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Grafosrepresentacionales-de-la-teoria-del-condicionamiento

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS 
 
 
 
GRAFOS-REPRESENTACIONALES DE LA TEORÍA 
DEL CONDICIONAMIENTO 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
MAESTRO EN FILOSOFÍA DE LA CIENCIA 
P R E S E N T A : 
I S A A C C A M A C H O M I R A N D A 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR: 
DR. MARIO EUGENIO JOSÉ CASANUEVA LÓPEZ 
 
 
 
 
 
 
MARZO 2008 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Índice 
 
 
Introducción 1 
 
1. El enfoque sintáctico y el enfoque semántico 3 
1.1. Las teorías como conjunto de enunciados: Carnap y Hempel 
1.2. La crisis 
1.3. Las teorías como modelos: Van Fraassen y Giere 
 
2. Estructuralismo 27 
 2.1. El reto de Putnam 
 2.2. La respuesta Estructuralista. 
 2.3. Las representaciones conjuntistas. 
 
3. Los grafos representacionales 38 
 3.1. ¿qué son? Y ¿Para qué sirven? 
 3.2. Similitudes y diferencias con el estructuralismo 
 
4. Teorías científicas: un caso 50 
4.1. Presentación informal de la Teoría del Condicionamiento y su 
metodología. 
 4.2. Grafo de la Teoría del Condicionamiento. 
 4.3. Grafo de la Metodología del Condicionamiento 
 
5. Consideraciones finales 89 
 
6. Referencias 91 
 
Introducción. 
 
El presente trabajo constituye una reconstrucción de una teoría 
Psicológica. Se inscribe en el enfoque semántico. En concreto se utilizan las 
ideas o métodos de la concepción grafo-representacional (Casanueva y 
Méndez, 2004) en estrecha relación con las intuiciones estructuralistas. 
 
Las motivaciones detrás de este intento provienen de diversas fuentes: 
en primer lugar, desarrollar una representación modelo-teórica de la teoría del 
condicionamiento, trabajo que ha sido reconocido como parcialmente realizado 
en la agenda de las concepciones semánticas en general y del estructuralismo 
en particular (Westmeyer, 1989). En segundo lugar, aportar nueva evidencia 
sobre la aplicabilidad de la herramienta grafo-representacional en el análisis de 
teorías científicas. En tercer lugar, mostrar la generalidad de la herramienta al 
capturar en la representación los aspectos metodológicos instrumentales de la 
teoría del condicionamiento. 
 
Para esto procederemos de la siguiente forma: Se presentará de forma 
sintética el enfoque sintáctico y sus limitaciones, posteriormente se presentará 
el enfoque semántico como una respuesta a las limitaciones del enfoque 
sintáctico. 
 
A continuación, se presentará la forma de análisis semántico conocida 
como el estructuralismo. Misma que consiste, al mismo tiempo, en el punto de 
partida y de ruptura para el modo de representación central en el presente 
trabajo: los grafos representacionales. 
 
Tras una breve descripción de dicha herramienta grafo-representacional 
se presentan tanto las similitudes como las diferencias con respecto a las 
representaciones estructuralistas. Posteriormente, se procede a analizar el 
caso de la teoría del condicionamiento en Psicología. Para esto en primer lugar 
se presentará la teoría, su método y sus aparatos de forma informal para 
posteriormente desarrollar la representación semi-formal tanto de los aspectos 
puramente conceptuales así como de los aspectos metodológicos de la misma. 
 
Las consideraciones finales girarán en torno a tres aspectos fundamentales: a) 
La caracterización de la teoría del condicionamiento mediante la herramienta 
grafo-representacional, b) La caracterización de la metodología experimental 
de dicha teoría mediante esta misma herramienta y finalmente, c) la posibilidad 
de una vinculación entre ambos grafos mediante la construcción de una forma 
de representación unificada para la teoría y el método o entre los aspectos 
epistemológicos y técnicos de la ciencia, y d) la explicitación de algunas de las 
virtudes didácticas de dicha herramienta. 
1. El enfoque sintáctico y el enfoque semántico. 
 
Hablar de filosofía resulta difícil cuando se nos interroga en torno a su 
definición. Al respecto Estany (1993) nos dice: 
 
“Es habitual que el profesor de filosofía inicie sus clases con la consabida pregunta ‘¿Qué 
es la filosofía?’… Es difícil encontrar otra disciplina en que la pregunta sobre su propia 
identidad se plantee desde el inicio con tanta insistencia, apremio y necesidad… 
Si los alumnos esperan una respuesta concisa y clara sólo lograrán frustraciones. El 
profesor (un profesional en la materia) tampoco tiene este tipo de respuesta” (Estany, 
1993, p. 17) 
 
A pesar de esta dificultad inicial, el panorama parece despejarse cuando de 
los problemas crudos de la definición de la filosofía “pura” pasamos a la definición 
de la filosofía vinculada con algún dominio en particular, es decir, la “filosofía de”. 
Esta clase de trabajo filosófico puede caracterizarse como un discurso de segundo 
orden cuyo objetivo es incrementar nuestro entendimiento de aquello que 
constituye el discurso primario. Moulines concibe a la filosofía de la ciencia 
 
“…como una teorización sobre teorizaciones. Y quisiera que se tomara esta caracterización 
como equivalente a esta otra: como interpretación de interpretaciones de la realidad; o 
bien, con un poco más de precisión, como la construcción de esquemas interpretativos de 
carácter filosófico con el fin de entender esos esquemas interpretativos de la realidad que 
llamamos ‘teorías científicas’…” (Moulines, 1979, p. 53) 
 
De esta forma, los problemas de definición se vuelven más fácilmente 
tratables al acotar el dominio de aplicación de los argumentos filosóficos, aunque 
no se garantiza el consenso debido a que siempre pueden señalarse controversias 
con respecto al alcance y los objetivos de dicho discurso de segundo orden. Esta 
acotación de la problemática filosófica a algún dominio de desempeño humano 
nos permite hablar de la filosofía de la religión, la filosofía del derecho, la filosofía 
del arte y a la filosofía de la ciencia, entre otras. El presente trabajo se inscribe 
en esta última forma de acotación. 
 
Los sistemas desarrollados en la filosofía de la ciencia han generado 
impresionantes programas de investigación, algunos de los cuales han surgido 
como respuesta a las problemáticas generadas por sus antecesores o como un 
replanteamiento de dichas problemáticas, esto es, no se responde a las preguntas 
sino que se les plantea mejor (claro que ambas formas marcan caminos diferentes 
pero igualmente relevantes en el progreso de la filosofía de la ciencia). En lo que 
sigue presentaremos dos ejemplaresde los programas de investigación surgidos 
en el núcleo de lo que podríamos llamar el enfoque sintáctico. Una caracterización 
de dicho enfoque seguirá a la descripción de los ejemplares por fines de 
exposición. 
 
1.1. Las teorías como conjunto de enunciados: Carnap, Hempel. 
 
Resulta poco controversial la tesis que afirma que las teorías científicas 
constan de términos, ecuaciones, definiciones, clasificaciones, mediciones, 
operaciones, etc. Pero ¿Cómo entender el significado de dichos elementos?, en 
los términos de Moulines, ¿Cómo entender esas interpretaciones de la realidad? 
Esta pregunta, acotada exclusivamente a los términos, fue conocida como el 
problema de los términos teóricos. Hempel (1973) al hablar de los enunciados 
explicativos postulados en las teorías y el significado de los términos que 
conforman dichos enunciados nos dice: 
 
“… los enunciados… pueden tener un significado empírico objetivo y pueden explicar 
fenómenos empíricos, sólo si los términos teóricos que contienen tienen significados 
claramente especificables; ciertamente los empiristas lógicos asumieron este punto de 
vista. Así, surgió el problema de caracterizar esos significados y de indicar cómo se 
asignan a los términos teóricos. Este fue uno de los principales problemas en los que se 
concentró el análisis estándar; llamémosle el problema del significado de las expresiones 
teóricas.” (Hempel, 1973, p. 440) 
Así, podemos pensar que el problema de los términos teóricos hace 
referencia al esclarecimiento de la forma en que se fija el significado de los 
mismos. Un trabajo que captura los diversos intentos por responder a este 
problema desde el empirismo lógico es el de Shapere (1965). Entre otras cosas, 
en dicho trabajo se describe un intento de respuesta en la forma del 
operacionalismo, así como las respuestas por parte de Carnap y de Hempel. A 
continuación presentaremos dichos intentos como ejemplares de los proyectos de 
investigación dentro del enfoque sintáctico, para finalizar con una caracterización 
de dicho enfoque a partir de lo señalado en dichos ejemplares. 
 
Carnap y las interpretaciones parciales. 
 
El intento de Carnap (1956) por fijar el significado de los términos teóricos 
(constitutivos del lenguaje teórico) en la ciencia parte de los siguientes supuestos. 
 
a) Es útil dividir el lenguaje de la ciencia en dos tipos, a saber, el lenguaje 
teórico y el lenguaje observacional. 
b) Sólo los enunciados teóricos son problemáticos. 
c) El problema filosófico consiste no solamente en una demarcación entre los 
lenguaje de observación y teóricos sino en articular la relación entre ambos 
lenguajes. 
 
Para el lenguaje observacional, Carnap propone las siguientes definiciones: 
Sea LO un lenguaje observacional constituido por constantes primitivas. Éstas 
divididas en dos tipos: Lógicas y descriptivas. El vocabulario será el conjunto de 
las constantes descriptivas. Como variables se emplearán solamente las variables 
individuales, finalmente, se emplearan ciertas reglas de formación así como reglas 
de la deducción lógica. 
 
