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Formacion-de-identidad-lesbica-y-practicas-sexuales-en-mujeres-de-la-Ciudad-de-Mexico

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Universidad Nacional Autónoma de México 
 
 
Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
"Formación de identidad lésbica y prácticas sexuales en mujeres 
de la Ciudad de México" 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE 
 
L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G I A 
 
P R E S E N T A (N) 
 
 
Laura Angélica Córdova Cancino 
 
 
 
 
 
 
 
Directora: Dra. Azucena Hernández Ordoñez 
 
Dictaminadores: Dra. Rocío Tron Álvarez 
 
Mtra. Margarita Chávez Becerra 
 
 
 
 
 
 
 
Los Reyes Iztacala, Edo de México, 2011 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A Mario Córdova, mi abu (bicho), 
quien siempre ha sido una fuente de 
inspiración y conocimientos, por 
enseñarme lo valioso y bello de la vida 
y que la perseverancia va de la mano 
con el éxito “deja que los perros ladren 
sancho amigo, es señal de que vamos 
cabalgando…” Gracias donde quiera 
que estés. 
 
 
A unos seres maravillosos que con 
su amor y consejos siempre me han 
impulsado a seguir adelante, además 
de crecer conmigo y formar a la mujer 
que soy actualmente. Mis padres. 
Gracias por nunca perder la fe en mí. 
 
A quienes a través del tiempo siguen y 
seguirán siendo mis musas y fuentes 
de inspiración. Las mujeres. 
Especialmente aquellas que tienen el 
coraje de vivir, la fortaleza para 
afrontar la vida, además de ser seres 
humanos extraordinarios, muy 
capaces, inteligentes, bellos y a 
quienes admiro muchísimo. Leonor 
Cancino, Azucena Hernández. 
 
 
2 
 
 
A mis amigas, hermanas, confidentes 
y compañeras de toda la vida, mis 
primas. Con quienes he aprendido que 
ante la adversidad lo mejor que se 
puede hacer es sonreír y seguir 
caminando. Gracias por esas 
carcajadas y todos esos buenos 
momentos. 
 
 
 
A todos aquellas personas que han 
estado conmigo, compartiendo, 
creciendo, aprendiendo, riendo y 
mostrándome que el amor y la amistad 
son los mejores regalos que un ser 
humano puede tener. Gracias, amigos 
y compañeros por sus palabras de 
aliento, motivación y compañía. 
 
 
 
 
 
 
A la vida por permitirme aprender en compañía de las personas que amo, por las 
risas, el amor, la felicidad, pero también por la tristeza, las lágrimas, el dolor y que 
sin ellos no hubiera podido aprender a mantener la fe y tomar impulso para 
continuar logrando mis metas. 
 
 
3 
 
 
ÍNDICE 
 
RESUMEN …………………………………………….......................................... 5 
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. 7
CAPITULO I 
1. Jóvenes salud sexual y reproductiva………………………………………….. 10
1.1 La salud sexual y reproductiva. Espacio de vulnerabilidad de las mujeres 22
1.2 Categoría de Género………………………………………………………… 28
1.2.1 La identidad de género………………………………………………………. 29
1.2.2 El papel de género…………………………………………………………… 30
1.3 Mujeres, sexualidad y cultura…………………………………………………. 31
CAPÍTULO II 
2. METODOLOGÍA…………………………………………………………………. 34
CAPÍTULO III 
3. ANÁLISIS DE RESULTADOS 
3. Mujeres y Homosexualidad: Aspectos histórico-culturales……..…………… 39
3.1 Homosexualidad femenina……………………………………………………. 41
3.2 Construcción de identidad lésbica……………………………………………. 42
a) El reconocimiento personal…………………………………………………….. 44
b) Primeras experiencias homosexuales………………………………………… 51
c) Satisfacción sexual………………………………………………………………. 52
4 
 
 
d) Experiencias heterosexuales…………………………………………………… 54
e) Identificación con otros homosexuales. Los amigos………………………… 58
f) La familia………………………………………………………………………… 60
g) Reconocimiento público. La familia y contexto sociales…………………….. 61
3.3 Fuentes de información y conocimiento respecto a la sexualidad, infecciones 
de transmisión sexual y métodos de prevención………………….. 
63
h) Información y conocimientos acerca de sexualidad…………………………. 64
i) Prácticas sexuales lésbicas: Mitos y realidades………………………………. 68
j) Lesbianas e infecciones de transmisión sexual……………………………….. 69
k) Factores que aumentan los riesgos ………………………………………… 73
l) Sexo lésbico seguro ……………………………………………………………... 76
m) Sector salud y discriminación …………………………………………………. 77
DISCUSIÓN ………………………………………………………………………… 79
CONCLUSIONES………………………………………………………………...... 82
BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………….. 84
ANEXOS………………………………………………………………………......... 89
 
 
 
 
5 
 
 
RESUMEN 
Es por ello que el presente trabajo tuvo como objetivo analizar los procesos 
de asunción de la homosexualidad y sus prácticas sexuales en nueve mujeres de 
la Ciudad de México. Para ello se realizaron entrevistas focales y un cuestionario 
complementario de información, el que pretendía conocer los sentimientos y 
experiencias vividas a lo largo de este proceso, principalmente el de sus 
conocimientos y algunos mitos respecto a las prácticas sexuales entre mujeres. 
El trabajo esta conformado por tres partes. El primer capítulo presentaba 
cifras y datos estadísticos respecto a las condiciones de atención, prácticas 
sexuales, prácticas de riesgo y planificación familiar entre hombres y mujeres 
adultos. Así como el conocimiento sobre la sexualidad con que cuentan los 
jóvenes, en un primer momento se presenta un panorama mundial, para continuar 
describiendo la situación de la población adulta-joven respecto a la infecciones de 
transmisión sexual. 
En la segunda parte del trabajo encontramos la metodología con la que se 
llevó a cabo dicha investigación ya que al ser ésta una investigación cualitativa se 
hicieron entrevistas focales a nueve mujeres de la ciudad de México. 
La tercer parte del trabajo consta del análisis de dichas entrevistas en las 
que se abordan temas como el proceso de su reconocimiento como 
homosexuales, sus miedos e inquietudes respecto a dicho “descubrimiento”, redes 
de apoyo social, fuentes de información respecto a temas de sexualidad, la 
impresión respecto a sus primeros encuentros sexuales, enfermedades de 
transmisión sexual, servicios de salud y experiencias respecto a la discriminación 
que recibieron en los mismos y por último las prácticas de prevención y cuidado de 
su salud sexual. 
Finalmente se muestran las conclusiones de la presente investigación en 
las que se manifiesta que a pesar de la apertura de servicios de salud 
especializados en atención de salud sexual y reproductiva aún se tiene rechazo a 
la población homosexual por lo que resulta de gran importancia sensibilizar al 
6 
 
 
personal de instituciones de salud para que se pueda brindar un mejor servicio, 
libre de discriminación 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
La sexualidad sigue siendo un tema de gran importancia dentro del 
desarrollo y vida humana. Pero hablar de sexualidad implica siempre controversia 
puesto que se ponen en juego diversos factores como las historia de vida de cada 
persona, sus dudas, miedos y prejuicios respecto al mismo. 
La educación sexual representa una pieza importante dentro de nuestra 
formación, sin embargo, aún en nuestros tiempos el tener acceso a información 
adecuada, objetiva y libre de juicios morales no es tan sencillo puesto que se 
siguen manteniendo patrones educativos que se limitan a la genitalidad, 
reproducción y prácticas heterosexuales, además de la censura, la culpa y 
vergüenza hacia nuestro cuerpo que va limitando nuestraeducación sexual y que 
van dejando de lado temas como el autoconocimiento, el respeto y cuidado de 
nuestro cuerpo , así como la toma de decisiones respecto al cuidado de nuestra 
salud sexual y reproductiva. 
Es por ello que el presente trabajo tuvo como objetivo analizar los procesos 
de asunción de la homosexualidad de nueve mujeres abordando sus miedos, 
expectativas y prácticas sexuales y de prevención de enfermedades de 
transmisión sexual, entre otros. Por lo que cabe advertir que la estructura del 
contenido no sigue la lógica tradicional de los textos, es decir, no se basa en el 
desarrollo teórico-conceptual primero y después en la descripción de la propuesta 
metodológica para finalizar con la discusión y las conclusiones, sino que busca un 
acercamiento a los significados de vida y sexualidad de mujeres homosexuales, 
por ello se pretendió elaborar un acercamiento teórico al discurso de las 
participantes, razón por la cual el trabajo se centra y funda en el análisis de las 
entrevistas focales; partiendo de un ejercicio de reflexión que busca que continúan 
el orden vivencial cultural con el teórico-cultural, en otras palabras se persigue 
entender el sentir y hacer de las mujeres desde la teoría de género, las 
condiciones de género, las condiciones de hombres y mujeres en sus prácticas 
 
