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UNIVERSIDAD NACIONAL 
 AUTÓNOMA DE MEXICO 
 
 FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÀN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
L I C E N C I A D O EN H I S T O R I A 
P R E S E N T A 
CAROLINA ARIAS VILLA GÓMEZ 
 
UNA PERSPECTIVA HISTORIOGRÁFICA DE LA OBRA 
DE MARIANO OTERO ENSAYO SOBRE EL VERDADERO 
ESTADO DE LA CUESTIÓN SOCIAL Y POLÍTICA QUE SE 
AGITA EN LA REPÚBLICA MEXICANA 
 
 
 ASESOR: LIC. JULIO CÉSAR MORÁN 
ÁLVARES 
 
 
 
 
 SANTA CRUZ ACATLÁN , ESTADO DE MÉXICO, JUNIO DEL 2007 
 
 
1� 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
 
A Mariana y Ana Belém, mis queridas hijas, a quienes les debo mi razón de existir 
y a quienes debo la motivación principal para llevar acabo la culminación de 
este proyecto. Y espero que el día de mañana este esfuerzo sirva de inspiración 
para sus proyectos personales y profesionales. 
 
 
 
 
A Avelino, mi amado, compañero quisiera agradecerle y expresarle mi mas 
profundo amor y gratitud por haber estado siempre a mi lado y soportar 
solidariamente conmigo, todos los vaivenes que la vida nos a puesto. Y 
manifestar que sin su apoyo, este proyecto en mi carrera profesional no se hubiera 
concretado. 
 
 
 
 
A mis queridos padres; Trinidad y Zirahuen (+), a quienes debo y agradezco 
mis estudios, mi sólida formación como ser humano. Quisiera de decirles que aquí 
esta la recompensa de sus esfuerzos, desvelos y sacrificios. Por que estoy segura de 
que mi padre a pesar de su modo particular de ver la vida, se sentiría orgulloso de 
mí. Y a ti madre, decirte que a pesar de los problemas, mi amor hacia ti sigue 
intacto. 
 
 
 
 
A través de estas líneas me gustaría expresar lo que con palabras en ocasiones no 
hago de manera frecuente y es un sincero sentimiento de gratitud y cariño, hacia dos 
personas que sin esperar nada a cambio, fueron una fuente importante en este 
reto en mi vida profesional; me refiero a mis suegros María Trinidad y José 
Socorro . Solo me resta agregar, que espero que le vida me de la oportunidad de 
retribuir de alguna manera el sacrificio que por mi y mi familia han hecho. 
 
 
 
 
 
 
 
 
2� 
ÍNDICE 
 
INTRODUCCIÓN 1 
 
CAPÍTULO I MARIANO OTERO 7 
 
1.1 PRIMEROS AÑOS (1817-1835) 13 
 
1.2 LA VIDA PUBLICA (1835-1841) 27 
 
1.3 ULTIMOS AÑOS ( 1842-1850) 
 PROMETEDORA CARRERA 39 
 
 
CAPÍTULO II ESTRUCTURA Y CONTENIDO DEL ENSAYO 54 
 
2.1UTILIDAD DE LA OBRA 54 
 
2.2ESTRUCTURA 57 
 
2.3CONTENIDO 59 
 
 
CAPÍTULO III FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 61 
 
3.1FIN DE LA HISTORIA 63 
 
3.2MOTOR DE LA HISTORIA 91 
 
3.3EL PROBLEMA DEL HOMBRE 99 
 
3.4LA VERDAD Y LA OBJETIVIDAD 102 
 
 
CAPITULO IV LOS CIMIENTOS HISTORICOS DE 
 MARIANO OTERO 111 
 
 
 
4.1EL CONCEPTO Y UTILIDAD DE LA HISTORIA 112 
 
4.2EL SUJETO Y LOS HECHOS HISTORICOS 121 
 
4.3LA METODOLOGÍA Y EL TRATAMIENTO DE FUENTES 132 
 
 
 
3� 
CAPITULO V SIGNIFICADO Y TRASENDENCIA DE LA OBRA 144 
 
5.1 EL LIBRO ENTRE LAS PRÁCTICAS Y LO ESCRITO 144 
 
5.2 TRASENDENCIA Y SENTIDO ACTUAL DE LA OBRA 148 
 
 
 
 
CONCLUSIONES ALGO PARA RECORDAR 171 
 
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 179 
4� 
 INTRODUCCIÓN 
Nos resultó interesante explorar y conocer una obra de mediados del siglo XIX, que nos 
brinda una interpretación del proceso político mexicano diferente a las que se produjeron en 
su momento, cuando la anarquía política reinaba donde los caminos a seguir se bifurcaban 
y que hacía que la nación navegara entre dos aguas, creando así un panorama de caos y 
confusión. A Mariano Otero le toca vivir procesos coyunturales de la historia de México, la 
singular percepción de lo que sucedía a su alrededor lo llevó a realizar un penetrante y 
agudo análisis de la estructura económica y social de la época. Los historiadores 
contemporáneos lo rescatan y buscan otorgarle el justo valor y lugar que le corresponde en 
la historiografía del siglo XIX. Sin embargo el discurso sigue siendo un texto poco 
difundido, ya que sólo es consultado por especialistas en la materia. Este trabajo 
historiográfico aspira humildemente a contribuir en la difusión del valor de tan importante 
obra. 
La obra aparece en un momento histórico en el que se encuentra en auge el conflicto 
político entre centralistas y federalistas, quienes se disputaban la creación de un Estado 
nación. Es de llamar la atención la forma en que el pensamiento de Mariano Otero operó 
con la lucidez necesaria, en medio del caos político, para replantear el verdadero sentido 
de lo que estaba aconteciendo. 
 
Otero considera que la explicación del acontecer histórico de México no se reduce 
únicamente a lo que sus contemporáneos creían: la lucha por el poder entre facciones. De 
 
1� 
hecho, afirma tajantemente que el proceso político nacional se derivaba de circunstancias 
económicas que hasta ese momento no habían sido consideradas como causas sino como 
consecuencias, lo que nos parece una interesante e innovadora reflexión sobre esta 
cuestión, y de acuerdo a su teoría era posible que este error de apreciación originara que 
tanto centralistas como federalistas buscaran medicar una enfermedad que desde un inicio 
había sido mal diagnosticada y que por consecuencia nunca encontraría la verdadera cura. 
 
El presente trabajo tiene como objetivo realizar un acercamiento historiográfico de la obra 
Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la 
República Mexicana de Mariano Otero, a través del estudio de los problemas teóricos y 
filosóficos que sobre la historia tuvo nuestro autor en 1841. Con el fin de situar su obra y 
pensamiento en torno a la historiografía. Esta información será complementada con la 
investigación sobrela trascendencia del discurso en su tiempo y en la historia de México. 
 
La obra fue publicada en el año de 1842 en la Imprenta de Ignacio Cumplido y marca el 
inicio de la carrera política de Mariano Otero. El discurso tiene un objetivo político; apoyar 
la Revolución de Jalisco y a su dirigente Mariano Paredes Arrillaga, quien pretendía de esta 
manera pronunciarse en contra del gobierno centralista de Anastasio Bustamante. Sin 
embargo queda demostrado que el compromiso político que entabla Otero con el 
movimiento y sus dirigentes queda rebasado y la obra se convierte más en un examen 
sociológico que un texto con fines proselitistas. 
 
Fueron muchas las motivaciones que dieron origen al interés de hacer el análisis 
historiográfico de esta obra en particular. Habremos de mencionar que como primera 
2� 
instancia tuvimos la oportunidad de conocer previamente información sobre nuestro 
autor, lo que hizo que un principio sintiéramos cierta inclinación por estudiar a tan 
admirable personaje. Posteriormente al revisar sus textos nos dimos cuenta que la 
producción era muy vasta y diversa, sin embargo el Ensayo, de acuerdo con las referencias 
que pudimos consultar y a nuestro criterio, es la obra más importante y representativa de 
Otero, ya que en ella se encuentran muchos de los fundamentos teóricos que años más 
tarde desarrollará con mayor amplitud. 
 
Una vez determinados autor y obra surge la imperiosa necesidad de comprender con mayor 
profundidad el discurso y el pensamiento de quien ha sido designado por muchos 
investigadores como la principal figura intelectual del liberalismo moderado. La obra de 
aquel hombre que escudriñó en la realidad política y social del país, haciendo un análisis 
más agudo e incisivo de la misma, determinando que las verdaderas causas que afectan a la 
nación, son causas de carácter económico, como lo es la propiedad y los medios para 
trabajarla y los parámetros que ésta establece para que los hombres contraigan 
determinadas relaciones. Es por ello que consideramos que esta distinta interpretación del 
proceso político mexicano del siglo XIX merece ser rescatada. 
 
El trabajo que aquí presentamos está dividido en cinco capítulos, está estructurado de tal 
forma que cada uno de ellos aborda distintos temas relacionados con los problemas de la 
historia. 
 