 
 
Dicho lenguaje será considerado como completamente interpretado dado 
que todos los miembros del grupo (que emplea a dicho lenguaje observacional 
como medio de comunicación) comprenden en el mismo sentido todos los 
enunciados de LO. 
 
Ahora, para el lenguaje teórico (LT), Carnap parte de una definición análoga 
a la de LO, esto es, las constantes se dividen en lógicas y primitivas; las 
constantes descriptivas primitivas conforman el vocabulario teórico (VT) y 
contienen las conectivas lógicas usuales aunque pueden admitirse también 
algunas conectivas modales. LT no es un sistema interpretado de postulados, 
inclusive podemos pensar que no tiene una interpretación completa y solo puede 
adquirir interpretación parcial mediante ciertas reglas que relacionan a LT con LO. 
Éstas son llamadas reglas de correspondencia, C. 
 
Las reglas de correspondencia permiten establecer la relación entre los 
términos del VO y el VT. Al respecto Carnap nos dice: 
 
“Los términos de VT sólo logran una interpretación indirecta e incompleta por el hecho de 
que algunos de ellos están relacionados por medio de las reglas C, con términos 
observacionales y, los términos restantes de VT están relacionados con los primeros por 
los postulados de T... “(Carnap, 1956, p. 80) 
 
De esta forma podemos apreciar que el papel que dichas reglas juegan es 
fundamental; es gracias a ellas que los términos teóricos tienen significado 
observacional, o simplemente significado. 
 
En lo que respecta a la forma en que dicha relación entre LO y LT se da en 
la práctica, Carnap nos señala: 
 
“... El que un observador X ‘acepte’ los postulados de T, significa que no sólo debe 
considerar a T como un cálculo no interpretado, sino utilizar T junto con reglas 
especificadas de correspondencia C para guiar sus expectativas derivando predicciones de 
acontecimientos observables futuros a partir de acontecimientos observados, con la ayuda 
de T y C.” (Carnap, 1956, p. 79) 
 
Una característica importante de C es que la manera particular elegida para 
estas no es relevante, pueden ser introducidas como axiomas o como reglas de 
inferencia. Lo importante es que deben permitir la derivación en un sentido, LT-LO, 
o el otro, LO-LT. Es importante señalar que no es necesario que cada una de las 
C se asocie con cada término del VT. Es posible que un término de VT, T1, se 
vincule con otro, T2, mediante los postulados de la teoría, T, pero como T1 se 
vincula con algún término de LO mediante C, podemos suponer que éste adquiere 
su significado observacional y por ende, también T2. Así, 
 
“...la especificación, no sólo de las reglas C sino también de los postulados T, es esencial 
para el problema del significado...” (Carnap, 1956, p. 82) 
 La inclusión de T en las consideraciones relativas al significado dejan en 
claro la función de especificidad teórica que propuso Carnap puesto que, nos dice: 
 
“...La definición del significado debe ser relativa a una teoría T, porque el mismo término 
puede ser significativo con respecto a una teoría y no serlo con respecto a otra.” (Carnap, 
1956, p. 82) 
 
Un ejemplo de una C para algunas magnitudes simples puede ser la que 
relacione el término “masa” del VT con “pesado” del VO: 
 
“Si u es más pesado que V, entonces la masa de u’ (es decir la masa de la región 
coordenada u’ que corresponde a u) es mayor que la masa de v’.” (Carnap, 1956, p. 81) 
 
Finalmente, podemos decir que las C establecen el vínculo esencial ente LT 
y LO, y que junto con los postulados de la teoría nos dan el significado 
observacional y especifico de un término de VT. 
 
Hempel y el método nomológico-deductivo 
 
Hempel (1973) retoma el problema de los términos teóricos. En primer lugar 
resume las suposiciones características de lo que él llama el “análisis estándar” en 
torno a la distinción entre los términos del lenguaje observacional y los términos 
del lenguaje teórico. En segundo lugar retoma las críticas al “requisito de 
especificación lingüística explícita”. En sus propias palabras tanto el análisis 
estándar y dicho requisito, respectivamente, se pueden caracterizar como sigue: 
 
“…De acuerdo con la concepción estándar, una teoría puede dividirse analíticamente en 
dos clases constitutivas de enunciados. Burdamente, y hablando de manera realista, 
podría decirse que la primera de ellas contiene los principios internos de la teoría, los 
cuales especifican el ‘escenario teórico’ describiendo entidades y procesos subyacentes 
postulados por la teoría y enunciando las leyes o los principios teóricos que se supone que 
los gobiernan. Podría decirse que el otro conjunto contiene los principios puente los cuales 
indican las maneras en que se supone que se relaciona lo que ocurre al nivel del escenario 
con los fenómenosque la teoría debe explicar.“ (Hempel, 1973, p, 440) 
 
La crítica a la que nos remite Hempel es relativa a la dificultad de definir la 
expresión “predicado observacional”, lo cual implicaba que: 
 
“...el carácter público e intersubjetivo de la evidencia por medio de la cual se ponen a 
prueba las teorías no puede considerarse como asegurado únicamente por el uso de 
predicados observacionales en las descripción de la evidencia.” (Hempel, 1973, p, 440) 
 
Así, Hempel propuso cambiar la expresión vocabulario de observación por 
el de “vocabulario previamente disponible”, mismo que consiste en los términos 
que, a menudo, se han introducido en el lenguaje de la teoría de interés, al 
provenir de una teoría anterior. Estos términos posen un carácter histórico- 
pragmático dado que son relacionales al implicar el uso de otra teoría 
determinada. 
 
La conclusión general a la que llegó Hempel sobre el problema de los 
términos teóricos fue que: 
 
“... el problema del significado para los términos teóricos, descansa sobre una 
presuposición equivocada y así no requiere de solución.” (Hempel, 1973, p, 452) 
Esto dado que: 
 
“... He sostenido que es innecesario y ciertamente sin fundamento el pensar en los 
términos teóricos como si fueran introducidos o gobernados de alguna manera por 
enunciados con una función interpretativa especial, caracterizada por un distintivo estatus 
lógico o metodológico... (Hempel, 1973, p. 452) 
 
Esta afirmación puede ser entendida de una manera más clara si 
consideramos que previamente (Hempel, 1950) este autor había mostrado la 
insuficiencia tanto del requisito de verificabilidad completa como del de 
refutabilidad completa por ser ambos expresiones de lo que después llamaría el 
“requisito de especificación lingüística explícita” (Hempel, 1973). 
 
…Se trataba [el problema del significado de los términos teóricos] de la idea de que debía 
ser posible caracterizar los significados de los términos teóricos de una teoría determinada 
por medios explícitamente lingüísticos, a saber, especificando un conjunto de enunciados 
que interpretaran aquellos términos por medio de un vocabulario empírico clara y 
completamente comprendido…Así, las soluciones al problema del significado de las 
expresiones teóricas se sujeta tácitamente a los que llamaré el requisito de especificación 
lingüística explícita de los significados en cuestión.” (Hempel, 1973, p. 440) 
 
De esta forma, podemos ver que la respuesta de Hempel al problema de 
los términos teóricos consiste en rechazar el problema dado que se le ha 
presentado como anclado en un requisito que desde su perspectiva carece de 
fundamento. 
 
Ahora en lo que toca a la explicación científica, para este autor (cuya 
influencia abarco gran parte del trabajo sobre explicación científica a partir de la 
década de los 60s), ésta consiste de conjuntos de argumentos. Su propuesta 
consiste en concebir a la explicación científica como sigue: 
 
1.- Una serie de enunciados que postulan la ocurrencia de ciertos eventos 
C1….Cn a cierta hora y cierto lugar. 
2.- Una serie de hipótesis universales tal que: 
a) los enunciados de los dos grupos han sido razonablemente confirmados 
por la evidencia empírica, 
b) de los dos grupos de enunciados podemos deducir lógicamente el 
evento E (predicción) 
 
La forma esquemática, de la deducción, de lo anterior es: 
1.- Condiciones iniciales 
2.- Leyes generales 
3.- Predicción 
 
Adicionalmente, es necesario que cuatro condiciones se cumplan: 1) La 
predicción debe ser consecuencia lógica de las condiciones iniciales y las leyes 
generales, 2) las leyes generales deben ser efectivas en la derivación de la 
predicción, 3) las condiciones iniciales y las leyes iniciales deben tener contenido 
empírico y 4) tanto las condiciones iniciales como las leyes generales deben ser 
verdaderas. (Echeverria, 1999) 
 
A este modelo se le ha llamado modelo por cobertura legal o modelo 
nomológico-deductivo, en el cual las leyes científicas son vistas como argumentos 
condicionales con cuantificación universal: ∀x (Px�Qx). 
 
De esta manera, las explicaciones científicas son concebidas como formas 
argumentativas, cuyo papel normativo surge de su poder de derivar de las leyes 
las observaciones. 
Es posible encontrar en la literatura diversas extensiones del método 
nomológico-deductivo, una de las más importantes fue la realizada para el caso de 
la historia realizada por el mismo Hempel en 1953. 
 
A partir de estos dos ejemplos podemos caracterizar el enfoque sintáctico 
de la siguiente manera: 
 
a) Las teorías son vistas como la unión de dos conjuntos de términos o 
vocabularios, estos son el vocabulario teórico y el vocabulario no teórico, 
llámese observacional, empírico o previo. 
b) Existe una relación de significación unidireccional entre estos vocabularios, 
esto es, los términos del vocabulario teórico adquieren significado por su 
vínculo con los términos del vocabulario no teórico. 
 
