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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS "EL ETERNO RETORNO DE LO MISMO" TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: DOCTORA EN FILOSOFÍA PRESENTA LA: MAESTRA ANDREA DÍAZ GENIS DIRECTORA DE TESIS: DRA. PAULINA RIVERO WEBER MÉXICO, D.F. FEBRERO 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. INDICE Prettntación El ETERNO RETORNO DE LO MISMO I PARTE: Una lntrodycción al problema del eterno retorno como rnlt2 CM. Elladp} y penaamiento rellgioao CS,Klerkegaard}; El eterno retorno como mito: La propuesta de M. Eliade El mito del eterno retorno Tiempo y espacio sagrados Concluslones Anm e1 tt1rno retorno como mm,omiento reUaloao; El eterno retorno como repetición en S. Kierkegaard La eternidad vista desde e/ momento. II PARTE; El eterno retorno dotde un punto dt vl•ta ético-práctico ,a el penaamlento de f. Nletztche Primera formulaolón del eterno retorno en La gaya ciencia Fuerzas activas y fuerzas reactivas 1 9 11 37 61 63 Segunda tormulaclón del eterno retorno en Asf habló Zaratustra De la redención Más allá de la historia: fue y así lo quise La Mala Conciencia Nietzsche y los filósofos preplatónlcos El eterno retorno entre Parménides y Heráclito La voluntad de vivir El eterno retorno como principio selector La transmutación de todos los valores De la visión y enigma La "Institución" del eterno retorno y el olvido El niFio es el único preparado para el eterno retorno de lo mismo El espf ritu ascético y el eterno retorno Tercera formulaclón del eterno retorno de lo mismo en Más allá del bien y del Mal Una biografía del retorno Tercera formulación del eterno retorno y el amor fati 72 127 m PARTE; Ret1,x12oea a propóefto del eterno retomo 10 f. Nl1tz1ch1 13s Apuntes acerca del eterno retorno en Nietzsche según M. Heidegger Acerca del eterno retorno del Nietzsche de Heidegger. Nietzsche versus Kant: Contra Kant como moralista Eterno retorno versus Imperativo categórico Borges contra Nietzsche Otro ángulo posible: el eterno retorno "educativo" al servicio de la voluntad de poder Educación, Ética y Nihilismo. Conclualonpe Eterno- retorno- vida· muerte-eternidad-tiempo.: Saber que vamos a morir: contra el eterno retorno, la muerte definitiva Contra la muerte como definitiva, el eterno retorno como afirmación absoluta de la vida Por una muerte libre Gilgamesh o la angustia por la muerte Hacia una filosofía del eterno retorno de lo mismo La salvación del terror de la historia 181 El eterno retorno nietzscheano frente al mito (Ellade) y el pensamiento religioso (Klerkegaard) Bibliografía 213 ¿Qué hay de valor en vuHtra exlatencla? ... Y al acaso no posee nada de valor, ¿para qu6 exlatía? Por vuestra culpa, creo yo, err"• en Hta existencia. Con la muerte habr61s de explarla. Mirad cómo vueatra tierra se marchita; H vacían y aecan loa marH; los fóallea que encontr61s en lo alto de los montea oa enael'lan hace cuánto se ucaron; ahora mlamo, ya el fuego deetruye vueetro mundo y al fin ae conaumlrá entre el vapor y el humo. Pero una y otra vez habrá de surgir de nuevo otro mundo oomo 6ete, uno donde aólo exlate lo efímero. ¿Qul6n Hrá capaz de llberarnoa de la maldlclón del devenir? (Nletzeohe cita • Anaxlmandro, La fllosoffa an la lpoca trágica de los grlegos 1: 54, laa negritas aon nuHtraa) 1 Las obras de Nietzsche, a diferencia de las demás, que van por fecha de edición, las vamos a citar por título para que no d&n lugar a confusión. pre,.ntación: El eterno retorno de lo mismo es una Idea, un concepto, una serie de conceptos, un problema, una "manera" de responder a una serie de Inquietudes ontológicas, éticas, antropológicas y existenciales. Es un recurso teórico-práctico que tiene un status simbólico porque da lugar como dice Rlcoeur2, a partir de Heidegger, a múltiples interpretaciones, por ser un concepto primario que nos lleva a una serie de conceptos secundarios. Y como una serle de Ideas, comporta un excedente de sentido que tenemos que descifrar. Por eso hablamos de que la idea del eterno retorno, o el eterno retorno como problema es una idea "llave" que nos abre a una serle de problemáticas que han sido y son problemas fundamentales de la filosofía. En el trasfondo de cómo nos relacionamos con este tema, se ve claramente nuestra Intención hermenéutica, hermenéutica no sólo como método, sino como forma de concebir filosóficamente el problema3• En este marco, más que de "hipótesis", nos referiremos a una serte de Interpretaciones de la problemática a través de las cuales nos Introducimos en el tema; estableceremos un diálogo de nosotros como Intérpretes con una serie de textos, realizaremos un conjunto de preguntas con las que nos abriremos a la lectura- Interpretación de los textos y que encontraremos en los textos mismos. Esta tesis tiene tres partes claramente diferenciadas y una conclusión. Nos preguntamos en la primera parte, a modo de Introducción al problema, por el sentido del eterno retorno en el mito y la rellglón a través de la Interpretación que Mlrcea Ellade y S. 2 V. Ricoaur (1999): Tt1orfs da /a Interpretación. 3 Nos basamos en nuestra concepción, sobra todo, en la hermenéutica tal y cómo as entendida por G. Gadamer, ver Verdad y M9todo I y//, sobre todo el tomo 1, "Fundamentos para una Teoría da la Experiencia Hermenéutica• (2001: 331-458). Kierkegaard hacen del mismo. En la segunde parte, nos preguntamos cómo responder por su sentido étlco,.práctlco 4 a través de la Idea del eterno retomo de lo mismo en F. Nietzsche. En la tercera parte de la tesis nos abrimos a un abanico de perspectivas desde dónde seguir pensando el problema del eterno retorno en Nietzsche, que en éste trabajo obviamente no podemos llegar a profundizar, pero sí a plantear como posible desafío futuro. En este mismo sentido, planteamos por último y para terminar, una serle de conclusiones que no son definitivas. Esta tesis plantea una serle de preguntas, interpretaciones a las interpretaciones del eterno retorno hecha por los autores. Nos quedarán al final del trabajo nuestras propias preguntas a partir de todo lo analizado y reflexionado; porque no hay experiencia de pensamiento sin la intervención de la pregunta. El eterno retorno, desde el punto de vista ontológlco, puede entenderse como una forma de "Imponer parámetros" al devenir, como una forma de "detener el devenir" en favor del ser, como una manera de relacionarnos con el tiempo que trata de anular la diferencia, consecuencia de ese mismo devenir. Desde el punto de vista exl•tenclal, puede entenderse como una forma de responderse o respondernos frente al problema del tiempo, entendido como desgaste y muerte, como un recurso antihlstórico ante la fugacidad de la vida y el miedo ante lo heterogéneo, anulado en el "más de lo mismo"6• Desde el punto de vista t§tlco, como una forma de relacionamos con el tiempo que tiene consecuencias prácticas. Podemos 4 Queremos diferenciar este sentido del puramente ético- teórico. Le Idea del eterno retorno en Nietzsche, tiene consecuencias príctloH que transforman la vida del individuo. ~ La idea del eterno retorno supone la contraposición entre la eternidad y la temporalldad,entre la mismidad y la diferencia. 2 transformar la idea del eterno retorno en una especie de regla práctica a la manera nietzscheana: "vive tu vida tal y como al 6se fuera a repetir'', pues esto tiene consecuencias en la vida del individuo que la apllca a su vida. El eterno retorno también se vincula con un nuevo tipo humano, el superhombre, que estaría promoviendo y con una forma diferente de relacionarnos con el tiempo que escapa o pretende superar la forma llneal7 Judeocristiana de concebir el tiempo. Desde el punto de vista mítico, según nos plantea M. Ellade, hay una necesidad del mito de suspender el tiempo físico, recubriéndolo con la forma mítica. La decrepitud y la decadencia pueden condenarse como destino del hombre y trocarse desde la perspectiva del mito en etapas de crecimiento de valores. Se trata de no avenirse al mundo de la contingencia, que se agota cada vez en una situación pasajera, es lo que es ahora y no nos remite a otra cosa. El mito del eterno retorno "cumple" también con esta transformación que nos lleva de lo no permanente a lo permanente, a lo que no muere, de lo condicionado a lo incondicionado, de lo mudable a lo inmutable. Desde un punto de vista religioso, como es el caso de S. Kierkegaard, lo que ontológlcamente es una forma de acercar el ser al devenir, desde la perspectiva de la fe es una forma de acercar el ser humano a Dios. La repetición de lo mismo Implicaría aquí una forma de instalarnos en la fe Judeocristiana, de participar de lo divino, de dar un salto hacia lo divino como aquel ser ante el cual el tiempo no pasa. En síntesis, vemos que el eterno retorno tiene consecuencias ontológicas, existenciales, éticas, antropológicas y religiosas. Hay otros puntos de vista 8 Tal como se plantea en el aforismo 341 de L11 ysya clenc/s, más bien como conjetura. 7 Lineal aquí aparece como opuesto a lo circular. 