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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA GÉNERO Y VIOLENCIA: EL CASO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN CONTRA DE LA MUJER EN EL TRANSPORTE PÚBLICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADO EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A: JESÚS OMAR FERNÁNDEZ YÁÑEZ DIRECTORA DE TESIS: MTRA. PATRICIA PAZ DE BUEN RODRÍGUEZ REVISORA: MTRA. MARGARITA MOLINA AVILÉS CIUDAD UNIVERSITARIA, CD MX., 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIAS A mis padres, quienes siempre me han brindado su amor, confianza, apoyo y motivación constante. Ellos son mi principal motor e inspiración para trabajar duro en alcanzar mis metas y sueños. A mis hermanas, que siempre me han apoyado, aconsejado y orientado en los proyectos que tengo en mente, demostrándome que a pesar de las dificultades siempre hay un motivo por el cual luchar y soñar. A todas las mujeres de México que han sido víctimas de violencia de género, elementos importantes de la sociedad mexicana que hay que cuidar, y por las cuales hay que trabajar duro día a día para que su voz y derechos humanos sean escuchados y respetados. AGRADECIMIENTOS A la profesora Mtra. Patricia Paz de Buen Rodríguez, de quien siempre obtuve orientación, su apoyo constante y sus importantes recomendaciones, las cuales me ayudaron a enriquecer y poder concluir satisfactoriamente este trabajo. A la Universidad Nacional Autónoma de México, a la Facultad de Psicología y a mis profesoras y profesores, que me permitieron ser parte de una gran comunidad y que contribuyeron en mi formación profesional y en mi enriquecimiento y crecimiento personal. “Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres, no te quedes de brazos cruzados. Actúa.” -Ban Ki Moon, ex Secretario General de la ONU. “Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros”. Immanuel Kant I ÍNDICE FIGURAS, GRÁFICAS, TABLAS………………………………………………….…..III SIGLAS…………………………………………….………………………………….…..V RESUMEN………………………………………….…………………………………..…VI ABSTRACT………………………………………………………………………………VII INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….…1 CAPÍTULO 1. FACTORES PSICOSOCIALES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL …….………….INDIVIDUO…………………………………………………………….....6 1.1. Género………………………………………………………………………………...7 1.1.1. Asignación de género…...………………...……………………..…………12 1.1.2. Identidad de género…………...…………………………..……….……….13 1.1.3. Papel de género..………………………………………...…………………16 1.1.4. Perspectiva de género…………...………………………….……...………18 1.2. Sexualidad………………………………………………………...……….………..21 1.2.1. Sexualidad y familia……..…………………………………………….……26 1.2.2. Sexualidad e instituciones……...…………………………………………..27 1.2.3. Dimensiones de la sexualidad humana…...………………….………..…27 1.3. Cultura…...…………………………………………………………………………..29 1.3.1. Época prehispánica…...………………………………………………….…36 1.3.2. Época colonial……..…………………………………………………...…...36 1.3.3. Época moderna...……………………………………………………………36 1.4. La actitud social masculina frente a la mujer……..…………………………..…37 1.4.1. Actitud social masculina y conducta………………...…………………….40 1.5. Vida Cotidiana…...……………………………………………………………….…42 1.5.1. Espacio...…………………………………………………………………..…44 1.5.2. Espacio de encuentro social y contorno…………...………………..……45 1.5.3. Espacio y su percepción……..………………………………………….....46 1.6. Tiempo……...………………………………………………………………………..47 1.6.1. Símbolos y significados……………...…………………………………..…48 1.6.2. Comunidad…………...………………………………………………………51 II CAPÍTULO 2. VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA REALIDAD SOCIAL ………………..MEXICANA……………………………………………………………..53 2.1. Concepto de violencia de género…………………………………………………53 2.2. La violencia de género en México………………………………………………...55 2.3. Violencia de género y derechos humanos……………………………………….59 2.4. Espacios donde se presenta la violencia………………………………………...61 2.4.1. Círculo familiar…..………………………………………………………….61 2.4.2. Círculo social………...……………………………………………………..62 2.4.3. Relaciones de poder………………...……………………………………..63 2.5. Tipos de violencia de género……………………………………………………...66 2.5.1. Violencia sexual………………………...…………………………………..66 2.5.2. Violencia física…...………………………………………………………....69 2.5.3. Violencia psicológica……...………………………………………………..70 2.6. Violencia de género y medios de comunicación………………………………...72 CAPÍTULO 3. VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL TRANSPORTE PÚBLICO DE LA ………………..CIUDAD DE MÉXICO……………………………….…………………76 3.1. Violencia de género y transporte público………………………………………...87 3.1.1. Medidas aplicadas para prevenir la violencia…...………………………97 3.2. Violencia de género y vida cotidiana……………………………………………101 3.3. Repercusiones psicológicas en la mujer………………………………………..103 CAPÍTULO 4. ACCIÓN SOCIAL PARA PREVENIR LA VIOLENCIA DE ………………..GÉNERO EN CONTRA DE LAS.MUJERES……………………...105 4.1. Hábito de denuncia………………………………………………………………..109 4.2. Cultura-educación…………………………………………………………………116 4.3. Género-moral………………………………………………………………………120 4.4. Intervención psicológica………………………………………………………….125 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES…….…………………………………129 GLOSARIO……………………………………………………………………………..134 REFERENCIAS………………………………………………………………………...139 III FIGURAS, GRÁFICAS, TABLAS FIGURAS Figura 1. Factores que se interrelacionan en el género……………………………..11 Figura 2. Elementos que integran a la sexualidad humana…………………………22 Figura 3. Elementos constitutivos de la personalidad…………………………….…23 Figura 4. Factores que influyen en la construcción de la sexualidad………………25 Figura 5. Dimensiones de la sexualidad humana……………………………….……28 Figura 6. Cultura interna y cultura externa……….…………………………………...31 Figura 7. Primera función de la cultura, relación de aspectos de una ………….sociedad……..………………………………………………………………...32 Figura 8. Segunda función de la cultura, estructura, estabilidad y seguridad ………….de grupo……………………………………………………………………….33 Figura 9. Componentes de las actitudes sociales……………………………………39 Figura 10. Funciones de las actitudes en la personalidad…………………………..40 Figura 11. Factores que influyen en la vida cotidiana……………………………….44 Figura 12. Principios fundamentales de los Derechos Humanos…………………..60 Figura 13. Resistencia ante el poder..………………………..…………………….…65 Figura 14. Dimensiones del hostigamiento sexual….……………………………..…68 Figura 15. Reacciones que se presentan en víctimas de violencia sexual………..69 Figura 16. Surgimiento de la violencia en el eje horizontal y vertical………………82 Figura 17. Agresiones a las que las mujeres son propensas de sufrir en el…………...transporte.público de la Ciudad de México………………………………92 Figura 18. Normatividades que protegen la igualdad de género y los derechos ….……..….de las mujeres…………………………………………………………….110 Figura 19. Proceso perceptual de la violencia de género en el transporte …………...público………………………………………………………………………113 Figura 20. Proceso de observación-denuncia…..…………………………………..115 Figura 21. Elementos fundamentales de la persuasión……………………………119 IV Figura 22. Tres niveles de desarrollo moral de Carol Gilligan en la acción …………...social en contra de la violencia de género en el transporte público....122 Figura 23. Elementos de acción social………………………………………………124 GRÁFICAS Gráfica 1. Tipos de violencia más comunes que se presentan contra la mujer…..56 Gráfica 2. Porcentaje de mujeres violentadas que solicitaron ayuda en 2013……57 Gráfica 3. Razones por las que la mujer no denuncia actos de violencia .................hacia su persona…………………………………………………………….58 Gráfica 4. Usuarios del metro en la Ciudad de México por rango de edades …….……..entre 2009 y 2010…………………………………………………………..88 Gráfica 5. Usuarios del Metrobús en la Ciudad de México por rango de edades …………...entre 2009 y 2010…………………………………………………………..89 Gráfica 6. Demanda del transporte público de la Ciudad de México de acuerdo …………...al nivel socioeconómico entre 2009 y 2010……………………………...90 Gráfica 7. Ocupaciones de usuarios del transporte público de la Ciudad …………..de México entre 2009 y 2010………………………………………………91 Gráfica 8. Manifestaciones de violencia más frecuentes en el transporte.público …………..de la Ciudad de México en 2009……..……………………………………93 Gráfica 9. Casos atendidos de violencia contra la mujer en 2012………………….94 Gráfica 10. Personas víctimas, responsables y edades en el Metro en 2012…….95 Gráfica 11. Casos reportados por abusos a la mujer en los transportes …………....públicos (2007-2009) ……………………………………………………...96 TABLAS Tabla 1. Cultura y roles de género…………………………………………………..