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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Argentina: la guerra de las Malvinas a través del rotativo argentino 
“Clarín”. El periódico: ¿una versión limitada? 
 
Tesis 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
Licenciado en Historia 
 
PRESENTA 
 
Nora Leyda Duque Gaspar 
 
Asesora Lic. Guadalupe María del Pilar Barroso Acosta 
 
 
 
 
 
 
 
Enero de 2008 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
A Marta: 
 
Por su paciencia, sus recuerdos y por abrirme no sólo las puertas de su 
casa, también las de su corazón. 
 
A Cifas, el Atemporal: 
 
Sin él no sería. 
 
 
Guardamos lo mejor para el final; 
Repetimos una y otra vez: 
Adelante, ya falta poco. 
Cansancio, tristeza, críticas, 
Incertidumbre, pereza; 
Arrasamos con todo, con tal de, 
Sabernos triunfadores. 
 
 
Agradezco a: 
 
Mi Mamá y mi hermana, por su apoyo; 
 
Mis amigos, por su compañía; 
 
Al Ser Supremo, porque ya tengo fe, y 
 
A mi asesora, por su tiempo y dedicación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
nldg ‘2008 
 
Argentina: la guerra de las Malvinas a través del rotativo argentino Clarín. El 
periódico: ¿una versión limitada? 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
 Pág.
 INTRODUCCIÓN 1
 CAPÍTULO I 
I. ANTECEDENTES 11
1. Historia de las Malvinas 12
 1.1. Origen 12
 1.2. Las incursiones e inicio del conflicto 16
 1.3. La Doctrina Monroe 17
 1.4. Implicaciones políticas 24
 1.5. Malvinas, hoy 30
 1.6. Importancia 31
 
 CAPÍTULO II 
II. LOS PARTICIPANTES. SUS RELACIONES DIPLOMÁTICAS 37
2.1. Reino Unido de la Gran Bretaña 40
2.2. República Argentina 43
2.3. Reflexiones 51
 
 CAPÍTULO III 
III. LA GUERRA DE LAS MALVINAS EN EL CLARÍN 53
3.1. Planteamiento 53
3.2. ¿Qué es un periódico? 61
3.3. El Clarín 65
3.4. Desarrollo de la Guerra 76
3.5. Confrontación de versiones y su análisis 136
 
 CONCLUSIONES 157
 BIBLIOGRAFÍA 169
 APÉNDICE 181
 
 
 
 
 
Neevia docConverter 5.1
 
INTRODUCCIÓN 
 
Durante la década de los ochenta del siglo XX, América latina se vio envuelta en 
una serie de acontecimientos bélicos que conmovieron la economía y la política 
del continente entero. Muchas dictaduras cayeron prácticamente al hilo: Perú 
(1980), Bolivia (1982), Argentina (1983), Uruguay (1984), Brasil (1985), Filipinas 
(1986), Haití (1986), Paraguay (1989) y la de Chile (1989).1 Las fuerzas más 
importantes que promovieron los cambios fueron las políticas civiles y los 
ejércitos. Una ola de regímenes militares de derecha que había iniciado, en los 
años sesenta, a inundar el cono sur, fue una pronta respuesta a la existencia de 
rebeldes armados. 2
En Argentina por ejemplo, el caudillo populista Juan Domingo Perón fue 
derrocado por un golpe militar; la fuerza peronista radicaba en las organizaciones 
obreras y en la movilización de los pobres; tras su caída, el gobierno argentino fue 
asumido a intervalos, por civiles, habida cuenta de que el movimiento de masas 
peronista se mostró indestructible y de que no se formó ninguna alternativa civil 
estable. Cuando Perón volvió del exilio en 1973, demostrando una vez más el 
predominio de sus seguidores, esa “vez con gran parte de la izquierda local a 
remolque, los militares tomaron de nuevo el poder con sangre, torturas y retórica 
patriotera hasta que fueron derrocados tras la derrota de sus fuerzas armadas en 
la breve, descabellada, pero decisiva guerra anglo-argentina por las Malvinas en 
1982”.3
 
1 Almanaque anual 2003, Colombia, Editora Cinco, pp. 183, 213, 220, 244, 320, 356, 496, 498, 
609. 
2 Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Barcelona, Crítica, 1995, pág. 553, cito: “El siglo XX había 
sido un siglo de guerras mundiales, calientes o frías, protagonizadas por las grandes potencias y 
por sus aliados, con unos escenarios cada vez más apocalípticos de destrucción en masa… Los años 
ochenta demostraron, mediante el conflicto anglo-argentino de 1982 y el que enfrentó a Irán con 
Irak de 1980 a 1988, que guerras que no tenían nada que ver con la confrontación entre las 
superpotencias mundiales eran posibles en cualquier momento. Los años que siguieron a 1989 
presenciaron un mayor número de operaciones militares en más lugares de Europa, Asia y África de 
lo que nadie podía recordar, aunque no todas fueran oficialmente calificadas como guerras: en 
Liberia, Angola, Sudán y el Cuerno de África; en la antigua Yugoslavia, en Moldavia, en varios 
países del Cáucaso y de la zona transcaucásica, en el siempre explosivo Oriente Medio, en la 
antigua Asia central soviética y en Afganistán. Como muchas veces no estaba claro quién combatía 
contra quién, y por qué, en las frecuentes situaciones de ruptura y desintegración nacional, estas 
actividades no se acomodaban a las denominaciones clásicas de «guerra» internacional o civil. Pero 
los habitantes de la región que las sufrían difícilmente podían considerar que vivían en tiempos de 
paz…”. 
3 íbidem, pág. 440. 
 1
INTRODUCCIÓN 
La Guerra de las Malvinas que involucró a Gran Bretaña versus Argentina 
y en la que Estados Unidos intervino como “mediador”, fue breve, apenas duró 
unos 70 días, pero dejó tras de sí –como todas–, un rastro de sangre y miseria. 
Para los argentinos se tradujo en un cambio en la forma de gobierno, con la 
salida de los militares del poder, amén de una fuerte crisis económica. Para el 
Reino Unido en cambio, fue una inyección de energía, pues Margaret Thatcher 
logró consolidarse en el poder reeligiéndose como primera ministro de su país y 
posteriormente en 1990, trató de cobrar indemnización por la guerra.4
La importancia de la guerra malvinense radica en que puso sobre la mesa, 
las gastadas relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. Lo mismo que 
refrendó las posesiones neocoloniales de Europa en América.5 El fin de la guerra, 
como veremos en el capítulo I de este trabajo, no fue el día en que se rindieron los 
argentinos apostados en las Malvinas, todo lo contrario, siguió perennemente 
porque las islas continúan en posesión inglesa. 
 
Las Malvinas a través de FLAGS 
El 1º de diciembre de 1992 surgió en México la Fundación Latinoamericana 
"Gregorio Selser", A.C., conocida por sus siglas como FLAGS. Uno de sus objetivos 
es editar la obra póstuma del periodista, historiador y catedrático argentino 
Gregorio Selser (1922-1991), producto de su trabajo durante los años de 1960 a 
1991, publicados en diversos periódicos y revistas de América latina, Estados 
Unidos y Europa. La Fundación está inscrita en varios programas de servicio 
social en universidades como la UNAM, la UAM y más recientemente la UACM. 
 Hasta hace poco la Fundación tenía en su acervo 150 archiveros tamaño 
oficio y más de 50 revisteros con material hemerográfico y publicaciones de todos 
los países de Sudamérica, además de documentos históricos -algunos se 
remontan hasta los años veinte-, que fueron recopilados “con gran disciplina, ojo 
político y sensibilidad bolivariana” por el maestro Gregorio Selser y su esposa 
 
4 El día 16 de febrero de 1990 todos los medios masivos de difusión, tanto estatales como privados, 
anunciaron que se habían restablecido las relaciones diplomáticas entre la República Argentinay el 
Reino Unido de Gran Bretaña. El instrumento jurídico fue firmado por Domingo Cavallo en Madrid, 
en un salón del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. El texto del documento estaba 
integrado por dieciocho artículos y cuatro anexos que abarcaban un total de catorce cuartillas. La 
Nación, 16 de febrero de 1990, Buenos Aires, pp. 1, 4. 
5 Gregorio Selser, “En carta a Pérez Esquivel apoya Alfonsín al Grupo de Contadora”, 24 de abril de 
1985, El Día, México. 
 2
INTRODUCCIÓN 
Marta Ventura.6 Hoy el acervo está hospedado en la Universidad Autónoma de la 
Ciudad de México. De él han emanado más de 30 tesis, entre licenciatura, 
maestría y doctorado, además de otras publicaciones. 
 Este trabajo de tesis se concibió tras varios años de colaboración en la 
Fundación, participando en la captura, corrección y clasificación de los artículos 
de don Gregorio, de su versión original en papel mecanuscrito a un formato 
digital, que permita a investigadores y periodistas interesados en la temática 
latinoamericana consultar de manera más precisa la obra selseriana. 
El acervo hemerográfico estaba dividido por temas, ofreciendo a sus 
consultores, material sobre: golpes de Estado, rebeliones, redes del poder y el 
narcotráfico, las modalidades del intervencionismo estadounidense, las formas 
distintas de la sumisión colonial, traiciones de los poderosos y los perfiles, 
anacrónicos y aberrantes, de decenas de dictadores que asolaron los países de 
América Latina, así como sus relaciones políticas con Estados Unidos. 
 
