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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO POSGRADO EN LINGÜÍSTICA UN MODELO PARA LA PLANIFICACIÓN DE LA ENSEÑANZA DEL VOCABULARIO CON FUNDAMENTO EN EL LÉXICO DISPONIBLE DE UNIVERSITARIOS ZACATECANOS TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTORA EN LINGÜÍSTICA PRESENTA MARÍA MATILDE BEATRIZ HERNÁNDEZ SOLÍS ASESOR: DOCTOR JUAN LÓPEZ CHÁVEZ MÉXICO 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 INTRODUCCIÓN 2 Varias inquietudes han sostenido a lo largo de los años un personal y creciente interés por elaborar Un modelo para la planificación de la enseñanza del vocabulario con fundamento en el léxico disponible de universitarios zacatecanos, la principal ha sido explicarme a mí misma qué es la disponibilidad léxica, otra ha sido buscar una aplicación a los resultados que he obtenido. Tengo la convicción de que la investigación debe tener, en la medida posible, una aplicabilidad, particularmente a la solución de un problema social. A ello quiero atender con el presente trabajo mediante una propuesta de enseñanza planificada del vocabulario que se basa en resultados obtenidos de investigaciones previas, sin embargo, debo precisar que no planteo de modo alguno la panacea, sólo una pequeña contribución al mejoramiento de la enseñanza de la lengua materna. Es un hecho insoslayable que la educación en nuestro país es un problema social, la enseñanza del español como lengua materna presenta serias fallas en las últimas décadas; sin acudir a las cifras oficiales, cualquiera que se acerque al ámbito de la docencia, de la escritura en todas sus manifestaciones, sabe de los graves problemas que se encuentran en una redacción: ortografía, sintaxis, falta de coherencia en el discurso, pobreza léxica. Considero que este último es uno de los aspectos que con más presteza se debe atender, pues un adecuado dominio y uso del léxico son imprescindibles para los estudiantes de los diversos niveles educativos, amén de su importancia en la vida cotidiana. El desarrollo de estudios de disponibilidad que efectué para la licenciatura y la maestría fue innegablemente satisfactorio, sin embargo se quedaban en el plano descriptivo —así era necesario por el momento—, y es sólo con el estudio presente que me llega la satisfacción de la aplicabilidad; por decirlo así, hallo el sentido teleológico de la disponibilidad. Por las metas propias de cada trabajo no había alcanzado a aprehender, a asir tal sentido en la práctica, pues la sola obtención de 3 un léxico disponible requiere de una gran cantidad de tiempo. Ahora me queda la certeza de que llego a destino con la aplicación de la disponibilidad dentro de un modelo de enseñanza del vocabulario. A partir del desarrollo de este estudio quedan abiertas otras puertas en la investigación: el acabado, el desarrollo completo del modelo de planificación y la búsqueda del momento en que las mujeres universitarias decrementan su léxico en relación con los hombres universitarios, pues encontrar que las mujeres tienen una disponibilidad léxica más reducida que los hombres fue un aspecto que me sorprendió al estratificar el léxico disponible de universitarios con la variable sexo, pero como mi búsqueda se centró en el léxico de la comunidad, considero el tema material para otro trabajo. 4 PROPÓSITO 5 El presente trabajo tiene como objetivo llegar al planteamiento de un modelo para la planificación de la enseñanza del vocabulario a dirigido a preparatorianos y sustentado en el léxico disponible de universitarios. Luego de revisar diversos materiales, estoy convencida de que no existe planificación en la enseñanza del español como lengua materna, así que la intención es llegar a establecer una propuesta de microplanificación a partir de una sólida detección del vocabulario a enseñar, para lo cual me he valido, como eje principal, de la disponibilidad léxica de universitarios, pues es el léxico que deben incorporar los preparatorianos, pero como el léxico disponible como lo señalaré en su momento sólo abarca algunas parcelas del dominio lingüístico léxico, he debido compensarlo, por su estandarización, con una parte que también explicaré posteriormente del Diccionario del Español de México (en adelante Diccionario o DEM); para asegurar la firmeza, llamémosle así, de los vocablos seleccionados del disponible, los he cotejado con lo obtenido en disponibilidad y en redacciones de estudiantes de primaria del mismo espacio geográfico. Dentro del léxico disponible de universitarios, he detectado aquellos vocablos que poseen el índice más alto de disponibilidad describo el índice en el apartado relativo a la disponibilidad y los combino, en el modelo, con el léxico elegido del Diccionario luego de las selecciones pertinentes. Esta combinación de vocablos altamente conocidos de los disponibles con vocablos nuevos, los que se habrán de incorporar del DEM , augura una mejor retención en la memoria del estudiante. Antes de avanzar, preciso mencionar que los tratados de lingüística aplicada no trabajan la microplanificación y muy poco hablan de una enseñanza perfectamente planificada del vocabulario, como puede verse en la Lingüística aplicada de Ebneter1 1 Theodor Ebneter, Lingüística aplicada. Para las referencias completas, remito a la bibliografía. 6 y en la de Marcos Marín2, incluso la Enseñanza de la lengua materna de López Morales3, aunque señala tal necesidad, no hace una propuesta de qué vocabulario seleccionar. De modo que el vocabulario para la enseñanza se sigue seleccionando de forma azarosa, aleatoria. De ahí que muy poco puedo mostrar relativo a bibliografía. Presento los cuatro apartados que integran este trabajo: 1. En el primero abordo de manera muy breve aquellos aspectos de la teoría que enmarca este estudio, en lo que me he apoyado de la teoría semántica —aunque creo conveniente también señalar desde ahora que, puesto que muy poco se halla con respecto a la programación, mi interés último, y que, dentro del material que he revisado nada corresponde en las relaciones semánticas (particularmente a la de hiperónimos e hipónimos) con los ordenamientos que he obtenido o con las tendencias que he observado en disponibilidad, me centraré en lo concerniente a la enseñanza de la lengua materna y la disponibilidad léxica—, este apartado lo he denominado “Algunas consideraciones”. 2. En el segundo englobo los estudios preliminares que he tenido que hacer y aquellos de los que me he valido para poder llegar a los apartados tercero y cuarto, es decir, desgloso de manera paulatina —a la vez que voy haciendo la comparación— de los lexicones disponibles de primaria y de universidad de Zacatecas así como los de vocablos frecuentes de redacciones de primaria, también de Zacatecas, se encuentran aquí “Léxico disponible de estudiantes de primaria de la ciudad de Zacatecas”, “Disponibilidad de primaria: vocablos que integran el 75% de la frecuencia acumulada”, “Redacciones de primaria de Zacatecas”, “Léxico disponible de estudiantes de último grado de licenciatura de la Universidad Autónoma de Zacatecas”,“Disponibilidad de universidad: vocablos que integran el 75% de la 2 Francisco Marcos Marín y Jesús Sánchez L., Lingüística aplicada. 3 Humberto López Morales, Enseñanza de la lengua materna. Lingüística para maestros de español. 7 frecuencia acumulada”, “Comparaciones entre la disponibilidad léxica de estudiantes de primaria y redacciones de primaria de Zacatecas”, “Comparaciones entre la disponibilidad léxica de estudiantes de primaria, redacciones de primaria y la disponibilidad léxica de universitarios de Zacatecas”. 3. En el tercero hago un acercamiento entre la disponibilidad de universitarios y aquellos vocablos de la base estadística del Diccionario del español de México con los que puedo encontrar una relación, luego de este acercamiento, establezco las tendencias del vocabulario que he obtenido a lo largo del segundo apartado, estas subpartes las denomino “Disponibilidad léxica de universitarios y Diccionario del español de México” y “Jerarquizaciones resultantes de las comparaciones: núcleos, constelaciones y cúmulos léxicos”. 4. En el cuarto desarrollo cada uno de los componentes de una lección lexical4, puesto que es el modelo que, utilizando una planificación adecuada, resulta de más alto rendimiento en la enseñanza del vocabulario, tanto para la redacción como para el discurso en general, aplico, pues, los vocablos obtenidos a lo largo del estudio, a este apartado lo he llamado “Un modelo para la planificación de la enseñanza del vocabulario: el uso de los vocablos ancla en una lección lexical”. 4 Juan López Chávez, “Léxico y enseñanza de la lengua materna”. 