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Frecuencia-de-positividad-de-pruebas-diagnosticas-in-vitro-y-relacion-con-sintomatologa-de-alergia-alimentaria-en-pacientes-pediatricos-del-Hospital-Juarez-de-Mexico

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 
SECRETARÍA DE SALUD 
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO 
DIVISIÓN DE PEDIATRÍA 
 
 
FRECUENCIA DE POSITIVIDAD DE PRUEBAS DIAGNÓSTICAS 
IN VITRO Y RELACIÓN CON SINTOMATOLOGÍA DE ALERGIA 
ALIMENTARIA EN PACIENTES PEDIÁTRICOS DEL 
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN 
PEDIATRÍA 
PRESENTA: 
 DRA. TANIA ALEJANDRA FÉLIX ESQUER 
 
ASESOR DE TESIS: 
DR. JAIME MELLADO ÁBREGO 
 
MÉXICO, D.F. FEBRERO DEL 2016 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
1 
 
 
HOJA DE AUTORIZACIÓN 
 
 
 
 
DR. CARLOS VIVEROS CONTRERAS 
TITULAR DE LA UNIDAD DE ENSEÑANZA 
 
 
 
 
DR. JORGE ALBERTO DEL CASTILLO MEDINA 
PROFESOR TITULAR DEL CURSO UNIVERSITARIO DE 
ESPECIALIZACIÓN EN PEDIATRÍA 
 
 
 
 
DR. JAIME MELLADO ÁBREGO 
ASESOR DE TESIS 
 
 
 
 
 
 
 
 
REGISTRO DE PROTOCOLO: HJM 0031/15-R 
 
2 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mis padres, por ser mi mejor ejemplo de superación y esfuerzo, por su cariño, 
dedicación y apoyo incondicional, por hacerme más fácil este largo camino y 
porque sin ustedes este sueño no sería una realidad, siempre estaré agradecida. 
 
A mi hermana, por ser la mejor compañía y por todo lo que hemos vivido y 
compartido juntas. Gracias a ese ángel que siempre nos cuida y protege en cada 
paso. 
 
A mis maestros por su orientación y enseñanzas durante este camino que me han 
permitido concluir mi formación profesional. 
 
A mi asesor de tesis, por sus enseñanzas y apoyo para la realización de este 
proyecto. 
 
A mis compañeros, por los momentos que aprendimos juntos, les deseo mucho 
éxito. 
 
A todos los niños, por ser nuestro mejor libro de pediatría. 
 
 
 
3 
 
 
ÍNDICE 
 
 
1. Resumen…………………………………………………………………………4 
2. Antecedentes…………………………………………………………………….5 
3. Planteamiento del problema…………………………………………………..13 
4. Hipótesis…………………………………………………………………………14 
5. Justificación……………………………………………………………………..15 
6. Objetivos…………………………………………………………………………16 
7. Material y métodos……………………………………………………………...17 
8. Resultados……………………………………………………………………….20 
9. Discusión…………………………………………………………………………31 
10. Conclusiones…………………………………………………………………….35 
11. Bibliografía……………………………………………………………………….36 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
1. RESUMEN 
 
Antecedentes: La alergia alimentaria es una patología predominante en la edad 
pediátrica que ha incrementado en los últimos años y juega un papel fundamental 
en enfermedades alérgicas como asma, dermatitis atópica y rinitis alérgica. 
Objetivo: Conocer la frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y 
relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del 
Hospital Juárez de México. 
Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio de tipo descriptivo, observacional, 
retrospectivo y transversal en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México 
durante el periodo de Julio del 2012 a Junio del 2015, se realizó el análisis con 
estadística descriptiva y medidas de tendencia central. 
Resultados: El grupo de edad que predominó fue el escolar (50%), en cuanto a 
género, no se encontró diferencia significativa. El 56.6% tiene antecedentes 
heredofamiliares alérgicos como asma bronquial, rinitis alérgica y dermatitis 
atópica. La edad de inicio de sintomatología de alergia alimentaria predominó en 
preescolares (40%) y lactantes menores (36.6%), el cuadro clínico que predominó 
fue el respiratorio (56.6%) y el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de 
las cuales, el asma bronquial es la de mayor frecuencia (35%), el 26.6% presenta 
eosinofilia y el 56.6% presenta IgE sérica total mayor de 100 UI/ml. Los alergenos 
más comunes identificados, en orden de frecuencia, son en primer lugar la yema 
de huevo y papa, en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer lugar, la soya. 
Un total de 11 pacientes (36.6%) presenta pruebas diagnósticas in vitro positivas 
asociadas a sintomatología de alergia alimentaria. 
Conclusiones: La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y su 
relación con sintomatología de alergia alimentaria en el paciente pediátrico fue del 
36.6%, por lo que se recomienda evitar restricciones dietéticas innecesarias en 
pacientes asintomáticos con pruebas positivas. 
 
