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El-museo--un-espacio-alternativo-para-la-ensenanza-de-la-historia-en-la-Escuela-Nacional-Preparatoria

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La Utopía
Ella está en el horizonte. Me acerco dos 'pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirv~ la utopía?
Para eso ,sirve: para caminar•
•<, ,,' ~,.
. Al
Museo
y a todos aquellos que tuvieron mucho que ver con este trabajo, sobre
todo a las mujeres y hombres que con su trabajo diario le dan vida al '
espacio museográfico.
Especialmente a la señora Oiga y,a todo el' personal de la Universidad
Nacional que laboran en el Antiguo Colegio de San lldefonso, gracias
por su complicidad en esta aventura.
2
Ala
Universidad Nacional Autónoma de México .
Quien supo cobijar y dar espacio a mis sueños.
Madre sabia y dulce que induce a gozar los placeres intelectuales de la docencia
Ala
Facultad de Filosofía y Letras
Con gratitud a todas mis maestras y maestros que me formaron y me enseñaron
a descubrir el amplio horizonte de trabajo y estudio del historiador, gracias por
haber incrementado mi gusto y fascinación por la Historia.
En especial a
Alfredo López Austin
Delia Pezat Arzave
Margarita Moreno Bonett
Rogelio Rufz Gomar
Antonio Rubial
y a todos aquellos maestros que me formaron y que no menciono por temor a
dejar excluido a alguno, mil gracias por todo. Quede el honor y gloria a ellos.
Ala
Biblioteca Samuel Ramos (F.F. y L.)
De manera muy especial al Sr. Antonio González Nieves, bibliotecario
comprometido que me orientó y ayudo en los inicios de esta investigación.
3
11I11I.
Al
Colegio de Ciencias y Humanidades,
Plantel Vallejo, parte importante y fundamental de la Universidad
donde inicié mi camino como universitario.
a mis madres intelectuales
Mtra. Dolores Hernández Guerrero
y
Mtra. Ma. Eugenia Martínez Lira
Con gratitud por haberme descubierto el camino de la Historia.
._-_.-.
Ala
Escuela Nacional Preparatoria,
pieza fundamental del Bachillerato universitario y espacio académico .donde tengo
el honor de ejercer una de las funciones fundamentales del historiador: la
docencia.
A los alumnos de los planteles 2 "Erasmo Castellanos Quinto" y 3 "Justo
Sierra", quienes a lo largo de estos años de trabajo han disfrutado y participado
de esta aventura museístlca. '
Al
Dr. Lucio Arreola González
Ala
Mtra. Lilia Serrano López
Mil Gracias a ambos, por haber creído en este proyecto y en mi,
pero, sobre todo por ayudarme a mantener viva la flama de la docencia.
4
En memoria de mi padre
Aurelio Mendoza Huitzil
Esta tesis también está dedicada a mi madre:
Herlinda Garduño Vilchis
A quien le debo todo y mucho más.
A mis hermanos quienes supieron apoyar
directamente e indirectamente mi camino, de manera muy especial
a
Félix y Paty
Lidia
Rosa María (Amata)
Herlinda
Demetrio
Mercedes
Margarita
A mis sobrinos, esperando que esto les sirva de guia y punto de referencia
para su futuro
Julio César
Rubén Ornar
Raymundo
María Beatriz
Martha Olimpia
Tania Aidé
Ángel Said
Alvar Daniel
Edwin Javier
Félix Azeen
Osear Alejandro
José ladeo
Dante Sebastián
5
a
Silvia Graciela
Amor; gracias por existir y por estar conmigo a lo largo de esta aventura
museográfica, sirva también esta obra como muestra de mi amor por ti y como
extemporáneo regalo de boda.
a
Michelle Ayesha
Mi niña, mi hija recién nacida quien desde sus primeros meses de desarrollo (en el .
vientre de su madre) empezó a compartir esta aventura con sus padres.
A mis amigos:
Julia
Cesar Fernando
Florencia Belén
Guadalupe Urbán
Clarivel
Carrnén
Nora
Gracias por su amistad
Al
Profesor Pablo López Alonso
Por su apoyo e interesantes comentarios que me sirvieron para
terminar de pulir este trabajo.
Al
Dr. Guillermo Selvas Pineda
Amigo de la familia que cuida de mi salud y que me supo mostrar otro rostro de mi
pais
a
Ciudad Nezahualcóyotl,
Municipio mexiquense que me vio crecer y en donde por primera vez conocl
la historia de mi país, en gratitud y con la esperanza de que sus habitantes sigan
siendo motivo de orgullo para México.
6
Sin duda, la mención y el agradecimiento más especial es para la Dra. Andrea
Cecilia Sánchez Quintanar, mi paciente asesora de tesis, quien me concedió el
honor de aceptarme en el "Seminario de Investigación y Tesis de Historia",
sea pues este espacio para reconocer su sabia dirección y orientación en la
elaboración de este trabajo, para ella y para el Lic. Fausto Hernández Murillo
coordinador del Programa de Titulación para Profesores del Bachillerato. Un
millón de'gracias por el honor concedido a mi persona, porque gracias a la
existencia de este programa de titulación pudo llegar a buen termino este trabajo,
puedo decir con orgullo que esta obra es testigo fiel del éxito del programa. Quede
esto registrado como prueba del éxito del proyecto y como humilde homenaje y
reconocimiento a los maestros que mantuvieron siempre activo a tan importante
programa.
Gracias Fausto
Gracias Andrea.
7
,
Indice.....•.••......•....•....••••........•..••...............•..•..........•...•......•..............•.••..
Introducción. .........................................................................................
Página
8
9
8
b) El caso del museo mexicano .
e) De 1960 a la fecha.................•.................•.........•.•.•••..•..•....•.•........
Capítulo 1.
El museo
a) Esbozo histórico ........................................................................... 13
21
32
El Museo del Templo Mayor ....................................•...•..........••.....
El Antiguo Colegio de San IIdefonso ..
Capítulo 2.
Del museo contemplativo al museo interactivo
a) .El musoleo de la historia oficial.. ..
b) Los museos interactivos............................................................•..
e) La exploración del museo....................................••........•....••........
Capítulo 3.
De la exploración a la apropiación del museo.
a) El maestro como guía..•....................•...........•.......••.•...•••..•...•...•.....
b) El guión de visita.•.....•...•...•..•...................••..•...•.....•....•..•.•.••.....••.....
e) El objeto museográfico•....•.•.•..•...•..•...•.•.•..........••.•••.....•....•..•.•.......
d) La selección de los objetos.....................••••...........•.....••........•..•••..
e) La selección de los museos .
Capítulo 4.
La apropiación del museo por parte del historiador-docente
de la Escuela Nacional Preparatoria. · .
a) El Museo Nacional de las Culturas ..
b)
c)
Conclusiones.
Anexo 01: Modelo descripción un objeto .
Anexo 02: Guía de Museos y sitios de interés
en la zona metropolitana ...••.................................•.•...•••.•.•..•.••.........•........
Anexo 03: Lista. de Museos del INAH .
Anexo 04: Museos que se pueden consultar por internet ..
Bibliografía.....•.•.•.........••.........••...•..•...............••.........•..••.••.•.•...•...•........•...•.
37
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127
9
Introducción•
.Toda visita a un museo nos invita a reflexionar, invariablemente siempre terminamos
opinando acerca de la importancia o la belleza de una exhibición, o sobre el conocimiento
nuevo que descubrimos o adquirimos, lo anterior sucede ya sea si se es alumno, profesor
o visitante asiduo u ocasional de algún espacio museográfico; terminamos, queriendo o
no, comunicando algo sobrelo que vimos o vivimos en el museo.
El asistir o visitar un museo como docentes lo hemos asumido como parte de
nuestra formación y trabajo académico, baste decir, que se le menciona y se recomienda
su uso en la mayoría de los programas de historia de la Escuela Nacional Preparatoria, lo
cual nos haría suponer por obviedad que forma parte del trabajo cotidiano con los
alumnos. Se podría deducir que desde hace algunos años nos hemos dedicado a
fomentar en nuestros alumnos, a veces de manera voluntaria y otras veces de manera
obligatoria, el gusto por los museos.
Pero, algo tan obvio aparentemente no lo era, ya que la mayoría de la miembros
del colegio de historia se han limitado a enviar a los alumnos a los espacios
museográficos como se envía a los alumnos a buscar un libro de historia a la biblioteca
sin haberles proporcionado el nombre del autor, ni el título del libro, pero, eso sí con la
indicación de que habría de buscar un libro que hablara tan sólo de historia; a pesar de lo
~xagerado y extremoso del ejemplo, algunos docentes se conformaban con enviar a los
alumnos a los museos sin proporcionarles alguna idea previa del tema a revisar, o por lo
menos algunas pistas que los ayudaran a profundizar, incrementar o adquirir un nuevo
conocimiento histórico.
La falta de una guía u orientación temática del maestro daba por resultado grupos
de alumnos que recorrían 'salas de museos en busca de las cédulas necesarias, tantas
como fuera posible, para demostrar a su maestro que habían tenido éxito en su visita y
que por ende habían aprendido algo (a copiar en forma excesiva las cédulas de un
repositorio del pasado); este culto por las cédulas, alumnos recorriendo salas sin observar
10
con un mínimo de interés las piezas anunciadas en éstas, reportes y fotos de objetos que
nunca fueron asimilados por el alumno en toda o en una parte considerable de su
capacidad cognoscitiva, fue parte de los motivos que me mostraron lo ambivalente o
ambiguo que resultaba nuestra idea del uso de los museos.
Trabsjar un tema de tesis acerca de tal actividad podría decirse que resulta un
tanto innecesario, sobre todo si se considera que resultaba poco novedoso hacer hincapié
,
sobre el uso, semejante al de una biblioteca, que los historiadores-docentes dela Escuela
Nacional Preparatoria podemos hacer de un espacio tan común para nosotros.