8 METODOLOGÍA 9 Un modelo para la enseñanza del vocabulario debe tener un firme sustento que parta de la detección del léxico ya conocido —léxico de base— por los alumnos a los que se destinará y que plantee el vocabulario que estos últimos deben incorporar —léxico de meta— a su conocimiento, éste caracteriza el ‘qué’ (‘qué enseñar’). Este último, organizado a partir de ciertos vocablos axiales —los vocablos ancla de que hablaré luego, también denominados núcleos— debe ser presentado, para su exposición a los destinatarios, de manera que asegure una real internalización y con ello facilite la posterior incorporación de otros vocablos, esto caracteriza el ‘cómo’ (‘cómo enseñar’)5. Para llegar al planteamiento del modelo para la enseñanza del vocabulario, hago tres acercamientos al léxico antes de presentar el ejemplo de la lección, mismos que he denominado léxico de base, léxico de transición y léxico de meta. Sintetizados, los podría describir así: el léxico de base confronta primaria (en disponibilidad y redacción), el léxico de transición compara primaria y universidad (en disponibilidad), el léxico de meta suma universidad (constelaciones) y DEM. Ahora bien, para la aplicación del modelo, veámoslos en el orden contrario: para seleccionar el vocabulario que se va a enseñar, en la construcción de oraciones, extraigo los sustantivos del léxico de meta —núcleos de las constelaciones y sus nódulos o vocablos dependientes—, en seguida, busco en el DEM los verbos relacionados semánticamente, finalmente complemento con artículos, pronombres, adjetivos, adverbios, preposiciones y conjunciones de primaria; resumiendo, procedo así: 1° selección de sustantivo, 2° selección de verbo, 3° selección de ‘complementos’ (entrecomillo porque esta expresión no tiene 5 Me apoyo, en esta utilización del ‘qué’ y el ‘cómo’ en La psicología de los objetos cotidianos de Donald Norman. 10 que ver con los sentidos que solemos pensar en sintaxis, sólo quiero indicar que acompañarán al sustantivo y verbo seleccionados). El léxico de base. Concibo como léxico de base el obtenido en disponibilidad de primaria y redacciones de primaria de Zacatecas. Éste será el punto de arranque ya que parto del supuesto de que es el vocabulario más estable en los estudiantes de los niveles medio, medio superior y superior, es, en otros términos, el léxico que está firme en el lexicón del grupo de hablantes que me interesa, los preparatorianos. Debe tenerse en cuenta que gran parte del vocabulario se incorpora de forma natural porque pertenece a aspectos genéticos que Pinker llama el “instinto” del lenguaje6, por lo tanto, sin negar la “socialización”, todo hablante debe incorporar un gran número de vocablos independientemente de la escolaridad y de otros aspectos psicosociales, porque es una cuestión genética; a tal incorporación natural vendría a ayudar la incorporación planificada del léxico, como pretendo con la enseñanza del léxico de meta. El léxico disponible de primaria de la ciudad de Zacatecas procede de un estudio que realicé con anterioridad. El léxico de redacciones de primaria de Zacatecas ha sido obtenido de un macroestudio que analiza redacciones de estudiantes de primaria de diversas partes de México realizado por Juan López Chávez y Marina Arjona Iglesias. Señalaré en su momento las características de ambos trabajos. El léxico de transición. Considero léxico de transición aquél que se mantiene constante al confrontar la disponibilidad y la redacción de primaria con la disponibilidad de universitarios. Me importa porque indica qué vocablos se han sostenido en el repertorio léxico zacatecano durante la prolongada transición de primaria a universidad. A los anteriores materiales sumo el estudio de disponibilidad de universitarios de último año de licenciatura de la Universidad Autónoma de Zacatecas que he desarrollado en los años inmediatos anteriores. Por supuesto, más tarde lo describiré. 6 Steven Pinker, The Language Instict. 11 El léxico de meta. Ubico como léxico meta el vocabulario al que debe llegar o, más bien, el que debe poseer un estudiante de preparatoria antes de ingresar a la universidad. El léxico meta de este estudio es el del Diccionario del español de México, se encuentra soportado por la disponibilidad universitaria —más precisamente, la organización jerárquica que he extraído del léxico disponible—. Asumo aquí que el cotejo del DEM con disponibilidad universitaria me da la garantía de que los vocablos que manejaré están estandarizados. Estaría en este léxico el ‘qué’. Como dije más arriba, la lengua se adquiere de forma natural, sin embargo, existe una parte que solamente los estudios formales podrán aportar, un léxico culto y especializado que conforme una gramática intensional7 —con “s”— completa que atienda a la sintaxis pero más al vocabulario del individuo8. La lección lexical. La lección lexical es una propuesta procedimental de Juan López Chávez para la enseñanza del vocabulario. Acudo a ella pues me parece una de las técnicas más logradas de programación. De sus constituyentes hablaré más adelante. En esta aplicación estaría el ‘cómo’. Debo aclarar que esta aplicación es solamente una de las opciones de los mecanismos de incorporación del léxico, pues el uso de vocablos ancla y sus constelaciones permitiría el mejoramiento y desarrollo de la redacción y, por supuesto, del discurso en general, cosa esta última que me interesa enfatizar pese a que no la desarrollaré. 7 Robert J. Scholes, “Los lingüistas, la cultura escrita y la intensionalidad del hombre occidental”. 8 Daniel C. Dennet en Tipos de mentes define el concepto de intensión como “esa capacidad del lenguaje para discriminar cada vez con mayores matices”, p. 53. 12 ALGUNAS CONSIDERACIONES 13 La enseñanza del español como lengua materna en la escuela, en los distintos niveles de educación en nuestro país, ha fallado desde la reforma de los años setenta del siglo pasado. Es indiscutibleque la mayoría de los estudiantes presenta carencias en la redacción —y punto nuclear de la redacción es el léxico—, esto puede preocupar a muchos docentes, sin embargo, resulta sumamente difícil vislumbrar cómo mejorar la situación actual. Inadecuado sería responsabilizar a algún sujeto específico sobre esta problemática, pues se podría ir descendiendo en el sistema educativo y ¿a quién podrían responsabilizar los que trabajan en preescolar? Lo cierto es que la enseñanza del español como lengua materna ha hecho caso omiso de los estudios sobre vocabulario y enseñanza como los de Galisson9, los de Garrido Moraga10 y todos los trabajos franceses que menciono más adelante entre los estudios cuantitativos. La base de la falla en la enseñanza del español tiene dos aspectos claramente perceptibles: 1. El igualar la enseñanza de la lengua con la enseñanza de la teoría sobre la lengua. Hay que tener claro lo que es el saber en sí mismo y lo que es el saber sobre un saber determinado. Esto es, una cosa es saber hablar una lengua y otra muy diferente —y hasta cierto punto poco relacionada— es el saber lingüístico y gramatical sobre dicha lengua11; 2. La ausencia de planificación en los textos de enseñanza. En general en México la enseñanza de la lengua materna ha aprovechado poco los fundamentos científicos que los estudios lingüísticos brindan. De 9 R. Galisson, Lexicologie et enseignement des langues. 10 Antonio Garrido Moraga, “Lexicografía y enseñanza”. 11 Marina Arjona Iglesias, “La redacción y la enseñanza de la lengua materna”, p. 86. 14 esta manera, la elaboración de los textos desde la escuela primaria hasta la enseñanza media superior ha carecido del sustento adecuado, pero sobre todo ha dejado de beneficiarse del orden y la continuidad que una planificación cuidadosa hubiera podido ofrecerles. Esto, desde luego, se acentúa conforme se va ascendiendo en los niveles escolares, de modo que la situación se torna crítica en los años previos al ingreso a la universidad, como lo demuestra claramente la poca destreza de los estudiantes que ingresan a la enseñanza superior para expresarse por escrito y para comprender adecuadamente los textos que leen.12 Comparto con López Chávez, Arjona Iglesias y López Morales13, la perspectiva de que el origen del problema de la actual competencia lingüística radica en que se ha confundido sistemáticamente la enseñanza de la lengua con la enseñanza de la teoría sobre la lengua. Generalmente, en el ámbito escolar se manejan cuatro destrezas básicas: hablar—entender, escribir—leer. Se supone que los niños al llegar a la escuela ya dominan el primer par —este supuesto es el primer gran error de la enseñanza—; entonces, tarea de la escuela es enseñar el segundo, sin embargo, suelen perderse de vista tres aspectos principalmente: 1) que la escritura, su enseñanza, conlleva una complejidad propia —es un código especializado que no reproduce exactamente a la lengua oral, es decir, que no existe isomorfismo entre habla y escritura—; 2) que los infantes no dominan la lengua hablada al ingresar a las aulas —su conocimiento es más bien restringido—; y 3) que, sea cual sea su grado de dominio, se desconoce absolutamente qué palabras y estructuras dominan, así ¿cómo saber qué, cuánto, cuándo y cómo enseñar de la lengua? Es decir, sin acudir a teoría, a metalenguaje ¿qué sustantivos, adjetivos, verbos, tiempos verbales, nexos, etc., deben enseñarse a un alumno?, ¿cuántas veces ha de exponérsele ese concepto para que lo aprenda?, ¿en qué momento del ciclo o del nivel escolar?, ¿con qué método 12 Juan López Chávez y Marina Arjona Iglesias, Sobre la enseñanza del español como lengua materna, p. 28. 