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Fuentes-de-estres-psicoambiental-en-cuidadores-primarios-de-pacientes-cronicos-pediatricos

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Universidad Nacional Autónoma de México 
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA 
 
FUENTES DE ESTRÉS PSICOAMBIENTAL EN CUIDADORES PRIMARIOS DE 
PACIENTES CRÓNICOS-PEDIÁTRICOS 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE 
MAESTRA EN PSICOLOGÍA 
 
PRESENTA: 
MARIA XÓCHITL SANTOS VEGA 
 
DIRECTORA: 
DRA. ROSA PATRICIA ORTEGA ANDEANE 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
COMITÉ: 
DR. SERAFÍN MERCADO DOMENECH 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
MTRO. FILIBERTO TOLEDANO TOLEDANO 
HOSPITAL INFANTIL DE MÉXICO FEDERICO GÓMEZ INSTITUTO NACIONAL DE SALUD 
DRA. ELIZABETH LÓPEZ CARRANZA 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
DR. ALFONSO VALADEZ RAMÍREZ 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
 
 
Ciudad de México ABRIL 2017 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
Primeramente agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por 
su apoyo en la realización de este proyecto de investigación. 
A la Universidad Nacional Autónoma de México por recibirme y otorgarme 
el honor de ser su alumna durante mi formación profesional. 
A las autoridades del Instituto Nacional de Salud, por abrirme las puertas 
de su institución y permitirme realizar cada una de las fases de esta 
investigación. Especialmente al Mtro. Filiberto Toledano, le agradezco 
infinitamente su apoyo incondicional en este proceso de formación 
profesional y la realización del proyecto de investigación dentro de la sede. 
Gracias al proyecto de investigación PAPIIT IN306113 Titulado “Estrés 
ambiental en cuidadores primarios en salas de espera hospitalarias 
infantiles”. 
Al Arquitecto Eduardo Ruiz, gracias infinitas por su trabajo y compromiso 
con esta investigación. Lalito, mil gracias amigo. 
Gracias a los protocolos de investigación HIM-2015-017.SSA. “Efectos del 
entrenamiento en atención plena (Mindfulness) sobre el distrés psicológico y 
la calidad de vida del cuidador familiar” y HIM-2013-019.1141 “Medición y 
Evaluación de la resiliencia familiar ante la enfermedad crónica pediátrica”. 
Desarrollados en el Hospital Infantil de México Federico Gómez. 
 
A la Dra. Patricia Ortega, un agradecimiento especial por su orientación, 
consejos y apoyo incondicional en cada una de las etapas de la Maestría. 
Dra., su experiencia es un ejemplo y motivación para los que iniciamos en 
esta disciplina y línea de investigación. Gracias infinitas por orientarme e 
impulsarme a concluir con este proyecto de investigación. 
A mi comité: el Dr. Serafín Mercado, el Mtro. Filiberto Toledano, la Dra. 
Elizabeth López y el Dr. Alfonso Valdez, muchas gracias a todos y cada 
uno de ustedes por su tiempo, comentarios y aportaciones valiosas que 
enriquecieron este trabajo. 
A mis profesores de la Maestría en Psicología Ambiental, muchas gracias 
por mostrarme la importancia de nuestra disciplina y la responsabilidad 
ética del psicólogo ambiental dentro de nuestros diferentes campos de 
acción. 
Con cariño y admiración, agradezco infinitamente a mi madre por ser un 
ejemplo de vida, fortaleza, dedicación y perseverancia. María, sin tu apoyo 
incondicional, consejos, orientación y cariño, este proyecto llamado vida 
nunca se habría concretado. 
A mis hermanas y hermanos, gracias por su apoyo y consejos. 
 
 
 
ÍNDICE Páginas 
Lista de tablas i 
Lista de figuras ii 
Lista de apéndices iii 
Resumen 
 
Introducción 3 
Capítulo 1. Residencia: Instituto Nacional de Salud 5 
1.1. Ubicación geográfica 5 
1.2. Antecedentes históricos de la sede 6 
1.3. Estructura Orgánica 12 
1.4. Área de inserción dentro de la sede 13 
1.5. Actividades en el Hospital Infantil de México 14 
1.6. Barreras y estrategias adoptadas para resolver los problemas 
en la sede 
16 
1.7. Resultados de la práctica profesional en la sede 17 
 
Capítulo 2. Ambientes hospitalarios en México 20 
2.1. Ambiente físico y social de los hospitales 23 
2.2. Estrés psicológico y fuentes de estrés ambiental en hospitales 24 
Capítulo 3. Cuidadores primarios, perfil, rol y 
consecuencias del cuidado 
36 
3.1. Cuidadores primarios en contexto de enfermedad crónica 
pediátrica 
37 
3.2. Perfil del cuidador en contexto de enfermedad crónica 
pediátrica 
38 
3.3. Consecuencias del cuidado 39 
 
Capítulo 4. EVALUACIÓN PSICOAMBIENTAL DE UNA SALA DE 
ESPERA DE LA UNIDAD DE TERAPIA INTENSIVA PEDIÁTRICA 
DE UN HOSPITAL DE ALTA ESPECIALIDAD 
Método 
 
4.1. Objetivos 42 
4.2. Tipo de investigación 43 
4.3. Diseño 43 
4.4. Hipótesis 44 
4.5. Variables 44 
 
 
 
Fase 1. Confiabilidad y validez de la Escala de Carga del 
Cuidador Primario Pediátrico 
47 
Etapa exploratoria: Redes semánticas del significado psicológico del 
rol del cuidador familiar en el contexto de cronicidad pediátrica. 
48 
Etapa cuantitativa. Validez de la Escala Carga del Cuidador 
Primario Pediátrico (ECCPP). 
53 
 
 
Fase 2. Estudio diagnóstico evaluación psicoambiental en 
las Unidades de Terapia Intensiva Pediátrica y de Terapia 
Quirúrgica 
61 
 
 
Resultados etapa cualitativa 64 
Resultados etapa cuantitativa 70 
Fase 3. Análisis y propuesta de intervención para la UTIP 76 
Fase 4. Post evaluación con cuidadores primarios de la 
UTIP y la UTQ 
Etapa cuantitativa UTIP y UTQ 
Etapa cualitativa 
87 
90 
95 
Discusión 106 
Conclusiones 114 
Referencias 119 
APÉNDICES 130 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lista de tablas 
 Pág. 
Tabla 1. Barrera/estrategias en el trabajo de sede 15 
Tabla 2. Definidoras significativas para el estímulo “cuidar a mi niño es” 48 
Tabla 3. Definidoras significativas para el estímulo “cuidar a mi niño dejo 
de” 49 
Tabla 4. Definidoras significativas para el estímulo “cuando cuido a mi niño 
siento” 50 
Tabla 5. Definidoras significativas para el estímulo “cuando cuido a mi niño 
me apoyo en” 51 
Tabla 6. Reactivos, sesgo, t Student, correlación del reactivo con la escala, 
criterio de eliminación 57 
Tabla 7. Factores, reactivos y cargas factoriales de las ECCPP 58 
Tabla 8. Factores de la ECCPP con porcentaje de varianza explicada, 
varianza acumulada y Coeficiente Alfa de Cronbach 58 
Tabla 9. Correlaciones entre los factores de la ECCPP. 59 
Tabla 10. Instrumentos que conforman la batería de medición utilizada en 
la fase diagnóstico y de evaluación de este estudio. 
70 
 
Tabla 11. Correlaciones entre las variables: estrás ambiental; estrés 
percibido; carga del cuidador familiar; evaluación ambiental e imagen 
institucional para ambos grupos. 
71 
 
 
Tabla 12. Comparación de medias por variable entre los cuidadores 
primarios UTIP y UTQ 
72 
 
Tabla 13. Correlaciones entre las variables: estrés ambiental; estrés 
percibido; carga del cuidador primario; evaluación ambiental e imagen 
institucional para los cuidadores primarios de la UTIP 
72 
 
 
Tabla 14. Correlaciones entre las variables: estrés ambiental; estrés 
percibido; carga del cuidador familiar; evaluación ambiental e imagen 
institucional para los cuidadores primarios de la UTQ 
73 
 
 
Tabla 15. Comparación de medias por factor para los cuidadores primarios 
de la UTIP y UTQ 
74 
Tabla 16. Procedimiento de la fase de intervención 75 
Tabla 17. Cuadro complementario al plano ilustrativo de las problemáticas 
detectadas en la UTIP 
80 
Tabla 18. Correlación entre las variable psicosociales en laUTIP y la UTQ 96 
Tabla 19. Comparación de medias por factor para los cuidadores primarios 
de la UTIP y UTQ (Post-evaluación). 
90 
Tabla 20. Correlación entre las variables en cuidadores primarios de la 
UTIP 
91 
Tabla 21. Diferencias del diagnóstico y la postevaluación en los cuidadores 
de la UTIP 
92 
Tabla 22. Correlación de todas las variables sala de espera UTQ 93 
Tabla 23. Comparación de medias pre-evaluación y post-evaluación UTQ 93 
 