…34 Tabla 2. Transportes públicos más inseguros del mundo…………………………..84 Tabla 3. Modo de acción social……………………………………………………….108 V SIGLAS CONAPRED Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación CNDH Comisión Nacional de los Derechos Humanos DIF Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia INEGI Instituto Nacional de Estadística y Geografía INMUJERES Instituto Nacional de las Mujeres OMS Organización Mundial de la Salud ONU Organización de las Naciones Unidas PGJ Procuraduría General de Justicia SCT Secretaría de Comunicaciones y Transportes VI RESUMEN La presente investigación contempla la construcción sociocultural histórica que se ha presentado en relación con la violencia de género en contra de la mujer que se desarrolla en la realidad social mexicana (y más específicamente en la violencia de género que se presentan en el transporte público de la Ciudad de México). Se contemplan los factores de la concepción de la jerarquización social, dominación y la relación de poder que se desarrollan por parte de los hombres en contra de la mujer y que dan pauta al origen y presencia de la violencia de género para “legitimar” su dominación y poder. Se lleva a cabo un análisis de la composición del género, sexualidad, vida cotidiana, tiempo y el papel de la cultura para construir la noción de género dentro de las personas. Se lleva a cabo un análisis de las consecuencias y repercusiones que la violencia de género tiene en las mujeres usuarias del transporte público de la Ciudad de México, así como los principales índices de actos y lugares donde se presenta la violencia de género en contra de la mujer. Se promueve una acción social ligada al hábito de denuncia, cultura-educación y género-moral para afrontar la violencia de género. Además, se analiza y promueve el papel que el psicólogo social tiene en la intervención social para afrontar y brindar soluciones de cambio ante la violencia de género en contra de la mujer en el transporte público de la Ciudad de México. Palabras clave: violencia de género, construcción sociocultural, cultura, educación, transporte público, género, mujer, dominación, jerarquización social, relaciones de poder. VII ABSTRACT The present investigation contemplates the historical sociocultural construction that has been presented in relation to gender violence against women that takes place in the Mexican social reality (and more specifically in the gender violence that occurs in the public transport of the Mexico City). The factors of the conception of the social hierarchy, domination and power relation that are developed by men against women are contemplated and that they give a pattern to the origin and presence of gender violence to "legitimize" their domination. An analysis of the power relation, composition of gender, sexuality, daily life, time and the role of culture to build the notion of gender within people is carried out. An analysis is carried out of the consequences and repercussions that gender violence has on women users of public transport in Mexico City, as well as the main indices of acts and places where gender-based violence against women is presented. woman. Social action is promoted linked to the habit of denunciation, culture-education and gender-moral to confront gender violence. In addition, it analyzes and promotes the role that the social psychologist has in the social intervention to face and provide solutions to change gender violence against women in public transport in Mexico City. Keywords: gender violence, sociocultural construction, culture, education, public transport, gender, women, domination, social hierarchy, power relations. 1 INTRODUCCIÓN El ser humano es un ser social por naturaleza, un ser que interactúa con los demás miembros de la comunidad en los distintos campos de encuentro social de su vida cotidiana. Esta interacción ocurre como parte de una serie de características de la realidad social existente, sus características, capacidades y condiciones se impregnan de sentido, relación y de valor social; de ello, resulta la tensión y el equilibrio permanente entre lo que es individual y sociocultural (Vázquez, 2008). De este modo, los diferentes tipos de interacciones sociales del ser humano no se limitan solamente a una relación de dos personas, sino que también ésta se presenta en los diversos grupos y escenarios sociales que, a la vez, son espacios de socialización de la vida diaria como: la escuela, el trabajo, la familia o simplemente al utilizar un medio de transporte. En este tenor, el transporte público, como un lugar de encuentro y convivencia social, es un canal de vinculación y relación social entre las personas, representa un espacio donde la interacción y desenvolvimiento social se puede distorsionar y convertir en una forma de violencia de género contra las mujeres. La violencia de género que se presenta en contra de las mujeres en el transporte público de la Ciudad de México (camiones, metro, o metrobús), no se limita única y exclusivamente a la presencia de una violencia física, representada por la invasión del espacio personal, al tocar, sujetar, manosear, acariciar o presentar diferentes tipos de rozamientos; sino también, de forma verbal e incluso visual, lo que afecta de manera psicológica a las mujeres a corto y a largo plazo; inclusive, en varias ocasiones, se llega a modificar la manera de pensar y hasta su propia conducta, lo cual las encasilla, las condiciona, las limita y termina por orillarlas a desenvolverse de una forma socialmente estereotipada: dejan de hacer cosas que representen una vía para ser objetos de violencia de género, tales como: salir a altas horas de la noche o usar cierto tipo de ropa, esto para no ser víctima de hechos de violencia,los cuales han estado impactando directamente su forma de vida, comportamiento y autoconfianza. 2 Ante la violencia de género —originada debido al desarrollo del dominio, jerarquización social y relaciones de poder que el hombre presenta en contra de la mujer como una construcción sociocultural histórica— el Gobierno de la Ciudad de México ha implementado diversos programas de transporte público exclusivo para mujeres (donde se separa a las mujeres de los hombres), medio que se ha enfocado simplemente en desaparecer la interacción entre éstos, pero no ha sido una estrategia para eliminar el verdadero génesis del problema: el comportamiento del hombre hacia la mujer, lo que prevendría este modo de conducta que algunos hombres tienen con las mujeres en el transporte público de la Ciudad de México. Debido a ello —más allá de abordar el problema desde una perspectiva de infraestructura— se debe de abordar y atacar el problema de raíz, promover una cultura y una forma de pensar respetuosa entre la sociedad mexicana con las mujeres para que, paulatinamente, se modifique la manera de pensar, percibir y de comportarse por parte de los hombres hacia las mujeres, con lo cual se genera una ideología de igualdad y respeto entre hombres y mujeres. De este modo, se plantea una estrategia de acción social (que puede ser aplicada por medio de diversas políticas públicas) por medio de 3 factores importantes en la vida de una sociedad: el hábito de la denuncia, mediante el impulso de una cultura de denuncia y de ayuda al prójimo, la cual no se encuentra inmersa en la población mexicana; la cultura, a través de la promoción de una ideología de igualdad y respeto de los diversos derechos humanos en las escuelas, para que los niños vayan estructurando y construyendo una ideología distinta entre los estándares de género presentes en la sociedad mexicana, aunado a la difusión de igualdad entre hombres y mujeres dentro de los diversos ámbitos de la vida social mexicana. El último punto de la propuesta, una estrategia de acción social para afrontar, disminuir y evitar los hechos de violencia de género en el transporte público de la Ciudad de México en contra de la mujer. La conducta moral, a través de la cual se pueda construir y promover una ideología de pluralidad, empatía y ayuda al prójimo, donde el apoyo y la ayuda a las mujeres víctimas de violencia de género sea un estilo de vida y comportamiento en la vida cotidiana. 3 La presente investigación se desarrolla en 4 capítulos; en el primero se analizan los factores psicosociales en la construcción del individuo, tomando como eje central la concepción y determinación de género, sexualidad, cultura, actitud y vida cotidiana. Todo ello para tener un entendimiento completo de la construcción social del pensamiento relacionado al género y de las dimensiones de concepción de identidad y roles de género que se presentan en la sociedad mexicana. En el capítulo segundo se aborda la perspectiva de la violencia de género en la realidad social mexicana, al considerar elementos que se presentan en la convivencia diaria social mexicana. Se tratarán los conceptos de violencia, espacios donde se presenta con más frecuencia, los tipos de violencia de género y el papel que mantienen los derechos humanos y los medios de comunicación en vías de promover y, en su caso, limitar, combatir e intervenir en la aparición de la violencia de género en contra de la mujer en la sociedad mexicana. En el capítulo tercero, se desarrolla la violencia de género –considerado como eje central– como un fenómeno sociocultural histórico ligado al ejercicio del domino, a la influencia y a la jerarquización del poder del hombre en contra de la mujer que se presenta en los diversos escenarios de encuentro y convivencia social; más específicamente en el transporte público de la Ciudad de México, que muchas veces se origina debido a la presencia de violencia y jerarquización social en las familias patriarcales en México. Se presentan datos estadísticos, apoyados por gráficas y estadísticas, que permiten tener un conocimiento más amplio, pleno y real de las condiciones de presencia de la violencia de género en este espacio de encuentro social; además de la exposición de algunas medidas adoptadas y desarrolladas por parte del gobierno de la Ciudad de México para afrontar la problemática ligada al género que se presenta en el transporte público. Se plantean los diversos tipos de medidas implementadas por parte del gobierno en vías de prevenir la violencia, así como la influencia de la violencia de género en la vida cotidiana de las mujeres usuarias del transporte público. 