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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Ciencias Políticas y Sociales AUTONOMÍA INDÍGENA: ORGANIZACIÓN SOCIAL Y PROYECTO POLÍTICO. EL CASO DE TLAHUITOLTEPEC, MIXE QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN SOCIOLOGÍA P R E S E N T A SANDRA HERNÁNDEZ BAUTISTA APOYADA POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE EVALUACIÓN EDUCATIVA, UNAM PROGRAMA DE BECAS PARA TESIS DE LICENCIATURA EN PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN (PROBETEL) Ciudad Universitaria, abril de 2005 1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Dedicatoria A mi irreverente herencia: Gil, Fernanda y Reve; que en algún momento nos volveremos a encontrar A Pepe y Oli por la oportunidad de experimentar todos y cada momento de este mundo maravilloso que es la vida; y por acompañarme con su esfuerzo y amistad a construir mi utopía; que de hecho vive en nuestro amor fraterno. ¡Los amo! A Kairel porque tus cuidados, atenciones y oídos me hacen sabernos juntas desde el día en que nos conocimos. A Doña Ale por el alimento espiritual y referente cotidiano de mi niñez que sigue y nunca termina. A Jose Inés Tu Guía intelectual ha dado fortaleza a mi horizonte de vida , crece y se recrea en cada nueva etapa, a la que tu experiencia siempre añade. A Francisco Porque nuestras vidas (la tuya y la mía) se han encontrado y reencontrado, me haz enseñado a habitarlas sin formas y sin tiempos pero con la pasión y certeza de que vivirán en la locura eterna. Te quiero A todos los hombres y mujeres que pensamos, vivimos y luchamos por construir un mundo mejor, empezando por el nuestro. 2 Agradecimientos: A Claudia Rangel, por el privilegio de tu amistad, tu calidad humana, crítica e intelectual, que en mi formación académica, en este trabajo y más allá del mismo, me han dado un referente de mujer y socióloga A mis amigos y compañeros de la facultad y de la huelga: Paola, Vladimir Libertad, Jennie, Irma, Martín, Viky, Cesar, Toño, Lorena, Amor, Claudia, Perber, Luis, Pepe y Paul por permitirnos crecer e intentar una construcción colectiva de nuestra realidad social. La experiencia ya la iniciamos juntos y aquí algunas perspectivas de nuestra experiencia. A Sócrates Vázquez ,porque aprendí a construir mis alas, las mismas con las que llegué a tu mundo y lo hice mío también. Este escrito en mucho relata ese encuentro, gracias por ayudarme a conocerlo A las amistades de Tlahui; Profesor Joel Vázquez y familia por abrirme las puertas de su casa y su amistad, sin ustedes no hubiera sido esta experiencia ni sus valiosas enseñanzas. A Rafa Cardoso por tu poética amistad y las vastas reflexiones que me haz compartido. A Don Leon porque a pesar de nuestras edades compartimos perspectivas en común. A Nico, Braulio, Palemón Vargas, Crisóforo Gallardo por permitirme conocer sus valiosos aportes a la comunidad. A las autoridades del cabildo 2003: Presidente Juan Martínez, en la sindicatura maestro Erasmo Hernández, y en la Regiduría de Educación, Juan López, maestro Cenobio, y Pablo Hernández por su apoyo en mi investigación. A los profesores que siempre me han hecho reflexionar con rigor académico y sensibilidad humana: Maria Luisa González , Evangelina Sánchez , Jacobo Alavez, Maria Jose Rodríguez, Hugo Zemelman y de manera muy especial Sergio Bagú. A mis sinodales por las valiosas, imprescindibles y pacientes aportaciones a este trabajo que me abrieron nuevas vetas de investigación: Rosa Maria Larroa, Jerónimo Hernández y Alba Teresa Estrada En Oaxaca con quienes viví y conviví la parte lúdica y a veces existencial de este trabajo: Al tío Pepe Dìaz por tu loca, espontánea y reflexiva amistad que te hacen un interlocutor primordial de este trabajo. En la Casa Kuttäy a Rosita, Paloma, Eric, Krudas, Rigo, Saúl y Vic. A Mich por su música y sensible compañía que me hicieron recuperar el asombro de la vida natural A Pepé Diego; Elena Nava, por nuestra sincronía oportuna en el cosmos. Pedro, Arturo, Alain, Paco, José, Carlitos, y Laurita quienes han sugerido e inspirado reflexiones nuevas a mi acontecer A mis vecinas doña Tere, Elena y Sandra por la cotidianidad de esos día y a mi pequeño amigo Josael por compartir mi silencio. 3 A la señora Magda y Gerardo por su calor familiar que me hace inevitable regresar. A mis locos amigos de siempre, Luz Ma, Michelle, Horacio (Pancho) y Migue, pues con ustedes sigo creciendo A mis tíos que en todo momento nos han apoyado a mí y a mi familia para llegar a este punto. 4 Índice Temático Introducción...................................................................................... 8 Capítulo 1 Xääm Këxpete: Tlahuitoltepec.................................................................................. 36 1.1.Región Mixe................................................................................................... 38 1.1.1 Zona baja.......................................................................................... 39 1.1.2 Zona media........................................................................................ 41 1.1.3 Zona Alta........................................................................................... 42 1.2 Tlahuitoltepec (Xaam Këxpët)...................................................................... 45 Capítulo 2 Recuento Histórico ............................................................................................................. 54 2.1 Cacicazgos...................................................................................................... 56 2.2 Explotación Forestal...................................................................................... 61 2.3 CODREMI ..................................................................................................... 65 2.4 Instrumentación de la Educación Básica Mixe........................................... 69 2.5 ASAM ............................................................................................................. 71 2.6 Intelectuales indígenas y profesionistas ................................................... 74 2.7 Servicios del Pueblo Mixe............................................................................. 75 Capitulo 3 Organización Comunitaria ............................................................................................................. 78 3.1 Organización política indígena.................................................................... 81 3.1.1Politicidad de las organizaciones............................................................ 83 3.1.2 Integralidad de las organizaciones........................................................ 85 3.2. Organización comunitaria........................................................................... 3.2.1 La Comunidad indígena......................................................................... 89 3.2.2 comunidad como territorio.................................................................... 91 3.2.3 sistema de necesidades........................................................................... 953.3 Política comunitaria....................................................................................... 100 3.3.1 Orden político como forma cultural.................................................... 101 3.3.2 Lo comunitario...................................................................................... 102 Capitulo 4 Territorialidad Comunitaria: Tierra- Vida ............................................................................................................. 109 4.1 Principios filosóficos de la comunalidad...................................................... 110 4.2 Sentido de comunidad................................................................................... 4.2.1 Tierra- Vida.......................................................................................... 114 4.2.2 Recreación de lo comunitario en la Tierra- Vida............................... 115 4.3 Sentido territorial de lo comunitario........................................................... 119 4.4 Transformaciones de la noción Tierra: de la comunidad a la parcela, del territorio a la propiedad................................................................................ 122 Capitulo 5 Política Comunitaria: Trabajo- Tequio ............................................................................................................. 130 5.1 Proyección Pueblo.......................................................................................... 132 5.1.1 la comensalidad...................................................................................... 132 5.1.2 la fiesta comunal..................................................................................... 133 5.1.3 Rey Cong Hoy......................................................................................... 135 5.1.4 La música................................................................................................ 137 5.2 División del Trabajo Social........................................................................... 138 5.3 Espacios de la política Comunitaria.......................................................... 140 5.4 El tequio......................................................................................................... 141 5.5 Algunas transformaciones en el trabajo comunitario................................ 