Logo Studenta

Aspectos-evaluativos-de-la-cultura-politica-en-los-estudiantes-de-la-FES-Aragon

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

0
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Licenciatura en Sociología 
 
 
 
 
ASPECTOS EVALUATIVOS DE LA CULTURA 
POLÍTICA EN LOS ESTUDIANTES 
DE LA FES - ARAGÓN 
 
NÉSTOR BENJAMÍN RAMOS TÉLLEZ 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN 
 
 
ASESORA: FABIOLA GONZÁLEZ GONZÁLEZ 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 1
ESTE TESIS ESTA DEDICADA A: 
 
Mi abuela ┼ Apolonia Pérez Sánchez haber estado conmigo, ya que de ella 
aprendí a trabajar muy duro y de manera honesta para ganarse la vida; ella fue 
una campesina que me enseño el valor que tiene el trabajo y la importancia de 
cuidar el agua, la tierra y todo lo que hay en ella. Este trabajo esta dedicado a su 
memoria, fue una promesa hecha en su lecho de muerte, y ahora es una realidad; 
estoy seguro que te sientes orgulloso de mí, donde quiera que estés. 
 
A mí abuelo ┼ Bartolo Téllez González, un campesino de Río Laja Guanajuato, 
que emigro a la ciudad de México por la falta de oportunidades, vivió una 
existencia dura pero a pesar de ello me enseño que es posible cambiar las 
condiciones de vida de las personas, por medio del esfuerzo y el trabajo 
constante. En su memoria consolidaremos el Proyecto del Río Laja en 
Guanajuato, para demostrar que otro mundo es posible, se que hubieras querido 
que ayudara a tus paisanos, lo haré de eso puedes estar seguro. 
 
A mi padre Arturo Ramos Pérez, que a lo largo de mí vida, siempre me apoyo 
en mis sueños y metas, ha sido para mí un ejemplo como padre, amigo y como 
estudiante que lucho al lado de muchos otros en el movimiento estudiantil de 1968 
por las libertades democráticas que tenemos hoy en día. El ha estado conmigo 
en momentos difíciles, apoyándome con sus consejos y su paciencia, me alentó a 
seguir con mí formación académica a pesar de los adversidades, nunca dejo de 
creer en mí, por eso estoy profundamente agradecido contigo, gracias. 
 
A mi madre Rita Téllez Castro, aprendí el valor del esfuerzo y la superación, ya 
que ella solo tenía la secundaria, pero a pesar de eso nunca se detuvo, ni se 
estanco y decidió estudiar hasta la licenciatura, aunque a veces me privaba de 
verla. Mí madre es un claro ejemplo de cómo debe de ser una mujer en estos 
tiempos trabajadora, estudiante, madre, profesora y amiga; por eso estoy 
orgulloso del lugar al que has llegado y te dedico esta tesis. 
 
A mí tío Vicente Ángel Ramos Pérez, me enseño muchas cosas, entre ellas a 
ser paciente, pensar las cosas que hago, ver siempre en un horizonte de mediano 
y largo plazo. Sobre todo lo que le agradezco su confianza y su apoyo en todo 
momento, ya que el ha sido una de las personas que ha estado conmigo en 
muchos partes importantes de mí vida. 
 
A mis hermanos David Ramos y Aline Ramos 
Ellos me han enseñado a desafiar los retos que se presentan, a ser fuerte y luchar 
por alcanzar mis metas y objetivos; de ellos aprendí los valores fundamentales de 
la perseverancia, la disciplina y la paciencia para lograr alcanzar mis sueños, ellos 
son la utopía de “ser realistas y alcanzar lo imposible”, gracias por su apoyo y 
confianza en los momentos en los que más los necesite. 
 2
A mí querida Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de 
estudios de éste país y del mundo Ibérico. Representa para mí la cuna del 
pensamiento moderno y el centro del saber de las ciencias sociales, las artes, las 
humanidades y el desarrollo científico de México. La UNAM me lego un espacio 
crítico de reflexión, de libre discusión de ideas y de pensamiento, gracias por 
haberme dado esta formación, recordando siempre “el compromiso social y 
político que tenemos con la sociedad”. Por supuesto no puedo dejar de lado, que 
la UNAM en estos momentos esta dentro de las 90 mejores universidades del 
mundo y que ocupa el lugar número 20 en el terreno de las humanidades y las 
artes, es un orgullo y un privilegio haber estudiado en sus aulas. 
 
A mí asesora de tesis, la Mtra. Fabiola González González, que decidió apoyar 
este proyecto de manera comprometida desde un inicio, cuando ya tenia año y 
medio estancada la investigación; usted me dio su amistad, confianza y su 
asesoría profesional, que me permitió encontrar muchas respuestas y soluciones 
que necesitaba para seguir adelante y culminar este esfuerzo. 
 
A mis compañeros y amigos de generación, 1998-2002 que con sus críticas y 
comentarios me obligaron a avanzar en mi proyecto de tesis. Algunos ya se 
adelantaron y ahora son licenciados, pero muchos otros faltan de titularse; así que 
no desistan, sino terminaran como alguna vez lo dijimos: “titulándose cuando ya 
tengan nietos”. 
 
A todos mis camaradas que creyeron en este esfuerzo y me alentaron en 
todo momento, con sus críticas hacia mis borradores y la asesoría estadística- 
metodológica necesaria para la realización de este proyecto; también agradezco 
las paciencia y el apoyo que tuvieron muchos de ellos, que me esperaron un año 
para hacer la maestría. Tampoco hay que olvidar la insistencia de muchos 
amigos que me decían que cerrara de una vez por todas el ciclo de la universidad 
titulándome. A todos ellos que no quisieron que aparecieran sus nombres, 
gracias. 
 
A mis amigos y socios de “ISM – Consultoría”, Jonathan Arteaga, Miriam 
Elizabeth, Plinio Vázquez, Alejandra Ríos, Alejandra Vigil, Román González y 
Marco Arauz, gracias por su apoyo y por haber creído en la utopía de formar un 
proyecto cooperativista de asesoría profesional que trascenderá y se consolidara 
como una alternativa de trabajo y una forma de vida. 
 
A Mario Rechy Montiel, más que un compañero de militancia cooperativa, has 
demostrado ser un amigo y un camarada de lucha que ha creído y apoyado los 
proyectos que impulsamos los jóvenes, casi nadie lo hace, ni comparte el 
conocimiento y a su vez se retroalimenta de nosotros. Hemos aprendido de ti que 
es importante estudiar y comprender la realidad social, pero una de las tareas que 
tenemos es transformarla, creando una alternativa que genere empleos, desarrollo 
sustentable, autogestión, democracia y un mejor nivel de vida para los pueblos, 
por eso asumimos que el camino del cooperativismo es una propuesta que puede 
ayudar a resolver los problemas que tenemos hoy día. 
 3
A mí querida Cecilia Dorantes Vázquez quiero agradecerte, el haber estado 
conmigo en todo momento, alentándome a seguir adelante no solo con la tesis, 
sino con todos los proyectos y sueños que tengo. Tú has sido una de las 
personas que ha creído y confiado en mí, aún en los momentos difíciles me 
tendiste la mano para salir de la adversidad y culminar este esfuerzo, gracias 
Cecy. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4
Otras dedicatorias: 
 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________ 
 
 
 5
Índice Páginas 
 
Introducción……….………………………………………..……………………..…….8 
 
Capítulo 1 Cultura política: Antecedentes y Contexto 
 
1.1 Antecedentes…..…………………………………...…………………………….21 
1.2 Contexto………………………………………………………..……..…………...25 
1.3 El estudio pionero de la cultura política: “La cultura cívica: estudio sobre 
 la participación política democrática en cinco naciones”…………………..…28 
1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso mexicano……...……..34 
1.3.2 Críticas hechas a la cultura cívica…………………………………….39 
1.4 Nuevas orientaciones: la cultura política democrática…………………............43 
1.4.1 Componentes de la cultura política democrática…………...……….47 
 
Capítulo 2 Aspectos evaluativos en la cultura política de los mexicanos 
 
2.1 Los mexicanos y su cultura política: su discusión desde la tradición………..51 
 Norteamericana 
2.2 Visión general sobre la cultura política en México…………………………….55 
 2.2.1 Los ciudadanos del Distrito Federal y su cultura política……….......60 
 2.2.2 La cultura política de los ciudadanos a finales de los noventa…..…66 
 2.2.3 Análisis sobre la cultura política en los estudiantes de la UNAM.....69 
 
Capítulo 3 Metodología y perfiles socioeconómicos 
 
3.1 Definición del problema………………………………………………..……...75 
 3.1.1 Objetivo general y particular…………………………………………78 
3.2 Definición conceptual……………………………...…………………………….79 
3.3 Población y muestra……………………………………………………………..81 
3.4 Procedimientos……………………………………………………………...……87 
3.5 Instrumentos de recabación de información……………………………...…..89 
 6
3.6 Grupos focales…………………………………………………………..…….…94 
3.7 Entrevista a profundidad………………………………………………………...95 
 
Capítulo 4 Aspectos evaluativos de la cultura política en los estudiantes 
 de la FES - Aragón 
 
