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FACULTAD DE ODONTOLOGÍA 
 
 
PROTOCOLO DE ATENCIÓN EN PACIENTES CON 
SINUSITIS ODONTOGÉNICA. 
 
 
T E S I N A 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
 
C I R U J A N A D E N T I S T A 
 
 
P R E S E N T A: 
 
 
WENDY CASANDRA REYES ORTEGA 
 
 
TUTORA: Esp. CLAUDIA MAYA GONZÁLEZ MARTÍNEZ 
 
 
 
 
 
MÉXICO, D.F. 2015 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
2 
 
Agradecimientos 
A Dios: 
Por permitirme estar aquí, por la hermosa familia 
que me diste, por todas las bendiciones y sobre todo 
por estar siempre conmigo. 
A mi madre: 
Por darme la vida, por estar junto a mí en las buenas 
y en las malas, gracias por todo el amor. 
Por apoyarme a seguir adelante pese a las 
adversidades y sacrificios que eso implicara para ti. 
Por ser mi motivación para cumplir este sueño. 
Eres una excelente mujer y un ejemplo a seguir y este 
logro es más tuyo que mío porque sin ti hubiera sido 
muy difícil cumplirlo. Te amo mami… 
A mi padre: 
Por darme la vida y por compartir esta etapa de mi 
vida contigo. 
 
 
 
 
3 
 
A mi hermana y sobrinas: 
Por ser una gran mujer, un ejemplo a seguir, por los 
consejos y por el apoyo que siempre me has brindado. 
Estoy muy orgullosa de ti… 
Gracias por darme a unos angelitos como sobrinas 
que me motivan a ser una mejor persona y me dan 
la paz cuando el camino hacia la meta es agotador y 
conlleva dificultades… 
A mis profesores: 
Por las valiosas enseñanzas y consejos. 
A la Dra. Claudia Maya González Martínez por su 
tiempo, dedicación y compromiso. 
A mi familia y amigos: 
Por ser parte de mi vida y de esta etapa tan 
maravillosa. 
A la UNAM: 
Por ser la mejor universidad, por motivarme a ser 
excelente profesionista y a superarme día a día. 
 
 
 
4 
 
PROTOCOLO DE ATENCIÓN EN PACIENTES CON 
SINUSITIS ODONTOGÉNICA 
ÍNDICE 
INTRODUCCIÓN 6 
CAPÍTULO I. ANATOMÍA DEL SENO MAXILAR. 
1.1 Nariz 7 
1.2 Cavidad nasal 7 
1.3 Senos paranasales 9 
1.3.1 Complejo ostium 10 
1.4 Seno maxilar 11 
1.4.1 Morfogénesis 13 
1.4.2 Forma y límites 15 
1.4.3 Capacidad y dimensiones 19 
1.4.4 Miología 19 
1.4.5 Inervación 20 
1.4.6 Irrigación 21 
1.4.7 Fisiología 22 
CAPÍTULO II. ETIOLOGÍA DE LA SINUSITIS ODONTÓGENICA. 
2.1 Etiología 24 
2.2 Fisiopatología 33 
2.3 Bacteriología 34 
2.4 Formas clínicas de sinusitis odontogénica 
 2.4.1 Sinusitis aguda 36 
 2.4.2 Sinusitis crónica 37 
 
5 
 
 2.4.3 Empiema sinusal 38 
CAPÍTULO III. DIAGNÓSTICO DE LA SINUSITIS ODONTOGÉNICA. 
3.1 Exámenes clínicos 41 
3.2 Exámenes radiológicos 42 
CAPÍTULO IV. TRATAMIENTO. 
4.1 Tratamiento dental 47 
4.2 Tratamiento médico farmacológico 47 
4.3 Tratamiento quirúrgico del seno maxilar 50 
 4. 3.1 Punción- lavado sinusal 52 
 4. 3. 2 Antrostomía intranasal 53 
 4. 3.3 Intervención de Caldwell-Luc 54 
 4.3.4 Cirugía sinusal endoscópica 59 
CAPÍTULO V. COMPLICACIONES 61 
CAPÍTULO VI. PRONÓSTICO 65 
CONCLUSIONES 66 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 67 
BIBLIOGRAFÍA IMÁGENES 70 
BIBLIOGRAFÍA TABLAS 72 
 
 
 
 
 
6 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Los senos maxilares son los senos paranasales más importantes para la 
odontología por la relación anatómica con los órganos dentarios, el primer y 
segundo molar son los dientes que tiene más relación con el seno maxilar 
debido a proximidad de sus ápices con el piso del seno. 
Gay Escoda (1999) define a la sinusitis odontogénica como toda reacción 
inflamatoria de la mucosa del seno maxilar consecutiva a una lesión dentaria. 
Las infecciones de origen dental pueden causar sinusitis maxilar, lo que suele 
ocurrir debido a la interrupción de la membrana del seno maxilar, estas 
infecciones pueden deberse al desplazamiento iatrogénico de algún diente en 
el seno maxilar, lesión periapical, enfermedad periodontal, lesiones de caries 
extensa o de la extrusión de material obturador endodóntico dentro del seno. 
El diagnóstico de esta patología requiere un buen examen clínico y radiológico 
y el tratamiento de la sinusitis odontogénica consiste en la eliminación de los 
factores etológicos y del proceso inflamatorio producido. Dependiendo del 
factor etológico se elige el tratamiento quirúrgico más pertinente, si así lo 
requiriera. 
El objetivo de esta tesina es conocer la etiología de la sinusitis odontogénica, 
su prevalencia en relación con los casos de sinusitis maxilares, signos y 
síntomas presentes en este tipo de sinusitis e identificar el protocolo de 
diagnóstico. Establecido el diagnóstico se debe fundamentar el tratamiento, 
eligiendo el riesgo/beneficioen el tratamiento del seno maxilar involucrado. 
Para el cirujano dentista es relevante tener el conocimiento del diagnóstico, 
pronóstico y tratamiento de la sinusitis odontogénica, por la necesidad clínica 
de la práctica profesional, evitando posibles complicaciones. 
 
 
7 
 
CAPÍTULO I. ANATOMÍA DEL SENO MAXILAR. 
Para comprender mejor la sinusitis odontogénica se mencionan a continuación 
las características del seno maxilar y por consiguiente de la nariz y cavidad 
nasal que tienen íntima relación con este seno paranasal involucrado con este 
tipo de sinusitis. 
1.1 Nariz. 
 Situada en medio de la cara, debajo 
de la frente, encima del labio 
superior, entre las mejillas, tiene la 
forma de una pirámide triangular, 
cuyo eje mayor está dirigido de arriba 
hacia abajo y de atrás hacia adelante. 
Está formado por un armazón 
osteocartilaginoso y una membrana 
mucosa. 
Como se observa en la imagen 1 se 
conforma por los huesos nasales, la apófisis frontal del maxilar, la parte 
anterior de la lámina perpendicular del etmoides, la espina nasal del frontal y 
el borde anterior de la apófisis palatina del maxilar. (1) Imagen 1. 
1.2 Cavidades nasales. 
Las cavidades nasales son dos, una derecha y una izquierda. Se encuentran 
separadas por un tabique vertical mediano y por la mucosa que contiene los 
aparatos receptores olfatorios. Su abertura anterior está formada por las 
narinas y su abertura posterior, por las coanas. (1) 
 
 
Imagen 1. Anatomía de la nariz. 1i 
 
 
8 
 
La nariz y las cavidades nasales aseguran las siguientes funciones: 
Función respiratoria. Se puede considerar desde dos aspectos: el de la 
respiración propiamente dicha (esencialmente la inspiración) y el de la 
fonación (espiración). 
 Acción respiratoria: las numerosas irregularidades de la pared lateral de las 
cavidades nasales aumentan mucho la extensión de la superficie mucosa. 
El aire inspirado circula de adelante hacia atrás y se encuentra en contacto 
con una superficie caliente (rica vascularización), húmeda (glándulas con 
mucus) y sensible (reacciones a las impurezas). El aire inspirado se 
encuentra así, en el curso de su recorrido de las cavidades nasales, 
calentado, humedecido y purificado. 
 Acción vocal: en el momento de la espiración, la columna de aire espirado 
provoca sonidos emitidos por vibración de los pliegues vocales en la 
laringe. Estas vibraciones llegan a las cavidades nasales que actúan como 
caja de resonancia gracias a las cavidades anexas y a la delgadez de 
ciertos elementos (cornetes, 
tabique). 
Función olfatoria. Se desarrolla en la 
parte superior de las cavidades nasales, 
donde se encuentra el origen de los 
nervios olfatorios. El olfato comienza a 
partir del aire inspirado y también partir 
del aire espirado. Imagen 2. 
Se distinguen tres aspectos funcionales en la 
anatomía de las cavidades nasales: 
- La parte inferior constituye el canal respiratorio. 
- La parte superior constituye la zona sensorial. 
Imagen 2. Cavidad nasal. 2i 
 
9 
 
- Las paredes delgadas y los senos paranasales conforman la parte 
vocal. 
1.3 Senos paranasales. 
Varios de los huesos que rodean la nariz son huecos, y los espacios en su 
interior, los senos paranasales, reciben su nombre por el hueso del cráneo que 
los contienen. Están cubiertos por una membrana mucosa que se continúa con 
la mucosa nasal a través de aberturas, mediante las cuales los senos 
paranasales se comunican con la nariz. (1, 2) 
Se encuentran en cada lado: el 
seno maxilar, el seno frontal, las 
celdillas etmoidales y el seno 
esfenoidal. (Imagen 3) 
La presencia de estos senos 
disminuye el peso del cráneo y 
brinda cámaras de resonancia 
para la voz. Las secreciones de 
los senos se transportan a la nariz 
por actividad ciliar. 
El seno frontal drena a la parte anterior del hiato semilunar a través del 
infundíbulo. El seno maxilar también drena al hiato semilunar, así como los 
senos etmoidales anteriores y medios. Los senos etmoidales posteriores 
drenan en el meato superior. El seno esfenoidal drena al espacio que se 
encuentra sobre el cornete superior llamado depresión esfenoetmoidal. Los 
senos paranasales se caracterizan por: 
 Su abertura en las cavidades nasales. 
 Su revestimiento mucoso. 
 Su contenido aéreo. (1, 2) 
 