Esta forma de caracterizar el enfoque sintáctico, esto es, la identificación de 
las teorías con un conjunto de términos constitutivos de un vocabulario, es decir 
en términos lingüísticos, sigue a la caracterización del mismo hecha por Van 
Fraassen en su “Imagen Científica”: 
 
“Una teoría ha de ser concebida como lo que lo lógicos llaman una teoría deductiva, esto 
es, como un conjunto de oraciones (los teoremas) de un lenguaje especificado. El 
vocabulario se divide en dos clases, los términos observacionales y los términos teóricos” 
(Van Fraassen, 1979, p. 77) 
 
Una caracterización similar, más reciente, del enfoque sintáctico la 
encontramos en Chakravartty (2001): 
 
“Una visión generalmente asociada con el empirismo lógico es que una teoría es un 
sistema axiomático, cerrado bajo la deducción, expresable en un lenguaje formal cuyos 
elementos son caracterizables en una estructura sintáctica. Una teoría, desde esta 
perspectiva, es identificada con una formulación lingüística particular. El énfasis dado aquí 
a la sintaxis de las formulaciones lingüísticas condujo a los críticos a denominar esto como 
el enfoque sintáctico… (Chakravartty, 2001, p. 325) 
 
Así las cosas, podemos decir que la característica fundamental del enfoque 
sintáctico es el tratamiento de las teorías científicas; vistas, ya sea, como 
conjuntos de enunciados, de términos, u de oraciones, pero en definitiva como 
estructuras lingüísticas. Característica que no sorprende si recordamos los 
pormenores del “giro lingüístico” iniciado por Schlick. 
 
1.3 Las teorías como modelos: Van Fraassen y Giere. 
 
De la misma manera en que hemos procedido con la presentación del 
enfoque sintáctico en lo que sigue trataremos el enfoque semántico mediante la 
presentación sintética de dos posturas ejemplares del mismo y a partir de las 
cuales desarrollaremos su caracterización. 
 
Bas Van Fraassen. 
 
Van Fraassen reconoce que existen formas diferentes de emprender el 
análisis filosófico de la ciencia. Por un lado tenemos los estudios fundacionales y 
por el otro los relativos a las relaciones entre las teorías y el mundo, así como de 
las teorías en relación con los usuarios. 
 
Al respecto del primer tipo de estudio tenemos que generalmente se 
supone que las teorías científicas dan cuenta de los fenómenos postulando 
procesos y estructuras no observables, además, que la descripción de un sistema 
particular es hecha en términos de sus estados posibles. Sobre el segundo tipo de 
estudio tenemos que la relación entre el mundo y las teorías es la de verdad. Lo 
anterior requiere mayor precisión. La verdad se postula entre las descripciones de 
la ciencia y los procesos inobservables que expliquen los fenómenos observables 
y sus posibles cambios. 
Desde el enfoque empirista se pretende que las teorías solamente 
pretendan caracterizar lo que es observable, adicionalmentese supone que los 
procesos o estructuras postulados son simplemente ayudas en la descripción, 
medios para el fin primordial: la descripción empíricamente adecuada. Además, 
los empiristas suponen que la posibilidad o la necesidad son meros artificios que 
facilitan la descripción, de manera tal que no tienen porque ser verdaderos; son 
simplemente relaciones entre ideas o palabras. 
 
Ahora, en lo que toca a la relación entre la teoría y el mundo, esto es, la 
aceptación de la descripción de algún fenómeno del mundo; Van Fraassen nos 
dice que esta relación tiene una dimensión epistemológica y una dimensión 
pragmática. La primera se refiere al grado de creencia que la aceptación de una 
teoría supone. La segunda se refiere a los elementos adicionales a dicha creencia. 
Según este autor la creencia involucrada en la aceptación de una teoría es que 
esa teoría “salva los fenómenos”. El elemento adicional a la creencia es la 
adherencia a un programa de investigación, a dialogar con la naturaleza en un 
marco conceptual particular, es decir, un cierto compromiso. La decisión de 
aceptar una teoría en lugar de otra se da por su adecuación empírica y por 
razones pragmáticas, las cuales no suministran de razones, más allá de los datos 
de la evidencia, para creer que una teoría es verdadera. 
 
De esta forma podemos ver que la postura de Van Fraassen es empirista, 
pero no la clase de empirismo sostenido por los positivistas. Él llama a su 
posición el “empirismo constructivo”, en contraposición con el realismo científico y 
como veremos más adelante, igualmente en contra posición con el realismo 
constructivo de Giere. 
 
La estrategia de Van Fraassen es bi-partita, por un lado hace una 
presentación de su oponente: el realismo científico, y por otro lado presenta su 
postura como una alternativa. Nuevamente, solamente trataremos una parte de la 
obra de Van Fraassen debido a lo específico de nuestros objetivos. En particular 
nos concentraremos en sus elucubraciones sobre los modelos. 
 
Modelos. 
 
La exposición de Van Fraseen sobre los modelos inicia con una importante 
distinción entre el enfoque sintáctico y el enfoque semántico de las teorías 
científicas. Para Van Fraassen un modelo consiste en una estructura tal que es 
satisfecha los axiomas de la teoría. Adicionalmente, nos señala cómo para una 
teoría particular, es posible mostrar además de los axiomas constitutivos y las 
propiedades lógicas, un tipo de relación a partir de la cual podemos enfatizar las 
diferencias entre la semántica y la sintaxis: el sumergimiento (embedding), es 
decir que 
 
“cada modelo de T1 puede…identificarse con una subestructura de un modelo T2 .“ (Van 
Fraassen, 1997, p. 66) 
 
Van Fraassen sostiene que esta relación resulta inaccesible desde el 
enfoque sintáctico, además, que es mediante el reconocimiento de los modelos 
que surge una diferencia adicional entre los enfoques. Mientras que en el enfoque 
sintáctico las teorías se presentan mediante los axiomas y los teoremas 
formulados en un lenguaje particular, en el enfoque semántico dicha presentación 
se hace por la identificación de los modelos, sin ningún compromiso con alguna 
forma particular de expresar la teoría, “los modelos son el centro de la atención” 
(Van Fraassen, 1997, p.66) 
 
Los modelos, vistos como estructuras, forman apariencias es decir 
estructuras relacionales definidas a partir de una serie de mediciones específicas. 
Por otro lado, existen los llamados movimientos de los modelos o también 
llamados subestructura empírica, entendidos como estructuras que reflejan 
exactamente las características de las apariencias. Ambas nociones entran en 
juego al sostener, como lo hace Van Fraassen, que una teoría tiene adecuación 
empírica o que tiene un modelo dado que “todas las apariencias que son 
efectivamente el caso pueden identificarse (son isomórficas) con movimientos en 
ese modelo.” (Van Fraassen, 1997, p. 68) 
 
Así las cosas, dos teorías pueden tener el mismo valor empírico si sus 
movimientos son isomorfos (un presentación técnica de isomorfismo se presenta 
más adelante), más aún, esta forma de análisis permite dar cuenta de la 
equivalencia en el valor empírico de toda una familia de teorías. Ante las 
controversias derivadas de suponer que dos o más teorías no pueden ser 
realmente empíricamente equivalentes dado que sus extensiones las pueden 
hacer diferir, Van Fraassen responde con una reflexión sobre lo que es una 
extensión de cualquier teoría en general, y una extensión exitosa en particular. 
Básicamente nos dice que una extensión exitosa es una conjunción de apariencias 
se corresponden con un movimiento particular del modelo. Con lo que, 
adicionalmente, se respalda la idea de adecuación empírica, dado que los 
movimientos en uno de los modelos de la teoría se identifican con las apariencias. 
 
De esta forma, la noción de modelo, de apariencia y movimiento en el 
mismo, le permiten a Van Fraassen dar cuenta de dos fenómenos importantes 
para el entendimiento de la ciencia, estos son, la equivalencia y la adecuación 
empírica. Más aún, si consideramos que desde el enfoque sintáctico una teoría ha 
de ser entendida como un sistema deductivo, esto es, un conjunto de teoremas, 
con dos clases de términos en el vocabulario: términos observacionales y términos 
teóricos. A partir de lo cual, el valor empírico de una teoría es el conjunto de 
consecuencias observacionales, es decir teoremas de la teoría expresados en 
términos observacionales. De forma que dos teorías T1 y T2 son empíricamente 
equivalentes si comparten los mismos teoremas y una extensión de una teoría es 
solamente la ampliación axiomática. Dado esto, aparece por un lado el problema 
de la distinción entre términos teóricos y términos observacionales y por el otro el 
que “…la distinción entre verdad y adecuación empírica se reduce a algo trivial o 
absurdo, y es difícil decir si lo uno o lo otro…” (Van Fraassen, 1997, p. 68) Ambas, 
vistas como consecuencias problemáticas, desde el punto de vista de Van 
Fraassen, y que hacen inclinarse la balanza a favor del enfoque semántico. 
 
De manera breve Van Fraassen nos presenta un análisis de las teorías 
científicas en el cual: 
 
“… Presentar una teorías es especificar una familia de estructuras, sus modelos; y en 
segundo lugar, especificar ciertas partes de esos modelos (las estructuras empíricas) como 
candidatos para la representación directa de los fenómenos observables. Podemos llamar 
apariencias a las estructuras que pueden describirse en los informes experimentales y de 
medición. La teoría es empíricamente adecuada si tiene algún modelo tal que todas las 
apariencias son isomórficas con las subestructuras empíricas de ese modelo…”(Van 
Fraassen, 1997, p. 68) 
 
Espacio de estados. 
 
