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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN INSTITUTO NACIONAL DE NEUROLOGÍA Y NEUROCIRUGÍA “DR. MANUEL VELASCO SUÁREZ” “IMPLICACIONES CLÍNICAS Y PRONÓSTICAS DE LAS DESCARGAS EPILEPTIFORMES LATERALIZADAS PERIÓDICAS EN PADECIMIENTOS NEUROLÓGICOS AGUDOS Y CRÓNICOS” T E S I S PARA OBTENER EL DIPLOMA DE: ESPECIALISTA EN NEUROFISIOLOGÍA CLÍNICA PRESENTA: DRA. ADRIANA PATRICIA MARTÍNEZ MAYORGA TUTOR: DR. DANIEL SAN JUAN ORTA COAUTOR: DRA. MA. DEL CARMEN FERNÁNDEZ GONZÁLEZ-ARAGÓN ASESOR DE ESTADÍSTICA: DR. ALEJANDO QUIROZ ZARATE MÉXICO D.F, 2010 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. II Dr. Ricardo Colín Piana Director de Enseñanza Dr. Daniel San Juan Orta Jefe del Departamento de Investigación Clínica. Dra. Ma. Carmen Fernández González Aragón Jefa del Departamento de Neurofisiología Clínica. Dra. Adriana Patricia Martínez Mayorga Residente de Neurofisiología Clínica. III INDICE I. Resumen ……………………………... 1 II. Antecedentes ……………………………… 2 III. Planteamiento del problema………………... 9 IV. Hipótesis……………………………………. 10 V. Objetivos…………………………………… 10 VI. Material y métodos ……………………… 12 VII. Resultado ………………………………. 15 VIII. Discusión ……………………………… 25 IX. Conclusiones ……………………………… 31 X. Bibliografía ……………………………… 32 1 I. RESUMEN Antecedentes. Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas (PLEDs) son hallazgos electroencefalográficos anormales de significado incierto que habitualmente se relacionan a procesos patológicos agudos o subagudos transitorios. Reportes de casos aislados han documentado la presencia de PLEDs crónicos, no obstante las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas o crónicas se desconocen. Objetivo. Describir y comparar las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y su correlación con el pronóstico de los pacientes con PLEDs asociados a padecimientos neurológicos agudos y crónicos. Material y Métodos. Estudio descriptivo, retrospectivo, transversal y multicéntrico. En un periodo de 11 años (2000-2009) se identificaron 115 pacientes con PLEDs en los Departamentos de Neurofisiología del Massachusetts General Hospital, Boston. MA, y del Instituto Nacional de Neurología, MEX; de estos se incluyeron a 95, pacientes, que se clasificaron en base a la naturaleza neurológica aguda o crónica y se recabaron las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y el pronóstico al año. Análisis estadístico: Se utilizó estadística descriptiva e inferencial. Se desarrolló regresión logística y un modelo de verosimilitud para el análisis de las variables clínicas, radiológicas y neurofisiológicas. Se realizaron pruebas de normalidad de Shapiro Wilk y Anderson-Darling. Razón de momios con intervalos de confianza 95%. Resultados: En los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades crónicas se encontró una exploración física normal en 21% y una etiología tumoral en 35.1%. El fallecimiento y la dependencia funcional fueron más frecuentes en los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades agudas. En los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el desarrollo de epilepsia (OR 10.98 [3.7 a 32.53]), exploración física normal (OR 0.54 [0.31 a 0.94]) y una etiología vascular subyacente (OR 0.64 [0.47 a 0.86]) favorecieron la independencia funcional en el seguimiento al año. La mayor duración de los complejos periódicos epileptiformes se asoció con dependencia (OR 1.05 [1.01 a 1.08]) o fallecimiento (OR 1.05 [1.00 a 1.09]) del paciente, mientras que la mayor duración del intervalo inter-PLEDs (OR 0.98 [0.97 a 0.99]) y de la amplitud de los complejos periódicos (OR 1.18 [1.04 a 1.35]) se asoció a un estado funcional independiente, este último a través de incrementar la probabilidad de desarrollar epilepsia (OR 1.02 [1.00 a 1.05]), independientemente de la temporalidad de la condición neurológica presente. Conclusión: En los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el desarrollo de epilepsia, exploración física normal y una etiología vascular subyacente favorecen la independencia funcional del paciente al año. La mayor duración de los complejos periódicos epileptiformes se encuentra asociado con dependencia o fallecimiento del paciente. 2 II. ANTECEDENTES Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas (PLEDs) fueron descritas inicialmente por Chatrian y cols., en 1964 (aunque existen reportes iniciales de este fenómeno desde 1952 por Echlin, Arnett y Zoll), estos patrones son siempre un hallazgo anormal en los electroencefalogramas (EEG) y su significancia es actualmente incierta (Orta et al., 2009). Aunque los PLEDs fueron estrictamente definidos por Chatrian y cols., 1964, a través del tiempo, el término ha sido aplicado a un espectro de hallazgos electroencefalográficos, que incluyen a los PLEDs bilaterales independientes, descargas epileptiformes periódicas (PEDs) generalizadas y pseudo-PLEDs (Brenner & Schaul, 1990). Los PLEDs están caracterizados por puntas, complejos punta-onda lenta u onda aguda-onda lenta que se presentan de manera lateralizada o focal, periódica o casi periódica a través de casi todo el registro electroencefalográfico (Chatrian et al., 1964; Walsh et al., 1987; Gross et al., 1999). La prevalencia de los PLEDs varía de 0.1 al 1% en laboratorios de EEG. (Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Kuroiwa et al., 1980; García-Morales I et al., 2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh & Brenner, 1987; Schraeder & Singh, 1980; Orta et al., 2009). La verdadera incidencia es probablemente mayor debido a que muchos pacientes con PLEDs no son sometidos a un estudio de EEG, particularmente esos quienes no tienen una historia reciente de crisis convulsivas o 3 alteraciones del estado mental (Fitzpatrick et al., 2007). Las PEDs, incluyendo los PLEDs son encontrados frecuentemente en pacientes con enfermedades agudas, aunque los PLEDs crónicos han sido documentados previamente (Téllez-Zenteno et al., 2007; Kuroiwa & Celesia 1980). La causa más común de PLEDs es una lesión estructural aguda o subaguda de la corteza cerebral, tanto difusa o