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Propuesta-de-taller-para-sensibilizar-la-expresion-erotica-de-la-mujer

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
PROPUESTA DE TALLER PARA SENSIBILIZAR LA 
EXPRESIÓN ERÓTICA DE LA MUJER 
 
T E S I N A 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
P R E S E N T A: 
 
MIRIAM CAROLINA MORALES MORALES 
 
 
 
DIRECTORA: 
 
MTRA. MA. DEL SOCORRO LAURA ESCANDON GALLEGOS 
 
 
SINODALES: 
 
MTRA. MARÍA MARGARITA MOLINA AVILÉS 
MTRA. PATRICIA PAZ DE BUEN RODRÍGUEZ 
LIC. MARÍA DE LA CONCEPCIÓN CONDE ÁLVAREZ 
MTRA. ISAURA ELENA LÓPEZ SEGURA 
 
 Ciudad Universitaria, Cd. Mx. 2017. 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa. 
La ciencia dice: El cuerpo es una máquina. 
La publicidad dice: El cuerpo es un negocio. 
El cuerpo dice: Yo soy una fiesta. 
(Eduardo Galeano). 
 
Y ante ésta fiesta de mi cuerpo, de mi vida, de mi ser, quiero agradecerle a Dios 
por permitirme concluir una de mis más anheladas metas. 
Agradezco a mis padres por impulsarme a ser quien ahora soy. A mi papá por ser 
mi incansable guía, y hacerme ver la gratificación de un sacrificio, por luchar para 
que nunca desistiera de lograr mis objetivos, por amarme y siempre impulsarme. A 
mi mamá, por recordarme el valor de las cosas, por confiar en mí y motivarme a 
cada momento para lograr la meta, y aún más por todo su amor. Son mis pilares. 
A mis hermanos Chuchett y Martín, les agradezco que sean ese vínculo 
inquebrantable y de lo más grandioso de mi vida, por apoyarme e impulsarme 
siempre, pero sobre todo, agradezco el inmenso amor que nos tenemos. 
Agradezco a mi Gerry por impulsarme, acompañarme, desmañanarse y 
desvelarse conmigo durante éste proyecto, por todas esas muestras de amor y 
por ser quien es. 
Agradezco a la personita que me hizo amar la Psicología, y hacerla parte de mí, a 
la profesora Liova María Castellanos, en cualquier parte del mundo en dónde este. 
Agradezco a Adry Gutiérrez por ser mi gran amiga, por compartir tantos momentos 
inolvidables en nuestras vidas, y por ser un importante impulso en éste proyecto. A 
Mireya Nochebuena por ser una mujer ejemplar, una maravillosa amiga, por 
siempre impulsarme y aconsejarme. A Janise Posada por ser quién siempre 
contaba con las palabras perfectas para aconsejarme, responderme o regañarme 
y también para alegrarme, eres una amiga excepcional. 
A mi genial grupo universitario: Nitzia, Lucero y Roberto; porqué cada uno con su 
toque personal dejo una huella imborrable en mi vida, me regaló un aprendizaje 
inmenso, aventuras maravillosas y un cariño sincero. 
 
Y por supuesto agradezco de todo corazón a la Maestra María del Socorro 
Escandón Gallegos, la mejor guía, por mostrar esa calidad y calidez humana en 
éste proceso, por impulsarme a cada paso, y sobre todo, por ser la extraordinaria 
persona que ES. 
Agradezco a la vida, por hoy, estar AQUÍ. 
 
Índice 
RESUMEN ......................................................................................................................................... 1 
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 2 
CAPITULO I EROTISMO FEMENINO ......................................................................................... 5 
1.1 El Erotismo ............................................................................................................................ 5 
1.2 Identidad de Género.......................................................................................................... 17 
1.3 Rol de Género .................................................................................................................... 22 
1.4 Trabajadoras (Asistentes Médicas) del IMSS............................................................. 28 
1.5 Estereotipos de género ................................................................................................... 31 
1.6 Perspectiva de género .................................................................................................... 35 
1.7 Autoerotismo ...................................................................................................................... 43 
1.8 Autoestima femenina ....................................................................................................... 52 
1.9 Estudios similares ............................................................................................................ 59 
CAPITULO II LA GESTALT Y EL EROTISMO ........................................................................ 65 
2.1 El enfoque Gestalt ............................................................................................................. 65 
2.2 Antecedentes ...................................................................................................................... 67 
2.3 El ciclo de la experiencia ................................................................................................. 69 
2.5 Gestalt y Erotismo ............................................................................................................. 78 
CAPITULO III. PROPUESTA ...................................................................................................... 81 
3.1 Justificación ........................................................................................................................ 81 
3.2 Población ............................................................................................................................ 83 
3.3 Escenario ............................................................................................................................ 83 
3.4 Instrumentos ...................................................................................................................... 83 
3.5 Procedimiento ................................................................................................................... 84 
3.6 Evaluación ........................................................................................................................... 85 
3.7 Descripción de los ejercicios ......................................................................................... 90 
CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 106 
ALCANCES Y LIMITACIONES .................................................................................................. 108 
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .......................................................................................... 109 
ANEXOS ........................................................................................................................................ 117 
GLOSARIO .................................................................................................................................... 120 
 
 
 
1 
 
RESUMEN 
 
El erotismo femenino en la actualidad aún se encuentra diseminado (perdido, 
orillado, repudiado, reprimido, castigado), generando en las mujeres una confusión 
entre lo que desean, lo que expresan, lo que sienten, con lo que se lespermite 
hacer, pensar, y lograr; lo cual las conduce a una vida insatisfecha, sometida, 
carente de la libertad a elegir, razón por la que en muchas ocasiones no conciben 
visualizarse con la plena consciencia de lo que son y lo que representan; sin 
embargo experimentan las repercusiones que conlleva el tener una autoestima 
baja, una censura de sus deseos más íntimos, y una represión de sus logros 
personales y profesionales. 
Tomando en cuenta el contexto cultural en el que se ve inmerso el cuerpo 
femenino, se puede llegar a un "darse cuenta" de la subjetividad que en relación a 
él se tiene como mujer. 
El presente trabajo pretende sensibilizar a través de un taller acerca del valor que 
representa el erotismo en la vida cotidiana de cada mujer y que puedan percibirlo 
en las prácticas sexuales sociales más lejano a lo racional y muy apegado a esa 
diversidad de sensibilidades y cualidades de un cuerpo en expresión. 
 
Por esta razón se desarrolla una propuesta de taller que tiene bases Gestálticas 
centradas en el plano de la existencia en el "aquí y ahora", con las herramientas 
que la Terapia Gestalt proporciona, enfocado a Asistentes Médicas del IMSS, para 
guiar a las participantes a una toma de conciencia y a una reestructuración del 
sentido de sus vidas. 
 
Palabras clave: erotismo femenino, autoestima, terapia Gestalt. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2 
INTRODUCCIÓN 
 
En nuestros días el género sigue siendo un importante medio de organización que 
la sociedad utiliza para diferenciar a hombres y mujeres; utilizando como base la 
estructura fisiológica de los sexos, con la que se establecen las categorías: 
femenino y masculino; de lo cual dependerá la forma en la que se educará a los 
individuos, así como su forma de ver y de vivir el mundo; la manera en la que se 
espera que se comporten y se relacionen con los demás, con su entorno y con 
ellos mismos. 
Cada sociedad elabora sistemas de género en el que se atribuyen ciertas 
características intelectuales, psicológicas y morales a las mujeres y a los 
hombres, construyéndose así, un esquema social y cultural de lo que significa ser 
mujer y ser hombre; implementando normas que van dando sentido y significado a 
lo que vivenciamos en torno a nuestro ser, como el erotismo y la autoestima. 
Ya lo mencionaba Hierro (2003), que el género es el sistema jerárquico de 
clasificación que norma las relaciones entre mujeres y hombres, es decir, el 
género constituye la sexualización del poder. 
Y analizando esa forma de relacionarse entre ambos sexos; usualmente tanto 
mujeres como hombres, se muestran escindidos, como si las emociones, 
conductas, sentimientos, placeres y cuerpo, fuesen independientes unos de otros. 
 
Ser consciente de esas decisiones y de ese derecho que se tiene para el 
reconocimiento y el disfrute de ese cuerpo y de esas emociones, no dependiendo 
del sexo al cual se pertenezca; requiere de un arduo trabajo, muchas veces 
navegando contra una sociedad que obliga a sus miembros a comportarse, a 
actuar y a decidir lo que se espera de cada quien. 
Como lo menciona Bonino (2000), además es indispensable analizar la 
prevalencia de tales o cuales características y el significado que socialmente se 
les otorga, pues indudablemente no sólo reflejan diferencias, sino valoraciones 
diferentes que reproducen desigualdad. 
Desigualdad que se experimenta en diferentes esferas de la vida de una mujer, y 
en el aspecto laboral se detecta una de ellas. Es el caso de las Asistentes Médicas 
que laboran en el IMSS, en el Hospital General de la Raza, población particular 
que se elige en el presente trabajo; tomando en cuenta que dicha población se ve 
inmersa en problemas de discriminación laboral, de hostigamiento sexual, y de 
numerosas desventajas de abuso de autoridad, problemática que se ve reflejada 
en su desempeño y desarrollo personal de cada una de ellas. 
Y como lo mencionaba F.Perls (1974), "Cuanto más una sociedad exige que un 
individuo corresponda a sus conceptos e ideas, menos eficientemente le consigue 
funcionar" 
Por lo que se considera necesario reflexionar que la Terapia Gestalt es un 
enfoque holístico que asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena 
 
