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Autonomia-indigena-como-proyecto-para-la-organizacion-comunitaria--Tlahuitoltepec-Mixe-Oax

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
 
 Facultad de Ciencias Políticas y Sociales 
 
 
 
 
 
 
AUTONOMÍA INDÍGENA: ORGANIZACIÓN SOCIAL Y 
PROYECTO POLÍTICO. EL CASO DE 
TLAHUITOLTEPEC, MIXE 
 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 
LICENCIADA EN SOCIOLOGÍA 
 
 
 
P R E S E N T A 
 
 
SANDRA HERNÁNDEZ BAUTISTA 
 
 
 
 
APOYADA POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE EVALUACIÓN EDUCATIVA, UNAM 
PROGRAMA DE BECAS PARA TESIS DE LICENCIATURA EN 
PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN (PROBETEL) 
 
 
 
 
 
Ciudad Universitaria, abril de 2005 
 
 
 1
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Dedicatoria 
 
A mi irreverente herencia: Gil, Fernanda y Reve; que en algún momento nos 
volveremos a encontrar 
 
A Pepe y Oli 
por la oportunidad de experimentar todos y cada momento de este mundo maravilloso 
que es la vida; y por acompañarme con su esfuerzo y amistad a construir mi utopía; que 
de hecho vive en nuestro amor fraterno. ¡Los amo! 
 
A Kairel 
porque tus cuidados, atenciones y oídos me hacen sabernos juntas desde el día en que 
nos conocimos. 
 
A Doña Ale 
por el alimento espiritual y referente cotidiano de mi niñez que sigue 
y nunca termina. 
 
 
A Jose Inés 
Tu Guía intelectual ha dado fortaleza a mi horizonte de vida , crece y se recrea en cada 
nueva etapa, a la que tu experiencia siempre añade. 
 
A Francisco 
Porque nuestras vidas (la tuya y la mía) se han encontrado y reencontrado, 
me haz enseñado a habitarlas sin formas y sin tiempos pero con la pasión y 
certeza de que vivirán en la locura eterna. Te quiero 
 
A todos los hombres y mujeres 
que pensamos, vivimos y luchamos por construir un mundo mejor, empezando por el 
nuestro. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 2
 
Agradecimientos: 
 
A Claudia Rangel, por el privilegio de tu amistad, tu calidad humana, crítica e 
intelectual, que en mi formación académica, en este trabajo y más allá del mismo, me 
han dado un referente de mujer y socióloga 
 
A mis amigos y compañeros de la facultad y de la huelga: Paola, Vladimir Libertad, 
Jennie, Irma, Martín, Viky, Cesar, Toño, Lorena, Amor, Claudia, Perber, Luis, Pepe y 
Paul por permitirnos crecer e intentar una construcción colectiva de nuestra realidad 
social. La experiencia ya la iniciamos juntos y aquí algunas perspectivas de nuestra 
experiencia. 
 
A Sócrates Vázquez ,porque aprendí a construir mis alas, las mismas con las que llegué 
a tu mundo y lo hice mío también. Este escrito en mucho relata ese encuentro, gracias 
por ayudarme a conocerlo 
 
A las amistades de Tlahui; 
Profesor Joel Vázquez y familia por abrirme las puertas de su casa y su amistad, sin 
ustedes no hubiera sido esta experiencia ni sus valiosas enseñanzas. 
A Rafa Cardoso por tu poética amistad y las vastas reflexiones que me haz compartido. 
A Don Leon porque a pesar de nuestras edades compartimos perspectivas en común. 
A Nico, Braulio, Palemón Vargas, Crisóforo Gallardo por permitirme conocer sus 
valiosos aportes a la comunidad. 
A las autoridades del cabildo 2003: Presidente Juan Martínez, en la sindicatura maestro 
Erasmo Hernández, y en la Regiduría de Educación, Juan López, maestro Cenobio, y 
Pablo Hernández por su apoyo en mi investigación. 
 
A los profesores que siempre me han hecho reflexionar con rigor académico y 
sensibilidad humana: Maria Luisa González , Evangelina Sánchez , Jacobo Alavez, 
Maria Jose Rodríguez, Hugo Zemelman y de manera muy especial Sergio Bagú. 
 
A mis sinodales por las valiosas, imprescindibles y pacientes aportaciones a este trabajo 
que me abrieron nuevas vetas de investigación: Rosa Maria Larroa, Jerónimo 
Hernández y Alba Teresa Estrada 
 
En Oaxaca con quienes viví y conviví la parte lúdica y a veces existencial de este 
trabajo: 
Al tío Pepe Dìaz por tu loca, espontánea y reflexiva amistad que te hacen un interlocutor 
primordial de este trabajo. 
En la Casa Kuttäy a Rosita, Paloma, Eric, Krudas, Rigo, Saúl y Vic. 
A Mich por su música y sensible compañía que me hicieron recuperar el asombro de la 
vida natural 
A Pepé Diego; Elena Nava, por nuestra sincronía oportuna en el cosmos. 
Pedro, Arturo, Alain, Paco, José, Carlitos, y Laurita quienes han sugerido e inspirado 
reflexiones nuevas a mi acontecer 
A mis vecinas doña Tere, Elena y Sandra por la cotidianidad de esos día y a mi pequeño 
amigo Josael por compartir mi silencio. 
 3
A la señora Magda y Gerardo por su calor familiar que me hace inevitable regresar. 
 
A mis locos amigos de siempre, Luz Ma, Michelle, Horacio (Pancho) y Migue, pues 
con ustedes sigo creciendo 
 
A mis tíos que en todo momento nos han apoyado a mí y a mi familia para llegar a este 
punto. 
 
 
 
 4
Índice Temático 
 
 
 
Introducción...................................................................................... 
 
 
8 
Capítulo 1 Xääm Këxpete: 
Tlahuitoltepec.................................................................................. 
 
 
36 
1.1.Región Mixe................................................................................................... 38 
 1.1.1 Zona baja.......................................................................................... 39 
 1.1.2 Zona media........................................................................................ 41 
1.1.3 Zona Alta........................................................................................... 42 
1.2 Tlahuitoltepec (Xaam Këxpët)...................................................................... 45 
 
 
Capítulo 2 Recuento Histórico 
............................................................................................................. 
 
 
 
54 
2.1 Cacicazgos...................................................................................................... 56 
2.2 Explotación Forestal...................................................................................... 61 
2.3 CODREMI ..................................................................................................... 65 
2.4 Instrumentación de la Educación Básica Mixe........................................... 69 
2.5 ASAM ............................................................................................................. 71 
2.6 Intelectuales indígenas y profesionistas ................................................... 74 
2.7 Servicios del Pueblo Mixe............................................................................. 75 
 
 
Capitulo 3 Organización Comunitaria 
............................................................................................................. 
 
 
 
78 
3.1 Organización política indígena.................................................................... 81 
3.1.1Politicidad de las organizaciones............................................................ 83 
3.1.2 Integralidad de las organizaciones........................................................ 85 
3.2. Organización comunitaria........................................................................... 
 3.2.1 La Comunidad indígena......................................................................... 89 
3.2.2 comunidad como territorio.................................................................... 91 
3.2.3 sistema de necesidades........................................................................... 953.3 Política comunitaria....................................................................................... 100 
3.3.1 Orden político como forma cultural.................................................... 101 
3.3.2 Lo comunitario...................................................................................... 102 
 
 
Capitulo 4 Territorialidad Comunitaria: Tierra- Vida 
............................................................................................................. 
 
 
 
109 
4.1 Principios filosóficos de la comunalidad...................................................... 110 
4.2 Sentido de comunidad................................................................................... 
 4.2.1 Tierra- Vida.......................................................................................... 114 
 4.2.2 Recreación de lo comunitario en la Tierra- Vida............................... 115 
4.3 Sentido territorial de lo comunitario........................................................... 119 
4.4 Transformaciones de la noción Tierra: de la comunidad a la parcela, del 
territorio a la propiedad................................................................................ 
 
122 
 
 
Capitulo 5 Política Comunitaria: Trabajo- Tequio 
............................................................................................................. 
 
 
 
130 
5.1 Proyección Pueblo.......................................................................................... 132 
5.1.1 la comensalidad...................................................................................... 132 
5.1.2 la fiesta comunal..................................................................................... 133 
5.1.3 Rey Cong Hoy......................................................................................... 135 
5.1.4 La música................................................................................................ 137 
5.2 División del Trabajo Social........................................................................... 138 
5.3 Espacios de la política Comunitaria.......................................................... 140 
5.4 El tequio......................................................................................................... 141 
5.5 Algunas transformaciones en el trabajo comunitario................................ 143 
5.6 Cargos y Servicios ......................................................................................... 146 
5.7 Tendencia administrativa de los cargos....................................................... 153 
5.8 Fuerzas sociales o núcleos de poder y el servicio comunitario.................. 156 
5.9 La Asamblea Comunitaria............................................................................ 160 
 
 
Capitulo 6. Humano pueblo ...¿y la autonomía? 
............................................................................................................. 
 
 
 
166 
6.1 Humano- pueblo............................................................................................. 170 
6.2 Autonomía indígena, la idea en el presente político................................... 172 
6.3Autonomía adjetiva: ¿regional, comunal o municipal?.............................. 179 
 
 6.3.1 Autonomía Regional............................................................................... 179 
 6.3.2 Autonomía Comunal.............................................................................. 181 
 
 6.3.3 Autonomía municipal................................................................................ 187 
 6.3.4 Legalidad de la Autonomía........................................................................ 191 
 
6.4 Autonomía relativa: de la idea al proyecto 194 
6.4.1 El ejercicio relativo................................................................................ 195 
 6.4.2 El reconocimiento relativo...................................................................... 
 6.4.3 El proyecto como creación cultural de la organización social.................. 
197 
199 
 
 
 
Conclusiones........................................................................................ 
 
