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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA La unidad y la diversidad en Psicología: revisión y reflexiones TESIS Que para obtener el título de Licenciado en Psicología P R E S E N T A Emanuel González Álvarez DIRECTOR DE TESIS Mtro. Rubén González Vera Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A Dios, quien es lo único indispensable en estricto sentido en esta vida. Gracias por estar siempre ahí sin importar las circunstancias, por todas y cada una de las bendiciones que han sido tan palpables a lo largo de mi vida académica, por tu paciencia y fidelidad para conmigo, por tus correcciones y disciplina siempre con amor, por tener una palabra para mí cuando me acerco a ti, por la sabiduría y la guía que me has otorgado hasta ahora en cada paso de este camino, por la cruz y tu salvación, por ser quien eres y por lo que me das y lo que no me das. A mis padres Rafael y Berenice, cuyo apoyo ha sido incondicional e invaluable en todo sentido. Desde lo material, pasando por lo emocional, intelectual, espiritual y afectivo, sé que siempre han estado ahí disponibles y dispuestos a escucharme y ayudarme en la medida de lo posible. Esto y más se los debo a ustedes y sé que Dios en su infinita sabiduría me dio a los mejores padres que pude haber tenido jamás. Gracias a los González y los Álvarez por todo su amor. A mi hermana Rebeca, mi compañera de toda la vida con la que he pasado una y mil cosas tanto buenas como malas. Porque a pesar de ser más pequeña siempre ha sido un ejemplo para mí en muchos aspectos y me inspira a desarrollarme como persona constantemente. A mi estrellita que me acompañó durante los mejores 6 años y medio que alguien puede pasar a lado de una persona, y aunque no terminamos esta etapa juntos, sé que ahora brilla con más fuerza que nunca en la vida de otras personas. Gracias por todo tu esfuerzo y apoyo incondicional a cada instante. Nadie como tú, Ericha Steen. A mis 2 amadas instituciones: IPN y UNAM, a quienes les debo haberme formado no sólo como alumno sino como persona en diversos aspectos. Espero algún día poner su nombre en alto en otros lados como lo han hecho hasta hoy. A todo mi maravilloso grupo 52, con quienes la universidad fue lo mejor que he vivido hasta ahora. Gracias por toda la disposición a ser un verdadero grupo y por poner de su parte y humor a pesar de los días pesados. A mis colegas más cercanos: Daniel, David, Leslie, Tayde, Pamela, Juan Manuel y Maythe. De corazón gracias por todo su apoyo en todos los sentidos y por siempre esforzarse conmigo para sacar adelante cualquier proyecto. Aprendí, reí y disfruté cada segundo con ustedes, y espero en Dios seguir haciéndolo. A mis amados hermanitos de JcD-FESI: Isra, Benji y Aldo, mis mayores apoyos; Magui, Lily, Chío y Juan, mis líderes; Itzehel, Mady, Fabi, Itzel, Ale, Ilse, Yael, Edgar, Yeraldin y Mich, mis compañeros; Eve, Brenda, Migue, Jesús, Yeimi, Ivonn, Abi, Dey, Gaby, Viri, Rubén, Brisa, Tai, Aleks y Germán, mis hermanos “menores”; y al resto de los chicos JcD con los que coincidí durante este tiempo. Gracias a Dios por sus vidas y por este hermoso ministerio, pues sé que parte de Su propósito para mi vida en esta escuela era conocerles y crecer juntos. Fue una experiencia que nunca olvidaré. A aquellos que desde hace un año me han ayudado a reconstruirme como persona: Pame, Nim, Vero, chicos y chicas de Seattle, y chicos y chicas de Ramsgate. Gracias por recordarme que vivir es increíble y por demostrarme el dicho <<tant qu’il y a de la vie, il y a de l’espoir>> (“mientras haya vida, hay esperanza”). A todos y cada uno de los profesores que he tenido en mi vida académica, y en especial a aquellos que me dieron no sólo conocimientos sino también enseñanzas de vida. Gracias por no rendirse y por creer que se pueden formar profesionales mexicanos con la capacidad suficiente para competir a nivel mundial. Un agradecimiento especial a mis asesores de tesis: prof. Rubén, profra. Norma y prof. César, por hacer posible este proyecto que comenzó como una mera idea. A mis 2 iglesias: “Dios es amor” y “El Mesías”. No nombro a todos mis amigos por temor a omitir alguno, pero gracias por su cobijo, apoyo, confianza en mí y por ayudarme a crecer y aprender. Gracias especiales a aquellos que han sido un poco más cercanos a mí: Mayito y familia, Mimi y familia, y Roni. “Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” 1 Samuel 7:12 “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” 1 Corintios 15:57 Soli Deo Gloria Tesis Texto escrito a máquina Capítulo 1 Aproximación a la caracterización de ciencia y Psicología 1.1. ¿De dónde surge la ciencia?............................................................................ 7 1.2. ¿Qué es ciencia?.............................................................................................. 8 1.3. Características de la ciencia……………………………………………………... 10 1.4. Concepto de paradigma………………………………………………………….. 15 1.5. Métodos científicos………………………………………………………………... 17 1.6. Clasificación de las ciencias……………………………………………………… 20 1.7. La ciencia como proceso y sus productos……………………………………… 22 Capítulo 2 Planteamientos fundamentales sobre unidad en Psicología 2.1. ¿Qué es unidad? …………………………………………………………………. 26 2.2. Propuestas sincréticas en Psicología...…………………………………………. 27 2.3. Propuestas eclécticas en Psicología …………………………………………… 29 2.4. Integración de modelos psicológicos……………………………………………. 34 2.5. Propuestas unitarias en Psicología……………………………………………… 38 Tesis Texto escrito a máquina Introducción…………………………………………………………………….................…………. 1 Tesis Texto escrito a máquina Índice Tesis Texto escrito a máquina 3.1. Diversificación de corrientes psicológicas……………………………………… 41 3.2. Pluralismo de alternativas en Psicología……………………………………….. 44 Capítulo 4 Perspectivas de la Psicología con respecto a la unidad vs diversidad 4.1. Teorías conductual, cognitivo-conductual e interconductual…………………. 49 4.1.1. Teoría conductual……………………………………………………….. 49 4.1.2. Teoría cognitivo-conductual……………………………………………. 54 4.1.3. Teoría interconductual………………………………………………….. 56 4.2. Teoría psicoanalítica……………………………………………………………… 60 4.3. Teoría humanista………………………………………………………………….. 69 4.4. Teoría cognoscitiva……………………………………………………………….. 73 4.5. Teoría histórico-cultural…………………………………………………………… 79 5. Conclusiones…………………………………………………………………………. 85 5.1. Filosofía de la ciencia y filosofía en Psicología………………………… 85 5.2. Estado actual de la Psicología…………………………………………… 86 5.3. La Psicología como ciencia………………………………………………. 87 5.4. ¿Unidad o diversidad en Psicología?................................................... 89 5.5. Psicología conductual…………………………………………………….. 92 5.6. Psicología interconductual…….………………………………………..... 93 5.7. Psicología cognitivo-conductual...…………………………………..…… 94Tesis Texto escrito a máquina Planteamientos fundamentales sobre diversidad en Psicología Tesis Texto escrito a máquina Capítulo 3 Tesis Texto escrito a máquina 5.8. Psicología cognoscitiva…………………………………………………… 94 5.9. Psicología histórico-cultural………………………………………………. 95 5.10. Psicología humanista…………………………………………………..... 95 5.11. Psicoanálisis……………………………………………………………… 97 5.12. Biopsicología……………………………………………………………… 98 5.13. Propuestas………………………………………………………………... 98 5.14. Ejes para estudios futuros……………………………………………... 101 Bibliografía…………………………………………………………………………...… 103 “A ese movimiento, todos aquellos haraposos y revueltos músicos comenzaron a tocar, cada uno por su lado, y el anfiteatro se llenó de silbidos, de sollozos, estruendos, estertores, acordes estridentes, de frases musicales rabiosas y lacerantes que hacían pensar en un concierto demoníaco… en un momento dado no se contentaron con tocar sus desarmónicos instrumentos sino que comenzaron a cantar, a gritar, a aullar, a silbar, a ulular, como pretendiendo transformar aquella satánica sinfonía en la exasperación de un crescendo frenético y demoníaco” Giovanni Papini, “Una fiesta pavorosa” “La psicología del siglo XX parece un inmenso mural con una gran cantidad de sujetos pintados de todos los colores, ya por esquizofrénicos industriosos, ya por un ejército de trabajadores pertenecientes a centenares de oficios sin relaciones mutuas y a escuelas rivales. No se advierte ninguna pauta o regularidad” Mario Bunge, “Filosofía de la Psicología”, pág. 40 “- Profesor Seligman, ¿cuál es el estado de la Psicología hoy en día? - No suficientemente bueno” Entrevista en CNN a Martin E. P. Seligman (ex presidente de la APA), 1998 1 INTRODUCCIÓN “[La psicología] ¿Es una ciencia? ¿En qué sentido lo es? Y, si lo es, ¿es una? ¿O más bien la palabra designa ciencias distintas y modos de conocer diferentes? ¿En qué consiste la diversidad patente de la psicología actual? ¿Hay algún fundamento para defender, dentro de esa diversidad, la unidad básica de la ciencia psicológica?” (Yela, 1996, p. 327). Hoy en día es común oír la expresión “las Psicologías” en lugar de “la Psicología”. ¿Por qué se hace una distinción de este tipo? ¿Por qué no es algo que se escuche en alguna otra ciencia? Se oye hablar de “la” Física, “la” Química, “la” Historia, etc., pero al momento de hablar de Psicología pareciera haber una dificultad en definir qué es exactamente lo que estudia o hace dado que hay tantas opiniones y argumentos al respecto como corrientes teóricas en esta disciplina. Como señala Eysenck (1986) sobre el conductismo y el psicoanálisis: “[e]l hecho de que los dos bandos de la psicología no han logrado converger, ha impedido alcanzar aquí la unidad esencial que caracteriza a una ciencia genuina” (p. 14). El mismo autor precisa más adelante que: “… la gente piensa de veras que algo anda mal en la psicología y [...] en general, no hay que confiar en los psicólogos; [...] la psicología, como el dios Jano de los romanos, tiene dos caras harto diferentes, y [...] eso hace bastante dudosa cualquier pretensión de ser una <<ciencia>>” (p. 14). La división de corrientes en Psicología y la carencia de acuerdo entre ellas es una realidad innegable que data casi desde sus inicios. Cualquier autor sensato reconoce que es un tema que sigue en discusión, sin importar desde qué enfoque lo plantee (Álvarez, Arce, Cardona, Crispín, Ortega, Plascencia, Rocha y Sánchez, 2002; Ardila, 2010; Braunstein, 2003; Bunge y Ardila, 2002; Carro y De la Cuesta, 2012; Corchado, 2012; Feldman, 2003; Galicia, 2016; García, 2006; Gutiérrez, 2011; Mares y Carrascoza, 2016; Marx y Hillix, 2005; Pérez y Cuevas, 2016; Ribes, 2009a; Ribes, 2009b; Ribes, 2011; Tous, 2005; Vargas, 2011; Velasco, 2016; Yela, 1996). 