Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA PROPUESTA DE TALLER PARA SENSIBILIZAR LA EXPRESIÓN ERÓTICA DE LA MUJER T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A: MIRIAM CAROLINA MORALES MORALES DIRECTORA: MTRA. MA. DEL SOCORRO LAURA ESCANDON GALLEGOS SINODALES: MTRA. MARÍA MARGARITA MOLINA AVILÉS MTRA. PATRICIA PAZ DE BUEN RODRÍGUEZ LIC. MARÍA DE LA CONCEPCIÓN CONDE ÁLVAREZ MTRA. ISAURA ELENA LÓPEZ SEGURA Ciudad Universitaria, Cd. Mx. 2017. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa. La ciencia dice: El cuerpo es una máquina. La publicidad dice: El cuerpo es un negocio. El cuerpo dice: Yo soy una fiesta. (Eduardo Galeano). Y ante ésta fiesta de mi cuerpo, de mi vida, de mi ser, quiero agradecerle a Dios por permitirme concluir una de mis más anheladas metas. Agradezco a mis padres por impulsarme a ser quien ahora soy. A mi papá por ser mi incansable guía, y hacerme ver la gratificación de un sacrificio, por luchar para que nunca desistiera de lograr mis objetivos, por amarme y siempre impulsarme. A mi mamá, por recordarme el valor de las cosas, por confiar en mí y motivarme a cada momento para lograr la meta, y aún más por todo su amor. Son mis pilares. A mis hermanos Chuchett y Martín, les agradezco que sean ese vínculo inquebrantable y de lo más grandioso de mi vida, por apoyarme e impulsarme siempre, pero sobre todo, agradezco el inmenso amor que nos tenemos. Agradezco a mi Gerry por impulsarme, acompañarme, desmañanarse y desvelarse conmigo durante éste proyecto, por todas esas muestras de amor y por ser quien es. Agradezco a la personita que me hizo amar la Psicología, y hacerla parte de mí, a la profesora Liova María Castellanos, en cualquier parte del mundo en dónde este. Agradezco a Adry Gutiérrez por ser mi gran amiga, por compartir tantos momentos inolvidables en nuestras vidas, y por ser un importante impulso en éste proyecto. A Mireya Nochebuena por ser una mujer ejemplar, una maravillosa amiga, por siempre impulsarme y aconsejarme. A Janise Posada por ser quién siempre contaba con las palabras perfectas para aconsejarme, responderme o regañarme y también para alegrarme, eres una amiga excepcional. A mi genial grupo universitario: Nitzia, Lucero y Roberto; porqué cada uno con su toque personal dejo una huella imborrable en mi vida, me regaló un aprendizaje inmenso, aventuras maravillosas y un cariño sincero. Y por supuesto agradezco de todo corazón a la Maestra María del Socorro Escandón Gallegos, la mejor guía, por mostrar esa calidad y calidez humana en éste proceso, por impulsarme a cada paso, y sobre todo, por ser la extraordinaria persona que ES. Agradezco a la vida, por hoy, estar AQUÍ. Índice RESUMEN ......................................................................................................................................... 1 INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 2 CAPITULO I EROTISMO FEMENINO ......................................................................................... 5 1.1 El Erotismo ............................................................................................................................ 5 1.2 Identidad de Género.......................................................................................................... 17 1.3 Rol de Género .................................................................................................................... 22 1.4 Trabajadoras (Asistentes Médicas) del IMSS............................................................. 28 1.5 Estereotipos de género ................................................................................................... 31 1.6 Perspectiva de género .................................................................................................... 35 1.7 Autoerotismo ...................................................................................................................... 43 1.8 Autoestima femenina ....................................................................................................... 52 1.9 Estudios similares ............................................................................................................ 59 CAPITULO II LA GESTALT Y EL EROTISMO ........................................................................ 65 2.1 El enfoque Gestalt ............................................................................................................. 65 2.2 Antecedentes ...................................................................................................................... 67 2.3 El ciclo de la experiencia ................................................................................................. 69 2.5 Gestalt y Erotismo ............................................................................................................. 78 CAPITULO III. PROPUESTA ...................................................................................................... 81 3.1 Justificación ........................................................................................................................ 81 3.2 Población ............................................................................................................................ 83 3.3 Escenario ............................................................................................................................ 83 3.4 Instrumentos ...................................................................................................................... 83 3.5 Procedimiento ................................................................................................................... 84 3.6 Evaluación ........................................................................................................................... 85 3.7 Descripción de los ejercicios ......................................................................................... 90 CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 106 ALCANCES Y LIMITACIONES .................................................................................................. 108 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .......................................................................................... 109 ANEXOS ........................................................................................................................................ 117 GLOSARIO .................................................................................................................................... 120 1 RESUMEN El erotismo femenino en la actualidad aún se encuentra diseminado (perdido, orillado, repudiado, reprimido, castigado), generando en las mujeres una confusión entre lo que desean, lo que expresan, lo que sienten, con lo que se lespermite hacer, pensar, y lograr; lo cual las conduce a una vida insatisfecha, sometida, carente de la libertad a elegir, razón por la que en muchas ocasiones no conciben visualizarse con la plena consciencia de lo que son y lo que representan; sin embargo experimentan las repercusiones que conlleva el tener una autoestima baja, una censura de sus deseos más íntimos, y una represión de sus logros personales y profesionales. Tomando en cuenta el contexto cultural en el que se ve inmerso el cuerpo femenino, se puede llegar a un "darse cuenta" de la subjetividad que en relación a él se tiene como mujer. El presente trabajo pretende sensibilizar a través de un taller acerca del valor que representa el erotismo en la vida cotidiana de cada mujer y que puedan percibirlo en las prácticas sexuales sociales más lejano a lo racional y muy apegado a esa diversidad de sensibilidades y cualidades de un cuerpo en expresión. Por esta razón se desarrolla una propuesta de taller que tiene bases Gestálticas centradas en el plano de la existencia en el "aquí y ahora", con las herramientas que la Terapia Gestalt proporciona, enfocado a Asistentes Médicas del IMSS, para guiar a las participantes a una toma de conciencia y a una reestructuración del sentido de sus vidas. Palabras clave: erotismo femenino, autoestima, terapia Gestalt. 2 INTRODUCCIÓN En nuestros días el género sigue siendo un importante medio de organización que la sociedad utiliza para diferenciar a hombres y mujeres; utilizando como base la estructura fisiológica de los sexos, con la que se establecen las categorías: femenino y masculino; de lo cual dependerá la forma en la que se educará a los individuos, así como su forma de ver y de vivir el mundo; la manera en la que se espera que se comporten y se relacionen con los demás, con su entorno y con ellos mismos. Cada sociedad elabora sistemas de género en el que se atribuyen ciertas características intelectuales, psicológicas y morales a las mujeres y a los hombres, construyéndose así, un esquema social y cultural de lo que significa ser mujer y ser hombre; implementando normas que van dando sentido y significado a lo que vivenciamos en torno a nuestro ser, como el erotismo y la autoestima. Ya lo mencionaba Hierro (2003), que el género es el sistema jerárquico de clasificación que norma las relaciones entre mujeres y hombres, es decir, el género constituye la sexualización del poder. Y analizando esa forma de relacionarse entre ambos sexos; usualmente tanto mujeres como hombres, se muestran escindidos, como si las emociones, conductas, sentimientos, placeres y cuerpo, fuesen independientes unos de otros. Ser consciente de esas decisiones y de ese derecho que se tiene para el reconocimiento y el disfrute de ese cuerpo y de esas emociones, no dependiendo del sexo al cual se pertenezca; requiere de un arduo trabajo, muchas veces navegando contra una