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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala "Formación de identidad lésbica y prácticas sexuales en mujeres de la Ciudad de México" T E S I S QUE PARA OBTENER EL TITULO DE L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G I A P R E S E N T A (N) Laura Angélica Córdova Cancino Directora: Dra. Azucena Hernández Ordoñez Dictaminadores: Dra. Rocío Tron Álvarez Mtra. Margarita Chávez Becerra Los Reyes Iztacala, Edo de México, 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A Mario Córdova, mi abu (bicho), quien siempre ha sido una fuente de inspiración y conocimientos, por enseñarme lo valioso y bello de la vida y que la perseverancia va de la mano con el éxito “deja que los perros ladren sancho amigo, es señal de que vamos cabalgando…” Gracias donde quiera que estés. A unos seres maravillosos que con su amor y consejos siempre me han impulsado a seguir adelante, además de crecer conmigo y formar a la mujer que soy actualmente. Mis padres. Gracias por nunca perder la fe en mí. A quienes a través del tiempo siguen y seguirán siendo mis musas y fuentes de inspiración. Las mujeres. Especialmente aquellas que tienen el coraje de vivir, la fortaleza para afrontar la vida, además de ser seres humanos extraordinarios, muy capaces, inteligentes, bellos y a quienes admiro muchísimo. Leonor Cancino, Azucena Hernández. 2 A mis amigas, hermanas, confidentes y compañeras de toda la vida, mis primas. Con quienes he aprendido que ante la adversidad lo mejor que se puede hacer es sonreír y seguir caminando. Gracias por esas carcajadas y todos esos buenos momentos. A todos aquellas personas que han estado conmigo, compartiendo, creciendo, aprendiendo, riendo y mostrándome que el amor y la amistad son los mejores regalos que un ser humano puede tener. Gracias, amigos y compañeros por sus palabras de aliento, motivación y compañía. A la vida por permitirme aprender en compañía de las personas que amo, por las risas, el amor, la felicidad, pero también por la tristeza, las lágrimas, el dolor y que sin ellos no hubiera podido aprender a mantener la fe y tomar impulso para continuar logrando mis metas. 3 ÍNDICE RESUMEN …………………………………………….......................................... 5 INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. 7 CAPITULO I 1. Jóvenes salud sexual y reproductiva………………………………………….. 10 1.1 La salud sexual y reproductiva. Espacio de vulnerabilidad de las mujeres 22 1.2 Categoría de Género………………………………………………………… 28 1.2.1 La identidad de género………………………………………………………. 29 1.2.2 El papel de género…………………………………………………………… 30 1.3 Mujeres, sexualidad y cultura…………………………………………………. 31 CAPÍTULO II 2. METODOLOGÍA…………………………………………………………………. 34 CAPÍTULO III 3. ANÁLISIS DE RESULTADOS 3. Mujeres y Homosexualidad: Aspectos histórico-culturales……..…………… 39 3.1 Homosexualidad femenina……………………………………………………. 41 3.2 Construcción de identidad lésbica……………………………………………. 42 a) El reconocimiento personal…………………………………………………….. 44 b) Primeras experiencias homosexuales………………………………………… 51 c) Satisfacción sexual………………………………………………………………. 52 4 d) Experiencias heterosexuales…………………………………………………… 54 e) Identificación con otros homosexuales. Los amigos………………………… 58 f) La familia………………………………………………………………………… 60 g) Reconocimiento público. La familia y contexto sociales…………………….. 61 3.3 Fuentes de información y conocimiento respecto a la sexualidad, infecciones de transmisión sexual y métodos de prevención………………….. 63 h) Información y conocimientos acerca de sexualidad…………………………. 64 i) Prácticas sexuales lésbicas: Mitos y realidades………………………………. 68 j) Lesbianas e infecciones de transmisión sexual……………………………….. 69 k) Factores que aumentan los riesgos ………………………………………… 73 l) Sexo lésbico seguro ……………………………………………………………... 76 m) Sector salud y discriminación …………………………………………………. 77 DISCUSIÓN ………………………………………………………………………… 79 CONCLUSIONES………………………………………………………………...... 82 BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………….. 84 ANEXOS………………………………………………………………………......... 89 5 RESUMEN Es por ello que el presente trabajo tuvo como objetivo analizar los procesos de asunción de la homosexualidad y sus prácticas sexuales en nueve mujeres de la Ciudad de México. Para ello se realizaron entrevistas focales y un cuestionario complementario de información, el que pretendía conocer los sentimientos y experiencias vividas a lo largo de este proceso, principalmente el de sus conocimientos y algunos mitos respecto a las prácticas sexuales entre mujeres. El trabajo esta conformado por tres partes. El primer capítulo presentaba cifras y datos estadísticos respecto a las condiciones de atención, prácticas sexuales, prácticas de riesgo y planificación familiar entre hombres y mujeres adultos. Así como el conocimiento sobre la sexualidad con que cuentan los jóvenes, en un primer momento se presenta un panorama mundial, para continuar describiendo la situación de la población adulta-joven respecto a la infecciones de transmisión sexual. En la segunda parte del trabajo encontramos la metodología con la que se llevó a cabo dicha investigación ya que al ser ésta una investigación cualitativa se hicieron entrevistas focales a nueve mujeres de la ciudad de México. La tercer parte del trabajo consta del análisis de dichas entrevistas en las que se abordan temas como el proceso de su reconocimiento como homosexuales, sus miedos e inquietudes respecto a dicho “descubrimiento”, redes de apoyo social, fuentes de información respecto a temas de sexualidad, la impresión respecto a sus primeros encuentros sexuales, enfermedades de transmisión sexual, servicios de salud y experiencias respecto a la discriminación que recibieron en los mismos y por último las prácticas de prevención y cuidado de su salud sexual. Finalmente se muestran las conclusiones de la presente investigación en las que se manifiesta que a pesar de la apertura de servicios de salud especializados en atención de salud sexual y reproductiva aún se tiene rechazo a la población homosexual por lo que resulta de gran importancia sensibilizar al 6 personal de instituciones de salud para que se pueda brindar un mejor servicio, libre de discriminación 7 INTRODUCCIÓN La sexualidad sigue siendo un tema de gran importancia dentro del desarrollo y vida humana. Pero hablar de sexualidad implica siempre controversia puesto que se ponen en juego diversos factores como las historia de vida de cada persona, sus dudas, miedos y prejuicios respecto al mismo. La educación sexual representa una pieza importante dentro de nuestra formación, sin embargo, aún en nuestros tiempos el tener acceso a información adecuada, objetiva y libre de juicios morales no es tan sencillo puesto que se siguen manteniendo patrones educativos que se limitan a la genitalidad, reproducción y prácticas heterosexuales, además de la censura, la culpa y vergüenza hacia nuestro cuerpo que va limitando nuestraeducación sexual y que van dejando de lado temas como el autoconocimiento, el respeto y cuidado de nuestro cuerpo , así como la toma de decisiones respecto al cuidado de nuestra salud sexual y reproductiva. Es por ello que el presente trabajo tuvo como objetivo analizar los procesos de asunción de la homosexualidad de nueve mujeres abordando sus miedos, expectativas y prácticas sexuales y de prevención de enfermedades de transmisión sexual, entre otros. Por lo que cabe advertir que la estructura del contenido no sigue la lógica tradicional de los textos, es decir, no se basa en el desarrollo teórico-conceptual primero y después en la descripción de la propuesta metodológica para finalizar con la discusión y las conclusiones, sino que busca un acercamiento a los significados de vida y sexualidad de mujeres homosexuales, por ello se pretendió elaborar un acercamiento teórico al discurso de las participantes, razón por la cual el trabajo se centra y funda en el análisis de las entrevistas focales; partiendo de un ejercicio de reflexión que busca que continúan el orden vivencial cultural con el teórico-cultural, en otras palabras se persigue entender el sentir y hacer de las mujeres desde la teoría de género, las condiciones de género, las condiciones de hombres y mujeres en sus prácticas 8 sociales, en una cultura tradicional homófoba y misógina y sus implicaciones en la aplicación de políticas públicas en el área de la salud. Por lo anterior en el primer capítulo, se muestran cifras las cuales han sido extraídas de encuestas como (ENJ, 2000) en éstos datos estadísticos se muestran las condiciones de atención, prácticas sexuales, prácticas de riesgo y planificación familiar entre hombres y mujeres adultos. Así como el conocimiento sobre la sexualidad con que cuentan los jóvenes, en un primer momento se presenta un panorama mundial, para continuar describiendo la situación de la población adulta- joven respecto a la infecciones de transmisión sexual. Lo que nos permitirá hacer una comparación acerca de los miedos y prejuicios respecto al tema de la sexualidad durante los últimos seis años, como se han ido modificando, además de ver como estos factores influyen en el autocuidado de ellos mismos, particularmente el autocuidado de mujeres. En la segunda parte del trabajo encontramos la metodología con la que se llevó a cabo dicha investigación ya que al ser ésta una investigación cualitativa se hicieron entrevistas focales a nueve mujeres de la ciudad de México las cuales dieron testimonio de sus diversas experiencias respecto a temas como la homosexualidad femenina y el