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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
GÉNERO Y VIOLENCIA: EL CASO DE LA 
VIOLENCIA DE GÉNERO EN CONTRA DE LA 
MUJER EN EL TRANSPORTE PÚBLICO DE 
LA CIUDAD DE MÉXICO 
 
 
T E S I S 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 
 
 
P R E S E N T A: 
 
JESÚS OMAR FERNÁNDEZ YÁÑEZ 
 
 
DIRECTORA DE TESIS: 
 
 MTRA. PATRICIA PAZ DE BUEN RODRÍGUEZ 
 REVISORA: 
 MTRA. MARGARITA MOLINA AVILÉS 
 
 CIUDAD UNIVERSITARIA, CD MX., 2018
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
DEDICATORIAS 
 
 
A mis padres, quienes siempre me han brindado su amor, confianza, apoyo y 
motivación constante. Ellos son mi principal motor e inspiración para trabajar duro 
en alcanzar mis metas y sueños. 
 
 
 
A mis hermanas, que siempre me han apoyado, aconsejado y orientado en los 
proyectos que tengo en mente, demostrándome que a pesar de las dificultades 
siempre hay un motivo por el cual luchar y soñar. 
 
 
 
A todas las mujeres de México que han sido víctimas de violencia de género, 
elementos importantes de la sociedad mexicana que hay que cuidar, y por las 
cuales hay que trabajar duro día a día para que su voz y derechos humanos sean 
escuchados y respetados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A la profesora Mtra. Patricia Paz de Buen Rodríguez, de quien siempre obtuve 
orientación, su apoyo constante y sus importantes recomendaciones, las cuales 
me ayudaron a enriquecer y poder concluir satisfactoriamente este trabajo. 
 
 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, a la Facultad de Psicología y a 
mis profesoras y profesores, que me permitieron ser parte de una gran comunidad 
y que contribuyeron en mi formación profesional y en mi enriquecimiento y 
crecimiento personal. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la 
violencia contra las mujeres, no te quedes de 
brazos cruzados. Actúa.” 
 
-Ban Ki Moon, ex Secretario General de la 
ONU. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Vemos las cosas, no como son, sino 
como somos nosotros”. 
 
Immanuel Kant 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
I 
 
ÍNDICE 
FIGURAS, GRÁFICAS, TABLAS………………………………………………….…..III 
SIGLAS…………………………………………….………………………………….…..V 
RESUMEN………………………………………….…………………………………..…VI 
ABSTRACT………………………………………………………………………………VII 
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….…1 
CAPÍTULO 1. FACTORES PSICOSOCIALES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL 
…….………….INDIVIDUO…………………………………………………………….....6 
1.1. Género………………………………………………………………………………...7 
 1.1.1. Asignación de género…...………………...……………………..…………12 
 1.1.2. Identidad de género…………...…………………………..……….……….13 
 1.1.3. Papel de género..………………………………………...…………………16 
 1.1.4. Perspectiva de género…………...………………………….……...………18 
1.2. Sexualidad………………………………………………………...……….………..21 
 1.2.1. Sexualidad y familia……..…………………………………………….……26 
 1.2.2. Sexualidad e instituciones……...…………………………………………..27 
 1.2.3. Dimensiones de la sexualidad humana…...………………….………..…27 
1.3. Cultura…...…………………………………………………………………………..29 
 1.3.1. Época prehispánica…...………………………………………………….…36 
 1.3.2. Época colonial……..…………………………………………………...…...36 
 1.3.3. Época moderna...……………………………………………………………36 
1.4. La actitud social masculina frente a la mujer……..…………………………..…37 
 1.4.1. Actitud social masculina y conducta………………...…………………….40 
1.5. Vida Cotidiana…...……………………………………………………………….…42 
 1.5.1. Espacio...…………………………………………………………………..…44 
 1.5.2. Espacio de encuentro social y contorno…………...………………..……45 
 1.5.3. Espacio y su percepción……..………………………………………….....46 
1.6. Tiempo……...………………………………………………………………………..47 
 1.6.1. Símbolos y significados……………...…………………………………..…48 
 1.6.2. Comunidad…………...………………………………………………………51 
II 
 
CAPÍTULO 2. VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA REALIDAD SOCIAL 
………………..MEXICANA……………………………………………………………..53 
2.1. Concepto de violencia de género…………………………………………………53 
2.2. La violencia de género en México………………………………………………...55 
2.3. Violencia de género y derechos humanos……………………………………….59 
2.4. Espacios donde se presenta la violencia………………………………………...61 
 2.4.1. Círculo familiar…..………………………………………………………….61 
 2.4.2. Círculo social………...……………………………………………………..62 
 2.4.3. Relaciones de poder………………...……………………………………..63 
2.5. Tipos de violencia de género……………………………………………………...66 
 2.5.1. Violencia sexual………………………...…………………………………..66 
 2.5.2. Violencia física…...………………………………………………………....69 
 2.5.3. Violencia psicológica……...………………………………………………..70 
2.6. Violencia de género y medios de comunicación………………………………...72 
 
CAPÍTULO 3. VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL TRANSPORTE PÚBLICO DE LA 
………………..CIUDAD DE MÉXICO……………………………….…………………76 
3.1. Violencia de género y transporte público………………………………………...87 
 3.1.1. Medidas aplicadas para prevenir la violencia…...………………………97 
3.2. Violencia de género y vida cotidiana……………………………………………101 
3.3. Repercusiones psicológicas en la mujer………………………………………..103 
 
CAPÍTULO 4. ACCIÓN SOCIAL PARA PREVENIR LA VIOLENCIA DE 
………………..GÉNERO EN CONTRA DE LAS.MUJERES……………………...105 
4.1. Hábito de denuncia………………………………………………………………..109 
4.2. Cultura-educación…………………………………………………………………116 
4.3. Género-moral………………………………………………………………………120 
4.4. Intervención psicológica………………………………………………………….125 
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES…….…………………………………129 
GLOSARIO……………………………………………………………………………..134 
REFERENCIAS………………………………………………………………………...139 
 
III 
 
FIGURAS, GRÁFICAS, TABLAS 
 
FIGURAS 
Figura 1. Factores que se interrelacionan en el género……………………………..11 
Figura 2. Elementos que integran a la sexualidad humana…………………………22 
Figura 3. Elementos constitutivos de la personalidad…………………………….…23 
Figura 4. Factores que influyen en la construcción de la sexualidad………………25 
Figura 5. Dimensiones de la sexualidad humana……………………………….……28 
Figura 6. Cultura interna y cultura externa……….…………………………………...31 
Figura 7. Primera función de la cultura, relación de aspectos de una 
………….sociedad……..………………………………………………………………...32 
Figura 8. Segunda función de la cultura, estructura, estabilidad y seguridad 
………….de grupo……………………………………………………………………….33 
 
Figura 9. Componentes de las actitudes sociales……………………………………39 
 
Figura 10. Funciones de las actitudes en la personalidad…………………………..40 
 
Figura 11. Factores que influyen en la vida cotidiana……………………………….44 
 
Figura 12. Principios fundamentales de los Derechos Humanos…………………..60 
Figura 13. Resistencia ante el poder..………………………..…………………….…65 
Figura 14. Dimensiones del hostigamiento sexual….……………………………..…68 
Figura 15. Reacciones que se presentan en víctimas de violencia sexual………..69 
Figura 16. Surgimiento de la violencia en el eje horizontal y vertical………………82 
Figura 17. Agresiones a las que las mujeres son propensas de sufrir en el…………...transporte.público de la Ciudad de México………………………………92 
Figura 18. Normatividades que protegen la igualdad de género y los derechos 
….……..….de las mujeres…………………………………………………………….110 
Figura 19. Proceso perceptual de la violencia de género en el transporte 
…………...público………………………………………………………………………113 
Figura 20. Proceso de observación-denuncia…..…………………………………..115 
Figura 21. Elementos fundamentales de la persuasión……………………………119 
IV 
 
Figura 22. Tres niveles de desarrollo moral de Carol Gilligan en la acción 
…………...social en contra de la violencia de género en el transporte público....122 
Figura 23. Elementos de acción social………………………………………………124 
 
GRÁFICAS 
 
Gráfica 1. Tipos de violencia más comunes que se presentan contra la mujer…..56 
Gráfica 2. Porcentaje de mujeres violentadas que solicitaron ayuda en 2013……57 
Gráfica 3. Razones por las que la mujer no denuncia actos de violencia 
.................hacia su persona…………………………………………………………….58 
Gráfica 4. Usuarios del metro en la Ciudad de México por rango de edades 
…….……..entre 2009 y 2010…………………………………………………………..88 
Gráfica 5. Usuarios del Metrobús en la Ciudad de México por rango de edades 
…………...entre 2009 y 2010…………………………………………………………..89 
Gráfica 6. Demanda del transporte público de la Ciudad de México de acuerdo 
…………...al nivel socioeconómico entre 2009 y 2010……………………………...90 
Gráfica 7. Ocupaciones de usuarios del transporte público de la Ciudad 
…………..de México entre 2009 y 2010………………………………………………91 
Gráfica 8. Manifestaciones de violencia más frecuentes en el transporte.público 
…………..de la Ciudad de México en 2009……..……………………………………93 
Gráfica 9. Casos atendidos de violencia contra la mujer en 2012………………….94 
Gráfica 10. Personas víctimas, responsables y edades en el Metro en 2012…….95 
Gráfica 11. Casos reportados por abusos a la mujer en los transportes 
…………....públicos (2007-2009) ……………………………………………………...96 
TABLAS 
Tabla 1. Cultura y roles de género…………………………………………………..…34 
 
