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U N I V E R S I D A D N A C I O N A L A U T Ó N O M A D E M É X I C O FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS ¿Cómo surge UNIVERSUM? T E S I S Que para obtener el Título de LICENCIADO EN HISTORIA P r e s e n t a ISRAEL CHÁVEZ RESÉNDIZ Asesora: Dra. Susana Biro Mc Nichol Ciudad Universitaria, México DF Agosto 2008 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIAS Esta tesis se la dedico a mis padres, debido a que todo el trabajo, el temple y el esfuerzo fue de ellos, yo simplemente tuve que escribirlo. Les agradezco también su infinita paciencia y su enorme patrocinio, pues aunque trabaje mil años, jamás podré saldar esa cuenta pendiente. Sépanse que los quiero y los respeto. A Santos -mi papá- porque me mostró el coraje con el que se debe empuñar una herramienta para trabajar. Porque de él aprendí el oficio de la carpintería, pero sobre todo, a respetar mis orígenes obreros. A ganarme la vida con mis propias manos y no recibir una sola pizca de limosna. A llevar tatuado en mis puños la palabra: DIGNIDAD. A Olga -mi mamá- porque de ella aprendí a caminar, a hablar, a escribir, a llorar, a secarme las lágrimas, a pelear, a querer. Pero sobre todo le aprendí la fortaleza con la que uno se debe levantar después de haber caído en el abismo. Porque desde su vientre me dijo que los puños se tensan con fuerza, coraje y carácter. Y ahora que soy, sé que nunca la he defraudado. A mis hermanos, porque son mi columna vertebral. A Jomi -mi hermana- por haberme contagiado de su inquebrantable alegría, del gozo por estudiar a lado de ella, por entrenar fuerte y decididamente, por “ponernos felices” a la menor provocación, por levantarme de cada resaca y obligarme a correr por Ciudad Universitaria, pero sobre todo, por su impresionante capacidad de saber escuchar. A Ulises -mi hermano- por mostrarme su bravura frente a los libros, por su incansable deseo de aprender química, por descubrir la manera más ridícula de hacerme enojar, pero sobre todo por compartir el gusto por una literatura ácida y corrosiva. A Yair -mi hermano- por sus excelentes gustos musicales, por toda la comida chatarra que devoramos jugando en la computadora, por su lealtad, por su paciencia, por su cariño y porque si en algún pecho he de llorar, será con él. Porque estoy completamente seguro que algún día será un gran guitarrista de garage-rock. A Jaqueline, -mi tumor inextirpable- por ser la más suculenta voz crítica, por su gran ánimo, por sus ironías, por su acidez, por las borracheras y los viajes junto a ella, por su cuerpo, por su inexorable sentido del humor, por su desfachatez. Por todo. Porque bien sabes que siempre te traeré cargando en las entrañas, en una jeringa, en mis pupilas dilatadas o en el hígado cuando menos. A todos los amo. Esto va por ustedes. Agosto, 2008 AGRADECIMIENTOS Expreso mi más profundo y sincero agradecimiento a la Dra. Susana Biro, quién además de ser mi amiga, dirigió magistralmente ésta tesis y la llevó a buen término. Le agradezco infinitamente todas sus observaciones, sus críticas y los consejos que amablemente quiso compartirme durante toda la investigación. Estoy consciente del enorme trabajo que representa lidiar con una persona tan desesperada e indeseable como yo, por ello, confirmo que le regresaré el enorme favor y con creces. Que no haya duda. Mientras tanto, espero que algún día por lo menos me acepte un par de cervezas y podamos disfrutar de una plática completamente sin sentido en cualquier cantina del centro de la Ciudad de México. Hago mención especial a la Dra. María del Carmen Sánchez Mora, por las estupendas recomendaciones bibliográficas, por su tiempo y su paciencia. Le agradezco también sus palabras de apoyo y de ánimo, ya que éstas siempre serán un buen incentivo para concluir cualquier proyecto que esté en puerta. Gracias Carmen. Agradezco también al Mtro. Luis Estrada, Dra. Carmen Sánchez Mora, Dr. Javier Bracho, Dr. Rafael Pérez Pascual, Dr. José Sarukhán, Mtra. Jennie Becerra, M. C. Manuel González Casanova, Arq. Maricarmen Álvarez del Castillo, Ing. Amado Santiago, Mtra. Julieta Fierro, Ing. Abraham Rubí, Mtra. Elaine Reynoso y al Dr. Jorge Flores por la fuerza de sus testimonios y le viveza de su memoria, porque en sus recuerdos encontré la energía suficiente para contar una Historia de UNIVERSUM. Agradezco al Lic. Ricardo Gamboa, al Dr. Jorge Bartolucci y en especial al Mtro. Alfredo Ruiz por las observaciones y consejos que generosamente me obsequiaron. Reconozco su enorme calidad académica, pero sobre todo, su gran calidez humana. Gracias a todos. Y por qué no. Gracias también, a todos los mililitros de sustancias psicotrópicas que se perdieron en mi cuerpo y no dejaron que desvaneciera. Porque en los mejores y peores momentos de este trabajo me inyectaron una buena dosis de inspiración. INDICE ¿Cómo surge UNIVERSUM? Introducción Capitulo 1 La ciencia como construcción social 1.1 Historia social 1.2 El conocimiento como construcción social 1.3 La ciencia como construcción social 1.4 Conclusión Capitulo 2 Comunicación pública de la ciencia en la UNAM 2.1 La extensión universitaria 2.1.1 Legislación 2.1.2 Contexto socio-político, 1970 2.1.3 Contexto universitario, 1970-1981 2.1.4 ¿Qué es la extensión universitaria? 2.2 Programa Experimental de Comunicación de la Ciencia (PECC) 2.3 Luis Estrada y el Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia (CUCC) 2.4 Conclusión Capitulo 3 Museos y centros de ciencia 3.1 ¿Qué es un museo? 3.1.1 Coleccionismo 3.1.2 Galerías y gabinetes 3.1.3 Jardines botánicos 3.1.4 Zoológicos 3.2 Museos de Ciencia 3.3 Museos de Ciencia Interactivos 3.4 Centros de Ciencia 3.5 Conclusión Capitulo 4 UNIVERSUM: Una historia oral 4.1 La entrevista: conversación única e irrepetible 4.2 Metodología 4.3 Antecedentes 4.3.1.- Actividades de divulgación de la ciencia Boletín de la Sociedad Mexicana de Física (SMF); Garlas; Cine clubes; Café conferencias; Facultad de Ciencias 4.3.2.- Programa Experimental de Comunicación de la Ciencia (PECC) Apoyos de la SEP y Luis Estrada; Conformación del PECC; La extensión universitaria; Objetivos iniciales; Casa Coyoacán 4.3.3.- Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia (CUCC) Conformación del Centro; Revistas: Física y Naturaleza; Domingos en la ciencia; Y yo llegué por; Exposiciones temporales; Objetivos del centro; Torre de ciencias 4.4 Propuestas de museo 4.4.1.- Un museo de ciencias dentro de la UNAM Orígenes del proyecto; Cómo y a quién se propone; Luis Estrada y un museo de ciencias; José Sarukhán y un museo de historia natural. 4.4.2.- Cruce de ideas y proyectos frustrados El enlace de Jorge Flores; Trabajo en equipo: Luis Estrada – José Sarukhán; Proyectos frustrados; Los “museitos” de la Normal de Maestros. 4.4.3.- Evolución de la idea de Museo Otra vez Sarukhán; Problemas financieros; Caída del proyecto; El CUCC deja la Extensión Universitaria y se integra a la Coordinación de la InvestigaciónCientífica 4.4.4.- Exploratorio Luz verde para construir un magno museo de ciencias en la UNAM; Macro-museo de la Evolución; Presentación en los Pinos 4.5 UNIVERSUM 4.5.1 Sarukhán rector Estrada deja el CUCC, Flores encabeza la dirección; Conversaciones en un carro; Financiamiento, partida especial del presupuesto universitario; Desarrollo del proyecto 4.5.2.- ¿Quieres participar en la construcción de un Museo de Ciencias? CONACYT sale del campus; Invitaciones personalizadas de Flores para incorporar distinguidos universitarios al proyecto; Discusiones sobre el contenido del museo; Primer grupo de trabajo; Científicos de “a de veras” como jefes de sala 4.5.3.- La influencia de los viajes Primera incursión: Flores, Seco, Sarukhán visitan varios museos de ciencias en Norteamérica; Copia de contenidos; Infraestructura de la UNAM para construir un museo de ciencias; Sentido nacionalista, pláticas de Flores con miembros destacados de la comunidad universitaria; Segundo viaje de científicos; Diseño de salas, influencia extranjera, carácter interactivo, objetivos del museo; Para quién está diseñado UNIVERSUM, públicos meta, carencia de teoría; Exposiciones temporales del CUCC, diferentes foros (Archivo personal de Flores) 4.5.4.