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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
COLEGIO DE HISTORIA 
 
 
 
 
VOCES ENTRE LOS SILENCIOS. MUJERES DE DESCENDENCIA AFRICANA A 
TRAVÉS DE LOS PROTOCOLOS NOTARIALES DE LA CIUDAD DE MÉXICO, 
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII. 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 
 
 
 
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADA EN HISTORIA 
P R E S E N T A 
SANDRA NANCY LUNA GARCIA 
 
 
 
 
 
ASESORA DE TESIS: MTRA. GEORGINA ARACELI REYNOSO MEDINA 
 
 
 
 
 
 
 MÉXICO, D.F., CIUDAD UNIVERSITARIA AGOSTO 2008 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Son muchas las personas a quienes debo agradecer por acompañarme en el camino 
recorrido y que dio como fruto la presente tesis. 
 
 En primer lugar agradezco a Margarita Luna, mi mamá por acompañarme, 
apoyarme y sobre todo por confiarme en mi. A mis abuelos Francisca y Natividad 
Luna por ser la base y columna de mi familia, y a toda mi familia que me brindo su 
cariño y apoyo. 
 
 Mi mayor agradecimiento y admiración es para la Mtra. Araceli Reynoso Medina, a 
quien le doy gracias por los consejos y la paciencia que tuvo para poder realizar y llevar 
a buen termino esta tesis. 
 
 A mis amigos, y con especial cariño a Olivia Islas, Sara Moncada, Clara López, 
Lorena López y Pedro Marañon, así como a los compañeros del Seminario de 
Estudios Afroiberoamericanos: José Trinidad Cázarez, Saúl Michel, Israel Ugalde, 
Guillermina Antonio y Delia Domínguez. Y para todos aquellos que no aparecen aquí 
pero que saben quienes son, gracias por su amistad y por compartir: fiestas, reuniones y 
charlas de Historia y por la Historia. 
 
 De igual forma agradezco al Dr. Juan Manuel de la Serna, la Dra. Ivonne Mijares, 
la Dra. Johanna von Grafenstein y al Lic. Gibran Bautista y Lugo por la revisión, 
comentarios y por sus valiosas observaciones que hicieron a esta tesis. 
 
 Así mismo al Mtro. Jorge Castañeda por su amistad y las buenas pláticas 
compartidas y a la Dra. Laura Muñoz, por su apoyo así como por la obtención de la 
beca de licenciatura del Instituto Dr. José Maria Luis Mora. 
 
Mi más profundo agradecimiento es para la UNAM, y la Facultad de Filosofía y 
Letras. 
 
A todos GRACIAS. 
 
Índice 
 
Agradecimientos 
 
Introducción............................................................................................................................ 1 
 
 
Capitulo I. De África a América 
 
1.1 Trata de esclavos............................................................................................................. 7 
1.2Esclavitud y trabajo......................................................................................................... 14 
1.3Esclavos y libres en la legislación española.................................................................... 19 
1.4Derechos jurídicos de esclavos y negros libres............................................................... 24 
1.5Cimarrones...................................................................................................................... 31 
 
 
Capitulo II. La sociedad novohispana de la ciudad de México en el Siglo XVIII 
 
2.1 La ciudad de México en el siglo XVIII.......................................................................... 34 
2.2 Matrimonio y familia de la población negra.................................................................. 42 
2.3 Actividades de mujeres africanas y sus descendientes en la ciudad de México............ 48 
 
 
Capitulo III. Entre voces y suspiros. Mulatas, pardas y morenas en los documentos 
notariales 1700-1750 
 
3.1 Derechos de las mujeres.................................................................................................. 59 
3.2 Las escrituras notariales................................................................................................. 61 
3.2 Cartas de libertad...................................................................................................... ..... 64 
3.3 Cartas de poder............................................................................................................... 68 
3.4 Fiadoras........................................................................................................................... 75 
3.5 Tutoras y curadoras......................................................................................................... 77 
3.6 Escrituras de venta.......................................................................................................... 79 
3.7 Testamentos..................................................................................................................... 85 
 
Conclusión........................................................................................................................... 97 
 
Apéndice documental.......................................................................................................... 100 
 
Fuentes de Consulta 
 
Archivo consultado............................................................................................................ 120 
 
Bibliografía........................................................................................................................ 121 
 
 
 1 
Introducción 
 
Los resultados de amplias investigaciones históricas y de las diferentes disciplinas de 
las ciencias sociales, invitan a continuar con nuevos enfoques acerca de la presencia y 
participación de los africanos y sus descendientes en diferentes regiones del mundo 
novohispano. 
 Existen muchas interrogantes acerca de la presencia y actuación de la población 
africana y afrodescendiente en México, así como de algunos otros grupos, entre los que 
se encuentran chinos y judíos; aun más, se ha descuidado el estudio de niños, ancianos y 
mujeres. 
 Sumidas en el conjunto de la esclavitud, se ha minimizado la figura de las mujeres 
negras, ya que su presencia fue menor en cuanto al número de africanos que ingresaron 
al continente americano. Afortunadamente existen nuevos estudios así como nuevas 
corrientes historiográficas, por las cuales podemos llegar a conocer y resaltar la 
participación de los diversos sectores sociales del México virreinal, sus testimonios no 
deben desconocerse y evadirse dado que son parte esencial de la conformación de la 
sociedad novohispana. Es el caso de las llamadas castas de las que son parte 
fundamental las mujeres de origen africano: mulatas, pardas y morenas, resultado de las 
mezclas entre indígenas, españoles y africanos. Ellas son los actores principales de esta 
investigación. 
 Entre las investigaciones que ofrecen un amplio panorama tanto de carácter histórico 
como antropológico de la población de origen africano y sus descendientes
1
, se 
encuentran las obras ya clásicas de Gonzalo Aguirre Beltrán, pionero en el estudio de 
estos temas; dentro de las obras de síntesis se localizan las de Gabriel Moedano 
 
1
 Véase bibliografía final. 
 2 
Navarro, quien recopiló lo que se produjo entre 1900 y 1989, asimismo Ben Vinson III 
ofrece una recopilacióntitulada Afroméxico acerca de lo que se ha trabajado en México 
en años recientes; Luz María Martínez Montiel, tiene una gran producción en 
publicaciones, recopilaciones y congresos afromexicanos; entre las revisiones 
historiográficas y los estudios específicos se encuentran Juan Manuel de la Serna, 
Antonio García de León, Araceli Reynoso, María Elena Cortés Jácome, Adriana 
Naveda, Norma Angélica Castillo y otros más, quienes se han dedicado a la 
investigación e interpretación de las fuentes en los diferentes periodos de la historia de 
México. 
 Quienes con singular atención se han dedicado al estudio de las mujeres de origen 
africano son María Elisa Velázquez, Alejandra Cárdenas, y María Guevara Sanginés. Y 
de forma general Pilar Gonzalbo, Asunción Lavrin, Julia Tuñon, Carmen Ramos, Silvia 
Marina Arrom, Marcela tostado, entre otras. 
 Por otra parte, es necesario mencionar a quienes han empleado los documentos 
notariales como fuente principal en sus estudios históricos, por ejemplo Ivonne Mijares, 
Elizabeth Amelia Hernández y Maria Eugenia Silva, así como Guillermina Antonio 
García, quienes han contribuido al conocimiento de la institución notarial, la 
preservación de las escrituras publicas y al desarrollo de la investigación histórica. 
 El escenario en donde se ubica esta investigación corresponde a la ciudad de México, 
ello se debe a la riqueza de documentos que se encuentran en el Archivo General de 
Notarias, que es la base principal de este estudio y al número de población descendiente 
de africanos que radicaba en dicha ciudad. 
 El tiempo corresponde a la primera mitad del siglo XVIII cuando la población negra 
es en su mayoría libre, por la disminución en la entrada de esclavos a la Nueva España 
así como por las diversas formas que existieron para obtener o posibilitar la libertad, 
 3 
como fue la manumisión o alforria y el cambio de amo. La obtención de la liberad 
permitía a la población de origen africano hacer uso de sus derechos y poner en práctica 
juicios y demandas, de ahí la importancia de la población libre de la ciudad de México, 
en este estudio. 
 En la investigación se pretende mostrar a las mujeres de origen africano, como 
actuantes en la defensa de sus derechos, bienes y familia teniendo como base el análisis 
de protocolos notariales, entre los que se encuentran escrituras de libertad, cartas poder, 
escrituras de venta, y testamentos. Los objetivos a seguir son 
1.-Mostrar la asimilación voluntaria o forzada de la población negra esclava y libre a la 
economía y sociedad novohispana. 
2.-Destacar la representación jurídica y social que tuvieron las mujeres mulatas, pardas 
y morenas libres de la ciudad de México, señalando que las acciones que llevaron a 
cabo estuvieron dentro y fuera del margen de la ley, y que si bien la sociedad marcaba 
las pautas a seguir, éstas mujeres hicieron uso de su personalidad jurídica, mostrando el 
arrojo y atrevimiento que tuvieron dentro del actuar de la sociedad novohispana. 
 Aclarando que la presente investigación es sólo un acercamiento al tema de la 
población libre de la ciudad de México, y en particular al estudio de las mujeres de 
descendencia africana que actuaron y se reconocieron en la sociedad de su tiempo. 
 La tesis se compone de tres capítulos. En el capitulo primero, De África a América, 
se habla acerca del tráfico de esclavos y su llegada a los puertos de la Nueva España y 
de su asimilación voluntaria o forzada a la economía y sociedad virreinal. También hay 
un apartado sobre los esclavos y libres en la legislación española. 
 