El primer capítulo se titula “Mariano Otero” y está destinado a estudiar su vida 
enmarcada en su contexto histórico específico, la primera mitad del siglo XIX, a fin de 
3� 
ubicar y comprender a la obra y a su autor en un espacio y tiempo determinados, lo cual nos 
permite conocer las circunstancias históricas que condicionaron la forma de escribir de 
nuestro autor. Este capítulo incluye datos biográficos esenciales para nuestro análisis 
entrelazado con su contexto histórico, coyuntural para la historia de México, y que define 
en gran medida lo que Otero piensa en torno de la historia. Este capítulo a su vez está 
dividido en tres capites, los cuales estudian las distintas etapas de su vida, de la que 
destacan sus estudios como bachiller en derecho, sus principales actividades, así como la 
gran capacidad que tuvo Otero para amalgamar las distintas corrientes intelectuales de la 
época, a las cuales tuvo acceso: los remanentes de la Ilustración y los principios del 
Liberalismo permeados por la circunstancia política mexicana, ya que sólo esto explica que 
pudiera concebir una interpretación de la estructura económica y social del devenir 
histórico nacional. Y por último nos pareció conveniente dar a conocer las condiciones 
personales e históricas en las cuales se desarrollaron los últimos años de Otero, por medio 
del estudio de las últimas actividades que desempeñó, las relaciones que mantuvo y sus 
obras hasta el momento de su muerte. 
El segundo capítulo que lleva el nombre de “Estructura y Contenido del Ensayo”, 
tiene la finalidad de conocer la estructura a través del análisis hermenéutico e 
historiográfico, para conocer por un lado la temática tratada en el documento, así como la 
distribución física de los capítulos, los recursos literarios utilizados por nuestro autor y la 
forma de comunicar sus razonamientos, ya que el conocimiento de estos factores nos 
ayudarán en gran medida a definir el objetivo de la obra. 
La “Filosofía de la historia” constituye el tercer capítulo del análisis y está 
íntegramente dedicado a abordar el estudio de las disertaciones filosóficas que, en torno a la 
4� 
historia, sostuvo con los intelectuales de la época, las influencias ideológicas, políticas y 
filosóficas que recibió al momento de escribir el discurso, con el fin ver de que forma 
incidieron en Otero. Problemas que se encuentran diseminados en todo el documento, lo 
cual implica el escudriñamiento en el pensamiento de Otero, que de algún modo dejan 
traslucir las ideas y conceptos que tuvo de la historia, como lo que él consideraba el motor 
de la historia, el fin de la misma, además de sus valores, intereses, miedos y prejuicios. 
 
El capítulo cuatro se llama “Los cimientos históricos de Mariano Otero” y busca 
precisar los problemas teóricos de la historia a través de la definición del sujeto de la 
historia, la delimitación y naturaleza de los hechos históricos, la metodología y las fuentes 
empleadas por nuestro autor. 
 
El quinto capítulo “Significado y Trascendencia de la Obra” aborda el estudio del 
impacto de la obra y su trascendencia a través de la investigación de las distintas 
interpretaciones que la obra sembró a través del tiempo, con el fin de entender el 
significado del documento y su valor histórico. 
 
Es necesario señalar que durante el desarrollo del trabajo no enfrentamos a varios 
problemas. El primero de ellos, consistió en la recuperación de conceptos teóricos de la 
historia, ya que por el tiempo transcurrido entre el término de la carrera y hasta el momento 
de cursar el taller, éstos se encontraban en desuso, por lo que nos costó trabajo retomarlos y 
por consiguiente aplicarlos en nuestro análisis, teniendo como resultado una tarea 
abrumadora y por demás complicada. 
 
5� 
Al comenzar la estructuración del trabajo, nos dimos cuenta que la labor de unir y 
entrelazar los hilos del contexto histórico con la vida y obras de nuestro autor resultó más 
complicada de lo que esperábamos, ya que requirió de detallar y precisar la información. 
Sin embargo, haciendo un recuento, concluimos que la parte más compleja fue el aprender 
a comunicar nuestros discernimientos a través de la palabra escrita de modo que para el 
lector el texto resultara legible. 
 
No queremos dejar pasar la oportunidad de mencionar la valiosa asistencia de todos 
y cada uno de los profesores que contribuyeron a estructurar este trabajo, ya que sin sus 
valiosas aportaciones, éste sería por demás imposible. Especial mención merece el Maestro 
Julio César Morán Álvarez, por sus oportunas y valiosas intervenciones. 
 
No podemos dejar de lado las enriquecedoras intervenciones de cada uno de mis 
compañeros, quienes de alguna manera contribuyeron a darle forma y consistencia a 
nuestro trabajo. 
Incluimos una conclusión en la cual exponemos algunos argumentos por los cuales 
nos parece necesario hacer reflexionar al lector sobre la importancia de rescatar la obra y 
aportaciones del liberal moderado más importante de la época al proceso político de 
nuestra nación. 
Por último incluimos la lista de textos que consultamos para nuestra investigación. 
 
 
 
6� 
 CAPITULO I 
 
MARIANO OTERO 
 
La pretensión de este primer capítulo es estudiar el marco histórico de la primera 
mitad del siglo XIX en el cual se desenvuelve la vida de Mariano Otero, con fin de conocer 
las circunstancias políticas, económicas y sociales imperantes en aquellos momentos,que 
de algún modo condicionaron la formación de nuestro autor y la manera en que aprehendió 
su realidad. Ejemplo de ello fue la forma como interpretó la realidad que le tocó vivir, 
interpretación que se halla en la abundante cantidad de obras que produjo a lo largo de su 
existencia y que son el reflejo fiel de una muy distinta forma de interpretar el desarrollo 
histórico nacional. 
 
La primera etapa abarca desde los primeros años de su vida hasta la culminación de 
su carrera de bachiller en derecho, incluyendo su incipiente incursión en la vida política de 
su tierra natal, entendidos estos años como fundamentales en su formación intelectual. 
Cabe señalar que de estos primeros años poco se sabe sobre nuestro autor, por lo que nos 
pareció necesario reconstruir las circunstancias históricas que rodearon el ambiente en el 
que se desenvolvió la infancia y la juventud de Otero, ya que indiscutiblemente ejercieron 
gran influencia en la forma de ver la realidad nacional. La segunda fase estuvo 
caracterizada por una serie de mudanzas en la vida de Mariano Otero, entre las que se 
encuentran, el cambio de su residencia de Guadalajara a la capital del país y el inicio de 
una rápida y deslumbrante carrera política y de las relaciones políticas y fraternales que 
establece con distintas personalidades de aquella época, este y otros aspectos son claves 
para estudiar la vida y obra de nuestro autor. Sus últimos años reflejan una madurez 
7� 
política resultado de una constante labor jurídica en pro de la nación, ya que para estas 
fechas, Don Mariano, era ya una personalidad reconocida y respetada por los grandes 
hombres de la época. Es el hombre que se parte en mil pedazos para desempeñar su trabajo 
como redactor en El Siglo XIX, su incansable participación en el Congreso, que representó 
una importante tribuna desde la cual, al cobijo de la legalidad, buscaría llevar a cabo una 
reestructuración a fondo de las instituciones políticas y sociales de los primeros años del 
México Independiente. Fruto de su reflexión política fueron una gran cantidad de 
enmiendas, cartas, discursos, ensayos. Fue también el hombre que desempeñaba su 
profesión y administra y litiga negocios de carácter público y privado. Fueron sus postreros 
años, testigos de sus angustias, cóleras y decepciones ante la más cruel de las afrentas que 
ha recibido el país: la guerra con los Estados Unidos. Una guerra desigual en la que 
México pierde gran parte de su territorio y ante la cual no se logró convocar al espíritu 
nacional. En dicho proceso Don Mariano fue pieza fundamental para llevar a cabo los 
acuerdos de paz. Sin embargo su vitalidad fue minada por la catastrófica realidad nacional 
lo que lo condujo a su repentina muerte. 
 
Tan particular vida discurrió en la primera mitad del siglo XIX, la cual representa 
una fase decisiva en la historia de México. Porque es en estos momentos donde realmente 
se gesta una nueva nación, aunque se había logrado la emancipación de España, no se 
habían roto todos los lazos que nos unían con el antiguo régimen colonial. El nuevo país 
inicia y emprende el camino sin haber definido el rumbo que iba a seguir; es decir que 
entre las prioridades más urgentes de la nación se hallaba la búsqueda del régimen político 
bajo el cual se iba desarrollar la nueva vida independiente del país, cuestión que a lo largo 
de sus primeros años se iba a transformar en toda una calamidad para la república e iba a 
8� 
impedir su pleno desarrollo como nación, además de hacerla presa de intentos de conquistas 
externas: 
 
Mariano Otero vivió entre 1817 y 1850. En este lapso México consumó, con signo criollo, su 
independencia de España; tuvo un fugaz imperio -- el de Iturbide -- y a su pronta caída, una trágica 
sucesión de ensayos de gobiernos federalistas y centralistas, de “vanguardia”--como diríamos hoy-- y 
conservadores. Soportó innumerables asonadas y luchas internas, tres injustas guerras extranjeras con 
pérdidas económicas, territoriales y profundas humillaciones1. 
 
La ambiciosa empresa llevada a cabo por aquellos hombres que decidieron la 
creación de un nuevo Estado se agravaba cada vez más por la constante inestabilidad 
política, aunada a la apremiante situación económica que enfrentaba la nueva nación como 
consecuencia de la sangría financiera, secuela de la guerra de Independencia, donde la 
agricultura quedó reducida a menos de la mitad, la minería y el comercio se encontraban 
prácticamente paralizados y la importante fuga de capitales de comerciantes peninsulares 
que, cansados por la inseguridad que prevalecía, buscaron emigrar a fin de escapar de esta 
situación. Además del reconocimiento de una exorbitante deuda que también se volvería un 
lastre económico ya entrado el siglo XIX2. 
 
Aquéllos hombres tenían perfectamente entendido que el país no podría salvar todos 
estos obstáculos por sí solo, y se vieron en la necesidad de buscar afanosamente el 
reconocimiento de otros países para hacer frente, entre otras cosas, a un posible intento de 
 
1 Marcia Patrocinio Jiménez Lavín, “Presentación” en Cartas a Mariano Otero 1829- 1850, Comp. 
Guillermo Tovar y de Teresa, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1996, p.15. 
2 Josefina Zoraida Vázquez, “Los primeros tropiezos” en Historia General de México, México, 
Colegio de México, 1996, 2 tomos, t. I, p. 744. 
9� 
reconquista por parte de la corona española, así como la búsqueda de la inversión de 
capitales extranjeros para reactivar la economía. 
 