5 
 
2. ANTECEDENTES 
 
El término alergia fue acuñado en 1906 por el pediatra austriaco Clemens Von 
Pirquet, quien describió los casos de enfermedad del suero en niños tratados con 
preparaciones de anticuerpos. 
La alergia alimentaria se definió por un grupo de expertos del Instituto Nacional de 
Alergias y Enfermedades Infecciosas como "un efecto adverso para la salud que 
surge de una respuesta inmune específica y ocurre de forma reproducible a la 
exposición de un alimento dado." Esta respuesta comprende básicamente todos 
los tipos de reacciones mediadas inmunes, incluyendo las causadas por el sistema 
inmune adaptativo e innato. (1) 
La alergia alimentaria es la reacción clínica provocada por un mecanismo 
inmunológico específico a un antígeno, posterior a la exposición a un alimento 
determinado. (2) 
Se calcula que su prevalencia varía entre 2 y 4% en la población adulta y entre 6 y 
8% en niños. (3) Otros estudios reportan que en los países desarrollados, la alergia 
alimentaria mediada por IgE afecta a un 3-8% de los niños y al 1-3% de los 
adultos. (4) 
Debido a que cada año se incrementan los casos reportados, la alergia alimentaria 
debe considerarse un problema de salud pública, de hecho algunos autores la han 
calificado como la “segunda oleada” de la epidemia alérgica, solo por debajo de la 
rinitis y el asma. 
Las enfermedades alérgicas afectan a cerca de mil millones de personas en todo 
el mundo. Con un ritmo de crecimiento acelerado en los últimos 60 años, se 
espera que su prevalencia esté cerca a los 4 mil millones de personas para el año 
2050. (3) 
El 25% de la población en Estados Unidos cree que tiene algún tipo de alergia 
alimentaria, mientras que el 19% de la población Europea ha reportado algún 
6 
 
síntoma después de la ingestión de algún alimento en particular. En 
Latinoamérica, Marrugo reportó una prevalencia de 14.9% de alergia alimentaria 
en Cartagena. En un estudio realizado en el Hospital Universitario de Monterrey, 
Nuevo León, México, se encontró a la alergia alimentaria como una comorbilidad 
de los pacientes que acudían a consulta de alergia, con frecuencia de 2.6%. 
En México no hay estudios de la prevalencia de alergia alimentaria, y por ello, no 
se conocen los cuadros clínicos que se asocian con mayor frecuencia a alergia 
alimentaria ni los alérgenos más comunes en el país. (5) 
La alergia alimentaria es el primer paso de la marcha atópica, que se refiere a la 
historia natural de la reacción alérgica y se caracteriza por una secuencia típica de 
los síntomas y condiciones clínicas; en general, las características clínicas de la 
alergia a los alimentos y el eczema atópico, preceden el desarrollo del asma y la 
rinitis. La leche y el huevo en la infancia, están asociados a un mayor riesgo de 
desarrollar la sensibilización a los ácarosdel polvo doméstico y el asma durante el 
periodo del lactante. (6) 
Se considera una grave y peligrosa condición de salud para la vida que requiere 
un diagnóstico preciso y tiene grandes efectos sobre los hábitos alimenticios y la 
vida social del individuo. La leche, huevo, trigo, cacahuates, nueces, ajonjolí, 
pescado, frutas y verduras son inductores comunes de alergia alimentaria 
asociada a IgE. La alergia alimentaria a la leche, al huevo y al trigo a menudo es 
superada (los pacientes adquieren tolerancia), mientras que la alergia a 
cacahuetes, nueces y pescado a menudo persiste durante un tiempo. La 
incidencia exacta de alergia alimentaria no ha sido plenamente establecida, 
porque hay discrepancias entre resultados de diversos estudios. La prevalencia y 
la gravedad de las alergias alimentarias parecen ser cada vez mayor. Además de 
los factores genéticos, un número de factores ambientales, culturales y de 
comportamiento afectan a la frecuencia, severidad, y tipo de manifestaciones 
alérgicas. (1) 
De acuerdo con guía actual de alergia alimentaria y anafilaxia de la Academia 
Europea de Alergia e Inmunología Clínica, no hay restricciones en la dieta de las 
7 
 
madres durante el embarazo y la lactancia. La lactancia materna exclusiva se 
recomienda para los primeros 4-6 meses de vida, que impide el desarrollo de 
alergias. Si la lactancia materna no es posible, las fórmulas hipoalergénicas con 
efectos preventivos documentados, están recomendadas para niños de alto 
riesgo. La lactancia materna transfiere IgA de protección a los niños, lo cual puede 
prevenir la sensibilización alérgica y evita la exposición temprana a potenciales 
alérgenos alimentarios. Aunque algunos estudios han demostrado que la 
alimentación temprana con probióticos puede reducir el desarrollo de 
manifestaciones alérgicas, especialmente eczema, otros estudios encontraron 
que el uso de suplementos de probióticos durante la primera infancia no impidió el 
desarrollo de enfermedades alérgicas. (4) 
Existen diversos mecanismos por los que los pacientes desarrollan reacciones 
adversas a los alimentos también denominadas como intolerancia alimentaria. 
Estas reacciones pueden ser consideradas tóxicas o no tóxicas. Entre las 
reacciones no tóxicas, las que no son mediadas inmunológicamente, como los 
defectos enzimáticos (aminas vasoactivas) o reacciones a ciertas sustancias 
(intolerancia alimentaria), son mucho más comunes que las reacciones mediadas 
inmunológicamente. 
Sin embargo, las reacciones inmunológicamente mediadas afectan a millones de 
personas, son responsables de una morbilidad significativa y costos de atención 
de la salud, y puede causar graves reacciones que amenazan la vida y que 
conducen a la muerte. 
Según Coombs y Gell, hay cuatro principales tipos de reacciones alérgicas 
basados en mecanismos de patogénesis. Las formas más comunes de reacciones 
adversas a alimentos mediadas inmunológicamente (reacciones tipo I) siempre 
están caracterizadas por el desarrollo de IgE contra alérgenos alimentarios. Puede 
ser acompañada por inflamación, inducida por componentes celulares, y mediadas 
por células T y eosinófilos. Los pacientes con alergia a alimentos asociados a IgE 
pueden ser identificados basados en la detección de IgE contra alimentos 
alérgenos específicos en suero y fluidos corporales, y mediante la medición de 
8 
 
