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1 “FRECUENCIA DE SINDROME METABOLICO EN POBLACION ADOLESCENTE OBESA EN UN HOSPITAL DE SEGUNDO NIVEL DE MARZO DE 2011 A MARZO DE 2013” UNIVERSIDAD NACIONAL DE MÉXICO DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO FACULTAD DE MEDICINA REGISTRO: 108.2013 HOSPITAL GENERAL “DOCTOR DARÍO FERNÁNDEZ FIERRO” ISSSTE TESIS DE POSTGRADO PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN PEDIATRÍA PRESENTA DRA. MARIA DE JESÚS DIANA RODRÍGUEZ OLVERA ASESOR DE TESIS: DR CARLOS CORTES REYES MÉXICO, DISTRITO FEDERAL 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO HOSPITAL GENERAL “DOCTOR DARÍO FERNÁNDEZ FIERRO” “FRECUENCIA DE SINDROME METABOLICO EN POBLACION ADOLESCENTE OBESA EN UN HOSPITAL DE SEGUNDO NIVEL DE MARZO DE 2011 A MARZO DE 2013” _______________________________________________ DRA SILVIA CAMPOS Director Médico del Hospital General “Dr. Darío Fernández Fierro” __________________________________________________ DR EDUARDO ALEJOS GARDUÑO Coordinador de Enseñanza e Investigación del Hospital General “Dr. Darío Fernández Fierro” ____________________________________________________ DR. SANTIAGO GARCIA SÁNCHEZ Coordinador del servicio de Pediatría Profesor Titular del Curso de Pediatría del Hospital General “Dr. Darío Fernández Fierro” ____________________________________________________ DR CARLOS CORTES REYES Profesor Adjunto del Curso de Pediatría del Hospital General “Dr. Darío Fernández Fierro” Asesor de Tesis 3 AGRADECIMIENTOS Al Dr. Carlos Cortés por su apoyo, paciencia y guía en la elaboración de esta tesis. A los médicos adscritos Dr. García López, Castillo, Nieto, Rojas, M.Pérez, Olivares, Blanquel, Mendiola y Gómez por sus enseñanzas y estímulos en la práctica pediátrica. A mis residentes de mayor jerarquía Juárez, Horta y García por enseñarme la disciplina y el amor para trabajar con los niños. A mis compañeras Shanti Lázaro y Gisela Hernández por su comprensión y apoyo en el día a día de la residencia. Al Dr. Mustalaq jefe de archivo clínico y al jefe de laboratorio QBP Rubén Dario Cerón por su apoyo para recabar datos. Y por supuesto a cada uno de los pacientes a los que tuve el honor de atender ya que fueron mis más grandes maestros. 4 DEDICATORIA A mi esposo Marco por llenarme de felicidad; por ser cómplice de mis objetivos, impulsarme y apoyarme a crearlos, lograrlos y mantenerlos; por su equidad, amor y responsabilidad en nuestra familiar; por su ejemplo de trabajo, disciplina y prosperidad en la medicina. A mi hijo Marquito quien creció conmigo durante la residencia, en quien encuentro la fuerza para lograr cada uno de mis sueños. Gracias mi amor por todas tus sonrisas y cada “te amo mami”, eres el más grande tesoro que anhelé. A mis padres Lucia y José por inculcar en mí los valores, la moral y la necesidad de superación. A mis hermanos, cuñados y sobrinos por contribuir en todos los sentidos a cumplir mis metas en la medicina. A mis suegros Teresita y Marco por su apoyo incondicional para cuidar de lo más hermoso de mi vida (mis Marcos) y por sus atenciones invaluables. 5 ÍNDICE Portada……………………………………………………………………………… 1 Firmas………………………………………………………………………………. 2 Agradecimientos…………………………………………………………………… 3 Dedicatoria…………………………………………………………………………. 4 Índice………………………………………………………………………………... 5 Resumen……………………………………………………………………………. 6 Marco Teórico………………………………………………………………………. 8 Justificación…………………………………………………………………………. 24 Planteamiento del problema………………………………………………………. 24 Hipótesis………………………………………………………………………….…. 24 Objetivos………..…………………………………………………………………… 24 Diseño del estudio………………………………………………………………….. 24 Material y Métodos……………………………………………………………….... 25 Aspectos éticos…………………………………………………………………….. 26 Descripción de variables………………………………………………………….. 27 Metodología Estadística………………………………………………………….... 27 Resultados………………………………………………………………………..… 28 Discusión……………………………………………………………………………. 29 Conclusiones……………………………………………………………………….. 30 Anexos 1. Gráficas……………………………………………………………………… 31 2. Tablas……………………………………………………………………….. 38 3. Consentimiento informado………………………………………………… 42 4. Hoja de recolección de datos…………………………………………….. 43 Bibliografía………………………………………………………………………….. 44 6 RESUMEN Marco Teórico: La obesidad infantil constituye un problema creciente de salud pública a nivel mundial, consecuente a factores socioculturales como hábitos alimentarios y disminución en la actividad física en su mayoría y un pequeño porcentaje es inherente a factores genéticos. Aproximadamente una tercera parte de las consultas de endocrinología pediátrica corresponden a esta causa. La obesidad conforma un problema angular de las enfermedades crónicas entre las que se encuentra el síndrome metabólico, favoreciendo la hipertensión, la diabetes mellitus (DM) y las dislipidemias. El Síndrome metabólico es un término utilizado para indicar aquella situación clínica que incluye diferentes grados de hipertensión, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, dislipidemia aterogénica, obesidad central a los que se asocian estados pros inflamatorios y protrombóticos. Su diagnóstico implica aumentar en 5 veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y en 2 o 3 veces el de enfermedad cardiovascular. Existen varios criterios para el diagnóstico del síndrome metabólico, sin embargo al momento no existen estándares para definirlo en pediatría, por lo que es necesario evaluar integralmente al paciente con los recursos que se cuente identificando las anormalidades metabólicas y ajustando criterios clínicos y de laboratorio acorde a la edad del paciente pediátrico, para incidir de manera oportuna en el desarrollo de complicaciones. Objetivo: Establecer la frecuencia de síndrome metabólico en pacientes adolescentes obesos. Material y métodos: Se captó a los pacientes atendidos en la consulta externa y hospitalizados en el servicio de pediatría del HG Dr. Darío Fernández Fierro del ISSSTE que se encontraran en el rango de edad de 12 a 15 años 5 meses de ambos sexos con IMC calculado de 30 o más. Se tomaron determinaciones de tensión arterial, perfil de lípidos y glucemia central en ayuno para establecer diagnóstico de síndrome metabólico. Resultados: Se analizaron 79 pacientes (100%), 34 son del género masculino (43%) y 45 del género femenino (56.9%). De estos solo 11 pacientes (13.9%) presentaron síndrome metabólico. (Hombres 5, mujeres 6). Dentro de las variables que se consideraron para establecer diagnóstico de síndrome metabólico se calcularon los promedios, edad 13.8 (+ 1.3) años, talla 1.57 (+ 0.7) centímetros, índice de masa corporal 31.5 (+ 1,1), glucosa en ayuno 106.4 (+ 57.8) mg/dl, triglicéridos 112.5 (+ 57.8) mg/dl, colesterol HDL 55.1 (+ 7 10.8), tensión arterial sistólica 110 (+ 14) mmHg y tensión arterial diastólica 72 (+ 9)mmHg. En los 68 pacientes que no cumplieron criterios para síndrome metabólico se encontraron 11 pacientes con alteraciones en cifras tensionales o marcadores bioquímicos. De los cuales 8 presentaron glucosa por arriba de 100 mg/dl y dos de ellos arriba de 126 mg/dl, 2 cifras tensionales altas y 1 triglicéridos elevados Conclusiones: El alarmante aumento de obesidad en la población infantil en México obliga a todo el personal de salud a realizar búsqueda intencionada de marcadores de síndrome metabólico, ya que este es una patología que se puede considerar como punta de lanza para enfermedades crónica degenerativas que hoy en día representan el principal gasto en salud en la población nacional. El papel del pediatra debe ser, como en otras ocasiones, el de prevenir el riesgo controlando la aparición de cada uno de los componentes implicados. Palabras clave: Síndrome metabólico, adolescente, obesidad, resistencia a la insulina, dislipidemia, hipertensión arterial sistémica. 8 MARCO TEÓRICO ADOLESCENTE Se define por adolescente a las personas entre los 10 y 20 años de edad, las cuales se encuentran experimentando cambios rápidos en la estructura corporal, y el funcionamiento fisiológico, psicológico y social y que se encuentran en la transición de la infancia a la vida adulta; la adolescencia comprende 3 periodos distintos, precoz de 10 a 13 años, medio de 14 a 16 años y tardío de 17 a 20 años. (1) En esta tesis se estudiaron a pacientes de 12 a 16 años 5 meses y 29 días como edad estandarizada por el hospital para la atención al adolescente. A nivel mundial los adolescentes representan el 20% de la población total y de este 20%, el 85% se encuentra en los países en vías de desarrollo. (2) En México la población adolescente corresponde a 19.9% de un total de 112337,000 mexicanos, de los cuales 10% son hombres y 9.9% mujeres, lo que equivale a 22, 355,000 adolescentes.