 
Lista de figuras Pág. 
Figura 1. Descripción de la sede 
5 
Figura 2.Ubicación geográfica del Hospital Infantil de México Federico 
Gómez Instituto Nacional de Salud 
5 
Figura 3. Hospital Infantil de México Federico Gómez Instituto Nacional de 
Salud en sus comienzos 
7 
Figura 4. Organigrama del Hospital Infantil de México Federico Gómez 
Instituto Nacional de Salud 
12 
Figura 5. Unidad de Hemato-oncología e Investigación, vista desde dentro 
del Instituto. 
13 
Figura 6. Fase 1. Construcción de la escala CCPP 48 
Figura 7. Red semántica del estímulo cuidar a mi niño (a) es 
49 
Figura 8. Red semántica del estímulo por cuidar a mi niño (a) dejo de 
50 
Figura 9. Red semántica del estímulo cuando cuido a mi niño (a) me 
apoyo en 
51 
Figura 10. Red semántica del estímulo cuando cuido a mi niño (a) me 
apoyo en 
64 
Figura 11. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿cómo ve este 
lugar? 
65 
Figura 12. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿le gusta este 
lugar? 
65 
Figura 13. Frecuencia de respuestas para la pregunta si pudiera ¿qué le 
gustaría cambiar de este lugar. 
66 
Figura 14. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿qué conservaría 
de este lugar? 
67 
Figura 15. Fase 2. Diagnóstico psicoambiental etapa cualitativa UTIP 67 
Figura 16. Frecuencia de respuestas para la pregunta si pudiera ¿qué le 
gustaría cambiar de este lugar? 
68 
Figura 17. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿cómo ve este 
lugar? 
69 
Figura 18. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿le gusta este 
lugar? 
76 
Figura 19. Frecuencia de respuestas para la pregunta si pudiera ¿qué le 
gustaría cambiar de este lugar? 
77 
Figura 20. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿qué conservaría 
de este lugar? 
78 
Figura 21. Fase 2. Diagnóstico psicoambiental etapa cualitativa UTQ 
79 
Figura 22. Plano ilustrativo de la propuesta de intervención en la UTIP del 
Hospital Infantil de México 
82 
Figura 23. Fase 3. Propuesta de intervención 82 
Figura 24. Sala UTIP con los cambios en el espacio físico. 82 
Figura 25. Maqueta estado actual de la UTIP 84 
Figura 26. Maqueta de la propuesta de intervención de la UTIP 84 
Figura 27. Maqueta de la propuesta de intervención de la UTIP 85 
Figura 28. Frecuencia de asistencia de los cuidadores en la sala de 
espera de la UTIP 
94 
Figura 29. Frecuencia de respuesta para la pregunta ¿el ambiente físico 
de esta sala influye en su estado de ánimo? 
96 
Figura 30. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿en qué sentido? 96 
Figura 31. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿qué le parece la 
propuesta de disposición y mobiliario de esta sala de espera? 
97 
Figura 32. Frecuencia de respuestas para la pregunta ¿cuál opción de 
sala de espera elegiría? 
98 
Figura 33. Frecuencia de respuestas en la preferencia de la propuesta de 
sala de espera UTIP. 
99 
Figura 34. Frecuencias de respuestas para la pregunta ¿qué le gustaría 
cambiar de la propuesta? 
100 
Figura 35. Frecuencia de respuestas acerca para evaluar el color de las 
paredes de la sala de espera. 
100 
Figura 36. Frecuencia de respuestas acerca del cuadro de arte de la 
propuesta. 
101 
Figura 37. Frecuencia de respuestas para evaluar el tipo de mobiliario de 
la propuesta. 
102 
Figura 38. Frecuencia de respuestas acerca de la disposición del 
mobiliario de la propuesta. 
103 
Figura 39. Frecuencia de respuestas acerca de la pregunta ¿cómo se 
sentiría si estuviera sentado en la sala de espera reflejada en la 
propuesta? 
103 
Figura 40. Frecuencia de respuestas respecto a la preferencia de sala de 
espera reflejada en la maqueta. 
104 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lista de apéndices Pág. 
APÉNDICE 1. Formato de redes semánticas modificadas 129 
APÉNDICE 2. Formato para entrevista en la fase del diagnóstico 130 
APÉNDICE 3. Ejemplo de Consentimiento informado 131 
APÉNDICE 4. Cuestionario de datos sociodemográficos 132 
APÉNDICE 5. Versión parcial de la Escala de Carga del Cuidador 
Pediátrico 
133 
APÉNDICE 6. Versión parcial de la Escala de Evaluación Ambiental 134 
APÉNDICE 7. Versión parcial de la Escala de Imagen Institucional 135 
APÉNDICE 8. Versión parcial de la Escala de Estrés Ambiental 136 
APÉNDICE 9. Versión parcial de la Escala de Estrés Percibido 137 
APÉNDICE 10. Formato de evaluación para la intervención 138 
 
	
 
 
 
1 
1 
RESUMEN 
La psicología ambiental ha estudiado la importancia del ambiente físico de los 
entornos hospitalarios sobre la salud física y psicológica de los usuarios, 
especialmente en pacientes y visitantes. Se realizó una investigación cuyo objetivo 
fue identificar y modificar las fuentes de estrés psicoambiental que contribuyen a la 
carga en los cuidadores primarios de pacientes crónicos pediátricos de la sala de 
espera de la Unidad de Terapia Intensiva de un Instituto Nacional de Salud. 
Participaron 362 cuidadores, 172 (construcción de la ECCPP), 90 en el diagnóstico 
psicoambiental y 90 en la evaluación de la intervención. Los cuidadores 
respondieron a un cuestionario de datos sociodemográficos y una batería de cinco 
instrumentos de medición. Los hallazgos principales de este estudio sugieren que 
la carga del cuidador fue mayor en los cuidadores de niños hospitalizados en la 
Unidad de Terapia Intensiva, en comparación con los cuidadores de niños 
hospitalizados en la Unidad de Terapia Quirúrgica. Asimismo, se identificó que la 
evaluación negativa del personal administrativo y médico de la institución, y el estrés 
derivado de la enfermedad del niño fueron las principales fuentes de estrés 
asociadas a la carga en los cuidadores primarios de las dos unidades de cuidado 
pediátrico. Finalmente, se encontró que las redes de apoyo social e incorporar 
elementos de distracción positiva en la configuración de una sala de espera, puede 
ayudar a disminuir significativamente los efectos del cuidado. 
Palabras clave: estrés psicoambiental, cuidadores primarios, carga del cuidador, 
pacientes pediátricos, intervención piscoambiental. 
 
 
 
2 
2 
ABSTRACT 
Environmental psychology has studied the importance of the physical environment 
of the hospital environments on the physical and psychological health of its users, 
especially in patients and visitors. An investigation was carried out to identify and 
modify the sources of psychoenvironmental stress that contribute to the burden on 
primary caregivers of chronic pediatric patients in the waiting room of the Intensive 
Care Unit of a National Institute of Health. Participants were 362 caregivers, 172 
(ECCPP validation), 90 in the psycho-environmental diagnosis, and 90 in the 
evaluation of the intervention. The caregivers responded to a sociodemographic 
data questionnaire, and a battery of five measuring instruments. The main findings 
of this study suggest that the caregiver burden was greater in caregivers of children 
who were hospitalized in the Intensive Care Unit compared to caregivers whose 
children were in the Surgical Therapy Unit. Similarly, it was identified that the 
negative evaluation of the institution's administrative and medical staff and the 
perceived stress derived from the child's illness were the main sources of stress 
associated with the burden on the primary caregivers of both pediatric care units. 
Finally, we found that social support networks and incorporate elements of positive 
distraction in the configuration of a waiting room, can helpto significantly decrease 
the effects of care. 
Key words: psychoenvironmental stress, primary caregivers, caregiver burden, 
pediatric patients, piscoambiental intervention. 
 
 
 
 
3 
3 
INTRODUCCIÓN 
El medio ambiente es un factor que influye en la salud de los individuos e 
involucra un conjunto de condiciones físicas, químicas, biológicas y sociales, que 
de forma directa o indirecta, inciden en la salud o en la enfermedad de la población. 
Estas condiciones actúan de forma compleja e interrelacionada sobre las personas. 
En este sentido, factores ambientales en combinación con factores contextuales e 
individuales, pueden tener efectos perjudiciales en la salud física y psicológica de 
los individuos. 
Los efectos de los factores ambientales en la salud del individuo se han 
estudiado en diversos entornos como por ejemplo en los hospitales se ha 
observado la influencia del ambiente físico y su impacto en la satisfacción y el 
bienestar de sus usuarios (Ortega-Andeane & Estrada-Rodriguez, 2005). Se sabe 
que una de las obligaciones primordiales de toda institución de salud es 
proporcionar atención médica de alta calidad y brindar instalaciones adecuadas 
que favorezcan la recuperación de los pacientes. Sin embargo, son preocupantes 
las malas condiciones físicas en las que se encuentran muchas instituciones de 
salud de este país y la mala calidad del servicio percibida por sus usuarios. Del 
mismo modo, es evidente que las instituciones de salud en nuestro país se enfocan 
primordialmente en atender las necesidades y requerimientos de sus pacientes, 
considerados el usuario principal y no procurar desde el diseño las necesidades de 
los familiares que fungen como cuidadores de estos pacientes. Se ha demostrado 
que los cuidadores contribuyen de manera importante en el proceso de 
 
 
 
4 
4 
recuperación de los pacientes, les dotan de apoyo y son el contacto principal con la 
familia y los amigos. 
 
Existe pues, una necesidad primordial de reconocer que el usuario de un 
hospital es cada persona que interactúa con el espacio físico, que el diseño de los 
ambientes de salud debe realizarse desde un enfoque donde las acciones se dirijan 
a garantizar y salvaguardar la dignidad y bienestar de cada ser humano que ahí 
habita. De esta manera, se requiere de actuaciones multidisciplinarias encaminadas 
a apoyar a los cuidadores primarios como usuarios y facilitadores del proceso de 
recuperación del paciente, adaptando las intervenciones a las características y 
necesidades específicas de los mismos. Es precisamente en esta área donde el 
psicólogo ambiental puede insertarse, diseñando entornos amables, libres de 
estresores ambientales y que cumplan la función de facilitadores en las tareas de 
los cuidadores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
5 
CAPÍTULO 1. RESIDENCIA: HOSPITAL INFANTIL DE MÉXICO 
FEDERICO GÓMEZ INSTITUTO NACIONAL DE SALUD 
 
En México, una de las instituciones encargadas de salvaguardar y procurar la 
salud de los mexicanos es la Secretaria de Salud. Su misión es establecer políticas 
de Estado para que la población ejerza su derecho a la protección a la salud. Por 
su parte su visión es ser un sistema de salud universal, equitativo, integral, 
sustentable, efectivo y de calidad, con particular enfoque a los grupos de población 
que viven en condición de vulnerabilidad, a través de la rectoría de la unidad 
sanitaria y la interseccionalidad; de la consolidación de la protección y promoción 
de la salud y prevención de enfermedades; así como la prestación de servicios 
plurales y articulados basados en la atención primaria; la generación y gestión de 
recursos adecuados; la evaluación y la investigación científica, fomentando la 
participación de la sociedad con responsabilidad (Secretaria de Salud, 2013). 
 