13 Humberto López Morales, op. cit. 15 resultará más productiva la enseñanza? Aun sin tales cuestionamientos, es claro que el estudiante se encuentra en etapa de apropiación de la lengua hablada, lo que en sí tiene su complejidad, y a ésta se le superpone la complejidad propia de la enseñanza de la lectoescritura, y más todavía, no acaba de afianzar su conocimiento de la lengua hablada ni el de la lengua escrita cuando se agrega la complejidad del conocimiento de la teoría sobre la lengua. Este último conocimiento es el que generalmente es entendido, malentendido desde mi punto de vista, como ‘enseñanza de la lengua’, sólo obsérvese el nivel de complejidad en que se encuentra. Ciertamente ocupa mi atención el estudiante de preparatoria, pero ya viene arrastrando los efectos de esa superposición de complejidades en su enseñanza inicial. Con esta perspectiva, buscando esas interrogantes y sus respuestas, he revisado algunos materiales internacionales, nacionales y locales, entre ellos La educación para el siglo XXI de la UNESCO14, Los siete saberes de Edgar Morin15, de la Secretaría de Educación Pública el Plan Nacional de Educación, el Programa Nacional de Lectura y Escritura y los libros de texto gratuito de español para los seis grados de primaria, el Plan de Estudios de Español para Escuelas Preparatorias Estatales de la Secretaría de Educación y Cultura del estado de Zacatecas, el Plan de Estudios así como las Antologías del Área de Comunicación y Lenguaje de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Los cuatro primeros me hablan de buenas intenciones, de propósitos —muy positivos, eso sí— de mejorar la educación, de cómo comprender el proceso de enseñanza, pero sólo quedan en buenas intenciones, pues me dicen el qué, mas no el cómo. Por ejemplo, se propuso, en primaria, una actividad compensatoria denominada Programa Nacional de Apoyo para la Lectura y la Escritura (PRONALEES), si se observa su dosificación, se nota que hasta el 4º año se introduce, en morfología, la distinción singular—plural, cuando en grados anteriores ya se 14 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Declaración mundial sobre la educación superior en el siglo XXI. Conferencia Mundial sobre la Educación Superior “La educación superior en el siglo XXI: visión y acción”. 15 Edgar Morin, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. 16 trabajó todo tipo de derivaciones ¿se puede hablar no ya de planificación cuidadosa sino tan sólo de planificación? Y estos son los materiales de mejoramiento. Lo menos que puede quedar en el estudiante es una pobreza léxica de estructura desorganizada y corta duración en la memoria. La escuela, entonces, hace un enorme desperdicio en este terreno porque “como lo que se aprende es arbitrario, el aprendizaje resulta difícil: puede exigir un tiempo y un esfuerzo considerables.”16 Al adentrarme en el libro de texto gratuito encuentro graves problemas, entre otros, que se fomenta la disociación cognitiva, desarrollado se encuentra esto con gran detalle en un artículo de López Chávez17, que no existe un crecimiento ni mucho menos planificación en el vocabulario que se va mostrando18 —no creo que enseñando— a lo largo de las lecciones que componen los diversos libros, dentro de éste, una alta frecuencia de sustantivos posee una fonética completamente ajena a la del español y una buena cantidad de adjetivos lleva una carga semántica orientada a valores negativos. En los últimos planes de estudio y antologías mencionados encuentro igualmente un qué pero no un cómo: suele presentarse un desglose de los componentes teórico lingüísticos o gramaticales —gramatical en su sentido más lato— que se desea el alumno estudie en ese nivel, tipos de morfemas, de palabras, de frases, de oraciones, en fin, una traslación de la teoría lingüística cortada y ajustada a la medida de lo que el diseñador supuso que era lo idóneo para el estudiante, obvio resulta que, cuandose compara la propuesta con la aplicación o alguna aplicación específica, lo que el estudiante ‘debería saber’ frente a lo que él ‘sabe’ nos muestra un abismo, pongo por ejemplo el caso del conocimiento de lo que es un sujeto (entendido como categoría sintáctica), en general un estudiante de licenciatura en letras llega a la carrera sin saber qué es, pese a que se le ha ‘enseñado’ 16 Donald Norman, op. cit., p. 91. 17 Juan López Chávez, “Sentimientos, principios éticos, enseñanza de la lengua y libros de texto”, pp. 30-45. 18 Rosa Cecilia Trejo Acuña, El vocabulario y su enseñanza a través de los libros de Español Lecturas para primero, segundo y tercer grado de Educación Primaria. Análisis cuantitativo de 87 lecciones. 17 en primaria, en secundaria y en preparatoria. No debe extrañar que no entienda qué es un sujeto si antes no sabe lo que es un sustantivo y si, antes de ese antes, no cuenta casi con elementos de esa categoría en su repertorio léxico. Y con esto vuelvo al asunto inicial: la escuela no está cumpliendo su propósito. Sobre la organización lexical Con la misma perspectiva, he hecho lecturas relativas al léxico, he encontrado investigaciones que tratan sobre relaciones y procesos de almacenamiento19, lo que me remitió durante algunas épocas a aspectos de memoria20 y percepción21 22, incluso a localización del léxico23. Encuentro que la teoría generalizada acerca de los campos semánticos generalmente no es compatible con los resultados que arroja la disponibilidad, pues las clásicas relaciones de hiperonimia e hiponimia no se manifiestan en la producción de los hablantes: ‘X es un león’ implica ‘X es un mamífero’ Cuando nos encontramos con esta situación, decimos que león es un hipónimo de mamífero (lo que es equivalente a decir que león y mamífero están en la relación semántica de hiponimia, también a veces referida como inclusión de significado). [...] también podemos afirmar que serpiente es un hipónimo de reptil y que cuervo es un hipónimo de pájaro. Si miramos la relación semántica desde la perspectiva inversa, decimos que mamífero, reptil y pájaro son hiperónimos de león, serpiente y cuervo, respectivamente.24 así, tenemos que —y me estoy adelantando a la descripción de los materiales— dentro del centro de interés 05, relativo a la alimentación, el vocablo ‘bolillo’ ocupa la posición 58 y ‘verdura’ la posición 17, en el centro 14, concerniente a los animales, 19 Jean Aitchison, Words in the Mind. 20 William K. Estes, “Aspectos estructurales de los modelos asociativos de la memoria”. 21 Francis Crick, La búsqueda científica del alma. 22 José Marcos-Ortega, “Cerebro y lenguaje”. 23 Karen D. Emmorey y Victoria A. Fromkin, “El léxico mental”. 24 Andrew Radford, Martín Atkinson, David Britain, Harald Clahsen y Andrew Spencer, Introducción a la lingüística. 18 ‘ave’ se presenta en la posición 61, aunque considerados en teoría los vocablos anteriores como los más abarcadores, los más generales, los hiperónimos, en el léxico disponible se emiten en posiciones muy avanzadas o posteriores, es una constante encontrar que primero se enuncian los hipónimos ‘torta’ en la posición 27, ‘papa’ posición 11, ‘pájaro’ en la 10 —corresponden a los mismos centros de interés respectivamente— y posteriormente los hiperónimos. El único caso que encuentro que cumple con esas relaciones de hiperonimia e hiponimia es, dentro del centro de alimentos, el vocablo ‘fruta’ —el hiperónimo— que se emite en la posición 21, al que le suceden los vocablos —sus hipónimos— ‘manzana’ en la posición 26, ‘naranja’ en la 34, ‘plátano’ en la 41, ‘sandía’ en la 44, ‘calabaza’ en la 45. Son solamente tendencias las que menciono, no puedo afirmarlo sino sólo acerca de los materiales de disponibilidad. Lo anterior me indica que, al menos en este aspecto, la teoría no se corresponde con la realidad lingüística —no en la mayoría de los casos— y la escuela no enseña de manera organizada el léxico. Si la enseñanza del léxico estuviera planificada no se daría este fenómeno que tanto contradice las propuestas de los planes de estudio como la organización del léxico en la teoría semántica. Otra muestra de que no existe planificación en la enseñanza la hemos podido observar en el léxico disponible de primaria de las ciudades de México y de Zacatecas. El conocimiento aportado por la escuela parece mantenerse en la memoria durante un periodo breve de tiempo, así lo indica el comportamiento del léxico de primaria, ya que muchos de los vocablos obtenidos en un grado se pierden o no se mantienen en el siguiente, incluso hay grados en los que el estudiante aporta menos que en el año anterior, esto podría obedecer a una etapa de reorganización del conocimiento, sin embargo, uno se puede preguntar ¿por qué menos vocablos a mayor edad —me refiero a una escala que va de los 6 a los 12 años—? Si, como dice Dennet “Los niños adquieren el lenguaje a una velocidad de vértigo, aprendiendo palabras a una media de una docena al día, durante muchos años, hasta que son 19 adolescentes, en que la velocidad de adquisición queda muy