focal; sin embargo, estos fenómenos también pueden ser observados en pacientes con una lesión crónica cerebral estática o epilepsia crónica (Chatrian et al., 1964; Orta et al., 2009). Los PLEDs generalmente presentan un comportamiento transitorio, rara vez persisten por episodios mayores a semanas, disminuyen su complejidad y frecuencia, e incrementan los periodos interdescargas hasta que desaparecen. La alteración subyacente asociada al EEG que se encuentra frecuentemente es la presencia de lesiones agudas unilaterales cerebrales (Kuroiwa & Celesia 1980). No obstante, se han descrito PLEDs que pueden persistir por años, generalmente secundarios a una lesiónestructural existente, probablemente como resultado de cambios crónicos en las propiedades de excitabilidad neuronal (Snodgrass et al., 1989). La causa más común en los PLEDs relacionados a eventos agudos y subagudos es la enfermedad vascular cerebral; entre otras causas se encuentran: tumores, epilepsia, infecciones del sistema nervioso central, hematomas subdurales y parenquimatosos, traumatismo cráneo encefálico, encefalopatía post-anóxica, migraña, síndrome de inmuno deficiencia adquirida, neurosífilis, esclerosis tuberosa, embolismo graso, encefalopatía metabólica y hepáticas, hiperglicemia e hipoglicemia, intoxicación por aminofilina, etc. (Brenner & Schaul, 1990; Pohlman et al., 1996; Fitzpatrick et al., 2007; Orta et al., 2009). 4 Los PLEDs crónicos son definidos como aquellos PLEDs que persisten por más de 3 meses, raramente han sido reportados en series de casos o en reportes de casos aislados en pacientes con lesiones cerebrales crónicas y epilepsia de larga evolución (Snodgrass et al., 1989). Actualmente se desconocen las características clínicas, radiológicas, neurofisiológica y del pronóstico de los pacientes con lesiones neurológicas crónicas asociadas a PLEDs. La fisiopatología de los PLEDs no está completamente comprendida, aunque se postula que involucra una alteración en la corteza cerebral y en la sustancia blanca adyacente, y el patrón del EEG depende de la localización y extensión de la lesión ( De la Paz & Brenner, 1981); mientras que la periodicidad de las descargas pudiera resultar de la denervación de neuronas corticales o de sus conexiones. Así mismo, existen alteraciones en la membrana neuronal, función enzimática o de neurotrasmisores secundarias a hipoxia o factores metabólicos que incrementan la excitabilidad neuronal o disminuyen los mecanismos inhibitorios ( Hughes & Schlagenhauff, 1965; Schwartz et al., 1973). Cobb, 1979 sugiere que la periodicidad de estos patrones resulta del tiempo constante de recuperación del proceso electroquímico a nivel celular (Cobb, 1979). Actualmente no se encuentra definido si los PLEDs son resultado de actividad interictal o ictal. No obstante, los reportes del incremento regional del flujo sanguíneo cerebral, consumo de oxígeno o hipermetabolismo asociados con estos patrones de EEG, que sugieren un comportamiento ictal (Handforth et al., 1994; Ergün et al., 2006; Lee & Schauwecker, 1988). 5 La edad promedio frecuentemente descrita de los pacientes con PLEDs va de 56 a 64 años y la ocurrencia de PLEDs en niños es extremadamente rara, lo que sugiere que los PLEDs son un fenómeno predominantemente relacionado a la edad (García et al., 2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh & Brenner, 1987). Aunque no se ha observado ninguna predominancia en relación al género en los estudios publicados (Orta et al., 2009). Usualmente, los pacientes cuyos EEG muestran PLEDs tienen un proceso cerebral hemisférico agudo o subagudo asociado a una disminución del nivel de consciencia, signos neurológicos focales, crisis convulsivas y un estado clínico crítico (Markand & Daly, 1971; Schwartz et al., 1973; Walsh & Brenner, 1987). Cerca del 80 a 90% de los pacientes con PLEDs presentarán crisis convulsivas predominantemente de tipo parcial motor. (García et al., 2002). Reiher y cols., en 1991 describieron el término “PLEDs plus” para identificar a PLEDs de alta frecuencia y bajo voltaje (polipuntas) en los intervalos inter-PLEDs, observado un incremento de la frecuencia de crisis convulsivas y estado epiléptico en los pacientes con este patrón de PLEDs plus (74% Vs 6%) (Reiher et al., 1991), tal como ha sido descrito previamente, hoy en día se desconoce si estos patrones electroencefalográficos son ictales o interictales (Handforth et al., 1994; Ergün et al., 2006; Lee & Schauwecker, 1988). Por lo tanto, no es posible determinar si los pacientes ameritan un tratamiento farmacológico agresivo (Terzano et al., 1986). Aún cuando la mortalidad reportada va de 25 al 41% en estos pacientes (Brenner & Schaul, 1990; Pohlman et al., 1996, Fitzpatrick et al., 2007; Orta et al., 2009). 6 Los estudios de neuroimagen han mostrado que los PLEDs pueden originarse de una variedad de sustratos estructurales, incluyendo lesiones subcorticales y corticales. Las lesiones corticales agudas con involucro de la sustancia blanca son el hallazgo de imagen más común en pacientes con PLEDs de instalación reciente, aunque en un pequeño porcentaje de pacientes se han observado estudios de neuroimagen normales (Kalamangalam et al., 2007; De la Paz & Brenner, 1981; Gurer et al., 2004). Los estudios de neuro-imagen aparentemente normales pudieran ser secundarios a una baja resolución espacial de la tomografía computada comprada con la resonancia magnética (Raroque & Purdy, 1995). Las anormalidades de neuroimagen se presentan en el 90 al 100% de los pacientes con PLEDs, involucrando comúnmente las estructuras corticales y subcorticales. Este patrón de afección por imagen pudiera ser una consecuencia de utilizar un criterio estricto para delinear las anormalidades en la sustancia gris y blanca, así como un incremento en el número de pacientes que se han sometido a un estudio de resonancia magnética durante su hospitalización, comparado con estudios previos (Kalamangalam et al., 2007; Gurer et al., 2004; Orta et al., 2009). La alta resolución de las técnicas de neuroimagen modernas permiten una caracterización detallada de las diferentes áreas cerebrales, incluyendo la delineación de la unión sustancia gris-sustancia blanca (Gurer et al., 2004). Estos hallazgos de neuroimagen están correlacionados con los estudios post-mortem realizados en pacientes con PLEDs (Gloor et al., 1968). 