4 Finalmente se contemplan y analizan las repercusiones psicológicas que desarrollan las mujeres víctimas de violencia de género en el transporte público de la Ciudad de México y sus implicaciones en la vida cotidiana. El capítulo cuarto aborda la propuesta de intervención y acción social para prevenir la violencia de género contra las mujeres usuarias del transporte público de la Ciudad de México, tomando como ejes fundamentales de acción social: el hábito de la denuncia, la cultura-educación y el género-moral, para lograr una intervención comprometida para afrontar la problemática de construcción sociocultural histórica que se ha presentado con la dominación y jerarquización del poder ligada a la violencia de género como parte de la relación de algunos hombres sobre las mujeres. Cuando se presenta un acto de violencia en contra de la mujer, se promueve la aplicación de un proceso de observación-denuncia, así como los elementos fundamentales del proceso perceptual para percibir actos de violencia y actuar para afrontarlos. Se exponen los elementos primordiales de la persuasión para incentivar el hábito de la denuncia; además de los tres niveles del desarrollo moral de Carol Gilligan para fomentar dentro de la población mexicana los patrones morales de convivencia mutua para ser más empáticos y ofrecer ayuda a las mujeres cuando se presenten hechos de violencia de género. Además se plantea el rol y compromiso principales que el psicólogo social tiene para con la sociedad en vías de intervenir, trabajar, organizar y promover una ideología de modificación de los patrones de pensamientos de superioridad que algunos hombres tienen en relación con la mujer y, de este modo, trabajar en la intervención paulatina del problema de jerarquización y dominio ligado al poder como una construcción sociocultural histórica que se presenta por parte del hombre hacia la mujer; trabajar en la difusión de una cultura y sociedad fuertemente ligadas a los patrones y estándares de igualdad, equidad, respeto, convivencia y desarrollo pleno de la sociedad mexicana en relación con la mujer. De este modo, por medio de la presente investigación, se pretende promover y emprender una acción de intervención y concientización social comprometida con 5 las problemáticas y hechos relacionados a la violencia de género que se presenta en el transporte público de la Ciudad de México, para difundir, dentro de la población mexicana, el respeto entre hombres y mujeres por igual. En la presente investigación se plantea la promoción de una igualdad, equidad y desarrollo pleno de las mujeres usuarias del transporte público para, de este modo, lograr actuar en la promoción y difusión de una relación de convivencia respetuosa entre hombres y mujeres; además, llegar a promover y alcanzar un desenvolvimiento social pleno –libre de barreras– por parte de las mujeres, sin violencia, lo que permitiría alcanzar una convivencia pacífica y una vida tranquila de todas las mujeres usuarias del transporte público de la Ciudad de México. 6 CAPÍTULO 1. FACTORES SOCIALES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL .……………….INDIVIDUO A lo largo desu vida, los seres humanos, como individuos sociales, van conjuntando e intercambiando diferentes interacciones, pensamientos, conductas, actividades, hábitos, costumbres y acciones con los demás miembros de la sociedad a la cual pertenecen. Si consideramos la interacción social que se da por parte de los individuos de una sociedad determinada, ésta conlleva la implementación de ciertas ideas, pensamientos, actividades, acciones o simbolizaciones de diversos hechos y actividades desarrolladas en la vida diaria. Formados socialmente por parte de ciertos individuos, las ideas y pensamientos encausan y dirigen su accionar en una sociedad determinada, el autoconcepto del individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo social, va determinando su identidad social (Bundy, 2001), tal es el caso del género, dicho por Money (1955) como lo que se ha entendido como hombre y como mujer, lo cual se relación más con características biológicas de machos y hembras que con un aprendizaje sociocultural. Así, se puede decir que el género representa una división-separación construida desde lo social, que simboliza una fragmentación originada por el sexo, la cual está encausada a determinar el accionar, desenvolvimiento y forma de pensar de sus individuos; por ello, el género representa una simbolización que todos los seres humanos hacen tomando como referencia las diferencias sexuales que sus cuerpos poseen (Lamas, 2002). De este modo, la producción y normalización de los masculino y lo femenino junto con las formas hormonales, cromosómicas, psíquicas y performativas se presenta en el concepto “género” (Butler, 2006); así, la noción de género se construye debido a una fragmentación, influencia y estandarización desde lo social, que fomenta, difunde y desarrolla los estándares socialmente estereotipados y asignados para cada persona, con base en el sexo natal. 7 Cuando los seres humanos interactúan con una sociedad determinada, se va desarrollando la conciencia de ser un individuo distinto a los demás, el denominado self existencial; se adquiere el self sexual, la autocategorización como hombre y mujer y junto con éste, el self de género. Así, la división biológica que se presenta considera las diferencias reproductivas, mas no actitudinales, normativas, conductuales o de roles, sino que éstas son producto de la asignación social que se le da a las mujeres y a los hombres (Lagarde, 1996). O sea que con el género se comprenden las diferencias construidas socialmente sobre lo que es ser hombre o ser mujer; de este modo, la sociedad es la principal condicionante del desenvolvimiento, desarrollo y atribuciones que se le da a los hombres y a las mujeres, puesto que, de esta manera, promueve la noción y el enfoque de género dentro de los individuos. Por medio de la aplicación de diversos tipos de estándares, ideas, conductas, hábitos, costumbres y percepciones construidas desde el campo de lo social se va estructurando una división entre hombres y mujeres, la cual modifica y repercute en la percepción que los individuos tienen de ésta; a partir de la que crea una percepción de superioridad de unos sobre los otros, hecho que ha repercutido en la forma de pensar que el hombre tiene de la mujer. Y es justamente esta percepción la que se ha formado, tomando fuerza, desarrollado e influido a los individuos de la sociedad a través de diversos campos de formación psicosocial en la construcción de la identidad, la forma de comportarse y pensar de los sujetos de una sociedad determinada. Por ello, a continuación, se desarrollan los factores de entendimiento social en la construcción del individuo y su implicación en el papel que juegan en la sociedad. 1.1. Género Desde la niñez, la sociedad va modificando y estructurando el pensamiento, conducta y personalidad que se distingue entre hombres y mujeres, al considerar la diferencia sexual que es evidente. 8 Así el género es comprendido como la construcción social y cultural de las diferencias sexuales (Montecino, 2001), en el cual se condiciona el desenvolvimiento social de la persona y la encasilla en el cumplimiento de normas y reglas socialmente bien vistas por sus demás miembros. De tal manera, se puede decir que el género es la construcción social de la diferencia sexual que es anatómicamente evidente, la cual determina que, a partir del nacimiento de cada ser humano, se deberán seguir ciertos patrones de conducta y desenvolvimiento social determinadas, lo que los encasilla en roles sociales implantados y condiciona su desarrollo e interacción social, como si de una etiqueta o condicionamiento social se tratase. De este modo, desde el momento cuando los seres humanos nacen, la sociedad misma comienza a generar una serie de diversas expectativas acerca de los patrones que debe de presentar, ser y hacer el individuo como nuevo miembro; para lo que consideran, como base fundamental, los rasgos biológicos entre hombres y mujeres. Así la sociedad va desarrollando e implantando diversos procesos y actividades que pueden llegar a garantizar que los hombres se comporten como hombres y las mujeres como mujeres. Desde un ámbito psicológico, la noción integradora del género contempla las aproximaciones de las leyes generales que el comportamiento humano desarrolla, tomando como ejes principales la diversidad existente de factores experienciales, sociales, biológicos, culturales o políticos. De acuerdo con Money (1955), todas las personas nacen como seres sexuados, a partir de la apariencia de los órganos genitales. Así el género es el que nos clasifica y etiqueta como seres masculinos o femeninos, lo que nos va marcando la pauta para la adquisición de nuestra identidad propia. Entonces, el género es una construcción social que se va gestando con base en la interacción social de los individuos, que asigna funciones y roles sociales específicos, mediante los cuales, se van entendiendo las diversas conductas de los 9 hombres y las mujeres en la esfera social en la cual se desenvuelvan (Carrillo, 2009). De esta manera, el género (como un concepto de construcción social) comprende características específicas de cada cultura, las cuales van cambiando con el paso del tiempo y se van aprendiendo y aceptando a partir de la interacción que se tiene con los diversos miembros de la sociedad determinada. Por ello, la sociedad en su conjunto representa una fuente inagotable de influencia para desarrollar y promover las diferencias del género, ya que la adquisición de éste va siendo edificada por medio de la observación, imitación y reforzamiento diferencial, por niños y niñas para poder aprender a comportarse de acuerdo con el grupo social al que