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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO ESCUELA NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS “Conservación, restauración y catalogación del archivo fotográfico del fondo Weitlaner” Tesis Que para obtener el titulo de: Licenciada en Diseño y Comunicación Visual Presenta: Sabrina Molinari Tato Director de tesis: Dr. José Daniel Manzano Águila México, D.F. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 4 5 a mis padres Patricia y Jose Luis y a mi hermana Ari 6 7 Quiero agradecer a: Pablo, por estar a mi lado y levantar el vuelo juntos, a mi tia Sara por haberme iniciado en el interesante mundo de la fotografía documental, a Ariadna por ser mi editora personal, a mis padres por su ejemplo, pues ellos me han marcado el camino a seguir, a Claudia por su compañia y cariño. Agradezco al Dr.José Daniel Manzano Águila su valioso asesoramiento en este trabajo y su confianza en el proyecto, y a los miembros del jurado, porque con sus comentarios enriquecieron esta tesis. 8 9 INTRODUCCIÓN 13 CAPÍTULO UNO Fotografía documental 20 Advenimiento de la fotografía 27 El proceso y su vínculo con el momento histórico 34 El testimonio visual 39 Biografía del antropólogo Roberto J. Weitlaner 46 CAPITULO DOS Conservación y restauración fotográfica 57 Materiales constitutivos de las fotografías 60 Soporte o base 62 Aglutinante 63 Sustancias formadoras de la imagen > Fotosensibles 65 Procesos fotográficos y su identificación 69 Impresiones b/n obtenidas por revelado 71 Negativos de película flexible o soporte de plástico 73 Negativos con soporte de nitrato de celulosa 73 Negativos con soporte de acetato de celulosa (safety-film) 74 Diferenciación de soportes plásticos 75 Identificación de películas de nitrocelulosa 76 Identificación de películas de acetato de celulosa 78 Deterioros en las fotografías 79 Deterioros más comunes en negativos de nitrocelulosa 82 Deterioros más comunes en negativos de acetato de celulosa 84 Deterioros en positivos b/n obtenidos por revelado 87 Deterioros en impresiones en papeles de fibra de plata/gelatina 87 Deterioros en impresiones en papeles resinados de plata/gelatina 89 Estabilización de material fotográfico 90 Índice 10 11 Estabilización y limpieza de negativos de nitrocelulosa y de película de seguridad 90 Cómo retirar adhesivos y partículas en negativos 92 Eliminación de hongos en negativos 93 Limpieza de positivos 93 Eliminación de hongos en positivos 95 Restauración físico-química 95 Restauración física o mecánica de positivos 96 Restauración química 96 Eliminación de manchas de sulfato de plata en negativos 96 Eliminación de manchas en negativos producidas por oxidación del revelado 97 Restauración química de positivos desvanecidos 98 Almacenaje 99 Materiales de guarda 99 Control del ambiente, de la humedad relativa 101 Control de temperatura 102 Control de Iluminación, Calidad y pureza del aire 103 CAPÍTULO TRES Catalogación fotográfica 106 Clasificación y descripción 111 Análisis documental dentro de la catalogación fotográfica 116 Registro y documentación 121 Inventarios 123 Organización documental del archivo 124 Elaboración de fichas catalográficas de diagnóstico y recopilación de datos 126 Catalogación del fondo Roberto J. Weitlaner 139 CONCLUSIONES 147 BIBLIOGRAFÍA 152 GLOSARIO 155 10 11 Canoa y redes de pesca secándose al sol, Lago de Patzcuaro, Janitzio, Michoacán, fotografía del fondo Weitlaner. 12 13 Introducción Nunca he sentido pasión por la fotografía “en sí misma”, sino por la posibilidad de captar —olvidán- dome de mí mismo— en una fracción de segundo, la emoción que el tema desprende, y la belleza de la forma. En otras palabras, una geometría desvelada por lo que se ofrece. —Henry Cartier-Bresson, Fotografiar del natural Desde 1840 y hasta la actualidad, los seres humanos nos hemos acostumbra- do a la fotografía, nos familiarizamos con ella y convertimos su uso en algo común. Así, la fotografía se ha incorporado a las actividades cotidianas del ser humano y se ha convertido en una herramienta indispensable. “La imagen ana- lógica introdujo otra forma de reconocimiento e interpretación del mundo.”1 A través de los tiempos el mundo ha sufrido una serie de transformaciones, tanto en la sociedad, la cultura, la ciencia y la tecnología, como en su entorno. Pero aquello que ha sido fotografiado permanece como detenido en el tiempo, y eso nos permite entender el pasado desde nuestro presente. Es por eso que 1 P ie r re Sor l in , El s ig lo de la imagen ana lóg ica , Buenos A i res , La Marca Ed i to ra , B ib l io te - ca de la mi rada , 1997. 14 15 la fotografía puede y debe ser pensada como un documento fundamental para la historia, ya que las imágenes, al ser un lenguaje diferente, complementan lo escrito, conformando información más precisa sobre lo acontecido. Desafortunadamente, las imágenes fotográficas tienen un tiempo de vida determinado que depende de las condiciones de almacenamiento, la luz, la humedad relativa, la temperatura y el manejo de las piezas. Un mal acondi- cionamiento del lugar de almacenamiento puede llegar a destruir colecciones completas. Debido a la importancia de estos documentos fotográficos dentro del ámbito histórico de cada país, muchas instituciones, tanto públicas como privadas, que tienen en su poder toda una serie de colecciones se han preocupado por la preservación de las imágenes fotográficas y han implementado medidas de protección en sus acervos, como la fototeca de Pachuca, que es una de las más importantes en nuestro país, donde se encuentra el fondo Cassasola. Sin embargo, existen muchas otras instituciones que no prestan atención suficien- te a la conservación de los fondos, debido a que carecen de información sobre el manejo de los acervos y además no cuentan con los recursos necesarios. Tal es el caso de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) del INAH, que tiene en su poder varias colecciones importantes. Sin embargo esto ha ido cambiando poco a poco, y dentro de la DEAS se ha incrementado el interés por la preservación y catalogación de sus acervos. Uno de los fondos más importantes que tiene la DEAS es el fondo Weitla- ner, el cual consta de documentos inéditos, mapas, diarios de campo, artícu- los, informes y fotografías del trabajo que realizó durante su vida el antropó- logo Roberto Julio Weitlaner. En un principio, el interés del maestro Weitlaner era la arqueología, y realizó varias excavaciones en diversos lugares del Valle de México y regiones vecinas. Asimismo visitó diversas zonas arqueológicas como el Plan de Guerra, La Laguna y El Derrumbado, entre otras. Introducción 14 15 Posteriormente, Weitlaner se fue interesando más por la etnología y la etnografía. Debido a los cambios tan rápidos que se estaban dando en el país, como la apertura de carreteras y caminos hacia los diversos pueblos, la cultura y costumbresde los mismos estaba cambiando rápidamente, así que era necesario que en ese momento se conocieran y estudiaran estos pueblos indígenas. Durante sus excursiones recorrió los estados de Oaxaca, Puebla, Morelos, Michoacán, Guerrero y Veracruz, visitando un número considerable de pueblos en estos estados. Gran parte de la información obtenida en sus viajes es la que conforma el fondo que lleva su nombre. Mucha de la documentación escrita del acervo ya ha sido estudiada y catalogada; sin embargo, la parte correspondiente a las fotografías se había guardado como parte importante del fondo pero sin haber sido catalogada y almacenada de forma adecuada. Las fotografías pertenecientes al archivo del antropólogo Roberto J. Wei- tlaner representan una parte importante del patrimonio histórico de nuestro país. Dichas fotografías reflejan la cultura, religión, vestido, arquitectura y ac- tividades cotidianas de varias comunidades indígenas de México, así como el paisaje que las enmarca, entre los años de 1928 y 1960. El estudio de estas fotografías, junto con la información escrita, puede incrementar el conocimien- to que se tiene de estos distintos grupos étnicos de nuestro país. Este fondo puede ser de gran utilidad para antropólogos y otros investiga- dores dedicados a la etnología, a la arqueología y a la etnohistoria que nece- siten saber más sobre las costumbres de estos pueblos indígenas en aquella época. Sin embargo, debido a que las fotografías que conforman este archivo no se encontraban en las mejores condiciones para su conservación algunas se han ido deteriorando. Por ello es importante recuperar este patrimonio a través de la restauración, conservación y catalogación de las fotografías. Esta tesis muestra la importancia de la fotografía como documento social e Introducción 16 17 histórico, y por tanto lo fundamental que es conservar y catalogar estas imá- genes para su estudio y difusión. El objetivo principal de este trabajo es que, a través de la organización y catalogación del archivo fotográfico del fondo Weitlaner, se facilite el acceso de las imágenes a aquellos investigadores in- teresados en el trabajo de este importante antropólogo, así como asegurar la preservación del fondo. Dos mujeres, una de ellas tejiendo en un telar de cintura, Santa María Pápalo, Oaxaca, 1938, B.Bevan, fotografía del fondo Weitlaner. Introducción 16 17 En el primer capítulo se expone lo que es el advenimiento de la fotografía, sus elementos constitutivos y su forma de relacionarse con el mundo. También explica lo que representa la imagen fotográfica dentro de la sociedad. Asimis- mo, estudia el uso de las imágenes fotográficas en las actividades cotidianas, y los diferentes significados e interpretaciones que adquieren de acuerdo al contexto