respuestas celulares mediadas por IgE y en vivo. Aunque es tentador especular 
que el antígeno alimentario IgG específico puede causar reacciones adversas a 
través de hipersensibilidad tipo II o tipo III, no hay evidencia experimental sólida 
para apoyar la relevancia de estas reacciones. (7) 
Se cree que la alergia a los alimentos es resultado de un defecto en la tolerancia 
oral. Mientras el sistema inmune de todos los individuos reconoce los antígenos 
alimentarios como extraños, los pacientes con alergia alimentaria desarrollan una 
respuesta inmunológica patológica a estos antígenos y pueden tener síntomas 
adversos en la re-exposición. 
Una capa simple de epitelio separa esta carga antigénica de los componentes del 
sistema inmune asociado con mucosas (MALT). Las células dendríticas de la 
lámina propia interactúan con los antígenos dietéticos y determinan la respuesta 
adaptativa (por ejemplo inmunidad vs tolerancia). Sin embargo, en 4-6% de los 
niños y 2% en los adultos hay una falla en éstos mecanismos, lo que genera una 
respuesta inmune que está dividida en dos fases: de sensibilización y efectora. 
La fase de sensibilización se caracteriza por la presentación del antígeno de la 
célula dendrítica a los linfocitos naive que generan una respuesta Th2 
caracterizada por la producción de IL-4, IL-5 e IL-13 por las células CD4. Esta 
respuesta genera la producción de IgE por las células B y su subsecuente unión 
con el receptor de alta afinidad de IgE que se encuentra en la superficie de los 
mastocitos de la piel, intestino, sistema cardiovascular y respiratorio, 
preparándose para la respuesta en la re-exposición. 
La fase efectora se da minutos después de la re-exposición al alérgeno, cuando la 
unión del antígeno con la IgE hace que los mastocitos se activen liberando 
diferentes sustancias, principalmente histamina, que ocasiona los síntomas 
característicos. (8) 
Las reacciones alérgicas a los alimentos pueden clasificarse con base en 
parámetros clínicos o inmunológicos. El espectro clínico varía desde formas leves 
a reacciones anafilácticas que pueden ser fatales. Desde el punto de vista 
9 
 
inmunológico, de una manera simple, las reacciones alérgicas a los alimentos 
pueden dividirse en mediadas por mecanismos de sensibilidad inmediata - 
mediados por IgE -, reacciones provocadas por mecanismos de hipersensibilidad 
retardada o celular y las formas que involucran ambos mecanismos, o mixtas; por 
lo tanto, el diagnóstico de alergia alimentaria se basa en una historia clínica 
sugerente y en la demostración de sensibilización específica a un alérgeno, ya sea 
mediante métodos in vivo (pruebas cutáneas, reto alimentario) o in vitro 
(determinaciones de IgE específica en suero).(9) 
Una vez que un paciente es diagnosticado con alergia alimentaria, es importante 
identificar el alérgeno (s) que causan el desorden y determinar si está mediada por 
IgE. (10) 
Historia Clínica: Una historia detallada es un primer paso esencial cuando se 
sospecha de una alergia a alimentos. Esto ayudará a determinar la probabilidad y 
el tipo de alergia inducida por alimentos. La historia por sí sola no es diagnóstica. 
En combinación con los resultados de los test de inmunoglobulina E específica y 
pruebas epicutáneas, la alergia alimentaria puede ser identificada. Los aspectos 
de la historia deben ser recopilados por separado para cada alimento considerado, 
ya que un paciente puede experimentar diferentes tipos de reacciones con 
diversos alimentos, cada uno de los cuales requerirá diagnósticos individuales y 
estrategias de manejo. La información recopilada durante la historia debe incluir 
antecedentes familiares de alergia, historia clínica e historia dietética.(11) La alergia 
alimentaria es un padecimiento con aumento en frecuencia en la última década, 
además de ser parte muy importante en la fisiopatología de otras enfermedades 
alérgicas, como el asma, rinitis alérgica, dermatitis atópica y gastroenteropatías 
eosinofílicas, por lo que es fundamental poder distinguir durante el interrogatorio, 
si los síntomas clínicos que presenta el paciente corresponden a reacciones 
mediadas o no por IgE.(12) 
Examen físico: Se concentra en los signos de alergia aguda, por lo que debe 
examinarse al paciente durante una reacción aguda, o en los estigmas de la 
enfermedad alérgica crónica cuando el paciente presente síntomas crónicos. Los 
10 
 
signos agudos pueden incluir urticaria y angioedema, sibilancias, tos, rinorrea, 
diarrea, vómitos y signos cardiovascularescomo hipotensión y taquicardia. Un 
examen general puede revelar facies alérgicas y palidez. El estado nutricional 
debe ser evaluado por la talla, el peso y el peso para la talla. Se deben buscar 
signos de deficiencias nutricionales, como la deficiencia de hierro o el raquitismo. 
La piel es examinada para detectar signos de eczema atópico y urticaria. La 
respiración bucal, congestión nasal, anomalías dentales y goteo post-nasal se 
buscan en la parte superior vías respiratorias, mientras que el tórax se examina 
con la hiperinflación y sibilancias. (13) 
Pruebas diagnósticas: No se puede depender de una sola prueba para 
diagnosticar alergia alimentaria. Una historia clínica ayuda en la identificación de 
los alimentos potencialmente involucrados y la diferenciación entre una 
enfermedad mediada por IgE y no mediada por IgE. En sospecha de alergia 
mediada por IgE, se utiliza para demostrar la sensibilización el Skin-Prick Test 
(SPT) y/o la medición de anticuerpos IgE específicos en suero a alimentos 
sospechosos. Sin embargo, la sensibilización no confirma la alergia clínica a los 
alimentos, ya que estas pruebas indican una respuesta inmunológica a un 
alérgeno específico, el diagnóstico requiere de una clara correlación entre el 
resultado de la prueba y la reacción clínica (por la historia positiva o reto 
alimentario). Las pruebas a ciegas sin sospecha de una reacción a un alérgeno 
específico no están argumentadas, los hallazgos son confusos ya que indican una 
sensibilización asintomática aislada. Las pruebas de sensibilización a alimentos no 
se deben llevar a cabo cuando la historia indica que los alimentos se toleran. No 
hay pruebas validadas para confirmar la alergia alimentaria mediada o no por IgE. 
(14) 
Skin-Prick Test (SPT): Es una herramienta útil y científicamente válida para 
confirmar la sensibilización mediada por IgE a un alérgeno específico. La prueba 
evalúa directamente la presencia de mastocitos. Extractos de alérgenos, 
preparados comerciales o directamente desde alimentos sospechosos, se 
introducen en la piel. Un SPT reactiva es un signo de sensibilización solamente, y 
11 
 
