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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO COLEGIO DE HISTORIA “Victorino Sánchez: un escultor mulato en la cañada oaxaqueña” T E S I S Q U E P A R A O P T E N E R E L T I T U L O D E LICENCIADA EN HISTORIA P R E S E N T A Y U N U E N L I Z U M A L D O N A D O D O R A N T E S DIRECTORA: DRA. CLARA BARGELLINI CIONI MÉXICO, D.F. 2008 Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A la UNAM porque tuve la fortuna de recorrer sus aulas, por todas las posibilidades que proporciona y que ayudaron a formarme como humanista. A la CNCPC por las facilidades proporcionadas para esta investigación a través del Seminario Permanente de Conservación de Retablos. A mis padres Felipe y Silvia por el apoyo que siempre me han brindado a lo largo de la vida, sin la cual no sería posible lograr esta meta. A mis hermanos Sinuhe, Danae y Jahaziel por formar parte de mi vida y porque a pesar de todo saben que los amo. A la Doctora Clara Bargellini por la paciencia en la dirección de la tesis y por haberme dejado asistir a sus seminarios, los cuales fueron decisivos para dedicarme a estudiar el arte novohispano. A mis asesores: Dra. Elisa Vargaslugo, Dra. Magdalena Vences, Lic. Gabriela Ugalde y Dra. Silvia Salgado por sus valiosos comentarios A la maestra Delia Pezzat por la ayuda en la paleografía de algunos documentos. Al maestro Arturo Motta por dejar que conociera el lugar y proporcionarme información. Al Dr. Jaime Morera y a la Dra. Rosa Chacheda por la información proporcionada. A los maestros Gerardo Lara y Luis Olivera que en sus clases fueron importantes para mi formación profesional. A Cecilia, Luz, Miriam y Gabriela por aguantarme por mucho tiempo, por estar siempre ahí apoyándome y ser mis amigas. Neevia docConverter 5.1 A mis compañeros y amigos de la carrera: Blanca Torres, Pablo Peña, Isabel Reyes, Graciela Flores, Oscar Morales, Jorge García, Elena Gaitan, Rosario Paniagua, Nilton Vázquez; por tantos buenos momentos compartidos a lo largo de la carrera. A los amigos que Estéticas me ha permitido conocer: Isabel del Río, Hugo Martínez, Guillermo Arce, Maria Eugenia Rodríguez, Alejandro Suárez y cuyos comentarios y palabras de aliento fueron importantes. A Rocío Monroy por el apoyo en la impresión y reacomodo de la tesis en las revisiones, y estar al pendiente en el proceso de titulación Al personal de la fototeca de Estéticas por las facilidades proporcionadas para consultar el acervo. A Luis Huidobro por la infinidad de horas invertidas en el proyecto, por dejarme subir andamios y así conocer los retablos de arriba a bajo y de atrás hacia delante. Por sus explicaciones sobre restauración. A mi Diablo Guardián por llegar a mi vida en el momento preciso, por compartir conmigo las aventuras que la investigación acarreo y las eternas discusiones sobre el tema. Por empujarme a continuar cuando era necesario y seguir paso a paso el desarrollo de la investigación. Pero sobre todo por creer en mí. A todas aquellas personas que de una u otra manera me apoyaron y creyeron en el proyecto. Neevia docConverter 5.1 INDICE DE CONTENIDO Introducción 2 I. Descripción de la capilla de San Nicolás Ayotla 5 II. Historiografía 15 Retablos novohispanos 15 Mulatos y arte novohispano 28 El retablo de San Nicolás Ayotla 32 III. Historia y arte 36 La hacienda de Ayotla 36 Historia de la arquitectura de la hacienda 43 Historia de la ornamentación de la capilla 49 IV. Victorino Sánchez y los retablos de Ayotla 55 Modificaciones del retablo mayor 60 Ornamentación 79 El retablo y su público 91 V. Conclusiones 111 Apéndice documental 119 Fuentes de consulta 150 Neevia docConverter 5.1 “Cuando uno estudia un objeto desde la distancia, solo pude ver sus rasgos principales” Frank Herbert. Hijos de Dune. 1 Neevia docConverter 5.1 INTRODUCCIÓN Mi inclinación por el arte novohispano se debe al Seminario de Especialización impartido por la Dra. Clara Bargellini, donde aprendí cómo abordar una obra de arte de este periodo. En otro de sus seminarios, Misiones del norte, tuve la oportunidad de estudiar el retablo lateral de san Ignacio de la misión de San Francisco Xavier en Baja California, que me permitió conocer la complejidad de estas obras.1 Finalmente mi asistencia y participación en el Seminario Permanente de Conservación de Retablos de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, reforzaron mi inclinación por su estudio. Asimismo me dio la oportunidad de conocer el retablo de la hacienda de Ayotla en un viaje realizado en septiembre de 2005, cuando Arturo Motta me relató la historia de la obra que es el tema de este trabajo. Las haciendas en la Nueva España fueron una institución económica importante que los miembros de La Compañía de Jesús supieron explotar para de ahí obtener el sustento de sus proyectos. Sin embargo, los textos sobre las haciendas jesuitas abordan el tipo de producción, la forma de vida, las características propias de cada hacienda, y su impacto en la vida novohispana; pero no se llega a mencionar, o si se hace es de manera muy escueta, la producción artística del lugar.2 Todas las haciendas tuvieron capillas que fueron 1Proyecto PAPIIT IN403905. Arte en las misiones del norte de la Nueva España. 2H. W. Konrad, Santa Lucia: una hacienda jesuita, México, Fondo de Cultura Económica, 1980. James Riley Denson, Hacendados jesuitas en México, México, Secretaría de Educación Pública, 1976. Gisela von Wobeser, La hacienda azucarera en la época colonial, México, Secretaría de Educación Pública/ Universidad 2 Neevia docConverter 5.1 ornamentadas y muchas contaban con retablos; tal es el caso de la hacienda de Ayotla. En esta tesis se estudia el retablo mayor de san Nicolás de Tolentino de la ex-hacienda de Ayotla, realizado por el mulato Victorino Sánchez a mediados del siglo XVIII. La tesis está dividida en cinco capítulos. El primero es una descripción de los restos de la ex-hacienda y de la capilla que aún se conserva en pie junto con dos de sus retablos. El segundo capítulo trata la historiografía sobre retablos en la historia del arte, dividida en tres apartados. En el primero se explica las ideas principales de algunos textos importantes sobre la producción de retablos; también incluyo los pocos estudios en restauración de retablos. Las publicaciones sobre arte en las haciendas jesuitas son presentadas en el segundo apartado. Finalizo con los escritos sobre la hacienda de Ayotla. El tercer capítulo titulado Historia y arte en san Nicolás Ayotla también se divide en tres apartados. En él se desarrollan los temas: la historia del lugar, la historia de la arquitectura de la hacienda y la historia de la ornamentación de la capilla.El cuarto capítulo concentra la investigación sobre el retablo principal de san Nicolás Ayotla desde diferentes perspectivas como: técnica de manufactura, comparación formal, iconografía. El quinto capitulo reúne las consideraciones acerca del autor del retablo. Al final del estudio histórico – artístico se agrega el apéndice documental que incluye el documento referente a la factura del retablo, la lista cronológica de la ornamentación en la Nacional Autónoma de México, 1988. Brigida von Mentz, Beatriz Scharrer, et al. Haciendas de Morelos, México, Porrúa/ Instituto de Cultura del Gobierno del Estado de Morelos, 1997. 3 Neevia docConverter 5.1 capilla, la información de las habitaciones que tenía la hacienda de acuerdo a dos inventarios y la lista de algunos documentos concernientes a la hacienda. Las transcripciones fueron realizadas por mí. La presente investigación fue posible gracias a las facilidades otorgadas por el Mtro. Arturo Motta de la Dirección de Etnología y Antropología Social, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural a través del Seminario Permanente de Conservación de Retablos y a el Instituto de Investigaciones Estéticas al otorgarme una beca del proyecto Tipología regional del retablo novohispano coordinado por la Dra. Elisa Vargaslugo y dirigido por la Mtra. Gabriela García Lascuraín.3 La tesis tiene como punto de partida las investigaciones hechas por Arturo Motta. De los documentos que Motta encontró, revisé los del Archivo General de la Nación y los de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, con la finalidad de tener una transcripción personal, analizarlos y conocer con mayor profundidad dicha documentación, aclarar dudas que sobre la información tenía. También agrego nueva documentación sobre Ayotla localizada en el mismo AGN en los ramos de: Bienes Nacionales, vol. 713 exp. 5 (Anexo 2 y 3) Tierras, vol. 3462, vol. 3463 (Anexo 2 y 3) Y el Archivo de La Compañía de Jesús Provincia Mexicana: Cartas del padre Baltasar de Porras. 3Proyecto PAPIIT IN404403-3. Tipología regional del retablo novohispano. 