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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A LA PRESENTACIÓN DE FUGA DE ANASTOMOSIS COLORRECTAL EN LA POBLACIÓN MEXICANA TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE ESPECIALISTA EN CIRUGÍA GENERAL PRESENTA: JOSÉ ARTURO ARAGÓN LÓPEZ TUTOR O TUTORES PRINCIPALES DR. GONZALO FEDERICO HAGERMAN RUIZ GALINDO CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. NOVIEMBRE, 2016. Margarita Texto escrito a máquina FACULTAD DE MEDICINA UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Índice General: 1. Introducción … 2 1.1. Pregunta de investigación. …3 1.2. Objetivo….3 1.3. Justificación….3 1.4. Hipótesis general….3 1.5. Hipótesis especifica….3 2. Marco teórico….4 2.1. Anastomosis intestinales…5 2.1.1. Anastomosis manual….5 2.1.2. Anastomosis mecánica….5 2.2. Fisiología de las anastomosis intestinales….7 2.3. Fuga de anastomosis colorrectal….8 2.4. Prevención de fuga de anastomosis….9 3. Metodología….11 3.1. Criterios de inclusión….11 3.2. Criterios de exclusión….11 3.3. Criterios de eliminación….11 3.4. Variables de interés….12 3.5. Limitaciones….13 4. Estrategia de análisis….13 5. Resultados….14 5.1. Características generales….14 5.2. Características preoperatorias y riesgo de FA….14 5.3. Características propias del transoperatorio y riesgo de FA….14 5.4. Características postoperatorias y riesgo de FA….14 5.5. Características preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias asociadas a FA…15 6. Discusión….17 7. Conclusión…19 8. Anexos….20 8.1. Tablas….20 8.2. Gráficas…24 9. Referencias ….25 3 1.- Introducción Desde hace más de 150 años, las anastomosis intestinales se han realizado con éxito utilizando una amplia variedad de técnicas, dispositivos y materiales. Sin embargo, la presentación de una Fuga de Anastomosis (FA) representa una complicación devastadora de la colorrectal el cual, a pesar de décadas de investigación, los rangos de presentación continúan prácticamente sin cambios en las series publicadas (2-6). Un adecuado entendimiento de los principios de reparación intestinal permite mejorar la adopción de técnicas encaminadas a disminuir el riesgo de FA(7). Al momento no es posible establecer de manera categórica cual es el método ideal de anastomosis intestinal para cada paciente(2). Por tanto, depende de la experiencia y preparación del cirujano la elección del método más apropiado para el paciente(2). Aunque la mayor parte de este proceso de elección se basa en principios ya establecidos, gran parte de esto depende de la habilidad y experiencia del cirujano(2). Nuestra incapacidad actual para probar científicamente estos factores les sitúa en el ámbito del arte. 1.1 .- Pregunta de investigación: ¿Cuáles son los principales factores de riesgo asociados a la presentación de fuga de anastomosis colorrectal en la población mexicana? 1.2 Objetivo: Identificar los principales factores de riesgo asociados a la presentación de fuga de anastomosis colorrectal en la población mexicana. Objetivos secundarios: - Identificar los factores de riesgo modificables asociados a la presentación de fuga de anastomosis colorrectal en la población mexicana. - Identificar los factores de riesgo no modificables asociados a la presentación de fuga de anastomosis colorrectal en la población mexicana. 1.3- Justificación: La presencia de una fuga de anastomosis representa una complicación devastadora de la cirugía colorectal y coloca al paciente en un riesgo elevado de morbimortalidad. A pesar de los avances tecnológicos y décadas de investigación los rangos de presentación en cirugía colorectal continúan prácticamente sin cambios y en números inaceptables. Un adecuado entendimiento e identificación de los factores de riesgo modificables y no modificables nos permitirá desarrollar métodos (preoperatorios, transoperatorios y postoperatorios) encaminados para prevenir su presentación. Con esto, podremos mejorar la selección de pacientes candidatos para anastomosis colorrectales y evitar el morbimortalidad inherente a la presentación de fuga de anastomosis colorrectal. 1.4 Hipótesis general: La presentación de una fuga de anastomosis colorrectal se encuentran relacionada a factores de riesgos modificables y no modificables. 1.5 Hipótesis especifica: - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios modificables. - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios no modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos preoperatorios no modificables. - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios modificables. - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios no modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgo transoperatorios no modificables. 4 - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios modificables. - H1: La fuga de anastomosis colorrectal se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios no modificables. - H0: La fuga de anastomosis colorrectal no se encuentra relacionada a factores de riesgos postoperatorios no modificables. 5 2.- MARCO TEÓRICO 2.1 Anastomosis intestinales El termino de anastomosis intestinal (anastomosis, del latín “anastomōsis" y del griego “αναστóμωσις” = embocadura) se refiere a la comunicación de los cabos intestinales posterior la resección de un segmento con el objetivo de restaurar la continuidad y función del tracto gastrointestinal(8). De forma general, se pueden clasificar de acuerdo al método utilizado (manuales y mecánicas) y al sitio del cabo proximal y distal que utilizado para realizar la anastomosis (termino-terminal, latero-lateral, termino-lateral, latero-terminal)(8). 2.1.1 Anastomosis manual Los detalles técnicos relacionados con este tipo de anastomosis pueden variar de acuerdo a la preferencia del cirujano y serie publicada(8). Se pueden realizar en uno o dos planos, con sutura continua o puntos interrumpidos y pueden existir muchas variantes en relación al material de sutura utilizado(8). Las anastomosis con puntos interrumpidos y en dos planos tienen sus orígenes en el siglo XIX con los trabajos experimentales de Travers y Lembert, quienes aproximaron de forma cuidadosa las superficies serosas del intestino delgado y desarrollaron el método de sutura, que actualmente lleva su nombre, para cumplir esta tarea(1). En 1836, Dieffenbach realizó la primera anastomosis exitosa de intestino delgado utilizando el método descrito por Lembert(1). En 1880, Czerny se adjudicó la adición de una capa internacon el objetivo de reducir el riesgo de fuga y mejorar la precisión de la aproximación de la mucosa(1). Desde entonces, esta técnica ha permanecido esencialmente sin cambios excepto por la evolución del material de sutura utilizada en la capa interna(1). En 1887 Halsted, fue quizá el primero que determinó la importancia de la submucosa en las anastomosis realizando anastomosis en un solo plano con el método descrito por Lembert (1, 7). La anastomosis en un solo plano con sutura interrumpida nunca fue abandonada del todo y periódicamente renueva interés(9, 10). La anastomosis en un solo plano con sutura continua es una innovación contemporánea descrita por Hautefeuille en 1976(11). En Estados Unidos, la primera mención de esta técnica fue descrita por Allen en 1979 quien presentó sus resultados en la Sociedad Quirúrgica de Texas y adquirió su popularidad desde entonces(12, 13). De estos, el método que tradicionalmente ha demostrado mayor éxito es la anastomosis en dos planos utilizando material de sutura multifilamento absorbible para la cara interna y puntos interrumpidos con seda para la capa externa (plano seromuscular) (1, 8, 12). Es importante destacar que el uso de multifilamento teóricamente causa mayor trauma a su paso en la pared intestinal y puede albergar una mayor cantidad bacterias en sus intersticios(8). Hasta el momento, el único inconveniente apreciable en la técnica de dos planos de sutura es el consumo de mayor tiempo durante su realización (1, 8). En la última década se han reportado excelentes resultados del uso de sutura continua en un solo plano con monofilamento absorbible (1, 8). Las ventaja descritas de esta última es el menor tiempo utilizado con menores costos (1, 8). De acuerdo a la literatura, no existe diferencia significativa entre el uso de sutura en uno o dos planos, con material absorbible y no absorbible (14-16). Independiente del número de planos y material utilizado, la línea de sutura de una anastomosis manual puede ser creada mediante sutura continua o interrumpida (8). La sutura continua es más hermética aunque presenta la desventaja de que la integridad de la anastomosis depende de una sola sutura(8). Esta ha demostrado tener un mejor control de hemostasia aunque pudiera comprometer el flujo arterial y condicionar isquemia y dehiscencia de la anastomosis(8). De este tipo de sutura los más utilizados son Conell-Mayo, Cushing y Lembert continuo (8). Los tipos de sutura interrumpidos comúnmente utilizados son Lembert, Halsted y Gambee (9, 17). Hasta ahora, no existen estudios prospectivos aleatorizados que resuelvan el cuestionamiento si la sutura interrumpida es mejor, igual o inferior a la sutura continua, a su vez, los estudios retrospectivos no han demostrado ninguna ventaja significativa entre un método y otro(15). 