4.1 La socialización política de los estudiantes y la formación de su opinión…..98 
4.1.1 Medios de comunicación…………………………………………...…100 
4.1.2 Escuela………………………………………………………………….104 
4.1.3 Familia…………………………………………………………………..106 
4.2 Evaluación y cultura política de los estudiantes de la FES – Aragón……....108 
4.2.1 Evaluación del gobierno………………………………………………..108 
4.2.2 Evaluación del sistema de partido………………………………..…..112 
4.2.3 Evaluación de los actores políticos………………………………..….117 
4.2.4 Evaluación de la democracia………………………………………….120 
 
Capítulo 5 Análisis, Discusión y Conclusiones 
 
5.1 Análisis……..…..………………………………………………………………..124 
5.2 Discusión del análisis cuantitativo y cualitativo……………………………..147 
5.3 Conclusiones…..………………………………………………………………..150 
5.4 Referencias Bibliográficas……………………………………………………..158 
5.5 Anexos………………………………………………………………………...…162 
 
 
 
 
 
 
 7
 
LAS CARACTERÍSTICAS EVALUATIVAS 
DE LA CULTURA POLÍTICA EN LOS 
ESTUDIANTES DE LA FES - ARAGÓN 
 
 
 
 
 
 
 
 
I N T R O D U C C I Ó N 
 
 
 
 
 
“La cultura política mexicana expresa ante todo a un pueblo 
orgulloso y mutilado. Combina la cultura del poder, la simpatía 
ideológica y la tolerancia formal: mezcla de la concesión y el 
consumo, la legalidad y la soberanía con estructuras de trampa, 
corrupción, arreglo y represión, a las que se añaden las viejas y 
nuevas estructuras de marginación y las viejas nuevas artes de 
la manipulación de la información” 
 
 
Dr. Pablo González Casanova 
 8
Introducción 
 
 
La discusión acerca de la cultura política se comenzó a plantear a partir del 
periodo de posguerra, cuando el mundo se encontraba dividido en dos posturas 
antagónicas y hegemónicas, “Capitalismo vs. Socialismo”. A partir de este 
posicionamiento militar, político, social, cultural, económico, ideológico y 
académico se edificó el fenómeno de la guerra fría. Esto trajo como 
consecuencia para el mundo occidental, una creciente necesidad de prever el 
futuro de la democracia en sus países y en otros que se encontraban en vías de 
consolidarla, además de enfrentar y aislar a su contraparte: el llamado 
“Socialismo Real” de la Unión Soviética, Europa del Este y China. 
 
En ese contexto surge la primera investigación sobre cultura política, la cual 
nació en la Ciencia Política norteamericana en el año de 1963, cuando Gabriel 
Almond y Sydney Verba propusieron en su obra “La Cultura Cívica”, una 
investigación comparativa entre 5 naciones (Estados Unidos de América, 
Inglaterra, Alemania, Italia y México), cuya finalidad era indagar actitudes políticas 
sobre el conocimiento, el afecto y la evaluación que los ciudadanos tenían acerca 
del gobierno, el sistema de partidos, los actores políticos y la democracia. Para 
ello utilizaron como punto de comparación la democracia norteamericana, 
partiendo de su “alto grado de cultura política” y “modernización”, que contrasta 
con otros países menos avanzados o en vías de consolidar la democracia. 
 
El modelo teórico de la cultura política se encontraba inspirado en parte, por 
la sociología académica (representada por la tradición anglosajona), en 
controversia con la sociología crítica (representada por la escuela Marxista), en 
ese plano la cultura política esta construida en gran parte por la tradición 
funcionalista de la sociología académica, y surge como respuesta al planteamiento 
teórico gramsciano de la ideología de la clase dominante, que impulsaba la 
 9
escuela marxista1. La influencia del funcionalismo en la obra de la “Cultura 
Cívica”, se encuentra en un punto medular del estudio, ya que la preocupación 
central que se alcanza a apreciar en gran parte de la obra de Almond y Verba, 
tiene que ver con una serie de factores como, la preservación del orden político, el 
equilibrio, la estabilidad del régimen, la gobernabilidad, el correcto funcionamiento 
del sistema político y la democracia. Sin mencionar aspectos fundamentales como 
la participación de los ciudadanos, dentro de las instituciones y reglas del régimen. 
 
 En el caso de México, las investigaciones sobre cultura política tienen sus 
inicios en el año de 1963 con la obra de Almond y Verba, esta propuesta se toma 
como punto de referencia, ya que abrió la veta de investigación en nuestro país, 
con un proyecto sustentado en un soporte teórico-metodológico y una muestra 
aplicada a nivel nacional. Como resultado de lo anterior, los politólogos 
norteamericanos ubican la cultura política de los mexicanos entre subordinada2y 
participativa3, clasifican a los mexicanos, entre la enajenación política y la 
participación. La enajenación política, se entiende como la aceptación y adhesión 
de los ciudadanos, a las reglas del juego del sistema político mexicano. Ligado al 
aspecto participativo, encontraron que los ciudadanos consideraban al gobierno 
como garante de los postulados de bienestar y justicia social, además percibieron 
que los ciudadanos en cierto sentido influían en él, cuando planteaban demandas. 
 
 
 
 
 
1 Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. 
Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 
2 Cultura Política del Súbdito o Subordinada.- Los ciudadanos están conscientes del sistema político nacional, 
pero se consideran a sí mismos subordinados del gobierno más que participantes del proceso político y, por 
tanto, solamente se involucran con los productos del sistema (las medidas y políticas del gobierno) y no con 
la formulación y estructuración de las decisiones y las políticas públicas, Almond y Verba, op. cit. 
3 Cultura Política Participativa.- Los ciudadanos tienen conciencia del sistema político nacional y están 
interesados en la forma como opera. En ella, consideran que pueden contribuir con el sistema y que tiene 
capacidad para influir en la formulación de las políticas públicas, Almond y Verba, op. cit 
 
 
 10
Por su parte el Estado Mexicano mantenía su estabilidad y aseguraba su 
supervivencia a través de la realización y cumplimiento de las demandas sociales, 
manifestadas por múltiples actores de la sociedad mexicana, en este contexto se 
entiende la participación de los ciudadanos, y por eso se señalan que existía en la 
sociedad mexicana una mezcla de la cultura política de súbdito y participativa, ya 
que por un lado, el sistema mantiene un control mediático sobre los ciudadanos, a 
cambio del bienestar social de éstos, en esa misma perspectiva la participación se 
manifiesta, cuando hacen patente la exigencia de una demanda social ante 
cualquier autoridad gubernamental. 
 
En esta misma percepción de participación, los ciudadanos encuestados 
consideraban a las autoridades en general como corruptas e ineficaces debido al 
aparato burocrático. Además de la corrupción y la ineficacia, Almond y Verba 
concluyen en su investigación con una serie de factores del orden psicológico que 
según ellos, caracterizan a los mexicanos. Señalan que existe una marcada 
tendencia extrema hacia la desconfianza, el individualismo y la limitada 
participación política. 
 
Después de la propuesta Almond y Verba, en México a lo largo de cuatro 
décadas se han abierto nuevos horizontes de investigación en el ámbito de la 
cultura política, ya que existen múltiples trabajos formulados por politólogos 
norteamericanos e investigadores mexicanos. Hablando estrictamente de 
¿Cómo los politólogos norteamericanos abordan el estudio de la cultura política en 
México?, se puede decir que tienen un cierto apego por la tradición clásica de 
Almond y Verba. En ese marco, se encuentra el trabajo de Roger Hogdson “La 
Política del desarrollo Mexicano” quien propone cuatro variables básicas para 
explicar la cultura política de los mexicanos y la estabilidad del sistema desde la 
década de los treinta: la distribución de la tierra, la circulación de la élite política, el 
acelerado crecimiento económico y las limitadas demandas presentadas al 
sistema político. Dentro de la misma tradición anglosajona la investigación que 
hace Wayne Cornelius, en su libro “La urbanización como un agente en la 
 11
inestabilidad política latinoamericana: el caso de México”, gira entorno a estudiar 
tres actitudes políticas de los mexicanos: la politización, las orientaciones de 
legitimación del sistema y la radicalización política. 
 
En México, los estudios sobre cultura política se inauguran en la década de 
los años setenta, el punto de partida para abrir la discusión sobre la cultura 
política, es el investigador Rafael Segovia del Colegio de México, quien publicó 
“La politización del niño mexicano”, un estudio que retoma parte de la tradición de 
Almond y Verba. La obra de Segovia se dirige a estudiar el proceso de 
socialización de los niños mexicanos, el como éstos van adquiriendo 
conocimientos acerca de la política, por medio de las agencias de socialización: la 
familia, la escuela, los medios de comunicación y la iglesia4. Además Segovia 
ubica una concepción autoritaria de la cultura política en México, tomando en 
cuenta el escenario difícil que se vivía en esa época, ya que la violencia política5 
ejercida por el régimen de la revolución institucionalizada llegó a su máxima 
expresión. En ese sentido los rasgos característicos de la cultura política en ésta 
década, nos señalan una creciente desconfianza hacia cualquier ámbito donde se 
genere una organización colectiva y la toma de decisiones por parte de los 
ciudadanos. 
 
