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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO SECRETARÍA DE SALUD HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO DIVISIÓN DE PEDIATRÍA FRECUENCIA DE POSITIVIDAD DE PRUEBAS DIAGNÓSTICAS IN VITRO Y RELACIÓN CON SINTOMATOLOGÍA DE ALERGIA ALIMENTARIA EN PACIENTES PEDIÁTRICOS DEL HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO TESIS QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN PEDIATRÍA PRESENTA: DRA. TANIA ALEJANDRA FÉLIX ESQUER ASESOR DE TESIS: DR. JAIME MELLADO ÁBREGO MÉXICO, D.F. FEBRERO DEL 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 HOJA DE AUTORIZACIÓN DR. CARLOS VIVEROS CONTRERAS TITULAR DE LA UNIDAD DE ENSEÑANZA DR. JORGE ALBERTO DEL CASTILLO MEDINA PROFESOR TITULAR DEL CURSO UNIVERSITARIO DE ESPECIALIZACIÓN EN PEDIATRÍA DR. JAIME MELLADO ÁBREGO ASESOR DE TESIS REGISTRO DE PROTOCOLO: HJM 0031/15-R 2 AGRADECIMIENTOS A mis padres, por ser mi mejor ejemplo de superación y esfuerzo, por su cariño, dedicación y apoyo incondicional, por hacerme más fácil este largo camino y porque sin ustedes este sueño no sería una realidad, siempre estaré agradecida. A mi hermana, por ser la mejor compañía y por todo lo que hemos vivido y compartido juntas. Gracias a ese ángel que siempre nos cuida y protege en cada paso. A mis maestros por su orientación y enseñanzas durante este camino que me han permitido concluir mi formación profesional. A mi asesor de tesis, por sus enseñanzas y apoyo para la realización de este proyecto. A mis compañeros, por los momentos que aprendimos juntos, les deseo mucho éxito. A todos los niños, por ser nuestro mejor libro de pediatría. 3 ÍNDICE 1. Resumen…………………………………………………………………………4 2. Antecedentes…………………………………………………………………….5 3. Planteamiento del problema…………………………………………………..13 4. Hipótesis…………………………………………………………………………14 5. Justificación……………………………………………………………………..15 6. Objetivos…………………………………………………………………………16 7. Material y métodos……………………………………………………………...17 8. Resultados……………………………………………………………………….20 9. Discusión…………………………………………………………………………31 10. Conclusiones…………………………………………………………………….35 11. Bibliografía……………………………………………………………………….36 4 1. RESUMEN Antecedentes: La alergia alimentaria es una patología predominante en la edad pediátrica que ha incrementado en los últimos años y juega un papel fundamental en enfermedades alérgicas como asma, dermatitis atópica y rinitis alérgica. Objetivo: Conocer la frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio de tipo descriptivo, observacional, retrospectivo y transversal en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México durante el periodo de Julio del 2012 a Junio del 2015, se realizó el análisis con estadística descriptiva y medidas de tendencia central. Resultados: El grupo de edad que predominó fue el escolar (50%), en cuanto a género, no se encontró diferencia significativa. El 56.6% tiene antecedentes heredofamiliares alérgicos como asma bronquial, rinitis alérgica y dermatitis atópica. La edad de inicio de sintomatología de alergia alimentaria predominó en preescolares (40%) y lactantes menores (36.6%), el cuadro clínico que predominó fue el respiratorio (56.6%) y el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de las cuales, el asma bronquial es la de mayor frecuencia (35%), el 26.6% presenta eosinofilia y el 56.6% presenta IgE sérica total mayor de 100 UI/ml. Los alergenos más comunes identificados, en orden de frecuencia, son en primer lugar la yema de huevo y papa, en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer lugar, la soya. Un total de 11 pacientes (36.6%) presenta pruebas diagnósticas in vitro positivas asociadas a sintomatología de alergia alimentaria. Conclusiones: La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y su relación con sintomatología de alergia alimentaria en el paciente pediátrico fue del 36.6%, por lo que se recomienda evitar restricciones dietéticas innecesarias en pacientes asintomáticos con pruebas positivas. 5 2. ANTECEDENTES El término alergia fue acuñado en 1906 por el pediatra austriaco Clemens Von Pirquet, quien describió los casos de enfermedad del suero en niños tratados con preparaciones de anticuerpos. La alergia alimentaria se definió por un grupo de expertos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas como "un efecto adverso para la salud que surge de una respuesta inmune específica y ocurre de forma reproducible a la exposición de un alimento dado." Esta respuesta comprende básicamente todos los tipos de reacciones mediadas inmunes, incluyendo las causadas por el sistema inmune adaptativo e innato. (1) La alergia alimentaria es la reacción clínica provocada por un mecanismo inmunológico específico a un antígeno, posterior a la exposición a un alimento determinado. (2) Se calcula que su prevalencia varía entre 2 y 4% en la población adulta y entre 6 y 8% en niños. (3) Otros estudios reportan que en los países desarrollados, la alergia alimentaria mediada por IgE afecta a un 3-8% de los niños y al 1-3% de los adultos. (4) Debido a que cada año se incrementan los casos reportados, la alergia alimentaria debe considerarse un problema de salud pública, de hecho algunos autores la han calificado como la “segunda oleada” de la epidemia alérgica, solo