2.1.2 Anastomosis mecánica Las suturas mecánicas, como su nombre lo indica, son dispositivos mecánicos que permiten una precisa aplicación de grapas quirúrgicas dispuestas en ordenación predeterminada sobre un tejido o víscera para la construcción de una línea de sutura(18, 19). De acuerdo a la literatura, la primera sutura mecánica descrita fue por Henroz de Lieja en 1826, consistió en el uso de anillos metálicos que contenían agujas con orificios alternados y producían la comunicación del intestino a través de bordes evertidos, estos anillos posteriormente eran evacuados (8, 19). Este tipo de anastomosis inicialmente se llamó anastomosis muco-mucosa evertida y se probó con éxito en perros(7, 8). Este instrumento por ser muy pesado presentó la desventaja de producir necrosis por compresión en los dos diafragmas invertidos(8). En 1892, Murphy desarrolla un dispositivo similar llamado 6 “Boton de Murphy”(7). En 1908, el Dr. Hummer Hultl (Húngaro) de Budapest y el ingeniero Víctor Fischer (Alemán) crearon un dispositivo de sutura mecánica automática que consistía en una engrapadora con agujas finas de acero en una disposición de doble hilera de grapas de acero en forma de “B”, con lo que realizaron la primera sutura mecánica gastroduodenal (7, 18, 20). En 1921, durante el Octavo Encuentro de la Sociedad de Cirujanos Húngaros, el cirujano húngaro Aladar Von Petz, presentó un instrumento para realizar anastomosis gastrointestinal que consistía en insertar dos filas de ganchos grandes de plata, las cuales se cargaban con la mano y en forma secuencial penetraban los tejidos mediante la rotación de una rueda(21). En 1934, el Dr. H. Friedrich (Alemania) creó el primer dispositivo de sutura mecánica automática recargable, lo que a su vez permitió el uso múltiple del instrumento en un mismo procedimiento quirúrgico (20, 21). En 1940 se creó en Moscú en el Instituto de Investigación Experimental de Aparatos Quirúrgicos, dedicado al desarrollo y perfeccionamiento de las suturas mecánicas (cirugía vascular, torácica y gastrointestinal), el cual permitió a los rusos colocarse a la vanguardia en el área de las suturas mecánicas(17). En 1980 Knight y Griffen realizaron la primera anastomosis rectal por doble engrapado, lo cual resultó en un significativo avance en la cirugía colorectal (20, 22). En 1985, Hardy et al, adoptó el concepto de anastomosis de compresión e introdujo un dispositivo biodegradable en forma de anillos para las anastomosis mecánicas conocido como “Valtrac”, desde entonces se han introducido al mercado múltiples dispositivos que replican este mecanismo sin demostrar diferencias estadísticas significativas en términos de complicaciones y debido a sus elevados costos y dificultades técnicas es escasa su utilización en México (23-26). En los últimos 30 años se han publicado una gran cantidad de estudios que exponen que la realización de anastomosis mecánica es segura, efectiva y confiable y a su vez permite conservar el esfínter en aquellos pacientes con necesidad de construir anastomosis colorrectales muy bajas (27, 28). En la actualidad estas engrapadoras quirúrgicas son construidas a partir de acero inoxidable o titanio y difieren entre sí por la configuración de la línea de sutura (circular o lineal), la capacidad de seccionar (engrapadora cortante) los tejidos, el tamaño y diámetro de las anastomosis resultantes e igualmente la presencia de cuchilla de unión para realizar el corte simultaneo de los tejidos al tiempo que se aplican las grapas (engrapador articulado) lo cual confiere mayor versatilidad en la realización de anastomosis colo-rectales a nivel del recto inferior(8, 29). Estas suturas constituyen una variante fundamental de las tradicionales técnicas manuales de las cuales se describen los siguientes tipos(8, 29): Linear no cortante (toraco-abdominal o engrapadora TA): también llamada vertical, es un instrumento lineal que permite colocar una doble línea de grapas sin dividir el sitio de engrapado(8, 29). Existen en tres tamaños (30, 60 y 90 mm) con grapas de 4.5 a 5.5 mm y se utiliza principalmente en el cierre de una víscera hueca(8, 29). Linear cortante (gastrointestinal anastomosis o GIA): Estos instrumentos permiten cuatro hileras de grapas, con sección simultánea entre ellas y disponen de una lámina, la cual es conducida por su cursor (8, 29). Se usan para seccionar órganos y crear anastomosis (latero-terminal y latero-lateral) con una sutura de bordes invertidos(8, 29). Existen diferentes tamaños (50, 55 y 75 mm) y son recargables(29). Se reconocen de acuerdo con el color, de acuerdo con la altura (1.5 y 2.0 mm) y con el largo (3.8 y 4.0 mm) de la grapa(29). Este tipo de engrapadora es el más utilizado en la realización de anastomosis intestinales(8). La engrapadora curvilínea cortante (contour) se considera una variante de este tipo de engrapadora con la única diferencia en tener una forma curva(8). Se utiliza principalmente en cirugía colorectal distal (8). Circular: este tipo de engrapadora permite realizar una anastomosis termino-lateral o termino-terminal mediante una doble línea de engrapadora cortante(8,29). Los modelos más recientes son curvos y con una extremidad descartable, lo que facilita su introducción a través de estructuras y con la propiedad de permitir siempre suturas de borde invertidos (8, 29). Los diámetros usados son de 21, 25, 29, 31 y 33 mm y se recomienda utilizar el mayor diámetro posible (para anastomosis coló-rectales son habitualmente usadas de 29 o 33 mm) (29). Su principal aplicación es en permitir anastomosis en cirugía de colorectal y de esófago (8, 29). En la era moderna, existe un código de colores que relaciona el color del cartucho con el grosor del tejido a tratar (8). El color blanco corresponde a un cartucho de uso vascular (1mm), el azul (1.5mm) es el cartucho estándar usado para intestino delgado, colon y esófago y el verde (2mm) es utilizado para tejidos con mayor grosor (ej. estómago, recto) (8). 7 Dentro de las ventajas descritas en el uso de las engrapadoras destacan la menor manipulación de los tejidos y menor desarrollo de edema en el postoperatorio, menor tiempo quirúrgico y un menor tiempo de recuperación del tránsito intestinal(30, 31). Las complicaciones relacionadas por su empleo son relacionadas con el uso inadecuado del equipo por parte de los cirujanos que desconocen el uso correcto recomendado por el fabricante que traduce un incremento costos (por fallo en su uso y requerir un segundo dispositivo o cartucho) y riesgo de falla de la anastomosis (20, 30). Otra falla descrita es la aproximación inadecuada de los tejidos por una mala técnica de resección el cual resulta en bordes irregulares del tejido anastomosado con una sutura incompleta y mayor riesgo de FA(22, 31). De acuerdo a esto último, se sugiere que el cirujano esté familiarizado con las técnicas y que los médicos en formación de postgrado sean entrenados en el uso de ambas técnicas, y con ello conocer la integridad de su funcionamiento, dado que varias de las complicaciones mencionadas pudieran estar relacionadas con su mal funcionamiento(29, 30). Hasta el momento, con excepción de las anastomosis colorrectales bajas y esofágicas, el uso de engrapadoras no ha demostrado superioridad (en términos de rango de FA, estancia hospitalaria y morbimortalidad) sobre las anastomosis manuales y el proceso de elección de la técnica ideal para cada tipo de pacientes permanece controversial (7, 8, 15, 32). 2.2 Fisiología de las anastomosis intestinales Una buena apreciación de los principios de reparación intestinal permite mejorar la adopción de técnicas que disminuyen el riesgo de FA(7). Se debe entender que el entorno del proceso de cicatrización de una anastomosis es significativamente diferente al descrito en otros tejidos debido al estrés histológico (secundario a la presión intraluminal y peristalsis) y la presencia de una cantidad no despreciable de bacterias (7). Cuando el intestino es quirúrgicamente dividido, se presenta una respuesta inflamatoria suscitada por la activación de la cascada de la coagulación y el reclutamiento de plaquetas (fase inflamatoria) (7, 8). Esta cascada de inflamación es propagada por la liberación de mediadores almacenados en los gránulos de las plaquetas y neutrófilos los cuales son movilizados hacia el sitio de la anastomosis (7, 8). La fase inflamatoria de la cicatrización dura hasta los primeros 2 a 5 días posteriores a la cirugía y existe un claro predominio de proceso de colagenolisis sobre la síntesis de colágeno en el borde adyacente a la anastomosis en el orden del 25% en el tercer día del postoperatorio (7, 8, 33). Debido a esto, durante esta fase inicial la integridad de la anastomosis depende casi en su totalidad del sellado mecánico del lumen por la línea de sutura y el sello de fibrina (7, 8). Se ha demostrado que las anastomosis colónicas presentan un proceso de colagenolisis más intenso en comparación con las anastomosis de intestino delgado(8). Alrededor del quinto día de postoperatorio se presenta