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0 Licenciatura en Sociología ASPECTOS EVALUATIVOS DE LA CULTURA POLÍTICA EN LOS ESTUDIANTES DE LA FES - ARAGÓN NÉSTOR BENJAMÍN RAMOS TÉLLEZ FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN ASESORA: FABIOLA GONZÁLEZ GONZÁLEZ UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 ESTE TESIS ESTA DEDICADA A: Mi abuela ┼ Apolonia Pérez Sánchez haber estado conmigo, ya que de ella aprendí a trabajar muy duro y de manera honesta para ganarse la vida; ella fue una campesina que me enseño el valor que tiene el trabajo y la importancia de cuidar el agua, la tierra y todo lo que hay en ella. Este trabajo esta dedicado a su memoria, fue una promesa hecha en su lecho de muerte, y ahora es una realidad; estoy seguro que te sientes orgulloso de mí, donde quiera que estés. A mí abuelo ┼ Bartolo Téllez González, un campesino de Río Laja Guanajuato, que emigro a la ciudad de México por la falta de oportunidades, vivió una existencia dura pero a pesar de ello me enseño que es posible cambiar las condiciones de vida de las personas, por medio del esfuerzo y el trabajo constante. En su memoria consolidaremos el Proyecto del Río Laja en Guanajuato, para demostrar que otro mundo es posible, se que hubieras querido que ayudara a tus paisanos, lo haré de eso puedes estar seguro. A mi padre Arturo Ramos Pérez, que a lo largo de mí vida, siempre me apoyo en mis sueños y metas, ha sido para mí un ejemplo como padre, amigo y como estudiante que lucho al lado de muchos otros en el movimiento estudiantil de 1968 por las libertades democráticas que tenemos hoy en día. El ha estado conmigo en momentos difíciles, apoyándome con sus consejos y su paciencia, me alentó a seguir con mí formación académica a pesar de los adversidades, nunca dejo de creer en mí, por eso estoy profundamente agradecido contigo, gracias. A mi madre Rita Téllez Castro, aprendí el valor del esfuerzo y la superación, ya que ella solo tenía la secundaria, pero a pesar de eso nunca se detuvo, ni se estanco y decidió estudiar hasta la licenciatura, aunque a veces me privaba de verla. Mí madre es un claro ejemplo de cómo debe de ser una mujer en estos tiempos trabajadora, estudiante, madre, profesora y amiga; por eso estoy orgulloso del lugar al que has llegado y te dedico esta tesis. A mí tío Vicente Ángel Ramos Pérez, me enseño muchas cosas, entre ellas a ser paciente, pensar las cosas que hago, ver siempre en un horizonte de mediano y largo plazo. Sobre todo lo que le agradezco su confianza y su apoyo en todo momento, ya que el ha sido una de las personas que ha estado conmigo en muchos partes importantes de mí vida. A mis hermanos David Ramos y Aline Ramos Ellos me han enseñado a desafiar los retos que se presentan, a ser fuerte y luchar por alcanzar mis metas y objetivos; de ellos aprendí los valores fundamentales de la perseverancia, la disciplina y la paciencia para lograr alcanzar mis sueños, ellos son la utopía de “ser realistas y alcanzar lo imposible”, gracias por su apoyo y confianza en los momentos en los que más los necesite. 2 A mí querida Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios de éste país y del mundo Ibérico. Representa para mí la cuna del pensamiento moderno y el centro del saber de las ciencias sociales, las artes, las humanidades y el desarrollo científico de México. La UNAM me lego un espacio crítico de reflexión, de libre discusión de ideas y de pensamiento, gracias por haberme dado esta formación, recordando siempre “el compromiso social y político que tenemos con la sociedad”. Por supuesto no puedo dejar de lado, que la UNAM en estos momentos esta dentro de las 90 mejores universidades del mundo y que ocupa el lugar número 20 en el terreno de las humanidades y las artes, es un orgullo y un privilegio haber estudiado en sus aulas. A mí asesora de tesis, la Mtra. Fabiola González González, que decidió apoyar este proyecto de manera comprometida desde un inicio, cuando ya tenia año y medio estancada la investigación; usted me dio su amistad, confianza y su asesoría profesional, que me permitió encontrar muchas respuestas y soluciones que necesitaba para seguir adelante y culminar este esfuerzo. A mis compañeros y amigos de generación, 1998-2002 que con sus críticas y comentarios me obligaron a avanzar en mi proyecto de tesis. Algunos ya se adelantaron y ahora son licenciados, pero muchos otros faltan de titularse; así que no desistan, sino terminaran como alguna vez lo dijimos: “titulándose cuando ya tengan nietos”. A todos mis camaradas que creyeron en este esfuerzo y me alentaron en todo momento, con sus críticas hacia mis borradores y la asesoría estadística- metodológica necesaria para la realización de este proyecto; también agradezco las paciencia y el apoyo que tuvieron muchos de ellos, que me esperaron un año para hacer la maestría. Tampoco hay que olvidar la insistencia de muchos amigos que me decían que cerrara de una vez por todas el ciclo de la universidad titulándome. A todos ellos que no quisieron que aparecieran sus nombres, gracias. A mis amigos y socios de “ISM – Consultoría”, Jonathan Arteaga, Miriam Elizabeth, Plinio Vázquez, Alejandra Ríos, Alejandra Vigil, Román González y Marco Arauz, gracias por su apoyo y por haber creído en la utopía de formar un proyecto cooperativista de asesoría profesional que trascenderá y se consolidara como una alternativa de trabajo y una forma de vida. A Mario Rechy Montiel, más que un compañero de militancia cooperativa, has demostrado ser un amigo y un camarada de lucha que ha creído y apoyado los proyectos que impulsamos los jóvenes, casi nadie lo hace, ni comparte el conocimiento y a su vez se retroalimenta de nosotros. Hemos aprendido de ti que es importante estudiar y comprender la realidad social, pero una de las tareas que tenemos es transformarla, creando una alternativa que genere empleos, desarrollo sustentable, autogestión, democracia y un mejor nivel de vida para los pueblos, por eso asumimos que el camino del cooperativismo es una propuesta que puede ayudar a resolver los problemas que tenemos hoy día. 3 A mí querida Cecilia Dorantes Vázquez quiero agradecerte, el haber estado conmigo en todo momento, alentándome a seguir adelante no solo con la tesis, sino con todos los proyectos y sueños que tengo. Tú has sido una de las personas que ha creído y confiado en mí, aún en los momentos difíciles me tendiste la mano para salir de la adversidad y culminar este esfuerzo, gracias Cecy. 4 Otras dedicatorias: __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 5 Índice Páginas Introducción……….………………………………………..……………………..…….8 Capítulo 1 Cultura política: Antecedentes y Contexto 1.1 Antecedentes…..…………………………………...…………………………….21 1.2 Contexto………………………………………………………..……..…………...25 1.3 El estudio pionero de la cultura política: “La cultura cívica: estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones”…………………..…28 1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso mexicano……...……..34 1.3.2 Críticas hechas a la cultura cívica…………………………………….39 1.4 Nuevas orientaciones: la cultura política democrática…………………............43 1.4.1 Componentes de la cultura política democrática…………...……….47 Capítulo 2 Aspectos evaluativos en la cultura política de los mexicanos 2.1 Los mexicanos y su cultura política: su discusión desde la tradición………..51 Norteamericana 2.2 Visión general sobre la cultura política en México…………………………….55 2.2.1 Los ciudadanos del Distrito Federal y su cultura política……….......60 2.2.2 La cultura política de los ciudadanos a finales de los noventa…..…66 2.2.3 Análisis sobre la cultura política en los estudiantes de la UNAM.....69 Capítulo 3 Metodología y perfiles socioeconómicos 3.1 Definición del problema………………………………………………..……...75 3.1.1 Objetivo general y particular…………………………………………78 3.2 Definición conceptual……………………………...…………………………….79 3.3 Población y muestra……………………………………………………………..81 3.4 Procedimientos……………………………………………………………...……87 3.5 Instrumentos de recabación de información……………………………...…..89 6 3.6 Grupos focales…………………………………………………………..…….…94 3.7 Entrevista a profundidad………………………………………………………...95 Capítulo 4 Aspectos evaluativos de la cultura política en los estudiantes de la FES - Aragón 4.1 La socialización política de los estudiantes y la formación de su opinión…..98 4.1.1 Medios de comunicación…………………………………………...…100 4.1.2 Escuela………………………………………………………………….104 4.1.3 Familia…………………………………………………………………..106 4.2 Evaluación y cultura política de los estudiantes de la FES – Aragón……....108 4.2.1 Evaluación del gobierno………………………………………………..108 4.2.2 Evaluación del sistema de partido………………………………..…..112 4.2.3 Evaluación de los actores políticos………………………………..….117 4.2.4 Evaluación de la democracia………………………………………….120 Capítulo 5 Análisis, Discusión y Conclusiones 5.1 Análisis……..…..………………………………………………………………..124 5.2 Discusión del análisis cuantitativo y cualitativo……………………………..147 5.3 Conclusiones…..………………………………………………………………..150 5.4 Referencias Bibliográficas……………………………………………………..158 5.5 Anexos………………………………………………………………………...