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Origenes-de-la-microhistoria-mexicana-analisis-de-Pueblo-en-vilo-de-Luis-Gonzalez-y-Gonzalez

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Universidad Nacional Autónoma de México 
 
 
 
 
 
Facultad de Estudios Superiores Acatlán 
 
 
 
 
 
Orígenes de la microhistoria Mexicana 
 
Análisis de Pueblo en vilo de Luis González y 
González 
 
 
 
 
 
Seminario Taller Extracurricular de Titulación 
Análisis de la Historiografía Mexicana 
 
 
 
Que para obtener el título de Licenciatura en Historia 
presenta: 
 
 
Oscar Serrano Martínez 
 
 
 
 
Asesor: Lic. Manuel Ordoñez Aguilar 
 
 
 
Abril de 2007 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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ÍNDICE GENERAL 
Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
I. Luis González y González y su contexto histórico . . . . . . 4
II. La postura teórica de Luis González y González . . . . . . . 28
 Pueblo en vilo: ¿por qué y para qué de la obra? . . . . 28
 El hecho histórico y su explicación . . . . . . . . 33
 Metodología y fuentes . . . . . . . . . . . 39
 Sujeto, utilidad y concepto de la Historia . . . . . . 44
 III. Pueblo en vilo y la filosofía de la historia . . . . . . . . 49
 Algunas ideas de la historia o microhistoria como ciencia . . 50
 Luis González y la visión del hombre josefino . . . . . 52
 El motor de la Historia . . . . . . . . . . . . 55
 El Espacio, Tiempo y Cambio . . . . . . . . . . 58
IV. Trascendencia y recepción de la obra Pueblo en vilo . . . . . 67
 Pueblo en vilo y su trascendencia histórica. . . . . . 68
 Pueblo en vilo y su primera edición . . . . . . . . 71
 Recepción de la obra y ediciones posteriores . . . . . 77
V. Orígenes de la microhistoria mexicana . . . . . . . . . 89
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
 
 
 
INTRODUCCIÓN. 
 
La obra de Luis González y González se ha vuelto indispensable para 
todo aficionado o profesional de la historia. En particular, sus aportaciones a la 
historiografía mexicana, su larga trayectoria como profesor e historiador, y la 
popularidad de sus artículos y conferencias, lo hacen uno de los historiadores 
mexicanos más importantes del siglo XX. Se le reconoce no sólo como uno de 
los discípulos más destacados de Daniel Cosío Villegas y uno de los seguidores 
más distinguidos de la escuela de los Annales de Fernand Braudel, sino también 
como maestro del oficio de historiar. Luis González y González nace en San 
José de Gracia, Michoacán, en el año de 1925. Estudia en el Instituto de 
Ciencias de Guadalajara, Jalisco. Forma parte de las primeras generaciones de 
historiadores de carrera en México en el Colegio de México. Realizó estudios de 
posgrado en París, visitó y trabajó en los archivos históricos de España, en 
donde, además de llevar a cabo sus propias investigaciones, Luis González y 
González investigó legajos, fojas y tesoros documentales para algunos de sus 
maestros españoles exiliados en México. 
 
Con motivo de su año sabático, Luis González y González retornó a su 
pueblo natal, resultando como fruto de éste el libro Pueblo en vilo, que es la 
historia de un minúsculo lugar de la geografía mexicana, que más tarde sería 
denominada microhistoria. Luis González agregó una propuesta teórica que bajo 
el título: Invitación a la microhistoria, que sería la formalización no sólo de la 
historia regional, microhistoria del terruño o matria, sino también la forma de 
historiar más humana y abierta al pasado mismo. 
 
Luis González y González es el precursor de una nueva historia de las 
masas anónimas; desde sus inicios como historiador, don Luis, ha venido 
mostrando por medio de su riquísima expresión escrita, los corredores de 
nuestro pasado con una sencillez coloquial y una erudición accesible, 
convocando a la memoria fatigada de los ancianos, sobre todo a la de los 
josefinos, al escribir su obra Pueblo en vilo en el año de 1967, que lo convierte 
en autor destacado de las letras de la historia mexicana. 
 
Es necesario tomar en cuenta la importancia que don Luis otorgaba a los 
nuevos parámetros históricos en boga y conducirse a través de ellos para la 
realización de su obra, por ello, podemos decir que en éste trabajo, desde una 
perspectiva historiográfica, se puede matizar por medio del análisis, el porqué y 
el para qué escribir Pueblo en vilo; la utilidad y la metodología histórica utilizada, 
así como también, conocer el pasado humano como hecho histórico, siempre y 
cuando existan pruebas de su realidad, sustentado desde luego en el objeto y 
utilidad del estudio de la misma. 
 
Convivir con la historiografía desde las alturas mismas de la filosofía, es 
un camino necesario hacia el saber y conocimiento histórico, hacia el 
entendimiento y discernimiento del hombre, por su inteligencia y aptitudes, y 
sobre todo, su actuación en sociedad y el modo como el mismo hombre moldea 
a la sociedad en que vive. Elementos fundamentales que participaran en el 
desarrollo o movilidad del hombre en comunidad, o sea, es una forma de 
conocer como el hombre interfiere de alguna manera en la vida, acciones y 
hechos que hacen girar la vida misma del pueblo y, en sí, la de la historia. Es 
decir, que el hombre inmerso en un espacio y un tiempo, en ese sentido, es un 
medio integral, desde luego, con sus manifestaciones y características, una 
vinculación del medio físico con lo social, el tiempo y los ritmos de vida que de 
alguna manera se inscriben en la historia. 
 
Hablar de los orígenes de la microhistoria mexicana, es hablar de las 
realidades y de los fenómenos correspondientes a nivel local, de un pueblo, de 
un terruño o “matria”, de pequeñas comunidades o minisociedades, marcando 
para su estudio un espacio limitado con la finalidad de enriquecer y fortalecer el 
estudio de la localidad, el crecimiento y desarrollo de la misma, así como 
también conocer el pasado del hombre desde una perspectiva microscópica. 
Para ello, es necesario analizar al hombre entero que proyecta, trabaja y 
convive, sufre y goza en el ámbito de los valores culturales. 
 
El método empleado por don Luis González y González, al hacer la 
microhistoria de Pueblo en vilo fue fundamental para la década de los sesentas, 
puesto que se estaba dando prioridad a la historia científica y dejando de lado la 
narrativa de la historia propia mexicana. Por consiguiente, se puede considerar 
el trabajo de don Luis como una innovación metodológica que ejemplifica a la 
historiografía mexicana por rescatar a la historia local. Éste estilo y método para 
historiar ha traspasado las barreras nacionales, siendo inspiración de muchas 
historiaslocales en Centro y Sudamérica. 
 
La trayectoria editorial y de publicaciones de la obra ha sido lineal gracias 
a su contenido y método, y a los lectores o grupos especializados de la temática 
histórica, los cuales han permitido la trascendencia de la obra por medio de los 
múltiples artículos o ensayos y opiniones de la misma en diferentes 
publicaciones. Pueblo en vilo es una obra que por su sólo contenido y forma de 
escribir del autor marca su trascendencia, pero sobre todo por dar a conocer la 
problemática ignota en la que se encuentran muchas comunidades en el interior 
de la República. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
I. LUIS GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ Y SU CONTEXTO HISTÓRICO. 
 
 
La paz social y política que se había establecido en México durante el 
gobierno de Álvaro Obregón de 1920 a 1924 con la implementación de sus 
políticas encaminadas al desarrollo de la República en toda la amplitud de la 
palabra, se dirigía hacia una transición de gobierno ya antes conocida en el país 
(1880-1884), la cual permitió el establecimiento de las políticas de un solo 
hombre. 1925 es el año que marca hechos relevantes para la historia de la 
nación. El poder ejecutivo es ocupado por la persona de Plutarco Elías Calles 
quien enfrenta un problema religioso. Se establecen una serie de leyes agrarias 
destinadas al gobierno contundente de los campesinos, que más tarde serán 
tomadas en cuenta por Lázaro Cárdenas para la transformación del agro 
mexicano. En ese momento tiene lugar el nacimiento de Luis González y 
González en San José de Gracia, Michoacán, quien como historiador, de igual 
forma marca a la historia en México y América Latina con la importancia dada a 
su historia matria. 
 
En 1925, año en que nace el historiador, México vivía los inicios del 
conflicto entre la iglesia y el estado; es el momento en que el presidente Elías 
Calles decide apoyar a una iglesia cristiana que no tomaba en cuenta la 
autoridad del Vaticano, siendo nombrado como patriarca de esta nueva Iglesia 
Mexicana el sacerdote José Joaquín Pérez, cuya sede seria el templo de la 
Soledad de Santa Cruz, en la Ciudad de México. Con este suceso se inició la 
Guerra Cristera que más adelante Luis González tratara en su obra Pueblo en 
vilo. 
 
