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Maquinas-y-mineria-en-la-obra-de-Jose-Antonio-Alzate-b-dimensiones-politica-economica-y-epistemologica-17641799

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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS 
“MÁQUINAS Y MINERÍA EN LA OBRA 
DE JOSÉ ANTONIO ALZATE. DIMENSIONES POLÍTICA, 
ECONÓMICA Y EPISTEMOLÓGICA (1764-1799)”
UNIVERSIDAD NACIONAL AUT NOMA 
DE MÉXICO
Ó
MÉXICO D.F., NOVIEMBRE, 2009. 
DIRECTORA: 
DOCTORA MIRUNA ACHIM
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
PRESENTA:
MAESTRA EN FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
JIMENA VERGARA ORTEGA
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
A Sergio, por todas las razones 
A mí abuelo Joaquín, el último ilustrado 
A mi madre, por restaurar todo a su paso 
A Iker e Iñaki, por su luz 
A Don Lorenzo, Don Pedro, y los ex mineros, por su lucha 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Quiero agradecer en primer lugar a la Doctora Miruna Achim - guía e 
inspiradora de esta tesis- por acercarme a la historia de nuestro México 
colonial, enseñarme que dirigir un trabajo de investigación es mucho más que 
firmar papeles e involucrarse palmo a palmo con este trabajo. 
A Laura Cházaro y Carlos López Beltrán por sus críticas pertinentes y sus 
aportes al trabajo y a mi propia formación como investigadora. Al Doctor 
Ambrosio Velazco y a la Maestra Mónica Benitez por leer con atención el texto 
y aportar desde otras miradas, críticas y sugerentes. 
A las autoridades y los trabajadores del Fondo Reservado de la Biblioteca 
Nacional por permitirme acceder a tan invaluable archivo. 
A todos los hombres y mujeres de carne y hueso que hacen posible que exista 
y produzca conocimiento el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM 
por la formación que recibí en estos años. 
A mis compañeros y amigos de la maestría, quienes me apoyaron para poder 
entrar al posgrado y han sido parte constitutiva de mi formación como 
académica y como persona. 
A Mónica Padilla de la Torre, por levantarme cuando me caigo. 
A mis camaradas, por sostenerme en mis convicciones. 
Al CONACYT, por la beca recibida durante el periodo 2007-2009. 
A la Dirección General de Estudios de Postgrado de la UNAM por apoyarme 
con la beca de fomento a la graduación durante el segundo semestre del 2009. 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
Índice 
Introducción…..….…………………………………………………………… 4 
Capítulo I 
Las máquinas de Alzate …..…..…………………………………………….10 
- Las máquinas del remoto mundo bajo la pluma de Alzate…………12 
- Viejos problemas, nuevas máquinas……………………………........16 
- La reforma de las máquinas……………………………………….......19 
Capítulo II 
La industria minera: técnicas, máquinas y organización………….......24 
- De la técnica y de las máquinas en la minería novohispana…….....27 
- Organización y fuerza de trabajo………………………………….......29 
- La agenda imperial………………………………………………………33 
Capítulo III 
El proyecto de Alzate frente a la agenda imperial…….…………………39 
- La inundación de las minas y el uso del malacate…………………..41 
- Innovaciones alzatianas: el barreno, la máquina para ventilar el aire y 
aquella muy útil para las minas e ingenios…………………………...52 
- Los conocimientos de la “ínfima plebe”……………………………….56 
Capítulo IV 
Apuntes sobre la noción de máquina en la Nueva España…………....61 
Conclusiones…………………………………………………………………...69 
Bibliografía……………………………………………………………..............79 
 
 
 
 
 
 
4 
 
“La tecnología es importante porque es inseparable del ser humano. Esos objetos y 
maquinarias no son externos a nuestra vida y llegan a invadirla. Estamos relacionados 
intrínsecamente con ellos desde el día en que nacemos, al igual que nuestros ancestros 
hace cientos de generaciones”. 
David E. Nye 
¿Qué número sin número habrá de individuos, que han consumido sus años, viviendo 
debajo de la tierra, adornados de un entendimiento claro, a quienes su desdichada 
suerte les quitó el uso de sus talentos para ser felices, y para que otros fuesen por su 
causa? 
J.A. Alzate 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
Introducción 
(1) 
José Antonio Alzate y Ramírez fue uno de los más prolíficos ilustrados criollos 
de la segunda mitad del siglo XVIII en la Nueva España. Nació en Ozumba en 
el año de 1737 y murió en 1799. Manuel Antonio de Valdés1 escribió, un mes 
después de su fallecimiento, en la Gazeta de México2, un elogio que a la letra 
decía que Alzate gastó “gran parte de su considerable patrimonio en hacerse 
de los mejores autores que tratan de la verdadera física y en acopiar 
instrumentos para las observaciones”. Efectivamente, gran parte de su 
patrimonio lo invirtió en el desarrollo de sus investigaciones y gran parte de su 
obra estuvo orientada a satisfacer, por medio de las máquinas, las necesidades 
técnicas de la ciencia y la economía novohispana. 
Por ello, es en el pensamiento de José Antonio Alzate y Ramírez donde yacen 
las pistas e interrogantes que guían el presente trabajo. En un artículo de 1795, 
a propósito de una máquina de su propia invención decía que: 
La maquinaria, esta ciencia con que dotó Dios al hombre para que lo aliviase en sus 
trabajos, apenas la disfrutan los mortales; por una preocupación culpable piensan que 
todo está ejecutado, y desdeñan al que les advierte que si se dispone cierta máquina 
usual en otro arreglo de aquel que registran por sus ojos, lograrán grandes ventajas, 
por que viven persuadidos a que perderán el tiempo y el dinero en su planteo: en parte 
tienen razón, porque son infinitos los perjuicios que tiene experimentados la sociedad, 
en virtud de que se han presentado sujetos proponiendo ciertas máquinas 
desarregladas, en las que se han perdido las esperanzas del proponente y el caudal 
del habilitador. 
                                                            
1 Editor y fundador – en 1783‐  de la Gazeta de México. 
2 La Gazeta de México fue uno de los primeros intentos periódicos por divulgar cuestiones 
científicas en la Nueva España.  
 
6 
 
Si en virtud de las reglas de la maquinaria se debiese inferir que sus profesores, o los 
que cultivan esta parte de las matemáticas, son los que deben proponer ó presentar al 
público los inventos útiles, nos hallaríamos exhaustos de tanta máquina útil de que 
gozan las artes; porque hablando con sinceridad, las útiles, las que acarrean grandes 
beneficios, en lo general se han inventado por sujetos que en el todo ignoraban las 
matemáticas, y aun acaso no sabían existía un ramo de ellas que tratase del asunto. 
Me extendería demasiado si intentase referir hechos positivos; pero la historia civil, este 
testigo irrecusable, en consideración a lo que se ve en el mundo, me liberta de 
explayarme sobre el particular. La ciencia para dirigir las máquinas en arreglo esta 
sujeta a reglas; pero la invención de aquellas por lo regular se debe á sujetos de un 
cierto tino, que la beneficencia del Ser Supremo concede no a todos: lo mismo se 
verifica en consideración a la poesía, medicina, etcétera, etcétera (…). Pero abandono 
todo este exordio para encaminarme al plano que paso a proponer, y resuelto a 
presentar todo lo que se dirige al beneficio de los dos ramos de comercio, que son de 
los principales con que se sostiene el pueblo de la Nueva España, considero que el de 
minería es el péndulo que hace mover a la complicada máquina de nuestro comercio 
(…) ¿no será ventajosísimo presentarlesdos máquinas, con las que puedan ahorrar en 
costos en sus operaciones?3 
Fue un sector de la intelectualidad criolla el que, presionado por las 
necesidades de construir una “América para los americanos” formuló nuevos 
problemas y nuevas alternativas de carácter técnico, siempre haciendo uso de 
los recursos nativos y de las posibilidades más realistas para mejorar las 
condiciones económicas de la Nueva España dentro del escenario del imperio 
español. Junto a Alzate, otros ilustrados criollos coadyuvaron a la configuración 
de un pensamiento mecánico en la Nueva España, donde resaltan los nombres 
de Francisco Antonio Guerrero y Torres, Diego de Guadalajara, Felipe de 
Zúñiga y Ontiveros, Joaquín Velásquez de León o León y Gama. 
De esta pléyade de ilustrados, es la obra de José Antonio Alzate la que nos 
permitirá echar luz sobre las dimensiones epistemológicas, políticas y 
                                                            
3 Alzate, J.A. Máquina muy útil para mineros y labradores , en Buen Abad Manuel, Gacetas de 
Literatura de México, Tomo Tercero, Puebla, México,1831 p. 422‐423.  
 
7 
 
económicas que se pusieron en juego para comprender los usos, intereses y 
agencias de la representación de las máquinas. Y es que, como se lee en la 
cita anterior, para Alzate la ciencia de la maquinaria tenía el objetivo de aliviar 
al ser humano en su trabajo y por esa vía, beneficiar a la sociedad novohispana 
en su conjunto, que fue uno de los motores de su empresa intelectual. 
Y si bien la construcción de máquinas estaba íntimamente ligada a los 
conocimientos formales de la matemática por ejemplo, la experiencia de Alzate 
le hizo enfatizar la labor de los prácticos4, formados en la observación y la 
experiencia, lejos de las aulas y los libros pero bien cerca de los problemas 
concretos de la técnica de su época. 
El escenario en el que Alzate desarrolló sus concepciones al respecto de las 
máquinas y su estrecha vinculación con el bien común, es justamente la 
minería, que, recapitulando en sus propias palabras, es “el péndulo que hace 
mover a la complicada máquina de nuestro comercio”5. 
La minería es el terreno privilegiado donde los ilustrados criollos pusieron en 
juego, para la segunda mitad del siglo XVIII, una nueva noción de máquina y de 
técnica, auspiciada por la necesidad de construir un proyecto político y 
económico que diera su justo relieve a la Nueva España en el concierto 
internacional. 
Es con cautela que decimos una nueva noción de máquina, porque, como 
podrá constatar el lector, en el presente trabajo no planteamos una definición 
                                                            
4 Por prácticos se entendía a todos aquellos dedicados a las labores y actividades cotidianas en 
la Nueva España, en el terreno de la industria, el doméstico o el agrícola.  
5 Ídem.  
 
