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UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS Agradezco a la Dra. Guillermina Murguía Sánchez por la dirección de este trabajo de tesis, a los integrantes del Jurado: Maestra Milagros Figueroa Campos Dra. Leticia Barba Martín Dr. Víctor Hugo Méndez Aguirre M. en C. María Eugenia Heres Pulido A todos ellos gracias por sus revisiones, sugerencias de material bibliográfico, recomendaciones, comentarios y observaciones. Pero sobre todo por sus atenciones, su interés y amistad. A la Dra. Leticia Barba que se adelanto en el ciclo de nuestras vidas. Agradezco a mis compañeros del Seminario de Estrategias Didácticas Experimentales en Biología (SEDEB): Laura Cortés, Miguel Ángel Solís, Salvador Morales, René Reyes y en memoria de mi amigo y compañero Carlos Calderón y Sánchez. A la profesora Pilar Candela Martín, el profesor Efraín Cruz Marín y Jesús Pacheco Martínez por el apoyo y las valiosas sugerencias para mejorar este trabajo. A todos mis amigos y compañeros de la MADEMS: Josué Montes, Basilio, Francisco, Balby, Zenet, etc. Con los cuales compartí dos años de trabajo académico en un ambiente de libertad, colaboración y amistad. A todos los académicos de MADEMS que con sus experiencias y dedicación contribuyen a mejorar la calidad de nuestras clases y por tanto a la formación de las jóvenes generaciones. A todos los profesores del Diplomado en Educación Ambiental los cuales me permitieron comprender la complejidad de la temática desde un punto de vista integral y holístico y me enseñaron que más que enseñar como es el mundo hay que enseñar a “pensar el mundo”, “hacer el mundo” y “ser en el mundo”. DEDICATORIA Con mucho cariño a mis padres Lucia Badillo García y David Toro García A mis hermanos y hermanas Lucia, Alfredo, Alicia, Catalina, María, Concepción y Ángel Al Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM y a mi querida Facultad de Ciencias de la UNAM. ÍNDICE I Delimitación del contexto y objeto de estudio ..................................................1 1.1 Introducción…………………………………………………………………………..…………………….1 1.2 Educación Media Superior………………………………………………………..……................5 1.2.1 Algunos problemas de la Educación Media Superior………………..………………….6 1.2.2 La Maestría en Docencia para la EMS como iniciativa para la formación de docentes.....…………………………………………………………………………….…..…………..10 Ubicación y contexto.……………………………………………………………..…..….………12 1.3.1 Modelo y finalidades educativas del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM…….………………………………….………………………………………………...12 1.3.2 Incorporación de una Educación Ambiental basada en los contenidos educativos de los programas de las asignaturas de Biología II y IV....……13 1.4 La educación en contenidos actitudinales y temas transversales…………….………….16 1.4.1 Los contenidos actitudinales…………………………………………………..…….17 1.4.2 Temas transversales…………………………………………………………………….18 II Marco teórico………………………………………………………………………….……..22 2.1 Educación Ambiental……………………………………………………………………….………..22 2.1.1 Problemática ambiental………………………………………..……………………..22 2.1.2 Ambiente y dimensión ambiental……………………………………..…………..24 2.1.3 Antecedentes de la Educación Ambiental……………………………………….26 2.1.4 Definición y características de la Educación Ambiental…………………….32 2.1.5 Sustentabilidad……………………………………………………………………………34 2.2 Ética y moral……………………………………………………………………………………..…….37 2.2.1 Definición de ética y moral………………………………………………….……….37 2.2.2 Responsabilidad moral……………………………………………………….………..39 2.2.3 Lawrence Kohlberg y el desarrollo moral…………………………….………….43 2.3 La ética ambiental……………………………………………………………………..….……...…47 2.3.1 El Saber Ambiental y la Interdisciplinariedad…………………….…….…….48 2.4 La Educación Moral como estrategia en la Educación Ambiental………….…….….50 2.4.1 Los valores morales…………………………………………………..……………..…50 2.4.2 Elementos para el desarrollo de una Educación Moral……….…………….53 2.4.2.1 Estrategias de autoconocimiento………………………….……...…….54 Clarificación de valores…………………………………….……….……..54 Ejercicios autoexpresivos……………………………….………….……..56 2.4.2.2 Estrategias para el desarrollo del juicio moral……………….…..…56 Discusión de dilemas morales……………………….…………...…….56 2.5 Bases pedagógicas y didácticas consideradas en este trabajo…………………..……58 2.5.1 Aprendizaje significativo…………………………………………………………..…..58 2.5.2 Estructura didáctica…………………………………………………………..….……..59 2.5.3 Propuesta de evaluación………………………………………………………....……61 III Antecedentes………………….…………………………………………………….….……64 3.1 Utilización de las áreas verdes del Plantel Sur como laboratorio vivo…..…..…….64 3.1.1 La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel……………..…….……….65 3.1.2 El Plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades…….…….…...…...67 3.1.3 Ejemplos de la utilización de las áreas verdes como laboratorio vivo…68 3.2 Comunicación ambiental……………………………………………………………………….……..70 3.2.1 Charlas de bienvenida a estudiantes de nuevo ingreso al Plantel Sur…70 3.2.2 Campaña de PET y pilas…………………………………………….………....……..73 3.2.3 Cursos y talleres organizados por los profesores que integramos el SEDEB……………………………………………………………………………….……….78 IV Objetivo general y objetivos específicos………………..……………..…….......…..79 V Análisis de resultados………….……………………………………..………...….…........80 5.1 Ejemplo del uso de las áreas verdes del Plante Sur como laboratorio vivo……..….80 5.1.1 “Exclusión de la población de belén (Impatiens balsamina) en el área C- 10 del CCH Sur” ……………………….………….……………............80 5.2 Educación Moral…………………………..……………………………..…………………………...…85 5.2.1 Estrategias de autoconocimiento…………………...…….……………..…..…...85 5.2.1.1 Clarificación de valores…….……………..…….………….….…..….…85 5.2.1.2 Ejercicios autoexpresivos……………………………….…...……88 5.2.2 Estrategias para el desarrollo del juicio moral………..………….….….90 5.2.2.1 Dilemas morales……….…………………………..……………..……90 5.3 Aprendizaje basado en problemas (ABP)…………………………………….…….…..96 5.3.1 ABP “Plantas en peligro”..………………………………………….…….…….98 5.4 Utilización de los jardines botánicos en la educación ambiental…………..…102 5.5 Encuentro de Estudiantes por la Conservación de las Áreas Verdes del Plantel Sur…………………………………………………………………………...........…..104 VI Conclusiones………………….………………………………………………………..108 VII Anexo y lista de abreviaturas ……………………………………………………111 VIII Referencias bibliográficas. .……………………………………………………..117 CAPÍTULO I Delimitación del contexto y objeto de estudio 1.1 Introducción El deterioro ambiental, junto con la crisis económica y financiera de los países del Tercer Mundo, ha producido un proceso generalizado de empobrecimiento, marginación social, bajas condiciones de salud de la mayoría de la población, procesos migratorios, desempleo y el desarraigo de las comunidades de sus territorios étnicos, entre otros. Todo ello con efectos sobre el ambiente natural y una grave crisis generalizada. A partirde las reflexiones sobre estos problemas, desde los últimos años de los sesenta del siglo XX, se reclaman actuaciones políticas comprometidas con la solución del deterioro ambiental y la reivindicación de modelos alternativos para el desarrollo económico y social de los pueblos. Ante esta problemática se empezaron a diseñar estrategias para una Educación Ambiental (EA) que proporcionara los conocimientos fundamentales de ciencias naturales y sociales necesarias para la utilización racional y la conservación de los recursos de la biosfera. Desde 1972, en la Conferencia sobre el Medio Humano en Estocolmo, Suecia, se redacta el documento denominado la Declaración sobre el Medio Humano, se concretan 26 Principios básicos, de los cuales se destaca el número 19 que establece la importancia de una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a jóvenes como a adultos, para ampliar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos inspirada en el sentido de responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio. En la declaración final de la Conferencia Intergubernamental de EA de Tbilisi (Georgia, URSS) en 1977, se considera que ésta EA “debe impartirse a personas de todas las edades, a todos los niveles, y en el marco de la educación formal y no formal”. Se estima, que la EA debería constituir una educación permanente general que reaccionara a los cambios que se producen en un mundo en rápida evolución. Orientada a preparar a los individuos y a los grupos para la resolución de problemas “a través de un enfoque global, de bases éticas, enraizado en una amplia base interdisciplinaria” (Novo, 1995). El contexto particular del presente trabajo esta basado en el Plan General de Desarrollo del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) 2002-2006 y los Programas de Estudio de Biología I a IV de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El primero establece que las “Actitudes y valores, así como las dimensiones éticas derivadas de la propia adquisición del saber, constituyen una vértebra fundamental que permitirá a los estudiantes tener posiciones éticas y humanas mas adecuadas para nuestra sociedad”. Además, se destaca que una de sus finalidades educativas es que “sus estudiantes se desarrollen como personas dotadas de valores y actitudes éticas; capaces de tomar decisiones, habituados al diálogo y solidarios en la solución de problemas sociales y ambientales”. Los objetivos planteados de este trabajo, también coinciden con lo que establece la presentación de los Programas de estudio de Biología I y II: “se busca enfatizar