sociedad que obliga a sus miembros a comportarse, a actuar y a decidir lo que se espera de cada quien. Como lo menciona Bonino (2000), además es indispensable analizar la prevalencia de tales o cuales características y el significado que socialmente se les otorga, pues indudablemente no sólo reflejan diferencias, sino valoraciones diferentes que reproducen desigualdad. Desigualdad que se experimenta en diferentes esferas de la vida de una mujer, y en el aspecto laboral se detecta una de ellas. Es el caso de las Asistentes Médicas que laboran en el IMSS, en el Hospital General de la Raza, población particular que se elige en el presente trabajo; tomando en cuenta que dicha población se ve inmersa en problemas de discriminación laboral, de hostigamiento sexual, y de numerosas desventajas de abuso de autoridad, problemática que se ve reflejada en su desempeño y desarrollo personal de cada una de ellas. Y como lo mencionaba F.Perls (1974), "Cuanto más una sociedad exige que un individuo corresponda a sus conceptos e ideas, menos eficientemente le consigue funcionar" Por lo que se considera necesario reflexionar que la Terapia Gestalt es un enfoque holístico que asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena 3 realización de las potencialidades latentes, promoviendo la responsabilidad de los procesos y la conciencia de sus propias necesidades y satisfacciones. Herramienta muy útil para la experiencia humana. Perls (1974). Por esta razón el objetivo de esta tesina es proponer un Taller vivencial con enfoque Gestalt dirigido a las Asistentes Médicas que laboran en el IMSS, con la finalidad de concientizarlas en comprender lo que es la relación de dependencia entre el origen de la subjetividad erótica de la mujer y las estructuras sociales de la cultura, es decir, el erotismo femenino como una manifestación de ésta subjetividad que se ve conducida, manipulada para su expresión sexual por medio del rol que se le asigna desde su nacimiento, la presión de tener que cumplir con determinados estereotipos y que al final se le hace creer en una identidad, que muchas veces se encuentra alejada de su verdadero deseo de "ser" ella misma, lo cual lleva una consecuencia para su autoestima e impide la existencia de este erotismo como parte natural de la mujer a buscarse a través de él; reflejando también en su desempeño laboral limitantes como exigir un trato digno, ejercer sus labores de la manera adecuada sin sentirse menospreciada o desvalorada y de sentirse en un ambiente laboral agradable y saludable. Este trabajo se compone de tres capítulos: en donde el capítulo uno analizará el erotismo desde sus diferentes ángulos y ayudará a entender las diferentes circunstancias que como mujer se tiene que sortear para entenderse a sí misma, y reflexionar acerca de los roles, estereotipos e imposiciones sociales a los cuales se ve sometida con la finalidad de respetarse, valorarse, y sobre todo hacer uso pleno y responsable de su cuerpo logrando el disfrute del mismo. El capítulo dos se abordará la Terapia Gestalt, mencionando sus antecedentes, sus principios básicos y el ciclo de la experiencia con sus bloqueos que en cada fase se pueden dar; así como su perspectiva del erotismo en la vida de las mujeres. Por último el capítulo tres es la propuesta de taller vivencial para Asistentes Médicas del IMSS, quienes pueden ser vulnerables a experimentar la desigualdad entre géneros, así como de la frustración de vivir un erotismo escindido de sus deseos y de sus decisiones libres, conscientes y responsables y se les dará la oportunidad de "darse cuenta" de su papel e importancia en una sociedad que las ha sometido, fortaleciendo su autoestima la cual les ayudará a desempeñarse mejor laboralmente, a brindar una mejor atención al derechohabiente así como tener relaciones laborales más satisfactorias. 4 CAPITULO I EROTISMO FEMENINO 5 CAPITULO I EROTISMO FEMENINO 1.1 El Erotismo Es "amor apasionado unido al deseo sensual" y que deviene del dios Eros griego,Eros nace de las carencias, los deseos y las necesidades súbitas, es fugaz y se asocia a la seducción, la sensualidad, la idealización, la obsesión y desde luego a la pasión (Cruz y Díaz-Loving 2011). El erotismo presente a lo largo del tiempo y como factor fundamental en la vida diaria de cada ser humano, representa un concepto complejo pero qué maravilla su significado. Mientras que para la Real Academia Española Erotismo significa sencillamente: 1.Amor sensual. 2. Carácter de lo que excita al amor sensual. 3.Exaltación del amor físico en el arte. Bataille (2002), escritor, antropólogo y pensador francés, quien cuenta con trabajos sobre erotismo, en los cuales nos muestra que el erotismo es mucho más que sexo, a pesar de que éste sea precisamente su pilar, para Bataille erotismo necesariamente implica transgresión, para lo cual nos explica: "Lo prohibido da ala acción prohibida un sentido del que antes carecía. Lo prohibido incita a la transgresión, sin la cual la acción carecería de esa atracción maligna que seduce... Lo que hechiza es la transgresión de lo prohibido" Bataille (2002). Para Alberoni (1986), el erotismo es un proceso dialéctico entre lo continuo y lo discontinuo. No existe una sola raíz del erotismo, hay dos, una que se arraiga más profundamente en las mujeres y la otra en los hombres. La primera tiende a crear la comunidad de vida, la unidad del amor. La otra, en cambio, no tiene un proyecto, recoge fragmentos. Y no se trata de que una sea superior a la otra, sin embargo es necesario diferenciarlas. Por lo que el autor plantea que existe una profunda preferencia por lo continuo en lo correspondiente a lo femenino, y una preferencia de lo masculino por lo discontinuo. Dicho contraste es el eje por el cual gira la diferencia entre lo femenino-masculino. Por lo que el erotismo no será jamás el mismo para hombres que para mujeres, ya que ambos sexos tenemos diferentes objetivos y métodos para experimentar el placer de nuestra sexualidad y nuestro deseo. 6 González (1994) El erotismo es una composición absolutamente humana, el cual se ha ido construyendo a través de la historia y se va modificando y al mismo tiempo evolucionando con el paso del tiempo; el erotismo es cambiante, dinámico, se transforma y es una variante de cultura en cultura, por lo que cada una adopta un ritual diferente para expresarlo y vivirlo. El erotismo incluye, unifica, totaliza y humaniza lo sexual. Así mismo contiene reacciones afectivas y emocionales de muchas cualidades que lo hacen muy grato y placentero como vivencia humana (González 1994). Cuando el erotismo se hace presente en la vida psicosexual humana, significa el rompimiento del patrón tradicional de reproducción, el cual se veía regido sólo por el instinto sexual, de tal manera que fue necesario sustituir ese procedimiento estándar para reproducirnos por elementos considerados neutros, los cuales son activadores de los impulsos sexuales innatos (Aguirre, 2011). Para Paz (1993), en su raíz el erotismo es sexo y naturaleza; sin embargo por ser el erotismo una creación del hombre y por sus funciones en la sociedad también es considerado como cultura. Uno de los fines del erotismo es domar al sexo e insertarlo en la sociedad. Por otro lado la finalidad del erotismo está en el goce mismo, por tal razón se podría definir al erotismo como la capacidad que tiene el individuo para el goce sexual, el erotismo es la expresión de la sexualidad (Sarria, 1991, en Miranda, 1994). Retomando lo planteado por Bataille (2002) quien señala que el erotismo del hombre difiere de la sexualidad animal en que moviliza la vida interior. El erotismo es lo que en la conciencia del hombre pone en cuestión al ser. Desde el punto de vista de este autor es un desequilibrio en el cual se cuestiona a sí mismo, conscientemente. A través del erotismo se puede encontrar al placer como único fin frente a cualquier otro valor. La persona amada se empieza a convertir en un pequeño dios. El erotismo también es considerado como un objeto de pasión, más profundamente, como objeto de una contemplación poética. Otros autores definen al erotismo como la unión afectivo-sensual con otro ser, es la capacidad del individuo para el goce sexual, es la expresión de la sexualidad "El erotismo es la construcción, es el resultado de las relaciones interpersonales moldeadas culturalmente por un proceso que se denomina identificación" (Quijada, 1983, en Miranda, 1994). Myers (1995) se refiere al erotismo como las manifestaciones de la sensualidad y el goce obtenido de la unión afectiva que puede incluir además del posible contacto sexual, imágenes, momentos y fantasías que acentúan la atracción. 