cuidado y prevención de su salud sexual. La tercer parte del trabajo consta del análisis de dichas entrevistas en las que se abordan temas como el proceso de su reconocimiento como homosexuales, sus miedos e inquietudes respecto a dicho “descubrimiento”, redes de apoyo social, fuentes de información respecto a temas de sexualidad, la impresión respecto a sus primeros encuentros sexuales, enfermedades de transmisión sexual, servicios de salud y experiencias respecto a la discriminación que recibieron en los mismos y por último las prácticas de prevención y cuidado de su salud sexual. Finalmente se muestran las conclusiones de la presente investigación en las que podemos decir que a pesar de la apertura de servicios de salud especializados en atención de salud sexual y reproductiva aún se tiene rechazo a 9 la población homosexual por lo que resulta de gran importancia sensibilizar al personal de instituciones de salud para que se pueda brindar un mejor servicio, libre de discriminación 10 CAPITULO I 1. Jóvenes, salud sexual y reproductiva Sin duda, la sexualidad representa una parte importante y compleja en el ser humano, es por ello que se resalta la importancia de su estudio ya que además de considerarse dentro de las necesidades biológicas del ser humano, la sexualidad tiene una compleja construcción ya que se va formando y moldeando a partir de la conjugación de diversas experiencias, contextos, sentimientos, costumbres. La cual se encuentra mediada por la historia de vida de cada individuo. Por supuesto la sexualidad es como un prisma el cual tiene diversas caras o puntos de vista donde puede ser abordad y analizada, aunque la sexualidad juega un papel importante para los individuos y el mundo, cada sociedad le da diferentes enfoques. Es por ello que a continuación se abordarán temas respecto a la salud sexual en México, como lo son el uso del preservativo, prevención de enfermedades de transmisión sexual enfocando nuestra atención a un grupo en particular, las mujeres, quienes aparentemente se muestran más vulnerables al contagio. Pareciera que en nuestro país las prácticas de salud sexual, se limitan o confunden con prácticas de planificación familiar. En el caso de los varones aparece el uso del condón como una forma de evitar la adquisición y trasmisión de enfermedades de transmisión sexual. Tal como lo expone Grimberg (2002), en su estudio, refiere que el uso de preservativo es mayor entre los varones, y que el uso de este depende del tipo de relación que mantengan con las mujeres. Así, el uso del condón es menor entre aquellos que se encuentran en situaciones de pareja estable o formal. A su vez, la mayor parte de quienes reconocieron relaciones ocasionales o paralelas, sólo usaban preservativos con estas últimas, aunque el uso del preservativo no siempre estaba presente ya que algunos 11 varones refirieron "a veces". Entre los varones sin pareja, el preservativo resultó la forma más común de protección sexual aunque su uso es sólo eventual en la mayor parte de los varones mayores de 20 años. Esta identificación negativa hacia el uso del condón se puede explicar con la representación de la sexualidad masculina, la cual se asocia con la "naturaleza" como "fuerza incontenible", que configura las relaciones sexuales en términos de una "intensidad tal" o "un impulso del momento" que "no da tiempo" para el cuidado. A contracara, el peso de imágenes del preservativo como una interrupción, como "algo externo" que "corta" el flujo del contacto sexual. En un contexto cultural masculino, Grimberg (op.cit) señala que entre los jóvenes la negativa del uso del condón se relaciona con el placer masculino la cual normalmente se encuentra basada en el hecho de que el uso del preservativo disminuye la sensación haciendo el coito menos placentero tal como se puede dar cuenta en la mayoría de los relatos de las jóvenes: "él no siente", "a los hombres no les gusta”, “no quieren usarlo, por un lado está bien que lo usen y por otro lado no porque ellos no sienten nada” “yo quiero pero algunas veces él no quiere porque se incomoda”. Tal como lo mencionaron Rosales y Lozano (2000) se sigue pensando que la mejor manera de brindar educación sexual es mediante las prohibiciones y la generación de miedo hacia el ejercicio de la sexualidad a través del silencio. Aún sigue prevaleciendo el modelo educativo donde se antepone la culpa al ejercicio de la sexualidad, el miedo a la libertad de expresión, la obediencia a la toma de decisiones, la sumisión y la pasividad a la reflexión. Esta forma de “educar” no proporciona información, ni clarifica los valores de cada persona, sino que lleva a que las personas continúen negando su sexualidad y teniendo por lo tanto, prácticas de riesgo ante la culpa de anticipar una relación sexual, dejando de lado que la sexualidad es fuente de alegría y placer. Respecto al conocimiento y prevención de las enfermedades de trasmisión sexual, Vilariño, Linares, López y Delgado (2003), señalan que a pesar de los importantes avances que se están llevando a cabo respecto al tratamiento de la 12infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), no cabe duda que la mejor medida para atender esta enfermedad sigue siendo la prevención a través de la utilización del preservativo en las relaciones sexuales. En el estudio de los autores anteriormente mencionados participaron jóvenes de diferentes niveles de escolarización, con edades comprendidas entre 14 y 20 años, a los que se administró un cuestionario que recoge información acerca de su nivel de conocimientos sobre anticoncepción, sus actitudes hacia la utilización de estos métodos y posibles comportamientos de riesgo. Los resultados demuestran que la mayoría de los participantes conocen los métodos más habituales como son el preservativo o el DIU. No obstante, no alcanzan el mismo grado de conocimiento respecto a otros, como puede ser el diafragma, que sólo parece conocer adecuadamente una cuarta parte de la muestra. Además se reconoce el preservativo como método más fiable para prevenir no sólo el embarazo sino las enfermedades de transmisión sexual, sin embargo; existe un nada despreciable porcentaje de chicos/as que parece desconocer su correcta utilización. Para más hacer énfasis en estas situaciones de información, prevención y cuidado de su salud sexual a continuación se mostrarán diversas encuestas hechas a jóvenes mexicanos. Comenzaremos presentando los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud (ENJ) de los años 2000 y 2005 en la cual nos permite conocer la tendencia de el uso de anticonceptivos y dispositivos para la prevención de adquisición de ITS y las prácticas sexuales, seguido de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVRN, 2007) donde se mostrarán datos que nos permite observar en que medios obtienen su información respecto al uso de métodos de prevención y anticoncepción, el conocimiento respecto a las enfermedades y su forma de contagio y finalmente en la encuesta Nacional de Salud Reproductiva en el 2003 (ENSR, 2003) se abordarán temas respecto a la sexualidad se abarque información más allá de la planificación familiar, considerando también aspectos como, infecciones, padecimientos, enfermedades y tratamientos relacionados con los órganos genitales, prácticas de 13 riesgo, y atención a la salud, centrando nuestra atención en la población femenina. Es importante señalar que no se pretende hacer un análisis exhaustivo de los datos presentados en las encuestas de salud sino la intención es exponer el contexto de la situación general de la población joven con respecto a la salud sexual y reproductiva resaltando puntos nodales, particularmente la situación de las mujeres. En los datos arrojados en la Encuesta Nacional de la Juventud, 2000 (ENJ,2000) tenemos que más de la mitad de los encuestados reconoció conocer métodos anticonceptivos como los métodos de protección contra infecciones de transmisión sexual (ITS y VIH-SIDA). Entre los más mencionados para la protección contra el VIH-SIDA fue el condón, seguido por los que afirmaron que se podían proteger teniendo relaciones sexuales sólo con una pareja y, finalmente, los que contestaron que absteniéndose de cualquier contacto sexual. Más de la mitad de los jóvenes encuestados afirman que ya han tenido relaciones sexuales; el resto que no lo ha hecho, entre las razones principales por la que no han tenido relaciones sexuales encontramos el deseo de las mujeres de llegar vírgenes al matrimonio y su expectativa de encontrar a la pareja ideal, asimismo, los hombres esperan a la pareja ideal, señalan que no han tenido oportunidad de tener relaciones; no obstante, están también presentes el miedo al embarazo y a las ITS. Continuando con los resultados de la ENJ (2000), de los jóvenes que ya han tenido relaciones sexuales, su edad de inicio se encuentra fundamentalmente en el rango de 15 a 19 años y, la primera relación sexual en su mayoría, se experimentó con el(la) esposo(a) o el(la) novio(a). La valoración que hacen los jóvenes de esta primera vez, es bastante positiva, pues las tres quintas partes de ellos contestaron que fue “agradable” o “muy agradable”, es decir que nueve de cada diez jóvenes disfrutaron su iniciación sexual. 