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UNIVERSIDAD DON VASCO, A.C. INCORPORACIÓN NO. 8727-25 A LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO ESCUELA DE PSICOLOGÍA INCIDENCIA DE NIÑOS DE PREESCOLAR QUE PRESENTAN RASGOS PSICO-SOCIALES POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA Jazmín Araceli Avila Vaca Asesora: Lic. Blanca Hortencia Duarte Oropeza Uruapan, Michoacán., 27 de agosto de 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIAS Se la dedico a Dios, a las vírgenes: de la luz y Guadalupe, así como, a cada uno de los santos a los que me encomendé durante mi formación profesional. A mis padres Candy y Feli por su apoyo, comprensión, confianza, amor y motivación para poder lograr mis estudios universitarios, ya que gracias a su educación me formaron el hábito de estudiar y de ser una mujer preparada. A mi novio Gilberto, mis familiares y amigas por su apoyo, motivación y por estar ahí cuando necesitaba de ellos(as), por sus palabras de ánimo, por sus participaciones en actividades académicas que tuve que realizar para mi formación. A la Dra. María Guadalupe Tamez Martínez por su apoyo, confianza y motivación, para que yo lograra estudiar una carrera universitaria y al mismo tiempo brindándome la oportunidad de trabajar en su consultorio para poder costear los gastos escolares que se generan y a su vez los personales. A mis seres queridos que durante mi período universitario partieron físicamente de éste mundo: mi abuelito paterno “abuelito José”, mi tío Gerardo y mi tía Silvia, por motivarme, mi abuelita materna “mamá Eva” por sus oraciones a la virgen de la luz para interceder por mi en los estudios y por sus bendiciones diarias. A los(as) maestros(as) que me prepararon para ser Lic. en Psicología, por supuesto a mí por el esfuerzo y dedicación para lograr una meta más en mi vida. Así como, a mi perrita “paloma” porque fue parte de una tarea y aún estamos juntas disfrutando de la vida y sobre todo demostrándonos amor mutuamente. AGRADECIMIENTOS Por motivos muy importantes y por haberme prestado la vida, agradezco a Dios por permitirme lograr mi sueño de ser psicóloga, así como, a los santos y vírgenes que me encomendé durante el tiempo de mis estudios universitarios. Agradezco a mis padres: el Sr. Felipe Avila Campos y la Sra. Ma. Candelaria Vaca Magaña, por su apoyo incondicional y motivación para que yo siguiera adelante a pesar de las adversidades que se iban presentando, por decirme: ¡Tú puedes! A mi novio Ing. Gilberto Mayo López por su apoyo y motivación durante la carrera universitaria, a mis familiares, amigas por su apoyo y complicidad cuando tenía que hacer las aplicaciones de los test psicométricos porque permitían que se los aplicara o buscaban a quienes aplicárselos. Asimismo, a la Dra. María Guadalupe Tamez Martínez quien me dio trabajo, la oportunidad, la motivación para seguir estudiando y tener una profesión aún más porque ella sabía que a mi me gusta la carrera de psicología desde siempre, agradezco su apoyo, paciencia, participación para yo poder cubrir las actividades académicas e ir a los viajes de práctica. A las maestras Lic. Martha Chuela y la Lic. Graciela Arroyo por su apoyo y ayuda bibliográfica para realizar esta investigación, así como, por haber sido parte de mi preparación profesional. Al igual, gracias al departamento encargado de las becas por haberme dado la oportunidad de tener beca parcial porque fue de gran ayuda para que yo pudiera continuar estudiando esta carrera y cubriendo los gastos que se generaron durante ese tiempo. ÍNDICE Introducción. Antecedentes . . . . . . . . . 1 Planteamiento del problema . . . . . . . 4 Objetivos . . . . . . . . . . 5 Hipótesis . . . . . . . . . . 7 Justificación . . . . . . . . . . 8 Marco de referencia . . . . . . . . 9 Capítulo 1. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. 1.1. Concepto de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) 12 1.2. Modelo Bio-Psico-Social Sistémico . . . . . . 15 1.2.1. Biológico . . . . . . . . . 17 1.2.2. Psicológico . . . . . . . . . 22 1.2.3. Social . . . . . . . . . . 30 1.2.4. Sistémico . . . . . . . . . 34 1.3. Causas del TDAH . . . . . . . . 37 1.4. Características del TDAH . . . . . . . 41 1.5. Edades en las que se puede diagnosticar . . . . . 46 1.6. Niños de preescolar con TDAH. . . . . . . 50 1.7. Incidencia con la que se presenta el TDAH . . . . 53 Capítulo 2. El niño en edad preescolar. 2.1. Concepto del niño en preescolar . . . . . . 56 2.2. Desarrollo del niño en tercer grado de preescolar . . . 60 2.2.1. Aspectos físicos . . . . . . . . 61 2.2.2. Aspectos emocionales . . . . . . . 65 2.2.3. Desarrollo psicomotor del niño en edad preescolar . . . 67 Capítulo 3. Metodología, análisis e interpretación de resultados. 3.1. Descripción de la metodología . . . . . . 75 3.1.1. Enfoque cuantitativo . . . . . . . 76 3.1.2. Diseño no experimental . . . . . . . 77 3.1.3. Extensión transversal . . . . . . . 78 3.1.4. Alcance descriptivo . . . . . . . . 79 3.1.5. Estudio comparativo . . . . . . . 80 3.2. Técnicas e instrumentos de recolección de datos. . . . 80 3.3. Descripción de la población y muestreo . . . . . 89 3.3.1. Fuentes de información: maestros, padres y el investigador . 90 3.3.2. Alumnos de tercer grado del preescolar federal “Gabriela Mistral” . 93 3.3.3. Alumnos de tercer grado del preescolar particular “Quetzal” . 95 3.4. Análisis e interpretación de resultados . . . . . 96 3.4.1. Rasgos psicológicos en los niños de preescolar . . . 97 3.4.2. Rasgos sociales en los niños de preescolar. . . . . 104 3.4.3. Comparación del nivel de incidencia de rasgos psico-sociales en niños de ambos planteles . . . . . . . . 112 Conclusiones . . . . . . . . . 117 Sugerencias . . . . . . . . . . 120 Bibliografía . . . . . . . . . . 123 Mesografía . . . . . . . . . . 125 1 INTRODUCCIÓN A continuación, se mencionarán los elementos contextuales respecto a la presente investigación con el fin de conocer cómo y por qué surgió el interés de conocer los rasgos psico-sociales del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en niños de tercer grado de preescolar; se examinará además dónde se presenta con mayor frecuencia, si en un plantel federal o en uno particular. Antecedentes Se dice que los niños con posibilidades de presentar el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) presentan problemas de aprendizaje debido a su conducta, ya que comúnmente no terminan las actividades asignadas ni pueden estar realizando una sola tarea a la vez. El TDAH es de naturaleza orgánica. Las diferencias de la hiperactividad con un nivel alto de actividad normal están en que la primera es muy irregular, mal organizada y sin metas fijas. En las investigaciones que se han realizado “el trastorno ocurre con más frecuencia en hombres que en mujeres y su proporción va de 2: 1 hasta 6: 1 (Biederman, López, Boellner y Chandler, 2002)”. (Rickel y Brown; 2008: 5). “Un trabajo desarrollado con una amplia muestrade niños de edades comprendidas entre los 4 y los 16 años encontró datos de prevalencia del 9% para 2 los varones y del 3.3% para las mujeres, resultados similares a los obtenidos por estudios anteriores, y superiores a los que han utilizado exclusivamente los juicios clínicos, otros estudios han obtenido proporciones de 5 a 1 e incluso de 9 a 1 (DSM- IV, 1995)”. (Miranda y colaboradores; 200: 22). Debido fundamentalmente a una falta de uniformidad de criterios para definir la hiperactividad, los estudios de prevalencia de la misma suelen incluir a los niños hiperkinéticos confundidos con otros problemas de conducta. Con base en esto, se acepta que entre un 5 y un 10% de los niños de 6 a 14 años presentan hiperkinesia, sin estar definido cuántos de ellos tienen TDAH; es más frecuente en varones que en mujeres, por lo que es importante tener medidas más efectivas para trabajar con problemas relacionados con la conducta de los niños (Domínguez; 2008). Este trastorno se refiere como lo dice el autor anterior, a un patrón persistente de falta de atención y/o hiperactividad e impulsividad, cuya frecuencia y severidad es mayor que lo típicamente observado en personas que presentan este trastorno, las cuales tienen mayor probabilidad de enfrentar un sinnúmero de problemas en el ámbito social, cognoscitivo, académico, familiar y emocional, al igual que un mayor riesgo de rezago en la conducta adaptativa. El concepto con el cual se va a guiar esta investigación es según Domínguez (2008: 21), quien indica que “el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad 3 (TDAH) es el término que se utiliza en la actualidad para describir un trastorno del comportamiento que presentan tanto niños como adultos, con manifestaciones diferentes según la edad y la educación recibida”. Según Domínguez (2008: 12) “el TDAH es un síndrome que provoca dificultades en las edades tempranas de la vida escolar y que cuando no se sabe manejar, puede provocar reales tragedias familiares que van desde el fracaso escolar hasta la depresión y baja autoestima, pasando por conductas delictivas y/o sociopáticas. Por lo tanto, el Mtro. Jorge Domínguez García desea compartir un modelo integrativo de la terapia psicopedagógica y la Psicoterapia Breve Sistémica, el cual denomina el modelo Bio-Psico-Social Sistémico, en donde se involucra a la familia en la solución de los problemas psicosociales asociados con el TDAH y en prepararlos para interactuar con el hasta que el niño sea adulto e independiente”. 