3 
realización de las potencialidades latentes, promoviendo la responsabilidad de los 
procesos y la conciencia de sus propias necesidades y satisfacciones. 
Herramienta muy útil para la experiencia humana. Perls (1974). 
Por esta razón el objetivo de esta tesina es proponer un Taller vivencial con 
enfoque Gestalt dirigido a las Asistentes Médicas que laboran en el IMSS, con la 
finalidad de concientizarlas en comprender lo que es la relación de dependencia 
entre el origen de la subjetividad erótica de la mujer y las estructuras sociales de la 
cultura, es decir, el erotismo femenino como una manifestación de ésta 
subjetividad que se ve conducida, manipulada para su expresión sexual por medio 
del rol que se le asigna desde su nacimiento, la presión de tener que cumplir con 
determinados estereotipos y que al final se le hace creer en una identidad, que 
muchas veces se encuentra alejada de su verdadero deseo de "ser" ella misma, lo 
cual lleva una consecuencia para su autoestima e impide la existencia de este 
erotismo como parte natural de la mujer a buscarse a través de él; reflejando 
también en su desempeño laboral limitantes como exigir un trato digno, ejercer sus 
labores de la manera adecuada sin sentirse menospreciada o desvalorada y de 
sentirse en un ambiente laboral agradable y saludable. 
Este trabajo se compone de tres capítulos: en donde el capítulo uno analizará el 
erotismo desde sus diferentes ángulos y ayudará a entender las diferentes 
circunstancias que como mujer se tiene que sortear para entenderse a sí misma, y 
reflexionar acerca de los roles, estereotipos e imposiciones sociales a los cuales 
se ve sometida con la finalidad de respetarse, valorarse, y sobre todo hacer uso 
pleno y responsable de su cuerpo logrando el disfrute del mismo. 
El capítulo dos se abordará la Terapia Gestalt, mencionando sus antecedentes, 
sus principios básicos y el ciclo de la experiencia con sus bloqueos que en cada 
fase se pueden dar; así como su perspectiva del erotismo en la vida de las 
mujeres. 
Por último el capítulo tres es la propuesta de taller vivencial para Asistentes 
Médicas del IMSS, quienes pueden ser vulnerables a experimentar la desigualdad 
entre géneros, así como de la frustración de vivir un erotismo escindido de sus 
deseos y de sus decisiones libres, conscientes y responsables y se les dará la 
oportunidad de "darse cuenta" de su papel e importancia en una sociedad que las 
ha sometido, fortaleciendo su autoestima la cual les ayudará a desempeñarse 
mejor laboralmente, a brindar una mejor atención al derechohabiente así como 
tener relaciones laborales más satisfactorias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
 
CAPITULO 
I 
 
 
 
EROTISMO FEMENINO 
 
 
 
 
 
 
5 
CAPITULO I EROTISMO FEMENINO 
 
1.1 El Erotismo 
 
Es "amor apasionado unido al deseo sensual" y que deviene del dios Eros 
griego,Eros nace de las carencias, los deseos y las necesidades súbitas, es fugaz 
y se asocia a la seducción, la sensualidad, la idealización, la obsesión y desde 
luego a la pasión (Cruz y Díaz-Loving 2011). 
El erotismo presente a lo largo del tiempo y como factor fundamental en la vida 
diaria de cada ser humano, representa un concepto complejo pero qué maravilla 
su significado. 
Mientras que para la Real Academia Española Erotismo significa sencillamente: 
1.Amor sensual. 
2. Carácter de lo que excita al amor sensual. 
3.Exaltación del amor físico en el arte. 
 
Bataille (2002), escritor, antropólogo y pensador francés, quien cuenta con 
trabajos sobre erotismo, en los cuales nos muestra que el erotismo es mucho más 
que sexo, a pesar de que éste sea precisamente su pilar, para Bataille erotismo 
necesariamente implica transgresión, para lo cual nos explica: 
"Lo prohibido da ala acción prohibida un sentido del que antes carecía. Lo 
prohibido incita a la transgresión, sin la cual la acción carecería de esa atracción 
maligna que seduce... Lo que hechiza es la transgresión de lo prohibido" Bataille 
(2002). 
 
Para Alberoni (1986), el erotismo es un proceso dialéctico entre lo continuo y lo 
discontinuo. No existe una sola raíz del erotismo, hay dos, una que se arraiga más 
profundamente en las mujeres y la otra en los hombres. La primera tiende a crear 
la comunidad de vida, la unidad del amor. La otra, en cambio, no tiene un 
proyecto, recoge fragmentos. Y no se trata de que una sea superior a la otra, sin 
embargo es necesario diferenciarlas. Por lo que el autor plantea que existe una 
profunda preferencia por lo continuo en lo correspondiente a lo femenino, y una 
preferencia de lo masculino por lo discontinuo. Dicho contraste es el eje por el cual 
gira la diferencia entre lo femenino-masculino. 
Por lo que el erotismo no será jamás el mismo para hombres que para mujeres, ya 
que ambos sexos tenemos diferentes objetivos y métodos para experimentar el 
placer de nuestra sexualidad y nuestro deseo. 
 
6 
González (1994) El erotismo es una composición absolutamente humana, el cual 
se ha ido construyendo a través de la historia y se va modificando y al mismo 
tiempo evolucionando con el paso del tiempo; el erotismo es cambiante, dinámico, 
se transforma y es una variante de cultura en cultura, por lo que cada una adopta 
un ritual diferente para expresarlo y vivirlo. 
El erotismo incluye, unifica, totaliza y humaniza lo sexual. Así mismo contiene 
reacciones afectivas y emocionales de muchas cualidades que lo hacen muy grato 
y placentero como vivencia humana (González 1994). 
Cuando el erotismo se hace presente en la vida psicosexual humana, significa el 
rompimiento del patrón tradicional de reproducción, el cual se veía regido sólo por 
el instinto sexual, de tal manera que fue necesario sustituir ese procedimiento 
estándar para reproducirnos por elementos considerados neutros, los cuales son 
activadores de los impulsos sexuales innatos (Aguirre, 2011). 
Para Paz (1993), en su raíz el erotismo es sexo y naturaleza; sin embargo por ser 
el erotismo una creación del hombre y por sus funciones en la sociedad también 
es considerado como cultura. Uno de los fines del erotismo es domar al sexo e 
insertarlo en la sociedad. 
Por otro lado la finalidad del erotismo está en el goce mismo, por tal razón se 
podría definir al erotismo como la capacidad que tiene el individuo para el goce 
sexual, el erotismo es la expresión de la sexualidad (Sarria, 1991, en Miranda, 
1994). 
Retomando lo planteado por Bataille (2002) quien señala que el erotismo del 
hombre difiere de la sexualidad animal en que moviliza la vida interior. El erotismo 
es lo que en la conciencia del hombre pone en cuestión al ser. Desde el punto de 
vista de este autor es un desequilibrio en el cual se cuestiona a sí mismo, 
conscientemente. A través del erotismo se puede encontrar al placer como único 
fin frente a cualquier otro valor. La persona amada se empieza a convertir en un 
pequeño dios. El erotismo también es considerado como un objeto de pasión, más 
profundamente, como objeto de una contemplación poética. Otros autores definen 
al erotismo como la unión afectivo-sensual con otro ser, es la capacidad del 
individuo para el goce sexual, es la expresión de la sexualidad "El erotismo es la 
construcción, es el resultado de las relaciones interpersonales moldeadas 
culturalmente por un proceso que se denomina identificación" (Quijada, 1983, en 
Miranda, 1994). 
 
Myers (1995) se refiere al erotismo como las manifestaciones de la sensualidad y 
el goce obtenido de la unión afectiva que puede incluir además del posible 
contacto sexual, imágenes, momentos y fantasías que acentúan la atracción. 
 
7 
Por definición el amante erótico busca sobretodo el goce y la consumación sexual 
generados a partir de la atracción física y la pasión (Lee, 1977, en Díaz Loving y 
García, 2010). La erótica es un elemento fundamental de lo sexual y caracteriza 
un dominio biológico incluido en la sexualidad, aunque separándose a veces en 
límites demasiado inciertos. Y Duca (1970) describe que el erotismo cuenta con 
límites inciertos, los cuales dependen de la educación, el lenguaje, la tradición, el 
nivel de civilización, todo el medio psíquico, que colaboren en las costumbres 
amorosas del hombre, que al final estimulan o inhiben, prohíben, levantan o 
imponen tabúes. 
Similar a éstas definiciones, también Hidalgo (2007) explica que el acto erótico se 
desprende del acto sexual. Ya que lo considera como sexo y otra cosa. El 
erotismo descrito por ésta autora es sinónimo de deseo. Es una tentativa personal 
por romper los lazos sociales y se presenta como una liberación de la condición 
humana. 
Se puede pensar que la experiencia erótica en sí, cuenta con dos orígenes uno 
interno y otro externo. Por un lado el exterior se desarrolla en el momento de 
estimularse de manera táctil ciertas partes del cuerpo como por ejemplo las zonas 
erógenas (en especial los genitales), lo cual dará una respuesta sexual. Pero ésta 
no es la única manera de obtener respuestas sexuales o sensaciones eróticas, ya 
que se puede estimular también utilizando los sentidos como lo son el gusto, el 
olfato, así como a distancia utilizando la vista, como por ejemplo observando un 
cuerpo o partes de él desnudas, y el oído que también puede ser utilizado. Es de 
la misma manera importante, tomar en cuenta la disposición que tenga la persona 
en este proceso, ya que debe encontrarse con la mayor disposición receptiva para 
lograr que los estímulos tengan un significado sexual, ya que de esto dependerá 
que el individuo lo perciba con agrado y de forma placentera. Y por el lado interno 
de la experiencia erótica, encontramos aquellas fantasías sexuales inconscientes, 
que contienen pensamientos, afectos, sensaciones y finalmente conductas en 
relación con otros. Es muy importante que ambos lados de la experiencia erótica 
se den a la par, y así llegar a la culminación del placer erótico, (Miranda, 1994). 
 