14 En dicha encuesta con respecto al número de parejas sexuales que han tenido durante el último año, se advierte que, el 75% de los jóvenes declararon haber tenido sólo una pareja, mientras que el resto entre dos y tres; éstas respuestas fueron dadas con mayor frecuencia por los hombres. Por último, un poco más de la mitad de los jóvenes que tienen relaciones sexuales usa métodos anticonceptivos, siendo los más comunes el condón y el dispositivo intra uterino (DIU). En contraste con la Encuesta Nacional de la Juventud del 2000, la Encuesta Nacional de la Juventud realizada en el 2005 mostró en los resultados que el método más mencionado fue el preservativo; el segundo método lo ocupan las píldoras, reconocidas tanto por hombres como por mujeres; y, en tercer lugar para los hombres se encuentra tanto la ligadura de trompas como la vasectomía, es decir, métodos definitivos; en tanto para las mujeres la tercer mención es el dispositivo intrauterino (DIU) seguido por los inyectables lo que a diferencia de la ENJ del 2000 estos métodos no fueron considerados. Para el 2005 más de 60% de los jóvenes utilizan algún método anticonceptivo, dato que nos permite afirmar que el espacio entre información y uso se ha estrechado de manera significativa a favor del autocuidado. No obstante al alto uso de algún método anticonceptivo, el 40 % de los jóvenes entrevistados señalan no usar ningún método, entre las razones que refieren encontramos no tiene relaciones sexuales actualmente, pero también encontramos argumentos como “no me gusta usar”, o el hecho de que alguien en la pareja o ambos no estén de acuerdo con su uso. Los jóvenes que usan algún método anticonceptivo lo hacen, en su mayoría, por consenso, es decir, ambos toman la decisión de protegerse, lo cual nos permite hablar de niveles más altos de negociación y acuerdo al interior de la pareja; por lo tanto el porcentaje de la imposición o la decisión solitaria es menor así lo afirma el en un porcentaje menor de la población quienes “ellos mismos” resolvieron protegerse. El único caso a destacar en donde el rol de las mujeres 15 queda supeditado a la decisión de la pareja se da entre las jóvenes de 12 a 14 años, quienes tres de cada 10 jóvenes dejan a sus parejas la determinación. Ahora bien en la ENJ 2005, con respecto a la edad que tenían cuando comenzaron a usar algún método anticonceptivo oscila entre los 17 y 20 años, siendo los 18 años la edad con mayor recurrencia. En cuanto al inicio de uso de métodos anticonceptivos por género encontramos que para los hombres la edad es a los 19 años, mientras que en las mujeres es a los 20 años. En cuanto al inicio de su vida sexual los hombres reportaron que su inicio fue 17 años y mientras que en las mujeres fue a los 20 años. Esto además de confirmar la diferencia de edades del inicio de la vida sexual activa entre hombres y mujeres, nos permite asegurar que el cuidado que las mujeres tienen sobre su cuerpo es mucho más tardío que en los hombres, proceso que puede tener su explicación en la falta de información o bien en las valores y juicios sobre su sexualidad. Respecto a la utilización de métodos anticonceptivos en la primera y última relación sexual, en el caso de los hombres el rango de edad en que utilizaron algún método en su primera relación sexual oscila entre 12 y 24 años, el resto, fundamentalmente mujeres, no usó ningún método de protección y/o anticoncepción en su primer encuentro sexual. Para el caso de la última relación sexual, el uso de los métodos aumenta de manera simétrica al incrementarse la edad; aunque baja ligeramente para los hombres entre25 y 29 años, seguramente porque sus parejas son quienes usan algún método específico. El método más usado continúa siendo el preservativo seguido de las píldoras y el dispositivo intrauterino DIU. De manera independiente a la concepción, se preguntó a los jóvenes por las infecciones de transmisión sexual (ITS), el 83% dice conocer cuáles son el resto contestó negativamente, la relación entre hombres y mujeres es muy similar, ocho de cada 10. Las dos formas que los jóvenes conocen para prevenir una infección de este tipo además del preservativo 82% mencionan la abstinencia en la que no se encuentra una variación importante entre sexos. Llama la atención 16 que el retiro del coito interrupto es practicado en un 24% de los encuestados ocupando el 3er lugar. Aquí podemos resaltar el interés de la mayoría por el cuidado de la salud especialmente de la salud sexual. Sin embargo, es lamentable que este aprendizaje no esté relacionado con la prevención de enfermedades de transmisión sexual, ya que estos jóvenes actúan respecto a su salud sexual una vez que ya han contraído una infección y aparentemente no se encuentran interesados o no mantienen un hábito de autocuidado y prevención. Aquellos jóvenes que dijeron haberse contagiado en algún momento de alguna ITS representan sólo 1.6%, (duplicando la recurrencia los hombres 2.3% frente a las mujeres 1.0%), los diagnósticos más significativos fueron la gonorrea y el virus del Papiloma humano; es importante señalar que el 83%, de estos casos, siguió un tratamiento específico. Ahora bien, un dato interesante que se vincula con la disminución de conductas sexuales de riesgo y la calidad de vida, es la atención a la salud que reciben los jóvenes. Para ello es conveniente analizar la cobertura de las instituciones de salud y la derechohabiencia o los tipos de servicio de la que los jóvenes son sujetos. Con respecto a lo anterior, se conoce gracias a la ENJ 2005 que la mitad de los jóvenes reconoce y sabe que tiene derechos a algún servicio de salud. La mayoría están adscritos fundamentalmente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en menor medida al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). La lista la continúan programas e instituciones como: el Seguro Popular, la Secretaría de Salud y algún seguro privado. Sin embargo, de esta población juvenil que sí tiene acceso a algún servicio de salud, cuando se enferma en su mayoría no acude a las instituciones sociales, sino al médico particular (35.8%), aunque el porcentaje para el IMSS representa el segundo lugar (27.5%) y el centro de salud, 18.3%. Aunque, en este documento, ENJ2005, no se especifica a que tipo de servicios acuden los jóvenes, es bien cierto que sí en general los jóvenes cuidan 17 su salud física es probable que accedan más fácilmente a cuidar su salud reproductiva y sexual. Otro instrumento que da cuenta sobre las actitudes de los jóvenes hacia su vida sexual, conocimiento y uso de métodos anticonceptivos es la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo del 2007 (ENVRN, 2007), la cual muestra una alta proporción de jóvenes que conocen la mayoría de las infecciones de transmisión sexual, con excepción de clamidia1 y ladillas2; cabe señalar, que a pesar de que los estudios de la salud, sostienen que hay una alta prevalencia de clamidiasis, es evidente que no haya información suficiente para este tipo de padecimientos entre los jóvenes, pero en general, tanto hombres como mujeres, conocen la mayoría de estas infecciones sexuales. Particularmente, el SIDA es conocido por el 100% de las y los entrevistados. Casi toda la población de jóvenes entrevistados conoce o ha oído hablar de los métodos anticonceptivos, además señalan que el lugar en donde reciben esta información es principalmente en la escuela. Son los amigos la segunda fuente de información y en tercer lugar, reciben la información en alguna institución de salud. En México existen algunas encuestas con las que se busca conocer o explorar y relacionar; específicamente las necesidades de los jóvenes, las condiciones sociales y de salud, en las que se centra la atención en aspectos 1 Las ladillas, también conocidas como piojos púbicos, son insectos de reducido tamaño que viven en la piel. Son de color marrón y tienen el tamaño de una cabeza de alfiler. Los piojos se alimentan de la sangre del organismo en el que residen, en concreto, los piojos púbicos se encuentran en las zonas velludas del pubis del hombre y la mujer. La manifestación más clara de las ladillas es el picor intenso que produce en la zona pélvica. Este picor se debe a una reacción alérgica a las mordeduras, no es conveniente rascarse porque puede causar una infección. 2 La clamidia es una bacteria que provoca una infección en los genitales, es más común en las mujeres, pero también puede afectar a los hombres. Es una de las enfermedades de transmisión sexual más extendidas, sobre todo en jóvenes entre 15 y 29 años con una vida sexual activa. La clamidia causa una infección en el cérvix de la mujer y en la uretra, también puede aparecer en la garganta o el ano. En un 50% de los casos, la infección no causa síntomas claramente visibles, precisamente por esa razón es una de las enfermedades más extendidas. Oliveira y Boscaro (2007) 18 relacionados con el uso de anticonceptivos y la prevención de las ITS, tal es el caso de La encuesta Nacional de Salud Reproductiva en el 2003 (ENSR, 2003) Así, llama la atención que en la ENSR (2003), respecto a la sexualidad se abarca información más allá de la planificación familiar. Considera también aspectos como, infecciones, padecimientos, enfermedades y tratamientos relacionados con los órganos genitales, prácticas de riesgo, y atención a la salud, centrando su atención en la población femenina y si bien esto tiene sus riesgos porque se responsabiliza de todo el proceso sexual y reproductivo a las mujeres también se busca que estas tengan prácticas sexuales sanas y bien informadas. Cabe señalar, que un acierto de esta encuesta es que presenta un análisis depurado por origen, región, zona de desarrollo, nivel educativo y edad de las mujeres. Así, dicha encuesta muestra, en torno a la trasmisión y atención de ITS que las mujeres que padecieron