en el que se están utilizando. Se explica la importancia de la fotografía como medio de información y comunicación y cómo se le atribuye ese valor his- tórico y documental gracias a que es un medio de conocimiento del pasado. También se proporciona una biografía del antropólogo Roberto Julio Weitla- ner, de sus diversas exploraciones, los lugares donde realizo sus investigacio- nes etnológicas y etnográficas así como de arqueología y lingüística. Se hace una reseña del trabajo que realizó durante su vida con el fin de comprender la importancia de la preservación a corto y largo plazo del material fotográfico del fondo Weitlaner. En el segundo capítulo se explica la función de la conservación fotográfica y por ende la importancia de la preservación de las imágenes. Para ello resulta fundamental conocer los materiales constitutivos de la fotografía, así como los diferentes procesos fotográficos que existen, cómo se identifican, y cuáles son los deterioros característicos de cada proceso fotográfico. Se debe mencionar que sólo se profundiza en los procesos que se manejaron en el archivo foto- gráfico del fondo Weitlaner. También se define la estabilización y limpieza de las piezas como parte de la preservación de las imágenes, así como de lo que es la restauración fotográfica que se considera como una opción cuando una pieza se ha deteriorado, ya sea física o químicamente dependiendo del caso, y que sólo se realiza en casos muy específicos. Con toda esta información se puede saber cómo manejar cada pieza, cómo se debe almacenar para evitar su deterioro, cuáles son los materiales de guarda que se utilizan y las condi- ciones ambientales necesarias para su conservación. Introducción 18 19 El tercer y último capítulo trata la función de la catalogación, la cual facilita el acceso y la búsqueda de las imágenes para su estudio, y evita el manejo innecesario de las imágenes, lo que previene el deterioro de las mismas. Se estudia lo que es la clasificación y descripción de las imágenes y las normas de catalogación más usadas. La información de cada una de las imágenes se recupera en las fichas de catalogación, donde se mencionan datos impor- tantes de la fotografía como el lugar de toma y la fecha, así como personajes reconocibles y una breve descripción de la fotografía. Se explican, asimismo, las características del catálogo del fondo Weitlaner, los documentos que lo constituyen, la institución a cargo del fondo, cuándo se empezó a catalogar la información escrita, y el trabajo realizado que fue la catalogación de las imágenes fotográficas. Esto da una idea clara de las con- diciones en que se encuentra el archivo, de cuántas fotografías son, positivos y negativos, de los lugares retratados, de los formatos de las imágenes y de la forma en que se almacenan después de ser catalogadas para su conservación a largo plazo. Esta tesis se hizo con la intención de que sirva como texto introductorio para aquellos interesados en los procesos de conservación y catalogación de imágenes fotográficas. Para conseguir la información bibliográfica, fue necesario acudir a la biblio- teca de la Escuela de Restauración del INAH, al Archivo General de la Nación, así como a la biblioteca del Centro de la Imagen, a la fototeca de Pachuca y al Instituto Mora. Asimismo asistí al Quinto Encuentro Nacional de Fototecas, rea- lizado en la fototeca de Pachuca, Hidalgo, en octubre del 2004, donde tome un taller de identificación de procesos fotográficos, el cual fue de gran ayuda pues estuve en contacto con los diferentes procesos y aprendí a diferenciarlos. Introducción 18 19 Amanecer en Ixmiquilpan Hidalgo, Roberto Weitlaner, Fotografía del fondo Weitlaner 20 21 Fotografía documental La fotografía retrata lo que fue, lo que existió en un momento dado. Es parte de la memoria visual de los siglos XIX y XX, y es una forma de representación y comunicación fundamental. Es uno de los medios más eficaces para moldear nuestras ideas e influir en nuestro comportamiento. Antes y después del advenimiento de la fotografía, el hombre ha buscado destacar fragmentos del mundo visible, cuyas imágenes se han materializado sobre un soporte dado, ya sea en la forma de un dibujo o de una fotografía. El hombre, el tema y la técnica específica son en esencia los componentes fundamentales de todos los procesos destinados a la producción de imágenes de cualquier tipo. Capítulo uno 20 21 “El hombre en sí mismo y sus innumerables manifestaciones y actividades constituyen la esencia de lo visible fotográfico”2. Esto tiene que ver con que las actividades del hombre, así como su influencia en la transformación del paisa- je y de la sociedad misma, se han ido documentando con la ayuda de la foto- grafía. El acontecimiento, captado por la fotografía, proporciona un testimonio visual y material de los hechos al espectador. La imagen fotográfica es pues lo que queda del acontecimiento, “es un fragmento congelado de una realidad pasada”3, el cual existe gracias al fotógrafo. Para la realización de una fotografía existen tres elementos esenciales,que son el asunto, el fotógrafo y la tecnología.4 Éstos son los elementos constituti- vos que le dieron origen a través de un proceso, de un ciclo que se completó en el momento en que la imagen quedó plasmada en el material fotosensible en un preciso y definido tiempo. El producto final (la fotografía) es entonces resultante de la acción del hombre (el fotógrafo), que en determinado espacio y tiempo optó por un asunto en especial y que empleó los recursos ofrecidos por la tecnología de ese tiempo. Así los elementos constitutivos de la fotografía son: o Asunto: Tema elegido (que puede ser natural, social, etc.) o Fotógrafo: Autor de registro o Tecnología: Materiales fotosensibles, equipo y técnicas empleadas Las coordenadas de situación: o Espacio: Lugar del registro o Tiempo: Época 2 Boris Kossoy, Fotografía e historia, Buenos Aires, La Marca Editora, 2001, p. 30. 3 Joan Costa, La fotografía entre sumisión y subversión, México, Editorial Trillas, 1991, p. 45. 4 Los elementos para la realización de una fotografía, que se explican en este apartado, son percibidos de forma similar por los autores antes mencionados. Cfr. Ibid., p. 135 y Boris Kossoy, op.cit., p. 31. Fotografía documental 22 23 Y el producto final: o Fotografía: Registro visual fijo de un fragmento del mundo exterior En la actualidad la fotografía se ha vuelto para la sociedad un instrumento de primer orden ya que es utilizada en gran parte de las actividades humanas, tanto en la ciencia, la industria, la cultura, desde la fotografía microscópica para la investigación científica y la fotografía comercial o de producto para un espectacular o un anuncio de revista, hasta como una forma de expresión artística. Uno de los rasgos más característicos de la fotografía es la idéntica aceptación que recibe de los diferentes estratos sociales. Gisèle Freund men- ciona que “el interés del publico por la fotografía y la importancia económica que se le reconoció desde un principio, favorecieron los esfuerzos tendentes a mejorar la técnica hasta el punto de que, años más tarde, se lograría una disminución en el precio de los aparatos y de todos sus accesorios.”5 Y tiene razón, hoy en día con la diversidad de cámaras fotográficas y precios es más accesible tener una cámara en casa. La posibilidad de los aficionados para reproducir un acontecimiento se ha vuelto algo cotidiano, incluso ahora los celulares tienen cámara. La imagen fotográfica es, aparentemente, la forma de reproducir la realidad más fiel y más imparcial de la vida social. Posee la aptitud de expresar deseos y necesidades, como en el caso del fotoperiodismo cuya necesidad es infor- mar sobre un acontecimiento especifico, o en el de la fotografía artística donde el autor desea expresar un sentimiento determinado y con esto causar una emoción en el espectador. “La fotografía es un residuo del pasado, un artefacto que contiene en sí mis- ma un fragmento determinado de la realidad registrada en ella.”6 Este registro 5 Gisèle Freund, La fotografía como documento social, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2002, p. 30. 6 Boris Kossoy, op.cit., p. 67. Capítulo uno 22 23 visual contiene información acerca de aquel preciso fragmento de espacio y tiempo retratado, y por lo tanto constituye una fuente histórica. Su poder para captar y conservar momentos de la realidad le otorga un carácter documental. Para entender esto es necesario definir lo que significa documento el cual, es un testimonio de épocas pasadas que sirve para re- construir la historia.7 Dado que la imagen fotográfica juega un papel importante en la transmi- sión, conservación y reproducción visual de las actividades humanas, ya sean políticas, sociales, científicas o culturales, se erige como documento social, esto quiere decir que la fotografía documental está determinada por el aconte- cimiento que le dio origen. Así, un fenómeno real se convierte en documento por medio de la fotografía, que lo retiene y conserva. A este tipo de fotografía se le da importancia por la información que aporta. Joan Costa considera que el hecho de que la imagen sea un documento o un testimonio de lo real está determinado por la capacidad de instantaneidad del proceso de registro fotográfico,8 de ahí la capacidad de la fotografía de congelar el instante que es fugaz e irrepetible. Cuando se toma una fotografía, no importando la razón que llevó al fotógrafo a registrar el asunto, no hay duda de que el hecho fotografiado existió y esto le da ese carácter testimonial. Ello está relacionado con lo que menciona Cartier-Bresson: “de todos los medios de expresión, la fotografía es el único que fija el instante preciso.”9 De este modo la fotografía facilita el poder captar cierto acontecimiento en el momento preciso, y así de una forma rápida queda registrado el testimonio visual de lo acontecido. Gracias a su naturaleza testimonial, dada por su condición técnica 7 Cfr. María Moliner, Diccionario del uso del español, 2a edición, Madrid, Editorial Gredos, 2002, p. 1029. 