En esta tesis .se resumen reflexiones, primarias en su mayoría y no definitivas,
donde se reflejan algunas impresiones de un aspirante a historiador que padeció, gozó y
disfrutó de visitar museos desde su infancia, y el placer de conocer algunos de éstos
desde la perspectiva de trabajo de un guía de Servicios Educativos en San IIdefonso y el
Templo Mayor, hasta la fortuna de ver el museo desde el punto de vista y necesidades de
un profesor universitario. El camino ha sido largo y la mayor inquietud que se ha ido
forjando a lo largo de estos últimos 6 años es la de ofrecer una alternativa para acercar el
trabajo docente al museo.
Sin duda, el mayor momento de reflexión sobre la importancia que tiene el museo
para la enseñanza de la historia, se dio a partir de mi incorporación al Seminario de
Investigación y Tesis de Historia a cargo de la Dra. Andrea C. Sánchez Quintanar, donde
a lo largo de 5 años me he dedicado a discurrir sobre la mejor manera de acercar a los
profesores de historia a este importante espacio didáctico. Cabe reconocer que fue bajo la
firme y continua dirección de la titular del seminario donde inicié de manera formal este
primer acercamiento a la institución; el resultado de ello se encuentra registrado a lo largo
de la obra.
El presente trabajo, aborda en el primer capítulo una historia general del museo,
desde sus remotos orígenes griegos hasta llegar al establecimiento del museo público en
Francia, así como su paso a América y su establecimiento definitivo en México.
Un breve esbozo histórico me permite plantear en el segundo capítulo el cambio del ·
museo decimonónico, mausoleo y .vitrina de la nación, en un museo interactivo, un
interesante proceso que ayudó a modificar nuestra idea del museo, de un espacio aislado
11
de la sociedad a un museo mucho más abierto, atractivo e interesante para la gente,
proceso que por supuesto se vio beneficiado por la masificación de los mismos.
El tercer capítulo nos colocará frente al museo, es decir, tiene por sentido favorecer
el interés del historiador-docente por esta alternativa didáctica, tratando de orientar sobre
algunos de los aspectos básicos que se deben tener en cuenta por todos aquellos
interesados en hacer uso de este repositorio del pasado.
El cuarto y último capítulo presenta tres modelos de guión de visita que podrían ser
utilizados por aquellos interesados en utilizar espacios museográficos. Al término de éste
se anexan dos guías que podrán proporcionar una visión panorámica de los museos y
. sitios de interés que pueden ser explorados, visitados y utilizados por los historiadores-
docentes de la Escuela Nacional Preparatoria.
El tiempo transcurrido desde el inicio de este proyecto me ha permitido poner en
práctica, depurar, corregir y elaborar algunas actividades con los alumnos a mi cargo; se
podría decir que gracias al trabajo acumulado he podido ampliar y enriquecer mi visión
inicial del museo, y confirmar el valor e importancia que tiene este espacio alternativo para
la enseñanza-aprendizaje de la historia.
La experiencia adquirida en estos años hizo posible confirmar el desconocimiento
parcial o total que se tiene del valor del museo para la práctica docente y del uso que
podemos hacer de él como guías de nuestros propios alumnos; ése ha sido uno de los
motivos que me han llevado a profundizar, analizar y reflexionar sobre la manera en que
podemos aprovecharlo.
Creí osado escribir acerca de un elemento que podría considerarse de uso común o
cotidiano para los docentes de historia, más no lo ha sido tanto cuando descubro que su
uso no es tan común y que lo hemos mantenido desplazado por desconocimiento; durante
el proceso he terminado por reconocer que esto se ha convertido en una gran oportunidad
para hablar con conocimiento de causa de cómo poder apropiarnos de este repositorio del
pasado considerando las necesidades de un profesor de historia de la UNAM de Iniciación
Universitaria o Preparatoria.
También he confirmado que el uso del espacio museográfico por parte del maestro
de historia, como guía de sus alumnos, puede llevarse a cabo en cualquier grado
12
educativo del bachillerato universitario, desde los alumnos de primer año de Iniciación
Universitaria, con quienes se puede visitar el Museo Nacional de las Culturas, el Museo
Nacional de Antropologia e Historia, o el Museo del Templo Mayor, por mencionar algunos
de ellos, hasta con los alumnos de Bachillerato, ya que con ellos es posible asistir a los
museos Nacional de Arte, Nacional de la Revolución, San Carlos y otros.
El - número de museos por explorar superan el millar, éstos se encuentran
distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional, más de un centenar se encuentra en
el D.F. y su zona metropolitana; los anexos le podrán proporcionar al lector una idea
aproximada del espacio museográfico por descubrir o redescubrir; el espacio por explorar
es todavia más amplio de lo que presentan ambos anexos, donde tan sólo se incluyen los
más cercanos al ámbito geográfico que nos rodea y aquellos otros que están a cargo del
INAH.
13
Capitulol.
IllIIu,,,'
a) 'MllO hltl6.lco.
El gusto de conservar objetos tales como piezas de escultura, cerámica, orfebreria,
armas, piedras preciosas, hasta los mismos edificios, ha sido una actitud común en
culturas tan distantes geográficamente, pero tan cercanas culturalmente, como China,
India, Mesopotamia y Egipto.
Antes de los griegos ya existía la costumbre de conservar objetos, ya fuera en
honor de los dioses o para ayudar a los muertos en la transición de la vida a la muerte en
las culturas que precedierona la griega; pero este afán de preservar aún no buscaba
formar un museion, sino tan sólo constituia una conjunto de objetos dignos de acompañar
en la eternidad a los faraones del antiguo Egipto, a los reyes sumerios, babilonios, asirios
o indios.
Todo ello, como una muestra del poder alcanzado sobre la tierra y un afán de
permanencia en los que les sucedieron, iniciando asi una acumulación de "piezas
preciosas y de obras destinadas a sobrepasar los siglos"2, que aunando a las ofrendas a
los dioses se podria considerar como una viva muestra de unnaciente coleccionismo.
Tanto en el lejano Oriente como en Occidente se fue desarrollando el gusto por
conservar ciertos objetos que por su valor estético, por su valor material, por honrar a sus
dioses, como símbolo de poder, de riqueza o tan sólo por el reconocimiento a la maestría
con el que fue elaborado, el hombre empezó a desarrollar el gusto de conservar y exhibir
los objetos dignos de ser admirados: caligrafías, pinturas, escudos, espadas, huesos,
esculturas, etcétera.
1 De acuerdo con la idea actual del museo, se denomina con este nombre a la Institución, sin fines de lucro,
abierta al público, cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de los objetos
que mejor ilustran las actividades del hombre, o culturalmente importantes para el desarrollo de .los
.conocimientos humanos (Diccionario de la lengua española). .
2 Miguel Ángel Femández. Historia de los museos de México: 20.
14
Pero, es sin duda en Grecia donde encontramos la referencia más cercana a
nuestra ídea del museo, nuestro concepto actual tiene su origen 'en el museion griego,
espacio dedicado al culto de las hijas de Zeus y Mnemousine (la memoria), es decir, un
templo dedicado a las musas de las bellas artes. Lugar donde los antiguos griegos
acostumbraban llevar objetos de la más alta estima como muestra de agradecimiento y
homenaje hacia las hijas de Zeus.
Una característica importante del museion griego dedicado a las musas era la
forma de agradecimiento a estas jóvenes deidades de las ciencias, artes y la historia, ésta
constituía en entregarles "ofrendas y exvotos fabricados por artesanos y orfebres" 3, lo
cual nos lleva a imaginar que el templo en cierta forma se fue convirtiendo en una especie
de reposítorlo de las mejores piezas realizadas por artesanos y orfebres.
r:"."
Esta .acumulación de objetos, en honor de diferentes dioses y no sólo de las
musas, fue generando la formación de los tesauroi, concepto todavía más antiguo que el
del propia templo de las musas y que aún antes del nacimiento de éstas servía para
designar los objetos acumulados en los diferentes templos griegos y que desde muy
:/
temprana 'época fueron atrayendo dos tipos de visitantes: algunos para venerar a las
divinldades griegas y otros para admirar los regalos hechos por otros hombres en honor
~ .
de sus dióses; lentamente el museion se fue desacralizando hasta convertirse en un
espacio digno para ser visitado por la belleza de los objetos ahí concretados.
Pero el espacio geográfico de G~ecia no fue el único lugar donde se puede
observar la aparición del museion. La misma Roma, tras haber conquistado el espacio
helénico decidió convertir a la ciudad eterna en un enorme espacio museográfico, donde
"los templos, palacios y residencias comenzaron a llenarse de estatuas, piezas de
orfebrería, piedras preciosas y pinturas, así como prestigiosos botines de guerra" 4. Hubo
momentos donde los emperadores medían la gloria de sus triunfos por la cantidad de
mármoles que se obtenían del saqueo de las ciudades y templos griegos. Pompeyo, Julio
/
César, Cicerón, entre algunos otros lo hicieron y ello constituía parte de su gloria. Con los
triunfos de sus gobernantes, Roma se convertía en un vasto museo.
3 MiguelÁngelFemández.~: 15
4 MiguelÁngel Femández.~:16.
15
En cierta forma la actitud asumida por el emperador Adriano, de reproducir algunos
de los objetos que él pudo conocer del mundo clásico, resume de algún modo el espíritu
de conservación que fue transformando al museion griego en el museion latino:
"paulatinamente la pieza sacra se transformó en objeto de veneración humana" 5. Si bien
es cierto que en el mundo griego ya se daba en cierta medida el reconocimiento del
objeto', será el mundo latino el que le otorgará una mayor desacralización, situándola así
en un nivel de objeto público de admiración.