Van Fraassen propone una presentación más específica tanto de las 
apariencias como de los movimientos, ahora vistos como estructuras matemáticas, 
al desarrollar un modo de representación de teorías científicas basado en los 
espacios-estado. A continuación detallaremos dicho modo de representación. 
 
La forma que Van Fraassen propone para representar un estado particular 
de un sistema es mediante la noción de espacio estado. Partiendo del supuesto 
de que un sistema físico consiste de un conjunto de estados, Van Fraassen (1970) 
nos dice que un espacio estado es el modo en que mediante ciertos elementos de 
un espacio matemático se representan esos estados del sistema físico. 
Adicionalmente, una teoría emplea una serie de medidas físicas para caracterizar 
el sistema. Así, tenemos el conjunto de las proposiciones elementales de la teoría, 
de forma tal que, tenemos que U es una proposición que afirma que para una 
partícula en el momento t se estima un valor r. Esta proposición es verdadera en 
función del estado del sistema, dado que en algunosla partícula tiene el valor r 
pero en otros no. 
 
De esta forma, podemos ver que existe una relación estrecha entre las 
proposiciones elementales y los espacios-estado. Van Fraassen nos dice: 
 
“… Para cada enunciado elemental U existe una región h(U) del estado de espacio H tal 
que U es verdad si y sólo si el estado actual del sistema es representado por un elemento 
de h(U)…” (Van Fraassen, 1970, p.328) 
 
Una característica adicional del tratamiento de Van Fraassen es la de 
función de mapeo o de satisfacción, que es precisamente la que vincula a los 
espacios-estado con las proposiciones elementales. 
 
De esta forma, la conjunción de los factores relevantes dentro de la visión 
de Van Fraassen de una teoría: espacios-estado (H), proposiciones elementales 
(E) y la función de satisfacción (h), conforman “… lo que en otro lugar hemos 
llamado un lenguaje semi interpretado…” (Van Fraassen ,1970, p. 329), esto es, 
L= <E, H, h> como forma de representación de una teoría científica, en la cual la 
estructura matemática (topológica) del espacio-estado es fundamental pues define 
los conjuntos de satisfacción para cada proposición elemental. 
 
Finalmente, es importante señalar que para Van Fraassen la forma de dar 
cuenta de la adecuación empírica de una teoría científica es mediante la relación 
de “embedding” o sumergimiento. Esto es, las teorías “salvan los fenómenos” al 
sumergir a las estructuras fenomenológicas en las estructuras teóricas. En detalle 
esto es como sigue: Para una estructura conjunto-teórica <D,R>, siendo D el 
dominio y R las relaciones entre los objetos del dominio, tenemos que una 
estructura fenomenológica P=<A, Pj> es contenida en una estructura teórica T=<B, 
Ti>, tal que j < i, si existe una sub-estructura de T, E, tal que E=<C, T’j>, que es 
isomórfica con P. De esta forma podemos ver que C⊆B y que las relaciones de E 
son una concreción de las restricciones de las relaciones de T solo que aplicadas 
a un dominio menor, el de los objetos de P. (Suárez, 2005). 
 
Giere. 
 
Este autor se concentra en dos objetivos en su obra de 1988. El primero fue 
el fundamentar una filosofía de la ciencia naturalista, es decir, acorde al 
conocimiento producto de las ciencias cognitivas; el segundo fue el sostener una 
filosofía de la ciencia como una teoría de teorías científicas. Dados nuestros 
objetivos particulares nos concentraremos en el segundo de sus objetivos. 
 
Siguiendo a Van Fraassen, Giere considera que al contrario de los 
empiristas lógicos, quienes caracterizaron a las teorías como sistemas formales 
interpretados y se basaron principalmente en la sintaxis o estructura de los 
enunciados de las teorías científicas para lograr su representación, las teorías 
científicas no deben ser representadas como conjuntos de enunciados sino como 
conjuntos de modelos. Entendiendo a estos como entidades no lingüísticas, esto 
es, conjuntos de objetos idealizados, no de enunciados. Dada esta característica 
de los modelos estos pueden ser expresados en diferentes lenguajes. El hecho de 
que partamos de axiomas de la teoría formulados en un lenguaje particular no 
hace necesario a ese lenguaje. Así, podemos identificar una teoría, no mediante 
una formulación lingüística particular sino mediante un conjunto de modelos. 
 
Según Giere (1988), la idea de modelo permite evitar muchos de los 
problemas relacionados con el enfoque sintáctico. Por ejemplo, el problema de la 
distinción entre Lenguaje observacional y Lenguaje teórico y la necesidad de una 
“reconstrucción racional” del contenido de la ciencia previa al análisis filosófico. 
Adicionalmente, elimina los problemas relacionados con una concepción de la 
verdad al minimizar su rol en la filosofía de la ciencia. Desde su perspectiva la 
prioridad la tiene la similitud entre los modelos como entidades abstractas y los 
sistemas reales (más adelante se presenta esta idea de similitud) 
Aun cuando lo antes mencionado parece sugerir que la distinción entre 
lenguaje observacional y lenguaje teórico es problemática y que puede ser 
evadida, esta postura tuvo un análogo no lingüístico en el enfoque semántico 
iniciado por van Fraassen. 
 
Desde la postura de van Fraassen, podemos ver que los modelos tienen 
dos partes: una subestructura empírica y otra teórica. Ahora, en lo que toca a la 
relación entre la subestructura teórica y el mundo, van Fraassen no le negó una 
correspondencia representacional a la primera pero sí afirmó que era suficiente 
con la establecida entre la subestructura empírica y el mundo. Así, repitiendo, el 
criterio fundamental de correspondencia entre la teoría y el mundo era la 
adecuación empírica. Por su parte Giere afirma que la relación relevante entre los 
modelos y los sistemas reales no es la correspondencia ni el isomorfismo sino la 
similitud. Esta similitud es postulada por una hipótesis particular que relaciona un 
modelo específico con un sistema real designado, más adelante se presentará 
esto con mayor detalle. 
 
Giere aborda el reto de la teoricidad (Putnam, 1962) al tratar de responder 
a dos preguntas ¿Qué son las teorías? y ¿Cómo funcionan las teorías en las 
diversas actividades científicas? Para responder a estas preguntas toma el caso 
del libro de texto en ciencia, su estructura y contenido. En especifico, los libros de 
textos sobre mecánica clásica. Su punto de partida es un análisis, derivado de los 
desarrollos de las ciencias cognitivas en torno al problema de la representación 
humana, y sobre la representación cognitiva en la ciencia. Giere nos presenta dos 
fenómenos constitutivos de la forma en que los científicos emplean símbolos 
matemáticos y conceptos. El primero, llamado interpretación, se refiere al vínculo 
establecido entre los símbolos matemáticos y términos generales. El segundo, 
llamado identificación, se refiere a la vinculación entre los símbolos matemáticos y 
algún aspecto de un objeto específico. Así, tanto la identificación como la 
interpretación constituyen herramientas analíticas para entender la forma en que 
los científicos aprenden a interpretar los símbolos matemáticos y cómo identifican 
instancias particulares de ese simbolismo. Con lo cual, aun cuando no se tiene 
una teoría de ambos fenómenos, la observación de su existencia e importancia 
“… es relevante… de una forma en la que las reglas de correspondencia nunca lo 
podrán ser.” (Giere, 1988, p. 75). 
 
Antes de continuar, resulta importante señalar que aun cuando es posible 
apreciar similitudes entre el trabajo de Giere y el de Van Fraassen, existe una 
diferencia clave con respecto al carácter de sus tratados, específicamente nos 
referimos a la diferencia entre el realismo constructivo y el empirismo constructivo. 
Esta diferencia es claramente expresada por Espinoza y Torretti (2004): 
 
“…El realismo constructivo de Giere… es contrastado con el empirismo constructivo de 
Bas van Fraassen. La diferencia principal consiste en esto: Junto con predecir la evolución 
de un modelo en las condiciones híncales o de borde dadas, la teoría física nos dice que 
ocurriría cuando esas condiciones se modifica. La representación idealizada de la realidad 
viene pues, por así decir, engarzada en un anillo de alternativas posibles. Para el 
empirismo constructivo dice Giere, ‘las posibilidades… son sólo ficciones de nuestros 
modelos- útiles, tal vez, pero ni siquiera candidatos a la realidad-‘…. Para el realismo 
constructivo, en cambio, ‘la estructura modal del modelo representa, con algún grado de 
aproximación, la estructura causal del sistema real’.” (Espinoza y Torretti, 2004, p. 310-
311) 
 
Modelos e Hipótesis. 
 
Giere propone tratar a conceptos como el de “oscilador armónico” como 
entidades abstractas. Entidades caracterizadas mediante ciertas expresiones o 
símbolos (no necesariamente lingüísticos). Mismas que son construidas, son 
formuladas en lamente de los científicos y cuya realidad esta dada por la 
comunidad de mismos. Dichas entidades deben ser llamados modelos teóricos. 
Así, como en lógica un modelo es aquello que satisface a los axiomas, el modelo 
“oscilador harmónico” satisface la ecuación F= –kx a demás de las tres leyes de 
Newton. 
La relación entre un modelo y una ecuación particular es de definición. Son 
las ecuaciones las que definen lo que los modelos son. Es posible hablar de la 
verdad de cierta ecuación con respecto a su modelo cuando el modelo se define 
como lo que satisface cierta ecuación, la cual, repitiendo, es verdad del modelo. 
 
