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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN 
DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR 
 
 
 
 
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL 
DELEGACIÓN 16, ESTADO DE MÉXICO PONIENTE 
UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR 229 
 
 
TITULO 
 
 “INFLUENCIA DE LOS FACTORES DE RIESGO SOCIALES, CULTURALES Y 
MEDIO AMBIENTALES ASOCIADOS AL DESARROLLO DE OBESIDAD EN 
INFANTES EN LA UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR 229 DEL IMSS, EN 
TENANCINGO, ESTADO DE MÉXICO” 
 
 
TRABAJO DE INVESTIGACION PARA OBTENER EL DIPLOMA DE 
ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR 
 
PRESENTA 
 
 
 
M.C. ALEXANDER REYES ORTIZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TLAXOMULCO, MEXICO 2018 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
TLAXOMULCO, MEXICO 2018 
RESUMEN 
“INFLUENCIA DE LOS FACTORES DE RIESGO SOCIALES, CULTURALES Y MEDIO 
AMBIENTALES ASOCIADOS AL DESARROLLO DE OBESIDAD EN INFANTES EN LA 
UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR 229 DEL IMSS, EN TENANCINGO, ESTADO DE 
MÉXICO” 
AUTORES: M.C. Alexander Reyes Ortiz. Investigador principal. Dr. En I. Ma del Socorro Romero Figueroa. 
Asesor. 
INTRODUCCIÓN: En niños de 5 a 11 años de edad, 3 de 10 menores padecen 
sobrepeso/obesidad. En adolescentes de 12-19 años de edad, casi 4 de cada 10 
presentan sobrepeso/obesidad. Se identifican factores de crianza y manejo del 
hogar asociadas al riesgo de la obesidad. 
OBJETIVO GENERAL: Analizar los factores de riesgo sociales, culturales y medio 
ambientales que predisponen al desarrollo de obesidad infantil. 
MATERIAL Y METODOS: Se realizó un estudio observacional, descriptivo, 
prospectivo y transversal en 150 madres de niños con sobrepeso / obesidad de 
noviembre 2016 a febrero de 2017 en la Unidad de Medina Familiar 229 del Instituto 
Mexicano del Seguro Social en Tenancingo, Estado de México. 
RESULTADOS: El nivel de estudios de las madres de familia fue de educación 
básica. En los hijos, el género femenino 50%. El peso al nacimiento fue normal en 
59%. Hubo lactancia materna 75% hasta los 6 meses de edad en 37%. El 55% de 
niños tiene obesidad y 45% sobrepeso. La funcionalidad familiar severa predominó 
en 57% y buena solo en 1%. Hubo relación entre la disfunción familiar y la presencia 
de obesidad (p˂0,000), la frecuencia de consumo alimentario y la presencia de 
sobrepeso/obesidad (p˂0,000). 
CONCLUSIONES: El desarrollo del sobrepeso y la obesidad tiene como origen la 
familia donde se forjan los principales hábitos alimenticios y se relaciona 
íntimamente con la funcionalidad familiar, el nivel de estudios de la madre, la 
lactancia materna, la frecuencia de consumo de ciertos alimentos y se descarta 
como base principal el peso al nacimiento. 
ABSTRACT 
"INFLUENCE OF THE SOCIAL, CULTURAL AND ENVIRONMENTAL RISK 
FACTORS ASSOCIATED WITH THE DEVELOPMENT OF OBESITY IN INFANTS 
IN THE FAMILY MEDICINE UNIT 229 OF IMSS, IN TENANCINGO, STATE OF 
MEXICO" 
AUTHORS: M.C. Alexander Reyes Ortiz. Principal research. Dr. In I. Ma del Socorro Romero 
Figueroa. Adviser. 
INTRODUCTION: Children 5 to 11 years of age, 3 of 10 children are overweight / 
obese. In adolescents 12-19 years of age, almost 4 out of 10 are overweight / obese. 
Factors of parenting and household management associated with the risk of obesity 
are identified. 
OBJECTIVE: To analyze the social, cultural and environmental risk factors that 
predispose to the development of childhood obesity. 
MATERIAL AND METHODS: An observational, descriptive, prospective and cross-
sectional study was carried out on 150 mothers of overweight / obese children from 
November 2016 to February 2017 at the Medina Family Unit 229 of the IMSS in 
Tenancingo, State of Mexico. 
RESULTS: Level of studies of the mothers were basic education. The predominant 
gender of children were female in 55%. Birth weight was normal in 59%. 
Breastfeeding was given in 75% and it was offered mostly up to 6 months of age. 
55% of children have obesity and 45% overweight. Family functionality: 57% severe 
family dysfunction. Overweight/obesity and the presence of Family dysfunction were 
statistically significant (p˂0,000), as well as food consumption (p˂0,000). 
CONCLUSIONS 
The onset of overweight and obesity is originated in the family where the main eating 
habits are forged and is intimately related to family functionality, the level of studies 
of the mother, breastfeeding, the frequency of consumption of certain foods. The 
birth is discarded as the main base of the onset of overweight and obesity. 
ÍNDICE 
 
Introducción Pág. 1 
Antecedentes Pág. 3 
I. Marco teórico Pág. 5 
I.1 Factores de Riesgo Sociales Pág. 5 
I.1.1 Familia 
l.1.1.1 Familia y obesidad 
Pág. 5 
Pág. 6 
I.2 Factores de Riesgo Culturales 
l.2.1 Patrones de consumo alimentario 
l.3 Factores de riesgo medioambientales 
l.4 Otros factores: Factores de riesgo Psicológicos 
l.4.1 Estrés, Ansiedad y Depresión 
l.5 Obesidad infantil 
l.5.1 Magnitud del problema 
l.5.2 Aspectos fisiopatológicos de la obesidad 
l.5.3 Diagnóstico de la obesidad 
l.5.4 Complicaciones de la obesidad infantil 
Pág. 7 
Pág. 8 
Pág. 9 
Pág. 10 
Pág. 12 
Pág. 13 
Pág. 13 
Pág. 15 
Pág. 16 
Pág. 17 
l.5.5 Prevención 
l.5.6 Obesidad infantil y familia 
Pág. 18 
Pág. 19 
l.6 Instrumentos Pág. 20 
2. Metodología Pág. 22 
2.1 Planteamiento del problema Pág. 22 
2.2 Justificación Pág. 23 
2.3 Objetivos Pág. 24 
2.3.1 Objetivo General Pág. 24 
2.3.2 Objetivos Específicos Pág. 24 
2.4 Hipótesis Pág. 24 
2.5 Material y métodos Pág. 24 
2.5.1 Tipo de Estudio Pág. 24 
2.5.2 Población, Lugar y Tiempo Pág. 25 
2.5.3 Tipo de Muestra Pág. 25 
2.6 Criterios de selección Pág. 25 
2.6.1 Criterios de inclusión Pág. 25 
2.6.2 Criterios de exclusión Pág. 25 
2.7 Operacionalización de variables Pág. 26 
2.8 Análisis estadístico Pág. 27 
2.8.1 Estadística Descriptiva Pág. 27 
2.8.2 Estadística Inferencial Pág. 27 
2.9 Recolección de datos Pág. 27 
2.10 Consideraciones éticas Pág. 27 
3. Resultados Pág. 29 
3.1 Análisis de resultados Pág. 29 
4. Discusión Pág. 42 
5. Conclusiones Pág. 44 
Bibliografía Pág. 45 
Anexo 1. APGAR Familiar Pág. 51 
Anexo 2. Cuestionario de Frecuencia de Consumo Alimentario Pág. 52 
Anexo 3. Consentimiento informado Pág. 55 
Anexo 5. Sábana de datos Pág. 56 
 
 
 
1 
 
INFLUENCIA DE LOS FACTORES DE RIESGO SOCIALES Y CULTURALES 
ASOCIADOS AL DESARROLLO DE OBESIDAD EN INFANTES EN LA UNIDAD 
DE MEDICINA FAMILIAR 229 DEL IMSS, EN TENANCINGO, ESTADO DE 
MÉXICO. 
Alexander Reyes Ortiz 
 
Introducción 
En la actualidad, la prevalencia de obesidad se incrementa año con año. Con 
anterioridad, la obesidad era prevalente en adultos, sin embargo, los cambios en la 
forma de vida con la globalización, el incremento de la pobreza alimentaria a nivel 
global y la industrialización de la comida, ha provocado el abaratamiento de comida 
rica en grasa e hidratos de carbono, que se encuentran al alcance de cualquier 
bolsillo en cualquier clase social, lo que ha provocado el incremento de la obesidad 
infantil, la cual se asocia a una mayor probabilidadde muerte y discapacidad 
prematuras que se incrementa cuando se alcanza la edad adulta. 
Los niños con sobrepeso u obesidad tienen mayores probabilidades de seguir 
siendo obesos en la edad adulta y de padecer enfermedades como la diabetes o las 
enfermedades cardiovasculares a edades más tempranas. 
Las enfermedades resultantes de la obesidad dependen en parte de la edad de 
inicio y de la duración de la obesidad. La obesidad en la infancia y la adolescencia 
tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo plazo. 
Las consecuencias más importantes del sobrepeso y la obesidad infantiles, que a 
menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son: 
• Enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los 
accidentes vasculares cerebrales); 
• Diabetes; 
• Trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis; y 
• Ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon). 
Los datos de 2005 mostrados por la Organización Mundial de la Salud, muestran 
las consecuencias a largo plazo de un estilo de vida no saludable con las cifras de 
obesidad y sus comorbilidades en la edad adulta. 
2 
 
Por lo que se estima, que cada año mueren a consecuencia del sobrepeso y la 
obesidad por lo menos 2,6 millones de personas. 
En la actualidad, muchos países de bajos y medianos ingresos se enfrentan a una 
doble carga de morbilidad: siguen debatiéndose con el problema de las 
enfermedades infecciosas y la desnutrición, y al mismo tiempo están sufriendo un 
rápido aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles como 
la obesidad y el sobrepeso, especialmente en el medio urbano. No es raro que en 
un mismo país, comunidad u hogar coexistan lado a lado la desnutrición y la 
obesidad. 
Esta doble carga es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo 
prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos en 
grasas y calorías, pero pobres en micronutrientes, así como de una falta de actividad 
física a medida que el niño va creciendo1. 
Por lo tanto, los factores maternos ligados a la obesidad son de índole vital. A su 
vez, estos factores son favorecidos por los aspectos ligados a la familia, como las 
costumbres, el nivel educativo y económico de los integrantes que, a su vez, las 
familias que están en una situación desfavorable, los integrantes más afectados son 
los niños, los cuales pueden sufrir incluso de ansiedad, depresión y estrés ligados 
a la problemática familiar. 
La complejidad de la obesidad pediátrica se magnifica por la inclusión de las familias 
y los padres en el desarrollo de la obesidad infantil, donde las relaciones, rutinas 
familiares y personalidades individuales influyen en los comportamientos de salud 
de un niño. Con el uso de las teorías, se pueden desentrañar algunas de estas 
complejidades para predecir los comportamientos de riesgo, diseñar intervenciones, 
y comprender los comportamientos de riesgo a la salud y promover un cambio de 
comportamiento. 
Ninguna teoría explicará todos los aspectos; pero en conjunto, tienen una profunda 
influencia en el estudio de la obesidad infantil. Sostenemos que una mayor inclusión 
de las teorías de la familia va a reforzar el campo la prevención de la obesidad 
pediátrica. 
 
