Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE HISTORIA JULIO CASTELLANOS Y LA ENSEÑANZA VISUAL. LOS MURALES EN LA ESCUELA HÉROES DE CHURUBUSCO EN COYOACÁN. (1932-1933) Tesina que para optar por el titulo de Licenciada en Historia presenta: Ariadna Patiño Guadarrama Director de Tesina: Dr. Renato González Mello UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A mi mamá, por su apoyo, comprensión y comentarios. A mi hermano. A Eréndira, Rosa y Amapola por su apoyo, consejos y amistad A Julián por toda la paciencia, el soporte, el cariño y la gran ayuda que me brindó durante el desarrollo de la investigación. A la Universidad Nacional Autónoma de México y a la educación pública. 3 AGRADECIMIENTOS: Este trabajo contó con una beca PAPIIT- UNAM IN403906-3, en el marco del proyecto Arte y Educación, coordinado por los Doctores Renato González Mello y Deborah Dorotinsky. Quiero agradecer muy especialmente al Dr. Renato González Mello por la asesoría y apoyo brindados para llevar a buen término esta investigación. Así como la infinita paciencia que me tuvo durante la elaboración de este trabajo. Agradezco asimismo a la Dra. Deborah Dorotinsky por el tiempo que le dedicó a la revisión de la investigación, así como por sus atinados comentarios y sugerencias, sin las cuales esta investigación no sería la misma. A la Dra. Elia Espinosa por los valiosos comentarios que me proporcionó pues contribuyeron a mejorar este texto. Al Taller 32, por su apoyo, consejos y compañía durante este largo proceso. 4 AGRADECIMIENTOS: Al personal de la fototeca del Instituto de Investigaciones Estéticas por la toma fotográfica de los murales de la Escuela Héroes de Churubusco. Al personal del Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública, especialmente a Don Roberto Pérez por ofrecerme documentos invaluables. A Israel Rodríguez por ayudarme con algunas correcciones del texto A Omar Salvador por la toma fotográfica de algunas imágenes 1 ÍNDICE Introducción…………………………………………………………………………6 1. Julio Castellanos en Los Contemporáneos…………………………………………… 9 2. El elemento lúdico en la cultura: México y los programas pedagógicos de los años treinta…………………………………………………………………………………18 2.1 La enseñanza del dibujo y la educación sexual…………………………..18 2.2 El acto lúdico infantil como medio educativo y evolutivo……………….29 2.3 El teatro de títeres como método lúdico-didáctico y propagandístico …..33 3. Juegos Infantiles. El conjunto mural en la escuela primaria Héroes de Churubusco en Coyoacán………………………………………………………………………………43 3.1 El Diablo Manteado…………………………………………………………….47 3.2 El Pescadito……………………………………………………………………..54 3.3 El Caballo……………………………………………………………………….57 4. Conclusión………………………………………………………………………..62 5. Bibliografía……………………………………………………………………….72 1 INTRODUCCIÓN. En los años treinta del siglo XX, las artes, la ciencia y la educación en México merecieron especial atención de parte de educadores, científicos y artistas, lo que generó la creación de programas educativos novedosos y teorías pedagógicas. El proyecto educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) encabezada por Narciso Bassols, consistió en primera instancia, en la construcción de un gran número de edificios escolares, donde se impartieran los nuevos programas. Para realizar esa tarea, invitó al arquitecto y pintor Juan O’ Gorman y lo nombró Jefe de la Oficina de Construcción de Edificios, del Departamento Administrativo de esa Secretaría. De esa manera, O’ Gorman ejecutó un ambicioso programa de edificación de escuelas tanto en zonas urbanas y rurales, construidas al menor costo y en el menor tiempo posible. El proyecto incluyó la decoración de escuelas y/o aulas con murales que serían pintados por jóvenes artistas. Uno de los objetivos fue realizar una labor educativa a través de imágenes, similar a lo que pretendió Vasconcelos a través del movimiento muralista en la década de los veinte. Por lo cual los temas abordados deberían ser estrictamente educativos, dejando en segundo plano su función estética, pues el propósito era, de acuerdo con O’ Gorman, que los niños comprendieran lo que se les presentaba, y al mismo tiempo hacerlos concientes de su historia como clase social. Julio Castellanos González (1905-1947), fue uno de los jóvenes pintores invitados por O’Gorman para esbozar estas ideas en los muros de la escuela primaria Héroes de Churubusco en Coyoacán. Castellanos realizó un conjunto mural, eje de este trabajo, titulado Juegos Infantiles, sin embargo, no siguió los 2 criterios utilizados por otros pintores que también realizaron trabajos en los muros de escuelas primarias ya que mientras algunos de estos artistas alegorizaron la figura del maestro como el líder de un sector social desatendido, los obreros y campesinos, Castellanos presentó, en sus frescos, a un grupo de niños de ese sector, que a pesar del título lúdico, son una alegoría sobre la infancia, donde permea cierto grado de perversión. Es importante destacar que estos son de los pocos murales pintados en escuelas primarias de los años treinta, que no fueron tapados o destruidos, como les sucedió a muchos otros, pues fueron censurados por padres de familia y profesores, ya que según ellos contenían temas que ofendía a la sociedad, por “inmorales” u otras razones similares. Por esta razón, resulta extraño que los frescos en la escuela primaria Héroes de Churubusco hayan permanecido, pues para algunos espectadores el tema ha resultado agresivo. El sentido que Castellanos le dio a los símbolos que rodean a los infantes, así como el significado que los niños de los años treinta, le otorgaron en su momento a los tableros, es uno de mis objetivos de análisis. En el primer apartado abordé, algunas cuestiones relativas a al contexto cultural de fines de los años veinte y principio de los treinta, sobre todo lo referente al grupo conocido como Los Contemporáneos con el que Castellanos tuvo una gran amistad, con el propósito de plantear que la relación entre ese grupo y Castellanos repercutió, en el pensamiento y en la obra del artista. En el segundo apartado analizo los programas educativos y el acto lúdico en la cultura de los años treinta, pues Castellanos también participó en la difusión de algunos programas educativos, como la enseñanza del dibujo en las escuelas primarias y como instructor de artes plásticas en la Casa del Estudiante Indígena, 3 ambas tareas relacionadas con el afán higiénico y civilizador, que permeaba en esa época. La educación sexual es una característica que Castellanos retomó en sus frescos, debido a la importancia que se le dio a esa materia, como tarea pedagógica, así como a la desnutrición infantil y a la injerencia de la iglesia católica en la educación, a pesar de ello, utilizó diversos símbolos cristianos para representar al sectorobrero y campesino, como si se tratasen de mártires del sistema eclesiástico y estatal. En el último apartado analizo el conjunto mural retomando lo expuesto en los capítulos anteriores, además de hacer referencia a las interpretaciones que se hicieron sobre los frescos, pues muchas de ellas dieron por hecho que se trataba de juegos infantiles, incluso conocidos popularmente. Así mi planteamiento principal versa en darles un significado alterno a los tableros realizados por Castellanos utilizando como referentes, la poesía visual, relacionada con Los Contemporáneos, específicamente con Xavier Villaurrutia y la higiene promovida por los médicos y profesores. 1 1. JULIO CASTELLANOS EN LOS CONTEMPORÁNEOS El debate nacionalista originado en la década de los años veinte, ha producido infinidad de textos que discuten las distintas formas en que se concibió la construcción del país. Como afirma Ricardo Pérez Montfort, retomando a Carlos Monsiváis, eran “muchos nacionalismos culturales integrados o pretendiendo ser constituidos en uno sólo”, 1 sin tomar en cuenta la gran diversidad de identidades existente en el país El grupo en el poder que surgió de la Revolución Mexicana planteó la búsqueda de una identidad que lo diferenciara del régimen anterior, es decir del porfirismo. Esa búsqueda utópica del “ser mexicano” se ligó a la educación, como una prioridad en ese proyecto de gobierno. Por ese medio se planeó forjar la unidad e identidad posrevolucionaria para lograr, al mismo tiempo, la inserción del país dentro de la modernidad en un contexto internacional, una modernidad inspirada en el nacionalismo. De esta forma, la educación fue considerada como factor de cambio social, desarrollo y modernidad. Consideraron que ésta coadyuvaría a que los arquetipos producidos por la revolución convirtieran en realidad, las conquistas para beneficio de los futuros ciudadanos. Y al mismo tiempo que inculcaban el patriotismo, exhortaban a los pobladores a involucrarse en el proceso de reconstrucción. Filósofos, historiadores y artistas también buscaron por diferentes medios una respuesta para consolidar la identidad del mexicano. Muchas propuestas fueron una reacción contra el positivismo porfirista. Para algunos de estos pensadores, como Antonio Caso, la unidad no podía constituirse mientras existieran diferencias, ideológicas, económicas e incluso regionales, y mientras se anhelara obtener reconocimiento por medio de la imitación de otras culturas: 1 Ricardo Pérez Montfort, Estampas de nacionalismo popular mexicano. Diez ensayos sobre cultura popular y nacionalismo, 2ª ed., México, CIESAS, 2003, p. 124. 