7 Por definición el amante erótico busca sobretodo el goce y la consumación sexual generados a partir de la atracción física y la pasión (Lee, 1977, en Díaz Loving y García, 2010). La erótica es un elemento fundamental de lo sexual y caracteriza un dominio biológico incluido en la sexualidad, aunque separándose a veces en límites demasiado inciertos. Y Duca (1970) describe que el erotismo cuenta con límites inciertos, los cuales dependen de la educación, el lenguaje, la tradición, el nivel de civilización, todo el medio psíquico, que colaboren en las costumbres amorosas del hombre, que al final estimulan o inhiben, prohíben, levantan o imponen tabúes. Similar a éstas definiciones, también Hidalgo (2007) explica que el acto erótico se desprende del acto sexual. Ya que lo considera como sexo y otra cosa. El erotismo descrito por ésta autora es sinónimo de deseo. Es una tentativa personal por romper los lazos sociales y se presenta como una liberación de la condición humana. Se puede pensar que la experiencia erótica en sí, cuenta con dos orígenes uno interno y otro externo. Por un lado el exterior se desarrolla en el momento de estimularse de manera táctil ciertas partes del cuerpo como por ejemplo las zonas erógenas (en especial los genitales), lo cual dará una respuesta sexual. Pero ésta no es la única manera de obtener respuestas sexuales o sensaciones eróticas, ya que se puede estimular también utilizando los sentidos como lo son el gusto, el olfato, así como a distancia utilizando la vista, como por ejemplo observando un cuerpo o partes de él desnudas, y el oído que también puede ser utilizado. Es de la misma manera importante, tomar en cuenta la disposición que tenga la persona en este proceso, ya que debe encontrarse con la mayor disposición receptiva para lograr que los estímulos tengan un significado sexual, ya que de esto dependerá que el individuo lo perciba con agrado y de forma placentera. Y por el lado interno de la experiencia erótica, encontramos aquellas fantasías sexuales inconscientes, que contienen pensamientos, afectos, sensaciones y finalmente conductas en relación con otros. Es muy importante que ambos lados de la experiencia erótica se den a la par, y así llegar a la culminación del placer erótico, (Miranda, 1994). Un aspecto que se considera de importancia para éste trabajo es el hacer mención de un factor que se encuentra adherido a la experiencia erótica, se habla del ingrediente espiritual que significa liberarse de preocupaciones mientras se está con la persona con la que se tiene la relación (ya sea otra o una/o misma/o). Alberoni (2006) mantiene que el erotismo es como la meditación pues nos libera de frustraciones, tristezas y preocupaciones. Es un momento extraordinario en el que las personas sólo se interesan en darse placer entre sí, en el que se mejoran y dan sólo lo mejor sin ataduras o compromisos. Es un intercambio en el que cada uno comprende y hace suyas las fantasías eróticas del otro y se adapta espontáneamente a ellas. De ésta manera, en la relación, ambos crecen y se conocen cada vez más a sí mismos, mientras conocen cada vez mejor al otro. El erotismo no lo es todo, ni la panacea pero puede llevarnos a la cima de la existencia humana (Calvo, 2008). 8 Octavio Paz (1994) asegura que el erotismo no tiene nada que ver con la sexualidad animal, no tiene nada "natural" y que el erotismo y la sexualidad son dos "reinos" diferentes. El erotismo es deseo sexual y algo más". El erotismo es complejo porque los humanos nos regimos a través de un complicado sistema de reglas, prohibiciones y estímulos, todo esto definido por la sociedad en la que se vive. Para él "el erotismo es la forma de dominación social del instinto [...] el erotismo es sexualidad socializada, sometida a las necesidades del grupo, fuerza vital expropiada por la sociedad [...]El erotismo es una función social" Para Paz (1994) el erotismo es un juego que imita la sexualidad animal y ésta imitación permite que el erotismo sea vivido "de verdad". Es un juego de imaginación. El erotismo es un lenguaje en si mismo nos dice OctavioPaz. Un lenguaje sin palabras, pues las palabras perjudican la comunicación con el otro. El erotismo es el reflejo de uno mismo, nunca del otro. El erotismo nos ayuda a disfrutar más y ser conscientes de ello. Es una herramienta para el autoconocimiento y el buen trato, tanto a nosotros mismos como a los demás, no sólo en la sexualidad sino también en la vida cotidiana (Calvo, 2008). El erotismo permite libertad de pensamiento y acción. Es un juego que permite varias posibilidades de elección. "el erotismo puede vivirse con o sin pareja, es una excelente guía en relaciones autoeróticas y también puede experimentarse en relaciones esporádicas, siempre que seamos honestos y mantengamos lejos exigencias y necesidades, siendo respetuosos y sinceros respecto a nuestras intenciones" (Calvo, 2008). Para Calvo (2008) el erotismo significa ser uno mismo, trabajas de adentro hacia afuera. Pero esto requiere aprender a ser un buen compañero de sí mismo. Es el lugar en donde podemos aceptarnos a nosotros mismos tal cual somos incluyendo los defectos. Aquí no es necesaria la aprobación del otro. Es un lugar donde se puede apreciar las semejanzas entre sujetos. Es una herramienta de autoconocimiento. Se puede fingir y engañar al otro/a sobre lo que nos erotiza, pero jamás a nosotros mismos y es por esto que nos ayuda a conocernos y mejorarnos (Calvo, 2008). El erotismo no se da por sí solo, es un trabajo constante, se debe hacer consciente para sacarle provecho. Si trabajamos el erotismo, si el sujeto pone atención a sus ideas, emociones, respiración, conductas y actitudes, y con el tiempo podrá irse relajando y conseguir una excitación más potente. Entonces la sexualidad se convertirá en juego. El erotismo empieza a nacer del jugueteo con el deseo, creciéndolo, disminuyéndolo, retrasándolo. Y en vez de buscar el orgasmo, liberarse de éste (Calvo, 2008). 9 Por el otro lado en la actualidad se encuentra un ejercicio de la sexualidad que se desarrolla con el abandono de los sentimientos, el afecto, la ternura, el cariño, el amor. Y Bataille (2008) describe lo señalado por Kinsey, que los hombres con mayor educación son conscientes dentro de las relaciones sexuales por lo que éstas tienen mayor duración e involucran más juego. Lo que para Calvo (2008) se concluye asegurando que el erotismo es desmitificado por la educación y gracias a esto las personas pueden disfrutar plenamente y sin culpas de su sexualidad lo cual contribuye a tener una vida más sana. Alberoni (1994) señala que el erotismo no tiene las mismas manifestaciones tanto en hombres como en mujeres. En el caso de las mujeres se puede considerar que son más sensibles y emotivas, por lo tanto buscan aspectos eróticos que tengan que ver con sentimientos y emociones. Sin embargo los hombres buscan y están más interesados en factores que tienen que ver con la sexualidad y el placer. Las diferencias entre hombres y mujeres son el sedimento de milenios de años de historia, pero conforme ha transcurrido el tiempo han ido cambiando las relaciones entre ambos sexos. Por un lado para Alberoni (2006), existen dos tipos de erotismo, o bien dos facetas del mismo: el erotismo femenino y el erotismo masculino, y es en el justo momento cuando las dos facetas se fusionan, que se crea el verdaderos erotismo. Pero para que surja este último se requiere que la parte femenina dé la continuidad, la unión estable, el contacto, el tiempo, la búsqueda de perfección; y la parte masculina aporta lo nuevo, lo diferente. (Alberoni, 2006). Alberoni lo describe de ésta manera: "El verdadero erotismo sólo es posible cuando cada sexo trata de comprender al otro, logra ponerse en su lugar y hacer propias sus fantasías" Podría sonar que lo anterior se logra de una manera muy sencilla, sin embargo no es una tarea fácil, pues en muchas ocasiones el género opuesto es incomprendido. Alberoni (2006) menciona algunas diferencias que existen entre el erotismo de hombres y el erotismo de mujeres. Señala que para las mujeres existe la novela rosa, las películas románticas, los cosméticos, la ropa, la seda, la perfumería, etc; artículos orientados para realzar la belleza corporal y facial. Para los hombres están las revistas Playboy y las películas porno -un tanto más limitados, objetos orientados para generar excitación genital sin más. Se encuentran también diferencias relacionadas con la sensibilidad de los sentidos de las mujeres y de los hombres, siendo las primeras las que tienen más desarrollados los sentidos del tacto, olfato, gusto y oído, logrando así una amplia gama de opciones para vivir el erotismo. 10 Por el otro lado el sentido que domina en el hombre es el de la vista, la cual logra opacar a los demás. Pero a pesar de estas diferencias socio-culturales Alberoni (2006) aclara que son momentáneas y que se deben encontrar nuevas formas que las reemplacen, apostando más por la "equidad" para que ambos sexos puedan disfrutar de un erotismo más rico y amplio. Lo cual significaría que ambos géneros disfruten y gocen del erotismo de manera completa y global, sin segregación por género. Ya que ambos géneros pueden disfrutar del erotismo partiendo de cualquiera de los sentidos. Alberoni (2006) considera que el erotismo femenino y el erotismo masculino se encuentran notoriamente diferenciados, dado que por un lado lo que pudiera resultar erótico para uno, podría significar ofensivo o simplemente aburrido para el otro, lo cual muchas veces genera incomprensión para ambos, malestar, llegando así a un choque o a un conflicto real. El autor, señala también que esta división del erotismo es resultado de la división del trabajo que se ha llevado a cabo desde hace miles de años. "El hombre, ocupado en el trabajo, la vida social, es activo, tiene puesta la mirada en los resultados, se imagina independiente, libre de sentimientos, dotado de una potencia sexual indefinida e insatisfecha. La mujer encerrada en la casa, se imagina frágil, débil, necesitada del apoyo emotivo que el hombre le dé. Por ello se ocupa de su cuerpo, de su cutis, de su belleza" (Alberoni, 2006). Lo anterior podría ser una razón por la cual exista el conflicto entre géneros en el terreno sexual, ya que las personas suelen asumir ese erotismo estereotipado/esperado de cada género. Así el egoísmo y la incapacidad de ponerse en "la piel" del otro obstaculizan un encuentro que podría ser realmente erótico, si tan sólo se pensara en qué erotiza más al otro. Para el hombre la continuidad del erotismo femenino le causa ansiedad al mismo tiempo que le atrae. Ya que el hombre suele mal interpretar las necesidades del erotismo femenino y las traduce a su propio idioma erótico. "El hombre, de hecho, percibe la continuidad como intensidad, el deseo de proximidad como deseo de orgasmo, el erotismo difuso, cutáneo, muscular, como pasión desbordante, incontenible" (Alberoni, 2006). Alberoni (2006) describe que tanto la pornografía como las novelas rosas son: "Dos cosas increíbles e imposibles, pero igualmente excitantes para ambos sexos e igualmente incomprensibles para el sexo opuesto" (Alberoni 2006). Alberoni afirma que el erotismo necesita del aporte de continuidad, deberes y responsabilidad del erotismo femenino para ser mantenido. El erotismo masculino es efímero e inútil pues es placer puro y no lleva a nada. (Alberoni, 2006). El erotismo masculino es altamente genitalizado, la fantasía masculina está dirigida hacia el coito, la eyaculación, y se concentra en el eje genital; es lo que Fina Sanz (1990) considera un erotismo vertical. 