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Principales-factores-de-riesgo-asociados-a-la-presentacion-de-fuga-de-anastomosis-colorrectal-en-la-poblacion-mexicana

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A LA PRESENTACIÓN DE FUGA DE 
ANASTOMOSIS COLORRECTAL EN LA POBLACIÓN MEXICANA 
 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE 
ESPECIALISTA EN CIRUGÍA GENERAL 
 
 
 
PRESENTA: 
JOSÉ ARTURO ARAGÓN LÓPEZ 
 
 
TUTOR O TUTORES PRINCIPALES 
DR. GONZALO FEDERICO HAGERMAN RUIZ GALINDO 
 
 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. 
NOVIEMBRE, 2016. 
 
 
Margarita
Texto escrito a máquina
FACULTAD DE MEDICINA
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
Índice General: 
1. Introducción … 2 
1.1. Pregunta de investigación. …3 
1.2. Objetivo….3 
1.3. Justificación….3 
1.4. Hipótesis general….3 
1.5. Hipótesis especifica….3 
2. Marco teórico….4 
2.1. Anastomosis intestinales…5 
2.1.1. Anastomosis manual….5 
2.1.2. Anastomosis mecánica….5 
2.2. Fisiología de las anastomosis intestinales….7 
2.3. Fuga de anastomosis colorrectal….8 
2.4. Prevención de fuga de anastomosis….9 
3. Metodología….11 
3.1. Criterios de inclusión….11 
3.2. Criterios de exclusión….11 
3.3. Criterios de eliminación….11 
3.4. Variables de interés….12 
3.5. Limitaciones….13 
4. Estrategia de análisis….13 
5. Resultados….14 
5.1. Características generales….14 
5.2. Características preoperatorias y riesgo de FA….14 
5.3. Características propias del transoperatorio y riesgo de FA….14 
5.4. Características postoperatorias y riesgo de FA….14 
5.5. Características preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias asociadas a FA…15 
6. Discusión….17 
7. Conclusión…19 
8. Anexos….20 
8.1. Tablas….20 
8.2. Gráficas…24 
9. Referencias ….25 
 
3 
 
1.- Introducción 
Desde hace más de 150 años, las anastomosis intestinales se han realizado con éxito utilizando una amplia 
variedad de técnicas, dispositivos y materiales. Sin embargo, la presentación de una Fuga de Anastomosis (FA) 
representa una complicación devastadora de la colorrectal el cual, a pesar de décadas de investigación, los 
rangos de presentación continúan prácticamente sin cambios en las series publicadas (2-6). Un adecuado 
entendimiento de los principios de reparación intestinal permite mejorar la adopción de técnicas encaminadas 
a disminuir el riesgo de FA(7). Al momento no es posible establecer de manera categórica cual es el método 
ideal de anastomosis intestinal para cada paciente(2). Por tanto, depende de la experiencia y preparación del 
cirujano la elección del método más apropiado para el paciente(2). Aunque la mayor parte de este proceso de 
elección se basa en principios ya establecidos, gran parte de esto depende de la habilidad y experiencia del 
cirujano(2). Nuestra incapacidad actual para probar científicamente estos factores les sitúa en el ámbito del arte. 
 
1.1 .- Pregunta de investigación: ¿Cuáles son los principales factores de riesgo asociados a la presentación de 
fuga de anastomosis colorrectal en la población mexicana? 
 
1.2 Objetivo: Identificar los principales factores de riesgo asociados a la presentación de fuga de anastomosis 
colorrectal en la población mexicana. 
 
Objetivos secundarios: 
- Identificar los factores de riesgo modificables asociados a la presentación de fuga de anastomosis 
colorrectal en la población mexicana. 
- Identificar los factores de riesgo no modificables asociados a la presentación de fuga de anastomosis 
colorrectal en la población mexicana. 
 
1.3- Justificación: La presencia de una fuga de anastomosis representa una complicación devastadora de la 
cirugía colorectal y coloca al paciente en un riesgo elevado de morbimortalidad. A pesar de los avances 
tecnológicos y décadas de investigación los rangos de presentación en cirugía colorectal continúan 
prácticamente sin cambios y en números inaceptables. Un adecuado entendimiento e identificación de los 
factores de riesgo modificables y no modificables nos permitirá desarrollar métodos (preoperatorios, 
transoperatorios y postoperatorios) encaminados para prevenir su presentación. Con esto, podremos mejorar la 
selección de pacientes candidatos para anastomosis colorrectales y evitar el morbimortalidad inherente a la 
presentación de fuga de anastomosis colorrectal. 
 
1.4 Hipótesis general: La presentación de una fuga de anastomosis colorrectal se encuentran relacionada a 
factores de riesgos modificables y no modificables. 
 
1.5 Hipótesis especifica: 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios 
modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios 
modificables. 
 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios 
no modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios 
no modificables. 
 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios 
modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgo 
transoperatorios modificables. 
 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios 
no modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgo 
transoperatorios no modificables. 
 
4 
 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios 
modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos 
postoperatorios modificables. 
 
- H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios 
no modificables. 
- H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos 
postoperatorios no modificables. 
 
5 
 
 
2.- MARCO TEÓRICO 
 
2.1 Anastomosis intestinales 
 
El termino de anastomosis intestinal (anastomosis, del latín “anastomōsis" y del griego “αναστóμωσις” = 
embocadura) se refiere a la comunicación de los cabos intestinales posterior la resección de un segmento con 
el objetivo de restaurar la continuidad y función del tracto gastrointestinal(8). De forma general, se pueden 
clasificar de acuerdo al método utilizado (manuales y mecánicas) y al sitio del cabo proximal y distal que 
utilizado para realizar la anastomosis (termino-terminal, latero-lateral, termino-lateral, latero-terminal)(8). 
 
2.1.1 Anastomosis manual 
Los detalles técnicos relacionados con este tipo de anastomosis pueden variar de acuerdo a la preferencia del 
cirujano y serie publicada(8). Se pueden realizar en uno o dos planos, con sutura continua o puntos 
interrumpidos y pueden existir muchas variantes en relación al material de sutura utilizado(8). Las anastomosis 
con puntos interrumpidos y en dos planos tienen sus orígenes en el siglo XIX con los trabajos experimentales 
de Travers y Lembert, quienes aproximaron de forma cuidadosa las superficies serosas del intestino delgado y 
desarrollaron el método de sutura, que actualmente lleva su nombre, para cumplir esta tarea(1). En 1836, 
Dieffenbach realizó la primera anastomosis exitosa de intestino delgado utilizando el método descrito por 
Lembert(1). En 1880, Czerny se adjudicó la adición de una capa internacon el objetivo de reducir el riesgo de 
fuga y mejorar la precisión de la aproximación de la mucosa(1). Desde entonces, esta técnica ha permanecido 
esencialmente sin cambios excepto por la evolución del material de sutura utilizada en la capa interna(1). En 
1887 Halsted, fue quizá el primero que determinó la importancia de la submucosa en las anastomosis realizando 
anastomosis en un solo plano con el método descrito por Lembert (1, 7). La anastomosis en un solo plano con 
sutura interrumpida nunca fue abandonada del todo y periódicamente renueva interés(9, 10). La anastomosis en 
un solo plano con sutura continua es una innovación contemporánea descrita por Hautefeuille en 1976(11). En 
Estados Unidos, la primera mención de esta técnica fue descrita por Allen en 1979 quien presentó sus resultados 
en la Sociedad Quirúrgica de Texas y adquirió su popularidad desde entonces(12, 13). De estos, el método que 
tradicionalmente ha demostrado mayor éxito es la anastomosis en dos planos utilizando material de sutura 
multifilamento absorbible para la cara interna y puntos interrumpidos con seda para la capa externa (plano 
seromuscular) (1, 8, 12). Es importante destacar que el uso de multifilamento teóricamente causa mayor trauma 
a su paso en la pared intestinal y puede albergar una mayor cantidad bacterias en sus intersticios(8). Hasta el 
momento, el único inconveniente apreciable en la técnica de dos planos de sutura es el consumo de mayor 
tiempo durante su realización (1, 8). En la última década se han reportado excelentes resultados del uso de 
sutura continua en un solo plano con monofilamento absorbible (1, 8). Las ventaja descritas de esta última es 
el menor tiempo utilizado con menores costos (1, 8). De acuerdo a la literatura, no existe diferencia significativa 
entre el uso de sutura en uno o dos planos, con material absorbible y no absorbible (14-16). 
 
Independiente del número de planos y material utilizado, la línea de sutura de una anastomosis manual puede 
ser creada mediante sutura continua o interrumpida (8). La sutura continua es más hermética aunque presenta 
la desventaja de que la integridad de la anastomosis depende de una sola sutura(8). Esta ha demostrado tener 
un mejor control de hemostasia aunque pudiera comprometer el flujo arterial y condicionar isquemia y 
dehiscencia de la anastomosis(8). De este tipo de sutura los más utilizados son Conell-Mayo, Cushing y Lembert 
continuo (8). Los tipos de sutura interrumpidos comúnmente utilizados son Lembert, Halsted y Gambee (9, 17). 
Hasta ahora, no existen estudios prospectivos aleatorizados que resuelvan el cuestionamiento si la sutura 
interrumpida es mejor, igual o inferior a la sutura continua, a su vez, los estudios retrospectivos no han 
demostrado ninguna ventaja significativa entre un método y otro(15). 
 