Sobre las fuentes impresas 
Gracias a la ayuda que don Gregorio recibió de su esposa, Marta Ventura, el 
acervo alcanzó dimensiones insospechadas por el mismo periodista, que se valió 
de tijeras para obtener de los periódicos y revistas, todo aquello que le era útil en 
su labor histórico-periodística. Tan sólo la sección dedicada a las Malvinas 
contaba al menos tres archiveros oficio (llenos hasta los bordes). Había ahí 
artículos de varios periódicos –muchos de los cuales únicamente tenían fecha–, 
folletos, gacetas y revistas. 
 Marta menciona que nunca pensó en formar una hemeroteca con aquellos 
papeles; si empezó a ordenarlos, fue con la finalidad de hacer espacio en su casa 
para que su esposo siguiera trabajando. Recibían de cuatro a seis periódicos 
diarios, además de revistas, boletines y gacetas. Muchos años después de 
fallecido don Gregorio, con ayuda de estudiantes que hacían su servicio social, 
ella seguía clasificando artículos y recortes por temas e incluso por fechas. Su 
memoria y meticulosidad no han ido en detrimento con los años. Ahora preside la 
Fundación y participa como consultora en la Asociación por la Unidad de Nuestra 
 
6 Blanche Petrich, “Archivos de los Selser reabren la memoria de AL”, 08 de noviembre de 2006, La 
Jornada, México. 
 3
INTRODUCCIÓN 
América (AUNA)7. 
En esos archiveros se encontraban los recortes del periódico , 
publicación argentina que llegaba a la residencia de don Gregorio todos los días y 
del cual extrajo segmentos completos y notas, de antes, durante y después de la 
guerra de las Malvinas. Ahí se encontraba toda la documentación que Selser 
seleccionó cuidadosamente y con la que, según su esposa, pensaba realizar un 
libro. 
 A lo largo de tres años que se llevó la “reclasificación” del material, 
surgieron muchas preguntas sobre las Malvinas. Pero la más importante y que 
dictó la pauta de este trabajo fue: ¿mintieron los diarios deliberadamente al 
pueblo argentino sobre las condiciones de la guerra de las Malvinas? Para 
responder esta y otras interrogantes más se consultaron varias fuentes para 
conocer el desarrollo de la guerra, y poder así, hacer la comparación de versiones, 
es decir, entre lo ocurrido aquellos 70 días de guerra y lo que la prensa argentina 
le contó al pueblo. Se optó por el Clarín porque no es (o se tendría que decir era) 
un periódico pro-gobiernista. Cuando se hizo la elección del periódico, se pidió la 
opinión al respecto de un conocedor del tema, don Sergio Bagú,8 catedrático de la 
UNAM y que fuera en vida de don Gregorio, amigo y compañero de exilio. 
 
Sobre las fuentes “on line” 
Desde que en 1991 se liberó el código fuente del primer navegador para Internet, 
se volvió de fácil acceso para las personas no relacionadas con la telemática y se 
abrieron espacios para el comercio; el término “global” que se había acuñado 
desde los años sesenta, no fue tan real como lo ha sido en el siglo XXI.9
 El temor a perder material invaluable, proyectos de investigación, imágenes 
y en general el producto de largos años de trabajo, de los investigadores sociales 
fue vencido por los ánimos de intercambiar con otros científicos, en diversos 
 
7 Es una nueva organización continental independiente, de carácter no gubernamental, con 
proyección esencialmente latinoamericana y caribeña y que aspira a trabajar seriamente en la 
defensa de los mejores intereses y, concretamente, en favor de la unidad de los pueblos de América 
Latina. www.aunamexico.org 
8 1911-2002, colaborador durante tres décadas del Centro de Estudios Latinoamericanos de la 
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ver: Problemas del Desarrollo. Revista 
Latinoamericana de Economía, Vol. 36, Núm. 143, octubre-diciembre / 2005, pp. 265-268. 
9 David Zurdo Sáiz; Fernando Acevedo Quero, Alejandro Sicilia Burgoa, Internet, España, Parainfo, 
2001, pág. 17. 
 4
INTRODUCCIÓN 
países, experiencias y conocimiento. Es así como revistas publicadas en México 
por el INAH, la UNAM y la UACM, para citar ejemplos cercanos, brindan a la 
comunidad científica revistas, artículos científicos, manuales, entre otros, para su 
difusión.10
 Las instituciones se han valido de los más variados medios y formas para 
proteger sus publicaciones de los hackers.11 Están desde los más sencillos que 
sólo te requiere de un registro en línea, hasta los que la consulta está restringida 
solamente para usuarios internos (intranet). Otros mantienen la información al 
alcance sin restricción, sólo piden al lector que cite el lugar de donde fue tomada 
la información, para lo cual recurren a las leyendas “Derechos Reservados” o 
“Copy Rights” o los símbolos © o ®. 
 Para enriquecer este trabajo y empleando los criterios que para descartar 
las fuentes escritas se usan –quién lo escribió, para qué, por qué–, se revisaron 
cientos de páginas, portales y sitios de Internet. Si bien es cierto que ya 
cualquiera puede publicar en Internet, en los espacios públicos llamados blogs,12 
también lo hacen personas que han encontrado un espacio en la www para la 
difusión científica y un lugar propicio para el encuentro de investigadores.13
 
Sobre el método 
Quizá ningún otro texto es tan difícil de abordar como la prensa, porque algunos 
la consideran fuente de opinión e indirecta, y por tanto no fuente de información 
proveniente de los hechos que se buscan. Sin embargo para el investigador de la 
 
10 El INAH cuenta ahora con varias revistas, boletines y gacetas en formato electrónico, que también 
se publican en edición impresa, por ejemplo: Dimensión Antropológica, M. Museos, Voz-inah, El 
Correo del Restaurador, Revista Ehécatl, entre otras. Tan sólo la primera de ellas cuenta con 32 
volúmenes en español y 4 en inglés, que dicho sea de paso, estos cuatro no pasaron por la 
imprenta, www.dimensionantropologica.inah.gob.mx; www.m.inah.gob.mx y www.inah.gob.mx. 
11 El término viene de hack (en inglés recortar), utilizada en determinados sectores de las 
tecnologías para denominar a las pequeñas modificaciones que se le pueden hacer a un programa o 
máquina para mejorar o alterar su funcionamiento. Los hackers surgieron con los programadores 
del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que en los 60, por usar hacks, se llamarona sí 
mismos hackers, para decir que podían hacer programas mejores y aun más eficaces, o que hacían 
cosas que nadie había podido hacer. 
12 Un blog es un sitio web que recopila textos o artículos de uno o varios autores, donde se conserva 
la libertad de publicar lo que se quiera. El término blog proviene de las palabras web y log (en inglés 
diario). 
13 Un ejemplo de primera mano: a mediados de 2006 se desarrolló un proyecto que permite al 
Consejo de Arqueología del INAH estar en contacto con los arqueólogos en México y el extranjero. 
http://www.arqueologia.inah.gob.mx/consejo/index.php; desde ahí dan seguimiento a los 
anteproyectos e investigaciones que se llevan a cabo en México en materia arqueológica. 
 5
http://es.wikipedia.org/wiki/World_Wide_Web
http://es.wikipedia.org/wiki/Texto
http://es.wikipedia.org/wiki/Art%C3%ADculo
http://www.arqueologia.inah.gob.mx/consejo/index.php
INTRODUCCIÓN 
historia moderna y contemporánea es impensable prescindir de la prensa. 14
 Si consideráramos a los periódicos como informadores de los 
acontecimientos que se suceden a diario, tratando de abarcar en la medida de lo 
posible lo más sobresaliente, entonces estaríamos frente a una fuente “que nos 
dice lo que pasó y cómo pasó, pero sobre todo, proporciona su versión de las 
cosas, recoge lo que se pensó y se dijo acerca de algo”.15 Para los científicos 
sociales es una fuente del acontecer cotidiano, “es medio y fin”.16
 Bajo esta premisa, para la realización de esta tesis, se descartó de la 
lectura de Clarín, todo aquel elemento comercial, tales como desplegados, 
anuncios y publicidad. Las cartas de los lectores, la editorial y las columnas 
fueron tomadas con reserva, teniendo en cuenta que tienen como fin emitir una 
opinión explícita. También se omitieron los segmentos dedicados a la economía y 
a los deportes. Como resultado obtuvimos del Clarín, todas las notas y artículos 
de política, relacionados con la guerra y sus protagonistas. 
 Luego entonces, para definir la ruta de investigación nos preguntamos: 
¿cuál es la importancia de las Malvinas? ¿Qué pasaba con las relaciones 
diplomáticas entre los protagonistas de la guerra? ¿Cuál fue el papel 
desempeñado por Estados Unidos en la guerra? ¿Cuándo aparecieron los 
periódicos en América Latina?, y ¿cuál fue su finalidad primaria? ¿Son forjadores 
de la opinión pública? ¿Abarcan los periódicos todo el ámbito social? ¿Están 
intervenidos o influenciados por los gobiernos? ¿Abarcan los periódicos todo el 
ámbito social? Preguntas que se fueron respondiendo a medida que se avanzó en 
la investigación y lectura del rotativo citado. El resultado está plasmado en estas 
páginas. 
 Lo que se presenta a lo largo de este trabajo es en primera instancia, una 
semblanza histórica y geográfica de las islas Malvinas, así como su importancia 
en el origen del litigio. Luego, información histórica sobre las relaciones 
diplomáticas de los países participantes, con la finalidad de presentar la 
importancia de la guerra para Argentina e Inglaterra. En un tercer apartado, el 
análisis de la información que Clarín presentó durante un año a sus lectores, 
 
14 Álvaro Matute, "Prensa, sociedad y política (1911-1916), en Aurora Cano Andaluz (coordinadora), 
Las publicaciones periódicas y la historia de México, México, UNAM, 1994, pág. 63. 
15 ídem. 
16 Álvaro Matute, “De la prensa a la historia”, en Miguel Ángel Castro (coordinador), Tipos y 
caracteres: la prensa mexicana (1822-1855), UNAM, México, 2001, pág. 12. 
 6
INTRODUCCIÓN 
comparándolo con la versión final sobre lo ocurrido aquel invierno de 1982. Por 
último, se anexaron varios apéndices con información adicional sobre los 
periódicos que se publican en Argentina, imágenes de la guerra y las fichas 
resumidas obtenidas de la lectura de . 
 