11 Para Alberoni (2006) el erotismo masculino es un momento con un principio y un final, y sirve como generador, y en parte es un escape de la vida cotidiana. Algo que caracteriza al erotismo masculino es la discontinuidad del placer sexual, ésta formado por momentos. Y algo que marca al erotismo masculino como ya ha sido mencionado es la discontinuidad del placersexual. Para Alberoni, un punto peligroso del erotismo masculino es que la persona deseada es simplemente un medio para satisfacer sus necesidades, la persona deja de ser un sujeto para convertirse en un objeto que sirve para dar placer. Incluso menciona que la reciprocidad del erotismo masculino es egoísta, pues brinda placer al otro para probarse como gran amante. No obstante, siempre es muy difícil para él canalizar todo su erotismo en una sola persona, aunque la quiera, aunque la necesite y hasta cuando este profundamente enamorado de ella. La separación, siempre posible, entre sexualidad y amor lo coloca con frecuencia en una situación sin salida (Alberoni, 2006). Sin embargo hay una excepción y esta es cuando el hombre se enamora, es así como el erotismo masculino se vuelve continuo. La manera en que una relación erótica devenga en una relación amorosa duradera y sólida es que el hombre experimente un erotismo creciente (Alberoni, 2006). Por lo que se puede decir que el erotismo masculino suele ser apartado de lazos afectivos y de aquello tan importante para las mujeres como el amor; y a pesar de que estos mismos lazos puedan enriquecer al hombre, no le son necesarios. A diferencia de lo mencionado el erotismo femenino está constituido por el resto del cuerpo y espacio personal, incluida la ropa, casa, tratamientos de belleza, sin incluir necesariamente los genitales (Alberoni, 2006). Según Alberoni, para la mujer la experiencia de un orgasmo, el cual puede experimentar de una manera muy parecida al orgasmo masculino, va más allá de un solo acto, pues éste se convierte en una vivencia global que no está dirigida a una meta. El erotismo femenino está formado por dos cosas, lo físico y lo emocional, y si no existe un vínculo entre éstos no hay un erotismo satisfactorio. El aspecto físico no erotiza si no hay un vínculo amoroso. "Existe una estrecha vinculación entre el erotismo táctil, muscular, entre la capacidad de sentir los olores, los perfumes, los sonidos y el placer de ser deseada de un modo continuo, amada de modo continuo. El tacto significa cercanía y lo mismo el olor. Quiere sentir la mezcla de ambos, que es mezcla de emociones. Todo esto ocurre mientras hay continuidad. Continuidad de ternura, caricias, palabras, penetración, susurro. Continuidad del deseo, de la atención, de la excitación, del interés, de la pasión, del cariño. Es pues deseo de estar juntos, de convivir, de participar en las mismas experiencias, de ver las mismas cosas, las mismas nubes, el mismo mar, respirar el mismo aire, tener la misma vida (Alberoni, 2006). 12 Nos explica Alberoni en su libro "El erotismo" (1986) la necesidad de continuidad por parte de la mujer da como explicación que la mujer no tiene que diferenciarse de su objeto prioritario de amor e identificación, que es su madre ,por lo que en la adultez tendrá una sensación de continuidad con las personas que ama, Alberoni (2006) se basa en la psicología Junguiana para decir que el erotismo femenino está basado en los arquetipos de Afrodita y Artemisa. La primera tiende a la fusión, a lo sexual. La segunda se aleja de ello, y refleja lo contrario, es virgen y no necesita de ningún hombre. Esta dualidad del erotismo femenino, entre la puta y la virgen, está dada y creada por la sociedad patriarcal desde hace miles de años. Una manera en que los hombres etiquetan a las mujeres para controlarlas. El erotismo femenino requiere de la continuidad para existir, en el proceso es necesario ver la continuidad entre sexo (lo físico) y el afecto (lo emocional), culminando en la continuidad erótica. "Para la mujer es necesaria esta continuidad e ilación entre afecto y sexo, porque en la mujer el erotismo se despierta a través de los sentimientos, en la ensoñación cargada de emociones (sean estas cualquiera), la excitación va cargada de fantasía, la fantasía que en ese momento funcione, y para que éstas se puedan desenvolver se necesita de tiempo" (Alberoni,2006). De la misma manera Sanz (1999), nos aclara que "una de las características más relevantes que se aprecian en la erótica femenina es su corporalidad o globalidad, frente a la genitalización masculina", lo cual generará las formas específicas de comportamiento que modelarán las relaciones de amistad y las relaciones amorosas en función del género. De tal manera que se puede concluir que el erotismo femenino está formado por varios elementos y abarca prácticamente todos los aspectos de la persona, esto no sólo se manifiesta en el sujeto sino también en el objeto erótico. Para que una persona pueda excitar el erotismo femenino debe provocar una "simpatía global", para lo cual se tomarán en cuenta no sólo los aspectos físicos sino también los intelectuales, económicos, sociales, sentimentales, etc. Para Alberoni (2006) la parte activa del erotismo femenino recae en la seducción, seducir resulta altamente erótico para la mujer, pero la seducción que realiza abarca detalles que podrían no parecer parte de ella en un principio. Todo lo que rodea a la mujer es parte de su erotismo, su vestimenta, su casa, sus cosméticos, etc. Y para seducir es necesario despertar el erotismo masculino, y lo que lo despierta es la novedad, el cambio, y éste debe reflejarse en la vestimenta y actitudes, aunque esto puede terminar por pesarle al darse cuenta que deja de ser simplemente <<ella misma>>. Se plantea que la meta de este erotismo continuo es crear en el otro un enamoramiento eterno, que el otro la recuerde a ella y a su seducción, por siempre; pero ésta seducción no es solamente efectuada, debe también ser recibida, y sin una buena seducción no se despierta el erotismo femenino. 13 Una visión complementaria es la Fischman (2000), quien plantea que a lo largo de la historia, el comportamiento sexual de la mujer ha sido determinado por los arquetipos culturales que definen la identidad sexual femenina. Para la mujer la sexualidad puede estar vinculada a la aceptación de su cuerpo, sus deseos e impulsos sexuales, amor, intimidad, pasión, maternidad, ternura. Y al mismo tiempo esta encadenada a condicionamientos sociales opresivos que distorsionan su percepción de sexualidad. A lo largo de numerosas generaciones se ha educado acorde a normas que legitiman la expresión sexual sólo si es con fines de procreación; así mismo determinan que la sexualidad debe estar ligada a un amor que involucra sumisión y que el pudor y recato femenino exigen pasividad y renuncia al placer. Por otro lado, para muchas mujeres, la sexualidad está contaminada por la violencia y el maltrato, ya que en sus experiencias sexuales predomina el abuso y la agresión de una pareja que la considera mujer objeto. Todos estos factores contribuyen a una visión de la sexualidad como desprovista de erotismo y a una desvaloración del derecho al placer. Pero también es importante mencionar las diferencias entre las mujeres de distintas generaciones y medios socioculturales, y en algunos segmentos de la sociedad se plantea la necesidad de reflexión y el dialogo sobre el derecho de la mujer a determinar cómo vive su erotismo. Para Fischman (2000), el erotismo representa un lenguaje, la forma de expresión que permite la comunicación a través del contacto físico; pero es muy importante que éste lenguaje refleje lo que queremos expresar, y que no sea distorsionado por influencias que no representan nuestra subjetividad. Y factores como la historia individual de cada persona, la manera de relacionarse con su cuerpo y las ideas eróticas que forma del mismo, van moldeando su vivencia sexual. La mujer se encuentra bajo la presión que se ejerce sobre ella por parte de la sociedad, al tener que cumplir con el papel impuesto por ésta para así satisfacer las expectativas que se tiene de ella, y desde luego que ésta responsabilidad no recae únicamente sobre la mujer, ya que para el hombre también la sociedad cuenta con las expectativas que este tieneque cumplir al desempeñar su papel y al estar inmerso en ella, y con el cual ambos deben sentirse identificados; por lo que a continuación se definirán aspectos que podrán dar una explicación al panorama erótico masculino y femenino antes mencionados. Y como Miranda (1994), lo describió, la identificación es el proceso mediante el cual se llega al erotismo descrito por sus relaciones interpersonales moldeadas por la cultura, y también nos habla de la identidad sexual que describe un conjunto de roles que una persona actúa lo cual lo define como individuo y lo hace ser único. Entre sus estructuras básicas están la imagen corporal, la identidad genérica. Los componentes de la actividad sexual son; la imagen corporal erótica y sexual de sí mismo, estas son fundamentales en las relaciones con las demás personas y todo esto son procesos inconscientes. 