2 ¡Idealistas que os empeñáis en la salvación de la República, volved los ojos al suelo de México, a los recursos de México, a los hombres de México a nuestras costumbres y nuestras tradiciones, a nuestras esperanzas y a nuestros anhelos, a lo que somos en verdad! Sólo así nos conduciréis a un estado mejor y nos redimiréis de nuestro infortunio. Para salvarse precisa ante todo saber.2 Estas fueron algunas de las tareas que algunos intelectuales y detentadores del poder se propusieron resolver durante la segunda mitad del siglo XX. En 1921, José Vasconcelos asumió el cargo como Secretario de Educación Pública y promovió de manera inmediata una empresa alfabetizadora e impulsó, entre otras cosas, la integración del indígena a la cultura dominante. Las artes fueron un dispositivo para reivindicar elementos y tradiciones que representaban a México de acuerdo con su perspectiva, con el cual pretendía fundar una “identidad nacional”. El muralismo también fue uno de los instrumentos utilizados para conseguir esa meta, un movimiento plástico que encabezaron entre otros, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.3 De acuerdo con su proyecto, Vasconcelos le asignó a ese género artístico, la educación del pueblo por medio de imágenes. En el mismo contexto, un “grupo” que resulta importante en la invención de esa modernidad fue el denominado, Los Contemporáneos, el cual como veremos, a pesar de sus colaboraciones con el Estado posrevolucionario, no defendió el nacionalismo que sustentaba el grupo en el poder. Octavio Paz consideró que a pesar de ello, los miembros de ese colectivo “fueron patriotas convencidos” pero tenían un concepto de nacionalidad 2 Antonio Caso, “Unidad e imitación”, en Anatomía del mexicano, selección y prólogo de Roger Bartra, México, Plaza & Janes, 2002, p. 60-61. 3 El proyecto mural, de los llamados Tres Grandes asumió diferentes enfoques temáticos plásticos en sus obras, razón que los llevó a separarse de la ideología vasconcelista. 3 diferente. Ese fue el caso de Xavier Villaurrutia, quien ejerció un “mexicanismo, [que estaba] en el polo opuesto al de Diego Rivera, nada folklórico, ni colorido…”4 Disertar sobre la obra y la participación de Los Contemporáneos en el discurso nacionalista alcanzaría para realizar una tesis, así que sólo apuntaré algunos aspectos que son importantes para argumentar y analizar el tema que aquí trataré. La participación de Los Contemporáneos en el aparato estatal ha sido motivo de confusiones, pues a decir de sus escritos y de algunos de sus miembros, como Villaurrutia, Los Contemporáneos no defendían ni practicaban, como señalé, el nacionalismo oficial, que pretendió implantar el grupo en el poder, pero parecen tener algunas afinidades con éste, pues colaboraron con programas estatales en ámbito artístico y educativo. El grupo no sentía la necesidad imperante de recurrir al pasado mexicano para reafirmarse, pretendían sí, ser modernos, pero para ello se valían del presente. Este grupo “sin grupo”, como lo llamó el mismo Villaurrutia, estaba unido entre otras cosas por sus reflexiones en torno a la literatura y la poesía así como por la creación de una nueva literatura mexicana. “Casi todos, si no puede decirse que fueron críticos, sí adoptaron una actitud crítica. Su virtud común fue la desconfianza, la incredulidad. Lo primero que se negará fue la fácil solución de un programa, de un ídolo, de una falsa tradición. Nacieron en crisis y encontraron su destino en esta crisis: una crisis crítica.”5 Enrique González Rojo señalaba: “Había algo muy importante que nos unía a todos: la conciencia y seriedad de nuestra obra, enfocada en direcciones modernas y apoyada en una cultura sólida. El juicio que hacíamos de nuestros contemporáneos sacaba a relucir sus insignificantes méritos y aumentaba el prestigio de que gozábamos 4 Octavio Paz, Xavier Villaurrutia en persona y en obra, con 10 dibujos de Juan Soriano y una iconografía, México, Fondo de Cultura Económica, 1978, p. 27. 5 Guillermo Sheridan, Los Contemporáneos ayer, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 12. 4 entre nosotros mismos. Nos uníamos por aristocracia, por orgullo, como una medida de defensa de nuestros ideales.”6 La cercanía que mantuvieron con el secretario Vasconcelos, a pesar de no compartir su ideal, se debió a que obtenían ciertos apoyos y prestigio. Colaboraron con él en distintas ocasiones de manera individual, incluso tenían cargos burocráticos, de forma que pudieron incidir en los programas educativos, ya fuera como profesores, instructores, etcétera. “La mitología del joven impetuoso y capaz, atizada por Vasconcelos muy sabiamente, aunque no es la que los jóvenes Contemporáneos van a practicar, se complementa con ésta en tanto que se beneficia de las dádivas que se le desprendían…”7 No obstante la relación, las publicaciones de Los Contemporáneos no fueron patrocinadas por Vasconcelos, sino por quienes contribuyeron con la difusión de sus obras, es decir sus mecenas. Con esto noquiero decir que Vasconcelos haya despreciado a la literatura mexicana, sino que al secretario de educación le interesó más imprimir y dar mayor difusión a las obras de Justo Sierra y los clásicos griegos, iniciativa que fue muy criticada. No obstante, la literatura nacional que comenzó a tener auge, era aquella cuya temática ensalzaba a la patria y el espíritu mexicano. Los Contemporáneos buscaron formas de expresión diferentes al extremoso nacionalismo implementado en México, para expresar su pensamiento y ser reconocidos como poetas, escritores, literatos en un contexto internacional, de esta forma fundaron la revista Ulises y posteriormente a la que deben su seudónimo, Contemporáneos. Con este grupo opuesto al nacionalismo cultural, educativo y al muralismo instaurado en los años veinte, se identificó en muchos momentos al pintor Julio Castellanos. De ahí la importancia de conocerlos para entender la concepción que el 6 Luis Mario Schneider, “Los Contemporáneos. La Vanguardia desmentida”, en Los Contemporáneos en el laberinto de la crítica, México, El Colegio de México., 1999, p. 17. 7 Sheridan, op. cit., p.104. 5 artista se formuló sobre el grupo y conocer si su obra se vio afectada por la ideología de éstos. Los artistas, sobre todo los muralistas, cuestionaron y criticaron ampliamente la postura de los miembros de Contemporáneos frente al nacionalismo oficial; incluso recibieron burlas hacia sus personas y su literatura por considerarla europeizante.8 A pesar de ello reconocían su talento. Por diferentes causas Julio Castellanos no quedó fuera de estas críticas, incluso también fue calificado como “acaparador de chambas”, aunque también se elogió su trabajo plástico. Los miembros de este núcleo están sólidamente unidos para conseguir y asegurar numerosas “chambas”. Para ello se ayudan, aún para hacer antesalas, evitando así el aburrimiento consiguiente. Estos camaradas andan en todas las Secretarías de Estado; en todas ellas lloran pobrezas y en casi todas les reparten “chambas”. Aparte de esto, casi todos ellos son buenos creadores plásticos. ¡Lástima que no se dediquen sólo a producir arte! 9 Es posible que con Julio Castellanos Manuel Rodríguez Lozano y Rufino Tamayo entre otros artistas, Los Contemporáneos vieran la oportunidad de expresar plásticamente su ideología. Con esto quiero decir que sentían la necesidad de trascender lo postulaba Leonardo Da Vinci en su Tratado de pintura, hermanar la pintura con la poesía,10 pero la 8 Diego Rivera hizo mofa evidente del grupo al criticarlos por considerarlos europeizantes en uno de sus murales en el edificio de la Secretaría de Educación Pública, pintándolos como afeminados. 9 En Archivo Histórico del INBA, carpeta 6, caja 2, Cenidiap/INBA. Sin más referencias. 10 Durante el Renacimiento se suscitó una polémica entre los artífices de la pintura y los integrantes de las artes liberales –las cuales estaban conformadas por dos grupos, el Trivium que abarcó la gramática, la retórica y la dialéctica y Cuadrivium, que comprendía la Astronomía, la Geometría, la Aritmética y la Música— La pintura era considerada como un oficio mecánico, por lo que personajes como Leonardo Da Vinci discutieron sobre la importancia y la necesidad que se convirtiera en una ciencia o arte liberal y que estuviera por encima de otras – como la música o la poesía-, Cfr Tratado de pintura. El parangón y la teoría de las artes hermanas, versión castellana de Mario Pitaluga, Buenos Aires, Editorial Lozada, 1954 p. 3-35. 