8 Cfr. Joan Costa, op.cit., p. 45. 9 Henri Cartier-Bresson, Fotografiar del natural , Barcelona, Editorial Gustavo Gil i , 2003, p.19. Fotografía documental 24 25 de registro de lo acontecido, la fotografía ha sido una posibilidad de autocono- cimiento y recuerdo del pasado. Desde una perspectiva documentalista, esta dimensión testimonial e his- tórica es enormemente importante, pues es lo que confiere a la fotografía su función de memoria individual y colectiva. La memoria individual puede ser aquella correspondiente al fotógrafo en el momento de tomar la fotografía, y la memoria colectiva tiene que ver con los momentos fotografiados que se consi- deran históricos y son, por tanto, reconocibles para mucha gente. La imagen, y como tal la fotografía, establece tres modos de relación con el mundo: • El modo simbólico: Está presente desde los orígenes de la hu- manidad en el uso de la imagen como símbolo mágico o religioso, y ahora en el uso de símbolos religiosos, políticos o deportivos. Por ejemplo, el retrato de Korda del Che Guevara, así como el de Zapata del fondo Cassasola, o el retrato de Marcos a caballo de Frida Hartz, que han llegado a representar este papel de símbolo. • El modo epistémico: Según éste, la imagen aporta informaciones (de carácter visual) sobre el mundo, cuyo conocimiento puede así abordar incluso en sus aspectos no visuales. Es una función general del conocimiento, y la fotografía cumºple de este modo una función mediadora: el fotógrafo nos representa en el lugar del hecho, él es nuestros ojos y su función es incorporar lo no vivido a nuestra memo- ria. Tal es el caso de las fotografías del fondo Weitlaner, que no sólo nos muestran aspectos sobre la cultura y costumbres de diversos pueblos indígenas, sino también nos introducen al estudio de estas etnias y de cierta manera al observar las imágenes se nos hace partí- cipes de estos acontecimientos. • El modo estético: La imagen está destinada a complacer al es- pectador, a proporcionarle sensaciones específicas. Tal es el caso de Capítulo uno 24 25 la fotografía artística que al observarla nos hace sentir, o la fotografía comercial cuya finalidad es convencer al espectador que compre el producto. Así, la fotografía participa de los tres modos de relación con el mundo.10 Consideramos a la fotografía como un documento integrado por soporte (que es la fotografía en sí) e información, cuyo estudio depende del especta- dor, para entender el significado y la finalidad de la imagen documental. Por ello, es de suma importancia la clasificación, documentación y preservación de este tipo de fotografías, pues son parte del patrimonio histórico, una he- rramienta útil e informativa que por muy diversas razones, como la falta de información o falta de recursos, no siempre ha sido bien tratada. La documentación, sus procesos y técnicas tienenuna gran trascendencia en la fotografía. La documentación se ocupa del documento como objeto y como contenido o información, y la fotografía, tanto o más que los documentos textuales, necesita ese enfoque.11 Esto es debido a que sin imagen no hay documento, además de que la fotografía como objeto también nos pueda dar información sobre la época. Muchas veces hemos escuchado que una imagen dice más que mil pala- bras. Sin embargo esto no es del todo cierto, pues si bien aporta información importante sobre el acontecimiento, éste se puede prestar a diferentes inter- pretaciones dependiendo del contexto en el que se le encuentre, por eso es que la imagen se complementa con la información escrita. La intención de la fotografía documental debe ser neutral, ajena al acon- dicionamiento, y no debe intervenir a favor de su pureza documental. Pero el fotógrafo nunca es neutral, es él quien decide fotografiar algo y no otra cosa. 10 Cfr. Félix del Valle Gastaminza, Manual de documentación fotográfica, Madrid, Síntesis, 1999, p. 14. 11 Ibid., p. 14. Fotografía documental 26 27 Boris Kossoy menciona que “toda fotografía tiene su origen en el deseo de un individuo que se vio motivado a congelar en imagen un aspecto dado de lo real, en un lugar y una época determinados.”12 Esto es debido a que sin la visión y decisión del fotógrafo de capturar cierto acontecimiento, la imagen fotográfica simplemente no existiría. 12 Boris Kossoy, op.cit. , p. 29. Dalí Atómico, 1948, Philippe Halsman, Museum Ludwig Colonia. 26 27 El acontecimiento espontáneo, sea natural o social, es un hecho que se produce sin intervención del fotógrafo. Sin embargo, éste busca tales acon- tecimientos y está preparado para no perderlos y congelarlos con su cámara, como es el caso de las fotografías que encontramos en el fondo Weitlaner donde el fotógrafo, a petición del antropólogo Weitlaner, fotografiaba aconte- cimientos de la vida cotidiana de diversas etnias indígenas de México. En el medio fotográfico este acontecimiento puede ser espontáneo o preparado, y tanto puede ser real como falso.13 El acontecimiento artificial es preparado, manipulado y deja de ser acontecimiento para convertirse en simulacro. Tal es el caso de la serie de retratos que realizo Philippe Halsman, que son fotogra- fías publicadas en 1949 de grandes personalidades de la época, que saltaban por los aires delante de su cámara.14 En ellas se refleja la influencia surrealista que estaba en boga y que evidentemente están preparadas y manipuladas. El advenimiento de la fotografía Antes de la invención de la fotografía el hombre se sirvió de la cámara os- cura, instrumento que lo favorecía para dibujar alguna vista o paisaje que le interesase. Posteriormente, a raíz de la invención de la fotografía, los objetos, paisajes e imágenes podían ser grabados por la acción de la luz sobre una superficie sensibilizada químicamente. A partir de 1840, con la invención del daguerrotipo, comienza la historia de la fotografía, que poco a poco fue desplazando la labor de los pintores de re- trato ya que “cuando aún poseía una técnica muy primitiva, goza de un acaba- do artístico excepcional”15. Asimismo, debido a la rapidez con que se obtenía 13 Cfr. Joan Costa, op.cit., p. 64. 14 Cfr. Marianne Biegger-Thielemann, Gérard A. Goodrow y Lilian Haberes, La fotografía del siglo XX, Museum Ludwig Colonia, Italia, Editorial Taschen, 2002, p. 222. 15 Gisèle Freund, op. cit. p. 35. Fotografía documental Dalí Atómico, 1948, Philippe Halsman, Museum Ludwig Colonia. 28 29 la imagen y los estuches con acabados elegantes, y con un tamaño accesible para transportar, se hicieron muy populares entre la burguesía. Posteriormen- te, con el surgimiento de otras técnicas como el ambrotipo y el ferrotipo, la fotografía se vuelve más accesible para otros estratos sociales ya que estos procesos eran más económicos que el daguerrotipo. Es así como el mundo se volvió portátil e ilustrado. Poco después de la invención del daguerrotipo, la nueva técnica fue intro- ducida a México. El primero en usar la técnica en la Ciudad de México fue el francés Emilio Mangel Dumsesnil16. Después se introdujeron otras técnicas fotográficas como el ambrotipo, y la reproducción de fotografía en papel empe- zó a tener gran auge hasta el imperio de Maximiliano. Los temas a fotografiar eran principalmente el retrato y en ocasiones el paisaje. El estilo de retrato se desarrollo con tendencias románticas e imitó el arte pictórico. Uno de los primeros fotógrafos de profesión, especializado en monumentos virreinales fue Guillermo Kahlo. Pero no fue hasta la primera década del siglo XX que se utilizo la fotografía con fines periodísticos y documentales cuyo pionero fue Agustín Víctor Casasola, periodista de profesión que buscando ilustrar sus ar- tículos, imprimió un gran numero de placas, con escenas de la vida cotidiana y particularmente de la revolución mexicana.17 A partir de entonces, el registro de paisajes urbanos y rurales, de arquitectura de las ciudades, de conflictos armados y de expediciones científicas, empezaron a ser temas solicitados. Casi veinte años después, el antropólogo Roberto J. Weitlaner empezó sus expediciones en diversos pueblos de los estados de Oaxaca, Guerrero, Pue- bla, Veracruz, Estado de México, Michoacán, Hidalgo y con ellas su trabajo de etnología, etnohistoria y arqueología de los diversos pueblos indígenas. Este reconocido investigador también se sirvió de la fotografía para captar caracte- 16 Cfr. Enciclopedia de México, Tomo V, México, Encyclopædia Britannica de México, 1994, p. 2948. 