, las normas y principios sociales. 
 
Según Escámez, García, Pérez y Llopis (2007) un valor como contenido 
de aprendizaje se define como un modo de preferencia, la cual incluye la 
cualidad de la obligatoriedad que es aprendida por el sujeto dentro del grupo o 
sistema social al que pertenece. Es por esta influencia social del grupo de 
pertenencia que el sujeto aprende, como buenos y obligatorios, ciertos modos 
de conducta o estados finales de existencia, puesto que así son considerados 
por el grupo. En relación a lo anterior, Bombino (s/f, cit. en: Giniebra, 2002) 
señala que los valores desempeñan una función de orientación en tanto 
contenidos sociales que son ponderados, defendidos, apreciados, deseados, 
buscados, considerados importantes por toda la sociedad, una parte de ésta o 
por grupos de individuos y que actúan como reguladores del comportamiento 
del sujeto en la esfera de actuación en cuestión. 
 
Mientras que Maggi, Díaz, Madrigal, Ríos y Zavala (1997) definen que 
valor es la condición por la que una persona, cosa o hecho, despierta mayor o 
menor aprecio, admiración o estima. Es decir, un valor nos indica la 
26 
 
importancia, significación o cualidad de algo. Por otra parte, los valores éticos o 
morales son principios de respeto a los cuales las personas sienten un fuerte 
compromiso “de conciencia” y los emplean para juzgar lo adecuado de las 
conductas propias y ajenas. 
 
1.3.1 Tipos de valores 
 
Antes de conocer los tipos de valores, es importante considerar que debido a 
que es un tema lleno de subjetividad, hay muchos “valores” que tienen un 
significado similar, porello, Maggi, Díaz, Madrigal, Ríos y Zavala(1997), 
jerarquizan los valores, lo cual influye al momento de hacer uso de los mismos, 
la jerarquía que presentan es la siguiente: 
• Duración, que hace hincapié en que en la medida en que un valor 
persiste durante más tiempo, es mejor que otro transitorio. 
• Divisibilidad, se refiere a que si un valor incluye al otro, es más 
importante. 
• Fundamentación, si un valor tiene más bases humanitarias sobre las 
cuales apoyar su importancia, es más sólido y preferible; y por último, 
• Profundidad de la satisfacción, la cual dice que si el valor genera más 
satisfacciones, ataca la raíz de los problemas y es más permanente, 
resulta mejor que otro que no reúne estas características. 
 
Una vez conociendo la jerarquización de los valores, tenemos queEscámez, 
García, Pérez y Llopis (2007) clasifica a los valores como instrumentales y 
valores terminales. 
 
Los valores instrumentales son de dos tipos: valores morales y valores de 
competencia. Entendemos por valores morales los que son exigibles a las 
relaciones de una persona con otra, se refiere entonces a los valores de ética 
civil. Los valores morales están ubicados en la categoría de justicia. Los valores 
morales más importantes son la justicia, igualdad, libertad, solidaridad, 
27 
 
tolerancia, la paz y la responsabilidad. En cuanto a los valores de competencia, 
se refieren a la conducta centrada en el punto de vista personal, es decir, los 
valores de competencia se refieren a la realización perfecta de los papeles que 
el sujeto considera que debe realizar. 
 
Los valores terminales o valores de estado final de existencia pueden estar 
referidos al individuo o a la sociedad; por ejemplo, un sujeto puede considerar 
como un valor de estado final de existencia, la paz interior (personal) o la paz 
del mundo, la ausencia de guerra o violencia entre las gentes y los pueblos 
(social). 
 
Por otra parte, Aguilar, González, Loaeza, Guevara, Lamas, Monsiváis, 
Salazar, Sanchez, Soberantes, Stavenhagen, Trejo, Villoro y Woldenberg 
(1997), clasifican los valores en humanos, que son los valores que emanan del 
deseo de ser, de las posibilidades o potencialidades más propias del ser 
humano, aquellas que lo realizan en su propia humanidad, en su propio ser. 
Son los valores que expresan la esencia del hombre, a la vez que van 
transformando y enriqueciendo históricamente con las grandes creaciones de la 
cultura, son valores de paz, libertad, igualdad, justicia, amor y racionalidad, 
entre otros. 
 