4 Planteamiento del problema En la actualidad, se habla con frecuencia acerca del problema de los niños que presentan Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad, quienes lo manifiestan en el hogar, la escuela, lugares públicos y por su actitud, son etiquetados como niños hiperactivos. Por ello, esta investigación de realizará en dos instituciones de educación preescolar, para conocer más de lo que realmente padecen estos niños y qué los hace ser diferentes de los demás. Los niños con Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad (TDAH) muestran problemas de atención y conducta, pero en realidad poco se sabe acerca de todos los factores que intervienen para el surgimiento y desarrollo de esta perturbación. Esta situación se presenta en dos instituciones de preescolar, por lo cual, surge el interés por investigar lo que pasa con estos niños, qué es lo que demuestran y lo que viven. Se debe investigar de qué manera influyen los factores como problemas de atención y de conducta, para que el niño “inquieto o hiperactivo” tenga TDAH, en especial, los rasgos psicológicos y sociales, pues en la mayoría de las investigaciones se basan en que el TDAH surge biológicamente, como factor principal para el desarrollo de este trastorno. Por lo tanto, en la presente indagación se busca responder a la siguiente interrogante: ¿Qué diferencias hay en el nivel de incidencia de los rasgos psico-sociales del Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad, entre los niños de tercer grado de la escuela preescolar federal “Gabriela Mistral” y la escuela preescolar particular “Quetzal”, de Uruapan, Michoacán? 5 Objetivos La presente investigación concentró sus recursos en el cumplimiento de las directrices que a continuación se enuncian. Objetivo general Comparar el nivel de incidencia de los rasgos psico-sociales del Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad en niños de tercer grado de preescolar, entre la escuela particular “Quetzal” y la escuela federal “Gabriela Mistral”, de Uruapan, Michoacán. Objetivos particulares 1. Conocer el desarrollo físico y emocional de un niño de tercer grado de preescolar. 2. Caracterizar el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en niños de tercer grado de preescolar, bajo el modelo Bio-Psico-Social Sistémico. 3. Identificar los aspectos psicológicos y sociales del Déficit de atención con Hiperactividad a partir de la revisión de las perspectivas teóricas empleadas para diagnosticar este trastorno. 4. Detectar el Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad en cuanto a los rasgos psicológicos y sociales en dos grupos de niños de tercer grado de preescolar. 6 5. Comparar la incidencia de niños que manifestaron rasgos psicológicos y sociales del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) entre el preescolar federal “Gabriela Mistral” y el preescolar particular “Quetzal”. 7 Hipótesis Una vez que se realizó una revisión inicial de la bibliografía existente, se formularon las siguientes explicaciones tentativas respecto a la realidad estudiada. Hipótesis de investigación El grupo tercer grado de la escuela preescolar federal “Gabriela Mistral” tiene mayor incidencia de niños que presentan rasgos psico-sociales de Déficit de atención con Hiperactividad, que el grupo correspondiente de la escuela preescolar particular “Quetzal”. Hipótesis nula El grupo tercer grado de la escuela preescolar federal “Gabriela Mistral” no tiene mayor incidencia de niños que presentan rasgos psico-sociales de Déficit de atención con Hiperactividad, que el grupo correspondiente de la escuela preescolar particular “Quetzal”. 8 Justificación En la actualidad se han hecho más notorios los diferentes tipos de problemas de aprendizaje, dentro de los cuales se ha destacado el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH); es importante conocer a qué se refiere, así como el modo en que repercute sobre el desarrollo normal en el niño, específicamente respecto a los problemas de aprendizaje que conlleva esta perturbación. Es de suma utilidad para los estudiantes que tengan relación con el aprendizaje en los niños, para hacerles aprender el fenómeno de manera adecuada y entender el comportamiento y actitud de los casos que se presenten; tal es el caso de la Universidad Don Vasco, en la cual existen diferentes carreras que tienen contacto con el desarrollo del niño, así como con su educación y comportamiento; estas carreras son Psicología y Pedagogía, por tener una orientación hacia el servicio y atención de la sociedad . Con esta investigación se mostrarán evidencias que determinan la existencia de este trastorno en edad preescolar; cabe mencionar que el TDAH se explica mediante un modelo Bio-Psico-Social Sistémico, del cual, para llevar a cabo la presente investigación, sólo se van a tomar en cuenta las partes psicológicas y sociales por medio de la observación, ya que en el modelo mencionado, la parte biológica necesita de la aportación de médicos neurólogos para hacer los estudios correspondientes (uno de ellos la tomografía) y dar como diagnóstico que el niño presentaTrastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad. 9 Marco de referencia La investigación se llevó a cabo en las instituciones educativas preescolares que se describen a continuación, para conocer el contexto de cada una de ellas. La escuela preescolar federal “Gabriela Mistral” se ubica en la calle prolongación Yucatán esq. Con Lucio Blanco s/n, Col. Francisco J. Mújica, C.P. 60050 en la ciudad de Uruapan, Michoacán. Su filosofía reside en el lema: “Nacer al saber”, su misión es encaminar sus acciones y brindar una educación integral basada en valores y principios de acuerdo con el artículo 3º de la Constitución de México, para con ello formar niños exitosos, seguros de sí mismos y con una actitud emprendedora, capaces de enfrentar los desafíos del mundo actual, por ello desarrollan en los alumnos diversas habilidades, actitudes, aptitudes y conocimientos a través del trabajo mediante competencias sociales, afectivas, culturales, artísticas y cognitivas de diversos campos formativos. Brindan una educación de calidad, apegada al Programa de Educación Preescolar vigente (PEP 2004) para la formación e integración emocional, física y de conocimientos académicos. Lo que aprenderán y desarrollarán los niños en su etapa preescolar incluye: la lecto-escritura y matemáticas, desarrollo de habilidades de pensamiento, educación física, juegos y competencias. 10 El perfil académico de los docentes es que cuentan con Lic. en Educación Preescolar, en Educación Física y Recreación, Lic. en Pedagogía; se cuenta además con atención psicológica del Centro de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP), lugar a donde canalizan a los alumnos que lo requieran. Las instalaciones de esta institución se componen por aulas académicas y una sala audiovisual, patio cívico, área de juegos infantiles, material didáctico, dirección y departamento de pedagogía. La escuela preescolar particular “Quetzal” se ubica en Morelos #102, Col. Morelos, C.P. 60000, en Uruapan, Michoacán. Su filosofía tiene como fundamento el ser humano, su desarrollo y equilibrio. Su objetivo y razón de ser es el logro de la excelencia académica a través del uso de las mejores herramientas disponibles, basadas en: cariño, comprensión, justicia, responsabilidad, rectitud y ética. Los servicios que ofrecen son: maternal, 1º, 2º y 3º de preescolar. Se busca el desarrollo integral de los niños a través de diversas actividades en un ambiente de respeto, amor y alegría. Saben de la importancia de una educación personal con amor, que está enfocada al desarrollo de los niños, por este motivo su sistema se imparte en instalaciones adecuadas, grupos reducidos y por educadoras y maestras tituladas, personal ampliamente capacitado con experiencia, comprometidas a educar con cariño y alegría. El quehacer escolar de los niños, comprende actividades diarias como: cantos y juegos, pintura, educación física, computación e inglés. 11 Las actividades de alumnos y maestras se realizan en apropiadas instalaciones entre las que se encuentran: sala de computación, salón audiovisual, salón de cantos y juegos, zona de juegos infantiles, cubículo de psicología, patio cívico, aulas académicas y material didáctico. Cuenta con otras actividades destinadas a desarrollar: psicomotricidad, sensibilidad, habilidades de lecto-escritura, matemáticas, expresión artística, socialización y gimnasia cerebral, abarcando así sus múltiples inteligencias en grupos reducidos. 12 CAPÍTULO 1 TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD Actualmente y desde hace muchos años, la hiperactividad, la falta de atención y la impulsividad, dominan la escena de la salud infantil, adolescente y aun del adulto. En particular, los niños con estas características se manifiestan en las aulas y en el ámbito familiar. En este capítulo se mencionará del concepto de TDAH del modelo Bio-Psico-Social Sistémico y cada uno de estos componentes, en particular, las características psico-sociales que presentan para la existencia de dicha perturbación, así como las causas, las edades para su diagnóstico y su incidencia. 