El doctor Luis González y González nace en San José de Gracia, 
Michoacán el 11 de octubre de 1925. Es hijo de doña Josefina González 
Cárdenas, de quien escuchó, a la edad de 7 años, leer a los clásicos de la 
revolución como José Vasconcelos y Martín Luis Guzmán; y de don Luis 
González Cárdenas, tomó sus primeras lecciones de historia oral, puesto que el 
mismo historiador así lo considera al comentar de su padre: "Quizá algo de esto 
se lo debo, desde luego, a mi padre, que era un buen relator de historias en 
forma oral. Él si era bueno, no como yo."1 Como podrá observarse, el apellido 
Cárdenas proviene del mismo tronco familiar del General Lázaro Cárdenas, que 
posteriormente se convertiría en presidente de México. Luis González y 
González comenta al respecto: 
 
Uno de los poco pueblos (San José de Gracia, municipio de Jiquilpan) aun no visitado 
por el señor presidente (Lázaro Cárdenas) estaba comprendido en el municipio que le 
vio nacer a unos cuantos kilómetros de Jiquilpan, donde la gente apellidada Cárdenas... 
los vecinos achacaban el desaire a dos causas: al hecho de haber sido cristero y al no 
querer ser agraristas.2 
 
 
1 Martínez Huerta, Ricardo. Cambio de Michoacán, Secc. Cultural, p. 2. 
2 González y González, Luis. El Agrarismo en Michoacán, México, SEP, 1984, p. 24. 
Y sobre el lugar de origen argumenta: 
 
Oriundo de pueblo, es decir, de una congregación de por sí conservadora donde el amor 
a un pasado propio y particular persiste de modo generalizado... la crianza en el seno 
familiar conservadora 
despierta el apetito histórico.3 
 
En el mismo año de 1925 se aprobó la primera Ley reglamentaria del 
artículo 27 constitucional en materia petrolera, la que expresa que la nación 
tiene el dominio directo sobre los yacimientos de éste mineral y se estipuló que 
para trabajar las tierras petrolíferas, los propietarios de dichas tierras debían 
obtener una concesión confirmatoria de derechos y contratos para poder así 
explotar la propiedad. Esta norma marcaría el inicio de la expropiación petrolera 
que posteriormente realizaría Cárdenas en 1938. El periodo cardenista será uno 
de los temas trabajados por el doctor Luis González y González quien afirmó 
que, siendo Cárdenas jefe militar de la región petrolera en el año de 1925, le 
confesó a un compañero de armas: 
 
Es tiempo de que las promesas de la revolución se conviertan en realidad, en hechos 
tangibles. Todos nosotros... debemos con ahínco a que estos ideales se transformen en 
acciones constructivas.4 
 
En el momento en que Lázaro Cárdenas protestó como presidente de la 
República ante el congreso de la Unión, el 30 de Noviembre de 1934, Luis 
González y González se encontraba cursando la escuela primaria en la 
"escuelita" de la maestra Josefina Barragán, en San José de Gracia Michoacán: 
 
Los pudientes de San José de Gracia acudieron a varios recursos para educar a sus hijos 
fuera de la escuela oficial. Se contrató a la profesora de ésta, la señorita Josefina 
Barragán, para que, además de lo rigor, diera cursos particulares.5 
 
En cuanto a lo que se enseñaba en las escuelas, entre otras cosas, 
estaban los poemas de Carlos Gutiérrez Cruz de quien Luis González y 
González afirma: 
 
…los poemas de Carlos Gutiérrez Cruz fueron de aprendizaje obligatorio en las escuelas. 
Los niños del pueblo recitábamos: “Desde el lienzo que parte a la mitad el monte hasta 
los planes de abajo, y desde el río hasta el horizonte son tierras que florecen por nuestro 
trabajo. Y sin embargo, con lo que da de semilla un solo potrero se puede mantener a 
toda la cuadrilla y aprovechar tantito maíz para el chiquero con el real y medio que 
ganamos en dinero, compraremos la mata, el sombrero”.6 
 
 La situación política que imperaba en el país durante los años de infancia 
de Luis González y González fueron caóticos, puesto que los sucesos 
 
3 González y González, Luis. "Vejamen del microhistoriador" en Diálogos, México, Colegio de 
México, mayo-junio de 1975, Vol. 2, No. 3, p. 14. 
4 González y González, Luis. Todo es historia, México, Cal y Arena, 1997, p. 214. 
5 González y González, Luis. El Agrarismo..., p. 19. 
6 González y González, Luis. Los días del presidente Cárdenas, México, Clío, 1997, p. 86. 
transcurridos con la Cristiada dieron pie a que los gobernantes de las diversas 
entidades fueron adictos al Jefe Máximo y con esto se estableciera una sola 
norma educativa, prohibiendo un sin número de autores desafectos al régimen. 
Ante tales circunstancias y la inquietud del historiador por los conocimientos que 
no llegaban hasta San José de Gracia, tuvo que leer ciertas obras a escondidas: 
…mis primeras lecturas fueron las clásicas. Leí a escondidas El Quijote, porque se 
suponía que aún no estaba en edad para leer ese libro porque tenía pasajes 
inconvenientes para niños. También leí a escondidas unos libros que llegaron a la casa 
cuando me iniciaba y que forman la autobiografía de José Vasconcelos: El Ulises Criollo, 
La Tormenta, El Desastre. La restricción de leer a Vasconcelos se debía por supuesto a 
los pasajes eróticos.7 
 
El deseo y el gusto por el conocimiento, además de la falta de escuelas 
básicas en San José de Gracia, hizo necesario que Luis González y González 
se trasladase a Guadalajara, Jalisco, donde se ocuparía de la realización de sus 
estudios de secundaria y preparatoria en el Instituto de Ciencias de los Jesuitas, 
de 1938-1943. La edad con la que contaba el joven Luis por el año de 1938 no le 
permitía aun darse cuenta de la gran problemática que se estaba gestando en la 
República, por las disposiciones presidenciales tomadas desde “Los Pinos". 
Pero loque sí sabemos es que nuestro autor, con tan solo trece años a cuestas, 
no disuadía ni por un momento en su desarrollo educativo, como él mismo lo 
menciona: 
 
Empecé a leer a Francisco González León desde que estudiaba la secundaria. Leía todo 
lo que salía de él, desde las campanas de la tarde, entre otras cosas por que uno de mis 
compañeros era su sobrino. Yo fui varias veces a Lagos y conocí a González León en su 
botica. Le tengo todavía un gran cariño.8 
 
El interés de Luis por la poesía no resultó de la noche a la mañana, puesto 
que recordando su formación en San José de Gracia fue de tipo narrativa en su 
totalidad. 
 
 Al realizar el análisis histórico retrospectivo que Luis González y González 
hace, sobre todo de su época de estudiante, en la secundaria, llegó a 
considerar: "A la historia patria de signo oficial le preocupaba poco la transmisión 
de saberes y mucho el proponer modelos de conducta cívica."9 
 
 Con relación a la historia universal, es interesante tomar en cuenta los 
argumentos que maneja don Luis en torno a la nueva producción histórica que 
está invadiendo en estos años (finales de la década de los treintas), la 
conciencia de los pueblos después de la Primera Guerra Mundial y la gran 
 
7 Aguilar, Luis Miguel, y Rafael Pérez Gay, "Luis González y González (1923-2003) De Viva Voz 
Claude Lévi-Strauss la lección de las vacas", en Crónica, 26/12/2003, artículo alojado en: 
www.cronica.com.mx/nota.php?idc=101061 o en www.infolatina.com.mx 
8 Ibidem, p. 26. 
9 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort (comp.), Historiadores de México en el siglo XX, 
México, FCE, 1995, p. 362. 
depresión económica del 29 de la que aún no han podido sobreponerse; no 
obstante intentarán adherirse a la nueva ideología socialista. 
 
Desde el decenio de los treinta ganaba simpatizantes el modelo ruso de historia 
revolucionaria... poco a poco penetró la idea de las fuerzas impersonales: el proletariado, 
la burguesía, la lucha de clases, los modos de producción, la guerra imperialista... en un 
santiamén se difundió el materialismo histórico.10 
 
 Al ser éstos los dos últimos años del gobierno del General Cárdenas, 
encontramos una serie de disposiciones que beneficiarían o perjudicarían a la 
nación, como son: el plan sexenal de Lázaro Cárdenas contemplaba el reparto 
de tierras; la recreación de la Comisión Federal de Electricidad; la construcción 
de escuelas; crédito para el campo; la unidad de la clase obrera... 
 
El problema agrario escribió en su diario (Lázaro Cárdenas) el 11 de julio de 1938 es 
uno, entre otros, que trataremos de resolver. La distribución de la tierra es indispensable 
para desarrollar la economía del país y además lo está exigiendo la situación violenta 
que priva en el campo.11 
 
Lázaro Cárdenas realizó, por medio del Banco Nacional de Crédito 
Agrícola, el reparto de tierras en la comarca Lagunera y en la región agrícola de 
Sonora. Así mismo nuestro historiador dice Cárdenas anotó en su cuaderno de 
apuntes: 
 
Si se cuida la organización del ejido como hasta ahora se ha planeado es posible que los 
ejidatarios logren absorber la tierra que hoy queda fuera de su jurisdicción... sigo 
sosteniendo que el ejido hará que se cultiven más tierras con mayor éxito... En 1937 
extenderemos la acción agraria a la región del Yaqui... Pasaremos a resolver 
integralmente el problema agrario de Yucatán... para salvar de la miseria a la raza 
indígena... en éste mismo año apresuraré el fraccionamiento del Valle de Mexicali.12 
 
Posteriormente Luis González y González escribiría un articulo sobre "El 
agrarismo liberal" en su Historia de México.13 
 
 Uno de los grandes problemas que tuvo que resolver el presidente 
Cárdenas fue la situación proletaria. En 1934 los trabajadores de la compañía El 
Águila se declararon en huelga demandado un contrato de trabajo, y para 1935 
se iniciaron una serie de huelgas para exigir mejores condiciones de trabajo. Los 
obreros de la compañía petrolera La Huasteca se levantaron en huelga, en 
solidaridad con sus compañeros de El Águila. El sindicato de trabajadores 
petroleros de la República Mexicana exigió un contrato colectivo. Y ante la 
amenaza de una huelga general, el gobierno propuso que se celebrara una 
convención de obreros y patrones para solucionar el conflicto, pero al no llegar a 
 
10 Loc. cit. 
11 González y González, Luis. El agrarismo..., p. 19. 
12 González y González, Luis. Los días del presidente…, p. 37. 
13 González y González, Luis. "El agrarismo en México" en: Historia de México, México, abril-
junio de 1958, Vol. VII, no. 4, p. 25. 
un acuerdo, en 1937, se dio una huelga general. Para 1936, Plutarco Elías 
Calles afirmó que: 
 
…hace seis meses que la nación está sacudida de huelgas constantes...las 
organizaciones obreras están ofreciendo en muchos casos ejemplos de ingratitud...vamos 
para atrás... ¿Qué se obtienen de esas ominosas agitaciones? Meses de holganza 
pagadas, el desaliento del capital... nada detiene el egoísmo de las organizaciones y sus 
líderes. En ese mismo día puso Cárdenas en su diario: Con sus declaraciones confirma el 
General Calles su propósito de intervenir en la política del país rompiendo así el 
ofrecimiento que me hizo en Baja California.14 
 
En respuesta, el presidente Cárdenas decidió exiliar a Plutarco Elías 
Calles. Posteriormente, el Dr. Luis González escribiría un artículo que titulo "El 
match Cárdenas-Calles o la Afirmación del presidencialismo mexicano."15 
 
También para 1936, el departamento agrario se encargó del reparto de las 
tierras. A la Secretaria de Hacienda se le encomendó atender las solicitudes de 
crédito de los ejidatarios a través del banco de crédito ejidal. La Secretaría de 
Educación pública realizó la tarea de abrir y atender escuelas rurales. El 
presidente Cárdenas estableció que los estudiantes de medicina hicieran su 
servicio social en los pueblos donde faltaban médicos, para obtener el título. 
 