(3) OBESIDAD Obesidad es el aumento de la grasa corporal producido por un balance positivo de energía. La obesidad no es definida por el aumento de peso sino por el aumento de uno de los componentes de la masa corporal, la grasa. Para realizar el diagnóstico de obesidad en el niño se utilizan diversos índices, como el peso/edad, peso/talla, peso relativo, pliegues cutáneos y el IMC (índice de masa corporal) --Relación peso/edad: es poco específico debido a que ignora la talla y no diferencia la masa magra. Tiene poca correlación con la masa grasa. En Pediatría, para la evaluación de la obesidad en niños y adolescentes es imprescindible tomar en consideración la estatura para obtener una buena correlación con la composición corporal. --Relación peso/talla: es un buen indicador en niños, y se considera obesidad por encima del percentil 90. No se recomienda su uso en púberes y adolescentes, principalmente en aquellos que tienen una talla que no la que les corresponde para su edad. En los niños obesos entre el 10 al 15% del exceso de peso puede corresponder a la masa magra, por lo que puede dar falsos positivos en los niños atléticos. También puede sobreestimar la obesidad en adolescentes. --Peso Relativo: relaciona el peso actual del niño con el peso correspondiente al percentil 50 para la talla, usando las tablas de referencia para sexo (4) Puede calcularse usando la fórmula: ( Peso actual/Peso ideal para la talla) x 100 9 Los valores de Referencia para este índice son : Normal 90 a 100% Sobrepeso 111 a 120% Obesidad leve 121 a 130% Obesidad moderada 131 a 160% Obesidad grave >160% --Índice de Masa Corporal (IMC) es un índice simple del peso para la talla que se utiliza comúnmente para clasificar bajo peso, el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se define como el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros (kg/m2) Actualmente se propone usar el IMC a partir de los 2 años de edad. (5) A pesar de que no se ha logrado aún el consenso universal para definir la obesidad en niños, la International Obesity Task Force convocó a un taller para evaluar la forma más adecuada de diagnosticar la obesidad infantil y llegó a la conclusión de que el IMC es una medida razonable para la determinación de la grasa corporal de uso clínico en niños y adolescentes (6). Se confeccionaron tablas de IMC, tanto para varones como para niñas de 2 a 18 años, a nivel internacional la OMS estadifica peso bajo, sobrepeso y obesidad con los siguientes parámetros. (7-10) Clasificación IMC(kg/m2) Principal punto de corte Adicional punto de corte Peso bajo <18.50 <18.50 Severo <16.00 <16.00 Moderado 16.00 - 16.99 16.00 - 16.99 Leve 17.00 - 18.49 17.00 - 18.49 Rango normal 18.50 - 24.99 18.50 - 22.99 23.00 - 24.99 Sobrepeso ≥25.00 ≥25.00 Pre-obesidad 25.00 - 29.99 25.00 - 27.49 27.50 - 29.99 Obesidad ≥30.00 ≥30.00 Obesidad clase I 30.00 - 34.99 30.00 - 32.49 32.50 - 34.99 Obesidad clase II 35.00 - 39.99 35.00 - 37.49 37.50 - 39.99 10 La OMS concluyó que la proporción de personas con un alto riesgo de diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares es sustancial en el IMC de más de 25kg/m2 de acuerdo a la clasificación internacional. (9,10)(Tabla 1) La asociación de la obesidad con el síndrome metabólico y riesgo cardiovascular no se debe solamente al grado de obesidad, sino que estaría críticamente relacionado y dependería de la distribución de la grasa corporal. En los niños, de forma similar a lo encontrado en adultos, se ha demostrado recientemente que aquellos con adiposidad central desarrollan síndrome metabólico con mayor frecuencia. El aumento de la circunferencia de cintura en niños y adolescentes se asocia con hipertensión sistólica y diastólica, hipercolesterolemia, bajo colesterol HDL, hipertrigliceridemia y resistencia a la insulina y aumento del riesgo cardiovascular (Bogalusa Heart Study). (11, 12) La obesidad visceral tiene una fuerte relación con la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico. Los adipocitos del tejido graso abdominal presentan importantes diferencias endocrinológicas y metabólicas en relación con los adipocitos del tejido graso subcutáneo. Estas diferencias pueden contribuir al inicio y desarrollo del síndrome metabólico. Los adipocitos del tejido subcutáneo tienen mayor capacidad de síntesis de leptina que los de la región visceral, mayor efecto antilipolítico de la insulina y mayor afinidad por el receptor de la insulina. Los adipocitos de la región visceral tienen mayor recambio de triglicéridos, más receptores de andrógenos, adrenérgicos y de glucocorticoides. La resistencia a la acción de la insulina puede estar presente en forma selectiva en los adipocitos del tejido graso visceral y no estar presente en los del tejido subcutáneo. Los ácidos grasos libres son fuertes predictores de la resistencia a la insulina a nivel muscular, y ellos se hallan aumentados en el tejido muscular de sujetos obesos y más aún en diabéticos tipo 2. La oxidación de los ácidos grasos produce la inhibición en la utilización de la glucosa por el músculo. El elevado aporte de ácidos grasos libres provenientes del tejido adiposo visceral potencia la síntesis hepática de triglicéridos y estimula la gluconeogénesis y la liberación de glucosa a la sangre. Esto induce la aparición de hiperinsulinemia compensadora para mantener la glucemia dentro de valores normales. El hiperinsulinismo persistente lleva al agotamiento de las células beta del páncreas, lo que se manifiesta inicialmente como hiperglucemia postprandial. Extensos estudios poblacionales (DECODE, FUMAGATA) han demostrado que la hiperglucemia postprandial (una de las primeras anormalidades del metabolismo hidrocarbonado) tiene relación con el stress oxidativo, daño endotelial y con el desarrollo de complicacionescardiovasculares. La disfunción endotelial mediada por el efecto prandial de la glucosa, altera el mecanismo vasodilatador arterial con anormalidades de la coagulación (fibrinógeno, factor de Von Willebrand, factor VII, etc.). La hiperglucemia aumenta a nivel de las células endoteliales la producción de radicales libres e induce un aumento en la formación de los productos avanzados de glicación (AGEs). Los AGEs no solo derivan de la hiperglucemia crónica sino que también producen por el aporte exógeno en la dieta y por el tabaquismo, el cual induce la glicación de lípidos y proteínas. La hiperglucemia crónica lleva al agotamiento de la población de las células beta del páncreas, con aparición de diabetes. (13) 11 HIPERLEPTINEMIA La leptina, un producto del gen ob, es un péptido producido por adipocitos diferenciados, y controla el metabolismo energético a nivel del hipotálamo suprimiendo el consumo de comida y estimulando el gasto de energía. Los niveles de leptina son elevados en adultos y niños obesos, indicando la resistencia a los efectos de leptina en estos individuos. Como tanto la leptina como la resistencia a la insulina están fuertemente relacionadas con la adiposidad. En un estudio realizado en 342 niños se describe las relaciones de la leptina con la resistencia a la insulina (medida mediante el clamp euglucémico de insulina), confirmando la existencia de una asociación significativa entre leptina y obesidad. También mostró una relación significativa entre leptina y resistencia a la insulina que es independiente de la grasa corporal y hallada principalmente en niños con IMC elevado, a diferencia de los niños delgados. Las relaciones entre la adiposidad y leptina se manifestaron en los diferentes niveles de leptina según el género. El nivel de leptina era más alto en niñas que varones en todas las etapas de Tanner del desarrollo después de la iniciación de la pubertad. Esta diferencia está probablemente relacionada con el mayor aumento de la masa grasa en niñas en contraste con el mayor aumento de la masa magra en varones durante la adolescencia. El aumento de los niveles de leptina observados entre prepuberal (estadio de Tanner 1) y pubertad (Tanner 2 a 4) sugiere que esta oleada en leptina en niñas puede estar bajo influencia gonadal y hormonal, y es de importancia para el desarrollo adolescente. (14) Se ha confirmado que el patrón de distribución de la grasa durante la infancia y la adolescencia va a perpetuarse en la vida adulta, por lo tanto, los niños y adolescentes con obesidad visceral tienen grandes probabilidades de mantener ese patrón en la vida adulta. (15) Como tanto la leptina como resistencia de insulina están fuertemente relacionadas con la adiposidad y otros factores de riesgo cardiovascular (16), la búsqueda en niños obesos de los factores que componen el síndrome metabólico, para su detección y tratamiento temprano es un paso fundamental en la prevención de la enfermedad cardiovascular y diabetes en la vida adulta. RESISTENCIA A LA INSULINA La