8 
 
precisa. Mas aún, algunos nos reprocharan el que a veces, aquello a lo que la 
modernidad no conferiría el nombre de máquina, aparezca como tal. Y es que 
hemos procurado, en la medida de lo posible, dejar hablar a los protagonistas a 
través de su legado escrito. Así que hemos llamado máquina a todo lo que los 
criollos ilustrados llamaron así: la máquina par curar la tos catarral, la máquina 
para restablecer las piernas quebradas o la máquina de equitación para hacer 
ejercicio en casa -en la conciencia criolla- merecen el mismo estatuto que la 
máquina para ventilar minas, el malacate o el barreno inglés. 
Y sin embargo, éstas últimas, adquieren cada vez mas relevancia no ya sólo 
como apéndices de lo humano que hacen mas efectiva su acción en el mundo, 
si no como componentes de un proceso industrial – una máquina mas compleja 
a la que Alzate llamó comercio- que, bajo la planificación basada en una 
relación equilibrada entre teoría y práctica, darán las glorias merecidas a la 
colonia española, a su soberano y a sus ciudadanos nativos. 
 (2) 
Mientras una parte de la obra de la inteligencia criolla estuvo destinada a tratar 
problemas sobre maquinaria, el relato de la mayor parte de la historiografía 
colonial ha construido una imagen bastante desoladora en cuanto a la técnica y 
las máquinas que se emplearon durante casi tres siglos de dominación 
española. 
Es un lugar común de la historia de la ciencia en México, considerar que no 
fue hasta el tránsito del siglo XVIII al XIX que la modernización borbónica 
ejerció un impacto cualitativo en los sistemas técnicos de la época de tal suerte 
que: 
 
9 
 
El impulso racional a la agricultura y comercio, el desarrollo del conocimiento técnico y 
científico y la difusión de las artes y las ciencias eran las metas a alcanzar. Para llevar 
a cabo esta modernización, se realizó un importante y trascendental conjunto de 
reformas que buscaban, concretamente, remodelar la situación interna de la península 
y remodelar las relaciones con las colonias6. 
Bajo esta lógica, el contexto cultural, técnico y científico de la Nueva España 
habría permanecido inmune a cualquier intento de modernización o 
perfeccionamiento de las prácticas orientadas a la explotación y producción de 
recursos. 
Remando a contracorriente de esta idea, es pertinente preguntarnos: ¿se 
puede hablar de una técnica novohispana antes de la implementación efectiva 
de las reformas borbónicas? La respuesta a esta pregunta es categóricamente 
afirmativa y el historiador prudente no se atreverá a negarlo; el problema es 
que, lejos de las historias en las que los investigadores han invertido ríos de 
tinta para describirnos la emergencia de sofisticadas máquinas en los países 
industrializados del viejo continente, en la Nueva España nada cambió –
aparentemente- durante casi tres siglos. 
Por ello, la historia de las máquinas y de la técnica durante la colonia no ha 
concitado el interés debido, y es que se presupone que al no haber un 
poderoso movimiento de transformación mecánica y tecnológica no hay nada 
que justifique hacer historia. Efectivamente, poco se transformó en la industria 
técnica novohispana, incluso en ramas estratégicas como la minería. Y no fue 
hasta las postrimerías del XVIII que los objetos utilizados para la explotación de 
                                                            
6 Trabulse, E.  Historia de la ciencia en México, tomo III, Fondo de Cultura Económica, México, 
2003, p. 12.   
 
10 
 
minas comenzaron a cambiar. ¿Por qué entonces es pertinente hacer una 
historia de lo que a primera vista parece irrelevante? 
En el presente trabajo, sugerimos que, recuperar la historia tecnológica de la 
Nueva España, invisibilizada en la historiografía contemporánea, es 
fundamental para articular las distintas dimensiones que conformaron el hacer 
y el pensar de la inteligencia criolla y de la sociedad colonial en su conjunto, en 
sus estatutos políticos, científicos y epistemológicos. Sugerimos también que, 
el impulso que recibió la técnica novohispana, en particular la minera, no se 
debió a la aplicación mecánica, unilateral y unidireccional de las reformas 
borbónicas y a la domesticación de la ciencia moderna -como plantean algunos 
historiadores- si no a un movimiento de mayor alcance que venía gestándose 
en la intelectualidad nativa por un lado y en la transformación de ciertas pautas 
de explotación y usufructo de las riquezas por otro. 
(3) 
Antes de adentrarnos en las cuestiones particulares de la minería en la obra de 
Alzate y en la situación contextual de la industria minera en general, en el 
presente trabajo introducimos al lector en el conocimiento de la prolífica 
elaboración sobre máquinas de este ilustrado criollo, lo cual nos ocupa el 
primer capítulo, donde describimos las características de la obra alzatiana con 
respecto a las máquinas y a que problemas responden la invención, 
descripción o divulgación de ciertos mecanismos. 
En el segundo capítulo abordamos las cuestionesconcretas de la industria 
minera en sus dimensiones organizativas, técnicas y políticas, haciendo énfasis 
 
11 
 
en cuales eran los problemas que construyó el proyecto borbónico y la agenda 
para hacerles frente. 
En el tercer capítulo se explora la respuesta criolla a las vicisitudes de la 
explotación minera, los conflictos entre metrópoli y colonia y la emergencia de 
una tímida y tortuosa reorganización del trabajo al interior de la minería. Si para 
los criollos como para los peninsulares se trató de racionalizar el proceso de 
generación de riqueza, como argumentamos en este capítulo, esto se debió al 
complejo tejido social que se estaba configurando en las catacumbas, 
alrededor de las minas y a través de las “artes del fuego”. 
Este tejido social formado por prácticos, operarios, peones, pepenadores, 
vagabundos, todos ellos pertenecientes a los estratos más bajos de la jerarquía 
social articulada en castas, va a jugar un rol central en estos momentos de 
transición. Un rol que se expresa en dos sentidos y se diversifica; por un lado, 
porque son la parte que constituye el proceso productivo y por otro, porque, 
como concluimos en este trabajo, son los agentes que poseen un tipo de 
conocimiento constreñido por la escasez, los recursos disponibles y las 
condiciones adversas del entorno. ¿Quién mas adecuado que Alzate para darle 
voz a estos sectores de la jerarquía social?, siguiendo sus propias palabras, en 
última instancia “hablando con sinceridad, las útiles, las que acarrean grandes 
beneficios, en lo general se han inventado por sujetos que en el todo ignoraban 
las matemáticas, y aun acaso no sabían existía un ramo de ellas que tratase 
del asunto”7. 
                                                            
7 Alzate, J.A. Máquina muy útil para mineros y labradores , en Buen Abad Manuel. Op.Cit. p. 
422‐423. 
 
12 
 
En el cuarto capítulo, nos aventuramos a desmenuzar la noción de máquina 
que se desprende de esta relación entre técnica y política, argumentando 
contextualmente, su carácter emergente, casi inasible, poniendo de relieve 
aquellas concepciones, como la de Alzate, que se distinguieron por su 
fecundidad e innovación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
13 
 
Capítulo I 
Las máquinas de Alzate 
El ejercicio de apelar a una figura como la de José Antonio Alzate, esta 
orientado por la convicción de que es en la obra alzatiana que se pueden 
encontrar: 
La defensa de nuevos métodos “ilustrados” de practicar las ciencias, en base a la 
observación, la experimentación y la cuantificación, la importancia de estas prácticas 
para definir verdades públicas y contundentes y, finalmente, el reconocimiento de una 
relación indisoluble entre las ciencias y el mejoramiento material y moral de la sociedad
8. 
Dicho mejoramiento material, bajo la perspectiva de Alzate, debía fincarse en la 
estricta observación de la naturaleza y en el aprovechamiento de los recursos 
disponibles, siempre teniendo en cuenta los materiales, saberes y prácticas 
locales. De ahí que una veta muy importante de su elaboración se concentró en 
la difusión, mejoramiento e innovación de todo tipo de maquinaria utilizada en 
un crisol amplísimo de actividades. 
Gran cantidad de su obra periódica estuvo destinada a describir máquinas de 
todo tipo, como parte del proyecto alzatiano de dar a conocer al público las 
“ciencias útiles” y de “gran beneficio”. Los periódicos de Alzate “se distinguirían 
también por la preeminencia de los temas científicos, traducciones y 
transcripciones de periódicos y tratados europeos o noticias de prácticas, 
inventos o descubrimientos propios o reportados por sus coetáneos9. 
                                                            
8 Achim, M. Prólogo a la edición antológica de Alzate en Cien de México del CONACULTA. En 
prensa.  
9 Achim, M. Prólogo a la edición antológica de Alzate en Cien de México del CONACULTA. En 
prensa. 
14 
 