En esta línea, se pueden encontrar distintos entornos afiliados a la Secretaria 
de Salud, entre ellos destacan: Hospitales Federales de Referencia, Hospitales 
Regionales de Alta Especialidad, Hospitales Psiquiátricos y los Institutos 
Nacionales. Dentro de los Institutos Nacionales de Salud se encuentra el Hospital 
Infantil de México Federico Gómez. A continuación se presenta una breve 
descripción de esta institución. 
 
 
 
 
6 
6 
Instituto Nacional de Salud 
1.1. Ubicación geográfica 
 
Esta Institución se encuentra ubicada en la Calle Dr. Márquez No. 162, 
Colonia Doctores entre Av. Cuauhtémoc y Dr. Jiménez cerca de la estación del 
metro Hospital General y Centro Médico. En la figura 1 se ilustra su ubicación. 
 
Figura 1. Ubicación geográfica del Instituto Nacional de Salud 
 
 
Figura 2. Instituto Nacional de Salud visto desde afuera 
 
 
 
 
7 
7 
1.2. Antecedentes históricos de la sede 
 
La atención médica vinculada con el trato y cuidado de la salud de la niñez en 
nuestro país, data desde la época de la Colonia, cuando en 1532 Vasco de Quiroga 
funda la primera casa de cuna en el país. Años después, en 1885 la Emperatriz 
Carlota apoya a la Casa de los Niños Pobres y la Cuna. En 1905 se funda el 
Hospicio de Niños, en ese mismo año se fundó el Hospital General de México. Es 
hasta después de la Revolución, alrededor de 1928 cuando se funda el Comité 
Nacional de Protección a la Infancia, y para 1930 surge la Sociedad Mexicana de 
Pediatría. En 1933, se reubica la Casa Cuna en Coyoacán, al frente con el Dr. 
Manuel Cárdenas, quien logró que la sección dedicada al cuidado de los niños 
enfermos funcionara con una excepcional calidad, y se sentaron las bases para 
organizar un hospital infantil. Cuando fallece el Dr. Cárdenas, ocupa la dirección el 
Dr. Federico Gómez Santos, quien dio la continuidad al proyecto de construcción 
del Hospital del Niño (Viesca y Díaz, 2013). 
 
En ese mismo año, se inició el primer proyecto para la construcción y 
organización del Instituto Nacional de Salud. Inicialmente, se planteó un hospital 
con 400 camas, que ofrecería los servicios de hospitalización con secciones de 
medicina, cirugía y padecimientos mentales con lesiones orgánicas; contaría con 
departamento de convalecientes, un pabellón de pensionistas y servicios de 
cooperación y se atendería a una población de hasta 14 años, clasificada en 
diferentes grupos de edad. Así fue como en 1940 se inició con la construcción en 
 
 
 
8 
8 
un terreno de 20 000 m2, situada en una zona cercana al Hospital General de 
México, en esa fecha el Dr. Federico Gómez era el Director de este hospital, cargo 
que ocupó hasta 1963 (Viesca y Díaz, 2013). 
 
Figura 3. Instituto Nacional de Salud en sus comienzos. 
 
De acuerdo con Viesca y Díaz (2013), por decreto del Congreso de la Unión 
en 1943, el Hospital Infantil de México fue considerado como un organismo 
descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio, con el objetivo social 
de cumplir tres acciones: 
• Proporcionar atención médica a los niños que lo requieran. 
• Fortalecer la enseñanza de la pediatría a través de los medios y canales 
adecuados. 
• Iniciar la investigación científica de problemas medico sociales de la niñez 
mexicana. 
De acuerdo con la Secretaria de Salud (2013) actualmente el Hospital Infantil 
de México forma parte de los doce Institutos Nacionales de Salud y desde su 
fundación se tiene los siguientes objetivos: la investigación científica en el campo 
de la salud, la formación y capacitación de recursos humanos calificados y la 
 
 
 
9 
9 
prestación de servicios médicos de alta especialidad. Así mismo, fue concebido 
como un hospital de enseñanza y sus metas se enfocan en atender a los niños 
indígenas y débiles económicos, propagar la enseñanza de la pediatría a médicos 
y estudiantes de medicina, y la enseñanza de la enfermería pediátrica a enfermeras 
tituladas y fomentar la producción científica y los problemas médico-sociales de la 
niñez mexicana. 
 
De acuerdocon estadísticas oficiales esta institución recibe y atiende a los 
niños de más escasos recursos que no gozan de seguridad social. En promedio 
ingresan alrededor 153 mil pacientes anualmente. Se sabe que la mayoría de estos 
niños provienen de zonas conurbadas del Distrito Federal y de diversas regiones de 
los estados de México, Hidalgo, Veracruz, Guerrero y Oaxaca. Por tanto, los 
pacientes de este hospital son los niños más pobres de todo el país sin ninguna 
forma de seguridad social, es decir, que no están afiliados al ISSSTE o alguna otra 
institución que ampare los servicios médicos que requieren (Viesca y Díaz, 2013). 
 
El pago por los servicios médicos en este hospital se hace mediante una cuota 
de recuperación que se determina después de un análisis de su perfil 
socioeconómico; en la mayoría de los casos es simbólica o inclusive en algunos 
casos no pagan. Además, atienden a los niños que presentan las enfermedades 
más graves y difíciles de tratar y que requieren de atención especializada. Este 
Instituto Nacional de Salud forma parte de un reducido número de instituciones que 
 
 
 
10 
10 
cuentan con la Certificación del Consejo de Salubridad General de la Secretaria de 
Salud por sus altos estándares de calidad (Viesca y Díaz, 2013). 
 
De acuerdo con la Secretaria de Salud (2013), este Instituto Nacional de Salud 
tiene como misión Proporcionar atención médica de alta especialidad con seguridad 
y calidad a los niños, formar recursos humanos y llevar a cabo investigación 
científica de excelencia. Por su parte su visión es ser, un referente internacional en 
la asistencia, enseñanza e investigación pediátrica. Asimismo su código de ética 
incluye todas las decisiones y acciones en apego a los valores que a continuación 
se desglosan. 
• Integridad. Cumplir con el deber con honestidad y apego a la verdad para 
fomentar la credibilidad de la institución y generar una cultura de confianza y 
desarrollar modelos de asistencia, investigación y enseñanza acordes a la 
población que atiende. 
• Imparcialidad. Actuar sin preferencias o privilegios de organización o 
persona alguna; tomar decisiones y ejercer las funciones de manera objetiva 
sin prejuicios personales y sin la influencia indebida de otras personas u 
organizaciones. 
• Generosidad. Mantener una actitud sensible y solidaria, de respeto y apoyo 
para los pacientes y compañeros. 
• Igualdad. En el trato que los pacientes y sus familias reciben durante el 
proceso de atención y para mantener un entorno laboral equitativo. 
 
 
 
11 
11 
• Solidaridad. Dar a las personas un trato digno, cortés, cordial y tolerante; 
reconocer y considerar en todo momento los derechos, libertades 
y cualidades en todos los procesos de asistencia, enseñanza e investigación. 
• Transparencia. Permitir y garantizar el acceso a la información institucional 
en apego a las normas vigentes. Rendir cuentas ante la sociedad en forma 
adecuada y sujetarse a la evaluación de la propia sociedad. 
• Liderazgo. Promover los valores y principios mediante el ejemplo personal, 
aplicar cabalmente el Código de Ética y el Código de Conducta de la 
institución. Fomentar una cultura de ética y de calidad en el servicio. 
• Justicia. Conducirse siempre con apego a las normas jurídicas, respetar el 
Estado de Derecho, esta es una responsabilidad que se debe asumir y 
cumplir. 
• Honradez. Ejercer sus funciones sin favores de terceros ni aceptar 
compensaciones o prestaciones de persona u organización que puedan 
comprometer su desempeño. 
• Entorno cultural y ecológico. Llevar a cabo las tareas sin afectar el 
patrimonio cultural ni el ecosistema. Respetar, defender y preservar la cultura 
y al medio ambiente. 
 
 
 
12 
12 
1.3. Estructura orgánica básica 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 4. Organigrama del Instituto Nacional de Salud
Director General 
 
Director 
médico 
 
Director de 
Administración 
 
Director de 
Enseñanza y 
Desarrollo 
Académico 
 
Director de 
Investigación 
 
Director de 
Planeación 
 
 
Titular del 
Órgano Interno 
de Control con 
dependencia 
jerárquica y 
funcional de la 
Secretaría de la 
Función 
Pública 
 
Jefe del 
Departamento 
de Asuntos 
Jurídicos 
 
Unidad de Investigación Medicina Basada en Evidencias 
Supervisor en sede: Mtro. Filiberto Toledano T 
 
 
 
 
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1.4. Área de inserción dentro del Instituto Nacional de Salud 
 
El área del Instituto en donde se realizó la práctica profesional fue la Unidad 
de Investigación Medicina Basada en Evidencias. Esta unidad se ubica en el tercer 
piso del edificio de Hemato-oncología e Investigación. El edificio es considerado 
como “nuevo” (se inauguró en el 2013), cuenta con equipamiento médico y 
quirúrgico de alta tecnología, además, de aulas diseñadas y dotadas para la 
enseñanza. En la figura 5 se ilustra estas instalaciones de reciente construcción. 
 
Figura 5. Unidad de Hemato-oncología e Investigación, vista desde dentro del Instituto. 
 
La Unidad de Investigación tiene como objetivo primordial impulsar el sistema 
de investigación, ciencias y tecnología del hospital, en la interrelación con los 
procesos de enseñanza y atención médica y quirúrgica, que se oriente a satisfacer 
las necesidades y demandas de la población pediátrica y adolescente, y a la 
solución de problemas del hospital, la región y la nación, y que sea capaz de acceder 
a las oportunidades de la investigación internacional. 
 
