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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
PROPUESTA TALLER PARA LA REGULACIÓN DE 
EMOCIONES Y ESTRÉS EN NIÑOS DE 8 A 11 AÑOS DE 
EDAD 
 
T E S I N A 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 
P R E S E N T A: 
MARTHA MARISELA MOHEYER NEGRETE 
 
DIRECTORA DE LA TESINA: 
MTRA. MARIA CRISTINA HEREDIA ANCONA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Ciudad Universitaria, D.F. Febrero, 2013. 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A Dios por darme la oportunidad de vivir, por todas las bendiciones recibidas y 
darme la oportunidad de obtener una profesión en la que me pueda desarrollar 
como persona. 
 
A mis papás por darme la vida, por su tiempo, dedicación, porque me inculcaron 
valores que me han guiado a lo largo de mi vida y sobre todo, por su ejemplo, el 
que me impulsa a seguir adelante. 
 
A mis hermanos porque me han acompañado a lo largo de mi vida y sé que 
siempre contaré con ellos. 
 
A ti Ale por todo este tiempo que pacientemente estuviste conmigo, por tu ayuda, 
apoyo, desvelos, por tus comentarios y porque me has permitido recorrer un 
largo camino a tu lado, gracias por todo, te amo. 
 
A Deya y Ari porque las amo, gracias por haberme dado la oportunidad de formar 
parte de sus alegrías y de sus sueños, siempre van a ser un aliciente para seguir 
adelante. 
 
A Samy por regalarme tantos momentos de felicidad, y ser la principal inspiradora 
en la realización de este trabajo, te amo mucho. 
 
A Luciana, por ser la luz que llena con mayor alegría mi vida, te amo aún antes de 
conocerte. 
 
A mi Universidad Nacional Autónoma de México por todo el acervo recibido, por su 
historia y su grandeza. 
 
 
A mi Directora de Tesina, Ma. Cristina Heredia y Ancona, por ser la guía en la 
realización y culminación de este proyecto. 
 
A mis sinodales: Mtra. Guadalupe B. Santaella Hidalgo, Lic. Ma. Concepción 
Conde Álvarez, Mtra. María Fayne Esquivel Ancona y Mtra. Laura Ángela 
Somarriba Rocha, por el valioso tiempo dedicado a la revisión de mi trabajo y por 
sus comentarios que ayudaron a enriquecerlo. 
 
A la Lic. Consuelo Hernández Troncoso, gracias por todo su apoyo incondicional, 
por su ánimo para llegar a concluir este trabajo, por compartirme sus 
conocimientos y permitir hacer uso de ellos. 
 
A Liliana e Ingrid entrañables amigas y compañeras, porque compartimos 
aprendizaje y momentos agradables a lo largo de la carrera y por recordarme que 
todo lo que se inicia de debe terminar. 
 
A Elsa, Lupita, Ale y Luz Ma., porque con ustedes inicié el camino del mundo de 
las emociones y siempre estuvieron dispuestas a ayudarme, gracias por sus 
experiencias. 
 
A la División de Educación Continua (DEC) por todo el apoyo y orientación que me 
brindaron para la realización de este proyecto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE 
 
 
Resumen……………………………………………………………………………... 1 
Introducción………………………………………………………………………….. 2 
Capítulo 1. Las Emociones………………………………………………………… 3 
1.1 Características generales…………….……………………………………… 3 
1.2 Función de las emociones…………………………………………………... 5 
1.3 Antecedentes del estudio de las emociones……….……………………… 6 
1.4 Tipo de emociones…………………………………………………………… 10 
1.4.1 Clasificación de las emociones……………………………………………... 11 
1.4.2 Desencadenantes de las emociones………………………………………. 13 
1.4.3 Emociones más comunes en los niños..…………………………………… 15 
1.5 Desarrollo de las emociones en niños………………….…..……………… 17 
1.5.1 Apego y las emociones………………………………………………………. 18 
1.5.2 Estilos de apego……………………………………………………………… 20 
1.5.3 Inicio de la autorregulación………………………………………………….. 21 
Capitulo 2. Regulación Emocional………………………………………………… 24 
2.1 Antecedentes.………………………………..…………………….…..…….. 24 
2.2 Regulación emocional……………………………………………………….. 27 
2.3 Regulación emocional en la familia……….….………..…………..………. 31 
2.4 Regulación emocional en los pares………………..………………….…… 32 
2.5 Estructuras cerebrales implicadas en la Regulación Emocional…….….. 34 
Capitulo 3. Estrés…………………………………………………………………… 36 
3.1 Antecedentes………………………………………………………….……… 36 
3.2 Concepto de estrés………………………………………………………….. 38 
3.2.1 Valoración de estrés…………………………………………………………. 40 
3.3 Tipos de estresores………………………………………………………….. 42 
3.3.1 Factores causantes de estrés………………………………………………. 44 
3.4 Afrontamiento…………………………………………….…………………… 47 
 
 
Capítulo 4. Propuesta taller para la regulación de emociones y estrés en 
niños de 8 a 11 años de edad…….………………………………….………….… 
 
53 
Capitulo 5. Conclusiones………………………..…………………………………. 78 
Referencias Bibliográficas………………………………………………………….. 80 
Anexos…………………….………………………………………………………….. 83 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
RESUMEN 
 
 Este trabajo está centrado en niños de 8 a 11 años de edad, consta de una 
investigación bibliográfica de tres temas principales: emociones, regulación 
emocional y estrés. Respecto a las emociones se hace referencia: a las 
características generales, a su función, sus antecedentes, tipos, clasificación y 
causas que las desencadenan. Asimismo, se abordan aspectos importantes de la 
regulación emocional en la familia y con los pares. En relación al estrés se estudia: 
sus antecedentes, concepto, causas y formas de afrontamiento. Finalmente, se 
hace una propuesta de un taller dirigido a niños en esas edades, cuyo propósito es 
sensibilizarlos y crear conciencia sobre sus propias emociones. De forma tal que 
al final del proceso vivencial logren identificar distintas emociones y aplicar las 
herramientas para que puedan regularlas, así como, adquirir estrategias para 
manejar el estrés. Por tanto, se les dotará de técnicas de relajación, y 
herramientas generales para afrontar las emociones. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
INTRODUCCION 
 
 Las constantes manifestaciones de violencia e inseguridad en el país y en 
el mundo expuestas en los medios de comunicación, la agresión e intimidación en 
las escuelas (bulling) cada vez más frecuente, aunado a los conflictos entre los 
padres y hermanos, crean un cúmulo de emociones en los niños, y siendo estos 
altamente vulnerables a estas situaciones, se hace necesario enfocar la atención 
en cómo se afectan sus emociones y las repercusiones en su salud. Considerando 
también, que es en la niñez donde se aprende acerca de las emociones, primero 
en la familia y posteriormente con su integración a la sociedad, el niño necesita 
desarrollar capacidades de regulación emocional para aprender formas 
constructivas de relacionarse con sus pares y los demás. La Organización 
Mundial de la Salud recomienda enseñar a los niños 10 habilidades para la vida, 
que considera relevantes en la promoción de competencias psicosociales en la 
niñez, dentro de las 10 habilidades se encuentran el manejo de emociones y 
sentimientos y el manejo de tensión y estrés, (Montoya y Muñoz, 2009). 
 
Por lo anterior expuesto, interesada por la salud emocional de los niños y 
las consecuencias que puedan tener en su vida actual y posteriormente en su vida 
adulta, se plantea la necesidadde dotar a los niños de habilidades y herramientas 
que le permitan conocer sus emociones, sus causas, consecuencias y capacidad 
para regularlas, así como, conocer los estresores que pueden dañar su salud, y 
las técnicas de afrontamiento que pueden utilizar, todo esto encaminado a su 
bienestar: físico, psicológico, emocional y social. 
 
El taller que aquí se propone, busca dotar de habilidades para coadyuvar a 
los niños a buscar y mantener una vida emocionalmente saludable, ya que cuando 
no cuenta con herramientas necesarias pueden asumir conductas o actitudes que 
obstaculicen su desarrollo físico, psicológico, emocional y social. 
 
 
3 
 
CAPÍTULO 1 
LAS EMOCIONES 
 
1.1 Características Generales: 
 
Se ha demostrado que las emociones son importantes en el transcurso de 
la vida, nos preparan para tener respuestas motoras rápidas, facilitan el 
aprendizaje y la toma de decisiones y por medio de ellas las respuestas cognitivas 
y conductuales pueden ser más apropiadas en diferentes situaciones, (Gross, 
1999 en Sánchez, 2010). 
 
Las emociones son fenómenos de corta duración, están relacionadas con 
los sentimientos, estimulación, intención y expresión, que nos ayudan a 
adaptarnos a las oportunidades o retos que enfrentamos durante los sucesos 
significativos de la vida, (Reeve, 2009). Debido a que se manifiestan por medio de 
dimensiones psicológicas así como cognoscitivas, sociales y culturales se ha 
considerado que las emociones son multidimensionales. 
 
El término emoción proviene del latín, emovere que originalmente 
significaba moverse, emigrar, transferir de un lugar a otro, implica una retirada, 
esto podría sugerir que en cada emoción hay una predisposición para actuar. Las 
emociones se generan cuando la persona responde ante un estimulo que puede 
ser externo o interno. 
 
Campos y Barrett (1984, en Rendón, 2007), hacen notar que durante 
mucho tiempo las emociones fueron relegadas a un segundo plano siendo 
consideradas secundarias frente a la cognición, esté hecho se basaba en que no 
podían ser medibles, que eran indeseables por naturaleza, y no podían ser 
descritas con un lenguaje científico. Sin embargo, ahora se les ha dado la 
importancia que durante mucho tiempo se les negó, de tal forma que se entiende 
que las emociones y la inteligencia no se pueden considerar de forma separada y 
4 
 
aquellas son herramientas vitales que han evolucionado en nuestra especie para 
tener éxito en la vida. 
 