La palabra museion será apropiada por los romanos. Latinizada, se le pronunciará
como museum, quitándole así ese carácter sagrado "que había caracterizado al recinto de
las musas. La palabra latina museum fue aplicada al conjunto de piezas u objetos
recuperados por los romanos tras saquear las ciudades griegas. La esfera de lo sagrado
que rodeaba a las ofrendas griegas cambió con el saqueo realizado por los romanos, ya
que éste favoreció un mayor uso público de los objetos votivos y por lo tanto una pérdida
casi total de -su carácter sagrado que les había caracterizado mientras se encontraban
dentro del mundo griego.
Aunque fuera de la zona geográfica donde se originó el museion griego,
transformado por los latinos en museum, éste último se convertirá en el antecedente de
los tesoros eclesiásticos que sucedieron al mundo grecolatino. La Edad Media no habría
de perder el gusto y en momentos la necesidad de los tesoros del mundo antiguo, sobre
todo si se tratase de piezas u objetos vinculados con un pasado paleocristiano, lleno de
mártires y santos. Claro ejemplo de ello es, la gran cantidad de relicarios con restos de
todo tipo relacionados con los antes mencionados, que adornaban las iglesias del
medioevo.
Las abadías, los monasterios y toda sede religiosa que se considerara con cierta
importancia para la época debía contar con cierta cantidad de Thesauri que demostrase
su importancia. Baste mencionar que entre muchas de las piezas atesoradas por la Iglesia
y por uno que otro rey o emperador cristiano, como fue el caso de Carlomagno, se
conservaron restos de la antigua realidad pagana que les había precedido, entre ellos,
instrumentos médicos o libros portadores de la herencia grecolatina, plasmada en las
s Ibid.: 16.
16
obras de medicina, matemáticas, teatro, etcétera. que fueron resguardadas por los
miembros de la Iglesia: curas, legos y frailes del medievo.
A pesar de mantenerse el gusto básico de conservar para el futuro, la idea del
museo como tal se perdió durante la Edad Media y será sólo al final de ésta cuando
encontraremos el resurgimiento de algo más cercano a este concepto. Bien se podria
decir que, "tras la herencia monacal del Medievo e incluso a la sombra de ella, surgen
nuevas modalidades de un coleccionismo más secular: rarothecas, ambulacrum,
tneseunsstossllium, guardarropas, términos compenetrados de antigüedad,.que se suman
sucesivamente a los studiolos, gallerías y gabinetes"e, que surgirán bajo la protección de
los meoenas renacentistas como los Medici, los Urbino y los Papas entre otros.
Durante el Renacimiento y como consecuencia obvia del rescate arqueológico,
literario; ci~ntifiCO, etcétera. que se hace de la tradición y del mundo grecolatino, hicieron
su aparici6~, sobre todo en Italia, una serie de espacios diseñados para recibir dentro de
si la grañ cantidad de objetos que comienzan a ser recuperados y que necesitan de un
i
lugar donde se les puede observar y disfrutar para el goce de sus rescatadores y de sus
mecenas: los gabinetes.
:'',,:
En el transcurso de los siglos XVI y XVII pocos cambios significativos habrian de
registrar los gabinetes ~ cámaras de maravillas. Será hasta el siglo XVIII cuando
empezarán a surgir los museos que establecerán los principios fundamentales en la
orqanizaclón y difusión de los objetos.
El siglo de las luces verá el nacimiento de un museo no tan exclusivo o particular
de los reyes, nobles o ricos comerciantes capaces de crearlos para su disfrute personal;
la idea de crear o de establecer lo que hoy conocemos como museopúblico quedó
plasmada en la Enciclopedia por Dennis Diderot en el año de 1765, como una propuesta
en la cual se mencionaba que las mejores estatuas y los cuadros más valiosos de las
colecciones reales fuesen reunidos en el Palacio Louvre, con la más firme intención de
poner a disposición de la población francesa en- general parte de los objetos que '
conformaban el legado artistico del reino de Francia.
6 Ibid.: 27.
17
En Inglaterra, a partir de una amplía colección que incluía "especimenes de historia
natural, monedas, medallas, pinturas y una gran biblioteca de 40,000 manuecrítos'", se
estableció el Museo Británico, el cual fue inaugurado en 1759; como muchos otros
museos creados a lo largo del siglo, anteriores todos al Museo del Louvre, fueron
establecidos con la intención de ser depósitos del conocimiento, dedicados a la difusión
de los tesoros artísticos de cada nación.
Será durante la Revolución Francesa cuando se consumaron los anhelos de los
ilustrados de la primera mitad del siglo. En 1793, el ímpetu revolucionario propició "el
surgimiento de la institución más estable y definida: el museo público, concebido desde
sus comienzos como factor de incorporación cultural de grandes masas hasta entonces
sin acceso al conocimiento y observación de colecciones de arte". Se concentraron en
un solo lugar los objetos más importantes de los reyes de Francia en el recién fundado
Museo del Louvre, con el cual se iniciaba la ya larga tradición cultural de visitar los
museos públicos.
Du;ante el gobierno revolucionario de la Convención se puso en práctica lo que
podemos llamar el primer museo público de la historia, fundado el 10 de agosto de 1793
con el nombre de Museo de la República o Museé National: Monument Consacré El
I'Amour et á I'Etude des Arts, marcó la diferencia con los demás museos europeos. Lo
cierto es que esta política no fue exclusiva para sólo un museo, y se habría de repetir con
la apertura del Museo Nacional de Historia (1794) y del Museo del Monumento Francés
(1795),formados ambos con los tesoros confiscados a la monarquía y a la Iglesia, todo
ello dentro del marco de una política institucional que tenía por fin último el de educar al
pueblo a partir del conocimiento del patrimonio artístico y cultural recopilado por los reyes
de Francia desde Francisco I hasta Luis XVI.
A partir de este acontecimiento y de las acciones tomadas posteriormente por
Napoleón Bonaparte, el modelo de museo público francés extendió su influencia hacia el
resto de Europa y América, "los museos de la época, se convirtieron en aliados
invaluables en el incipiente proceso .dernocratizador, al poner a disposición de la
ciudadanía las ricas y variadas piezas acumuladas a lo largo de los siglos por monarcas y
7 Nilda Sánchez de Madrid y Miguel Alfonso Madrid. Manual básico para museos: 33.
sIbid.: 30.
18
miembros de la jerarquía eclesiástica'". Po~ primera vez se ponía a disposición de un
amplio público el acervo cultural de una nación, el cual pese a la Iimitante cultural del
mismo, tal como la de no poder entender los objetos reunidos en el Louvre, se estaba
dando la oportunidad de compartir lo que anteriormente había sido propiedad de unos
cuantos.
A pesar de lo importante que pudiera ser la apertura de los museos a un público
más amplio, la limitada educación de la mayoría de sus visitantes los hacía ser punto de
reunión de un público más especializado y conocedor del pasado y no de todo el pueblo,
tal y como lo habían planteado los ilustrados en el siglo XVIII, lo cual fue favoreciendo el
establecimiento de una atmósfera de escepticismo, de desencanto en la importancia
cultural de los museos.
Este desencanto al parecer fue algo permanente a lo largo del siglo XIX, con lo cual,
se dejaba muy en claro la Iimitante con la que había nacido el museo, su falta de
integración con la sociedad, que lo veía como el repositorio del conocimiento y los tesoros
nacionales, sólo entendibles o cognoscibles para un limitado y exclusivo grupo,
proveniente básicamente de la clase culta que era la que poseía la costumbre de
visitarlos.
Para poder contrarrestar esa Iimitante del museo para ser mejor conocido, el
Museo del Louvre decidió establecer a partir de 1880, un servicio permanente de
atención a los escolares, el cual les permitiera un fácil acercamiento al legado artístico
que conformaba al museo, todo ello con la firme intención de permitir el acceso a todo tipo
de ciudadanos y como parte de una política institucional que ya buscaba cambiar esa
imagen de institución anquilosada que el museo público a sus casi cien años de haber
sido creado se había ido ganando.
Las dos últimas ideas nos llevan a pensar que el impacto del museo público, que a
pesar de la gran cantidad de museos fundados a lo largo del siglo XIX y aun a principio
del siglo XX, se vio limitado por la vastedad de muchos de ellos y por la falta de cultura en
la gran mayoría de sus visitantes. Además de que gran parte de ellos carecía de un
cuerpo de instructores o guías que pudieran explicar las obras en él contenidas. A pesar
de todo ello, el museo establecido durante la Revolución Francesa, difundido por Europa y
9 Ibid.
19
el mundo a lo largo del siglo XIX, aunque lejos de ser el espacio educativo cultural que se
le atribuía desde su aparición a fines del siglo XVIII, todavía habría de servir de modelo
para los nuevos museos que surgirían en el siglo XX.
Al iniciarse el siglo XX, el concepto museográfico se encuentra extendido por gran
parte del mundo, a pesar de vivir un breve periodo de estancamiento "entre 1914 y 1950 a
causa de las destrucciones y graves pérdidas económicas producidas por las guerras"10.
El museo que había emergido 150 años antes hubo de enfrentar toda una serie de
cambios que lo llevaron a convertirse en el modelo actual que hoy conocemos. Éstos
iniciaron a partir de la fundación de la ONU y por ende de la Organización para la
Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que en 1946 estableció un nuevo marco de
desarrollo para los museos del mundo.
Bajo este nuevo enfoque se creó el ICOM (International Council of Museum). Con
el establecimiento de este consejo se pudo enfrentar la problemática heredada desde
el siglo XIX, la cual obligó a reconocer que: "los museos se debaten en el presente por
superar unos conceptos decimonónicos que los condenan a ser un templo sacrosanto y
abstracto de la cultura, un ente inútil en una época em'inentemente práctica...11 El
reconocimiento de esta situación ayudó a una toma de conciencia que dio pauta al
reconocimiento de una crisis en los museos, lo cual llevó a los integrantes del ICOM a la
modificación de los ya existentes y la creación de nuevos museos que desde su
establecimiento buscaron superar el ambiente de mausoleo que se había formado
alrededor del museo decimonónico.