no pueden ser considerados de diagnóstico sin clara correlación clínica y/o la 
confirmación con una prueba de provocación oral de alimentos (OFC). Esta 
prueba es simple, con resultados rápidos y un buen rendimiento, bajo costo y alta 
sensibilidad. Los alérgenos probados deben ser guiados por la historia, pero 
también tienen que limitarse a la cifra más baja necesaria para evitar resultados 
falsos positivos. Los antihistamínicos deben suspenderse de tres a cinco días 
antes de la prueba. El diámetro medio del habón se correlaciona con la 
probabilidad de alergia clínica, pero debe ser interpretada en el contexto de la 
historia clínica. Por sí misma no es diagnóstica y no puede predecir la severidad 
de reacciones. (13) 
IgE sérica específica para alérgenos: La IgE sérica específica para un alérgeno 
particular puede determinarse por inmunoensayos (ImmunoCAP). Estos ensayos 
son validados, fiables y reproducibles pero costosos. Las pruebas purificadas 
recombinantes IgE específicas para alérgeno contra los principales componentes 
de alérgenos en los alimentos pueden mejorar el diagnóstico de alergia clínica y 
diferenciar la verdadera alergia a los alimentos de la reactividad cruzada. 
Solamente los alimentos y aeroalérgenos relacionados con la presentación 
específica del paciente debe ser probada para prevenir el etiquetado incorrecto de 
sensibilización asintomática como alergia alimentaria clínicamente relevante. (15) 
IgE total sérica: No es recomendable en el diagnóstico de alergia alimentaria. 
Prueba de parche: Ha sido desarrollado para ayudar al diagnóstico en reacciones 
tardías en pacientes con dermatitis atópica y esofagitis eosinofílica. Esta prueba, 
sin embargo, no se ha validado o estandarizado y no se recomienda para el 
diagnóstico de rutina de alergia alimentaria. 
Pruebas intradérmicas: Tienen una baja especificidad y alto riesgo de reacciones 
sistémicas e irritantes. No se recomienda para las pruebas de alergia 
alimentaria.(14) 
Dietas de exclusión: Se han convertido en una importante herramienta diagnóstica 
cuando la causa y efecto entre la ingestión de alimentos y los síntomas no está 
12 
 
clara. Esto es más común cuando no hay una reacción inmediata a los alimentos. 
El diagnóstico generalmente se puede hacer por la exclusión de los alimentos 
durante un período determinado (generalmente dos a seis semanas), seguido por 
una planificada e intencional reintroducción de alimentos. (16) 
Retos alimentarios: Una prueba de provocación oral de alimentos (OFC) consiste 
en la introducción progresiva de los alimentos sospechosos bajo estrecha 
observación. (17) El test está precedido por un período de exclusión de la dieta. Es 
el estándar de oro para el diagnóstico de alergia alimentaria clínica o para 
demostrar tolerancia. El desafío alimentario está indicado cuando el SPT o IgE 
específica no se correlacionan claramente con síntomas clínicos. (18) En 
situaciones donde hay una clara reacción confirmada por niveles significativos de 
sensibilización en las pruebas SPT o IgE específica, no hay necesidad de llevar a 
cabo un OFC. (19) 
El diagnóstico de certeza puede establecerse solo si la historia clínica correlaciona 
con las pruebas diagnósticas. Si la duda persiste es necesario realizar un reto oral 
para llegar a un diagnóstico definitivo. (20) 
El pilar de tratamiento en un paciente con alergia es eliminar el alérgeno 
específico. No debe eliminarse si alergia alimentaria no está documentada. 
La educación del paciente y la familia es fundamental para el entendimiento de la 
enfermedad, la importancia de la misma, y el riesgo de una reacción grave. Es 
indispensable formar el hábito de leer las etiquetas de los productos y prevenir la 
ingesta accidental, así como reconocer los síntomas tempranos de una reacción 
anafiláctica para iniciar el tratamiento oportuno. (21) 
 
 
 
 
 
13 
 
3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
Las pruebas alérgicas son un método diagnóstico con alta sensibilidad y 
especificidad. Sin embargo, no siempre ante pruebas alérgicas positivas se debe 
asegurar que un paciente tiene síntomas alérgicos a dicho alimento. Unas 
pruebas positivas no traducen patología. Se denomina sensibilización subclínica 
o latente cuando una prueba es positiva, pero no se acompaña de enfermedad 
alérgica. En otras ocasiones, un paciente puede sufrir síntomas cuya forma de 
presentación es discordante con el resultado de las pruebas. 
 