 
 4 
 En el segundo capitulo La sociedad novohispana de la ciudad de México en el Siglo 
XVIII se señala la integración de la población de color, la importancia de las castas y la 
movilidad de los miembros de los grupos que conformaron la sociedad dieciochesca; así 
como la situación de las mujeres y las actividades que desempeñaron. 
 En el capitulo tercero Entre voces y suspiros. Mulatas, pardas y morenas en los 
documentos notariales 1700-1750, se muestran estudios de caso, es decir, se exponen 
una serie de documentos dictados por mujeres descendientes de africanos, considerando 
que fueron escritos por y ante un escribano quien debía “interpretar la voluntad de las 
partes conforme al derecho”
2
. En este capitulo se destaca la importancia 
socioeconómica de las mujeres y las redes que conformaron al interior de una sociedad 
que se creía rígida pero en la que ellas lograron una gran movilidad territorial, social y 
económica. 
 He respetado las nomenclaturas notariales sobre la condición étnica de las mujeres 
descendientes de africanos, como: mulatas, pardas y morenas. Sin embargo utilizo 
diferentes términos tales como población de color, población de descendencia africana, 
y descendientes de africanos, como sinónimo, es decir, hago uso de los términos 
mencionados dándoles el mismo valor para destacar al grupo descendiente de africanos. 
 En el Archivo General de Notarias de la Ciudad de México, se encuentran 
resguardados los libros de protocolos o registro de los escribanos de la época virreinal y 
actuales. En este archivo se localizan una serie de escrituras notariales, tales como: 
escrituras de venta, testamentos, arrendamientos, cartas de libertad, cartas poder, 
donaciones, obligaciones de pago, fianzas, traspasos, cartas de aprendiz, etcétera., 
documentación que brinda amplia y variada información de las formas de actuar de los 
diferentes grupos de la población y las autoridades. Por lo que el Archivo de Notarias, 
 
2
 Catalogo de protocolos del Archivo General de Notarias de la ciudad de México, introducción Ivonne 
Mijares Ramírez, México, UNAM: Instituto de Investigaciones Históricas, 2002. 
 
 5 
resulto el lugar preciso para obtener la información requerida para los fines de esta 
investigación. 
 A partir de la búsqueda realizada entre los registros de los libros de protocolos, 
localice una serie de documentos dictados por mujeres de origen africano, entre los que 
se encontraban: cartas de libertad, cartas poder, escrituras de venta, escrituras de 
depósito y testamentos, el contenido de éstos documentos brinda a través del análisis de 
los actos jurídicos que se celebran, información diversa acerca del actuar y la 
participación de los descendientes de africanos y en este caso de las mujeres mulatas, 
pardas y morenas en la ciudad de México. 
 Los testimonios registrados en los protocolos notariales del Archivo General de 
Notarias, muestran que aun en su condición de mujeres de “color”, en su posición social 
y su situación económica, los descendientes de africanos tuvieron la movilidad e ímpetu 
para dictar una serie de documentos, que dan cuenta de su responsabilidad con el ámbito 
familiar y social. 
 La documentación utilizada en la presente investigación se encuentra en los libros de 
protocolos que produjeron entre 1700 y 1750, Juan Joseph de Aguilera, Francisco 
Xavier Ariza y Valdés, Joseph de Anaya y Bonillo, Andrés Delgado Camargo, Juan 
Raimundo Paez, Juan Álvarez de la Plata, Phelipe Antonio de la Peña, y Joseph Valdés, 
escribanos de la ciudad de México, quienes garantizaban la validez jurídica de los actos 
y negocios privados y judiciales teniendo “plena fuerza probatoria ante cualquier 
tribunal”.
3
 
 
 
 
 
3
 Catalogo de protocolos del Archivo General de Notarias de la ciudad de México, Op.cit.16 
 6 
 Por lo cual los documentos notariales constituyen una gran veta por explotar pues 
proporcionan información para el estudio de temas sociales, económicos y culturales. 
Permitiendo acercarse, por ejemplo a la vida cotidiana tanto como a aspectos 
personales, además de que la documentación notarial es básica en los trabajos 
biográficos y prosográficos- biografíacolectiva-, lo que los convierte en fuente de 
información excepcional para esta investigación. 
 
 7 
Capitulo I. De África a América 
 
1.1 Trata de Esclavos 
 
Al ser escasa e insuficiente la población indígena de América para atender los trabajos 
mineros y agrícolas en los nuevos territorios, empezó el comercio intenso de africanos, 
convirtiéndose la trata de esclavos en uno de los negocios más lucrativos emprendidos 
por los europeos en el nuevo continente. 
 El tráfico de esclavos propició la formación de compañías navieras especializadas, 
hombres expertos en capturar y transportar africanos y funcionarios diversos que tenían 
una actividad propia emanada de la venta de esclavos. De igual forma se crearon 
factorías, que funcionaban como establecimientos fortificados en donde se encerraba a 
los esclavos capturados en las costas africanas. 
 A medida que avanzaba el tiempo y según los descubrimientos geográficos, las zonas 
en donde se realizaba el intercambio comercial entre África y Europa fueron 
desplazándose de norte a sur del continente africano. 
4
 
 La Corona española, al no tener posesiones en África y por la demanda de esclavos 
negros, se da a la tarea de importar esclavos hacia tierras americanas por medio de 
licencias que funcionaban como instrumentos legales para transportar la “mercancía 
humana”; estas licencias se entregaban como cédulas reales a individuos que 
favorecieran los intereses de la Corona. En estos convenios se comprometía introducir 
en determinado tiempo un número determinado de esclavos pagando a la Corona
5
 cierta 
 
4
 Rolando, Mellafe, Breve historia de la esclavitud negra en América Latina, México, SEP/ Setentas, 
1973, Pág. 72 
5
 La corona española cobraba un impuesto por cada esclavo o pieza de indias, como también se le llamaba 
a los hombres adultos y sanos; en 1513 se pagaban 2 ducados, llegando a pagarse 30 ducados por cabeza 
en 1561, mostrándose con ello el incremento que hubo a lo largo del tiempo en el valor de los esclavos. 
Gonzalo Aguirre Beltrán, La población Negra de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1989, 
Pág. 27 
 8 
cantidad de ducados además de pagar de 20 a 40 reales por licencia de introducción de 
los esclavos, este impuesto fue conocido como aduanilla.
6
 
 Las licencias se concedían a particulares y a miembros de instituciones, entre los 
cuales se encontraban oficiales reales o representantes de la Corona, así como 
religiosos que venían a ocupar algún cargo en tierras americanas y conquistadores. Las 
licencias se otorgaban por concesión graciosa, que consistía en la entrada de esclavos 
libres del pago de impuestos, o bien por el pago de juros, bonos que la Corona 
española pagaba a los particulares de los cuales había solicitado prestamos forzosos.
7
 
Entre las instituciones que obtuvieron licencias se encontraban cabildos, hospitales, 
conventos, así como el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. 
 El sistema de las licencias hizo crisis en los últimos años del siglo XVI 
transformándose en asientos, que eran convenios comerciales entre la Corona e 
individuos particulares, el asiento comprendía el privilegio de controlar el tráfico de 
esclavos hacia América, es decir , permitía la introducción más no la comercialización, 
pudiendo los asentistas disponer de la venta de las licencias. Entre los asentistas se 
encontraban la Corona española, factores, encomenderos negreros y demás 
funcionarios. 
 Los portugueses alcanzaron una posición dominante en el comercio de esclavos por 
sus posesiones en las costas africanas entre 1580 y 1640. Durante este tiempo la Corona 
española, que estaba unida con la portuguesa, dependió de ellos para abastecer de 
esclavos a sus posesiones, pero a partir de 1640 otras naciones europeas obtienen 
factorías en África, Holanda en Cabo Verde, Inglaterra en Gambia, Francia en el 
 
6
 Gonzalo Aguirre Beltrán, Op cit., Pág. 17, 24,28 
7
 Rolando Mellafe, Op cit., Pág. 28 
 9 
Senegal y el Dahomey y Dinamarca en la Costa de Oro, reemplazando Holanda, Francia 
e Inglaterra a Portugal en el comercio de esclavos.
8
 
 El primer asiento monopolista se firmó en 1595 entre la Corona española y Pedro 
Gómez Reynel mercader portugués quien compró una licencia por cien mil ducados 
anuales, Reynel tenía que transportar e introducir 4 250 esclavos por año, de los cuales 
debían ser entregados vivos 3 500, esto durante nueve años.
 9
 
 A lo largo del siglo XVII se firmaron una serie de contratos para la formación de 
asientos, entre los que se destaca el firmado con comerciantes genoveses y que es 
conocido como el Asiento de Los Grilles. Los asentistas recurrieron a los holandeses 
quienes habían aprovechado la ruptura que se dio entre la Corona española y la 
portuguesa (1640) para abastecer de esclavos a los portugueses y que éstos pudieron 
cumplir con su cometido.
10
 
 A lo largo de los siglos XVII y XVIII las potencias expansionistas incorporaron al 
tráfico de esclavos, el sistema comercial de compañías, por lo que el monopolio de la 
trata se realizará con mayor organización por medio de grandes compañías negreras.
11
 
 En 1700, Felipe V de Borbón nieto del rey de Francia y nuevo monarca de España, 
dio muy pronto oportunidad a Francia en la empresa del tráfico de esclavos. Para 1701 
Luis XIV de Francia y Felipe V de España firmarían un contrato en el cual se le 
concedió a la Real Compañía de Guinea, una de las tres compañías francesas,
12
 la 
concesión para introducir 4 800 negros anualmente durante 10 años, los esclavos podían 
proceder de cualquier parte de África.
13
 