 
 
 
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En este sentido, esta área ofrece la oportunidad de involucrarse en distintos 
protocolos de investigación con implicaciones médicas y sociales, siendo la última 
de sumo interés para el profesional de la Psicología Ambiental. Cabe destacar que 
desde el año 2010 se estableció una línea de colaboración entre la Facultad de 
Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto 
Nacional de Salud, hecho que define a este hospital como una Institución de 
Servicio Médico, Enseñanza e Investigación afiliada a la UNAM. 
1.5. Actividades en la sede 
 
Las actividades realizadas en el hospital se dirigieron a dos objetivos 
principalmente. Por un lado, el proyecto de investigación de la Maestría y por el otro, 
actividades relacionadas y establecidas por el Área de Investigación del Instituto. 
En la primera, se realizaron búsquedas y recopilación de información sustancial 
para la elaboración del marco teórico en bases de datos y biblioteca del Instituto. 
Así mismo, se acudió con los cuidadores primarios (población del estudio), para la 
obtención de información que sería útil en la validación de la Escala Carga del 
Cuidador Pediátrico (actividad realizada de enero del 2014 a septiembre del mismo 
año). En este estudio se trabajó con cuidadores primarios de pacientes 
hospitalizados en los diferentes servicios del hospital. 
 
De acuerdo con el cronograma establecido previamente para este estudio, se 
planteó una etapa diagnóstico y las actividades programadas se dividieron en dos 
fases; una cualitativa y una cuantitativa. En la fase cualitativa se exploró qué 
 
 
 
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elementos del ambiente físico de las salas de espera de las Unidades de Terapia 
Intensiva (UTIP), y Terapia Quirúrgica (UTQ), requerían de algún cambio o 
modificación y darían sustento a la segunda etapa de la investigación que incluía 
la fase de intervención y evaluación. 
 
La segunda fase del diagnóstico, se realizó un estudio psicoambiental con 
cuidadores primarios de la UTIP y UTQ. El objetivo fue evaluar las relaciones entre 
las variables estrés ambiental; estrés percibido; evaluación ambiental; imagen 
institucional en la carga del cuidador familiar, y si existen diferencias en estas 
variables para cada uno de los dos grupos evaluados. Esta información, también 
apoyó la propuesta de intervención en los aspectospsicoambientales de ambas 
unidades. 
 
 Por otro lado, se participó de manera activa en las investigaciones que se 
realizan en los protocolos de investigación aprobados y financiados por el Instituto. 
Esta actividad consistía en la búsqueda y recopilación de información en las 
diferentes bases de datos disponibles en hospital y otras instituciones. Así mismo, 
y como resultado del trabajo de investigación, se asistieron a distintos congresos 
nacionales e internacionales y reuniones de investigación realizadas en 
instituciones de salud pública y otras universidades. Finalmente, a petición de las 
autoridades de la sede se impartieron cursos de metodología de la investigación y 
sesiones de asesoría a personal del hospital, específicamente a alumnos del 
hospital que asistían a los cursos. Estas actividades fortalecieron las habilidades 
como profesional de la psicología. 
 
 
 
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1.6. Barreras y estrategias adoptadas para resolver los problemas dentro 
de la sede 
Tabla 1. Barrera/estrategias en el trabajo de sede 
Barrera Estrategia adoptada 
 
Desconocimiento de la labor del 
psicólogo ambiental dentro de 
un escenario hospitalario 
• Informar al personal del hospital de manera general cuál 
es la labor del psicólogo ambiental específicamente en 
los escenarios hospitalarios. 
• Establecer redes de apoyo y trabajo dentro del hospital. 
• Participación en protocolos aprobados por el hospital. 
 
 
 
Desinterés en las necesidades 
de los cuidadores primarios del 
hospital 
• Fomentar mediante la presentación de información los 
beneficios de atender las necesidades de los cuidadores 
como usuarios del hospital y facilitadores del proceso 
de recuperación del paciente. 
• Presentación del proyecto de investigación “Estresores 
ambientales en cuidadores primarios crónicos 
pediátricos”, ante autoridades del hospital. 
• Exposición de las implicaciones y beneficios médicos 
y sociales de la investigación. 
 
Resistencia al cambio en las 
condiciones físicas de la sala de 
espera de la UTIP 
• Presentación ante autoridades del hospital (Jefa de 
Trabajo Social, Jefa de Relaciones Públicas y 
Subdirector de Atención Integral al Paciente) de los 
resultados del diagnóstico psicoambiental realizado 
previamente en las salas de espera de la UTQ y UTIP, 
con objeto de facilitar un cambio en dichas salas. 
• Exposición de las posibles consecuencias negativas 
para los cuidadores primarios si no se atienden las 
necesidades de intervención detectadas y expuestas en 
el diagnóstico. 
• Planteamiento de la propuesta de intervención en 
conjunto con las autoridades del hospital y de un 
experto en diseño hospitalario. 
 
 
 
 
Demora en trámites 
burocráticos dentro del hospital 
• Solicitud de cita con la Dirección Médica del hospital, 
para buscar aprobación del proyecto de intervención. 
• Buscar colaborar con áreas afines al proyecto de 
intervención dentro del hospital (Jefatura de Trabajo 
Social). 
• Presentación ante la Jefa de Trabajo Social de imágenes 
demostrativas de la UTIP, con las posibles 
modificaciones sobre el espacio físico. 
• Inclusión y participación activa de Trabajo Social en la 
propuesta e implementación de la intervención. 
 
 
 
 
 
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1.7. Resultados del trabajo en sede 
Derivado del trabajo realizado en el Instituto Nacional de Salud, se alcanzaron 
los objetivos planteados al inicio de la residencia. Primeramente, se logró la 
identificación y reconocimiento con el personal del hospital, el involucramiento y 
colaboración con otras disciplinas por medio de la participación en los protocolos 
HIM-2013-019 “Medición y evaluación de la resiliencia en la enfermedad crónica 
pediátrica y HIM/2010/038 “Las dimensiones del funcionamiento familiar y su 
relación con los procesos de resiliencia familiar: las emociones, el cuerpo y la 
enfermedad”. Cabe destacar que este es uno de los logros más significativos, ya 
que abrió la pauta para el trabajo interdisciplinario dentro y fuera del hospital. 
Además, facilitó el establecimiento de redes de apoyo y reconocimiento entre este 
y otros Institutos de Salud. 
 
En esta misma línea, un segundo objetivo fue realizar un diagnóstico 
psicoambiental en las salas de la UTIP y la UTQ, para identificar posibles elementos 
físicos a modificar en una propuesta de intervención. Es importante señalar que en 
este proceso nos enfrentamos a una serie de barreras y resistencias por parte del 
personal de la institución. A pesar de exponer los beneficios médicos y sociales de 
llevar a cabo la intervención en las condiciones físicas de la UTIP, no se 
consiguieron los permisos de las autoridades hospitalarias implicadas en la toma de 
decisiones, por lo que no se cumplió uno de los objetivos específicos de la 
investigación. 
 
 
 
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Sin embargo, a pesar de los inconvenientes mencionados anteriormente, se 
logró la identificación y reconocimiento de la labor del psicólogo ambiental dentro 
de un escenario hospitalario que, hasta ese momento era desconocida. La 
colaboración multidisciplinaria propicio redes de apoyo fundamentales para nuestra 
estancia en esta institución. Es importante señalar que estos logros no serían 
posibles sin el apoyo incondicional recibido parte por personal de la Unidad de 
Investigación y los supervisores en sede. De manera general, la experiencia de 
permanecer y evaluar un hospital de alta especialidad, fue enriquecedora para 
nuestro desarrollo académico y profesional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPÍTULO 2. AMBIENTES HOSPITALARIOS 
2.1. Ambientes hospitalarios en México 
De acuerdo con la Secretaria de Salud (2013), un hospital es aquel lugar en 
donde se atiende a los enfermos, se les proporciona el diagnóstico y tratamiento 
necesario. Existen diferentes tipos de hospitales según el tipo de patologías que 
atienden, y dentro de estos existen múltiples ramas de la medicina. De la diversidad 
de hospitales por su especialidad destacan los Institutos Nacionales de Salud, cuyo 
ámbito de acción comprende todo el territorio nacional y tienen como objetivo 
principal la investigación científica en el campo de la salud, la formación y 
capacitación de recursos humanos calificados y la prestación de servicios de 
atención médica de alta especialidad. En estas tres áreas los institutos han 
destacado y han marcado la pauta de la atención a la salud, de la producción 
científica y de calidad académica, no solo en México sino en toda América Latina. 
 
Históricamente los espacios creados para la recuperación de la salud se 
remontan muy atrás en la civilización humana y nos dicen bastante de cómo hemos 
visto al hombre y sus enfermedades a través del tiempo. El análisis de las ciencias 
del hombre para definir salud-enfermedad, lleva implícita una concepción del sujeto, 
del mundo y de la historia (Herrera, 2007). La literatura reconoce la necesidad de 
plantear a las instituciones cómo centro de análisis. En el caso de las instituciones 
hospitalarias mexicanas, pueden analizarse desde diferentes perspectivas (Muñoz, 
2011). 
 
 
 
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Los hospitales como los conocemos actualmente tienen su origen en los 
hospitales antiguos, estos tenían un carácter de hostales, en los que los enfermos 
eran atendidos en su mayoría por religiosas católicas. El motivo inspirador era el 
amor al prójimo; se trataba principalmente del cuidado a los enfermos, no a la 
curación, que raras veces se producía. La curación de enfermos pasa a ocupar una 
posición central, sólo a partir del siglo XVIII. A medida que avanzaba la investigación 
sobre el cuerpo humano, la medicina comenzó a observar y tratar el cuerpo humano 
y alma por separado. De esta manera, los hospitales se transforman de centros de 
hospedaje y caridad a instituciones cuyo objetivo es satisfacer las necesidades de 
sus usuarios. (Monz, A. y Monz, H,2004). 
 