7 El pronóstico a largo plazo de los pacientes con PLEDs ha recibido poca atención desde que fueron inicialmente reportados (Westmoreland et al., 1986; PeBenito & Cracco, 1979; Orta et al., 2009). Estudios recientes con un mayor número de pacientes han demostrado que las características intrínsecas de las descargas periódicas y los hallazgos de neuroimagen no están relacionadas con el pronóstico. Un estudio publicado por nuestro grupo que incluyó a 118 pacientes con PEDs en el cual se analizó la información clínica, hallazgos de neuroimagen y neurofisiológicos y el desenlace funcional al año, encontró que en los pacientes con PLEDs, la ausencia de crisis clínicas al tiempo de su detección y una etiología aguda se encuentran asociados con muerte, mientras que una etiología no neoplásica está asociada con un buen pronóstico clínico (Orta et al., 2009). Los PLEDs habitualmente se relacionan a procesos transitorios, existen pocos reportes en la literatura de presentación crónica. Shwartz y cols., 1973 describieron 3 pacientes en los cuales se encontraron a los PLEDs 2, 4 y 5 meses. Erkulvrawatr, 1977 reportó pacientes que cursaron con PLEDs hasta por 144 días ( Erkulvrawatr 1977). La descripción original de PLEDs crónicos fue realizada por Westmoreland y col., en 6 pacientes, 4 de los cuales eran portadores de lesiones estructurales; dos con esclerosis tuberosa, 1 quiste poroencefálico, 1 absceso crónico y 2 pacientes presentaron crisis parciales complejas sin lesión cerebral estructural. Los PLEDs crónicos tuvieron una duración de hasta 30 años. Este estudio documentó una asociación entre PLEDs y epilepsia intratable. Los autores concluyeron que los PLEDs crónicos podrían ser diferentes de aquellos agudos (Westmoreland et al 1986). No obstante esta observación no ha sido abordad en la literatura publicada, por lo que es una cuestión por resolver. 8 Gross y cols., describieron en 1998 el caso de una mujer de 38 años con PLEDs crónico, atrofia de núcleo caudado izquierdo severa y hemidistonía derecha; el cual se había sometido a 2 talamotomíasy a palidotomía, posteriormente se colocó un estimulador talámico centro-medial para disminuir la distonía. Los EEG realizados previos al procedimiento quirúrgico inicial y después de cirugías posteriores mostraron PLEDs hemisféricos izquierdos que eran más prominentes durante el sueño. (Gross et al 1998). Gurer y cols., en 2004 reportaron 71 pacientes con PLEDs, cuya duración fue de meses a 5 años, de los cuales 2 pacientes con diagnóstico de panencefalitis esclerosante subaguda presentaron epilepsia parcial continua (Gurer et al., 2004). Téllez y cols., 2007, describieron a una mujer de 86 años con un infarto en territorio de la arteria cerebral media izquierda, asociado a crisis convulsivas parciales motoras de mano derecha. El EEG de febrero 2002 muestra PLEDs en el hemisferio izquierdo, asociado a PLEDs plus y EEG al año y 4 años mostraron la presencia del mismo patrón. (Téllez- Zenteno et al., 2007). En base a la información presentada anteriormente podríamos suponer que los PLEDs crónicos o aquellos relacionados a enfermedad crónicas neurológicas presentan características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronóstico diferentes a aquellos pacientes quienes presentan PLEDs asociados a padecimientos agudos o sub-agudos. 9 Actualmente existen pocos reportes de la literatura, la mayoría casos aislados o reportes de pocos casos que abordan el tema de los PLEDs crónicos. Sin embargo, a nuestro conocimiento no existe en la literatura un estudio que muestre detalladamente las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Los PLEDs se encuentran generalmente relacionados a lesiones cerebrales unilaterales agudas o subagudas. Aunque se han publicado escasos reportes de casos de pacientes con PLEDs crónicos relacionados a padecimientos neurológicos crónicos, tales como epilepsia de larga evolución y lesiones cerebrales crónicas. Se ha postulado que los PLEDs agudos y crónicos pudieran tener un sustrato clínico y pronóstico diferente. No obstante, a nuestro conocimiento no existe en la literatura un estudio con una muestra grande de pacientes que compare las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. 10 IV. HIPÓTESIS Los PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas tienen características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas diferentes a los pacientes con PLEDs relacionados con enfermedades neurológicas agudas. Los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas, crisis convulsivas agudas y epilepsia en el seguimiento tienen un mejor pronóstico funcional comparado con los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas y la ausencia de estos últimos eventos clínicos. V. OBJETIVOS 1. Describir las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de los pacientes con PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos agudos y crónicos. 2. Determinar si existen diferencias clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas entre pacientes con PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos agudos comparado con los crónicos. 3. Establecer cuáles son los factores clínicos, neurofisiológicos o radiológicos que impactan en el pronóstico funcional entre pacientes con PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos agudos y crónicos. 