2.1.2 Anastomosis mecánica 
Las suturas mecánicas, como su nombre lo indica, son dispositivos mecánicos que permiten una precisa 
aplicación de grapas quirúrgicas dispuestas en ordenación predeterminada sobre un tejido o víscera para la 
construcción de una línea de sutura(18, 19). De acuerdo a la literatura, la primera sutura mecánica descrita fue 
por Henroz de Lieja en 1826, consistió en el uso de anillos metálicos que contenían agujas con orificios 
alternados y producían la comunicación del intestino a través de bordes evertidos, estos anillos posteriormente 
eran evacuados (8, 19). Este tipo de anastomosis inicialmente se llamó anastomosis muco-mucosa evertida y se 
probó con éxito en perros(7, 8). Este instrumento por ser muy pesado presentó la desventaja de producir necrosis 
por compresión en los dos diafragmas invertidos(8). En 1892, Murphy desarrolla un dispositivo similar llamado 
6 
 
“Boton de Murphy”(7). En 1908, el Dr. Hummer Hultl (Húngaro) de Budapest y el ingeniero Víctor Fischer 
(Alemán) crearon un dispositivo de sutura mecánica automática que consistía en una engrapadora con agujas 
finas de acero en una disposición de doble hilera de grapas de acero en forma de “B”, con lo que realizaron la 
primera sutura mecánica gastroduodenal (7, 18, 20). En 1921, durante el Octavo Encuentro de la Sociedad de 
Cirujanos Húngaros, el cirujano húngaro Aladar Von Petz, presentó un instrumento para realizar anastomosis 
gastrointestinal que consistía en insertar dos filas de ganchos grandes de plata, las cuales se cargaban con la 
mano y en forma secuencial penetraban los tejidos mediante la rotación de una rueda(21). En 1934, el Dr. H. 
Friedrich (Alemania) creó el primer dispositivo de sutura mecánica automática recargable, lo que a su vez 
permitió el uso múltiple del instrumento en un mismo procedimiento quirúrgico (20, 21). En 1940 se creó en 
Moscú en el Instituto de Investigación Experimental de Aparatos Quirúrgicos, dedicado al desarrollo y 
perfeccionamiento de las suturas mecánicas (cirugía vascular, torácica y gastrointestinal), el cual permitió a los 
rusos colocarse a la vanguardia en el área de las suturas mecánicas(17). En 1980 Knight y Griffen realizaron la 
primera anastomosis rectal por doble engrapado, lo cual resultó en un significativo avance en la cirugía 
colorectal (20, 22). En 1985, Hardy et al, adoptó el concepto de anastomosis de compresión e introdujo un 
dispositivo biodegradable en forma de anillos para las anastomosis mecánicas conocido como “Valtrac”, desde 
entonces se han introducido al mercado múltiples dispositivos que replican este mecanismo sin demostrar 
diferencias estadísticas significativas en términos de complicaciones y debido a sus elevados costos y 
dificultades técnicas es escasa su utilización en México (23-26). En los últimos 30 años se han publicado una 
gran cantidad de estudios que exponen que la realización de anastomosis mecánica es segura, efectiva y 
confiable y a su vez permite conservar el esfínter en aquellos pacientes con necesidad de construir anastomosis 
colorrectales muy bajas (27, 28). 
 
En la actualidad estas engrapadoras quirúrgicas son construidas a partir de acero inoxidable o titanio y difieren 
entre sí por la configuración de la línea de sutura (circular o lineal), la capacidad de seccionar (engrapadora 
cortante) los tejidos, el tamaño y diámetro de las anastomosis resultantes e igualmente la presencia de cuchilla 
de unión para realizar el corte simultaneo de los tejidos al tiempo que se aplican las grapas (engrapador 
articulado) lo cual confiere mayor versatilidad en la realización de anastomosis colo-rectales a nivel del recto 
inferior(8, 29). Estas suturas constituyen una variante fundamental de las tradicionales técnicas manuales de las 
cuales se describen los siguientes tipos(8, 29): 
 
 Linear no cortante (toraco-abdominal o engrapadora TA): también llamada vertical, es un instrumento 
lineal que permite colocar una doble línea de grapas sin dividir el sitio de engrapado(8, 29). Existen 
en tres tamaños (30, 60 y 90 mm) con grapas de 4.5 a 5.5 mm y se utiliza principalmente en el cierre 
de una víscera hueca(8, 29). 
 
 Linear cortante (gastrointestinal anastomosis o GIA): Estos instrumentos permiten cuatro hileras de 
grapas, con sección simultánea entre ellas y disponen de una lámina, la cual es conducida por su cursor 
(8, 29). Se usan para seccionar órganos y crear anastomosis (latero-terminal y latero-lateral) con una 
sutura de bordes invertidos(8, 29). Existen diferentes tamaños (50, 55 y 75 mm) y son recargables(29). 
Se reconocen de acuerdo con el color, de acuerdo con la altura (1.5 y 2.0 mm) y con el largo (3.8 y 4.0 
mm) de la grapa(29). Este tipo de engrapadora es el más utilizado en la realización de anastomosis 
intestinales(8). La engrapadora curvilínea cortante (contour) se considera una variante de este tipo de 
engrapadora con la única diferencia en tener una forma curva(8). Se utiliza principalmente en cirugía 
colorectal distal (8). 
 
 Circular: este tipo de engrapadora permite realizar una anastomosis termino-lateral o termino-terminal 
mediante una doble línea de engrapadora cortante(8,29). Los modelos más recientes son curvos y con 
una extremidad descartable, lo que facilita su introducción a través de estructuras y con la propiedad 
de permitir siempre suturas de borde invertidos (8, 29). Los diámetros usados son de 21, 25, 29, 31 y 
33 mm y se recomienda utilizar el mayor diámetro posible (para anastomosis coló-rectales son 
habitualmente usadas de 29 o 33 mm) (29). Su principal aplicación es en permitir anastomosis en 
cirugía de colorectal y de esófago (8, 29). 
 
En la era moderna, existe un código de colores que relaciona el color del cartucho con el grosor del tejido a 
tratar (8). El color blanco corresponde a un cartucho de uso vascular (1mm), el azul (1.5mm) es el cartucho 
estándar usado para intestino delgado, colon y esófago y el verde (2mm) es utilizado para tejidos con mayor 
grosor (ej. estómago, recto) (8). 
7 
 
 
Dentro de las ventajas descritas en el uso de las engrapadoras destacan la menor manipulación de los tejidos y 
menor desarrollo de edema en el postoperatorio, menor tiempo quirúrgico y un menor tiempo de recuperación 
del tránsito intestinal(30, 31). Las complicaciones relacionadas por su empleo son relacionadas con el uso 
inadecuado del equipo por parte de los cirujanos que desconocen el uso correcto recomendado por el fabricante 
que traduce un incremento costos (por fallo en su uso y requerir un segundo dispositivo o cartucho) y riesgo de 
falla de la anastomosis (20, 30). Otra falla descrita es la aproximación inadecuada de los tejidos por una mala 
técnica de resección el cual resulta en bordes irregulares del tejido anastomosado con una sutura incompleta y 
mayor riesgo de FA(22, 31). De acuerdo a esto último, se sugiere que el cirujano esté familiarizado con las 
técnicas y que los médicos en formación de postgrado sean entrenados en el uso de ambas técnicas, y con ello 
conocer la integridad de su funcionamiento, dado que varias de las complicaciones mencionadas pudieran estar 
relacionadas con su mal funcionamiento(29, 30). 
 
Hasta el momento, con excepción de las anastomosis colorrectales bajas y esofágicas, el uso de engrapadoras 
no ha demostrado superioridad (en términos de rango de FA, estancia hospitalaria y morbimortalidad) sobre las 
anastomosis manuales y el proceso de elección de la técnica ideal para cada tipo de pacientes permanece 
controversial (7, 8, 15, 32). 
 
2.2 Fisiología de las anastomosis intestinales 
 
Una buena apreciación de los principios de reparación intestinal permite mejorar la adopción de técnicas que 
disminuyen el riesgo de FA(7). Se debe entender que el entorno del proceso de cicatrización de una anastomosis 
es significativamente diferente al descrito en otros tejidos debido al estrés histológico (secundario a la presión 
intraluminal y peristalsis) y la presencia de una cantidad no despreciable de bacterias (7). 
 
Cuando el intestino es quirúrgicamente dividido, se presenta una respuesta inflamatoria suscitada por la 
activación de la cascada de la coagulación y el reclutamiento de plaquetas (fase inflamatoria) (7, 8). Esta cascada 
de inflamación es propagada por la liberación de mediadores almacenados en los gránulos de las plaquetas y 
neutrófilos los cuales son movilizados hacia el sitio de la anastomosis (7, 8). La fase inflamatoria de la 
cicatrización dura hasta los primeros 2 a 5 días posteriores a la cirugía y existe un claro predominio de proceso 
de colagenolisis sobre la síntesis de colágeno en el borde adyacente a la anastomosis en el orden del 25% en el 
tercer día del postoperatorio (7, 8, 33). Debido a esto, durante esta fase inicial la integridad de la anastomosis 
depende casi en su totalidad del sellado mecánico del lumen por la línea de sutura y el sello de fibrina (7, 8). Se 
ha demostrado que las anastomosis colónicas presentan un proceso de colagenolisis más intenso en comparación 
con las anastomosis de intestino delgado(8). Alrededor del quinto día de postoperatorio se presenta una 
transición de la fase inflamatoria a la fase proliferativa del proceso de cicatrización(8). Es durante esta segunda 
fase existe una transición de la degradación del colágeno a la deposición de este (7, 8). Es en este punto crítico 
en que cualquier desequilibrio en la relación síntesis de colágeno-colagenolisis puede resultar en una 
dehiscencia de anastomosis (8). El día siete de postoperatorio representa el punto máximo de la fase proliferativa 
en el que la síntesis de colágeno supera a la colagenolisis (7, 8). Posterior a esto, la aproximación de los dos 
bordes de la anastomosis deja de depender de la sutura o engrapadora y se sostiene por la matriz celular que 
rodea las fibras de colágeno (fase de maduración) (7, 8). Después de la quinta a la sexta semana no existe 
incremento significativo en la deposición de colágeno y la fuerza tensil de la cicatriz continua incrementando 
progresivamente con el tiempo(7). 
 
Los principios técnicos básicos enunciados por Halsted (1897) para la realización una correcta anastomosis aún 
permanecen vigentes y en conjunto con los pilares actuales se ha determinado los siguientes principios: 
- Procurar al mínimo el trauma tisular durante la manipulación. 
- Realizar una rigurosa hemostasia respetando un adecuado aporte sanguíneo 
- La anastomosis debe ser hermética con aposición mucosa-mucosa. 
- La submucosa debe estar incorporada a la sutura. 
- La anastomosis debe restaurar las funciones de la víscera resecada. 
- Se debe procurar una mínima contaminación bacteriana. 
- Se debe evitar que la anastomosis se encuentre a tensión (2, 8). 
 