Un aspecto que se considera de importancia para éste trabajo es el hacer mención 
de un factor que se encuentra adherido a la experiencia erótica, se habla del 
ingrediente espiritual que significa liberarse de preocupaciones mientras se está 
con la persona con la que se tiene la relación (ya sea otra o una/o misma/o). 
Alberoni (2006) mantiene que el erotismo es como la meditación pues nos libera 
de frustraciones, tristezas y preocupaciones. Es un momento extraordinario en el 
que las personas sólo se interesan en darse placer entre sí, en el que se mejoran 
y dan sólo lo mejor sin ataduras o compromisos. Es un intercambio en el que 
cada uno comprende y hace suyas las fantasías eróticas del otro y se adapta 
espontáneamente a ellas. De ésta manera, en la relación, ambos crecen y se 
conocen cada vez más a sí mismos, mientras conocen cada vez mejor al otro. 
El erotismo no lo es todo, ni la panacea pero puede llevarnos a la cima de la 
existencia humana (Calvo, 2008). 
 
8 
Octavio Paz (1994) asegura que el erotismo no tiene nada que ver con la 
sexualidad animal, no tiene nada "natural" y que el erotismo y la sexualidad son 
dos "reinos" diferentes. El erotismo es deseo sexual y algo más". El erotismo es 
complejo porque los humanos nos regimos a través de un complicado sistema de 
reglas, prohibiciones y estímulos, todo esto definido por la sociedad en la que se 
vive. 
Para él "el erotismo es la forma de dominación social del instinto [...] el erotismo es 
sexualidad socializada, sometida a las necesidades del grupo, fuerza vital 
expropiada por la sociedad [...]El erotismo es una función social" 
Para Paz (1994) el erotismo es un juego que imita la sexualidad animal y ésta 
imitación permite que el erotismo sea vivido "de verdad". Es un juego de 
imaginación. El erotismo es un lenguaje en si mismo nos dice OctavioPaz. Un 
lenguaje sin palabras, pues las palabras perjudican la comunicación con el otro. El 
erotismo es el reflejo de uno mismo, nunca del otro. 
El erotismo nos ayuda a disfrutar más y ser conscientes de ello. Es una 
herramienta para el autoconocimiento y el buen trato, tanto a nosotros mismos 
como a los demás, no sólo en la sexualidad sino también en la vida cotidiana 
(Calvo, 2008). 
El erotismo permite libertad de pensamiento y acción. Es un juego que permite 
varias posibilidades de elección. 
"el erotismo puede vivirse con o sin pareja, es una excelente guía en relaciones 
autoeróticas y también puede experimentarse en relaciones esporádicas, siempre que 
seamos honestos y mantengamos lejos exigencias y necesidades, siendo respetuosos y 
sinceros respecto a nuestras intenciones" (Calvo, 2008). 
Para Calvo (2008) el erotismo significa ser uno mismo, trabajas de adentro hacia 
afuera. Pero esto requiere aprender a ser un buen compañero de sí mismo. Es el 
lugar en donde podemos aceptarnos a nosotros mismos tal cual somos incluyendo 
los defectos. Aquí no es necesaria la aprobación del otro. Es un lugar donde se 
puede apreciar las semejanzas entre sujetos. Es una herramienta de 
autoconocimiento. Se puede fingir y engañar al otro/a sobre lo que nos erotiza, 
pero jamás a nosotros mismos y es por esto que nos ayuda a conocernos y 
mejorarnos (Calvo, 2008). 
El erotismo no se da por sí solo, es un trabajo constante, se debe hacer 
consciente para sacarle provecho. 
Si trabajamos el erotismo, si el sujeto pone atención a sus ideas, emociones, 
respiración, conductas y actitudes, y con el tiempo podrá irse relajando y 
conseguir una excitación más potente. Entonces la sexualidad se convertirá en 
juego. El erotismo empieza a nacer del jugueteo con el deseo, creciéndolo, 
disminuyéndolo, retrasándolo. Y en vez de buscar el orgasmo, liberarse de éste 
(Calvo, 2008). 
 
9 
Por el otro lado en la actualidad se encuentra un ejercicio de la sexualidad que se 
desarrolla con el abandono de los sentimientos, el afecto, la ternura, el cariño, el 
amor. Y Bataille (2008) describe lo señalado por Kinsey, que los hombres con 
mayor educación son conscientes dentro de las relaciones sexuales por lo que 
éstas tienen mayor duración e involucran más juego. 
Lo que para Calvo (2008) se concluye asegurando que el erotismo es 
desmitificado por la educación y gracias a esto las personas pueden disfrutar 
plenamente y sin culpas de su sexualidad lo cual contribuye a tener una vida más 
sana. 
Alberoni (1994) señala que el erotismo no tiene las mismas manifestaciones tanto 
en hombres como en mujeres. En el caso de las mujeres se puede considerar que 
son más sensibles y emotivas, por lo tanto buscan aspectos eróticos que tengan 
que ver con sentimientos y emociones. Sin embargo los hombres buscan y están 
más interesados en factores que tienen que ver con la sexualidad y el placer. 
Las diferencias entre hombres y mujeres son el sedimento de milenios de años de 
historia, pero conforme ha transcurrido el tiempo han ido cambiando las relaciones 
entre ambos sexos. 
 Por un lado para Alberoni (2006), existen dos tipos de erotismo, o bien dos 
facetas del mismo: el erotismo femenino y el erotismo masculino, y es en el justo 
momento cuando las dos facetas se fusionan, que se crea el verdaderos erotismo. 
Pero para que surja este último se requiere que la parte femenina dé la 
continuidad, la unión estable, el contacto, el tiempo, la búsqueda de perfección; y 
la parte masculina aporta lo nuevo, lo diferente. (Alberoni, 2006). 
Alberoni lo describe de ésta manera: 
"El verdadero erotismo sólo es posible cuando cada sexo trata de comprender al otro, 
logra ponerse en su lugar y hacer propias sus fantasías" 
Podría sonar que lo anterior se logra de una manera muy sencilla, sin embargo no 
es una tarea fácil, pues en muchas ocasiones el género opuesto es 
incomprendido. Alberoni (2006) menciona algunas diferencias que existen entre el 
erotismo de hombres y el erotismo de mujeres. Señala que para las mujeres existe 
la novela rosa, las películas románticas, los cosméticos, la ropa, la seda, la 
perfumería, etc; artículos orientados para realzar la belleza corporal y facial. Para 
los hombres están las revistas Playboy y las películas porno -un tanto más 
limitados, objetos orientados para generar excitación genital sin más. 
Se encuentran también diferencias relacionadas con la sensibilidad de los sentidos 
de las mujeres y de los hombres, siendo las primeras las que tienen más 
desarrollados los sentidos del tacto, olfato, gusto y oído, logrando así una amplia 
gama de opciones para vivir el erotismo. 
 
10 
Por el otro lado el sentido que domina en el hombre es el de la vista, la cual logra 
opacar a los demás. Pero a pesar de estas diferencias socio-culturales Alberoni 
(2006) aclara que son momentáneas y que se deben encontrar nuevas formas que 
las reemplacen, apostando más por la "equidad" para que ambos sexos puedan 
disfrutar de un erotismo más rico y amplio. Lo cual significaría que ambos géneros 
disfruten y gocen del erotismo de manera completa y global, sin segregación por 
género. Ya que ambos géneros pueden disfrutar del erotismo partiendo de 
cualquiera de los sentidos. 
Alberoni (2006) considera que el erotismo femenino y el erotismo masculino se 
encuentran notoriamente diferenciados, dado que por un lado lo que pudiera 
resultar erótico para uno, podría significar ofensivo o simplemente aburrido para el 
otro, lo cual muchas veces genera incomprensión para ambos, malestar, llegando 
así a un choque o a un conflicto real. El autor, señala también que esta división del 
erotismo es resultado de la división del trabajo que se ha llevado a cabo desde 
hace miles de años. 
"El hombre, ocupado en el trabajo, la vida social, es activo, tiene puesta la mirada en los 
resultados, se imagina independiente, libre de sentimientos, dotado de una potencia 
sexual indefinida e insatisfecha. La mujer encerrada en la casa, se imagina frágil, débil, 
necesitada del apoyo emotivo que el hombre le dé. Por ello se ocupa de su cuerpo, de su 
cutis, de su belleza" (Alberoni, 2006). 
Lo anterior podría ser una razón por la cual exista el conflicto entre géneros en el 
terreno sexual, ya que las personas suelen asumir ese erotismo 
estereotipado/esperado de cada género. Así el egoísmo y la incapacidad de 
ponerse en "la piel" del otro obstaculizan un encuentro que podría ser realmente 
erótico, si tan sólo se pensara en qué erotiza más al otro. 
Para el hombre la continuidad del erotismo femenino le causa ansiedad al mismo 
tiempo que le atrae. Ya que el hombre suele mal interpretar las necesidades del 
erotismo femenino y las traduce a su propio idioma erótico. 
"El hombre, de hecho, percibe la continuidad como intensidad, el deseo de proximidad 
como deseo de orgasmo, el erotismo difuso, cutáneo, muscular, como pasión 
desbordante, incontenible" (Alberoni, 2006). 
Alberoni (2006) describe que tanto la pornografía como las novelas rosas son: 
"Dos cosas increíbles e imposibles, pero igualmente excitantes para ambos sexos e 
igualmente incomprensibles para el sexo opuesto" (Alberoni 2006). 
Alberoni afirma que el erotismo necesita del aporte de continuidad, deberes y 
responsabilidad del erotismo femenino para ser mantenido. El erotismo masculino 
es efímero e inútil pues es placer puro y no lleva a nada. (Alberoni, 2006). 
El erotismo masculino es altamente genitalizado, la fantasía masculina está 
dirigida hacia el coito, la eyaculación, y se concentra en el eje genital; es lo que 
Fina Sanz (1990) considera un erotismo vertical. 
 