Sobre don Gregorio Selser (1922-1991)17
Por último, como ya se dijo en un apartado anterior, FLAGS surgió a partir de la 
necesidad de preservar el trabajo de Selser. Esta tesis es una muestra de los 
recursos con los que cuenta ese archivo, así como todo lo que la obra selseriana 
puede aportarnos hoy al entendimiento de la política, la economía y la historia 
contemporánea de latinoamerica. Su obra “expresa su deseo y necesidad de que 
otros seres humanos sientan la misma indignación que él frente a la injusticia, 
mantuvo una denuncia constante y consecuente de las políticas intervensionistas 
de las potencias mundiales, principalmente las de Estados Unidos”. 
Como periodista comprometido con la verdad, sustentaba su trabajo en la 
reconstrucción histórica minuciosa y precisa, rigurosamente documentada, que 
hoy es testimonio contra la mentira y abuso del poder. Vinculó los 
acontecimientos de actualidad periodística con sus antecedentes históricos. De 
esta manera, en su trabajo la historia aparece como un instrumento para la 
comprensión del presente. Su obra debiera ser difundida para tener una visión 
más clara de la historia latinoamericana contemporánea. 
Su formación periodística entra en la corriente del pensamiento 
latinoamericanista, antiimperialista y socialista. La mayor parte de su obra la 
llevó a cabo en México; se destacó por su capacidad de manejo de grandes 
cantidades de información, análisis rigurosos y concienzudos, acompañados de 
una notable memoria. 
Gregorio Selser nació en Buenos Aires, Argentina, el 2 de julio de 1922; 
residió en exilio en México desde 1976, hasta su fallecimiento, el 27 de agosto de 
1991. Fue periodista y corresponsal de periódicos y agencias noticiosas, así como 
colaborador asiduo de importantes publicaciones de América Latina y Europa. En 
 
17 Ana Laura Ramos Saslavsky, “El archivo Gregorio y Marta Selser. Una invitación a investigar la 
historia de América Latina del siglo XX”, en Andamios. Revista de Investigación Social, Núm. 5, 
México, Universidad Nacional Autónoma de la Ciudad de México, 2006, pp. 283-303. Ramos 
Saslavsky se encarga del proyecto de digitalización de la hemeroteca de Selser en la UACM (2007). 
 7
http://www.uacm.edu.mx/andamios/num5/documentos.pdf
http://www.uacm.edu.mx/andamios/num5/documentos.pdf
INTRODUCCIÓN 
Argentina colaboró con las agencias de noticias Inter Press Service (IPS), y Prensa 
Latina (PL), esta actividad la continuó en su exilio. Fundó las editoriales Triángulo 
y Palestra, en está última fue director de las colecciones “Historia viva” (1958-
1966) y “Vertientes de la libertad”, donde editó el libro Nuestra América y el 
imperialismo (1961) de Alfredo Palacios. Además, en la Editorial Universitaria de 
Buenos Aires (Eudeba) dirigió las colecciones “Biblioteca de América” y “Libros del 
tiempo nuevo” (1962-1966). También se desempeñó como profesor interino de 
periodismo en la Universidad Nacional de La Plata (1971-1974), a pesar de no 
tener título universitario. Paralelamente a estas actividades, desde 1956, tuvo 
trabajo fijo de tiempo completo en el periódico La Prensa, en la apolítica sección 
de “comunicaciones y transportes”, donde trabajó durante 19 años. En Argentina 
publicó aproximadamente 1,400 artículos y 24 libros. 
Durante los 15 años que vivió en México trabajó como investigador en el 
Instituto Latinoamericano de Estudios Trasnacionales (ILET), colaboró en los 
periódicos El Día, La Jornada y El Financiero, entre otros, y en la revista Proceso. 
Fue profesor invitado del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la UNAM 
durante nueve años. Ya radicado en México, escribió más de 3,300 artículos más 
y otros 23 libros, cinco de ellos fueron publicaciones póstumas. 
Su trabajo fue el de un periodista de investigación: consultaba archivos, 
fuentes principalmente hemerográficas, y buscaba referencias históricas. Para él 
la historia era un instrumento de gran riqueza para la comprensión del presente. 
La necesidad del estudio y el conocimiento de la historia latinoamericanafue su 
guía, no sólo en sus escritos, sino también en su desempeño como profesor 
universitario. “Selser divulgó los datos que habían sido soslayados por la historia 
oficial. Con su obra, una generación aprendió a conocer a la América Latina 
irredenta, la que no figura en los textos escolares…” 
Selser formó en Argentina una biblioteca de aproximadamente 12,000 
ejemplares, misma que tuvo que abandonar en su vivienda en Buenos Aires, 
cuando salió exiliado. Para salvarla de la amenaza de destrucción por parte de los 
militares, la donó al gobierno de México y a la Facultad Latinoamericana de 
Ciencias Sociales (FLACSO). Así fue como el gobierno mexicano de López Portillo y 
FLACSO participaron en el traslado del acervo entre 1979 y 1981. Pero no sólo 
trasladaron la biblioteca, también los papeles guardados por Selser (los que 
 8
INTRODUCCIÓN 
originaron su archivo hemerográfico), junto con los originales mecanografiados de 
sus artículos. 
 Selser mantuvo un análisis permanente y minucioso de los medios de 
comunicación, particularmente de las agencias de noticias y la prensa; criticó 
severamente a los medios antidemocráticos, manipuladores, serviles y 
autocensurados. Obtenía de los diarios, lo mismo artículos, reportajes, notas 
informativas que imágenes. Por ejemplo, de su archivo sobre Malvinas se extrajo 
ésta: 
Fue tomada del rotativo 
mexicano El Nacional, la 
fecha aparece inserta en 
el mismo recorte, como 
solía hacerlo don 
Gregorio. Es interesante 
esta foto porque muestra 
una de las maneras en 
que se ridiculiza o 
minimiza la guerra de las 
Malvinas; se subastaron 
artículos personales de 
los participantes de la 
misma. En este caso un 
sombrero de copa y unos 
guantes. 
 
La época que vivió Selser en México fue la de los regímenes de terror en el 
Cono Sur y su repliegue en los ochenta; los temas que abordó en sus libros y 
artículos fueron entre otros: la Guerra de las Malvinas, la crisis de la deuda 
latinoamericana y la aplicación de los planes radicales de concentración de 
riqueza llamados "planes de ajuste estructural" y "neoliberalismo", las muertes de 
Torrijos y Roldós y el primer "Documento de Santa Fe”, el "caracazo", la 
Revolución Sandinista y la guerra en Centroamérica de finales de los setenta y 
toda la década de los ochenta (más de 300 mil muertos), la guerra "secreta" de 
 9
INTRODUCCIÓN 
Reagan contra Nicaragua y el "Irangate", la invasión de Granada, los 
“cocadólares” y García Meza en Bolivia, el Tratado Torrijos-Carter y la invasión a 
Panamá, la victoria de Arístide en Haití y su consiguiente desestabilización, la 
derrota electoral sandinista, la CIA, la presidencia de Bush (padre), la Guerra del 
Golfo Pérsico, el desmantelamiento del bloque soviético, el acercamiento ansioso 
de la disidencia clasemediera intelectual latinoamericana al poder. 
Sólo resta decir que a don Gregorio le sobreviven su esposa Marta y tres 
hijas Claudia, Irene y Gabriela, quienes también se dedican al periodismo; una de 
ellas radica en México; las otras dos, una en Nicaragua y otra en Argentina. 
 10
Capitulo I 
ANTECEDENTES 
 
En este capítulo empezaremos por dar una descripción física y geográfica de las 
islas Malvinas, objeto y escenario de la guerra. Luego un recuento de su historia y 
lo que pueden representar para los intereses de quien posea la soberanía sobre 
ellas. 
Veremos, que las Malvinas son mucho más que unas simples islas, por eso 
la armada británica desplegó parte de su flota naval para poder recuperarlas, 
demostrando con ello supremacía naval y militar. 
 Se hablará de sus características, los posibles porqués de la guerra y su 
contexto histórico, cerraremos con la importancia que este territorio tiene en el 
entorno mundial.18
El mapa muestra el 
hemisferio sur del 
continente americano. 
Se puede apreciar cuán 
largo y grande es 
Argentina, todas sus 
fronteras y litorales. En 
el extremo sur se 
encuentran las islas 
Malvinas, formando un 
archipiélago, y más 
abajo el Océano Glacial 
Ártico, por lo que 
convierte a las islas 
presa de crudos 
inviernos, con fuertes 
ráfagas de viento y 
zona de difícil acceso. 
 
18 Los mapas de este capítulo, excepto el último, fueron obtenidos de la Enciclopedia Encarta 2006. 
 11
Neevia docConverter 5.1
ANTECEDENTES 
1. Historia de las Malvinas 
1.1. Origen 
Las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, pertenecen a los 
archipiélagos ubicados en la prolongación sur-oriental del continente americano y 
la cordillera de los Andes, se forman en un arco que comienza a unos 500 
kilómetros del litoral argentino Malvinas, estando en medio las Georgias del Sur y 
terminar a 2,000 kilómetros del mismo, con las Sándwich. Miden 12,173 
kilómetros cuadrados.19
 Las Malvinas son las más importantes de la región, tanto por su tamaño, 
como por las cuencas petroleras que se encuentran bajo ellas, además de su 
ubicación estratégica en el sur del continente, cercana a una de las rutas 
marítimas más importantes del mundo, la que comunica el océano Atlántico con 
el Pacífico. Estas islas son aptas para la crianza de ganado ovino, además son 
ricas en recursos pesqueros como el krill (crustáceo con alta concentración de 
proteínas).20
Las Malvinas pertenecen al continente americano, de manera natural a 
Argentina, ya que se encuentran en su plataforma continental. Es un archipiélago 
compuesto por dos islas principales y otras menores, haciendo un total de 200 
islas. Las de mayor importancia son La Soledad y La Gran Malvina, junto al resto 
de las islas, guardan una gran semejanza con las tierras patagónicas. No tienen 
ríos importantes, salvo por los ríos de piedra21 que probablemente llevaron agua 
en la época preglacial.22
Las islas son esencialmente llanas, con pequeñas ondulaciones y 
elevaciones de poca importancia: el monte Adam, ubicado en la Gran Malvina, 
apenas mide 700 metros; el monte Osborne, dentro de la isla La Soledad, mide 
aún menos, 685 metros. El clima es extremadamente frío, suelos duros y rocosos 
azotados por vientos huracanados. El mar en su derredor es frío, aunque el Ártico 
se encuentra a 1,600 kilómetros de distancia.23 
 