pertenecen (Lagarde, 1996), introyectando de este modo las diversas actitudes, roles sociales, conductas y comportamientos atribuidos socialmente al ser mujeres u hombres. Justamente es en este punto de encuentro entre individuo y sociedad, donde las diferencias de género se construyen y tienen un significado como una simbolización cultural y como una construcción de estereotipos, la cual rige el orden social existente, desarrollados a partir de la diferencia sexual. De acuerdo con Lamas (2002), el género es el conjunto de ideas, representaciones, hábitos, prácticas y prescripciones sociales que se elaboran a partir de la diferencia anatómica entre los sexos. Es lo que la sociedad considera apropiado presentar en los hombres y lo propio de las mujeres; esto se va reproduciendo mediante costumbres y valores que han sido inculcados desde el nacimiento y la crianza, además de reforzarse con el lenguaje y la cultura. Así, la noción del género va demostrando el orden cultural y las percepciones e ideas que se tienen acerca de las mujeres y de los hombres, ideas que se edifican desde el campo y punto de vista socialesy no desde el biológico; lo que rige y condiciona la conducta y forma de pensar de los individuos. Por ello, de acuerdo con Butler (2006), el género puede ser entendido como una improvisación en un escenario constructivo, en el cual, no se va construyendo en 10 soledad, sino que, ciertamente, se va construyendo con o para otro, es decir, con relación a la percepción, al deseo y al desenvolvimiento que se tiene frente al otro en un escenario de encuentro social determinado. Desde este punto de vista, el género puede ser percibido como una construcción del deseo y de reconocimiento frente al otro, el deseo de ser mejor, de ser más fuerte o superior que el otro. Debido a esto, se puede decir que el deseo va muy ligado al reconocimiento, ya que justamente el deseo es siempre un deseo de reconocimiento y que cualquier persona se constituye como ser social viable únicamente mediante la experiencia y percepción del reconocimiento social (Butler, 2006). De este modo, el género y la violencia que se presentan en relación con éste puede ser desarrollada debido a la necesidad que se tiene de un reconocimiento y un estatus social mayor por parte de los hombres. Como construcción y limitación cultural para con los individuos de una sociedad determinada, el género va demostrando un camino determinado a seguir por hombres y mujeres; encausa y modifica sus ideas y patrones de conducta para adaptarse al ámbito social. Debido justamente a la interacción cultural y social, se puede confundir y brindar un sentido erróneo al horizonte de igualdad, al brindar, promover y desarrollar diversos tipos de estereotipos sociales de conceptualizaciones de dependencia de la mujer para con el hombre, lo que las encasilla como complementarias a ellos y las limita a realizar diversas actividades que son vistas única y exclusivamente como actividades masculinas, lo que de cierta manera ejerce una discriminación, segregación, separación y violencia simbólica contra de las mujeres. Como entes biológicos, en los seres humanos —al momento de la gestación y nacimiento— no existe una esencia femenina o masculina, ya que psíquicamente son iguales; más bien, la esencia misma de la persona se va estructurando a partir de la falta, y esa fuerza innata que es el libido se orientará con frecuencia hacia un cuerpo femenino o masculino a partir de un complejo proceso inconsciente (Lamas, 1996); de este modo podemos decir que la división y encasillamiento de los géneros la va construyendo la sociedad misma con los hechos cotidianos, no la naturaleza. 11 Por lo tanto, se puede decir que la construcción, asignación y adopción de determinadas identidades de género, que la sociedad misma presenta para con sus miembros, cobra una mayor importancia que la dada por la naturaleza a través de la estructura biológica; pues es exactamente la sociedad la cual, por medio de promoción de la división y segregación, construye y difunde la discriminación mediante la promoción de las diversas actividades y roles sociales ligados al género. Por eso el género es una estructura social en la que se van presentando e interrelacionando tres factores determinantes, los cuales son: la asignación de género, la identidad de género y el papel de género (Lamas, 2002), así como lo muestra la figura 1. Figura 1. Factores que se interrelacionan en el género Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Lamas (2002). La figura 1 expone la forma como el género se va construyendo en el ser humano (asignación de género); es decir, se asigna de acuerdo con el sexo que presente el individuo, seguido por la estructuración de su experiencia vital (identidad de género) y por las actividades que desempeña en una sociedad determinada (papel de género). Género Asignación de género Identidad de género Papel de género 12 1.1.1. Asignación de género De acuerdo con lo mencionado por Marta Lamas (2002), la asignación-atribución de género se realiza cuando nace el bebé. En ese momento, la apariencia puede estar en contradicción con la carga cromosómica, y si no se detecta esta contradicción, o no se prevé su resolución y tratamiento, se pueden llegar a generar graves trastornos. Es justamente en el momento del nacimiento cuando los padres, por primera vez, atribuyen y van determinando ciertas características a su hija o hijo; aunque éstas se basan únicamente en la apariencia física del recién nacido, pueden limitar su desenvolvimiento y accionar en la esfera social a la cual pertenecen. Para Pablo Fernández (1998), con el nacimiento de una persona se inicia un proceso de construcción social, en el cual la sociedad enseña al nuevo ser humano los diversos patrones de comportamiento de acuerdo con el género al que pertenece, lo que encamina y fomenta un cierto desenvolvimiento social desde una muy temprana edad. Dentro de los individuos que la componen, la sociedad misma es la que origina, desarrolla, promueve y difunde las diversas normas, responsabilidades, obligaciones, privilegios, hábitos, conductas, tradiciones, costumbres, oportunidades, comportamiento, cualidades y desenvolvimientos que los individuos deben de presentar; esto debido al proceso que ha permitido la implantación de perspectivas y pensamientos percibidos como deseables para presentarse tanto en los hombres como en las mujeres. Debido a ello, la asignación de género responde a un orden jerárquico socialmente implantado, tal y como lo menciona Money (1955), lo que desarrolla la identidad de género que presentan las personas. La asignación de género puede ser percibida como la apertura de caminos nuevos y diferentes hacia una sensación de seguridad, afirmación y satisfacción, pero también puede ser reducida a lo meramente relacionado con lo femenino (Basaglia, 1976). De este modo, se plantea el desarrollo de la aplicación de la asignación de género a la concepción simbólica del estudio de las características asignadas 13 socialmente a las mujeres y a los hombres de una sociedad determinada, de las actitudes que presentan y del lenguaje. Todo ello a partir de la diversidad y el respeto continuo de las diferencias entre hombres y mujeres y la igualdad de género entre ellos. 1.1.2. Identidad de género De esta manera, de acuerdo con lo mencionado por Lagarde (1996), la identidad se refiere al conjunto de pensamientos y afectos que los otros individuos y el sujeto tiene sobre su vida, sobre los otros y el mundo. La identidad de género se va edificando a la edad en la que el niño va adquiriendo el lenguaje, ya que las niñas y niños participan activamente en el proceso de interacción interpersonal que, a través del lenguaje, va siendo regulado por los diversos estados emocionales y características propias que se presentan y desarrollan en el contexto determinado; esto permite construir el camino biopsicosocial que dará origen a la identidad de los individuos determinados (Rosenberg, 1996). Es justamente en esta identidad, donde el niño estructura su experiencia vital; el género al que pertenece lo hace identificarse en todas sus manifestaciones: sentimientos o actitudes de niño o de niña, comportamientos, actividades, etc.; después de asumir la identidad de género, un niño se sabe y asume como perteneciente al grupo de lo masculino o una niña a lo femenino al vincular todas sus experiencias futuras con ese patrón (Lamas, 2002). Después de este evento, es muy difícil que se cambie esa identidad básicamente por las presiones, normas, leyes y costumbres socialmente impuestas. Cuando un niño empieza a relacionarse con otros niños de su propio sexo, comienza a introyectar ciertas actitudes, conductas, pensamientos y reacciones; desarrolla ciertos gustos y emprende determinadas actividades que socialmente van siendo ligadas a su género. Por ello, la identidad y la consciencia de lo que son ypresentan los individuos, va organizando las creencias, capacidades y las conductas en la sociedad 14 determinada. La identidad se muestra por las primeras representaciones cognitivas construidas mediante el proceso de interacción y aprendizaje, las cuales construyen quiénes somos y cómo debemos de comportarnos. Cuando la identidad va siendo construida, las personas van utilizando recursos psicológicos para lidiar con su propia identidad, al considerar la disociación (cómo se ve y se escucha el individuo desde fuera), la asociación (cómo se siente el individuo) y la meta de comunicación consigo mismo (el habla), para construir, de este