El adecuado flujo sanguíneo en los bordes del intestino es un pilar fundamental en el proceso de cicatrización 
de la anastomosis(2, 34, 35). A pesar que se considera una condición crítica, el porcentaje mínimo del flujo 
8 
 
normal necesario para una adecuada cicatrización aún se desconoce (2, 34, 35). En conjunto con el adecuado 
aporte sanguíneo, una anastomosis con sin tensión es otro de los grandes pilares en la adecuada técnica 
quirúrgica, sin embargo este principio permanece hipotético(2). Dentro de la literatura revisada, no existen 
reportes de estudios experimentales que investiguen el papel de la tensión en la anastomosis intestinal(2). La 
escasa información de este tema parece relacionarse con la dificultad en del diseño de estudio y relacionarlo 
con los resultados clínicos(2). 
 
En la última década, se ha determinado que la fuerza tensil de la anastomosis intestinal alcanza el 60% entre el 
tercer y cuarto día de postoperatorio y el 100% al final de la primera semana (14, 15). Esta fuerza tensil la 
provee principalmente la cantidad y tipo de colágeno que se encuentra contenida en la capa submucosa del 
intestino (7). El colágeno tipo I es el tipo predominante (68%), seguida por el tipo III (20%) y tipo V (12%)(36). 
La serosa es una capa delgada de tejido conectivo que cubre la muscularis propia y se ha descrito que durante 
la creación de una anastomosis la directa aposición de esta capa disminuye el riesgo de fuga(7, 36). 
 
2.3 Fuga de anastomosis colorrectal 
 
El Grupo de Estudio Internacional de Cáncer Rectal define como fuga o dehiscencia de anastomosis a la salida 
de gas o líquido por un defecto de la pared en el sitio de la anastomosis que permite la comunicación entre el 
compartimento intra y extraluminal, aunque esta definición puede variar de acuerdo a la literatura revisada(5, 
6, 37, 38). A pesar que el rango de fuga reportado en la literatura es muy amplia, se considera que este rango es 
mayor en anastomosis colorectales (1-19%) en comparación con anastomosis colónicas (2-7%)(2, 4, 5, 7, 39-
41). Otras series reportan FA en procedimientos de urgencia en cirugía colorectal en 2-16% en casos de 
obstrucción colónica y del 6-19% en casos de peritonitis de origen colónico(42). Esta variación considerable se 
debe en parte a la falta de uniformidad de criterios y parámetros diagnósticos en el concepto de FA(5). En una 
revisión sistemática de 49 estudios gastrointestinalespublicados entre 1993 y 1999, Bruce et. al encontró que 
al menos 29 diferentes definiciones de FA fueron utilizadas (5). A pesar de los avances tecnológicos y décadas 
de investigación en selección del paciente y perfeccionando las técnicas quirúrgicas, los rangos de FA en cirugía 
colorectal continúa prácticamente sin cambios y en números inaceptables (2, 3). En relación con esto, en un 
metaanálisis y revisión sistemática publicado en el 2010 que incluyó 98 estudios prospectivos de cirugía 
colorrectal demostró que no existe diferencia en los rangos de fuga reportados en los estudios publicados antes 
y después del 2003(3). 
 
La presencia de una FA representa una complicación devastadora de la cirugía colorectal y coloca al paciente 
en un riesgo elevado de morbimortalidad (2, 4-6). Este escenario se relaciona con un riesgo de desarrollo de 
sepsis pélvica del 50% con un incremento de estancia hospitalaria y riesgo de mortalidad (10-27%) pudiendo 
condicionar la necesidad de un estoma permanente (3, 43-45). Asociado a esto, secundario a la FA puede 
desarrollarse fibrosis pélvica y perjudicar la función anorectal con riesgo de condicionar incontinencia fecal y 
disminuir de forma significativa la calidad de vida de los pacientes(46). En pacientes oncológicos, la relación 
entre el desarrollo de FA y los resultados oncológicos a largo plazo (en términos de recurrencia local) permanece 
controversial(47-49). 
 
A casi un siglo de investigación de factores de riesgos del paciente y de la técnica quirúrgica, no se ha logrado 
comprender en su totalidad la patogénesis de la fuga intestinal(2). Las anastomosis colónicas cursan con un 
período crítico de aparición de FA entre el tercer y el quinto día el cual coincide con la fase de menor resistencia 
de la sutura (37, 40). Durante estos días existe una disminución en la cantidad de colágeno en la submucosa 
colónica y una pobre respuesta vascular pudiendo ser las causas de la menor fuerza anastomótica(6, 37). Es por 
esto que se argumenta que una FA que se presenta dentro de las primeras 72 horas esta relacionado con un error 
inadvertido en la técnica quirúrgica y aquellas que se presentan despues sse sugiere una causa multifactorial 
con poca relación a la técnica(50). Se presume que la causa es multifactorial y no se puede atribuir a un solo 
mecanismo(51, 52). Se han descrito factores relacionados a incremento del riesgo de fuga, sin embargo no 
existe un consenso en relación al papel de cada uno de estos factores y su inter-dependencia en el proceso de 
cicatrización de la anastomosis(53). Los podemos dividir en las siguientes: 
 
- Factores de riesgo inherentes al paciente: 
El uso de corticoesteroides y quimioterapéuticos son conocidos por atenuar y prolongar la fase 
inflamatoria(8). Las drogas antiangiogénicas y la deficiencia nutricional prolongan el periodo de 
colagenolisis y disminuyen la síntesis de colágeno(8, 15). El tabaquismo se ha asociado a una tendencia 
9 
 
a disminuir la tensión de oxígeno en el sitio de anastomosis el cual incrementa el cuatro veces el riesgo 
de FA en comparación con la población no fumadora (15, 54, 55). El estado de choque séptico conduce 
a una disminución de perfusión tisular y disminución en la síntesis de colágeno(15). Una resección 
colónica con anastomosis secundaria por enfermedad de Crohn tiene un riesgo de FA del 2-12%(15). 
La radioterapia neoadyuvante, recomendada en cáncer de recto medio y distal (T3 o mayor), es un 
conocido factor de riesgo independiente de FA por los efectos que causa sobre el tejido (incremento 
de apoptosis, lesión a componentes celulares, disfunción fibroblástica, alteraciones en la regulación de 
los factores del crecimiento) el cual pudiera alterar el proceso de cicatrización intestinal(56, 57). El 
alcoholismo, obesidad, una clasificación de ASA elevada, anemia, proceso neoplásico asociado son 
otros factores descritos en la literatura (4, 5, 40). 
 
- Factores de riesgo en el transoperatorio: 
Existe evidencia en trauma y en cirugía programada que relaciona el exceso de resucitación de líquidos 
por un lado y como el exceso de restricción hídrica durante el transoperatorio por otro lado con un 
incremento de riesgo de FA (6, 37, 58). A su vez, una pérdida importante de sangre asociada a 
hemotransfusión, durante el transoperatorio y postoperatoria, probablemente sea el reflejo de una 
cirugía con dificultades durante el transoperatorio, que en relación con las consecuencias 
inmunológicas propias de la hemostransfusión, se asocian a un riesgo del 10% de presentar FA(6, 37, 
59). En paciente con hipotensión que requieren de apoyo con aminas vasopresores cursan con un riesgo 
de tres a cuatro veces mayor de presentar FA (6, 37, 60). 
 
Durante la realización de la anastomosis se deben tener presentes y enlistar los principios de seguridad 
para una adecuada anastomosis intestinal(2). La isquemia tisular y una técnica quirúrgica deficiente se 
consideran los principales factores en su desarrollo(51, 52). En relación a la isquemia tisular, la 
irrigación sanguínea y la adecuada oxigenación son factores relacionados con una adecuada 
cicatrización en la anastomosis(61). Se ha demostrado que una tensión baja de oxígeno en el sitio de 
anastomosis es un predictor de FA(54). Por tanto, una pérdida de sangre importante que conduce a una 
disminución en la tensión de oxigeno reducen el contenido de colágeno en la anastomosis(62). En una 
reciente investigación por los miembros de la Sociedad Quirúrgica de Chicago, tanto cirujanos 
generales como colorrectales acordaron que la falla técnica en la realización de la anastomosis es quizá 
la principal causa del desarrollo de FA aunque concordaron que es escasa la investigación realizada 
sobre este tema(2). En relación a esto, se ha demostrado que cirujanos con experiencia en resecciones 
colónicas producen mejores resultados en los pacientes, incluyendo un menor rango de FA(51, 52). El 
hecho de que el rango de FA reportado entre cirujanos sea amplio indica que la habilidad técnica y la 
experiencia de cada cirujano juega un papel importante en el riesgo de FA(61). 
 
- Factores dependientes del segmento digestivo a anastomosar: 
Existe evidencia que apoya que entre más distal sea la anastomosis mayor es el riesgo de presentar 
fuga (2, 5, 7, 8, 37). Algunos autores mencionan que este riesgo incrementa (hasta 23%) si la 
anastomosis se realiza a una distancia menor de 7 cm del margen anal en comparación con anastomosis 
colorectales proximales (2, 20). Algunos investigadores sostienen la hipótesis que la creación de una 
anastomosis baja en una pelvis estrecha es técnicamente más difícil lo que pudiera condicionar un 
mayor trauma tisular con pobre aporte vascular y realizar una anastomosis a tensión(2). A pesar de 
esto, es escasa la investigación que justifique esta diferencia en rangos de FA en diferentes segmentos 
del intestino (2). La presencia de un proceso infeccioso local en el sitio de la anastomosis intensifica 
el proceso de colagenolisis y por tanto incrementa el riesgo de fuga (8). 
 