flujo vaginal anormal únicamente el 70% buscó atención médica. Mientras que el 20% de quienes declararon haber padecido flujo vaginal anormal, siguieron teniendo relaciones sexuales, y de ellas, únicamente una de cada cinco utilizó preservativo. Es importante señalar que la ENSR permite conocer las diferentes realidades de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, con base a su origen, rural o urbana. Así, un dato interesante es la depuración que se muestra con respecto a prácticas saludables en caso de infección vaginal. Del 20% de mujeres de comunidad rural que afirmaron haber tenido flujo vaginal considerable y que no interrumpieron su actividad sexual, el 15% de ellas siguieron manteniéndolas en contraste con las mujeres urbanas, las cuales señalaron que durante las infecciones vaginales mantenían relaciones pero usando condón, 23%.Lo que da cuenta que aún se encuentran muy marginadas las mujeres en las comunidades rurales respecto al acceso de información del cuidado y prevención de ITS. En cuanto al conocimiento y percepción de riesgo que se tiene sobre las ITS/SIDA, se observa que el 88% ha oído hablar de las primeras, y el 96% de las 19 mujeres a nivel nacional reportaron haber escuchado hablar del SIDA. De éstas, solo un pequeño porcentaje se ha realizado la prueba de detección del VIH y el resto sólo ha pensado en hacerse dicha prueba. En cuanto a la percepción de riesgo, el 29% piensa que su pareja podría transmitirlela enfermedad frente al 78% que dice que no. La prevalencias de síntomas de ITS, según el nivel de escolaridad, fueron mayores para las mujeres que reportaron el nivel medio básico en los tres padecimientos. En cuanto a conocimientos, percepción de riesgo y uso de condón en ITS/VIH-SIDA, la prevalencia de uso de condón con pareja para evitar la transmisión del VIH-SIDA una pequeña parte de la población reportó haber usado el condón siempre; otra parte reportó haberlo usado a veces y más del 80% nunca haber usado el condón. Respecto a los mecanismos de transmisión del VIH, el 87 % informó que éste se transmite por contacto sexual; el 45 % por transfusión sanguínea; y con menor porcentaje se mencionó el uso de agujas o jeringas infectadas; por vía perinatal, a través de la saliva y o por otras vías. Cuando se les preguntó por las medidas preventivas para evitar el contagio del virus del sida, el 65% reportó el uso de condón; el 25%, tener relaciones sexuales sólo con su pareja; el 12% dijo que no tener relaciones sexuales evitaría el contagio; el 3.3% pedirle fidelidad a su pareja; el 3.2% no sabe de las ITS y el 7.6% expresó otras medidas no especificadas. En el apartado sobre conocimiento de sintomatología aparece información sobre mujeres y hombres. Las mujeres por su parte, reportan en la mayoría de los casos haber padecido comezón en los genitales; seguidas de quienes reportaron ardor; flujo vaginal, granos y úlceras, dolor abdominal y otros síntomas. 20 Entre los síntomas que presentan los hombres, el mayor porcentaje, corresponde a comezón en los genitales; seguidos de síntomas como ardor; el flujo en el pene; granos y úlceras en los genitales, dolor abdominal entre otros síntomas. En cuanto a la percepción de las mujeres sobre si su pareja podría transmitirles el VIH-SIDA, la mayoría piensa que es debido a que su pareja es infiel o consideran que su pareja estaría contagiada o enferma; señaló otras causas. Respecto a lo que piensan acerca de si su pareja no podría transmitirles el VIH-sida, los mayores porcentajes corresponden a la idea de que su pareja es fiel; seguido de que le tiene confianza a su pareja; otros pequeños porcentajes corresponden a respuestas como no tener relaciones sexuales; su pareja se cuida; indicó que su pareja siempre está en la casa entre otras razones. Hasta ahora hemos visto como los jóvenes adquieren su información acerca del uso y prevención de ITS teniendo al más mencionado al condón, sin embargo aún se siguen manteniendo prácticas sexuales en las que no se utiliza ningún tipo de protección y a pesar de la desconfianza que las mujeres reportan tener hacia su pareja continúan teniendo prácticas de riesgo para su salud sexual. Como se observa el factor de confianza y amor a la pareja hace que las mujeres sean altamente vulnerables de infectarse de alguna enfermedad venera, así mismo se puede advertir que existe una constante en las encuestas de salud sexual y reproductiva y otras afines, con respecto a las prácticas sexuales, prácticas de riesgo y conocimiento de métodos anticonceptivos entre otras, particularmente, llama la atención la actitud y situación de la salud de las mujeres. Al respecto, Ceñellas (et.al) (2000), señala que la principal razón por la cual las mujeres no usan métodos de barrera es el peso cultural y creencias alrededor de la sexualidad, el matrimonio y el noviazgo. Una de estas creencias es la monogamia, es decir, hacerlo sólo con la pareja, en otros casos las mujeres aceptan tener relaciones sexuales sin condón porque según sus parejas varones 21 se pierde sensibilidad, por estar enamoradas lo cual las hace mantener cierta confianza sobre la fidelidad de su pareja, o simplemente porque no les gusta, a ellas o a sus parejas, además de no querer interrumpir la relación sexual para colocarse algún tipo de preservativo. Ahora bien, estos argumentos y creencias no solo son compartidos por hombres y mujeres heterosexuales sino también por homosexuales. El hecho de que por mucho tiempo no se emplearan métodos de barrera entre los homosexuales, por ejemplo; ocasionó que presentaran altos índices de ITS, lo que motivo a una campaña de prevención y uso del condón entre esta población que pronto mostro resultados positivos, no obstante, a que no dejan de resolver su salud sexual, en algunos momentos de su vida siguen sintiéndose discriminados por los propios médicos, además de no dejar de temer el hecho de que puedan contraer VIH/SIDA, esta misma situación y la constante discriminación y maltrato ha generado que en lugar de buscar ayuda en centros de salud primordialmente busquen otras fuentes de información, muchas veces poco objetivas, las cuales pueden conducir a un mal cuidado su salud. En cuanto a la idea de una relación sexual más placentera tenemos que Valdéz, Sapién y Córdoba (2003) plantean diferencias respecto a la concepción de la satisfacción sexual, mientras que para los hombres está basada en el orgasmo atribuyéndolo a la eyaculación, meta central en sus relaciones sexuales, para las mujeres el orgasmo es también importante siempre y cuando exista una relación afectiva: amor, caricias, estabilidad, ternura; además de que su erotismo está basado en la aprobación del otro. Una mayor autoestima en las mujeres permite el disfrute de sus relaciones sexuales, mientras que las mujeres con baja autoestima nunca o escasamente reportan tener una relación sexual satisfactoria, menos interés en temas de sexualidad, menos masturbación y mayor dependencia de la pareja. Aunado a lo anterior, Lagarde (citado en Hernández 2004) menciona que en las mujeres la sexualidad se considera válida o positiva mientras esté dirigida a la procreación, con lo cual no se concibe que las mujeres busquen placer o puedan 22 mantener relaciones erótico-afectivas fuera de la relación heterosexual, lo que hace que la relación lésbica no sea concebida como una posibilidad. Cabe señalar que en comparación con la cantidad de investigaciones que existe sobre homosexualidad en varones, es escasa la producción de estudios sobre la homosexualidad en mujeres. Por ejemplo, Ortiz (2004) destaca que gran parte de la producción científica en América Latina sobre las condiciones de salud/enfermedad de los bisexuales, lesbianas y homosexuales se centra en la infección por VIH/SIDA y existen dos áreas de estudio que requieren mayor atención a los problemas de salud de las mujeres lesbianas y bisexuales, como las enfermedades que atacan a este sector y la promoción de una vida sexual (cuidado y prevención) dejando de tener como punto central aquellos temas relacionados con la ginecobstetricia; puesto que en la mayoría de los estudios actualmente están dirigidos a los hombres y, por otro, realizar estudios partiendo de la posición de esta población en la estructura social y los efectos en su salud mental, por lo que algunos autores resaltan la necesidad de llevar a cabo una acción formativa más rigurosa en todos los niveles de edad con la finalidad de contrarrestar la información distorsionada o incompleta que les llega del entorno más inmediato. Es por ello que se resalta la importancia de no sólo realizar estudios acerca del cuidado y prevención de infecciones de transmisión sexual en homosexuales sino también promover el cuidado brindándoles un servicio fuera de prejuicios y discriminación además de centrar nuestra atención en una población que sigue siendo hoy en día independientemente de su orientación sexual, las mujeres. 