4 Neevia docConverter 5.1 I. DESCRIPCIÓN DE LA CAPILLA DE SAN NICOLÁS AYOTLA El casco de la ex-hacienda jesuita de san Nicolás Ayotla, y después hacienda particular, se localiza a unos 20 minutos de Teotitlán del Camino en el estado de Oaxaca, poblado que colinda con Tehuacán-Puebla (mapa 1). Se llega a ella por un camino de terracería, carente de señalizaciones y rodeado por una gran cantidad de arbustos (foto 1). Lo primero que encontramos son los restos de un cuarto y el acueducto que rodea una parte de la hacienda (fotos 2, 3). El templo está orientado de noreste a suroeste, su acceso es por un camino bien delimitado. La fachada carece de ornamentación. De lado noroeste de la portada se incluye el acceso a un pequeño cuarto y una torre que alberga el campanario, todo ello construido con adobe; al noroeste del campanario hay una habitación de cemento que usan las personas que actualmente cuidan el lugar. En el costado sureste de la portada se observa un arco de medio punto y una cúpula, le sigue otra habitación en forma rectangular (foto 4 y plano 1). El exterior de la pared de lado suroeste de la capilla está reforzado con dos contrafuertes, los cuales son un contrafuerte al empuje de la construcción, que al encontrarse sobre una pendiente corre el riesgo de irse desplazando poco a poco (foto 5, 6 y plano 1). La portada consta de un arco de medio punto que descansa en impostas molduradas que se apoyan en jambas. En las enjutas del arco no hay decoración. Le sigue el entablamento, también sin decoración, a partir del cual se forma un frontón triangular que aloja un nicho que alberga una escultura de madera con vestimenta de rey, como es la 5 Neevia docConverter 5.1 corona y la capa, pero carece de atributos personales (fotos 8, 9). Posiblemente la escultura sea san Luis Rey de Francia, quien tiene como características “un traje constelado de flores de lis, la corona y el cetro, la corona de espinas y los tres clavos”;4 o san Fernando de Castilla a quien se le representa “con manto real, corona y cetro, sus rasgos particulares son una llave y una estatuilla de la Virgen de marfil”.5 Al interior de la capilla un arco triunfal separa la nave del presbiterio; en la pared noroeste que da a la sacristía se observan algunos arcos ciegos (foto 10). En la parte superior de los muros del presbiterio se visualizan unas ventanas que permiten la entrada de luz (foto 13). En el costado sureste unos arcos dan acceso a la nave lateral de cañón corrido y cúpula; el espacio alberga de lado noroeste un retablo neoclásico con un Cristo crucificado (fotos 11, 12). La pared en la que se sostiene el retablo es un cuarto que se accede a él por una puerta ubicada al inicio de la nave principal. En el costado sureste de la nave central se abren arcos que permiten la entrada a otra nave de la capilla realizada con piedra y ladrillo. El techo de toda la capilla es de concreto armado (fotos 11, y plano 1). En el muro absidal de la nave de acceso se ubica la obra objeto de estudio (foto 13). El retablo se levanta sobre una base de mampostería contemporánea; consta de una predela, dos cuerpos, tres calles, un par de columnas pareadas sobre las que recae un nicho y un remate. Los soportes que flanquean los tres nichos del primer cuerpo 4Louis Réau, Iconografía del arte cristiano. Los Santos, t. 2, v. 4, Barcelona, Ediciones Serbal, 1995, p. 277. 5Ibid, t. 2, v. 3, p. 523. 6 Neevia docConverter 5.1 son columnas antropomorfas (fotos 13, 21). Las columnas pareadas del primer cuerpo tienen los primeros dos tercios de tipo candelabro con guardamalletas en la parte inferior, y terminan con el torso de un hombre coronado con un capitel corintio (foto 20). El nicho de la calle central del primer cuerpo tiene ornamentación en las paredes laterales y concluye con una venera; los nichos de las calles laterales también tienen ornamentación en las paredes laterales pero finalizan en forma ochavada. Estos nichos albergan las esculturas de san Nicolás de Tolentino al centro (foto 40), san Juan Bautista de lado izquierdo (foto 41), y san Juan Evangelista de lado derecho (foto 42). El segundo cuerpo inicia con un banco a partir del cual se colocan las peanas, las columnas y los nichos que conforman este nivel (foto 13, 18). El entablamento se constituye por entrantes y salientes que le proporcionan movilidad. El friso es decorado con vegetales y la cornisa con pinjantes en forma de flores. El nicho central está vacío, tiene ornamentación en las paredes laterales y termina con una venera; a sus costados se ubican unas peanas que son rodeadas por decoración vegetal en forma de marco, y en la parte superior posee un remate que asemeja una concha. A éstos le siguen un par de nichos que son cargados por las columnas pareadas del primer cuerpo, ostentan decoración vegetal que rodea la escultura y se corona con una venera de mayor abertura que las de la calle central. Estas peanas y nichos albergan a cuatro santos con atuendos franciscanos, tez negra y sin atributos (foto 13). El entablamento sobre el que descansa el remate presenta movilidad, ya que el nicho central es de mayor altura. El remate está compuesto de una tabla rectangular decorada con talla vegetal, una moldura curva se une con el 7 Neevia docConverter 5.1 guardapolvo cerrando la composición del retablo (foto 13, 19). La ornamentación se basa en roleos, acantos y flores. Mapa 1. Ubicación de la Hacienda de San Nicolás de Ayotla.(Arturo Motta, ¿Huellas bantúes en el noroeste de Oaxaca?, p.360. Poblaciones y culturas de origen africano en México, comp. Ma.Elisa Velásquez y Ethel Correa, México, INAH, 2005) Foto 1. Alrededores de la hacienda. (Yunuen Maldonado) 8 Neevia docConverter 5.1 Foto 2. Restos del acueducto de la hacienda. (Y.M.) Foto 3. Restos de un cuarto. (Y.M.) 9 Neevia docConverter 5.1 Plano 1 Capilla de San Nicolás Ayotla (Luis Huidobro) 10 Neevia docConverter 5.1 Foto 4. Diferentes etapas constructivas de la hacienda. (Y.M.) Foto 5. Contrafuertes que sostienen la capilla. (L.H.) Foto 6. Parte trasera de la capilla, se puede observar las tres etapas constructivas. (L.H.) 11 Neevia docConverter 5.1 Foto 7. Placa con la leyenda: “23 de junio de 1957 se terminó esta obra, pagada con limosnas de esta capilla”. (L.H.) Foto 8. Portada principal de la capilla. (Y.M.) Foto 9. Escultura que remata el frontón de la portada. (Y.M.) 12 Neevia docConverter 5.1 Foto 10. Nave principal de la capilla, en la pared de lado derecho se observa los arcos ciegos. (Y.M.) Foto 11. La habitación con la mesa con velas es de cañón corrido, cúpula. ( Y.M.) Foto 12. Retablo neoclásico que se ubica en la segunda navre de la capilla. (Y.M.) 13 Neevia docConverter 5.1 Foto 13. Vista general del retablo de san Nicolás Ayotla. (Y.M.) 14 Neevia docConverter 5.1 II. HISTORIOGRAFÍA RETABLOS NOVOHISPANOS Para comprender la importancia del estudio del retablo de san Nicolás Ayotla, es necesario un recorrido historiográfico sobre los retablos novohispanos. Por ello he dividido el apartado en cuatro bloques por décadas para exponer algunos de los textos que han marcado líneas de investigación: 1950-1960, 1970, 1980 y 1990 a la fecha. El estudio moderno de retablos se inicia en los años cincuenta con la publicación, Los retablos dorados de Nueva España, de Francisco de la Maza, quien los clasifica de acuerdo al soporte que presentan; además, estudia la simbología de las imágenes en el retablo principal de Huejotzingo, para hablar del vínculo entre las esculturas y las pinturas que proporcionan un significado y lectura para los fieles.6 A partir de entonces, los investigadores continúan con el estudio de la tipología formal. Joseph Baird en su libro, Los retablos del siglo XVIII en el sur de España, Portugal y México, centra el estudio en la descripción formal de los retablos del sur de España y México principalmente.7 Hace comparaciones entre los retablos de los tres países ya que tienen distintos elementos decorativos e iconográficos. 6Francisco de la Maza, Los retablos dorados de Nueva España, México, Ediciones Mexicanas, 1950. 7Joseph Baird, Los retablos del siglo XVIII en el sur de España, Portugal y México, Tesis doctoral, Universidad de Harvard, 1951 (Publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1981). 15 Neevia docConverter 5.1 Jorge Alberto Manrique en su texto sobre el convento de Azcapotzalco,8 empieza con un estudio histórico del lugar. Para el análisis artístico tanto del conjunto conventual como de la decoración del interior, la metodología que plantea es la siguiente: inicia con una descripción formal, después una descripción pormenorizada, finaliza con algunas consideraciones de la importancia histórica-artística de las obras. Por su parte Pedro Rojas en su publicación, Historia General del Arte Mexicano. Época colonial,9 dedica un capítulo a “Los retablos barrocos” donde realiza un recorrido por el desarrollo de la retablística novohispana. Parte de los retablos pintados en paredes que tuvieron un simple marco de flores o plumas, que darán paso a los de estilo renacentista. El autor realiza después una descripción de las modificaciones de las columnas helicoidales, de las cuales encuentra las siguientes variantes: salomónicas con soporte macizo, otras con guirnaldas que se enroscan en forma helicoidal y se suprimen las cañas de las columnas, otras con el tercio inferior que forman tambores revestidos de hojarascas o transforman el tercio superior con figuras de hermes, otras con columnas rectas a las que se les talla la decoración en forma helicoidal. Centra su atención en la descripción del retablo de los Reyes de la Catedral Metropolitana para el estípite, y en el retablo principal de la Enseñanza para el anástilo; concluyendo con la aparición del neoclásico. Respecto a la lectura iconográfica, menciona que siempre existe unidad lógica del programa, y considera 8Jorge Alberto Manrique, Los dominicos y Azcapotzalco, Jalapa, Cuadernos de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias, 1963. 