modo, su seguridad y estabilidad ontológica que le ayuda a desenvolverse plenamente en la sociedad. La identidad, siguiendo lo mencionado por Lagarde (1996), está conformada por las diversas significaciones culturales aprendidas y por las creaciones que el sujeto realiza sobre su experiencia a partir de ellas. De este modo, podría decirse que la complejidad cultural impacta sobre la complejidad de la identidad de los diversos individuos que la integran. La identidad va tomando en consideración la experiencia para desarrollarse por parte de los individuos, ya que la experiencia les brinda los elementos fundamentales y necesarios para comprender el rol que éste tiene en relación con su ser y su existir, sin dejar de considerar los hechos de identidad que en algunas ocasiones promueven una jerarquización negativa entre hombres y mujeres; aunado a los ámbitos sociales, sexuales, culturales y hasta económicos. Muchas de las actividades y gustos que se le atribuyen al sexo masculino o femenino —por ejemplo, el color rosa y jugar a las muñecas para las mujeres y el color azul; jugar al futbol para los hombres— son la expresión más clara de la construcción social de las percepciones ligadas al sexo, las cuales promueven estereotipos, normas, gustos y hábitos que los sujetos van adoptando dependiendo de su género. Aunque no imposible, estos rasgos son difíciles de cambiar debido a la presión que existe socialmente hablando. La influencia social es un punto determinante en la construcción de la percepción del género, ya que en ella intervienen una multitud de 15 variables de todo tipo (cognitivas, multinacionales, sociales, etc.); el individuo reacciona de forma compleja a una situación compleja: la influencia social se sitúa a un nivel donde los determinantes de la conducta pueden actuar simultáneamente (Ovejero, 2007); ello promueve una influencia y determinante social que, muchas veces, el individuo adopta como propias. Lo que determina la identidad, desenvolvimiento social y comportamiento tanto de hombres como de mujeres no es el sexo biológico como tal, sino más bien el hecho de haber adoptado y vivido desde una muy temprana edad las experiencias, costumbres, conductas, características, tradiciones, comportamientos y hábitos de alguno de los géneros. De esta forma, la identidad de género es la vivencia puramente psicológica y emocional obtenida y experimentada mediante un rígido proceso de identificación de pertenencia al sexo masculino o femenino. Aunque la identidad de género se adopta desde una temprana edad –al considerar las características, hábitos y costumbres presentadas tanto a los hombres como a las mujeres en una sociedad determinada– ésta representa una construcción no finalizada, ya que además de considerar diversos valores, tradiciones, costumbres y situaciones consumadas a través del tiempo las cuales se presentan de manera recurrente, también se tener en cuenta acontecimientos nuevos y de valorización de características inéditas. Por ello, la identidad de género se manifiesta como un elemento implantado y difundido socialmente hablando desde un ámbito cotidiano, persistente y recurrente, el cual se construye de expresiones y acciones nuevas; por tanto, las estructuraciones cotidianas de las relaciones de género se conforman en las familias y en la sociedad misma. Éstas participan activamente en la conformación de las jerarquías, poderes y funciones características —los cuales son empleados como mecanismos lineales y estructurados de la desigualdad, segregación y diferencia social— de hombres y mujeres (Cazés, 2000). Así pues, por medio de la identidad de género se adquieren las características y atribuciones hacia las personas. Al asumir la identidad de género, los niños adoptan, a la vez, las atribuciones que se van construyendo socialmente respecto a la 16 pertenencia de género. De este modo, al modificar el panorama y desenvolvimiento de la identidad de género, se presenta una vía de cambio para construir una sociedad equitativa, de respeto y de igualdad entre hombres y mujeres. 1.1.3. Papel de género Al implementar una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva, se va formando el papel de género por medio del conjunto de normas y prescripciones que dicta la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino y masculino (Lamas, 2002). Desde este enfoque, se entiende el cómo se va estructurando el papel de género, teniendo en consideración que las mujeres son las quienes deben realizar las actividades y labores de crianza de los hijos, cuidado del hogar y de servicio al hombre; mientras que éste último, es quien asume el rol de proveedor. Así se va componiendo, originando y estereotipando a los hombres y a las mujeres a seguir ciertas normas, costumbres, conductas, pensamientos, hábitos, características, comportamientos y actividades bien vistas y socialmente aceptadas tanto para unos como para otros. Al considerar el rol del papel de género, éste depende del sexo al que pertenezca el individuo. Representa la suposición compartida acerca de determinados humanos; es decir, la asociación de lo masculino y lo femenino, tras considerar las características sociales de lo masculino (como la autonomía, el dominio, la orientación al logro, fuerza, carácter y resistencia) mientras tanto a lo femenino se asocia la sumisión, el afecto, ternura, dedicación, protección, la necesidad de ayuda y la adhesión (Arango, 1995). Así lo que se desenvuelve socialmente para lo masculino y lo femenino representa el papel dado a los individuos, tal y como lo menciona Vallejo (Vallejo, 2004) el papel de género es la creencia, las expectativas y atribuciones sobre cómo es y se comporta cada género en la sociedad determinada sociedad. El papel de género conduce, de manera específica y organizada, a ciertas suposiciones sobre la forma como se comportará la gente en el medio social en el 17 cual se desenvuelven. Una vez que estas expectativas son aceptadas y adoptadas de manera generalizada, comienzan a funcionar como ciertos estereotipos ligados a la percepción de género. De esta manera, el papel de género juega un rol importante y, muchas veces, determinante en la sociedad, ya que en los ámbitos laborales, sociales o académicos se ejerce una discriminación hacia la mujer por motivo del género para poder acceder a un trabajo visto socialmente dirigido única y exclusivamente al sexo masculino (es el caso de las ingenierías o construcción); sin embargo, esta discriminación o rechazo de género también se presenta en los hombres, a quienes se les encasilla en roles afeminados si realizan actividades socialmente percibidas e impuestas a la mujer: lavar la ropa, planchar, hacer el aseo de la casa o cocinar. Así las mujeres con frecuencia se les consideran pasivas, ilógicas, emocionales, dependientes, subordinadas, sumisas, delicadas y maternales; mientras tanto, a los hombres se les contempla con nociones predominantes tales como ser dinámicos, asertivos, fuertes, no emocionales, lógicos, temperamentales, independientes, rígidos, competitivos, objetivos y activos en las diversas actividades que realiza diariamente.De tal forma, el papel de género es una construcción social integrada de normas, hábitos, costumbres, conductas, tradiciones, gustos, comportamientos o actividades, las cuales, van determinando lo que la sociedad quiere implantar en los individuos que la componen con base en el género, van determinando lo que la sociedad acepta y quiere observar, percibir, adoptar y, muchas veces, preservar de un hombre y de una mujer. De acuerdo con Bustos Romero (1994), desde la adopción de los papeles de género, se va creando una discriminación, segregación y desigualdad social entre hombres y mujeres. De este modo es que la construcción social implementada de los masculino y de lo femenino marca estereotipos muchas veces rígidos, que condiciona roles y desenvolvimientos sociales, lo que limita las potencialidades humanas a tener que ajustarse a comportamientos adecuados dependiendo del género al que pertenezcan. 18 De cierta manera, a través del tiempo las forma de comprender y percibir al papel de género están cambiando, esto debido a que de acuerdo con Gabriela Arango (1995), los estereotipos de feminidad y masculinidad asignados como modelos rígidos que obligaban a actuar, comportarse, vestirse y hasta de arreglarse de cierta manera, están cambiando paulatinamente. Esto ha permitido que las mujeres, poco a poco, hagan y se involucren más en las diversas actividades que socialmente han sido atribuidas al género masculino: pintar, trabajos considerados pesados, arreglar cosas o utilizar herramientas. La mayoría de las características atribuidas diferencialmente sólo a las mujeres o a los hombres tiene poco o nada que ver con el sexo biológico, ya que son meramente construcciones sociales convencionales que se han convertido, a través del tiempo, en estereotipos sociales por medio de los cuales las personas elaboran juicios morales o prejuicios generalmente negativos sobre lo adecuado o socialmente aceptado, lo correcto y lo que no lo es; por ello, pueden llegar a ser modificados (García, 2005). De este modo, el papel de género en nuestra sociedad —como elementos de la construcción social convencional promotores de estereotipos negativos— pueden ser modificados con la promoción, difusión y ayuda de una concientización social racional y responsable, encaminada a generar, difundir, promover y desarrollar una empatía e ideología de comunidad y convivencia social respetuosa de las diferencias biológicas y de las características propias de cada individuo de la sociedad mexicana. 