…162 7 LAS CARACTERÍSTICAS EVALUATIVAS DE LA CULTURA POLÍTICA EN LOS ESTUDIANTES DE LA FES - ARAGÓN I N T R O D U C C I Ó N “La cultura política mexicana expresa ante todo a un pueblo orgulloso y mutilado. Combina la cultura del poder, la simpatía ideológica y la tolerancia formal: mezcla de la concesión y el consumo, la legalidad y la soberanía con estructuras de trampa, corrupción, arreglo y represión, a las que se añaden las viejas y nuevas estructuras de marginación y las viejas nuevas artes de la manipulación de la información” Dr. Pablo González Casanova 8 Introducción La discusión acerca de la cultura política se comenzó a plantear a partir del periodo de posguerra, cuando el mundo se encontraba dividido en dos posturas antagónicas y hegemónicas, “Capitalismo vs. Socialismo”. A partir de este posicionamiento militar, político, social, cultural, económico, ideológico y académico se edificó el fenómeno de la guerra fría. Esto trajo como consecuencia para el mundo occidental, una creciente necesidad de prever el futuro de la democracia en sus países y en otros que se encontraban en vías de consolidarla, además de enfrentar y aislar a su contraparte: el llamado “Socialismo Real” de la Unión Soviética, Europa del Este y China. En ese contexto surge la primera investigación sobre cultura política, la cual nació en la Ciencia Política norteamericana en el año de 1963, cuando Gabriel Almond y Sydney Verba propusieron en su obra “La Cultura Cívica”, una investigación comparativa entre 5 naciones (Estados Unidos de América, Inglaterra, Alemania, Italia y México), cuya finalidad era indagar actitudes políticas sobre el conocimiento, el afecto y la evaluación que los ciudadanos tenían acerca del gobierno, el sistema de partidos, los actores políticos y la democracia. Para ello utilizaron como punto de comparación la democracia norteamericana, partiendo de su “alto grado de cultura política” y “modernización”, que contrasta con otros países menos avanzados o en vías de consolidar la democracia. El modelo teórico de la cultura política se encontraba inspirado en parte, por la sociología académica (representada por la tradición anglosajona), en controversia con la sociología crítica (representada por la escuela Marxista), en ese plano la cultura política esta construida en gran parte por la tradición funcionalista de la sociología académica, y surge como respuesta al planteamiento teórico gramsciano de la ideología de la clase dominante, que impulsaba la 9 escuela marxista1. La influencia del funcionalismo en la obra de la “Cultura Cívica”, se encuentra en un punto medular del estudio, ya que la preocupación central que se alcanza a apreciar en gran parte de la obra de Almond y Verba, tiene que ver con una serie de factores como, la preservación del orden político, el equilibrio, la estabilidad del régimen, la gobernabilidad, el correcto funcionamiento del sistema político y la democracia. Sin mencionar aspectos fundamentales como la participación de los ciudadanos, dentro de las instituciones y reglas del régimen. En el caso de México, las investigaciones sobre cultura política tienen sus inicios en el año de 1963 con la obra de Almond y Verba, esta propuesta se toma como punto de referencia, ya que abrió la veta de investigación en nuestro país, con un proyecto sustentado en un soporte teórico-metodológico y una muestra aplicada a nivel nacional. Como resultado de lo anterior, los politólogos norteamericanos ubican la cultura política de los mexicanos entre subordinada2y participativa3, clasifican a los mexicanos, entre la enajenación política y la participación. La enajenación política, se entiende como la aceptación y adhesión de los ciudadanos, a las reglas del juego del sistema político mexicano. Ligado al aspecto participativo, encontraron que los ciudadanos consideraban al gobierno como garante de los postulados de bienestar y justicia social, además percibieron que los ciudadanos en cierto sentido influían en él, cuando planteaban demandas. 1 Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 2 Cultura Política del Súbdito o Subordinada.- Los ciudadanos están conscientes del sistema político nacional, pero se consideran a sí mismos subordinados del gobierno más que participantes del proceso político y, por tanto, solamente se involucran con los productos del sistema (las medidas y políticas del gobierno) y no con la formulación y estructuración de las decisiones y las políticas públicas, Almond y Verba, op. cit. 3 Cultura Política Participativa.- Los ciudadanos tienen conciencia del sistema político nacional y están interesados en la forma como opera. En ella, consideran que pueden contribuir con el sistema y que tiene capacidad para influir en la formulación de las políticas públicas, Almond y Verba, op. cit 10 Por su parte el Estado Mexicano mantenía su estabilidad y aseguraba su supervivencia a través de la realización y cumplimiento de las demandas sociales, manifestadas por múltiples actores de la sociedad mexicana, en este contexto se entiende la participación de los ciudadanos, y por eso se señalan que existía en la sociedad mexicana una mezcla de la cultura política de súbdito y participativa, ya que por un lado, el sistema mantiene un control mediático sobre los ciudadanos, a cambio del bienestar social de éstos, en esa misma perspectiva la participación se manifiesta, cuando hacen patente la exigencia de una demanda social ante cualquier autoridad gubernamental. En esta misma percepción de participación, los ciudadanos encuestados consideraban a las autoridades en general como corruptas e ineficaces debido al aparato burocrático. Además de la corrupción y la ineficacia, Almond y Verba concluyen en su investigación con una serie de factores del orden psicológico que según ellos, caracterizan a los mexicanos. Señalan que existe una marcada tendencia extrema hacia la desconfianza, el individualismo y la limitada participación política. Después de la propuesta Almond y Verba, en México a lo largo de cuatro décadas se han abierto nuevos horizontes de investigación en el ámbito de la cultura política, ya que existen múltiples trabajos formulados por politólogos norteamericanos e investigadores mexicanos. Hablando estrictamente de ¿Cómo los politólogos norteamericanos abordan el estudio de la cultura política en México?, se puede decir que tienen un cierto apego por la tradición clásica de Almond y Verba. En ese marco, se encuentra el trabajo de Roger Hogdson “La Política del desarrollo Mexicano” quien propone cuatro variables básicas para explicar la cultura política de los mexicanos y la estabilidad del sistema desde la década de los treinta: la distribución de la tierra, la circulación de la élite política, el acelerado crecimiento económico y las limitadas demandas presentadas al sistema político. Dentro de la misma tradición anglosajona la investigación que hace Wayne Cornelius, en su libro “La urbanización como un agente en la 11 inestabilidad política latinoamericana: el caso de México”, gira entorno a estudiar tres actitudes políticas de los mexicanos: la politización, las orientaciones de legitimación del sistema y la radicalización política. En México, los estudios sobre cultura política se inauguran en la década de los años setenta, el punto de partida para abrir la discusión sobre la cultura política, es el investigador Rafael Segovia del Colegio de México, quien publicó “La politización del niño mexicano”, un estudio que retoma parte de la tradición de Almond y Verba. La obra de Segovia se dirige a estudiar el proceso de socialización de los niños mexicanos, el como éstos van adquiriendo conocimientos acerca de la política, por medio de las agencias de socialización: la familia, la escuela, los medios de comunicación y la iglesia4. Además Segovia ubica una concepción autoritaria de la cultura política en México, tomando en cuenta el escenario difícil que se vivía en esa época, ya que la violencia política5 ejercida por el régimen de la revolución institucionalizada llegó a su máxima expresión. En ese sentido los rasgos característicos de la cultura política en ésta década, nos señalan una creciente desconfianza hacia cualquier ámbito donde se genere una organización colectiva y la toma de decisiones por parte de los ciudadanos. Otro propuesta que enriqueció la discusión sobre la cultura política en México fue el planteamiento hecho por Soledad Loeza, en su trabajo sobre “Los cambios en la cultura política mexicana: 1970 – 1988”. Desde la perspectiva de la autora, los mexicanos a partir de los setentas, tuvieron un mayor interés por los asuntos públicos, su atención a la política era mayor, ya que la información vertida por los medios de comunicación electrónicos e impresos, penetraba más que antes en la sociedad mexicana. A pesar de una difusión masiva de los medios de comunicación, acerca de los asuntos públicos y del gobierno, los 4 Segovia, R., La politización del niño mexicano, México, El Colegio de México, 1975. 