Por otra parte, es pertinente hacer la distinción entre emoción y sentimiento 
ya que frecuentemente se han utilizado como sinónimo. El sentimiento se origina a 
partir de una emoción aguda, se prolonga en el tiempo es más duradero y estable, 
porque perdura aún en ausencia del estimulo, mientras que la emoción se 
experimenta de inmediato de forma visceral, puede ser más excitante que un 
sentimiento pero dura poco tiempo, (Bisquerra, 2000). 
 
No obstante lo anterior, las emociones son indispensables para la aparición 
del sentimiento, el cual consiste en un cúmulo de afectos, vivencias y experiencias 
que han sido reforzados por la cultura y por las relaciones con que cuenta la 
persona. Los sentimientos pueden hacer sentir bien a la persona, pero también la 
pueden hacer sufrir. 
 
Las emociones se manifiestan en la persona de forma diferente, las 
podemos encontrar como respuestas involuntarias neurofisiológicas (taquicardias, 
sudoración, presión sanguínea) y en forma de comportamiento (el tono de voz, 
expresiones faciales, movimientos del cuerpo) y también por medio del 
componente cognitivo o vivencia subjetiva, la cognición permite clasificar y darle 
nombre a la emoción, mientras que la intensidad de la emoción dependerá de que 
tanto afecta la emoción a la persona (evaluación subjetiva), en la que intervienen 
creencia, los objetivos de la persona, etc. 
 
Por esta razón, se puede decir, que las emociones son multidimensionales, 
constan de cuatro aspectos: son sentimientos subjetivos, puesto que nos hacen 
sentir de una forma particular (irritados o alegres); también son reacciones 
biológicas, porque al movilizar la energía por medio de la activación fisiológica 
(latido de corazón, tensión de músculos, respiración acelerada), preparan al 
organismo para adaptarse a la situación; las emociones también se consideran 
5 
 
que son intencionales, porque motiva para que la persona se dirija a una meta 
para afrontar la situación y finalmente son fenómenos sociales, porque por medio 
de la expresión facial o corporal comunicamos nuestras emociones a las 
personas. Por lo tanto, la emoción es un constructo psicológico integrado por 
estos cuatro aspectos, (Reeve, 2003). 
 
Por su parte Damasio (1999, cit. en López, 2009), considera que el 
repertorio de emociones con que cuenta el ser humano, proporciona una serie de 
indicadores que le son útiles para la toma de decisiones que realiza a diario. 
 
Desde el punto de vista de Sroufe (2000), la mayoría de los investigadores 
coinciden en que las emociones implican cambios fisiológicos y un componente 
relacionado con la experiencia. Se concibe a la emoción como subjetiva ya que 
existe una relación entre persona y suceso, de tal forma que el mismo suceso 
puede despertar distintas reacciones emocionales o ninguna en diferentes 
personas. 
 
 
1.2 Función de las emociones 
 
Diferentes teóricos concuerdan con lo que Darwin señaló, al considerar que 
las emociones tienen una función adaptativa, fundamentalmente en aumentar las 
oportunidades de supervivencia del organismo en su medio ambiente. Las 
emociones han sido funcionales porque han contribuido al dominio y seguridad de 
su ambiente y por lo tanto al éxito reproductivo. 
 
También han contribuido a resolver muchos de los problemas cotidianos 
con los que se ha enfrentado el hombre, al desarrollar conductas como: la 
exploración de su entorno, pelear, vomitar sustancias en mal estado, que le han 
permitido sobrevivir y adaptarse a su ambiente físico, Tooby y Cosmides (1990, 
cit. en Reeve, 2003), mencionan que “la emoción y la conducta emocional brindan 
6 
 
a los animales formas coherentes e innatas para enfrentar y resolver los grandes 
retos y amenazas a su bienestar” (p. 464). 
 
Algunas de las funciones más importantes de las emociones son: Que la 
persona comunique a otros acerca de sus necesidades, intenciones y deseos, de 
esta manera se propicia el desarrollo de las relaciones sociales, por ejemplo, el 
niño pequeño al no poder expresar verbalmente emociones tales como: alegría, 
tristeza, ira, etc., las comunica por medio de expresiones faciales que son 
fácilmente interpretadas por su cuidador (Fridland, 1992 en Reeve, 2003). 
 
 Otra de sus funciones es preparar al organismo para tener respuestas 
adecuadas ante una emergencia (como el incremento de glucosa en los músculos 
que se preparan para que la persona pueda correr si se enfrenta a una amenaza), 
(Sroufe, 2000). 
 
 Plutchik (1984, cit. en Bisquerra, 2009), menciona ocho componentes 
adaptativos que se relacionan con sus correspondientes emociones básicas los 
cuales son: retirada, atacar, aparearse, pedir ayuda, establecer vínculos afectivos, 
vomitar, investigar y parar; asociados a las emociones: miedo, ira, alegría, tristeza, 
aceptación, asco, interés y sorpresa. Desde un punto de vista funcional toda 
emoción es benéfica, pues dirige la atención y canaliza la conducta a donde se 
requiere, así cada emoción está dispuesta para responder a una situación 
particular. 
 
 
1.3 Antecedentes del Estudio de las Emociones 
 
A lo largo de la historia ha existido un interés por las emociones, sin 
embargo, la emoción fue considerada jerárquicamente inferior a la razón, durante 
largo tiempo los filósofos adoptaron esta postura. Así, para Platón, el exceso de 
dolor o placer disminuye la capacidad de razonamiento, mientrasque Aristóteles 
7 
 
entiende las emociones como condiciones que transforman a la persona y pueden 
afectar su juicio. En la edad media las emociones estuvieron relacionadas con la 
pasión, como las personas no tenían control de sus emociones, éstas fueron 
consideradas pecaminosas. 
 
No fue sino hasta el siglo XIX con las aportaciones de la fisiología y la 
neurología que contribuyeron al desarrollo científico de las teorías de las 
emociones, que posteriormente fueron clasificadas en cuatro corrientes: 
biológicas, conductuales, cognitivas y sociales. 
 
Entre los teóricos que destacan en la corriente biológica se encuentran: 
Charles Darwin, William James y Cannon. 
 
Para Darwin las emociones tanto en animales como en el ser humano 
funcionan como señales que lo preparan para la acción, es así que en ambos 
existen comportamientos adaptativos similares, por ejemplo, el sonrojo del rostro 
se observa en la persona que presenta cólera, también el pecho se dilata, se echa 
la cabeza hacia adelante y su postura al estar de pie es más erecta, en los 
animales ocurre algo similar, la erección de los pelos y plumas son causa de 
emociones como el enojo o terror, son comportamientos adaptativos que sirven 
para aterrar a su enemigo, por lo tanto, Darwin consideró que las expresiones 
emocionales son innatas no aprendidas, ya que su función más importante es 
aumentar la oportunidad de supervivencia del organismo en el medio ambiente. 
 
Más tarde, con las aportaciones de Williams James (1884, cit. en Bisquerra, 
2000), se resalta el papel que tienen las respuestas fisiológicas en la experiencia 
emocional, para él la emoción no desencadena una actividad, sino que la emoción 
ocurre cuando se perciben cambios en el organismo porque hay una reacción de 
un hecho excitante. Una de sus famosas frases lo demuestra “no lloramos porque 
estamos tristes, sino que estamos tristes porque lloramos” (p. 34). Carl Lange más 
tarde, propuso una teoría similar por eso es conocida como la teoría James-
8 
 
Lange, esta teoría sostiene que en cada emoción hay un patrón fisiológico 
específico de respuestas, además que para que exista una emoción se debe 
presentar una activación fisiológica y que ante está activación fisiológica debe 
seguir la emoción. 
 
La teoría Walter B. Cannon es una teoría alternativa a la de James-Lange, 
conocida como “teoría talámica de las emociones” esta teoría propone que la 
emoción se inicia con la percepción del estímulo que produce una activación 
talámica y ésta activa los músculos y las vísceras preparando el cuerpo para la 
emergencia. En la misma línea Bard (1928, cit. en Bisquerra, 2000), realizó 
experimentos relacionados con esta teoría dando lugar a la teoría Cannon-Bard, la 
cual sostiene que la emoción se da debido a una situación de emergencia 
activando al organismo para su restauración. La aportación principal de esta teoría 
fue enfatizar la importancia del sistema nervioso central en el desencadenamiento 
de las emociones. 
 
Ahora bien, estudios posteriores realizados en los años cuarenta y 
cincuenta demostraron que no era el tálamo donde se generaba la emoción, sino 
en la amígdala que se encuentra situada en el sistema límbico y sus funciones 
importantes son: la evaluación de acontecimientos y la activación de la respuesta 
emocional (Bisquerra, 2009). 
 
Por otra parte, las teorías cognitivas relacionadas con la emoción sostienen 
que los mamíferos, biológicamente poseen una función que les permite evaluar 
constantemente su entorno, para poder adaptarse a éste, (Palmero, 2002). Estas 
teorías proponen que la emoción es el resultado de evaluaciones cognitivas tanto 
conscientes como inconscientes ante los estímulos; estos procesos cognitivos 
(valoración, interpretación, afrontamiento) se sitúan entre el estimulo y la 
respuesta emocional. 
 
 
9 
 
Por su parte Lazarus, en su teoría, la valoración cognitiva menciona dos 
procesos de valoración: primaria y secundaria. En la valoración primaria el sujeto 
considera las consecuencias que pueden ocurrir de una situación, que pueden ser: 
irrelevantes, benigna positiva y estresantes. En la valoración secundaria el sujeto 
evalúa las capacidades con que cuenta para afrontar la situación. La interacción 
de ambas valoraciones va a determinar el grado de estrés, intensidad y valencia 
de la emoción resultante, (Lazarus, 1991 en Bisquerra, 2000). 
 