 En el reparto no se dieron los beneficios que se esperaban, debido a que 
se respetó la pequeña propiedad de 150 hectáreas; los hacendados eligieron las 
mejores tierras situadas junto a los canales; repartieron entre sus familiares 
extensiones de tierra con las mismas características y conservaron su 
maquinaria agrícola. Antes, un hacendado poseía hasta 75 mil hectáreas, pero 
con la reforma agraria el límite se fijó en 150 hectáreas. Ya no eran los grandes 
latifundistas del pasado pero siguieron viviendo bien. Dentro de los ejidos 
repartidos se dio el exceso poblacional, además de que hubo corrupción por 
parte de los funcionarios encargados de repartir tierra. 
 
 Durante la reforma agraria, el presidente Lázaro Cárdenas realizó una 
visita a San José de Gracia, Michoacán. Al respecto el Dr. Luis González dice: 
 
San José y su tenencia, zona tan reacia a confundirse como México, tan díscola frente a 
las autoridades de la nación, abandona muchas de sus tradiciones, recelos contra la 
patria y sus jefes, a raíz de la visita de Don Lázaro Cárdenas. Por otra parte, la indistinta 
amabilidad del presidente hacia agraristas y pequeños propietarios, coadyuva a la 
reconciliación de unos con otros... poco después de la visita presidencial se multiplican 
las solicitudes para la formación de unos ejidos y la ampliación de otros. Todo a 
destiempo: el presidente repartidor de tierras dice: "el cardenismo se acabará el último de 
noviembre". La zona de San José ha quedado de derecho y casi totalmente de hecho 
dividida. 16 
 
14 González y González, Luis. Los días del Presidente..., p. 39. 
15González y González, Luis, Carlos Martínez Assad y Carlos Aguirre Rojas "Microhistoria 
Mexicana, Microhistoria Italiana e Historia Regional" (Mesa Redonda) en Relaciones. Estudios 
de historia y sociedad, el Gran Nayar. Patrones de cambio, Vol XXVI, Núm. 101,2005, p. 60. 
16 González y González, Luis. El agrarismo..., p. 25. 
 
Para 1937 se aprobó que la compañía petrolera El Águila transfiriera 
fondos a Canadá a una sucursal, para evadir impuestos; además, las cantidades 
de las empresas registraron ganancias anuales de 22 millones de pesos, siendo 
que en realidad fueron 55 millones. El 18 de diciembre de 1937 se pronunció un 
laudo de la junta federal de conciliación y arbitraje. Se determinó que la situación 
financiara de las compañías se encontraba en bonanza, por lo que podían pagar 
los salarios caídos correspondientes a la huelga, aumentar las prestaciones de 
los trabajadores y mejorar sus condiciones de trabajo. Pero al no acatar dicho 
laudo, el gobierno aplicó la ley de expropiación. 
 
 Ante este acontecimiento, las empresas se llevaron a todos los técnicos 
extranjeros, los planos de las refinerías y de las instalaciones, además de que 
ningún país compró un solo barril, ni vendió refacciones o maquinaria. México se 
encontraba sin dinero, ni refacciones, sin técnicos, ni transporte, sin ventas en el 
exterior. El Estado mandó llamar a varios ingenieros amigos de los funcionarios 
para que trabajaran en la industria petrolera. 
 
 La expropiación petrolera se anunció el 18 de marzo de 1938 por medio 
de la radio. Cárdenas dio a conocer a toda la nación su decisión de aplicar la ley 
de expropiación a los bienes de las compañías petroleras y el 19 de marzo 
Cárdenas firmó el decreto. El pueblo, feliz por la resolución del presidente, 
decidió ayudarlo. Se realizaron colectas populares. La gente dio dinero, 
alcancías, las mujeres alhajas y hasta la gente humilde contribuyó con gallinas, 
puercos y pollos. El 23 de marzo se realizó un desfile ante el pueblo nacional 
para festejar la expropiación petrolera. Y para el 18 de junio, por decreto 
presidencial, surgió Petróleos Mexicanos (PEMEX). 
 
 En marzo de 1983 se realizó el pago del valor real de las propiedades 
norteamericanas, ocho millones de dólares por la expropiación. México estuvo 
en condiciones de pagar. Luis González y González escribiría más adelante un 
artículo sobre "La saga del petróleo nacionalizado". 
 
 Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas se dio una huelga de 
ferrocarriles. El 18 de mayo de 1937, el sindicato ferrocarrilero de las líneas 
nacionales, con 45 mil ferrocarrileros, se declararon en huelga, pidiendo a las 
empresas aumento de salarios y prestaciones. La situación de los ferrocarrileros 
fue la siguiente: las locomotoras tenían como promedio veinte años de uso, 
había deficiencias en las vías que impedían el uso de trenes más rápidos. Ante 
la situación, el general Cárdenas decidió en el mes de junio de 1937 expropiar 
ferrocarriles. "Consolidar la deuda en abonos con las obligaciones generales del 
gobierno federal y privar a los acreedores extranjeros el derecho de intervenir en 
la administración del sistema ferroviario."17 
 
 
17 González y González, Luis. Todo es historia, México, Cal y Arena, 1989, p. 54. 
 En el momento de la expropiación, la situación de los ferrocarriles se 
encontraba de la siguiente manera: faltaban piezas de repuesto, se gastó mucho 
en alquilar vagones a los Estados Unidos. El 25 de junio de 1937 se creó el 
Departamento Autónomo de Ferrocarriles Nacionales de México que se encargó 
de los bienes expropiados. El primero de mayo de 1938, el presidente decidió 
entregar al sindicato el manejo de la compañía. 
 
 En el año de 1936 estalló la guerra civil española con la sublevación de 
los nacionalistas comandados por Franco. Las fuerzas militares nacionales 
recibieron apoyo de Adolfo Hitler y de Benito Mussolini. México mandó armas y 
municiones a los republicanos. En 1939 terminó la guerra civil con la 
instauración de una dictadura. Entonces México abrió sus puertas a los 
españoles refugiados en Francia sin importar sus ideas políticas. Llegó una 
generación de intelectuales españoles que se dedicó a las ciencias y artes, 
estableciendo además colegios, en apoyo a la educación del pueblo de México. 
Para 1939 se creó la Casa de España en México, institución académica que 
recibió a los republicanos españoles que tuvieron que abandonar su país por la 
guerra. La Casa de España estaba a cargo de Alfonso Reyes. 
 
 La idea de aceptar a los refugiados españoles fue de Daniel Cosío 
Villegas, y quien la llevó a cabo fue el presidente Cárdenas. El historiador Luis 
González y González, en relación con lo antes mencionado, afirma: 
 
...para recibir a la intelectualidad española se fundó la casa Española en México presidida 
por Alfonso Reyes. La casa distribuyó a la mayoría de los intelectuales entre los mayores 
centros universitarios de la república, pero mantuvo a no poco científicos sociales y 
humanistas que serían los fundadores del Colegio de México, donde tuve el honor de 
adquirir el oficio de historiar con maestros tan ilustres como José Gaos, José Miranda, 
Francisco Barnés, Javier Malagón y Ramón Iglesias.18 
 
Se presentaron Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas ante el presidente 
Cárdenas para presentarle el plan para la creación del Colegio de México. Ahí 
fueron maestros de Don Luis González, Arturo Arnaíz y Freg, Roberto Barlow, 
Silvio Zavala, Manuel Toussaint, Daniel Cosío Villegas, Alfonso Reyes; nuestro 
autor también obtuvo conocimientos de José Ramírez Flores. 
 
 Posteriormente, nuestro historiador escribiría los siguientes artículos 
sobre sus maestros: 
 
• "Sobre la integración de la nacionalidad mexicana" en: Estudios 
Americanos. Homenaje a Silvio Zavala, México, El Colegio de México, 
1953. 
• "Los balances periódicos de la Revolución Mexicana", en Historia y 
Sociedad en el mundo de habla española. Homenaje a José Miranda, 
México, El Colegio de México, 1971. 
 
18 Ibidem, p. 220. 
• "Tierra Caliente" en Extremo de México, Homenaje a Don Daniel Cosío 
Villegas, México, El Colegio de México, 1971. 
• "Recomendaciones interesada de Don Daniel" en Boletín de El Colegio de 
México, México, octubre de 1976 – marzo de 1977. 
• "Palabras Iniciales" en Homenaje al Dr. Arturo Arnaíz y Freg, México, 
1978. 
• "Cosío Villegas en aventuras de caballero águila" en Vuelta, México, 
marzo 1981, Vol. 5, núm. 52. 
 