1.1. Concepto de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). “El TDAH es un trastorno del desarrollo del autocontrol. Engloba problemas para mantener la atención y para controlar los impulsos y el nivel de actividad. Estos problemas se reflejan en el deterioro de la voluntad del niño o de su capacidad para controlar su conducta a lo largo del tiempo, y para mantener en su mente las metas y consecuencias futuras” (Barkley; 1999: 20). De acuerdo con Barkley (1999) el TDAH es un trastorno en el autocontrol de la atención, los impulsos y la actividad, lo cual provoca un déficit en el niño para mantener el control de éstos y poder lograr metas en el futuro. 13 “El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es el término que se utiliza en la actualidad para describir un trastorno del comportamiento que se presenta tanto en niños como en adultos, con manifestaciones diferentes según la edad y la educación recibida” (Domínguez; 2008: 11). De acuerdo con este autor, el TDAH es el término que describe la perturbación del comportamiento de niños, jóvenes y adultos, que implica una dificultad para mantener y regular la atención, se manifiesta además a través de actividad motriz excesiva (hiperactividad) ya que ocurre en cualquier lugar y todos los días, con impulsividad y escasa reflexión; ante las demás personas, los casos con TDAH tienen poco autocontrol, de modo que se dejan llevar por sus emociones, sus deseos o necesidades. El TDAH es utilizado para describir el trastorno del comportamiento de niños y adultos que no controlan su atención, impulsos ni actividad como las demás personas, de acuerdo con su edad y educación. Este trastorno implica primordialmente una dificultad generalizada en el espacio y el tiempo. “El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por niveles de desarrollo mental inapropiados de la inatención, impulsividad y/o hiperactividad, que da como resultado la discapacidad funcional crónica en todos los entornos (American Psychiatric Association, 2000). El TDAH también está acompañado de manifestaciones cognitivas y conductuales que suelen presentarse durante la niñez” (Rickel y Brown; 2008: 1). 14 Rickel y Brown (2008) mencionan que el TDAH es un trastorno con niveles inadecuados de desarrollo mental, que causa falta de atención, impulsividad y excesiva actividad motriz, presentándose manifestaciones cognitivas y conductuales desde la infancia, lo cual ocasiona una discapacidad funcional crónica. Es una alteración común que afecta a los niños y que continúa en la edad adulta si no es atendido de manera temprana, esto ocasionará algunos problemas en el desarrollo del sujeto en diferentes funciones, como la emocional, profesional, familiar, social, entre otras. “El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es el término actual con que se conoce a un síndrome caracterizado por deficiencias atencionales, impulsividad y un excesivo grado de actividad” (Miranda y cols.; 2001: 11). De acuerdo con estos autores, el TDAH es un síndrome que se caracteriza por falta de atención, por ser impulsivo y tener una actividad motriz excesiva que ocasiona deficiencia en el niño para realizar sus actividades, poner atención en lo que se le está diciendo y controlar sus emociones. Es un problema realmente serio para el niño que lo sufre y para las personas de su entorno social, sobre todo los padres y los profesores, por las implicaciones que conlleva en el funcionamiento cognitivo y social del sujeto, por la asociación que mantiene con la conducta antisocialy por su naturaleza esencialmente crónica. La conducta cotidiana del niño con TDAH en clase, en casa y fuera de ella, se caracteriza a grandes rasgos por la impulsividad, la desatención y la inquietud excesiva, manifestaciones que obviamente tienen repercusión negativa en el rendimiento académico. 15 “El TDAH es un trastorno de límites poco claros y que, en todo caso, compromete en gran manera la frágil personalidad del niño en pleno periodo intelectual, afectivo y social” (Farré y Narbona; 1997: 11). Estos últimos investigadores mencionan que el TDAH es un trastorno con factores múltiples que hacen insuficientemente despejados los límites para el entendimiento de dicho trastorno, pero que deja claro que es una deficiencia en la atención, los impulsos y la conducta del niño, lo cual no le permite tener una personalidad más atenta a las necesidades que va teniendo con el paso del tiempo. Además, el fracaso en el desarrollo del control inhibitorio que implica el TDAH, potencia la vulnerabilidad para experimentar otras dificultades que limitan las posibilidades de desarrollo personal a distintos niveles. 1.2. Modelo Bio-Psico-Social Sistémico. “Este modelo contempla la interacción de los aspectos biológicos, cognitivos, emocionales, conductuales y sociales en donde cada elemento influye en los demás, convirtiéndose así, en un sistema que se autorregula” (Domínguez; 2008: 103. Ver anexo 1). De acuerdo con Domínguez (2008) el modelo Bio-Psico-Social Sistémico interactúa en todos los factores que el niño tiene, como el orgánico, cognoscitivo, afectivo, conductual y social, los cuales están interrelacionados y ello les permite autorregularse. Esto se refiere a que cuando un individuo se enfrenta a situaciones 16 de adaptación social, en las cuales necesita vivir experiencias que lo orillan a aprender a tomar decisiones, controlar emociones o solucionar problemas, estimula la zona cerebral prefrontal, encargada de las habilidades ejecutivas. El ayudar a que el niño se adapte al medio ambiente social desde los requerimientos del mismo ambiente (llámese familia o escuela) ayuda a que el niño adquiera la madurez en el control de las emociones, habilidades sociales y control de impulsos, incluso en las habilidades de atención y concentración. “Las interacciones que se producen entre los factores orgánicos y los ambientales tales como un pobre ejercicio de la paternidad, psicopatologías de los padres, bajo estatus socioeconómico o estrés psicosocial de la familia, tienen una gran importancia en la modulación del trastorno” (Miranda y cols.; 2001: 21). Estos autores mencionan que la relación entre los factores biológicos y sociales tienen que ver con la sociedad actual por causa de cambios radicales, los cuales crean condiciones sociales que intensifican los síntomas del TDAH, como el trabajo sedentario, que exige una concentración mental prolongada; el gran número de divorcios y familias no normativas, así como el estrés en ambos padres, propiciando el TDAH en sus hijos. La mayoría de los niños hiperactivos tienen algún pariente afectado en mayor o menor medida por el mismo trastorno, lo cual influye de tal manera para que el niño padezca TDAH, que si por ejemplo, alguno de los padres padece este trastorno, en un 50% es probable que el niño lo padecerá también. 17 Por otra parte, “los factores ambientales pueden mitigar los efectos nocivos de los factores de riesgo específicos que pueden asociarse o incluso ser causales en el TDAH” (Rickel y Brown; 2008: 35). Existe un consenso general acerca de que los elementos genéticos, ambientales y neurológicos convergen para contribuir a la presencia del TDAH, de acuerdo con Rickel y Brown (2008). Los factores ambientales exacerban la predisposición a dicho trastorno, de esa manera, el TDAH es cíclico porque un factor conlleva a otro a interactuar, lo que denota la relación entre ellos para que este trastorno se presente en los niños. 1.2.1. Biológico. “Se refiere primordialmente al aspecto orgánico del TDAH, el déficit metabólico, la inmadurez en las zonas referentes a procesos ejecutivos” (Domínguez; 2008: 104). El autor citado menciona que el factor biológico está relacionado con la genética y diversos acontecimientos que se producen durante el embarazo o entorno al nacimiento del niño; casi todas las causas del TDAH se producen en esta etapa. Por ello se puede afirmar que es altamente hereditario y que está más relacionado con la genética que con el entorno. 18 La expresión genética es el proceso por medio del cual todos los organismos trasforman la información codificada en los ácidos nucleicos de la célula, en las proteínas necesarias para su desarrollo y funcionamiento. Tanto el aprendizaje como las experiencias del ambiente, pueden dar origen a cambios en las conexiones neuronales. “Los estudios y las investigaciones de genética molecular que estudian gemelos y niños adoptados sugieren que los genes predisponen a que las personas presenten TDAH. Los parientes consanguíneos de quienes tienen TDAH, tienen más probabilidades de desarrollar el trastorno si se les compara con parientes no consanguíneos” (Rickel y Brown; 2008: 26). De acuerdo con esta afirmación, los parientes consanguíneos de los afectados por el TDAH tienen más posibilidades de presentar síntomas del trastorno, por lo tanto, hay una predisposición genética a presentarlo, por las contribuciones genéticas. Para algunas personas, el desarrollo del trastorno parece ser hereditario; para otras, los factores externos o los ambientales específicos, pueden contribuir al fenotipo de los síntomas presentes en el trastorno. “Barkley (1998b) cree que los factores neurológicos y genéticos son los principales determinantes del TDAH, pero advierte que hasta ahora gran parte de las investigaciones no han demostrado causalidad” (referido por Rickel y Brown; 2008: 26). 