2.4 Prevención de FA 
Tradicionalmente, en cirugías electivas, la preparación intestinal previo a la cirugía se consideraba una medida 
de oro(63, 64). El razonamiento es que mediante el decremento de la carga bacteriana en el colon permite una 
mejor cicatrización en el sitio de anastomosis y con esto minimizar el riesgo de FA (63, 64). Estudios recientes 
han cuestionado esta práctica y existe una tendencia en los estudios a demostrar que esta preparación no es 
esencial e inclusive podría ser perjudicial(63, 64). Con esto en cuenta, las recomendaciones actuales se 
encaminan a evitar la preparación intestinal mecánica en relación a comodidad del paciente, potencial de 
presentar desequilibrio hidroelectrolítico y riesgo de infección por clostridium difficile(65, 66). Sin embargo 
10 
 
existe una creciente evidencia de la concentración intestinal de microbios incrementa el riesgo FA(67, 68). De 
acuerdo a esto,la recomendación actual se relaciona a evitar la preparación colónica y a realizar una 
descontaminación del tracto digestivo con antibióticos orales no absorbibles un día previo al procedimiento 
quirúrgico, el cual ha demostrado claramente disminuir el riesgo de FA(67, 68). 
Una estrategia novedosa en la prevención de FA ha sido la introducción del sellado externo de la anastomosis 
con materiales de fibrina con el objetivo de sellar el cual posibles defectos externos de la anastomosis 
(secundario a una técnica quirúrgica deficiente o isquemia tisular)(61). Los materiales de fibrina se encuentran 
diseñados para simular los pasos finales de la cascada de coagulación formando un coagulo de fibrina 
fisiológicamente estable que asiste a la hemostasia y al proceso de cicatrización(69). Desafortunadamente, 
muchos de estos estudios han fallado en demostrar resultados convincentes(70-73). Efectos positivos se han 
reportado en estudios experimentales y en humanos, pero es poco claro si estos efectos se deben a incremento 
de la fuerza mecánica, protección de la anastomosis y mejorando el proceso de cicatrización(72, 73). En la 
última década ha incrementado el uso de productos de gel de fibrina como agente reforzante de la línea de 
anastomosis, aunque los recientes estudios son inconsistentes y en su mayoría sugieren un probable efecto 
perjudicial en las anastomosis intestinales y colónicas(8). 
 
11 
 
3. Metodología 
 
Se realizó un estudio retrospectivo, observacional, transversal, homodémico, retrolectivo, unicéntrico, y 
descriptivo en pacientes con anastomosis colónica en el Centro Médico ABC localizado en la Ciudad de México 
(Campus Observatorio y Santa Fe) en el periodo de Enero 2008 – Febrero 2016. 
 
La recolección de datos se realizó a través del Departamento de Estadística Estratégica del Centro Médico ABC 
mediante la inclusión de las siguientes claves de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) 9 y 10 
para procedimientos quirúrgicos: 45.75 (hemicolectomía izquierda abierta y otro tipo), 45.76 (sigmoidectomía 
abierta), 45.71 (colectomía segmentaria abierta y otro tipo), 17.35 (hemicolectomía izquierda por laparoscopía), 
17.36 (sigmoidectomía por laparoscopía), 17.31 (colectomía segmentaria por laparoscopía), 48.51 (resección 
anterior baja laparoscópica y otros), 48.52 (resección anterior baja abierta), 0DBM/0DTM (resección/escisión 
de colon descendente), 0DBM/0DTN (resección/escisión de colon sigmoides), 0DBP/0DTP (resección/escisión 
de recto). 
 
3.1 Criterios de inclusións: 
- Pacientes que se realizó anastomosis primaria posterior a hemicolectomía izquierda, sigmoidectomía 
o resección anterior baja en el periodo de Enero 2008 – Febrero 2016 en el Centro Médico ABC. 
 
3.2 Criterios de exclusión: 
- Pacientes en que no se realizó anastomosis primaria. 
- Pacientes en que la anastomosis se realizó en otra institución. 
- Pacientes en que la causa primaria de la resección no fue colónica. 
- Pacientes en que se realizó otra cirugía diferente a hemicolectomía izquierda, sigmoidectomía o 
resección anterior baja. 
- Pacientes en que se realizó dos anastomosis primarias en diferentes segmentos de intestino durante el 
mismo procedimiento. 
- Pacientes en que el procedimiento se realizó en un periodo diferente a Enero 2008 – Febrero 2016. 
- Pacientes en que se realizó un procedimiento mayor adicional a hemicolectomía izquierda, 
sigmoidectomía o resección anterior baja. 
 
3.3 Criterios de eliminación: 
- Pacientes en que no se completó la recolección de datos. 
- Pacientes que posterior al procedimiento fueron trasladados a otra institución para continuar manejo 
postquirúrgico. 
- Pacientes que posterior al procedimiento quirúrgico fueron egresados por “alta voluntaria”. 
- Pacientes en que se realizó reintervención por una causa diferente a fuga de anastomosis. 
- Pacientes que por motivo legal no se pudo acceder su archivo electrónico. 
 
3.4 Variables de interés: 
- Variables preoperatorias: 
- Aquellas inherentes al paciente: 
 Edad y sexo. 
 Índice de masa corporal (IMC). 
 Calificación de riesgo de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA). 
 Medición hemoglobina preoperatoria medida en gramos/decilitro (Hb). 
 Medición de albúmina sérica preoperatoria medida en gramos/decilitro (Alb). 
- Indicación del procedimiento quirúrgico: 
 De etiología benigna (confirmado por reporte definitivo de patología): 
 Diverticulitis aguda complicada (DA) de acuerdo a la clasificación de Hinchey: 
I (H1), II (H2), III (H3), IV (H4). 
 Diverticulitis aguda de repetición (H1). 
 Presencia de fistula: colo-vesical, colo-entérica, recto-uterina (F). 
 Oclusión colónica por estenosis colónica (OI). 
 Sangrado activo o de repetición (SA). 
 Vólvulo de sigmoides (VS). 
 De etiología maligna (confirmado por reporte definitivo de patología): 
12 
 
 Cáncer de colon (CC) y recto (CR) los cuales se señaló la etapa clínica (EC) de 
acuerdo a las guías de National Comprehensive Cancer Network (NCCN) 2015. 
De acuerdo a estos, la EC se clasificó en temprano (EC I y II) y avanzado (III y 
IV). 
- Variables propias del transoperatorio: 
 Tipo de cirugía: 
 Urgente: definido como aquella cirugía realizada en las primeras 24 horas de 
internamiento en que el diferimiento del procedimiento quirúrgico atenta contra la 
vida y la función del paciente. 
 Programada: definido como aquel procedimiento programado por consulta externa 
o aquel que se realiza posterior a las 24 horas del internamiento y que su diferimiento 
no atenta contra la vida y función del paciente de forma inmediata o mediata. 
 Relacionadas al procedimiento quirúrgico: 
 Tipo de resección: 
 Proximal: Hemicolectomía izquierda (HIZ). 
 Distal: Sigmoidectomía (SI), Resección anterior baja (RAB). 
 Tipo de abordaje: 
 Laparotomía exploradora (LAPE). 
 Abordaje por laparoscopía (LAPA). 
 Abordaje por laparoscopía con conversión a procedimiento abierto (LAPAC). 
 Tiempo quirúrgico medido en minutos (TQ). 
 Realización de ileostomía protectora (IP). 
 Tipo de anastomosis: 
 Termino-terminal (TT). 
 Latero-lateral (LL). 
 Latero-terminal (LT). 
 Termino-lateral (TL). 
 Método de anastomosis: Mecánica (MEC) o manual (MAN). 
 Aplicación de material sintético de fibrina en sitio de anastomosis (MS). 
 Realización de segundo plano en la línea de anastomosis (SP) tanto para MEC y MAN. 
 Realización de prueba neumática (PN) 
 Colocación de drenaje (D): Cerrado (DC), penrose (DP). 
 Sangrado transoperatorio medido en mililitros (ST). 
 Uso de aminas vasoactivas en el transoperatorio (AT). 
 Transfusión de hemocomponentes durante el transoperatorio (TTO). 
- Variables relacionadas al postoperatorio: 
 Presentación de fuga de la anastomosis (FA) y día postoperatorio en que se reintervino (PO). 
 Uso de nutrición parenteral posterior al procedimiento quirúrgico (NP): 
 Total (NPT), parcial (NPP). 
 Uso de aminas vasoactivas (APO) 
 Transfusión de hemocomponentes en el postoperatorio (TPO). 
- Se documentó si el procedimiento fue realizado por un cirujano colorectal (CCR), cirujano oncólogo 
(ONC) u otro tipo (cirujano general, cirujano vascular, etc). 
 
La información se recopiló a través del expediente clínico electrónico (TIM-EMR y OnBase) y se capturó para 
su análisis en nuestra base de datos (Microsoft Excel 2013). Los pacientes se clasificaron en dos grupos: Grupo 
1si se identificó FA en el mismo internamiento y Grupo 2 aquellos que no se identificó FA en el mismo 
internamiento. Se realizó un análisis estadístico de comparación de las variables de interés entre ambos grupos. 
Las FA se documentaron de acuerdo a alguno de los siguientes métodos: tomografía abdominal computada, 
enema contrastado con material hidrosoluble, laparotomía exploradora o laparoscopía. No se documentó el 
método de reintervención, conducta quirúrgica posterior ni seguimiento de estos pacientes posterior a la 
reintervención. No se documentó reingresode los pacientes egresados por mejoría sin fuga de anastomosis. 
 
3.5 Limitaciones: Debido a que un número no despreciable de los expedientes incluidos no se especifica 
antecedente de alcoholismo, tabaquismo, medicación preoperatoria, aplicación de radioterapia y/o 
quimioterapia (en casos de pacientes con cáncer), por lo tanto, estos datos no se incluyeron en la base de datos. 
Los antecedentes personales patológicos (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular o 
13 
 
cardiopulmonar) por fines de logística y diseño del estudio se incluyeron de forma global en el riesgo de ASA. 
En el preoperatorio no se recolectaron datos relacionados con la preparación colónica. En relación a la técnica 
quirúrgica no se documentó el material de sutura o la técnica con la que se realizó la anastomosis manual (sutura 
continua o puntos interrumpidos, tipo de puntos interrumpidos). De la misma forma, no se reporta la experiencia 
de los cirujanos incluidos en el estudio. 
 
4. Estrategia de análisis 
El análisis de la información se realizó en tres etapas: univariada, bivariada y multivariada. 
 