Imagen 3. Senos paranasales. 3i 
 
10 
 
1.3.1 Complejo Ostium- Meatal. 
Dentro de la complicada anatomía de los senos paranasales está el complejo 
ostium-meatal, un lugar importante de drenaje de los senos paranasales que 
consiste en un canal sumamente delgado constituido por la unión de varias 
estructuras anatómicas del interior de la nariz. El ostium tiene de 3 a 5 mm de 
diámetro, y se ubica en la pared medial del seno, por debajo de la órbita y a 
nivel del meato medio. Por sus características anatómicas, este elemento no 
se observa con técnicas radiográficas convencionales, pero si en estudios con 
escáner. (3) 
El complejo ostium-meatal es un espacio reducido donde desembocan, antes 
de llegar a la cavidad nasal, los senos etmoidales anteriores, los maxilares y 
el frontal. El infundíbulo es el espacio del complejo ostium-meatal que se 
congestiona fácilmente y provoca el desarrollo de la sinusitis. Cuando el 
complejo ostium-meatal se obstruye por enfermedad o por deformidad produce 
la acumulación de las secreciones de 
los senos paranasales o cavidades 
dependientes de este lugar; se obstruye 
el drenaje del seno frontal, del maxilar y 
del etmoides, que comparten esa área 
para drenaje de sus secreciones. Los 
esfuerzos para tratar y curar la sinusitis 
van encaminados a la permeabilización 
del complejo ostium-meatal, ya sea con 
medicamentos o cirugía. (4, 5) 
En la Imagen 4 se observa el complejo ostium- meatal mediante una 
tomografía computarizada. 
 
 
Imagen 4. Complejo ostium –meatal en TC. 4i 
 
11 
 
1.4 Seno maxilar. 
Los senos maxilares son los senos paranasales más importantes para la 
odontología por la relación anatómica con los órganos dentarios, son espacios 
que contienen aire y ocupan el hueso maxilar bilateralmente. 
El seno maxilar es el más grande de los senos paranasales y es el primero 
que surge durante el desarrollo embrionario. El seno maxilar también es 
conocido como antro de Highmore. El doctor Nathaniel Highmore, médico 
ingles del siglo XVII, describió una infección del seno asociada con un diente 
maxilar, y su nombre ha estado 
asociado durante mucho tiempo con la 
nomenclatura del seno. (6). 
El seno maxilar se describe como una 
pirámide de cuatro lados, con la base 
coincidiendo verticalmente en la 
superficie medial y formando la pared 
nasal lateral. Imagen 5 
Los senos maxilares están revestidos 
de mucoperiostio con un epitelio 
cilíndrico ciliado pseudoestratificado con 
células caliciformes que segregan moco. 
Los cilios y el moco son necesarios para el drenaje del seno porque la apertura 
del seno u ostium no está en una posición declive, sino que se encuentra en 
el punto de encuentro del tercio superior y medio de la pared medial y drena 
en la cavidad nasal. El seno maxilar se abre hacia el extremo posterior, o 
inferior, del hiato semilunar, que descansa en el meato medio de la cavidad 
nasal, entre los cornetes nasales inferior y medio. El movimiento de los cilios 
mueve el moco producido por el epitelio de recubrimiento y cualquier material 
extraño que se encuentre dentro del seno hacia el ostium, desde donde se 
Imagen 5. Anatomía del seno maxilar. 5i 
 
12 
 
drena hacia la cavidad nasal. Los cilios golpean a una velocidad de hasta 1000 
golpes por minuto y pueden mover el moco a una distancia de 6 mm por 
minuto. El ambiente en el interior del seno es una capa delgada de mucosidad 
en movimiento constante que es transportada a lo largo de las paredes del 
seno, a través del ostium y hacia la nasofaringe. (5,7) 
La mucosa delseno maxilar recubre todo el interior de las paredes sinusales 
maxilares y está compuesta por una capa simple de epitelio cilíndrico ciliado 
pseudoestratificado. La túnica propia es muy delgada y está compuesta por 
una capa superficial de tejido conectivo y una capa profunda y compacta, la 
cual se adhiere al periostio para formar el mucoperiostio. La túnica propia 
contiene células de Goblet y glándulas mucosas localizadas en la membrana 
que se encuentra cercana al ostium. El espesor de membrana de Schneider 
varía entre 0.3 y 0.8 mm. 
La mucosa sinusal posee inervación simpática (secreción mucosa) y 
parasimpática (flujo acuoso). El sistema mucociliar protege al seno de las 
infecciones y remueve a los organismos atrapados en la mucosa a través del 
ostium. La función del sistema mucociliar también es sensible a los cambios 
de humedad y temperatura por debajo de 50% y 18°C respectivamente. 
Estudios experimentales realizados en conejos revelan que la mucosa sinusal 
posee la capacidad de regenerarse, posterior a su remoción quirúrgica, 
traumática o una vez eliminada la causa de la infección, sin embargo esta 
regeneración usualmente es incompleta, resultando en el esparcimiento de las 
células de Goblet, glándulas atípicas y en ocasiones con la formación de 
pólipos. Cualquier factor que comprometa la producción de moco, la función 
ciliar o la permeabilidad del ostium puede incrementar el riesgo de sinusitis. 
En estados patológicos el grosor puede ser de 10 a 15 mm. (8) 
 
 
 
13 
 
1.4.1 Morfogénesis. 
Cada hueso maxilar se desarrolla a partir del contorno lateral membranoso de 
la cápsula nasal del condrocráneo, a excepción de las zonas superior y 
posterior donde esta capsula se osifica (lámina papirácea del etmoides) y 
anterior, donde persiste su estructura cartilaginosa (ala de la nariz). 
La capsula nasal del condrocráneo no tiene piso; con el desarrollo de su 
apófisis palatina, el maxilar formara uno, al lado del esbozo cartilaginoso del 
cornete maxilar. Este piso se completa por detrás con la apófisis palatina del 
hueso palatino. Por dentro de la pared lateral del maxilar primitivo, nace una 
pared interna, que subdivide la cavidad nasal primitiva en una zona interna o 
cavidad nasal propiamente dicha y una externa que será el seno maxilar. La 
capsula nasal del condrocráneo se reabsorbe, salvo en la porción etmoidal, 
que se osifica, y en la zona anterior, donde persiste. (9) 
Los senos maxilares se forman a partir de evaginaciones o divertículos de las 
paredes de las cavidades nasales y se convierten en extensiones neumáticas 
de están cavidades en los huesos adyacentes. Son los primeros de los senos 
paranasales que se desarrollan embrionariamente y que comienzan en el 
tercer mes de desarrollo fetal como invaginaciones de la mucosa o un 
embolsamiento del infundíbulo etmoidal. El desarrollo inicial del seno maxilar, 
también llamado neumatización primaria, progresa cuando la invaginación se 
expande en el interior de la cápsula nasal cartilaginosa. La neumatización 
secundaria comienza en el quinto mes del desarrollo fetal cuando las 
invaginaciones iniciales se expanden al ir creciendo el hueso. El seno mucoso 
se va desarrollando en relación estrecha con la pared externa de la cápsula 
nasal; cuando esta pared se reabsorbe, al igual que la raíz del cornete maxilar 
cartilaginoso, el seno se encuentra rodeado por un esqueleto óseo. (5, 10) 
En el sexto mes de vida fetal el seno maxilar esta poco marcado, es una simple 
fosita. En el recién nacido está más individualizado y un año después, su 
 
14 
 
tamaño no sobrepasa aún el nivel del canal infraorbitario; el piso y el techo del 
seno están a una distancia mínima el uno del otro. 
Después del nacimiento, el seno maxilar se amplía por neumatización en el 
proceso alveolar en desarrollo y se extiende anterior e inferiormente desde la 
base del cráneo, emparejado estrechamente con la tasa de crecimiento del 
maxilar y con el desarrollo de la dentición. A los 20 meses, el seno se extiende 
hasta la cercanía del germen del primer molar permanente. 
El seno maxilar crece al mismo tiempo que se desarrolla todo el hueso maxilar, 
siguiendo el desarrollo general de la cara, pero también la erupción de los 
dientes, puesto que los gérmenes 
dentarios ocupan un importante 
espacio en el hueso a nivel de la cara 
alveolar y de la tuberosidad. A los 6 
años, el seno maxilar sobrepasa en 
unos 15 mm el canal infraorbitario y 
se insinúa en la apófisis malar. Hacia 
los 12 años, después de la erupción 
del segundo molar permanente ya ha 
adquirido casi el tamaño y forma del 
adulto, aunque ésta será definitiva 
después de la erupción del tercer 
molar, abarcando también la zona 
más posterior de la tuberosidad 
maxilar. Imagen 6. 
Cuando se forma la dentición, las 
partes del proceso alveolar del 
maxilar, desocupado por la erupción 
de dientes, se neumatizan. En el momento en que el niño alcanza la edad de 
12 o 13 años, el seno se habrá ampliado hasta un punto en el que su base 
Imagen 6. Senos maxilares en diferentes 
edades. 6i 
 
15 
 
estará al mismo nivel horizontal que el piso de la cavidad nasal. A partir de los 
15 años, su piso que estaba por encima de las cavidades nasales, se sitúa un 
poco por debajo de éstas. El seno maxilar ha ido, pues, aumentando de 
tamaño, independientemente de los fenómenos de erupción dentaria, por los 
procesos de reabsorción interna y de aposición externa. 
La expansión del seno maxilar normalmente cesa después de la erupción de 
los dientes permanentes, pero a veces el seno se neumatiza más hacia 
delante después de la extracción de uno o varios dientes del maxilar posterior 
para ocupar el proceso alveolar residual. En muchos de los casos, el seno a 
menudo se entiende prácticamente a la cresta del reborde edéntulo. El seno 
maxilar es significativamente más grande en pacientes adultos que son 
edéntulos en el maxilar posterior en comparación con los pacientes con la 
dentición posterior completa. (5,10) 
1.4.2 Forma y límites. 
El seno maxilar se considera que tiene la forma de una pirámide triangular. 
Presenta tres paredes o caras, una base y un vértice. 
En la Tabla 1 se mencionan las características de los límites anatómicos del 
seno maxilar. (Tabla 1) 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
 
Tabla 1. Límites anatómicos del 
seno maxilar. 1t 
 
Pared anterior. 
 
