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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE FILOSOFIAy LETRAS COLEGIO DE HISTORIA LA URBE IMAGINADA. REPRESENTAClON CINEMATOGRAFICA DE LA CIUDAD DE MEXICO, 1940 - 1950 T E S I S QUE PARA OBTENER El TITULO DE: LICENCIADO EN HISTORIA P R E S E N T A GRISELL ORTEGA JIMENEZ UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Para mi padre, con todo mi respeto, admiración, amor y gratitud. Para mi madre que aunqu e no esté presente dejó Sil imperecedero legado en mí. índice Introducción 1. Antecedentes : la ciudad de México, diversiones públicas y cine (1896-1940) a. El Porfiriato : paz, orden y urbanización b. Revolución y espectáculos en la capital c. La ciudad de México (1920-1940) 11. El México de los cuarenta a. La unidad nacional y la industrialización b. El Estado y la industria cinematográfica c. El cine en la capital 111. La urbe en la pantalla 3 19 35 42 57 68 85 a. La ciudad, espacio de construcción de identidad nacional 94 b. El microcosmos urbano: la vecindad 106 c. La ciudad moderna: representación de lo público y lo privado 116 IV. Otras imágenes de la metrópoli de celuloide a. La ciudad del crimen b. La ciudad del pecado c. La ciudad de la soledad Conclusiones Filmografia , hemerografía y bibliografia 130 145 153 162 167 The city is a fact of nature, like a cave, a rnacherel or an ant- heap. But it is also a conscious work of art , and it holds within its communal framework man y simpler and more personal forms of arto Mind takes form in the city; and in tum, urban forms condition minds . Lewis Mumford (The Culture ofCities , 1938) Living in cities is an art , and we need the vocabulary of art, of style, to describe the peculiar relationship between man and material that exists in the continual creative play of urban living . The city , as we imagine it, then, soft city of illusion, myth, aspiration, and nightmare , is as real. maybe more real , than the hard city one can locate on maps in statistics, in monographs on urban sociology and demography and architecture. Jonathan Rafan (Soft CUy, 1974) The city is not a concrete jungle, it is a human zoo . Desmond Morris. 2 Introducción Si la historiografía francesa de los años cincuenta y sesenta gravitó alrededor de la histor ia económ ica y la historia social , la síguiente generación de annalistas franceses condujo un viraje en cuanto a los objetos de estudio, fuentes y métodos de investigación histórica. De esa forma "en las décadas de 1960 y 1970 se produjo un importan te camb io de interés. La trayectoria intelectual de más de un historiador de Annales pasó de la base económica a la 'superestructura' cultural , pasó 'del sótano al desv án'." Partiendo de lo cimentado por sus antecesores, el relevo generacional aspiró a comprender las variadas mediaciones que funcionan entre las condiciones objetivas de la vida humana y las diversas maneras posibles de representar estas condiciones . y se estableció un nuevo tema de investigación: "las prácticas que articulan representaciones colectivas y conductas personales, maneras qenersles de sentir , conocer, pensar, con respecto al estado de una sociedad, y por lo tanto, a su historia". Se planteó la aproximación a dicho objet ivo a través del estudio de comportamientos colectivos , sensibilidades e imaginaciones, partiendo de objetos materia les precisos o de instituciones sociales . Ya desde los sesenta , en el seno la misma École des Annales3 , se seguía una línea de investigación histórica que indagaba sobre las formas generales del 1 Peter Burke. La revolución historiográfica f rancesa ... . p. 70 . ~ Daniel Rach e. " Una decl inaci ón de las luces" en Jean Pier re Rioux y Jean -Franco is Sirine lli, Para una histor ia cultural. p. 53. 3 Sin duda se reconoce la labor de los historiado res franceses que se mencionan aquí como los precu rsores que sentaron las base s metodo lógicas para una aprox imació n inicial a las ob ras cinematográ ficas co mo fuentes histó ricas vál idas . No obstante es preci so ac larar que , en la act ualidad. los estudios más prolí ficos re lativos a los víncu los entre la historia y e l c ine se deben a otras escue las de investig adores. Resaltan las aportaciones de los académicos es tadou nide nses encabezados por Robert Rose nsto ne: así como el trabajo rea lizado por los investigadores esp añole s reunidos alrede dor de l Centro de Invest igac iones « Film- 3 pensamiento y el sentir de determinado grupo social. La historia de las mental idades se abocó los elementos sociales inconscientes, continuos, resistentes y enraizados en el imaginario colectivo. Sin embargo, a diferencia de la historia de las mentalidades, la nueva vertiente historiográfica se propuso, además de estudiar las estructuras mentales y los sistemas de valores interiorizados, los nexos y rupturas que guardan con las pautas de conducta sociales, su construcción y su práctica , por conducto de análisis de distintas formas de representación cultural. Un grupo social percibe y comprende mentalmente su entorno de forma particular, partiendo de los elementos de la realidad se configura una imagen mental modificada. De esa forma se establece una relación imaginada con las condiciones reales de existencia. Esta serie de percepciones mentales de la realidad, denominadas representación , no son individuales sino compartidas por un grupo socia l. Las representaciones colectivas pueden manifestarse a través de diversos vehículos, entre ellos las producciones cinematográficas. La historia cultural de la sociedad parte de la premisa que estas estructuras mentales son construidas culturalmente en un proceso dinámico por la sociedad misma y no entidades objetivas fijas existentes a priori . De esta forma se tiende un puente entre el material del imaginario colectivo y lo social no sólo en lo que respecta a su proceso de producción sino también a las diferentes maneras en que las representaciones se difunden materialmente, las prácticas por medio de Historia» . En sus obras, estos historiadores han profundizado la reflexión sobre la conexión entre estos dos campos analizando los problemas que entraña una represent ación cinematográfica del pasado y su utilizaci ón en la enseñanza de la histor ia. Ver Robert Rosenstone , El pasado en imágenes; José Enrique Monterde, Cine. historia y enseñanza y José Enrique Monterde et al., La representación cinematográfica de la historia . 4 las que la sociedad se apropia de ellas y las relaciones que guardan con otras instituciones de autoridad." En resumen, La historia cultural es la que se asigna el estudio de las formas de representación del mundo dentro de un grupo humano cuya naturaleza puede variar -nacional o regional, social o política-, y que analiza la gestación, la expresión y la transmisión. ¿Cómo representan y se representan los grupos humanos el mundo que los rodea? Un mundo figurado o sublimado -por las artes plásticas y la literatura-, pero también un mundo codificado -los valores, el lugar del trabajo y del esparcimiento, la relación con los otros-, contorneado -el divertimento-, pensado - por las grandes construcciones intelectuales-, explicado -por la ciencia- y parcialmentedominado -por las técnicas-, dotado de un sentido -por las creencias y los sistemas religiosos o profanos, incluso losmitos-, un mundo legado, finalmente, por las transmisiones debidas al medio, a la educación, a la instrucción." El acercamiento a una nueva temática de estudio implicó a su vez una reconsideración de las fuentes históricas tradicionales, así como la exploración de otros documentos hasta entonces ignorados por el historiador. El investigador enriqueció la información proporcionada por textos escritos como documentos de archivo, hemerografia, bibliografía con "archivos sensibles: las imágenes en el sentido más general y los objetos. Las insignias, los emblemas, las banderas, por ejemplo, pero también las fotografías de aficionados o las tarjetas postales". De igual manera, tuvo que aprender nuevos métodos de análisis hermenéutico que le permitieran leer estas nuevas fuentes. En 1977 se publicó Cine e historia, libro en el cual Marc Ferro expuso la siguiente hipótesis: "Que el film, imagen o no de la realidad, documento o ficción, intriga auténtica o mera invención, es Historia. ¿El postulado? Que aquello que no ha sucedido, las creencias, las intenciones, lo imaginario del hombre, tiene tanto • Roger Chartier. El mundo como representación. Passim. ; Rioux y Sirinelli, op. cit.. p. 2 1. 6 Anto ine Prost, "Social y cultural . indisociablemente" en Rioux y Sirin ell i, op. cit., p. 150. 5 valor de Historia como la misma Historia". La expresión fílmica sería así un terreno fértil para la investigación de valores, sentimientos, percepciones , expectativas, proyecciones y convenciones compartidas por grupos sociales del pasado. Se imponía entonces proponer un método de acercamiento y análisis a la fuente cinematográfica . Una obra cinematográfica está ligada a la sociedad que la produce y consume, por ende, una película no puede limitarse a interrogar a la obra en sí misma, analizando únicamente el funcionamiento interno de sus elementos como si se tratara de un objeto aislado. Este tipo de lectura requiere la indagación de las relaciones que ésta entabla con factores externos. Hay que "analizar por igual en la película el relato, el decorado , la escritura , las relaciones de la película con lo que no es película: el autor, la producción , el público, la crítica, el régimen. Tal vez así entendamos no sólo la obra, sino también la realidad que expone." Desde tal perspectiva esta investigación se propone estudiar la representación de la ciudad de México a partir una serie de documentos fílmicos. Se parte de las condiciones materiales que caracterizan a la sociedad mexicana de los años cuarenta; mismas que permiten la producción y recepción de un discurso cinematográf ico que, fundamentado en la ciudad de piedra y concreto , recrea e inventa la ciudad imaginaria. La década de los cuarenta es un periodo idóneo para analizar la representación de la ciudad de México en el cine. Por una parte, se trata de un momento significativo en el proceso de urbanización del país, mismo que tenía 7 Marc Ferro. Cine e historia . p. 26 . 