11 
 Para Alberoni (2006) el erotismo masculino es un momento con un principio y un 
final, y sirve como generador, y en parte es un escape de la vida cotidiana. Algo 
que caracteriza al erotismo masculino es la discontinuidad del placer sexual, ésta 
formado por momentos. Y algo que marca al erotismo masculino como ya ha sido 
mencionado es la discontinuidad del placersexual. Para Alberoni, un punto 
peligroso del erotismo masculino es que la persona deseada es simplemente un 
medio para satisfacer sus necesidades, la persona deja de ser un sujeto para 
convertirse en un objeto que sirve para dar placer. Incluso menciona que la 
reciprocidad del erotismo masculino es egoísta, pues brinda placer al otro para 
probarse como gran amante. 
No obstante, siempre es muy difícil para él canalizar todo su erotismo en una sola 
persona, aunque la quiera, aunque la necesite y hasta cuando este profundamente 
enamorado de ella. La separación, siempre posible, entre sexualidad y amor lo 
coloca con frecuencia en una situación sin salida (Alberoni, 2006). 
Sin embargo hay una excepción y esta es cuando el hombre se enamora, es así 
como el erotismo masculino se vuelve continuo. La manera en que una relación 
erótica devenga en una relación amorosa duradera y sólida es que el hombre 
experimente un erotismo creciente (Alberoni, 2006). 
Por lo que se puede decir que el erotismo masculino suele ser apartado de lazos 
afectivos y de aquello tan importante para las mujeres como el amor; y a pesar de 
que estos mismos lazos puedan enriquecer al hombre, no le son necesarios. 
A diferencia de lo mencionado el erotismo femenino está constituido por el resto 
del cuerpo y espacio personal, incluida la ropa, casa, tratamientos de belleza, sin 
incluir necesariamente los genitales (Alberoni, 2006). 
Según Alberoni, para la mujer la experiencia de un orgasmo, el cual puede 
experimentar de una manera muy parecida al orgasmo masculino, va más allá de 
un solo acto, pues éste se convierte en una vivencia global que no está dirigida a 
una meta. 
El erotismo femenino está formado por dos cosas, lo físico y lo emocional, y si no 
existe un vínculo entre éstos no hay un erotismo satisfactorio. El aspecto físico no 
erotiza si no hay un vínculo amoroso. 
"Existe una estrecha vinculación entre el erotismo táctil, muscular, entre la 
capacidad de sentir los olores, los perfumes, los sonidos y el placer de ser 
deseada de un modo continuo, amada de modo continuo. El tacto significa 
cercanía y lo mismo el olor. Quiere sentir la mezcla de ambos, que es mezcla de 
emociones. Todo esto ocurre mientras hay continuidad. Continuidad de ternura, 
caricias, palabras, penetración, susurro. Continuidad del deseo, de la atención, de 
la excitación, del interés, de la pasión, del cariño. Es pues deseo de estar juntos, 
de convivir, de participar en las mismas experiencias, de ver las mismas cosas, las 
mismas nubes, el mismo mar, respirar el mismo aire, tener la misma vida 
(Alberoni, 2006). 
 
12 
Nos explica Alberoni en su libro "El erotismo" (1986) la necesidad de continuidad 
por parte de la mujer da como explicación que la mujer no tiene que diferenciarse 
de su objeto prioritario de amor e identificación, que es su madre ,por lo que en la 
adultez tendrá una sensación de continuidad con las personas que ama, 
Alberoni (2006) se basa en la psicología Junguiana para decir que el erotismo 
femenino está basado en los arquetipos de Afrodita y Artemisa. La primera tiende 
a la fusión, a lo sexual. La segunda se aleja de ello, y refleja lo contrario, es virgen 
y no necesita de ningún hombre. Esta dualidad del erotismo femenino, entre la 
puta y la virgen, está dada y creada por la sociedad patriarcal desde hace miles de 
años. Una manera en que los hombres etiquetan a las mujeres para controlarlas. 
El erotismo femenino requiere de la continuidad para existir, en el proceso es 
necesario ver la continuidad entre sexo (lo físico) y el afecto (lo emocional), 
culminando en la continuidad erótica. 
"Para la mujer es necesaria esta continuidad e ilación entre afecto y sexo, porque 
en la mujer el erotismo se despierta a través de los sentimientos, en la 
ensoñación cargada de emociones (sean estas cualquiera), la excitación va 
cargada de fantasía, la fantasía que en ese momento funcione, y para que éstas 
se puedan desenvolver se necesita de tiempo" (Alberoni,2006). 
De la misma manera Sanz (1999), nos aclara que "una de las características más 
relevantes que se aprecian en la erótica femenina es su corporalidad o globalidad, 
frente a la genitalización masculina", lo cual generará las formas específicas de 
comportamiento que modelarán las relaciones de amistad y las relaciones 
amorosas en función del género. 
De tal manera que se puede concluir que el erotismo femenino está formado por 
varios elementos y abarca prácticamente todos los aspectos de la persona, esto 
no sólo se manifiesta en el sujeto sino también en el objeto erótico. Para que una 
persona pueda excitar el erotismo femenino debe provocar una "simpatía global", 
para lo cual se tomarán en cuenta no sólo los aspectos físicos sino también los 
intelectuales, económicos, sociales, sentimentales, etc. 
 
Para Alberoni (2006) la parte activa del erotismo femenino recae en la seducción, 
seducir resulta altamente erótico para la mujer, pero la seducción que realiza 
abarca detalles que podrían no parecer parte de ella en un principio. Todo lo que 
rodea a la mujer es parte de su erotismo, su vestimenta, su casa, sus cosméticos, 
etc. Y para seducir es necesario despertar el erotismo masculino, y lo que lo 
despierta es la novedad, el cambio, y éste debe reflejarse en la vestimenta y 
actitudes, aunque esto puede terminar por pesarle al darse cuenta que deja de ser 
simplemente <<ella misma>>. 
Se plantea que la meta de este erotismo continuo es crear en el otro un 
enamoramiento eterno, que el otro la recuerde a ella y a su seducción, por 
siempre; pero ésta seducción no es solamente efectuada, debe también ser 
recibida, y sin una buena seducción no se despierta el erotismo femenino. 
 
13 
Una visión complementaria es la Fischman (2000), quien plantea que a lo largo de 
la historia, el comportamiento sexual de la mujer ha sido determinado por los 
arquetipos culturales que definen la identidad sexual femenina. Para la mujer la 
sexualidad puede estar vinculada a la aceptación de su cuerpo, sus deseos e 
impulsos sexuales, amor, intimidad, pasión, maternidad, ternura. Y al mismo 
tiempo esta encadenada a condicionamientos sociales opresivos que distorsionan 
su percepción de sexualidad. 
A lo largo de numerosas generaciones se ha educado acorde a normas que 
legitiman la expresión sexual sólo si es con fines de procreación; así mismo 
determinan que la sexualidad debe estar ligada a un amor que involucra sumisión 
y que el pudor y recato femenino exigen pasividad y renuncia al placer. Por otro 
lado, para muchas mujeres, la sexualidad está contaminada por la violencia y el 
maltrato, ya que en sus experiencias sexuales predomina el abuso y la agresión 
de una pareja que la considera mujer objeto. Todos estos factores contribuyen a 
una visión de la sexualidad como desprovista de erotismo y a una desvaloración 
del derecho al placer. Pero también es importante mencionar las diferencias entre 
las mujeres de distintas generaciones y medios socioculturales, y en algunos 
segmentos de la sociedad se plantea la necesidad de reflexión y el dialogo sobre 
el derecho de la mujer a determinar cómo vive su erotismo. 
Para Fischman (2000), el erotismo representa un lenguaje, la forma de expresión 
que permite la comunicación a través del contacto físico; pero es muy importante 
que éste lenguaje refleje lo que queremos expresar, y que no sea distorsionado 
por influencias que no representan nuestra subjetividad. Y factores como la 
historia individual de cada persona, la manera de relacionarse con su cuerpo y las 
ideas eróticas que forma del mismo, van moldeando su vivencia sexual. 
 
La mujer se encuentra bajo la presión que se ejerce sobre ella por parte de la 
sociedad, al tener que cumplir con el papel impuesto por ésta para así satisfacer 
las expectativas que se tiene de ella, y desde luego que ésta responsabilidad no 
recae únicamente sobre la mujer, ya que para el hombre también la sociedad 
cuenta con las expectativas que este tieneque cumplir al desempeñar su papel y 
al estar inmerso en ella, y con el cual ambos deben sentirse identificados; por lo 
que a continuación se definirán aspectos que podrán dar una explicación al 
panorama erótico masculino y femenino antes mencionados. 
Y como Miranda (1994), lo describió, la identificación es el proceso mediante el 
cual se llega al erotismo descrito por sus relaciones interpersonales moldeadas 
por la cultura, y también nos habla de la identidad sexual que describe un conjunto 
de roles que una persona actúa lo cual lo define como individuo y lo hace ser 
único. Entre sus estructuras básicas están la imagen corporal, la identidad 
genérica. Los componentes de la actividad sexual son; la imagen corporal erótica 
y sexual de sí mismo, estas son fundamentales en las relaciones con las demás 
personas y todo esto son procesos inconscientes. 
 