En la etapa univariada, se describió la distribución de cada variable, dependiendo su escala de medición. Las 
variables nominales se describieron mediante el cálculo de frecuencias y porcentajes; mientras que las ordinales 
y cuantitativas se describieron a través de medias, desviaciones estándar, medianas y rangos intercuartiles. 
 
En la etapa bivariada se siguieron dos pasos: primero, se identificó la asociación estadística entre cada una de 
las variables generales (edad, género e índice de masa corporal) y la variable dependiente (fuga de anastomosis 
colónica), mediante el cálculo de pruebas Chi Cuadrada y U de Mann Withney. Luego, en un segundo paso, se 
identificó la asociación entre cada una de las variables independientes de interés (inherentes al paciente, 
indicación quirúrgica, aquellas propias del procedimiento quirúrgico y aquellas relacionadas al posoperatorio) 
y la variable dependiente, mediante la estimación de Odds ratios (OR) e Intervalos de Confianza del 95% (IC 
95%). 
 
En la etapa multivariada se construyeron tres modelos de variables independientes asociadas a la variable 
dependiente: el primero incluyó el ajuste de variables inherentes al paciente e indicación quirúrgica, el segundo 
incluyó el ajuste de las anteriores y las variables propias del procedimiento quirúrgico, y el tercero incluyó el 
ajuste de todas las anteriores y las variables relacionadas al posoperatorio. Para el efecto se estimaron OR 
ajustados (ORA) e intervalos de Confianza del 95% (IC 95%) mediante el cálculo de regresiones logísticas 
binarias por el método directo. En cada modelo se incorporaron como covariables a aquellas que tuvieron 
relaciones estadísticamente significativas con la variable dependiente (valor de P < 0.05 en la prueba de Chi 
Cuadrada). 
 
La bondad del ajuste de los modelos de regresión logística obtenidos se evaluó con la prueba Hosmer y 
Lemeshow. Esta prueba reporta valores de Chi Cuadrada, de grados de libertad y de significancia P, siendo la 
hipótesis nula de la significancia que el valor P sea menor a 0.05. Es decir, que el modelo hará un ajuste 
adecuado de las relaciones de las variables si el valor de P es mayor a 0.05. Adicionalmente, se calcularon 
pruebas R2 de Nagelkerke para establecer el porcentaje de la variación de la variable dependiente que explicaban 
los modelos. 
 
El procesamiento y análisis de la información se realizó con el paquete estadístico SPSS versión 21. 
 
 
 
14 
 
5. Resultados 
Utilizando las claves CIE 9 y 10 en la base de datos del Departamento de Estadística Estratégica del Centro 
Médico ABC se obtuvo un total de 515 pacientes. De acuerdo a los criterios de exclusión se obtuvo una muestra 
total de 252 pacientes para nuestro estudio. Los resultados generales de las variables de interés preoperatorias, 
transoperatorias y postoperatorias se muestran en la Tabla 1, 2 y 3 respectivamente. 
 
La Gráfica 1 muestra la distribución del EC en casos de etiología maligna (N=95, 37.69%). Se aprecia que en 
el estudio predominaron EC avanzados. 
 
5.1.- Características generales: 
El estudio incluyó 252 pacientes (M: 56.7%, F: 43.25%), la media de edad fue 63 años (rango intercuartil 53-
72) y de IMC de 25.4 (rango intercuartil 23.3-27.4). En 21 casos (8.3%) se presentó FA. La Tabla 4 muestra 
el porcentaje de casos con FA (Grupo 1) de cada una de las variables de interés de la muestra total. 
 
En la Tabla 5 se muestra la comparación de las características de edad, sexo e IMC de los pacientes del Grupo 
1 y Grupo 2 y su riesgo (Odds) de presentar FA. No existen diferencias estadísticamente significativas entre 
ambos grupos. 
 
5. 2.- Características preoperatorias y riesgo de FA. 
La Tabla 6 muestra la relación de las variables preoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y su riesgo (Odds) de 
presentar FA. 
 
La ventaja (Odds) de presentar FA fue mayor en pacientes con niveles de Hb ≤ 12 mg/dl (OR = 6.1, IC 95% = 
2.2-16.5) en comparación con aquellos con un nivel mayor. A su vez, los pacientes con niveles de Alb < 3.5 
mg/dl presentaron una ventaja (Odds) mayor de reportar FA (OR = 2.9, IC 95% = 1.1-7.2) que aquellos con 
niveles normales. Por su parte, las categorías de calificación ASA III y IV no tuvieron ventajas (Odds) 
significativas de reportar FA en comparación con ASA I y II. En el estudio, no se reportó ningún paciente con 
ASA V. 
 
De acuerdo a la Tabla 6 y la Gráfica 2, se aprecia que la etiología maligna generó el 62% de los casos (48% 
CC, 14% CR). Esto se refleja en la Tabla 6 donde se muestra que la etiología maligna presentó ventaja (Odds) 
mayor de reportar FA (OR = 2.9, IC 95% = 1.1-7.4) en comparación con las de carácter benigno. En relación a 
esto, se estimó la asociación entre el EC y el riesgo de presentar FA mediante el cálculo de OR e IC del 95%. 
No se encontró ventaja (Odds) significativa de reportar FA en los pacientes con EC avanzado en comparación 
con los aquellos con EC temprano (OR = 1.2, IC 95% = 0.37-4.1). 
 
 
5.3.- Características propias del transoperatorio y riesgo de FA. 
En la Tabla 7 se muestra la comparación de las características transoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y su 
riesgo (Odds) de presentar FA. 
 
 
OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%), *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo 
como riesgo. 
** Cirujano General, Cirujano Vascular. 
Fuente: elaboración propia 
 
En este análisis, los pacientes en que no se realizó PN presentaron una ventaja (Odds) mayor de reportar FA 
(OR = 11.2, IC 95% = 3.9-32.2) en comparación con aquellos en que si se realizó. El resto de las variables de 
interés no mostraron ventajas (Odds) significativas de reportar FA. El TQ (175 min +/- 97.8 vs 210 min +/- 72) 
y el ST (379 ml +/- 87 vs 366 ml +/-88) para el Grupo 1 y 2 se mostraron homogéneos. La comparación del 
tipo de anastomosis entre ambos (Grupo 1 y 2) fue homogéneo: TT (66.67% vs 77.92%), LL (28.57% vs 
9.52%), LT (0 vs 9.52%), TL (4.76% vs 3.03%). El uso de drenajes entre ambos se mostró homogéneo: El 
Grupo 1 utilizó drenaje en 76.19% (n=16) (cerrado 81.25% n = 13, penrose 18.75% n = 3) y el Grupo 2 en 
89.18% (n=206) (cerrado 87.38% n = 180, penrose 12.62% n = 12). 
 
5.4.- Características relacionadas al postoperatorio y su riesgo de FA. 
15 
 
La comparación de características postoperatorias entre el Grupo 1 y 2 se muestran en la Tabla 8. El Grupo 1 
usó NP en 23.81% (NPT 40% n=2, NPP 60% n=3) y el Grupo 2 en 48.92% (NPT 36.28% n = 41, NPP 63.72% 
n = 72). Los pacientes que no se administró NP presentaron mayor ventaja (Odds) de reportar FA (OR = 3, IC 
95% = 1.09-8.7). Los pacientes con TPO presentaron mayor ventaja (Odds) de reportar FA (OR = 3.4, IC 95% 
= 1.1-10.5) en comparación con aquellos que no. De estegrupo de pacientes, el 40% reportó un Hb ≤12 mg/dl 
previo al procedimiento quirúrgico y una media de ST de 300 ml (rango intercuartil 200-400). La 
administración de ATO no demostró ventaja (Odds) significativa de reportar FA en el postoperatorio. 
 
 
5.5.- Características preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias asociadas al riesgo de FA. 
 
El cálculo de regresiones logísticas binarias permitió construir tres modelos específicos de asociación de 
variables independientes (preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias) con la variable dependiente (FA). 
En dicha modelización el efecto de cada variable se ajustó a las otras variables, para evaluar si se mantenía o 
desaparecía su ventaja (Odds) (ver Tabla 9). 
 
En el modelo 1, se incluyeron las características preoperatorias que fueron significativas en el análisis bivariado: 
Hb (≤ 12 mg/dl), Alb (<3.5) y la presencia de etiología maligna. El efecto ajustado de las tres variables se 
mantuvo significativo con un sentido de riesgo. La bondad de ajuste del modelo fue adecuada según el valor de 
significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada por este modelo fue de 
17.4%. 
 
En el modelo 2, se añadió la característica transoperatoria que demostró ser significativa en el análisis bivariado 
(“no realizar PN”) para ajustar su efecto con las características preoperatorias. El efecto ajustado de las cuatro 
variables se mantuvo significativo con un sentido de riesgo. La bondad de ajuste del modelo fue adecuada según 
el valor de significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada por este modelo 
fue de 31.4%. 
En el modelo 3 se añadieron las características postoperatorias con riesgo significativo (TPO y no utilizar NP) 
para ajustar su efecto con las características preoperatorias y transoperatorias con riesgo significativo. El efecto 
ajustado de las seis variables se modificó en tres aspectos (ver Tabla 9): 1) La Alb y TPO perdieron su ventaja 
(Odds) significativa; 2) la Hb ≤ 12, etiología maligna, no realizar PN y no utilizar NP mantuvieron su 
significancia; y 3) la variable que incrementó su ventaja (Odds) de reportar FA fue la etiología maligna (ORA 
de 4.7 en el modelo 2 a 5.3 en el modelo 3), mientras que la característica que más disminuyó su ventaja (Odds) 
fue la Hb (≤ 12 mg/dl) (ORA de 5 en el modelo 2 a 3.6 en el modelo 3). La bondad de ajuste del modelo fue 
adecuada según el valor de significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada 
por este modelo fue de 35.9%. 
 
Se podría sugerir que las variables de interés con riesgo significativo mostradas en la Tabla 9 podrían afectarse 
entre sí por una relación causa-efecto (ej. Hb ≤12 mg/dl y necesidad TPO, Alb < 3.5 mg/dl y necesidad de NP), 
sin embargo, el análisis multivariado representado en el Modelo 3 (Tabla 9) permite determinar en cada variable 
independiente su verdadero riesgo de reportar FA de forma aislada cuando se encuentran en interacción con el 
resto de las variables de interés con riesgo significativo. 
 