1.1.4. Perspectiva de género Como una construcción de perspectiva social, el género va determinando un reconocimiento de diferencia sexual y una diferencia determinada por diversas ideas, conductas, hábitos, costumbres, acciones, tradiciones, comportamiento, actividades y atribuciones sociales que se van construyendo en el tiempo, a partir principalmente de la diferencia sexual de los individuos que integra a la sociedad determinada. 19 A lo largo del mundo, los movimientos y organizaciones feministas, organizaciones ciudadanas y diversos organismos públicos e internacionales, se presentan con una visión plural, organizada, consciente, comprometida, explicativa y alternativa del acontecer en el orden de los géneros. De este modo, a la visión —encausada hacia la acción institucional social y civil— se le conoce como perspectiva de género. La construcción del género, cimentada desde un ámbito social, implica sufrimiento, dolor, humillación y desprecio, la dificultad para entender la diferencia es muchas veces mal traducida a vincularla con un criterio de superioridad o inferioridad (Lamas, 2002). La comprensión, análisis, organización, debate y entendimiento que se debe poseer acerca de la comprensión del género, representa una sólida columna ante la igualdad de hombres y mujeres, ya que al comprender el género permite visualizar a la humanidad y a cada quien en su dimensión biológica, psicológica, histórica, política, económica, social y cultural Así como hallar cierto tipo de explicación y diversas líneas de acción social para lograr aportar soluciones viables ante los diversos tipos de desigualdades e inequidades que enmarcan y determinan al presente (Menache, 2005). De este modo, se presentan diversas dificultades para llegar a poseer una equidad entre hombres y mujeres, pues el ser humano por naturaleza va estructurando y jerarquizando ideas de diferencia basadas en la inferioridad o superioridad; se puede percibir que al ser humano le cuesta mucho trabajo construir un patrón de diferencia que sea equitativo para ambas partes. La falta de una cultura de igualdad y equidad de género que regule la buena convivencia entre hombres y mujeres, que esté ligada a los principios de respeto es, sin duda, una limitante para poder llegar a establecer y promover una sana relación —la cual vaya siendo aplicada desde la esfera familiar hasta la esfera social en los diversos escenarios en los que se desenvuelvan los individuos— entre ellos. Hay que considerar los ejes de género y sexualidad como pilares fundamentales del trato igualitario en la sociedad. 20 Así, la perspectiva de género tal y como lo menciona Cazés (2000), permite enfocar, comprender y analizar las diversas características que definen a hombres y mujeres de manera específica; así como sus semejanzas y sus diferencias. De este modo, pueden entenderse y explicarse el sentido de sus vidas, sus expectativas, sus oportunidades, las relaciones sociales entre ambos géneros, así como los conflictos cotidianos que deben enfrentar y las diferentes maneras como lo hacen. Aunque se asume una perspectiva de género adoptada desde lo social, es preciso mencionar que los estereotipos de feminidad y masculinidad asignados como modelos rígidos que obligaban a actuar, vestirse y arreglarse de cierta manera, ya están cambiando (Barbieri, 1986). Se puede lograr una adaptación en la perspectiva de acción, pensamiento y desenvolvimiento social que los hombres han presentado y tenido a lo largo del tiempo. Se están modificando las diversas reglas del trato interpersonal entre mujeres y hombres en el ámbito social, familiar y laboral, donde la mujer no tenía un estatus de igualdad; inclusive, se ha llegado a penalizar el hostigamiento y el acoso sexual en el trabajo y en la violación conyugal (Aguirre, 2006). Esto ha permitido el acceso de la mujer a prácticas y acciones de conducta mucho más abiertas, sin que éstas estén determinadas o influidas por las normas, estereotipos y estándares sociales vinculados al género. La perspectiva de género permite promover la posibilidad de definir la condición social de cualquier sujeto y entender que su construcción se apoya en la significación cultural de su cuerpo sexual o en la carta de deberes, responsabilidades y prohibiciones impuestas para vivir, además de la especialización vital por medio de la sexualidad. De este modo, un pilar y línea de entendimiento fundamental en las atribuciones que se le dan a un sexo y a otro son considerados firmemente para la construcción de la percepción de género que se tiene en los diferentes espacios y escenarios de la vida social humana: es decir, la sexualidad. Una de las principales violencias a las cuales las mujeres son propensas de sufrir en el transporte público de la Ciudad de México es justamente la violencia ligada a la concepción de lo sexual. 21 1.2. Sexualidad Para la construcción de su identidad única y particular, el ser humano, como miembro de un círculo social determinado, es influido por diversas ideas, acciones, características, costumbres, hábitos, tradiciones, representaciones, costumbres e identidades destinadas a él, dependiendo del sexo que posea. Sin embargo, de igual manera, su identidad está ligada al ámbito de la sexualidad, factor determinante de influencia el cual vacreciendo, promoviendo, gestando, originado y desarrollando, a lo largo de su vida. La sexualidad —como factor determinante en la construcción de la identidad de las personas que componen a una sociedad determinada— es entendida de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) como: un aspecto central del ser humano, el cual está presente a lo largo de su vida, abarcando al sexo, las identidades y los papeles de género, el placer, la intimidad, la orientación y la reproducción sexual; se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, hábitos, costumbres, tradiciones, valores, conductas, prácticas y relaciones interpersonales, influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales e históricos. Por lo tanto, la sexualidad va siendo construida con base en la forma como cada esfera social entienda el accionar del ser humano teniendo en cuenta las condiciones individuales del sujeto (fisiológicas y psicológicas), sus sentimientos, emociones y la vinculación de éstas con las demás esferas de la sociedad: escuela, trabajo, centros de entretenimiento y deportivos, transporte, etc. Así lo muestra la figura 2. 22 Figura 2. Elementos que integran a la sexualidad humana Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Benetti (2011). La figura 2 expone los elementos que integran la sexualidad humana, así como lo menciona Benetti (2011), los cuales son el sexo (representado por el campo íntegramente biológico del sujeto), el género (representado por todas las actividades, leyes, hábitos, costumbres, etc.), que son atribuidas y socialmente aceptadas a los sujetos según su sexo y el rol sexual, es decir el papel, comportamiento, conductas, hábitos, costumbres y actividades determinadas que se esperan de los sujetos en una sociedad determinada, implantadas por normas y costumbres sociales surgidas y realizadas en las distintas esferas de una sociedad determinada. De este modo, la personalidad es entendida de acuerdo a (Allport, 1987), como el resultado de la articulación dinámica de los aspectos psicológicos (intelectuales, afectivos, cognitivos y pulsionales) y biológicos (fisiológicos y morfológicos) característicos de cada persona, englobando costumbres, sentimientos, rasgos, creencias, expectativas, valores, conductas, estilos de conducta, constitución física, etc., y que le distinguen de las demás, tomando su estructura desde una organización dinámica en el interior del individuo, la cual, va estructurando sus diversos sistemas psicofísicos determinado su conducta, su pensamiento y comportamiento característico individual que lo va diferenciando de los demás Sexo (Biológico) Rol Sexual (Normas) Género (Social) 23 individuos de la sociedad determinada. La personalidad está compuesta por diversos elementos de tipo hereditario y ambiental, expuestos en la figura 3. Figura 3. Elementos constitutivos de la personalidad Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Allport (1987). La figura 3 muestra los elementos constitutivos de la personalidad de los individuos; considera al temperamento, contempla aspectos estáticos y dinámicos (morfología y fisiología), sexo y edad. El primero, toma como eje fundamental elementos característicos de la naturaleza emocional de un individuo, incluidos su susceptibilidad emocional, la fuerza de la velocidad con que acostumbran a producirse, originarse y suscitarse las respuestas determinadas; su estado de humor preponderante y todas las peculiaridades de fluctuación, modificación e intensidad en el estado de humor (Allport, 1987). Por su parte, el carácter es entendido como el conjunto de rasgos de personalidad, que pueden seguir presentándose con el paso del tiempo en los diversos escenarios de encuentro social, los cuales comprenden y promueven una importancia moral y social. El carácter se va formando desde la niñez y adolescencia, por medio de elementos y vivencias (tanto positivas como negativas) aunado a la presencia de Temperamento Inteligencia Status y Roles sociales Carácter 24 distorsiones, errores, experiencias traumáticas, así como de costumbres, vivencias positivas y satisfactorias. Todo ello se forma mediante la interacción social en los diversos escenarios