 
 
 
3 
 
Antecedentes 
La obesidad infantil se ha incrementado en los niños y adolescentes en los últimos 
30 años. 
 
El porcentaje de niños de 6-11 años en los Estados Unidos que eran obesos 
aumentó de 7% en 1980 a casi el 18% en 2012. Del mismo modo, el porcentaje de 
adolescentes de 12-19 años que eran obesos aumentó de 5% a casi el 21 % durante 
el mismo período 2,3. 
 
En 2012, más de un tercio de los niños y adolescentes de los Estados Unidos, tenían 
sobrepeso u obesidad, lo que demuestra la dimensión del problema2. 
 
El sobrepeso y la obesidad son el resultado de un "desequilibrio calórico" (pocas 
calorías gastadas y una mayor cantidad de calorías consumidas) y se ven afectados 
por diversos factores genéticos, conductuales y ambientales4,5. 
 
La obesidad infantil tiene efectos tanto inmediatos como a largo plazo sobre la salud 
y el bienestar6. 
 
Efectos inmediatos en la salud: 
 
La obesidad en edad pediátrica es una patología que produce efectos nocivos que 
se manifiestan con el tiempo. Los jóvenes obesos son más propensos a tener riesgo 
de enfermedad cardiovascular, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, etc. En 
una muestra basada en la población de 5 a 17 años de edad, el 70% de los jóvenes 
obesos tenían al menos un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular7. 
 
Los adolescentes obesos también, son más propensos a tener pre-diabetes, una 
condición en la cual los niveles de glucosa en la sangre indican un alto riesgo para 
el desarrollo de diabetes8,9. 
 
Los niños y adolescentes que son obesos tienen un mayor riesgo de patologías 
óseas y articulares, apnea del sueño, problemas sociales y psicológicos como la 
estigmatización por la gente y la falta de autoestima4,5,10. 
 
 
Efectos sobre la salud a largo plazo: 
 
A largo plazo, los niños y adolescentes que son obesos, son propensos a ser obesos 
en la edad adulta11 y tienen, por tanto, un mayor riesgo de problemas de salud tales 
4 
 
como enfermedades del corazón, el desarrollo de la diabetes tipo 2, derrame 
cerebral, varios tipos de cáncer, y la osteoartritis5. Un estudio demostró que los 
niños que se convirtieron en obesos desde los 2 años de edad, eran más propensos 
a ser obesos en la edad adulta12. 
 
Además, el sobrepeso y la obesidad están asociados con un mayor riesgo para 
muchos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, colon, endometrio, esófago, 
riñón, páncreas, vesícula biliar, tiroides, ovario, cuello uterino y próstata, así como 
el mieloma múltiple y el linfoma de Hodgkin13. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
I.- MARCO TEÓRICO 
 
I.1 FACTORES DE RIESGO SOCIALES 
 
La obesidad pediátrica actualmente es considerada como una epidemia. Existen 
múltiples factores de riesgo intrínsecos que intervienen en su desarrollo, desde los 
genéticos, hasta diversos factores extrínsecos que intervienen directamente sobre 
el desarrollo de la obesidad. 
Los enfoques basados en la familia para el manejo de la obesidad pediátrica se 
consideran el "estándar de oro", y se recomiendan para facilitar el cambio de 
comportamiento para mejorar el peso del niño y su salud. Si los enfoques basados 
en la familia son verdaderamente arraigados en la familia, los médicos y los 
investigadores deben considerar la funcionalidad familiar en el diseño de estrategias 
e intervenciones eficaces. Para lograr una mejor comprensión de las complejidades 
de la familia y otorgar un tratamiento basado en la familia, se realizarán revisiones 
de las teorías de la familia que pueden proporcionar un enfoque más amplio y 
profundo para abordar la obesidad pediátrica. 
Dentro de los conceptos de las teorías de la familia, se encuentran las familias como 
un sistema, la interdependencia entre las unidades; la idea de que las familias son 
dirigidas a un objetivo y buscan el equilibrio; el entorno físico y social que impone 
exigencias a las familias. Las teorías enfocadas en la familia proporcionan 
información valiosa sobre las complejidades de las mismas. El aumento del uso de 
estas teorías en la investigación y en la práctica puede identificar los puntos clave 
de la influencia de la familia y su función para prevenir el desarrollo o tratar con 
mayor eficacia la obesidad. 
El campo de los estudios de la familia ofrece un enfoque innovador para el difícil 
problema de la obesidad infantil, basándose en el enfoque de prevención de la 
obesidad basada en la familia14. 
 
I.1.1 FAMILIA 
 
“La familia es un grupo social, organizado como un sistema abierto, constituido por 
un número variable de miembros,que en la mayoría de los casos conviven en un 
mismo lugar, vinculados por lazos ya sean consanguíneos, legales y/o de afinidad. 
Es responsable de guiar y proteger a sus miembros, su estructura es diversa y 
depende del contexto en el que se ubique. Es la unidad de análisis de la Medicina 
Familiar para estudiar y dar seguimiento al proceso salud-enfermedad”15. 
6 
 
Las familias son conjuntos complejos que incluyen miembros individuales, las 
relaciones entre los miembros y su interacción con las influencias externas. Otros 
campos científicos, como la biología, la robótica y las matemáticas, la han concebido 
y estudiado como sistemas complejos, o agregados de partes interconectadas16. 
 
 
l.1.1.1 FAMILIA Y OBESIDAD 
 
La inclusión de la familia, es decir, los padres, a la intervención de la obesidad es 
comúnmente llamado tratamiento "basado en la familia”, aunque este enfoque no 
está bien definido. En el estudio de Epstein17, para el tratamiento de la obesidad en 
los niños de seis a doce años de edad, se incluyeron a los niños y los padres como 
objetivos para lograr un cambio de comportamiento y para alcanzar la pérdida de 
peso. Se ha descrito que los padres o cuidadores que son participantes en el 
tratamiento, deben acompañar a sus hijos a las visitas médicas centrándose en 
cambios de comportamiento en la familia. La mayoría de los informes de los 
métodos de tratamiento basados en la familia no incluyen el género de los padres, 
o se centran principalmente en las madres que son generalmente las cuidadoras. 
Kitzmann y Beech18 clasifican las intervenciones de familia como "estrechamente 
familiar centrado" cuando se les pide a los padres modificar sólo los 
comportamientos relacionados con el peso, o "ampliado" para que el enfoque 
incorpore habilidades de los padres por medio de terapia familiar. Kitzmann y 
Beech18 defienden el enfoque amplio en el contexto de la familia en el tratamiento 
de la obesidad infantil, "teniendo en cuenta la incorporación exitosa de los enfoques 
centrados en la familia en otras áreas de la salud del niño”. Sin embargo, los 
ensayos de intervención que se llevan a cabo a menudo con familias poco 
motivadas, limitan su aplicabilidad. 
El paradigma actual del tratamiento de la obesidad infantil, tanto en la investigación 
como en la práctica, no aborda adecuadamente "a la familia". Sin embargo, provocar 
un cambio de comportamiento de una familia requiere una comprensión de la 
función de la misma y de sus procesos. Por ejemplo, los médicos a menudo 
recomiendan limitar las horas de televisión, disminuir la ingesta de bebidas 
endulzadas con azúcar, pero las familias siguen sin implementar estas estrategias. 
A menudo es un misterio para los médicos el por qué es tan difícil implementar un 
simple cambio de comportamiento recomendado, que es capaz de producir un alto 
impacto en el peso corporal. Una mejor comprensión de cómo las familias operan 
día a día, es necesario para establecer comportamientos más saludables. Al 
acercarse al tratamiento de la obesidad desde una perspectiva alternativa, se puede 
ayudar a abordar los retos actuales en el tratamiento. Un problema reconocido en 
7 
 
el tratamiento de la obesidad es la alta tasa de deserción en los tratamientos, que 
se señalan tan alto como 91%. Además, con el aumento de las tasas de obesidad 
severa, hay una necesidad de aumentar la eficacia del tratamiento14. 
 