Otro propuesta que enriqueció la discusión sobre la cultura política en 
México fue el planteamiento hecho por Soledad Loeza, en su trabajo sobre “Los 
cambios en la cultura política mexicana: 1970 – 1988”. Desde la perspectiva de la 
autora, los mexicanos a partir de los setentas, tuvieron un mayor interés por los 
asuntos públicos, su atención a la política era mayor, ya que la información 
vertida por los medios de comunicación electrónicos e impresos, penetraba más 
que antes en la sociedad mexicana. A pesar de una difusión masiva de los 
medios de comunicación, acerca de los asuntos públicos y del gobierno, los 
 
4 Segovia, R., La politización del niño mexicano, México, El Colegio de México, 1975. 
5 La violencia política se venía arrastrando desde finales de la década de los sesentas, concretamente con la 
represión del movimiento estudiantil del 68, posteriormente con la llamada guerra sucia de los setentas, en 
contra de Genaro Vásquez Rojas y posteriormente con Lucio Cabañas en el estado de Guerrero. 
 12
ciudadanos seguían manteniendo la tendencia al abstencionismo electoral, ésto 
por la desconfianza que tenían hacia el gobierno y las formas de participación que 
ofrecían dentro de sus instituciones corporativas. Sucesos como la matanza de 
estudiantes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, propiciaron modelos de 
organización que se gestaron dentro de la sociedad civil, lo que se tradujo en una 
relativa autonomía para plantear demandas. Esta transformación en las 
actitudes políticas de los ciudadanos, propició un mayor abstencionismo y apatía, 
tanto en las elecciones, como en la participación de los ciudadanos en las 
organizaciones gubernamentales. 
 
En ese marco la cultura política de los mexicanos en las años setentas se 
desarrolla y crece, en los espacios de participación colectiva de la sociedad civil, 
se enriquece además por fenómenos como el movimiento estudiantil de 1968, la 
reforma política impulsada por Jesús Reyes Heroles en 1977, en el gobierno del 
ex presidente José López Portillo, y el agotamiento de la estabilidad económica 
que lleva a los mexicanos, al escenario de crisis económica, por lo que se abren 
nuevos canales de participación política para liberar la tensión económica de la 
crisis. 
 
 En la década de los ochentas se producen una serie de cambios 
importantes en la cultura política de los mexicanos, en contraste con la década 
pasada donde los ciudadanos mostraban poco interés y participación en los 
asuntos del gobierno y en los procesos electorales. En esta década cambian los 
antiguos aspectos que definían su cultura política, de características autoritarias, 
ya que dieron un giro radical, hubo acciones que constituyeron un referente por 
excelencia que puede llevar a explicar la conducta participativade los ciudadanos 
como lo son, el sismo de 1985 y la defensa del voto popular contra el fraude 
electoral de 1988. 
 
Cuando sucedió el terremoto de 1985, surgieron nuevas actitudes políticas 
de los ciudadanos frente al siniestro que se presentaba ante ellos, ya que ante la 
 13
incompetencia del gobierno Federal que presidía Miguel de la Madrid Hurtado, los 
ciudadanos tomaron las calles de la Ciudad de México, ignoraron los llamados de 
la autoridad de quedarse estáticos y no hacer nada. Este hecho rebaso por 
completo a las instituciones de gobierno y los partidos políticos que se vieron 
superados por la sociedad civil, y se puso en tela de juicio una vez más, sus serias 
limitaciones. Este hecho sirvió como precedente para nuevos movimientos que 
surgieron, como el que se gestó dentro de la Universidad Nacional Autónoma de 
México en 1987 con el Consejo Estudiantil Universitario y las movilizaciones 
hechas contra el fraude electoral de 1988, por parte de diversas organizaciones 
sociales y políticas. 
 
A finales de los años noventa, se produjeron cambios significativos en la 
cultura política de los mexicanos que serían determinantes para el proceso de 
alternancia en el año 2000. Este caso es ampliamente documentado por Julia 
Flores y Yolanda Meyenberg, que hicieron una investigación a nivel nacional que 
tenía como objetivo ver los elementos de cultura política que caracterizaban a los 
ciudadanos mexicanos, estando próximas las Elecciones Federales del año 2000. 
 
Los resultados que presentan Flores y Meyenberg, muestran una 
transformación en la cultura política de los mexicanos, ya que el sentimiento de 
ineficacia que ellos tenían, frente a los asuntos del gobierno, cambio de manera 
radical, ya que el 51% de los ciudadanos6 encuestados, afirmaban que son 
capaces de influir en las decisiones de los políticos, ésto en los términos de la 
cultura política, se entiende como un ciudadano que se conciben así mismo, 
políticamente eficaz. 
 
Si retomáramos el esquema clásico de Almond y Verba, con fines 
comparativos, encontraríamos que ellos clasificaron en un primer momento a los 
mexicanos de esa época (1963) como “enajenados políticos”, “tendiendo a la 
 
6 Flores Dávila, Julia y Yolanda Méyenberg, Ciudadanos y cultura de la democracia, Reglas, instituciones y 
valores de la democracia. Instituto Federal Electoral, México D.F. diciembre de 2000. 
 14
participación”. Pero si con esos mismos parámetros, evaluáramos a los 
mexicanos de finales de los noventas, encontraríamos en ellos una cultura política 
participativa, propia de un sistema democrático estable. 
 
Si observamos el ambiente de desconfianza hacia las instituciones de 
gobierno, en la década de los setentas, y las comparamos con las condiciones 
actuales, vemos que ahora el 88% de los ciudadanos, considera que la mejor 
manera de hacer valer sus derechos e incidir en la esfera pública es por la acción 
colectiva de grupo, caso contrario a lo que opinaban los mexicanos en los 
setentas. Otra variante en la enorme gama de la cultura política, es la cuestión de 
la motivación del voto, ya que a inicios de la década, la mayoría de los electores 
votaba porque era un derecho y se concebía como una obligación. 
 
 La discusión sobre la cultura política en México se ha estado haciendo 
desde hace más de cuatro décadas, diversas investigaciones7 han enriquecido su 
discusión y han venido clasificando, observando y analizado los diversos tipos de 
cultura política y los cambios en las actitudes políticas que han tenido los 
mexicanos. 
 
Sin embargo el interés por estudiar la cultura política en las ciencias 
sociales de nuestro país se inicia a finales de los años ochentas, con la coyuntura 
electoral de 1988 donde el sistema político mexicano da muestras de agotamiento 
y la ciudadanía por medio del voto, da señales de querer un cambio político y una 
apertura democrática. En ese contexto los estudios sobre cultura política vuelven 
a ocupar a los investigadores mexicanos, después del fraude electoral de 1988, 
las condiciones políticas para el Partido Revolucionario Institucional cambiaron, se 
desencadeno un escenario de competencia política, la oposición comenzó a ganar 
gobernaturas, presidencias municipales y tuvo mayor presencia en el Congreso de 
la Unión8. 
 
7 Como las de Almond y Verba (1963), Hansen Roger, (1971), Cornelius Wayne, (1973), Segovia, R., (1975), 
 Loeza Soledad, (1989), y Méyenberg Yolanda, (2000), 
8 Lujambio, Alonso, El poder compartido, Océano, México, 2000. 
 15
Desde finales de los ochentas, hasta la fecha, la mayor veta de 
investigación científica en el país, en lo que respecta a la cultura política se ha 
encaminado a estudiar a los ciudadanos y electores principalmente. Esto se debe 
a dos factores: 
 
1. La influencia de la investigación pionera, de Almond y Verba “La cultura 
Cívica”, en México fue determinante en los trabajos que precedieron a 
dicha obra, ya que se considera un punto de referencia y es el primer 
intento de medir actitudes políticas de los ciudadanos, con un respaldo 
teórico-metodológico, y gran parte de las investigaciones posteriores lo 
retoman, a pesar de las críticas que recibió inicialmente su obra en México 
y otros países del mundo. 
2. El PRI dominó de manera hegemónica y sin competencia la escena política 
del país por muchas décadas y esa cuestión cambio de manera significativa 
para el partido de Estado con la coyuntura política de 1988. A partir de 
entonces la mayor parte de las investigaciones acerca de la cultura política 
de los mexicanos se dirigen a electores o ciudadanos, por la cuestión de la 
oferta en el mercado electoral y político. 
 