En este punto es importante realizar dos acotaciones: a) esta relación entre 
entidades lingüísticas y no lingüísticas (aunque abstractas) es muy parecida a la 
formulada por Van Fraassen, en el sentido de que los modelos son centrales para 
el meta-análisis de la ciencia, la forma en que se expresen estos modelos es 
secundario y b) la verdad carece de relevancia epistémica dado que una ecuación 
es verdad de un modelo porque lo define. 
 
Un aspecto relevante de los modelos es que pueden variar en su grado de 
abstracción. De forma que más que pensar en modelos individuales con distintas 
versiones debemos pensar en conjuntos, o metafóricamente una familia de 
modelos, con diferentes grados de especificidad. 
 
Independientemente de estas diferencias en el grado de abstracción, los 
modelos fungen como representaciones del mundo. De esta forma tenemos una 
nueva relación ahora entre el modelo y lo que representa. Para tratar este 
problema Giere introduce el concepto de “hipótesis teórica”. 
 
Las hipótesis son entidades lingüísticas. Específicamente, son enunciados 
que establecen el vínculo entre el modelo y un(os) sistema(s) real(es) 
particular(es). De esta manera una hipótesis es verdadera si la relación 
establecida se sostiene. Ahora en cuanto a la relación entre el modelo y el sistema 
real, ésta no puede ser verdadera o falsa dado que ninguna es lingüística. Van 
Fraassen ha sugerido que esta relación sea de isomorfismo. Sin embargo en los 
libros de texto de mecánica no se sugiere un tal isomorfismo, por el contrario se 
enfatiza la manera en que los sistemas reales fallan en ser isomorficos con el 
modelo. De tal forma que dada la falta de un isomorfismo en los libros de texto 
debemos buscar una relación más débil entre modelo y sistema real. Giere sugiere 
que tal relación sea la de similitud. 
 
Dado que el término similitud se puede aplicar con base en muchos 
criterios, es necesario especificar esta relación para hacerla mínimamente precisa. 
Esto se logra al especificar grados y aspectos de la similitud. Es el modelo el que 
establece los límites de los aspectos sobre los cuales se puede postular dicha 
relación, esto es, selecciona ciertos aspectos y no otros. Situación que es 
contraria al tratar los grados de similitud, dado que un modelo no impone ninguna 
restricción sobre el grado de similitud que puede ser postulado. 
 
Una importante consecuencia de esta distinción en el grado de restricciones 
que los modelos imponen a la relación de similitud, es que le permite a Giere 
sostener una forma de realismo restringido, dado que se supone que el modelo 
puede postular cierta similitud entre el sistema real y algunos (pero no 
necesariamente todos) de los aspectos del modelo. 
 
Un ejemplo de la similitud entre un modelo y un sistema real es el siguiente: 
“La velocidad y posición del sistema de la tierra y la luna están muy cercanas a las 
de un modelo Newtoniano de dos partículas con una fuerza central.” En este 
ejemplo “la velocidad y la posición” son los aspectos y “muy cercano” juega el 
papel del grado. De esta forma los aspectos determinan las características que 
dan lugar a la similitud mientras que los grados las cualifican. 
 
El hecho de que la hipótesis resulte verdadera solamente nos indica que el 
modelo y el sistema real son similares en algún aspecto y con cierto grado. Por lo 
tanto, la verdad es de poca importancia y podemos concentrarnos en la similitud. 
Así una teoría de la verdad no es un prerrequisito para una teoría de la ciencia. 
 
A continuación presentamos una representación esquemática de la relación 
entre el modelo y los símbolos o ecuaciones, y entre el mismo y el sistema real. 
Modelo 
 
Definición Similitud 
Ecuaciones o símbolos Sistema real 
 
A partir de dicho esquema podemos apreciar como entre las ecuaciones y 
el modelo hay una relación de definición, que como ya hemos dicho implica que 
hay un vínculo entre los símbolos matemáticos y términos generales lo que 
permite el contacto indirecto entre estas ecuaciones y el sistema real, el cual a su 
vez mantiene una relación de similitud con el modelo mismo. Esta forma de 
conexión entre las ecuaciones y el sistema real permite identificar el papel activo 
de los modelos como mediadores, papel ausente en la visión del positivismo lógico 
ya que como señala Giere: 
 
 “… las dificultades de la visión heredada surgen dado que intenta forjar un vínculo 
semántico directo entre los enunciados que caracterizan el modelo y el mundo- eliminando 
cualquier papel de los modelos.” (Giere, 1988, p. 82) 
 
A partir de esta forma de constituir una teoría de la ciencia podemos decir 
que una teoría científica esta constituida por: 
• Una población de modelos. 
• Hipótesis teóricas. 
 
Esquemáticamente, podemos visualizar a una población de modelos de 
una teoría de la siguiente forma: 
 
 
 
 
 
 
Obviamente, nos dice Giere, esta descripción deja fuera lo concerniente a 
la definición misma de los modelos (ecuaciones) y la interpretación de los términos 
empleados en las mismas, sin embargo, si permite expresar el sentido poblacional 
de los modelos, sus conexiones y cercanías, esto según algún criterio empleado. 
Al respecto es necesario señalar que Giere no deja claro qué son las líneas que 
conectan los diferentes modelos, tan sólo señala que se trata de un “parecido de 
familia”, cuya explicitación queda en manos de la comunidad de científicos. 
 
Giere nos señala que a pesar de estos elementos las teorías son entidades 
no completamente definidas. Lo anterior dado que no existen condiciones 
necesarias y suficientes para determinar cuáles son los modelos y las hipótesis de 
una teoría. Pero entonces ¿cómo saber si un modelo es parte o no de una teoría 
digamos newtoniana? La respuesta de Giere es que el modelo bajo investigación 
debe mostrar su “parecido de familia” con otros modelos ya existentes en la teoría. 
Pero debido a que no hay aspectos estructurales que nos permitan identificar el 
parecido entre modelos (en su opinión), el cumplimiento de un determinado criterio 
de similitud y el criterio mismo están, repetimos, en manos de la comunidad de 
científicos; son los científicos quienes determinan cuánto y de qué tipo es el 
parecido que cuenta para que una modelo sea parte de una teoría. 
 
Antes de concluir con la presentación del enfoque desarrollado por Giere es 
importante señalar que aun cuando esta imagen de las teorías científicas deja 
fuera toda caracterización lingüística de los modelos, una forma de reintroducir 
ésta es mediante la axiomatización. Sin embargo, es necesario repensar esta 
empresa de la siguiente forma: 
 
 “… en lugar de considerar a los axiomas y los teoremas como afirmaciones empíricas, 
trátalos como meras definiciones. Entonces toda la estructura axiomática se vuelve 
principalmente una manera sistemática de generar caracterizaciones de familias de 
modelos…” (Giere, 1988, p. 87) 
 
Finalmente, Giere nos señala con respecto a la axiomatización que no 
todas las teorías sirven para este tratamiento y que esta empresa no constituye ni 
la caracterización correcta de la teoría, ni que así sea entendida por loscientíficos 
 
Habiendo presentado la posición de Van Fraassen y de Giere, a 
continuación se presenta una caracterización del enfoque semántico. 
 
Siguiendo a Chakravartty (2001), podemos decir que este enfoque es el 
punto de vista desde el cual el uso del término “semántica” proviene de la 
semántica formal o teoría de modelos en lógica matemática. Desde este punto de 
vista las teorías no son vistas como estructuras lingüísticas sino como: 
 
 “…entidades conjunto-teoreticas, abstractas – modelos de sus formulaciones lingüísticas. 
Una teoría es una familia de modelos: sistemas que satisfacen las leyes teóricas que 
generalmente asociamos con las teorías científicas… (Chakravartty, 2001, p. 326) 
 
Otra forma de caracterizar este enfoque la podemos encontrar en el trabajo 
de Echeverría (1999): 
 
“Desde el punto de vista cronológico, la concepción semántica se remonta a los años 60, 
con la escuela de Stanford (Suppes, Mckinsey, Adams, etc.), quienes tuvieron la idea de 
renunciar a una axiomatización formal de las teorías científicas, conformándose con una 
axiomatización informal… basada en la teoría de conjuntos… las teorías científicas 
empíricas son estructuras conceptuales abstractas definibles mediante una serie de 
axiomas, que luego son satisfechos o no por los sistemas empíricos…Partiendo de esta 
nueva metodología de análisis de las teorías, que sustituye el análisis lógico-formal de los 
empiristas lógicos por un análisis modelo-conjuntista, una teoría queda definida por los 
sistemas empíricos que son modelos de la teoría, es decir, que satisfacen una serie de 
axiomas expresados en términos semiformales…” (Echeverría, 1999, p. 170) 
 
Así las cosas podemos caracterizar al enfoque semántico como una visión 
de las teorías científicas en la que: 
 
a) La primacía la tiene los modelos como estructuras no lingüísticas , y 
b) los modelos son los componentes de las teorías cuyas propiedades y 
relaciones pueden ser capturadas sin atender a compromisos con un tipo 
particular de lenguaje. 
 
Esta caracterización nos permite notar la notable diferencia entre el enfoque 
sintáctico y el semántico en la filosofía de la ciencia. Como enfoques separados se 
han desarrollado por rutas diferentes. En lo que sigue nos concentraremos en una 
de las formas del análisis de teorías científicas que más sofisticación y aplicación 
ha mostrado con el paso de las décadas: el Estructuralismo. 
 