5 La violencia política se venía arrastrando desde finales de la década de los sesentas, concretamente con la represión del movimiento estudiantil del 68, posteriormente con la llamada guerra sucia de los setentas, en contra de Genaro Vásquez Rojas y posteriormente con Lucio Cabañas en el estado de Guerrero. 12 ciudadanos seguían manteniendo la tendencia al abstencionismo electoral, ésto por la desconfianza que tenían hacia el gobierno y las formas de participación que ofrecían dentro de sus instituciones corporativas. Sucesos como la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, propiciaron modelos de organización que se gestaron dentro de la sociedad civil, lo que se tradujo en una relativa autonomía para plantear demandas. Esta transformación en las actitudes políticas de los ciudadanos, propició un mayor abstencionismo y apatía, tanto en las elecciones, como en la participación de los ciudadanos en las organizaciones gubernamentales. En ese marco la cultura política de los mexicanos en las años setentas se desarrolla y crece, en los espacios de participación colectiva de la sociedad civil, se enriquece además por fenómenos como el movimiento estudiantil de 1968, la reforma política impulsada por Jesús Reyes Heroles en 1977, en el gobierno del ex presidente José López Portillo, y el agotamiento de la estabilidad económica que lleva a los mexicanos, al escenario de crisis económica, por lo que se abren nuevos canales de participación política para liberar la tensión económica de la crisis. En la década de los ochentas se producen una serie de cambios importantes en la cultura política de los mexicanos, en contraste con la década pasada donde los ciudadanos mostraban poco interés y participación en los asuntos del gobierno y en los procesos electorales. En esta década cambian los antiguos aspectos que definían su cultura política, de características autoritarias, ya que dieron un giro radical, hubo acciones que constituyeron un referente por excelencia que puede llevar a explicar la conducta participativade los ciudadanos como lo son, el sismo de 1985 y la defensa del voto popular contra el fraude electoral de 1988. Cuando sucedió el terremoto de 1985, surgieron nuevas actitudes políticas de los ciudadanos frente al siniestro que se presentaba ante ellos, ya que ante la 13 incompetencia del gobierno Federal que presidía Miguel de la Madrid Hurtado, los ciudadanos tomaron las calles de la Ciudad de México, ignoraron los llamados de la autoridad de quedarse estáticos y no hacer nada. Este hecho rebaso por completo a las instituciones de gobierno y los partidos políticos que se vieron superados por la sociedad civil, y se puso en tela de juicio una vez más, sus serias limitaciones. Este hecho sirvió como precedente para nuevos movimientos que surgieron, como el que se gestó dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1987 con el Consejo Estudiantil Universitario y las movilizaciones hechas contra el fraude electoral de 1988, por parte de diversas organizaciones sociales y políticas. A finales de los años noventa, se produjeron cambios significativos en la cultura política de los mexicanos que serían determinantes para el proceso de alternancia en el año 2000. Este caso es ampliamente documentado por Julia Flores y Yolanda Meyenberg, que hicieron una investigación a nivel nacional que tenía como objetivo ver los elementos de cultura política que caracterizaban a los ciudadanos mexicanos, estando próximas las Elecciones Federales del año 2000. Los resultados que presentan Flores y Meyenberg, muestran una transformación en la cultura política de los mexicanos, ya que el sentimiento de ineficacia que ellos tenían, frente a los asuntos del gobierno, cambio de manera radical, ya que el 51% de los ciudadanos6 encuestados, afirmaban que son capaces de influir en las decisiones de los políticos, ésto en los términos de la cultura política, se entiende como un ciudadano que se conciben así mismo, políticamente eficaz. Si retomáramos el esquema clásico de Almond y Verba, con fines comparativos, encontraríamos que ellos clasificaron en un primer momento a los mexicanos de esa época (1963) como “enajenados políticos”, “tendiendo a la 6 Flores Dávila, Julia y Yolanda Méyenberg, Ciudadanos y cultura de la democracia, Reglas, instituciones y valores de la democracia. Instituto Federal Electoral, México D.F. diciembre de 2000. 14 participación”. Pero si con esos mismos parámetros, evaluáramos a los mexicanos de finales de los noventas, encontraríamos en ellos una cultura política participativa, propia de un sistema democrático estable. Si observamos el ambiente de desconfianza hacia las instituciones de gobierno, en la década de los setentas, y las comparamos con las condiciones actuales, vemos que ahora el 88% de los ciudadanos, considera que la mejor manera de hacer valer sus derechos e incidir en la esfera pública es por la acción colectiva de grupo, caso contrario a lo que opinaban los mexicanos en los setentas. Otra variante en la enorme gama de la cultura política, es la cuestión de la motivación del voto, ya que a inicios de la década, la mayoría de los electores votaba porque era un derecho y se concebía como una obligación. La discusión sobre la cultura política en México se ha estado haciendo desde hace más de cuatro décadas, diversas investigaciones7 han enriquecido su discusión y han venido clasificando, observando y analizado los diversos tipos de cultura política y los cambios en las actitudes políticas que han tenido los mexicanos. Sin embargo el interés por estudiar la cultura política en las ciencias sociales de nuestro país se inicia a finales de los años ochentas, con la coyuntura electoral de 1988 donde el sistema político mexicano da muestras de agotamiento y la ciudadanía por medio del voto, da señales de querer un cambio político y una apertura democrática. En ese contexto los estudios sobre cultura política vuelven a ocupar a los investigadores mexicanos, después del fraude electoral de 1988, las condiciones políticas para el Partido Revolucionario Institucional cambiaron, se desencadeno un escenario de competencia política, la oposición comenzó a ganar gobernaturas, presidencias municipales y tuvo mayor presencia en el Congreso de la Unión8. 7 Como las de Almond y Verba (1963), Hansen Roger, (1971), Cornelius Wayne, (1973), Segovia, R., (1975), Loeza Soledad, (1989), y Méyenberg Yolanda, (2000), 8 Lujambio, Alonso, El poder compartido, Océano, México, 2000. 15 Desde finales de los ochentas, hasta la fecha, la mayor veta de investigación científica en el país, en lo que respecta a la cultura política se ha encaminado a estudiar a los ciudadanos y electores principalmente. Esto se debe a dos factores: 1. La influencia de la investigación pionera, de Almond y Verba “La cultura Cívica”, en México fue determinante en los trabajos que precedieron a dicha obra, ya que se considera un punto de referencia y es el primer intento de medir actitudes políticas de los ciudadanos, con un respaldo teórico-metodológico, y gran parte de las investigaciones posteriores lo retoman, a pesar de las críticas que recibió inicialmente su obra en México y otros países del mundo. 2. El PRI dominó de manera hegemónica y sin competencia la escena política del país por muchas décadas y esa cuestión cambio de manera significativa para el partido de Estado con la coyuntura política de 1988. A partir de entonces la mayor parte de las investigaciones acerca de la cultura política de los mexicanos se dirigen a electores o ciudadanos, por la cuestión de la oferta en el mercado electoral y político. Sin embargo existen otros campos donde poco han incursionado las investigaciones sobre cultura política, un ejemplo de ello, son los estudiantes, campesinos, obreros, pueblos indígenas, protestantes, católicos, minorías étnicas, mujeres y jóvenes. Hasta hace algunos años la mayor parte de las investigaciones sobre cultura política, no se habían preocupado por observar el fenómeno en grupos sociales tan particulares, generalmente en los muestreos solo utilizan las categorías de “ciudadanos y/o electores”, por lo que dichos grupos particulares han sido poco estudiados y de ahí nace la importancia de investigar que tipo de cultura política evaluativo tienen y que diferencias tienen con el contexto general.9 9 Wincour, Rosalía, Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México, México, Ed. Miguel Ángel Porrúa, 2002, p.18 16 En base a lo anterior, nace la inquietud de estudiar la cultura política, de esos grupos poco investigados, en los cuales se ubican los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México de la FES - Aragón. La atención para investigar los rasgos de la cultura política en los estudiantes es reciente en nuestro país. Esta tendencia se presentó de manera más clara en la campaña electoral del año 2000, donde el entonces candidato a la Presidencia de la República Vicente Fox Quesada, vio la importancia del llamado voto útil en los jóvenes, principalmente los que se encontraban en las universidades y centros de educación superior del país, podemos decir que este sector fue estratégico y de vital