143 5.6 Cargos y Servicios ......................................................................................... 146 5.7 Tendencia administrativa de los cargos....................................................... 153 5.8 Fuerzas sociales o núcleos de poder y el servicio comunitario.................. 156 5.9 La Asamblea Comunitaria............................................................................ 160 Capitulo 6. Humano pueblo ...¿y la autonomía? ............................................................................................................. 166 6.1 Humano- pueblo............................................................................................. 170 6.2 Autonomía indígena, la idea en el presente político................................... 172 6.3Autonomía adjetiva: ¿regional, comunal o municipal?.............................. 179 6.3.1 Autonomía Regional............................................................................... 179 6.3.2 Autonomía Comunal.............................................................................. 181 6.3.3 Autonomía municipal................................................................................ 187 6.3.4 Legalidad de la Autonomía........................................................................ 191 6.4 Autonomía relativa: de la idea al proyecto 194 6.4.1 El ejercicio relativo................................................................................ 195 6.4.2 El reconocimiento relativo...................................................................... 6.4.3 El proyecto como creación cultural de la organización social.................. 197 199 Conclusiones........................................................................................ 202 Glosario................................................................................................ 209 Bibliografía y otras Fuentes............................................................. 210 Introducción “Los profetas Isaías y Ezequiel comieron conmigo. Les dije que cómo se atrevían a afirmar tan terminantemente que Dios les hablaba y pregunté si no pensaron que serían mal interpretados y que en consecuencia podrían ser causa de imposición. Isaías me respondió: “No vi ningún Dios ni le oí en ninguna percepción orgánica finita; pero mis sentidos descubrieron lo infinito en todas las cosas. Y debido a que quedé convencido entonces, aun creo que la voz de la ira sincera es la voz de Dios, de manera que, sin temer las consecuencias, escribí” Entonces pregunté: “¿La creencia sólida de que algo es así la hace así? Respondió: “Así lo piensan todos los poetas y, en eones de imaginación, la firme convicción movía montañas; pero muchos son los incapaces de sustentar convicciones sólidas en cualquier cosa”1 El primer acercamiento que tuve con la realidad indígena (como muchos otros jóvenes de mi generación) fue en la coyuntura de 1994. Este momento nos mostró la fuerza política con que los indígenas (en sus organizaciones, pensamiento e intelectuales) ya se venían desplegado, públicamente, desde la década de los ochenta y principios de los 90 (1992, V centenario). A nuestros ojos, era la primera vez que podíamos presenciar la manifestación de una realidad cotidiana, pero imperceptible en la población mestizo- urbana. Y para otros, perceptible, digna de estudiarse, pero con escaso aporte para la creación social.2 1Blake, William, 1997, p.13 2Aunque, indudablemente, los horizontes de visibilidad, tanto en lo cotidiano como en lo académico, se han ampliado en un proceso visible -por lo menos- de tres décadas. Las rupturas interpretativas de la antropología (reuniones de Barbados, la antropología crítica en México, etc) a la par de formas públicas en que la protesta indígena se presenta en América Latina parecen haber contribuido a esta apertura de lo indígena en lo social: “(...)no es con Chiapas cuando comienzan a expresarse los indígenas. Lo nuevo 8 Para una y dos generaciones anteriores a nosotros, el auge y derrota del movimiento obrero, el movimiento estudiantil (finales de los 60 y principios de los 70), la lucha guerrillera (década de los 70) y la difícil articulación -de las fuerzas de izquierda- en un bloque político partidista hacia la década de los 803 encontraron un motor esperanzador en esta nueva coyuntura. Aquellos que se mantenían constantes no tardaron en abrirse a los indígenas. Otros que se habían alejado, conforme el trabajo y la familia, renovaron su crítica ante lo social. De cualquier manera, esta herencia me hizo más sensible al levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En mi experiencia, esta coyuntura fue aún más reveladora, por el dramático acontecer con que se presenció la violencia militar, del Estado mexicano, frente a los indígenas chiapanecos (zapatistas o no). El clima de sangre y guerra desigual estremecieron e indignaron a considerables sectores de la población nacional; entre ellos, el estudiantil, fue uno de los más sensibles y con capacidad espontánea de movilización. Es aquí, donde llegué a involucrarme con los cinturones de paz, en las comunidades de apoyo zapatistas. La experiencia marca definitoriamente mi horizonte histórico4 e involucramiento con lo indígena. Desde este adolescente momento, comienzo a observar la vida indígena, en la ubicaciónsocial de mi proyecto de vida: el profundo sentir de una búsqueda y reconocimiento identitario, que los mestizos no hemos terminado de hacer. consiste en que es la primera vez que el Estado y la sociedad occidental mexicana en su conjunto, después del siglo decimonónico, abren con mayor detenimiento sus oídos y sus ojos ante la realidad indígena, viva y candente” (Díaz,1995, p. 4) 3Sin dejar de lado, el escepticismo que se impregnó después de 1973 (golpe militar en Chile) y 1984 (fracaso del gobierno Sandinista, Nicaragua). La experiencia cubana, 1959 y el bloque soviético no sólo se quedaban lejos de la tendencia histórica, sino también, del referente utópico. 4 Para mí, significó un conocimiento de los múltiples momentos de distancia con respecto al sí mismo en tanto sujeto y en tanto historia. “el horizonte histórico está identificado por un modo de hacer política...se puede enriquecer con otro tipo de hechos y sucesos, trascendiendo los mecanismos (estratégicos y tácticos..puede ocurrir que se produzca una alteración profunda en las cosmovisiones para ser reemplazadas por otras cosmovisiones...podría relacionarse con la problemática de la transformación cualitativa de la realidad, debido al surgimiento de una discontinuidad que rompe con el curso normal del desenvolvimiento...cambio que a pesar de tener lugar en el plano de la cosmovisión, se expresa también en la realidad cotidiana... Es evidente que una alteración de los valores en que se apoya una cosmovisión, producirá una transformación en la jerarquización de las necesidades y también en la percepción del contenido de cada una de ellas en concreto, y por lo tanto, en sus formas de relación con la realidad presente y en su visión de futuro posible” (Zemelman, 1989:63) 9 El segundo involucramiento tiene lugar cuatro años después, en 1998. Mi ingreso a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM) fue la primer decisión concreta y autónoma que tomé para mi presente. Sin dificultad, me adapte al ambiente de la universidad: la revisión del pensamiento social, de la historia, la experiencia política latinoamericana, junto con los comités estudiantiles y las reuniones e inquietudes compartidas delinearon el espacio de un primer momento en mi formación. La idea zapatista: “luchar desde cada trinchera”5 conmocionó el ambiente universitario y se entendió como una incitación al activismo. Este sentir, compartido por muchos de nosotros, motivó la participación en los colectivos estudiantiles. Y la noción simplista de la “praxis” cobró dimensión en la necesaria actividad política dentro y fuera de la universidad. Un ensayo, previo a esta labor, justificó mi colaboración en brigadas de trabajo comunitario, en la zona zoque, norte de Chiapas. El planteamiento general de estas brigadas conservaba la herencia indigenista: el paternalismo asistencial. Nuestra presencia como universitarios contribuiría a “concienciar” y “generar” un proceso organizativo en estas comunidades; mientras que la situación marginal y de pobreza ocuparían un lugar secundario, al ser provistas de alimento, vestido, alfabetización y medidas básicas de salud. Más que una política oficial, el indigenismo permanecía como interpretación de la problemática social; y con mayor razón, en la forma cultural de hacer política. Observar de manera distinta a los indígenas, no quedaba resuelto por una coyuntura o acción impulsada por ellos mismos; fundamentalmente, es el proceso de transformación entre lo que se ve- no se ve, hace y no se hace, de una realidad, lo que explica la permanencia de estas formas paternales y asistencialistas entre los no indígenas. El razonamiento contradictorio, clasista o indianista de la población no indígena, se movía 5Esto constituye una manera diferente de entender los espacios de la acción política. Las listas de desaparecidos o asesinados y los testimonios de sobrevivientes a la guerra sucia de los 70, no sólo registra la participación de campesinos o maestros rurales, sino también la presencia de estudiantes, normalistas, profesores universitarios, etc que deciden dejar la vida urbana y familiar para integrarse a la guerrilla. Los comunicados del EZLN hacia la, llamada, sociedad civil enfatizaban que no era necesario el traslado a la selva Lacandona para sumarse a la lucha por la libertad, democracia y justicia. Esto fue un reflejo de cómo distintos sectores, cada vez, se identificaban, con más claridad, en su propia realidad. Así , además de la organización estudiantil; también se presenció la organización de colonos con trayectoria desde 1980; grupos musicales de rock, ska, reggae, trovadores y grupos de mujeres, lesbianas, homosexuales, ancianos, etc fácilmente se apropian de este discurso y lo trasladaron a su cotidianeidad. Muchas de estas organizaciones reivindicaron a los zapatistas en sus nombres y consignas. 