Pregunta de investigación: ¿Cuál es la frecuencia de positividad de pruebas 
diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en 
pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
14 
 
4. HIPÓTESIS 
 
La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y relación con 
sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos, no difiere de lo 
reportado en la literatura mundial. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
15 
 
5. JUSTIFICACIÓN 
 
En general, la alergia alimentaria es más frecuente en la población pediátrica que 
adulta. Existe un incremento progresivo de la misma en las últimas décadas, 
afectando la calidad de vida del paciente y su familia. 
La prevalencia de alergia alimentaria es mayor cuando el diagnóstico es realizado 
únicamente mediante la historia clínica, pero cuando se toman en cuenta, además, 
estudios complementarios, los porcentajes disminuyen significativamente. 
El diagnóstico es clínico, pero auxiliándonos en pruebas in vitro e in vivo para su 
confirmación, sin embargo no siempre hay correlación entre los resultados de las 
pruebas diagnósticas y el cuadro clínico del paciente. 
La finalidad del presente estudio es conocer la frecuencia de positividadde 
pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria 
en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México, para brindar una 
detección y tratamiento oportunos, así como mejorar la calidad de vida del 
paciente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
6. OBJETIVOS 
 
6.1 Objetivo general: 
Conocer la frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y 
relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos 
del Hospital Juárez de México. 
 
6.2 Objetivos particulares: 
a. Conocer los grupos etarios de mayor riesgo y determinar sus características 
sociodemográficas. 
b. Conocer la comorbilidad en pacientes pediátricos con alergia alimentaria. 
c. Identificar el alérgeno alimentario más frecuente en pacientes pediátricos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
 
7. MATERIAL Y MÉTODOS 
 
7.1 Tipo de estudio: 
Descriptivo, observacional, retrospectivo y transversal. 
 
7.2 Tamaño de la muestra: 
De acuerdo a los resultados de pruebas diagnósticas in vitro positivas, del periodo 
comprendido entre Julio del 2012 y Junio del 2015, se obtuvieron un total de 45 
pacientes pediátricos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia del Hospital 
Juárez de México. 
 
7.3 Tipo de muestra: 
No probabilística. 
 
7.4 Criterios de selección de la muestra: 
a. Criterios de inclusión: 
I. Pruebas diagnósticas in vitro positivas. 
II. Pacientes menores de 17 años de edad. 
III. Pacientes con diagnóstico de alergia alimentaria del servicio de 
Inmunología Clínica y Alergia del Hospital Juárez de México. 
b. Criterios de exclusión: 
I. Pruebas diagnósticas in vitro negativas. 
c. Criterios de eliminación: 
I. Pacientes sin expediente disponible en archivo clínico. 
II. Pacientes sin datos completos en expediente clínico. 
18 
 
7.5 Metodología: 
Se acudió al servicio de Inmunología Clínica y Alergia y se solicitaron los 
resultados de pruebas diagnósticas in vitro (IgE específica frente a alimentos por 
método de quimioluminiscencia) del periodo comprendido entre Julio del 2012 y 
Junio del 2015, de pacientes menores de 17 años de edad, con diagnóstico de 
alergia alimentaria, se incluyeron en el estudio aquellas pruebas positivas, las 
cuales se consideraron de Clase 2 (Moderado incremento de anticuerpo IgE, a 
menudo existen síntomas clínicos), Clase 3 (Alto nivel de anticuerpo IgE, 
relacionado casi siempre con síntomas clínicos), Clase 4 (Muy alto nivel de 
anticuerpo IgE, generalmente en conjunción con marcados síntomas clínicos). 
Excluyendo del estudio los alérgenos de Clase 0 (No se detecta anticuerpo de IgE 
específica), Clase 0/1 (Muy bajo nivel de anticuerpo IgE, generalmente sin 
significado clínico) y Clase 1 (Bajo nivel de anticuerpo IgE, a menudo se relaciona 
con síntomas clínicos), los cuales se consideraron como pruebas negativas. 
De un total de 182 pruebas diagnósticas in vitro realizadas en pacientes con 
sospecha de alergia alimentaria durante el periodo estudiado, se obtuvo un total 
de 79 pruebas positivas, de las cuales 45 de ellas correspondían a pacientes 
pediátricos, eliminándose 34 pruebas positivas de pacientes adultos. De los 45 
pacientes pediátricos, se eliminaron 15 pacientes, ya que 8 de ellos no contaban 
con expediente vigente en archivo clínico y 7 de ellos no contaban con los datos 
necesarios en la historia clínica inicial, por lo que la muestra total fue de 30 
pacientes. 
Se registró el número de expediente y los nombres de los pacientes, se solicitaron 
los expedientes en archivo clínico y se buscó la historia clínica inicial, de donde se 
obtuvieron los datos necesarios y se realizó una base de datos con las siguientes 
variables: edad, género, duración de lactancia materna, edad de inicio de 
sucedáneo de leche humana, edad de ablactación, antecedentes heredofamiliares 
alérgicos, edad de inicio de sintomatología, cuadro clínico, comorbilidades, 
biometría hemática, IgE sérica total, IgE específica frente a alimentos. 
 
19 
 
7.6 Análisis estadístico: 
Los datos obtenidos de la historia clínica, fueron vaciados en una hoja de cálculo 
del programa Microsoft Excel para el análisis de datos. 
Al tratarse de un estudio de tipo descriptivo y observacional, se utilizó estadística 
descriptiva de las variables cuantitativas y se realizaron medidas de tendencia 
central. Los resultados se expresan en frecuencia y porcentajes. 
 
RIESGO DE LA INVESTIGACIÓN 
Sin riesgo para los pacientes. 
 
COSTO DEL PROYECTO 
Sin costo para la institución. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20 
 
8. RESULTADOS 
 
En la Tabla 1 se muestran las principales características sociodemográficas de los 
pacientes pediátricos con diagnóstico de alergia alimentaria. El grupo de edad que 
predominó en la mitad de la población fue el escolar (50%), seguido del preescolar 
(36.6%), reportándose un menor número de casos en lactantes mayores (6.6%), 
lactantes menores y adolescentes (ambos 3.3%). La media de edad fue de 5.8 
años (1 a 16 años), mediana y moda de 6 y 7 años respectivamente. En cuanto a 
género, no se encontró diferencia significativa, con una distribución de 15 
pacientes femeninos (50%) y 15 masculinos (50%). 
 