 
8
Gonzalo, Aguirre Beltrán, Op cit.,Pág.53 
9
 Thomas Hugh, La trata de esclavos. Historia del tráfico de seres humanos de 1440 a 1870, España, 
Planeta, 1997, Pág. 139 
10
 Rolando Mellafe, Op cit., Pág. 53-54 
11
 Rolando Mellafe, Op cit., Pág.55 
12
 Las otras compañias eran la Compañía Real de Senegal fundada en 1696 y la Compañía Real de Saint-
Domingue. Vid. Thomas Hugh, Op cit., Pag.225-229 
13
 Rolando Mellafe, Op cit., Pág. 59 
 10 
 La compañía no pudo proporcionar el número que requirieron las tierras americanas, 
por las presiones de Inglaterra y España, declarándose en 1710 en bancarrota por lo que 
en 1713 Inglaterra obtiene con el tratado de Utrech firmado al terminó de la guerra de 
sucesión española entre Inglaterra y Francia, el asiento de esclavos, es decir, el derecho 
a introducir a Veracruz, La Habana, Cartagena y Buenos Aires una cantidad anual de 
esclavos africanos y una determinada cantidad de bienes.
14
 
 Al contar con capacidad marítima, capitales y factorías en África, los ingleses 
lograron la expansión comercial de Inglaterra, marginando a Francia del comercio con 
América y ejerciendo así por 30 años el monopolio de la Trata de africanos a tierras 
americanas.
 15
 
 La Real Compañía de Inglaterra o Compañía de los mares del Sur, se comprometió a 
introducir en América 144 000 esclavos en 30 años, alrededor de 4 800 anuales, tenía 
libertad para negociar el mejor precio por cada esclavo y las naves inglesas de la 
compañía gozaban de la facultad de poder ir de un puerto a otro. La compañía también 
obtuvo un permiso para conducir todos los años un navío con 500 toneladas de 
mercadería inglesa para Veracruz, la Habana, Cartagena, Portobelo, Panamá y Buenos 
Aires.
16
 
 Los ingleses perdieron temporalmente en 1739 el asiento de esclavos debido a la 
guerra de la Sucesión austriaca entre España y Gran Bretaña, sin embargo, la paz de 
1748 reactivo el asiento de la Compañía del mar del sur, aunque dos años después con 
 
14
 Stanley J. y Bárbara H. Stein, La herencia Colonial deAmérica Latina, México, Siglo XXI, 1982, Pág. 
87 
15
 Eduardo Arcila Farias, Reformas económicas del siglo XVIII en Nueva España, México, Secretaria de 
Educación Publica, 1974, Tomo I. Pág. 52 
16
 Eduardo Arcila, Op cit., Pág. 54-73; Thomas Hugh, Op cit., Pág. 234; Antonio García de León, “La 
Real compañía de Inglaterra y el trafico de esclavos en el Veracruz del siglo XVIII, 1713-1748” en Rina 
Cáceres (compiladora) Rutas de la esclavitud en África y América Latina, San José, Costa Rica, editorial 
de la Universidad de Costa Rica, 2001. Pág. 116-119 
 11 
el acuerdo de España y Gran Bretaña, el tratado de El Retiro, de 1750 España pago cien 
mil libras para que los británicos renunciaran al asiento.
 17
 
 La compañía inglesa tuvo un papel importante en el comercio de Nueva España 
durante casi toda la primera mitad del siglo XVIII. Al terminar el contrato inglés, se van 
a dar nuevos asientos, cuya importancia cuantitativa será menor. Sin embargo y pese a 
la gran actividad de ingleses y franceses, los portugueses siguieron siendo hasta 
alrededor de 1730 los transportadores más importantes en el Atlántico. Y para 1740 y 
1750 la Gran Bretaña dominaría el tráfico de esclavos,
18
quedando para 1789 decretado 
el libre comercio de esclavos entre los territorios americanos.
19
 
 Siendo la Nueva España hasta 1640 el mayor consumidor de mano de obra esclava, 
entraron a ella esclavos no sólo por vía legal de las licencias y asientos, antes bien un 
número considerable ingresó por medio del contrabando. Gonzalo Aguirre Beltrán 
menciona que el contrabando se inició tan pronto como quedó establecido el mercado 
colonial, y apunta que la causa por la cual surgió el contrabando fue el hecho de que la 
Corona española carecía de la fuentes de la mercancía de esclavos negros, debido a la 
falta de posesiones en África y a la imposición de derechos cada vez más altos sobre 
los esclavos, ya que el viaje de África-América resultaba muy costoso para el negrero, 
además de largo y peligroso. 
 
 
 
 
 
17
 Eduardo Arcila, Op cit., Pág. 54-73; Thomas Hugh, Op cit., Pág. 265-266; 
18
 Thomas Hugh, Op cit., Pag. 255 
19
 Rafael, Carranza y Trujillo “El estatuto jurídico de los esclavos en las postrimerías de la colonización 
española”, Revista de Historia de América, número 3,1938 .Pág. 28 
 12 
 El contrabando, al igual que las licencias y los asientos, fue practicado por individuos 
de diversas nacionalidades, sobre todo por portugueses, holandeses, ingleses y 
franceses, incluidos los propios colonos americanos quienes “cooperaron abierta o 
escondidamente con los contrabandistas de ébano de Portugal, Inglaterra y Francia que 
excluidos del comercio directo por el pacto colonial, habían organizado en debida forma 
el tráfico clandestino”.
20
 El pacto colonial consistía en que todos los productos de las 
tierras recién descubiertas debían ser transportados en navíos españoles. 
 Para el siglo XVII el mayor número de negros esclavos que entró en tierras 
americanas se debía al contrabando pero en el siglo XVIII éste se redujo, ya que la 
mayoría de los cargamentos y por lo tanto el contrabando, estaban dirigidos hacia el 
Caribe. 
 En la Nueva España, Veracruz se convirtió en el lugar de entrada y distribución de los 
esclavos. Más tarde también arribaron las cargazones de esclavos por los puertos de 
Pánuco y Campeche. No obstante, el puerto de Veracruz siguió siendo la principal 
entrada para todo tipo de mercancías y en gran cantidad la esclava. 
 Los esclavos introducidos en América provenían de diferentes regiones de África. 
Durante el siglo XVI muchos de ellos provenían de África Occidental, y Guinea. En los 
siglos XVII y XVIII procedían de África ecuatorial, el Congo y Angola.
21
 
 En las cargazones se transportaban hombres y mujeres, de diversas edades, en un 
principio se permitió que la mitad de los cargamentos de esclavos fueran varones y la 
otra mitad mujeres, sin embargo para 1524 se pide que en adelante se condujeran menos 
mujeres. El número mayor de hombres ante el de mujeres se explica por las actividades 
para las cuales fueron requeridos ya que era indispensable contar con su fuerza física 
 
20
 Gonzalo, Aguirre Beltrán, Op cit., Pág. 28 
21
 María Elisa Velásquez, Mujeres de origen africano en la capital novohispana siglos XVI y XVIII, 
México, Instituto Nacional de antropología e Historia- Universidad Nacional Autónoma de México: 
Programa Universitario de Estudios de Genero, 2006. Pág. 67 
 13 
para el trabajo en las minas y las plantaciones. No obstante, en la Ciudad de México las 
mujeres fueron muy requeridas para el servicio doméstico. 
 Después de las pesadas travesías terrestres y marítimas al llegar a los puertos de 
entrada, a los esclavos se les practicaba un examen médico, antes de ser vendidos, para 
verificar que no trajeran alguna enfermedad, debido a que un amplio número de 
esclavos y esclavas llegaban enfermos. Las enfermedades que predominaron en los 
puertos de entrada, fueron las gastrointestinales, la malaria y la fiebre amarilla por la 
falta de higiene en los barracones. Uno de los exámenes que se realizaba a los esclavos 
era el de la dentadura, con el cual se calculaba la edad y el estado de salud. 
 Posterior a la revisión médica se marcaban con un calimbo de fuego - sello distintivo 
para fijar la propiedad-. Se calimbaba en el rostro, pecho, espalda, brazos y en los 
muslos, quedando sobre la piel la marca utilizada por los capitanes negreros, los 
asentistas y/o el del amo esclavista.
 
La utilización de esta práctica se derogó hasta el 4 
de noviembre de 1784, pero se siguió practicando hasta el siglo XIX.
 22
 
 A la Nueva España entraron esclavos y esclavas ladinos y bozales. Se les llamo 
ladinos a los que hablaban español o portugués y que habían adquirido costumbres 
hispanas aun nacidos en África, España y el Caribe y bozales a los esclavos que 
llegaban directamente de África y que no habían aprendido hablar español. 
 El precio de los hombres y las mujeres de ébano fue similar en algunos periodos. Sin 
embargo el de los hombres fue mayor ya que estos rendían más beneficios al ocuparse 
en las distintas actividades de la producción minera y agrícola, por su parte las mujeres- 
aunque hubo casos que valieron más que los hombres-, fueron ocupadas en menor 
proporción y su número aumentó más a causa del crecimiento natural que de la compra. 
 