El trabajo de Alzate en lo que a máquinas se refiere, tenía distintos objetivos 
con un nivel de jerarquía distinto, determinado por su preocupación persistente 
de que toda labor de explicación, difusión e innovación debía tener su correlato 
en una aplicación práctica para la sociedad novohispana. 
Uno motorizado por la necesidad de difundir y dar a conocer al público de la 
Nueva España las novedades en maquinaria que se utilizaban al otro lado del 
atlántico, haciendo énfasis en describir mecanismos de otras latitudes que él 
consideraba que podían ser replicados y aprovechados con beneficio en la 
colonia. Otro, el de dar a conocer inventos de su propia creación, que pudieran 
satisfacer problemas concretos de la realidad social y económica de la Nueva 
España. Y por último -un objetivo de primer orden en la elaboración de Alzate- 
era el reformar para su perfeccionamiento, aquellas máquinas y técnicas 
conocidas en el territorio para potenciar al máximo su utilidad. 
Las máquinas del remoto mundo bajo la pluma de Alzate 
Como parte de esta tarea de difusión de inventos y descubrimientos Alzate 
publico su artículo Noticia de una máquina muy útil para desaguar las minas de 
1768, donde dio noticia por primera vez en el Nuevo Mundo de la máquina de 
vapor o “máquina de fuego” según sus propias palabras. 
Esta tarea de difusión y divulgación no tenía un carácter testimonial. Para 
“Alzate y muchos de sus contemporáneos, escribir en un periódico implicaba 
someterse al escrutinio del público lector, a la crítica y a las sugerencias de los 
demás”10. Y aún más, la descripción de muchas máquinas utilizadas en otras 
                                                            
10 Achim, M. Prólogo a la edición antológica de Alzate en Cien de México del CONACULTA. En 
prensa. 
15 
 
latitudes, tenía la intención de formular propuestas prácticas que fueran 
implementadas para mejorar la técnica novohispana. Si en el caso de la 
“máquina de fuego” Alzate era consciente de las dificultades para reproducirla 
en el Nuevo Mundo, la descripción de otras tantas, estaba orientada a que 
fueran construidas y reproducidas localmente. 
Este era el caso del para rayos, descrito y defendido en su artículo Utilidad del 
para rayos, de 1790. En este texto le dio un entusiasta reconocimiento a 
Benjamin Franklin y describió las enormes ventajas de dicho artefacto en base 
a sus propios experimentos que, según cuenta en una nota al pie de página, 
casi le costaron la vida. Obstinado en convencer al gobierno y a la sociedad 
novohispana de la necesidad de implementar el para rayos, publicó además 
testimonios de terceros que describían fenómenos observados con dicho 
artefacto, como el Extracto de una carta del Sr. Pistoi al Abate Rosier sobre un 
fenómeno particular observado en un para rayo. 
En este mismo tenor, destaca su artículo de 1794 titulado Descripción, usos y 
ventajas de la máquina para restablecer las piernas quebradas, inventada por 
D. Alberto Pieropan de Vicensa, publicada por el Abate Rosier, autor del diario 
de física, mes de junio de 1782 donde –incluyendo una ilustración- describió 
una máquina para restablecer los huesos rotos de las piernas, enfatizando en 
su fácil construcción, que aliviaría las penas de los pacientes y haría mas 
eficiente la labor de los médicos. (Ver ilustración 1) 
Otro artefacto propuesto explícitamente para su reproducción en la Nueva 
España es el barreno inglés, cuya descripción e ilustración esta incluida en su 
16 
 
Descripción del Barreno Inglés. Instrumento muy útil y necesario para los 
mineros y labradores, escrito en 1770. 
 
Ilustración 1: Descripción, usos y ventajas de la máquina para restablecer las piernas 
quebradas, inventada por D. Alberto Pieropan de Vicensa, publicada por el Abate Rosier, autor 
del diario de física, mes de junio de 1782, en Buen Abad Manuel, Op.Cit. P.236 
.1. 
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\~ 
v \ 
17 
 
La importancia de divulgar mecanismosque pudieran ser reproducidos en el 
suelo novohispano fue explicitada por el propio Alzate, quien en algunos casos, 
no dio noticia de tales o cuales máquinas hasta no estar seguro de que su 
construcción no devendría en altísimos costos o métodos onerosos. 
Este fue el caso de su máquina para deshuesar algodón, en cuya descripción 
planteaba: 
Habrá cosa de cuatro años, que un Maltés mostró una en esta Ciudad y aunque no 
logré ver el efecto de ella, por lo que he oído, no correspondió la ejecución a la 
promesa. Su construcción siempre me pareció embarazosa, pues solo para 
acomodarla, necesita muchas baras de suelo, con el agregado de ser necesarios dos 
operarios (…). Estos defectos tan palpables me hicieron conjeturar que la máquina 
estaba construida sin las reglas conducentes. Procuré indagar de las personas que la 
habían visto (…) y lo que me respondieron, fue, que el algodón salía requemado y 
sucio; motivo que ha hecho abandonar a un rincón la agigantada máquina. La que voy 
a describir tiene muy diferentes efectos: su uso general en Chipre, en la India, y en las 
colonias extranjeras son buenos garantes de su utilidad. Dan noticia en sus viajes 
Labat, Spon y Wheler. Caso que estos autores se recusasen por poco inteligentes, o 
por viajeros, el testimonio de Monsiur Condamine es de mucho peso: descríbela en su 
viaje de Levante, hecho en 1731, y 1732, impreso en Paris en las memorias de la 
Academia de las ciencias de 1732. pag. 307. en estos términos (…)11. 
En este texto, Alzate hizo hincapié en la importancia económica del algodón en 
la Nueva España, utilizado comúnmente como vestido de la gente pobre 
planteando qué 
Días hace, que observo el tiempo que se pierde, é incomodidades que se padecen en 
la trilla, o escarmeno, que llaman de algodón, haciéndome fuerza que habiendo 
máquina muy conocida para deshuesarlo con facilidad, no haya habido quien la ponga 
en ejecución. Este es el asunto a que se dirige esta memoria, para lo que daré una 
                                                            
11 Alzate, J.A. Descripción de una máquina muy útil y muy sencilla para deshuesar algodón, en 
Colección La Fragua, FR‐BN, 1872.  
18 
 
corta noticia de las calidades del algodón, modo de cultivarlo y finalmente la 
descripción de la máquina12. 
Para garantizar la comprensión pública del modo de operar de la máquina, 
Alzate incluyó una ilustración en un suplemento posterior a la misma 
publicación. (Ver ilustración 2) 
 
Ilustración 2: Descripción de una máquina muy útil y muy sencilla para deshuesar algodón, en Colección 
La Fragua, FR‐BN, 1872.  
 
Viejos problemas, nuevas máquinas 
Si la difusión era parte constitutiva de la concepción de la ciencia alzatiana y 
esto está bien documentado por la historiografía, su carácter de inventor está 
aún soterrado y es menester destacar la prolífica elaboración del criollo 
novohispano en este terreno. 
                                                            
12 Ídem.  
19 
 
Cuáles y cuántas de las máquinas que inventó fueron efectivamente 
construidas y puestas a funcionar es aún poco claro. Pero encontramos en sus 
artículos e informes, una voluntad expresa por proponer nuevos y sencillos 
mecanismos emanados de su propia creatividad, siempre constreñidos por la 
observación y la experimentación personal. De un problema concreto, se 
desprendía en el pensamiento de Alzate una solución concreta; si este podía 
ser resuelto por algún arbitrio o máquina ya existente, la tarea era construirla 
localmente. Pero si nuestro autor no tenía referencias, obligaba su actividad en 
imaginar y proyectar nuevos mecanismos. 
De su propia invención, encontramos su máquina para desecar pólvora, 
descrita en un artículo de 1780 en un informe, presentado al gobierno virreinal, 
titulado Descripción de un nuevo instrumento útil para secar la pólvora con 
prontitud y seguridad para ser utilizado en la fábrica de pólvora de 
Chapultepec. 
Un problema que suscitó el interés del público y de la elite criolla, fue la manera 
de subir a la catedral de la Ciudad de México la estatua de la fe y la campana 
correspondiente. (Ver ilustración 3) Para tal efecto, Alzate propuso una 
máquina en una epístola de 1792 – a la cual añadió una ilustración- donde 
argumentó que: 
Por la descripción o estampa que presento se ve que la máquina es muy sencilla: dos 
planchas de las que sirven para sostener techados, otras dos que sirven de pie de 
gallo, aseguradas con arreglo a lo que pide la carpintería, formando todo el aparato: es 
indubitable que puede este pie de gallo sostener grande peso13. 
                                                            
13 Alzate, J.A. Máquina para levantar a la torre de la catedral la gran campana y la estatua de 
la fe, en Buen Abad Manuel. Gacetas de literatura de México, tomo II,  p. 353. 
20 
 
En este mismo sentido, Alzate dedica una buena cantidad de letras a describir 
uno de los problemas más apremiantes de la Ciudad de México, a saber, la 
escasez de agua y el desperdicio que se registra durante las lluvias. Este 
problema hidráulico – como él mismo lo definió- se podía resolver con una 
máquina de su propia invención para almacenar el agua de las fuentes. Como 
Alzate argumentó: 
 
 
Ilustración 3: Máquina para levantar a la torre de la catedral la gran campana y la estatua de la fe, en 
Buen Abad Manuel. Gacetas de literatura de México, tomo II,  p. 360 
 