1.1. La salud sexual y reproductiva. Espacio de vulnerabilidad de las mujeres. Como se mencionó en el apartado anterior, un grupo vulnerable en temas de salud sexual y reproductiva son las mujeres debido a que dentro del sector salud la sexualidad femenina está encaminada a la procreación, porlo que el 23 cuidado y prevención de ITS pasa a segundo plano y por supuesto tiene menor promoción y difusión dejando vulnerables a las mujeres en esta parte de cuidado de su salud sexual y reproductiva. Respecto a los derechos y acceso a la salud sexual y reproductiva en mujeres homosexuales Parker, Petchesky y Sember (2008), destacan que en el año de 1995 en Río de Janeiro tuvo lugar la Conferencia Regional de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA),3 con el apoyo financiero del gobierno federal, a través del programa Nacional de ETS/SIDA. Era la primera vez que la ILGA organizaba su reunión anual en un país Sudamericano. Todas las “acciones positivas” y la organización de convenios internacionales, ratificados por México, pero no cumplidas por el Estado mexicano; se preocupan por las necesidades de las mujeres y por conseguir mejores condiciones de vida para ellas, particularmente de la salud sexual y reproductiva, sin embargo, dejan de lado la situación y necesidades de las lesbianas como grupo específico. No obstante a esta importante omisión. El 31 de Marzo del 2009 tuvo lugar una reunión por parte de expertos de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas con el propósito de evaluar los avances en el cumplimiento de los compromisos que asumieron los países miembros de la ONU, incluido México, en la Conferencia Mundial de El Cairo realizada en 1994. A México no le fue bien. Ya que desgraciadamente se advierte que la atención a la salud sexual y reproductiva es deficiente y limitada, peor aún se ha visto aún más reducida y las lesbianas son una población excluida totalmente, como se señala en el informe que presentaron 56 organizaciones civiles. En el reporte, las organizaciones civiles señalaron que en el país no se garantiza el aborto legal, salvo en el Distrito Federal, contrario a esto, en cinco entidades 3 Fundada el 8 de Agosto de 1978 en Coventry, Inglaterra. La Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales -en inglés International Lesbian and Gay Association (ILGA) - es una federación que congrega a grupos de distintas nacionalidades dedicados a promover la defensa de la igualdad de derecho para lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGTB) de todo el mundo. La ILGA reúne entre sus miembros a más de 650 organizaciones de alrededor de 90 países oriundos de todos los continentes. Actualmente, la ILGA es la única federación internacional dedicada a reunir ONGs y entidades sin fines de lucro, concentrando su actuación a nivel global con el fin de luchar contra la discriminación por orientación sexual. Acerca de la ILGA (consultado en 2011) 24 federativas se aprobaron cambios constitucionales para proteger la vida desde el momento de la concepción. En los últimos años, el gobierno federal y al menos cinco Congresos locales han actuado en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, además de que disminuyó el acceso a métodos anticonceptivos en los servicios de salud. Agregaron que existe, además, una clara resistencia a actualizar los instrumentos de políticas de población y de salud sexual y reproductiva, como lo muestra el retraso de la publicación de la Norma Oficial Mexicana 046: Violencia Familiar, Sexual y contra las Mujeres. Criterios para la Prevención y Atención. Destacaron que "ante las reducciones presupuestales en el rubro de planificación familiar, la población demandante de métodos anticonceptivos se encuentra atrapada entre la falta de acceso a ellos y los cambios que, bajo la mirada del conservadurismo, están ocurriendo en las legislaciones en torno del aborto en las entidades" (Alcantara, 2009). Respecto al contagio de VIH-SIDA en mujeres Liguori (1995), menciona que en las relaciones heterosexuales las mujeres tienen el doble del riesgo de ser infectadas por un hombre, que viceversa, por varias razones: una de ellas es que el VIH necesita de células vivas para transmitirse, por lo que los fluidos corporales más ricos de células son los más infectantes. Así, tenemos que el semen resulta ser más infectante que los fluidos vaginales, por contener mayor número de células. Otra razón, es que la calidad epitelial de la mucosa vaginal es más vulnerable a las infecciones que el pene. Y esta última explicación es que el semen se mantiene vivo en el tracto vaginal o rectal por más tiempo, que los fluidos vaginales en el pene, por lo que el tiempo de exposición de las mujeres al virus suele ser mayor. Todos estos aspectos biológicos interactúan con determinados factores sociales que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres frente al SIDA, aunque probablemente estos últimos sean más relevantes en el aumento del número y la proporción de casos femeninos en el mundo. La mayor vulnerabilidad femenina se debe en gran parte al control que tienen las mujeres sobre sus vidas, como el 25 cuidado de su cuerpo y de manera especial, sobre su sexualidad, como su fin socialmente impuesto, la reproducción. Los papeles de género determinan diferencias de lo que se espera de la conducta de los varones y de las mujeres, y establecen patrones de conducta para cada sexo. En términos generales, esto se ha traducido en el sometimiento y la desigualdad social de las mujeres frente a los hombres, pero en el contexto del SIDA se ha convertido en un problema de graves consecuencias, debido a que el tema del cuidado y sus derechos sexuales y reproductivos pasan a segundo término puesto que se le sigue dando más peso a temas relacionados con la ginecobstetricia, restando la atención debida a la salud sexual de las mujeres posicionándolas en un sector vulnerable ante la falta de información al respecto. Muchas de las mujeres desconocen si sus parejas tienen relaciones sexuales con otras personas o si consumen drogas y, por lo tanto, no pueden siquiera tener conciencia de que están en riesgo de contagiarse. Además, hay mujeres que aunque perciben el riesgo, carecen del poder necesario para tomar medidas preventivas. Saben que sus parejas no quieren usar condón y no lo van a hacer sólo porque ellas lo soliciten. Saben también que proponer el uso del preservativo puede generar una confrontación que podría culminar en una escena de violencia y, por último, temen que dicha solicitud pueda poner en riesgo su relación y el apoyo económico masculino. También, en todo el mundo hay mujeres cuya única manera de sostenerse a sí mismas y a sus hijos es mediante el intercambio de sexo por dinero o regalos, dentro y fuera del matrimonio, por lo que no pueden disminuir el número de parejas sexuales. Irónicamente, muchas trabajadoras de sexo comercial que negocian el uso del condón con sus clientes, no lo pueden hacer con sus parejas, ya que en su vida privada se ven sujetas a las mismas normas y dificultades que el resto de las mujeres (Liguori, op. cit.). Siguiendo a esta autora, se reconoce que en la última década ha aumentado la conciencia acerca de la doble vulnerabilidad de las mujeres frente al VIH/SIDA y del rezago en la investigación sobre la especificidad femenina. Aunque se ha multiplicado la investigación sobre mujeres, queda mucho por hacer en 26 todos los terrenos: biomédico, clínico, psicológico y sociocultural. Una de las áreas que más se han investigado y en las que se ha tenido mayor éxito, es la prevención de la transmisión perinatal. A pesar de que se trata de un logro muy importante, la gran atención prestada a este tema refuerza nuevamente el estereotipo de la mujer como ser para otros, más que como ser para sí misma (op. cit). Es importante destacar que a pesar de los diversos métodos para prevenir un embarazo y una ITS no siempre son utilizados debido al rechazo de la pareja, eficacia y que tan accesible sea el producto.Por ejemplo, un método para prevenir el SIDA que puede ser totalmente controlado por las mujeres es el uso condón femenino. Está hecho con base en poliuretano y tiene dos anillos flexibles, uno suelto en el interior, que permite sostener el dispositivo dentro del cuello del cérvix –como si fuera un diafragma– y otro exterior, que cubre la vulva. En diferentes estudios el condón femenino ha resultado ser, al menos, tan eficaz como el masculino para prevenir las ITS. Además de las ventajas señaladas, el condón femenino puede colocarse antes del coito, por lo que no es necesario interrumpir el juego erótico y no requiere la erección masculina sostenida para ponerlo en su lugar, y tampoco corre el riesgo de desprenderse si el hombre llega a perder la erección. Aunque el condón femenino permite a las mujeres tener en sus manos una herramienta para prevenir el contagio del VIH, presenta sus propios problemas. Uno de los más importantes es que, al igual que el condón masculino, debe ser aceptado por los hombres, porque el anillo externo hace evidente su presencia y esto implica una negociación que, como se dijo antes, no siempre es posible. Otro inconveniente es su elevado costo: un condón femenino puede costar en México tanto como un paquete de tres condones de la marca más cara, alrededor de 60 pesos. Linguori (op.cit), señala que, otro importante problema que enfrenta el condón femenino, es que debe producir suficientes ganancias para que no lo retiren del mercado. En los últimos años, la ONUSIDA los ha comprado y distribuido a través de grupos civiles y programas nacionales. 