3 posibles para pensarlo, pero nosotros elegimos tres perspectivas y a partir de tres autores: Eliade, Kierkegaard y Nietzsche. No podemos saber lo que el "eterno retorno de lo mismo" es "en sí", lo que vamos a hacer es anallzar filosóficamente tres perspectivas: una como mito en Mircea Eliade, otra desde el punto de vista religioso en el caso de S. Klerkegaard, y otra, la fundamental en nuestra tesis, desde el punto de vista ético-práctico en F. Nietzsche. El eterno retorno de lo mismo será analizado como mito, rellglón y ética; tres aspectos muy vinculados entre sí. El eterno retorno es mito, es religión, pero sobre todo es una manera de valorar la existencia y el tiempo, una forma de responderse a las grande preguntas de la filosofía y de la humanidad toda: ¿quiénes somos, para qué eatamoa, hacia dónde vamos, por qué vivimos y cómo hemos de vivir, qué significado darle al hecho de que vamos a morir? El eterno retorno como mito y religión, tal como lo veremos en los autores tratados, tiene una profundidad filosófica Inusitada. Y como filosofía es también mito y religión. Estos tres aspectos no se dan independientemente. El eterno retorno de lo mismo, ¿mito, religión, o flloaofía? Las tres cosas conjuntamente, pero las tres unid•• por la palabra flloaofía. Hay una flloaotía del eterno retorno en el mito y en la religión que sintetiza su sentido profundo en la serle de preguntas existenciales que ya hemos mencionado. La Idea tratada en el mito y la religión en la obra de Klerkegaard y Eliade, nos va a servir, a modo de Introducción a la problemática, que va a derivar en la profundización de su sentido ético-práctico en el pensamiento de F. Nietzsche. No podemos ni queremos profundizar de Igual manera los autores antes mencionados. Sin embargo, vamos a mostrar cómo la Idea del eterno retorno vista desde el mito y la 4 religión nos va ayudar a entender mucho más la originalidad del pensamiento nietzscheano. A través del pensamiento de Eliade, veremos cómo encontramos en el eterno retorno de lo mismo, una forma de anular el tiempo, a favor de una existencia eterna, real y sagrada, bajo su forma mítica. A través del pensamiento de Klerkegaard, el eterno retorno se presenta como una manera de dar un salto hacia el encuentro del hombre con Dios, a través de la fe, la única manera por la cual es posible anular el tiempo, tornar reversible lo irreversible, negar la muerte. A través del pensamiento de Nietzsche, el eterno retorno, lejos de anular el tiempo, se afirma en un Instante a través del cual se decide la vida en toda su radicalidad y compromiso. El eterno retorno de lo mismo nos responsabiliza en el cómo hemos de vivir y morir y lo hemos de hacer como si cada momento se volviese a repetir eternamente. Estudiar un problema a través de la perspectiva de distintos autores, nos compromete a nosotros mismos en una toma de posición. Estamos ante un problema trascendente del que nos responsabilizamos. No se trata de presentar "objetivamente" la posición de un autor, sino de arriesgar puntos de vista, interpretaciones, que nos ayuden a entender un problema central, y que nos abran caminos para la reflexión filosófica. Se trata de flloaofar, la tarea que más nos apasiona. Como dice el filósofo mexicano Crescenciano Grave, de una manera que nos parece por demás hermosa: Anudados en Infinitos enigmas estamos presentes en una Inmensidad desolada. Divagamos, discurrimos, buscamos con ardoroso anhelo un "algo" a qué aferramos para sostener nuestra presencia. Y, sin embargo, ese "algo" que buscamos nos amenaza a cada Instante con ser él mismo abismado, con estar él mismo divagando; con carecer de fundamento. Entonces nos asalta el vértigo de la presencia y la búsqueda lnútlles. No obstante, en algunos espíritus melancólicamente Intrépidos la pérdida de lo buscado no es la pérdida de la búsqueda misma: son los pensadores, los filósofos. No lo podríamos decir mejor. Lo importante para la fllosoff a no es el encuentro con la verdad, sino la búsqueda misma. Hay filosofía sin verdades, no la hay sin la búsqueda y no hay búsqueda sin amor por la sabiduría. Sin amor. Este problema filosófico nos retrotrae a esa fonna original de entender le fllosoffa que está presente en los tres autores tratados. La filosofía como amor a /a sabidurfa se asoma plenamente en el problema elegido y en la fonna que nos relacionamos con los autores y el tema. 6 Vanidad de lea cosas humanaa Vanidad de vanidades, dijo Cohelet; vanidad de vanldadea; todo ea vanidad. ¿au, provecho saca el hombre de todo por cuanto se afana debajo del aol? Pan una generación y viene otra, pero la tierra permanece para siempre. Lev6ntHe el sol, ae pone y corre con el af6n de llegar a au lugar, de donde vuelve a levantarse. Tira el viento al mediodía, gira al norte, va alempre dando vueltas y retorna a aus glroa. Loa río• van todoa al mar, y la mar no •• llena; allí de donde vinieron tornan de nuevo, para volver a correr. Todo trabaja mía de cuanto el hombre puede ponderar, y no se aacla el ojo de ver ni el oído de oír. Lo que fue, eao aerí. Lo que ya se hizo, eso es lo que •• har6; no •• hace nada nuevo bajo el sol. Una cosa ea la que dicen: "Mira esto, eato ea nuevo", aun ,aa fue ya en loa slgloa anteriores a nosotroa; no hay memoria de lo que precedió, ni de lo que auceder6 habrá memoria en loa que aerín deapuéa. /!c/ee/aaté11 (1,4-11, las negrltaa aon nueatraa) 7 I PARTE: UNA INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA DEL ETERNO RETORNO DE LO MISMO COMO MITO (M. ELIADE) Y PENSAMIENTO RELIGIOSO (S. KIERKEGAARD) 9 El eterno retorno oomo mito: La propuesta de M. Ellade "él mito dlca cosas qua no putJden sar dichas sino da esta forma paro que es muy lmportanttJ para Is filosofía qua sasn dichas• Lulgl Pareyson Al hablar del eterno retorno como mito, haremos referencia únicamente al pensamiento del rumano Mlrcea Ellade. Se trata de develar las claves filosóficas presentes en el mito del eterno retorno tal y como noslo presenta Mlrcea Ellade. ¿ Y por qué Eliade, y por qué el mito? Pensamos que el autor expresa lo central de lo que podríamos mencionar como el sentido profundo de la idea del eterno retorno, que se manifiesta en el mito. El autor nos expresa en su libro titulado El mito del eterno retorno (1992) que éste podría ser muy bien una Introducción a la filosofía de la historia. Nos dice que en los pueblos llamados arcaicos, aquellos donde precisamente se manifiesta el mito plenamente (pues en los pueblos que llama modernos, donde la sociedad se seculariza, no quiere decir que no hayan mitos, aunque sean mitos deformados o empobrecidos según nuestro autor), parece haber una negación de la historia, entendida como transcurso del tiempo, devenir, desgaste y finalmente la muerte. Es aquí precisamente que se nos hace patente, en una primera aproximación, una de las temáticas centrales y más profundas de nuestra Indagación. La pregunta por el sentido profundo de la idea del eterno retorno en el mito nos lleva al problema del tiempo, la anulación del tiempo, como una de las consecuencias del eterno retorno de lo mismo. Pero antes de profundizar en esta temática, queremos aclarar algunos puntos que nos van a ser útiles para el posterior desarrollo de la misma. 11 Al no ser antropólogos no elegimos la vía de estudiar los mitos concretos que tengan que ver, por ejemplo, con la anulación del tiempo o la repetición de ciertos actos, sino el camino de acercarnos a un autor, es decir, a una manera por lo tanto de descifrar y entender el fenómeno del mito, en tanto que mito del eterno retorno. Eiiade define el mito del eterno retorno como una forma de englobar los mitos en general con relación al tiempo o como anulación del tiempo "profano" y una vuelta permanente o constante al tiempo mítico. En principio nos son útiles las reflexiones hechas por el autor, precisamente porque conceptuallzan aquello que podemos llamar "eterno retorno de lo mismo"ª. Pero no lo hace de cualquier forma, sino de una manera que podríamos denominar filosófica. Si, como dice Gadamer, cada uno lee un texto desde determinados prejuicios socio- históricos, desde determinado horizonte, desde determinado proyecto que revisa, claro está a la luz de la otredad del texto, podemos decir, a primera vista, que la lectura de Ellade está plenamente plagada de términos fundamentales para la filosofía, hasta diría metafísicos, de la metafísica occidental, como lo son ser, realidad, devenir, tiempo, ontología, etc. Él aclara que no es que encuentre estos términos en el hombre arcaico, pero están allí presentes aun cuando no pertenezcan a su lenguaje. Como dice Gadamer, uno lee siempre un texto desde un horizonte, la comprensión es resultado de una fusión de horizontes. El mismo Eliade menciona con respecto a su comportamiento hermenéutico como historiador de las religiones que el "símbolo" está siempre abierto. Y en cuanto a su Investigación no olvida que es una interpretación, y una Interpretación nunca está acabada (Eliade Mircea, 1980). 8 Como le llama Nietzsche 12 Eliade "lee" al hombre arcaico, al mito, desde los conceptos fundamentales de la filosofía occidental. Nos atreveríamos a decir, que lee al hombre arcaico y su relación con el mito, precisamente como una respuesta ante los grandes problemas de la humanidad y de la filosofía, como lo son por ejemplo el problema del ser y el devenir, el tiempo y la muerte. Comprender es interpretar, e Interpretar es necesariamente un proyectar. El sentido se manifiesta, porque uno lee el texto desde determinadas expectativas relacionadas a su vez con algún sentido determinado. La expectativa que tiene un texto, en este caso el mito, es abierta a partir de una pregunta o de una serle de preguntas. Estamos de acuerdo con Kalokowskl9 cuando dice que la tarea del filósofo con respecto al mito es "despertar la conciencia mítica", es decir, despertar la conciencia del significado que poseen las preguntas últimas que el ser humano se plantea a través del mito. En este sentido, Ellade es filósofo, y nuestro propósito de Interpretar al autor también es filosófico. Hay una pregunta a la pregunta del texto que nos abre a la búsqueda, que nos permite Interpretar. Existe en el mito del eterno retorno, tal y como lo Interpreta Ellade, una manera humana de "resolver" la angustia ante lo heterogéneo10, una forma de enfrentar el devenir, el sin sentido del tiempo y la muerte, de rescatar el pensamiento mítico como valioso, y también histórico, una forma de enfrentar las más acuciantes problemáticas del ser humano. Y finalmente hay en nuestra manera de enfrentar las reflexiones de nuestro antropólogo, una 9 Kalokowskl, Leszek (1975): La presencia del mito. 10 Esta angustia está excelentemente "resuelta" en la posibilidad da volver a repetir "lo mismo" tanto en el mito como en le religión, oomo plantee S. Klerkegaard y veremos en el siguiente punto. 