El nuevo concepto de museo que surgió a partir de la segunda mitad del siglo XX,
quedó definido de la siguiente forma: "Una institución permanente, no lucrativa. Al servicio
y desarrollo de la sociedad, abierto al público, que adquiere, investiga, comunica y
exhibe, con propósitos de estudio, educación y esparcimiento, la evidencia material del
hombre y su medio ambiente."12
Los museos fundados a partir de esta consigna de cambio sirvieron para confirmar
que el simple acceso a los museos no garantizaba la apropiación del conocimiento
10 Ibid.: 37.
11 Roberto Rojas el al. Los museos en el mundo: 104.
12 ICOM. 10 Conferencia, 1974.
20
tal y como había sido el proyecto original del museo, lo cual facilitó la conversión del.
museo de~ una institución pasiva a activa, de un ente pasivo a un ente interactivo.
Baj~festa concepción que se fue formando a partir de la segunda mitad de nuestro
siglo, el museo empezó por incorporar espacios educativos, abiertos a todo público:
'.
talleres, salas de lectura y espacios interactivos, que aunados a los ya existentes
bibliotecas; salón de conferencias y servicio especializado devisita guiada, tienen como
único fin el incrementar o establecer una nueva relación con el público.
Los museos de hoy son motivo de orgullo nacional y de atracción turística. No sólo
,exponen" fll patrimonio mostrando la evolución histórico - cultural y los logros obtenidos
por los pu,eblos, sino que en algunos casos son una vitrina del poder económico y de la
tecnolog¡~:y en otros de la creatividad y de la imaginación. 13 Con el paso de .Ios años;
sobre tociS;'en los últimas 5 décadas, la concepción del espacio rnuseoqráñco se ha
venido' rlJ0dificando la sociedad de fines del siglo XX ha visto la aparición, el surgimiento
de un nu~yo museo, más cercano a ella que el del siglo pasado, más ambicioso en su
., , .
relación con los jóvenes como nunca lo había sido, un museo de masas, muchos de ellos
i 't
tan vastoscorno una aldea, una ciudad o una región entera (ecomuseos). Hemos pasado
del museo panteón y mausoleo de glorias pasadas, 'recuerdo lejano de un pasado casi
estático; a un museo que busca ser más reflexivo y representativo de la realidad. Un
museo en plena transformación que aún tiene cosas pendientes para este nuevo siglo.
13 Nilda Sánchez de Madrid.~: 40.
~ -~----------
21
b) El caso del museo mexicano.
El antecedente más remoto del museo en México, nos lleva hasta Mesoamérica, donde
resultan demasiado vagas las noticias o el registro concreto de este afán coleccionista; se
sabe de la existencia en Texcoco y Tenochtitlán de jardines botánicos donde fueron
reunidas gran variedad de plantas traidas de distintos y lejanos sitios, también se sabe
que en Chapultepec, el Tlatoani de Tenochtitlán, Moctezuma Xocoyotzin, tenia un
zoológico donde se encontraban tanto animales exóticos como seres humanos.
También se conoce que los olmecas, mayas, toltecas y .mixtecos poseian cierto
respeto por las cosas de los antepasados, además de que gustaban de reutilizar algunos
objetos pertenecientes a ciertos individuos o pueblos que les precedieron, como
justificación y reconocimiento al esplendor que estos pueblos alcanzaron.
Est~ particular forma de respeto a los objetos del pasado que el hombre
prehispánico practicaba "no buscaba establecer museos, ni colecciones tal y como se
entendia en el mundo occidental?". Tal vez lo más cercano al museion griego sean los
zoológicos, los herbarios, jardines botánicos y acuarios que establecieron los gobernantes
Nezahualcoyotl (Texcoco) y Moctezuma Xocoyotzin en (Tenochtltlan). Sin embargo,
existió otro lugar mucho más cercano a la concepción europea de museo; éste era un
templo conocido como Coacalco, en donde los mexicas encerraron a los dioses de los
pueblos conquistados por ellos, no con la finalidad de establecer un lugar de admiración
de objetos de otros pueblos, sino con la de mostrar la grandeza de su propio dios:
Huitzilopochtli.
La recopilación de objetos en el mundo mesoamericano tenia fines distintos al
panorama europeo su objetivo principal fue el de establecer una continuidad histórica
entre pueblos de distinta época. En cierta forma el significado o gusto de reunir
plantas, animales, hombres y dioses, nos indica una manera distinta de percibir la
realidad, un coleccionismo muy diferente al que en algún momento se dio en el mundo
14~iguelJlngelFernández.~:44.
22
griego y tal vez más emparentado con la multiplicidad de formas de coleccionar que se
han dado a largo de la historia humana; gran parte de ellas, como se pudo leer en el
inciso anterior, no trascendieron más allá del contexto de,su época o región.
Con la llegada de los españoles y el inicio del proceso de conquista (1519), se
comenzaron a dar los primeros envíos de objetos de Tierra Firme (Mesoainérica) al viejo
continente; el mismo Hernán Cortés había decidido justificar su empresa y para ello,
convencido de que le beneficiaría, había enviado un primer conjunto de obsequios para
así obtener la venía del rey Carlos V a su proyecto. Entre las cosas enviadas al Viejo
Continente se encontraban escudos, cetros, tocados, calzados, mantas, vestidos, joyas y
adornos realizados con los más diversos materiales, desde metales tales como el oro, el
cobre y la plata, hasta papel amate, algodón y plumas.
La serie de códices e imágenes reunidas por los frailes para un mejor estudio y
comprensión del pasado de los indígenas, sentó las bases de una colección que desde su
creación a fines del siglo XVI no dejaría de tener continuidad en los siglos subsecuentes:
la de Fernando de Alva Ixtlilxochitl.
Esta primera Colección serviría de base e inspiración a un nuevo coleccionista y
estudioso también del pasado indígena: Carlos de Sigüenza y Góngora, estableciendo así
el gabinete de antigüedades más grande de su tiempo. La creación y conservación de
ambas colecciones se utilizaron en el siglo siguiente para establecer el primer museo
mexicano.
Otro interesante caso es el de Lorenzo Boturini Benaducci, quién a lo largo de ocho
años se dedicó a recorrer el virreinato, reuniendo códices pintados, mapas, manuscritos
en náhuatl o en español, un número importante de piezas "nombrada Catálogo del Museo
Indiano, tenía por objetivo documentar la aparición de la Virgen de Guadalupe"15.
La aparición de este primer museo sin autorización real provocó que su creador
fuese encarcelado, despojado de la más completa colección reunida en su momento y
que fuese remitido a España por órdenes del virrey Fuenclara, tras descubrir la forma en
la que el italiano había ingresado a la Nueva España (1744), interrumpiendo así ocho
años de investigación. Sin duda, lo más peligroso de la labor de Boturini fue que su vasta
investigación del pasado indígena, aunada a su Guadalupanismo "lo llevó a enfrentarse a
IS Morales Moreno, Luis Gerardo. Orígenes de la museologfa mexicana.: 29.
23
la administración colonial que veía con recelo en el culto guadalupano, un símbolo de
identidad americana" 16.
Tras dos años de lucha, Boturini será recompensado por el mal trato recibido y
honrado con el título de Cronista de Indias, pero ya no pudo regresar a la Nueva
España y tampoco logró recuperar su vasta colección. El Museo indiano formado por
Boturini, guardado en "el Archivó de la Secretaría del Virreinato fue disgregándose,
porque parte de los personajes a quienes se les permitió consultarlo se quedaron con
gran parte de ella. En 1774, por disposición del virrey Bucareli pasó, ya muy mermado, a
la Biblioteca de la Real y Pontificia Unlversldad"!".
Si bien es cierto que la política aplicada a Boturini sirvió para desintegrar las
colecciones formadas de manera individual, esa misma política cambiaría años después y
se convi~ió en la principal salvaguarda del patrimonio museístico. Consecuencia
inminente de la fuerte influencia que ejerció el espíritu ilustrado sobre el reino español,
que motivaba en España y el resto de Europa, un afán coleccionista que terminaba con la
.~;,
creación o el establecimiento de museos.
Como parte de esta política ilustrada implementada por su majestad Carlos 111 de
Borbón, s~ realizaron una serie de expediciones y exploraciones científicas que tenían por
objetivo reunir lo más representativo de los dominios de ultramar. Ejemplo de ello fue . la
realizadaen la Nueva España en el año de 1786, con el fin de mejorar el conocimiento
que se tenía del septentrión novo hispano: "los coleccionadores debían ir reuniendo en el ,
jardín botánico de México, cuanto encontraran de notable en los tres reinos de la
naturaleza... y no solamente habían de formar colecciones de botánica, sino que también
tuvieron la misión de reunir las de los otros reinos de la naturaleza?".
Con el establecimiento de la Academia de San Carlos en 1781, con sus
importantes acervos de esculturas, grabados y pinturas, se reforzaría el ya de por sí
notable coleccionismo que se venía desarrollando en la Nueva España. Tras la muerte de
Carlos 111 e imposibilitados los compiladores ilustrados para poder trasladar todo lo
recabado en 16s años de exploración por laNueva España, se vieron obligados a erigir un
espacio museográfico con todos los materiales recopilados durante la expedición
16 Miguel Ángel Femández. Oo. Cit.: 74.
17 Nilda Sánchez de Madrid.~: 2.
18 Manuel Rivera Cambas . México pintoresco... Tomo 1: 177.
24
científica novohispana, lo coleccionado serviría para el establecimiento del Museo de
Historia Natural.