por debajo de la rinitis y el asma. Las enfermedades alérgicas afectan a cerca de mil millones de personas en todo el mundo. Con un ritmo de crecimiento acelerado en los últimos 60 años, se espera que su prevalencia esté cerca a los 4 mil millones de personas para el año 2050. (3) El 25% de la población en Estados Unidos cree que tiene algún tipo de alergia alimentaria, mientras que el 19% de la población Europea ha reportado algún 6 síntoma después de la ingestión de algún alimento en particular. En Latinoamérica, Marrugo reportó una prevalencia de 14.9% de alergia alimentaria en Cartagena. En un estudio realizado en el Hospital Universitario de Monterrey, Nuevo León, México, se encontró a la alergia alimentaria como una comorbilidad de los pacientes que acudían a consulta de alergia, con frecuencia de 2.6%. En México no hay estudios de la prevalencia de alergia alimentaria, y por ello, no se conocen los cuadros clínicos que se asocian con mayor frecuencia a alergia alimentaria ni los alérgenos más comunes en el país. (5) La alergia alimentaria es el primer paso de la marcha atópica, que se refiere a la historia natural de la reacción alérgica y se caracteriza por una secuencia típica de los síntomas y condiciones clínicas; en general, las características clínicas de la alergia a los alimentos y el eczema atópico, preceden el desarrollo del asma y la rinitis. La leche y el huevo en la infancia, están asociados a un mayor riesgo de desarrollar la sensibilización a los ácarosdel polvo doméstico y el asma durante el periodo del lactante. (6) Se considera una grave y peligrosa condición de salud para la vida que requiere un diagnóstico preciso y tiene grandes efectos sobre los hábitos alimenticios y la vida social del individuo. La leche, huevo, trigo, cacahuates, nueces, ajonjolí, pescado, frutas y verduras son inductores comunes de alergia alimentaria asociada a IgE. La alergia alimentaria a la leche, al huevo y al trigo a menudo es superada (los pacientes adquieren tolerancia), mientras que la alergia a cacahuetes, nueces y pescado a menudo persiste durante un tiempo. La incidencia exacta de alergia alimentaria no ha sido plenamente establecida, porque hay discrepancias entre resultados de diversos estudios. La prevalencia y la gravedad de las alergias alimentarias parecen ser cada vez mayor. Además de los factores genéticos, un número de factores ambientales, culturales y de comportamiento afectan a la frecuencia, severidad, y tipo de manifestaciones alérgicas. (1) De acuerdo con guía actual de alergia alimentaria y anafilaxia de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica, no hay restricciones en la dieta de las 7 madres durante el embarazo y la lactancia. La lactancia materna exclusiva se recomienda para los primeros 4-6 meses de vida, que impide el desarrollo de alergias. Si la lactancia materna no es posible, las fórmulas hipoalergénicas con efectos preventivos documentados, están recomendadas para niños de alto riesgo. La lactancia materna transfiere IgA de protección a los niños, lo cual puede prevenir la sensibilización alérgica y evita la exposición temprana a potenciales alérgenos alimentarios. Aunque algunos estudios han demostrado que la alimentación temprana con probióticos puede reducir el desarrollo de manifestaciones alérgicas, especialmente eczema, otros estudios encontraron que el uso de suplementos de probióticos durante la primera infancia no impidió el desarrollo de enfermedades alérgicas. (4) Existen diversos mecanismos por los que los pacientes desarrollan reacciones adversas a los alimentos también denominadas como intolerancia alimentaria. Estas reacciones pueden ser consideradas tóxicas o no tóxicas. Entre las reacciones no tóxicas, las que no son mediadas inmunológicamente, como los defectos enzimáticos (aminas vasoactivas) o reacciones a ciertas sustancias (intolerancia alimentaria), son mucho más comunes que las reacciones mediadas inmunológicamente. Sin embargo, las reacciones inmunológicamente mediadas afectan a millones de personas, son responsables de una morbilidad significativa y costos de atención de la salud, y puede causar graves reacciones que amenazan la vida y que conducen a la muerte. Según Coombs y Gell, hay cuatro principales tipos de reacciones alérgicas basados en mecanismos de patogénesis. Las formas más comunes de reacciones adversas a alimentos mediadas inmunológicamente (reacciones tipo I) siempre están caracterizadas por el desarrollo de IgE contra alérgenos alimentarios. Puede ser acompañada por inflamación, inducida por componentes celulares, y mediadas por células T y eosinófilos. Los pacientes con alergia a alimentos asociados a IgE pueden ser identificados basados en la detección de IgE contra alimentos alérgenos específicos en suero y fluidos corporales, y mediante la medición de 8 respuestas celulares mediadas por IgE y en vivo. Aunque es tentador especular que el antígeno alimentario IgG específico puede causar reacciones adversas a través de hipersensibilidad tipo II o tipo III, no hay evidencia experimental sólida para apoyar la relevancia de estas reacciones. (7) Se cree que la alergia a los alimentos es resultado de un defecto en la tolerancia oral. Mientras el sistema inmune de todos los individuos reconoce los