 
 
202 
 
 
Glosario................................................................................................ 
 
 
 
209 
Bibliografía y otras Fuentes............................................................. 
 
210 
 
 
Introducción 
 
“Los profetas Isaías y Ezequiel comieron conmigo. 
Les dije que cómo se atrevían a afirmar tan 
terminantemente que Dios les hablaba y pregunté si 
no pensaron que serían mal interpretados y que en 
consecuencia podrían ser causa de imposición. 
Isaías me respondió: “No vi ningún Dios ni le oí en 
ninguna percepción orgánica finita; pero mis 
sentidos descubrieron lo infinito en todas las cosas. Y 
debido a que quedé convencido entonces, aun creo 
que la voz de la ira sincera es la voz de Dios, de 
manera que, sin temer las consecuencias, escribí” 
Entonces pregunté: “¿La creencia sólida de que algo 
es así la hace así? 
Respondió: “Así lo piensan todos los poetas y, en 
eones de imaginación, la firme convicción movía 
montañas; pero muchos son los incapaces de 
sustentar convicciones sólidas en cualquier cosa”1
 
El primer acercamiento que tuve con la realidad indígena (como muchos otros jóvenes 
de mi generación) fue en la coyuntura de 1994. Este momento nos mostró la fuerza 
política con que los indígenas (en sus organizaciones, pensamiento e intelectuales) ya se 
venían desplegado, públicamente, desde la década de los ochenta y principios de los 90 
(1992, V centenario). A nuestros ojos, era la primera vez que podíamos presenciar la 
manifestación de una realidad cotidiana, pero imperceptible en la población mestizo- 
urbana. Y para otros, perceptible, digna de estudiarse, pero con escaso aporte para la 
creación social.2
 
1Blake, William, 1997, p.13 
2Aunque, indudablemente, los horizontes de visibilidad, tanto en lo cotidiano como en lo académico, se 
han ampliado en un proceso visible -por lo menos- de tres décadas. Las rupturas interpretativas de la 
antropología (reuniones de Barbados, la antropología crítica en México, etc) a la par de formas públicas 
en que la protesta indígena se presenta en América Latina parecen haber contribuido a esta apertura de lo 
indígena en lo social: “(...)no es con Chiapas cuando comienzan a expresarse los indígenas. Lo nuevo 
 8
 
Para una y dos generaciones anteriores a nosotros, el auge y derrota del movimiento 
obrero, el movimiento estudiantil (finales de los 60 y principios de los 70), la lucha 
guerrillera (década de los 70) y la difícil articulación -de las fuerzas de izquierda- en un 
bloque político partidista hacia la década de los 803 encontraron un motor esperanzador 
en esta nueva coyuntura. Aquellos que se mantenían constantes no tardaron en abrirse a 
los indígenas. Otros que se habían alejado, conforme el trabajo y la familia, renovaron 
su crítica ante lo social. De cualquier manera, esta herencia me hizo más sensible al 
levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). 
 
En mi experiencia, esta coyuntura fue aún más reveladora, por el dramático acontecer 
con que se presenció la violencia militar, del Estado mexicano, frente a los indígenas 
chiapanecos (zapatistas o no). El clima de sangre y guerra desigual estremecieron e 
indignaron a considerables sectores de la población nacional; entre ellos, el estudiantil, 
fue uno de los más sensibles y con capacidad espontánea de movilización. Es aquí, 
donde llegué a involucrarme con los cinturones de paz, en las comunidades de apoyo 
zapatistas. La experiencia marca definitoriamente mi horizonte histórico4 e 
involucramiento con lo indígena. 
 
Desde este adolescente momento, comienzo a observar la vida indígena, en la ubicaciónsocial de mi proyecto de vida: el profundo sentir de una búsqueda y reconocimiento 
identitario, que los mestizos no hemos terminado de hacer. 
 
 
consiste en que es la primera vez que el Estado y la sociedad occidental mexicana en su conjunto, después 
del siglo decimonónico, abren con mayor detenimiento sus oídos y sus ojos ante la realidad indígena, viva 
y candente” (Díaz,1995, p. 4) 
3Sin dejar de lado, el escepticismo que se impregnó después de 1973 (golpe militar en Chile) y 1984 
(fracaso del gobierno Sandinista, Nicaragua). La experiencia cubana, 1959 y el bloque soviético no sólo 
se quedaban lejos de la tendencia histórica, sino también, del referente utópico. 
4 Para mí, significó un conocimiento de los múltiples momentos de distancia con respecto al sí mismo en 
tanto sujeto y en tanto historia. “el horizonte histórico está identificado por un modo de hacer política...se 
puede enriquecer con otro tipo de hechos y sucesos, trascendiendo los mecanismos (estratégicos y 
tácticos..puede ocurrir que se produzca una alteración profunda en las cosmovisiones para ser 
reemplazadas por otras cosmovisiones...podría relacionarse con la problemática de la transformación 
cualitativa de la realidad, debido al surgimiento de una discontinuidad que rompe con el curso normal del 
desenvolvimiento...cambio que a pesar de tener lugar en el plano de la cosmovisión, se expresa también 
en la realidad cotidiana... Es evidente que una alteración de los valores en que se apoya una cosmovisión, 
producirá una transformación en la jerarquización de las necesidades y también en la percepción del 
contenido de cada una de ellas en concreto, y por lo tanto, en sus formas de relación con la realidad 
presente y en su visión de futuro posible” (Zemelman, 1989:63) 
 9
El segundo involucramiento tiene lugar cuatro años después, en 1998. Mi ingreso a la 
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM) fue la primer decisión concreta y 
autónoma que tomé para mi presente. Sin dificultad, me adapte al ambiente de la 
universidad: la revisión del pensamiento social, de la historia, la experiencia política 
latinoamericana, junto con los comités estudiantiles y las reuniones e inquietudes 
compartidas delinearon el espacio de un primer momento en mi formación. 
 
La idea zapatista: “luchar desde cada trinchera”5 conmocionó el ambiente universitario 
y se entendió como una incitación al activismo. Este sentir, compartido por muchos de 
nosotros, motivó la participación en los colectivos estudiantiles. Y la noción simplista 
de la “praxis” cobró dimensión en la necesaria actividad política dentro y fuera de la 
universidad. Un ensayo, previo a esta labor, justificó mi colaboración en brigadas de 
trabajo comunitario, en la zona zoque, norte de Chiapas. 
 
El planteamiento general de estas brigadas conservaba la herencia indigenista: el 
paternalismo asistencial. Nuestra presencia como universitarios contribuiría a 
“concienciar” y “generar” un proceso organizativo en estas comunidades; mientras que 
la situación marginal y de pobreza ocuparían un lugar secundario, al ser provistas de 
alimento, vestido, alfabetización y medidas básicas de salud. Más que una política 
oficial, el indigenismo permanecía como interpretación de la problemática social; y con 
mayor razón, en la forma cultural de hacer política. 
 
Observar de manera distinta a los indígenas, no quedaba resuelto por una coyuntura o 
acción impulsada por ellos mismos; fundamentalmente, es el proceso de transformación 
entre lo que se ve- no se ve, hace y no se hace, de una realidad, lo que explica la 
permanencia de estas formas paternales y asistencialistas entre los no indígenas. El 
razonamiento contradictorio, clasista o indianista de la población no indígena, se movía 
 
5Esto constituye una manera diferente de entender los espacios de la acción política. Las listas de 
desaparecidos o asesinados y los testimonios de sobrevivientes a la guerra sucia de los 70, no sólo registra 
la participación de campesinos o maestros rurales, sino también la presencia de estudiantes, normalistas, 
profesores universitarios, etc que deciden dejar la vida urbana y familiar para integrarse a la guerrilla. Los 
comunicados del EZLN hacia la, llamada, sociedad civil enfatizaban que no era necesario el traslado a la 
selva Lacandona para sumarse a la lucha por la libertad, democracia y justicia. Esto fue un reflejo de 
cómo distintos sectores, cada vez, se identificaban, con más claridad, en su propia realidad. Así , además 
de la organización estudiantil; también se presenció la organización de colonos con trayectoria desde 
1980; grupos musicales de rock, ska, reggae, trovadores y grupos de mujeres, lesbianas, homosexuales, 
ancianos, etc fácilmente se apropian de este discurso y lo trasladaron a su cotidianeidad. Muchas de estas 
organizaciones reivindicaron a los zapatistas en sus nombres y consignas. 
 10
entre lo tradicional como limitante y lo tradicional como exaltación y necesario retorno; 
esta lógica compuso una analogía de las vanguardias revolucionarias: la pobreza había 
hecho de los indígenas, el sector más conciente y revolucionario; pero la misma 
pobreza, que además era ignorancia, hacía necesaria su organización política; para 
después, volver a sus formas armónicas de convivencia (humanas y naturales). 
 
