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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN 
INSTITUTO NACIONAL DE NEUROLOGÍA Y NEUROCIRUGÍA 
“DR. MANUEL VELASCO SUÁREZ” 
“IMPLICACIONES CLÍNICAS Y PRONÓSTICAS DE LAS 
DESCARGAS EPILEPTIFORMES LATERALIZADAS 
PERIÓDICAS EN PADECIMIENTOS NEUROLÓGICOS 
AGUDOS Y CRÓNICOS” 
 
T E S I S 
 
PARA OBTENER EL DIPLOMA DE: 
 
 ESPECIALISTA EN NEUROFISIOLOGÍA CLÍNICA 
 
PRESENTA: 
 
DRA. ADRIANA PATRICIA MARTÍNEZ MAYORGA 
TUTOR: 
DR. DANIEL SAN JUAN ORTA 
 
COAUTOR: 
DRA. MA. DEL CARMEN FERNÁNDEZ GONZÁLEZ-ARAGÓN 
 
ASESOR DE ESTADÍSTICA: 
DR. ALEJANDO QUIROZ ZARATE 
MÉXICO D.F, 2010 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 II
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Ricardo Colín Piana 
Director de Enseñanza 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dr. Daniel San Juan Orta 
Jefe del Departamento de Investigación Clínica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dra. Ma. Carmen Fernández González Aragón 
Jefa del Departamento de Neurofisiología Clínica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dra. Adriana Patricia Martínez Mayorga 
Residente de Neurofisiología Clínica. 
 III
INDICE 
 
 
 
 
 
 
I. Resumen ……………………………... 1 
 
II. Antecedentes ……………………………… 2 
III. Planteamiento del problema………………... 9 
IV. Hipótesis……………………………………. 10 
V. Objetivos…………………………………… 10 
VI. Material y métodos ……………………… 12 
VII. Resultado ………………………………. 15 
VIII. Discusión ……………………………… 25 
IX. Conclusiones ……………………………… 31 
X. Bibliografía ……………………………… 32 
 
 
 
 
 
 
 1
I. RESUMEN 
Antecedentes. Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas (PLEDs) son hallazgos 
electroencefalográficos anormales de significado incierto que habitualmente se relacionan a 
procesos patológicos agudos o subagudos transitorios. Reportes de casos aislados han 
documentado la presencia de PLEDs crónicos, no obstante las características clínicas, 
neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de pacientes con PLEDs asociados a enfermedades 
neurológicas agudas o crónicas se desconocen. Objetivo. Describir y comparar las características 
clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y su correlación con el pronóstico de los pacientes con 
PLEDs asociados a padecimientos neurológicos agudos y crónicos. Material y Métodos. Estudio 
descriptivo, retrospectivo, transversal y multicéntrico. En un periodo de 11 años (2000-2009) se 
identificaron 115 pacientes con PLEDs en los Departamentos de Neurofisiología del 
Massachusetts General Hospital, Boston. MA, y del Instituto Nacional de Neurología, MEX; de 
estos se incluyeron a 95, pacientes, que se clasificaron en base a la naturaleza neurológica aguda 
o crónica y se recabaron las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y el pronóstico 
al año. Análisis estadístico: Se utilizó estadística descriptiva e inferencial. Se desarrolló 
regresión logística y un modelo de verosimilitud para el análisis de las variables clínicas, 
radiológicas y neurofisiológicas. Se realizaron pruebas de normalidad de Shapiro Wilk y 
Anderson-Darling. Razón de momios con intervalos de confianza 95%. Resultados: En los 
pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades crónicas se encontró una exploración física 
normal en 21% y una etiología tumoral en 35.1%. El fallecimiento y la dependencia funcional 
fueron más frecuentes en los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades agudas. En los 
pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el desarrollo de epilepsia 
(OR 10.98 [3.7 a 32.53]), exploración física normal (OR 0.54 [0.31 a 0.94]) y una etiología 
vascular subyacente (OR 0.64 [0.47 a 0.86]) favorecieron la independencia funcional en el 
seguimiento al año. La mayor duración de los complejos periódicos epileptiformes se asoció con 
dependencia (OR 1.05 [1.01 a 1.08]) o fallecimiento (OR 1.05 [1.00 a 1.09]) del paciente, 
mientras que la mayor duración del intervalo inter-PLEDs (OR 0.98 [0.97 a 0.99]) y de la 
amplitud de los complejos periódicos (OR 1.18 [1.04 a 1.35]) se asoció a un estado funcional 
independiente, este último a través de incrementar la probabilidad de desarrollar epilepsia (OR 
1.02 [1.00 a 1.05]), independientemente de la temporalidad de la condición neurológica presente. 
Conclusión: En los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el 
desarrollo de epilepsia, exploración física normal y una etiología vascular subyacente favorecen 
la independencia funcional del paciente al año. La mayor duración de los complejos periódicos 
epileptiformes se encuentra asociado con dependencia o fallecimiento del paciente. 
 2
II. ANTECEDENTES 
 
Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas (PLEDs) fueron descritas 
inicialmente por Chatrian y cols., en 1964 (aunque existen reportes iniciales de este 
fenómeno desde 1952 por Echlin, Arnett y Zoll), estos patrones son siempre un hallazgo 
anormal en los electroencefalogramas (EEG) y su significancia es actualmente incierta 
(Orta et al., 2009). Aunque los PLEDs fueron estrictamente definidos por Chatrian y 
cols., 1964, a través del tiempo, el término ha sido aplicado a un espectro de hallazgos 
electroencefalográficos, que incluyen a los PLEDs bilaterales independientes, descargas 
epileptiformes periódicas (PEDs) generalizadas y pseudo-PLEDs (Brenner & Schaul, 
1990). 
 
 Los PLEDs están caracterizados por puntas, complejos punta-onda lenta u onda 
aguda-onda lenta que se presentan de manera lateralizada o focal, periódica o casi 
periódica a través de casi todo el registro electroencefalográfico (Chatrian et al., 1964; 
Walsh et al., 1987; Gross et al., 1999). 
 
 La prevalencia de los PLEDs varía de 0.1 al 1% en laboratorios de EEG. 
(Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Kuroiwa et al., 1980; García-Morales I et 
al., 2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh & Brenner, 1987; 
Schraeder & Singh, 1980; Orta et al., 2009). La verdadera incidencia es probablemente 
mayor debido a que muchos pacientes con PLEDs no son sometidos a un estudio de EEG, 
particularmente esos quienes no tienen una historia reciente de crisis convulsivas o 
 3
alteraciones del estado mental (Fitzpatrick et al., 2007). Las PEDs, incluyendo los PLEDs 
son encontrados frecuentemente en pacientes con enfermedades agudas, aunque los 
PLEDs crónicos han sido documentados previamente (Téllez-Zenteno et al., 2007; 
Kuroiwa & Celesia 1980). La causa más común de PLEDs es una lesión estructural aguda 
o subaguda de la corteza cerebral, tanto difusa o focal; sin embargo, estos fenómenos 
también pueden ser observados en pacientes con una lesión crónica cerebral estática o 
epilepsia crónica (Chatrian et al., 1964; Orta et al., 2009). 
 