Tabla 1. Características sociodemográficas en pacientes pediátricos del Hospital 
Juárez de México 
Grupo de edad n % 
 
Género n % 
Lactante menor (1 a 12 meses) 1 3.3 
 
Femenino 15 50 
Lactante mayor (1 a 2 años) 2 6.6 
 
Masculino 15 50 
Preescolar (2 a 6 años) 11 36.6 
 
Escolar (6 a 12 años) 15 50 
Adolescente (12 a 18 años) 1 3.3 
 
 
 Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
 
 
 
 
 
21 
 
En la Tabla 2 se muestran los factores relacionados con presencia de alergia 
alimentaria, la duración media de lactancia materna fue de 8.7 meses, con un 
mínimo de 1 mes y máximo de 24 meses. Se encontró que en más de la mitad de 
los pacientes (53.3%), la duración fue mayor de 6 meses, en 26.6% la duración 
fue menor de 6 meses y el 20% no recibió lactancia materna. El inicio de 
sucedáneos de la leche humana se inició en su mayor parte en menores de 6 
meses (60%), y el restante en mayores de 6 meses (26.6%), no usó sucedáneos 
el 13.3% de los pacientes. Así mismo, la edad media de ablactación fue a los 5.5 
meses, con un mínimo de 2 y máximo de 12 meses, se inició a partir de los 6 
meses de edad en más de la mitad de los pacientes (56.6%), en el restante en 
menores de 6 meses (40%) y en un paciente (3.3%) aún no se ha iniciado por ser 
de 3 meses de edad. Además, el 56.6% tiene antecedentes heredofamiliares 
alérgicos como asma bronquial, rinitis alérgica y dermatitis atópica. 
Tabla 2. Factores relacionados con presencia de alergia alimentaria en pacientes 
pediátricos del Hospital Juárez de México 
 
Duración de lactancia materna n % 
Menos de 6 meses 8 26.6 
Más de 6 meses 16 53.3 
Sin lactancia materna 6 20 
 Edad de inicio de sucedáneos n % 
Menos de 6 meses 18 60 
Más de 6 meses 8 26.6 
Sin uso de sucedáneos 4 13.3 
 Edad de ablactación n % 
Menos de 6 meses 12 40 
Más de 6 meses 17 56.6 
No aplica 1 3.3 
 
Antecedentes heredofamiliares 
alérgicos n % 
Si 17 56.6 
No 13 43.3 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
22 
 
La edad de inicio de sintomatología de alergia alimentaria predominó en 
preescolares (40%) y lactantes menores (36.6%), seguido de escolares y lactantes 
mayores (ambos 10%), siendo poco frecuente durante la adolescencia (3.3%), con 
una media de edad de 2.6 años (0 a 13 años), moda de 6 meses y mediana de 2 
años (Gráfica 1). 
El cuadro clínico que predominó fue el respiratorio (56.6%), seguido del cutáneo 
(13.3%), mientras que el resto de los pacientes (26.6%) presentó sintomatología 
respiratoria y cutánea asociada, y únicamente un paciente (3.3%) reportó 
sintomatologíadigestiva (Gráfica 2). 
Además, el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de las cuales, el 
asma bronquial es la predominante (35%), seguido por rinitis alérgica (32%), 
enfermedad por reflujo gastroesofágico (15%) y dermatitis atópica (13%), siendo 
las menos frecuentes urticaria y conjuntivitis alérgica (4 y 1% respectivamente) 
(Gráfica 3). 
 
Gráfica 1. Edad de inicio de sintomatología alérgica en pacientes pediátricos del 
Hospital Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
0
5
10
15
20
25
30
Lactante
menor
Lactante
mayor
Preescolar Escolar Adolescentes
11
3
12
3
1
23 
 
Gráfica 2. Cuadro clínico en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
Gráfica 3. Comorbilidades en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
0
5
10
15
20
25
30
Respiratorio Cutáneo Digestivo 2 sistemas
17
4
1
8
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
24 
 
El 26.6% de los pacientes presenta eosinofilia y el 73.3% restante presenta 
biometría hemática normal al diagnóstico, reportándose una media de eosinófilos 
totales de 366.6 (20-1510), moda 500 y mediana 290 (Gráfica 4). 
Mientras que el 56.6% presenta IgE sérica total mayor de 100 UI/ml y en el 43.3% 
restante se reporta dentro de la normalidad, con media de 419 UI/ml (9.7-2380), 
moda 17.1 UI/ml y mediana 214.5 UI/ml (Gráfica 5). 
 
Gráfica 4. Número de eosinófilos totales en pacientes pediátricos del Hospital 
Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
 
 
 
 
0
5
10
15
20
25
30
Menos de 500/mm3 Más de 500/mm3
22
8
25 
 
Gráfica 5. IgE sérica total en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
Con respecto al grupo de alimentos alergénicos, en la población pediátrica en 
general, el grupo alimenticio de mayor frecuencia fue el de pescados y mariscos 
(26%), seguido por el de cereales (20%), proteínas de origen animal y vegetales 
(ambos 19%), siendo el de menor frecuencia el grupo de frutas (16%) (Gráfica 6). 
Dentro del grupo de proteínas de origen animal, predominó la yema de huevo 
(20%), seguido por la clara de huevo (15%) y leche (13%) (Gráfica 7). 
En el grupo de los vegetales, los más frecuentes fueron papa (23%) y soya (19%), 
seguidos por zanahoria, pimiento verde, mezcla de calabazas y tomate (11%) 
(Gráfica 8). 
Mientras que dentro de las frutas más frecuentes se encontró la manzana (16%) y 
durazno (12%), seguidos de cacahuate, aguacate y fresa (11%) (Gráfica 9). 
Por otro lado, el maíz (26%), avena y trigo (19%) y levadura (17%), fueron los 
alergenos más frecuentes dentro del grupo de los cereales (Gráfica 10). 
0
5
10
15
20
25
30
Menos de 100 UI/ml Más de 100 UI/ml
13
17
26 
 