de encuentro y desenvolvimiento social determinados de los individuos: el hogar, la escuela, los grupos de amistad, etc. (Allport, 1987). Otro elemento constitutivo de la personalidad de los individuos es la inteligencia, la cual es definida en (Hergenhahn, 1994), como la capacidad de comprender en entorno y utilizar ese conocimiento para determinar la mejor manera de conseguir unos objetivos concretos, de este modo. La inteligencia es suma herramienta que acciona el individuo para afrontar los diversos tipos de problemáticas que se presentan en su día a día con motivo de llevar a cabo sus actividades profesionales, escolares, laborales, sociales, etc. De modo que la inteligencia representa un factor determinante en la forma de ser, analizar, comportarse, desenvolverse y desarrollarse por parte de la persona en el escenario social en el cual se desenvuelva; deben considerarse los factores amenazantes que hacen que se presenten diversos problemas a afrontar y solucionar en la vida diaria de las personas. El último elemento constitutivo de la personalidad de los individuos es el estatus y rol social que desarrollan; esto debido a que la posición —o situación que viven actualmente los individuos en la jerarquía de prestigio en un grupo social determinado— da pauta a que se desarrolle una influencia directa en la personalidad. Debido a los estándares sociales promovidos e implementados de acuerdo con la posición y al papel determinado que desarrollan en la sociedad en la cual realicen sus actividades cotidianas (Silvaggio, 2014). Por ello, cuando se habla de sexualidad, se debe determinar, analizar y entender la personalidad de los individuos; se debe forjar el entendimiento completo de acción, habilidades, ejecuciones y desarrollo de ellos para lograr analizar y adentrarse en las diversas relaciones interpersonales, en los sentimientos más íntimos y profundos de los diversos individuos de una sociedad determinada y observar sus efectos en el desarrollo y autodesarrollo de todos los seres humanos. La sexualidad de todos los seres humanos es un elemento fundamental en los rasgos de personalidad que 25 posea; éstos se originan, se desarrollan y se construyen a diario a lo largo de la vida de los individuos y están fuertemente vinculados a los distintos factores alrededor de las personas e interactúan, promueven, desarrollan, gestionan, proyectan, originan y emplean con éstos. Son expuestos en la figura 4. Figura 4. Factores que influyen en la construcción de la sexualidad Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Vázquez (2012). Como se observa en la figura 4 y de acuerdo con lo mencionado por Verónica Vázquez (2012), la sexualidad va cimentándose desde la infancia del ser humano por medio de la promoción y adopción de diversos factores de imagen propia (aceptación del cuerpo), el papel que va a tomar y desarrollar en la sociedad determinada (rol de género), el compromiso que tendrá con ella (responsabilidades y riesgos) y la percepción y la forma de autoimagen que posee de sí misma (valores y autoestima). Por lo tanto, estos factores de la integración de la sexualidad de los individuos van siendo influidos y vinculados con su desenvolvimiento, desarrollo y construcción; en primera instancia, con el círculo familiar en el cual se desenvuelva el individuo, al adoptar bases determinantes que orientan estructuran y solidifican su autoimagen Sexualidad Conocimiento y aceptación del cuerpo Consolidación del rol de género Conocimiento de lo que significa el ejerciciode la sexualidad (responsabilidades y riesgos) Desarrollo del sentido de sí mismo (valores/autoestim a) 26 y desarrollo social a la hora de iniciar diversos tipos de interacciones e intercambio de experiencias y conocimientos con los demás miembros de la sociedad determinada. 1.2.1. Sexualidad y familia La familia representa la primera gran influencia en la construcción de la sexualidad de los individuos, porque proporciona, en primera instancia, la educación, autoimagen y la vinculación para iniciar la socialización. Por lo anterior, para poder brindar una auténtica educación sexual se debe entender como parte de la totalidad constitutiva y determinante de las personas; comprender que el sexo no es un carácter de las personas, sino más bien un elemento constitutivo éstas y, por lo tanto, la educación de la sexualidad implica a todas las personas. Como lo menciona Canseco (2014), la vivencia sexual de la persona es una expresión de todo su ser; una expresión y vivencia que está relacionada con determinados valores. En primer lugar, el valor inmanente (realizado en la misma persona) que tiene relación con la posibilidad de la consecución de un placer vital específico; en segundo lugar, el valor trascendente (realizado fuera de la persona) que tiene que ver con la posibilidad de establecer una relación de comunión entre dos o más personas; en tercer lugar, el valor superior que sirve a la procreación. Es en el núcleo familiar donde los sujetos tienen su primer acercamiento con los escenarios fundamentales de la sexualidad y del sexo, donde adquieren las normas socialmente aceptadas, costumbres, papeles y roles sexuales, etc. y la manera como deberán desenvolverse y accionar en cada uno de ellos. Los padres, como pilares del círculo familiar determinado, asumen el papel de tutores en la promoción de orientación sexual de sus hijos, la cual van fortaleciendo paulatinamente con la aparición de nuevos escenarios e instituciones sociales que se presentan a lo largo de la vida de sus hijos: la escuela, clubes sociales y deportivos, trabajo, amigos, etc. (Canseco, 2014). Sin embargo —y dependiendo de la cultura, tradiciones, costumbres, tradiciones, hábitos e ideología de ciertos lugares— la familia no asume y promueve, en primera 27 instancia, ese papel básico de vinculación, desarrollo y orientación sexual como debería. Muchas veces por pena de hablar sobre estos temas con sus hijos o porque no sabe cómo afrontarlo y desarrollarlo; con lo que dejan el camino abierto a influencias externas al núcleo familiar, las cuales pueden ser, en muchas ocasiones, negativas porque pueden llegar a desarrollar y vincular diversos tipos de ideologías de superioridad e inferioridad que se presentan entre una sexualidad y otra. 1.2.2. Sexualidad e instituciones Las diferentes instituciones y centros, en los cuales se van desenvolviendo los sujetos a lo largo de su vida, representan factores determinantes de influencia en la construcción de la sexualidad de las personas., ya que son éstas quienes promueven los mecanismos de orden y control social con el fin de procurar el bien común en una sociedad determinada (Vázquez, 2012). Así, los sujetos van construyendo su sexualidad con base en las normas culturalmente proporcionadas por el núcleo familiar y por las del ámbito social; sin embargo, el social con sus normas, reglas e ideas puede representar (en vez de un factor de influencia positivo para el sano desarrollo y promoción de la sexualidad de los sujetos) una limitante en la construcción integral y autónoma de la sexualidad de los individuos, al implementar diversas ideas y diferentes estereotipos superiores e inferiores. En la construcción de la sexualidad, la escuela representa un papel de suma importancia, ya que es justamente en ella donde los individuos, a la par del conocimiento que va siendo inculcado en el círculo familiar, adquieren conocimientos acerca de las prácticas sociales, conocimiento de sus cuerpos, resolución de dudas o temores, y vinculación para un sano desenvolvimiento en la esfera social, siempre ligado a un sólido pensamiento de igualdad entre hombres y mujeres. 1.2.3. Dimensiones de la sexualidad humana Para comprender las dimensiones de la sexualidad humana, se retoma el trabajo de Benetti (2011), al plantear la sexualidad como eje integral y fundamental en la construcción de la identidad del ser humano. Ésta se va construyendo 28 paulatinamente por medio de la interacción que el individuo presenta y realiza con las diferentes estructuras y escenarios sociales con los que tiene contacto, actividad fundamental para poseer un bienestar individual y social adecuado del individuo. De tal forma, la sexualidad está fuertemente vinculada a diversas dimensiones para su formación a lo largo de la vida de los sujetos; todas tienen porcentaje equitativo de importancia para una sana construcción de la identidad de los sujetos. Las dimensiones son expuestas en la figura 5. Figura 5. Dimensiones de la sexualidad humana Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Benetti (2011). La figura 5 muestra las dimensiones fundamentales que componen a la sexualidad humana, las cuales representan sólidos pilares en la construcción de identidad sexual de los individuos, influidos por factores biológicos, psicológicos, éticos y sociales. Estos últimos representan una sólida fuerza de influencia por medio de costumbres, actitudes, hábitos, ideas, y tradiciones adquiridas por el ámbito social por medio de la cultura, los cuales son determinantes a la hora de la manifestación de actos de desigualdad que han existido y sucedido, históricamente hablando, en México entre hombres y mujeres. •Aprendizaje de valores, códigos de ética, lo bueno y lo malo, legal e ilegal •Papel de la familia, escuela, educación, amigos, etc. •Personalidad, temperamento, orientación sexual, decisiones en las relaciones sexuales •Deseo, procreación, respuesta sexual, sistema genético y anatomía humana Biológica Psicológica ÉticaSocial 29 1.3. Cultura Los individuos que