- ¿Qué es UNIVERSUM? Museo, Centro Cultural o Centro de Ciencias 4.6 Conclusión Conclusión Bibliografía INTRODUCCIÓN A finales del 2006 me propuse investigar la génesis del Museo de las Ciencias de la UNAM. De inicio no tuve idea de cómo hacerlo o cómo averiguar, porque jamás había escrito una historia de una dependencia universitaria o en todo caso, de un museo. Lo primero que se me ocurrió fue zambullirme en el acervo de la biblioteca de UNIVERSUM y tratar de encontrar algún libro que me hablara sobre su historia; sin embargo, el esfuerzo sirvió para constatar una realidad: hasta ese momento había muy poca información al respecto. Lo más que encontré fue una crónica de la construcción del Museo escrita por el Ing. José de la Herrán y una tercia de libros que recopilaban la obra artística dentro de UNIVERSUM, un manual para hacer un museo de ciencias y uno más que enumeraba los premios y el número de visitantes que ha tenido el museo. Nada que me hablara sobre los orígenes o que me explicara por qué en el presente la UNAM cuenta con un Museo de Ciencias. A partir de este hecho me formulé una pregunta, la cual se convertiría en el estandarte de esta investigación: ¿Cómo surge UNIVERSUM? Quise saber qué orígenes tenía este museo, cómo se había hecho, quién o quiénes lo habían pensado, cómo se construyó, con qué intenciones, para qué público, con qué recursos. Mientras obtenía más datos, las preguntas brotaban por todos lados. Tenía más dudas, más interés, más material para desarrollar una investigación histórica. Pensé que dándole respuesta a mi gran interrogante, sabría más datos acerca de los científicos que se forman en la UNAM, sabría también cómo se organiza la propia Universidad para crear centros de investigación y de divulgación de la ciencia. Conocería desde las mismísimas entrañas el proceso de creación del conocimiento y la forma en que se comunica a la sociedad. Para ello tuve que ceñirme a un marco teórico que me diera las herramientas necesarias para entender este proceso histórico. Es decir, una vez avalado el proyecto de investigación, separé mi trabajo en cuatro grandes capítulos. En el primero reviso las características de la Historia Social de la Ciencia, pues a través de esta perspectiva pude entender que la ciencia es una construcción social que involucra a más actores, a más grupos y a más instituciones que los meramente científicos. En el segundo hablo de las actividades de comunicación pública de la ciencia dentro de la UNAM, entre 1970 y 1990, esto me serviría para entender el contexto social y universitario en que se desarrollaron estas actividades, sabría de la evolución de diferentes programas de divulgación de la ciencia y la manera en que provocaron una atmósfera en la que se pudo pensar y discutir la creación de un Museo de Ciencias dentro de la UNAM. En el tercer capítulo muestro la evolución del concepto de museo, desde lo que entendían los griegos y los romanos, hasta lo que actualmente se conoce como Museos de Historia Natural, los Museos de Ciencia, los Museos de Ciencia Interactivos y los Centros de Ciencia. Me parece fundamental que se entiendan las características de cada uno, pues siguiendo la narrativa de mi investigación nos daremos cuenta que UNIVERSUM abarca gran parte de ellas. Finalmente en el cuarto capítulo, describo las características de la historia oral y expongo la metodología que utilicé para generar con trece personas, los testimonios necesarios para escribir una historia de UNIVERSUM. La investigación que presento consumió dos años de enormes esfuerzos, por un lado menciono los académicos, pero a mi parecer el más importante fue el gran ejercicio de memoria que realizaron las trece personas entrevistadas. Sin sus testimonios, esta tesis jamás se hubiera escrito, ni arrojado los elementos necesarios para entender ¿Cómo surge UNIVERSUM? Espero que ésta historia del Museo de Ciencias de la UNAM sea el pretexto adecuado para recopilar y organizar un Archivo Histórico de UNIVERSUM, pues cualquier persona interesada en saber el pasado del museo que acaba de visitar, no se vaya desilusionada o desinteresada en el peor de los casos. Pues precisamente para eso sirve la historia, para entender nuestro presente. Sirva entonces el siguiente texto para llenar algunos huecos de la historia de la UNAM, pero sobre todo, para generar más y mejores preguntas de investigación sobre UNIVERSUM. Adelante. La institución de la ciencia es un hecho social, un cuerpo compuesto por hombres reunidos mediante ciertas relaciones de organización para realizar determinadas tareas en la sociedad. El método en la ciencia es, por contraste, una abstracción de estos hechos. Por ello existe el peligro de considerarlo como una especie de forma platónica ideal, como si hubiera un camino preciso para encontrar “la verdad”. John D. Bernal. CAPITULO 1 LA CIENCIA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL La ciencia, al igual que la historia, tiene su origen en la sociedad. En la historia, el objeto de estudio es el propio pasado del hombre, de las ideas que ha tenido, las revoluciones que ha peleado o los libros que ha escrito; en cuanto a la ciencia, ésta ha desarrollado herramientas tanto intelectuales como materiales para entender la naturaleza de la que somos parte, en fin, tanto la ciencia como la historia nos ayudan a entender el presente que nos rodea. Para cumplir con su objetivo, los científicos y los historiadores generan conocimiento, cada uno con sus herramientas es capaz de arrojar mucha luz sobre los temas más importantes o más comunes de la naturaleza. El conocimiento sobre el pasado del hombre ha sido materia de muchísimos libros de historia, pues la mayoría de la gente busca una explicación del presente en el pasado. Sin embargo cuando nos referimos al conocimiento científico, es común que se asocie con cosas futuristas, llenas de progreso, incluso muchas veces este conocimiento se proyecta a-histórico, sin pasado. Pero no hay peor error que éste. Pues la ciencia no es un producto aislado o creado por generación espontánea. Ha sido una actividad humana que se ha practicado desde la antigüedad, por lo tanto es sumamente histórica. En su haber, la ciencia se ha construido desde sus éxitos, pero también desde sus errores. Ha sido un proceso demasiado complejo que involucra a muchos más actores que los meramente científicos. De hecho, a partir del perfeccionamiento de la imprenta por Gutenberg, el conocimiento,1 ha tenido un empuje impresionante, pues alestar inscrito en papel, se ha abierto paso de continente a continente y de generación en generación. Diferentes ideas han encontrado eco en la mente humana y de esta manera hemos construido la sociedad y la cultura de la que somos parte. Todo el conocimiento reunido a través de los libros o expuesto en las cátedras de las universidades constituyen la base de nuestra cultura, pues como dice John Desmond Bernal: “La civilización tal y como la conocemos hoy y en sus aspectos materiales, sería imposible sin la ciencia, que además se halla profundamente implicada con los aspectos intelectuales y morales de nuestra cultura”. 2 Debido a esta afirmación, sería un error considerar a la ciencia como un producto exclusivamente hecho por los científicos. Por lo tanto en este capitulo hablaré de la construcción social del conocimiento, mostraré que la ciencia es producto de un contexto social, porque tanto la economía, la política, la cuestión religiosa, la filosofía y hasta el factor militar afectaron la construcción del conocimiento; hablaré de la movilidad del conocimiento y delimitaré mis puntos de referencia en las universidades, pues fueron los principales lugares donde se generó y esquematizaron las nuevas ideas; incluiré la institucionalización del conocimiento apoyándome en la creación 1 Entendido como la serie de ideas o técnicas para la comprobación de un objeto cualquiera que haga posible la descripción, el cálculo o la previsión controlable de un objeto, entidad o cosa. Nicola Abbagnano. Diccionario de Filosofía. México: FCE. 1980. 1206 p. p 216 2 Jonh D. Bernal. Historia Social de la Ciencia. Barcelona: Península. 1989. 540 p. p. de la Royal Society y describiré cómo marcó la pauta para la legitimación de la ciencia frente al poder y la sociedad. Finalmente, apuntaré con especial atención que la ciencia es un proceso social porque en su construcción intervienen muchos actores como los científicos, los políticos; instituciones como las Universidades o la Iglesia; y varios métodos que han sido puestos a discusión entre grupos científicos y no científicos. 1. 1 Historia social Desde hace tiempo, la historia se ha especializado y en su haber ha desarrollado diferentes herramientas para investigar el pasado desde una perspectiva particular. De hecho, en la actualidad podemos encontrar estudios históricos especializados en: política, sociología, filosofía o economía. Es más, podría aventurarme a decir que el término historia comienza a ser utilizado como un prefijo que antecede la disciplina que se quiere estudiar. Por citar un ejemplo, no es lo mismo hacer una historia política de México de 1950 a 1960, que escribir una historia de México en ese mismo periodo. La diferencia es monumental y radica en que en el primer caso se toma como base a la historia para desarrollar un análisis político; en el segundo podemos asumir que la historia incluye todas esas disciplinas, es decir, al escribir una historia de México de 1950 a 1960, podemos integrar narrativas que describan lo político, lo económico y social en un solo discurso. Me disculpo por la simpleza del ejemplo, pero el punto es que la historia es un gran observatorio desde el cual podemos estudiar cualquier tipo de actividad humana, donde sólo hace falta utilizar las lentes adecuadas para obtener los resultados que deseemos. En este caso, quiero observar a la ciencia y muy particularmente ajustaré la resolución para mirarla a través de la historia social. En primer lugar, la Historia Social se ha distinguido como una metodología de estudio, ésta en particular ha recibido muchas críticas, pues de ella se desprenden dos grandes versiones, la primera fue descrita magistralmente por Lucien Febvre que en el año de 1941 declaraba en una conferencia impartida en la École Normale Supérieure: Repito, por tanto: no hay historia económica y social. Hay historia sin más, en su unidad. La historia que es, por definición absolutamente social. En mi opinión, la historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo, comparables unas a otras (el postulado es de la sociología); actividades y creaciones con las que otras cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades. 3 Me permitiré apuntar que lo que se buscaba era hacer una historia de la sociedad en movimiento, pues el mismo Georges Duby nos dice “que la idea es embarcar la historia social en una ruta de convergencia de una historia de la civilización material y de una historia de la mentalidad colectiva”. 