importancia para el triunfo del entonces candidato de la Alianza por el Cambio. Por lo tanto situándonos en ese contexto, la cultura política de los estudiantes de la UNAM, sigue siendo un campo relativamente nuevo, ya que no hay muchas vetas de investigación sobre el tema, de hecho es reciente el interés en este campo. Hasta hace poco fue abordado por Víctor Manuel Durand, con un trabajo realizado en marzo de 1997, cuyoobjetivo era saber los diversos aspectos de la cultura política, en los estudiantes de la UNAM, para ver el comportamiento que podrían tener en las Elecciones Federales de 2000. El estudio tenía interés de ubicar que tipo de cultura política predominaba en los estudiantes, si era apegada a una cultura política autoritaria o ésta se encontraba en vías de ser democrática, en esta variable el 65% de los jóvenes respondieron que la democracia es mejor que cualquier otra forma de gobierno. Otra cuestión planteada era la evaluación que hacían los universitarios del régimen y sus instituciones de gobierno, en la cual el 58.2% de los estudiantes, afirmaban que la situación del país estaba peor, en relación al año anterior. Por último, la disposición que tenía los estudiantes para participar en la política y de que manera podría ser dicha participación, en esa categoría toma como punto de referencia la participación vía electoral, por medio de la credencial para votar con 17 fotografía, cerca del 90.6% de los universitarios contaba con este requisito y concebía las elecciones como un mecanismos de participación. Es importante realizar un estudio sobre la cultura política de los estudiantes de la UNAM, fuera del universo general que abarco la investigación de Durand10, ya que puede haber en la actualidad algunas diferencias con los estudiantes de la FES - Aragón, en relación a variables como la socialización política, la concepción de gobierno, partidos, actores políticos y la democracia, ya que influyen factores como los planes de estudio, los académicos, factores socioeconómicos y culturales. Han pasado 7 años, desde la última investigación realizada por Víctor Durand, y es evidente que se ha modificado de manera sustancial el contexto político, económico y social, las percepciones registradas pueden tener cambios significativos, ya dicho estudio se realizó en un escenario político, donde el PRI no había perdido aun el poder presidencial. Ahora en el 2005 la escena política es distinta: los niveles de percepción de los ciudadanos11, indican que en el país existe una lucha por el poder político, que se manifiesta en desacuerdos entre las fuerzas políticas y el gobierno federal, el desencanto de la democracia, la lenta recuperación económica y las grandes expectativas que tenía acerca del cambio político, que no han llegado o han sido mínimas, perfilan una posible modificación en sus actitudes políticas. En ese sentido toma importancia hoy en día elaborar una propuesta de investigación que tenga por objetivo estudiar los aspectos evaluativos de la cultura política en los estudiantes de la UNAM – FES Aragón, del área de Ciencias Sociales, ya que existe una brecha generacional de 7 años, -en relación a la investigación de Durand- y muchos de los estudiantes en la actualidad tuvieron 10 La población que abarco fueron todos los bachilleratos de la UNAM, Escuelas y Facultades. 11 La afirmación se basa en: Encuesta Nacional sobre Cultura Política, SEGOB (2003) 18 su primera experiencia electoral en el 2000 y otros más la tendrán en las elecciones de 2006, por ellos es de vital importancia ver los aspectos de cultura política que abarcan las cogniciones, afecciones y evaluaciones que puedan hacer los estudiantes de Ciencias Sociales que comprenden las carreras de Relaciones Internacionales, Sociología y Comunicación y Periodismo. El contenido de esta investigación se encuentra dividido en 5 capítulos en los que se desarrolla el problema de los aspectos evaluativos de la cultura política en los estudiantes de Ciencias Sociales de la FES – Aragón. El primer capítulo se denomina “Cultura política: antecedentes y contexto”, en el cual se aborda la temática desde varios puntos de vista que permiten comprender más ampliamente como se origina la propuesta de Almond y Verba, sobre el estudio de la cultura política. Para ello se indagan los estudios que sirvieron de base para construir el esquema de cultura política, además de analizar el contexto histórico donde se origina, en el ámbito de la guerra fría y como respuesta a los planteamientos teóricos del marxismo. En la parte final del capitulo se analiza de manera detallada la estructura de la propuesta teórica de Almond y Verba, “La cultura Cívica: estudio sobre la participación política en 5 naciones”, en particular se pone atención especial al caso mexicano y a los aspectos evaluativos que contiene dicho estudio. El segundo capitulo tiene por nombre “Aspectos evaluativos en la cultura política de los mexicanos”, en el que básicamente se tiene el objetivo de revisar las diferentes investigaciones que se han hecho nuestro país acerca de la cultura política, tomando como punto de referencia el capitulo anterior donde se aborda la obra de Almond y Verba, “La cultura cívica”. Desde ese marco se ven las diversas investigaciones sobre cultura política, tanto de autores norteamericanos como mexicanos, partiendo de un universo general y llegando al más reciente estudio sobre la cultura política de los estudiantes de la UNAM, realizado en 1997 y publicado en el año 2000. 19 En el caso del tercer capitulo, “metodología y perfiles socioeconómicos”, se aborda la metodología que llevó acabo en la presente investigación, en un primer momento se hace una propuesta de cómo se abordara el problema de la cultura política de los estudiantes de la FES – Aragón, a su vez se definen los objetivos particulares y generales, la población a la cual esta dirigida la investigación, los procedimientos que se desarrollaron y las técnicas utilizadas. Además de algunos datos sobre los perfiles socioeconómicos de los estudiantes de la FES – Aragón. En el capitulo cuarto, “aspectos evaluativos de la cultura política en los estudiantes de la FES – Aragón”, se parte de los espacios de socialización política que tienen los universitarios, es decir, los distintos entornos donde forman su opinión acerca de la política. También se plantean aspectos referentes a la evaluación que hacen acerca del gobierno, sistema de partidos, actores políticos y la democracia, en el contexto político actual, las percepciones recabadas se realizaron desde el punto de vista cuantitativo, con la aplicación de encuestas. En el último capitulo, “análisis, discusión y conclusiones”, se hace un contraste entre lo cuantitativo (los resultados obtenidos por la encuesta) y lo cualitativo, realizado a través de un grupo focal y una entrevista en profundidad que tiene como finalidad comparar las generalidades de la encuesta y las opiniones particulares de un grupo focal, en ese marco se llega a unas conclusiones que contemplan ambas perspectivas, lo que da como resultado una visión más amplia del problema. 20 Capítulo 1 Cultura Política: Antecedentes y Contexto 1.1 Antecedentes 1.2 Contexto 1.3 El estudio pionero de la cultura política: “La cultura cívica: estudio sobre la participación política democrática en 5 naciones” 1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso mexicano 1.3.2 Críticas hechas a la cultura cívica 1.4 Nuevas orientaciones: la cultura política democrática 1.4.1 Componentes de la cultura política democrática 21 Capitulo 1 Cultura Política: Antecedentes y Contexto 1.1 ANTECEDENTES El propósito general que guía este apartado, tiene como objetivo mostrar de manera breve antecedentes del concepto de cultura política propuesto por Gabriel Almond y Sydney Verba. Ésto con la finalidad de entender como construyeron su propuesta teórica y metodológica para explicar el fenómeno en 5 naciones: Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra,Alemania, Italia y México. En el caso de nuestro país, la obra de Almond y Verba, “The Civic Culture”, aborda distintas orientaciones de la cultura política, entre las que destacan: la cognitiva, afectiva y finalmente la evaluativa, que será el centro de atención en esta investigación. Hasta 1963 la discusión sobre cultura política en México se había limitado a ensayos culturales como El laberinto de la Soledad de Octavio Paz o textos de corte psicológico-cultural como las obras de Samuel Ramos, pero fuera de estos ensayos, no se había realizado ningún estudio sobre la cultura política de los mexicanos a nivel nacional que tuviera un instrumento de medición, como lo es la encuesta, y un soporte teórico. El estudio de Almond y Verba constituye el primer esfuerzo de investigación hecho en nuestro país, para analizar el fenómeno la cultura política. El contexto bajo el cual comienza a cristalizar la investigación de “La Cultura Cívica” a principios de la década de los sesentas, nos permite ver que apreciación de la política y que propuestas teóricas, se empleaban para los distintos estudios sobre actitudes políticas. Es desde la óptica de los politólogos 22 norteamericanos que explican la propuesta sobre la cultura política a partir de dos momentos de análisis que comprenden dos etapas12: 1. La primera etapa abarca de 1900 al año 1950 y se caracteriza por abordar a la política comparada desde una visión histórica, haciendo un especial énfasis en los estudios clásicos de política, su perspectiva analítica es de corte formal, funcional, descriptiva, con ciertos rasgos conservadores y de características empíricas. 