Esta experiencia me reflejó un problema constante, en las izquierdas latinoamericanas: 
saber nombrar y leer la realidad sobre la cual accionar táctica y estratégicamente. Esto 
me llevó a preocuparme por las implicaciones de la teorización y el actuar político, vale 
decir, la conciencia histórica6. Distintos cuestionamientos resultaron de esta reflexión, 
por ejemplo: ¿cuál era el alcance práctico de las disciplinas sociales?; pues la 
formación que estábamos recibiendo en sociología, comunicación, ciencia política, en 
mucho, parecía quedar rebasada por la realidad zoque. Los trabajos realizados no 
lograrían permanecer en la dinámica de las comunidades (pues eran ajenos a ellas) y 
mucho menos, evitar nuevos conflictos internos (derivados de estos trabajos). La 
investigación social, parecía ajena al actuar político 
 
¿Realmente, se alcanzaba a ver la especificidad de las sociedades indígenas? La 
limitada comprensión de la dinámica en estas comunidades, no sólo era exclusiva de las 
brigadas comunitarias. También los intelectuales, defensores de la causa indígena, 
idealizaron de manera armónica y homogénea las estructuras y relaciones internas. 
 
Finalmente, ¿cómo acortar las distancias, tan tajantes, entre la realidad, la capacidad de 
acción y la reflexión teórica? Desde luego, el ejercicio de la “praxis” no era una 
repetición, simplistamente, enunciada. Entonces, mi necesidad inmediata fue hacerme 
de herramientas para la investigación que, por lo menos, derivaran en diagnósticos para 
planificar trabajos comunitarios. El Taller de Investigación en Sociología Rural me 
 
6“La importancia de la relación entre teoría y conciencia histórica se vincula con la eficacia de la acción, 
ya que esta última está determinada por la capacidad de captar al conjunto de la vida social, lo que escapa 
a las posibilidades de la teoría. La conciencia histórica, en cambio, constituye esa anticipación sintética 
del devenir que sirve para orientar al trabajo teórico parcializado. Por lo tanto, no se limita a ser un reflejo 
de situaciones fragmentarias, sino que es un modo de pensar que anticipa la necesidad de la propia 
teorización, mediante la aprehensión de la realidad como totalidad en movimiento” (Zemelman, 1998:73) 
 11
proporcionó elementos centrales para iniciar esta tarea, por lo menos en el plano 
reflexivo7. 
 
Los años de 1999 y 2000,durante la huelga universitaria, terminaron por ratificar una de 
mis más grandes rupturas vivenciales: no sólo era la apertura a una realidad o 
interpretación existente, sino tender el puente, de su comprensión y conocimiento, hacia 
la dirección de ésta como un proyecto. Mis preguntas no terminaban de formularse: 
¿qué elementos garantizan la permanencia de un proyecto?, ¿cómo y bajo que 
condiciones es posible estructurar un proyecto político que trascienda la acción 
inmediata: de la coyuntura a la continuidad y estructuración organizativa de un 
espacio?, ¿cuáles son las implicaciones de esta acción? y nuevamente ¿juzgamos o 
comprendemos?8
 
Una profunda crisis invadió el clima de la universidad: la sensación de fracaso, el 
desespero por recuperar el tiempo, la brevedad de los semestres junto con el 
inmovilismo y fractura estudiantil y de la planta docente me impedían aprender de mis 
errores y buscar alternativas. La única claridad (intuitiva) que tenía era buscar espacios 
paralelos para complementar mi formación. Así, llego a la Universidad Autónoma de 
Chapingo, dónde logro un acercamiento a distintas disciplinas: Historia de las 
estructuras agrarias en México, economía rural, ecología y agronomía.. 
 
Este periodo fue sumamente fructífero para mi formación; rompí estructuras tajantes y 
limitadas de mi cosmovisión. Recuperé la capacidad de asombro frente al mundo 
 
7Durante seis semestres tuve la oportunidad de revisar discusiones entre corrientes teóricas de lo rural y lo 
indígena, formas metodológicas y técnicas de investigación documental y de campo (tradicionales como 
la entrevista, historias de vida; pero también propuestas como la historia oral o los relatos literarios), 
criterios de delimitación epistemológica, acercamiento con proyectos de investigación y construcciones 
colectivas de inquietudes propias. Este trabajo tuvo origen aquí 
8La experiencia de la huelga, más que ninguna otra, me dejó clara la diferencia entre un conocimiento o 
actuar político que enjuicia y la posibilidad de comprender (histórica y humanamente) sobre lo que se 
conoce o actúa. Recuerdo a Marc Bloch: “Una palabra domina e ilumina nuestros estudios: 
“comprender”. No digamos que el buen historiador está por encima de la pasiones; cuando menos tiene 
ésa. No ocultemos que es una palabra cargada de dificultades, pero también de esperanzas. Palabra, sobre 
todo, llena de amistad. Hasta en la acción juzgamos demasiado. ¡Es tan fácil gritar: “Al paredón”! No 
comprendemos nunca bastante. Quien difiere de nosotros, sea extranjero o adversario político, pasa, casi 
necesariamente, por un ser de malos antecedentes. Aun para conducir las luchas inevitables, sería 
necesario un poco más de inteligencia en las almas; con más razón para evitarlas, si se está a tiempo (...) 
una basta experiencia de las variedades humanas, un largo encuentro entre los hombres. Tanto la vida 
como la ciencia tienen el mayor interés en que este encuentro sea fraternal” (Bloch, 2000: 140) 
 12
natural, social y cotidiano; desde la producción científica, literatura y filosófica; hasta el 
recorrido geográfico por distintas regiones del país: de la península de Yucatán, a la 
península de Baja California 
 
Las críticas (teóricamente fundamentadas) a la visión armónica de las comunidades 
indígenas las inicie en la facultad. Pero no fue, sino en la Sierra de Huahikori, Nayarit, 
San Luis Potosí; la Montaña de Guerrero y en los valles agrícolas de Culiacán, Sinaloa 
y San Quintín, Baja California9 donde viví la heterogeneidad de los conflictos, las 
formas desiguales y contradictorias que matizan, internamente, las relaciones étnicas. 
 
De regreso a la Facultad en el 2002, mi acercamiento a la reflexión latinoamericana se 
vuelve más sistemática y me permite comprender -de forma más compleja- las 
implicaciones de la reflexión social (en cualquiera de sus dimensiones). Hice una 
analogía de mis inquietudes con la experiencia de América Latina. Durante las 
ayudantías (pensamiento social latinoamericano) depuré mi conocimiento de la región a 
partir del pensamiento y la historia (S.XIX – XX). En la producción teórica de la 
CEPAL y la Dependencia encontré cuestionamientos sobre la especificidad histórica y 
la realidad como totalidad. Después me involucre con un análisis más epistemológico, 
sobre la forma en que las ciencias sociales y los estudios latinoamericanos hacen 
investigación y crean conocimiento. La problematización de América Latina como 
categoría de análisis social interrogó mis nociones de tiempo, espacio, presente e 
historia. Finalmente, me acerqué sin ningún prejuicio a variadas propuestas del 
conocimiento social: las de corte interpretativo y subjetivista, junto aquellas que 
entiende el conocimiento como una práctica social potencialmente política10 ; terminan 
por orientar mi ubicación académica. 
 
9A finales del año 2001, me encontré con un poema en el que identificaba tan profundamente su sentir, 
como si yo misma lo hubiera escrito. Cuando revisé el nombre de la autora, una profunda alegría invadió 
el recuerdo, gratificante, de haber compartido con otros estas experiencias: “Se desfiguran con el viento 
las galeras; paredes semidesnudas. Pequeñas ciudades perdidas en el campo. Vuelan pájaros vestidos de 
noche, las casas se cubren con el ruido de la radio. Gente intocable, espera el alba... Comienza la cosecha. 
Al pisar la noche sacia el cansancio. Ventanas encarcelan, ilusiones y esperanzas. Ya no hay danza 
guerrerense, oaxaqueño, chiapaneco, tal vez ayer existías ya muerto. Ciénega de tus ojos no se aparten de 
mí, tritúrame al encontrarte mañana, hasta que mi sangre se consuma y tu sed se derrita” (Carrasco, 
Jazmín 2001: 14) 
10Los trabajos de Zemelman han sido, sumamente, sugerentes de algunas rupturas mentales que he 
vivido. De igual manera, la obra de Sergio Bagú y el último de sus seminarios impartidos (FCPyS-
UNAM), cimentaron en mí la serenidad -ante la incertidumbre (teórica o política)- para seguir caminando 
hacia formas de conocimiento y organización social más humanas. Esta ha sido mi forma de búsqueda en 
 13
 
Entre la multiplicidad de experiencias (que aún no termino de asimilar), sentimientos 
encontrados, claridades, estados de ánimo, rupturas, limitantes, miedos e incertidumbres 
me atreví a renovar un ciclo de vida. Un ejercicio de investigación, que teórica y 
metodológicamente no ha resultado nada sencillo; mucho menos vivencialmente11
 
La gran dificultad y el reto de esto, es cuando el pensamiento y la mente logran 
procesarlo pero en el tejido o creación artesanal no queda cristalizado. Como en 
cualquier creación artística, el movimiento corporal, el color, la figura o historia se 
pueden dar en la mente, en la memoria, en una imagen y ahí estar siendo procesados 
pero el cuerpo, la mano, el sonido a veces se resisten en su ejecución y sólo después de 
varios intentos fallidos se logra consumar apenas el principio de una historia. 
 