 
Imagen 7. Vista anterior del seno 
maxilar.7i 
Se extiende en sentido caudocraneal 
desde la apófisis alveolar hasta el 
reborde orbitario y desde la abertura 
piriforme hasta el hueso cigomático; 
en ella se encuentra el orificio 
infraorbitario y la inserción de los 
músculos mímicos. (11) 
Ver imagen 7. 
 
 
 
 
 
 
Pared posterior. 
 
Imagen 8. Límite posterior. 8i 
 
 
Corresponde a la fosa pterigomaxilar 
y la tuberosidad del maxilar, se 
encuentran los conductos y nervios 
dentarios posteriores. (12) Imagen 8. 
 
 
 
 
 
17 
 
 
 
Pared superior. 
 
 
Imagen 9. Piso de la orbita. 9i 
 
 
Esta pared la conforma el piso de la 
órbita, el canal y conducto 
infraorbitario. (11) Ver imagen 9. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pared inferior. 
 
 
Imagen 10. Piso del seno maxilar. 1i 
 
 
El piso del seno maxilar está formado 
por la apófisis alveolar y palatina del 
hueso maxilar, relacionándose con 
las raíces de los dientes superiores, 
estando su ápice normalmente 
separado de la cavidad sinusal por 2 
mm de tejido óseo. (11,12) 
Ver imagen 10. 
 
 
 
 
 
18 
 
 
Vértice. 
 
Imagen 11. Vértice del seno maxilar. 18i 
 
Se sitúa en la apófisis cigomática del 
hueso maxilar en su unión con el 
hueso cigomático. (11) 
Ver imagen 11. 
Base. 
 
 
Imagen 12. Parte medial del seno 
maxilar. 1i 
Es la pared medial del seno maxilar 
formada por la pared externa de las 
fosas nasales, constituida por arribapor la apófisis unciforme del hueso 
etmoides, delante por el hueso 
lagrimal o unguis, detrás por la 
apófisis maxilar del hueso palatino y 
debajo por el cornete inferior. En el 
meato medio, por encima del cornete 
inferior, desemboca el ostium de 
drenaje del seno y diferentes 
conductos de comunicación con los 
demás senos paranasales que 
desembocan en el infundíbulo 
etmoideo. (11) Imagen 12. 
 
 
19 
 
El grosor de las paredes del seno maxilar no es constante, sobre todo en el 
techo y el piso; puede variar en grosor de 2 a 5 mm en el techo y de 2 a 3 mm 
en el piso. En las regiones desdentadas varía desde entre 5 y 10 mm. La pared 
posterior es muy delgada y en caso de atravesarse se llega a la fosa 
pterigomaxilar; en esta zona posterior destaca la presencia de grandes vasos 
como la arteria y vena maxilar internas. 
1.4.3 Capacidad y dimensiones. 
Los senos maxilares son pequeños al nacimiento (3.4 mm de diámetro) y 
tienen un promedio de 6 a 8 ml. 
El seno maxilar adulto mide unos 34 mm en dirección anteroposterior, 33 mm 
de altura y 23 mm de anchura. 
El volumen del seno maxilar es de unos 15 a 20 ml. (2,5) 
1.4.4 Miología. 
Los músculos que se relacionan con el seno maxilar son los siguientes: 
 Orbicular de la boca: Mitad superior: unas fibras se extienden en arco de 
una comisura a la otra y las otras comprenden dos fascículos de cada lado 
que se desprenden del subtabique de las cavidades nasales y luego de la 
fosa canina, que van hacia las comisuras. Mitad inferior: fibras que van de 
una comisura a otra. 
 Buccinador: Se inserta, por detrás en el borde alveolar del hueso maxilar y 
la mandíbula, en la lámina medial del apófisis pterigoides y en el ligamento 
pterigomandibular; por delante en la mucosa de la comisura labial. 
 Elevador el labio superior y del ala de la nariz y elevador del labio superior: 
Se distinguen dos lengüetas musculares extendidas desde el borde 
orbitario inferior y los huesos nasales hasta la cara profunda de la piel del 
labio superior. La más anterior emite un fascículo para la piel del ala de la 
nariz. 
 
20 
 
 Risorio: Se extiende desde la piel de la región parotídea hasta la comisura 
labial y termina sobre la piel de la comisura y sobre la mucosa. 
 Cigomático menor y Cigomático mayor: Lateralmente se insertan en el 
hueso cigomático, el menor adelante y el mayor más atrás, se insertan en 
el ángulo de la boca. 
 Elevador del ángulo de la boca: 
Se origina en la fosa canina, y 
emerge a nivel de la parte 
superior de la comisura, 
terminando en la piel y en la 
mucosa. 
 Porción transversa del músculo 
nasal: Se origina sobre el dorso 
de la nariz y se dirige abajo 
hacia el surco de la nariz, donde 
termina en la piel y se continúa 
con fibras del musculo depresor 
del tabique nasal. 
 Porción alar del músculo nasal: 
Se inserta en el borde posterior del 
cartílago alar hacia atrás y en la piel 
de la narina, adelante. (1) 
Observar imagen 13 para ver la relación 
que tiene los músculos con el seno maxilar. 
1.4.5 Inervación. 
La rama supraorbitaria de la división oftálmica del nervio trigémino aporta la 
inervación sensitiva del recubrimiento del seno frontal. Los senos esfenoidales 
y etmoidales poseen inervación sensitiva dada por las ramas etmoidales de la 
Imagen 13. Músculos que se 
relacionan con el seno maxilar. 10i 
 
21 
 
división oftálmica del nervio trigémino, mientras que la del seno maxilar está a 
cargo por la rama infraorbitaria de la división oftálmica del nervio trigémino. 
El nervio alveolar superior posterior discurre hacia la pared posterior o 
posterolateral del seno maxilar e inerva de forma sensitiva la mucosa del seno. 
El nervio dentario medio se dirige hacia abajo y adelante en la pared lateral del 
seno maxilar y acaba uniéndose al dentario posterior para formar el plexo 
dentario superior. Este ramo puede ser doble o triple, o incluso estar ausente. 
Inerva fundamentalmente los premolares y el primer molar. 
El nervio dentario anterior sale del nervio infraorbitario en la mitad del conducto 
infraorbitario, relacionándose con 
la pared anterior del seno maxilar. 
Se anastomosa con los otros 
ramos para formar el plexo 
dentario superior. Da ramos para 
los incisivos y el canino, así como 
para la encía correspondiente. 
(13, 14,15) Imagen 14. 
La inervación vegetativa se 
realiza por ramos del ganglio 
esfenopalatino. 
1.4.6 Irrigación 
El seno maxilar esta irrigado por ramas de la arteria maxilar interna: 
 Alveolar superior posterior. 
 Arterias nasales posteriores laterales. (1) 
El retorno venoso se efectúa por medio de la vena facial, esfenopalatina y 
plexo pterigoideo. (11) 
Imagen 14. Inervación del seno maxilar. 11i 
 
 
22 
 
El drenaje linfático se realiza a través del ostium hacia los nódulos 
retrofaríngeos, la porción posterior de la pirámide nasal, la epifaringe y la 
cadena yugular interna. La pared anteroexterna drena hacia los ganglios 
submandibulares y cervicales superficiales. (11) Imagen 15. 
 
 
 
1.4.7 Fisiología del seno maxilar. 
El propósito exacto de la existencia de los senos paranasales aún no se 
conoce. Se han propuesto gran variedad de hipótesis, dentro de las cuales 
encontramos las siguientes: 
 Actúan como acondicionadores del aire que respiramos, filtran y 
humidifican el aire que entra por la nariz. 
 Aligeran el peso del cráneo, pues son cavidades que están colocadas 
dentro de los huesos de la cara y del cráneo. 
 Funcionan como amortiguadores cuando el cráneo recibe golpes 
intensos. Esta energía derivada de golpes reduce importantemente; 
de otra forma, la fuerza del golpe se transmitiría directamente a las 
estructuras cerebrales. 
Imagen 15. Irrigación del seno. 12i 
 
23 
 
 Son cavidades de resonancia (eco transformado en una frecuencia 
específica) que pueden cambiar las características de la voz. 
 Ayudan a aliviar la presión durante la respiración, evitando el 
desarrollo de presiones altas intensas. La presión parcial normal del 
O2 en el antro maxilar es de 117 mm Hg y en una sinusitis baja a 75 
mm Hg. (4, 16) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
CAPÍTULO II. ETIOLOGÍA DE LA SINUSITIS ODONTOGÉNICA. 
Gay Escoda (1999) define a la sinusitis odontogénica como toda reacción 
inflamatoria de la mucosa del seno maxilar consecutiva a una lesión dentaria. 
La extensión patológica de la enfermedad dental en el seno maxilar es una 
enfermedad descrita por primera vez en 1968 por Maloney17 como sinusitis 
maxilar de origen dentario. En aproximadamente la mitad de la población 
general, el suelo del seno maxilar se extiende entre los dientes adyacentes o 
raíces individuales. Las raíces del premolar superior, molares y, 
ocasionalmente, de los dientes caninos pueden proyectar en el seno maxilar. 
(17) 
Rosa Delgadillo18 menciona que la raíz palatina y mesial del segundo molar 
son las raíces que más íntima relación tienen con el piso del seno maxilar, 
separadas por una lámina ósea menor a 1 mm. (18) 
En 2012, un estudio que evaluó 332 molares superiores en Cone Beam 
Tomografía Computarizada (CBCT) demostró que: las raíces vestibulares de 
los dientes superiores estaban más cerca del seno maxilar, la raíz 
mesiovestibular del segundo molar era la más cercana al seno maxilar y la raíz 
mesiovestibular del primer molar estaba más cerca de la cortical vestibular. 
Previo a la década de 1970, se creía que la sinusitis odontogénica 
representaba sólo el 10-12% de los casos la sinusitis maxilar. 
En 1982, Lindahl17 et al. identificaron una prevalencia de sinusitis 
odontogénica de 47%, basado en la evaluación clínica y radiográfica de 62 
pacientes suecos. (17) 
Un estudio realizado en el año 2010 por Albu y Baciut17 con base en un 
examen dental y en un análisis de la tomografía computarizada, informó una 
prevalenciade sinusitis odontogénica del 25%. Sin embargo, en publicaciones 
 