En el caso de los valores éticos, éstos se refieren exclusivamente a los 
valores del hombre como persona, su carácter o modo de ser y derivan en los 
valores sociales, los cuales a su vez, surgen debido al proceso de la creación 
de la persona moral, implican la creación de vínculos genuinos desde los cuales 
surgen. Al respecto, Palencia (2006) entiende los valores como cualidades 
humanas reales o deseables de las cosas, que se construyen a lo largo de la 
vida de cada uno de nosotros, y de la interacción diaria que tenemos con los 
individuos, sanos o enfermos pertenecientes a grupos, sociedades o culturas 
iguales o diferentes, donde intervienen aspectos cognitivos, emocionales y 
28 
 
volitivos. Esta interacción nos permite la estimación de las cosas, para construir 
una guía que oriente nuestra conducta a nivel personal y colectiva. 
Sin dejar de lado que, Maggi, Díaz, Madrigal,Ríos, y Zavala(1997), 
mencionan que también hay contravalores que se refiere a los que se oponen 
a un valor concreto (justicia-injusticia), éstos también son llamados antivalores o 
valores negativos. En resumidas cuentas, un antivalor es un obstáculo para el 
desarrollo humano integral y para la convivencia pacífica, libre, fraterna e 
igualitaria. Al respecto, Escámez, García, Pérez y Llopis (2007), afirman que los 
valores se muestran de un modo bipolar, tienen un polo negativo o un antivalor. 
Como tal, estos generan rechazo. Un ejemplo es en el ámbito escolar, en donde 
nos encontramos con que los alumnos conviven con “antivalores” como 
irresponsabilidad, intolerancia e injusticia, lo cual propicia la violencia, 
agresiones y malos tratos. 
 
1.3.2 Formación de valores 
 
Para que la autoestima se mantenga, es necesario que se valga de los valores, 
los cuales tienen funciones como la satisfacción de la necesidad de ajuste 
personal al contexto social, la defensa del yo y el desenvolvimiento de las 
dimensiones personales de conocimiento y de autonomía. Recuérdese que un 
valor es todo objeto, idea, concepción que tiene una significación socialmente 
positiva para un sujeto o grupo y sociedad determinada cuya concreción 
representa un progreso social (Molina y Rodríguez, 1998. Cit. en: Giniebra, 
2002). Tanto la autoestima como los valores se van desarrollando a lo largo de 
la vida de la persona, la perdurabilidad de estos últimos se origina porque, 
durante el proceso de socialización del niño en los primeros años, son 
aprendidos inicialmente cada uno aislado de los demás, de modo absoluto, 
como un todo y en cualquier circunstancia. Además que se considera que los 
valores, regulan moralmente la personalidad; en este sentido, Giniebra (2002) 
agrega los aportes de las diferentes escuelas psicológicas acerca de dicha 
29 
 
regulación y la manera en que los valores se constituyen y participan en la 
misma: 
• Enfoque psicoanalítico: en este enfoque se cita a Sigmun Freud (1971; 
en: Giniebra, 2002), quien plantea la existencia de tres instancias 
fundamentales en la estructura de la personalidad. En opinión de Freud 
las normas y los valores sociales se interiorizan (introyectan), a partir de 
un mecanismo de defensa del yo, o principio de la realidad, que es la 
identificación, lo que posibilita la formación de una instancia de la 
estructura de la personalidad llamada Super-yo. Esta última tiene una 
función conciliadora o de control que regula los impulsos (necesidades) 
que emanan del ello (principio del placer) y cuya satisfacción debe 
realizarse de acuerdo a las exigencias sociales, se entiende por estas 
últimas a aquellas normas aceptadas socialmente, por lo que los valores 
cumplen básicamente para esta teoría una función de regulación de la 
conducta social. Giniebra encuentra esta posición como una concepción 
teórica estática, puesto que trata de explicar todos los fenómenos 
subjetivos y objetivos de una forma especulativa, sobre la base de 
necesidades y deseos reprimidos por el propio hombre, que encuentra 
"freno" en los social, pese a esto, rescata que esta corriente destaca el 
papel que juega e modelo adulto en el mecanismo de identificación, así 
como la importancia de la vida afectiva en el desarrollo de una 
personalidad sana. 
• Enfoque conductista y neoconductista: en él, la formación de valores es 
concebida como un proceso de aprendizaje de conductas sucesivas a 
partir de los mecanismos de imitación social, de recompensa y castigo, 
entre otros, que actúan como reforzadores de dichas conductas. De esta 
manera se obvia la mediatización de los procesos psicológicos internos 
del individuo en el proceso de adquisición de los valores. Al respecto se 
encuentra que este enfoque reduce el concepto de valor, que si bien 
tiene su expresión en el comportamiento y que se forma a partir del 
mismo (acciones externas), constituye sólo un indicador necesario pero 
30 
 