8 lbid., p. 27 . 6 como foco central la capital". La ciudad crece cada vez más, al igual que sus problemáticas. Sus habitantes son heterogéneos, sus encuentros y desencuentros complejos; este fenómeno necesariamente se manifiesta en las historias proyectadas en pantalla, ya que el público urbano demandará cintas en las que pueda identificar las actividades que realiza, los espacios que frecuenta, así como su manera de expresarse y conducirse. Por la otra, la industria cinematográfica nacional vive un momento excepcional: una cantidad de peliculas producidas nunca antes alcanzada, público ávido de consumir sus historias, recetas temáticas de éxito garantizado, galanes de celuloide y divas entronizadas, reconocimiento internacional; no es gratuito recordar ese momento como la época dorada10 del cine mexicano. El primer capítulo se dedica a la ciudad de México, la transformación física, demográfica y de uso de espacios públicos durante los.primeros cuarenta años del siglo XX, observando el proceso de desarrollo urbano de la última etapa del porfiriato, durante la revolución y en los primeros veinte años posteriores a la lucha armada. Asimismo, se emprende una exploración de las diversiones públicas practicadas por la sociedad capitalina durante estos periodos, abordando, de manera central, el papel del cine. 9 Entre 1940 y 1950 la ciudad de México registró un crec imiento anual del 6.1%; su población se elevó de 1.6 a 2.9 millones de habitantes. Ver Gustavo Garza , La urbanización de México en el siglo XX , p. 43. 10 Se puede considerar que esta etapa se limita a los primero cinco años de la década. cuando el ento rno bél ico internacional hizo desaparecer momentáneamente el dominio estado uniden se en el cine (vid. infr a capi utlo 11 ). Sin embargo . en este trabajo se considera que la edad de oro del c ine nacio nal abarca desde med iados de los treinta hasta mediados de los cincuenta , puesto que duran te este per iodo se constituyeron los modelos cinema tográficos propios reconocidos por el público: partiendo de la explosión la comedia ranchera en 1936, el ciclo de nostalgia porfiriana, el cine de autor de Emilio Fernández, los melodramas arraba leros y de cabaret, entre otros. Julia Tuñó n, Los rostros de un milo... , p. 20. 7 En este punto se impone realizar una precisión . No obstante esta investigación no pretende ser un estudio detallado de historia urbana sobre las primeras cuatro décadas en la vida de la capital del país es necesario considerar las distintas vertientes teóricas y enfoques metodológicos con que se puede abordar el estudio de la ciudad. Un objeto de estudio tan complejo como lo es el espacio urbano y la relación que éste sostiene con la sociedad que la habita, construye , utiliza y transforma puede definirse y analizarse partiendo de criterios diversos. El estudio de la ciudad puede enfocarse a sus dimensiones, su expansión , los motivos que causan el crecimiento, la incidencia de las transformaciones y prácticas demográficas en este proceso. Asimismo la aproximación a la ciudad puede orientarse a desentrañar los procesos tanto de diferenciación social y de las funciones determinadas de cierto espacio como los encuentros y convergencias que se presentan dentro de un espacio delimitado y ordenado de una forma específica . De este modo el análisis urbano puede centrarse en "los mecanismos que rigen la adjudicación del suelo y en su especialización y a la inversa... .." La urbe puede estudiarse en su morfología interna observando las redes que se establecen entre las funciones a las que se consagra cierto espacio -residencia les, laborales , lugares de encuentro y ocio-, y las conductas e intercambios que se entablan alli distintos grupos sociales -productores de espacios urbanos como propietarios particulares u organizaciones económicas, consumidores de estos espacios, instituciones públicas que inciden en ellos-. JI Mareel Roneayolo, La ciudad, p. 79. 8 Vista desde su relación con la actividad política puede estudiarse con base tanto en las regulaciones y disposiciones administrativas que las élites políticas ponen en práctica como en los movimientos colectivos que tienen lugar en su territorio y los medios de control social dirigidos a contenerlos. Otra vertiente se encamina a la investigación de las conexiones entre distintas instancias administrativas que rigen el espacio urbano como pueden ser los poderes municipales en su relación con el Estado. Por supuesto, la ciudad también puede abordarse desde la utopía urbana, sus representaciones y prácticas sociales. En todo caso, la multiplicidad de perspectivas desde las que se puede interrogar a la urbe obliga a advertir que el primer capítulo de este trabajo se limita a presentar un panorama dedicado a exponer el proceso de expansión del territorio de la capital, sus vínculos con los distintos grupos que la habitaban y las actividades culturales en las que participaban. Ubicados ya en la década que atañe al estudio,el segundo capítulo pretende esbozar un panorama del contexto histórico del país durante los sexenios de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán. Se pretende vincular el proyecto político, económico y social del Estado con el desarrollo particular de la industria cinematográfica en el país en todos sus aspectos, desde el proceso industrial de producción-distribución-exhibición, hasta la infraestructura material y el público. Finalmente, en los últimos dos capítulos se analizan las distintas representaciones de la ciudad que se proyectan en pantalla. La finalidad es descubrir el correlato imaginario que proporciona el cine sobre la vida en la ciudad 9 y, a partir de la relación entre éste y la dimensión material expuesta en los capítulos anteriores , establecer las concordancias , rompimientos , refuerzos o construcciones de ideales. Para llevar a cabo la investigación se recurrió a fuentes bibliográficas y hemerográficas que permitieran ahondar en el estudio de los diversos temas ligados a la investigación: el contexto histórico, la Ciudad de México, las diversiones públicas y la industria cinematográfica . De particular importancia resultó la consulta de las revistas de la época cuya temática central es el cine y otras diversiones. No obstante , la investigación se basa primordialmente en las fuentes cinematográficas y su consecuente análisis. Teniendo en mente la gran cantidad de películas producidas en la época, había que escoger una cantidad manejable de películas que aportaran datos significativos a la investigación. La selección de las 12 cintas incluidas se realizó con base en diversos criter ios. En primer lugar, la delimitación cronológ ica. El año de producción de las películas debía ubicarse en el periodo comprendido entre 1940 y 1950. Posteriormente, la selección siguió distintos caminos: la exitosa respuesta del público mexicano, la recepción favorable de la crítica nacional, el reconocimiento a nivel internacional , la variedad -de género, de ambientación o de tratamiento personajes - que, a priori, se consideró la cinta podría proporcionar a la investigación. Por principio, se optó por incluir dos películas que anticipan la posterior explotación del tema citadino, ya que "hasta 1947 la atención del cine mexicano se dirige exclusivamente hacia la provincia. La comedia ranchera y el melodrama 10 pueblerino dominan. La ciudad existe sólo de manera excepcional.t" Distinto Amanecer (Julio Bracho) y Campeón sin corona (Alejandro Galindo), la primera producida en 1943 y la segunda en 1945, son las únicas dos películas del grupo producidas en la primera mitad de la década. Ambas cintas, fueron celebradas por la crítica de su momento como ejemplos de cine nacionalista de calidad. También se seleccionaron películas que gozaron de un éxito popular nacional significativo al momento de su exhibición. Tal es el caso de Nosotros los pobres (Ismael Rodríguez) y iEsquina Bajan! (Alejandro Galindo), mismas que lograron permanecer durante cinco semanas en cartelera durante su estreno cuando lo usual para una película - mexicana o extranjera- era una o dos semanas13. Aunque menos taquilleras, sus respectivas secuelas se íncluyeron puesto que conforman una unidad con sus predecesoras. Siguiendo una lógica similar, se eligieron dos películas que, a pesar de no guardar continuidad en sus respectivas tramas, abordan el mismo tema: el drama cabaretero y fueron dirigidas por el mismo laureado director. Emilio Fernández, realizador celebrado mundialmente e identificado con las historias indigenistas, dirigió Salón México en 1948 y Victimas del pecado en 1950. La incursión del "Indio" en este género constata la relevancia que cobraron estas historias hacia finales de la década. " Jorge Aya la Blanco, La aventura del cine mexicano, p. 109. Estas dos películas aportan e lementos que posteriormente caracter izarán a los mode los de melodra mas y co medias urbanos. Por ejemplo, el trata miento de tipos populares. la presenc ia de ciertos espacios como la vecindad o el cabaret. " Mar ía Luisa Amador y Jorge Ayala Blanco. Cartelera cinematogr áfica ( 1940-1949) , passim. Son pocas las películas que superan las tres semanas en carte lera, en la década la pelícu la de mayor perma nencia en salas fue 1'0 mat éa Rosita Alvire: (Raú l de Anda. 1946) con 13 semanas. Maclov ia (1948) y Enamorada ( 1946) del " Ind io" perma necieron 9 y 7 semanas respect ivamente; mientras que la película de añora nza porfiri ana Las landas del Principal (Julio Bracho, 1949) alcanzó las 6 semanas. 