una transición de la fase inflamatoria a la fase proliferativa del proceso de cicatrización(8). Es durante esta segunda fase existe una transición de la degradación del colágeno a la deposición de este (7, 8). Es en este punto crítico en que cualquier desequilibrio en la relación síntesis de colágeno-colagenolisis puede resultar en una dehiscencia de anastomosis (8). El día siete de postoperatorio representa el punto máximo de la fase proliferativa en el que la síntesis de colágeno supera a la colagenolisis (7, 8). Posterior a esto, la aproximación de los dos bordes de la anastomosis deja de depender de la sutura o engrapadora y se sostiene por la matriz celular que rodea las fibras de colágeno (fase de maduración) (7, 8). Después de la quinta a la sexta semana no existe incremento significativo en la deposición de colágeno y la fuerza tensil de la cicatriz continua incrementando progresivamente con el tiempo(7). Los principios técnicos básicos enunciados por Halsted (1897) para la realización una correcta anastomosis aún permanecen vigentes y en conjunto con los pilares actuales se ha determinado los siguientes principios: - Procurar al mínimo el trauma tisular durante la manipulación. - Realizar una rigurosa hemostasia respetando un adecuado aporte sanguíneo - La anastomosis debe ser hermética con aposición mucosa-mucosa. - La submucosa debe estar incorporada a la sutura. - La anastomosis debe restaurar las funciones de la víscera resecada. - Se debe procurar una mínima contaminación bacteriana. - Se debe evitar que la anastomosis se encuentre a tensión (2, 8). El adecuado flujo sanguíneo en los bordes del intestino es un pilar fundamental en el proceso de cicatrización de la anastomosis(2, 34, 35). A pesar que se considera una condición crítica, el porcentaje mínimo del flujo 8 normal necesario para una adecuada cicatrización aún se desconoce (2, 34, 35). En conjunto con el adecuado aporte sanguíneo, una anastomosis con sin tensión es otro de los grandes pilares en la adecuada técnica quirúrgica, sin embargo este principio permanece hipotético(2). Dentro de la literatura revisada, no existen reportes de estudios experimentales que investiguen el papel de la tensión en la anastomosis intestinal(2). La escasa información de este tema parece relacionarse con la dificultad en del diseño de estudio y relacionarlo con los resultados clínicos(2). En la última década, se ha determinado que la fuerza tensil de la anastomosis intestinal alcanza el 60% entre el tercer y cuarto día de postoperatorio y el 100% al final de la primera semana (14, 15). Esta fuerza tensil la provee principalmente la cantidad y tipo de colágeno que se encuentra contenida en la capa submucosa del intestino (7). El colágeno tipo I es el tipo predominante (68%), seguida por el tipo III (20%) y tipo V (12%)(36). La serosa es una capa delgada de tejido conectivo que cubre la muscularis propia y se ha descrito que durante la creación de una anastomosis la directa aposición de esta capa disminuye el riesgo de fuga(7, 36). 2.3 Fuga de anastomosis colorrectal El Grupo de Estudio Internacional de Cáncer Rectal define como fuga o dehiscencia de anastomosis a la salida de gas o líquido por un defecto de la pared en el sitio de la anastomosis que permite la comunicación entre el compartimento intra y extraluminal, aunque esta definición puede variar de acuerdo a la literatura revisada(5, 6, 37, 38). A pesar que el rango de fuga reportado en la literatura es muy amplia, se considera que este rango es mayor en anastomosis colorectales (1-19%) en comparación con anastomosis colónicas (2-7%)(2, 4, 5, 7, 39- 41). Otras series reportan FA en procedimientos de urgencia en cirugía colorectal en 2-16% en casos de obstrucción colónica y del 6-19% en casos de peritonitis de origen colónico(42). Esta variación considerable se debe en parte a la falta de uniformidad de criterios y parámetros diagnósticos en el concepto de FA(5). En una revisión sistemática de 49 estudios gastrointestinalespublicados entre 1993 y 1999, Bruce et. al encontró que al menos 29 diferentes definiciones de FA fueron utilizadas (5). A pesar de los avances tecnológicos y décadas de investigación en selección del paciente y perfeccionando las técnicas quirúrgicas, los rangos de FA en cirugía colorectal continúa prácticamente sin cambios y en números inaceptables (2, 3). En relación con esto, en un metaanálisis y revisión sistemática publicado en el 2010 que incluyó 98 estudios prospectivos de cirugía colorrectal demostró que no existe diferencia en los rangos de fuga reportados en los estudios publicados antes y después del 2003(3). La presencia de una FA representa una complicación devastadora de la cirugía colorectal y coloca al paciente en un riesgo elevado de morbimortalidad (2, 4-6). Este escenario se relaciona con un riesgo de desarrollo de sepsis pélvica del 50% con un incremento de estancia hospitalaria y riesgo de mortalidad (10-27%) pudiendo condicionar la necesidad de un estoma permanente (3, 43-45). Asociado a esto, secundario a la FA puede desarrollarse fibrosis pélvica y perjudicar la función anorectal con riesgo de condicionar incontinencia fecal y disminuir de forma significativa la calidad de vida de los pacientes(46). En pacientes oncológicos, la relación entre el desarrollo de FA y los resultados oncológicos a largo plazo (en términos de recurrencia local) permanece controversial(47-49). A casi un siglo de investigación de factores de riesgos del paciente y de la técnica quirúrgica, no se ha logrado comprender en su totalidad la patogénesis de la fuga intestinal(2). Las anastomosis colónicas cursan con un período crítico de aparición de FA entre el tercer y el quinto día el cual coincide con la fase de menor resistencia de la sutura (37, 40). Durante estos días existe una disminución en la cantidad de colágeno en la submucosa colónica y una pobre respuesta vascular pudiendo ser las causas de la menor fuerza anastomótica(6, 37). Es por esto que se argumenta que una FA que se presenta dentro de las primeras 72 horas esta relacionado con un error inadvertido en la técnica quirúrgica y aquellas que se presentan despues sse sugiere una causa multifactorial con poca relación a la técnica(50). Se presume que la causa es multifactorial y no se puede atribuir a un solo mecanismo(51, 52). Se han descrito factores relacionados a incremento del riesgo de fuga, sin embargo no existe un consenso en relación al papel de cada uno de estos factores y su inter-dependencia en el proceso de cicatrización de la anastomosis(53). Los podemos dividir en las siguientes: - Factores de riesgo inherentes al paciente: El uso de corticoesteroides y quimioterapéuticos son conocidos por atenuar y prolongar la fase inflamatoria(8). Las drogas antiangiogénicas y la deficiencia nutricional prolongan el periodo de colagenolisis y disminuyen la síntesis de colágeno(8, 15). El tabaquismo se ha asociado a una tendencia 9 a disminuir la tensión de oxígeno en el sitio de anastomosis el cual incrementa el cuatro veces el riesgo de FA en comparación con la población no fumadora (15, 54, 55). El estado de choque séptico conduce a una disminución de perfusión tisular y disminución en la síntesis de colágeno(15). Una resección colónica con anastomosis secundaria por enfermedad de Crohn tiene un riesgo de FA del 2-12%(15). La radioterapia neoadyuvante, recomendada en cáncer de recto medio y distal (T3 o mayor), es un conocido factor de riesgo independiente de FA por los efectos que causa sobre el tejido (incremento de apoptosis, lesión a componentes celulares, disfunción fibroblástica, alteraciones en la regulación de los factores del crecimiento) el cual pudiera alterar el proceso de cicatrización intestinal(56, 57). El alcoholismo, obesidad, una clasificación de ASA elevada, anemia, proceso neoplásico asociado son otros factores descritos en la literatura (4, 5, 40). - Factores de riesgo en el transoperatorio: Existe evidencia en trauma y en cirugía programada que relaciona el exceso de resucitación de líquidos por un lado y como el exceso de restricción hídrica durante el transoperatorio por otro lado con un incremento de riesgo de FA (6, 37, 58). A su vez, una pérdida importante de sangre asociada a hemotransfusión, durante el transoperatorio y postoperatoria, probablemente sea el reflejo de una cirugía con dificultades durante el transoperatorio, que en relación con las consecuencias inmunológicas propias de la hemostransfusión, se asocian a un riesgo del 10% de presentar FA(6, 37, 59). En paciente con hipotensión que requieren de apoyo con aminas vasopresores cursan con un riesgo de tres a cuatro veces mayor de presentar FA (6, 37, 60). Durante la realización de la anastomosis se deben tener presentes y enlistar los principios de seguridad para una adecuada anastomosis intestinal(2). La isquemia tisular y una técnica quirúrgica deficiente se consideran los principales factores en su desarrollo(51, 52). En relación a la isquemia tisular, la irrigación sanguínea y la adecuada oxigenación son factores relacionados con una adecuada cicatrización en la anastomosis(61). Se ha demostrado que una tensión baja de