6 poesía como antesala de la pintura. Xavier Villaurrutia expresó lo anterior de la siguiente manera: Pintura y poesía. Sabemos que hay relaciones visibles a los ojos de todos y de un orden que podríamos llamar razonable, entre el mundo de las formas poéticas y el mundo de las formas plásticas. Hablo de ciertas afinidades estéticas que hacen posible reunir por un momento, en un mismo plano, por la fina retórica del dibujo, por el paladeo de ciertas delicadezas de un lenguaje excelentes, un poema de José Gorostiza y un cuadro de Julio Castellanos, por ejemplo.11 La pintura, como señaló Villaurrutia, fue uno de los medios que utilizaron los Contemporáneos, para ser reconocidos en el entorno cultural del momento, y pintores como Julio Castellanos fueron identificados como integrantes de este grupo y como portadores de su ideología. Quienes así lo pensaron tenían razón, ya que la colaboración de Julio Castellanos, con éstos fue prolífica y al igual que ellos también realizó distintos aportes a la tarea educativa estatal, como lo veremos en sus frescos de la Escuela Héroes de Churubusco y en gran parte de su obra de caballete. Tal es el caso su cuadro titulado La carta,12 (imagen 1) utilizado para difundir las campañas de alfabetización. Por otro lado, Las peinadoras y El baño (imágenes 2 y 3), sin haber sido concebidas con el mismo propósito que La carta, tienen un claro mensaje higiénico. Sin embargo, como apuntaré más adelante, su concepción sobre el discurso higiénico es distinta a la promovida por los grupos médicos, quienes también jugaron un papel fundamental en esta labor. 11 Xavier Villaurrutia, “Pintura sin mancha” en Xavier Villaurrutia, Obras. Poesía, teatro, prosas varias, crítica, México, Fondo de Cultura Económica, 1991 (Letras mexicanas), p. 740. 12 Así lo señala Olivier Debroise en Julio Castellanos 1905-1947, México, Banamex, Pinacoteca Marqués del Jaral del Berrio, 1982, p 34. 7 Para algunos Contemporáneos, este pintor utilizaba la poesía en su pintura. Tal como lo apuntó Salvador Toscano, miembro de este grupo, “Castellanos representó lo apolíneo: era el poeta cuya mirada era capaz de transformar el mundo real bajo el áureo velo del ensueño; era el poeta lírico entregándose a la forma de las cosas, sin importarle la amargura de sus entrañas.”13 En su obra se pueden apreciar las metáforas poéticas que utilizó para recrear su noción de raza mexicana.14 Pero Castellanos no siempre estuvo de acuerdo con este pensamiento y se los aclaró, tal como lo recuerda Carlos Pellicer: “Convéncete de que eso no se puede pintar. La mirada tiene límites, lo que vimos yo lo vi con el corazón […] Los poetas tienen recursos tan diferentes a los nuestros para referirse a la naturaleza.”15 ¿Estaba negando la posibilidad de hermanar la poesía con la pintura? A pesar de esta declaración, el mismo Castellanos le explicó a Fernando Gamboa su concepto personal del artista en el que contradice sus palabras anteriores, “Y así amigo Gamboa he querido una vez más hacer poesía, otras veces me he planteado describir el tema, otras el uso del material por el material”.16 De acuerdo con esta afirmación considero que Castellanos estaba seguro que se podía hacer poesía visual, a pesar de sus argumentos en contra. Como se puede observar, el artista estaba argumentando sobre una expresión estética poética, hecho que lo identificaba con el grupo de Los Contemporáneos y que lo alejaba en estructura plástica de su maestro Rodríguez Lozano. Su estilo es como explica 13 Julio Castellanos (1905-1947), monografía de su obra, con notas de Carlos Pellicer y Salvador Toscano, México, 1952. p. VIII. 14 Existe una similitud en este sentido entre la propuesta de Castellanos y algunas obras de Jesús Guerrero Galván. Sin embargo, desde mi perspectiva en la obra de este último encontramos desde formas neoclásicas hasta figuras que carecen de expresión. Su similitud consiste en utilizar, de la misma forma que Castellanos, la metáfora, para recrear algunas de sus obras, esto es muy notorio sobre todo en su pintura de caballete. 15 Julio Castellanos (1905-1947),monografía de su obra, op. cit, p. VIII. 16 Olivier Debroise, et al, Julio Castellanos 1905-1947, México, Banamex, Pinacoteca Marqués del Jaral del Berrio, 1982. 8 Meyer Shapiro, un “vehiculo de comunicación” entre la obra, el grupo o individuo que lo plasma y la sociedad.17 Castellanos no estaba comprometido con la “causa social” estatal, educativa y de lucha de clases, como algunos otros muralistas de su época decían estarlo. Su pintura es innovadora en tanto propositiva, y distinta de las representaciones de sus compañeros que también realizaron frescos en escuelas primarias, como Roberto Reyes Pérez, pues propone un nuevo enfoque y forja un estilo, por lo cual, Los Contemporáneos lo consideraron parte de su discurso. El crítico de arte Antonio Rodríguez aseguró que Castellanos había ideado un estilo distinto, que posiblemente lo separaba de la escuela mexicana muralista y escribió, “la pintura de Castellanos respira, toda ella, ese aire seco de dignidad que acompañó en su vida a su persona. Es digna y grave, por el tema siempre tranquilo y sereno aún cuando parecía hacer concesiones a una política oficial que él no sirvió como militante, tal es el caso de sus murales ‘El cielo y el infierno’ (sic) de la escuela Melchor Ocampo en Coyoacán, pero lo es más por la religiosidad personal que denota su factura”.18 El discurso de Antonio Rodríguez es certero en tanto que afirma que Castellanos no militó en ninguna agrupación política. También en su apreciación de su obra, ya que al colaborar con una entidad oficial como la SEP, tuvo que fungir en buena medida como portavoz de las ideas gubernamentales, aunque con su particular enfoque. Es muy posible que Castellanos estuviera interesado, en cierta medida, en introducir en su obra mural las ideas educativas –debido a que era parte de su trabajo– pero sin estar compenetrado en las ideas “revolucionarias” manejadas por los gobernantes. Pero sería muy arriesgado afirmar que su participación en los programas 17 Meyer Schapiro, Estilo, artista y sociedad. Teoría y filosofía del arte, trad. de Francisco Rodríguez Martín, prólogo de José Jiménez, Madrid, Editorial Tecnos, 1999, p. 11. 18 Debroise, op. cit., p.15. 9 educativos se debió únicamente a una necesidad económica ya que con ello se demerita el valor de su obra. El concepto que Castellanos propuso en su obra sobre la raza mexicana tiene un sentido diferente a la que hasta ese momento se consideraba como el prototipo, razón por la que considero que este pintor se comprometió con la invención de la “raza mexicana” pero de manera crítica, de acuerdo a su propia idea de nación y cultura. La generación de Los Contemporáneos fue sumamente importante en la creación del México pos revolucionario. Durante los años treinta la participación de éstos en los programas educativos fue constante, por lo que considero que las relaciones entre Contemporáneos y las instituciones durante esta década aún tienen mucho que aportar a los nuevos estudios históricos, estéticos y educativos. A pesar de que el “grupo” se desintegró en 1932, cuando la Revista Contemporáneos dejó de publicarse, los integrantes continuaron incidiendo en la política educativa y promovieron, en cierto sentido, algunas de sus ideas. En el siguiente apartado esbozó la importancia de tal participación. 1 2. EL ELEMENTO LÚDICO EN LA CULTURA. MÉXICO Y LOS PROGRAMAS PEDAGÓGICOS DE LOS AÑOS TREINTA 2.1. La enseñanza del dibujo y la educación sexual Emprenda una campaña pro-limpieza; no la descuide un solo día. La fuerza de la costumbre en el aseo hará niños y niñas hombres y mujeres limpios y sanos1 El imaginario nacionalista mexicano creado en la década de los veinte, heredó a la siguiente generación de los años treinta las mismas problemáticas, a las que se sumaron otras como la atención a la niñez. La educación continuó así como uno de los objetivos principales del Estado. En el transcurso del siglo XIX se crearon imágenes sobre la infancia que, de acuerdo con el historiador Alberto del Castillo, enfatizaron e inventaron la idea de inocencia. La ilustración y la fotografía se convirtieron en herramientas para inventar, consolidar, discutir y cuestionar esa idea. Tanto la pediatría como la pedagogía de finales del siglo XIX formaron parte de una epísteme, esto es, de una sistematización de conocimiento, que en este caso estaba organizado alrededor de la necesidad de mirar “hacia adentro”, de hacer “visible lo invisible” de administrar y generar los aparatos administrativos y discursos que 1 Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública (en adelante AHSEP), Departamento de Escuela Rurales, Casa del Estudiante Indígena, 1927, caja 2, exp. IV, [128 (725.1)] presupuesto de egresos. 2 crearon las condiciones para la percepción de la diferencia, el individuo y la normatividad.2 Esta labor continuó durante los años treinta, y a la par de la discusión sobre nacionalismo cultural, se hizo más fuerte la polémica en torno a la importancia de la niñez en la reconstrucción nacional. Ante lo cual resultó evidente la necesidad de construir un discurso que tomara en cuenta a la infancia como parte fundamental del programa oficial. Este sector comenzó a ser representado a través de pintura mural, de caballete o simplemente a través de la fotografía. Los pedagogos crearon un ideal colectivo de niñez mexicana. Pensaron que la infancia era un universo relegado al que había que orientar, entender, cuidar, y sobre todo atender. Estaban seguros de que después de la revolución mexicana y sobre todo a partir de los años treinta se habían logrado conquistas al interior pero había grandes peligros en el exterior, por lo cual era importante preservar los logros y mantener el rumbo que llevaba México. Un elemento importante para entender y orientar al sector infantil fue la enseñanza del dibujo. La búsqueda de métodos didácticos para la enseñanza de esa materia, tenía entre sus objetivos sentar las bases para la creación de un arte nacional mexicano y la empresa fue dirigida en sus inicios por Adolfo Best Maugard, con un método de dibujo ideado por él y que fue utilizado como medio para inculcar el “patriotismo” en los educandos a través del arte. Con este método se pretendió sensibilizar al niño en el arte mexicano y se invitó a pintores y jóvenes artistas a difundirlo en escuelas primarias y secundarias. A esta iniciativa se sumaron personajes identificados como miembros del grupo de Los Contemporáneos, es el caso de Manuel Rodríguez Lozano y Julio Castellanos. 