11 Se incluye también El rey del barrio (Gilberto Martínez Solares, 1949), que permite una aproximación al mundo de la vecindad desde un planteamiento cómico. Por su parte, El Suavecito (Fernando Méndez, 1950) centra el conflicto de barrio en un personaje masculino que difiere de otros modelos como el "peladito" o el noble carpintero. Mención aparte merece Los olvidados. Realizada en 1950, la película de Luis Buñuel aborda la problemática de los niños de zonas urbanas marginadas desde una perspectiva opuesta al acostumbrado melodrama. La cinta ofrece al análisis un significativo punto de contraste con el resto de las películas que conforman el corpus. Finalmente, abandonando el arrabal, se eligió una cinta que echa un vistazo a la clase media. Una familia de tantas (Galindo, 1948), permite acercarse a ideales .r;lasemedieros que no necesariamente son exclusivos de cierto grupo social , sino que pueden permear a otros estratos. Por supuesto era requisito necesario que el contenido de todas las películas seleccionadas ofreciera una representación de la Ciudad de México a ser examinada. En este punto se impone precisar los lineamientos bajo los cuales se conformó este conjunto, especificando las características distintivas de cada una y la conexión que permite agruparlas. En el caso del cine, los géneros funcionan como una clasificación en la cual aquellas películas que comparten elementos en común se agrupan dentro de una misma categoría. Sin embargo, la confusión radica en la definición clara de los rasgos que deben de ser comunes a las cintas que pertenezcan a un mismo género. Encontramos una multitud de criterios bajo los cuales se puede determinar 12 la etiquetación de una película: por su nacionalidad ("mexicanas"), por el público al que van dirigidas ("infantiles"), por el efecto emotivo que provocan ("suspenso"), por el ámbito en que se desarrollan ("bélicas"), por su forma de producción ("independientes"), entre muchos otros14. De no fijar las condiciones específicas de ordenamiento, esta gran variedad de posibilidades puede provocar confusión. Si nos atenemos a una clasificación de género basada en el planteamiento dramático de la obra, descubrimos que, salvo las comedias iEsquina..Bajan! y El rey del barrio , y la cinta trágica de Buñuel, el resto de las películas seleccionadas aqui son melodramas15. En los melodramas, el desarrollo de la acción, se centra en un conflicto que se entabla entre individuos o ante la colectividad. Dicho conflicto medular que anima al melodrama "es la oposición entre el bien y el mal como entidades irreconciliables, entreverado con la idea de recompensa y castigo, gracias a la cual el vicio es derrotado y la virtud emerge triunfante. Las distinciones entre el bien y el mal, entre la recompensa y el castigo, ocurren en el campo moral.. .,,16 Siendo ésta la premisa fundamental del melodrama, se pueden agregar otros elementos que contribuyen a definir este género. Los personajes del melodrama se dividen en víctimas que sufren catástrofes y culpas sin haberlas " Flavio González Mello. "La supuesta inutilidad de los géneros" en Estudios cinematográficos, no. 19, p. 2. 15 De manera similar a lo que ocurre con la comedia y la tragedia, el cine se apropia este modelo de me lodram a retomando cáno nes provenientes de la dramaturgia clásica y de la literat ura. Por una parte, rem ite a la obradramát ica de Eurípides. en la que se señala como problema fundamental del ser humano, su incapac idad de controlar sus instintos y emociones irraciona les, enfatizando las flaquezas del ser humano y llevándo las al exceso. La novela román tica decimonónica también apo rtó elementos que posteriormente se trasla da ron a l melodrama cinematográfico; por eje mplo, el hero ísmo individual ante una ser ie de calamidades extraordinarias. Marcela Fernández Violante, " El melodrama. orígenes y trad ición" en Estudios cinematográficos, no 19. 16 Marce la Ferná ndez Violante, "El melodrama, orígenes y tradición" en Estudios cinematográficos, no 19, p. 33. 13 provocado (por ejemplo , el héroe noble encarnado en Pepe "el Toro" o la sufrida heroina estilo Merceditas en Salón México) y villanos que perpetran actos mezquinos. La trama del melodrama plantea una "profusión de conflictos , obstáculos e incidentes violentos, los cuales finalmente habrían de resolverse en un final feliz y edlficante."? Estableciendo las características del melodrama encontramos que éste da cabida a una enorme cantidad de obras. Ante esta situación , un método para delimitar de forma sencilla y manejable un corpus genérico tan amplio es la subdivisión de éste en unidades más pequeñas. ia Así, en este trabajo , se analizan melodramas de arrabal (por ejemplo, Campeón sin corona, Nosotros los pobres ), un melodrama familiar (Una familia de tantas) y melodramas de cabaret (Salón México, Víctímas del pecado). En este sentido, si se concibe a los géneros como si éstos "residieran en un tema y una estructura particulares o en un corpus de películas que comparten un tema y una estructura especíñcos?" . se puede considerar las anteriores subdivisiones melodramáticas como corpus genéricos en sí mismos. Si agrupamos todas las cintas seleccionadas aquí podemos identificar como rasgo distintivo común a éstas, la temática. Todas se desarrollan en el ámbito urbano y efectúan una representación de la vida en la Ciudad de México. Debido a esto, en este trabajo no se considera la existencia de un género urbano como tal, sino de argumentos filmicos cuya acción se desenvuelve en la ciudad - " /hit!.. p. 35. " Rick Altrnan , " De qué hablamos cuando hab lamos de género" en ES/lidios Cinematogr áficos, no. 19. p. 15. 1'/ lbid.. p. 19. 14 específicamente la Ciudad de México-; es decir, películas que abordan una temática urbana pero a partir de diferentes planteamientos estructurales. La interpretación de estas cintas se abordó de forma similar al del análisis de un texto escrito. En ambos casos se narra un relato susceptible al análisis de los personajes que presenta, el conflicto que plantea y de la solución que se le da. Sin embargo, en el caso de una obra audiovisual, el análisis no puede limitarse a la interpretación de los diálogos, es decir del argumento escrito, sino que tiene que entenderse siempre en conjunto indisoluble con la imagen y sus connotaciones (ya sea por medio de la utilización de los diversos elementos que conforman el lenguaje cinematográfico como pueden ser la posición de la cámara y la composición de un encuadre, o bien, a través de otro tipo simbolos y referencias visuales que hacen alusión a algún referente reconocido por el espectador) Las palabras, sonidos, canciones adquieren distintos significados dependiendo de su asociación con la expresión corporal, los gestos, la entonación que se proyecta en la imagen. Después de ver la cinta en su totalidad se aplicó el método de desglosar la obra por secuencias. Cada una de éstas se analizó, identificando las escenas y diálogos significativos en la construcción de la imagen urbana. Al hacer referencia a estos elementos en el texto se intenta describir la imagen o serie de imágenes que acompaña al diálogo de manera tal que el lector que no ha visto las películas pueda hacerse una idea de aquello que se explica. La interpretación de las cintas se basó en el planteamiento de una serie de interrogantes al relato: cómo se percibe el espacio urbano; qué significados y valores se le otorga a la ciudad; qué sentimientos inspira y qué anhelos proyecta; 15 qué ideales plantea, cuáles se aceptan y cuáles se rechazan; cómo se presenta a los personajes y qué normas de conducta se establecen entre ellos; en qué medida se encuentran correspondencias o discordancias con el discurso oficial. Como resultado del análisis de las cintas seleccionadas se encontraron puntos de convergencia y contraste que permitieron agrupar las cintas en seis distintas categorias temáticas que abarcan un rango amplio de valoraciones. desde aquellas percepciones del espacio urbano con apreciaciones positivas hasta las construcciones más oscuras y pesimistas . Ahora bien, hay que considerar que Cualquiera que sean las representaciones no mantienen nunca una relación de inmediatez y de transparencia con las prácticas sociales que dan a leer o a ver. Todas remiten a las modalidades específicas de su producción, comenzando por las intenciones que las habitan, hasta los destinatarios a quienes ellas apuntan, a los géneros en los cuales ellas se moldean. Descifrar las reglas que gobiernan las prácticas de la representación es pues una condición necesaria y previa a la comprensión de la representación de dichasprácticas." Teniendo esto en cuenta , el método de análisis practicado en este trabajo se complementa con el estudio de elementos que son externos a la obra en sí pero indispensables para la comprens ión cabal de aquello que expresa. Se indagó sobre los elementos que participan en la producción de la obra. Por una parte, las condiciones que ofrecía la industr ia cinematográfica de la época (formas de financiamiento, casas productoras, distribuidoras y exhibidoras, políticas estatales). Por otra, el grupo de personas que participó creativamente en la creación de la obra, directores y argumentistas primordialmente . La recepción de la obra resulta, sin duda, el factor más escurridizo y difícil de rastrear por lo que hubo que llevar a cabo distintas estrategias de aproximación 10 Chart ier, op. á /.. p. VIII. 16 a este fenómeno. Por ejemplo, indicadores como la permanencia de las películas en cartelera que señala el éxito o fracaso masivo de la cinta da pie para indagar sobre la aceptación o rechazo del público en general. Otra herramienta para estudiar el fenómeno de la