oxígeno en el sitio de anastomosis es un predictor de FA(54). Por tanto, una pérdida de sangre importante que conduce a una disminución en la tensión de oxigeno reducen el contenido de colágeno en la anastomosis(62). En una reciente investigación por los miembros de la Sociedad Quirúrgica de Chicago, tanto cirujanos generales como colorrectales acordaron que la falla técnica en la realización de la anastomosis es quizá la principal causa del desarrollo de FA aunque concordaron que es escasa la investigación realizada sobre este tema(2). En relación a esto, se ha demostrado que cirujanos con experiencia en resecciones colónicas producen mejores resultados en los pacientes, incluyendo un menor rango de FA(51, 52). El hecho de que el rango de FA reportado entre cirujanos sea amplio indica que la habilidad técnica y la experiencia de cada cirujano juega un papel importante en el riesgo de FA(61). - Factores dependientes del segmento digestivo a anastomosar: Existe evidencia que apoya que entre más distal sea la anastomosis mayor es el riesgo de presentar fuga (2, 5, 7, 8, 37). Algunos autores mencionan que este riesgo incrementa (hasta 23%) si la anastomosis se realiza a una distancia menor de 7 cm del margen anal en comparación con anastomosis colorectales proximales (2, 20). Algunos investigadores sostienen la hipótesis que la creación de una anastomosis baja en una pelvis estrecha es técnicamente más difícil lo que pudiera condicionar un mayor trauma tisular con pobre aporte vascular y realizar una anastomosis a tensión(2). A pesar de esto, es escasa la investigación que justifique esta diferencia en rangos de FA en diferentes segmentos del intestino (2). La presencia de un proceso infeccioso local en el sitio de la anastomosis intensifica el proceso de colagenolisis y por tanto incrementa el riesgo de fuga (8). 2.4 Prevención de FA Tradicionalmente, en cirugías electivas, la preparación intestinal previo a la cirugía se consideraba una medida de oro(63, 64). El razonamiento es que mediante el decremento de la carga bacteriana en el colon permite una mejor cicatrización en el sitio de anastomosis y con esto minimizar el riesgo de FA (63, 64). Estudios recientes han cuestionado esta práctica y existe una tendencia en los estudios a demostrar que esta preparación no es esencial e inclusive podría ser perjudicial(63, 64). Con esto en cuenta, las recomendaciones actuales se encaminan a evitar la preparación intestinal mecánica en relación a comodidad del paciente, potencial de presentar desequilibrio hidroelectrolítico y riesgo de infección por clostridium difficile(65, 66). Sin embargo 10 existe una creciente evidencia de la concentración intestinal de microbios incrementa el riesgo FA(67, 68). De acuerdo a esto,la recomendación actual se relaciona a evitar la preparación colónica y a realizar una descontaminación del tracto digestivo con antibióticos orales no absorbibles un día previo al procedimiento quirúrgico, el cual ha demostrado claramente disminuir el riesgo de FA(67, 68). Una estrategia novedosa en la prevención de FA ha sido la introducción del sellado externo de la anastomosis con materiales de fibrina con el objetivo de sellar el cual posibles defectos externos de la anastomosis (secundario a una técnica quirúrgica deficiente o isquemia tisular)(61). Los materiales de fibrina se encuentran diseñados para simular los pasos finales de la cascada de coagulación formando un coagulo de fibrina fisiológicamente estable que asiste a la hemostasia y al proceso de cicatrización(69). Desafortunadamente, muchos de estos estudios han fallado en demostrar resultados convincentes(70-73). Efectos positivos se han reportado en estudios experimentales y en humanos, pero es poco claro si estos efectos se deben a incremento de la fuerza mecánica, protección de la anastomosis y mejorando el proceso de cicatrización(72, 73). En la última década ha incrementado el uso de productos de gel de fibrina como agente reforzante de la línea de anastomosis, aunque los recientes estudios son inconsistentes y en su mayoría sugieren un probable efecto perjudicial en las anastomosis intestinales y colónicas(8). 11 3. Metodología Se realizó un estudio retrospectivo, observacional, transversal, homodémico, retrolectivo, unicéntrico, y descriptivo en pacientes con anastomosis colónica en el Centro Médico ABC localizado en la Ciudad de México (Campus Observatorio y Santa Fe) en el periodo de Enero 2008 – Febrero 2016. La recolección de datos se realizó a través del Departamento de Estadística Estratégica del Centro Médico ABC mediante la inclusión de las siguientes claves de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) 9 y 10 para procedimientos quirúrgicos: 45.75 (hemicolectomía izquierda abierta y otro tipo), 45.76 (sigmoidectomía abierta), 45.71 (colectomía segmentaria abierta y otro tipo), 17.35 (hemicolectomía izquierda por laparoscopía), 17.36 (sigmoidectomía por laparoscopía), 17.31 (colectomía segmentaria por laparoscopía), 48.51 (resección anterior baja laparoscópica y otros), 48.52 (resección anterior baja abierta), 0DBM/0DTM (resección/escisión de colon descendente), 0DBM/0DTN (resección/escisión de colon sigmoides), 0DBP/0DTP (resección/escisión de recto). 3.1 Criterios de inclusións: - Pacientes que se realizó anastomosis primaria posterior a hemicolectomía izquierda, sigmoidectomía o resección anterior baja en el periodo de Enero 2008 – Febrero 2016 en el Centro Médico ABC. 3.2 Criterios de exclusión: - Pacientes en que no se realizó anastomosis primaria. - Pacientes en que la anastomosis se realizó en otra institución. - Pacientes en que la causa primaria de la resección no fue colónica. - Pacientes en que se realizó otra cirugía diferente a hemicolectomía izquierda, sigmoidectomía o resección anterior baja. - Pacientes en que se realizó dos anastomosis primarias en diferentes segmentos de intestino durante el mismo procedimiento. - Pacientes en que el procedimiento se realizó en un periodo diferente a Enero 2008 – Febrero 2016. - Pacientes en que se realizó un procedimiento mayor adicional a hemicolectomía izquierda, sigmoidectomía o resección anterior baja. 3.3 Criterios de eliminación: - Pacientes en que no se completó la recolección de datos. - Pacientes que posterior al procedimiento fueron trasladados a otra institución para continuar manejo postquirúrgico. - Pacientes que posterior al procedimiento quirúrgico fueron egresados por “alta voluntaria”. - Pacientes en que se realizó reintervención por una causa diferente a fuga de anastomosis. - Pacientes que por motivo legal no se pudo acceder su archivo electrónico. 3.4 Variables de interés: - Variables preoperatorias: - Aquellas inherentes al paciente: Edad y sexo. Índice de masa corporal (IMC). Calificación de riesgo de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA). Medición hemoglobina preoperatoria medida en gramos/decilitro (Hb). Medición de albúmina sérica preoperatoria medida en gramos/decilitro (Alb). - Indicación del procedimiento quirúrgico: De etiología benigna (confirmado por reporte definitivo de patología): Diverticulitis aguda complicada (DA) de acuerdo a la clasificación de Hinchey: I (H1), II (H2), III (H3), IV (H4). Diverticulitis aguda de repetición (H1). Presencia de fistula: colo-vesical, colo-entérica, recto-uterina (F). Oclusión colónica por estenosis colónica (OI). Sangrado activo o de repetición (SA). Vólvulo de sigmoides (VS). De etiología maligna (confirmado por reporte definitivo de patología): 12 Cáncer de colon (CC) y recto (CR) los cuales se señaló la etapa clínica (EC) de acuerdo a las guías de National Comprehensive Cancer Network (NCCN) 2015. De acuerdo a estos, la EC se clasificó en temprano (EC I y II) y avanzado (III y IV). - Variables propias del transoperatorio: Tipo de cirugía: Urgente: definido como aquella cirugía realizada en las primeras 24 horas de internamiento en que el diferimiento del procedimiento quirúrgico atenta contra la vida y la función del paciente. Programada: definido como aquel procedimiento programado por consulta externa o aquel que se realiza posterior a las 24 horas del internamiento y que su diferimiento no atenta contra la vida y función del paciente de forma inmediata o mediata. Relacionadas al procedimiento quirúrgico: Tipo de resección: Proximal: Hemicolectomía izquierda (HIZ). Distal: Sigmoidectomía (SI), Resección anterior baja (RAB). Tipo de abordaje: Laparotomía exploradora (LAPE). Abordaje por laparoscopía (LAPA). Abordaje por laparoscopía con conversión a procedimiento abierto (LAPAC). Tiempo quirúrgico medido en minutos (TQ). Realización de ileostomía protectora (IP). Tipo de anastomosis: Termino-terminal (TT). Latero-lateral (LL). Latero-terminal (LT). Termino-lateral (TL). Método de anastomosis: Mecánica (MEC) o manual (MAN). Aplicación de material sintético de fibrina en sitio de anastomosis (MS). Realización de segundo plano en la línea de anastomosis (SP) tanto para MEC y MAN. Realización de prueba neumática (PN) Colocación de drenaje (D): Cerrado (DC), penrose (DP). Sangrado transoperatorio medido en mililitros (ST). Uso de aminas vasoactivas en el transoperatorio (AT). Transfusión de hemocomponentes durante el transoperatorio (TTO). - Variables relacionadas al postoperatorio: Presentación de fuga de la anastomosis (FA) y día postoperatorio en que se reintervino (PO). Uso de nutrición parenteral posterior al procedimiento quirúrgico (NP): Total (NPT), parcial (NPP). Uso de aminas vasoactivas (APO) Transfusión de hemocomponentes en el postoperatorio (TPO). - Se documentó si el procedimiento fue realizado por un cirujano colorectal (CCR), cirujano oncólogo (ONC) u otro tipo (cirujano general, cirujano vascular, etc). La información se recopiló a través del expediente clínico electrónico (TIM-EMR y OnBase) y se capturó para su análisis en nuestra base de datos (Microsoft Excel 2013). Los pacientes se clasificaron en dos grupos: Grupo 1si se identificó FA en el mismo internamiento y Grupo 2 aquellos que no se identificó FA en el mismo internamiento. Se realizó un análisis estadístico de comparación de las variables de interés entre ambos grupos. Las FA se documentaron de acuerdo a alguno de los siguientes métodos: tomografía abdominal computada, enema contrastado con material hidrosoluble, laparotomía exploradora o laparoscopía. No se documentó el método de reintervención, conducta quirúrgica posterior ni seguimiento de estos pacientes posterior a la reintervención. No se documentó reingresode los pacientes egresados por mejoría sin fuga de anastomosis. 3.5 Limitaciones: Debido a que un número no despreciable de los expedientes incluidos no se especifica antecedente de alcoholismo, tabaquismo, medicación preoperatoria, aplicación de radioterapia y/o quimioterapia (en casos de pacientes con cáncer), por lo tanto, estos datos no se incluyeron en la base de datos. Los antecedentes personales patológicos (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular o 13 cardiopulmonar) por fines de logística y diseño del estudio se incluyeron de forma global en el riesgo de ASA. En el preoperatorio no se recolectaron datos relacionados con la preparación colónica. En relación a la técnica quirúrgica no se documentó el material de sutura o la técnica con la que se realizó la anastomosis manual (sutura continua o puntos interrumpidos, tipo de puntos interrumpidos). De la misma forma, no se reporta la experiencia de los cirujanos incluidos en el estudio. 4. Estrategia de análisis El análisis de la información se realizó en tres etapas: univariada, bivariada y multivariada. En la etapa univariada, se describió la distribución de cada variable, dependiendo su escala de medición. Las variables nominales se describieron mediante el cálculo de frecuencias y porcentajes; mientras que las ordinales y cuantitativas se describieron a través de medias, desviaciones estándar, medianas y rangos intercuartiles. En la etapa bivariada se siguieron dos pasos: primero, se identificó la asociación estadística entre cada una de las variables generales (edad, género e índice de masa corporal) y la variable dependiente (fuga de anastomosis colónica), mediante el cálculo de pruebas Chi Cuadrada y U de Mann Withney. Luego, en un segundo paso, se identificó la asociación entre cada una de las variables independientes de interés (inherentes al paciente, indicación quirúrgica, aquellas propias del procedimiento quirúrgico y aquellas relacionadas al posoperatorio) y la variable dependiente, mediante la estimación de Odds ratios (OR) e Intervalos de Confianza del 95% (IC 95%). En la etapa multivariada se construyeron tres modelos de variables independientes asociadas a la variable dependiente: el primero incluyó el ajuste de variables inherentes al paciente e indicación quirúrgica, el segundo incluyó el ajuste de las anteriores y las variables propias del procedimiento quirúrgico, y el tercero incluyó el ajuste de todas las anteriores y las variables relacionadas al posoperatorio. Para el efecto se estimaron OR ajustados (ORA) e intervalos de Confianza del 95% (IC 95%) mediante el cálculo de regresiones logísticas binarias por el método directo. En cada modelo se incorporaron como covariables a aquellas que tuvieron relaciones estadísticamente significativas con la variable dependiente (valor de P < 0.05 en la prueba de Chi Cuadrada). La bondad del ajuste de los modelos de regresión logística obtenidos se evaluó con la prueba Hosmer y Lemeshow. Esta prueba reporta valores de Chi Cuadrada, de grados de libertad y de significancia P, siendo la hipótesis nula de la significancia que el valor P sea menor a 0.05. Es decir, que el modelo hará un ajuste adecuado de las relaciones de las variables si el valor de P es mayor a 0.05. Adicionalmente, se calcularon pruebas R2 de Nagelkerke para establecer el porcentaje de la variación de la variable dependiente que explicaban los modelos. El procesamiento y análisis de la información se realizó con el paquete estadístico SPSS versión 21. 14 5. Resultados Utilizando las claves CIE 9 y 10 en la base de datos del Departamento de Estadística Estratégica del Centro Médico ABC se obtuvo un total de 515 pacientes. De acuerdo a los criterios de exclusión se obtuvo una muestra total de 252 pacientes para nuestro estudio. Los resultados generales de las variables de interés preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias se muestran en la Tabla 1, 2 y 3 respectivamente. La Gráfica 1 muestra la distribución del EC en casos de etiología maligna (N=95, 37.69%). Se aprecia que en el estudio predominaron EC avanzados. 5.1.- Características generales: El estudio incluyó 252 pacientes (M: 56.7%, F: 43.25%), la media de edad fue 63 años (rango intercuartil 53- 72) y de IMC de 25.4 (rango intercuartil 23.3-27.4). En 21 casos (8.3%) se presentó FA. La Tabla 4 muestra el porcentaje de casos con FA (Grupo 1) de cada una de las variables de interés de la muestra total. En la Tabla 5 se muestra la comparación de las características de edad, sexo e IMC de los pacientes del Grupo 1 y Grupo 2 y su riesgo (Odds) de presentar FA. No existen diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos. 5. 2.- Características preoperatorias y riesgo de FA. La Tabla 6 muestra la relación de las variables preoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y su riesgo (Odds) de presentar FA. La ventaja (Odds) de presentar FA fue mayor en pacientes con niveles de Hb ≤ 12 mg/dl (OR = 6.1, IC 95% = 2.2-16.5) en comparación con aquellos con un nivel mayor. A su vez, los pacientes con niveles de Alb < 3.5 mg/dl presentaron una ventaja (Odds) mayor de reportar FA (OR = 2.9, IC 95% = 1.1-7.2) que aquellos con niveles normales. Por su parte, las categorías de calificación ASA III y IV no tuvieron ventajas (Odds) significativas de reportar FA en comparación con ASA I y II. En el estudio, no se reportó ningún paciente con ASA V. De acuerdo a la Tabla 6 y la Gráfica 2, se aprecia que la etiología maligna generó el 62% de los casos (48% CC, 14% CR). Esto se refleja en la Tabla 6 donde se muestra que la etiología maligna presentó ventaja (Odds) mayor de reportar FA (OR = 2.9, IC 95% = 1.1-7.4) en comparación con las de carácter benigno. En relación a esto, se estimó la asociación entre el EC y el riesgo de presentar FA mediante el cálculo de OR e IC del 95%. No se encontró ventaja (Odds) significativa de reportar FA en los pacientes con EC avanzado en comparación con los aquellos con EC temprano (OR = 1.2, IC 95% = 0.37-4.1). 5.3.- Características propias del transoperatorio y riesgo de FA. En la Tabla 7 se muestra la comparación de las características transoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y su riesgo (Odds) de presentar FA. OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%), *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo como riesgo. ** Cirujano General, Cirujano Vascular. Fuente: elaboración propia En este análisis, los pacientes en que no se realizó PN presentaron una ventaja (Odds) mayor de reportar FA (OR = 11.2, IC 95% = 3.9-32.2) en comparación con aquellos en que si se realizó. El resto de las variables de interés no mostraron ventajas (Odds) significativas de reportar FA. El TQ (175 min +/- 97.8 vs 210 min +/- 72) y el ST (379 ml +/- 87 vs 366 ml +/-88) para el Grupo 1 y 2 se mostraron homogéneos. La comparación del tipo de anastomosis entre ambos (Grupo 1 y 2) fue homogéneo: TT (66.67% vs 77.92%), LL (28.57% vs 9.52%), LT (0 vs 9.52%), TL (4.76% vs 3.03%). El uso de drenajes entre ambos se mostró homogéneo: El Grupo 1 utilizó drenaje en 76.19% (n=16) (cerrado 81.25% n = 13, penrose 18.75% n = 3) y el Grupo 2 en 89.18% (n=206) (cerrado 87.38% n = 180, penrose 12.62% n = 12). 5.4.- Características relacionadas al postoperatorio y su riesgo de FA. 15 La comparación de características postoperatorias entre el Grupo 1 y 2 se muestran en la Tabla 8. El Grupo 1 usó NP en 23.81% (NPT 40% n=2, NPP 60% n=3) y el Grupo 2 en 48.92% (NPT 36.28% n = 41, NPP 63.72% n = 72). Los pacientes que no se administró NP presentaron mayor ventaja (Odds) de reportar FA (OR = 3, IC 95% = 1.09-8.7). Los pacientes con TPO presentaron mayor ventaja (Odds) de reportar FA (OR = 3.4, IC 95% = 1.1-10.5) en comparación con aquellos que no. De estegrupo de pacientes, el 40% reportó un Hb ≤12 mg/dl previo al procedimiento quirúrgico y una media de ST de 300 ml (rango intercuartil 200-400). La administración de ATO no demostró ventaja (Odds) significativa de reportar FA en el postoperatorio. 