19 Alejandro Dabat y Luis Lorenzano, Conflicto malvinense y crisis nacional, México, Libros de teoría 
y política, 1982, pág. 75; Gregorio Selser, “Malvinas: política, economía y estrategia en el contexto 
del litigio del Atlántico Sur”, El Día, México, 25 de abril de 1982. 
20 ídem. 
21 Les llaman ríos de piedras porque son ríos petrificados; grandes vados con enormes piedras que 
parecen haber quedado ahí, inmóviles, después de haberse secado toda el agua que llevaban. 
22 Mario J. Calvi, Malvinas el mito destruido, Ediciones Devoto, Argentina, 1982, pp. 26 y 27. 
23 íbidem, pág. 28 
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ANTECEDENTES 
Las islas carecen de árboles, salvo los de Stanley. La fauna endémica fue 
desapareciendo por la cacería sin medida de los habitantes de las islas, que si 
bien son pocos, su intrusión definitivamente modificó el hábitat. Así fue como el 
zorro de las islas se extinguió, debido a la persecución de los pobladores, para 
salvaguardar al ganado ovino y vacuno que ellos llevaron. Sin embargo, aún 
sobrevive el “pato vapor”, cuya característica particular es su gran pecho ancho.24
Su nombre probablemente derive de Molovines, nombre dado por los 
pescadores del puerto de Saint Malo, en la costa Bretona francesa, quienes 
fueron asiduos visitantes de las islas durante el siglo XVIII.25 Las islas han sido 
llamadas de diferentes formas a lo largo de su historia: San Antón o De los Patos; 
Sansón; Islas de Sebald Weert, Sebaldes o Sebaldinas (llamadas así en honor a su 
supuesto descubridor, un marino holandés llamado Sebald Weert, de quien no se 
tienen más registros, por el año de 1600); Nouvelles y FalklandIslands.26
Respecto a su descubrimiento hay varias versiones, por un lado los 
ingleses consideran que su descubridor fue un navegante británico, pero no hay 
documentos que respalden esta versión. Por otro lado, los argentinos tienen la 
idea generalizada de que fueron descubiertas por Esteban Gómez en 1520, 
coterráneo o quizá pariente de Magallanes, que bien pudo haber desertado y 
usurpado al capitán de una de las naves y llegó hasta las islas, pero tampoco hay 
documentación ni registros.27
Finalmente los primeros en asentarse en las islas, y documentarlo, fueron 
los franceses, en 1763, cuando un barco capitaneado por Louis Antoine de 
Bougainville recaló en ellas. Se fundó el fuerte de St. Louis en la Soledad en 
1764, así las islas quedaron bajo la jurisdicción de la corona francesa. España 
protestó, porque las consideraba suyas por estar encuadradas en la zona 
otorgada en virtud del Tratado de Tordesillas,28 incluso el Tratado de Utrecht, 
 
24 íbidem, pág. 30. 
25 A. Kosarik, La crisis de las Malvinas (Falkland): orígenes y consecuencias, “Ciencias Sociales 
Contemporáneas”, Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1983, pág. 26. 
26 Mario J. Calvi, Malvinas el mito destruido… op. cit., pp. 44-47. 
27 A. Kosarik, La crisis de las Malvinas (Falkland)…, op. cit., pág 25. 
28 Para evitar conflictos entre España y Portugal, quienes se habían lanzado a los descubrimientos 
ultramarinos durante el siglo XV, el Papa Alejandro VI propuso la línea que pasaría a cien leguas 
(ampliada después a trescientas) de las islas Azores. El tratado de Tordesillas fue firmado el 7 de 
Junio de 1494. Sin embargo, la demarcación pactada era sobre las tierras de Asia, pues aún se 
ignoraba que las tierras descubiertas por Colón formasen un nuevo continente. José Andrés 
Gallego, Luis Suárez Fernández, Historia general de España y América, Madrid, Rialp Ediciones, 
S.A., 1981, pág. 112. 
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ANTECEDENTES 
concertado entre España y Gran Bretaña en 1713, estipulaba precisamente tal 
posesión. Francia se vio obligada a renunciar a las islas en favor de España, 
quien le dio 680 mil libras y fue el mismo Bougainville quien hizo la entrega de 
las islas (1766).29
Anteriormente en el año de 1765, los ingleses fundaron clandestinamente 
ahí una colonia con el nombre de Puerto Egmont; pero ni los españoles ni los 
franceses querían tener ingleses en sus territorios, así que fueron desalojados por 
una expedición que envió el gobernador de Buenos Aires, don Francisco de 
Bucarelli, por orden de la corona española.30 A partir de ese momento se llamó 
Puerto Trinidad.31
Vendrían años de paz en Europa, pese a ello, la situación de España no era 
buena y el desalojo de los ingleses fue el pretexto para un conflicto mayor. Luego 
de presionar a Francia, para que cumpliera el “Pacto de ayuda”, Carlos III se vio 
en la necesidad de entrar en negociaciones y aceptó realizar un acto de 
desagravio, el cual consistió en devolver el fuerte a Inglaterra, pero España 
conservaría la soberanía (1771).32 
 Continuaron los conflictos y el episodio terminó con la quema de los restos 
del fuerte en 1780 por Juan Pascual Callejas, quien además se llevó la placa que 
habían dejado los ingleses (como muestra de su estancia ahí) y la depositó en 
Buenos Aires; ésta desapareció durante las invasiones inglesas al Río de la Plata. 
Continuó la administración de las islas que estuvo a cargo de los españoles. 33 
El primer gobernador de las islas, nombrado en el Río de la Plata, fue Ruiz 
Puente (1767-1773), le sucedieron 19 gobernadores más, hasta 1810 en que se 
dio la Revolución de Mayo (revolución que puso fin a la dominación Española al 
Río de la Plata). En 1825 Gran Bretaña reconoció la independencia de Argentina 
con la firma del “Tratado de Amistad-Comercio y Navegación”, en el cual se 
aceptó también que todo lo perteneciente a España, ahora correspondía a la joven 
República.34
 
29 íbidem, pág. 26 y 27. 
30 íbidem, pág. 28. 
31 Mario J. Calvi, Malvinas el mito destruido… op. cit., pp. 52-53. 
32 ídem. 
33 íbidem, pp. 50. 
34 íbidem, pp. 56. 
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ANTECEDENTES 
De Buenos Aires partió en 1820, la fragata “Heroína”, el capitán al mando 
llevaba la orden de administrar las Malvinas; reunió los barcos fondeados en las 
islas: americanos e ingleses, estando presentes sus capitanes y tripulación, tomó 
posesión de las islas a nombre de las Provincias Unidas de América del Sur. Tres 
años después, el gobierno bonaerense otorgó el permiso de poblar las islas a los 
argentinos, que así desearan hacerlo. Las primeras concesiones de tierra fueron 
otorgadas en la isla Soledad.35
Entre 1824 y 1829 las islas fueron administradas por Pacheco y Luis 
Vernet. El 10 de junio de 1829, se creó por decreto la Comandancia Política y 
Militar de las islas Malvinas. El primer comandante fue Vernet, oriundo de 
Hamburgo, naturalizado argentino. Sus funciones principales eran el de controlar 
y contener la depredación de recursos naturales, realizada por centenares de 
navíos de diversas nacionalidades.36
En este mapa se puede observar la distribución y nombres de las islas que forman 
el archipiélago de las Malvinas o Falkland Islands, como le llaman los ingleses. 
 
 
35 A. Kosarik, La crisis de las Malvinas (Falkland)… op. cit., pág. 28. 
36 ídem. 
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ANTECEDENTES 
1.2. Las incursiones e inicio del conflicto 
En 1831, cerca de la isla Soledad fueron detectados barcos balleneros 
estadounidenses; Vernet mandó apresarlos y se embarcó con ellos rumbo a 
Buenos Aires para informar sobre el incidente. El capitán de la nave 
estadounidense se dirigió al cónsul de su país y exigió se rectificaran los procesos 
a los que fue sometido por Vernet. Luego ese capitán regresó a las islas a bordo 
de la corbeta “Lexington”, arrestó a un capitán argentino que había recalado su 
nave en las islas, arrasó las edificaciones y proclamó que las islas no tenían 
dueño, momento que supieron aprovechar los ingleses para establecerse en 
ellas.37
 El 3 de enero de 1833, una corbeta inglesa entró en Puerto Soledad, 
obligando al comandante civil y militar J.M. Pineda a remover la bandera 
argentina y abandonar las islas. Así fue como se produjo la conquista pirata cuya 
“legitimidad” suele argüir Gran Bretaña para reclamar como suyas las islas. Al 
principio sólo se realizaron investigaciones hidrográficas en las aguas costeras, y 
únicamente por personal oficial naval.38
A partir de la posesión británica, cada año el gobierno argentino ponía de 
manifiesto una protesta contra la agresión británica, pero resultó inútil; con todo 
fue puesta una base naval en las islas, luego de eso, empezaron a llegar 
inmigrantes ingleses y escoceses, que se fueron estableciendo paulatinamente en 
las islas. Su economía era básicamente de autoconsumo y mantuvieron contacto 
con Londres.39
Posterior a esto, Argentina envió un comunicado a las repúblicas 
americanas sobre el atropello cometido por Inglaterra en su contra. Ninguna hizo 
eco a esta denuncia, a excepción de Bolivia, quien apoyó la causa argentina. Fue 
hasta el 8 de enero de 1834 que esta denuncia tuvo respuesta por parte del 
gobierno inglés, representado por Lord Palmerston, quien lo único que hizo fue 
desconocer los reclamos argentinos. El 29 de diciembre de ese mismo año el 
embajador en Londres, Manuel Moreno, volvió a presentar el reclamo, haciendo 
un relato estricto de las razones históricas, geográficas y jurídicas de Argentina.40
 