antígenos alimentarios como extraños, los pacientes con alergia alimentaria desarrollan una respuesta inmunológica patológica a estos antígenos y pueden tener síntomas adversos en la re-exposición. Una capa simple de epitelio separa esta carga antigénica de los componentes del sistema inmune asociado con mucosas (MALT). Las células dendríticas de la lámina propia interactúan con los antígenos dietéticos y determinan la respuesta adaptativa (por ejemplo inmunidad vs tolerancia). Sin embargo, en 4-6% de los niños y 2% en los adultos hay una falla en éstos mecanismos, lo que genera una respuesta inmune que está dividida en dos fases: de sensibilización y efectora. La fase de sensibilización se caracteriza por la presentación del antígeno de la célula dendrítica a los linfocitos naive que generan una respuesta Th2 caracterizada por la producción de IL-4, IL-5 e IL-13 por las células CD4. Esta respuesta genera la producción de IgE por las células B y su subsecuente unión con el receptor de alta afinidad de IgE que se encuentra en la superficie de los mastocitos de la piel, intestino, sistema cardiovascular y respiratorio, preparándose para la respuesta en la re-exposición. La fase efectora se da minutos después de la re-exposición al alérgeno, cuando la unión del antígeno con la IgE hace que los mastocitos se activen liberando diferentes sustancias, principalmente histamina, que ocasiona los síntomas característicos. (8) Las reacciones alérgicas a los alimentos pueden clasificarse con base en parámetros clínicos o inmunológicos. El espectro clínico varía desde formas leves a reacciones anafilácticas que pueden ser fatales. Desde el punto de vista 9 inmunológico, de una manera simple, las reacciones alérgicas a los alimentos pueden dividirse en mediadas por mecanismos de sensibilidad inmediata - mediados por IgE -, reacciones provocadas por mecanismos de hipersensibilidad retardada o celular y las formas que involucran ambos mecanismos, o mixtas; por lo tanto, el diagnóstico de alergia alimentaria se basa en una historia clínica sugerente y en la demostración de sensibilización específica a un alérgeno, ya sea mediante métodos in vivo (pruebas cutáneas, reto alimentario) o in vitro (determinaciones de IgE específica en suero).(9) Una vez que un paciente es diagnosticado con alergia alimentaria, es importante identificar el alérgeno (s) que causan el desorden y determinar si está mediada por IgE. (10) Historia Clínica: Una historia detallada es un primer paso esencial cuando se sospecha de una alergia a alimentos. Esto ayudará a determinar la probabilidad y el tipo de alergia inducida por alimentos. La historia por sí sola no es diagnóstica. En combinación con los resultados de los test de inmunoglobulina E específica y pruebas epicutáneas, la alergia alimentaria puede ser identificada. Los aspectos de la historia deben ser recopilados por separado para cada alimento considerado, ya que un paciente puede experimentar diferentes tipos de reacciones con diversos alimentos, cada uno de los cuales requerirá diagnósticos individuales y estrategias de manejo. La información recopilada durante la historia debe incluir antecedentes familiares de alergia, historia clínica e historia dietética.(11) La alergia alimentaria es un padecimiento con aumento en frecuencia en la última década, además de ser parte muy importante en la fisiopatología de otras enfermedades alérgicas, como el asma, rinitis alérgica, dermatitis atópica y gastroenteropatías eosinofílicas, por lo que es fundamental poder distinguir durante el interrogatorio, si los síntomas clínicos que presenta el paciente corresponden a reacciones mediadas o no por IgE.(12) Examen físico: Se concentra en los signos de alergia aguda, por lo que debe examinarse al paciente durante una reacción aguda, o en los estigmas de la enfermedad alérgica crónica cuando el paciente presente síntomas crónicos. Los 10 signos agudos pueden incluir urticaria y angioedema, sibilancias, tos, rinorrea, diarrea, vómitos y signos cardiovascularescomo hipotensión y taquicardia. Un examen general puede revelar facies alérgicas y palidez. El estado nutricional debe ser evaluado por la talla, el peso y el peso para la talla. Se deben buscar signos de deficiencias nutricionales, como la deficiencia de hierro o el raquitismo. La piel es examinada para detectar signos de eczema atópico y urticaria. La respiración bucal, congestión nasal, anomalías dentales y goteo post-nasal se buscan en la parte superior vías respiratorias, mientras que el tórax se examina con la hiperinflación y sibilancias. (13) Pruebas diagnósticas: No se puede depender de una sola prueba para diagnosticar alergia alimentaria. Una historia clínica ayuda en la identificación de los alimentos potencialmente involucrados y la diferenciación entre una enfermedad mediada por IgE y no mediada por IgE. En sospecha de alergia mediada por IgE, se utiliza para demostrar la sensibilización el Skin-Prick Test (SPT) y/o la medición de anticuerpos IgE específicos en suero a alimentos sospechosos. Sin embargo, la sensibilización no confirma la alergia clínica a los alimentos, ya que estas pruebas indican una respuesta inmunológica a un alérgeno específico, el diagnóstico requiere de una clara correlación entre el resultado