las relaciones sociedad-ciencia-tecnología para que los estudiantes puedan desarrollar una ética de responsabilidad individual y social que contribuya a establecer una relación armónica entre la sociedad y el ambiente”. “La adquisición de actitudes y valores que le permitan integrarse a la sociedad de nuestro tiempo y asumirse como parte de la naturaleza, propiciando una actitud de respeto hacia ella y una actitud ética en cuanto a las aplicaciones del conocimiento biológico” (Programas de estudio de Biología I a IV:2). Por lo anterior, el presente trabajo retoma estos objetivos y trata de acercarse a una formación ambiental enfatizando el aspecto ético-moral. Para el caso de la asignatura de Biología dentro del Plan de Estudios del CCH, la propuesta de EA está planteada y estructurada para implementarse principalmente en el tema II: “El desarrollo humano y sus repercusiones en el ambiente”, de la segunda Unidad de Biología II, ya que es una asignatura obligatoria que se cursa en el cuarto semestre. Pero también puede implementarse o profundizar en el tema II: “Biodiversidad de México”: Problemática ambiental y sus consecuencias para la biodiversidad, de la segunda unidad de Biología IV, la cual es una asignatura optativa que se cursa en el sexto semestre. Es evidente la necesidad de una EA que integre una ética ambientalista, la cual no debe ser del dominio exclusivo de ciertos sectores de la población, por el contrario debe integrarse y generalizarse en el ambiente escolar y ser implementada y estudiada desde la perspectiva de las ciencias naturales y también desde las disciplinas sociales, humanísticas y culturales; es decir, estar incorporada en el mapa curricular del bachillerato. Leff, (2004) plantea la propuesta de una ética ambiental que incorpore las bases del equilibrio ecológico como norma del sistema económico y condición de un desarrollo sustentable; asimismo se funda en principios éticos (respeto y armonía con la naturaleza), valores políticos (democracia y equidad social) y en una nueva ética que se manifiesta en comportamientos humanos en armonía con la naturaleza; en principios de una vida democrática y en valores culturales que den sentido a la existencia humana. El presente trabajo está enfocado a una población de adolescentes que en su contexto escolar, familiar y comunitario, viven influencias que les permiten adquirir conocimientos, reflexiones y criterios que los proyectan en las relaciones sociales que establecen. En estos contextos de socialización establecen su identidad personal, forjan lazos interpersonales fuera de la familia, inician la selección de pareja, aprenden valores y actitudes, etc. En este período, los estudiantes se encuentran en una etapa de elaboración personal de sus puntos de vista, ideas y convicciones que no siempre logran clarificar por sí mismos. Por lo anterior, uno de los objetivos de este trabajo es alcanzar cierta influencia en la construcción de una formación académica y cultural que incluya valores, actitudes y conductas como: la solidaridad, el trabajo en equipo, la comunicación, la reflexión, el análisis, la colaboración para la búsqueda de soluciones a problemas locales y generales; en última instancia, una aproximación a la construcción de proyectos alternativos de sociedad. Ello implica, reconocer la importancia de la naturaleza al sentirnos parte de ella, valorarla en su dimensión ecológica-evolutiva y reflexionar sobre la complejidad de la crisis ambiental con un enfoque crítico e interdisciplinario. Sin embargo, uno de los factores trascendentales que constituyen la problemática del bachillerato de la UNAM y de la Educación Media Superior (EMS) en general, es la falta de profesores formados para el ejercicio de la docencia en este nivel educativo -y más aún en la educación ambiental-, asunto que se presenta como una de las causas principales que limita la calidad de la enseñanza. Este escenario se agrava con las condiciones laborales de los profesores de asignatura, pues son los que reciben menores remuneraciones y los que atienden la mayoría de estudiantes, constituyendo una de las debilidades más significativas de nuestra institución. Para coadyuvar en la solución de este problema, la UNAM instituyo la Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS), la cual actualmente está ofreciendo un programa que trata de proporcionar una formación sólida en saberes psicológicos, pedagógicos y didácticos que permitan al docente el ejercicio de una práctica basada en principios sociales, éticos y educativos. El programa reconoce la importancia de la EMS, cuyo objetivo fundamental es preparar a las jóvenes generaciones que habrán de ingresar al campo de trabajo y/o proseguir sus estudios en alguna licenciatura. En lo que ser refiere a la preparación de académicos en el área de la EA, algunas instituciones ya cuentan con maestrías y diplomados sobre el tema. Por ejemplo, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que imparte la Maestría en Educación Ambiental. En general el presente trabajo es una pequeña aportación a la EA a nivel del bachillerato que retoma experiencias, y reflexiones que trascienden la disciplinabiológica para ser propuestas a otras áreas del conocimiento que integran el currículo del bachillerato. 1.2 Educación Media Superior De acuerdo con la definición manejada por el Sistema Educativo Nacional (SEN), el bachillerato es el nivel formativo propedéutico que se cursa generalmente en tres años posteriores a la acreditación del nivel medio básico o secundaria. Este nivel educativo está orientado a ofrecer una preparación en diferentes áreas del conocimiento a fin de conducir a los estudiantes a la continuación de los estudios superiores y al proceso de especialización profesional a futuro (Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe 2003). La EMS está conformada por dos modalidades principales: una de carácter propedéutico y otra bivalente. La primera se imparte a través del bachillerato general en instituciones públicas y privadas y se caracteriza por tener una estructura curricular que busca formar al estudiante para acceder a la educación superior. Este bachillerato proporciona una preparación básica que comprende conocimientos científicos, técnicos y humanísticos, conjuntamente con algunas metodologías de investigación. Algunas de las instituciones donde se cursa el bachillerato propedéutico son: - El Instituto Politécnico Nacional (IPN), con 16 Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYT). - La UNAM, con nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y cinco planteles del CCH. - Los Colegios de Bachilleres, tanto de carácter federal como estatal. - Las preparatorias federales que operan de acuerdo a las normas establecidas por la Secretaria de Educación Pública (SEP) y están dirigidas por una asociación civil. - Los bachilleratos de arte que ofrecen programas propedéuticos para ingresar a las escuelas profesionales de arte. Dependen del Instituto Nacional de Bellas Artes y son de carácter federal. - Los bachilleratos militares que permiten continuar con estudios profesionales en la Universidad del Ejército y Fuerza Área u otra institución de educación superior. - Las preparatorias del Distrito Federal que dependen del Instituto de Educación Media del Distrito Federal y es financiado por el Gobierno del Distrito Federal. - La Preparatoria Abierta y el Tele-bachillerato, que actualmente opera en 11 entidades federativas. - El sistema de Bachillerato incorporado. 1.2.1 Algunos problemas de la Educación Media Superior “En la última década el bachillerato aumentó su matrícula 36.5 % y el bachillerato tecnológico bivalente en 93.3 %. Sin embargo, la participación de jóvenes entre 16 y 18 años en este tipo educativo es aún baja (46.8 %). Existen diferencias entre las entidades federativas en el acceso a la EMS que se acentúan en poblaciones rurales, en trabajadores emigrantes e indígenas, además en cada una de estas categorías las mujeres están en mayor desventaja” (Programa Nacional de Educación 2001-2006). Es significativo el incremento del bachillerato tecnológico en la limitada cobertura general, lo que refuerza la orientación de favorecer esta educación como la base de formación de mano de obra semicalificada que inserta al individuo en el mercado de trabajo, promovida por las políticas nacionales. Como opinión personal, es necesario incrementar la cobertura del bachillerato propedéutico, ampliar la oferta y acercarla a los grupos más desfavorecidos, con la tendencia a cubrir el 100% de la población de jóvenes en el conjunto del país. El mismo Programa establece, “la eficiencia terminal en la EMS se estima en 59% en el bachillerato y en 44% en la educación profesional técnica. Entre las causas sobresalen la deficiente orientación vocacional de los estudiantes, la rigidez de los programas educativos y los motivos económicos”. La diversidad de programas de estudio -cerca de 300-, afecta la identidad y finalidad del bachillerato así como el tránsito entre instituciones (Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000). En este punto considero conveniente que exista una variedad de programas adecuados a cada región o estado, debido a la diversidad cultural que caracteriza a nuestro país. Además, es importante preservar las identidades culturales de algunos pueblos, incluyendo sus conocimientos autóctonos y prácticas tradicionales como un principio de uso racional de los