resistencia a la insulina es una respuesta biológica inferior frente a niveles normales o superiores de insulina (endógena o exógena) y sería el factor inicial en el síndrome metabólico; tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 pueden dar origen a la cascada metabólica del síndrome. En la pubertad se produce un aumento transitorio de la resistencia a la insulina. Esta se manifiesta por un descenso del transporte de glucosa estimulado por la insulina a nivel del músculo esquelético y los adipocitos, y por un deterioro de la supresión de la salida de glucosa desde el hígado inducida por la insulina. En la resistencia a la insulina están involucrados los PPAR gamma, alfa y delta. Los PPAR gamma y alfa están involucrados en el metabolismo de la glucosa y de los lípidos, la 12 diferenciación de los adipocitos, la respuesta inflamatoria y la resistencia a la insulina. Es muy importante la relación de la inflamación con la aterosclerosis y la diabetes. Como consecuencia de, para mantener la homeostasis de la glucosa se incrementa la secreción endógena de insulina, lo cual se traduce en un hiperinsulinemia compensadora. Existen factores constitucionales y ambientales que pueden predisponer a un estado de resistencia. Entre los factores constitucionales tenemos: la carga genética, el aumento de la expresión del gen del factor de necrosis tumoral en músculo y tejido adiposo, la hemocromatosis idiopática, obesidad materna, diabetes gestacional, poliquistosis ovárica. Un factor que merece un análisis especial es la desnutrición temprana (desnutrición intrauterina con reducción del crecimiento fetal, bajo peso al nacer y en los primeros años de vida), ya que diversos estudios han mostrado una asociación significativa entre el retardo de crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer con diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, dislipemias y enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Una mala nutrición en la vida intrauterina y la primera infancia tendría un beneficio a corto plazo en la adaptación del metabolismo a la desnutrición, con un incremento de la resistencia a la insulina y una afectación de la estructura y función de las células beta, con disminución de la habilidad de las mismas para secretar insulina. La persistencia de este mecanismo en la vida adulta llevaría a él desarrollo de síndrome metabólico. En la adultez, especialmente si la alimentación es abundante y rica en energía, sobreviene la obesidad asociada a la resistencia a la insulina y la incapacidad del páncreas para producir una secreción de insulina adecuada a los requerimientos aumentados, lo que conduce finalmente a la intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2. (17, 18) Los factores ambientales que influyen son: el estilo de vida (tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo), la alimentación (elevado consumo de grasas saturadas). Existen evidencias que apoyan la hipótesis de que la alimentación puede influir sobre la sensibilidad a la insulina, tanto positivamente como negativamente. Así, el tipo de alimentación habitual puede actuar como preventivo del desarrollo de resistencia a la insulina en individuos predispuestos o, por el contrario, estimular un estado de hiperinsulinemia en individuos resistentes. Asimismo, la localización central de la adiposidad corporal, es un determinante de la mayor resistencia a la insulina. (19) INTOLERANCIA A LA GLUCOSA Y DIABETES TIPO 2 En los últimos 10 años se ha reportado un incremento de la diabetes tipo 2 en niños y adolescentes, en forma paralela al aumento de la prevalencia de la obesidad grave en la infancia y adolescencia. La diabetes tipo 2 puede ser asintomática en sus estadios tempranos, aunque puede presentarse con los síntomas cardinales y aun con cetoacidosis diabética como debut en niños obesos. Hay mayor resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa cuanto mayor es el grado de obesidad. Se debe realizar la glucemia basal con ayuno mayor de 8 13 hrs (< 110 mg/dl es normal, intolerancia a la glucosa si la glucemia en ayunas se encuentra entre 110 y 126 mg/dl y diabetes si es >=126 mg/dl), en dos o más determinaciones. Las nuevas recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) determina glucemia en ayunas >=100 mg/dl en vez de 110 mg/dl. Si se realiza la curva de tolerancia a la glucosa, la glucemia < 140 mg/dl a los 120 minutos es normal, entre 140 y 200 mg/dl es intolerancia a la glucosa y mayor de 200 mg/dl es diabetes. Según la Asociación Estadounidense de Diabetes, para la prevención del síndrome metabólico es importante la detección de pacientes con riesgo de: obesidad central; presencia de acantosis nigricans; antecedentes familiares de diabetes tipo 2; bajo/alto peso al nacer; índices de resistencia a la insulina alterados; dislipemia, hipertensión, ovario poliquístico; predisposición de algunas razas o etnias.La obesidad de comienzo en la infancia a menudo precede al estado hiperinsulinémico y a la resistencia a la insulina. Posteriormente aparece la pérdida del control glucémico que se manifiesta como intolerancia a la glucosa al inicio y finalmente como diabetes tipo 2. Sin embargo, no todos los niños obesos desarrollan intolerancia a la glucosa o diabetes. Existe una fuerte asociación genética y predisposición familiar que se evidencia en los antecedentes de diabetes tipo 2 de estos pacientes. Por lo tanto, los antecedentes familiares son importantes para evaluar el riesgo del niño obeso. DISLIPIDEMIA Las dislipidemias pueden actuar como factores contribuyentes en el desarrollo y mantenimiento de la resistencia a la insulina. Las concentraciones elevadas de ácidos grasos libres secundarias al aumento de actividad lipolítica que se observa en la obesidad visceral inhiben la captación de glucosa por el músculo. Los sujetos con resistencia presentan un perfil lipídico caracterizado por triglicéridos elevados, disminución del colesterol HDL, y LDL pequeña y densa. Esta tríada se asocia estrechamente con el desarrollo de enfermedad coronaria y aparentemente es consecuencia del aumento de la llegada al hígado de ácidos grasos libres provenientes del tejido adiposo resistente a la insulina y de la propia resistencia a la insulina del hígado, que induce un aumento de la secreción de apolipoproteína B (ApoB), el principal componente proteico de las VLDL y LDL. La hipertrigliceridemia es secundaria al aumento de secreción de VLDL por el hígado, así como a una disminución de la depuración de remanentes de quilomicrones por este órgano durante el período postprandial. Las LDL enriquecidas en triglicéridos se convierten a formas más pequeñas y densas. Estas LDL pequeñas y densas se oxidan y glican más fácilmente y son captadas con menor avidez por el hígado a través del receptor de LDL. Esto favorece su depósito a nivel de la pared vascular, lo que determinaría su capacidad aterogénica. Se ha demostrado que los niveles de colesterol elevados durante la infancia se asocian con hipercolesterolemia en la adultez, que la presencia de factores de riesgo cardiovascular en la infancia se asociaba a un aumento de la aterosclerosis coronaria y aórtica asintomática en la infancia y mayor riesgo cardiovascular en la adultez y que niveles bajos de colesterol (y otros factores de riesgo como resistencia a la insulina, obesidad e hipertensión arterial) durante la infancia se 14 asocia en forma significativa con menor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Esto refuerza el beneficio de la promoción de la salud y la modificación de estilo de vida en la vida temprana para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular. (20) En las Guías para la Prevención Primaria de la Enfermedad Aterosclerótica Cardiovascular desde la Infancia, publicadas en 2003 por la American Heart Asociation se hace referencia a estudios y ensayos clínicos donde se observa una correlación positiva entre las lesiones de aterosclerosis de la aorta y los diferentes factores de riesgo, entre ellos las dislipemias, y que tales lesiones comienzan a formarse en la niñez temprana. Esto ha sido observado tanto por examenes antomopatológicos como por estudios ecográficos del espesor de la íntima de la arteria carótida. Son importantes predictores de la calcificación de la arteria coronaria la obesidad, la hipertensión arterial y la dislipemia. Es preocupante el incremento epidémico de la obesidad en los niños, ya que estudios de larga duración han demostrado la continuación de la obesidad, hipercolesterolemia e hipertensión desde la infancia hasta la vida adulta. Un estudio realizado con niños mostró que los niveles de colesterol elevados durante la infancia se asocian con hipercolesterolemia en la adultez. El desarrollo de la placa