2. La otra visión que se tiene es la formulada por Daniel Bell, que se ubica en el periodo de posguerra, esto es, en la segunda mitad del siglo XX. En ese orden de ideas el objetivo de la política comparada es efectuar un mapeo mundial de los distintos países y sistemas políticos, tomando en cuenta su funcionamiento, estabilidad y el grado de modernización política, a fin de identificar que tan democráticos son los regímenes políticos. Las investigaciones efectuadas en este escenario tienen la característica de ser internacionales y pueden tener como telón de fondo una cuestión que no se pueden dejar de lado, la creciente necesidad de los Estados Unidos de Norteamérica por ganar y conservar su supremacía ante el nuevo orden mundial13. Teniendo claro el panorama de los distintos momentos que vivieron los estudios sobre política comparada, es necesario establecer una delimitación para adentrarnos en el aspecto que nos interesa. Para ello tenemos que abordar cuatro estudios previos14 que sirvieron de preámbulo para llegar a consolidar el proyecto de “La Cultura Cívica” de Gabriel A. y Sydney V.15: 12Cisneros Puebla, Cesar A., “Capitulo 1”, en: Cultura política, San José, Costa Rica FLACSO 1994, p. 15. 13 En ese sentido se entiende la propagación de los estudios sobre política comparada, principalmente después de la caída del llamado socialismo real en Europa del éste y la Ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. 14 Cisneros Puebla, Cesar A., p.16 15 La perspectiva que muestra Cesar Cisneros acerca de esos estudios previos, son caracterizaciones muy generales que complemento con comentarios ligados a “La Cultura Cívica” en las partes siguientes. 23 1. En el año de 1956 Almond G. lleva a cabo una interpretación acerca de la cultura política, donde resalta un profundo interés por el estudio de patrones en el sentido de las orientaciones que se configuran a partir de las emociones y evaluaciones de los ciudadanos, respecto al sistema político, esas inquietudes se verán más tarde cristalizadas en una parte importante de su obra The Civic Culture. 2. A partir de 1958 Samuel Beer acota el concepto de cultura política con un punto que sería medular para el desarrollo de The Civic Culture, y es la introducción conceptual de la noción de valores, creencias, actitudes y emociones que más adelante utilizarían en gran medida Almond y Verba en su obra para capturar la percepción de los ciudadanos acerca del sistema político y de sus distintos actores. 3. Cerca del año 1961 Macridis introduce desde el campo de la ciencia política norteamericana su noción sobre cultura política, la cual contenía una serie de metas y reglas condensadas, que se entiende como un sistema político estable donde existen y se respetan las reglas del juego. Esta visión tiene su centro de gravedad en la gobernabilidad y la participación de los distintos actores, incluidos los ciudadanos por vías y métodos institucionales. 4. Otro estudio que sirvió de pauta para Almond y Verba fue sin duda los planteamientos sobre cultura política formulados por Finer en el año de 1962, ya que él propone que la cultura política se puede entender a partir de la legitimación en un primer plano del sistema político y de todo el cúmulo de instituciones que se encuentran dentro de él. Subraya la importancia de la legitimidad de las reglas del juego político, sobre todo de sus instituciones políticas y de sus procedimientos. Esta perspectiva se puede materializar en la parte final de la obra The Civic Culture en la llamada Cultura Cívica, donde el régimen y sus instituciones políticas adquieren un alto grado de legitimidad y por consiguiente, existe un amplio margen de participación de los ciudadanos en sus instituciones. 24 La anterior puntualización sirvió como preámbulo a la discusión de la Cultura política de los mexicanos en su aspecto evaluativo, contenida en el estudio pionero: The Civic Culture: Political Attitudes and Democracy in Five Nations. Dicha obra sirvió -y lo sigue haciendo- de referencia obligada para aquellos interesados en los estudios sobre cultura política. El término cultura política utilizado formalmente por los politólogos norteamericanos Almond G. y S. Verba, a principios de los años sesentas (1963) en su estudio de política comparada denominado “The Civic Culture”, fue el producto terminado y el desemboque de las múltiples líneas de investigación en materia que le antecedieron, su investigación representa para la Ciencia Política norteamericana un paso importante en los estudios de actitudes políticas ya que fue el primer estudio hecho en su tipo, que tuvo alcances internacionales. La cultura política pisa el escenario como una nueva propuesta - no sólo en el nivel teórico - que pretendía explicar las orientaciones, las actitudes, comportamientos, percepciones y evaluaciones que tienen los ciudadanos hacia su sistema político, sino que además utilizó por primera vez el uso de encuestas para recoger percepciones de ciudadanos en cinco países y compararlas. 25 1.2 CONTEXTO En el ámbito de la Sociología es importante señalar bajo que corriente de pensamiento se llevó a cabo el estudio de “La Cultura Cívica”. En los años 60´s el modelo teórico dominante en gran parte de la sociología occidental o académica era la corriente del estructural funcionalismo, en particular existía una marcada influencia por la propuesta de Parsons Talcott y su obra “El sistema social” para explicar gran parte de los fenómenos sociales existentes. En ese campo la influencia teórica que ejerció la sociología funcionalista a partir de Parsons se aprecia en gran parte de la obra de Almond y Verba. La conexión que podemos establecer a partir del enfoque sistémico planteado por el funcionalismo se puede ver en la cuestión del orden y del equilibrio del sistema y subsistemas, como parte fundamental para un correcto funcionamiento y estabilidad de la sociedad16. En ese sentido, se pueden rescatar algunos rasgos de la teoría funcionalista, que se hacen presentesen la obra de Almond y Verba. Encontramos que un punto medular en “The Civic Culture” es llegar a un orden y estabilidad del sistema político, entendido como un alto grado de participación política de los ciudadanos y un orgullo hacia su sistema político, en este contexto el sistema goza de una amplia legitimidad y apoyo por parte de los ciudadanos, además de que existe una cohesión sólida entre los ciudadanos y las distintas actividades del sistema político17. El punto de arribo para llegar a este esquema ideal es la cultura cívica, aunque para avanzar hasta él, tenemos que atravesar por una serie de estadios que son: 1) La cultura parroquial, 2) La cultura de súbdito y 3) La cultura participativa. 16 Talcott, Parson, El Sistema Social, Ed. Alianza Editorial, 1972. 17 Almond y Verba, Idem. 26 La visión que predomina en los autores, es que los tres pasos mencionados con anterioridad a la cultura cívica, carecen de elementos necesarios para generar un entorno favorable al sistema, para el correcto ejercicio de la democracia, la gobernabilidad y sobre todo la estabilidad. Esto se entiende como una disfuncionalidad sistémica18, pero traducido al ámbito de la política, se encuentran en la cultura parroquial y de súbdito principalmente, ya que no existe una correcta interiorización de los mecanismos de participación, conocimiento e interacción con el entorno político. En esta sentido se habla entonces de sociedades atrasadas que carecen de una democracia participativa19. En este tipo de conglomerados sociales, es necesario que se lleven a cabo y consoliden procesos de modernización política, dando fin a estructuras unipartidistas y regimenes autoritarios20. Para ello la propuesta puede ser la transición democrática que se concibe como una alternativa que permitirá establecer mecanismos institucionales que regulen el acceso al poder político, a fin de generar un ámbito de participación política plural y un marco de gobernabilidad estable. Como ya se vio con anterioridad, los obstáculos que impiden llega a una Cultura Cívica son: la cultura política “parroquial” y de “súbdito”, éstas sólo se pueden superar por medio de una cultura política participativa, -claro desde el esquema ideal de Almond y Verba- que se concibe como un producto imperfecto que debe servir a la sociedad como antesala para generar un entorno favorable para el sistema, donde el punto de llegada sea la cultura cívica. La cultura cívica es vista como el vehículo que puede generar un sistema político estable, donde exista una amplia participación entre el entorno ciudadano 18 Talcott, Parson, El sistema social, Ed. Alianza Editorial, 1973. 