11 JUSTIFICACIÓN Los PLEDs son hallazgos raros de EEG de significancia incierta. A pesar de haberse descrito desde 1954, se han realizado pocos esfuerzos para conocer su importancia en el tratamiento y pronóstico de los pacientes que muestran estas anormalidades eléctrico electroencefalográficas. Los PLEDs generalmente presentan un comportamiento transitorio, rara vez persisten por episodios mayores a semanas, disminuyen su complejidad y frecuencia, e incrementan los periodos interdescargas hasta que desaparecen. La alteración en el EEG se encuentra comúnmente relacionada a lesiones agudas unilaterales cerebrales. Recientemente documentamos que los PLEDs tienen diferentes patrones pronósticos dependiendo de la evolución de la enfermedad subyacente, etiología y presencia de crisis convulsivas. Sin embargo, no se publicaron a detalle las características clínicas, neurofisiológicas y radiológicas de los pacientes con PLEDs asociados con enfermedades neurológicas crónicas. En este proyecto se pretende exponer estos puntos e incrementar el número de pacientes para aumentar su significancia estadística incluyendo pacientes de otro centro de referencia neurológico y homogeneizando los grupos de análisis. 12 VI. MATERIAL Y MÉTODOS Diseño del estudio: Descriptivo, retrospectivo, transversal. multicéntrico y comparativo. Población: Se realizó una búsqueda de los electroencefalogramas que se encuentran en la base de datos digital del Departamento de Neurofisiología del Massachusetts General Hospital, Boston. MA, utilizando las palabras claves; repetitive discharges, periodic discharges, PLEDs y PEDs y epileptiforme periodic. Se realizó la exclusión de todos aquellos patrones EEG bilaterales o generalizados periódicos epileptiformes y de ondas trifásicas. El periodo fue de siete años desde el 1.º de enero del 2000 el 1.º de enero del 2007. De forma similar se llevó a cabo la búsqueda de los registros impresos de todos los electroencefalogramas realizados en el Departamento de Neurofisiología del Instituto Nacional de Neurología del 1.º de enero del 2006 al 31 de diciembre del 2009. Se incluyeron todos los electroencefalogramas que tuvieron en su reporte los diagnósticos electroencefalográficos de descargas repetitivas, descargas periódicas, PLEDs, PEDs o anormalidades periódicas epileptiforme. Los criterios de inclusión incluyeron (1) EEG que cumplan con el criterio de descarga lateralizada periódica epileptiforme (2) ambos sexos (3) edad mayor a 16 años (4) expediente clínico completo y seguimiento hasta la muerte o mínimo un año. Se excluyeron los pacientes con reporte de ondas agudas trifásicas, actividad epiléptica periódica bilateral o generalizada, expediente clínico incompleto o seguimiento menor a un año. 13 Se obtuvieron los datos relacionados a la historia clínica del paciente, sexo, edad, estadio de la enfermedad subyacente, clasificando a los PLEDs como agudo (menor de cuatro semanas), y crónico (más de ocho semanas), basados en la temporalidad del padecimiento neurológico. Se clasificó la etiología en los siguientes grupos; enfermedad vascular cerebral, neoplásicos, infecciosos, metabólicos, trauma y otros. Además, se documentaron la presencia de crisis clínicas agudas y la historia de epilepsia. El pronóstico funcional de los pacientes se evalúo como mínimo al año de seguimiento o hasta la muerte del paciente. El nivel de funcionalidad se dividió en tres categorías: totalmente independiente, parcialmente dependiente en la familia o en una casa de asistencia y muerte. Los estudios de neuroimagen incluyeron: tomografía computada y/o resonancia magnética de encéfalo (1.5 o 3.0 Teslas), clasificándolos como normales o anormales; si tenían ambos estudios se realizó el análisis sólo de la resonancia magnética. Los estudios anormales se catalogaron por la localización de la lesión: cortical (incrementos de la señal dentro de la corteza, infartos en las zonas limítrofes y necrosis laminar), y/o subcorticales (incrementos de la intensidad de señal en los núcleos de la sustancia gris profunda y las anormalidades de la sustancia blanca). Si se encontraban alteraciones crónicas agudizadas, sólo los hallazgos agudos seanalizaron. 14 En los PLEDs se valoró la periodicidad (determinada como la variable continua basada en la medición del intervalo inter punta), duración del complejo epileptiforme (medición desde la primera de selección inequívoca hacia un final sin ambigüedad, excluyendo cualquier actividad juzgada subsecuentemente como onda lenta), y la amplitud del complejo epileptiforme (medida a través de de las herramientas de software de la máquina de electroencefalograma utilizando un montaje de referencia y lateralizado al oído) calculándose en 50 muestras consecutivas de un registro electroencefalográfico obtenido durante una muestra al azar de cinco minutos de registro. El voltaje de la actividad del electroencefalograma durante los intervalos inter pico se clasificó como baja (<20 µV) o alta (>20 µV). Las variables morfológicas de las descargas epileptiformes se analizaron de acuerdo un estudio previo (Kalamangalam et al., 2007), estas incluyen: la polaridad, total de números de fases, total de números de ondas agudas y la distribución espacial (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 2009). ANÁLISIS ESTADÍSTICO Se realizó un análisis estadístico descriptivo de las características clínicas, radiológicas y neurofisiológicas de los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas, expresado en promedio y desviación estándar. Se consideró la naturaleza ordinal de la variable de la capacidad funcional en los modelos de regresión logística para establecer la asociación entre las variables clínicas, radiológicas y neurofisiológicas del paciente con el desenlace funcional. Se realizó el cálculo de los odds ratios (OR) y sus respectivos intervalos de confianza (95%). 