La variable de interés con mayor impacto fue la presencia de etiología maligna (CC 77%, CR 23%) con un 
riesgo de 5.3 (IC 95% = 1.6-17.6) de presentar FA. Como se aprecia en la Tabla 4, del total de pacientes con 
CR reportados en la muestra general (n=24), el 12.5% (n=3) presentó FA. De este grupo, el 100% (n=3) se 
presentó con EC avanzado y el procedimiento quirúrgico realizado fue RAB. Del total de pacientes con CC 
reportados en la muestra general (n=71), el 14% (n=10) presentó FA de los cuales el 50% (n=5) se encontró en 
EC avanzado sin diferencia significativa en la distribución de tipo de resección: proximal: HIZ (OR = 1.64, IC 
95% = 0.53-5.11), distal: SI/RAB (OR = 1.37, IC 95% = 0.46-4.02). De acuerdo al análisis especifico, no 
existe riesgo (Odds) significativo de reportar FA en los pacientes con EC avanzado (OR = 1.2, IC 95% = 0.37-
4.1) ni en una resección distal (OR = 1.2, IC 95% = 0.4-3.4). Sin embargo, no se documentó en el estudio el 
uso de radioterapia y/o quimioterapia neoadyuvante (protocolizado en estos pacientes y considerados factores 
de riesgo de FA), lo cual podría sugerir un sesgo en estos resultados. 
 
De acuerdo al Modelo 3 (Tabla 9), una Hb ≤ 12 mg/dl en el preoperatorio representa un riesgo de 3.6 (IC 95% 
= 1.1-11.7) de presentar FA. Como se muestra en la Tabla 6, estos pacientes representaron el 38.1% (n=8) del 
16 
 
Grupo 1 (media de ST 269 ml), de estos solo el 37.5% (n=3) recibió TPO (media de ST de 333.33 ml). Aunque 
en el análisis bivariado, la TPO, representó ser significativo (ver Tabla 8), en el análisis multivariado (ver 
Modelo 3 en Tabla 9), no se encontró riesgo (Odds) significativo de reportar FA. De este grupo de pacientes, 
el 87.5 % (n=7) fue de etiología maligna (CC 57.1% n=4, CR 42.9% n=3) con una relación no significativa 
(OR=0.70, IC 95%=0.18-2.17). 
 
La falta de realización de PN en el transoperatorio representó un riesgo de 2 (IC 95% = 1.4-2.8) de reportar FA 
(ver Modelo 3, Tabla 9). Esto último sugiere una fuerte relación con falla en la técnica quirúrgica y pudiera ser 
una de las principales aportaciones del presente trabajo. Este grupo de pacientes, representan el 38.1% (n=8) 
del Grupo 1 (ver Tabla 7) sin diferencia significativa en su etiología: 50% (CC 100%, n=4) de etiología maligna 
(OR = 0.67, IC 95% = 0.13-3.47) y 50%(H1 50% n=2, OI 25% n=1, VS 25% n=1) de carácter benigno (OR = 
0.67, IC 95% = 0.13-3.47). 
 
La falta de administración de NP en el postoperatorio representó un riesgo de 3.4 (IC 95% = 1.01-11.3) de 
reportar FA (ver Modelo 3, Tabla 9). Este grupo de pacientes representa el 76.19% (n=16) del Grupo 1 (ver 
Tabla 8). No se reportaron diferencias significativas de acuerdo a su etiología: 68.8% (n=11) de etiología 
maligna (OR = 1.75, IC 95% = 0.42-7.17), y 37.5% (n=5) de carácter benigno (OR = 0.87, IC 95% = 1.64-
3.05). En este grupo de pacientes, el 44% cursó con Alb <3.5 mg/dl en el preoperatorio. Aunque en el análisis 
bivariado, la Alb < 3.5, representó ser significativo (ver Tabla 6), en el análisis multivariado (ver Modelo 3 en 
Tabla 9), no se encontró riesgo (Odds) significativo de reportar FA. Sin embargo, el presente estudio no incluyó 
el valor de la prealbúmina preoperatoria (considerada como marcador con mayor sensibilidad en la valoración 
nutricional) en la recolección de datos, lo cual pudiera ser un sesgo en estos resultados. 
 
17 
 
6. Discusión. 
En el presente análisis multivariado, las tres variables que reportaron ser factor de riesgo independiente 
significativo fueron valores de Hb <12 mg/dl, cáncer, falta de realización de PN, no usar NP en el 
postoperatorio. Durante el estudio se describieron dos variables que en el análisis bivariado fueron 
significativos, pero perdieron si ventaja de riesgo en el análisis multivariado. Algunos de estos resultados 
coinciden con otros estudios reportados(74-77). 
Las condiciones médicas inherentes al paciente en el preoperatorio reflejan su estado general y el riesgo de 
presentar FA se encuentran establecidas(53, 78). El adecuado flujo sanguíneo y la tensión de oxígeno en los 
bordes del intestino se consideran un pilar fundamental en el proceso de cicatrización de la anastomosis(2, 34, 
35, 61). Se ha descrito que la isquemia es un fuerte factor de riesgo de FA, por tanto, es vital el asegurar un 
adecuado flujo durante la creación de la anastomosis, sin embargo, esta es una valoración subjetiva basada en 
las características del tejido y pérdidas importantes de sangre(51, 52). Diversos estudios muestran una 
asociación entre anemia perioperatoria y el incremento de complicaciones postoperatorias(79). Iancu et al en 
un análisis multivariado determinó que un nivel de Hb menor de 9.5 mg/dl condiciona un riesgo de 6 mayor de 
presentar FA como factor independiente (53). En acuerdo con esto, Hayden et al, reportó un riesgo similar con 
un corte de Hb menor de 11 mg/dl (80).Otros autores reportan resultados similares(75, 81-83). Por su parte 
Choudhuri et al, reportó un resultado significativo utilizando un valor de Hb menor de 8 mg/dl con un riesgo 
de presentar FA de 1.89(84). El presente estudio reportó un riesgo mayor de 3.6 veces de presentar FA con un 
corte de Hb menor de 12 mg/dl. Esta relación de riesgo probablemente se explique por el decremento de la 
capacidad de transporte de oxígeno en el sitio de anastomosis (54, 80). Aunque esta asociación no se ha 
comprendido de forma completa, el sangrado transoperatorio se puede considerar como una medida agregada 
en el decremento de la Hb(85). Por tanto, una pérdida de sangre importante puede conducir a una disminución 
en la tensión de oxigeno con reducción del contenido de colágeno en la anastomosis(62). En este grupo de 
paciente, el sangrado transoperatorio no fue significativo (media de 269 ml) y de acuerdo al análisis 
multivariado realizado, se consideró un factor de riesgo independiente. 
 
El estado de malnutrición afecta el proceso de cicatrización mediante disminución de aminoácidos esenciales 
para la síntesis de colágeno y prolongación de colagenolisis (8, 15, 86). Dependiendo del criterio utilizado, 
existe una prevalencia del 30-50% de malnutrición en pacientes de cirugía gastrointestinal. La mayoría de las 
escalas diagnósticas incluyen valoración de proteína sérica o albúmina(87, 88). Iancu et al, en un análisis 
multivariado de regresión logística reportó riesgo elevado de 1.97 de presentar FA en pacientes con proteína 
sérica preoperatoria menor de 5.5 g/dl como factor independiente(53). Telem, utilizando un método similar 
(análisis multivariado de regresión logística) reportó riesgo de 2.8 de presentar FA utilizando niveles de Alb 
sérica (<3.5 mg/dl) en comparación con pacientes con niveles normales (89). Estos hallazgos se corroboran con 
otros estudios que demuestran una correlación entre niveles bajos de albúmina y FA(90-92). En nuestro estudio, 
en el análisis bivariado, los pacientes con niveles de Alb < 3.5 mg/dl presentaron un riesgo de 2.9 de reportar 
FA que aquellos con niveles normales, sin embargo, en el análisis multivariado este riesgo demostró no ser 
significativo. Sin embargo, el presente estudio se limitó a valorar el estado de malnutrición solamente a la Alb 
sérica, lo cual pudiera ser un sesgo en estos resultados. Un pobre estado nutricional preoperatorio ha sido 
implicado en el desarrollo de complicaciones preoperatorias(93). En base a estos resultados y la literatura 
revisada, se recomienda el uso de nutrición parenteral para optimizar el estado nutricional previo a la cirugía 
electiva(93). En la literatura revisada, son pocos los estudios que argumentan una relación entre niveles bajos 
de Hb y de Al. Uno de ellos, Chouduri, et al, elaboró una asociación entre niveles bajos de Alb y Hb y la 
afectación de la perfusión y oxigenación en el margen de la anastomosis con predisposición a presentar FA(84). 
Iancu et al en un análisis multivariado los determinó como factores independientes de riesgo de FA(53). Los 
resultados de nuestro estudio coinciden con este último. Sin embargo, se necesitan estudios para poder entender 
el efecto combinado de la albumina y la anemia en la microcirculación de la anastomosis (84). 
 
Los pacientes con calificación de riesgo ASA probablemente tienen una tendencia mayor de reportar FA por 
integrar un rango mayor de comorbilidades, el cual pueda condicionar problemas en perfusión y oxigenación 
tisular(75). Por tanto, un riesgo ASA III o mayor se considera factor de riesgo independiente de FA en cirugía 
colorrectal (77). Choi et al, en un análisis multivariado reportó un riesgo de 5.6 de presentar FA en paciente con 
un ASA III y IV cuando se comparó con pacientes con ASA I y II, en su estudió no se incluyeron pacientes con 
ASA V(94). Acorde con esto, Nisar et al reportó resultados similares (76). Pommergard et al, realizó un 
metaanálisis de 14 estudios observacionales (n= 24,803), de los cuales solo dos de ellos reportaron un riesgo de 
18 
 
ASA III y IV con relación significativa con FA, el resto de ellos esta asociación no fue significativa. En este 
estudió, mediante un análisis multivariado reportó no haber relación significativa (OR 1.71, IC 95%=1.09-
2.67)(75). Sin embargo, en su estudio justifica esta diferencia de resultados por un alto grado de heterogeneidad 
entre los grupos de los estudios incluidos, lo cual resulta en un bajo nivel de evidencia(75). En el presente 
estudio, las categorías de calificación ASA III y IV no tuvieron ventajas (Odds) significativas de reportar FA 
en comparación con ASA I y II en el análisis multivariado. Sin embargo, existe un amplio rango de 
heterogeneidad entre las comorbilidades asociadas (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad 
cardiovascular o cardiopulmonar) que por fines de logística y diseño del estudio se incluyeron de forma global 
en el riesgo de ASA el cual podría ser un sesgo en nuestros resultados. 
 