recepción proviene del grupo especializado en la crítica cinematográfica. Las opiniones que los críticos externaban en distintas publicaciones periódicas de la época revelan no sólo los puntos de vista de ese grupo sino que muchas veces sus comentarios hacen referencia a la reacción de los espectadores, misma que algunas veces concuerda con la de ellos y otras no. En este punto se impone resaltar la importancia que tienen las revistas de cine y espectáculos en una investigación de este tip021. Éstas no sólo aportan reseñas y críticas de las películas; sus editoriales exponen la situación de la industria cinematográfica mexicana, presentan sus conflictos, proyectos, preocupaciones, vínculos con el Estado mexicano y ccn la cinematografía internacional; sus reportajes, entrevistas y artículos dan testimonio de la relevancia de ciertas figuras de la industria y su relación con el público consumidor. En fin, estas publicaciones especializadas proporcionan un panorama del entorno cultural del momento posicionando al cine dentro de un conjunto de actividades culturales como la radio, el teatro, los deportes yestableciendo vínculos entre éstas. Fínalmente, el trabajo parte de las siguientes premisas. Que la imagen urbana expuesta en la obra cinematográfica expresa la idea que comparte la " Las publicaciones periódicas consultadas en este trabajo son: México cinema, fundada en 1942 y dirigida por Benjamín Ortega. Dirigida a un público femenino con información naciona l y de Hollywood. Revista de export ación. Cine ma reporter, revista semanal tamb ién dirigida a un públicofemenino, se exporta a Estados Unidos. Sudam érica y España y aporta más información de cine europeo que la anterior. Multitudes : ruedo. cancha. pis/a. campo. cine. música. Semanario fundado por Rafael Solana en 1939. Predomina la información taur ina. con secc iones de teatro. cine. radio. fútbol, beisbol y box. Dirigida a un púb lico masculino. 17 sociedad de la época relativa al espacio citadino, sus habitantes y las formas en que éstos interactúan entre sí. Que la percepción de la ciudad y la vida en ella no es única sino heterogénea. Que esta multiplicidad de representaciones permite entender la manera en que la sociedad mexicana de la época sentía y se posicionaba ante la ciudad; sus temores y anhelos, ideales y negaciones. Que estos relatos cinematográficos manifiestan tanto correspondencias como discordancias con otros discursos de la época, tanto el oficial como convenciones sociales establecidas. Por último, me gustaria expresar mi más sincero agradecimiento a mi asesor, el Mtro. Javier Rico Moreno, que soportó pacientemente mis muy peculiares ritmos de trabajo, siempre me manifestó su confianza y me brindó su ayuda en la elaboración de este trabajo. Por supuesto también agradezco el interés, los comentarios y sugerencias aportadas por mis sinodales el Lic. Ricardo Gamboa Ramírez, el Dr. Sergio Miranda Pacheco, la Mtra. Isis Saavedra Luna y el Mtro. Álvaro Vázquez Mantecón. Finalmente, mención especial merece mi amigo Rodrigo Bazaldúa que me consiguió material valioso, aún exponiendo su puesto laboral en el Centro de Documentación e Investigación de la Cineteca Nacional. 18 Capítulo I Antecedentes: la Ciudad de México, diversiones públicas y cine (1896-1940) a) El porfiriato: paz, orden y urbanización La ciudad que en 1548 fue bautizada como La Muy Noble, Muy Insigne y Muy Leal e Imperial Ciudad de México se comenzó a edificar, pragmática y simbólicamente, en 1522 sobre las ruinas de la derrotada Mexico-Tenochtitlan. Fue concebida siguiendo un modelo europeo renacentista de traza reticular que intentaba delimitar "dos repúblicas": la de españoles y la de indios. Durante tres siglos la urbe vivió entre fiestas y celebraciones públicas que "podían ser corporativas, religiosas o civiles, según la autoridad que las organizaba, aunque tal división no era tan tajante pues en las tres convivían íntimamente lo sagrado y lo profano. Además todas compartían el monopolio del espectáculo en calles y plazas.,,22 En las calles se efectuaban las fiestas de fin de cursos organizadas por las corporaciones educativas, el denominado paseo del pendón que representaba la victoria de Cortés sobre los mexicas y concurridas celebraciones litúrgicas, como la procesión de Corpus y la de Semana Santa. Los novohispanos también salían a las plazas a presenciar corridas de toros en ruedos desmontables, certámenes poéticos y representaciones teatrales. Después de la separación de la metrópoli, la ciudad erigida por los conquistadores prevaleció como el centro de un país eminentemente rural que buscaba su propia identidad. El escabroso periodo de organización de la nueva nación, que tuvo que lidiar con la cotidiana inestabilidad política interna, las constantes amenazas de potencias extranjeras y una deteriorada economía 12 Antonio Rubial. La plaza, el palacio y el convento . p. 51. 19 impidió que se llevara a cabo un efectivo proceso de urbanización. Fue bajo el régimen de Porfirio Diaz que la Ciudad de México experimentaría una metamorfosis evidente, tanto en su aspecto físico como en la forma de ser percibida y vivida por sus habitantes. En estricto sentido, habría que rastrear la génesis de la transformación material de la Ciudad de México varios años antes de que el general Díaz tomara las riendas del país. Los cambios notables que terminaron por convertir a la ciudad conventual heredada del largo dominio español en una urbe de configuración civil arrancan con dos disposiciones jurídicas decisivas en la historia del México decimonónico : la Ley Lerdo, que en 1856 promulgaba la desamortización de los bienes de corporaciones civiles y eclesiásticas, y la posterior ley de nacionalización de bienes de la Iglesia, promulgada en julio de 1859. La facción liberal decretó estas leyes con la idea de conformar una clase media propietaria que impulsara el desarrollo económico del pais al usufructuar tierras "en manos muertas". Con ello, se daba la posibilidad a los arrendatarios de dichas fincas de adquirirlas en propiedad a precios bajos y con facilidades en el pago de impuestos. Las propiedades que no fueron compradas por sus arrendatarios se pusieron a remate público. Sin entrar en detalle acerca de los resultados de estas medidas, contrarios a los optimistas pronósticos del grupo liberal, podemos afirmar que, en la Ciudad de México, el fraccionamiento de propiedades de comunidades religiosas (los conventos de San José de Gracia, Jesús María, la Concepción, Regina y los Colegios de Tlatelolco, Letrán y San IIdefonso, entre otros) y de los bienes de comunidades indígenas como las parcialidades de La Magdalena Mixiuca, Santa 20 Anita, San Miguel Nonoalco o el Barrio de la Candelaria, por mencionar algunas, "permitió romper -la palabra es adecuada- con el antiguo cinturón que delimitaba a la ciudad y se inició un profundo cambio en cuanto a las dimensiones y las características de su planta"23. Se trazaron nuevas calles24 y otras se prolongaron a costa del derribamiento de conventos, iglesias y huertos. A la par de esta dinámica surgió la necesidad de planear nuevas vías de comunicación que conectaran a la urbe transformada. La expansión espacial y demográfica de la ciudad se aceleró en los años de la "paz porfiriana". Aunque no se puede cuestionar que México seguía siendo una nación predominantemente rural, es posible identificar al porfirato como el punto de partida de un contundente proceso de urbanización y centralización que se consolidaría a lo largo del siglo XX. Muchos fueron los factores que provocaron y facilitaron el crecimiento ele la capital mexicana. El exitoso proyecto del general Díaz logró una paulatina concentración del poder político en sus manos. Como la figura que consiguió acabar con la anarquía anterior, Díaz se hizo indispensable para lograr el despegue de la nación. Se tenía entonces el escenario adecuado para iniciar la reconstrucción económica ya que, "un país como México, ofrece estabilidad en sus instituciones al amparo de una Administración de reconocida probidad, encabezada por el ilustre Presidente General Díaz, secundado por sus 23 Hira de Gortari, La Ciudad de México y el Distrit o Federal. (/824- 1928), p. 60. 2' El Paseo de la Reforma fue una de estas nuevas calles que adqu irió una relevancia part icular. La obra fue iniciada en 1865 bajo las órdenes del emperador Maximiliano. Sin embargo, fue durante el porfiriato cuando se conviertió en un lugar a l que acudían las fami lias de mayor status soci al. 21 dignos Secretar ios de Estado y, en general , por ministros ilustrados , inteligentes , y cuyas elevadas y patrióticas miras son garantía de orden y progreso,,25. Por una parte, los fenómenos económicos fueron decisivos en el crecimiento de la urbe porfiriana: "Uno de los determinantes centrales del proceso fue la integración del mercado nacional mediante el sistema ferroviario que se construye a partir de 1873 [.. .] Un segundo factor también de tipo tecnológico fue la introducción de energía eléctrica, que se inicia en 1879 ... ,,26. Sin duda, es durante porfiriato cuando la Ciudad de México se vuelve el centro económico y comerc ial del país. Las rutas del ferrocarr il hacían de la cíudad capital el paso obligado para gran parte de las mercancías . "La ciudad era, esencialmente, lo que hoy se llamaría un 'núcleo redistribuidor' . Mercado nacional sería la metáfora que designaría a un reducido grupo de compañías comerciales que hacían llegar sus productos a la ciudad para,desde ahí, devolverlos al 'interior'. [...] Ser parte de la economía nacional significaba, en primera instancia, ser parte de la ciudad,,27. El impacto de la energía eléctrica en la dinámica económica urbana se puede asociar directamente con el proceso de industrializacíón y el consiguiente surgimiento de nuevas fábricas . Aunque la zona ocupada por la Ciudad de México no llega a considerarse como la región industrial por excelencia durante el porfiriato , es importante reconocer que se llevó a cabo una modernización de la maquinaria en los ramos de producción más importantes localizados en la ciudad ! 