Sin embargo existen otros campos donde poco han incursionado las 
investigaciones sobre cultura política, un ejemplo de ello, son los estudiantes, 
campesinos, obreros, pueblos indígenas, protestantes, católicos, minorías étnicas, 
mujeres y jóvenes. Hasta hace algunos años la mayor parte de las 
investigaciones sobre cultura política, no se habían preocupado por observar el 
fenómeno en grupos sociales tan particulares, generalmente en los muestreos 
solo utilizan las categorías de “ciudadanos y/o electores”, por lo que dichos 
grupos particulares han sido poco estudiados y de ahí nace la importancia de 
investigar que tipo de cultura política evaluativo tienen y que diferencias tienen con 
el contexto general.9 
 
9 Wincour, Rosalía, Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México, México, 
Ed. Miguel Ángel Porrúa, 2002, p.18 
 
 16
En base a lo anterior, nace la inquietud de estudiar la cultura política, de 
esos grupos poco investigados, en los cuales se ubican los estudiantes de la 
Universidad Nacional Autónoma de México de la FES - Aragón. La atención para 
investigar los rasgos de la cultura política en los estudiantes es reciente en nuestro 
país. Esta tendencia se presentó de manera más clara en la campaña electoral 
del año 2000, donde el entonces candidato a la Presidencia de la República 
Vicente Fox Quesada, vio la importancia del llamado voto útil en los jóvenes, 
principalmente los que se encontraban en las universidades y centros de 
educación superior del país, podemos decir que este sector fue estratégico y de 
vital importancia para el triunfo del entonces candidato de la Alianza por el 
Cambio. 
 
Por lo tanto situándonos en ese contexto, la cultura política de los 
estudiantes de la UNAM, sigue siendo un campo relativamente nuevo, ya que no 
hay muchas vetas de investigación sobre el tema, de hecho es reciente el interés 
en este campo. Hasta hace poco fue abordado por Víctor Manuel Durand, con 
un trabajo realizado en marzo de 1997, cuyoobjetivo era saber los diversos 
aspectos de la cultura política, en los estudiantes de la UNAM, para ver el 
comportamiento que podrían tener en las Elecciones Federales de 2000. 
 
El estudio tenía interés de ubicar que tipo de cultura política predominaba 
en los estudiantes, si era apegada a una cultura política autoritaria o ésta se 
encontraba en vías de ser democrática, en esta variable el 65% de los jóvenes 
respondieron que la democracia es mejor que cualquier otra forma de gobierno. 
Otra cuestión planteada era la evaluación que hacían los universitarios del 
régimen y sus instituciones de gobierno, en la cual el 58.2% de los estudiantes, 
afirmaban que la situación del país estaba peor, en relación al año anterior. Por 
último, la disposición que tenía los estudiantes para participar en la política y de 
que manera podría ser dicha participación, en esa categoría toma como punto de 
referencia la participación vía electoral, por medio de la credencial para votar con 
 17
fotografía, cerca del 90.6% de los universitarios contaba con este requisito y 
concebía las elecciones como un mecanismos de participación. 
 
Es importante realizar un estudio sobre la cultura política de los estudiantes 
de la UNAM, fuera del universo general que abarco la investigación de Durand10, 
ya que puede haber en la actualidad algunas diferencias con los estudiantes de la 
FES - Aragón, en relación a variables como la socialización política, la concepción 
de gobierno, partidos, actores políticos y la democracia, ya que influyen factores 
como los planes de estudio, los académicos, factores socioeconómicos y 
culturales. 
 
Han pasado 7 años, desde la última investigación realizada por Víctor 
Durand, y es evidente que se ha modificado de manera sustancial el contexto 
político, económico y social, las percepciones registradas pueden tener cambios 
significativos, ya dicho estudio se realizó en un escenario político, donde el PRI no 
había perdido aun el poder presidencial. 
 
Ahora en el 2005 la escena política es distinta: los niveles de percepción de 
los ciudadanos11, indican que en el país existe una lucha por el poder político, que 
se manifiesta en desacuerdos entre las fuerzas políticas y el gobierno federal, el 
desencanto de la democracia, la lenta recuperación económica y las grandes 
expectativas que tenía acerca del cambio político, que no han llegado o han sido 
mínimas, perfilan una posible modificación en sus actitudes políticas. 
 
En ese sentido toma importancia hoy en día elaborar una propuesta de 
investigación que tenga por objetivo estudiar los aspectos evaluativos de la cultura 
política en los estudiantes de la UNAM – FES Aragón, del área de Ciencias 
Sociales, ya que existe una brecha generacional de 7 años, -en relación a la 
investigación de Durand- y muchos de los estudiantes en la actualidad tuvieron 
 
10 La población que abarco fueron todos los bachilleratos de la UNAM, Escuelas y Facultades. 
11 La afirmación se basa en: Encuesta Nacional sobre Cultura Política, SEGOB (2003) 
 18
su primera experiencia electoral en el 2000 y otros más la tendrán en las 
elecciones de 2006, por ellos es de vital importancia ver los aspectos de cultura 
política que abarcan las cogniciones, afecciones y evaluaciones que puedan hacer 
los estudiantes de Ciencias Sociales que comprenden las carreras de Relaciones 
Internacionales, Sociología y Comunicación y Periodismo. 
 
 El contenido de esta investigación se encuentra dividido en 5 capítulos en 
los que se desarrolla el problema de los aspectos evaluativos de la cultura política 
en los estudiantes de Ciencias Sociales de la FES – Aragón. El primer capítulo 
se denomina “Cultura política: antecedentes y contexto”, en el cual se aborda la 
temática desde varios puntos de vista que permiten comprender más ampliamente 
como se origina la propuesta de Almond y Verba, sobre el estudio de la cultura 
política. Para ello se indagan los estudios que sirvieron de base para construir el 
esquema de cultura política, además de analizar el contexto histórico donde se 
origina, en el ámbito de la guerra fría y como respuesta a los planteamientos 
teóricos del marxismo. En la parte final del capitulo se analiza de manera 
detallada la estructura de la propuesta teórica de Almond y Verba, “La cultura 
Cívica: estudio sobre la participación política en 5 naciones”, en particular se pone 
atención especial al caso mexicano y a los aspectos evaluativos que contiene 
dicho estudio. 
 
 El segundo capitulo tiene por nombre “Aspectos evaluativos en la cultura 
política de los mexicanos”, en el que básicamente se tiene el objetivo de revisar 
las diferentes investigaciones que se han hecho nuestro país acerca de la cultura 
política, tomando como punto de referencia el capitulo anterior donde se aborda la 
obra de Almond y Verba, “La cultura cívica”. Desde ese marco se ven las 
diversas investigaciones sobre cultura política, tanto de autores norteamericanos 
como mexicanos, partiendo de un universo general y llegando al más reciente 
estudio sobre la cultura política de los estudiantes de la UNAM, realizado en 1997 
y publicado en el año 2000. 
 
 19
 En el caso del tercer capitulo, “metodología y perfiles socioeconómicos”, se 
aborda la metodología que llevó acabo en la presente investigación, en un primer 
momento se hace una propuesta de cómo se abordara el problema de la cultura 
política de los estudiantes de la FES – Aragón, a su vez se definen los objetivos 
particulares y generales, la población a la cual esta dirigida la investigación, los 
procedimientos que se desarrollaron y las técnicas utilizadas. Además de algunos 
datos sobre los perfiles socioeconómicos de los estudiantes de la FES – Aragón. 
 
 En el capitulo cuarto, “aspectos evaluativos de la cultura política en los 
estudiantes de la FES – Aragón”, se parte de los espacios de socialización política 
que tienen los universitarios, es decir, los distintos entornos donde forman su 
opinión acerca de la política. También se plantean aspectos referentes a la 
evaluación que hacen acerca del gobierno, sistema de partidos, actores políticos y 
la democracia, en el contexto político actual, las percepciones recabadas se 
realizaron desde el punto de vista cuantitativo, con la aplicación de encuestas. 
 
En el último capitulo, “análisis, discusión y conclusiones”, se hace un 
contraste entre lo cuantitativo (los resultados obtenidos por la encuesta) y lo 
cualitativo, realizado a través de un grupo focal y una entrevista en profundidad 
que tiene como finalidad comparar las generalidades de la encuesta y las 
opiniones particulares de un grupo focal, en ese marco se llega a unas 
conclusiones que contemplan ambas perspectivas, lo que da como resultado una 
visión más amplia del problema. 
 
 
 
 
 
 
 20
Capítulo 1 
 
 
Cultura Política: Antecedentes y 
Contexto 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1.1 Antecedentes 
1.2 Contexto 
1.3 El estudio pionero de la cultura política: “La cultura cívica: estudio 
 sobre la participación política democrática en 5 naciones” 
1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso mexicano 
1.3.2 Críticas hechas a la cultura cívica 
1.4 Nuevas orientaciones: la cultura política democrática 
1.4.1 Componentes de la cultura política democrática 
 
 21
Capitulo 1 Cultura Política: Antecedentes y Contexto 
 
 
1.1 ANTECEDENTES 
 
 
El propósito general que guía este apartado, tiene como objetivo mostrar de 
manera breve antecedentes del concepto de cultura política propuesto por Gabriel 
Almond y Sydney Verba. Ésto con la finalidad de entender como construyeron su 
propuesta teórica y metodológica para explicar el fenómeno en 5 naciones: 
Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra,Alemania, Italia y México. En el 
caso de nuestro país, la obra de Almond y Verba, “The Civic Culture”, aborda 
distintas orientaciones de la cultura política, entre las que destacan: la cognitiva, 
afectiva y finalmente la evaluativa, que será el centro de atención en esta 
investigación. 
 