aterosclerótica, más que la simple acumulación de colesterol en la íntima de las paredes vasculares, representa la culminación de un proceso complejo que involucra sustancias inflamatorias, macrófagos y linfocitos T activados, además de las lipoproteínas circulantes. En apretada síntesis, la secuencia comienza cuando el colesterol LDL se acumula debajo del endotelio de la pared arterial. La porción lipídica central de la LDL sufre oxidación y las proteínas de la superficie de la partícula se glucosilan. Así se desencadena la respuesta inflamatoria, ya que se estimulan las células endoteliales, del músculo liso, monocitos y linfocitos T. Estos últimos amplifican la respuesta inflamatoria, los monocitos maduran a macrófagos, éstos se cargan de lípidos y se convierten en las células espumosas, las cuales combinadas con las células T activadas forman la estría grasa en la íntima arterial, elemento aterosclerótico inicial. A medida que continúa el proceso inflamatorio, las células del músculo liso y fibroblastos cubren la estría grasa segregando colágeno y formando así una capa fibrosa. Esta placa va madurando y al crecer produce obstrucción de la luz arterial. Esto conducirá a fenómenos como enfermedad cerebrovascular, infarto de miocardio, o desencadenan la formación de trombos que produce el episodio coronario. (21) En los niños mayores de 2 años hasta los 20 años, se debe investigar los lípidos en los casos que presenten enfermedades con riesgo cardiovascular, tengan padres con colesterol total mayor o igual a 240 mg/dl o historia familiar de enfermedad cardiovascular temprana (IAM menores de 55 años, enfermedad cerebrovascular, enfermedad vascular periférica) en padres y abuelos. El estudio de Framingham demostró que la relación entre el colesterol LDL elevado (y el colesterol HDL bajo), y el riesgo de enfermedad cardiovascular era continuo y que no tenía valores umbral. Por ende, los límites de corte en los niveles de lípidos no representan valores ideales sino valores estadísticos, por encima de los cuales el riesgo de enfermedad cardiovascular es inaceptablemente alto. Los niveles de lípidos de lipoproteínas en los niños muestran pequeñas diferencias, aunque continuas, según la edad, sexo, estado puberal y raza. Cabe 15 destacar que en la pubertad, los varones experimentan una disminución de los niveles de colesterol HDL y un leve aumento del colesterol LDL, lo que explica en parte la propensión de los hombres a padecer enfermedad cardiovascular a una edad más temprana que las mujeres. En los niños menores de 2 años no se investiga habitualmente el perfil lipídico. (22) La mayoría de las dislipidemias en los niños es primaria. Las dislipemias primarias más comunes con aumento del colesterol LDL son la hipercolesterolemia familiar y la dislipemia combinada familiar. Se estima que 1 de cada 25 niños con C-LDL superior a 130 mg/dl presenta una hipercolesterolemia familiar heterocigoto, la homocigota es mucho menos frecuente. En la hipercolesterolemia familiar las cifras de colesterol elevadas son detectables ya al nacer. La forma homocigota puede presentar xantomas cutáneos en los primeros meses de vida. La forma heterocigoto tiene una frecuencia de alrededor de 1/500 o menos y es más difícil que muestre manifestaciones clínicas tan precoces. La dislipemia combinada familiar es 3 veces más frecuente y puede no manifestarse desde la infancia. Hay que recordar que una forma de dislipemia hereditaria es la hipoalfalipoproteinemia (hipoHDL) con colesterol HDL menor de 35 mg/dl. (23) De acuerdo con lo establecido por el National Cholesterol Education Program (NCEP) y la American Academy OF Pediatrics (AAP) para evaluar el perfil lipídico en los niños se toma en cuenta: •En los niños mayores de 2 años hasta los 20 años, se debe investigar los lípidos en los casos que presenten enfermedades con riesgo cardiovascular, tengan padres con colesterol total mayor o igual a 240 mg/dl o historia familiar de enfermedad cardiovascular temprana (IAM menores de 55 años, enfermedad cerebrovascular, enfermedadvascular periférica) en padres y abuelos. •En niños con factores de riesgo como HTA, diabetes, obesidad, tabaquismo, dieta rica en grasas debe investigarse la presencia de trastornos lipídicos. •En todo niño obeso se debe realizar un perfil lipídico en ayunas. •El perfil lipídico completo se debe medir en ayuno de 12 hrs. •Si la muestra de sangre no es en ayunas, solo se puede medir el colesterol total y col HDL. •Lo ideal es solicitar el perfil lipídico completo, pero al menos colesterol total y triglicéridos. •Si el colesterol total en igual o menor a 170 mg/dl no realizará ninguna intervención y se evaluará a los 5 años •Si el colesterol total es mayor o igual a 200 mg/dl se debe pedir el perfil lipídico completo en ayunas para cuantificar LDL y HDL, ya que hasta un 15% de los niños con colesterol superior a 200 mg/dl pueden tener colesterol LDL normal y HDL alto, lo cual representa menor riesgo cardiovascular. •Si los valores obtenidos fueran entre 170 a 200 mg/dl se debe repetir la determinación, si el promedio de las dos mediciones fuera superior a 170 mg/dl realizar el perfil lipídico en ayunas. •Valores de LDL entre 110 a 130 mg/dl se consideran limítrofes y requieren una nueva medición al año. •Si los triglicéridos están elevados, se debe solicitar lipograma electroforético. •Evaluar el aspecto del suero. •Solicitar TSH para descartar hipotiroidismo. 16 •Se necesitan al menos 2 valores sucesivos alterados del perfil lipídico para confirmar el diagnóstico. (Tabla 2, 3, 4 y 5) HIPERTENSION ARTERIAL SISTEMICA La hipertensión arterial es poco frecuente y estudiada en niños y adolescentes. Si bien su prevalencia es significativamente menor que en los adultos, hay evidencias de que las raíces de la hipertensión del adulto se remontan hasta la niñez. En pediatría, la hipertensión es considerada fundamentalmente de causa secundaria siendo las principales entidades que la provocan las enfermedades renales, afecciones cardiovasculares y endocrinológicas. En aproximadamente el 80 al 85% de los niños y adolescentes con hipertensión presentan una causa definida de la misma. Múltiples mecanismos contribuyen al desarrollo de hipertensión, por lo que es difícil determinar la contribución de la obesidad y/o hiperinsulinemia aisladas. (24) En la mayoría de las poblaciones del mundo, la tensión sanguínea está directamente correlacionada con el peso corporal. Numerosos estudios han confirmado la asociación entre el peso ganado, porcentaje de grasa corporal y resistencia a la insulina. (25) Esta asociación ya está presente desde edades tempranas. Otros estudios sin embargo, han indicado que existe una interacción entre la insulina y la hipertensión que es independiente de su interacción con la obesidad. El estudio CARDIA (The Coronary Artery Risk Development In young Adults) realizado en 4576 jóvenes adultos reportó una asociación entre la insulina en ayunas e hipertensión, independiente del peso. La insulina incrementa la retención renal de sodio aumentando el aclaramiento de agua libre, junto con estimulación del tono simpático vascular (25) Existe una fuerte influencia genética en la tensión sanguínea que puede ser identificada tempranamente en la infancia. El Bogalusa Heart Study mostró una correlación positiva entre tensión sanguínea e insulina en ayunas, incluso después de ajustar por índice de masa corporal, a edades tan tempranas como 5 años de edad. En adolescentes, la resistencia a la insulina se ha asociado con retención crónica de sodio y sensibilidad al sodio, que eran reversibles con la pérdida de peso y el ejercicio. (25) De acuerdo con la 4ª Comunicación de la Academia Americana de Pediatría de agosto de 2004: •Hipertensión arterial: cuando el promedio de la TA sistólico y/o diastólico es mayor o igual al percentil 95 para edad, sexo y talla, en tres ocasiones o más. •Pre hipertensión: cuando el promedio de la TA sistólica y/o diastólica es mayor o igual al percentil 90 y menor al percentil 95 para edad, sexo y talla, en tres oportunidades o más. Se recomienda que los adolescentes cuyos valores de TA sean mayores o iguales a 120/80 mmHg se consideren pre hipertensos. •Normo tensión: cuando el promedio de TA sistólica y/o diastólica es menor al percentil 90 para edad, sexo y talla. •Hipertensión de bata blanca: cuando el paciente tiene cifras de TA por encima del percentil 95 en el consultorio y es normo tenso fuera de él. Se requiere de monitoreo ambulatorio de presión arterial para confirmar el diagnóstico. 