 Los PLEDs generalmente presentan un comportamiento transitorio, rara vez 
persisten por episodios mayores a semanas, disminuyen su complejidad y frecuencia, e 
incrementan los periodos interdescargas hasta que desaparecen. La alteración subyacente 
asociada al EEG que se encuentra frecuentemente es la presencia de lesiones agudas 
unilaterales cerebrales (Kuroiwa & Celesia 1980). No obstante, se han descrito PLEDs 
que pueden persistir por años, generalmente secundarios a una lesiónestructural 
existente, probablemente como resultado de cambios crónicos en las propiedades de 
excitabilidad neuronal (Snodgrass et al., 1989). 
 
 La causa más común en los PLEDs relacionados a eventos agudos y subagudos es 
la enfermedad vascular cerebral; entre otras causas se encuentran: tumores, epilepsia, 
infecciones del sistema nervioso central, hematomas subdurales y parenquimatosos, 
traumatismo cráneo encefálico, encefalopatía post-anóxica, migraña, síndrome de inmuno 
deficiencia adquirida, neurosífilis, esclerosis tuberosa, embolismo graso, encefalopatía 
metabólica y hepáticas, hiperglicemia e hipoglicemia, intoxicación por aminofilina, etc. 
(Brenner & Schaul, 1990; Pohlman et al., 1996; Fitzpatrick et al., 2007; Orta et al., 2009). 
 4
Los PLEDs crónicos son definidos como aquellos PLEDs que persisten por más 
de 3 meses, raramente han sido reportados en series de casos o en reportes de casos 
aislados en pacientes con lesiones cerebrales crónicas y epilepsia de larga evolución 
(Snodgrass et al., 1989). Actualmente se desconocen las características clínicas, 
radiológicas, neurofisiológica y del pronóstico de los pacientes con lesiones neurológicas 
crónicas asociadas a PLEDs. 
 
 La fisiopatología de los PLEDs no está completamente comprendida, aunque se 
postula que involucra una alteración en la corteza cerebral y en la sustancia blanca 
adyacente, y el patrón del EEG depende de la localización y extensión de la lesión ( De la 
Paz & Brenner, 1981); mientras que la periodicidad de las descargas pudiera resultar de la 
denervación de neuronas corticales o de sus conexiones. Así mismo, existen alteraciones 
en la membrana neuronal, función enzimática o de neurotrasmisores secundarias a 
hipoxia o factores metabólicos que incrementan la excitabilidad neuronal o disminuyen 
los mecanismos inhibitorios ( Hughes & Schlagenhauff, 1965; Schwartz et al., 1973). 
Cobb, 1979 sugiere que la periodicidad de estos patrones resulta del tiempo constante de 
recuperación del proceso electroquímico a nivel celular (Cobb, 1979). Actualmente no se 
encuentra definido si los PLEDs son resultado de actividad interictal o ictal. No obstante, 
los reportes del incremento regional del flujo sanguíneo cerebral, consumo de oxígeno o 
hipermetabolismo asociados con estos patrones de EEG, que sugieren un comportamiento 
ictal (Handforth et al., 1994; Ergün et al., 2006; Lee & Schauwecker, 1988). 
 
 5
 La edad promedio frecuentemente descrita de los pacientes con PLEDs va de 56 
a 64 años y la ocurrencia de PLEDs en niños es extremadamente rara, lo que sugiere que 
los PLEDs son un fenómeno predominantemente relacionado a la edad (García et al., 
2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh & Brenner, 1987). 
Aunque no se ha observado ninguna predominancia en relación al género en los estudios 
publicados (Orta et al., 2009). Usualmente, los pacientes cuyos EEG muestran PLEDs 
tienen un proceso cerebral hemisférico agudo o subagudo asociado a una disminución del 
nivel de consciencia, signos neurológicos focales, crisis convulsivas y un estado clínico 
crítico (Markand & Daly, 1971; Schwartz et al., 1973; Walsh & Brenner, 1987). Cerca 
del 80 a 90% de los pacientes con PLEDs presentarán crisis convulsivas 
predominantemente de tipo parcial motor. (García et al., 2002). 
 
Reiher y cols., en 1991 describieron el término “PLEDs plus” para identificar a 
PLEDs de alta frecuencia y bajo voltaje (polipuntas) en los intervalos inter-PLEDs, 
observado un incremento de la frecuencia de crisis convulsivas y estado epiléptico en los 
pacientes con este patrón de PLEDs plus (74% Vs 6%) (Reiher et al., 1991), tal como ha 
sido descrito previamente, hoy en día se desconoce si estos patrones 
electroencefalográficos son ictales o interictales (Handforth et al., 1994; Ergün et al., 
2006; Lee & Schauwecker, 1988). Por lo tanto, no es posible determinar si los pacientes 
ameritan un tratamiento farmacológico agresivo (Terzano et al., 1986). Aún cuando la 
mortalidad reportada va de 25 al 41% en estos pacientes (Brenner & Schaul, 1990; 
Pohlman et al., 1996, Fitzpatrick et al., 2007; Orta et al., 2009). 
 
 6
 Los estudios de neuroimagen han mostrado que los PLEDs pueden originarse de 
una variedad de sustratos estructurales, incluyendo lesiones subcorticales y corticales. 
Las lesiones corticales agudas con involucro de la sustancia blanca son el hallazgo de 
imagen más común en pacientes con PLEDs de instalación reciente, aunque en un 
pequeño porcentaje de pacientes se han observado estudios de neuroimagen normales 
(Kalamangalam et al., 2007; De la Paz & Brenner, 1981; Gurer et al., 2004). Los estudios 
de neuro-imagen aparentemente normales pudieran ser secundarios a una baja resolución 
espacial de la tomografía computada comprada con la resonancia magnética (Raroque & 
Purdy, 1995). Las anormalidades de neuroimagen se presentan en el 90 al 100% de los 
pacientes con PLEDs, involucrando comúnmente las estructuras corticales y 
subcorticales. Este patrón de afección por imagen pudiera ser una consecuencia de 
utilizar un criterio estricto para delinear las anormalidades en la sustancia gris y blanca, 
así como un incremento en el número de pacientes que se han sometido a un estudio de 
resonancia magnética durante su hospitalización, comparado con estudios previos 
(Kalamangalam et al., 2007; Gurer et al., 2004; Orta et al., 2009). 
 