recursos. Los problemas anteriores son retomados en el capítulo I: Educación de calidad con equidad del Programa Nacional de Educación 2007-2012 el cual establece: “cobertura insuficiente y desigualdad en el acceso a la EMS, baja eficacia y eficiencia terminal, planes y programas de estudio y ambientes escolares rígidos, heterogeneidad del currículo, formación y desarrollo del personal docente inadecuada, desigualdad de recursos, poca colaboración e intercambio académico, infraestructura deficiente, entre otros”. Las propuestas sugeridas por el mismo programa son las siguientes: “Identificar las competencias básicas de egreso de los alumnos de bachillerato, para homogeneizar la currícula de los distintos subsistemas que imparte este nivel educativo, permitiendo la especificidad de cada uno de ellos. Lo anterior permitiría generar un certificado único de dichas competencias básicas, permitiendo la movilidad y la flexibilidad. Avanzar en la homogeneización de modelos y enfoques, orientado a la certificación por créditos. Homogeneizar los procesos de evaluación con herramientas adecuadas al enfoque y al modelo. Generalizar y consolidar los Comités de Vinculación con el sector productivo, para evaluar la pertinencia de sus programas de estudio, de tal manera que permita a sus egresados incorporarse al mercado laboral o continuar sus estudios de nivel superior”. México esta caracterizado como uno de los diez países más megabiodiversos en el mundo, y una parte de esa biodiversidad se ha mantenido gracias a la incidencia de campesinos, comunidades y pueblos indígenas, los cuales constituyen una sociedad multicultural. Por lo anterior la propuesta de unificación o uniformidad de los planes de estudio de la EMS a nivel nacional, hace de lado esta diversidad y sólo parece perseguir que los pocos jóvenes que acceden a este nivel educativo, sean preparados para algunas actividades tecnológicas; es decir, como mano de obra accesible y barata a los capitales nacionales y transnacionales. Se trata de marginar la educación a planos secundarios, y/o sólo restringirla a una formación básica para el trabajo, dejando de lado cualquier otro enfoque. Más aún, los contenidos de las ciencias sociales y las humanidades. Otro problema importante de la EMS es que “la contratación de profesores que no reúnen el perfil idóneo para impartir los programas de la EMS limita la calidad de la enseñanza. Asimismo, los esfuerzos que se han realizado para el mejoramiento de la planta académica han sido insuficientes y no hay un programa de formación de profesores que incida en el mejoramiento de la EMS” (Programa Nacional de Educación 2001–2006). Este problema se reitera en el capítulo 2: Educación para el desarrollo, del Programa Nacional de Educación 2007-2012 el cual establece: “Los docentes de EMS escasamente tienen una formación psicopedagógica. El crecimiento vertiginosos de las tecnologías de información y comunicación impactan el sector educativo, exigiendo nuevas formas de conducir los proceso educativos”. Las propuestas del programa son: “crear programas de formación docente e investigación educativa. Transitar de la educación academicista a una educación para la vida, lo que implica la urgente renovación y actualización de contenidos y materiales didácticos. Impulsar el crecimiento y uso de nuevas tecnologías de información y comunicación. Es importante señalar que este programa enfatiza la formación docente y la actualización de programas, sin embargo, noconsidera otros factores primordiales como la situación académica y laboral de la gran mayoría de los profesores que laboramos en este nivel académico. La falta de apertura de plazas, el “congelamiento” de las existentes cuando su titular se ha jubilado, etcétera, completa el panorama de docentes con cada vez peores condiciones laborales y nulos procesos de actualización disciplinaria y formación pedagógica. Además no menciona ni reconoce los limitados presupuestos que en general la educación mexicana tiene como producto de las políticas educativas oficiales. Por ejemplo en la UNAM, el diagnóstico realizado por la Comisión Especial para el Congreso Universitario (CECU) publicado en mayo del 2003 (Colegio de Ciencias y Humanidades. Diagnóstico Institucional 2003) señala, que en el año 2003: 49% de los profesores son de asignatura A interinos (algunos con casi 20 años de antigüedad y sin estabilidad laboral alguna), 28% de asignatura definitivos A y 23% de asignatura B definitivos. El 65% del personal docente son profesores de asignatura y el 35% de carrera; el 74% de los grupos en ese ciclo escolar fue atendido por profesores de asignatura y el 26% por profesores de carrera (Suárez y López Guazo, 2006). Estos datos no se han modificado mucho en la actualidad. Las condiciones laborales de los profesores de asignatura siguen siendo una de las debilidades más significativas del sistema educativo medio superior de nuestra institución, pues son los que reciben menores ingresos económicos y los que atienden la mayoría de los grupos, lo cual incide en la baja calidad académica. Si al conjunto de la problemática descrita en las líneas anteriores, agregamos que en los programas curriculares de la EMS no se esboza una EA, podemos deducir que los jóvenes de este país tienen pocas posibilidades de desarrollar una conciencia ambientalista. Por ello se requiere avanzar en la formación ambiental de los docentes, así como en la actualización del Plan de Estudios de la EMS que incluya contenidos de EA en las ciencias experimentales, pero también en las humanidades y las ciencias sociales; incorporando una nueva ética que se manifieste en comportamientos humanos en armonía con la naturaleza, la reflexión y el análisis, la conservación de la diversidad biológica y el respeto a la heterogeneidad étnica y cultural. Uno de los factores trascendentales que constituyen la problemática del bachillerato de la UNAM (CCH y ENP) y de la EMS en general, es la falta de profesores formados para el ejercicio de la docencia en este nivel educativo, asunto que se presenta como una de las causas principales de la situación crítica actual. Por ello la implementación de la MADEMS, actualmente está ofreciendo un programa que atiende las necesidades de formación y superación académica para ejercer la docencia, desarrollar conocimientos y habilidades metodológicas para la enseñanza y proporcionar espacios académicos para la reflexión y la elaboración de propuestas. 1.2.2 La Maestría en Docencia para la EMS como iniciativa para la formación de docentes La UNAM inició la MADEMS en el año 2004, su objetivo general es formar profesionales altamente calificados para ejercer la docencia en este nivel educativo y sus objetivos específicos son: 1. Proporcionar al estudiante los elementos conceptuales y metodológicos que le permitan el ejercicio de una práctica docente basada en principios sociales, éticos y educativos. 2. Ofrecer una formación sólida en saberes psicológicos, pedagógicos y didácticos que desarrollen las habilidades docentes para responder a las necesidades formativas y de aprendizaje de los alumnos de la EMS. 3. Propiciar una formación académica que permita profundizar tanto en el dominio del campo del conocimiento como en el manejo óptimo de su didáctica especializada (Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS) 2003). El programa se fundamenta en el reconocimiento de la importancia que tiene la EMS, cuyo objetivo fundamental es preparar a las jóvenes generaciones que habrán de ingresar al campo de trabajo o proseguir sus estudios en alguna licenciatura. Así como atender la problemática de la EMS caracterizada por la baja eficiencia terminal de los estudiantes que cuando egresan, manifiestan deficiencias en sus capacidades para aprender y actualizarse por su cuenta (Ibid. Pág 7). La MADEMS representa el reto de operar un programa de formación de profesores, que permita actualizar los conocimientos disciplinarios y desarrollar nuevas habilidades docentes para propiciar experiencias de aprendizaje significativas y un desarrollo profesional y humano que permita que el proceso formativo de sus alumnos se lleve a cabo. El egresado de la Maestría habrá de obtener una sólida formación en el manejo de los aspectos teórico-metodológicos de conocimientos filosóficos, científicos, sociales, humanísticos, técnicos, artísticos o culturales, no sólo para aplicarlos en una disciplina determinada, sino para hacer efectiva su actividad docente. El programa de la MADEMS es el resultado del trabajo de académicos pertenecientes a 11 entidades: 3 escuelas, 6 facultades y 2 institutos. Así como del apoyo académico, técnico y administrativo del Consejo Académico del Bachillerato (CAB), la Dirección General de Estudios de Posgrado (DGEP) y la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA). La conjunción de estos elementos hace de este Programa, una oportunidad institucional para diseñar y ejecutar un plan innovador que responda al desarrollo de habilidades profesionales para una docencia acorde con los avances en los campos del conocimiento, en consonancia con las necesidades educativas del país (Ibid. Pág.8). Para cumplir con los objetivos planteados en la MADEMS, sugiero algunos cambios en la asignatura de práctica docente del programa curricular. Lo anterior se fundamenta en que la mayoría de los supervisores tienen una planeación semestral o anual de la asignatura que imparten y generalmente los temas que