9Pedro Rojas, Historia general del arte mexicano. Época colonial, vol. 2, México, Editorial Hermes, 1963. 16 Neevia docConverter 5.1 que la lectura de la calle central es de vital importancia por la simbología que recae en cada una de las imágenes, emanadas de la de Dios Padre. Otra publicación importante de esta primera etapa es la revista Artes de México, que dedica un número especial a esta producción artística, donde Arturo Schroeder, Manuel González Galván, Gonzalo Obregón, Elisa Vargaslugo y Luis Ortiz Macedo abordan las características generales de estas obras y proporcionan ejemplos de acuerdo a la clasificación dada por de la Maza.10 A finales de los años sesenta Francisco de la Maza pública el libro, El arte colonial en San Luis Potosí, donde dedica un capítulo a examinar los retablos de piedra de la Iglesia del Carmen, primer estudio de retablos hacia el norte del país.11 Hace una descripción de ellos y plantea su posible relación con los retablos de Querétaro sin especificar cuáles. En los años setenta aparecen las publicaciones de Elisa Vargaslugo, La iglesia de Santa Prisca de Taxco, y de Consuelo Maquivar, Los retablos de Tepotzotlán; así como el artículo de Jorge Alberto Manrique, “El neóstilo: la última carta del barroco mexicano”. El libro de la doctora Vargaslugo es un estudio histórico-artístico del conjunto arquitectónico y la decoración con la que cuenta la iglesia de Taxco. Dedica un capítulo al estudio de los retablos, de los cuales proporciona una descripción formal e iconográfica;además la autora hace comparaciones formales entre los retablos de Santa Prisca y otros. Por ejemplo: encuentra semejanzas en las peanas de los retablos 10Retablos mexicanos, Artes de México, núm. 106, 1968. 11Francisco de la Maza, El arte colonial en San Luis Potosí, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1969. 17 Neevia docConverter 5.1 laterales de san Juan Nepomuceno y santa Lucia con “las que aparecen... en el retablo de san José de la capilla que lleva el mismo nombre en la Catedral de México”.12 Los retablos de Tepotzotlán también es un estudio histórico–artístico del conjunto retablístico que alberga el ex-colegio jesuita; realiza una descripción formal e iconográfica de cada retablo. La autora se apoya en datos aportados por las restauraciones para aclarar dudas.13 Por su parte, Manrique agrega una nueva tipología formal al desarrollo del retablo: el neóstilo, difundido entre 1765 a 1795. Dicha modalidad, como la denomina el autor, aparece como reacción al estípite con el regreso de la columna. El neóstilo retoma elementos del estípite como la guardamalleta, las claraboyas, las líneas mixtilíneas; su auge se dio en la arquitectura más que en los retablos.14 En esta época aparecen las tesis de las restauradoras Mónica Herrerías y Armida Alonso, las primeras de restauración sobre el tema, en las que estudian la técnica de manufactura, los materiales y las herramientas utilizados en los retablos españoles y los comparan con el retablo principal de Xochimilco.15 Herrerías hace hincapié en la importancia de la estructura por ser el armazón que sostiene los 12Elisa Vargaslugo, La iglesia de Santa Prisca de Taxco, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1974, p. 229. 13Maria del Consuelo Maquivar, Los retablos de Tepotzotlán, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1976. 14Jorge Alberto Manrique, “El neóstilo: la última carta del barroco mexicano”, Historia mexicana, vol. XX, t. 3, núm. 79, enero-marzo, 1971, pp. 335-367. 15Mónica Herrerías de la Fuente, El retablo de Xochimilco, Tesis de Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, 1979. Armida Alonso Lutteroth, Estudio de la tecnología de los retablos dorados españoles y su comparación con el retablo de san Bernardino en Xochimilco, Tesis de Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, 1979. 18 Neevia docConverter 5.1 trabajos de escultores y pintores, y realiza una descripción para entender las zonas de carga. Alonso, por su parte, menciona los materiales con los que se realizaban los retablos españoles para después relacionarlos con el retablo de Xochimilco, construido con madera de ayacahuite, tanto para el retablo como para las esculturas, mismas que tienen injertos, lino y sisal en los entelados. Referente a la técnica de manufactura, comenta sobre las huellas que dejan las herramientas en madera y que las columnas fueron ahuecadas para restar peso. En los años ochenta, Salvat publica tres artículos sobre esta producción artística.16 El tema está dividido en las siguientes etapas: finales del siglo XVI y principios del XVII, siglo XVII y siglo XVIII; cada una se rige por la clasificación de Francisco de la Maza, basada en el apoyo que contienen los retablos. Cada apartado proporciona las características generales, como son el tipo de soporte, la obra que marca el inicio de ese estilo y sus elementos ornamentales. Después se proporciona la descripción formal de los retablos más representativos de la época y, en algunos casos, se da el nombre de los artistas que participaron en su fabricación, ya sean pintores, ensambladores o doradores. Los ejemplos provienen de lugares como México, Oaxaca, Hidalgo, Puebla, Estado de México, Querétaro, Tlaxcala, Guanajuato, Durango y Coahuila. En esta década también se publicó el libro Catedral de México. Patrimonio artístico y cultural, donde se 16María del Consuelo Maquivar, “Escultura y retablos de siglo XVI-XVII”, Historia del arte mexicano, t. 7, México, Salvat, 1982, pp. 1102-1119. María del Consuelo Maquivar, “Retablos de siglo XVII”, op. cit, pp. 1129-1135. Clara Bargellini, “Escultura y retablos del siglo XVIII”, Historia del arte mexicano, t. 7, México, Salvat, 1982, pp. 1136-1153. 19 Neevia docConverter 5.1 proporciona la historia del edificio y la catalogación de los objetos resguardados.17 Sobre los retablos, los artículos realizan una descripción formal e iconográfica, aportan datos de los artistas, los donadores y los materiales. A finales de los años ochenta salen los primeros libros sobre restauración de retablos: sobre el retablo de los Reyes de la Catedral Metropolitana y el retablo principal de Cuauhtinchan.18 Ambos estudios mencionan las intervenciones realizadas en pintura, escultura y dorado del retablo; en la mayoría de las obras hubo limpieza, fijación de la capa pictórica y, en casos de ser necesario, reintegración. En Cuauhtinchan se hicieron estudios sobre los materiales, entre los que se reporta el palocote, la madera de colorín y la pasta de caña. Las esculturas son talladas en grandes bloques de madera, se les agregan las manos con ensambles de caja y espiga. Al final de las dos publicaciones se incluye un artículo sobre la historia del respectivo retablo. En la década de los noventa surgen más estudios sobre retablos en el norte del país realizados por la doctora Clara Bargellini. La autora ha escrito artículos sobre algunos retablos de Chihuahua, Coahuila y Durango.19 Proporciona información iconográfica, de 17Catedral de México. Patrimonio artístico y cultural, coord. Esther Acevedo, México, Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología/ Fomento Cultural Banamex, 1986. 18Guillermo Tovar de Teresa y Jaime Ortiz Lajous, Retablo de los Reyes. Historia y restauración, México, Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, 1985. San Juan Bautista Cuauhtincha. Restauración 1987, México, Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, 1987. 19Véase: “Escultura y retablos coloniales de la ciudad de Durango”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. vol. XV, núm. 59, 1998, pp. 151-173. “Retablos coloniales de Chihuahua”, Actas del Tercer Congreso Internacional de Historia Regional Comparada, Ciudad Juárez, Chihuahua, 1992, pp. 441-447. 