En nuestro estudio, la presencia de cáncer fue el factor con mayor impacto con un riesgo de 5.3 de presentar 
FA. De acuerdo a la literatura, la FA es la complicación con mayor morbilidad en casos de cáncer colorrectal 
con una incidencia que oscila del 2 al 7% en CC y 1.8% al 10.4% para CR en su mayoría asociadas a RAB (94, 
95). En el presente estudio, el 14.5 % de los pacientes con CC presentó FA sin diferencia significativa en la 
distribución de tipo de resección y EC. De igual forma, el 12.5 % de los pacientes con CR presentó FA, los 
cuales en su totalidad se realizó RAB y se encontraron en EC avanzado. El papel del sitio de resección y 
anastomosis se consideran factores de riesgo establecidos (2, 5, 7, 8, 37). Se ha documentado que entre más 
distal sea la anastomosis mayor es el riesgo de presentar fuga anastomosis colorectales (1-19%) en comparación 
con anastomosis colónicas (2-7%)(2, 4, 5, 7, 8, 37, 39-41). Este riesgo, de acuerdo a algunos autores, puede 
incrementar hasta 23% si la anastomosis se realiza a una distancia menor de 7 cm del margen anal en 
comparación con anastomosis más proximales (2, 20, 96). Nisar et al, en un análisis multivariado reportó un 
riesgo de 2.49 de presentar FA en tumores que se encontraron a menos de 5 cm del margen anal(76). 
Pommmergard et al, por su parte, en un metaanálisis de regresión logística multivariado reportó un riesgo de 
3.26 de presentar FA en pacientes con RAB(75). En acorde con esto, Boccola et al, reportó un riesgo de 4.8 de 
presentar FA en CR distal en comparación con resecciones proximales (74). Este mismo autor reportó no haber 
diferencias significativas entre resecciones colónicas proximales (sigmoidectomía vs hemicolectomía 
izquierda) (74). Esto último coincide con lo reportado por otros autores(53, 80). Algunos investigadores 
sostienen que la creación de una anastomosis baja en una pelvis estrecha es técnicamente más difícil lo que 
pudiera condicionar un mayor trauma tisular con pobre aporte vascular y realizar una anastomosis a tensión(2). 
La RAB en cáncer de recto reporta mayor incidencia de FA probablemente porque durante la escisión total de 
mesorecto condicione un compromiso vascular durante la disección (97). La RT se asocia a una disminución 
de aporte de oxígeno condicionando un decremento en el proceso de cicatrización en el sitio de anastomosis(98). 
Nisar et al, fue el único estudio en la literatura revisada que reportó a la RT neoadyuvante como factor de riesgo 
independiente de FA (OR 1.44 (0.85-2.46), p = 0.18)(76). Pommmergard et al, en un metaanálisis de regresión 
logística multivariado reportó un riesgo de 1.25 de presentar FA en pacientes con RT neoadyuvante (75). En 
este último, en base a la grado de evidencia de los estudios incluidos, se sugiere que la RT podría estar 
relacionada a la presentación de FA pero con un bajo nivel de evidencia(75). En un metaanálisis de 15 estudios 
observacionales, solo uno reportó el EC como factor de riesgo significativopara FA (74, 75). En 8 de estos 
estudios, el EC reportó una asociación pobre (OR 0.86, IC 95% = 0.67-1.10)(75). De acuerdo a esto, ellos 
concluye que el EC no es un factor de riesgo asociado al desarrollo de FA y la calidad de evidencia de los 
estudios incluidos es baja(75). En nuestro estudio no se demostró un riesgo significativo de FA en resecciones 
distales como factor independiente. Sin embargo, el cáncer de recto, el cual ha sido reportado en la literatura y 
en nuestro como un factor de riesgo independiente importante de FA, se relacionado con resecciones distales. 
En acuerdo con lo reportado en la literatura, nuestro estudio no demostró riesgo significativo de reportar FA en 
EC avanzados. Sin embargo, no se documentó en el estudio el uso de radioterapia y/o quimioterapia 
neoadyuvante (protocolizado en estos pacientes), lo cual podría sugerir un sesgo en estos resultados. 
Diversos autores han estudiado el impacto que tiene el realizar un procedimiento de urgencia en comparación 
con su similar programada, sin embargo, en su mayoría los resultados son disidentes(53, 74, 80, 94, 97). Choi 
et al, en un análisis multivariado reportó un riesgo de FA de 4.6 en procedimiento de urgencia como factor 
independiente en pacientes con cáncer colorrectal(94). Este mismo estudio demostró que el riesgo de FA 
incrementa al 8.1 cuando se asocia a un riesgo ASA III-V. En acorde con estos resultados, Bielecki et al, reporta 
en su estudio un resultado similar (riesgo de 4.1) de presentar FA(97). Boccola et al, en un estudio prospectivo 
19 
 
con análisis multivariado no encontró riesgo de FA entre procedimiento de urgencia y programados(74). Otros 
autores reportaron resultados similares(53, 80). El presente estudio no encontró riesgo significativo como factor 
independiente cuando comparó un procedimiento de urgencias y programado. 
La realización de IP es una técnica tradicional que busca disminuir el riesgo de presentación de FA y sus 
consecuencias devastadoras (2). A pesar de su amplio uso, permanece en controversia si su realización reduce 
el rango de FA(99). De acuerdo a la literatura, existe una mayor evidencia que sugiere que la presencia de IP 
permite disminuir la magnitud de la sepsis y morbilidad asociada al desarrollo de FA(96). Existe un número 
significativo de estudios que sugieren su realización de rutina(39, 41, 100-103). Poon et al, en un estudio 
retrospectivo unicéntrico reportó menor incidencia de FA en pacientes que se realizó IP (3.3% vs 12.6%)(101). 
Kessler et al, por su parte, en un estudio retrospectivo multicéntrico reportó resultados similares mediante esta 
técnica (8.7% vs 15.4%)(102). En acuerdo a esto, otros estudios han reportado menor porcentaje de FA en 
pacientes con IP cuando se comparó con pacientes en que no se realizó (Matthiesen et al. 10.3% vs 28%, 
Pakkastie et al. 16% vs 32%, Graffner 8% vs 12%)(39, 41, 100). Estos resultados fueron validados por 
Montedori et al (Cochrane) en un metaanálisis que incluyó seis estudios controlados aleatorizados en el que 
reportó menor rango de FA (RR 0.33, IC 95%=0.21-053) y menor incide de reintervenciones (RR 0.23, IC 
95%=0.12-0.42) en pacientes con IP (104). En contraste, otros estudios han demostrado que la realización de 
IP no previene la presentación de FA(80, 105-109). En acuerdo con esto último, el presente estudio no mostro 
diferencias significativas en la prevención de FA en pacientes con IP. Algunos de los estudios reportados 
coinciden que un IP permite disminuir la gravedad de las complicaciones propias de FA y la incidencia de 
reintervención(80, 107, 108). Sin embargo, los resultados de otros estudios se oponen a su realización de 
rutina(78, 110). Fielding, en un estudio retrospectivo y multicéntrico reportó mayor rango de FA en los 
pacientes con IP (18 vs 7%)(110). La realización de una IP conlleva el riesgo de sentencia al paciente a un 
estoma permanente y un mundo de complicaciones asociadas. Ogilvie et al, en un estudio retrospectivo en un 
seguimiento de 6.3 meses reportó que aproximadamente 40% de los pacientes no se logró la restitución 
intestinal exitosa(111). La incidencia de complicaciones asociadas varía en la literatura del 18 al 55% de los 
casos, siendo el más común las complicaciones dermatológicas, seguido de desequilibrio hidroelectrolítico y 
repercusión directa en la calidad de vida del paciente(112-114). 
 
7. Conclusión 
En el presente análisis multivariado, las tres variables que reportaron ser factor de riesgo independiente 
significativo fueron valores de Hb <12 mg/dl, cáncer, falta de realización de PN, no usar NP en el 
postoperatorio. Durante el estudio se describieron dos variables que en el análisis bivariado fueron 
significativos, pero perdieron si ventaja de riesgo en el análisis multivariado. Algunos de estos resultados 
coinciden con otros estudios reportados. 
 
 
20 
 
8.Anexos. 
 