Hasta 1963 la discusión sobre cultura política en México se había limitado 
a ensayos culturales como El laberinto de la Soledad de Octavio Paz o textos de 
corte psicológico-cultural como las obras de Samuel Ramos, pero fuera de estos 
ensayos, no se había realizado ningún estudio sobre la cultura política de los 
mexicanos a nivel nacional que tuviera un instrumento de medición, como lo es la 
encuesta, y un soporte teórico. El estudio de Almond y Verba constituye el 
primer esfuerzo de investigación hecho en nuestro país, para analizar el fenómeno 
la cultura política. 
 
El contexto bajo el cual comienza a cristalizar la investigación de “La 
Cultura Cívica” a principios de la década de los sesentas, nos permite ver que 
apreciación de la política y que propuestas teóricas, se empleaban para los 
distintos estudios sobre actitudes políticas. Es desde la óptica de los politólogos 
 22
norteamericanos que explican la propuesta sobre la cultura política a partir de dos 
momentos de análisis que comprenden dos etapas12: 
 
1. La primera etapa abarca de 1900 al año 1950 y se caracteriza por abordar a 
la política comparada desde una visión histórica, haciendo un especial énfasis en 
los estudios clásicos de política, su perspectiva analítica es de corte formal, 
funcional, descriptiva, con ciertos rasgos conservadores y de características 
empíricas. 
 
2. La otra visión que se tiene es la formulada por Daniel Bell, que se ubica en 
el periodo de posguerra, esto es, en la segunda mitad del siglo XX. En ese orden 
de ideas el objetivo de la política comparada es efectuar un mapeo mundial de los 
distintos países y sistemas políticos, tomando en cuenta su funcionamiento, 
estabilidad y el grado de modernización política, a fin de identificar que tan 
democráticos son los regímenes políticos. 
 
Las investigaciones efectuadas en este escenario tienen la característica de 
ser internacionales y pueden tener como telón de fondo una cuestión que no se 
pueden dejar de lado, la creciente necesidad de los Estados Unidos de 
Norteamérica por ganar y conservar su supremacía ante el nuevo orden mundial13. 
Teniendo claro el panorama de los distintos momentos que vivieron los estudios 
sobre política comparada, es necesario establecer una delimitación para 
adentrarnos en el aspecto que nos interesa. Para ello tenemos que abordar 
cuatro estudios previos14 que sirvieron de preámbulo para llegar a consolidar el 
proyecto de “La Cultura Cívica” de Gabriel A. y Sydney V.15: 
 
 
12Cisneros Puebla, Cesar A., “Capitulo 1”, en: Cultura política, San José, Costa Rica FLACSO 1994, p. 15. 
13 En ese sentido se entiende la propagación de los estudios sobre política comparada, principalmente después 
de la caída del llamado socialismo real en Europa del éste y la Ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. 
14 Cisneros Puebla, Cesar A., p.16 
15 La perspectiva que muestra Cesar Cisneros acerca de esos estudios previos, son caracterizaciones muy 
generales que complemento con comentarios ligados a “La Cultura Cívica” en las partes siguientes. 
 23
1. En el año de 1956 Almond G. lleva a cabo una interpretación acerca de la 
cultura política, donde resalta un profundo interés por el estudio de patrones en el 
sentido de las orientaciones que se configuran a partir de las emociones y 
evaluaciones de los ciudadanos, respecto al sistema político, esas inquietudes se 
verán más tarde cristalizadas en una parte importante de su obra The Civic 
Culture. 
 
2. A partir de 1958 Samuel Beer acota el concepto de cultura política con un 
punto que sería medular para el desarrollo de The Civic Culture, y es la 
introducción conceptual de la noción de valores, creencias, actitudes y emociones 
que más adelante utilizarían en gran medida Almond y Verba en su obra para 
capturar la percepción de los ciudadanos acerca del sistema político y de sus 
distintos actores. 
 
3. Cerca del año 1961 Macridis introduce desde el campo de la ciencia política 
norteamericana su noción sobre cultura política, la cual contenía una serie de 
metas y reglas condensadas, que se entiende como un sistema político estable 
donde existen y se respetan las reglas del juego. Esta visión tiene su centro de 
gravedad en la gobernabilidad y la participación de los distintos actores, incluidos 
los ciudadanos por vías y métodos institucionales. 
 
4. Otro estudio que sirvió de pauta para Almond y Verba fue sin duda los 
planteamientos sobre cultura política formulados por Finer en el año de 1962, ya 
que él propone que la cultura política se puede entender a partir de la legitimación 
en un primer plano del sistema político y de todo el cúmulo de instituciones que se 
encuentran dentro de él. Subraya la importancia de la legitimidad de las reglas del 
juego político, sobre todo de sus instituciones políticas y de sus procedimientos. 
Esta perspectiva se puede materializar en la parte final de la obra The Civic 
Culture en la llamada Cultura Cívica, donde el régimen y sus instituciones políticas 
adquieren un alto grado de legitimidad y por consiguiente, existe un amplio 
margen de participación de los ciudadanos en sus instituciones. 
 24
La anterior puntualización sirvió como preámbulo a la discusión de la 
Cultura política de los mexicanos en su aspecto evaluativo, contenida en el 
estudio pionero: The Civic Culture: Political Attitudes and Democracy in Five 
Nations. Dicha obra sirvió -y lo sigue haciendo- de referencia obligada para 
aquellos interesados en los estudios sobre cultura política. 
 
El término cultura política utilizado formalmente por los politólogos 
norteamericanos Almond G. y S. Verba, a principios de los años sesentas (1963) 
en su estudio de política comparada denominado “The Civic Culture”, fue el 
producto terminado y el desemboque de las múltiples líneas de investigación en 
materia que le antecedieron, su investigación representa para la Ciencia Política 
norteamericana un paso importante en los estudios de actitudes políticas ya que 
fue el primer estudio hecho en su tipo, que tuvo alcances internacionales. 
 
La cultura política pisa el escenario como una nueva propuesta - no sólo en el 
nivel teórico - que pretendía explicar las orientaciones, las actitudes, 
comportamientos, percepciones y evaluaciones que tienen los ciudadanos hacia 
su sistema político, sino que además utilizó por primera vez el uso de encuestas 
para recoger percepciones de ciudadanos en cinco países y compararlas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 25
1.2 CONTEXTO 
 
 
En el ámbito de la Sociología es importante señalar bajo que corriente de 
pensamiento se llevó a cabo el estudio de “La Cultura Cívica”. En los años 60´s el 
modelo teórico dominante en gran parte de la sociología occidental o académica 
era la corriente del estructural funcionalismo, en particular existía una marcada 
influencia por la propuesta de Parsons Talcott y su obra “El sistema social” para 
explicar gran parte de los fenómenos sociales existentes. 
 
En ese campo la influencia teórica que ejerció la sociología funcionalista a 
partir de Parsons se aprecia en gran parte de la obra de Almond y Verba. La 
conexión que podemos establecer a partir del enfoque sistémico planteado por el 
funcionalismo se puede ver en la cuestión del orden y del equilibrio del sistema y 
subsistemas, como parte fundamental para un correcto funcionamiento y 
estabilidad de la sociedad16. 
 
En ese sentido, se pueden rescatar algunos rasgos de la teoría 
funcionalista, que se hacen presentesen la obra de Almond y Verba. 
Encontramos que un punto medular en “The Civic Culture” es llegar a un orden y 
estabilidad del sistema político, entendido como un alto grado de participación 
política de los ciudadanos y un orgullo hacia su sistema político, en este contexto 
el sistema goza de una amplia legitimidad y apoyo por parte de los ciudadanos, 
además de que existe una cohesión sólida entre los ciudadanos y las distintas 
actividades del sistema político17. El punto de arribo para llegar a este esquema 
ideal es la cultura cívica, aunque para avanzar hasta él, tenemos que atravesar 
por una serie de estadios que son: 1) La cultura parroquial, 2) La cultura de 
súbdito y 3) La cultura participativa. 
 
 
16 Talcott, Parson, El Sistema Social, Ed. Alianza Editorial, 1972. 
17 Almond y Verba, Idem. 
 26
La visión que predomina en los autores, es que los tres pasos mencionados 
con anterioridad a la cultura cívica, carecen de elementos necesarios para generar 
un entorno favorable al sistema, para el correcto ejercicio de la democracia, la 
gobernabilidad y sobre todo la estabilidad. Esto se entiende como una 
disfuncionalidad sistémica18, pero traducido al ámbito de la política, se encuentran 
en la cultura parroquial y de súbdito principalmente, ya que no existe una correcta 
interiorización de los mecanismos de participación, conocimiento e interacción con 
el entorno político. En esta sentido se habla entonces de sociedades atrasadas 
que carecen de una democracia participativa19. 
 
En este tipo de conglomerados sociales, es necesario que se lleven a cabo 
y consoliden procesos de modernización política, dando fin a estructuras 
unipartidistas y regimenes autoritarios20. Para ello la propuesta puede ser la 
transición democrática que se concibe como una alternativa que permitirá 
establecer mecanismos institucionales que regulen el acceso al poder político, a 
fin de generar un ámbito de participación política plural y un marco de 
gobernabilidad estable. 
 