37 íbidem, pág. 29. 
38 ídem. 
39 ídem. 
40 Calvi, Mario J., Malvinas el mito destruido... op. cit. pp. 63. 
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ANTECEDENTES 
Entonces Gran Bretaña envió ese año la fragata “Challenger”, llevandoa 
bordo al teniente Henry Smith, quien traía la instrucción de establecerse y 
gobernar las islas a nombre de la Corona Británica. Entre otras cosas que se 
transportaban en la embarcación llevaban un grupo de ovejas, el primero que se 
introdujo en estas islas, que luego constituirían una de las principales riquezas 
de estas tierras.41
Desde entonces no hubo más en el escenario malvinense, hasta que un 
incidente bélico puso a las Malvinas en la mira política nuevamente. El 8 de 
diciembre de 1914, en medio de la Primera Guerra Mundial, una escuadra 
alemana recibió instrucciones de abrirse paso vía Atlántico Sur, y así lo hizo, de 
paso podría atacar la base naval inglesa de Puerto Stanley. Lo que el 
vicealmirante alemán M. von Spee no sabía era que, en aquel momento, había 
anclada una considerable flota de naves británicas, que resistieron sin problema 
el ataque alemán, e incluso lograron derrotar a von Spee.42
Durante la Segunda Guerra Mundial Puerto Stanley sirvió de base naval 
para Inglaterra y Estados Unidos, y al término de ésta los reclamos argentinos se 
hicieron llegar a la ONU en 1965, el 18 de noviembre, entonces la Asamblea 
General de ese organismo emitió la Resolución No. 2065, en la que se declaraba 
la necesidad de solucionar tal situación por la vía diplomática. Al año siguiente 
iniciaron las negociaciones bilaterales, las cuales no dieron frutos.43
 
1.3. La Doctrina Monroe 
El intervencionismo estadounidense, como solía llamarle don Gregorio Selser a la 
participación o irrupción de los Estados Unidos en problemas latinoamericanos, 
tiene muchos métodos y nombres: Doctrina Monroe; Big Stick Policy (Política del 
Garrote); Gunboat Diplomacy (Diplomacia de las Cañoneras); Dollar Diplomacy 
(Diplomacia del dólar), y Good Neighbor Policy (Política del buen vecino), todas ellas 
generadas para una sola finalidad, llevar a cabo la misión de los Estados Unidos, 
“gobernar el destino del mundo”. 44
 
41 ibídem, pp. 65. 
42 A. Kosarik, La crisis de las Malvinas (Falkland)… op. cit., pág. 30. 
43 Alejandro Dabat y Luis Lorenzano, Conflicto malvinense y… op. cit., pág. 76 y 77. 
44 Gregorio Selser, “La agresión a Nicaragua: Algunos de sus mecanismos, descriptos por el asesor 
legislativo Gino Lofredo”, 05 de junio de 1983, El Día, México; “Honduras, Nicaragua y los militares 
asesores argentinos: Hablan los cancilleres de Honduras y Nicaragua”, 17 de abril de 1983, El Día, 
México; “Estados Unidos: La inserción de la CIA en el “LASA Forum”: una provocación”, 17 de 
 17
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ANTECEDENTES 
 Al respecto Selser nos dice: “La felicidad de los Estados Unidos es la 
institución más onerosa que pesa sobre el mundo. ¿Existe en Hispanoamérica 
alguna nación que en el curso de su existencia no se haya visto afectada en mayor 
o menor cuantía en su economía, su política, su cultura, su historia, su libertad 
misma en fin, cuando no todas, a una, al contacto de, o bajo la influencia o el 
poderío de los Estados Unidos de Norteamérica? 
 “Tratar de responder a esta pregunta con bastante aproximación exigiría un 
conocimiento cabal, no sólo de la verdadera historia de los pueblos de nuestra 
América... Desde los albores de la independencia de los Estados Unidos, buena 
parte del acontecer histórico de nuestros pueblos ha estado vinculado de algún 
modo con la formación, el desarrollo y la elevación de la Unión norteamericana al 
plano de primera potencia en el orden mundial... 
 “Hay mucho de aparente maravilla en ese nacer y crecer casi sin sobresaltos 
ni alarmas. A fines de siglo XIX, el príncipe teutón, Otto von Bismarck, Canciller de 
Hierro, el mismo que llegó a designar a la llamada ‘Doctrina Monroe’ una 
impertinencia, observó que ‘los Estados Unidos tienen la suerte de los niños, los 
locos y los borrachos’, aludiendo a la circunstancia de que todos sus pasos en la 
arena internacional finalizaban con total fortuna para ellos, sin quebrantos 
mayores ni consecuencias dolorosas… permitiéndose el lujo de disputar a viejos y 
poderosos imperios sus preeminencias y conquistas. 
 “Ningún historiador estadounidense deja de reconocer que buena parte de 
amplios jirones territoriales fueron arrancados a los pobladores nativos por el dolo, 
el engaño, la fuerza de las armas o el veneno del ron... Las técnicas de apropiación, 
penetración, conquista y sujeción de territorios variaron con los tiempos y las 
circunstancias. No hubo un módulo único ni permanente, ni pautas rígidas a las 
cuales debían ajustarse los peregrinos y pastores aposentados en el Nuevo 
Mundo… los colonos, tanto los fijos como los trashumantes, se veían a sí mismas 
como honradas personas, temerosas de Dios y de sus ocultos designios, deseosas 
 
septiembre de 1983, El Día, México; “Honduras: Se denuncian intentos bélicos propiciados por 
Estados Unidos”, 31 de marzo de 1983, El Día, México; entre otros muchos más en los que 
denunció públicamente que Estados Unidos intervenía en los asuntos de América latina y 
Centroamérica, con invitación o sin ella. Para más información sobre el archivo hemerográfico del 
maestro Gregorio Selser véase: Blanche Petrich, “Archivos de los Selser... op. cit. La frase entre 
comillas es de Carlos Bosch García, a quien citaremos más adelante. 
 18
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ANTECEDENTES 
tan sólo de progresar algún tanto más con relación a la Europa natal, de ellos 
mismos o de sus padres… 
 “Cada ampliación de frontera afianzaba la seguridad y acrecentaba la 
prosperidad y alejaba, cuando no eliminaba, a la adyacencia del enemigo, así fuese 
éste el francés papista o el barbarous native, definitivamente irrecuperable. 
Después, cuando prendió la chispa independentista, [los ingleses fueron el 
enemigo, en tanto que] España y los españoles eran visualizados como amigos, 
como iba a probarlo, por lo demás, el feliz resultado de 1776. 
 “Para cuando este primer paso se hubo consolidado, la idea del derecho a la 
seguridad se transfirió al argumento del derecho natural, que en la mejor tradición 
del puritanismo anglosajón implicaba mezclar a Dios con las peripecias terrenales, 
en favor de quien lo invocaba asistido de argumentos más contundentes que los de 
la simple fe. Samuel Adams podía así permitirse, ya en 1778, avizorar la posesión 
del Canadá, la Nueva Escocia y las Floridas, concibiendo tales apropiaciones como 
‘un designio de la Naturaleza’… Adams u otros como él, asumían con naturalidad 
esa intermediación autoasumida, que se completaba con otra convicción del mismo 
jaez: si Natura no colaboraba, debía apelarse al contundente argumento de la 
fuerza. Prevaleció con todo el derecho a la seguridad, establecido por la divinidad, 
tal como se transparenta en una carta que James Lowell45 dirigió a Horatio Gates46 
en 1779, en la que indicaba que los estadounidenses sólo pedían lo que ‘la Deidad 
les había destinado’. 
 “El problema consistía en determinar cuán avara o magnánima accedía a ser 
la Deidad. De ahí la impagable ventaja de que los voceros de sus designios eran al 
propio tiempo sus intermediarios terrenos y sus beneficiarios. No se trataba, pues, 
de un crecimiento subrepticio y ni siquiera disimulado. Los Padres Fundadores 
resultaban para el caso demasiado diáfanos, tanto en sus escritos como en sus 
 
45 Lowell, James Russell (1819-1891). Escritor estadounidense. Influido por su primera esposa, 
Maria W. Lowell, intervino activamente en las campañas para la abolición de la esclavitud. Publicó 
sátiras, crítica y poesía, y en esta última, y sobre todo en el libro Poems (1844), se asienta su fama 
literaria. The Cathedral (1869) fue uno de sus últimos poemas importantes. Enciclopedia Salvat 
Editores, S.A. 1999. 
46 Gates, Horatio(1728-1806). General estadounidense, nacido en Inglaterra. Durante la guerra de 
la Independencia, derrotó a los ingleses en Saratoga (1777) y disputó el mando a Washington, pero, 
vencido en Camden (1780), fue relevado del mando. íbidem. 
 19
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ANTECEDENTES 
discursos y declaraciones, como para que cupieran dudas sobre sus ulteriores 
proyectos”.47
El medio para llevar a cabo uno de esos “proyectos”, fue la Doctrina Monroe, 
estipulada en 1823 por el presidente de Estados Unidos, James Monroe (1817-
1825), en consecuencia de la actuación de la Santa Alianza europea y por las 
actividades del imperio ruso en la costa americana del Pacífico. Los zares, dueños 
de Alaska, ya se asomaban por San Francisco. En ese año, 1823, cien mil 
franceses intentaban restaurar el absolutismo de Fernando VII en España y 
corría el rumor de que un enorme ejército europeo vendría a América a terminar 
con los independentistas. 48
 La Doctrina Monroe procedía en realidad del fracaso diplomático y político 
de los Estados Unidos, cuando no lograron que Francia se comprometiera a no 
agredir al continente americano. Pareciera que la Doctrina obedecía a un 
sentimiento de inferioridad ante Europa49 y fue enmarcada en el movimiento de 
expansión y la transcontinentalidad que delineó la política exterior de los Estados 
Unidos, después de su independencia, durante el siglo XIX. La primera frontera 
que estableció fue con América latina, gracias al tratado Adams-Onís. “La sed 
insaciable de tierras y la idea del Destino Manifiesto, en un principio, tenían 
como fin inconciente evitar la presencia de las potencias europeas en el 
continente norte, y de allí que la técnica de colonización se amoldara a las 
necesidades circunstanciales, aun cuando siempre comenzara con la misma 
fórmula: provocar una situación de hecho, que al discutirse podría dar lugar a 
soluciones diferentes”.50
Las mecánicas de expansión, como decía Selser, no tenían reglas, unas 
veces consistía en una ocupación pacífica de territorios que eran invadidos por 
colonos, presentándose así, a la larga una colonización, la cual de hecho se 
institucionalizó; esa fue, por ejemplo, la dinámica que llevaron a cabo en Florida. 
En otras ocasiones se adquirían tierras y para ello se firmaban tratados 
internacionales de compra y venta (como con Luisiana); también ocurrieron 
 