20 Neevia docConverter 5.1 composición y los nombres de algunos constructores. Asimismo, ha localizado la producción de algunos artistas capitalinos en ciudades norteñas. A finales de los años noventa el artículo “Monte de oro y nuevo cielo: composición y significado de los retablos novohispanos”,20 es un estudio que explora nuevas líneas del análisis simbólico. La autora habla de las diferentes formas de leer esta producción artística, no sólo de manera lineal o en zigzag; sino también entrecruzando las imágenes. Señala que la lectura puede ser narrativa o icónica, siendo esta característica una posible tipología del retablo novohispano. Otro aspecto que aborda es la explicación que se hace de los retablos en sermones y descripciones de la época. Así tenemos que para los retablos salomónicos se utiliza la metáfora de “arco triunfal” y “montaña”, para los estípites y anástilos le corresponde el “cielo”. La publicación que apareció como resultado del 8º Coloquio del Seminario de Estudio del Patrimonio Artístico, reúne los estudios de diferentes investigadores interesados en salvaguardar esta producción artística. Los temas tratados giran entorno al registro, historia, conservación y situación actual de los retablos; presentando casosespecíficos, esfuerzo que busca integrar las diferentes miradas de los especialistas.21 En fechas recientes se han realizó la tesis de Pablo Vidal sobre el retablo poblano, menciona los elementos que se necesitan para la 20Clara Bargellini, “Monte de oro y nuevo cielo: composición y significado de los retablos novohispanos”, Estudios sobre arte. 60 años del Instituto de Investigaciones Estéticas, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1998, pp. 127- 135. 21Retablos: su restauración, estudio y conservación, Ed. Martha Fernández. México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 2003. (Estudios de arte y estética: 55). 21 Neevia docConverter 5.1 elaboración de esta obra, como son la traza, las herramientas empleadas, la selección de madera y la organización de gremios. Posteriormente, desarrolla la estructura que presentan cuatro retablos de siglo XVI de Puebla y usa esquemas para una mejor comprensión de lo planteado. Así podemos observar las similitudes y diferencias presentes en cada obra.22 Asimismo se realizaron los catálogos de retablos de los estados de Morelos, Guanajuato y del Distrito Federal. El Catálogo de retablos virreinales. Estado de Morelos, es una tesis de licenciatura en restauración realizada por Teresita Loera y Anaité Monteforte. Las autoras registran casi el total de los retablos del estado, restauraciones posteriores dieron cuenta de dos retablos más. Mencionan las características formales; a partir de la iconografía presentada, conforman una lista de las devociones más frecuentes. De todos los retablos registrados, la mayoría tiene estructura reticular, que se explica con términos arquitectónicos.23 En el libro El retablo barroco en Guanajuato, Luis Serrano realiza un estudio formal, iconográfico y de contextualización histórica de las obras. Con investigación archivística sitúa algunos maestros entalladores y los relaciona con retablos existentes. También reconoce líneas de influencias y desarrollo ornamental que le posibilitan hacer dataciones y 22Pablo Vidal, El retablo poblano 1555-1646: carpintería, talla y ensamblado, Tesis de Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, 2005. 23Teresita Loera Cabeza de Vaca y Anaité Monteforte, Catálogo de retablos virreinales. Estado de Morelos, Tesis de Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, 2000. 22 Neevia docConverter 5.1 atribuciones, finaliza con un catálogo razonado de las obras.24 Los retablos de la ciudad de México. Siglos XVI al XX, es el registro de los retablos ubicados en la capital metropolitana. La guía comprende estudios de carácter histórico – artístico de acuerdo al siglo, cada obra tiene una ficha técnica donde se ubica la obra, y se agrega un texto con las características formales de la misma. Es importante resaltar que la guía cuenta además con un artículo que aborda la iconología, otro sobre la estructura material de los retablos y uno más dedicado a los retablos desaparecidos de los que se tiene registro gracias a los archivos fotográficos.25 En síntesis puedo decir que las publicaciones de los historiadores del arte sobre retablos se han centrado en la clasificación de acuerdo al soporte que ostente, en las lecturas iconográficas, en la catalogación y en las obras donde se conoce su autor o autores. Los estudios de restauradores sobre la técnica de manufactura apenas inician, pero han aportado información importante sobre estas complejas obras. Sin embargo hace falta investigaciones en conjunto entre estas disciplinas que permitan una que permitan una comprensión integral de los retablos mexicanos. 24Luis Serrano Espinosa, El retablo barroco en Guanajuato, Guanajuato, Instituto Estatal de Cultura, 2004. 25Clara Bargellini, Luis Huidobro, et al, Los retablos de la ciudad de México. Siglos del XVI al XX. Una guía, México, Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, 2005. 23 Neevia docConverter 5.1 MULATOS Y ARTE NOVOHISPANO La llegada de africanos al nuevo continente se dio entre 1521 y 1639, con la disminución de la población indígena y la necesidad de mano de trabajo resistente para lugares como las haciendas azucareras, los viñedos y las minas, entre otros.26 Su mezcla con los demás habitantes en los virreinatos provocó que las autoridades les temieran, ya que además de su elevado número, se creía que era una raza proveniente del pecado. Por los registros demográficos son un grupo importante dentro de la sociedad. Para mediados del siglo XVI en México los negros igualaban a los blancos (1550 – 20 000 negros, 1560 - 20 211 blancos).27 Ante la trascendente presencia de negros, es importante señalar que dicho grupo se integró en diversos gremios como bien lo menciona Vinson, “en las áreas urbanas los negros se volvieron indispensables como artesanos...”.28 El descubrimiento de la casta del pintor Juan Correa, quien era mulato, ha hecho que los investigadores tengan presentes a los mulatos involucrados en la producción artística. Al respecto Elisa Vargaslugo escribe: “muy importante es el hecho indiscriminatorio de la colaboración de artistas pertenecientes a diferentes clases sociales: criollos, mulatos e indios, trabajando juntos en el mismo alto nivel 26Ben Vinson III, “Estudiando las razas desde la periferia: las castas olvidadas del sistema colonial mexicano”, Pautas de convivencia étnica en la América Latina colonial, coord. Juan Manuel de la Serna Herrera, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos/ Gobierno de Guanajuato, 2005, p. 251. 27 Ibidem, p. 259. 28Ibidem, p. 252. 24 Neevia docConverter 5.1 artístico”.29 Artista importante a mediados del siglo XVIII fue José de Ibarra quien también fue mulato.30 Existen otros mulatos en el arte. Clara Bargellini apunta que en la primera catedral de Durango colaboraron no sólo peones esclavos negros de diversas familias sino también se menciona al negro Manuel como albañil, el primero con oficio que trabajó en la obra hacia 1642.31 En la Catedral de Saltillo trabajó el mulato Salvador Cayetano Yánez entre 1777 y 1785 como maestro albañil.32 Para la fabricación de retablos, en los textos hasta ahora consultados, se menciona específicamente a mulatos en Chiapas y Guatemala; por ejemplo: “Francisco Martín maestro ensamblador, que algunas veces se menciona como mulato y otras como pardo libre, activo entre 1665 y 1672”.33 En documentos del Archivo General de la Nación en el ramo de matrimonio localicé algunos más, como Dionisio Carvajal, mulato libre, oficial de ensamblador en 1726;34 y Joseph Carmona, mulato 29Elisa Vargaslugo, “Comentarios acerca de la construcción de retablos en México, 1687-1713”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. vol. XVI, núm. 62, 1991, p. 101. 30 Paula Mues Orts, José de Ibarra. Profesor de la nobilísima arte de la pintura, México, Conaculta, 2001. 31Clara Bargellini, “El trabajo indígena y la construcción de la primera catedral de Durango”, Nómadas y sedentarios en el norte de México. Homenaje a Beatriz Braniff, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Estéticas/ Instituto de Investigaciones Antropológicas/ Instituto de Investigaciones Históricas, 2000, pp. 563-582. 32Clara Bargellini, La catedral de Saltillo y sus imágenes, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Estéticas/ UniversidadAutónoma de Coahuila/ Gobierno del Estado de Coahuila/ Instituto Coahuilense de Cultura, 2005. 33Luis Luján, “Rasgos manieristas en la escultura guatemalteca”, La dispersión del manierismo, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1980, (Estudios de arte y estética / 15) pp. 148-190. Otros artistas son mencionados en el libro de Heinrich Berlin, Historia de la imaginería colonial en Guatemala, Guatemala, Ministerio de Educación Pública, 1952. 34AGN, Matrimonios, vol. 125, exp. 22, fj. 166. 25 Neevia docConverter 5.1 libre, oficial de dorador en 1688.35 En el norte del país alrededor de 1728 el maestro mulato José Antonio Carreño trabajó en Sombrerete y de ahí pasó a Durango para terminar el retablo de la Virgen del Tránsito.36 En Zacatecas a finales del siglo XVIII, el gremio de carpinteros era integrado en un 66% por mezclas de castas; entre ellos se encontraban los mulatos, pero no se especifica el tipo de trabajo que realizaban ni cuál era su nombre y el grado dentro del gremio.37 El censo realizado en 1753 en la ciudad de México, proporciona una lista de los diferentes gremios, las castas, los grados y la cantidad de personas que había en cada uno de ellos. De acuerdo a lo ahí presentado, en el gremio de carpinteros se hallan tres maestros, cuatro oficiales y tres aprendices mulatos. En el gremio de pintores tres mulatos declararon pertenecer a dicho grupo.38 Los gremios fueron la manera de organizar la producción artística virreinal, por lo que se expidieron ordenanzas que reglamentaban su función. La ordenanza de pintores de 1568 prohíbe “que ningún esclavo, ni negro que fuere de cualquier oficial de los dichos oficios […] ora sea puesto de deprender de dicho oficio y lo 35Ibidem, vol. 14, exp. 87, f. 215v. 36Bargellini,”Escultura y retablos…”, op. cit, p. 175. 