 
I.2 FACTORES DE RIESGO CULTURALES 
 
Los factores socio-culturales como la situación socioeconómica, el estilo de vida, el 
lugar de residencia entre otros, también son determinantes de las prácticas 
alimentarias. En este contexto, también se ha reconocido el papel de la publicidad 
dirigida hacia los niños. La constante exposición a la publicidad de alimentos y 
bebidas de alto contenido calórico, ricos en grasas, azúcar y sal, así como una gran 
oferta de este tipo de alimentos en todo lugar al que los niños concurren, ha inducido 
un cambio importante en el patrón de alimentación infantil. Una revisión sistemática 
de 123 artículos científicos publicados sobre el tema concluye que existe una fuerte 
evidencia de la influencia de la publicidad sobre las preferencias, solicitudes de 
compra y la ingesta alimentaria de los niños de 2 a 11 años en el corto plazo19. Sin 
embargo, es necesario realizar más investigaciones acerca de cómo la publicidad 
afecta la elección de alimentos y bebidas por los niños y jóvenes, y sobre la 
influencia bi-direccional entre hijos y progenitores con respecto a las elecciones 
relacionadas con los alimentos. 
La alimentación es un fenómeno complejo que está basado en una necesidad 
biológica que impulsa la búsqueda de alimento en respuesta a un conjunto de 
señales hormonales periféricas reguladas por el sistema nervioso central. Es una 
fuente de placer que orienta la selección de alimentos y su consumo según sus 
características organolépticas. La alimentación está basada en pautas 
socioculturales que determinan el patrón de consumo de alimentos 
superponiéndose a los impulsos fisiológicos. Es un hecho social que funciona como 
medio de relación e interacción entre las personas dentro de la cultura. También es 
producto del entorno social y constituye un rasgo característico de la cultura local, 
por lo tanto, es una interacción de influencias ambientales, cognitivas, fisiológicas y 
socioculturales. La diversidad de factores que se involucran en el consumo de 
alimentos ha hecho que su estudio se desarrolle en dos líneas específicas 
independientes pero interrelacionadas: la ingesta alimentaria, enfocada en la 
cantidad y tipo de alimentos de la dieta; y la conducta alimentaria orientada a la 
relación habitual del individuo y la familia con los alimentos. 
8 
 
La conducta alimentaria es el conjunto de acciones que establecen la relación del 
ser humano con los alimentos. Se acepta generalmente que los comportamientos 
frente a la alimentación se adquieren a través de la experiencia directa con la 
comida en el entorno familiar y social, por la imitación de modelos, la disponibilidad 
de alimentos, el estatus social, los simbolismos afectivos y las tradiciones culturales. 
La conducta alimentaria individual se estructura a partir de un conjunto específico 
de dimensiones de comportamiento respecto a la propia alimentación. La medición 
de estas dimensiones dentro del contexto familiar para caracterizar el patrón de 
conducta alimentaria individual, infantil y de los progenitores hacia los hijos, se hace 
por medio de diferentes cuestionarios que han sido contrastados frente a diferentes 
mediciones del estado nutricional20. 
 
 
l.2.1 PATRONES DE CONSUMO ALIMENTARIO 
 
Los modos de alimentarse, preferencias y rechazos hacia determinados alimentos 
están fuertemente condicionados por el contexto familiar durante la etapa infantil en 
la que se incorporan la mayoría de los hábitos y prácticas alimentarias de la 
comunidad. En la infancia, la madre es la principal responsable de la transmisión al 
hijo de las pautas alimentarias saludables que podrían prevenir enfermedades 
relacionadas con la alimentación21-23. Los progenitores influencian el contexto 
alimentario infantil usando modelos autoritarios o permisivos para la elección de la 
alimentación de los niños, en aspectos como el tipo, cantidad y horarios de 
alimentación, así como edad de introducción de los mismos24. 
Los modelos de alimentación infantil aplicados por los progenitores, están basados 
en la disponibilidad de alimentos en el hogar, las tradiciones familiares, el acceso a 
medios de comunicación y la interacción con los niños durante la comida. La 
exposición repetida del niño a estos modelos familiares, genera un estímulo 
condicionado que asocia determinados alimentos con eventos específicos (fiestas, 
castigos, premiación, entre otros), ejerciendo un efecto modulador sobre su 
comportamiento alimentario25-27.Como consecuencia del reforzamiento positivo de 
la conducta derivado de las experiencias de alimentación, los niños adoptan las 
preferencias alimentarias y costumbres familiares que le resultan agradables, 
seleccionando las conductas que repetirán en el futuro28,29. El contexto social en el 
que funciona la familia moderna ha hecho que en la actualidad las decisiones sobre 
alimentación sean discutidas y negociadas frecuentemente con los niños, quienes 
influencian las decisiones del hogar por medio de la insistencia y la manipulación. 
Se ha sugerido que esta forma democrática de funcionamiento familiar está 
9 
 
determinada por el estatus laboral de los progenitores y el poco tiempo que están 
en casa. 
Al estudiar la relación entre padres e hijos a la hora de la comida, se encontró que 
un alto porcentaje de progenitores inducen a sus hijos a comer más allá de las 
señales de autorregulación innatas, en un intento por entregar una buena nutrición 
a sus hijos30,31. En este sentido, se ha propuesto que los niños poseen una 
destacable capacidad para modular su ingesta, que se manifiesta en grandes 
variaciones de consumo al comparar diferentes días, y que es consecuencia de una 
menor adherencia a las reglas familiares y una mayor respuesta a las señales 
internas de saciedad y hambre. La conducta alimentaria infantil está configurada a 
partir de las estrategias usadas por los padres para controlar lo que come el niño, a 
las que el niño responde usando diferentes mecanismos de adaptación y que 
finalmente se reflejarán en indicadores de salud tangibles como el peso y la 
adiposidad. Los estudios sobre la influencia de los progenitores en la conducta 
alimentaria infantil indican que éstos usan variadas estrategias a la hora de la 
comida en relación a la alimentación de los niños: actitud neutral, presión-exigencia, 
razonamiento, alabanza y adulación, restricción, amenazas y recompensas con 
alimentos o juegos, que están íntimamente relacionadas con el grado de 
responsabilidad de los progenitores hacia la alimentación de sus hijos. Estas 
estrategias de los progenitores son recibidas, interpretadas y traducidas por los 
niños en una amplia gama de conductas relacionadas con la alimentación20. 
El estudio del consumo de alimentos a través de encuestas en diversos estudios, 
ha mostrado una alta variabilidad y un importante subregistro de la ingesta tanto en 
sujetos normo-peso como obesos, especialmente en las dietas ricas en grasas. Las 
limitaciones inherentes a la cuantificación de la ingesta alimentaria y la 
inconsistencia de los resultados en individuos obesos, han generado interés 
creciente por la evaluación de la conducta alimentaria. 
Se ha descrito que la conducta alimentaria en niños presenta una relativa estabilidad 
temporal que se equipara a otros rasgos estables de la personalidad. La 
investigación en conducta alimentaria infantil se ha centrado en el grupo familiar 
especialmente en las madres, quienes tienen una influencia importante en la forma 
como el niño se comporta en relación con la alimentación. Además de las influencias 
familiares, estudios en mellizos han descrito una importante influencia genética 
relacionada con la conducta y las preferencias alimentarias32. 
 
 
 
10 
 
l.3 FACTORES DE RIESGO MEDIO-AMBIENTALES 
 
Existen dos razones más comúnmente asociadas para el aumento de la prevalencia 
de la obesidad, como son ciertas prácticas de comercialización de alimentos, y las 
reducciones en la actividad física. Estos elementos incluyen, pero no están limitado 
al "entorno construido", el aumento de tamaño de las porciones en los artículos 
comercializados en el mercado de alimentos, las fuentes de alimentos de bajo costo, 
tales como la comida rápida, una mayor disponibilidad de las máquinas 
expendedoras de comida de alto contenido energético, un mayor uso de jarabe de 
maíz alto en fructosa, y menos educación física en escuelas. 
Sin embargo, existen otros factores medio-ambientales como la presencia de 
microorganismos o infecciones, la epigenética, el aumento de la edad materna, 
fecundidad entre las personas con mayor adiposidad, falta de sueño, los disruptores 
endocrinos, iatrogenia farmacéutica, reducción de la variabilidad de la temperatura 
ambiente, e intrauterina y los efectos intergeneracionales, como factores que 
contribuyen a la epidemia de la obesidad. Tener en cuenta el papel de tales factores 
etiológicos de la obesidad puede conducir a una información completa, para realizar 
estrategias específicas y eficaces para la prevención y el tratamiento de esta 
epidemia mundial33. 
Algunos otros estudios, identifican factores de riesgo potenciales, como el origen 
étnico del niño, el género, la duración del sueño nocturno, el tiempo empleado en 
casa viendo la televisión (TV) por día, TV a la vista de donde la familia come la 
mayoría de las comidas, la televisión en el dormitorio, duración de la lactancia, la 
situación familiar (presencia de uno o dos padres), educación de la madre, padre 
antecedentes familiares de sobrepeso/obesidad, edad de la cuidadora de los niños, 
las políticas de nutrición al cuidado de los niños, la ingesta de la dieta del niño, el 
contenido de grasa de la leche, el azúcar, el jarabe de maíz o miel añadido a la 
fórmula del bebé antes de 1 año de edad, la percepción de calidad de la dieta, la 
situación social de los barrios (violencia, inseguridad), las oportunidades de 
actividad física, y las prácticas de alimentación de los padres34. 
 
 
I.4 OTROS FACTORES: FACTORES DE RIESGO PSICOLÓGICOS 
 
Es esperado que las tasas de obesidad en la infancia y juventud sigan aumentando. 
Como resultado, es imprescindible tener en cuenta las correlaciones de la salud 
física con los aspectos psicológicos y las consecuencias de esta relación. 
11 
 
Las consecuencias de la obesidad infantil y juvenil son de largo alcance, no sólo 
incluyen los resultados físicos relacionados con la salud, como la presión arterial 
alta, colesterol alto, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, problemas ortopédicos, 
apnea del sueño, asma, hígado graso, etc.; sino también, las consecuencias 
sociales y conductuales psicológicas, tales como los problemas relacionados con la 
imagen corporal, la autoestima, aislamiento social y la discriminación, depresión y 
pérdida de calidad de vida35. En 2003, Reilly y Cols.36, realizaron una revisión 
sistemática de la literatura sobre las consecuencias para la salud de la obesidad 
infantil, llegando a la conclusión de que la obesidad infantil tiene a corto y largo 
plazo, efectos médicos y psicológicos adversos que se extienden a la edad adulta. 
También, existe una fuerte evidencia de que la obesidad infantil afecta a la 
morbilidad y mortalidad en la edad adulta37. 
 
 
l.4.1 ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN 
 
El estrés familiar es difícil de conceptualizar, ya que puede abarcar respuestas 
fisiológicas o emocionales ante una situación o un proceso, y es un fenómeno 
subjetivo. Si bien no existe un vínculo establecido entre el estrés y el desarrollo de 
la obesidad en los niños, la incorporación de los modelos teóricos de estrés en los 
métodos de tratamiento basados en la familia es insuficiente. Existen vínculos 
fisiológicos y de comportamiento entre los dos, y una relación recíproca indica que 
la obesidad puede exacerbar el estrés psicosocial. Los estresantes financieros, 
ambientales y personales influyen en la capacidad de una familia para participar en 
intervenciones intensivas39. 
Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo 
psicológico y la adaptación social del niño en relación a la autoestima, depresión y 
desajustes en el comportamiento social. 
Por ello, es fundamental insistir en la prevención de la obesidad no solamente desde 
el aspecto físico, sino dar importancia al aspecto emocional, considerando los 
problemas psicológicos que la obesidadproduce en los niños. 
En general, las personas afectadas de obesidad tienen ciertos problemas de 
aceptación por la sociedad, sufriendo a veces situaciones que desencadenan 
actitudes antisociales y pueden conducir a aislamiento, depresión, ansiedad e 
inactividad. A menudo, dichas situaciones conllevan un aumento en la ingesta de 
alimentos, lo que a su vez favorece el balance energético positivo. 
12 
 
La influencia de factores psicológicos en la aparición de la obesidad no está clara, 
y no existen comedores compulsivos en la infancia. Lo que sí se ha comprobado es 
que existe un efecto sobre la obesidad de los factores familiares: se heredan los 
malos hábitos alimentarios de los padres y se sufre la ansiedad de los mismos para 
que el niño coma más. 
 