27 Lamentablemente la adquisición de este se ve limitada por su costo elevado lo que nuevamente excluye a las mujeres a acceder a una forma más segura de prevenir tanto embarazos como enfermedades de transmisión sexual. Respecto al acceso a los servicios de salud Langer y Nigenda (2000) propone que deben existir servicios integrales de salud sexual y reproductiva de buena calidad, que ofrezcan información y atención, y den a las y los usuarios, la oportunidad de participar activa e informadamente en la toma de decisiones que involucren su salud. También sobresale la necesidad de crear o reforzar programas y servicios para sectores de la población hasta entonces descuidados por los programas tradicionales, tales como los adolescentes y jóvenes, los indígenas y los hombres en particular. Finalmente, la plataforma de acción que surge de la CIPD (Conferencia internacional sobre población y desarrollo) identifica situaciones que obstaculizan el progreso de las mujeres al representar distintas formas de discriminación basadas en el género, tales como la pobreza, las escasas oportunidades para la educación, la violencia, la coerción, el limitado acceso a los recursos económicos y, en general a la toma de decisiones, y propone acciones para mitigar sus efectos. Con todo lo anterior nos podemos dar cuenta que la falta de información y el no tener acceso a los servicios de salud propician un factor de riesgo para contraer enfermedades de transmisión sexual, particularmente en la población femenina ya que al estar inmersos en un contexto mayoritariamente heterosexista la atención médica hacia las mujeres va enfocada como ya se había dicho hacia la procreación lo que segrega a las mujeres homosexuales. Es por ello que la presente investigación está dirigida a conocer si dentro de sus prácticas sexuales se encuentra el uso de algún método para prevenir el contagio de una enfermedad de transmisión sexual y a que factores se encuentra asociada la presencia o ausencia de esta práctica preventiva. 28 Como se pudo advertir, las condiciones de vulnerabilidad social y sexual están íntimamente vinculadas con las relaciones entre las instituciones, los hombres y las mujeres, en donde los varones suelen tener una sexualidad más libre en cuanto al número de parejas sexuales y desplegando siempre la responsabilidad del cuidado a las mujeres, asumiendo un papel pasivo respecto a la toma de decisiones en cuanto al cuidado de su cuerpo, el número de hijos y por supuesto la prevención de infecciones de transmisión sexual. Todas estas características y diferencias hombres y mujeres cuyas creencias, representaciones y aprendizajes del uso del cuerpo, marcan sus vidas y prácticas sociales, por ello a continuación se hace una breve explicación respecto a los roles de género y que a donde a partir de ellos hombres y mujeres dirigen sus prácticas de vida de manera distinta incluyendo las prácticas sexuales. 1.2. Categoría de Género El género es una categoría explicativa de la construcción social, psíquica, emocional, biológica y política de hombres y mujeres. Lagarde, menciona que la categoría de género analiza la síntesis histórica que se da entre lo biológico, lo económico, lo social, lo jurídico, lo político, lo psicológico, lo cultural; implica al sexo pero no agota ahí sus explicaciones (citado en Hernández, 2006). Para Martha Lamas (1996), la cultura marca a los seres humanos con el género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo religioso, lo cotidiano. La lógica del género es una lógica de poder, de dominación. Este concepto surge dentro del ámbito de la psicología en la década de los sesentas para destacar un acontecimiento hasta entonces no valorado: existía algo fuera del sexo biológico que determinaba la identidad y el comportamiento (Lagarde, 2006). Uno de los primeros investigadores en concluir que el comportamiento de hombres y mujeres va mas allá de su asignación biológica fue Robert Stoller en 29 1964 (op. cit. 2006) mientras realizaba un estudio en personas en los que la asignación de sexo falló niñas que, aunque tienen un sexo genético, anatómico (vagina y clítoris) y hormonal femenino, tienen un clítoris que se puede confundir con pene. En los casos estudiados, a estas niñas se les asignó un papel masculino; y este error de rotular a una niña como niño resultó imposible de corregir después de los primeros tres años de edad. También hubo casos de niños genéticamente varones que, al tener un defecto anatómico grave o haber sufrido la mutilación del pene, fueron rotulados provisoriamente como niñas, de manera que se les asignó esa identidad desde el inicio, y eso facilitó el posterior tratamiento hormonal y quirúrgico que los convertiría en mujeres. Lo cual lleva a concluir a Stoller que lo que determina la identidad y el comportamiento tanto masculino como femenino no es exclusivo del sexo biológico, sino se construye a partir de haber vivido una serie de experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cada género. Por lo que la asignación y adquisición de una identidad son más predominantes que la carga genética, hormonal y biológica. 1.2.1. La identidad de género Se establece más o menos a la misma edad en que el infante adquiere el lenguaje (entre los dos y tres años) y es anterior a su conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos. Desde dicha identidad, el niño estructura su experiencia vital; el género al que pertenece lo hace identificarse en todas sus manifestaciones: sentimientos o actitudes de "niño" o de "niña”, comportamientos, juegos, etcétera. Después de establecida la identidad de género, cuando un niño se sabe y asume como perteneciente al grupo de lo masculino y una niña a lo femenino, ésta se convierte en un tamiz por el que pasan todas sus experiencias. Es usual ver a niños rechazar algún juguete porque es del género contrario, o aceptar sin cuestionar ciertas tareas porque son del propio género. Ya asumida la identidad de género, es casi imposible cambiarla. 30 1.2.2. El papel de género El papel o de género se forma con el conjunto de normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femeninoo masculino. Aunque hay variantes de acuerdo con la cultura, la clase social, el grupo étnico y hasta el nivel generacional de las personas, se puede sostener una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las mujeres paren a los hijos, y por lo tanto, los cuidan: ergo, lo femenino es lo maternal, lo doméstico, contrapuesto con lo masculino como lo público. La dicotomía masculino-femenina, con sus variantes culturales (del tipo el yang y el yin), establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al género. La existencia de distinciones socialmente aceptadas entre hombres y mujeres es justamente lo que da fuerza y coherencia a la identidad de género, pero hay que tener en cuenta que si el género es una distinción significativa en gran cantidad de situaciones, es porque se trata de un hecho social, no biológico. Si bien las diferencias sexuales son la base sobre la cual se asienta una determinada distribución de papeles sociales, esta asignación no se desprende "naturalmente" de la biología, sino que es un hecho social, por ejemplo la maternidad sin duda juega un papel importante en la asignación de tareas, pero no por parir hijos las mujeres nacen sabiendo planchar y coser. Es importante analizar la articulación de lo biológico con lo social y no tratar de negar las diferencias biológicas indudables que hay entre mujeres y hombres; pero también hay que reconocer que lo que marca la diferencia fundamental entre los sexos es el género. La estructuración del género llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas 31 capacidades o habilidades supuestamente biológicas, que son construidas y promovidas social y culturalmente. En el caso de las mujeres sus características biológicas son las que van determinando ciertos comportamientos, por ejemplo ya que la mujer tiene la capacidad biológica de generar vida, se le presta más atención a esta capacidad dejando de lado el placer o disfrute de su vida sexual, contrariamente con los hombres quienes jamás pasan por el proceso del embarazo, entre otros procesos. Hay que tener siempre presente que entre mujeres y hombres hay más semejanzas como especie que diferencias sexuales. 1.3. Mujeres, sexualidad y cultura A lo largo del tiempo podemos dar cuenta de cómo han ido evolucionando las sociedades y con ellas las formas de pensar y concebir el mundo, dentro de ellas destaca el hecho de cómo se ha ido transformando la idea de lo que es o debe ser una mujer. Aunque las mujeres también son importantes, poderosas e influyentes, pareciera que en relación con los hombres de su misma edad y status social, las mujeres, carecen de una autoridad reconocida y culturalmente estimada. (Rosaldo, 2010). Laqueur (1994) nos hace un recuento de cómo se va transformando le concepción de la mujer, de su cuerpo y placer a finales del siglo XVIII a través de una gran variedad de fuentes médicas, la mayoría sobre reproducción y sexualidad, la mutabilidad de las explicaciones científicas que construyen el sexo como categoría natural o biológica, demostrando que a lo largo de la historia “casi todo lo que se desea decir sobre el sexo ya ha sido reivindicado para el género” (Laqueur, 1994, p. 33). El autor marca dos etapas en la historia de las representaciones científicas del sexo. Una primera, de “sexo único” (masculino), desde la ilustración griega al 32 siglo XIX, la cual reduce al cuerpo de la mujer como otra versión del cuerpo masculino particularmente en la cuestión genital “los suyos están en el interior del cuerpo y no en el exterior” (op. citp.21). Para el siglo XVIII comienza a surgir el establecimiento de diferencias apreciables en los organismos de las mujeres y los varones. Se va creando una nomenclatura apropiada para denominar la recién descubierta diferencia anatómica y los aparatos reproductores, primero, y la totalidad del organismo, con posterioridad, se van conformando como distintos, aunque igualmente coherentes con el sistema