En 1790 se inauguraba el primer museo público de la Nueva España con el nombre
de Gabinete o museo de Historia Natural, el cual quedaría ubicado en la calle de Plateros
(Madero), con su establecimiento se sentaron "las bases museográficas para la
formación de lo que después constituiría un museo patriótico..19
El mismo año de la fundación del Museo de Historia Natural, fueron descubiertas
las esculturas de la Coatlicue y la Piedra del Sol durante la realización de trabajos de
nivelación de la Plaza Mayor de México, las cuales al no poder ser integradas al
Gabinete de Historia Natural fueron enviadas la primera de ellas, a la Real y Pontificia
Universid,fld y la segunda fue colocada a un costado de la Catedral. _
Este primer museo público, fundado por José Longinos compartía la idea ilustrada
del museo.como un sitio para educar a la sociedad, ya que desde su fundación la gran
- .
cantidad ,de objetos concentrados en el mismo, causó una gran expectación: "durante
meses, ei'inuseo acaparó las noticias, exhibiendo fenómenos y maravillas, tales como las
17 osamentas de elefantes encontradas en la Nueva España, e instrumentos igualmente
fascinantes para la época: microscopios, cámaras oscuras, barómetros y similares,,20• A
.',
pesar de la impresión causada por este primer museo público, éste había de padecer
problemas de almacenamiento, que llevarían a su director a solicitar nuevos
espacios donde pudiese colocar el gran número de piezas que por la falta del mismo se
encontraban hacinadas en el local que tenía asignado en la calle de Plateros.
Para solucionar sus problemas José Longinos solicitó "la concesión de varios
salones del Palacio de Chapultepec o de la Real Academia de San Carlos para alojar sus
colecciones. Sin embargo, debido a las disputas con sus colegas y a la guerra de
Independencia, la vida de esta institución fue efímera y los objetos que se pudieron salvar
del saqueo y la destrucción iniciaron un penoso y deteriorador recorrido por locales con
frecuencia inadecuados..21 . Parte de los objetos que constituían el Museo de Historia
Natural habían sido enviados al Colegio de San IIdefonso en el año de 1802, lo cual
favoreció por algunos años más su conservación.
19 Morales Moreno, Luis Gerardo. Op. Cit.: 33.
20 Miguel ÁngelFemández.~: 84.
21 Ibid.: 86.
25
La atmósfera ilustrada que favoreció la aparición de "las primeras sociedades
eruditas en el viejo mundo empeñadas en la preservación y divulgación de las ciencias y
las artes, y cuyo papel será fundamental en el surgimiento de muchos museos, generados
precisamente en los recintos y bibliotecas de varias academias,,22, ayudó en mucho al
surqimiento de nuevos museos e instituciones.
La euforia inicial producida por el establecimiento de este primer museo público y
de la sucesiva y ya ininterrumpida creación y realización de nuevos gabinetes,
museos y expediciones científicas, motivó al establecimiento en 1808 de la Primera Junta
de Antigüédades; ésta se conservaría durante los difíciles años de guerra que vivió la
Nueva España hasta que fue sustituida por un Conservatorio de Antigüedades en 1822,
como se y~ra enseguida.
•.'<--;
Al llegar a su fin la lucha independentista y con el establecimiento del primer
Imperio ' M~xicano , con las vastas y al mismo tiempo tan saqueadas colecciones
heredada~lael virreinato "el gobierno mandó establecer de modo preciso en la misma
Universidiié:t un Conservatorio de Antigüedades y un Gabinete de Historia Natural,,23. La
,~ .
creación de ambas fue iniciativa de Lucas Alamán, pero, tras el derrocamiento de Agustín
de Iturbide el proyecto quedó relegado.
Aún '~sí en la breve vida de dicho .proyecto se rescataron algunos objetos entre
estos se" encontraban "treinta y dos libros manuscritos, la mayor parte conteniendo
memorias y documentos para la historia de la nueva España; tres grandes legajos de la
colección Boturini, tres envoltorios de planos, unos en papel común, otros en lienzo y los
más en papel de maguey... " 24, la catalogación y registro de dichas piezas quedo
encomendada a Ignacio García Cubas miembro de la Junta de Antigüedades; el trabajo
realizado por dicha junta, pese a su desaparición, encontró continuidad años después con
el establecimiento del Museo Nacional.
Con el establecimiento de la primera República, se dio el impulso definitivo para el
establecimiento del Museo Nacional, específicamente durante el gobierno del presidente
Guadalupe Victoria y nuevamente debido a las instancias de Lucas Alamán, se sentaron
las bases para la promulgación del decreto de creación del Museo Nacional, el cual fue
22 Ibid.: 30.
23 Castillo Ledón, Luis. El MuseoNacional... : 9
24 Ibid. " "
26
establecido el día 18 de marzo de 1825, eligiéndose como sede del mismo la Universidad,
lugar donde se le destinaron algunos salones para la exhibición de sus colecciones.
El primer acervo del museo se conformaba con "las colecciones de la Universidad
y las ' recolectadas en diferentes partes del territorio, ..., poniendo énfasis en la
conservación de antigüedades mexicanas,,25. Entre las colecciones que pasaron a formar
parte' del acervo del museo, las de Sigüenza y Góngora, Boturini, la serie de retratos de
los virreyes, monolitos y esculturas del lejano pasado prehispánico, así como todo tipo de
objetos que obtenidos de diferentes lugares de la República reflejasen el carácter nacional
de la misma.
Desde la fundación del Museo Nacional los objetos arqueológicos fueron "una de
sus colecciones más importantes: .desde la primera, proveniente de la isla de
Sacrificios, Veracruz, como la de los monolitos donada por Diego de la Rosa, pasando por
las de Garra, Her~dia, Seler y otras igualmente notables,,26 que, junto con las colecciones
de histori~ i natural, históricas, documental, invenciones, etc, entre algunas otras más
conformaban el amplio aparador nacional que buscaba ser el museo.
La búsqueda, recolección, catalogación y estudio de los primeros años, 1825-1867,
se pudo desarrollar gracias al apoyo que encontró en "la figura jurídica del Museo
Nacional - la cual legitimó- la práctica sistemática de los sucesivos gobiernos de México,
independientemente de su tendencia doctrinaria, por reunir los objetos considerados de
utilidad y lustre naclonal''", dicha política pese a sus vaivenes pudo permitir la
supervivencia de la institución museográfica.
Esta política' de recuperación y conservación de objetos favoreció "la conversión de
los objetos idolátricos en colecciones de museo"28, pero también obligó a la búsqueda de
un nuevo espacio para albergar su ampliada colección, lo cual resultó muy complicado en
sus primeros años debido a la inestabilidad política en la que vivía el país.
Si bien el Museo Nacional se encontraba desde su fundación instalado dentro del
edificio de la Universidad, fue con el establecimiento del Segundo Imperio cuando se le
2S Nilda Sánchez de Madrid: Op. Cit.: 3.
26 Luz Elena Pereyra. "El Museo Nacional: su función como conservador del patrimonio cultural", en El
museo. Boletín informativo del Museo Nacional de Antropología, en Información Científica y Tecnológica.
(en adelante ICyT): 55.
27 Morales Moreno, Luis Gerardo. OO, Cit: 36-37
28 Morales Moreno, Luis Gerardo. OO, Cit.: 37.
27
asignó una nueva sede, "el museo abandonaría los locales de la maltratada -por
constantes' clausuras y reaperturas de sucesivos gobiernos- Universidad y, aunque no
;"'!t:'~
ocuparrac!'Binguna área del propio Palacio, quedaría en un edificio contiguo: la Antigua
-i~ :,.,.
Casa de Moneda,,29, también se le cambiaría su nombre al de Museo Público de HistoriaNatural, .~rqueolog ía e Historia, siendo inaugurado por el emperador Maximiliano de
Habsburgo,el 6 de julio de 1866.
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Derrotado el Imperio y restablecida la República, el presidente Benito Juárez le
restituiría su antiguo nombre y lo conservarla en su nueva sede.iahora bajo el marco de
una nueva»política educativa: el positivismo, en la cual el museo volvía a ser identificado
-: -,-~
"como un aliado importante en los programas educativos, principalmente a niveles medio
y superio['3o. Iniciándose así una nueva etapa en la vida de la institución (1867-1925), la
-cual implica.ría un cambio de suma importancia para la vida del recinto museográfico el de
:st;-~...
la "transición de una bodega de objetos raros al núcleo legítimo de conservación de los
orígenes,,31.>
. ',::'St->"
CoH~Un apoyo gubernamental más firme que en las décadas precedentes, la labor
realizada por el museo fue incrementada; es en este periodo cuando se le da una nueva
organización al museo, dividiéndolo en cuatro grandes colecciones o categorías: historia
¡ .;
natural, a~tigüedades, historia y arte, dispuestas en nueve grandes salas; además se
traslada la Piedra del Sol de un costado de la Catedral Metropolitana al Salón de
Monolitos (1885) y se pública Anales, revista de divulgación histórico arqueológica (1877).
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el Museo Nacional volvería a ser modificado,
"ya que se le instalaron laboratorios de análisis, departamentos técnicos, una imprenta,
talleres de fotografía, fotograbado y encuadernación. Se publica además de Anales, el
Boletín y se realizan expediciones arqueológicas. Se crean las cátedras de Antropología,
Etnografía, Arqueología e idioma mexicano, y se inaugura la Sala de los Monolitos"32. Una
nueva ampliación del acervo llevó a la fundación de nuevos repositorios entre ellos el de
Artillería instalado en la Ciudadela y el del Palacio de Minería (1880).
29¡.uz Elena Pereyra. Oo. Cit.: 133.