 
 8
 
sociales, en una cultura tradicional homófoba y misógina y sus implicaciones en la 
aplicación de políticas públicas en el área de la salud. 
Por lo anterior en el primer capítulo, se muestran cifras las cuales han sido 
extraídas de encuestas como (ENJ, 2000) en éstos datos estadísticos se muestran 
las condiciones de atención, prácticas sexuales, prácticas de riesgo y planificación 
familiar entre hombres y mujeres adultos. Así como el conocimiento sobre la 
sexualidad con que cuentan los jóvenes, en un primer momento se presenta un 
panorama mundial, para continuar describiendo la situación de la población adulta-
joven respecto a la infecciones de transmisión sexual. 
Lo que nos permitirá hacer una comparación acerca de los miedos y 
prejuicios respecto al tema de la sexualidad durante los últimos seis años, como 
se han ido modificando, además de ver como estos factores influyen en el 
autocuidado de ellos mismos, particularmente el autocuidado de mujeres. 
En la segunda parte del trabajo encontramos la metodología con la que se 
llevó a cabo dicha investigación ya que al ser ésta una investigación cualitativa se 
hicieron entrevistas focales a nueve mujeres de la ciudad de México las cuales 
dieron testimonio de sus diversas experiencias respecto a temas como la 
homosexualidad femenina y el cuidado y prevención de su salud sexual. 
La tercer parte del trabajo consta del análisis de dichas entrevistas en las 
que se abordan temas como el proceso de su reconocimiento como 
homosexuales, sus miedos e inquietudes respecto a dicho “descubrimiento”, redes 
de apoyo social, fuentes de información respecto a temas de sexualidad, la 
impresión respecto a sus primeros encuentros sexuales, enfermedades de 
transmisión sexual, servicios de salud y experiencias respecto a la discriminación 
que recibieron en los mismos y por último las prácticas de prevención y cuidado de 
su salud sexual. 
Finalmente se muestran las conclusiones de la presente investigación en 
las que podemos decir que a pesar de la apertura de servicios de salud 
especializados en atención de salud sexual y reproductiva aún se tiene rechazo a 
9 
 
 
la población homosexual por lo que resulta de gran importancia sensibilizar al 
personal de instituciones de salud para que se pueda brindar un mejor servicio, 
libre de discriminación 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
 
CAPITULO I 
 
1. Jóvenes, salud sexual y reproductiva 
 
Sin duda, la sexualidad representa una parte importante y compleja en el 
ser humano, es por ello que se resalta la importancia de su estudio ya que 
además de considerarse dentro de las necesidades biológicas del ser humano, la 
sexualidad tiene una compleja construcción ya que se va formando y moldeando 
a partir de la conjugación de diversas experiencias, contextos, sentimientos, 
costumbres. La cual se encuentra mediada por la historia de vida de cada 
individuo. 
Por supuesto la sexualidad es como un prisma el cual tiene diversas caras 
o puntos de vista donde puede ser abordad y analizada, aunque la sexualidad 
juega un papel importante para los individuos y el mundo, cada sociedad le da 
diferentes enfoques. 
Es por ello que a continuación se abordarán temas respecto a la salud 
sexual en México, como lo son el uso del preservativo, prevención de 
enfermedades de transmisión sexual enfocando nuestra atención a un grupo en 
particular, las mujeres, quienes aparentemente se muestran más vulnerables al 
contagio. 
Pareciera que en nuestro país las prácticas de salud sexual, se limitan o 
confunden con prácticas de planificación familiar. En el caso de los varones 
aparece el uso del condón como una forma de evitar la adquisición y trasmisión de 
enfermedades de transmisión sexual. Tal como lo expone Grimberg (2002), en su 
estudio, refiere que el uso de preservativo es mayor entre los varones, y que el 
uso de este depende del tipo de relación que mantengan con las mujeres. Así, el 
uso del condón es menor entre aquellos que se encuentran en situaciones de 
pareja estable o formal. A su vez, la mayor parte de quienes reconocieron 
relaciones ocasionales o paralelas, sólo usaban preservativos con estas últimas, 
aunque el uso del preservativo no siempre estaba presente ya que algunos 
11 
 
 
varones refirieron "a veces". Entre los varones sin pareja, el preservativo resultó la 
forma más común de protección sexual aunque su uso es sólo eventual en la 
mayor parte de los varones mayores de 20 años. Esta identificación negativa hacia 
el uso del condón se puede explicar con la representación de la sexualidad 
masculina, la cual se asocia con la "naturaleza" como "fuerza incontenible", que 
configura las relaciones sexuales en términos de una "intensidad tal" o "un impulso 
del momento" que "no da tiempo" para el cuidado. A contracara, el peso de 
imágenes del preservativo como una interrupción, como "algo externo" que "corta" 
el flujo del contacto sexual. 
En un contexto cultural masculino, Grimberg (op.cit) señala que entre los 
jóvenes la negativa del uso del condón se relaciona con el placer masculino la cual 
normalmente se encuentra basada en el hecho de que el uso del preservativo 
disminuye la sensación haciendo el coito menos placentero tal como se puede dar 
cuenta en la mayoría de los relatos de las jóvenes: "él no siente", "a los hombres 
no les gusta”, “no quieren usarlo, por un lado está bien que lo usen y por otro lado 
no porque ellos no sienten nada” “yo quiero pero algunas veces él no quiere 
porque se incomoda”. 
Tal como lo mencionaron Rosales y Lozano (2000) se sigue pensando que 
la mejor manera de brindar educación sexual es mediante las prohibiciones y la 
generación de miedo hacia el ejercicio de la sexualidad a través del silencio. Aún 
sigue prevaleciendo el modelo educativo donde se antepone la culpa al ejercicio 
de la sexualidad, el miedo a la libertad de expresión, la obediencia a la toma de 
decisiones, la sumisión y la pasividad a la reflexión. Esta forma de “educar” no 
proporciona información, ni clarifica los valores de cada persona, sino que lleva a 
que las personas continúen negando su sexualidad y teniendo por lo tanto, 
prácticas de riesgo ante la culpa de anticipar una relación sexual, dejando de lado 
que la sexualidad es fuente de alegría y placer. 
Respecto al conocimiento y prevención de las enfermedades de trasmisión 
sexual, Vilariño, Linares, López y Delgado (2003), señalan que a pesar de los 
importantes avances que se están llevando a cabo respecto al tratamiento de la 
12infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), no cabe duda que la 
mejor medida para atender esta enfermedad sigue siendo la prevención a través 
de la utilización del preservativo en las relaciones sexuales. 
En el estudio de los autores anteriormente mencionados participaron 
jóvenes de diferentes niveles de escolarización, con edades comprendidas entre 
14 y 20 años, a los que se administró un cuestionario que recoge información 
acerca de su nivel de conocimientos sobre anticoncepción, sus actitudes hacia la 
utilización de estos métodos y posibles comportamientos de riesgo. Los resultados 
demuestran que la mayoría de los participantes conocen los métodos más 
habituales como son el preservativo o el DIU. No obstante, no alcanzan el mismo 
grado de conocimiento respecto a otros, como puede ser el diafragma, que sólo 
parece conocer adecuadamente una cuarta parte de la muestra. Además se 
reconoce el preservativo como método más fiable para prevenir no sólo el 
embarazo sino las enfermedades de transmisión sexual, sin embargo; existe un 
nada despreciable porcentaje de chicos/as que parece desconocer su correcta 
utilización. 
Para más hacer énfasis en estas situaciones de información, prevención y 
cuidado de su salud sexual a continuación se mostrarán diversas encuestas 
hechas a jóvenes mexicanos. Comenzaremos presentando los datos de la 
Encuesta Nacional de la Juventud (ENJ) de los años 2000 y 2005 en la cual nos 
permite conocer la tendencia de el uso de anticonceptivos y dispositivos para la 
prevención de adquisición de ITS y las prácticas sexuales, seguido de la Encuesta 
Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVRN, 2007) donde se 
mostrarán datos que nos permite observar en que medios obtienen su información 
respecto al uso de métodos de prevención y anticoncepción, el conocimiento 
respecto a las enfermedades y su forma de contagio y finalmente en la encuesta 
Nacional de Salud Reproductiva en el 2003 (ENSR, 2003) se abordarán temas 
respecto a la sexualidad se abarque información más allá de la planificación 
familiar, considerando también aspectos como, infecciones, padecimientos, 
enfermedades y tratamientos relacionados con los órganos genitales, prácticas de 
13 
 
 
riesgo, y atención a la salud, centrando nuestra atención en la población femenina. 
Es importante señalar que no se pretende hacer un análisis exhaustivo de los 
datos presentados en las encuestas de salud sino la intención es exponer el 
contexto de la situación general de la población joven con respecto a la salud 
sexual y reproductiva resaltando puntos nodales, particularmente la situación de 
las mujeres. 
En los datos arrojados en la Encuesta Nacional de la Juventud, 2000 
(ENJ,2000) tenemos que más de la mitad de los encuestados reconoció conocer 
métodos anticonceptivos como los métodos de protección contra infecciones de 
transmisión sexual (ITS y VIH-SIDA). 
Entre los más mencionados para la protección contra el VIH-SIDA fue el 
condón, seguido por los que afirmaron que se podían proteger teniendo relaciones 
sexuales sólo con una pareja y, finalmente, los que contestaron que 
absteniéndose de cualquier contacto sexual. 
Más de la mitad de los jóvenes encuestados afirman que ya han tenido 
relaciones sexuales; el resto que no lo ha hecho, entre las razones principales por 
la que no han tenido relaciones sexuales encontramos el deseo de las mujeres de 
llegar vírgenes al matrimonio y su expectativa de encontrar a la pareja ideal, 
asimismo, los hombres esperan a la pareja ideal, señalan que no han tenido 
oportunidad de tener relaciones; no obstante, están también presentes el miedo al 
embarazo y a las ITS. 
Continuando con los resultados de la ENJ (2000), de los jóvenes que ya 
han tenido relaciones sexuales, su edad de inicio se encuentra fundamentalmente 
en el rango de 15 a 19 años y, la primera relación sexual en su mayoría, se 
experimentó con el(la) esposo(a) o el(la) novio(a). 
La valoración que hacen los jóvenes de esta primera vez, es bastante 
positiva, pues las tres quintas partes de ellos contestaron que fue “agradable” o 
“muy agradable”, es decir que nueve de cada diez jóvenes disfrutaron su iniciación 
sexual. 
14 
 