estamos trabajando en la tesis, no coincide en tiempo, con la secuencia temática que tiene planeada el supervisor, lo cual obstaculiza uno de los objetivos principales de la materia que es “avanzar en el desarrollo del trabajo de tesis”. En el caso de la temática de EA, el tiempo de las prácticas docentes no fue suficiente para elaborar, probar y analizar estrategias. Por ejemplo en la PD II, la profesora sólo dio tiempo para la planeación de dos sesiones frente a grupo y el tema a desarrollar fue asignado por la supervisora. Mi sugerencia es que los supervisores participen más en los proyectos de investigación de los estudiantes MADEMS, para que de esta manera se puedan aplicar las estrategias no sólo durante la práctica docente, sino a lo largo de todo el año escolar. Además esto evitaría el cambio brusco que provoca en los estudiantes un cambio de docente en el aula. 1.3 Ubicación y contexto 1.3.1 Modelo y finalidades educativas del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM Una de las características que distinguen al CCH de otros bachilleratos es su modelo educativo, el cual es de cultura básica, propedéutico (esto es, prepara al estudiante para ingresar a la licenciatura con los conocimientos necesarios para su vida profesional) y está orientado a la formación intelectual ética y social de sus estudiantes considerados sujetos de la cultura y de su propia educación. Esto significa que la enseñanza va dirigida a fomentar actitudes y habilidades necesarias para que los estudiantes se apropien de conocimientos, asuman valores y opciones personales. Actitudes y valores, así como dimensiones éticas derivada de la propia adquisición del saber, constituyen una vértebra fundamental que le permitirá tener posicioneséticas y humanas más adecuadas a nuestra sociedad. Las orientaciones del quehacer educativo del colegio de acuerdo al Plan General de Desarrollo del CCH, 2002-2006 son: 1. Aprender a aprender, significa que el alumno sea capa de adquirir nuevos conocimientos por cuenta propia. 2. Aprender a hacer, se refiere a que los estudiantes desarrollen habilidades que les permitan poner en práctica sus conocimientos. 3. Aprender a ser, que los estudiantes desarrollen valores humanos, particularmente los éticos, los cívicos y de sensibilidad artística. 4. Capacidad crítica, que el alumno sea capaz de analizar y valorar los conocimientos adquiridos, de forma tal que le permita afirmarlos, cuestionarlos o proponer otros diferentes. 5. Su educación sea de cultura básica, es decir, considerar los conocimientos, los temas y problemas a través de diversos enfoques metodológicos, además de aprender los elementos teóricos y prácticos fundamentales que le permitan continuar sus estudios y ser un ciudadano con valores, actitudes y habilidades para ser útil a la sociedad al egresar del bachillerato. Finalidades Educativas El CCH persigue que sus estudiantes, al egresar, respondan al perfil determinado por su Plan de Estudios, que sean sujetos y actores de su propia formación y de la cultura de su medio, capaces de obtener, jerarquizar y validar información utilizando instrumentos clásicos y tecnologías actuales para resolver problemas. Que sean sujetos poseedores de conocimientos sistemáticos, de una conciencia creciente de cómo aprenden, de una capacitación general para aplicar sus conocimientos y formas de pensar y de proceder a la solución de problemas. Para lograr el conocimiento auténtico y la formación de actitudes, el Colegio plantea teóricamente una metodología en la que los estudiantes participan activamente en el proceso educativo bajo la guía del profesor, quien intercambia experiencias con sus colegas en diferentes espacios académicos. Al ser un aprendizaje dinámico, se busca que los estudiantes desarrollen una participación activa tanto en el aula como en la realización de trabajos de investigación y de laboratorio. Los conocimientos se agrupan en cuatro áreas: Matemáticas, Ciencias experimentales, Histórico- social y Talleres de lenguaje y comunicación (Plan General de Desarrollo del CCH, 2002-2006). Éstas son las declaraciones oficiales del Bachillerato del CCH de la UNAM, sin embargo, la heterogeneidad de condiciones académicas y laborales del personal docente no siempre permite que estos objetivos se cumplan de manera óptima, o sólo se cumplen parcialmente 1.3.2 Incorporación de una Educación Ambiental en los contenidos educativos de los programas de las asignaturas de Biología II y IV Programas de Estudio de Biología I y II En la presentación de los Programas de estudio de Biología I y II, se establece que “se busca enfatizar las relaciones sociedad-ciencia-tecnología para que los estudiantes puedan desarrollar una ética de responsabilidad individual y social que contribuya a establecer una relación armónica entre la sociedad y el ambiente”. “La adquisición de actitudes y valores que le permitan integrarse a la sociedad de nuestro tiempo y asumirse como parte de la naturaleza, propiciando una actitud de respeto hacia ella y una actitud ética en cuanto a las aplicaciones del conocimiento biológico” (Programas de estudio de Biología I a IV:2). Enfoque disciplinario. El aspecto disciplinario se propone el enfoque integral de la biología, con base en cuatro ejes complementarios para construir el conocimiento biológico: el pensamiento evolucionista, el análisis histórico, las relaciones sociedad-ciencia-tecnología y las propiedades de los sistemas vivos" (Ibid, pág. 3). En lo referente a las relaciones sociedad-ciencia-tecnología, plantea la necesidad de “fomentar en los estudiantes una actitud reflexiva acerca de cómo su actividad personal y social repercute en el manejo y cuidado del ambiente, además de propiciar una actitud ética ante el avance del conocimiento científico y la tecnología, para que perciban tanto sus utilidades como las consecuencias negativas de su desarrollo”. Además “promover actitudes y valores que favorezcan el estudio y la solución de problemas mediante la emisión de opiniones fundamentadas, así como la toma de decisiones informadas y acciones responsables ante la problemática actual y los problemas que conlleva el conocimiento científico y tecnológico” (Ibid, pag 4). Enfoque didáctico. El Programa plantea que se debe promover un pensamiento flexible que permita al educando asimilar la característica del quehacer científico. Se trata de “… un proceso de construcción y reconstrucción permanente, en el que las teorías se van enriqueciendo o pueden ser desplazadas por otras.” (Ibid, pág. 5). Líneas adelante, el documento afirma que este “enfoque didáctico se complementa con el uso de estrategias que incentiven el aprendizaje significativo”… que propicien el proceso a través del cual una nueva información se relaciona de manera sustantiva con los conocimientos previos del alumno. “Todo esto con el propósito de permitir entre los educandos una mayor libertad de pensamiento, lograr nuevos aprendizajes, relacionar lo aprendido con situaciones del mundo real, con el entorno y con la sociedad.” (Ibid, pág. 6). De las estrategias que el documento propone cabe destacar las siguientes: “Procurar el análisis de problemas de forma contextualizada y bajo distintas perspectivas y promover la participación individual y colectiva, para que formule y asimile la nueva información, comparta sus percepciones e intercambie información en la resolución de problemas. (…). El parágrafo insiste en que la “… formulación de problemas tiene la función de iniciar el proceso de indagación de los alumnos, y éstos pueden definirse a partir de una experiencia cercana a la vida cotidiana (…)” (Ibidem). Las actividades “…deberán contribuir a formar alumnos críticos y creativos, capaces de generar sus propias estrategias de razonamiento y aprendizaje para la construcción del conocimiento”, concluye el Programa. La propuesta de formación ambiental de este trabajo está planteada y estructurada para implementarse principalmente en los temas de Biología II, ya que es una asignatura obligatoria que se cursa en el cuarto semestre. Pero también, para Biología IV la cual es una asignatura optativa que se cursa en el sexto semestre (Ver anexo núm.1 los temas de de los programas de Biología II y IV). Programas de estudio de Biología III y IV El documento reitera que“… el alumno se asuma como parte de la naturaleza, propiciando una actitud de respeto a ella y una ética en cuanto a las aplicaciones del conocimiento (…) que incorpore a su manera de ser, de hacer y de pensar una serie de elementos necesarios para desenvolverse en la vida diaria, que lo lleven a cambiar su concepción del mundo”. (Ibid. Pag. 21). Considerando que una de las finalidades educativas del CCH, es que “sus estudiantes se desarrollen como personas dotadas de valores y actitudes éticas; capaces de tomar decisiones, habituados al dialogo y solidarios en la solución de problemas sociales y ambientales”, este trabajo es una propuesta de EA en los estudiantes, que considera los contenidos actitudinales de los programas de Estudio de Biología I a IV. Por lo anterior, a continuación se presentan algunas características de estos contenidos. 