Durante el virreinato se crean los primeros hospitales públicos. 
Posteriormente, en el gobierno de Porfirio Díaz se crean las instituciones de 
beneficencia privada, particulares, militares, de ferrocarrileros y de los mineros con 
otros hospitales públicos, en particular los de tipo pabellonal. Es hasta la Revolución 
que se fortalecen los servicios de urgencias traumatológicas. Para 1920, la situación 
en los entornos de salud era complicada, la mayoría de estos operaba de manera 
deficiente (Fajardo, 2010). 
 
Actualmente, la Secretaría de Salud es responsable de procurar la salud de 
un buen número de la población mexicana. Su misión es contribuir al desarrollo 
humano justo y sustentable mediante la promoción de la salud como objetivo social 
 
 
 
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compartido y el acceso universal a los servicios integrales y de alta calidad que 
satisfagan las necesidades y respondan a las expectativas de la población. De 
acuerdo con estadísticas oficiales, a finales del siglo pasado al menos el 97.2% de 
los habitantes se encontraban muy cerca de al menos una unidad de salud pública, 
la mayor tasa de ocupación hospitalaria se encontraba en las localidades menos 
marginadas (Hernández et al., 2002). Actualmente, se espera que para el 2030 la 
población cuente con acceso universal al servicio de salud. Los hospitales 
federales, regionales, psiquiátricos e institutos en nuestro país, reciben a una gran 
variedad de usuarios, las diferencias en éstos radican en sus características 
socioculturales y psicológicas. Por tanto, sus necesidades y requerimientos también 
son distintos. 
 
De acuerdo con Barreto, Mombelli, Decesaro, Pagkiarini y Silva (2011), la 
institución hospitalaria con su organización particular constituye un ambiente 
peculiar caracterizado por tensión, dolor y sufrimiento. Por su parte, Monz, A. y 
Monz, H (2004), afirman que independientemente de cómo están estructurados 
estos espacios, producen siempre un efecto en el ser humano. Los hospitales 
pueden hablar, contar historias, tranquilizar, apaciguar, levantar el ánimo, pero 
también pueden aumentar el dolor y la tristeza. De esta manera, un paciente se 
muestra extremadamente sensible y expuesto a todo tipo de estímulo sensorial. Por 
ello, los hospitales modernos deben crear entornos que generen bienestar y 
mantengan el equilibrio entre funcionalidad y emoción. De acuerdo con Bello (2000), 
los entornos de salud deben diseñarse desde un enfoque de humanización. 
 
 
 
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2.2. Ambiente físico y social de los hospitales 
 Previamente se mencionó la importancia que adquiere el ambiente físico en el 
bienestar de las personas que lo ocupan (Suresh, Smith, & Franz, 2006). Por 
ejemplo, en hospitales se ha encontrado que las características físicas son 
determinantes para su funcionamiento, la recuperación de los pacientes, las 
actividades de sus empleados y el confort de los visitantes (Canter, D. & Canter, S., 
1979). De acuerdo con Kaplan (1995) las propiedades específicas de estos entornos 
influyen en la salud, la satisfacción y el bienestar de las personas. 
 
Al respecto Harris, McBride, Ross y Curtis, (2002) reportan que además del 
entorno físico, la calidad del servicio y la satisfacción del usuario son fundamentales 
cuando se permanece en el hospital. En este sentido, de acuerdo con datos oficiales 
los indicadores de mala atención e insatisfacción del servicio se asocian con un 
resultado de salud nulo o negativo, los tiempos de espera y un diagnóstico no 
realizado (Ramírez, Nájera y Nigenda, 1998), la recepción de información por 
personal médico y una vigilancia deficiente durante la hospitalización (Peña, 
Rodríguez y López, 2004). 
 
Así pues, al hablar de usuarios de un hospital se debe hacer referencia a 
cada persona que en cierta manera, interactúa con el espacio físico y con la 
organización del establecimiento, ya sea el paciente, la comunidad, el visitante, la 
enfermera, el médico, entre otros. Frecuentemente los estudios con usuarios de 
 
 
 
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hospitales contemplan a los pacientes o el personal médico, sin embargo se ha 
incrementado el interés por investigar la influencia del ambiente físico y social de 
los entornos de salud sobre los visitantes. Los visitantes comúnmente fungen como 
cuidadores primarios de los pacientes, permanecen en la institución médica 
mientras el paciente recibe tratamiento, y durante este lapso de tiempo que puede 
prolongarse se encuentran expuestos a diferentes fuentes de estrés. 
 
2.3. Estrés psicológico y fuentes de estrés ambiental en hospitales 
El término estrés se introdujo en la psicología por el fisiólogo Selye (1956), 
quien lo definió como el conjunto de reacciones fisiológicas ante estímulos 
estresores. En la literatura se ha utilizado el término estrés en los siguientes 
sentidos: como agente, como estímulo (Peña, Cañoto y Santalla, 2006), como factor 
o estresor, como respuesta biológica al estímulo o para expresar la respuesta 
psicológica al estresor (Orlandini, 2012). Al estrés se le ha definido como un estado 
psicofísico, que experimentamos cuando existe un desajuste entre la demanda 
percibida y la percepción la capacidad para hacer frente a dicha demanda 
(González, 1991). Por su parte, Lazarus y Folkman, (1986) emplean la palabra 
estrés para hacer referencia a una amplia gama de experiencias como; nerviosismo, 
tensión, cansancio, agobio, inquietud y otras sensaciones o vivencias similares. 
 
Visto como un proceso, Baum, Singer y Baum (1982) proponen que el estrés 
aparece cuando los eventos o fuerzas ambientales (estresores), amenazan la 
existencia de un organismo y su bienestar, a través del cual el organismo responde 
 
 
 
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a la amenaza. Otros teóricos, mencionan que es un amplio grupo de fenómenos 
importantes en la adaptación humana, asociados con acontecimientos vitales como: 
cambios mayores (cataclismos que afectan a una gran cantidad de personas), 
cambios mayores (afectan sólo a una persona o a pocas personas) y los ajetreos 
diarios (Cohen, Karmarck, & Mermelstein, 1983). En ocasiones, las demandas del 
entorno exceden las capacidades de adaptación de individuo, causando daños en 
la salud y la conducta. Las respuestas al estrés pueden ir acompañadas de señales 
como el miedo, ansiedad y enojo (Cohen, Evanz, Stokols & Krantz, 1986). 
 
El estudio del estrés ha sido abordado desde diversos enfoques y múltiples 
disciplinas. Por ejemplo, el enfoque fisiológico estudia la respuesta orgánica y los 
procesos internos del individuo (Oblitas, 2009; Schneiderman, Ironson, & Siegel, 
2005). Por su parte, la perspectiva psicológica se interesa en el estímulo y la 
situación generadora del estrés, focalizando su atención en el agente externo y en 
(Lazarus y Folkman, 1986). La perspectiva psicológica del estrés se centra en la 
interpretación que el individuo le da a los eventos y recursos personales para 
hacerles frente. 
 
De acuerdo con González (1991) existen tres factores que influyen en la 
experiencia del estrés: 1) factores internos al estrés (variables del propio sujeto), 2) 
factores externos de estrés (estresores ambientales), y 3) factores moduladores 
(variables del propio individuo y variables del ambiente que actúan como 
condicionadores en la interacción entre los factores internos y externos). 
 
 
 
 
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Adicionales a los modelos del estrés como proceso se presentan otros como 
el modelo de estrés ambiental de afrontamiento-adaptación, en el que se enfatizan 
aspectos psicológicos y la capacidad del individuo para adaptarse a las demandas 
ambientales. Si los individuos poseen un repertorio amplio de recursos para 
enfrentar las demandas ambientales podrán mantener el equilibrio o control sobre 
las mismas, si no, la salud y el bienestar se pueden ver afectados (Evans, & Cohen, 
1987). Cohen, Kesslery Underwood (1997) presentan un modelo organizacional de 
los procesos del estrés, en el que las demandas del medio ambiente son traducidas 
dentro de cambios biológicos y psicológicos que podrían convertirse en un factor de 
riesgo para desarrollar enfermedades. Este modelo se plantea de la siguiente 
manera: cuando el individuo se enfrenta a las demandas del ambiente, se evalúan 
si estas son amenazas potenciales y si se cuenta con las capacidades adaptativas 
suficientes para enfrentarlas. Si las personas encuentran que las demandas son 
amenazantes y que sus habilidades de enfrentamiento son inadecuadas, se 
perciben bajo estrés, y en consecuencia se presenta un estado emocional negativo. 
Estos estados emocionales pueden contribuir directamente al inicio de los 
desórdenes psiquiátricos afectivos, al riesgo de desarrollar enfermedades físicas y 
psicológicas. 
 
El estrés ambiental puede abordarse desde un enfoque transaccional en la 
que se integren la influencia reciproca de las características del individuo como las 
características y demandas del ambiente. Es decir, hay una relación reciproca 
ambiente-comportamiento (Evans, 1982; Evans; & Cohen, 1987). En este sentido, 
las características del ambiente corresponden a las necesidades y requerimientos 
 
 
 
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de los individuos, y se produce un ajuste a las demandas de ese ambiente. De esta 
manera el ambiente se convierte en un apoyo en el que el usuario u ocupante puede 
desarrollar sus tareas (Evans & Cohen, 1987). De acuerdo con la literatura de 
investigación, existen distintas formas de respuesta individual al estrés: 1) cambios 
físicos y psicosociales, 2) codificación y 3) filtración de información sobre el 
ambiente físico y social, que median la receptividad de información ambiental y la 
regulación fisiológica y conductual, que involucra comportamiento de defensa, 
competitividad, toma de riesgos, pensamiento, entre otros. 
 
2.4. Fuentes de estrés en hospitales 
 
Los entornos de curación se caracterizan por ser altamente estresantes para 
sus usuarios. La enfermedad de un familiar puede considerarse un evento 
desencadenante de estrés psicológico (Taylor, 2007), incluso si el estrés se 
mantiene de manera continua, puede llegar a tensionar las capacidades de las 
personas para enfrentar los problemas o demandas de la vida (Del Giudice, Ellis & 
Shirtcliff, 2011). Si a esta situación se le suma permanecer en un ambiente no 
favorecedor para sus necesidades y expuesto diferentes fuentes de estrés, las 
repercusiones pueden ser mayores. Al respecto, diversos estudios han demostrado 
que ambientes hospitalarios estresantes influyen en la salud, recuperación y 
bienestar de sus pacientes (Romero, Àlvarez, M. y Àlvarez, A., 2007; Rubin & 
Owens, 1995). 
 