 
En dicha encuesta con respecto al número de parejas sexuales que han 
tenido durante el último año, se advierte que, el 75% de los jóvenes declararon 
haber tenido sólo una pareja, mientras que el resto entre dos y tres; éstas 
respuestas fueron dadas con mayor frecuencia por los hombres. 
Por último, un poco más de la mitad de los jóvenes que tienen relaciones 
sexuales usa métodos anticonceptivos, siendo los más comunes el condón y el 
dispositivo intra uterino (DIU). 
En contraste con la Encuesta Nacional de la Juventud del 2000, la Encuesta 
Nacional de la Juventud realizada en el 2005 mostró en los resultados que el 
método más mencionado fue el preservativo; el segundo método lo ocupan las 
píldoras, reconocidas tanto por hombres como por mujeres; y, en tercer lugar para 
los hombres se encuentra tanto la ligadura de trompas como la vasectomía, es 
decir, métodos definitivos; en tanto para las mujeres la tercer mención es el 
dispositivo intrauterino (DIU) seguido por los inyectables lo que a diferencia de la 
ENJ del 2000 estos métodos no fueron considerados. 
Para el 2005 más de 60% de los jóvenes utilizan algún método 
anticonceptivo, dato que nos permite afirmar que el espacio entre información y 
uso se ha estrechado de manera significativa a favor del autocuidado. 
No obstante al alto uso de algún método anticonceptivo, el 40 % de los 
jóvenes entrevistados señalan no usar ningún método, entre las razones que 
refieren encontramos no tiene relaciones sexuales actualmente, pero también 
encontramos argumentos como “no me gusta usar”, o el hecho de que alguien en 
la pareja o ambos no estén de acuerdo con su uso. 
Los jóvenes que usan algún método anticonceptivo lo hacen, en su 
mayoría, por consenso, es decir, ambos toman la decisión de protegerse, lo cual 
nos permite hablar de niveles más altos de negociación y acuerdo al interior de la 
pareja; por lo tanto el porcentaje de la imposición o la decisión solitaria es menor 
así lo afirma el en un porcentaje menor de la población quienes “ellos mismos” 
resolvieron protegerse. El único caso a destacar en donde el rol de las mujeres 
15 
 
 
queda supeditado a la decisión de la pareja se da entre las jóvenes de 12 a 14 
años, quienes tres de cada 10 jóvenes dejan a sus parejas la determinación. 
Ahora bien en la ENJ 2005, con respecto a la edad que tenían cuando 
comenzaron a usar algún método anticonceptivo oscila entre los 17 y 20 años, 
siendo los 18 años la edad con mayor recurrencia. 
En cuanto al inicio de uso de métodos anticonceptivos por género 
encontramos que para los hombres la edad es a los 19 años, mientras que en las 
mujeres es a los 20 años. En cuanto al inicio de su vida sexual los hombres 
reportaron que su inicio fue 17 años y mientras que en las mujeres fue a los 20 
años. Esto además de confirmar la diferencia de edades del inicio de la vida 
sexual activa entre hombres y mujeres, nos permite asegurar que el cuidado que 
las mujeres tienen sobre su cuerpo es mucho más tardío que en los hombres, 
proceso que puede tener su explicación en la falta de información o bien en las 
valores y juicios sobre su sexualidad. 
 Respecto a la utilización de métodos anticonceptivos en la primera y última 
relación sexual, en el caso de los hombres el rango de edad en que utilizaron 
algún método en su primera relación sexual oscila entre 12 y 24 años, el resto, 
fundamentalmente mujeres, no usó ningún método de protección y/o 
anticoncepción en su primer encuentro sexual. 
Para el caso de la última relación sexual, el uso de los métodos aumenta de 
manera simétrica al incrementarse la edad; aunque baja ligeramente para los 
hombres entre25 y 29 años, seguramente porque sus parejas son quienes usan 
algún método específico. El método más usado continúa siendo el preservativo 
seguido de las píldoras y el dispositivo intrauterino DIU. 
De manera independiente a la concepción, se preguntó a los jóvenes por 
las infecciones de transmisión sexual (ITS), el 83% dice conocer cuáles son el 
resto contestó negativamente, la relación entre hombres y mujeres es muy similar, 
ocho de cada 10. Las dos formas que los jóvenes conocen para prevenir una 
infección de este tipo además del preservativo 82% mencionan la abstinencia en 
la que no se encuentra una variación importante entre sexos. Llama la atención 
16 
 
 
que el retiro del coito interrupto es practicado en un 24% de los encuestados 
ocupando el 3er lugar. 
Aquí podemos resaltar el interés de la mayoría por el cuidado de la salud 
especialmente de la salud sexual. Sin embargo, es lamentable que este 
aprendizaje no esté relacionado con la prevención de enfermedades de 
transmisión sexual, ya que estos jóvenes actúan respecto a su salud sexual una 
vez que ya han contraído una infección y aparentemente no se encuentran 
interesados o no mantienen un hábito de autocuidado y prevención. 
Aquellos jóvenes que dijeron haberse contagiado en algún momento de 
alguna ITS representan sólo 1.6%, (duplicando la recurrencia los hombres 2.3% 
frente a las mujeres 1.0%), los diagnósticos más significativos fueron la gonorrea y 
el virus del Papiloma humano; es importante señalar que el 83%, de estos casos, 
siguió un tratamiento específico. 
Ahora bien, un dato interesante que se vincula con la disminución de 
conductas sexuales de riesgo y la calidad de vida, es la atención a la salud que 
reciben los jóvenes. Para ello es conveniente analizar la cobertura de las 
instituciones de salud y la derechohabiencia o los tipos de servicio de la que los 
jóvenes son sujetos. 
Con respecto a lo anterior, se conoce gracias a la ENJ 2005 que la mitad de 
los jóvenes reconoce y sabe que tiene derechos a algún servicio de salud. 
La mayoría están adscritos fundamentalmente al Instituto Mexicano del 
Seguro Social (IMSS) y en menor medida al Instituto de Seguridad y Servicios 
Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). La lista la continúan 
programas e instituciones como: el Seguro Popular, la Secretaría de Salud y algún 
seguro privado. Sin embargo, de esta población juvenil que sí tiene acceso a algún 
servicio de salud, cuando se enferma en su mayoría no acude a las instituciones 
sociales, sino al médico particular (35.8%), aunque el porcentaje para el IMSS 
representa el segundo lugar (27.5%) y el centro de salud, 18.3%. 
Aunque, en este documento, ENJ2005, no se especifica a que tipo de 
servicios acuden los jóvenes, es bien cierto que sí en general los jóvenes cuidan 
17 
 
 
su salud física es probable que accedan más fácilmente a cuidar su salud 
reproductiva y sexual. 
Otro instrumento que da cuenta sobre las actitudes de los jóvenes hacia su 
vida sexual, conocimiento y uso de métodos anticonceptivos es la Encuesta 
Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo del 2007 (ENVRN, 2007), la 
cual muestra una alta proporción de jóvenes que conocen la mayoría de las 
infecciones de transmisión sexual, con excepción de clamidia1 y ladillas2; cabe 
señalar, que a pesar de que los estudios de la salud, sostienen que hay una alta 
prevalencia de clamidiasis, es evidente que no haya información suficiente para 
este tipo de padecimientos entre los jóvenes, pero en general, tanto hombres 
como mujeres, conocen la mayoría de estas infecciones sexuales. 
Particularmente, el SIDA es conocido por el 100% de las y los entrevistados. 
Casi toda la población de jóvenes entrevistados conoce o ha oído hablar de 
los métodos anticonceptivos, además señalan que el lugar en donde reciben esta 
información es principalmente en la escuela. Son los amigos la segunda fuente de 
información y en tercer lugar, reciben la información en alguna institución de salud. 
 
En México existen algunas encuestas con las que se busca conocer o 
explorar y relacionar; específicamente las necesidades de los jóvenes, las 
condiciones sociales y de salud, en las que se centra la atención en aspectos 
                                                            
1 Las ladillas, también conocidas como piojos púbicos, son insectos de reducido tamaño que viven en la piel. 
Son de color marrón y tienen el tamaño de una cabeza de alfiler. Los piojos se alimentan de la sangre del 
organismo en el que residen, en concreto, los piojos púbicos se encuentran en las zonas velludas del pubis 
del hombre y la mujer. La manifestación más clara de las ladillas es el picor intenso que produce en la zona 
pélvica. Este picor se debe a una reacción alérgica a las mordeduras, no es conveniente rascarse porque 
puede causar una infección. 
 