14 
Sin embargo en una cultura que no reconoce el valor del erotismo, que se 
manifiesta a través de pensamientos y comportamientos heterogéneos que no se 
reducen sólo a la búsqueda del coito con una pareja heterosexual, que pudiera 
incluir la observación de prácticas sexuales de otra pareja y masturbación, 
autoerotismo, entre muchas otras, han llevado a algunos profesionales a 
considerar éstas prácticas como anormales, solamente porque no corresponden 
con las secuencias morales; lo que es común en la visión tradicional sobre la 
sexualidad y el papel de cada género en la sociedad, es que rechaza la 
importancia del erotismo, especialmente en relación con la sexualidad femenina, 
porque no tiene un papel directo en reproducción; se argumenta que el orgasmo y 
las sensaciones del placer no son necesarias para la fecundación. 
En nuestra cultura hemos aprendido que la meta y el objeto sexual debe ser el 
coito con una pareja heterosexual con fines reproductivos. Además la cultura ha 
establecido una serie de condicionamientos a los que se debe sujetar el 
intercambio sexual, con la consecuencia de que cualquier persona sea juzgada y 
calificada de manifestar un comportamiento anormal. 
La concepción judeocristiana sobre el cuerpo y la sexualidad sigue formando parte 
de la ideología dominante en nuestra sociedad. La moral sexual dominante, que 
se expresa en valores y normas, persigue la homogeneización y el control del 
heterogéneo comportamiento humano. 
La ideología moral religiosa, en algún momento de la historia, se convirtió en un 
poderoso medio de control social e individual al servicio de los grupos dominantes; 
definió de una vez y por todas, los comportamientos estereotípicos de la mujer 
esposa, mamá, ama de casa y del hombre como proveedor, y clasificó los 
comportamientos sexuales en buenos y malos, seleccionando de la inmensa gama 
de posibilidades expresivas humanas, un pequeño grupo de ellas como 
necesarias para lograr un coito con fines reproductivos. 
La ideología judeocristiana, al ser incorporada al discurso dominante, pasó de ser 
parte de la moral religiosa católica, profesada voluntariamente por quienes 
adoptasen esa religión, a ser la moral social dominante en función de la cual se 
educa y socializa a la población. Aunque hasta fechas muy recientes se ha 
empezado a fracturar esta ideología y dar paso a modificaciones en la legislación 
y la estructura institucional mexicana, dando cabida a una serie de cambios en 
ámbito de la familia, la salud reproductiva y la educación sexual tanto científica 
como holística y vivencial. Esto es un indicador del cambio del paradigma 
reproductivo a un paradigma que sin negar la función reproductora consciente y 
libre, da paso al reconocimiento de la diversidad sexual (Miranda, 1994). 
Para Carrobles (1991), el discurso dominante sobre la sexualidad (sea religioso o 
biomédico), tiene la función de legitimar la existencia de ciertas prácticas y actos 
sexuales; pero, al mismo tiempo, establecer un límite a sus múltiples posibilidades 
de expresión, al definir un rango de normalidad a la medida de sus propios 
intereses y no en función del reconocimiento de las heterogéneas características 
eróticas y sexuales de la población. 
 
15 
Las instituciones han cometido el error de pretender generalizar el conocimiento 
biomédico a todos los aspectos de la sexualidad. Ahora sabemos que la 
perspectiva biológica resulta insuficiente para contener todas las manifestaciones 
de la sexualidad. Es necesario alcanzar un nivel de abstracción biopsicosocial 
integral, que nos permita complejizar la comprensión de la sexualidad en todas 
sus dimensiones. 
Los estímulos aparecen generalmente entrelazados en secuencias donde se 
conjugan estados de ánimo y reacciones caracterológicas y situacionales del 
individuo, con expresiones emocionales, juicios de valor y comportamientos 
provenientes de otras personas mezclados en una compleja secuencia de 
interacción dentro de un contexto espacial y temporal específico. 
Así, es posible suponer que algunas de las características del contexto 
sociocultural donde el individuo nació y creció podrán haber quedado codificadas 
en la mente infantil, no sólo como experiencias de vida, sino también como 
detonadores de la respuesta erótico-sexual. 
Las restricciones morales en el área de la sexualidad inculcada en niñas y niños, 
como producto de su aprendizaje temprano, les genera dificultades para acceder 
al reconocimiento y aceptación de las características de su propio cuerpo, 
lesionando la integración de su esquema corporal y la construcción de su 
identidad de género. Como consecuencia de los condicionamientos represivos 
infantiles, las personas adultas tienden a vivir una sexualidad empobrecida, 
reforzada por una ideología que rechaza, estigmatiza y hace caso omiso del placer 
sexual. 
La importancia del erotismo en la vida psicosexual humana aparece cuando el 
patrón reproductivo de la especie dejó de estar regido por el instinto sexual, y 
hubo que sustituir las conexiones innatas que nos indicaban el procedimiento 
estándar a seguir para reproducirnos por elementos, en un principio neutros, 
seleccionados del medio a través de nuestra experiencia y que pasaron 
involuntariamente a formar parte del mapa erótico y que ahora, en la vida adulta, 
son activadores de los impulsos sexuales innatos (Carrobles, J. 1991). 
Ellis (1970), platea que el concepto de respuesta sexual, generalmente se refiere a 
la descripción fisiológica de la excitación que permite el coito y que lleva a la 
reproducción, y generalmente excluye la gran variedad de aspectos eróticos que 
tienen que ver con las percepciones, recuerdos, fantasías, etc., que generan 
placer y que son parte de un mismo proceso; de tal forma que para hacer énfasis 
en la importancia de ambos componentes, se propone utilizar el concepto de 
mapa eróticosexual. El mapa eróticosexual contiene una representación 
específica, única e irrepetible, de un conjunto de elementos del medio cuya 
percepción o recuerdo desencadenan el deseo y la excitación hasta el orgasmo. A 
partir de la pubertad, cada persona se da cuenta que ciertas fantasías y 
situaciones específicas despiertan espontáneamente su deseo y si la cultura no 
interfiriese en estas reacciones, generando sensaciones de inadecuación y culpa, 
lo más seguro es que cada quien, mas tarde descubrirá su propio mapa 
eróticosexual y lo utilizaría voluntariamente para lo que sirve. 
 
16 
Lo cierto es que la ideología sexual moral ha suplantado el mapa eróticosexual 
individual por un -estereotipo de relación sexual- propio de la pareja monogámica, 
con el fin de orientar los impulsos sexuales hacía el coito reproductivo, a costa de 
ignorar el placer sexual. 
Las experiencias individuales durante la crianza y la socialización serán 
fundamentales para la construcción del mapa erótico que se revelará a partir de la 
pubertad. Cualquier objeto o situación de orden neutro, puede quedar articulado 
en momentos críticos al mapa eróticosexual, convirtiéndose en desencadenante 
del deseo y la excitación sexual. 
Así la percepcióno el recuerdo de cualquier situación u objeto, proveniente de las 
sensaciones, pensamientos o acciones del propio niño/a; cualquier rasgo o 
elemento emanado de las personas que lo rodean; olores, gestos, voces, clima 
emocional, valores, movimientos, actitudes, etc., y cualquier otro elemento 
proveniente del contexto tal como ruidos, formas, objetos, olores, etc., pueden 
quedar indisolublemente integrados al mapa eróticosexual y ser responsables, a 
partir de la pubertad, el deseo y la excitación. 
Si esto es así, la gama de elementos del mundo que pueden quedar integrados en 
el mapa erótico-sexual, son prácticamente infinitos. Esta compleja articulación de 
objetos y situaciones que a través de la experiencia en los distintos momentos del 
desarrollo (de la infancia a la pubertad), se convirtieron en representaciones 
cognitivas individuales que desencadenan el deseo sexual y la excitación hasta el 
orgasmo, constituye el mapa eróticosexual (Ellis, A. 1970). 
Es importante el señalamiento que hace Aguirre (2011), en donde explica que 
cada organismo humano se conforma de manera diferente a partir de una 
información genética específica, que interactúa de manera particular con los 
factores hormonales y circunstanciales durante el periodo embriológico hasta el 
momento del nacimiento. Las experiencias tempranas del desarrollo y la 
diferenciación del sujeto, introducen elementos psicosociales y culturales 
derivados del entorno, dando como resultado un ser único e irrepetible. 
La constitución innata que se articula con el aprendizaje temprano dentro de un 
contexto específico, conforma los ejes sobre los cuales se formará una identidad y 
una personalidad propia que permitirá a cada quien, como ser autónomo, construir 
y desarrollar su sexualidad, orientado por sus preferencias básicas que 
aparecerán al inicio de la pubertad. (Aguirre, 2011). 
En muchas ocasiones, el mapa eróticosexual podría representar un desafío a la 
moral sexual y la ciencia dominante que no logra entender, desde la perspectiva 
del determinismo biológico, cómo estímulos totalmente -neutros- y supuestamente 
-ajenos- a lo que suponen -sexualmente placentero-, adquieren el valor de 
disparadores del deseo y la excitación. 
Dentro de un contexto social que no ofrece oportunidades claras para que las 
parejas o la persona misma pueda analizar, discutir y aprender acerca de su 
sexualidad, las primeras experiencias sexuales se convierten en su único modelo 
y lo repiten rígidamente hasta que lo agotan. 
 