21 
 
Al punto que resolví el problema mandé fabricar unos modelos que manifestaron su 
utilidad efectiva, y no faltó sujeto de mucha habilidad, adornada con los conocimientos 
que enriquecen a un estudio continuo, y a el haber viajado por muchos países, 
observando con prolijidad cuanto se halla útil en ellos, que aplaudiese el éxito de mi 
idea14. 
Una de sus principales invenciones fue la máquina para introducir aire en las 
minas, problema no menor que ocasionaba las muerte por asfixia de los 
operarios y que Alzate dio a conocer en un artículo titulado Modo de introducir 
aire en las minas para la respiración. 
Como hemos planteado hasta aquí, la intención de Alzate de describir 
máquinas novedosas utilizadas en otros contextos geográficos era que 
pudieran ser construidas y utilizadas localmente. Por otra parte, su actividad de 
inventor, tenía el objetivo de llenar lagunas, ahí donde sus conocimientos le 
permitieron discernir que era necesario crear artefactos nuevos. 
La reforma de las máquinas 
Pero entre el difundir y el innovar, se registra en la ciencia alzatiana una 
actividad bien ceñida a sus aspiraciones y preocupaciones técnicas y 
científicas: modificar lo ya existente para perfeccionarlo, sin grandes insumos 
económicos y mediante métodos sencillos, capaces de ser aprehendidos por 
los prácticos. Desde la aparición de su Diario Literario en 1768, Alzate dedica 
una parte importante de su obra periódica a pormenorizadas discusiones 
técnicas para mejorar las máquinas ya existentes o diversificar su uso para 
otras actividades, y esta tendencia va acentuándose al paso de los años. 
                                                            
14  Alzate, J.A. Máquina para almacenar el agua de las fuentes,, en Buen Abad Manuel. Gacetas 
de literatura de México, tomo II,  p. 258. 
 
22 
 
En su publicación periódica de 1787 -Observaciones sobre la física, historia 
natural y artes útiles- destaca un artículo titulado Sobre la máquina de 
equitación donde se explica como construir una máquina de uso doméstico con 
fines terapéuticos para aquellos individuos que no pueden montar a caballo 
para hacer ejercicio; el mecanismo, estaba basado en la silla de equitación que 
comúnmente utilizan los jinetes. 
En un tono crecientemente polémico, muchos de los artículos que conforman 
su obra periódica estaban orientados a poner en cuestión determinados usos 
mecánicos impulsados por el gobierno, según él, lejos de la observación,la 
experimentación y la utilización de los recursos ya existentes. 
En 1790, Alzate escribió un manuscrito titulado Observaciones económicas 
sobre la limpia de basuras en la Ciudad de México donde realizó una ácida 
crítica a la iniciativa del gobierno de construir y poner a funcionar carros de 
basura para la limpia de la ciudad que según él resultaron inservibles. 
A propósito planteó: 
Paso a lo principal: mi genio curioso, y amigo de ver y observar, y la casualidad de 
transitar por el sitio en que se disponían los nuevos carretones para limpiar, fijó un rato 
mi atención, sintiendo que obras de tanta importancia se dirigiesen por genios que si no 
son limitados en realidad, a lo menos no preveían lo que era de presumir sucediere: 
aseguré a varios sujetos que los carretones tendrían una duración de pocos días, o 
quizá horas, por que observé los defectos que distinguiré: primero; el centro de 
gravedad se sitió muy elevado, y siempre que él carretón anduviese con alguna 
ligereza, ó que pasare por algo desigual, debía romperse, por que formando la basura 
el peso o centro de gravedad una grande palanca, es consiguiente que si la oscilación 
es un poco fuerte, obre con actividad; y sobre el punto de apoyo, que es el eje; y como 
este se dispuso inadvertidamente entre muy delgado, debía también resistir muy poco: 
mi vaticino ha tenido el efecto que pronostiqué por que en él corto recinto de la plazuela 
de Loreto, he visto tres carretones inutilizados por habérseles roto el eje. Quisiera 
23 
 
preguntar al Director de la construcción de los Carretones ¿Qué mira tuvo, o en que se 
fundó para disponer un Carretón de casi vara y media de alto?15 
Lejos de contentarse con la pura crítica, el ilustrado criollo propuso un carro 
alternativo que describió meticulosamente tomando en cuenta el tipo de terreno 
de la Ciudad de México, sus pendientes y desigualdades, apoyándose en el 
diseño del carretón para transportar maderas: 
Dije ya que el Carretón de los tratantes en maderas, me hizo pensar la utilidad que 
atraerían los dispuestos a su semejanza para limpiar las calles; y al intento expongo 
como aseguradas por la práctica estas demostraciones. Primera: la experiencia ha 
convencido que un carretón de los que acostumbran los madereros, fabricados con 
cuatro ruedas, y tirado por cuatro mulas, conduce pesos enormes, planchas de cedro 
que pesarán por lo menos 800 arrobas y 16 o 20 vigas. Segunda: Tales carretones 
caminan con velocidad (fije la atención a esto), son de mucha duración, por que de otro 
modo los interesados no conservarían práctica que les fuere gravosa. Tercera: estos 
carretones son también los que sirven en las mayores urgencias para conducir pesos 
muy graves, como campanas de mucho volumen (…). 16 
En un texto posterior, de 1791, Alzate se regocijó de que su carro reformado 
fuese implementado por un tercero para conducir sobre un peñasco muy 
pronunciado el día 25 de mayo: 
Siempre viviré agradecido al Señor de Ortiz por haber puesto en práctica mi 
pensamiento: el público debe darle muchas gracias, porque en virtud de mi informe y 
de modelos, le presenta una máquina utilísima. Expondré un ligero análisis del informe, 
para que se vea como el nuevo carro es fruto dimanado de los que escribí y presenté17. 
También en un artículo de 1795, basado en el funcionamiento de la noria 
tradicional, Alzate propuso su Máquina útil para las minas e ingenios de azúcar, 
                                                            
15 Alzate, J.A. Observaciones económicas sobre la limpia de basuras (1790), en Colección 
Manuscritos, FR‐BN. 
16 Ídem. 
17 Alzate J.A. Máquina útil para las minas e ingenios de azúcar, en Buen Abad Manuel, Gacetas 
de Literatura de México, Tomo Tercero, 1831 p. 422. 
24 
 
mecanismo propuesto para la extracción de plata de los metales que la 
sostienen por el método de amalgamación y para extraer jugo de la caña de 
azúcar. 
La intención de estos textos, donde se describen pormenorizadamente 
reformas de todo tipo a los mecanismos ya existentes - organizados en 
artículos de prensa, informes y memorias- era aprovechar al máximo los 
objetos utilizados en el terreno de la técnica, potenciando su funcionalidad. La 
intención inmediata de Alzate era perfeccionarlos para que cumplieran con 
mayor efectividad sus objetivos, consciente de las limitaciones que 
imposibilitaban la producción de máquinas más complejas. 
La reforma de las máquinas se volvió todo un tópico abordado constantemente 
en sus manuscritos y publicaciones periódicas y, la invención de nuevas 
potencias maquínicas, estuvo subordinada a una suerte de posiblismo utilitario 
que tuvo repercusiones muy importantes en la construcción de una conciencia 
mecánica bastante pragmática: se trataba de elucubrar mejoras y transmitirlas 
de manera que se utilizaran los recursos y saberes ya existentes para poder 
hacer objetos repetibles, sencillos para los prácticos y útiles. 
Bajo esta idea fuerza –la de la reforma de las máquinas- constreñida por las 
condiciones de posibilidad- es que la mecánica de Alzate estaba 
indisolublemente ligada a la práctica. Esta ligazón no es trivial porque los 
saberes que hacían a la técnica, el mecanismo y la maquinaria encontraron 
diversas formas de agencia que trascendieron al dominio hegemónico de los 
sabios, ingenieros, físicos y expertos. Esto no era ajeno al pensamiento de 
Alzate que continuamente hacía referencia a la importancia de la experiencia 
25 
 
de los prácticos en todas las actividades productivas de la Nueva España 
“cuyos conocimientos puntuales y particulares de sus entornos inmediatos, 
puestos a prueba por la experiencia de cada día, resultaron ser indispensables 
para la ciencia de Alzate”18. 
Es en el terreno de la minería, donde Alzate desplegó con toda su fuerza esta 
conciencia mecánica, tanto por su importancia económica como por ser uno de 
los rubros industriales donde mas se pusieron en juego discusiones, prácticas, 
saberes y sobre todo distintas máquinas para resolver sus problemas más 
apremiantes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                            
18 Achim, M. Prólogo a la edición antológica de Alzate en Cien de México del CONACULTA. En 
prensa. 
26 
 
Capítulo II 
La industria minera: técnicas, máquinas y organización 
Lo que T.S. Ashton escribió sobre la extracción de carbón en la Gran Bretaña es igualmente 
aplicable a la minería de la plata mexicana: Ninguna chispa de genio de un Crompton, ni de un 
Watt, pudo transformar la extracción del carbón. La penosa experiencia de hombres comunes y 
corrientes tenía que ir poco a poco elaborando métodos mejores, y toda nueva idea o invención 
se propagaba de una mina a otra o de un centro minero a otro con lentitud”. 
D.A. Brading 
 
Durante la dominación colonial, la monarquía española se vio obligada a 
adaptar las formas legales que revestían el derecho de propiedad en el imperio. 
En el caso de la Nueva España se estableció un criterio general de facto – que 
no como regla estricta- que indicaba que al descubrir un yacimiento mineral, 
debía ser dividido en su veta principal en tres partes;
19una reservada al soberano20 que sería subastada públicamente, otra 
reservada al descubridor y la última destinada al dueño original del terreno. 
La explotación minera vinculada al derecho de propiedad, estaba organizada 
en distintos sentidos. Por un lado existía una franca minoría de empresarios 
muy acaudalados que se dedicaban a usufructuar las ganancias de sus minas 
y construir grandes obras públicas21. Por otro, la gran mayoría de propietarios 
eran pequeños y esto se debió a que poseían una cantidad de vetas – una o 
                                                            