2 La clamidia es una bacteria que provoca una infección en los genitales, es más común en las mujeres, pero 
también puede afectar a los hombres. Es una de las enfermedades de transmisión sexual más extendidas, 
sobre todo en jóvenes entre 15 y 29 años con una vida sexual activa. La clamidia causa una infección en el 
cérvix de la mujer y en la uretra, también puede aparecer en la garganta o el ano. En un 50% de los casos, la 
infección no causa síntomas claramente visibles, precisamente por esa razón es una de las enfermedades 
más extendidas. Oliveira y Boscaro (2007) 
 
 
18 
 
 
relacionados con el uso de anticonceptivos y la prevención de las ITS, tal es el 
caso de La encuesta Nacional de Salud Reproductiva en el 2003 (ENSR, 2003) 
Así, llama la atención que en la ENSR (2003), respecto a la sexualidad se 
abarca información más allá de la planificación familiar. Considera también 
aspectos como, infecciones, padecimientos, enfermedades y tratamientos 
relacionados con los órganos genitales, prácticas de riesgo, y atención a la salud, 
centrando su atención en la población femenina y si bien esto tiene sus riesgos 
porque se responsabiliza de todo el proceso sexual y reproductivo a las mujeres 
también se busca que estas tengan prácticas sexuales sanas y bien informadas. 
Cabe señalar, que un acierto de esta encuesta es que presenta un análisis 
depurado por origen, región, zona de desarrollo, nivel educativo y edad de las 
mujeres. 
 Así, dicha encuesta muestra, en torno a la trasmisión y atención de ITS que 
las mujeres que padecieron flujo vaginal anormal únicamente el 70% buscó 
atención médica. Mientras que el 20% de quienes declararon haber padecido flujo 
vaginal anormal, siguieron teniendo relaciones sexuales, y de ellas, únicamente 
una de cada cinco utilizó preservativo. 
Es importante señalar que la ENSR permite conocer las diferentes 
realidades de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, con base a su origen, 
rural o urbana. Así, un dato interesante es la depuración que se muestra con 
respecto a prácticas saludables en caso de infección vaginal. Del 20% de mujeres 
de comunidad rural que afirmaron haber tenido flujo vaginal considerable y que no 
interrumpieron su actividad sexual, el 15% de ellas siguieron manteniéndolas en 
contraste con las mujeres urbanas, las cuales señalaron que durante las 
infecciones vaginales mantenían relaciones pero usando condón, 23%.Lo que da 
cuenta que aún se encuentran muy marginadas las mujeres en las comunidades 
rurales respecto al acceso de información del cuidado y prevención de ITS. 
En cuanto al conocimiento y percepción de riesgo que se tiene sobre las 
ITS/SIDA, se observa que el 88% ha oído hablar de las primeras, y el 96% de las 
19 
 
 
mujeres a nivel nacional reportaron haber escuchado hablar del SIDA. De éstas, 
solo un pequeño porcentaje se ha realizado la prueba de detección del VIH y el 
resto sólo ha pensado en hacerse dicha prueba. En cuanto a la percepción de 
riesgo, el 29% piensa que su pareja podría transmitirlela enfermedad frente al 
78% que dice que no. 
La prevalencias de síntomas de ITS, según el nivel de escolaridad, fueron 
mayores para las mujeres que reportaron el nivel medio básico en los tres 
padecimientos. 
En cuanto a conocimientos, percepción de riesgo y uso de condón en 
ITS/VIH-SIDA, la prevalencia de uso de condón con pareja para evitar la 
transmisión del VIH-SIDA una pequeña parte de la población reportó haber usado 
el condón siempre; otra parte reportó haberlo usado a veces y más del 80% nunca 
haber usado el condón. 
Respecto a los mecanismos de transmisión del VIH, el 87 % informó que 
éste se transmite por contacto sexual; el 45 % por transfusión sanguínea; y con 
menor porcentaje se mencionó el uso de agujas o jeringas infectadas; por vía 
perinatal, a través de la saliva y o por otras vías. 
Cuando se les preguntó por las medidas preventivas para evitar el contagio 
del virus del sida, el 65% reportó el uso de condón; el 25%, tener relaciones 
sexuales sólo con su pareja; el 12% dijo que no tener relaciones sexuales evitaría 
el contagio; el 3.3% pedirle fidelidad a su pareja; el 3.2% no sabe de las ITS y el 
7.6% expresó otras medidas no especificadas. 
En el apartado sobre conocimiento de sintomatología aparece información 
sobre mujeres y hombres. Las mujeres por su parte, reportan en la mayoría de los 
casos haber padecido comezón en los genitales; seguidas de quienes reportaron 
ardor; flujo vaginal, granos y úlceras, dolor abdominal y otros síntomas. 
 
 
 
            20 
Entre los síntomas que presentan los hombres, el mayor porcentaje, 
corresponde a comezón en los genitales; seguidos de síntomas como ardor; el 
flujo en el pene; granos y úlceras en los genitales, dolor abdominal entre otros 
síntomas. 
En cuanto a la percepción de las mujeres sobre si su pareja podría 
transmitirles el VIH-SIDA, la mayoría piensa que es debido a que su pareja es 
infiel o consideran que su pareja estaría contagiada o enferma; señaló otras 
causas. 
Respecto a lo que piensan acerca de si su pareja no podría transmitirles el 
VIH-sida, los mayores porcentajes corresponden a la idea de que su pareja es fiel; 
seguido de que le tiene confianza a su pareja; otros pequeños porcentajes 
corresponden a respuestas como no tener relaciones sexuales; su pareja se cuida; 
indicó que su pareja siempre está en la casa entre otras razones. 
Hasta ahora hemos visto como los jóvenes adquieren su información acerca 
del uso y prevención de ITS teniendo al más mencionado al condón, sin embargo 
aún se siguen manteniendo prácticas sexuales en las que no se utiliza ningún tipo 
de protección y a pesar de la desconfianza que las mujeres reportan tener hacia 
su pareja continúan teniendo prácticas de riesgo para su salud sexual. 
Como se observa el factor de confianza y amor a la pareja hace que las 
mujeres sean altamente vulnerables de infectarse de alguna enfermedad venera, 
así mismo se puede advertir que existe una constante en las encuestas de salud 
sexual y reproductiva y otras afines, con respecto a las prácticas sexuales, 
prácticas de riesgo y conocimiento de métodos anticonceptivos entre otras, 
particularmente, llama la atención la actitud y situación de la salud de las mujeres. 
Al respecto, Ceñellas (et.al) (2000), señala que la principal razón por la cual las 
mujeres no usan métodos de barrera es el peso cultural y creencias alrededor de 
la sexualidad, el matrimonio y el noviazgo. Una de estas creencias es la 
monogamia, es decir, hacerlo sólo con la pareja, en otros casos las mujeres 
aceptan tener relaciones sexuales sin condón porque según sus parejas varones 
21 
 
 
se pierde sensibilidad, por estar enamoradas lo cual las hace mantener cierta 
confianza sobre la fidelidad de su pareja, o simplemente porque no les gusta, a 
ellas o a sus parejas, además de no querer interrumpir la relación sexual para 
colocarse algún tipo de preservativo. 
Ahora bien, estos argumentos y creencias no solo son compartidos por 
hombres y mujeres heterosexuales sino también por homosexuales. El hecho de 
que por mucho tiempo no se emplearan métodos de barrera entre los 
homosexuales, por ejemplo; ocasionó que presentaran altos índices de ITS, lo que 
motivo a una campaña de prevención y uso del condón entre esta población que 
pronto mostro resultados positivos, no obstante, a que no dejan de resolver su 
salud sexual, en algunos momentos de su vida siguen sintiéndose discriminados 
por los propios médicos, además de no dejar de temer el hecho de que puedan 
contraer VIH/SIDA, esta misma situación y la constante discriminación y maltrato 
ha generado que en lugar de buscar ayuda en centros de salud primordialmente 
busquen otras fuentes de información, muchas veces poco objetivas, las cuales 
pueden conducir a un mal cuidado su salud. 
En cuanto a la idea de una relación sexual más placentera tenemos que 
Valdéz, Sapién y Córdoba (2003) plantean diferencias respecto a la concepción de 
la satisfacción sexual, mientras que para los hombres está basada en el orgasmo 
atribuyéndolo a la eyaculación, meta central en sus relaciones sexuales, para las 
mujeres el orgasmo es también importante siempre y cuando exista una relación 
afectiva: amor, caricias, estabilidad, ternura; además de que su erotismo está 
basado en la aprobación del otro. Una mayor autoestima en las mujeres permite el 
disfrute de sus relaciones sexuales, mientras que las mujeres con baja autoestima 
nunca o escasamente reportan tener una relación sexual satisfactoria, menos 
interés en temas de sexualidad, menos masturbación y mayor dependencia de la 
pareja. 
Aunado a lo anterior, Lagarde (citado en Hernández 2004) menciona que en 
las mujeres la sexualidad se considera válida o positiva mientras esté dirigida a la 
procreación, con lo cual no se concibe que las mujeres busquen placer o puedan 
22 
 
 
mantener relaciones erótico-afectivas fuera de la relación heterosexual, lo que 
hace que la relación lésbica no sea concebida como una posibilidad. Cabe señalar 
que en comparación con la cantidad de investigaciones que existe sobre 
homosexualidad en varones, es escasa la producción de estudios sobre la 
homosexualidad en mujeres. 
Por ejemplo, Ortiz (2004) destaca que gran parte de la producción científica 
en América Latina sobre las condiciones de salud/enfermedad de los bisexuales, 
lesbianas y homosexuales se centra en la infección por VIH/SIDA y existen dos 
áreas de estudio que requieren mayor atención a los problemas de salud de las 
mujeres lesbianas y bisexuales, como las enfermedades que atacan a este sector 
y la promoción de una vida sexual (cuidado y prevención) dejando de tener como 
punto central aquellos temas relacionados con la ginecobstetricia; puesto que en 
la mayoría de los estudios actualmente están dirigidos a los hombres y, por otro, 
realizar estudios partiendo de la posición de esta población en la estructura social 
y los efectos en su salud mental, por lo que algunos autores resaltan la necesidad 
de llevar a cabo una acción formativa más rigurosa en todos los niveles de edad 
con la finalidad de contrarrestar la información distorsionada o incompleta que les 
llega del entorno más inmediato. 
Es por ello que se resalta la importancia de no sólo realizar estudios acerca 
del cuidado y prevención de infecciones de transmisión sexual en homosexuales 
sino también promover el cuidado brindándoles un servicio fuera de prejuicios y 
discriminación además de centrar nuestra atención en una población que sigue 
siendo hoy en día independientemente de su orientación sexual, las mujeres. 
 