13 búsqueda por responder a la pregunta por el sentido profundo del mito del eterno retorno, por su sentido filosóflco 11• El mito del eterno retorno Nos gustaría, primeramente, exponer a la luz de nuestra Interpretación, las nociones fundamentales del mito del eterno retorno según nuestro autor. Primero vayamos a su noción de mito. Para Eliade, el mito cuenta una historia sagrada, relata un acontecimiento que ha tenido lugar en un tiempo prlmordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Expresa cómo, gracias a las hazaf'las de los seres sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia. La función prlnclpal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas (Eliade, 2000:18). Los acontecimientos suceden en tiempos míticos y por consiguiente constituyen una historia sagrada12, porque los personajes del drama no son humanos, sino sobrenaturales. El hombre arcaico reactualiza periódicamente su historia. Lo que pasó en el origen es susceptible de repetirse por la fuerza de los ritos. Al poder vivir los mitos puede Nsallrse" de un tiempo profano cronológico a un tiempo sagrado, que es a la vez prlmordlal e Infinitamente recuperable. Según nuestro autor las características del mito son las siguientes: 1°): "constituye la historia de los actos de los seres sobrenaturales"; 2°) "que esta historia se considera absolutamente verdadera (porque se refiere a realldades) y es sagrada (porque es obra de los seres sobrenaturales)"; 3°): "el mito se refiere 11 Hay un sentido filosófico en la Idea del eterno retorno que pod•mos hacer patente en la Interpretación que hacemos del mismo en el p,nsamlento de Mlrcea Ellade. ' 2 Para profundizar en la dlfersncla de tiempo profano y tiempo sagrado, ver Ellade (1992"): Lo ssgrado y lo profano. 14 siempre a una "creación", cuenta cómo algo ha llegado a la existencia o cómo un comportamiento, una institución, una manera de trabajar, se han fundado; es ésta la razón por la cual los mitos constituyen los paradigmas de todo acto humano significativo"; 4º): "al conocer el mito, se conoce el "origen" de las cosas y por consiguiente, se llega a dominarlas y manipularlas a voluntad; no se trata de un conocimiento "exterior", "abstracto", sino de un conocimiento que se "vive" ritualmente, ya al narrar ceremonlalmente el mito, ya al efectuar el rltual para el que sirve de Justificación"; 5º): "de una manera o de otra, se "vive" el mito, en el sentido de que se está dominado por la potencia sagrada, que exalta los acontecimientos que se rememoran y se reactualizan" (Ellade, 2000: 26·27). En síntesis, los mitos revelan que el mundo, el hombre y la vida tienen un origen, una historia sobrenatural, y que la misma es una narración verdadera, aunque envuelta en el velo de una alegoría, a través de metáforas. La primera manifestación de una cosa es la significativa y válida. Al estudiar las sociedades tradicionales,una cosa le llama la atención a nuestro autor: su rebelión contra el tiempo concreto. El tiempo presente no es para el hombre arcaico ni fuerte ni significativo, hay una nostalgia con respecto a un retorno periódico del tiempo de los orígenes, al Tiempo Magno, una hostilidad a toda tentativa de la historia sin regulación arquetípica, por esa razón se trata de abolir lo histórico. Se propone estudiar sus concepciones nada menos que del ser y la realidad. Las culturas pre· modernas mencionadas comprenden el mundo que usualmente llamamos primitivo, como las antiguas culturas de Asia, Europa y América. Esto no quiere decir que las concepciones metafísicas ("metafísico" es usado como sinónimo de 15 ontológico) se hayan expresado en lenguaje teórico. Pero para Eliade, el símbolo, el rito, el mito, expresan un complejo sistema de afirmaciones coherentes sobre la realidad última de las cosas. Sin embargo, es necesario comprender el sentido profundo de los mitos y traducirlo a nuestro lenguaje habitual. El mito nos revela una posición metafísica, en tanto nos muestra una posición del hombre frente al cosmos. Es inútil para Ellade buscar el lenguaje de los filósofos, pero la cosa esté ahí, sólo que a través de símbolos o ritos. Si observamos al hombre arcaico vemos que los actos humanos no tienen valor intrínseco autónomo. Un objeto o una acción adquieren valor porque participan en una realidad que los trasciende. Los actos humanos significan, tienen calidad por repetir un acto arquetípico. El hombre arcaico, en este sentido no conoce ningún acto que no haya sido planteado por otro, pero por otro que no era hombre. Lo que él hace ya se hizo. "Su vida es la repetición Ininterrumpida de gestos inaugurados por otros" (Ellade, 1992:16). El gesto o la cosa no obtienen sentido sino en la medida que repiten un acto primordial. Para el hombre arquetípico lo real es lo sagrado y viceversa. Pues sólo lo sagrado es de un modo absoluto. Hay una obsesión por lo real, una ~sed primitiva del ser". El centro es la zona de lo sagrado por excelencia, la de la realidad absoluta 13• Toda creación repite el acto cosmogónico por excelencia, la creación del mundo. Todo lo fundado lo es en el centro del mundo. Todo ritual tiene un modelo divino, un arquetipo. El mundo arcaico ignora las actividades profanas. Diversos actos llamados "profanos" como la danza, por ejemplo, son una 13 El mito torna centro todo lo que Inaugura como tal, todo lo sagrado es centro del mundo, todo centro del mundo, que puede estar en cualquier parte, o ser cualquier cosa, es sagrado. 16 imitación de un acto arquetípico y por lo tanto repiten aquel tiempo. Sólo serían entonces profanas, todas las actividades que no continúan un modelo arquetípico y, por lo tanto, no tienen una significación mítica, una repetición, es decir, una reactualizaclón de aquel tiempo. Hay, para Eliade, detrás del mito una misma concepción ontológica: un objeto o un acto no es real más que en la medida que Imita o repite un arquetipo (V., Eliade, 1992: 39). Todo lo que no tiene modelo ejemplar está desprovisto de sentido. Paradójicamente, no se reconoce lo real sino en la medida que deja de ser él mismo. Un acto o un objeto adquieren realidad por la repetición de gestos paradigmáticos Según esta Idea debe considerarse, para Eliade, que esta estructura arcaica tiene una forma platónica. En este mismo sentido, dice que Platón debería ser considerado como el filósofo de la mentalidad arcaica por excelencia. La abolición del tiempo profano en el tiempo mítico ocurre en ciertos intervalos esenciales, es decir, aquellos en los que el hombre es él mismo. Este acto suspende la duración. El resto de la vida se las pasa en tiempos desprovistos de significación. Dice, además, que el hombre de las culturas arcaicas soporta difícilmente la historia y se esfuerza en anularla en forma periódica. Transformación del hombre en arquetipo mediante la repetición. El individuo no cuenta en las sociedades arcaicas. La memoria colectiva es ahistórica 14• Hay un carácter secundarlo de la individualidad humana frente a la historia. En la medida 14 Hay también una valoración de lo ahl.tórlco en F. Nietzsche «1 csn obra(sln detrimento de que también hay una valoración de lo histórico pero siempre en relación a la vida). En su libro Sobre Is utllldsd y los perjuicios de la historia para Is vida (2000), libro de Juventud, escribe: "Pero un exceso de historia aniquila al hombre y, sin ese halo de lo ahistórico, Jamás hubiese comenzado ni se hubiese atrevido a comenzar"(:41). Lo ahistórico permite la renovación de fuerzas, el eterno retorno de lo mismo en el mito, permite el recomenzar absoluto, la vitalidad del comienzo, la superación de la oarr;a del paso del tiempo. En su valoración de ahistórico, Nietzsche se Identifica claramente con el mito. 17 que el Individuo se deja sugestionar por la historia, el hombre se siente menoscabado ante su posibilidad de supervivencia Impersonal. El arcaico, dice, se defiende de todo lo nuevo e Irreversible que trae la historia. 111 Eliade llama "regeneración del tiempo" a los ritos y creencias que agrupamos bajo este nombre. El af'io nuevo por ejemplo, entendido como regeneración cíclica del tiempo, es una repetición del acto cosmogónico. La creación del mundo se reproduce por cada arto. Regeneración, repetición de la creación. Diversos en sus fórmulas, todos estos Instrumentos de regeneración tienden a la misma meta: anular el tiempo transcurrido, abolir la historia mediante un regreso continuo a //lo tempore 16, por la repetición del acto cosmogónico. En todos estos ritos existe una voluntad de desvalorizar el tiempo. Dice Ellade: Ese "eterno retomo" delata una ontología no contaminada por el tiempo y el devenir. Así como los griegos, en el mito del eterno retomo, buscaban satisfacer su sed metafísica de lo "óntico" y de lo estático (pues, desde el punto de vista de lo Infinito, el devenir de las cosas que vuelven sin cesar en el mismo estado es por consiguiente Implícitamente anulado y hasta puede afirmarse que "el mundo queda ·en su lugar"), del mismo modo que el "primitivo", al conferir al tiempo una dirección cíclica, anula su Irreversibilidad. Todo recomienza por su principio a cada Instante. El pasado no es sino la prefiguración del futuro. Ningún acontecimiento es Irreversible y ninguna transformación es definitiva (1992:86) Nada nuevo se produce en el mundo, todo es repetición de los arquetipos primordiales, el tiempo no es decisivo sobre las personas puesto que también se regenera sin cesar. La repetición tiene sentido porque le confiere realidad a los acontecimientos. ,e Se confronta en eete sentido, al tiempo considerado llneelmente (presente, pasado y futuro). 