Problemas de autoestima en niños obesos 
Con respecto a los problemas de autoestima, y del mismo modo que sucede con 
los adultos, el niño obeso sufre en ocasiones rechazo social. Incluso, se le puede y 
culpabilizar de su situación, de comer demasiado y de no asumir la responsabilidad 
de mantener su peso. 
Todo ello puede conducir a que el niño esté triste, nervioso y sea solitario, lo que 
puede hacer que se aumente la ingesta energética como una compensación. Si el 
entorno familiar no actúa o no se da importancia a estos hechos, los problemas de 
autoestima pueden seguir indefinidamente. 
Los profesionales médicos, además de evaluar, conocer y ayudar a resolver los 
problemas de ingesta excesiva del niño obeso, deberían conocer las circunstancias 
psicológicas y sociales en las que se encuentra para poder actuar de la mejor 
manera y ayudar al niño y a la familia a controlar la obesidad. 
Comparado con los niños con normo-peso, los niños son obesidad/sobrepeso, 
presentaron mayor insatisfacción corporal, baja autoestima, bajo rendimiento 
académica y niveles de ansiedad más altos32. 
Los niños con obesidad tienen una tendencia mayor a presentar desordenes 
psicológicos como la depresión. Esta tendencia se da en ambos sexos, aunque, al 
contrario de lo que se podría pensar, se presenta más en los varones. 
Si se analizan los efectos psicológicos que la obesidad puede ocasionar en la 
personalidad del niño, encontraremos una fácil explicación a la presencia de la 
depresión. Los niños obesos suelen desarrollar una autoestima pobre, inseguridad 
y dificultades para relacionarse con la gente de su edad, sufren el rechazo o las 
burlas de sus compañeros de colegio. El niño se siente inferior a los demás, cree 
que no posee cualidades por las que pueda ser valorado, se siente incapaz de 
participar y destacar en los juegos y actividades de los demás niños. Todo esto le 
lleva a ir abandonando actividades y contactos, a ir evitando someterse a 
situaciones en los que puede despertar las burlas de los demás y en las que le 
gustaría participar. Poco a poco puede ir asilándose de los demás, decidiendo que 
es más seguro quedarse en casa, a salvo de las valoraciones negativas de los otros. 
13 
 
Su índice de actividad irá descendiendo, sus contactos sociales irán 
desapareciendo. Con este planteamiento de vida, es muy fácil que la depresión 
aparezca. Si esto ocurre, no deben ignorarse los síntomas del niño, pensando que 
“ya se le pasará”. La depresión es un problema grave, incluso en estas edades. Por 
ello hay que estar muy atento si el niño presenta algunos de los síntomas40. 
 
l.5 OBESIDAD INFANTIL 
 
Antes de abordar la obesidad infantil, es importante conocer que la obesidad es la 
acumulación excesiva de grasa en tejido adiposo y otros órganos, que involucra el 
desequilibrio entre la energía de la dieta ingerida y la actividad física. Existen 
además otros determinantes medioambientales y genéticos involucrados. La 
obesidad se mide por el índice de masa corporal (IMC) que se calcula con peso 
corporal en kilogramos (kg) dividido por la altura en metros al cuadrado (m2): peso 
(kg)/talla (m2); sin embargo, también se debe tomar en cuenta los percentiles en 
cuanto a la medición de la obesidad en niños. Las personas con IMC≥30 se 
consideran con obesidad en la mayoría de los países. La obesidad severa o mórbida 
se define como IMC ≥40 kg/m2 o un IMC al menos 35 kg/m2 si se dan las condiciones 
comórbidas41,42. 
 
l.5.1 MAGNITUD DEL PROBLEMA 
 
A pesar de recientes progresos en entendimiento de mecanismos fisiopatológicos 
que regulan el peso corporal y el gasto de energía, la obesidad permanece como 
problema de salud pública mayor a nivel mundial con consecuencias vasculares, 
metabólicas y psicológicas. A los individuos con sobrepeso u obesidad generalmente 
se agregan comorbilidades como la enfermedad coronaria, hipertensión arterial, 
infarto cerebral, ciertos tipos de cáncer, diabetes mellitus, enfermedad hepatobiliar, 
dislipidemia, osteoartritis, gota, enfermedades pulmonares, etc. Además, sufren de 
discriminación no sólo del público en general, sino de algunos profesionales de la 
salud43,44. 
La obesidad es clasificada por la Organización Mundial para la Salud dentro de 
las principales enfermedades crónicas prevenibles a nivel mundial junto con 
enfermedad cardiovascular, cáncer mamario, uterino, prostático, de colon, 
depresión, diabetes, incontinencia urinaria y enfermedades respiratorias como la 
apnea obstructiva del sueño41,45. 
14 
 
En USA la prevalencia de obesidad en 2009 fue 35.5% en mujeres y 32.2% en 
hombres. La Behavioral Risk Factor Surveillance System (BRFSS) y The 
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) encontraron incremento 
progresivo nacional de 1.1% en la prevalencia de obesidad respecto a años 
anteriores, por lo que algunos investigadores sugieren que para el año 2050 una 
gran cantidad de ciudadanos Estadounidenses, tal vez el 100% tendrán sobrepeso46. 
En Europa, las prevalencias de obesidad más altas se encuentran en Italia y España. 
Portugal, Polonia, República Checa, Rumania y Albania tienen las prevalencias más 
altas en el sexo femenino. Europa oriental y los países mediterráneos tienen 
prevalencias más altas de obesidad que países occidentales y del norte de Europa47. 
En México, el Instituto Nacional de Salud Pública, por medio del ENSANUT 
2016, muestra a los niños en edad escolar de 5 a 11 años de edad donde tres de 
cada 10 menores padecen sobrepeso u obesidad (prevalencia combinada de 33.2%). 
En 2012, la prevalencia en este grupo de edad era de 34.4%. En esta última 
medición se observa una disminución significativa del sobrepeso en niños varones. 
Se observa un incremento progresivo en la prevalencia combinada de sobrepeso y 
obesidad en zonas rurales en ambos sexos. 
En los adolescentes de 12 a 19 años de edad, casi 4 de cada 10 adolescentes 
presenta sobrepeso u obesidad (prevalencia combinada de 36.3%). En 2012, esta 
cifra era de 34.9%. En mujeres adolescentes, se observó un aumento del 2.7 puntos 
porcentuales en sobrepeso, alcanzando un nivel de 26.4%. La prevalencia 
combinada de sobrepeso y obesidad en mujeres adolescentes fue de 39.2% En 
hombres adolescentes se presenta una reducción, de 34.1% a 33.5% en prevalencia 
combinada. 
En adultos (Mayores de 20 años de edad), siete de cada 10 adultos (prevalencia 
combinada de 72.5%) continúa padeciendo exceso de peso (sobrepeso u obesidad) 
respecto a la cifra de 2012 de 71.2%. 
Se observa un aumento en las cifras de sobrepeso y obesidad en mujeres adultas 
(prevalencia combinada de 75.6%). Este incremento es mayor en zonas rurales 
(aumento de 8.4%) que en zonas urbanas (aumento de 1.6%). 
En hombres adultos (prevalencia combinada de 69.4%) se observa un incremento 
continuo en zonas rurales, en el que la prevalencia de sobrepeso y obesidad (67.5%) 
aumentó 10.5% respecto a 201248. 
15 
 
En España, el estudio SEEDO 2000 estimó la prevalencia general de obesidad del 
14.5% en población adulta de 24 a 60 años, estando más elevada en sexo femenino 
con 15.75%, que el masculino con 13.39%. Respectoal área geográfica la región 
Noroeste, Canarias y la región Sur tienen las prevalencias más altas de obesidad49. 
Para el consenso SEEDO 2007, la prevalencia de obesidad general aumento a 
15.56% a expensas del sexo femenino con 17.56% y el masculino se mantuvo en 
13.26%50. 
La prevalencia infantil de sobrepeso / obesidad ha aumentado en los últimos dos o 
tres décadas en la mayoría de los países industrializados a excepción de Rusia y 
Polonia y en varios países de bajos ingresos, particularmente en áreas urbanas. La 
prevalencia duplicado o triplicado entre principios de 1970 y finales de 1990 en 
Australia, Brasil, Canadá, Chile, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Japón, el Reino 
Unido y los EE.UU. Para el año 2010, más del 40% de los niños en las regiones de 
América del Norte y del Este de la OMS del Mediterráneo, 38% en la región de 
Europa, el 27% en la región del Pacífico occidental, y el 22% en la región del sudeste 
asiático presentan sobrepeso / obesidad51. 
 