1.1. La salud sexual y reproductiva. Espacio de vulnerabilidad de las 
mujeres. 
 
Como se mencionó en el apartado anterior, un grupo vulnerable en temas 
de salud sexual y reproductiva son las mujeres debido a que dentro del sector 
salud la sexualidad femenina está encaminada a la procreación, porlo que el 
23 
 
 
cuidado y prevención de ITS pasa a segundo plano y por supuesto tiene menor 
promoción y difusión dejando vulnerables a las mujeres en esta parte de cuidado 
de su salud sexual y reproductiva. 
Respecto a los derechos y acceso a la salud sexual y reproductiva en 
mujeres homosexuales Parker, Petchesky y Sember (2008), destacan que en el 
año de 1995 en Río de Janeiro tuvo lugar la Conferencia Regional de la 
Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA),3 con el apoyo financiero del 
gobierno federal, a través del programa Nacional de ETS/SIDA. Era la primera vez 
que la ILGA organizaba su reunión anual en un país Sudamericano. 
Todas las “acciones positivas” y la organización de convenios 
internacionales, ratificados por México, pero no cumplidas por el Estado mexicano; 
se preocupan por las necesidades de las mujeres y por conseguir mejores 
condiciones de vida para ellas, particularmente de la salud sexual y reproductiva, 
sin embargo, dejan de lado la situación y necesidades de las lesbianas como 
grupo específico. No obstante a esta importante omisión. El 31 de Marzo del 2009 
tuvo lugar una reunión por parte de expertos de la Comisión de Población y 
Desarrollo de las Naciones Unidas con el propósito de evaluar los avances en el 
cumplimiento de los compromisos que asumieron los países miembros de la ONU, 
incluido México, en la Conferencia Mundial de El Cairo realizada en 1994. 
A México no le fue bien. Ya que desgraciadamente se advierte que la 
atención a la salud sexual y reproductiva es deficiente y limitada, peor aún se ha 
visto aún más reducida y las lesbianas son una población excluida totalmente, 
como se señala en el informe que presentaron 56 organizaciones civiles. En el 
reporte, las organizaciones civiles señalaron que en el país no se garantiza el 
aborto legal, salvo en el Distrito Federal, contrario a esto, en cinco entidades 
                                                            
3 Fundada el 8 de Agosto de 1978 en Coventry, Inglaterra.  La Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, 
Bisexuales, Transexuales -en inglés International Lesbian and Gay Association (ILGA) - es una federación 
que congrega a grupos de distintas nacionalidades dedicados a promover la defensa de la igualdad de 
derecho para lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGTB) de todo el mundo. La ILGA reúne entre sus 
miembros a más de 650 organizaciones de alrededor de 90 países oriundos de todos los 
continentes. Actualmente, la ILGA es la única federación internacional dedicada a reunir ONGs y entidades sin 
fines de lucro, concentrando su actuación a nivel global con el fin de luchar contra 
la discriminación por orientación sexual. Acerca de la ILGA (consultado en 2011) 
24 
 
 
federativas se aprobaron cambios constitucionales para proteger la vida desde el 
momento de la concepción. 
En los últimos años, el gobierno federal y al menos cinco Congresos locales 
han actuado en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, 
además de que disminuyó el acceso a métodos anticonceptivos en los servicios de 
salud. 
Agregaron que existe, además, una clara resistencia a actualizar los 
instrumentos de políticas de población y de salud sexual y reproductiva, como lo 
muestra el retraso de la publicación de la Norma Oficial Mexicana 046: Violencia 
Familiar, Sexual y contra las Mujeres. Criterios para la Prevención y Atención. 
Destacaron que "ante las reducciones presupuestales en el rubro de 
planificación familiar, la población demandante de métodos anticonceptivos se 
encuentra atrapada entre la falta de acceso a ellos y los cambios que, bajo la 
mirada del conservadurismo, están ocurriendo en las legislaciones en torno del 
aborto en las entidades" (Alcantara, 2009). 
Respecto al contagio de VIH-SIDA en mujeres Liguori (1995), menciona que 
en las relaciones heterosexuales las mujeres tienen el doble del riesgo de ser 
infectadas por un hombre, que viceversa, por varias razones: una de ellas es que 
el VIH necesita de células vivas para transmitirse, por lo que los fluidos corporales 
más ricos de células son los más infectantes. Así, tenemos que el semen resulta 
ser más infectante que los fluidos vaginales, por contener mayor número de 
células. Otra razón, es que la calidad epitelial de la mucosa vaginal es más 
vulnerable a las infecciones que el pene. Y esta última explicación es que el 
semen se mantiene vivo en el tracto vaginal o rectal por más tiempo, que los 
fluidos vaginales en el pene, por lo que el tiempo de exposición de las mujeres al 
virus suele ser mayor. 
Todos estos aspectos biológicos interactúan con determinados factores 
sociales que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres frente al SIDA, aunque 
probablemente estos últimos sean más relevantes en el aumento del número y la 
proporción de casos femeninos en el mundo. La mayor vulnerabilidad femenina se 
debe en gran parte al control que tienen las mujeres sobre sus vidas, como el 
25 
 
 
cuidado de su cuerpo y de manera especial, sobre su sexualidad, como su fin 
socialmente impuesto, la reproducción. 
Los papeles de género determinan diferencias de lo que se espera de la 
conducta de los varones y de las mujeres, y establecen patrones de conducta para 
cada sexo. En términos generales, esto se ha traducido en el sometimiento y la 
desigualdad social de las mujeres frente a los hombres, pero en el contexto del 
SIDA se ha convertido en un problema de graves consecuencias, debido a que el 
tema del cuidado y sus derechos sexuales y reproductivos pasan a segundo 
término puesto que se le sigue dando más peso a temas relacionados con la 
ginecobstetricia, restando la atención debida a la salud sexual de las mujeres 
posicionándolas en un sector vulnerable ante la falta de información al respecto. 
Muchas de las mujeres desconocen si sus parejas tienen relaciones 
sexuales con otras personas o si consumen drogas y, por lo tanto, no pueden 
siquiera tener conciencia de que están en riesgo de contagiarse. Además, hay 
mujeres que aunque perciben el riesgo, carecen del poder necesario para tomar 
medidas preventivas. Saben que sus parejas no quieren usar condón y no lo van a 
hacer sólo porque ellas lo soliciten. Saben también que proponer el uso del 
preservativo puede generar una confrontación que podría culminar en una escena 
de violencia y, por último, temen que dicha solicitud pueda poner en riesgo su 
relación y el apoyo económico masculino. 
También, en todo el mundo hay mujeres cuya única manera de sostenerse 
a sí mismas y a sus hijos es mediante el intercambio de sexo por dinero o regalos, 
dentro y fuera del matrimonio, por lo que no pueden disminuir el número de 
parejas sexuales. Irónicamente, muchas trabajadoras de sexo comercial que 
negocian el uso del condón con sus clientes, no lo pueden hacer con sus parejas, 
ya que en su vida privada se ven sujetas a las mismas normas y dificultades que 
el resto de las mujeres (Liguori, op. cit.). 
Siguiendo a esta autora, se reconoce que en la última década ha 
aumentado la conciencia acerca de la doble vulnerabilidad de las mujeres frente al 
VIH/SIDA y del rezago en la investigación sobre la especificidad femenina. Aunque 
se ha multiplicado la investigación sobre mujeres, queda mucho por hacer en 
26 
 
 
todos los terrenos: biomédico, clínico, psicológico y sociocultural. Una de las áreas 
que más se han investigado y en las que se ha tenido mayor éxito, es la 
prevención de la transmisión perinatal. A pesar de que se trata de un logro muy 
importante, la gran atención prestada a este tema refuerza nuevamente el 
estereotipo de la mujer como ser para otros, más que como ser para sí misma (op. 
cit). 
Es importante destacar que a pesar de los diversos métodos para prevenir 
un embarazo y una ITS no siempre son utilizados debido al rechazo de la pareja, 
eficacia y que tan accesible sea el producto.Por ejemplo, un método para prevenir el SIDA que puede ser totalmente 
controlado por las mujeres es el uso condón femenino. Está hecho con base en 
poliuretano y tiene dos anillos flexibles, uno suelto en el interior, que permite 
sostener el dispositivo dentro del cuello del cérvix –como si fuera un diafragma– y 
otro exterior, que cubre la vulva. En diferentes estudios el condón femenino ha 
resultado ser, al menos, tan eficaz como el masculino para prevenir las ITS. 
Además de las ventajas señaladas, el condón femenino puede colocarse antes del 
coito, por lo que no es necesario interrumpir el juego erótico y no requiere la 
erección masculina sostenida para ponerlo en su lugar, y tampoco corre el riesgo 
de desprenderse si el hombre llega a perder la erección. 
Aunque el condón femenino permite a las mujeres tener en sus manos una 
herramienta para prevenir el contagio del VIH, presenta sus propios problemas. 
Uno de los más importantes es que, al igual que el condón masculino, debe 
ser aceptado por los hombres, porque el anillo externo hace evidente su presencia 
y esto implica una negociación que, como se dijo antes, no siempre es posible. 
Otro inconveniente es su elevado costo: un condón femenino puede costar en 
México tanto como un paquete de tres condones de la marca más cara, alrededor 
de 60 pesos. 
Linguori (op.cit), señala que, otro importante problema que enfrenta el 
condón femenino, es que debe producir suficientes ganancias para que no lo 
retiren del mercado. En los últimos años, la ONUSIDA los ha comprado y 
distribuido a través de grupos civiles y programas nacionales. 
27 
 