47 Gregorio Selser, “Estados Unidos - Hispanoamérica bicentenarias relaciones desiguales”, en 
Cuadernillo de Aniversario, junio de 1980, El Día, México. 
48 Estados Unidos de América. Documentos de su historia política I, México, Instituto de 
Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”, 1998, pp. 392- 394. 
49 Carlos Bosch García, La base de la política exterior estadounidense, México, UNAM, 1986, pág. 13. 
50 íbidem, pág. 11. 
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ANTECEDENTES 
adquisiciones provenientes de resoluciones de independencia, que declaraban 
colonos inyectados en tierras extranjeras; se recurría entonces a la anexión (tal 
fue el caso de Texas); por último la expansión territorial se hizo depender de 
tratados de paz internacionales (por ejemplo Nuevo México, California y poco más 
tarde, Filipinas y Puerto Rico).51
La política del presidente Monroe separaba al nuevo mundo del viejo, 
condenando cualquier nueva incursión colonial y dando la noticia de que la 
menor amenaza a estas nuevas repúblicas, sería vista como realizada en contra 
de los Estados Unidos. El concepto de la Doctrina Monroe se perfiló en la ideología 
hegemónica de los Estados Unidos durante el siglo XIX, para justificar su política 
exterior hacia las naciones latinoamericanas, a través de cualquier clase de 
intervención. Desde un punto de vista histórico la doctrina se apoyaba en el 
llamado "destino manifiesto" de los Estados Unidos; el cual consistía en la 
creencia de que este país ha sido elegido por Dios y recibió de él la guía “para 
gobernar el destino del mundo”.52
La composición de la doctrina correspondía al momento histórico en el que 
había sido creada, por lo cual tuvo que ser adaptada y reinterpretada, cada vez 
que se le invocó durante el siglo XX. Hasta cierto punto, la doctrina intentaba 
reservar el territorio de América latina como campo de acción de los Estados 
Unidos; paradójicamente los países latinoamericanos la interpretaron como un 
instrumento de protección, creyendo que los Estados Unidos se comprometían a 
defenderlos; cuando en realidad, los defendidos por la doctrina eran los propios 
estadounidenses.53
 Sólo así se puede explicar, la razón por la cual –como veremos más 
adelante– el gobierno argentino presidido por Leopoldo Galtieri, esperaba a que el 
gobierno de Reagan interviniera en el conflicto entre Argentina y Gran Bretaña a 
favor de aquélla,54 cosa que no sucedió. El resultado fue una guerra de 
consecuencias catastróficas para Argentina. Sin embargo, Argentina no fue la 
única cuya confianza fue defraudada por los Estados Unidos, la historia de 
 
51 íbidem, pág. 11 y 12. 
52 íbidem, pág. 14. 
53 íbidem, pág. 15. 
54 Gregorio Selser, “Argentina-Malvinas: ‘Yo era el niño mimado de los norteamericanos’ dijo Galtieri, 
II”, 14 de abril de 1983, El Día, México. 
 21
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ANTECEDENTES 
América latina está plagada de ejemplos, tanto en el siglo XIX como en el XX. 
Mencionaremos sólo algunos. 
 El primero. Estados Unidos había guardado un discreto silencio, pese a 
que desde diciembre de 1823 había entrado en vigencia la Doctrina Monroe, que 
como ya se dijo, prohibía a las potencias de Europa apropiarse de territorios 
americanos que con anterioridad hubiesen pertenecido a España. Aparentemente, 
la diferencia, residía en que desde la época colonial España había concedido 
ciertos derechos de asiento y explotación del palo de tinte y la caoba a compañías 
inglesas, que transformaron imperceptiblemente tales permisos en posesión 
constante. De modo que cuando Guatemala y sus hermanas repúblicas del istmo 
centroamericano alcanzaron la plenitud de su independencia política, Inglaterra 
se permitió, de facto, el disfrute de lo que denominaba “British Honduras”, un 
enclave que por artilugios de su diplomacia, mezclados con la oportuna presencia 
de sus barcos de guerra en la región, en algún momento corrió el riesgo de 
transformarse en una posesión que comprendía las Islas de la Bahía, la hoy 
República de Honduras hasta el golfo de Fonseca, sobre el Pacífico y además, 
toda la Costa Atlántica de Nicaragua hasta el río San Juan del Norte.55
El segundo. Franklin D. Roosevelt y su política del "Buen vecino", corolario 
de la Doctrina Monroe, fue otro de los medios de los que se valió Estados Unidos 
para “cautivar” al cono sur. Asumiendo un nuevo espíritu de cooperación y de no 
intervención, motivado para romper las barreras comerciales con América latina y 
el Caribe. Esta política estadounidense logró el apoyo que se esperaba, por parte 
de América latina, durante el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial, en 
defensa del hemisferio. Pero no fue recíproco.56
El tercero. Con el ascenso del comunismo y la Guerra Fría, Estados Unidos 
modificó su política hacia Latinoamérica y el Caribe. Para defender el hemisferio 
de la amenaza comunista, se fundó la Organización de Estados Americanos en 
1948, designada para enfatizar la acción colectiva y para cimentar una profunda 
solidaridad hemisférica durante el creciente periodo de la Guerra Fría; también 
 
55 Gregorio Selser, “Belice: El derecho a la autodeterminación”, en Cuadernos del Tercer Mundo, Año 
II No. 15, agosto 1977, México. Nota: en esta publicación don Gregorio usó el seudónimo de Carlos 
Mario Dávila. 
56 Gregorio Selser, “Mini-Marshall: Con la fábula de la ayuda, ataque a la Doctrina Calvo”, 06 de 
julio de 1981, El Día, México;“Kissinger: la cuarta cancelación”, circa 23 de abril de 1975, Inter 
Press Service Argentina. 
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ANTECEDENTES 
alentaba la gobernabilidad democrática y la cooperación económica a través de 
relaciones cercanas entre Estados Unidos y Latinoamérica;57 sin embargo, esta 
política de mutua ayuda entre vecinos, tampoco libró a Argentina de la guerra. 
 Uno ejemplo más, la maniobra de los Estados Unidos para obtener el 
control sobre el Istmo de Panamá; seguido de la negociación de un tratado con 
Nueva Granada para eliminar a los británicos de esa zona; para luego de la 
construcción del Canal de Panamá, obtener el control de la zona y sus anexos, es 
otro ejemplo de cómo opera el imperio yanqui.58
Último ejemplo; la invasión estadounidense a la República Dominicana 
(1965), dirigida por el mandatario Lyndon B. Jonson, se valió de una resolución 
que permitía al presidente de Estados Unidos intervenir en un conflicto armado 
entre países (aunque esa resolución no implicaba a Centroamérica), facultándolo 
para determinar cuándo una zona estuviera pacificada y por tanto, dicha región 
fuera razonablemente segura, todo ello avalado por las Naciones Unidas u otros 
organismos internacionales. En caso contrario, el presidente de Estados Unidos 
podría ponerle fin al conflicto armado, mediante una resolución conjunta de su 
Congreso.59
 Para concluir este apartado, diremos que “las bicentenarias relaciones 
desiguales entre Estados Unidos e Hispanoamérica continúan hoy, con alguna 
excepción confirmadora de la regla, que las repúblicas de nuestra América son en 
mayor o menor grado, quiéranlo o resistiéndose a ello, aria de una sola potencia 
que se erigió como tal a su costo y beneficio, al tiempo que el resto subsiste a 
como dé lugar, con pena y tribulación. Institución onerosa es esta que parásita de 
carencias y sinsabores de tantos pueblos, de cuya supuesta felicidad se dice 
contribuyente y fomentadora. Porque si hubo un manifest destiny en su historia, 
no surgió a mediados del siglo XIX como un concepto abstracto de un ideólogo del 
expansionismo, sino que estuvo enraizado en los orígenes mismos de la 
nacionalidad que emergió de las oleadas de emigrantes europeos. Tenerlo siempre 
presente es o debiera ser un rasgo de sabiduría defensiva de nuestra América”.60
 
57 José G. Vargas-Hernández, “Algunos mitos, estereotipos, realidades y retos de Latinoamérica”, en 
www.icd.org.uy 
58 Gregorio Selser, “Decir adiós no es irse. Seguirá vigente la tutela de la Guardia”, 26 de octubre de 
1983, El Día, México. 
59 Gregorio Selser, “Permitiría a Reagan asesinar a líderes extranjeros la ley de poderes de guerra”, 
24 de abril de 1986, El Día, México. 
60 Gregorio Selser, “Estados Unidos - Hispanoamérica bicentenarias relaciones desiguales”, op. cit. 
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http://www.icd.org.uy/
ANTECEDENTES 
 
1.4. Implicaciones políticas 
Como ya se dijo, en 1965 Argentina obtuvo en su favor una resolución parcial de 
la ONU, confirmada en 1966 por la Asamblea General de ese organismo 
internacional (Resolución 2065), que no otorgó derechos a la república Argentina, 
simplemente cuestionaba los británicos y concedió independencia a los isleños, 
pero no para autogobernarse. La ONU conminó a ambos países a negociar la 
soberanía compartida, tomando en cuenta las necesidades de los pobladores y su 
cercanía con Argentina. En estos acercamientos se excluyó a los kelpers (como 
suelen llamar a los habitantes de las Malvinas) por ser considerados solamente 
“habitantes de un territorio”. 61
Las negociaciones se iniciaron con reuniones anuales, y no llegaron a 
nada. Entonces el gobierno británico formó una comisión de expertos que debía 
proponer medidas de solución política hacia las islas (1976). Un año después esa 
Comisión presentó un informe conocido como “Lord Shackleton”, en el que se 
reconocía la imposibilidad de desarrollo económico de las islas sin ayuda de 
Argentina.62
El gobierno de Heath, en Gran Bretaña, fue más flexible, pues permitió que 
Argentina y las islas estuvieran en comunicación. En cambio, el gobierno de 
Thatcher, propuso reconocer de hecho la soberanía argentina, bajo los siguientes 
convenios:63
 
o Solución Hong-Kong. Retener las islas por un determinado tiempo. 
o Condominio. Rentar las islas. 
o Congelamiento de la discusión sobre el estatus de las islas.64 
 