 Durante el cardenismo se desarrolló la industria cinematográfica con los 
siguientes filmes: Allá en el rancho grande (cinta que logró sacar de la quiebra a 
la cinematografía mexicana), Cielito Lindo, Las Cuatro Milpas, Bajo el cielo de 
México, Así es mi tierra, Jalisco nunca pierde, A la orilla de un palmar, 
Huapango, La Sandunga, etc. También destacaron durante ese período los 
muralistas diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. 
 
 Al terminar Lázaro Cárdenas su periodo presidencial, se inclinó por la 
candidatura de Miguel Ávila Camacho para la presidencia de la república de 
1940-1946, por considerarlo el más apto para asegurar la posesión del petróleo. 
Para entonces, Don Luis cursaba sus estudios de preparatoria en el mismo 
Instituto de Ciencias de Guadalajara dirigido por los padres jesuitas, en donde lo 
encontramos susceptible a las diferentes posturas educativas impartidas por sus 
profesores, sobre todo en lo relacionado con la historia. 
 
En una preparatoria confesional supe de otras dos versiones del saber histórico: la 
nacionalista y la concepción cristianan del devenir universal... En los cursos de Don 
José Bravo Ugarte y en las charlas con Don José Ramírez Flores me enteré de que 
había en el mercado dos versiones de la historia de México. La que contaba con la 
bendición de Estados Unidos recibía los nombres de 'indigenista y liberal' y era la que 
enseñaban en los planteles oficiales, la que el padre Bravo nos transmitió en el Instituto 
de Ciencias fue la hispanista y la conservadora.19 
 
Luis González y González pasó la adolescencia en el colegio de los 
jesuitas en Guadalajaraen donde se le colgó el mote de "machete", sinónimo de 
estudioso, y estando cursando su último año en la preparatoria concibe una 
nueva postura de la historia: 
 
Gracias a los libros de Luis Chávez Orozco, Rafael Ramos Pedrueza, Alfonso Teja Zabre 
y Hernán Villalobos me enteré de la interpretación materialista de la historia de México... 
no recuerdo en que 
manual cursé materialismo universal...20 
 
Esta interpretación de la historia va a influir subsecuentemente en la 
formación de nuestro autor, puesto que se verá reflejada en sus estudios 
superiores en la Universidad Autónoma de Guadalajara. 
 
19 Florecano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort, op. cit., p. 363. 
20 Ibidem, p. 364. 
 
 Los movimientos bélicos que se venían gestando desde 1939 en el viejo 
continente, repercutieron directamente en la política mexicana de Ávila 
Camacho. La segunda Guerra Mundial fue la que marcó el final de la revolución 
agraria y el principio de la revolución industrial. La guerra fue también el pretexto 
para dar marcha atrás a muchas de las políticas instituidas por Cárdenas. Pero 
también existió un apoyo que el Partido Comunista Mexicano brindó a los países 
del eje, motivo suficiente para conocer la presencia del comunismo en México. 
 
En tiempos de la Segunda Guerra Mundial el gobierno mexicano decidió establecer el 
servicio de las armas... al incorporarme al segundo regimiento de artillería de la tercera 
división... me esperaban... además de instrucción militar... lecciones de matemáticas y de 
civismo... o sea historia de las heroicidades de los mexicanos... de esta última empecé 
siendo alumno y a los pocos meses me convertí en maestro. De este modo ingrese a la 
versión oficialista de la historia de México. Para ese curso me serví... de las historias de 
México de Luis Chávez Orozco, Jesús Romero Flores y Alfonso Teja Zabre... opinaban 
que la principal función de la historia era fortalecer el sentimiento patriótico de los 
mexicanos... la historiografía oficial en boga durante esos años proponía la adoración 
incondicional de Cuauhtémoc, Hidalgo, Guerrero, Juárez, Madero, Carranza, y 
Cárdenas...21 
 
Al concluir con el servicio militar en el 2º Regimiento de Artillería, 3ª 
División, Campo Militar número 1, en la Ciudad de México, Luis González y 
González ingresó a la Universidad Autónoma de Guadalajara para realizar 
estudios en Leyes, con la esperanza de encontrar allí instrumentos útiles para el 
ejercicio de su vocación, puesto que no existía la carrera de Historia en dicha 
universidad. En esta casa de estudios superiores, el joven Luis exterioriza la 
experiencia que ha venido adquiriendo por la misma inquietud que le embarga el 
conocer; se inclina o es atraído por la filosofía de la historia que se hacia pasar 
como ciencia, argumentos que llevarán a sus compañeros a considerarlo por 
medio del sobrenombre de "el científico"; pero por otro lado encontramos que 
por las tendencias marxistas presentadas por nuestro autor, se va a encontrar 
en graves dificultades en la universidad: "por estas inclinaciones mis 
compañeros me adjudicaron el apodo de “camarada”. Tal vez esa afinidad al 
marxismo fue la causa de mi expulsión de la Universidad Autónoma de 
Guadalajara."22 
 
 Lo más curioso es que pese a la ideología comunista que provoca la 
expulsión de Luis González de la Universidad, el sacerdote jesuita Medina 
Ascencio, conociendo el interés de González por la historia, le invitará a realizar 
los estudios de ésta en el recién fundado Colegio de México, dirigido por Silvio 
Zavala. Acerca de esto nos dice el autor: 
 
 
21 Ibidem, p. 364-366. 
22 Ibidem, p. 364. 
... el momento más grato de mi vida es la entrada al centro de estudios históricos del 
Colegio de México...en el que enseñaban, aparte del director, José Gaos, Ramón 
Iglesias, Rafael Altamira y José Miranda, y otros ilustres trasterrados españoles. 23 
 
Para entonces, las posturas académicas de Luis Gonzáles y Gonzáles 
han cambiado; ahora se encuentra inmerso en ese mundo del cual ya había 
tenido pequeños destellos en la Universidad de Guadalajara, cuando se sintió 
atraído por la filosofía de la historia. El Colegio de México, le proporcionó una 
nueva concepción de la historia que para él ha dejado de ser oficialista, a pesar 
de haber conocido éste ámbito, o de la explicación religiosa (postura que 
creemos estuvo presente desde su infancia) y tradicional, como se la enseñaron 
algunos de sus profesores. El Colegio de México "...la fabrica de historiadores 
más prestigiada del país,"24 le permite a don Luis vislumbrar un concepto de 
historia científica trabajada por Ortega y Gasset: "…la razón del historiador no es 
una razón que generaliza"25 y la proposición de Trevelyan: "Del pasado histórico 
nos interesan los hechos particulares y no solo sus relaciones causales". 26 
 
 De 1943 a 1945, Luis González y González fue director de La Tribuna, 
revista mensual estudiantil publicada en Guadalajara. 
 
 En la década de los cuarenta México aprovecho el vació dejado por las 
grandes potencias que se encontraban en guerra, por lo tanto se permitió 
explotar textiles, productos químicos, alimentos, notándose un crecimiento 
acelerado en los centros urbanos que compaginaba con el desarrollo económico 
y social de las familias mexicanas. 
 
En 1940 apenas el 7.9% de los mexicanos vivían en ciudades de más de medio millón de 
habitantes, veinte años después el porcentaje había aumentado a 18.4%. En 1940 solo el 
20% de la población vivía en comunidades con población superior a los 15 mil 
habitantes.27 
 
Para 1945 se promulgó la ley que estableció el Premio Nacional de Artes y 
ciencias que posteriormente ganó el historiador Luis González y González en 
1979 -1983. 
 
 Desde 1946 a 1952 fue presidente de México Miguel Alemán Valdez; a 
éste presidente se le considera el arquitecto del México moderno. Una serie de 
fenómenos que siguen dando forma al país hoy en día: industrialización masiva, 
urbanización caótica, elevadas tasas de crecimiento económico y demográfico, 
nacimiento de una clase media inmovilizada, consumista y una mayoría 
desatendida en los problemas básicos y sociales. También se dio una 
trasferencia crucial del poder, de manos de quienes combatieron en la 
 
23 Ibidem, p. 365. 
24 Ibidem, p. 364. 
25 Loc. cit. 
26 Loc. cit. 
27 Aguilar Camín, Héctor y Lorenzo Meyer, A la sombra de la revolución mexicana, México, Cal y 
Arena, 1989, p. 206. 
revolución a las de una generación de técnicos civiles más jóvenes y con 
preparación universitaria pero alineados a un solo partido. 
 
Durante ésta administración, don Luis González se encontraba aún 
estudiando historia en el Colegio de México, como estudiante becado de tiempo 
completo. Sobre sus estudios el historiador afirma: 
 
El Centro de estudios Históricos nos enseño a descubrir y cultivar perlas, ensartarlas en 
un hilo, expedirlas a los conocedores, cuidándonos de que no fueran a dar al comedor 
común. Se nos entrenó para el intercambio de productos dentro de la élite del saber o 
para esparcirlos entre los estudiantes del fuste.28 
 
Los conocimientos adquiridos por don Luis González y González en este 
centro de estudios fueron de gran valor para el verdadero despegue de su 
carrera como historiador, en ellos encontró la base de explicación que había 
buscado desde su acercamiento primario con la historia, pero también será una 
preparación fundamental para los posteriores planteamientos teóricos de su 
afamada microhistoria. Estos conocimientos se impartieron de forma teórico-
práctico, en donde se sometía al estudiante a la exposición de las principales 
primicias de su investigación de manera individual, frente a sus maestros, en 
donde recibía del auditorio las observaciones correspondientes. 
 Recordaba a sus amigos del Colegio de México con cariño,puesto que es 
el trabajo en equipo el que resaltará entre los estudiantes del mismo: 
 
Mucho del porque se lo debo a mis amigos Antonio Alatorre, Eduardo Arcila Farías, Israel 
Cavazos, Ernesto Chinchilla, José Durand, Henrique González Casanova, Isabel 
Gutiérrez del Arroyo, Miguel Moreno Fraginals, Germán Posada, Xavier Tabera, María del 
Carmen Velásquez, Luis Villoro...29 
 
Es necesario resaltar que el Colegio de México no solo brindó a Luis 
González y González el estudio de la historia, sino el interés por otras lecturas; a 
pesar de la pesada carga horaria del plan de estudios que se llevaba en el 
Colegio, nuestro autor se dio el tiempo necesario para leer o conocer por su 
cuenta otras disciplinas que le permitieron enriquecer su acervo cultural por un 
lado y, por otro, conocer a los hombres representativos de las letras y del 
pensamiento que estaban en boga en el momento. Estas lecturas le servirían 
más tarde pues resultaron de apoyo para la elaboración de sus escritos a partir 
de Pueblo en vilo. 
 