 
Lamentablemente la adquisición de este se ve limitada por su costo elevado 
lo que nuevamente excluye a las mujeres a acceder a una forma más segura de 
prevenir tanto embarazos como enfermedades de transmisión sexual. 
Respecto al acceso a los servicios de salud Langer y Nigenda (2000) 
propone que deben existir servicios integrales de salud sexual y reproductiva de 
buena calidad, que ofrezcan información y atención, y den a las y los usuarios, la 
oportunidad de participar activa e informadamente en la toma de decisiones que 
involucren su salud. 
También sobresale la necesidad de crear o reforzar programas y servicios 
para sectores de la población hasta entonces descuidados por los programas 
tradicionales, tales como los adolescentes y jóvenes, los indígenas y los hombres 
en particular. 
Finalmente, la plataforma de acción que surge de la CIPD (Conferencia 
internacional sobre población y desarrollo) identifica situaciones que obstaculizan 
el progreso de las mujeres al representar distintas formas de discriminación 
basadas en el género, tales como la pobreza, las escasas oportunidades para la 
educación, la violencia, la coerción, el limitado acceso a los recursos económicos 
y, en general a la toma de decisiones, y propone acciones para mitigar sus 
efectos. 
Con todo lo anterior nos podemos dar cuenta que la falta de información y 
el no tener acceso a los servicios de salud propician un factor de riesgo para 
contraer enfermedades de transmisión sexual, particularmente en la población 
femenina ya que al estar inmersos en un contexto mayoritariamente heterosexista 
la atención médica hacia las mujeres va enfocada como ya se había dicho hacia la 
procreación lo que segrega a las mujeres homosexuales. 
 Es por ello que la presente investigación está dirigida a conocer si dentro 
de sus prácticas sexuales se encuentra el uso de algún método para prevenir el 
contagio de una enfermedad de transmisión sexual y a que factores se encuentra 
asociada la presencia o ausencia de esta práctica preventiva. 
28 
 
 
Como se pudo advertir, las condiciones de vulnerabilidad social y sexual están 
íntimamente vinculadas con las relaciones entre las instituciones, los hombres y 
las mujeres, en donde los varones suelen tener una sexualidad más libre en 
cuanto al número de parejas sexuales y desplegando siempre la responsabilidad 
del cuidado a las mujeres, asumiendo un papel pasivo respecto a la toma de 
decisiones en cuanto al cuidado de su cuerpo, el número de hijos y por supuesto 
la prevención de infecciones de transmisión sexual. Todas estas características y 
diferencias hombres y mujeres cuyas creencias, representaciones y aprendizajes 
del uso del cuerpo, marcan sus vidas y prácticas sociales, por ello a continuación 
se hace una breve explicación respecto a los roles de género y que a donde a 
partir de ellos hombres y mujeres dirigen sus prácticas de vida de manera distinta 
incluyendo las prácticas sexuales. 
 
1.2. Categoría de Género 
El género es una categoría explicativa de la construcción social, psíquica, 
emocional, biológica y política de hombres y mujeres. 
Lagarde, menciona que la categoría de género analiza la síntesis histórica 
que se da entre lo biológico, lo económico, lo social, lo jurídico, lo político, lo 
psicológico, lo cultural; implica al sexo pero no agota ahí sus explicaciones (citado 
en Hernández, 2006). 
Para Martha Lamas (1996), la cultura marca a los seres humanos con el 
género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo religioso, lo 
cotidiano. La lógica del género es una lógica de poder, de dominación. 
Este concepto surge dentro del ámbito de la psicología en la década de los 
sesentas para destacar un acontecimiento hasta entonces no valorado: existía 
algo fuera del sexo biológico que determinaba la identidad y el comportamiento 
(Lagarde, 2006). 
 
Uno de los primeros investigadores en concluir que el comportamiento de 
hombres y mujeres va mas allá de su asignación biológica fue Robert Stoller en 
29 
 
 
1964 (op. cit. 2006) mientras realizaba un estudio en personas en los que la 
asignación de sexo falló niñas que, aunque tienen un sexo genético, anatómico 
(vagina y clítoris) y hormonal femenino, tienen un clítoris que se puede confundir 
con pene. En los casos estudiados, a estas niñas se les asignó un papel 
masculino; y este error de rotular a una niña como niño resultó imposible de 
corregir después de los primeros tres años de edad. También hubo casos de niños 
genéticamente varones que, al tener un defecto anatómico grave o haber sufrido 
la mutilación del pene, fueron rotulados provisoriamente como niñas, de manera 
que se les asignó esa identidad desde el inicio, y eso facilitó el posterior 
tratamiento hormonal y quirúrgico que los convertiría en mujeres. 
Lo cual lleva a concluir a Stoller que lo que determina la identidad y el 
comportamiento tanto masculino como femenino no es exclusivo del sexo 
biológico, sino se construye a partir de haber vivido una serie de experiencias, 
ritos y costumbres atribuidos a cada género. Por lo que la asignación y adquisición 
de una identidad son más predominantes que la carga genética, hormonal y 
biológica. 
 
1.2.1. La identidad de género 
 
Se establece más o menos a la misma edad en que el infante adquiere el 
lenguaje (entre los dos y tres años) y es anterior a su conocimiento de la diferencia 
anatómica entre los sexos. Desde dicha identidad, el niño estructura su 
experiencia vital; el género al que pertenece lo hace identificarse en todas sus 
manifestaciones: sentimientos o actitudes de "niño" o de "niña”, comportamientos, 
juegos, etcétera. Después de establecida la identidad de género, cuando un niño 
se sabe y asume como perteneciente al grupo de lo masculino y una niña a lo 
femenino, ésta se convierte en un tamiz por el que pasan todas sus experiencias. 
Es usual ver a niños rechazar algún juguete porque es del género contrario, o 
aceptar sin cuestionar ciertas tareas porque son del propio género. Ya asumida la 
identidad de género, es casi imposible cambiarla. 
30 
 
 
 
1.2.2. El papel de género 
 
El papel o de género se forma con el conjunto de normas y prescripciones que 
dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femeninoo masculino. 
 
Aunque hay variantes de acuerdo con la cultura, la clase social, el grupo étnico 
y hasta el nivel generacional de las personas, se puede sostener una división 
básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las mujeres 
paren a los hijos, y por lo tanto, los cuidan: ergo, lo femenino es lo maternal, lo 
doméstico, contrapuesto con lo masculino como lo público. La dicotomía 
masculino-femenina, con sus variantes culturales (del tipo el yang y el yin), 
establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles 
y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los 
comportamientos en función de su adecuación al género. 
La existencia de distinciones socialmente aceptadas entre hombres y mujeres 
es justamente lo que da fuerza y coherencia a la identidad de género, pero hay 
que tener en cuenta que si el género es una distinción significativa en gran 
cantidad de situaciones, es porque se trata de un hecho social, no biológico. Si 
bien las diferencias sexuales son la base sobre la cual se asienta una determinada 
distribución de papeles sociales, esta asignación no se desprende "naturalmente" 
de la biología, sino que es un hecho social, por ejemplo la maternidad sin duda 
juega un papel importante en la asignación de tareas, pero no por parir hijos las 
mujeres nacen sabiendo planchar y coser. 
Es importante analizar la articulación de lo biológico con lo social y no tratar de 
negar las diferencias biológicas indudables que hay entre mujeres y hombres; pero 
también hay que reconocer que lo que marca la diferencia fundamental entre los 
sexos es el género. 
La estructuración del género llega a convertirse en un hecho social de tanta 
fuerza que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas 
31 
 
 
capacidades o habilidades supuestamente biológicas, que son construidas y 
promovidas social y culturalmente. En el caso de las mujeres sus características 
biológicas son las que van determinando ciertos comportamientos, por ejemplo ya 
que la mujer tiene la capacidad biológica de generar vida, se le presta más 
atención a esta capacidad dejando de lado el placer o disfrute de su vida sexual, 
contrariamente con los hombres quienes jamás pasan por el proceso del 
embarazo, entre otros procesos. 
 Hay que tener siempre presente que entre mujeres y hombres hay más 
semejanzas como especie que diferencias sexuales. 
 
1.3. Mujeres, sexualidad y cultura 
A lo largo del tiempo podemos dar cuenta de cómo han ido evolucionando las 
sociedades y con ellas las formas de pensar y concebir el mundo, dentro de ellas 
destaca el hecho de cómo se ha ido transformando la idea de lo que es o debe ser 
una mujer. 
 Aunque las mujeres también son importantes, poderosas e influyentes, 
pareciera que en relación con los hombres de su misma edad y status social, las 
mujeres, carecen de una autoridad reconocida y culturalmente estimada. 
(Rosaldo, 2010). 
 Laqueur (1994) nos hace un recuento de cómo se va transformando 
le concepción de la mujer, de su cuerpo y placer a finales del siglo XVIII a través 
de una gran variedad de fuentes médicas, la mayoría sobre reproducción y 
sexualidad, 
la mutabilidad de las explicaciones científicas que construyen el sexo como 
categoría natural o biológica, demostrando que a lo largo de la historia “casi 
todo lo que se desea decir sobre el sexo ya ha sido reivindicado para el 
género” (Laqueur, 1994, p. 33). 
 
El autor marca dos etapas en la historia de las representaciones científicas 
del sexo. Una primera, de “sexo único” (masculino), desde la ilustración griega al 
32 
 
 
siglo XIX, la cual reduce al cuerpo de la mujer como otra versión del cuerpo 
masculino particularmente en la cuestión genital “los suyos están en el interior del 
cuerpo y no en el exterior” (op. citp.21). 
 