19 Romano, R. Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano, Colegio de 
México, México, 2004, p. 322.  
20 De esta forma de propiedad,basada en el rey, es que las minas en Nueva España 
acostumbraron llamarse reales.  
21 Romano, R. Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano, Colegio de 
México, México, 2004, p. 334. 
27 
 
dos por lo general- pero no eran capaces de solventar económicamente todos 
los recursos indispensables para completar el proceso productivo de extracción 
de mineral. Y es que para hacer funcionar una mina, se debía disponer de un 
avío – conformado por maquinaria, alimentos, velas, animales, pólvora, 
materiales, leña, etc- y completar el proceso de refinación, lo cual los ponía en 
una situación de “feroz dependencia frente a quienes les habían anticipado 
todas estas provisiones”22. Para 1772, solo eran 12 mineros aquellos que 
financiaban el ciclo completo de producción, el resto eran pequeños 
propietarios y una parte importante del pueblo se dedicaba a sacarle provecho 
a los productos minerales que podían ser obtenidos de manera artesanal. 
La mayor parte de la industria minera estaba organizada alrededor de la 
extracción de plata, aunque en menor medida, durante la colonia se 
emprendieron proyectos extractivos de oro, cobre y azogue. El proceso 
productivo completo estaba articulado en fases: la extracción del mineral, su 
beneficio – que se refería al proceso de separación de la plata del resto de los 
metales- y la acuñación o conversión en moneda23. 
Una mina incluía una extensión de aproximadamente 120 por 60 varas, aunque 
para 1783, la mayor parte de las zonas de explotación se extendían hasta 200 
varas24. 
                                                            
22  Romano, R. Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano, Colegio de 
México, México, 2004, p. 340. 
23 Brading, D.A. Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763‐1810), Fondo de Cultura 
Económica, México, 2004, p. 343. 
24 Ídem.  
28 
 
La gran mayoría de las 3000 minas funcionando para las últimas décadas del 
siglo XVIII, operaban con un tiro perpendicular que iba desde la superficie 
hasta la veta25. De la base de tiro, salían infinidad de pequeños túneles que 
seguían la veta en multiplicidad de direcciones, haciendo que “una mina 
mexicana era parecida a un inmenso panal de abejas, como una especie de 
ciudad subterránea formada por callejuelas torcidas y en ángulo que existían a 
diferentes niveles”26. 
El método de extraer el mineral por medio de un zapapico, prevaleció en la 
Nueva España durante el siglo XVIII, sin embargo según algunas fuentes, el 
uso de explosivos comenzó a hacerse común durante esta centuria, 
abaratando enormemente los costos y posibilitando la ampliación de los tiros 
(en diámetro y longitud) y de las galerías. 
La mayor parte del metal extraído se utilizaba para la acuñación y La Corona 
cargaba un impuesto del 10 por ciento sobre el conjunto de la plata producida, 
mientras monopolizaba la venta de azogue y pólvora. 
De la técnica y de las máquinas en la minería novohispana 
Como hemos dicho, la extracción del metal se realizaba con un zapapico de 
hierro hecho con material de exportación, que comúnmente era afilado al 
interior de la mina por medio de fraguas. El laborío de las minas se realizaba 
“(…) a pozo y patilla, ya sabe vuestra merced que esto no es otra cosa que ir 
                                                            
25 Es importante señalar que el trabajo a grandes profundidades era una práctica regular para 
la minería novohispana. Los tiros alcanzaban hasta 675 varas, en contraste con los europeos, 
cuyas profundidades más espectaculares alcanzaban 393, según documenta Brading.  
26 Brading,D.A. Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763‐1810),Op.Cit.p. 184.  
29 
 
formando escaleras para desbaratar después los escalones formando otros 
nuevos siempre que se presenta metal o mineral útil.”27 
En contadas ocasiones, las fuentes registran la utilización de pólvora y 
barrenos para el trabajo de extracción y perforación, como consta en la Gaceta 
de México de 1730. Los “ademadores (…) aseguran los tiros y los socavones 
(…); muchachos de seis y siete años se ocupan en llenar con peligro de la vida 
aquellas oquedades que amenazan ruina.28 
El mineral era transportado hacia la superficie en bolsas de cuero que, 
comúnmente, eran cargadas por los tenateros29. Alzate hizo una descripción a 
propósito de esta actividad plantando que un operario carga 
(…) en los hombros hasta doce arrobas de metal subiendo ciento, doscientas o más 
varas por unas escalas que no son más de unos maderos cilíndricos colocados casi al 
perpendículo de una cuarta a lo más de diámetro en el que se excavan unas muescas 
para afianzar los pies.30 
Para el siglo XVIII, la carga del mineral se realizó cada vez mas comúnmente 
utilizando el malacate – que funcionaba como un mecanismo de poleas jaladas 
por humanos, mulas o caballos-. 
Una vez extraído el mineral –en el caso particular de la plata- había que 
beneficiarlo, esto es, separarlo de los metales básicos que lo sustentaban. Para 
el siglo XVIII se utilizaban dos métodos diferenciados, la fundición o la 
                                                            
27 Alzate, J.A. Carta a don N. sobre el estado ventajoso en que se haya la práctica de la minería 
en Nueva España, en Moreno de los Arcos, Obras, UNAM, 1985, México, p. 224.  
28 Ídem.  
29 Término novohispano que definía a los cargadores del mineral.  
30 Alzate, J.A. Carta a don N. sobre el estado ventajoso en que se haya la práctica de la minería 
en Nueva España, en Moreno de los Arcos, Obras, UNAM, 1985, México, p. 224. 
30 
 
amalgamación con azogue. La técnica utilizada dependía de la calidad del 
metal ya que el material de baja calidad era más difícil de separar, por lo que 
requirió forzosamente de la amalgamación. 
Este proceso – el de beneficio- se realizó en importantes concentraciones 
conocidas como haciendas de beneficio. En dichos establecimientos, el mineral 
era triturado al máximo con molinos y después colocado en hornos de 
fundición. Después se utilizaban fraguas pequeñas para separarlo del plomo, 
proceso que requería una nueva exposición al calor intenso. 
La amalgamación por su parte requería también de la trituración por medio de 
molinos de pisones, que en el caso de algunos establecimientos, eran 
operados hidráulicamente. Una vez hecho polvo el mineral, se lavaba con una 
máquina; según Alzate, “no hay hacienda en que se beneficien metales por 
medio de azogue en la que no se halle establecida”. 
Posteriormente, el mineral se colocaba en un arrastre movido por mulas. En 
este punto del proceso se agregaba el mercurio y luego se hacían montones 
que se colocaban al aire libre, expuestos al sol. A este proceso por exposición 
al sol se le conoció como método de patio. 
 
 
 
 
 
31 
 
Máquinas utilizadas en la minería de la Nueva España para la segunda 
mitad del siglo XVIII 
Denominación en la 
Nueva España 
Características
Fragua Fogones de diversos tamaños en que se calientan los metales para 
forjarlos. 
Barreno Se refiere a un mecanismo para desplazar sólidos o líquidos por medio 
de un tornillo en forma helicoidal que realiza un movimiento de rotación. 
Es uno de los componentes del taladro moderno. 
Malacate Mecanismo de una o más poleas que – sostenidas a una devanadera- 
son tiradas por humanos, mulas o caballos. Se utilizaban para subir el 
mineral o el agua que anegaba los socavones. 
Molino de pisones Máquina utilizada para moler material mediante piezas de piedra o 
madera pesadas – en el caso de la Nueva España- , que caen 
constantemente pulverizando el material. Era accionado por seres 
humanos, mulas o caballos. 
Arrastre Se refiere a un tipo de molino que consiste en una o más piedras 
grandes arrastradas por un lecho circular, que se utiliza para moler 
minerales. 
Rueda Hidráulica Es un motor estimulado por la acción del agua, constituido por palasdispuestas en forma de rueda. El agua al chocar con las palas hace 
girar el mecanismo. 
 