30 Ibid.: 135.
31 Morales Moreno, Luis Gerardo. ºp. Cit.: 38
32 Nilda Sánchez de Madrid. Op. cit.: 6.
28
La segunda mitad del siglo XIX mexicano, fue sin duda el mejor momento del
museo en México, ya que fueron fundados los primeros museos en el interior del país:
Museo Michoacano (1866), Museo Yucateco (1871) y el Museo Ateneo Fuentes de
Saltillo (1887). El último en ser fundado durante este periodo fue el Museo Oaxaqueño
(1903). Antes de que terminará el siglo el prestigio y solidez alcanzados lograron que este
fuera considerado "algo más concreto que un sueño patriótico, deposito de mil pedazos
reunidos sin coherencia,,33, y pasara a ser considerado una institución académica de
relevancia, reconocida no solamente a nivel nacional, sino también a nivel internacional.
Pese a todo el prestigio alcanzado por el repositorio nacional, la continuidad en el
uso de la museografía europea hizo que éste enfrentará los mismos problemas que los
museos europeos "el interior de las antiguas galerias de San Carlos en México recuerda
la museografía impuesta por el Louvre durante el siglo XIX, con techos pintados y muros
tapizados con óleos"34, esta saturación de objetos em muros y paredes hacía demasiada
pesada la visita a todos aquellos que lo realizaran, lo cual podría provocar un poco de
desencanto en sus visitantes.
En cierto modo la concepción museográfica del Porfiriato "rendía culto no
únicamente al pasado indígena mistificado, ya petrificado (e ignorado del presente), sino a
la independencia nacional de 1810-1821 prolongada hasta los héroes y combatientes de
la lucha contra la intervención francesa 1862-1867,,35, al utilizarlo de esta manera para
mostrar las raíces, el desarrollo y el progreso alcanzados durante este periodo, se
realizaba un homenaje a Díaz y a su obra.
El repositorio nacional había pasado de ser una bodega de artículos curiosos a un
altar de la patria, vitrina de las glorias nacionales, "urna funeraria simbólica del mestizaje
cultural conformado por ídolos recuperados -tlaloes junto a vírgenes y héroes seculares-
ídolos populares en retratos, figuras de cera y bustos-, ni indígenas, ni criollos, sino sólo
mexícanos'P", donde se sintetizaba el ser nacional.
Punto obligado de referencia si se quería destacar algún momento de su historia,
espacio de visita obligada para políticos que gustaban de tomarse la foto junto a los
33 Morales Moreno, Luis Gerardo. Oo.Cit.: 39.
34 Miguel ÁngelFemández.~: 32.
35 Morales Moreno. LuisGerardo. Op. Cit.: 42.
36 Ibid.: 54.
29
iconos de la mexicanidad, antes de que terminara el Porfiriato el "Museo Nacional -había
adquirido- la condición de baluarte del nacionalismo cívico y patriótico"37
Al final del siglo XIX y al inicio del XX, el museo mexicano compartía con sus pares
europeosta idea de ver a esta institución como escaparate de la grandeza alcanzada por
los pueblos del mundo, todo ello bajo el contexto de un fuerte nacionalismo que se fue
dando a lo largo del siglo, que favoreció el gran hacinamiento y concentración que se dio
en los diversos museos, mismo que les fue otorgando la categoría de grandes mausoleos
de las actividades del hombre, inmenso aparador de un pasado que sólo podía ser
comprendido por determinadas personas y que resultaba ser un perfecto bastión de la
identidad, del ser nacional. Al igual que en los museos del mundo, los museos mexicanos
se vieron limitados en su capacidad de difusión.
Con el inició de la Revolución Mexicana, la experiencia del establecimiento de,. -
nuevos museos quedaría parcialmente suspendida hasta el término de la lucha armada.
En el marco de la "vorágine revolucionaria, aparece la crítica sistemática de la
museografía porñriana - a la luz de esta se consideró al museo si fuera un- almacén de
,..;;....
cosas viej~s"38. Bajo este enfoque se buscará fundar nuevos museos los cuales deberían
de djferenciarse de sus predecesores. Los primeros museos post-revolucionarios serían
inaugurados en 1923, gran parte de ellos eran regionales o dedicados a una especialidad
ejempl() de esto son el:
• Museo de Pintura, Guanajuato. /'
• Museo de Minerología, Guanajuato.
• Museo de Veracruz, (Historia), Veracruz, Ver.
• Museo de Churubusco (Historia), México.
• Museo Guadalupano, (arte), México.
• Museo de Arte colonial de San Agustfn de Acolmán, Edo. Méx.
• Museo de Arte Colonial en Tepotzotlán, Edo. Méx., por mencionar tan sólo
algunos.
Si bien, gran parte de los museos fundados durante los primeros años del México post
revolucionario, se vieron limitados por la carencia de un modelo museográfico a seguir,
37 Ricardo PérezMonfort. "El museo nacional comoexpresión..." : 27
38 Morales Moreno, LuisGerardo.~: 20.
30
que orientara la organización de sus exposiciones muchas de las cuales se reducían a la
existencia de pequeñas colecciones instaladas en salones o en edificios inadecuados;
ejemplo de ello son los museos de arte montados en antiguos conventos, donde todo se
reducía a la existencia de unas cuantas salas de pintura, ya que se entendía c0"!10
museo sólo al espacio que correspondía a la Pinacoteca, pese a ello los gobernantes de
este periodo siguieron impulsando y conservando al espacio museográfico como forjador
de noCiones patrióticas y nacionalistas.
En este tenor se desarrolla la vida museográfica entre los años de 1920 a 1960,
destacándose de este periodo la experimentación que se hizo, desde la reestructuración
de los viejos museos hasta la apertura de nuevos recintos donde "las ideas de patria y
progreso,' l~ arqueología y la antropología fueron utilizadas para apoyar la imagen que el
nacionali~ino revolucionario quería proyectar de sí" 39, lo que al final favoreció un nuevo
.>,J;<
impulso a la vida del museo en México.
unanueva serie de cambios que ayudaron a una mayor difusión y administración
de los museos, que tuvieron por consecuencia un fuerte impulso en la divulgación de sus
acervos, ,se comenzó a dar en el penúltimo año de gobierno del presidente .Lázaro
Cárdenas, quien a través de un decretoemitido en ese año creaba el Instituto Nacional de
Antrop()lo'gí~ e Historia (I.N.A.H.), al cual se le asignaba como sede el Castillo de
Ohapultepec.
De esta manera el patrimonio del Museo Nacional de Arqueología, Historia y
Etnografía, que aún tenía por sede el edificio ubicado en la calle de Moneda, fue dividido
por la falta de espacio, ya que el acervo se había ampliado lo cual obligaba a conseguir
una nueva 'sede o a dividir lo existente y con ello trasladar una parte de el a la nueva
sede, todo lo relacionado con lo prehispánico seconservaría en el edificio de Moneda 13,
con lo cual se integraría el Museo de Arqueología y todo lo posterior a 1521 sería enviado
a la nueva sede del ~useo Nacional. Éste último inaugurado el 27 de septiembre de
1944, durante lapresldencta de Manuel Ávila Camacho.
Dos años después, el presidente Miguel Alemán creaba el Instituto Nacional de
Bellas Artes (I.N.B.A.), con sede en el Palacio de las Bellas Artes, en el cual además se
instalaba el Museo Nacional de las Artes Plásticas. Con la creación del I.N.A.H. y el
39 Morales Moreno, Luis Gerardo. Oo. Cit.: 19.
31
I.N.B.A.; se iniciaba en México la institucionalización de los museos, una nueva etapa en
la que la proliferación de éstos a los largo de los años que siguieron a su creación
ayudaron a la reorganización de la repositorios del pasado, adaptando el discurso
museográfico en los planos educativo, cultural, politico, e ideológico al modelo de
desarrollo que el país vivía en aquellos momentos.
Manteniéndose la idea que "el Museo era así no sólo el depósito de los objetos con
valor arqueológico, histórico y etnográfico sino que se convertiría en un verdadero forjador
de nociones patrióticas y nacionalistas. El Museo nos ayudaría así a los mexicanos a
vernos a nosotros mismos y a sentirnos orgullosos de lo que fuimos y de lo que somos".
40 Ricardo Pérez Monfort. Op. Cit.: 31.
32
e) De 1960 a la fecha.
La institucionalización del museo facilitó su conversión a espacio cívico donde los
mexicanos podían acceder a conocer las raíces y los logros del nacionalismo
revolucionario, para facilitar su conocimiento fue necesario modificar al · recinto
museográfico y convertirlo en un museo de masas, donde a través del discurso
museístico se pudiera "mostrar a los habitantes del país el valioso tesoro artístico,
histórico y'cultural d~1 que eran poseeoores'". el papel que fue adquiriendo el museo
post-revolucionario al iniciarse la segunda mitad del siglo, facilitó el surgimiento del
museo pú~lico de masas, que hasta nuestros días sigue siendo una característica de los
museos 811 México.
Bajo el impulso de una política educativa dirigida por el entonces presidente de la
República .Adolfo López Mateos, el Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet,
-;
y por el trabajo arquitectónico realizado por Pedro Ramírez Vázquez, durante los años
que van de 1960 a 1964, fueron inaugurados los museos que revolucionarían al mus~o en
México, entre ellos los conocidos como la tríada en palabras del arquitecto Pedro Ramírez
Vázquez: ..·J~I Museo de Arte Moderno, la 'Galería de Historia y el Museo Nacional de
.\ ?fi
Antropología e Historia.