17 
La evaluación clínica de parejas o de manera individual permite identificar que 
más allá de una disfunción o un síntoma en particular; toda una problemática 
oculta que requiere de una intervención integral y no una focalización espuria en el 
síntoma. 
Por lo que es necesario tomar en cuenta los distintos aspectos que influyen en una 
problemática de tipo sexual, o bien de una mejora en la búsqueda y encuentro con 
el placer propio o de pareja; lo cual hace referencia a aspectos culturales, 
tradicionales impuestos a los que se enfrentan mujeres y hombres y que aún con 
el paso del tiempo se siguen encontrando papeles, roles, estereotipos, etc; que 
siguen siendo imposiciones y que siguen limitando el desarrollo y el placer 
completo a cada persona. 
 
 
1.2 Identidad de Género 
 
Para Money (1994), las personas nacemos como seres sexuados, según la 
apariencia de los órganos genitales, y con rasgos sexuales ambiguos en algunos 
casos. Como seres sociales, el sexo no habla por sí mismo, nos apropiamos de él 
a través de una construcción social de género que nos clasifica como seres 
masculinos, femeninos y andróginos, a través del cual adquirimos una identidad 
propia y diferente. 
 La discusión sobre el tema del género es el resultado al menos de tres ejes: los 
estudios de orden psicológico y sexológico, los estudios de las ciencias sociales, 
y la serie de movimientos sociales y políticos de los que hemos sido protagonistas 
u observadores, desde fines del siglo pasado hasta nuestros días. 
La información social transmitida a través del lenguaje, directa o indirectamente, 
fue la materia prima que nos ayudó a conformar nuestra identidad; aunque no lo 
supiésemos, una parte fundamental de esa información tuvo que ver con la 
imposición de una serie de diferencias entre uno y otro sexo, en cuestiones de 
trato, vestuario, juegos, etc; transmitidas a través de la educación cotidiana 
informal. 
Habría que comprender que la identidad de cada quien, no se conforma como el 
producto directo de la actividad física y sensorial, sino que es el resultado 
psicológico más elaborado de los aprendizajes de los modelos cognitivos que nos 
permiten asumirnos como personas y, una vez investidos simbólicamente, 
construir un cuerpo con sus similitudes y diferencias (incluidas las sexuales) e 
interactuar en el orden social. 
La identidad de género es en sí misma, unidad y persistencia de la individualidad 
de uno mismo como si fuese experienciada en la autoconsciencia y la conducta 
(Money, J. 1994). 
 
18 
Como lo plantea Wheerth, R.( 2002) lo cierto es que niñas y niños participan 
activamente en el proceso de interacción interpersonal que, a través del lenguaje, 
modulado por los estados emocionales y afectivos, los modelos sociales y las 
características del contexto próximo, entre otros, permite construir la plataforma 
biopsicosocial que dará origen a la identidad. 
La identidad, consciencia de lo que somos, organiza las creencias, las 
capacidades y las conductas en un sistema Las primeras representaciones 
cognitivas construidas mediante el proceso de aprendizaje, nos indica quiénes 
somos, cómo tenemos que actuar, y quedan articuladas inconsciente e 
involuntariamente a estados emocionales tempranos (seguridad/inseguridad, 
independencia/dependencia) producto de la interacción con otras personas, 
especialmente las personas adultas que se constituyen como el sustento de 
nuestra identidad. La identidad es una fuente tanto de seguridad como de 
inseguridad ontológica. 
 Todas las personas poseemos los recursos psicológicos necesarios para lidiar 
con nuestra identidad, esto se realiza a través de la utilización de sofisticados 
mecanismos psicológicos tales como la disociación (vernos y escucharnos desde 
fuera), la asociación (sentirnos), la meta comunicación consigo misma/o 
(hablarnos). A través de ellos podemos introducir modificaciones conscientes en 
nuestra identidad sin llegar al sentimiento de despersonalización (Wheerth, R., 
2002). 
Recordando lo mencionado por Miranda (1994) en donde habla del proceso 
mediante el cual el sujeto actúa según se ve moldeado por la cultura y por lo que 
actúa roles diferentes. Con ello se observa uno de los procesos importantes en la 
vida de todo ser humano es la experiencia que éste tiene en torno a su ser y a su 
existir; a lo cual se le denomina identidad; y ésta puede estar ligada a una realidad 
inmediata, imaginaria pero también mítica y fantástica. 
 Lagarde (1997), la identidad se conforma por las significaciones culturales 
aprendidas y por las creaciones que el sujeto realiza sobre su experiencia a partir 
de ellas, la complejidad cultural impacta la complejidad de la identidad. La 
identidad de ser alguien, derivada de la condición del sujeto, le permite 
experimentar su pertenencia a grupos afines y la no pertenencia a grupos 
diferentes. Existen condiciones de vida que ayuden a sobrevalorar hechos 
identitarios y otros que por el contrario los califican como negativos o inferiores, lo 
cual es debido a que los procesos identitarios son de jerarquización económica, 
política, social, sexual y cultural. 
Para Lagarde (1997) la identidad se refiere así, al conjunto de pensamientos y 
afectos que los otros y el sujeto tiene sobre su vida y sobre los otros y el mundo. 
De ahí que la identidad contenga los lenguajes corporales, el movimiento, la 
indumentaria, la ubicación, el territorio. 
 
19 
Katchadourian (2000) Para la identidad, la diferencia sexuales la primera 
evidencia incontrovertible de la diferencia humana. Sobre la contundente realidad 
de la diferencia sexual, se construye el género en un doble movimiento: como una 
especie de filtro cultural con el que interpretamos el mundo, y también como una 
especie de armadura con la que construimos nuestra vida. Así, un dato biológico 
evidente es recreado en el orden representacional y contribuye ideológicamente a 
la esencialización de la feminidad y de la masculinidad. 
Lamas (1995), maneja la identidad genérica como el sentimiento de pertenencia al 
sexo femenino o masculino, e identidad sexual al posicionamiento del deseo de 
una persona: homosexual o heterosexual. Si bien hay posibilidad de separarse de 
los aprendizajes culturales, de las creencias religiosas y de las prescripciones 
sociales y políticas, el carácter inconsciente de la estructura psíquica no es 
manejable a voluntad. En términos sencillos, la identidad se refiere a la 
individualidad de una persona. 
Richard Grenn (en Katchadourian, 2000), define la identidad genérica, a menudo 
llamada identidad sexual, (aunque en la actualidad tenemos claro que son dos 
aspectos diferente), como un aspecto fundamental de la personalidad. Puede 
considerarse que incluye tres componentes: 
1) La convicción básica del individuo, en el sentido de ser hembra o macho. 
2) El comportamiento del individuo, que culturalmente aparece asociado con las 
mujeres y los hombres (feminidad y masculinidad). 
3) Las preferencias del individuo para hacer pareja con mujeres u hombres. 
La identidad implica atributos, roles, valores, modelos de pensamiento, de 
comportamiento y de sentimientos, asumidos como propios de mujeres y hombres 
y que se han construido socialmente, Lamas (1998). La identidad de género es 
una construcción no acabada, pues así como se nutre de valores tradicionales y 
de situaciones consumadas muy persistentes, también lo hace de acontecimientos 
nuevos y de valorizaciones inéditas. Entonces la identidad de género se manifiesta 
como un elemento social que forma parte de lo cotidiano, que persiste, se alimenta 
y se construye de expresiones y acciones nuevas. La identidad genérica se da de 
acuerdo a nuestro momento histórico, lugar geográfico, raza o etnia, así como 
nuestros diversos ciclos de vida, lo que nos lleva a vivir nuestras experiencias y 
formas de existencia de una persona diferente. Lo que determina la identidad y 
comportamiento de mujeres y hombres no es el sexo biológico, sino el hecho de 
haber vivido desde el nacimiento las experiencias, mitos, ritos y costumbres 
atribuidos a alguno de los géneros. Por lo que entonces, la identidad de género es 
la vivencia psíquica y emocional, obtenida mediante el proceso de identificación, 
de pertenecer al sexo femenino o masculino. 
Venezuela (2004), Es en la interacción social donde se articulan los diferentes 
actos simbólicos mediante los cuales se constituyen los sujetos, y se adscriben en 
una o varias comunidades imaginarias (como hombres o mujeres, negro o blanco, 
joven o adulto, heterosexual u homosexual, etc). 
 