4 Por lo que plantea tres métodos: el hombre en sociedad constituye el elemento final de la investigación histórica; el segundo, se trata de ocuparse en descubrir, en el seno de una globalidad, las articulaciones verdaderas; y el tercero, en crear un sistema de indisociable coherencia.5 En otras palabras, la historia social busca que el objeto de estudio sea delimitado por grandes conjuntos, por ejemplo como las clases sociales (dominante, dominada), los grupos sociales (los científicos, los políticos, los académicos, etc.) o como lo expresa Albert Soboul: 3 Ciro F. Cardos y H. Pérez Brignoli. Los métodos de la historia. Introducción a los problemas, métodos y técnicas de la historia demográfica, económica y social. México: Grijalbo. 1976. 438 p. p. 298 4 Ibíd. p 297 5 Ibíd. La historia social no es solamente un estado de espíritu, ella quiere ser también una disciplina particular dentro del conjunto de las ciencias históricas. En este sentido más preciso, aparece vinculada al estudio de la sociedad y de los grupos que la constituyen, en sus estructuras como desde el ángulo de la coyuntura; en los ciclos como en la larga duración. 6 Otra de las características de la historia social es que puede asociarse a la historia cultural al revisar la influencia artística, arquitectónica o lingüística de un territorio a otro. Podemos incluso encontrar un vínculo con la historia de las mentalidades si es que nos propusiéramos revisar la evolución y tránsito de las ideas político-filosóficas a lo largo del tiempo; la historia social, se asocia también con la historia demográfica y con la historia económica para estudiar los problemas agrícolas o de producción de alimentos o la venta de granos entre los Estados-Nación. Metodológicamente el término de historia social ha sido muy ambiguo. Quiero decir que, después de la definición expuesta por Febvre, ésta se ha diversificado de manera sustancial. Es más, después de la década de 1960 se han formado pequeñas, medianas y grandes corrientes de la historia social con tradiciones y métodos claros y definidos. 7 Incluso el mismo Burke ha citado una definición demasiado general y ambigua: la historia social puede ser entendida como “la historia de las relaciones sociales; la historia de la estructura social; la historia de la vida diaria; la historia de la vida privada, la historia de las solidaridades sociales y los conflictos sociales; la historia de las clases sociales; la historia 6 Albert Soboul. “Descripción y método de las historia social.” En: Ciro F. Cardos y H. Pérez Brignoli. Los métodos de la historia. Introducción a los problemas, métodos y técnicas de la historia demográfica, económica y social. México: Grijalbo. 1976. 438 p. p. 332 7 Santos Juliá. Historia Social / sociología histórica. Madrid: Siglo XXI. 1989. 98 p. p 23 de los grupos sociales”.8 Ciertamente la historia social puede ser todo eso, pero si nos vamos a esa definición llegaríamos a la conclusión de que la historia es social por definición, porque estudiael pasado del hombre, cosa que no nos hablaría de algún método en especial. Por lo tanto, sin profundizar en el tema, mostraré algunas características que distinguen a la Historia Social de los otros métodos que se emplean para escribir diferentes tipos de historia. La historia social confronta a la fuerte tradición historiográfica alemana positivista que se encarga de definir la Historia como científica y “sostiene que debe ser el apegado relato de los acontecimientos que sucedieron en el pasado”9 poniendo especial atención en los personajes políticos o con poder social; en los grandes Estados y naciones, en las grandes batallas o ejércitos que determinaron el rumbo de los mismos. En definitiva, una historia política, positivista, individualista y con el argumento principal de conocer solo la historia a través de las fuentes documentales para saber verdaderamente qué fue lo que pasó.10 El positivismo supone a priori la existencia de hechos a la espera de que un historiador llegue, los recopile, ordene, narre y demuestre la veracidad de la investigación respaldada en las fuentes documentales. Los historiadores sociales, por su parte, dirigen y formulan preguntas, se hacen de un objeto de estudio; se plantean problemas, abren un cuestionario y diseñan líneas de investigación, que baste decir: “no sólo las descubren, las 8 Peter Burke. Sociología e historia. Madrid: Siglo XXI. 1987. 350 p. p 35 9 Santos Juliá. Op. Cit. p 3 10 Ibíd. crean”.11 Es decir, el historiador debe abstraerse para realizar cuestionamientos con el afán de entender el presente que lo rodea. Para alcanzar este objetivo, debe “no solo de echar mano de los documentos escritos sino llevar su mirada hasta los artefactos de los cuales se ha servido el hombre, desde el lenguaje, hasta las técnicas de producción, desde los utensilios, medios físicos o toda la experiencia humana”.12 De tal suerte que si buscamos una definición muy elemental de historia social debemos considerar que, en primer lugar, “lo social se refiere a la materia sobre la que trabaja el investigador”13, es decir, la sociedad humana, y que puede entenderse según las diferentes escuelas como “una totalidad estructurada”14 de pensamientos, de políticas, de costumbres, de tradiciones o incluso “maneras de obrar”.15 En otras palabras, la sociedad o los sistemas de pensamiento, las maneras de obrar o todo lo que pueda definirse con la categoría de social es materia de la historia social y constituye su principal característica. Por esta misma razón, los historiadores deben tener muy en cuenta la teoría social que han desarrollado los sociólogos pues a decir verdad, ellos se especializan en definir rigurosamente cómo está constituida una sociedad, qué niveles de organización tiene y de qué manera se comporta. 11 Ibíd. p 7 12 Ibíd. p 8 13 Ibíd. p 33 14 Ibíd. 15 Ibíd. La escuela de los Annales ubicaba a la historia social como símbolo de la búsqueda de la totalidad, que “se expresaba sobre todo en las monografías regionales o locales y en el estudio de los grupos sociales y su estratificación social”16, por lo que Braudel defendía que el historiador social puede ofrecer originalmente a los científicos sociales -como los economistas, antropólogos, etnógrafos, sociólogos, etc- una noción cada vez más precisa del tiempo y “la larga duración. Porque el historiador organiza el material de su investigación en una categoría que se llama tiempo y observa los cambios que sufre la sociedad a través de él”. 17 Y para cerrar esta breve revisión de la historia social, sólo apuntaré que el materialismo histórico tenía su propia manera de entender lo social, pues desde su perspectiva de estudio sostenía que la sociedad se divide en clases sociales y la interacción de ambas era el motor de la historia. Hasta este punto considero que se logra un panorama general para entender la historia social; pues sin ser éste un trabajo que se enfoque a definir estrictamente el término, se habló de sus características. Y ya, para entrar en materia de nuestro estudio, en los párrafos siguientes hablaré sobre la construcción social del conocimiento, su institucionalización y su transmisión. 16 Ibíd. p 36 17 Ibíd. p 37. 1. 2 El conocimiento como una construcción social Peter Burke menciona que el conocimiento es una construcción social,18 porque en este proceso intervienen diferentes sectores de la población y no se limita a la información obtenida por procedimientos científicos, sino que recoge cualquier experiencia humana para entender y describir el entorno que nos rodea. Nos dice también que en la actualidad se pone mucho énfasis en estos términos, ya que se de dice que estamos inmersos en sociedades de la información o sociedades del conocimiento que se caracterizan por la expansión de las actividades relacionadas con la difusión y producción del conocimiento.19 En resumen, podemos entender el conocimiento como la serie de ideas o sistemas de pensamiento que el hombre elabora para aprehender de su entorno,20 y con este dato me enfocaré en los siguientes párrafos en señalar la diferencia entre información y conocimiento para entender de qué manera trabaja la ciencia. Siguiendo las ideas de Peter Burke, encontramos que la información es producto de la observación inmediata de los hechos o los fenómenos. Es decir, la información es un conjunto de datos que podríamos considerar se encuentran en un estado crudo, sin asar. “En cambio, el término conocimiento sirve para designar aquello que ha sido cocido, procesado o sistematizado por el pensamiento”.21 Es fundamental hacer esta distinción ya que en la antigüedad, o muchísimo tiempo atrás, el grueso de la población manejaba grandes 18 Peter Burke. Historia Social del Conocimiento. De Gutenberg a Diderot. Barcelona: Paidós. 2000. 321 p. p 16 19 Ibid. p 11 20 Andre Comte-Sponville. Diccionario Filosófico. Barcelona: Paidós. 2005. 