2. Estructuralismo. 
 
A continuación, presentaremos una de las críticas de mayor impacto a la 
división característica del enfoque sintáctico: “el reto de Putnam”. Estas críticas 
formaron parte de toda una gama de reacciones contra la llamada “concepción 
heredada” y marcaron el camino del progreso en los esfuerzos filosóficos por dar 
cuenta del desarrollo de las teorías científicas. Progreso que puede ser concebido 
no como la solución a las interrogantes ya plantadas (por ejemplo las referentes a 
los tipos de términos) sino como una re-conceptualización de estas y la 
presentación de nuevas interrogantes (por ejemplo las referentes a los tipos de 
modelos). 
 
 Posteriormente, daremos una caracterización de la respuesta 
estructuralista a dicho reto, y finalmente, presentaremos en detalle la forma de 
representación mediante los enunciados conjuntistas. 
 
2.1. El reto de Putnam. 
 
Uno de los ataques más importantes a la concepción estándar sobre el 
problema de los términos teóricos, fue el desarrollado por Hilary Putnam. En su 
trabajo, Lo que las teorías no son (1962), él presenta en primer lugar su 
caracterización de dicho tipo de análisis, que él llama la “concepción heredada”, 
esto es la separación entre términos observacionales y términos teóricos para 
posteriormente sostenerse esta misma separación pero ahora entre enunciados. 
La relación entre estos enunciados es unidireccional de la siguiente forma: 
 
“… una teoría científica se concibe como un sistema axiomático que, inicialmente, puede 
pensarse que no esta interpretado, y que adquiere un ‘significado empírico’ como resultado 
de la especificación del significado de los términos de observación solamente. Se 
considera que cierto significado parcial sube a los términos teóricos, como por osmosis.” 
(Putnam, 1962, p. 312) 
 
Así, nuevamente apreciamos la misma caracterización del enfoque 
sintáctico. Pero Putnam continúa; ataca estas suposiciones al negar que el 
problema para el cual se generó esta división sea un verdadero problema, nos 
señala que no está justificado y finalmente, que cualesquiera que sean las razones 
por las cuales se realizó esta división, está “completamente arruinada” (Putnam, 
1962, p. 314). 
 
Las razones que Putnam propone para sostener tales conclusiones son las 
siguientes: a) dado el criterio de aplicación de un “término observacional” se 
vuelven inutilizables dichos términos, b) la aplicación de término observacional y 
de término teórico no es excluyente, c) los reportes observacionales pueden 
contar con los dos tipos de términos reconocidos, y d) una teoría puede contener 
solo términos observacionales. 
 
Así, podemos ver que el ataque de Putnam se dirige tanto a la distinción 
teórico-observacional como la caracterización de cada uno. En particular, con 
respecto a los términos teóricos, Putnam hizo un llamado a su clarificación 
positiva, esto es, por lo que son y no por lo que no son, esto fue llamado por 
Stegmüller como “El reto de Putnam” (Diederich, 1989). En sus propias palabras 
Putnam nos dice: 
 
“Un término teórico propiamente dicho es un término que proviene de una teoría científica 
(Y el problema apenas tocado, en treinta años que se lleva escribiendo acerca de los 
‘términos teóricos’, es qué es lo realmente distintivo de dichos términos)…” (Putnam, 1962, 
p. 317) 
 
Como respuesta a este reto podemos encontrar el trabajo de la tradición 
estructuralista. 
 
 
 
 
2.2. La respuesta Estructuralista. 
 
Diederich (1989) en su artículo sobre el desarrollo del estructuralismo nos 
remite al trabajo de Gähde como una obra que fue retomada por Stegmüller y que 
puede ser vista como un avance para la tradición estructuralista. Antes de iniciar 
con nuestra presentación en forma del estructuralismo haremos una mención 
breve de dicha obra. 
 
Según Diederich (1989), Gähde nos señala que los términos teóricos deben 
satisfacer dos requisitos: 
1.- No son completamente determinables desde los no-teóricos por los 
axiomas de la teoría solamente. 
2.- Son completamente determinables desde los no-teóricos por algunas 
leyes especiales, en combinación con lo axiomas. 
 
Diederich (1989) nos menciona diversos elementos de análisis que 
acompañan a dichos requisitos: los principios de invariabilidad, los 
constreñimientos y finalmente, la teoricidad reciproca. De esta forma, podemos 
pensar que no es posible determinar los términos teóricos solamente a partir de 
los términos no-teóricos, sino que, ahora positivamente, podemos determinarlos 
mediante la teoría, esto es, provienen de la teoría. 
 
Adicionalmente, estos criterios no sirven para identificar si un término en 
aislado es teórico o no, sino para reconocer si determinados sub-conjuntos de 
términos satisfacen los criterios de distinción teóricos/ no-teórico. Al respecto 
Diederich (1989) nos dice lo siguiente: 
 
 “Gähde no suministra un criterio uno a uno en el sentido de que cada término puede ser 
considerado por separado para ser tomado como teórico. En lugar de esto, él apunta hacia 
un criterio para determinar si una división de la clase de todos los términos en dos sub-
clases se corresponde con la distinción teórico/no teórico… Por lo tanto los requisitos sólo 
 
tienen sentido como requisitos que los conjuntos deben cumplir…” (Diederich, 1989, p. 
369) 
 
Stegmüller procedió a vincular estos requisitos con la propuesta de Balzer 
sobre “modelos de medición” (Deiderich,1989), como un avance en el 
ampliamente discutido problema de la teoricidad. 
 
En concreto, la respuesta del estructuralismo al reto de Putnam vino por el 
análisis que sus partidarios lograron de las teorías científicas. Esta tradición inicia 
con el trabajo de Suppes en la llamada escuela de Stanford y se establece 
firmemente con el libro de Sneed, Logical Structure of Mathematical Physics en 
1971, en el que se proporciona un modelo de las teorías empíricas ya que 
 
 “… Utiliza un marco específico de conceptos y principios para capturar (representar, 
reconstruir) un cierto rango de los aspectos esenciales de la ciencia, aspectos que son 
considerados como altamente significativos para el entendimiento de la estructura interna 
(tanto sincrónicamente como diacrónicamente) de la ciencia… para esto utiliza 
principalmente las herramientas de una disciplina formal: la teoría de conjuntos 
(elemental)…” (Moulines, 2002, p. 2) 
 
Echeverría (1999) caracteriza el estructuralismo mediante las siguientes 
tesis: 
1. Las teorías científicas incluyen como componente estructural básico a sus 
aplicaciones, esto es, los sistemas empíricos modelizados conforman el 
núcleo teórico. 
2. Las teorías científicas incluyen algún tipo de ley científica enunciada 
mediante los axiomas. 
3. Es posible, en toda teoría científica, distinguir entre los términos T-teóricos 
y los términos T- no teóricos, siendo los primeros los que están 
explícitamente involucrados en la formulación de la ley científica. 
4. Existen ligaduras y vínculos inter-teóricos entre modelos de la teoría. 
 
5. El análisis estructural permite capturar la estructura sincrónica y diacrónica 
de una teoría. 
6. Esta metodología vale para todo tipo de teorías científicas. 
 
Desde el estructuralismo la ciencia empírica es vista como una gran y 
compleja red en la cual los nudos son las teorías y los hilos son las relaciones 
mantenidas entre las diferentes teorías. Ahora, siguiendo con la metáfora de red, 
los nudos dentro de la red tiene diferentes niveles, esto es, en diferentes capas 
estructurales. A continuación presentamos una representación esquemática de la 
los diferentes niveles estructurales y su jerarquía. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las categorías de elemento teórico, red teórica y los holón teórico pueden 
ser vistas como niveles jerárquicos donde el más simple es el de elemento teórico 
y el más complejo el de holón teórico, pasando por el intermedio red teórica. 
 
Desde este punto de vista una teoría puede ser correctamente descrita 
como una estructura compleja, entendida en el sentido de la teoría de conjuntos. 
Así, una teoría esta constituida por una clase de modelos, también en el sentido 
formal pero ahora de la semántica, esto es, modelo es entendido como una 
interpretación que hace verdadera a la teoría. Por ende la notación elegida para 
representar estos modelos es la de la teoría intuitiva de conjuntos. A continuación 
detallaremos esta notación, típicamente llamadas Representaciones conjuntistas. 
 
2.3. Las representaciones conjuntistas. 
 
Como ya se ha mencionado desde el estructuralismo las teorías científicas 
están constituidas por clases de modelos. El sistema de notación para representar 
estos modelos es el de los enunciados conjuntistas. A continuación detallaremos 
Complejidad 
Superior 
Holón teórico 
Redes teóricas 
Elementos teóricos 
Complejidad 
Inferior 
 
la notación enunciado conjuntista siguiendo el trabajo introductorio que al respecto 
realizaron Balzer y Moulines (Balzer, Sneed y Moulines, 2000). 
 
Un modelo es una secuencia de entidades conjunto-teóricos de la siguiente 
forma: 
<D1,…,Dm, R1,…,Rm> 
 
Donde D, llamados conjuntos base, determina la ontología de la teoría, esto 
es, que contiene a las entidades consideradas por la teoría como reales. R son, 
generalmente, las funciones que en las teorías empíricas mapean a los objetos 
con los números reales o vectores, o simplemente las relaciones entre los objetos 
de D. 
 
Un modelo específico de una teoría particular puede ser presentado 
mediante un enunciado conjuntista de la siguiente forma: 
 
X ∈ M de tal o cual teoría sii 
X = < Di… Dk, Ri… Rk > tal que 
A1 (Di… Dk, Ri… Rk) 
. 
. 
. 
Am (Di… Dk, Ri… Rk). 
 