Mientras estuve en el Colmex dí en la mala costumbre de meter las narices en obras de 
literatura, filosofía y ciencias sociales... contraje sobre todo la costumbre de leer libros 
de Borges, Chesterton, Reyes, Unamuno, Ramos, Picón Salas, Novo, Azorín, Ortega y 
Gasset, Machado, Paz, Russell, Sartre, Sábato, Neruda y Rilke.30 
 
 
28 Loc. cit. 
29 Loc. cit. 
30 Ibidem, p. 366. 
Fueron lecturas que le permitieron tener toda la confianza necesaria para 
aventurarse en el mundo de las letras siendo aun estudiante del Colegio, ésto lo 
demuestran los ensayos realizados por él en torno a la magia novohispana, 
sobre Mendieta y sobre todo el optimismo nacionalista y otras labores menores 
que lo prepararon. Estas lecturas entran en el mundo de González también 
como influencia, pero sobre todo para reforzar su preparación, que creemos fue, 
indudablemente, exitosa dentro de El Colegio de México. 
 
 Este impulso que lo caracterizó desde temprana edad por el 
conocimiento, y más específicamente por la apertura del conocimiento histórico 
que le brindó el Colegio de México, siguió dándole fuerzas necesarias para 
continuar sus estudios. 
 
 Hacia 1951 y 1952 Luis González y González escoge a Francia, 
específicamente la Sorbona de París, para cursar materias de postgrado. La 
estancia en esta universidad, completa y aumenta la formación de su carrera 
como historiador. El contacto que tuvo con profesores de prestigio dentro del 
gremio de los historiadores y de sus posturas, tanto teóricas como en las formas 
de hacer historia, contribuyeron a que González afinara cada vez más sus 
cánones históricos. El autor nos habla de las personas que tuvo como maestros 
en esta universidad: "…en la primavera de 1952 asistí con entusiasmo a los 
cursos de Marrou, Marleau-Ponty, Marcel Bataillon, Braudel y algún otro."31 La 
cercanía con estos personajes y con las corrientes o tendencias históricas que 
representan, específicamente Braudel,32 es posible pensar que la obra Pueblo 
en vilo de González no fue fortuita, pues el cultivo de las nuevas formas de 
hacer historia estaban emergiendo para esa época, sobre todo que se pretendía 
cada vez más alejarse de una tradición positivista; así, la renovación masiva que 
se da en la década de 1950 en los parámetros historiográficos fue primordial 
para nuestro autor. Coincidimos entonces con Thomas Calvo en que mucho de 
la creación y la conformación de la obra Pueblo en vilo tiene una herencia más 
que nada francesa, puesto que las afinidades encontradas de las tradiciones que 
dieron luz a esta obra provienen precisamente de lo que González pudo captar, 
aprehender e interiorizar de sus estudios en Francia durante esa época: “Pueblo 
en vilo sigue siendo exterior a las corrientes dominantes de la historiografía 
francesa, pero por lo tanto está profundamente de acuerdo con ciertas caras del 
pensamiento francés."33 
 
 
31 Ibidem, p. 367. 
32 Recordemos que para Braudel, el objeto de la historia no es el individuo, sino "el hecho social 
en su totalidad", en todas sus dimensiones humanas: económica, social, política, cultural, 
espiritual, etcétera; así el eje principal de la investigación histórica se desvía de la historia 
política hacia la historia social. Revisar: Corcuera de Mancera, Sonia, Voces y silencios de la 
historia, México, F.C.E., 1997, p. 187. También se puede pensar en el paradigma de historia 
global que defendía Braudel y que puede ser relacionado con los elementos teóricos que 
presenta González para su microhistoria. 
33 Vid. Calvo, Thomas, "Pueblo en vilo a los ojos de la historiografía francesa" en Relaciones. 
Estudios de Historia y Sociedad. Migración y sociedad, Vol. XXI, Núm. 83, 2000 p. 197-206. 
 En este lapso de vida que González pasa en Europa, se da tiempo para 
conocer y vagar por otros rincones del viejo continente. Su permanencia en 
España y otros lugares le permiten el acercamiento a fondos históricos muy 
importantes en los cuales, por encargo, recuperaba parte de la memoria 
mexicana, pero también estos paseos le dieron la oportunidad de poner en 
perspectiva la vida europea y su propia vida: 
 
Con espíritu parisiense, pasé unos preciosos meses en España. Para cumplir con ciertos 
encargos, estuve un par de meses en el Archivo de Indias y en sitios menos serios de 
Sevilla. Recorrí en tren muchas ciudades de España y hasta leí periódicos, revistas y 
libros. Fue un paseo de varias pistas.34 
 
Esta oportunidad, que le fue brindada a González representó un 
enriquecimiento cultural y de conocimiento que siempre valoró, y en la cual 
encontró fuertes soportes que le ayudarán a sustentar su obra más aclamada, 
es decir Pueblo en vilo. 
 
 El regreso de don Luis a tierras mexicanas, fue hacia 1953, año también 
en el que Adolfo Ruiz Cortines, como presidente de México, entraba de lleno en 
su labor. En esta época, también llamada de Desarrollo Estabilizador, el país 
llega a un proceso en el cual las armas se deponen para una lucha más bien 
política, la cual se dirige desde la presidencia. Los requerimientos necesarios 
para la búsqueda y logro de un desarrollo económico a través de la 
modernización se dieron fomentando bases, sobre todo de industrialización. Así 
la idea de un país agrario, que en épocas revolucionarias era prevaleciente, 
cada vez quedaba más lejos de la realidad y de la idea que se tenía del país. En 
estas décadas, cuarentas y cincuentas, la prioridad gubernamental era la 
modernización de México, y esto dependía en buena medida de la 
multiplicación, de fábricas, técnicos y obreros, pues éstos fundamentarían más 
altos índices de productividad y por ende la posibilidad de mayores ganancias 
que beneficiarían tanto a los empresarios como a las arcas de la hacienda 
pública. Fue en esta época en que al interior del propio país, es decir su 
mercado interno, se convierte en gran medida como el motor de la economía, 
que poco a poco iba creciendo en forma esperanzadora. 
 
 El aliento industrial del país y del empuje más o menos estable de la 
economía trajo consigo que más población campesina volteara a ver la 
urbanización como la opción más factible de supervivencia, y aunque este 
fenómeno se extenderá hasta bien entrada la década de los sesenta y 
posteriores, es importante resaltar que esta movilización es la que completó y 
conformó lo que hoy son las grandes ciudades del país. Cabe mencionar, y sólo 
como información anexa al contenido de la obra, que de este fenómeno de 
migración campo-ciudad, González da cuenta perfectamente en su libro, pues 
 
34 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort. op. cit., p. 367. 
 
este suceso tocó muy claramente al pueblo de San José de Gracia, población 
eminentemente rural. 
 
 En este mismo año, 1953, González es invitado por uno de susmaestros, 
Daniel Cosío Villegas, a incorporarse al grupo de historia económica, política y 
social, el cual le llevaría a analizar parte de la realidad pasada, específicamente 
el análisis de la República restaurada, desempeñando así, y ya 
profesionalmente, el oficio de historiador, en modalidad de investigador, con 
reconocimiento monetario. Acerca de esta actividad, y de que no era la época en 
la cual se había especializado, dice don Luis: "Aunque me había preparado para 
el estudio de la Nueva España, acepté la oferta de don Daniel porque temí que 
nadie me costearía la dedicación a una época oscura, con el prestigio adicional 
de ser la fea de la historia patria."35 
 
 Su labor siguió en progreso y su dedicación a esta etapa de la historia 
continuó madurando en frutos de investigación, lo cual tuvo merito para que 
posteriormente lo nombraran responsable de uno de los diez tomos de la 
Historia moderna de México, que también dirigía don Daniel. Este encargo habla 
de la gran labor y profesionalismo con que Luis González y González 
desempeñaba su trabajo, sin embargo, su actividad no era aislada pues a raíz 
de esta nueva encomienda, el equipo de seminaristas al cual pertenecía fue de 
suma importancia. Con ellos, la actividad diaria se concentraba en la búsqueda, 
análisis, y posteriormente interpretación individual de las fuentes examinadas. Al 
respecto el autor comenta: 
 
...los que trabajamos en el decenio de los cincuentas en la colosal Historia Moderna de 
México bajo la dirección de Don Daniel Cosío Villegas, el inolvidable don Daniel de esta 
aula magna de la República, lo hicimos en grupo pero más a la manera de taller medieval 
que de fábrica moderna. Casi sin excepción, el operario de aquel taller escogía el tema 
que le gustaba;... don Daniel pagaba y era autoritario, docto e inteligente, pero sólo 
proponía ver la historia en la que laborábamos como una actividad social, como un 
esfuerzo dirigido a poner al alcance de la sociedad mexicana un instrumento de 
liberación: la conciencia nacional de su pasado inmediato.36 
 
Asimismo, su preparación fue consolidándose ya que al término de estas 
interpretaciones, la revisión, calificación y crítica de sus escritos era 
debidamente examinada, estas experiencias a lado de grandes maestros y 
compañeros fueron importantes para el autor. Al final de la elaboración del tomo 
correspondiente a dicha obra, fue, en palabras del autor, severamente criticado y 
no tanto por el contenido sino en mucho por que el lenguaje, cotidiano y 
coloquial en el que fue escrito, hizo que la molestia de historiadores arraigados a 
la seriedad conservadora de la escritura de la historia, fuera expuesta en 
evidencia dentro del gremio. Sin embargo, esto no perturbó en sobremanera a 
González y González, pues lo que más se distingue de él es su forma y estilo de 
 
35 Loc. cit. 
36 González y González, Luis. Nueva invitación a la microhistoria, México, Sep/80, FCE, 1982, p. 
22. 
escribir, era parte de su formación y de la enseñanza de sus maestros "…el 
director del seminario (Daniel Cosío Villegas) no cesaba de decirnos que 
escribiéramos coloquialmente, en forma clara y sencilla."37 El encanto cotidiano 
de su pluma lo agradece hoy en día todo aquel que lee una obra de González, 
pues más que su estilo considero es toda una forma de expresión que lo 
particulariza. 
 