 
 
 
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En esta línea, la Psicología Ambiental ha generado información sustancial para 
mejorar el diseño físico de los hospitales, apoyado en los hallazgos empíricos que 
analizan la interacción entre ambiente-comportamiento. En este sentido, las 
primeras investigaciones se realizaron en instituciones psiquiátricas y aportaron 
evidencia sustancial acerca de la importancia del ambiente y el diseño en el 
bienestar de sus usuarios (Begler, 1994). De igual forma, en nuestro país desde la 
década de los 80’s diversas investigaciones se han enfocado en evidenciar la 
importancia de las características del ambiente físico en el estrés y bienestar de los 
usuarios de hospitales generales (Ortega-Andeane & Urbina-Soria, 1988; Ortega-
Andeane & Estrada-Rodriguez, 2005; Ortega-Andeane & Estrada-Rodriguez, 2010; 
Ortega-Andeane, Irepan-Aguilar, Cantú de León y Estrada-Rodríguez, 2010; 
Ortega, 2015). 
 
La literatura de investigación reporta que el confort físico es una de las 
características del ambiente que influye significativamente en el bienestar de los 
usuarios de entornos de salud (Reizenstein, Grant & Simmons, 1996; Rubin & 
Owens, 1995). Al respecto, las variables que comúnmente se han evaluado son: la 
seguridad, la señalización y el funcionamiento de la circulación (Ortega-Andeane & 
Urbina-Soria, 1988), temperatura; humedad; mobiliario cómodo y suficiente 
(Malagón, Galán y Pontón, 2008; Ortega, Mercado, Reidl y Estrada, 2016), 
iluminación adecuada; iluminación solar; el diseño arquitectónico; la proximidad a 
las salas; la provisión para la higiene de manos; la eficacia de ventilación y ausencia 
de contaminación biológica (Mourshed, & Zhao, 2012; Walch et al., 2005). 
 
 
 
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En esta línea, un estudio cuyo objetivo fue evaluar la adecuación de la 
temperatura para pacientes y empleados de un hospital, encontró que la elección 
debe basarse en las necesidades de cada uno de éstos. Por ejemplo, los pacientes 
requieren normalmente de ambientes cálidos y húmedos y por el otro, los 
empleados por su grado de actividad y estrés suelen preferir un ambiente más seco 
y frío. Sin embargo, la temperatura usualmente se regula con base en las 
necesidades de sus pacientes. El diseño de hospitales siempre se enfoca en 
maximizar la eficacia sanitaria (San Juan, 1998). De acuerdo con los resultados 
obtenidos por Ortega-Andeane y Estrada-Rodríguez (2010), la presencia de 
humedad en el cuarto de hospitalización es determinante en la percepción de estrés 
de los pacientes. 
 
Respecto a la iluminación en los entornos de salud, estudios reportan que un 
buen sistema de iluminación crea atmósfera cálida y en consecuencia una estancia 
estética y confortable para el usuario (García, 2008). Asimismo, utilizar luz 
homogénea y con claridad agradable crea un ambiente comunicativo y acogedor, 
principalmente en espacios donde los usuarios permanecen largos periodos de 
tiempo, como en los vestíbulos, salas de espera y de visitas, salas de rehabilitación 
y las habitaciones de los pacientes. En estos espacios una iluminación ambiental 
armónica puede contrarrestar el estrés, ayudar a reducir la sensación de angustia, 
y favorecer la construcción de una atmosfera agradable, logrando crear un 
verdadero oasis dentro de revuelo sanitario. De este modo se consigue producir 
ambientes estimulantes, capaces de favorecer de forma efectiva el bienestar de las 
 
 
 
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personas. La luz adecuada y dinámica puede contribuir a acelerar el proceso de 
curación a través de la motivación del paciente (Monz, A y Monz, H, 2004). 
 
Por otro lado, una iluminación excesivamente fuerte influye negativamente en 
la calidad del sueño en pacientes hospitalizados (Costa, & Ceolim, 2013). En el caso 
de la utilización de luz natural, hallazgos demuestran que la exposición a luz solar 
favorece la recuperación, reducen el dolor y la ansiedad del paciente hospitalizado 
(Walch et al. 2005). Así mismo, habitaciones más cálidas benefician la recuperación 
de pacientes con cirugías quirúrgicas (Frank et al., 1997). 
 
Una característica sumamente importante en la seguridad de los pacientes 
hospitalizados es la calidad del aire. Al respecto, se sabe que es precisamente por 
medio de este elemento que se propagan los virus causantes de las infecciones. 
Los indicadores que nos pueden ayudar a identificar si la calidad del aire es la 
adecuada son: una construcción apropiada, la eficacia de ventilación y ausencia de 
contaminación biológica (Mourshed, & Zhao, 2012; Rey, 2011). En el caso de 
México, se ha encontrado que los incidentes más frecuentes en hospitales están 
asociados principalmente a las infecciones, originadas por bacterias, virus y hongos 
propagados por el aire (Rodríguez, Lamy, Fajardo, Santa Cruz y Hernández, 2012). 
La contaminación ambiental también se ha relacionado al desarrollo y propagación 
de enfermedades respiratorias como asma y estados gripales (Onatra et al., 2009). 
 
 
 
 
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Del mismo modo, la higiene hospitalaria contribuye directamente en el control 
de las infecciones. Se sabe queagentes ambientales no controlados originan brotes 
infecciosos. Por esta razón, se requiere que todo lo que rodea al paciente sea 
sometido a una limpieza rigurosa. También es necesario que el personal encargado 
de realizar la limpieza y desinfección esté debidamente capacitado (Guerra, 2005). 
De esta manera, al adquirir un compromiso con la higiene, la limpieza y la 
desinfección de equipo médico y superficies, se le dotará al paciente de un medio 
ambiente seguro para su tratamiento y recuperación (Sousa, 2012). 
 
En cuanto al ruido, los hallazgos sugieren que pacientes expuestos a altos 
niveles de ruido sufren afectaciones principalmente en la memoria (Pope, Gallun, & 
Kampel, 2013). Una alternativa para combatir el ruido desagradable es usar música 
(Phumdoung, & Good, 2003), valorada como agradable. Estudios previos señalan 
que si existe un cuidado de la acústica se favorece un buen ambiente de trabajo, y 
se reduce la presión y el estrés (Blomkvist, Eriksen, Theorell, Ulrich, & Ramsmains, 
2004). 
 
Como se mencionó anteriormente, algunos sitios valorados dentro de los 
hospitales, son las salas de espera. En este sentido, estudios reportan que el color, 
la iluminación y el diseñado tienen efectos en el bienestar de las personas que 
habitan las salas de espera (Dalk et al., 2006). Por su parte Monz, A y Monz, H. 
(2004), afirman que un sistema bien estudiado para cambiar el color y la intensidad 
 
 
 
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de la luz natural, consigue crear una atmósfera que estimula positivamente los 
sentidos, el bienestar de los pacientes, la relajación y la regeneración de los 
usuarios. 
 
Al respecto, Domínguez, Expósito y Barranco (2009) evaluaron aspectos 
físicos de salas de espera de hospitales tales como: accesibilidad y confort 
(mobiliario, aseo); ruido, ventilación, aspectos organizacionales y funcionales de los 
servicios relacionados con la recepción de información sanitaria, privacidad y 
tiempos de espera. Estos investigadores concluyeron que estos aspectos físicos y 
funcionales son fundamentales para una experiencia beneficiosa en el proceso 
terapéutico. 
 
También, se ha valorado la señalización y los sistemas de emergencia, y se 
ha identificado que los usuarios desean instalaciones que brinden una imagen de 
seguridad (Ortega-Andeane, & Urbina-Soria, 1988). Otro aspecto sumamente 
importante para la comodidad de los usuarios en hospitales es el mobiliario, este 
debe ser suficiente y adecuado. Estudios señalan que el uso las sillas reclinables 
ayuda a reducir el dolor y aumentan la satisfacción del paciente (Wilberg, Burger, 
Gerson, & Blanda, 2005). 
 
Como se mencionó anteriormente, es muy importante que el diseño tome en 
cuenta los componentes espaciales en la arquitectura de curación, que permita el 
 
 
 
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acceso a la naturaleza, la luz, una buena calidad del aire, privacidad o las 
distracciones agradables, así como, la reducción de los factores de estrés 
ambiental, que favorezcan un entorno de cicatrización óptima (Ananth, 2008). De 
acuerdo con (Friedmann, Craig, & Zube, 1978) el diseño ambiental puede estar 
orientado a poblaciones especiales con necesidades únicas, cada persona en un 
momento dado tiene necesidades específicas, que pueden ser psicológicas, de 
interacción social o soledad, estimulación o relajación, seguridad o cambio, 
necesidades fisiológicas de comida y bebida, y físicas de comodidad. 
 
Los diseños requieren de adaptaciones humanas para la realización de la 
congruencia entre el ambiente y las personas. En este sentido, se destaca la 
importancia del diseño como regulador de la privacidad en los usuarios del hospital. 
Un estudio mostró que los familiares que no pueden realizar actividades como 
externar sus emociones, muestran mayor disgusto con el diseño (Ortega et al., 
2016). Por su parte, Ortega-Andeane y colaboradores (2010) encontraron que las 
necesidades de privacidad en los pacientes están relacionadas con el diseño del 
cuarto. 
 