Uno de los problemas internos más graves que pondría en riesgo la unidad nacional 
y que a lo largo del siglo sería uno de los obstáculos más difíciles de resolver, fue la 
disputa por el poder entre las distintas facciones políticas de la época. Los políticos 
dirigentes de aquellos años buscaron darle al país una fisonomía propia a través de una 
doble directriz: un sector de la elite intelectual, herederos de la tradición colonial pretendían 
dar el paso de forma gradual y paulatina, conservando “el orden público y la religión”; otro 
grupo opta por un rumbo más radical, crear una nueva nación basado, en “la libertad y el 
progreso”, inspirados en el modelo republicano norteamericano3. La lucha de facciones a 
la larga agudizaría los problemas que enfrentaba el país, ya que lo hundiría en una serie de 
luchas intestinas que ponían en peligro la unidad nacional. Existió un grupo de hombres 
que nacieron justamente en este período de transición coyuntural y que participaron como 
diría Jesús Reyes Heroles, “de un mundo colonial que se niega a morir y el mundo moderno 
que comienza a nacer”4. 
 
A esta generación perteneció Mariano Otero, quien no estuvo exento de vivir en 
carne propia los constantes ensayos políticos de que fue objeto la nación y que él mismo 
hace tema de reflexión 
Y cuando una sociedad como la nuestra camina de revolución en revolución, el hombre, a quien la 
fatalidad ha conducido a este puesto, no tiene más que una senda que tomar, para que su nombre 
 
3 Ibidem, p. 755. 
4 Jesús Reyes Heroles, “Estudio Preliminar”, en Obras, Mariano Otero, México, Porrúa, 1995, 2 
tomos, t.. I, p. 10. 
10� 
quede ileso, que es la de seguir firme en sus principios. A esto se reduce mi fe política. No 
pertenezco a ninguno de los partidos, he venido tarde al mundo para tomar parte en sus grandes 
negocios5. 
 
Mariano Otero, de acuerdo con interpretaciones actuales, es considerado como la 
“principal figura intelectual del liberalismo moderado”6. Representa ese punto intermedio 
entre centralistas y federalistas que lo hacen participe de los resabios heredados de la 
Colonia y la pujanza del nuevo orden. La figura y obra de Don Mariano han sido analizadas 
por estudiosos del siglo XIX pero sobre todo del sigloXX. 
 
Son distintas las interpretaciones que se tienen entorno a la producción 
historiográfica y personalidad de Don Mariano Otero. Reyes Heroles, considerado en la 
actualidad el historiador que ha realizado el estudio más preciso y minucioso de los escritos 
de Otero, afirma que existe una corriente de interpretación que altera la figura y labor de 
nuestro autor. Esta fue hecha por políticos y juristas mexicanos que buscan enfatizar el 
ángulo jurista de nuestro autor; debido a que buscan rescatar y resaltar la aportación 
invaluable que hace al mundo del Derecho; el famoso Juicio de Amparo. Entre estos 
autores se encuentran Alfonso Noriega, Sergio Oñate y Jorge Gaxiola, entre otros. Esta 
postura, señala Reyes Heroles, desvirtúa la figura y obra del jalisciense7. 
 
 
5 Mariano Otero, “Discusión en general sobre el proyecto de quince millones de pesos” en Obras, 
México, Porrúa, 2 tomos, t. II, p.519 - 520. 
6 Cecilia Noriega Elío, “Mariano Otero” en El Surgimiento de la historiografía mexicana, 
Coordinación Juan Ortega y Medina y Rosa Camelo, México, 1997, UNAM, 3 tomos, t. III, p.278. 
7 Jesús Reyes Heroles, op. cit. p. 10-11. 
11� 
Agregamos una interpretación más contemporánea, que se desprende de nuevos 
estudios de orden historiográfico, que ubican a Mariano Otero en “el grupo de los 
publicistas”8 que remite su labor a educar y difundir las ideas de los ilustrados. 
 
Sin embargo, todas estas interpretaciones convergen en un punto: su innegable 
aportación al estudio de la historia de México de la primera mitad del siglo XIX, ya que las 
obras de Otero en la actualidad son utilizadas como una importante fuente para conocer 
estos aciagos años de nuestra historia. Razón por la cual al analizar su Ensayo, éste nos 
proporciona un doble conocimiento, por un lado nos da a conocer los acontecimientos 
históricos de la época, y por el otro, refleja la forma de cómo nuestro autor aprehendió y 
concibió la realidad social, política y económica que le tocó vivir, ya que el individuo por 
naturaleza es un ser social que no puede romper con los lazos que lo unen con otros seres 
iguales a él y, por consiguiente, el ser humano es producto de la sociedad y nuestro autor 
no está exento de esta regla, la sociedad en la que vive lo moldea y lo define y éste a su vez 
contribuye a transformar la realidad que lo rodea. Por ello consideramos a Mariano Otero 
portavoz de una sociedad, un grupo que tuvo un modo particular de ver las cosas “pero de 
ninguna manera puede verse ya la obra de un hombre aislado; sus concepciones, su obra 
toda, son parte, herencia y legado de un grupo que comparte ideas haberes y deberes, de un 
grupo que trató de concebir una visión del mundo que proporcionar a su país”9. 
 
 
 
 
 
 
 
8 Noriega, op. cit., p. 278. 
9 Ibidem, p. 279. 
12� 
1.1 PRIMEROS AÑOS (1817-1835) 
 
José Mariano Fausto Andrés Otero nace el 4 de febrero de 1817 en el estado de 
Jalisco. Es bautizado el 10 de febrero del mismo año en la Parroquia del Sagrario de la 
Catedral de Guadalajara, y muere el 1º de junio de 1850 en la capital del país10. 
 
Nace en Jalisco, por su cercanía con el centro del país, recibe de forma más o menos 
directa los efectos acaecidos en la capital. Su tierra natal fue testigo del enfrentamiento 
entre las tropas insurgentes y realistas; testimonio de ello lo encontramos en una de sus 
producciones de carácter historiográfico Recuerdos de un día en el puente de Calderón, 
publicada en el año de 1847, en la cual narra la forma en la que llega el movimiento 
independentista a Guadalajara. Para recrear el acontecimiento tuvo que apoyarse en 
distintos tipos de fuentes lo que nos deja ver lo importantes que son éstas para la historia. 
Guillermo Prieto nos da a conocer algunos datos sobre los primeros años de nuestro autor: 
 
Su familia era distinguida y bien acomodada; pero su padre que era, si mal no recuerdo, un médico 
de nota, murió cuando Otero, nacido en 1817, estaba en el colegio. Vino a pobreza extrema; pero su 
maestro que fue don Crispiniano del Castillo, eminente jurisconsulto conocedor de sus talentos le 
dispensó generosa protección, fomentó sus estudios y le llevó a su lado11. 
 
Al pertenecer a una a familia modesta se ve en la necesidad de trabajar desde muy 
joven para solventar sus exigencias más elementales. Entre los empleos que ejerce está la 
 
10 Jesús Reyes Heroles, op. cit., p. 10 y 175. 
11 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos 1840-1853, México, Editorial Patria, 1976, 2 tomos, t. 
1, p. 481. 
13� 
copia de papeles de personajes teatrales para actores y actrices, al mismo tiempo que 
realizaba sus estudios: 
Otero tenía mil trabajos para vivir, se ayudaba escribiendo y haciendo planos, en que era entendido; 
un compañero de corta fortuna le recomendó con un empresario de teatros para que copiara los 
papeles de los actores, porque tenía muy clara y muy buena letra española. Entonces en Guadalajara 
se acostumbraba en los avisos de las funciones teatrales dar idea de la obra anunciada, 
acompañándola de algunas palabras de juicio crítico. Otero se ofreció para este nuevo trabajo, donde 
luego mostró tanta capacidad, tal competencia de juicio, tan escogida erudición y tan acabado buen 
gusto, que a poco se buscaban los avisos como piezas literarias, saliendo a luz con merecido aplauso. 
Esta circunstancia y una comisión que recibió del señor don Manuel Escandón para levantar como 
ingeniero unos planos en la costa, le hicieron notable. En sus días de pobreza y de prueba, había 
recibido Otero favores y distinciones de personas ilustres, a quienes pagó con un amor profundo, con 
veneración y culto por sus talentos y virtudes12. 
 
Para adentrarnos en la vida de nuestro autor, sería interesante describir físicamente 
a tan admirable personaje, porque esto nos ayudará a tener una visión más completa en 
nuestra mente de Otero. Guillermo Prieto se encarga de describir la figura de Don Mariano 
por medio de una descripción física y temperamento de la siguiente manera: 
Era un hombre, alto, grueso, desgarbado. La fisonomía de aquel personaje, era lo más dulce y 
simpática que pudiera imaginarse, su cabello lacio y descuidado, su patilla de columpio, boca fresca 
y expresiva, sus ojos garzos, brillantes de inteligencia y de bondad. Otero era al extremo olvidadizo 
de la compostura: su señora le mandaba hacer vestidos, las más veces injuriosos a la moda, levitones 
llenos de arrugas, chalecos amarillos, pantalones “del otro jueves”. Andaba desgarbado y bobeando 
con indolencia. Si veía al paso fruta o dulce que le gustase, lo compraba y comía en la calle; tardaba 
a veces tres y cuatro horas en ir admirando en las calles de Plateros lienzos, gorros, muñecos y 
 
12 Ibidem, p. 482. 
14� 
juguetes con gran placer, oyendo las cajas de música. Volvía a su casa cargado de golosinas y 
juguetes a recrearse con el júbilo y la sorpresa de sus hijos 13. 
 