1.4 La educación en contenidos actitudinales y temas transversales Los contenidos de las asignaturas del CCH se agrupan en: conceptuales, procedimentales y actitudinales (Colegio de Ciencias y Humanidades, 2006). De los tres tipos de contenidos que articulan el currículo, las actitudes son posiblemente el contenido más difícil de abordar para muchos profesores.Como lo señala Lemke, (1997) “no sólo enseñamos ciencias, sino además comunicamos, frecuentemente sin darnos cuenta, un conjunto de actitudes”. La característica de los contenidos actitudinales es su naturaleza esencialmente implícita, es decir, subyacen en todo lo que hacemos pero, con frecuencia no llegamos a tener conciencia de ella. Cualquiera de los docentes podemos lamentar la pasividad de nuestros estudiantes y su poca disposición a colaborar, sin darnos cuenta de que esos mismos rasgos podrían definir también nuestra actitud ante la solución de algunos problemas educativos. Recurriendo a una metáfora, Pozo y Gómez (2004), plantean que las actitudes tienen una naturaleza gaseosa, son inaprensibles, pero aunque no las percibamos están en todas partes y no son fáciles de apreciar (evaluar), a diferencia los contenidos verbales que son más bien sólidos (fácilmente perceptibles y evaluables). Las actitudes son difícilmente fragmentables, requieren un trabajo más continuo, más a largo plazo. Su cambio es menos perceptible pero, cuando se producen, dan lugar a resultados más duraderos y transferibles. Los contenidos actitudinales son los más transversales. De hecho, uno de los problemas del cambio de actitudes es que, debido a su carácter difuso y omnipresente, se escapan por todos los resquicios del currículo, por lo que están en todas partes, pero con frecuencia no están explícitamente en ninguna, no son responsabilidad de ninguna asignatura en concreto. Su inclusión en el currículo debe basarse en un tratamiento continuado, en tener como objetivo educativo, la necesidad de desarrollar en los estudiantes ciertas conductas, valores y principios. El modelado o aprendizaje por imitación suele ser un proceso de aprendizaje implícito más que explícito (Pozo, 1996), en el que muchas veces ni el profesor ni el estudiante se dan cuenta de que ese aprendizaje está teniendo lugar (no reproducen cualquier modelo sino aquellos con los cuales se identifican). Por ello es importante que los docentes hagamos explicitas las actitudes que deseamos de los estudiantes. Al referirse a los contenidos actitudinales se suelen diferenciar tres componentes: las actitudes, las normas y los valores (Echebarría, 1991; Sarabia, 1992). Las actitudes (componente conductual) se refieren a reglas o patrones de conducta, disposiciones a comportarse de modo consistente. Las normas (componente cognitivo) estaría constituido por las ideas o creencias sobre cómo hay que comportarse y finalmente los valores (dimensión afectiva) es el grado en que se han interiorizado o asumido los principios que rigen el funcionamiento de esas normas. 1.4.1 Los contenidos actitudinales “Las actitudes son tendencias o disposiciones adquiridas y relativamente duraderas a evaluar de un modo determinado un objeto, persona, suceso o situación y a actuar en consonancia con dicha evaluación” (Coll et al., 1992). Generalmente las actitudes son formuladas como una propiedad de la personalidad individual, aunque su génesis se debe a factores sociales, tales como normas, roles, valores o creencias. Reséndiz y Maggi (1997), define a las actitudes como “tendencias o disposiciones adquiridas que predisponen a percibir de un modo determinado un objeto, persona, suceso o situación y actuar consistentemente frente a ello. En esta conducta interviene componentes relacionados con el carácter, el conocimiento y los sentimientos del individuo”. La diferencia entre actitudes y valores, es que los valores son más centrales y estables que las actitudes. Las actitudes reflejan los valores más relevantes que una persona tiene sobre el mundo y sobre sí misma. Es decir, las actitudes son indicadores de los valores que posee un individuo. De acuerdo a la definición de Coll, et al. (1992), las actitudes poseen tres componentes básicos que actúan de modo interrelacionado: el cognitivo (conocimientos y creencias), el afectivo (sentimientos y preferencias) y el conductual (acciones manifiestas y declaraciones de intenciones). A lo largo de la vida los seres humanos vivimos situaciones distintas que nos llevan a modificar, reafirmar o rechazar actitudes y valores previamente mantenidos. La familia, la escuela, el trabajo, los grupos religiosos, etc., nos someten a una serie de presiones y exigencias distintas que hacen que vayamos modificando nuestra visión del mundo y nuestra postura ante cuestiones concretas. Este cambio de escenarios, personajes y normas implican un proceso de aprendizaje continuo y cambiante de actitudes y comportamientos (Coll, et al., 1992). Por ello, como docentes podemos tener una influencia significativa en nuestros estudiantes, para promover una formación en valores, actitudes y conductas como: la solidaridad, el trabajo en equipo, la comunicación, la reflexión, el análisis, la colaboración para la búsqueda de soluciones relacionadas con el deterioro del entorno natural, etc. 1.4.2 Temas transversales Partiendo de la noción de que toda educación es moral y que existen unos valores de cierta universalidad, es recomendable plantear un proyecto educativo tomando como eje la promoción de ciertos valores. En este punto, los temas transversales aparecen como instrumentos privilegiados para promover la reflexión colectiva en torno a determinados problemas o valores. Para Gonzáles, (1994) es necesario definir un sistema de valores básicos para la convivencia, lo que se traduce en una educación moral. Este sistema constaría de valores como: justicia- solidaridad, igualdad, vida, salud, libertad, tolerancia-respeto, paz y responsabilidad. Prácticamente, todos los temas transversales presentan una buena parte de estos valores, pero unos ponen más énfasis en unos valores que en otros. Los temas transversales son un conjunto de contenidos educativos y ejes conductores de la actividad escolar que, no estando ligados a ninguna asignatura en particular, se puede considerar que son comunes a todas, por ello es conveniente que su tratamiento sea transversal en el currículo global. La alta presencia de contenidos actitudinales en los temas transversales, junto con su carácter prescriptivo de actitudes y valores, convierten estos temas en un elemento esencial y de tratamiento curricular necesario. Además, por su planteamiento globalizador, el reto de los temas transversales está en la posibilidad de hacer frente a la concepción compartimentada del saber que ha caracterizado a las instituciones escolares, así como formar individuos autónomos y críticos, con un criterio moral propio y capaz de hacer frente a los problemas actuales (Yus, 2001). Entre las diversas caracterizaciones que se han dado sobre los temas transversales se destaca la realizada por Celorio, (1992), para quien los temas transversales tienen una serie de elementos comunes en el análisis cultural que hace cada uno de ellos. Estas líneas de confluencia son: - Cada caracterización pone el acento sobre cuestiones problemáticas de nuestras sociedades y de nuestros modelos de desarrollo: violación de derechos humanos, deterioro ambiental, sexismo, racismo, pobreza, etc. - Todas las caracterizaciones impugnan un modelo global que se rechaza por ser insolidario y reproductor de injusticias sociales. - Destacan la importancia de introducir toda esta problemática en la escuela no como asignatura curricular, sino como enfoque orientador crítico y dinámico. - Propugnan una profunda renovación de los sistemas de enseñanza- aprendizaje que, desde la reflexión crítica, sea capaz de transformar las visiones tradicionales que se ofrecen del mundo y de sus interacciones. - Todas son educaciones en valores, en las que los planteamientos de problemas desempeñan un papel fundamental, como medio para reconocer el conflicto y educar desde él.- Intenta promover visiones interdisciplinares, globales y complejas, pero que faciliten la comprensión de fenómenos difícilmente explicables desde la óptica parcial de una disciplina o ciencia concreta. - Expresan la necesidad de conseguir aulas cooperativas y participativas, en las que los estudiantes se sientan implicados en su proceso de aprendizaje y donde el profesorado no sea un mero profesional, sino un agente creador, intelectual y crítico. - Reconocen la importancia de conectar con elementos de la vida cotidiana, provocar empatía, recoger las preocupaciones socio-afectivas. La temática de los temas transversales son interpretados como puentes entre el conocimiento cotidiano y el conocimiento científico, en el sentido de conectar lo académico con la realidad y los intereses del alumnado, lo que revertiría en una mayor funcionalidad en los aprendizajes (Moreno, 1993). Para Porlán y Rivero (1994), con la transversalidad, se pretende aportar soluciones al conflicto existente entre los diferentes conocimientos, especialmente entre el disciplinar y los problemas socioambientales, según lo cual, los contenidos de las diferentes áreas curriculares han de ser analizados y formulados teniendo en cuenta finalidades educativas, en especial las de carácter procedimental y actitudinal. Sin embargo, se carece de un sistema conceptual integrador de referencia que organice e integre los contenidos que se encuentran repartidos en las distintas áreas (Yus, 2001). Actualmente todavía existe una polémica entre la interdisciplinaridad y la visión compartimentada del conocimiento a través de las disciplinas. Los contenidos científicos siguen teniendo un