8.1Tablas 
Tabla 1. Resultados generales de características preoperatorias 
Variable n (%) Media Variable n (%) 
Edad 
(años) 
 63.00 ± 14.00 Etiología Benigna H1 74 29.37 
Sexo Masc. 143 56.75 H2 19 7.54 
 Fem. 109 43.25 H3 11 4.37 
IMC 
(kg/m2) 
 25.43 ± 4.01 H3 6 2.38 
ASA I 22 8.73 F 15 5.95 
 II 151 59.92 OI 22 8.73 
 III 77 30.56 SA 7 2.78 
 IV 2 0.79 VS 3 1.19 
Hb 
(mg/dl) 
 14.00 ± 1.80 Etiología Maligna CC 71 28.17 
Alb 
(mg/dl) 
 3.90 ± 2.47 CR 24 9.52 
 
 
 
Tabla 2. Resultados generales de características transoperatorias 
Variable n (%) Media Variable N (%) 
Tipo de 
cirugía 
Prog 214 84.92 Tipo de 
anastomosis 
TT 194 76.98 
 Urg 38 15.08 LL 28 11.11 
Tipo de 
resección 
HI 68 26.98 LT 22 8.73 
 SIG 146 57.94 TL 8 3.17 
 RAB 38 15.80 Método de 
anastomosis 
MEC 238 94.44 
Tipo de 
cirugía 
Prog 214 84.92 MAN 14 5.56 
 Urg 38 15.08 MS 29 0.12 
Tipo de 
resección 
HI 68 26.98 Tissuecol® 16 6.35 
 SIG 146 57.94 Histoacryl® 13 5.16 
 RAB 38 15.80 SP Si 64 25.40 
Tipo de 
abordaje 
LAPE 166 65.87 PN Si 232 92.06 
 LAPA 74 29.37 Negativo para fuga 232 100.00 
 LAPAC 12 16.22 Drenaje Si 222 88.10 
TQ (min) 210.00 ± 73.02 Cerrado * 193 86.90 
ST 361.62 ± 273.00 Penrose 29 13.06 
IP 23 9.13 AT Si 35 13.89 
* Biovack®, Blake®, 
 
 
 
21 
 
 
Tabla 3. Resultados generales de características postoperatorias 
Variable n (%) Media 
FA* FA 21 8.33 
NP SI 118 46.83 
 NPT 43 36.44 
 NPP 75 63.56 
VO 3.84 ± 1.61 
TPO SI 24 9.52 
APO SI 15 5.95 
Tipo de cirujano Colorrectal 88 34.92 
 Oncólogo 52 20.63 
 Otro 112 44.44 
* 100% se reintervino 
 
 
Tabla 4. Porcentaje de casos con FA (Grupo 1) de las variables de interés en la muestra total 
Variable Total Grupo 1 Variable Total Grupo 1 
n = 252 n = 21 % n = 252 n = 21 % 
Etiología Benigna 157 8 5.10 Tipo de 
anastomosis 
TT 194 14 7.22 
 H1 74 3 4.05 LL 28 6 21.43 
 H2 19 2 10.53 LT 22 0 0.00 
 H3 11 1 9.09 TL 8 1 12.50 
 H3 6 0 0.00 Método de 
anastomosis 
MEC 238 18 7.56 
 F 15 0 0.00 MAN 14 3 21.43 
 OI 22 1 4.55 MS Si 29 2 6.90 
 SA 7 0 0.00 Tissuecol® 16 2 12.50 
 VS 3 1 33.33 Histoacryl® 13 0 0.00 
 Maligna 95 13 13.68 SP Si 64 5 7.81 
 CC 71 10 14.08 PN* Si 232 13 5.60 
 CR 24 3 12.50 AT Si 35 2 5.71 
Tipo de 
cirugía 
Prog 214 20 9.35 TTO Si 37 3 8.11 
 Urg 38 1 2.63 NP SI 118 5 4.24 
Tipo de 
resección 
SIG 146 11 7.53 NPT 43 2 4.65 
 HI 68 5 7.35 NPP 75 3 4.00 
 RAB 38 5 13.16 TPO SI 24 5 20.83 
Tipo de 
abordaje 
LAPE 166 15 9.04 APO SI 15 1 6.67 
 LAPA 74 6 8.11 Tipo de 
cirujano 
CCR 88 5 5.68 
 LAPAC 12 0 0.00 ONC 52 5 9.62 
*100% reporte negativo en el transoperatorio. Otro 112 11 9.82 
22 
 
Tabla 5. Comparación de características generales en Grupo 1 y 2 y su riesgo de presentar FA. N = 252 
Variables Grupo 1 
N = 21 
Mediana (RIC)Grupo 2 
N = 231 
Mediana (RIC) 
Valor de 
significancia (P) 
Edad 62 (57-71.5) 64 (52-72) 0.91* 
Sexo n (%) 0.33** 
 Fem. 7 (33.3) 102 (44.2) 
 Masc. 14 (66.7) 129 (55.8) 
IMC 25.1 (22.1-28.8) 25.4 (23.4-27.4) 0.66* 
RIC = Rango intercuartil, *U de Mann Whitney , **Chi cuadrada con prueba exacta de Fisher 
Fuente: elaboración propia 
 
Tabla 6. Características preoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y riesgo de FA. N=252 
Variables preoperatorias 
 
Grupo 1 
N = 21 
N (%) 
Grupo 2 
N = 231 
N (%) 
OR (IC 95%) 
Inherentes al paciente 
Hb 
 ≤ 12 mg/dl 8 (38.1) 21 (9.09) 6.1 (2.2-16.5)* 
 > 12 mg/dl 13 (61.9) 210 (90.9) 1 (grupo de referencia) 
Alb 
 < 3.5 mg/dl 10 (47.6) 55 (23.8) 2.9 (1.1-7.2)* 
 ≥ 3.5 mg/dl 11 (52.4) 176 (76.2) 1 (grupo de referencia) 
Riesgo ASA 
III-IV 8 (38.1) 71 (30.7) 1.3 (0.5-3.4) 
I-II 13 (61.9) 160 (69.3) 1 (grupo de referencia) 
Indicación del procedimiento quirúrgico 
Tipo de etiología 
 Maligna 13 (62) 82 (35.5) 2.9 (1.1-7.4)* 
 Benigna 8 (38) 149 (64.5) 1 (grupo de referencia) 
OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%) *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo 
como factor de riesgo. 
Fuente: elaboración propia 
 
Tabla 7: Características propias del transoperatorio y su riesgo de presentar FA. N=252 
 
Variables Grupo 1 
N = 21 
N (%) 
Grupo 2 
N = 231 
N (%) 
OR (IC 95%) 
Tipo de cirugía 
 Urgente 1 (4.76) 37 (16) 0.26 (0.03-2.0) 
 Programada 20 (95.4) 194 (84) 1 (grupo de referencia) 
Tipo de resección 
Distal SI/RAB 16 (76.2) 168 (72.7) 1.2 (0.4-3.4) 
Proximal HIZ 5 (23.8) 63 (27.3) 1 (grupo de referencia) 
IP 
 No 19 (90.5) 210 (90.9) 0.95 (0.2-4.3) 
 Si 2 (9.52) 21 (9.1) 1 (grupo de referencia) 
Método de anastomosis 
 MAN 3 (14.3) 11 (4.76) 3.3 (0.8-13) 
 MEC 18 (85.7) 220 (95.2) 1 (grupo de referencia) 
SP 
 No 16 (76.2) 172 (74.5) 1 (0.4-3.1) 
23 
 
 Si 5 (23.8) 59 (25.5) 1 (grupo de referencia) 
PN 
 No 8 (38.1) 12 (5.19) 11.2 (3.9-32.2)* 
 Si 13 (61.9) 219 (94.8) 1 (grupo de referencia) 
MS 
 No 19 (90.6) 204 (88.3) 1.2 (0.3-5.6) 
 Si 2 (9.5) 27 (11.7) 1 (grupo de referencia) 
AT 
 Si 2 ( 9.52) 33 (14.3) 0.63(0.1-2.8) 
 No 19 (90.5) 198 (85.7) 1 (grupo de referencia) 
TTO 
 Si 3 (14.3) 34 (14.7) 0.96 (0.3-3.4) 
 No 18 (85.7) 197 (85.3) 1 (grupo de referencia) 
Tipo de Cirujano 
CCR 5 (23.81) 82 (35.5) 1.49 (0.54-4.08) 
ONC 5 (23.81) 48 (20.78) 0.87 (0.21-2.43) 
Otro** 11 (52.31) 101 (43.72) 0.83 (0.39-1.08) 
 
Tabla 8. Características relacionadas al postoperatorio y su riesgo de FA. N=252 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%) *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo 
como riesgo. 
Fuente: elaboración propia 
 
 
Tabla 9. Modelo de análisis multivariado de características preoperatorias, transoperatorias y 
postoperatorias asociadas al riesgo de FA. N = 252 
Variables 
MODELO 1 
ORA (IC 95%)a 
 
 
MODELO 2 
ORA (IC 95%)b 
 
MODELO 3 
ORA (IC 95%)c 
Hb ≤ 12 mg/dl 5.1 (1.8-14.5)* 5 (1.6-15.7)* 3.6 (1.1-11.7)* 
Alb < 3.5 mg/dl 2.7 (1.06-7.2)* 2.2 ( 0.79-6.4) 2.8 (0.9-8.7) 
Etiología maligna 2.9 ( 1.1-7.6)* 4.7 (1.5-14.7)* 5.3 (1.6-17.6)* 
No realizar PN 2 (1.4-2.9)* 2 (1.4-2.8)* 
No usar NP en el PO 3.4 (1.01-11.3)* 
TPO 2.2 (0.6-8.3) 
ORA (IC 95%) = Odds Ratio ajustado (Intervalo de confianza del 95%) 
*Intervalo de confianza del 95% >1, significativo como riesgo 
a Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 2.3, grados de libertad = 3, significancia P= 0.508. R cuadrada 
de Nagelkerke = 17.4% 
Variables Grupo 1 
N = 21 
N (%) 
Grupo 2 
N = 231 
N (%) 
OR (IC 95%) 
NP 
 No 16 (76.19) 117 (51.08) 3 (1.09-8.7)* 
 Si 5 (23.81) 113 (48.92) 1 (grupo de referencia) 
TPO 
 Si 5 (23.8) 19 (8.22) 3.4 (1.1-10.5)* 
 No 16 (76.2) 211 (91.88) 1 (grupo de referencia) 
ATO 
 Si 1 (4.76) 14 (6.06) 0.77 (0.1-6.2) 
 No 20 (95.24) 217 (93.94) 1 (grupo de referencia) 
24 
 
b Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 4.7, grados de libertad = 3, significancia P = 0.195. R cuadrada 
de Nagelkerke = 31.4% 
c Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 6, grados de libertad = 6, significancia P = 0.419. R cuadrada 
de Nagelkerke = 35.9% 
Fuente: elaboración propia 
 
8.2 Gráficos 
 
Grafica 1.- Distribución de EC en los pacientes con etiología maligna. N = 95 
 
Fuente: elaboración propia 
Grafica 2.- Distribución del Grupo 1 de acuerdo a su etiología. N = 21 
 
 Fuente: elaboración propia 
 
 
25 
 
9. Referencias 
 
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Interrupted Intestinal Anastomosis: A Prospective Randomized Trial. Annals of surgery. 2000;231(6):832-7. 
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5. Bruce J, Krukowski Z, Russell E, Park K. Systematic review of the definition and measurement of 
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