17 Ibid. p. 2949. Capítulo uno 28 29 rísticas que le interesaran para así ilustrar y complementar su trabajo. Este es un ejemplo de cómo la expresión cultural de los pueblos, exteriorizada a través de sus costumbres, habitación, mitos y religiones, hechos sociales y políticos, pasó a ser gradualmente documentada por la cámara. Interior de una cocina, chinantecos, Usila, Oaxaca, Imgard Jonson, fotografía del fondo Weitlaner. Las fotografías, ordenadas en una variada gama de temas, como la cultura, costumbres, vestido, arquitectura y religión, pueden proveer un amplio panel de información visual para comprender mejor cuestiones del pasado. Es así que la fotografía se toma como una posibilidad innovadora de información y conocimiento, como instrumento de apoyo a la investigación en diversos campos tanto de la ciencia, la arquitectura, la antropología, la etnología, la ar- Fotografía documental 30 31 queología, la historia social, e incluso como forma de expresión artística, pues representan una posibilidad de rescate de la memoria visual del hombre y de su entorno sociocultural. Debido al consumo creciente de la fotografía, ésta se ha ido perfeccionando y se ha hecho cada vez más sofisticada con la creación de equipo y materiales fotosensibles. La enorme aceptación que tuvo la fotografía a partir de la déca- da de 1860 propició el surgimiento de varias empresas e industrias comercia- les dedicadas a ella. El mundo se hizo familiar con el advenimiento de la fotografía, el hombre comenzó a tener conocimiento más preciso de otras realidades, otros países y otras culturas que hasta ese momento le habían sido transmitidas de mane- ra verbal, escrita o pictórica. Se inició un nuevo proceso de conocimiento del mundo, a detalle. Éste fue el inicio de un nuevo método de aprendizaje de lo real, en función de la accesibilidad del hombre de los diferentes estratos sociales a la información visual de los hábitos y hechos de diversos pueblos a la distancia. “Microacontecimientos de la vida cotidiana”18 pasaron a ser cada vez más conocidos por medio de su representación. Estos microacontecimientos cap- tados de diferentes contextos socio geográficos han preservado la memoria visual de innumerables fragmentos del mundo, de sus escenariosy sus perso- najes, de sus eventos continuos y sus constantes transformaciones. Dichas imágenes son documentos de la historia, reveladoras de informa- ción y detonantes de emociones. Hay que recordar que desaparecidos los lugares, personajes o monumentos, en ocasiones sobreviven los documentos, tanto escritos como fotográficos. Es por esto que la fotografía puede y debe ser aprovechada por investiga- dores de la historia, la antropología, así como de otras ramas del conocimien- to, y no ver las imágenes solamente como ilustrativas de un texto. Capítulo uno 30 31 Iglesia en San Felipe de León, Oaxaca, 1951, Imgard Johnson. Fotografía del fondo Weitlaner. Pero, desafortunadamente para el ámbito histórico, el documento también ha sido sujeto a suerte de interpretaciones y/o manipulaciones. Tal es caso del la serie de fotografías conocidas como “The Contingley Faires” que salieron a la luz en 1917, retratando a una niña rodeada de hadas.19 Expertos en fotogra- fía consideraban que las fotografías eran autenticas y durante años engañaron al mundo haciendo pensar que estas fotografías eran el documento que pro- baba la existencia de las hadas. 18 Cfr. Joan Costa, op.cit., p. 55. 19 http://www.parascope.com/articles/0397/ghost08.htm Fotografía documental 32 33 Entendemos el estudio de las imágenes fotográficas como una necesidad, un camino más para comprender mejor nuestro pasado. “Desafortunadamen- te, la importancia de las fotografías como artefactos de época, plenos de in- formación sobre arte y técnica, aún no han sido debidamente percibidos, así como las múltiples informaciones de sus contenidos como medios de conoci- miento han sido tímidamente empleadas en el trabajo histórico.”20 Un ejemplo de esto es la Dirección de Etnología y Antropología Social, DEAS, que tiene en su poder varios acervos fotográficos, y debido a que no están adecuadamente preservados y catalogados, el empleo de estas imágenes a sido reducido. 20 Boris Kossoy, op.cit . , p. 24. The Contingley Faires, 1917. Elsie Wright, Frances Griffiths. Capítulo uno 32 33 Las instituciones que guardan este tipo de documentación deben percibir que a medida que crece la distancia con respecto a la época de producción, menores son las posibilidades de que sus informaciones visuales sean resca- tadas y menos útiles resultarán al conocimiento. Si bien ya existe una concien- tización mayor por parte de las instituciones sobre la importancia de la imagen como fuente de información histórica, antropológica y etnográfica, todavía falta información sobre la manipulación, guarda y conservación de este material. En el caso de la DEAS la preocupación por un mejor manejo de sus acervos se ha incrementado en el último año y a causa de este interés es que se catalogó el fondo Weitlaner, sin embargo todavía hay mucho trabajo por hacer con los de- más acervos, y sobretodo falta información y asesoramiento en el manejo de los archivos fotográficos. “Tal vez esta desvalorización de la imagen fotográfica como documento histórico se deba a que culturalmente estamos apegados a heredar la información y a aprender casi exclusivamente de la comunicación escrita.”21 Tan es así que la información escrita del fondo Weitlaner se catalogó hace ya varios años, no así el archivo fotográfico del fondo. Con el ensanchamiento conceptual que el término “documento” ha ido ad- quiriendo a través de las décadas, la fotografía ha comenzado a ser tratada de otra forma. En la última década se han suscitado debates y reflexiones acerca del alcance, el valor y los límites de las fuentes fotográficas22. En México por ejemplo se creo el Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO) del INAH, el cual ha organizado varios encuentros nacionales con fototecas en todo el país, cuyo fin es compartir información sobre el cuidado de los acervos fotográficos. También se hacen conferencias y mesas de trabajo sobre el valor de la foto- grafía documental, así como los cambios que se han suscitado con las nuevas tecnologías, y debates sobre el futuro de la fotografía. 21 Ibid., p. 25. 22 Ibid. , p. 29. Fotografía documental 34 35 El proceso y su vínculo con el momento histórico El acto del registro, o el proceso que dio origen a una representación fotográ- fica se desencadena en un momento histórico específico (caracterizado por un determinado contexto económico, social, político, religioso, etc.). Una foto- grafía original es un objeto-imagen, un artefacto en cuya estructura es posible detectar características técnicas típicas de la época en la que fue producido. Este original es esencialmente un objeto museológico y como tal tiene su im- portancia específica para la historia de la técnica fotográfica, además de su valor histórico intrínseco, mientras que una reproducción fotográfica que remite a un objeto-imagen de segunda generación, en función de multiplicación del conte- nido, es fundamentalmente un instrumento de difusión de información histórico- cultural. De ahí la importancia de la organización de archivos sistematizados de imágenes destinadas a preservar y difundir la memoria histórica. Gracias a esa multiplicidad de la información la fotografía alcanza su mayor función social. La elección de un aspecto determinado de la realidad, la preocupación por la organización visual de los detalles y el aprovechamiento de la tecnología del momento, el bagaje cultural, la sensibilidad y la creatividad del fotógrafo tienen un papel decisivo en el resultado final. Para Boris Kossoy “toda foto- grafía representa en su contenido una interrupción del tiempo y por tanto de la vida. Un fragmento seleccionado de lo real, a partir del instante en que fue registrado, permanecerá para siempre interrumpido y aislado en la bidimen- sión de la superficie fotosensible.”23 A través de la fotografía tenemos, pues, una muestra de una época pasada y de algunas de sus características, sin embargo, aquello que fue seleccionado por el fotógrafo y capturado por el ob- turador de su cámara, es solamente un pedazo del acontecimiento que queda plasmado en la imagen fotográfica. 23 Ibid., p. 36. Capítulo uno 34 35 Cabe mencionar que la permanencia de la imagen fotográfica en el sopor- te no es para siempre y dependerá del manejo que se le de a la imagen, así como de las condiciones ambientales a las que se vea expuesta. Posterior- mente inicia entonces otra realidad, la del documento, que conserva la imagen del pasado y le atribuye un valor informativo e histórico. Es evidente que las investigaciones históricas de un país, en las que son empleadas fuentes fotográficas como medios de información visual para la recuperación de los hechos pasados, como en el caso del fondo Casasola, no pueden prescindir de los conocimientos provenientes de la historia de la técni- ca fotográfica y de los fotógrafos autores de aquellas fuentes que actuaron en el país en los diferentes periodos históricos. Moliendo caña en el Trapiche, Rancho Panela, Huejutla, Hidalgo, fotografía del fondo Weitlaner Fotografía documental 36 37 “La historia de la fotografía es muchas veces confundida con la historia de la técnica fotográfica, otras veces con la historia de los fotógrafos, cuando en realidad ella abarca en su objeto de investigación esas y otras historias.”24 Es también la historia de sus aplicaciones, de sus usos; por eso es necesario comprender a profundidad la ideología de tales aplicaciones. Es así que la historia de la fotografía va de la mano con el elemento fotográfico, ya que las características físicas de cada proceso son típicas de determinados periodos. Así, a través de la identificación de la tecnología empleada, podemos por lo tanto recuperar con relativa aproximación la época en que la fuente fue produ- cida. Si tenemos en nuestras manos un negativo de nitrocelulosa, el soporte nos dice que la imagen fotográfica data de entre 1887 y1950.25 Entonces, dentro de la historia de la fotografía el objeto de investigación es la fotografía misma. Interesan las cámaras fotográficas como elementos repre- sentativos de los diferentes periodos, así como los formatos de las fotografías, que puedan servir como ejemplos de las diferentes etapas de la tecnología fotográfica, de los estilos (técnicas fotográficas, cianotipias, solarizaciones, etc.) y de las tendencias de representación vigentes en un momento histórico específico de un determinado lugar, como el movimiento surrealista en Fran- cia, o los dadaístas en los años veinte.26 Corresponde a los historiadores e investigadores la tarea de destacar las imágenes que consideren importantes para el estudio de la historia de la fo- tografía. Cabe destacar que ciertas imágenes significativas para la historia de un país, decisivas en el registro de un hecho histórico, se tornan por tal razón igualmente importantes para la historia de la fotografía, ya que son ejemplos 24 Ibid., p. 112. 