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Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre * María Virginia Jaua Alemán Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Para ver esta película, debe disponer de QuickTime™ y de un descompresor TIFF (sin comprimir). Neevia docConverter 5.1 Índice Introducción ………………………………………………………pág. 3 Capítulo I Un raro prisionero del insomnio: José Antonio Ramos Sucre Lo raro del raro ………………………………..……………………. pág. 11 La obra, la poesía, las referencias ……………..……………………. pág. 14 Los libros ………………………………………...……………….…. pág. 22 Capítulo II Poesía, magia y lenguaje en Ramos Sucre Romanticismo: poesía, magia, lenguaje ………………….………….. pág. 27 El poema en prosa ……………………………………………………. pág. 38 Elipsis, oscuridad y enigma ………………………………………….. pág. 43 Capítulo III Fausto y la solución al enigma de la existencia en José Antonio Ramos Sucre La tragedia fáustica del creador en el siglo XX ……………………… pág. 53 Conclusiones ……………………………………………………….pág. 74 Bibliografía………………………………………………………….pág.79 Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 4 Introducción En la década de los veinte la literatura venezolana se abre a los planteamientos generales de la modernidad. Figuras como José Antonio Ramos Sucre, Antonio Arráiz, Julio Garmendia, Enrique Bernardo Núñez, entre otros, construyen sus propuestas desde una perspectiva moderna. Como consecuencia de búsquedas personales, mas no porque hayan participado en grupos o movimientos vanguardistas, sus obras ofrecen un carácter de ruptura análogo al planteado por los ismos europeos de entreguerras. Procedimientos textuales tales como la ironía, la parodia, el cuestionamiento del sujeto, la indeterminación, la alegorización, la presencia de la conciencia crítica y las rupturas temporales y sintácticas, se ponen de manifiesto en la producción de los autores antes mencionados. Estudiar la literatura venezolana del siglo desde la perspectiva de la modernidad, permitiría estructurar una periodización que supere los encasillamientos en que hasta ahora ha incurrido la historia de literatura, para poder así establecer otras genealogías con la poesía actual —en la que curiosamente se ha visto una reinterpretación del misticismo—, así como abrir líneas de investigación que susciten otras lecturas. José Antonio Ramos Sucre, un poeta fundamental en el panorama de la literatura venezolana de la primera mitad del siglo XX, poco a poco ha ido despertando interés y curiosidad en el ámbito de la literatura en lengua española. Desde hace algunas décadas ha comenzado a suscitar la curiosidad, y más tarde admiración, de algunos lectores críticos del siglo pasado y principios de este; sin embargo, sigue siendo un autor bastante secreto, poco leído y estudiado; o como ya señalara José Ramón Medina: no sólo poco, sino sobre todo mal leído. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 5 En parte, el presente trabajo busca hacer una lectura atenta de ciertos poemas, para a partir de esa lectura continuar, ampliar, enriquecer, el valioso trabajo que esos poetas y críticos (como Eugenio Montejo, José Balza, Guillermo Sucre o Adolfo Castañón, por sólo citar unos pocos) ya han dedicado a la obra poética del escritor de los cielos esmaltados. La primera vez que entré en contacto con los poemas de Ramos Sucre, hace algunos años, su lectura me causó primero un profundo efecto de extrañeza, de desconcierto, pero de inmediato me sedujo. Del desconcierto primero y la fascinación que le siguió fue surgiendo una necesidad urgente de desentrañar, o mejor, adentrarme en su universo para intentar buscar las claves e interpretar los símbolos, es decir, apropiarme de su poesía: entenderla. Resulta curioso que una de las primeras impresiones que me quedó al leer los textos, fue la de la imagen del arcano, es decir, la de la imagen del libro que se quiere mudo y cifra en ello su apuesta: una obra del secreto que pide un lector arriesgado. En el caso de Ramos Sucre el arcano adquiere una forma, el poema, que busca un posible lector se anime a desentrañar sus símbolos, pero también que llene los espacios vacíos, intervenga en la re-elaboración, y vaya incluso más allá y trace un mapa de su relación con los otros textos fuera del texto, que establezca una suerte de “sistema” con cada uno sus componentes. Fue así como su poética me incitó a la lectura y el intento de la interpretación que este trabajo representa. Con el transcurrir de las lecturas, renovadas una y otra vez, se fue despertando una curiosidad cada vez más acuciante: ¿por qué aparece de manera recurrente el tema de la magia, de los presagios, de los enigmas? ¿por qué, siendo un hombre de una sólida cultura clásica, en su poesía a cada paso hay magos, enigmas y presagios? ¿por qué la figura de Fausto no sólo se revela en varios poemas sino que despierta en el poeta no sólo el interés por salvarlo sino que inspira parte de su postura estética? Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 6 A cada paso y en cada nuevo poema, me asaltaba una y otra vez esa pregunta sobre la relación entre la poesía y la magia, entre el poeta y el mago, y entre la creación como una especie operación alquímica por medio de la cual la realidad es transmutable. De ese modo se me hizo urgente intentar leer algunos poemas de Ramos Sucre buscando el porqué de las alusiones a la magia y al arte de los presagios, lo hice con ayuda de otras lecturas y otras interpretaciones, pero también siempre, y sin afán de ocultarlas, con muchas interrogantes. En cuanto al tema de la magia hay en este trabajo dos maneras en las que se ha abordado: una en la que Ramos Sucre alude a ella en los poemas; y la otra, que es la planteada desde el Romanticismo hasta hoy en la que se teje la relación entre poesía y magia. En este trabajo creo que una y otra están íntimamente ligadas y se intenta abordar ambas. Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre intenta iluminar al hacerlo la filiación romántica de Ramos Sucre, así como la fuerte relación entre poesía y magia en su obra. Este vínculo ya ha sido sugerido por algunos lectores y críticos de la obra del venezolano, sin embargo, hasta ahora no se ha hecho una lectura de los orígenes y su vínculo con el Romanticismo, así como tampoco su expresión por medio de algunos rasgos de su poesía. Asimismo, se intenta demostrar que la figura de Fausto, le sirve a Ramos Sucre, no sólo para representar la tragedia del hombre moderno sino el camino por medio del cual puede acercarse a la verdad. Por el carácter subjetivo y abierto del tema, presento una tesis en la que abordo unos pocos poemas. En ese sentido, el trabajo se ha estructurado en tres partes o capítulos: en el primero, se hace una presentación biográfica de Ramos Sucre y de su obra en general, que describe el momento y las circunstancias de su vida y de su obra, y haciendo énfasis en la filiación de escritor “raro”, ya señalada por algunos críticos, pero que intento llevar un poco más lejos y enriquecer con otras lecturasmucho más amplias acerca de lo Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 7 raro, como la hecha por Pere Gimferrer, para así presentar un retrato “actualizado” y personal. En el segundo capítulo intento trazar la influencia de la búsqueda romántica en Ramos Sucre en cuanto a una relación entre poesía y magia, basándome en las reflexiones de los hermanos Schlegel y las lecturas del romanticismo de Albert Beguin y Tobin Siebers. Para ello señalo cómo el Romanticismo no sólo de los escritores alemanes, sino de escritores como Baudelaire y Nerval, influyó de manera directa en el estallido poético de principios del siglo XX en Latinoamérica, me apoyo también en las reflexiones sobre la poesía y la magia hechas por Octavio Paz, así como en las lecturas y valiosas reflexiones de Guillermo Sucre, Ludovico Silva, Eugenio Montejo, Francisco Navarro, Carlos Augusto León, entre otros. Asimismo intento ilustrar el uso del lenguaje poético de Ramos Sucre para lo cual abordo sólo algunas de las características formales que me parecieron las más importantes y en las que la relación planteada, podía verificarse: el poema en prosa, la elisión y el uso del yo múltiple. Escogí estas tres características de su obra porque considero que además de ser las más representativas de la poesía ramosucreana, son las herramientas lingüísticas que mejor ilustran una construcción poética personal ligada a esa inclinación romántica por el oráculo, los presagios y la magia en la creación literaria. En el tercer capítulo, se establece el final del puente que se ha buscado construir con la relación de la magia y la poesía: la búsqueda existencial, la trascendencia del alma romántica encarnada en el mago y en el sabio de los poemas de Ramos Sucre. Para ello he hecho una selección de los poemas en los que aparece el Fausto de Goethe, el mago que simboliza en sí mismo la tragedia del hombre moderno. Y cómo éste mago trágico y condenado paulatinamente se despoja del atavío del conocimiento para llegar a la renuncia y a una suerte de entrega mística en el que confluyen la poesía, la filosofía y la mística. En un principio acudo a la lectura de Marshall Berman acerca de la tragedia del hombre frente al desarrollo y a la incontenible máquina impulsada por el ansia de Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 8 conocimiento y de dominio, y luego con la lectura de la presencia del mago en los