18 De esta forma Ellade hace referencia al tiempo orlglnal, al momento absoluto de los comienzos, al tiempo mftlco. 18 El hombre arcaico trata de oponerse al tiempo por todos los medios que tiene a su alcance. Vivir en este contexto significa vivir de acuerdo a arquetipos. Estos son los únicos verdaderamente reales. El sufrimiento también tiene sentido en tanto que responde a un prototipo. SI bien el hombre arcaico no valora el sufrimiento, sí tiene un significado. Si estos acontecimientos pudieron ser adoptados fue porque no parecían ni gratuitos ni arbitrarlos. El sufrimiento tiene una causa y puede ser incorporado a un sistema y ser soportado. La revelación monoteísta se produce en el tiempo. Moisés recibe la ley en determinado lugar y en cierta fecha. También existe en el cristianismo una abolición del tiempo, pues existe un tiempo en el que viene el Mesías y la historia deja de existir. ''Como ya no puede ignorar o abolir periódicamente la historia, el hebreo la soporta con la esperanza de que cesará definitivamente en un momento más o menos lejano" (:105, las cursivas no son nuestras). La significaciónde la historia en la conciencia mítica se revela sobre todo en las teorías del Gran Tiempo. Existen dos orientaciones distintas, una presentida, nunca formulada con limpidez, la del tiempo cíclico17, que se regenera periódicamente ad lnflnitum; la otra, moderna, la del tiempo finito, fragmento, cíclico también, entre dos Infinitos atemporales. Tales teorías del Gran Tiempo (ver Anexo) van acompaf'iadas del mito de las edades sucesivas, encontrándose la edad de oro al comienzo. Esto existe desde los sistemas cosmológicos de los 17 "Las creencias en un tiempo cíclico, en el eterno retorno, a la destrucción periódica del universo y de la humanidad, prefacio de un nuevo universo y de una nueva humanidad "regenerada", todas estas creencias dan fe ante todo del deseo y la esperanza de una regeneración del tiempo transcurrido, de la hlstor/Ei' (1972:364, la cursiva no es nuestra). 19 presocráticos hasta los neopltagórlcos. El eterno retorno es uno de los dogmas que pertenecen al pltagorlsmo primitivo. En Platón la Interpretación del retorno cíclico aparece en su libro Polftlca 269 y siguientes. También el Timeo se presenta como referencia de desviaciones cósmicas, y reunión de todos los planetas en un tiempo perfecto, al final del "Af"io Magno". Los estoicos retoman las especulaciones sobre la eterna repetición. Con el tiempo, los motivos del eterno retorno y el fin del mundo acaban por dominar la cultura grecorromana. La renovación periódica del mundo era una de las ideas favoritas del neopitagorlsmo. Los acontecimientos, al repetirse, se transforman en categorías. Habla nuestro autor de una resistencia del hombre moderno a la naturaleza y una voluntad del hombre histórico a afirmar su autonomía. Para el hombre moderno libertad es igual a novedad, en la naturaleza todo se repite. Pero el arcaico conoce una historia aunque sea la primordial, aunque se sitúe en un tiempo mítico. Hay una culpabilidad del hombre que se aleja del paraíso de la animalidad. El arcaico lejos de no ser libre, es "libre" de anular su propia historia mediante la abolición del tiempo y la regeneración periódica. Cada af'io el hombre arcaico participa de la repetición de la cosmogonía, el acto creador por excelencia. Tiempo y espacio sagrado• Eliade dice que la oposición entre sagrado y profano se traduce generalmente como una oposición entre real e Irreal, y no es que aparezcan estas terminologías filosóficas, pero dice que "la cosa esté ahí". El Cosmos totalmente desacralizado es un descubrimiento reciente del espíritu humano. Las desacralización caracteriza la experiencia total del hombre no religioso de las sociedades modernas. De algún modo, éstas son para Eliade dos maneras de ser 20 en el mundo, dos modalidades de experiencia que se hacen patentes, por ejemplo, en las discusiones sobre el espacio sagrado y la construcción ritual de la morada humana, sobre las variedades de la experiencia religiosa del tiempo, sobre las relaciones del hombre arcaico con la naturaleza, etc. El espacio para el hombre religioso es heterogéneo; lo único que existe es el espacio sagrado y todo el resto de la extensión informe que le rodea. El deseo del hombre religloso de vivir en lo sagrado equivale al hecho de su afán de situarse en una realidad objetiva, de no dejarse paralizar por la realidad sin fin de experiencias puramente subjetivas, de vivir en un mundo real y eficiente y no en una ilusión. Tal comportamiento se verifica en todos los planos de su existencia, pero se evidencia, sobre todo en el deseo del hombre de moverse en un mundo santificado, es decir, en un espacio sagrado. El tiempo sagrado es por su propia naturaleza reversible, en el sentido en que es, propiamente hablando, un tiempo mítico primordial hecho presente. Toda fiesta religiosa, todo tiempo litúrgico consiste en la reactuallzaclón de un acontecimiento sagrado que tuvo lugar en un tiempo mítico, al comienzo. El tiempo sagrado es entonces Indefinidamente recuperable, o repetible. Desde un cierto punto de vista puede decirse que no transcurre, que no constituye una duración Irreversible. Es un tiempo ontológico por excelencia, parmenfdeo, dice nuestro autor; siempre Igual a sí mismo, no se agota. Tiempo circular, reversible, recuperable, eterno retorno mítico que se reintegra periódicamente. El tiempo sagrado en ciertos aspectos puede equipararse con la eternidad. Para el hombre religioso la duración temporal profana puede ser retenida, mediante ritos, de un tiempo sagrado no histórico (en el sentido que no pertenece al presente histórico). 21 Para el hombre no religioso, el tiempo no puede presentar ni ruptura ni misterio, constituye la más profunda dimensión existencia! del hombre, llgada a su propia existencia, pues tiene un comienzo y un fin que es la muerte, el aniquilamiento de la existencia. El tiempo surge con la primera aparición de una nueva categoría de existentes. Es el mito que revela cómo una existencia ha llegado a la realidad. El ai'lo nuevo, al ser una repetición de la cosmogonía 18, es la reactuallzación del af'lo nuevo que es una reanudación del tiempo en su comienzo, es decir, una restauración del tiempo primordial. El tiempo que desgasta, destructor, es el tiempo profano, la duración propiamente dicha que hay que abolirla. Así, periódicamente, el hombre religioso se hace contemporáneo de los dioses en la medida que reactuallza el tiempo primordial en que se cumplieron las obras divinas. Se trata, en suma, de un eterno retorno en illo tempore, en un pasado mítico que nada tiene de histórico. Hay una aspiración, según Ellade, a vivir en estrecho contacto con los dioses. La memoria personal no entra en Juego sin rememorar el acontecimiento mítico, el único digno de Interés porque es el único creador. Cada af'\o nuevo se reitera la cosmogonía, se recrea el Mundo, se le regenera comenzándolo de nuevo. Al hacerse simbólicamente contemporáneo de la creación, se reintegra la plenitud primordial. El enfermo se cura porque recomienza su vida con un acoplo Intacto de energía. Al reactuallzar la historia sagrada, el hombre se Instala y se mantiene Junto a los dioses, es decir en lo real y significativo. El hombre moderno rechaza la trascendencia, acepta la relatividad de la realidad e incluso llega a dudar del sentido de la existencia. El hombre 18 El mito cosmogónico as aquel qua relata cómo vino a ser la existencia del Cosmos. 22 moderno, sin religión, asume una nueva situación existencial: se reconoce como único sujeto y agente de la historia y rechaza toda la llamada trascendencia. El hombre se hace a sí mismo y no puede hacerse más completamente en la medida que se desacraliza al mundo. Lo sagrado es lo que se opone a su libertad. No llegará a ser él mismo, sino se "desmitifica" totalmente. No será verdaderamente libre si no decreta la muerte de Dios. Tampoco está exenta de grandeza su existencia trágica, a la intemperie del cobijo religioso. Pero haga lo que haga el hombre profano es heredero del hombre religioso. El hombre no-religioso en estado puro es más bien raro incluso en las sociedades más desacralizadas. El hombre moderno dispone todavía de una mitología camuflada y de numerosos ritualismos "degradados" según nuestro filósofo-antropólogo. Concluelones Primeramente, queremos aclarar que hemos tomado los textos de Eliade que nos parecen significativos en relación con la temática del eterno retorno; entre ellos, por supuesto el más relevante El mito del eterno retorno (1998), cuya primera edición es de 1951. Los conceptos fundamentales acerca del mito y del mito del eterno retorno están perfilados en la síntesis que hemos Intentado realizar. Eliade tiende a "repetir" sus Ideas en uno y otro de sus libros. En realidad, hablar de mito para Ellade es hablar de mito del eterno retorno. No existe en el mundo arcaico, claro está, nada que se denomine"mito del eterno retorno". Esta es una forma que encontró Ellade de caracterizar al mito, que engloba todos los mitos con relación al tiempo e incluso al espacio y que nos parece sumamente sugerente. Eliade encuentra en el mito del eterno retorno una forma de relacionarse que tiene el hombre arcaico con el tiempo, que anula su transcurso, 23 que elimina al tiempo