Sus características físicas contrastaban con su actitud al desempeñar sus funciones 
en los distintos cargos políticos y demás actividades profesionales que desempeñó a lo 
largo de su vida, en las que salían a flote su “elocuencia viril y contundente”14. 
 
Se nos revela además como un hombre de contrastes, que por un lado nos deja ver 
su recia individualidad, su agudeza mental, su temple y lucidez al momento de defender 
sus intereses políticos, hábiles y parcos para manejar situaciones políticas difíciles, así 
como la pasión con que defiende la causa nacional. Por otro lado gracias a las cartas que 
nos legó, podemos reconstruir el lado humano del exitoso político. Generoso con 
aquéllos que le piden ayuda de todo tipo, desde el favor de prestar unos cuentospesos, 
como su estrecha relación con aquellas personalidades de renombre político que le piden 
consejo o asesoría en asuntos de orden jurídico. Sensible, amoroso y tierno con sus seres 
más queridos, su esposa e hijos, es también a través de su correspondencia que podemos 
conocer al ciudadano y político que se frustra y desespera por que la verdadera realidad 
nacional lo rebasa. 
 
Los personajes de nuestra recopilación son gobernadores militares de poco grado o generales, 
juristas, diputados, negociantes. Todos los que confiaron en él para obtener desde sus servicios 
jurídicos hasta una licencia ante el Congreso por enfermedad; el cobro de sus dietas y sueldos, o 
 
13 Ibidem, p. 350, 483. 
14 Ibidem. 
15� 
empleos para simples escribientes; ayudas a solados rasos, analfabetas; becas a estudiantes sin 
dinero: una verdadera Corte de los Milagros15. 
Son muchas y de distinta procedencia las personas que se acercan a Don Mariano 
por distintos motivos, pero cabe destacar los vínculos que establece con importantes 
políticos de la época, ya que esto nos da un referente importante de su lugar de enunciación 
desde donde emprende todas sus actividades y da cuenta real de los verdaderos objetivos 
que desea alcanzar dentro del discurso. 
 
Unos son cultos, otros casi analfabetas, unos piden para sí, otros aspiran sobresalir o simplemente a 
sobrevivir. Algunos dejaron huella en la historia de México, y sus nombres resuenan aún: Melchor 
Ocampo, Guillermo Prieto, Manuel Payno, Antonio López de Santa Anna, Manuel Gómez Pedraza, 
José Joaquín Herrera, Ponciano Arriaga, etcétera16. 
 
Acontecimientos coyunturales rodearon sus primeros días. Pese a que el país había 
logrado la Independencia, ésta no trajo consigo cambios estructurales significativos. 
México seguía siendo colonial en muchos sentidos, la Iglesia seguía ejerciendo su poder 
temporal y espiritual en la sociedad. De hecho el papel que debería desempeñar la Iglesia 
en el nuevo país, se convirtió en uno de los problemas que dividiría la opinión de las 
distintas facciones políticas. A esto habría que sumarle los desastres de la guerra de 
Independencia que agudizaron los problemas hacendarios. 
 
 
 
15 Jiménez Lavín, op, cit., p. 15. Entre las personalidades con las que se cartea se encuentran 
Crispiniano del Castillo, Ignacio Vergara, Plutarco García Diego, José María Jarero, José María de la Campa 
y Cos, José María, Lafragua, Eulalio Ortega, entre otros. 
16 Ibidem, p. 18. 
16� 
 La vida del México independiente se iniciaba bajo condiciones poco favorecedoras si 
se consideraban las condiciones económicas y por supuesto las sociales. La revolución de 
independencia había reducido la agricultura a la mitad, la minería a una tercera parte y 
había dañado en gran medida a la industria y el comercio y por si esto fuera poco, el país 
reconocía una exorbitante deuda externa. 
 
En un panorama tan crítico, era natural que la educación, uno de los pilares más 
importantes de toda sociedad, estuviese prácticamente olvidada. Realmente poco se hizo 
por impulsar el plano educativo. Los niños de familias ricas tenían acceso a una educación 
privilegiada ya que tenían en sus hogares tutores que los instruían. Los niños pobres 
asistían a escuelas parroquiales donde recibían conocimientos elementales además del 
catecismo. Uno de los verdaderos intentos reales para educar a la población fue el que 
propuso la Compañía Lancasteriana fundada en México en 1822. Bajo ese concepto se 
crearon básicamente dos escuelas de enseñanza mutua inspiradas en el método creado por 
Lancaster y Bell para mejorar la educación de las clases populares. Una de ellas fue la del 
Sol y la otra la escuela Filantrópica. Pronto se extendieron escuelas mutuas por todo el 
país, y el método fue declarado oficial para las escuelas gratuitas municipales17. 
 
 Las condiciones económicas, políticas y sociales antes mencionadas imperan 
cuando se firma el Plan de Iguala (1821) con el que se ven cristalizadas las aspiraciones 
monarquistas de un grupo de hombres, que a su vez se ven frustradas por el malogrado 
imperio iturbidista( 1821-1823).México emprende su vida independiente sin el 
 
17 Vázquez, op. cit., p. 801-802. 
17� 
reconocimiento de la metrópoli, la cual amenaza de forma constante con recuperar sus 
colonias perdidas, por lo que el nuevo país tiene que endeudarse para abastecerse de 
hombres y armamento para hacer frente a cualquier intento de reconquista. Después de la 
abdicación de Iturbide y de acuerdo con el Plan de Casa Mata se convoca a un Congreso. 
En las tribunas de dicho Congreso destacaban las figuras de Miguel Ramos Arizpe y Carlos 
María de Bustamante entre otros. Es el 31 de enero de 1824 el Congreso aprobó el Acta 
Constitutiva de la Federación18. 
De hecho la creación de un pacto fundamental se constituyó en una de las 
necesidades más urgentes para la nación, sobre todo para los liberales esto se convirtió en 
su obsesión. La creación de una constitución liberal similar a la de los Estados Unidos era 
sinónimo de progreso ilimitado, es así que para 1824, México, por medio de un sistema 
constitucional adquiere una forma federal de organización19. 
 
A la luz de esta primera constitución se llevan a cabo, las primeras elecciones 
presidenciales y de esta forma Guadalupe Victoria se constituye en el primer presidente de 
la República Mexicana (1824-1828), su gobierno logra dar cierta estabilidad a la nación, 
gracias a la supresión del iturbidismo con el fusilamiento del ex emperador, y al dinero 
inglés de los dos préstamos. Por eso Guadalupe Victoria no tuvo que recurrir a los 
préstamos forzosos a que se había visto obligado Iturbide. El gobierno fue de coalición 
que buscó equilibrar, de alguna manera, el conflicto ideológico y político entre logias al 
 
18 Vázquez, op. cit., p. 744-750. 
19 Charles Hale, El Liberalismo mexicano en la época de Mora (1821-1853), México, Siglo XXI, 
1985, p.80-81. 
18� 
otorgar cargos en su gabinete a personalidades de distintas e incompatibles ideas como 
fueron Lucas Aláman y Ramos Arizpe, entre otros, y con ello dar un ejemplo de tolerancia 
dentro de su gobierno20. 
 
A pesar de la cierta estabilidad que se logró durante la administración de Guadalupe 
Victoria la lucha entre las distintas facciones políticas persistió convirtiéndose en un 
común denominador ya entrado el siglo XIX. Primero fueron iturbidistas y borbonistas, 
después escoceses y yorkinos, federalistas y centralistas, y, por último, conservadores y 
liberales. 
Verdaderamente no había elementos en aquel México, apenas emancipado de la dominación 
española, para el establecimiento normal y ordenado de un sistema representativo y democrático. Sin 
una transición, acelerada o retardada, al ritmo que conviniese, entre el pasado colonial y la nueva 
estructura política que se pretendía establecer, era imposible que éstos fueran algo más que meras 
expresiones violentas y encontradas de los intereses en pugna. Pero no podía esperarse otra cosa de 
una sociedad cuya estructura económica y su ordenación jurídica y política vivían en contradicción. 
Tenían el poder, con leves alternativas, las fuerzas preponderantes durante la Colonia. Los 
reformadores (el caso típico sería el de Mora) tenían que actuar como revolucionarios para 
conquistarlo o sostenerse en él. Y de la precipitación de unos y de la reacción de los otros surgía el 
choque que impedía la normalidad del funcionamiento de las instituciones liberales, tal como se 
supone debe ser, al menos en teoría21. 
 
Como la única logia que existía era la escocesa, Victoria apoyó la creación de una 
nueva logia, la de York, la cual fue fundada en 1825 por José MaríaAlpuche, Lorenzo de 
 
20 Vázquez, op. cit., p. 752-753. 
21 Moisés González Navarro, “Los partidos políticos” en El Pensamiento político de Lucas Alamán, 
México, Colegio de México, 1952, p. 115. 
19� 
Zavala, Vicente Guerrero y Miguel Ramos Arizpe. Para ganar adeptos esta logia daba la 
oportunidad a los desplazados de los cargos públicos ocupados preferentemente por los 
españoles de entrar en las nóminas, por lo que esta nueva asociación política tuvo mucho 
éxito. Su popularidad creció ya que tomó como estandarte el antihispanismo y por ende la 
logia escocesa vio disminuida su popularidad en los distintos centros del país, por lo que 
Veracruz y el Estado de México se ofrecerían como alternativa de refugio de los 
españoles22. Junto con este fraccionalismo, la cuestión de la Iglesia va a ser un factor 
decisivo para que estos grupos políticos no logren conciliar intereses. 
 