37René Amaro Peñaflores, Los gremios acostumbrados. Los artesanos de Zacatecas 1780-1870, México, Universidad Pedagógica Nacional, 2002. 38Irene Vázquez Valle, Los habitantes de la ciudad de México, vistos a través del censo del año 1753, Tesis de Maestría en Historia, El Colegio de México, 1975. María Elisa Velásquez Gutiérrez, “Juntos y revueltos: oficios, espacios y comunidades domesticas de origen africano en la capital novohispana según el censo de 1753”, Pautas de convivencia étnica en la América Latina colonial, coord. Juan Manuel de la Serna Herrera, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos/ Gobierno de Guanajuato, 2005, p. 339. 26 Neevia docConverter 5.1 aprendiere, no pueda ser examinado ni poner la dicha tienda”.39 La ordenanza de 1599 establecía que “no recibían por aprendiz a persona, que fuera de color quebrado, ni puedan admitirlo, si no fuere procediendo información ante el juez veedor”.40 Sin embargo, Rogelio Ruiz Gomar ha planteado que el gremio de pintores fue una de las organizaciones que mayor libertad tuvo para admitir miembros de color. A finales del siglo XVII el fiscal de la Audiencia “se mostró partidario de que indios, chinos, negros y mulatos alcanzasen el grado de maestro, porque impedírselo “es opuesto a la virtud y a la facultad natural que tienen de aprender”. En esa época las ordenanzas de 1686 prohibían “que ningún pintor pueda recibir aprendiz que no fuera español”, pero el virrey suprimió esta cláusula.41 39Maria del Consuelo Maquivar, El imaginero novohispano y su obra, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1995, pp. 138, 139. 40Manuel Carrera Stampa, Los gremios mexicanos, México, EDIAPSA, 1954, p. 224. 41Rogelio Ruiz Gomar, “El gremio y la cofradía de pintores en la Nueva España”, Juan Correa: su vida y su obra, t. III, coord. Elisa Vargaslugo y Gustavo Curiel, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1991, p. 215. 27 Neevia docConverter 5.1 MULATOS Y ARTE NOVOHISPANO La llegada de africanos al nuevo continente se dio entre 1521 y 1639, con la disminución de la población indígena y la necesidad de mano de trabajo resistente para lugares como las haciendas azucareras, los viñedos y las minas, entre otros.42 Su mezcla con los demás habitantes en los virreinatos provocó que las autoridades les temieran, ya que además de su elevado número, se creía que era una raza proveniente del pecado. Por los registros demográficos son un grupo importante dentro de la sociedad. Para mediados del siglo XVI en México los negros igualaban a los blancos (1550 – 20 000 negros, 1560 - 20 211 blancos).43 Ante la trascendente presencia de negros, es importante señalar que dicho grupo se integró en diversos gremios como bien lo menciona Vinson, “en las áreas urbanas los negros se volvieron indispensables como artesanos...”.44 El descubrimiento de la casta del pintor Juan Correa, quien era mulato, ha hecho que los investigadores tengan presentes a los mulatos involucrados en la producción artística. Al respecto Elisa Vargaslugo escribe: “muy importante es el hecho indiscriminatorio de la colaboración de artistas pertenecientes a diferentes clases sociales: criollos, mulatos e indios, trabajando juntos en el mismo alto nivel 42Ben Vinson III, “Estudiando las razas desde la periferia: las castas olvidadas del sistema colonial mexicano”, Pautas de convivencia étnica en la América Latina colonial, coord. Juan Manuel de la Serna Herrera, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos/ Gobierno de Guanajuato, 2005, p. 251. 43 Ibidem, p. 259. 44Ibidem, p. 252. 28 Neevia docConverter 5.1 artístico”.45 Artista importante a mediados del siglo XVIII fue José de Ibarra quien también fue mulato.46 Existen otros mulatos en el arte. Clara Bargellini apunta que en la primera catedral de Durango colaboraron no sólo peones esclavos negros de diversas familias sino también se menciona al negro Manuel como albañil, el primero con oficio que trabajó en la obra hacia 1642.47 En la Catedral de Saltillo trabajó el mulato Salvador Cayetano Yánez entre 1777 y 1785 como maestro albañil.48 Para la fabricación de retablos, en los textos hasta ahora consultados, se menciona específicamente a mulatos en Chiapas y Guatemala; por ejemplo: “Francisco Martín maestro ensamblador, que algunas veces se menciona como mulato y otras como pardo libre, activo entre 1665 y 1672”.49 En documentos del Archivo General de la Nación en el ramo de matrimonio localicé algunos más, como Dionisio Carvajal, mulato libre, oficial de ensamblador en 1726;50 y Joseph Carmona, mulato 45Elisa Vargaslugo, “Comentarios acerca de la construcción de retablos en México, 1687-1713”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. vol. XVI, núm. 62, 1991, p. 101. 46 Paula Mues Orts, José de Ibarra. Profesor de la nobilísima arte de la pintura, México, Conaculta, 2001. 47Clara Bargellini, “El trabajo indígena y la construcción de la primera catedral de Durango”, Nómadas y sedentarios en el norte de México. Homenaje a Beatriz Broniff, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Estéticas/ Instituto de Investigaciones Antropológicas/ Instituto de Investigaciones Históricas, 2000, pp. 563-582. 48Clara Bargellini, La catedral de Saltillo y sus imágenes, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Estéticas/ Universidad Autónoma de Coahuila/ Gobierno del Estado de Coahuila/ Instituto Coahuilense de Cultura, 2005. 49Luis Luján, “Rasgos manieristas en la escultura guatemalteca”, La dispersión del manierismo, México, Universidad Nacional Autónomade México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1980, (Estudios de arte y estética / 15) pp. 148-190. Otros artistas son mencionados en el libro de Heinrich Berlin, Historia de la imaginería colonial en Guatemala, Guatemala, Ministerio de Educación Pública, 1952. 50AGN, Matrimonios, vol. 125, exp. 22, fj. 166. 29 Neevia docConverter 5.1 libre, oficial de dorador en 1688.51 En el norte del país alrededor de 1728 el maestro mulato José Antonio Carreño trabajó en Sombrerete y de ahí pasó a Durango para terminar el retablo de la Virgen del Tránsito.52 En Zacatecas a finales del siglo XVIII, el gremio de carpinteros era integrado en un 66% por mezclas de castas; entre ellos se encontraban los mulatos, pero no se especifica el tipo de trabajo que realizaban ni cuál era su nombre y el grado dentro del gremio.53 El censo realizado en 1753 en la ciudad de México, proporciona una lista de los diferentes gremios, las castas, los grados y la cantidad de personas que había en cada uno de ellos. De acuerdo a lo ahí presentado, en el gremio de carpinteros se hallan tres maestros, cuatro oficiales y tres aprendices mulatos. En el gremio de pintores tres mulatos declararon pertenecer a dicho grupo.54 Los gremios fueron la manera de organizar la producción artística virreinal, por lo que se expidieron ordenanzas que reglamentaban su función. La ordenanza de pintores de 1568 prohíbe “que ningún esclavo, ni negro que fuere de cualquier oficial de los dichos oficios […] ora sea puesto de deprender de dicho oficio y lo 51Ibidem, vol. 14, exp. 87, f. 215v. 52Bargellini,”Escultura y retablos…”, op. cit, p. 175. 53René Amaro Peñaflores, Los gremios acostumbrados. Los artesanos de Zacatecas 1780-1870, México, Universidad Pedagógica Nacional, 2002. 54Irene Vázquez Valle, Los habitantes de la ciudad de México, vistos a través del censo del año 1753, Tesis de Maestría en Historia, El Colegio de México, 1975. María Elisa Velásquez Gutiérrez, “Juntos y revueltos: oficios, espacios y comunidades domesticas de origen africano en la capital novohispana según el censo de 1753”, Pautas de convivencia étnica en la América Latina colonial, coord. Juan Manuel de la Serna Herrera, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos/ Gobierno de Guanajuato, 2005, p. 339. 30 Neevia docConverter 5.1 aprendiere, no pueda ser examinado ni poner la dicha tienda”.55 La ordenanza de 1599 establecía que “no recibían por aprendiz a persona, que fuera de color quebrado, ni puedan admitirlo, si no fuere procediendo información ante el juez veedor”.56 Sin embargo, Rogelio Ruiz Gomar ha planteado que el gremio de pintores fue una de las organizaciones que mayor libertad tuvo para admitir miembros de color. A finales del siglo XVII el fiscal de la Audiencia “se mostró partidario de que indios, chinos, negros y mulatos alcanzasen el grado de maestro, porque impedírselo “es opuesto a la virtud y a la facultad natural que tienen de aprender”. En esa época las ordenanzas de 1686 prohibían “que ningún pintor pueda recibir aprendiz que no fuera español”, pero el virrey suprimió esta cláusula.57 55Maria del Consuelo Maquivar, El imaginero novohispano y su obra, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1995, pp. 138, 139. 