5 J. Figueroa . " Las grandes fábricas". reprod ucido en Gortari, op. cit, p. 115. ! " Gustavo Garza, La urbanizacion de México en el siglo XX , p. 23 . ! 7 Ilán Semo, " La ciudad tentacular" en Isabel To var y Magdalena Mas, Ensayos sobre la Ciudad ... , p. 55. 22 como lo fueron el textil , el tabaco", la pólvora y el papel. Además, las demandas del mismo mercado urbano impulsaron la diversi ficación de las manufacturas y la apertura de plantas dedicadas a la elaboración de bienes de consumo, por ejemplo , alimentos , vestido y calzado . Por supuesto , la estabi lidad polít ica que favoreció el aumento de la actividad económica citadina, los caminos y transpo rtes que comunicaban a la nación y el uso de las tecnologías modernas no fueron los únicos factores que contribuyeron a la expans ión de la metrópoli. El impresionante crecimiento dernoqráñco'" que experimentó la Ciudad de México durante el gobierno de Díaz tiene un factor principal: la migrac ión. De diversas regiones del país arribaron a la capital personas ilusionadas por las promesas de trabajo . Muchos de los recién llegados contr ibuyeron a engrosar las filas del todavía reducido contingente obrero. Datos estatíst icos indican que "el número de obreros se elevó a 10,000 en 1910, representando un incremen to del 400 por ciento respecto a 1895,,30. Otro elemento que favoreció el aumento de la población fue la baja en las tasas de mortalidad, debida a las campañas que difundían y recomendaban las prácticas higiénicas básicas para prevenir epidemias. El desarrollo espacial de la Ciudad de México durante este periodo fue azaroso y sin ninguna planeación, pero se puede resumir en tres fases generales " El Buen Tono, empresa dedicada a la manufactura del cigarr illo, resulta de gran impo rtancia en diversos sentidos. Además de ser una fábrica en la que predo minaba la mano de obra femen ina, El Buen To no j ugará un papel importante en los primeros años de l cinematógrafo en México, ya que, no sólo organizaba proyecciones al a ire libre a un costado de la Alameda. s ino que incluso se convirtió en importadora de cin tas que luego eran exhib idas grat uitamente. 19 Según los datos aportados por Mark Wasserman, la ciuda d de México duplicó su número de residen tes entre los años de 1869 y 1910. La población pasó de 230,000 a 470 ,000 habitantes . Everyday Life and Po/itics in 19th Cemury Mexico, p. 198. 30 Wasserrnan, Op. cit., p. 205 . La tradu cció n es mía. 23 de expansión capitalina. En la primera, ubicada entre 1858 y 1883, se observa primordialmente "un desplazamiento hacia el norte, por los barrios de Santa Ana, Tlatelolco y Peralvillo. También se aprecia hacia el noroeste con las colonias Barroso, Santa María y Guerrero y por el oeste la de los Arquitectos'?' . Aunque la creación de colonias vino aparejada de nuevos problemas para el Ayuntamiento relativos a la carencia de servicios como banquetas, policía y alumbrado, este fenómeno no se detuvo. La segunda etapa, durante los años comprendidos entre 1884 y 1900, el crecimiento de la ciudad se orientó hacia el noroeste, el oeste y el sur. En el norte surgieron las colonias obreras: Morelos, La Bolsa y Rastro. Hacia el oeste se erigió la colonia San Rafael, mientras que en la zona sur la San Pedro de los Pinos32. Finalmente, de 1900 a 1910 se construyeron colonias para familias de clase alta, ubicadas principalmente en el suroeste: Los refinamientos de la vida nacional mexicana, en consorcio con la de los extranjeros que han ido a instalarse a la hermosa capital azteca, crearon una serie de colonias en los alrededores de México, formadas por palacetes y chalets [.. .) La colonia Juárez, residencia de fortunas, es la más soberbia. Es un trozo arrancado de Bruselas. Un paseo por sus calles pobladas de arbustos pletóricas de fachadas hermosísimas en contraste y saturadas de olor a jardines [...) Sigue la colonia Roma , que tiene anexa la de la Condesa de Miravalle , ocupando ambas una hermosa llanura que llega a Chapultepec, a la izquierda del deifico de la Reforma, que también está bordeado de palacios modernos. A la derecha de este paseo se yergue la colonia Cuauhtémoc. No es fácil precisar cuál de las tres es más hermosa...33 Viviendo en "un siglo creyente en las bondades de lo material, los grandes proyectos urbanos quieren demostrar los beneficios del síetema'?'. Sin embargo, )1 Gort ari. op. cit. p. 62. La autoría de esta propue sta de estudiar la expansión espac ial de la capital en tres fases es de Maria Dolo res Morales. )' Ibid.. p. 63. 33 Julio Sesto, " Las nuevas colo nias y slfl¡ gente s", reproducido en Hira de Gort ari , op. cit. p. 382 34 Vicente Quirarte , Elogio de la calle, p. 346. 24 no toda la ciudad podía compararse a las pintorescas, limpias y civilizadas poblaciones europeas; las amplias calles, el alumbrado y la refinada arquitectura avant-garde no llegó para muchos de los capitalinos. El avance material tan enaltecido por el régimen y tan evidente a los ojos de la élite fue exclusivo de ciertas zonas. La Ciudad de los Palacios convivía con suburbios miserables asociados irremediablemente a la pobreza, el crimen y la suciedad; bastan las palabras de Ángel de Campo para formarnos una imagen desoladora: "La Rumba tenía fama en los barrios lejanos; contábase que era el albergue de las gentes de mala alma; una temible guarida de asesinos y ladrones [...] Y era triste aquel lugar enorme, desierto; una fuente seca que servía de muladar era el centro; los desechos de todo el vecindario: ollas rotas, zapatos inconocibles, inmundicia, hasta ramos de flores marchitas de la parroquia se hacinaban en esa fuente ... ,,35 . Diversas fueron las reacciones de los capitalinos frente a los barrios y colonias habitadas por los grupos proletarios. Algunos científicos imbuidos de las ideas spencerianas, como el sociólogo y jurista Julio Guerrero, explicaban cómo los habitantes de estas zonas de la ciudad eran, en su esencia misma, violentos, viciosos, promiscuos, ateos e inmorales y, por ende, "constituyen el bagazo de las clases productoras y sirven como marcas de relación para conocer las vorágines del vicio donde se hunden los desheredados de la civilización'f". En esta multifacética y contrastante urbe, indígenas, extranjeros, provincianos, hombres de letras, prostitutas, obreros, burócratas y el resto de los que en ella moraban, necesitaban espacios y actividades de esparcimiento a las : ; Ángel de Campo. La Rumba. p. 186. ,,, Julio Guerrero. " La socieda d analizada " reproducid o en Gortari, op. cit, p. 34 1. 25 cuales dedicar sus ratos de ocio. Tan diversas como sus sujetos fueron las divers iones de la sociedad porfiriana . Una nueva e innegable influencia extranjera se hizo patente. Los varones de clases acomodadas frecuentaban bares de estilo estadounidense en los que "se conocieron los cocktailes, los hig-balls , los drinks , los olorosos neintpileps...,,37 Las damas "lucían las últimas modas que se adquirían en 'El Palacio de Hierro', 'El Puerto de Liverpool' o 'París Charmant' . En 'El Paje' (esquina de Plateros y el Empedradillo) había adornos: encajes . blondas , sombreros, aigrettes y los mejores corsets , marca 'La Sirena ' [...]38. Claro está que los bares norteamericanos no desplazaron a las tradicionales pulquerías y los almacenes al estilo parisino tuvieron que compartir lastransitadas calles del centro donde "vendedores instalados en las aceras ofrecen a los transe úntes periódicos y cigarros; indios sentados en cuclillas tejen medias esperando a los compradores, y una multitud de obreros, dependientes y paseantes renovada sin cesar dan a esta parte de la Plaza una animación extraordinaria'P". Cuando la élite porfiriana no se reunía en el Jockey Club podía socializar en los cafés de moda. Dependiendo de su status social algunos caminaban y otros iban en carruaje, pero todos visitaban los sitios de recreo que ofrecía la capital y sus alrededores. La Alameda, el Paseo de la Reforma y las excursiones campestres a Santa Anita y La Viga eran recorridos usuales . Junto con las celebraciones .H Sa lvador Novo. " Las canti nas" . rep roducido en Gortari . op. cit. p. 260 . .1KClementina Diaz y de Ova ndo . " La Ciudad de México en 1904" en Historia Mexicana, vol. 24 , núm. 1, p. 143 . J9 Dupein de Sai nt André. reprod ucido en Go rta ri. op. cit. p. 245 . 26 cívicas, los capitalinos practicaban festividades de carácter religioso como el paseo de las flores el viernes de Dolores: "La gente iba al canal de la Viga a comprar flores para los altares dedicados a la Virgen de los Dolores. [...] Este paseo incluía la compra de flores, una caminata matinal y la erección de los altares, los cuales se encendían por lo general a las 6 de la tarde. [...] Además, en Semana Santa no faltaban los 'baños' del sábado de gloria, ni la quema de judas."? Paseo de Santa Anita (Crónica de la publicidad en México 1901-2001 ) " fJ Josefina MacGregor, " De cómo la ciudad de México pasó del sig lo XIX al XX .. ." . en Manuel Ramos Medina, Historia de la Ciudad de Méxic o en los fi nes de siglo, p.266. 