 Los cinco años que restan de la década de los cincuenta, González y 
González, entre otras cosas, se dedica a consolidar su vida personal y familiar. 
Se casa con la poeta Armida de la Vara y procrea a dos de sus seis hijos, con 
los cuales habita de forma independiente y mantiene con el sueldo que provee 
su trabajo de investigador; para esta época, específicamente como bibliógrafo, 
como él se llama, colabora con don Daniel Cosío en la hechura de fichas 
bibliográficas, las cuales fueron el sustento para la elaboración, dos o tres años 
después, de un libro titulado Fuentes de la historia contemporánea de México. 
 
 Para la década de los sesenta el impulso que llevaba la economía y la 
modernización en el país presentaba algunos resultados. El llamado "Desarrollo 
Estabilizador", es decir, el crecimiento de la economía con estabilidad de precios 
y baja inflación, fue la tendencia hasta 1970. En esta época se podían presumir 
de avances en materia de salud, educación e infraestructura. Con una población 
que en su mayoría era urbana, el país no dejaba de mostrar también una 
desigualdad que a la par del abandono del campo fundamentaba diferencias 
entre quienes tenían y los que vivían en la pobreza: 
 
…el censo de 1960 indica, por primera vez, que la mayoría de la población mexicana es 
urbana. Esta realidad revela el abandono del campo para irse a la ciudad o para emigrar 
a Estados Unidos. La clase media alcanza entre 20 y 30 por ciento de la población, 
mientras que los pobres constituyen un 70 por ciento del país.38 
 
Sin embargo, la labor de Adolfo López Mateos en su periodo presidencial 
(1958-1964), entre otras cosas, conduce a México a conocer algunas de las 
instituciones y procesos en los que el desarrollo de la sociedad venía inmerso 
precisamente en el aspecto económico. En un principio su objetivo era lograr 
mantener el predominio del capital nacional sobre el proceso económico a través 
de tres políticas: "…limitar la entrada del capital externo en áreas estratégicas; 
fomentar la creación de empresas mixtas en vez de compañías totalmente 
extranjeras; y estimular la adquisición de productos industriales nacionales por 
la empresa extranjera."39 El gobierno empleó todas estas políticas. Como 
ejemplo de éstas, fue el surgimiento de la Comisión Federal de Electricidad 
(CFE), a través de la cual el Estado fue reemplazando poco a poco la inversión 
externa como principal productor de energía eléctrica. Así, "…la producción 
eléctrica mexicana quedó directamente bajo control estatal, uniéndose a la 
 
37 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort. op. cit., p. 367. 
38 México Cien años, Ed. Santillana, Océano, Barcelona, 2001, Vol.3, p. 272. 
39 Historia general de México, México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 
2000, p. 891. 
actividad petrolera y ferroviaria como espina dorsal de un desarrollo futuro que 
se suponía sería nacional en el mejor sentido del término."40 
 
Lo relevante en el aspecto cultural tendría lugar al final de su sexenio, 
pues con la apertura del Museo Nacional de Historia Natural, el Museo de Arte 
Moderno, el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional del Virreinato 
en Tepotzotlán, completaba un ambicioso proyecto museístico. Sin embargo, 
dentro de esta estabilidad económica y de un llamado "milagro mexicano", por la 
recuperación del país hacia la modernidad, se entraba a una década que 
conforme avanzaba en los años se le iban presentando contrastes y 
contradicciones, uno de ellos fue el conflicto entre los estudiantes y el Estado en 
1968, ya con el gobierno de Díaz Ordaz (1964-1970). 
 
 Sin embargo, para finales de esta década nuestro autor ya no se 
encontraba en la Ciudad de México. Tras haber ocupado el puesto de director de 
la importante revista Historia Mexicana del Colegio de México por cuatro años 
(1960-1964), y de colaborar como director del Centro de Estudios Históricos del 
Colegio de México (1963-1965 y 1970-1973), decide volver a la tierra que lo vio 
nacer. En su primer año sabático, el proceso de emigración campo-ciudad en 
González fue a la inversa, pues él emigra de la ciudad al campo, con todo y 
familia; "…por octubre de 1966 tomé la decisión de pasar mi primer año sabático 
en un sitio sin interés para los académicos, en una aldea sin gracia a la que 
volvía anualmente por un mes para cumplir con el rito de las vacaciones... a 
finales de aquel año, Armida, seis criaturas y yo nos instalamos en San José de 
Gracia."41 Su pueblo San José de Gracia,Michoacán, lo ve regresar, entre otras 
cosas, para un descanso en familia, pero también para darle la oportunidad de 
cosechar frutos de investigación histórica que tendrían como resultado su 
famosa obra Pueblo en vilo. Ahí el autor cayó en la tentación de aplicar el 
método de la historia académica a la reconstrucción histórica ejercida por sus 
paisanos. 
 
 El estar en contacto, de nueva cuenta, con los habitantes de San José de 
Gracia, y el escuchar las historias contadas por los viejos, lo impulsaron a 
realizar un estudio de su terruño; también avalado por documentos, su escrito se 
estructuro con el relato de sucesos de toda índole lo que permitió que realizara 
una historia global: 
 
…en mi texto se agregaron noticias de la época española, de la aventura del padre 
Marcos Castellanos, de la vida cotidiana de los rancheros antes de juntarse en San José 
y, en fin, de los quehaceres económicos, sociales, políticos, bélicos y religiosos de la 
gente común.42 
 
 Su vida en este año, fue de encuentros e investigaciones, pero sobretodo 
de búsqueda de materiales para lograr su objetivo, es decir, hacer la historia de 
 
40 Ibidem, p. 892. 
41 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort. op. cit., p. 369. 
42 Loc. cit. 
su pueblo. ¿Qué hizo Luis González antes de escribir su historia? o ¿qué 
actividades conformaron su vida en los años que escribe su historia?, estos 
cuestionamientos nos parece importantes responderlos pues conformaron en la 
vida del autor hechos que sustentaron la obra Pueblo en vilo: 
 
…el autor no solo se dio el lujo de haber nacido y crecido en el pueblo en cuestión. Antes 
de ponerse a escribir, practicó caminatas a pie y a caballo por la tierra donde crece la 
historia josefina; conversó con todo mundo en aquel mundillo; exploró los archivos de sus 
padres, de la parroquia, del municipio y el Archivo General de la Nación; vio, oyó y se 
documento mucho.43 
 
Como vemos, parte de su vida durante estos años fue la de reencontrarse 
con su pueblo, pero también de la oportunidad de González de crear su propio 
espacio, su centro de operaciones, como él le llama, donde inicia la búsqueda, 
luego el análisis, la interpretación y finalmente la escritura de su obra. A lado de 
su familia y de su inseparable esposa Armida, que como correctora de estilo y 
mecanógrafa lo asistía en las operaciones historiográficas, este espacio fue 
donde vivió durante esta época. Veamos como lo dice el autor: 
 
…el centro de operaciones fue una casa grande y vieja de pueblo... Sobre tres lados del 
rectángulo del jardín del patio principal de la casa se inclinan vertientes de los corredores. 
Los pisos son de mosaicos. Al corredor dan las puertas de las alcobas, la sala y el 
comedor. Las piezas son espaciosas... desde el cuarto de trabajo se vislumbran el 
panorama de los techos de teja, las torres de la parroquia, el jardín, la montaña de Larios 
y el cielo azul desde que renacen cada día. Junto y escribo en el sosiego de la 
madrugada; de las cuatro a las nueve. En la tarde, Armida corrigió deslices, propuso 
enmiendas y mecanografió el texto que recibió manuscrito de mi mano. Fue una gran 
colaboradora.44 
 
Este regreso a la matria, significó en González la oportunidad de visualizar 
a su pasado, de contactar los ancestros y resumir el origen del pueblo, pero 
también de su pasado personal, es decir su genealogía. Esta forma de proceder 
converge con su formación, ya que ambas le permiten descifrar el pasado, 
"…hay algo en mi modo de ser: yo tiendo a visualizar. Cuando estoy leyendo a 
un autor, ya sea de otras épocas o de la época actual, necesito tener la imagen 
de él, necesito verlo en el momento en que está escribiendo o mirando su 
obra."45 
 
 Otro aspecto importante durante el tiempo que pasa en el pueblo, es la 
cercanía con la que estuvo de los problemas josefinos y de la situación social 
que prevalecía. Él pudo constatar personalmente las situaciones que enfrentaba 
su pueblo para subsistir día a día y de las innovaciones que con lentitud iban 
llegando a la zona. En Pueblo en vilo comenta lo siguiente: "…un dicho popular 
en San José de Gracia nunca el pueblo había tenido tantos cambios y recibido 
 
43 González y González, Luis. Pueblo en Vilo, México, FCE-SEP, (Lecturas Mexicanas), 1984, 
No. 59, p. 10. 
44 González y González, Luis. Pueblo en Vilo: microhistoria de San José de Gracia, México, el 
Colegio de Michoacán, 1995, p. 25-26. 
45 Aguilar, Luis Miguel, y Rafael Pérez Gay. op. cit., p. 17. 
tantos beneficios como en los últimos años, es verdadero. Incluso una mejora 
aún no esperada, la del teléfono, se introdujo en 1966."46 Este análisis 
contemporáneo lo incluye perfectamente en su capítulo Ayer y hoy 1957-1967. 
El contexto nacional lo incluye en su obra y lo mezcla con los sucesos josefinos, 
así, en ambos entornos, la vida del autor tiene cabida. Ambos están presentes y 
conviven cuando don Luis escribe. 
 