poemas y en su propia re-creación del mito trágico del hombre que busca el conocimiento y la verdad de la existencia y cuál puede ser el final de ese camino, para reconstruir el mapa poético de la existencia del hombre que trazó Ramos Sucre. La hipótesis última sobre la cual gira este trabajo es así que la relación entre poesía y magia constituye una clave indispensable para leer la obra poética de José Antonio Ramos Sucre, y que en ella está trazada, quizás por medio de la figura del mago, una búsqueda existencial. La metodología utilizada para la elaboración de este ensayo ha sido en primer lugar la lectura de las fuentes originales, la selección de los poemas sobre los cuales trabajaría la hipótesis. Para ello recopilé todas las ediciones que se han hecho hasta el día de hoy y decidí trabajar con la de Biblioteca Ayacucho, por ser la más completa y actualizada. Más tarde hice una recopilación de los trabajos ensayísticos sobre la obra de Ramos Sucre y también en esa recopilación seleccioné todos aquellos textos que pudieran ser de interés y pertinencia para el recorrido reflexivo que había decidido hacer. La metodología crítica de este trabajo es ecléctico, he acudido tanto a reflexiones filosóficas, como al análisis crítico y el ensayo literario. Reuní una serie de fuentes de los autores que, por una parte, se han abocado a estudiar la obra de Ramos Sucre y por otra, los poetas y los críticos que han abordado el tema de la magia en la poesía y la figura de Fausto como héroe trágico, afín a la vida y la obra de Ramos Sucre, que encarna en sí mismo, toda la búsqueda romántica: la restitución de la promesa y el orden perdidos, al hombre. En el primer grupo, me fueron de enorme utilidad los trabajos de los poetas y críticos venezolanos: Guillermo Sucre, Carlos Augusto León, Francisco Pérez Perdomo, Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 9 Ludovico Silva, Jesús Sanoja Hernández, Fernando Paz Castillo y José Ramón Medina, prologador de la edición citada y de una antología de textos críticos sobre Ramos Sucre. También me fue de utilidad el texto de un crítico mexicano que ha mostrado enorme interés por la literatura venezolana y por este poeta en particular: Adolfo Castañón. Con la lectura de su texto, tuve la enorme sorpresa de descubrir a un lector que, como yo, al iniciarse en la lectura de los poemas pensó justamente en los arcanos y en su hermetismo. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 10 Capítulo I Un “raro” prisionero del insomnio: José Antonio Ramos Sucre Lo raro del raro “Yo poseo el hábito del sufrimiento, pero estoy fatigado de la vida interior del asceta, del enfermo, del anormal. Leopardi es mi igual”.1 En esta frase, escrita poco antes de morir, quizás está cifrado el breve, doloroso y autoimpuesto camino aventurado de la creación ascética, de la aflicción como vía del conocimiento, que marcó la vida y la obra de José Antonio Ramos Sucre. Antes de salir para Ginebra, durante los años de su estadía en Caracas la ausencia del sueño le obligó a rentar dos casas, una en la que vivía y la de al lado, con el fin de no tener vecinos que pudieran atentar contra la posibilidad del descanso y el silencio. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el insomnio no cedía. De ahí que el poeta considerara como una tabla de salvación poner mar de por medio entre él y las tribulaciones familiares, su infancia atormentada y una sociedad sometida a un régimen político asfixiante. Consiguió un puesto en el consulado de Venezuela en Ginebra frente a la Sociedad de Naciones. Se pensaría que en un país como Suiza, amante del silencio y del orden, el poeta encontraría el sosiego, pero no fue así. Al principio como las noches en vela no lo abandonaban, se creyó víctima de un padecimiento tropical y buscó auxilio en la medicina. Se ha dicho una y otra vez que el poeta sentía una fascinación por la muerte. Sin embargo, vemos en su correspondencia de esos últimos años la batalla que libró por la vida. A pesar de su empeño por vencer el cansancio, sus esperanzas de 1 Carta de José Antonio Ramos Sucre desde Ginebra a su amigo Luis Yépez, cónsul general de Venezuela del 25 de febrero de 1930 en José Antonio Ramón Sucre. Obra completa. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1989. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 11 curación se desvanecieron una tarde de enero de 1930, cuando los médicos del Instituto Tropical de Hamburgo le explicaron que el virus de la amibiasis nada tenía que ver con la sombra de su sueño. La infatigable enfermedad nocturna llevaba ocho años apropiándose poco a poco de todos los espacios de su cuerpo dejando lugar sólo al dolor. Los desórdenes nerviosos de Ramos Sucre comenzaron mucho tiempo antes. Cuando cumplió diez años, en 1900, no se imaginaba que la experiencia de vivir tres años en Carúpano con su tío obispo le dejaría huellas imborrables. El padre Ramos se lo llevó consigo de Cumaná con la idea de continuar y supervisar su educación. De inmediato inició una exigente rutina de estudios en la biblioteca del obispo hasta formarse una cultura insólita para sus contemporáneos. Los interminables encierros abonaron un carácter sombrío y solitario. “Yo pasaba días y días sin salir a la calle y me asaltaban entonces accesosde desesperación y permanecía horas llorando y riendo al mismo tiempo (...) La humanidad bestial no veía que el mal humor venía de la desesperación del encierro y de no tener a quién acudir”.2 En una fotografía en blanco y negro vemos a un joven Ramos Sucre vestido impecablemente. Su estampa tiene lo que podría llamarse presencia. En él los rasgos son suaves, su frente amplia. Su cabello vigoroso y peinado hacia atrás parece abrir paso a los innumerables pensamientos que asaltan la frente. Su rostro anuncia un carácter cuya impasibilidad y firmeza traiciona su mirada si se la ve detenidamente. Pues hay en sus ojos claros y abiertos y en su mirada profunda un toque de tristeza y melancolía. En la imagen hecha de luz y sombra, la mitad derecha de la cara resplandece bajo una luz tenue, y en ella se percibe serenidad y fortaleza; mientras que de la otra mitad del rostro, medio oculta por la sombra, del ojo derecho emana un brillo triste y penetrante como el de las olas de un lago en medio de la noche: ser hechizado en medio de oscuros presagios. Quizás en lo armónico de la melancolía y de la fortaleza que se revela en ese rostro esté 2 Ibid., Carta a su hermano Lorenzo del 25 de octubre de 1929. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 12 cifrada no sólo la estampa de José Antonio Ramos Sucre sino su breve paso por la vida. A ese rostro joven lo envuelve y anima una sabiduría y unos conocimientos profundos, atesorados a lo largo de muchas horas de inmensa soledad. “Entre los escritores venezolanos, tal vez sea José Antonio Ramos Sucre el más admirado por las últimas promociones poéticas del país. De haber nacido antes, es probable que Rubén Darío lo incluyera entre sus ‘raros’”.3 Seguramente así habría sido, por las características singulares de su vida y de su obra, ambas: breves, densas, concentradas en el aislamiento y plenas de sentido. Fechado el mes de enero de 1905, Rubén Darío concluyó Los raros, ese conjunto de ensayos líricos en torno a algunos escritores del siglo XIX que, junto con él, profesaban “la misma pasión de arte, el mismo reconocimiento de las jerarquías intelectuales, el mismo desdén de lo vulgar y la misma religión de la belleza”. De Paul Verlaine a Lautréamont, pasando por Edgar Allan Poe y José Martí, el libro de Darío reúne a autores que, aunque hoy están sentados en el palco del canon, fueron llamados a ejercer un arte radical en condiciones literarias, personales y sociales poco menos que inhóspitas. La justa fama del relato moderno de Poe o la extremada finura musical de los poemas de Verlaine, por ejemplo, no anula los trágicos acuerdos de ambos escritores con la carne y el alcohol, mucho menos el exotismo de su persona y escritura, pie para la creación del personaje que, tal vez a costa suya, encarnan. “Los raros” de Darío bien pueden conocer la gloria póstuma, pero la consagración no los exime del fracaso, la duda, el atropello, el riesgo y la curiosidad que enmarcaron su vida y obra, más aún en un tiempo donde el espiritismo y el spleen, los paraísos artificiales y el esplendor (o el claroscuro) del alma decadente apenas si cedieron ante la doctrina positivista. El fracaso, la duda, el atropello, el riesgo y la curiosidad ya mencionados acentúan el drama 3 Francisco Pérez Perdomo. Prólogo a la Antología Poética de Ramos Sucre, Caracas, Monte Ávila, 1969, en José Ramón Medina (comp.), Ramos Sucre ante la crítica. Caracas, Monte Ávila, 1980, p. 96. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 13 (el patetismo, incluso; a veces, la victoria pírrica) de casi cualquier búsqueda particular, en especial la de un emprendedor o abrecaminos como el poeta moderno: la negativa a practicar las costumbres locales y epocales como rito de paso obligado de una voz literaria hacia su madurez y, sobre todo, hacia su distinción. Un drama que lleva en sí la recompensa del alumbramiento y la amenaza de la muerte. Ningún poeta desconocido o consagrado puede sortear el aislamiento, los peligros, inconvenientes e interrogaciones que delata este proceso. Como hace notar Pere Gimferrer en el prólogo a una notable colección de ensayos también titulada Los raros en homenaje al escritor nicaragüense: “(…) no sólo es raro el incógnito, el sin rostro: raro es Ibsen, en su balcón y su barca de rocas escandinavas; raro es Martí, en un silencio estival y antillano de pámpanos dormidos; raro es Eugenio de Castro, sacerdote de lenguas lusitanas. Los raros habitan en todas las lenguas, en todas las épocas”.4 La “rareza”, según el catalán, no distingue escritores sancionados y desautorizados. Lo que separa a un “habitual” de un “raro” es el nivel de confianza que deposita en la tradición literaria, el grado de lealtad y de respeto a sus designios. ¿Qué es hoy lo raro, quiénes son hoy los raros? Lo raro, claro está, es lo infrecuente; lo raro es lo inactual, lo lejano en el tiempo o en el espacio: escritores, libros, movimientos, países. Para Rubén [Darío], lo raro y los raros no podían ser sino lo opuesto a la tradición o lo simplemente ajeno a ella. En tal sentido, lo raro y los raros formaban parte de una estrategia respecto a esa tradición; eran fuerzas de choque, catapultas contra las murallas desconchadas de la preceptiva.5 Reclusa y librepensadora de su propia tentativa, la voz del “raro” que cruza el umbral de la corrección poética y política sabe el costo de su empresa, el fin de su trayecto: el limbo, el 4 Pere Gimferrer, Los raros, Barcelona, Planeta, 1985, p.14. 5 Idem. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 14 purgatorio, el éter; un archivo muerto o, al menos, catatónico. Pero la crueldad de este rito no se detiene ahí: el “raro” comete sacrificios que terminan por volverse un ejemplo moral de rebeldía entre los jóvenes, un legado incómodo a la posteridad, una honrosa lección de morbo literario. Bajo advertencia no hay engaño: “…la religión de la belleza” es un culto que ofrenda la sangre de sus adeptos. A partir de Darío, el margen y la orilla parecen ocupar un sitio paradójicamente protagónico en diversas investigaciones, historias y antologías de la literatura escritas en lengua española. Pero dicho fenómeno participa de los excesos no sólo tolerados, sino consagrados, del cuerpo, la mente y el espíritu que signaron el final del siglo XIX. Las muertes tempranas, las tormentas amorosas, los suicidios, los vicios y las enfermedades de ciertos escritores de este lapso tienen su reflejo en una obra refinada, contradictoria y desigual a veces, pero siempre extraña. Leerla es leer el relato fascinante de un hombre que decidió quemar las naves del recato social, el decoro literario y la cordura (y, a veces, de su misma existencia) en pos de lo desconocido. Como raro, Ramos Sucre no fue un autor desconocido, —o mal comprendido— sino en su época. Para sus contemporáneos fue un escritor anacrónico e incomprensible. Aunque sus libros circularon en Venezuela cosecharon la displicencia de la crítica. Arráiz Luca refiere una anécdota ocurrida en el taller Calicanto que dirigía Antonia Palacios, Uslar Pietri6 dio una explicación al desdén por la obra de Ramos Sucre entre los escritores de su generación: les parecía un autor demodé, que de ninguna manera seguía los postulados de la vanguardia de su 6 Es importante señalar aquí el equívoco de algunos críticos y lectores que quieren ver a Ramos Sucre dentro de los movimientos de vanguardia. Nada más alejado. El poeta buscó tener una voz propia y si con la distancia su obra resiste el tiempo y nos “habla” se debe a la profundidad con que tocó los temas esenciales de la poesíay de la existencia. En ese sentido no concuerdo con algunas lecturas como la de Patrizia, Spinato en: “Dos escritos programáticos de la vanguardia venezolana”, Centro per lo studio delle litterature e delle aree emergenti, Università di Milano. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 15 tiempo.7 Para Francisco Pérez Perdomo, uno de los mejores y pocos lectores contemporáneos del poeta, esta indiferencia se debió a que Ramos Sucre era habitante de una ciudad hostil a todas las manifestaciones del arte y actor en un precario ambiente poético donde propiciaba, por un lado, un retorno exterior a versificación española más tradicional y, por el otro, se insistía aburridamente ya en las orquestaciones verbales y musicales de un modernismo degradado, Ramos Sucre ha debido ser visto como un reto y un desafuero. Sin embargo, según Pérez Perdomo, este desarraigo y el sentimiento de exilio dentro de su propio país, a que lo condena el medio, van afirmando en Ramos Sucre uno de los humanistas más salidos de su tiempo.8 Hay que recordar que a principios del siglo XX comienza a sentirse en el ámbito literario el desgaste del modernismo. La gran renovación que, a nivel formal, lograron algunos poetas — como Darío, Lugones, Herrera, Nervo— no es alcanzada por sus seguidores que sólo repiten las fórmulas sin obtener el grado necesario de originalidad, anquilosando, de esta manera, la renovación poética lograda por los iniciadores de este movimiento. La obra, la poesía y las referencias La obra de Ramos Sucre alude no al presente sino a otros tiempos. Advierte Guillermo Sucre: “es cierto que casi todos sus poemas están inspirados en temas del pasado, y de un pasado americano. Pero nada o muy poco hay en ello de recreación arqueológica, a la manera de muchos modernistas, ni tampoco la búsqueda de color local. Sus poemas no son “helénicos ni “romanos”, “medievales” o “renacentistas”.9 E insiste en que el procedimiento de Ramos Sucre y sus objetivos son muy diferentes: de la historia de la literatura misma tomaba unos pocos elementos, un pormenor o un detalle y creaba una situación nueva. Con frecuencia esta 7 Rafael Arráiz Lucca, Veinte poetas venezolanos del siglo XX. Fondo editorial 60 años, Contraloría General de la República, Caracas, 1998., p. VIII. 8 Francisco Pérez Perdomo, op.cit., p. 13-14. 9 Guillermo Sucre, La máscara, la transparencia. México, FCE, Col. Tierra Firme, 1985, p. 69. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 16 situación tiene un carácter novelesco: hay una cierta trama, una acción o un personaje reconocible o no en su identidad. La situación puede ser explícita o implícitamente discernible en sus fuentes (Homero, Virgilio, Dante, Shakespeare, Cervantes, la literatura caballeresca, la poesía provenzal, la cábala, la alquimia, la historia de España, la Edad Media, el Renacimiento, la independencia de Venezuela, Goethe, etc.) pero también puede estar a tal punto desdibujada que el lector no sabe si está en el pasado o en el presente, en la ficción o la realidad. Como ya se ha señalado, la escritura de José Antonio Ramos Sucre no comparte casi ninguna característica formal o temática con la creación poética de sus contemporáneos venezolanos seguidores aún de la influencia de Darío. “Sus poemas en prosa no tienen en nuestra lengua antecedente alguno, a menos que se piense en las prosas juveniles de Azul… de Rubén Darío”.10 Y sin embargo, ahí existen diferencias como se verá más adelante. Ramos Sucre no establece en su producción poética casi ningún vínculo con la de sus contemporáneos, como la poesía moderna y americanista de un Andrés Eloy Blanco, rica en ritmos evocativos, rimas, juegos cromáticos, loas al paisaje; o la contraposición entre civilización y barbarie de un escritor como Rómulo Gallegos. Desprovistos de descripciones detalladas, las alusiones visuales de sus textos en prosa pronto revelaron su contenido poético, y fue el primero en explorar esta forma de escritura en Venezuela. Ramos Sucre “carece del dominio de la rima y de esa forma tan moderna del arte que consiste en lo que pudiéramos llamar el gozo de ver”,11 escribió en 1930 Fernando Paz Castillo. En su ensayo “Aproximación a Ramos Sucre”12 Eugenio Montejo señala los antecedentes de la poesía en prosa. Ubica sus orígenes más remotos en el siglo XV; sin embargo, la referencia 10 Ludovico Silva, “Ramos Sucre y nosotros” en José Ramón Medina (comp.) op.cit., p. 169. 11 Fernando Paz Castillo, “El solitario de la torre de Timón” en El Universal, Caracas 28 de junio de 1930, pág. de arte. 12 En Ventana oblicua, Valencia, ediciones de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo, 1974, pp. 71-79. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 17 literaria más reconocible es el texto Gaspard de la nuit, de Aloysius Bertrand (aparecido en edición póstuma cerca de 1842). En ese mismo ensayo describe que en Ramos Sucre ya están asimilados los logros de ese nuevo género poético debidos a Baudelaire (Les petits poèmes en prose) y Rimbaud (Illuminations). “De todas las innovaciones artísticas que se le atribuyen a Baudelaire, quizá ninguna tuvo tanta resonancia como la de haberle conferido al poema en prosa categoría de género literario autónomo. Éste, además de alcanzar fisonomía propia, se convierte en un vehículo más directo y efectivo que el poema versificado para comunicar las experiencias a veces angustiosas y siempre apremiantes del poeta en la sociedad moderna”,13 afirma Jesse Fernández en el prólogo a su antología del género. Esta renovación artística dio certeramente en el corazón de un autor como Rubén Darío, quien reivindicó el poema en prosa castellana y a su vez supo, con sus creaciones, transmitir la flecha del género a otros escritores latinoamericanos como Amado Nervo, Leopoldo Lugones, José Juan Tablada y Julio Torri, junto a muchos otros, quienes a su vez contribuyeron a reafirmar y difundir ese nuevo género poético hasta bien entrado el siglo XX. Poblados de recreaciones de imágenes medievales, bíblicas, mitológicas, renacentistas, de tiempos de guerra de Independencia, los poemas en prosa de Ramos Sucre exploran en lo más profundo el ámbito de la desolación del alma. Para él, la imagen “siempre está cerca del símbolo o se confunde con él (...) cercana a la música y lejana de la escultura”.14 De allí que se entienda lo próximo del ritmo de su forma poética a las formas musicales, relación evidenciada por primera vez por Juan Ángel Mogollón en 1958. El poema en prosa de Ramos Sucre, lejos ya de Rubén Darío revela una escritura que no es abrupta ni agresiva, es una poesía llena de desesperación, pero de una desesperación reposada, asumida, mil veces conocida, más terrible. “Lo que se escribe debe tener un solo adorno: el de la exactitud — escribió a su hermano Lorenzo en una carta. (...) Nunca, en lo que se diga, haga o escriba, se 13 Jesse Fernández, El poema en prosa en Hispanoamérica. Del modernismo a las vanguardia (estudio y antología), Madrid, Poesía Hiparión 225, 1994, p. 21. 