27 Algunos espectácu los y deportes gozaron de una gran popularidad. El porfiriato presenció el éxito del baseball y el box importados de Estados Unidos. Entre las clases favorecidas se fundaron clubes de ciclismo y se disfrutaba de las carreras de caballos en la pista de Peralvillo , mismas que "eran eventos de sociedad [...] era la ocasión para la ostentación de las damas, quienes asistían en sus vestidos más elegantes..41 : Las corridas de toros seguían siendo uno de los espectáculos más concurridos. Las compañías de ópera italianas eran tan admiradas como la zarzuela española. Los niños disfrutaban del Circo Orrin, instalado en la plazuela de Santo Domingo. El pueblo pasaba ratos de díversión en las carpas. Pero en 1896 arribaría a México un invento francés que rápidamente se convertiria en un espectáculo de masas: el cinematógrafo. El cinematógrafo engloba de muchas maneras el espíritu y el pensamiento social europeo que el régimen porflrista adoptó hacia finales del siglo XIX. Por principio , el cine, surgido en pleno proceso de industrialización de las sociedades europeas, se percibe como "resultado del progresivo perfeccionamiento de las técnicas de reproducción mecánica de la realidadu42. El cinematógrafo como invento tecnológico que combina una serie de conocimientos científicos (electrónicos, químicos y mecánicos) "sintetiza las concepciones de una época fundamentada en el optimismo ante la capacidad del hombre de dominar y modelar su entorno físico y social. .."43 Por otro lado encontramos la cuestión referente a la anhelada reproducción fiel (y, porlo tanto , verdadera) de la realidad cotidiana . El pensamiento positivista " William Beezley. Judas al/he Jockey Club. p. 31 . La tradu cción es mía . " José Enrique Monlerde. Cine. historia l' ense ñanza, p. 14. , -' lbidem. . 28 francés, que tuvo tanto impacto en los proyectos de los gobiernos liberales en nuestro país a partir de la restauración de la República, afirma la posibilidad de captar, entender y manipular la realidad al observarla y medirla repetidamente. Si la fotografía permitió revelar imágenes fijas, el cine dio el siguiente paso al proyectar imágenes en movimiento (y posteriormente al añadir el sonido). Para los espectadores que se asombraron con las proyecciones de los hermanos Lumiére en el Gran Café de Paris o aquellos que en nuestro país presenciaron las primeras "vistas" que mostraban, a manera de documental, tanto aspectos de la vida cotidiana como la efigie de Porfirio Díaz no cabia duda de que la realidad se desenvolvía nuevamente frente a sus ojos y esto implicaba la asignación al cinematógrafode un valor de enorme peso: la veracidad. En gran medida, "el optimismo que despertó el cinematógrafo radicó en gran medida en el hecho de que captaba la vetded'"', Testimonios de connotados intelectuales de la época reflejan su primera impresión frente al sorprendente invento. Luis G. Urbina expresó con respecto al cinematógrafo: "Se encuentra uno frente por frente de un fragmento de vida, clara y sincera, sin pose, sin fragmentos, sin artificios [... ] ¡qué verdad, qué precisión, qué gracia!"45. Sin embargo, esta actitud fue efímera, ya que con los primeros intentos de crear un cine de ficción que narrara sucesos inventados iniciaron las airadas denuncias que acusaban de fraude al cinematógrafo. "Con el tiempo llegaron películas de la "' Aurel io de los Reyes. Los orígenes del cine en México, p. 133. ,<Luis G. Urbina "E l Cinematógrafo". en El Universal. 23 de agosto de 1906, reproducido en Manuel González Casanova. Los escritores mexicanos y los inicios del cine, p.82 29 magia de Meliés y de Frégoli y como no mostraban 'la verdad' , los intelectuales fruncieron el ceño, pues se sentían enqañados?" . En un proceso semejante al que siguieron los historiadores al comprender que la finalidad positivista de concretar una explicación única, objetiva y verdadera del hecho histórico basado en los documentos de archivo era una utopía aquellos involucrados con los inicios de la producción cinematográfica tuvieron que entender que la filmación de un mismo evento podía llevarse a cabo desde diversos puntos de vista, ángulos y distancias, lo que necesariamente implicaba distintas connotaciones del mensaje y anulaba la posibilidad de tomar una posición neutral frente a lo que se filmaba . La creencia en que las proyecciones mostraban los hechos verídicos tal y como sucedieron da pie a la reflexión en torno a las reacciones sociales que generó en nuestro país la llegada del cinematógrafo. Aunque se admiraba la supuesta veracidad de las proyecciones, al mismo tiempo se rechazaba de . manera tajante la filmación de imágenes que perturbaran la idea colectiva de una realidad idealizada: a medida que avanzaba el porfirismo, se evadia la realidad para entregarse al sueño de una sociedaden 'paz orden y progreso', según rezaba el lema porfiriano. Las películas hechasa partir de 1906 plasman la imagen de la 'belle epoque', que se inicia duranteel último periodo presidencial de Diaz, que va de 1904a 1910. La producción nacional evitó paulatinamente la exhibición de hechosdesaqradables". De esta manera , el gobierno de Diaz aprovechó el cinematógrafo para exponer visual y masivamente los logros de su administración . El régimen porfirista usaba las imágenes filmadas para mostrar cómo México, poco a poco, se ' 6 De los Reyes, op.cit, p. 133. 47 Aurelio de los Reyes. Medio siglo de cine mexicano, p. 27. 30 unía al conjunto de naciones progresistas. Se hizo gala del embellecimiento de la capital , las obras públicas y nuevas instituciones inauguradas por el régimen que habia logrado la tan ansiada estabilidad, fundamental para part icipar del progreso y avances de la modernidad. La figura del presidente Díaz tuvo en el cinematógrafo un vehiculo propagandístico indiscut ible . Las imágenes del General en recorridos, celebraciones, entrevistas y viajes suscitaban una respuesta posítiva por parte del público que aplaudía y gritaba al verlo. "Enterado Díaz de tales manifestaciones, comprendió la popularidad que le significaba dejar que lo vieran en pantalla [oo.] Se le presentaba magnánimo, abnegado, responsable, superdotado como 'el hombre necesariopara México '.. . ,,48 De manera simultánea, el cine fue considerado como una herramienta didáct ica que permitía conocer lugares y tradiciones distantes y desconocidas. En su columna periodística "Semana Aleg re", Ángel de Campo dejaba constancia de sus impresiones: "Si he de ser sincero, confesaré que horas enteras dejo libre el espír itu a merced de las películas; mas todavía me embeleso con ver ciudades lejanas, otras costumbres, otras gentes, como por una gran ventana donde cosas y personas tienen algo de la apariencia fugit iva y muda de largos ensueños con hilación . [...] El cinematógrafo instruye"." Por supuesto, el carácter pedagóg ico del cine no se Iímitaba a la difusión de imágenes exóticas, sino que también se debía aprovechar para llevar a cabo enseñanzas de tipo moral. Además , se planteó otra utilidad del cine al concebirlo como un registro válido para conservar testimonios del presente que trascenderían en el tiempo. El " Aurelio de los Reyes. Cine y suciedad en M éxico 1896-1 930, pp. 54-55. • 9 Ánge l de Campo Tick-Tack, " Va a comenzar la tanda" , en El Imparcial. 14 de octubre de 1906, reproducido en González Casanova. op. cit. p. 99 Y 101. 31 cine permitía posee r copias de imágenes y sucesos extraord inarios que se podrían revivir en el futuro . Para ilustrar este punto bastan las poéticas imágenes de Amado Nervo: El cinematógrafo reproducirá las vidas prestigiosas, y los reflectores eléctricos vestirán de nuevo las figuras heroicascon los coloresque usaron en su jornada de luchas y de hazañas. [...] ¡Oh, si a nosotros nos hubiese sido dado reconstruir así todas las épocas, si merced a un mágico aparato pudiésemos ver el inmenso desfile de los siglos como desde una estrella, asistir a la marcha formidable de los mortales a través de los tiempos! 50 Sin duda , el aspecto lúdico y mágico que caracter iza al cine como un espectáculo que apela a toda la sociedad en su conjunto se apreció desde el principio. Es imprescindible incluir el componente placentero de ir al cine y que era compa rtido, en palabras de Juan José Tablada, por "el prócer y el bohemio; el intelectual y el ingenuo; la dama aristocrá tica y la modesta modistilla; los patriarcas y los párvu los, todo México tiene en estos momentos un estado del alma, unánime, absolu tame nte armónico, indiscutiblemente igual. ..Todo el mundo va al cínernat óqrafo'?' . Diferentes fueron las reacciones que suscitó este novedoso y democrático deleite que se negaba a jerarquizar. Durante la primera década de activ idad cinematog ráfica en el país y, conc retamente en la capital, el cine tamb ién significó una válvula de escape para la sociedad citad ina. En este sentido, el nuevo espectáculo para las masas resultaba un instrumento útil para soluciona r efectivamente algunos de los más importantes problemas sociales dentro de la capital porfirana: el alcoholismo, la criminalidad y el suicidio. Sin embargo, la contención del descontento sería 50 Amado Nervo. " La semana". en El Mundo. 20 de marzo de 1898, reproduc ido en González Casano va, op . cit. p.90. 51 José Juan Tablada, "México sugest ionado - El espectáculo de moda", en El Imparcial, 16 de octubre de 1906, reproducid o en González Casanova, op. cit, p.104. 32 efímera: "¿El cine era cómplice del ejército al reprimir inconformidades? ¿Sustituiría el cinematógrafo al alcohol y al suicidio como vías de escape? La experiencia del despertar político fue dramática y sacudió a la sociedad, que tal vez prefirió entregarse al sueño. El cinematógrafo parecía amortiguar inquietudes que en 1910 serían lncontenlbles'". Esta cualidad escapista del cine también fue reconocida por algunos escritores de la época en sus columnas periodísticas. Por una parte, concordaban en ver con buenos ojos la piadosa acción hipnotizadora del cine en los atribulados miembros de la clase baja capitalina: "Sí; es el pueblo que sueña ante las maravillas de la pantalla; el alma colectiva que aduerme sus instintos y sus brutalidades, acariciada por la mano de la ilusión, de una ilusión infantil que la transporta y eleva por encima de las groseras impurezas de la vida,,53. Sin embargo, no se toleraba que la clase alta, destinada a fungir como suía, sostén y motor de esta sociedad en vías de la modernización, se embruteciera con un espectáculo que era catalogado como una diversión de segunda, sin valor estético alguno. El cine se convierte entonces en: "Diversión honesta, cómoda, de muy poco costo: solaz que no exige estudio ni preparación culta, ni intelectualidad, ni sensibilídad, ni nada [...] Este espectáculo que eleva a las clases inferiores, envilece y degenera a las superiores [...] El ejemplo que dan nuestros ricos en el Cinematógrafoes desmoralizador y disgustante... ,,54 Por último, hay que referirse al cine como negocio, el cine como industria. 