Donde, D consiste en los dominios, R en las relaciones entre los elementos 
del dominio y, ahora, vemos a A1 … Am como los axiomas satisfechos por D y R. 
Específicamente, con respecto a A1 … Am, podemos decir que dentro de un 
enunciado conjuntista las leyes son determinadas por estos axiomas. Así este 
enunciado especifica las propiedades formales del modelo visto como una 
estructura. 
 
 
 “… Las estructuras son descritas al hablar de los objetos que ocurren en ellas, acerca de 
las relaciones entre los objetos, y acerca de las propiedades de estas relaciones…” (Balzer 
y Moulines, 2000) 
 
Un punto importante es que la elección de los axiomas que deben ser 
satisfechos por los modelos es una cuestión secundaria, lo realmente importante 
es que la clase de axiomas elegidos específicamente determinen la clase de 
modelos que representan los fenómenos de interés. 
 
A pesar de que esta representación permite capturar las entidades y las 
relaciones identificadas por una teoría, hace falta incluir los requisitos pragmáticos, 
estos es, el método paradigmático para la caracterización de una teoría empírica. 
Mediante dicho método se determinan las aplicaciones (sistemas reales) de la 
teoría. 
 
Ahora, los axiomas sirven para especificar los modelos <D, R> como 
unidad mínima, adicionalmente, pueden servir otros dos tipos de propósitos de 
índole meta-teórico: especificar el marco formal, o especificar las leyes 
fundamentales. Los primeros básicamente nos señalan las propiedades formales 
de los conceptos empleados, mientras que los segundos, especifican propiedades 
del mundo, esto mediante los conceptos previamente delimitados. 
 
Con base en esta clasificación, se reconoce que hay modelos actuales (M) 
y potenciales (Mp). Los primeros satisfacen los axiomas de la ley fundamental y el 
marco formal, mientras que los segundos sólo satisfacen el marco formal. La 
determinación de estos modelos mediante un enunciado conjuntista es el paso 
fundamental de la representación estructuralista. Por lo general, la forma en que 
se determinen estos modelos no es tan importante, lo relevante es que 
obtengamos las clases de estructuras que efectivamente identifican a la teoría. 
 
 
Una distinción adicional dentro de la tradición estructuralista es la que 
concierne a los términos-teóricos y a los términos-no teóricos; los T-teóricos y 
los T-no teóricos. Los primeros suponen la ley fundamental de la teoría mientras 
que los segundos no y generalmente provienen de otra teoría. Con lo cual 
tenemos una respuesta clara el reto de Putnam: Los términos teóricos son los que 
suponen la ley fundamental: 
 
 “… un concepto T es... T- teórico sii no es T- no teórico, esto es, cuando todos sus 
métodos de determinación presuponen alguna de las leyes de T (Diez, 2002, p.15) 
 
Estos tipos de términos constituyen dos niveles usualmente distinguibles: El 
conceptual y el metodológico, respectivamente. Tomando como base esta división 
se supone que las sub-estructuras que satisfacen los axiomas para los T-no 
teóricos constituyen la base de datos de la teoría, también llamados modelos 
potenciales parciales (Mpp). 
 
Hasta este punto se ha presentado la reconstrucción estructural de una 
teoría empírica, sin embargo, es necesario considerar otros elementos de análisis 
para considerar la reconstrucción como completa. En específico, es necesario 
considerar alguna forma de tratar las relaciones entre e intra-teorías. Para esto, se 
ha propuesto la noción de vínculo (V), esto es, la relación entre teorías, mientras 
que para dar cuenta de la conexiónentre modelos se ha acuñado la noción de 
ligadura (L), que es de dos tipos: Ligadura de identidad y de concatenación. En 
general, ambas ligaduras son condiciones que sirven para mantener la coherencia 
de las representaciones conjuntistas. 
 
De esta manera, al considerar todos estos elementos en la reconstrucción 
de una teoría empírica particular, podemos caracterizar dicha teoría a partir de su 
Núcleo (K) 
 
K= < Mp, M, Mpp, V, L > 
 
 De tal forma que, la reconstrucción de una teoría empírica implica que nos 
debemos concentrar en delimitar los modelos potenciales y actuales, en 
determinar los vínculos inter-teóricos y las ligaduras intra-teóricas, y en distinguir 
las sub-estructuras teóricas y no- teóricas para finalmente presentar el núcleo de 
dicha teoría. 
 
Dado lo anterior podemos afirmar que hemos capturado la esencia de la 
teoría en un sentido semi-formal por medio de la teoría de conjuntos. 
Adicionalmente, en la tradición estructuralista se reconoce que aún faltan 
elementos por considerar para poder entender como opera y en que consiste una 
teoría empírica. El elemento en particular que ha de ser incluido en el análisis es el 
relativo al mundo exterior, esto es, los fenómenos específicos a los cuales 
pretendemos aplicar la teoría. A esto se le llama las aplicaciones intencionales de 
la teoría (I), las cuales, puesto que no son presentadas ni suponiendo la misma 
teoría ni en el vacío conceptual, están determinadas por los términos T-no 
teóricos. 
 
Finalmente, con el núcleo y las aplicaciones intencionales, puesto que 
tienen el mismo papel en la identificación de la teoría, T, identificamos una teoría 
empírica como una estructura del tipo: 
 
 T = < K, I > 
 
Esto es un Elemento-teórico. De forma que, regresando a nuestro esquema 
de los diferentes niveles estructurales y su jerarquía, tenemos que el nivel más 
simple es éste, el del Elemento-teórico, seguido por agregados de dicho elemento 
para formar la red-teórica y finalmente, tenemos el holón-teórico, visto como el 
máximo grado de complejidad estructural. 
 
 
 
 
Así, el análisis que el estructuralismo hace las teorías científicas se basa en 
la representación enunciado conjuntista de los modelos que la conforman. Modo 
de representación que pretende captura la esencia de dichos modelos, 
permitiendo ya sea un alto grado complejidad como es el caso del holón teórico o 
de un grado menor como el de elemento teórico. Adicionalmente, permite capturar 
el aspecto dinámico (cambios entre modelos) al permitir la representación de las 
variaciones dadas en la historia. Finalmente, al proponer la utilización de una 
herramienta semi-formal para la representación de teorías científicas reconociendo 
una distinción entre componentes estructurales teóricos y no teóricos permite dar 
una respuesta positiva al reto de Putnam y así constituirse como un nuevo camino 
en el progreso de la filosofía de la ciencia. 
 
Antes de continuar es necesario señalar que el uso de las expresiones 
representar y analizar en el presenta trabajo es idéntico. Esto dado que 
concebimos que así como las virtudes del análisis son la precisión y la claridad de 
la información que nos suministran sobre el tema de interés, la representación 
comparte dichas virtudes, y así el análisis se vuelve sinónimo de representación 
en tanto se nos suministre información clara (en su presentación) y precisa (en 
cuanto a su correspondencia con las representaciones hechas por otros medios) 
de las teorías científicas. 
3. Los grafos representacionales. 
 
Habiendo presentado al estructuralismo como una forma de trabajo 
filosófico sobre la ciencia, enmarcado en el enfoque semántico. A continuación 
presentaremos una nueva herramienta desarrollada en el seno de la revisión 
crítica del estructuralismo. Herramienta que tiene pretensiones de perpetuar los 
éxitos logrados por los estructuralistas pero al mismo tiempo reformular algunos 
de sus aspectos claves, reformulación que resuelva problemas mientras abre la 
puerta hacia nuevos problemas y respuestas. Esta herramienta es fundamental 
dado que es la clave del presente trabajo de análisis filosófico de la teoría del 
condicionamiento. 
 
3.1. ¿Qué son? Y ¿Para qué sirven? 
 
Un juicio valorativo con respecto a las formas en que se puede realizar el 
análisis de teorías empíricas es el siguiente: 
 
“…el análisis más preciso de los aspectos conceptuales de una teoría es el suministrado 
por la Concepción Estructuralista… “ (Casanueva y Méndez, 2004, p. 1) 
 
Sin embargo, estos mismos autores nos señalan que aún cuando lo anterior 
puede sostenerse, no es posible decir lo mismo con respecto a la claridad de este 
análisis. Como una posible solución a este problema, sin abandonar el enfoque 
semántico, se ha propuesto una representación gráfica de teorías científicas. Con 
lo cual se ha originado un nuevo estilo de representación semántica: los Grafos 
representacionales. Al respecto Casanueva y Mendez (2004) nos dicen: 
 
“Una de las virtudes de esta herramienta… es que permite representar todas las 
distinciones meta-teóricas introducidas por la concepción estructuralista sin sacrificar 
sencillez y claridad” (Casanueva y Méndez, 2004). 
 
En específico, los grafos representacionales consisten en tipos de grafos 
que representan la estructura de los modelos, esto con base en la idea de que los 
modelos de una teoría constan de determinadas entidades y relaciones entre 
ellas, de tal forma que podemos sustituir las entidades por puntos y las relaciones 
por flechas. A continuación presentamos el esquema representativo de un grafo 
de cuatro puntos, extraído directamente del trabajo de Casanueva y Méndez 
(2004), el cual permite mostrar la estructura general de explicación inferencial. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Donde SET significa super-estructura teórica y BD significa base de datos. 
Los puntos constituyen entidades o procesos postulados por la teoría mientras que 
las líneas representan rutas de inferencia (no necesariamente deductiva) entre 
puntos. 
 