10 entre lo tradicional como limitante y lo tradicional como exaltación y necesario retorno; esta lógica compuso una analogía de las vanguardias revolucionarias: la pobreza había hecho de los indígenas, el sector más conciente y revolucionario; pero la misma pobreza, que además era ignorancia, hacía necesaria su organización política; para después, volver a sus formas armónicas de convivencia (humanas y naturales). Esta experiencia me reflejó un problema constante, en las izquierdas latinoamericanas: saber nombrar y leer la realidad sobre la cual accionar táctica y estratégicamente. Esto me llevó a preocuparme por las implicaciones de la teorización y el actuar político, vale decir, la conciencia histórica6. Distintos cuestionamientos resultaron de esta reflexión, por ejemplo: ¿cuál era el alcance práctico de las disciplinas sociales?; pues la formación que estábamos recibiendo en sociología, comunicación, ciencia política, en mucho, parecía quedar rebasada por la realidad zoque. Los trabajos realizados no lograrían permanecer en la dinámica de las comunidades (pues eran ajenos a ellas) y mucho menos, evitar nuevos conflictos internos (derivados de estos trabajos). La investigación social, parecía ajena al actuar político ¿Realmente, se alcanzaba a ver la especificidad de las sociedades indígenas? La limitada comprensión de la dinámica en estas comunidades, no sólo era exclusiva de las brigadas comunitarias. También los intelectuales, defensores de la causa indígena, idealizaron de manera armónica y homogénea las estructuras y relaciones internas. Finalmente, ¿cómo acortar las distancias, tan tajantes, entre la realidad, la capacidad de acción y la reflexión teórica? Desde luego, el ejercicio de la “praxis” no era una repetición, simplistamente, enunciada. Entonces, mi necesidad inmediata fue hacerme de herramientas para la investigación que, por lo menos, derivaran en diagnósticos para planificar trabajos comunitarios. El Taller de Investigación en Sociología Rural me 6“La importancia de la relación entre teoría y conciencia histórica se vincula con la eficacia de la acción, ya que esta última está determinada por la capacidad de captar al conjunto de la vida social, lo que escapa a las posibilidades de la teoría. La conciencia histórica, en cambio, constituye esa anticipación sintética del devenir que sirve para orientar al trabajo teórico parcializado. Por lo tanto, no se limita a ser un reflejo de situaciones fragmentarias, sino que es un modo de pensar que anticipa la necesidad de la propia teorización, mediante la aprehensión de la realidad como totalidad en movimiento” (Zemelman, 1998:73) 11 proporcionó elementos centrales para iniciar esta tarea, por lo menos en el plano reflexivo7. Los años de 1999 y 2000,durante la huelga universitaria, terminaron por ratificar una de mis más grandes rupturas vivenciales: no sólo era la apertura a una realidad o interpretación existente, sino tender el puente, de su comprensión y conocimiento, hacia la dirección de ésta como un proyecto. Mis preguntas no terminaban de formularse: ¿qué elementos garantizan la permanencia de un proyecto?, ¿cómo y bajo que condiciones es posible estructurar un proyecto político que trascienda la acción inmediata: de la coyuntura a la continuidad y estructuración organizativa de un espacio?, ¿cuáles son las implicaciones de esta acción? y nuevamente ¿juzgamos o comprendemos?8 Una profunda crisis invadió el clima de la universidad: la sensación de fracaso, el desespero por recuperar el tiempo, la brevedad de los semestres junto con el inmovilismo y fractura estudiantil y de la planta docente me impedían aprender de mis errores y buscar alternativas. La única claridad (intuitiva) que tenía era buscar espacios paralelos para complementar mi formación. Así, llego a la Universidad Autónoma de Chapingo, dónde logro un acercamiento a distintas disciplinas: Historia de las estructuras agrarias en México, economía rural, ecología y agronomía.. Este periodo fue sumamente fructífero para mi formación; rompí estructuras tajantes y limitadas de mi cosmovisión. Recuperé la capacidad de asombro frente al mundo 7Durante seis semestres tuve la oportunidad de revisar discusiones entre corrientes teóricas de lo rural y lo indígena, formas metodológicas y técnicas de investigación documental y de campo (tradicionales como la entrevista, historias de vida; pero también propuestas como la historia oral o los relatos literarios), criterios de delimitación epistemológica, acercamiento con proyectos de investigación y construcciones colectivas de inquietudes propias. Este trabajo tuvo origen aquí 8La experiencia de la huelga, más que ninguna otra, me dejó clara la diferencia entre un conocimiento o actuar político que enjuicia y la posibilidad de comprender (histórica y humanamente) sobre lo que se conoce o actúa. Recuerdo a Marc Bloch: “Una palabra domina e ilumina nuestros estudios: “comprender”. No digamos que el buen historiador está por encima de la pasiones; cuando menos tiene ésa. No ocultemos que es una palabra cargada de dificultades, pero también de esperanzas. Palabra, sobre todo, llena de amistad. Hasta en la acción juzgamos demasiado. ¡Es tan fácil gritar: “Al paredón”! No comprendemos nunca bastante. Quien difiere de nosotros, sea extranjero o adversario político, pasa, casi necesariamente, por un ser de malos antecedentes. Aun para conducir las luchas inevitables, sería necesario un poco más de inteligencia en las almas; con más razón para evitarlas, si se está a tiempo (...) una basta experiencia de las variedades humanas, un largo encuentro entre los hombres. Tanto la vida como la ciencia tienen el mayor interés en que este encuentro sea fraternal” (Bloch, 2000: 140) 12 natural, social y cotidiano; desde la producción científica, literatura y filosófica; hasta el recorrido geográfico por distintas regiones del país: de la península de Yucatán, a la península de Baja California Las críticas (teóricamente fundamentadas) a la visión armónica de las comunidades indígenas las inicie en la facultad. Pero no fue, sino en la Sierra de Huahikori, Nayarit, San Luis Potosí; la Montaña de Guerrero y en los valles agrícolas de Culiacán, Sinaloa y San Quintín, Baja California9 donde viví la heterogeneidad de los conflictos, las formas desiguales y contradictorias que matizan, internamente, las relaciones étnicas. De regreso a la Facultad en el 2002, mi acercamiento a la reflexión latinoamericana se vuelve más sistemática y me permite comprender -de forma más compleja- las implicaciones de la reflexión social (en cualquiera de sus dimensiones). Hice una analogía de mis inquietudes con la experiencia de América Latina. Durante las ayudantías (pensamiento social latinoamericano) depuré mi conocimiento de la región a partir del pensamiento y la historia (S.XIX – XX). En la producción teórica de la CEPAL y la Dependencia encontré cuestionamientos sobre la especificidad histórica y la realidad como totalidad. Después me involucre con un análisis más epistemológico, sobre la forma en que las ciencias sociales y los estudios latinoamericanos hacen investigación y crean conocimiento. La problematización de América Latina como categoría de análisis social interrogó mis nociones de tiempo, espacio, presente e historia. Finalmente, me acerqué sin ningún prejuicio a variadas propuestas del conocimiento social: las de corte interpretativo y subjetivista, junto aquellas que entiende el conocimiento como una práctica social potencialmente política10 ; terminan por orientar mi ubicación académica. 