576 p. p 128 21 Peter Burke. Op. Cit. p 24 cantidades de información. Sin embargo, sólo un pequeño grupo de personas procesaba los datos, pensaba y con el tiempo fueron elaboraron sistemas metodológicos para validar los resultados que obtenían. En otras palabras, la ciencia recae principalmente en los métodos de producción del conocimiento, en el procesamiento de información. Pero hay que decir también que ésta no ha sido la única manera de obrar de la ciencia, pues diferentes culturas han logrado avances sustanciosos en varias áreas del conocimiento utilizando diferentes métodos y procesos. Otra de las cosas que debemos tomar en cuenta es qué tipo de personas generaron conocimiento, en qué lugares trabajaron, cómo se organizó la producción del conocimiento y finalmente que utilidad tuvo. Al dar respuesta a estos cuestionamientos podemos descubrir, entre otras cosas, cómo se construyó la idea de ciencia desde la sociedad. Como bien sabemos, la Edad Media se caracterizó por un total dominio de la Iglesia sobre todas las actividades que desempeñaba el hombre; así, podemos encontrar en muchos libros de historia las relaciones que tenía la Iglesia con el poder político-económico-militar, ya que por mucho tiempo tuvo una gran simpatía de los gobernantes debido a la gran influencia que ejercía en la población. Incluso varios imperios fueron legitimados por las figuras papales y en muchas ocasiones éstas gobernaron grandes territorios. Así que por medio de la práctica del cristianismo, el cobro de los diezmos y las alianzas políticas, la Iglesia gozó de una enorme bonanza económica que le permitió solventar los gastos de la producción del conocimiento. Como ejemplo podemosmencionar la gran cantidad de monasterios enfocados a estudiar las obras clásicas, en formar mentes dedicadas a la producción de discursos teológicos o filosóficos. Pero de manera paralela las universidades surgen como corporaciones de individuos unidos por dos particularidades: la producción y transmisión del conocimiento. Tenemos entonces que, como dice Burke, las universidades medievales fueron en su mayoría influenciadas por el clero: Durante la Edad Media la mayoría de los profesores y estudiantes universitarios eran miembros del clero y a menudo pertenecían a órdenes religiosas, sobre todo a los dominicos, que contaron con personalidades como Tomás de Aquino, el más famoso profesor medieval…a menudo los estudiantes pasaban de una universidad a otra, de forma que llegaron a formar un grupo internacional, redes de conocimiento.22 Por esta época se comienza a utilizar el término escolástico, que quiere decir hombres de escuela; algunos profesores comenzaron a diseñar currículos muy diferentes a los que regularmente las universidades proponían. A ellos se les llamó humanistas y el término rápidamente se expandió por toda Europa pues representaron una nueva forma de clerecía,23 debido a que muchos eran laicos que impartieron cátedra en universidades o incluso sirvieron como consejeros del poder político. De esta manera nos damos cuenta que la Iglesia a través de sus monasterios representó el primer núcleo de pensamiento humano; el segundo lugar lo ocuparon universidades que también generaron conocimiento. Así que esta clerecía laica flotó libremente sin estar sujeta o amarrada a las instituciones como la Iglesia o las Universidades. Fenómeno que podemos encontrar en la actualidad representado en la clase intelectual como el grupo de personas altamente educadas que crean redes de conocimiento 22 Ibíd. p 37 23 Ibíd. p 35 Clerecía: término empleado para designar a grupos sociales cuyos miembros se consideran a sí mismos, aunque de diferentes maneras “hombres sabios” (docti, eruditi, savants) u “hombres de letras” (litterati, hommes de letters), que en este contexto letters significa saber y no tanto literatura. que circulan y tienen peso entre el poder político, económico o militar. Para ilustrar el punto, podemos tomar como ejemplo la formación de la “Academia” en el siglo XVI, pues los humanistas, cuando desarrollaban ideas sobre los fenómenos de la naturaleza o sobre cuestiones filosóficas, las sometían regularmente a debate dentro y fuera de las universidades; de esta manera crearon sus propios círculos de estudio con reglas de pertenencia y participación. Por ejemplo “hacía 1600, sólo en Italia se habían fundado ya cuatrocientas academias, pero se habían difundido también por otras partes de Europa, desde Portugal hasta Polonia”.24 Los debates fueron una práctica muy acostumbrada a lo largo del siglo XVII y XVIII, pudieron ser el germen de las sociedades científicas que legitimaron la validez del conocimiento frente al poder y la sociedad. Como podemos apreciar, el conocimiento se desenvuelve principalmente en dos instituciones: la Iglesia y las Universidades. De estas dos, se desprende la clerecía laica que difundió sus ideas rápidamente, creó redes e individuos capaces de generar conocimiento de manera independiente y al mismo tiempo motivó un impulso colectivo por crear sociedades o academias especializadas en debatir temas tanto de la filosofía natural como de la filosofía escolástica. Incluso esta clerecía tuvo la fuerza para formar una Universidad como la de Wittenberg en 1502, que “fue organizada al principio por sabios que se habían formado en Leipzig y Tubinga” 25 dos de las universidades que recibieron con mucho entusiasmo las ideas humanistas. De ahí que Lutero, padre del protestantismo, escribiera las 98 tesis de Wittemeberg y comenzara con uno de los movimientos polìtico-religiosos más importantes de la humanidad: La Reforma. 24 Ibíd. p 56 25 Ibíd. p 57 Otro fenómeno que podemos observar, fue que a principios del siglo XVII se habló de un nuevo tipo de filosofía, la filosofía natural que se dedicaba a estudiar con más precisión los fenómenos de la naturaleza. De esta manera, la química, la física y la botánica fueron las disciplinas que despuntaron del resto de los demás. “Los partidarios de este movimiento trataron de incorporar conocimientos alternativos de aprendizaje. Por ejemplo la química debió mucho a la tradición artesana de la metalurgia”.26 Sin embargo, este nuevo impulso tuvo un impacto negativo en las universidades pues muchas de ellas se mostraron hostiles frente a la nueva filosofía. Pero los que sí mostraron interés con la filosofía natural, se convirtieron en partidarios de este nuevo enfoque y “fundaron sus propias organizaciones, sociedades como la Academia del Cimento en Florencia (1657) o la Académie Royale de Sciences de París (1666).”27 Uno de sus principales argumentos fue que al percatarse de que la mayoría de las universidades declinaron generar nuevo conocimiento, su labor sólo se limitaba a debatir y especular sobre las mismas cosas. Incluso “John Webster clérigo, alquimista y cirujano, criticó las universidades en su Examination of Academies (1654) como baluartes de una filosofía escolástica interesada en estúpidas y estériles especulaciones y sugirió que los estudiantes deberían pasar más tiempo estudiando la naturaleza y poner seriamente manos a la obra”.28 De manera muy escueta puedo decir que el conocimiento recayó principalmente en dos instituciones: la Iglesia y las Universidades; pero debo aclarar que el conocimiento no 26 Ibíd. p 59-60 27 Ibíd. p 60 28 Ibíd. se mantuvo estático, pues las redes de individuos, tanto de estudiantes como de profesores, tuvieron una movilidad impresionante. Las ideas que se plasmaron en papel, es decir, impresas, viajaron de ciudad en ciudad, de universidad en universidad e incluso de continente a continente. El contexto social en el que surgió todo esto merece una mención especial, pues sin el perfeccionamiento de la imprenta en el siglo XVI muy difícilmente las ideas se hubieran difundido; sin la institucionalización del conocimiento a través de las Universidades no pudieron haberse gestado círculos de estudio independientes (clerecías) que fueron el germen de las sociedades científicas; sin la solvencia económica de la iglesia, no pudieron haberse estudiado las obras de filosofía clásica que posteriormente fueron confrontadas por las ideas de la filosofía natural y, sin la filosofía natural no hubiera existido lo que hoy conocemos como ciencia. De tal suerte que el conocimiento como construcción social muestra que no sólo los productores o transmisores del conocimiento participaron en el procesamiento de la información, sino que detrás y alrededor de ellos se encuentra la sociedad, que contribuyó para que el conocimiento fluyera libremente. En los siguientes párrafos examinaré que la ciencia es un proceso histórico y que está marcado por los cambios que ha tenido a través del tiempo, por las interacciones entre diferentes grupos sociales y finalmente por el los métodos de producción del conocimiento. Desde la Antigüedad, la ciencia se ha discutido en un sentido muy amplio, se ha tratado de definir con mucha precisión, pero por lo regular esta precisión se ve afectada por interminables cuestionamientos filosóficos. Sin embargo, para avanzar en el desarrollo de esta tesis, me he propuesto definirla operativamente: la ciencia es el conjunto de técnicas o estructuras de pensamiento para la adquisición, organización y aprehensión de conocimiento. 