A continuación se presenta uno de mis primeros intentos en el arduo camino de la 
investigación y construcción social 
 
 
Construcción del Tema 
 
Para diciembre del año 2000, gracias a una invitación, tuvimos la oportunidad de visitar 
la comunidad de Tlahuitoltepec, Mixe, Oaxaca. Esta visita, resultó definitoria en el 
cúmulo de inquietudes almacenadas sobre la política, la realidad social, la construcción 
teórica y los pueblos indios. En esta comunidad me encontré con iniciativas de corte 
educativo, culturales y económicas al interior de la organización comunitaria. En ellas 
percibí una gran capacidad de apropiación del presente que se expresaba en el 
 
la producción científica y no la mera acumulación de discusioneso artículos producidos. En este sentido, 
no hay discusiones o problemas ya superados; no para mi experiencia. A mi corta edad, sería un suicidio 
tener conclusiones tajantes y avanzar sobre ellas. 
11“La metodología de las ciencias de la sociedad no puede incorporar la experimentación como 
procedimiento pero, en cambio, descansa en alta medida sobre la experiencia. La actividad que se 
necesita para la construcción científica es selectiva. No es el agregado mecánico de la huella de lo vivido 
en función de los objetivos básicos de la investigación” (Bagú, 1997: 115) 
 14
pensamiento y reflexión de la particularidad mixe12 y en la planeación operativa de 
proyectos autogestivos. 
 
A partir este momento, mantuve una relación estrecha con jóvenes universitarios de 
Tlahuitoltepec, entre Agrónomos, Abogados, Sociólogos, Comunicólogos y Lingüistas, 
seguí de cerca sus iniciativas organizativas, dentro y fuera de la comunidad y colaboré 
con ellosen trabajos de comunicación comunitaria, particularmente de la radio 
comunitaria “Jën pöj”, recientemente reconocida y con permiso oficial de transmisión. 
 
La idea de desarrollar un primer ejercicio de investigación no podía estar separada del 
“¿para qué?: el interés por los mixes, básicamente, tenía razón en comprender -de 
manera general- el proceso social que enfrentaban los trabajos de estos jóvenes ayuujk; 
y poder contribuir a una reflexión que encausará estos mismos. De ahí me interesé por 
el estudio de la autonomía indígena, a partir de los distintos causes en la construcción y 
acciones, que ciertos grupos de indígenas impulsaban, con posibilidades de perfilar un 
proyecto político13 
 
Llegando al punto de construir metodológicamente mi investigación ya había revisado, 
de manera general, algunas líneas de investigación sobre los pueblos indígenas. Los 
trabajos sobre autonomía, fueron los que más se apegaron a mis inquietudes. Sin 
embargo, a la luz del desarrollo, replanteamiento y evaluación encuentro que esta 
adhesión a una línea de investigación predominante en este tema es la primer limitante 
en el trabajo; pues mi interés fundamental partía de un cuestionamiento de ¿hasta qué 
punto la autonomía era una realidad en las prácticas de las comunidades mixes? 
 
 
12Existe una recopilación, sumamente interesante (realizada por Salomón Nahmad), acerca de diversos 
documentos, comunicados y planes educativos elaborados en la región Mixe, desde la década de los 50 a 
los 80; la mayoría de ellos, en la zona alta -donde se encuentra Tlahuitoltepec-. Otro tipo de documentos 
que reflexionan la organización social comunitaria son: el Plan Comunal de Desarrollo Comunitario, 
Ideas para la Educación Básica Míxe, Educación Indígena Comunitaria. De igual manera, diversos 
escritos de Floriberto Díaz Gómez (antropólogo mixe de Tlahuitoltepec) proponen conceptos como el de 
“comunalidad” o “tierra- vida”, “trabajo – tequio” y “humano- pueblo” para definir la particularidad 
organizativa de los ayuujk (mixes) y orientar planes y políticas internas. 
13“La política deviene en el elemento constructor de la posibilidad como historia concreta, constituyendo 
la apropiación de lo real en una apropiación de todo lo histórico que se sintetiza en un proyecto 
futuro”(Zemelman, 1992 : 34) 
 15
Principalmente los trabajos de Héctor Díaz- Polanco, Consuelo Sánchez y Gilberto 
López y Rivas desarrollan una reflexión importante de la relación pueblos indígenas- 
Estado nacional, en dónde la autonomía indígena constituye una forma jurídico- política 
para la transformación del régimen político mexicano y las adecuaciones que éste 
tendría que contemplar en función de las prácticas tradicionales de los indígenas como 
la impartición de justicia, las formas de trabajo colectivo y la propiedad de la tierra. 
 
Sin embargo, en mi acercamiento con las comunidades indígenas de Oaxaca y Guerrero 
me percaté de que más que una realidad en la práctica, la autonomía constituía parte de 
las demandas, objetivos y discursos de ciertos indígenas organizados ya fuera en figuras 
asociativas, congresos, asambleas u asociaciones. Tal era el caso de Servicios del 
Pueblo Mixe, A.C. 
 
En segundo momento me pregunté porque la noción de autonomía era atribuida por las 
organizaciones indígenas. 
 
Mi interés no se abocó a las experiencias históricas en el mundo como Yugoslavia, 
España y Nicaragua entre otras, que antecedían o eran formas distintas de autonomía, 
con respecto a las sociedades indígenas de México; el recorrido que yo hice buscó el 
momento y el por qué la autonomía era adjudicada en las estructuras sociales y 
demandas políticas de los indígenas 
 
Algunas reflexiones académicas14, que anteriormente, ya presenciaban la fuerza política 
de sectores indígenas –en el continente-, arribaron en formas distintas de entender los 
 
14“Durante los años ochenta, el perfil político de la llamada problemática étnica se acentuó en diversos 
países de la región...trascendió de una manera nueva el estrecho medio de los académicos y los 
especialistas para convertirse en objeto de interés de sectores sociales y políticos más amplios. A su vez, 
los especialistas especialmente los antropólogos comenzaron a revisar y, en algunos casos a modificar sus 
enfoques acerca de la cuestión étnico- nacional (...) los cambios que pueden advertirse en los enfoques, 
éstos son ante todo la consecuencia- mediada por complejos procesos- de las transformaciones que ha 
venido experimentando el movimiento indígena en el marco de un buen número de sociedades nacionales 
de Latinoamérica” (Díaz Polanco, 1999: 111) Cuando se dice que parte de la academia comenzó a perfilar 
una nueva forma de abordaje teórico; no sólo se refiere al trabajo del clásico investigador e intelectual 
mestizo o extranjero que se interesa por el estudio de las sociedades “primitivas” o “simples”, sino que el 
resultado de una ampliación en los horizontes históricos marcan, de manera diferente, la practica de 
investigación: pienso en el caso de Nahmad, uno de los representante en la antropología crítica; lo mismo 
que aquellos intelectuales indígenas (como Floriberto Díaz) que desde la antropología se miran y piensan 
a sí mismos. Lo cierto es que aún no se reconoce en similitud de condiciones, ni validez, ésta última de 
aquella primera. 
 16
usos y costumbres, se interesaron en las organizaciones indígenas y sus demandas, 
contemplaron la problemática ecológica, de género y productiva. Sin embargo, en el 
caso mexicano, 1994 fue la abreviatura de lo étnico como un problema, 
específicamente, de orden político15: sintetizó la desigualdad y discriminación social, 
implícita en la formación histórica del Estado- nación, junto con la nueva configuración 
económica de la sociedad mexicana en los 90. Fue en este sentido que adquirió 
relevancia en la cotidianidad y la vida pública de esos años. 
 
Aunque la reflexión no se reduce a la dimensión política, por el contrario, se abre a 
variadas reflexiones de corte filosófico, jurídico, antropológico, educativo y sus 
múltiples diálogos interdisciplinarios. 
 
La presencia indígena en la vida política de México no sólo se refiere a la aparición 
pública o armada, sino, fundamentalmente, a la necesidad de mantener aquellas 
estructuras organizativas tanto económicas como sociales en el sistema de cargos, las 
asambleas, o las forma de impartición de justicia que han sido elementales para la 
sobrevivencia como individuos y colectividades. En este camino, la transformación 
política de la estructura social del país que les limita para esta permanencia como 
pueblos, se vuelve un momento necesario de confrontación con el Estado, sus instancias 
jurídico- legislativas y de represión; con los partidos políticos, con ciertos sectores 
empresariales y del clero.15
La crítica que se hace al indigenismo, como discurso y política oficial del Estado, es el tratamiento de lo 
indígena como un problema de rezago cultural. La formación de esta idea ha identificado la situación de 
los indígenas como causa de una problemática social y no como resultado de ese conflicto y sus 
contradicciones. La causa particular del problema indígena (para esta visión) ha sido, pues, la estructura 
diferenciada de prácticas culturales; por lo tanto se ha entendido que la marginación es inherente a estas 
estructuras. De ahí que la visión compartida en América Latina de la “civilización y barbarie” con sus 
transformaciones y matices, tocan los puntos de la dualidad estructural entre lo tradicional y lo moderno; 
la educación como mecanismo de ese transito se vuelve el eje de la política estatal . En otras vertientes 
del “problema indígena” la peculiaridad cultural no es causa ni consecuencia determinante; excepto que 
dificulte la formación de una conciencia de clase o aparezca aledañamente a la posición estructural en el 
conjunto de la sociedad: los enfoques campesinista y descampesinistas. Finalmente una tercer visión 
empieza a considerar la potencialidad de la diferencia cultural y su aporte a la organización de la 
sociedad mestiza; lo indígena cobra dimensión en el conflicto y contradicción de lo social. Cfr Villoro, 
Luis “Los grandes momentos del indigenismo en México”, Hewitt, Cinthya “Imágenes del campo”, 
Sarmiento, Domingo “Fausto o civilización y barbarie”, Mariategui, José Carlos “Siete ensayos de la 
realidad peruana”, Bonfil, Guillermo “México profundo”, Ianni Octavio “El laberinto Latinoamericano” y 
Barre, Marie “Ideologías indigenistas y movimientos indios” 
 17
Al mismo tiempo, no es sino la peculiaridad cultural de la lengua, las asambleas, el 
tequio, la cosmovisión, los usos y costumbres o la medicina tradicional el vehículo 
ones importantes: 
ealidad uniforme y lineal en las 
omunidades indígenas y la región Mixe no era la excepción. Las prácticas de 
org
potencial de su ubicación política. 
 