 Como ya se vio con anterioridad, los obstáculos que impiden llega a una 
Cultura Cívica son: la cultura política “parroquial” y de “súbdito”, éstas sólo se 
pueden superar por medio de una cultura política participativa, -claro desde el 
esquema ideal de Almond y Verba- que se concibe como un producto imperfecto 
que debe servir a la sociedad como antesala para generar un entorno favorable 
para el sistema, donde el punto de llegada sea la cultura cívica. 
 
La cultura cívica es vista como el vehículo que puede generar un sistema 
político estable, donde exista una amplia participación entre el entorno ciudadano 
 
18 Talcott, Parson, El sistema social, Ed. Alianza Editorial, 1973. 
19 Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura 
Democrática. Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 
20 O´ Donnell Guillermo y C. Schimitter Philippe, Transiciones desde un gobierno autoritario, Ed. Piados 
Ibérica, S.A. 1986. 
 27
y el político, ya que en ésta el sistema goza de legitimidad y apoyo por parte de los 
ciudadanos. 
 
La influencia del funcionalismo en la obra de la “Cultura Cívica” se 
encuentra en un punto medular del estudio, ya que la preocupación central que se 
alcanza a apreciar en gran parte de la obra de Almond y Verba tiene que ver con 
una serie de factores como la preservación del orden político, el equilibrio, la 
estabilidad del régimen, la gobernabilidad, el correcto funcionamiento del sistema 
político y la democracia. Sin mencionar aspectos fundamentales como la 
participación de los ciudadanos dentro de las instituciones y reglas del régimen. 
El modelo de Almond y Verba tiene como finalidad el estudio de las actitudes, 
sentimientos, comportamientos, cogniciones y afectividades de los ciudadanos 
hacia su sistema político21. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21 Los aspectos los retoma Jacqueline Peschard, ya que en sus líneas de investigación mantiene un cierto 
apego a la tradición clásica del estudio sobre cultura política y se puede apreciar dicha influencia en gran 
parte de sus publicaciones, aunque propone algo interesante en su investigación sobre cultura política 
democrática. 
 28
1.3 EL ESTUDIO PIONERO DE LA CULTURA POLÍTICA: 
“La Cultura Cívica: Estudios sobre la participación política 
democrática en cinco naciones”. 
 
 
El término de cultura política es acuñado por la Ciencia Política 
Norteamericana, surge en la década de los 60´s, Almond y Verba desarrollaron 
un proyecto que comprendía el estudio del fenómeno en cinco países: Estados 
Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Italia y México. El estudio utilizaba una serie de 
recursos empíricos, cuyo objetivo fue introducirse en el mundo de los valores, 
ideas y percepciones políticas simples y básicas. 
 
Sobre la base de lo anterior nos introduciremos a definir nuestro objeto de 
estudio desde los autores clásicos Gabriel Almond y Sydney Verba, quienes 
establecen que por cultura política se entiende lo siguiente: 
 
“Los valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia 
el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de 
elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene 
una población respecto al poder”22. 
 
 En este primer acercamiento la cultura política, se puede establecer que 
ésta gira entorno a saber como el ciudadano percibe el poder político desde el 
ámbito de su cotidianeidad. En ese sentido entran los valores que construye éste 
de los objetos políticos, como los concibe y de que manera los interioriza y que 
actitudes toma hacia ellos, en resumen el imaginario que forma la colectividad y su 
percepción subjetiva, respecto al poder político, se le denomina cultura política, 
desde la visión de sus teóricos clásicos. 
 
 
22 Almond, Gabriel y Sydney Verba, La cultura cívica, Estudio sobre la participación política democrática en 
cinco naciones, Madrid, Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, 1970. 
 29
 Las tres orientaciones básicas en la cultura política se dividen en: cognitiva, 
afectiva y evaluativa; las cuales están dirigidas al sistema político. A partir de esta 
tipología, se sustenta la investigación de “La Cultura Cívica”, ya que se usa 
como patrón para medir las percepciones de los ciudadanos en estos tres rubros 
que comprenden: 
 
ORIENTACIÓN COGNITIVA: 
• Se refiere a la información y el conocimiento que se tiene sobre el sistema 
político en su conjunto y sobre sus roles y sus actores políticos en 
particular. 
• Es decir, conocimientos y creencias acerca del sistema político, de sus 
roles, y de la incumbencia de dichos roles de sus aspectos políticos y 
administrativos23. 
 
ORIENTACIÓN AFECTIVA: 
• Se refiere a los sentimientos que se tienen respecto del sistema político y 
que pueden ser de apego o de rechazo. 
• Sentimientos acerca del sistema político, en sus roles, personal y logros. 
 
ORIENTACIÓN EVALUATIVA: 
• Se refiere a los juicios y opiniones que la población tiene acerca del sistema 
político. 
• Los juicios y opiniones sobre objetos políticos que involucran típicamente la 
combinación de criterios de valor con la información y los sentimientos. 
 
En el esquema propuesto en “La Cultura Cívica” se habla, de que las tres 
orientaciones anteriores (cognitiva, afectiva y evaluativa) están dirigidas 
básicamente hacia dos grandes objetos políticos, el ciudadano y el sistema 
político. 
 
23 Almond, Gabriel y Sydney Verba, La cultura cívica, Estudio sobre la participación política democrática en 
cinco naciones, Madrid, Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, 1970.30
 Los autores proponen que uno de los grandes objetos hacia los que se dirigen 
las 3 orientaciones es el sistema político en general o bien en las partes que lo 
integran. En este tenor hablamos de sus instituciones en el ámbito de gobiernos 
Federal, Estatal o Municipal, también se incluyen tribunales, en este caso 
podemos poner el ejemplo de la Suprema Corte de Justicia en nuestro país, en el 
sentido de las legislaturas se puede citar el ejemplo del Congreso de la Unión 
(Cámara de Diputados, Senadores y Asamblea Legislativa del Distrito Federal) y 
por supuesto a los Partidos Políticos. 
 
 El otro gran objeto que proponen Almond y Verba se dirige fundamentalmente 
a los actores políticos básicos, ya que éstos interactúan con el sistema a través de 
las instituciones y del contacto con otros actores políticos. 
 
 En este ámbito Gabriel A. y Sydney V. nos muestran una serie de tipificaciones 
que tienen por objeto clasificar la cultura política de los ciudadanos. En ese 
contexto se establecen cuatro concepciones clásicas y una moderna de la cultura 
política que comprenden: 
 
1. CULTURA POLÍTICA PARROQUIAL: Los individuos están vagamente 
conscientes de la existencia del gobierno central y no se conciben como 
capacitados para incidir en el desarrollo de la vida política. Esta cultura se 
identifica con sociedades tradicionales donde todavía no se ha dado una 
cabal integración nacional. 
 
 
2. CULTURA POLÍTICA DEL SÚBDITO O SUBORDINADA: Los ciudadanos 
están conscientes del sistema político nacional, pero se consideran a sí 
mismos subordinados del gobierno más que participantes del proceso 
político y, por tanto, solamente se involucran con los productos del sistema 
(las medidas y políticas del gobierno) y no con la formulación y 
estructuración de las decisiones y las políticas públicas. 
 31
3. CULTURA POLÍTICA PARTICIPATIVA: Los ciudadanos tienen conciencia 
del sistema político nacional y están interesados en la forma como opera. 
En ella, consideran que pueden contribuir con el sistema y que tiene 
capacidad para influir en la formulación de las políticas públicas. 
 
4. CULTURA POLÍTICA CÍVICA: Cultura participativa muy desarrollada y 
extendida, los ciudadanos tienen un involucramiento con la política, un 
sentido de obligación con la comunidad, una amplia convicción de que se 
puede influir sobre las decisiones gubernamentales, un grupo grande de 
miembros activos en diversos tipos de asociaciones voluntarias y un alto 
orgullo por su sistema político. 
 
5. CULTURA POLÍTICA DEMOCRÁTICA: El ciudadano con una cultura 
política democrática, se construye en un predominio y crecimiento de los 
“valores democráticos” en las estructuras sociales modernas, esta se 
edificada en una base sólida que comprende: instituciones, régimen 
político, sistema de partidos, sociedad civil participativa y la democracia 
 
Un punto importante en la constitución de las actitudes políticas, en lo que se 
refiere a las percepciones, y pautas de comportamiento de los ciudadanos es que: 
 
• La cultura política de una sociedad se construye en un espacio-tiempo 
definido, es un proceso de larga duración en que las actitudes políticas de 
los ciudadanos permanecen fuertemente arraigadas y estables. Los 
cambios de dichos actitudes, que constituyen la cultura política, se pueden 
constituir sólo a largo plazo. 
• En ese mismo contexto se señala que la cultura política, es un elemento 
que penetra en todo el ámbito social, se afirma que se encuentra en la 
totalidad de la sociedad y por lo tanto, todos los individuos del conjunto 
social tienen una cultura política. 
 