25 Cfr. Juan Carlos Valdez Marín, Manual de conservación fotográfica, México, CONACULTA-INAH, 2001. p. 51. 26 Cfr. Gisèle Freund, op.cit., p. 172. Capítulo uno 36 37 de las técnicas fotográficas de la época. Sin embargo esto no implica que todas las imágenes del pasado sean significativas para la historia de la fotografía. No se debe confundir la historia de la fotografía de un país con la historia de un país a través de la fotografía. El fondo Casasola es un buen ejemplo, ya que las imágenes pertenecientes a este fondo son muy importantes como do- cumento histórico pues muchas de ellas reflejan acontecimientos y personajes de la revolución mexicana, pero también son importantes para la historia de la fotografía de nuestro país, debido a las técnicas fotográficas utilizadas en aquella época. Una imagen fotográfica contiene en sí misma toda una serie de informacio- nes acerca de un determinado acontecimiento del pasado, las cuales deben ser codificadas. Durante el esfuerzo de interpretación y codificación de las imágenes fijas, acompañadas o no de textos, su lectura se abre hacia diferen- tes interpretaciones a partir del bagaje cultural y conocimiento en la materia del observador. Por tal motivo, las imágenes siempre permitirán una lectura plural, es decir que toda fotografía contiene múltiples significaciones. Tal hecho se puede observar en el fotoperiodismo, cuyas imágenes una vez asociadas con el signo escrito pasan a orientar la lectura de una u otra manera. El espacio urbano, el paisaje, los personajes, están allí, congelados en el original fotográfico. “Las informaciones multidisciplinarias en él grabadas y situadas por el estudio técnico-iconográfico aguardan su correcta interpre- tación”27. De no complementarse con otros tipos de información, jamás ten- dremos elementos sólidos de apoyo ni las pistas necesarias para la correcta identificación de los asuntos representados. “Los vestigios de la vida cristalizados en la imagen fotográfica pasarán a tener sentido en el momento en que se conozcan y se comprendan los eslabones de 27 Boris Kossoy, op.cit., p. 64. Fotografía documental 38 39 la cadena de hechos ausentes de la imagen.”28 En consecuencia, es necesario que el estudio de las fuentes fotográficas sea complementado continuamente con diversas fuentes bibliográficas que informen sobre los acontecimientos del pasado, que pueden estar contenidas en los archivos oficiales y/o particulares, periódicos de la época, crónicas, artículos, diarios de campo, libros publicados referentes al tema fotografiado, etc. El fondo Weitlaner, por ejemplo, tiene una amplia gama de información escrita, diarios de campo, artículos, informes, etc.,29 que son complementados con las fotografías del fondo. Con el apoyo de la información escrita de la época se dispone de más ele- mentos para comprender lo fotografiado, la actitud o actividad de los personajes, los escenarios, los paisajes, además de posibles pistas de por qué el fotógrafo registró dichos acontecimientos de acuerdo a una determinada intención. La autoridad del pueblo, Mostrando tipos físicos, Santa María Pápalo, Oaxaca, fotografía del fondo Weitlaner. 28 Ibid., p. 91. 29 Maria Sara Molinari y Íñigo Aguilar Medina, El estado de Guerrero en el fondo Weitlaner, México, Antropología, Boletín Oficial del INAH, num. 60, octubre-diciembre de 2000, p. 51. 38 39 Además surgirán parámetros seguros para la determinación de la fecha y el lugar de producción de las fotografías, así como la autoría y la tecnología empleada. Entonces, si a la fotografía se le considera un documento y desea ser presentada como tal, la información escrita es de primordial importancia. Tal información es indispensable en todos los casos, no importando si la ima- gen es utilizada en un trabajo de investigación, para fines educativos, o para ilustrar un texto informativo. El testimonio visual Detrás de la fotografía documental siempre hay una historia. Primero, hubo una intención para que ella existiese, después el acto de registro, que por me- dio de la cámara, originó la fotografía, y posteriormente los caminos recorridos por la misma, las situaciones que pasó, los ojos que la vieron, las emociones que despertó, dónde se guardó, etcétera. La imagen fotográfica es, entonces, el resultado final de una selección de posibilidades que van desde observar el entorno, decidir el encuadre y captu- rar un acontecimiento a través de la cámara fotográfica. Estas posibilidades y decisiones recaen exclusivamente en el fotógrafo, ya sea que esté registrando el mundo para sí mismo o al servicio de un cliente. Es importante considerar que la interpretación de los contenidos de una fotografía debe tomar en cuenta tanto el contexto en que se tomó la fotografía, como el contexto en que se está estudiando. “Por más libre que sea la inter- pretación de los contenidos fotográficos, el pasado será visto siempre según la interpretación primera del fotógrafo que optó por un aspecto determinado, que fue objeto de manipulación desde el momento de la toma del registro y a lo largo de todo el procesamiento hasta la obtención de la imagen final.”30 Esto 30 Boris Kossoy, op.cit., p. 88. Fotografía documental 40 41 quiere decir que al observar una fotografía, debemos ser conscientes de que nuestra comprensión de lo real será probablemente influenciada por una o va- rias interpretaciones anteriores, esto es debido a que la fotografía es un doble testimonio, por aquello que ella nos muestra de ese fragmento de la realidad y por aquello que nos muestra acerca de la visión del autor. Boris Kossoy menciona que “es el autor quien, al seleccionar culturalmente y organizar estéticamente el fragmento del mundo visible que elige registrar, convierte al testimonio fotográfico en el resultado de un acto creativo e indivi- dual.”31 Así, el testimonio obtenido de cierto acontecimiento queda marcado en el momento en que el fotógrafo encuentra el encuadre deseado y lo captura, lo que le da esa característica individual y a la vez creativa. Pescadores en Alvarado, Veracruz.1929, Roberto J. Weitlaner, fotografía del fondo Weitlaner 31 Ibid., p. 95. Capítulo uno 40 41 Si un fotógrafo desea o le es encargado retratar determinada circunstancia o personaje, estos registros que son producidos con una finalidad documental representan un medio de información, comunicación y conocimiento, los cua- les contienen un valor documental iconográfico, en el caso de las fotografías del fondo Weitlaner, algunas fueron tomadas por el mismo antropólogo Rober- to J. Weitlaner, y otras por compañeros de trabajo, estudiantes, e incluso por la hija del antropólogo Weitlaner, a petición de éste, con el fin de documentar las actividades cotidianas de los pueblos indígenas. La autoría de las imágenes fotográficas nos puede ayudar para saber cuál era la intenciónde capturar cierto acontecimiento, además de darnos una idea de la época en la que se registró. Es entonces importante buscar referencias acerca del fotógrafo. Al examinar la fotografía el nombre del autor puede estar inscrito en la misma fotografía, al frente o al reverso, en forma manuscrita o impresa, sellada o en altorrelieve. En caso de no existir referencia en cuanto a la autoría, el conjunto de informaciones visuales ofrece indicaciones ya que al identificar el paisaje se puede ubicar el lugar del registro y posiblemente la época. La fotografía está definitivamente inmersa en la historia cultural, pues se hace presente como medio de comunicación y expresión en todas las activi- dades humanas. Los componentes económicos, sociales, políticos, culturales, estéticos y tecnológicos han influido decisivamente para que la fotografía tenga una evolución determinada en cada espacio, desde su descubrimiento y en sus diferentes manifestaciones. Difícilmente podría ser comprendida si se la separa de estos componentes. De esta manera, la fotografía sirve como contribución a la memoria visual del patrimonio histórico, artístico y cultural de un país. La recolección y el examen preliminar de los documentos fotográficos, así como su preservación, catalogación y almacenaje nunca sustituyen la activi- dad del historiador, que consiste en intentar reconstruir la vida pasada interpre- tando el pensamiento, los sentimientos y las acciones del hombre, personaje Fotografía documental 42 43 central de la historia que se busca comprender. A través de la reflexión teórica de los conceptos y conocimiento multidisciplinarios, el historiador intenta pe- netrar en el pensamiento y en el sentimiento del hombre. Por mucho que se esfuerce el historiador por ser imparcial en busca de la verdad histórica, siempre estarán presentes en su interpretación múltiples componentes que le harán comprender el pasado y el presente según sus pro- pios prejuicios, su ideología, su situación económica y social, su postura como intelectual frente a la vida y a la ciencia.32 Es por esto que las reconstrucciones históricas han sido y serán objeto de diferentes versiones. La historia, así como la verdad, tiene múltiples facetas e infinitas imágenes. Los estudiosos de las fuentes fotográficas, teóricos, historiadores de la foto- grafía e investigadores de otras áreas que utilizan “la iconografía fotográfica”33 del pasado en investigaciones específicas, deben tarde o temprano confrontar el hecho de que en el momento en que observan y analizan una determinada fotografía están frente a la segunda realidad: la del documento. Y el sentido de ese documento reside en el hecho de ser un registro visual, que forma un conjunto de informaciones multidisciplinarias. Debido a que el estudio de las fuentes fotográficas demanda un enfoque inter y multidisciplinario, es im- portante la constitución y preparación de equipos de trabajo compuestos por investigadores formados en diversas áreas, tales como fotografía, historia, an- tropología, arqueología, etnología, etnohistoria, etc. Esto permitirá una mejor interpretación de la imagen. En la década de 1970 y más efectivamente en la de 1980, en diversos paí- ses de América Latina surgieron investigadores dedicados a recopilar datos sobre los fotógrafos que actuaron en el pasado y sobre sus producciones, así 32 Cfr. Ibid., p. 113. 