reducida”25. Semejante observación hace Victoria Gutiérrez26 al señalar que en la incorporación del vocabulario aparece el problema de que lo aprendido en la escuela parece manejarse como un conocimiento ajeno a la vida cotidiana, que lo que se enseña en la escuela suele quedar como de uso exclusivo de ese ámbito y se desarrolla en paralelo sin que coincidan el conocimiento escolar y el cotidiano. El origen de este fenómeno, insisto, sigue siendo atribuible a la falta de planificación en la enseñanza escolar. Los materiales que más me acercan a una respuesta a las interrogantes son los que se han producido últimamente en teoría sobre la enseñanza del español como lengua materna, pues, insisto, mi inquietud se centra en encontrar un método sólidamente sustentado para la incorporación de vocabulario. En éstos hallo que primero debo conocer con qué cuenta el estudiante que voy a atender, esta información me la facilitan en primer lugar los distintos estudios sobre disponibilidad, en segundo, los estudios sobre redacciones, luego de saber cuál es su repertorio, debo proponer una meta, es decir, qué vocablos han de incorporar, lo cual es muy relevante pero más aun es plantearse cómo han de exponerse en ejercicios para que sean internalizados y no queden en la memoria a corto plazo, para lograr esta meta acudo a los vocablos ancla detectados en disponibilidad y en redacciones, los aplico en la lección lexical, el DEM resulta un auxiliar imprescindible. Gloria Matanzo Vicens27 presentó en 1991, en Puerto Rico, un estudio en el que se hace un primer acercamiento al cuánto; centrada en la observación de cuántas exposiciones requiere una ‘palabra’ para ser incorporada al léxico de un estudiante preuniversitario —su conclusión es que han de ser entre 8 y 12 según el método empleado— y de qué manera han de ser tales exposiciones —si palabras aisladas o en contexto; resulta más productivo y más económico el método de producción de 25 Daniel C. Dennet, op. cit., p. 175. 26 Victoria Eugenia Gutiérrez Marfileño, Actitudes de los estudiantes hacia la ciencia. 27 Gloria Matanzo Vicens, Vocabulario y enseñanza: Estudio de la relación existente entre los métodos empleados y la incorporación del léxico nuevo a la competencia lingüística de estudiantes universitarios puertorriqueños. 20 oraciones: un estudiante requiere menos exposiciones si, con el vocablo que está incorporando, construye una oración propia—, esta tesis doctoral arroja mucha luz sobre un camino a seguir en este terreno aunque investigaciones actuales concluyen con números más reducidos28 —de ello hablaré en el apartado del modelopara la planificación—. Hay pistas importantes a seguir, me voy acercando un poco más a la planificación, con este material obtengo una parte del cómo, una parte del proceso, sin embargo, dado que trabaja con palabras inventadas, mantengo la duda sobre cómo hacer con la lengua real. Dice Eichenbaum que Bartlett se estremecía ante la idea de utilizar sílabas sin sentido como material de aprendizaje. Al soslayar ítems significativos, según decía él, a los recuerdos resultantes forzosamente les faltarían los espléndidos conocimientos previos sobre los que se almacena nueva información.29 Creo firmemente que si la instrucción escolar incorporara los resultados de los estudios de disponibilidad, la enseñanza del español mejoraría de manera notable. Sería un gran avance para el profesor saber qué vocabulario conocen sus estudiantes: al tomarlo como punto de partida para estructurar los conocimientos que va a impartir, su labor docente puede ser mucho más eficaz , pues para el estudiante “el almacenamiento y la recuperación resultan más fáciles cuando el material tiene sentido, cuando encaja en lo que ya se conoce. Cuando el material no tiene sentido, habrá de trabajar en él, estructurarlo e interpretarlo, hasta que por fin se pueda retener.”30 Ésa es la razón por la que me centraré en ella en seguida. La disponibilidad léxica En nuestro país se ha trabajado desde hace 20 años, en particular en la ciudad de México, la disponibilidad léxica, una técnica que ha resultado de alto rendimiento 28 Gabriela Cortez Pérez, La incorporación de nuevos vocablos y la aplicación de una lección lexical en estudiantes del primer año de licenciatura de la Universidad Autónoma de Zacatecas. 29 Howard Eichenbaum, Neurociencia cognitiva de la memoria, p. 104. 30 Donald Norman, op. cit., p. 270. 21 para la obtención de datos sobre el vocabulario. Su utilidad y sus aplicaciones han sido demostradas por Juan López Chávez, quien hace un repaso muy completo y detallado del concepto mismo y de las etapas de su desarrollo como método de investigación, además de demostrar ampliamente varias de sus posibles aplicabilidades31. La disponibilidad tiene también particular importancia para los estudios sobre la organización del léxico mental en sus dos vías: el almacenamiento y la recuperación, que a su vez sugieren muchísimas relaciones. Este tema me resulta muy atractivo por su campo interdisciplinar pues intervendrían en él las ciencias cognitivas de manera obligada ya que mínimamente se podría considerar —desde otro ángulo que sólo se centrara en aspectos de la memoria— que los listados de disponibilidad se vinculan de modo muy estrecho con la recuperación de información en tanto el modelo que aquí se plantea se relaciona con el almacenamiento de información, sin embargo, estos aspectos rebasan las pretensiones de este trabajo, aunque estoy convencida de que no deberían ser soslayados en estudios posteriores por sus innegables implicaciones pedagógicas. Se trata, la disponibilidad léxica, de una técnica de obtención de vocabulario que se ubica en el quehacer lexicográfico y nace por necesidades muy concretas de la pedagogía, para optimizar la enseñanza del vocabulario con un conocimiento objetivo de él, y de la psicología, para evaluar la inteligencia en general. Durante seis décadas, desde los ’2032 pero de modo más intenso a partir de los ’5033, los estudios de cuantificación del vocabulario se centraron en la lengua francesa, a partir de la década de los ’80, ya como estudios de disponibilidad, se han orientado al español34; digo ‘estudios de cuantificación’ porque en los inicios no eran estrictamente de 31 Juan López Chávez, ¿Qué te viene a la memoria? La disponibilidad léxica: teoría, métodos y aplicaciones. 32 C. A. C. Henmon, A French Work Book Based on the Count of 400,000 Running Words. 33 William Mackey, Le vocabulaire disponible du Français. 34 Aparte del continuado trabajo de López Chávez en México, se puede mencionar a Max Echeverría, en Chile, con “Disponibilidad léxica en educación media” y “Crecimiento de la disponibilidad léxica en estudiantes chilenos de nivel básico y medio”. 22 disponibilidad35, lo podría resumir así: primero se midió frecuencia de aparición más dispersión —más adelante preciso estos dos términos— en textos escritos, en seguida se consideró frecuencia de aparición más dispersión en lengua hablada, finalmente se incorporó la noción de disponibilidad, gracias a René Michéa36. Las descripciones del léxico podrían agruparse de la siguiente manera: 1) estudios del léxico básico; 2) estudios del léxico disponible; 3) estudios del léxico fundamental. A los primeros corresponde el análisis de las palabras que aparecen en cualquier contexto —por lo que se les denomina palabras estables—. Su presentación se relaciona con listas de frecuencias tanto alfabéticas como decrecientes, pues la asiduidad con que aparecen es de importancia para varias cuestiones. Es por eso que los trabajos de léxico básico hacen uso de formulaciones estadísticas para obtener la frecuencia de aparición de una palabra en un determinado tipo de texto. Obtenidas las listas de frecuencia, consideran también el factor de dispersión, que es la distribución que cada palabra ha tenido en las diversas clases de textos. Ponderada la frecuencia con la dispersión, se obtiene el valor de uso de cada vocablo —el conjunto logrado forma el léxico básico—. En él se incluyen palabras que se usan en cualquier situación comunicativa —por lo que se llaman estables—, y son mayoritariamente preposiciones, conjunciones, adjetivos y verbos. Para el español, se cuenta con la obra de Alphonse Juilland y E. Chang-Rodríguez37 y la de Amparo Morales38. A pesar de lo logrado que resulta el léxico básico —de cualquier lengua— tiene el problema de que muchas palabras que el hablante común conoce 35 Un repaso detallado de las investigaciones sobre disponibilidad y de sus antecedentes, en Estados Unidos, Canadá, Suiza, Bélgica y Francia, se halla en Gilles Fortier, Le vocabulaire des adolescentes et des adolescentes du Québec. 36 René Michéa, “Mots fréquents et mots disponibles. Un aspect nouveau de la statistique du langage“. 37 Alphonse Juilland y E. Chang-Rodríguez, Frecuency Dictionary of Spanish Words. 