22
 Gonzalo Beltrán Aguirre, El Negro esclavo en la Nueva España, la formación colonial, la medicina 
popular y otros ensayos. Obra antropológica XVI. Universidad Veracruzana/ Instituto Nacional 
Indigenista/ Gobierno del Estado de Veracruz /CIESAS y Fondo de Cultura Económica, México, 1994, 
Pág.41-42; María Elisa Velásquez, Op cit. Pág. 133 
 14 
 Para el precio de los esclavos se tomaban en cuenta varios aspectos como era la 
edad, la condición física, y las habilidades que poseyeran. El precio de los esclavos fue 
variable entre los siglos que duro la trata, disminuyendo y aumentando según los 
requerimientos de mano de obra y el lugar al que llegaran. 
 El número de esclavos que entraron a la Nueva España empezará a reducirse a finales 
del siglo XVII y XVIII, debido al incremento en el flujo de esclavos nacidos en tierras 
americanas, así como a la recuperación de la población indígena, el mestizaje y el 
crecimiento de la población libre, aunado a los nuevos sistemas de trabajo que hacían 
poco rentable el mantenimiento de la esclavitud y a la canalización de esclavos hacia el 
Caribe inglés, holandés y español, así como a la intensa oleada de esclavos que se dio 
hacia el Brasil y a partir de 1762 a Cuba para la producción azucarera .
23
 
 
1.2 Esclavitud y trabajoEn 1542 con la promulgación de las Nuevas Leyes para el buen tratamiento y 
preservación de los indios
24
 se prohibió que los indígenas fueran hechos esclavos. Se 
pide que el trabajo de los indígenas sea sustituido por el de los esclavos negros, 
cubriendo la mano de obra esclava desde el siglo XVI los diversos sectores de trabajo 
de la Nueva España.
25
 
 
23
 Gonzalo, Aguirre Beltrán, Op cit., Pág. 234: Antonio García de León, Op cit. Pág. 115; Adriana 
Naveda, Chávez-Hita, Esclavos negros en las Haciendas azucareras de Córdoba, Veracruz, 1690 –1830, 
Xalapa, Centro de Investigaciones Históricas, Universidad Veracruzana, 1987. Pág. 16,44. 
24
 Debido a las campañas abolicionistas que se realizaron sobre el trato que recibían los indígenas así 
como por la injusticia de las encomiendas que permitía que se esclavizara a los indígenas, el Padre Las 
Casas logro crear un ambiente favorable entre moralistas y teólogos, llegando a conseguir la 
promulgación de las Leyes Nuevas en 1542, suprimiéndose los repartimientos y encomiendas , así como 
la prohibición de que los indígenas fueran esclavos. José Maria Ots Capdequi, Manual de Historia del 
derecho español en las indias y del derecho propiamente indiano, prologo de Ricardo Levene, Buenos 
Aires, editorial Losada, 1945. Pág. 217 
25
 Los primeros esclavos negros entraron con los conquistadores y poco después con los colonizadores, 
desempeñando diversos papeles, dentro de las tropas europeas o bien como servidumbre. Juan 
Garrido llegó con las tropas de Pánfilo de Narváez y fue el primero en sembrar trigo en tierras 
americanas. 
 15 
 La Ciudad de México donde se encontraban las principales instituciones políticas, 
económicas y religiosas fue uno de los lugares con mayor concentración de mano de 
obra esclava. 
 El trabajo en las minas en el norte y centro de la Nueva España fue otro de los 
destinos de los africanos. Los lavaderos de oro tuvieron un auge con la introducción de 
mano de obra esclava como consecuencia de la demanda de metales, que fue clave en la 
expansión europea hacia el continente Americano. Al desaparecer los lavaderos de oro 
surgieron las minas de plata siendo las más grandes las de Zacatecas y San Luis Potosí. 
En ellas los esclavos ocupaban puestos de importancia como el de jefe de cuadrilla, 
capataz, guardián, etcétera. 
 Con el tiempo, en las minas el número de trabajadores negros disminuyó frente a la 
mano de obra indígena. En este sitio convivieron españoles, indígenas y africanos 
componentes que darían pauta a nuevas relaciones, así como a reñidos problemas 
interétnicos. 
 Además de la explotación minera se requirió mano de obra africana para la 
agricultura.
 
Un número creciente de esclavos se ocupó en las haciendas y los trapiches 
azucareros en diversas zonas de la Nueva España, en lo que hoy sería Morelos y 
Veracruz
26
, siendo el azúcar el producto más importante dentro de los monocultivos 
tropicales desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, propiciando cada vez más el empleo de 
mano de obra esclava.
27
 
 
 
 
26
 Juan Manuel de la Serna, Periodos, cifras y debates del comercio de esclavos novohispanos, 1540-
1820, en Revista América Latina en la Historia Económica, numero 21.Pág. 50 y Adriana, Naveda 
Chávez-Hita, Op cit. 
27
 Luz María Martínez Montiel, Afroamérica. La ruta del esclavo, México, Universidad Nacional 
Autónoma de México, 2006, Pág. 219, 239 
 16 
 En el proceso de producción de azúcar, la población negra llegó a desempeñar oficios 
reservados a españoles como era el de maestro de azúcar, como tales destacaban por 
encima de los demás esclavos, aunque no por ello fueron aceptados en las 
organizaciones gremiales. 
 El servicio doméstico en instituciones civiles y religiosas fue una de las actividades 
más importantes que desempeñaron los africanos y sus descendientes. Los trabajadores 
domésticos tuvieron mayor convivencia con los amos y patrones debido a que 
compartieron su vida con ellos. Éstos llegaron incluso a relacionarse amorosamente con 
las mujeres negras, mulatas y mestizas, obteniendo aquellas que eran esclavas, la 
libertad o bien gozar de mejores condiciones de vida e incluso contraer matrimonio. 
 Dentro del servicio doméstico desempeñaron variadas actividades; a las mujeres se 
les signaba la limpieza, eran amas de cría, amas de llaves y cocineras, mientras que los 
hombres podían ser cocineros, cocheros, pajes, porteros y mayordomos. La importancia 
de la servidumbre doméstica era tan grande para aumentar el prestigio de las familias 
acaudaladas que Thomas Gage, viajero inglés, escribe: 
Los hidalgos acuden a ver a las damas y ser de ellas vistos. Unos seguidos de una docena de esclavos 
africanos y otros con un sequito menor; pero todos los llevan con libreas muy costosas y van cubiertos de 
randas, flecos, tranzas y moños de seda, plata y oro..., Las señoras van seguidas también de sus lindas 
esclavas... y cuyas caras en medio de tan ricos vestidos y de sus mantillas blancas, parecen como dice el 
adagio español: “moscas en leche”.
28
 
 
 Trabajadores domésticos también los hubo en Conventos de frailes y monjas, 
hospitales, iglesias, casas parroquiales, arzobispales y el palacio virreinal. Muchas veces 
los empleados domésticos trabajaban para sostener a sus amos, siendo alquilados para 
contribuir al sustento familiar. A partir del siglo XVII y en todo el siglo XVIII son los 
mulatos criollos los que sobresaldrían en el servicio doméstico. 
 
 
 
28
 Thomas Gage, Nuevo reconocimiento de las Indias Occidentales, México, Fondo de Cultura 
Económica, 1982. Pág. 145 
 17 
 El obraje fue otro de los lugares en el que estuvo presente la población negra, como 
esclavos y libres; parte de esta gente estaba condenada a vivir en los obrajes pagando 
una condena por ser vagabundos o estar endeudados. En los obrajes se producían 
mantas de algodón, jergas, paños, sedas y otras telas. Para el siglo XVII todos los 
obrajes contaban entre sus operarios con mano de obra africana, que en ocasiones fue 
más numerosa que la indígena y mestiza. Ocupando negros y mulatos puestos de 
confianza como mayorales, capataces y servidumbre.
 29
 
 Dentro de los gremios novohispanos se permitió la entrada de negros y mulatos, no 
sólo como aprendices sino incluso como maestros. Para 1549 el gremio de los silleros 
los había aceptado, en 1574 el de los cereros y caldereros les abrió las puertas y para 
1575 se permitió que indios y negros llegaran al grado de maestros en el campo de los 
zurradores.
30
 
 Algunos otros gremios como los sombrereros, loceros, tundidores- artesanos que 
igualaban la textura de la lana- permitieron el acceso a la jerarquía de oficiales a 
descendientes de africanos, así como el de tiradores de oro y plata, aprobaron que gente 
de “color quebrado” pudiera hacer uso de tales oficios. 
 Los gremios a los cuales no podía acceder la población de color fueron al de arte 
mayor de la seda y al de herreros. En las ordenanzas se manda que “se prohíba que 
ningún negro, ni mulato, pudiese aprender, ni usar del Arte de Tejer Seda”.
31
 
 Se prohibía que los negros fueran maestros de pintura, ya que este oficio sólo lo 
podían desenvolver individuos que tuvieran “pureza de sangre”. Sin embargo, hubo 
caminos para que la población de color libre tuvieran cabida en este oficio, como 
 
29
 Araceli Reynoso Medina, “Esclavos y Condenados: trabajo y etnicidad en el obraje de Posadas” en 
Maria Guadalupe Chávez Carvajal (coord.), El Rostro Colectivo de la Nación Mexicana, Morelia, 
Michoacán, UMSNH: Instituto de Investigaciones Históricas, 1997. 
30
 Manuel Carrera Stampa, Los Gremios mexicanos, la organizacióngremial en la Nueva España 1581-
1861, México, Ibero Americana, 1954. Pág. 241 
31
 citado en Manuel Carrera Stampa, Op cit., Pág.239 
 18 
ejemplo Juan Correa pintor del siglo XVII quien era pardo y compró su prueba de 
limpieza de sangre; o bien existen otros ejemplos, Maria Elisa Velázquez menciona que 
el pintor Francisco Martínez, quien vivía en la calle de Águila en el centro de la ciudad 
de México, declaró que tenía como aprendiz a un pardo de 17 años.
32
 
 El pertenecer a un gremio le aseguraba al hombre de ébano un medio de subsistencia, 
así como una educación elemental y sobre todo la posibilidad de ocupar un lugar más 
alto dentro de la jerarquía social novohispana. 
 La población de color también participó en la construcción y edificación de la Nueva 
España; como ejemplo podemos mencionar la construcción de la Catedral de México y 
el desagüe general del Valle de México, en donde algunos de los esclavos recibieron 
sueldo y comida. 
 La introducción masiva de africanos cubrió con su fuerza la demanda de trabajo y 
posteriormente y como resultado de las mezclas que se dieron entre españoles, 
indígenas y africanos se formó toda una población de castas, que abasteció en diversos 
momentos las exigencias de mano de obra. Por lo que durante todo el siglo XVIII el 
mercado interno se mantuvo del trabajo del hombre libre indígena, mestizo, mulato y 
demás mezclas. 
 