2 La variedad de concepciones acerca de qué es (o qué debería ser) la Psicología ha generado que los conceptos, métodos de estudio y aplicaciones sean no sólo múltiples sino hasta contradictorios (Bunge y Ardila, 2002; Peláez, 2009), y no obstante aun las nociones más contrarias llegan a tener similitudes entre sí (Mares y Carrascoza, 2016). Por ejemplo, en el siglo pasado Piaget y Vygotsky discutían acerca de qué fenómeno ocurría inicialmente: el aprendizaje o el desarrollo. Mientras Piaget argumentaba a favor del último, Vygotsky abogaba por el primero. Así, la epistemología genética sostenía que era necesario tener cierto nivel de maduración biológica antes de poder llevar a cabo algunos aprendizajes (un niño de 2 años no puede resolver una ecuación por ejemplo), mientras que la corriente histórico- cultural notaba que era posible potenciar el desarrollo neurobiológico mediante la interacción del individuo con su medio (las redes neuronales de un obrero no son iguales a las de un científico debido a sus actividades por ejemplo). El caso anterior ilustra una incompatibilidad entre dos corrientes psicológicas, pero hay casos en los que aún corrientes concebidas como totalmente contrarias tienen puntos en común, como en el caso del psicoanálisis y el conductismo. Ambas nociones están de acuerdo en que el ser humano tiene una voluntad menguada por agentes que están fuera de su control. La similitud queda hasta ahí, pues el psicoanálisis plantea que el control del comportamiento está presente en el inconsciente, concepto inherente al sujeto de acuerdo con Freud, y el conductismo lo adjudica a los estímulos ambientales que inciden sobre el organismo. A ello se suma la propuesta del humanismo, el cual retoma la voluntad como factor fundamental en el comportamiento humano, y la del modelo cognitivo-conductual que hace hincapié en la influencia del mundo mental de la persona en su conducta. Las cosas se complican en mayor medida mientras más corrientes se consideren. Las implicaciones de este tipo de situaciones son diversas. Por ejemplo, la aplicación de alguna técnica psicológica (sea de la corriente que sea) en busca de la solución de alguna problemática presente en la vida de alguna persona en el ámbito clínico dependerá del terapeuta en cuestión y su teoría. Si bien cada 3 corriente puede argumentar a favor de su modo de trabajo, la confusión que hay a nivel teórico hace cuestionarse qué resultado puede obtenerse y si éste será provechoso para quien solicita el servicio o no. El problema puede extenderse aún hasta el mismo concepto de ciencia. Enfoques como el conductismo o el interconductismo procuran apegarse lo más posible a lo que hoy en día es considerado como ciencia, mientras que otros modelos como el humanismo se preocupan menos por el rigor para llevar a cabo su estudio y más por la persona en sí. Otros más como el psicoanálisis o la psicosomática han tenido que optar por crear una epistemología propia y diferente a la positivista para poder realizar sus investigaciones. Sin importar qué enfoque se adopte cada corriente intentará demostrar que sus concepciones son científicas, dando así no sólo argumentos a favor de sus teorías sino también cuestionando el concepto mismo de ciencia y formulando propuestas al respecto con el fin de justificar sus planteamientos. ¿Es posible entonces una reconciliación entre las distintas corrientes psicológicas? Esta pregunta es difícil de responder. Algunos contestan “sí” o “no” de manera tajante, pero lo cierto es que a pesar de los intentos de propuestas para resolver este problema hay una falta de comunicación severa entre corrientes. Esto ha causado que varias críticas de una corriente hacia otra sean debido a un entendimiento erróneo acerca de sus planteamientos más que por la condición de verdad o falsedad de éstos. Distintos psicólogos han hecho intentos previos para solucionar este tipo de problemas. Hay quienes proponen retomar elementos de cada corrientee integrarlos en una sola teoría, otros optan por aceptar el supuesto de lo complejo que es el estudio de la Psicología y por tanto dejar a cada corriente como está dado que una sola no es suficiente para explicarlo todo, y otros más abogan por la existencia de una única corriente y el rechazo a las demás. Sin embargo, aún no hay un consenso al respecto, como se verá a continuación. 4 Eysenck (1986) pone en cuestión dos diferentes posturas psicológicas (psicoanálisis y conductismo), proponiendo a la personalidad como único objeto de estudio de la Psicología. Por su parte, Yela (1996) señala la diversidad y disparidad presente en la Psicología (misma que permanece hasta el día de hoy) y considera que hay razones para elaborar una ciencia psicológica unificada que pueda superar estas dificultades. González (2003) concibe un equilibrio entre la unidad y diversidad en psicología: unidad en sus principios teórico-metodológicos, pero diversidad en el desarrollo aislado de cada uno de dichos principios. A su vez, Ardila (2010) propone el paradigma de la síntesis experimental del comportamiento como una alternativa unificadora de las distintas escuelas psicológicas existentes. Por otra parte, Porras (2011) aboga por la permanencia de cada enfoque psicológico y rechaza las intenciones de unificación de los mismos. Finalmente, Lopez y Moreira (2014) proponen la existencia como objeto de estudio de la Psicología con base en una revisión histórico-filosófica de ella. Como puede notarse las propuestas al respecto abundan, pero tal pareciera que son pocos los dispuestos a tomarlas en cuenta y/o a discutirlas ya que, aunque todo indica que ningún enfoque en Psicología está cerrado al diálogo con otras perspectivas, dicha actividad no es algo que se procure comúnmente. Ya sea a favor o en contra de una Psicología integrada, no cabe duda que éste es un tema del que no deja de hablarse, pues como señala Yela (1996): “A los psicólogos nos urge la tarea de idear estrategias que favorezcan la unidad en el modo de elaborar coordinadamente teorías, someter a prueba hipótesis diversas en puntos conflictivos, de organizar la publicación de resultados sin exclusivismos de escuela y organizar coherentemente el trabajo profesional. Porque si la unidad es posible, merece la pena trabajar por ella” (p. 345). La Psicología quiere ser ciencia, sólo que aún no sabe cómo, ni de qué. Habrá entonces que revisar primero qué es una ciencia y qué características tiene, para entonces verificar si la Psicología puede considerarse como una y si no, qué aspectos debe cambiar y/o cubrir para serlo. 5 Por tanto, el objetivo del presente escrito es analizar las distintas posturas sobre las posibilidades de unidad o diversidad en Psicología, para posteriormente evaluar diferentes propuestas de la posible unidad o diversidad en Psicología. Para ello, en el primer capítulo se hará una revisión general del concepto de ciencia, cómo se lleva a cabo esta actividad humana y de qué manera se realizan sus productos (teorías, leyes, etc.) con miras a aplicarlos en alguna esfera del ámbito social. Posteriormente, en el capítulo dos se considerarán las propuestas sobre unificación en Psicología que existen actualmente (a saber: sincretismo, eclecticismo, integración y unitarismo), así como ejemplos concretos de cada una de ellas que se han postulado hasta el día de hoy. En el capítulo número tres se hará una revisión de la contraparte a la unificación, es decir, la apuesta por la diversidad. Aquí se encontrarán una serie de diferentes proposiciones que pueden llevar el título de “pluralismo”, aunque en distinto sentido cada una pues hay diversos tipos de éste. En el capítulo cuatro se dará una breve introducción a los planteamientos generales de cada uno de los enfoques en Psicología más sobresalientes a nivel histórico y en la actualidad: conductuales, cognitivo, histórico-cultural, humanista y psicoanalítico; para subsiguientemente enunciar qué postura tienen respecto a la dificultad de la que trata el presente escrito. Finalmente, se discutirá el estado actual de la Psicología y la adherencia de cada corriente a los parámetros postulados para considerar un estudio como científico, se bosquejarán algunas propuestas respecto a estos dos puntos, y se plantearán algunos ejes y cuestionamientos útiles para futuros escritos relacionados al presente tema. “Un poco de ciencia aleja de Dios, mucha ciencia acerca de nuevo a Dios” Louis Pasteur “Aun cuando parezca paradójico, la mayoría de las personas que se dedican a la investigación científica y que contribuyen al desarrollo y progreso de la disciplina que