Tabla 2. Transportes públicos más inseguros del mundo…………………………..84 
 
Tabla 3. Modo de acción social……………………………………………………….108 
 
 
 
 
V 
 
SIGLAS 
 
CONAPRED Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación 
CNDH Comisión Nacional de los Derechos Humanos 
DIF Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia 
INEGI Instituto Nacional de Estadística y Geografía 
INMUJERES Instituto Nacional de las Mujeres 
OMS Organización Mundial de la Salud 
ONU Organización de las Naciones Unidas 
PGJ Procuraduría General de Justicia 
SCT Secretaría de Comunicaciones y Transportes 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
VI 
 
RESUMEN 
 
La presente investigación contempla la construcción sociocultural histórica que se 
ha presentado en relación con la violencia de género en contra de la mujer que se 
desarrolla en la realidad social mexicana (y más específicamente en la violencia de 
género que se presentan en el transporte público de la Ciudad de México). 
Se contemplan los factores de la concepción de la jerarquización social, dominación 
y la relación de poder que se desarrollan por parte de los hombres en contra de la 
mujer y que dan pauta al origen y presencia de la violencia de género para “legitimar” 
su dominación y poder. Se lleva a cabo un análisis de la composición del género, 
sexualidad, vida cotidiana, tiempo y el papel de la cultura para construir la noción 
de género dentro de las personas. 
Se lleva a cabo un análisis de las consecuencias y repercusiones que la violencia 
de género tiene en las mujeres usuarias del transporte público de la Ciudad de 
México, así como los principales índices de actos y lugares donde se presenta la 
violencia de género en contra de la mujer. Se promueve una acción social ligada al 
hábito de denuncia, cultura-educación y género-moral para afrontar la violencia de 
género. Además, se analiza y promueve el papel que el psicólogo social tiene en la 
intervención social para afrontar y brindar soluciones de cambio ante la violencia de 
género en contra de la mujer en el transporte público de la Ciudad de México. 
 
Palabras clave: violencia de género, construcción sociocultural, cultura, 
educación, transporte público, género, mujer, dominación, jerarquización social, 
relaciones de poder. 
 
 
 
 
 
 
VII 
 
ABSTRACT 
The present investigation contemplates the historical sociocultural construction that 
has been presented in relation to gender violence against women that takes place 
in the Mexican social reality (and more specifically in the gender violence that occurs 
in the public transport of the Mexico City). 
The factors of the conception of the social hierarchy, domination and power relation 
that are developed by men against women are contemplated and that they give a 
pattern to the origin and presence of gender violence to "legitimize" their domination. 
An analysis of the power relation, composition of gender, sexuality, daily life, time 
and the role of culture to build the notion of gender within people is carried out. 
An analysis is carried out of the consequences and repercussions that gender 
violence has on women users of public transport in Mexico City, as well as the main 
indices of acts and places where gender-based violence against women is 
presented. woman. Social action is promoted linked to the habit of denunciation, 
culture-education and gender-moral to confront gender violence. In addition, it 
analyzes and promotes the role that the social psychologist has in the social 
intervention to face and provide solutions to change gender violence against women 
in public transport in Mexico City. 
 
Keywords: gender violence, sociocultural construction, culture, education, public 
transport, gender, women, domination, social hierarchy, power relations. 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
El ser humano es un ser social por naturaleza, un ser que interactúa con los demás 
miembros de la comunidad en los distintos campos de encuentro social de su vida 
cotidiana. Esta interacción ocurre como parte de una serie de características de la 
realidad social existente, sus características, capacidades y condiciones se 
impregnan de sentido, relación y de valor social; de ello, resulta la tensión y el 
equilibrio permanente entre lo que es individual y sociocultural (Vázquez, 2008). 
De este modo, los diferentes tipos de interacciones sociales del ser humano no se 
limitan solamente a una relación de dos personas, sino que también ésta se 
presenta en los diversos grupos y escenarios sociales que, a la vez, son espacios 
de socialización de la vida diaria como: la escuela, el trabajo, la familia o 
simplemente al utilizar un medio de transporte. 
En este tenor, el transporte público, como un lugar de encuentro y convivencia 
social, es un canal de vinculación y relación social entre las personas, representa 
un espacio donde la interacción y desenvolvimiento social se puede distorsionar y 
convertir en una forma de violencia de género contra las mujeres. 
La violencia de género que se presenta en contra de las mujeres en el transporte 
público de la Ciudad de México (camiones, metro, o metrobús), no se limita única y 
exclusivamente a la presencia de una violencia física, representada por la invasión 
del espacio personal, al tocar, sujetar, manosear, acariciar o presentar diferentes 
tipos de rozamientos; sino también, de forma verbal e incluso visual, lo que afecta 
de manera psicológica a las mujeres a corto y a largo plazo; inclusive, en varias 
ocasiones, se llega a modificar la manera de pensar y hasta su propia conducta, lo 
cual las encasilla, las condiciona, las limita y termina por orillarlas a desenvolverse 
de una forma socialmente estereotipada: dejan de hacer cosas que representen una 
vía para ser objetos de violencia de género, tales como: salir a altas horas de la 
noche o usar cierto tipo de ropa, esto para no ser víctima de hechos de violencia,los cuales han estado impactando directamente su forma de vida, comportamiento 
y autoconfianza. 
2 
 
Ante la violencia de género —originada debido al desarrollo del dominio, 
jerarquización social y relaciones de poder que el hombre presenta en contra de la 
mujer como una construcción sociocultural histórica— el Gobierno de la Ciudad de 
México ha implementado diversos programas de transporte público exclusivo para 
mujeres (donde se separa a las mujeres de los hombres), medio que se ha enfocado 
simplemente en desaparecer la interacción entre éstos, pero no ha sido una 
estrategia para eliminar el verdadero génesis del problema: el comportamiento del 
hombre hacia la mujer, lo que prevendría este modo de conducta que algunos 
hombres tienen con las mujeres en el transporte público de la Ciudad de México. 
Debido a ello —más allá de abordar el problema desde una perspectiva de 
infraestructura— se debe de abordar y atacar el problema de raíz, promover una 
cultura y una forma de pensar respetuosa entre la sociedad mexicana con las 
mujeres para que, paulatinamente, se modifique la manera de pensar, percibir y de 
comportarse por parte de los hombres hacia las mujeres, con lo cual se genera una 
ideología de igualdad y respeto entre hombres y mujeres. 
De este modo, se plantea una estrategia de acción social (que puede ser aplicada 
por medio de diversas políticas públicas) por medio de 3 factores importantes en la 
vida de una sociedad: el hábito de la denuncia, mediante el impulso de una cultura 
de denuncia y de ayuda al prójimo, la cual no se encuentra inmersa en la población 
mexicana; la cultura, a través de la promoción de una ideología de igualdad y 
respeto de los diversos derechos humanos en las escuelas, para que los niños 
vayan estructurando y construyendo una ideología distinta entre los estándares de 
género presentes en la sociedad mexicana, aunado a la difusión de igualdad entre 
hombres y mujeres dentro de los diversos ámbitos de la vida social mexicana. 
El último punto de la propuesta, una estrategia de acción social para afrontar, 
disminuir y evitar los hechos de violencia de género en el transporte público de la 
Ciudad de México en contra de la mujer. La conducta moral, a través de la cual se 
pueda construir y promover una ideología de pluralidad, empatía y ayuda al prójimo, 
donde el apoyo y la ayuda a las mujeres víctimas de violencia de género sea un 
estilo de vida y comportamiento en la vida cotidiana. 
3 
 
La presente investigación se desarrolla en 4 capítulos; en el primero se analizan los 
factores psicosociales en la construcción del individuo, tomando como eje central la 
concepción y determinación de género, sexualidad, cultura, actitud y vida cotidiana. 
Todo ello para tener un entendimiento completo de la construcción social del 
pensamiento relacionado al género y de las dimensiones de concepción de 
identidad y roles de género que se presentan en la sociedad mexicana. 
En el capítulo segundo se aborda la perspectiva de la violencia de género en la 
realidad social mexicana, al considerar elementos que se presentan en la 
convivencia diaria social mexicana. 
Se tratarán los conceptos de violencia, espacios donde se presenta con más 
frecuencia, los tipos de violencia de género y el papel que mantienen los derechos 
humanos y los medios de comunicación en vías de promover y, en su caso, limitar, 
combatir e intervenir en la aparición de la violencia de género en contra de la mujer 
en la sociedad mexicana. 
En el capítulo tercero, se desarrolla la violencia de género –considerado como eje 
central– como un fenómeno sociocultural histórico ligado al ejercicio del domino, a 
la influencia y a la jerarquización del poder del hombre en contra de la mujer que se 
presenta en los diversos escenarios de encuentro y convivencia social; más 
específicamente en el transporte público de la Ciudad de México, que muchas veces 
se origina debido a la presencia de violencia y jerarquización social en las familias 
patriarcales en México. Se presentan datos estadísticos, apoyados por gráficas y 
estadísticas, que permiten tener un conocimiento más amplio, pleno y real de las 
condiciones de presencia de la violencia de género en este espacio de encuentro 
social; además de la exposición de algunas medidas adoptadas y desarrolladas por 
parte del gobierno de la Ciudad de México para afrontar la problemática ligada al 
género que se presenta en el transporte público. 
Se plantean los diversos tipos de medidas implementadas por parte del gobierno en 
vías de prevenir la violencia, así como la influencia de la violencia de género en la 
vida cotidiana de las mujeres usuarias del transporte público. 
4 
 