La alta resolución de las técnicas de neuroimagen modernas permiten una 
caracterización detallada de las diferentes áreas cerebrales, incluyendo la delineación de 
la unión sustancia gris-sustancia blanca (Gurer et al., 2004). Estos hallazgos de 
neuroimagen están correlacionados con los estudios post-mortem realizados en pacientes 
con PLEDs (Gloor et al., 1968). 
 
 7
 El pronóstico a largo plazo de los pacientes con PLEDs ha recibido poca atención 
desde que fueron inicialmente reportados (Westmoreland et al., 1986; PeBenito & 
Cracco, 1979; Orta et al., 2009). Estudios recientes con un mayor número de pacientes 
han demostrado que las características intrínsecas de las descargas periódicas y los 
hallazgos de neuroimagen no están relacionadas con el pronóstico. Un estudio publicado 
por nuestro grupo que incluyó a 118 pacientes con PEDs en el cual se analizó la 
información clínica, hallazgos de neuroimagen y neurofisiológicos y el desenlace 
funcional al año, encontró que en los pacientes con PLEDs, la ausencia de crisis clínicas 
al tiempo de su detección y una etiología aguda se encuentran asociados con muerte, 
mientras que una etiología no neoplásica está asociada con un buen pronóstico clínico 
(Orta et al., 2009). 
 
 Los PLEDs habitualmente se relacionan a procesos transitorios, existen pocos 
reportes en la literatura de presentación crónica. Shwartz y cols., 1973 describieron 3 
pacientes en los cuales se encontraron a los PLEDs 2, 4 y 5 meses. Erkulvrawatr, 1977 
reportó pacientes que cursaron con PLEDs hasta por 144 días ( Erkulvrawatr 1977). 
 
 La descripción original de PLEDs crónicos fue realizada por Westmoreland y col., 
en 6 pacientes, 4 de los cuales eran portadores de lesiones estructurales; dos con 
esclerosis tuberosa, 1 quiste poroencefálico, 1 absceso crónico y 2 pacientes presentaron 
crisis parciales complejas sin lesión cerebral estructural. Los PLEDs crónicos tuvieron 
una duración de hasta 30 años. Este estudio documentó una asociación entre PLEDs y 
epilepsia intratable. Los autores concluyeron que los PLEDs crónicos podrían ser 
diferentes de aquellos agudos (Westmoreland et al 1986). No obstante esta observación 
no ha sido abordad en la literatura publicada, por lo que es una cuestión por resolver. 
 8
 Gross y cols., describieron en 1998 el caso de una mujer de 38 años con PLEDs 
crónico, atrofia de núcleo caudado izquierdo severa y hemidistonía derecha; el cual se 
había sometido a 2 talamotomíasy a palidotomía, posteriormente se colocó un 
estimulador talámico centro-medial para disminuir la distonía. Los EEG realizados 
previos al procedimiento quirúrgico inicial y después de cirugías posteriores mostraron 
PLEDs hemisféricos izquierdos que eran más prominentes durante el sueño. (Gross et al 
1998). 
 
 Gurer y cols., en 2004 reportaron 71 pacientes con PLEDs, cuya duración fue de 
meses a 5 años, de los cuales 2 pacientes con diagnóstico de panencefalitis esclerosante 
subaguda presentaron epilepsia parcial continua (Gurer et al., 2004). Téllez y cols., 
2007, describieron a una mujer de 86 años con un infarto en territorio de la arteria 
cerebral media izquierda, asociado a crisis convulsivas parciales motoras de mano 
derecha. El EEG de febrero 2002 muestra PLEDs en el hemisferio izquierdo, asociado a 
PLEDs plus y EEG al año y 4 años mostraron la presencia del mismo patrón. (Téllez-
Zenteno et al., 2007). 
 
 En base a la información presentada anteriormente podríamos suponer que los 
PLEDs crónicos o aquellos relacionados a enfermedad crónicas neurológicas presentan 
características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronóstico diferentes a aquellos 
pacientes quienes presentan PLEDs asociados a padecimientos agudos o sub-agudos. 
 
 9
 Actualmente existen pocos reportes de la literatura, la mayoría casos aislados o 
reportes de pocos casos que abordan el tema de los PLEDs crónicos. Sin embargo, a 
nuestro conocimiento no existe en la literatura un estudio que muestre detalladamente las 
características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas de pacientes con 
PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. 
 
 
III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
Los PLEDs se encuentran generalmente relacionados a lesiones cerebrales 
unilaterales agudas o subagudas. Aunque se han publicado escasos reportes de casos de 
pacientes con PLEDs crónicos relacionados a padecimientos neurológicos crónicos, tales 
como epilepsia de larga evolución y lesiones cerebrales crónicas. 
 
Se ha postulado que los PLEDs agudos y crónicos pudieran tener un sustrato 
clínico y pronóstico diferente. 
 
No obstante, a nuestro conocimiento no existe en la literatura un estudio con una 
muestra grande de pacientes que compare las características clínicas, neurofisiológicas, 
radiológicas y pronosticas de pacientes con PLEDs asociados a enfermedades 
neurológicas agudas y crónicas. 
 
 
 
 
 
 10
IV. HIPÓTESIS 
 
Los PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas tienen características 
clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas diferentes a los pacientes con 
PLEDs relacionados con enfermedades neurológicas agudas. 
 
Los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas, crisis 
convulsivas agudas y epilepsia en el seguimiento tienen un mejor pronóstico funcional 
comparado con los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas 
y la ausencia de estos últimos eventos clínicos. 
 
 
V. OBJETIVOS 
 
1. Describir las características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronosticas 
de los pacientes con PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos agudos y 
crónicos. 
 
2. Determinar si existen diferencias clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y 
pronosticas entre pacientes con PLEDs relacionados a padecimientos 
neurológicos agudos comparado con los crónicos. 
 
3. Establecer cuáles son los factores clínicos, neurofisiológicos o radiológicos que 
impactan en el pronóstico funcional entre pacientes con PLEDs relacionados a 
padecimientos neurológicos agudos y crónicos. 
 11
JUSTIFICACIÓN 
 
Los PLEDs son hallazgos raros de EEG de significancia incierta. A pesar de 
haberse descrito desde 1954, se han realizado pocos esfuerzos para conocer su 
importancia en el tratamiento y pronóstico de los pacientes que muestran estas 
anormalidades eléctrico electroencefalográficas. Los PLEDs generalmente presentan un 
comportamiento transitorio, rara vez persisten por episodios mayores a semanas, 
disminuyen su complejidad y frecuencia, e incrementan los periodos interdescargas hasta 
que desaparecen. La alteración en el EEG se encuentra comúnmente relacionada a 
lesiones agudas unilaterales cerebrales. 
 