Por otra parte, las teorías sociales sostienen que cada cultura tiene sus 
propias normas y reglas de cómo y en qué momento se deben expresar y 
controlar las emociones. En investigaciones realizadas por Hofstede (1991, cit., 
en Palmero, 2002), encontraron tres grupos de variables que influyen sobre las 
emociones: 
 
1) Pertenecer a culturas colectivistas o individualistas; 
2) Pertenecer a culturas de alta o baja distancia de poder; 
3) Pertenencia a culturas masculinas o femeninas. 
 
 América Latina, África y Asia son culturas colectivistas, que valoran las 
relaciones de grupo, principalmente a la familia, resaltan los intereses colectivos 
sobre los individuales, se interesan menos sobre sus reacciones internas por lo 
que tienen tendencia a manifestar sus emociones en términos somáticos. En 
contraste las culturas individualistas como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido 
entre otros, expresan con más intensidad sus emociones y valoran los 
sentimientos internos y autónomos de la persona, toman en cuenta sus reacciones 
internas para tomar decisiones. 
 
En cuanto a las culturas con distancia de poder, está relacionada con la 
importancia que cada cultura le atribuye, se ha observado que en sociedades 
donde la gente está muy alejada de quienes ejercen el poder, es muy valorado 
respetar a las personas de mayor rango o autoridad, por ejemplo; a los padres, los 
10 
 
jefes o las autoridades. En estas culturas se reprimen la manifestación de las 
emociones, al grado que se prohíbe hablar de ciertos temas, como en el caso de 
la cultura asiática donde guardar silencio es valorado. 
 
También existen diferencias en relación a los valores culturales de género, 
en las culturas occidentales se acepta que la mujer exprese sus emociones, habla 
más sobre ellas, en tanto que los hombres encubren sus emociones evitan hablar 
sobre ellas. 
 
 
1.4 Tipo de Emociones 
 
Para Russell y Mehrabian (1977), las emociones están representadas por 
un enfoque factorial de dos ejes: placer-displacer y arousal (esté no tiene un 
significado exacto pero se puede interpretar como activación), estos dos ejes dan 
lugar a la polaridad de las emociones: placer-displacer, tensión-desinterés, amor-
odio, tristeza-alegría, entusiasmo-depresión, etc., y se menciona una tercera 
dimensión, tiene que ver con la máxima satisfacción o felicidad, (cit. Bisquerra, 
2000). 
 
Diferentes autores han coincidido en que las emociones van del placer al 
displacer, por lo que se clasifican en: emociones positivas; aquellas que se 
experimentan con logros de metas (disfrute, bienestar, etc.) y emociones 
negativas; son desagradables, requieren de energía y movilización para afrontar la 
situación y en una tercera clasificación se encuentran las emociones ambiguas. 
 
Desde el punto de su relevancia se pueden clasificar las emociones en 
básicas (primarias o fundamentales) y complejas (secundarias). Las emociones 
básicas, aparecen en los seres humanos y otros animales, entre ellas podemos 
encontrar: la sorpresa, la alegría, el interés, el enojo, la tristeza, el temor y el 
disgusto. Se ha observado que muchas de las emociones básicas se presentan en 
11 
 
varias culturas siendo su expresión facial universal, su aparición se inicia en la 
niñez temprana, además de tener una disposición típica de afrontamiento. 
 
Las emociones secundarias son emociones que requieren de la conciencia, 
como la empatía, los celos y la turbación, surgenalrededor del año y medio, y 
emociones como orgullo, vergüenza y culpa, aparecen más o menos a los dos 
años y medio. A partir de estas últimas y del uso de reglas sociales el niño es 
capaz de evaluar su comportamiento, (Santrock, 2007). 
 
El número de emociones básicas es diferente para distintos autores, sin 
embargo, podemos considerar que comparten determinadas características. 
Ekman y Davidson (1994, cit. en Reeve, 2003), mencionan que: 
 
 Son innatas más que adquiridas. 
 Surgen en las mismas circunstancias para toda la gente (una pérdida 
personal provoca tristeza, sin importar edad ni cultura). 
 Se expresan de manera exclusiva y distintiva (por ejemplo, a través de la 
expresión facial). 
 Evocan un patrón de respuesta fisiológicamente distintivo. 
 
 
1.4.1 Clasificación de las emociones 
 
A pesar de la diversidad de opinión de diferentes autores sobre cuáles son 
las emociones básicas, Bisquerra (2000) propone una clasificación que incluye a 
las familias de estas emociones, desde la perspectiva de la educación emocional 
ya que son susceptibles de ser educadas. 
 
a) Emociones negativas: Son desagradables, se activan ante amenaza o 
perdida, requieren energía para afrontar la situación que la desencadenó, entre 
éstas se encuentran las siguientes: 
12 
 
Ira: Rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, 
aversión, irritabilidad, enojo, violencia, celos, hostilidad, envidia, 
impotencia 
Miedo: Temor, horror, pánico, terror, pavor, susto, fobia 
Ansiedad: Angustia, desesperación, inquietud, estrés, preocupación, 
anhelo, consternación, nerviosismo 
Tristeza: Depresión, frustración, decepción, aflicción, pena, dolor, pesar, 
desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, 
desaliento, abatimiento, disgusto, preocupación 
Vergüenza: Culpabilidad, timidez, inseguridad, bochorno, pudor, rubor 
Aversión: Hostilidad, desprecio, resentimiento, rechazo, asco, repugnancia. 
 
b) Emociones positivas: Por el contrario, producen bienestar, se experimentan 
cuando se logran metas, se afrontan disfrutándolas, entre éstas se encuentran las 
siguientes: 
 
Alegría: Entusiasmo, euforia, excitación, contento, deleite, diversión, placer, 
Gratificación, satisfacción, alivio, regocijo 
Humor: Sonrisa, risa, carcajada 
Amor: Afecto, cariño, ternura, simpatía, empatía, aceptación cordialidad, 
confianza, amabilidad, respeto, enamoramiento, gratitud 
Felicidad: Gozo, tranquilidad, dicha, satisfacción, paz interior, bienestar 
 
c) Emociones ambiguas: Son aquella que pueden provocar tanto emociones 
positivas como negativas: sorpresa, esperanza, compasión. 
 
d) Emociones estéticas: Son las reacciones emocionales que provoca el arte. 
 
 
 
 
13 
 
1.4.2 Desencadenantes de las emociones 
 
 Emociones Negativas 
 
a) La ira.- Se genera cuando sentimos vulnerados nuestros derechos, la 
frustración puede ocasionar ira por no poder lograr algún objetivo, también se 
produce por ser engañados, traicionados, humillados, etc. Al verse afectada la 
autoestima de la persona, se desencadena agresividad ya sea verbal (insultos, 
gritos) o físicos (golpes). Además la persona que manifiesta ira puede dirigirla 
hacia adentro, suprimiendo la emoción o hacia afuera expresando ira a otra 
persona diferente de la que la provocó. Afrontar la ira por medio de la distracción 
(pasear, relajación) podría ser una estrategia para apaciguarla. 
 
b) Miedo.- Surge con una interpretación del individuo de una situación como 
potencialmente peligrosa y amenazante. Los peligros y amenazas percibidos 
pueden ser psicológicos o físicos, el miedo funciona como una señal de 
advertencia, se manifiesta en una excitación del sistema nervioso autónomo. El 
individuo tiembla, suda y siente tensión nerviosa para proteger al yo. 
 
c) Ansiedad.- Se desencadena por anticipar un peligro provocando en la 
persona, preocupaciones que se repiten constantemente volviéndose crónicas. 
Las causas pueden ser muchas, entre ellas: dificultades económicas, exámenes, 
divorcio, etc. La ansiedad se puede afrontar cambiando los pensamientos 
destructivos por otros más positivos, o identificando la situación que genera 
ansiedad. 
 
d) Tristeza.- Es producida por alguna pérdida, que se traduce en no sentir 
placer, por lo tanto, existe una reducción de actividades que puede ocasionar 
depresión o suicidio. Una forma de afrontar la tristeza es aprender a cambiar 
pensamientos derrotistas, realizar actividades placenteras. 
 
14 
 
e) Vergüenza.- Es desencadenada por la humillación o el insulto, esta 
reacción negativa va dirigida a uno mismo por haber cometido una falta que nos 
hace sentir culpables. El uso de técnicas como restructuración cognitiva, relajación 
pueden ser útiles para superar la culpa y timidez. 
 
f) Aversión.- Se puede decir que lo que desencadena la aversión, son 
aquellos estímulos desagradables que producen un alejamiento, por ejemplo, 
hacia un alimento, a los olores. La persona lo afronta al evitarlo o rechazarlo. 
 
 Emociones positivas 
 
a) Alegría.- Es producida por sucesos favorables, facilita la involucración 
social y por medio de la sonrisa se forman y fortalecen las relaciones, la alegría es 
un sentimiento positivo que implica tranquilidad. 
 
b) Humor.- Es la buena disposición en el que se encuentra la persona, lo 
desencadena una serie de estímulos como: chistes, películas, música entre otras, 
que provocan la sonrisa o la carcajada, el humor como la risa ayudan a 
contrarrestar las emociones negativas por lo que son benéficas para la salud. 
 
c) Amor.- Es una emoción básica que produce conducta de confianza, y en 
el niño esta confianza le permite la libre exploración y disfrute de su entorno 
proporcionando conductas constructivas. 
 
d) Felicidad.- Es un estado de bienestar que facilita la empatía, genera 
actitudes positivas con uno mismo y con los demás, propiciando la autoestima y 
las buenas relaciones. La felicidad se experimenta al valorar lo que se tiene, como 
la familia, el trabajo, la salud física. 
 