El camarón (39%) predominó en el grupo de pescados, seguido por el atún (32%) 
y la mezcla de mariscos (29%) (Gráfica 11). 
Los alergenos más comunes identificados en nuestro estudio, por número de 
pacientes y en orden de frecuencia, son en primer lugar la yema de huevo y papa, 
en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer lugar, la soya. 
 
 
Gráfica 6. Grupos de alimentos alergénicos en pacientes pediátricos del Hospital 
Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
 
 
 
 
19%
19%
16%
20%
26%
Proteínas de origen animal Vegetales Frutas Cereales Pescados y mariscos
27 
 
Gráfica 7. Proteínas de origen animal 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
Gráfica 8. Vegetales 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
0 2 4 6 8 10 12
Pollo
Cerdo
Pavo
Res
Caseína
Leche
Queso
Clara de huevo
Yema de huevo
0 2 4 6 8 10 12
Mezcla de coles
Zanahoria
Chícharo
Pimiento verde
Mezcla de calabazas
Tomate
Papa
Soya
28 
 
Gráfica 9. Frutas 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
Gráfica 10. Cereales 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
0 2 4 6 8 10 12
Almendra
Cacahuate
Nuez
Aguacate
Manzana
Plátano
Mezcla de cítricos
Durazno
Fresa
Cacao
0 2 4 6 8 10 12
Frijol bayo
Levadura
Avena
Trigo
Maíz
Arroz
29 
 
Gráfica 11. Pescados y mariscos 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
0 2 4 6 8 10 12
Mezcla de mariscos
Camarón
Atún
30 
 
Finalmente, un total de 11 pacientes (36.6%) presenta pruebas diagnósticas in 
vitro positivas asociadas a sintomatología de alergia alimentaria, mientras que 19 
pacientes (63.3%) con pruebas diagnósticas in vitro positivas, no presentaron 
sintomatología asociada a dicha prueba (Gráfica 12). 
 
 
Gráfica 12. Pruebas diagnósticas in vitro positivas y relación con sintomatología 
en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México 
 
Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
37%
63%
Si
No
31 
 
9. DISCUSIÓN 
 
Las enfermedades alérgicas afectan en mayor parte a la población pediátrica, 
siendo una patología infrecuente, sin embargo con crecimiento acelerado durante 
los últimos años. 
Según Barboza, en un estudio realizado en Venezuela, la alergia alimentaria 
predominó en 57% en pacientes de género masculino, con una mayor incidencia 
entre 7 meses y 1 año de edad, época en la que se inicia la alimentación 
complementaria y a partir de los 5 años va disminuyendo. (22) En nuestro estudio, 
no se encontró diferencia significativa en cuanto a género, y el grupo de edad que 
predominó en la mitad de la población fue el escolar (50%), siendo la edad media 
de 5.8 años, lo que traduce una referencia tardía de los pacientes al servicio de 
Inmunología Clínica y Alergia, ya que a diferencia de lo reportado en la literatura 
mundial, no predominó en nuestro estudio el grupo de lactantes, reportándose 
únicamente 3 casos en total, 1 de lactante menor (3.3%) y 2 de lactantes mayores 
(6.6%). 
Maruy et al., considera algunos factores de riesgo para el desarrollo de alergia 
alimentaria: 1) Leche materna vs fórmulas lácteas, 2) Historia familiar de alergia, 
3) Dieta de la madre durante la lactancia, 4) Edad de la introducción de la 
alimentación complementaria y tipo de alimentos introducidos, 5) Factores en el 
hogar como presencia de mascotas, polvo y tabaquismo.(23) En cuanto a factores 
relacionados con presencia de alergia alimentaria reportados en nuestro estudio, 
encontramos que la duración media de lactancia materna fue de 8.7 meses, el 
inicio de sucedáneos de la leche humana se inició en su mayor parte en menores 
de 6 meses y la edad media de ablactación fue a los 5.5 meses. 
Bright et al., investigaron la asociación entre la duración de la alimentación con 
leche materna y el inicio de la ablactación en relación con el desarrollo de asma y 
las enfermedades alérgicas a la edad de 5 años; ellos concluyen que la 
introducción temprana de trigo, centeno, avena, cebada, pescado y huevo parece 
32 
 