 Finalizado su año sabático regresa a la gran urbe que lo acoge de nueva 
cuenta. El colegio de México y sus diversos profesores le abren las puertas para 
comentar su trabajo durante su año de investigación. Su escrito no fue bien 
recibido y las críticas fueron amenazadoras, sobretodo hacia la cordura del 
autor: 
 
Al regreso de mi año sabático hubo una reunión en El Colegio de México... en esa 
reunión estuvieron mas que nada compañeros de mí generación y únicamente dos de 
mis maestros... en forma amigable pero franca, mis compañeros me dijeron que simple y 
sencillamente había perdido el tiempo durante un año, reuniendo cosas que, fuera de mis 
paisanos, no le interesaba absolutamente a nadie.47 
 
Sin embargo, el apoyo brindado por sus maestros y compañero (José 
Gaos, Daniel Cosío Villegas y Antonio Alatorre) le vale para que su obra sea 
publicada. Ésta aparece en librerías en navidad de 1968, exactamente después 
de que las mentes urbanas oyeron a lo lejos la movilización estudiantil y tuvieron 
muy presente la algarabía de los XIX Juegos Olímpicos celebrados en México 
en ese año. 
 
 Estos sucesos, en especial el movimiento del 68, volcaron a la sociedad 
en una crisis que fue producto de las demandas de los grupos modernos de la 
sociedad que exigían cambios políticos, así, dicho movimiento y según Soledad 
Loaeza, fue también una protesta típica de la clase media, que empezaba a 
reclamar "…la defensa de la participación, amenazada por los efectos de la 
concentración del ingreso, que desde entonces tendían a cancelar los canales 
de movilidad social."48 La fisura que había generado este ímpetu de cambio 
establecería los parámetros desequilibrantes de las décadas posteriores. 
 A pesar de las no pocas criticas a su obra, y de las inclemencias políticas 
del país, pero de una corrida estabilidad económica, González pudo brillar en 
esta época gracias a su obra. Innovadora en muchos aspectos, sobre todo en la 
metodología y el proceso de interpretación de las fuentes ya que dio un giro 
importante en relación con los historiadores anteriores, ésta le valió para recibir 
el premio Haring de la American Historical Association en 1971. Con esta 
aceptación ya un poco más general de su obra y de su aportación al estudio 
histórico, González, se encarrila perfectamente a la microhistoria, él mismo dice 
 
46 González y González, Luis. Pueblo en Vilo: microhistoria de San José de Gracia... p. 314-315. 
47 Aguilar, Luis Miguel, y Rafael Pérez Gay. op. cit., p. 17. 
48 Blanco, José Joaquín, y José Woldenberg (comp.), México a finales de siglo, México, 
CONACULTA- FCE, 1993, Tomo 1, p. 124-125. 
que se siente muy cómodo haciendo microhistoria, pues creemos que 
encuentra su manera de expresar y descubrir lo particular en la historia. 
 
 Gracias a su dedicación, sus trabajos y experiencia en la historia, en la 
década de los setentas se incorporaa varias instituciones especializadas y 
reconocidas en el ámbito mundial del quehacer histórico, así desde 1972 es 
miembro de la Academia Mexicana de la Historia, correspondiente de la Real de 
Madrid, miembro de la Real Academia de la Historia correspondiente a la de 
España en 1973, miembro correspondiente en el extranjero de la Académie des 
Sciences, Agriculture, Arts et Belles Lettres de Aix en Provence, Francia desde 
1974 y miembro del Colegio Nacional desde 1978. En esta década también, 
escribe varias ponencias acerca del trabajo microhistórico y de la construcción 
de su obra, en suma, comienza a teorizar acerca de este quehacer, dicha 
actividad va a ser una constante de aquí en adelante, en la vida de don Luis: 
 
A partir de la publicación de Pueblo en vilo en 1968, fui invitado a teorizar sobre el arte de 
la historia pueblerina. Como respuesta a esa invitación escribí ponencias para congresos 
y comentarios para revistas y periódicos; di entrevistas y junté, en un par de libros, algo 
de lo escrito acerca de una forma muy antigua de historiar que corrió por algún tiempo 
como fama de nueva.49 
 
Aunque su interés por la microhistoria era total, él mismo dice que tuvo 
que dedicarse a otras actividades dentro de las instituciones del gremio para 
fundamentar y sostener su vida y la de su familia, sin embargo, el rumbo de su 
vida, por lo menos en el ámbito profesional, estaba completamente en el trabajo 
de la historia micro: 
 
…la microhistoria, tan ligada a la existencia íntima del hombre, tan placentera, tan 
aportadora de materia prima semielaborada para las ciencias del hombre, tan malquerida 
por los pedantes y tan del gusto de los humildes, me inclinaba a ser microhistoriador de 
tiempo completo. Como el horno no estaba para bollos, tuve que aceptar el papel de chile 
de varios moles, especialmente los de sabor tarasco.50 
 
 La importancia de 1968 reside en que entre las clases medias se puso fin 
a la idea de que la participación independiente era incompatible con la 
estabilidad, al mismo tiempo se demostró que era preciso poner limites a la 
autoridad, es decir, activó su capacidad de defensa. Lo cual provocó que los 
primeros veinte años del último tercio del siglo XX hayan sido un tiempo de crisis 
y de estabilidad, un periodo en el que se produjeron sorprendentes paradojas 
que desafían todos los modelos. La sociedad mexicana conoció en este lapso un 
crecimiento económico espectacular y momentos de decrecimiento y deterioro 
sin precedentes. Paralelamente, las instituciones políticas cambiaron, al mismo 
tiempo que se profundizó la desigualdad social, o, cuando menos, se incremento 
la pobreza que en las décadas anteriores parecía haber disminuido. 
 
 
49 González y González, Luis. "Prologo", en Invitación a la microhistoria, México, Ed. Clío, 1997, 
p. 7. 
50 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort… op. cit., p. 372. 
 Durante los mandatos de los presidentes Luis Echeverría (1970-1976) y 
José López Portillo (1976-1982), el gobierno intento atraer a los grupos 
inconformes por medio de amnistías y concediendo "beneficios" que más que 
prerrogativas, consistían en derechos de los ciudadanos, como es el caso de la 
educación; “…además de mecanismos de apoyo a la clase trabajadora y 
mediante reformas electorales, pero con discursos altisonantes relativos a la 
apertura democrática y al nacionalismo.”51 
 
 Sin embargo, el punto en este periodo que conecta las políticas y cambios 
que vivía el país, con nuestro autor, es precisamente que en estas concesiones 
e incipientes cambios, se da la oportunidad a que se abran nuevos centros de 
educación superior y de cultura. 
 
Hay varios ejemplos de esto en esta época: en 1973 se crea el Centro Cultural Helénico, 
el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México y El Colegio de Bachilleres; 
asimismo, en 1974 se crean la Universidad Autónoma Metropolitana y el Colegio de 
Etnólogos y Antropólogos Sociales; hacia 1977 se crea la Unidad Profesional 
Interdisciplinaria de Ingeniería, Ciencias Sociales y Administrativas (IPN), la cual 
extiende en mucho la educación superior.52 
 
En este impulso educativo y de la apertura de nuevas instituciones, a 
finales de 1979 se crea el Colegio de Michoacán, en el cual estuvo totalmente 
involucrado don Luis González y González: 
 
Aunque nos soy hombre de acción, he tenido que apechugar con algunas direcciones e 
incluso con la puesta en marcha de un instituto. He referido la propuesta de Fernando 
Solana, hecha en el Colegio de México, de abrir en provincia colegios a imagen y 
semejanza del Colmex.... Víctor Urquidi me propuso ser el adelantado de esa cruzada... 
aunque la quema de las naves la ordenó la autoridad del puerto de partida.53 
 
Este colegio, como bien lo dice González, fue una sede en provincia con 
igualdad al de la Cuidad de México. Se fundó en la ciudad de Zamora, 
Michoacán, y es una institución dedicada a la investigación y a la formación de 
investigadores en el Occidente de México. De inmediato González asumió la 
presidencia de este colegio, el cual dirigió hasta 1985. En esta época se dedicó 
a darle forma a dicha institución y juntar colaboradores que lo pudieran poner en 
marcha formal: "…desde el arranque se dispuso de un buen equipo de 
investigadores y se admitieron pequeños pelotones de alumnos deseosos de 
aprender los oficios ofrecidos por el Colegio de Michoacán: antropología social, 
historia y ecología humana"54 
 
 
51 Blanco, José Joaquín, y José Woldenberg (comp.), México a finales de siglo…, p. 125-127; y 
Escalante Gonzalbo, Pablo, y Bernardo García Martínez, et al., Nueva historia mínima de 
México, el Colegio de México, SEP, 2004, p. 286-287. 
52 México Cien años…, op. cit, p. 356-357. 
53 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort, op. cit., p. 373-374. 
54 Loc. cit. 
 A la par de esta actividad don Luis se daba tiempo para colaborar en 
Congresos y dictar ponencias, dar bienvenidas y viajar las distancias que 
requerían su presencia; algunos de estos textos fueron recopilados 
posteriormente en una serie de libros acerca de la Microhistoria, algunos 
ejemplos de las ponencias son los siguientes: 
 