15 Se llevó a cabo un análisis de verosimilitud para el estudio de la variabilidad de la duración de los complejos epileptiformes, periodicidad, y la amplitud de los PLEDs entre los pacientes. En este caso, el análisis se realizó a partir de las distribuciones normales que se evaluaron para todas las desviaciones estándares transformadas. Para evaluar la normalidad de las desviaciones estándar transformadas, se realizaron las pruebas de Shapiro Wilk y Anderson-Darling. Todos los análisis estadísticos se realizaron utilizando el software R, versión 2.6.0 (R Foundation, Vienna, Austria). VII. RESULTADOS Durante un período total de 11 años (2000-2007 [Massachusetts General Hospital, MGH] y 2006-2009 [Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, INNN]) se registraron un total de 38,861 Electroencefalogramas (EEGs) en pacientes hospitalizados y externos. Todos los registros fueron realizados sin medicamentos sedantes por al menos 30 minutos. Todos los pacientes tuvieron EEG digitales con 24 electrodos posicionados sobre el cuero cabelludo de acuerdo con el Sistema Internacional 10-20, reformateados en montajes bipolares y referenciados fuera del cráneo (MGH) y en Cz (INNN), con filtros dentro del rango de 0.3Hz a 70 Hz. Inicialmente encontramos 360 pacientes utilizando las palabras claves en la base de datos y revisando los reportes impresos. Se excluyeron 110 estudios duplicados y 135 estudios que no cumplieron con la definición de PLEDs. Finalmente identificamos a 115 pacientes en quienes los PLEDs fueron reportados y 16 contaban con al menos un EEG, lo cual representó una prevalencia de 0.29% de los EEG realizados entre los pacientes hospitalizados y externos en ambos centros. De estos 115 pacientes, se seleccionaron 38 y 57 pacientes con PLEDs que cursaban con enfermedades neurológicas agudas y crónicas, respectivamente. Los 95 pacientes reportados en este estudio cuentan con información clínica, radiológica y neurofisiológica completa para su análisis. Hallazgos Clínicos La tabla 1, muestra las características demográficas y clínicas de los pacientes con PLEDs. Interesantemente, se observó que hasta el 21% de los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas tenían una exploración física normal y 47.4% historia de epilepsia, en contraste, el estado de coma se observó en el 36.7% de los pacientes con PLEDs en enfermedades neurológicas agudas. De manera global la enfermedad vascular cerebral constituyó el 41% de todas las etiologías, sin embargo, considerando solo los PLEDs en enfermedades neurológicas crónicas, se encontró que la etiología tumoral fue la más prevalente (35.1%), seguido por la enfermedad vascular cerebral (33.3%) (Tabla 2). Dentro del grupo de otras etiologías de los PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas crónica se observó que hasta el 90% de los pacientes tenían diagnóstico de epilepsia del lóbulo temporal, de los cuales sólo 2 pacientes tenían un déficit neurológico focal. La prevalencia de crisis convulsivas en general fue de 63.6%. Aunque los PLEDs asociados a tumores en un contexto crónico estuvieron relacionados con crisis convulsivas hasta en un 95% de todos los pacientes. 17 Tabla 1. Características clínicas de los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. Pacientes, No. (%) Características Enfermedades neurológicas agudas (n=38) Enfermedades neurológicas crónicas (n=57) Edad, promedio (rango), años 60.8 (13-87) 55.2 (17-92) Sexo, femenino 22 (57.8) 33 (57.8) Exploración neurológica Focal 22 (57.8) 42 (73.7) Coma 8 (21.0) 3 (5.3) Coma y focal 6 (15.7) 0 (0) Normal 2 (5.2) 12 (21.0) Crisis convulsivas Crisis agudas 23 (60.5) 38 (66.7) Historia de epilepsia 5 (13.1) 27 (47.4) Tabla 2. Etiología y ocurrencia de crisis convulsivas en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. No. (%) Etiología Enfermedades neurológicas agudas Enfermedades neurológicas crónicas Pacientes (n=38) Crisis convulsivas Pacientes (n=57) Crisis convulsivas Evento vascular cerebral 20 (52.6) 12 (31.6) 19 (33.3) 14 (24.6) Infecciones 8 (21.1) 5 (13.2) 7 (12.3) 1 (1.8) Tumores 5 (13.2) 2 (5.3) 20 (35.1) 19 (33.3) Metabólico 1(2.6) 1 (2.6) 0 (0) 0 (0) Trauma 1(2.6) 1 (2.6) 1 (1.8) 1 (1.8) Otros 6 (7.6) 2 (5.3) 10 (17.5) 3 (5.3) Total 23 (60.5) 38 (66.7) 18 La capacidad funcional de cada grupo de pacientes (con un promedio de seguimiento de 18 meses) se muestra en la Tabla 3. En general los pacientes mostraron un estado de dependencia en 47.3%, independencia 36.8% y una mortalidad del 15.7%. No obstante, la muerte se presento seis veces más (31.6% vs 5.3%) en los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas que en los pacientes con enfermedades neurológicas crónicas. Notablemente, estos últimos pacientes mostraron una mayor independencia funcional (45.6% vs 23.7%) comparados con los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas. Tabla 3. Capacidad funcional en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año. Pacientes, No. (%) Capacidad Funcional Enfermedades neurológicas agudas (n=38) Enfermedades neurológicas crónicas (n=57) Dependiente 17 (44.7) 28 (49.1) Muerte 12 (31.6) 3 (5.3) Independiente 9 (23.7) 26 (45.6) Hallazgos de Neuroimagen La tabla 4 muestran los hallazgos de neuroimagen de los 95 pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas y la distribución de las anormalidades en las áreas corticales y subcorticales, independientes y combinadas. El único paciente con un estudio de RM normal tenía epilepsia intratable. El 62% de todos los pacientes mostraron anormalidades corticales y subcorticales en todos los estudios realizados, seguido por un 20% de afección estrictamente cortical y 17% subcortical. Sin encontrarse diferencias entre la distribución de la localización de las lesiones entre ambos grupos. 19 Tabla4. Hallazgos de neuroimagen en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año. No. de pacientes con PLEDs de acuerdo al tipo de enfermedad neurológica subyacente Aguda Crónica Anorma l Anorma l Image n Cortic al Subcorti cal Ambos Norm al Cortical Subcorti cal Ambos RM 4 (10.5) 4 (10.5) 23 (60.5) 1 (1.7) 8 (14.0) 11 (19.3) 29 (50.9) TC 4 (10.5) 1 (2.6) 2 (5.2) 0 3 (5.2) 0 5 (8.7) Total 8 (21.0) 5 (13.1) 25 (65.7) 1 (1.7) 11 (19.2) 11 (19.3) 34 (59.6) Hallazgos electroencefalográficos La tabla 5, contiene los datos electroencefalográficos comparativos entre los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. En el análisis de verosimilitud se encontró que los intervalos inter-PLEDs son estadísticamente más prolongados en los pacientes con PLEDs debidos a condiciones neurológicas crónicas. En relación a la aparición de crisis convulsivas agudas en el grupo de pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas se encontró que el 61% de los pacientes tenían un patrón con bajo voltaje inter-PLEDs (PLEDs “plus”), comparado con el 58% de los pacientes sin este patrón electroencefalográficos. En el grupo de PLEDs asociados a padecimientos neurológicos crónicos las crisis convulsivas agudas en pacientes con PLEDs plus se observaron en el 78.5% de los casos comparados con el 57.1% de los pacientes que mostraron un patrón electroencefalográfico diferente. 