Recientemente documentamos que los PLEDs tienen diferentes patrones 
pronósticos dependiendo de la evolución de la enfermedad subyacente, etiología y 
presencia de crisis convulsivas. Sin embargo, no se publicaron a detalle las características 
clínicas, neurofisiológicas y radiológicas de los pacientes con PLEDs asociados con 
enfermedades neurológicas crónicas. En este proyecto se pretende exponer estos puntos e 
incrementar el número de pacientes para aumentar su significancia estadística incluyendo 
pacientes de otro centro de referencia neurológico y homogeneizando los grupos de 
análisis. 
 
 
 
 
 12
VI. MATERIAL Y MÉTODOS 
 
Diseño del estudio: Descriptivo, retrospectivo, transversal. multicéntrico y comparativo. 
Población: 
Se realizó una búsqueda de los electroencefalogramas que se encuentran en la 
base de datos digital del Departamento de Neurofisiología del Massachusetts General 
Hospital, Boston. MA, utilizando las palabras claves; repetitive discharges, periodic 
discharges, PLEDs y PEDs y epileptiforme periodic. Se realizó la exclusión de todos 
aquellos patrones EEG bilaterales o generalizados periódicos epileptiformes y de ondas 
trifásicas. El periodo fue de siete años desde el 1.º de enero del 2000 el 1.º de enero del 
2007. De forma similar se llevó a cabo la búsqueda de los registros impresos de todos los 
electroencefalogramas realizados en el Departamento de Neurofisiología del Instituto 
Nacional de Neurología del 1.º de enero del 2006 al 31 de diciembre del 2009. Se 
incluyeron todos los electroencefalogramas que tuvieron en su reporte los diagnósticos 
electroencefalográficos de descargas repetitivas, descargas periódicas, PLEDs, PEDs o 
anormalidades periódicas epileptiforme. 
 
Los criterios de inclusión incluyeron (1) EEG que cumplan con el criterio de 
descarga lateralizada periódica epileptiforme (2) ambos sexos (3) edad mayor a 16 años 
(4) expediente clínico completo y seguimiento hasta la muerte o mínimo un año. Se 
excluyeron los pacientes con reporte de ondas agudas trifásicas, actividad epiléptica 
periódica bilateral o generalizada, expediente clínico incompleto o seguimiento menor a 
un año. 
 13
Se obtuvieron los datos relacionados a la historia clínica del paciente, sexo, edad, 
estadio de la enfermedad subyacente, clasificando a los PLEDs como agudo (menor de 
cuatro semanas), y crónico (más de ocho semanas), basados en la temporalidad del 
padecimiento neurológico. Se clasificó la etiología en los siguientes grupos; enfermedad 
vascular cerebral, neoplásicos, infecciosos, metabólicos, trauma y otros. Además, se 
documentaron la presencia de crisis clínicas agudas y la historia de epilepsia. 
 
El pronóstico funcional de los pacientes se evalúo como mínimo al año de 
seguimiento o hasta la muerte del paciente. El nivel de funcionalidad se dividió en tres 
categorías: totalmente independiente, parcialmente dependiente en la familia o en una 
casa de asistencia y muerte. 
 
Los estudios de neuroimagen incluyeron: tomografía computada y/o resonancia 
magnética de encéfalo (1.5 o 3.0 Teslas), clasificándolos como normales o anormales; si 
tenían ambos estudios se realizó el análisis sólo de la resonancia magnética. Los estudios 
anormales se catalogaron por la localización de la lesión: cortical (incrementos de la señal 
dentro de la corteza, infartos en las zonas limítrofes y necrosis laminar), y/o subcorticales 
(incrementos de la intensidad de señal en los núcleos de la sustancia gris profunda y las 
anormalidades de la sustancia blanca). Si se encontraban alteraciones crónicas 
agudizadas, sólo los hallazgos agudos seanalizaron. 
 
 
 14
En los PLEDs se valoró la periodicidad (determinada como la variable continua 
basada en la medición del intervalo inter punta), duración del complejo epileptiforme 
(medición desde la primera de selección inequívoca hacia un final sin ambigüedad, 
excluyendo cualquier actividad juzgada subsecuentemente como onda lenta), y la 
amplitud del complejo epileptiforme (medida a través de de las herramientas de software 
de la máquina de electroencefalograma utilizando un montaje de referencia y lateralizado 
al oído) calculándose en 50 muestras consecutivas de un registro electroencefalográfico 
obtenido durante una muestra al azar de cinco minutos de registro. El voltaje de la 
actividad del electroencefalograma durante los intervalos inter pico se clasificó como baja 
(<20 µV) o alta (>20 µV). Las variables morfológicas de las descargas epileptiformes se 
analizaron de acuerdo un estudio previo (Kalamangalam et al., 2007), estas incluyen: la 
polaridad, total de números de fases, total de números de ondas agudas y la distribución 
espacial (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 2009). 
 
 
ANÁLISIS ESTADÍSTICO 
 
Se realizó un análisis estadístico descriptivo de las características clínicas, 
radiológicas y neurofisiológicas de los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades 
neurológicas agudas y crónicas, expresado en promedio y desviación estándar. Se 
consideró la naturaleza ordinal de la variable de la capacidad funcional en los modelos de 
regresión logística para establecer la asociación entre las variables clínicas, radiológicas y 
neurofisiológicas del paciente con el desenlace funcional. Se realizó el cálculo de los 
odds ratios (OR) y sus respectivos intervalos de confianza (95%). 
 15
Se llevó a cabo un análisis de verosimilitud para el estudio de la variabilidad de la 
duración de los complejos epileptiformes, periodicidad, y la amplitud de los PLEDs entre 
los pacientes. En este caso, el análisis se realizó a partir de las distribuciones normales 
que se evaluaron para todas las desviaciones estándares transformadas. Para evaluar la 
normalidad de las desviaciones estándar transformadas, se realizaron las pruebas de 
Shapiro Wilk y Anderson-Darling. 
 
Todos los análisis estadísticos se realizaron utilizando el software R, versión 2.6.0 
(R Foundation, Vienna, Austria). 
 