14 Sin embargo en una cultura que no reconoce el valor del erotismo, que se manifiesta a través de pensamientos y comportamientos heterogéneos que no se reducen sólo a la búsqueda del coito con una pareja heterosexual, que pudiera incluir la observación de prácticas sexuales de otra pareja y masturbación, autoerotismo, entre muchas otras, han llevado a algunos profesionales a considerar éstas prácticas como anormales, solamente porque no corresponden con las secuencias morales; lo que es común en la visión tradicional sobre la sexualidad y el papel de cada género en la sociedad, es que rechaza la importancia del erotismo, especialmente en relación con la sexualidad femenina, porque no tiene un papel directo en reproducción; se argumenta que el orgasmo y las sensaciones del placer no son necesarias para la fecundación. En nuestra cultura hemos aprendido que la meta y el objeto sexual debe ser el coito con una pareja heterosexual con fines reproductivos. Además la cultura ha establecido una serie de condicionamientos a los que se debe sujetar el intercambio sexual, con la consecuencia de que cualquier persona sea juzgada y calificada de manifestar un comportamiento anormal. La concepción judeocristiana sobre el cuerpo y la sexualidad sigue formando parte de la ideología dominante en nuestra sociedad. La moral sexual dominante, que se expresa en valores y normas, persigue la homogeneización y el control del heterogéneo comportamiento humano. La ideología moral religiosa, en algún momento de la historia, se convirtió en un poderoso medio de control social e individual al servicio de los grupos dominantes; definió de una vez y por todas, los comportamientos estereotípicos de la mujer esposa, mamá, ama de casa y del hombre como proveedor, y clasificó los comportamientos sexuales en buenos y malos, seleccionando de la inmensa gama de posibilidades expresivas humanas, un pequeño grupo de ellas como necesarias para lograr un coito con fines reproductivos. La ideología judeocristiana, al ser incorporada al discurso dominante, pasó de ser parte de la moral religiosa católica, profesada voluntariamente por quienes adoptasen esa religión, a ser la moral social dominante en función de la cual se educa y socializa a la población. Aunque hasta fechas muy recientes se ha empezado a fracturar esta ideología y dar paso a modificaciones en la legislación y la estructura institucional mexicana, dando cabida a una serie de cambios en ámbito de la familia, la salud reproductiva y la educación sexual tanto científica como holística y vivencial. Esto es un indicador del cambio del paradigma reproductivo a un paradigma que sin negar la función reproductora consciente y libre, da paso al reconocimiento de la diversidad sexual (Miranda, 1994). Para Carrobles (1991), el discurso dominante sobre la sexualidad (sea religioso o biomédico), tiene la función de legitimar la existencia de ciertas prácticas y actos sexuales; pero, al mismo tiempo, establecer un límite a sus múltiples posibilidades de expresión, al definir un rango de normalidad a la medida de sus propios intereses y no en función del reconocimiento de las heterogéneas características eróticas y sexuales de la población. 15 Las instituciones han cometido el error de pretender generalizar el conocimiento biomédico a todos los aspectos de la sexualidad. Ahora sabemos que la perspectiva biológica resulta insuficiente para contener todas las manifestaciones de la sexualidad. Es necesario alcanzar un nivel de abstracción biopsicosocial integral, que nos permita complejizar la comprensión de la sexualidad en todas sus dimensiones. Los estímulos aparecen generalmente entrelazados en secuencias donde se conjugan estados de ánimo y reacciones caracterológicas y situacionales del individuo, con expresiones emocionales, juicios de valor y comportamientos provenientes de otras personas mezclados en una compleja secuencia de interacción dentro de un contexto espacial y temporal específico. Así, es posible suponer que algunas de las características del contexto sociocultural donde el individuo nació y creció podrán haber quedado codificadas en la mente infantil, no sólo como experiencias de vida, sino también como detonadores de la respuesta erótico-sexual. Las restricciones morales en el área de la sexualidad inculcada en niñas y niños, como producto de su aprendizaje temprano, les genera dificultades para acceder al reconocimiento y aceptación de las características de su propio cuerpo, lesionando la integración de su esquema corporal y la construcción de su identidad de género. Como consecuencia de los condicionamientos represivos infantiles, las personas adultas tienden a vivir una sexualidad empobrecida, reforzada por una ideología que rechaza, estigmatiza y hace caso omiso del placer sexual. La importancia del erotismo en la vida psicosexual humana aparece cuando el patrón reproductivo de la especie dejó de estar regido por el instinto sexual, y hubo que sustituir las conexiones innatas que nos indicaban el procedimiento estándar a seguir para reproducirnos por elementos, en un principio neutros, seleccionados del medio a través de nuestra experiencia y que pasaron involuntariamente a formar parte del mapa erótico y que ahora, en la vida adulta, son activadores de los impulsos sexuales innatos (Carrobles, J. 1991). Ellis (1970), platea que el concepto de respuesta sexual, generalmente se refiere a la descripción fisiológica de la excitación que permite el coito y que lleva a la reproducción, y generalmente excluye la gran variedad de aspectos eróticos que tienen que ver con las percepciones, recuerdos, fantasías, etc., que generan placer y que son parte de un mismo proceso; de tal forma que para hacer énfasis en la importancia de ambos componentes, se propone utilizar el concepto de mapa eróticosexual. El mapa eróticosexual contiene una representación específica, única e irrepetible, de un conjunto de elementos del medio cuya percepción o recuerdo desencadenan el deseo y la excitación hasta el orgasmo. A partir de la pubertad, cada persona se da cuenta que ciertas fantasías y situaciones específicas despiertan espontáneamente su deseo y si la cultura no interfiriese en estas reacciones, generando sensaciones de inadecuación y culpa, lo más seguro es que cada quien, mas tarde descubrirá su propio mapa eróticosexual y lo utilizaría voluntariamente para lo que sirve. 16 Lo cierto es que la ideología sexual moral ha suplantado el mapa eróticosexual individual por un -estereotipo de relación sexual- propio de la pareja monogámica, con el fin de orientar los impulsos sexuales hacía el coito reproductivo, a costa de ignorar el placer sexual. Las experiencias individuales durante la crianza y la socialización serán fundamentales para la construcción del mapa erótico que se revelará a partir de la pubertad. Cualquier objeto o situación de orden neutro, puede quedar articulado en momentos críticos al mapa eróticosexual, convirtiéndose en desencadenante del deseo y la excitación sexual. Así la percepcióno el recuerdo de cualquier situación u objeto, proveniente de las sensaciones, pensamientos o acciones del propio niño/a; cualquier rasgo o elemento emanado de las personas que lo rodean; olores, gestos, voces, clima emocional, valores, movimientos, actitudes, etc., y cualquier otro elemento proveniente del contexto tal como ruidos, formas, objetos, olores, etc., pueden quedar indisolublemente integrados al mapa eróticosexual y ser responsables, a partir de la pubertad, el deseo y la excitación. Si esto es así, la gama de elementos del mundo que pueden quedar integrados en el mapa erótico-sexual, son prácticamente infinitos. Esta compleja articulación de objetos y situaciones que a través de la experiencia en los distintos momentos del desarrollo (de la infancia a la pubertad), se convirtieron en representaciones cognitivas individuales que desencadenan el deseo sexual y la excitación hasta el orgasmo, constituye el mapa eróticosexual (Ellis, A. 1970). Es importante el señalamiento que hace Aguirre (2011), en donde explica que cada organismo humano se conforma de manera diferente a partir de una información genética específica, que interactúa de manera particular con los factores hormonales y circunstanciales durante el periodo embriológico hasta el momento del nacimiento. Las experiencias tempranas del desarrollo y la diferenciación del sujeto, introducen elementos psicosociales y culturales derivados del entorno, dando como resultado un ser único e irrepetible. La constitución innata que se articula con el aprendizaje temprano dentro de un contexto específico, conforma los ejes sobre los cuales se formará una identidad y una personalidad propia que permitirá a cada quien, como ser autónomo, construir y desarrollar su sexualidad, orientado por sus preferencias básicas que aparecerán al inicio de la pubertad. (Aguirre, 2011). En muchas ocasiones, el mapa eróticosexual podría representar un desafío a la moral sexual y la ciencia dominante que no logra entender, desde la perspectiva del determinismo biológico, cómo estímulos totalmente -neutros- y supuestamente -ajenos- a lo que suponen -sexualmente placentero-, adquieren el valor de disparadores del deseo y la excitación. Dentro de un contexto social que no ofrece oportunidades claras para que las parejas o la persona misma pueda analizar, discutir y aprender acerca de su sexualidad, las primeras experiencias sexuales se convierten en su único modelo y lo repiten rígidamente hasta que lo agotan. 