carente de significación, es decir el tiempo profano. También encontramos esta estructura mítica en las culturas históricas en el contexto judeocristiano. No se escapan éstas a tener momentos donde ocurre o se prevé la anulación del tiempo, aunque éste se dé al final de los tiempos. Habíamos dicho que ésta es una interpretación del mito, y que nuestro trabajo Implica una Interpretación de la Interpretación. Lo que nos Importa ahora son las cuestiones o problemáticas filosóficas que estaría develando. Como dice Gadamer (1993), el mito es una narración que (agregamos nosotros) se autosupone verdadera, se presenta a sí misma como verdadera. Y agrega que: Hay que plantear la pregunta en general y desplegada en ambas direcciones: pues aunque el camino de la racionalización de la Imagen mítica del mundo sólo ha sido recorrido en una sola dirección, la que va de los griegos a la ciencia, es la que se dio el nombre de "filosofía", la tradición mítica entraM en sí misma un momento de apropiación pensante y se realza por doquier volviendo a decir Interpretativamente lo dicho en la leyenda (:28) Estaríamos de acuerdo con que hay que recorrer el camino del logos al mito, tratar de vislumbrar en el mito su "momento de apropiación pensante". Allí no hay terminología filosófica nos dice Ellade, pero la cosa está allí. Su forma de "apropiación pensante", en todo caso es vivida, y no pensada y expresada a través de la alegoría o la metáfora. Pero no significa que no haya pensamiento, en la medida que entendemos por pensamiento no sólo reflexión, que la hay, sino también una forma de responder vivida a los grandes problemas de la humanidad. Como decía Tolstoi, éstos son (y siguen siendo) ¿quiénes somos, que queremos, hacia dónde vamos? A través de las lecturas que hemos hecho de Eliade, vemos tanto en el hombre arcaico, como en el moderno (que de alguna manera continua 24 con el mito de la anulación del tiempo) a través de diversas prácticas, un miedo "atávico" del ser humano a la novedad y a lo heterogéneo, que se resuelve con la repetición ad inflnltum de "lo mismo" (si es que esto es posible). Además un ''terror'', como dice Ellade, al tiempo, al transcurso, en tanto es irreversible, en tanto que nos deja a la intemperie con la novedad, el desgaste y la muerte. "Lo real", "lo significativo" es lo sagrado por excelencia, es lo realizado en illo tempore por seres sobrenaturales. Lo significativo y lo real es lo que a través del ritual repite estos actos. La repetición de lo mismo, entonces sería uno de los recursos más antiguos de la humanidad ante el problema del tiempo, la muerte, la novedad, la Irrealidad, la no-significación. Lo que es y será, es, mientras repita lo que fue. El ser humano puede en esa medida participar de lo divino, recrear lo creado, una y otra vez. Todo tiene sentido, en tanto entra, o reitera o participa, al modo platónico, de un arquetipo. Esto es lo que llama Ellade "una ontología arcaica". No queremos ahora problematizar el hecho de si Platón es o no el filósofo de "la mentalidad arcaica". Sabemos perfectamente que el mito está presente en su obra, y que incluso es utilizado como recurso explicativo "verosfmil", ante la falta de argumentos 19. Pero en el caso de Ellade se trata de que las cosas "son", en tanto participan de un arquetipo. En la teoría de las ideas platónicas, muy a grosso modo, tenemos la Idea de participación, como uno de los dos conceptos usados por Platón para definir la relación entre las cosas sensibles y las Ideas (el otro concepto es el de presencia o parousfa, nada hace bella una cosa sino la presencia de lo bello en sí). Más tarde Platón entiende la participación como ,~ Ver en este sentido, el Tlmeo de Platón, donde cuenta cómo devino el mundo, y cómo plantea su narración como "mito verosímil", es decir no una narración verdadera, sino aquella que s0 acerca más que ninguna otra a la verdad. 25 imitación. Los objetos, o las cosas naturales serían, en este sentido, Imitación o copia de las Ideas. En el caso de Ellade se habla de que los Individuos, los actos, "son", "existen" en tanto participan de un modelo perfilado en 1//o tempore y por seres sobre naturales. El árbol concreto, individua! en Platón, es en tanto participa o imita la Idea de árbol. Cualquier acto para el hombre arcaico es en tanto que repite lo hecho por seres sobrenaturales en un tiempo mítico. En tanto Imita un arquetipo. En este sentido habla de ontología arcaica y platonismo. Es decir, en un sentido muy general claro está. En Platón, lo verdadero es el mundo de las Ideas o arquetipo; para el hombre arcaico, el tiempo beatífico de los comienzos. Lo Individual en tanto participa de lo general, lo múltiple en tanto participa de la unidad en la idea, o en el mito. Desglosemos brevemente los puntos más interesantes que están presentes en esta perspectiva: La per1ecclón de loa comienzo•: nos encontramos con la época beatífica de los comienzos, la edad de oro, el modelo o el arquetipo a Imitar, presente en el tiempo mítico. Todo esto está dado en el otro tiempo, el Tiempo Magno, donde comienza todo tiempo. Lo significativo, lo real está allí, sólo cabe imitarlo, repetirlo. El hombre es capaz de crear, recrear nuevamente, pero a partir del modelo. No hay nada nuevo estrictamente. La novedad radical como la autonomía carece de significado para el mundo arcaico. Eliade no estaría del todo de acuerdo con esto, o en todo caso nos dice que el hombre histórico, sometido a la arbitrariedad de la existencia, también carece de autonomía. El hombre arcaico se acerca más a la autonomía en tanto que puede suprimir la Irreversibilidad del tiempo. 26 La reversibilidad del tiempo: la poslbllldad de anular el transcurso del tiempo, de retornar, volver al tiempo beatífico de los comienzos, recuperar energf a, nacer de nuevo. El al'lo nuevo, tal y como lo muestra Ellade a través del mito significa eso, la posibilidad de recomenzar, de volver a empezar todo desde cero, de anular lo pasado. El tiempo histórico, profano, es irreversible e Irrecuperable. Puedo, a través de la memoria, recuperarlo; incluso cambiar la mirada acerca de los hechos, aunque no los hechos. Los hechos me son dados a través de interpretaciones, pero no sólo son interpretaciones. Ese algo interpretado es, más allá de mis interpretaciones. El ser humano se siente impotente frente a la irreversibilidad del tiempo, del pasaje de los arios, frente al recuerdo de sus propios errores que no puede modificar, tan sólo asumir, responsabilizarse. ¿Acaso el hombre arcaico no es responsable de sus propios actos, debido a su posibilidad de revertir el tiempo? Para Ellade lo es, en la medida más extraordinaria, en tanto que es responsable de la creación y recreación del cosmos y de todo aquello que tiene sentido en el mundo y por lo tanto es sagrado. Naturaleza e historia se oponen en este contexto. Naturaleza es precisamente lo que se repite a sí mismo, lo que carece de autonomía y libertad. Pero también en un sentido roussoniano, aquello que es bello, esplendoroso, perfecto, feliz. La Historia implica participación humana, decisiones, por lo tanto libre arbitrio, pero también Irreversibilidad, novedad, responsabilidad. Eliade dice en cierto momento que existe una culpabilidad del hombre histórico por alejarse del paraíso de los comienzos (1902:142). En todas las culturas existe el mito del paraíso perdido de los comienzos. Para el hombre arcaico, y no sólo, los griegos 27 creían tambiénen la Idea del tiempo cíclico y la posibilidad de que después de un ciclo de tiempo se pueda volver a ese tiempo primordial. El hombre histórico, en la tradición judeocristiana, conoce del paraíso perdido por su "culpa", pero trabaja en pos de un tiempo beatífico al final de la historia, donde de alguna manera se recupera el paraíso. La naturaleza se repite a sí misma. Hay una seguridad en esa repetición, la seguridad que puede dar la repetición. Esto no significa que la naturaleza no se transforme; intervienen, claro está, la evolución y el azar. El hombre arcaico repite porque no hay nada que buscar ni crear, pues toda la perfección está en los comienzos. SI algo no está fundado, por decirlo así, en virtud de un ritual que reitera un acto primigenio, carece de sentido. Lo que tiene sentido es sagrado. El mundo está poblado de dioses, como decía el filósofo presocrático. Todo espacio es el centro del mundo o puede serlo, en tanto que es fundado en el sentido que venimos comentando. O se suprime así el misterio, o se rodea a todo lo susceptible de ser "mitificado" de ese misterio vivido, manejado, repetido de lo sagrado en el mlto20 . ¿Pero hay algo que se pierde el hombre arcaico, tal y como lo presenta Ellade?, se pierde lo lndlvldual, lo único, en el sentido de irrepetible. Se pierde lo otro, lo heterogéneo, lo no susceptible de ser mitificado, por lo tanto vuelto real. Se pierde aquello que no puede ser encajado en la forma, en el arquetipo, en el modelo. Para Ellade más se pierde el hombre histórico, sobre todo cuanto más profana pretenda ser la sociedad en la que 20 Para Kolakowskl, por ejemplo, es la modernidad, en su procel!lo de secularización, y su progreso científico tecnológico asociado a la filosofía positivista, que va aniquilando el "misterio". El ser humano, despojado de la fuerza creadora del mito, no puede vencer el hecho de la Indiferencia del mundo, por eso el hombre moderno cae en la desesperación y en el nlhlllsmo. Se abandona el mito precisamente rindiéndole pleitesía a los hechos (V. Gonzélez Juliana, 2000: 174-175). Es lnterel!lante este punto de vista, en tanto que es bien diferente a la postura de Horkhelmer y Adorno en la Dialéctica del Iluminismo (1997). Allí tanto la ciencia y la tecnología con su base positivista como el mito, aniquilan el misterio. 