25 
 
recientes, hasta el 30-40% de los casos de sinusitis maxilar crónica contribuye 
a causa dental. (17, 19, 20) 
2. 1 Etiología. 
La directa relación anatómica de los dientes en relación antral y el seno maxilar 
hace que determinadas enfermedades dentarias, en general de origen 
infeccioso, provoquen una infección sinusal de carácter fundamentalmente 
crónico.(11) 
La etiología de la sinusitis de origen odontogénico incluye: 
Lesiones apicales. 
Las lesiones apicales favorecen el adelgazamiento del piso del seno maxilar. 
Los cambios en los senos maxilares aparecen asociados con la patología 
periapical en más del 50% de los casos. Primer molar o segundos molares 
superiores son más a menudo involucrados, y las raíces individuales o 
múltiples pueden estar implicados en la sinusitis. (21) 
Generalmente las infecciones ocurren en aquellos casos en que las raíces de 
los dientes están separadas del suelo del seno maxilar por una pequeña pared 
de hueso. (9) 
El piso del seno maxilar se compone de hueso cortical denso, por ello, se 
pensaba que las infecciones de los senos de una fuente dental eran poco 
frecuentes, sin embargo la membrana de Shneider puede ser fácilmente 
penetrada por agentes patógenos. Además, los músculos elevadores de 
labio superior y del ángulo de mandíbula, al igual que el orbicular de los 
labios se adhieren a la pared lateral del maxilar superior, que forma la pared 
anterior del seno maxilar. Estas inserciones musculares pueden dirigir la 
infección en el seno a través de los espacios de los tejidos blandos. (21) 
El desarrollo de una lesión periapical en los dientes cuyos ápices de raíz están 
cerca o se extienden en el seno maxilar podría provocar cambios inflamatorios 
en el revestimiento de la mucosa y, posteriormente el desarrollar sinusitis. 
 
26 
 
La extensión de la inflamación periapical en el seno maxilar fue primero 
descrita en 1943 por Bauer en un estudio de cadáver con la evaluación 
microscópica de secciones de dientes humanos, alvéolos y los senos 
paranasales. La inflamación periapical ha demostrado ser capaz de afectar a 
la mucosa sinusal con y sin perforación de la cortical del hueso del suelo del 
seno. (21) 
Un estudio mediante tomografía computarizada encontró que el ápice de la 
raíz mesiovestibular del segundo molar estaba más cerca del piso del seno 
maxilar a una distancia aproximada de 1. 97 mm. (22) 
Mientras que Von Bondsdoff23 calculo el grosor medio del tabique 
interapicoantral en milímetros para conocer el riesgo de los procesos 
patológicos: (23) 
 Segundo molar: 1.3 mm. 
 Tercer molar: 2.3 mm. 
 Primer molar: 2.6 mm. 
 Segundo premolar: 2.9 mm. 
 Canino: 7.1 mm. 
 Primer premolar: 7.5 mm. 
El origen de la infección suele ser patología de los dientes en relación antral 
con lesiones periapicales como: 
 Periodontitis apical aguda: esta lesión suele ser causada por 
microorganismos que invaden el tejido periapical desde el conducto 
radicular, pero también puede ser inducida por un traumatismo accidental 
y por una lesión debida a instrumentación o irritación por sustancias 
químicas o por materiales endodóncicos, que pueden provocar una 
respuesta intensa y de corta duración en el huésped. 
Desde el punto de vista histopatológico, los cambios tisulares se limitan en 
general al ligamento periodontal apical y al hueso adyacente. 
 
27 
 
La lesión apical aguda puede seguir varios cursos posibles entre ellos el 
agravamiento con extensión en el hueso (absceso alveolar), formación de 
fistula o el paso a la cronicidad. (24) 
La periodontitis apical aguda supurada de los dientes en relación antral 
puede interrumpir la cavidad del seno maxilar, o drenarse por medio de 
vasos linfáticos. 
Los abscesos subperiósticos de dientes no relacionados directamente con el 
seno maxilar pueden producir una sinusitis. (11) Imagen 16. 
 
 
 Periodontitis apical crónica (Granuloma apical): la infección de la cámara 
pulpar de dientes en relación antral, en la que se desarrolla una necrosis 
pulpar consecutiva a una caries o por un mecanismo retrogrado puede 
conducir a la destrucción del piso del seno maxilar, de forma que el 
granuloma dentario se encuentra en contacto con la mucosa del seno. 
También esta destrucción se puede dar a partir de comunicaciones 
vasculares entre el piso del seno maxilar y el ápice dentario o el granuloma 
establecido, o bien desde los canales óseos por los que se extiende la 
infección. (11) 
 Quiste periapical o radicular: constituyen una secuela directa de la 
periodontitis apical crónica. Existen dos categorías de quistes radiculares: 
Imagen 16. Periodontitis aguda supurada. 13i 
 
28 
 
Quiste periapical verdadero: son aquellos que contienen cavidades 
completamente encerradas dentro de una mucosa epitelial. 
Quiste periapical en bolsa: los que contienen cavidades revestidas por 
epitelio pero abiertas a los conductos radiculares. Se desarrolla 
probablemente por la acumulación de neutrófilos alrededor del orificio 
apical, en respuesta a la presencia de bacterias dentro del conducto 
radicular apical. 
 Periodontitis apical condensante, osteítis condensante u osteomielitis 
esclerosante focal: inflamación perirradicular crónica de origen pulpar que 
aparece radiográficamente como una radiopacidad bien circunscrita en el 
hueso perirradicular de un diente con pulpa necrótica, que puede mostrar 
o no sensibilidad a la percusión. El tratamiento convencional del conducto 
radicular puede conducir a la resolución completa del proceso. (24) 
Quistes radiculares y dentígeros por retenciones dentarias: se extienden 
dentro del seno maxilar y su capsula se adhiere a la mucosa sinusal, siendo 
difícil su exéresis sin lesionarla. 
Quistes residuales tras la extracción de un diente también pueden ser causa 
de sinusitis odontogénica si afectan a la mucosa de Schneider. 
Accidentes y complicaciones de la exodoncia: restos radiculares o dientes 
introducidos en el seno maxilar o debajo de la mucosa en el curso de una 
exodoncia como resultado del empleo de técnicas quirúrgicas inadecuadas o 
por perforación de la mucosa con maniobras de luxación con elevadores. Para 
evitar una sinusitis maxilar, la raíz fracturada debe ser retirada del interior del 
seno antes de las 48 horas. Si el seno está sano, el fragmento se extrae por 
medio de una osteotomía a nivel de la fosa canina, pudiendo visualizar con 
cierta facilidad el ápice perdido para luego ser eliminado. 
La penetración de un diente completo en el seno maxilar es un accidente muy 
raro, esto puede suceder durante una exodoncia quirúrgica de un tercer molar 
 
29 
 
superior impactado, colocado muy alto en la tuberosidad del maxilar, 
generalmente con sus raíces poco desarrolladas o sin estar presentes, lo cual 
facilita su deslizamiento. Cordales superiores en esa posición van a estar 
separados del seno maxilar por una lámina ósea muy fina, capaz de ser 
perforada o fracturada por un elevador. La extracción de este cuerpo extraño 
en el seno maxilar sólo se puede efectuar a través de una osteotomía a nivel 
de la fosa canina. (11,12) Imagen 17. 
 
Fístulas oroantrales: son consecuencia de la evolución de una comunicación 
oroantral, a medida que evoluciona, el trayecto de la comunicación se cubre 
por epitelio, el cual se origina a partir de la mucosa bucal y/o sinusal impidiendo 
la cicatrización, formando entonces una fístula oroantral. (25) Imagen 18. 
 
Materiales dentales introducidos en el seno maxilar en el curso de una 
endodoncia: sobreextensión de la obturación en tratamientos endodóncicos, 
Imagen 18. Sondeo de una fistula 
oroantral. 14i 
 
Imagen 17. Desplazamiento de un tercer 
molar en el seno maxilar. 13i 
 
30 
 
puntas de limas endodónticas, apicectomías y legrados periapicales 
excesivos. Imagen 19. 
 
Perforacióndel seno maxilar en la colocación de implantes osteointegrados: 
es importante un estudio radiológico previo y posterior a la colocación del 
implante para ver la relación con el seno maxilar. Imagen 20. 
 
 
Periimplantitis: Troeltzsch M y colaboadores en el estudio que realizaron a 174 
pacientes notaron que todos los casos de implantes asociados a sinusitis 
maxilar se produjeron como consecuencia de periimplantitis avanzada 
después de un período de latencia de casi 4 años. (26) 
Enfermedad periodontal avanzada: las lesiones periodontales extensas 
pueden alcanzar el seno maxilar a través de las furcas de los molares 
maxilares. A menudo estas lesiones no se detectan debido a que son 
asintomáticas en relación con los dientes comprometidos. Imagen 21. 
Imagen 19. Sobreobturación de 
material endodóncico. 13i 
 
Imagen 20. Implante desplazado al seno maxilar. 13i 
 
31 
 
 
Dientes retenidos o supernumerarios: la cercanía de estos dientes al seno 
maxilar dependerá de la posición en la que se localicen. Pueden estar 
presentes sin causar sintomatología. José Robello Malatto27 et al. 
recomiendan la remoción de una pieza retenida asintomática como medida 
preventiva ante futuras complicaciones, valorando el riesgo de no realizarla o 
de realizarla en un futuro con mayor grado de dificultad. Ante el hallazgo de 
una pieza retenida en el seno maxilar, el mayor riesgo es que esta 
desencadene en una sinusitis de origen odontogénico, con lo cual el 
tratamiento se hace más complejo. (27) En la imagen 22 se observa un caso 
de un molar retenido. 
 