33 Joan Costa, op.cit., p. 127. Capítulo uno 42 43 como a detectar los principales trazos de la manifestación fotográfica en su proceso histórico.34 Hoy se tienen elementos para evaluar el desarrollo de la historia de la fotografía en América Latina en función de una historiografía que ya existe y de los estudios que continúan progresando, ampliando y reformu- lando las investigaciones pioneras, o buscando nuevos campos temáticos de investigación. Desde la década de 1980 hasta la fecha, la bibliografía sobre la fotografía latinoamericana ha crecido significativamente.35 Sin embargo falta información sobre conservación y restauración de imágenes fotográficas e interés en el cuidado de los acervos fotográficos. Afortunadamente, parece que se ha incrementado la concientización de las instituciones privadas y publicas con respecto a la importancia de sus patri- monios iconográficos y por lo tanto de su preservación. Actualmente, países como México, Venezuela y Brasil están implementando medidas de protección a sus acervos fotográficos, en términos de catalogación, preservación y con- servación. En tal sentido, cabe destacar el trabajo pionero de la fototeca de Pachuca con el archivo Casasola, y los logros de las bibliotecas nacionales de Venezuela y Río de Janeiro, entre otras. Se espera que con estas medidas se facilite el acceso a los fondos, y así se multipliquen las investigaciones histó- ricas apoyadas con las imágenes fotográficas de los fondos. Al comparar contenidos fotográficos con documentos pictóricos o escritos hay que enfrentar el desconcertante verismo de la información visual fotográ- fica, que diferencia en esencia las fuentes fotográficas de las demás. Porque las fotografías muestran en sus contenidos el propio pasado, o al menos frac- ciones de lo real. No obstante, aunque la fotografía constituya la memoria su 34 Cfr. Boris Kossoy, op.cit., p. 97. 35 Cfr. Ramón Gutiérrez y Rodrigo Gutiérrez Visuales, Historia de la fotografía en Ibero América, siglos XIX y XX, Madrid, Ediciones Cátedra, 1997, pp. 345-426. Fotografía documental 44 45 objetividad reside a nivel de apariencias. Esas imágenes poco o nada informan o emocionan a quienes nada saben del contexto histórico particular en el que se originaron. Tales imágenes contribuirán poco al proceso de conocimiento histórico si de ellas no se extrae el potencial informativo que las caracteriza. Las fotografías no son meras “ilustraciones al texto”. La imagen fotográfi- ca informa sobre el mundo y sobre la vida, pero siempre con una expresión y una estética propias. Toda fotografía además de ser un residuo del pasado, es también un testimonio visual donde se puede detectar, tal como ocurre con los documentos escritos, mucho más que los elementos constitutivos que le dieron origen desde el punto de vista material. Con respecto a la imagen fotográfica, una serie de datos podrán ser reveladores ya que jamás han sido mencionados por el lenguaje escrito de la historia. Por otro lado, a pesar de su aparente cre- dibilidad, en ellas también ocurren omisiones, intenciones, agregados y manipu- laciones de todo tipo. El valor y el alcance de los documentos fotográficos, así como su interpretación viable, se revelarán a quienes a través de su estudio ex- traigan toda esa serie de informaciones y “microacontecimientos del pasado”. Por su capacidad de captar la apariencia del mundo visible, la fotografía ha sido utilizada para registrar el entorno de la vasta comunidad mundial de los fotógrafos, sea como medio de recordación y documentación de la vida del ser humano, sea como medio de información y divulgación de los hechos, como forma de expresión artística o instrumento de investigación científica, la foto- grafía ha formado parte indisociable de la experiencia humana. “El fragmento de la realidad congelado en la fotografía representa la perpetuación de un momento de la memoria: memoria del individuo, de las costumbres, del hecho social, de paisaje natural y urbano”.36 36 Boris Kossoy, op.cit., p. 117. 37 Ibid., p. 119. Capítulo uno 44 45 La escena registrada en la imagen no se repetirá jamás. La vida conti- núa, sin embargo, y la fotografía sigue preservando aquel fragmento congela- do de la realidad. Los personajes retratados envejecen y mueren, los escena- rios se modifican, se transfiguran y también desaparecen. De todo el proceso solamente la fotografía sobrevive, a veces en su artefacto original, otras veces apenas el registro visual reproducido.Los asuntos registrados en esa imagen atravesaron los tiempos y hoy son observados por ojos extraños en lugares desconocidos: naturaleza, objetos, sombras, expresiones humanas. “La fotografía es memoria y con ella se con- funde. Fuente inagotable de información y emoción, memoria visual del mundo físico y natural, de la vida individual y social. Registro de una ínfima porción del espacio del mundo exterior. Es pues el documento que retiene la imagen fugitiva de un instante de la vida que fluye sin interrupción.”37 Ella da la noción precisa del microespacio y del tiempo, representando, estimulando la mente hacia el recuerdo, la reconstitución, la imaginación. Para el historiador es una valiosa posibilidad de descubrimiento e interpretación de la vida histórica. San Felipe de Leon, Oaxaca, 1953, Imgard Johnson. Fotografía del fondo Weitlaner. 46 47 Roberto Julio Weitlaner Durante 45 años el antropólogo Weitlaner realizó una serie de investigacio- nes de carácter étnico-cultural de diversas etnias de México en una buena parte de la República Mexicana. Los resultados de dichas investigaciones se encuentran en sus diarios de campo, borradores, artículos, mapas, croquis, fotografías, etc., en donde existen datos culturales de cada región que nos hablan sobre la vida cotidiana, las actividades, costumbres, fiestas e idiomas de dichos pueblos, durante la época en que fueron estudiadas. 38 Roberto J. Weitlaner, fotografía del fondo Weitlaner. Roberto Julio Weitlaner nace en la ciudad de Steyr, Austria, el 28 de abril de 1883. Desde temprana edad se destaca su fascinación por la excursión y la literatura referente a la vida de los indios de Norteamérica, así como su 38 Esta biografía fue extraída del Nuevo catalogo del fondo Weitlaner y del articulo “El estado de Guerrero en el fondo Weitlaner”, del Boletín Oficial del INAH, Antropología. Capítulo uno 46 47 facilidad para aprender otros idiomas. Durante 1902, Weitlaner se dedica a estudiar diferentes idiomas como el inglés, francés y pequeñas gramáticas y vocabularios de español, griego, hebreo, árabe y sánscrito. Estudia también botánica, astronomía, mineralogía y paleontología. En 1904 inicia la carrera de ingeniero en metalurgia en Leoben, profesión a la que le dedica más de treinta años de su vida. En 1909 llega a E.U.A., donde empieza a trabajar para la Carnegie Steel Company, en Duquesne, Pittsburg, Pensilvania. Ya estando ahí visita la reserva de los Tuscarora, cerca de las cataratas del Niagara, y a partir de entonces surge su interés por estudiar a las tribus iroquesas. Un año después viaja a Búfalo y trabaja en la Lakawane Steel Company. Para 1913 contrae matrimonio con Olga Lipps y se va a trabajar a Filadelfia, después a Baltimore y posteriormente a Cleveland. Conoce a Boas, Speck y Mason, renombrados antropólogos que lo guían en sus primeros trabajos como etnólogo y lingüista. Finalmente en 1922 viaja a la ciudad de México y empieza a trabajar como ingeniero en una compañía mexicana de metalurgia llamada La Consolidada. Ya en México comienza sus estudios sobre lingüística ayudado por Pablo Gonzáles Casanova. Estudia an- tropología con su maestro Herman Beber, y gracias a él se hace miembro de la Sociedad Alemana-Mexicanista. En 1936 da clases en la Escuela Superior de Ingenieros Mecánicos Electricis- tas. Dos años más tarde empieza a impartir clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y para 1940 forma parte de los maestros que inician las cla- ses en la ENAH. Pasa más de 25 años como profesor de lenguas otomanas, de lingüística, etnología y etnografía de México y Centroamérica. También da clase en el Colegio de la Ciudad de México y en la Universidad Iberoamericana. Weitlaner se convierte no sólo en un gran antropólogo, si no también en un gran explorador, pues gran parte de su vida la dedica a recorrer buena parte de la República Mexicana. Explora y estudia regiones indígenas de las más Roberto Julio Weitlaner 48 49 apartadas y agrestes del país, y realiza estudios lingüísticos y etnográficos de los mazatecos, cuicatecos, chocho-popolocas, ixcatecos, zapotecos del sur, triques, mixes, otomíes y nahuas del estado de Guerrero. Recorre