2 Alberto del Castillo, Conceptos, imágenes y representaciones de la niñez en México, 1880-1914, tesis para obtener el grado de Doctor en Historia, México, El Colegio de México, 2001, p. 21. 3 Alrededor de 1925 Rodríguez Lozano, como jefe de la sección de dibujo y artes manuales, reformó y “mejoró” el método Best, pero no a fondo No obstante, señaló que se pretendía que el niño comprendiera sin ninguna dificultad dicho método, el cual consistía en dar… a los niños un alfabeto gráfico y algunos preceptos que el maestro explicaba, y que permitían al mismo, exhibir íntegro su subconsciente. Así por los dibujos podíamos conocer la moral del hogar, el barrio de la ciudad que habitaba el niño, la clase social a que pertenecía; sabíamos en qué estaba evolucionado y en que estaba retrasado; cómo herían su sensibilidad los fenómenos externos (la revolución), veíamos cómo el niño era más normal, cómo las niñas eran más precoces y sensuales, ¿y para qué seguir enumerando? Teníamos la clave de la niñez mexicana.3 De la anterior afirmación se desprende un punto de suma importancia: la tarea de losartistas involucrados como instructores de dibujo. Para Rodríguez Lozano se trataba no sólo de significar la infancia, sino también de conocerla psicológicamente, repensarla y así, de acuerdo a su perspectiva, desentrañar sus necesidades o mejor dicho, las que ellos consideraron convenientes para el “desarrollo” nacional. Esta labor, según el mismo artista, fue suspendida, pese a que había sido muy aplaudida, pues “para no perder la tradición en México entró como secretario de educación el doctor Puig, que naturalmente designó para continuar esta labor a algún impreparado, fundando un departamento de puericultura al mismo tiempo que anulaban la psiquis de la niñez mexicana, desviando la maravillosa documentación que teníamos”.4 3 Manuel Rodríguez Lozano, Pensamiento y Pintura, artículos, conferencias, entrevistas y frases. México UNAM, 1960, p. 82. 4 Idem, p. 83. 4 Sin embargo, el nuevo Departamento de Pedagogía e Higiene, o de Puericultura, como lo llamó Rodríguez Lozano, sí continuó con esa labor, aunque con un enfoque más radical. Los artistas no quedaron fuera de este proceso, su trabajo consistió en investigar a través del dibujo, el desarrollo mental de los infantes, así como entender por qué algunos tienen “mejores habilidades que otros” y si esto se debía al sector social al que cada uno pertenecía. Estos artistas se dieron cuenta y realmente creyeron que para entender el proceso de conocimiento en el hombre, era necesario conocer a fondo al niño para arrebatarle los vicios que heredaban de sus padres y seguir la marcha “evolutiva”, con el objetivo de equiparse con otras naciones, como las europeas. Artistas como Rodríguez Lozano pensaron que su papel era investigar el espíritu del niño y entender su esencia por medio del dibujo, pero existían muchas contradicciones en torno a la utilidad de la enseñanza de esta materia. El método Best no resultó práctico para los profesores de instrucción básica y normal, porque en un sentido resultaba un tanto estricto para el desarrollo del niño y no le permitía la libertad suficiente para expresarse.5 Incluso hubo quejas de los maestros que impartían dibujo en sus aulas, pero no fueron atendidas. Pese a todo y a la “reforma” que Rodríguez Lozano hizo a es sistema pedagógico artístico, el método Best continuó impartiéndose pero con los cambios realizados. Julio Castellanos, quién formaba parte del grupo de Rodríguez Lozano, utilizó e impartió por un largo periodo, ese sistema educativo reformado por su maestro, sin embargo, también mencionó que limitaba la libre expresión del infante. A diferencia de Lozano, Castellanos, no pretendió explorar la psique: “aunque el método Best Maugard tenía el mérito de haber roto con los antiguos moldes, no era suficientemente bueno, pues 5 Pues hay que recordar que el método Best implicó la memorización casi mecánica de un grupo limitado de formas elegidas por Adolfo Best Maugard porque, según él, representaban un repertorio mexicano que contribuiría a la creación de un arte nacional. 5 colocaba al productor dentro de un camino sin salida, haciendo que su sensibilidad funcionara de una manera muy relativa […] Con esto resultaba que sus dibujos dejaban de ser espontáneos, pues evitaba la continúa búsqueda a que siempre está sujeto el productor en su afán de mejoramiento”.6 Debido a las malas experiencias con ese método, se buscaron otros procedimientos para la didáctica del dibujo, tomando como referencia las escuelas de pintura al aire libre, que para estos pensadores habían resultado muy exitosas, pues los alumnos contaban con mayor libertad para realizar sus creaciones, y además estaban en mayor contacto con la naturaleza. Siguiendo esta línea, los profesores impartieron el dibujo en las escuelas primarias. Algunas prácticas en materia de dibujo que se realizaron con los infantes, dieron como resultado un estereotipo de la niñez mexicana, como el estudio realizado por el profesor, pintor y crítico de arte Víctor M. Reyes, quien estableció que los niños de escasos recursos estaban retrasados respecto a los de clases altas, ya que sus dibujos eran más sencillos que las de los niños de otros sectores sociales. Consideraba que esto se debía al sector social al que pertenecían. Para ese estudio se utilizaron y compararon modelos de dibujos realizados por niños de distintas edades y de diferentes grupos sociales, entre los que se incluyeron a los indígenas. Sin embargo, Reyes también estableció que esa hipótesis no representaba una generalidad y que los niños de sectores bajos e indígenas podían tener capacidades iguales a los de clases altas.7 A pesar de ello, hasta la década de los cuarenta los educadores en materia artística continuaron aseverando que la enseñanza del dibujo había resultado un fracaso, al menos hasta esa fecha, y para establecer nuevos medios pedagógicos en la enseñanza del mismo, se realizaron congresos internacionales, que para muchos resultaron 6 Julio Castellanos, “La enseñanza del dibujo en las escuelas primarias desde 1920”, en Mexican Folkways, Número especial, Pinturas y dibujos de los niños mexicanos de las escuelas primarias, 1934. 7 Víctor M. Reyes, Pedagogía del dibujo, teoría y práctica en la escuela primaria ilustraciones de niños. México SEP, 1943, p. 222, 226 y 227 (dibujos de niños entre 7 y 8 años). 6 sumamente prolíficos. Los ponentes en dichos congresos llevaban exposiciones infantiles con el fin de argumentar y proponer nuevas ideas que mejoraran esta materia; en otros casos también los dibujos sirvieron para ejemplificar los fracasos de años anteriores. Según los estudios realizados por los especialistas en este campo, las condiciones físicas de los niños, sí eran un factor que impedía que éste pudiera desarrollar tal habilidad. Así lo advirtió Víctor M. Reyes: “En este trabajo se hacía mención de las observaciones hechas sobre las diferencias muy marcadas que existen en los alumnos para el dibujo, proviniendo de malas condiciones fisiológicas del ojo o de la mano, o de algunas lagunas en la memoria visual”.8 Por esta razón me parece pertinente hacer mención de las ideas que surgieron una vez que se detectaron estos problemas de carácter fisiológico, determinantes, para estos pensadores, en el desarrollo infantil ******************************************* Intelectuales y científicos mexicanos buscaron por todos los medios hacer del niño mexicano un ente perfecto. Llegaron a la conclusión de que los problemas del desarrollo en el infante residían, entre otras cosas, por la falta de higiene 9 en la comunidad y en el hogar. Para subsanar esta situación se instalaron laboratorios higiénicos para observar el tipo de enfermedades y malestares que se desarrollaban en las distintas regiones del país, y así poder combatirlos. 8 Reyes op. cit., p. 70. 9 Debo aclarar que a partir de aquí utilizaré los términos: higiene y eugenesia como factores estrechamente relacionados, ya que los científicos mexicanos pensaron en la higiene como factor principal para mejorar la “raza”. Se pensó que al promover mejores hábitos de limpieza a través del ejercicio, por ejemplo, y buscaron erradicar enfermedades que iban desde problemas de visión hasta tuberculosis, con el fin de crear una raza mexicana “perfecta”, y así obtener un reconocimiento internacional. De acuerdo con, su perspectiva, esta “perfección” se lograría a través del mestizaje con las razas europeas. Asimismo, se fundó una Sociedad Mexicana de Eugenesia, buscando lograr este objetivo. Sin embargo, estas ideas suscitaron discusiones diversas en el seno de esa Sociedad, pues debían encontrar los mecanismos paralograr que convirtiera en un hecho. Por esta razón por la cual, desde mi perspectiva, centraron su atención en la niñez. 