19 Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 20 O´ Donnell Guillermo y C. Schimitter Philippe, Transiciones desde un gobierno autoritario, Ed. Piados Ibérica, S.A. 1986. 27 y el político, ya que en ésta el sistema goza de legitimidad y apoyo por parte de los ciudadanos. La influencia del funcionalismo en la obra de la “Cultura Cívica” se encuentra en un punto medular del estudio, ya que la preocupación central que se alcanza a apreciar en gran parte de la obra de Almond y Verba tiene que ver con una serie de factores como la preservación del orden político, el equilibrio, la estabilidad del régimen, la gobernabilidad, el correcto funcionamiento del sistema político y la democracia. Sin mencionar aspectos fundamentales como la participación de los ciudadanos dentro de las instituciones y reglas del régimen. El modelo de Almond y Verba tiene como finalidad el estudio de las actitudes, sentimientos, comportamientos, cogniciones y afectividades de los ciudadanos hacia su sistema político21. 21 Los aspectos los retoma Jacqueline Peschard, ya que en sus líneas de investigación mantiene un cierto apego a la tradición clásica del estudio sobre cultura política y se puede apreciar dicha influencia en gran parte de sus publicaciones, aunque propone algo interesante en su investigación sobre cultura política democrática. 28 1.3 EL ESTUDIO PIONERO DE LA CULTURA POLÍTICA: “La Cultura Cívica: Estudios sobre la participación política democrática en cinco naciones”. El término de cultura política es acuñado por la Ciencia Política Norteamericana, surge en la década de los 60´s, Almond y Verba desarrollaron un proyecto que comprendía el estudio del fenómeno en cinco países: Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Italia y México. El estudio utilizaba una serie de recursos empíricos, cuyo objetivo fue introducirse en el mundo de los valores, ideas y percepciones políticas simples y básicas. Sobre la base de lo anterior nos introduciremos a definir nuestro objeto de estudio desde los autores clásicos Gabriel Almond y Sydney Verba, quienes establecen que por cultura política se entiende lo siguiente: “Los valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto al poder”22. En este primer acercamiento la cultura política, se puede establecer que ésta gira entorno a saber como el ciudadano percibe el poder político desde el ámbito de su cotidianeidad. En ese sentido entran los valores que construye éste de los objetos políticos, como los concibe y de que manera los interioriza y que actitudes toma hacia ellos, en resumen el imaginario que forma la colectividad y su percepción subjetiva, respecto al poder político, se le denomina cultura política, desde la visión de sus teóricos clásicos. 22 Almond, Gabriel y Sydney Verba, La cultura cívica, Estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones, Madrid, Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, 1970. 29 Las tres orientaciones básicas en la cultura política se dividen en: cognitiva, afectiva y evaluativa; las cuales están dirigidas al sistema político. A partir de esta tipología, se sustenta la investigación de “La Cultura Cívica”, ya que se usa como patrón para medir las percepciones de los ciudadanos en estos tres rubros que comprenden: ORIENTACIÓN COGNITIVA: • Se refiere a la información y el conocimiento que se tiene sobre el sistema político en su conjunto y sobre sus roles y sus actores políticos en particular. • Es decir, conocimientos y creencias acerca del sistema político, de sus roles, y de la incumbencia de dichos roles de sus aspectos políticos y administrativos23. ORIENTACIÓN AFECTIVA: • Se refiere a los sentimientos que se tienen respecto del sistema político y que pueden ser de apego o de rechazo. • Sentimientos acerca del sistema político, en sus roles, personal y logros. ORIENTACIÓN EVALUATIVA: • Se refiere a los juicios y opiniones que la población tiene acerca del sistema político. • Los juicios y opiniones sobre objetos políticos que involucran típicamente la combinación de criterios de valor con la información y los sentimientos. En el esquema propuesto en “La Cultura Cívica” se habla, de que las tres orientaciones anteriores (cognitiva, afectiva y evaluativa) están dirigidas básicamente hacia dos grandes objetos políticos, el ciudadano y el sistema político. 23 Almond, Gabriel y Sydney Verba, La cultura cívica, Estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones, Madrid, Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, 1970.30 Los autores proponen que uno de los grandes objetos hacia los que se dirigen las 3 orientaciones es el sistema político en general o bien en las partes que lo integran. En este tenor hablamos de sus instituciones en el ámbito de gobiernos Federal, Estatal o Municipal, también se incluyen tribunales, en este caso podemos poner el ejemplo de la Suprema Corte de Justicia en nuestro país, en el sentido de las legislaturas se puede citar el ejemplo del Congreso de la Unión (Cámara de Diputados, Senadores y Asamblea Legislativa del Distrito Federal) y por supuesto a los Partidos Políticos. El otro gran objeto que proponen Almond y Verba se dirige fundamentalmente a los actores políticos básicos, ya que éstos interactúan con el sistema a través de las instituciones y del contacto con otros actores políticos. En este ámbito Gabriel A. y Sydney V. nos muestran una serie de tipificaciones que tienen por objeto clasificar la cultura política de los ciudadanos. En ese contexto se establecen cuatro concepciones clásicas y una moderna de la cultura política que comprenden: 1. CULTURA POLÍTICA PARROQUIAL: Los individuos están vagamente conscientes de la existencia del gobierno central y no se conciben como capacitados para incidir en el desarrollo de la vida política. Esta cultura se identifica con sociedades tradicionales donde todavía no se ha dado una cabal integración nacional. 2. CULTURA POLÍTICA DEL SÚBDITO O SUBORDINADA: Los ciudadanos están conscientes del sistema político nacional, pero se consideran a sí mismos subordinados del gobierno más que participantes del proceso político y, por tanto, solamente se involucran con los productos del sistema (las medidas y políticas del gobierno) y no con la formulación y estructuración de las decisiones y las políticas públicas. 31 3. CULTURA POLÍTICA PARTICIPATIVA: Los ciudadanos tienen conciencia del sistema político nacional y están interesados en la forma como opera. En ella, consideran que pueden contribuir con el sistema y que tiene capacidad para influir en la formulación de las políticas públicas. 4. CULTURA POLÍTICA CÍVICA: Cultura participativa muy desarrollada y extendida, los ciudadanos tienen un involucramiento con la política, un sentido de obligación con la comunidad, una amplia convicción de que se puede influir sobre las decisiones gubernamentales, un grupo grande de miembros activos en diversos tipos de asociaciones voluntarias y un alto orgullo por su sistema político. 5. CULTURA POLÍTICA DEMOCRÁTICA: El ciudadano con una cultura política democrática, se construye en un predominio y crecimiento de los “valores democráticos” en las estructuras sociales modernas, esta se edificada en una base sólida que comprende: instituciones, régimen político, sistema de partidos, sociedad civil participativa y la democracia Un punto importante en la constitución de las actitudes políticas, en lo que se refiere a las percepciones, y pautas de comportamiento de los ciudadanos es que: • La cultura política de una sociedad se construye en un espacio-tiempo definido, es un proceso de larga duración en que las actitudes políticas de los ciudadanos permanecen fuertemente arraigadas y estables. Los cambios de dichos actitudes, que constituyen la cultura política, se pueden constituir sólo a largo plazo. • En ese mismo contexto se señala que la cultura política, es un elemento que penetra en todo el ámbito social, se afirma que se encuentra en la totalidad de la sociedad y por lo tanto, todos los individuos del conjunto social tienen una cultura política. 32 • Los autores observan que su propuesta para tipificar la cultura política de los ciudadanos, tiene fuertes variables o en su lenguaje “modulaciones” de acuerdo a la diversidad de grupos sociales o áreas geográficas, por lo que establecen la existencia de “subcultura políticas” 24. La cultura puede presentar modulaciones de acuerdo a los distintos grupos sociales que comprenden: estudiantes, organizaciones sociales, movimientos políticos, campesinos, electores, obreros, así como la situación urbana y los habitantes pobres de las ciudades, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes y medios de comunicación masiva25. Regresando a la noción de cultura política, encontramos que el eje rector que articula la cultura política es su adquisición y difusión a través de agencias de socialización como la familia, que se concibe como una institución donde se efectúa una interacción de manera indirecta con la política, por medio de los padres hacia los hijos se interiorizan una serie de valores, concepciones y actitudes hacia los objetos políticos26. En otro nivel ubicamos la escuela como crisol de las clases sociales, las iglesias y centros de trabajo. Éstas se denominan agencias de socialización ya que tienen el cometido de transmitir y reproducir la cultura política, difundiendo entre los ciudadanos valores, actitudes y pautas de comportamiento. Una parte medular que no se puede dejar del lado cuando se hacen investigaciones sobre cultura política democrática, es el denominado proceso de socialización política, ya que constituye un bastión básico en la explicación de dicho esquema y por medio de éste los sujetos adquieren todo esa vasta gama de conocimientos referentes a la política. 