9A finales del año 2001, me encontré con un poema en el que identificaba tan profundamente su sentir, como si yo misma lo hubiera escrito. Cuando revisé el nombre de la autora, una profunda alegría invadió el recuerdo, gratificante, de haber compartido con otros estas experiencias: “Se desfiguran con el viento las galeras; paredes semidesnudas. Pequeñas ciudades perdidas en el campo. Vuelan pájaros vestidos de noche, las casas se cubren con el ruido de la radio. Gente intocable, espera el alba... Comienza la cosecha. Al pisar la noche sacia el cansancio. Ventanas encarcelan, ilusiones y esperanzas. Ya no hay danza guerrerense, oaxaqueño, chiapaneco, tal vez ayer existías ya muerto. Ciénega de tus ojos no se aparten de mí, tritúrame al encontrarte mañana, hasta que mi sangre se consuma y tu sed se derrita” (Carrasco, Jazmín 2001: 14) 10Los trabajos de Zemelman han sido, sumamente, sugerentes de algunas rupturas mentales que he vivido. De igual manera, la obra de Sergio Bagú y el último de sus seminarios impartidos (FCPyS- UNAM), cimentaron en mí la serenidad -ante la incertidumbre (teórica o política)- para seguir caminando hacia formas de conocimiento y organización social más humanas. Esta ha sido mi forma de búsqueda en 13 Entre la multiplicidad de experiencias (que aún no termino de asimilar), sentimientos encontrados, claridades, estados de ánimo, rupturas, limitantes, miedos e incertidumbres me atreví a renovar un ciclo de vida. Un ejercicio de investigación, que teórica y metodológicamente no ha resultado nada sencillo; mucho menos vivencialmente11 La gran dificultad y el reto de esto, es cuando el pensamiento y la mente logran procesarlo pero en el tejido o creación artesanal no queda cristalizado. Como en cualquier creación artística, el movimiento corporal, el color, la figura o historia se pueden dar en la mente, en la memoria, en una imagen y ahí estar siendo procesados pero el cuerpo, la mano, el sonido a veces se resisten en su ejecución y sólo después de varios intentos fallidos se logra consumar apenas el principio de una historia. A continuación se presenta uno de mis primeros intentos en el arduo camino de la investigación y construcción social Construcción del Tema Para diciembre del año 2000, gracias a una invitación, tuvimos la oportunidad de visitar la comunidad de Tlahuitoltepec, Mixe, Oaxaca. Esta visita, resultó definitoria en el cúmulo de inquietudes almacenadas sobre la política, la realidad social, la construcción teórica y los pueblos indios. En esta comunidad me encontré con iniciativas de corte educativo, culturales y económicas al interior de la organización comunitaria. En ellas percibí una gran capacidad de apropiación del presente que se expresaba en el la producción científica y no la mera acumulación de discusioneso artículos producidos. En este sentido, no hay discusiones o problemas ya superados; no para mi experiencia. A mi corta edad, sería un suicidio tener conclusiones tajantes y avanzar sobre ellas. 11“La metodología de las ciencias de la sociedad no puede incorporar la experimentación como procedimiento pero, en cambio, descansa en alta medida sobre la experiencia. La actividad que se necesita para la construcción científica es selectiva. No es el agregado mecánico de la huella de lo vivido en función de los objetivos básicos de la investigación” (Bagú, 1997: 115) 14 pensamiento y reflexión de la particularidad mixe12 y en la planeación operativa de proyectos autogestivos. A partir este momento, mantuve una relación estrecha con jóvenes universitarios de Tlahuitoltepec, entre Agrónomos, Abogados, Sociólogos, Comunicólogos y Lingüistas, seguí de cerca sus iniciativas organizativas, dentro y fuera de la comunidad y colaboré con ellosen trabajos de comunicación comunitaria, particularmente de la radio comunitaria “Jën pöj”, recientemente reconocida y con permiso oficial de transmisión. La idea de desarrollar un primer ejercicio de investigación no podía estar separada del “¿para qué?: el interés por los mixes, básicamente, tenía razón en comprender -de manera general- el proceso social que enfrentaban los trabajos de estos jóvenes ayuujk; y poder contribuir a una reflexión que encausará estos mismos. De ahí me interesé por el estudio de la autonomía indígena, a partir de los distintos causes en la construcción y acciones, que ciertos grupos de indígenas impulsaban, con posibilidades de perfilar un proyecto político13 Llegando al punto de construir metodológicamente mi investigación ya había revisado, de manera general, algunas líneas de investigación sobre los pueblos indígenas. Los trabajos sobre autonomía, fueron los que más se apegaron a mis inquietudes. Sin embargo, a la luz del desarrollo, replanteamiento y evaluación encuentro que esta adhesión a una línea de investigación predominante en este tema es la primer limitante en el trabajo; pues mi interés fundamental partía de un cuestionamiento de ¿hasta qué punto la autonomía era una realidad en las prácticas de las comunidades mixes? 12Existe una recopilación, sumamente interesante (realizada por Salomón Nahmad), acerca de diversos documentos, comunicados y planes educativos elaborados en la región Mixe, desde la década de los 50 a los 80; la mayoría de ellos, en la zona alta -donde se encuentra Tlahuitoltepec-. Otro tipo de documentos que reflexionan la organización social comunitaria son: el Plan Comunal de Desarrollo Comunitario, Ideas para la Educación Básica Míxe, Educación Indígena Comunitaria. De igual manera, diversos escritos de Floriberto Díaz Gómez (antropólogo mixe de Tlahuitoltepec) proponen conceptos como el de “comunalidad” o “tierra- vida”, “trabajo – tequio” y “humano- pueblo” para definir la particularidad organizativa de los ayuujk (mixes) y orientar planes y políticas internas. 13“La política deviene en el elemento constructor de la posibilidad como historia concreta, constituyendo la apropiación de lo real en una apropiación de todo lo histórico que se sintetiza en un proyecto futuro”(Zemelman, 1992 : 34) 15 Principalmente los trabajos de Héctor Díaz- Polanco, Consuelo Sánchez y Gilberto López y Rivas desarrollan una reflexión importante de la relación pueblos indígenas- Estado nacional, en dónde la autonomía indígena constituye una forma jurídico- política para la transformación del régimen político mexicano y las adecuaciones que éste tendría que contemplar en función de las prácticas tradicionales de los indígenas como la impartición de justicia, las formas de trabajo colectivo y la propiedad de la tierra. Sin embargo, en mi acercamiento con las comunidades indígenas de Oaxaca y Guerrero me percaté de que más que una realidad en la práctica, la autonomía constituía parte de las demandas, objetivos y discursos de ciertos indígenas organizados ya fuera en figuras asociativas, congresos, asambleas u asociaciones. Tal era el caso de Servicios del Pueblo Mixe, A.C. En segundo momento me pregunté porque la noción de autonomía era atribuida por las organizaciones indígenas. Mi interés no se abocó a las experiencias históricas en el mundo como Yugoslavia, España y Nicaragua entre otras, que antecedían o eran formas distintas de autonomía, con respecto a las sociedades indígenas de México; el recorrido que yo hice buscó el momento y el por qué la autonomía era adjudicada en las estructuras sociales y demandas políticas de los indígenas Algunas reflexiones académicas14, que anteriormente, ya presenciaban la fuerza política de sectores indígenas –en el continente-, arribaron en formas distintas de entender los 14“Durante los años ochenta, el perfil político de la llamada problemática étnica se acentuó en diversos países de la región...trascendió de una manera nueva el estrecho medio de los académicos y los especialistas para convertirse en objeto de interés de sectores sociales y políticos más amplios. A su vez, los especialistas especialmente los antropólogos comenzaron a revisar y, en algunos casos a modificar sus enfoques acerca de la cuestión étnico- nacional (...) los cambios que pueden advertirse en los enfoques, éstos son ante todo la consecuencia- mediada por complejos procesos- de las transformaciones que ha venido experimentando el movimiento indígena en el marco de un buen número de sociedades nacionales de Latinoamérica” (Díaz Polanco, 1999: 111) Cuando se dice que parte de la academia comenzó a perfilar una nueva forma de abordaje teórico; no sólo se refiere al trabajo del clásico investigador e intelectual mestizo o extranjero que se interesa por el estudio de las sociedades “primitivas” o “simples”, sino que el resultado de una ampliación en los horizontes históricos marcan, de manera diferente, la practica de investigación: pienso en el caso de Nahmad, uno de los representante en la antropología crítica; lo mismo que aquellos intelectuales indígenas (como Floriberto Díaz) que desde la antropología se miran y piensan a sí mismos. Lo cierto es que aún no se reconoce en similitud de condiciones, ni validez, ésta última de aquella primera. 16 usos y costumbres, se interesaron en las organizaciones indígenas y sus demandas, contemplaron la problemática ecológica, de género y productiva. Sin embargo, en el caso mexicano, 1994 fue la abreviatura de lo étnico como un problema, específicamente, de orden político15: sintetizó la desigualdad y discriminación social, implícita en la formación histórica del Estado- nación, junto con la nueva configuración económica de la sociedad mexicana en los 90. Fue en este sentido que adquirió relevancia en la cotidianidad y la vida pública de esos años. Aunque la reflexión no se reduce a la dimensión política, por el contrario, se abre a variadas reflexiones de corte filosófico, jurídico, antropológico, educativo y sus múltiples diálogos interdisciplinarios. La presencia indígena en la vida política de México no sólo se refiere a la aparición pública o armada, sino, fundamentalmente, a la necesidad de mantener aquellas estructuras organizativas tanto económicas como sociales en el sistema de cargos, las asambleas, o las forma de impartición de justicia que han sido elementales para la sobrevivencia como individuos y colectividades. En este camino, la transformación política de la estructura social del país que les limita para esta permanencia como pueblos, se vuelve un momento necesario de confrontación con el Estado, sus instancias jurídico- legislativas y de represión; con los partidos políticos, con ciertos sectores empresariales y del clero.15 La crítica que se hace al indigenismo, como discurso y política oficial del Estado, es el tratamiento de lo indígena como un problema de rezago cultural. La formación de esta idea ha identificado la situación de los indígenas como causa de una problemática social y no como resultado de ese conflicto y sus contradicciones. La causa particular del problema indígena (para esta visión) ha sido, pues, la estructura diferenciada de prácticas culturales; por lo tanto se ha entendido que la marginación es inherente a estas estructuras. De ahí que la visión compartida en América Latina de la “civilización y barbarie” con sus transformaciones y matices, tocan los puntos de la dualidad estructural entre lo tradicional y lo moderno; la educación como mecanismo de ese transito se vuelve el eje de la política estatal . En otras vertientes del “problema indígena” la peculiaridad cultural no es causa ni consecuencia determinante; excepto que dificulte la formación de una conciencia de clase o aparezca aledañamente a la posición estructural en el conjunto de la sociedad: los enfoques campesinista y descampesinistas. Finalmente una tercer visión empieza a considerar la potencialidad de la diferencia cultural y su aporte a la organización de la sociedad mestiza; lo indígena cobra dimensión en el conflicto y contradicción de lo social. Cfr Villoro, Luis “Los grandes momentos del indigenismo en México”, Hewitt, Cinthya “Imágenes del campo”, Sarmiento, Domingo “Fausto o civilización y barbarie”, Mariategui, José Carlos “Siete ensayos de la realidad peruana”, Bonfil, Guillermo “México profundo”, Ianni Octavio “El laberinto Latinoamericano” y Barre, Marie “Ideologías indigenistas y movimientos indios” 17 Al mismo tiempo, no es sino la peculiaridad cultural de la lengua, las asambleas, el tequio, la cosmovisión, los usos y costumbres o la medicina tradicional el vehículo ones importantes: ealidad uniforme y lineal en las omunidades indígenas y la región Mixe no era la excepción. Las prácticas de org potencial de su ubicación política. Hasta aquí encontré tres consideraci 1- La demanda de autonomía no constituía una r c anización y sus formas culturales a lo largo de la historia como pueblos originarios de México no se han mantenido inamovibles en el tiempo; constantemente se han modificado, algunas han emergido y otras desaparecen en un constante intercambio cultural, aun cuando éste haya sido y sea desigual. Pero justo por esta capacidad han sobrevivido en la historia. Actualmente estas prácticas se mantienen con sus respectivos matices en cada región cultural y a veces varían de comunidad en comunidad. Desde esta perspetiva, me interesó la peculiaridad que se vivía en la región Mixe y en Tlahuitoltepec. 2. La política indigenista del Estado mexicano, después de la Revolución enraizó una lógica de integración y homogenización cultural, un asistencialismo y os diferentes cambios que el nuevo modelo económico de acumulación, neoliberal, exigía se fueron conjugando las des etc, de los ochenta, precedieron la coyuntura del V centenario (1992); llegando a paternalismo ligados con la política clientelar del partido de gobierno. Fundamentalmente a partir de la formación de maestros rurales que ideológicamente educaran bajo esta lógica fue propiciando que hacia la década de 1970 estos sectores tomaron participación activa en los movimientos y organizaciones vinculados con el sindicalismo en el sector educativo Hacia principios de 1980 y l igualdades políticas con el mayor rezago económico familiar y nacional. En este transcurso dos momentos coyunturales dan pie al llamado movimiento indígena nacional y a la autonomía indígena como proyecto político: 1992 con las protestas del V centenario y 1994 con la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Los intentos organizativos de lingüistas, maestros, médicos, abogados, 18 este momento, la difícil articulación de las organizaciones, aunque sí identificaban demandas comunes, no lograron proyectar un debate central ni con el estado, ni con la sociedad no indígena16. Después del levantamiento zapatista, se comienza a percibir, con más claridad, el cause que los aportes jurídicos (en materia de derechos humanos individuales y olectivos)y las preocupaciones específicas de sectores (médicos tradicionales, ias de ciertos grupos más concientes e ilustrados se desplegaba una apacidad organizativa y argumentativa frente a las instancias estatales de gobierno. demandas y acciones, llevaron a una excesiva revisión cronológica de la c maestros, lingüistas, comuneros, etc) fueron tomando en planteamientos como la territorialidad, las formas de gobierno y justicia, la educación y los medios de transmisión de la cultura, la defensa de la lengua y la libre determinación17. Para 1996, la autonomía, no sólo era ya una demanda de los indígenas organizados, sino también, una propuesta de ley los Acuerdos de San Andrés Sacamche’n en la ley COCOPA. Esta confluencia de sectores de indígenas dejaba ver que de acuerdo con los ámbitos y experienc c Algunas organizaciones indígenas mixes como Ser, se podían ubicar en esta trayectoria. SER era resultado de la defensa por los recursos naturales (fines de los 70 y 80) y el intento regional de organización política (Codremi y Asam). Esto hacía de SER una fuerza política (a veces interlocutora y mediadora de conflictos), dentro de la región y frente al Estado, que marcaba una herencia política para los jóvenes mixes. 3. Gran parte de la reflexión académica con respecto a las organizaciones políticas, sus 16Revisar el seguimiento que desarrolla Sarmiento, Sergio Sarmiento, Sergio “Voces indias y modernización. De la protesta social a la revuelta india”del V centenario,. Inédita, México, Tesis presentada para aspirar al grado de maestría. Universidad Nacional Autónoma de México, Y Sarmiento, Sergio (coord.) Voces del V centenario (comunicados y discursos),. Colección Obra diversa, INAH, 1ª edición, México, 1998, 505p. 17En esos años, se multiplican los encuentros, mesas y foros de debate a nivel regional, en las entidades federativas y encuentros nacionales de las diferentes posturas y organizaciones políticas. El resultado más depurado tuvo lugar antes de los diálogos entre el EZLN y la representación del gobierno federal, en San Andrés, Chiapas. Cfr López Bárcenas “Autonomía y derechos indígenas en México”; “Coloquio sobre derechos indígenas. Consulta nacional a los pueblos indígenas”, Oaxaca, 1996 y Díaz, Floriberto Autonomía, ponencia, fotocopiado, V Foro Estatal sobre la Realidad Indígena, México, D.F. 1995 19 movilización pública, y a una caracterización tipológica de los indígenas dentro La pos turas -que parecen- omogéneas internamente y se confrontan; háblese de organizaciones indígenas vs de hacer política y de organización social. De ahí, que mi terés se encamino a las formas culturales que se tejían en las relaciones sociales de de la rganización política, existen iniciativas o proyectos que pueden ser compartidos de los movimientos sociales, que en cierto sentido es importante para comprender las variadas formas de organización y sus dificultades. Pero en el plano de la autonomía sólo permanece como consigna ideológica en aquellas movilizaciones o como modelo organizativo de la realidad: lo indígena, desde esta perspectiva, desaparece del ámbito político –y del interés intelectual-, cuando las organizaciones no se movilizan públicamente. comprensión del rumbo de los movimientos indígenas, no siempre tiene la ibilidad de lograrse en el análisis dual de dos estruc h estado o sociedad nacional. Frecuentemente la capacidad de respuesta o proyección de las organizaciones indígenas depende de la configuración paulatina de las estructuras, relaciones y prácticas políticasinternas. Esta configuración se delinea en el incierto espacio de lo que es “propio” y lo “ajeno”, lo “auténtico” y la “imposición”. Complejizando, así, los espacios y tiempos que un proceso social (trayectoria histórica) requiere para su expresión política (coyunturas). El tratamiento político, que aquí referimos, no supone la explicación de lo económico o lo cultural; sino la mejor comprensión de lo político a partir de otros espacios de intergeneración social. La peculiaridad de lo cultural es lo que les permite ubicarse cualitativamente diferente en las formas In los indígenas en la comunidad; puesto que no sólo constituye es espacio geográfico de la localidad, sino el espacio inmediato de lo social en los indígenas mixes. En la organización comunitaria, existen mecanismos de decisión o acción colectivas a través de instituciones como la Asamblea. Mientras que en el caso o por la comunidad, pero su instrumentación no dependen de las instituciones comunitarias. La dificultad, de distintas organizaciones indígenas, frente a sus comunidades o pueblos se encuentra con que sus trayectorias y decisiones, se 20 desenvuelven paralelamente de la política comunitaria: no dependen de la asamblea ni del sistemas de cargos para su representación y actuar político; pero tampoco accionan políticamente sobre las estructuras de organización comunitaria; sino, a partir de proyectos que se aceptan u obstaculizan por la misma estructura social de las comunidades. Y gran parte de estas organizaciones se han vuelto más interlocutoras ante el Estado o los partidos políticos. Si ha existido un espacio en dónde el orden político dominante se haya podido enraizar, es justo en la política comunitaria. Y la mejor forma de segmentar los alcances de las organizaciones políticas, es separándolas de lo comunitario. Pro en las comunidades, municipios y pueblos indígenas. En todo so, su pertinencia radicaba en la posibilidad de convertirse en un proyecto político cuatro etapas de definición. blematización El punto de partida fue, entonces, romper con el presupuesto de que la autonomía era una realidad o tendencia ca