29 Agregaría también que la ciencia es una constante construcción de conocimiento y que es unade las características que nos define como especie humana, por lo tanto posee un gran pasado que podemos estudiarlo históricamente. En cuanto al conocimiento –no obstante las interminables fuentes bibliográficas que han tratado de definirlo– lo reconozco como la serie de ideas o sistemas de pensamiento que el hombre elabora para aprender de su entorno.30 Así que para resumir, diré que la ciencia es un constante procesamiento de información, el conocimiento es el producto ya terminado. Para aclarar el punto diré que observo la ciencia como un gran árbol, que con el paso del tiempo ha crecido robustamente, se ha diversificado a tal grado que podemos encontrar las raíces como una gran base teórica; el tronco, como las propuestas o las teorías; y las ramas como la constante experimentación. Pues mientras algunas caen, otras se mantienen o de plano re-nacen. En realidad, pienso que la ciencia avanza y transforma a la sociedad, y en este fenómeno podemos distinguir un principio, pero no un final. Pues si bien tenemos metas, pero éstas cambian conforme el pensamiento humano avanza. Y en este proceso, muchas veces las ramas se derrumban y caen por su propio peso o por nuevas interpretaciones, pero lo importante es que siempre hay nuevas visiones, nuevos métodos y nuevas teorías. El punto es que la ciencia como cualquier actividad humana, es susceptible de historiarla y aprender de ella cuanto nos sea necesario. Así que con el enfoque y los recursos de la historia social podremos reconocer la participación de los diferentes grupos sociales como las asociaciones científicas, los grupos aristócratas, los grupos políticos, los 29 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Madrid: Espasa-Calpe. 1990. 1334 p. Conocimiento, p 384, ciencia, p 333 30 Andre Comte-Sponville. Op. Cit. religiosos y los grupos económicos que inciden en el proceso de producción y validación del conocimiento científico. Me parece importante percibir a la ciencia como un producto histórico debido a que en la construcción de este conocimiento está implícito un pasado, una serie de prueba y error, de éxitos y fracasos, en fin, la ciencia “no es un producto que se haya creado de un solo golpe”.31 Para los historiadores nos parece fundamental rescatar la historicidad de la ciencia ya que la mayoría de las veces se asume que la ciencia está en el futuro, que es un conocimiento acabado e incluso que la ciencia y la historia son opuestas, debido a que una regresa al pasado para explicar el presente y la otra desdeña el presente para construir un futuro. 1.3 La ciencia como construcción social Para explicar que la ciencia es una construcción social utilizaré como ejemplo la consolidación de la Royal Society, en este proceso veremos cómo intervinieron varios sectores de la población. Es decir, por un lado tenemos a las personas que tratan de entender los fenómenos de la naturaleza a través de un método y se asumen ellos mismos hombres de ciencia, a quienes les llamaré operativamente científicos (aunque este término se haya establecido con toda normalidad hasta el siglo XIX). Steven Shapin y Simon 31 Javier Ordóñez. Ciencia, tecnología e historia: relaciones y diferencias. México: Tecnológico de Monterrey-Aries. 2001. 119 p. p. 13 Schaffer32 consideran que estas personas echaron a andar procesos de legitimación de su trabajo frente a la sociedad y específicamente frente al poder político en Inglaterra desde el siglo XVII. Por otro lado tenemos que los científicos proyectaron una imagen muy particular de la ciencia, pues no todas las personas que producían conocimiento sobre la naturaleza eran aceptadas en su organización, ya que dependía mucho de sistemas de legitimación que tenían que ver con el método que utilizaban, pero más, con la legitimación social que lograban entre colegas o aristócratas. No abarcaré por supuesto toda la historia de la Royal Society, pero resaltaré algunas de las características que Steven Shapin y Simon Schaffer han estudiado. En primer lugar hablaré de la concepción de experimento como mecanismo para producir conocimiento; en segundo, la legitimación del conocimiento a través del experimento; y la tercera, la legitimación de la ciencia experimental a través del reconocimiento social. Menciono lo anterior, porque a través de estos mecanismos de evaluación del conocimiento, surge una institucionalización de la ciencia en la Royal Society, una de las agrupaciones que más influencia ha ejercido en la producción del conocimiento occidental. Sin embargo no hay que desdeñar otros tipos u otros métodos de aprehensión del conocimiento. Si bien, la Royal Society expuso y desarrolló criterios para institucionalizar la ciencia, no fue la única vía, ni el único medio para lograr conocimiento. Así que una vez hecha la aclaración comenzaré mi análisis. 32 Steven Shapin y Simon Schaffer. El Leviathan y la bomba de vacío. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmas. 2005. 505 p. El primer grupo que encuentro es el de los filósofos naturales, quienes fueron las personas que mostraban cierto interés por los fenómenos de la naturaleza, podemos decir también que fueron herederos directos de la filosofía presocrática que se preguntaba muy particularmente sobre los orígenes del mundo. Sus respuestas incluían tanto conceptos sobre el funcionamiento de la naturaleza como del espíritu humano. Y con perdón del anacronismo diré no eran ni humanistas ni científicos, eran una mezcla de ambos. Tanto Johannes Kepler, Isaac Newton y Charles Darwin, se asumían como tal. En este punto tengamos en cuenta que la ciencia no surge per se, es un proceso que deviene en lo social porque involucra a muchos actores (como los científicos, los políticos), instituciones (Universidades, Iglesia) y métodos que son puestos a discusión entre los propios científicos y otras personas que producen otro tipo de conocimiento (aunque éste fuese más pragmático, como los herbolarios, los jardineros, las parteras o los barberos). El hecho es que al analizar la ciencia desde una perspectiva histórica, se analizan procesos sociales que la van construyendo. Es decir, al estudiar las pequeñas partes de un gran fenómeno, podemos lograr un panorama detallado del gran cuerpo que queremos estudiar. Por ejemplo, para Robert Boyle, quien fuera uno de los principales fundadores de la Royal Society y quién probara con éxito los postulados de Galileo Galilei sobre la caída de los cuerpos, (una pluma caería a igual velocidad que un pedazo de plomo en el vacío) sostenía que “el conocimiento adecuado en la filosofía natural debía ser generado a través del experimento, y que el fundamento de ese conocimiento debía estar constituido por los hechos producidos experimentalmente”. 33 Sin embargo en esta simple aseveración podemos encontrar varios conceptos en los que recae la ciencia: Conocimiento y 33 Ibíd. p 53 experimento. Tal parece que uno es consecuencia del otro. Pero veamos si esta afirmación es cierta. El experimento como ejercicio, práctica o reproducción de los fenómenos de la naturaleza tiene tras de sí una enorme producción intelectual, pues los experimentos se plantean sobre una base teórica o cierto bagaje cultural acerca de lo que se quiere descubrir. Es decir, la concepción de experimento no es a priori. “Involucra un inmenso cúmulo de trabajo, que descansaba sobre la aceptación de ciertas convenciones sociales y discursivas y que dependía de la producción y protección de una forma especial de organización social”.34 No obstante, el experimento dependía de un hecho concreto de la naturaleza, podía ser un rayo en una tormenta eléctrica, la lluviao la caída de los cuerpos. El experimento se basaba en el hecho, de ahí, podían elaborarse teorías para explicar el acontecimiento, pues “las teorías, hipótesis y sistemas metafísicos pueden ser rechazados, pero los hechos permanecen innegables y permanentes”.35 Lo que se busca con la práctica de los experimentos es, valga la redundancia, generar una experiencia amplia y cercana acerca de la naturaleza. Y si esta experiencia podía ser repetida varias veces con los mismos resultados “entonces el resultado podía constituirse como un hecho. De este modo, el hecho debe verse como una categoría tanto 34 Ibíd. 35 Ibíd. p. 54 epistemológica como social”.36 Surge aquí una liga entre el científico y la sociedad a la que pertenece, ¿de qué manera la legitimidad del experimento recae en la cuestión social? Justo aquí hay varios aspectos que debemos tomar en cuenta, pues debo aclarar que el reconocimiento social no es similar a las convenciones sociales, pero es necesario reconocer que una parte del conocimiento sí recae en ellas. Para ejemplificar el punto diré que la fuerza de gravedad es la misma en México, en Noruega o Japón; es decir, el saber que existe la fuerza de gravedad es un conocimiento que no depende de ninguna convención social, pues puede ser medido con precisión en cualquier parte del mundo, pero lo que sí muestra una convención social son las escalas numéricas con las que se mide dicha fuerza, ya que durante los siglos XVI y XVII cada filósofo natural tenía sus propias escalas métricas o en todo caso, sus propios puntos de referencia. Pero la pregunta es, independientemente de las convenciones sociales ¿Qué mecanismo se utilizaba para lograr legitimación? El mismo Boyle proponía el uso de tres tecnologías: La tecnología material, involucrada en la construcción y operación de la bomba de vacío. La tecnología literaria por medio de la cual los fenómenos producidos por la bomba eran dados a conocer a aquellos que no habían sido testigos directos; y La tecnología social, que incorporaba las convenciones que debían usar los filósofos experimentales al tratar con los otros y para considerar los enunciados cognoscitivos. 