de la prueba y la reacción clínica (por la historia positiva o reto alimentario). Las pruebas a ciegas sin sospecha de una reacción a un alérgeno específico no están argumentadas, los hallazgos son confusos ya que indican una sensibilización asintomática aislada. Las pruebas de sensibilización a alimentos no se deben llevar a cabo cuando la historia indica que los alimentos se toleran. No hay pruebas validadas para confirmar la alergia alimentaria mediada o no por IgE. (14) Skin-Prick Test (SPT): Es una herramienta útil y científicamente válida para confirmar la sensibilización mediada por IgE a un alérgeno específico. La prueba evalúa directamente la presencia de mastocitos. Extractos de alérgenos, preparados comerciales o directamente desde alimentos sospechosos, se introducen en la piel. Un SPT reactiva es un signo de sensibilización solamente, y 11 no pueden ser considerados de diagnóstico sin clara correlación clínica y/o la confirmación con una prueba de provocación oral de alimentos (OFC). Esta prueba es simple, con resultados rápidos y un buen rendimiento, bajo costo y alta sensibilidad. Los alérgenos probados deben ser guiados por la historia, pero también tienen que limitarse a la cifra más baja necesaria para evitar resultados falsos positivos. Los antihistamínicos deben suspenderse de tres a cinco días antes de la prueba. El diámetro medio del habón se correlaciona con la probabilidad de alergia clínica, pero debe ser interpretada en el contexto de la historia clínica. Por sí misma no es diagnóstica y no puede predecir la severidad de reacciones. (13) IgE sérica específica para alérgenos: La IgE sérica específica para un alérgeno particular puede determinarse por inmunoensayos (ImmunoCAP). Estos ensayos son validados, fiables y reproducibles pero costosos. Las pruebas purificadas recombinantes IgE específicas para alérgeno contra los principales componentes de alérgenos en los alimentos pueden mejorar el diagnóstico de alergia clínica y diferenciar la verdadera alergia a los alimentos de la reactividad cruzada. Solamente los alimentos y aeroalérgenos relacionados con la presentación específica del paciente debe ser probada para prevenir el etiquetado incorrecto de sensibilización asintomática como alergia alimentaria clínicamente relevante. (15) IgE total sérica: No es recomendable en el diagnóstico de alergia alimentaria. Prueba de parche: Ha sido desarrollado para ayudar al diagnóstico en reacciones tardías en pacientes con dermatitis atópica y esofagitis eosinofílica. Esta prueba, sin embargo, no se ha validado o estandarizado y no se recomienda para el diagnóstico de rutina de alergia alimentaria. Pruebas intradérmicas: Tienen una baja especificidad y alto riesgo de reacciones sistémicas e irritantes. No se recomienda para las pruebas de alergia alimentaria.(14) Dietas de exclusión: Se han convertido en una importante herramienta diagnóstica cuando la causa y efecto entre la ingestión de alimentos y los síntomas no está 12 clara. Esto es más común cuando no hay una reacción inmediata a los alimentos. El diagnóstico generalmente se puede hacer por la exclusión de los alimentos durante un período determinado (generalmente dos a seis semanas), seguido por una planificada e intencional reintroducción de alimentos. (16) Retos alimentarios: Una prueba de provocación oral de alimentos (OFC) consiste en la introducción progresiva de los alimentos sospechosos bajo estrecha observación. (17) El test está precedido por un período de exclusión de la dieta. Es el estándar de oro para el diagnóstico de alergia alimentaria clínica o para demostrar tolerancia. El desafío alimentario está indicado cuando el SPT o IgE específica no se correlacionan claramente con síntomas clínicos. (18) En situaciones donde hay una clara reacción confirmada por niveles significativos de sensibilización en las pruebas SPT o IgE específica, no hay necesidad de llevar a cabo un OFC. (19) El diagnóstico de certeza puede establecerse solo si la historia clínica correlaciona con las pruebas diagnósticas. Si la duda persiste es necesario realizar un reto oral para llegar a un diagnóstico definitivo. (20) El pilar de tratamiento en un paciente con alergia es eliminar el alérgeno específico. No debe eliminarse si alergia alimentaria no está documentada. La educación del paciente y la familia es fundamental para el entendimiento de la enfermedad, la importancia de la misma, y el riesgo de una reacción grave. Es indispensable formar el hábito de leer las etiquetas de los productos y prevenir la ingesta accidental, así como reconocer los síntomas tempranos de una reacción anafiláctica para iniciar el tratamiento oportuno. (21) 13 3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Las pruebas alérgicas son un método diagnóstico con alta sensibilidad y especificidad. Sin embargo, no siempre ante pruebas alérgicas positivas se debe asegurar que un paciente tiene síntomas alérgicos a dicho alimento. Unas pruebas positivas no traducen patología. Se denomina sensibilización subclínica o latente cuando una prueba es positiva, pero no se acompaña de enfermedad alérgica. En otras ocasiones, un paciente puede sufrir síntomas cuya forma de presentación es discordante con el resultado de las pruebas. Pregunta de investigación: ¿Cuál es la frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México? 