17 Se utilizan las tablas que correlacionan sexo, edad, TA de la Academia Estadounidense de Pediatría (Task Force), basadas en la medición de TA en niños sanos. Se percentila al niño según sexo y talla utilizando las tablas habituales de crecimiento de la Sociedad Argentina de Pediatría para posteriormente ubicar según edad y percentil de peso en las tablas de TA de la Academia Estadounidense de Pediatría. SÍNDROME METABOLICO El síndrome metabólico se está convirtiendo en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI. Este término es utilizado para indicar aquella situación clínica que incluye diferentes grados de hipertensión, intolerancia A la glucosa, resistencia a la insulina, dislipidemia aterogénica, obesidad central a los que se asocian estados proinflamatorios y protrombóticos. Su diagnóstico implica aumentar en 5 veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y en 2 o 3 veces el de enfermedad cardiovascular (26) Hace unos 250 años el médico y anatomista italiano Morgagni identificó la asociación entre obesidad visceral, hipertensión, aterosclerosis, altos niveles de ácido úrico en sangre y episodios frecuentes de obstrucción respiratoria durante el sueño. A mediados del siglo XX, el médico francés Vague fue el primero en identificar la “obesidad androide” (adiposidad en la mitad superior del cuerpo) como la afección asociada con más frecuencia a la diabetes y la enfermedad cardiovascular. La presencia frecuentemente simultánea de obesidad, hiperlipidemia, diabetes e hipertensión se definió en un principio con el nombre de “síndrome plurimetabólico” en los años 60, Una década después, Haller vinculó esta constelación de factores de riesgo con la aterosclerosis. Después, en 1980, se complicaron las cosas cuando Vague sugirió que la masa adiposa por sí misma tiene un efecto sobre el progreso desde la obesidad hacia la diabetes. Pero ahora sabemos que, de hecho, el exceso de grasa abdominal genera diabetes y aterosclerosis, y que esta obesidad central afecta a la secreción de insulina y la hormona del estrés, el cortisol. Cuando se describió el alto riesgo de enfermedad arterial coronaria en personas con este conjunto de anormalidades metabólicas. Hacia finales de los 80, la conjunción de alteraciones de la glucosa y del metabolismo de la insulina, la obesidad, la dislipidemia y la hipertensión recibió un nombre misterioso: “síndrome X”. Reaven sugirió que la insensibilidad a la insulina, con su consecuente aumento dramático de los niveles de insulina en sangre, es la causa subyacente de esta conjunción y representa, por sí misma, un Importante factor de riesgo cardiovascular. Ferranini y colaboradores siguieron esta idea, coincidieron en afirmar que dicha conjunción está causada por la insensibilidad a la insulina y, pocos años después, acuñaron el término “síndrome de resistencia a la insulina” En 1998, el grupo de trabajo sobre diabetes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) proporcionó una definición funcional del síndrome metabólico (tabla 6). La OMS elaboró una lista de criterios de diagnóstico clínico que se modificó un año más tarde. En concreto, afirmaba que el síndrome está definido 18 por la presencia de diabetes tipo 2 o alteración de la tolerancia a la glucosa, coincidiendo con al menos dos de los cuatro factores que se citan a continuación: -Hipertensión -Hiperlipidemia -Obesidad-Rastros de proteína en la orina (microalbuminuria) En el caso de las personas con tolerancia normal a la glucosa, es necesario que haya pruebas de insensibilidad a la insulina para realizar el diagnóstico. Ésta se mide utilizando ya sea la pinza euglucémica (en la cual se mantiene un nivel de glucosa en sangre constante mediante la perfusión o la infusión de glucosa o insulina), registrando los niveles de insulina en ayunas, o mediante el uso de la evaluación por modelo homeostático (HOMA, en sus siglas inglesas) La definición de la OMS de obesidad se basa ya sea en el índice de masa corporal (IMC) o en la proporción cintura-cadera Es importante destacar que la microalbuminuria aparece raramente en personas sin diabetes, haciendo que este criterio sea relevante tan sólo en personas con la afección. Además, la técnica de la pinza euglucémica, regla de oro para medir la insensibilidad a la insulina, no es aplicable en estudios epidemiológicos a gran escala. Se ha utilizado la HOMA, la insulina en ayunas o los análisis de tolerancia a la glucosa por vía intravenosa con muestras frecuentes; pero la diferencia de métodos y valores umbral utilizados en los estudios realizados hasta la fecha nos ha llevado a explicar hasta cierto grado las diferencias que se han encontrado en los índices de prevalencia de insensibilidad a la insulina En 2001, el Panel III de Tratamiento de Adultos (ATP III) del Programa Nacional de Educación sobre el Colesterol de los EEUU propuso un conjunto de criterios similar al propuesto por la OMS, con la diferencia de que, en lugar de que la insensibilidad a la insulina sea un componente necesario, es uno de entre cinco de los cuales debe de haber al menos tres presentes a un mismo tiempo (tabla 7). Uno de estos componentes clave es la obesidad visceral. El ATP III no recomendaba mediciones rutinarias de la sensibilidad a la insulina ni un análisis de glucemia a las 2 horas de una sobrecarga de glucosa, sino que incluía simplemente una evaluación de la glucosa en ayunas si no se había diagnosticado ya diabetes o tolerancia a la glucosa Los criterios del ATP III fueron revisados recientemente. La nueva definición exige que al menos se den tres de los cinco factores que se citan a continuación: -Perímetro de cintura excesivo (102 cm o más en varones, 88 cm o más en mujeres) -Alto nivel de triglicéridos (150 mg/dl o tratamiento farmacológico) -Bajo nivel de colesterol HDL (por debajo de los 40 mg/dl en varones; inferior a los 50 mg/dl en mujeres o tratamiento farmacológico) -Hipertensión (presión sistólica igual o por encima de 130 mmHg; presión diastólica igual o por encima de 85 mmHg o tratamiento farmacológico) -Glucosa en ayunas de 100 mg/dl o más o tratamiento farmacológico. 19 El panel ATP III incluye “medidas optativas”, como la proteína C-reactiva (como marcadora de la inflamación) y el fibrinógeno (como marcador de un estado protrombótico).La Federación Internacional de Diabetes (FID) propone una nueva definición del síndrome metabólico (ver tabla 8), en el acuerdo de que se le había dado demasiada importancia a la diabetes y la insensibilidad a la insulina en las definiciones anteriores, y que el componente “esencial” es la obesidad central, medida mediante el perímetro de la cintura. Se han seleccionado valores umbral específicos según etnia basándose en los datos disponibles que vinculan el perímetro de la cintura con otros componentes del síndrome metabólico en distintas poblaciones. En conclusión existen varios criterios para el diagnóstico del síndrome metabólico, sin embargo al momento no existen estándares para definirlo en pediatría, por lo que es necesario evaluar integralmente al paciente con los recursos que se cuente identificando las anormalidades metabólicas y ajustando criterios clínicos y laboratorio de acuerdo a la edad del paciente pediátrico, para incidir de manera oportuna en el desarrollo de complicaciones. (28) TRATAMIENTO DEL SINDROME METABOLICO El tratamiento del síndrome metabólico es el tratamiento de cada uno de los componentes presentes en el paciente a tratar. Conforme a lo anteriormente desarrollado, en la mayoría de los casos la obesidad es el trastorno inicial, y es el que da origen a los demás componentes del síndrome metabólico en la infancia y adolescencia. Por lo tanto, el primer paso a seguir en estos pacientes es el tratamiento de la obesidad. La pérdida de peso, incluso moderada, mejora notablemente la hipertensión arterial, la dislipemia, la resistencia a la insulina. Sólo en casos especiales, y ante el fracaso del tratamiento dietético y de las modificaciones en el estilo de vida, se hace necesario el uso de fármacos para el control de la dislipemia y de la hipertensión arterial. Son muy escasas las drogas aprobadas para su uso en pediatría en el tratamiento de la HTA y dislipemias. Para lograr el tratamiento adecuado de la obesidad infantil y prevenir sus complicaciones son necesarios un plan alimentario personalizado, actividad física adecuada para la edad y condición física, la modificación de hábitos y el apoyo familiar. A continuación se esbozarán los lineamientos del tratamiento del síndrome metabólico en niños obesos. PLAN ALIMENTARIO La alimentación debe permitir una velocidad de crecimiento normal, ser segura y completa desde el punto de vista nutricional, preservar la masa magra, no provocar un descenso de peso superior al 0,1% de peso semanal, dar saciedad y no afectar al niño emocionalmente. El valor Calórico Total (VCT) consiste para el grupo de edad adolescente en reducir como máximo hasta un 20 a 25% de las calorías ingeridas por anamnesis (nunca menor a 1200 cal/diarias). Debe evitarse una restricción severa del VCT para prevenir la pérdida de masa muscular, balance negativo de nitrógeno, detención del crecimiento y alteraciones de la conducta alimentaria. Una vez finalizado el crecimiento se maneja como en el adulto. 