Organización y fuerza de trabajo 
No se puede hablar de una forma homogénea y generalizada de la 
organización del trabajo minero para la segunda mitad del siglo XVIII. En 
realidad, asistimos en este periodo a un proceso de desplazamiento donde 
coexisten tanto los rasgos precedentes con nuevas formas que comienzan a 
forjar una nueva fuerza de trabajo. 
Según Ruggiero Romano, la disminución de la población indígena y el 
incremento de los españoles hizo que fuera cada vez más difícil otorgar nuevas 
encomiendas y se acudió al repartimento que adquirió la forma de concesión a 
32 
 
particulares31, clave para entender la manera en que se recluto a sectores cada 
vez mas amplios de los subalternos. 
A pesar de las reformas que establecían el trabajo libre durante las décadas de 
dominación colonial, éste fue muy restringido incluso hasta fines del siglo XVIII. 
El mismo autor registra una ordenanza de 1784 donde se alude al 
(…) repartimiento de los indios de los pueblos cercanos a los Reales de Mina y a 
algunos abusos cometidos contra indígenas (…) se denuncia el reclutamiento forzoso 
de mulatos, mestizos, vagabundos y desocupados, que daba lugar a extremos como la 
captura de trabajadores.32 
En contraste con esta posición, D.A. Brading plantea – para el caso específico 
del gremio minero- que 
Los trabajadores mineros de México, lejos de haber sido los peones oprimidos que la 
leyenda nos presenta, constituían una fuerza laboral libre, bien pagada y 
geográficamente móvil que en muchas regiones era prácticamente socia de los 
patrones33. 
Aunque después reconoce que “Sin embargo, todavía se reclutaban 
trabajadores indígenas forzados, especialmente en campos tales como Real 
del Monte y Pachuca, cercanos a la ciudad de México”34. 
Consideramos que, las contradicciones en la historiografía, tienen que ver con 
que aún que se preservaron ciertas prácticas características del trabajo 
forzoso, es verdad que para la segunda mitad de la centuria que nos ocupa, se 
                                                            
31 Romano, R. Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano, Colegio de 
México, México, 2004, p. 350. 
32 Romano, R. Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano, Colegio de 
México, México, 2004, p. 354. 
33 Brading, D.A. Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763‐1810), Op.Cit.  p.201. 
34 Idem. 
33 
 
fueron consolidando formas de trabajo libre que dependían de la obtención de 
un pago. El reclutamiento forzoso – leva- y el reparto de los minerales extraídos 
entre los trabajadores y el patrón mediante un término denominado partido, 
fueron prácticas que coexistieron a lo largo de este periodo, generando incluso 
importantes conflictos sociales como el que se registró en Real del Monte para 
176635. 
Y es que justamente en el periodo que nos ocupa, con la emergencia de 
grandes propietarios y empresas mineras, es que en algunas minas se intentó 
abolir el partido e implementar formas relativamente mas reglamentadas de 
pago a los trabajadores. 
Esta transformación fue tortuosa y paulatina y en los centros mineros de la 
Nueva España, se instauró la práctica de anticipar dinero o especie al 
trabajador en el momento de su reclutamiento para garantizar su 
endeudamiento y por esa vía su permanencia en el puesto de trabajo. 
Con la emergencia incipiente de una organización del trabajo que se 
desplazaba hacia articulaciones más complejas, los sectores subalternos que 
formaban parte del proceso productivo comenzaron a adquirir una gran 
relevancia tanto en los saberes, prácticas y técnicas puestas en juego, como en 
los problemas de carácter socioeconómico. 
                                                            
35 En 1766,  los trabajadores mineros de Real del Monte, en  la mina propiedad de Romero de 
Terreros,  iniciaron  un  proceso  huelguístico  –  según  algunos  historiadores,  el  primero  de 
América  Latina‐  que  terminó  con  un motín  de  la  población  y  el  asesinato  de  funcionarios 
locales. Los operarios lucharon en contra de la disminución de su salario por un lado y contra la 
anulación  del  partido, que  les  permitía  quedarse  con  una  parte  del mineral  excedente  que 
extraían. Es relevante que Romero de Terreros es de los primeros propietarios que intentaron 
eliminar el partido para implementar formas mas modernas de trabajo libre como el salario.  
34 
 
Como plantea Luis Chávez Orozco a propósito de las minas de Real del 
Monte: 
El trabajador de las minas de Romero de Terreros no es ya el indio, con recursos 
suficientes para subsistir en su comunidad, explotando las tierras comunales, y que es 
obligado por la fuerza a trabajar tantos más cuantos días en la mina, a reserva de ser 
devuelto a su pueblo con unos cuantos reales de más en el bolsillo y un cúmulo de 
enfermedades incurables en el cuerpo. El trabajador minero de 1776 es un forzado a 
trabajar, no porque viva dentro de un sistema de esclavitud o encomienda, sino porque 
no tiene otro modo de vivir.36 
División del trabajo por actividad en la minería de la Nueva España 
para la segunda mitad del siglo XVIII 
Operarios mineros por actividad 
(denominación novohispana) 
Características
Barreteros* Se refiere al operario que se dedicaba a picar 
mineral utilizando un barreno o algún otro 
instrumento como la pala. 
Tenateros Aquellos operarios que se encargaban de 
cargar el mineral extraído hacia la superficie, 
en bolsas de cuero y subiendo por rústicas 
escaleras de madera. 
Ademadores Se encargaban de sostener los tiros o pozos 
y “los cielos de las labores”. Muchas veces 
esta tarea era realizada por niños de 7 y 8 
años37. 
Buscones Encargados de buscar vetas minerales en 
grandes extensiones; comúnmente lo hacían 
“golpeando crestones y caminando cerro 
arriba y cerro abajo”38. 
Malacateros* Operarios encargados de tirar las poleas del 
malacate o tirar a las mulas y caballos que 
comenzaron a sustituir la fuerza de propulsión 
humana para el siglo XVIII. 
                                                            
36 Luis Chavez Orozco, Conflicto de Trabajo en Real del Monte 1766, Instituto para el estudio de 
la Revolución Mexicana, 1972, p. 20.  
37 Así lo describe Alzate en el texto citado anteriormente sobre el estado ventajoso de la 
minería en la Nueva España.  
38 Alzate, J.A., Estado ventajoso de la minería en la Nueva España, en Moreno de los Arcos, 
Obras, UNAM, 1985,p. 225.  
35 
 
Pependadores y pepenadotas Se dedicaban a separar con martillo los 
metales útiles y valiosos de aquellos que se 
consideraban secundarios. 
Peones Se consideraban trabajadores auxiliares sin 
conocimientos en minería que hacían tareas 
de apoyo. Antes de las reformas borbónicas 
los peones eran en su mayoría indígenas 
reclutados de manera forzosa; al finalizar el 
siglo XVIII fueron los mestizos y mulatos los 
que comenzaron a ocupar este rol. 
 
La agenda imperial 
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, comenzaron a hacerse evidentes las 
convulsiones latentes que devenían de la dominación colonial, cuando en 1767 
se publicó el decreto monárquico de expulsar a todos los jesuitas del territorio, 
que debía ser implementado por el virrey Francisco de Croix, quién se 
enfrentaría con la insubordinación y el alzamiento en ciudades como 
Guanajuato o San Luis Potosí.39 Como registra David Brading, haciendo una 
analogía con la década de 1560: 
En ambas ocasiones, la Corona envió visitadores y virreyes a fortalecer el poder del 
Estado colonial en tal forma que se obtuviese el mayor rendimiento de sus posesiones 
de ultramar. Si la capacidad de Felipe II para entablar una guerra en Europa dependió 
del envío de la plata peruana procurada por las medidas de Francisco de Toledo, 
asimismo el recién recobrado poder de CarlosIII en el concierto europeo se derivó del 
auge de la producción mexicana de la plata, organizada por José de Gálvez.40 
Efectivamente, las necesidades de la Corona fueron el telón de fondo sobre el 
cual se delinearon nuevas formas económicas y políticas en el gobierno y 
                                                            
39 Brading, D., Orbe Indiano, De la monarquía católica a la república criolla, 1492‐1867, Fondo 
de Cultura Económica, México, 1991, p. 503. 
40 Op.Cit., p.505.  
36 
 
usufructo de las riquezas de la Nueva España, particularmente en los gremios 
que se consideraban estratégicos como la industria minera. Detrás del 
desarrollo de la ciencia y la técnica minera novohispana en este periodo está 
una tensión política esencial que delineó una relación de fuerzas distinta entre 
el mundo colonial y la metrópoli, ya que lo que se estaba enfrentando era un 
proyecto distinto en lo económico, lo político y lo administrativo que tuvo su 
correlato en concepciones de tipo gnoseológico. 
Y es que, a pesar de que la historiografía le atribuye a la implementación de las 
reformas borbónicas el auge de la minería para este periodo, en realidad 
(…) el crecimiento económico de la segunda mitad del siglo XVIII no fue un resultado 
simple y directo de las necesidades de la Corona española y la ampliación del mercado 
mundial. La actividad minera conoció en décadas anteriores un crecimiento sostenido 
(…). 41 
La agenda de Carlos III a través del visitador José de Gálvez tenía los 
siguientes objetivos: 
 a) Imponer una nueva economía de mercado para reanimar la economía 
Española. 
 b) Atacar la corrupción imperante en la colonia en todos los niveles 
institucionales, atemperando el control criollo sobre la administración de los 
recursos. 
                                                            
41 Velasco, C. Los trabajadores mineros en la Nueva España 1750‐1810, en González Casanova, 
La clase obrera en la historia de México, de la Colonia al Imperio, Siglo XXI, 1996, México, p. 
240.  
37 
 
c) Implementar un ejército regular, dependiente de La Corona para hacer 
frente a los convulsivos procesos sociales42. 
 d) Acotar y controlar el relativo poder que había adquirido la elite criolla frente 
a los peninsulares. 
e) Exportar ingenieros, científicos y expertos de Europa para forjar instituciones 
políticas y científicas que fortalecieran los propósitos socioeconómicos de la 
agenda borbónica. 
Estas transformaciones orientadas a aceitar la economía del Imperio, tuvieron 
su correlato en el impulso de la producción y en particular, de la minera, que 
experimentó un aceleramiento muy significativo para las últimas décadas del 
XVIII. Pero el proyecto de la metrópoli implicaba una mayor dependencia y 
subordinación de la economía colonial, en tanto “tributaria sin intermediarios” 
de las necesidades de la Corona. 
Bajo esta lógica, las formas políticas borbónicas intentaban construir una casta 
de administradores incondicionales que disminuyera el empoderamiento que 
habían tenido las alcaldías mayores – muchas en manos de los criollos- y 
facilitara el tránsito de riqueza referenciada en materias primas, tributo y 
mayores cargas impositivas a España. 
En el terreno de la minería, en particular en las relaciones obrero-patronales 
(…) la visita de Gálvez señaló el principio de una nueva época. La inmisericorde 
supresión de las rebeliones de San Luis Potosí y Guanajuato, aunada al subsecuente 
alistamiento de las clases respetables en los regimientos milicianos, fortaleció la 
                                                            