cultivan, no podrían formular con precisión su concepto de lo que es la ciencia, ni fijar los propósitos que persiguen, ni detallar los métodos que emplean en sus estudios, ni justificar esos métodos” Arturo Rosenblueth, “¿Qué es la ciencia?”, Obras 8, pág. 248 “Nada está resuelto en esta vida… y hay cosas que no se van a poder resolver” Rubén González Vera (profesor de Psicología), hablando sobre ciencia, 2012 1. APROXIMACIÓN A LA CARACTERIZACIÓN DE CIENCIA Y PSICOLOGÍA 1.1. ¿De dónde surge la ciencia? La ciencia busca producir conocimiento. Parte de su origen se mencionará en el apartado siguiente, lo que ahora compete es bosquejar los fundamentos filosóficos de la ciencia: la ontología y la epistemología. La ontología es una rama de la filosofía dedicada al estudio del ser. Esto quiere decir que busca ciertas regularidades de la realidad per se, o sea, fenómenos que existen independientemente de que sean o no observados y/o pensados por alguien. Intenta responder a las preguntas “¿De qué está hecho el mundo? ¿Cuál es su estructura, su naturaleza?” (Dávila, 1996). Por su parte, la epistemología es la rama de la filosofía que se dedica al estudio del conocimiento humano. Responde a la pregunta “¿Cómo conocemos el mundo de manera válida?” El conocimiento humano es el resultado de procesos abstractos llevados a cabo por el propio hombre con base en eventos reales, lo que busca la epistemología es otorgar una guía para que ese resultado sea lo más apegado posible a lo que en verdad sucede en dichos eventos, aunque esto no sea completamente alcanzable. Para lograrlo, se requiere de confianza en ciertos supuestos indemostrables, como la existencia del mundo real, la validez de los sentidos para percibir el mundo o las regularidades en la sucesión temporal de los eventos percibidos (Bunge y Ardila, 2002; Rosenblueth, 2005). Puede decirse que la ontología postula qué es el mundo, la realidad; y la epistemología el cómo podemos saberlo. Históricamente, ha habido dos tendencias filosóficas para elaborar el conocimiento humano dentro de la ciencia: el idealismo y el materialismo (Yela, 1996). La ontología del primero afirma que la base de toda realidad es algo trascendental a lo que puede verse a simple vista (una sustancia ideal), y la del segundo que el mundo material es la base de todo lo que existe o puede conocerse (Camero, 2004). En cuanto a epistemologías, la idealista desconfía de los sentidos como medio de acceso a la esencia de esa sustancia ideal, por lo cual es necesario 8 llevar a cabo razonamientos sobre los fenómenos observados para dar lugar al conocimiento. Así, lo ideal va más allá de lo palpable. Por su parte, el materialismo considera que todo conocimiento es producto de las sensaciones y el trabajo neurológico en el cerebro, por tanto, su base es materia y de esta manera, no hay porqué creer que alguna idea es engendrada gracias a un ente inmaterial. Puntos a destacar son, por una parte, que ambas tendencias surgen de distintos estratos sociales: el idealismo de la clase alta y el materialismo de la clase baja, lo cual ha dado lugar a usos de ellas conintenciones de satisfacción de intereses propios de uno y otro bando (Bernal, 2005). Por otra parte, ha habido intentos de reconciliación entre ambas nociones, pero sin mucho éxito aparente (Bunge y Ardila, 2002; Dávila, 1996). Una vez aclarados estos temas que influyen en la concepción y forma de hacer ciencia, se procederá a una aproximación al significado e implicaciones de este término. 1.2. ¿Qué es ciencia? A lo largo de la Historia el hombre ha tenido dudas acerca de sí mismo y de lo que le rodea, por lo que ha hecho el intento de dar explicaciones satisfactorias al respecto. No obstante, su necesidad por desarrollar nuevas y mejores técnicas para cumplir con las tareas cotidianas a las que se enfrenta lo ha obligado a hacer un estudio cada vez más profundo de su entorno (y de sí mismo), pues requiere tener control sobre algunas cosas (Camero, 2004; Kantor, 1990; Russell, 1983). Debido a esto nacieron diversas maneras para desarrollar conocimientos: mística, religiosa, científica, cotidiana/sentido común, etc. Para efectos de este escrito se hablará únicamente de la forma científica. Dar una definición de ciencia es un tanto difícil dado que es un concepto que ha ido cambiando a lo largo de la Historia y hasta el día de hoy sigue siendo discutido en cuanto a qué debe estudiar, cómo debe ser y hacerse, entre otras 9 cosas. Postular una definición única y completa implica dejar de lado aspectos importantes, incluir otros que no lo son y frenar su desarrollo (Bernal, 2005; Rosenblueth, 2005). Sin embargo, una aproximación para llevar a cabo tal tarea no es algo descartable. Etimológicamente, “ciencia” proviene del latín scientia, palabra que comenzara a usarse entre el 1220 y el 1250 d.C. y que proviene del verbo scire, traducido como “saber” (Corominas, 1987; Ferrater, 1964). Ahora bien, según Rosenblueth (2005), “… podemos admitir que la ciencia es el conocimiento ordenado de los fenómenos naturales y de sus relaciones mutuas. Que el conocimiento científico se ocupa de los aspectos reproducibles de la naturaleza. Que el hombre de ciencia quiere sistematizar y legislar la experiencia pasada y predecir y controlar la futura” (p. 257). A su vez, Ferrater (1964) señala que, “La ciencia es un modo de conocimiento que aspira a formular mediante lenguajes rigurosos y apropiados —en lo posible, con auxilio del lenguaje matemático— leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos. Estas leyes son de diversos órdenes [...] Todas tienen, empero, varios elementos en común: ser capaces de describir series de fenómenos; ser comprobables por medio de la observación de los hechos y de la experimentación; ser capaces de predecir —ya sea mediante predicción completa, ya mediante predicción estadística— acontecimientos futuros”. (p. 284). Para Bunge (1990) la ciencia es un “conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible” (p. 6). Se puntualizará cada uno de estos aspectos más adelante. Kantor (1990) menciona que 10 “La ciencia consiste en la interconducta pasada y presente de personas con cosas y eventos cuyos rasgos (estructuras, relaciones, acciones) están interesados en conocer y controlar, además de los productos de tales actividades (investigaciones) en forma de descripciones, teorías y leyes” (p. 24). Cruz (2004) señala que la ciencia es “el conocimiento verdadero acerca de las causas de las cosas, que se ha ido adquiriendo progresivamente mediante la experimentación y el estudio razonado” (p. 31). Finalmente, Bernal (2005) comenta que la ciencia puede entenderse en cinco sentidos, a saber: a) como una institución social, b) como un método, c) como una tradición que acumula conocimiento, d) como un factor que mantiene y desarrolla la producción y, e) como una influencia importante en la conformación de opiniones y actitudes respecto al universo y al hombre. Propuesta muy similar es enunciada por Sokal y Bricmont (1998, en Fernández, 2001). Si bien no es una revisión exhaustiva, puede notarse que de manera consistente en sus distintas acepciones ha persistido la concepción de ciencia como una forma de generar conocimiento con ciertas características particulares. Esto implica que hay diversas formas de conocimiento (místicas, religiosas, sentido común, etc.) y por tanto la ciencia es sólo una parte de ese total (Bunge, 1998; Ferrater, 1964). Dado que es posible diferenciar entre varias maneras de producción de conocimiento humano, cabe preguntar qué peculiaridades distinguen a la ciencia del resto. 1.3. Características de la ciencia Sintetizando las características atribuidas a la ciencia por Artigas (1992), Bernal (2005), Bunge (1990), Bunge (1998), Bunge y Ardila (2002), Camero (2004), Carro y De la Cuesta (2012), Dávila (1996), Ferrater (1964), Gutiérrez (1990), Kerlinger y Lee (1985), Rojas (1985), Rosenblueth (2005) y Russell (1983), así como 11 de las definiciones retomadas anteriormente de ciencia, se hará una lista de ellas en orden alfabético: 1. Actitud crítica: la ciencia siempre duda de sí misma. Busca constantemente aclarar, precisar, cuestionar y superar los conocimientos producidos en otros ámbitos sociales y/o dentro de sí. 2. Capacidad de descripción: reporta los sucesos que ocurren en un fenómeno de manera cronológica. 3. Capacidad explicativa: determina el por qué ocurre un fenómeno de cierta forma y no de otra. Va más allá de enunciar sus causas. 4. Capacidad de predicción: con base en los saberes generados acerca de algún suceso, es capaz de afirmar qué ocurriría en situaciones similares. Esta predicción por lo general es en términos de probabilidad, buscando siempre que sea lo más alta posible. 5. Control: intenta no sólo profundizar sino poder manejar en la medida de lo posible las influencias y variables que puedan afectar su estudio manteniéndolas al mínimo. Esto es necesario para observar a detalle las relaciones entre variables en un fenómeno, o incluso entre dos fenómenos de la manera más pura posible. 6. Dinamismo: se considera que la realidad está en constante cambio y construcción/transformación. Por ello es imposible conocerla a cabalidad. 7. Exactitud: los resultados de las investigaciones deben ser repetitivos y consistentes a lo largo del tiempo. De no serlos, se proporciona una explicación al respecto. 8. Falibilidad: el conocimiento generado puede fallar, ser falso o estar incompleto, y por ello el científico debe estar dispuesto a admitir el error en su trabajo (al menos idealmente). Estas inconsistencias generan que se continúe haciendo investigación a fin de lograr un conocimiento más acorde con la realidad. 