 
 VII. RESULTADOS 
 
Durante un período total de 11 años (2000-2007 [Massachusetts General Hospital, 
MGH] y 2006-2009 [Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, INNN]) se 
registraron un total de 38,861 Electroencefalogramas (EEGs) en pacientes hospitalizados 
y externos. Todos los registros fueron realizados sin medicamentos sedantes por al menos 
30 minutos. Todos los pacientes tuvieron EEG digitales con 24 electrodos posicionados 
sobre el cuero cabelludo de acuerdo con el Sistema Internacional 10-20, reformateados en 
montajes bipolares y referenciados fuera del cráneo (MGH) y en Cz (INNN), con filtros 
dentro del rango de 0.3Hz a 70 Hz. Inicialmente encontramos 360 pacientes utilizando las 
palabras claves en la base de datos y revisando los reportes impresos. Se excluyeron 110 
estudios duplicados y 135 estudios que no cumplieron con la definición de PLEDs. 
Finalmente identificamos a 115 pacientes en quienes los PLEDs fueron reportados y 
 16
contaban con al menos un EEG, lo cual representó una prevalencia de 0.29% de los EEG 
realizados entre los pacientes hospitalizados y externos en ambos centros. De estos 115 
pacientes, se seleccionaron 38 y 57 pacientes con PLEDs que cursaban con 
enfermedades neurológicas agudas y crónicas, respectivamente. Los 95 pacientes 
reportados en este estudio cuentan con información clínica, radiológica y neurofisiológica 
completa para su análisis. 
 
 
Hallazgos Clínicos 
 
 La tabla 1, muestra las características demográficas y clínicas de los pacientes con 
PLEDs. Interesantemente, se observó que hasta el 21% de los pacientes con PLEDs 
asociados a enfermedades neurológicas crónicas tenían una exploración física normal y 
47.4% historia de epilepsia, en contraste, el estado de coma se observó en el 36.7% de 
los pacientes con PLEDs en enfermedades neurológicas agudas. De manera global la 
enfermedad vascular cerebral constituyó el 41% de todas las etiologías, sin embargo, 
considerando solo los PLEDs en enfermedades neurológicas crónicas, se encontró que la 
etiología tumoral fue la más prevalente (35.1%), seguido por la enfermedad vascular 
cerebral (33.3%) (Tabla 2). Dentro del grupo de otras etiologías de los PLEDs 
secundarios a enfermedades neurológicas crónica se observó que hasta el 90% de los 
pacientes tenían diagnóstico de epilepsia del lóbulo temporal, de los cuales sólo 2 
pacientes tenían un déficit neurológico focal. La prevalencia de crisis convulsivas en 
general fue de 63.6%. Aunque los PLEDs asociados a tumores en un contexto crónico 
estuvieron relacionados con crisis convulsivas hasta en un 95% de todos los pacientes. 
 17
Tabla 1. Características clínicas de los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades 
neurológicas agudas y crónicas. 
 
 
 Pacientes, No. (%) 
 
Características Enfermedades 
neurológicas agudas 
(n=38) 
Enfermedades 
neurológicas crónicas 
(n=57) 
Edad, promedio (rango), años 60.8 (13-87) 55.2 (17-92) 
Sexo, femenino 22 (57.8) 33 (57.8) 
Exploración neurológica 
Focal 22 (57.8) 42 (73.7) 
Coma 8 (21.0) 3 (5.3) 
Coma y focal 6 (15.7) 0 (0) 
Normal 2 (5.2) 12 (21.0) 
Crisis convulsivas 
Crisis agudas 23 (60.5) 38 (66.7) 
Historia de epilepsia 5 (13.1) 27 (47.4) 
 
 
Tabla 2. Etiología y ocurrencia de crisis convulsivas en pacientes con PLEDs 
secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. 
 
 
 No. (%) 
 
Etiología Enfermedades neurológicas 
agudas 
 
Enfermedades neurológicas 
crónicas 
 
 Pacientes 
(n=38) 
Crisis 
convulsivas 
Pacientes 
(n=57) 
Crisis 
convulsivas 
Evento vascular 
cerebral 
20 (52.6) 12 (31.6) 19 (33.3) 14 (24.6) 
Infecciones 8 (21.1) 5 (13.2) 7 (12.3) 1 (1.8) 
Tumores 5 (13.2) 2 (5.3) 20 (35.1) 19 (33.3) 
Metabólico 1(2.6) 1 (2.6) 0 (0) 0 (0) 
Trauma 1(2.6) 1 (2.6) 1 (1.8) 1 (1.8) 
Otros 6 (7.6) 2 (5.3) 10 (17.5) 3 (5.3) 
Total 23 (60.5) 38 (66.7) 
 
 
 
 18
La capacidad funcional de cada grupo de pacientes (con un promedio de 
seguimiento de 18 meses) se muestra en la Tabla 3. En general los pacientes mostraron 
un estado de dependencia en 47.3%, independencia 36.8% y una mortalidad del 
15.7%. No obstante, la muerte se presento seis veces más (31.6% vs 5.3%) en los 
pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas que en los 
pacientes con enfermedades neurológicas crónicas. Notablemente, estos últimos 
pacientes mostraron una mayor independencia funcional (45.6% vs 23.7%) comparados 
con los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas agudas. 
 
Tabla 3. Capacidad funcional en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades 
neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año. 
 
 Pacientes, No. (%) 
Capacidad Funcional Enfermedades 
neurológicas agudas 
(n=38) 
Enfermedades 
neurológicas crónicas 
(n=57) 
Dependiente 17 (44.7) 28 (49.1) 
Muerte 12 (31.6) 3 (5.3) 
Independiente 9 (23.7) 26 (45.6) 
 
 
Hallazgos de Neuroimagen 
 
 La tabla 4 muestran los hallazgos de neuroimagen de los 95 pacientes con PLEDs 
secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas y la distribución de las 
anormalidades en las áreas corticales y subcorticales, independientes y combinadas. El 
único paciente con un estudio de RM normal tenía epilepsia intratable. El 62% de todos 
los pacientes mostraron anormalidades corticales y subcorticales en todos los estudios 
realizados, seguido por un 20% de afección estrictamente cortical y 17% subcortical. Sin 
encontrarse diferencias entre la distribución de la localización de las lesiones entre 
ambos grupos. 
 19
Tabla4. Hallazgos de neuroimagen en pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades 
neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año. 
 