56Manuel Carrera Stampa, Los gremios mexicanos, México, EDIAPSA, 1954, p. 224. 57Rogelio Ruiz Gomar, “El gremio y la cofradía de pintores en la Nueva España”, Juan Correa: su vida y su obra, t. III, coord. Elisa Vargaslugo y Gustavo Curiel, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Estéticas, 1991, p. 215. 31 Neevia docConverter 5.1 EL RETABLO DE SAN NICOLÁS AYOTLA Las investigaciones específicas sobre arte en las haciendas de los jesuitas son pocas, y lo referido a retablos es aún menor. Destaca el libro El retablo de la Virgen de los Dolores, obra que perteneció a la hacienda jesuita de Santa Lucia.58 El texto aborda la obra desde una perspectiva histórico-artística y habla del desarrollo de la devoción a la Virgen de los Dolores en la Nueva España. El artículo “Las haciendas jesuitas en Nueva España” proporciona datos muy generales de objetos que aún se encuentran en algunas haciendas jesuitas del país.59 Finalmente el libro Dos haciendas jesuitas en el valle de Amilpas hace mención de la decoración que registran los inventarios sobre los lugares. 60 Hasta hace poco no existían estudios sobre Ayotla porque la Cañada donde se encuentra es de difícil acceso. Es Arturo Motta en sus investigaciones sobre esclavos en la zona, quien encuentra en el Archivo General de la Nación el documento donde se menciona la realización del retablo, por lo que posteriormente se da a la tarea de localizar la obra. Dentro de los artículos que Motta ha publicado sobre el lugar, proporciona información sobre las características geográficas, la demografía de los esclavos de Ayotla y las administraciones de 58Clara Bargellini, El retablo de la Virgen de los Dolores, México, Fundación Cultural Televisa, 1993. 59Sara Bas, Mónica Martí y Verónica Zaragoza, “Las haciendas jesuitas en la Nueva España”, Ad maiorem Dei gloriam, México, Universidad Iberoamericana, 2003, pp. 165-203. 60José Sánchez González, Dos haciendas jesuitas en el Valle de las Amilpas (Siglos XVI-XVIII), Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2003. 32 Neevia docConverter 5.1 Temporalidades; artículos donde procura mencionar la existencia del retablo de Ayotla.61 El artículo sobre el lugar y la obra, que Motta escribe con María Elisa Velásquez, aborda el estudio entre los documentos y la obra. Los autores mencionan que el “mulato carpintero y escultor Victorino Antonio Sánchez” le paga al padre Porras la libertad de su hijo con una parte del dinero que obtiene de “la fabricación del colateral de la capilla”.62 Para determinar si efectivamente el retablo que hoy observamos es el realizado por Victorino, se mencionan los inventarios levantados de 1768 a 1801. Dichos inventarios indican la existencia de cinco retablos, tres estaban aún de pie uno en el altar mayor y dos en la nave de la capilla, y los otros dos estaban apolillados en el cuerpo de la torre en pedazos. De los tres retablos que se conservaban en pie, dos son descritos como de oro limpio y uno en buenas condiciones; también se citan las devociones de estos tres retablos que son: san Nicolás con Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de los Dolores y el Santo Niño con la Señora de la Asunción; los retablos de san Nicolás de Tolentino y de la Dolorosa 61Arturo Motta, “Familias esclavas en el ingenio de San Nicolás Ayotla, Teotitlán del Camino Real, Oaxaca”, Pardos, mulatos y libertos: Sexto Encuentro de Afromexicanistas, coord. Hita Nevado Chávez, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ CECCYL/ Gobierno del Estado de Veracruz, 2001, pp. 123- 124. “Un bozal en el ingenio de san Nicolás Ayotla, Oaxaca”, Dimensión Antropológica, vol. 22, mayo-agosto, 2001, pp. 7-33 Motta y Ana Velasco, “La Cañada Oaxaca/Puebla, una región azucarera del siglo XVII al pie de la Sierra Madre Oriental”, Antropología. Boletín del INAH, núm. 69, enero-marzo, 2003, pp. 18-26. “¿Huellas bantúes en el noroeste del estado de Oaxaca?”, Poblaciones y culturas de origen africano en México, coord. Ma. Elisa Velásquez y Ethel Correa, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2005, pp. 357-410. 62AGN, Civil, vol. 1523, exp.29, fjs. 308-321. Citado en: Arturo Motta y Maria Elisa Velásquez, “El retablo de Ayotla, Teotitlán de Flores Magón, Oaxaca. ¿Obra del mulato esclavo carpintero Victorino Antonio Sánchez?”,Antropología. Boletín Oficial del INAH, núm. 60, octubre-diciembre, 2000, p. 27. 33 Neevia docConverter 5.1 fueron realizados por Victorino de acuerdo a los testigos. Para la iconografía del retablo que hoy se conserva en Ayotla, los autores consideran que es san Benito de Palermo el santo de tez negra de mayor tamaño representado en las esculturas; los de menor tamaño proponen que se trate de niños mártires o del esclavo con el que en ocasiones se representa a este santo. El retablo es datado entre 1745 y 1767, fechas que corresponden a la administración del padre Pascual de Barrote, jesuita encargado de la hacienda de 1729 a 1745, y la fecha de expulsión jesuita. Finalmente, en un artículo escrito por Arturo Motta y Luis Huidobro, se repiten los datos ya mencionados, pero se agrega información acerca de las herramientas de carpintera, de acuerdo a los inventarios. La hacienda tenía: “escoplos, garlopas, cepillos, azuelas, sierras, gubia, martillos, saca bocados, escuadra, compás, regla, etc.”63 Aportación importante es que se reporta el tipo de madera con la que está fabricado el retablo: cedrela oaxacensis, especie que se da en Oaxaca.64 Modifican el fechamiento de la obra, al encontrar que el nombre de Baltasar de Porras, administrador de la hacienda quien encarga el retablo a Victorino, aparece por primera vez en un recibo de la hacienda en 1754, también año del bautizo de Tiburcio Antonio hijo de Victorino Sánchez y quien posteriormente inició juicio para obtener su libertad, la cual fue pagada por su padre con la factura del retablo mayor de la capilla; la otra fecha límite sigue siendo la expulsión jesuita. Además, señalan que el tipo de estructura del 63Arturo Motta y Luis Huidobro, “En pos el retablo de Ayotla y su artífice. Una aproximación preliminar”, articulo en prensa. 64Análisis realizado por el biólogo Pablo Torres. 34 Neevia docConverter 5.1 retablo, ayuda a datarlo; argumentan que la estructura es reticular; se conforma por las tres calles, los dos cuerpos centrales y el remate; aclaran que las columnas laterales que cargan los nichos pertenecen a otro retablo, ambas del mismo taller. Agregan que existe un fragmento de otro retablo que se localiza a la derecha del sagrario con decoración de lacería propia del siglo XVII y de talla más fina.65 65Motta y Huidobro, op. cit. 35 Neevia docConverter 5.1 III. HISTORIA Y ARTE LA HACIENDA DE AYOTLA La zona comprendida por los poblados que van de Coxcatlán a Cuicatlán, pertenecientes a los estados de Puebla y Oaxaca, se llama la Cañada. El clima que presenta la zona es variado: “la aridez admirable de sus paisajes no obsta para que en ellos coexistan pequeños nichos […] de bosque espinoso como el tropical”.66 El cruce de los ríos Salado y Tomellin favorecieron desde la época novohispana la proliferación de haciendas azucareras, algodoneras y harineras. En esta región se ubica la hacienda azucarera de San Nicolás Ayotla que perteneció a la Alcaldía Mayor de Teotitlán del Camino Real, hoy Teotitlán de Flores Magón. Sobre Teotitlán, Peter Gerhard dice que “se encuentra en la parte centro-norte de Oaxaca, consiste en un valle árido y caliente que desagua por los ríos Grande y Salado, cerrado al este y oeste por altas montañas”.67 Sobre la evangelización de Teotitlán se tienen pocos datos. Gerhard informa que “franciscanos de Tehuacán visitaban esta área en la década de 1540 y emprendieron la construcción de un convento en los últimos meses de 1559”. Dos décadas después eran los seculares quienes se establecieron en la zona.68 En 1598 se informa que Teotitlán administrado por clérigos es pueblo de cabecera junto con 66Motta y Velasco, “La Cañada Oaxaca/Puebla…”, op. cit. p. 19. 67Peter Gerhard, Geografía histórica de la Nueva España: 1519-1821, México, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Históricas, 2000, p. 316. 68Ibidem. 