17 La evaluación clínica de parejas o de manera individual permite identificar que más allá de una disfunción o un síntoma en particular; toda una problemática oculta que requiere de una intervención integral y no una focalización espuria en el síntoma. Por lo que es necesario tomar en cuenta los distintos aspectos que influyen en una problemática de tipo sexual, o bien de una mejora en la búsqueda y encuentro con el placer propio o de pareja; lo cual hace referencia a aspectos culturales, tradicionales impuestos a los que se enfrentan mujeres y hombres y que aún con el paso del tiempo se siguen encontrando papeles, roles, estereotipos, etc; que siguen siendo imposiciones y que siguen limitando el desarrollo y el placer completo a cada persona. 1.2 Identidad de Género Para Money (1994), las personas nacemos como seres sexuados, según la apariencia de los órganos genitales, y con rasgos sexuales ambiguos en algunos casos. Como seres sociales, el sexo no habla por sí mismo, nos apropiamos de él a través de una construcción social de género que nos clasifica como seres masculinos, femeninos y andróginos, a través del cual adquirimos una identidad propia y diferente. La discusión sobre el tema del género es el resultado al menos de tres ejes: los estudios de orden psicológico y sexológico, los estudios de las ciencias sociales, y la serie de movimientos sociales y políticos de los que hemos sido protagonistas u observadores, desde fines del siglo pasado hasta nuestros días. La información social transmitida a través del lenguaje, directa o indirectamente, fue la materia prima que nos ayudó a conformar nuestra identidad; aunque no lo supiésemos, una parte fundamental de esa información tuvo que ver con la imposición de una serie de diferencias entre uno y otro sexo, en cuestiones de trato, vestuario, juegos, etc; transmitidas a través de la educación cotidiana informal. Habría que comprender que la identidad de cada quien, no se conforma como el producto directo de la actividad física y sensorial, sino que es el resultado psicológico más elaborado de los aprendizajes de los modelos cognitivos que nos permiten asumirnos como personas y, una vez investidos simbólicamente, construir un cuerpo con sus similitudes y diferencias (incluidas las sexuales) e interactuar en el orden social. La identidad de género es en sí misma, unidad y persistencia de la individualidad de uno mismo como si fuese experienciada en la autoconsciencia y la conducta (Money, J. 1994). 18 Como lo plantea Wheerth, R.( 2002) lo cierto es que niñas y niños participan activamente en el proceso de interacción interpersonal que, a través del lenguaje, modulado por los estados emocionales y afectivos, los modelos sociales y las características del contexto próximo, entre otros, permite construir la plataforma biopsicosocial que dará origen a la identidad. La identidad, consciencia de lo que somos, organiza las creencias, las capacidades y las conductas en un sistema Las primeras representaciones cognitivas construidas mediante el proceso de aprendizaje, nos indica quiénes somos, cómo tenemos que actuar, y quedan articuladas inconsciente e involuntariamente a estados emocionales tempranos (seguridad/inseguridad, independencia/dependencia) producto de la interacción con otras personas, especialmente las personas adultas que se constituyen como el sustento de nuestra identidad. La identidad es una fuente tanto de seguridad como de inseguridad ontológica. Todas las personas poseemos los recursos psicológicos necesarios para lidiar con nuestra identidad, esto se realiza a través de la utilización de sofisticados mecanismos psicológicos tales como la disociación (vernos y escucharnos desde fuera), la asociación (sentirnos), la meta comunicación consigo misma/o (hablarnos). A través de ellos podemos introducir modificaciones conscientes en nuestra identidad sin llegar al sentimiento de despersonalización (Wheerth, R., 2002). Recordando lo mencionado por Miranda (1994) en donde habla del proceso mediante el cual el sujeto actúa según se ve moldeado por la cultura y por lo que actúa roles diferentes. Con ello se observa uno de los procesos importantes en la vida de todo ser humano es la experiencia que éste tiene en torno a su ser y a su existir; a lo cual se le denomina identidad; y ésta puede estar ligada a una realidad inmediata, imaginaria pero también mítica y fantástica. Lagarde (1997), la identidad se conforma por las significaciones culturales aprendidas y por las creaciones que el sujeto realiza sobre su experiencia a partir de ellas, la complejidad cultural impacta la complejidad de la identidad. La identidad de ser alguien, derivada de la condición del sujeto, le permite experimentar su pertenencia a grupos afines y la no pertenencia a grupos diferentes. Existen condiciones de vida que ayuden a sobrevalorar hechos identitarios y otros que por el contrario los califican como negativos o inferiores, lo cual es debido a que los procesos identitarios son de jerarquización económica, política, social, sexual y cultural. Para Lagarde (1997) la identidad se refiere así, al conjunto de pensamientos y afectos que los otros y el sujeto tiene sobre su vida y sobre los otros y el mundo. De ahí que la identidad contenga los lenguajes corporales, el movimiento, la indumentaria, la ubicación, el territorio. 19 Katchadourian (2000) Para la identidad, la diferencia sexuales la primera evidencia incontrovertible de la diferencia humana. Sobre la contundente realidad de la diferencia sexual, se construye el género en un doble movimiento: como una especie de filtro cultural con el que interpretamos el mundo, y también como una especie de armadura con la que construimos nuestra vida. Así, un dato biológico evidente es recreado en el orden representacional y contribuye ideológicamente a la esencialización de la feminidad y de la masculinidad. Lamas (1995), maneja la identidad genérica como el sentimiento de pertenencia al sexo femenino o masculino, e identidad sexual al posicionamiento del deseo de una persona: homosexual o heterosexual. Si bien hay posibilidad de separarse de los aprendizajes culturales, de las creencias religiosas y de las prescripciones sociales y políticas, el carácter inconsciente de la estructura psíquica no es manejable a voluntad. En términos sencillos, la identidad se refiere a la individualidad de una persona. Richard Grenn (en Katchadourian, 2000), define la identidad genérica, a menudo llamada identidad sexual, (aunque en la actualidad tenemos claro que son dos aspectos diferente), como un aspecto fundamental de la personalidad. Puede considerarse que incluye tres componentes: 1) La convicción básica del individuo, en el sentido de ser hembra o macho. 2) El comportamiento del individuo, que culturalmente aparece asociado con las mujeres y los hombres (feminidad y masculinidad). 3) Las preferencias del individuo para hacer pareja con mujeres u hombres. La identidad implica atributos, roles, valores, modelos de pensamiento, de comportamiento y de sentimientos, asumidos como propios de mujeres y hombres y que se han construido socialmente, Lamas (1998). La identidad de género es una construcción no acabada, pues así como se nutre de valores tradicionales y de situaciones consumadas muy persistentes, también lo hace de acontecimientos nuevos y de valorizaciones inéditas. Entonces la identidad de género se manifiesta como un elemento social que forma parte de lo cotidiano, que persiste, se alimenta y se construye de expresiones y acciones nuevas. La identidad genérica se da de acuerdo a nuestro momento histórico, lugar geográfico, raza o etnia, así como nuestros diversos ciclos de vida, lo que nos lleva a vivir nuestras experiencias y formas de existencia de una persona diferente. Lo que determina la identidad y comportamiento de mujeres y hombres no es el sexo biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, mitos, ritos y costumbres atribuidos a alguno de los géneros. Por lo que entonces, la identidad de género es la vivencia psíquica y emocional, obtenida mediante el proceso de identificación, de pertenecer al sexo femenino o masculino. Venezuela (2004), Es en la interacción social donde se articulan los diferentes actos simbólicos mediante los cuales se constituyen los sujetos, y se adscriben en una o varias comunidades imaginarias (como hombres o mujeres, negro o blanco, joven o adulto, heterosexual u homosexual, etc). 