14 4. HIPÓTESIS La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos, no difiere de lo reportado en la literatura mundial. 15 5. JUSTIFICACIÓN En general, la alergia alimentaria es más frecuente en la población pediátrica que adulta. Existe un incremento progresivo de la misma en las últimas décadas, afectando la calidad de vida del paciente y su familia. La prevalencia de alergia alimentaria es mayor cuando el diagnóstico es realizado únicamente mediante la historia clínica, pero cuando se toman en cuenta, además, estudios complementarios, los porcentajes disminuyen significativamente. El diagnóstico es clínico, pero auxiliándonos en pruebas in vitro e in vivo para su confirmación, sin embargo no siempre hay correlación entre los resultados de las pruebas diagnósticas y el cuadro clínico del paciente. La finalidad del presente estudio es conocer la frecuencia de positividadde pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México, para brindar una detección y tratamiento oportunos, así como mejorar la calidad de vida del paciente. 16 6. OBJETIVOS 6.1 Objetivo general: Conocer la frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y relación con sintomatología de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México. 6.2 Objetivos particulares: a. Conocer los grupos etarios de mayor riesgo y determinar sus características sociodemográficas. b. Conocer la comorbilidad en pacientes pediátricos con alergia alimentaria. c. Identificar el alérgeno alimentario más frecuente en pacientes pediátricos. 17 7. MATERIAL Y MÉTODOS 7.1 Tipo de estudio: Descriptivo, observacional, retrospectivo y transversal. 7.2 Tamaño de la muestra: De acuerdo a los resultados de pruebas diagnósticas in vitro positivas, del periodo comprendido entre Julio del 2012 y Junio del 2015, se obtuvieron un total de 45 pacientes pediátricos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia del Hospital Juárez de México. 7.3 Tipo de muestra: No probabilística. 7.4 Criterios de selección de la muestra: a. Criterios de inclusión: I. Pruebas diagnósticas in vitro positivas. II. Pacientes menores de 17 años de edad. III. Pacientes con diagnóstico de alergia alimentaria del servicio de Inmunología Clínica y Alergia del Hospital Juárez de México. b. Criterios de exclusión: I. Pruebas diagnósticas in vitro negativas. c. Criterios de eliminación: I. Pacientes sin expediente disponible en archivo clínico. II. Pacientes sin datos completos en expediente clínico. 18 7.5 Metodología: Se acudió al servicio de Inmunología Clínica y Alergia y se solicitaron los resultados de pruebas diagnósticas in vitro (IgE específica frente a alimentos por método de quimioluminiscencia) del periodo comprendido entre Julio del 2012 y Junio del 2015, de pacientes menores de 17 años de edad, con diagnóstico de alergia alimentaria, se incluyeron en el estudio aquellas pruebas positivas, las cuales se consideraron de Clase 2 (Moderado incremento de anticuerpo IgE, a menudo existen síntomas clínicos), Clase 3 (Alto nivel de anticuerpo IgE, relacionado casi siempre con síntomas clínicos), Clase 4 (Muy alto nivel de anticuerpo IgE, generalmente en conjunción con marcados síntomas clínicos). Excluyendo del estudio los alérgenos de Clase 0 (No se detecta anticuerpo de IgE específica), Clase 0/1 (Muy bajo nivel de anticuerpo IgE, generalmente sin significado clínico) y Clase 1 (Bajo nivel de anticuerpo IgE, a menudo se relaciona con síntomas clínicos), los cuales se consideraron como pruebas negativas. De un total de 182 pruebas diagnósticas in vitro realizadas en pacientes con sospecha de alergia alimentaria durante el periodo estudiado, se obtuvo un total de 79 pruebas positivas, de las cuales 45 de ellas correspondían a pacientes pediátricos, eliminándose 34 pruebas positivas de pacientes adultos. De los 45 pacientes pediátricos, se eliminaron 15 pacientes, ya que 8 de ellos no contaban con expediente vigente en archivo clínico y 7 de ellos no contaban con los datos necesarios en la historia clínica inicial, por lo que la muestra total fue de 30 pacientes. Se registró el número de expediente y los nombres de los pacientes, se solicitaron los expedientes en archivo clínico y se buscó la historia clínica inicial, de donde se obtuvieron los datos necesarios y se realizó una base de datos con las siguientes variables: edad, género, duración de lactancia materna, edad de inicio de sucedáneo de leche humana, edad de ablactación, antecedentes heredofamiliares alérgicos, edad de inicio de sintomatología, cuadro clínico, comorbilidades, biometría hemática, IgE sérica total, IgE específica frente a alimentos. 19 7.6 Análisis estadístico: Los datos obtenidos de la historia clínica, fueron vaciados en una hoja de cálculo del programa Microsoft Excel para el análisis de datos. Al tratarse de un estudio de tipo descriptivo y observacional, se utilizó estadística descriptiva de las variables cuantitativas y se realizaron medidas de tendencia central. Los resultados se expresan en frecuencia y porcentajes. RIESGO DE LA INVESTIGACIÓN Sin riesgo para los pacientes. COSTO DEL PROYECTO Sin costo para la institución. 