 32
• Los autores observan que su propuesta para tipificar la cultura política de 
los ciudadanos, tiene fuertes variables o en su lenguaje “modulaciones” de 
acuerdo a la diversidad de grupos sociales o áreas geográficas, por lo que 
establecen la existencia de “subcultura políticas” 24. 
 
 La cultura puede presentar modulaciones de acuerdo a los distintos grupos 
sociales que comprenden: estudiantes, organizaciones sociales, movimientos 
políticos, campesinos, electores, obreros, así como la situación urbana y los 
habitantes pobres de las ciudades, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes y medios 
de comunicación masiva25. 
 
Regresando a la noción de cultura política, encontramos que el eje rector 
que articula la cultura política es su adquisición y difusión a través de agencias de 
socialización como la familia, que se concibe como una institución donde se 
efectúa una interacción de manera indirecta con la política, por medio de los 
padres hacia los hijos se interiorizan una serie de valores, concepciones y 
actitudes hacia los objetos políticos26. En otro nivel ubicamos la escuela como 
crisol de las clases sociales, las iglesias y centros de trabajo. Éstas se denominan 
agencias de socialización ya que tienen el cometido de transmitir y reproducir la 
cultura política, difundiendo entre los ciudadanos valores, actitudes y pautas de 
comportamiento. 
 
Una parte medular que no se puede dejar del lado cuando se hacen 
investigaciones sobre cultura política democrática, es el denominado proceso de 
socialización política, ya que constituye un bastión básico en la explicación de 
dicho esquema y por medio de éste los sujetos adquieren todo esa vasta gama de 
conocimientos referentes a la política. 
 
24 Castillo Vera, Pilar del, Cultura política enfoques teóricos y análisis empíricos, Valencia, Tirant lo Blanch, 
1997, p.24 
25 Wincour, Rosalía, Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México, México, 
Ed. Miguel Ángel Porrúa, 2002. 
26 Segovia Rafael, La politización del niño mexicano, El Colegio de México, México, 1975. 
 33
En esos términos es básico explicar como se construye el modelo de 
socialización política, para ello se mostraran diferentes fases y procesos que 
influyen en la conformación de la socialización política de los ciudadanos, ésto con 
la finalidad de comprender bajo que óptica de análisis se sustenta en parte la 
propuesta de la Cultura Política Democrática. 
 
 El punto de partida para adentrarse en el proceso de socialización política, 
es la definición del concepto, ya que la socialización política se construye a través 
del conjunto de actitudes, percepciones y motivaciones que puedan tener en cierto 
momento los ciudadanos de la política, esto se puede entender en las 
orientaciones que adquieran los ciudadanos como sujetos individuales o 
colectivos hacia los objetos políticos.27 Dicho en otras palabras, es el 
comportamiento que desarrollan los sujetos a partir de sus vivencias o 
experiencias cotidianas y que más traduce se traduce en un juicio y una 
concepción de los fenómenos y actores políticos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27 Por orientaciones podemos entender los referentes que tenga el sujeto en relación a la política, el 
conocimiento que ha ido acumulando a largo de su vida, acerca de la política. 
 34
1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso 
mexicano. 
 
 
Hasta el momento se han visto diferentes facetas de la obra de Almond y 
Verba como son los antecedentes, el contexto y el sustento teórico – metodológico 
en el cual respaldan su investigación sobre cultura política en cinco naciones 
(Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Alemania y México). Ahora solo se agregará el 
resultado de dicha investigación con la finalidad de presentar los diferentes tipos 
de cultura política encontrada en cada uno de los países investigados. Lo anterior 
nos permite comparar cada cultura política en particular e incluso enriquecer el 
marco temático del aspecto evaluativo de cultura política que tienen cada país. 
 
Italia: una cultura política enajenada 
 
El resultado de lainvestigación de Almond y Verba de la cultura política de 
los italianos, nos muestra un cierto atraso de ellos, ya que son clasificados como 
enajenados y la tendencia dominante se inclina hacia el aislamiento y la 
desconfianza social. Cuando se habla de categorías como el orgullo nacional 
que sienten los italianos por su país, el resultado es que ellos tienen un “bajo 
orgullo” hacia su nación, y ésto a su vez se presenta en el caso de los partidos 
políticos, además la situación de aislamiento y desconfianza penetra hasta los 
ámbitos como la de participación y responsabilidad colectiva en los asuntos de su 
comunidad, y por supuesto en sus formas de socialización. 
Algunas de las hipótesis que plantean los autores para explicar la cultura política 
de los italianos y su comportamiento en el ámbito político, se sustentan 
principalmente en su historia, ya que han sufrido a lo largo del tiempo, 
experiencias de fragmentación y tiranía, tal y como lo muestra Almond y Verba: 
“los italianos han aprendido a asociar el nacionalismo con la humillación y el 
constitucionalismo y la democracia con la ineficacia”.28 
 
28 Almond y Verba, opcit. p. 455. 
 35
El caso mexicano: enajenación y aspiración 
 
 
 Cuando Gabriel Almond y Sydney Verba caracterizan la cultura política de 
los mexicanos, expresan una serie de de inconsistencias lógicas y desequilibrios, 
señalan que nuestro país se encuentra en el nivel más bajo entre los cinco países 
en relación a las expectativas de los ciudadanos, en el entendido de un trato 
igualitario por parte de la burocracia y lo policía. 
 
 
En ese mismo sentido los autores afirman “Hay otra inconsistencia 
sorprendente en los mexicanos una elevada frecuencia en la competencia política 
subjetiva se encuentra vinculada a la frecuencia más baja entre los cinco países” 
29, en cuanto a la realización política (media por los índices de información 
política, integración en asociaciones voluntarias y actividad política) Por su parte 
los mexicanos han sido expuestos a una ideología revolucionaria, que concede 
un alto valor a la participación política. 
 
La exposición a tales normas puede crear una tendencia a la sobre 
estimación de la propia competencia una tendencia a confundir las aspiraciones 
con las realidades. Sin embargo, estas tendencias cívicas espirativas en la 
cultura política mexicana son una prueba importante de que la aspiración 
democrática de la revolución mexicana y la elite política poseen pleno sentido para 
la población. 
 
 
 
 
 
 
 
29 Almond y Verba, opcit. p. 468 -469 
 36
Alemania: Indiferencia política y competencia de súbdito 
 
 En lo que se refiere a su cultura política, el caso de Alemania puede resultar 
un ejemplo interesante que contrastante con el resto de los países ya 
mencionados. Este país cuanta con un nivel de desarrollo alto en lo que se refiere 
al nivel educativo y las comunicaciones, lo que permite en cierta medida un 
razonamiento consciente y un buen manejo de información referente a la política 
y el gobierno. Una de las características principales de los ciudadanos alemanes 
es que sus niveles de votación son elevados y además consideran que el acto de 
votar es una responsabilidad que tiene cada ciudadano en sus manos. Otra de 
las características de la cultura política en Alemania es su alto nivel de confianza 
hacia las instituciones de gobierno administrativas, en ese ámbito los ciudadanos 
alemanes tienen un alto sentido de competencia política, ya que ellos interactúan 
de manera directa con dichas instituciones, en asuntos relacionados con sus 
intereses. 
 
 La participación en la política, los ciudadanos alemanes tiende en cierto 
sentido a ser de carácter pasivo y formal, ya que la formación de grupos políticos 
y los niveles de discusión están restringidos, como ejemplo los autores señalan 
que “los alemanes son frecuentemente miembros de asociaciones voluntarias, 
pero raramente activos en las mismas”30, esta idea se refleja en la realidad 
alemana por cuestiones como las normas que fomentan la participación 
ciudadana activa, éstas no están del todo desarrolladas para fomentar dicha 
participación. 
 
 En la relación que tienen los alemanes con su sistema, se puede señalar 
que tienen cierta satisfacción con los logros de su gobierno, pero no tienen una 
simpatía por él en un nivel simbólico, si recordamos la adhesión ciudadana a 
gobiernos como el nazi, esta situación es completamente inversa y se caracteriza 
por una apatía hacia el ámbito político, casi total. 
 
30 Almond y Verba, opcit. p. 483. 
 37
Estados Unidos: Una cultura cívica de participación 
 
 En el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, los rasgos de cultura 
política que se encuentran en sus ciudadanos tienden a ser de una cultura de 
características cívicas, lo anterior por cuestiones como: 
 
• El rol de participación que tienen sus ciudadanos está ampliamente 
desarrollado y difundido en comparación con otros países. 
• Su alto grado de exposición hacia ideas políticas. 
 
Los fenómenos antes mencionados configuran una actitud en el ciudadano 
norteamericano, donde con mucha frecuencia discuten sobre la política y 
muestran un amplio compromiso en los asuntos referentes a la política. Ellos se 
conciben políticamente eficaces, ya que toman parte activa en su comunidad y 
tienen muy claro el sentido de competencia para influir en su Gobierno, con 
frecuencia los norteamericanos son miembros activos de organizaciones 
voluntarias. 
 
Otra característica sobre la cultura política de los estadounidenses es su 
compromiso afectivo con su sistema político, ya que existen altos niveles de 
emotividad cuando participan en las campañas políticas, además de presentar un 
alto grado de orgullo por su sistema político en lo referente a sus logros 
específicos como gobierno. 
 