En consecuencia, el ambiente físico representa una parte fundamental de la 
experiencia de permanecer en un hospital. De acuerdo con diversos autores, la 
percepción se define en términos de la valoración física de sus cualidades tales 
como: que el lugar sea grande, amplio, agradable, silencioso, relajante, niveles de 
 
 
 
33 
33 
temperatura confortable, bajos niveles de ruido, entre otros. Los factores físicos bien 
diseñados de un hospital tienen un papel importante en la seguridad y la curación 
de los pacientes, y son mejores lugares de trabajo para el personal (Gross, Sasson, 
Zarhy, & Zohar; 1998; Harris et al., 2002; Ortega, & Estrada, 2005; Ulrich et al., 
2008). Los entornos percibidos como adecuados, comunicativos y estimulantes, con 
elementos como colores agradables, buena luz, acceso a naturaleza como jardines 
y obras de arte presentes a lo largo del día contribuyen al bienestar, reducen 
significativamente el estrés psicológico y mejoraran la calidad de vida de sus 
usuarios (Cooper, & Barnes, 1999; Huisman, Morales, Van Hoof, & Kort, 2012; 
Monz, A y Monz, H, 2004). Respecto a la exposición a cuadros de arte en entornos 
de curación, estudios sugieren que la gran mayoría de pacientes prefieren arte que 
incluya elementos naturales con vegetación en comparación con cuadros de arte 
que integren figuras abstractas (Ulrich, & Gilpin, 2003; Nanda, Hathorn, & Neumann, 
2007). Otro estudio, cuyo objetivo fue investigar las preferencias en arte visual en 
salas de espera de un hospital mexicano, mostró que los usuarios preferían 
imágenes restauradoras de naturaleza sin importar su nivel educativo (Nanda et al., 
2013). 
Asimismo, hallazgos de diversos estudios sugieren los beneficios de una 
exposición (minutos) a elementos naturales. Se han documentado efectos como la 
reducción de la presión arterial y el aumento de relajación muscular (Ulrich, 1992), 
y la disminución del estrés e incremento de bienestar (restauración) (Ulrich et al., 
1991; Joye, 2007). Por ejemplo, un estudio realizado en una unidad de cuidados de 
un hospital pediátrico, en la que se llevó a cabo una intervención pictórica con 
 
 
 
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34 
paisajes naturales con padres de niños hospitalizados mostró que la exposición a 
este tipo de arte redujo significativamente el estrés en los padres (Monti et al., 2012). 
Evidencia empírica reciente, respalda la importancia de utilizar arte en 
intervenciones con cuidadores primarios de niños con padecimientos crónicos 
(Ortega-Andeane, Toledano-Toledano, & Estrada, en prensa). 
 
En este sentido, la legislación en materia de política pública en México toma 
como eje de acción el bienestar de la población, basada en el seguimiento de 
indicadores como: el nivel de ingresos, posesión de bienes duraderos y el acceso a 
ciertos servicios públicos (Garduño, Salinas y Rojas, 2005). Entre ellos, se incluye 
la atención de calidad a la salud, con equipo e instalaciones adecuadas. Sin 
embargo, en la gran mayoría de los casos el diseño y la atención médica están 
dirigidas al paciente, considerado como principal usuario y descuidan las 
necesidades de otros igualmente importantes como son los cuidadores primarios. 
 
El diseño físico de los hospitales y en espacial de las salas de espera, así 
como los sistemas de organización en hospitales públicos en México se convierten 
en ambientes diferentes, extraños y amenazantes para pacientes pediátricos y sus 
cuidadores (Ortega, 2015). Las condiciones ambientales y la calidad en el servicio 
influyen en la salud psicológica y calidad de vida de los cuidadores de niños con 
enfermedad crónica (Sajjadi, Vameghi, Ghazinour, & Ardakani, 2013). 
 
 
 
 
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CAPÍTULO 3. CUIDADORES PRIMARIOS, PERFIL, ROL Y 
CONSECUENCIAS DEL CUIDADO 
 
3.1. Cuidadores primarios en contexto de enfermedad crónica pediátrica 
 
Doce (2008) define al cuidador primariocomo la persona que atiende las 
necesidades físicas y emocionales de un enfermo, por lo general es un familiar 
cercano o alguien que le es significativo. Su trabajo adquiere una gran relevancia 
para el grupo conforme progresa la enfermedad, no sólo por la atención directa al 
paciente, sino también por su papel en la reorganización, mantenimiento y cohesión 
de la familia. 
 
Para Lara, González y Blanco (2008), un cuidador primario es aquel que 
presta los servicios de salud a una persona que lo necesita, sirve de apoyo 
emocional y toma decisiones acerca de la atención, pueden ser personas de la red 
social inmediata, que no reciben retribución económica por la ayuda que ofrecen. 
De acuerdo con García y Mateo (1996) es la persona que asume la mayor 
responsabilidad sobre el enfermo, se asocia principalmente con la figura femenina. 
 
Finalmente, Bergero, Gómez, Herrera y Mayoral (2000), mencionan que los 
cuidadores son las personas que realizan tareas de carácter de apoyo, 
generalmente tienen un parentesco con el paciente, aunque se extiende a lazos de 
amistad o de vecindad donde éstos han adquirido el carácter de relaciones 
primarias. 
 
 
 
36 
36 
La concepción que tiene un niño respecto a la enfermedad y la hospitalización, 
implica la separación de su entorno familiar, la llegada a un ambiente extraño, la 
separación de los amigos, un mal ambiente hospitalario en donde intervendrán 
personas que en la mayoría de los casos les causan dolor y temor, en consecuencia 
puede presentarse en el paciente problemas de autoestima y cambios importantes 
en su comportamiento. Por ello, se destaca el papel del cuidador primario como 
determinante en la adaptación emocional del paciente pediátrico a la hospitalización 
(Alfaro y Atria, 2009; Barrero et al., 2011; Santiago, 2013). 
 
Los cuidadores primarios de niños con enfermedades crónicas adquieren una 
función decisiva en la recuperación de la salud y en la calidad de vida del paciente, 
les brindan ayuda en el tratamiento, trámites y gestiones en los servicios de salud, 
atienden las indicaciones del personal especializado en los continuos reingresos 
hospitalarios (Toledano-Toledano, 2013). 
 
3.2. Perfil del cuidador en contexto de enfermedad crónica 
 
Los cuidadores surgen como una condición elemental para la atención del 
paciente. El grado de complejidad de la atención al paciente aumenta cuando se 
presenta una enfermedad crónica, poniendo en riesgo la vida cuando existe un 
acercamiento físico y emocional con el paciente (Rincón, 2005). En este sentido, el 
perfil del cuidador se adapta a las características del paciente y de la enfermedad. 
 
 
 
 
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La literatura de investigación ha reportado que son mayormente las mujeres 
las encargadas de cuidar de la familia, sin embargo actualmente otros miembros del 
núcleo familiar pueden asumir el rol de cuidado y brindar apoyo y asistencia al 
paciente (Molyneaux, Butchard, Simpson & Murray, 2001; Pope, Kolomer & Glass 
2012). El perfil del cuidador en el contexto de enfermedad crónica se ha descrito 
de la siguiente manera: mujeres, dedicadas al hogar, casadas, con nivel de estudios 
de primaria y secundaria, familiares del paciente, que habitan el mismo domicilio 
(García, Mateo y Maroto, 2004; Lara et al., 2008; Martínez, Ramos del Rio, Robles, 
Martínez y Figueroa, 2012), con nivel socioeconómico bajo (García et al., 2004; 
Pulgarín, Osorio, Restrepo y Segura, 2011), encargadas del paciente desde su 
diagnóstico de la enfermedad (Montalvo, Romero y Flórez, 2011). De acuerdo con 
DiGirolamo y Salgado (2008), las mujeres mexicanas asumen el rol de cuidado 
desde que el paciente es diagnosticado. 
 
3.3. Consecuencias del cuidado 
 
La enfermedad crónica pediátrica trae consigo cambios en la vida del paciente 
y el funcionamiento familiar (Seira, Aller y Calvo, 2002; Toledano-Toledano, 2013). 
Las demandas de cuidado repercuten directamente en la salud física y psicológica 
del cuidador, las necesidades prácticas diarias de los niños crean desafíos para los 
padres (Brown, Daly, & Rickel, 2008; Raina et al., 2005; Golden, & Nageswaran, 
2012). Comúnmente el análisis de los cuidadores se centra fundamentalmente en 
los conceptos de carga, consecuencias y alivio (Bergero et al., 2000). 
 
 
 
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En esta línea, la carga es vista como la evaluación o percepción que el 
cuidador tiene de las demandas del medio relacionadas con su rol como cuidador y 
los recursos con los que cuenta para hacerles frente. De acuerdo con Zarit, Reever 
y Bach-Peterson (1980), el término carga del cuidador se refiere al estado resultante 
de cuidar de una persona dependiente o mayor, que amenaza la salud física y 
mental del cuidador. Por su parte Gandón, Jenaro y Lemos (2001), mencionan que 
la carga es producto de una combinación de las características clínicas del paciente, 
las características del cuidador y el apoyo social recibido. 
 
Algunas señales de sobre carga son: agotamiento mental, ansiedad frente al 
cuidado, acumulación de estresores, depresión, angustia e incluso aumento de 
mortalidad (Alfaro et al., 2008; Chappell, 1992; Rivera, Dávila y González, 2011; 
Zambrano y Ceballos, 2007). El nivel de sobrecarga en cuidadores también se ha 
asociado con una autopercepción del estado de salud, cuanto peor es la percepción 
de salud mayor sobrecarga (Fernández de Larrinoa et al., 2011). En el caso de los 
cuidadores de niños con enfermedad crónica el incremento de la carga se observa 
en los dominios físico, emocional, económico y social (Ballestas et al., 2013; De la 
Huerta, Corona y Méndez, 2006; Narasipuram & Kasimahanti, 2012; Saunders, 
Casey, & Kou, 2015). 
 
La carga del cuidador también puede incrementarse por variables individuales 
del niño y del mismo cuidador. Estudios refieren que el grado de vulnerabilidad 
aumenta cuando se es una cuidadora joven (Van den Heuvel et al., 2001), los 
 
 
 
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periodos de tiempo de cuidado superen las diez horas diarias (Díaz, Arango, 
Espinoza y Rivera, 2014; Martínez, Díaz y Gómez, 2010) o bien cuando la atención 
al enfermo es parte de la rutina diaria de la persona (López, 2005), si el paciente 
reingresa contantemente al hospital, si se incrementa la sintomatología de la 
enfermedad y si hay una grado de discapacidad (León, 2013; Pineda, 2013). 
 