7 En este sentido, en 1932 la Sociedad Mexicana de Eugenesia (SME), integrada por doctores y científicos mexicanos, le propuso al secretario de educación pública Narciso Bassols, la creación de un programa de educación sexual, el cual desató una serie de conflictos con la Iglesia, institución con la cual había diferencias derivadas de la guerra cristera y de largos años de pugnas. Este proyecto tenía antecedentes, pues hacia finales de los años veinte en Yucatán se había intentado implementar un programa de educación sexual, promovido por Margarita Sánchez, profesora de esa entidad, quien pretendió adecuarlo de tal modo que no causara molestia en los padres de familia,10 aunque no parece haber ocasionado mucho eco entre la población mexicana. Pero en los años treinta se retomó el proyecto de educación sexual, aunque no se oficializó, ya que Bassols consideró pertinente enviar la propuesta de la SME a una Comisión Técnica Consultiva (CTC) para que analizara los pros y contras de dicha planteamiento. Esta comisión decidió excluir a “sacerdotes, psicólogos y padres de familia y aún hace distinción entre los maestros ‘bien preparados’ y los improvisados que eran, en ese entonces, una gran mayoría”.11 A pesar que no se había hecho pública la iniciativa, tanto la Iglesia como los padres de familia protestaron inmediatamente. Por un lado, los padres de familia conservadores afirmaron que este tipo de enseñanza era una ofensa a la moral de la sociedad mexicana; y por otro, la Iglesia aprovechó en buena medida este hecho, para retomar un viejo conflicto que tenía con el aparato estatal mexicano y quitarse el mal sabor de boca que les había dejado la guerra cristera. Por ello convocaron a los ofendidos de esta “intentona” estatal, a combatir la iniciativa a través de argumentos 10 José González Beyta, entrevista, noviembre de 1979, en Archivo de Historia Oral del INAH. PHO/3/2. El entrevistado señala que eso ocurrió durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto. 11 Belinda Arteaga. A gritos y sombrerazos. Historia de los debates sobre educación sexual en México. 1906- 1996, México, Universidad Pedagógica Nacional, 2002 p. 93. 8 difundidos por medio de volantes que llevaban la siguiente leyenda: “Si usted es un buen cristiano y un católico ferviente, no mande a sus hijos a las escuelas de gobierno”, “La escuela oficial es un centro de perversión”, “La enseñanza sexual que imparte prostituye el alma de los niños, cuyo candor e inocencia debemos a toda costa proteger.”12 No se daban cuenta que el objetivo del Estado, al impartir esa materia, era justamente evitar que los niños se pervirtieran. El horror, tanto para la Iglesia como para la sociedad, radicaba en la palabra sexual. Para los encargados del ramo educativo la propuesta de los eugenistas representó la “buena voluntad de los científicos”, pero, según los cientificos, los padres de familia católicos y el órgano eclesiástico no entendieron la iniciativa. Bassols no quería desatar una nueva campaña contra la Iglesia que buscaba recuperar el poder que había perdido años atrás, razón por la que no se hizo cargo directamente del asunto. Sin embargo, para muchos Bassols fue un héroe educativo que regresó a la enseñanza, el carácter laico de la escuela mexicana y “en lo que se refiere a la salud de nuestro pueblo, depauperado y enfermo de cuerpo y espíritu [promovió] el estudio y el examen de la instrucción sexual, uno de los conocimientos de más honda y acendrada importancia en nuestro medio”.13 El conflicto tuvo una duración de dos años y a pesar de que dicha propuesta estuvo “bajo análisis”, se imprimieron manuales dirigidos a padres de familia y maestros, de tal forma que supieran aplicar la materia. Incluso el médico Juan Soto y el profesor A. Pérez publicaron en 1933, junto con la casa editora Patria, el texto titulado La educación sexual en la escuela mexicana, en el que retoman la teoría sexual de Freud. 12 Rafael Ramírez, La escuela rural mexicana, México, Secretaría de Educación Pública, 1976 (Sep Setentas), p. 129. 13 Antonio Luna Arroyo. La obra educativa de Narciso Bassols. Documentos para la historia de la educación pública en México. Declaraciones, discursos, decretos. Tesis y acuerdos, México, Editorial Patria, 1934, p. IX. Este autor consideró al secretario como uno de los mejores, sino es que el mejor, en la historia de la educación en México. 9 El texto, como se podrá observar a continuación, apelaba a la “buena moral” que debía permear en la sociedad mexicana, además que no tomaba partido por ningún tipo de ideología existente en ese momento. Su interés, decían, era exclusivamente científico. Así, mientras algunos veían en el nacionalismo el medio idóneo para ser modernos y unitarios, otros creyeron que la única forma de promover la unidad y la modernidad era a través de la ciencia que contribuiría a “mejorar” las razas, en un sentido evolutivo. Y es así como no se vacila en catalogar como manifestaciones sexuales, ya normales, ya desviadas, el amor a la patria el culto exagerado a la caridad y la inclinación irrefrenable a los deportes o el más puro y aquilatado misticismo.14 De acuerdo con su perspectiva “científica” una de las razones que impedía el desarrollo evolutivo de México, para equipararse con el resto de las naciones fue: El cine con sus interminables y pasionales besos con sus conflictos matrimoniales donde siempre figura el adulterio, con sus divorcios, con sus espeluznantes crímenes en que se involucra a menudo el deseo sexual, con una sociedad de jóvenes viciosos de viejos lascivos y señoritas demiurges, es la mejor escuela para perder rápidamente el pudor, que sólo perfuma en huertos cerrados y en jardines escondidos.15 Sus ideas “científicas” se acercaban en buena medida a las concepciones cristianas medievales en las que se debía preservar la castidad y castigar todo pensamiento o 14 Juan L. Soto y A. Pérez Soto, La educación sexual en la escuela mexicana. Libro para los padres y los maestros. México, Editorial Patria, 1933, p. 29. 15 Idem, p. 63. 10 sentimiento carnal. Pero estos juicios, enfatizaban la necesidad por terminar con toda clase de defectos físicos que, según ellos, residían en lo sexual. Les proponían a padres y maestros enfocar sus enseñanzas en instruir a los jóvenes, de forma que no incurrieran en actos sexuales. La vida deportiva, el trabajo intelectual o material, los ejercicios físicos, las actividades sociales, son otros tantos elementos de gran valor y de gran atracción para canalizar las energías exuberantes de los jóvenes y apartarlos de las garras de la prostitución que conduce a la lujuria, a las enfermedades venéreas y a otros vicios como el alcoholismo, el cocainísmo y otras toxicomanías tan extendidas entre los jóvenes que viven en la depravación y en la holganza […] Equilibrada, la energía del niño por la escuela, se frenará, el impulso del instinto sexual.16 Contradictoriamente, los profesores, quienes debían actuar como guías de estos infantes y que en muchos casos, como vimos, pugnaban por la libertad de los mismos, eran quienes los limitaban en todo terreno, intentando adecuarlos a los intereses nacionales, culturales o científicos. Si los sacerdotes y padres de familia se hubieran tomado la molestia de leer el anterior manual jamás habrían atacado tal iniciativa. El debate suscitado por la educación sexual culminó con la renuncia del secretario de educación en 1934. La Iglesia, junto con la Asociación de Padres de Familia, extendió el conflicto y lograron su cometidoprincipal: remover a Bassols de su puesto. Sin embargo, la SEP buscó que dicha materia se impartiera por otros medios, de modo que no resultara tan escandalosa para los distintos sectores sociales. Así, los programas de educación física, contenían implícitamente parte de esta ideología, y con el mismo 16 Idem, p. 239 y 241. 11 objetivo se les invitaba, a los niños y maestres a ejercer e impartir actos lúdicos como parte de su educación. 12 2.2 El acto lúdico infantil como medio educativo y evolutivo Se les obliga a estar sentados sobre un libro árido, seco, abstracto, se les inquieta con el reposo forzado, y cuando soñolientamente y cansados levantan los ojos del libro que no entienden, para mirar por la ventana un pedazo de cielo, encuentran ante su mirada tierna la mirada de un profesor pedante. Guerra Junqueiro17 El juego fue una de las alternativas con la que se podían obtener resultados semejantes a los que se esperaban de la educación sexual. Debido a que éste sí se podía incluir en los planes de estudio, por ejemplo, a través de programas de educación física, sin que la Iglesia y la sociedad se opusieran. El juego está asociado la mayoría de las veces, a diversas etapas de la infancia y a la imaginación. El niño que juega considera tal acto como un ritual y muchas veces éste debe mantenerse en secreto. En algunos juegos representan a “otro”, como una forma de entender su realidad. Al jugar, el niño se acerca a la realidad humana e imita y adopta en muchos casos, las actitudes de los adultos. “El niño juega con una seriedad perfecta y, podemos decirlo con pleno derecho, santa […] El carácter lúdico puede ser propio de la acción más sublime”.18 El juego tomó sentido como método didáctico y de aprehensión de la realidad, un valor que los educadores y gobernantes le otorgaron y que se ve reflejado en los planes de estudio, así como en algunos registros fotográficos de la época. Una de las finalidades 17 “Habla un Poeta” en Ramón García Ruiz, Los juegos infantiles en las escuelas rurales, El Nacional, Ediciones Encuadernables, México, 1938. 