20 De manera general, se observó que los PLEDs en los EEGs tuvieron una máxima amplitud en regiones frontocentrales, seguido de las regiones frontotemporales y la polaridad negativa fue observada en promedio en 70.5% de los PLEDs. Tabla 5. Variables electroencefalográficas en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año Promedio (Desviación estándar, SD) Variable de EEG Enfermedades neurológicas agudas (n=38) Enfermedades neurológicas crónicas (n=57) Intervalo Inter-PLEDs, ms 921.04 (410.1) 927.04 (322) Duración del complejo, ms 347.8 (135.8) 316.7 (139.9) Amplitud, µV 73.5 (35.4) 82.5 (33.5) No. de fases 2.8 (1.1) 2.9 (1.4) No. de onda agudas 1.1 (0.5) 1.2 (0.4) Voltaje bajo Inter-PLEDs, No (%) 21 (55.2) 28 (49.1) Pronóstico funcional y seguimiento Dentro de los análisis de regresión logística empleados, se encontró que los pacientes con epilepsia en el seguimiento son más propensos a tener una capacidad funcional independiente cuando se compara con los pacientes fallecidos, expresado en un OR de 0.19 (IC 95%, 0.06 a 0.54). Ajustando los mismos déficit neurológicos y etiologías, los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas crónicas muestran una mayor tendencia a tener epilepsia en el seguimiento comparados con los PLEDs observados en situaciones agudas (OR 10.98, 95% IC [3.7 a 32.53]). 21 Los pacientes que muestran un estado de coma con o sin alteraciones focales tienen una mayor probabilidad de no tener crisis convulsivas, cuando se mantiene el mismo nivel de temporalidad y etiología (OR 0.58, 95% IC [0.38 a 0.88]). Los pacientes con PLEDs secundarios a condiciones neurológicas crónicas muestran una mayor tendencia a ser independientes (OR 0.28, 95% IC [0.13 a 0.62]) o dependientes (OR 0.40, 95% IC [0.19 a 0.81]) que los pacientes con PLEDs secundarios a condiciones neurológicas agudas cuando se compara con todos los pacientes fallecidos, manteniendo en el modelo estadístico el mismo nivel de afección neurológica y etiología. La independencia funcional es cada vez más probable entre más se acerque a la normalidad la exploración neurológica cuando se compara contra el grupo funcional dependiente (OR 0.54, 95% IC [0.31 a 0.94]), ajustándose los datos para la misma etiología y estado temporal de la condición neurológica subyacente. Un estado funcional de independencia similar se observa en las etiologías de ambos grupos, en los cuales asumiendo en el modelo un orden de categorías, se muestra que en los pacientes con etiologías vascular, traumática, tumoral, metabólica, infecciosa y otras etiologías, existe un incremento de la probabilidad de OR de 0.64 (95% IC, [0.47 a 0.86]) por cada incremento del nivel categórico, manteniendo el mismo nivel de afección neurológica y la temporalidad de las enfermedades neurológicas presentes. Los hallazgos de neuroimagen no se relacionaron estadísticamente con el pronóstico funcional, ni con la presencia de crisis convulsivas agudas o epilepsia en el seguimiento de los pacientes. 22 En relación a las variables EEGs analizadas y el pronóstico funcional, cuando se comparan los grupos de pacientes dependientes contra los independientes, se observa que por cada 10 milisegundos de incremento en la duración del complejo epileptiforme se favorece la capacidad de dependencia, manteniendo el mismo nivel de promedio del intervalo inter-PLEDs y la amplitud (OR 1.05 (95% IC, [1.01 a 1.08]). Este efecto es más relevante cuando se comparan los grupos de pacientes fallecidos contra los independientes, en el cual por cada 10 milisegundos adicionales de duración del complejo es más probable el fallecimiento del paciente, manteniendo los mismos ajustes (OR 1.05 (95% IC, [1.00 a 1.09]), este incremento también favorece la aparición de crisis convulsivas agudas en ambos grupos de pacientes con PLEDs (OR 1.02 (95% IC, [1.00 a 1.05]). En relación a las otras variables de EEG se observa que por cada incremento de 10 milisegundos del intervalo inter-PLEDs se tiene una mayor propensión a tener una capacidad funcional independiente (OR de 0.98 (95% IC, [0.97 a 0.99]), conservando el mismo nivel promedio de la amplitud y duración de los complejos epileptiformes. También se observo que por cada incremento de 10µV de amplitud de los complejos epileptiformes es más probable tener epilepsia en el seguimiento (OR 1.18, 95% IC [1.04 a 1.35]) manteniendo el mismo nivel promedio de intervalo inter-PLEDs y duración de los complejos epileptiformes. 23 Figura 1. PLEDs relacionados a enfermedades crónicas. A B Mujer de 21 años de edad con historia de hipoxia neonatal y epilepsia desde el primer mes de edad, caracterizada por 3 a 5 crisis de ausencia atípicas y tónico clónicas generalizadas mensuales. A. IRM zonas de encefalomalacia temporo-parietales bilaterales, atrofia cortico-subcortical y retracción del asta posterior ventrículo lateral izquierdo B. EEG con moderada disfunción generalizada de predominio en región temporal izquierda y PLEDs en la región temporal izquierda. Sensibilidad 7μV/mm, LF 1Hz, HF 70Hz y Notch: 60Hz. 24 Figura 2. PLEDs relacionados a enfermedades agudas A. B. Mujer de 72 años con historia de hipertensión arterial sistémica de 5 años de evolución. Presentó súbitamente cefalea severa, náuseas, vómito, disfasia motora y hemiparesia derecha, por lo que fue llevada a urgencias. A su ingreso en estupor con datos de hipertensión endocraneana aguda y síndrome piramidal derecho, que ameritó craniectomía descompresiva, colocación de válvula de derivación ventrículo peritoneal y clipaje de aneurisma de la arteria comunicante posterior. A. TC. Hemorragia subaracnoidea Fisher IV. B. EEG muestra asimetría y asincronía interhemisférica por moderada a severa disfunción hemisférica derecha y PLEDs en región fronto-temporal derecha. Sensibilidad 7μV/mm, LF 1Hz, HF 70Hz, Notch 60Hz 25 