 
 
 
 
 
 
32
 Maria Elisa Velázquez Gutiérrez, “Juntos y Revueltos: oficios, espacios y comunidades domesticas de 
origen africano en la capital novohispana según en censo de 1753” en Juan Manuel de la Serna, 
(coordinador) Pautas de convivencia étnica en la América Latina Colonial (Indios, negros, mulatos, 
pardos y esclavos), México, UNAM: Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos-
Archivo General del Estado de Guanajuato, 2005. Pág. 339 
 19 
1.3 Esclavos y libres en la legislación española. 
Las instituciones castellanas sirvieron de modelo para elaborar las leyes que habían de 
regular la vida política, social y económica del nuevo continente. La mayor parte de las 
instituciones adquirieron especificidades propias emanadas de una realidad distinta a la 
española. En América se derivaron de las características de la población indígena y de 
los nuevos pobladores de cada uno de los territorios americanos.
33
 
 Los monarcas españoles, en lo referente al aspecto legislativo, mantuvieron su 
política de segregación y separación de los diversos grupos de la sociedad 
novohispana, claro ejemplo fue la división que se hizo entre españoles e indígenas, 
formándose por un lado la republica de indios y por otro la de españoles. 
 La población indígena dio pie a amplias y reñidas discusiones acerca del tratamiento 
y condición jurídica de los indígenas. Como resultado se promulgaron como 
mencionamos párrafos arriba las Leyes de Indias; con estas leyes se permitía apartarlos 
de la esclavitud, a la cual habían estado sujetos y de la que no escaparían del todo, dado 
que un número considerable de ellos estuvo sometido a la fuerza en encomiendas, 
repartimientos y congregaciones, hasta bien entrado el siglo XVIII, bien por las 
condiciones geográficas, por la escasez de recursos o por la falta de mano de obra.
34
 
 La condición jurídica que adquirieron los indígenas, como vasallos libres del rey, 
colocó a los africanos y sus descendientes en una posición de sometimiento. Poco se 
dijo en la legislación de la condición jurídica de estos negros y el derecho que se tenía o 
no para hacerlos esclavos, ya que sólo se seguía lo dictado en Las Siete Partidas. A 
 
33
 Maria del Refugio González, El derecho indiano y el derecho provincial novohispano. Marco 
historiográfico y conceptual, México, UNAM, Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Procurador de 
derechos humanos de Guatemala, 1995, Pág. 11 
34
 Ismael Sánchez Bella, Alberto de la Hera y Carlos Díaz Rementeria, Historia del derecho indiano, 
España, editorial Mafre, 1992. Pág. 180 
 20 
decir de Maria de Refugio González, “en las aulas de Salamanca o la corte de Madrid 
esta cuestión no levantó la intensa polémica que planteó la naturaleza de los indios”.
35
 
 Como esclavos y ya como población libre, negros y mulatos tuvieron un mayor 
desplazamiento, aunque forzado, estableciéndose tanto en la republica de españoles 
como en la de indios, no obstante que tenían prohibido estar en esta última. 
 Al lograr entablar relaciones con personas de diferentes estratos sociales descubrieron 
sus derechos y la manera de hacerlos efectivos, aprovechando la ley elaborada por el 
grupo que los sojuzgaba.
36
 Aunado al blanqueamiento que en varias ocasiones les 
facilitó escalar un lugar dentro de la sociedad novohispana, y a que los indígenas fueron 
relegados al último escalón de la sociedad novohispana.
37
 
 Si bien las tierras americanas se rigieron según las normas jurídicas del derecho 
español, adecuándose a los nuevos territorios y adaptándose a los pobladores, fue muy 
diferente la ley escrita a lo que se ponía en práctica en la realidad cotidiana. 
Considerando, a los negros desde un principio como seres infames carentes de derecho 
se les negó la incursión a órdenes sagradas; se les prohibió portar armas;
38
 andar por las 
noches en las ciudades, villas y lugares; alejarse de las haciendas y asistir a reuniones 
festivas.
39
 
 A las mujeres se les prohibió, aunque no siempre con resultados positivos poseer y 
portar oro, perlas y seda. Thomas Gage menciona “Hasta las negras y las esclavas 
 
35
 Maria del Refugio González, “El derecho en la Nueva España en tiempos de Juan Correa”, en Elisa 
Vargas Lugo y Gustavo Curiel, Juan Correa, su vida y su obra. Cuerpo de documentos, tomo III, 
México, UNAM, 1991. Pág. 225 
36
 María Elena Cortés Jácome, “El matrimonio y la familia negra en la legislación civil y eclesiástica 
coloniales. Siglo XVI-XIX” en El placer de Pecar y el afán de normar, Seminario de Historia de las 
mentalidades, México, Contrapuntos- Joaquín Mortiz - INAH, 1987. Pág. 224 
37
 Julia Tuñon, Mujeres en México. Recordando una historia, México, CONACULTA, 1998. Pág. 57. 
38
 La escasez de población blanca y lo inhóspito de algunas regiones, llevó a que se reclutaran negros y 
mulatos libres, formándose compañías de pardos y mulatos, obteniendo el derecho de portar armas. Vid. 
Maria Luisa Herrera Casasus, “Raíces africanas en la población de Tamaulipas,” en Luz Maria Martínez 
Montiel (coordinadora), Presencia africana en México, México, CONACULTA, 1997. Pág. 486 
39
 Recopilación de las Leyes de Indias, Libro VII, Titulo V, Ley XII, XV y XXVIII, Madrid, Cultura 
Hispánica, 1973. Pág. 286 vuelta-287 y 290 vuelta. 
 21 
atezadas tienen sus joyas no hay una que salgan sin su collar y brazaletes o pulseras de 
perlas, y sus pendientes con alguna piedra preciosa”. Lo dicho por el viajero es muestra 
del incumplimiento que hubo de las normas dictadas para la población de color . 
Muchas de estas mujeres eran amantes y/o esposas de españoles, pues el mismo fraile 
comenta “El vestido y atavió de las negras y mulatas es tan lascivo y sus ademanes y 
donaire tan embellecedores, que hay muchos españoles, aun entre los de la primera 
clase, propensos de suyo a la lujuria, que por ellas dejan a sus mujeres”
40
. 
 Este ejemplo muestra la condición y el estatus que tuvieron algunas novohispanas de 
descendencia africana. Si tomamos en cuenta que sólo españolas y criollas ricas así 
como indígenas cacicas podían portar todo tipo de joyas pues pertenecían a los grupos 
opulentos de la sociedad. 
 A la población de color también se le prohibió el trato con los indios, vivir en sus 
pueblos, y tenerlos a su servicio, ya que losindígenas eran un sector en teoría 
privilegiado y el casarse con ellos posibilitaba escalar un lugar en la pirámide social. En 
las ordenanzas se mandaba que el traje de las indígenas sólo lo usaran las mujeres que 
estaban casadas con un indígena y que éste no fuera usado por cualquier negra y mulata, 
buscándose con ello un mejor control de la sociedad. 
 La legislación para negros esclavos no quedó del todo separada de la de los negros 
libres; en palabras de Manuel Lucena Salmoral, “prohibiciones, prohibiciones, 
prohibiciones. Así fue surgiendo toda una legislación sobre esclavos y negros libres, 
sobre negros en general”.
41
 
 Apareciendo la legislación para negros libres como complemento de la del esclavo, 
se crearon muy pronto normas que protegían los intereses de los grupos dominantes de 
la sociedad novohispana. No es de extrañar que la mayor protección legal estuviera 
 
40
 Thomas Gage, Op cit, Pag.145 
41
 Manuel Lucena Salmoral, Los códigos negros de la América Española, Universidad de Alcalá / 
Ediciones UNESCO, 1996, Pág. 10 
 22 
destinada a la población española para que pudiese mantener sus privilegios; puesto que 
toda la riqueza estaba en sus manos, al igual que los altos empleos, civiles y 
eclesiásticos. 
 Los negros libres, horros
42
 o bien manumitidos fueron considerados como súbditos de 
la Corona Española, les fueron extendidos los derechos y obligaciones que su nueva 
categoría les confería, no sin antes pagar un tributo de vasallaje, parecido al que 
pagaban los indígenas.
43
 La Corona emitió una ley para que los negros y mulatos libres 
pagaran tributo, por lo que en la Ley I de la Recopilación de las leyes de Indias se 
menciona que 
Esclavos y esclavas y negras, mulatos y mulatas…[que] han adquirido libertad y tiene[n] granjerías y 
haciendas y por vivir en nuestros dominios, ser mantenidos en paz y justicia, haber pasado por esclavos, 
hallarse libres, y tener costumbre los negros de pagar en sus naturalezas tributos en mucha cantidad, 
tenemos justo derecho para que nos le paguen, y que este sea un marco de plata en cada un año, mas o 
menos conforme a las tierras donde vivieren y le pague cada uno en las granjerías, que tuviere. 
44
 
 
 Lo anterior resulta interesante ya que la población de color había entrado al mundo de 
las adquisiciones y posesión de bienes, por lo que más que control social se buscaba de 
parte de las autoridades el control fiscal. 
 Los negros libres estuvieron sujetos al estigma social asociado con la esclavitud y 
tuvieron que ordenar sus vidas de acuerdo con una serie de leyes restrictivas, con 
limitado acceso al aparato jurídico.
45
 Debido a que los grupos altos de la sociedad 
novohispana se sentían amenazados por los grupos emergentes de negros libres 
viéndoseles como adversarios económicos y sociales, ya que estaban haciendo uso de 
los derechos a los cuales tenían acceso, luchando y compitiendo por un ascenso social. 
 