Esta trilogía de museos, ubicados en el bosque de Chapultepec y diseñados desde
un nuevo enfoque tripartita entre lo arquitectónico, lo didáctico-histórico y lo
museográfico, ayudaron a modificar "la concepción tradicional del museo, el cual dejó de
ser almacén de reliquias, joyas valiosas y objetos raros y lugar de privilegio de la cultura,
santuario silencioso donde se guardan los restos del pasado desligado del presente, para
convertirse en una unidad educativa en la que se enseñaría mediante réplicas,
reproducciones, mapas y retratos, dioramas, cicloramas y maquetasr", además del uso
de murales, salas de conferencias, exposiciones temporales y del servicio de visita
41 Miguel Ángel Femández.~: 187.
42 Luciano López. "La Galería del Caracol. Un museo didáctico de historia", en ICyT: 24.
33
guiada. Esta visión modificada del museo fue en su momento una excelente respuesta a
la limitada ' difusión y aceptación que había tenido el museo en la mayoría de la población.
La tríada no serían los únicos museos creados durante el sexenio de López
Mateos; también se dio el nacimiento o modificación de los siguientes museos:
Pinacoteca Virreinal de San Diego, Museo del Palacio de Bellas Artes, Museo de la
Ciudad de México, Museo de Historia Natural, Museo Nacional de las Culturas, todos
ellos en la Ciudad de México; Museo Nacional del Virreinato, en el Estado de México y el
Museo de la No Intervención, en Puebla.
Aunque fuera de su sexenio, "en 1968 bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz
se completa la secuencia museográfica iniciada en 1964 con la creación del Museo de
San Carlos'>43, con el cual se cerraba el ciclo iniciado con López Mateos. Tendrían que
pasar más de dos décadas para que se volviera a dar nuevamente esta euforia
museográfica, mientras ésta llegaba, la política que se estableció a partir de 1972, buscó
renovary restaurar los ya existentes.
Pese a ello, la fundación de nuevos museos públicos, privados y de fideicomiso se
continuó, ejemplo de ello fue la inauguración del Museo Tecnológico de la Comisión
Federal de Electricidad (1972), el Museo Alvar y Carmen Carrillo Gil (1974), el Museo
Hidráulico o del Drenaje Profundo (1976), Museo de la Revolución Mexicana, Jiquilpan,
·Michoacári (1977), el Museo Nacional de Arte (1980), el Museo Rutino Tamayo (1981), el
Museo Franz Mayer (1986), el Museo del Templo Mayor (1987), Universum (1992),
el Papalote (1993), el Museo de la Luz (1996), etc. A la par de ello "la SEP a través del
Instituto Nacional de Antropología e Historia, lleva a cabo desde 1973 un programa
dirigido a que los niños abran sus propios museos en la escuela?", los cuales a la fecha
han desaparecido o se han transformado, el mínimo de ellos, en museos regionales o
comunitarios.
Junto a ello se estableció una política de museos dellNAH en 1976, con la cual se
esperaba regular las actividades de los nuevos museos y de los ya existentes, que en
gran parte habían sido fundados de forma inadecuada, la cual planteó los principales
43 NildaSánchez deMadrid.~: 12.
44 Ma.AuroraAguilar Rubio. "Los museos en México", en ICyT:27.
34
objetivos que debían regir la vida del museo: los de "alojar, preservar y difundir la riqueza
cultural del país'145.
Esta preocupación también había sido expresada por el entonces director del
INAH, el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla: "los grandes museos, poseen recursos
económicos, tecnología y personal capacitado, entre los demás hay una gran diversidad
en cuanto a sus medios operativos y, muchos hay que han vegetado prácticamente sin
cambios desde su fundación y por ello padecen deterioros constentes?". A pesar de este
análisis tan serio del panorama museístico nacional, lo cierto es que pocos cambios .
sucedieren, ya que después de un breve lapso el impulso de esta iniciativa quedó
superada por la anarquía con la que habían sido fundados la mayor parte de los museos.
En las tres últimas décadas del siglo XX, fueron fundados algunos de los museos
más importantes de México; entre ellos, algunos que se han caracterizado por desarrollar
y establecer nuevas relaciones con el visitante, museos interactivos, especializados en la
ciencia, en; los niños o en ambos, que vuelven a establecer una nueva etapa de cambios
en nuestra . concepción del museo. Aunque parece predominar el modelo de museo
. científico o infantil, como el modelo del museo interactivo, lo cierto es, que algunos de los
;.¡
museos fundados, durante el gobierno de López Mateos, ya habían implantado · esa
interactividad.
Si consideramos una continuidad en la vida del museo mexicano, podríamos decir
" i ' ~ ,:,.; .
que desde 1960 a la fecha ha existido en México, con altibajos y omisiones, una política
enfocada a favorecer la integración del público con el museo y viceversa; ejemplo deello
son los planes vacacionales o cursos interanuales que museos como el Nacional de
las Culturas, Culturas Populares, Nacional de Antropología e Historia, del Templo Mayor,
Universum, etc, han implementado como algo permanente de su función. En cierta forma,
lo que hoy se puede entender como ínteractlvo" está más orientado a favorecer la
integración del museo con la sociedad. Vale la pena mencionar que, desde su creación, el
Museo Nacional de las Culturas había establecido un curso para maestros de primaria,
45 NildaSánchez de Madrid.~: 81.
46 Ibid. .
47 Utilizó estapalabra en su sentidomás amplio, en el de la relación, a modode dialogo, que se establece
entre el objetoy la personaque lo observa(Diccionario de la lengua española).
35
con la intención de maximizar el uso del museo para la escuela primaria.
Lamentablemente, este proyecto ha quedado relegado.
Lá~ensación causada por la novedad del Museo del Papalote o Museo del Niño,
nos habla' sobre cuan retrasados podemos estar hoy en nuestra concepción del museo,
ya que éste es una de las más recientes joyas museísticas del país, uno de los primeros
diseñado especialmente para iniciar a los niños en la costumbre cultural de visitar los
museos, en un país en el que los más de 1000 museos existentes, no más de veinte
tienen la .capacidad para responder lúdica e interactivamente al gusto museístico que
,;:.-,
propone.el Papalote. Irónicamente, el Museo del Niño se ve limitado en su capacidad de
difusión; a pesar del Papalote itinerante, aunque en los últimos años se han fundado
museos con la misma perspectiva y orientación, aún así este modelo museográfico no
pasa de ser una minoría entre el millar museos existentes en el país, a diferencia de los
Estados Unidos de América donde existen más de 100 dedicados a la misma actividad.
Al ,finalizar el siglo se sabe que existian alrededor de 1000 museos a lo largo y
ancho de,,,,todo el país; en el presente año (2004) un censo realizado por el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes sobre estos depósitos del pasado .nos da la cifra
aproximada de 1065, para conocer más datos sobre dicho estudio se recomienda
consultar el Atlas Cultural de México, ya sea de manera electrónica o impresa48 por el
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, por supuesto se incluyen dentro de la lista
los que están a cargo deIINBA, INAH, Estatales, Regionales y Privados.
Los últimos veinticinco años, han sido de lo más importante en la historia de los
museos de México, desde el descubrimiento de la Coyolxauhqui, el día 20 de febrero de
1978 en la esquina de Guatemala y Seminario, que llevó a la creación del Museo del
Templo Mayor, inaugurado años después en el mismo lugar donde se encontró la imagen
de la diosa de la luna, hasta la inauguración de la última joya museística: el Museo
Regional de Culturas de Oaxaca, ubicado dentro del conjunto del Centro Cultural de
Santo Domingo, en Oaxaca, Oax., en diciembre de 1998.
48 La versión electrónica se puede consultaren http://sic.conaculta.gob.mxIatlasdeinfraestructuracultural. o en
www.cnca.gob.mx/museos.htm .
36
Sin duda alguna, estamos siendo testigos y participes de un nuevo momento, un
nuevo y fuerte impulso en la vida e historia de los museos en México. Lamentablemente,
durante este mismo periodo han desaparecido algunos museos públicos y privados,
entre ellos uno que durante su breve vida incrementó las posibilidades de conocer
algunas obras maestras del arte mundial: el Centro Cultural de Arte Contemporáneo.
Este último momento en la vida museística del país, signo palpable de unapolítica
más cercana a los caprichos sexenales que a un proyecto organizado, pone "de
manifiesto las nuevas formas de concebir al museo como algo más que unas simples
salas dedicadas a albergar unos objetos.'>49, subrayando así la dimensión humana y de
servicio que el museo debe tener.
La ambigüedad del apoyo tanto oficial como privado ha sido algo permanente en la
)
vida del museo mexicano, además de la problemática económica, la falta de una defensa
más efectiva del patrimonio cultural y de la necesidad de incrementar sus colecciones.
Muy a pesar de ello "éste ha sido el siglo de los museos: los hay con pisos de mármol y
otros con muros de adobe; algunos viven gracias a sus colecciones mientras otros
sobreviven a pesar de sus administradores; algunos fueron construidos para no olvidar y
otros para aprender. Pero ninguno escapa a la paradoja de sus creadores: deben..
conservar lo mejor del pasado y a la vez ser instrumentos de cambio, es decir, memoria y
utopía"so.
Bajo este panorama la expectativa presente y futura del museo en México, no es
nada halagadora, ya que aún se sigue careciendo de una polftica cultural que favorezca
su difusión e integración con la sociedad de la cual forman parte; mientras esto no
suceda, no podrá convertirse en lo que en algún momento Daniel F. Rubín de la Borbolla
designó como la "más autentica universidad abierta a todos..s1.
49 RobertoRojas.~: 94.
50 MiguelAngelFemández.~: 229.
51 DanielF. Rubín de la Borbolla. "El museo: auténticauniversidadabierta al mundo", en ICyT: 13.
37
Capítulo 2.
Del museo contemplativo al museo interactivo.
a) "musoleo" de la historia oficial.
Recorrer un museo con los ojos de un docente interesado en utilizarlo con fines didácticos
nos obliga a reconocer que lo hemos inutilizado, limitado, segregado y hasta abandonado,
al recorrerlo podemos descubrir a decenas, centenares de alumnos en algunos casos, .
que afanosos en su búsqueda de información, quién sabe si de comprensión, se pierden
en el acto de copiar decenas de fichas con el fin de cumplir o cubrir decorosamente su
visita a este repositorio del pasado.