12 9. Falseabilidad: dado lo anterior, cualquier conocimiento científico debe ser susceptible de demostrarse como falso o de encontrarse algún error en él. El no hacerlo implica que dicho saber está completo y se acercaría más a la definición tradicional de dogma que de conocimiento científico. 10. Filosofía/racionalidad: parte de supuestos filosóficos al considerarlos como verdaderos y necesarios para construir conocimiento, y sus explicaciones son lógicas, con todos los postulados que esto conlleva. “Cualquier razonamiento o procedimiento [científico] que viole estas reglas [lógicas] es inadmisible” (Rosenblueth, 2005, p. 49). 11. Lenguaje empírico-formal: quiere decir que “… evoca con una forma conceptual, con un concepto, una abstracción, la experiencia sensible, la resume y la explicita [...] Capta lo inmediato y dado por la experiencia y lo explicita y explica en forma de sus relaciones causales” (Dávila, 1996, p. 93). Son explicaciones conceptuales que dan cuenta de las causas de fenómenos estudiados a partir de la observación de sus efectos. Así, se ordena lo real en generalidades y principios comunes. 12. Lenguaje formal: utiliza formulaciones que tengan una aceptaciónuniversal (por tanto, son abstractas). No expresa ningún conocimiento sobre la realidad en sí, dado que enuncia la forma (mas no el contenido) de un evento. El uso del lenguaje matemático es un ejemplo de ello. 13. Lenguaje hermenéutico: intento por comprender (no explicar) la realidad desde una interpretación de su significación. Considera tanto los acontecimientos como el significado que los sujetos les dan, así como la relación entre éstos y su ambiente. 14. Método: utiliza procedimientos ordenados y dirigidos a la obtención de conocimiento acerca de un objeto de estudio. 15. Objetividad: busca ser completamente neutral (o por lo menos lo mayormente neutral posible) al reportar el cómo y el porqué de los fenómenos estudiados sin prejuicios de tipo moral, influencias de opiniones o tendencias para favorecer alguna explicación preferida por quien lleva a cabo este trabajo. 13 16. Objeto de estudio: cada ciencia estudia un segmento de la realidad en particular, sobre el cual se emitirán juicios al término de cada investigación. Es un concepto constituido por la teoría y el método. 17. Proceso: la ciencia construye, verifica y somete a pruebas las explicaciones que proporciona, de manera constante. 18. Racioempirismo: “… en ella [la ciencia] las ideas desempeñan un papel tan importante como las experiencias” (Bunge y Ardila, 2002, p. 90). Cualquier planteamiento debe tener la mayor correspondencia y congruencia posible con el evento al que hace referencia. 19. Realismo: la ciencia se ocupa de la realidad tangible y no de cuestiones metafísicas, es decir, que trasciendan a la realidad. Es un error decir que lo metafísico es irreal porque no puede demostrarse científicamente; lo medular aquí es que la ciencia no se interesa por cuestiones metafísicas, pero no tiene evidencia para considerarlas falsas. 20. Sistemática: todos los elementos del conocimiento científico están ordenados y conectados entre sí de manera coherente. 21. Verificable: los hallazgos son susceptibles de comprobarse por terceros. Quizá la característica más fundamental de las enlistadas es la primera, pues históricamente es la que ha dado lugar a las demás y es la que permite replantear y reformular tanto el concepto de ciencia como las características que debe tener este tipo de conocimiento. No obstante, Rosenblueth (2005) destaca que la presencia de un solo rasgo en alguna situación no permite llamarla ciencia pues es ignorar los demás rasgos también importantes. Es necesario considerar también sus limitaciones, pues cada vez es más común dentro de los contextos académicos el planteamiento de la imposibilidad de la ciencia para dar respuesta a absolutamente todo (Artigas, 1992; Dávila, 1996; Cruz, 2004). Según Craig (Carter Presidential Center, 1998), hay por lo menos cinco puntos que la ciencia no puede probar: 14 1. Verdades lógico-matemáticas. Dado que la ciencia las presupone como verdaderas para elaborar conocimiento a partir de ellas. 2. Verdades metafísicas. Tales como decir “el mundo externo es real”, “hay otras mentes como la mía” o “el pasado fue real”. 3. Creencias éticas. Ciertos científicos consideran que pueden dar ciertas pautas para ello, pero no demostrar estas creencias como tal. 4. Juicios de valor estético. Se refiere a comprobar que algo es “bello” o “feo”. 5. La ciencia per se. No es posible justificar la ciencia por medio del método científico, pues la ciencia se basa en supuestos no demostrables como se verá en el siguiente apartado. Como señala Meyer (en Strobel, 2014): “Irónicamente, decir que la ciencia es el único engendrador de la verdad es contradictorio, porque la declaración en sí no puede ser probada por el método científico. Es una supuesta autoderrota filosófica” (p. 88). Rosenblueth (2005) concuerda con los primeros dos puntos y el cuarto, aunque lleva a cabo una revisión más a fondo al respecto. Ahora bien, como se mencionó anteriormente, el concepto (y por tanto, el método) de ciencia ha sufrido cambios a lo largo de la historia. Por ejemplo, en la época de Isaac Newton el conocimiento científico se consideraba como absoluto mientras que hoy en día se concibe como relativo. A pesar de ello la ciencia siempre ha buscado la esencia de lo que su etimología indica, es decir, saber. Si bien los científicos cada vez son más conscientes de aquellos factores que pueden permear el saber que generan (contextos sociohistóricos, ideologías propias, etc.) esto no quita la intención de conocer la realidad tal cual es. No por ello se debe eliminar al sujeto cognoscente y los sesgos que pueda tener al momento de generar algún conocimiento como pretendía el positivismo comteano, pues éste es parte de la realidad y por tanto entra en uno de los principales objetivos de la ciencia: conocer la realidad. Aun autores que buscan el mayor grado de objetividad posible como 15 Kantor (1990) proponen distintas revisiones al trabajo de cualquier científico, incluyéndolo a él como parte del objeto de estudio en un determinado momento. ¿A qué se debe que el concepto de ciencia cambie con el tiempo? No hay una respuesta única dado que intervienen factores filosóficos, científicos, tecnológicos, históricos, sociales, culturales y más. Sin embargo, en esta búsqueda del saber, el concepto de ciencia y sus cambios se han visto influenciados en buena medida por un fenómeno conocido como paradigma, y es lo que se verá a continuación. 1.4. Concepto de Paradigma Existen distintas concepciones de paradigma. En palabras de Cruz (2004) “… en general, por paradigma suele entenderse, el punto de vista global con el que los científicos de una época indagan e interpretan el mundo natural” (p. 48). Así, un paradigma es una idea general o suposición de la que se parte y se considera cierta al momento de hacer ciencia. De éste a su vez se desprenden teorías que indican cómo estudiar la realidad a partir del paradigma, incluyendo conceptos, métodos y criterios de validez (Bernal, 2005). Thomas Kuhn fue quien dio a conocer este término. De acuerdo con él, un paradigma tiene vigencia durante algún tiempo hasta que se encuentra con fenómenos que no es capaz de explicar y por tanto es sustituido por otro que pueda explicar tanto lo que el paradigma anterior podía como los nuevos fenómenos, aunque no por ello se deben despreciar las enseñanzas históricas del antiguo (Bernal, 2005; Kuhn, 1996). No obstante, el cambio de un paradigma por otro es gradual, pues la comunidad científica suele resistirse a él por diversos motivos (es lo que puede notarse en la historia de la ciencia). Quizá la mayor implicación de este término es que la concepción de la realidad desde el punto de vista científico nunca estará completa, y por tanto cualquier propuesta será una aproximación a la realidad y no la verdad absoluta (Artigas, 1992; Cruz, 2004; Dávila, 1996). De manera ideal un cambio de paradigma 16 será progresista, es decir, cada vez más cercano a explicar la realidad; pero la historia de la ciencia muestra que no siempre es así dado que a veces hay retrocesos o aparentes progresos que en realidad sólo causan confusión (Dávila, 1996; Kantor, 1990). Puede decirse entonces que un paradigma intenta contestar a las preguntas: ¿Qué es la realidad (o el universo, o incluso el hombre)? ¿Cómo funciona? ¿Por qué? Una vez que se responden estas preguntas se puede comenzar a construir conocimiento científico a partir de ahí, aunque a veces puede ocurrir de manera inversa, o sea, generalizar cierta concepción de un fenómeno hacia la realidad, universo o ser humano (Dávila, 1996). Podría objetarse que entonces “la realidad” (o el universo, o el hombre) no es más que lo que el ser humano concibe como tal y que la verdad es más bien un consenso y no una valoración objetiva de los fenómenos, pero esto no es necesariamente cierto.Como comenta Artigas (1992): “[l]a verdad es costosa [...] pero podemos alcanzarla si ponemos en cada caso los medios oportunos. Por lo menos, podemos saber qué es lo que sabemos y lo que no sabemos” (p. 30). Por otra parte, es indispensable la contrastación entre los juicios que se hacen acerca de la realidad y la realidad misma a fin de hacer las adecuaciones necesarias para tener un conocimiento más objetivo (Cruz, 2004; Gutiérrez, 1990; Rojas, 1985). Aún ante esto podría decirse que al hacer una contrastación se estaría empleando lo que se concibe como “realidad” en lugar de la realidad en sí, pero si esto fuera completamente cierto no habría ningún tipo de progreso científico, y la historia muestra lo contrario a través de las llamadas “revoluciones científicas”, las “falseabilidades” hechas en distintas teorías o bien los cambios de “programas de investigación” (Cruz, 2004). ¿Cuál es, entonces, el papel de los paradigmas en la ciencia, y cómo se deben manejar? En palabras de Bernal (2005): “La humanidad ha tenido en todos los tiempos una “Gran Tradición” [paradigma], en la cual se incluyen las bases de lo que en cada época se ha considerado como 17 una creencia verdadera y como acción justa [...] El desarrollo y los cambios de esta gran tradición no pueden ser comprendidos sin la ciencia, pero, del mismo modo, la ciencia tampoco puede ser comprendida a menos que se le considere como parte natural de la tradición común” (p. 75). Es importante señalar una limitación de lo dicho en esta sección. Lazcano (2016) comenta que tanto Kuhn como Popper constantemente hacen referencia a la Física para dar ejemplos sobre sus postulados sobre la filosofía y la historia de la ciencia. Quizá haya entonces que preguntarse si estos dos aspectos no debieran hacerse para cada ciencia y no de manera general. No sólo la historia y la filosofía de cada ciencia son distintas sino también su forma de trabajo, es decir, su método, lo cual se verá a continuación. 