 Emociones ambiguas 
 
15 
 
a) Sorpresa.- Se provoca por estímulos novedosos, inesperados, cambios 
bruscos, cuando la emoción es breve se convierte en otra emoción más acorde 
con la situación preparando a la persona para afrontar la situación inesperada. 
 
b) Esperanza.- Lo que caracteriza a la esperanza es una incertidumbre 
objetiva con posibilidades de mejorar, por ejemplo, en una situación crítica como 
una enfermedad grave. 
 
c) Compasión.- Las personas que manifiestan esta emoción tienden a 
preocuparse por los demás y tienen deseos de ayudarlos. 
 
 Emociones estéticas 
 
Son importantes en la educación emocional, ya que la experiencia 
emocional, cuando está relacionada con la estética puede potenciar experiencias 
positivas importantes para la salud. 
 
Al clasificar las emociones es importante tomar en cuenta su intensidad, 
que es la fuerza con que se experimenta una emoción, la especificidad que 
permite clasificar a la emoción dándole un nombre que la diferencie de las otras, y 
la temporalidad permite distinguir entre emociones que tienen una duración breve 
y otras que se prolongan. Estas dimensiones permiten experimentar otros estados 
emocionales. 
 
 
1.4.3 Emociones más comunes en los niños 
 
La vergüenza: La persona piensa que pierde la dignidad por alguna falta que 
cometió, es una reacción negativa que está dirigida a la propia persona; se siente 
vergüenza, cuando se siente culpa; también puede ser ocasionada por una 
humillación o un insulto. 
16 
 
La culpa: Surge cuando el niño cree que su comportamiento no es el 
adecuado. 
 
El orgullo: Por lo regular está asociado con el logro de metas. 
 
El miedo: Existen diferentes fuentes que desencadenan el miedo en los niños, 
algunos autores han observado que; a los 18 meses, el niño tiene miedo a laoscuridad, a extraños, a la soledad; a los tres años el miedo es a la separación, al 
abandono; de los 3 a 5 años el miedo es, a los animales, a las criaturas 
imaginarias; entre los seis y once años el niño experimenta miedo al fracaso 
escolar, al ridículo, a las enfermedades y a la muerte, mientras que de los 12 a 17 
años el miedo se relaciona por ser diferente en el aspecto social e intelectual, 
Jersild y Holmes (1935, cit. en Del Barrio, 2002). 
 
La ira: Es una emoción que se presenta con frecuencia en los niños, parece 
ser que la intensidad modula la duración de la ira, así una mayor intensidad está 
asociada a una mayor duración del episodio. La ira es una reacción de irritación 
ocasionada por el enojo al verse agredidos los derechos de la persona debido a: 
bromas de mal gusto, injusticias, órdenes, sarcasmos. También el maltrato y 
abuso infantil provocan ira y agresividad en los niños. Es importante que el niño 
aprenda a controlar su ira, pues de lo contrario puede ocasionar agresividad en 
éste, ya que una de sus características es, que cuanto más se piensa en el 
problema más se justifica el enojo. 
 
Tristeza: Se puede decir que es la emoción más aversiva, surge de la 
separación como: el divorcio, o de alguna pérdida como la muerte de un ser 
querido, el fracaso también puede producirla. Ante esta situación el niño puede 
mostrar conductas motoras como: silencio, llanto, aislamiento. Algunos autores 
consideran que la tristeza en los niños tiene efectos de pasividad y puede persistir 
por un tiempo y si no se atiende puede derivar en depresión. 
 
17 
 
Amor: Esta emoción positiva produce confianza, disfrute, alegría en el niño; la 
mayoría de las emociones positivas derivan de la alegría (simpatía, empatía, 
apego) que son el principal motor de la conducta infantil. La alegría facilita la 
involucración social, el fortalecimiento de relaciones, tiene una función 
tranquilizadora, preservando el bienestar de la persona. 
 
 
1.5 Desarrollo de las emociones en los niños. 
 
Los teóricos proponen que el proceso del desarrollo emocional tiene un 
orden, al poco tiempo de nacidos, los niños muestran algunos signos emocionales, 
se trata más bien de respuestas reflejas principalmente fisiológicas, alrededor de 
los seis meses ya se puede hablar de estados emocionales tempranos como: 
alegría, sorpresa, tristeza, emociones básicas que parece estar relacionadas con 
la maduración neurológica, emociones como la envidia surgen cuando el niño 
desarrolló la conciencia de sí, esto es, cuando comprenden que son seres 
independientes de los demás entre los 15 y 24 meses, a los tres años que ya 
adquirieron reglas, estándares sociales desarrollan emociones autoevaluativas 
como la culpa, vergüenza, orgullo, (Papalia, Wendkos y Duskin, 2001). 
 
A lo largo de la evolución humana el organismo funciona como un todo, 
esto es, el desarrollo cognitivo, emocional y social están relacionados no pueden 
concebirse de manera independiente, forman parte de un mismo proceso, así, 
como la conducta anterior del niño hace posible una nueva conducta que va a 
estar en un nivel de organización y complejidad diferente a la anterior, del mismo 
modo, en el desarrollo temprano la organización del desarrollo emocional debe 
ser cada vez más compleja, y estas experiencias afectivas propician el desarrollo 
cognitivo, de tal forma que la emoción y cognición se influyen mutuamente y 
ambas se dan dentro de una matriz social, (Sroufe, 2000). 
 
18 
 
Se puede decir que el despliegue de las emociones es ordenado, desde las 
primeras emociones que se observan en los neonatos, hasta las más complejas 
en los niños pequeños, así las emociones que surgen de unas antecesoras están 
más organizadas, su forma es más compleja y diferenciada. 
 
Pero estos cambios emocionales, como ya se mencionó, están muy 
relacionados con el desarrollo cerebral, estudios realizados de la anatomía 
cerebral han constatado que los cambios en la organización cerebral, 
corresponden a cambios en los procesos emocionales. El primer cambio 
corresponde cuando la corteza cerebral es más funcional y surgen la 
diferenciación de las emociones básicas; alrededor de los 9 o 10 meses se da el 
segundo cambio con la maduración de los lóbulos frontales y la estructura límbica 
se torna más grande, como hipocampo; el tercer cambio ocurre cuando se 
desarrolla el concepto del yo, el niño tiene más capacidad para regular sus 
emociones, probablemente debido a la mielinización de los lóbulos frontales; la 
última a los tres años se da con los cambios hormonales producidos en el 
desarrollo, (Papalia et al., 2001). 
 
Sin embargo, se ha destacado la importancia que tiene en el desarrollo 
emocional los intercambios mutuos entre el bebé y quien lo cuida, autores como 
Spitz (1965), mencionan que el intercambio afectivo que se da entre el niño y su 
madre es muy importante, tanto para el desarrollo emocional del niño, como para 
su desarrollo integral ya que al ser privado de esta relación, puede correr el 
peligro de que los aspectos de la personalidad se vean afectados, (cit., en Sroufe, 
2000). 
 
1.5.1 Apego y las emociones 
 
Como se mencionó con anterioridad las primeras relaciones emocionales 
surgen con la relación entre el niño y su cuidador principal, por esta razón es 
necesario enfocarse un poco más a esta relación inicial del niño y su madre. 
19 
 
El primer vínculo de apego se caracteriza por sentimientos mutuos y 
fuertes lazos emocionales. El niño pasa por varias fases, en cada una ocurren 
determinados acontecimientos en las que el niño va progresando, estos progresos 
van a ser decisivos en su desarrollo posterior para la socialización con 
compañeros, familiares, y otros adultos, (Craig, 1997). 
 
En la interacción diádica se da una serie de intercambios de afecto 
compartidos, en la primera semana la conducta del bebé está dirigida hacia la 
búsqueda de estímulos y la sincronía relacionada con los cuidados que recibe, 
(Sander, 1975 en Sroufe, 2000). Así también, al estar pasando por fases de 
crecimiento social y emocional el neonato muestra signos de irritación, 
probablemente por la estimulación sensorial o debido a sus procesos internos y 
trata de encontrar un equilibrio entre los excesos y la falta de esta estimulación, 
(Craig, 1997). 
 
En esta interacción diádica, la calidad de apego va a depender de la 
capacidad que ambos tengan para propiciar una regulación mutua, esto es, la 
sensibilidad que tenga la persona encargada de cuidar al niño para identificar las 
señales emocionales de él y la manera como el niño va a responder ante su 
cuidador. Se puede decir que existe una sana relación cuando la madre interpreta 
las señales de su bebé tales como: hambre, zozobra y dolor y otras 
comunicaciones afectivas, si responde a éstas de forma sensible, promueve 
sentimientos de seguridad en el niño, por el contrario, si está ausente o no es 
sensible a sus señales provoca en el bebé ansiedad, (Papalia et al., 2001). En 
esta etapa la regulación diádica se da sin que el bebé tenga alguna intención. 
 
Por lo regular con los niños menores de un año la comunicación emocional 
se da en posición cara a cara, el bebé imita a su madre sobre todo la expresión 
de emociones positivas y la madre hace lo mismo con el bebé lo que da lugar a 
una comunicación empática. 
 
20 
 
Sin embargo, se ha observado que la calidad de apego está más 
relacionadas con el temperamento del niño que con los rasgos de personalidad de 
la madre, (Martínez Fuentes, 2000, en Del Barrio, 2002). 
 
Entre los seis y doce meses, que es cuando se consolida la relación de 
apego, el niño adopta un papel más activo en la regulación diádica, dirige 
intencionalmente comunicaciones para lograr el contacto con quien lo atiende, si 
por ejemplo, no puede modular su excitación y encuentraen su cuidador 
disponibilidad y ayuda para restaurar el equilibrio, podrá establecerse mayor 
confianza en la relación y tolerar la tensión cuando se tenga que separar de la 
persona, porque ya está establecido un vinculo de apego sólido, (Sroufe, 2000). 
 