El hecho podría resultar anecdótico si aquí se tratara tan sólo de mencionar cosas
curiosas que suceden en cualquier depósito del pasado, pero para aquellos que estamos
dedicados a su estudio, resulta ser simplemente dramático; el simple acto de copiado
implica una total desatención del objeto estudio, indiferencia e incomprensión del
contexto histórico en general, pero, también la experiencia nos ha enseñado que esto no
es totalmente culpa del alumno, sino también de su maestro, quién por ignorancia o
desinterés desconoce las posibilidades que le ofrece la institución.
A pesar de sus contados intentos la Secretaría de Educación Pública, INAH y
CNCA también resultan responsables del abandono, desconocimiento y limitado uso que
se hace de la institución, la falta de mayor difusión sobre la riqueza museográfica nacional
existente y la forma en que puede y debe ser abordado por maestros y alumnos, las
coloca también como responsables de la limitada manera en que aprovechamos nuestra
cultura. Este abandono, desconocímíento y desinterés demostrado ha convertido al
museo en un mausoleo de glorias pasadas, recorrido o visitado de vez en cuando tan sólo
para recordar antiguas grandezas, hechos heroicos que estamos obligados a recordar
pero no a reflexionar; en eso lo hemos convertido.
38 
Pese a todo algunos docentes hemos procurado utilizar este espacio didáctico en 
favor de nuestros alumnos, buscando rescatarlo de este abandono en el que se le tiene; 
al recorrerlo con nuestros alumnos sus espacios museogréficos u orientándolos en su 
recorrido, hemos estado buscando crear en ellos una visión más amplia sobre su pasado, 
además de favorecerles una clara convicción sobre la riqueza visual y material que posee 
la instnución. 
En el simple acto de visnarlo o recorrerlo, asesorando o guiando a un grupo de 
alumnos se puede transformar nuestra visión tradicional del museo como espacio 
inanimado de la historia, monumento o punto de referencia de glorias pasadas al del 
espacio interactivo, espacio complementario de nuestro salón de clases. 
La impresionante y larga historia de los museos y de su transformación de 
espacios: Divinizados, privados, vitrina museo de la nación, mausoleo de un pasado 
lejano e incomprensible para susescasos visitantes a espacios públicos, museo de 
masas, espacio lúdico, recreador de un tiempo histórico investigado y recreado por un 
grupo interdisciplinario, punto de encuentro de elites y de masas, nos permite conocer de 
qué manera éstos han evolucionando hasta convertirse en depósitos del pasado, acervos 
donde escasos fragmentos del pasado de la humanidad están a la espera de quien 
quiera conocerlos. 
Nuestra labor y compromiso consiste en saber asesorar, guiar u orientar a todos 
aquellos interesados en acercarse y hacer uso de este mausoleo decimonónico 
transformado en espacio didáctico de masas donde los mexicanos aprenden a conocer 
parte de su pasado, libro didáctico e interactivo donde nuestra labor docente puede 
acelerar esa tan necesitada cuttura musefstica, por cierto algo escasa en estos dias. 
39
b) Los museos interactivos.
La problemática pedagógica que empezaron a enfrentar los museos en los últimos años
del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, los fue llevando a reconsiderar la
presencia del niño dentro de los mismos; "la 'presencia del niño en el museo ha de ser
absolutamente espontánea, de lo contrario, aquél conserva siempre la imagen del museo
como una imposición de la escuela"52, lo cual acabó por resaltar la importancia de la
difusión'y con ello el de contar con personal que facilitase el acceso a las obras
contenidas dentro de los museos.
,,",1
La ~egunda mitad del siglo XX, volveria a resaltar la importancia de los museos y
su inneg'abie papel de espacio educativo, el cual se reforzaria con la formación de grupos
de guias especializados para favorecer una mejor percepción del objeto museográfico;
los grupos de apoyo didáctico o departamentos de servicios educativos, orientados desde
su origen:. al trabajo con niños y adolescentes, ayudarian en mucho a una mejor
, .
comprensión de los objetos depositados en el museo.
El surgimiento de grupos o departamentos educativos dedicados a difundir el.,
acervo dei mismo, fue favoreciendo una mayor integración con la institución, pero al
mismo tiempo rompió con la imagen estática, que el museo se habia creado durante el
siglo XIX. A fines del siglo XX, este repositorio del pasado habia empezado a convertirse
~'~ . -:,;0;( ' .
en un interesante libro abierto, dispuesto a ser utilizado por aquellos interesados en
interpretat~ explotar sus abarrotadas salas. Hemos ido pasando de un museo estático a
la concepción de un museo dinámico; el cambio que se fue dando estuvo acompañado de
una nueva' forma de apropiarse del museo: la interactividad.
Los especialistas han comprendido a tiempo que su falta de transformación, que su
negación de su sentido original de difusión de su acervo y por ende de la apropiación que
el público hiciera de los objetos enel conservados, hubiera favorecido su lenta extinción o
que por los menos se hubiera dado un retorno al coleccionismo particular que precedió al
museo público
La nueva concepción del museo implicó una nueva relación con el objeto, ahora
mejor conocido como objeto museográfico, trajo consigo la necesidad de establecer una
52 Miguel Ángel Fernández. Oo. cit.: 33.
40
relación distinta entre el objeto y el espacio museográfico, distinta en contraste con el
siglo pasado, así como una nueva relación entre la institución y el público. Las reflexiones
que giraron en torno de estos tres factores: objeto museográfico, institución y público,
serían la pauta para el establecimiento de una nueva relación con los museos".
Esta nueva relación se vio favorecida por la masificación, con la cual se estaba
estableciendo una nueva costumbre cultural para la mayor parte de la población: la de
asistir a los museos. El surgimiento de museos masivos y por ende, una nueva cultura de
museos, caracterizada por visitarlos de manera no obligatoria, sino por el gusto de
recorrerlos, fue favoreciendo la apropiación del museo público por parte de la sociedad
que lo visitaba, llevó a reconsiderar la trascendencia e impacto que tenía el museo como
espacio educativo de las masas y por ende favoreció el establecimiento de una nueva
relación entre la institución, los objetos y el público.
Prácticamente desde su nacimiento, los museos interactivos han estado orientados
a favorecer la integración del público con el acervo museístico. Aunque predominan los de
corte u orientación científica, los museos interactivos abarcan todos los campos de la
rnuseoqraña desde los llamados de arte, donde se aplicó por primera vez el concepto de
interactividad, hasta los museos de ciencia y tecnología, pasando ' por los museos
etnográficps, de historia natural y de hístoria'" .
.Hoy se puede decir con cierta verdad que cualquier museo que pueda y deba ser
considerado interactivo debe contar con un equipo mínimo de guías, y con ellos de un
departamento de servicios al público que se dedique en períodos vacacionales cortos y
largos al delicado trabajo de crear o de poner en práctica experiencias interactivas y
lúdicas que ayuden al visitante a favorecer su integración con el acervo museístico y por
ende con el conocimiento que resguarda.
Es necesario aclarar que el término "interactividad" va mucho más allá de la simple
referencia que hace alusión a la actividad manual que se establece entre el visitante y un
instrumento-objeto del museo, toca, juega y aprende que se maneja como slogan del
53 En su sentido más amplio los repositorios conocidos con este nombre se destacan por este afán de difusión
que los lleva a mantener una permanente comunicación entre el público y el acervo museográfico, en la que
destaca la labor del guia como traductor del discurso a un público en su mayoría neófito.
54 Se entiende como museo interactivo en su sentido más amplio, al espacio museográfico que busca o
incentiva en el público visitante un dialogo permanente entre el público y el acervo de la institución, dialogo
que se ve favorecido a través de del discurso museográfico y de la visita guiada.
41 
Museo del Nino en México, sino abarca una idea más amplia que incluye la relación 
auditiva, visual y a veces manual que favorece la apropiación del conocimiento de alguna 
obra u objeto que forma parte de un acervo museográfico. 
Baste recordar que las actividades interactivas disenadas por los departamentos 
educativos de los museos para los ninos sirven la mayorfa de ellas como marco 
introductorio a los grandes museos o museos nacionales; como una fonna de facilitarle a 
los ninos la apropiación del objeto museográfico, por ende de acercarte al conocimiento 
que se encuentra resguardado en él. La experiencia lúdica que proporcionan los museos 
interactivos, tales como: Universum, Papalote, Tecnológico, Templo Mayor, Nacional de 
Antropologfa, de las Culturas, etc, buscan favorecer o crear en el nino la costumbre de 
visitar los museos como una actividad cotidiana o común como el salir a caminar o ir al 
cine. Esa facilidad de leer los objetos museográficos debe estar acompanada de un gula 
que ayude o favorezca una mejor comprensión del espacio museográfico para facilitar su 
apropiación. 
Originalmente, este principio de interactividad surgió como respuesta a la urgente 
necesidad de favorecer la integración de los ninos al museo, los cuales estaban obligados 
a visitar1o~ como parte de su fonnación educativa. Esta situación llevó al establecimiento 
de una sala introductoria en los museos, donde a través de juegos de tocar, pintar, annar, 
desannar o jugar con la obra, el nino tennina por apropiarse de la misma, es decir, se 
apropia .de algunos conceptos generales que la obra plantea: la escuela a la que 
pertenece, el sentido de su nombre, caracterlsticas de la misma, alguna referencia sobre 
el autor, etc., pero sobre todo, la intención original de la interactividad es la de despertar 
en el visitante la capacidad de maravillarse. 
Aunque se considera la interactividad como una cosa común de los museos de 
ciencia o para ninos, lo cierto es que éstos

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