 No. de pacientes con PLEDs de acuerdo al tipo de enfermedad 
neurológica subyacente 
 Aguda Crónica 
 Anorma
l 
Anorma
l 
 
Image
n 
Cortic
al 
Subcorti
cal Ambos 
Norm
al Cortical 
Subcorti
cal Ambos 
RM 4 
(10.5) 
4 (10.5) 23 (60.5) 1 
(1.7) 
8 (14.0) 11 (19.3) 29 (50.9) 
TC 4 
(10.5) 
1 (2.6) 2 (5.2) 0 3 (5.2) 0 5 (8.7) 
Total 8 
(21.0) 
5 (13.1) 25 (65.7) 1 
(1.7) 
11 
(19.2) 
11 (19.3) 34 (59.6) 
 
 
Hallazgos electroencefalográficos 
 
 La tabla 5, contiene los datos electroencefalográficos comparativos entre los 
pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas y crónicas. En el 
análisis de verosimilitud se encontró que los intervalos inter-PLEDs son estadísticamente 
más prolongados en los pacientes con PLEDs debidos a condiciones neurológicas 
crónicas. En relación a la aparición de crisis convulsivas agudas en el grupo de pacientes 
con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas agudas se encontró que el 61% de 
los pacientes tenían un patrón con bajo voltaje inter-PLEDs (PLEDs “plus”), comparado 
con el 58% de los pacientes sin este patrón electroencefalográficos. En el grupo de 
PLEDs asociados a padecimientos neurológicos crónicos las crisis convulsivas agudas en 
pacientes con PLEDs plus se observaron en el 78.5% de los casos comparados con el 
57.1% de los pacientes que mostraron un patrón electroencefalográfico diferente. 
 
 20
De manera general, se observó que los PLEDs en los EEGs tuvieron una máxima 
amplitud en regiones frontocentrales, seguido de las regiones frontotemporales y la 
polaridad negativa fue observada en promedio en 70.5% de los PLEDs. 
 
Tabla 5. Variables electroencefalográficas en pacientes con PLEDs secundarios a 
enfermedades neurológicas agudas y crónicas con seguimiento de al menos 1 año 
 
 
 Promedio (Desviación estándar, SD) 
Variable de EEG Enfermedades 
neurológicas agudas 
(n=38) 
Enfermedades 
neurológicas crónicas 
(n=57) 
Intervalo Inter-PLEDs, ms 921.04 (410.1) 927.04 (322) 
Duración del complejo, ms 347.8 (135.8) 316.7 (139.9) 
Amplitud, µV 73.5 (35.4) 82.5 (33.5) 
No. de fases 2.8 (1.1) 2.9 (1.4) 
No. de onda agudas 1.1 (0.5) 1.2 (0.4) 
Voltaje bajo Inter-PLEDs, No 
(%) 
21 (55.2) 28 (49.1) 
 
 
 
Pronóstico funcional y seguimiento 
 
Dentro de los análisis de regresión logística empleados, se encontró que los 
pacientes con epilepsia en el seguimiento son más propensos a tener una capacidad 
funcional independiente cuando se compara con los pacientes fallecidos, expresado en un 
OR de 0.19 (IC 95%, 0.06 a 0.54). Ajustando los mismos déficit neurológicos y 
etiologías, los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas crónicas 
muestran una mayor tendencia a tener epilepsia en el seguimiento comparados con los 
PLEDs observados en situaciones agudas (OR 10.98, 95% IC [3.7 a 32.53]). 
 21
Los pacientes que muestran un estado de coma con o sin alteraciones focales 
tienen una mayor probabilidad de no tener crisis convulsivas, cuando se mantiene el 
mismo nivel de temporalidad y etiología (OR 0.58, 95% IC [0.38 a 0.88]). 
 
Los pacientes con PLEDs secundarios a condiciones neurológicas crónicas 
muestran una mayor tendencia a ser independientes (OR 0.28, 95% IC [0.13 a 0.62]) o 
dependientes (OR 0.40, 95% IC [0.19 a 0.81]) que los pacientes con PLEDs secundarios 
a condiciones neurológicas agudas cuando se compara con todos los pacientes fallecidos, 
manteniendo en el modelo estadístico el mismo nivel de afección neurológica y etiología. 
 
La independencia funcional es cada vez más probable entre más se acerque a la 
normalidad la exploración neurológica cuando se compara contra el grupo funcional 
dependiente (OR 0.54, 95% IC [0.31 a 0.94]), ajustándose los datos para la misma 
etiología y estado temporal de la condición neurológica subyacente. Un estado funcional 
de independencia similar se observa en las etiologías de ambos grupos, en los cuales 
asumiendo en el modelo un orden de categorías, se muestra que en los pacientes con 
etiologías vascular, traumática, tumoral, metabólica, infecciosa y otras etiologías, existe 
un incremento de la probabilidad de OR de 0.64 (95% IC, [0.47 a 0.86]) por cada 
incremento del nivel categórico, manteniendo el mismo nivel de afección neurológica y la 
temporalidad de las enfermedades neurológicas presentes. 
 
Los hallazgos de neuroimagen no se relacionaron estadísticamente con el 
pronóstico funcional, ni con la presencia de crisis convulsivas agudas o epilepsia en el 
seguimiento de los pacientes. 
 22
En relación a las variables EEGs analizadas y el pronóstico funcional, cuando se 
comparan los grupos de pacientes dependientes contra los independientes, se observa que 
por cada 10 milisegundos de incremento en la duración del complejo epileptiforme se 
favorece la capacidad de dependencia, manteniendo el mismo nivel de promedio del 
intervalo inter-PLEDs y la amplitud (OR 1.05 (95% IC, [1.01 a 1.08]). Este efecto es 
más relevante cuando se comparan los grupos de pacientes fallecidos contra los 
independientes, en el cual por cada 10 milisegundos adicionales de duración del complejo 
es más probable el fallecimiento del paciente, manteniendo los mismos ajustes (OR 1.05 
(95% IC, [1.00 a 1.09]), este incremento también favorece la aparición de crisis 
convulsivas agudas en ambos grupos de pacientes con PLEDs (OR 1.02 (95% IC, [1.00 a 
1.05]). 
 
En relación a las otras variables de EEG se observa que por cada incremento de 10 
milisegundos del intervalo inter-PLEDs se tiene una mayor propensión a tener una 
capacidad funcional independiente (OR de 0.98 (95% IC, [0.97 a 0.99]), conservando el 
mismo nivel promedio de la amplitud y duración de los complejos epileptiformes. 
También se observo que por cada incremento de 10µV de amplitud de los complejos 
epileptiformes es más probable tener epilepsia en el seguimiento (OR 1.18, 95% IC [1.04 
a 1.35]) manteniendo el mismo nivel promedio de intervalo inter-PLEDs y duración de 
los complejos epileptiformes. 
 
 
 
 
 23
Figura 1. PLEDs relacionados a enfermedades crónicas. 
 
 
A 
 
B 
 
 
 
Mujer de 21 años de edad con historia de hipoxia neonatal y epilepsia desde el primer 
mes de edad, caracterizada por 3 a 5 crisis de ausencia atípicas y tónico clónicas 
generalizadas mensuales. A. IRM zonas de encefalomalacia temporo-parietales 
bilaterales, atrofia cortico-subcortical y retracción del asta posterior ventrículo lateral 
izquierdo B. EEG con moderada disfunción generalizada de predominio en región 
temporal izquierda y PLEDs en la región temporal izquierda. Sensibilidad 7μV/mm, LF 
1Hz, HF 70Hz y Notch: 60Hz. 
 