1.5. Métodos científicos La forma de hacer ciencia no siempre ha sido igual. Dependiendo de diversos factores como la postura filosófica, la epistemología, la época histórica, entre otros, es el procedimiento adoptado para acercarse a la realidad y su explicación. Así, se han utilizado maneras causales, dialécticas, metafísicas, axiomáticas, hipotético- deductivas, inductivas, inductivo-deductivas, a priori-deductivas, experimentales, etc. a las cuales se les denomina globalmente como método (Camero, 2004). De acuerdo con Guitérrez (1990): “La palabra método viene del griego (meta, al lado; ódos, camino) y significa: al lado del camino. Es el camino o procedimiento adecuado para conseguir una finalidad” (p. 271). Russell (1983) comenta que el método científico “consiste en observar aquellos hechos que permitan al observador descubrir las leyes generales que los rigen” (p. 27). A su vez, Consuegra (2010) define el término método como “el camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de 18 antemano de manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar un determinado fin que puede ser material o conceptual” (p. 184). Warren (1979) finalmente comenta que el método es un “modo sistemático y general de trabajar, especialmente para lograr verdades científicas” (p. 220). Anteriormente se examinó que la ciencia busca generar saberes acordes con la realidad. Para lograrlo se apoya en diversos procedimientos intelectuales y manuales según el fenómeno en cuestión (Bernal, 2005). Estos modos de estudio comparten ciertas características (Gutiérrez, 1990): 1. Proporcionar una guía: contiene pasos a seguir que dan seguridad para la consecución del fin esperado. 2. Ahorro de esfuerzos: al ser una guía, utilizar un método evita que se actúe sin orientación ni objetivos claros sobre lo que se busca saber. 3. Uso del análisis y la síntesis: regularmente se utilizan inducciones al estudiar casos particulares y buscar luego la ley universal (yendo del efecto a las causas o de lo particular a lo general, es decir, análisis), o deducciones al comprobar si una ley universal se cumple en un caso particular (yendo de lo general a lo particular o de la causa al efecto, es decir, síntesis). 4. La necesidad de demostración: tanto lógica (es decir, con explicaciones argumentadas) como empírica (dando evidencia al respecto). Así, para generar un conocimiento cumpliendo los criterios que toda ciencia posee se deben seguir ciertas normas. Rojas (1985) comenta al respecto: “… el proceso de la investigación científica [...] utiliza instrumentos teóricos, metodológicos y técnicos y se basa en criterios y reglas las cuales se ajustan en el contacto directo que se tiene con el objeto de estudio” (p. 123). Esta última parte es importante, pues deja ver que cualquier método científico no es inflexible a sufrir ciertas modificaciones que se ajusten al fenómeno en cuestión (Camero, 2004). Como señala Gutiérrez (1990): 19 “En realidad, el método, a pesar de las protestas de muchos, sólo está dado con el fin de auxiliar a la persona que lo ha de utilizar. No es, ni mucho menos, un conjunto de reglas anquilosadas que ya perdieron su vigencia. El método es el camino más apropiado para conseguir una finalidad. Sentirse aprisionado por las reglas metódicas es no haber entendido su esencia” (p. 271). Ahora bien, constantemente se oye hablar del método científico. Cierto es que hay uno con los pasos ya conocidos: planteamiento del problema, formulación de objetivos e hipótesis, propuesta de procedimiento, prueba de hipótesis, evaluación de resultados y conclusiones (Salkind, 1997); no obstante, puede hablarse de métodos científicos en plural, pues dependiendo lo que se interese conocer es que se han hecho adecuaciones para conseguir el saber esperado (Camero, 2004; Rojas, 1985). Puede hablarse entonces de distintos métodos: de ciencias naturales, ciencias sociales, ciencias formales, experimentales, no experimentales, cuasiexperimentales, cuantitativos, cualitativos, biográficos y un largo etcétera que a su vez desembocarán en investigaciones exploratorias, descriptivas, correlacionales o explicativas (Hernández, Fernández y Baptista, 1998; Salkind, 1997). No obstante, es necesario señalar que cualquier método que pueda considerarse científico tiene limitaciones. Como menciona Russell (1983): “En general, no habrá método para pensar en todas las hipótesis posibles, o, si lo hay, se encontrará que más de una de ellas es compatible con los hechos. Cuando sucede esto, el hombre de ciencia adopta la más sencilla, como hipótesis de trabajo, y sólo acude a hipótesis más complicadas cuando nuevos hechos prueban que la hipótesis más sencilla es inadecuada” (p. 66-67). Asimismo, remarca la duda sobre la validez de una inducción, lo difícil que puede ser inferir algo no comprobado y el carácter extremadamente abstracto que puede tener la inferencia hecha, lo cual da menos información que el lenguaje común sobre un evento. 20 Una última puntualización es la relacionada al exceso de valoración al método experimental y las matemáticas dentro de la ciencia. Distintas personas suponen que si una explicación no es comprobada por medio de la experimentación y/o las matemáticas, entonces no puede ser considerada científica. No obstante, esto es falso. Como se vio antes, es el método el que debe adaptarse al objeto de estudio y no al revés, por lo cual la creencia de la capacidad del método experimental para dar cuenta de toda la realidad carece de sentido. Camero (2004) señala: “La experimentación, pues, sigue siendo básica, indispensable, pero no para todas las ciencias, porque hay algunas que no recurren a ella para ser legitimadas” (p. 168). El mismo autor comenta que incluso en las ciencias naturales no siempre es posible la aplicación del métodoexperimental. De igual forma, Russell (1983) enuncia: “… una ley puede ser muy científica sin ser cuantitativa” (p. 65). Rosenblueth (2005) también concuerda en ello. Para concluir, puede decirse que el método es la manera puntual en que se obtendrá la respuesta a un problema previamente planteado, con el fin de generar un conocimiento que se considere científicamente válido con base en las características de la ciencia ya revisadas. Es indispensable que cualquier método sea planeado con el mayor rigor posible, a fin de evitar confusiones y conseguir un juicio sobre el evento estudiado lo más objetivo y completo posible. Dado que hay que considerar el fenómeno en cuestión y adaptar el método a él, han surgido propuestas de clasificación de estos fenómenos, todos ellos componentes de la realidad, como se verá en el siguiente apartado. 1.6. Clasificación de las ciencias Cada ciencia estudia una serie de fenómenos distinguibles (mas no completamente divisibles necesariamente) entre sí. Entre dichos fenómenos hay algunos que guardan una relación más próxima entre ellos que otros, como por ejemplo los propios de la Física con los de la Química o los de Historia con los de Sociología, a diferencia de los de la Biología y los de la Astronomía. 