impulsado por ciertos sectores de indígenas (maestros, intelectuales, estudiantes, profesionistas, curanderos, autoridades, organizaciones; en donde además, difícilmente se podría identificar un proyecto unitario, de acuerdo con las diferencias entre los distintos pueblos étnicos y sus divergencias internas; esto aludía a la organización interna de las comunidades para reflexionar sobre la cercanía y especificidad que la autonomía podía asumir en cada ámbito social diferente18 De esta primer revisión bibliográfica se desmenuzan los conceptos ordenadores19 que me permitieron aterrizar el tratamiento de la autonomía, en 18Lo comunitario, no era una delimitación geográfica localista de la comunidad o el municipio; sino la ubicación del espacio en que se articulan los procesos regionales, de la entidad federativa o ,incluso, del ámbito nacional junto con los subjetivos o familiares; pero tienen expresión en lo comunitario. Así, por ejemplo, los maestros como fuerza social en Tlahuitoltepec reflejan la política indigenista del estado (con respecto a la educación), la efervescencia estudiantil en los 60 (en México y Oaxaca), la discriminación tradicional de los jóvenes en la comunidad y la historia personal y familiar de algunos líderes 19“(...)es preciso analizar los conceptos desde la perspectiva del tipo de recorte de realidad que éstos sugieren, más allá del contenido explicativo que los mismos establecen sobre la realidad. Dicho análisis consiste en diferenciar la función explicativa de la función epistemológica del concepto. Denominamos a esto función epistemológica del concepto, puesto que se refiere al tipo de relaciones que se establecen con la realidad.” (Zemelman, 2000: 42) 21 1.- Hasta este momento, me percate de que el discurso era el mecanismo por el cual ermanecían a mi alcance, quedaban superadas en este planteamiento. De tal manera, rticuladas; contenido de las categorías “proyecto” y “discurso político”, 2)mi espacio namiento político interno, de los sujetos, implicaba un podía acceder al análisis de la autonomía. Mis condiciones materiales y el tiempo no me habían permitido seguir la formación de las organizaciones indígenas, y a partir de ello identificar las posibilidades de cristalizar un proyecto político. Tiempo después, me di cuenta que la autonomía en las organizaciones existía como aspiración u objetivos pero no necesariamente como proyecto (una historia resignificada que en el presente direcciona su futuro viable) . Así que, deje de remitir el discurso a los documentos y comunicados -surgidos de encuentros entre organizaciones-; para centrarme en el delinear paulatino de una realidad en construcción desde la cotidianeidad (formas culturales de política). Esto significaba que mi análisis de la autonomía a partir del discurso, tendría que ir más allá de las demandas, denuncias y argumentaciones estructuradas públicamente. Las formas cotidianas, valóricas y subjetivas, serían un “hacer política” presentes en el discurso; y por lo tanto estructuradores de un proyecto. El nivel de análisis parecía lógicamente articulado; pero las fuentes de información, que p tuve que redefinir mi búsqueda documental y contemplar la investigación concreta de la realidad mixe. ¿cómo diseñar las estrategias que me llevaran a los elementos estructuradores de un proyecto?, ¿con respecto a qué sujetos fundamentaría este proceso? ¿a quiénes y por qué los elegiría? ¿de qué método o técnica echaría mano (entrevista, historia de vida,) para acercarme?. Dos suposiciones me llevaron a pensar: 1)que debía elegir conceptos y variables a de investigación no podía ser la región mixe, pues la autonomía no era una preocupación que yo adjudicara arbitrariamente, en todas las comunidades y municipios divergentes de la región. Mi orientación había contemplado a SER como objeto de investigación; pero adentrarme al tejido y funcio 22 involucramiento que difícilmente, podría romper las barreras del discurso público -de SER- y trasladarse a las formas subjetivas y cotidianas en que -los distintos sujetos y la rganización en conjunto- accionaban estratégicamente. el delinear de un proyecto utonomía o cualquiera que éste fuera) no lo podía identificar solo en los talleres, (caso de SER), y el segundo, la organización comunitaria 20 Pueblo Mixe se asladó hacia la organización social comunitaria. Puesto que ahí, en la organización de o Además, mi interés en SER se remitía a su experiencia como fuerza política, en la región mixe. Pero su condición de asociación civil ubicaba su trayectoria paralelamente a los procesos comunitarios; esto implicaba centrar mi análisis en la organización y sus respectivas incidencias comunitarias. Sin embargo (a proyectos productivos y asesorías que SER impartía en las comunidades. En todo caso, sería: comprender las formas políticas y de organización social existente en las comunidades donde tenía presencia SER y las dificultades o viabilidad de su incidencia, en éstas. Aquí, ampliamos la concepción de organización indígena que nos llevó a contemplar el caso de SER. Hablar de organización indígena tenía dos espacios de identificación: el primero es el que contempla su constitución como organización de las comunidades indígenas 2.- Mi experiencia y encuentro con investigadores, comuneros, autoridades y jóvenes de la región, en Oaxaca, me llevaron a contemplar que la estructura organizativa de las comunidades y su política comunitaria o formas culturales de hacer política eran centrales para la investigación. Así, la prioridad en Servicios deltr las comunidades se llevan a cabo las prácticas y ejercicios que pretenden un reconocimiento jurídico y una transformación del régimen político en el Estado mexicano. Ahí también se va delineando el sustento de las organizaciones políticas y los elementos que hasta cierto punto dificultan una forma de organización social de la autonomía 20. Cfr Maldonado, Benjamín Autonomía y comunalidad india. Enfoques y propuestas desde Oaxaca, CONACULTA INAH, CEDI, Secretaría de Asuntos indígenas, Movimiento Pedagógico Plan Piloto, Oax., México, 2002 137 p. Ahí desarrolla un diferenciación explícita entre ambas formas de organización 23 indígena que tiendan a resarcir las desigualdades económicas y de convivencia humanas. De ahí que la autonomía encontraba dos ámbitos de reflexión: lo político y lo cultural en el nivel de la organización comunitaria 3.- Tlahuitoltepec constituía un punto de referencia en la organización social y en las rácticas culturales de la región ; para mí resulto ser el municipio de mayor interés para esde mi perspectiva este lugar guarda parte importante de la historia mixe por su entadas por sus propios miembros. Además de que las xperiencias políticas de organización que en la década de los 70 y 80 tuvieron impacto hacer política y organización encaminados hacia autonomía. Es decir, un orden que se vuelve tradicional en las prácticas culturales y p la reflexión de lo comunitario. D cercanía al Zempoaltepetl, cerro sagrado para los mixes, donde habita el rey Cong Hoy. A nivel municipal, registra iniciativas de desarrollo económico, territorial, propuestas educativas diseñadas e implem e a nivel regional, tuvieron sede aquí. Estos antecedentes me hacían suponer que Tlahuitoltepec era uno de los municipios con gran potencialidad para ejercer sus derechos de autodeterminación; y hacer de la autonomía una forma organizativa peculiar en la región mixe de Oaxaca. Así el interés particular en Tlahuitoltepec radicaba en comprender como era su organización comunitaria, y la peculiaridad cultural con que las prácticas políticas remitían a un orden tradicional susceptible de transformarse o bien aquellas prácticas culturales potenciales para un modo de la formas culturales que se vuelven modos de hacer política21 21La primera, considera que un orden político se encuentra (con diversos mecanismos ) interiorizado en las formas culturales de ser y vivir en el espacio comunitario. Permanece como formas avaladas por la tradición o la costumbre. El voto electoral reservado para el PRI, en ciertas comunidades, no siempre es resultado de una convicción o voluntad política, sino la permanencia de una costumbre. En el caso de Tlahuitoltepec, la forma de enseñanza- aprendizaje que se vive en la escuela, se traslado a la asamblea comunitaria sustituyendo el cuchicheo por la participación ordenada o la preferencia de opinión para los maestros. La segunda noción, se refiere a una forma cultural susceptible de transformarse en la peculiaridad del hacer política: la manera en que una constitución cultural permite recuperar, delinear, adecuar, innovar o romper con estructuras y ordenes políticos desde el ser y vivir en el espacio comunitario: la defensa de la lengua tuvo proyección en los planteamientos educativos de la comunidad frente a la estructura estatal, e internamente se creó (en la estructura de los servicios comunitarios) la Regiduría de Educación. El ejercicio de transmisión radiofónica (2001-2002) tuvo aceptación en la 24 4.