42 Antes de la explosiva huelga de 1766, ya los operarios mineros habían protagonizado 
importantes luchas contra el gobierno, con acciones altamente radicalizadas como el 
levantamiento en Guanajuato contra la subida de los precios del tabaco.  
38 
 
posición de los dueños de las minas ante sus trabajadores, y en general la disciplina se 
hizo mas severa, además de que en ciertos campos se redujeron las ganancias de los 
trabajadores.43 
La agenda imperial, estaba respaldada por la implementación de una nueva 
legislación que implicó la reducción de precios de materias primas (como el 
azogue), extensiones fiscales para empresas costosas o riesgosas y la 
organización de los mineros 
(…) en un gremio dotado con tribunales para encargarse de los litigios mineros, 
promulgó un nuevo código de leyes, estableció un banco financiero para los mineros y 
un colegio de minería, y confirió títulos de nobleza a empresarios ricos.44 
Pero sobre todo, la redistribución del poder bajo la óptica de Gálvez, implicaba 
la disminución de la presencia criolla en los órganos de gobierno: “Los efectos 
de esta revolución, hecha desde afuera y desde arriba, pueden observarse 
mejor en la historia de la audiencia de México. Durante los años de la Visita, 
este Organismo protestó ante Madrid porque el virrey, Marqués de Croix, se 
negaba a darles a sus miembros las muestras ceremoniosas de respeto que 
eran tradicionales, y porque no hacía caso de los procedimientos de consulta 
acostumbrados”45. 
El desplazamiento del poder criollo se evidenció como algo más que una 
cuestión protocolar e implico un “cambio de poderes” en el terreno institucional. 
(Ver tablas 1 y 2) 
 
                                                            
43 Brading, Mineros y comerciantes en el México borbónico, Op. Cit.  p. 203 
44 Idem. 
45 Brading, D. Mineros y comerciantes en el México borbónico, Op.Cit.  p. 66. 
39 
 
TABLA I 
MIEMBROS DE LA AUDIENCIA DE MÉXICO h. 176946 
Deán
Domingo Valcárcel y Baquerizo Peninsular 
Oidores 
Francisco Antonio Echevarri Peninsular 
José Rodríguez de Toro Criollo 
Félix Venancio malo de Villavicencio Criollo 
Antonio Joaquín de Rivadeneira Criollo 
Antonio de Villaurrutia Criollo 
Ambrosio Eugenio Melgarejo y Santaella Criollo 
Francisco López Portillo Criollo 
Alcaldes del crimen 
Francisco Javier de Gamboa Criollo 
Diego Antonio Fernández de Madrid Criollo 
Francisco Leandro de Viana Peninsular 
Antonio Rojas y Abreu ? 
 
 
TABLA II 
MIEMBROS DE LA AUDIENCIA DE MÉXICO h. 177947 
Regente
Francisco Roma Rossei Peninsular 
Deán 
Domingo Valcárcel Peninsular 
                                                            
46 Brading, D. Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763‐1818), Fondo de Cultura 
Económica, México, 1991, p. 66. 
47 Ídem. 
40 
 
Oidores
Antonio de Villaurrutia Criollo 
Diego Fernández de Madrid Criollo 
Francisco Javier de Gamboa Criollo 
Baltasar Ladrón de Guevara Criollo 
Francisco Gómez Algarín Peninsular 
Ruperto Vicente de Luyando Peninsular 
Miguel Calixto de AcedoPeninsular 
Domingo de Arangoiti Peninsular 
Juan Antonio Uruñela Peninsular 
Alcaldes del crimen 
Ramón González Becerra Peninsular 
Cosme Antonio Mier y Trespalacios Peninsular 
Eusebio Ventura de Beleña Peninsular 
Simón Antonio de Mirafuentes Peninsular 
Juan Francisco Anda Peninsular 
 
El énfasis que el imperio puso en revolucionar las instituciones encargadas de 
la administración de las riquezas, no encontró la interlocución pasiva de los 
criollos ilustrados. Algunos sectores, ya se habían forjado una concepción 
propia y bastante fundamentada de los problemas que aquejaban a la minería 
en la Nueva España en sus dimensiones económicas y políticas. 
 
 
 
 
 
41 
 
Capítulo III 
El proyecto de Alzate frente a la agenda imperial 
Es en el escenario de la minería donde Alzate se ampara en la necesidad de 
mejorar los instrumentos de la técnica y las máquinas, reformar la explotación 
minera y disciplinar el proceso de producción de saberes que los prácticos 
novohispanos construyeron a lo largo de los siglos, lejos de los conocimientos 
formales de la geometría, la hidráulica o la arquitectura. 
De ahí que su obra periódica y manuscrita durante dos décadas, sea rica en 
artículos e informes orientados a tomar posición sobre aspectos bien diversos 
de la industria minera. Éstos escritos, no solo dan cuenta de una meticulosa 
labor de investigación y creatividad, si no de una práctica científica basada en 
la observación directa y el trabajo de campo. 
Es este el caso de sus distintas visitas a las minas de azogue. En su informe 
Noticia acerca de las Minas que en otros tiempos se beneficiaron por cuenta de 
la Real Hacienda, Alzate se dedicó a describir la evidencia sobre la existencia 
de las minas de mercurio – muy precarias en su potencial de explotación- y a 
evaluar críticamente los informes de otros enviados del gobierno. 
Analizando la situación concreta de la búsqueda de azogue en la Nueva 
España planteó que: 
Tan solamente tengo noticia de que se hayan laboreado las de San Gregorio 
Tepeguala, del Curato de Azuchitlán, la de Tepeyoculco, y la de Temascaltepec; las 
primeras de San Gregorio tengo reconocidas, y es innegable que si los que las 
descubrieron hubieran sabido hacer los verdaderos ensayos, no se hubiera perdido 
tanto caudal en su beneficio, por que apenas dan algunos indicios de cinabrio. Es cierto 
que a primera vista los metales por su color rojo semejante al del bermellón imponen, 
pero examinados como ya lo tengo verificado, apenas dan mercurio y lo demás no es 
42 
 
sino una piedra ferruginosa de color rojo a lo que llaman los Naturalistas Hematina: Las 
minas San Gregorio que registré son en número de cinco. Los socavones son 
profundos y no perpendiculares, sino inclinados al oriente. Para excavar semejantes 
profundidades sin duda que se desembolsaron muchos millares de pesos, como 
también en tanta obra de mampostería, cuyos cimientos presentan haber sido para 
Galeras, corredores, etcétera y aun permanece parte del horno que según los restos 
que permanecen era de pésima fábrica. Todos estos vestigios se hayan en lo que 
llaman Rancho del Naranjo, a mar de los ensayos que hice en el sitio, en esta Ciudad 
he ejecutado lo mismo con los metales que por de Azogue remitió una Persona 
inteligente en Minas, y verifiqué que son de corta o ninguna ley, estas minas de San 
Gregorio se hayan como a ochenta Leguas de México, al suroeste. 48 
Su vocación de explorador estaba comprometida con la convicción de que la 
Nueva España tenía riquezas aún no descubiertas, cuya explotación harían 
florecer al conjunto del reino, como él mismo planteaba “De todo lo dicho 
resulta lo mucho que aún ignoramos las producciones raras de la Nueva 
España”. 
Se refería a la constatación empírica de la existencia de fierro en el subsuelo 
novohispano: 
Por el año de 1776 pasé a Xiquipilco para ver con mis ojos el célebre fierro nativo: 
observé radicados en el pueblo dos herreros, los que trabajaban este fierro virgen; a mi 
vista lo forjaron y redujeron á la pieza que se les pedía; y en verdad que habiendo 
conseguido una mole triangular, dispuse que el herrero labrase uno de los triángulos, 
de forma que los otros dos permaneciesen vírgenes, al modo que los presentó la 
naturaleza.49 
Tanto el informe sobre la situación de los yacimientos de azogue, como su 
noticia sobre la existencia del fierro, tuvieron el objetivo de forjar verdades 
contundentes, basadas en la experiencia de aquello que efectivamente podía 
                                                            
48 Alzate, J.A. Noticias acerca de las minas que en otros tiempos se beneficiaron a cuenta de la 
Real Hacienda, en Colección Manuscritos, FR‐BN.  
49 Ídem. 
43 
 
ser explotado o no en la minería. De esta preocupación, fincada en condiciones 
concretas, la ciencia alzatiana logró articular una serie de planteamientos 
técnicos y propuestas de maquinaria bien apegadas a la realidad de la 
explotación minera. Ahí donde los enviados de la monarquía ilustrada 
encontraron los principales problemas técnicos y económicos de esta industria, 
Alzate había caminado un trecho bastante importante para responder con ideas 
creativas, ajustadas a los precarios recursos y las adversidades naturales. 
La inundación de las minas y el uso del malacate 
Su preocupación por el perfeccionamiento de la técnica minera, estuvo 
atravesada por debates importantes que trascendían a los intereses puramente 
instrumentales. En última instancia, si bien la censura constreñía enormemente 
la actividad periódica: 
Durante las últimas dos décadas del siglo XVIII, surgió en la Nueva España un 
nuevo género que confrontó en la arena pública a la elite criolla a través del 
debate científico50, en torno a diversos temas que muchas veces estaban 
delineados por intereses políticos y económicos. Alzate fue parte de una 
generación que coadyuvó a que dichos debates científicos impactaran en 
(…) la creación de espacios públicos para la expresión de opiniones personales, para 
la búsqueda de los criterios que subyacieron al consenso y a la negociación, así como 
de la posibilidad de disentir, de romper, de excluir, de impugnar.51 
                                                            