Ixmiquilpan, la sierra de Puebla e Ixtenco, y explora zonas del área otomí. En 1934, junto con su hija, su yerno y Bernard Bevan emprende la ex- ploración completa del área Chinanteca y las regiones aledañas de los Mixes, Mazatecos, Cuicatecos y Zapotecos. Se dedica a estudiar estas culturas y cinco años más tarde publica sus trabajos al respecto. Roberto Weitlaner con su hija, Imgard Johnson, su yerno y acompañantes. Tenango de Doria, Hidalgo, 1938, Allen Prelizen, fotografía del fondo Weitlaner. En 1940 inicia como pionero en el Departamento de Investigaciones Antro- pológicas. Formula una lista de rasgos culturales para elaborar mapas de dis- tribución de estos elementos. Dentro de sus investigaciones y trabajo, inicia un modelo de vocabulario macro-otomangue, recopila un vocabulario en lengua Huichol, viaja a Mexcalzingo, Estado de México, y recopila vocabulario matla- tzinca, idioma a punto de desaparecer pues sólo lo hablan 20 o 30 personas. Capítulo uno 48 49 En ese mismo año viaja a Guerrero, al pueblo de Chilacachapa y San Juan Tetelcingo. En diciembre de ese año viaja a la región chinanteca de Chiltepec, Ojitlán y Usila en Oaxaca. Sus exploraciones lo llevan a localizar una extensa red que corresponde a la zona Matlatzinca la cual abarca el estado de Guerrero, al norte del río Balsas, y regiones colindantes con Morelos y el Estado de México. Durante sus expediciones recorre 39 localidades del centro de Guerrero con esto realiza una “Encuesta Etnográfica del Estado de Guerrero”, que suma más de 17,000 rasgos observados de las diferentes localidades. Sus investigaciones sirven para hacer un fichero de rasgos culturales y dos diccionarios de lenguas indígenas. Continúa sus expediciones en Chilacachapa, Amealco, Atlatlahuca, Chilpancingo, Tuxtla, Chilapa, Acatlán, Hueycantenango, Chiltepec, Tuxtepec y Usila. Viaja a Mexicalzingo, cerca de Toluca, recorre Chalma, Tonatico, Coate- pec, Mazatepec, Tecalpulco, Ixtlahuace, Tepalcincingo e Iztapalapa. En 1942 dirige una investigación sobre los Mazahuas de Zitácuaro, Mi- choacán. Informa al Departamento de Investigaciones Antropológicas sobre la salud pública y la situación económica de la región Chinanteca de Chiltepec. Parte de su trabajo sirve para demostrar las relaciones entre grupos Maza- teca-Trique y Mixteco. Escribe esbozo sobre el alfabeto otomí, con ejemplos sobre fonetismos. Gran parte de sus estudios los enfoca al estudio de vocabularios y lenguas indígenas de diferentes localidades en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Estado de México. Recopila material lingüístico sobre el grupo Misteco- Chocho-Popoluca-Trique. Estudia también las relaciones entre las diferentes culturas, las peregrinaciones indígenas, y hace una lista de rasgos culturales y mapas para la ubicación de estos. Weitlaner no deja pasar un mes sin hacer por lo menos una salida a la pro- vincia, sin descuidar su labor como profesor y lingüista. Con sus investigacio- Roberto Julio Weitlaner 50 51 nes escribió informes como: “Las lenguas del norte de México y del sur de los E.U.A.”, “El dialecto Nahua de Acula, Veracruz” y “Estado actual de la pobla- ción indígena en México”. Participa en la preparación de la revista “Amerindia” y presenta el trabajo “Lingüística comparativa de la familia Otomiana”. El 26 de marzo de 1945, Weitlaner participa en una expedición y excavación en la Sierra Madre de Guerrero, en Coyuya de Benítez, donde encuentran una serie de fragmentos de cerámica. Esta cerámica es clasificada en las semanas siguientes, y a la par de esta clasificación Weitlaner continúa con sus trabajos etnográficos y arqueológicos en esta región. Para el añosiguiente organiza el material etnográfico y lingüístico del Estado de México y Guerrero, adquirido durante sus investigaciones. Asimismo termina las tablas de elementos culturales y dialectos de 30 pueblos de Guerrero. Con sus investigaciones concluye tres informes: “Exploraciones arqueológicas de la sierra madre“, “Situación lingüística de Guerrero” y “Encuesta etnográfica”. En 1947 empieza a arreglar el archivo lingüístico de las lenguas indígenas de México, y pasa en limpio sus apuntes etnográficos sobre los chinantecos y los vocabularios otomíes. Recorre el pueblo de Amanalco, Valle de Bravo, Santo Tomás y la población mazahua de Ixtapa de Oro. Visita Ixcateopan, Guerrero, y registran una lista completa de elementos culturales del lugar y numerosos datos sobre la vida ceremonial y social de la población mestiza. Adquiere máscaras y piezas arqueológicas que comprueban la extensión de la cultura matlatzinca en estos lugares, y encuentra textos muy deteriorados del siglo XVI en lengua náhuatl. A principios del siguiente año termina de copiar 1500 fichas de dos dialectos del idioma mazahua para el estudio comparativo de la familia lingüística oto- miana. Asimismo prepara junto con un compañero de trabajo, el investigador Barlow, pequeñas monografías de Huitziltepec, Chilacachapa, Tlamacazapa e Ixcateopan. Visitan los alrededores de Mezcala e inspeccionan sitios arqueo- Capítulo uno 50 51 lógicos como Tepachtitlán, cerca de Tepecoacuilco, El Balsadero y el cerro de Tepechichihque, donde encontraron también cerámicas. Realiza investigaciones en Iguala, Guerrero, haciendo pozos estratégicos que revelan la coexistencia y sucesión del horizonte cultural Azteca IV y la cultura Chontal, llegando a la conclusión de que hubo una ocupación tardía Azteca IV en la cultura Chontal. Encuentra cerámica tipo Teotihuacano y capas profundas de cultura arcaica. Ese mismo año presencia fiestas anuales en el Istmo en Juchitán, y en Santa María presencia las conmemoraciones de semana santa, la peregrina- ción de un pueblo Nahua, así como un casamiento suntuoso, y la construcción cooperativa de una casa. Organiza cuadros generales sobre la distribución de los dialectos nahuas de Guerrero. Reanuda estudios de vocabularios otomíes y mazahua. Arregla los archivos lingüísticos de las lenguas indígenas de Méxi- co. Va a la ciudad de Oaxaca y entabla conversaciones con el gobernador para instalar un museo de antropología en esa ciudad. Visita el pueblo de Teotongo, donde las mujeres hacen pulque y los hom- bres tejen. Aquí observa la construcción de temazcales y de colmenas hechas con quiotes de maguey. Visita las ruinas de Yatuchio, en donde obtiene mues- tras de cerámica. Fotografía objetos, casas y la elaboración del pulque, de hilados, tejidos y trajes de Tehuitzingo. En sus múltiples expediciones suele llevar consigo a algunos de sus estudiantes de etnografía, junto con su hija Irmgard y compañeros de trabajo. Posteriormente, recorre el Estado de Méxi- co y Michoacán, visita Zitácuaro, Tuzantla, Parícuaro, y obtiene datos sobre la agricultura y las costumbres de la región. Durante el año de 1949 elabora el programa para trabajos de campo en la región chinanteca del estado de Oaxaca, pasando en limpio sus notas de Usila y Chiltepec tomadas en viajes anteriores. Ese año regresa a Chiltepec con el propósito de presenciar las fiestas de semana santa y comparar rasgos Roberto Julio Weitlaner 52 53 con las fiestas de Usila. También realiza expediciones a Ojitlán, Tehuantepec y Juchitán, donde observa las fiestas de todos los santos y consigue objetos de alfarería en Tehuantepec e Ixtlaltepec . Gran parte de su actividad durante sus estancias en Oaxaca es dedicada a la investigación sobre datos culturales, de religión, fiestas, bodas, procesiones, peregrinaciones, alimentación, vestimenta típica (vestidos y tejidos), activida- des cotidianas, construcciones de las casas, etc. En sus investigaciones obtu- vo datos adicionales sobre el gremio de curanderos y especialmente sobre las ceremonias de iniciación de los discípulos que se efectúan el viernes santo. Durante el transcurso de sus viajes por estos pueblos va recopilando objetos para el museo de Oaxaca como cerámicas, alfarería, telas, entre otros. Para 1951 presencia las fiestas y danzas en el pueblo otomí de Capula, Ixmiquilpan, y visita también Tasquillo, Hidalgo. Termina un informe sobre sus investigaciones en Ojitlan, Oaxaca. Visita Ixtapa de Oro y el pueblo mazahua de San José Malacatepec, rico por sus tejidos que abundan en la región. Em- prende un viaje por varios pueblos tejedores del valle de Toluca y también recoge información sobre los vestidos y tejidos del Istmo de Tehuantepec. En 1953 continúa sus expediciones por la región chinanteca pero esta vez se dirige a Valle Nacional, Mayultianguis, Tlacoatzintepec, Huautla de Jiménez, Jacatepec y San Felipe de León, donde copia mapas y manuscritos antiguos y hace un estudio de la economía y organización social de dicha población. Rea- liza excavaciones en tumbas en Loma Colorada, Plan de las Flores, La No- palera, Cerro Bobo, San Cristóbal y Arroyo Guayabo. Llega a Ozumacín, que también es parte de la zona chinanteca, donde estudia la estructura social, el trabajo comunal, la educación, los movimientos de población, la agricultura y la economía, copia material estadístico y mapas antiguos, y obtiene una versión del calendario chinanteco, el cual se divide en 18 meses. Capítulo uno 52 53 Entre 1955 y 1959 realiza expediciones a Oaxaca, esta vez a la Sierra Cui- cateca, visitando los poblados de: Cuicatlán, Concepción Papalo, Tlalixtac, Teutila, San Andrés Teotilalpan, Chiquihuitlán, Cuyamecalco, Coyula, San Agustín Loxicha. Siendo la región cuicateca una zona poco conocida, situada entre chinantecos y mazatecos, su trabajo de investigación se orienta a llenar este hueco. Recoge datos adicionales del funcionamiento del tonalpohualli o calendario pronóstico-zapoteco, y estudia otros calendarios encontrados: mije, chinanteco, mazateco, y zapoteco