La sociedad era heterogénea en su constitución. Estaba compuesta por diversos 
sectores con intereses distintos que dificultaban aún más la integración de la nación: 
 
La conquista introdujo en la población de Nueva España, y en general, en todo el continente de 
América, otros elementos que es indispensable conocer, tanto en su número como en su importancia 
y distribución sobre la superficie del país, pues todas estas circunstancias, y aun todavía más, la 
distinción que las leyes hicieron entre las diversas clases de habitantes, fueron de grande influjo en la 
revolución y en todos los acontecimientos sucesivos. Estos nuevos elementos fueron los españoles y 
los negros que ellos trajeron de África. Distinguiéndose poco tiempo después los españoles en 
nacidos en Europa y en naturales de América, á quienes por esta razón se dio el nombre de “criollos 
el que con el transcurso del tiempo vino á considerarse como una voz insultante, pero que en su 
origen no significaba más que nacido y criado en la tierra. De la mezcla de los españoles con la clase 
india procedieron los “mestizos,” y toda la variada nomenclatura que se comprendía en el nombre 
genérico de “castas.” A los españoles nacidos en Europa, y que en adelante llamaré solamente 
“europeos,” se les llamaba “gachupines” que en la lengua mexicana significa “hombres que tienen 
 
22 Vázquez, op. cit., p. 753-754. 
20� 
calzados con puntas ó que pican” con alusión a las espuelas, y este nombre lo mismo que el de 
criollo, á tenerse por ofensivo23. 
 
La Iglesia junto con el ejército se constituyó en las instituciones más poderosas 
del siglo XIX. La larga guerra de Independencia permitió el aumento del ejército, y que los 
oficiales lograran un gran poder al convertirse en los dueños de la seguridad de los caminos 
y por consecuencia del comercio, que en el futuro se convertiría en un verdadero problema 
para todas las administraciones. Los primeros años de independencia el ejército tuvo 
grandes gastos, originados por el temor a España y a la necesidad de liberar a San Juan de 
Ulúa. Pese a la apariencia militarista de aquéllos años, la deserción y la indisciplina en el 
ejército eran los males más graves, ya que éste estaba compuesto por vagabundos, 
criminales e indios quienes eran alistados a la fuerza. De esta forma no era de extrañar que 
el ejército fuera desorganizado e ineficaz puesto que sus elementos carecían de 
conocimiento y práctica y vocación en cuestiones bélicas. Por los factores antes 
mencionados era lógico que el ejército no estuviese preparado par enfrentar problemas 
internos como la perdida de Texas (1836) y conflictos internacionales como la guerra de 
los Pasteles con Francia(1838) y la invasión norteamericana (1845-1848)24. 
 
Para 1828 el coronel Manuel Montaño buscó poner fin al enfrentamiento entre 
facciones y publicó un plan donde exigía la disolución de todas las sociedades secretas, 
este movimiento fracasa, pero marca el declive de ambas logias y con el se avivó él 
sentimiento antiespañol por parte de la logia yorkina. El antihispanismo puso de manifiesto 
 
23 Lucas Alamán, Historia de México, México, Imprenta de Victoriano Aguerros y Comp. Editores, 
1883, 5 tomos, t. I, p.51. 
24 Ibidem, p.787 a 792. 
21� 
que el conflicto ideológico era un fuerte problema que impedía la unidad nacional. La 
primera expulsión de españoles en 1827 ponía en evidencia que la paz lograda hasta ese 
momento era sumamente frágil. Esta primera expulsión sería un duro golpe a la economía 
nacional, ya que la mayor parte del capital que se encontraba en circulación estaba en 
manos de comerciantes españoles. El fracaso del movimiento marcó el fin de los escoceses, 
pero también el comienzo del fin de la logia yorkina, que se dividiría internamente al 
encontrarse sin enemigos. 
 
Las segundas elecciones se llevan a cabo teniendo como candidatos a Manuel 
Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los votos favorecieron a Gómez Pedraza, pero las 
fuerzas guerrerenses no acataron la Constitución. El pronunciamiento de Santa Anna no se 
hizo esperar, Zavala movilizó a los artesanos y a la plebe de México, y con el apoyo de José 
María Lobato, tomó el edificio de la Acordada. Una vez provocado el desorden, la ciudad 
se vio presa de la furia de la plebe, que cometió excesos y saqueó los almacenes 
comerciales como el Parían. Después de los sucesos, el congreso declara vencedores a los 
generales Guerrero y Anastasio Bustamante. Ese mismo día se expedía una segunda ley de 
expulsión de los españoles, por lo que muchos de ellos tuvieron que abandonar el país25. 
Breve fue el período que gobernó Vicente Guerrero, ya que hacia finales de 1829 había 
perdido todo apoyo, incluso de algunos de sus propios hombres. Al mando del ejército, el 
vicepresidente Anastasio Bustamante declarándose protector del “pacto federal” se levanta 
en armas en contra del gobierno federal. Guerrero obtuvo permiso del congreso para 
 
25 Ibidem, p. 755-757. 
22� 
repeler la rebelión, sin embargo en poco tiempo la capital cayó en manos de los seguidores 
de Bustamante. Después de esto Guerrero se decidió por la renuncia y se retira al sur26. 
 
En las décadas de los treinta y cuarenta, el país seguía siendo seno de 
enfrentamientos entre facciones políticos, pero ahora aderezados con un nuevo elemento, 
la intervención decisiva de Antonio López de Santa Anna, quien a recurrencia de los 
federalistas y centralistas ocupa el poder a placer volviéndose una pieza clave de la política 
nacional de estos años. Aunque Guerrero fue apoyado por la intermitente intervención de 
Santa Anna, su gobierno enfrentó problemas de carácter económico, además de hacer frente 
a un intento de reconquista española encabezada por el brigadier español Isidro Barradas. 
Guerrero pidió apoyo a los distintos estados para hacer frente a esta amenaza, pero casi 
ninguno le otorgó su apoyo. “El sentido extremo con que se interpretaba el federalismo, 
más la geografía que acentuaba la autonomía de cada estado, serían problemas a los que se 
enfrentarían todas las administraciones y eran reflejo de la crisis nacional”27. Después de la 
caída del gobierno de Guerrero, inicia una de las dos administraciones de Anastasio 
Bustamante. “El año de 1830 constituye un hito del liberalismo mexicano”.28 Durante esta 
administración (1830-32) predomina la figura de Alamán, quien se empeñó en arreglar la 
hacienda, devolverle el crédito e impulsar la industria y el comercio. Este nuevo gobierno 
chocó con el férreo autonomismo de los estados, además de que este régimen “había 
provocado ya oposición en las provincias por causa de su incesante campaña en contra de 
 
26 Ibidem, p. 759-759. 
27 Josefina Vázquez Zoraida, op. cit., p.758. 
28 Charles Hale, op. cit., p.110.23� 
Vicente Guerrero y Juan Álvarez y por causa de los cambios arbitrarios impuestos a los 
gobiernos estatales”29. 
 
Fue precisamente bajo la primera administración de Bustamante y las políticas 
reformistas de Valentín Gómez Farías (1833) cuando Mariano Otero realiza sus estudios de 
bachiller. Para estas fechas en Jalisco se introducen novedades en la educación. El liberal 
Prisciliano Sánchez crea el Instituto del Estado de Jalisco, en el cual introduce un nuevo 
plan de estudios que incluyen materias como derecho natural, político y civil, economía 
política, estadística e historia, además de inspirarse en el jusnaturalismo racional laico, sin 
olvidar la educación clásica grecolatina30. 
 
En 1832 comienzan una serie de pronunciamientos provincianos en contra del 
gobierno central y para ello Santa Anna acepta encabezar un movimiento que pide la 
dimisión del gabinete y apoya al nuevo presidente que había regresado de su exilio Manuel 
Gómez Pedraza. “Derrotado militarmente en las provincias, Bustamante renunció en 1832 y 
le dejó el gobierno interino a Melchor Múzquiz, éste a su vez le cedió el poder a Manuel 
Gómez Pedraza”31. En 1833 se da la alianza política entre Santa Anna y Valentín Gómez 
Farías, ambos se hacen cargo de la presidencia y la vicepresidencia respectivamente y como 
se hizo costumbre Santa Anna deja que el vicepresidente se haga cargo del ejecutivo, lo 
cual provocó el descontento del bando conservador, ya que Farías tenía fama de 
intransigente. 
 
29 Josefina Vázquez Zoraida, op. cit., p. 759. 
30 Reyes Heroles, op. cit. p. 12. 
31 Charles Hale, op. cit., p.112. 
24� 
En ese mismo año se aplica el programa de reformas, en un principio Santa Anna 
apoyó la legislación reformista del régimen de Gómez Farías. Precisamente por esas fechas 
Otero cursaba sus estudios de bachiller en Derecho, faltándole dos años para concluir su 
carrera, por lo que podemos inferir que le tocó vivir muy de cerca el conflicto ideológico 
de aquellas fechas, incluso años más adelante por circunstancias similares se enfrentaría 
políticamente al liberal Valentín Gómez Farías protagonizando un episodio que dejaría 
honda huella en nuestro autor. Durante los primeros años de vida independiente de la 
nación, los políticos comenzaron a dividirse en dos tendencias de acuerdo a la actitud que 
tomaron frente a la Iglesia. Estaban aquéllos que defendían la “libertad y progreso” y que 
consideraban indispensable arrebatar el poder temporal a la Iglesia. Los otros defendían el 
“orden público y religión”32. De ahí que el blanco principal del programa de reformas de 
1833 fuera la Iglesia, la cual se constituyó como la institución más poderosa de la sociedad 
de aquellos años. Hombres como José María Luis Mora, Lorenzo de Zavala y Valentín 
Gómez Farías trabajaron incesantemente por combatir los privilegios de las corporaciones 
como el ejército y la Iglesia. “El problema político principal al que se enfrentarían los 
liberales era el de recuperar la soberanía del Estado y su principal antagonista era la 
iglesia”.33 Esto explica el profundo sentido anticlerical del programa de reformas de 1833, 
el cual establecía la “desamortización de los bienes de la Iglesia, la abolición de los fueros 
incluyendo los del ejército, la desmembración de los monasterios y la difusión de la 
educación pública y laica”34. 
 