18 Johan Huizinga, Homo Ludens. El juego y la Cultura, trad., de Eugenio Imaz, Buenos Aires, Emece, 1957. p. 40 13 que permitieron su inclusión en los programas educativos, fue que a través del deporte y la recreación se podía contribuir a dar “salida a la desbordante energía de los adolescentes”. La tarea también debería ser desarrollada por las familias, pues si bien el juego auxiliaba para que los infantes se mantuvieran sanos y lejos de “pensamientos pecaminosos”, también podía despertar “instintos” si no era aplicado correctamente. Por este medio, los niños también entendían el papel que desarrollarían en su vida adulta, como hombres y mujeres, por lo que el juego se consideró como factor fundamental en el proceso de la niñez y fue uno de los focos de atención de estos educadores. No obstante el énfasis que se ponía sobre la importancia del acto lúdico en la enseñanza, no hubo manuales escolares o métodos para impartirlo, hasta fines de 1937, pero sólo se incluyó de forma general en los programas de educación física. También se daban breves consejos como el siguiente: “Yo quiero ahora decirte algunas palabras sobre el juego. El juego es una actividad socializante, es decir, integradora o incorporada, si tú prefieres que así lo diga. En consecuencia yo te aconsejo que enseñes muchos juegos a tus niños”.19 Es hasta finales de los años treinta cuando se escribe un libro de texto sobre este tema en particular, dedicado a los maestros rurales mexicanos, obra de Ramón García Ruiz.20 De acuerdo con este autor, profesor de escuela primaria, la teoría que hasta esa fecha había sido ampliamente aceptada referente al juego, era la propuesta por Karl Gross, a la que calificó como biológica, entendida como evolucionista.21 Estos pedagogos retomaron ideas darwinistas y lamarckianas que buscaron a través del juego un mejoramiento en los cuerpos: una evolución. 19 Rafael Ramírez, op. cit., p. 68. 20 Para mayores referencias de esta obra y sobre el autor, quién durante la gestión de Bassols formó parte de su equipo, consúltese a Daniel Vargas Parra, Crítica de la razón sexual. Tesis para obtener el grado de Licenciado en Filosofía Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. El autor hace un análisis exhaustivo y detallado sobre el concepto de lo lúdico en los años treinta. En proceso 21 Ramón García Ruiz, op. cit., p. 20. 14 La teoría de Gross compara el juego del hombre con el de los animales, aunque advierte que el juego humano es mucho más complicado, ya que existen elementos que están asociados con el desarrollo mental y fisiológico. Considera que los juegos de los infantes son más cercanos al mundo animal. “I shall use the expression ‘playful- experimentation’ which is already adopted in child-psychology, and also, by my self at least, in animal psychology.”22 El juego, siguiendo a Gross, es la base del aprendizaje y lo clasifica de tres formas: juegos instintivos, imitativos y experimentales.23 Los instintivos se refieren a los movimientos reflejos en los niños durante sus primeros años; los segundos al adiestramiento, al imitar comportamientos o actividades del mundo de los adultos; y por último, la práctica de las habilidades del niño y conocimientos de su mundo. Los juegos imitativos son los que rigen la teoría pedagógica de Karl Groos, pues para él son los más importantes en el proceso del desarrollo infantil. Groos justifica esta apreciación a través de métodos educativos en distintos países y concluye que la imitación es el conector entre el instinto y la conducta racional o inteligente. The Tschiwi negroes have a proverb to effect that “no one teaches the smith’s son his trade; when he is ready to work God shows him how” and I. G. Christaller obtained the following explanation from one of the aborigines: “If you have a trade and a son who watches you at work, he easily learns it. God has implanted in children the faculty of observing and imitating, and when the son does what he has seen his father do so often it is as if he knew of himself. It is, indeed, God who teaches him24 22 Karl Groos, The play of man, New York, D. Appleton and company, 1908 p. 4. 23 Ídem, p., 7 y 8. 24 “Los negros Tschiwi tienen un proverbio para comprobarlo “nadie enseña al hijo del forjador su trabajo: cuando él esta listo para trabajar Dios le enseña como” y I. G. Christaller obtuvo la explicación (sobre la imitación que hacen los infantes) a partir de uno de los aborígenes: “Sí usted tiene un comercio y un hijo que lo mire en el trabajo, él aprende fácilmente, Dios ha implantado en los niños la facultad de observar e 15 De acuerdo con García Ruiz, el juego en la escuela rural tenía como tarea primordial iniciar al niño en las actividades del mundo de los adultos. Se pensó, además, que era la forma perfecta para mantenerlos en condiciones necesarias para desarrollar actividades futuras. Sobre todo se deseaba que estuvieran sanos, lejos de las adicciones. Ésta fue, de acuerdo con su perspectiva, la única forma para evitar que heredaran “males irremediables”, no sólo para su futuro, sino también para la nación. De esta forma el juego cumplía como parte complementaria de la educación higiénica. Se propuso también que hubiera juegos para niños y para niñas, pues si bien ambos deberían colaborar conjuntamente en muchos de los trabajos que surgían de la escuela, “su naturaleza es diferente”, refiriéndose a su constitución física y a su espíritu. Asimismo, esta recreaciónse constituía un medio de reunión comunitaria, pues como parte de la tarea educativa, se proponía a los maestros la organización de eventos donde se mostraran las habilidades de los niños, tanto físicas como culturales. Por último, no se puede olvidar la existencia de “juegos” tradicionales transmitidos de padres a hijos, muchos de éstos con algún carácter religioso implícito, a pesar de la insistencia de las autoridades por desaparecerlo. Esto se veía reflejado en mayor grado en las comunidades indígenas, aunque, como lo relata Frances Toor en la revista Mexican Folkways, los niños de estas comunidades a temprana edad dejaban sus juegos para ayudar a sus padres: Los niños indígenas tienen poco tiempo para jugar. Casi tan pronto como pueden caminar empiezan a ayudar a sus padres. En apariencia también son duplicados de sus mayores, pues visten exactamente igual. Comparten hasta donde sea posible, de imitar y cuando el hijo hace lo que ha visto de su Padre lo hace tan a menudo como si lo supiera de sí mismo, de hecho Dios se lo ha enseñado” Ibidem, p. 280. 16 todas las actividades de los grandes; ayudan en la casa, trabajan en los campos […] En sus juegos, por lo tanto, imitan las actividades y juegos de los grandes”.25 La cita anterior refuerza lo expuesto por Gross: el juego como base del aprendizaje a través de la imitación. Aunque el objetivo del artículo fue denunciar la problemática de las zonas rurales y el rezago educativo que aún debía sanarse. 2.3. El teatro de títeres como método lúdico-didáctico y propagandístico Uno de los instrumentos lúdicos utilizados por los educadores, y que alcanzó mucha popularidad, fue el teatro de títeres y el guiñol, el cual también fue usado, como medio para promover las ideas higiénicas, la educación sexual y la ideología estatal. Esta técnica comenzó a utilizarse en la Casa del Estudiante Indígena (CEI) en 1929, con la finalidad de darles a los futuros profesores indígenas métodos de enseñanza para interesar a su comunidad y contribuir a la integración de la misma. En ese proyecto estuvo inmerso Julio Castellanos, y su misión consistió en instruir a los futuros maestros rurales en la enseñanza de las artes plásticas así como en el manejo y la elaboración de títeres. Este trabajo fue realizado con el apoyo de Bernardo Ortiz de Montellano, quien junto con los alumnos se encargaba de la producción y de los guiones para las obras. Ortiz de Montellano, fungía como director de la revista Contemporáneos. Antes de entrar en el planteamiento central de este apartado, quiero aclarar el significado que tuvo el establecimiento de la CEI, ya que me parece fundamental entender la razón que llevó a Castellanos a participar en este proyecto. 25 Mexican Folk.-Ways, v. 7, número 2, abril- junio de 1932. 