del sur, calendarios que todavía funcionan en Oaxaca. El antropólogo Weitlaner platicando con mujeres hilanderas en Tlalixtac, Oaxaca, 1955, B. Bevan, fotografía del fondo Weitlaner Roberto Julio Weitlaner 54 55 Participa en las reuniones del Congreso de Lenguas Indígenas para elabo- rar un alfabeto de divulgación del dialecto zapoteco del Istmo, donde además se sientan las bases para emprender un proyecto interdisciplinario sobre el estudio integral de las lenguas indígenas de México. Más tarde emprendió una expedición a la región sudeste del distrito de Cui- catlán, Oaxaca, con la intención de estudiar también la parte noroeste del te- rritorio cuicateco. Los pueblos visitados fueron Cuicatlán, Concepción Pápalo, Reyes Pápalo, Santa María Pápalo, San Pedro Sochiapan, Tecomaltianguis- co, Llano español, San Lorenzo Pápalo y Tehuacán Puebla. Con la informa- ción recaudada presenta los trabajos “Rasgos etnográficos sobre los pueblos del norte de Oaxaca” y “Los grados de edad entre chinantecos y mixes”. Viaja también a San Pedro Tlachichilco, pueblo otomí cercano a Tulancingo Hidalgo, visita Tilapa y San Luis Ayuca, Estado de México, también pueblo otomí, donde asiste a las fiestas del pueblo. Va a San Francisco Mihualtepec, pueblo mazahua cercano a Valle de Bravo, Estado de México; a Tetzú, pueblo próximo a Taxquillo, Hidalgo; a San Felipe de los Alzates y San Andrés Jilote- pec, en la región de Zitácuaro, Michoacán. El trabajo en estas poblaciones es obtener vocabularios extensos, cuadros de términos de parentesco, y diversos datos sobre casamientos, residencia, herencia, tipo de población, barrios, or- ganización sociopolítica y religiosa, aplicando encuestas sobre el fondo eco- nómico y ecológico de cada pueblo. En 1961 es nombrado asesor para la instalación del nuevo museo de an-tropología en la ciudad de Oaxaca, y se le encomiendan trabajos etnográficos sobre los estados de Guerrero y Oaxaca en donde existen 16 etnias a estudiar. Esta labor le toma dos años. Para asesorar al museo hace diversos viajes al Istmo de Tehuantepec, valle de Oaxaca, Miahuatlán, Pochutla, Puerto Ángel donde presencia la pesca de los caracoles que dan el color púrpura, Sola de Capítulo uno 54 55 Vega, San Mateo del Mar, Mogoñe y Chiltepec. A través de estos viajes va recolectando objetos para el museo, adquiere datos etnográficos y hace el registro fotográfico de cada sitio. Asimismo, prepara una monografía de Usila y empieza otra sobre los mijes, también para el museo. Por febrero y marzo de 1964 realiza su primera expedición, junto con otros colegas, a la región chontal de Oaxaca. Atraviesan Tehuantepec, Tequisistlán, San Miguelito Ecatepec, y Tlacolulita, pueblos chontales de la sierra alrededor de San Matías. Después se dirige a Mazatlán, al Carrizal, Zaachila y Huamelula, donde asistieron a las fiestas de pueblo y observaron danzas regionales. Tiem- po después parte a Chontalpa con el fin de establecer comparaciones de los detalles entre las ceremonias de semana santa en Huameula y en la sierra. Aparte de sus expediciones, sigue trabajando en su investigación sobre los cuicatecos, revisando, comparando y analizando la información obtenida en 1957. Participa en un seminario sobre cambios de cultura donde presenta un trabajo sobre el cambio cultural entre varios grupos indígenas del estado de Oaxaca. La incansable labor de Weitlaner prosigue hasta la fecha de su muerte, el 23 de julio de 1968. A la par de sus múltiples expediciones, el antropólogo Weitla- ner fue publicando diversos artículos sobre sus investigaciones, la mayoría de estos para el Boletín del INAH. Otros de estos escritos son borradores, informes de viaje, notas de campo, también se encuentran dibujos de mapas y todo un archivo fotográfico sobre sus expediciones a los diferentes pueblos indígenas. Roberto Julio Weitlaner 56 57 Mujer posando, Mostrando vestido típico, Zimapan, Tasquillo, Hidalgo, 1932, Roberto J. Weitlaner, Fotografía del fondo Weitlaner 56 57 La conservación fotográfica es una disciplina muy joven dentro del ámbito del rescate y restauración de acervos de carácter histórico y artístico. Cuando un individuo entra en contacto con piezas fotográficas, difícilmente se pregunta cómo es posible que una imagen producida hace 50 años esté en buen es- tado. Esto es obvio, ya que las prácticas de conservación y restauración son casi desconocidas. Esta labor es reconocida sólo cuando se logra el rescate de una pieza importante o de una colección que se consideraba perdida. La producción fotográfica realizada desde los inicios de la fotografía hasta nuestros días ha sufrido grandes pérdidas, y de hecho importantes colecciones y archivos fotográficos han desaparecido tanto por ignorancia en el manejo de Conservación y Restauración Capítulo dos 58 59 las piezas como por negligencia de quienes tienen bajo su custodia este tipo de materiales. A partir de la década de 1980, la conservación de materiales foto- gráficos ha tenido una importancia significativa para el rescate de piezas foto- gráficas por ser éstas para los investigadores sociales, históricos y estudiosos del arte, la memoria gráfica de las sociedades.39 De ahí que han enfocado su interés por conservarlas y difundirlas. Esto ha generado una plataforma de in- vestigación cuyo fin es mejorar el conocimiento de su manejo y conservación. La conservación del fondo fotográfico es una de las funciones más impor- tantes del trabajo archivístico. Se ocupa desde el proceso original que da lugar a la foto, y requiere de tareas como el análisis del estado físico de las fotogra- fías, la propuesta y realización de tratamientos de restauración, la planificación de las tareas de preservación del fondo a corto y largo plazo, la prevención de desastres, hasta se ocupa del almacenaje, pasando por los procesos a los que fue sometida la pieza al paso del tiempo. La permanencia de la fotografía está en función de40: o La estabilidad de los materiales procesados o Un correcto proceso de archivo y del control de las variables que actúan durante y después del mismo o El efecto de tratamientos posteriores a los que fue sometida la pieza, como retoque, virado, texturización o Tipo de iluminación y tiempo de exhibición al que será sometida la pieza fotográfica o Tipo de almacenaje, materiales de guarda y control de variables ambientales del lugar de almacenaje o Control de agentes biológicos considerados plaga 39Juan Carlos Valdez Marín, op.cit., p. 19. 40 Ibid., p. 21. Capítulo dos 58 59 o Control de gases y humos dañinos del ambiente en el lugar de almacenaje o Materiales y tipo de montaje, con los cuales se expondrá al público o Efectos colaterales de un proceso inadecuado de restauración Las diferentes formas de daño en piezas fotográficas tienen como origen un deterioro inducido o inherente. El inducido mantiene estrecha relación entre las condiciones del medio ambiente y el material fotográfico. Si existe una alte- ración en las condiciones del medio ambiente ésta puede provocar daños a las piezas, pero en un momento dado se pueden controlar estas variables. Estas alteraciones ocurren por negligencia de quién está a cargo o tiene bajo custo- dia los acervos, quien por ignorancia no los tiene bajo condiciones ambienta- les apropiadas, que por lo tanto puede causar graves daños a las piezas. El deterioro inherente comprende varios componentes que incluyen a la fotografía misma (materiales, manufactura, control de calidad en fabricación, etc.) y está asociado estrechamente al proceso fotográfico. Aquí las variables son incontrolables, o en pocos casos controlables. Cuando la condición original de la foto se ha deteriorado, la restauración es una opción a considerar. La restauración es una especialidad relacionada con el tratamiento individualizado a que se someten aquellas piezas deterioradas con la finalidad de acercarlas a su estado original. Puede ir dirigida a aminorar los daños sufridos por las piezas o a aumentar su permanencia. Se diferen- cian tres tipos de restauración aplicable al material fotográfico: físico-química, óptica y digital. Es indispensable garantizar que el proceso de restauración sea inocuo al material, reversible y que no produzca efectos colaterales a la imagen o que alteren la información de la misma. Es importante implementar medidas preventivas que garanticen la perma- nencia de las fotos para evitar que en el futuro sean restauradas. Cada proceso fotográfico requiere de técnicas diferentes de conservación y restauración. Es Conservación y Restauración 60 61 por esto que es importante que la gente que está en contacto con los acervos tenga el conocimiento sobre el material fotográfico que está manejando y sobre las medidas de seguridad que debe tomar para evitar su deterioro. Cualquier medida de preservación de un acervo fotográfico fundamentada en el diagnós- tico de su estado de conservación implica forzosamente la identificación de los procesos fotográficos que se emplearon en la creación de las fotografías. Lo anterior permite conocer los materiales constitutivos de cada fotografía, y así deducir las formas de deterioro y elegir el tipo de cuidados y de almace- namiento que cada fotografía necesita. El tipo de deterioro depende del pro- ceso de elaboración de la fotografía. Sin embargo, la identificación es menos importante si la colección no requiere de cuidados especiales, como ocurre en el caso de las imágenes de colodión y de gelatina, cuya impresión es directa y cuyos métodos de preservación son similares, incluso pueden compartir el mismo espacio de almacenamiento (bóveda). La identificación de los proce- sos fotográficos es el punto
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