- De aquí identificó una relación estrecha entre cultura, autonomía y el pensamiento ico. Si bien la noción de autonomía remitía a las cuestiones culturales, políticas y organizativas de la comunidad, resultaba pertinente revisar qué perspectiva era asumida reocupación de los comuneros; en todo caso, y no de anera generalizada, se hablaba de valores o vida comunitaria. Algunos pensadores onsideración de que es una interpretación elaborada or los propios mixes acerca de sus prácticas organizativas y políticas en tanto Además de la noción de comunalidad, resultaba importante indagar sobre qué elementos se identificaban de la comunalidad. En esta búsqueda me encontré con una reflexión, filosóf por la comunidad mixe. La primer limitante de este eje de investigación fue que la autonomía como tal no se encontraba en el horizonte de p m como el antropólogo mixe, Floriberto Gómez, maestros, intelectuales y profesionistas de la región Mixe y otras de Oaxaca, han propuesto un ámbito de reflexión y ejecución de la autonomía: la comunalidad22 En este tratamiento más que considerar beneplácito militante por esta vertiente de la autonomía, se retoma, justo en la c p particularidad cultural. que si bien carece aun de fundamentos científicos o teóricos para su argumentación, no deja de tener un valor central para este trabajo, pues es una mirada de sí mismos, bajo nociones filosóficas muy particulares para el pueblo mixe. La triada Tierra- Vida, Trabajo- Tequio y Humano- Pueblo constituyen los principios filosóficos de la reflexión comunidad porque la comunicación era en lengua ayuujk; cuando las instancias federales (SCT y policía judicial) desmantelan la radiodifusora, la autoridad municipal respalda la creación de una comisión que gestione los permisos y apoyos necesarios para restituir la transmisión. 22Una posición política de intelectuales indígenas de Oaxaca principalmente Floriberto Díaz y Jaime Luna discreparon políticamente de las organizaciones regionalistas de la autonomía como la ANIPA; y teóricamente de las concepciones pluriétnicas que proponían antropólogos como Díaz- Polanco. En ambos niveles, se argumentó que el espacio y la vida comunitaria dejaban de verse en estos planteamientos y posiblemente, antes que referirse a la autonomía, habría que referirse a la comunalidad. Esta noción de comunalidad ha sido sumamente controvertida, incluso entre los mismos intelectuales indígenas. La posición de líderes de Ser Mixe, como Adelfo Regino argumentan la simultaneidad de la autonomía comunal, regional y municipal 25 mixe sobre comunalidad. Aquí los aportes de Floriberto Díaz, el equipo del bachillerato ayuujk (BICAP), el profesor Rafael Cardoso, son significativas Cabe señalar que ni la noción de comunalidad, ni la triada de sus principios forman un núcleo de disertación explícitamente claro. Algunos de sus planteamientos aluden más a principios cosmogónicos que a elementos tangibles en lo cotidiano de la realidad ayuujk. Sin embargo, este esfuerzo de pensarse a sí mismos, implicando el uso categórico de la lengua castellana y sus ciencias occidentales, representa ya un cuestionamiento y expectativas de futuro para sus comunidades culturales, que antecede toda noción y visión de un proyecto de organización social. En este sentido, se recupera la interpretación ayuujk para reflexionar las trasformaciones que en la comunidad de Tlahuitoltepec se acercan o tienen posibilidades de crear la autonomía, la comunalidad o cualquier otro proyecto de organización comunitaria. Hipótesis de trabajo Cuatro son las premisas de desarrollo en el texto 2.- La organización social comunitaria es el espacio en que se articulan y fusionan las as culturales y políticas en lo comunitario los de incidir en la organización social bajo la creación e nuevas formas culturales. les en la organización comunitaria 1.- La autonomía indígena puede aspirar a ser un proyecto viable para la comunidad mixe de Tlahuitoltepec, en tanto sea forma de organización social comunitaria formas de hacer política como orden o formas culturales 3. En la construcción paulatina de las form sujetos socialestienen posibilidad d 4.- la posible instrumentación de formas cultura comienza en el cuestionamiento filosófico de ¿cómo es la comunidad y hacia dónde va? 26 El resultado del pretendido reencuentro entre: autonomía, los campos conceptuales de observación y la investigación de campo, evidencian un necesario tratamiento Cerca de cuatro meses, me dediqué a la investigación de archivos y entrevistas, en la mo odía observarlos tanto en la investigación de archivos, como en el diseño de mis ntrevistas. ia de investigación, hemos identificado cuatro fuentes de terpretación sistemática y no sistemática de la realidad histórica ayuujk. ngua, costumbres, filosofía, educación, planes y proyectos de desarrollo .- el saber cotidiano del saludo, el ofrecimiento a la tierra, el agradecimiento del tidiana y del omo solución. diferenciado de estas esferas que formen el tejido de un nivel analítico Trabajo de Campo ciudad de Oaxaca y Tlahuitoltepec. La experiencia de los archivos nunca me era suficiente; cada acercamiento arrojaba nuevas problemáticas. Una vez establecidos mis campos de observación era pertinente traducirlos en indicadores dónde, en qué y có p e Desde nuestra experienc in 1.- Las fuentes primarias a partir de archivos agrarios, judiciales, eclesiásticos y municipales 2.- La investigación académica principalmente de antropología, lingüística, pedagogía, historia y recientemente estudios sobre cultura política. 3.- la reflexión interna, desarrollada por maestros, profesionistas e intelectuales ayuujk, en historia, le 4 alimento, la fiesta familiar, la salud, la enfermedad, las formas de interpretación mágico religiosas de la vida. O bien aquella que se explica la problemática co mundo que encuentra solución en la migración, la resistencia a los cargos y la negación de la lengua c De acuerdo con esto, observamos que la materia prima de trabajo para la investigación académica radica en las fuentes primarias, en la búsqueda de archivos y en los testimonios y entrevistas del saber cotidiano. En menor medida considera en su análisis 27 los trabajos de sistematización interna. Al mismo tiempo que el nivel de influencia que este conocimiento tiene sobre la investigación interna es menor que el saber cotidiano. sq ema de elaboración propia, a p igación de archivos en Oaxaca y la ui a vestigación interna tiene poca influencia sobre la i is o que sobre el conocimiento cotidiano, en gran medida debido a que este tipo de v ti ormas e a relación escasa que iden iento los ubicamos ntre las fuentes de archivos con la investigación interna debido a que los conflictos ta por esta tarea genere y el recelo de la información. En una segunda lación que va de la investigación académica hacia el saber cotidiano. La dificultad del entrecruce de conocimientos tiene múltiples determinaciones culturales, políticas, de Diagrama: fuentes de interpretación para la historia ayuujk Fuentes primarias Investigación Académica Saber Cotidiano Investigación Interna E u artir de invest T h toltepec 2003 L in nvestigación antropológica, lo m m in es gación se encuentra dispersa en archivos familiares, no ha encontrado las f y spacios de difusión. L tificamos entre estos espacios de conocim e agrarios o de otra índole que se suscitan internamente llegan a dificultar su consul la desconfianza que re 28 difusión, etc. Por ejemplo si pensamos en el caso de la relación archivos – investigación interna, las dificultades que tienen los ayuujk para acceder a los archivos municipales o agrarios, frecuentemente tienen limitantes políticas entre comunidades o miembros de una misma comunidad. O por ejemplo el caso de la influencia que tiene la investigación cadémica sobre el saber cotidiano, tiene que ver con dificultades lingüísticas y la región y de Tlahuitoltepec específicamente: Existen istintos planteamientos en el terreno educativo de Tlahuitoltepec que apuntan a la de la región la hemos recuperado gracias al acercamiento de archivos miliares y del municipio. Sin embargo este tipo de trabajos se encuentra disperso y su a gramaticales de la comprensión del castellano en un primer nivel, y en segundo plano la dificultad conceptual de estas investigaciones así como el acceso económico a las publicaciones de estos trabajos. Los trabajos recientes sobre la historia y realidad mixe comienzan a tomar nuevos rumbos de investigación que integren las distintas fuentes. Desde la investigación académica recientes trabajos comienzan a restituirle valor conceptual y metodológico a la investigación interna23, los trabajos de investigación interna consideran cada vez más la producción académica como medio de acceso a las fuentes primarias, y así; aunque falta mucho trabajo de investigación y retroalimentación entre las fuentes de información. El reconocimiento histórico ha sido identificado como una necesidad presente en los proyectos de corte educativo en d investigación de la historia y las formas lingüísticas de escritura y variantes dialectales, cuentos, costumbres, encausadas por los propios miembros de las comunidades, empezando por los educandos, el núcleo familiar, los maestros, profesionistas y hasta experiencias de autodiagnóstico de la situación actual en las asambleas, talleres y foros; pasando por trabajos de reconocimiento poblacional del municipio y sus rancherías. Algunos resultados de las iniciativas en materia de investigación histórica, lingüística y problemáticas fa conocimiento es escaso, no sólo a nivel de publicaciones o referencias bibliográficas para la investigación académica; sino que también son desconocidos a nivel comunitario y regional. 