17 El discurso unificador del presidente Plutarco Elías Calles junto con los del secretario de educación pública, J. M. Puig Casauranc y el subsecretario Moisés Sáenz, promovió la idea de integrar al indígena a la “civilización”, con la finalidad de que ningún individuo que viviera en la República Mexicana quedara fuera de esa iniciativa. El objetivo era, entre otros, lograr el reconocimiento internacional como nación moderna. De esta manera en 1926 se inauguró la CEI, cuyo objetivo era formar a los propios indígenas como profesores de educación básica rural, para que impartieran clases en sus lugares de origen. Éstos tenían que ser indígenas de “raza pura”, y su labor consistiría en eliminar “la distancia evolutiva existente entre las razas indígenas y la civilización”. Paradójicamente les requirieron que no perdieran las tradiciones y costumbres de cada pueblo, las que debían recuperarse a través de la tradición oral y el arte. La idea de integrar al “indio” se tomó en primera instancia de Estados Unidos. De acuerdo con el secretario de educación y con el director de la CEI, Enrique Corona, el proyecto “civilizador” que se implementó en Estados Unidos consistió en instruir a nativos norteamericanos en el idioma inglés. Sin embargo, el gobierno de aquel país no pretendió integrarlos a la comunidad norteamericana., al contrario, fueron aislados en reservaciones para indios. Bajo esta misma premisa pero con la diferencia de un ideal “incluyente”, en México se pretendió aplicar un plan similar con la construcción de escuelas de la talla de la CEI26. “La política hacia los grupos indígenas que prevaleció por casi dos décadas, 1920-1930, fue la de “incorporarlos” […] Consideraban al indio como un 26 Para mayores referencias sobre el proyecto vid. La casa del estudiante indígena, 16 meses de labor en un experimento psicológico colectivo con los indios, febrero de 1926- junio de 1927, Talleres Gráficos de la Nación, México, 1927. 18 “factor normal de la nacionalidad” que debía ser educado en las mismas instituciones que el resto de los mexicanos y no aislado en “reservaciones” y hacía especial hincapié en la enseñanza de la lengua nacional por el método directo.”27 Los internos fueron educados en nivel básico primario, se cambió su vestimenta y les enseñaron algunos oficios, así como prácticas higiénicas. Todo con el propósito que al terminar sus estudios en la Casa regresaran a sus comunidades a enseñar lo ahí aprendido y de esta forma contribuir a resanar el rezago educativo en su zona. Esta iniciativa fue denominada “experimento con indios” y resultó un rotundo fracaso, ya que no pusieron atención en las necesidades reales de los indígenas y al intentar castellanizarlos y promover su “modernización”, lo único que lograron fue someterlos a un ritmo de vida que no entendían, al que no estaban acostumbrados, y que no resultaba práctico, o mejor dicho, necesario para su estilo de vida. El único logro que alcanzaron estos educadores fue exterminar las tradiciones de los internos, y hacerlos parte de la vida citadina. Los pocos maestros rurales indígenas que emprendieron su labor tuvieron que enfrentarse a discriminaciones por parte de egresados de la Escuela Normal para Maestros, quienes los consideraron poco capaces para el trabajo educativo. Estos errores y el gasto que ocasionó mantener la Casa, llevaron a la Secretaría de Educación Publica a cerrarla en el año de 1932, pues no cumplió con el objetivo de formar maestros rurales, ya que fueron muy pocos los internos que regresaron a sus comunidades natales. 27 Engracia Loyo, “La empresa redentora. La Casa del estudiante indígena” en Educación rural e indígena en Iberoamérica. México : El Colegio de México, 1996. p 100. 19 Pero no todos vieron como un revés este proyecto. Hubo quienes argumentaron que los estudiantes que optaron por quedarse en la ciudad a trabajar en alguno de los oficios enseñados, habían demostrado que las razas indígenas son capaces y están al mismo nivel que las razas “civilizadas”.28 El método educativo con títeres que surgió en la CEI propició que en 1929, en ese mismo centro educativo, se inaugurara el teatro de títeres, bajo el patrocinio del Departamento de Bellas Artes de la Secretaria de Educación Pública y estuvo a cargo de los artistas Antonio Ruiz, Julio Castellanos y el poeta Bernardo Ortiz de Montellano.29 La intención de este consistió en “proporcionar a los internos [del CEI] elementos creadores de arte y divertimento, que sean aprovechados por los futuros maestros rurales en sus actividades sociales”.30 Esta actividad tenía tres finalidades: la social, la artísticay la educativa. “El teatro de títeres es siempre una obra colectiva y anónima que necesita de la cooperación exacta de diversas actividades y elementos, siendo ésta, la que más interesa, de acuerdo con sus postulados, al espíritu de la Casa del Estudiante Indígena”.31 (Imágenes 4, y 5) Los guiones eran escritos por los alumnos. Ortiz de Montellano promovió un concurso para encontrar las “mejores historias”. De esta manera se motivaba a los estudiantes a realizar la tarea y se rescataban las tradiciones, leyendas y costumbres de los pueblos de México. Se pretendía que estas historias se escenificaran en algún festival escolar. 28 Es importante señalar que hubo quienes siempre se opusieron a la casa, por considerar que no valía la pena y que era una enorme pérdida de tiempo instruir a los indígenas. Otras posturas, como la de Manuel Gamio, también se oponían, pero por razones diferentes, consideraron que se estaba cometiendo un etnocidio. “Gamio propuso ‘alternativas biculturales y un programa de integración nacional basado en el conocimiento y estudio de las diferentes culturas’ en Engracia Loyo, La empresa Redentora. La Casa del Estudiante Indígena, Op cit, p. 104. 29 El nombre de Antonio Ruiz es mencionado por Angelina Beloff. En los pocos expedientes sobre el asunto que existen en el AHSEP no hay mención de este artista. Vid nota 51. 30 SEP, Casa del Estudiante Indígena, caja 3, fol. IV [100], exp. 13, año 31, diciembre 1929, DF. 31 Recorte de la revista “El Indio”, en AHSEP, Julio Castellanos, clas. 23-3-16, caja 1391, año 1929, Departamento de Bellas Artes. 20 Una de las obras ganadoras fue “El conejo astuto”, leyenda folklórica del Istmo, escrita por Magdaleno Cruz.32 Lamentablemente no quedaron registros de las obras que fueron producidas por los alumnos, sólo algunas invitaciones para aquellos festivales. La SEP comenzó desde entonces, a apoyar proyectos similares siempre y cuando tuvieran fines educativos y promovieran parte del discurso oficial: “La Secretaría de Educación supervisaba las obras, que en su mayoría fueron compuestas o adaptadas de cuentos y leyendas por los mismos animadores. Cada obrita contiene alguna noción educativa, bajo una forma fácil y corta para no cansar a los niños”.33 Así, Germán List Arzubide y un grupo de artistas, apoyados por el Departamento de Bellas Artes, formaron en la década de los treinta, compañías y grupos de teatro guiñol itinerantes, y continuaron en parte, con los principios planteados en la CEI, es decir, un teatro que fuera educativo. List hizo una gran cantidad de guiones. El personaje principal de aquéllas historias y el héroe de las mismas era “Comino” (imagen 6). Diseñado y articulado por Ramón Alva de la Canal y sus hermanas, este muñeco escenificó cuentos como Comino vence al diablo; Comino contra las bacterias, Comino va a la huelga, Comino se lava los dientes; Comino pierde la cabeza, (por no ir a la escuela); Comino va al doctor, Los tres mejores amigos, entre otras. En todas ellas se remarca un afán por combatir el fanatismo y, sobre todo, reforzar la higiene, la educación sexual, la importancia de la escuela, la comunidad e, incluso, se invita a los infantes a la subversión. Por ejemplo, en Comino va a la huelga, se puede apreciar un tono casi dictatorial: 32 AHSEP, caja 2, año de 1930, exp. 4, Festivales. Beloff añade que hubo otras obras ejecutadas por los estudiantes de la Casa del Estudiante Indígena, como el caso de El sombrerón y Viva la Revolución. El diálogo de ambos textos estuvo inspirado en los frescos de José Clemente Orozco. No dice cuales. 33 Angelina Beloff. Muñecos animados. Historia, técnica y función educativa del teatro de muñecos en México y el mundo, México, Secretaría de Educación Pública, 1945, p. 184. 21 Comino: Ignorante, así cuentan los que no han ido a la escuela. Escucha, si comienzas a trabajar a las cinco de la mañana y terminas a las diez de la noche, has trabajado diecisiete horas. ¿No es cierto, niños? Y después de haberse enfrentado al horrible patrón que los hacia trabajar sin descansar Comino finaliza: Comino: Hemos triunfado. (A los niños) Ya saben muchachos, si los quieren hacer trabajar más de las ochos horas y no les pagan los domingos tiempo doble, a la huelga y duro contra el patrón… todos salen gritando que viva la huelga. Esta obra fue escrita por List cuando se encontraba en la URSS, en un periodo en que las ideas socialistas eran aceptadas y difundidas en varias partes del mundo. En Comino vence al diablo, la tónica era similar: se busca exterminar los miedos o creencias que se inculcan desde la infancia, utilizados como amenaza o chantaje para que se logre un fin: El patrón: O te pones a trabajar, o llamo al diablo para que te lleve.