5.5.- Características preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias asociadas al riesgo de FA. El cálculo de regresiones logísticas binarias permitió construir tres modelos específicos de asociación de variables independientes (preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias) con la variable dependiente (FA). En dicha modelización el efecto de cada variable se ajustó a las otras variables, para evaluar si se mantenía o desaparecía su ventaja (Odds) (ver Tabla 9). En el modelo 1, se incluyeron las características preoperatorias que fueron significativas en el análisis bivariado: Hb (≤ 12 mg/dl), Alb (<3.5) y la presencia de etiología maligna. El efecto ajustado de las tres variables se mantuvo significativo con un sentido de riesgo. La bondad de ajuste del modelo fue adecuada según el valor de significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada por este modelo fue de 17.4%. En el modelo 2, se añadió la característica transoperatoria que demostró ser significativa en el análisis bivariado (“no realizar PN”) para ajustar su efecto con las características preoperatorias. El efecto ajustado de las cuatro variables se mantuvo significativo con un sentido de riesgo. La bondad de ajuste del modelo fue adecuada según el valor de significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada por este modelo fue de 31.4%. En el modelo 3 se añadieron las características postoperatorias con riesgo significativo (TPO y no utilizar NP) para ajustar su efecto con las características preoperatorias y transoperatorias con riesgo significativo. El efecto ajustado de las seis variables se modificó en tres aspectos (ver Tabla 9): 1) La Alb y TPO perdieron su ventaja (Odds) significativa; 2) la Hb ≤ 12, etiología maligna, no realizar PN y no utilizar NP mantuvieron su significancia; y 3) la variable que incrementó su ventaja (Odds) de reportar FA fue la etiología maligna (ORA de 4.7 en el modelo 2 a 5.3 en el modelo 3), mientras que la característica que más disminuyó su ventaja (Odds) fue la Hb (≤ 12 mg/dl) (ORA de 5 en el modelo 2 a 3.6 en el modelo 3). La bondad de ajuste del modelo fue adecuada según el valor de significancia de la prueba de Hosmer y Lemeshow (P > 0.05). La varianza explicada por este modelo fue de 35.9%. Se podría sugerir que las variables de interés con riesgo significativo mostradas en la Tabla 9 podrían afectarse entre sí por una relación causa-efecto (ej. Hb ≤12 mg/dl y necesidad TPO, Alb < 3.5 mg/dl y necesidad de NP), sin embargo, el análisis multivariado representado en el Modelo 3 (Tabla 9) permite determinar en cada variable independiente su verdadero riesgo de reportar FA de forma aislada cuando se encuentran en interacción con el resto de las variables de interés con riesgo significativo. La variable de interés con mayor impacto fue la presencia de etiología maligna (CC 77%, CR 23%) con un riesgo de 5.3 (IC 95% = 1.6-17.6) de presentar FA. Como se aprecia en la Tabla 4, del total de pacientes con CR reportados en la muestra general (n=24), el 12.5% (n=3) presentó FA. De este grupo, el 100% (n=3) se presentó con EC avanzado y el procedimiento quirúrgico realizado fue RAB. Del total de pacientes con CC reportados en la muestra general (n=71), el 14% (n=10) presentó FA de los cuales el 50% (n=5) se encontró en EC avanzado sin diferencia significativa en la distribución de tipo de resección: proximal: HIZ (OR = 1.64, IC 95% = 0.53-5.11), distal: SI/RAB (OR = 1.37, IC 95% = 0.46-4.02). De acuerdo al análisis especifico, no existe riesgo (Odds) significativo de reportar FA en los pacientes con EC avanzado (OR = 1.2, IC 95% = 0.37- 4.1) ni en una resección distal (OR = 1.2, IC 95% = 0.4-3.4). Sin embargo, no se documentó en el estudio el uso de radioterapia y/o quimioterapia neoadyuvante (protocolizado en estos pacientes y considerados factores de riesgo de FA), lo cual podría sugerir un sesgo en estos resultados. De acuerdo al Modelo 3 (Tabla 9), una Hb ≤ 12 mg/dl en el preoperatorio representa un riesgo de 3.6 (IC 95% = 1.1-11.7) de presentar FA. Como se muestra en la Tabla 6, estos pacientes representaron el 38.1% (n=8) del 16 Grupo 1 (media de ST 269 ml), de estos solo el 37.5% (n=3) recibió TPO (media de ST de 333.33 ml). Aunque en el análisis bivariado, la TPO, representó ser significativo (ver Tabla 8), en el análisis multivariado (ver Modelo 3 en Tabla 9), no se encontró riesgo (Odds) significativo de reportar FA. De este grupo de pacientes, el 87.5 % (n=7) fue de etiología maligna (CC 57.1% n=4, CR 42.9% n=3) con una relación no significativa (OR=0.70, IC 95%=0.18-2.17). La falta de realización de PN en el transoperatorio representó un riesgo de 2 (IC 95% = 1.4-2.8) de reportar FA (ver Modelo 3, Tabla 9). Esto último sugiere una fuerte relación con falla en la técnica quirúrgica y pudiera ser una de las principales aportaciones del presente trabajo. Este grupo de pacientes, representan el 38.1% (n=8) del Grupo 1 (ver Tabla 7) sin diferencia significativa en su etiología: 50% (CC 100%, n=4) de etiología maligna (OR = 0.67, IC 95% = 0.13-3.47) y 50%(H1 50% n=2, OI 25% n=1, VS 25% n=1) de carácter benigno (OR = 0.67, IC 95% = 0.13-3.47). La falta de administración de NP en el postoperatorio representó un riesgo de 3.4 (IC 95% = 1.01-11.3) de reportar FA (ver Modelo 3, Tabla 9). Este grupo de pacientes representa el 76.19% (n=16) del Grupo 1 (ver Tabla 8). No se reportaron diferencias significativas de acuerdo a su etiología: 68.8% (n=11) de etiología maligna (OR = 1.75, IC 95% = 0.42-7.17), y 37.5% (n=5) de carácter benigno (OR = 0.87, IC 95% = 1.64- 3.05). En este grupo de pacientes, el 44% cursó con Alb <3.5 mg/dl en el preoperatorio. Aunque en el análisis bivariado, la Alb < 3.5, representó ser significativo (ver Tabla 6), en el análisis multivariado (ver Modelo 3 en Tabla 9), no se encontró riesgo (Odds) significativo de reportar FA. Sin embargo, el presente estudio no incluyó el valor de la prealbúmina preoperatoria (considerada como marcador con mayor sensibilidad en la valoración nutricional) en la recolección de datos, lo cual pudiera ser un sesgo en estos resultados. 17 6. Discusión. En el presente análisis multivariado, las tres variables que reportaron ser factor de riesgo independiente significativo fueron valores de Hb <12 mg/dl, cáncer, falta de realización de PN, no usar NP en el postoperatorio. Durante el estudio se describieron dos variables que en el análisis bivariado fueron significativos, pero perdieron si ventaja de riesgo en el análisis multivariado. Algunos de estos resultados coinciden con otros estudios reportados(74-77). Las condiciones médicas inherentes al paciente en el preoperatorio reflejan su estado general y el riesgo de presentar FA se encuentran establecidas(53, 78). El adecuado flujo sanguíneo y la tensión de oxígeno en los bordes del intestino se consideran un pilar fundamental en el proceso de cicatrización de la anastomosis(2, 34, 35, 61). Se ha descrito que la isquemia es un fuerte factor de riesgo de FA, por tanto, es vital el asegurar un adecuado flujo durante la creación de la anastomosis, sin embargo, esta es una valoración subjetiva basada en las características del tejido y pérdidas importantes de sangre(51, 52). Diversos estudios muestran una asociación entre anemia perioperatoria y el incremento de complicaciones postoperatorias(79). Iancu et al en un análisis multivariado determinó que un nivel de Hb menor de 9.5 mg/dl condiciona un riesgo de 6 mayor de presentar FA como factor independiente (53). En acuerdo con esto, Hayden et al, reportó un riesgo similar con un corte de Hb menor de 11 mg/dl (80).Otros autores reportan resultados similares(75, 81-83). Por su parte Choudhuri et al, reportó un resultado significativo utilizando un valor de Hb menor de 8 mg/dl con un riesgo de presentar FA de 1.89(84). El presente estudio reportó un riesgo mayor de 3.6 veces de presentar FA con un corte de Hb menor de 12 mg/dl. Esta relación de riesgo probablemente se explique por el decremento de la capacidad de transporte de oxígeno en el sitio de anastomosis (54, 80). Aunque esta asociación no se ha comprendido de forma completa, el sangrado transoperatorio se puede considerar como una medida agregada en el decremento de la Hb(85). Por tanto, una pérdida de sangre importante puede conducir a una disminución en la tensión de oxigeno con reducción del contenido de colágeno en la anastomosis(62). En este grupo de paciente, el sangrado transoperatorio no fue significativo (media de 269 ml) y de acuerdo al análisis multivariado realizado, se consideró un factor de riesgo independiente. El estado de malnutrición afecta el proceso de cicatrización mediante disminución de aminoácidos esenciales para la síntesis de colágeno y prolongación de colagenolisis (8, 15, 86). Dependiendo del criterio utilizado, existe una prevalencia del 30-50% de malnutrición en pacientes de cirugía gastrointestinal. La mayoría de las escalas