50 Achim, M. Prólogo a la edición antológica de Alzate en Cien de México del CONACULTA. En 
prensa. 
51 Ídem.  
44 
 
La minería concitó el interés de sectores de esta elite y se suscitaron intensas 
discusiones a su interior, atizadas aún más frente a la implementación de las 
reformas del despotismo borbón. 
Durante 1784 en la Gazeta de México Alzate fue protagonista de un nutrido 
debate sobre la reforma del malacate, donde puso todos sus recursos 
disponibles para demostrar que era necesario y factible modificar dicha 
máquina para su perfeccionamiento, utilizando tanto argumentos provenientes 
de los conocimientos formales en geometría, hidráulica y física como la 
observación y experiencia de las propias técnicas de desagüe. 
Su interlocutor fue nada menos que el propio Joaquín Velásquez de León, 
quien fungiera como director del Tribunal de Minería y quien realizó importantes 
modificaciones al malacate que se hicieron realidad en la construcción de 10 
máquinas modificadas, puestas en actividad desde 1777. El problema de 
desaguar los túneles anegados era 
(…) el más agudo obstáculo que tuvo que enfrentar la minería colonial. Las técnicas 
para evacuar el agua de las minas inundadas eran básicamente dos: perforar un túnel, 
a veces de gran longitud, para lo cual serequerían excelentes conocimientos de 
geometría subterránea; o bien utilizar malacates.52 
La pretensión de Alzate de mejorar la extracción minera y su aprovechamiento 
económico, estaba flanqueada por el ímpetu de modernizar la técnica 
empleada por un lado, y por recurrir a los recursos y conocimientos locales por 
                                                            
52 Trabulse, E. Historia de la ciencia en México, Tomo I, Fondo de Cultura Económica, México, 
1985, p. 69.  
 
45 
 
el otro. Su Noticia de una máquina muy útil para desaguar las minas de 1768 – 
texto al que hacemos referencia en el primer capítulo de este trabajo- da 
cuenta por primera vez en la Nueva España de la bomba de vapor utilizada en 
Europa para la minería53. 
En este artículo, Alzate describe amargamente el problema de las inundaciones 
y la imposibilidad técnica de desaguarlas rápidamente. Como él mismo planteó: 
Como el ramo de la minería es el nervio principal del reino, nunca sobran las industrias 
cuando se intenta mejorarlo. Uno de los motivos de que muchos reales estén hoy en 
decadencia, es la inundación de las minas: Pachuca, Zacatecas, y últimamente 
Bolaños, experimentan el golpe de este terrible elemento, que si se llegara a vencer 
redundarían muchas utilidades a Su Majestad y a los habitantes de esta América.54 
Además de presentar la descripción de la máquina de fuego, Alzate criticó 
explícitamente la utilización generalizada del malacate como método para 
desaguar minas y se lamentó de la pobre inversión técnica que recibió la 
minería al paso de los siglos: 
Es de extrañar el que en mas de doscientos años que se laborean las minas, no se 
haya dado un paso adelante en su desagüe: el cabrestante que llaman malacate ha 
sido el único asilo en semejantes ocurrencias: su inutilidad se manifiesta si sé 
considera el dilatado tiempo que es necesario para que la soga enrede en el malacate, 
y que la cantidad que se extrae no puede ser suficiente en muchas ocasiones; porque 
                                                            
53  La “máquina llamada de fuego” de la que da noticia Alzate es la bomba de Newcomen. Fue 
construida originalmente por Thomas Newcomen (1663‐1729) y posteriormente perfeccionada 
por  James Watt  (1736‐1819)    supuestamente  para  1765.  Según  la  referencia  de  Alzate,  la 
bomba  de  la  que  el  habla  es  obra  del Marqués  de Worsester  quien  la  expone  en  su  obra 
Centurias  de  invenciones,  obra  que  según  Alzate  fue  quemada  por  Saberi  para  plagiar  el 
invento. Este último sería quien la construya en Inglaterra para después ser perfeccionada por 
Papin en Alemania y Amontons en Francia.    
 
54 Alzate, J.A. Noticia de una máquina muy útil para desaguar las minas (1764), en Buen Abad 
Manual, Gacetas de Literatura de México, Tomo cuarto, 1831, p. 25.  
46 
 
si se sacan veinte arrobas de agua, es muy probable el que por los manantiales entre 
la misma ó mayor cantidad.55 
Como elemento de autoridad, en este texto Alzate recurrió al ejemplo de tres 
bombas que estaban funcionando satisfactoriamente en Europa: la de las 
minas de Conesberg en Hungría, la de Fresnes en Francia y la de Griff y 
fortalece su argumento citando distintas obras donde se describen las bombas 
como el Teatro hidráulico de Leopoldo, el Curso de física experimental de 
Saguliers y el Diccionario universal de matemáticas y física de Saverien. 
Esta ácida critica a la utilización del malacate, estuvo matizada por la 
convicción alzatiana de ponderar los recursos disponibles en el terreno de la 
maquinaria para ejecutar salidas viables a los problemas de la minería. Sustituir 
el malacate por las bombas, para la segunda mitad del siglo XVIII resultaba 
imposible por los problemas de financiamiento de la propia industria y las 
dificultades técnicas. 
Por ello en su carta a Don N. sobre el estado ventajoso en que se halla la 
práctica de la minería en Nueva España de 1787 planteó que: 
Se acusa a los mineros de la Nueva España de no haber inventado máquina para los 
desagües, pudiendo usar de las bombas; puedo confesar a vuestra merced que mi 
insuficiencia me tenía enclavado en semejante idea; pero monsieur Monnet me ha 
presentado el desengaño, a la página 182 trata de las bombas y prefiere las máquinas 
movidas por los hombres (…) vuestra merced dirá si esta práctica no es de antaño en 
Nueva España56. 
                                                            
55 Ídem.  
56 Alzate, J.A., Estado ventajoso de la minería en la Nueva España, en Moreno de los Arcos, 
Obras, UNAM, 1985,p. 225. 
47 
 
Es así que el ilustrado novohispano, protagonizó un importante debate no ya 
para sustituir el malacate por bombas de vapor, si no por realizar todo tipo de 
reformas al mismo en el camino de perfeccionarlo. 
En un artículo de 1784, Alzate reconoció cuatro defectos sustanciales en el 
malacate, a saber: la forma o estructura de la devanadera, la pequeñez de las 
rodanas, la colocación del espeque y la colocación de la propia devanadera. 
Según él, la devanadera requería de ser cilíndrica y no de varios lados para 
que los caballos movieran la máquina con uniformidad. Una devanadera 
poligonal – como era el caso- gastaba enormemente las cuerdas por fricción. 
El problema de la pequeñez de las rodanas era que se requería de más fuerza 
para moverlas, en cambio rodanas con un diámetro mayor permitían mas 
vueltas en el mismo tiempo y las cuerdas que las movían oponían menor 
resistencia. 
En el mismo artículo, Alzate argumentó que el espeque tenía que estar mas 
elevado, ya que las bestias de carga requerían no solo de tirar si no de cargar 
porque se colocaba tradicionalmente muy a ras del suelo. 
La reforma del malacate, bajo el prisma alzatiano, estaba basada en la 
observación de las máquinas funcionando en distintas minas y su crítica hacia 
los mineros radicó en su poca preocupación por construir conocimientos 
técnicos apuntalados en la experiencia: 
Tan solamente una práctica sin conocimientos, una imitación servil pudiera introducir el 
método de colocar la devanadera á distancia de los tiros, que es el cuarto defecto que 
mi observación tiene verificada. Colocan la máquina á mucha distancia del tiro, sin 
advertir el demérito que en ello se padece. La maquinaria enseña, que por medio de 
una soga colocada horizontalmente, un hombre por ejemplo, à diez varas de distancia, 
puede mover seis arrobas; pero este mismo hombre con las mismas fuerzas, á veinte 
48 
 
varas no podrá mover cuatro arrobas. ¿De dónde proviene esta grande diferencia? El 
vulgo no dirá el por qué; pero la práctica en la maquinaria enseña, que el peso de la 
soga la obliga à formar una curva proporcionada á la distancia en que se hallan los 
puntos de apoyo, lo que debilita en proporción los esfuerzos de la potencia. Esta 
verdad tan manifiesta; que todo individuo puede por reconocerla, se oculta á nuestros 
mineros: ¡lo que puede la preocupación! 
La primera respuesta al escrito de Alzate fue la del francés Doctor Esteban 
Morel57. El mismo, en carta dirigida al propio Alzate, le felicita por su 
preocupación por “promover ideas patrióticas” y se atribuye ciertas reflexiones 
sobre el malacate pero esbozando diferencias que el considera “muy diversas” 
con respecto a lo expuesto por Alzate. A manera de aclaración, le dice a Alzate 
que él ha pensado en lo privado sobre este problema y que ahora lo hace 
público ya que “Vuestra merced ha abierto la vía peligrosa de la imprenta para 
comunicar al público sus observaciones y reflexiones sobre la materia”. 
Una epístola posterior publicada en la Gaceta y dirigida a Joaquín Velásquez 
de León, pone en duda el que en la práctica, puedan ser llevadas a cabo las 
consideraciones de Alzate. 
Estimulado por la carta del práctico, Velásquez de León respondió en forma 
indirecta al texto de Alzate, usando como intermediario a

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