Finalmente se contemplan y analizan las repercusiones psicológicas que 
desarrollan las mujeres víctimas de violencia de género en el transporte público de 
la Ciudad de México y sus implicaciones en la vida cotidiana. 
El capítulo cuarto aborda la propuesta de intervención y acción social para prevenir 
la violencia de género contra las mujeres usuarias del transporte público de la 
Ciudad de México, tomando como ejes fundamentales de acción social: el hábito de 
la denuncia, la cultura-educación y el género-moral, para lograr una intervención 
comprometida para afrontar la problemática de construcción sociocultural histórica 
que se ha presentado con la dominación y jerarquización del poder ligada a la 
violencia de género como parte de la relación de algunos hombres sobre las 
mujeres. 
Cuando se presenta un acto de violencia en contra de la mujer, se promueve la 
aplicación de un proceso de observación-denuncia, así como los elementos 
fundamentales del proceso perceptual para percibir actos de violencia y actuar para 
afrontarlos. Se exponen los elementos primordiales de la persuasión para incentivar 
el hábito de la denuncia; además de los tres niveles del desarrollo moral de Carol 
Gilligan para fomentar dentro de la población mexicana los patrones morales de 
convivencia mutua para ser más empáticos y ofrecer ayuda a las mujeres cuando 
se presenten hechos de violencia de género. 
Además se plantea el rol y compromiso principales que el psicólogo social tiene 
para con la sociedad en vías de intervenir, trabajar, organizar y promover una 
ideología de modificación de los patrones de pensamientos de superioridad que 
algunos hombres tienen en relación con la mujer y, de este modo, trabajar en la 
intervención paulatina del problema de jerarquización y dominio ligado al poder 
como una construcción sociocultural histórica que se presenta por parte del hombre 
hacia la mujer; trabajar en la difusión de una cultura y sociedad fuertemente ligadas 
a los patrones y estándares de igualdad, equidad, respeto, convivencia y desarrollo 
pleno de la sociedad mexicana en relación con la mujer. 
De este modo, por medio de la presente investigación, se pretende promover y 
emprender una acción de intervención y concientización social comprometida con 
5 
 
las problemáticas y hechos relacionados a la violencia de género que se presenta 
en el transporte público de la Ciudad de México, para difundir, dentro de la población 
mexicana, el respeto entre hombres y mujeres por igual. 
En la presente investigación se plantea la promoción de una igualdad, equidad y 
desarrollo pleno de las mujeres usuarias del transporte público para, de este modo, 
lograr actuar en la promoción y difusión de una relación de convivencia respetuosa 
entre hombres y mujeres; además, llegar a promover y alcanzar un 
desenvolvimiento social pleno –libre de barreras– por parte de las mujeres, sin 
violencia, lo que permitiría alcanzar una convivencia pacífica y una vida tranquila de 
todas las mujeres usuarias del transporte público de la Ciudad de México. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
CAPÍTULO 1. FACTORES SOCIALES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL 
.……………….INDIVIDUO 
A lo largo desu vida, los seres humanos, como individuos sociales, van conjuntando 
e intercambiando diferentes interacciones, pensamientos, conductas, actividades, 
hábitos, costumbres y acciones con los demás miembros de la sociedad a la cual 
pertenecen. 
Si consideramos la interacción social que se da por parte de los individuos de una 
sociedad determinada, ésta conlleva la implementación de ciertas ideas, 
pensamientos, actividades, acciones o simbolizaciones de diversos hechos y 
actividades desarrolladas en la vida diaria. 
Formados socialmente por parte de ciertos individuos, las ideas y pensamientos 
encausan y dirigen su accionar en una sociedad determinada, el autoconcepto del 
individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo social, va 
determinando su identidad social (Bundy, 2001), tal es el caso del género, dicho por 
Money (1955) como lo que se ha entendido como hombre y como mujer, lo cual se 
relación más con características biológicas de machos y hembras que con un 
aprendizaje sociocultural. 
Así, se puede decir que el género representa una división-separación construida 
desde lo social, que simboliza una fragmentación originada por el sexo, la cual está 
encausada a determinar el accionar, desenvolvimiento y forma de pensar de sus 
individuos; por ello, el género representa una simbolización que todos los seres 
humanos hacen tomando como referencia las diferencias sexuales que sus cuerpos 
poseen (Lamas, 2002). 
De este modo, la producción y normalización de los masculino y lo femenino junto 
con las formas hormonales, cromosómicas, psíquicas y performativas se presenta 
en el concepto “género” (Butler, 2006); así, la noción de género se construye debido 
a una fragmentación, influencia y estandarización desde lo social, que fomenta, 
difunde y desarrolla los estándares socialmente estereotipados y asignados para 
cada persona, con base en el sexo natal. 
7 
 
Cuando los seres humanos interactúan con una sociedad determinada, se va 
desarrollando la conciencia de ser un individuo distinto a los demás, el denominado 
self existencial; se adquiere el self sexual, la autocategorización como hombre y 
mujer y junto con éste, el self de género. Así, la división biológica que se presenta 
considera las diferencias reproductivas, mas no actitudinales, normativas, 
conductuales o de roles, sino que éstas son producto de la asignación social que se 
le da a las mujeres y a los hombres (Lagarde, 1996). 
O sea que con el género se comprenden las diferencias construidas socialmente 
sobre lo que es ser hombre o ser mujer; de este modo, la sociedad es la principal 
condicionante del desenvolvimiento, desarrollo y atribuciones que se le da a los 
hombres y a las mujeres, puesto que, de esta manera, promueve la noción y el 
enfoque de género dentro de los individuos. 
Por medio de la aplicación de diversos tipos de estándares, ideas, conductas, 
hábitos, costumbres y percepciones construidas desde el campo de lo social se va 
estructurando una división entre hombres y mujeres, la cual modifica y repercute en 
la percepción que los individuos tienen de ésta; a partir de la que crea una 
percepción de superioridad de unos sobre los otros, hecho que ha repercutido en la 
forma de pensar que el hombre tiene de la mujer. 
Y es justamente esta percepción la que se ha formado, tomando fuerza, 
desarrollado e influido a los individuos de la sociedad a través de diversos campos 
de formación psicosocial en la construcción de la identidad, la forma de comportarse 
y pensar de los sujetos de una sociedad determinada. Por ello, a continuación, se 
desarrollan los factores de entendimiento social en la construcción del individuo y 
su implicación en el papel que juegan en la sociedad. 
1.1. Género 
Desde la niñez, la sociedad va modificando y estructurando el pensamiento, 
conducta y personalidad que se distingue entre hombres y mujeres, al considerar la 
diferencia sexual que es evidente. 
8 
 
Así el género es comprendido como la construcción social y cultural de las 
diferencias sexuales (Montecino, 2001), en el cual se condiciona el 
desenvolvimiento social de la persona y la encasilla en el cumplimiento de normas 
y reglas socialmente bien vistas por sus demás miembros. 
De tal manera, se puede decir que el género es la construcción social de la 
diferencia sexual que es anatómicamente evidente, la cual determina que, a partir 
del nacimiento de cada ser humano, se deberán seguir ciertos patrones de conducta 
y desenvolvimiento social determinadas, lo que los encasilla en roles sociales 
implantados y condiciona su desarrollo e interacción social, como si de una etiqueta 
o condicionamiento social se tratase. 
De este modo, desde el momento cuando los seres humanos nacen, la sociedad 
misma comienza a generar una serie de diversas expectativas acerca de los 
patrones que debe de presentar, ser y hacer el individuo como nuevo miembro; para 
lo que consideran, como base fundamental, los rasgos biológicos entre hombres y 
mujeres. Así la sociedad va desarrollando e implantando diversos procesos y 
actividades que pueden llegar a garantizar que los hombres se comporten como 
hombres y las mujeres como mujeres. 
Desde un ámbito psicológico, la noción integradora del género contempla las 
aproximaciones de las leyes generales que el comportamiento humano desarrolla, 
tomando como ejes principales la diversidad existente de factores experienciales, 
sociales, biológicos, culturales o políticos. 
De acuerdo con Money (1955), todas las personas nacen como seres sexuados, a 
partir de la apariencia de los órganos genitales. Así el género es el que nos clasifica 
y etiqueta como seres masculinos o femeninos, lo que nos va marcando la pauta 
para la adquisición de nuestra identidad propia. 
Entonces, el género es una construcción social que se va gestando con base en la 
interacción social de los individuos, que asigna funciones y roles sociales 
específicos, mediante los cuales, se van entendiendo las diversas conductas de los 
9 
 