diagnósticas incluyen valoración de proteína sérica o albúmina(87, 88). Iancu et al, en un análisis multivariado de regresión logística reportó riesgo elevado de 1.97 de presentar FA en pacientes con proteína sérica preoperatoria menor de 5.5 g/dl como factor independiente(53). Telem, utilizando un método similar (análisis multivariado de regresión logística) reportó riesgo de 2.8 de presentar FA utilizando niveles de Alb sérica (<3.5 mg/dl) en comparación con pacientes con niveles normales (89). Estos hallazgos se corroboran con otros estudios que demuestran una correlación entre niveles bajos de albúmina y FA(90-92). En nuestro estudio, en el análisis bivariado, los pacientes con niveles de Alb < 3.5 mg/dl presentaron un riesgo de 2.9 de reportar FA que aquellos con niveles normales, sin embargo, en el análisis multivariado este riesgo demostró no ser significativo. Sin embargo, el presente estudio se limitó a valorar el estado de malnutrición solamente a la Alb sérica, lo cual pudiera ser un sesgo en estos resultados. Un pobre estado nutricional preoperatorio ha sido implicado en el desarrollo de complicaciones preoperatorias(93). En base a estos resultados y la literatura revisada, se recomienda el uso de nutrición parenteral para optimizar el estado nutricional previo a la cirugía electiva(93). En la literatura revisada, son pocos los estudios que argumentan una relación entre niveles bajos de Hb y de Al. Uno de ellos, Chouduri, et al, elaboró una asociación entre niveles bajos de Alb y Hb y la afectación de la perfusión y oxigenación en el margen de la anastomosis con predisposición a presentar FA(84). Iancu et al en un análisis multivariado los determinó como factores independientes de riesgo de FA(53). Los resultados de nuestro estudio coinciden con este último. Sin embargo, se necesitan estudios para poder entender el efecto combinado de la albumina y la anemia en la microcirculación de la anastomosis (84). Los pacientes con calificación de riesgo ASA probablemente tienen una tendencia mayor de reportar FA por integrar un rango mayor de comorbilidades, el cual pueda condicionar problemas en perfusión y oxigenación tisular(75). Por tanto, un riesgo ASA III o mayor se considera factor de riesgo independiente de FA en cirugía colorrectal (77). Choi et al, en un análisis multivariado reportó un riesgo de 5.6 de presentar FA en paciente con un ASA III y IV cuando se comparó con pacientes con ASA I y II, en su estudió no se incluyeron pacientes con ASA V(94). Acorde con esto, Nisar et al reportó resultados similares (76). Pommergard et al, realizó un metaanálisis de 14 estudios observacionales (n= 24,803), de los cuales solo dos de ellos reportaron un riesgo de 18 ASA III y IV con relación significativa con FA, el resto de ellos esta asociación no fue significativa. En este estudió, mediante un análisis multivariado reportó no haber relación significativa (OR 1.71, IC 95%=1.09- 2.67)(75). Sin embargo, en su estudio justifica esta diferencia de resultados por un alto grado de heterogeneidad entre los grupos de los estudios incluidos, lo cual resulta en un bajo nivel de evidencia(75). En el presente estudio, las categorías de calificación ASA III y IV no tuvieron ventajas (Odds) significativas de reportar FA en comparación con ASA I y II en el análisis multivariado. Sin embargo, existe un amplio rango de heterogeneidad entre las comorbilidades asociadas (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular o cardiopulmonar) que por fines de logística y diseño del estudio se incluyeron de forma global en el riesgo de ASA el cual podría ser un sesgo en nuestros resultados. En nuestro estudio, la presencia de cáncer fue el factor con mayor impacto con un riesgo de 5.3 de presentar FA. De acuerdo a la literatura, la FA es la complicación con mayor morbilidad en casos de cáncer colorrectal con una incidencia que oscila del 2 al 7% en CC y 1.8% al 10.4% para CR en su mayoría asociadas a RAB (94, 95). En el presente estudio, el 14.5 % de los pacientes con CC presentó FA sin diferencia significativa en la distribución de tipo de resección y EC. De igual forma, el 12.5 % de los pacientes con CR presentó FA, los cuales en su totalidad se realizó RAB y se encontraron en EC avanzado. El papel del sitio de resección y anastomosis se consideran factores de riesgo establecidos (2, 5, 7, 8, 37). Se ha documentado que entre más distal sea la anastomosis mayor es el riesgo de presentar fuga anastomosis colorectales (1-19%) en comparación con anastomosis colónicas (2-7%)(2, 4, 5, 7, 8, 37, 39-41). Este riesgo, de acuerdo a algunos autores, puede incrementar hasta 23% si la anastomosis se realiza a una distancia menor de 7 cm del margen anal en comparación con anastomosis más proximales (2, 20, 96). Nisar et al, en un análisis multivariado reportó un riesgo de 2.49 de presentar FA en tumores que se encontraron a menos de 5 cm del margen anal(76). Pommmergard et al, por su parte, en un metaanálisis de regresión logística multivariado reportó un riesgo de 3.26 de presentar FA en pacientes con RAB(75). En acorde con esto, Boccola et al, reportó un riesgo de 4.8 de presentar FA en CR distal en comparación con resecciones proximales (74). Este mismo autor reportó no haber diferencias significativas entre resecciones colónicas proximales (sigmoidectomía vs hemicolectomía izquierda) (74). Esto último coincide con lo reportado por otros autores(53, 80). Algunos investigadores sostienen que la creación de una anastomosis baja en una pelvis estrecha es técnicamente más difícil lo que pudiera condicionar un mayor trauma tisular con pobre aporte vascular y realizar una anastomosis a tensión(2). La RAB en cáncer de recto reporta mayor incidencia de FA probablemente porque durante la escisión total de mesorecto condicione un compromiso vascular durante la disección (97). La RT se asocia a una disminución de aporte de oxígeno condicionando un decremento en el proceso de cicatrización en el sitio de anastomosis(98). Nisar et al, fue el único estudio en la literatura revisada que reportó a la RT neoadyuvante como factor de riesgo independiente de FA (OR 1.44 (0.85-2.46), p = 0.18)(76). Pommmergard et al, en un metaanálisis de regresión logística multivariado reportó un riesgo de 1.25 de presentar FA en pacientes con RT neoadyuvante (75). En este último, en base a la grado de evidencia de los estudios incluidos, se sugiere que la RT podría estar relacionada a la presentación de FA pero con un bajo nivel de evidencia(75). En un metaanálisis de 15 estudios observacionales, solo uno reportó el EC como factor de riesgo significativopara FA (74, 75). En 8 de estos estudios, el EC reportó una asociación pobre (OR 0.86, IC 95% = 0.67-1.10)(75). De acuerdo a esto, ellos concluye que el EC no es un factor de riesgo asociado al desarrollo de FA y la calidad de evidencia de los estudios incluidos es baja(75). En nuestro estudio no se demostró un riesgo significativo de FA en resecciones distales como factor independiente. Sin embargo, el cáncer de recto, el cual ha sido reportado en la literatura y en nuestro como un factor de riesgo independiente importante de FA, se relacionado con resecciones distales. En acuerdo con lo reportado en la literatura, nuestro estudio no demostró riesgo significativo de reportar FA en EC avanzados. Sin embargo, no se documentó en el estudio el uso de radioterapia y/o quimioterapia neoadyuvante (protocolizado en estos pacientes), lo cual podría sugerir un sesgo en estos resultados. Diversos autores han estudiado el impacto que tiene el realizar un procedimiento de urgencia en comparación con su similar programada, sin embargo, en su mayoría los resultados son disidentes(53, 74, 80, 94, 97). Choi et al, en un análisis multivariado reportó un riesgo de FA de 4.6 en procedimiento de urgencia como factor independiente en pacientes con cáncer colorrectal(94). Este mismo estudio demostró que el riesgo de FA incrementa al 8.1 cuando se asocia a un riesgo ASA III-V. En acorde con estos resultados, Bielecki et al, reporta en su estudio un resultado similar (riesgo de 4.1) de presentar FA(97). Boccola et al, en un estudio prospectivo 19 con análisis multivariado no encontró riesgo de FA entre procedimiento de urgencia y programados(74). Otros autores reportaron resultados similares(53, 80). El presente estudio no encontró riesgo significativo como factor independiente cuando comparó un procedimiento de urgencias y programado. La realización de IP es una técnica tradicional que busca disminuir el riesgo de presentación de FA y sus consecuencias devastadoras (2). A pesar de su amplio uso, permanece en controversia si su realización reduce el rango de FA(99). De acuerdo a la literatura, existe una mayor evidencia que sugiere que la presencia de IP permite disminuir la magnitud de la sepsis y morbilidad asociada al desarrollo de FA(96). Existe un número significativo de estudios que sugieren su realización de rutina(39, 41, 100-103). Poon et al, en un estudio retrospectivo unicéntrico reportó menor incidencia de FA en pacientes que se realizó IP (3.3% vs 12.6%)(101). Kessler et al, por su parte, en un estudio retrospectivo