Traumatismos del tercio medio facial: Las lesiones traumáticas del tercio 
medio facial suelen deberse a accidentes de tráfico o a agresiones. 
Imagen 21. Enfermedad 
periodontal avanzada. 13i 
Imagen 22. Molar retenido presente dentro del seno maxilar. 13i 
 
 
32 
 
Complicaciones de cirugía ortognática: las osteotomías tipo Le Fort I, son una 
técnica comúnmente utilizada por muchos cirujanos para la corrección de 
deformidades dentoesqueletales del tercio medio facial. Debido a que la 
osteotomía se realiza a través de las paredes maxilares en todo su espesor, 
abarcando también el piso nasal, es de esperarse que puedan ocurrir cambios 
restrictivos en la respiración y función del seno maxilar. Moses8 y 
colaboradores refieren que las osteotomías tipo Le Fort I realizadas en 
pacientes que presentan predisposición a enfermedades nasosinusales 
(exceso vertical del maxilar y asimetrías del tercio medio facial) pueden causar 
o agravar la enfermedad preexistente debido a la alteración anatómica de la 
región intervenida. (8) 
Erosión ósea del seno maxilar: esta condición anatómica normal expone las 
raíces de los dientes directamente a la mucosa del seno maxilar. (17) 
Comunicación bucosinusal: después de una extracción, curetaje de un 
granuloma o de un quiste o por la perforación de algún instrumento. 
Lo más frecuente es que la infección del seno maxilar este en relación con un 
diente o dientes infectados. Una infección apical puede perforar la pared del 
antro creando una sinusitis maxilar. (9) 
En el estudio realizado por Arias-Irimia20 la causa más común de sinusitis 
odontogénica fue iatrogenia en un 55,97%. Otras etiologías posibles eran 
periodontitis en un 40,38% y los quistes odontogénicos con un 6,66%. Fístulas 
oroantrales y los restos radiculares introducidos en el seno maxilar durante la 
extracción, tomadas en conjunto como iatrogenia representaron el 47,56% 
dentro de las causas iatrogénicas. Los apósitos para cerrar estas fístulas 
oroantrales y cuerpos extraños no específicos representaron el 19,72%, 
extrusión de materiales de obturación de endodoncia en el seno maxilar 
representaron el 22,27%, amalgama presente después de apicectomías el 
5,33%, cirugía de implantología y elevación de seno maxilar 4,17% e implantes 
 
33 
 
dentales mal colocados o que emigraron al seno maxilar el 0,92% de todos los 
casos incluidos bajo una fuente iatrogénica. (20) 
Por otra parte, Lee & Lee20 en un análisis retrospectivo de 27 pacientes 
encontraron que las causas relacionadas con los implantes fueron más 
comunes representando el 37% de los casos. Complicaciones relacionadas 
con la extracción dental fueron la segunda causa más común encontrándose 
en el 29,6% de los casos. Quiste dentígero se observó en el 11,1%, quiste 
radicular, caries dental y diente supernumerario representaron cada uno en 
7,4% de los casos. La región molar se encontró implicada con mayor 
frecuencia en la sinusitis maxilar en un 47,68%. El primer molar fue el más 
frecuentemente afectado con una incidencia de 22,51%, seguido por el tercer 
diente molar en un 17,21% y el segundo molar con un 3,97%. La región 
premolar se vio afectada en el 5,96% de los casos, siendo el segundo premolar 
el más frecuentemente implicado con un 1,98%. El canino solamente participó 
en el 0,66% de los casos de sinusitis maxilar. (20) 
2.2 Fisiopatología. 
Los mecanismos de defensa que mantienen la esterilidad del seno maxilar son 
varios: 
Mecanismo mucoso. El moco derivado de las secreciones de las glándulas de 
la mucosa y las células caliciformes del epitelio de revestimiento que recubren 
el seno maxilar, está compuesto por: agua 96%, sales inorgánicas 1-2 % y 
mucina 2.5- 3 %. El mantenimiento de esta composición y viscosidad es 
esencial para un eficiente funcionamiento del aparato mucociliar. 
Las bacterias que se depositan en la mucosa del seno son rápidamente 
inactivadas, en parte debido a la presencia en el moco nasal de una enzima 
bacteriolítica específica, la lisozima. (9) 
 
34 
 
El mecanismo ciliar. El seno maxilar está recubierto por un epitelio cilíndrico 
pseudoestratificado ciliado con células caliciformes, los cilios son unos 
filamentos finos, cónicos, de cerca de 7 µm de largo y de .3 µm de grosor que 
emergen de cada una de las células ciliadas. 
Así pues, estos mecanismos destruyen las bacterias e impulsan los cuerpos 
extraños de desecho, proporcionando una acción limpiadora excelente. Por 
tanto el epitelio ciliado ayuda a eliminar las excreciones y secreciones que se 
forman en la cavidad. Los cilios sostienen las substancias extrañas en sus 
puntas. Las ondas de la acción ciliar llevan las substancias de una región a 
otra hacia el ostium maxilar. Solamente una membrana patológica que tiene 
acción ciliar deficiente o que carece parcial o completamente de cilios, 
permitirá que las substancias extrañas queden en su superficie y no sean 
eliminadas. (9) 
Existen algunas características anatómicas y fisiológicas que obstruyen el 
drenaje de los senos favoreciendo así la infección; estos factores son los 
orificios anatómicos inadecuados y la acción ciliar deficiente, los pólipos 
obstructivos, desviación del tabique nasal y la hiperplasia de los cornetes. 
Múltiples factores sistémicos pueden aumentar la incidencia de infección 
sinusal: hipogammaglobulinemia, desnutrición, hipovitaminosis, discrasias 
sanguíneas, infección crónica, insuficiencia hepática, renal o pulmonar, uso de 
corticoesteroides por vía sistémica, radiaciones o cualquier otra terapia 
inmunosupresora. (9) 
2.3 Bacteriología. 
La flora responsable de la sinusitis odontogénica depende de la cronicidad de 
la enfermedad y la fuente. Los principales microorganismos que se encuentran 
en la sinusitis odontogénica son las bacterias aeróbias y anaeróbias, con 
predominio de las anaeróbias Peptostreptococcus ssp., Fusobacterium spp., 
Prevotella spp. y Porphyromonas spp. En la mayoría de los casos, existe una 
 
35 
 
correlación entre la flora existente en la región periapical y la encontrada con 
una punción antral. (6) 
Existe una flora bacteriana compuesta principalmente por estreptococos 
aerobios y bacilos Gram negativos anaerobios del género bacteroides y 
fusobacterium. Un escaso drenaje y un aumento de la presión sinusal durante 
la inflamaciónproducen una disminución de la presión del oxígeno y del flujo 
sanguíneo de la mucosa que favorece la proliferación de gérmenes 
anaerobios. El reconocimiento precoz del agente etiológico puede ser 
realizado mediante la coloración de Gram. Tabla 2. 
 
Tabla 2. Gérmenes más 
frecuentes de la sinusitis 
odontogénica. 2t 
 
 
Gram positivo.  Streptococcus neumoniae. 
 Streptococcus alfa y beta- hemolíticos. 
 Streptococcus viridans. 
 Staphilococcus aureus. 
 Staphilococcus epidermidis. 
 
Gram negativo.  Haemophilus influenzae. 
 Escherichia coli. 
 Moraxella catarrhalis. 
 Klebsiella spp. 
 Bacteroides spp. 
 Pseudomona spp. 
 Fusobacterium spp. 
 
 
36 
 
2. 5 Formas clínicas de sinusitis odontogénica. 
La sinusitis odontogénica con respecto al tiempo de evolución se clasifica en: 
 Agudas, que comprenden desde su inicio un periodo de tres semanas. 
 Subagudas, cuyo periodo es entre tres y seis semanas. 
 Crónicas, con más de seis semanas de duración. (16) 
2.5.1 Sinusitis aguda. 
Se caracteriza por una vasodilatación de la mucosa que produce edema e 
infiltración de polimorfonucleares. Las células caliciformes y las glándulas de 
la mucosa responden segregando mayor cantidad de moco. Las células 
epiteliales ciliadas son dañadas o destruidas por los microorganismos. Este 
cuadro dura más de 3 días y menos de tres meses. (9) 
Signos y síntomas: 
 Dolor. Puede ser desde un mínimo dolor sordo hasta un dolor agudo 
palpitante localizado en la región sinusal y ocular correspondiente. Al 
principio de este padecimiento puede ser advertido un dolor en la arcada 
dentaria superior, que más adelante se convierte en una odontalgia 
localizada, espontanea, pulsátil y que aumenta al menor contacto con el 
diente antagonista, percusión, movilización del diente y al calor. Los test 
al frio son negativos. Se evidencia una tumefacción vestibular alrededor del 
diente causal. 
 Rinorrea anterior y posterior de olor nauseabundo. La presencia de esta 
mucosidad purulenta e color amarillo- parduzco o verdoso y fétida puede 
ocasionar anosmia. 
 Obstrucción nasal unilateral, anosmia, hiposmia y cacosmia, consecuencia 
de las secreciones y la inflamación de los cornetes medio e inferior. 
 Síntomas otológicos asociados, derivados de la afectación del conducto de 
Eustaquio. 
 