 24
Figura 2. PLEDs relacionados a enfermedades agudas 
 
 
A. 
 
B. 
 
 
Mujer de 72 años con historia de hipertensión arterial sistémica de 5 años de evolución. 
Presentó súbitamente cefalea severa, náuseas, vómito, disfasia motora y hemiparesia 
derecha, por lo que fue llevada a urgencias. A su ingreso en estupor con datos de 
hipertensión endocraneana aguda y síndrome piramidal derecho, que ameritó 
craniectomía descompresiva, colocación de válvula de derivación ventrículo peritoneal y 
clipaje de aneurisma de la arteria comunicante posterior. A. TC. Hemorragia 
subaracnoidea Fisher IV. B. EEG muestra asimetría y asincronía interhemisférica por 
moderada a severa disfunción hemisférica derecha y PLEDs en región fronto-temporal 
derecha. Sensibilidad 7μV/mm, LF 1Hz, HF 70Hz, Notch 60Hz 
 
 
 
 25
VIII. DISCUSIÓN 
 
 Las descargas epileptiformes periódicas lateralizadas son un patrón poco común 
en los EEG que están caracterizados por puntas, complejos punta-onda lenta u onda 
aguda-onda lenta que se presentan de manera lateralizada o focal, periódica o casi 
periódica a través de casi todo elregistro electroencefalográfico (Chatrian et al., 1964; 
Walsh et al., 1987; Gross et al., 1999). La prevalencia de los PLEDs varía de 0.1 al 1% en 
laboratorios de EEG. (Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Kuroiwa et al., 1980; 
García- Morales I et al., 2002; Raroque HG et al., 1993; Terzano MG et al., 1986; Walsh 
& Brenner, 1987; Schraeder & Singh, 1980; Orta et al., 2009). Generalmente presentan 
un comportamiento transitorio y están relacionadas a lesiones agudas unilaterales, 
aunque se han descrito PLEDs que pueden persistir por años, asociados a lesión 
estructural o epilepsia (Snodgrass et al., 1989). La edad promedio de los paciente con 
PLEDs reportada en la literatura es de 56 a 64 años (García et al., 2002). En este estudio 
se encontró una prevalencia y distribución de edad similar a la descrita previamente. En 
cuanto al género predominó discretamente el sexo femenino (57.8%), sin diferencias 
significativas entre los grupos. 
 
Usualmente, los pacientes con PLEDs cursan con un proceso hemisférico agudo 
o subagudo, asociado a disminución del nivel de consciencia, signos neurológicos focales 
y crisis convulsivas (Markand & Daly, 1971; Schwartz et al., 1973; Walsh & Brenner, 
1987). En nuestros pacientes se observó que el 21% de los pacientes con PLEDs 
asociados a enfermedades neurológicas crónicas tenían una exploración física normal y 
 26
47.4% historia de epilepsia; en contraste, el estado de coma se observó en el 36.7% en 
PLEDs con enfermedades neurológicas agudas; revelando que los PLEDs relacionados a 
enfermedades neurológicas agudas presentan una evolución más tórpida que los 
relacionados a padecimiento crónicos, los cuales incluso llegaron a presentar una 
exploración física normal. 
 
 En reportes previos se ha documentado la causa más común de PLEDs es la 
enfermedad vascular cerebral (Brenner & Schaul, 1990; Pohlman et al., 1996, Fitzpatrick 
et al., 2007; Orta et al., 2009); Nuestros resultados son concordantes con estos hallazgos, 
no obstante, en el caso del grupo de PLEDs relacionados a padecimientos neurológicos 
crónicos, se encontró que la principal etiología encontrada fue la tumoral (35.1%), 
seguida de enfermedad vascular cerebral (33.3%); lo cual demuestra que la etiología 
subyacente entre ambas condiciones es diferente (Orta et al., 2009). El antecedente de 
historia de epilepsia se encontró en el 47.4% de los PLEDs relacionados a enfermedades 
crónicas, lo cual se relaciona con la alta prevalencia de epilepsia en los pacientes con 
PLEDs crónicos (Snodgrass et al., 1989; Gurer et al., 2004; Téllez-Zenteno et al., 2007). 
 
Aproximadamente, el 80 a 90% de los pacientes con PLEDs presentarán crisis 
convulsivas predominantemente de tipo parcial motor. (García et al., 2002). En este 
estudio la prevalencia de crisis fue discretamente inferior a lo reportado (63.6%), sin 
embargo en el grupo de PLEDs asociados a enfermedades crónicas, aquellos que 
estuvieron relacionados a una etiología tumoral presentaron una prevalencia del 95%, lo 
cual puede explicarse debido a la historia natural del tumor cerebral, la presencia de un 
 27
edema difuso extenso, su correlación con hemorragias o microhemorragias secundarias y 
al mayor tiempo para recibir tratamiento comparado con padecimientos agudos (Walsh et 
al., 1987). 
 
Las anormalidades de neuroimagen se presentan en el 90 al 100% de los pacientes 
con PLEDs, involucrando comúnmente las estructuras corticales y subcorticales. (Gurer 
et al., 2004). En el presente estudio la mayoría de los pacientes (62%) mostraron 
anormalidades corticales y subcorticales, con afección estrictamente cortical en el 20% y 
subcortical 17%; sin encontrarse diferencias entre la distribución de la localización de las 
lesiones entre ambos grupos. La alta resolución de las técnicas de neuroimagen actuales 
permiten una caracterización detallada de las diferentes áreas cerebrales, incluyendo la 
delineación de la unión sustancia gris-sustancia blanca (Gurer et al., 2004). Estos 
hallazgos de neuroimagen están correlacionados con los estudios post-mortem realizados 
en pacientes con PLEDs, en uno de los cuales, se valoraron 9 pacientes con patrones 
periódicos en EEG y se encontraron lesiones corticales (1 paciente), subcorticales (0 
pacientes) o combinadas (3 pacientes) (Gloor et al., 1968). Los hallazgos de 
neuroimagen pudieran explicarse como consecuencia de criterios estrictos para delimitar 
las anormalidades en sustancia gris y/o blanca y el incremento del número de pacientes 
con estudios de resonancia magnética, así como la mejor resolución de los resonadores 
actuales (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 2009). 
 