 
1.5.2 Estilos de apego 
 
Ainsworth (1971), identificó los estilos de apego seguro e inseguro, y 
explica que estos estilos no dependen del temperamento del niño ni de sus 
características personales, sino más bien de las pautas del comportamiento que 
emplea la persona que lo cuida, también se ha demostrado que la clase de apego 
que manifiesta el niño determina su organización conductual y predice su 
desarrollo social y emocional, (cit., en Heredia, 2005). 
 
Los estilos de apego se señalan a continuación: 
 
El apego seguro.- Las relaciones entre el niño y la madre son de buena 
calidad existe confianza, afecto, sintonía y sensaciones de bienestar. 
 
El apego inseguro.- Muestra un apego de mala calidad con la madre 
impidiendo la regulación emocional: éste lo divide en: apego evitativo, donde la 
relación es de desconfianza y no hay comunicación directa ni sincronía; apego 
ambivalente, existe un dependencia hacia la madre que al estar ausente provoca 
21 
 
en el niño ansiedad de separación y necesita reforzamiento continuo de que es 
amado. 
 
Existe una categoría más a las ya propuestas por Ainsworth, el apego 
desorganizado, que fue estudiada por Salomon y Main (1987, en Heredia, 2005), 
éste se caracteriza por rechazo hacia la figura de apego al carecer de estrategias 
para hacer frente al estrés que le provoca la ausencia de la madre, en un lugar 
que no conoce. 
 
Por su parte Mahler (1975 en Sroufe, 2000), destaca que cuando el niño 
cuenta con una madre disponible y auxiliadora, éste tendrá confianza en quién lo 
cuida lo que va a propiciar la autonomía del niño y a fomentar el crecimiento de la 
regulación del yo. 
 
La teoría Bowlby (1969), considera que el niño desarrolla esquemas 
cognitivos negativos cuando no existe un apego seguro o no hay amor en su 
crianza, éstos van a persistir e influir en la forma que el menor interprete las 
experiencias posteriores, si hay más pérdidas el va a pensar que no puede 
construir afectos positivos duraderos (cit., en Santrock, 2007). 
 
 
1.5.3 Inicio de la autorregulación 
 
A la edad de dos años aún el soporte emocional proporcionado por la 
madre continúa siendo importante, ya que la regulación está guiada por parte de 
la persona que lo cuida, permitiendo la autonomía del niño, y al poner límites 
claros, firmes, y razonables da lugar a que el niño controle sus impulsos y confié 
en sus propias capacidades. A esta edad y aproximadamente hasta los cinco 
años se consolidan las emociones primarias o básicas, pueden identificar 
situaciones que provocan tristeza, alegría, enfado, y miedo, además son capaces 
22 
 
de expresarlas verbalmente, sin embargo, confunden emociones como felicidad 
por sorpresa. 
 
Aproximadamente entre los dos y los tres años aparecen los miedos, a los 
monstruos, a los animales, a la oscuridad, así como las conductas desafiantes, 
negativas y oposicionales, rabietas, que muestran la necesidad de autonomía y 
autoafirmación del niño frente a su cuidador que desaparecen entre los 4 y 5 años 
cuando se logra la estabilidad emocional. 
 
 Con la comprensión de sus emociones, el sentido del yo y la diferenciación 
de los otros, permite que el niño empiece a entender emociones auto-evaluativas 
como la vergüenza, culpa, orgullo que se manifiesta cuando el niño ha 
interiorizado las reglas sociales (lo que está bien y lo que está mal), son 
emociones que previenen conductas desadaptativas, enfatizan la responsabilidad 
y mantienen relaciones sociales, (Palmero, 2002 en Santrock, 2007). 
 
En la etapa escolares entre los 6 y 12 años es cuando se consolidan las 
emociones auto-evaluativas, se observa un notorio avance en el desarrollo de sus 
emociones ya que pueden regular mejor su expresión emocional en situaciones 
sociales y tienen un mayor control sobre sus emociones negativas. Pueden 
reconocer: que les enoja, entristece o atemoriza, y con el avance en el desarrollo 
del auto concepto pueden comprender que en una situación pueden experimentar 
más de una emoción, (Papalia, et al., 2001). 
 
Emociones ambivalentes son posibles cuando una emoción positiva y una 
negativa ocurren al mismo tiempo y en la misma persona, los niños de 6 años 
describen situaciones en donde se dan dos emociones pero no simultaneas; entre 
los 7 y 8 ya son capaces de entender las emociones simultáneas de la misma 
valencia (estar triste y enfadado) y de los 10 a los 11 ya integran las emociones en 
una misma situación y en la misma persona (por ejemplo, estar contento por su 
cumpleaños y sentir preocupación por su mascota enferma). Los niños en esta 
23 
 
etapa aprenden a regular sus emociones y son capaces de ocultar sus emociones 
verdaderas; por lo tanto comprenden que cuando se expresa una emoción no 
siempre refleja la real, (Palmero, 2002). 
 
En este capítulo con la fundamentación teórica se ha tratado de enfatizar la 
importancia que han tenido las emociones en el desarrollo de la vida, con las 
aportaciones de varios autores al estudio de las emociones, ahora podemos 
comprender la importancia que tienen en nuestras vidas, sabemos que las 
emociones positivas ayudan a que nuestro organismo se mantenga en buen 
estado de salud, sin embargo, la emociones cuando no se controlan afectan 
nuestro organismo; estudios en neurociencias han demostrado que las emociones 
activan respuestas fisiológicas como elevación de la frecuencia cardiaca, tensión 
muscular, etc., por esta razón, es importante que el niño desarrolle habilidades 
para aprender a comunicar sus emociones ya que de esta manera las podrá 
comprender. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
CAPÍTULO 2 
REGULACION EMOCIONAL 
 
2.1 Antecedentes 
 
El que una persona alcance grandes logros académicos, no garantiza que 
triunfe en la vida o que sean felices, sin embargo, aquellas que conocen y saben 
manejar sus emociones es más probable que se sientan satisfechas consigo 
mismas, diferentes autores nombrados en este apartado han puesto especial 
atención en las emociones, reconociendo que son fundamentales para el éxito y 
bienestar de la persona. 
 
En 1905 surge el primer test de inteligencia elaborado por Alfred Binet, éste 
surge para determinar que alumnos podían estar inscritos en la educación 
escolarizada; más tarde en 1912, Stern introduce el término de coeficiente 
intelectual que tuvo una gran difusión. A partir de ese momento se han elaborado 
varias pruebas en donde los tests de inteligencia han tenido mucho éxito, sin 
embargo, los investigadores no se han puesto de acuerdo para definir el concepto 
general de inteligencia. 
 
Para Gander existe más de una inteligencia de tal manera que propone las 
inteligencias múltiples, tomando en cuenta aspectos personales y sociales. En 
1990 Salovey y Mayer concluyeron que al hablar de inteligencia también deberían 
ser consideradas las emociones. Estos autores definieron la inteligencia emocional 
como las habilidades para manejar los sentimientos y las emociones propias y la 
de los demás, haciendo una discriminación de ambas para poder dirigir los propios 
pensamientos y acciones. 
 
El modelo de inteligencia emocional de Salovey y Mayer está basado en 
cuatro habilidades básicas interrelacionadas: 
25 
 
Percepción emocional: Permite identificar, percibir, valorar y expresar las 
emociones en uno mismo y en otros, por medio del lenguaje, la conducta, la 
música, obra de arte, etc., así como ser capaz de expresar las emociones de 
forma adecuada y poder discriminar entre las diferentes expresiones de las 
personas. 
 
Facilitación emocional del pensamiento: Losestados emocionales 
facilitan el afrontamiento, ejemplo el bienestar puede facilitar la creatividad. 
 
Comprensión emocional: Engloban habilidades para conocer e interpretar 
las emociones, asimismo, saber interpretar los cambios entre una emoción y otra 
por ejemplo, amor y odio, y poder comprender a que se debe el surgimiento de 
una emoción. 
 
Regulación emocional: Consiste en tener habilidades para poder regular 
las emociones en uno mismo y en otros, poder potenciar las emociones positivas y 
mitigar las negativas para no reprimir la información que pueden trasmitir. 
 
Salovey y Mayer consideran que la inteligencia emocional debe ser 
desarrollada a través de procesos educativos, ya sea en la escuela, la familia, o 
en cualquier lugar donde las personas interactúen, ya que es en esta interacción 
donde las personas aprenden sobre sus reacciones emocionales, ya que la 
regulación emocional es un aspecto importante de la inteligencia emocional, 
(Bisquerra, 2009). 
 
Puesto que nivel de inteligencia emocional varía de persona a persona, 
diferentes teóricos han propuesto que la inteligencia emocional puede ser definida 
como una característica de la personalidad. Por otra parte, se ha observado que 
altos niveles de inteligencia emocional se asocian a bienestar psicológico, salud 
mental y física, relaciones interpersonales positivas, así como logros académicos, 
26 
 
laborales y menos problemas relacionados con el alcohol, entre otros, (Schutte, 
s.f., en Sánchez, 2010). 
 
Regresando a Salovey y Mayer, se considera que fueron los primeros en 
publicar el primer artículo científico de inteligencia emocional, que estuvo olvidado 
por algunos años hasta que Daniel Goleman lo difundió en su libro. El modelo 
representado por Goleman, se refiere a la inteligencia emocional como un grupo 
de características de personalidad que intentan predecir éxito en varios dominios y 
que incluye algunos elementos como: 
 
 Conocer las propias emociones.- Consiste en tener conciencia de las 
propias emociones y poder reconocer el sentimiento en el momento que 
ocurre. 
 