28 convive. Se pierde hasta el sentido de la existencia, el ser humano está atrapado por la fragilidad de la existencia, y la arbitrariedad de lo que acontece. Es Interesante el punto de vista de Ellade, pues lo profano, en un sentido radical, sería imposible, pues sería la pérdida de significado, y esto no es humano. El ser humano es un ser significante, y el acto de significación es por excelencia sagrado. Se queja de alguna manera nuestro autor, de que el hombre moderno vaya perdiendo el sentido, de que todas las cosas sean medios, y no fines (parafraseando a Kant), hasta el mismo ser humano. Un mundo absolutamente profano es imposible, aunque la humanidad tienda hacia esto21. Sería un mundo sin sentido y sin valor. Como también es absolutamente imposible vivir en el tiempo histórico. El hombre profano, nos dice Ellade, tiene sus momentos en que se evade del tiempo, ya sea a través de la literatura, el cine, o su propia mística personal de repetición. Podemos observar claramente que el tiempo en sentido cronológico es una convención social (Ver Elías, 1997). Estamos atrapados en un tiempo convencional, que se nos impone y genera medianamente orden en el caos. Pero las agujas del reloj repiten sus horas, el tiempo que sef'iala el reloj está encerrado en una esfera, que vuelve en cierto momento al mismo punto. La semana va de lunes a domingo, y se repite, aunque sea otro tiempo. Lo mismo el al'\o, un nuevo af'io nace, pero volvemos a sintetizarlo en los mismos meses. Así como es Imposible el personaje de Borges, Funes el memorlosa22, lo es también la i 1 Dentro del marco del neollberallsmo. en la aotualldad, es el msrcado el que se sacra/Iza (Ver, Dlaz A. 2000, pp.147-158). 22 Voáse Borges J. L (2001): "Funes el memorioso" en Ficciones, Madrid, Alianza Editorial. "Sospecho, sin embargo que no era muy capaz de pensar. Penser es olvidar las diferencias, ss generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no habla sino detalles, casi Inmediatos" (:135). 29 absoluta individualidad, la absoluta novedad. El hombre necesita de la repetición, así como necesita de la Idea, que subsume de alguna manera, lo múltiple en una unidad. Hay un punto en el que me quisiera detener especialmente. Para hablar de ello voy citar las palabras de Juliana González23 al respecto: .. .la reconclllaclón con el tiempo Implica superar las Imágenes y las Ideas sufrientes de éste: el Herécllto llorón, el -cronos devorando a sus hijos, la expulsión del paraíso, la angustia ante la muerte y la nada. Implica aceptar la finitud y encontrar el goce de la Infinitud del Instante vital (Gonzélez, 2000: 213). Estas palabras las dice Juliana González, a propósito de una "ética de la alegría" basada en el pensamiento de Fernando Savater, que a su vez retoma mucho de Nietzsche. Hay en la Idea que nos presenta Ellade del tiempo, lo que Gonzélez menciona como una "ontología menguada por el hecho de devenir'' (:221 ). De alguna manera, la metafísica occldental, la llamada "filosofía primera", está atravesada por una concepción parmenídeo-platónlca del tiempo. Nuestra concepción de la realidad y del tiempo se vincula Inmediatamente con la Idea de la muerte, el devenir, el desgaste, con las connotaciones negativas que esto conlleva. Lo que permanece igual a sí mismo, eterno, lo que no muere es superior. En Aristóteles, por ejemplo, existe la idea de que el movimiento es inferior, a éste se opone lo que no cambia, lo eterno, por lo tanto superior. Se trata de rechazar el devenir para afirmar el aer y encontrar en este ser, un principio, una sustancia, una Idea, y en último sentido, una razón, como algo que obsesiona a todo el pensamiento griego. Ya vamos a tratar al pensamiento griego cuando estudiemos 23 Fiiósofa mexicana. 30 a Nietzsche, pero lo que me interesa mostrar es que en cierta forma Ellade está atravesado también por esta concepción del tiempo. Y eso Influye obviamente en la interpretación que nos da con relación al mito del eterno retorno y del tiempo histórico profano. Se puede entender que en toda la comprensión-Interpretación que hace Eliade del mito del eterno retorno están estos componentes. El autor nos diría que precisamente, en su Interpretación del mito hay elementos que están presentes, aunque no explícitamente en lenguaje filosófico, que nos llevan a pensar que hay en el eterno retorno un rechazo del devenir, y una afirmación del ser. El problema está entonces si se puede pensar otra concepción del devenir y del tiempo que no implique, como decía Juliana Gonzélez, lo negativo, que no Implique "el Heráclito llorón", "el Cronos devorando a sus hijos", "la expulsión del paraíso", "la angustia ante la muerte y la nada". Ese aceptar la finitud y encontrar el goce de la Infinitud del Instante vital, está presente para nosotros la propuesta nietzscheana de la que hablaremos luego. Es Interesante el análisis de Kalokowskl Leszeck (1973), en tanto habla del mito, no simplemente como el mito religioso, sino de todo Intento que aparece en forma expresa o latente en nuestra vida intelectual o afectiva, que permite remitir todo lo condicionado o mudable de la experiencia, para referirlo a realidades Incondicionales. Parece existir, según Kalokowskl, en el ser humano, una tendencia de este tipo que cree que es mitológica y se halla presente en todas las manifestaciones humanas, Incluso en la práctica científico-tecnológica. En este sentido el mito sería absolutamente necesario para las funciones de la vida de la cultura y podría perfectamente coexistir, comode hecho lo hace, con la ciencia y la tecnología. Kalokowskl dice que podemos dejar de lado las funciones fabulosas 31 del mito y entenderlo como una forma de afirmar valores humanos. De esta manera estaríamos recuperando en el mito, como dice Gadamer, su momento de "apropiación pensante". ¿ Y cuál es la ética del mito, dónde están sus pretensiones según Kalokowski? Precisamente en el deseo de ver al mundo continuo. El mundo se transforma por mutaciones, revela discontinuidad en los saltos críticos. Hay una necesidad del mito de suspender el tiempo físico, recubriéndolo con la forma mítica del tiempo. La decrepitud y la decadencia pueden condenarse como destino del hombre y trocarse desde la perspectiva del mito en etapas de crecimiento de valores. Se trata de no avenirse al mundo de la contingencia, que se agota cada vez en una situación pasajera, es lo que es ahora y no nos remite a otra cosa (: 15). El mito nos llevará entonces otra vez, a lo permanente, a lo continuo, a lo que no muere, de lo condicionado a lo Incondicionado, de lo mutable a lo Inmutable. Esta necesidad humana expresada en el mito, que para éste filósofo no es explicable en sí misma, nos remite a las condiciones que hacen posible la cultura. Los fundamentos en los que arraiga la conciencia mítica son afirmaciones de valor. Son aceptables en la medida que satisfagan la necesidad real del individuo de sujetar el mundo de la experiencia refrténdola a un ser incondicionado. El pensamiento científico también está basado en elecciones que también son actos de valoración. La creencia igual que la ciencia posee sus fundamentos en los valores de una cultura. La fe en el mito no puede obtenerse por convencimiento racional. En cuanto al papel de la filosofía con relación al mito, nos dice que la filosofía puede despertar la conciencia mítica. Pero no se puede obtener legítimamente el contenido mítico en los resultados de la razón analítica. La filosofía puede despertar la conciencia del significado que poseen las 32 preguntas últimas del ser humano. En segundo lugar puede discutir estas preguntas, el absurdo que se considere el mundo relativo como realidad autosuflclente. La herencia de los mitos es una herencia de valores engendrados por aquellos. Son intentos de superar en las palabras, en los ritos, en los actos, la contingencia de la experiencia y del mundo. Lo que dice este filósofo nos parece una hermosa síntesis de lo que de alguna manera trata de mostrar Ellade. ¿Habría acaso en el hombre arcaico una preocupación por el transcurso del tiempo, por la Irreversibilidad del tiempo, el desgaste, y la muerte? ¿Será acaso el mito, entendido como mito del eterno retorno, una manera humana, más que humana de resolverlo? Y luego, ¿quedarán huellas del comportamiento mitológico en todas las prácticas humanas que revelan de alguna manera esa necesidad humana de superar la contingencia de la experiencia? Creemos que estas preguntas son centrales para nuestra tesis y de alguna manera nos abren a diferentes perspectivas para seguir indagando acerca de eterno retorno de lo mismo. 33 EL ETERNO RETORNO PE LO MISMO BREVE HISTORIA La breve historia que vamos a sintetizar aquí, es lo que Ellade menciona como las teorías del "Gran Tiempo", es decir, la de los grandes ciclos cósmicos. Existen dos orientaciones distintas: una tradicional presentida, de todas las culturas "primitivas", la del tiempo cíclico, que se regenera periódicamente ad lnflnltum. La otra moderna da tiempo finito, fragmento, entre dos Infinitos temporales. Las teorías del Gran Tiempo van seguidas generalmente por el mito de las edad da oro al principio del ciclo, cerca del 1/lud tempus, paradigmático. Esa edad de oro as repetible una Infinidad de veces. JRADICtóN HINDÚ¡ La creencia en la destrucción y la creación periódica del universo se encuentra ya en al Atharva Veda. La especulación hindú amplía y combina los ritmos que ordenan la periodicidad de las creaciones y las destrucciones cósmicas. La unidad de medida del ciclo más pequeno es el yuga, la edad. Un yuga va precedido por una "aurora" y un "crepúsculo" que enlazan las edades entre si. Un ciclo completo o mahayuga, se compone de cuatro edades. Así, la primera edad, la Kritayuga, dura 4000 anos, de aurora y otro tanto de crepúsculo. Le siguen el treta- yuga de 3000 anos, dvapara-yuga da 2000 anos y kali-yuga de 1000 anos. A medida que nos vamos acercando al final, las tinieblas se espesan. El ciclo completo termina con una disolución, un pralaya, que se repite al final de milésimo ciclo. Los anos del mahayuga han sido considerados como •anos divinos", durando cada uno 360 anos, dando un total de 4.320.000 anos para un solo ciclo cósmico. Un millar de semejantes mahayuga, constituyen un kalpa, 14 kalpa constituyen un manvantara. Un kalpa constituye un día de la vida de Brahma. Otro kalpa a una noche. Cien de esos anos de Brbna constituyen su vida. Eterna repetición del ritmo del cosmos: su destrucción y recreación periódicas. El budismo y el Jalnlsmo aceptan la misma doctrina poshindú del tiempo cíclico. 