disminuir el riesgo de asma, rinitis alérgica y sensibilización atópica en los niños. 
(24) En base a los resultados, creemos que pueden tener los mismos factores que 
los reportados, sin embargo no contamos con una población de lactantes menores 
y mayores como en los estudios publicados. 
Agostoni et al., comentan la evidencia observacionalde que la introducción 
temprana (menos de 4 meses) de alimentos, está asociada a un mayor riesgo de 
dermatitis atópica, tanto a corto plazo como hasta 10 años de seguimiento. (25) 
Snijders et al., en el estudio KOALA en 2558 lactantes, demuestran que un retardo 
en la introducción de productos de la leche de vaca, está asociado con un elevado 
riesgo para eczema. (26) 
Maruy el al., reporta que si los padres no son atópicos, el riesgo de que un niño 
desarrolle una alergia es de 5-15%, si uno de los padres es atópico, el riesgo es 
de 20-40%, si uno de los hermanos lo es, el riesgo es casi igual, entre 25-35%, 
pero si ambos padres son atópicos, esto se puede elevar hasta llegar a ser entre 
40-80%.(23) Medina concluye en su estudio que el 74.7% de los pacientes tenía 
antecedentes familiares de atopia.(5) En nuestro estudio se encontró que el 56.6% 
tiene antecedentes heredofamiliares alérgicos como asma bronquial, rinitis 
alérgica y dermatitis atópica. Según Medina, en pacientes pediátricos, el cuadro 
clínico asociado con la sospecha de alergia alimentaria fue síntomas 
gastrointestinales en 81%, asma en 79.9%, rinitis en 71.9%, síntomas cutáneos en 
58.6% y síndrome de alergia oral en 37.2%. (5) 
En el estudio de Villamarín, se reporta que 30% de los niños que consultan por 
dermatitis atópica moderada a grave tienen alergia a los alimentos, y 6% de los 
que consultan por asma. (27) En el presente estudio, la edad de inicio de 
sintomatología de alergia alimentaria predominó en preescolares y lactantes 
menores, con una media de 2.6 años, siendo poco frecuente durante la 
adolescencia, por lo que a la consulta del servicio de Inmunología Clínica y Alergia 
acuden los pacientes con sintomatología de larga evolución. El cuadro clínico que 
predominó fue el respiratorio en un 56.6%, y el menos frecuente fue el digestivo en 
un 3.3%, debido a que tuvimos pocos casos de pacientes del grupo de lactantes, a 
33 
 
diferencia de lo reportado en la literatura, en donde se reporta predominio de la 
sintomatología gastrointestinal, la cual es más frecuente en dicho grupo etario. 
Además, en el mismo estudio realizado en el Hospital Universitario de Monterrey, 
Nuevo Léon México, se encontró a la alergia alimentaria como una comorbilidad 
en los pacientes que acudían a consulta de alergia, con frecuencia de 2.6%. El 
100% de los pacientes atendidos con sospecha de alergia alimentaria había tenido 
una enfermedad alérgica previamente. El 52.5% tenía antecedente de rinitis 
alérgica, 41.6% de alergia alimentaria, 34.3% de asma, 23.6% de dermatitis 
atópica y 16.7% había tenido urticaria. (5) Coincidiendo con nuestros resultados, en 
donde también el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de las cuales, 
el asma bronquial es la predominante (35%). 
Miraglia et al., refiere que los alimentos que se encuentran implicados en la alergia 
alimentaria, dependen de la edad, de la dieta local y de la cultura, en Estados 
Unidos y Gran Bretaña, la leche es el alérgeno alimentario más frecuente seguido 
por el huevo, el cacahuate y las nueces; el sésamo es un alérgeno importante en 
Israel y en Australia, y la alergia a los nidos de pájaro, es el más frecuente en 
Singapur. Los datos de la CDC del 2007, describen que 3 millones de niños 
menores de 18 años de edad (3.9%), presentan alergia a un alimento, y que los 
niños menores de 5 años presentan la mayor frecuencia. (6) Los alergenos más 
comunes identificados en nuestro estudio, en orden de frecuencia, son en primer 
lugar la yema de huevo y papa, en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer 
lugar, la soya. Mientras que Barboza reporta que los alérgenos más 
frecuentemente identificados fueron la leche, seguido del tomate, cerdo, gluten y 
camarón. (5) El presente estudio no coincide con los alérgenos más frecuentes 
reportados en la literatura por el grupo etario que predominó en nuestra 
investigación. Encontramos una alta frecuencia de pruebas positivas para 
manzana y papa, lo cual pudiera tener correlación con un síndrome de polen-fruta 
o polen-vegetal por reactividad cruzada con aeroalérgenos, sin embargo no se 
determinó en este estudio dicha correlación. 
34 
 
Finalmente, el 36.6% presentó pruebas diagnósticas positivas in vitro positivas 
(IgE específica frente a alimentos) asociadas a sintomatología de alergia 
alimentaria, tal como Nowak-Wegrzyn et al, refiere en su estudio que la prueba de 
provocación oral a los alimentos es una herramienta valiosa en el diagnóstico 
inicial, ya que in vivo o in vitro, la reacción positiva de la IgE a los alimentos, no 
siempre se correlaciona con la clínica. (28) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
35 
 
10. CONCLUSIONES 
 
El diagnóstico de alergia alimentaria básicamente es clínico, sin embargo se 
requieren pruebas diagnósticas complementarias para realizar un diagnóstico de 
certeza. 
La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y su relación con 
sintomatología de alergia alimentaria en el paciente pediátrico fue del 36.6%, por 
lo que recomendamos evitar restricciones dietéticas innecesarias en pacientes 
asintomáticos con pruebas positivas. 
A diferencia de la literatura, el grupo de edad que predominó fue el escolar y los 
principales alérgenos identificados fueron la yema de huevo y papa, además todos 
presentaron comorbilidades alérgicas, lo anterior sugiere un diagnóstico y 
referencia tardía al servicio correspondiente en pacientes quienes inician con 
sintomatología de alergia alimentaria desde temprana edad y a quienes al referirse 
ya presentan cuadro clínico de otras enfermedades alérgicas agregadas. 
Sugerimos la realización de nuevos estudios para el diagnóstico opotuno y 
referencia temprana de pacientes pediátricos al servicio correspondiente, y así 
evitar la progresión y el curso natural de las enfermedades alérgicas. 
 
. 
 
 
 
 
 
 
36 
 
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	Portada
	Índice
	1. Resumen
	2. Antecedentes
	3. Planteamiento del Problema
	4. Hipótesis
	5. Justificación
	6. Objetivos
	7. Material y Métodos
	8. Resultados
	9. Discusión
	10. Conclusiones
	11. Bibliografía

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