hombres y las mujeres en la esfera social en la cual se desenvuelvan (Carrillo, 
2009). 
De esta manera, el género (como un concepto de construcción social) comprende 
características específicas de cada cultura, las cuales van cambiando con el paso 
del tiempo y se van aprendiendo y aceptando a partir de la interacción que se tiene 
con los diversos miembros de la sociedad determinada. 
Por ello, la sociedad en su conjunto representa una fuente inagotable de influencia 
para desarrollar y promover las diferencias del género, ya que la adquisición de éste 
va siendo edificada por medio de la observación, imitación y reforzamiento 
diferencial, por niños y niñas para poder aprender a comportarse de acuerdo con el 
grupo social al que pertenecen (Lagarde, 1996), introyectando de este modo las 
diversas actitudes, roles sociales, conductas y comportamientos atribuidos 
socialmente al ser mujeres u hombres. 
Justamente es en este punto de encuentro entre individuo y sociedad, donde las 
diferencias de género se construyen y tienen un significado como una simbolización 
cultural y como una construcción de estereotipos, la cual rige el orden social 
existente, desarrollados a partir de la diferencia sexual. 
De acuerdo con Lamas (2002), el género es el conjunto de ideas, representaciones, 
hábitos, prácticas y prescripciones sociales que se elaboran a partir de la diferencia 
anatómica entre los sexos. Es lo que la sociedad considera apropiado presentar en 
los hombres y lo propio de las mujeres; esto se va reproduciendo mediante 
costumbres y valores que han sido inculcados desde el nacimiento y la crianza, 
además de reforzarse con el lenguaje y la cultura. 
Así, la noción del género va demostrando el orden cultural y las percepciones e 
ideas que se tienen acerca de las mujeres y de los hombres, ideas que se edifican 
desde el campo y punto de vista socialesy no desde el biológico; lo que rige y 
condiciona la conducta y forma de pensar de los individuos. 
Por ello, de acuerdo con Butler (2006), el género puede ser entendido como una 
improvisación en un escenario constructivo, en el cual, no se va construyendo en 
10 
 
soledad, sino que, ciertamente, se va construyendo con o para otro, es decir, con 
relación a la percepción, al deseo y al desenvolvimiento que se tiene frente al otro 
en un escenario de encuentro social determinado. 
Desde este punto de vista, el género puede ser percibido como una construcción 
del deseo y de reconocimiento frente al otro, el deseo de ser mejor, de ser más 
fuerte o superior que el otro. Debido a esto, se puede decir que el deseo va muy 
ligado al reconocimiento, ya que justamente el deseo es siempre un deseo de 
reconocimiento y que cualquier persona se constituye como ser social viable 
únicamente mediante la experiencia y percepción del reconocimiento social (Butler, 
2006). De este modo, el género y la violencia que se presentan en relación con éste 
puede ser desarrollada debido a la necesidad que se tiene de un reconocimiento y 
un estatus social mayor por parte de los hombres. 
Como construcción y limitación cultural para con los individuos de una sociedad 
determinada, el género va demostrando un camino determinado a seguir por 
hombres y mujeres; encausa y modifica sus ideas y patrones de conducta para 
adaptarse al ámbito social. 
Debido justamente a la interacción cultural y social, se puede confundir y brindar un 
sentido erróneo al horizonte de igualdad, al brindar, promover y desarrollar diversos 
tipos de estereotipos sociales de conceptualizaciones de dependencia de la mujer 
para con el hombre, lo que las encasilla como complementarias a ellos y las limita 
a realizar diversas actividades que son vistas única y exclusivamente como 
actividades masculinas, lo que de cierta manera ejerce una discriminación, 
segregación, separación y violencia simbólica contra de las mujeres. 
Como entes biológicos, en los seres humanos —al momento de la gestación y 
nacimiento— no existe una esencia femenina o masculina, ya que psíquicamente 
son iguales; más bien, la esencia misma de la persona se va estructurando a partir 
de la falta, y esa fuerza innata que es el libido se orientará con frecuencia hacia un 
cuerpo femenino o masculino a partir de un complejo proceso inconsciente (Lamas, 
1996); de este modo podemos decir que la división y encasillamiento de los géneros 
la va construyendo la sociedad misma con los hechos cotidianos, no la naturaleza. 
11 
 
Por lo tanto, se puede decir que la construcción, asignación y adopción de 
determinadas identidades de género, que la sociedad misma presenta para con sus 
miembros, cobra una mayor importancia que la dada por la naturaleza a través de 
la estructura biológica; pues es exactamente la sociedad la cual, por medio de 
promoción de la división y segregación, construye y difunde la discriminación 
mediante la promoción de las diversas actividades y roles sociales ligados al género. 
Por eso el género es una estructura social en la que se van presentando e 
interrelacionando tres factores determinantes, los cuales son: la asignación de 
género, la identidad de género y el papel de género (Lamas, 2002), así como lo 
muestra la figura 1. 
Figura 1. Factores que se interrelacionan en el género 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Lamas (2002). 
La figura 1 expone la forma como el género se va construyendo en el ser humano 
(asignación de género); es decir, se asigna de acuerdo con el sexo que presente el 
individuo, seguido por la estructuración de su experiencia vital (identidad de género) 
y por las actividades que desempeña en una sociedad determinada (papel de 
género). 
Género
Asignación 
de género
Identidad 
de género
Papel de 
género
12 
 
1.1.1. Asignación de género 
De acuerdo con lo mencionado por Marta Lamas (2002), la asignación-atribución de 
género se realiza cuando nace el bebé. En ese momento, la apariencia puede estar 
en contradicción con la carga cromosómica, y si no se detecta esta contradicción, o 
no se prevé su resolución y tratamiento, se pueden llegar a generar graves 
trastornos. Es justamente en el momento del nacimiento cuando los padres, por 
primera vez, atribuyen y van determinando ciertas características a su hija o hijo; 
aunque éstas se basan únicamente en la apariencia física del recién nacido, pueden 
limitar su desenvolvimiento y accionar en la esfera social a la cual pertenecen. 
Para Pablo Fernández (1998), con el nacimiento de una persona se inicia un 
proceso de construcción social, en el cual la sociedad enseña al nuevo ser humano 
los diversos patrones de comportamiento de acuerdo con el género al que 
pertenece, lo que encamina y fomenta un cierto desenvolvimiento social desde una 
muy temprana edad. 
Dentro de los individuos que la componen, la sociedad misma es la que origina, 
desarrolla, promueve y difunde las diversas normas, responsabilidades, 
obligaciones, privilegios, hábitos, conductas, tradiciones, costumbres, 
oportunidades, comportamiento, cualidades y desenvolvimientos que los individuos 
deben de presentar; esto debido al proceso que ha permitido la implantación de 
perspectivas y pensamientos percibidos como deseables para presentarse tanto en 
los hombres como en las mujeres. 
Debido a ello, la asignación de género responde a un orden jerárquico socialmente 
implantado, tal y como lo menciona Money (1955), lo que desarrolla la identidad de 
género que presentan las personas. 
La asignación de género puede ser percibida como la apertura de caminos nuevos 
y diferentes hacia una sensación de seguridad, afirmación y satisfacción, pero 
también puede ser reducida a lo meramente relacionado con lo femenino (Basaglia, 
1976). De este modo, se plantea el desarrollo de la aplicación de la asignación de 
género a la concepción simbólica del estudio de las características asignadas 
13 
 
socialmente a las mujeres y a los hombres de una sociedad determinada, de las 
actitudes que presentan y del lenguaje. Todo ello a partir de la diversidad y el 
respeto continuo de las diferencias entre hombres y mujeres y la igualdad de género 
entre ellos. 
1.1.2. Identidad de género 
De esta manera, de acuerdo con lo mencionado por Lagarde (1996), la identidad se 
refiere al conjunto de pensamientos y afectos que los otros individuos y el sujeto 
tiene sobre su vida, sobre los otros y el mundo. 
La identidad de género se va edificando a la edad en la que el niño va adquiriendo 
el lenguaje, ya que las niñas y niños participan activamente en el proceso de 
interacción interpersonal que, a través del lenguaje, va siendo regulado por los 
diversos estados emocionales y características propias que se presentan y 
desarrollan en el contexto determinado; esto permite construir el camino 
biopsicosocial que dará origen a la identidad de los individuos determinados 
(Rosenberg, 1996). 
Es justamente en esta identidad, donde el niño estructura su experiencia vital; el 
género al que pertenece lo hace identificarse en todas sus manifestaciones: 
sentimientos o actitudes de niño o de niña, comportamientos, actividades, etc.; 
después de asumir la identidad de género, un niño se sabe y asume como 
perteneciente al grupo de lo masculino o una niña a lo femenino al vincular todas 
sus experiencias futuras con ese patrón (Lamas, 2002). Después de este evento, 
es muy difícil que se cambie esa identidad básicamente por las presiones, normas, 
leyes y costumbres socialmente impuestas. 
Cuando un niño empieza a relacionarse con otros niños de su propio sexo, 
comienza a introyectar ciertas actitudes, conductas, pensamientos y reacciones; 
desarrolla ciertos gustos y emprende determinadas actividades que socialmente 
van siendo ligadas a su género. 
Por ello, la identidad y la consciencia de lo que son ypresentan los individuos, va 
organizando las creencias, capacidades y las conductas en la sociedad 
14 
 