 Manejo de las emociones.- Tener la habilidad para manejar las propias 
emociones y expresarlas de forma apropiada. 
 
 Auto-motivarse.- Consiste en encaminar las emociones y la motivación 
consecuente hacia el logro de objetivos. 
 
 Reconocer las emociones de los demás.- Es tener esta capacidad para ser 
empático, para poder entender al otro. 
 
 Establecimiento de relaciones.- Al dominar esta habilidad la persona podrá 
interactuar afectivamente con los demás, esto conlleva a la popularidad, 
liderazgo y eficacia interpersonal, (Goleman, 1995 en Bisquerra 2000). 
 
El concepto de inteligencia emocional ha sido ampliamente difundido, 
muchas instituciones sobre todo escuelas, la han tomado en cuenta y consideran 
que es importante que los niños aprendan a reconocer sus emociones, aprendan a 
comprenderlas para poder controlarlas y poder relacionarse con los demás. 
27 
 
2.2 Regulación emocional 
 
Las personas pueden influir en sus emociones y en la forma de expresarlas, 
la regulación de las emociones es importante para que la persona inicie, motive y 
organice conductas adaptativas, que prevengan niveles estresantes de emociones 
negativas y conductas inadaptativas, (Cichetti y Ackerman 1995, en Sánchez 
2010). 
 
Para Thompson (1994) “la regulación emocional consiste en los procesos 
extrínsecos e intrínsecos responsables de monitorear, evaluar y modificar las 
respuestas emocionales, especialmente sus características de intensidad y 
temporalidad, para alcanzar las propias metas” (cit., en Sánchez 2010 p.127). 
 
Esta definición funcionalista manifiesta que las personas manejan sus 
emociones en situaciones específicas para el logro de metas. Así, dos personas 
en las mismas circunstancias podrían tener metas diferentes para orientar sus 
esfuerzos de regulación emocional, por ejemplo: un niño que es empujado por otro 
podría sentir angustia, llamando la atención de un adulto para obtener su 
protección, mientras que otro en las mismas circunstancias disminuye su angustia 
para demostrar a sus pares que no lo pueden intimidar, (Thompson, s.f., en 
Sánchez, 2010). 
 
Así también, en la regulación emocional, la emoción tanto positiva como 
negativa brinda un soporte adaptativo, esto va a depender de la relación funcional 
que exista entre la emoción y el evento inmediato (Cole et al. 1994 en Rendón, 
2007). Por ejemplo, en algunas ocasiones tanto niños como adultos pueden hacer 
uso de las emociones positivas (contar chistes) para manejar una emoción 
negativa (como tener miedo a la oscuridad), (Thompson, s.f., en Sánchez, 2010). 
 
Alrededor de los cuatro años el niño adquiere más conciencia para el 
control y manejo de sus emociones, esto es necesario para que pueda cumplir con 
28 
 
las reglas sociales; es importante que aprendan a regular emociones 
autoconscientes como orgullo, vergüenza, enojo. (Santrock, 2007), y manejar con 
eficacia su activación, ya que al encontrarse en niveles elevados puede impedir 
un adecuado control de éstas, y la dificultad para poder interactuar con otros. 
 
Por esta razón se requiere que las emociones se puedan manejar de forma 
apropiada. Es así que tomaremos en cuenta algunos elementos importantes en la 
regulación de las emociones llamados micro competencias, mencionadas por 
Bisquerra (2009) entre los que se encuentran: 
 
 Expresión emocional apropiada: Es comprender las repercusiones 
que pueden tener la expresión de nuestras propias emociones en otros. 
 
 Regulación de emoción y sentimientos: Nuestros sentimientos deben 
ser manejados con eficacia y poder tener una adecuada tolerancia a la 
frustración, para prevenir emociones negativas, poder controlar la 
impulsividad, así como prevenir comportamientos de riesgo, y poder 
postergar las recompensas, entre otras. 
 
 Habilidades de afrontamiento: Habilidades para afrontar retos y 
situaciones de conflicto con las emociones que genera, y aquellas 
estrategias de autorregulación que modulen la intensidad y duración de 
los estados emocionales. 
 
 Competencias para autogenerar emociones positivas: Esto es, 
experimentar de forma voluntaria y consistente emociones positivas 
(alegría, amor, humor, fluir) y disfrute de la vida. 
 
Para poder regular las emociones de forma competente la persona debe 
tener la capacidad de inhibir respuestas emocionales impulsivas, como el enojo, 
que por lo común es una respuesta emocional que no está bien regulada, sin 
29 
 
embargo, podemos contar con funciones ejecutivas que son capacidades 
cognitivas que facilitan la autorregulación y que se van desarrollando a lo largo de 
la niñez, entre ellas encontramos: 
 
La capacidad de inhibir: Es la habilidad para poder controlar los impulsos 
(cuando el niño se controla para no golpear a quien lo molestó). 
 
La memoria de trabajo: Que permite que el niño utilice la información que 
posee (diferentes situaciones sociales, eventos, los sentimientos, reglas sociales, 
etc.), al organizar esta información le va a permitir determinar en qué forma va a 
responder a sus emociones. 
 
Flexibilidad cognitiva: Permite que el niño, se ponga en lugar de otro niño, 
para considerar sus emociones y pueda entender cómo se siente, por ejemplo, al 
permitir que el niño se dé cuenta que otro niño también desea jugar con el mismo 
juguete que él quiere. 
 
 Como ya se mencionó, son funciones que permiten la auto-regulación y 
que van madurando con el desarrollo cognitivo del niño, por lo que a edades muy 
tempranas los niños están limitados en estas capacidades y les impide una 
adecuada regulación emocional, (Thompson et al., 2008 en Sánchez 2010). 
 
Otra forma de regular las emociones, es utilizando estilos de afrontamiento, 
Lazarus menciona que el afrontamiento es todo aquelloque la persona hace y 
piensa en el intento de regular sus emociones provocadas por la tensión, aunque 
fracasen en ese intento. Él identificó dos estrategias de afrontamiento que utilizan 
las personas: la primera es mediante la resolución de problemas, en donde la 
persona pone en marcha una acción para cambiar la situación conflictiva, por 
ejemplo, persuadir al vecino para que no ponga muy fuerte su música; la segunda 
estrategia es el afrontamiento centrado en la emoción, al no poder cambiar la 
situación problemática, la persona regula la emoción angustiosa cambiando su 
30 
 
forma de pensar acerca de lo que ocurre y pasa de una valoración amenazante a 
una más serena, como cuando se tiene una enfermedad grave, la parte centrada 
en la emoción seria no abandonar la esperanza de recuperación, (Lazarus, 2000). 
 
John y Gross (2004), señalan que las emociones son útiles pero a veces 
son destructivas, pero si se encuentra la manera de regularlas se podrían 
conservar las características útiles y limitar sus aspectos destructivos, una forma 
es la revaluación cognitiva, esto es, cambiar la forma en que se percibe el evento 
para modificar el impacto emocional de una situación, por ejemplo, si se considera 
que una situación desagradable está causada por la propia conducta, se puede 
traducir en remordimiento, culpa o vergüenza, (cit. en Vingerhoets, Nyclícek y 
Denollet, 2008). 
 
Las personas también suelen utilizar otra estrategia de regulación, que es la 
supresión de las emociones. La supresión disminuye la expresión del 
comportamiento de las emociones negativas, pero no su experiencia subjetiva, al 
no reducir la experiencia de las emociones negativas éstas se pueden quedar y 
acumularse sin resolver, existen evidencias de que las emociones negativas 
crónicas que quedan sin resolver o si continuamente se experimentan intensas 
emociones negativas y además no se utilizan estrategias adaptativas para 
regular las emociones, puede tener efectos adversos en la salud física, (Denollet, 
2008 en Vingerhoets et al., 2008). 
 
Por su parte Fredrickson (2008), considera que la emoción es positiva 
cuando la experiencia subjetiva se percibe como placentera, y además cuando se 
acumulan estas emociones, con el tiempo favorecen al fortalecimiento de los 
recursos personales (cognitivo, físico, psicológico y social), además contribuye al 
desarrollo de un pensamiento más flexible, creativo e integrador, y promueve el 
establecimiento de relaciones de amistad positivas en la niñez. Esta autora indica 
que el experimentar emociones positivas en la niñez, permite la construcción de 
31 
 
recursos personales, así mismo poder tener un desarrollo saludable y positivo, que 
con el tiempo se traduce en un indicador de salud mental, (cit. en Greco, 2010). 
 
Al respecto, Oros (2008), menciona también los beneficios de promover 
emociones positivas en la infancia, destacando las posibles apariciones de 
actitudes a favor del aprendizaje como el optimismo y la esperanza, también 
inducen a revalorar los problemas y a verlos desde un punto de vista más positivo 
para su solución, facilitan que los niños tengan una actitud funcional frente a las 
amenazas, además de mantener los esfuerzos del niño para alcanzar sus 
objetivos, (cit. en Greco, 2010). 
 
 
2.3 Regulación emocional en la familia. 
 
En la familia es donde el niño adquiere sus primeras experiencias 
emocionales, los padres son los primeros modelos en regulación emocional para 
sus hijos, si existe una relación cordial entre padres e hijos y los padres platican 
con sus hijos acerca de sus emociones y sus sentimientos, los niños podrán 
aprender a manejar sus emociones desde edades tempranas. 
 
Goleman (2003) se refiere a la familia diciendo que es el lugar donde el niño 
desarrolla habilidades para regular sus emociones, es con ellos donde aprende a 
expresar estas emociones y a decir que piensa respecto de sus sentimientos, en 
la familia también aprende a interpretar, manifestar esperanzas y temores y 
principalmente es aquí donde va a adquirir los modelos que servirán para 
enfrentarse a sus propias emociones. 
 