37 Hago hincapié en estas características porque con la validación social, la Royal Society incorporó, aprobó y respaldó los nuevos conocimientos que se daban a conocer dentro de su gremio. 36 Ibíd. p 57 37 Ibíd. La máquina de vacío de Robert Boyle puede servir como ejemplo para ilustrar de qué forma la legitimación social le daba credibilidad al conocimiento científico. Por mucho tiempo la bomba de vacío sirvió como emblema de una nueva manera de hacer ciencia. En primer lugar, los costos de producción del artefacto fueron cubiertos casi en su totalidad por un patrocinio que el mismo Boyle recibió del Conde de Cork38; en segundo, cuando la bomba estuvo lista fue presentada ante la Royal Society, institución que acostumbraba invitar a gente distinguida de la sociedad inglesa a sus varias demostraciones, “…la bomba de vacío de Boyle junto con el microscopio de Hooke constituyeron las piezas del espectáculo de la Royal Society; cuando debía entretenerse a los visitantes ilustres con las principales exhibiciones…”39 De esta manera en febrero de 1661 un embajador danés “fue entretenido con los experimentos sobre la bomba de Mr. Boyle, y en 1667 Margaret Cavendish, Duquesa de Newcastle, probablemente la primera mujer en ser admitida en una reunión de la Royal Society, fue agraciada con un despliegue similar”.40 Otro ejemplo que pude ayudarnos a mostrar que los propios científicos, a través de la Royal Society, buscaban el reconocimiento social lo encontramos en el diseño iconográfico que ilustró la apresurada History of the Royal Society que Thomas Sprat escribió en 1667 (apenas 7 años después de su fundación). En la ilustración encontramos, además de la propia bomba, las efigies del “presidente de la Royal Society, Lord Brouncker (a la izquierda); el Rey (busto, centro, 38 Ibíd. p 72 39 Apud. M. B. may. Boyle and Seventeenth - Century Chemistry. p 185. En: Steven Shapin y Simon Schaffer. El Leviathan y la bomba de vacío. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmas. 2005. 505 p. p 63 40 Steven Shapin y Simon Schaffer. Op. Cit. p 64 mientras es coronado por la fama); y Francis Bacon (derecha)”.41 La imagen muestra la búsqueda del reconocimiento social pues no es fortuito que aparezcan la efigie del rey junto a la del presidente de la Royal Society. La bomba de vacío fue recibida con mucho entusiasmo por los propios científicos, por los aristócratas e incluso hasta por los monarcas de la iglesia. El proyecto de Boyle impactó a tal grado que, a pesar de los enormes costos de producción, se reprodujeron varias copias de la bomba de vacío, pues la máquina original fue “presentada en Londres en 1660, Boyle tenia también una o dos máquinas rediseñadas construidas para él en 1662 que operaban en Oxford; Cristiaan Huygens construyó una en la Haya en 1661, había una en la Academia de Montmor en París; probablemente otra a mediados de los años de 1660 en el Christ’s Collage en Cambridge; y Henry Power podría haber tenido una en Halifax en 1661”.42 El descubrimiento irradió tanto legitimidad como presencia dentro de las esferas del poder político y económico inglesas del siglo XVII, incluso la propia Royal Society se benefició ostensiblemente por el gran éxito de la bomba de vacío. A partir de las demostraciones de vacío se comienza a discutir con más fuerza de dónde surge la legitimidad del conocimiento científico, si desde los resultados que se obtenían en los laboratorios privados, o en las demostraciones públicas que echaba andar la 41 Ibíd. p 66 42 Ibíd. p 73 Royal Society, pues el laboratorio era entendido como el espacio dónde el científico de manera privada experimentaba en repetidas ocasiones para lograr resultados que arrojaran luz sobre el fenómeno que estuviese investigando. Sin embargo, estos resultados tenían que ser validados por testigos oculares con alto reconocimiento social. Robert Boyle insistía en la legitimación de la ciencia por el reconocimiento social alegando que “aquellos que lo han visto pueden creer razonablemente más en ellos que los que no lo han hecho”.43 Insistía también que este acto de atestiguar tenía que ser colectivo. Pero aquí surge otra discusión, ¿qué tipo de personas serían aptas para dar crédito de los experimentos? ¿qué número de personas sería el indicado? ¿cómo se lograría el reconocimiento social? La primera analogía que se utilizó fue la acostumbrada en los juicios de criminales. Se argumentaba que: Pues si el testimonio de un testigo no es suficiente para probar que la parte acusada es culpable de asesinato, el testimonio de dos testigos de igual crédito alcanzará ordinariamente la culpa de un hombre; porque se piensa razonablemente que, si cada testimonio aislado se considera probable, la concurrencia de dichas probabilidades (que debe con razón ser atribuida a la verdad que ellos juntos tienden a probar) puede conllevar una certeza moral, un tipo de certeza que permite al juez pronunciar una sentencia de muerte contra el culpable.44 43 Ibíd. p 95 44 Apud. Robert Boyle. “Some Considerations about Reason and Religion” p 182. En: Steven Shapin y Simon Schaffer. El Leviathan y la bomba de vacío. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmas. 2005. 505 p. p 96 Por esta razón surgieron las demostraciones como actos públicos dónde se atestiguaba el experimento. Incluso, los testigos firmaban un registro que describía los pormenores de la demostración;al hacerlo empeñaron su reputación ofreciéndola como prueba de la veracidad del testimonio. Así que los testigos debían “poseer una constitución moral intachable y un altísimo nivel intelectual, dado que los grandes requisitos de un testigo son el conocimiento que posee de las cosas que proporciona y su confiabilidad en decir con veracidad la cosas que conoce”.45 Debido a la firma de estos documentos, era común que los propios científicos recopilaran estas actas y las anexaran en los libros o en las series experimentales que publicaban para dar a conocer sus descubrimientos. Así que recapitulando, tenemos que la ciencia es un proceso social donde intervienen diferentes sectores de la población. Por un lado está el grupo de los científicos quienes producen directamente el conocimiento; por otro, las personas que producen conocimiento de una manera libre y pragmática, quienes no necesariamente utilizaban un método o realizaban demostraciones para legitimar su conocimiento. Y en otro, el poder político y el económico representado en el tipo de testigos que empeñaban su reputación para dar legitimidad al conocimiento que se mostraba en los salones y galerías de la Royal Society. Por último, tenemos la presencia de las instituciones y de las asociaciones científicas que arropaban este conocimiento para lograr posiciones privilegiadas dentro de la sociedad. En resumen la ciencia es social y lo vemos porque en cada proceso de producción de conocimiento existe una íntima relación con todos los sectores de la sociedad. Observamos también que la ciencia es un proceso y trae consigo muchos cambios: propone, experimenta, obtiene resultados, procesa la información 45 Steven Shapin y Simon Schaffer. Op. Cit. p 99 y finalmente, busca reconocimiento y legitimación social. Esta labor incluye diferentes sectores de la población que inicialmente parecen distanciados, pero si ajustamos bien la resolución de nuestras lentes, observamos la íntima e indisoluble relación que hay entre ciencia y sociedad. Justo aquí es pertinente mencionar que uno de los factores importantes para que la ciencia interactúe con la sociedad y viceversa, es su comunicación, pues algunos historiadores de la ciencia46 han visto que los científicos no han sido los únicos emisores, tampoco hay un solo mensaje que se quiera transmitir, ni un solo método o dirección que deba tomar esta información. La comunicación de la ciencia es una gran área de estudio que trata de explicar este procesamiento de información y de comunicación. Como he venido argumentado, la ciencia es una construcción social, y la comunicación también es parte de este proceso pues muestra la relación que existe entre la ciencia y la sociedad. Por lo tanto es fundamental entender este proceso comunicativo, entender que cada conferencia, cátedra, libro o artículo hace circular el conocimiento gracias a la comunicación,47 en esta lógica, todos somos actores, desde el científico que expone sus resultados, hasta el lector ocasional que los encuentra publicados en algún lugar. Por lo que James Secord, otro historiador de la ciencia, sugiere que no sólo tendríamos que preguntarnos qué se esta haciendo o qué se dice de la ciencia, sino que al 46 Para mayor referencia. Peter Broks. Understanding Popular Science. New York: Open University Press. 2006. 200 p. y James A. Secord. Knowledge in Transit. Revista Isis, Núm. 95. 