[…] Comino: (Deteniendo al negro) Oye negrito ¿y si le pegamos al diablo? El negrito: No, no, ni lo pienses es terrible […] 22 Comino: Ahora negro, dale duro. (Sale el negro y le comienza a dar al diablo, éste corre y al fin se arranca la careta y se ve que es el patrón). Una obra más, cuyo interés principal era reforzar las ideas higienistas de la época, que pretendía evitar la debilidad física y mental en la infancia, fue Los tres mejores amigos: Mamá: Tú estas enfermo. Cominito. Voy ahora mismo a llamar al médico [...] Doctor: Yo sé lo que te pasó. Qué te levantas tarde, que no haces ejercicio y que no tienes hambre, y que duermes con la ventana de tu cuarto cerrada y tu sangre se ha empobrecido […] Lo que necesitas es cambiar de vida y para que te ayuden, te voy a mandar a tres amigos que vendrán a estar contigo. Ellos te van a curar de todos tus males [...] Mamá: ¿Ustedes son los amigos que manda el doctor? Sol: Sí señora, venimos a ver a nuestro amigo Comino, yo soy el sol. Agua: Yo soy el agua Aire: Yo soy el aire […] 23 Sol: Venimos a curarte. Yo, el Sol, con mis rayos calientes, que alumbran la Tierra, doy alegría al mundo y doy vida a todo. Agua: Yo, el agua, que he estado en las nubes, en el hielo de las montañas, en el arroyo y en el río, en el mar y en la catarata, limpio los cuerpos y les doy salud y fuerza. Aire: Y yo, el aire, que he estado en el bosque, corriendo por la llanura, alimento sus pulmones y hago que su sangre se renueve […] Sol, agua y aire, se toman de la mano y cantan: Yo soy el sol, yo soy el agua, yo soy el aire. Andamos juntos alegremente por todas partes. Toma mi luz, baña mi cuerpo, llena tu pecho. Serás un niño sano, limpio, siempre contento. A todo el mundo cuando nos llama damos salud. Ven con nosotros y esa dicha la tendrás tú.34 La finalidad de la SEP no sólo era proporcionar diversión a los menores sino también, en cierta forma, orientación a los padres de familia. Además “quiso Bassols dar a conocer a los niños [...] las cuestiones científicas de ahora, principalmente, a efecto de alcanzar a través de ellos la demostración de la verdad en la mente escolar”.35 Estas representaciones comenzaron a ejecutarse con mayor frecuencia a partir de 1932 cuando fueron recreadas en parques públicos y en zonas urbanas y rurales. 34 Para leer las obras completas consúltese: Germán List Arzubide. Teatro Guiñol, ilustraciones de Ramón Alva de la Canal, México, UNAM, 1997. 35 Antonio Luna Arroyo, op. cit., p. LXXXVIII. Luna Arroyo señala que “el medio principal de que se valió la Secretaría para hacer sentir su influencia fue el teatro infantil”. 24 Tenían tal éxito que, como recuerda Beloff, los niños le enviaban cartas al personaje de aquellas hazañas. Sin duda, para los educadores el uso de este tipo de teatros educativos resultó un éxito total, principalmente porque promovió el pensamiento oficial.Aunque también tenían la libertad para expresar su propio sentir hacia la niñez. La mayor parte de los guiones están repletos de pensamientos sociales, de invitaciones a colaborar con el Estado. Por ejemplo, en 1938 List escribió un guión cuyo titulo era Comino y el petróleo, a propósito de la expropiación petrolera La acción educativa con el títere y el guiñol resultaron eficaces para niños de corta edad, pero poco a poco también se invitó a jóvenes a construir junto con los artistas o profesores de escuela sus propios títeres, con el fin de involucrarlos en el proceso constructivo, artístico y social. Pero el guiñol no fue el único teatro educativo. Surgieron también por entonces los teatros al aire libre. Representan estos teatros la tendencia del campesino y del trabajador a vivir constantemente en contacto con la naturaleza, contra la doctrina antigua que limitaba las funciones educadoras a las cuatro paredes del edificio. El teatro al aire libre constituye para la Escuela su sala de recibir; en el mismo debe exhibirse con frecuencia las conquistas adquiridas en la música, en la naturaleza y en la literatura, pero sobre todo servirá para comprobar allí los niños sus adelantos adquiridos en las escuela moderna.36 Las representaciones teatrales efectuadas en la CEI, los parques, y en las escuelas, se realizaban con ayuda de las comunidades. Se esperaba, asimismo, que los padres al llevar a sus hijos a las funciones de marionetas o guiñol, aprendieran con ellos y lo aplicaran en sus hogares. Este método novedoso debía complementarse, como veremos a continuación, con otras actividades artísticas y culturales. 36 “Orientación para el teatro al aire libre”, El Nacional, México 2 de abril de 1933, segunda sección, p. 5. 1 3. JUEGOS INFANTILES. EL CONJUNTO MURAL EN LA ESCUELA PRIMARIA HÉROES DE CHURUBUSCO EN COYOACÁN Sin contrarios no hay progreso. Atracción y Repulsión, Razón y Energía y Odio son necesarios en la existencia humana. […] De esos contrarios surge lo que las religiones denominan el Bien y el Mal. El Bien es lo pasivo que se somete a la razón. El mal es lo activo que brota de la energía. El bien es el Cielo; el mal es el infierno. William Blake, Las Bodas del cielo y el infierno La Escuela Melchor Ocampo, situada en Coyoacán, fue una de las veintiséis que el muralista, pintor y arquitecto Juan O’Gorman construyó en el año de 1932, mismas que encomendó para su decoración a jóvenes artistas, con el objetivo de continuar la tarea educativa a través de imágenes que había inaugurado la primera generación de muralistas. Entre estos jóvenes se encontraba Julio Castellanos, quien anteriormente había colaborado con O’Gorman en la decoración mural de una biblioteca pública en Azcapotzalco. Asimismo, Castellanos elaboró un mural en El café La Blanca, que se encontraba en el centro de la ciudad de México. O’Gorman comisionó a Castellanos para que pintara murales en dos centros educativos: la escuela Gabriela Mistral, en el norte de la ciudad, proyecto que inició pero no terminó y que actualmente se encuentra desaparecida,1 y la escuela primaria Melchor Ocampo ubicada en el barrio de San Juan en Coyoacán. 1 De acuerdo con Orlando Suárez, en su Inventario del muralismo mexicano, Castellanos inició un mural en la Escuela Gabriela Mistral, pero no lo terminó. Está registrado el encargo, pero la escuela 2 La escuela tenía originalmente una extensión territorial de 600 metros cuadrados. Contaba con tres turnos de trabajo: matutino, vespertino y nocturno, cada uno tenía su propia entrada. El turno nocturno se dedicaba a impartir actividades artísticas, apoyos a la comunidad como corte y confección, pintura etc. La escuela contaba con bodegas, regaderas, áreas de comedor, cancha de fútbol, huertos, huertos con árboles frutales y una granja y era mixta. A partir de 1934 empezó a compartir espacio con el centro escolar Héroes de Churubusco que se trasladó a ese lugar, debido a la sobrepoblación de alumnos. La primera escuela Héroes de Churubusco, fundada por el profesor Julio Hidalgo García estaba ubicada en la calle Eligio Villamar, entre División del Norte y Héroes del 47. Al unirse las escuelas el mural quedó en el área que ocupa la Héroes de Churubusco. Los fines de semana se realizaban competencias, desayunos, comidas y cenas familiares, patrocinados por compañías refresqueras. La escuela Héroes de Churubusco estaba dividida por una línea imaginaria de la escuela Melchor Ocampo. En la primera solamente asistían alumnos de sexo masculino y en la segunda sólo del grupo femenino, quienes estudiaban en grupos que sobrepasaban los 60 alumnos, debido al prestigio con que contaba el centro educativo. 2 Existía una relación muy profunda entre la escuela y la comunidad. A decir de la cita anterior, la escuela era por excelencia el centro de reunión comunitario y recreativo. Lo que me lleva a cuestionar el papel que jugaron los murales realizados en la escuela. ¿Estos contribuyeron a la realización de alguna actividad o estuvieron inspirados en alguna diligencia de la misma? El problema es entender cómo se concibieron frente a posiblemente fue destruida o cambió de nombre. El mural que realizó en el café La Blanca si fue destruido. 2 En 1973 se construye la secundaria técnica Nº 17 en parte del terreno de la escuela y dos años después un CETIS. A partir de 1977 se convierte en mixta. Los datos fueron proporcionados por la profesora Victoria López, quien lleva 17 años laborando en ese plantel. 3 una comunidad, por entonces predominantemente rural, y si la intención de Castellanos fue plasmar un mensaje para que su mural sirviera como eje comunicativo entre la escuela y esa entidad. Son tres los frescos que Castellanos realizó en la escuela. El primero fue El diablo manteado, también conocido como El cielo y el infierno, Los niños molestando al diablo, y El abanderado. 3 Esta obra forma parte del conjunto mural titulado Juego de niños, al que también pertenecen El Pescadito y El Caballo. La serie de frescos fue ejecutada en 1933 y se ubica en el corredor de la escalera principal de la actual escuela primaria Héroes de Churubusco. Juan O’ Gorman había propuesto que los jóvenes pintores se expresaran, en sus murales, de forma didáctica y comprensible, aclarando también que contaban con la libertad suficiente para recrear su obra.4 La intención era que los temas plasmados en los muros dieran cuenta de la tarea educativa que el Estado llevaba a cabo durante esa época, O’ Gorman escribió al respecto: En las reproducciones de las pinturas al fresco, ejecutadas recientemente en los muros de las escuelas primarias construidas en 1932…, se podrá apreciar el deseo, logrado en algunos casos, de hacer que la pintura no sólo decore el edificio, sino que, principalmente enseñe al niño, de una manera precisa, la condición que guarda dentro de la sociedad en que vive.5 Pero Castellanos, a diferencia de algunos otros muralistas, que ejecutaron obras en escuelas primarias, no intentó ser comprensible, ni didáctico. Sus murales están 3 Títulos otorgados por Víctor M. Reyes, Luis Cardoza y Aragón, Carlos Mérida, Ana Torres y Tomás Zurián. 4 La mayoría de los murales realizados en las escuelas hacen alusión a temas infantiles, enfatizando la labor educativa, la figura del maestro y el patrocinio del Estado a la educación. Los murales de Castellanos difieren un poco de este precepto. 5 Juan O’ Gorman, prólogo a “Los nuevos decoradores” en archivo
Compartir