37 
 
 Síntomas generales: fiebre que raramente sobrepasa los 38.5 ºC, anorexia, 
malestar general. 
 Síntomas oculares: como conjuntivitis o iritis. (9) 
2.5.2 Sinusitis subaguda. 
 No hay síntomas de congestión aguda. 
 Secreción persistente y se asocia con voz nasal y nariz obstruida. 
 Dolor de garganta, lo que provoca tos y esto mantiene despierto al 
paciente. (9) 
2.5.3 Sinusitis crónica. 
Cuando la infección no puede ser superada por los tejidos del huésped, se 
desarrolla un proceso en el cual la destrucción y la inflamación alternan con 
tentativas de curación. Se cree que la obstrucción del complejo osteomeatal 
es fundamental para la persistencia de la infección. En este caso la lesión 
persiste durante al menos tres meses. (9) 
Las sinusitis de origen dental se manifiestan casi siempre como sinusitis 
crónicas unilaterales. La sinusitis maxilar crónica puede aparecer después de 
distintos episodios de sinusitis aguda o tras solo un ataque que persistió y llegó 
al estadio crónico. (9) 
Signos y síntomas: 
 Cacosmia unilateral subjetiva que suele ser casi siempre matinal. 
 Sinusalgias maxilares. Las algias pueden ser variables con respecto a la 
gravedad, incluso pueden estar ausentes. Hay presencia de dolor o 
sensación de presión en el maxilar o en la arcada dentaria superior. 
 Mucosidad purulenta unilateral fétida, que suele ser más evidente por la 
mañana al levantarse. Esta espesa y desagradable secreción nasal y 
retronasal produce obstrucción de las vías aéreas superiores. Esta 
secreción purulenta se puede observar en el meato medio y si es muy 
 
38 
 
profusa en el meato inferior, en la rinofaringe y por detrás del pilar posterior 
de la amígdala homolateral. Los cornetes medio e inferior están 
hipertróficos y congestivos. 
 Goteo nasal, dolor dental, y dolor de garganta. (21) 
 Por el flujo purulento crónico se pueden presentar manifestaciones como: 
faringitis, dolor o molestias faríngeas, esputos purulentos (sobre todo por 
las mañanas) y alteraciones digestivas relacionadas con la deglución 
continúa de secreciones purulentas. 
2.5.4 Empiema sinusal. 
Se produce por la acumulación purulenta en el seno maxilar que surge por la 
interrupción masiva del pus y alteración del transporte de las secreciones por 
obliteración del ostium y paralización de la actividad ciliar, como consecuencia 
de un absceso apical agudo de un diente en relación antral. De no ser tratada 
inmediatamente esta supuración, en 3 a 4 días, se instala una sinusitis aguda 
purulenta. 
Signos y síntomas del empiema sinusal: 
 Dolor infraorbitario unilateral pulsátil que aumenta con el esfuerzo, la tos, 
la masticación o los movimientos de la cabeza. Este dolor evoluciona a 
crisis con periodos más o menos largos de ausencia de algias. El dolor 
suele ser intenso y localizado en la región del globo ocular, mejilla y región 
frontal. Los dientes en esta región pueden estar extremadamente 
adoloridos y cualquier movimiento o contacto puede agravar el dolor. 
 Fiebre y signos como astenia, anorexia, mareos. 
 Mucosidad purulenta unilateral fétida. La supuración nasal al principio 
puede ser acuosa o serosa, pero pronto se torna mucopurulenta, gotea a 
la nasofaringe y causa irritación constante. En la sinusitis de origen 
dentario, la secreción tiene un olor sumamente desagradable. 
 
39 
 
 Tumefacción de la fosa canina con edema del párpado inferior y celulitis en 
la zona del tercio facial medio afectado. 
 Dolor a la palpación. En especial en la región donde emerge el nervio 
infraorbitario. 
 En la exploración radiográfica se observan niveles hidroaéreos que se 
modifican con los movimientos de cabeza. (9, 11) 
Los síntomas clásicos que sugieren un origen odontogénico incluyen síntomas 
nasosinusales como la obstrucción nasal unilateral, rinorrea y / o mal olor y 
sabor. Brook añade síntomas tales como dolor de cabeza, sensibilidad 
unilateral anterior maxilar y goteo nasal. Síntomas dentales, como el dolor y la 
hipersensibilidad dental, no predicen confiablemente una causa odontogénico. 
En una serie de casos de 21 pacientes con sinusitis odontogénico el dolor 
dental estuvo presente en sólo el 29% de los pacientes. Estos resultados 
destacan la importancia de mantener un alto nivel de sospecha en una fuente 
de infección odontogénica, incluso en ausencia de dolor dental. Dolor dental 
superior puede también reflejar la sinusitis primaria con dolor referido a los 
dientes. (20) 
Cuando el ostium está bloqueado, el paciente puede experimentar dolor con 
síntomas en la cara, ojos, nariz, y la cavidad oral, incluyendo hinchazón. (21) 
En una revisión retrospectiva de 27 pacientes con diagnóstico de sinusitis 
odontogénico, se informó que rinorrea purulenta unilateral era la característica 
más común y se encontraba en el 66,7% de sus pacientes con sinusitis 
odontogénica, seguido del dolor de mejilla del lado involucrado en un tercio de 
los pacientes, mientras que 26 % reportó un olor o sabor desagradable. 
En otra serie de casos se informó obstrucción nasal unilateral como el síntoma 
más común y molesto seguido por la de presión y dolor en la cara. Esta serie 
de casos informó mal olor o sabor a podrido en 48% y el dolor de dientes en 
el 29% de los pacientes. 
 
40 
 
Por lo tanto, la enfermedad del seno maxilar implicado asociada con un sabor 
a podrido parece ser el hallazgo clínico más probable que diferencia entre la 
sinusitis de origen no odontogénico y sinusitis odontogénica. (20) 
En la imagen 23 se observan las etapas de una sinusitisodontogénica. Imagen 
23. 
 
 
 
Imagen 23. Etapas de una sinusitis maxilar de 
origen odontogénico. 6i 
 
41 
 
CAPÍTULO III. DIAGNÓSTICO DE LA SINUSITIS 
ODONTOGÉNICA. 
El diagnóstico de la sinusitis odontogénica incluye una anamnesis detallada, 
un examen físico completo y exámenes radiológicos específicos. A 
continuación se mencionan los exámenes clínicos y radiológicos que se 
pueden emplean para poder dar un diagnóstico de sinusitis odontogénica. 
3.1 Exámenes clínicos. 
3.1.1 Examen general. 
 No suele existir afectación en el estado general podremos detectar 
problemas sistémicos como astenia, adelgazamiento moderado, presencia 
de alguna alergia, si el caso es de larga evolución. 
 Los pólipos nasales o de los senos paranasales en la infancia pueden ser 
una manifestación local de un trastorno sistémico como la mucoviscidosis. 
(9) 
3.1.2 Examen de las vías aerodigestivas superiores. 
 Rinoscopia anterior. Podremos confirmar la presencia de secreción 
purulenta en el meato medio o inferior y el aspecto de la mucosa nasal. 
Debe reconocerse el drenaje de los senos y comprobar el tipo de secreción. 
 Rinoscopia posterior y laringoscopia indirecta. Nos dará información sobre 
el estado de las vías respiratorias. 
 Sinuscopia. Es la inserción de un aparto óptico dentro del seno maxilar para 
que pueda ser examinado directamente. Por esta vía se obtienen muestras 
para estudios histológicos y bacteriológicos. 
 Transiluminación. Esta técnica puede confirmar alguna característica 
valiosa para el diagnóstico de una infección del seno maxilar. 
 Palpación y percusión. Son útiles en la interpretación de las alteraciones 
del seno maxilar. (9) 
 
42 
 
3.1.3 Punción sinusal. Esta punción tiene un doble papel: 
 Diagnóstico: la presencia de pus confirmará el diagnóstico de sinusitis. 
 Terapéutico: la punción sinusal en asociación con el tratamiento etiológico 
dentario puede constituir un gesto terapéutico que solucione el cuadro. 
3.1.4 Examen odontológico. 
 Examen dentario. Se busca la presencia de dolor dentario provocado 
(alimentos azucarados o ácidos, calor y frio o por contacto), dolor 
intermitente con una causa desencadenante o dolor espontáneo (pulpitis, 
absceso apical). Investigar los tratamientos dentarios realizados 
anteriormente. En el examen clínico, se debe de detectar la posibilidad de 
existencia de dientes incluidos o restos radiculares (radiografías), caries en 
zonas interproximales, alteraciones en la mucosa bucal. 
Realizar pruebas de vitalidad pulpar con la finalidad de detectar la 
existencia de necrosis pulpar, pero hay que ser prudente al interpretar los 
signos del vitalidad pulpar, ya que en algunas sinusitis de origen dentario 
el diente causal puede no presentar ningún signo clínico anormal. 
 Examen periodontal. Observar el aspecto de la encía, exploración de 
posibles bolsas periodontales, fistulas y movilidad dentaria. (9) 
3.2 Examen radiológico. 
El examen radiológico completa el estudio clínico, con lo cual podremos hacer 
un diagnóstico más preciso. Para poder interpretar radiográficamente el seno 
maxilar es importante conocer las características del seno maxilar sano y en 
presencia de patología sinusal. 
Radiográficamente, el seno maxilar normal se observa radiolúcido debido a 
que se encuentra lleno de aire, sus paredes y borden se observan radiopacos 
con corteza definida, densos y bien delimitados. El tabique óseo interno y los 
canales para los vasos sanguíneos de las paredes producen sus propias 
 
43 
 
sombras. Normalmente, no se observa el revestimiento epitelial fino. Los 
autores determinaron que 1 a 2 mm de engrosamiento de la mucosa era una 
variante normal. 
En procesos patológicos, en el seno maxilar se observa cierta radiopacidad 
con la alteración de la integridad de las paredes sinusales o la obliteración total 
o parcial de la cavidad sinusal también se puede ver la presencia de un cuerpo 
extraño dentro del seno. Un clínico puede observar engrosamiento de la 
mucosa, y/o la acumulación de fluido. Rak y otros colaboradores revisaron 128 
imágenes de resonancia magnética de los senos paranasales y encontraron 
que 4 mm de engrosamiento de la mucosa fue significativamente relacionada 
con los síntomas clínicos. (7, 21) 
3.2.1 Examen radiográfico sinusal. Este confirmara la existencia de sinusitis, 
aunque no debe intentarse diagnosticarla solo con una radiografía. Cualquier 
hallazgo radiológico debe correlacionarse con los hallazgos clínicos. Hay 
distintos tipos de proyecciones que podemos utilizar, como son: 
 Incidencia de Waters o Blondeau. 
La proyección de Waters es la que 
reproduce mejor los senos paranasales 
sin la interposición de la porción petrosa 
del hueso temporal, y además permite la 
comparación simultánea de ambos 
senos, en especial los maxilares y 
etmoidales. Imagen 24. 
 Incidencia de Hirtz. 
Esta proyección submentovértex es útil para evaluar la pared lateral y la 
posterolateral del seno maxilar y de las estructuras vecinas. 
Imagen 24. Se observa un quiste dentígero por 
retención del tercer molar superior. 13i 
 