Por supuesto, Argentina no aceptó tales condiciones y las negociaciones 
cayeron en la vía muerta; hasta que en 1981 en la asamblea de los Comunes 
recomendaron la independencia de las islas.65
 
61 Alejandro Dabat y Luis Lorenzano, Conflicto malvinense y… op. cit., pág. 76. 
62 ídem. 
63 íbidem, pág. 77. 
64 Mario J. Calvi, Malvinas el mito destruido... op. cit. pp. 24. 
65 Alejandro Dabat y Luis Lorenzano, Conflicto malvinense y… op. cit., pág. 77. 
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ANTECEDENTES 
Por otra parte, en la reunión final de los ministros de relaciones exteriores 
de los Países No Alineados, que se llevó a cabo en Managua, Nicaragua, el punto 
número 54, que resultó aprobado, reitera el apoyo del movimiento al derecho 
argentino sobre las islas Malvinas e instaba a los gobiernos de Buenos Aires y de 
Londres a reiniciar las negociaciones procurando se diera una solución pacifica. 
En el mismo punto se añadió que "la presencia militar naval masiva y la actividad 
del Reino Unido en las islas constituye una causa de grave preocupación para los 
países de la región, al afectar adversamente la estabilidad en la zona".66
Los reclamos argentinos, como ya se mencionó antes, formaron parte de la 
agenda diplomática que se presentaba año con año en la ONU. Sin embargo no fue 
ahí la primera vez que Argentina levantó la voz: el 23 de septiembre de 1939, 
durante una reunión de ministros de relaciones exteriores americanos –con sede 
en Panamá–, relacionada con la iniciación de la Segunda Guerra Mundial, y a 
propósito de la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi (1º de 
septiembre). Al firmarse el acta final de Panamá, suscrita el 3 de octubre de ese 
mismo año, Argentina hizo constar sus derechos sobre las islas Malvinas y las 
tierras australes. 
Al siguiente año (1940), tuvo lugar la segunda reunión de ministros de 
relaciones exteriores americanos. El delegado de la República Argentina al firmar 
este pacto, hizo constar que no se refería a las islas Malvinas ni las incluía, ya 
que éstas últimas no constituían una colonia o posesión de ninguna nación 
europea, puesto que formaban parte del territorio de la Argentina y estaban 
incluidas en su dominio y soberanía como se hizo constar en la reunión de 
Panamá. 
Varios años después (1946), la comisión Nacional del Antártico, que había 
sido reorganizada y ampliada, protestó públicamente por la nueva emisión de 
sellos postales británicos, en los que las Malvinas y sus adyacentes son 
representadas como pertenencia de la Corona Británica, al mismo tiempo el 
gobierno argentino presentó por primera vez una formal reserva respecto de sus 
derechos reivindicatorios de las islas Malvinas. 
Posteriormente, al término de la Conferencia Interamericana para el 
Mantenimiento de la Paz y la Seguridad en el Continente, Petrópolis, Río de 
 
66 Gregorio Selser, “Islas Malvinas: la reunión ministerial de los No Alineados reitera su apoyo al 
derecho argentino”, 16 de enero de 1983, El Día, México. 
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ANTECEDENTES 
Janeiro, el 15 de agosto de 1947, se suscribió el tratado Interamericano de 
Asistencia Reciproca (TIAR). La delegación argentina declaró que dentro de las 
aguas adyacentes al continente Sudamericano, en la extensión de costas 
correspondientes a la República Argentina, en la zona llamada de seguridad, no 
se reconoce la existencia de colonias o posesionesde países europeos y agregó 
que especialmente reservaba y mantenía intactos los legítimos títulos y derechos 
de la República Argentina a las islas Malvinas, Islas Georgias del Sur, Islas 
Sándwich del Sur y tierras incluidas dentro del sector antártico argentino, sobre 
el cual la República ejercía la correspondiente soberanía. 
Al año siguiente (1948), entre los meses de abril y mayo, se celebró en 
Bogotá, Colombia la IX Conferencia Internacional Americana. La unión 
Panamericana creada a instancia de Estados Unidos en 1890 se transformó en 
Organización de Estados Americanos (OEA). Argentina formuló otra vez sus 
reservas y reivindicaciones sobres las islas Malvinas y otras porciones a esas 
islas; sus argumentos se fundaron en legítimos títulos geológicos e históricos. 
Seis años después, en 1954, la República Argentina reafirmó en la ONU sus 
derechos sobre las islas Malvinas y la Antártica, al mismo tiempo que las normas 
administrativas sobre el territorio austral de Tierras del Fuego, añadiendo la 
mención de islas Malvinas y Atlántico Sur, lo que motivó a una protesta de Gran 
Bretaña. Argentina rechazó formalmente la presentación británica y afirmó que ni 
directa ni indirectamente consideraría legal la ocupación de las islas por Albión. 
Pasaron tres años más y en 1957, durante la sesión de la Comisión de 
Asuntos Fiduciarios de la ONU el delegado argentino dejó expresa constancia –14 
de octubre– de que las islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y 
tierras incluidas en el sector Antártico no eran colonias o posesiones de Gran 
Bretaña. En su respuesta el representante británico afirmó que su gobierno 
estaba dispuesto a someter el pleito a la Corte Internacional de la Haya, lo cual 
no fue aceptado por el delegado argentino, por estimar que el derecho nacional a 
esas islas se fundaba en legítimos títulos geológicos e históricos. 
Un año después, en 1958, a raíz del desembarco de una misión científica 
soviética en las islas Sándwich del Sur, la cancillería argentina reafirmó en un 
comunicado –10 de enero– los derechos nacionales a esas porciones, por tratarse 
de territorios que por su vecindad, proximidad y comunidad geológica formaban 
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ANTECEDENTES 
parte indiscutible de la nación. Por otra parte y ante versiones de que Inglaterra 
se proponía dar autonomía a las islas Malvinas, el Palacio San Martín anunció su 
intención de llevar el litigio ante la OEA y la ONU para probar que aquella 
resolución se propondría disimular una soberanía artificiosa y precaria. 
Transcurrieron dos años más y en 1960, las Naciones Unidas emitieron la 
Resolución 1514, aprobada el 14 de diciembre por la Asamblea General, sin 
ningún voto en contra, aunque las delegaciones de África del Sur, Australia, 
Bélgica, República Dominicana, España, Francia, Portugal, y Gran Bretaña, 
optaron por la abstención; en ella se proclamó la necesidad de poner fin, rápida e 
incondicionalmente, a las formas coloniales de dominación territorial. 
El 23 de junio de 1961 entró en vigor el Tratado Antártico o de la Antártida 
suscrito el 11 de diciembre de 1959 en Washington, firmado por doce países: 
Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, 
Nueva Zelanda, Gran Bretaña, República Sudafricana y la Unión Soviética; al que 
posteriormente se adhirieron otros cuatro: Checoslovaquia, Dinamarca, Holanda 
y Polonia, comprometiéndose a mantener durante un período de 30 años en vigor 
todos los derechos y reclamaciones referentes al continente blanco, pero no se 
permitiría presentar nuevas o ampliar las antiguas. 
En virtud de la vigencia del tratado Antártico, Gran Bretaña separó el 26 
de febrero de 1962, la Antártida de las dependencias de las islas Malvinas, 
Georgias del Sur y de las islas Sándwich. Poco después (1964), en su mensaje 
anual al Congreso –1 de septiembre– el presidente de Argentina Arturo U. Illia, 
declararía que de ningún modo la Argentina reconocería la independencia que 
Gran Bretaña proyectaba dar a las islas Malvinas.67
Por fin, en 1966, comenzaron las negociaciones anglo-argentinas, que se 
prolongaron durante largo tiempo sin resultado alguno, debido a la posición 
obstruccionista de Gran Bretaña y la pertinacia de Argentina. En la primera 
etapa de las negociaciones –desde enero de 1966 hasta enero de 1976– la 
diplomacia inglesa trató por todos los medios de eludir la cuestión de la soberanía 
sobre el archipiélago. Procuraba que se discutieran complementariamente dos 
problemas: los vínculos entre la parte continental de Argentina, las Malvinas y la 
cooperación económica. 
 