conforman la sociedad determinan su forma de ser con base en diversos factores que, a lo largo de su vida, se presentan y se constituyen tales como: las costumbres, comportamientos, prácticas, valores, hábitos, tradiciones, conductas, creencias, etc.; de este modo, el comportamiento, desenvolvimiento y forma de pensar de todos los individuos está determinado e influido fuertemente por la cultura. Por ello, es fundamental abordar el concepto de cultura como estructura de integración y pertenencia de los individuos de una sociedad determinada, como lo refiere Franz Boas (Boas, 1964); la cultura puede ser entendida y analizada como: la totalidad de las reacciones y actividades mentales y físicas que caracterizan la conducta de los individuos componentes en un grupo social, colectiva o individualmente en relación con su ambiente natural, a otros grupos, a miembros del mismo grupo y de cada individuo hacia sí mismo; también incluye los productos y elementos propios de estas actividades y su función en la vida diaria de los diversos grupos. De este modo, podemos entender la cultura como un proceso social, plural y colectivo, donde se presenta la gran dependencia que los distintos individuos demuestran con respecto al grupo al cual pertenecen, al vincular, promover y generar su conducta, la socialización y la simbolización de las diversas actividades. Así, la psicología de la cultura plantea comprender el modo como los elementos culturales influyen en el comportamiento, las costumbres y la percepción de grupos de personas, mediante la examinación del contexto donde viven las personas para encontrar en él las causas por las cuales los individuos tienden a actuar de un modo y no de otro (Torres, 2009). Por medio de la psicología cultural,se plantean los roles de género que impactan en el origen de la violencia hacia la mujer en los diversos campos de la vida social diaria. De este modo, de acuerdo con lo citado por Pablo Fernández (2005), la psicología cultural no sólo exige aprendizaje conceptual, sino una transformación de la 30 sensibilidad y de la mentalidad de las personas; la psicología cultural quiere situarse por encima de la cultura, del lado de las verdades y no del de las creencias. De tal forma, al pretender ser muy científicas y técnicas, solamente logran ser unas psicologías muy incultas, ya que al querer ellas mismas salirse de la cultura, resultan ser un producto menor, defectuoso, de la propia cultura que creen explicar. Por ello se necesita comprender, analizar y promover la cultura como un elemento fundamental de la forma de interacción social humana y visualizarla como un elemento primordial condicionante en la construcción de los roles de género de los individuos que pertenecen a ella. La cultura misma va surgiendo de la estructura y necesidades que los miembros de un círculo social presentan, al vincular su estructura interna con sus necesidades y estructura externas; de este modo la cultura va siendo entendida como una cultura interna y una cultura externa. En la interna, se engloba a la conducta, creencias y valores de nuestra propia cultura, cuando se determina o motiva nuestra conducta cultural por enfocarse más en los sentimientos y en las ideas; mientras tanto, en la externa se presenta la interacción y conflictos con nuestra propia cultura y puede ser adquirida a través de la observación, educación o de la instrucción, lo que la hace más fácil de aprender y de cambiar como las costumbres o conducta (Weaver, 1998). Eso muestra la figura 6. 31 Figura 6. Cultura interna y cultura externa Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Weaver (1998). La figura 6 muestra las partes de la cultura de las sociedades (cultura interna y externa). Como se ve, la cultura externa puede ser modificada por medio de la promoción y desarrollo de una ideología de igualdad de género, que gestione costumbres y conductas de igualdad, promovidas en las escuelas donde niños puedan aplicarlas. Entonces, la cultura —como determinante fundamental del comportamiento y forma de pensar que los individuos de una sociedad determinada presentan— posee ciertas funciones para llegar a ese cometido, por medio de diversas costumbres, comportamientos, roles de género, características, costumbres, tradiciones, hábitos, etc. En primera instancia, las funciones de la cultura son establecidas al proporcionar un enfoque que relacione los aspectos de una sociedad determinada: el físico, el cognitivo y el lingüístico (Starosta, 1998), factores empleados por medio de la apariencia física, la manera de pensar y la forma como se comunican los diversos miembros de una sociedad determinada, tal y como lo muestra la figura 7. Cultura interna -Representada por la conducta, creencias y valores de una cultura determinada -Infuye en la conducta cultural -Se enfoca más en los sentimientos y en las ideas Cultura externa -Interactúa y presenta conflictos con la cultura -Puede ser adquirida a través de la observación, educación o de la instrucción -Es más fácil de aprender y de cambiar (costumbres o conducta) 32 Figura 7. Primera función de la cultura, relación de aspectos de una sociedad Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de William J. Starosta (1998). La figura 7 expone la primera función de la cultura; el lenguaje va estructurando la comunicación con la gente que presenta valores y creencias similares. El aspecto físico proporciona un ambiente de actividades que los diversos miembros de la sociedad van implantando por medio de la cultura y el aspecto cognitivo se vincula con las actividades y factores mentales, las creencias, formas de analizar y pensar, de dar sentido a las cosas y en lo que se ha aprendido, analizado y aplicado a través del tiempo. Mientras tanto, la segunda función que las distintas culturas presentan se relaciona con el desarrollo de poder llegar a brindar una estructura, organización, estabilidad y seguridad que los miembros de un grupo determinado utilizan y aplican, tal y como se muestra en la figura 8. Físico CognitivoLinguístico 33 Figura 8. Segunda función de la cultura, estructura, estabilidad y ……………...seguridad de grupo Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de William J. Starosta (1998). La figura 8 expone la función que se plantea en la necesidad que presentan ciertos grupos sociales para poder llegar a tener una identidad sólida por medio de una estructura, seguridad y estabilidad social, la cual vincule sus creencias, conducta, tradiciones, hábitos, costumbres, comportamientos, formas de pensar y diversos tipos de actividades hechas en su día a día, con la realidad social que se presente en un momento determinado. De acuerdo con Starosta (1998) y Weaver (1998), se puede llegar a entender que la estabilidad y estructura en una cultura determinada va siendo implantada y difundida mediante la dominación de unos miembros sobre otros, un mando, jefatura, subordinación, dominio, implantadas por ciertas creencias de que un género es mejor y está por encima del otro; para este cometido, hay que considerar diversas formas de pensar de ciertos individuos de una estructura social determinada. Estabilidad SeguridadEstructura 34 Es así como las distintas actividades, formas de pensar, creencias, costumbres, hábitos, tradiciones y el devenir de todo lo que interactúa en los diversos escenarios de la vida cotidiana de las sociedades, son canalizadores para llegar a forjar una forma de pensamiento único de los diversos individuos quienes las integran y, de este modo, estructurar una forma de cultura más incluyente, equitativa, justa y respetuosa, lograr promover una nueva forma de devenir y organización de identidad nacional. La percepción, simbolismo y conducta que una cultura va implantado y desarrollando históricamente sobre uno de sus miembros, va siendo formada con base en las opiniones y forma de desenvolverse éstos hacia el otro; así, en las diversas culturas se contemplan diversos valores, actitudes, comportamientos, costumbres, hábitos, percepciones y roles de género; así se muestra en la tabla 1. Tabla 1. Cultura y roles de género ROLES DE GÉNERO En las culturas Masculinas En las culturas Femeninas Hay menor igualdad de sexos en el trabajo y educación Una mayor igualdad de sexos en el trabajo y educación Los hombres son más competitivos que las mujeres Las mujeres se describen como más competitivas que los hombres Se encuentran estereotipos compartidos Se encuentran estereotipos de género específicos o idiosincrásicos para cada país Hay atributos típicos menos diferenciados (mujeres se describen en términos masculinos) Hay atributos típicos más diferenciados (mujeres se describen en términos diferentes de los hombres) Se valora más el desafío y el reconocimiento Cooperación y las buenas relaciones Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de P. R. Bundy (2001). La tabla 1 muestra las diferencias que existen entre culturas masculinas y femeninas en relación con los roles de género existentes; de acuerdo con lo señalado por Bundy (2001), es en las culturas masculinas donde se presentan mayores estereotipos entre hombres y mujeres. En la manera de desenvolverse y comportarse de los individuos en una sociedad determinada, la mujer, 35 históricamente hablando, ha sido víctima de diferentes formas de pensar, comprarse y actuar por parte de los hombres hacia su persona. La estructura de la percepción y desenvolvimiento social que el hombre ha presentado en la sociedad mexicana con las mujeres ha ido edificándose
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