38 Amparo Morales, Léxico básico del español de Puerto Rico. 23 perfectamente bien y emplea corrientemente no aparecen en él debido a que requieren de un contexto específico para darse. Esta carencia es la que lleva a buscar la manera de obtener datos más variados y de describir la competencia lingüística real —más amplia—. Surge entonces el concepto de disponibilidad léxica. En el léxico disponible se encuentran los vocablos —mayoritariamente sustantivos— a que antes aludí como términos conocidos perfectamente pero empleados sólo en una situación comunicativa dada. La disponibilidad léxica se basa fundamentalmente en un método que se relaciona con la producción de vocablos por asociación, es decir, por libre recuerdo. Al respecto, opina William Estes que los datos del recuerdo sugieren que la estructura de la memoria que es responsable del libre recuerdo no adopta la forma de asociaciones en cadena entre los ítems individuales, como tampoco la de asociaciones múltiples independientes, sino más bien la de una estructura jerárquica en la que los ítems relacionados son asociados con el rótulo de una categoría común, y los nombres categoriales son asociados con un interrogante común para la lista.39 La disponibilidad, entendida como el grado de espontaneidad de una palabra, muestra el orden de aparición, de enunciación de cada uno de los vocablos: dado un “centro de interés” específico —entendidocomo una posible parcela del léxico—, será más disponible aquella palabra que sea mencionada en primer lugar, aquella que sea más espontánea en la producción, que aparezca en el primer lugar de la lista; igualmente, a medida que se vaya alejando de la posición inicial, un vocablo irá siendo menos disponible. Los centros de interés son temas que estimulan al hablante a proporcionar las palabras —generalmente sustantivas, pero también verbales— que conoce sobre el asunto señalado. 39 William Estes, “Aspectos estructurales de los modelos asociativos de la memoria”, en Charles N. Cofer (ed.), Estructura de la memoria humana, p. 45. 24 Los centros de interés que se han fijado para el trabajo de obtención del léxico disponible fueron propuestos por Georges Gougenheim y otros40, y se siguen empleando —los uso en mis investigaciones de primaria y de universidad—: 1) Las partes del cuerpo humano; 2) La ropa: vestido y calzado; 3) La casa: el interior y sus partes; 4) Muebles y enseres domésticos; 5) Alimentos: comidas y bebidas; 6) Objetos colocados sobre la mesa (no alimentos); 7) La cocina y sus utensilios; 8) La escuela: muebles y útiles; 9) Electricidad y aire acondicionado; 10) La ciudad; 11) La naturaleza; 12) Medios de transporte; 13) Trabajos de campo y jardín; 14) Los animales; 15) Diversiones y deportes; 16) Profesiones y oficios. A las palabras obtenidas en cada parcela léxica, que se enuncian en un listado ofrecido por cada informante, se les somete a un procedimiento de ponderación41 que permita saber cuál es el índice de disponibilidad de cada una de ellas —en español se les aplica la fórmula de disponibilidad de López Chávez y Strassburger; Gloria Butrón, quien ha hecho un recuento de los distintos cálculos del índice de disponibilidad léxica42, observa que esta fórmula es la que más cercanamente refleja la realidad lingüística—. La fórmula de Juan López Chávez para el cálculo del índice de disponibilidad léxica es: n f j D(Pj) = Σ �e x ----- i = 1 I1 donde D(Pj) = disponibilidad del vocablo j. 40 Georges Gougenheim, René Michéa, Paul Rivenc y Aurélien Sauvageot, L'elaboration du français élémentaire. 41 Georges Gougenheim, “Reserches sur le fréquence et la disponibilité”. 42 Gloria Butrón, El léxico disponible: índices de disponibilidad léxica. i = 1 –2.3 (--------) n - 1 i 25 n = máxima posición alcanzada por el informante en el centro de interés. i = número de posición de que se trata. j = índice del vocablo en cuestión. e = número natural (2.71818181459045). f = frecuencia absoluta del vocablo j en la posición i. I1 = número de informantes que participaron en la encuesta. 43 Con la fórmula se obtienen los índices de disponibilidad léxica de cada término. Posteriormente, con el procesamiento de los datos con el programa de cálculo, se obtienen los listados de frecuencias absolutas con que fue dicho cada vocablo en cada posición y la frecuencia absoluta total de cada vocablo. Quisiera detenerme un momento para hacer algunas consideraciones acerca de la fórmula en cuestión, que resulta de gran utilidad y flexibilidad por varias razones, entre las que están las siguientes: 1) permite manipular muestras de varias dimensiones, es decir, no restringe su alcance a un número determinado o fijo de informantes; 2) se pueden procesar los datos obtenidos en la aplicación de la encuesta ya sea por tiempo o por extensión: antes de la existencia de la fórmula de López Chávez y Strassburger, el investigador debía decidir si le daría al encuestado un tiempo límite para el llenado de los centros de interés o si le daría una cantidad de palabras como tope, y una decisión requeriría el uso de una fórmula y otra decisión requeriría el uso de otra fórmula distinta. De este modo, la que aquí menciono es decididamente más abarcadora que las anteriores, limitadas en el sentido señalado; 3) al obtenerse la frecuencia, tanto en orden descendente como alfabético, la fórmula es aplicable a cualquier otro estudio —no necesariamente con finalidades de obtención de vocabulario— que requiera la detección de términos disponibles, tal es el caso, por ejemplo, de la investigación que Ricardo Arriaga ha concluido como tesis de Maestría 43 Juan López Chávez, ¿Qué te viene a la memoria?..., p. 42. ji 26 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM44 sobre aplicaciones extralingüísticas del índice de disponibilidad léxica, específicamente a preferencias electorales. Lo que me importa más resaltar ahora es que con esta fórmula se obtienen varias cosas: 1) los listados de los índices de disponibilidad léxica de cada vocablo, en orden decreciente y en orden alfabético; 2) los listados de frecuencias, tanto absolutas como totales, en orden decreciente y en orden alfabético; debo señalar que en el procesamiento anterior, de primaria, obtenía también los vectores de cada vocablo. Los primeros listados incluyen el índice de disponibilidad de cada vocablo, su proporción relativa y su proporción acumulada. El índice, tomando por supuesto en consideración todos los factores señalados en la fórmula, asigna un valor tanto a la totalidad de apariciones del vocablo —frecuencia— en el corpus como a las posiciones en las que el vocablo ocurre en cada aparición. El índice se presenta jerarquizado de mayor a menor. La proporción relativa señala el peso proporcional y porcentual de cada vocablo en relación con el total de vocablos obtenidos. La proporción acumulada muestra cómo se van sumando los índices. Es el índice, visto desde cualquiera de las proporciones señaladas, lo que arroja el dato más valioso del estudio: la ubicación de un vocablo, la importancia de éste con respecto al corpus en el que se encuentra. En primaria en Zacatecas, por ejemplo, se produjeron 210 vocablos para el centro de interés 1 “Las partes del cuerpo”. De estos 210 términos, ojo es el más importante, el más disponible —el que primero aparece en la lista de disponibilidad— con un índice de 0.50093424, que es el resultado de calcular el total de emisiones o veces que apareció, en relación con la posición u orden en que se presentó cada vez. Este vocablo ocupa casi el 7% del total. Es decir que, de 210 vocablos, que son —evidentemente— el 100% del material obtenido en este centro de interés, una sola cubre el 7%. En cambio, diente, el vocablo que aparece en la lista en el lugar número 20, tiene un índice de disponibilidad de 0.10988324, y ocupa apenas un —casi— 1.5% del corpus. 44 Ricardo Arriaga Campos, Aplicaciones paralingüísticas del índice de disponibilidad léxica. 27 Los listados de frecuencias incluyen un número que representa las veces que cada vocablo aparece, su proporción relativa y su proporción acumulada. Aquí interesa particularmente esta última porque se hace un análisis de los vocablos que ocupan el 75% del material. De esto hablaré posteriormente. Los vectores indican, a partir del máximo de vocablos obtenido, la posición de ocurrencia y la cantidad de apariciones del vocablo en cada posición. Por último, hay que decir que el léxico básico, complementado con el léxico disponible, forma el léxico fundamental de una lengua. Abordo ahora un tema de fundamental importancia para cualquier trabajo que se centre en el estudio del léxico: la distinción entre “palabra” y “vocablo”. Para explicar esto me remitiré —tal como, por cierto, lo hace López Chávez— a Luis Fernando Lara, quien dice: se utilizaráen adelante palabra como término técnico referido al habla saussureana (y, por lo tanto, a la forma de cita en el acto verbal de respuesta acerca del significado), mientras que la forma canónica que se construye en la reflexión social sobre la lengua y se delimita con ayuda de la teoría de la lengua correspondiente se llamará vocablo, el cual está formado por un lexema y el conjunto de paradigmas de morfemas ligados con que se manifiesta en el uso; incluso en algunos casos, por un segundo lexema que queda en relación de dependencia semántica con el primero (en la composición de palabras). Los casos estudiados de reconocimiento de esas unidades entre hablante de lenguas sin tradición escrita demuestran siempre la existencia de una capacidad para reconocer el lexema y algunos de los paradigmas de morfemas que se le ligan. El resto de la elaboración del vocablo en términos sistemáticos y rigurosos proviene de la lexicografía y de la teoría de la lengua en cuestión que provea la lingüística [...] El vocablo, por lo tanto, es una forma léxica abstracta, de naturaleza social y elaborada a lo largo de la historia de la comunidad lingüística. Su abstracción consiste en el hecho de que se ha construido como esquema o como representación de un conjunto de formas léxicas que ocurren en el habla como palabras. Así por ejemplo, en español formas como correr, amar o subir son vocablos que representan más de un ciento de palabras, correspondientes a todas sus conjugaciones [...]