• Noviembre de 1969, "Un siglo de aportaciones mexicanas a la 
microhistoria", trabajo presentado ante al 3ª Reunión de Historiadores 
Mexicanos y Norteamericanos. 
• Marzo de 1973, "Teoría de la microhistoria", Discurso de ingreso a la 
Academia Mexicana de la Historia. 
• Agosto de 1974, "Tres historiadores de provincia", Discurso de bienvenida 
de don Rafael Montejano. 
• Septiembre de 1975, "Fuentes de Chihuahua", respuesta al discurso del. 
Dr. José Fuentes Mares. 
• Noviembre de 1978, "Historia Académica y rezongo popular", discurso de 
ingreso a El Colegio Nacional. 
• Enero de 1981, "Medina, en Guadalajara", Discurso de bienvenida a Luis 
Medina Ascencio.55 
 
Con lo anterior observamos que la vida de nuestra autor fue fluctuante y 
bastante activa en esta época, sobre todo en cuanto a lo que más le interesaba, 
la microhistoria. Hacia 1985, cuando termina su ciclo de regencia del Colegio de 
Michoacán, le dedica un par de años a profundizar sobre la filosofía de la 
historia. Con esta exhaustiva tarea, y la de meditar seriamente sobre las 
posturas de la historia, logra entablar algunos principios y declararlos en su 
también famosa obra, El Oficio de historiar. Con ella observamos que don Luis 
aparte de ser un microhistoriador es un teórico de la historia. Esta obra es el 
más claro ejemplo de los alcances intelectuales del autor sobre su oficio, pero 
sobre todo es ejemplo de la verdadera pasión y vocación de don Luis, la historia. 
 
 La crisis que sufría el país a principios de la década de los ochenta, pero 
que venía arrastrando desde la anterior, no pudo detener que se agravaran aún 
más los problemas con los que regularmente vivía la sociedad mexicana,es 
decir, la inflación, el desempleo y la pobreza. Con ello a cuestas, Miguel de la 
Madrid (1982-1988) se proponía, asentado por escrito, que en un plazo de tres 
años lograría un crecimiento sostenido de la producción y el empleo, superar el 
desequilibrio del sector externo, disminuir el déficit gubernamental y abatir la 
inflación. Con dos programas de gobierno dirigidos a la reordenación de la 
economía, a la preservación de las instituciones democráticas, la derrota de la 
crisis y la recuperación de la capacidad de crecimiento de la devaluación. De la 
Madrid pudo enfrentar su periodo presidencial, sin embargo, no pudo resolver 
de forma integra tantos problemas. A mediados del sexenio se había alcanzado 
 
55 Todas estas ponencias conforman el libro de Luis González y González, Nueva Invitación a la 
microhistora. 
cierta estabilidad: la inflación bajó 50% en 1985, frente al 90% de 1982; la 
devaluación no se detuvo, pero ocurría de manera gradual y previsible, y el 
empleo y los salarios se recuperaron levemente.56 
 
 Fue un periodo en el que también se plantea una nueva relación del 
Estado y la sociedad, pues a partir de la consolidación de la estructura de 
clases, las cuales abandonarían el paternalismo político, emergieron como 
pluralidad, la cual reflejaba, en gran medida, las necesidades sociales, es decir: 
 
 …aparecieron grupos en defensa empresarial, asociaciones de productores, sociedades 
de padres de familia, grupos de defensa cívica, de mujeres, de ecologistas, ligas 
campesinas, colegios de profesionistas, colonos, habitantes de barrio, que reclamaban 
su lugar y su voz dentro del conglomerado político presidencialista.57 
 
 Estas voces se hicieron sentir sobre todo en los sismos de 1985, ya que 
ante la lentitud estatal, la sociedad civil enfrentó y respondió a los problemas que 
causaron los derrumbes y muertes del sismo. 
 
En esta época la salud de González y González no era del todo estable, 
durante esta década las entradas y salidas al médico hicieron que su físico 
requiriera otro ambiente y otros espacios, sobre todo sin la contaminación de la 
ciudad. Como él lo dice, el ciclo que había dejado abierto al salir de su pueblo 
hace 50 años, se cerraba regresando él a vivir: “A 10 años de la fundación de El 
Colegio de Michoacán cerré el viaje redondo iniciado 50 años antes. Desde 1988 
vivo otra vez en San José de Gracia. Cumplía el pueblo 100 años cuando nos 
reconocimos mutuamente, los dos éramos otros."58 En su casa contaba con todo 
lo necesario para que el historiador continuara ejerciendo su oficio, pero también 
en el Colegio que él fundó: “El cronista dispone de una biblioteca con veinte mil 
volúmenes, entre ellos los de teoría y método de la historia y los de historia 
general del país y particular de cada uno de los estados."59 
 
 Aunque su traslado y su salud requirió tiempo para acoplarse 
nuevamente, González, nunca dejó proyectos de lado. Su continuo ímpetu por 
el quehacer histórico marcaba día a día las actividades de su vida: 
 
Vuelvo a San José con los propósitos de escribir una historia de la construcción de 
México; poner al día Pueblo en vilo, Zamora y Sahuayo; juntar en media docena de 
volúmenes el centenar de artículos dispersos en revistas y periódicos, y ponerme a 
reconstruir la historia de un yo pobre que le ha tocado medirse con una sustancia rica y 
sabrosa.60 
 
Sin embargo, sí se van a ver un poco retrasados por "…la acción de 
amigos y patronos que me han llevado a cursos, conferencias, congresos, 
 
56 México cien años, Vol IV, op. cit, p. 366-367. 
57 Blanco, José Joaquín, y José Woldenberg (comp.), op. cit., p. 128. 
58 Florescano, Enrique y Ricardo Pérez Monfort. op. cit., p. 376. 
59 Loc. cit. 
60 Loc. cit. 
juntas, homenajes, asesorías, banquetes y consultorios."61 Esto en realidad, dice 
González, le ocupaba mucho de su tiempo: "…las conferencias dadas en cinco o 
seis ciudades diferentes, y en ocasiones muy distantes del sitio de residencia, 
exigen horas y días felices."62 
 
En 1989, aparece su libro Todo es historia, que es la recopilación 
anunciada de 14 artículos publicados y leídos con anterioridad. Su producción 
escrita es ardua en esta época, así lo hacen ver la treintena de ensayos para la 
prensa periódica y los diversos libros que logró editar, entre ellos esta 
Michoacán, muestrario de México, los libros que le pidieron que prologara, y 
demás artículos que abarcaban la labor microhistorica, que sin duda lo 
remontaban siempre a su obra más reconocida, Pueblo en vilo. 
 
 En esta época, finales de los ochentas, tras un gobierno que se 
posicionaba en el poder tras dudas electorales, nuestro autor construía su vida 
un poco más tranquila y definitivamente provincial, lo cual su salud y familia se lo 
agradecían. Alejado de la ciudad, más no de la vida y desarrollo del país, puso 
en balance los adelantos tecnológicos, que observó imponerse a través de las 
décadas: 
 
…el transporte aéreo, la computadora, y la televisión constituyen las máximas maravillas 
del mundo. A las tres he accedido tarde y me duele, (pero) una me emociona 
particularmente: la televisión. (pues)... a través de programas televisivos los historiadores 
pueden llegar a un público centenares de veces más vasto que el de los periódicos y 
libros.63 
 
Aunque en ellos ve una buena propuesta, también acepta que aún esta en 
pañales lo de una historia televisual, no obstante, admite la preocupación de que 
la historia sea para todos. 
 
Y hablando de enfoques globales, lo que el país adquirió en el aspecto 
económico fue precisamente un enfoque neoliberal para su economía, la cual, 
consistía principalmente en disminución del gasto público, reducción igualmente 
drástica del sector económico estatal, aliento a la lógica del mercado y a la 
destrucción de barreras proteccionistas e incorporación a los procesos de 
economía global. Estas políticas tuvieron buen reflejo cuando el presidente en 
turno, Carlos Salinas de Gortari, firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados 
Unidos y Canadá, el cual entró en vigor el 1 de enero de 1994. 
 
 Proponer como estrategia la integración económica de México con el 
mayor mercado del mundo resultó ser un viraje histórico, pues la nueva política 
requirió desmantelamiento no sólo de las barreras proteccionistas sino también 
de privatizar la mayoría de las empresas del Estado con la notable excepción de 
Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. Y aunque México 
 
61 Loc. cit. 
62 Loc cit. 
63 Ibidem, p. 378. 
ante esta apertura se convirtió en un destino atractivo para la inversión 
extranjera, en 1994 bajo una combinación de factores políticos, el aumento en 
las tasas de interés en Estados Unidos, hizo atractivo para el capital 
especulativo considerar la posibilidad de vender sus carteras en México y 
retornar a la seguridad de los mercados norteamericanos. Cuando se produjo el 
cambio de gobierno, en 1994, los administradores de los fondos extranjeros 
invertidos en valores mexicanos empezaron a salir del mercado nacional: “…se 
decidió una nueva devaluación cuyo resultado fue una perdida de confianza del 
capital externo y el principio de una salida masiva de capital lo que originó una 
severa crisis económica.”64 Con ella todo se desató, y de nueva cuenta la 
sociedad se enfrentaba, aunque más agudamente, a la inflación, al desempleo, 
a la desigualdad adquisitiva y a un movimiento de rebelión en Chiapas del 
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Aunque las hostilidades apenas 
duraron 11 días el impacto fue extraordinario. 
 
La compleja realidad que se trazaba día a día en el país era y es muestra 
de las situaciones que las redes profundas de la política y la economía sostienen 
a México. A finales de siglo y con una población de 97.5 millones de habitantes, 
se cree que

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