36 Neevia docConverter 5.1 San Gabriel Casa Blanca, San Juan de los Cués y Mazatlán de las Flores; en esa fecha la iglesia de Teotitlán es descrita “de cal y canto bien acabada”.69 La fundación de la hacienda se realizó entre 1612 y 1615 por Gaspar Juárez, gobernador de Teotitlán.70 Sobre esta época se apunta que había sido “un trapichillo muy pequeño y se sembraba muy poco”.71 En 1636 su dueño es el capitán Andrés de Carvajal y Tapía,72 quien recibe la “remisión de aceptación que el rey Felipe IV, en septiembre de 1643, hacía al dicho capitán […] por la composición que pactó con éste en 450 o 600 pesos de oro común a fin de regularizarle el trapiche y su dotación”.73 Veinte años después, “el 28 de febrero de 1663, otorga licencia el virrey conde de Baños al amo Andrés de Carvajal para fundar su capilla del trapiche”, y así evitar que los esclavos se desplacen al templo de Teotitlán.74 En 1672 Carvajal donó el trapiche a La Compañía de Jesús para dotar el colegio de Santa Ana en México; a partir de esta donación el colegio cambió su advocación por el de San Andrés.75 Meses antes de hacer el cambio de propietario, el capitán Carvajal solicitó al virrey que proveyera merced sobre un arroyuelo localizado 69Magdalena Vences Vidal, “Iglesias y bienes del obispado de Antequera, 1597- 1598”, Archivo Dominicano, vol. XX. Salamanca, 1999, pp. 249, 250. 70Motta, “¿Huellas bantúes…?”, p. 361. Cfr. Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Civil vol. 1523, exp. 1, fjs. 40v-47v. 71Ibidem, p. 364. 72Ibidem, p. 373. Cfr. AGN, Jesuitas, caja IV-56, exp. 88. Archivo Notarias DF, año 1672. escribano Baltasar Morante, notaría 379, libro 2503, fjs. 398-412v. 73Motta y Velásquez, op .cit, p.27. Cfr. AGN, Mercedes, vol. 44, fj. 121v. 74Ibidem, p. 32. Cfr. AGN, Reales Cedulas, vol. 22. 75Ibidem, p. 28. Cfr. Archivo de Notarías, escribano Baltasar Morante en 15 agosto de 1672, Notaría 379, libro 2503, f. 398-412v. AGN, Jesuitas, leg. 1-14, exp. 377, fj. 1814. Zambrano, op. cit, t. V, pp. 284-289. . 37 Neevia docConverter 5.1 en el antiguo pueblo de “San Bernardo [y que estaba] totalmente despoblado”, que “va a caer a el río de los Reyes o San Martín, el cual tampoco necesita de dicho arroyo”.76 Si la petición fue aceptada o no, es difícil especificar al no encontrar documento que lo avale; pero una vez asumida la administración, los jesuitas tienen problemas con dicho arroyo. Los datos que tengo de la época jesuita son registros sobre la producción azucarera del lugar y múltiples problemas entre el trapiche y los pueblos aledaños de Teotitlán, San Juan de los Cués y San Martín Toxpalan, todos habitados por indígenas. De dichas peleas, destaco que entre 1689 y 1691 el ganado del trapiche dañó las milpas de San Martín, mismas que el administrador Nicolás de la Rosa se negaba a pagar.77 En 1690 los problemas también son con el pueblo de Teotitlán, porque la hacienda consumía más agua de la que estaba estipulado.78 Para 1692, cuando la hacienda era administrada por el padre Antonio López, seguían los problemas de agua, con los habitantes de San Martín y San Juan, por el río Reyes.79 En 1715, siendo administrador el padre Pedro de Gastambide, “al parecer, le fue entregada su merced de tierras y aguas al ingenio”.80 Entre 1729 y 1745 la administración de la hacienda estuvo a cargo del padre Pascual Barrote. En 1732 la documentación menciona la falta de gente que trabajaba en la hacienda, como la carencia de un hachero; también hubo mortandad de mulas y bueyes.81 De 1754 a 1766, el padre Baltasar de Porras se convierte en el 76AGN, Tierras, vol. 151, exp. 3, fj. 4-4v. 77Ibidem, fj. 116-116v. 78Ibidem, vol. 149,exp. 5, fjs. 166-167. 79Ibidem. 80Motta, “Familias…”, p. 118. 81Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Jesuitas, carpeta XII, doc. 10/14. 38 Neevia docConverter 5.1 administrador de la hacienda; de esta etapa se mencionan algunos pedidos que la hacienda realizaba a Puebla y el traslado de algunos esclavos a las haciendas poblanas.82 A la expulsión de los jesuitas, fue el padre Cao el encargado de dar a conocer a los administradores de Temporalidades la existencia de la hacienda.83 Después de la expulsión jesuita se realizaron inventarios y avalúos del lugar bajo los administradores de Temporalidades, que dan razón de la situación del lugar. Se proporciona un listado de los esclavos especificando nombre, edad, sexo y parentesco, de los campos donde sembraban (nombrados San Nicolás y Ayotla), de algunas construcciones, y de la ornamentación de la capilla. En 1772 el administrador de la hacienda don Juan Martín de Ocio solicitó dinero para el reparo de algunas piezas en mal estado: éstas son: la capilla y la sacristía “con el techo muy maltrato pues se halla inservible”, la pieza del trapiche inservible de la cual se necesita arreglar “tejas, paredes, tolantes, soleras diagonales, clavazón”. La casa de calderas, además de maltratada, requería agrandarse, ya que “se halla tan chica que ni la resfriadera cabe”; para la casa de purga demanda “el techo nuevo por hallarse sumiéndose y hallarse toda goteándose”. Era indispensable que la troje fuera remendada y además ampliada. Otras piezas como la cocina y el azoleadero tenían goteras, por lo que también pedían ser reparadas.84 Al año siguiente al parecer no se ejecutaron los reparos solicitados, porque se informa que los 82 AGN, Archivo Histórico de Hacienda, vol. 285, caja 1, exp. 20, Tierras, vol. 3464. 83Motta y Huidobro, op. cit. Cfr, AGN, Archivo Histórico de Hacienda, leg.969. Desafortunadamente no pude localizar el documento para obtener más información del personaje y la hacienda. 84AGN, Civil, vol. 1523, exp. 13, fj. 171, 171v. 39 Neevia docConverter 5.1 temblores acabaron por “rematar la casa de purga, tanto que habré de cortar la molienda por falta de oficina donde beneficiar la azúcar”.85 A partir de 1776 se lanzó a la venta la hacienda y es don Cristóbal Infante, “vecino del comercio de la corte de México”, quien desea comprarla.86 Dicho proceso dura dos años sin resultados, porque seis de los fiadores no fueron admitidos por la Real Junta. Nuevamente es puesta a la venta, pregonándola en México, Puebla y Oaxaca, sin encontrar comprador. En 1787 don Francisco González planteó que se volviera a evaluar, ya que “el explicado avaluó a la presente, han mediado diez y nueve años. Y que en este tiempo a varios de los caseríos fabricados en aquel ingenio, solamente se le han hecho algunos ligeros y provisionales reparos para el preciso uso del servicio que han mantenido, hallándose como se hallan en el año de [17]68 en un estado deplorable”.87 Dos años después, en 1789, don José Arias vecino del pueblo de Xalapa hizo postura para comprar el ingenio de Ayotla, pero no se llegó a nada.88 Entre 1799 y 1800, don José María Lebrija proveedor de marina en el puerto de Veracruz pidió se le vendieran esclavos de Ayotla, pero no logra obtenerlo.89 En 1801 a la muerte del que fuera el último administrador de temporalidades de la hacienda, Íñigo Pelayo, se realizó una inspección del lugar. El documento menciona, que se “observó su deplorable estado digno de la mayor compasión, pues no encontré otra cosa más 85Ibidem, exp. 4, fj. 35. 86AGN, Tierras, vol. 3464, s/exp, s /fj. 87Ibidem, s/exp, s /fj. 88Ibidem, s/exp, s /fj. 89Ibidem, s/exp, s /fj. 40 Neevia docConverter 5.1 que lástimas y miseria”.90 En 1802 se remató la finca en 27 965 pesos 2 reales 8 granos a don José Antonio Muñoz Ogazón y don Juan Ángel de Huarte.91 Al siguiente año comenzaron a tener problemas al no poder pagar la deuda de la compra, por lo que trataron de justificarse declarando el estado en que se recibió el ingenio: “toda la esclavona se hallaba en cueros, los campos sin cercas y sin sembrados de ninguna clase, […] tuvo que vestir [a] toda la esclavonía y dio principio a rozar, componer los campos [de] maíz, trigo y otros frutos”.92 Hacia 1806 Muñoz Ogazón entabló relación con el capitán Eusebio Sáenz de Racines, a quien decidió traspasar la hacienda, posiblemente debido a la deuda que aún tenía con la oficina de Temporalidades y a su delicado estado de salud. Para 1809 Eusebio Sáenz estaba a cargo del ingenio como apoderado de Muñoz Ogazón, y un año después se realizó el traspaso del trapiche.93 Sobre el avalúo en el cambio de propietario, no me fue posible localizar documento. Es hasta 1817 cuando vuelvo a tener noticias sobre el trapiche cuando su dueña, doña María Josefa Ruiz viuda del capitán Eusebio Sáenz, tiene problemas para acreditar la pertenencia del trapiche. Declara que perdió los documentos al momento de escapar de la revuelta y “el original que existía en el archivo de Teotitlán” también se perdió, porque los insurgentes quemaron los archivos, pero don Antonio Zúñiga tenía un duplicado realizado en Veracruz a 15 de julio de 90AGN, Tierras, vol. 3461, s/exp, s /fj. 91Ibidem, vol. 3464, s/exp, s /fj. 92Ibidem, vol. 3461, s/exp, s /fj. 93AGN, Tierras, vol. 3462, s/exp, s /fj. 41 Neevia docConverter 5.1 1813.94 En 1819 la viuda buscó que sus pagos fueran suspendidos por cinco años al carecer de recursos para ello. Argumentó que la hacienda fue ocupada por los insurgentes en 1812, y “esta viuda recibió su finca el año de [1]817 enteramente destruida”, por lo que tuvo que construir “casas de calderas, trapiche, casas de habitación y las demás oficinas”.95 El litigio entre la viuda de Sáenz y el gobierno continuó, del que desconozco el final. Este es el último documento que tengo. Después de esa época ignoro los diferentes dueños que pudo tener la hacienda. Actualmente la capilla pertenece a la jurisdicción de la iglesia de Teotitlán de Flores Magón. 94Ibidem. 95AGN, Bienes Nacionales, vol. 713, exp. 5. 