VIII. DISCUSIÓN Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas son un patrón poco común en los EEG que están caracterizados por puntas, complejos punta-onda lenta u onda aguda-onda lenta que se presentan de manera lateralizada o focal, periódica o casi periódica a través de casi todo elregistro electroencefalográfico (Chatrian et al., 1964; Walsh et al., 1987; Gross et al., 1999). La prevalencia de los PLEDs varía de 0.1 al 1% en laboratorios de EEG. (Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Kuroiwa et al., 1980; García- Morales I et al., 2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh & Brenner, 1987; Schraeder & Singh, 1980; Orta et al., 2009). Generalmente presentan un comportamiento transitorio y están relacionadas a lesiones agudas unilaterales, aunque se han descrito PLEDs que pueden persistir por años, asociados a lesión estructural o epilepsia (Snodgrass et al., 1989). La edad promedio de los paciente con PLEDs reportada en la literatura es de 56 a 64 años (García et al., 2002). En este estudio se encontró una prevalencia y distribución de edad similar a la descrita previamente. En cuanto al género predominó discretamente el sexo femenino (57.8%), sin diferencias significativas entre los grupos. Usualmente, los pacientes con PLEDs cursan con un proceso hemisférico agudo o subagudo, asociado a disminución del nivel de consciencia, signos neurológicos focales y crisis convulsivas (Markand & Daly, 1971; Schwartz et al., 1973; Walsh & Brenner, 1987). En nuestros pacientes se observó que el 21% de los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas tenían una exploración física normal y 26 47.4% historia de epilepsia; en contraste, el estado de coma se observó en el 36.7% en PLEDs con enfermedades neurológicas agudas; revelando que los PLEDs relacionados a enfermedades neurológicas agudas presentan una evolución más tórpida que los relacionados a padecimiento crónicos, los cuales incluso llegaron a presentar una exploración física normal. En reportes previos se ha documentado la causa más común de PLEDs es la enfermedad vascular cerebral (Brenner & Schaul, 1990; Pohlman et al., 1996, Fitzpatrick et al., 2007; Orta et al., 2009); Nuestros resultados son concordantes con estos hallazgos, no obstante, en el caso del grupo de PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos crónicos, se encontró que la principal etiología encontrada fue la tumoral (35.1%), seguida de enfermedad vascular cerebral (33.3%); lo cual demuestra que la etiología subyacente entre ambas condiciones es diferente (Orta et al., 2009). El antecedente de historia de epilepsia se encontró en el 47.4% de los PLEDs relacionados a enfermedades crónicas, lo cual se relaciona con la alta prevalencia de epilepsia en los pacientes con PLEDs crónicos (Snodgrass et al., 1989; Gurer et al., 2004; Téllez-Zenteno et al., 2007). Aproximadamente, el 80 a 90% de los pacientes con PLEDs presentarán crisis convulsivas predominantemente de tipo parcial motor. (García et al., 2002). En este estudio la prevalencia de crisis fue discretamente inferior a lo reportado (63.6%), sin embargo en el grupo de PLEDs asociados a enfermedades crónicas, aquellos que estuvieron relacionados a una etiología tumoral presentaron una prevalencia del 95%, lo cual puede explicarse debido a la historia natural del tumor cerebral, la presencia de un 27 edema difuso extenso, su correlación con hemorragias o microhemorragias secundarias y al mayor tiempo para recibir tratamiento comparado con padecimientos agudos (Walsh et al., 1987). Las anormalidades de neuroimagen se presentan en el 90 al 100% de los pacientes con PLEDs, involucrando comúnmente las estructuras corticales y subcorticales. (Gurer et al., 2004). En el presente estudio la mayoría de los pacientes (62%) mostraron anormalidades corticales y subcorticales, con afección estrictamente cortical en el 20% y subcortical 17%; sin encontrarse diferencias entre la distribución de la localización de las lesiones entre ambos grupos. La alta resolución de las técnicas de neuroimagen actuales permiten una caracterización detallada de las diferentes áreas cerebrales, incluyendo la delineación de la unión sustancia gris-sustancia blanca (Gurer et al., 2004). Estos hallazgos de neuroimagen están correlacionados con los estudios post-mortem realizados en pacientes con PLEDs, en uno de los cuales, se valoraron 9 pacientes con patrones periódicos en EEG y se encontraron lesiones corticales (1 paciente), subcorticales (0 pacientes) o combinadas (3 pacientes) (Gloor et al., 1968). Los hallazgos de neuroimagen pudieran explicarse como consecuencia de criterios estrictos para delimitar las anormalidades en sustancia gris y/o blanca y el incremento del número de pacientes con estudios de resonancia magnética, así como la mejor resolución de los resonadores actuales (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 2009). Un estudio previo que comparó las variables morfológicas (duración de los complejos, estereotipia de la morfología, grado de ritmos lentos y frecuencia) en PLEDs 28 asociados a alteración cortical y subcortical, encontró que los PLEDs de origen cortical presentaban una mayor variabilidad morfológica, sin embargo en este estudio las variables del EEG se valoraron sólo en una época de 30 segundos y no se distinguieron a los pacientes con padecimientos neurológicos en base a su cronicidad (Kalamangalam et al., 2007). En este estudio se encontró que los intervalos inter-PLEDs son estadísticamente mayores en los pacientes con PLEDs debidos a condiciones neurológicas crónicas, lo cual se podría explicarse por la evolución natural de los PLEDs de autolimitarse y una tendencia a incrementar el intervalo inter-PLED hasta desaparecer en semanas o meses (Chatrian et al., 1964; Pohlmann-Eden B et al., 1996). No obstante los factores que transforman un PLED agudo a crónico se desconocen (Westmoreland B et al., 1986). En relación a la elevada frecuencia de crisis convulsivas agudas y estados epilépticos en los pacientes con patrones de PLED “plus”, descritos por Reiher en 1991. Nuestros hallazgos apoyan estas