l.5.2 ASPECTOS FISIOPATOLÓGICOS DE LA OBESIDAD 
 
El estilo de vida sedentario es el mejor contribuyente para ganar peso. Los cambios 
globales en la dieta y la inactividad física han sido impulsados por la urbanización 
que produce un ambiente obesogénico que puede predisponer a diabetes, 
enfermedades cardiovasculares, etc.52. En humanos, el medio ambiente, los 
aspectos cognitivos, de recompensa y los factores emocionales desempeñan papel 
importante en la ingesta de alimentos que pueden anular los sistemas 
homeostáticos44. 
El tejido adiposo está compuesto de células repletas de triglicéridos que conforman 
los adipocitos. Contiene además células precursoras de adipocitos y células 
estromales. Es un órgano endócrino activo que libera gran cantidad de hormonas, 
entre ellas la leptina que actúa sobre el hipotálamo como anorexígeno, incrementa 
el gasto de energía, reduce la grasa corporal, regula la reproducción, la inmunidad, 
el metabolismo intermedio y la biología ósea. Tiene papel importante en la nutrición, 
la fisiología celular normal y el estado patológico. Libera gran cantidad de 
mediadores (adipocinas) que actúan localmente para regular la expansión del tejido 
adiposo y la señalización a diferentes órganos para controlar la ingesta de alimentos, 
el balance de energía, el balance neuroendócrino y otras funciones. Esas adipocinas 
son la interleucina 6 (IL6) y factor de necrosis tumoral α (TNFα) que tienen potentes 
16 
 
efectos proinflamatorios y que han sido implicados en la regulación de señalización 
de la insulina y del metabolismo de los lípidos en tejidos periféricos, que pueden 
producir resistencia a insulina, esteatosis hepática, síndrome metabólico, DM2, 
enfermedades cardiovasculares, etc.52-54. 
Cuando existe disfunción del tejido adiposo, éste se torna insulino-resistente con 
almacenamiento disfuncional de lípidos, que son eventos centinela en la progresión 
del desequilibrio metabólico hacia la obesidad. Otro enlace entre la inflamación y el 
riesgo para la obesidad involucra eventos en el desarrollo embrionario 
temprano. Estudios epidemiológicos y modelos animales han demostrado una fuerte 
asociación entre el ambiente prenatal y perinatal con enfermedades asociadas a la 
obesidad. El riesgo de padecer obesidad y trastornos metabólicos están basados en 
el peso al nacer, con un mayor riesgo en niños de alto o bajo peso al nacimiento. El 
embarazo es un estado inflamatorio fisiológico que implica al sistema inmune innato 
y adquirido, desarrollándose mecanismos que pueden contribuir a la programación 
in útero del metabolismo de nutrientes en los hijos, por lo que la obesidad materna 
se asocia con endotoxemia que puede afectar el desarrollo del feto condicionando 
inflamación placentaria, que es factor de riesgo para la obesidad en los hijos, 
involucrando además la infiltración de macrófagos inflamatorios que pueden alterar 
la circulación materno-fetal. Esos trastornos inflamatorios de la placenta alteran los 
puntos de ajuste nutricionales en la vida temprana y predispone a un patrón de 
crecimiento acelerado del producto de la gestación, que contribuye al riesgo de 
obesidad en el futuro55. 
 
 
l.5.3 DIAGNÓSTICO DE LA OBESIDAD 
 
Existen varios métodos para el diagnóstico de obesidad, pero uno de los más 
comunes es el uso del índice de masa corporal (IMC), que no requiere sofisticados 
aparatos para su cálculo y que puede realizarse en cualquier consultorio. Este 
sistema presenta inconvenientes ya que no refleja si un paciente tiene además de 
sobrepeso u obesidad, patologías asociadas a dicho exceso de peso, como 
hipertensión arterial, DM o dislipidemia. Estudios observacionales han informado las 
asociaciones perjudiciales entre IMC superior al normal y la comorbilidad asociada. 
Cada incremento de 5 unidades en IMC superior a 25 kg/m2 se asocia con aumento 
del 29% de mortalidad total, el 41% de mortalidad con relación vascular y 21% de 
mortalidad relacionada con DM56. 
17 
 
También se utiliza la cintura hipertrigliceridémica y la triada de marcadores 
metabólicos de riesgo aterogénico57, que junto con el IMC nos ayuda a dar mayor 
atención a la pérdida de peso, determinar el pronóstico y guía para el tratamiento 
del paciente56,58. 
Existen acuerdos internacionales que sugieren el uso del índice de masa corporal 
(IMC) para la definición de bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad en adultos, 
pero en los niños, los marcados efectos de la edad, sexo, estado puberal y la raza / 
origen étnico, hacen difícil su clasificación. Hay dos desafíos en la definición por la 
utilización de un gráfico estándar de crecimiento relacionado con la edad; donde se 
encuentran los puntos de corte para el sobrepeso y la obesidad, y que son 
clínicamente significativas. La International Obesity Taskforce (IOTF)51 han 
desarrollado una tabla de crecimiento norma internacional, que permite la 
comparación de la prevalencia a nivel mundial. Sin embargo, muchos países siguen 
utilizando sus propios gráficos específicos de cada país, incluyendo los Estados 
Unidos, cuyos estándares se basan en una encuesta nacional de principios de 1960, 
antes de la epidemia actual. 
Los puntos de corte para el sobrepeso y la obesidad infantil comúnmente utilizado 
incluyen: 110% o 120% del peso ideal para la talla; peso para la altura Z de >1 y 
>2, y el IMC en los percentiles 85, 90, 95, y 97 o los basados en poblaciones de 
referencia internacional o país-específicos. La IOTF recomienda el uso de sus tablas 
de crecimiento internacionales y los puntos de corte de edad y de género específico 
que, en promedio, se corresponden con los umbrales de adultos. La clasificación de 
la IOTF se ha demostrado que tienen una alta especificidad, pero baja sensibilidad. 
 
l.5.4 COMPLICACIONES DE LA OBESIDAD INFANTIL 
 
La obesidad infantil puede afectar negativamente a casi todos los sistemas 
orgánicos y con frecuencia causan graves consecuencias, incluyendo la 
hipertensión, dislipidemia, resistencia a la insulina / diabetes, hígado graso, y las 
complicaciones psicosociales. El sobrepeso o la obesidad entre los 14 hasta los 19 
años de edad, se asoció con un aumento de la mortalidad de adultos (de 30 años 
de edad) a partir de una amplia variedad de enfermedades sistémicas. El proceso 
aterosclerótico parece estar acelerado en el niño obeso y casi la mitad de los niños 
con percentil 97 IMC ≥ pueden tener una o más de las condiciones que comprenden 
el síndrome metabólico. La infancia y la adolescencia con un alto índice de masa 
corporal se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad 
adulta, los trastornos pulmonares, incluyendo la apnea obstructiva del sueño y la 
enfermedad reactiva de las vías aéreas superiores se observan con mayor 
18 
 
frecuencia en los niños obesos. La gravedad del asma, no parece ser modificado 
por la obesidad, dejando abierta la posibilidad de queestá relacionado con el peso, 
respecto a las limitaciones de flujo de aire, que causa un diagnóstico erróneo de 
asma en algunos niños obesos. 
Ciertas deficiencias nutricionales a menudo acompañan a la obesidad infantil. Un 
IMC más alto y una mayor adiposidad se han asociado con un menor nivel de 
vitamina D en los niños. El mecanismo subyacente hipovitaminosis D en la obesidad 
no es clara, pero se ha propuesto que es mayor de almacenamiento de la vitamina 
D en el tejido adiposo. Los niños con sobrepeso / obesidad también son al menos 
dos veces más probable que sean deficientes en hierro que los niños de peso 
normal. La obesidad conduce a un aumento de la producción de citoquinas pro-
inflamatorias que a su vez promueven la liberación de la hepcidina, una hormona 
peptídica producida por el hígado y adipocitos, lo que disminuye la absorción de 
hierro en el intestino. 
Las complicaciones de la obesidad infantil incluyen la aceleración de la menarquia 
y telarca en las niñas púberes, y un avance en los niños sobre los efectos adversos 
sobre la maduración y la alineación de los huesos en desarrollo. La maduración 
ósea avanzada se ha atribuido al aumento de la aromatización tejido adiposo de 
andrógenos débiles en estrógenos más potentes. 
La obesidad también puede afectar a la sincronización de la pubertad a través de 
señales relacionadas con la nutrición (por ejemplo, insulina y leptina) en el eje 
reproductivo. Los problemas ortopédicos, incluidos las fracturas, la patología 
musculo-esquelética y los problemas de movilidad, puede ser más comunes en los 
niños obesos en comparación con los no obesos. Las complicaciones ortopédicas 
graves de obesidad infantil incluyen tibia vara (enfermedad de Blount o inclinación 
de los adolescentes de las piernas) y el deslizamiento de la epífisis femoral51. 
 
l.5.5 PREVENCIÓN 
 
Es importante alentar a los padres para ofrecer porciones adecuadas de alimentos, 
favorecer la actividad física desde la infancia, maximizar las actividades de la vida 
diaria, y reducir al mínimo las conductas sedentarias. Estas son las medidas básicas 
de prevención. La mayoría de las directrices gubernamentales se han centrado 
tradicionalmente en asegurar una ingesta nutricional adecuada. Sin embargo, estos 
pueden ser menos útiles para asegurar la ingesta de energía que sean apropiados 
para estilos de vida sedentarios contemporáneos51. 
19 
 
Lactancia materna exclusiva para reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad 
infantil 
La lactancia materna, además de aportar todos los nutrientes que un lactante 
necesita en los primeros seis meses de vida y proteger contra las enfermedades 
comunes de la infancia (a saber, diarrea y neumonía), cada vez hay más datos que 
indican que la lactancia materna puede tener beneficios a más largo plazo, como 
reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en la infancia y la adolescencia. Algunos 
datos también señalan una relación entre la lactancia materna y la reducción del 
riesgo de diabetes de tipo 2, menor tensión arterial y mayor puntuación en las 
pruebas de inteligencia. 
Recomendaciones de la OMS 
Los lactantes deben recibir lactancia exclusivamente materna durante los primeros 
seis meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos. 
A partir de entonces, a fin de satisfacer la evolución de sus necesidades 
nutricionales, deben recibir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados 
e inocuos, al tiempo que siguen tomando el pecho hasta los dos años o más. 
 