. Es un hecho histórico que el conocimiento actual de los vocablos de las lenguas que tienen tradición lexicográfica ha sido resultado, precisamente, de la elaboración de formas abstractas que ha producido la lexicografía misma, lo cual en una 28 demostración más de su papel en la construcción del entendimiento social mediante la lengua.45 La lección lexical La lección lexical es una propuesta que realiza Juan López Chávez en 199446. Considera en ella la evaluación de Gloria Matanzo —particularmente resalta el aspecto de la eficiencia del método de producción de oraciones en la incorporación de vocabulario—, los diferentes lexicones que se han obtenido de investigaciones descriptivas —el léxico básico y el léxico disponible— y los que deben obtenerse — el léxico disponible culto—. Con esos materiales, recorre los pasos necesarios en la programación para plantear un modelo para la planificación de la enseñanza del vocabulario. Habla del qué, del cuánto y del cómo: qué vocabulario se debe enseñar, cuánto vocabulario se debe enseñar y cómo se debe enseñar el vocabulario. Quiero transcribir la parte que me interesa respecto de la organización del léxico, puesto que aplicaré estos conceptos en el análisis de los materiales antes de concluir con la propuesta. Dice, en relación con el comportamiento de los vocablos en disponibilidad: Según algunos experimentos que he realizado aplicando métodos computacionales [...], he podido observar que existe una fuerte coherencia en los ordenamientos a los que he llamado cúmulos. En estos cúmulos es posible localizar vocablos rectores —núcleos lexicales—, que dominan a otros —como su nombre lo indica—, vocablos subordinados —nódulos lexicales—, que a su vez rigen agrupaciones menores, y vocablos dependientes —vocablos terminales—, que ya no comprenden otras formas menores. [...] Con base en estas primeras observaciones me atrevo a proponer que la planificación lexical podría hacerse una vez que se hayan detectado los núcleos y los nódulos, ya que estos vocablos serían los primeros en asegurarse para que sirvieran de base para el crecimiento de las constelaciones. 45 Luis Fernando Lara, Teoría del diccionario monolingüe, pp. 119-120. 46 Juan López Chávez, “Léxico y enseñanza de la lengua materna”. 29 De esta manera, lo que sostengo es la existencia de un léxico mental regido por reglas similares a las de la sintaxis, y lo que propongo es una metodología “natural”, que tendría fundamento en la localización de las formas que, habiendo fomentado el desarrollo de la habilidad en las adquisición de las estructuras lexicales, atraigan el mayor número de vocablos terminales en forma económica. Un ejemplo de esto sería el siguiente: en ciertos cúmulos que he analizado dentro del CI del cuerpo humano encuentro dos núcleos fundamentales —cabeza y brazo— que comprenden siete nódulos primarios —pierna, ojo, mano, nariz, dedo, pie y boca—, de los que se derivan nódulos secundarios y nódulos terciarios, que a su vez permitirán la formación de cúmulos agrupados en una constelación. Visto de una manera muy simple, propongo programar el léxico de una manera semejante a los métodos que se inspiran en la teoría del campo semántico, pero con una sensible diferencia: los campos léxicos serán cúmulos y constelaciones que provienen de un hecho de actuación y que al parecer reflejan una organización en la competencia. De los nódulos se derivará a las terminaciones, con la creencia [...] de haber asegurado los caminos que facilitarán una más rápida y segura adquisición del léxico. La riqueza lexical se logrará con el incremento de los nódulos terciarios, cuaternarios, etcétera, hasta llegar a los n—arios y finalmente a las terminaciones. El programador, entonces, no necesitará trabajar con el inventario total de vocablos, ni básicos ni disponibles, sino que abrirá las vías de adquisición asegurando los núcleos primarios, reforzando los primeros nódulos y sugiriendo los siguientes; el alumno, por sí mismo y en todos sus cursos, en su vida escolar y en sus experiencias extracurriculares, incorporará constantemente un altísimo número de vocablos, porque los nódulos n—arios habrán de tener una fuerte carga de atracción dirigida hacia sus terminaciones “naturales”. 47 Es a esos núcleos lexicales que López Chávez determina como centro de los cúmulos a lo que me refiero cuando menciono los vocablos ancla, aquellos de los disponibles que pudieran sustentar la incorporación de nuevo vocabulario. Intuyo que estas unidades, utilizadas como eje de la planificación de la enseñanza del vocabulario, tendrán una función determinante en el trabajo de la memoria. Lo planteo en otros términos: Eichenbaum considera que hay cuatro 47 Idem, pp. 101-102. 30 aspectos48 sobre la función cerebral pertinentes a la memoria, y de uno de ellos, la consolidación49, existen dos [...] tipos [...]: uno que supone una fijación de la memoria en sinapsis durante un período de minutos u horas, y otro que supone una reorganización de memorias que se produce durante un espacio que va de semanas a años.50 Específicamente, sospecho que existe un papel fundamental de los núcleos lexicales en la reorganización, “porque incluye un período prolongado durante el cual distintas estructuras cerebrales interactúan entre sí, de lo que resulta que información recién adquirida se integra en un conjunto de conocimientos ya existentes”51, pues estoy convencida de que los vocablos ancla —o los “conocimientos ya existentes”— pueden ‘arrastrar’ a los otros formantes de los cúmulos, los nódulos lexicales y los vocablos terminales, los que tienen asociación dentro de las redes y constelaciones —siempre a partir del índice de disponibilidad léxica—, de modo que estos asociados —vistos como la “información recién adquirida”— se integrarán, de manera natural y con un sólido sustento, al conjunto de conocimientos ya existentes. Estas consideraciones son, desde mi punto de vista, por supuesto, las que dan el soporte de objetividad así como un alto grado de efectividad a mi propuesta, pues he insistido en el desconocimiento del léxico que el alumno posee y en la falta de planificación dentro del proceso de enseñanza: al hablar de ‘conocimientos existentes’ contemplo lo que he denominado léxicode base o léxico fuente y al mencionar ‘información recién adquirida’ considero lo que he llamado el léxico de meta. 48 Los denomina las cuatro “c”: conexión, cognición, compartimentalización y consolidación. Eichenbaum, op. cit., p. 20. 49 ‘Consolidación de la memoria’ es como se conoce al proceso hipotético, o serie de procesos, en virtud del cual los recuerdos nuevos realizan una transición desde un estado inicialmente inestable hasta acabar fijados permanentemente a largo plazo. Idem, p. 301. 50 Idem, p. 303. 51 Idem, p. 22. 31 El uso de vocablos ancla también sugiere, siguiendo a Norman, un cambio de “memoria de cosas arbitrarias” a “memoria de relaciones significativas”, pues la mayor parte de las cosas del mundo tiene una estructura sensata, lo cual simplifica enormemente la tarea de la memoria. Cuando las cosas tienen sentido, corresponden a conocimientos que ya tenemos de forma que el nuevo material se puede comprender, interpretar e integrar con un material adquirido anteriormente. [...] Una estructura significativa puede organizar lo que aparentemente consiste en caos y arbitrariedad.52 En cuanto a otras inquietudes acerca de la utilidad del material que manejo, encuentro una importante validación a la disponibilidad léxica: se recordará que el léxico disponible está mayoritariamente constituido por sustantivos, y que la finalidad última de este trabajo es llevar a los estudiantes a un dominio más amplio del vocabulario, y con ello una transición de lo simple a lo complejo, o de lo informal a lo culto, pues bien, Joseph Castellá, en un estudio sobre densidad léxica en el que analiza el estilo nominal y el estilo verbal en tres tipos de discurso —la conversación informal, la clase magistral y la prosa académica—, consigna en sus resultados que els noms són significativament més abundants en la prosa acadèmica que en la classe magistral i més en la classe magistral que en la conversa informal, en una progressió que va de l’escrit a l’oral, de la formalitat a la informalitat i del monòleg a la interacció. 