En la familia se desarrollan modelos de cómo pueden ser manejadas las 
emociones entre sus miembros (entre los padres, hermanos, entre padre e hijo), si 
los niños están expuestos a un clima emocional positivo es muy probable que 
desarrollen habilidades para regular sus emociones, sin embargo, cuando se 
32 
 
encuentran en un ambiente familiar hostil y amenazante tienen dificultad para 
manejar sus emociones, perjudicando su bienestar psicológico, (Thompson, s.f. en 
Sánchez, 2010). 
 
Se ha demostrado que la forma en que los padres tratan a los hijos puede 
tener consecuencias profundas y duraderas en la vida emocional de los niños, 
esto depende de las emociones negativas que experimente el niño, si la emoción 
es moderadamente negativas (tristeza, angustia), probablemente no sea tan 
amenazante para el niño, como en el caso de ser emociones dominantemente 
negativas (enojo, hostilidad), donde es más probable que el niño esté a la 
defensiva y con miedo constante. Las habilidades para la regulación emocional 
tienen mayor éxito cuando el niño está expuesto a emociones de intensidad 
moderada, que en ambientes más hostiles y amenazantes, donde las emociones 
negativas aumentan con facilidad y es probable que lleguen a ser incontrolables, 
(Thompson, s.f., en Sánchez, 2010). 
 
Los padres también influyen en el desarrollo de las emociones 
autoconscientes así como en la forma en que el niño se comporta cuando las 
experimenta, por ejemplo, el niño puede sentir culpa cuando su padre le dice 
-deberías sentirte mal por morder a tu hermano-, (Santrock, 2007). 
 
Como se puede observar, es la familia el ambiente propicio para adquirir a 
temprana edad habilidades de regulación emocional, que más tarde van a ser 
enriquecidas con la interacción social en diferentes escenarios. 
 
 
2.4 Regulación emocional con los pares 
 
La relación entre pares juega un papel fundamental en el establecimiento 
de vínculos, (Rendón, 2007 en Flórez y Rendón, 2010). Conforme los niños 
crecen pasan más tiempo con sus pares, esto propicia una interacción emocional 
33 
 
que requiere de grandes habilidades para poder autoregularse, ya que las 
estrategias usadas con los adultos son diferentes a las que utilizan con sus pares, 
con ellos sus intereses y metas son similares, así como la forma de responder a 
diferentes situaciones, estas experiencias emocionales que el niño va teniendo 
con sus pares contribuyen al desarrollo de su regulación emocional, (Thompson, 
s.f. en Sánchez, 2010). 
 
Investigadores como Eisenberg (1997), han considerado que la regulación 
emocional contribuye a la formación de relaciones interpersonales, pero para que 
se desarrollen habilidades de regulación emocional es necesario la interacción con 
otros, en este sentido las diferencias individuales en la regulación de las 
emociones va a predecir el funcionamiento social en la infancia, los niños que 
tienen la capacidad de regular sus emociones cuando interactúan con otros, tienen 
más posibilidades de tener relaciones positivas, comparado con los niños que no 
regulan sus emociones y además son propensos a emociones negativas es 
probable que provoquen respuestas negativas en otros, impidiendo que aprendan 
a relacionarse constructivamente, (cit., en Rendón 2007). 
 
 Por ejemplo, los niños que experimentan ira tienen dificultades para regular 
sus emociones y por lo tanto no pueden establecer relaciones interpersonales a 
causa de no poder controlar la agresividad derivada de la ira, esta situación puede 
facilitar el aprendizaje para desarrollar comportamientos violentos, e incrementar 
la probabilidad de que sus relaciones sean negativas y por lo tanto el aumento de 
factores de riesgo, (Flórez y Rendón,2010). 
 
Greco (2010), enfatiza la importancia de promover la salud mental en la 
infancia, puesto que un desarrollo funcional en esta etapa es indispensable para 
el buen desarrollo en la edad adulta. 
 
Al relacionarse adecuadamente con sus pares el niños tiene la oportunidad 
de compartir sus emociones, de regular su tensión y de responder a los 
34 
 
sentimientos de otros, la interacción con sus pares requiere de todas sus 
capacidades para poder regular sus emociones. Se ha observado que el juego en 
esta etapa es importante, puede ser una herramienta para la regulación emocional 
ya que el niño dentro del juego compartido, puede repetir experiencias, conflictos 
de forma simbólica o expresar sus sentimientos dolorosos, (Sroufe, 2000). 
 
Se ha observado que en el juego dramático, los niños experimentan el 
manejo de emociones fuertes tanto positivas como negativas, en el juego 
imaginativo con un par pueden crear escenas en las que experimenten 
sentimientos intensos como el miedo, al encontrarse en un ambiente seguro el 
niño puede ensayar, evaluar e internalizar, las experiencias emocionales que le 
preocupan, simultáneamente fortalece sus habilidades de regulación emocional, 
(Thompson, s.f., en Sánchez, 2010). 
 
Como se mencionó con anterioridad, promover emociones positivas en la 
infancia, propicia comportamientos sociales competentes, así como el logro de 
metas, también mantienen relaciones positivas y son determinantes para que el 
niño sea aceptado por sus pares, (Maddio y Greco, 2009 en Greco, 2010). 
 
Autores como Oros (2008), propone que se deben enseñar al niño 
estrategias de afrontamiento, como el control de impulsos, promover emociones 
positivas y entrenamiento de habilidades sociales para un adecuado desarrollo 
funcional, (cit., en Greco, 2010). 
 
 
2.5 Estructuras cerebrales implicadas en la Regulación Emocional 
 
La base de la regulación emocional se encuentra en estructuras cerebrales 
que se encuentran activas pero inmaduras en el nacimiento, una de ellas es el 
sistemas de excitación que incluyen estructuras subcorticales del sistema límbico 
(amígdala e hipocampo) y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal que activa la 
35 
 
función del sistema nervioso simpático, este sistema madura en los años 
tempranos; así mismo cuenta con estructuras inhibitorias que incluyen al sistema 
nervioso parasimpático y regiones de la corteza prefrontal, la maduración de estos 
sistemas en la niñez hace posible que el niño adquiera un adecuado control de 
sus emociones, (Thompson, s.f., en Sánchez, 2010). 
 
 Como se pudo apreciar, es en la familia donde se tienen las primeras 
experiencias emocionales, pero a medida que el niño tiene contacto con otras 
personas sus emociones provocan reacciones emotivas en ellas, estas pueden ser 
positivas o negativas, es por eso que el niño debe aprender a regular sus 
emociones y de esta forma poder tener una buena relación con los demás; esto no 
quiere decir que reprima sus emociones, el regular las emociones implica tener 
habilidades para controlar su ira, para tolerar la frustración, habilidades de 
afrontamiento en diferentes situaciones y generar emociones positivas entre otras. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
CAPÍTULO 3 
ESTRES 
 
3.1 Antecedentes 
 
 Las investigaciones de Claude Bernard en el siglo XIX facilitaron el camino 
hacia el estudio del estrés, al descubrir que una de las funciones del hígado era 
almacenar azúcar, y que la hormona pancreática, la insulina, regula la cantidad de 
azúcar que se almacena en el hígado, el cual es esencial para mantener el 
equilibrio interno del cuerpo. Esto dirigió la atención de los científicos hacia el 
concepto de homeostasis, (Lazarus, 2000). 
 
Más tarde las investigaciones fisiológicas de Walter Cannon y Hans Selye 
dieron las bases científicas del estrés. El fisiólogo Walter Cannon (1933, en 
Lazarus, 2000), centró su atención en lo que llamó la reacción de lucha o huida, 
asociadas a las emociones de ira y miedo. Si se prolongan estas emociones, 
provocará una ruptura del equilibrio en el organismo, por el hecho de estar 
sometido a una situación de estrés. 
 
Es así que, a mediados de 1930 es que Walter Cannon propone el término 
de homeostasis para designar aquellos procesos fisiológicos que mantienen el 
equilibrio interno del organismo. Posteriormente adoptó el termino stress para 
referirse a los niveles críticos del estrés, definiéndolo como lo que podría provocar 
un debilitamiento en los mecanismos homeostáticos. Cannon destacó la 
importancia de la estimulación de sistema nervioso simpático y la descarga de 
adrenalina segregada por las glándulas suprarrenales, producidas cuando hay 
agresión, preparando al cuerpo para la defensa, (Palmero, 2002). 
 
Con esta denotación el estrés se entendió como estimulación que perturba 
el equilibrio interno y por lo tanto una reacción de alarma relacionada con la 
actividad simpático-adrenal, (Valdés y de Flores, 1990). 
37 
 
Años después, Selye por desconocimiento del idioma usó el terminó stress 
ya empleado por Cannon en 1939 (que es la fuerza externa que actúa sobre una 
estructura física) en lugar de strain término adecuado para identificar cambios 
corporales producidos por una fuerza externa. En su intento por descubrir otra 
hormona puso atención en las observaciones que había tenido con sus pacientes 
que desarrollaban síntomas como dolor de cabeza, fiebre, aceleración del pulso, 
pero que aparentemente no eran causa de alguna enfermedad, por lo que se 
interesó en el concepto de inespecificidad afirmando que “El estrés es una 
respuesta inespecífica del cuerpo ante cualquier demanda”, (Selye, 1974 en 
Vargas y Cruz, 2001 p. 28). 
 