 En el estudio de las consecuencias del cuidado de un paciente crónico 
pediátrico se ha observado que los cuidadores experimentan mayor estrés (Kim, 
Barker, Spillers, & Wellisch, 2006; Murphy, Christian, Caplin & Young, 2007; 
Cernvall et al., 2016); sintomatología depresiva (Crespo, López & Zarit, 2005; 
McCann, Bull, & Winzenberg, 2012); sintomatología ansiosa (Calderón et al., 2011; 
Denno et al., 2013; Creswell, Wisk, Litzelman, Allchin, & Witt; 2014); menor 
bienestar psicológico (Montalvo et al., 2011), reducción en su calidad de vida 
(Blank, Grindler, Schulz, Wistell, & Lieu, 2014; Klassen et al., 2010; López et al., 
2009; Toledano-Toledano, 2013; Van den Tweel et al., 2009), en los dominios de 
salud, relaciones sociales y el medio ambiente que les rodea (Narasipuram, & 
Kasimahanti, 2012). En consecuencia los cuidadores primarios pueden tener estilos 
de vida poco saludables y mayor vulnerabilidad ante las enfermedades crónicas 
(Brehaut et al., 2009; Flores, Rivas y Seguel, 2012). 
 
En contraste, estudios refieren que los efectos del cuidado disminuyen 
significativamente cuando el cuidador es eficaz en las tareas de cuidado al paciente 
(Cullear y Dresch, 2012); recibe alto apoyo social y se adapta a la enfermedad del 
 
 
 
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niño (Arango, Moreno y Rogers, 2010; Luthar, 2006; Martínez et al., 2012; Wolf et 
al., 2010), y adopta el compromiso como estilo de afrontamiento (Matus y Barra, 
2013). También, estudios recientes reportan que el apoyo social y de los 
profesionales de saludmedian la carga y la calidad de vida en los cuidadores de 
personas con lesiones cerebrales, estos hallazgos sugieren la importancia del 
apoyo personal y ambiental para disminuir los efectos del cuidado en los cuidadores 
(Chronister et al., 2016). 
 
A pesar que, expertos de diferentes países han identificado que el trabajo con 
cuidadores primarios es una estrategia muy prometedora y poco desarrollada para 
mejorar el cuidado y el autocuidado de los pacientes y sus familias, se sigue 
careciendo de investigaciones colaborativas y programas de intervención 
culturalmente apropiados, basados en la mejor evidencia científica disponible y las 
características adecuadas y específicas para cada contexto (Sapag, Lange, 
Campos, & Pette, 2010). Este cambio reconoce el papel primordial de la familia en 
el cuidado y desarrollo del niño (Brehaut et al., 2004). Uno de los principios de la 
psicología ambiental es el trabajo interdisciplinario, en el que la investigación y la 
práctica se dirijan a crear edificios más humanos, tomando como marco de 
referencia las transacciones humano-ambiente (Gifford, 2007). Por esta razón, el 
objetivo de la presente investigación fue desarrollar en colaboración con otras 
disciplinas, una intervención psicoambiental para dotar de un ambiente físico 
facilitador para la labor y la disminución de los efectos del cuidado de los cuidadores 
primarios de la UTIP. 
 
 
 
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CAPITULO 4. EVALUACIÓN PSICOAMBIENTAL DE UNA SALA DE 
ESPERA DE LA UNIDAD DE TERAPIA INTENSIVA PEDIÁTRICA DE 
UN HOSPITAL DE ALTA ESPECIALIDAD 
 
Pregunta de investigación 
 
¿Cambios o modificaciones en los elementos psicoambientales de una Unidad 
de Terapia Intensiva Pediátrica podrán disminuir la percepción de carga del cuidador 
en cuidadores primarios de pacientes crónicos pediátricos? 
 
 Objetivos 
 
Objetivo general 
Identificar mediante una intervención psicoambiental en la sala de espera de 
la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica (UTIP), qué aspectos del ambiente físico 
se asocian con la carga del cuidador. 
Objetivos específicos 
• Diseñar y validar un instrumento de medición de la carga del cuidador 
primario pediátrico culturalmente relevante. 
• Identificar qué elementos psicoambientales de la sala de espera de la UTIP 
requirieron de algún cambio o modificación con base en la evaluación de los 
cuidadores primarios. 
 
 
 
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• Cuál o cuáles de los elementos previamente identificados eran susceptibles 
de algún cambio o modificación en la sala de espera la UTIP con base en la 
evaluación de los cuidadores primarios. 
• Diseñar una propuesta de intervención con los elementos modificados en la 
sala de espera de la UTIP. 
• Modificar los elementos psicoambientales identificados previamente en la 
sala de espera de la UTIP. 
• Evaluar los efectos de la intervención en la sala de espera de la UTIP con los 
cuidadores primarios. 
Método 
Tipo de investigación 
El presente estudio fue de tipo cuasi- experimental, con un alcance 
correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 2010). 
Diseño 
Cuasi experimental con un grupo control, equivalente pretest-postest 
(Hernández et al. 2010). 
 
Hipótesis 
 
 El estrés ambiental, estrés percibido, evaluación ambiental e imagen 
institucional influirán en la carga del cuidador primario de la UTIP y la UTQ. 
 
 
 
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 La percepción de estrés ambiental, estrés percibido, evaluación ambiental, 
imagen institucional y carga del cuidador primario será diferente en la UTIP 
y en la UTQ. 
 Existirán diferencias estadísticamente significativas en los promedios 
obtenidos por factor en cada una de las variables medidas en cuidadores 
primarios de la UTIP y la UTQ en las fases de diagnóstico y post-evaluación. 
 La carga del cuidador familiar será diferente en la UTIP y la UTQ luego de 
los cambios o modificaciones en las condiciones psicoambientales de la 
UTIP. 
 
Variables independientes 
o Estrés ambiental: respuesta ante la falta de ajuste entre las demandas del 
ambiente y los recursos para hacerles frente (Lazarus & Cohen, 1977; 
Halpern, 1995). 
o Estrés percibido: experiencias como nerviosismo, tensión, cansancio, 
agobio, inquietud y otras sensaciones derivadas de un evento inesperado, 
que amenazan el bienestar del individuo (Singer y Baum, 1982; Lazarus y 
Folkman, 1986). 
o Evaluación ambiental: evaluación de características del ambiente físico del 
lugar tales como la funcionalidad, la privacidad, el ruido y la falta de seguridad 
(Ortega, 2002). 
o Imagen institucional: evaluación del servicio brindado por personal médico 
de la institución (Ortega, 2002). 
 
 
 
 
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Variable dependiente 
o Carga del Cuidador Primario Pediátrico: consecuencias en la salud física, 
emocionales, conductuales, familiares, sociales y económicas derivadas del 
cuidado del paciente con enfermedad crónica (Losada, Montorio, Izal y 
Márquez, 2005). 
 
Definición operacional 
o Carga del cuidador: puntaje obtenido en los reactivos de la ECCPP 
o Estrés percibido: puntaje obtenido en la Escala de Estrés Percibido 
o Estrés ambiental: puntaje obtenido en la escala de Estrés Ambiental 
o Evaluación ambiental: puntaje obtenido en la Escala de Evaluación 
Ambiental 
o Imagen institucional: puntaje obtenido en la Escala de Imagen Institucional 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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FASE 1. DESARROLLO Y VALIDACIÓN DE LA ESCALA DE CARGA DEL 
CUIDADOR PRIMARIO PEDIÁTRICO 
El objetivo de este estudio fue desarrollar una escala válida y confiable para 
medir la carga del cuidador primario en un contexto de cronicidad pediátrica. Para 
ello, se dividió en dos etapas: A) exploratoria y B) cuantitativa. 
 
1A. Etapa exploratoria 
El objetivo de la etapa exploratoria fue obtener el significado del rol y carga 
del cuidador primario de pacientes crónicos pediátricos, que proporcionó la 
información para elaborar los reactivos de la primera versión de la Escala Carga del 
Cuidador Primario Pediátrico. 
 
Participantes 
En esta fase participaron 28 cuidadores primarios, mayores de 18 años, cuyos 
hijos se encontraban hospitalizados en dos Unidades de Cuidados Intensivos de un 
hospital pediátrico de tercer nivel. La técnica utilizada para obtener el significado del 
rol del cuidador familiar fue la de Redes Semánticas Modificadas (Reyes-Lagunes, 
1993). En el formato de respuestas se incluyeron cuatro estímulos: cuidar a mi niño 
(a) es, por cuidar a mi niño (a) dejo de, cuando cuido a mi niño (a) siento y cuando 
cuido a mi niño (a) me apoyo en. Los estímulos se basaron en cuatro dimensiones 
teóricas: 
 
 
 
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1. Rol y papel del cuidador: significado del cuidado del paciente. 
2. Actividades abandonadas por el cuidado: actividades que han dejado de 
hacer por cuidar a su paciente. 
3. Sentimientos hacia la enfermedad y el cuidado: sentimientos del cuidador 
respecto al cuidado y salud de su paciente. 
4. Apoyo social hacia el cuidador: red de contactos o personas, familiares o 
amigos del cuidador. Esta información se puede encontrar en el apartado de 
Apéndices. 
De acuerdo con el análisis de redes semánticas modificadas (RSM), el primer 
valor reportado fue el Tamaño de la Red (TR), que indica la riqueza semántica 
obtenida para cada estímulo. De esta manera, el estímulo mayor riqueza semántica 
fue cuidar a mi niño (62), seguido de cuando cuido a mi niño (a) me apoyo en (55), 
cuando cuido a mi niño (a) siento y finalmente por cuidar a mi niño (a) dejo de. 
 
 En cuanto al análisis del significado psicológico, se pudo observar que el 
estímulo cuidar a mi niño obtuvo un total de 16 definidoras, de las cuales diez fueron 
las más significativas: amar, responsabilidad, cuidado, importante, prioridad, 
alegría, lo hacen querer, paciencia, satisfacción y bienestar. Esta información se 
puede apreciar en la tabla 2 y figura 6.

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