14 José Antonio Ramos Sucre, op.cit., p.86. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 18 debe llamar la atención. En este principio se fundan todas las virtudes sociales”.15 En esta afirmación contundente Ramos Sucre no sólo establece un precepto estético, sino moral; pues como veremos, su búsqueda artística nace y muere en una profunda crítica a la historia y a las pasiones que han arrastrado y siguen arrastrando al ser humano. Cada poema es pleno por sí solo. Tiene cierta estructura de relato. Con frecuencia, el último verso sorprende, completa o modifica el significado de los personajes yde las acciones descritas. Francisco Pérez Perdomo ha llamado a esta acentuación “moraleja”, adjudicándole una función de clímax y catarsis del propio poema. De igual manera ocurre con los títulos de cada texto, cuyas palabras, pocas veces repetidas, son fundamentales para comprender el significado total. La omisión de algunas secuencias demanda la intuición del lector, aun cuando se ha entendido su escritura como cerebral. “Sus poemas en prosa, redondos, cerrados en sí mismos, de un simbolismo alto y cernido, tienen muchas veces valor de piedras preciosas”, escribió Carlos Augusto León en su texto “Las piedras mágicas”.16 La mayoría de las oraciones comienzan con el sujeto “yo”. Mucho fue entendida esta repetición del sujeto como tendencia individualista, consecuencia de la influencia romántica francesa. Sin embargo, cada “yo” siempre refiere a un sujeto distinto. El personaje pocas veces puede identificarse con el escritor. Aquí sorprende la relación que se podía trazar con Fernando Pessoa y sus heterónimos. Se trata de una manera de conseguir el enmascaramiento del verdadero “yo” a través de la multiplicidad de los sujetos mostrados. Tal como lo desarrolla Guillermo Sucre: 15Ibid., “Consejo importante de orden intelectual para Lorenzo Ramos”, p. 484. 16 Carlos Augusto León, “Las piedras mágicas” en José Ramón Medina (comp.) op.cit., p. LXIV. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 19 En la obra de Ramos Sucre, y de manera dominante, el yo elocutivo corresponde a múltiples yo y estos, a su vez corresponden a las más disímiles personas poéticas. (…) Por otra parte, cada una de esas personas poéticas posee, por así decirlo, su propio carácter creado y propuesto por el autor como el de un ser autónomo (...) Metamorfosis de la historia y de los textos: hay otra no menos importante: la metamorfosis del yo. Tema que hacía entre el poeta egotista y el poeta visionario. (…) ¿Ponerse la máscara de los más diversos personajes, representar simultáneamente a la víctima y al verdugo, al asceta y al libertino, al santo y al perverso, al héroe y al déspota: no era la extrema neutralidad a la que podía llegar la pasión —la lucidez— de Ramos Sucre?17 Un poeta cuya pasión libresca, por la glosa y la paráfrasis, lo acerca a Borges y para quien la obsesión poética reside en el mismo lenguaje. Por eso afirma en uno de sus aforismos: “escribir bien se reduce a escribir con expresiones exactas”.18 Y en una de las numerosas cartas a su hermano Lorenzo en las que le da consejos para escribir le aconseja: “es buen escritor el que usa expresiones insustituibles. Sin embargo, en otro texto, “Filosofía del lenguaje” (LTT) en el que hace un breve análisis acerca del uso y el valor del adjetivo se refiere “a las verdades de ardua metafísica que gobiernan las ciencias del lenguaje”, hasta entonces sólo exploradas por filólogos alemanes. En Ramos Sucre el lenguaje no sólo es rigor y precisión, es pura y simplemente lenguaje y como tal se “desenmascara”. Esta característica que se ha señalado en muchas ocasiones es la preocupación por el lenguaje y la gramática, la cual se hace más evidente en sus dos últimos libros, El cielo de esmalte y Las formas del fuego, donde el uso del “que” es omitido tanto como pronombre relativo como conjunción con el fin de restituir al español una suerte de austeridad gramática que lo regresa al latín. “El ‘que’ en el castellano, como en todos los 17 Ibid., Guillermo Sucre, La máscara, la transparencia, op. cit., p. 74. 18 José Antonio Sucre Ramos, op. cit., p. 483. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 20 idiomas latinos, es algo biológico. Desterrarlo es artificioso...”, dice Pío Baroja, citado por Félix Armando Núñez, quien a su vez entiende la exigencia del poeta cumanés como “un castigo del instinto que se ha convertido en satisfacción intelectual del freno y una repugnancia congénita hacia la vulgaridad y la negligencia del improvisador...”.19 Las acciones en los poemas nunca son narradas en tiempo presente, son parte del pasado. Augusto Mijares lo entiende como consecuencia de una relación no inmediata con la escritura, sino desde la memoria: “Sus héroes ya han vivido copiosamente en su espíritu cuando se decide a presentárnoslos; dijérase que sólo recurre a la expresión literaria cuando la tensión lírica se le hace insoportable”.20 El tema de la muerte es recurrente en sus cartas y textos. El tormento del insomnio y de su soledad lo hace pensar con frecuencia en el suicidio. En su poema “El solterón” (La torre de Timón) se detiene en este tema: “Cuando descansa en la noche con la nostalgia de amorosa compañía, no le intimida el pensamiento de la tierra sobre su cadáver”. Luego escribe en su correspondencia: “Sólo el miedo al suicidio me ha hecho sufrir con tanta paciencia”. “Leopardi es mi igual”.21 Víctor Bravo sostiene en “Ramos Sucre: la escritura como itinerario hacia la muerte”, que “no es gratuita tampoco la identificación con Leopardi, el poeta que recomendaba el suicidio: ‘La vida es un mal, la muerte un bien’ (...) El suicidio es la otra forma de eliminar la absurdidad, la primera es la esperanza, y ya sabemos que en Ramos Sucre la esperanza ya era una vía vedada. Ramos Sucre escribe para privarse de sí, para renunciar a la palabra en la vida”.22 Quizá comprende el suicidio como un acto de evasión a la vida y al tiempo; pero también puede ser entendido como el único acto de libertad que le permitía su realidad. 19 Félix Armando Núñez, en José Antonio Ramos Sucre, Obra completa, pról. José Ramón Medina, op.cit., p. LXVIII. 20 Augusto Mijares, “La poesía de José Antonio Ramos Sucre” en El Universal, Caracas 15 de junio de 1930, pág. de arte. 21 Las tres citas en José Antonio Ramos Sucre, op.cit., pp. 29, 30, 471. 22 Víctor Bravo, “Ramos Sucre: la escritura como itinerario hacia la muerte” en José Ramón Medina (comp.) op.cit., p. 165. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 21 Quizá parte de la incomprensión que manifestaron sus contemporáneos se deba a que Ramos Sucre es un poeta más cercano a nosotros por su visón profética y desencantada de la vida moderna, del devenir de la historia y cuya respuesta es el desarraigo y la búsqueda de la soledad. José Ramón Medina escribe: “Su desarraigo, tan manifiesto y enervante, no es pues, simple metáfora o mera formulación estética (como pudo ser en el caso de los modernistas la evasión) sino un sentimiento poderoso que domina desde la propia intimidad del ser, en forma desgarrada y dramática, con luctuoso y sensitivo clamor”.23 Esa incompatibilidad entre el poeta y el mundo que lo acerca al lector contemporáneo y lo aleja de los colegas de su época reafirma su condición de “raro”, de ahí la afirmación de Francisco Pérez Perdomo: “la rareza de Ramos Sucre no se manifiesta como en muchos parnasianos y simbolistas franceses que seguramente leyó con devoción sino en un consciente desarraigo”.24 La figura de José Antonio Ramos Sucre ha estado vinculada al misterio. Su extrema soledad se entendió entre sus contemporáneos como misoginia y misantropía. “... Adviértele (a Pedro Sotillo) que se equivoca al calificarme de misógino. Yo soy para cada mujer un hermano y ninguna puede acusarme de negligente en su servicio, mucho menos de cruel”,25 le escribió a José Nucete Sardi, desde Hamburgo. Más adelante, en medio de su desesperación, en la última carta que envió a su prima Dolores Emilia Madriz, continuaba la preocupación de la integridad de su nombre: “Te ruego que no permitas la leyenda de que soy antropófago y salvaje y enemigo de la humanidad y de la mujer. Esa leyenda es obra de mis enemigos”.26 Poco antesde escribir esa carta, un día de enero de 1930, Ramos Sucre había abandonado sus esperanzas. Regresó en febrero a su cargo en Ginebra, con la certeza de que el camino a la muerte sería mucho más corto. Trató de quitarse la vida fallidamente dos meses después. Más que la muerte, su mayor terror era la amenaza de perder sus facultades mentales: “Yo no me 23 José Ramón Medina, “Trayectoria de José Antonio Ramos Sucre” en José Antonio Ramos Sucre, op.cit., p. LXXX. 24 Francisco Pérez Perdomo, op.cit., p. 12. 