Hasta aquí encontré tres consideraci
 
1- La demanda de autonomía no constituía una r
c
anización y sus formas culturales a lo largo de la historia como pueblos originarios 
de México no se han mantenido inamovibles en el tiempo; constantemente se han 
modificado, algunas han emergido y otras desaparecen en un constante intercambio 
cultural, aun cuando éste haya sido y sea desigual. Pero justo por esta capacidad han 
sobrevivido en la historia. Actualmente estas prácticas se mantienen con sus respectivos 
matices en cada región cultural y a veces varían de comunidad en comunidad. Desde 
esta perspetiva, me interesó la peculiaridad que se vivía en la región Mixe y en 
Tlahuitoltepec. 
 
2. La política indigenista del Estado mexicano, después de la Revolución enraizó 
una lógica de integración y homogenización cultural, un asistencialismo y 
os diferentes cambios que el nuevo modelo 
económico de acumulación, neoliberal, exigía se fueron conjugando las 
des
etc, de los ochenta, precedieron la coyuntura del V centenario (1992); llegando a 
paternalismo ligados con la política clientelar del partido de gobierno. 
Fundamentalmente a partir de la formación de maestros rurales que ideológicamente 
educaran bajo esta lógica fue propiciando que hacia la década de 1970 estos sectores 
tomaron participación activa en los movimientos y organizaciones vinculados con el 
sindicalismo en el sector educativo 
 
Hacia principios de 1980 y l
igualdades políticas con el mayor rezago económico familiar y nacional. En este 
transcurso dos momentos coyunturales dan pie al llamado movimiento indígena 
nacional y a la autonomía indígena como proyecto político: 1992 con las protestas 
del V centenario y 1994 con la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación 
Nacional. Los intentos organizativos de lingüistas, maestros, médicos, abogados, 
 18
este momento, la difícil articulación de las organizaciones, aunque sí identificaban 
demandas comunes, no lograron proyectar un debate central ni con el estado, ni con 
la sociedad no indígena16. 
 
Después del levantamiento zapatista, se comienza a percibir, con más claridad, el 
cause que los aportes jurídicos (en materia de derechos humanos individuales y 
olectivos)y las preocupaciones específicas de sectores (médicos tradicionales, 
ias de ciertos grupos más concientes e ilustrados se desplegaba una 
apacidad organizativa y argumentativa frente a las instancias estatales de gobierno. 
demandas y acciones, llevaron a una excesiva revisión cronológica de la 
 
c
maestros, lingüistas, comuneros, etc) fueron tomando en planteamientos como la 
territorialidad, las formas de gobierno y justicia, la educación y los medios de 
transmisión de la cultura, la defensa de la lengua y la libre determinación17. Para 
1996, la autonomía, no sólo era ya una demanda de los indígenas organizados, sino 
también, una propuesta de ley los Acuerdos de San Andrés Sacamche’n en la ley 
COCOPA. 
 
Esta confluencia de sectores de indígenas dejaba ver que de acuerdo con los ámbitos 
y experienc
c
Algunas organizaciones indígenas mixes como Ser, se podían ubicar en esta 
trayectoria. SER era resultado de la defensa por los recursos naturales (fines de los 
70 y 80) y el intento regional de organización política (Codremi y Asam). Esto hacía 
de SER una fuerza política (a veces interlocutora y mediadora de conflictos), dentro 
de la región y frente al Estado, que marcaba una herencia política para los jóvenes 
mixes. 
 
3. Gran parte de la reflexión académica con respecto a las organizaciones políticas, 
sus 
 
16Revisar el seguimiento que desarrolla Sarmiento, Sergio Sarmiento, Sergio “Voces indias y 
modernización. De la protesta social a la revuelta india”del V centenario,. Inédita, México, Tesis 
presentada para aspirar al grado de maestría. Universidad Nacional Autónoma de México, Y Sarmiento, 
Sergio (coord.) Voces del V centenario (comunicados y discursos),. Colección Obra diversa, INAH, 1ª 
edición, México, 1998, 505p. 
17En esos años, se multiplican los encuentros, mesas y foros de debate a nivel regional, en las entidades 
federativas y encuentros nacionales de las diferentes posturas y organizaciones políticas. El resultado más 
depurado tuvo lugar antes de los diálogos entre el EZLN y la representación del gobierno federal, en San 
Andrés, Chiapas. Cfr López Bárcenas “Autonomía y derechos indígenas en México”; “Coloquio sobre 
derechos indígenas. Consulta nacional a los pueblos indígenas”, Oaxaca, 1996 y Díaz, Floriberto 
Autonomía, ponencia, fotocopiado, V Foro Estatal sobre la Realidad Indígena, México, D.F. 1995 
 
 19
movilización pública, y a una caracterización tipológica de los indígenas dentro 
 
La 
pos turas -que parecen- 
omogéneas internamente y se confrontan; háblese de organizaciones indígenas vs 
de hacer política y de organización social. De ahí, que mi 
terés se encamino a las formas culturales que se tejían en las relaciones sociales de 
de la 
rganización política, existen iniciativas o proyectos que pueden ser compartidos 
de los movimientos sociales, que en cierto sentido es importante para 
comprender las variadas formas de organización y sus dificultades. Pero en el 
plano de la autonomía sólo permanece como consigna ideológica en aquellas 
movilizaciones o como modelo organizativo de la realidad: lo indígena, desde 
esta perspectiva, desaparece del ámbito político –y del interés intelectual-, 
cuando las organizaciones no se movilizan públicamente. 
comprensión del rumbo de los movimientos indígenas, no siempre tiene la 
ibilidad de lograrse en el análisis dual de dos estruc
h
estado o sociedad nacional. Frecuentemente la capacidad de respuesta o proyección 
de las organizaciones indígenas depende de la configuración paulatina de las 
estructuras, relaciones y prácticas políticasinternas. Esta configuración se delinea en 
el incierto espacio de lo que es “propio” y lo “ajeno”, lo “auténtico” y la 
“imposición”. Complejizando, así, los espacios y tiempos que un proceso social 
(trayectoria histórica) requiere para su expresión política (coyunturas). El 
tratamiento político, que aquí referimos, no supone la explicación de lo económico o 
lo cultural; sino la mejor comprensión de lo político a partir de otros espacios de 
intergeneración social. 
 
La peculiaridad de lo cultural es lo que les permite ubicarse cualitativamente 
diferente en las formas 
In
los indígenas en la comunidad; puesto que no sólo constituye es espacio geográfico 
de la localidad, sino el espacio inmediato de lo social en los indígenas mixes. 
 
En la organización comunitaria, existen mecanismos de decisión o acción colectivas 
a través de instituciones como la Asamblea. Mientras que en el caso 
o
por la comunidad, pero su instrumentación no dependen de las instituciones 
comunitarias. La dificultad, de distintas organizaciones indígenas, frente a sus 
comunidades o pueblos se encuentra con que sus trayectorias y decisiones, se 
 20
desenvuelven paralelamente de la política comunitaria: no dependen de la asamblea 
ni del sistemas de cargos para su representación y actuar político; pero tampoco 
accionan políticamente sobre las estructuras de organización comunitaria; sino, a 
partir de proyectos que se aceptan u obstaculizan por la misma estructura social de 
las comunidades. Y gran parte de estas organizaciones se han vuelto más 
interlocutoras ante el Estado o los partidos políticos. Si ha existido un espacio en 
dónde el orden político dominante se haya podido enraizar, es justo en la política 
comunitaria. Y la mejor forma de segmentar los alcances de las organizaciones 
políticas, es separándolas de lo comunitario. 
 