peso indiscutible. Por esta razón, Moreno, (1993) aporta como solución, la integración de los saberes, apeando las disciplinas científicas de sus torres de marfil y dejándolas impregnarse de la vida cotidiana, sin renunciar por ello a las elaboraciones teóricas imprescindibles para el avance de la ciencia. Por lo anterior, la noción de tema transversal, deja abierta la puerta de entrada de temáticas nuevas o reestructuraciones de la ya existentes, Yus, (2001) plantea una serie de temas que hay que abordar en los diseños curriculares. Temas relacionados con la salud Temas relacionados con el medio Temas relacionados con la sociedad Educación para la salud Educación sexual Educación del consumidor Educación vial Educación ambiental Educación ambiental Educación del consumidor Educación para la paz Educación sexual Educación para la paz Educación vial Educación para la igualdad Sin embargo, Luzzi, (2000), plantea que la EA se ha reducido a un tema más entre los denominados “temas transversales”, en un pie de igualdad con temas como la educación vial, para la salud o educación sexual, desconociendo la trama de relaciones presentes entre los diversos temas que conforman el socioambiente. Estos planteamientos, desorientan la práctica pedagógica y reducen la EA a un recetario dispuesto para la inserción a través de los temas transversales. La EA es mucho más que eso, es el producto de la compleja dinámica histórica de la educación, es producto del diálogo permanente entre concepciones sobre el conocimiento, el aprendizaje, la enseñanza, la sociedad, el ambiente; como tal es la depositaria de una cosmovisión socio-histórica determinada. CAPÍTULO II Marco teórico En este capítulo se presentan los conceptos teóricos que se emplearon en el desarrollo de la presente investigación. 2.1 Educación Ambiental 2.1.1 Problemática Ambiental Las sociedades humanas se han caracterizado por una clara ruptura con los procesos de selección natural, y son ellas quien ejercen selección y modifican la naturaleza a sus necesidades y caprichos. La historia nos muestra como la acción humana ha afectado de manera diferente a la naturaleza; desde las obras hidráulicas realizadas por los egipcios, la tala de bosques en la península islámica para la construcción de navíos, la construcción de canales por los aztecas en la antigua Tenochtitlan, entre otros. Las sociedades humanas han transformado naturaleza y paisaje con fines de sobrevivencia, comerciales, estéticos, religiosos, bélicos, etcétera, lo cual ha ocasionado catástrofes ecológicas en diferentes periodos históricos (Wuest, 1992). La humanidad se ha relacionado de diferente manera con la naturaleza según los lugares, épocas y éticas dominantes. Algunas comunidades establecieron una relación de totalidad con la naturaleza, la utilización de la tierra se reducía al uso primario de sus recursos o a una agricultura de subsistencia. La Tierra era la Tierra-Madre creada por los dioses y por ello impregnada de sacralidad. Con el tiempo, la humanidad fue adquiriendo instrumentos más potentes que le permitieron ocupar y manipular los espacios naturales y al mismo tiempo verlos como un objeto de explotación (Novo, 1995). Si bien estas manifestaciones de transformación del medio marcan nuestro proceso evolutivo cultural, es hasta los albores de la sociedad capitalista cuando los impactos sobre el ambiente se acumulan para alcanzar niveles críticos. Los inicios de este modo de producción abren esta crisis o desastre. Sin embargo, algunos autores trasladan el parteaguas hasta la revolución industrial, aunque reconocen que debe integrarse el modo de producción como proceso histórico (Wuest, 1992). Uno de los componentes primordiales del impacto ambiental está relacionado con el desarrollo científico y tecnológico, contextualizado en el modo de producción, el cual ha provocado situaciones que han puesto en peligro la continuidad de la vida: el cambio climático, la destrucción de bosques y selvas, la erosión y pérdida de fertilidad de los suelos; la contaminación del agua, aire y tierra, la pérdida de diversidad genética, pruebas y accidentes nucleares, envenenamientos químico-farmacéuticos, etcétera. Además, la destrucción de las prácticas tradicionales y valores culturales constitutivos de la diversidad étnica y de las identidades de los pueblos (Leff, 2004). Los problemas ambientales no están asociados exclusivamente al tema de la ciencia y la tecnología, su grave deterioro ha dependido principalmente de las formas de explotación económica capitalista y los valores que este modo de producción promueven en las personas. Uno de estos valores es el de sentirnos intrínsecamente separados de la naturaleza, de nuestros semejantes y de los demás seres vivos. Lo que Leff, (2004) llama crisis civilizatoria es el resultado de un modelo económico basado en profundas desigualdades en el consumo de recursos y reparto de la riqueza: por una parte, el llamado Norte rico y desarrollado, consume recursos de forma ilimitada mientras que los países del llamado Sur son obligados a sobreexplotar sus recursos que son consumidos en los mercados externos, sin posibilidades de salir del estado de pobreza en que viven, causado, entre otras razones, por la deuda externa. El discurso de progreso y desarrollo, ha sustentando la creencia de que la transferencia de tecnología moderna es el medio más eficaz para reducir las disparidades entre países industrializados y países del Tercer Mundo. En este sentido, se refuerza la dependencia científico-tecnológica de los países del Sur al demandar tecnologías de los países del Norte, en lugar de priorizar la capacidad científica y tecnológica propia orientada al aprovechamiento los recursos naturales. No obstante, en los países del Tercer Mundo aún se conservan algunas prácticas tradicionales desarrolladas por los pueblos indios, los cuales cuentan con cosmovisiones, formas de representación y organización propias, y prácticas productivas distintas a las del modo hegemónico de producción. Estas técnicas y formas de trabajo tienen importantesdiferencias respecto a los procesos productivos capitalistas ya que despliegan un manejo basado en un uso racional de los recursos naturales, capaz incluso de incrementar su diversidad biológica. Para estudiar los temas relacionados con la EA es necesario conocer y comprender los términos de ambiente y dimensión ambiental, los cuales se explican de manera muy breve en el siguiente apartado. 2.1.2 Ambiente y dimensión ambiental Ambiente Dada la complejidad del concepto de ambiente, se plantean dos concepciones: la simplista y la compleja. Se considera simplista aquella concepción de ambiente que estudia a los seres vivos, incluyendo a los humanos, sólo desde una óptica físico- biológica, es decir, sin considerar la dimensión social. La concepción compleja es la que reconoce la necesidad de lograr una comprensión conjunta de los fenómenos ecológicos, económicos y socioculturales. La concepción de ambiente, reducida a sus aspectos naturales, no permite apreciar las contribuciones que las ciencias sociales pueden aportar a la comprensión del ambiente (UNESCO, 1980). Es importante señalar que el concepto de ambiente ha venido cambiando de una perspectiva naturalista o ecologista, hacia la incorporación de los procesos sociales que determinan la problemática ambiental. Sin embargo, en los programas de EA todavía predomina esta visión y pocos han sido los esfuerzos por incorporar a las ciencias sociales a la producción de un conocimiento ambiental. Sánchez y Ortiz, (1984), consideran que el medio ambiente debe entenderse como un complejo sistema en que los seres humanos están inmersos y en el que se incluyen los sistemas naturales, culturales, sociales, económicos y las estructuras tecnológicas creadas por la sociedad. Es importante mantener esta visión holística, cuando se habla del medio ambiente, ya que proporciona una perspectiva interdisciplinaria que enfoca precisamente aquello que es central a la problemática ambiental: la articulación sociedad-naturaleza. Leff, E. (2004) establece “el concepto de ambiente implica la posibilidad de movilizar la creatividad cultural y la participación social para construir estilos de un desarrollo sustentable, igualitario, descentralizado y autogestionario, capaz de satisfacer las necesidades básicas de las poblaciones, respetando su diversidad cultural. Ello implica la transformación de los procesos productivos, los valores sociales y las relaciones de poder para construir una nueva racionalidad productiva con la gestión participativa de la ciudadanía”. Dimensión ambiental A partir de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano celebrada en Estocolmo, Suecia (1972), se planteó la necesidad de incorporar la noción de dimensión ambiental en todos los países. Ésta se refiere a las distintas formas en que los humanos se han relacionado a través del tiempo con su medio natural; ya sea para satisfacer sus necesidades primarias: alimentación, vestido, vivienda, salud; ya sea para admirarlo, adorarlo, conocerlo, modificarlo; explotarlo o protegerse de él. La naturaleza en el transcurso histórico ha tenido un papel fundamental para cada civilización y ha cobrado un significado distinto. Para comprender la dimensión ambiental es preciso partir del análisis de la interrelación entre historia, cultura y medio ambiente. La historia no debe ser considerada como un conjunto de fechas y datos, sino debe