53 Es, con esto, más explícita la importancia de utilizar fundamentalmente sustantivos como ejes de un modelo de enseñanza del vocabulario —aunque no de manera exclusiva—, pues la incorporación de éstos en el discurso de los estudiantes los acercará a un uso más culto de la lengua. 52 Donald Norman, op. cit., p. 92. 53 Joseph M. Castellá Lidon, La complexitat lingüística en el discurs oral i escrit: densitat lèxica, composició oracional i connexió textual, p. 206. 32 Presento ahora los pasos de la lección lexical: 1. Selección cuidadosa del vocabulario, partiendo del léxico básico, del léxico disponible y de los lexicones especializados; 2. Lectura atenta del vocabulario seleccionado; 3. Ilustración de una situación en que se haga necesario el uso del vocabulario seleccionado. O bien una descripción o un comentario de la situación anterior por parte del profesor; 4. Definición de cada uno de los vocablos seleccionados; 5. Ilustración —en forma aislada— de cada vocablo seleccionado. Lectura de cada palabra; 6. Construcción de una oración con cada uno de los vocablos anteriores; 7. Lectura y corrección —en su caso— de las oraciones construidas por el alumno mismo; 8. Agrupamiento de las oraciones en núcleos que puedan integrarse después en una redacción; 9. Combinación de las oraciones de base para redactar cada uno de los núcleos; 10. Combinación de todas las oraciones de base para redactar el discurso completo. Debo recordar que ha de haber evaluación antes y después de la lección, pues de omitirse se corre el riesgo de desconocer con qué se contó al inicio y de no poder comprobar el grado de avance. Este modelo se ha aplicado experimentalmente a nivel preparatoria para presentar los resultados observados en una tesis de licenciatura de la Universidad Autónoma de Zacatecas54, en 2001; en la Universidad Nacional Autónoma de México ha terminado de experimentarlo María de la Luz Bañuelos aplicándolo a la enseñanza del español como segunda lengua y lo ha presentado como tesis de maestría55. A la fecha, la versión más completa se encuentra en los cuatro libros de Marina Arjona Iglesias y Juan López Chávez, editados por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1994 y 199556. Segura estoy de que con la aplicación de los vocablos ancla dentro de una lección lexical se avanza firmemente, no sólo ‘se cumple con un objetivo 54 Gabriela Cortez, La enseñanza de la lengua española en un esbozo de propuesta para el Taller de redacción, fase introductoria, en la Unidad Académica Preparatoria de la U. A. Z. 55 Ma. de la Luz Bañuelos, Una propuesta metodológica para la enseñanza del español como segunda lengua. 56 Marina Arjona Iglesias y Juan López Chávez, Redacción y comprensión del español culto. 33 programático’ y se pasa al siguiente por parte del maestro, sino que el alumno se apropia del vocablo, lo internaliza en su léxico y, a la vez, le deja sólidas vías de incorporación de otro vocablos. Pasaré ahora a los diferentes léxicos. 34 LÉXICO DISPONIBLE DE ESTUDIANTES DE PRIMARIA DE LA CIUDAD DE ZACATECAS57 57 Matilde Hernández, Léxico disponible de estudiantes de primaria de la ciudad de Zacatecas. 35 Un primer acercamiento personal a la lingüística aplicada a la enseñanza del español como lengua materna es la obtención de El léxico disponible de estudiantes de primaria de la ciudad de Zacatecas, trabajo presentado como tesis de Maestría en Letras (Lingüística Hispánica) en la Universidad Nacional Autónoma de México. Aunque también elaboré tesis para Licenciatura en Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato58 basándome en la disponibilidad léxica, los resultados, puesto que procedían sólo de escuela privada y la muestra era pequeña, me parecían —me lo siguen pareciendo— incompatibles para hacer un cotejo o resultaba un poco problemático darle seguimiento por las dificultades que conlleva la obtención de las muestras. Y, en realidad, era el primer trabajo en México sobre disponibilidad, el primero que hacía uso de la fórmula López Chávez-Strassburger Frías aplicada a los 16 centros de interés manejados en Francia59, con lo que ello implica: un ejercicio inicial de investigación, una curiosidad de ver una relación número—palabra y, más que nada, una incipiente obsesión por demostrar que esos números algo dicen, más bien, algo deben decir, no son fortuitos, cosa, esta última, que creo ahora encontrar en la aplicación de las constelaciones o cúmulos lexicales y sus constituyentes. La disponibilidad de primaria de Zacatecas me la planteé ya como parte específica de un proyecto para planificación, así pues, no se pierda de vista que con este material, pese a su gran extensión —del que únicamente presento un porcentaje, el 75%60—, sólo se trata de determinar parcialmente el léxico de base o léxico fuente, esto es, un vocabulario de arranque para el diseño del modelo. Estoy, aquí, en un punto de la determinación del vocabulario que los estudiantes conocen —relacionado con el qué enseñar— y el complemento de este vocabulario se encuentra en el siguiente apartado, el correspondiente a las redacciones. La detección de este léxico me da una seguridad de dónde partir, por un lado, porque es un léxico obtenido con 58 Matilde Hernández, El léxico disponible en alumnos de 6° de primaria y 1° de secundaria. 59 Cfr. William F. Mackey, Le vocabulaire disponible du français. 60 Posteriormente habré de publicar los resultados totales. 36 objetividad, por otro lado, porque es el mismo sujeto el que investiga, son los mismos parámetros enla aplicación del instrumento, los mismos criterios para la captura y depuración y, por supuesto, porque es la misma óptica en la interpretación. Describo cómo he obtenido el léxico disponible de estudiantes de primaria de la ciudad de Zacatecas. La muestra Está integrada por un conjunto representativo de la población infantil zacatecana que cursaba los estudios de primaria en el año de 1992. Para la selección de los informantes, y con el propósito de abarcar el sistema educativo en la mayor medida posible, consideré los tres tipos de escuelas (distinciones que eran vigentes en ese año): particular, estatal y federal. El criterio de selección para las escuelas fue el mayor nivel de aprovechamiento en el ciclo escolar inmediato anterior, dato que fue proporcionado por el Departamento de Estadística de la Secretaría de Educación Pública del estado de Zacatecas. En cada una de las tres escuelas seleccionadas se tomó un grupo de 30 sujetos de cada grado escolar, de 1º a 6º; en cada grupo, a su vez, se buscó la exacta correspondencia de 15 estudiantes mujeres y de 15 estudiantes hombres, con la intención de que los datos pudieran ser utilizados, a largo plazo, en algún estudio que manejara la variable de sexo. Los 540 informantes así obtenidos constituyen, pues, la muestra representativa de los estudiantes de primaria de la ciudad de Zacatecas. El cuestionario Está encabezado por los siguientes datos: nombre, grado, edad, sexo y domicilio del informante, ocupación de los padres, nombre y tipo de escuela, así como un espacio 37 para el código que se hace para identificar a cada informante por su edad, tipo de escuela, grado y sexo. Al codificarse, cada uno de los dígitos sirve para obtener una estratificación determinada en el procesamiento. La ocupación de los padres y el domicilio del informante son datos que no se incluyen en el código, sin embargo, se han dejado en reserva bajo el supuesto de que reflejan —de manera muy indirecta, por supuesto— el nivel socioeconómico, lo que también puede ser una variable para estudiar en el futuro. Aunque se consideran todas estas variables, el análisis se centra en la información global, sin estratificación alguna. El cuerpo del cuestionario está formado por 16 centros de interés que son los mismos manejados con los universitarios y que se han indicado más arriba. En las primarias la aplicación del cuestionario se hizo de dos maneras: individual y masiva. Individual en el primer grado, debido a que los estudiantes del mismo aún no dominan el sistema escrito —por lo que el investigador ha de escribir en su lugar—, y masiva en los restantes grados. Al igual que a los universitarios, se dio un tiempo límite de tres minutos para el llenado de cada centro de interés. La captura de los datos El material obtenido en los cuestionarios debió prepararse para la captura mediante un proceso de depuración —a que ya aludí antes— consistente en eliminar todas las variaciones de femenino, plural, aumentativo y diminutivo en los sustantivos, y de formas personales en los verbos. De tal modo que los vocablos quedan uniformados en masculino y singular — los sustantivos— y en infinitivo —los verbos—. Se mantienen las variaciones que se consideran significativas en el sentido de que remiten a realidades distintas en una oposición (por ejemplo, femenino— 38 masculino: zapatera—zapatero, costurera—costurero) o que no tienen su correlato (por ejemplo, singular—plural: abrelatas, rajas) o, en el caso de