Para el siglo XVIII comienza a surgir el establecimiento de diferencias 
apreciables en los organismos de las mujeres y los varones. Se va creando una 
nomenclatura apropiada para denominar la recién descubierta diferencia 
anatómica y los aparatos reproductores, primero, y la totalidad del organismo, con 
posterioridad, se van conformando como distintos, aunque igualmente coherentes 
con el sistema de géneros. El dimorfismo se convierte en diferencia ilimitada de 
los sexos, discurso que desde algunos ámbitos científicos y filosóficos sustenta la 
doctrina y la práctica liberal de las esferas privada y pública. 
Como podemos dar cuenta desde hace ya siglos en las sociedades 
occidentales la sexualidad se ha convertido en una herramienta de control de las 
personas y sus cuerpos (Weeks, 1998, citado en Milenio, 2005). 
En algunas investigaciones sobre los significados de la sexualidad entre 
jóvenes mexicanos Amuchástegui (2001), comenta que tal vigilancia aparece 
como diferente para hombres y mujeres, pues mientras se afirma la importancia de 
preservar la virginidad femenina hasta el matrimonio –como si no existiera ningún 
otro destino o aspiración para las mujeres-, después de cierta edad la virginidad 
de los hombres sería signo de una masculinidad dudosa. 
Así, la actividad sexual es cargada de una infinidad de significados sobre 
las personas, sobre su calidad moral, su experiencia y sabiduría. Para los varones 
además de salvaguardar su masculinidad sirve para que se juzguen a sí mismos y 
a otros u otras según normas ajenas a su propia experiencia y forma de pensar. A 
ellos lo que se mandata es el coito, independientemente del deseo. 
En el caso de las mujeres sucede lo contrario, puesto que la presencia de 
actividad sexual premarital y la no reproductiva, la condena ya que para ellas 
representa una mancha y una contaminación, lo que se condena es la existencia 
misma del deseo sexual de las mujeres. En ambos casos está ausente el derecho 
a decidir sobre el propio cuerpo y sus placeres. 
33 
 
 
En este contexto cultural donde se norma el uso del cuerpo para la 
reproducción de la especie, se entiende que toda política de salud se centre en la 
genitalidad, planificación familiar y el uso de anticonceptivos, es el sistema de 
control de la vida sexual centrado en las mujeres. 
Hasta el momento hemos visto como la sexualidad juega un papel 
importante dentro de la vida del individuo, sin embargo, tomar conciencia respecto 
a cómo dirigir nuestra sexualidad responsable y sanamente es una labor que hoy 
en día se mantiene persistente ya que existen datos que revelan que a pesar de la 
divulgación de la información respecto a los métodos de prevención de ITS y 
anticoncepción, aún se presentan casos de contagio y embarazos no deseados en 
jóvenes mexicanos, a esto le podemos sumar el hecho de toda la serie de 
estigmas, tabúes y creencias respecto a nuestro cuerpo, su cuidado y la salud 
sexual. A pesar de que hombres y mujeres, construyen y viven su sexualidad de 
forma distinta, con lo anteriormente mencionado se muestra que las mujeres son 
un grupo vulnerable respecto a este tema ya que durante muchos años se les ha 
cargado socialmente el hecho de la procreación, el cuidado de los hijos, el hogar, 
además que se les ha censurado y restringido al placer, el cuidado y sobre todo el 
hecho a decidir sobre sus cuerpos. Cabe señalar, que la sexualidad femenina es 
muy compleja y particularmente la homosexualidad femenina puesto que ésta se 
vive y construye de forma diferente de la heterosexual es por ello que la presente 
investigación tiene como propósito conocer el proceso de construcción de 
identidad lésbica, desde el momento en que ellas se dan cuenta de su preferencia, 
el proceso de autoaceptación, asumirse públicamente y éstos procesos como se 
vinculan con la forma de vivir su sexualidad particularmente en el cuidado y 
prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). Esto a través de un análisis 
extraído de entrevistas y cuestionariosrealizados a nueve mujeres homosexuales 
adultas de la ciudad de México. 
 
 
 
 
34 
 
 
CAPÍTULO II 
2. METODOLOGÍA 
 
Justificación 
 
Hoy en día las prácticas sexuales riesgosas representan un problema de salud 
importante en nuestro país, debido a la desinformación o creencias de las 
personas en torno a la homosexualidad y sus prácticas, es por esto que el objetivo 
de la presente investigación es conocer si las mujeres que tienen preferencia por 
personas de su mismo sexo llevan a cabo prácticas sexuales riesgosas. Es 
posible darnos cuenta de que la sociedad en si guarda un cierto recelo y aun tabú 
hacia las comunidades “gay”, ya que se tiene la creencia de que estos han sido los 
propagadores de enfermedades venéreas como el Virus de Insuficiencia Humana 
(VIH), al ser minoría, también debemos tomar en cuenta el grado de 
discriminación por el que atraviesan al trata de obtener información sobre 
prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). 
Actualmente a la homosexualidad se le siguen atribuyendo características 
negativas, se le cataloga como una enfermedad mental, una perversión, y al tener 
un modelo de vida tan cerrado y radical en el que se categorizan las cosas en 
bueno-malo al ser la pareja heterosexual lo bueno y socialmente aceptado coloca 
a la homosexualidad en el otro extremo, en el negativo, en lo que no encaja, lo 
que está mal, lo que perjudica, colocando así a las mujeres homosexuales en una 
categoría donde se sabe de antemano se tendrá rechazo exclusión y 
marginación. Posicionando a este sector como un grupo vulnerable ya que no se 
le provee la información necesaria para llevar a cabo una vida sexual plena y 
sana, encaminada a la prevención y el autocuidado. 
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Es por ello que la presente investigación tuvo como objetivo el conocer cuáles son 
sus prácticas sexuales, de qué manera obtuvieron u obtienen información sobre 
sexualidad y métodos de prevención de ITS a través de la recopilación de 
información brindada en las entrevistas por cada una de nuestras participantes. 
Para el presente estudio se utilizó la metodología cualitativa, particularmente las 
entrevistas semiesturcturadas además de un cuestionario con la recopilación partir 
de las preguntas que iban surgiendo a lo largo de las entrevistas, ya que es de 
importancia el abordar temas con contenido social bajo el principal supuesto de 
que la realidad se construye de forma social por lo que no es independiente de los 
individuos de ahí la importancia de centrar nuestra atención en grupos específicos 
con necesidades particulares, en conocer más de la subjetividad y los significados 
(Castro,1996), es decir, es del objeto de la psicología, dar cuenta de los procesos 
de identidad de género de la población lésbica, de sus prácticas sociales y 
sexuales. De lo que para ellas significaba su preferencia sexual y su salud integral. 
La investigación cualitativa además, se caracteriza por trabajar con instrumentos 
de análisis que no buscan informar sobre la extensión de los fenómenos (cantidad 
de fenómenos), sino más bien interpretarlos en profundidad y detalle, para dar 
cuenta de comportamientos sociales y prácticas cotidianas. Es por ello que se 
destacó la relevancia del uso de la investigación cualitativa a través de la escucha 
y observaciones mediante las cuales se pudo acceder a los sentimientos, 
percepciones de vida, prácticas sociales que tienen las mujeres lesbianas con 
respecto a su sexualidad incluyendo las prácticas de salud sexual y reproductivas. 
Objetivo general 
Conocer si las mujeres que tienen preferencia por personas de su mismo sexo 
llevan a cabo prácticas sexuales riesgosas. 
Objetivos específicos 
 Conocer cuáles son las prácticas de riesgo que llevan a cabo y mujeres 
homosexuales. 
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 Conocer que métodos y/o prácticas utilizan las mujeres homosexuales para 
la prevención de enfermedades de trasmisión sexual. 
 Conocer de qué manera obtuvieron u obtienen información sobre 
sexualidad y métodos para la prevención de ITS. 
 
MÉTODO 
Participantes: En la investigación participaron diez mujeres entre los 20 años de 
edad y los 40. La mayoría de ellas asumió su homosexual durante su juventud, 
con vida sexual activa. 
Lugar: Para establecer la confianza y tranquilidad y confidencialidad las 
entrevistas se llevaron a cabo en espacios cerrados, poco ruidosos y bien 
iluminados, en la mayoría de los casos eran sugeridos por las participantes. Dos 
de ellas sugirieron que la entrevista fuera llevada a cabo en una jardinera de un 
parque cercano a su domicilio, otra propuso fuera llevada a cabo en su automóvil, 
el resto decidieron que fueran entrevistadas en un salón de clases de su 
universidad, y las últimas tres participantes lo hicieron vía electrónica, contestando 
el cuestionario y Messenger. 
Instrumentos: Se empleo una guía de entrevista conformada por siete ejes mismos 
que sostenían preguntas cuyo objetivo era propiciar un diálogo abierto sobre 
temas tales (ver anexo 1) además de un cuestionario complementario que fue 
enviado vía mail a algunas participantes (ver anexo 2) 
Material: 
 Grabadora de audio con conexión USB 
 Guía de entrevista 
 Cuaderno para notas 
 Lápiz 
 Lap top 
 
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Supuesto 
Debido a que dentro del sector salud a las mujeres se les brinda mayor atención 
en temas relacionados con la procreación, las mujeres quedan excluidas de temas 
relacionados con el cuidado de su salud sexual y reproductiva, particularmente en 
la prevención de infecciones de transmisión sexual, colocando a las mujeres en un 
sector vulnerable especialmente a las mujeres homosexuales por lo que valdría 
preguntarse acerca de su conocimiento sobre la protección sexual y las prácticas 
de riesgo. 
Hipótesis 
El rechazo hacia temas relacionados con la homosexualidad margina a las 
mujeres homosexuales evitando que reciban información y atención respecto a 
enfermedades transmitidas entre mujeres, lo que las vuelve más propensas a 
mantener prácticas sexuales de riesgo. 
 