654-672 pp. 47 James A. Secord Op. Cit. p. 655 mismo tiempo tendríamos que saber cómo, dónde, quién, cuándo y para quién.48 Tenemos que estudiar cómo ha circulado el conocimiento, de qué manera, con qué prácticas. Abordar el contexto desde esta perspectiva: la comunicación. A esta rama del conocimiento se la ha llamado Comunicación Pública de la Ciencia (CPC) y es que en sí misma también es ciencia, pues valga la redundancia, estudia cómo y de qué manera el conocimiento se transmite, y al hacerlo genera más conocimiento sobre el proceso comunicativo de la ciencia. En fin, la CPC es un fenómeno demasiado grande y complejo que sería imposible discernir todas sus características en una sola tesis de licenciatura. Sin embargo, es necesario apuntar que la divulgación de la ciencia, es un proceso comunicativo que se enmarca dentro la CPC, y el objeto de estudio de este trabajo se centra precisamente en saber cómo se desarrolló ésta actividad en la UNAM entre los años 1970-1990, entender cómo se crearon varias instituciones dedicadas expresamente a divulgar ciencia y saber cómo se llegó a la decisión de construir un Museo de Ciencias Universitario. 1.4 Conclusión Cuando Peter Burke sostiene que la ciencia es una construcción social, lo dice porque el propio conocimiento posee un gran pasado, puede historiarse y con ello, comprender su génesis. Al hacerlo expone que la sociedad es un núcleo activo para la generación y transmisión de ideas. Tiene muy claro que el conocimiento se mueve dentro de varias esferas, en primer lugar tenemos que la mente humana puede almacenar y producir 48 Ibid. 663-664 p. “So the first of my suggestions world be to think, at every point in our work, about science as a form of communicative action –to recognize that questions of “what” is being said can answered only thought a simultaneous understanding of “how,” “where,” “when,” and “for whom” innumerables ideas, los Filósofos Naturales y los Científicos, crearon agrupaciones donde discutir sus descubrimientos, lugares que existieron tanto dentro como fuera de las universidades. Con el paso del tiempo, algunas de estas agrupaciones se transformaron en solemnes instituciones que gozaban de un reconocimiento social y político dentro de la sociedad. En líneas anteriores he dicho que la Royal Society fue la institución científica que más influencia ejerció sobre las esferas de poder político, económico y religioso de Inglaterra del siglo XVII. Lo hizo porque desde sus galeras se exhibían los más novedosos avances científicos como la bomba de vacío o el microscopio. Ésta institución generó sus propios sistemas y métodos de validación del conocimiento mediante el reconocimientos social y a través de esta tarea logró posicionarse como un poder más dentro de la sociedad inglesa. La gran mayoría de los científicos buscaban allegarse a la institución debido a la enorme presencia que tenía por la altísima calidad y valía de los miembros que la conformaban. En mi opinión la Royal Society muestra de una manera muy particular cómo la ciencia se vincula con varios sectores de la sociedad, pues si observamos este fenómeno a través de los ojos de la historia social de la ciencia sabremos que no solo los científicos, como las personas creadoras del conocimiento intervienen en este proceso. Mucha de la información que ocupan en sus investigaciones, es de dominio popular, sin embargo ellos la procesan de diferente manera. Experimentan varias veces para lograr un conocimiento más exacto. De ahí la importancia de lo social, los científicos no son gentes aisladas, son miembros componentes de una sociedad. Nacen y se relacionan en un contexto que los va formando (o deformando, según sea el caso) en la actividad científica. La historia social de la ciencia puede arrojarnos más luz sobre del mundo que nos rodea. Rescata elementos que muy difícilmente una crónica puede describir. Analiza y estudia el entorno dónde se generan conocimientos e instituciones. A través de esta óptica podemos vislumbrar la génesis de otros espacios de construcción y comunicación del conocimiento como pueden ser los museos, pues en la creación de estos espacios participan diferentes sectores de la población como los científicos, los especialistas en comunicación, los políticos, los académicosy el público visitante. Así que aprovecharé las herramientas de la historia social de la ciencia para entender la creación de UNIVERSUM, el Museo de Ciencias de la UNAM. El universitario no solo tomará contacto con el mundo no solo para interpretarlo, sino para transformarlo. Por eso concebimos la extensión universitaria como la comunicación activa y creadora con la comunidad nacional a través de la ciencia, el arte y la técnica. Domingo Piga CAPÍTULO 2 COMUNICACIÓN PÚBLICA DE LA CIENCIA EN LA UNAM Una vez aclarado qué es la Comunicación Pública de la Ciencia, en este capítulo mostraré algunas acciones que desarrolló la UNAM desde 1970 para comunicar la ciencia dentro y fuera del ámbito académico. Para ello revisaré la importancia de las exposiciones montadas en las ferias del libro, charlas de café, cine clubes, publicación de revistas y conferencias. Toda esta actividad, que en su momento fue coordinada por el Subsistema de Extensión Universitaria, representa el antecedente de lo que sería el Programa Experimental de Comunicación de la Ciencia (PECC), que posteriormente se transformaría en el Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia (CUCC), el lugar donde se concibió UNIVERSUM. Así que, revisaré la importancia de la extensión universitaria y la difusión cultural para comunicar la ciencia; revisaré los objetivos del PECC, sus proyectos, su desarrollo y explicaré a través de la trayectoria académica del Dr. Luis Estrada la fundación del CUCC. 2.1 La extensión universitaria en la UNAM ¿Qué significa Extensión Universitaria? Para entender qué es y cuales son las funciones de la extensión universitaria en la UNAM tenemos forzosamente que hablar de legislación universitaria, que es el documento dónde se establecen los lineamientos y normatividades de todas las actividades dentro de la UNAM. También hablaré del contexto social y cultural de nuestro país en la década de los setenta caracterizado por un apresurado crecimiento demográfico que a su vez desencadenó una rápida industrialización del país. Todos estos elementos me servirán para entender cómo se desarrollo la propia Universidad en sus aspectos científicos, académicos y culturales. 2.1.1 Legislación Durante el año de 1929 los ecos de la Revolución Mexicana todavía resonaban en las aulas de la Universidad. Debido a una serie de intereses políticos el Estado mexicano se negaba a otorgarle autonomía a la Universidad. Fue entonces que un puñado de estudiantes de la Facultad de Derecho, con ideas de tintes conservadores ganaron la autonomía universitaria; esta lucha fue de gran importancia porque a partir de ese momento la Universidad ahora podría ser gobernada por sus propios mecanismos y bajo su propia legislación. Así fue que el 23 de mayo de 1929 quedó consolidado uno de los primeros pilares de la Universidad.1 Para 1944, la Universidad Nacional vivió otro de sus momentos culminantes cuando, por iniciativa del rector Alfonso Caso, el Consejo Universitario formuló su propio proyecto de Ley Orgánica. En éste se planteo la necesidad de organizar la Universidad “sobre bases 1 Porfirio Moran Oviedo. El vínculo de la docencia y la investigación en el trabajo académico de la UNAM. México: UNAM – CESU. 2003. 226 p. p 27 técnicas, distinguiendo el aspecto ejecutivo y el aspecto técnico de la autoridad, y entendiendo la Universidad como una comunidad de cultura”. 2 Así fue que en la Ley Orgánica, aprobada por la Cámara de Diputados el 30 de septiembre de 1944, se definió la Universidad “como una corporación pública destinada a la docencia superior, a la investigación y a la difusión cultural, otorgándole los derechos para organizarse, impartir sus enseñanzas y desarrollar sus investigaciones; organizar sus bachilleratos, expedir certificados, grados, títulos, y otorgar validez a los estudios hechos en otros establecimientos educativos”.3 Baste decir que desde 1929 con la autonomía universitaria se legisló la encomienda de la difusión cultural. En 1930 la consigna para estos menesteres fue la Universidad al servicio del pueblo. En 1933 la consigna fue Extender con la mayor amplitud posible los beneficios de la cultura y así quedo marcado en La Ley Orgánica se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 6 de enero de 1945, legislación que actualmente rige a la UNAM. Menciono lo anterior porque una de las herramientas para estudiar a la sociedad son las leyes, pues en ellas es donde aparecen las posturas oficiales que promueven las instituciones políticas para gobernar un país. En este caso la UNAM, como institución educativa, reflejó a través de su legislación los pasos que fueron marcando su propio 2 Ibid. p 28 3 Ibid. desarrollo Pues encontramos redactado desde sus primeras líneas la misión y los objetivos de la Extensión Universitaria. 