19 Como mencionan Rickel y Brown (2008), las investigaciones de Barkley demuestran un componente hereditario importante en el TDAH. Sin embargo, la herencia no necesariamente indica la presencia de transmisión genética. Algunos investigadores han interpretado todas las disparidades biológicas entre las personas con TDAH en relación con los controles de comparación como evidencia de las contribuciones genéticas a este trastorno. “Entre los factores biológicos no genéticos que se han señalado como causas del TDAH, destacan las complicaciones prenatales, perinatales y postnatales, tales como el consumo materno de alcohol, drogas o tabaco durante el embarazo, el bajo peso al nacimiento, la hipoxia, el retraso en la maduración neurológica o lesiones cerebrales que repercuten negativamente en el control cerebral de actividades que son relevantes” (Miranda y cols.; 2001: 18). Estos autores indican que no sólo existen factores genéticos, sino también de otros tipos y que pueden causar el TDAH, por ejemplo: el modo en que la mamá se alimentó y cuidó del consumo de alcohol, drogas y tabaco en el embarazo (prenatal), bajo peso al nacer, la falta de oxígeno en general o en alguno de sus órganos, el retraso en la maduración neurológica o lesiones cerebrales que dañan el control cerebral de las actividades. 20 “Estudios que han empleado avanzadas técnicas de neuroimagen han comprobado que los lóbulos frontales y los circuitos de los ganglios basales de los niños con TDAH, -regiones cerebrales que regulan la inhibición de las repuestas, la planificación y la flexibilidad mental-, presentan un funcionamiento defectuoso” (Miranda y cols.; 2001: 19). En estudios con técnicas avanzadas de neuroimagen, se ha notado que en algunos niños hiperactivos, la corteza prefrontal derecha, dos de los ganglios basales y algunas zonas del cuerpo callosoque vinculan las regiones cerebrales frontales y parietales, tienen un tamaño reducido, en comparación con los niños que no presentan este trastorno, de modo que la genética juega un importante papel respecto a la herencia. Los niños hiperactivos tienen algún pariente afectado en mayor o menor medida por el mismo trastorno. El TDAH posiblemente está ocasionado por el funcionamiento defectuoso de los lóbulos frontales y los ganglios basales, que son las regiones cerebrales que se encargan de regular la inhibición de las conductas inapropiadas y el autocontrol. El TDAH se asocia con una disfunción química en la que los sujetos hiperactivos tienen menores niveles de dopamina que los sujetos normales; esta disfunción explicaría las dificultades que experimentan para prestar atención a los estímulos relevantes y para controlar las respuestas inapropiadas. 21 “Los estudios que han empleado exámenes neuropsicológicos para evaluar a las personas con TDAH, sugieren la presencia de un déficit en el funcionamiento del lóbulo frontal relacionado con la fluidez verbal, la perseverancia, la secuencia motriz, la planeación y la memoria operativa” (Rickel y Brown; 2008: 28). De acuerdo con estos autores, los exámenes neuropsicológicos en personas con posible TDAH señalan que presentan una falla en el modo de funcionar de los procesos de atención. “La neuropsicología es el estudio de las relaciones existentes entre las funciones cerebrales, la estructura psíquica y la sistematización sociocognitiva en sus aspectos normales y patológicos, abarcando a todos los periodos evolutivos” (Risueño; 2011: s/p, en www.psicopedagogía.com). Esta autora menciona que la neuropsicología, con base en la realización de una evaluación cualitativa de las funciones atencionales particulares del niño, trabaja procesos como selectividad, volumen, dirección, intensidad y estabilidad de la atención, así como funciones asociadas a la atención como: memoria de trabajo y habilidades ejecutivas desarrollando una serie de procedimientos adaptados a cada caso en particular, desde juegos, actividades y dinámicas. “El apoyo más contundente de una base neurológica para el TDAH proviene de los estudios de imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en ingles)” (Rickel y Brown; 2008: 28). 22 Rickel y Brown (2008) mencionan que en los estudios de imágenes por resonancia magnética (MRI), se dan a notar los problemas tanto en el hemisferio derecho como en el izquierdo, dado que el cuerpo calloso es la estructura en el cerebro que ayuda a transferir información entre los hemisferios. Igualmente, las lesiones prenatales o perinatales pueden lesionar selectivamente las neuronas de las vías frontoestriatales. Esta circunstancia puede justificar la presencia de hiperactividad y déficit de atención en nacimientos de pretérmino, niños con antecedente de anoxia o bajo paso al nacer. En el aspecto cognitivo, resaltan todas las capacidades y habilidades de pensamiento que el niño necesita mejorar como las de atención, percepción y memoria, así como las reflexivas. 1.2.2. Psicológico. “Este aspecto se refiere a las habilidades de control de emociones como el enojo, el miedo, la ansiedad y tristeza; así como el control de impulsos como la flojera y la inquietud excesiva” (Domínguez; 2008: 104). De acuerdo con Domínguez (2008) a nivel emocional, todo individuo desarrolla respuestas emocionales asociadas con estímulos, bien sean personas, animales, objetos, situaciones, imágenes, entre otros. 23 Evidentemente, las reacciones emocionales positivas como afecto, satisfacción, alegría o aprecio, facilitan que se presente y mantenga la atención sobre los elementos a las que se encuentran asociadas, mientras que las emociones negativas como odio, rencor, miedo, ansiedad, ira o disgusto, favorecen una actitud y comportamiento de desatención y evitación o huida del estímulo al que se asocian. “Las dificultades académicas y sociales que experimentan los sujetos hiperactivos a menudo provocan síntomas de pérdida de control e indefensión que afectan negativamente a su percepción de competencia personal, generando en algunos casos síntomas depresivos” (Miranda y cols.; 2001: 38). Miranda y cols. (2001) mencionan que los problemas escolares y sociales que viven los niños con hiperactividad, generan síntomas depresivos porque propician que un niño que carece de la capacidad para cumplir las demandas ambientales, se sienta en algunos momentos decaído, desilusionado y desmoralizado. Sin embargo, estos signos no son suficientes para realizar un diagnóstico positivo de depresión, ya que cuando un menor está realmente deprimido, se encuentra en un estado crónico e intenso de preocupación, tristeza y aislamiento, se produce un cambio importante en su personalidad, una reducción drástica en sus actividades cotidianas y de su rendimiento académico, así como una mayor dificultad para relacionarse con los demás. 24 “Cuando efectivamente el TDAH coexista con la depresión, tanto la intervención farmacológica como la psicoterapéutica deberían dar prioridad al tratamiento de los síntomas del trastorno afectivo, en lugar de abordar directamente los síntomas del trastorno por déficit de atención” (Miranda y cols.; 2001: 38). De acuerdo con Miranda y cols. (2001), en caso de que el niño con TDAH presente depresión en coexistencia, es conveniente atender primero los síntomas del trastorno afectivo en lugar de intervenir con fármacos y atención psicológica para empezar a tratar el TDAH, aunque también puede darse una situación opuesta: en gran número de ocasiones, el niño hiperactivo aprende desde muy pequeño una serie de estrategias o técnicas que le permiten unas relaciones sociales adecuadas, obteniendo además el mejor partido a su problema; con relativa frecuencia, el niño TDAH se convierte en “el gracioso” del grupo, el que siempre tiene las mejores ideas (al menos eso piensan sus compañeros), el que no tiene problemas para enfrentarse a un profesor, en una palabra: el líder. Este tipo de niños quizás presenta problemas para focalizar su atención, controlar sus impulsos, obedecer a sus padres, pero en el aspecto social lo tiene todo resuelto, o al menos eso parece. Aparte, en la imagen que tiene el niño de sí mismo y en la que le devuelva la sociedad, es muy probable que aparezca la frustración por no conseguir rendir al mismo nivel que los otros niños, ser tan eficiente en algunas actividades, por ser, en una palabra, inferior. 25 El niño se siente distinto, peor, enfermo, tonto o loco y la probabilidad de que aparezcan sentimientos depresivos aumenta. En otros casos surge el negativismo desafiante o el trastorno di-social, que no son en estos niños más que intentos por defenderse ante una sociedad que les rechaza sin que ellos sepan por qué. El problema es que sus características personales y principalmente, su escasa capacidad de control, empeoran la situación, haciendo que estas manifestaciones se conviertan en el principal problema del niño, lejos ya del TDAH. “La ansiedad en la infancia se caracteriza principalmente por la dificultad para separarse de los padres, las conductas de evitación en situaciones sociales, y la excesiva preocupación por acontecimientos específicos” (Miranda y cols.; 2001: 38). En la niñez existe una ansiedad que se identifica cuando el niño no quiere separarse de los padres por creer que lo pueden abandonar; también, cuando el pequeño muestra conductas para no convivir en situaciones sociales con las demás personas. Los niños que presentan trastornos ansiosos suelen sentirse muy tensos, no tienen la capacidad para relajarse, con frecuencia expresan quejas físicas y manifiestan excesiva necesidad de ser consolados. “Lasperspectivas teóricas con componentes ambientales abordan los trastornos del desapego, los niveles de conflicto familiar, la calidez, el respaldo, los logros educativos, y el consumo de sustancias del cuidador, además del trauma por maltrato infantil” (Rickel y Brown; 2008: 34). 