determinada. La identidad se muestra por las primeras representaciones cognitivas 
construidas mediante el proceso de interacción y aprendizaje, las cuales construyen 
quiénes somos y cómo debemos de comportarnos. 
Cuando la identidad va siendo construida, las personas van utilizando recursos 
psicológicos para lidiar con su propia identidad, al considerar la disociación (cómo 
se ve y se escucha el individuo desde fuera), la asociación (cómo se siente el 
individuo) y la meta de comunicación consigo mismo (el habla), para construir, de 
este modo, su seguridad y estabilidad ontológica que le ayuda a desenvolverse 
plenamente en la sociedad. 
La identidad, siguiendo lo mencionado por Lagarde (1996), está conformada por las 
diversas significaciones culturales aprendidas y por las creaciones que el sujeto 
realiza sobre su experiencia a partir de ellas. De este modo, podría decirse que la 
complejidad cultural impacta sobre la complejidad de la identidad de los diversos 
individuos que la integran. 
La identidad va tomando en consideración la experiencia para desarrollarse por 
parte de los individuos, ya que la experiencia les brinda los elementos 
fundamentales y necesarios para comprender el rol que éste tiene en relación con 
su ser y su existir, sin dejar de considerar los hechos de identidad que en algunas 
ocasiones promueven una jerarquización negativa entre hombres y mujeres; 
aunado a los ámbitos sociales, sexuales, culturales y hasta económicos. 
Muchas de las actividades y gustos que se le atribuyen al sexo masculino o 
femenino —por ejemplo, el color rosa y jugar a las muñecas para las mujeres y el 
color azul; jugar al futbol para los hombres— son la expresión más clara de la 
construcción social de las percepciones ligadas al sexo, las cuales promueven 
estereotipos, normas, gustos y hábitos que los sujetos van adoptando dependiendo 
de su género. 
Aunque no imposible, estos rasgos son difíciles de cambiar debido a la presión que 
existe socialmente hablando. La influencia social es un punto determinante en la 
construcción de la percepción del género, ya que en ella intervienen una multitud de 
15 
 
variables de todo tipo (cognitivas, multinacionales, sociales, etc.); el individuo 
reacciona de forma compleja a una situación compleja: la influencia social se sitúa 
a un nivel donde los determinantes de la conducta pueden actuar simultáneamente 
(Ovejero, 2007); ello promueve una influencia y determinante social que, muchas 
veces, el individuo adopta como propias. 
Lo que determina la identidad, desenvolvimiento social y comportamiento tanto de 
hombres como de mujeres no es el sexo biológico como tal, sino más bien el hecho 
de haber adoptado y vivido desde una muy temprana edad las experiencias, 
costumbres, conductas, características, tradiciones, comportamientos y hábitos de 
alguno de los géneros. De esta forma, la identidad de género es la vivencia 
puramente psicológica y emocional obtenida y experimentada mediante un rígido 
proceso de identificación de pertenencia al sexo masculino o femenino. 
Aunque la identidad de género se adopta desde una temprana edad –al considerar 
las características, hábitos y costumbres presentadas tanto a los hombres como a 
las mujeres en una sociedad determinada– ésta representa una construcción no 
finalizada, ya que además de considerar diversos valores, tradiciones, costumbres 
y situaciones consumadas a través del tiempo las cuales se presentan de manera 
recurrente, también se tener en cuenta acontecimientos nuevos y de valorización 
de características inéditas. 
Por ello, la identidad de género se manifiesta como un elemento implantado y 
difundido socialmente hablando desde un ámbito cotidiano, persistente y recurrente, 
el cual se construye de expresiones y acciones nuevas; por tanto, las 
estructuraciones cotidianas de las relaciones de género se conforman en las 
familias y en la sociedad misma. Éstas participan activamente en la conformación 
de las jerarquías, poderes y funciones características —los cuales son empleados 
como mecanismos lineales y estructurados de la desigualdad, segregación y 
diferencia social— de hombres y mujeres (Cazés, 2000). 
Así pues, por medio de la identidad de género se adquieren las características y 
atribuciones hacia las personas. Al asumir la identidad de género, los niños adoptan, 
a la vez, las atribuciones que se van construyendo socialmente respecto a la 
16 
 
pertenencia de género. De este modo, al modificar el panorama y desenvolvimiento 
de la identidad de género, se presenta una vía de cambio para construir una 
sociedad equitativa, de respeto y de igualdad entre hombres y mujeres. 
1.1.3. Papel de género 
Al implementar una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo 
más primitiva, se va formando el papel de género por medio del conjunto de normas 
y prescripciones que dicta la sociedad y la cultura sobre el comportamiento 
femenino y masculino (Lamas, 2002). 
Desde este enfoque, se entiende el cómo se va estructurando el papel de género, 
teniendo en consideración que las mujeres son las quienes deben realizar las 
actividades y labores de crianza de los hijos, cuidado del hogar y de servicio al 
hombre; mientras que éste último, es quien asume el rol de proveedor. Así se va 
componiendo, originando y estereotipando a los hombres y a las mujeres a seguir 
ciertas normas, costumbres, conductas, pensamientos, hábitos, características, 
comportamientos y actividades bien vistas y socialmente aceptadas tanto para unos 
como para otros. 
Al considerar el rol del papel de género, éste depende del sexo al que pertenezca 
el individuo. Representa la suposición compartida acerca de determinados 
humanos; es decir, la asociación de lo masculino y lo femenino, tras considerar las 
características sociales de lo masculino (como la autonomía, el dominio, la 
orientación al logro, fuerza, carácter y resistencia) mientras tanto a lo femenino se 
asocia la sumisión, el afecto, ternura, dedicación, protección, la necesidad de ayuda 
y la adhesión (Arango, 1995). Así lo que se desenvuelve socialmente para lo 
masculino y lo femenino representa el papel dado a los individuos, tal y como lo 
menciona Vallejo (Vallejo, 2004) el papel de género es la creencia, las expectativas 
y atribuciones sobre cómo es y se comporta cada género en la sociedad 
determinada sociedad. 
El papel de género conduce, de manera específica y organizada, a ciertas 
suposiciones sobre la forma como se comportará la gente en el medio social en el 
17 
 
cual se desenvuelven. Una vez que estas expectativas son aceptadas y adoptadas 
de manera generalizada, comienzan a funcionar como ciertos estereotipos ligados 
a la percepción de género. 
De esta manera, el papel de género juega un rol importante y, muchas veces, 
determinante en la sociedad, ya que en los ámbitos laborales, sociales o 
académicos se ejerce una discriminación hacia la mujer por motivo del género para 
poder acceder a un trabajo visto socialmente dirigido única y exclusivamente al sexo 
masculino (es el caso de las ingenierías o construcción); sin embargo, esta 
discriminación o rechazo de género también se presenta en los hombres, a quienes 
se les encasilla en roles afeminados si realizan actividades socialmente percibidas 
e impuestas a la mujer: lavar la ropa, planchar, hacer el aseo de la casa o cocinar. 
Así las mujeres con frecuencia se les consideran pasivas, ilógicas, emocionales, 
dependientes, subordinadas, sumisas, delicadas y maternales; mientras tanto, a los 
hombres se les contempla con nociones predominantes tales como ser dinámicos, 
asertivos, fuertes, no emocionales, lógicos, temperamentales, independientes, 
rígidos, competitivos, objetivos y activos en las diversas actividades que realiza 
diariamente.De tal forma, el papel de género es una construcción social integrada de normas, 
hábitos, costumbres, conductas, tradiciones, gustos, comportamientos o 
actividades, las cuales, van determinando lo que la sociedad quiere implantar en los 
individuos que la componen con base en el género, van determinando lo que la 
sociedad acepta y quiere observar, percibir, adoptar y, muchas veces, preservar de 
un hombre y de una mujer. 
De acuerdo con Bustos Romero (1994), desde la adopción de los papeles de 
género, se va creando una discriminación, segregación y desigualdad social entre 
hombres y mujeres. De este modo es que la construcción social implementada de 
los masculino y de lo femenino marca estereotipos muchas veces rígidos, que 
condiciona roles y desenvolvimientos sociales, lo que limita las potencialidades 
humanas a tener que ajustarse a comportamientos adecuados dependiendo del 
género al que pertenezcan. 
18 
 
De cierta manera, a través del tiempo las forma de comprender y percibir al papel 
de género están cambiando, esto debido a que de acuerdo con Gabriela Arango 
(1995), los estereotipos de feminidad y masculinidad asignados como modelos 
rígidos que obligaban a actuar, comportarse, vestirse y hasta de arreglarse de cierta 
manera, están cambiando paulatinamente. Esto ha permitido que las mujeres, poco 
a poco, hagan y se involucren más en las diversas actividades que socialmente han 
sido atribuidas al género masculino: pintar, trabajos considerados pesados, arreglar 
cosas o utilizar herramientas. 
La mayoría de las características atribuidas diferencialmente sólo a las mujeres o a 
los hombres tiene poco o nada que ver con el sexo biológico, ya que son meramente 
construcciones sociales convencionales que se han convertido, a través del tiempo, 
en estereotipos sociales por medio de los cuales las personas elaboran juicios 
morales o prejuicios generalmente negativos sobre lo adecuado o socialmente 
aceptado, lo correcto y lo que no lo es; por ello, pueden llegar a ser modificados 
(García, 2005). 
De este modo, el papel de género en nuestra sociedad —como elementos de la 
construcción social convencional promotores de estereotipos negativos— pueden 
ser modificados con la promoción, difusión y ayuda de una concientización social 
racional y responsable, encaminada a generar, difundir, promover y desarrollar una 
empatía e ideología de comunidad y convivencia social respetuosa de las 
diferencias biológicas y de las características propias de cada individuo de la 
sociedad mexicana. 
1.1.4. Perspectiva de género 
Como una construcción de perspectiva social, el género va determinando un 
reconocimiento de diferencia sexual y una diferencia determinada por diversas 
ideas, conductas, hábitos, costumbres, acciones, tradiciones, comportamiento, 
actividades y atribuciones sociales que se van construyendo en el tiempo, a partir 
principalmente de la diferencia sexual de los individuos que integra a la sociedad 
determinada. 
19 
 