Pro
 
 en las comunidades, municipios y pueblos indígenas. En todo 
so, su pertinencia radicaba en la posibilidad de convertirse en un proyecto político 
 cuatro etapas de definición. 
blematización 
El punto de partida fue, entonces, romper con el presupuesto de que la autonomía era 
una realidad o tendencia
ca
impulsado por ciertos sectores de indígenas (maestros, intelectuales, estudiantes, 
profesionistas, curanderos, autoridades, organizaciones; en donde además, difícilmente 
se podría identificar un proyecto unitario, de acuerdo con las diferencias entre los 
distintos pueblos étnicos y sus divergencias internas; esto aludía a la organización 
interna de las comunidades para reflexionar sobre la cercanía y especificidad que la 
autonomía podía asumir en cada ámbito social diferente18
 
De esta primer revisión bibliográfica se desmenuzan los conceptos ordenadores19 que 
me permitieron aterrizar el tratamiento de la autonomía, en
 
 
18Lo comunitario, no era una delimitación geográfica localista de la comunidad o el municipio; sino la
ubicación del espacio en que se articulan los procesos regionales, de la entidad federativa o ,incluso, del
 
 
ámbito nacional junto con los subjetivos o familiares; pero tienen expresión en lo comunitario. Así, por 
ejemplo, los maestros como fuerza social en Tlahuitoltepec reflejan la política indigenista del estado (con 
respecto a la educación), la efervescencia estudiantil en los 60 (en México y Oaxaca), la discriminación 
tradicional de los jóvenes en la comunidad y la historia personal y familiar de algunos líderes 
19“(...)es preciso analizar los conceptos desde la perspectiva del tipo de recorte de realidad que éstos 
sugieren, más allá del contenido explicativo que los mismos establecen sobre la realidad. Dicho análisis 
consiste en diferenciar la función explicativa de la función epistemológica del concepto. Denominamos a 
esto función epistemológica del concepto, puesto que se refiere al tipo de relaciones que se establecen con 
la realidad.” (Zemelman, 2000: 42) 
 
 21
 
 
 
1.- Hasta este momento, me percate de que el discurso era el mecanismo por el cual 
ermanecían a mi alcance, quedaban superadas en este planteamiento. De tal manera, 
 
rticuladas; contenido de las categorías “proyecto” y “discurso político”, 2)mi espacio 
 
namiento político interno, de los sujetos, implicaba un 
podía acceder al análisis de la autonomía. Mis condiciones materiales y el tiempo no me 
habían permitido seguir la formación de las organizaciones indígenas, y a partir de ello 
identificar las posibilidades de cristalizar un proyecto político. Tiempo después, me di 
cuenta que la autonomía en las organizaciones existía como aspiración u objetivos pero 
no necesariamente como proyecto (una historia resignificada que en el presente 
direcciona su futuro viable) . Así que, deje de remitir el discurso a los documentos y 
comunicados -surgidos de encuentros entre organizaciones-; para centrarme en el 
delinear paulatino de una realidad en construcción desde la cotidianeidad (formas 
culturales de política). Esto significaba que mi análisis de la autonomía a partir del 
discurso, tendría que ir más allá de las demandas, denuncias y argumentaciones 
estructuradas públicamente. Las formas cotidianas, valóricas y subjetivas, serían un 
“hacer política” presentes en el discurso; y por lo tanto estructuradores de un proyecto. 
 
El nivel de análisis parecía lógicamente articulado; pero las fuentes de información, que 
p
tuve que redefinir mi búsqueda documental y contemplar la investigación concreta de la 
realidad mixe. ¿cómo diseñar las estrategias que me llevaran a los elementos 
estructuradores de un proyecto?, ¿con respecto a qué sujetos fundamentaría este 
proceso? ¿a quiénes y por qué los elegiría? ¿de qué método o técnica echaría mano 
(entrevista, historia de vida,) para acercarme?. 
 
Dos suposiciones me llevaron a pensar: 1)que debía elegir conceptos y variables
a
de investigación no podía ser la región mixe, pues la autonomía no era una 
preocupación que yo adjudicara arbitrariamente, en todas las comunidades y municipios 
divergentes de la región. 
Mi orientación había contemplado a SER como objeto de investigación; pero 
adentrarme al tejido y funcio
 22
involucramiento que difícilmente, podría romper las barreras del discurso público -de 
SER- y trasladarse a las formas subjetivas y cotidianas en que -los distintos sujetos y la 
rganización en conjunto- accionaban estratégicamente. 
el delinear de un proyecto 
utonomía o cualquiera que éste fuera) no lo podía identificar solo en los talleres, 
 (caso de SER), y el segundo, la organización comunitaria 20 
Pueblo Mixe se 
asladó hacia la organización social comunitaria. Puesto que ahí, en la organización de 
 
o
 
Además, mi interés en SER se remitía a su experiencia como fuerza política, en la 
región mixe. Pero su condición de asociación civil ubicaba su trayectoria paralelamente 
a los procesos comunitarios; esto implicaba centrar mi análisis en la organización y sus 
respectivas incidencias comunitarias. Sin embargo 
(a
proyectos productivos y asesorías que SER impartía en las comunidades. En todo caso, 
sería: comprender las formas políticas y de organización social existente en las 
comunidades donde tenía presencia SER y las dificultades o viabilidad de su incidencia, 
en éstas. 
 
Aquí, ampliamos la concepción de organización indígena que nos llevó a contemplar el 
caso de SER. Hablar de organización indígena tenía dos espacios de identificación: el 
primero es el que contempla su constitución como organización de las comunidades 
indígenas
 
2.- Mi experiencia y encuentro con investigadores, comuneros, autoridades y jóvenes de 
la región, en Oaxaca, me llevaron a contemplar que la estructura organizativa de las 
comunidades y su política comunitaria o formas culturales de hacer política eran 
centrales para la investigación. Así, la prioridad en Servicios deltr
las comunidades se llevan a cabo las prácticas y ejercicios que pretenden un 
reconocimiento jurídico y una transformación del régimen político en el Estado 
mexicano. 
 
Ahí también se va delineando el sustento de las organizaciones políticas y los elementos 
que hasta cierto punto dificultan una forma de organización social de la autonomía 
 
20. Cfr Maldonado, Benjamín Autonomía y comunalidad india. Enfoques y propuestas desde Oaxaca, 
CONACULTA INAH, CEDI, Secretaría de Asuntos indígenas, Movimiento Pedagógico Plan Piloto, 
Oax., México, 2002 137 p. Ahí desarrolla un diferenciación explícita entre ambas formas de organización 
 23
indígena que tiendan a resarcir las desigualdades económicas y de convivencia 
humanas. 
 
De ahí que la autonomía encontraba dos ámbitos de reflexión: lo político y lo cultural en 
el nivel de la organización comunitaria 
 
3.- Tlahuitoltepec constituía un punto de referencia en la organización social y en las 
rácticas culturales de la región ; para mí resulto ser el municipio de mayor interés para 
esde mi perspectiva este lugar guarda parte importante de la historia mixe por su 
entadas por sus propios miembros. Además de que las 
xperiencias políticas de organización que en la década de los 70 y 80 tuvieron impacto 
 hacer política y organización encaminados hacia 
 autonomía. Es decir, un orden que se vuelve tradicional en las prácticas culturales y 
p
la reflexión de lo comunitario. 
 
D
cercanía al Zempoaltepetl, cerro sagrado para los mixes, donde habita el rey Cong Hoy. 
A nivel municipal, registra iniciativas de desarrollo económico, territorial, propuestas 
educativas diseñadas e implem
e
a nivel regional, tuvieron sede aquí. Estos antecedentes me hacían suponer que 
Tlahuitoltepec era uno de los municipios con gran potencialidad para ejercer sus 
derechos de autodeterminación; y hacer de la autonomía una forma organizativa 
peculiar en la región mixe de Oaxaca. 
 
Así el interés particular en Tlahuitoltepec radicaba en comprender como era su 
organización comunitaria, y la peculiaridad cultural con que las prácticas políticas 
remitían a un orden tradicional susceptible de transformarse o bien aquellas prácticas 
culturales potenciales para un modo de
la
formas culturales que se vuelven modos de hacer política21 
 
21La primera, considera que un orden político se encuentra (con diversos mecanismos ) interiorizado en 
las formas culturales de ser y vivir en el espacio comunitario. Permanece como formas avaladas por la 
tradición o la costumbre. El voto electoral reservado para el PRI, en ciertas comunidades, no siempre es 
resultado de una convicción o voluntad política, sino la permanencia de una costumbre. En el caso de 
Tlahuitoltepec, la forma de enseñanza- aprendizaje que se vive en la escuela, se traslado a la asamblea 
comunitaria sustituyendo el cuchicheo por la participación ordenada o la preferencia de opinión para los 
maestros. La segunda noción, se refiere a una forma cultural susceptible de transformarse en la 
peculiaridad del hacer política: la manera en que una constitución cultural permite recuperar, delinear, 
adecuar, innovar o romper con estructuras y ordenes políticos desde el ser y vivir en el espacio 
comunitario: la defensa de la lengua tuvo proyección en los planteamientos educativos de la comunidad 
frente a la estructura estatal, e internamente se creó (en la estructura de los servicios comunitarios) la 
Regiduría de Educación. El ejercicio de transmisión radiofónica (2001-2002) tuvo aceptación en la 
 24
 
4.- De aquí identificó una relación estrecha entre cultura, autonomía y el pensamiento 
ico. Si bien la noción de autonomía remitía a las cuestiones culturales, políticas y 
organizativas de la comunidad, resultaba pertinente revisar qué perspectiva era asumida 
reocupación de los comuneros; en todo caso, y no de 
anera generalizada, se hablaba de valores o vida comunitaria. Algunos pensadores 
onsideración de que es una interpretación elaborada 
or los propios mixes acerca de sus prácticas organizativas y políticas en tanto 
Además de la noción de comunalidad, resultaba importante indagar sobre qué elementos 
se identificaban de la comunalidad. En esta búsqueda me encontré con una reflexión, 
filosóf
por la comunidad mixe. 
 