20 Siendo el peso el principal determinante de las necesidades energéticas, es necesario definir si se trabaja con el peso para la edad o el peso real. Si se emplea el peso real, el aporte calórico tenderá a mantenerlo; si se emplea la mediana del peso para la talla del niño el aporte calórico tendrá un efecto normativo. (29) Los hidratos de carbono deben ser del 50 al 55% del VCT, las proteínas un 15 al 20% y las grasas no deben superar el 30% del VCT. Inicialmente se realizará una selección de las grasas siguiendo los criterios de Dieta Paso 1 del NCEP, aportando como máximo un 10% de grasas saturadas, 10% de monoinsaturadas y 10% de poliinsaturadas, con un valor igual o inferior a 300 mg/día de colesterol. Las grasas saturadas están compuestas por ácidos grasos que no tienen dobles ligaduras. Actúan reduciendo el número de receptores celulares para la LDL y aumentando la síntesis intracelular de colesterol. Son fuentes de grasas saturadas la grasa láctea, el aceite de coco y de palma; el cacao; las carnes vacunas, de cordero, cerdo y piel de pollo. Los ácidos grasos monoinsaturados disminuyen el colesterol LDL, sin reducir la fracción HDL. Son fuentes de grasas monoinsaturadas el aceite de oliva y el aceite de canola, el aceite de soja, las frutas secas, la palta, aceitunas. Los ácidos grasos polinsaturados son esenciales y se dividen en 2 grupos: --Omega-6: linoleico y araquidónico. Están presentes en la mayoría de las semillas, granos y sus derivados, especialmente en los aceites vegetales. --Omega-3: Linolénico: de origen vegetal, presente principalmente en la soja y frutas secas. Eicosapentaenoico (EPA) y Docosahexanoico (DHA) se encuentran en pescados y mariscos (crustáceos y moluscos). A los ácidos grasos polinsaturados omega-3 se les han adjudicado múltiples propiedades. Reducen el riesgo coronario vascular, por la disminución de la lipemia postprandial y de los triglicéridos, y disminución de la agregación plaquetaria. También aumentanla concentración de colesterol HDL. Otros alimentos ricos en Omega 3 son los lácteos, jugos de fruta, pastas, panificados, huevo. Los pescados de río no aportan Omega-3. Colesterol: su ingestión en exceso induce, al igual que las grasas saturadas, la reducción en el número de receptores LDL. Son fuente de colesterol los crustáceos (centolla, langostinos, langosta, cangrejo y camarones). Sin embargo, no es prioritario para el tratamiento del síndrome metabólico reducir su ingesta salvo que exista hipercolesterolemia asociada. Los mariscos por su parte, tienen bajo contenido de colesterol. Los ácidos grasos trans: A través de la hidrogenación, gran parte de los ácidos grasos insaturados cis se transforman en ácidos grasos trans los cuales inhiben los procesos de desaturación y elongación del ácido linoleico y linolenico para formar ácidos grasos esenciales. Las fuentes de ácidos grasos trans son en un 50% de origen dietario y en otro 50% de origen tecnológico. (Aceites vegetales parcialmente hidrogenados) Un método muy utilizado en pediatría (para niños de 6 a 12 años de edad) es la propuesta por Epstein denominada la “Técnica del Semáforo”. Se clasifican los alimentos según su densidad calórica en tres grupos. 21 ---El grupo de color verde contiene a los alimentos de densidad calórica muy baja y que pueden consumirse libremente. En este grupo se encuentran alimentos como: leche fluida o en polvo, entera o descremada, con dilución estándar; yogur entero, yogures descremados, naturales, saborizados, con frutas o cereales; quesos untables sin grasa; clara de huevo; vegetales “A” y “B”; frutas frescas y enlatadas dietéticas; flanes, helados, gelatinas y postres de leche dietéticos ---El grupo de color amarillo incluye a los alimentos con densidad calórica intermedia, debe determinarse su frecuencia de consumo y el volumen de las porciones. En este grupo se encuentran alimentos como: yogures enteros saborizados, frutados o con cereales; quesos untables descremados; vísceras (mondongo); vegetales “C”; fruta seca desecada cocida; mermeladas, jaleas y dulces dietéticos; cereales y derivados; legumbres. ---El grupo de color rojo incluye los alimentos con densidad calórica alta y muy alta, su consumo es limitado. Alimentos con densidad calórica alta : quesos untables semidescremados y tipo crema; ricota entera o descremada; quesos maduros descremados; huevo entero o yema; carne vacuna, de pollo o pescado; frutas desecadas sin cocción; fiambres (jamón crudo o cocido); salchichas comunes o dietéticas; vísceras (hígado, lengua); cereales en copos; barras de cereales; pan común blanco o integral; galletitas; azúcar y dulces comunes; cuerpos grasos dietéticos (manteca, margarina, mayonesa, salsa golf); crema de leche. Los alimentos con densidad calórica muy alta son las frutas secas y los cuerpos grasos como manteca, margarina, mayonesa y salsa golf. Es recomendable fraccionar la dieta en varias comidas (5 a 6 por día); no comer entre comidas; servir el plato en la cocina y no poner la fuente en la mesa; qué las comidas se efectúen en un ambiente tranquilo, lejos del televisor; masticar despacio, saboreando la comida; comer sentado a la mesa, no de pie o realizando otra actividad; disminuir el consumo de azúcares simples y grasas; ingerir comidas de gran volumen y escaso contenido calórico; recortar la grasa visible de las carnes; aumentar el consumo de fibras; en lo posible, que la dieta sea cumplida por todos los miembros de la familia, sobre todo si también son obesos. Si en alguna oportunidad se viola la dieta, no utilizarla como excusa para abandonarla completamente; recompensar la pérdida de peso con algo que no sea comida (paseos, ir al cine, andar en bicicleta) Tanto los edulcorantes como los productos dietéticos que los contienen no deberán ser administrados a niños de corta edad, ya que los valores de ingesta diaria admisible están dados en función del peso del niño, por lo que a menor edad es menor el margen de seguridad. Se debe consultar la ingesta diaria admisible (IDA) de los distintos edulcorantes según la FDA (Food and Drugs Administration de los EE.UU) y la FAO/OMS. Su uso deberá ser reservado para los casos de obesidad marcada, en los niños de mayor edad, con o sin comorbilidades asociadas y a través del uso de aquellos productos que son realmente beneficiosos para el control del peso, ya sea por su escaso valor calórico o por la variabilidad que proporcionan al plan alimentario (gaseosas, jugos, gelatinas, postres y chicles) Durante el monitoreo nutricional se evaluarán las expectativas del niño y su familia con respecto al peso. Del análisis de cada situación particular (edad del niño, grado de obesidad, presencia de comorbilidades o factores de riesgo, antecedentes familiares) puede considerarse 22 un resultado positivo o satisfactorio del tratamiento dieto terápico cuando el niño mantiene el peso, esperando el aumento de la talla. Esto es muy importante para no desalentar al niño y su familia, y mantener su adhesión al tratamiento indicado. La actividad física, y en especial el entrenamiento de la resistencia aeróbica contribuyen a controlar factores de riesgo como la obesidad, la resistencia a la insulina y la hipertensión leve, el ejercicio puede disminuir los niveles de lípidos aun en normolipémicos y aumenta los niveles de colesterol HDL. Otros efectos descriptos de la actividad física regular es el aumento de la fibrinólisis en respuesta a la oclusión venosa, ayuda a combatir la trombosis coronaria, mejora la estabilidad eléctrica del miocardio y disminuye el vasoespasmo coronario en respuesta a la estimulación adrenérgica. Se considera actividad física regular cualquier actividad física realizada durante 30 minutos por sesión, cinco veces por semana o más, que induce cambios o adaptaciones en el organismo que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades como ECV, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, dislipemias. Esta actividad física no requiere un programa de ejercicios estructurado o enérgico, sino que está relacionada principalmente con el entrenamiento de la resistencia aeróbica. Es más probable que el niño o adolescente inicie y persevere con la actividad física si percibe un beneficio real, e divertida, se siente competente porque puede realizarla, puede acceder en forma regular a la misma, y le permite realizar su tareas diarias (escolaridad, juegos, actividades con sus pares).Es necesario establecer