44 
 
 Incidencia nasofronto-placa. 
Es útil para valorar los senos frontal y etmoidal y la 
parte superior del seno maxilar. 
 Proyección lateral de cráneo. Imagen 25. 
En estas placas radiográficas se pueden mostrar: 
alteraciones del contorno óseo, opacificación 
homogénea del seno maxilar, espesamiento o 
engrosamiento de la mucosa sinusal y formación 
de pólipos o quistes. 
Se observan zonas nebulosas grises bien 
definidas dentro del antro. (9) 
 Resonancia magnética. 
En este tipo de estudio los médicos 
evalúan la enfermedad sinusal, sobre todo 
cuando se sospecha que esta enfermedad 
ha invadido o está inflamando estructuras 
muy sensibles como el cráneo o el interior 
de las órbitas de los ojos. La resonancia 
magnética no muestra de manera 
adecuada los límites del hueso, por lo que 
muchas veces el medico necesitará una 
tomografía para valorar el hueso. (4) 
Imagen 26. 
 
 Tomografía computarizada. 
Este elemento de diagnóstico nos da más detalles, en especial sobre el 
espesor de la mucosa sinusal, detectando una posible hiperplasia. 
Imagen 25. Se observa sobreobturacion 
del conducto radicular provocando 
empiema sinusal. 13i 
 
Imagen 26. Se observa polisinusitis. 13i 
 
45 
 
Cuanto más finos sean los cortes tomográficos, se podrá evaluar mejor los 
sitios de drenaje milimétricos de cada uno de los senos paranasales, 
incluyendo el complejo ostium- meatal, y se podrá delimitar con precisión la 
forma que éstos tienen. Si alguno de los orificios está obstruido, el interior de 
los senos paranasales aparecerá con imágenes negruzcas; esto quiere decir 
que existe aire dentro de la nariz, pues el aire se ve negro dentro de las áreas 
al realizar la tomografía de senos paranasales. 
Las zonas grisáceas que se observan dentro de la nariz representarán 
regiones de enfermedad por concentración de secreciones, puesto que las 
secreciones dentro de estas cavidades se ven de color gris en las imágenes 
tomográficas. (9, 4) 
 
La tomografía computarizada se considera el estándar de oro para visualizar 
imágenes del seno maxilar de forma adecuada, ya que permite la visualización 
del tejido óseo y blando y tiene la capacidad de obtener secciones delgadas y 
generar vistas en diferentes planos. (28) 
 TC de cone- beam: la tomografía 
computarizada de Cone- Beam es 
una nueva técnica que produce 
imágenes en 3 dimensiones (3D) 
con reducción de las dosis de 
radiación que se requieren en una 
tomografía computarizada 
convencional. En la Imagen 27 se 
muestra un empiema mediante una 
tomografía tipo cone-beam. 
La presencia de infecciones odontogénicas se basó en tres conclusiones 
radiográficas: la raíz del diente sobresale en el interior del seno, absceso 
periapical y fístula oroantral. (28)Imagen 27. Presencia de empiema. 13i 
 
 
46 
 
3.2.2 Examen radiológico dentario. 
La ortopantomografía es útil para la valoración de todos los dientes y los 
huesos maxilares, así como para el diagnóstico de las afecciones del seno 
maxilar. Esta radiografía debe complementarse con radiografías periapicales 
a fin de obtener un mayor detalle de los dientes, del estado periodontal y del 
hueso periapical. 
En la ortopantomografía se visualizan ambos senos pero a menudo aparecen 
distorsionados. 
En estas placas radiográficas es frecuente encontrar distintas lesiones 
periapicales que pueden estar en relación con el cuadro sinusal, como un 
granuloma apical, quistes radiculares o quistes residuales. Asimismo pueden 
detectarse lesiones destructivas alveolares en relación con procesos 
infecciosos. No obstante ante cualquier proceso osteodestructivo es 
importante investigar la posibilidad de una neoplasia asociada o primitiva, que 
puede quedar enmascarada por un cuadro de sinusitis crónica. En estos casos 
un estudio radiográfico mostraría un seno borroso, mucosa engrosada y 
formación de pólipos con un aumento de la densidad del seno debido al 
crecimiento de tejido maligno dentro de la cavidad. Para ello debería realizarse 
una biopsia y el estudio histológico del tejido por un anatomopatólogo, para 
llegar a un diagnóstico concluyente. (9) 
El diagnóstico de sinusitis crónica de origen dentario es casi seguro si 
relacionamos el cuadro clínico con la presencia de una íntima relación entre 
ápices de los dientes y el suelo del seno maxilar. (9) 
 
 
 
 
 
 
47 
 
CAPÍTULO IV. TRATAMIENTO DE LA SINUSITIS 
ODONTOGÉNICA. 
El tratamiento de la sinusitis odontogénica consiste en solucionar el problema 
que afecta a los dientes causales y al mismo tiempo al seno maxilar. 
4. 1 Tratamiento dentario causal. 
El tratamiento dentario siempre debe estar encaminado a resolver el problema 
causal del diente implicado. La elección de uno u otro método se realiza a juicio 
del odontólogo según la destrucción dentaria o complicación asociada. Los 
tratamientos dependiendo la etiología consisten en: 
 Retirar el diente o resto radicular introducido en el seno maxilar. 
 Eliminación y curetaje de las lesiones apicales (granuloma o quiste). 
 Extracción del diente retenido. 
 Extracción dentaria con alveoloplastia y cierre plástico mucoso. 
 Cierre de las comunicaciones bucosinusales. 
El cierre quirúrgico de una comunicación bucosinusal se puede efectuar 
aisladamente o al momento de proceder a la realización de una operación 
radical del seno maxilar. En el segundo de los casos, las incisiones se 
modifican para incluir la comunicación en el colgajo que se efectúa para 
descubrir el sitio donde se va a efectuar la osteotomía. (12, 23) 
 Tratamiento endodóntico o retratamiento del conducto radicular. 
 Curetaje de la lesión periapical. 
 Apicectomía. (23) 
4.2 Tratamiento médico farmacológico. 
El primer paso para el tratamiento de la sinusitis odontogénica aguda es 
netamente conservador. Se indican antibióticos de amplio espectro y contra 
gérmenes Gram negativo mientras llega el resultado del antibiograma y 
además instilaciones nasales para evacuar la vía nasal. Al presentarse una 
 
48 
 
mejora es fundamental la descarga de la colección purulenta para bajar el 
grado de intensidad de la inflamación y reducir la afección del estado general. 
Bajo una correcta protección de antibióticos se procede a una punción e 
irrigación sinusal por las fosas nasales, agregando antibióticos a la solución 
irrigadora. Esta operación se realiza cada dos o tres días hasta que la afección 
pase a un estado subagudo. Cuando existe una franca comunicación 
bucosinusal, el lavado puede ser hecho a través de esta apertura. (12) 
Antibioticoterapia sistémica. 
Se recetan antibióticos de acuerdo a los datos del cultivo y del antibiograma, 
aunque en principio podemos dar antibiótico de tipo penicilina y derivados 
siempre a dosis e intervalos correctos y en los alérgicos a la penicilina 
podemos administrar clindamicina. 
Cuando nos encontramos ante una infección por gérmenes Gram positivo, 
habrá presencia de pneumococos, estreptococos alfa y beta- hemolítico y 
estafilococos dorados, lo que nos indica en estos casos la prescripción de 
cefalosporinas, clindamicinas o añadir ácido clavulánico a la amoxicilina. 
Estudios demuestran que este tipo de microrganismos puede afectar a cerca 
del 35 % de los casos de sinusitis aguda y el 75% de tipo crónico. La penicilina 
se considera el fármaco de elección para el tratamiento de la sinusitis debido 
a su amplio espectro, sin embargo, el desarrollo de bacterias resistentes, limita 
su uso clínico. El paciente alérgico a este medicamento puede ser tratado con 
clindamicina o trimetoprim-sulfametoxazol. Ante resistencia a la penicilina de 
los microrganismos en pacientes con sinusitis maxilar de origen odontogénico 
requiere la administración de agentes antimicrobianos eficaces contra estas 
bacterias. Esto incluye la clindamicina, cefalosporinas de segunda generación 
o carbapenem, e incluso una combinación de penicilina y un inhibidor de beta-
lactamasa. El metronidazol se puede administrar si se asocia con un agente 
eficaz contra los estreptococos facultativos y aerobios. (9) 
 
49 
 
La antibioticoterapia sistémica especifica se recomienda continuar cuando 
menos una semana después de desaparecer la sintomatología clínica. La 
amoxicilina, el trimetoprim con sulfametoxazol y las cefalosporicon 
sulfametoxazolnas son medicamentos eficaces contra Stretococus 
pneumoniae y Haemophilus influenzae. En forma reciente, la administración 
de macrólidos del tipo de claritromicina ha demostrado ha demostrado, 
además de su acción antimicrobiana, el disminuir la viscosidad del moco nasal 
en pacientes con sinusitis crónicas, acción que favorece el drenaje de los 
senos. Además de que reducen la interleucina-8 de los eosinófilos lo que les 
confiere un efecto antiinflamatorio. Los derivados de quinolonas también son 
de utilidad. (29, 16) 
Los antibióticos pueden ser combinados con el uso de los descongestivos 
nasales sistémicos durante 2 a 3 días además de la hidratación de gotas 
nasales y aerosoles de solución salina. (22) 
Corticoesteroides. 
Reducen el edema del complejo osteomeatal, los corticoesteroides tópicos 
(fluticasona) pueden tener un papel terapéutico en las formas agudas o 
crónica, y ocasionalmente en la profilaxis de procesos recurrentes. (30) 
Descongestionantes nasales y sistémicos. 
Los descongestionantes nasales pueden administrarse en forma tópica o 
sistémica. Se prefieren aquellos de acción prolongada, como la oximetazolina 
que pueden administrarse solo dos veces al día, sin embargo no deben usarse 
durante por más de cinco días debido a que provocan la congestión de rebote 
(preparados tópicos). (30) 
Es útil la fenilefrina en solución al .25 o .5 % para administración tópica nasal, 
con efectos indeseables mínimos, siempre que se aplique sólo durante el 
cuadro agudo de obstrucción nasal. (16) 
 