l.4.6 OBESIDAD INFANTIL Y FAMILIA 
 
¿Por qué es este período de vida (la infancia) tan importante para la comprensión 
de los orígenes tempranos de la obesidad? Entre las edades de 2 y 7 años, se 
produce un cambio dramático en cómo los niños se comportan. Temprano en el 
lapso de esta edad, los niños se basan en formas externas de control y orientación; 
mientras que cuando se acercan a los 7 años, ya son capaces de regular su propio 
comportamiento. Este cambio refleja la internalización de las normas de conducta 
que, a su vez, guían la autorregulación de los niños. Estos cambios se producen en 
un contexto de desarrollo del lenguaje, el pensamiento representacional, el 
aprendizaje social a través de la imitación. A los niños se les ayuda a lo largo de su 
infancia por medio de los padres y otros cuidadores por medio de la enseñanza de 
reglas, rutinas, estructura y expectativas consistentes. Con el tiempo, los niños 
llegan a actuar en formas deseables, incluso cuando no es controlado (un 
paradigma de investigación clásico para la evaluación de la internalización de las 
normas)59. 
Las investigaciones han identificado varios factores de crianza de los hijos y del 
manejo del hogar durante este período de desarrollo que están asociadas con el 
riesgo de la obesidad. Por ejemplo, las estrategias de crianza que se basan en un 
20 
 
control excesivo se asocian, dentro del entorno de la alimentación del niño, con 
menos capacidad del niño para regular la ingesta de calorías y, en general, con un 
elevado riesgo para la obesidad durante la niñez media59. Los padres que ellos 
mismos están luchando con el sobrepeso y la obesidad tienen los niños que se 
dedican menos a la actividad física y que están en mayor riesgo de obesidad60. 
Niños en edad preescolar que experimentan ciertas rutinas en el hogar, en concreto 
más de 5 comidas al día, 2 o menos horas de televisión al día, y que duermen al 
menos 10,5 horas por noche, tienen menor riesgo de obesidad61. Del mismo modo, 
los jóvenes niños en edad escolar que ven más televisión, comen menos comidas 
familiares, y que viven en los barrios percibidos por los padres como menos seguros 
para los juegos al aire libre, son más propensos a ser obesos. Además, la 
colocación de televisores en las habitaciones de los niños aumenta el riesgo de 
obesidad entre los niños en edad preescolar de bajos ingresos62 y en los que viven 
en vecindarios menos seguros, se asocian con más tiempo dedicado a ver la 
televisión63. 
Para la prevención de la obesidad, la regulación de las emociones puede ser la 
dimensión más útil. La capacidad de regulación emocional permite a los niños 
amortiguar la presencia de estrés. La enseñanza de las habilidades de regulación 
de las emociones en los niños puede proporcionar protección contra la obesidad, 
ya que impide que los niños coman en respuesta a las emociones negativas, anima 
a los niños a usar el movimiento y la actividad física como una forma saludable de 
amortiguar las emociones negativas, y permite mayor duración y calidad del 
sueño64. 
 
l.6 INSTRUMENTOS 
 
Para la realización de esta investigación, se usará un instrumento y un cuestionario, 
los cuales ayudarán a identificar los factores de riesgo incluyendo la funcionalidad 
familiar para la presencia de obesidad pediátrica. El cuestionario contiene preguntas 
de consumo de alimentos a nivel familiar. 
 
Evaluación de la funcionalidad de la familia: APGAR FAMILIAR 
Es un instrumento que evalúa la funcionalidad familiar, y está diseñado para su uso 
potencial en personas de distinto nivel socioeconómico y en diversos contextos 
socioculturales. Proporciona datos que indican la integridad de componentes 
importantes de la función familiar. Su uso es válido y confiable en adultos mayores 
de 15 años. 
21 
 
El APGAR Familiar (Anexo 1) tiene consistencia interna (alpha de Chronbach 0.80) 
y confiabilidad demostrada mediante test-retest. Debido a la brevedad del 
cuestionario, es limitada la información que se puede proporcionar. Su valor real 
puede identificarse en la posibilidad de identificar en forma inicial a las familias en 
las cuales existe algún nivel de disfuncionalidad. 
APGAR acrónimo: A adaptabilidad, B Cooperación o participación, G desarrollo, A 
afectividad y R Capacidad resolutoria. El APGAR se clasifica de la siguiente manera: 
0 = Nunca, 1 = Casi nunca 2 = Algunas veces, 3= Casi siempre, 4 = Siempre65. 
Los componentes de este instrumento son 5 elementos, que se evalúan para valorar 
la funcionalidad familiar: 
Adaptación: es la capacidad de utilizar recursos intra y extra familiares para resolver 
problemas en situaciones de estrés familiar o periodos de crisis. 
Participación: o cooperación es la implicación de los miembros familiares en la toma 
de decisiones y en las responsabilidades relacionadas a la familia. 
Gradiente de recursos: es el desarrollo de la maduración física, emocional y auto 
realización, que logran los integrantes de una familia gracias al apoyo mutuo. 
Afectividad: es la relación de cariño y amor que existe dentro de los miembros de 
una familia. 
Recursos o capacidad resolutiva: es el compromiso de dedicar tiempo a atender las 
necesidades psicológicas y físicas, de los miembros de una familia. 
Cuestionario APGAR familiar: 
a) ¿Está satisfecho (a) con el apoyo que recibe de su familia cuando tiene algún 
problema o pasa por alguna situación crítica? 
b) ¿Le satisface la manera e interés con que su familia discute sus problemas y la 
forma en que participa con usted en la resolución de ellos? 
c) ¿Su familia respeta sus decisiones y acepta sus deseos de efectuar nuevas 
actividades o hacer cambios en su estilo de vida? 
d) ¿Está satisfecho de la forma en que su familia expresa el afecto y responde a 
sus sentimientos, ya sean de bienestar o malestar? 
e) ¿Le satisface la cantidad de tiempo que usted y su familia pasan juntos?66. 
 
 
22 
 
Cuestionario de Frecuencia de Consumo Alimentario (Anexo 2). 
Este cuestionario permite analizar si existe una asociación significativa entre el nivel 
de estudios de los padres y el estado nutricional de sus hijos. Este cuestionario 
recoge información relativa a aspectos del entorno familiar, sino también la 
frecuencia de consumo de determinados alimentos y la práctica de alguna actividad 
física. Consta de una ficha de identificación, identificación de obesidad en la familia, 
datos socioculturales de los padres, 15 preguntas referentes a los hábitos 
alimentarios y de ejercicio físico; así como 11 ítems referentes a la frecuencia de 
consumo de alimentos67. 
 
 
 
23 
 
2.- METODOLOGÍA 
 
 
2.1.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
En la población infantil, México ocupa el cuarto lugar de prevalencia mundial de 
obesidad68, donde los niños en edad escolar de 5 a 11 años de edad donde tres de 
cada 10 menores padecen sobrepeso u obesidad (prevalencia combinada de 
33.2%)48, superado por Grecia, Estados Unidos e Italia68. En Estados Unidos, con 
base en los criterios de la International Obesity Task Force (IOTF), existen alrededor 
de 4 158 800 escolares con sobrepeso u obesidad, mientras que en la población de 
adolescentes se estima que uno de cada tres hombres o mujeres tiene sobrepeso 
u obesidad, lo que representa alrededor de 5 757 400 adolescentes en el país69. La 
obesidad en este grupo de edad se asocia con estilos de vida sedentaria e 
inactividad física. De acuerdo con los hallazgos de la ENSANUT 2016, la 
prevalencia de sobrepeso y obesidad en menores de cinco años ha registrado un 
ligero ascenso a lo largo del tiempo. En la actualidad más de una tercera parte de 
los adolescentes del país presentan exceso de peso, lo que indica que más de uno 
de cada cinco adolescentes tiene sobrepeso y uno de cada diez presenta obesidad. 
Por lo tanto, conocer los factores de riesgo que asocian a la presencia o desarrollo 
de obesidad infantil es de vital importancia, ya que los niños, desde que nacen y a 
lo largo de su vida, los hábitos alimenticios y los patrones de alimentación que 
adquieren, son directamente aprendidos dentro de la familia y su entorno, por lo que 
las acciones que se deben tomar para la prevención de la obesidad pediátrica no 
solo son acciones médicas, sino que se deben de iniciar desde el entorno familiar, 
para tratar de que los factores asociados como los sociales, culturales y 
medioambientales, sean minimizados para lograr incidir esta gran epidemia que 
parece no detenerse, lo cual nos lleva a plantear la siguiente pregunta: 
 
 
¿QUÉ INFLUENCIA TIENEN LOS FACTORES DE RIESGO SOCIALES, 
CULTURALES Y MEDIO-AMBIENTALES EN EL DESARROLLO DE OBESIDAD 
EN INFANTES EN LA UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR 229 DEL IMSS, 
TENANCINGO, ESTADO DE MÉXICO? 
 
 
 
24 
 
2.2.- JUSTIFICACIÓN 
 
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo 
XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de 
bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha 
aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que 32 millones de niños con 
sobrepeso u obesidad en todo el mundo en 1990, aumentó a 42 millones en 2010. 
Cerca de 35 millones de niños afectados viven en países en desarrollo70. La 
Organización Mundial de la Salud menciona que, en la Región de África, el número 
de niños con sobrepeso u obesidad se incrementó de 4 a 9 millones en el mismo 
período. En México, se calcula que 36 de cada 100 niños tienen obesidad o 
sobrepeso. 
En los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco 
Mundial como países de ingresos bajos y medianos) la prevalencia de sobrepeso y 
obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30%. 
Si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños 
con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025. 
Sin intervención, los niños obesos se mantendrán obesos durante la infancia, la 
adolescencia y la edad adulta, y tienen más probabilidades de padecer a edades 
más tempranas enfermedades como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. 
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida 
prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la 
obesidad infantil71. 
Para el desarrollo de la obesidad, existen múltiples factores desencadenantes, 
desde los factores genéticos que no pueden ser modificables, y otros factores como 
los sociales, donde la funcionalidad de la familia tiene un papel fundamental, porque 
influye directamente en la alimentación por medio de patrones de consumo de 
alimentos, lo que se encuentra directamente relacionada a la clase social o estatus 
socioeconómico, nivel cultural y nivel educativo de la madre. Dentro de los factores 
psicológicos que pueden influir en el desarrollo de la obesidad, es el estrés, la 
depresión y la ansiedad, que producen cambios en los hábitos alimenticios. Los 
factores medio-ambientales son muy variados, pero influyen directamente en el 
desarrollo de la obesidad, debido a que se alteran los patrones alimentarios, se deja 
de hacer ejercicio por ver más horas de televisión, el sedentarismo, las infecciones, 
la invasión televisiva comercial de productos ricos en hidratos de carbono y grasas 
saturadas, etc. 
25 
 
Por lo tanto, es importante conocer los factores que pueden ser modificables 
utilizando a la familia como prevención y tratamiento de la obesidad. 
 