la actividad física a los niños según su edad TRATAMIENTO FARMACOLOGICO DEL SINDROME METABÓLICO En la infancia son pocas las drogas autorizadas para utilizar en el tratamiento de los componentes del síndrome metabólico. Luego de 6 a 12 meses de tratamiento higiénico-dietético, si no se obtuvieron los resultados deseados y persisten los factores de riesgo y comorbilidades, se debe plantear la necesidad de recurrir a la terapia farmacológica. Todos los consensos internacionales basan la elección de cualquier tipo de terapia antiobesidad, farmacológica o quirúrgica, en las evidencias aportadas por los ensayos clínicos relacionados con la ecuación riesgo -beneficio. El riesgo de la medicación prescrita no debe sumarse o superar al que previamente tenía el paciente” (30). Del análisis de la curva de mortalidad en función de índice de masa corporal surge la recomendación de administrar fármacos a todos aquellos pacientes con un Índice de Masa Corporal (IMC) >= 25Kg/m2 siempre y cuando padezcan enfermedades asociadas a la obesidad como HTA, diabetes, dislipemia. En ausencia de estas comorbilidades, la terapia medicamentosa se reserva para los sujetos con IMC >= 30Kg /m2. Para los individuos con IMC >=40Kg/m2 se recomienda la cirugía bariática como la mejor opción terapéutica (no se realiza en niños ni adolescentes). Cabe destacar que siempre que detectemos a tiempo a un paciente con síndrome metabólico éste presenta de comienzo 3 criteriosmayores que justificarían el uso de fármacos para el tratamiento de la obesidad. En diciembre de 2003 la FDA. Food and Drug Administration de EE.UU. aprobó el orlistat para su uso en el tratamiento de adolescentes entre 12 y 16 años. El orlistat inhibe las lipasas del aparato gastrointestinal, previniendo la 23 absorción de aproximadamente 30% de la grasa dietaría. Según un estudio presentado por el Dr. Jean-Pierre Chanoine, de la Unidad de Diabetes y Endocrinología British Columbia's Children's Hospital Vancouver, en el marco del IV congreso de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica, el orlistat (Xenical de Laboratorios Roche), es efectivo y seguro en el manejo de la obesidad en adolescentes, junto con terapia conductual clásica. El estudio abarcó a 539 adolescentes entre 12 y 16 años de edad, y se evaluó la eficacia y seguridad del medicamento en conjunto con los cambios en los estilos de vida, que incluyó reducción de calorías en la dieta, ejercicio y terapia, comparado con la eficacia del cambio en el estilo de vida solamente. Los resultados mostraron una significativa reducción de peso y el Índice de Masa Corporal, comparado con adolescentes que sólo recibieron cambio en el estilo de vida. Se produjo además una reducción más de 2.5 veces superior en la circunferencia de cintura, y una pérdida de masa grasa 6 veces superior sin afectar la masa libre de grasa. Los eventos adversos gastrointestinales son leves y moderados. Los estudios farmacodinámicos y de hallazgo de dosis han establecido que una dosis de 120 mg de Orlistat 3 veces al día (con cada comida principal) es óptima junto con una dieta hipocalórica.Orlistat parece mejorar el perfil lipídico en los pacientes no diabéticos, reduciendo los niveles de colesterol total y de colesterol de lipoproteínas de baja densidad. Los eventos adversos comunicados más comúnmente se relacionaron con la disminución de la absorción de las grasas e incluyeron manchas aceitosas en la materia fecal, flatulencia con descarga, urgencia defecatoria y heces grasosas. Los eventos adversos sistémicos atribuibles a Orlistat fueron insignificantes. Durante la administración simultánea de Orlistat se ha observado diminución de la absorción de vitaminas D, E y betacaroteno. En el grupo de drogas anorexígenas para el tratamiento de la obesidad, la sibutramina fue aprobada por la FDA a principios de 1999 para el tratamiento prolongado de la obesidad. Su utilización se limita a pacientes con un IMC mayor a 30 o mayor a 27 cuando presentan complicaciones como diabetes y/o dislipidemia. La sibutramina actúa inhibiendo la recaptación de serotonina, dopamina y norepinefrina a través de sus dos metabolitos activos, provocando de esta manera un estímulo prolongado sobre el centro de saciedad, disminuyendo el apetito del paciente tratado, y generando -en forma paralela- un aumento en el gasto de energía. Junto a la disminución de peso observada en el tratamiento con sibutramina, se han encontrado mejoras en la curva de tolerancia a la glucosa, en los niveles de ácido úrico y en el perfil lipídico del paciente, observándose una disminución de los niveles séricos de colesterol LDL, colesterol total y triglicéridos y un aumento concomitante del colesterol HDL. Dosis Recomendadas La sibutramina se suministra en dosis de 10 o 15 mg/día. La adición de sibutramina en el contexto de un plan integral de modificación de hábitos de conducta facilita la pérdida de peso, pero hasta que no dispongamos de datos de seguridad y eficacia a largo plazo, este fármaco debe utilizarse en adolescentes exclusivamente bajo planteamientos de ensayos clínicos. (31) 24 JUSTIFICACIÓN El síndrome metabólico constituye una enfermedad crónica de gran impacto que modifica la expectativa de vida de los pacientes pediátricos y que requiere establecer tratamiento oportuno y manejo multidisciplinario, actualmente su importancia epidemiológica nos obliga a prestar atención desde etapas preventivas como el desarrollo de obesidad sin más datos agregados. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Cuál es la frecuencia de síndrome metabólico en pacientes adolescentes obesos en un hospital de segundo nivel? OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL Establecer la frecuencia de síndrome metabólico en pacientes adolescentes obesos en un hospital de 2 nivel Dr. Darío Fernández Fierro del 2011 al 2013 OBJETIVOS ESPECÍFICOS Diagnosticar obesidad en el grupo etáreo de adolescentes. Identificar componentes clínicos y paraclínicos del síndrome metabólico HIPÓTESIS El síndrome metabólico es frecuente en la población obesa DISEÑO DEL ESTUDIO Se realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal, prospectivo 25 MATERIAL Y MÉTODOS UNIVERSO DE ESTUDIO Pacientes pediátricos derechohabientes del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado de 12 años a 15 años 5 meses 29 días, atendidos en los servicios de consulta externa, urgencias y hospitalización en el Hospital General de Zona “Dr. Darío Fernández Fierro” MUESTRA 85 Adolescentes obesos atendidos en el servicio de pediatría en un periodo de marzo de 2011 a marzo de 2013. TAMAÑO DE LA MUESTRA Se incluyeron a 85 adolescentes que cumplieron los criterios de inclusión en el periodo de tiempo determinado, sin embargo se eliminaron 6 pacientes por no completar estudios de laboratorio, obteniendo una muestra final de 79 pacientes. CRITERIOS DE SELECCIÓN Criterios de inclusión: Pacientes adolescentes con obesidad (IMC mayor de 30) atendidos en las diferentes áreas del servicio de pediatría de 2011-2013 Criterios de exclusión: Pacientes con patologías previas que condicionen hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad o resistencia a la insulina de manera secundaria. Criterios de eliminación: Pacientes con diagnóstico de obesidad que no acuden a complementación diagnóstica, toma de muestra sérica de glucosa y colesterol. Pacientes que no se complete seguimiento. DESCRIPCIÓN DE LAS ACTIVIDADES Personal que llevó a cabo el estudio Médico residente de pediatría, sus funciones fueron captar a las pacientes, captación de datos, análisis e interpretación de resultados. Elaboración de tesis y textos para su difusión. Un asesor, médico adscrito al servicio de pediatría del hospital de segundo nivel “Dr. Darío Fernández Fierro” cuya función consistió en la supervisión y revisión del protocolo, resultados y discusión. Lugar donde se llevó a cabo el estudio: Hospital General de Zona “Dr. Darío Fernández Fierro” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del estado, servicio de pediatría, urgencias, consulta externa y hospitalización. Hoja de recolección de datos : Hoja de captación de datos (anexo 1) Recursos 26 o Humanos: médico residente de pediatría, médico de base del servicio de pediatría, personal de archivo clínico, personal de laboratorio clínico y personal de enfermería. o Materiales: tubos para muestras séricas, jeringas, equipo de laboratorio, papelería diversa (encuestas, lápiz, goma y pluma), equipo de cómputo con Windows 8, Internet,Medline, Pubmed, EBSCO, PDF, Word, Excel, Power Point.Línea telefónica, equipo de laboratorio BECKMAN-COULTER UNICELL DxC 800 Cronograma o 01 de febrero de 2011 se realiza investigación bibliográfica de Síndrome metabólico, se propone título preliminar de