2.1.2 Contexto socio-político, 1970 Es importante situar a la extensión universitaria en el contexto socio-político del país. Si bien mi punto de arranque fue la autonomía universitaria y después me detuve en señalar la importancia de los cambios que tuvo la legislación de la UNAM en el año de 1945, me parece pertinente mencionar que para ese año, en el ámbito internacional, México es miembro fundador de la Organización para las Naciones Unidas (ONU). En cuanto política interna, para el año de 1953 durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines se extiendió una reforma constitucional para normalizar el derecho a voto de la mujer. Con la llegada de Adolfo López Mateos para gobernar el país durante el periodo 1958-1964 se reabren las relaciones con la Iglesia católica aduciendo que los logros de las ideas revolucionarias no deberían encontrar obstáculo alguno con la religión. Lo anterior muestra que México entraba de lleno en una era de modernización, fenómeno que también se vería reflejado en la Universidad. A partir de 1970 Petróleos Mexicanos (PEMEX) comenzó a incrementar el número de plantas petroquímicas en servicio activo. México entraba de lleno en una era de industrialización, no sin antes padecer un momento tan insólito como indignante. La masacre de Tlatelolco donde perdieron la vida más de quinientas personas. Este hecho marcó indeleblemente al gobierno mexicano como un Estado represor. Aún así, recordemos que el Estado mexicano decidió seguir con sus discursos de prosperidad económica, y bonanza petrolera. Qué mejor vitrina que celebrando unos juegos olímpicos que mostrarían a México como un país en vías de desarrollo. Por estas fechas, la tasa de natalidad mostraba un sensible crecimiento en la población. Los diferentes sectores de la sociedad mexicana (industria, comercio, educación, vivienda) comenzaron con políticas de apertura para darle cause a esta explosión demográfica. Luis Echeverría lograría una estabilidad económica y envuelto en un discurso demasiado nacionalista, construiría más acuerdos con países latinoamericanos y europeos que con Estados Unidos. La economía mexicana creció a un saludable ritmo anual del 6,3% durante el periodo de 1970 a 1974, en 1975 la tasa de crecimiento económico disminuyó marcadamente y la inflación aumentó de manera sustancial. José López Portillo, quien fungió como secretario de Hacienda y Crédito Público, fue electo presidente en 1976, al asumir su cargo, puso en marcha un programa de austeridad económica, debido a las constates fluctuaciones del peso mexicano frente al dolar. Durante los siguientes años se registró una mejora económica aunque la inflación se mantenía alta. En política exterior reviró e intensificó los lazos con Estados Unidos en 1977 y restableció las relaciones diplomáticas con España, interrumpidas durante 38 años debido, en gran medida, al apoyo delEstado mexicano a la lucha republicana en la Guerra Civil Española. Sin embargo, la baja de los precios del petróleo terminó con los planes de crecimiento, limitando su producción y exportación. Al final de su gobierno, López Portillo impuso la nacionalización de la banca y el control monetario, cosas que con la llegada de Miguel de la Madrid desencadenarían otra crisis económica. Por su parte la Universidad Nacional Autónoma de México terminaba la mudanza de sus instalaciones del centro histórico y estrenaba las flamantes instalaciones de la Ciudad Universitaria, localizada al sur del Distrito Federal. Todos estos elementos, la bonanza petrolera, la celebración de los juegos olímpicos, la industrialización del país y el impresionante crecimiento demográfico, repercutieron en la UNAM, que como principal institución educativa del país, no podía mantenerse ajena a estos cambios. Como veremos enseguida, en el ámbito universitario se colocaron las bases de la investigación científica, se fundaron Institutos, dependencias culturales, se incrementó la matrícula estudiantil y se ampliaron los programas de Extensión Universitaria, todos estos factores fueron moldeando el futuro de la UNAM. 2.1.3 Contexto universitario, 1970-1981 Es importante decir que la investigación universitaria se incrementó notablemente durante este periodo, pues la Universidad desarrolló sus propias herramientas de aprendizaje, de difusión y mejoró sus instrumentos científicos, además de la creación de varios centros de estudio, como ejemplo podemos citar la fundación del Centro de Información Científica y Humanística y el Centro de Instrumentos en 1971, el Centro de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Servicios y el Centro de Ciencias del Mar y Limnología en 1973, el Centro de Ciencias de la Atmósfera en 1977 y la conversión del Centro de Investigación en Materiales en Instituto en 1979.4 4 Raúl Domínguez Martínez y otros. Cincuenta años de ciencia universitaria: una visión retrospectiva. México: UNAM-Coord. de Humanidades-Coord. de Investigación Científica. 1998. 122 p. p 16 Los primeros resultados de estas investigaciones fueron puestos en práctica en magnas obras por ejemplo en la construcción del metro de la ciudad de México, donde se mostraron avances en cuanto a la ingeniería, urbanismo, planeación territorial, impactos ambientales y estudios sociológicos para medir los éxitos, los errores y las repercusiones del proyecto. Otro factor importante fue que los cubículos universitarios donde se generaba la investigación ya no eran suficientes, como ejemplo tenemos que en “1967 se instaló en el noveno piso de la Torre de Ciencias el Centro de Investigación de Materiales. Y se creó el Laboratorio Nuclear que después se convertiría en el Centro de Estudios Nucleares”. 5 Aún en 1968, con la sanguinaria represión del Estado Mexicano, la actividad científica prosperaba con creces. En ese mismo año se comenzó la construcción del Observatorio Astronómico Nacional ubicado en San Pedro Mártir en Baja California, proyecto de una notable importancia a cargo del Instituto de Astronomía, donde cabría mencionar que “la UNAM destinó cerca del 6.1% de su total del presupuesto anual para este proyecto”. 6 Por estas fechas, el 29 de diciembre de 1970, por medio del Diario Oficial de la Federación se dio a conocer la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología 5 Porfirio Morán Oviedo. Op. Cit. p 56 6 Ibid. p 57 (CONACYT) que en adelante fue adquiriendo un papel protagónico en el impulso de la ciencia. Esta creación vino a derogar el decreto de reorganización del Instituto Nacional de Investigación Científica de 1961.7 Siguiendo con este auge en todas las áreas de desarrollo del país, durante el primer lustro de la década de los setenta, el presupuesto asignado a la Universidad aumentó de 39 millones de pesos a 600 millones.8 Este aumento se vió reflejado en el número de personas dedicadas a la investigación científica, que pasó de 930 a 1, 845, eso sin contar a los estudiantes en adiestramiento. “Al mismo tiempo cientos de estudiantes fueron becados para realizar sus estudios de posgrado en el extranjero y se crearon los cinco planteles de las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales (ENEP) en la periferia de la ciudad. Entre 1973, año de la creación de las tres primeras y 1975, cuando fueron abiertas las otras dos, se permitió la duplicación de la matrícula escolar, la que en 1979 llegó a 283, 000 alumnos”.9 Para la década de los años ochenta, la bonanza petrolera se acababa y debido a los malos manejos de la política económica del Estado Mexicano, devino una crisis. La UNAM sufrió un sensible recorte presupuestal y con esto la investigación científica se vio atada de manos y fue frenada por la carencia económica. “El gasto federal para ciencia y tecnología pasó de representar el 1.54% del total en 1982 al 1.42% en 1988”.10 7 Porfirio Moran Oviedo. Op. Cit p 59 8 Ibid. p 65 9 Ibid. p 67 10 Ibid. p 69 En el ejercicio de egresos de 1981 la UNAM tuvo que reducir su gasto corriente debido a la situación económica que embargaba a todo el país. Esta reducción fue solventada por un fondo de reposición creado por el Patronato Universitario. Aún con tan desfavorables condiciones, la investigación universitaria continuó desarrollándose. “En 1980 se creó el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno, en Cuernavaca, Morelos; al año siguiente se formó el Centro de Ciencias del Mar y Limnología que después se trasformó en Instituto; en 1982 el Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología, situado también en Cuernavaca; en 1985 la Dirección General para la Innovación Tecnológica se convierte en Centro y el de Fisiología Celular en Instituto”.11 Dos años más tarde, el Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia fue incorporado a la Coordinación de Investigación Científica. No obstante el crecimiento en investigación, México contaba con 5.5 científicos por cada 10, 000 personas registradas como Población Económicamente Activa, lo cual es poco si lo comparamos con el número de científicos norteamericanos en la misma época. 2.1.4 ¿Qué es la extensión universitaria? La extensión universitaria tiene su origen en la academia. Debido a que su labor podemos interpretarla como una ampliación de los cursos que se imparten en las aulas de la universidad. Con la extensión se logra un objetivo extramuros; se produce una comunicación activa entre las partes que intervienen, tanto la que muestra, como en la que recibe; sin importar en qué sentido se dé, si de la sociedad a la universidad o viceversa. 11 Ibid. p 73 Tiene también un valor contextual muy amplio, ya que sugiere una educación no formal en cuanto a los contenidos que trata. Ya sean recitales de poesía, de música, teatro, o cursos de idiomas. Cuenta con un valor expresivo que resulta de la idea de brindar un servicio con la mera finalidad de beneficio cultural. Por lo que, como escribe Jorge Fernández Varela: La idea de la extensión académica entraña la responsabilidad de quien actúa sobre lo establecido, transformándolo positivamente para dar existencia viable a lo nuevo, dentro de los marcos del pluralismo. Es claro entonces, que a diferencia del papel del Estado –donde el recurso de la fuerza, con el objeto de desarrollar la solidaridad es transitorio o permanente, según la perspectiva ideológica-, la universidad,
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