24 Castillo Vera, Pilar del, Cultura política enfoques teóricos y análisis empíricos, Valencia, Tirant lo Blanch, 1997, p.24 25 Wincour, Rosalía, Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México, México, Ed. Miguel Ángel Porrúa, 2002. 26 Segovia Rafael, La politización del niño mexicano, El Colegio de México, México, 1975. 33 En esos términos es básico explicar como se construye el modelo de socialización política, para ello se mostraran diferentes fases y procesos que influyen en la conformación de la socialización política de los ciudadanos, ésto con la finalidad de comprender bajo que óptica de análisis se sustenta en parte la propuesta de la Cultura Política Democrática. El punto de partida para adentrarse en el proceso de socialización política, es la definición del concepto, ya que la socialización política se construye a través del conjunto de actitudes, percepciones y motivaciones que puedan tener en cierto momento los ciudadanos de la política, esto se puede entender en las orientaciones que adquieran los ciudadanos como sujetos individuales o colectivos hacia los objetos políticos.27 Dicho en otras palabras, es el comportamiento que desarrollan los sujetos a partir de sus vivencias o experiencias cotidianas y que más traduce se traduce en un juicio y una concepción de los fenómenos y actores políticos. 27 Por orientaciones podemos entender los referentes que tenga el sujeto en relación a la política, el conocimiento que ha ido acumulando a largo de su vida, acerca de la política. 34 1.3.1 La cultura política en cinco países y el caso mexicano. Hasta el momento se han visto diferentes facetas de la obra de Almond y Verba como son los antecedentes, el contexto y el sustento teórico – metodológico en el cual respaldan su investigación sobre cultura política en cinco naciones (Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Alemania y México). Ahora solo se agregará el resultado de dicha investigación con la finalidad de presentar los diferentes tipos de cultura política encontrada en cada uno de los países investigados. Lo anterior nos permite comparar cada cultura política en particular e incluso enriquecer el marco temático del aspecto evaluativo de cultura política que tienen cada país. Italia: una cultura política enajenada El resultado de lainvestigación de Almond y Verba de la cultura política de los italianos, nos muestra un cierto atraso de ellos, ya que son clasificados como enajenados y la tendencia dominante se inclina hacia el aislamiento y la desconfianza social. Cuando se habla de categorías como el orgullo nacional que sienten los italianos por su país, el resultado es que ellos tienen un “bajo orgullo” hacia su nación, y ésto a su vez se presenta en el caso de los partidos políticos, además la situación de aislamiento y desconfianza penetra hasta los ámbitos como la de participación y responsabilidad colectiva en los asuntos de su comunidad, y por supuesto en sus formas de socialización. Algunas de las hipótesis que plantean los autores para explicar la cultura política de los italianos y su comportamiento en el ámbito político, se sustentan principalmente en su historia, ya que han sufrido a lo largo del tiempo, experiencias de fragmentación y tiranía, tal y como lo muestra Almond y Verba: “los italianos han aprendido a asociar el nacionalismo con la humillación y el constitucionalismo y la democracia con la ineficacia”.28 28 Almond y Verba, opcit. p. 455. 35 El caso mexicano: enajenación y aspiración Cuando Gabriel Almond y Sydney Verba caracterizan la cultura política de los mexicanos, expresan una serie de de inconsistencias lógicas y desequilibrios, señalan que nuestro país se encuentra en el nivel más bajo entre los cinco países en relación a las expectativas de los ciudadanos, en el entendido de un trato igualitario por parte de la burocracia y lo policía. En ese mismo sentido los autores afirman “Hay otra inconsistencia sorprendente en los mexicanos una elevada frecuencia en la competencia política subjetiva se encuentra vinculada a la frecuencia más baja entre los cinco países” 29, en cuanto a la realización política (media por los índices de información política, integración en asociaciones voluntarias y actividad política) Por su parte los mexicanos han sido expuestos a una ideología revolucionaria, que concede un alto valor a la participación política. La exposición a tales normas puede crear una tendencia a la sobre estimación de la propia competencia una tendencia a confundir las aspiraciones con las realidades. Sin embargo, estas tendencias cívicas espirativas en la cultura política mexicana son una prueba importante de que la aspiración democrática de la revolución mexicana y la elite política poseen pleno sentido para la población. 29 Almond y Verba, opcit. p. 468 -469 36 Alemania: Indiferencia política y competencia de súbdito En lo que se refiere a su cultura política, el caso de Alemania puede resultar un ejemplo interesante que contrastante con el resto de los países ya mencionados. Este país cuanta con un nivel de desarrollo alto en lo que se refiere al nivel educativo y las comunicaciones, lo que permite en cierta medida un razonamiento consciente y un buen manejo de información referente a la política y el gobierno. Una de las características principales de los ciudadanos alemanes es que sus niveles de votación son elevados y además consideran que el acto de votar es una responsabilidad que tiene cada ciudadano en sus manos. Otra de las características de la cultura política en Alemania es su alto nivel de confianza hacia las instituciones de gobierno administrativas, en ese ámbito los ciudadanos alemanes tienen un alto sentido de competencia política, ya que ellos interactúan de manera directa con dichas instituciones, en asuntos relacionados con sus intereses. La participación en la política, los ciudadanos alemanes tiende en cierto sentido a ser de carácter pasivo y formal, ya que la formación de grupos políticos y los niveles de discusión están restringidos, como ejemplo los autores señalan que “los alemanes son frecuentemente miembros de asociaciones voluntarias, pero raramente activos en las mismas”30, esta idea se refleja en la realidad alemana por cuestiones como las normas que fomentan la participación ciudadana activa, éstas no están del todo desarrolladas para fomentar dicha participación. En la relación que tienen los alemanes con su sistema, se puede señalar que tienen cierta satisfacción con los logros de su gobierno, pero no tienen una simpatía por él en un nivel simbólico, si recordamos la adhesión ciudadana a gobiernos como el nazi, esta situación es completamente inversa y se caracteriza por una apatía hacia el ámbito político, casi total. 30 Almond y Verba, opcit. p. 483. 37 Estados Unidos: Una cultura cívica de participación En el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, los rasgos de cultura política que se encuentran en sus ciudadanos tienden a ser de una cultura de características cívicas, lo anterior por cuestiones como: • El rol de participación que tienen sus ciudadanos está ampliamente desarrollado y difundido en comparación con otros países. • Su alto grado de exposición hacia ideas políticas. Los fenómenos antes mencionados configuran una actitud en el ciudadano norteamericano, donde con mucha frecuencia discuten sobre la política y muestran un amplio compromiso en los asuntos referentes a la política. Ellos se conciben políticamente eficaces, ya que toman parte activa en su comunidad y tienen muy claro el sentido de competencia para influir en su Gobierno, con frecuencia los norteamericanos son miembros activos de organizaciones voluntarias. Otra característica sobre la cultura política de los estadounidenses es su compromiso afectivo con su sistema político, ya que existen altos niveles de emotividad cuando participan en las campañas políticas, además de presentar un alto grado de orgullo por su sistema político en lo referente a sus logros específicos como gobierno. Hablando del grado de cultura política que tienen los ciudadanos norteamericanos, éstos mantienen una cultura cívica de características mixtas, ya que la función participante del ciudadano se encuentra sumadamente desarrollada, pero aún persisten algunos rasgos de cultura política parroquial y de súbdito que se fusiona con el sistema político. También se menciona que a pesar de contener estos dos elementos de cultura política (parroquial y súbdito) existe un equilibrio, que permite desarrollar más el rol participante. 