20 8. RESULTADOS En la Tabla 1 se muestran las principales características sociodemográficas de los pacientes pediátricos con diagnóstico de alergia alimentaria. El grupo de edad que predominó en la mitad de la población fue el escolar (50%), seguido del preescolar (36.6%), reportándose un menor número de casos en lactantes mayores (6.6%), lactantes menores y adolescentes (ambos 3.3%). La media de edad fue de 5.8 años (1 a 16 años), mediana y moda de 6 y 7 años respectivamente. En cuanto a género, no se encontró diferencia significativa, con una distribución de 15 pacientes femeninos (50%) y 15 masculinos (50%). Tabla 1. Características sociodemográficas en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Grupo de edad n % Género n % Lactante menor (1 a 12 meses) 1 3.3 Femenino 15 50 Lactante mayor (1 a 2 años) 2 6.6 Masculino 15 50 Preescolar (2 a 6 años) 11 36.6 Escolar (6 a 12 años) 15 50 Adolescente (12 a 18 años) 1 3.3 Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 21 En la Tabla 2 se muestran los factores relacionados con presencia de alergia alimentaria, la duración media de lactancia materna fue de 8.7 meses, con un mínimo de 1 mes y máximo de 24 meses. Se encontró que en más de la mitad de los pacientes (53.3%), la duración fue mayor de 6 meses, en 26.6% la duración fue menor de 6 meses y el 20% no recibió lactancia materna. El inicio de sucedáneos de la leche humana se inició en su mayor parte en menores de 6 meses (60%), y el restante en mayores de 6 meses (26.6%), no usó sucedáneos el 13.3% de los pacientes. Así mismo, la edad media de ablactación fue a los 5.5 meses, con un mínimo de 2 y máximo de 12 meses, se inició a partir de los 6 meses de edad en más de la mitad de los pacientes (56.6%), en el restante en menores de 6 meses (40%) y en un paciente (3.3%) aún no se ha iniciado por ser de 3 meses de edad. Además, el 56.6% tiene antecedentes heredofamiliares alérgicos como asma bronquial, rinitis alérgica y dermatitis atópica. Tabla 2. Factores relacionados con presencia de alergia alimentaria en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Duración de lactancia materna n % Menos de 6 meses 8 26.6 Más de 6 meses 16 53.3 Sin lactancia materna 6 20 Edad de inicio de sucedáneos n % Menos de 6 meses 18 60 Más de 6 meses 8 26.6 Sin uso de sucedáneos 4 13.3 Edad de ablactación n % Menos de 6 meses 12 40 Más de 6 meses 17 56.6 No aplica 1 3.3 Antecedentes heredofamiliares alérgicos n % Si 17 56.6 No 13 43.3 Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 22 La edad de inicio de sintomatología de alergia alimentaria predominó en preescolares (40%) y lactantes menores (36.6%), seguido de escolares y lactantes mayores (ambos 10%), siendo poco frecuente durante la adolescencia (3.3%), con una media de edad de 2.6 años (0 a 13 años), moda de 6 meses y mediana de 2 años (Gráfica 1). El cuadro clínico que predominó fue el respiratorio (56.6%), seguido del cutáneo (13.3%), mientras que el resto de los pacientes (26.6%) presentó sintomatología respiratoria y cutánea asociada, y únicamente un paciente (3.3%) reportó sintomatologíadigestiva (Gráfica 2). Además, el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de las cuales, el asma bronquial es la predominante (35%), seguido por rinitis alérgica (32%), enfermedad por reflujo gastroesofágico (15%) y dermatitis atópica (13%), siendo las menos frecuentes urticaria y conjuntivitis alérgica (4 y 1% respectivamente) (Gráfica 3). Gráfica 1. Edad de inicio de sintomatología alérgica en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 5 10 15 20 25 30 Lactante menor Lactante mayor Preescolar Escolar Adolescentes 11 3 12 3 1 23 Gráfica 2. Cuadro clínico en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. Gráfica 3. Comorbilidades en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 5 10 15 20 25 30 Respiratorio Cutáneo Digestivo 2 sistemas 17 4 1 8 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 24 El 26.6% de los pacientes presenta eosinofilia y el 73.3% restante presenta biometría hemática normal al diagnóstico, reportándose una media de eosinófilos totales de 366.6 (20-1510), moda 500 y mediana 290 (Gráfica 4). Mientras que el 56.6% presenta IgE sérica total mayor de 100 UI/ml y en el 43.3% restante se reporta dentro de la normalidad, con media de 419 UI/ml (9.7-2380), moda 17.1 UI/ml y mediana 214.5 UI/ml (Gráfica 5). Gráfica 4. Número de eosinófilos totales en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 5 10 15 20 25 30 Menos de 500/mm3 Más de 500/mm3 22 8 25 Gráfica 5. IgE sérica total en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. Con respecto al grupo de alimentos alergénicos, en la población pediátrica en general, el grupo alimenticio de mayor frecuencia fue el de pescados y mariscos (26%), seguido por el de cereales (20%), proteínas de origen animal y vegetales (ambos 19%), siendo el de menor frecuencia el grupo de frutas (16%) (Gráfica 6). Dentro del grupo de proteínas de origen animal, predominó la yema de huevo (20%), seguido por la clara de huevo (15%) y leche (13%) (Gráfica 7). En el grupo de los vegetales, los más frecuentes fueron papa (23%) y soya (19%), seguidos por zanahoria, pimiento verde, mezcla de calabazas y tomate (11%) (Gráfica 8). Mientras que dentro de las frutas más frecuentes se encontró la manzana (16%) y durazno (12%), seguidos de cacahuate, aguacate y fresa (11%) (Gráfica 9). Por otro lado, el maíz (26%), avena y trigo (19%) y levadura (17%), fueron los alergenos más frecuentes dentro del grupo de los cereales (Gráfica 10). 