26 De acuerdo con Rickel y Brown (2008) en las perspectivas teóricas existen componentes ambientales que influyen en el niño para presentar factores psicológicos que causan TDAH; los patrones de apego padre-hijo contribuyen al mencionado trastorno, así como un vínculo de inseguridad, aumentando la posibilidad de trastornos comórbidos en la infancia, incluyendo el Déficit de atención con Hiperactividad. “La inatención y la hiperactividad, como la han identificado los padres y los maestros, se asocian de forma independiente con las percepciones de los niños acerca del conflicto marital” (Rickel y Brown; 2008: 34). Con base en lo que mencionan estos autores, la inatención y la hiperactividad se asocian sin que intervenga la percepción de los niños respecto a algún conflicto entre sus padres, esto demuestra que los bajos niveles de estimulación intelectual y apoyo emocional pueden ser ajenos a los problemas asociados con la inatención y la hiperactividad, aunque las secuelas del maltrato infantil (físico o sexual) pueden incluir el desarrollo del TDAH. Los trastornos psicológicos comórbidos que son el resultado el maltrato infantil, como la depresión y la ansiedad, también afectan los procesos de atención. Es importante señalar que los niños y los adolescentes con TDAH corren mayor riesgo de abuso. 27 La interacción entre factores biológicos y psicológicos convergen a contribuir la presencia del TDAH, puede haber una asociación bidireccional entre los problemas familiares y dicho trastorno: por un lado el calor de la madre modera la participación del bajo peso al nacer en este déficit; por otra parte, los factores ambientales pueden mitigar los efectos nocivos de factores de riesgo específicos que pueden asociarse o incluso ser causales en el TDAH. Respecto al déficit de atención por situación de estrés “en estos casos se ha encontrado que hay niños que muestran en su comportamiento escolar y en el hogar distractibilidad, hiperkinesia, impulsividad y un bajo control de emociones” (Domínguez; 2008: 42). Con base en lo que menciona este autor, existe una situación de estrés que distrae al niño y esto hace que haya fracasos escolares, aumenten las exigencias, se le dificulte adaptarse al ambiente social, o incluso que esté ocurriendo una incapacidad en el manejo familiar; debido al fracaso escolar y la inadaptación social, el niño experimenta castigo social excesivo y menos estímulos positivos, lo cual afecta su autoconcepto, su autoestima y la ansiedad, esto lo conduce a su vez a comportamientos impulsivos, distracción, hiperkinesia y un bajo control de las emociones. Cuando alguien está ansioso, nervioso, enojado o con miedos, no está pensando racionalmente y los procesos cognitivos complejos no funcionan en toda su capacidad; por lo tanto, es difícil tomar decisiones, concentrarse y controlarse, la persona sólo se deja llevar por los impulsos más primitivos y se reacciona, no se reflexiona. 28 Un niño que esté pasando por una situación que lo mantenga en estrés constante como: un cambio de ciudad, no poderse adaptar a su ambiente social, que esté siendo víctima de abuso escolar por parte de los compañeros, no saber manejar alguna situación de pérdida, que pase por algún tipo de situación violenta o familiar complicada (divorcio o peleas constantes), entre otros, pueden llevarlo a caer en este patrón de estrés, que puede ser confundido con TDAH. El desarrollo de cada niño con TDAH es diferente, dependiendo de otras características personales (entre las cuales destaca su capacidad intelectual) y de las actitudes y hábitos educativos de sus padres y maestros. El síndrome de hiperactividad con frecuencia se presenta muy temprano: ya antes de los siete años suelen estar presentes algunos de los síntomas. A esta edad ya se han establecido las bases del desarrollo físico, es decir, el desarrollo del organismo como tal, que a partir de este momento continuará su crecimiento. No ocurre lo mismo con el desarrollo emocional del niño, que todavía no posee una personalidad formada y está aprendiendo justamente en esa época los diferentes estilos de comportamiento y sus consecuencias, las formas de relacionarse socialmente e incluso se encuentra en pleno proceso de creación de su propia imagen. Esto significa que el trastorno va a estar presente a lo largo de todo este desarrollo emocional del niño y por tanto, puede afectarle en mayor o menor grado, según la gravedad del trastorno y el tratamiento que le sea aplicado. 29 Los niños hiperactivos ya desde pequeños tienen dificultades para controlar sus impulsos y se ven rechazados por sus iguales, porque no se integran correctamente en el juego, no siguen las normas y hacen lo que quieren cada momento. Surgen entonces las conductas agresivas y cuando los demás niños no hacen lo que él quiere, es fácil que los insulte, les grite o incluso los golpee. Si el niño no aprende a controlar sus impulsos, ni siquiera ante los demás, no será capaz de relacionarse adecuadamente con ellos, en este caso lo más probable es que se genere un rechazo ante todo lo social, un odio incluso, en que el niño se sienta apartado del grupo, sin saber por qué ni cómo solucionarlo. No se debe olvidar que el niño hiperactivo no actúa de manera descontrolada porque quiera, sino porque no sabe hacerlo de otra manera. La indefensión surgida de esta forma repercutirá en la formación de su autoconcepto y el niño se sentirá malo, tonto o poco válido. La autoimagen del niño hiperactivo en esta situación es bastante pobre y su autoestima baja. En el aspecto conductual se afectan todos los hábitos que el niño necesita aprender como son: trabajar en clase, hacer la tarea, tener orden en sus pertenencias y generar un comportamiento social. 30 1.2.3. Social. “Se refiere a la influencia recíproca que pueda tener la familia, los maestros, los amigos en el comportamiento del niño y el objetivo es descubrir los patrones interaccionales que mantienen los problemas y que se promuevan patrones interaccionales más saludables” (Domínguez; 2008: 105). De acuerdo con este autor, la parte social engloba la influencia que tienen sobre el niño las personas que lo rodean, respecto a las experiencias de la vida, pensamientos, emociones y comportamiento. La forma en que las experiencias subjetivas de la conciencia humana, la percepción de libre albedrío, comportamiento y dinámica social, pueden modular la expresión de los genes y viceversa, corresponden a las vías de comunicación entre la mente y el cuerpo. Las experiencias de la vida, pensamientos, emociones y comportamiento pueden modular la transmisión genética, de tal manera que realmente puedan cambiar la estructura física del cerebro. Las habilidades y capacidades del niño pueden ser una solución a sus problemas y si es capaz de vencer el resto de las dificultades que su hiperactividad le origina, seguramente se convertirá en uno de esos adultos que todos conocemos como “el alma de la fiesta”, el más divertido y el que nunca descansa. 31 En caso contrario, los problemas aparecerán y el niño se cansará de que los amigos estén con él para reírse, pero no para apoyarle y aunque durante un tiempo esta solución le haya servido, también él se sentirá mal. Cuando los menores no saben controlar sus impulsos y se ven rechazados por los demás, por no poder integrarse de manera correcta en el juego, por no seguir las normas y hacer lo que quieren a cada momento, provocan elsurgimiento de conductas agresivas; está situación hará que, poco a poco, el niño se vea aislado y se quede sin amigos o bien se relacione tan sólo con niños más pequeños que él, quienes seguramente se mostrarán más complacientes. Además, la sociedad le confirmará de manera continua esta etiqueta, al recriminarle permanentemente su actitud. Las conductas disfuncionales del niño hiperactivo repercuten en el ámbito personal, pero también en el social, ya que le resulta difícil integrarse en un grupo y es frecuente que sea rechazado o incluso que él mismo recurra al aislamiento como mecanismo de defensa. Tampoco es extraño que espere que el mundo se adapte a él. Es probable que el chico tenga pocos amigos, habitualmente más jóvenes que él y más sumisos, o incluso a que no los tenga y pase tiempo en casa, descargando todas sus energías con la familia. En el área social, el niño se va a mover en dos grandes círculos: el de sus iguales y de los adultos que se relacionan con él. En ambos debe aprender a controlar ante todo las conductas impulsivas, por ser las que pueden inferir más con su adecuado desarrollo social. En cuanto a sus iguales, todo el trabajo del cambio va a depender del propio niño; la relación con los amigos será la confirmación de que se 32 está realizando correctamente la modificación del comportamiento del menor. No ocurre lo mismo en el círculo de adultos, quienes, de alguna manera, pueden colaborar activamente en el cambio del chico. “La mayoría de los sujetos hiperactivos experimentan problemas interpersonales desde la infancia: son frecuentemente rechazados por sus iguales, siendo incluso considerados en ocasiones como más impopulares que sus compañeros agresivos” (Miranda y cols.; 2001: 37). De acuerdo con esta aseveración, gran parte de las personas hiperactivas tienen problemas interpersonales desde