5 ~ De los Reyes. Cine y sociedad... op. cit, p.71. 53 Luis G. Urbina. "La vuelta del cinematógrafo" en El Mundo Ilustrado 9 de diciemb re de 1906 reproducido en González Casanova, op. cit, p.1OS. 5. Lusi G. Urbina, "Los ricos y los cinematógrafos", en El Imparcial. 22 de octubre de 1907, reproducido en González Casanova. op. cit, p. 120. 33 Cuando, en 1906, arribaron los representantes de los hermanos Lumiére a México con el objetivo de exhibir y comercializar el invento, comenzó el sinuoso camino que ha seguido la tambaleante industria cinematográfica nacional hasta nuestros días. Marcada siempre por la dependencia tecnológica y, en gran medida , por la dependencia creativa que se limita a copiar modelos, la industria cinematográfica mexicana que comenzó como una empresa familiar itinerante, estructuró paulatinamente un sistema especializado de producción-distribución-exhibición. Pioneros como Toscano , Mongrand , los hermanos Alva o Enrique Rosas se convirtieron en los primeros camarógrafos que exhibían sus imágenes, primero en las céntricas salas capital inas y después de manera itinerante por toda la República . Aunque la sorpresa inicial se esfumó pronto y la falta de material nuevo obligó a los empresarios a complementar las proyecciones con actos de magia y otros entretenimientos, el cinematógrafo siguió su desarrollo. "A partir de 1906, se establecieron distribuidoras de películas que satisficieron la demanda , lo que trajo consigo la apertura de salones de cine y la formación de cadenas exhibidoras como la de Enrique Echaniz Brust o la de los Hermanos Alva"ss. Entonces encontramos a quienes importan cintas para distribuirlas, los que se dedican a exhibirlas al público y otros más que practican ambas actividades . Una última precisión : arriba se bosquejaron las diversas significaciones y funciones que fueron adjudicadas al cinematógrafo por la sociedad porfiriana, sin embargo, no se incluyó la faceta estét ica del denominado séptimo arte. De manera concisa podemos afirmar que "el Cine no nace Arte y deviene industria por la vía 5; De los Reyes. Cine y sociedad. .op. cit. p. 198. 34 de su mercantilización, sino que el Cine nace industria, incipiente si se quiere, por su procedencia, sus dependencias y su mismo espíritu"56. La importancia estética del cine no fue considerada durante este periodo. b)Revolución y espectáculos en la capital La exitosa centralización del poder político y económico porfirano en la capital se desmoronó con el régimen en 1910. "La centralidad política de la ciudad se redujo a su centralidad simbólica: todas las fuerzas centrales de la Revolución planearon tomarla, pero sólo como demostración de que habían vencido en el país, y no para convertirla en sitio desde donde dirigirla"s7. Antes de que la victoriosa dinastía sonorense iniciara otro proceso centralizador de poder, esta vez en un Estado e instituciones y no en un individuo, la ciudad de México tendría que observar, algunas veces a la distancia y otras en su interior, los enfrentamientos entre facciones. La efímera etapa de optimismo maderista termina violentamente conla Decena Trágica. En febrero de 1913 la contrarrevolución de Victoriano Huerta orquesta un enfrentamiento armado en la capital. El ataque de un grupo de rurales, al mando del coronel Castillo, a la Ciudadela marca el primer contacto directo de la ciudad de México con las ametralladoras, cañones defensores y granadas revolucionarias. "Por las plazas, de raro en raro, un ser viviente que se desliza pegándose a las .paredes o se arriesga a los jardines. Y con frecuencia, cadáveresen pavoroso hacinamiento o aislados a lo largo de las líneas del tranvía ; 6 Monterde, op. cit. p. 14. 57 Serno, op. cit. p. 57. 35 [... ] y de tramo en tramo charcos de sangre y cascos de granada. u58 Este episodio terminaría el día 18 de febrero con la detención del presidente Madero, el vicepres idente Pino Suárez y varios secretar ios de Estado. . MIREl. iIli~CQ". RINQ;...5n.Q I J::C-O . \ . I I Decella TnlJl'. 9 . la · Febre ro I9IJ t:n ..peCIo de 11 ciudad desputs del b~~~b~"r~d\lll.~· ~ IIIIIIIÍII_ - :. - --~-:/ -' Escena de la Decena Trágica (Miret, 1913 en Madero Vivo) Después del golpe de estado la ciudad vivió bajo el gobierno represivo de Huerta , añorando la paz porfiriana. Sin balas de por medio, la vida en la ciudad siguió su curso cotidiano e incluso se instauraron nuevas distracc iones que proveían al gobierno huertista de fondos monetarios, como ilustra el siguiente pasaje de las Memorias del muralista José Clemente Orozco: "Para arbirtrarse de recursos don Victoriano estableció garitos por toda la ciudad de México. Había más casas de juego que cantinas y pulquer ias. Las había lujosas para desplumar 58 Manuel Márquez Sterling. Los últim os dios del presidente Madero, reproducido en Enrique Krauze. Madero Vivo. p. 69 . 36 a los burgueses , y otras, que podríamos llamar proletarías, en donde dejaban la raya los obreros y campesinos , en albures hasta de a cinco centavos.t'" En 1914 los federa les entregaron la ciudad al general Álvaro Obregón y los capitalinos aprendieron el significado del neologismo "carrancear", ya que "los nuevos militares no compraron coches como lo hizo la oficialidad huertista [...] bastaba que un auto gustara para que sin más trámite y mediante el uso de la fuerza se apoderaran del vehículo ...,,50. Con la escisión entre las fuerzas revolucionarias, ese mismo año la capital vivió con recelo y temor la llegada de los ejércitos populares durante el gobierno surgido de la Convención . Sin duda ése fue un suceso que despertó la expectación de los habitantes de la ciudad de México que, azuzados por los reportes de la prensa , aguardaban con angustia la inminente entrada de zapatistas y villistas. . Más de uno debió comparar el hecho con la caída de Roma. Y había elementos que permitían la comparación: después de batallas violentísimas, avancesveloces y amagos de salvajismo, según las crónicas periodísticas, los bárbaros del sur y del norte entraban a la urbe civilizada, a la ciudad de los palacios, a la codiciada capitalde la República. El Atila del Sur y el Centauro del Norte, modernosalaricos, desfilarían por las calles del orgulloporñríano." Pese a estos temores, revolucionarios del sur hicieron su entrada por las calles de la ciudad y no llegó el apocalipsis, según rememora Antonio María y Campos: "Vi, una mañana del frío mes de noviembre , la ansiada y temída entrada a México de los zapatistas , unos cuatroc ientos hombres [...] A los dos días las temídas fuerzas zapatistas imploraban materialmente la caridad pública."s2 Por su parte, los ;" Apud. en Armando dé María y Campos. El teatro de género chico... . p. 153. oo De los RéYéS. Cine y suciedad... op. cit . p. 155. h l Salvador Rueda Smithers. 00 19 14: el desastre que no llegó". en Historias. núm. 27. p. 150. h! María y Campos. "f'. cit.. p. 160. 37 capitalinos también pudieron ver al general Villa comiendo en restaurantes del centro o enamorando tiples en algún teatro de la ciudad. Fue realmente 1915 el año en que otros efectos de la revolución hicieron mella en la población capitalina. La ciudad de México experimentó crímenes cotidianos que permanecían impunes por la ausencia de autoridad; hambre por la escasez de carbón, maiz y pan, epidemias de tifo; y la desconfianza constante ante el desconcertante cambio de papel moneda. Después, los habitantes de la ciudad reciben por segunda ocasión a Carranza y los constitucionalistas, apoyándolos militarmente con la formación de los célebres batallones rojos, esperando el retorno de la paz y la estabilidad. A pesar de lo que se pudiera pensar, durante estos tensos años, los espectáculos y entretenimientos capitalinos siguieron funcionando con gran éxito. El denominado teatro de género chico constituyó una de las diversiones públicas más importantes durante todo el proceso revolucionario. Las revistas musicalizadas que ridiculizaban los eventos políticos más recientes y hacían burla de los políticos en turno que acaparaban los encabezados de prensa, cumplían una función catártica en la sociedad citadina: "Al aplaudir al autor o al actor, que dice y acciona el chiste que él hubiera querido decir en la calle o en la cantina, en la fábrica o en la oficina, se siente satisfecho y aplaude. Siempre fue autor de éxito el que supo recoger de la voz de la calle el chiste de carácter político que es protesta. ,,63 Cada semana la gente de las clases bajas, intelectuales, miembros de la clase política y la gente pudiente convivía en un mismo lugar para deleitarse con 6 ) Ibid.. p. 308. 