posibilitar el conocimiento del pasado para comprender y explicar el presente y prever el futuro. La historia aporta al estudio de la dimensión ambiental conocimientos sobre los diversos vínculos que los humanos han establecido con su medio ambiente, con su entorno natural en otros periodos históricos; para explicarnos actualmente la relación sociedad-naturaleza y de esta manera ser capaces de analizar las posibilidades futuras (De Alba y Viesca, 1992). En la cultura como vertiente del conocimiento histórico, García (1983) plantea lo siguiente: “La cultura es la capacidad de simbolización que tienen los grupos humanos para construir, transmitir, reproducir y reelaborar significados en relación con sus actividades, conocimientos, creencias, estructuras socioeconómicas, relaciones entre ellos mismos, con otros grupos y con sus valores” (García 1983:23). La cultura se encuentra ligada a la naturaleza, en la medida en que ésta última es un elemento básico que históricamente le ha dado sentido, le ha permitido expresarse, construirse y recrearse. En toda civilización el ambiente natural ha adquirido un papel fundamental por ser el espacio vital en el cual los individuos interaccionan. El ambiente se concibe como el espacio natural y sociocultural en el cual los humanos se desarrollan y al que se acercan para conocerlo, analizarlo y transformarlo. Por lo tanto, la dimensión ambiental se comprende a partir de la relación que los grupos humanos han establecido con la naturaleza en su devenir histórico, de acuerdo con las características de los ecosistemas en los que se han desarrollado y con sus particularidades culturales (De Alba y Viesca 1992). 2.1.3 Antecedentes de la Educación Ambiental Diversos autores coinciden en afirmar que fue en la reunión fundacional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN) en 1948, donde se utilizó por primera vez la expresión de “Educación Ambiental”, asociando su significado a la preservación del medio natural a partir de una síntesis formativa entre las Ciencias Naturales y Sociales (Disinger, 1983; Palmer y Neal, 1996). La necesidad de promover estrategias educativas orientadas a la conservación del medio ambiente, se sitúa en los últimos años de los sesenta del siglo XX. Un momento en el que se reclaman actuaciones políticas comprometidas con la solución del deterioro ambiental y la reivindicación de modelos alternativos para el desarrollo económico y social de los pueblos. Dicho reclamo fue generado a raíz de reflexiones sobre los problemas que estaba enfrentando el mundo contemporáneo: degradación de la naturaleza y de la calidad de vida humana. Ante la problemática ambiental el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, inició en 1968 los preparativos para celebrar en Estocolmo, Suecia, una Conferencia Intergubernamental conocida como Conferencia sobre el Medio Humano. Sus principales objetivos fueron evaluar el estado ambiental del Planeta y promover una política común para la gestión del medio ambiente mundial. En 1971 en París, Francia, tuvo lugar la primera reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (programa MAB), con la participación de treinta países y diversos organismos internacionales, tales como la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la UICN, etc. El objetivo general del Programa MAB fue: “Proporcionar los conocimientos fundamentales de ciencias naturales y de ciencias sociales necesarios para la utilización racional y la conservación de los recursos de la biosfera y para el mejoramientos de la relación global entre los humanos y el medio, así como para predecir las consecuencias de las acciones de hoy sobre el mundo del mañana”. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano es precedida por un amplio proceso de reflexión teórica, en el que merece destacar la Reunión de Expertos celebrada en Founex, Suiza en 1971. Participaron representantes de todo el planeta, cuyas aportaciones se recogen en el llamado “Informe Founex”, documento que ha servido de referencia a múltiples debates posteriores por la claridad y sistematización con que aborda la problemática ambiental y las posibles alternativas (Novo, 1995). En esta reunión seconfrontaron dos perspectivas de lo “ambiental”. La primera es la visión reduccionista defendida principalmente por los países del Primer Mundo, y la segunda fue un enfoque alternativo apoyado por los países del Tercer Mundo, que trataban de vincular las soluciones de deterioro ambiental con medidas que contribuyeran al desarrollo económico y social de los pueblos más desfavorecidos. En el Informe, se amplió el concepto de “medio ambiente” para incorporar aspectos relacionados con el desarrollo: la injusticia social, el reparto de la riqueza, la paz y el desarme, el hambre, la economía, los derechos humanos, etcétera. Para Bifani, (1999) este informe es el primer documento oficial que reconoce el estrecho vínculo entre los problemas ambientales y los problemas del desarrollo, así como la necesidad de articular soluciones que contemplen ambas dimensiones. En 1972 tiene lugar la Conferencia sobre el Medio Humano en Estocolmo, Suecia, uno de los acontecimientos más importantes que ha venido incidiendo sobre la problemática ambiental en el mundo. Lo más significativo de la Conferencia fue el documento denominado la Declaración sobre el Medio Humano, el cual ratifica la necesidad de atender la doble dimensión del concepto “medio”, comprendiendo tanto a los componentes naturales como a los espacios modificados por los humanos. También se examinaron los problemas causados por nuestra acción sobre el planeta (contaminación, alteración del equilibrio ecológico, agotamiento de recursos no renovables, etc.) y se insta a los gobiernos de los distintos países a que orientaran sus políticas de desarrollo en una doble dirección: atendiendo al estudio del impacto que, sobre el medio ambiente puede tener cualquier proyecto tecnológicos y procurar acortar las distancias que separan a los países industrializados de los del Tercer Mundo (Novo, 1995). La declaración concreta 26 Principios básicos. Para el tema tratado en este trabajo es de especial interés el principio 19, el cual establece lo siguiente: “Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a jóvenes como a los adultos, y que preste la debida atención al sector de población menos privilegiada, para ampliar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades, inspirada en el sentido de responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana. Es también esencial que los medios de comunicación eviten contribuir al deterioro del medio y difundan, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo”. Es interesante destacar que se está hablando de una EA que rebasa los ámbitos escolares y que puede ser desarrollada no sólo por los profesores, sino por los que tienen posibilidades y responsabilidades en la difusión de mensajes, como son los educadores sociales, periodistas, etc. Pero lo que resulta más importante es observar que el recurso de la educación aparece en la base de la política ambiental, ahora con la fuerza de unas directrices internacionales. También se organizó en 1973 el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su creación obedecía a los siguientes objetivos: 1) Favorecer la coordinación entre organizaciones nacionales e internacionales y de animarles para que dar al medio ambiente la importancia que merece. 2) Asistencia técnica a los gobiernos para la adaptación de mediadas relativas al medio ambiente. 3) Una ayuda para la formación de personal especializado. 4) Ayuda financiera, para reforzar las instituciones nacionales y regionales. 5) Los medios requeridos para apoyar los programas de información y de educación en materia de medio ambiente (Novo, 1995). El Plan de Acción, un antecedente de la Agenda 21 (Río, 1992), recoge 109 recomendaciones para la coordinación inter-gubernamental de los principios enunciados en la Declaración sobre el Medio Humano. Las recomendaciones con contenido educativo son 95, 96 y 97. La 95 confía al sistema de las Naciones Unidas el asesoramiento técnico y científico para impulsar programas ambientales de tipo social, cultural y educativo. La 96 insta al desarrollo de la EA, emplazando especialmente a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a establecer un programa internacional de EA, con un enfoque interdisciplinario, en la escuela y fuera de ella, en todos los niveles educativos y dirigidos a todo público. La recomendación 97 invita a la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a diseñar un programa de información, para estimular la participación activa de los ciudadanos en la conservación del ambiente. En 1975 la UNESCO y el PNUMA, en aplicación de la recomendación 96 del Plan de Acción, acordaron promover un Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA), con los siguientes objetivos: 1) Promover el intercambio de ideas, informaciones y experiencias, dentro del campo de la EA entre los países. 