Siguiendo a Casanueva y Méndez (2004), podemos pensar que las teorías 
empíricas se proponen para responder ciertas preguntas que podríamos 
considerar fundamentales. Estas están representadas en el grafo como A→Z, esto 
es, llamémosle la pregunta fundamental. La ruta A→C→D→Z constituye el paso 
conceptual que inicia con la postulación de clasificaciones o definiciones del 
estado A, esto es la teorización de A, y que tras el desarrollo de un cálculo 
particular, la flecha de C a D, culmina con la postulación de leyes que enlazan BD 
con SET, de D a Z. Así, podemos distinguir varios pasos en el cierre de lo que 
podríamos llamar un “circuito conmutativo”, a saber, a) La explicitación de la 
pregunta fundamental, b) la postulación de clasificaciones y definiciones, c) la 
operación de cálculos especiales y d) la formulación de leyes. Es por esto que 
desde el análisis grafo-representacional la explicación científica puede ser vista 
como una ruta inferencial conmutativa o un “circuito conmutativo” en el que la 
información de A a Z en BD y de A a Z pasando por SET coinciden en su punto 
final. 
 
Adicionalmente, la herramienta de los grafos representacionales permite 
una presentación o representación de teorías científicas como forma de análisis 
en la cual se mantienen las distinciones meta-teóricas propias de la concepción 
estructuralista como son la distinción entre los términos teóricos y los no-teóricos, 
la especificación del la ley fundamental, etc. A partir de lo cual se muestra la 
precisión con la que puede tratar la estructura interna. También permite, con 
sencillez y claridad dada su naturaleza grafica, apreciar la capacidad inferencial o 
explicativa de la teoría, esto mediante el reconocimiento de dicho circuito entre la 
base de contrastación (su base empírica)y la super-estructura teórica, en el cual 
las flechas indican la existencia de reglas de inferencia y de forma más general, 
flujos de información (Casanueva y Méndez, 2004) 
 
 A pesar de que la claridad de la herramienta grafo-representacional permite 
apreciar propiedades estructurales de la teoría a simple vista, esto no debe 
confundirnos con respecto a una falta de profundidad o excesiva sencillez. El grafo 
puede tomar la complejidad y profundidad requerida en cada caso, esto gracias a 
la posibilidad de extender o colapsar el grafo, con lo cual podemos obtener 
diferentes tipos de información. 
 
Casanueva y Méndez (2004) nos dan un ejemplo de lo anterior en el 
siguiente grafo de la genética clásica. Si consideramos solamente la porción del 
grafo englobada por la expresión “conceptos no teóricos” tenemos cierta 
información pero al considerar el grafo en su totalidad la cantidad y riqueza de la 
información se incrementa considerablemente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ahora, al comparar este modo de representación con el modo enunciado 
conjuntista, podemos apreciar claramente las diferencias en lo referente a la 
claridad o sencillez de la representación: A continuación, presentamos dicha 
representación enunciado conjuntista del núcleo de la genética clásica 
(Lorenzano, 2000) con fines de comparación. 
 
 
Núcleo de la Teoría clásica de la genética 
 
 
Modelos potenciales parciales 
x= <J, P, APP, MAT, DIST> es potencial parcial de la genética 
(x= <J, P, APP, MAT, DIST> ∈ Mpp(G)) sii 
(1) J es un conjunto no vacío finito (individuos genéticos: variable �) 
(2) P es un conjunto no vacío finito (fenotipos: variable π) 
(3) APP: J → P (apariencia: APP (��� π) 
(4) MAT: J x J → Po(J) es una función parcial (Mator: MAT(������������	���
�� 
(5) DIST: P x P → D (P) es una función parcial (distribuidor: DIST (π�π���
����π��	���
π
�� 
(6) Para toda �, �’ ∈ J tal que MAT es definido para ������������������π ∈ P: 
DIST (APP(����APP(�����π) = RF (π��/ MAT(�, �’)) 
 
Modelos potenciales 
x= <J, P, APP, MAT, DIST, DET, COMB> es potencial de la genética (x= <J, P, 
APP, MAT, DIST> ∈ Mp(G)) sii 
(1) <J, P, APP, MAT, DIST> ∈ Mpp(G) 
(2) G es un conjunto no vacío finito (genotipos: variable �) 
(3) DET: G → P es surjetivo ( determinador: DET (��� π) 
(4) COMB: G x G → D (G) (combinador: COMB (�������������������������� 
 
 
 
 
 
Modelos actuales 
Si x= <J, P, APP, MAT, DIST, DET, COMB> esta en Mp(G), entonces x es 
genética (x ∈∈∈∈ M(G)) sii 
(1) Para toda ������∈ J tal que MATOR es definida para <��������������������������
∈ G tal que 
DET (�����	
���������
�(�����	
������
 COMB (������������
����
��������
������� 
 
Constricciones 
El constrenimiento C<�=>DET para determinador es definido por 
X ∈∈∈∈ C<�=>DET sii X ⊆ Mp(G) y para todo x, y ∈∈∈∈ X y para toda ���
�������∈∈∈∈ Gx ∩ Gy entonces DETERMINADORx (��� DETERMINADORy (�) 
 
Así el núcleo de la genética clásica es 
K (G) = < Mp(G), M(G), Mpp(G), C(G)> 
 
De esta forma podemos ver que la herramienta de los grafos 
representacionales constituye una alternativa de representación cuya sencillez no 
sacrifica profundidad y que hace valer distinciones meta-teoricas tradicionales 
dentro del análisis estructuralista. 
 
¿Significa lo anterior que no hay diferencias entre los grafos 
representacionales y el estructuralismo? No, sí hay diferencias pero estas tienen 
lugar en el nivel del tipo de estilo con el que se analiza la dinámica y composición 
estructural de teorías científicas. En especifico, la herramienta de los grafos 
representacionales se guía por un enfoque tipo poblacional mientras que el 
estructuralismo parte de un enfoque esencialista. Esto se detallará a continuación. 
 
3.2. Similitudes y diferencias con el estructuralismo. 
 
Como ya se puede apreciar existen grandes similitudes entre el 
estructuralismo y los grafos representacionales. En primer lugar, forman modos de 
representación dentro del enfoque semántico, en segundo lugar, se acepta la 
distinción meta-teórica entre la parte no-teórica y la parte teórica de la teoría y en 
tercer lugar, desde ambas formas de representación se hace énfasis en la 
importancia de un tratamiento formal (o semi-formal) para el mejor entendimiento 
de las teorías científicas. 
 
A pesar de estas similitudes existen diferencias considerables entre ambas 
formas de representación. En particular, por el estilo del análisis de las teorías 
científicas, con esto nos referimos al modo particular en que ciertos aspectos 
estructurales son resaltados o no, y por ende, como en las figuras de la gestalt, 
todo depende de la perspectiva. 
 
Casanueva y Méndez (2005) han presentado argumentos en los que se 
esclarecen las diferencias entre el estructuralismo y los grafos-representacionales. 
Ellos emplean una analogía con la biología, en particular con las teorías de la 
evolución orgánica. 
 
Casanueva y Méndez (2005) nos señalan que ante el problema de la 
existencia o no de las clases naturales y de los criterios de pertenencia a una 
clase, dos propuestas de solución fueron, por un lado, la taxonomía Lineana y, por 
el otro, el enfoque poblacional. Mientras que la primera concibe que las diferencias 
entre los individuos son pequeñas e irrelevantes desviaciones de una “esencia”, la 
segunda enfatiza las variaciones reales entre los organismos. Más aún mientras 
que la primera se centra en la idea de “tipo”, la segunda se basa en la de 
población. 
 
En la taxonomía Lineana los individuos son tratados en términos de 
características esenciales y accesorias, exigiéndoles a los miembros de una clase 
compartir las primeras mientras que las segundas son vistas como dispensables. 
Por otro lado, el enfoque poblacional requiere del reconocimiento de todas las 
diferencias (esenciales y accesorias) entre los organismos 
 
Regresando a nuestro tema, podemos ver cómo el estructuralismo, que ha 
desarrollado una de las más consistentes interpretaciones de la teoricidad, lo ha 
hecho desde un estilo esencialista. Esto dada su distinción entre ley fundamental y 
leyes especiales, siendo las primeras la “esencia” compartida por todos los 
modelos, mientras que las segundas son accesorios variables. En particular, 
Moulines (2002) nos deja ver esta idea de la siguiente forma. 
 
 “… Utiliza un marco específico de conceptos y principios para capturar (representar, 
reconstruir) un cierto rango de los aspectos esenciales de la ciencia, aspectos que son 
considerados como altamente significativos para el entendimiento de la estructura interna 
(tanto sincrónicamente como diacrónicamente) de la ciencia…(Moulines, 2002, p. 2) 
 
Así, desde esta concepción la pertenencia de un modelo a una teoría se 
establece a partir de ciertas condiciones estructurales necesarias y suficientes, 
con lo cual se resta importancia, como nos dicen Casanueva y Méndez (2004), 
“...[a] las variaciones reales de los modelos...” (Casanueva y Méndez, 2004, p. 2). 
De tal forma, que se vuelve una herramienta insuficiente para analizar las teorías 
científicas en su aspecto dinámico, esto es, en sus transiciones, saltos y 
discontinuidades. 
 
Estas diferencias en el estilo del análisis se ven más claramente al tratar, 
más en detalle, algunos de los puntos más controversiales entre los dos estilos, 
tales como la sustitución de red teórica por población de modelos y de holón 
teórico por dominio temático. 
 
Población de modelos. 
 
Dado que podemos ver a los modelos como conjuntos de sub-estructuras, 
es posible considerar a una población como recombinaciones de estos mismos 
elementos estructurales. 
 
Ahora, a diferencia de una red teórica, una población establece un conjunto 
de modelos por su semejanza conceptual, más no por el hecho de que se 
comparta (n) la (s) ley (es) fundamental (es) como es el caso de la red. Esta 
semejanza

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