25 José Antonio Ramos Sucre, op.cit., Carta del 7 de enero de 1930 desde Hamburgo. 26Ibid., Carta del 8 de enero de 1930 desde Hamburgo. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 22 resigno a pasar el resto de mi vida, ¡quién sabe cuántos años!, en la decadencia mental – confesó a su prima Dolores Emilia– (...) Pasado mañana cumplo 40 años y hace dos que no escribo una línea”.27 Llegado el 9 de junio, día de su cumpleaños, aquel hombre cuya “mirada era de fuego y abismo, de concentración y misterio”,28 según Félix Armando Núñez, decidió despedirse de esa existencia sin sosiego. “Yo quisiera estar entre vacías tinieblas, porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y la vida me aflige, impertinente amada que me cuenta amarguras.// Entonces me habrán abandonado los recuerdos...”29 había escrito en su poema “Preludio”, poema inaugural con el que da inicio La Torre de Timón. La agonía de sus cuatro décadas se resumió en cuatro días. Tras tomar una sobredosis de somníferos el día en que cumplía cuarenta años, José Antonio Ramos Sucre murió en Ginebra el 13 de junio de 1930. Los libros La obra de José Antonio Ramos Sucre está formada por poesía en prosa, ensayos, traducciones y correspondencia. Dejó publicados cinco libros. En el tercero, La torre de Timón (1925), recopila, junto a algunos textos nuevos, los dos libritos anteriores, Trizas de papel (1921) y el ensayo Sobre las huellas de Humboldt (1923). En 1929 publica en forma simultánea El cielo de esmalte y Las formas del fuego. Ambos libros, con parecida escritura, estructura y número de textos, son, para Salvador Tenreiro, una repartición equitativa de lo que fue la producción del poeta en sus últimos años. Sin embargo, varios estudiosos de la obra del poeta no se han puesto de acuerdo y creen como Eugenio Montejo que en esta división, en dos libros, Ramos Sucre traza las claves de un enigma que hasta ahora nadie ha podido descifrar. 27 Ibid., Carta del 7 de junio de 1930 desde Ginebra. 28 Citado en José Ramón Medina, “Trayectoria de José Antonio Ramos Sucre” en José Antonio Ramos Sucre, op.cit., p. XXII. 29 José Antonio Ramos Sucre, op.cit., p.3. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 23 Después de su muerte, se recopilaron algunas cartas –documentos reveladores para comprender la evolución de su enfermedad, pero también sus ideas acerca de la escritura, sus lecturas, sus relaciones familiares y su infancia–, traducciones y algunos aforismos reunidos bajo el título “Granizada”. Existen varias ediciones de la obra de Ramos Sucre: la del Ministerio de Educación de Venezuela, la del Fondo de Cultura Económica y la de Editorial Siruela. La edición más completa de su obra hasta ahora es la realizada por la Biblioteca Ayacucho en 1980 (terminada de imprimir por casualidad el mismo día de su nacimiento). Y es la que se ha utilizado en este trabajo para las citas de los poemas y los textos. Sólo un detalle, descubierto por Anselmo Amado luego de revisar el Archivo Histórico del Palacio de Miraflores –y publicado en El Nacional el 12/04/81–, no está incluido en la muy completa cronología que incluye dicha edición: el gobierno de Juan Vicente Gómez hizo preso a Ramos Sucre en 1919 por considerar que no se expresaba bien del régimen, durante las clases de inglés que dictaba en la Escuela Militar. Permaneció una semana en prisión, desde donde escribió el 12 de septiembre una sentida carta al presidente Juan Vicente Gómez30: Yo no puedo ser enemigo de ninguna autoridad ni de ninguna persona. Deberes numerosos y pesados me atan de pies y manos. Tengo a mi cargo una familia necesitada que no cuenta sino con mi trabajo diario. No tengo ni el derecho de enfermarme... Los días de mi arresto bastaron para causar en mi casa pérdidas gravísimas, entre las cuales merece citarse la interrupción definitiva de los estudios de mi hermano menor (...) Me apresuro a escribirle para hacer constar su clemencia, y le ruego encarecidamente que se 30 El general Juan Vicente Gómez (1857-1935) fue un militar que gobernó a Venezuela durante 27 años. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 24 digne intervenir en mi favor garantizado mi libertad, que es la salud de mi familia.31 El testimonio de esta carta, aunque sucinto, resulta conmovedor proviniendo de un humilde y erudito profesor de idiomas, poeta y descendiente de uno de los próceres más ilustres de Venezuela y del continente americano: Antonio José de Sucre. Es en ese alma que no alcanza el brillo prometido, que José Balza describe con acierto: “Ramos Sucre fue capaz de mirar su vida como la insuficiencia de un proyecto estético, el fracaso de saberse envuelto en ese estupor de un mal infinito”.32 Y es que la vida de José Antonio Ramos Sucre estuvo signada por incertidumbres inevitables: la de su tiempo —llena de zozobra por la dictadura gomecista— y la de su realidad íntima—la impotencia ante el insomnio y su sufrimiento infinito. No intentamos decir que Ramos Sucre fuera un fatalista, ya se ha señalado que a lo largo de su corta vida intentó curar el insomnio y de alguna manera mantener la dignidad en un momento en que la nación entera dependía de la voluntad de un dictador. Su personalidad le da ánimos para enfrentar lo desconocido. Lo cual se afirma en uno de sus aforismos: “La incertidumbre es la ley del universo”.33 La riqueza de experiencias y emociones que le proporciona este mirar al abismo, bien desarrollado por Armando Rojas Guardia en “El principio de la incertidumbre” (1997), puede presumirse como fuerza interior de esta escritura poética. Sin embargo el poeta, en un intento fallido una vez más de rebeldía, declara en una carta a su hermano Lorenzo su profunda confianza en su propia obra, con una lucidez que estremece: 31 Ibid., Carta del 12 de septiembre de 1919. 32 José Balza, El Nacional, Caracas 30 de agosto de 1970. 33 José Antonio Ramos Sucre, op. cit., p. 427. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 25 Creo en la potencia de mi facultad lírica. Sé muy bien que he creado una obra inmortal y que siquiera el triste consuelo de la gloria me recompensará de tantos dolores (…) Los juicios acerca de mis dos libros han sido muy superficiales. No es fácil escribir un buen juicio sobre dos libros tan acendrados o refinados. Se requieren en el crítico conocimientos que yo atesoré en el antro de mis dolores. Y todo el mundo no ha tenido una vida tan excepcional.34 José Antonio Ramos Sucre, el escritor raro, incomprendido por sus contemporáneos, que se identificó a sí mismo con Timón de Atenas, nació el 9 de junio de 1890 en Cumaná. Una ciudad abierta y luminosa muy diferente a la prisión en la que dice haber nacido, casi podríamos decir que opuesta: una ciudad panorámica, a orillas del mar y en las riberas del río Manzanares. Ciudad radiante, blanca, calurosa, que obliga a sus habitantes a ventilar las casas y cuya luminosidad hiere los ojos hasta enceguecer. En un escenario como aquel sólo se entiende la prisión oscura como algo invisible y sutil oculto en el alma, oculto en la mentalidadprovinciana de la doble moral y en el miedo que sólo las dictaduras siembran. Solo así se entiende la ausencia del paisaje en su escritura y la terrible afirmación con la que el poeta ubica su genealogía: “Yo nací en una cárcel, y he vivido en ella durante diez años”. 35 Este poeta “ahistórico” de lo que nunca fue presa fue de las modas literarias o de los elogios al poder en turno. Mientras sus compañeros de generación, ya lo hemos dicho, continuaban seducidos por el verso neoclásico o los barroquismos de las rimas modernistas y las loas al paisaje americano, el poeta cumanés se nutría de lo más exquisito de la literatura universal para revelar lo más oscuro y lo más sublime del alma humana. Algunos, como ya se mencionó anteriormente, han relacionado la producción literaria del poeta de Cumaná con Borges en la pasión libresca, en la actitud escéptica, en la re-escritura como única posibilidad de 34 Ibid., Carta a Lorenzo Sucre 25 de octubre de 1929. 35 Idem. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 26 originalidad y en la idea del eterno retorno de la historia.36 Ramos Sucre, un poeta de una escritura profunda, hermética y arquetípica que sigue vigente, cuyo misterio no parece desvanecerse en el tiempo, sino al contrario, aún sorprende el poder de su pluma ceñida, la lucidez de su mirada a la historia que lo acerca a la visión profética y su profundo desencanto de la vida moderna, del mal inherente e incurable del hombre y que sin embargo, a veces atisba una luz tenue en lo más profundo del túnel de la existencia. Finalmente, para completar el retrato de este poeta raro y ultralúcido, podría decirse: su única prisión fue el insomnio, su única libertad la escritura. 36 Véase a Mariano Picón Salas en Dos Siglos de prosa venezolana, Caracas-Madrid, Edime, 1965. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 27 Capítulo II Poesía, magia y lenguaje en Ramos Sucre Romanticismo: poesía, magia, lenguaje Todos los poetas inspirados se han nutrido siempre de los tesoros del inconsciente, no fueron los románticos los primeros en descubrir una magia que permite evocar los tesoros de la sombra; hay que reconocer que un poeta dramático como Esquilo, como después Racine o el mismo Goethe se apropiaban ya, con maestría, de esas riquezas secretas. Todos bebieron de la fuente común de los mitos colectivos y las imágenes personales, sin ignorar que estaban suscitando agitaciones en la profundidad, cuyas ondas provenían de mucho más lejos que los horizontes de lo personal. Quizá sea éste el inicio de la reflexión acerca de la influencia romántica en Ramos Sucre: la apropiación del mito y sus secretos, la agitación de las profundidades del ser, el abismo y su capacidad para el mal, junto a su elevada consciencia individual. Albert Beguin señala en su análisis acerca de los alcances del Romanticismo que lo que distingue al romántico de sus predecesores y hace de él un verdadero iniciador de la estética moderna es precisamente esa consciencia que siempre tiene raíces en las tinieblas interiores. Poeta romántico, añade, es el que sabiendo que no es el único autor de su obra, habiendo aprendido que toda la poesía es ante todo canto brotado de los abismos, trata deliberadamente y con toda lucidez de provocar la subida de las voces misteriosas1. 1 Cfr. Albert Beguin, El alma romántica y el sueño. FCE, México, 1996. p. 198-199. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 28 Menos instintivo, poseedor de un conocimiento relativamente claro de sus propios gestos, el poeta romántico asiste al nacimiento del poema, el advenimiento de la imagen, y contempla cómo emergen los materiales desde la sombra hasta la plena luz de la manifestación de la forma. Ante el inmenso pesimismo, producto del desmantelamiento de los órdenes en Occidente, los románticos intentaron restituir la promesa del hombre y de la naturaleza. Los románticos más nostálgicos abrazaron la superstición, es decir, la magia, como forma de primitivismo poético. Los filósofos más humanistas de la época especularon acerca del mito y la superstición, concluyendo que ambos representaban lenguajes naturales que daban acceso a las profundidades del ser. Para ambos grupos, la superstición llegó a ser un medio de combatir las prácticas excluyentes de la Ilustración y de afirmar el pluralismo poético2. En El arco y la lira, un libro en el que Octavio Paz trata de explicar a los poetas y a los lectores qué es la poesía y por medio de qué misterio hace del verbo un conjuro poderoso, exigiendo del lector un ser que descifre, y que hace del poeta mismo un mago, un demiurgo, afirma que todo idioma sagrado es secreto. Y que a la inversa: todo idioma secreto colinda con lo sagrado. E incluso, lleva su idea un poco más lejos al afirmar que el poema hermético proclama la grandeza de la poesía y la miseria de la historia. El cansancio de una sociedad no implica necesariamente la extinción de las artes ni provoca el silencio del poeta. Sino al contrario: es mucho más probable que suscite la aparición de poetas y obras solitarias, como la de Ramos Sucre. Cada vez que surge un poeta hermético o movimientos de poesía que se rebelan contra los valores de una sociedad determinada, debe sospecharse que esa sociedad, no la poesía, dice Paz, padece males incurables. Y esos 2 Véase Tobin Siebers, Lo fantástico romántico, México, FCE, Breviarios, 1989, p. 29. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 29 males pueden medirse atendiendo a dos circunstancias: la ausencia de un lenguaje común y la sordera de la sociedad ante el canto solitario.3 A pesar de que la obra de Ramos Sucre, ya lo hemos sugerido, no puede ser leída en exclusiva bajo los rasgos del romanticismo, ni por fechas ni por resultados formales, su escritura puede en un inicio estudiarse bajo los postulados de esa corriente estética, el primer movimiento artístico de occidente que se rebela contra el imperio de la razón, la economía de la modernidad y la decadencia que ésta suscita en todos los niveles de la vida. Es en el romanticismo en donde comienza a germinar la semilla de “rebelión” del ser que busca restituir la fuerza de una promesa de “algo más”, promesa que atravesó los siglos XVIII, XIX, XX y aún hoy sigue teniendo algunas resonancias. Como han señalado algunos lectores, el universo recreado en la poesía de Ramos Sucre parece no guardar ninguna relación directa con la dictadura y la consecuente represión que se vivía en Venezuela a principios de siglo XX;4 ni con la terrible herida del mundo tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, parece inconcebible que todas estas tragedias no tocaran la sensibilidad del poeta. Y así, en efecto, al leer más atentamente el pequeño corpus poético se nos revela como una suerte de “historia universal de la infamia” y nos hace sospechar que la denuncia que se oculta en esa “revisión” del hombre a través de los distintos episodios, está velada, subyace en el secreto de los personajes que fueron, son y serán las víctimas del mal infinito. El mundo recreado en la poesía de Ramos Sucre es un mundo sobrenatural, fantástico, alucinado, poblado de seres indolentes o abandonados a la crueldad, aves de mal augurio y señales premonitorias tras las cuales se desatan 3 Octavio Paz, El arco y la lira, México, FCE, Col. Estudios literarios, 1990, p. 44. 4 Sin ánimo de comparar los efectos de una guerra con la dictadura, debemos aclarar que tanto los resultados de la guerra como la situación en Venezuela bajo Gómez, debieronmarcar profundamente al poeta, no sólo por su paso breve por la cárcel, sino porque durante ese periodo casi todas las familias venezolanas vivieron bajo el terror y la incertidumbre y muchísimas tuvieron al menos uno de sus miembros en prisión, ya fuera por expresar su descontento, ya víctimas de las intrigas y falsas delaciones. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 30 calamidades incontenibles. Hay en sus poemas la presencia casi constante de la revelación y el ocultamiento: oscuridad y luz, presencia del enigma. En sus poemas el trato de cierto astro causa la muerte; el maltrato y profanación de un anciano anuncia la venganza de su ídolo de bronce; la violación de algún recinto sagrado anticipa castigos terribles o acerbas catástrofes; pero también se encuentran algunos hombres y mujeres que iluminan la historia, así como sabios y magos que realizan conjuros y algunas operaciones alquímicas para restituir la salud y el orden perdidos. Al elegir esa “ficción” para representar un mundo condenado a la tragedia y al suplicio Ramos Sucre manifiesta su descontento frente a una “realidad existencial” en la que el hombre se esconde de sí mismo y de sus semejantes; y por ende, vuelve la cara a la realidad local y mundial que le toca vivir. Baste citar de “Elogio de la soledad” (LTT): “abro el periódico para tener noticias de mi familia, la humanidad”; como la expresión de su queja, su descontento. También en otro aforismo —“lo único decente que se puede hacer con la historia es falsearla” — se enfrenta con la miseria histórica que detona la rebelión del poeta, a la que se refiere Paz. Al recrear la historia, Ramos Sucre hace uso del lenguaje y todas sus posibilidades alquímicas para devolverle a los hombres a la consciencia de su miseria trágica, pero también para restituir su parte más divina y pura: la redención que a través de esa conciencia viene a operar la magia espléndida del lenguaje poético. Nada más nítido que la sintaxis de Ramos Sucre y la elección de cada una de sus palabras. Lo conciso y trabajado del lenguaje constituye una suerte de matemática expresiva. Guillermo Sucre apunta que no sólo es la precisión y el rigor lo que cuenta en el lenguaje de la obra del poeta cumanés; sino el hecho de mostrarse como tal lenguaje: negándose a lo inefable para encontrar siempre cómo nombrar lo que quiere nombrar. Es así que “con Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 31 Ramos Sucre la Retórica recobra sus poderes: la capacidad de decir la palabra justa sin recurrir a la palabra ya dicha o a la transgresión de la palabra imposible; la capacidad de renovar incesantemente la piel del lenguaje y de este modo articular una nueva experiencia del mundo”.5 La magia poética, dice Paul Éluard, consiste en llamar a las cosas por su nombre. Y esta fórmula, que conserva el lenguaje del rito de la hechicería, se encuentra pronto a un paso de otra poesía, que es contacto con el mundo concreto y no evasión fuera del mundo.6 De suerte que el poeta nombra los objetos y hélos ahí transformados, restituidos a la realidad. Así como no hay ocultamiento en la construcción del poema y toda su arquitectura es precisa y delineada, lo enigmático y lo fantástico en la obra de Ramos Sucre, no es la consecuencia de ningún ocultamiento formal o semántico o una actitud evasiva. Coincido con una parte de las reflexiones de Tobin Siebers acerca de que lo siniestro, la superstición y la magia en la poesía expresan más realidad social, deseo y violencia, que los lenguajes que la proclaman. Según este crítico, en la literatura fantástica, el escritor trata de recuperar o de representar las expresiones que ya no parecen disponibles a la gente por su falta de fe, pero que, a pesar de ello, continúan conmoviéndola.7 El ciego (Las formas del fuego) El teólogo se había tornado macilento y febril. Medita sin tregua una idea mortal y recorría, en solicitud de su alivio, los infolios cargados sobre los facistoles o derramados sobre el pavimento. 