34 GRECIA ANTIGUA. ROMA, CRISTIANISMO; En los sistemas cosmológicos desde los presocráticos a los pitagóricos, funcionan los ciclos cósmicos. Anaxlmandro por ejemplo dice que todas las cosas nacieron del spelron y volverán a él. Empédocles, explica por la supremacía alternante de los dos principios opuestos, phi/Is y nelkos, las eternas creaciones y destrucciones del cosmos. La conflagración universal es aceptada también por Heráclito. En cuanto al eterno retorno, es uno de los pocos dogmas, dice Eliade, que sabemos con certeza que pertenecían al pltagorlsmo primitivo. Platón se refiere al mito del eterno retorno cíclico en la Política, 269 c y siguientes. Evoca una edad de oro, que adquiere similitudes con el paraíso primordial. Los estoicos. insisten en la eterna repetición en los ciclos cósmicos. Inspirándose en Heráclito o directamente en la gnosls oriental, el estoicismo vulgariza todas esas Ideas relacionadas con el Afio Msgno y con el fuego cósmico que pone a fin el universo para renovarlo. Con el tiempo la Idea del eterno retorno y el fin del mundo. terminan por dominar toda la cultura greco-romana. La renovación periódica del mundo (metacósmesls) era, por lo demás una doctrina favorita del neopltagorlsmo. Con respecto al cristianismo, la regeneración periódica del mundo se traduce en una regeneración de la persona humana. Tanto las religión Irania, Judaica, como cristiana afirman que la historia cesará en //lo tempore. El ano litúrgico cristiano se funda en una repetición periódica y real de la natividad, de la pasión, de la muerte y de la resurrección de Jesús. Fuente: M. Ellade: El mito del eterno rstorno 1992 35 El eterno retorno como pen,amfento rellglo•o; El eterno retorno como repetición en S. Klerkegaard "Cuanto m9nos pienso mlls existo" Klerkegaard La repetición es un acto Individual; el eterno retorno, en principio compete o incorpora a todo el universo: todo se repite junto a mi acto, esta araría que teje su tela, esa flor, ese gusano, esta casa en este estado, este cielo, este mundo, este universo. Sin embargo, esta repetición de lo mismo en el ámbito Individual - que es el que le interesa a Kierkegaard -. nos importa en tanto que nos ayuda a comprender el eterno retorno de lo mismo a escala humana, en el ámbito existencial y religioso. Porque se trata de la "repetición" para nosotros, el eterno retorno de lo mismo para nosotros, para el Individuo, para el ser concreto de carne y hueso. Esta repetición tiene un alcance muy distinto en Kierkegaard que en Nietzsche (entendiendo ahora el eterno retorno como repetición de lo mismo). En Kierkegaard la repetición es un acto trascendente, algo que une lo humano con lo divino, que rompe con el destino, o con lo que es, con lo que no puede ser de otromodo, para unirnos en lo Imposible, en el absurdo con Dios. En Nietzsche la repetición de lo mismo es un acto lnmanente 24 . Afirma el aquí y ahora, el Instante eterno, el mundo de acá, y no el del más allá, hace querer lo que no puede ser de otro modo, es decir lo que es: "amor fati". La "repetición" es fundamental en la filosofía de Klerkegaard, una idea rectora, que unifica las demás ideas centrales de su pensamiento. La repetición 2 ~ Ver la segunda y tercera parte de esta tesis donde nos dedicamos al pensamiento de Nietzsche. 37 (1976), así se titula el libro donde se desarrolla esta Idea fundamental, aparece en un momento sumamente importante de la historia personal del autor. Éste se había separado de su prometida Reglna Olsen215, no mediando explicación alguna, y con grandes consecuencias para la vida y el pensamiento del filósofo. Precisamente, el libro representa, entre otras cosas, la historia romántica de un muchacho de carácter melancólico, de una personalidad "poética", que renuncia a casarse con su prometida a pesar de estar enamorado de ella. La historie muestra luego que éste es simplemente un momento de su vida que le da la posibilidad de descubrir algo fundamental, algo ten radical como es la idea de la repetición a través de un "pensador privado", Job; un momento esencialmente rellgloeo donde lo lmpoelble ea poelble, donde recupera a su amada, y lo perdido Indefectiblemente retorna de alguna manera. Toda la reflexión sobre lo sucedido a Job, constituye el momento central del libro y lo que nos devela el significado profundo de lo que significa "repetición". Constantino Constantlus, es uno de los personajes centrales de la obra, de alguna manera seudónimo y álter ego del propio Klerkegaard26 , y por más que intenta repetir lo mlamo en la vida cotidiana: ir al mismo lugar (Berlín), al mismo hotel, comer la misma comida, ver a la misma gente, etc., no lo logra. Para el ser humano esto no es posible, la realidad del devenir es la realidad absoluta, nada puede ser lo mismo, todo paaa. Está a punto de negar esta posibilidad, cuando se encuentra con la historia del Joven enamorado. Éste descubre /a repetición e través precisamente de la historia de Job. Esta es una historia además de paradigmática, muy curiosa dentro de la 28 Sobre las características de esta relación, véase, Wahl Jean (1956) 2e Klerkegaard escribe sus obras usando seudónimos (y no uno sólo sino varios), exceptuando las obras que tienen carácter más explícitamente religioso, donde el autor asume su Identidad real. 38 Biblia por cómo ocurre. Dios hace una apuesta con el Diablo acerca de uno de sus hombres más fieles, Job. Si Job es tocado en lo que más aprecia, va a perder la fe. Esto es, básicamente, en lo que Dios "se permite" ser tentado por el Diablo. Jehová accede a la apuesta para mostrar la fortaleza de su mejor siervo. Primero le hace perder sus bienes y sus hijos. Una vez sucedido esto, y al ver que Job no pierde la fe, otra vez Dios es tentado por el Dlablo y le pide que toque a Job en lo que más le puede doler, "su propia existencia". Así es que Job recibe mil y una pestes y enfermedades. Klerkegaard no hace hincapié (como hacen las Interpretaciones clásicas de este relato) en la resignación, en su fldelidad, resumida en la frase que aparece al principio del episodio donde Job dice: "Dios me lo dio, Dios me lo quitó", sino en que, precisamente, a través de esta prueba trascendente, que implica sufrimiento y pérdida infinitos, se da un salto hacia la fe. Ea través de la te, como se hace posible lo Imposible -Job recupera el doble de lo que tenía antes-, como se hace poslble la repetición, que aquí significa recuperar lo perdido en el tiempo lrreveralble, que de esa forma se torna reveralble. Esto que es imposlble para el hombre, es posible para Dios. Y allí entra lo complejo de la cuestión y el nudo de la trama. Aquí se nos presenta, nada menos, que el problema de la fe más allá de la razón. Pues esta prueba no tiene sentido para la razón, o lo que es lo mismo para Klerkegaard, desde el punto de vista de una ética basada en la razón: ¿cómo es poslble que la persona más justa o más fiel reciba los peores castigos? Job clama, llora, se enoja con sus amigos que suponen que él ha recibido ese castigo por sus pecados. Pide un tribunal entre él y Dios que muestre su inocencia, debido a la 39 lncomprenalbllldad de los castigos Imputados por Dios. Pero Job no pierde la fe, a pesar de no entender, y precisamente por eso "triunfa" sobre la apuesta. La filosofía no es para Klerkegaard una pura actividad intelectual. El comienzo de la filosofía no es para él la admiración, como ensef'iaban los griegos, sino la dese•peraclón. En la angustia ante la nada, en la desesperación por el sufrimiento, el deterioro y la muerte, el hombre adquiere nuevas tuerzas para filosofar. Pero el modelo no está dado por figuras como Sócrates, o Hegel, sino por figuras rellglosas; lo que llama un pensador privado, Job, o por Abraham. Por eso, según él mismo se callflca y otros asienten es considerado un pensador rellgloso, pero con un alto contenido filosófico (¿acaso la rellglón no puede ser entendida como una de las maneras que tiene el hombre de responder a los problemas filosóficos?). La "verdad es la subjetividad" y el individuo es esencialmente finito y no puede alcanzar la verdad total, sino sólo acercarse a la verdad de su propia existencia a cuyo término no existe ninguna verdad racional u objetiva. El hombre pasaría, según Kierkegaard, por tres etapas en el camino de la vida, si fuera optando por un progreso espiritual. El estadio eet,ttco, el estadio ético, y el e.tedio rellgloso. El estadio estético está representado por la figura de Don Juan, el seductor que persigue una vida hedonista y sensual y no puede reconocer a los demás sino como objetos, y en esa misma medida no puede transformarse en sujeto. La nueva poslbilldad aparece con la vida ética. Allí la nueva relación con los demás la simboliza el matrimonio y el