42
 El término de horro se aplicaba en la persona que ya es libre y antes fue esclava. Horro proviene del 
árabe hurr que significa libre no esclavo Vid. Diccionario de Autoridades, Madrid, Gredos, 1963, t. I Pág. 
140, 180 
43
 Guadalupe Castañon Gonzáles, Punición y rebeldía de los negros en la Nueva España en los siglos XVI 
y XVII México, Instituto Veracruzano de la Cultura, 2002. Pág. 97 
44
 Recopilación de las Leyes de Indias, Libro VII, Titulo V, Ley I. Pág. 285 
45
 Alvin O. Thompson, Huida hacia la libertad. Fugitivos y cimarrones en el Caribe, México, Siglo XXI-
Estado libre y soberano de Quintana Roo, 2005. Pág. 39 
 23 
 Aún con las limitaciones que como población libre tuvieron, los grupos descendientes 
de africanos adquirieron la oportunidad de elegir su oficio y residencia, trabajar por una 
paga y deshacerse del maltrato y la violencia de cuando se fue esclavo. En las cartas de 
libertad se menciona “puede estar y residir y morar en esta ciudad fuera de ella y 
disponer de su persona libremente”.
46
 
 Los ex esclavos tuvieron los mismos derechos que toda la población libre, en tanto 
que no existía una obra dedicada especialmente para la población negra libre, teniendo 
las autoridades virreinales que solucionar los problemas que iban surgiendo, incluyendo 
en los cuerpos legales vigentes en Nueva España, algunas cláusulas que incluían a los 
libertos, por lo que más que prevenir los problemas las autoridades trataron de 
remediarlos. 
 No obstante que los libertos habían adquirido la facultad de disponer de su persona y 
de sus facultades como los demás hombre libres tuvieron que enfrentarse a la 
discriminación social por el color de su piel y/o de su origen. El prejuicio racial habrá 
de acompañarles al paso del tiempo persiguiéndolos por su origen étnico visible o 
invisible que tenían por provenir de esclavos.. 
 Los grupos libres de color lograron utilizar los derechos a los cuales tenían acceso, 
aun así el grueso del grupo de afrodescendientes seguían perteneciendo a las capas más 
bajas, desde donde competían por escalar peldaños en la estructura social. 
 Las leyes emitidas por la Corona española hacia los grupos de piel oscura reflejan las 
preocupaciones por controlar y frenar la presencia y participación de africanos y sus 
descendientes en la sociedad novohispana, en tanto que las autoridades virreinales 
demostraron su empeño en mantener un rígido control social en beneficio de un máximo 
 
46
 Carta de ahorro y libertad, Archivo General de Notarias, Antonio de los Ríos, volumen 3937, Notario 
571, 1736, sin fojas. (En adelante AGdN) 
 24 
rendimiento económico,
47
 procurando continuar con la forma piramidal de la sociedad 
en la cual cada grupo ocupara el lugar que le correspondía dentro del orden social 
estratificado. 
 
I.4 Derechos jurídicos de esclavos y negros libres 
Si bien el marco histórico de la primera mitad del siglo XVIII no tiene grandes 
diferencias con los siglos anteriores, se propiciaron algunos cambios como el profundo 
mestizaje que se dio entre la población, aunado a un panorama confuso que complicaba 
el sistema de derecho; creado en base a la republica de indios y a la de españoles, 
quedando los esclavos dentro de la jurisdicción de los amos.
48
 
 Dado que las circunstancias sociales, económicas, raciales y jurídicas de la Nueva 
España eran tan complejas, se tuvieron que dictar normas jurídicas nuevas para hacer 
frente a situaciones desconocidas, dando paso a la creación del derecho propiamente 
indiano que en algunos casos desplazó en segundo plano al derecho castellano 
tradicional
49
. 
 Los cuerpos legales que tuvieron mayor vigencia en la Nueva España fueron Las 
Siete Partidas
50
 promulgadas en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio, es la obra más 
importante del derecho histórico castellano y una de las que alcanzaron más difusión en 
el occidente europeo y en los territorios de las Indias Occidentales
51
. José Maria Ots 
 
47
 Luz Maria Martínez Montiel, Op cit., Pág. 99-101 
48
 Patricia Pérez Munguia, Op cit., Pág. 74 
49
 En España estuvieron vigentes una serie de cuerpos legales, que sirvieron como fuentes del derecho 
castellano. El fueron Real promulgado en tiempos de Alfonso X el Sabio entre 1252 y 1255; Las Siete 
Partidas promulgado también bajo el reinado de Alfonso el Sabio en el siglo XIII; El Ordenamiento de 
Alcalá de Henares en 1348; las Leyes del Toro promulgadas en la ciudad del Toro en 1505; La Nueva 
Recopilación de las leyes de castilla publicada bajo el reinado de Felipe II en 1567; La Recopilación de 
las Leyes de los Reinos de las Indias promulgada el 12 de abril de 1680 por el ultimo rey de la dinastía 
de los Habsburgo y en 1805 se promulgola Novísima Recopilación de las Leyes de España. José Maria 
Ots Capdequi, Op cit., Pág.83-88 
50
 Se menciona que las Siete Partidas fueron escritas probablemente por el maestro Jacobo, Fernando 
Martínez de Zamora y el maestro Roldan, juristas de la corte de Alfonso X, el Sabio. Ots Capdequi, Op 
cit., Pag. 84 
51
 José Maria Ots Capdequi, Op cit., Pág. 83 
 25 
Capdequi menciona que probablemente la vigencia de las Partidas fue más efectiva y se 
consiguió más en las Indias occidentales que en la propia metrópoli, pues “ los Letrados 
y Oidores de las Audiencias coloniales no tuvieron que luchar para su aplicación como 
derecho supletorio, con las resistencia que hubo necesidad de vencer en la Península” en 
donde fueron recibidas con hostilidad por las clases populares.
52
 
 La Recopilación de las Leyes de Indias
53
, fue el otro cuerpo legal que más se utilizó 
en la Nueva España, se promulgó en 1680 por Carlos II, estuvo vigente hasta el fin de la 
dominación española en América y filipinas.
54
 El derecho que se encuentra en este 
cuerpo legal procede, fundamentalmente de los fuentes jurídicas castellanas anteriores a 
Carlos II, como las Siete Partidas y Las Leyes del Toro
55
. La Recopilación consta de 
nueve libres, los libros III, VI, VII, VIII y XIX son los que contienen los preceptos que 
organizan jurídicamente el régimen general de los esclavos en territorios americanos. 
 Tanto Las Siete Partidas como la Recopilación de las Leyes de Indias, estuvieron 
vigentes en la Nueva España, por todo el periodo virreinal. En ambos cuerpos legales 
encontramos que si bien el propósito de la ley es proteger también suele establecer, 
sobre todo en grupos marginados, una acción de control que le permite el monopolio del 
poder a las fracciones sociales dominantes.
56
 Con esta doble lectura deben verse las 
leyes españolas en el ámbito novohispano, con respectó a la población negra. 
 
52
 José Maria Ots Capdequi, Op cit., Pág. 85 
53
 La primera edición de la Recopilación se realizo en 1681. Se hicieron nuevas ediciones en 1756, 1774 y 
1791. Ots Capdequi, Op cit., Pag. 338 
54
 Sánchez Bella, Ismael, Alberto de la Hera y Carlos Díaz Rementeria, Historia del derecho indiano, 
España, editorial Mapfre, 1992. Pág.100 
55
 Estas leyes proceden de una reunión de Cortes celebradas bajo el reinado de Juana “ la Loca” en la 
ciudad de Toro en 1505, este cuerpo legal, consta de 83 leyes, Ots Capdequi, menciona que en ella se 
fijaron los requisitos exigidos para la presunción de la viabilidad en el nacimiento, y en la definición de 
la condición jurídica de los hijos naturales, así como en la esfera del derecho de sucesión sobre todo en 
lo que se refiere a las instituciones hereditarias de carácter vincular. José Maria Ots Capdequi, Op cit., 
Pág. 86 
56
 Guadalupe Castañon González, Punición y rebeldía de los negros en la Nueva España siglos XVI-
XVIII, México, Instituto veracruzano de la cultura, 2002. Pág. 66-67 
 26 
 Por lo cual tenemos que entre los derechos a los cuales podía acceder el hombre y la 
mujer de color fue en primer lugar a existir, como cristiano que era poseía una alma que 
tenia que salvar por lo que debía respetársele su derecho a existir fuese o no esclavo y 
su dueño no podía castigarlo tan duramente como para quitarle la vida, también se 
mandaba que recibiera el alimento adecuado para su subsistencia.
57
 
 En tierras americanas era aceptado que el esclavo pudiera obtener su libertad siempre 
y cuando el amo la otorgara, en las Siete Partidas, se menciona 
Y puede dar esta libertad el señor a su siervo en iglesia o fuera de ella, y delante del juez, o en otra parte, 
o en testamento, o sin testamento o por carta. Pero esto debe hacer por si mismo y no por otro personero, 
fueras ende si lo mandase hacer a alguno de los que descienden o suben por la línea derecha del mismo.
58
 
 
 
 Al estar inmersos en una sociedad en movimiento, pronto los esclavos se dieron 
cuenta de las formas a las cuales podían acceder para conseguir su libertad. Resulta de 
gran interés mostrar algunos de los medios por los cuales los esclavos lograron 
conseguirla, entre los caminos se encontraba la manumisión o alforria, de igual forma 
existieron otras opciones que les brindaron la posibilidad de obtener la libertad más no 
la garantizaban, como fue el amancebamiento y el cambio de amo. 
 La libertad por medio de la manumisión,
59
 o alforria,
 60
 se dio desde el Imperio 
romano, esta era concedida de derecho, como consecuencia de este acto jurídico, los 
esclavos de cosas se convertían en personas. 
 Dentro de la manumisión la libertad era cedida por el amo por “los buenos y leales 
servicios prestados”, como gratitud por algún servicio especial prestado o por el afecto 
que se le tuviera. También era cedida por las autoridades al denunciar a revoltosos y 
 