aparentes diminutivos y aumentativos, que tienen referentes distintos aunque compartan el lexema con la forma no derivada (gordita, o sillón). Igualmente, en el caso de los verbos se mantienen aquellas formas personales que se utilizan como designación — generalmente de juegos— (la trae) y por tanto no se pueden uniformar en infinitivo porque pierden la referencia. Es necesario señalar que también se dejaron en el corpus algunos vocablos que presentan una aparente oposición (se piensa en particular en la de masculino— femenino: ventilador—ventiladora), pues durante este proceso de depuración se observó que los niños de la muestra zacatecana —y no dudo que de cualquier otra— proporcionan vocablos que parecen inusitados. El almacenamiento de datos se efectuó en computadora personal, en Word, respetando las siguientes características en la captura para el adecuado procesamiento posterior: cada informante se indica por su código, a éste le siguen los 16 centros de interés señalados con los caracteres ‘##’, cada uno presentado como párrafo y separado por punto. Se escribe sin acento, la letra ñ se representa nzz. Los vocablos se separan mediante comas, no deben exceder una extensión de 24 caracteres, y aquellos que están formados por más de una palabra se separan con guiones. Para la presentación que hago aquí de los materiales uso la ñ, no empleo guiones y reestablezco los acentos. El procesamiento El procesamiento de datos se llevó a cabo en la ya inexistente macrocomputadora Burroughs 7800 de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, pues allí se encontraba adaptada, en lenguaje Algol, la fórmula de Juan López Chávez y Carlos Strassburger Frías para el cálculo del índice de disponibilidad léxica. 39 DISPONIBILIDAD DE PRIMARIA: VOCABLOS QUE INTEGRAN EL 75% DE LA FRECUENCIA ACUMULADA 40 Es oportuno reiterar que los siguientes listados forman una parte del léxico de base —que muestro en cinco columnas: la primera indica el número sucesivo de aparición dentro de la lista; la segunda indica el vocablo; la tercera consigna el índice de disponibilidad léxica que ha obtenido el vocablo a partir de la aplicación de la fórmula; la cuarta señala la frecuencia relativa o valor porcentual del vocablo; la quinta registra la frecuencia acumulada o porcentaje acumulado—, cuya presentación he segmentado al 75% de la frecuencia acumulada básicamente por 2 razones: 1) porque me parece que presentar el listado completo incrementaría — ociosamente, a mi parecer— la extensión de este trabajo; 2) porque, en diversos ensayos con éste y otros materiales —practiqué un corte o selección de vocablos al 50% de la frecuencia acumulada, lo cual me dejaba muy pocos vocablos (por ejemplo, en el Centro de interés 06 puede observarse que 5 vocablos ocupan el 50%, con esta cantidad muy poco en planificación podría hacer); intenté otro corte hacia los primeros veinte vocablos, lo cual me ‘disparaba’ el índice de disponibilidad léxica de los vocablos que se interrelacionaban—, este porcentaje resultó ser el más apropiado para un tratamiento de la información obtenida. Frecuencia acumulada es sinónimo de porcentaje acumulado: cada vocablo, en función del modo de sus apariciones, de su disponibilidad, dentro de la totalidad del corpus, ocupa un determinado espacio en relación con los otros vocablos con los que forma el 100% del material obtenido; este espacio individual se consigna después del índice de disponibilidad y se denomina frecuencia relativa o valor porcentual; me importa, por las razones que acabo de mencionar relacionadas con ‘los cortes’, la suma de los valores porcentuales de cada vocablo, es decir, la frecuencia acumulada o el porcentaje acumulado hacia el 75%. 41 También creo relevante insistir en que estos datos me proporcionan una gran certeza sobre la objetividad del punto de partida, el léxico fuente para la programación. Centro de interés 01: Las partes del cuerpo humano VOCABLO ÍNDICE DE VALOR PORCENTAJE DISPONIB. PORCENTUAL ACUMULADO 1 ojo61 0.50093424 6.96589812 6.96589812 2 mano 0.42774103 5.94808699 12.91398511 3 nariz 0.38391728 5.3386821018.25266720 4 corazón 0.37986257 5.28229805 23.53496526 5 boca 0.35645583 4.95680829 28.49177355 6 pie 0.35380144 4.91989684 33.41167039 7 cabeza 0.34272484 4.76586771 38.17753810 8 dedo 0.26996045 3.75401967 41.93155777 9 oreja 0.24801229 3.44881265 45.38037042 10 brazo 0.21048522 2.92696821 48.30733863 11 pierna 0.20783031 2.89004953 51.19738816 12 cerebro 0.18970423 2.63799164 53.83537980 13 estómago 0.18885124 2.62613012 56.46150993 14 hueso 0.16134567 2.24364280 58.70515272 15 pulmón 0.14793995 2.05722535 60.76237808 16 hígado 0.14583458 2.02794847 62.79032655 17 oído 0.13972241 1.94295378 64.73328032 18 uña 0.13296763 1.84902306 66.58230339 19 vena 0.13039324 1.81322408 68.39552747 20 diente 0.10988324 1.52801584 69.92354331 21 pelo 0.08505365 1.18274019 71.10628350 22 cuello 0.07650006 1.06379557 72.17007907 23 lengua 0.07493897 1.04208734 73.21216641 24 rodilla 0.07306013 1.01596054 74.22812695 25 intestino 0.06782418 0.94315040 75.17127735 61 “La luz es algo tan esencial de la vida humana que la mayor parte del cerebro está dedicada exclusivamente a la interpretación de la información visual. Más del 60 por ciento de lo que conocemos, según estiman los psicólogos cognitivistas, es consecuencia directa de lo que hemos visto; o dicho de otro modo, de no ser por la actuación de la luz, seríamos un 60 por 100 menos instruidos de lo que hoy somos, lo cual nos volvería a situar más o menos donde estábamos en la llamada Edad Oscura.” Michael Guillen, Cinco ecuaciones que cambiaron el mundo, p. 199. 42 Centro de interés 02: La ropa, vestido y calzado 1 pantalón 0.63718055 9.54868749 9.54868749 2 suéter 0.51222770 7.67616373 17.22485122 3 zapato 0.50024013 7.49651989 24.72137111 4 vestido 0.34689690 5.19854237 29.91991348 5 short 0.31129127 4.66496200 34.58487549 6 tenis 0.30133565 4.51576865 39.10064413 7 calcetín 0.29556100 4.42923065 43.52987478 8 camisa 0.29022029 4.34919561 47.87907039 9 falda 0.28651705 4.29369944 52.17276983 10 chamarra 0.26439580 3.96219387 56.13496370 11 blusa 0.22991348 3.44544724 59.58041094 12 calzón 0.19613485 2.93924601 62.51965695 13 camiseta 0.16123350 2.41621987 64.93587682 14 bota 0.15385380 2.30562884 67.24150566 15 calceta 0.14604408 2.18859361 69.43009927 16 playera 0.14274772 2.13919488 71.56929414 17 pants 0.12215875 1.83065181 73.39994595 18 chaleco 0.09827948 1.47280083 74.87274678 Centro de interés 03: La casa, el interior y sus partes 1 baño 0.69295550 13.58518541 13.58518541 2 cocina 0.59437133 11.65247223 25.23765765 3 patio 0.42129284 8.25932018 33.49697782 4 cuarto 0.41454015 8.12693571 41.62391354 5 sala 0.38547187 7.55706077 49.18097431 6 recámara 0.31319591 6.14011218 55.32108649 7 cochera 0.28786310 5.64347002 60.96455651 8 comedor 0.28736451 5.63369531 66.59825182 9 jardín 0.21905498 4.29450739 70.89275921 10 ventana 0.13227717 2.59325437 73.48601358 11 puerta 0.11021533 2.16073859 75.64675218 Centro de interés 04: Muebles y enseres domésticos 1 cama 0.57227105 8.90407314 8.90407314 2 silla 0.51658197 8.03759625 16.94166938 43 3 mesa 0.50788818 7.90232793 24.84399731 4 sillón 0.49196655 7.65460029 32.49859760 5 estufa 0.22924797 3.56691238 36.06550998 6 televisión 0.18718702 2.91247813 38.97798811 7 ropero 0.17821289 2.77284795 41.75083605 8 refrigerador 0.15294061 2.37963178 44.13046783 9 tele 0.14646196 2.27882924 46.40929708 10 mueble 0.12260043 1.90756320 48.31686028 11 tocador 0.11192740 1.74149951 50.05835979 12 comedor 0.10592646 1.64812976 51.70648955 13 radio 0.09984186 1.55345832 53.25994787 14 librero 0.08867926 1.37977732 54.63972519 15 cuadro 0.08806918 1.37028497 56.01001017 16 clóset 0.08770432 1.36460805 57.37461821 17 escritorio 0.07995054 1.24396552 58.61858373 18 buró 0.07940798 1.23552373 59.85410746 19 lámpara 0.07860064 1.22296217 61.07706964 20 licuadora 0.07665688 1.19271885 62.26978848 21 grabadora 0.07421140 1.15466916 63.42445764 22 sala 0.06449250 1.00345096 64.42790861 23 estéreo 0.06091538 0.94779388 65.37570249 24 lavadora 0.06009351 0.93500625 66.31070874 25 espejo 0.05891754 0.91670911 67.22741785 26 plato 0.05669620 0.88214686 68.10956471 27 gabinete 0.04846059 0.75400745 68.86357217 28 banco 0.04651239 0.72369504 69.58726721 29 teléfono 0.04586698 0.71365299 70.30092020 30 vaso 0.04287370 0.66707998 70.96800018 31 cuchara 0.04233216 0.65865406 71.62665424 32 sofá 0.04158541 0.64703523 72.27368947 33 florero 0.03954895 0.61534957 72.88903904 34 plancha 0.03748853 0.58329110 73.47233014 35 vitrina 0.03428681 0.53347494 74.00580508 36 cortina 0.03225250 0.50182273 74.50762781 37 juguetero 0.03114151 0.48453662 74.99216443 Centro de interés 05: Los alimentos, comidas y bebidas 1 refresco 0.40004294 5.51386208 5.51386208 2 sopa 0.38073900 5.24779249 10.76165458 3 carne 0.32827703 4.52469995 15.28635452 4 agua 0.28485353 3.92618622 19.21254074 44 5 manzana 0.24081944 3.31925663 22.53179737 6 frijol 0.24075946 3.31842991 25.85022728 7 plátano 0.18555240 2.55750131 28.40772859 8 leche
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