20 Parte importante en las estructuraciones cotidianas de las relaciones de género se conforman en las familias, las cuales participan en la conformación de jerarquías, poderes y funciones diferenciadas entre hombres y mujeres o jóvenes y adultos, como mecanismos estructurados y estructuradores de la desigualdad y la diferencia social (Venezuela, 2004). La identidad en su mayoría da un sentido de pertenencia a una cultura y género, te dice quién eres y que debes hacer, dictando así pautas de comportamiento referentes a hombres y mujeres. La identidad es un constructo que sintetiza el conocimiento que la persona tiene acerca de los diversos dominios que la constituyen (por ejemplo, físico, social, académico, deportivo, profesional, familiar, sexual, entre otros), al igual que de los aspectos que integran esos dominios ( por ejemplo, el dominio sexual incluye aspectos como el sexo, el género, la orientación sexual y la actividad sexual). Ahora bien, mientras que en los siglos XV y XVII se asumía la identidad como algo asignado desde el nacimiento, que permanecía fundamentalmente igual durante toda la vida según el territorio donde se nacía, la familia de donde se provenía, el poder económico o político que se heredaba, en la actualidad se considera que se trata de un fenómeno cambiante constituido a través de la interacción compleja de procesos cognitivos, afectivos y sociales que ocurren en un contexto cultural y relacional particular. Desde esta perspectiva, la identidad que favorece el bienestar psicológico es aquella que resulta de un proceso consciente, voluntario y activo de reflexión y decisión personal. Fernández (1996), señala que la identidad con el género es el constructo que integra la noción que tiene la persona de los atributos y los comportamientos que la caracteriza, teniendo en cuenta lo que la sociedad en la que vive establece como deseable y apropiado para los hombres y para las mujeres. La identidad con el género resulta de la evaluación que hace la persona de la medida en la que ha adoptado o no las normas o modos de actuar del sexo al que pertenece, y de qué tanta conformidad expresa con las normas y los patrones sociales asignados a los hombres y a las mujeres (Fernández, 1996). Para Egan y Perry (2001), lograr consolidar la identidad con el género, la persona necesita reconsiderar sus preferencias, necesidades, valoraciones y emociones a la luz de los mensajes que recibe de su entorno social sobre "lo que debe ser o hacer" como mujer o como hombre. A través de un proceso consciente de reflexión, cuestionamiento personal y análisis crítico de los mensajes acerca del género que prevalecen en su entorno, la persona reconoce y acepta: 1. La descripción y valoración que hace de sí misma como una persona femenina, masculina o andrógina. 21 2. Los sentimientos que experimenta frente a sí misma al "darse cuenta" de que con su comportamiento satisface o no las expectativas y patrones de conducta que socialmente se tienen de ella como hombre o como mujer. 3. La necesidad de obtener aprobación por parte de las figuras significativas y que la motiva o no a ceder a las presiones sociales para que adopte como criterio para actuar las normas y prescripciones que socialmente se han definido sobre "cómo deben ser" o "cómo no deben ser" los hombres y las mujeres. 4. La descripción y valoración que hace del otro sexo. 5. La descripción y valoración que hace de la feminidad y de la masculinidad. Las creencias, las ideas, las opiniones, los conocimientos, las expectativas y las valoraciones que se van construyendo a lo largo de la vida sobre lo que significa ser hombre o mujer y todos los asuntos que atañen al dominio sexual. La formación de la identidad requiere que la persona evalúe esas cogniciones y establezca aquellas que va a tener en consideración en los procesos de toma de decisiones sexuales y las que va a usar como referentes, para actuar en un momento determinado. Por ejemplo, a través de nuestra familia, el grupo de pares y los medios de comunicación tenemos acceso a información sobre lo que hacen las personas de diversas culturas para seducir y conquistar a alguien que les atrae. Cuando la persona elige entre diversas opciones, debe ser capaz de sustentar sus decisiones con argumentos que incluyan los criterios o estándares que usó para decidir lo que considera razonable, conveniente, importante, correcto, apropiado, deseable, sano, normal o justo. (Egan, S.K. y Perry, D. en Fernández, 2001). (Chubb, N.H y Ross, J. 1997), encontraron que las personas tendemos a decidir la forma como debemos ser y comportarnos teniendo en cuenta lo que es aceptado y valorado en el contexto social en el que vivimos. Ese contexto social define los estándares que guían nuestra conducta y las consecuencias personales y sociales que se derivan de nuestras acciones. Ensociedades en las que predominan normas y expectativas de género rígidas, esos estándares difieren en función del sexo. Por ejemplo desde muy pequeños, a los niños se les elogia cuando manifiestan que tienen una novia, incluso algunos adultos les dicen: "una no, mijo, ¡muchas novias!", mientras se reprende a las niñas que expresan tener novio con frases como "una mujer decente no piensa en esas cosas, mejor dedíquese a estudiar y a prepararse para cuando se case". 22 El interés de actuar en función de esos criterios o estándares aceptados socialmente surge tanto de la necesidad de mantener una autoimagen positiva, como de la preocupación por preservar las relaciones sociales y asegurar el bienestar de las personas. La ausencia de este interés es indicio de que el bienestar psicológico está en riesgo. En la actualidad se considera que, en el dominio sexual, los comportamientos que pon en riesgo el desarrollo saludable de la sexualidad son los que ignoran u obstaculizan el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo también se puede analizar que muchos de los estudios sobre la identidad y el rol de género, han dejado de lado el análisis de la interacción sexual, que ha sido interpretada como una secuencia de respuesta sexual instintiva que incluye besos, caricias, penetración y eyaculación/orgasmo y que está sujeta a las actitudes y acciones propias de cada sexo (activo/pasivo, por ejemplo). Hay que reconocer que esa secuencia estereotipada de relación sexual, igual para todas las parejas, dado el grado de ignorancia en esta materia en nuestro medio, tiende a facilitar el encuentro sexual, pero más tarde lo limita al volverlo una rutina que tiende a repetirse al margen de los deseos y necesidades de la pareja. La inercia y la falta de habilidades, propias de nuestra cultura, para que mujeres y hombres puedan hablar acerca de las características de su mapa eróticosexual, identificar sus coincidencias y sus diferencias, elaborar estrategias para entender y resolver sus demandas eróticas, y disfrutar plenamente de sus relaciones sexuales, convierten la interacción sexual en una obligación que se trata de evitar. Los estudios también revelan que, en la medida en que la cultura occidental, particularmente la norteamericana, tiende a valorar más a los rasgos masculinos que los femeninos, las mujeres que incorporan al concepto de sí mismas las características consideradas típicamente femeninas interiorizan un rol de género devaluado culturalmente. Este hecho puede explicar que en diversos estudios los datos indiquen que las mujeres tienen un nivel significativamente más bajo de autovaloración que los hombres (Chubb, N.H y Ross, J. 1997). 1.3 Rol de Género El concepto de rol fue introducido en las ciencias sociales en el año de 1920 por George H. Mead y los sociólogos de la Universidad de Chicago. El rol es el conjunto de expectativas sociales según las cuales el que ocupa una posición dada debe comportarse frente a los que ocupan otras posiciones. Los roles se convierten, en este caso, en otro conjunto de normas o roles compartidos en el espacio del comportamiento. 23 Money (1982), introdujo la expresión rol genérico, de manera que no se confunda el sexo de los genitales y sus actividades con los roles sexuales no-eróticos y no- genitales, y con las actividades que aparecen cultural e históricamente prescritas. John Money (1994) acuño el término de Mapa de Género (Gendermap), para referirse tanto al rol como a la identidad; que define como -el desarrollo de una representación o plantilla sincronizada entre la mente y el cerebro representando el detallado código de la identidad/rol de género como femenino, masculino o mixto. Uno de sus componentes es erótico sexual. Otros componentes son vocacionales, educativos, recreativos, de elegancia, legal y, codifica genéricamente la etiqueta, el arreglo y la ornamentación corporal, el lenguaje corporal, y la entonación vocal. La expresión rol genérico incluye todo aquello que una persona dice o hace para demostrarse a sí misma que posee el status de mujer o de hombre, respectivamente. Esta categoría incluye la sexualidad, pero no se restringe a ella en el sentido erótico. El rol genérico es valorado en función de los siguientes elementos: 1. Maneras generales, porte y conducta 2. Preferencias lúdicas e intereses recreativos 3. Temas casuales de conversación en reuniones espontáneas y comentarios al azar 4. Contenido de los sueños, imaginaciones cotidianas y fantasías 5. Respuesta a preguntas indirectas y a test proyectivos 6. Prueba de prácticas eróticas y, 7. Finalmente, las propias respuestas personales a las preguntas directas. Para éste autor todo lo que una persona dice o hace para comunicar a los demás o a sí misma el grado en el que es hombre o mujer o bien ambivalente; incluye la excitación sexual y la respuesta, pero no se restringe a esos elementos; el rol genérico es la expresión pública de la identidad genérica, y la identidad genérica es la expresión privada del rol genérico. Se puede decir entonces que el rol de género se refiere a una serie de actitudes y conductas consideradas normales y apropiadas para una determinada cultura y para los individuos de un sexo determinado, los roles de género establecen expectativas conductuales que se espera que la gente satisfaga, relacionadas con el sexo. Fernández y Reyes,( 2006) señalan que con el nacimiento de una persona es que inicia un proceso de construcción social, en el que la sociedad enseñará a su nuevo miembro los patrones de comportamiento de acuerdo al género al que pertenece; y a estos patrones de comportamiento se les conoce como roles o papeles de género. 