38 las nuevas ocurrrencias escénicas de Leopoldo "El Cuatezón" Beristáin, de la compañía de Roberto Soto y de las tantas tiples, siendo indiscutiblemente la más famosa, María Conesa. Los céntricos teatros Lírico, Principal, Colón y Olimpia se llenaban igual que otros menos sofisticados pero también reconocidos por el público, como el Teatro María Guerrero, en la barriada de Peralvillo, o el Manuel Briseño, en la Guerrero. El contenido del teatro frívolo resulta un testimonio histórico excepcional puesto que, al caricaturizar los sucesos políticos que se presenciaban cotidianamente, aportan una particular visión del acontecer nacional. Hoy constituyen una fuente que permite aproximarse a la percepción popular de los hechos políticos de la época y sus reacciones ante éstos. Por ejemplo, quedan diálogos y textos de obras de la época que reseñan los acontecimientos recientes considerados por los escritores como relevantes y que ciertamente causaron un impacto en el público de la capital. En mayo de 1913, a sólo tres meses de ocurrida la Decena Trágica, el teatro Lírico estrenó una revista política escrita por José F. Eíizondo'" y musicalizada por Rafael Gascón. Esta obra, que llevó como título El país de la metralla, iniciaba con un cuadro en el que seis jóvenes cantaban el siguiente texto interrumpidos súbitamente por sonidos de cañones: LOS SEIS: ¡Pom! ¡Pom! ¡Pom! ¡A mí me hace cosquillas el ruido del cañón! ¡Pam! iPam! ¡Pam! iCon la ametralladora me bailo yo un cancán! ¡Pan! ¡Pan! [Pan! ¡Las balas me las como, como si fueran pan! ... Relata María y Campos que a causa de esta satirica obra huerti sta , Elizondo tuvo que ir al exilio durante cinco años para escapar de las represalias que carrancistas, villista s y zapatistas quisieron ejercer en su contra posteriormente. Ver El teatro de género chico.... op. cit., p. 127. 39 ¡Soy más fiero que un chacal! 1°: Yo fui quien saqué al caudillo. LOS OTROS :¡Un pañuelo del bolsillo! 2°: Yo tiré cuatro granadas ... LOS OTROS : ¡Por estar agusanadas! 3°: Yo me puse en la cabeza... LOS OTROS : ¡Cuatro litros de cerveza ! 4°: Yo en la calle de Balderas ... LOS OTROS : iConquistó dos cocineras! 5°: Yo en la Asociación Cristiana... LOS OTROS : ¡Tiene al novio de su hermana ! 6°: Yo una noche entre cañones .. . iMe ... dormi en los pantalones! TODOS : Rayos y truenos [venqa metralla! Los cañonazos me hacen feliz. La Ciudadela fue mi guar ida. ¡Nadie me niegue que estuveallí!65 Por supuesto que el cuartelazo de la Ciudadela no fue el único acontecimiento capitalino ridiculizado por el teatro de revista. Muchos habitantes acudieron al teatro para reírse de las desgracias que trajo consigo el año de 1915, cuando se presentó la obra Su majestad el hambre, de José Ma. Romo. En el largo prólogo que relataba las angustiosas condiciones que imperaban en la capital se encuentran los siguientes versos: La plaga del hambre , el negro fantasma se me ha aparec ido, y por mi gañote no pasa un pambazo , no pasa un birote ; y jajando de hambre, morirme me pasma. Aque l jovencito que es persona seria, comía pollo y pavo antes en su casa, ¿verdad que ahora come pura calabaza? Saco en consecuencia que es por la miseria. Los perros y gatos de la capital que estamos pasando una era fatal, de hambre de seguro nos van a matar ." 65 lbid... p.DO-D I. Di> lb id., p.166 -169. El tercer verso también aparece en la misma obra, pero no en el prólogo, sino en un cuadro posterior. 40 Durante estos años de lucha armada, la asistencia al cine como práctica social también se fortaleció. El cine fue a la vez medio de información gracias a los documentales, que no se molestaban en ocultar sus intenciones propagandísticas , y medio de escape de la difícil realidad. El cinematógrafo floreció como negocio, abriéndose nuevas salas que cubrían la creciente demanda. En medio de la inestabilidad, "el movimiento cinematográfico daba la apariencia de que la ciudad de México estaba en 'Jauja', no obstante la desastrosa situación del país,,67. Eran comunes las cintas nacionales que mostraban las batallas y tomas de ciudades, y fueron tan exitosas que, por primera vez, se exhibieron sin tener que ir acompañadas de otros espectáculos. Pero la Revolución se manifestó de otras maneras en el contenido de las proyecciones. Los descalzos habían quedado fuera de las cámaras porfirianas que preferían retratar figuras agradables y civilizadas; sin embargo, los pantalones de manta, sombreros anchos, los rebozos y las trenzas eran parte de los protagonistas de las imágenes revolucionarias. Por otro lado, se percibe una evolución en cuanto al uso del lenguaje cinematográfico. Aunque ya se habían presentado pequeños intentos de crear una narración basándose en el montaje de escenas, habían predominado las vistas de imágenes aisladas que se sucedían sin un hilo conductor claro. Es durante el periodo revolucionario que se empiezan a organizar los fotogramas de tal manera que en conjunto contaran una historia. En 1913, se exhibió una cinta producida por los hermanos Alva: El aniversario del fallecimiento de la suegra de Enhart. Se trata de un relato cómico de ficción, todavía raro entre toda la producción documental de la época, que cobra importancia porque remite a la vida cotidiana del citadino. •, De los Reyes. Cine y sociedad ... op. cit., p. 138. 41 "El desdoblamiento de la anécdota para contar la vida íntima y la vida exterior descubre un mundo real. La cámara escudriña la casa y la ciudad, muestra a la gente, las costumbres , los modos de vida"68 En 1919 se produce una película que no sólo "sintetiza la experiencia cinematográfica habida en México desde la llegada del cine,,69 sino que también puede considerarse como precursora de las cintas posteriores que abordan la temática urbana. Basada e un hecho real, La banda del automóvil gris 70 es indudablemente una expresión de la inseguridad y anarquia que experimentaba la capital en esos años. La cinta que contaba las fechorias de una banda de ladrones que, ataviados con uniformes militares , engañaban a sus víctimas, resulta fundamental en la historia -cinematográfica mexicana, dado que inaugura y marca la pauta de lo que intentará convertirse en cine que, además de ser nacional, aspirará a ser propio. En ese sentido, la epopeya revolucionaria cataliza el desarrollo de una actitud que marcó la vida política , ideológica y cultural del México posrevolucionario: el nacionalismo. c) La ciudad de México (1920":" 1940) El año de 1920 atestiguó el fin de la etapa armada de la revolución . Con el triunfo del obregonismo y la consolidación de los sonorenses en el poder dio inicio un 68 lbid. , p. 130. 6" Ibid., p. 209. 7t1 Pelicul a de Enr ique Rosas, pobl ano que des de 1899 incur sionó en e l mund o de la exhibic ión cinematog rárica y posteri ormente se involucra ria en la ram a de la naciente producción nacional formando en 1917 la comp añí a Azteca Film asoc iado con la actríz Mimi Derba. En 1919. un año an tes de morir. Rosas prod ujo. diri gió y participó en la elaboració n de l argumento de la cinta El automóv il gris (La banda del automóvil gris) cuyo estreno, precedid o de una efect iva cam paña publicitar ia, lU VO lugar en 18 c ines capi talinos, hecho inusitado hasta ent onc es. Ver Ga briel Rarnírez .Cronica del cine mudo mexicano, possim. 42 complejo y gradual proceso de estabilización, desmilitarización y creación de instituciones en el país. Reconstruir la patria del futuro" fue la síntesis programática de Obregón; porque efectivamente se trataba del porvenir, de la reorganización de la sociedad, del fin de las batallas, de la lucha de facciones, de otorgar tierras a los ex combatientes, de restablecervínculos diplomáticoscon Estados Unidos, de eliminar los brotesde rebeldía, de llegar a acuerdos con la Iglesia católica -siempre crítica a la revolución y de lo que ella había surgido-, de extender programas educativos y otros refuerzos al nacionalismo, de dar un cauce tranquilo enmarcado en la tan buscada legalídad de los procesos electorales; en fin, cimentar sólidamente ese futuroque ahora parecía al alcance de la mano." Este edificador proyecto posrevolucionarío emanó de un sólo lugar: la capital. Una vez más la ciudad de Méxíco fue el asiento del poder político; en ella se fraguaban, decidían y ordenaban las políticas nacionales. Por ello mismo, con los años se consolidó como el núcleo indiscutible de un avasallante proceso de centralízación institucional y cultura l. Todavía recientes las carencias y los temores experimentados durante la lucha revolucionaria, la ciudad continuó con su ínminente e incesante transformación. En 1920 Álvaro Obregón instaló su gobierno en la capital y se abocó a la tarea de dejar atrás la imagen de una ciudad subyugada por la violencía y construir una ciudad moderna , una "metrópoli a la altura de las principales ciudades de Estados Unidos y de Europa en el imaginario de sus constructores; significaba el triunfo de la civilización -cifrada en la reconstrucción- sobre la barbarie de la guerra civil.,,72 Aprovechando el centenar io de la consumación de la independenc ia, la administración obregonista inició las obras de amplíación de la avenida de los 7 1 Carlos Martinez Assad. " La ciudad de las ilusiones" en Maawad, David, Los inicios del México contemporáneo, p. 74. 72 Maria del Carmen Collado. " Los sonorenses en la cap ital" en Collado. Miradas recurrentes vol. 1, p. 109. 43 Insurgentes. Con su inauguración , en 1924, no sólo se logró el cometido de dotar a la ciudad de vías de tránsito dignas de la urbe más moderna, también se concretó un proceso de expansión hacia el sur de la ciudad. Insurgentes conectó la zona de San Angel con el resto de la ciudad y también influyó en otros aspectos , por ejemplo, "transformó el uso del suelo agrícola y semiindustrial de ladrilleras en habitac ional"." ya que aumentó el valor de estos terrenos y la consecuente venta de lotes. Cabe mencionar que este proceso de conurbación no sólo se presentó hacia el sur de la ciudad sino que fue un fenómeno generalizado que, para finales de la década, "se aprecia que hacia el norte la mancha citadina se había extendido hasta el municipío de Guadalupe Hidalgo; hacia el noroeste se expandía hasta el de Azcapotzalco ; al poniente llegaba a Chapultepec Heights, cercana a los límites con el Estado de México, y hacia el sur se había conurbado con San Angel y
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