 Hablando del grado de cultura política que tienen los ciudadanos 
norteamericanos, éstos mantienen una cultura cívica de características mixtas, ya 
que la función participante del ciudadano se encuentra sumadamente 
desarrollada, pero aún persisten algunos rasgos de cultura política parroquial y 
de súbdito que se fusiona con el sistema político. También se menciona que a 
pesar de contener estos dos elementos de cultura política (parroquial y súbdito) 
existe un equilibrio, que permite desarrollar más el rol participante. 
 38
Inglaterra: Una cultura cívica de diferencial 
 
 Uno de los puntos de coincidencia entre la cultura política de los ingleses, y 
los norteamericanos es la cercanía que tienen con el esquema de cultura cívica, a 
decir de Almond y Verba la cuestión de la participación política en los ciudadanos 
de la Gran Bretaña está ampliamente desarrollada. En ese marco los ingleses 
están ampliamente inmersos en el mundo de la política, tienen mucho interés y se 
consideran políticamente eficientes, cabe mencionar que su rol de competencia en 
dicho ámbito es elevado. 
 
 En cuestiones como el compromiso con las elecciones o el afecto por el 
sistema, son favorables, ya que cuentan con un sistema de normas que propicia la 
actividad política de sus ciudadanos. En ese ámbito son crecientes las actitudes 
que tienen los ciudadanos cuando se habla del “orgullo” que sienten por su 
sistema político y los logros que tiene su gobierno. 
 
 Por su parte la cultura política de los ciudadanos ingleses, tiene muchos 
aspectos en común con la de los norteamericanos, ya que desde la perspectiva de 
Almond y Verba, existe una mezcla de parroquialismo, súbdito y participación en 
la cultura política de los ciudadanos de la Gran Bretaña, pues estos se encuentran 
en cierta medida, abiertos al proceso político de su país y lasactitudes políticas 
que tienen están más encaminadas a la confianza social, además se muestran 
abiertos a la participación en partidos políticos. 
 
 Como conclusión, Almond y Verba, señalan que la cultura política de los 
ciudadanos de Gran Bretaña, al igual que la norteamericana, tiene un cierto grado 
de aproximación a una cultura cívica con características equilibradas, que se 
traducen en una tendencia a colocar un mayor peso a la característica 
participativa, aunque existen orientaciones de súbdito en su cultura política. 
 
 
 39
1.3.2 Críticas hechas al estudio clásico de la cultura política 
 
 
Sin lugar a dudas en el ámbito de la cultura política se gestan todo un 
cúmulo de corrientes analíticas, teóricas y metodológicas en torno al estudio 
clásico hecho por Gabriel Almond y Sydney Verba. Como toda tradición teórica, 
la cultura política se enfrenta a múltiples críticas dirigidas desde distintas 
posiciones intelectuales y disciplinarias, por lo tanto resultaría muy extenso 
plantear todas las perspectivas críticas que se tienen con relación a la temática en 
cuestión31. 
Si revisamos de manera rápida el contexto donde surge el estudio clásico 
de la Cultura Cívica, podemos encontrar muchos factores que son determinantes 
en la concepción que se pueda tener de la misma. En primer término cuando los 
autores difunden su estudio en los círculos académicos internacionales, tenemos 
un mapa geopolítico mundial de características muy interesantes; ya que el 
mundo se construía a partir de un bipolarismo traducido en dos posturas 
antagónicas y hegemónicas: capitalismo versus socialismo y a partir de un 
posicionamiento militar, político, social, cultural, económico, ideológico y 
académico se edificaba el fenómeno de la guerra fría. 
 
Si observamos desde el ámbito de las ciencias sociales la emergencia de la 
investigación de “La cultura cívica”, podemos ver que la batalla que se da en la 
arena intelectual entre la sociología académica -representada en parte por la 
tradición anglosajona- en controversia con la sociología crítica, en ese plano -
como ya lo vimos con anterioridad- la cultura cívica esta inspirada en la tradición 
 
31 La abundancia de material que se centra en criticar al paradigma teórico de “La Cultura Cívica”, es muy 
vasto y trasciende barreras disciplinarias que comprenden desde la sociología, psicología, antropología, 
psicología social y la cultura. Sin mencionar que podemos problematizar las críticas y colocarnos en 
discusiones del orden teórico-metodológico que sin lugar a dudas nos llevarían a iniciar una nueva 
investigación sobre cultura política que abordara exclusivamente dicha cuestión. 
 40
funcionalista de la sociología académica y surge como respuesta al planteamiento 
teórico gramsciano de la ideología de la clase dominante de la escuela marxista32. 
 
En ese sentido podemos apreciar parte la intencionalidad del estudio, ya 
que por un lado se concibe la cultura cívica como un modelo ideal materializado 
en el estadio final, al que deben aspirar las democracias occidentales que quieran 
gozar de una cierta estabilidad que les permite funcionar mejor en términos de 
gobernabilidad y legitimidad del régimen. 
 
Ahora la connotación ideológica que se presenta en este acercamiento, 
parte del argumento de la democracia estable como idilio inspirado en el modelo 
de los Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra. Entonces la idea de una 
democracia estable es vendida y maquilada, por medio de la comparación de 
dichos parámetros -El norteamericano y los ingleses- vistos en su grado de cultura 
cívica y modernización política, en contraste con el resto de los países en 
cuestión: México, Alemania e Italia. En ese tenor se entiende la influencia 
ideológica de la democracia, veamos lo que dice Habermas al respecto: 
 
“la llamada cultura cívica expresa un ideal de estabilidad 
democrática que ha de encontrar, en Estados Unidos e 
Inglaterra su parámetro de comparación frente a otras 
naciones, desplegando funciones ideológicas.....por 
medio de la democracia”33. 
 
Si tocamos el aspecto que señala Habermas del llamado despliegue de 
funciones ideológicas de la democracia occidental como parámetro de medición 
aplicable a todo sistema político; y si éste es tomando como instrumento de 
 
32 Véase: Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura 
Democrática. Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 
33 Véase: Habermas, J., Historia y crítica de la opinión pública, México, Gustavo Gili, 1986. 
 41
medición utilizando el paradigma de cultura cívica, podemos entender -citando de 
nuevo el contexto histórico donde surgió- fenómenos que influyen como la guerra 
fría. En esos entendidos se contrapuso la “democracia occidental” versus el 
“comunismo totalitario”, materializado como la principal amenaza del llamado 
mundo libre y de su motor principal, “la democracia” que mantiene funcionando su 
régimen y las instituciones que de éste emanan en lo que denominan el “mundo 
civilizado constituido por occidente”. 
 
Entrando al ámbito de las críticas en un universo más particular encontramos 
que existen complicaciones en el uso del concepto de democracia 
angloamericano, ya que los investigadores Almond y Verba metieron en una 
camisa de fuerza su teoría sobre cultura política, ya que con su constructo holista, 
pretendieron analizar realidades muy diversas de distintos países34; siendo que 
cada país tiene particularidades muy específicas y son distintos entre sí en los 
ámbitos: económico, político, étnico, social y cultural. Y no se puede utilizar un 
criterio único de medición sin tomar en cuenta ese tipo de diferencias sustanciales. 
Lo anterior lo podemos palpar de manera más tangible en un plano de críticas muy 
sencillo: 
 
1. Si vemos la génesis y la tradición donde surge su teoría de la Cultura Cívica 
-la marcada influencia de la escuela funcionalista-, constituye en sí mismo 
una carga y un posicionamiento teórico muy específico en el modo de 
analizar realidades y percibir fenómenos sociales, en este caso la cultura 
política de los ciudadanos. 
 
2. No es la misma óptica de lectura, la que hagan en su realidad social -
Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra- teniendo como entorno el 
 
34 Un ejemplo de ello es: Alemania, Italia y México, éste último considerado como subdesarrollado, en la 
investigación se arrojan datos muy interesantes que deben ser sujetos de considerarse en la comparación, con 
la realidad actual. 
 42
marco de sus instituciones, su modelo de democracia, su sistema político y 
electoral, en comparación a la de países del tercer mundo como México. 
 
3. En apariencia se menciona en algunos círculos intelectuales de estudiosos 
de la cultura política, -principalmente de nuestro país- que existe una gran 
carencia de materiales que estudien el fenómeno en las elites políticas. Al 
menos en las elites académicas35 se aprecia un fenómeno de 
autocomplacencia y de beneplácito ya que muchos de los que escriben 
acerca de la cultura política lo hacen desde el ámbito de instituciones de 
gobierno como el Instituto Federal Electoral y otras dependencias; en ese 
sentido puede existir una línea de investigación perfectamente delimitada 
que le sea favorable o de interés -en un momento dado dicha línea de 
investigación puede estar dirigida a legitimar el estado de las cosas y las 
medidas que toma el régimen- al Estado, sus instituciones y el sistema de 
partidos en el marco de producir investigación dentro de la episteme 
institucional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
35 Esto se puede ver en posiciones como las de Norbert

Otros materiales