A lo largo del mundo, los movimientos y organizaciones feministas, organizaciones 
ciudadanas y diversos organismos públicos e internacionales, se presentan con una 
visión plural, organizada, consciente, comprometida, explicativa y alternativa del 
acontecer en el orden de los géneros. De este modo, a la visión —encausada hacia 
la acción institucional social y civil— se le conoce como perspectiva de género. 
La construcción del género, cimentada desde un ámbito social, implica sufrimiento, 
dolor, humillación y desprecio, la dificultad para entender la diferencia es muchas 
veces mal traducida a vincularla con un criterio de superioridad o inferioridad 
(Lamas, 2002). 
La comprensión, análisis, organización, debate y entendimiento que se debe poseer 
acerca de la comprensión del género, representa una sólida columna ante la 
igualdad de hombres y mujeres, ya que al comprender el género permite visualizar 
a la humanidad y a cada quien en su dimensión biológica, psicológica, histórica, 
política, económica, social y cultural Así como hallar cierto tipo de explicación y 
diversas líneas de acción social para lograr aportar soluciones viables ante los 
diversos tipos de desigualdades e inequidades que enmarcan y determinan al 
presente (Menache, 2005). 
De este modo, se presentan diversas dificultades para llegar a poseer una equidad 
entre hombres y mujeres, pues el ser humano por naturaleza va estructurando y 
jerarquizando ideas de diferencia basadas en la inferioridad o superioridad; se 
puede percibir que al ser humano le cuesta mucho trabajo construir un patrón de 
diferencia que sea equitativo para ambas partes. 
La falta de una cultura de igualdad y equidad de género que regule la buena 
convivencia entre hombres y mujeres, que esté ligada a los principios de respeto 
es, sin duda, una limitante para poder llegar a establecer y promover una sana 
relación —la cual vaya siendo aplicada desde la esfera familiar hasta la esfera social 
en los diversos escenarios en los que se desenvuelvan los individuos— entre ellos. 
Hay que considerar los ejes de género y sexualidad como pilares fundamentales del 
trato igualitario en la sociedad. 
20 
 
Así, la perspectiva de género tal y como lo menciona Cazés (2000), permite enfocar, 
comprender y analizar las diversas características que definen a hombres y mujeres 
de manera específica; así como sus semejanzas y sus diferencias. De este modo, 
pueden entenderse y explicarse el sentido de sus vidas, sus expectativas, sus 
oportunidades, las relaciones sociales entre ambos géneros, así como los conflictos 
cotidianos que deben enfrentar y las diferentes maneras como lo hacen. 
Aunque se asume una perspectiva de género adoptada desde lo social, es preciso 
mencionar que los estereotipos de feminidad y masculinidad asignados como 
modelos rígidos que obligaban a actuar, vestirse y arreglarse de cierta manera, ya 
están cambiando (Barbieri, 1986). Se puede lograr una adaptación en la perspectiva 
de acción, pensamiento y desenvolvimiento social que los hombres han presentado 
y tenido a lo largo del tiempo. 
Se están modificando las diversas reglas del trato interpersonal entre mujeres y 
hombres en el ámbito social, familiar y laboral, donde la mujer no tenía un estatus 
de igualdad; inclusive, se ha llegado a penalizar el hostigamiento y el acoso sexual 
en el trabajo y en la violación conyugal (Aguirre, 2006). Esto ha permitido el acceso 
de la mujer a prácticas y acciones de conducta mucho más abiertas, sin que éstas 
estén determinadas o influidas por las normas, estereotipos y estándares sociales 
vinculados al género. 
La perspectiva de género permite promover la posibilidad de definir la condición 
social de cualquier sujeto y entender que su construcción se apoya en la 
significación cultural de su cuerpo sexual o en la carta de deberes, 
responsabilidades y prohibiciones impuestas para vivir, además de la 
especialización vital por medio de la sexualidad. 
De este modo, un pilar y línea de entendimiento fundamental en las atribuciones 
que se le dan a un sexo y a otro son considerados firmemente para la construcción 
de la percepción de género que se tiene en los diferentes espacios y escenarios de 
la vida social humana: es decir, la sexualidad. Una de las principales violencias a 
las cuales las mujeres son propensas de sufrir en el transporte público de la Ciudad 
de México es justamente la violencia ligada a la concepción de lo sexual. 
21 
 
1.2. Sexualidad 
Para la construcción de su identidad única y particular, el ser humano, como 
miembro de un círculo social determinado, es influido por diversas ideas, acciones, 
características, costumbres, hábitos, tradiciones, representaciones, costumbres e 
identidades destinadas a él, dependiendo del sexo que posea. Sin embargo, de 
igual manera, su identidad está ligada al ámbito de la sexualidad, factor 
determinante de influencia el cual vacreciendo, promoviendo, gestando, originado 
y desarrollando, a lo largo de su vida. 
La sexualidad —como factor determinante en la construcción de la identidad de las 
personas que componen a una sociedad determinada— es entendida de acuerdo 
con la Organización Mundial de la Salud (OMS) como: un aspecto central del ser 
humano, el cual está presente a lo largo de su vida, abarcando al sexo, las 
identidades y los papeles de género, el placer, la intimidad, la orientación y la 
reproducción sexual; se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, 
deseos, creencias, actitudes, hábitos, costumbres, tradiciones, valores, conductas, 
prácticas y relaciones interpersonales, influida por la interacción de factores 
biológicos, psicológicos, sociales, culturales e históricos. 
Por lo tanto, la sexualidad va siendo construida con base en la forma como cada 
esfera social entienda el accionar del ser humano teniendo en cuenta las 
condiciones individuales del sujeto (fisiológicas y psicológicas), sus sentimientos, 
emociones y la vinculación de éstas con las demás esferas de la sociedad: escuela, 
trabajo, centros de entretenimiento y deportivos, transporte, etc. Así lo muestra la 
figura 2. 
 
 
 
 
 
22 
 
Figura 2. Elementos que integran a la sexualidad humana 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Benetti (2011). 
La figura 2 expone los elementos que integran la sexualidad humana, así como lo 
menciona Benetti (2011), los cuales son el sexo (representado por el campo 
íntegramente biológico del sujeto), el género (representado por todas las 
actividades, leyes, hábitos, costumbres, etc.), que son atribuidas y socialmente 
aceptadas a los sujetos según su sexo y el rol sexual, es decir el papel, 
comportamiento, conductas, hábitos, costumbres y actividades determinadas que 
se esperan de los sujetos en una sociedad determinada, implantadas por normas y 
costumbres sociales surgidas y realizadas en las distintas esferas de una sociedad 
determinada. 
De este modo, la personalidad es entendida de acuerdo a (Allport, 1987), como el 
resultado de la articulación dinámica de los aspectos psicológicos (intelectuales, 
afectivos, cognitivos y pulsionales) y biológicos (fisiológicos y morfológicos) 
característicos de cada persona, englobando costumbres, sentimientos, rasgos, 
creencias, expectativas, valores, conductas, estilos de conducta, constitución física, 
etc., y que le distinguen de las demás, tomando su estructura desde una 
organización dinámica en el interior del individuo, la cual, va estructurando sus 
diversos sistemas psicofísicos determinado su conducta, su pensamiento y 
comportamiento característico individual que lo va diferenciando de los demás 
Sexo
(Biológico)
Rol 
Sexual
(Normas)
Género
(Social)
23 
 
individuos de la sociedad determinada. La personalidad está compuesta por 
diversos elementos de tipo hereditario y ambiental, expuestos en la figura 3. 
Figura 3. Elementos constitutivos de la personalidad 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Allport (1987). 
La figura 3 muestra los elementos constitutivos de la personalidad de los individuos; 
considera al temperamento, contempla aspectos estáticos y dinámicos (morfología 
y fisiología), sexo y edad. El primero, toma como eje fundamental elementos 
característicos de la naturaleza emocional de un individuo, incluidos su 
susceptibilidad emocional, la fuerza de la velocidad con que acostumbran a 
producirse, originarse y suscitarse las respuestas determinadas; su estado de 
humor preponderante y todas las peculiaridades de fluctuación, modificación e 
intensidad en el estado de humor (Allport, 1987). 
Por su parte, el carácter es entendido como el conjunto de rasgos de personalidad, 
que pueden seguir presentándose con el paso del tiempo en los diversos escenarios 
de encuentro social, los cuales comprenden y promueven una importancia moral y 
social. El carácter se va formando desde la niñez y adolescencia, por medio de 
elementos y vivencias (tanto positivas como negativas) aunado a la presencia de 
Temperamento
Inteligencia
Status y Roles 
sociales
Carácter
24 
 