pequeñas porque constantemente son rechazadas por los demás niños y las consideran menos populares que quienes presentan conductas agresivas. Si los niños con TDAH intentan relacionarse con los demás pequeños, por lo general tienen escasas habilidades sociales y de comunicación, emplean soluciones agresivas para resolver los problemas interpersonales, pierden el control cuando producen conflictos o se frustran, no suelen pedir permiso antes de unirse a un juego y si lo consiguen, no respetan las reglas establecidas. Los comportamientos impulsivos y agresivos que despliegan estos niños causan la mayoría de sus problemas en el área social, tienen dificultades para iniciar y mantener relaciones de amistad con sus compañeros, así como problemas para comprender los indicadores sociales que son claves para el apropiado desarrollo de 33 las interacciones sociales, y para conocer y seguir las reglas que regulan estas interacciones. Los problemas se acentúan cuando se encuentran ante situaciones donde las señales son cambiantes. “Los factores sociales actuarían más como factores facilitadores que etiológicos los cuales son: el bajo nivel económico, el bajo nivel educativo, familias desestructuradas, familias numerosas, agresividad como expresión cultural” (Pelaz; 2011: 12, en www.madrid.org). Pelaz (2011) menciona que existe una mayor prevalencia de este trastorno en los medios urbanos menos favorecidos. Los factores son varios: ambientes de pobreza, malnutrición y exclusión social, problemas familiares y violencia en el hogar contribuyen a su desarrollo y perpetuación. Del mismo modo, un medio escolar desorganizado o muy desestructurado provoca un deterioro de la conducta del niño y un mayor fracaso escolar. Las relaciones sociales de los niños con TDAH incluyen conducta aislada, agresividad reactiva, agresividad preactiva, no saber perder, deseo de control sobre los demás, falta de estrategias de relación social, dificultades para ponerse en el lugar de otro. En general se trata de niños poco aceptados en el grupo, con dificultades para establecer y mantener amistades, se pelean constantemente. Tampoco destacan en los temas escolares, sino que también suelen tener dificultades, no son valorados por el aspecto escolar. Con todo ello van creando una imagen negativa de sí mismos que 34 proyectan a los demás. La etapa intuitiva o transicional se inicia más o menos a los 5 años de edad; el niño que se encuentra en ella empieza a distinguir la realidad física y mental, entendiendo además la causalidad mecánica como independencia de las normas sociales. 1.2.4. Sistémico. Existe un ciclo sintomático del TDAH porque se mantiene la misma conducta. “En los modelos interaccionales es de gran importancia revisar los problemas detectando ciclos sintomáticos y patrones interaccionales patológicos, aunque en cada caso en particular pueden encontrarse ciclos sintomáticos de otros tipos de casos, es conveniente revisar patrones circulares de conducta que perpetúan el problema y los síntomas, por lo tanto, es una forma de revisar y hacer un diagnóstico sistémico del TDAH, de cómo se está llevando el problema en particular en cada niño” (Domínguez; 2008: 52). Domínguez (2008) menciona que en los modelos interaccionales es conveniente revisar los problemas que se presenten en síntomas cíclicos y a su vez los patrones que indiquen la presencia del trastorno; a pesar de que cada caso es diferente, pueden encontrarse ciclos sintomáticos los cuales permiten hacer un diagnóstico sistémico del TDAH, de acuerdo con la problemática de cada niño. 35 El “ciclo sintomático del TDAH” (Domínguez; 2008: 52) se presenta de la siguiente forma: Déficit (TDAH) Inquietud y Déficit de Atención - Falla en trabajos y conducta - Críticas y castigos – Desmotivación - Flojera y distracción - No práctica - Déficit (TDAH) Inquietud y Déficit de Atención, lo cual es sistémico porque este ciclo mantiene la conducta (Ver anexo 2). Domínguez (2008) describe en el esquema que el TDAH es una variable que también tiene su influencia, ya que el déficit provoca fracaso, ya sea académico, en las tareas, fracaso social, al ejecutar una tarea que requiere concentración, al aprender algo nuevo o al llevar al niño a una crítica social, la cual se puede asociar con castigos, burlas o regaños, así como cualquier circunstancia que el niño tome como negativa, llevándolo a la frustración y el desánimo creando un sentimiento de impotencia. “Este desánimo llevará al niño a desarrollar lo que llamaremos flojera, ésta es manifestada por la actitud de ‘no quiero’, ‘no tengo ganas’, ‘se me olvidó’, ‘no me acuerdo’, esta flojera lo llevará hacia el no esfuerzo, que se traduce en la falta de hábitos de trabajo” (Domínguez; 2008: 53). De acuerdo con Domínguez (2008) el desánimo en el niño traducido como flojera, provoca una actitud de que el pequeño no quiere hacer el esfuerzo por concluir sus tareas, nunca tiene ganas, ya no sabe nada porque se le olvidó; con estos comportamientos que demuestran que no está siguiendo ciertos hábitos adecuados que le ayuden a que salga bien académicamente o socialmente, el no 36 esforzarse por practicar una habilidad, lo lleva a que el déficit permanezca, no genera un nuevo hábito de comportamiento. De esta manera se perpetúa el TDAH ya que el cerebro no madura por no tener la estimulación necesaria para que esos procesos lleven a un crecimiento de funciones sinápticas, y aquí se vuelve a cerrar el ciclo y empieza de nuevo hacia el fracaso, de ahí al castigo social, después al desánimo, luego a la flojera, después al no esfuerzo y esto mantiene al déficit. Domínguez (2008) menciona otro esquema que describe un patrón más relacionado con la sobreprotección de los padres, pero que también perpetúa el problema (Ver anexo 3). Cuando las madres de familia se dan cuenta que su hijo tiene un problema, no le exigen paraque realice las actividades que se está negando hacer por flojera, distracción o no tener buenos hábitos, ellas no lo quieren hacer sufrir y de la misma manera, le piden a la sociedad que tampoco lo haga, porque no quieren que se sienta mal y sufra. Está situación hace que persista el déficit de atención y de hiperactividad: en el medio ambiente escolar, como falla, los padres sobreprotegen justificándolo, defendiéndolo e incluso haciéndole las tareas, por tal motivo, el niño se siente inseguro o ansioso, creyendo que no puede hacer las actividades, esto le provoca flojera y esta ansiedad le causa distractibilidad, de esta manera, el niño no practica ni se esfuerza por realizar sus tareas perpetuando así el déficit, ya que no hay ejercitación de la habilidad, entonces, no hay conexiones neuronales que renueven o hagan madurar el área implicada en el problema y así continua el ciclo perpetuándose. 37 Por tal motivo, los padres son quienes perpetúan el castigo social creando una imagen negativa que provoca desánimo a través de las etiquetas o al no supervisar y formar hábitos positivos, por la sobreprotección perpetúan que el niño no haga esfuerzos; entonces la idea es que tanto el menor, como los padres y maestros, ayuden a romper este ciclo sistémico ya que desde el punto de vista sistémico se argumenta de que si se rompe alguno de los eslabones de esta cadena, puede convertirse en una nueva sucesión de éxitos, que enriquecerán al niño en un comportamiento con hábitos favorables. 1.3. Causas del TDAH. “Aunque todavía no se ha producido un acuerdo total entre los investigadores sobre cuáles son las causas exactas del TDAH, hoy en día no cabe duda que constituye un trastorno neurobiológico ocasionado por una amplia variedad de factores biológicos y hereditarios. Por otra parte, aunque las variables ambientales no desempeñan un rol casual, pueden aumentar o reducir la vulnerabilidad de un sujeto a la hiperactividad, así como modular la severidad del trastorno” (Miranda y cols.; 2001: 18). Entre los factores biológicos no genéticos establecidos como probables “causas del TDAH, destacan las complicaciones prenatales, perinatales, y posnatales” (Miranda y cols.; 2001: 18). 38 Con base en lo que señalan Miranda y cols. (2001), los factores biológicos no considerados genéticos se encuentran en las dificultades que tuvo la madre de familia al engendrar al niño con TDAH, el cual se fue desarrollando si la mamá fumaba tabaco o drogas, así como alcohol durante el embarazo, si el niño en el momento de nacer tenía bajo peso en comparación con otros neonatos, si sufrió falta de oxígeno en cualquier parte del cuerpo o de forma generalizada, el retraso en la maduración neurológica o lesiones cerebrales que repercuten negativamente en el control cerebral de actividades que son relevantes. Las madres de familia que consumen tabaco durante el embarazo son más propensas a concebir niños con TDAH, sin importar el nivel socioeconómico ni el peso al nacer de los niños con éste déficit. Posiblemente está ocasionado por el funcionamiento defectuoso de los lóbulos frontales y los ganglios basales (circuito frontoestriado), que son las regiones cerebrales que se encargan de regular la inhibición de las conductas inapropiadas y el autocontrol. “Los neurotransmisores son sustancias que llevan información de neurona a neurona; los tres principales son la noradrenalina, la dopamina y la serotonina. La mayoría de las neuronas del lóbulo frontal utilizan dopamina, y por lo tanto son llamadas neuronas dopaminérgicas; cumplen con un rol importante en el nivel de activación del organismo, en la motivación y en la atención” (Domínguez; 2008: 26). 