La primer limitante de este eje de investigación fue que la autonomía como tal no se 
encontraba en el horizonte de p
m
como el antropólogo mixe, Floriberto Gómez, maestros, intelectuales y profesionistas 
de la región Mixe y otras de Oaxaca, han propuesto un ámbito de reflexión y ejecución 
de la autonomía: la comunalidad22
 
En este tratamiento más que considerar beneplácito militante por esta vertiente de la 
autonomía, se retoma, justo en la c
p
particularidad cultural. 
 
que si bien carece aun de fundamentos científicos o teóricos para su argumentación, no 
deja de tener un valor central para este trabajo, pues es una mirada de sí mismos, bajo 
nociones filosóficas muy particulares para el pueblo mixe. La triada Tierra- Vida, 
Trabajo- Tequio y Humano- Pueblo constituyen los principios filosóficos de la reflexión 
 
comunidad porque la comunicación era en lengua ayuujk; cuando las instancias federales (SCT y policía 
judicial) desmantelan la radiodifusora, la autoridad municipal respalda la creación de una comisión que 
gestione los permisos y apoyos necesarios para restituir la transmisión. 
22Una posición política de intelectuales indígenas de Oaxaca principalmente Floriberto Díaz y Jaime Luna 
discreparon políticamente de las organizaciones regionalistas de la autonomía como la ANIPA; y 
teóricamente de las concepciones pluriétnicas que proponían antropólogos como Díaz- Polanco. En 
ambos niveles, se argumentó que el espacio y la vida comunitaria dejaban de verse en estos 
planteamientos y posiblemente, antes que referirse a la autonomía, habría que referirse a la comunalidad. 
Esta noción de comunalidad ha sido sumamente controvertida, incluso entre los mismos intelectuales 
indígenas. La posición de líderes de Ser Mixe, como Adelfo Regino argumentan la simultaneidad de la 
autonomía comunal, regional y municipal 
 25
mixe sobre comunalidad. Aquí los aportes de Floriberto Díaz, el equipo del bachillerato 
ayuujk (BICAP), el profesor Rafael Cardoso, son significativas 
 
Cabe señalar que ni la noción de comunalidad, ni la triada de sus principios forman un 
núcleo de disertación explícitamente claro. Algunos de sus planteamientos aluden más 
a 
 principios cosmogónicos que a elementos tangibles en lo cotidiano de la realidad 
ayuujk. Sin embargo, este esfuerzo de pensarse a sí mismos, implicando el uso 
categórico de la lengua castellana y sus ciencias occidentales, representa ya un 
cuestionamiento y expectativas de futuro para sus comunidades culturales, que antecede 
toda noción y visión de un proyecto de organización social. 
 
En este sentido, se recupera la interpretación ayuujk para reflexionar las trasformaciones 
que en la comunidad de Tlahuitoltepec se acercan o tienen posibilidades de crear la 
autonomía, la comunalidad o cualquier otro proyecto de organización comunitaria. 
 
Hipótesis de trabajo 
 
Cuatro son las premisas de desarrollo en el texto 
2.- La organización social comunitaria es el espacio en que se articulan y fusionan las 
as culturales y políticas en lo comunitario los 
 de incidir en la organización social bajo la creación 
e nuevas formas culturales. 
les en la organización comunitaria 
1.- La autonomía indígena puede aspirar a ser un proyecto viable para la comunidad 
mixe de Tlahuitoltepec, en tanto sea forma de organización social comunitaria 
formas de hacer política como orden o formas culturales 
3. En la construcción paulatina de las form
sujetos socialestienen posibilidad
d
4.- la posible instrumentación de formas cultura
comienza en el cuestionamiento filosófico de ¿cómo es la comunidad y hacia dónde va? 
 
 26
El resultado del pretendido reencuentro entre: autonomía, los campos conceptuales de 
observación y la investigación de campo, evidencian un necesario tratamiento 
Cerca de cuatro meses, me dediqué a la investigación de archivos y entrevistas, en la 
mo 
odía observarlos tanto en la investigación de archivos, como en el diseño de mis 
ntrevistas. 
ia de investigación, hemos identificado cuatro fuentes de 
terpretación sistemática y no sistemática de la realidad histórica ayuujk. 
ngua, costumbres, filosofía, educación, planes y proyectos de desarrollo 
.- el saber cotidiano del saludo, el ofrecimiento a la tierra, el agradecimiento del 
tidiana y del 
omo solución. 
diferenciado de estas esferas que formen el tejido de un nivel analítico 
 
 
 
Trabajo de Campo 
 
ciudad de Oaxaca y Tlahuitoltepec. La experiencia de los archivos nunca me era 
suficiente; cada acercamiento arrojaba nuevas problemáticas. Una vez establecidos mis 
campos de observación era pertinente traducirlos en indicadores dónde, en qué y có
p
e
 
Desde nuestra experienc
in
1.- Las fuentes primarias a partir de archivos agrarios, judiciales, eclesiásticos y 
municipales 
2.- La investigación académica principalmente de antropología, lingüística, pedagogía, 
historia y recientemente estudios sobre cultura política. 
3.- la reflexión interna, desarrollada por maestros, profesionistas e intelectuales ayuujk, 
en historia, le
4
alimento, la fiesta familiar, la salud, la enfermedad, las formas de interpretación mágico 
religiosas de la vida. O bien aquella que se explica la problemática co
mundo que encuentra solución en la migración, la resistencia a los cargos y la negación 
de la lengua c
 
De acuerdo con esto, observamos que la materia prima de trabajo para la investigación 
académica radica en las fuentes primarias, en la búsqueda de archivos y en los 
testimonios y entrevistas del saber cotidiano. En menor medida considera en su análisis 
 27
los trabajos de sistematización interna. Al mismo tiempo que el nivel de influencia que 
este conocimiento tiene sobre la investigación interna es menor que el saber cotidiano. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
sq ema de elaboración propia, a p igación de archivos en Oaxaca y 
la ui
a vestigación interna tiene poca influencia sobre la i
is o que sobre el conocimiento cotidiano, en gran medida debido a que este tipo de 
v ti ormas 
 e
a relación escasa que iden iento los ubicamos 
ntre las fuentes de archivos con la investigación interna debido a que los conflictos 
ta por 
esta tarea genere y el recelo de la información. En una segunda 
lación que va de la investigación académica hacia el saber cotidiano. La dificultad del 
entrecruce de conocimientos tiene múltiples determinaciones culturales, políticas, de 
 
 
Diagrama: fuentes de interpretación para la historia ayuujk 
 
 
 
 
 
 
 
 Fuentes primarias Investigación Académica 
 
 
 
 
 Saber Cotidiano Investigación Interna 
 
 
E u artir de invest
T h toltepec 2003 
 
L in nvestigación antropológica, lo 
m m
in es gación se encuentra dispersa en archivos familiares, no ha encontrado las f
y spacios de difusión. 
 
L tificamos entre estos espacios de conocim
e
agrarios o de otra índole que se suscitan internamente llegan a dificultar su consul
la desconfianza que 
re
 28
difusión, etc. Por ejemplo si pensamos en el caso de la relación archivos – investigación 
interna, las dificultades que tienen los ayuujk para acceder a los archivos municipales o 
agrarios, frecuentemente tienen limitantes políticas entre comunidades o miembros de 
una misma comunidad. O por ejemplo el caso de la influencia que tiene la investigación 
cadémica sobre el saber cotidiano, tiene que ver con dificultades lingüísticas y 
la región y de Tlahuitoltepec específicamente: Existen 
istintos planteamientos en el terreno educativo de Tlahuitoltepec que apuntan a la 
 de la región la hemos recuperado gracias al acercamiento de archivos 
miliares y del municipio. Sin embargo este tipo de trabajos se encuentra disperso y su 
 
a
gramaticales de la comprensión del castellano en un primer nivel, y en segundo plano la 
dificultad conceptual de estas investigaciones así como el acceso económico a las 
publicaciones de estos trabajos. 
 
Los trabajos recientes sobre la historia y realidad mixe comienzan a tomar nuevos 
rumbos de investigación que integren las distintas fuentes. Desde la investigación 
académica recientes trabajos comienzan a restituirle valor conceptual y metodológico a 
la investigación interna23, los trabajos de investigación interna consideran cada vez más 
la producción académica como medio de acceso a las fuentes primarias, y así; aunque 
falta mucho trabajo de investigación y retroalimentación entre las fuentes de 
información. 
 
El reconocimiento histórico ha sido identificado como una necesidad presente en los 
proyectos de corte educativo en 
d
investigación de la historia y las formas lingüísticas de escritura y variantes dialectales, 
cuentos, costumbres, encausadas por los propios miembros de las comunidades, 
empezando por los educandos, el núcleo familiar, los maestros, profesionistas y hasta 
experiencias de autodiagnóstico de la situación actual en las asambleas, talleres y foros; 
pasando por trabajos de reconocimiento poblacional del municipio y sus rancherías. 
Algunos resultados de las iniciativas en materia de investigación histórica, lingüística y 
problemáticas
fa
conocimiento es escaso, no sólo a nivel de publicaciones o referencias bibliográficas 
para la investigación académica; sino que también son desconocidos a nivel comunitario 
y regional. 
 
 
23Cfr Bartolomé, Miguel Alberto. “Las palabras de los otros: la antropología escrita por indígenas en 
Oaxaca” en Cuadernos del Sur Año 9 , núm, 18. marzo 2003, págs. 23 - 49 
 29
En el trabajo de comunidad pasé por tres momentos diferente. En mi primer 
acercamiento llegué a Tlahuitoltepec como parte del equipo interdisciplinario que 
colaboraría con la instalación del radiotransmisor para la radio comunitaria “Jën pöj”, 
en el año 2000. Este proceso me permitió una relación estrecha y fraterna con 
compañeros de la comunidad, con quiénes me fui formando un diagnóstico inicial de la 
comunidad o con quienes logro familiarizarme con la lengua ayuujk. Sin embargo este 
contacto con la comunidad se remitía a visitas esporádicas durante los periodos 
vacacionales. 
 