trabajo, y el estado de compromisos éticos y de cumpllmlentos que supone. Pero el hombre todavía tiene la posibilidad de un mayor conocimiento de si mismo en un plano superior: la 40 vida religiosa. La misma está ejemplificada por el sacrificio de su hijo por Abraham, o de Job sometido por Dios a distintas calamidades; ambos personajes no entienden, pero creen. De la misma manera, el hombre creyente se entrega al absurdo y da así un salto que rompe con su estadio anterior. Este paso dado por la fe, se dirige hacia un Dios que no puede comprenderse mediante el raciocinio, y que exige Incluso la negación de la ética. En la primera parte de su libro La repetición (1976), Kierkegaard busca desesperadamente la posibilidad de volver a vivir lo mismo y termina decepcionándose al no poder lograrlo. El amor a la repetición es verdaderamante el único dichoso. Porque no entral'\a, como el recuerdo, la Inquietud de la esperanza ni la angustiosa fascinación del descubrimiento ni tampoco la melancolía propia del recuerdo. Lo peculiar del amor -repetición· es la deliciosa seguridad del Instante (1976: 31) El recuerdo delata la ausencia, la repetición es presencia, segura, constante, incansable, fuente de placer y felicidad. Pero esa felicidad no es posible a través de lo mundano, es decir en un mundo Imbuido en la temporalidad, en la que todo es devenir, en la que nada permanece (esta misma Idea aparecía en Nietzsche). La dialéctica de la repetición es sencilla, nos dice Kierkegaard; lo que anteriormente ha sido es únicamente lo que puede repetirse. Pero la repetición (y así lo muestra en la segunda parte de su libro) sólo es posible en el contacto espiritual del hombre (sometido al tiempo) y lo eterno (Dios). La repetición nos aleja de lo mundano para acercarnos a Dios (en el caso de Klerkegaard al Dios cristiano). EstaIdea no es ajena a la filosofía. Para Platón la Idea del eterno retorno, Implicada en la Idea del tiempo cíclico, nos acerca al mundo de las Ideas, 41 a los seres eternos (lo mismo en Aristóteles, dado que los únicos exentos de temporalidad eran los seres eternos). En la mitología arcaica la repetición de actos arquetípicos convertía también a dichos actos en sagrados. No solamente una forma de acercarse a lo divino, sino de volverse aquello mismo que se Imita, es decir, tornarse Dios, tornarse héroe, trascender loe Umltes de lo humano. Esto se hace más patente cuando el recitado de hazaf'\as mitológicas es patrimonio de algunos Individuos en las sociedades arcaicas. La repetición en todos estos casos nos lleva del mundo aparente al mundo real (la alegoría de la caverna bien podría aplicarse a este contexto). El deseo de abolir el tiempo, entendiendo a éste como tiempo vivido, que Implica transcurso, novedad, desgaste, muerte, debe ser entendido como una forma de trascender lo humano, de acercarnos a Dios, el ser para el que el tiempo no pasa. Podemos encontrar en la historia de diversos hombres y épocas variadas, ejemplos de esta necesidad del ser humano (si asf la podemos llamar). La estructura mítica parece estar detrás de nuestras más preciadas creaciones. Para Horkhelmer y Adorno no se puede hablar de que el hombre haya superado, como hemos visto, el pensamiento mítico; detrás de la ciencia y el progreso que está asociado al Iluminismo (entendiendo a este fundamentalmente como "pensamiento en constante progreso") hay una oscura angustia ante lo heterogéneo que se resuelve con el asesinato de lo heterogéneo (Véase: Adorno 1987). La reproducción de la realidad como deelderatum de todas las realidades, y la afirmación de una Identidad entre naturaleza y sujeto es negada por doquier por los gritos de los desesperados y oprimidos (en palabras de los autores). La rebelión al tiempo histórico está delatada en múltiples manifestaciones del 42 hombre, como bien lo ha estudiado Mlrcea Ellade (Véase: 1998). Las huellas del comportamiento mitológico se vislumbran en el deseo de recobrar la intensidad de lo que se ha perdido, o conocido por primera vez; de recuperar el pasado lejano, la época beatífica de los comienzos. Recuperar el pasado, la Intensidad del momento vivido, Incluso gozar más profundamente de esa recuperación que del propio presente, en la medida que ese pasado nos pertenece más profundamente, en la medida que tenemos un poder casi mágico sobre él, y no nos deja a la Intemperie de la vida, supeditados a la inseguridad y contingencia de lo mundano. La necesidad de separarse de la vida para soportar el dolor ha sido una necesidad de todos los hombres espirituales, en la creación de dioses que no sufren, en la hipótesis de Instintos no animales que nos gobiernan y en la construcción de conocimientos puros que den otro sentido a la vida. También Nietzsche se encuentra en esta línea, y su idea del eterno retorno y la repetición es una forma de enfrentarse al sin sentido del tiempo y de la muerte (aunque a través de una propuesta que hemos callflcado como Inmanente, y no trascendente, como la de Eliade y Klerkegaard), una forma de rescatarnos del dolor a través de la fuerza -como voluntad del poder- del superhombre, el hombre del por- venir. Para Klerkegaard hay dos modelos del pensamiento profundo acerca de la existencia: Abraham y Job. Estos constituyen sin lugar a dudas la prueba de que es posible pensar una filosofía a partir de la desesperación; el paradigma de la actitud del hombre religioso frente al absurdo de la vida y de la muerte, del dolor y 43 el sufrimiento. Son éstos hombres de fe, y como tales nos ensenan sobre ese salto de la etapa ética a la etapa religiosa. No hay que olvidar que el hombre Kierkegaard está atravesado por el sentimiento de angustia, que siempre es angustia de la nada (no como el miedo, que siempre es miedo de algo), por una "astilla en la carne" que algunos encuentran explicables atendiendo a la biografía del filósofo (V. Whal Jean, 1956). Más allá de lo biográfico está la desesperación ante lo inevitable, como tan bien lo muestra Unamuno: "( ... ) tú y yo y Spinoza, queremos no morirnos nunca., y que ésta nuestro anhelo da nunca morirnos as nuestra esencia actual" (1990:6). Y más adelante: Recógete, lector, en ti mismo, y figúrate un lento deshacerte de ti mismo, en que la luz se te apague, se te enmudezcan las cosas y no te den sonido, envolviéndote en silencio; se te derritan de entre las manos los objetos asideros, se te escurra de bajo los ples el piso, se te desvanezcan como en desmayo los recuerdos, se te vaya disipando todo en nada y disipándote también tú, y no aun en la conciencia de la nada te quede siquiera como fantástico agarradero de una sombra (:25). La paradoja del Individuo es para Klerkegaard vivir en la finitud y en la infinitud, en tanto que el hombre participa también de lo divino. El esfuerzo máximo del hombre debe consistir en dejar llevarnos por esa voluntad mayor que la nuestra, en sentirnos construidos por el Absoluto que es Dios. La fe es una pasión por lo Imposible, que es también repetición. Veamos el caso de Job. Al ver firme la voluntad de su siervo, Dios le duplica todo lo que antes había tenido y le había sido quitado. La repetición no es posible para lo humano, pero sí para lo divino, y para el hombre que se acerca a lo Absoluto a través de la fe. Esta fe no 44 puede ser entendida por medio del razonamiento. El acto de fe es un salto cualitativo, un perderse en la pasión que recupera lo perdido y aun obtiene mucho más. Creer es para Klerkegaard rechazar toda mediación filosófica, toda justificación. Y nunca nadie es cristiano, sino que se llega a ser cristiano, y se llega principalmente a través del escándalo. También es escandalosa la fe de Abraham, otro de los paradigmas de la fe y de la filosofía existencial para Kierkegaard Dios le pide que sacrifique a su primogénito Isaac, y él prepara todo para darle muerte. En su libro Temor y Temblor (2000) nuestro pensador recrea literariamente los posibles pensamientos de esa angustiosa hora. Aparece allí la fortaleza de la fe, junto a la desesperación de un hombre que está obligado por esa misma fe a hacer un acto no solamente absurdo, sino contrario a la moral, un crimen. Finalmente Dios le dice a Abraham que no mate a su hijo, pues ya ha probado su fidelidad a Él por sobre todas las cosas, y que en su lugar sacrifique un cordero. Abraham es recompensado por su fe con una descendencia infinita de todas las naciones, que es la comunidad de los creyentes de su religión, que atraviesa el tiempo y el espacio. Aquí vemos otro claro ejemplo de la suspensión de lo ético por lo religioso. Obedecer el mandato de Dios, al menos en su primera Indicación, visto con el sentido común, convertiría a Abraham en asesino. Aquí lo Particular, entendido como lo individual, la subjetividad, se entiende con lo Absoluto sin las mediaciones de lo General, que vendría a ser el mundo de la necesidad establecido por lo ético. Aquí el "debes" está suspendido por la fe. La necesidad aparece en la máxima moral que entiende que e/ padre debe amar a su hijo. Esta máxima se convierte en algo relativo en el ámbito de lo religioso. La prueba de la fe suspende lo ético 4.5 por un momento superior; lo religioso, que hace participar a lo finito de lo Infinito. ¿Se estará aquí sustentando, con este tipo de filosofía, que en nombre de la fe se cometan asesinatos, o se Justifiquen las acciones más Irracionales, que pueden Ir no sólo contra el sentido común sino contra la propia vida humana? Se nos puede decir que finalmente Dios le indica a Abraham que no mate a su hijo, y que Job recupera por partida doble lo perdido (en este sentido, la repetición es reintegración en Klerkegaard). Pero no todos las
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