distorsiones, errores, experiencias traumáticas, así como de costumbres, vivencias 
positivas y satisfactorias. Todo ello se forma mediante la interacción social en los 
diversos escenarios de encuentro y desenvolvimiento social determinados de los 
individuos: el hogar, la escuela, los grupos de amistad, etc. (Allport, 1987). 
Otro elemento constitutivo de la personalidad de los individuos es la inteligencia, la 
cual es definida en (Hergenhahn, 1994), como la capacidad de comprender en 
entorno y utilizar ese conocimiento para determinar la mejor manera de conseguir 
unos objetivos concretos, de este modo. La inteligencia es suma herramienta que 
acciona el individuo para afrontar los diversos tipos de problemáticas que se 
presentan en su día a día con motivo de llevar a cabo sus actividades profesionales, 
escolares, laborales, sociales, etc. 
De modo que la inteligencia representa un factor determinante en la forma de ser, 
analizar, comportarse, desenvolverse y desarrollarse por parte de la persona en el 
escenario social en el cual se desenvuelva; deben considerarse los factores 
amenazantes que hacen que se presenten diversos problemas a afrontar y 
solucionar en la vida diaria de las personas. 
El último elemento constitutivo de la personalidad de los individuos es el estatus y 
rol social que desarrollan; esto debido a que la posición —o situación que viven 
actualmente los individuos en la jerarquía de prestigio en un grupo social 
determinado— da pauta a que se desarrolle una influencia directa en la 
personalidad. Debido a los estándares sociales promovidos e implementados de 
acuerdo con la posición y al papel determinado que desarrollan en la sociedad en 
la cual realicen sus actividades cotidianas (Silvaggio, 2014). 
Por ello, cuando se habla de sexualidad, se debe determinar, analizar y entender la 
personalidad de los individuos; se debe forjar el entendimiento completo de acción, 
habilidades, ejecuciones y desarrollo de ellos para lograr analizar y adentrarse en 
las diversas relaciones interpersonales, en los sentimientos más íntimos y profundos 
de los diversos individuos de una sociedad determinada y observar sus efectos en 
el desarrollo y autodesarrollo de todos los seres humanos. La sexualidad de todos 
los seres humanos es un elemento fundamental en los rasgos de personalidad que 
25 
 
posea; éstos se originan, se desarrollan y se construyen a diario a lo largo de la vida 
de los individuos y están fuertemente vinculados a los distintos factores alrededor 
de las personas e interactúan, promueven, desarrollan, gestionan, proyectan, 
originan y emplean con éstos. Son expuestos en la figura 4. 
Figura 4. Factores que influyen en la construcción de la sexualidad 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Vázquez (2012). 
Como se observa en la figura 4 y de acuerdo con lo mencionado por Verónica 
Vázquez (2012), la sexualidad va cimentándose desde la infancia del ser humano 
por medio de la promoción y adopción de diversos factores de imagen propia 
(aceptación del cuerpo), el papel que va a tomar y desarrollar en la sociedad 
determinada (rol de género), el compromiso que tendrá con ella (responsabilidades 
y riesgos) y la percepción y la forma de autoimagen que posee de sí misma (valores 
y autoestima). 
Por lo tanto, estos factores de la integración de la sexualidad de los individuos van 
siendo influidos y vinculados con su desenvolvimiento, desarrollo y construcción; en 
primera instancia, con el círculo familiar en el cual se desenvuelva el individuo, al 
adoptar bases determinantes que orientan estructuran y solidifican su autoimagen 
Sexualidad
Conocimiento y 
aceptación del 
cuerpo
Consolidación del 
rol de género
Conocimiento de lo 
que significa el 
ejerciciode la 
sexualidad 
(responsabilidades 
y riesgos)
Desarrollo del 
sentido de sí 
mismo 
(valores/autoestim
a)
26 
 
y desarrollo social a la hora de iniciar diversos tipos de interacciones e intercambio 
de experiencias y conocimientos con los demás miembros de la sociedad 
determinada. 
1.2.1. Sexualidad y familia 
La familia representa la primera gran influencia en la construcción de la sexualidad 
de los individuos, porque proporciona, en primera instancia, la educación, 
autoimagen y la vinculación para iniciar la socialización. Por lo anterior, para poder 
brindar una auténtica educación sexual se debe entender como parte de la totalidad 
constitutiva y determinante de las personas; comprender que el sexo no es un 
carácter de las personas, sino más bien un elemento constitutivo éstas y, por lo 
tanto, la educación de la sexualidad implica a todas las personas. 
Como lo menciona Canseco (2014), la vivencia sexual de la persona es una 
expresión de todo su ser; una expresión y vivencia que está relacionada con 
determinados valores. En primer lugar, el valor inmanente (realizado en la misma 
persona) que tiene relación con la posibilidad de la consecución de un placer vital 
específico; en segundo lugar, el valor trascendente (realizado fuera de la persona) 
que tiene que ver con la posibilidad de establecer una relación de comunión entre 
dos o más personas; en tercer lugar, el valor superior que sirve a la procreación. 
Es en el núcleo familiar donde los sujetos tienen su primer acercamiento con los 
escenarios fundamentales de la sexualidad y del sexo, donde adquieren las normas 
socialmente aceptadas, costumbres, papeles y roles sexuales, etc. y la manera 
como deberán desenvolverse y accionar en cada uno de ellos. Los padres, como 
pilares del círculo familiar determinado, asumen el papel de tutores en la promoción 
de orientación sexual de sus hijos, la cual van fortaleciendo paulatinamente con la 
aparición de nuevos escenarios e instituciones sociales que se presentan a lo largo 
de la vida de sus hijos: la escuela, clubes sociales y deportivos, trabajo, amigos, etc. 
(Canseco, 2014). 
Sin embargo —y dependiendo de la cultura, tradiciones, costumbres, tradiciones, 
hábitos e ideología de ciertos lugares— la familia no asume y promueve, en primera 
27 
 
instancia, ese papel básico de vinculación, desarrollo y orientación sexual como 
debería. Muchas veces por pena de hablar sobre estos temas con sus hijos o porque 
no sabe cómo afrontarlo y desarrollarlo; con lo que dejan el camino abierto a 
influencias externas al núcleo familiar, las cuales pueden ser, en muchas ocasiones, 
negativas porque pueden llegar a desarrollar y vincular diversos tipos de ideologías 
de superioridad e inferioridad que se presentan entre una sexualidad y otra. 
1.2.2. Sexualidad e instituciones 
Las diferentes instituciones y centros, en los cuales se van desenvolviendo los 
sujetos a lo largo de su vida, representan factores determinantes de influencia en la 
construcción de la sexualidad de las personas., ya que son éstas quienes 
promueven los mecanismos de orden y control social con el fin de procurar el bien 
común en una sociedad determinada (Vázquez, 2012). Así, los sujetos van 
construyendo su sexualidad con base en las normas culturalmente proporcionadas 
por el núcleo familiar y por las del ámbito social; sin embargo, el social con sus 
normas, reglas e ideas puede representar (en vez de un factor de influencia positivo 
para el sano desarrollo y promoción de la sexualidad de los sujetos) una limitante 
en la construcción integral y autónoma de la sexualidad de los individuos, al 
implementar diversas ideas y diferentes estereotipos superiores e inferiores. 
En la construcción de la sexualidad, la escuela representa un papel de suma 
importancia, ya que es justamente en ella donde los individuos, a la par del 
conocimiento que va siendo inculcado en el círculo familiar, adquieren 
conocimientos acerca de las prácticas sociales, conocimiento de sus cuerpos, 
resolución de dudas o temores, y vinculación para un sano desenvolvimiento en la 
esfera social, siempre ligado a un sólido pensamiento de igualdad entre hombres y 
mujeres. 
1.2.3. Dimensiones de la sexualidad humana 
Para comprender las dimensiones de la sexualidad humana, se retoma el trabajo 
de Benetti (2011), al plantear la sexualidad como eje integral y fundamental en la 
construcción de la identidad del ser humano. Ésta se va construyendo 
28 
 
paulatinamente por medio de la interacción que el individuo presenta y realiza con 
las diferentes estructuras y escenarios sociales con los que tiene contacto, actividad 
fundamental para poseer un bienestar individual y social adecuado del individuo. De 
tal forma, la sexualidad está fuertemente vinculada a diversas dimensiones para su 
formación a lo largo de la vida de los sujetos; todas tienen porcentaje equitativo de 
importancia para una sana construcción de la identidad de los sujetos. Las 
dimensiones son expuestas en la figura 5. 
Figura 5. Dimensiones de la sexualidad humana 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Benetti (2011). 
La figura 5 muestra las dimensiones fundamentales que componen a la sexualidad 
humana, las cuales representan sólidos pilares en la construcción de identidad 
sexual de los individuos, influidos por factores biológicos, psicológicos, éticos y 
sociales. Estos últimos representan una sólida fuerza de influencia por medio de 
costumbres, actitudes, hábitos, ideas, y tradiciones adquiridas por el ámbito social 
por medio de la cultura, los cuales son determinantes a la hora de la manifestación 
de actos de desigualdad que han existido y sucedido, históricamente hablando, en 
México entre hombres y mujeres. 
•Aprendizaje de 
valores, códigos de 
ética, lo bueno y lo 
malo, legal e ilegal
•Papel de la familia, 
escuela, 
educación, 
amigos, etc.
•Personalidad, 
temperamento, 
orientación sexual, 
decisiones en las 
relaciones sexuales
•Deseo, 
procreación, 
respuesta sexual, 
sistema genético y 
anatomía humana
Biológica Psicológica
ÉticaSocial
29 
 