21 Es por ello que han brotado clasificaciones de las ciencias, agrupando a las que tienen mayor proximidad en sus objetos y fenómenos de estudio dentro de uno u otro conjunto. Sin embargo, quizá una de las distinciones más importantes últimamente es la que se da entre ciencias naturales y ciencias sociales (Dávila, 1996; Velasco, 2016). Las ciencias naturales son aquellas que estudian fenómenos que ocurren en la naturaleza con relativa independencia a la intervención humana en ella. Ejemplos de ellas son la Física, la Química o la Biología. Las ciencias sociales por su parte se dedican al estudio de fenómenos propios de agrupaciones humanas, mismos que surgen como resultado de la interacción inter e intragrupal. Ejemplos de ellas son la Sociología, la Antropología o la Economía. A ellas podrían agregarse las ciencias formales, dedicadas al estudio de entes abstractos y que contribuyen, como señala su nombre, a darle una forma (no un contenido) a la realidad (Bunge, 1990). La Lógica y las Matemáticas son ejemplos de ellas. Históricamente se ha considerado que las ciencias naturales (sobretodo la Física) son el modelo a seguir para cualquier disciplina que pretenda ser ciencia, debido a los avances y precisiones que ha alcanzado, y la manera lógico- experimental de llevarlas a cabo (Dávila, 1996; Russell, 1983). Además, las ciencias sociales tienen una historia reciente y todavía requieren de ajustes filosóficos (Bernal, 2005; Porras, 2011). No obstante, cada vez más autores señalan lo inapropiado que resulta afanarse por alcanzar las mismas características que las ciencias naturales por parte de las ciencias sociales, dado que éstas hacen referencia a fenómenos distintos de aquellas (Bunge y Ardila, 2002; Rosenblueth, 2005; Russell, 1983). El tema de este apartado es importante debido al problema presente de la clasificación de la Psicología en uno u otro grupo. Si bien hay enfoques que consideran el estudio de animales como propio de la Psicología, no cabe duda que 22 es el ser humano quien ha recibido un mayor énfasis en esta disciplina. El hombre es un ente orgánico cuyo sistema nervioso central tiene un papel fundamental en el objeto de estudio propuesto por cualquier corriente psicológica, lo cual haría pensar que la Psicología es una ciencia natural muy cercana a la Biología. Sin embargo, por definición, tocaría también a las ciencias sociales ser el grupo al cual pertenece la disciplina en cuestión, pues de nuevo, el “contenido” de cualquier objeto de estudio psicológico propuesto tiene una connotación social evidente. La alternativa más común a este suceso es decir que la Psicología pertenece a ambos tipos de ciencia ya que los fenómenos de cada uno son menester para comprender y explicar lo psicológico (defínase como se defina). Sin embargo, queda la pregunta de cuál aspecto es más influyente en ello, pues elaborar una teoría que considere a ambos rasgos por igual es algo que hasta la fecha nadie ha sido capaz de realizar. Teniendo el antecedente de este tema que se irá puntualizando a lo largo del presente escrito, se pasará ahora a un último apartado que consiste en la enunciación de todo aquello que es esperado de una ciencia por la sociedad en la que se lleva a cabo. 1.7. La ciencia como proceso y sus productos Cualquier ciencia tiene distintos fines tanto a nivel teórico como aplicado (Bunge, 1998; Russell, 1983). En cuanto a aplicaciones se busca crear tecnología, es decir, la transformación de condiciones sociales mediante el uso de todo tipo de conocimientos, en particular científicos. Comúnmente esto se ve reflejado en los productos y servicios de uso cotidiano. Sin embargo, para efectos de este escrito se retomará en mayor medida los fines teóricos, mismos que pueden enunciarse en conceptos, investigaciones, teorías, leyes y modelos. Cada uno de ellos es factible de elaborar luego del proceso visto previamente denominado método, al abstraer propiedades de los fenómenos 23 observados. Se puntualizará cada uno de ellos, no olvidando dos principios: que siempre están permeados por el paradigma imperante y las condiciones de la época en que se elaboren (Bernal, 2005); y que usualmente el que es más simple (es decir, con menos supuestos y explicaciones más sencillas) es el preferible (Gross, 1998; Rosenblueth, 2005). Los conceptos son ideas construidas de manera racional que contienen la esencia, o sea, la(s) propiedad(es) indispensable(s) o necesaria(s) de un objeto/proceso (concreto o abstracto), sin afirmar ni negar algo respecto a dicho objeto/proceso. Se dice que son universales en tanto son aplicables a todos los seres de una misma especie (Gutiérrez, 1990). Su importancia radica en que constituyen el objeto de estudio de cualquier ciencia (Braunstein, 2003). Una investigación es el resultado de una serie de actividades que tiene como fin la divulgación de conocimiento científico. Esto es llevado a cabo de manera planeada, voluntaria y metódica, recabando primeramente información sobre un tema particular para poner en discusión y así confirmar lo planteado hasta ese momento o bien modificar los postulados existentes de manera que concuerden con la realidad de forma más precisa. Puede realizarse de manera teórica mediante el uso de la Lógica, o empírica a través de estudios o experimentos (es decir, una serie de observaciones, mediciones bajo ciertas circunstancias) que serán analizados y transformados gracias al proceso de conceptualización (Camero, 2004; Rosenblueth, 2005). Dado que la ciencia busca regularidades, se considera que en los distintos fenómenos existentes hay una serie de eventos u objetos que son indispensables para que éstos se lleven a cabo. Los aspectos influyentes para ello se denominan variables, rasgos que pueden presentarse en distintos niveles o intensidades en cada fenómeno. A partir de esto, pueden establecerse (por medio de inferencias) relaciones funcionales entre variables que expliquen aquellos hechos, y que sean factibles de verificar en otras investigaciones al deducir consecuencias de dicha ley enunciada. Si la consecuencia deducida es observada, se apoya la hipótesis propuesta, abierta a futuras modificaciones y precisiones. A la formulación 24 cualitativa o (preferentemente) cuantitativa de relaciones funcionales entre variables que resulta verdadera se le llama ley científica (Rosenblueth, 2005; Russell, 1983). Postular leyes es posible gracias a que ningún aspecto de la realidad es totalmente independiente del resto de ella, por lo cual es de esperar que haya relacionesentre fenómenos, o como se dijo, variables (Camero, 2004). Cuando distintas leyes muestran estar relacionadas mutuamente y con objetos o hechos distintos de los que se partió, se forma un sistema explicativo denominado teoría. Si bien una teoría puede ser cualitativa, lo deseable es que se enuncie de forma matemática, pues esto la hace más universal y precisa. Por medio de las teorías es que la ciencia puede hacer predicciones y retrodicciones (Bunge y Ardila 2002; Gross, 1998; Rosenblueth, 2005). Finalmente, están los modelos. Un modelo es una representación de un sistema que guarda características semejantes al original (Rosenblueth, 2005). Los hay materiales y formales; los primeros son aquellos conformados por entidades concretas, como cuando se infla un globo con puntos en él para simular la expansión constante del Universo. Por su parte, los modelos formales son expresiones simbólicas que idealmente es análogo al sistema representado; un ejemplo de ello es el dibujo de un circuito eléctrico con base en el cual se realizan cálculos. La importancia de los modelos es tal, que Rosenblueth (2005) afirma: “… toda la ciencia no es sino la elaboración de un modelo de la naturaleza” (p. 339). Teniendo claras las generalidades de la ciencia se pasará ahora a revisar la dificultad vista en la introducción de este escrito, es decir, cuál propuesta en Psicología (unificadora o diversificadora) es la más adecuada para hacer de esta disciplina una ciencia. Homoousios: “de la misma naturaleza, ser, esencia o sustancia” Daryl Aaron “Mientras los análisis historiográficos acerca de las ciencias naturales muestran la preponderancia de una lógica de desarrollo hacia la configuración de ciertas unidades o consensos metodológicos y paradigmáticos, la historia de la psicología devela, al contrario, la permanente convivencia entre una pluralidad de perspectivas teóricas, técnicas y metodológicas que se traduce, a su vez, en un reiterado sentimiento de crisis del campo disciplinar” Adriana Kualino, “Cartografía de la Psicología contemporánea”, pág. 11 “De lo que sí estoy seguro es que estos dos enfoques (psicoanálisis y conductismo) en algo se parecen” Gerardo Vargas, profesor de Psicología de la FES Iztacala, 2014 2. PLANTEAMIENTOS FUNDAMENTALES SOBRE UNIDAD EN PSICOLOGÍA. 2.1. ¿Qué es unidad? Como se revisó anteriormente, el tema de unidad y diversidad en Psicología no puede pasarse por alto. Sin importar la corriente a la cual pertenezca un psicólogo, no puede ignorar que la suya no es la única que enuncia ser o pertenecer a dicha ciencia (Ribes, 2009a; Siguán, 1987). Sin embargo, ¿qué es Psicología y qué no lo es, considerando los enfoques tan distintos (e incluso contradictorios) que existen? Esta pregunta no es fácil de responder, pero a continuación se intentarán sentar algunas bases tomando en cuenta lo que señala la literatura respectiva. Por principio de cuentas para este capítulo se requiere definir a qué se refiere la Psicología unificada. Esta postura aboga por la unidad dentro de la Psicología, y para ello es necesario definir la palabra “unidad”. De acuerdo con Corominas (1987), “unidad” proviene del latín unus, que significa uno, uno solo o único. Ferrater (1964) señala que “… unidad designa el carácter de ser uno, ya sea del número uno, de un miembro de una clase, de lo Uno o el uno, pero también el ser uno del "número 1"” (p. 854). Así pues, quienes proponen una Psicología unificada sostienen que sólo una corriente teórica (ya sea existente, en construcción o futura) sea la única Psicología. No hay espacio ni manera de que alguna otra propuesta diferente pueda llevar ese nombre. Carpintero (1998) enuncia que dicha unidad es posible porque: “La historia de la Psicología […] muestra con evidencia insoslayable la unidad genética que liga las diferentes concepciones y escuelas psicológicas […] Las doctrinas psicológicas, en efecto, se van fundando unas en otras, y a la vez se van oponiendo a través de una dialéctica efectiva” (p. 40). A su vez, Blanck (1987) señala al respecto: “Considero que estamos recorriendo un camino que es difícil, pero […] avanzamos hacia una conceptualización unificada de la psicología, tanto en su teoría como en 27 su praxis, entendida al mismo tiempo como ciencia y como una profesión; este es un concepto paradigmático que puede unificar la psicología” (p. 124). Se expondrán a continuación las propuestas más comunes para lograr formular una sola Psicología, yendo por orden ascendente de complejidad. 