 
32 Josefina Vázquez Zoraida, op. cit., p. 755. 
33 Charles Hale, op. cit., p.129. 
34 Ibidem, p. 118. 
25� 
La propuesta de estas reformas denominadas por los centralistas como anticlericales 
desata la inconformidad de instituciones como la Iglesia y la milicia, quienes mandan 
llamar de su retiro a Santa Anna para que interceda por ellos, dando pie a la disputa del jefe 
del ejecutivo con el Congreso y culminando con el rompimiento de Santa Anna con los 
federalistas, obteniendo con ello la dimisión de Valentín Gómez Farías, además de la 
abolición de las medidas reformistas. Debido a las reacciones negativas que produjeron las 
reformas, Santa Anna en 1834 decide inclinarse a favor de los disidentes militares 
clericales, esto hizo que en un momento dado los reformadores no contaran con apoyo y se 
vieran en la necesidad de huir de la capital, Valentín Gómez Farías huye a Zacatecas y José 
María Luis Mora a Francia, exilio del cual ya no regresará. 
El Congreso se reúne para decidir la forma de gobierno y era lógico que para evitar 
cometer los mismos errores se optara por el sistema contrario al federal: el centralismo. 
Este nuevo Congreso se da a la tarea de elaborar una nueva constitución y finalmente sale a 
la luz la Constitución de 1836 o también conocida como la de “Las siete Leyes”, la cual 
propone la creación de una primera república central. Este nuevo pacto, a diferencia del 
anterior, se caracterizaba por la centralización del poder. Convertía a los estados en 
Departamentos, los gobernadores serían nombrados por el Supremo poder ejecutivo, el 
gobierno central estaba constituido por los tres poderes tradicionales, más uno nuevo el 
Supremo Poder Conservador, que tenía como función evitar los abusos ejercidos por los 
otros tres poderes, además extendía el período presidencial a ocho años35. 
 
 
 
35 Josefina Vázquez Zoraida, op. cit., p. 763. 
26� 
Anastasio Bustamante se haría cargo nuevamente del ejecutivo, como era de 
esperar, hubieron algunos estados que se negaron a apegarse al gobierno central, sobre todo 
aquéllos en los que el liberalismo tenía hondas raíces, éste fue el caso de Zacatecas quien a 
pesar de su imponente milicia cívica fue vencida y como castigo se le quitó parte de su 
territorio, el cual daría lugar a la formación de un nuevo estado: Aguascalientes. El caso de 
Texas fue distinto ya que la defensa del federalismo y la lejanía en la que se encontraba con 
respecto al centro del país contribuyeron a apresurar una consecuencia muy lógica por el 
descuido en que los distintos gobiernos habían tenido por los territorios que se encontraban 
al norte del país, la inmediata independencia36. 
 
1.2 LA VIDA PÚBLICA (1835-1841) 
Es precisamente durante la segunda administración de Anastasio Bustamante (1835-41) 
que nace a la vida pública José Mariano Fausto Andrés. Otero “tuvo tiempo de titularse de 
abogado (bachiller en leyes como se decía entonces) en su natal Guadalajara en 1835, ¡a la 
edad de 18 años! esta profesión será hasta que muera, su principal modo de sustento”37. 
Al parecer por esta época Otero ya se encontraba casado: “Otero casó muy joven con una 
señorita Andrea Arce, de bellísimo carácter, bien amorosa y risueña que cifraba su contento 
en dar gusto y en ver alegre a su marido”38. 
 
 
 
 
36 Ibidem. 
37 Marcia Patrocinio Jiménez Lavan, op. cit.,p. 18. 
38 Guillermo Prieto, op. cit., p. 482. 
27� 
Hizo sus estudios en el Instituto del estado de Jalisco creado por Prisciliano 
Sánchez. Uno de los objetivos de las reformas de 1833, como mencionamos anteriormente, 
era arrebatar el poder temporal a la Iglesia y sobre todo una de las esferas de influencia más 
poderosas con las que contaba tal institución, nos referimos a la educación. De ahí que 
entre las reformas propuestas por Gómez Farías estaba la de hacer laica la educación, ya 
que los liberales consideraban que la educación debía proporcionar al hombre 
conocimientos útiles y prácticos que tuvieran como fin mejorar las condiciones de vida de 
los hombres, por lo que estaban convencidos de que sólo a través de la educación se podría 
lograr una verdadera transformación de la nación. Se hicieron varios ensayos para 
modernizar a la educación creando varios centros de enseñanza superior como lo fue: “El 
Instituto de Prisciliano Sánchez, en Guadalajara, probablemente inspiradopor Jovellanos, 
fue considerado por Mora como el ensayo más feliz que por entonces se hizo”39. 
 
El 10 de junio de 1835 Don Mariano se gradúa de bachiller en derecho civil 
presentando el examen teórico y práctico que se requería para obtener el título de abogado, 
realizándolo de forma sobresaliente de acuerdo con testimonios de la época. En esta etapa 
de su vida dos personalidades jugaron un papel fundamental en su formación, ya que lo 
inducen a seguir alimentando su espíritu inquieto, ávido de conocimiento. Sus maestros 
José Luis Verdía, un jusnaturalista de quien aprende filosofía, moral, historia, derecho 
canónico y estaba en contacto con las ideas de la Ilustración. Con Crispiniano del Castillo 
además de ser su maestro y acercarlo a conocer el espíritu filosófico de la legislación, lo 
 
 
39 Charles Hale, op. cit., p. 175. 
28� 
habilita para debatir en el foro y ponerlo en contacto con Mariano Paredes Arrillaga en 
1841, al cual le debe su incursión en la vida política. La relación que entabla con 
Crispiniano de Castillo, traspasa el ámbito académico y laboral, estrechándose los lazos y 
lo hace su compadre y gracias a éste nunca pierde contacto con lo que sucede en su tierra 
natal. 
 
Es evidente que de un adiestramiento intelectual tan rico nutriera una inteligencia 
tan peculiar. Recibe el impacto de la Ilustración y el trato de algunos clásicos latinos, que 
nunca abandona. Las lecturas completan su educación y lo ponen en contacto con diversas 
líneas intelectuales. 
 
Una vez titulado comienza a desempeñar su profesión con éxito haciéndose cargo 
de diversos asuntos. Señala Reyes Heroles, que los años anteriores a 1841 le dieron el 
tiempo y la tranquilidad de cultivarse a través de lecturas de distinta naturaleza, además de 
desarrollar un pensamiento reflexivo. Estas lecturas le ayudaron a apropiarse de las 
principales ideas en boga que lo ponen en contacto con las diversas corrientes europeas de 
pensamiento, dotándole de un gran arsenal de premisas que irá incubando hasta darles 
forma y convertirlas en sólidos argumentos para darle una fisonomía propia a la nación. 
 
Sin embargo las lecturas por sí solas no pudieron haber formado tal manera de 
pensar, también tuvieron que ver mucho sus cualidades innatas para lograr crear un 
pensamiento distinto al de su época. Joven abierto, ávido por conocer, que viniendo de las 
matemáticas, quiere no acumular conocimientos, sino aprender a pensar por cuenta propia, 
y es en estos años oscuros de preparación donde adquiere la templanza, que dotándolo de 
29� 
una prematura madurez, lo conducen a ser un extraordinario servidor de su país.40 Estas 
características pudieron darle la cautela, precisión y organización con que logró combinar 
su pensamiento y acción. 
 
Son muchas y variadas las fuentes de las cuales abreva. Su pensamiento se 
retroalimenta de lecturas de intelectuales extranjeros como de importantes personalidades 
nacionales del período colonial, como de los primeros años de la vida independiente de la 
nación. 
 
Seguramente hablaba francés porque pudo acceder y dominar lecturas concebidas 
durante la Ilustración como Montesquieu y simultáneamente los prerrománticos y los 
románticos, además de la lectura obligatoria de los clásicos como Virgilio. Haciendo un 
recuento es el pensamiento francés el que más influyó en Mariano Otero. Lee a 
Chateaubriand, Lord Byron, Víctor Hugo, Lammenais quien le ayuda a conciliar 
liberalismo y romanticismo. Recibe influencia de Madame Stael y el grupo Coppet que ella 
encabeza. 
 
Otro de los pensadores de quien se sirve es Benjamín Constant quien le proporciona 
los argumentos para desechar a la monarquía como un sistema alternativo de gobierno que 
pudiera implantarse en México. Efectivamente en el Ensayo Otero lo cita textualmente 
cuando expone las razones por las que un sistema de gobierno monárquico va contra la 
naturaleza humana, sobre todo cuando el país había experimentado las nefastas 
 
40 Jesús Reyes Heroles, op. cit., t.I, p. 12-13. Toda la información sobre los estudios del pensamiento 
de Otero será tomada de este autor. 
30� 
consecuencias de un gobierno despótico en manos del gobierno centralista de Anastasio 
Bustamante y fundamenta que la posibilidad de establecer un gobierno con esas 
características no tendría ya éxito, pues, para que éste pudiera prosperar, debía estar 
respaldado por una nobleza, la cual, afirma Otero, en México no existe y la que hay es sólo 
una imitación de la nobleza francesa. 
 