no suficiente de la presencia de valores morales (Colectivo de autores, 
2001; en: Giniebra, 2002). 
• Enfoque cognitivo: en dicho enfoque se citan a autores como Piaget 
(1932; en: Giniebra, 2002), quien habla de un proceso de interiorización 
(de lo externo a lo interno) de los valores, lo cual ocurre del plano de las 
acciones externas al plano mental. Este autor plantea el concepto de 
autonomía moral, el cual sirve de base para explicar la naturaleza de las 
normas y valores, así como su origen.La concepción de este enfoque 
absolutiza el papel de lo cognitivo en el proceso de regulación moral, 
reduciendo todo el funcionamiento del individuo en ésta área, al 
desarrollo intelectual. En referencia a este enfoque Giniebra coincide con 
Kon (1990;en; Giniebra, 2002) quien plantea que el desarrollo intelectual 
es una condición necesaria, y que sin embargo, esta no suficiente para el 
desarrollo moral. La conducta del individuo depende no sólo de cómo 
éste comprende el problema que tiene ante sí, sino también de la 
preparación psicológica para cualquier acción. La formación de las 
instancias morales internas y del "yo moral", con el que el individuo 
relaciona sus motivos y conducta, es el resultado de la ampliación 
conjunta del grupo de acciones y de la responsabilidad, de desarrollo del 
intelecto, de las emociones y la voluntad, que ocurre durante la actividad 
práctica del individuo". 
• Enfoque humanista: en sentido general, puede decirse que la posición 
humanista nos aporta elementos que nos dicen que el sujeto tiene 
tendencia a la autorrealización de sus potencialidades y capacidades, 
tanto intelectuales, como éticas y humanas. En particular, los valores 
participan como elementos reguladores de la actuación personal y la 
manera de apropiarse de ellos dependerá, en gran medida de las 
condiciones de actividad y comunicación por las cuales haya transitado 
el sujeto en su historia personal de vida, con la consiguiente posibilidad 
de ser ajustadas, en la medida de lo posible, con fines educativos a 
través de la socialización, así como también de la propia posición activa 
31 
 
del sujeto que lo asume, en un proceso complejo de construcción de su 
propia subjetividad. 
• Enfoque Histórico-Cultural: este enfoque pone énfasis en la 
determinación histórico social del desarrollo humano, estableciendo una 
serie de principios que permiten explicar de manera acertada la relación 
existente entre lo interno y lo externo, lo subjetivo y lo objetivo, la relación 
entre cognición y afecto entre otros. Vigotsky, creador del enfoque 
histórico-cultural, explica la génesis de las funciones psíquicas 
superiores, en particular la conciencia. Al formular la ley genética de 
desarrollo señala: "cualquier función psicológica superior en el proceso 
de desarrollo se manifiesta dos veces, en primer lugar, como función de 
la conducta colectiva; luego como capacidad interior de la actividad del 
proceso psicológico en el sentido estricto y exacto de la palabra" 
(Vigotsky, 1989; en: Giniebra, 2002).Esta ley ayuda a comprender la 
relación entre lo externo y lo interno, así como la relación entre lo 
objetivo y o subjetivo en el proceso de subjetivación de los valores, 
problema ampliamente discutido en la Psicología contemporánea. 
Una de las consecuencias que se derivan del planteamiento de este 
postulado se refiere a lo que se constituye en el individuo como 
subjetividad, es decir, lo psíquico, es consecuencia de la acción social 
del sujeto en el contexto de las relaciones interpersonales (Arias, 1999; 
en: Giniebra, 2002) De ahí que sea posible plantear que los valores 
como formaciones psicológicas surgen y se desarrollan sobre la base de 
interacción con los otros, en el proceso de socialización con los otros, en 
el proceso de socialización del individuo durante su historia de vida. 
 