multicéntrico reportó resultados similares mediante esta técnica (8.7% vs 15.4%)(102). En acuerdo a esto, otros estudios han reportado menor porcentaje de FA en pacientes con IP cuando se comparó con pacientes en que no se realizó (Matthiesen et al. 10.3% vs 28%, Pakkastie et al. 16% vs 32%, Graffner 8% vs 12%)(39, 41, 100). Estos resultados fueron validados por Montedori et al (Cochrane) en un metaanálisis que incluyó seis estudios controlados aleatorizados en el que reportó menor rango de FA (RR 0.33, IC 95%=0.21-053) y menor incide de reintervenciones (RR 0.23, IC 95%=0.12-0.42) en pacientes con IP (104). En contraste, otros estudios han demostrado que la realización de IP no previene la presentación de FA(80, 105-109). En acuerdo con esto último, el presente estudio no mostro diferencias significativas en la prevención de FA en pacientes con IP. Algunos de los estudios reportados coinciden que un IP permite disminuir la gravedad de las complicaciones propias de FA y la incidencia de reintervención(80, 107, 108). Sin embargo, los resultados de otros estudios se oponen a su realización de rutina(78, 110). Fielding, en un estudio retrospectivo y multicéntrico reportó mayor rango de FA en los pacientes con IP (18 vs 7%)(110). La realización de una IP conlleva el riesgo de sentencia al paciente a un estoma permanente y un mundo de complicaciones asociadas. Ogilvie et al, en un estudio retrospectivo en un seguimiento de 6.3 meses reportó que aproximadamente 40% de los pacientes no se logró la restitución intestinal exitosa(111). La incidencia de complicaciones asociadas varía en la literatura del 18 al 55% de los casos, siendo el más común las complicaciones dermatológicas, seguido de desequilibrio hidroelectrolítico y repercusión directa en la calidad de vida del paciente(112-114). 7. Conclusión En el presente análisis multivariado, las tres variables que reportaron ser factor de riesgo independiente significativo fueron valores de Hb <12 mg/dl, cáncer, falta de realización de PN, no usar NP en el postoperatorio. Durante el estudio se describieron dos variables que en el análisis bivariado fueron significativos, pero perdieron si ventaja de riesgo en el análisis multivariado. Algunos de estos resultados coinciden con otros estudios reportados. 20 8.Anexos. 8.1Tablas Tabla 1. Resultados generales de características preoperatorias Variable n (%) Media Variable n (%) Edad (años) 63.00 ± 14.00 Etiología Benigna H1 74 29.37 Sexo Masc. 143 56.75 H2 19 7.54 Fem. 109 43.25 H3 11 4.37 IMC (kg/m2) 25.43 ± 4.01 H3 6 2.38 ASA I 22 8.73 F 15 5.95 II 151 59.92 OI 22 8.73 III 77 30.56 SA 7 2.78 IV 2 0.79 VS 3 1.19 Hb (mg/dl) 14.00 ± 1.80 Etiología Maligna CC 71 28.17 Alb (mg/dl) 3.90 ± 2.47 CR 24 9.52 Tabla 2. Resultados generales de características transoperatorias Variable n (%) Media Variable N (%) Tipo de cirugía Prog 214 84.92 Tipo de anastomosis TT 194 76.98 Urg 38 15.08 LL 28 11.11 Tipo de resección HI 68 26.98 LT 22 8.73 SIG 146 57.94 TL 8 3.17 RAB 38 15.80 Método de anastomosis MEC 238 94.44 Tipo de cirugía Prog 214 84.92 MAN 14 5.56 Urg 38 15.08 MS 29 0.12 Tipo de resección HI 68 26.98 Tissuecol® 16 6.35 SIG 146 57.94 Histoacryl® 13 5.16 RAB 38 15.80 SP Si 64 25.40 Tipo de abordaje LAPE 166 65.87 PN Si 232 92.06 LAPA 74 29.37 Negativo para fuga 232 100.00 LAPAC 12 16.22 Drenaje Si 222 88.10 TQ (min) 210.00 ± 73.02 Cerrado * 193 86.90 ST 361.62 ± 273.00 Penrose 29 13.06 IP 23 9.13 AT Si 35 13.89 * Biovack®, Blake®, 21 Tabla 3. Resultados generales de características postoperatorias Variable n (%) Media FA* FA 21 8.33 NP SI 118 46.83 NPT 43 36.44 NPP 75 63.56 VO 3.84 ± 1.61 TPO SI 24 9.52 APO SI 15 5.95 Tipo de cirujano Colorrectal 88 34.92 Oncólogo 52 20.63 Otro 112 44.44 * 100% se reintervino Tabla 4. Porcentaje de casos con FA (Grupo 1) de las variables de interés en la muestra total Variable Total Grupo 1 Variable Total Grupo 1 n = 252 n = 21 % n = 252 n = 21 % Etiología Benigna 157 8 5.10 Tipo de anastomosis TT 194 14 7.22 H1 74 3 4.05 LL 28 6 21.43 H2 19 2 10.53 LT 22 0 0.00 H3 11 1 9.09 TL 8 1 12.50 H3 6 0 0.00 Método de anastomosis MEC 238 18 7.56 F 15 0 0.00 MAN 14 3 21.43 OI 22 1 4.55 MS Si 29 2 6.90 SA 7 0 0.00 Tissuecol® 16 2 12.50 VS 3 1 33.33 Histoacryl® 13 0 0.00 Maligna 95 13 13.68 SP Si 64 5 7.81 CC 71 10 14.08 PN* Si 232 13 5.60 CR 24 3 12.50 AT Si 35 2 5.71 Tipo de cirugía Prog 214 20 9.35 TTO Si 37 3 8.11 Urg 38 1 2.63 NP SI 118 5 4.24 Tipo de resección SIG 146 11 7.53 NPT 43 2 4.65 HI 68 5 7.35 NPP 75 3 4.00 RAB 38 5 13.16 TPO SI 24 5 20.83 Tipo de abordaje LAPE 166 15 9.04 APO SI 15 1 6.67 LAPA 74 6 8.11 Tipo de cirujano CCR 88 5 5.68 LAPAC 12 0 0.00 ONC 52 5 9.62 *100% reporte negativo en el transoperatorio. Otro 112 11 9.82 22 Tabla 5. Comparación de características generales en Grupo 1 y 2 y su riesgo de presentar FA. N = 252 Variables Grupo 1 N = 21 Mediana (RIC)Grupo 2 N = 231 Mediana (RIC) Valor de significancia (P) Edad 62 (57-71.5) 64 (52-72) 0.91* Sexo n (%) 0.33** Fem. 7 (33.3) 102 (44.2) Masc. 14 (66.7) 129 (55.8) IMC 25.1 (22.1-28.8) 25.4 (23.4-27.4) 0.66* RIC = Rango intercuartil, *U de Mann Whitney , **Chi cuadrada con prueba exacta de Fisher Fuente: elaboración propia Tabla 6. Características preoperatorias entre el Grupo 1 y Grupo 2 y riesgo de FA. N=252 Variables preoperatorias Grupo 1 N = 21 N (%) Grupo 2 N = 231 N (%) OR (IC 95%) Inherentes al paciente Hb ≤ 12 mg/dl 8 (38.1) 21 (9.09) 6.1 (2.2-16.5)* > 12 mg/dl 13 (61.9) 210 (90.9) 1 (grupo de referencia) Alb < 3.5 mg/dl 10 (47.6) 55 (23.8) 2.9 (1.1-7.2)* ≥ 3.5 mg/dl 11 (52.4) 176 (76.2) 1 (grupo de referencia) Riesgo ASA III-IV 8 (38.1) 71 (30.7) 1.3 (0.5-3.4) I-II 13 (61.9) 160 (69.3) 1 (grupo de referencia) Indicación del procedimiento quirúrgico Tipo de etiología Maligna 13 (62) 82 (35.5) 2.9 (1.1-7.4)* Benigna 8 (38) 149 (64.5) 1 (grupo de referencia) OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%) *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo como factor de riesgo. Fuente: elaboración propia Tabla 7: Características propias del transoperatorio y su riesgo de presentar FA. N=252 Variables Grupo 1 N = 21 N (%) Grupo 2 N = 231 N (%) OR (IC 95%) Tipo de cirugía Urgente 1 (4.76) 37 (16) 0.26 (0.03-2.0) Programada 20 (95.4) 194 (84) 1 (grupo de referencia) Tipo de resección Distal SI/RAB 16 (76.2) 168 (72.7) 1.2 (0.4-3.4) Proximal HIZ 5 (23.8) 63 (27.3) 1 (grupo de referencia) IP No 19 (90.5) 210 (90.9) 0.95 (0.2-4.3) Si 2 (9.52) 21 (9.1) 1 (grupo de referencia) Método de anastomosis MAN 3 (14.3) 11 (4.76) 3.3 (0.8-13) MEC 18 (85.7) 220 (95.2) 1 (grupo de referencia) SP No 16 (76.2) 172 (74.5) 1 (0.4-3.1) 23 Si 5 (23.8) 59 (25.5) 1 (grupo de referencia) PN No 8 (38.1) 12 (5.19) 11.2 (3.9-32.2)* Si 13 (61.9) 219 (94.8) 1 (grupo de referencia) MS No 19 (90.6) 204 (88.3) 1.2 (0.3-5.6) Si 2 (9.5) 27 (11.7) 1 (grupo de referencia) AT Si 2 ( 9.52) 33 (14.3) 0.63(0.1-2.8) No 19 (90.5) 198 (85.7) 1 (grupo de referencia) TTO Si 3 (14.3) 34 (14.7) 0.96 (0.3-3.4) No 18 (85.7) 197 (85.3) 1 (grupo de referencia) Tipo de Cirujano CCR 5 (23.81) 82 (35.5) 1.49 (0.54-4.08) ONC 5 (23.81) 48 (20.78) 0.87 (0.21-2.43) Otro** 11 (52.31) 101 (43.72) 0.83 (0.39-1.08) Tabla 8. Características relacionadas al postoperatorio y su riesgo de FA. N=252 OR (IC 95%) = Odds Ratio (Intervalo de confianza del 95%) *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo como riesgo. Fuente: elaboración propia Tabla 9. Modelo de análisis multivariado de características preoperatorias, transoperatorias y postoperatorias asociadas al riesgo de FA. N = 252 Variables MODELO 1 ORA (IC 95%)a MODELO 2 ORA (IC 95%)b MODELO 3 ORA (IC 95%)c Hb ≤ 12 mg/dl 5.1 (1.8-14.5)* 5 (1.6-15.7)* 3.6 (1.1-11.7)* Alb < 3.5 mg/dl 2.7 (1.06-7.2)* 2.2 ( 0.79-6.4) 2.8 (0.9-8.7) Etiología maligna 2.9 ( 1.1-7.6)* 4.7 (1.5-14.7)* 5.3 (1.6-17.6)* No realizar PN 2 (1.4-2.9)* 2 (1.4-2.8)* No usar NP en el PO 3.4 (1.01-11.3)* TPO 2.2 (0.6-8.3) ORA (IC 95%) = Odds Ratio ajustado (Intervalo de confianza del 95%) *Intervalo de confianza del 95% >1, significativo como riesgo a Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 2.3, grados de libertad = 3, significancia P= 0.508. R cuadrada de Nagelkerke = 17.4% Variables Grupo 1 N = 21 N (%) Grupo 2 N = 231 N (%) OR (IC 95%) NP No 16 (76.19) 117 (51.08) 3 (1.09-8.7)* Si 5 (23.81) 113 (48.92) 1 (grupo de referencia) TPO Si 5 (23.8) 19 (8.22) 3.4 (1.1-10.5)* No 16 (76.2) 211 (91.88) 1 (grupo de referencia) ATO Si 1 (4.76) 14 (6.06) 0.77 (0.1-6.2) No 20 (95.24) 217 (93.94) 1 (grupo de referencia) 24 b Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 4.7, grados de libertad = 3, significancia P = 0.195. R cuadrada de Nagelkerke = 31.4% c Prueba de Hosmer y Lemeshow: Ji cuadrada = 6, grados de libertad = 6, significancia P = 0.419. R cuadrada de Nagelkerke = 35.9% Fuente: elaboración propia 8.2 Gráficos Grafica 1.- Distribución de EC en los pacientes con etiología maligna. N = 95 Fuente: elaboración propia Grafica 2.- Distribución del Grupo 1 de acuerdo a su etiología. N = 21 Fuente: elaboración propia 25 9. Referencias 1. Burch JM, Franciose RJ, Moore EE, Biffl WL, Offner PJ. 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