39 Domínguez (2008) menciona que su aparición está vinculada con la producción insuficiente de los neurotransmisores (dopamina y noradrenalina) que son sustancias químicas cuyo objetivo es producir una correcta comunicación entre las neuronas, en los niños con este déficit la producción es irregular. Respecto a los factores ambientales, las variables del medio ambiente del niño no son las causantes del TDAH pero contribuyen de manera importante en el desarrollo de la perturbación. Las interacciones que se producen entre los factores orgánicos y los ambientales como la falta de responsabilidad de los padres para educar a los hijos, bajo estatus socioeconómico o estrés psicosocial de la familia, los grandes índices de divorcio y las familias desestructuradas que no imponen normas y hábitos positivos en su hogar, tienen una gran importancia en la modulación del déficit. Diversos factores ambientales contribuyen en el fenotipo del TDAH como son el trastorno del desapego de los padres, los niveles de conflicto familiar, la calidez, el respaldo, los logros educativos y el consumo de sustancias por el padre o la madre e incluso de ambos, causando un trauma por maltrato infantil que lo lleve a perpetuar el déficit. “A pesar de que el daño cerebral puede causar problemas de atención e hiperactividad, la mayoría de los niños con TDAH (95%) no tiene historia de daño cerebral” (García; 2000: 25). 40 García (2000) menciona que este daño puede causar problemas de atención e hiperactividad en los pequeños, si bien no es tal como pareciera que su causa principal fuera ésta. Los factores ambientales no son causales, aunque sí influyen los elementos familiares, la relación entre padre-hijo y la interacción con los hermanos; los que inciden de forma negativa son: la madre que tenga depresión y no sepa llevar a cabo el control de la familia por falta de atención hacia el hijo. El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es el problema de salud mental diagnosticado con más frecuencia en niños. A menudo, los infantes con este trastorno son incapaces de prestar atención a una tarea concreta durante un periodo prolongado, suelen ser hiperactivos o inquietos y en general, son desorganizados e impulsivos. Algunos niños con TDAH presentan sobre todo problemas para mantener la atención, otros son primordialmente hiperactivos e impulsivos y otros tienen problemas en ambas áreas. En ocasiones obtienen bajas notas en la escuela y son lentos para desarrollar habilidades sociales. Las causas del TDAH son múltiples, ya que influyen diversos factores, sin embargo, actualmente se cuenta con el conocimiento de algunos de ellos; es importante saber que ningún factor por sí sólo explica el origen del trastorno. 41 1.4. Características del TDAH. “El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, al ser un problema metabólico cerebral, el niño o joven nace con ciertos indicadores primarios porque son las principales variables con los que un niño o niña con TDAH manifiesta los síntomas y éstas son ineludibles. Esto se describe a continuación: hiperkinesia, hiperactividad y déficit de atención” (Domínguez; 2008: 28). De acuerdo con lo mencionado por este autor, el TDAH, por ser un problema metabólico del cerebro, implica que el niño ya nace con indicadores que predisponen al momento de nacer. La hiperkinesia es cuando el menor se mueve en exceso sin motivo o función aparente; en la hiperactividad, cambia continuamente la actividad. Por último, en el déficit con hiperactividad el pequeño cambia constantemente de foco de atención aunque no se mueva, como indicador primario. “Los indicadores secundarios son los efectos inmediatos de que el niño tenga dificultad para poner atención a los detalles o para mantenerse quieto” (Domínguez; 2008: 28). Este investigador menciona como indicadores secundarios cuando un niño no pone atención en muchos detalles de la vida o se mantiene en movimiento constante, puede ser por hiperkinesia o hiperactividad, provocando que la información que se produceen su cerebro se traduzca en poco control de impulsos, lo cual le permite al pequeño cierta espontaneidad, soltura y libertad. La falta de control de sus impulsos 42 o impulsividad que se halla fuera de su control voluntario, típica del TDAH, genera en cambio comportamientos problemáticos como actuar sin control, reflexión previa ni poder anticipar las consecuencias. “Este indicador, más que llamarlo impulsividad, se le debe denominar déficit reflexivo, ya que cualquier persona puede considerarse impulsiva porque los impulsos son naturales en el ser humano” (García; 2000: 29). Para García (2000) la impulsividad es inherente al ser humano por los impulsos que toda persona manifiesta ante una situación de la vida diaria; en el caso de los niños o personas con el TDAH, debe nombrarse déficit reflexivo, porque cualquier persona en algún momento quiere reaccionar, como gritar si está enojado, llorar en un momento triste y así, según sea la emoción del momento; sin embargo, todos los seres humanos usan un mecanismo para controlar sus impulsos y hacerlos socialmente más aceptables; surge así la reflexión. En cambio, los niños con este trastorno, dado que no tienen ese aprendizaje a nivel de hábito cognitivo y al existir una deficiencia en la capacidad de reflexionar acerca de su comportamiento y los efectos de este en el medio ambiente, manifiestan indicadores terciarios, que son “la combinación de los indicadores primarios y secundarios en donde el niño al no poner atención o estar en constante movimiento (por la hiperkinesia o la hiperactividad), no aprende a reflexionar y se deja llevar por sus impulsos que se traducen en varios efectos en el medio ambiente” (Domínguez; 2008: 30). 43 Los indicadores terciarios son la combinación de los primarios y secundarios indican que las dificultades académicas cuando el niño tiene bajo rendimiento en el aprendizaje por el déficit de atención, así como la indisciplina, las dificultades para el autocontrol de emociones, la baja autoestima, son consecuencia de todo lo mencionado anteriormente, ya que estos niños están expuestos a críticas constantes; también se incluyen las dificultades para iniciar y mantener relaciones sociales al grado de no poder socializar ni con pequeños y adultos. Cabe señalar que no todos los niños tienen todos los indicadores terciarios, ya que hay muchas variables que pueden influir para que un niño tenga la combinación de ambos indicadores. “La información que ofrecen las historias clínicas de los niños hiperactivos indican que la mayoría de ellos fueron bebés con temperamento difícil caracterizado por una dificultad notable para adaptarse a las situaciones nuevas, planteando serios problemas su crianza cuando se alteraban sus rutinas” (Miranda y cols.; 2001: 23). Para Miranda y cols. (2001) la mayor parte de los niños que tienen TDAH fueron bebés de temperamento difícil por la impotencia de poder adaptarse a las situaciones nuevas, las cuales alteraron sus rutinas, según la información de las historias clínicas de estos pequeños. En estos casos mostraban los niños irritabilidad ante los estímulos del ambiente y a la vez demandaban atención continua, permanecían activos todo el tiempo y eran intolerantes a estar frustrados; los hábitos de alimentación y sueño también se afectan por dicha situación. 44 Tal comportamiento de niños con TDAH en la primera infancia genera que los padres se frustren, se sientan incapaces de controlar a su hijo con este déficit y se sientan enojados, logrando tener una interacción negativa con el niño, lo que da pie a que sean más autoritarios. Como consecuencia, los problemas de relación que se establecen entre los padres y el niño en estos momentos tienen un impacto negativo sobre el desarrollo futuro de éste. Es importante señalar que las características más comunes en un niño con TDAH son: que no parece escuchar, se olvida de las cosas, manifiesta dificultades para seguir instrucciones, tiene dificultades para prestar atención, se distrae con facilidad, parece desorganizado, no puede estar quieto, en todo momento está moviéndose, le es difícil jugar tranquilamente, interrumpe a los demás, se levanta cuando no debe y habla demasiado. De acuerdo con el DSM-IV, las características el TDAH se dividen en tres aspectos: desatención, hiperactividad e impulsividad, como se presentan a continuación: “Desatención: 1. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades. 2. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en otras actividades lúdicas. 3. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente. 4. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones). 45 5. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades. 6. A menudo evita, le disgusta, o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos). 7. A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas). 8. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. 9. A menudo es descuidado en las actividades diarias. Hiperactividad: 1. A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento. 2. A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado. 3. A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud). 4. A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio. 5. A menudo ‘está en marcha’ o suele actuar como si tuviera un motor. 