0 5 10 15 20 25 30 Menos de 100 UI/ml Más de 100 UI/ml 13 17 26 El camarón (39%) predominó en el grupo de pescados, seguido por el atún (32%) y la mezcla de mariscos (29%) (Gráfica 11). Los alergenos más comunes identificados en nuestro estudio, por número de pacientes y en orden de frecuencia, son en primer lugar la yema de huevo y papa, en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer lugar, la soya. Gráfica 6. Grupos de alimentos alergénicos en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 19% 19% 16% 20% 26% Proteínas de origen animal Vegetales Frutas Cereales Pescados y mariscos 27 Gráfica 7. Proteínas de origen animal Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. Gráfica 8. Vegetales Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 2 4 6 8 10 12 Pollo Cerdo Pavo Res Caseína Leche Queso Clara de huevo Yema de huevo 0 2 4 6 8 10 12 Mezcla de coles Zanahoria Chícharo Pimiento verde Mezcla de calabazas Tomate Papa Soya 28 Gráfica 9. Frutas Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. Gráfica 10. Cereales Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 2 4 6 8 10 12 Almendra Cacahuate Nuez Aguacate Manzana Plátano Mezcla de cítricos Durazno Fresa Cacao 0 2 4 6 8 10 12 Frijol bayo Levadura Avena Trigo Maíz Arroz 29 Gráfica 11. Pescados y mariscos Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 0 2 4 6 8 10 12 Mezcla de mariscos Camarón Atún 30 Finalmente, un total de 11 pacientes (36.6%) presenta pruebas diagnósticas in vitro positivas asociadas a sintomatología de alergia alimentaria, mientras que 19 pacientes (63.3%) con pruebas diagnósticas in vitro positivas, no presentaron sintomatología asociada a dicha prueba (Gráfica 12). Gráfica 12. Pruebas diagnósticas in vitro positivas y relación con sintomatología en pacientes pediátricos del Hospital Juárez de México Fuente: Datos obtenidos de expedientes clínicos del servicio de Inmunología Clínica y Alergia. 37% 63% Si No 31 9. DISCUSIÓN Las enfermedades alérgicas afectan en mayor parte a la población pediátrica, siendo una patología infrecuente, sin embargo con crecimiento acelerado durante los últimos años. Según Barboza, en un estudio realizado en Venezuela, la alergia alimentaria predominó en 57% en pacientes de género masculino, con una mayor incidencia entre 7 meses y 1 año de edad, época en la que se inicia la alimentación complementaria y a partir de los 5 años va disminuyendo. (22) En nuestro estudio, no se encontró diferencia significativa en cuanto a género, y el grupo de edad que predominó en la mitad de la población fue el escolar (50%), siendo la edad media de 5.8 años, lo que traduce una referencia tardía de los pacientes al servicio de Inmunología Clínica y Alergia, ya que a diferencia de lo reportado en la literatura mundial, no predominó en nuestro estudio el grupo de lactantes, reportándose únicamente 3 casos en total, 1 de lactante menor (3.3%) y 2 de lactantes mayores (6.6%). Maruy et al., considera algunos factores de riesgo para el desarrollo de alergia alimentaria: 1) Leche materna vs fórmulas lácteas, 2) Historia familiar de alergia, 3) Dieta de la madre durante la lactancia, 4) Edad de la introducción de la alimentación complementaria y tipo de alimentos introducidos, 5) Factores en el hogar como presencia de mascotas, polvo y tabaquismo.(23) En cuanto a factores relacionados con presencia de alergia alimentaria reportados en nuestro estudio, encontramos que la duración media de lactancia materna fue de 8.7 meses, el inicio de sucedáneos de la leche humana se inició en su mayor parte en menores de 6 meses y la edad media de ablactación fue a los 5.5 meses. Bright et al., investigaron la asociación entre la duración de la alimentación con leche materna y el inicio de la ablactación en relación con el desarrollo de asma y las enfermedades alérgicas a la edad de 5 años; ellos concluyen que la introducción temprana de trigo, centeno, avena, cebada, pescado y huevo parece 32 disminuir el riesgo de asma, rinitis alérgica y sensibilización atópica en los niños. (24) En base a los resultados, creemos que pueden tener los mismos factores que los reportados, sin embargo no contamos con una población de lactantes menores y mayores como en los estudios publicados. Agostoni et al., comentan la evidencia observacionalde que la introducción temprana (menos de 4 meses) de alimentos, está asociada a un mayor riesgo de dermatitis atópica, tanto a corto plazo como hasta 10 años de seguimiento. (25) Snijders et al., en el estudio KOALA en 2558 lactantes, demuestran que un retardo en la introducción de productos de la leche de vaca, está asociado con un elevado riesgo para eczema. (26) Maruy el al., reporta que si los padres no son atópicos, el riesgo de que un niño desarrolle una alergia es de 5-15%, si uno de los padres es atópico, el riesgo es de 20-40%, si uno de los hermanos lo es, el riesgo es casi igual, entre 25-35%, pero si ambos padres son atópicos, esto se puede elevar hasta llegar a ser entre 40-80%.(23) Medina concluye en su estudio que el 74.7% de los pacientes tenía antecedentes familiares de atopia.