protocolo de tesis y asesor de la misma. o 15 de febrero de 2011 se concluye marco teórico de Síndrome metabólico o 20 de febrero de 2011 se propone justificación, hipótesis, objetivos y método de protocolo de tesis de manera interna, se elabora encuesta, consentimiento informado para el padre o tutor del paciente. o Del 01 de marzo de 2011 a 01 de marzo de 2013 se seleccionaron a los pacientes con IMC mayor de 30, que acudieron a recibir atención médica en el servicio depediatría en las áreas de consulta externa, hospitalización y urgencias pediatría, se informan sobre protocolo de estudio y se solicitan sus números telefónicos. o De Abril 2011 a abril de 2013 se contactan vía telefónica a los pacientes seleccionados y se citan a firma de consentimiento informado, encuesta y toma de muestras séricas(glucosa en ayuno, colesterol HDL, triglicéridos) y Tensión arterial o De abril de 2011 a abril de 2013 se recolectan resultados de laboratorio. o De mayo de 2011 a mayo de 2013 se capturan datos en hoja de cálculo de Excel y se clasifican encuestas de acuerdo a los factores de riesgo. o Diciembre de 2012 se registra protocolo de tesis ante el comité de investigación del HG Dr. Darío Fernández Fierro, y se obtiene No. De registro. o Junio y Julio 2013 se analizan datos obtenidos del estudio, se envían avances al comité de investigación, se concluyen resultados. o Julio de 2013 se presenta tesis final. ASPECTOS ETICOS El estudio fue aprobado por el comité de investigación del hospital. Los pacientes y sus representantes legales firmaron hoja de consentimiento informado 27 VARIABLES Grado de Obesidad, síndrome metabólico, hipertensión arterial, hiperglicemia y dislipidemia Otras: o Edad en años: cuantitativa continúa. o Género: cualitativa dicotómica. Masculino o femenino o Peso: cuantitativa continua. o Talla: cuantitativa continua. o Índice de masa corporal: cuantitativa continúa. o Tensión arterial: cuantitativa continúa. o Glucosa sérica: cuantitativa continúa. o Colesterol HDL sérico: cuantitativa continúa. o Triglicéridos séricos: cuantitativa continúa. ANALISIS ESTADISTICO Para el análisis de resultados se consideró la estadística descriptiva para la cual se calcularon medidas de tendencia central y de dispersión: Media. Desviación estándar 28 RESULTADOS En el periodo comprendido para la realización del estudio se identificaron 85 pacientes con obesidad que cumplieron los criterios de inclusión, se tomaron las muestras y consignaron los datos de somatometria y laboratorios en los expedientes clínicos. Mediante captación de datos por SIMEF y de manera manual en archivo clínico, se eliminaron 6 pacientes por no completarse seguimiento. De los 79 pacientes (100%), 34 son del género masculino (43%) y 45 del género femenino (56.9%). (Gráfica 1). De estos solo 11 pacientes (13.9%) presentaron síndrome metabólico. (Hombres 5, mujeres 6) (Gráfica 2) Dentro de las variables que se consideraron para establecer diagnóstico de síndrome metabólico se calcularon los promedios: --edad 13.8 (+ 1.3) años (gráfica 3) --talla 1.57 (+ 0.7) centímetros (gráfica 4) --índice de masa corporal 31.5 (+ 1,1) (gráfica 5) --glucosa en ayuno 106.4 (+ 57.8) mg/dl (gráfica 6) --triglicéridos 112.5 (+ 57.8) mg/dl (gráfica 7) --colesterol HDL 55.1 (+ 10.8) (gráfica 8) --tensión arterial sistólica 110 (+ 14) mmHg --tensión arterial diastólica 72 (+ 9) mmHg. En pacientes catalogados con síndrome metabólico se encontraron las siguientes características: GENERO IMC GLUCOSA TRIGLICERIDOS HDL TA 1 FEM 30 112 151 30 110/79 2 FEM 31.7 136 167 40 100/70 3 FEM 30.5 90 201 33 130/90 4 FEM 31.2 111 180 39 130/90 5 FEM 32.7 119 172 32 120/90 6 MASC 33.1 98 186 36 150/100 7 MASC 33.9 124 183 65 140/90 8 FEM 30.7 118 176 38 120/80 9 MASC 33.2 124 250 36 140/90 10 MASC 31.2 122 230 36 170/90 11 MASC 33.2 116 270 40 130/80 PROMEDIO 31.9 115 196 38 En los 68 pacientes que no cumplieron criterios para síndrome metabólico se encontraron 11 pacientes con alteraciones en cifras tensionales o marcadores bioquímicos. De los cuales 8 presentaron glucosa por arriba de 100 mg/dl y dos de ellos arriba de 126 mg/dl, 2 cifras tensionales altas y 1 con triglicéridos elevados. 29 DISCUSIÓN México se ha convertido en el primer país de Latinoamérica con población pediátrica obesa, lo que obliga a establecer políticas de salud preventivas para disminuir esta incidencia. Sin embargo no se encuentran estudios nacionales que evalúen el porcentaje de pacientes obesos que ya han desarrollado el síndrome metabólico o alguno de sus elementos. Es por eso que las premisas contenidas en esta tesis se deben ampliar y llevar a otros centros hospitalarios para identificar correctamente a los pacientes afectados y dar tratamiento específico y preventivo. En los resultados encontrados solo el 13.9% de los adolescentes obesos analizados presentaron síndrome metabólico. Cuatro de los cuales merecen especial atención por presentar cifras tensionales elevadas aun en la población adulta, una de ellos con glucosa elevada en rangos de diabetes mellitus, y el total de ellos presentan alguna dislipidemia Es en estos pacientes donde la terapéutica de seguimiento debe no solo estar enfocada a control de factores de riesgo sino también tratamiento farmacológico para las variables alteradas. Es de llamar la atención que once pacientes no catalogados como síndrome metabólico presentan alteraciones en los parámetros bioquímicos que los hacen candidatos a estudios complementarios (hemoglobina glucosilada) y a iniciar tratamiento farmacológico. De la misma forma es importante observar el mayor número de adolescentes mujeres con obesidad y síndrome metabólico asociado. 30 CONCLUSIONES El alarmante aumento de obesidad en la población infantil en México obliga a todo el personal de salud a realizar búsqueda intencionada de marcadores de síndrome metabólico, ya que este es una patología que se puede considerar como punta de lanza para enfermedades crónica degenerativas que hoy en día representan el principal gasto en salud en la población nacional. Se debe hacer más énfasis en la educación alimentaria y deportiva en todos los niños poniendo mayor atención en aquellos con diagnóstico de obesidad y a todos los que sin ser catalogados como síndrome metabólico padecen alteraciones bioquímicas importantes. El papel del pediatra debe ser, como en otras ocasiones, el de prevenir el riesgo controlando la aparición de cada uno de los componentes implicados. 31 ANEXOS GRÁFICAS GRÁFICA 1 GRAFICA 2 45 34 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 TOTAL 79 PACIENTES DISTRIBUCION DE LA MUESTRA POR GENERO FEMENINO MASCULINO 5, 45% 6, 55% DISTRIBUCION POR GENERO DE SINDROME METABOLICO HOMBRES MUJERES 32 GRÁFICA 3 GRÁFICA 4 14 15 20 21 9 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 79 PACIENTES DISTRIBUCION POR EDAD 12años 13 años 14 años 15 años 16 años 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2 1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52 55 58 61 64 67 70 73 76 79 Ta lla e n m et ro s Paciente TALLA 33 GRAFICA 5 GRAFICA 6 34 GRAFICA 7 GRAFICA 8 35 GRAFICA 9 GRAFICA 10 11 9 11 8 7 PERFILES ALTERADOS EN LOS 11 PACIENTES CON SINDROME METABOLICO 36 GRAFICA 11 GRAFICA 12 64% 36% GLUCOSA EN PACIENTES CON SINDROME METABOLICO TA <130/85mmHg TA>130/85mmHg 64% 36% COLESTEROL HDL EN PACIENTES CON SINDROME METABOLICO TA <130/85mmHg TA>130/85mmHg 37 GRAFICA 13 64% 36% TENSION ARTERIAL SITEMICA EN PACIENTES CON SINDROME METABOLICO TA <130/85mmHg TA>130/85mmHg 38 TABLAS TABLA 1 TABLA 2 39 TABLA 3 TABLA 4 40 TABLA 5 TABLA 6 41 TABLA 7 TABLA 8 42 ANEXO 1 CONSENTIMIENTO INFORMADO INSTITUTO DE SEGURIDADY SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO. DELEGACIÓN REGIONAL ZONA SUR EN EL DF H. G. DR DARIO FERNANDEZ FIERRO. SERVICIO DE PEDIATRIA MEXICO, DF.A____ DE_____DE 201_ CONSENTIMIENTO INFORMADO EL SUSCRITO (A) EN MI CALIDAD DE_MADRE_O PADRE DE ÉL O LA MENOR ATENDIDO (A) EN EL SERVICIO DE _PEDIATRIA MANIFIESTO QUE HE SIDO DEBIDAMENTE INFORMADO DEL PROCEDIMIENTO: TOMA DE MUESTRA SERICA PARA COLESTEROL TRIGLICERIDOS Y GLUCOSA, ASI COMO DE EVALUACION DE SOMATOMETRIA (PESO , TALLA, IMC) Y TOMA DE TENSION ARTERIAL AL QUE SERÁ SOMETIDO EL CITADO MENOR Y DE LOS RIESGOS Y RESULTADOS QUE PUEDAN TENER LUGAR EN DICHO CONOCIMIENTO AUTORIZO SU REALIZACIÓN. ________________________________________ FIRMA DEL PADRE O TUTOR 43 HOJA DE RECOLECCION DE DATOS NOMBRE EXPEDIENTE GENERO EDAD PESO TALLA IMC GLUCOSA TRIGLICERIDOS COLESTEROL DHL TENSION ARTERIAL 44 BIBLIOGRAFÍA 1.-Tratado de Pediatría, Kliegman, Behrman Jenseon, Stanton; 18 ed, Elsevier Saunders, Barcelona 2009, Cap. 12, pág. 60. 2.- United Nations Population Fund (UNFPA), Key Future Actions. 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