5 Guillermo Sucre, “Ramos Sucre: la verdad: las máscaras”, op.cit., pp. 146-147. 6 Albert Beguin, op.cit., p. 487. 7 Tobin Siebers, Lo fantástico romántico, FCE, México, 1989. p. 58. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 32 Los autores de aquellos volúmenes habían envejecido en el retiro escuchando los avisos de una conciencia. Salían de sus celdas para despertar, con sus argumentos, el asombro de las universidades. El teólogo demandaba el socorro de un crucifijo sangriento, después de registrar con la mirada las imágenes de unos diablos de tres cabezas y armados de tridentes en memoria y representación de los pecados capitales. Un escultor de la Edad Media había usado tales figuras al componer la filigrana de una abadía. Yo me insinué en la amistad del penitente y lo insté a confiarme la razón de su inquietud. Pretendió retraerme de la pregunta usando alternativamente de efugios y amenazas. Se paseaba en ese momento bajo el estímulo de una alucinación apremiante. Yo vine a quedar de rodillas al dirigirle el ruego más apasionado. Él impuso la mano sobre mi frente y consintió en asociarme a su visión terrible. La vista de los suplicios infernales se fijó profundamente en mis sentidos y me siguió de día y de noche, hundiéndome en la desesperación. Encontré mi salud cegando voluntariamente. He abolido mis ojos y estoy libre y consolado.8 Es así que el mal, en el poema, amenaza de contagio, se descarga en un joven que pide sacrificio. Su lectura contagia al lector: lo hace sentirse responsable; si el mal existe en forma tan despiadada ¿no estamos de alguna manera implicados en él? En este poema Ramos Sucre introduce muchos de los elementos que acabamos de mencionar, como las alusiones culturales y la reinvención del mito por medio de la fabulación, que se repiten en casi toda su producción poética. Se insinúa que el teólogo padece un sufrimiento terrible debido a unas visiones apocalípticas del mundo que ni los 8 José Antonio Ramos Sucre, op. cit., p. 318. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 33 estudios más eruditos ni la oración logran mitigar. El personaje que narra, el cual intuimos es un aprendiz o un estudiante, joven e ingenuo, ruega compartir la pesadilla del teólogo. Sabe que el maestro carga un peso demasiado grande y quiere ayudarlo, al final el teólogo acepta y le transmite las visiones. El poeta sólo insinúa el horror, suponemos algo realmente demasiado terrible que concierne quizás a la humanidad entera, porque el joven termina sacándose los ojos como única salida para el consuelo de su alma en la tierra. Sorprende la solución de la ceguera voluntaria y nos recuerda a varios personajes de la historia y la literatura: a Tiresias (que encegueció tras su encuentro con los dioses), y Edipo (quien se arrancó los ojos, como se sabe). En el caso del primero la ceguera para el mundo físico que lo rodea le abre la visión de las cosas que los demás mortales no alcanzan a ver y en el segundo, la ceguera autoinfligida no sólo abre un camino a la visión premonitoria sino que recuerda, encarna en sí, la tragedia del hombre. En la figura del joven, sin que el poeta lo diga, parecen confluir ambos ciegos: uno al que se le asocian visiones de un futuro apocalíptico, y el otro, el que expía la culpa que recae en él, lo merezca o no. En este poema, como en muchos de Ramos Sucre, están presentes el suplicio, la visión terrible, la inutilidad del conocimiento, la soledad y la impotencia de la religión entre otros temas. Es uno de los pocos en donde se insinúa un acto noble y generoso pero con un final trágico. Un sabio y un joven que quiereaprender cargan entre los dos con una terrible historia de horrores y sufrimientos, la presencia del crucifijo es obvia y su relación con la expiación resulta demasiado directa. Sin embargo, el poema también nos recuerda vagamente otro, el de Margarita en el drama romántico de Fausto. Y a pesar de las alusiones y de los símbolos, todo en esta historia del ciego nos parece conocido y al mismo tiempo extraño. Coinciden en “El ciego” dos características de la poesía romántica a las que Ramos Sucre les imprime su propio sello: el uso del yo anómalo y la expiación: la poética del sufrimiento Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 34 y el cultivo de personalidades múltiples. Como Siebers ha podido señalar a lo largo de su trabajo: el poeta romántico cultiva una otredad sin límites9. La que ya ha analizado Guillermo Sucre en su trabajo acerca de las máscaras del poeta. Y en el que señala que el poeta visiona “vidas imaginarias”, y por ende, al igual que Baudelaire, entra a su antojo en los personajes para asumir su destino10. Hay una ubicuidad del yo en la poesía de Ramos Sucre. La técnica poética en la que se articulan esos múltiples Yo, en éste como en casi todos los poemas, es el monólogo dramático. En los poemas cada escena se sostiene por medio de las alusiones culturales cruzadas por conjeturas y fábulas, símbolos, alegorías y presagios, maldiciones, ritos, liturgias, costumbres crueles, consejas y leyendas, suplicios extravagantes, plagas y venganzas; y sus protagonistas son jóvenes aprendices, mujeres desvaídas, guerreros, hombres enamorados, curas, hombres y mujeres víctimas de pasiones y de sus circunstancias, pero también brujas, magos, artes adivinatorias y oráculos. Pues como ya señalaba Francisco Pérez Perdomo “hay en toda la poesía de Ramos Sucre una avidez por leer los signos, por extraerles sus misterios, por descifrar la mística de la existencia que incluye también la muerte”.11 Más que resolver el misterio, Ramos Sucre quiere recrearlo, hacer de la historia oráculo, enigma a ser descifrado, quizás así los hombres vean su suerte, cobren conciencia. Un poeta visionario, dice Guillermo Sucre, en cuyos poemas el símbolo no es alegoría, sino organización del lenguaje: sistema de signos. “Mais l’oracle invoqué pour jamais dut se taire; un seul pouvait au monde expliquer ce mystère: —Celui qui donna l’âme aux enfants du limon.”12 Con la cita de estos de versos de Gérard de Nerval, Octavio Paz, en otro libro indispensable para comprender la eclosión 9 Tobin Siebers, op. cit., p. 242. 10 Guillermo Sucre, op. cit., pp. 32-33. 11 Francisco Pérez Perdomo, op. cit., p. 4. 12 Octavio Paz, Los hijos del limo, México, Seix Barral, 1980, p. 11. Última estrofa del soneto ¡Era él, ese loco, el sublime insensato!: Mas se calló por siempre el invocado oráculo; uno sólo en el mundo explicar tal misterio podía: el que entregó el alma a los hijos del limo. (Trad. mía) Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 35 poética latinoamericana, traza el marco de la puerta por donde entra la poesía moderna en este continente: asombrándose y cuestionándose en un mundo también moderno, con todas sus contradicciones y su caos, un mundo americano que hereda del romanticismo europeo su inconformidad y escepticismo y de ahí mismo extrae toda la fuerza poética y su impulso creador. Al igual que Nerval, Ramos Sucre es un poeta de visiones, no en el sentido de un inspirado que escribe bajo los efectos de un estado exaltado o alucinatorio, sino de una visión o anticipación lúcida que culmina en la creación de una metáfora de la existencia, del pasado pero también, por la circularidad de la historia, proyectada al futuro. La visión poética en la obra poética de Ramos Sucre fue alcanzada gracias a muchísimas horas de estudio, desvelos, trabajo con el lenguaje y asimilación de la materia literaria e histórica de todos los tiempos, su visión es resultado de la re-escritura. Y es en ese trabajo poético con las palabras y con la historia donde encontramos la ascendencia romántica en Ramos Sucre que lo emparenta con Goethe: resolver el desnivel entre el uso decorativo del mito y su visión estructural. Lo mítico en Ramos Sucre no es simple recreación sino un nuevo comienzo: a partir de la combinatoria, de la fabulación relacionante que hace posible el mito mismo. En ese sentido cito a Ludovico Silva quien apunta: “Ramos Sucre jamás se abandona a la ‘inspiración’, todo lo contrario del surrealismo”.13 Por eso, su poesía es de una lucidez casi cruel; los periodos ondulantes de su prosa se mueven gobernados por un cálculo muy riguroso; sus adjetivos tienden a una precisión casi matemática (…) Con todo ello construye Ramos Sucre un universo mágico, teñido de misterio y esplendor nocturno, compuesto de vocablos jamás directos, que tintinean en el trasfondo de su prosa cantada como joyas en la oscuridad. Es un poeta hermético, en el sentido ritual y ocultista del término, no lo es en el sentido histórico-literario del vocablo, pues su poesía está compuesta de una prosa diáfana, cristalina, de claros períodos y vocabulario relativamente simple… Es 13 Ludovico Silva, op. cit., pp.67-68. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 36 en todo caso, un gran mago poético. El antiguo parentesco entre poesía y magia revive en él y se actualiza con grandeza.14 Según Armando Navarro la atracción que sintió desde muy joven Ramos Sucre por la obra de Goethe, como veremos más adelante al analizar la importancia en ella de la figura de Fausto, explica en gran medida el tono de romanticismo atribuido a su poesía.15 Sin embargo, no sólo el gusto, la imantación de su obra con la del escritor alemán, también las lecturas de los postulados de los románticos alemanes y otros poetas, indispensables para Ramos Sucre, fuertemente influidos por el Romanticismo alemán así como por Leopardi, Nerval y Baudelaire. Para Friederich Schlegel, “El lenguaje está más cerca del espíritu de la poesía que sus otros medios. El lenguaje, repensado en sus orígenes, es similar a la alegoría y el primer instrumento inmediato de la magia”.16 Dicho de otra manera: incluso en las lenguas modernas subsiste una dimensión creadora, poética o “mágica” para retomar la fórmula del filósofo y teórico del Romanticismo alemán.17 Acerca de las primeras inquietudes románticas acerca del lenguaje poético y el poema como instrumento de la magia que revela, Octavio Paz quizá fue el poeta latinoamericano que más se esmeró en desentrañar los poderes del lenguaje poético: “La operación poética no es diversa del conjuro, el hechizo y otros procedimientos de la magia. Y la actitud del poeta es muy semejante a la del mago. Los dos utilizan el principio de la analogía; los dos 14 Idem. 15 Armando Navarro, “Otras perspectivas en la obra de Ramos Sucre”, en José Ramón Medina (comp.) op.cit.,p. 115. 16 Friedrich Schlegel, “Goethe en sus obras de juventud y madurez” en Jean-Michel Gouvard, L’analyse de la poésie, París, PUF, (AÑO), p. 71. 17 Ibid, p. 72. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 37 proceden con fines utilitarios e inmediatos: no se preguntan qué es el idioma o qué la naturaleza, sino que se sirven de ambos para sus propios fines”.18 En su afán de explicarse el poder de la poesía, añade: No es difícil añadir otra nota: magos y poetas, a diferencia de filósofos, técnicos y sabios, extraen sus poderes de sí mismos. Para obrar no les basta poseer una suma de conocimientos, como ocurre con un físico o con un chofer. Toda operación mágica requiere una fuerza interior, lograda a través de un penoso esfuerzo depurificación. Las fuentes del poder mágico son dobles: las fórmulas y demás métodos de encantamiento, y la fuerza psíquica del encantador, su afinación espiritual que le permite acordar su ritmo con el del cosmos.19 Aunque no coincido del todo con Octavio Paz —particularmente cuando establece la analogía del trabajo de un filósofo con un técnico, porque Ramos Sucre no trata de comparar las herramientas y las intensidades de disciplinas distintas, sino de analizar la operación poética— la cita corrobora la noción de purificación que obra gracias al trabajo con el lenguaje. Para Ramos Sucre el lenguaje está gobernado por “verdades de ardua metafísica”. Es el lenguaje la pasión más secreta y fiel del poeta, es la libertad que le proporciona, paradójicamente en sus reglas estrictas en el límite de sus elecciones, es justo ahí donde el poeta se purifica, se libera y encuentra en las herramientas su verdad para transformar el mundo. Finalmente, en las acertadas palabras de Guillermo Sucre “nuestra verdad son las máscaras del lenguaje.”20 18 Octavio Paz, El arco y la lira, p. 53. 19 Idem. 20 Guillermo Sucre, “Ramos Sucre: la pasión por los orígenes ” en José Antonio Ramos Sucre, Obra Poética, Comp. Katyna Henríquez, México, FCE, Equinoccio Ediciones de la Universidad Simón Bolívar, 1999, p. 35. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 38 El poema en prosa “Sus poemas en prosa, redondos, cerrados en sí mismos, de un simbolismo alto y cernido, tienen muchas veces valor de piedras preciosas. […] Son piedras mágicas sus poemas.”21 Así, con esas imágenes, describió este autor los poemas de Ramos Sucre. Ciertamente el poema que emerge de la prosa continúa y enriquece la tradición de quienes le precedieron en ese género. Parte del desconcierto que causó la obra de Ramos Sucre en su época y durante algunas décadas que le precedieron fue la escritura microintensa del poema en prosa. En esa elección encontramos una primera reticencia debida la dificultad que enfrentaron los lectores para un género bastante desafiante para la época. Muchos lectores y críticos consideraron que los textos de Ramos Sucre eran simplemente prosas:22 hay que recordar que en esos años en Venezuela todavía se escribía poesía bajo los preceptos del Neoclasicismo, que el verso tradicional era la única manifestación poética aceptada y entendida, e incluso que el poema en prosa había sido un desafío también para los primeros lectores de los poetas que iniciaron esta transformación en la Francia del siglo XIX y que su acogida no fue inmediata. Al referirse a los cuatro autores reconocidos como fundadores del poema en prosa moderno en lengua francesa, Bertrand, Baudelaire, Lautréamont y Rimbaud, Eugenio Montejo aporta algunas claves para entender su peculiaridad distintiva: 21 Carlos Augusto León, op.cit., p. 56. 22 Cfr. Guillermo Sucre “Ramos Sucre: la pasión por los orígenes”, op.cit., p. 11. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 39 Más allá de la diversidad de tono que es perceptible en estos cuatro autores, el ritmo y la imagen son los elementos que convienen para identificarlos. Todo texto que de antemano no se proponga contar o demostrar, que no pretenda ser en primer lugar razonamiento o relato, sino un acumulador de imágenes, todo texto así es un poema.23 Con todo, ese planteamiento no es suficiente para explicar la poética particular de Ramos Sucre. Su singularidad formal y la elección del poema en prosa como género, nos obliga a hacer, aunque sea pequeña y breve, una conjetura acerca de la elección de ese camino hasta entonces “no explorado” en la poesía venezolana. La conjetura apunta a que el gusto de Ramos Sucre por el género tiene su origen en primer lugar en el antecedente romántico mediante el cual se cobró consciencia de que la poesía no sólo habitaba el verso ni las formas rimadas, sino que podía manifestarse en cualquier producción literaria; y es así que los mismos hermanos Schlegel consideraron y manifestaron que la novela constituiría la forma ideal de la poesía romántica24; y por otro lado, como consecuencia de las exploraciones del romanticismo, el uso poético que para ilustrar la vida moderna que le dio Baudelaire. Baudelaire, quizás el poeta que, junto con Mallarmé, más influyó, revolucionó y conmocionó la poesía por venir desde sus entrañas, afirmó: “Quel est celui de nous qui n’a pas, dans ses jours d’ambition, rêvé le miracle d’une prose poétique, musicale sans rythme et sans rimes, assez souple et assez heurtée pour s’adapter aux mouvements lyriques de l’âme, aux ondulations de la rêverie, aux sobresaults de la conscience?”25 23 Eugenio Montejo, “Aproximación a Ramos Sucre”, en José Ramón Medina (comp.) op.cit., p. 125. 24 Véase Friedrich Shlegel, op. cit., p. 82. 25 Cita de Baudelaire en Guillermo Díaz-Plaja , El poema en prosa en España, ed. Gustavo Gili, 1955, p. 5. Quién es el que entre nosotros, en sus horas de ambición, no ha soñado con el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, lo suficientemente flexible y agitada como para adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del sueño, a los sobresaltos de la conciencia? (traducción mía). Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 40 El poema en prosa (pre)supone… una voluntad consciente de organizar [el discurso] en forma de poema; debe ser un todo orgánico, autónomo, de modo que permita distinguirlo de la prosa poética –la cual no es más que una “matière”, una forma, de primer grado si prefiere, a partir de la cual se pueden realizar tanto ensayos como novelas o poemas.26 Al elegir para su poesía este género novedoso Ramos Sucre violenta por primera y única vez el canon, su devoción por lo antiguo, por las normas comprobadas a lo largo de muchos siglos de uso, reverenciadas por los poetas del pasado. Si su defensa de la retórica lo llevó a desconsiderar la libertad creativa que había iniciado el romanticismo, permitiendo al individuo inventar sus propias leyes, ésta, sin embargo, implicaba su propia elección, su discriminación y decisión de confirmar una nueva tradición. En la que cabía igualmente el aforismo, que cultivó brillantemente, recopilando un importante conjunto de ellos bajo el título de “Granizada”. 27 Por otra parte, la tradición del verso castellano era una silábica: una medida de las unidades fónicas; mientras la del verso griego y latino era acentual: un ritmo verbal. Esta tradición fue retomada por los románticos alemanes, y con ella, en correspondencia con la analogía universal, hicieron del poema un espacio verbal de resonancias.28 26 Cita de Suzanne Bernard, Le poème en prose, de Baudelaire jusqu’à nos jours en Jesse Fernández, op. cit., p. 29. 27 El aforismo es una forma capaz de reproducir su pensamiento paradójico, contradictorio y, al mismo tiempo, poético. Para algunos, el aforismo es también una forma poética; quizá la más antigua, próxima al oráculo y al pensamiento hermético. El aforismo, una de las formas mínimas de la literatura, es imperativo, su brevedad opera como máxima: se graba en la memoria. Recordemos de paso que la brevedad de Tácito -leído por Ramos Sucre- fue muy admirada. 28 Alba Rosa Hernández Bossio, Ramos Sucre: la voz de la retórica, Caracas, Monte Ávila editores, 1990, pp. 69-70. Neevia docConverter 5.1 Poesía y magia en José Antonio Ramos Sucre -- 41 En ese sentido, el estudio de Díaz-Plaja acerca del poema en prosa en Hispanoamérica nos ilumina un poco más el camino claramente trazado por la cultura latina de Ramos Sucre y la elección del poema
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