Procedimiento 
El contacto directo con los participantes fue a través de la investigadora, la cual ya 
tenía conocimientos previos acerca de ellas, además de contar con la aprobación 
de las mismas para participar en el estudio. Las entrevistas eran llevadas a cabo 
en espacios cerrados, como algún salón de clase o bien en espacios al aire libre 
en donde no hubiera tanta afluencia de personas ni ruido, por ejemplo alguna 
jardinera o auto de alguna de ellas. Las participantes fueron entrevistadas 
individualmente y éstas fueron registradas por una grabadora de voz. Se buscó 
que la entrevista tuviera forma de conversación, las cuales duraban 
aproximadamente una hora y media. 
Es importante señalar que la población participante fue fluctuante debido a 
que no siempre se completaba toda la información en la primera entrevista por lo 
que se les programaba para una segunda o tercera cita para recopilar los datos 
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que habían quedado pendientes, sin embargo no todas las participantes pudieron 
continuar con la investigación por diversas causas, como falta de tiempo o 
desinterés, por lo que se presentan únicamente nueve testimonios de aquellas 
mujeres que permanecieron hasta el final de las entrevistas. Debido a las diversas 
actividades de las participantes ya no era posible acordar una nueva cita para 
continuar con la recopilación de datos pendientes en entrevistas anteriores por lo 
que se elaboró un cuestionario el cual contenía las preguntas de los ejes 
temáticos abordaros en las entrevistas. Esta encuesta era enviada vía electrónica 
a las participantes las cuales en un lapso de diez a quince días reenviaban la 
misma, contestada. Lo cual brindaba mayor seguridad y comodidad a las 
participantes ya que algunas se sentían intimidadas por la presencia de la 
grabadora de voz. 
Las entrevistas fueron transcritaspara recuperar y categorizar la 
información además de complementarlas con las respuestas dadas en el 
cuestionario. 
Es importante resaltar que la participación de las mujeres entrevistadas fue 
de manera voluntaria, su identidad quedó protegida por lo que en el análisis del 
capítulo II solamente se muestra su nombre (real o ficticio) y su edad. 
Finalmente se revisaron las transcripciones y cuestionarios divididos en trece 
categorías de análisis conformadas por: a) Reconocimiento personal, b) Primeras 
experiencias homosexuales, c) Satisfacción sexual, d) Experiencias 
heterosexuales, e) Identificación con otros homosexuales. Los amigos, f) La 
familia, g) Reconocimiento público, la familia y contextos sociales , h) Información 
y conocimientos acerca de la sexualidad, i) Prácticas sexuales lésbicas. Mitos y 
realidades, j) Lesbianas y VIH, k) Factores que aumentan los riesgos, l) Sexo 
lésbico seguro y m) Sector salud y discriminación. 
 
 
 
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CAPÍTULO III 
3. ANÁLISIS DE RESULTADOS 
 
3. Mujeres y homosexualidad: Aspectos histórico-culturales 
 
Como sabemos el vivir dentro de una sociedad nos obliga a acatar ciertas reglas, 
costumbres, tradiciones, formas de pensar y asimilar nuestro entorno. 
Dentro de éstas se encuentra el reconocimiento y actitud respecto a la 
homosexualidad, la cual durante muchos años ha sido tema de interés puesto que 
dentro de este tema giran toda una serie de estigmas sociales construidos en 
torno a ésta. 
La consideración de la homosexualidad cambia mucho en las distintas 
culturas, dependiendo de su peculiar interpretación de las relaciones entre sexo y 
sexualidad, dice Marina (2005) “En ningún sitio se ha considerado igual la 
homosexualidad masculina y la femenina. En Grecia, por ejemplo, eran muy 
críticos respecto del varón homosexual pasivo, porque adoptaba conductas de 
mujer, lo que les parecía una degradación. Lo que había en el fondo era un 
desprecio de la condición femenina”. Pero los antiguos propusieron una moral 
sexual que me parece acertada. Para los griegos, lo importante no era tanto el 
acto como el papel que la sexualidad jugaba dentro de la vida, los proyectos, el 
carácter de una persona. 
Para el cristianismo la homosexualidad tiene otro sentido, centró su juicio 
moral en el acto sexual y en el modo de realizarlo. Y acabó fundando su moral en 
la idea de naturaleza, es decir toda aquella relación que permitiera la reproducción 
de la especie y esa es la relación heterosexual (Hombre-Mujer), por tanto, 
biológicamente la relación homosexual impide que se lleve a cabo este principio, 
la preservación de la especie. La fisiología se vuelve entonces prescriptiva. Es así 
como la homosexualidad es calificada y señalada como “antinatura” y por tanto 
todas aquellas personas que muestren conductas “anormales”, es decir, la 
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atracción hacia personas de su mismo sexo tenían que ser revindicadas de tal 
suerte que pudieran retomar esta característica “natural” de las especies, la 
reproducción y preservación. 
 Posteriormente la conducta homosexual dentro el cristianismo no solamente pasa 
a ser un pecado si no un crimen así quienes eran homosexuales fueron 
castigados; puesto que no se ajustaban a aquella función reproductiva y 
naturalista de sexos complementarios y contrarios, mujer a la reproducción, 
hombre a la producción y a que todo fin único de la relación sexual es la 
reproducción humana, por tanto las relaciones heterosexuales son lo normal, se 
supone el principio de la homosexualidad como anormal y para principios de la 
medicina, la psiquiatría y la psicología del siglo XIX, la homosexualidad era 
considerada una enfermedad mental, no fue sino hasta 1973 que la Asociación 
Psiquiátrica Americana (APA, por sus siglas en inglés) omitió la homosexualidad 
de su lista de diagnósticos de desórdenes mentales y una consecuencia de la 
acción de la A.P.A. fue añadir la autoridad psiquiátrica a la insistencia de que los 
homosexuales son tan sanos como los heterosexuales, es decir, ya se tenían 
fundamentos científicos y comprobables de que la homosexualidad no era 
consecuencia de ningún trastorno psicológico (conductual) o psiquiátrico 
(biológico), por lo cual la sociedad se ve en cierta medida obligada a modificar 
esta concepción negativa respecto a la homosexualidad. 
Con lo anteriormente mencionado, cabe destacar que la homosexualidad es 
un tema hoy en día muy polémico ya que aún se siguen teniendo ciertas creencias 
negativas al respecto de esta población, sin embargo, hay que resaltar el hecho de 
que si bien la presión social origina conflictos y confusión en las personas 
homosexuales, las mujeres son aún más vulnerables ante tal situación debido a 
toda la serie de estigmas sociales respecto a cómo se concibe una mujer dentro 
de la sociedad y que principalmente se le sigue atribuyendo en su totalidad el 
tema de la procreación. Esto, nos lleva a centrar más nuestra atención puesto que 
si bien la sexualidad femenina es muy compleja la homosexualidad femenina 
engloba muchos más tabúes respecto a su reconocimiento y construcción debido 
a que las mujeres homosexuales al ser sexual y emocionalmente compatibles con 
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otras mujeres se “desvían” de su objetivo socialmente impuesto, la preservación y 
cuidado de la especie. 
 
3.1 Homosexualidad femenina 
 
Por homosexualidad entendemos a aquellas personas que tienen una atracción 
erótico-afectiva por personas de su mismo sexo. 
En lo concerniente a la homosexualidad en mujeres se tiene poca información. La 
homosexualidad femenina o lesbianismo es caracterizado por la relación y 
atracción sexual o emocional entre las mujeres. El término de lesbianismo o 
proviene del nombre de la isla griega de Lesbos, lugar en que vivió Safo, principal 
exponente que hace alusión a este respecto escribiendo poemas de amor dirigidos 
a mujeres. 
Martínez y cols. (2001) mencionan que históricamente, las lesbianas han 
estado involucradas en la lucha por los derechos de las mujeres. El auge de las 
últimas décadas de los sectores denominados "representantes del feminismo", ha 
luchado por mucho tiempo por el reconocimiento del lesbianismo. Es imposible 
determinar el momento en que surgió la primera relación lésbica. Sin embargo, 
determinados documentos históricos nos permiten hacernos una idea de la 
evolución del lesbianismo. Por ejemplo en los siglos XVI, XVII y XVIII, las 
relaciones sexuales entre monjas eran un tema recurrente en la literatura de la 
época, sobre todo en los países protestantes y círculos católicos. Existen novelas 
cortas y poemas que, de alguna forma, documentan sobre estas relaciones 
sexuales entre monjas dentro de los conventos. Hasta el momento se creía que el 
lesbianismo había sido ignorado por las leyes civiles. Sin embargo, la primera ley 
civil que condenaba el lesbianismo fue el “Código de Orléans”, en 1260. La ley 
condenaba a los sodomitas masculinos a la pérdida de los testículos, a la primera 
ofensa; del miembro completo, en la segunda; y a la quema en la hoguera, a la 
tercera. Esa ley fue ampliada para incluir a las mujeres. 
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Para las lesbianas de muchas regiones del mundo, la lucha por los 
derechos humanos es una lucha por la supervivencia. Al hacer frente a gobiernos, 
familiares y comunidades que llegan a cuestionar su derecho a vivir, a estas 
mujeres las pueden matar, encarcelar o golpear sólo a causa de su identidad. 
Para otras, la lucha en favor de los derechos humanos es una batalla diaria por la 
dignidad. En muchos países a las lesbianas se les niegan derechos humanos 
fundamentales como el derecho a la libertad de expresión debido únicamente a su 
identidad. 
Es por ello que reconocerse como lesbiana dentro de una sociedad que 
reprime y castiga la homosexualidad representa mucho valor, esta asunción de su 
identidad se va conformando a través de un proceso el cual

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