57
 Vicenta Cortés Alonso “Fuentes para el estudio de la esclavitud” en Maria Guadalupe Chávez Carvajal 
(coord.), El Rostro Colectivo de la Nación Mexicana, Pág.226 
58
 Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Cotejadas con varios códices antiguos por la Real 
Academia de la Historia, Partida IV, Titulo I, Madrid, Lope de Vega, 1972, Pág. 121-122 
59
 Llámese manumisión de las palabras latinas manus y mitteere que se forman Manumittere manumitir, 
soltar de la mano, dar libertad. Joaquín Escriche, Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, 
Paris, Librería Rosa, Bourey y Compañía, 1852. Pág.1200 
60
 Alforria o Ahorria, acción de dar libertad al esclavo. Joaquín Escriche, Op cit., Pág.113 
 27 
cimarrones o por formar parte de los cuerpos especiales para someter y defender el 
territorio contra agresiones internas y externas, por ejemplo las milicias de pardos y 
mulatos en los estados actuales de Veracruz, Campeche y Oaxaca.
61
 
 La manumisión o Alforria también se conseguía por la compra, esto es, por medio de 
préstamos y ahorros, o bien por parte de un tercero aún sin el consentimiento del amo, 
pero siempre con la aprobación de las autoridades, lo que demuestra que los africanos y 
afrodescendientes tuvieron las posibilidades de conseguir efectivo para comprar su 
libertad, como ejemplo Leonor María quien compra la libertad de su hija Gertrudis por 
200 pesos.
62
 
 Hubo esclavos que lograron manumitirse siendo muy ancianos y sin tener a dónde ir 
formaron parte del grupo de libertos que deambulaban por la ciudad –vagabundos-, 
otros más fueron acogidos por los herederos como acto de compasión o bien por 
familias de indígenas y negros libres. 
 Aquellos esclavos que lograron obtener su libertad por medio de la manumisión, es 
decir, los libertos se trasladaron a otro nivel en la escala social novohispana, debido a 
que ocuparon un lugar más alto que los esclavos gozando de aquellos derechos y 
obligaciones a los cuales tuvieron acceso los grupos libres. 
 El amancebamiento,
63
 trato y comunicación ilícita y carnal de hombre con mujer sin 
estar casados, fue otro medio por el cual las mujeres esclavas tuvieron la posibilidad de 
acceder a su libertad. Al parecer esta opción fue bastante utilizada por las mujeres 
 
61
 Juan Manuel de la Serna, “Indios, pardos, mulatos y negros esclavos. Lo cotidiano en el puerto de 
Veracruz a fines del siglo XVIII” en Juan Manuel de la Serna (coordinador) Pautas de convivencia étnica 
en la América Latina Colonial, Pág.106-107 y Brigido Redondo, “Negritud en Campeche”, en Luz Maria 
Martínez Montiel (coordinadora), Presencia africana en México, Pág. 368. Véase también la tesis 
realizada por Israel Ugalde Quintana, acerca de las batallones de pardos y mulatos en Oaxaca, Israel 
Ugalde Quintana, Participación e integración de los pardos y mulatos a los batallonesde defensa de 
Nueva España, análisis del caso de Xicayan, Oaxaca, 1780-1800, México, UNAM: Facultad de Filosofía 
y Letras, 2008. (Tesis de licenciatura) 
62
 Carta de Libertad que otorgo doña Juana de Luna y Arellano a Gertrudis mulata, AGdeN, Joseph de 
Anaya Bonillo, volumen 60 , 1701,foja 203 
63
 Guillermo Cabanellas, Diccionario, Pág. 268 
 28 
esclavas quienes en diversas ocasiones aceptaban tener relaciones ilegitimas con sus 
amos, pudiendo conseguir mejores tratos y una mejor situación económica, así como 
mayor opción de ser libertadas incluso con sus hijos si es que estos eran producto de las 
relaciones con el amo, aún más podían casarse con su amo consiguiendo así además de 
dejar la esclavitud, compartir el estatus del esposo.
64
 
 Otra forma de alcanzar la libertad fue por la petición de amo, esta opción posibilitaba 
más no garantizaba la libertad de las mujeres. Si en el transcurso del proceso salían a 
relucir maltratos, abuso sexual y otras prácticas que estaban penadas para el amo, lo 
castigaban incluso liberando al esclavo. 
 Patricia Pérez Munguía encontró para el caso de Michoacán que entre los juicios 
promovidos por los esclavos para adquirir la libertad se encontraban las peticiones de 
cambio de amo, como ejemplo pone el caso de Maria Thomasa Caro mulata de 27 años 
de edad quien pide se le sea aceptada su petición de cambio de amo, por el maltrato que 
recibía y por que el amo no le brindaba alimento, vestido y jabón. Al parecer la 
respuesta a esta mujer fue satisfactoria pues a decir de la misma investigadora el 
proceso dio al esclavo la posibilidad de integrarse a una nueva familia lo cual 
solucionaba las necesidades más inmediatas. 
65
 
 Las peticiones de cambio de amo no siempre tuvieron el final deseado, ya que la 
riqueza y poder de los amos influiría en las decisiones de las autoridades, evitando 
perder su mercancía y manteniéndola sujeta a su servicio. 
 Las opciones para obtener la libertad advierten el crecimiento de la población libre 
africana y sus descendiente, así como su acceso a una mejor vida. Ya que como libres 
podían ingresar en todas las actividades económicas ganando un sueldo y eligiendo el 
oficio así como el lugar de trabajo. No obstante, los libertos quedaban obligados con 
 
64
 Maria Elena Cortés Jácome, Op cit., Pág. 226, 230-231 
65
 Patricia Pérez Munguía, “De libertad y legislación para negros siglo XVIII” en Maria Guadalupe 
Chávez Carvajal (coordinadora.), El Rostro Colectivo de la Nación Mexicana, Pág. 72-73 
 29 
respecto a sus amos a honrarle y respetarle; socorrerle con alimento y vestido; cuidar de 
sus cosas en caso de necesidad; abstenerse de llevarlo a juicio y dejarle en testamento la 
tercera parte sus bienes, y en caso de que el liberto muriera sin descendientes el 
heredero seria el patrón, sin embargo si el liberto hubiera obtenido su libertad por medio 
de pago el patrón perdería este derecho.
66
 
 El matrimonio fue otro derecho que tuvo el esclavo negro, en las Siete Partidas se 
establecía que podían elegir pareja para casarse, en un principio lo hicieron con 
indígenas, ya que era la población más abundante y sobre todo eran quienes más los 
aceptaba, sin embargo pronto las autoridades declararon que aunque sobrellevaran el 
aumento de los negros libres, no se permitiría una perdida sustancial de la mano de obra 
esclava.
67
 
 No obstante, las prohibiciones que tuvieron los esclavos al casarse con indígenas 
continuaron dándose este tipo de relaciones aún en contra de los deseos reales con el fin 
de que sus hijos nacieran ser libres. “Así las indígenas prefieren casarse con negros que 
con indígenas; y más o menos los negros prefieren casarse con mujeres indígenas que 
con negras, de manera que sus hijos nacieran libres”, esto escribía el virrey Martín 
Enríquez en 1574, al observar el interés de las mujeres indígenas hacia el hombre 
negro.
68
 
 El derecho al matrimonio de los esclavos también se integró en la Recopilación de las 
Leyes de Indias sin embargo aquí se indica “que se procure que los negros casen con 
negras”.
69
 Se mandaba que se casaran entre el mismo grupo, con esto se aseguraba el 
orden social establecido por las autoridades, limitando a los sectores de piel oscura a 
 
66
 Joaquín Escriche, Op cit., Pág.1185 
67
 David M. Davidson, menciona que fue Carlos V quien nulificó la provisión de que los esclavos que se 
casaran con personas libres obtenían automáticamente su libertad ya que afectaba los intereses 
económicos de la Corona. David M Davidson, “El control de los esclavos negros y su resistencia en el 
México colonial, 1519-1650” en Richard Price (compilador), Sociedades cimarronas, comunidades 
esclavas rebeldes en las Américas, México, Siglo XXI, 1981.Pág. 83 
68
 Citado en María Elena Cortés Jácome, Op cit. Pág. 228. 
69
 Recopilación de las Leyes de Indias, Libro VII, Titulo V, Ley V. Pág. 285 vuelta 
 30 
buscar pareja entre sus miembros manteniendo la reproducción de mano de obra y 
garantizando la ventaja económica. 
 La Iglesia legisló por que se cumplieran no sólo el tiempo de separación de los 
esclavos casados, sino también sobre los días y horas en que les estaba permitido 
cohabitar. Sin embargo los amos obstaculizaron la libre cohabitación, aun en casos en 
que eran del mismo dueño, la explicación era “la falta de locales separados para cada 
una de las parejas esclavas y el deseo de evitar con la promiscuidad de célibes y 
yugados graves atentados a la moral”.
70
 No obstante, la intervención de la Iglesia en el 
casamiento de los esclavos, tuvo un efecto benéfico, ya que afirmó el derecho del negro 
a tener vida conyugal, de hecho hubo quienes construyeron espacios o habitaciones para 
esclavas casadas, como fue el caso de los obrajes en el siglo XVII, en donde existían “el 
rancho de las esclavas” y “la sala que llaman de los casados” lugar donde habitaban los 
matrimonios de esclavos.
71
 
 Tanto la Iglesia como la Corona fueron firmes en cuanto a restringir la autoridad 
severa del amo y apoyar el buen trato de africanos y sus descendientes, con esto 
evitaban el enojo y preservaban una importante fuerza laboral. Pero en general la vida 
de la familia esclava era altamente inestable y vulnerable a los deseos de los amos. 
 Las mujeres negras y de las castas que consiguieron su libertad tuvieron más 
posibilidades de integrar un hogar, debido a que tuvieron mayores posibilidades a la 
hora de escoger pareja, aunado al hecho de que como familias libres no se podían 
separar a no ser que uno de los miembros de la familia decidiera ir a trabajar o vivir en 
otro lugar. 
 