De Constant también adquiere la concepción clara de la estructura social y las 
categorías para dividirla en clases productoras y no productoras, términos que aplica en su 
obra Consideraciones41. Constant escribe una obra titulada Curso de política 
constitucional, traducida al español por D. Marcial Antonio López, publicada por la 
imprenta de Ignacio Cumplido, de la cual Don Mariano se armó de una concepción 
constitucional42. Sabemos por Charles Hale que para liberales tan importantes como Mora, 
Constant fue un pilar teórico para definir el papel que debía desempeñar el estado y tener 
una clara idea de la idea constitucional. 
 
Simonde de Sismondi, otro de los miembros del grupo Coppet le ayuda a separarse 
del liberalismo ilustrado además de proporcionarle los argumentos que emplea en pro del 
federalismo y le ayuda a comprender el problema social que encarna el industrialismo43. En 
la obra de Otero es evidente el interés de fijar en el lector las ventajas de la aplicación de 
un sistema federal en México, ya que afirma no existe otro sistema que nos lleve de forma 
 
41 Ibidem. 
42 Ibidem, p. 14, 126. 
43 Ibidem, p. 15. 
31� 
directa al desarrollo y progreso del país. Charles Hale nos dice que efectivamente “ Otero 
hizo una apología del sistema federalista”44. 
 
Conoce la obra de Alexis de Tocqueville Democracia en la América del norte, la 
influencia sobre Otero es fuerte ya que le da los conocimientos sobre cómo opera el 
sistema jurídico y constitucional norteamericano. 
 
La Junta Patriótica de Guadalajara nombra a Otero orador de la festividad nacional 
del 16 de septiembre de 1841; y en ella emite el Discurso pronunciado en la solemnidad 
del 16 de septiembre de 1841, donde cita por primera vez a Tocqueville y a clásicos como 
Juvenal, Tácito y Virgilio y en el cual se encuentran muchas de las pistas para entender su 
pensamiento. Fue tal el impacto que causó el discurso que su nombre se conoció incluso en 
la capital del país. Otra de las obras que demuestran el uso que hace del texto de 
Tocqueville antes mencionado, es el Examen analítico del sistema constitucional publicado 
el 2 de octubre de 184245. 
 
Sabemos que conoce la obra de Montesquieu ya que al inicio del Ensayo lo cita. De 
Rosseau conoce Consideraciones sobre el gobierno de Polonia, a ambos retoma para 
reconocer que en la subsistencia de los sistemas monárquicos es indispensable la existencia 
de una nobleza. Además de estos publicistas Reyes Heroles afirma que Don Mariano 
conoció a autores como; Antoine Louis Claude Destut de Tracy, Gabriel Bonnol de 
Mably,E´ tienne Bonnot Condillac, Adolphe Thiers, Francoise Guizot, Goerge Canning, 
 
44 Charles Hale, op. cit., p. 191. 
45 Reyes Heroles, op. cit., p. 15 y 201. 
32� 
Edmundo Burke, Benjamin Franklin, John Adams, Thomas Jefferson, David Livingstone, 
Alexander Hamilton, por lo que, subraya, poseyó una amplia ilustración jurídico-política46. 
 
Los liberales se alimentaron del utilitarimo francés e inglés. El utilitarimo lo recibe 
del liberal-conservador Edmundo Burke, de Jeremías Bentham le ayuda a preveer el 
surgimiento de una clase social, la del Capital nacional. 
 
A Burke MarianoOtero lo menciona en su Discurso del 11 de octubre de 1842. 
Seguramente de este pensador recupera las ideas que lo llevan a pensar y actuar como un 
liberal moderado. Es también Burke quien le da una premisa constitucional fundamental: 
el acuerdo en lo fundamental mediante las instituciones como base de la unidad nacional, lo 
que Reyes Heroles denomina la hipótesis política de Otero del acuerdo en lo fundamental, 
que busca en las instituciones las coincidencias y no lo que las separa, con el fin de obtener 
la unidad nacional47. La adquisición de este principio lo ayudó a atemperar el conflicto 
ideológico en cuanto a cuestiones que provocaban disputas entre los partidos como era la 
cuestión de los privilegios de la Iglesia y el ejército, esta postura lo llevó a ganarse el título 
de liberal moderado, al buscar por medio de la negociación la conciliación de intereses 
entre los distintos sectores de la sociedad. Incluso inferimos que lo anterior explica la 
negativa de Otero de rematar los bienes de la Iglesia en 15 000 pesos propuesta por don 
Valentín Gómez Farías para obtener fondos para organizar la defensa del país frente a la 
intervención norteamericana en el año de 1846. 
 
 
46 Ibidem. 
47 Ibidem, p. 15, 46. 
33� 
El romanticismo y el utilitarimo convergieron en nuestro autor y engendraron su 
nacionalismo48. 
 
Señala Hale que el resultado de tan extensas lecturas hace que en el pensamiento de 
Otero se opere una forma de pensar propia y distinta a la de aquellos años. En el Ensayo, 
Otero hace referencia a Considerant, quien es el principal expositor de las ideas sociales de 
Charles Fourier, por lo que afirma Hale la fuente básica es precisamente Fourier49. 
 
Conoce con precisión el pensamiento mexicano de su época “los designios sociales 
y humanistas de Bartolomé de las Casas; los datos de Abad y Queipo”50. Cuando Mora 
trató de resolver la cuestión de la propiedad de la Iglesia, recurrió a Abad y Queipo, antiguo 
obispo de Michoacán, ya que Mora lo consideraba como el experto en materia de 
propiedad eclesiástica, especialmente de la propiedad perteneciente a las capellanías y las 
obras pías51. 
 
Sabemos que Mariano Otero sostuvo comunicación con Mora a través de la 
correspondencia. “Otero envía nueve cartas a José María Luis Mora, del 13 de junio de 
1848 al 14 de mayo de 1850. La correspondencia la inicia al encargarse Otero del 
Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores”52. Y fue precisamente Mora quien le 
ayudó a conocer la estructura del ejército y la Iglesia. Conoce y usa la obra de Lorenzo de 
 
48 Ibidem. 
49 Charles Hale, op. cit., p. 190. 
50 Reyes Heroles, op. cit., t. I, p. 16. 
51 Charles Hale, op. cit., p. 139. 
52 Para mayor información veáse el tomo II de Mariano Otero, Obras. Recopilación, selección, 
comentarios y estudio preliminar de Jesús Reyes Heroles, México, Porrúa, 1995, pp 749 a 780. 
34� 
Zavala. La idea que Don Mariano tiene de la riqueza natural que posee el territorio 
nacional la obtiene de Humboldt. Las convicciones federalistas y su amor por las libertades 
las adquiere de Prisciliano Sánchez y de Francisco García Salinas gobernador de Zacatecas. 
De este último le inspira su nacionalismo, sus ideas sobre la industria “naturalizada”, que 
distingue de la extranjera53. En el Ensayo Otero, plantea los caminos para la 
transformación nacional sin embargo señala Charles Hale que: “el agudo análisis de Otero 
fue embotado por su filosofía mejorativista. Cuando abandona el análisis y comienza a 
predicar, su ensayo pierde interés”. Con relación a esto Mariano Otero enfatiza en su 
discurso, que la necesidad más urgente para la nación es la creación de un gobierno 
federal54. 
 
Francisco Severo Maldonado se anticipa a analizar el influjo que en la organización 
política ejercen los propietarios territoriales en su texto titulado: Contrato de asociación 
para la República de los Estados Unidos del Anáhuac55. Hacemos esta observación porque 
para Otero, la compleja problemática de la propiedad se convierte en una cuestión tanto 
cuanto más importante en la mayor parte del Ensayo y al parecer las ideas de este 
importante personaje con relación a este tema calaron hondo en nuestro autor. 
 
Francisco Severo Maldonado fue un erudito sacerdote de Guadalajara el cual se 
adhiere a la causa de Hidalgo y publicó el primer periódico revolucionario El Despertador 
Americano, paradójicamente un año más tarde escribe a favor de los realistas y para 1821 
 
53 Ibidem.. 
54 Charles Hale, op. cit., p. 191. 
55 Jesús Reyes Heroles, op. cit., t.I, p.16, 176. 
35� 
es seguidor de Iturbide, en 1823 publicó el Nuevo Pacto social y Contrato de 
asociación56. 
En sus formulaciones se advierten fuertes influencias de Jean Jacques Rousseau, pero en conjunto 
eran una rara mezcla de individualismo liberal, socialismo utópico y teoría corporativa tradicional. 
Habló continuamente de igualar las clases, sobre todo mediante la reforma agraria, y sin embargo 
pugnaba por la creación de ciudadanos políticamente “activos” y “pasivos” con fundamento en la 
propiedad privada. Los tenedores de propiedad eran “ las verdaderas columnas de la sociedad”57. 
 
Estos mismos razonamientos son motivo de reflexión incluso para uno de los 
liberales más importantes del siglo XIX, José María Luis Mora que lo llevan a concluir que 
sólo tendrán derecho a participar en las elecciones aquellos ciudadanos tenedores de 
propiedades. 
En el Ensayo encontramos ciertos tintes de socialismo utópico, esto lo percibimos 
cuando Otero afirma que con la debida distribución de la propiedad, se podrá lograr cierta 
equidad social, estos ideales al parecer son alimentados por los híbridos principios de 
Maldonado quien: 
Se imaginó la existencia de una sociedad corporativa en la que cada grupo funcional estuviese 
separado de los demás en razón de un salario rango y un modo de vestir prescritos. Maldonado 
propugnaba una educación gratuita universal y, sin embargo, deseaba que la Iglesia rigiese la 
“regeneración moral y espiritual de la nación”. La unión de la Iglesia y del Estado era parte medular 
de su plan58. 
 