20 
Parte importante en las estructuraciones cotidianas de las relaciones de género se 
conforman en las familias, las cuales participan en la conformación de jerarquías, 
poderes y funciones diferenciadas entre hombres y mujeres o jóvenes y adultos, 
como mecanismos estructurados y estructuradores de la desigualdad y la 
diferencia social (Venezuela, 2004). 
La identidad en su mayoría da un sentido de pertenencia a una cultura y género, 
te dice quién eres y que debes hacer, dictando así pautas de comportamiento 
referentes a hombres y mujeres. 
La identidad es un constructo que sintetiza el conocimiento que la persona tiene 
acerca de los diversos dominios que la constituyen (por ejemplo, físico, social, 
académico, deportivo, profesional, familiar, sexual, entre otros), al igual que de los 
aspectos que integran esos dominios ( por ejemplo, el dominio sexual incluye 
aspectos como el sexo, el género, la orientación sexual y la actividad sexual). 
 Ahora bien, mientras que en los siglos XV y XVII se asumía la identidad como 
algo asignado desde el nacimiento, que permanecía fundamentalmente igual 
durante toda la vida según el territorio donde se nacía, la familia de donde se 
provenía, el poder económico o político que se heredaba, en la actualidad se 
considera que se trata de un fenómeno cambiante constituido a través de la 
interacción compleja de procesos cognitivos, afectivos y sociales que ocurren en 
un contexto cultural y relacional particular. Desde esta perspectiva, la identidad 
que favorece el bienestar psicológico es aquella que resulta de un proceso 
consciente, voluntario y activo de reflexión y decisión personal. 
Fernández (1996), señala que la identidad con el género es el constructo que 
integra la noción que tiene la persona de los atributos y los comportamientos que 
la caracteriza, teniendo en cuenta lo que la sociedad en la que vive establece 
como deseable y apropiado para los hombres y para las mujeres. 
La identidad con el género resulta de la evaluación que hace la persona de la 
medida en la que ha adoptado o no las normas o modos de actuar del sexo al que 
pertenece, y de qué tanta conformidad expresa con las normas y los patrones 
sociales asignados a los hombres y a las mujeres (Fernández, 1996). 
Para Egan y Perry (2001), lograr consolidar la identidad con el género, la persona 
necesita reconsiderar sus preferencias, necesidades, valoraciones y emociones a 
la luz de los mensajes que recibe de su entorno social sobre "lo que debe ser o 
hacer" como mujer o como hombre. 
A través de un proceso consciente de reflexión, cuestionamiento personal y 
análisis crítico de los mensajes acerca del género que prevalecen en su entorno, 
la persona reconoce y acepta: 
 
1. La descripción y valoración que hace de sí misma como una persona femenina, 
masculina o andrógina. 
 
21 
2. Los sentimientos que experimenta frente a sí misma al "darse cuenta" de que 
con su comportamiento satisface o no las expectativas y patrones de conducta 
que socialmente se tienen de ella como hombre o como mujer. 
3. La necesidad de obtener aprobación por parte de las figuras significativas y que 
la motiva o no a ceder a las presiones sociales para que adopte como criterio para 
actuar las normas y prescripciones que socialmente se han definido sobre "cómo 
deben ser" o "cómo no deben ser" los hombres y las mujeres. 
4. La descripción y valoración que hace del otro sexo. 
5. La descripción y valoración que hace de la feminidad y de la masculinidad. 
 
Las creencias, las ideas, las opiniones, los conocimientos, las expectativas y las 
valoraciones que se van construyendo a lo largo de la vida sobre lo que significa 
ser hombre o mujer y todos los asuntos que atañen al dominio sexual. La 
formación de la identidad requiere que la persona evalúe esas cogniciones y 
establezca aquellas que va a tener en consideración en los procesos de toma de 
decisiones sexuales y las que va a usar como referentes, para actuar en un 
momento determinado. Por ejemplo, a través de nuestra familia, el grupo de pares 
y los medios de comunicación tenemos acceso a información sobre lo que hacen 
las personas de diversas culturas para seducir y conquistar a alguien que les 
atrae. Cuando la persona elige entre diversas opciones, debe ser capaz de 
sustentar sus decisiones con argumentos que incluyan los criterios o estándares 
que usó para decidir lo que considera razonable, conveniente, importante, 
correcto, apropiado, deseable, sano, normal o justo. (Egan, S.K. y Perry, D. en 
Fernández, 2001). 
 
(Chubb, N.H y Ross, J. 1997), encontraron que las personas tendemos a decidir la 
forma como debemos ser y comportarnos teniendo en cuenta lo que es aceptado y 
valorado en el contexto social en el que vivimos. Ese contexto social define los 
estándares que guían nuestra conducta y las consecuencias personales y sociales 
que se derivan de nuestras acciones. Ensociedades en las que predominan 
normas y expectativas de género rígidas, esos estándares difieren en función del 
sexo. Por ejemplo desde muy pequeños, a los niños se les elogia cuando 
manifiestan que tienen una novia, incluso algunos adultos les dicen: "una no, mijo, 
¡muchas novias!", mientras se reprende a las niñas que expresan tener novio con 
frases como "una mujer decente no piensa en esas cosas, mejor dedíquese a 
estudiar y a prepararse para cuando se case". 
 
22 
El interés de actuar en función de esos criterios o estándares aceptados 
socialmente surge tanto de la necesidad de mantener una autoimagen positiva, 
como de la preocupación por preservar las relaciones sociales y asegurar el 
bienestar de las personas. La ausencia de este interés es indicio de que el 
bienestar psicológico está en riesgo. En la actualidad se considera que, en el 
dominio sexual, los comportamientos que pon en riesgo el desarrollo saludable de 
la sexualidad son los que ignoran u obstaculizan el ejercicio de los derechos 
sexuales y reproductivos. 
Sin embargo también se puede analizar que muchos de los estudios sobre la 
identidad y el rol de género, han dejado de lado el análisis de la interacción sexual, 
que ha sido interpretada como una secuencia de respuesta sexual instintiva que 
incluye besos, caricias, penetración y eyaculación/orgasmo y que está sujeta a las 
actitudes y acciones propias de cada sexo (activo/pasivo, por ejemplo). 
Hay que reconocer que esa secuencia estereotipada de relación sexual, igual para 
todas las parejas, dado el grado de ignorancia en esta materia en nuestro medio, 
tiende a facilitar el encuentro sexual, pero más tarde lo limita al volverlo una rutina 
que tiende a repetirse al margen de los deseos y necesidades de la pareja. 
La inercia y la falta de habilidades, propias de nuestra cultura, para que mujeres y 
hombres puedan hablar acerca de las características de su mapa eróticosexual, 
identificar sus coincidencias y sus diferencias, elaborar estrategias para entender y 
resolver sus demandas eróticas, y disfrutar plenamente de sus relaciones 
sexuales, convierten la interacción sexual en una obligación que se trata de evitar. 
Los estudios también revelan que, en la medida en que la cultura occidental, 
particularmente la norteamericana, tiende a valorar más a los rasgos masculinos 
que los femeninos, las mujeres que incorporan al concepto de sí mismas las 
características consideradas típicamente femeninas interiorizan un rol de género 
devaluado culturalmente. Este hecho puede explicar que en diversos estudios los 
datos indiquen que las mujeres tienen un nivel significativamente más bajo de 
autovaloración que los hombres (Chubb, N.H y Ross, J. 1997). 
 
 
1.3 Rol de Género 
 
 
El concepto de rol fue introducido en las ciencias sociales en el año de 1920 por 
George H. Mead y los sociólogos de la Universidad de Chicago. El rol es el 
conjunto de expectativas sociales según las cuales el que ocupa una posición 
dada debe comportarse frente a los que ocupan otras posiciones. Los roles se 
convierten, en este caso, en otro conjunto de normas o roles compartidos en el 
espacio del comportamiento. 
 
23 
Money (1982), introdujo la expresión rol genérico, de manera que no se confunda 
el sexo de los genitales y sus actividades con los roles sexuales no-eróticos y no-
genitales, y con las actividades que aparecen cultural e históricamente prescritas. 
John Money (1994) acuño el término de Mapa de Género (Gendermap), para 
referirse tanto al rol como a la identidad; que define como -el desarrollo de una 
representación o plantilla sincronizada entre la mente y el cerebro representando 
el detallado código de la identidad/rol de género como femenino, masculino o 
mixto. Uno de sus componentes es erótico sexual. Otros componentes son 
vocacionales, educativos, recreativos, de elegancia, legal y, codifica 
genéricamente la etiqueta, el arreglo y la ornamentación corporal, el lenguaje 
corporal, y la entonación vocal. 
La expresión rol genérico incluye todo aquello que una persona dice o hace para 
demostrarse a sí misma que posee el status de mujer o de hombre, 
respectivamente. Esta categoría incluye la sexualidad, pero no se restringe a ella 
en el sentido erótico. El rol genérico es valorado en función de los siguientes 
elementos: 
 
 1. Maneras generales, porte y conducta 
 2. Preferencias lúdicas e intereses recreativos 
 3. Temas casuales de conversación en reuniones espontáneas y comentarios al 
azar 
 4. Contenido de los sueños, imaginaciones cotidianas y fantasías 
 5. Respuesta a preguntas indirectas y a test proyectivos 
 6. Prueba de prácticas eróticas y, 
 7. Finalmente, las propias respuestas personales a las preguntas directas. 
 
Para éste autor todo lo que una persona dice o hace para comunicar a los demás 
o a sí misma el grado en el que es hombre o mujer o bien ambivalente; incluye la 
excitación sexual y la respuesta, pero no se restringe a esos elementos; el rol 
genérico es la expresión pública de la identidad genérica, y la identidad genérica 
es la expresión privada del rol genérico. 
Se puede decir entonces que el rol de género se refiere a una serie de actitudes y 
conductas consideradas normales y apropiadas para una determinada cultura y 
para los individuos de un sexo determinado, los roles de género establecen 
expectativas conductuales que se espera que la gente satisfaga, relacionadas con 
el sexo. 
Fernández y Reyes,( 2006) señalan que con el nacimiento de una persona es que 
inicia un proceso de construcción social, en el que la sociedad enseñará a su 
nuevo miembro los patrones de comportamiento de acuerdo al género al que 
pertenece; y a estos patrones de comportamiento se les conoce como roles o 
papeles de género. 
 