70
 Gonzalo Aguirre Beltrán, Op cit., Pág.254. 
71
 Maria Elena Cortés Jácome, “Los ardides de los amos: la manipulación y la interferencia en la vida 
conyugal de sus esclavos. Siglos XVI-XVII”, en Del dicho al hecho...Transgresiones y pautas culturales 
en la Nueva España, México, INAH, 1989. Pág. 49 
 31 
 Las familias con miembros libres formaron lazos afectivos no sólo entre parientes 
consanguíneos sino incluso con externos, en parte por la elección de pareja que ahora 
tenia que ver con sentimientos afectivos y en menor medida por interés, así como por 
las nuevas alternativas jurídicas para conseguir mayores condiciones de vida para ellas 
y el resto de su familia y por el sueldo que muchas de ellas recibían. 
 La Iglesia y la Corona actuaron de forma paralela en cuanto a los derechos a los 
cuales tenían acceso los esclavos y la población libre afrodescendiente, imponiendo 
penas severas a quienes desobedecían la ley. Los decretos reales y las proclamas de la 
Iglesia otorgaron una liberación real del cautiverio al permitir a los esclavos comprar su 
libertad y estimulara la manumisión voluntaria, por lo que tanto la Iglesia como la 
Corona fueron firmes en cuanto a restringir la autoridad de los amos y apoyar el buen 
trato hacia los esclavos.
72
 
 
1.5 Cimarrones 
El cimarronaje fue la forma más extrema de resistencia hacia la esclavitud e implicó el 
rechazo al sistema de opresión. Esta opción se elegía por los castigos corporales, 
latigazos y el calimbo que eran frecuentes en los esclavos como formas restrictivas ante 
la desobediencia, la fuga o solamente por hacer valer la autoridad del amo. 
 Para la sujeción del esclavo y el control del cimarronaje, así como para dar protección 
a la población blanca, se establecieron una serie de medidas disciplinarias para los 
negros huidos, dentro de las cuales se encontraban graves castigos para los cimarrones, 
así como para aquellos que participaban y organizaban los motines. Funcionando la 
legislación en contra de los cimarrones de forma mecánica, ya que el delatar o capturar 
a un negro prófugo significaba obtener una recompensa. Por lo que se estimuló a 
 
72
 David M. Davidson, Op cit., Pág. 82 
 32 
esclavos y huidos a que ayudaran a capturar a otros esclavos fugitivos, estableciéndose 
incluso patrullas de vigilancia –rancheadores- para perseguir y capturar a los 
cimarrones.
 73
 
 En las leyes contra los cimarrones se destacaba la crueldad, así como penas 
corporales, muerte o destierro aún para aquellas personas que siendo blancas 
encubrieran o ayudaran en estas actividades. Algunas otras sanciones fueron de carácter 
económico y se hacían para los gastos de guerra contra los cimarrones.
74
 
 Ante los negros fugitivos y la formación de asentamientos cimarrones- como el de 
Yanga en Veracruz, en donde se encontraban hombres, mujeres negras e indias, así 
como niños-
75
 y funcionando la legislación punitiva hacia el esclavo, se implementaron 
severas medidas hacia el esclavo cimarrón, como fue el suministrar 50 azotes por 
ausencia superior a cuatro días, 100 azotes por ausencia mayor a ocho días y grilletes en 
los pies del fugitivo por dos meses y por ausencia de seis meses se aplicaba la muerte. 
Entre los castigos también se incluía la castración que en ocasiones sustituía a la pena 
de muerte, sin embargo en las Recopilación de las Leyes de Indias se prohibió la 
castración como forma de castigo, puesto que resultaba bastante agresivo para el 
cimarrón 
Mandamos que en ningún caso se ejecute en los negros cimarrones la pena de cortarles las partes, que 
honestamente no se pueden nombrar y sean castigados conforme a derecho.
76
 
 
 Guadalupe Castañon señala que las comunidades cimarronas fueron el refugio en 
donde el negro junto con sus compañeros en lucha inventaron nuevas formas de vida, 
en respuesta a su aislamiento, al medio geográfico que los rodeaba y a las persecuciones 
de que fueron objeto por su rebeldía.
77
 Por lo que la huida y revuelta constituyeron el 
 
73
 Manuel Lucena Salmoral, Op cit., Pág. 15 
74
 Recopilación de las Leyes de Indias, Libro VII, Titulo V, Ley XXII, Pág.288 vuelta. 
75
 En el asentamiento del negro Yanga había cerca de sesenta chozas en donde se encontraban ochenta 
hombres y 24 mujeres así como varios niños. Vid. David M. Davidson, Op cit., Pág. 90-91 
76
 Recopilación de las Leyes de Indias, Libro VII, Titulo V, Ley XXIII, Pág.289 vuelta. 
77
 Guadalupe Castañon Gonzáles, Op cit.,Pág. 96 
 33 
camino más efectivo que posibilito al esclavo la libertad, sin embargo, los cimarrones 
no eran libres, antes bien eran huidos que trataban de vivir en libertad, en una sociedad 
conformada por su misma gente y bajo sentimientos de identidad y comunidad. 
 Para el siglo XVIII los negros libres y las castas habían crecido tanto, debido a las 
manumisiones y a la reproducción natural entre las personas libres que los cimarrones 
pudieron instalarse cómodamente en pueblos y ciudades de la Nueva España 
adaptándose a una nueva vida y con poca posibilidad de ser descubiertos
78
 
 
 
 
 
78
 Alvin O. Thompson, Op cit., Pág. 116 
 34 
Capitulo II. La Sociedad Novohispana en la Ciudad de México S. XVIII. 
 
2.1 La Ciudad de México S. XVIII 
 
Desde el siglo XVI los españoles separaron los barrios de indios de los de españoles, 
pero 
debido a la intensa convivencia y el crecimiento de la población, la tajante separación se 
fuera reduciendo, de manera que para el siglo XVIII muchos blancos tenían sus casas en 
los barrios indígenas mientras que muchos indígenas y castas habitaban dentro de la 
traza marcada para los españoles. 
 En los censos de la Ciudad de México se hace patente la convivencia cotidiana que 
tenían los diferentes grupos de la sociedad novohispana dado que unos vivían al lado de 
otros. Fue hasta finales del siglo XVIII que la tendencia histórica hacia una segregación 
espacial se agudiza, ya que las vecindades estarán agrupadas por grupos de la misma 
categoría social tomando en cuenta el nivel socioeconómico o/y el origen étnico.
79
 
 En la ciudad de México la población descendiente de africanos representaba una 
cantidad considerable; en el censo de 1753
80
 se menciona que había 3 369 mulatos- bajo 
la denominación de mulatos se incluye a lobos, pardos, color inferior, moriscos, color 
quebrado y mulatos- 103 negros y morenos libres y 449 esclavos. Por su parte Ernest 
Sánchez, 
81
 en el estudio que hizo sobre el padrón de México de 1777, señala que había 
 
79
 Pilar Gonzalbo Aizpuru,”Familias y viviendas en la capital del virreinato” en Rosalía Loreto López 
(Coordinadora), Casas, viviendas y hogares, en la historia de México, El colegio de México: Centro de 
Estudios Históricos, 2001. Pág.102 
80
 Irene, Vázquez Valle, Los habitantes de la ciudad de México vistas a través del censo del año 1753, 
México, el Colegio de México, 1975. Pág. 132,157,171. (Tesis de Maestría) 
81
 Ernest Sánchez Santiro, Padrón del Arzobispado de México 1777, México, Archivo General de la 
Nación, 2003. Pág. 151 
 35 
7 467 mulatos, 311 negros y 710 moriscos, y para 1793 Aguirre Beltrán
82
 indica que 
vivían 
en la ciudad 27 070 hombres y 25 559 mujeres descendientes de africanos, entre 378 
024 indígenas varones y 364 162 mujeres, y 1308 españoles y 22 mujeres españolas, las 
anteriores cifras contemplan el incremento de población de descendencia africana que 
se dio en el transcurso del siglo XVIII. 
 Teniendo presente que los censos tenían la finalidad de registrar a la población por 
clase (hombre o mujer), estado (casado, soltero o viudo) y casta o calidad (que incluye 
raza, dinero, ocupación y respetabilidad espiritual y familiar)
83
 la información que 
brindan debe verse con restricciones, ya que los datos no siempre se registraron con la 
mayor precisión 
por quienes recogieron la información así como por aquellos que la brindaron y 
considerando que la mezcla racial y cultural fue una característica activa y determínate 
en la sociedad novohispana, encontramos que la calidad podía cambiar de generación en 
generación, ya que el negro paso a ser mulato, el mulato a mestizo y el mestizo a 
español. 
 La ciudad de México era el escenario en donde convivían habitantes pertenecientes a 
los diversos grupos de la sociedad novohispana como fueron españoles, indígenas, 
africanos, asiáticos y en donde las mezclas resultaron ser numerosas y coloridas. 
 
 
 
82
 Gonzalo Aguirre Beltrán, La población negra en México, Pág. 237 
83
 Calidad engloba consideraciones de Raza, Dinero, Ocupación y respetabilidad individual y familiar. 
Robert McCaa es quien ha utilizado ampliamente este término. Robert McCaa, “Calidad, Clase and 
Marriage in Colonial México:

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