El Síndrome General de Adaptación (S.G.A.) descrito por el Dr. Hans Selye 
a mediados de 1956, propone que los seres vivos reaccionan ante el estrés 
psicológico en tres etapas: 
 
En la primera etapa que es la reacción de alarma, el cuerpo se prepara para 
la defensa o la huída, porque reconoce que hay un peligro, lo que ocasiona que se 
acrecenté la reacción emocional en el sujeto haciéndolo más sensible y alerta, 
produciendo cambios fisiológicos para movilizar sus recursos y recobrar el 
autocontrol. Si el estrés persiste, entra la segunda etapa de resistencia, el cuerpo 
se moviliza para defenderse de él mismo. En esta etapa los que se consumen son 
los recursos orgánicos en lugar de elaborarlos o generarlos anabólicamente. 
Finalmente si se prolonga el estrés el organismo entra en la etapa de agotamiento, 
esto es, los recursos orgánicos empiezan a no responder, (Lazarus, 2000). 
 
Con este proceso se entendió como se manifestaba el estrés, pero no que 
lo causaba ya que cualquier estímulo tanto externo como interno lo podía 
provocar. 
 
Selye concluye que el estrés se puede medir por la intensidad de las 
manifestaciones presentadas en el Síndrome General de Adaptación y que gracias 
38 
 
a éste, nuestros órganos nos ayudan en la adaptación y modificación producidas 
en el interior y exterior de nuestro cuerpo, (Mézerville, 2004). 
 
 Por otra parte, estudios realizados por Lazarus durante la primera y 
segunda guerra mundial, la exposición de los soldados a las batallas dio origen a 
diferentes trastornos emocionales, reconociendo así una causa psicológica 
llamada neurosis de guerra o fatiga de batalla, que ocasionaba incapacidad en 
muchos soldados para continuar combatiendo. 
 
Esta situación preocupó a la milicia, dando lugar al surgimiento de 
laboratorios para el estudio de estos trastornos emocionales detectando que estos 
eran consecuencia del estrés. Sin embargo, el estrés psicológico no solamente se 
encuentra en el entorno ni tampoco es consecuencia exclusiva de las 
características de personalidad, el estrés depende de la relación que existe entre 
la personay su medio, (Lazarus, 2000). 
 
 
3.2 Concepto de Estrés 
 
Una emoción agradable (una alegría intensa) produce los mismos efectos 
que una emoción desagradable (una mala noticia), en las dos situaciones hay una 
demanda, el corazón late más fuerte, la respiración es más rápida, aumenta el 
azúcar en la sangre, etc., pero por lo regular el organismo responde 
armónicamente, adaptándose fisiológicamente a estas demandas llamándolo buen 
estrés (eustress), sin embargo, cuando las demandas son excesivas y superan la 
capacidad de adaptación del organismo se habla de un mal estrés (distress), 
(Selye, cit., en Bensabat, 1994). 
 
Para Lazarus y Folkman (1984 en Palmero, 2002) “el estrés es una relación 
particular entre la persona y el entorno, que es evaluado por ésta como 
amenazante o desbordante de sus recursos, y pone en peligro su bienestar”. 
39 
 
Trianes (2002) identifica cuatro factores que desde su punto de vista, la 
mayoría de las definiciones de estrés la incluyen: la presencia de un 
acontecimiento; alteración del equilibrio fisiológico y psicológico en el organismo 
debido a dicho acontecimiento; una activación de tipo neurofisiológico, cognitivo y 
emocional; y la no adaptación de la persona debido a estos cambios. 
 
Desde el punto de vista estímulo-respuesta se puede definir al estrés: 
Como algún estímulo o circunstancia ajena al sujeto que le produce una tensión, al 
alterar su funcionamiento orgánico y poner en peligro su integridad, sobre todo 
cuando esta tensión se prolonga durante mucho tiempo. El estrés como respuesta 
se refiere a la reacción experimentada por el sujeto frente a la situación. 
 
El estrés se manifiesta cuando la situación es desbordante, amenazante o 
dañina, en este momento es útil que las emociones se movilicen, por lo que se 
requiere una respuesta rápida y eficaz, (Palmero, 2002). 
 
Por su parte Bensabat (1994), señaló que la persona se encuentra 
sometida a estrés cuando el estrés acumulado supere su umbral óptimo de 
adaptación y el organismo manifieste señales de agotamiento. 
 
Selye (1974, en Lazarus, 2000) diferenció los efectos del estrés en dos 
tipos distres y eustres: 
 
El distres es de tipo destructivo principalmente dado por la ira y la agresión, 
todo aquello que se hace en contra de uno mismo y de la propia capacidad de 
adaptación, podemos decir que atenta contra la salud del individuo. 
 
El eustres siendo de tipo cognitivo está asociado a emociones de empatía, 
con acciones positivas para bienestar de la comunidad; estas acciones ayudan a 
proteger la salud de las personas son fuentes de bienestar y de equilibrio. 
 
40 
 
El cuerpo experimenta un continuo desgaste o tensión que le permiten 
mantener la vida, de tal forma que los tejidos, órganos y sistemas del cuerpo 
aportan una respuesta específica de estrés que promueve la vida a todo el 
organismo, por lo que se puede afirmar que no se puede vivir sin experimentar 
algún grado de estrés, (Mézerville, 2004). 
 
 
3.2.1 Valoración del estrés 
 
El grado y tipo de la respuesta de estrés varía de persona a persona, 
algunas son más vulnerables que otras a determinados estímulos estresantes, de 
modo que para poder entender esta situación es necesario tomar en cuenta las 
diferencias individuales. 
 
Lazarus y Folkman (1991), en su teoría del estrés psicológico basado en el 
constructo de valoración. Se refieren a la idea de que el estrés y la emoción 
dependen del modo en que cada persona evalúa subjetivamente el significado de 
lo que sucede en su entorno, esto lo hace de acuerdo a sus valores, metas y 
creencias. Ellos definen dos tipos de valoración, primaria y secundaria: 
 
 En la valoración primaria se distinguen tres tipos: la primera consiste en 
que el acontecimiento puede ser irrelevante para el sujeto, ni lo perjudica ni lo 
beneficia; la segunda es cuando las valoraciones son benignas, y le pueden 
ayudar a conseguir bienestar, puesto que generan emociones positivas como el 
amor, la alegría; y las evaluaciones estresantes, que para la persona tienen un 
significado de pérdida, amenaza y desafío. 
 
En la valoración secundaria, sí el sujeto se encuentra en peligro de 
amenaza o desafío, éste evalúa los recursos con que cuenta, las opciones que 
puede elegir y la forma de afrontar la situación estresante para obtener los 
resultados esperados. 
41 
 
Hay algunas variables que al interactuar influyen sobre el estrés y la 
emoción en el momento de la valoración de una situación estas son: 
 
a) Demandas: Que consisten en presiones del medio social para realizar 
determinadas actuaciones que en ocasiones crean conflictos con las metas y 
creencias. Estas demandas son fuentes principales del estrés psicológico que 
influyen en el bienestar físico de la persona. 
 
b) Limitaciones: Es todo lo que define que el sujeto no debería hacer, por lo 
regular van seguidas de un castigo cuando se violan. 
 
c) Oportunidades: Todas aquellas variables ambientales que se presentan 
en la vida para beneficio del sujeto y va a depender de que tome la acción correcta 
en el momento oportuno, como el desarrollo de habilidades y conocimientos. 
 
d) La cultura: Las personas van a manejar las demandas de su medio, de 
acuerdo a las normas, creencias que han interiorizado de su cultura y que se han 
convertido en sus metas y creencias. 
 
Variables personales: Principalmente hay tres tipos de variables personales 
que se deben de tomar en cuenta en el momento de la valoración: 
 
1. Jerarquizar los objetivos y determinar el más importante para tomar la 
decisión más adecuada ante una situación. 
 
2. Las creencias de la persona van a determinar las expectativas que se 
tienen de una situación, dando como resultado la manifestación de 
determinada emoción. 
 
3. Considerar los recursos con que cuenta la persona para el logro de 
objetivos y manejo del estrés. 
42 
 
Autores como Bensabat y Selye (1984), manifiestan que cuando la persona 
hace un análisis cognitivo de la situación, interviene su sistema de adaptación y 
defensa, constituido por (el hipotálamo, la hipófisis, glándulas suprarrenales) y 
ante esta adaptación su respuesta puede ser de huida, lucha o resignación, 
propiciando la estimulación del sistema simpático, que libera hormonas de 
adrenalina o cortisona: por esta razón la percepción cognitiva que la persona 
tenga del evento estresor es importante para que la persona promueva estrategias 
de adaptación al estrés, (cit., en Mézerville, 2004). 
 
 
3.3 Tipos de estresores 
 
Los estresores son estímulos que se encuentran en el entorno y generan 
estrés en la persona, incluyendo cualquier acontecimiento que implique un cambio 
en su rutina, ya sea bueno o malo, ya que la persona tiene que valorar la forma 
en que va a responder a éste estímulo, (Palmero, 2002). 
 
Investigadores como Vargas y Cruz (2001), mencionan que es importante 
reconocer el estímulo amenazante que produce el estrés, puesto que esté 
estresor, es el que amenaza la integridad de la persona, ocasionando daño en el 
funcionamiento del organismo y en su bienestar psicológico. Lo primordial es que 
el sujeto evalué que tan peligroso es un estímulo para él, esta evaluación varía de 
persona a persona, y es lo que va a determinar si una situación es o no 
estresante; ahora bien, para que un estímulo psicológico pueda alcanzar la 
categoría de estresor hay que tomar en cuenta: su intensidad, duración, novedad y 
sorpresa. 
 
Sannín (1995, en Trianes 2002) señala que la persona puede poseer 
determinada capacidad para enfrentar las exigencias del medio, sin embargo, 
cuando el estrés se prolonga a causa de los estresores aparecen daños 
fisiológicos o psicológicos. 
43 
 
No todos los estresores los enfrentamos de la misma manera, de tal forma 
Mézerville (2004), los define en tres tipos: 
 
a)

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