24 En el momento en que la familia observa el cuerpo del nuevo integrante y determinan que es biológicamente mujer u hombres, comienzan a generar una serie de expectativas acerca de lo que debe ser o hacer como miembros de la sociedad. Y efectivamente el reconocimiento y la asignación del sexo de un nuevo integrante de la familia y, por lo tanto, de la sociedad, desencadena una serie de procesos orientados a garantizar que los hombres se comporten como hombres y las mujeres como mujeres. A esas características y comportamientos que socialmente se definen como propios de uno y de otro sexo, al igual que a las normas que regulan las expresiones de la masculinidad y la feminidad y las relaciones entre los hombres y las mujeres, se les incluye en la categoría de género. A diferencia del sexo, el género es una construcción social, sus características son específicas de cada cultura, cambian con el tiempo y las aprendemos al interactuar con los otros miembros de la sociedad. Las características de género incluyen las normas, las responsabilidades, las obligaciones, los privilegios, las oportunidades, las cualidades y los comportamientos que en una sociedad se han definido como deseables para los hombres (características masculinas) y para las mujeres (características femeninas). Durante muchos años se consideró que la función de la mujer era garantizar el bienestar de su familia haciéndose cargo de las labores de cuidado, crianza y educación de los hijos, preparando los alimentos, manteniendo limpio y organizado el hogar y satisfaciendo las necesidades de protección y apoyo emocional de sus miembros. Al hombre por su parte se le asignaba la función de trabajar fuera del hogar, a fin de producir los recursos necesarios para el sostenimiento económico de su familia. (Fernández y Reyes, 2006). Según Barberá (2005), esta división de funciones según el sexo ha ido cambiando desde la década de 1970. Esos cambios se han producido, principalmente por el esfuerzo de diversos grupos feministas que se interesaron por hacer evidente que los roles sociales asignados ejercidos por las mujeres y los hombres no son producto de las diferencias biológicas "naturales" relacionadas conel sexo, sino el resultado de construcciones sociales y culturales asumidas históricamente. La interacción interpersonal, se realiza, en gran medida a través de los roles asignados por la familia, la escuela, la estructura laboral, hijo/a, alumna/o, y trabajadora/o son muestras de ello. Interactuar como hija/o por ejemplo implica haber asumido psicológicamente una serie de detalles sobre la estructura familiar y sus reglas así como de las circunstancias en las que debo responder como hija/o y cuando no es necesario. Los roles nos representan socialmente de una cierta manera, destacando u ocultando nuestras verdaderas características, el rol de hija/o, por ejemplo, implica subordinación y dependencia a la autoridad paterna/materna, y expresiones afectivas evidentes que pueden ser contradictorias con las formas de ser de chicas y chicos (Barberá, E. 2005). 25 Se espera que las personas asuman roles sociales convencionales para interactuar en las diversas circunstancias de la vida y también que sean ellas mismas; estas dos exigencias pueden no ser coincidentes ya que, asumir un rol significa cumplir con un papel predeterminado aunque no sea de tu agrado. En circunstancias críticas es difícil mantener el rol social apropiado y podemos sentir que deberíamos actuar de una manera más auténtica y a veces lo hacemos; ahí es cuando se manifiesta nuestra verdadera forma de ser que está oculta tras al rol. Money (1994), señala que otro elemento que habría que considerar con respecto a los roles; es que responden a un orden jerárquico; si a la categoría superior (mujer/femenino) se le adjudica la connotación negativa (dependiente emocionalmente por ejemplo), tiende a >>contaminar<< todas las características que se derivan de él dentro de ciertas secuencias; también es posible utilizar una característica negativa derivada (infiel) para generalizarlo a un rol más abstracto (hombre/masculino). Los sistemas de roles suponen y organizan al margen de nuestras necesidades y deseos, las atribuciones y responsabilidades de las personas en jerarquías; el rol tradicional femenino incluye mínimamente, el de ser esposa, ama de casa y mamá en donde la responsabilidad de la mujer hacia el esposo puede ser mayor que hacia los hijos o viceversa. La responsabilidad de una mujer dentro de un orden familiar (esposo/esposa e hijas/os) no puede sobreponerse sobre el otro orden familiar en los que la misma mujer está inmersa y el que aparece como hija-nieta-hermana-prima, etc., so pena de graves conflictos, lo mismo sucede con el hombre. Es necesario establecer límites, reglas y acuerdos para que ambos sistemas no se superpongan (Money, 1994). Para Robinson y Shaver (1991) es así como en las sociedades sexistas no se reconoce que hay muchas y muy variadas formas de ser hombre y ser mujer, es decir, que es imposible hablar de una expresión única y especifica de "masculinidad" y "feminidad". Efectivamente en estudios de género como el de 1995, el PNUD avanzó en la investigación con perspectiva de género elaborando el Índice de Desarrollo relacionado con la Mujer (IDM), para medir el adelanto en la capacidad humana básica reflejando la desigualdad entre géneros; han permitido establecer que hay tantas formas de feminidad y masculinidad como personas en el mundo; por esta razón, hoy se habla de "masculinidades" y "feminidades". 26 Las normas de género son un tipo especial de norma social. Al igual que las otras normas sociales, constituyen estándares que guían y limitan el comportamiento de las personas. Las normas de género establecen lo que cada sociedad aprueba y desaprueba en los hombres y las mujeres. Así como las personas se conforman con las normas sociales generales, los hombres y las mujeres acceden a actuar de acuerdo con las normas de género. Cuando las personas que se conforman con las normas de género experimentan aceptación social y evitan el rechazo del grupo al que pertenecen. Sin embargo, las personas que se obligan a sí mismas a actuar de acuerdo a los estándares sociales pueden ir en contra de sus propias convicciones acerca de cómo actuar. Esta conformidad forzada con las normas de género, que no es producto de un proceso consciente y reflexivo de decisión, individualmente afecta el bienestar psicológico de las personas y, por ende, les impide disfrutar de una sexualidad saludable. Robinson y Shaver, (1991) señalan que los roles no sólo dependen de la asignación del género, sino que también influyen los factores situacionales, las condiciones del ambiente en el que los sujetos se desenvuelven, la disposición interna, las actitudes hacia lo apropiado, las preferencias personales por cierto tipo de actividades y la percepción de las consecuencias positivas o negativas que implican el actuar de determinada manera. Money (1994), la diferenciación del rol de género es universal en todas las culturas, tanto a la mujer como al hombre se le asignan tareas, ocupaciones, derechos y privilegios diferentes, así como diferentes normas de conducta, principalmente en la interacción de uno con el otro. En este sentido, hombres y mujeres asumen la idea de ser diferentes y tener características temperamentales y habilidades diferentes. El rol de género representa las variadas formas a través de las cuales, en distintos momentos de la vida, cada persona tendería a expresar su propia identidad. Y a diferencia de la identidad que es más constante, el rol de género tendería a variar según la edad, las circunstancias y las situaciones de la vida, ya que son - cualquier cosa que la persona diga o haga para indicar a los otros o a sí mismo, el grado en que uno mismo es femenino, masculino o andrógino (Money,J. 1994). El cuerpo y el sexo no son "hechos" y no adquieren un significado por sí mismos, sino solamente a través del ritual del "sexo de asignación" y del subsiguiente proceso de socialización que conecta a través del sistema nervioso central el cuerpo con el entorno psicosocial dando lugar a la formación de un mapa de género único y particular. Con el cuestionamiento existencial sobre quién realmente soy, qué quiero hacer en este mundo, cuáles son mis cualidades, mis defectos y mis límites; inicia la posibilidad de tomar una distancia psicológica de los roles que nos han sido asignados y ponerlos a prueba. La asunción de roles y su desempeño puede llegar a ser un proceso complicado que tiene que ver más con las exigencias del contexto que con los propios deseos. 27 Inicia también la identificación de necesidades y la evaluación en relación a qué estoy dispuesta a dar para satisfacerlas, la posición existencial que adoptaré frente a ellas, así como el valor que les asignaré en mi vida. Marsiglio (1993), plantea que en otros estudios se ha logrado establecer que los adolescentes hombres que han sido padres tienden a creer que causar un embarazo es un signo de masculinidad y que los adolescentes que expresan mayor conformidad con los roles de género tradicionales piensan que tener hijos incrementa su masculinidad (Marsiglio, W., 1993). En cuanto a la actividad sexual, las evaluaciones sobre las cogniciones de género han mostrado que las personas que puntúan alto en masculinidad suelen tener fantasías e involucrarse en prácticas sexuales que incluyen conductas violentas con más frecuencia que quienes puntúan como andróginas o femeninas (García- Vega, Fernández García, Rico Fernández, 2005). Por otro lado, se ha encontrado que la edad se asocia negativamente con roles de género en los que predominan los estereotipos y las normas sobre la masculinidad. Los datos revelan que la conformidad con el género tiende a disminuir con la edad y que en la juventud, particularmente en la adolescencia temprana, las personas tienden a reportar mayores niveles de adherencia a los estereotipos y normas de género (Cournoyer, R. 1995). Con respecto a las mujeres, se ha observado que las diferencias de género definen las oportunidades,
Compartir