El segundo momento tuvo lugar en el año 2003, cuando se hacía pertinente la 
dagación en archivos locales del estado de Oaxaca y del municipio. Consideré 
 pesar de encontrarme en el centro de la cabecera municipal tuve la oportunidad de 
comunales envasadores de 
gua; pude conocer la estructura organizativa de las escuelas propuestas por iniciativa 
in
pertinente una estancia de tres meses en el estado. En la ciudad de Oaxaca hice un 
rastreo de aquellos investigadores, intelectuales y líderes indígenas que podía contactar 
para entrevistarlos. Principalmente, las aportaciones de Jorge Hernández Díaz y 
Benjamín Maldonado me ayudaron a elegir por dónde y con quiénes iniciar la labor de 
entrevistas. Entre abril y mayo me trasladé a Tlahuitoltepec, gracias al hospedaje del 
profesor Joel Vázquez, uno de los iniciadores del proyecto IEBM en los 80 y a su 
familia, pude instalarme permanentemente en la comunidad. 
 
A
conocer otras rancherías, de las más cercanas al centro como rancho Tejas, Santa Ana, 
Guadalupe Victoria, Flores y la agencia de Yachochi. 
 
En principio solicitaba entrevistas con los profesores e intelectuales sobre todo autores 
de la noción comunalidad y de los principios de Tierra- Vida, Trabajo – Tequio y 
Humano- Pueblo. Dichasentrevistas me hicieron reconocer, que efectivamente había 
una particularidad cultural en los mixes de Tlahuitoltepec por las variadas iniciativas 
económicas, educativas y culturales. Especialmente en este periodo tuve la invitación 
para participar como relatora en un encuentro de empresas 
a
de la propia comunidad; y pude convivir durante los espacios recreativos de las fiestas 
comunales y en algunos trabajos de tequio para la reforestación de las inmediaciones de 
la comunidad. 
 
 30
Posteriormente comencé a visitar de manera personalizada a los diferentes cargueros, 
desde el presidente municipal, el síndico, secretarios, regidores de educación, vocales y 
topiles, hasta capitanes de festejo. Algunos resultaban encuentros con su respectiva 
formalidad y otros se lograban en charlas informales y encuentros cotidianos 
sumamente enriquecedores. 
 
A lo largo de estas actividades fui creando relaciones fraternas con miembros de la 
comunidad que me permitieron estar presente en ceremonias religiosas, en festejos 
familiares, rituales de agradecimiento, asambleas comunitarias, encuentros culturales y 
particularmente mi iniciación en la lecto- escritura ayuujk. 
icipios en la región; además de Tlahuitoltepec conocí los 
unicipios de Ayutla, Tamazulapan, Tepuxtepec y Tepantlali en la zona alta; 
i residencia en la ciudad de Oaxaca, cerca de un año me permitió conocer otras 
tas de Pinotepa Nacional. En estas 
isitas también logré reconocer la particularidad mixe de la zona alta. 
 desarrollé fue respecto al movimiento indígena en 
éxico y en Oaxaca, de ahí que identifiqué los momentos en que se formuló el 
 
Aquí observe la importancia etnográfica de las historias de vida y los usos literarios que 
puede tener la historia oral para su sistematización. 
 
En una tercera etapa tuve la oportunidad de asistir a encuentros regionales, fiestas 
comunales de diferentes mun
m
Malinaltepec y Mazatlán de la parte media. Indudablemente el reconocimiento de 
Tlahuitoltepec también implicaba visitar sus inmediaciones y algunos puntos más 
alejados de la misma región Mixe. 
 
M
regiones del estado, particularmente la sierra norte zapoteca, valles centrales; hacia la 
sierra sur Miahutlán de Porfirio Díaz; y en las cos
v
 
 
La organización temática del trabajo : 
 
La primer búsqueda exhaustiva que
M
planteamiento de autonomía. Segundo, respecto de la autonomía consideré las tres 
propuestas formuladas de a cuerdo a sus niveles de ejercicio: comunal, regional y 
 31
municipal. Tercero, elaboré la discusión teórica sobre política, proyecto político y las 
formas culturales de la política. Esta revisión podía trabajarla como primer capítulo, 
ero me di cuenta que forzaba el ordenamiento de la investigación de campo a estas 
ategorías de análisis. Así que trate de incorporarlo como un ángulo de observación para 
 estos conceptos elegí mi ángulo de 
observación para la autonomía indígena. 
 
entos y leyendas, por otro, las investigaciones 
onográficas y las reflexiones filosóficas ayuujk, el conocimiento cotidiano de los 
os interlocutores del trabajo tuvieran referencia 
el pueblo previa al recuento histórico. La sugerencia de mis asesoras sobre la necesaria 
estro entendimiento; la lengua fue uno de los 
p
c
cada apartado y de todos ellos en su conjunto. Bajo
El primer capítulo desarrollado fue el Recuento histórico, pues me permitió sistematizar 
cronológicamente la variedad de notas y referencias bibliográficas sobre la región mixe 
y Tlahuitoltepec. Aquí obtuve la primer delimitación temporal del trabajo: me 
concentré en los procesos de organización política en la región durante el siglo XX y 
que consideré antecedentes del actual, llamado movimiento indígena en la región mixe, 
particularmente en la década de los 70. 
 
Clasifique por grupos las fuentes de información tan variadas, las cuales requerían 
tratamientos distintos: por un lado los cu
m
comuneros y la investigación antropológica. Una de las limitantes en este trabajo, se 
refiere, justo a la metodología diferenciada para cada fuente de investigación. En 
momentos su tratamiento aparece en un mismo nivel, lo que a veces le da matices un 
tanto románticos o uniformes al trabajo. 
 
Sin embargo, consideré pertinente que l
d
; panorámica del lugar que inspiraba mi tema de tesis se hacia necesaria. Así elaboré un 
capitulo primero llamado Xääm Këxpëte que es el nombre de Tlahuitoltepec en la 
lengua ayuujk. 
 
Xääm Këxpët, (Tlahuitoltepec) fue resultado de mi subjetividad en la investigación. 
Enfrentarse a espacios cuyos tiempos, nociones de realidad y formas de vida que 
parecen distantes e incomprensibles a nu
 32
grandes retos para mi investigación. Este capítulo, más que ser una interpretación de la 
quí se encuentra una de las principales vetas del trabajo. La búsqueda 
n géneros narrativos como la crónica o el cuento despertaron mi interés por lograr el 
l tercer capitulo sobre organización comunitaria fue respuesta al cuestionamiento sobre 
e la realidad. A nivel explicativo puede resultar aun 
bstracto, a pesar de ello, se pueden derivar diversas líneas de investigación en lo 
lo a nivel 
gional existe una propuesta importante de la autonomía comunal, principalmente 
forma de vida, lengua, vestido o población, es producto de la comprensión, diálogo y 
aprendizaje de formas distintas, no sólo para observar la vida mixe o escuchar y hablar 
en ayuujk, sino como visión propia de filosofía y vida a partir de esta experiencia. 
 
Consideró que a
e
reflejo de una realidad social más digerible, para aquellos no involucrados en el ámbito 
académico, pero con el suficiente fundamento de investigación que dan tiempo, espacio 
y contenido en la creatividad. De ahí, el posible cause creativo o artístico que la 
investigación social genere, en últimos tiempos, me han llevado a explorar los niveles 
de la música, la imagen y la expresión corporal como alternativas metodológicas de 
conocimiento e investigación 
 
E
la autonomía como un planteamiento político de las organizaciones de indígenas y que 
en este sentido, era pertinente diferenciarlos claramente de la realidad de la región mixe 
y remitirse a la peculiaridad organizativa de la comunidad en Tlahuitoltepec. 
 
Este capítulo no sólo parte de la importancia que tiene el análisis de la comunidad para 
el trabajo, sino que metodológicamente ubica la categoría de lo comunitario como 
unidad de análisis, no geográfica sino de espacio social, en donde se intersectan 
diversos niveles y ámbitos d
a
sucesivo, algunas de ellas ya se enuncia a lo largo del mismo desarrollo. 
 
De esta manera, si lo que me interesaba era el tejido de la comunidad y la relación que 
se podía mantener con el planteamiento de autonomía, resultó que no so
re
fundamentada por la organización SER; sino que además en el caso de Tlahuitoltepec se 
ha desarrolla do una interpretación de la comunidad como valores y filosofía de la vida 
 33
en comunidad, elaborada por profesores, autoridades, profesionistas y miembros del 
consejo de ancianos en la comunidad y hacia principio de los 90 comenzaron a 
presentarse estos planteamientos de forma más sistemática. 
 
De ahí que decidí asignarle un lugar importante a la reflexión filosófica ayuujk sobre 
ogren proyectarse como un 
jercicio tangible entre sus miembros y no tan solo como reflexión exclusiva de los 
intelectuales 
xistía eran iniciativas de organización por parte de ciertos núcleos sociales 
 organizaciones políticas, en las que se ha identificado al movimiento indígena. Pero 
Tierra- Vida, Trabajo- Tequio y Humano – Pueblo. Aunque es una reflexión que no 
evidencia la problemática social de acuerdo con estos niveles de la vida comunitaria, sí 
es un ejercicio que sistematiza e interpreta, desde la lengua castellana, sus conceptos y 
parte de las ciencias occidentales, los principios de vida ayuujk. Esto motivó mi 
asombro

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