2) Desarrollar y coordinar trabajos de investigación que tiendan a una mejor comprensión de los objetivos, contenidos y métodos de la EA. 3) Elaboración y evaluación de materiales didácticos, planes de estudio y programas, en el campo de la EA. 4) Adiestramiento y actualización de profesionales en EA. 5) Asistencia técnica a los Estados miembros para el desarrollo de programas. Para dar continuidad a las recomendaciones y acuerdos a los que se llegaron en la conferencia de Estocolmo, se realizó el Seminario Internacional de Educación Ambiental en Belgrado (1975), organizado por la UNESCO. Éste posibilitó el acuerdo de seis objetivos básicos de la EA, incluidos en la Carta de Belgrado, considerado como uno de los documentos más trascendentes para el desarrollo de la EA. En lo referente a la EA sus metas son: “Lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y por sus problemas conexos y que cuente con todos los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir los que pudiera aparecer en los sucesivo”. Los objetivos de la EA son: 1. Toma de conciencia del medio ambiente, los problemas conexos y mostrarse sensibles a ellos. 2. Comprensión básica del medio ambiente. 3. Adquirir valores colectivos e interés por el medio ambiente y una voluntad que impulse a participar en su protección y mejoramiento. 4. Adquirir las aptitudes para resolver problemas ambientales. 5. Evaluar los programas de EA en función de los factores ecológicos, políticos, económicos, sociales, estéticos y educacionales. 6. Desarrollar un sentido de responsabilidad. Posteriormente se realizó la Conferencia Intergubernamental sobre EA, en Tbilisi (Georgia, URSS) 1977; en ella se aprobó una Declaración y 41 Recomendaciones, en las que se delinean ideas y principios básicos de EA. En la declaración final se considera que la EA “debe impartirse a personas de todas las edades, a todos los niveles, y en el marco de la educación formal y no formal”. Se estima, que la EA debería constituir una educación permanente general que reaccionara a los cambios que se producen en un mundo en rápida evolución. Se orientaría a preparar a los individuos y los grupos para la resolución de problemas “a través de un enfoque global, de bases éticas, enraizado en una amplia base interdisciplinaria”. Se entiende que la EA “ha de orientarse hacia la comunidad”, fomentando el sentido de responsabilidad de sus miembros, en un contexto de interdependencia entre las comunidades nacionales y de solidaridad entre todo el género humano. No obstante, en estos documentos no se cuestiona el modelode desarrollo dominante ni las causas de la problemática ambiental: la acción de un modelo de desarrollo basado en el crecimiento ilimitado, la generalización de un estilo de vida consumista y la confianza en la ciencia y la tecnología como instrumentos del desarrollo (Sauvé, 1999). La concepción de la EA coincide con el pensamiento centrado en la protección de las especies, la regeneración de los espacios naturales, etcétera, lo cual explica la visión limitada e incluso contradictoria de las causas de los problemas ambientales y sus soluciones. A solicitud del secretario general de las Naciones Unidas, en 1984 se constituyó la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo para evaluar los avances de los procesos de degradación ambiental y la eficacia de las políticas ambientales para enfrentarlos. Después de tres años de estudio la Comisión publicó sus conclusiones en Nuestro Futuro Común en 1987, conocido también como Informe Brundtland. Éste reconoce las disparidades entre naciones y la forma como se acentúan con la crisis de la deuda de los países del Tercer Mundo. Se cuestionaron algunos argumentos utilizados en este informe, como por ejemplo la vinculación entre pobreza y degradación ambiental, sin impugnar el modelo capitalista vigente y el reparto injusto de los costos y beneficios ambientales que impone (Martínez, 1992). Con base en el informe Brundtland, se convocó a los jefes de estado del planeta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en junio de 1992 (también es conocida como “Cumbre de la Tierra”). Allí fue elaborado y aprobado un programa global conocido como Agenda 21, para normar el proceso de desarrollo con base en los principios de sustentabilidad. Los contradictorios intereses de los participantes, inhibió la capacidad de la Cumbre para formular una denuncia de las circunstancias que originan y legitiman el problema: la existencia de un orden económico y político socialmente injusto y ecológicamente depredador; un orden que confía al libre mercado, la capacidad de regular el crecimiento económico y el bienestar social. Además, se evade el desigual reparto de los recursos entre el Norte desarrollado y el Tercer Mundo. Al eludir el análisis de las causas de la crisis ambiental, la Cumbre de Río asumió el crecimiento económico como garantía para que se mejore la gestión del medio ambiente. El 20 de noviembre de 1989 la Organización de las Naciones Unidas aprobó la “Convención sobre los derechos del niño”. La redacción de este documento introduce factores que la tornan peculiarmente interesante para abordar el problema de los derechos humanos y el respeto al medio ambiente natural, desde una perspectiva contemporánea. 1.- Los Estados partes convinieron en que la educación del niño deberá estar encaminada a: a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades; c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya; d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena; e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural (Méndez, 2006). 2.1.4 Definición y características de la Educación Ambiental La EA es un proceso permanente de carácter interdisciplinario, destinado a la formación de una ciudadanía que reconozca valores, desarrolle habilidades y actitudes necesarias para una convivencia armónica entre los seres humanos, su cultura y su ambiente. Su diseño e implementación como instrumento de gestión ambiental, involucra diversas disciplinas como las ciencias sociales, las ciencias físicas y biológicas, las matemáticas, arte, entre otras. La EA tiene como meta permitir al ser humano comprender la naturaleza compleja del ambiente y su interacción con los aspectos biológicos, físicos, sociales, económicos y culturales. En consecuencia deberá ofrecer los medios para interpretar la interdependencia de esos elementos en el espacio y en el tiempo, para favorecer una utilización más sensata y prudente de los recursos (UNESCO/NEP, 1985) En el programa del PNUMA se establece que la EA es aquella que se mueve tanto en el campo escolar como en el extraescolar, para proporcionar, en todos los niveles y en cualquier edad, unas bases de información y toma de conciencia que desemboquen en conductas activas del uso correcto de la naturaleza. A diferencia, la formación ambiental es comprendida, como una EA especializada en cuanto que se dirige a un grupo restringido de profesionales (ingenieros, urbanistas, economistas, etc.) los altos funcionarios y, en general, los planificadores y gestores que tienen a su cargo la elaboración de las grandes directrices políticas y la toma de decisiones. “La EA involucra una función social primordial, aportar a la construcción de una sociedad sustentable y a la medida humana, lo cual implica una problematización de la educación que impartimos, de la visión de mundo que pregonamos y de la ubicación de nuestro lugar en él, de la racionalidad que subyace a los conocimientos que se imparten, los valores que guían a la estructura organizativa de la institución, y de las ideologías de las metodologías y técnicas que se utilizan para aportar al objetivo educativo”. “La EA es mucho más que la conjunción de enfoques interdisciplinarios, métodos sistémicos; reclama la producción de un saber ambiental que problematice las diversas disciplinas, generando nuevos conocimientos, nuevas maneras de ver la realidad, desarrollando las potencialidades humanas” Luzzi, (2000). En lo referente al aspecto pedagógico, se resalta que la EA tiene que ser problemática; en contraparte a la mayoría de los programas escolares que están definidos y no problematizan. La EA esta orientada en el aprendizaje holístico y cooperativo, los estudiantes deben ser pensadores activos y generadores de conocimiento; aprendizaje y acción van de la mano, los estudiantes demuestran su conocimiento y habilidades en la acción de situaciones reales. Su buen desempeño es ejercer influencia en la toma de decisiones. A diferencia de lo anterior, la educación tradicional, es individualista, los estudiantes son pasivos receptores del saber de otros, la enseñanza es transmisiva, preordenada, sistemática y generalizable, los educandos escriben sobre teoría en situaciones artificiales o ideales, su desempeño está en función de influir en el profesor para la obtención de una calificación (Stevenson, 1987). A partir de la década de los ochenta del siglo XX, la EA adoptó la característica de la investigación-acción en la corriente de pensamiento crítico. Se pueden hacer investigaciones o estudios vinculados con problemas ambientales donde los estudiantes seleccionan una parte de la problemática y desarrollan investigaciones bibliográficas que les permite formular propuestas de solución a ciertos problemas ambientales (Kemmis, 1996). El mismo autor complementa sus planteamientos metodológicos, con algunas acciones que dependen del personal académico: intensificar la comunicación entre docentes, integrar a más profesores y escuelas en el intercambio de experiencias, evaluar su trabajo junto con los estudiantes, reflexionar y escribir al respecto, desarrollar diseños más dinámicos e innovadores de la infraestructura escolar y finalmente, la recomendación de que el currículo y la planeación deben ser altamente flexibles. Sin embargo,
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