23Cfr Bartolomé, Miguel Alberto. “Las palabras de los otros: la antropología escrita por indígenas en Oaxaca” en Cuadernos del Sur Año 9 , núm, 18. marzo 2003, págs. 23 - 49 29 En el trabajo de comunidad pasé por tres momentos diferente. En mi primer acercamiento llegué a Tlahuitoltepec como parte del equipo interdisciplinario que colaboraría con la instalación del radiotransmisor para la radio comunitaria “Jën pöj”, en el año 2000. Este proceso me permitió una relación estrecha y fraterna con compañeros de la comunidad, con quiénes me fui formando un diagnóstico inicial de la comunidad o con quienes logro familiarizarme con la lengua ayuujk. Sin embargo este contacto con la comunidad se remitía a visitas esporádicas durante los periodos vacacionales. El segundo momento tuvo lugar en el año 2003, cuando se hacía pertinente la dagación en archivos locales del estado de Oaxaca y del municipio. Consideré pesar de encontrarme en el centro de la cabecera municipal tuve la oportunidad de comunales envasadores de gua; pude conocer la estructura organizativa de las escuelas propuestas por iniciativa in pertinente una estancia de tres meses en el estado. En la ciudad de Oaxaca hice un rastreo de aquellos investigadores, intelectuales y líderes indígenas que podía contactar para entrevistarlos. Principalmente, las aportaciones de Jorge Hernández Díaz y Benjamín Maldonado me ayudaron a elegir por dónde y con quiénes iniciar la labor de entrevistas. Entre abril y mayo me trasladé a Tlahuitoltepec, gracias al hospedaje del profesor Joel Vázquez, uno de los iniciadores del proyecto IEBM en los 80 y a su familia, pude instalarme permanentemente en la comunidad. A conocer otras rancherías, de las más cercanas al centro como rancho Tejas, Santa Ana, Guadalupe Victoria, Flores y la agencia de Yachochi. En principio solicitaba entrevistas con los profesores e intelectuales sobre todo autores de la noción comunalidad y de los principios de Tierra- Vida, Trabajo – Tequio y Humano- Pueblo. Dichasentrevistas me hicieron reconocer, que efectivamente había una particularidad cultural en los mixes de Tlahuitoltepec por las variadas iniciativas económicas, educativas y culturales. Especialmente en este periodo tuve la invitación para participar como relatora en un encuentro de empresas a de la propia comunidad; y pude convivir durante los espacios recreativos de las fiestas comunales y en algunos trabajos de tequio para la reforestación de las inmediaciones de la comunidad. 30 Posteriormente comencé a visitar de manera personalizada a los diferentes cargueros, desde el presidente municipal, el síndico, secretarios, regidores de educación, vocales y topiles, hasta capitanes de festejo. Algunos resultaban encuentros con su respectiva formalidad y otros se lograban en charlas informales y encuentros cotidianos sumamente enriquecedores. A lo largo de estas actividades fui creando relaciones fraternas con miembros de la comunidad que me permitieron estar presente en ceremonias religiosas, en festejos familiares, rituales de agradecimiento, asambleas comunitarias, encuentros culturales y particularmente mi iniciación en la lecto- escritura ayuujk. icipios en la región; además de Tlahuitoltepec conocí los unicipios de Ayutla, Tamazulapan, Tepuxtepec y Tepantlali en la zona alta; i residencia en la ciudad de Oaxaca, cerca de un año me permitió conocer otras tas de Pinotepa Nacional. En estas isitas también logré reconocer la particularidad mixe de la zona alta. desarrollé fue respecto al movimiento indígena en éxico y en Oaxaca, de ahí que identifiqué los momentos en que se formuló el Aquí observe la importancia etnográfica de las historias de vida y los usos literarios que puede tener la historia oral para su sistematización. En una tercera etapa tuve la oportunidad de asistir a encuentros regionales, fiestas comunales de diferentes mun m Malinaltepec y Mazatlán de la parte media. Indudablemente el reconocimiento de Tlahuitoltepec también implicaba visitar sus inmediaciones y algunos puntos más alejados de la misma región Mixe. M regiones del estado, particularmente la sierra norte zapoteca, valles centrales; hacia la sierra sur Miahutlán de Porfirio Díaz; y en las cos v La organización temática del trabajo : La primer búsqueda exhaustiva que M planteamiento de autonomía. Segundo, respecto de la autonomía consideré las tres propuestas formuladas de a cuerdo a sus niveles de ejercicio: comunal, regional y 31 municipal. Tercero, elaboré la discusión teórica sobre política, proyecto político y las formas culturales de la política. Esta revisión podía trabajarla como primer capítulo, ero me di cuenta que forzaba el ordenamiento de la investigación de campo a estas ategorías de análisis. Así que trate de incorporarlo como un ángulo de observación para estos conceptos elegí mi ángulo de observación para la autonomía indígena. entos y leyendas, por otro, las investigaciones onográficas y las reflexiones filosóficas ayuujk, el conocimiento cotidiano de los os interlocutores del trabajo tuvieran referencia el pueblo previa al recuento histórico. La sugerencia de mis asesoras sobre la necesaria estro entendimiento; la lengua fue uno de los p c cada apartado y de todos ellos en su conjunto. Bajo El primer capítulo desarrollado fue el Recuento histórico, pues me permitió sistematizar cronológicamente la variedad de notas y referencias bibliográficas sobre la región mixe y Tlahuitoltepec. Aquí obtuve la primer delimitación temporal del trabajo: me concentré en los procesos de organización política en la región durante el siglo XX y que consideré antecedentes del actual, llamado movimiento indígena en la región mixe, particularmente en la década de los 70. Clasifique por grupos las fuentes de información tan variadas, las cuales requerían tratamientos distintos: por un lado los cu m comuneros y la investigación antropológica. Una de las limitantes en este trabajo, se refiere, justo a la metodología diferenciada para cada fuente de investigación. En momentos su tratamiento aparece en un mismo nivel, lo que a veces le da matices un tanto románticos o uniformes al trabajo. Sin embargo, consideré pertinente que l d ; panorámica del lugar que inspiraba mi tema de tesis se hacia necesaria. Así elaboré un capitulo primero llamado Xääm Këxpëte que es el nombre de Tlahuitoltepec en la lengua ayuujk. Xääm Këxpët, (Tlahuitoltepec) fue resultado de mi subjetividad en la investigación. Enfrentarse a espacios cuyos tiempos, nociones de realidad y formas de vida que parecen distantes e incomprensibles a nu 32 grandes retos para mi investigación. Este capítulo, más que ser una interpretación de la quí se encuentra una de las principales vetas del trabajo. La búsqueda n géneros narrativos como la crónica o el cuento despertaron mi interés por lograr el l tercer capitulo sobre organización comunitaria fue respuesta al cuestionamiento sobre e la realidad. A nivel explicativo puede resultar aun bstracto, a pesar de ello, se pueden derivar diversas líneas de investigación en lo lo a nivel gional existe una propuesta importante de la autonomía comunal, principalmente forma de vida, lengua, vestido o población, es producto de la comprensión, diálogo y aprendizaje de formas distintas, no sólo para observar la vida mixe o escuchar y hablar en ayuujk, sino como visión propia de filosofía y vida a partir de esta experiencia. Consideró que a e reflejo de una realidad social más digerible, para aquellos no involucrados en el ámbito académico, pero con el suficiente fundamento de investigación que dan tiempo, espacio y contenido en la creatividad. De ahí, el posible cause creativo o artístico que la investigación social genere, en últimos tiempos, me han llevado a explorar los niveles de la música, la imagen y la expresión corporal como alternativas metodológicas de conocimiento e investigación E la autonomía como un planteamiento político de las organizaciones de indígenas y que en este sentido, era pertinente diferenciarlos claramente de la realidad de la región mixe y remitirse a la peculiaridad organizativa de la comunidad en Tlahuitoltepec. Este capítulo no sólo parte de la importancia que tiene el análisis de la comunidad para el trabajo, sino que metodológicamente ubica la categoría de lo comunitario como unidad de análisis, no geográfica sino de espacio social, en donde se intersectan diversos niveles y ámbitos d a sucesivo, algunas de ellas ya se enuncia a lo largo del mismo desarrollo. De esta manera, si lo que me interesaba era el tejido de la comunidad y la relación que se podía mantener con el planteamiento de autonomía, resultó que no so re fundamentada por la organización SER; sino que además en el caso de Tlahuitoltepec se ha desarrolla do una interpretación de la comunidad como valores y filosofía de la vida 33 en comunidad, elaborada por profesores, autoridades, profesionistas y miembros del consejo de ancianos en la comunidad y hacia principio de los 90 comenzaron a presentarse estos planteamientos de forma más sistemática. De ahí que decidí asignarle un lugar importante a la reflexión filosófica ayuujk sobre ogren proyectarse como un jercicio tangible entre sus miembros y no tan solo como reflexión exclusiva de los intelectuales xistía eran iniciativas de organización por parte de ciertos núcleos sociales organizaciones políticas, en las que se ha identificado al movimiento indígena. Pero Tierra- Vida, Trabajo- Tequio y Humano – Pueblo. Aunque es una reflexión que no evidencia la problemática social de acuerdo con estos niveles de la vida comunitaria, sí es un ejercicio que sistematiza e interpreta, desde la lengua castellana, sus conceptos y parte de las ciencias occidentales, los principios de vida ayuujk. Esto motivó mi asombro
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