2.2. Propuestas sincréticas en Psicología Es importante aclarar que más que una propuesta, el sincretismo es una manera de formular la unidad en Psicología. Ferrater (1964) enuncia que “[e]l término 'sincretismo' fue adoptado en la época moderna con el fin de referirse a las doctrinas que consisten en fundir diversas opiniones sin que haya al parecer un criterio de "selección"” (p. 680). Por su parte, Warren (1979) comenta que el sincretismo es un “… término […] empleado para caracterizar el intento de combinar en un solo sistema doctrinas incompatibles” (p.335). Puede decirse entonces que el sincretismo en Psicología es una formulación cualquiera que conjunte dos o más proposiciones de diferentes corrientes sin ahondar en su coherencia o compatibilidad. Esto se ve potenciado en parte debido a los términos tan similares que son utilizados en distintas perspectivas. Por ejemplo, “conducta” es usado en la teoría conductual, en la cognoscitiva, en la humanista y en la histórico-cultural. No obstante, en cada una tiene connotaciones, implicaciones, características y sentidos diferentes. Quizá otra influencia esté en la no consideración de contextos en los cuales se emplea tal o cual palabra. Por ejemplo, Gutiérrez (2011) señala que: “[p]or su origen, la psicología es el tratado del alma. Aristóteles en el siglo IV a.C. estudió la espiritualidad y la inmortalidad del alma” (p. 31, cursivas agregadas). Sin embargo, para Aristóteles el alma no es algo propiamente inmaterial como el término “espiritualidad” sugiere; al contrario, es la función de un organismo que se relaciona con la organización de acciones y movimientos del mismo (Canguilhem, 1998; 28 Kantor, 1990; Ribes, 2009a). Como se observa, el hecho de suponer que una palabra conserva el mismo significado y/o sentido en distintos contextos sociohistóricos es propicio para creer que un término o postulado de un enfoque es trasladable a la explicación de otro. Otra muestra de sincretismo se encuentra en el texto de Coderch (2006), quien postula: “[h]oy día, el psicoanálisis y la neurociencia están de acuerdo en la existencia de dos clases de inconsciente: el inconsciente clásico o freudiano, que es el dinámico o reprimido, y el inconsciente de procedimiento, no reprimido” (p. 41). Es evidente que el término “inconsciente” guarda cierta similitud en ambas disciplinas, pero difieren en algo primordial: la neurociencia debe fundamentar este concepto en el cerebro, mientras que el psicoanálisis sólo lo hizo en sus orígenes. Tiempo después de haberlo hecho, Freud se reusó a intentar localizar el inconsciente (y en general, el aparato psíquico) en algún agente orgánico (Assoun, 2002). Lacan tampoco otorga una definición de inconsciente que haga referencia al cerebro o al sistema nervioso en general (Roudinesco y Plon, 2008). La principal debilidad del sincretismo radica en dar por sentado que términos o planteamientos superficialmente similares y fundamentalmente diferentes, son (de manera inversa) superficialmente diferentes y fundamentalmente similares. Como dice Zarzosa (1991): “Cuando NO se denomina un sistema teórico y se hacen incorporaciones de productos provenientes de varias fuentes, el resultado es una mezcla sincrética, es decir, la coexistenciade varios elementos de suyo incompatibles entre sí, en aparente convivencia y conciliación” (p. 113). Es por esta razón que el sincretismo no es una opción muy plausible para lograr la unidad en Psicología, pues si bien es sencillo de elaborar es prácticamente imposible de justificar por completo. Elaborar propuestas sincréticas imposibilita la elaboración de una ciencia que sea sistemática y que tenga consistencia interna. Se requieren entonces criterios para lograr incorporar o fusionar términos y/o 29 postulados de un enfoque con otro, lo cual es considerado por la siguiente propuesta. 2.3. Propuestas eclécticas en Psicología Es difícil dar una definición precisa de eclecticismo en Psicología. Para Warren (1979), es una “… selección y organización de rasgos compatibles sacados de teorías y puntos de vista incompatibles en otros aspectos, para formar un sistema total” (p. 101). Consuegra (2010) menciona que es un “… punto de vista desde el que se plantea que conviene apreciar el valor de los conceptos derivados de dos o más sistemas de pensamiento o escuelas psicológicas” (p. 87). Por otra parte, Gross (1998) señala que este enfoque considera que “… todas las teorías son creíbles (por igual), todas contribuyen a la comprensión de la conducta humana y no hay necesidad de elegir entre ellas” (p. 30). Se tiene entonces por una parte el énfasis en escoger rasgos compatibles entre teorías para formular un solo planteamiento, por otro se destaca sólo apreciar conceptos de diversas escuelas, y finalmente está el factor de no elegir entre teorías (contrario a la primera definición). Dadas las distintas connotaciones que tiene este término en Psicología, es menester recurrir al origen de esta palabra. Ferrater (1964) señala que “eclecticismo” quiere decir literalmente (en griego antiguo) “escuela seleccionadora”, y fue usada para describir posturas filosóficas que procuraban elegir lo mejor de distintas doctrinas. El mismo autor destaca las siguientes características: “Pueden subrayarse varios elementos presentes, totalmente o sólo en parte, en toda tendencia ecléctica […] la oposición al dogmatismo y el radicalismo en nombre de la tolerancia y la conciliación. Otros elementos son: la busca de un criterio de verdad que permita no sólo justificar las propias posiciones, sino también posiciones adoptadas desde otros puntos de vista; la busca de una armonía entre posiciones aparentemente contrarias, pero que, "en el fondo", se estima concordantes […] La característica más saliente del eclecticismo parece 30 ser la moderación constante, inclusive con respecto a la propia actitud ecléctica” (p. 497). La principal diferencia entre eclecticismo y sincretismo es la adopción de un criterio integrador por parte del primero y la ausencia del mismo en el segundo. Asimismo, no es posible hacer eclecticismo con todas las posturas psicológicas, mientras que en el sincretismo esto es válido. Para llevar a cabo una formulación ecléctica se requiere considerar posturas que tengan un mismo paradigma y realizar una transformación o “traducción” del elemento retomado, de manera que se ajuste a la lógica del sistema al que quiere incorporarse (Zarzosa, 1991). Tampoco hay que confundirlo con “pragmatismo”, el cual consiste en utilizar técnicas de distintas corrientes para llevar a cabo una intervención psicológica en cualquier contexto. Esto último se puede observar en la propuesta de Martínez (2006) en la posibilidad de utilizar técnicas conductuales (y de cualquier corriente) en la terapia humanista. De manera general puede decirse entonces que el eclecticismo es una postura en la cual se elabora un sistema donde se eligen los “mejores” elementos de distintas corrientes teóricas con base en un criterio definido, evitando caer en algún extremo de ellas. Una teoría ecléctica que retoma elementos de otras posturas, pero principalmente de otras ciencias es la epistemología genética. Piaget (2003) comenta respecto a su objeto de estudio: “Habremos de partir, por consecuencia, de esta doble naturaleza, biológica y lógica, de la inteligencia. Los dos capítulos que siguen tienen precisamente el fin de delimitar estas cuestiones previas y buscar, sobre todo, la reducción a la mayor unidad posible – dentro del actual estado de los conocimientos – de esos dos aspectos fundamentales, aunque aparentemente irreductibles, de la vida del pensamiento” (p. 14, cursivas agregadas). Más adelante retoma el término biológico de “adaptación” y lo ajusta a su teoría, haciendo referencia a la adaptación mental que hace la inteligencia. Conciliación similar hace con la Lógica, al enunciar que: 31 “… el psicólogo estudia la manera con que se constituye el equilibrio de hecho de las acciones y de las operaciones, en tanto que el lógico analiza el mismo equilibrio bajo su forma ideal, es decir, tal como si se realizara íntegramente y tal como se impone así normativamente al espíritu” (p. 29). Dado que está planteando su teoría y la Lógica lo precede, es evidente que el término “operaciones” es retomado y se le hacen adecuaciones para designar su papel en la epistemología genética. Respecto a otras teorías psicológicas, enuncia acerca del psicoanálisis (Evans, 1987): “… el concepto de inconsciente es, de por sí, muy general, y no queda restringido a la vida emocional. En un área de funcionamiento cognoscitivo, todos los procesos son inconscientes. Somos conscientes de los resultados, pero no del mecanismo […] El inconsciente es todo aquello de lo que no nos hemos formado un concepto (p. 63) Y acerca de la Psicología conductual: “[l]os reforzadores externos desempeñan un papel [en el aprendizaje], por supuesto, pero no lo son todo, ya que los internos tienen también su importancia” (p. 65). En la primera cita, es indudable la reformulación llevada a cabo del concepto de inconsciente propuesto por Freud. Cabe aquí agregar que por un tiempo aceptó el principio de placer freudiano como cierto en su teoría (Vygotski, 2005). Por parte de la segunda cita, puede notarse que Skinner no postuló los reforzadores internos como un tipo de ellos. Si bien en ambos casos no incorpora propiamente los conceptos a su teoría, los considera parte de la Psicología en general, por lo cual hace referencia a una única Psicología que retoma conceptos y/o elementos de distintos enfoques. Un último ejemplo a favor de este punto se encuentra en los comentarios que realiza respecto a las críticas que Vygotski (2005) le formuló desde una postura histórico-cultural: “… sobre determinados aspectos estoy más de acuerdo con Vygotsky que lo que hubiera estado en 1934, y sobre otros puntos creo que poseo ahora mejores argumentos para responderle” (p. 177). 