42 Neevia docConverter 5.1 HISTORIA DE LA ARQUITECTURA DE LA HACIENDA. El inventario de 1768 realizado a un año de la expulsión de los jesuitas, proporciona una idea de los cuartos que tenía la hacienda de Ayotla. Sin embargo, carezco de un plano de la hacienda que pueda ubicar cada una de las habitaciones que poseía. Por ello, sólo haré mención de los cuartos modificados y al final centraré mi atención en los datos sobre la capilla. Los inventarios realizados de 1768 a 1801 registran las mismas habitaciones, pero con algunas modificaciones o averíos. Así, en 1768 el precio de la casa de purga incluía “los remiendos nuevos que tiene de”.96 Cuatro años después, en 1772, el administrador de la hacienda Juan Martín de Ocio solicitó dinero para reparar algunas piezas en mal estado; éstas eran: la capilla, la sacristía, el trapiche, la casa de calderas, la troje,97 la cocina y el azoleadero. Los arreglos no fueron realizados porque los temblores del año siguiente “remataron la casa de purga”.98 Para el inventario de 1792 se informa que las casas y oficinas aunque están maltratadas no han sido modificadas, con excepción de “una cerca de adobe que sirve de machero y resguardo de caña y astillero que se hizo nueva”,99 el techo de algún corredor se cambió porque “antes era de zacate y ahora de teja”.100 A la muerte del último 96AGN, Civil, vol.1523, exp. 1, fjs. 2v-4v. 97Troje: Espacio delimitado por tabiques para guardar frutos y especialmentecereales. Diccionario de la lengua española, Madrid, Real Academia Española, 2001. 98AGN, Civil, vol.1523, exp. 4, fj. 35. 99Machero: Criadero de alcornoque. Diccionario de la lengua española 100AGN, Tierras, vol. 3463, s/exp, s/fj. (cuaderno 2) 43 Neevia docConverter 5.1 administrador de temporalidades acaecida en 1801, sólo se apunta lo siguiente respecto a las habitaciones de la hacienda: “las casas y oficinas viniéndose abajo, pues las paredes las más se hallan desbocadas y cuarteadas y los techos podridos y vencidos, temiéndose principalmente el estrago a los primeros aguaceros. En las oficinas de calderas y purga que ya están casi por los suelos, pues parte de su techo está cubierto por espinas y sin ninguna seguridad”.101 Al año siguiente cuando la hacienda es adquirida por Muñoz Ogazón no se hace mención del estado de las habitaciones de la hacienda pero se indica la recomposición y el material utilizado en: “el suelo de la troje que se desmontó y enladrilló de nuevo con 800 ladrillos, la composición de varios remendos en las paredes de la casa y corrales en que entraron 1700 adobes”.102 Más noticias de la hacienda están registradas en el avalúo de 1817 realizado por el gobierno que registra las condiciones en las que se encontraba el lugar. El reconocimiento resulta ser bastante exhaustivo en la composición de las habitaciones; la mayoría de los cuartos habían sido modificados y además se construyeron otros. Sobre la capilla se informa en 1768 que era una pieza “de terrado y paredes de adobe con sus arcos ciegos de cal y canto,103 suelo enladrillado, ripiado y revocado,104 aunque el techo muy 101Ibidem, vol. 346l, s/exp, s /fj. 102Ibidem, fj. 18. 103Terrado: Sistema constructivo de cerramiento que consiste en colocar sobre la viguería una cama de tabla o tejamanil, encima de ésta una capa de tierra y cal, y un recubrimiento superior de ladrillo o simplemente cal. Vocabulario Arquitectónico Ilustrado. México, Secretaria de Asentamiento Humanos y Obras Públicas, 1980. 104 Ripio: Cascajo o fragmentos de ladrillo, piedras y otros materiales de obra de albañilería, que se utilizan para rellenar huecos. Revoque: Pintar de nuevo las paredes que están al exterior de un edificio. Vocabulario Arquitectónico Ilustrado. 44 Neevia docConverter 5.1 maltratado”, tiene torre “de cal y canto, suelo enladrillado”. Su sacristía medía “12 varas largo, 6 de ancho de ½ ala, también de terrado, el techo cayéndose, paredes de adobe. Está todo tan inservible y tan amenazado [de] ruina, no determina ponerle precio alguno, por no haber hecho nada de nuevo dicho administrador en dichas oficinas”. Había una pieza donde se enterraban “los párvulos y otra que cae a espaldas a la parte del sur que sirve de habitación del padre que administra”.105 En 1772 con la solicitud de dinero de Ocio para el reparo de piezas, se menciona que la capilla y la sacristía tenían “el techo muy maltratado pues se halla inservible”.106 El inventario de 1787 volvió a registrar la capilla como “una pieza de terrado, sus paredes de adobe con arcos ciegos, ripiados y revocados”, su techo es mencionado como “nuevo de buenas maderas”, el suelo continuo siendo “enladrillado”. Un dato importante que se agrega son las medidas de la capilla: “de alto 7 varas, las mismas de ancho y 19 ¾ de largo”, aun existe “su torre de cal y canto”; se hace la referencia de “un panteoncito que tiene en el altar mayor”.107 El inventario de 1817 señala que la capilla medía “21 varas de largo, 7 varas de ancho y alto, pintada de 2 varas de grueso sus paredes”. Al interior tenía “un arco en el presbiterio de mampostería, bóveda para entierros de lo mismo”, su “techo de tablas, tarra y ladrillo,108 su torre de mampostería de 10 varas de alto, 3 dichas en cuadro con su escalera de piedra y 3 campanas”. La sacristía es registrada de “7 varas de largo, 21 varas de ancho, suelo de ladrillo y 105AGN, Civil, vol. 1523, exp. 8, fj. 70. 106Ibidem, exp. 4, fj. 35. 107AGN, Tierras, vol. 3463, s/exp, s/fj. (cuaderno 2) 108Posiblemente tarra sea sinónimo de terrado. 45 Neevia docConverter 5.1 techo de tejas, un cuarto contiguo a la sacristía de 7 varas en cuadro hecho de ladrillo, techo de teja”.109 Por los datos de los inventarios, puedo concluir que la etapa constructiva más antigua está compuesta por la nave principal de la capilla, que tiene el único acceso al recinto y conduce al retablo de san Nicolás de Tolentino. Las paredes son de adobe y en la pared de lado noroeste se observan los arcos ciegos, mientras que en el otro costado los arcos fueron abiertos para dar paso a la siguiente nave (foto 8). Un poco más arriba de los arcos existe una línea de moldurados sobre la que descansaba originalmente el techo de terrado (dibujo 6). De lado noroeste de la fachada se ubica lo que era la sacristía y que para el inventario de 1773 media “12 varas de largo, 6 de ancho de media ala, también de terrado”,110 medidas que en el registro del siglo XIX son diferentes: “7 varas de largo, 21 varas de ancho” y el techo era “de teja”.111 Contigua a la habitación se encuentra “su torre de cal y canto”, con medidas de “10 varas de alto, 3 dichas en cuadro, con su escalera de piedra”,112 registrada del primero al último inventario que consulté. Esta primera etapa constructiva debe haber incluido el acueducto, necesario para la producción azucarera. El último inventario que hallé de 1817 menciona “un arco en el presbiterio de mampostería”,113 mismo que existe y divide la nave. Posteriormente, durante el siglo XX se dio continuidad a la pared hacia arriba y en el presbiterio se colocaron las ventanas, se cubrió con 109AGN, Tierras, vol. 3462, s/exp, s /fj. 110AGN, Civil, vol. 1523, exp.8, fj. 70. 111AGN, Tierras, vol. 3462, s/exp, s/fj. 112AGN, Civil, vol. 1523, exp. 8, fj. 70. 113Ibidem. 46 Neevia docConverter 5.1 techo de concreto armado; lo cual registra una de las últimas intervenciones que modifica la altura de la nave. Los datos arrojados por los inventarios se ven reflejados en las características constitutivas de esta parte; además, a lo largo de los diferentes registros no se mencionan modificaciones sustanciales de las piezas, salvo su techado. La situación fue distinta para los cuartos de oficina, la casa de purga y las habitaciones, que en diferentes momentos fue necesario reconstruir debido a la destrucción que sufrieron. El hecho de que la primera etapa continúe en pie me indica que el retablo principal de san Nicolás de Tolentino ha permanecido en el lugar para el cual fue hecho. Es difícil precisar las etapas constructivas de las otras dos naves de la capilla, pero por las características que presentan, considero que existe un siglo de diferencia entre cada una. La nave de arco de medio punto y cúpula que alberga el retablo neoclásico posiblemente fue realizada en la segunda mitad del siglo XIX. La siguiente nave construida en piedra, tal vez coincida con la fecha que uno de los contrafuertes tiene marcado: “23 de junio de 1957 se terminó esta obra, pagada con limosnas de esta capilla”; pero el dato resulta ser muy vago para atribuirlo a la última etapa de construcción (foto 7). Las etapas constructivas se pueden observar con mejor claridad en la parte trasera del exterior, donde se localizan los contrafuertes (foto 6). 47 Neevia docConverter 5.1 Dibujo 6 Techado de terrado o tarra 48 Neevia docConverter 5.1 HISTORIA DE LA ORNAMENTACIÓN DE LA CAPILLA El presente apartado realiza un recorrido por los bienes culturales que ha tenido la capilla, desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad. La mayor parte está baso en
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