 Un estudio previo que comparó las variables morfológicas (duración de los 
complejos, estereotipia de la morfología, grado de ritmos lentos y frecuencia) en PLEDs 
 28
asociados a alteración cortical y subcortical, encontró que los PLEDs de origen cortical 
presentaban una mayor variabilidad morfológica, sin embargo en este estudio las 
variables del EEG se valoraron sólo en una época de 30 segundos y no se distinguieron a 
los pacientes con padecimientos neurológicos en base a su cronicidad (Kalamangalam et 
al., 2007). En este estudio se encontró que los intervalos inter-PLEDs son 
estadísticamente mayores en los pacientes con PLEDs debidos a condiciones 
neurológicas crónicas, lo cual se podría explicarse por la evolución natural de los PLEDs 
de autolimitarse y una tendencia a incrementar el intervalo inter-PLED hasta desaparecer 
en semanas o meses (Chatrian et al., 1964; Pohlmann-Eden B et al., 1996). No obstante 
los factores que transforman un PLED agudo a crónico se desconocen (Westmoreland B 
et al., 1986). 
 
En relación a la elevada frecuencia de crisis convulsivas agudas y estados 
epilépticos en los pacientes con patrones de PLED “plus”, descritos por Reiher en 1991. 
Nuestros hallazgos apoyan estas observaciones, aunque de forma poco contundente 
debido a que la presencia de crisis convulsivas agudas en pacientes con PLEDs “plus” fue 
de 69.7% comprada con un 57.5% de pacientes que presentaron crisis convulsivas agudas 
sin este patrón de PLED (Reiher et al., 1991). 
 
En relación al pronóstico, nuestro grupo previamente reportó que en los pacientes 
con PLEDs, la ausencia de crisis clínicas al tiempo de su detección y una etiología aguda 
se encuentran asociados con mayor incidencia de muerte, mientras que una etiología no 
neoplásica está asociada con un buen pronóstico clínico (Orta et al., 2009). N o obstante, 
 29
en el estudio previo, todas las variables de EEG fueron analizadas en conjunto con otros 
patrones de PEDs y con un menor número de pacientes en el subgrupo de PLEDs. En el 
presente estudio se incrementó el tamaño de la muestra y se incluyeron únicamente a 
pacientes con PLEDs, encontrando que la muerte se presento seis veces más frecuente 
(31.6% vs 5.3%) en los pacientes con PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas 
agudas, lo que indica que la mortalidad de 25 a 41% reportada en los pacientes con 
PLEDs es explicada predominantemente por los PLEDs asociados a enfermedades 
neurológicas agudas o subagudas (Chatrian et al., 1964; Fitzpatrick et al., 2007; Walsh & 
Brenner, 1987). 
 
El grupo de pacientes con PLEDs relacionados a enfermedades neurológicas 
crónicas se encontró una mayor tendencia a desarrollar epilepsia en el seguimiento, y esta 
a su vez a predisponer a un estado funcional independiente, acorde con el hallazgo previo 
de que la presencia de crisis convulsivas agudas está asociado con un mejor pronóstico 
funcional (Orta et al., 2009). Aunque otros autores no han encontrado una relación entre 
la presencia de crisis convulsivas y el pronóstico (García-Morales I et al., 2002; Walsh & 
Brenner, 1987). Una explicación propuesta para establecer la relación entre la ausencia de 
crisis convulsivas agudasy un mal pronóstico funcional, es considerar que los pacientes 
con PLEDs sin crisis convulsivas agudas tiene un daño cerebral más severo y difuso en 
aquellos pacientes sin crisis convulsivas (Orta et al., 2009). Una hipótesis alternativa 
postula que el daño continuo podría incrementar la excitabilidad neuronal e inducir una 
mayor incidencia de crisis convulsivas (Baykan et al., 2000). Por otro lado, los pacientes 
con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas mostraron una mayor 
 30
tendencia a ser independientes o dependientes comparados con los pacientes en 
situaciones críticas, sobretodo, cuando los hallazgos de la exploración física son 
normales. 
 
En cuanto a la etiología subyacente, los pacientes con enfermedad vascular 
cerebral mostraron el mejor pronóstico funcional, debido a que una etiología tumoral 
predispone a con mayor frecuencia a dependencia (Orta et al., 2009). 
 
Estudios previos no habían encontrado una relación entre el pronóstico funcional 
y los hallazgos de EEG en pacientes con PLEDs (Kalamangalam et al., 2007; Orta et al., 
2009). No obstante, en este estudio se demostró que a mayor duración del complejo 
epileptiforme más posibilidades existen de fallecer o ser dependiente. Mientras que un 
mayor incremento del intervalo inter-PLEDs y de la amplitud de los complejos periódicos 
se asocia a un estado funcional independiente, este último a través de incrementar la 
probabilidad de desarrollar epilepsia. Un estudio retrospectivo de 25 pacientes con 
descargas epileptiformes generalizadas (GPEDs), encontró que los pacientes con estado 
epiléptico presentaron una mayor amplitud, intervalos y duración de los complejos 
GPEDs. No obstante, únicamente la mayor duración del intervalo inter-GPEDs, edad 
joven y mejor estado mental se relacionaron con la sobrevida de los pacientes (Husain et 
al., 1999). Debido a que ambos fenómenos tienen características diferentes no se pueden 
extrapolar estos hallazgos para explicar nuestros resultados. Sin embargo, se ha 
observado que los PLEDs agudos evolucionan a morfologías menos complejas y 
disminuyendo su frecuencia, mientras que los PLEDs crónicos tienden a ser más estables 
en su morfología y periodicidad en registros subsecuentes (Pohlman et al., 1996; 
Westmoreland et al., 1986). 
 31
IX. CONCLUSIONES 
 
Los PLEDs secundarios a enfermedades crónicas neurológicas y agudas presentan 
características clínicas, neurofisiológicas, radiológicas y pronóstico diferentes entre sí. En 
los pacientes con PLEDs asociados a enfermedades neurológicas crónicas el desarrollo de 
epilepsia, exploración física normal y una etiología vascular subyacente favorecen la 
independencia funcional del paciente en el seguimiento al año. 
 
En relación a los hallazgos electroencefalográficos y el pronóstico funcional, la 
mayor duración de los complejos periódicos epileptiformes se encuentra asociado con 
dependencia o fallecimiento del paciente, mientras que la mayor duración del intervalo 
inter-PLEDs y de la amplitud de los complejos periódicos se asocia a un estado funcional 
independiente, este último a través de incrementar la probabilidad de desarrollar 
epilepsia, independientemente de la temporalidad de la condición neurológica presente. 
 
Este es el primer estudio realizado que demuestra una clara diferencia entre los 
PLEDs secundarios a enfermedades neurológicas y crónicas y aporta nuevos elementos 
pronósticos para los pacientes cuyos electroencefalogramas muestran este patrón 
eléctrico. Se requieren estudios prospectivos para confirmar estos hallazgos y nuevos 
enfoques de estudio para determinar el significado clínico de los PLEDs. 
 
 
 
 32
X. BIBLIOGRAFÍA 
 
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