50 
 
Los descongestionantes sistémicos están indicados cuando se han de utilizar 
durante periodos superiores a una semana, los más empleados son 
pseudoefedrina y la fenilpropanolamina (ambos productos pueden ocasionar 
efectos colaterales por estimulación adrenérgica alfa, tales como nerviosismo, 
insomnio, taquicardia e hipertensión arterial). Los vasoconstrictores y 
antihistamínicos sistémicos, como la clorfeniramina compuesta y la 
pseudoefedrina o la loratadina, cetirizina y epinastina con pseudoefedrina, 
ayudan a descongestionar la mucosa nasal, disminuyendo la rinorrea y 
mejorando la ventilación. (30, 16) 
Antiinflamatorios. 
Los antinflamatorios disminuyen el edema, tanto de la mucosa como del 
ostium de los senos paranasales. Se pueden administrar dosis bajas de 
esteroides del tipo de la prednisonao el deflazacort, por periodos de 5 a 7 
días, o bien emplear antinflamatorios no esteroideos del tipo del nimesulide, 
meloxicam o acemetacina. También se ha demostrado que la aplicación tópica 
de esteroides del tipo de la flunisolida, mometasona, triamcinolona o 
beclometasona constituyen un tratamiento eficaz para el alivio de la pérdida 
olfatoria asociada a la enfermedad nasal. (16) 
La sinusitis crónica, que cursa generalmente con engrosamiento marcado de 
la mucosa sinusal y formaciones poliposas, debe ser tratada siempre en forma 
radical, es decir, por medio antrotomía y limpieza quirúrgica de la mucosa 
alterada y la eliminación que produjo el mal. Estos procedimientos solo se van 
a efectuar cuando el proceso este casi asintomático ya que la intervención en 
casos agudos podría producir una peligrosa diseminación. (12) 
4.3 Tratamiento quirúrgico. 
Esta indicado cuando el tratamiento etiológico y conservador médico no da 
resultados satisfactorios. El tratamiento sinusal implica la técnica de punción- 
lavado sinusal o la intervención intrasinusal. 
 
51 
 
4.3.1 Punción- lavado sinusal. 
La punción del seno maxilar se efectúa a través del meato inferior. En algunos 
casos puede efectuarse a través del ostium natural, aunque las variaciones 
anatómicas no siempre permiten lavar el seno maxilar por su apertura natural. 
Este procedimiento se efectúa por medio de un trocar adecuado (aguja de 
Lichtwitz o análoga), perforando la pared nasal del seno en la parte anterior 
del meato inferior por debajo de la implantación del cornete inferior. Antes de 
efectuar la punción se coloca en el meato inferior un taponamiento de algodón 
empapado con una solución anestésica (xilocaina aerosol al 10%) y un 
vasoconstrictor (fenilefrina) durante 10-15 minutos. (9,12) 
A través de la punción puede salir espontáneamente pus. Si no, esto puede 
ser provocado por una maniobra de Valsalva o la aspiración con jeringa. 
Podemos entonces practicar el lavado del seno maxilar con la jeringa. La 
irrigación se hace con agua bidestilada entre 30- 35 °C a la que se agregan en 
ocasiones agua oxigenada y un vasoconstrictor local en solución, o también 
puede realizarse la irrigación con una solución salina a la cual se le agrega 
penicilina o permanganato de potasio. La irrigación dura de 15 a 20 segundos. 
Esta técnica se repite dos veces. (9, 16) 
El pus o el líquido del lavado se remiten al laboratorio para examen 
bacteriológico. También se puede dejar dentro del seno una solución 
antibiótica antes de retirar el trocar. 
Se han desarrollado tubos de silastic para sinusotomia del antro maxilar a 
través de los cuales se irriga el seno y se pueden emplear antiinflamatorios 
como la budesonida tópica. (16) 
Complicaciones que pudieran surgir durante este procedimiento: 
 Imposibilidad de efectuar la penetración sinusal, por una mala colocación 
del trócar: debemos intentarlo unos milímetros más hacia atrás con el fin 
de evitar la apófisis ascendente. 
 
52 
 
 Desgarro de la mucosa de las fosas nasales por deslizamiento del trócar 
hacia atrás. Presencia de hemorragia nasal. Esto puede suceder por no 
haber colocado el trócar perpendicular a la pared. 
 Penetración demasiado brusca con rotura de las paredes sinusales. El 
techo sinusal es sumamente delicado debido a que representa el suelo de 
la órbita. En estos casos se retira suavemente el trócar y se medican 
antibióticos. 
 Falsa vía de entrada hacia los tejidos blandos faciales. 
 Imposibilidad de aspirar o de inyectar. Esto sucede en casos de sinusitis 
con reacción fibrosa intensa. (9) 
 Embolia gaseosa, complicación rara. (16) 
4.3.2 Antrostomía intranasal. 
Si las punciones repetidas no dan el resultado curativo esperado, podemos 
optar por colocar un drenaje o catéter de poliéster en el meato inferior o realizar 
una apertura permanente del meato inferior (intervención de Claque); es decir, 
efectuamos una antrostomía intranasal con funciones de drenaje y aireación 
del seno, que adopta las funciones de un nuevo meato persistente. 
La apertura creada debe tener un diámetro mínimo de dos centímetros y debe 
estar al nivel del piso de la fosa nasal. Si se deja algo de cresta nasoantral, 
puede fracasar la técnica, ya que no será posible el flujo libre de secreciones 
desde el seno maxilar hasta la nariz. 
Por la vía de abordaje de la punción se puede realizar la antrostomía 
intranasal. (9) 
 
 
 
 
 
53 
 
4.3.3 Intervención de Caldwell- Luc. 
Esta intervención es utilizada para el tratamiento de las enfermedades 
benignas del seno maxilar, se realiza relativamente poco, dado que la mayor 
parte de las alteraciones sinusales responden de forma positiva al tratamiento 
farmacológico y a la técnica de punción- lavado sinusal. 
La primera referencia que se tiene de esta intervención fue dada en 1889 por 
Cristopher Heath de Londres, aunque este no hacía antrostomía. En 1893 
George Caldwell, de Nueva York, publicó su técnica en el New York Medical 
Journal y posteriormente en 1897 Henri Luc, de París, refirió esta misma 
intervención. 
Con la intervención de Caldwell- Luc se puede lograr una correcta visión y 
manipulación del seno maxilar: 
 Exéresis de cuerpos extraños (dientes o fragmentos de dientes). 
 El tratamiento radical de las sinusitis maxilares crónicas. 
 Exéresis de quistes sinusales, tratamiento de hematomas del antro con 
hemorragia activa por la nariz, traumatismo del maxilar superior y exéresis 
de tumoraciones benignas o malignas del seno maxilar. 
En esta intervención se efectúa un abordaje del seno maxilar a través de la 
mucosa bucal de la fosa canina, con exploración, limpieza o extracción de 
cuerpos extraños, de quistes mucosos o lesiones hiperplásicas de la mucosa 
sinusal, etc. Finalmente efectuamos un drenaje transmeatico (contraapertura 
a nivel del meato inferior) y el cierre de la herida operatoria. 
 
54 
 
Se eleva el labio superior con 
separadores y se hace una incisión en 
forma de U a través del mucoperiostio, 
hasta el hueso. Las incisiones verticales 
se hacen a nivel del canino y del segundo 
molar y se conectan ambas con una 
incisión horizontal en la mucosa alveolar 
unos milímetros por encima de la encía 
queratinizada o siguiendo los cuellos y las 
papilas dentarias (incisión sulcular). Se 
despega el colgajo mucoperióstico del 
hueso con periostótomos tipo Freer u 
Obwegesser, llegando hacia arriba hasta 
el foramen infraorbitario. Demos intentar 
no lesionar el nervio infraorbitario. Se 
hace una apertura en la pared ósea facial 
del antro por encima de las raíces de los 
premolares utilizando una pinza gubia o 
fresas quirúrgicas. La apertura final debe permitir la introducción del dedo 
índice y tiene que ser lo suficientemente 
alta, para no tocar las raíces de los 
dientes. La extirpación de la mucosa 
sinusal patológica se realiza con 
periostótomos y cucharillas. Se limpia la 
cavidad, se hace un drenaje transmeatico 
(colocación del dren) y se coloca de nuevo 
en su lugar el colgajo mucoperióstico, 
suturando con puntos sueltos. 
Imagen 31.15i Colocación del dren. 
Imagen 28. Incisión. 15i 
Imagen 29. Osteotomía. 15i 
Imagen 30. Colocación del dren. 15i 
 
55 
 
En las imágenes observamos la incisión, osteotomía y colocación del dren en 
la técnica de Caldwell- Luc. Imagen 28, 29 y 30. 
Las complicaciones más importantes pueden ser: 
 Sección del nervio infraorbitario (anestesia del labio superior, del vestíbulo 
bucal anterior, etc.). 
 Lesión del nervio alveolar superior anterior (anestesia de los incisivos y 
canino). 
 Odontalgias y necrosis pulpares por lesión de los ápices dentarios o de los 
pedículos vásculo- nerviosos de los dientes antrales. 
 Penetración en la órbita o en la fosa pterigomaxilar. 
 Aparición de una comunicación bucosinusal a nivel de la incisión. 
Los senos maxilares intervenidos quirúrgicamente

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