Cabe mencionar que cada valor es resultado de la interacción social y se 
transmite y preserva de generación en generación por una o varias instituciones 
sociales, siendo las más representativas: la familia, el sistema educativo, las 
iglesias, las organizaciones políticas y sindicales que, coordinadas entre sí, la 
mayoría de las veces unas instituciones refuerzan los valores que las otras han 
32 
 
transmitido al sujeto (Escámez, García, Pérez y Llopis, 2007). Con respecto a 
esta teorización, Fernández, Luquez, y Leal (2010), mencionan que la familia es 
la célula básica de cualquier sociedad y el principal agente de socialización del 
niño, así como también se considera el punto de partida para la construcción de 
valores. De igual manera, sostienen que los valores se aprenden a través de la 
interacción diaria y las experiencias vividas, tanto en el ámbito familiar como en 
el entorno social y dentro de éstos, el ámbito escolar se considera un puente 
para influir en los educandos, en su conducta, en su conciencia y en su ética. 
 
Otro punto de referencia es el de Juárez (2003, cit en: Fernández, 
Luquez, y Leal, 2010), quien considera que la formación de valores debe 
hacerse desde lo racional y lo afectivo, ya que las emociones y los sentimientos 
conforman un punto central de dicha formación puesto que interactúan en el 
comportamiento moral individual y colectivo. De esta manera, se deben crear 
competencias socio-afectivas tanto para el manejo de emociones como para la 
canalización oportuna de conflictos, con ello se podría garantizar una 
convivencia armónica. 
 
Por lo anterior, es imprescindible tener en cuenta que los valores están 
ligados a la cultura, la historia, a los individuos y a las circunstancias que 
enfrentan. Influyen en nuestra forma de pensar, nuestros sentimientos y formas 
de comportarnos, éstos se proyectan a través de actitudes y acciones ante 
personas o situaciones concretas, por lo que se puede concluir que un factor 
importante en el desarrollo de los valores es la autoestima, que al igual que los 
valores, se ha ido construyendo y transformando a través de la historia, 
manifestándose en diversas maneras en culturas y grupos humanos diferentes. 
Maggi, Díaz, Madrigal, Ríos, y Zavala(1997) mencionan que los valores se 
integran mediante la reflexión, la interacción con el medio y la práctica social, 
junto con el desarrollo de las capacidades cognoscitivas, la personalidad, las 
habilidades técnicas y las destrezas operativas. La práctica social es el espacio 
de relaciones donde se constituyen los vínculos requeridos para producir y 
33 
 
reproducir la cultura. En ésta se forjan las experiencias y se genera la 
socialización de los individuos, también, se ponen en juego las capacidades 
humanas y se potencian o limitan las posibilidades de realización. Finalmente, 
es la que contribuye en los sentimientos, pensamientos y actitudes del 
individuo. Es en base a ello, que podemos decir que el individuo absorbe la 
información de su entorno social, la cual se transmite por medio de la 
interacción con los otros y con las experiencias diarias, sin dejar de lado que 
esta interacción se presenta en diferentes ámbitos de convivencia inmersos en 
la cultura (amigos, familia, escuela, etc.) Dichas experiencias e interacciones 
inmersas en un contexto cultural, son las que determinarán la autoestima, ya 
que influyen en los sentimientos, pensamientos, y personalidad del individuo. 
Fabelo(2001) como los autores anteriormente citados, concuerda en que los 
valores cobran sentido sólo en relación con el hombre, con su vida, su salud, su 
educación, su bienestar y con la satisfacción de sus necesidades. De igual 
forma, menciona que los valores abarcan el conjunto de fenómenos que poseen 
significación positiva para el desarrollo progresivo de la comunidad. 
 