67 ídem. 
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ANTECEDENTES 
Al final, en 1971, se firmó en Buenos Aires una declaración conjunta, en la 
que ambas partes se comprometían a tomar medidas para establecer 
comunicación marítima y aérea entre Argentina continental y las islas. Se 
estipulaba establecer canales de comunicación postal, telegráfica y telefónica 
entre las islas y Argentina. Así fue que al siguiente año (1972), las autoridades 
inglesas autorizaron al gobierno argentino construir un aeródromo en las 
Malvinas, y en 1974, se tomaron medidas para suministrar combustible líquido al 
archipiélago por medio de la compañía estatal: Yacimientos Petrolíferos Fiscales 
(YPF). 
En vista de que no se avanzaba en la solución del problema de la 
soberanía, Argentina se dirigió nuevamente a la ONU. En diciembre de 1973, la 
Asamblea General aprobó la resolución número 3160, en la cual se señalaba con 
preocupación que en las negociaciones anglo-argentinas no había progresos y se 
recomendaba acelerarlas. Fue así que por disposición del gobierno británico fue 
confeccionado el “informe de Griffiths”, en 1975, sobre los recursos naturales de 
las Malvinas y la plataforma submarina adyacente. En noviembre de ese mismo 
año, el gobierno argentino publicó una declaración especial, rechazando los 
derechos de los Estados extranjeros a explorar y explotar los recursos de la 
región, que es la continuación de la plataforma continental del país. 
En enero de 1976, un grupo integrado por expertos en recursos 
energéticos, pesca y ganadería, llegó a las Malvinas. En julio del mismo año, lord 
Shackleton entregó al gobierno de Gran Bretaña un enorme informe sobre los 
resultados de las indagaciones, sugiriendo la participación y cooperación de 
ambos gobiernos. Al año, fue publicado simultáneamente en Londres y en Buenos 
Aires un comunicado conjunto (1977). Las partes declaraban que el objeto de las 
negociaciones sería la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y 
Sándwich del Sur, como también lo concerniente a la cooperación económica en 
esos territorios. 
Pasaron varios años más, N. Ridley, representante del gobierno británico 
visitó las islas Malvinas en 1980. Oficialmente se había anunciado que la 
finalidad de su visita era conocer la opinión de los isleños. Al hacer uso de la 
palabra en Puerto Stanley, mencionó tres posibles soluciones: la primera: 
administración anglo-argentina conjunta de las islas (él mismo la declaró como 
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ANTECEDENTES 
no aceptable). La segunda: congelar las negociaciones por tiempo indeterminado 
(a ésta la consideró poco conveniente). La tercera y última: reconocer la soberanía 
simbólica argentina sobre el archipiélago, a condición de su entrega en arriendo 
por largo plazo a Inglaterra. 
En 1981, comenzó en Nueva York una nueva ronda de negociaciones 
argentino-inglesas. Los ingleses propusieron congelarlas, y que luego de 
transcurrido un plazo indeterminado, se reanudara la discusión del problema. 
¿Argumentos? Tal solución, dijeron, permitiría infundir a los isleños confianza 
hacia Argentina y elaborar proyectos concretos para el desarrollo económico de 
las islas. Al año siguiente, en febrero de 1982, después de dos días deconversaciones no se llegó a ningún acuerdo, por ambas partes. Argentina 
insistía en obtener el reconocimiento de la soberanía sobre las Malvinas y que 
ésta le fuera reconocida también por la ONU. A cambio, se comprometía a respetar 
los intereses de los isleños.68
El resultado: Gran Bretaña rompió sus relaciones diplomáticas con 
Argentina, indefinidamente. Fue entonces que ésta se decide a tomar acciones 
determinantes y emprendió una campaña para la toma y posesión de las islas el 
2 de abril de 1982; tropas argentinas invadieron, en una operación relámpago las 
islas Malvinas, Georgias y Sándwich.69
Los primeros hombres argentinos pusieron pie en tierra en la madrugada 
de ese día, consiguiendo su objetivo después de librar una breve batalla, en la 
que del grupo argentino, resultó herido de muerte el capitán de corbeta Pedro 
Gianchino, además de varios soldados heridos. Por su parte los británicos no 
reportaron ni una sola baja. La operación del desembarco terminó nueve horas 
más tarde. El gobernador británico de las islas, solicitó dialogar con las fuerzas 
argentinas y, después de rendirse, se dio lectura a una proclama del general 
Osvaldo García, por la radio, en la que aseguraba a los residentes el respeto a sus 
derechos plenos y a sus bienes. Inmediatamente el gobierno argentino nombró a 
un nuevo gobernador, el general Mario Benjamín Menéndez, quien se dirigió a las 
islas para tomar posesión de su cargo en Puerto Rivero (llamado así en honor de 
un gaucho argentino que trató infructuosamente de desalojar a los ingleses de las 
 
68 Kosarik A., La crisis de las Malvinas... op. cit. pp. 7-12. 
69 íbidem, pág. 15. 
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ANTECEDENTES 
islas 148 años antes), nombre con el que se designó a la capital de las islas: 
Puerto Stanley.70
 
1.5. Malvinas, hoy 
Hacia 1990 los dos países en conflicto, reanudaron relaciones diplomáticas y 
llegaron al acuerdo de destruir 30 mil minas terrestres instaladas en el territorio 
de las islas. Para 1993, el gobierno argentino aceptó ampliar la zona de pesca a 
200 millas. Ese mismo año, se corroboró que hay un yacimiento de petróleo en 
ellas, pero ante la imposibilidad de negociación, no hubo proyectos de 
extracción.71
Luego de la propuesta de dividir la soberanía entre Gran Bretaña y 
Argentina, por parte del gobierno argentino, en 1996, a la que los habitantes de 
las islas (kelpers) rechazaron, éstos propusieron a Gran Bretaña reiniciar las 
conversaciones con Argentina, sobre la posible sociedad en la extracción de 
petróleo y la pesca. Al mismo tiempo, se eliminaron las restricciones a los viajes 
de ciudadanos argentinos a las islas, además se firmó un acuerdo contra la pesca 
ilegal.72 
 A 25 años de la guerra, la soberanía de las Malvinas no ha dejado de ser 
importante dentro de la agenda diplomática del gobierno argentino. La disputa 
continúa y ni Gran Bretaña, ni Argentina ceden en cuanto a sus peticiones. En 
tanto que la primera alega sus derechos por descubrimiento y población, la 
segunda argumenta su soberanía por ubicación continental e historia, amén del 
abandono al que se dice tienen los ingleses a los kelpers. 
 “La guerra de Malvinas fue una suerte de bautismo para la Argentina en su 
ingreso violento e imprevisto a la historia de esta época de la que vivía al margen, 
ocupada sólo en su recurrente crisis económica de país subdesarrollado, su 
crónica inestabilidad política y su guerra interna que la tornaban compleja pero 
gobernable… 
 “Si aquel desembarco en las Malvinas implicó un inútil gesto de 
prepotencia regado después con muertos, no fue menos sangrienta la pretensión 
 
70 ídem. 
71 Almanaque anual 2003, Colombia, Editora Cinco, pág. 514. 
72 ídem. 
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ANTECEDENTES 
del país de buscar las simpatías de Occidente injertándose en conflictos 
extraregionales”.73
 
1.6. Importancia 
¿Qué motivos obligaron u obligan aún a Gran Bretaña a aferrarse con tanto 
empeño a los restos de su imperio colonial? A estas alturas, ya no se pueden 
tomar en serio las declaraciones del gobierno inglés de que le preocupan los 
habitantes de las islas. Un ejemplo claro de ello es la isla Diego García, cuya 
población fue expulsada por la fuerza, para luego entregar la isla vacía a los 
Estados Unidos, para que construyera en ella una base militar estratégica.74
 Las causas de tal porfía están entrelazadas en intereses económicos, 
políticos, militares y estratégicos, no sólo de Gran Bretaña, sino también de sus 
hermanos imperialistas. Existen por lo menos tres causas o motivos por los que 
Gran Bretaña pelea la soberanía de las islas: 
1. El control de la ruta interoceánica y el papel estratégico militar del 
Atlántico Sur: Pasaje Drake. Cabe mencionar la posible pérdida del control sobre 
el canal de Panamá, por parte de Estados Unidos y la creciente insuficiencia ante 
el gran crecimiento del calado de los enormes buques petroleros. Por otra parte, el 
auge naval que en la década de los setenta cobró la URSS. Así mismo, la política 
que desarrolló Argentina para llegar a un acuerdo con Sudáfrica y Estados 
Unidos para realizar el tratado del Atlántico Sur (OTAS) similar a la OTAN. Sin dejar 
de lado, que al subir Reagan y Thatcher al poder (uno por Estados Unidos y la 
otra por Gran Bretaña) propusieron una “línea dura” estratégico-militar, gozando 
del control directo de puntos estratégicos esenciales para una política mundial 
segura.75 
2. Lucha por el territorio Antártico. Debido a la cercanía de las islas al 
Antártico, continente poco explorado y por ende poco explotado. Cuando fueron 
descubiertos el krill,76 minerales y petróleo en la zona, Gran Bretaña, Argentina, 
Chile, Noruega, Australia, Nueva Zelanda y Francia demostraron repentinamente 
 
73 Jimmy Burns Marañón, La tierra que perdió sus héroes. Las Malvinas y la transición democrática 
en Argentina, FCE, 1992, pág. 7. 
74 Kosarik A., La crisis de las Malvinas... op. cit. pág. 13. 
75 Las referencias fueron tomadas de Alejandro Dabat y Luis Lorenzano, Conflicto malvinense y 
crisis nacional... op. cit., capítulo II. Además de artículos publicados en el periódico El Día por 
Gregorio Selser durante el año de 1982. 
76 Es un crustáceo rico en proteínas y muy abundante en estas islas. 
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ANTECEDENTES 
más interés por las islas. Sus argumentos: descubrimiento, contigüidad 
geográfica y bases científicas. Más recientemente, Brasil y la India han reclamado 
para sí el territorio antártico, ante lo cual Estados Unidos, la hoy extinta URSS, 
Japón, Sudáfrica y Bélgica desconocieron tales reclamaciones, aunque hayan 
establecido sus propias bases territoriales. El área más conflictiva es la peleada 
por Chile-Argentina y Gran Bretaña: las tierras de Graham y Palmer que son 
ricas en minerales. El mar de Wedell es rico en petróleo y es disputado por Gran 
Bretaña y Argentina. Las islas Georgias y Sándwich del Sur son importantes por 
la concentración de krill. 
3. Petróleo. Hay tres cuencas petroleras registradas: Magallanes (sobre el 
continente en Tierra de Fuego y los canales e islas circundantes, incluyendo la 
zona del Beagle –área limítrofe en conflicto con Chile–); Malvinas Norte y Malvinas 
Sur (parte en la plataforma continental y parte fuera, pero en zona poco profunda 
–banco Burdwood–). Fue el experto en geopolítica Spikman,77 que se ocupaba de 
la defensa del Atlántico Sur, quien descubrió, por los estudios que ahí realizaba, 
estos grandes yacimientos de petróleo. 
 Lejos de ser una reivindicación histórica, el desembarco en las islas fue la 
realización de un ejercicio militar bien ensayado que aprovechó el sentimiento 
nacionalista del pueblo argentino con fines políticos; luego entonces la guerra 
emprendida por Gran Bretaña en contra

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