1.3. Cultura 
Los individuos que conforman la sociedad determinan su forma de ser con base en 
diversos factores que, a lo largo de su vida, se presentan y se constituyen tales 
como: las costumbres, comportamientos, prácticas, valores, hábitos, tradiciones, 
conductas, creencias, etc.; de este modo, el comportamiento, desenvolvimiento y 
forma de pensar de todos los individuos está determinado e influido fuertemente por 
la cultura. 
Por ello, es fundamental abordar el concepto de cultura como estructura de 
integración y pertenencia de los individuos de una sociedad determinada, como lo 
refiere Franz Boas (Boas, 1964); la cultura puede ser entendida y analizada como: 
la totalidad de las reacciones y actividades mentales y físicas que caracterizan la 
conducta de los individuos componentes en un grupo social, colectiva o 
individualmente en relación con su ambiente natural, a otros grupos, a miembros 
del mismo grupo y de cada individuo hacia sí mismo; también incluye los productos 
y elementos propios de estas actividades y su función en la vida diaria de los 
diversos grupos. 
De este modo, podemos entender la cultura como un proceso social, plural y 
colectivo, donde se presenta la gran dependencia que los distintos individuos 
demuestran con respecto al grupo al cual pertenecen, al vincular, promover y 
generar su conducta, la socialización y la simbolización de las diversas actividades. 
Así, la psicología de la cultura plantea comprender el modo como los elementos 
culturales influyen en el comportamiento, las costumbres y la percepción de grupos 
de personas, mediante la examinación del contexto donde viven las personas para 
encontrar en él las causas por las cuales los individuos tienden a actuar de un modo 
y no de otro (Torres, 2009). Por medio de la psicología cultural,se plantean los roles 
de género que impactan en el origen de la violencia hacia la mujer en los diversos 
campos de la vida social diaria. 
De este modo, de acuerdo con lo citado por Pablo Fernández (2005), la psicología 
cultural no sólo exige aprendizaje conceptual, sino una transformación de la 
30 
 
sensibilidad y de la mentalidad de las personas; la psicología cultural quiere situarse 
por encima de la cultura, del lado de las verdades y no del de las creencias. De tal 
forma, al pretender ser muy científicas y técnicas, solamente logran ser unas 
psicologías muy incultas, ya que al querer ellas mismas salirse de la cultura, resultan 
ser un producto menor, defectuoso, de la propia cultura que creen explicar. 
Por ello se necesita comprender, analizar y promover la cultura como un elemento 
fundamental de la forma de interacción social humana y visualizarla como un 
elemento primordial condicionante en la construcción de los roles de género de los 
individuos que pertenecen a ella. 
La cultura misma va surgiendo de la estructura y necesidades que los miembros de 
un círculo social presentan, al vincular su estructura interna con sus necesidades y 
estructura externas; de este modo la cultura va siendo entendida como una cultura 
interna y una cultura externa. En la interna, se engloba a la conducta, creencias y 
valores de nuestra propia cultura, cuando se determina o motiva nuestra conducta 
cultural por enfocarse más en los sentimientos y en las ideas; mientras tanto, en la 
externa se presenta la interacción y conflictos con nuestra propia cultura y puede 
ser adquirida a través de la observación, educación o de la instrucción, lo que la 
hace más fácil de aprender y de cambiar como las costumbres o conducta (Weaver, 
1998). Eso muestra la figura 6. 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
Figura 6. Cultura interna y cultura externa 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de Weaver (1998). 
La figura 6 muestra las partes de la cultura de las sociedades (cultura interna y 
externa). Como se ve, la cultura externa puede ser modificada por medio de la 
promoción y desarrollo de una ideología de igualdad de género, que gestione 
costumbres y conductas de igualdad, promovidas en las escuelas donde niños 
puedan aplicarlas. 
Entonces, la cultura —como determinante fundamental del comportamiento y forma 
de pensar que los individuos de una sociedad determinada presentan— posee 
ciertas funciones para llegar a ese cometido, por medio de diversas costumbres, 
comportamientos, roles de género, características, costumbres, tradiciones, 
hábitos, etc. En primera instancia, las funciones de la cultura son establecidas al 
proporcionar un enfoque que relacione los aspectos de una sociedad determinada: 
el físico, el cognitivo y el lingüístico (Starosta, 1998), factores empleados por medio 
de la apariencia física, la manera de pensar y la forma como se comunican los 
diversos miembros de una sociedad determinada, tal y como lo muestra la figura 7. 
 
Cultura interna 
-Representada por la conducta, creencias y valores 
de una cultura determinada
-Infuye en la conducta cultural 
-Se enfoca más en los sentimientos y en las ideas
Cultura externa 
-Interactúa y presenta conflictos con la cultura
-Puede ser adquirida a través de la 
observación, educación o de la instrucción
-Es más fácil de aprender y de cambiar 
(costumbres o conducta)
32 
 
Figura 7. Primera función de la cultura, relación de aspectos de una sociedad 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de William J. Starosta (1998). 
La figura 7 expone la primera función de la cultura; el lenguaje va estructurando la 
comunicación con la gente que presenta valores y creencias similares. El aspecto 
físico proporciona un ambiente de actividades que los diversos miembros de la 
sociedad van implantando por medio de la cultura y el aspecto cognitivo se vincula 
con las actividades y factores mentales, las creencias, formas de analizar y pensar, 
de dar sentido a las cosas y en lo que se ha aprendido, analizado y aplicado a través 
del tiempo. 
Mientras tanto, la segunda función que las distintas culturas presentan se relaciona 
con el desarrollo de poder llegar a brindar una estructura, organización, estabilidad 
y seguridad que los miembros de un grupo determinado utilizan y aplican, tal y como 
se muestra en la figura 8. 
 
 
Físico
CognitivoLinguístico
33 
 
Figura 8. Segunda función de la cultura, estructura, estabilidad y 
……………...seguridad de grupo 
 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de William J. Starosta (1998). 
La figura 8 expone la función que se plantea en la necesidad que presentan ciertos 
grupos sociales para poder llegar a tener una identidad sólida por medio de una 
estructura, seguridad y estabilidad social, la cual vincule sus creencias, conducta, 
tradiciones, hábitos, costumbres, comportamientos, formas de pensar y diversos 
tipos de actividades hechas en su día a día, con la realidad social que se presente 
en un momento determinado. 
De acuerdo con Starosta (1998) y Weaver (1998), se puede llegar a entender que 
la estabilidad y estructura en una cultura determinada va siendo implantada y 
difundida mediante la dominación de unos miembros sobre otros, un mando, 
jefatura, subordinación, dominio, implantadas por ciertas creencias de que un 
género es mejor y está por encima del otro; para este cometido, hay que considerar 
diversas formas de pensar de ciertos individuos de una estructura social 
determinada. 
 
Estabilidad
SeguridadEstructura
34 
 
Es así como las distintas actividades, formas de pensar, creencias, costumbres, 
hábitos, tradiciones y el devenir de todo lo que interactúa en los diversos escenarios 
de la vida cotidiana de las sociedades, son canalizadores para llegar a forjar una 
forma de pensamiento único de los diversos individuos quienes las integran y, de 
este modo, estructurar una forma de cultura más incluyente, equitativa, justa y 
respetuosa, lograr promover una nueva forma de devenir y organización de 
identidad nacional. 
La percepción, simbolismo y conducta que una cultura va implantado y 
desarrollando históricamente sobre uno de sus miembros, va siendo formada con 
base en las opiniones y forma de desenvolverse éstos hacia el otro; así, en las 
diversas culturas se contemplan diversos valores, actitudes, comportamientos, 
costumbres, hábitos, percepciones y roles de género; así se muestra en la tabla 1. 
Tabla 1. Cultura y roles de género 
ROLES DE GÉNERO 
En las culturas Masculinas En las culturas Femeninas 
Hay menor igualdad de sexos en el trabajo 
y educación 
Una mayor igualdad de sexos en el trabajo y 
educación 
Los hombres son más competitivos que 
las mujeres 
Las mujeres se describen como más competitivas 
que los hombres 
Se encuentran estereotipos compartidos Se encuentran estereotipos de género específicos 
o idiosincrásicos para cada país 
Hay atributos típicos menos diferenciados 
(mujeres se describen en términos 
masculinos) 
Hay atributos típicos más diferenciados (mujeres se 
describen en términos diferentes de los hombres) 
Se valora más el desafío y el 
reconocimiento 
Cooperación y las buenas relaciones 
Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de P. R. Bundy (2001). 
La tabla 1 muestra las diferencias que existen entre culturas masculinas y femeninas 
en relación con los roles de género existentes; de acuerdo con lo señalado por 
Bundy (2001), es en las culturas masculinas donde se presentan mayores 
estereotipos entre hombres y mujeres. En la manera de desenvolverse y 
comportarse de los individuos en una sociedad determinada, la mujer, 
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históricamente hablando, ha sido víctima de diferentes formas de pensar, comprarse 
y actuar por parte de los hombres hacia su persona. 
La estructura de la percepción y desenvolvimiento social que el hombre ha 
presentado en la sociedad mexicana con las mujeres ha ido edificándose

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