1.4 Valores y autoestima 
 
Como ya lo habíamos mencionado, la importancia de este trabajo radica en que 
el desarrollo de la autoestima y los valores, los cuales juegan un papel crucial 
en la vida del escolar. Al respecto, retomamos la formulación de Fernandez, 
Luquez, y Leal (2010), quienes aducen que los problemas de convivencia en el 
ámbito escolar, se presentan por falta de motivación, de incentivos, de valores, 
de comunicación y de poco deseo por aprender, aunado a una baja autoestima; 
y sostienen que cuando los alumnos interactúan directamente con sus 
emociones de goce o entusiasmo, su cerebro produce endorfinas, lo cual 
permite un grado de satisfacción, en este caso dentro delámbito escolar. Al 
respecto de la autoestima, mencionan que es a través es del autoconocimiento, 
autorregulación y motivación que se pueden cultivar los valores en los 
escolares, tanto para su vida escolar como en su evolución personal y social. 
34 
 
Entonces, en este trabajo se considera que el desarrollo de los valores puede 
ayudar a fortalecer la autoestima, mediante la adquisición de virtudes como la 
lealtad, la prudencia la discreción y finalmente, todos ellos encausan en el 
respeto y la responsabilidad que debemos tomar, no sólo como estudiantes, 
sino también como integrantes de una sociedad falta de valores. 
 
La conciencia de nuestro valor personal, permite captar con mayor 
sensibilidad el sentido de nuestra dignidad. La autoestima se fortalece cuando 
se reconocen los valores que están asentados en tu vida. Si se fomenta la 
autoestima, el individuo está mejor dispuesto para desarrollarse, es más 
productivo y puede establecer un mejor trato con los demás. Los valores que 
se refuerzan gracias a su autoestima son: independencia y facilidad para 
ayudar a otros y dejarte ayudar por ellos, capacidad y acierto en la toma de 
decisiones (Aspe y López, 1999). 
 
Allport (1986, cit. en: Ramos, 2004) considera que la autoestima es la 
que determina la felicidad de cada persona por ser en gran parte un concepto 
que abarca sentimientos tales como: la integridad, honestidad, compasión, 
respeto, amor, seguridad y equilibrio que el individuo siente por sí mismo, y de 
sí mismo. El sí mismo viene a representar el núcleo del propio ser. 
 
Según Satir (1992, cit. en: Ramos, 2004), el factor crucial tanto dentro de 
las personas como entre ellas en todos los niveles económicos y sociales y en 
todas las edades, es el concepto de valor individual que cada quien tiene de sí 
mismo: integridad, honestidad, responsabilidad, compasión y amor, entre otros, 
valores que influyen fácilmente en la persona con autoestima alta. 
 
Finalmente, autores como Medrano y Aierbe (2008), hablan sobre la 
importancia que actualmente tiene el contexto en el que nos desarrollamos 
durante la infancia y la juventud, dentro del cual se experimentan cambios 
culturales que repercuten en la construcción personal. Mencionan que un 
35 
 
ejemplo de los cambios culturales, son los medios de comunicación, los cuales 
influyen sobre la construcción de identidad y la transmisión de valores entre los 
adolescentes, es por ello que la construcción de la identidad y de los valores 
está ligada al contexto donde se desarrolla la persona. 
 
A lo largo de este capítulo, pudimos observar que a la par con la 
autoestima se van desarrollando y fortaleciendo los valores formados por la 
escuela, la familia y la sociedad, de tal forma que ambos van construyendo la 
personalidad del individuo de manera integral. Es importante mencionar que no 
se puede deslindar la autoestima de los valores y viceversa, ya que para que 
exista una autoestima positiva, el individuo debe estar permeado de valores 
como responsabilidad, respeto, solidaridad, tolerancia, entre otros. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
2 
 
LA NARRATIVA COMO UNA ESTRATEGIA 
DIDÁCTICA 
 
En el capítulo anterior vimos algunas perspectivas que se tienen sobre la 
autoestima, en el que clarificamos que hay diferentes factores involucrados en 
el desarrollo de la misma, como son autoconcepto, autoimagen, los valores y la 
relación con los otros, por ello, no podemos dejar de lado la concepción de que 
la autoestima es un proceso integral y continuo, el cual se va desarrollando a 
través de diversos medios y estrategias a través de los cuales puede ser 
fomentada, como lo es la narrativa. Por lo tanto en este capítulo, 
profundizaremos sobre su conceptualización, estructura e importancia; de igual 
manera, analizaremos la forma en que el niño asimila los cuentos con el paso 
de la edad y la manera en que éstos pueden servir como recurso para un 
aprendizaje significativo. 
 