32 Al retomar, adaptar y discutir conceptos propios de Biología, Lógica, psicoanálisis, y Psicología conductual e histórico-cultural para formular un sistema, puede concluirse que la teoría piagetiana es ecléctica con base en un criterio de experimentación (Evans, 1987). No obstante, cabe preguntarse si en verdad esta formulación ecléctica cumple con el criterio de considerar únicamente teorías con un mismo paradigma, pues si bien el psicoanálisis y la Psicología histórico-cultural consideran al ser humano como ente orgánico, su concepción de ello puede ser distinto al piagetiano. Otro ejemplo de eclecticismo lo otorga la Psicología humanista. Por ejemplo, Corchado (2012) afirma que esta teoría puede ser complemento para otras. Es destacable que se proponga una complementariedad y no una integración. El criterio para considerar incorporar algo de una Psicología a otra es el de utilidad práctica en intervención, como se ilustra a continuación: “Desde el enfoque psicoanalítico, el hombre tiene características que parecen inherentes a su especie, es capaz de expresar toda clase de sentimientos amargosy asesinos, impulsos anormales, deseos extravagantes y antisociales. En el Humanismo se está de acuerdo con lo anterior […] Las tres teorías predominantes: psicoanálisis, conductismo y humanismo son útiles en su momento y de acuerdo a las circunstancias […] el psicoanálisis ha sido de mucha utilidad para algunos casos difíciles, utilizando el diván como objeto central; el método de asociación de ideas, el estudio de sueños y la determinación de los mecanismos de defensa, la transferencia y la contra transferencia […] [el] conductismo […] es útil, siempre y cuando coadyuve a la transformación de hábitos específicos…” (p. 22-23, cursivas agregadas). Esta propuesta puede rayar en lo pragmático debido a su énfasis en la utilidad, pero se considera ecléctica debido a que no se retoman únicamente técnicas sino también planteamientos teóricos. El criterio de traducibilidad o de adaptación al sistema que se incorpora un elemento puede notarse en la búsqueda de complemento de la concepción de ser humano a las otorgadas por el psicoanálisis y la Psicología conductual. Esto se nota cuando el autor señala: 33 “… los seres humanos somos más que organismos respondientes al medio externo, puesto que poseemos la cualidad de elegir cómo responder […] ese hombre también es digno de confianza, cuya característica principal es tender hacia el desarrollo […] y cuyos impulsos ha sabido armonizar en un complejo y cambiante patrón de autorregulación” (p. 21-22). Así, se acepta que el hombre es un organismo respondiente al medio como afirma la Psicología conductual y que tiene impulsos como postula el psicoanálisis, pero se da un paso más al agregar la voluntad y el desarrollo como propios de él. De esta manera el autor pretende que no haya obstáculos para la afiliación de proposiciones conductuales o psicoanalíticas en la Psicología humanista (y a la inversa), pues la concepción de ser humano de estas tres teorías es complementaria y por tanto también los postulados que resulten útiles. El eclecticismo tiene las ventajas de permitir una amplia gama de selección de elementos de otras teorías que ayuden a construir una Psicología que aborde más fenómenos, y que a la vez cuente con mayor capacidad explicativa gracias a los conceptos y planteamientos posibles de utilizar. Sin embargo, cuenta también con críticas y limitaciones, como por ejemplo lo visto anteriormente con Zarzosa (1991) y apoyado por Pérez (1987) y Tous (2005) acerca de la imposibilidad de conciliar posturas con diferentes paradigmas. De igual manera, no hay una manera clara de cómo saber qué es “lo mejor” de cada corriente, ni un criterio único de selección. Asimismo, suele tener concepciones peyorativas como lo ilustra Porras (2011) al resaltar la desventaja del abandono de la crítica y características indeseables como el ser ateórico o el elegir y aplicar elementos ya disponibles sin generar realmente un sistema explicativo nuevo. Por su parte, Ribes (2009b) menciona: “[e]l eclecticismo […] no es más que un producto aberrante de la confusión conceptual y de la carencia de un compromiso explícito con los supuestos que fundamentan a cada psicología y su aplicabilidad” (p. 383). En otro artículo, agrega: 34 “… ser ecléctico significa confundir posiciones distintas como complementarias o traducibles […] el eclecticismo se apoya en un falso enciclopedismo, en que la información, deshistorizada y sin conexión lógica posible, se presenta como conocimiento acumulado de validez comparable. Finalmente, el eclecticismo no sólo confunde campos de conocimiento con campos de aplicación, sino que también presenta como campos de conocimiento diferentes lo que en realidad constituyen teorías diferentes sobre un mismo campo de fenómenos” (Ribes, 2011, p. 89). Cabe destacar que González (2003) también apoya esta noción. Finalmente, Vargas (2011) comenta que “… después de haber logrado un mínimo de independencia [en psicología] lo siguiente es olvidar la ilusión del eclecticismo, la psicología no puede ser ecléctica sin ser gravemente contradictoria” (p. 382). ¿Y si en lugar de tomar un criterio de incorporación, se proponen varios tras un diálogo entre psicólogos? ¿Y si no se hacen “traducciones” de elementos, sino que se busca que dichos elementos se adhieran a características propias de todas (o la mayoría de) las ciencias? Esto es precisamente lo que procura hacer la siguiente postura. 2.4. Integración de modelos psicológicos De la literatura revisada puede decirse que esta propuesta es la más aceptada en las últimas décadas. De hecho, Trujillo (2003) enuncia: “Posiblemente la integración de la psicología es el reto para el siglo que comienza, reto que no debe consistir en el predominio de un paradigma sobre otros, sino en la interacción entre todos los paradigmas conocidos y los que aún nos quedan por crear o descubrir” (p. 221). Blanck (1987) comenta que no hay un marco teórico aceptado por todas las corrientes psicológicas que integre los conocimientos generados, y que existen desacuerdos ontológico-filosóficos entre las mismas. En respuesta a ello, esta 35 propuesta busca llevar a cabo una integración de manera crítica, es decir, supone que todas las teorías tienen “algo de verdad” y el trabajo consiste en encontrar estos elementos y hacerlos un todo. Esto es posible gracias a que los distintos enfoques en Psicología comparten como característica la formulación de constructos racionales, lo cual permite la armonización entre ellos (Gutiérrez, 2011). Desde cierto punto de vista puede considerarse eclecticismo, pero hay ciertas diferencias, tema que se retomará más adelante. La psicología integrada parte del poco tiempo que tiene esta ciencia de haberse fundado y la complejidad de su objeto de estudio (Arana, 2006; Tous, 2005; Yela, 1996). Gracias a estos dos problemas es que han surgido diversas escuelas con una propuesta distinta cada una, lo cual ha desembocado en seis factores que fomentan la desunión entre ellas (Ardila, 2010): 1. La definición de Psicología 2. La metodología apropiada 3. El nivel de análisis 4. Aplicaciones profesionales 5. La clasificación de la Psicología como ciencia 6. La influencia sociocultural en la concepción de la Psicología Cada escuela responde de manera distinta a cada uno de estos puntos, los cuales llegan a ser incompatibles entre sí. No obstante, como señala Yela (1996): “A los psicólogos nos urge la tarea de idear estrategias que favorezcan la unidad en el modo de elaborar coordinadamente teorías, someter a prueba hipótesis diversas en puntos conflictivos, de organizar la publicación de resultados sin exclusivismos de escuela y organizar coherentemente el trabajo profesional. Porque si la unidad es posible, merece la pena trabajar por ella” (p. 345). La diferencia primordial entre esta propuesta y la ecléctica radica en los criterios y forma de conjunción de formulaciones. Mientras que en el eclecticismo los defensores de una corriente llevan a cabo una “traducción” de elementos y los acomodan a la teoría a la cual se trasladan, en la integración se toman los 36 planteamientos como tal y se corrobora si cumplen o no con los requerimientos previamente establecidos para considerarlo como propio de la Psicología, todo esto tras un diálogo entre posturas. Si los cumple, se incorpora al cuerpo teórico, y si no, se rechaza. Ahora bien, los criterios de integración son diversos. Por ejemplo, gente como Arana (2006) y Tous (2005) plantean una integración basada en la búsqueda de los factores comunes entre corrientes, sin importar el área (tópica, metodológica, etc.) a la que se refieran dichos elementos. De acuerdo con Sulle et al. (2012), el aspecto filosófico general y su incidencia en la Psicología debe ser clave en una propuesta integral; Trujillo (2003) por su parte resalta la interacción/discusión
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