de géneros. El dimorfismo se convierte en diferencia ilimitada de los sexos, discurso que desde algunos ámbitos científicos y filosóficos sustenta la doctrina y la práctica liberal de las esferas privada y pública. Como podemos dar cuenta desde hace ya siglos en las sociedades occidentales la sexualidad se ha convertido en una herramienta de control de las personas y sus cuerpos (Weeks, 1998, citado en Milenio, 2005). En algunas investigaciones sobre los significados de la sexualidad entre jóvenes mexicanos Amuchástegui (2001), comenta que tal vigilancia aparece como diferente para hombres y mujeres, pues mientras se afirma la importancia de preservar la virginidad femenina hasta el matrimonio –como si no existiera ningún otro destino o aspiración para las mujeres-, después de cierta edad la virginidad de los hombres sería signo de una masculinidad dudosa. Así, la actividad sexual es cargada de una infinidad de significados sobre las personas, sobre su calidad moral, su experiencia y sabiduría. Para los varones además de salvaguardar su masculinidad sirve para que se juzguen a sí mismos y a otros u otras según normas ajenas a su propia experiencia y forma de pensar. A ellos lo que se mandata es el coito, independientemente del deseo. En el caso de las mujeres sucede lo contrario, puesto que la presencia de actividad sexual premarital y la no reproductiva, la condena ya que para ellas representa una mancha y una contaminación, lo que se condena es la existencia misma del deseo sexual de las mujeres. En ambos casos está ausente el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y sus placeres. 33 En este contexto cultural donde se norma el uso del cuerpo para la reproducción de la especie, se entiende que toda política de salud se centre en la genitalidad, planificación familiar y el uso de anticonceptivos, es el sistema de control de la vida sexual centrado en las mujeres. Hasta el momento hemos visto como la sexualidad juega un papel importante dentro de la vida del individuo, sin embargo, tomar conciencia respecto a cómo dirigir nuestra sexualidad responsable y sanamente es una labor que hoy en día se mantiene persistente ya que existen datos que revelan que a pesar de la divulgación de la información respecto a los métodos de prevención de ITS y anticoncepción, aún se presentan casos de contagio y embarazos no deseados en jóvenes mexicanos, a esto le podemos sumar el hecho de toda la serie de estigmas, tabúes y creencias respecto a nuestro cuerpo, su cuidado y la salud sexual. A pesar de que hombres y mujeres, construyen y viven su sexualidad de forma distinta, con lo anteriormente mencionado se muestra que las mujeres son un grupo vulnerable respecto a este tema ya que durante muchos años se les ha cargado socialmente el hecho de la procreación, el cuidado de los hijos, el hogar, además que se les ha censurado y restringido al placer, el cuidado y sobre todo el hecho a decidir sobre sus cuerpos. Cabe señalar, que la sexualidad femenina es muy compleja y particularmente la homosexualidad femenina puesto que ésta se vive y construye de forma diferente de la heterosexual es por ello que la presente investigación tiene como propósito conocer el proceso de construcción de identidad lésbica, desde el momento en que ellas se dan cuenta de su preferencia, el proceso de autoaceptación, asumirse públicamente y éstos procesos como se vinculan con la forma de vivir su sexualidad particularmente en el cuidado y prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). Esto a través de un análisis extraído de entrevistas y cuestionariosrealizados a nueve mujeres homosexuales adultas de la ciudad de México. 34 CAPÍTULO II 2. METODOLOGÍA Justificación Hoy en día las prácticas sexuales riesgosas representan un problema de salud importante en nuestro país, debido a la desinformación o creencias de las personas en torno a la homosexualidad y sus prácticas, es por esto que el objetivo de la presente investigación es conocer si las mujeres que tienen preferencia por personas de su mismo sexo llevan a cabo prácticas sexuales riesgosas. Es posible darnos cuenta de que la sociedad en si guarda un cierto recelo y aun tabú hacia las comunidades “gay”, ya que se tiene la creencia de que estos han sido los propagadores de enfermedades venéreas como el Virus de Insuficiencia Humana (VIH), al ser minoría, también debemos tomar en cuenta el grado de discriminación por el que atraviesan al trata de obtener información sobre prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). Actualmente a la homosexualidad se le siguen atribuyendo características negativas, se le cataloga como una enfermedad mental, una perversión, y al tener un modelo de vida tan cerrado y radical en el que se categorizan las cosas en bueno-malo al ser la pareja heterosexual lo bueno y socialmente aceptado coloca a la homosexualidad en el otro extremo, en el negativo, en lo que no encaja, lo que está mal, lo que perjudica, colocando así a las mujeres homosexuales en una categoría donde se sabe de antemano se tendrá rechazo exclusión y marginación. Posicionando a este sector como un grupo vulnerable ya que no se le provee la información necesaria para llevar a cabo una vida sexual plena y sana, encaminada a la prevención y el autocuidado. 35 Es por ello que la presente investigación tuvo como objetivo el conocer cuáles son sus prácticas sexuales, de qué manera obtuvieron u obtienen información sobre sexualidad y métodos de prevención de ITS a través de la recopilación de información brindada en las entrevistas por cada una de nuestras participantes. Para el presente estudio se utilizó la metodología cualitativa, particularmente las entrevistas semiesturcturadas además de un cuestionario con la recopilación partir de las preguntas que iban surgiendo a lo largo de las entrevistas, ya que es de importancia el abordar temas con contenido social bajo el principal supuesto de que la realidad se construye de forma social por lo que no es independiente de los individuos de ahí la importancia de centrar nuestra atención en grupos específicos con necesidades particulares, en conocer más de la subjetividad y los significados (Castro,1996), es decir, es del objeto de la psicología, dar cuenta de los procesos de identidad de género de la población lésbica, de sus prácticas sociales y sexuales. De lo que para ellas significaba su preferencia sexual y su salud integral. La investigación cualitativa además, se caracteriza por trabajar con instrumentos de análisis que no buscan informar sobre la extensión de los fenómenos (cantidad de fenómenos), sino más bien interpretarlos en profundidad y detalle, para dar cuenta de comportamientos sociales y prácticas cotidianas. Es por ello que se destacó la relevancia del uso de la investigación cualitativa a través de la escucha y observaciones mediante las cuales se pudo acceder a los sentimientos, percepciones de vida, prácticas sociales que tienen las mujeres lesbianas con respecto a su sexualidad incluyendo las prácticas de salud sexual y reproductivas. Objetivo general Conocer si las mujeres que tienen preferencia por personas de su mismo sexo llevan a cabo prácticas sexuales riesgosas. Objetivos específicos Conocer cuáles son las prácticas de riesgo que llevan a cabo y mujeres homosexuales. 36 Conocer que métodos y/o prácticas utilizan las mujeres homosexuales para la prevención de enfermedades de trasmisión sexual. Conocer de qué manera obtuvieron u obtienen información sobre sexualidad y métodos para la prevención de ITS. MÉTODO Participantes: En la investigación participaron diez mujeres entre los 20 años de edad y los 40. La mayoría de ellas asumió su homosexual durante su juventud, con vida sexual activa. Lugar: Para establecer la confianza y tranquilidad y confidencialidad las entrevistas se llevaron a cabo en espacios cerrados, poco ruidosos y bien iluminados, en la mayoría de los casos eran sugeridos por las participantes. Dos de ellas sugirieron que la entrevista fuera llevada a cabo en una jardinera de un parque cercano a su domicilio, otra propuso fuera llevada a cabo en su automóvil, el resto decidieron que fueran entrevistadas en un salón de clases de su universidad, y las últimas tres participantes lo hicieron vía electrónica, contestando el cuestionario y Messenger. Instrumentos: Se empleo una guía de entrevista conformada por siete ejes mismos que sostenían preguntas cuyo objetivo era propiciar un diálogo abierto sobre temas tales (ver anexo 1) además de un cuestionario complementario que fue enviado vía mail a algunas participantes (ver anexo 2) Material: Grabadora de audio con conexión USB Guía de entrevista Cuaderno para notas Lápiz Lap top 37 Supuesto Debido a que dentro del sector salud a las mujeres se les brinda mayor atención en temas relacionados con la procreación, las mujeres quedan excluidas de temas relacionados con el cuidado de su salud sexual y reproductiva, particularmente en la prevención de infecciones de transmisión sexual, colocando a las mujeres en un sector vulnerable especialmente a las mujeres homosexuales por lo que valdría preguntarse acerca de su conocimiento sobre la protección sexual y las prácticas de riesgo. Hipótesis El rechazo hacia temas relacionados con la homosexualidad margina a las mujeres homosexuales evitando que reciban información y atención respecto a enfermedades transmitidas entre mujeres, lo que las vuelve más propensas a mantener prácticas sexuales de riesgo. Procedimiento El contacto directo con los participantes fue a través de la