observaciones, aunque de forma poco contundente debido a que la presencia de crisis convulsivas agudas en pacientes con PLEDs “plus” fue de 69.7% comprada con un 57.5% de pacientes que presentaron crisis convulsivas agudas sin este patrón de PLED (Reiher et al., 1991). En relación al pronóstico, nuestro grupo previamente reportó que en los pacientes con PLEDs, la ausencia de crisis clínicas al tiempo de su detección y una etiología aguda se encuentran asociados con mayor incidencia de muerte, mientras que una etiología no neoplásica está asociada con un buen pronóstico clínico (Orta et al., 2009). N o obstante, 29 en el estudio previo, todas las variables de EEG fueron analizadas en conjunto con otros patrones de PEDs y con un menor número de pacientes en el subgrupo de PLEDs. En el presente estudio se incrementó el tamaño de la muestra y se incluyeron únicamente a pacientes con PLEDs, encontrando que la muerte se presento seis veces más frecuente (31.6% vs 5.3%) en los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas, lo que indica que la mortalidad de 25 a 41% reportada en los pacientes con PLEDs es explicada predominantemente por los PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas o subagudas (Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Walsh & Brenner, 1987). El grupo de pacientes con PLEDs relacionados a enfermedades neurológicas crónicas se encontró una mayor tendencia a desarrollar epilepsia en el seguimiento, y esta a su vez a predisponer a un estado funcional independiente, acorde con el hallazgo previo de que la presencia de crisis convulsivas agudas está asociado con un mejor pronóstico funcional (Orta et al., 2009). Aunque otros autores no han encontrado una relación entre la presencia de crisis convulsivas y el pronóstico (García-Morales I et al., 2002; Walsh & Brenner, 1987). Una explicación propuesta para establecer la relación entre la ausencia de crisis convulsivas agudasy un mal pronóstico funcional, es considerar que los pacientes con PLEDs sin crisis convulsivas agudas tiene un daño cerebral más severo y difuso en aquellos pacientes sin crisis convulsivas (Orta et al., 2009). Una hipótesis alternativa postula que el daño continuo podría incrementar la excitabilidad neuronal e inducir una mayor incidencia de crisis convulsivas (Baykan et al., 2000). Por otro lado, los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas mostraron una mayor 30 tendencia a ser independientes o dependientes comparados con los pacientes en situaciones críticas, sobretodo, cuando los hallazgos de la exploración física son normales. En cuanto a la etiología subyacente, los pacientes con enfermedad vascular cerebral mostraron el mejor pronóstico funcional, debido a que una etiología tumoral predispone a con mayor frecuencia a dependencia (Orta et al., 2009). Estudios previos no habían encontrado una relación entre el pronóstico funcional y los hallazgos de EEG en pacientes con PLEDs (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 2009). No obstante, en este estudio se demostró que a mayor duración del complejo epileptiforme más posibilidades existen de fallecer o ser dependiente. Mientras que un mayor incremento del intervalo inter-PLEDs y de la amplitud de los complejos periódicos se asocia a un estado funcional independiente, este último a través de incrementar la probabilidad de desarrollar epilepsia. Un estudio retrospectivo de 25 pacientes con descargas epileptiformes generalizadas (GPEDs), encontró que los pacientes con estado epiléptico presentaron una mayor amplitud, intervalos y duración de los complejos GPEDs. No obstante, únicamente la mayor duración del intervalo inter-GPEDs, edad joven y mejor estado mental se relacionaron con la sobrevida de los pacientes (Husain et al., 1999). Debido a que ambos fenómenos tienen características diferentes no se pueden extrapolar estos hallazgos para explicar nuestros resultados. Sin embargo, se ha observado que los PLEDs agudos evolucionan a morfologías menos complejas y disminuyendo su frecuencia, mientras que los PLEDs crónicos tienden a ser más estables en su morfología y periodicidad en registros subsecuentes (Pohlman et al., 1996; Westmoreland et al., 1986). 31 IX. CONCLUSIONES Los PLEDs secundarios a enfermedades crónicas neurológicas y agudas presentan características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronóstico diferentes entre sí. En los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el desarrollo de epilepsia, exploración física normal y una etiología vascular subyacente favorecen la independencia funcional del paciente en el seguimiento al año. En relación a los hallazgos electroencefalográficos y el pronóstico funcional, la mayor duración de los complejos periódicos epileptiformes se encuentra asociado con dependencia o fallecimiento del paciente, mientras que la mayor duración del intervalo inter-PLEDs y de la amplitud de los complejos periódicos se asocia a un estado funcional independiente, este último a través de incrementar la probabilidad de desarrollar epilepsia, independientemente de la temporalidad de la condición neurológica presente. Este es el primer estudio realizado que demuestra una clara diferencia entre los PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas y crónicas y aporta nuevos elementos pronósticos para los pacientes cuyos electroencefalogramas muestran este patrón eléctrico. Se requieren estudios prospectivos para confirmar estos hallazgos y nuevos enfoques de estudio para determinar el significado clínico de los PLEDs. 32 X. BIBLIOGRAFÍA 1. Baykan B, Kinay D, Gökyigit A, Gürses C. Periodic lateralized epileptiform discharges: association with seizures. Seizure. 2000;9(6):402-406. 2. Brenner RP, Schaul N. Periodic EEG patterns: classification, clinical correlation and pathophysiology. J Clin Neurophysiol. 1990;7(2):249-267 3. Chatrian Ge, Shaw CM, Leffman H. The significance of periodic lateralized epileptiform discharges in EEG: An electrographic, clinical and pathological study. Electroencephalog Clin Neurophysiol 1964;17:177-193. 4. 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