24 
En el momento en que la familia observa el cuerpo del nuevo integrante y 
determinan que es biológicamente mujer u hombres, comienzan a generar una 
serie de expectativas acerca de lo que debe ser o hacer como miembros de la 
sociedad. Y efectivamente el reconocimiento y la asignación del sexo de un nuevo 
integrante de la familia y, por lo tanto, de la sociedad, desencadena una serie de 
procesos orientados a garantizar que los hombres se comporten como hombres y 
las mujeres como mujeres. A esas características y comportamientos que 
socialmente se definen como propios de uno y de otro sexo, al igual que a las 
normas que regulan las expresiones de la masculinidad y la feminidad y las 
relaciones entre los hombres y las mujeres, se les incluye en la categoría de 
género. 
A diferencia del sexo, el género es una construcción social, sus características son 
específicas de cada cultura, cambian con el tiempo y las aprendemos al 
interactuar con los otros miembros de la sociedad. Las características de género 
incluyen las normas, las responsabilidades, las obligaciones, los privilegios, las 
oportunidades, las cualidades y los comportamientos que en una sociedad se han 
definido como deseables para los hombres (características masculinas) y para las 
mujeres (características femeninas). Durante muchos años se consideró que la 
función de la mujer era garantizar el bienestar de su familia haciéndose cargo de 
las labores de cuidado, crianza y educación de los hijos, preparando los alimentos, 
manteniendo limpio y organizado el hogar y satisfaciendo las necesidades de 
protección y apoyo emocional de sus miembros. Al hombre por su parte se le 
asignaba la función de trabajar fuera del hogar, a fin de producir los recursos 
necesarios para el sostenimiento económico de su familia. (Fernández y Reyes, 
2006). 
Según Barberá (2005), esta división de funciones según el sexo ha ido cambiando 
desde la década de 1970. Esos cambios se han producido, principalmente por el 
esfuerzo de diversos grupos feministas que se interesaron por hacer evidente que 
los roles sociales asignados ejercidos por las mujeres y los hombres no son 
producto de las diferencias biológicas "naturales" relacionadas conel sexo, sino el 
resultado de construcciones sociales y culturales asumidas históricamente. 
La interacción interpersonal, se realiza, en gran medida a través de los roles 
asignados por la familia, la escuela, la estructura laboral, hijo/a, alumna/o, y 
trabajadora/o son muestras de ello. Interactuar como hija/o por ejemplo implica 
haber asumido psicológicamente una serie de detalles sobre la estructura familiar 
y sus reglas así como de las circunstancias en las que debo responder como hija/o 
y cuando no es necesario. Los roles nos representan socialmente de una cierta 
manera, destacando u ocultando nuestras verdaderas características, el rol de 
hija/o, por ejemplo, implica subordinación y dependencia a la autoridad 
paterna/materna, y expresiones afectivas evidentes que pueden ser 
contradictorias con las formas de ser de chicas y chicos (Barberá, E. 2005). 
 
25 
Se espera que las personas asuman roles sociales convencionales para 
interactuar en las diversas circunstancias de la vida y también que sean ellas 
mismas; estas dos exigencias pueden no ser coincidentes ya que, asumir un rol 
significa cumplir con un papel predeterminado aunque no sea de tu agrado. En 
circunstancias críticas es difícil mantener el rol social apropiado y podemos sentir 
que deberíamos actuar de una manera más auténtica y a veces lo hacemos; ahí 
es cuando se manifiesta nuestra verdadera forma de ser que está oculta tras al rol. 
Money (1994), señala que otro elemento que habría que considerar con respecto a 
los roles; es que responden a un orden jerárquico; si a la categoría superior 
(mujer/femenino) se le adjudica la connotación negativa (dependiente 
emocionalmente por ejemplo), tiende a >>contaminar<< todas las características 
que se derivan de él dentro de ciertas secuencias; también es posible utilizar una 
característica negativa derivada (infiel) para generalizarlo a un rol más abstracto 
(hombre/masculino). 
Los sistemas de roles suponen y organizan al margen de nuestras necesidades y 
deseos, las atribuciones y responsabilidades de las personas en jerarquías; el rol 
tradicional femenino incluye mínimamente, el de ser esposa, ama de casa y mamá 
en donde la responsabilidad de la mujer hacia el esposo puede ser mayor que 
hacia los hijos o viceversa. 
La responsabilidad de una mujer dentro de un orden familiar (esposo/esposa e 
hijas/os) no puede sobreponerse sobre el otro orden familiar en los que la misma 
mujer está inmersa y el que aparece como hija-nieta-hermana-prima, etc., so pena 
de graves conflictos, lo mismo sucede con el hombre. Es necesario establecer 
límites, reglas y acuerdos para que ambos sistemas no se superpongan (Money, 
1994). 
Para Robinson y Shaver (1991) es así como en las sociedades sexistas no se 
reconoce que hay muchas y muy variadas formas de ser hombre y ser mujer, es 
decir, que es imposible hablar de una expresión única y especifica de 
"masculinidad" y "feminidad". Efectivamente en estudios de género como el de 
1995, el PNUD avanzó en la investigación con perspectiva de género elaborando 
el Índice de Desarrollo relacionado con la Mujer (IDM), para medir el adelanto en 
la capacidad humana básica reflejando la desigualdad entre géneros; han 
permitido establecer que hay tantas formas de feminidad y masculinidad como 
personas en el mundo; por esta razón, hoy se habla de "masculinidades" y 
"feminidades". 
 
26 
Las normas de género son un tipo especial de norma social. Al igual que las otras 
normas sociales, constituyen estándares que guían y limitan el comportamiento de 
las personas. Las normas de género establecen lo que cada sociedad aprueba y 
desaprueba en los hombres y las mujeres. Así como las personas se conforman 
con las normas sociales generales, los hombres y las mujeres acceden a actuar 
de acuerdo con las normas de género. Cuando las personas que se conforman 
con las normas de género experimentan aceptación social y evitan el rechazo del 
grupo al que pertenecen. Sin embargo, las personas que se obligan a sí mismas a 
actuar de acuerdo a los estándares sociales pueden ir en contra de sus propias 
convicciones acerca de cómo actuar. Esta conformidad forzada con las normas de 
género, que no es producto de un proceso consciente y reflexivo de decisión, 
individualmente afecta el bienestar psicológico de las personas y, por ende, les 
impide disfrutar de una sexualidad saludable. 
Robinson y Shaver, (1991) señalan que los roles no sólo dependen de la 
asignación del género, sino que también influyen los factores situacionales, las 
condiciones del ambiente en el que los sujetos se desenvuelven, la disposición 
interna, las actitudes hacia lo apropiado, las preferencias personales por cierto tipo 
de actividades y la percepción de las consecuencias positivas o negativas que 
implican el actuar de determinada manera. 
 Money (1994), la diferenciación del rol de género es universal en todas las 
culturas, tanto a la mujer como al hombre se le asignan tareas, ocupaciones, 
derechos y privilegios diferentes, así como diferentes normas de conducta, 
principalmente en la interacción de uno con el otro. En este sentido, hombres y 
mujeres asumen la idea de ser diferentes y tener características temperamentales 
y habilidades diferentes. 
El rol de género representa las variadas formas a través de las cuales, en distintos 
momentos de la vida, cada persona tendería a expresar su propia identidad. Y a 
diferencia de la identidad que es más constante, el rol de género tendería a variar 
según la edad, las circunstancias y las situaciones de la vida, ya que son -
cualquier cosa que la persona diga o haga para indicar a los otros o a sí mismo, el 
grado en que uno mismo es femenino, masculino o andrógino (Money,J. 1994). 
El cuerpo y el sexo no son "hechos" y no adquieren un significado por sí mismos, 
sino solamente a través del ritual del "sexo de asignación" y del subsiguiente 
proceso de socialización que conecta a través del sistema nervioso central el 
cuerpo con el entorno psicosocial dando lugar a la formación de un mapa de 
género único y particular. 
Con el cuestionamiento existencial sobre quién realmente soy, qué quiero hacer 
en este mundo, cuáles son mis cualidades, mis defectos y mis límites; inicia la 
posibilidad de tomar una distancia psicológica de los roles que nos han sido 
asignados y ponerlos a prueba. La asunción de roles y su desempeño puede 
llegar a ser un proceso complicado que tiene que ver más con las exigencias del 
contexto que con los propios deseos. 
 
27 
Inicia también la identificación de necesidades y la evaluación en relación a qué 
estoy dispuesta a dar para satisfacerlas, la posición existencial que adoptaré 
frente a ellas, así como el valor que les asignaré en mi vida. 
Marsiglio (1993), plantea que en otros estudios se ha logrado establecer que los 
adolescentes hombres que han sido padres tienden a creer que causar un 
embarazo es un signo de masculinidad y que los adolescentes que expresan 
mayor conformidad con los roles de género tradicionales piensan que tener hijos 
incrementa su masculinidad (Marsiglio, W., 1993). 
En cuanto a la actividad sexual, las evaluaciones sobre las cogniciones de género 
han mostrado que las personas que puntúan alto en masculinidad suelen tener 
fantasías e involucrarse en prácticas sexuales que incluyen conductas violentas 
con más frecuencia que quienes puntúan como andróginas o femeninas (García-
Vega, Fernández García, Rico Fernández, 2005). 
Por otro lado, se ha encontrado que la edad se asocia negativamente con roles de 
género en los que predominan los estereotipos y las normas sobre la 
masculinidad. Los datos revelan que la conformidad con el género tiende a 
disminuir con la edad y que en la juventud, particularmente en la adolescencia 
temprana, las personas tienden a reportar mayores niveles de adherencia a los 
estereotipos y normas de género (Cournoyer, R. 1995). 
Con respecto a las mujeres, se ha observado que las diferencias de género 
definen las oportunidades,

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