2.3.- OBJETIVOS 
2.3.1 Objetivo general 
Analizar los factores de riesgo sociales, culturales y medio ambientales que 
predisponen al desarrollo de obesidad infantil. 
 
2.3.2 Objetivos específicos 
 
Determinar si hubo lactancia materna. 
Determinar el tiempo de lactancia materna 
Comprobar si existe una asociación significativa entre la disfunción familiar y la 
presencia de obesidad infantil. 
Identificar los factores que condicionan una mala conducta alimentaria dentro de la 
familia. 
Analizar si la asociación del patrón alimentario en las familias está directamente 
relacionada con la presencia de obesidad en los hijos. 
Identificar los factores sociales, culturales y medio-ambientales que afectan a la 
familia como factores de riesgo para la presencia de obesidad infantil. 
 
2.4.- HIPÓTESIS 
 
los factores de riesgo sociales, culturalesy medio ambientales tienen influencia en 
el desarrollo de la obesidad en infantes en la Unidad de Medicina Familiar 229 del 
IMSS Tenancingo, Estado de México. 
 
 
26 
 
2.5.- MATERIAL Y METODOS 
2.5.1.- Tipo de estudio: 
Se realizó un estudio de tipo observacional, descriptivo, prospectivo y transversal. 
 
2.5.2.- Población, Lugar y Tiempo: 
El estudio se realizó en la Unidad de Medicina Familiar No. 229 del IMSS Delegación 
16, en Tenancingo, Estado de México en los meses de noviembre 2016 a febrero 
2017. 
 
2.5.3 Tipo de muestra: 
Se realizó un muestreo intencional o por conveniencia en 150 madres de niños 
obesos. 
 
2.6.- CRITERIOS DE SELECCIÓN 
2.6.1.- Criterios de inclusión. 
- Madres de niños obesos de 2 a 16 años de edad. 
- Padres acepten participar en la investigación. 
- Pacientes que firmen el consentimiento informado (Anexo 3). 
 
2.6.2.- Criterios de exclusión 
- Familias que no tengan hijos con obesidad. 
- Pacientes que no aceptarán participar en el estudio. 
 
 
 
27 
 
2.7.- OPERACIONALIZACION DE VARIABLES 
 
 
 
 
 
VARIABLE 
DEFINICIÓN 
CONCEPTUAL 
DEFINICIÓN 
OPERACIONAL 
8ESCALA 
DE 
MEDICIÓN 
UNIDAD DE MEDIDA 
TIPO DE 
VARIABLE 
Edad Años vividos 
Estratificación por etapas 
de la infancia y rangos de 
edad de la madre 
Ordinal 
EDAD HIJOS 
2-5 años 
6-9 años 
10-13 años 
14-16 años 
Cuantitativa 
EDAD MADRES 
20-30 años 
31-40 años 
41-50 años 
 
Género 
Conjunto de características 
fenotípicas de las personas 
Clasificar de acuerdo al 
género de hijos con 
sobrepeso u obesidad 
Nominal 
Masculino 
Femenino 
Cualitativa 
Peso 
Es la masa del cuerpo 
humano en kilogramos 
Se pesará el cuerpo en 
kilogramos 
Ordinal Kg Cuantitativa 
Talla Es la altura de un individuo Se medirá en centímetros Ordinal Cm Cuantitativa 
Escolaridad 
Periodo de tiempo en el 
cual se asiste a la escuela 
Se preguntará los años 
académicos completos de 
la madre 
Razón 
Analfabeta 
Sabe leer y escribir 
Primaria 
Secundaria 
Preparatoria 
Carrera Técnica 
Licenciatura 
Posgrado 
Cualitativa 
Funcionalidad 
Familiar 
Conjunto de relaciones 
interpersonales que se 
generan en el interior de 
cada familia y que le 
confieren identidad propia. 
Se evaluará la 
funcionalidad de la familia 
por medio del Test 
APGAR familiar 
Nominal 
1.Funcionalidad buena 
2.Disfuncion familiar leve 
3.Disfuncion familiar 
moderada 
4.Disfuncion familiar 
severa 
Cualitativa 
Peso corporal 
Acumulación normal o 
excesiva de grasa corporal 
Se analizará de acuerdo a 
su clasificación 
Nominal 
Peso saludable (Percentil 
5-84) 
Sobrepeso (Percentil 85-
95) 
Obeso (≥ percentil 95) 
Cualitativa 
28 
 
2.8.- ANALISIS ESTADÍSTICO 
2.8.1 Estadística descriptiva: 
Para variables cuantitativas y desviación estándar se utilizarán medidas de 
tendencia central y dispersión, para variables cualitativas se determinará la 
frecuencia y porcentaje 
2.8.2 Estadística Inferencial 
Para analizar la relación de la variable obesidad con las demás variables, se hará 
mediante el análisis de regresión lineal. 
 
2.9 RECOLECCIÓN DE DATOS 
Se realizó una entrevista y aplicación de cuestionarios realizado directamente por 
el investigador a los padres de familia con hijos obesos, en los consultorios de la 
Unidad de Medicina Familiar 229, en Tenancingo Estado de México, con previa 
autorización del director. 
La población de referencia será la población existente en la Unidad de Medicina 
Familiar que cumpla con los criterios de inclusión de la investigación, donde se 
aplicarán los instrumentos de investigación y la hoja de recolección de datos, de 
manera transversal (sabana de datos, anexo 4). 
 
2.10 CONSIDERACIONES ÉTICAS 
Se solicitó la participación en el estudio en forma voluntaria basada en las 
recomendaciones para orientar a los médicos en la investigación biomédica. 
La investigación no violó y estuvo de acuerdo con las recomendaciones contenidas 
en la declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, enmendada en la 
29 
 
52° asamblea general mundial celebrada en Edimburgo, Escocia, en Octubre del 
2004, que guía a los médicos en la investigación biomédica, donde participan seres 
humanos, y también con la conferencia general de la UNESCO con su Declaración 
Universal de Bioética y Derechos Humanos en Octubre de 2005, en la cual se 
compromete a respetar y aplicar los principios fundamentales de la bioética; en su 
artículo 3 referente a la dignidad humana y derechos humanos de los pacientes 
entrevistados. El artículo 4 referente al consentimiento del paciente, que debe ser 
expresado y la persona interesada podrá revocarlo en todo momento y por cualquier 
motivo, sin que esto entrañe para ella desventaja o perjuicio alguno. 
Además, se mantiene la ética con el acuerdo que al respecto emitió la secretaria de 
salud publicado en el diario oficial de la federación el martes 26 de enero de 1982, 
páginas 16 y 17 y a las normas institucionales establecidas. 
Este trabajo de investigación no genera lesión al individuo en el área biopsicosocial, 
los datos obtenidos serán utilizados para el logro del objetivo de esta investigación 
por lo que será estrictamente confidencial, previa autorización por consentimiento 
informado del paciente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
0
5
10
15
20
25
30
35
PORCENTAJE %
4
9
27
33
15
9
3
Gráfica 1. Grado de escolaridad de la madre
Analfabeta
Sabe leer y escribir
Primaria
Secundaria
Preparatoria
Carrera técnica
Licenciatura
Fuente: Base de datos propia 
3.- RESULTADOS 
 
3.1 ANÁLISIS DE RESULTADOS 
Se realizó un estudio descriptivo, observacional, transversal y observacional que 
incluyó un total de 150 pacientes, los cuales cumplieron con todos los criterios de 
inclusión y exclusión. Se interrogaron a las madres de los sujetos a estudio (niños y 
adolescentes con sobrepeso y obesidad) por medio de dos instrumentos con varias 
preguntas y respuestas en escala tipo Likert. De los pacientes estudiados, respecto 
al grado de escolaridad de la madre predominaron los estudios de secundaria en 
33%, seguido de educación primaria en 27%, preparatoria 15% y al final licenciatura 
en 3%, lo que se aprecia en la tabla 1 y gráfica 1. 
Tabla 1. Escolaridad de la madre 
GRADO DE ESCOLARIDAD No. Pacientes Porcentaje % 
Analfabeta 6 4 
Sabe leer y escribir 14 9 
Primaria 40 27 
Secundaria 50 33 
Preparatoria 22 15 
Carrera técnica 14 9 
Licenciatura 4 3 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
Fuente: Base de datos propia 
EDAD DE LA MADRE. 
Con respecto a la edad de las madres, la media fue de 32 ± 6 años, con un rango 
de 20 a 48 años de edad. En cuanto a rangos de edad, el rango de edad 
predominante es de 20 a 30 años en 50%, de 31 a 40 años en 42% y de 41 años 
en adelante en 8% (Tabla 2 y gráfica 2). 
 
 
 
 
 
 
 
 
GÉNERO DE LOS HIJOS 
En cuanto al género de los sujetos de estudio, predominaron las mujeres en 55% y 
hombres en 45% (Tabla 3 y gráfica 3). 
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
PORCENTAJE %
Gráfica 2. Rangos de edad de la madre
20 – 30 años
31 – 40 años
41 – 50 años
Tabla 2. Rangos de edad de la madre 
RANGO DE EDAD No. Pacientes Porcentaje % 
20 – 30 años 75 50 
31 – 40 años 63 42 
41 – 50 años 12 8 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
32 
 
Fuente: Base de datos propia 
 
Tabla 3. Género de los hijos 
 No. Pacientes Porcentaje % 
Femenino 82 55 
Masculino 68 45 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
EDAD DE LOS HIJOS. 
Con respecto a la edad de los hijos, la media fue de 9 ± 4 años de edad, con un 
rango de 3 a 16 años de edad. En cuanto a rangos de edad, predominó la edad de 
6-9 años de edad en 37%, de 2-5 años de edad en 23%, 10 a 13 años de edad en 
22% y de 14 a 16 años de edad en 18% (Tabla 4 y gráfica 4). 
Tabla 4. Edad de los hijos 
RANGO DE EDAD No. Pacientes Porcentaje %2 - 5 años 35 23 
6 - 9 años 55 37 
10 - 13 años 33 22 
14 - 16 años 27 18 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
0
10
20
30
40
50
60
55
45
Gráfica 3. Género de los hijos 
Femenino Masculino
33 
 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
 
PESO AL NACIMIENTO DE LOS INFANTES 
La media del peso al nacimiento fue de 2,900 ± 400 gr, con un rango de 2,120 a 
3,950 gr. En la tabla 5 y gráfica 5 se aprecia que el mayor rango de peso de los hijos 
al nacimiento fue de 2,501 a 3,000 gr en 37%, seguido de peso 2,000 a 2,500 gr en 
23%, y al final de 3,000 a 3,500 gr en 22%. 
 