 
 
56 Charles Hale, op. cit., p.76. 
57 Ibidem, p. 77. 
58 Ibidem. 
36� 
Ideas tan contradictorias y revolucionarias sorprendieron a muchos en aquellos 
años, “Tal vez ejerció influencia también en su joven compatriota, de Guadalajara, Mariano 
Otero”. 
 
A dos años de haber concluido sus estudios el 27 de julio de 1837, Otero pública la 
Noticia biográfica del Sr. Alcalde, obispo de Guadalajara. En 1841 se desencadenan dos 
movimientos, uno apoyando las “Bases Orgánicas” y otro al federalismo; entre esos 
movimientos se encuentra el acaudillado por Mariano Paredes Arrillaga. Un mes, antes el 8 
de agosto de 1841, se lleva a cabo la Revolución de Jalisco encabezado por Mariano 
Paredes Arrillaga. Dicha revuelta estaba encaminada, entre otros puntos, a deponer el 
gobierno central de Anastasio Bustamante. El 4 de septiembre del mismo año dicho 
movimiento es secundado por el Plan de la Ciudadela y cinco días después, por el de 
Perote, los cuales se traducen en las Bases de Tacubaya el 28 de septiembre del mismo año. 
De acuerdo con las Bases, Santa Anna quedaba facultado para convocar a un nuevo 
Congreso para constituir a la nación 59. 
 
 A partir del primer contacto que tiene Mariano Otero con Paredes Arrillaga, 
comienza a participar en la vida política local. A cuatro días del Plan de Jalisco se convoca 
en el estado a una junta de vecinos para elegir al jefe del Departamento, este cargo queda 
en manos de Paredes Arrillaga, enseguida se procede a la elección de los miembros de la 
Junta Departamental. Otero concursa por lospuestos del 4º, 5º y 6º vocal, sin obtener éxito 
alguno, enseguida participa para ocupar los cargos de primero y segundo suplente y 
 
59 Jesús Reyes Heroles, op. cit., t. I p. 19. 
37� 
nuevamente pierde. Reyes Heroles señala que estos sucesos prueban el desconocimiento 
que se tiene de Otero en la política local60. 
 
Se conjugaron varios factores que contribuyeron a cambiar la suerte de nuestro 
autor como lo demuestran los siguientes acontecimientos. La gran oportunidad se va a 
presentar exactamente un mes después, cuando La Junta Patriótica lo nombra orador de la 
festividad del 16 de septiembre en la cual emite el Discurso pronunciado en la solemnidad 
del 16 de septiembre de 1841 y que hace que su nombre sea conocido aún en la capital del 
país. Gracias a este acontecimiento y a una disposición de Santa Anna decretada en 
diciembre del mismo año es nombrado delegado por Jalisco en el Congreso de 
representantes de los Departamentos. El 10 de diciembre del mismo año aparece un 
manifiesto de Santa Anna, el cual presenta una novedad que beneficia a nuestro autor y que 
contribuirá a cambiar radicalmente su vida; se reduce la edad para ser diputado a 25 años. 
Dicha medida provoca que muchos jóvenes se interesen en participar en la vida política, a 
Otero le cae como anillo al dedo dicha disposición, ya que para estas fechas está por 
cumplir los 25 años. Se llevan a cabo elecciones y entre los diputados nombrados salió 
electo Mariano Otero61. 
 
 
 
 
 
 
60 Ibidem. 
61 Ibidem, p. 20,21. 
38� 
1.3 ÜLTIMOS AÑOS (1842-1850). EL OCASO DE UNA PROMETEDORA CARRERA. 
 
La mayor parte de la producción literaria de Otero coincide con el período más 
intenso de su vida, entre 1842 y 1848 y también de esa época es la mayor parte de su 
correspondencia. 
El año de 1842 significa el inicio de la carrera política de Otero y a partir de 
entonces su vida sufrirá un cambio radical. Para fines de mayo de 1842, Otero se traslada a 
la ciudad de México, dejando atrás su tierra natal a la cual nunca regresará. Llega a la 
capital con su familia compuesta por su esposa e hijos y de forma provisional se establece 
en la calle de Estampa de Jesús María, después Ignacio Cumplido le proporciona una casa 
en la calle del Hospital Real número 6 en la que se paga menos renta y era más cómoda que 
la anterior62. Una vez establecido en la capital, comienza a desempeñar una serie de 
funciones que van desde diputado del congreso, secretario, hasta encargado de despacho, 
pero sin dejar de lado su profesión: la abogacía. 
 
Cabe destacar que es notable el incremento de la correspondencia de Mariano Otero 
a partir de 1842 y que coincide efectivamente, con el aumento de responsabilidades y 
ocupaciones que adquiere nuestro autor, esta extensa correspondencia se encuentra firmada 
por distintas personalidades, misma que se irá incrementando con el paso de los años, esto 
nos habla del rápido acomodo de nuestro autor en la vida de la capital y el veloz éxito 
alcanzado entre políticos, militares, propietarios y funcionarios del gobierno. 
 
 
62 Guillermo Prieto, op. cit., p.351. 
39� 
Del total de las 493 cartas, 114 hacen alusión a la necesidad básica de Otero, 
sostenerse y sostener a su familia y demuestran que tenía que dedicarse, y con empeño, a 
sobrevivir y mantener un cierto nivel de vida. Difícil era esto si se atenía a los sueldos 
oficiales, dietas, etcétera, porque siempre se pagaban con cierto retraso o nunca63. Por otro 
lado, esta correspondencia nos deja ver que Mariano Otero sigue en contacto con lo que 
sucede en su adorada provincia a través de la comunicación que sostiene con diversas 
personalidades de aquellos lugares. Uno de esos personajes con los que mantiene 
comunicación, es su antiguo maestro Crispiniano del Castillo, con quien lo une una 
profunda amistad, además de distintos asuntos políticos. Otero aunque añora a su tierra 
natal sabe que ya no es el lugar en el que pueda desarrollar sus aspiraciones personales64. 
Establecido en la capital, inmediatamente entra en contacto con Manuel Gómez 
Pedraza y con el editor más importante del siglo XIX y paisano suyo, Ignacio Cumplido. 
Otero fue un escritor prolífico y temáticamente diverso, Ignacio Cumplido lo induce a 
incursionar en un área todavía desconocida para él: el periodismo de opinión y de esta 
forma Mariano Otero se convierte en uno de los redactores más importantes el diario liberal 
moderado: El Siglo XIX65. Según testimonios de la época, la redacción del diario estaba 
espléndida, Manuel Gómez Pedraza, Luis de la Rosa y Otero llevaban la parte política. 
Otero tenía un modo muy peculiar para trabajar, se ponía como de bruces sobre el 
escritorio, floja la corbata, desabotonados chaleco y pantalones, media zafadas las botas; 
 
63 Jiménez Lavín, op. cit., p. 28. Para mayor información ver el conjunto epistolar contenido en dicha 
obra. 
64 Ibidem, p. 26, 27. 
65 Charles Hale, op. cit., p.15. 
40� 
tenía siempre a mano dulces o bizcochos, o quesadillos o muérdagos, porque era muy 
goloso66. 
Fue sumamente breve pero brillante su participación dentro del Congreso 
Constituyente de 1842, ya que Santa Anna buscaba un pretexto para disolver dicho 
congreso. Ese mismo año Santa Anna expide un decreto en el que advierte que todo aquél 
que publique a través de la imprenta leyendas ofensivas al gobierno será juzgado por las 
leyes, esto incluye al Congreso y sobre todo a Ignacio Cumplido, quien en ese año forma 
parte del mismo. Ante tal disposición, la reacción de nuestro autor no se hace esperar y 
comienza a publicar dentro del periódico una serie de artículos que critican las 
disposiciones del gobierno, sin embargo contra todo alegato, el Congreso es disuelto ese 
mismo año67. 
Tan sólo en 1842 Otero elabora una gran cantidad de ensayos, discursos, 
dictámenes, enmiendas, entre los que destacan el Discurso pronunciado en la discusión del 
artículo 26 del proyecto del reglamento (5 de agosto de 1842), el Voto particular 
presentado al Congreso Constituyente conocido como el voto de la minoría (26 de agosto 
de 1842), el Examen analítico del sistema constitucional, contenido en el proyecto 
presentado al congreso por la mayoría de su comisión de constitución de octubre de 1842. 
El Discurso del 11 de octubre de 1842, Discurso del 3 de diciembre de 1842 sobre el art. 
24 del nuevo proyecto de Constitución (la representación de las minorías). 
 
Entre los textos que elaboró Otero en ese año se encuentra el que nos concierne 
analizar. El Ensayo es publicado el 1º de junio de 1842 e impreso por Ignacio Cumplido, 
 
66 Guillermo Prieto, op. cit. p. 332, 337-338. 
67 Jesús Reyes Heroles, op. cit., p. 22- 23. 
41� 
considerado como la obra más trascendental de nuestro autor, ya que en él se encuentran 
muchos principios claves para entender el pensamiento de Mariano Otero y que 
desarrollará con más amplitud en trabajos posteriores como lo fue el Discurso pronunciado 
el 11 de octubre de 1842, cuatro meses después de haber publicado el Ensayo. Este 
Discurso, consta de 111 páginas lleno de notas y que por su contenido lo llevó a la fama. 
Tres horas duró el discurso que logró conmover hondamente a los presentes, en él abordó 
ideas en pro del federalismo, la inviolabilidad de las garantías individuales, la 
responsabilidad de las autoridades que contra ellas atenten y la posibilidad de demandar a 
éstas, lo cual constituye el antecedente del juicio constitucional68. 
 
A finales de ese año el Congreso sufrirá un duro revés por parte del ejecutivo y con 
ello, Otero sufrirá una de las experiencias más significativas de su vida. Por orden del 
ejecutivo, las tropas

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