38 Inglaterra: Una cultura cívica de diferencial Uno de los puntos de coincidencia entre la cultura política de los ingleses, y los norteamericanos es la cercanía que tienen con el esquema de cultura cívica, a decir de Almond y Verba la cuestión de la participación política en los ciudadanos de la Gran Bretaña está ampliamente desarrollada. En ese marco los ingleses están ampliamente inmersos en el mundo de la política, tienen mucho interés y se consideran políticamente eficientes, cabe mencionar que su rol de competencia en dicho ámbito es elevado. En cuestiones como el compromiso con las elecciones o el afecto por el sistema, son favorables, ya que cuentan con un sistema de normas que propicia la actividad política de sus ciudadanos. En ese ámbito son crecientes las actitudes que tienen los ciudadanos cuando se habla del “orgullo” que sienten por su sistema político y los logros que tiene su gobierno. Por su parte la cultura política de los ciudadanos ingleses, tiene muchos aspectos en común con la de los norteamericanos, ya que desde la perspectiva de Almond y Verba, existe una mezcla de parroquialismo, súbdito y participación en la cultura política de los ciudadanos de la Gran Bretaña, pues estos se encuentran en cierta medida, abiertos al proceso político de su país y lasactitudes políticas que tienen están más encaminadas a la confianza social, además se muestran abiertos a la participación en partidos políticos. Como conclusión, Almond y Verba, señalan que la cultura política de los ciudadanos de Gran Bretaña, al igual que la norteamericana, tiene un cierto grado de aproximación a una cultura cívica con características equilibradas, que se traducen en una tendencia a colocar un mayor peso a la característica participativa, aunque existen orientaciones de súbdito en su cultura política. 39 1.3.2 Críticas hechas al estudio clásico de la cultura política Sin lugar a dudas en el ámbito de la cultura política se gestan todo un cúmulo de corrientes analíticas, teóricas y metodológicas en torno al estudio clásico hecho por Gabriel Almond y Sydney Verba. Como toda tradición teórica, la cultura política se enfrenta a múltiples críticas dirigidas desde distintas posiciones intelectuales y disciplinarias, por lo tanto resultaría muy extenso plantear todas las perspectivas críticas que se tienen con relación a la temática en cuestión31. Si revisamos de manera rápida el contexto donde surge el estudio clásico de la Cultura Cívica, podemos encontrar muchos factores que son determinantes en la concepción que se pueda tener de la misma. En primer término cuando los autores difunden su estudio en los círculos académicos internacionales, tenemos un mapa geopolítico mundial de características muy interesantes; ya que el mundo se construía a partir de un bipolarismo traducido en dos posturas antagónicas y hegemónicas: capitalismo versus socialismo y a partir de un posicionamiento militar, político, social, cultural, económico, ideológico y académico se edificaba el fenómeno de la guerra fría. Si observamos desde el ámbito de las ciencias sociales la emergencia de la investigación de “La cultura cívica”, podemos ver que la batalla que se da en la arena intelectual entre la sociología académica -representada en parte por la tradición anglosajona- en controversia con la sociología crítica, en ese plano - como ya lo vimos con anterioridad- la cultura cívica esta inspirada en la tradición 31 La abundancia de material que se centra en criticar al paradigma teórico de “La Cultura Cívica”, es muy vasto y trasciende barreras disciplinarias que comprenden desde la sociología, psicología, antropología, psicología social y la cultura. Sin mencionar que podemos problematizar las críticas y colocarnos en discusiones del orden teórico-metodológico que sin lugar a dudas nos llevarían a iniciar una nueva investigación sobre cultura política que abordara exclusivamente dicha cuestión. 40 funcionalista de la sociología académica y surge como respuesta al planteamiento teórico gramsciano de la ideología de la clase dominante de la escuela marxista32. En ese sentido podemos apreciar parte la intencionalidad del estudio, ya que por un lado se concibe la cultura cívica como un modelo ideal materializado en el estadio final, al que deben aspirar las democracias occidentales que quieran gozar de una cierta estabilidad que les permite funcionar mejor en términos de gobernabilidad y legitimidad del régimen. Ahora la connotación ideológica que se presenta en este acercamiento, parte del argumento de la democracia estable como idilio inspirado en el modelo de los Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra. Entonces la idea de una democracia estable es vendida y maquilada, por medio de la comparación de dichos parámetros -El norteamericano y los ingleses- vistos en su grado de cultura cívica y modernización política, en contraste con el resto de los países en cuestión: México, Alemania e Italia. En ese tenor se entiende la influencia ideológica de la democracia, veamos lo que dice Habermas al respecto: “la llamada cultura cívica expresa un ideal de estabilidad democrática que ha de encontrar, en Estados Unidos e Inglaterra su parámetro de comparación frente a otras naciones, desplegando funciones ideológicas.....por medio de la democracia”33. Si tocamos el aspecto que señala Habermas del llamado despliegue de funciones ideológicas de la democracia occidental como parámetro de medición aplicable a todo sistema político; y si éste es tomando como instrumento de 32 Véase: Peschard Jacqueline, La cultura política democrática, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral, México D.F., febrero de 1994. 33 Véase: Habermas, J., Historia y crítica de la opinión pública, México, Gustavo Gili, 1986. 41 medición utilizando el paradigma de cultura cívica, podemos entender -citando de nuevo el contexto histórico donde surgió- fenómenos que influyen como la guerra fría. En esos entendidos se contrapuso la “democracia occidental” versus el “comunismo totalitario”, materializado como la principal amenaza del llamado mundo libre y de su motor principal, “la democracia” que mantiene funcionando su régimen y las instituciones que de éste emanan en lo que denominan el “mundo civilizado constituido por occidente”. Entrando al ámbito de las críticas en un universo más particular encontramos que existen complicaciones en el uso del concepto de democracia angloamericano, ya que los investigadores Almond y Verba metieron en una camisa de fuerza su teoría sobre cultura política, ya que con su constructo holista, pretendieron analizar realidades muy diversas de distintos países34; siendo que cada país tiene particularidades muy específicas y son distintos entre sí en los ámbitos: económico, político, étnico, social y cultural. Y no se puede utilizar un criterio único de medición sin tomar en cuenta ese tipo de diferencias sustanciales. Lo anterior lo podemos palpar de manera más tangible en un plano de críticas muy sencillo: 1. Si vemos la génesis y la tradición donde surge su teoría de la Cultura Cívica -la marcada influencia de la escuela funcionalista-, constituye en sí mismo una carga y un posicionamiento teórico muy específico en el modo de analizar realidades y percibir fenómenos sociales, en este caso la cultura política de los ciudadanos. 2. No es la misma óptica de lectura, la que hagan en su realidad social - Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra- teniendo como entorno el 34 Un ejemplo de ello es: Alemania, Italia y México, éste último considerado como subdesarrollado, en la investigación se arrojan datos muy interesantes que deben ser sujetos de considerarse en la comparación, con la realidad actual. 42 marco de sus instituciones, su modelo de democracia, su sistema político y electoral, en comparación a la de países del tercer mundo como México. 3. En apariencia se menciona en algunos círculos intelectuales de estudiosos de la cultura política, -principalmente de nuestro país- que existe una gran carencia de materiales que estudien el fenómeno en las elites políticas. Al menos en las elites académicas35 se aprecia un fenómeno de autocomplacencia y de beneplácito ya que muchos de los que escriben acerca de la cultura política lo hacen desde el ámbito de instituciones de gobierno como el Instituto Federal Electoral y otras dependencias; en ese sentido puede existir una línea de investigación perfectamente delimitada que le sea favorable o de interés -en un momento dado dicha línea de investigación puede estar dirigida a legitimar el estado de las cosas y las medidas que toma el régimen- al Estado, sus instituciones y el sistema de partidos en el marco de producir investigación dentro de la episteme institucional. 35 Esto se puede ver en posiciones como las de Norbert
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