investigadora, la cual ya tenía conocimientos previos acerca de ellas, además de contar con la aprobación de las mismas para participar en el estudio. Las entrevistas eran llevadas a cabo en espacios cerrados, como algún salón de clase o bien en espacios al aire libre en donde no hubiera tanta afluencia de personas ni ruido, por ejemplo alguna jardinera o auto de alguna de ellas. Las participantes fueron entrevistadas individualmente y éstas fueron registradas por una grabadora de voz. Se buscó que la entrevista tuviera forma de conversación, las cuales duraban aproximadamente una hora y media. Es importante señalar que la población participante fue fluctuante debido a que no siempre se completaba toda la información en la primera entrevista por lo que se les programaba para una segunda o tercera cita para recopilar los datos 38 que habían quedado pendientes, sin embargo no todas las participantes pudieron continuar con la investigación por diversas causas, como falta de tiempo o desinterés, por lo que se presentan únicamente nueve testimonios de aquellas mujeres que permanecieron hasta el final de las entrevistas. Debido a las diversas actividades de las participantes ya no era posible acordar una nueva cita para continuar con la recopilación de datos pendientes en entrevistas anteriores por lo que se elaboró un cuestionario el cual contenía las preguntas de los ejes temáticos abordaros en las entrevistas. Esta encuesta era enviada vía electrónica a las participantes las cuales en un lapso de diez a quince días reenviaban la misma, contestada. Lo cual brindaba mayor seguridad y comodidad a las participantes ya que algunas se sentían intimidadas por la presencia de la grabadora de voz. Las entrevistas fueron transcritaspara recuperar y categorizar la información además de complementarlas con las respuestas dadas en el cuestionario. Es importante resaltar que la participación de las mujeres entrevistadas fue de manera voluntaria, su identidad quedó protegida por lo que en el análisis del capítulo II solamente se muestra su nombre (real o ficticio) y su edad. Finalmente se revisaron las transcripciones y cuestionarios divididos en trece categorías de análisis conformadas por: a) Reconocimiento personal, b) Primeras experiencias homosexuales, c) Satisfacción sexual, d) Experiencias heterosexuales, e) Identificación con otros homosexuales. Los amigos, f) La familia, g) Reconocimiento público, la familia y contextos sociales , h) Información y conocimientos acerca de la sexualidad, i) Prácticas sexuales lésbicas. Mitos y realidades, j) Lesbianas y VIH, k) Factores que aumentan los riesgos, l) Sexo lésbico seguro y m) Sector salud y discriminación. 39 CAPÍTULO III 3. ANÁLISIS DE RESULTADOS 3. Mujeres y homosexualidad: Aspectos histórico-culturales Como sabemos el vivir dentro de una sociedad nos obliga a acatar ciertas reglas, costumbres, tradiciones, formas de pensar y asimilar nuestro entorno. Dentro de éstas se encuentra el reconocimiento y actitud respecto a la homosexualidad, la cual durante muchos años ha sido tema de interés puesto que dentro de este tema giran toda una serie de estigmas sociales construidos en torno a ésta. La consideración de la homosexualidad cambia mucho en las distintas culturas, dependiendo de su peculiar interpretación de las relaciones entre sexo y sexualidad, dice Marina (2005) “En ningún sitio se ha considerado igual la homosexualidad masculina y la femenina. En Grecia, por ejemplo, eran muy críticos respecto del varón homosexual pasivo, porque adoptaba conductas de mujer, lo que les parecía una degradación. Lo que había en el fondo era un desprecio de la condición femenina”. Pero los antiguos propusieron una moral sexual que me parece acertada. Para los griegos, lo importante no era tanto el acto como el papel que la sexualidad jugaba dentro de la vida, los proyectos, el carácter de una persona. Para el cristianismo la homosexualidad tiene otro sentido, centró su juicio moral en el acto sexual y en el modo de realizarlo. Y acabó fundando su moral en la idea de naturaleza, es decir toda aquella relación que permitiera la reproducción de la especie y esa es la relación heterosexual (Hombre-Mujer), por tanto, biológicamente la relación homosexual impide que se lleve a cabo este principio, la preservación de la especie. La fisiología se vuelve entonces prescriptiva. Es así como la homosexualidad es calificada y señalada como “antinatura” y por tanto todas aquellas personas que muestren conductas “anormales”, es decir, la 40 atracción hacia personas de su mismo sexo tenían que ser revindicadas de tal suerte que pudieran retomar esta característica “natural” de las especies, la reproducción y preservación. Posteriormente la conducta homosexual dentro el cristianismo no solamente pasa a ser un pecado si no un crimen así quienes eran homosexuales fueron castigados; puesto que no se ajustaban a aquella función reproductiva y naturalista de sexos complementarios y contrarios, mujer a la reproducción, hombre a la producción y a que todo fin único de la relación sexual es la reproducción humana, por tanto las relaciones heterosexuales son lo normal, se supone el principio de la homosexualidad como anormal y para principios de la medicina, la psiquiatría y la psicología del siglo XIX, la homosexualidad era considerada una enfermedad mental, no fue sino hasta 1973 que la Asociación Psiquiátrica Americana (APA, por sus siglas en inglés) omitió la homosexualidad de su lista de diagnósticos de desórdenes mentales y una consecuencia de la acción de la A.P.A. fue añadir la autoridad psiquiátrica a la insistencia de que los homosexuales son tan sanos como los heterosexuales, es decir, ya se tenían fundamentos científicos y comprobables de que la homosexualidad no era consecuencia de ningún trastorno psicológico (conductual) o psiquiátrico (biológico), por lo cual la sociedad se ve en cierta medida obligada a modificar esta concepción negativa respecto a la homosexualidad. Con lo anteriormente mencionado, cabe destacar que la homosexualidad es un tema hoy en día muy polémico ya que aún se siguen teniendo ciertas creencias negativas al respecto de esta población, sin embargo, hay que resaltar el hecho de que si bien la presión social origina conflictos y confusión en las personas homosexuales, las mujeres son aún más vulnerables ante tal situación debido a toda la serie de estigmas sociales respecto a cómo se concibe una mujer dentro de la sociedad y que principalmente se le sigue atribuyendo en su totalidad el tema de la procreación. Esto, nos lleva a centrar más nuestra atención puesto que si bien la sexualidad femenina es muy compleja la homosexualidad femenina engloba muchos más tabúes respecto a su reconocimiento y construcción debido a que las mujeres homosexuales al ser sexual y emocionalmente compatibles con 41 otras mujeres se “desvían” de su objetivo socialmente impuesto, la preservación y cuidado de la especie. 3.1 Homosexualidad femenina Por homosexualidad entendemos a aquellas personas que tienen una atracción erótico-afectiva por personas de su mismo sexo. En lo concerniente a la homosexualidad en mujeres se tiene poca información. La homosexualidad femenina o lesbianismo es caracterizado por la relación y atracción sexual o emocional entre las mujeres. El término de lesbianismo o proviene del nombre de la isla griega de Lesbos, lugar en que vivió Safo, principal exponente que hace alusión a este respecto escribiendo poemas de amor dirigidos a mujeres. Martínez y cols. (2001) mencionan que históricamente, las lesbianas han estado involucradas en la lucha por los derechos de las mujeres. El auge de las últimas décadas de los sectores denominados "representantes del feminismo", ha luchado por mucho tiempo por el reconocimiento del lesbianismo. Es imposible determinar el momento en que surgió la primera relación lésbica. Sin embargo, determinados documentos históricos nos permiten hacernos una idea de la evolución del lesbianismo. Por ejemplo en los siglos XVI, XVII y XVIII, las relaciones sexuales entre monjas eran un tema recurrente en la literatura de la época, sobre todo en los países protestantes y círculos católicos. Existen novelas cortas y poemas que, de alguna forma, documentan sobre estas relaciones sexuales entre monjas dentro de los conventos. Hasta el momento se creía que el lesbianismo había sido ignorado por las leyes civiles. Sin embargo, la primera ley civil que condenaba el lesbianismo fue el “Código de Orléans”, en 1260. La ley condenaba a los sodomitas masculinos a la pérdida de los testículos, a la primera ofensa; del miembro completo, en la segunda; y a la quema en la hoguera, a la tercera. Esa ley fue ampliada para incluir a las mujeres. 42 Para las lesbianas de muchas regiones del mundo, la lucha por los derechos humanos es una lucha por la supervivencia. Al hacer frente a gobiernos, familiares y comunidades que llegan a cuestionar su derecho a vivir, a estas mujeres las pueden matar, encarcelar o golpear sólo a causa de su identidad. Para otras, la lucha en favor de los derechos humanos es una batalla diaria por la dignidad. En muchos países a las lesbianas se les niegan derechos humanos fundamentales como el derecho a la libertad de expresión debido únicamente a su identidad. Es por ello que reconocerse como lesbiana dentro de una sociedad que reprime y castiga la homosexualidad representa mucho valor, esta asunción de su identidad se va conformando a través de un proceso el cual
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