Es importante aclarar, que la narrativa no sólo es un recurso del cual se 
vale la literatura, sino que éste, también es implementado por la Psicología. 
Encontramos la narrativa en el área clínica, educativa y social. McEwan y Egan 
(1998) sostienen que la narrativa no sólo son textos filosóficos y literarios, sino 
que son todos los relatos que el hombre pone en práctica, los cuales tienen una 
acción transformadora. Tal como lo menciona Mendoza (2004), se encuentra 
presente en nuestra vida diaria, pues hacemos uso de este medio al relatar 
algún acontecimiento significativo, por ende podemos decir que la narrativa está 
en todas partes. 
 
Otro factor importante es que, todo o casi todo, se da a los niños a través 
de imágenes, debido a la masificación de la tecnología los niños reciben las 
mismas imágenes sobre determinado tema, con ello su imaginación creadora 
limita su función de reproducción, es decir, los niños ya no buscan relatos 
37 
 
ficticios, sino que lo que hacen es apropiarse de lo que la tecnología les hace 
ver, luego entonces limitan su imaginación a simples imágenes preestablecidas 
(Pastoriza, 1981). Parte de lo que queremos clarificar es que los cuentos se 
mueven en el mundo de lo imaginario, en donde regularmente se nos saca del 
tiempo cronológico para sumergirnos en el tiempo afectivo donde sólo importa 
la existencia de los valores (Pastoriza, 1981). Por ello, a continuación se 
enlistan algunos de los conceptos y modalidades de la narrativa y 
posteriormente, lo relativo a los cuentos. 
 
2.1 Conceptualización 
Antes de entrar de lleno al impacto de la narrativa en escolares, se debe 
conocer el concepto de narrativa. Primeramente, nos referiremos al término 
narrar, el cual según Gómez de Silva (1985, cit. en: Mendoza, 2004) se refiere 
a "relatar", "contar", "referir", informar acerca de algo. Al respecto, Pimentel (s/f) 
señala que narrar es un acto discursivo con propiedades particulares que lo 
pone en una relación especial con el enunciador como con el contenido y/o 
referente a su enunciado, por otro lado, McEwan y Egan (1998) conceptualizan 
la narrativa como la estructura, el conocimiento y las habilidades necesarias 
para construir una historia, es decir los relatos de actos que por lo general 
involucra seres humanos y animales, consideramos relevante hacer mención de 
que un texto narrativo es una estructura que relata una historia real o ficticia a 
través del lenguaje oral o escrito (Moncayo, 1990). 
 
Al respecto, es importante puntualizar que como acto discursivo, la 
narrativa juega un papel trascendental en el lenguaje, por ello consideramos 
adecuado referir algunos puntos sobre Vigotsky y su tesis, antes de entrar de 
lleno a lo que es la narrativa y sus antecedentes. 
 
 
 
 
38 
 
 
2.2 El papel del lenguaje en la narrativa 
La tesis que sostiene Vygotsky acerca de la génesis del lenguaje, afirma que 
éste es una fuente de unidad de las funciones comunicativas y representativas 
de nuestro entorno, en este sentido, el lenguaje tiene un desarrollo específico 
con raíces propias en la comunicación prelinguística y que no depende 
necesariamente del desarrollo cognitivo, sino de la interacción con su medio; 
aludiendo a lo anterior, el lenguaje es definido como una función que se 
adquiere a través de la relación entre el individuo y su entorno ya que, 
biológicamente, posee las estructuras necesarias para crear signos de 
comunicación verbal. (Zegarra y García, s/f). 
 
Ahora bien, es importante rescatar que el lenguaje primeramente surge 
como medio de comunicación del niño con los otros y posteriormente se 
convierte en una habilidad del niño, la cual le permite conceptualizar su 
realidad. De esta manera, el lenguaje se aprende en relación con los adultos o 
compañeros, una vez aprendido, se internaliza y es entonces cuando permite 
razonar, planear y organizar el mundo, en

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