Tabla 5. Peso al nacimiento de los hijos 
RANGOS DE PESO No. Pacientes Porcentaje % 
2,000 – 2,500 gr 35 23 
2,501 – 3000 gr 55 37 
3,000 – 3,500 gr 33 22 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
0
5
10
15
20
25
30
35
40
P
o
rc
e
n
ta
je
Gráfica 4. Rangos de edad de los hijos
2 - 5 años
6 - 9 años
10 - 13 años
14 - 16 años
34 
 
Fuente: Base de datos propia 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
LACTANCIA MATERNA 
Respecto a si los infantes tuvieron o no lactancia materna, en la tabla 6 y gráfica 6 
se aprecia que el 75% de los infantes recibieron lactancia materna, y el 25% no lo 
tuvo. 
Tabla 6. Presencia de lactancia materna 
 No. Pacientes Porcentaje % 
Si 113 75 
No 37 25 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
0
5
10
15
20
25
30
35
40
23
37
22
P
o
rc
e
n
ta
je
Gráfico 5. Rangos de peso al nacer
2,000 – 2,500 gr
2,501 – 3000 gr
3,000 – 3,500 gr
75%
25%
Gráfico 6. Presencia de lactancia 
materna
Si No
35 
 
Fuente: Base de datos propia 
Fuente: Base de datos propia 
Además, según el tiempo de lactancia materna se encontró que el 37% de los 
infantes tuvo hasta 6 meses de lactancia materna, seguido de 25% que no la tuvo, 
y en 20% tuvieron de 6 meses a un año, y solo el 18% tuvieron de 6 meses a 1 año, 
como se aprecia en la tabla 7 y gráfica 7. 
 
Tabla 7. Tiempo de lactancia materna 
 No. Pacientes Porcentaje % 
No hubo 37 25 
Hasta 6 meses 56 37 
6 meses a 1 año 28 18 
Más de 1 año 29 20 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
 
 
 
 
25
37
18
20
P
o
rc
e
n
ta
je
Gráfica 7. Tiempo de lactancia materna
No hubo
Hasta 6 meses
6 meses a 1 año
Más de 1 año
36 
 
Fuente: Base de datos propia 
GRADO DE SOBREPESO U OBESIDAD DE LOS HIJOS 
De acuerdo a la evaluación de los infantes por medio del IMC, se determinó que 
existe sobrepeso en 45% y obesidad en 55% (Tabla 8 y gráfica 8): 
Tabla 8. Grado de sobrepeso u obesidad de los hijos 
 No. Pacientes Porcentaje % 
Sobrepeso 68 45 
Obesidad 82 55 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
 
 
 
FUNCIONALIDAD FAMILIAR 
APGAR FAMILIAR 
 
Respecto a la calificación del APGAR FAMILIAR, los resultados son alarmantes, 
buena funcionalidad solo en 1%, disfunción familiar moderada en 57%, disfunción 
familiar leve 23% y disfunción familiar severa en 19% (Tabla 9 y gráfica 9). 
45 %
55 %
Gráfico 9. Grado de sobrepeso u obesidad 
infantil
Sobrepeso Obesidad
37 
 
Fuente: Base de datos propia 
Tabla 9. Apgar Familiar 
 No. Pacientes Porcentaje % 
Funcionalidad Familiar buena 1 1 
Disfunción Familiar leve 35 23 
Disfunción Familiar moderada 85 57 
Disfunción Familiar severa 29 19 
TOTAL 150 100 
Fuente: Base de datos propia 
 
 
 
 
DISFUNCIÓN FAMILIAR Y OBESIDAD 
En cuanto a la asociación de disfunción familiar y obesidad, un análisis de regresión 
lineal encontrando una asociación significativa en su predicción (Tabla y gráfica 10). 
Tabla 10. Apgar Familiar 
 Sobrepeso Obesidad p 
Funcionalidad Familiar buena 1 (1%) 0 
0,000 Disfunción Familiar leve 15 (22%) 20 (24%) 
Disfunción Familiar moderada 40 (59%) 45 (55%) 
Disfunción Familiar severa 12 (18%) 17 (21%) 
TOTAL 100 100 
En esta tabla se representa n= No. de pacientes y porcentaje (%). Resultado significativo si 
P <0,05. Fuente: Base de datos propia. 
 
0
10
20
30
40
50
60
FUNCIONALIDAD 
FAMILIAR 
BUENA
DISFUNCIÓN 
FAMILIAR LEVE
DISFUNCIÓN 
FAMILIAR 
MODERADA
DISFUNCIÓN 
FAMILIAR 
SEVERA
P
o
rc
e
n
ta
je
APGAR FAMILIAR
Gráfica 9. Funcionalidad Familiar
38 
 
PATRÓN ALIMENTARIO 
Se analizó el patrón alimentario que se otorga en los hogares de las familias, 
obteniéndose los siguientes resultados: 
El 55% de las familias se sientan juntos a comer. En el 54% de las veces, la madre 
cocina los alimentos otorgados a los hijos, seguido de la abuela en 23%. El hijo 
almuerza a diario en su casa en 67%, seguido de comer en otros lugares en 18%. 
Es importante resaltar que el 63% de los hijos se salta uno o más alimentos en su 
horario establecido, por lo que el 55% de los hijos picotea entre comidas. 
Al interrogar a la madre respecto a su percepción del estado del cuerpo de su hijo, 
el 36% piensa que sus hijos tienen peso normal, 31% tiene sobrepeso, 28% obesos 
y 5% delgados. Sin embargo, de acuerdo a la tabla 8, el 45% tiene sobrepeso y 55% 
tiene obesidad. De acuerdo a la madre, el ejercicio es considerado como no 
importante en 4%, regular en 50% y bastante en 46%. Por lo que el hijo realiza 
actividad física regular en la escuela en el 17%, y el 83% no lo realiza, son 
sedentarios. A nivel extraescolar, el 29% realiza ejercicio y el 71% no lo realiza. 
Durante su tiempo libre, los hijos permanecen sentados, viendo la TV o con 
videojuegos en el 65%. En cuanto a las horas que permanece sentado el hijo, viendo 
la TV o con videojuegos, el 32% lo hace por 2 hr, el 16% lo hace por 3 horas, el 9% 
por 4 hrs o más y el 8% por una hr. 
 
Tabla 11. Características del patrón alimentario en el hogar y su relación 
con la funcionalidad familiar y el sobrepeso y obesidad 
Características Porcentaje 
Durante la comida principal, ¿Los 
miembros de la familia se sientan a 
comer juntos? 
Si 83 (55%) 
No 67 (45%) 
La persona encargada de elaborar la 
dieta de su hijo es 
La madre 81 (54%) 
El padre 0 
La abuela 35 (23%) 
Otros 34 (23%) 
Su hijo a diario almuerza en: Casa 101 (67%) 
39 
 
Comedor escolar 23 (15%) 
Otros 26 (18%) 
De entre las siguientes tomas de 
alimento (desayuno, recreo/media 
mañana, comida/almuerzo, merienda, 
cena), cuales realiza su hijo a diario y de 
forma regular 
Todas 56 (37%) 
Se salta 
alimentos 
94 (63%) 
¿Realiza su hijo picoteos de comida 
entre cada una de las tomas? 
Si 83 (55%) 
No 67 (45%) 
¿Cómo considera que se encuentra su 
hijo respecto a su peso actual? 
Delgado 8 (5%) 
Normal 54 (36%) 
Sobrepeso 46 (31%) 
Obeso 42 (28%) 
¿Considera importante el ejercicio físico 
para su hijo? 
Nada 6 (4%) 
Regular 75 (50%) 
Bastante 69 (46%) 
¿Realiza su hijo ejercicio físico o deporte 
con sus padres en alguna ocasión? 
Si 25 (17%) 
No 125 (83%) 
¿Realiza su hijo algún deporte fuera del 
horario escolar? 
Si 44 (29%) 
No 106 (71%) 
Durante su tiempo libre, ¿Permanece su 
hijo sentado, viendo la TV o con 
videojuegos? 
Si 97 (65%) 
No 53 (35%) 
¿Cuántas horas al día permanece 
sentado su hijo, viendo la TV o con 
videojuegos? 
0 hrs 53 (35%) 
1 hr 12 (8%) 
2 hr 48 (32%) 
3 hr 24 (16%) 
4 o más hrs 13 (9%) 
 Fuente: base de datos propia 
 
Además, es importante conocer la frecuencia del consumo de comida y alimentos 
por familia, el cual se encontró lo siguiente: Pescado y huevos no se consumen 
regularmente o a diario, ni la cuarta parte de los hijos consume a diario los demás 
alimentos. Lo más consumido a diario es el pan y los refrescos en 35 y 61% 
respectivamente. Entre los alimentos nunca consumidos predomina el pescado en 
74%, huevo en 49%, leche en 32%, carnes en 27%. 
 
40 
 
Tabla 12. Frecuencia de consumo alimentario. 
 Nunca Algunas veces por 
semana 
Diario 
Leche y 
derivados 
49 (32%) 66 (44%) 35 (23%) 
Frutas 42 (28%) 73 (49%) 35 (23%) 
Verduras 46 (31%) 74 (49%) 30 (20%) 
Cereales 54 (36%) 75 (50%) 21 (14%) 
Legumbres 52 (35%) 73 (49%) 25 (17%) 
Carnes 40 (27%) 84 (56%) 26 (17%) 
Pescado 111 (74%) 39 (26%) 0 
Huevos

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