(5) En nuestro estudio se encontró que el 56.6% tiene antecedentes heredofamiliares alérgicos como asma bronquial, rinitis alérgica y dermatitis atópica. Según Medina, en pacientes pediátricos, el cuadro clínico asociado con la sospecha de alergia alimentaria fue síntomas gastrointestinales en 81%, asma en 79.9%, rinitis en 71.9%, síntomas cutáneos en 58.6% y síndrome de alergia oral en 37.2%. (5) En el estudio de Villamarín, se reporta que 30% de los niños que consultan por dermatitis atópica moderada a grave tienen alergia a los alimentos, y 6% de los que consultan por asma. (27) En el presente estudio, la edad de inicio de sintomatología de alergia alimentaria predominó en preescolares y lactantes menores, con una media de 2.6 años, siendo poco frecuente durante la adolescencia, por lo que a la consulta del servicio de Inmunología Clínica y Alergia acuden los pacientes con sintomatología de larga evolución. El cuadro clínico que predominó fue el respiratorio en un 56.6%, y el menos frecuente fue el digestivo en un 3.3%, debido a que tuvimos pocos casos de pacientes del grupo de lactantes, a 33 diferencia de lo reportado en la literatura, en donde se reporta predominio de la sintomatología gastrointestinal, la cual es más frecuente en dicho grupo etario. Además, en el mismo estudio realizado en el Hospital Universitario de Monterrey, Nuevo Léon México, se encontró a la alergia alimentaria como una comorbilidad en los pacientes que acudían a consulta de alergia, con frecuencia de 2.6%. El 100% de los pacientes atendidos con sospecha de alergia alimentaria había tenido una enfermedad alérgica previamente. El 52.5% tenía antecedente de rinitis alérgica, 41.6% de alergia alimentaria, 34.3% de asma, 23.6% de dermatitis atópica y 16.7% había tenido urticaria. (5) Coincidiendo con nuestros resultados, en donde también el 100% de los pacientes presenta comorbilidades, de las cuales, el asma bronquial es la predominante (35%). Miraglia et al., refiere que los alimentos que se encuentran implicados en la alergia alimentaria, dependen de la edad, de la dieta local y de la cultura, en Estados Unidos y Gran Bretaña, la leche es el alérgeno alimentario más frecuente seguido por el huevo, el cacahuate y las nueces; el sésamo es un alérgeno importante en Israel y en Australia, y la alergia a los nidos de pájaro, es el más frecuente en Singapur. Los datos de la CDC del 2007, describen que 3 millones de niños menores de 18 años de edad (3.9%), presentan alergia a un alimento, y que los niños menores de 5 años presentan la mayor frecuencia. (6) Los alergenos más comunes identificados en nuestro estudio, en orden de frecuencia, son en primer lugar la yema de huevo y papa, en segundo lugar el maíz y camarón y en tercer lugar, la soya. Mientras que Barboza reporta que los alérgenos más frecuentemente identificados fueron la leche, seguido del tomate, cerdo, gluten y camarón. (5) El presente estudio no coincide con los alérgenos más frecuentes reportados en la literatura por el grupo etario que predominó en nuestra investigación. Encontramos una alta frecuencia de pruebas positivas para manzana y papa, lo cual pudiera tener correlación con un síndrome de polen-fruta o polen-vegetal por reactividad cruzada con aeroalérgenos, sin embargo no se determinó en este estudio dicha correlación. 34 Finalmente, el 36.6% presentó pruebas diagnósticas positivas in vitro positivas (IgE específica frente a alimentos) asociadas a sintomatología de alergia alimentaria, tal como Nowak-Wegrzyn et al, refiere en su estudio que la prueba de provocación oral a los alimentos es una herramienta valiosa en el diagnóstico inicial, ya que in vivo o in vitro, la reacción positiva de la IgE a los alimentos, no siempre se correlaciona con la clínica. (28) 35 10. CONCLUSIONES El diagnóstico de alergia alimentaria básicamente es clínico, sin embargo se requieren pruebas diagnósticas complementarias para realizar un diagnóstico de certeza. La frecuencia de positividad de pruebas diagnósticas in vitro y su relación con sintomatología de alergia alimentaria en el paciente pediátrico fue del 36.6%, por lo que recomendamos evitar restricciones dietéticas innecesarias en pacientes asintomáticos con pruebas positivas. A diferencia de la literatura, el grupo de edad que predominó fue el escolar y los principales alérgenos identificados fueron la yema de huevo y papa, además todos presentaron comorbilidades alérgicas, lo anterior sugiere un diagnóstico y referencia tardía al servicio correspondiente en pacientes quienes inician con sintomatología de alergia alimentaria desde temprana edad y a quienes al referirse ya presentan cuadro clínico de otras enfermedades alérgicas agregadas. Sugerimos la realización de nuevos estudios para el diagnóstico opotuno y referencia temprana de pacientes pediátricos al servicio correspondiente, y así evitar la progresión y el curso natural de las enfermedades alérgicas. . 36 11. BIBLIOGRAFÍA 1. 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Portada Índice 1. Resumen 2. Antecedentes 3. Planteamiento del Problema 4. Hipótesis 5. Justificación 6. Objetivos 7. Material y Métodos 8. Resultados 9. Discusión 10. Conclusiones 11. Bibliografía
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