6. A menudo habla en exceso. Impulsividad: 1. A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas. 2. A menudo tiene dificultades para guardar turno. 46 3. A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. suele interrumpir o entrometerse con otros en conversaciones o juegos).” (Pinoch y cols.; 1995: 35). Para estos autores, algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención estaban presentes antes de los 7 años. Los síntomas se manifiestan en distintas situaciones y lugares como en el colegio, el trabajo y en la casa; deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral. 1.5. Edades en las que se puede diagnosticar. “Es necesario que el problema sea histórico en el niño (algún síntoma debe haberse presentado antes de los 7 años) y afectar su desenvolvimiento tanto en la casa como en el colegio” (Domínguez; 2008: 37). Este autor menciona que de los 4 a los 6 años de edad ya hay más indicadores claros para poder diagnosticar el TDAH como son: que se mueva en exceso, muy impulsivo, impaciente, poco respetuoso con los demás, arremete a otros niños, les quita sus cosas, es desobediente, no termina las tareas, no sabe jugar solo, no se entretiene mucho tiempo con nada, se pelea con amigos y hermanos. 47 “Casi siempre el TDAH se presenta en los primeros años de vida y es un trastorno crónico que sitúa a los niños y adolescentes en un riesgo mucho más alto que el de tener dificultades académicas, conductuales y sociales” (Rickel y Brown; 2008:6). Para Rickel y Brown (2008) generalmente el TDAH se presenta en los primeros años de vida, es un trastorno que en niños y adolescentes conlleva peligro mayor de presentar problemas en los ámbitos académico, conductual y social; tal trastorno suele manifestarseantes de los 7 años de edad, pero con la probabilidad de continuar en la adolescencia y la vida adulta. “Las nuevas investigaciones sugieren que los síntomas tempranos del trastorno que prevalecen en preescolar predicen manifestaciones graves, más adelante en la niñez, así como una fase más difícil del trastorno” (Rickel y Brown; 2008: 6). De acuerdo con esta afirmación, los mismos niños que experimentaron inquietud en su infancia pueden descubrir que necesitan incorporar una gran cantidad de actividad en sus trabajos escolares y vida familiar. Durante la edad escolar los niños comienzan a tener problemas en el aprendizaje de la lectoescritura, lo que suele ocasionar fracasos escolares. Estos fallos se agudizan cuanto más se le exige al menor sin proporcionarle un tratamiento adecuado. 48 En esta etapa es cuando se detectan más casos de TDAH, por esto, el tratamiento debe empezar tan pronto como sea posible, dirigirse a las áreas de funcionamiento e implementarse en todos los entornos y durante largos periodos. Respecto al género, “el trastorno ocurre con más frecuencia en hombres que en mujeres” (Rickel y Brown; 2008: 5); no obstante, el impacto actual puede ser más grave en las niñas, ya que ellas no muestran los mismos problemas de conducta abierta o disruptiva como lo hacen los niños. Puede ser más común en los hombres porque las diferencias están muy condicionadas por las características sintomáticas de las mujeres, cuya hiperactividad e impulsividad es habitualmente menor. Las diferencias más significativas consisten en que los niños tienen el subtipo impulsivo- hiperactivo y en las niñas se reduce al subtipo disatencional. Es importante mencionar que el tamaño del menor plantea exigencias y pone limitaciones a las instalaciones del jardín de niños, ya que no están a su altura, por ello se ha recomendado que las instalaciones se ajusten a las necesidades y a los alcances de los chicos para que no tengan dificultades al estar utilizándolas. “Aunque se encuentran grandes diferencias en el nivel de actividad y los patrones de sueño, los niños, entre los 3 y los 5 años, necesitan en promedio 11 horas de sueño diarias (Roffwarg, Muzio y Dement, 1966). Esto incluye, casi siempre, una siesta a media tarde. Como los jardines de niños ocupan a los niños tres horas por día, tres o cuatro días a la semana, el jardín representa entre el 10 y el 13 por ciento de la actividad semanal del niño” (Newman y Newman; 1987: 384). 49 Como menciona el autor, es importante que los niños duerman lo suficiente para que cuando tengan que estar activos, no presenten dificultades y esto les permita tener un mejor desempeño en las actividades escolares, físicas y sociales para que no se sientan fatigados ni con falta de energía para terminar sus actividades; si se logra que tengan su descanso necesario, se enriquecerá su desarrollo. “En esta edad, los niños están expuestos a múltiples enfermedades. Un estudio sobre la incidencia de enfermedad en esta edad demuestra que los niños se enferman entre cuatro y cinco veces por año. Las enfermedades más frecuentes son las infecciones respiratorias (Valadian, Stuart y Reed, 1961). Los niños de esta edad, también están expuestos a accidentes. El porcentaje mayor de defunciones en esta edad, se debe a accidentes” (Newman y Newman; 1987: 384). A este respecto, los menores son susceptibles de que los contagien las personas que les rodean en su casa, escuela o en la calle transmitiéndoles los virus u otros microrganismos y provocándoles las enfermedades respiratorias. Otra cuestión es que los niños de esta edad están expuestos a accidentes por descuido de los padres, de las educadoras y en ocasiones de ellos mismos, porque no miden las consecuencias de lo que hacen por la corta edad que tienen, la falta de conocimiento y entendimiento; que desafortunadamente en algunas ocasiones causan la muerte de los pequeños de preescolar. 50 1.6. Niños de preescolar con TDAH. “La hiperactividad es particularmente compleja, en edad preescolar es definida por los educadores, psicólogos, psiquiatras, neurólogos y terapeutas que emplean diferentes criterios para diferenciarlos de la normalidad por trastornos más serios. La palabra ‘hiperactivo’ se puede emplear de dos maneras: una de ellas es simplemente como adjetivo que describe una dimensión del comportamiento. Si se emplea en esta forma, sin agregados emocionales, el término solamente significa un alto nivel de actividad. Sin embargo, en su uso común se trata de un diagnóstico. Esto implica que hay anormalidad y por tanto necesidad de tratamiento inmediato” (Turecki y Tonner; 1987: 54). Turecki y Tonner (1987) mencionan que los especialistas como psicólogos, psiquiatras, neurólogos, educadores y terapeutas emplean varios términos para referirse a la hiperactividad en los niños de preescolar; esta condición implica un movimiento constante con alto nivel de actividad física, que repercute en el comportamiento e indica que hay anormalidad en el niño, pero en caso de agregar emociones, se necesita llevar a cabo un tratamiento para tal diagnóstico. “El comportamiento hiperactivo puede originarse en algo diferente del temperamento: daño cerebral, trastornos mentales o emocionales, e inclusive enfermedad. En tales casos se requieren diagnósticos completos y ayuda profesional. Conocer los rasgos del temperamento les ayuda mucho a los padres a 51 afrontar la situación y a manejar mejor a sus hijos inclusive en los casos en los cuales se diagnostica un ‘Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad’ ” (Turecki y Tonner; 1987: 64). En el mismo orden de ideas, independientemente de las causas del TDAH, se requiere de ayuda profesional al ser diagnosticado como tal. Cuando los padres conozcan los rasgos del temperamento, les será más sencillo manejar la situación cuando se presenten los indicadores del trastorno. Aunque en esta etapa evolutiva resulta complicado distinguir a los niños hiperactivos de sus compañeros normales, las observaciones de los padres y de los profesores indican de forma consistente que en los niños con TDAH se produce una exageración de las conductas típicas de los preescolares sin problemas atencionales. Los padres describen a sus hijos con TDAH como niños excesivamente inquietos que actúan como si estuvieran impulsados por un motor. Como consecuencia de sus elevados niveles de actividad, inatención e impulsividad, sufren con frecuencia accidentes tanto en la escuela como en el hogar. Además, los niños preescolares hiperactivos, especialmente los varones, también suelen manifestar conductas desobedientes, desafiantes y oposicionistas, alcanzando niveles significativamente superiores a los que presentan sus compañeros sin TDAH. 52 Las explosiones emocionales en forma de rabietas, también son frecuentes, especialmente en lugares públicos. Estos comportamientos suelen dejar en evidencia a los padres, cuya capacidad para afrontar la educación de sus hijos termina siendo cuestionada por otros adultos. “Los niños preescolares con TDAH también se distinguen de sus compañeros normales en medidas observacionales de atención en el aula, centran menos atención en las tareas, especialmente cuando son monótonas y no les permiten utilizar diferentes modalidades sensoriales. También el comportamiento de estos niños en las situaciones de juego es muy significativo” (Miranda y cols.; 2001: 25). Los menores que se encuentran en este caso, despliegan un juego más inmaduro, funcional sensoriomotor, en el que destacan principalmente los movimientos musculares repetitivos con o sin objetos, son menos simbólicos y constructivos, utilizan los juguetes de un modo monótono
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